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EXPRESIONISMO

Una corriente artística que buscaba la expresión de los sentimientos y las


emociones del autor, más que la representación de la realidad objetiva. El
movimiento expresionista apareció en los últimos años del siglo XIX y
primeros del XX como reacción frente a los modelos que habían
prevalecido en Europa desde el renacimiento.Sus iniciadores fueron
Bertold Brecht y Franz Kafka.

El expresionismo fue un movimiento cultural surgido en Alemania a


principios del siglo XX, que tuvo plasmación en un gran número de
campos artísticos. La primera manifestación fue en el terreno de la pintura,
coincidiendo en el tiempo con la aparición del fovismo francés, hecho que
convirtió a ambos movimientos artísticos en los primeros exponentes de las
llamadas “vanguardias históricas”. Más que un estilo con características
propias comunes fue un movimiento heterogéneo, una actitud y una forma
de entender el arte que aglutinó a diversos artistas de tendencias muy
diversas y diferente formación y nivel intelectual. Surgido como reacción al
impresionismo, frente al naturalismo y el carácter positivista de este
movimiento de finales del siglo XIX los expresionistas defendían un arte
más personal e intuitivo, donde predominase la visión interior del artista –
la “expresión”– frente a la plasmación de la realidad –la “impresión”–.

Con sus colores violentos y su temática de soledad y de miseria, el


expresionismo reflejó la amargura que invadió a los círculos artísticos e
intelectuales de la Alemania prebélica, así como de la Primera Guerra
Mundial (1914-1918) y del período de entreguerras (1918-1939). Esa
amargura provocó un deseo vehemente de cambiar la vida, de buscar
nuevas dimensiones a la imaginación y de renovar los lenguajes artísticos.
El expresionismo defendía la libertad individual, la primacía de la
expresión subjetiva, el irracionalismo, el apasionamiento y los temas
prohibidos –lo morboso, demoníaco, sexual, fantástico o pervertido–.
Intentó reflejar una visión subjetiva, una deformación emocional de la
realidad, a través del carácter expresivo de los medios plásticos, que
cobraron una significación metafísica, abriendo los sentidos al mundo
interior.

Entendido como una genuina expresión del alma alemana, su carácter


existencialista, su anhelo metafísico y la visión trágica del ser humano en el
mundo le hicieron reflejo de una concepción existencial liberada al mundo
del espíritu y a la preocupación por la vida y la muerte, concepción que se
suele calificar de "nórdica" por asociarse al temperamento que tópicamente
se identifica con el estereotipo de los países del norte de Europa. Fiel
reflejo de las circunstancias históricas en que se desarrolló, el
expresionismo reveló el lado pesimista de la vida, la angustia existencial
del individuo, que en la sociedad moderna, industrializada, se ve alienado,
aislado. Así, mediante la distorsión de la realidad pretendían impactar al
espectador, llegar a su lado más emotivo e interior.

Definición

La transición del siglo XIX al XX comportó numerosos cambios políticos,


sociales y culturales. Por una parte, el auge político y económico de la
burguesía, que vivió en las últimas décadas del siglo XIX (la Belle Époque)
un momento de gran esplendor, reflejado en el modernismo, movimiento
artístico puesto al servicio del lujo y la ostentación desplegados por la
nueva clase dirigente. Sin embargo, los procesos revolucionarios
efectuados desde la Revolución francesa (el último, en 1871, la fracasada
Comuna de París) y el temor a que se repitiesen llevaron a las clases
políticas a hacer una serie de concesiones, como las reformas laborales, los
seguros sociales y la enseñanza básica obligatoria. Así, el descenso del
analfabetismo comportó un aumento de los medios de comunicación y una
mayor difusión de los fenómenos culturales, que adquirieron mayor alcance
y mayor rapidez de difusión, surgiendo la “cultura de masas”.2

