Coco Chanel

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Coco Chanel

Nacimiento: 19 de agosto de 1883, Saumur, Francia

Fallecimiento: 10 de enero de 1971, Hotel Ritz, París, Francia

Hermanos: Antoinette Chanel, Julia Chanel, Alphonse Chanel, Augustin Chanel, Lucien Chanel,
Pierre Chanel

Organización fundada: Chanel

Padres: Albert Chanel, Jeanne Devolle

Premios: Premio Neiman Marcus

(Gabrielle Bonheur; Saumur, Francia, 1883 - París, 1971) Modista francesa


que revolucionó la moda y el mundo de la alta costura de los años de
entreguerras. Rompiendo con la acartonada elegancia de la Belle Époque,
su línea informal y cómoda liberó el cuerpo femenino de corsés y de
aparatosos adornos y expresó las aspiraciones de libertad e igualdad de la
mujer del siglo XX.

Convertida desde los años 20 en la gran dama de la moda francesa, su


influencia se extendería después en prácticamente todos los ámbitos, desde
el corte de pelo hasta los perfumes, pasando por los zapatos y
complementos. En cierto sentido, ella misma fue la principal modelo de su
firma: delgada, con poco pecho y el pelo corto, con ropa ancha y cómoda,
Chanel se convirtió en el prototipo de garçonne (infantil), en un símbolo de
la mujer moderna, activa y liberada. Y la imagen de la misma Chanel fue
admirada e imitada por millones de mujeres.

Biografía

Nacida en el seno de una familia humilde, a los 12 años perdió a su madre,


víctima de la miseria y de los embarazos (Gabrielle tenía cuatro hermanos
a los que llegó a pagar para que fingieran que no existían). Su padre, un
vendedor ambulante, entregó a la pequeña Gabrielle al cuidado de unas
monjas en un hospicio de Corrèze, donde pasó los siguientes seis años
aprendiendo a coser. Para entonces, la que luego sería Coco Chanel se
había convertido en una fantasiosa adolescente de diecisiete años que no
aceptaba su pasado, y comenzó a inventar una biografía llena de
novelerías.

Sus ansias de libertad e independencia la empujaron a abandonar el


orfanato y a colocarse como dependienta en una mercería de Moulins,
¿trabajo que compaginaba con sus actuaciones en La Rotonde, un lugar de
diversión para los oficiales del ejército, donde dejaba oír su voz con temas
como y Qui qu’a vu Coco? (¿Quién ha visto a coco?), una tonadilla popular
que narraba la historia de una muchacha que había perdido a su perrito
Coco. Fue allí donde comenzaron a llamarla la petite Coco (Pequeña coco), el
nombre con el que luego se haría conocida y entraría en la leyenda. Es
posible que por esa misma época sufriera un aborto que le provocaría la
esterilidad de por vida, hecho que sin embargo no ha podido precisarse.

Con apenas veintidós años, se enamoró perdidamente (aunque siempre lo


negó) de Étienne Balsan, un joven burgués adinerado con el que mantuvo
una relación de seis años. Balsan la arrancó de su vida provinciana para
mostrarle una existencia de lujo y ocio entre fiestas y carreras de caballos.
Pero Coco quería trabajar, así que habló con Balsan para que éste
financiara la apertura de una sombrerería; mientras él maduraba la idea,
ella aprovechó para fugarse a París con Arthur Boy Capel, un jugador de
polo que era uno de los mejores amigos de su amante.

Ya en París, Mademoiselle Coco seguía aferrada a la idea de abrir una casa


de modas; sin embargo, como Capel no tenía dinero, se vio obligada a
pedírselo a su antiguo amante. En 1914 compró en las Galerías Lafayette
varias docenas de sombreros que ella misma reformó y luego los sacó a la
venta. Ante el inesperado éxito obtenido, no lo dudó ni un momento: lanzó
su propia línea de moda, que consiguió notable aceptación entre sus
clientes, muchas de las cuales eran antiguas amantes de Balsan.

Con los beneficios abrió su primera tienda en el número 21 de la rue


Cambon y poco después se lanzó a la apertura de una segunda en la
elegante y veraniega villa de Deauville, donde impuso su moda entre la
gente "chic" de la época, y luego una tercera casa en Biarritz. Para
entonces Coco tenía bajo sus órdenes a 300 empleados; pero, en el terreno
sentimental, las cosas no le iban tan bien. Los rumores de infidelidad que
corrían sobre Capel se vieron confirmados cuando él le comunicó que la
dejaba por una aristócrata, con la que se casó en 1919.

