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Antología poética

Curso 2020
Del corral de comedias a la sala de clases: recitar
e interpretar el teatro del Siglo de Oro
Cuarto curso de verano para profesores de Lenguaje y directores
de teatro escolar

Antología poética
Los siguientes poemas han sido seleccionados, además de por la importancia de estos y sus autores en
la historia de la literatura española, por aspectos métricos o estilísticos particulares que sirven para
practicar o ejemplificar diferentes aspectos relacionados con la retórica y especificidad genérica de la
lírica.

Poesía medieval

Cantigas de amigo. Martín Códax

Ondas do mar de Vigo, (Olas del mar de Vigo,


se vistes meu amigo? ¿Visteis a mi amigo?
E ai Deus!, se verra cedo? ¡Ay Dios! ¿vendrá pronto?

Ondas do mar levado, Olas del mar agitado,


se vistes meu amado? ¿Visteis a mi amado?
E ai Deus!, se verra cedo? ¡Ay Dios! ¿Vendrá pronto?

Se vistes meu amigo, ¿Visteis a mi amigo,


o por que eu sospiro? aquel por quien yo suspiro?
E ai Deus!, se verra cedo? ¡Ay Dios! ¿Vendrá pronto?

Se vistes meu amado, ¿Visteis a mi amado,


por que ei gran coidado? quien me tiene tan preocupada?
E ai Deus!, se verra cedo? ¡Ay Dios! ¿Vendrá pronto?).

Claves métricas y estilísticas:

Las cantigas de amigo son uno de los géneros poéticos medievales más interesantes en
cuanto a sonoridad y ritmo. Se basan en una construcción paralelística llamada leixa-pren:
la primera estrofa impone el esquema paralelístico que luego se va variando,
concatenándose con las siguientes estrofas que parten del segundo verso de la primera
tanda e introducen el nuevo verso. En Internet hay muchas versiones musicalizadas de las
cantigas de Martín Códax, como en la fonoteca de la Biblioteca Virtual Miguel de
Cervantes: http://www.cervantesvirtual.com/portales/martin_codax/fonoteca/.
La bella malmaridada, Romancero viejo [romance]

Para comenzar esta selección, partiremos con algunos de los poemas fundacionales de la
poesía castellana, la joya de la métrica en español: el romance. Sus orígenes se remontan a
la Edad Media, aunque es a partir del Renacimiento que encontramos multitud de
testimonios escritos. Muchos de ellos se han seguido cantando, en variantes, hasta
tiempos recientes en España e Hispanoamérica. Los que aquí reproducimos de este
Romancero Viejo están tomados del proyecto sobre el Romancero Panhispánico de la
Universidad de Washington (https://depts.washington.edu/hisprom/index.php). El de la
bella malmaridada, en multitud de versiones diferentes, cuenta la historia de uno de los
arquetipos femeninos de la tradición popular, la malcasada. Esta versión es la de los
Romances nuevamente sacados de historias antiguas de la crónica de España de Lorenzo de
Sepúlveda, publicado en Amberes en 1551. La tradición tipográfica de escritura de los
romances es incluyendo en una sola línea poética dos versos octosílabos, de forma que la
apariencia estrófica es la de una estrofa monorrima de arte mayor, hexadecasílaba, con
cesura interna y rima asonante:

—La bella mal maridada, de las lindas que yo vi,


véote tan triste, enojada, la verdad dila tú a mí.

Traicionaremos de momento la formalidad de los expertos en romance para facilitar la


lectura, acostumbrados como estamos a ver los romances reproducidos en versos
octosílabos. Recuerde que la irregularidad de este tipo de composición en su fijación
escrita hace que en ocasiones tengamos versos hipométricos o hipermétricos (más
frecuente en estos) y algunas irregularidades también de rima.