Por otro lado, los avances técnicos, especialmente en el terreno del arte la
aparición de la fotografía y el cine, llevaron al artista a plantearse la
función de su trabajo, que ya no consistía en imitar a la realidad, pues las
nuevas técnicas lo hacían de forma más objetiva, fácil y reproducible.
Igualmente, las nuevas teorías científicas llevaron a los artistas a
cuestionarse la objetividad del mundo que percibimos: la teoría de la
relatividad de Einstein, el psicoanálisis de Freud y la subjetividad del
tiempo de Bergson provocaron que el artista se alejase cada vez más de la
realidad. Así, la búsqueda de nuevos lenguajes artísticos y nuevas formas
de expresión comportó la aparición de los movimientos de vanguardia, que
supusieron una nueva relación del artista con el espectador: los artistas
vanguardistas buscaban integrar el arte con la vida, con la sociedad, hacer
de su obra una expresión del inconsciente colectivo de la sociedad que
representa. A la vez, la interacción con el espectador provoca que éste se
involucre en la percepción y comprensión de la obra, así como en su
difusión y mercantilización, factor que llevará a un mayor auge de las
galerías de arte y de los museos.3

El expresionismo forma parte de las llamadas “vanguardias históricas”, es


decir, las producidas desde los primeros años del siglo XX, en el ambiente
previo a la Primera Guerra Mundial, hasta el final de la Segunda Guerra
Mundial (1945). Esta denominación incluye, además, al fauvismo, el
cubismo, el futurismo, el constructivismo, el neoplasticismo, el dadaísmo,
el surrealismo, etc. La vanguardia está íntimamente ligada al concepto de
modernidad, caracterizado por el fin del determinismo y de la supremacía
de la religión, sustituidos por la razón y la ciencia, el objetivismo y el
individualismo, la confianza en la tecnología y el progreso, en las propias
capacidades del ser humano. Así, los artistas pretenden ponerse al frente
del progreso social, expresar mediante su obra la evolución del ser humano
contemporáneo.4

El término “expresionismo” fue utilizado por primera vez por el pintor


francés Julien-Auguste Hervé, que utilizó la palabra “expressionisme” para
designar una serie de cuadros presentados en el Salón de los Independientes
de París en 1901, en contraposición al impresionismo. El término alemán
“expressionismus” fue adaptado directamente del francés –ya que
expresión en alemán es ‘ausdruck’–, empleándose por primera vez en el
catálogo de la XXII Exposición de la Secesión de Berlín en 1911, que
incluía tanto obras de artistas alemanes como franceses. En literatura, fue
aplicado por primera vez en 1911 por el crítico Kurt Hiller.5
Posteriormente, el término expresionismo fue difundido por el escritor
Herwarth Walden, editor de la revista Der Sturm (La tormenta), que se
convirtió en el principal centro difusor del expresionismo alemán. Walden
aplicó inicialmente el término a todas las vanguardias surgidas entre 1910 y
1920. En cambio, la aplicación del término expresionismo ligado
exclusivamente al arte alemán de vanguardia fue idea de Paul Fechter en su
libro Der Expressionismus (1914), que siguiendo las teorías de Worringer
relacionó las nuevas manifestaciones artísticas como una expresión del
alma colectiva alemana.6

Literatura

La literatura expresionista se desarrolló en tres fases principales: de 1910 a


1914, de 1914 a 1918 –coincidiendo con la guerra– y de 1918 a 1925.
Aparecen como temas destacados –al igual que en la pintura– la guerra, la
urbe, el miedo, la locura, el amor, el delirio, la naturaleza, la pérdida de la
identidad individual, etc. Ningún otro movimiento hasta la fecha había
apostado de igual manera por la deformidad, la enfermedad y la locura
como el motivo de sus obras. Los escritores expresionistas criticaron la
sociedad burguesa de su época, el militarismo del gobierno del káiser, la
alienación del individuo en la era industrial y la represión familiar, moral y
religiosa, por lo que se sentían vacíos, solos, hastiados, en una profunda
crisis existencial. El escritor presenta la realidad desde su punto de vista
interior, expresando sentimientos y emociones más que impresiones
sensitivas. Ya no se imita la realidad, no se analizan causas ni hechos, sino
que el autor busca la esencia de las cosas, mostrando su particular visión.
Así, no les importa deformar la realidad mostrando su aspecto más terrible
y descarnado, adentrándose en temáticas hasta entonces prohibidas, como
la sexualidad, la enfermedad y la muerte, o enfatizando aspectos como lo
siniestro, lo macabro, lo grotesco. Formalmente, recurren a un tono épico,
exaltado, patético, renunciando a la gramática y a las relaciones sintácticas
lógicas, con un lenguaje preciso, crudo, concentrado. Buscan la
significación interna del mundo, abstrayéndolo en una especie de
romanticismo trágico que va desde el misticismo socializante de Werfel
hasta el absurdo existencial de Kafka. El mundo visible es una prisión que
impide alcanzar la esencia de las cosas; hay que superar las barreras del
tiempo y del espacio, en busca de la realidad más “expresiva”.117