Terminada la Primera Guerra Mundial, Gabrielle volvió a París, se instaló en el


Hotel Ritz y se volcó en su negocio, que no tardó en hacer prosperar,
ayudada por revistas y periódicos de todo el mundo que difundieron su
estilo. En 1929, el crack de Wall Street obligó a reducir la plantilla de la
empresa (que por entonces contaba con 4.000 trabajadores) a la mitad.
Los precios de los exclusivos diseños de Chanel se redujeron
considerablemente, pero ni siquiera de esta forma consiguió levantar la
firma. Coco Chanel cerró sus salones y decidió marcharse a Norteamérica
durante un tiempo, reclamada por el productor de cine Samuel Goldwyn, que
le ofreció la posibilidad de vestir a las estrellas dentro y fuera de la
pantalla.
Durante esta etapa pasaron por su vida el compositor Igor Stravinski, el
duque Dimitri de Rusia, el duque de Westminster (que la abandonó tras
diez años de relaciones porque no podía darle hijos) y, finalmente, cuando
ya tenía casi cincuenta años, el artista Paul Iribe, en el que creyó haber
encontrado al hombre de su vida. Por desgracia, en 1933 falleció de infarto
tras un partido de tenis.
Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial Coco Chanel hubo de cerrar de
nuevo sus salones, pero continuó viviendo en la capital parisina. Conoció
entonces a un diplomático alemán, Hans von Dincklage, que se convirtió
pronto en su amante. En agosto de 1944 fue detenida bajo la acusación de
colaboracionismo y, tras este episodio, se exilió en Suiza. Durante los años
en que permaneció retirada del mundo de la moda asistió al triunfo del
"New Look" que imponían de Christian Dior y Cristóbal Balenciaga.
En 1954, con setenta y un años, reabrió su casa de modas porque, como le
dijo a Marlene Dietrich, se aburría. Consumida por el reumatismo y la artritis,
pero sin haber dejado ni un momento de poner alfileres (Coco no sabía
dibujar ni hacer bocetos, de forma que creaba sus diseños sobre las propias
modelos), murió el 10 de enero de 1971. Ese día había salido con su amiga
Claude Baillen a dar un paseo; cuando regresaron, fatigada, Coco se tendió
en su cama del Hotel Ritz y le dijo: "Mira, así se muere".
El estilo Chanel
Cuando el 28 de junio de 1914 estalló la Primera Guerra Mundial, Coco se
dio cuenta que los nuevos tiempos exigían un estilo mucho más deportivo y
funcional, adaptado a las nuevas circunstancias. Lo primero que hizo fue
suprimir el corsé del traje femenino para dar mayor libertad de
movimientos a las mujeres. Dos años más tarde introdujo el punto en sus
colecciones, un tejido que nadie había utilizado hasta entonces para la alta
costura pero que encantó a sus clientes. Con punto confeccionó el jersey,
una prenda casi masculina, que fue seguida de la charming chemise dress, un
vestido-camisa sin cintura ni adornos que realzaba el busto femenino,
sobre el que se imponía llevar perlas.
Sus innovaciones fueron aún más lejos: no sólo se atrevió a acortar la
longitud de las faldas y a descubrir el tobillo femenino, sino que forzó las
mujeres a cortarse el pelo cuando una noche apareció en la Ópera con el
cabello corto. Acababa de crear el estilo garçon, que marcó el final de una
época. Tuvo la audacia de exponerse al sol cuando el broceado se
consideraba sinónimo de plebeyez, y también de imponer su extrema
delgadez (fruto, por otra parte, de las privaciones que le imponía la guerra)
a todas sus clientes.
En este innovador estilo realizó faldas plisadas de estilo marinero, trajes de
talle bajo, pijamas playeros, impermeables e, incluso, ¡pantalones
femeninos! Fue ella quien lanzó el impermeable, los trajes de tweed escocés
con bisutería llamativa, el zapato de punta redonda y, por supuesto, el
célebre bolso con cadenitas doradas que se llevaba en bandolera. Creó
también el célebre traje negro (la petite robe noire) que, en diversos modelos,
ha sido desde entonces portada de todas las revistas de modas. Y no cabe
olvidar el conjunto que lanzó en 1925 y que se convertiría en la estrella de
la firma: un traje con falda y chaqueta a juego, de manga larga, sin cuello
y ribeteado.

Otro de los revolucionarios aportes de Chanel a la moda femenina fue el


zapato de tacón bajo. Fue un lanzamiento subversivo, en plena década de
los años cincuenta, cuando los zapatos de tacón de aguja se hallaban en su
apogeo. Junto a Raymond Massaro colaboró en la creación de un modelo de
zapato realizado en dos tonos: el cuerpo y la parte del talón eran de color
beige para alargar ópticamente la pierna, mientras que la puntera de color
negro hacía que el pie pareciese más pequeño.

Con todo, el vástago más famoso de la Maison Chanel nació en 1923, fruto
de la unión con Ernest Beaux: el perfume Chanel nº 5. Se trataba de una
mezcla única de aldehídos y sustancias florales destinada a terminar de una
vez con los afectados polvos perfumados de violeta de las décadas
precedentes. Elevado a la categoría de mito en su tiempo y aún hoy uno de
los más vendidos del mundo, su inmenso éxito facilitó el sostén de su
imperio. Fue la actriz Marilyn Monroe quien convirtió la fragancia en un
símbolo cuando, durante una entrevista, aseguró a los reporteros que unas
gotas del nº 5 era lo único que llevaba puesto para dormir.
Luego llegaron otros perfumes, el nº 22, el nº 19 (que conmemora la fecha
del nacimiento de Madame), Cristalle y Antaeus (para hombre). Ya después
de su muerte, y gracias a Karl Lagerfeld, la casa Chanel pudo recobrar, a
partir de 1983, su anterior esplendor. La firma lanzó en 1984 Coco,
denominado así para continuar con la tendencia impuesta por ella de
asociar su nombre al de sus aromas; y en 1990 nació Egoïste, una esencia
para hombre que consiguió dominar el mercado durante los últimos años
del siglo XX.

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