—La bella mal maridada, de gallinas y de capones


de las lindas que yo vi, y otras cosas más de mil;
véote tan triste, enojada, que a este mi marido 25
la verdad dila tú a mí. ya no le puedo sufrir,
Si has de tomar amores 5 que me da muy mala vida
por otro, no dejes a mí, cual vos bien podéis oír.—
que a tu marido, señora, Ellos en aquesto estando
con otras dueñas lo vi, su marido helo aquí: 30
besando y retozando, ¡Hoy habedes de morir!—
mucho mal dice de ti; 10 —¿Y por qué, señor? ¿por qué?,
juraba y perjuraba que nunca os lo merecí.
que te había de ferir.— Nunca besé a hombre, 35
Allí habló la señora, mas hombre besó a mí.
allí habló, y dijo así: Las penas que él merecía,
—Sácame tú, el caballero, 15 señor, daldas vos a mí:
tú sacásesme de aquí; con riendas de tu caballo,
por las tierras donde fueres señor, azotes a mí; 40
bien te sabría yo servir: con cordones de oro y sirgo
yo te haría bien la cama viva ahorques a mí.
en que hayamos de dormir, 20 En la huerta de los naranjos
yo te guisaré la cena viva entierres tú a mí,
como a caballero gentil, en sepoltura de oro 45
y labrada de marfil, cualquier que muere de amores
y pongas encima un mote, mándese enterrar aquí
señor, que diga así: que así hice yo, mezquina,
«Aquí está la flor de las flores, que por amar me perdí.
por amores murió aquí 50

Claves métricas y estilísticas:

ü El romance es el verso fundamental por el que comenzar a recitar con ritmo,


entendiendo el fenómeno de la rima e interiorizando el metro. No tenemos
tiempo aquí de desglosar las particularidades rítmicas del romance; baste
considerar la agilidad del verso corto y de la rima asonante, la usual disposición
dialógica de muchos de sus versos (lo que permite una declamación dramatizada
en actividades con estudiantes), su carácter musical y frecuente musicalización, el
lenguaje formulaico, paralelístico y las reiteradas figuras de repetición,
fundamentales para el ritmo, entre las que se encuentra el estribillo, relativamente
frecuente en algunos de ellos. Utilice estos que ofrecemos o cualquier otro de la
tradición panhispánica, antigua o moderna (de los romances de la tradición oral
prerrenacentistas a los romanceros de la Guerra Civil o el Romancero gitano de
Lorca) para comenzar sus prácticas de metro.

Siguen otros romances de la tradición oral obtenidos de la misma fuente.

La infantina, Romancero viejo, Cancionero de romances 1550 [romance]

A cazar va el caballero, Hoy se cumplen siete años,4


a cazar como solía; o mañana en aquel día; 20
los perros lleva cansados por Dios ruego, caballero,5
el falcón perdido había, llévesme en tu compañía,
arrimárase a un roble, 5 si quisieres por mujer,
alto es a maravilla. si no, sea por amiga.
En una rama más alta, —Esperéisme vos, señora, 25
viera a estar una infantina; fasta mañana, aquel día.
cabellos de su cabeza Iré yo tornar consejo
todo el roble le cobrían.1 10 de una madre que tenía.—
—No te espantes, caballero, La niña le respondiera
ni tengas tamaña grima. y estas palabras decía: 30
Fija soy yo del buen rey —¡Oh mal haya el caballero
y la reina de Castilla;2 que sola deja la niña!
siete fadas me fadaron 15 Él se va a tomar consejo,
en brazos de una ama mía, y ella queda en la montiña.—
que andase los siete años Aconsejóle su madre 35
muy sola en esta montiña.3 que tomase por amiga.6
Cuando volvió el caballero
1 Hemos agregado “le” para regularizar el
metro. 3 Agregado “muy”.
2 “y de la reina de Castilla”, en el original. 4 Sustituido “cumplían” por “cumplen”

Hemos eliminado la preposición para 5 “por Dios te ruego, caballero”, en el original.