Los principales precursores de la literatura expresionista fueron Georg


Büchner, Frank Wedekind y el sueco August Strindberg. Büchner fue uno
de los principales renovadores del drama moderno, con obras como La
muerte de Danton (Dantons Tod, 1835) y Woyzeck (1836), que destacan
por la introspección psicológica de los personajes, la reivindicación social
de las clases desfavorecidas y un lenguaje entre culto y coloquial,
mezclando aspectos cómicos, trágicos y satíricos. Wedekind evolucionó
desde el naturalismo hacia un tipo de obra de tono expresionista, por su
crítica a la burguesía, la rapidez de la acción, los reducidos diálogos y los
efectos escénicos, en obras como El despertar de la primavera (Frühlings
Erwachen, 1891), El espíritu de la tierra (Erdgeist, 1895) y La caja de
Pandora (Die Büchse der Pandora, 1902). Strindberg inauguró con
Camino de Damasco (Till Damaskus, 1898) la técnica estacional seguida
por el drama expresionista, consistente en mostrar la acción por estaciones,
periodos que determinan la vida de los personajes, en un sentido circular,
ya que sus personajes intentan resolver sus problemas sin lograrlo.118

El expresionismo fue difundido por revistas como Der Sturm y Die Aktion,
así como el círculo literario Der Neue Club, fundado en 1909 por Kurt
Hiller y Erwin Loewenson, reuniéndose en el Neopathetisches Cabaret de
Berlín, donde se realizaban lecturas de poesía y se impartían conferencias.
Más tarde Hiller, por desavenencias con Loewenson, fundó el cabaret
literario GNU (1911), que desempeñó el papel de plataforma para difundir
la obra de jóvenes escritores. Der Sturm apareció en Berlín en 1910,
editada por Herwarth Walden, siendo centro difusor del arte, la literatura y
la música expresionistas, contando también con una editorial, una librería y
una galería artística. Die Aktion fue fundada en 1911 en Berlín por Franz
Pfemfert, con una línea más comprometida políticamente, siendo un órgano
de la izquierda alemana. Otras revistas expresionistas fueron Der Brenner
(1910-1954), Die weißen Blätter (1913-1920) y Das junge Deutschland
(1918-1920).119

La Primera Guerra Mundial supuso una fuerte conmoción para la literatura


expresionista: mientras algunos autores consideraron la guerra como una
fuerza arrasadora y renovadora que acabaría con la sociedad burguesa, para
otros el conflicto cobró tintes negativos, plasmando en su obra los horrores
de la guerra. En la posguerra, y en paralelo al movimiento de la Nueva
Objetividad, la literatura adquirió mayor compromiso social y de denuncia
de la sociedad burguesa y militarista que llevó a Alemania al desastre de la
guerra. Las obras literarias de esta época adquirieron un aire documental,
de reportaje social, perceptible en obras como La montaña mágica (1924)
de Thomas Mann y Berlín Alexanderplatz (1929) de Alfred Döblin.120