regularizar el metro. 6 “que la tomase por amiga”, en el original.


no la hallara en la montiña:
vidola que la llevaban y veredes cómo canta
con muy gran caballería. 40 la sirena de la mar.
7
El caballero, que la ve, —Que non era la sirena, 25
en el suelo se caía; la sirena de la mar,
desque en sí hubo tornado que non era sino Arnaldos,
estas palabras decía: Arnaldos era el infante,
—Caballero que tal pierde, 45 que por mí muere de amores,
muy gran pena merecía; que le quería frustrar 30
yo mesmo seré el alcalde, ¡Quién le pudiese valer,
yo me seré la justicia: que tal pena no pagase!
que le corten pies y manos
y lo arrastren por la villa.— 50 (Nota: Es frecuente en estos romances
encontrar algunas irregularidades
El infante Arnaldos, Romancero métricas y de rima, propios de su
viejo, Cancionero de romances 1550 carácter oral y variabilidad en cada
[romance] actualización, como en los versos finales
28º y 32º)
¡Quién tuviese tal ventura
con sus amores folgar
como el Infante Arnaldos
la mañana de San Juan!
Andando a matar lagartos 5
por riberas de la mar,
vido venir un navío
navigando por la mar;
marinero que dentro viene,
diciendo viene este cantar: 10
—Galera, la mi galera,
Dios te me guarde de mal,
de los peligros del mundo,
de las ondas de la mar,
y del golfo de León, 15
del puerto de Gibraltar,
de los castillos de moros
que combaten con la mar.
Oídolo ha la princesa
en los palacios do está: 20
—Si saliredes, mi madre,
si saliredes de mirar

7 “el caballero desque la vido” en el original.

Es un verso hipermétrico más difícil de


regularizar. En la opción que hemos
propuesto suman ocho sílabas si no
añadimos la que correspondería por rima
oxítona (que en la Edad Media no se contaba
de forma regularmente). Cualquier otra
propuesta podría ser posible.
Señas del esposo, Romancero viejo, Nueve romances de Juan de Ribera, 1605
[romance]
tu marido muerto es:
—Caballero de lejas tierras, en Valencia le mataron
llegáos acá, y paréis en casa de un ginovés;
hinquedes la lanza en tierra, sobre el juego de las tablas 25
vuestro caballo arrendéis; lo matara un milanés.
preguntaros he por nuevas, 5 Muchas damas lo lloraban,
si mi esposo conocéis. caballeros con arnés,
—Vuestro marido señora, sobre todo lo lloraba
decid ¿de qué señas es?— la hija del ginovés; 30
—Mi marido es mozo y blanco, todos dicen a una voz
gentil hombre y bien cortés, 10 que su enamorada es;
muy gran jugador de tablas, si habéis de tomar amores,
y también del ajedrez. por otro a mí no dejéis.
En el pomo de su espada —No me lo mandéis señor, 35
armas trae de un marqués, señor, no me lo mandéis,
y un ropón de brocado 15 que antes que eso hiciese,
y de carmesí al envés: señor, monja me veréis.
cabe el fierro de la lanza —No os metáis monja, señora,
trae un pendón portugués, pues que hacello no podéis, 40
que ganó en unas justas que vuestro marido amado
a un valiente francés. 20 delante de vos lo tenéis.
—Por esas señas, señora,

Libro de Alexandre, ¿Juan Lorenzo de Astorga? (2) [cuaderna vía: 14(7+7)A


14(7+7)A 14(7+7)A 14(7+7)A]

La segunda estrofa del anónimo Libro de Alexandre presenta la cuaderna vía o tetrástrofo
monorrimo, cuatro versos alejandrinos (de 14 sílabas) con cesura interna que separa cada
uno en hemistiquios de 7+7 versos y rima consonante única que cambia en cada estrofa.
Será la gran forma poemática de la poesía culta española entre los siglos XIII y XIV, como
por ejemplo en la obra de Gonzalo de Berceo.