Narrativa

La narrativa expresionista supuso una profunda renovación respecto a la


prosa tradicional, tanto temática como estilísticamente, suponiendo una
aportación imprescindible al desarrollo de la novela moderna tanto alemana
como europea. Los autores expresionistas buscaban una nueva forma de
captar la realidad, la evolución social y cultural de la era industrial. Por
ello, se opusieron al encadenamiento argumental, a la sucesión espacio-
tiempo y la relación causa-efecto propios de la literatura realista de raíz
positivista. En cambio, introdujeron la simultaneidad, rompiendo la
sucesión cronológica y rechazado la lógica discursiva, con un estilo que
muestra pero no explica, donde el propio autor es sólo un observador de la
acción, donde los personajes evolucionan de forma autónoma. En la prosa
expresionista destacó la realidad interior sobre la exterior, la visión del
protagonista, su análisis psicológico y existencial, donde los personajes se
plantean su situación en el mundo, su identidad, con un sentimiento de
alienación que les provoca conductas desordenadas, psicóticas, violentas,
irreflexivas, sin lógica ni coherencia. Esta visión se plasmó en un lenguaje
dinámico, conciso, elíptico, simultáneo, concentrado, sintácticamente
deformado.121

Existieron dos corrientes fundamentales en la prosa expresionista: una


reflexiva y experimental, abstracta y subjetivizadora, representada por Carl
Einstein, Gottfried Benn y Albert Ehrenstein; y otra naturalista y
objetivizadora, desarrollada por Alfred Döblin, Georg Heym y Kasimir
Edschmid. Figura aparte la obra personal y difícilmente clasificable de
Franz Kafka, que expresó en su obra lo absurdo de la existencia, en novelas
como La metamorfosis (Die Verwandlung, 1915), El proceso (Der Prozeß,
1925), El castillo (Das Schloß, 1926) y El desaparecido (Der Verschollene,
1927). Kafka mostró mediante parábolas la soledad y alienación del
hombre moderno, su desorientación en la sociedad urbana e industrial, su
inseguridad y desesperación, su impotencia frente a poderes desconocidos
que rigen su destino. Su estilo es ilógico, discontinuo, laberíntico, con
vacíos que el lector debe rellenar.122

Poesía

La lírica expresionista se desarrolló notablemente en los años previos a la


contienda mundial, con una temática amplia y variada, centrada sobre todo
en la realidad urbana, pero renovadora respecto a la poesía tradicional,
asumiendo una estética de lo feo, lo perverso, lo deforme, lo grotesco, lo
apocalíptico, lo desolado, como nueva forma de expresión del lenguaje
expresionista. Los nuevos temas tratados por los poetas alemanes son la
vida en la gran ciudad, la soledad y la incomunicación, la locura, la
alienación, la angustia, el vacío existencial, la enfermedad y la muerte, el
sexo y la premonición de la guerra. Varios de estos autores, conscientes de
la decadencia de la sociedad y su necesidad de renovación, utilizaron un
lenguaje profético, idealista, utópico, un cierto mesianismo que propugnaba
otorgar un nuevo sentido a la vida, una regeneración del ser humano, una
mayor fraternidad universal.

Estilísticamente, el lenguaje expresionista es conciso, penetrante, desnudo,


con un tono patético y desolado, anteponiendo la expresividad a la
comunicación, sin reglas lingüísticas ni sintácticas. Buscan lo esencial del
lenguaje, liberar la palabra, acentuando la fuerza rítmica del lenguaje
mediante la deformación lingüística, la sustantivación de verbos y adjetivos
y la introducción de neologismos. Sin embargo, mantienen la métrica y la
rima tradicionales, siendo el soneto uno de sus principales medios de
composición, aunque también recurren al ritmo libre y la estrofa
polimétrica. Otro efecto del dinámico lenguaje expresionista fue el
simultaneísmo, la percepción del espacio y el tiempo como algo subjetivo,
heterogéneo, atomizado, inconexo, una presentación simultánea de
imágenes y acontecimientos. Los principales poetas expresionistas fueron
Franz Werfel, Georg Trakl, Gottfried Benn, Georg Heym, Johannes R.
Becher, Else Lasker-Schüler, Ernst Stadler y August Stramm. Asimismo, el
expresionismo ejerció una gran influencia en la obra de Rainer Maria
Rilke.123
Teatro