Mester traygo fermoso, / non es de joglaria


mester es sen pecado, / ca es de clerecía
Fablar curso rimado / por la cuaderna vía
a síllabas cuntadas, / ca es grant maestría.

Claves métricas y estilísticas:

ü El verso medieval, al menos el culto (del popular lo que tenemos son estrofas
fluctuantes de la épica o los romances y villancicos, casi todos puestos por escrito
ya en el siglo XV y en el Renacimiento), prescinde de la sinalefa, y tampoco
presenta la adición o supresión ante finales oxítonos o proparoxítonos. Por lo
tanto, los segundos hemistiquios de los versos 2º y 4º deben decirse “ca / es […]”.
ü La cesura interna o pausa medial (/) debe ser contemplada en los versos largos
divididos en hemistiquios como la pausa versal.

Siglo XV
Coplas que hizo don Jorge Manrique a la muerte del maestre de Santigo don
Rodrigo Manrique su padre, Jorge Manrique (1, 3 y 5) [copla de pie quebrado: 8a
8b 4c 8a 8b 4c : 8d 8e 4f 8d 8e 4f]

Entre la Edad Media y el Renacimiento se encuentra uno de los poemas fundacionales de


la poesía española y una de las mejores elegías jamás escrita: las cuarenta coplas que el
poeta Jorge Manrique dedicó a la memoria de su padre, que ahonda en los tópicos
propios de esta temática, el paso del tiempo y la fugacidad de las cosas terrenales, la vida
como río o como camino, etc.

[I] Recuerde el alma dormida, allí los ríos caudales,


avive el seso y despierte allí los otros medianos
contemplando y más chicos,
cómo se pasa la vida, allegados, son iguales
cómo se viene la muerte 5 los que viven por sus manos 35
tan callando, y los ricos.
cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado, [V] Este mundo es el camino
da dolor; para el otro, que es morada 50
cómo, a nuestro parecer, 10 sin pesar;
cualquiera tiempo pasado mas cumple tener buen tino
fue mejor. para andar esta jornada
sin errar.
[III] Nuestras vidas son los ríos 25 Partimos cuando nacemos, 55
que van a dar en la mar, andamos mientras vivimos,
que es el morir; y llegamos
allí van los señoríos al tiempo que fenecemos;
derechos a se acabar así que cuando morimos
y consumir; 30 descansamos. 60

Claves métricas y estilísticas:

ü Nos parece muy interesante practicar con la recitación de este poema para la
asimilación del verso octosílabo, ya que las coplas tienen un ritmo muy marcado,
con pocos encabalgamientos fuertes (sirremáticos, aquellos que rompen grupo
gramatical) y frecuencia de la esticomitia.
ü Lo característico de las coplas de pie quebrado es que se colocan versos breves,
frecuentemente de la mitad de sílabas que los otros, en posiciones simétricas con
relación a los núcleos. En el caso de Jorge Manrique son siempre versos
teatrasílabos el 3º, 6º, 9º y 12º de cada copla. Al recitarlo en voz alta percibirá el
peculiar efecto rítmico que el quiebre del pie produce en la declamación.
ü El verso 27º presenta un fenómeno que no hemos explicado dado su escaso
rendimiento, muy infrecuente en el Siglo de Oro, aunque más común en la lírica
medieval, la compensación. Al ser el verso anterior (26º) oxítono, se embebe la
primera sílaba del verso 27º: quees pertenece al verso 26º para efectos métricos,
quedando el 27º: el/mo/rir (+1) > tetrasílabo.

Égloga de Plácida y Vitoriano, Juan del Encina (fragmento) [octosílabos en eco]

Juan del Encina es uno de los grandes poetas y dramaturgos del primer Renacimiento.
Situado en la bisagra de la Edad Media y el Renacimiento, es uno de los primeros
impulsores del teatro castellano del Siglo de Oro y el necesario vínculo entre la poesía
cortesana del XV y la italianizante de Garcilaso de Vega y sus seguidores del XVI. Este
fragmento corresponde al parlamento de Vitoriano en la égloga de Plácida y Vitoriano.

Aunque yo triste me seco, 1320 iros


eco a buscar la soledad!
retumba por mar y tierra. Dad 1355
Yerra; a mí la guía vosotros,
que a todo el mundo o fortuna, otros
una 1325 no querrán a tal vivir
es la causa sola dello. ir.
Ello ¿Quién es el que tal desea? 1360
sonará siempre jamás. Ea,
Mas amadores, ¿hay alguno?
adonde quiera que voy, 1330 Uno
hoy, es el más que me destruye;
hallo mi dolor delante. huye 1365
Ante. la esperanza y el remedio.
Va con la queja cruel Medio
él, 1335 no tengo para mi mal,
dando al amorosa fragua al
agua. que a mi triste sentimiento 1370
Soy de lágrimas de amar miento,
mar, a mí mismo yo me engaño.
y daría por más lloro 1340 Año,
oro, mes, un solo día agora,
que el llorar me satisface, hora 1375
hace no tengo ya de reposo.
desenconar mi postema. Poso
¡Tema 1345 muy lejos a mis sentidos,
tengo ya con el consuelo! idos
Suelo son agora ya de vuelo. 1380
buscar de doblar cuidado, Elo,
dado que lo que digo no sé,
soy del todo a los enojos. 1350 e
¡Ojos, mi lengua, que ya desmayas,
debéis ya con los sospiros hayas 1385
compasión del mal que paso. ¡Yo
Aso no sé para qué me guardo!
mis entrañas en centellas, Ardo 1405
ellas de suerte que me refrío,
me queman el alma y vida. 1390 frío
¡Ida que me abrasa yo consiento,
es mi gloria toda entera! siento
Era los contrarios que me aquejan, 1410
libre, y siervo agora bramo. quejan
Amo 1395 de la muerte que me acabe.
un mal con que me destruyo; ¿Cabe
huyo, dentro de mí tal desconcierto?
mas amor, do más oviere, Cierto, 1415
hiere que tiene con desatino
mi corazón desdichado. 1400 tino,
Hado que jamás en cosa acierta
fue que triste me cubrió. cierta.

Claves métricas y estilísticas:

ü Como habrá comprobado en una primera lectura, estamos ante una rima muy
peculiar en un poema muy rítmico y que permite muchas dinámicas sugerentes
para trabajar en una clase. Parecida a la rima doblada que veremos a más adelante,
la rima en eco consiste en usar solo el eco de la rima como verso siguiente
quebrado en una composición mayor. 8

Todos os deben servicios, Juan del Encina [redondillas: abba]

Similar en la estructura a la anterior, aunque menos audaz, aquí utiliza Juan del Encina el
eco encadenado, repitiendo la palabra final de verso —o muy similar— como inicio al
principio del verso siguiente (concatencación o anadiplosis, que aquí forma parte de una
progresión, gradación o cadena). Como todas las figuras de repetición, el efecto rítmico y
auditivo es notorio:

Todos os deben servicios,


servicios con afición,
afición, querer, pasión,
la pasión por beneficios.

Beneficios son los males,


los males por vos sufridos,
sufridos bien merecidos,
merecidos pues son tales.

Tales son que con servicios

8 Para ahondar en estos conceptos de rima en eco y toda sus posibilidades de manifestación, véase

el trabajo de Aradra Sánchez, “Los ritmos del eco. Variaciones sobre la repetición”, de donde
proceden algunos de los textos recogidos aquí que presentan este fenómeno.
serviros es galardón,
galardón, querer, pasión,
la pasión por beneficios.