El drama expresionista se opuso a la representación fidedigna de la realidad


propia del naturalismo, renunciando a la imitación del mundo exterior y
pretendiendo reflejar la esencia de las cosas, a través de una visión
subjetiva e idealizada del ser humano. Los dramaturgos expresionistas
pretendían hacer del teatro un mediador entre la filosofía y la vida,
transmitir nuevos ideales, renovar la sociedad moral e ideológicamente.
Para ello realizaron una profunda renovación de los recursos dramáticos y
escénicos, siguiendo el modelo estacional de Strindberg y perdiendo el
concepto de espacio y tiempo, enfatizando en cambio la evolución
psicológica del personaje, que más que individuo es un símbolo, la
encarnación de los ideales de liberación y superación del nuevo hombre
que transformará la sociedad. Son personajes tipificados, sin personalidad
propia, que encarnan determinados roles sociales, nombrados por su
función: padres, madres, obreros, soldados, mendigos, jardineros,
comerciantes, etc. El teatro expresionista puso énfasis en la libertad
individual, en la expresión subjetiva, el irracionalismo y la temática
prohibida. Su puesta en escena buscaba una atmósfera de introspección, de
investigación psicológica de la realidad. Utilizaban un lenguaje conciso,
sobrio, exaltado, patético, dinámico, con tendencia al monólogo, forma
idónea de mostrar el interior del personaje. También cobró importancia la
gesticulación, la mímica, los silencios, los balbuceos, las exclamaciones,
que cumplían igualmente una función simbólica. Igual simbolismo adquirió
la escenografía, otorgando especial relevancia a la luz y el color, y
recurriendo a la música e incluso a proyecciones cinematográficas para
potenciar la obra.124

El teatro fue un medio idóneo para la plasmación emocional del


expresionismo, pues su carácter multiartístico, que combinaba la palabra
con la imagen y la acción, era ideal para los artistas expresionistas, fuese
cual fuese su especialidad. Así, además del teatro, en aquella época
proliferaron los cabarets, que unían representación teatral y música, como
en Die Fledermaus (El Murciélago), en Viena; Die Brille (Las Gafas), en
Berlín; y Die elf Scharfrichter (Los Once Verdugos), en Múnich. En el
teatro expresionista predominó la temática sexual y psicoanalítica, quizá
por influencia de Freud, cuya obra La interpretación de los sueños apareció
en 1900. Asimismo, los protagonistas solían ser seres angustiados,
solitarios, torturados, aislados del mundo y despojados de todo tipo de
convencionalismo y apariencia social. El sexo representaba violencia y
frustración, la vida sufrimiento y angustia.125
Los principales dramaturgos expresionistas fueron Georg Kaiser, Fritz von
Unruh, Reinhard Sorge, Ernst Toller, Walter Hasenclever, Carl Sternheim,
Ernst Barlach, Hugo von Hofmannsthal y Ferdinand Bruckner. Cabe
remarcar también la figura del productor y director teatral Max Reinhardt,
director del Deutsches Theater, que destacó por las innovaciones técnicas y
estéticas que aplicó a la escenografía expresionista: experimentó con la
iluminación, creando juegos de luces y sombras, concentrando la
iluminación en un sitio o personaje para captar la atención del espectador, o
haciendo variar la intensidad de las luces, que se entrecruzan o se oponen.
Su estética teatral fue adaptada posteriormente al cine, siendo uno de los
rasgos distintivos del cine expresionista alemán. Por último, cabría señalar
que en el expresionismo se formaron dos figuras de gran relevancia en el
teatro moderno internacional: el director Erwin Piscator, creador de una
nueva forma de hacer teatro que denominó “teatro político”,
experimentando una forma de espectáculo didáctico que aplicó más tarde
Brecht en el Berliner Ensemble. En 1927 creó su propio teatro
(Piscatorbühne), en el que aplicó los principios ideológicos y escénicos del
teatro político. Bertolt Brecht fue el creador del “teatro épico”, llamado así
en contraposición al teatro dramático. Rompió con la tradición del
naturalismo y el neorromanticismo, transformando radicalmente tanto el
sentido del texto literario como la forma de ser presentado el espectáculo, e
intentando que el público dejase de ser un simple espectador-receptor para
desarrollar un papel activo.

Expresionismo Literario

El expresionismo es más serio que el surrealismo y dadaísmo, y refleja toda


una serie de preocupaciones profundas: la magia, los sueños, la religión y
la filosofía orientales, el anhelo de hermandad universal... En la poesía del
expresionismo se encuentra: hondura, variedad renovadora de temas,
aspiraciones cósmicas, audacias del lenguaje y de la métrica.

BIOGRAFÍAS

Bertold Brecht

Brecht, Bertold (1898 - 1956), poeta, director teatral y dramaturgo alemán,


cuyo tratamiento original y distanciado de los temas sociales y de los
experimentos revolucionarios ha influido enormemente en la creación y en
la producción teatrales modernas. Brecht nació el 10 de febrero de 1898 en
Augsburgo (Baviera), y se formó en las universidades de Munich y Berlín.
En 1924, aparece como autor teatral en el Berlín Deutsches Theater, bajo la
dirección de Max Reinhardt. Sus primeras obras muestran la influencia del
expresionismo, el principal movimiento dramático de la época. En 1928,
escribió un drama musical, La ópera de los dos centavos (conocida en
algunos países como tres peniques o tres centavos), con el compositor
alemán Kurt Weill. Este musical, basado en The Beggar's Opera (1728) del
dramaturgo inglés John Gay, era una cáustica sátira del capitalismo y se
convirtió en el éxito teatral más importante de Brecht. Se estrenó en 1928
en Berlín. En 1924, había empezado Brecht a estudiar el marxismo, y,
desde 1928 hasta la llegada de Hitler al poder, escribió y estrenó varios
dramas didácticos musicales. La ópera Ascensión y caída de la ciudad de
Mahagonny (1927-1929), también con música de Weill, volvía a criticar
severamente el capitalismo. La preocupación por la justicia fue un tema
fundamental en su obra. Durante este periodo inicial de su carrera, Brecht
dirigía a los actores y empezó a desarrollar una teoría de técnica dramática
conocida como teatro épico. Rechazando los métodos del teatro realista
tradicional, prefería una forma narrativa más libre en la que usaba
mecanismos de distanciamiento tales como los apartes y las máscaras para
evitar que el espectador se identificara con los personajes de la escena.
Brecht consideraba esta técnica de alienación, la -distanciación-, como
esencial para el proceso de aprendizaje del público, dado que eso reducía su
respuesta emocional y, por el contrario, le obligaba a pensar. Ejemplos, que
incluía las obras La toma de medidas, La excepción y la regla, El que dice
sí y el que dice no, es la expresión más radical del propósito socialista de
Brecht.
A causa de su oposición al gobierno de Hitler, Brecht se vio forzado a huir
de Alemania en 1933, viviendo primero en Escandinavia y estableciéndose
finalmente en California en 1941. Fue durante esos años de exilio cuando
produjo algunas de sus mejores obras, como La vida de Galileo Galilei
(1938-1939), Madre Coraje y sus hijos (1941), que consolidaron su
reputación como importante dramaturgo, y El círculo de tiza caucasiano
(1944-1945). Brecht se consideraba a sí mismo un hombre de teatro que se
había liberado de las tendencias del teatro expresionista para experimentar
con nuevas formas. Quería mostrar que ese cambio no sólo era posible sino
que era necesario. Su versátil empleo de la lengua y de las formas poéticas
-lenguaje clásico mezclado con el habla del hombre de la calle, versos
libres e irregulares- lo dirigió a sacudir la conciencia del público y a
llevarlo de una pasividad acrítica a la reflexión y, esperanzadamente, a la
acción. En 1948, Brecht volvió a Alemania, se estableció en Berlín Este y
fundó su propia compañía teatral, el Berliner Ensemble. Fue una figura
controvertida en la Europa del Este, ya que su pesimismo moral chocaba
con el ideal soviético del socialismo realista. A lo largo de su vida escribió
también varias colecciones de poemas, que, con sus obras de teatro, lo
sitúan entre los más grandes autores alemanes. Murió el 14 de agosto de
1956 en Berlín.
Franz Kafka

Kafka, Franz (1883-1924), escritor judío checo, cuya desasosegadora y


simbólica narrativa, escrita en alemán, anticipó la opresión y la angustia del
siglo XX. Está considerado como una de las figuras más significativas de la
literatura moderna; de hecho, el término 'kafkiano' se aplica a situaciones
sociales angustiosas o grotescas, o a su tratamiento en la literatura.

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