Siglo de Oro (siglos XVI y XVII)


Un soneto me manda hacer Violante, Lope de Vega [soneto]

Comenzamos nuestra selección poética del Siglo de Oro con un soneto emblemático cuyo
eje es, precisamente, cómo se construye un soneto. Es una práctica típica del Barroco: la
literatura dentro de la literatura, el poema que reflexiona sobre el propio hecho de hacer
poesía (metaliteratura o metapoesía), con un aliciente más: la propia reflexión de cómo ha
de hacerse un soneto resulta en el propio soneto; esto es, coinciden el proceso de creación
literaria y recepción literaria (es lo que se llama en retórica literatura in fieri, que se realiza
al tiempo que se dice que se realiza), así como la reflexión sobre cómo escribir el prólogo
del Quijote resulta en el prólogo de la novela o el proceso de pintar el cuadro de las
Meninas de Velázquez es finalmente el propio cuadro de Velázquez que contemplamos. Es
un soneto que suele resultar muy divertido para los estudiantes, y que ayuda a interiorizar
qué es un soneto: catorce versos distribuidos en dos cuartetos y dos tercetos con rima
consonante.

Un soneto me manda hacer Violante, 11A


que en mi vida me he visto en tal aprieto; 11B
catorce versos dicen que es soneto: 11B
burla burlando van los tres delante. 11A

Yo pensé que no hallara consonante 11A


y estoy a la mitad de otro cuarteto; 11B
mas si me veo en el primer terceto 11B
no hay cosa en los cuartetos que me espante. 11A

Por el primer terceto voy entrando 11C


y parece que entré con pie derecho, 11D
pues fin con este verso le voy dando. 11C

Ya estoy en el segundo, y aún sospecho 11D


que voy los trece versos acabando; 11C
contad si son catorce, y está hecho. 11D

En tanto que de rosa y azucena, Garcilaso de la Vega [soneto]

Poema insignia del Renacimiento, glosa el tema del CARPE DIEM (aprovecha el día),
instando a la joven dama que es descrita en los cuartetos (DESCRIPTIO PUELLAE según el
arquetipo de la DONNA ANGELICATA) a que coja las flores de la primavera, ya que el
tiempo pasa raudo y veloz (TEMPUS FUGIT).

En tanto que de rosa y azucena 11A


se muestra la color en vuestro gesto, 11B
y que vuestro mirar ardiente, honesto, 11B
enciende al corazón y lo refrena; 11A

y en tanto que el cabello, que en la vena 11A


del oro se escogió, con vuelo presto, 11B
por el hermoso cuello blanco, enhiesto, 11B
el viento mueve, esparce y desordena; 11A

coged de vuestra alegre primavera 11C


el dulce fruto, antes que el tiempo airado 11D
cubra de nieve la hermosa cumbre. 11E

Marchitará la rosa el viento helado, 11D


todo lo mudará la edad ligera, 11C
por no hacer mudanza en su costumbre. 11E

Claves métricas y estilísticas:

ü En el último verso no existe sinalefa entre no y hacer, porque en lengua poética en el


siglo XVI por lo general se mantiene la aspiración de la (h) procedente de la (f-) inicial
latina.
ü Atienda al particular efecto que se produce en los encabalgamientos entre los versos
5º y 6º y los dos primeros versos del primer terceto (versos 9º, 10º y 11º) en contraste
con la contundencia del terceto final, de versos endecasílabos esticomíticos.9 Si lo
reflexiona, estos encabalgamientos tienen relación con el contenido semántico de los
versos implicados.
ü El soneto es en sí mismo, como explicábamos, una estrofa muy sintética, con una
estructura claramente argumentativa: Como eres joven y bella (estado inicial), luego
aprovecha esta primavera (consecutiva) porque el tiempo te hará envejecer (causal).
Cada una de estas cláusulas coincide con el cambio estrófico y debe notarse también
en la entonación del recitado.

Mientras por competir con tu cabello, Luis de Góngora [soneto]

Temática idéntica tiene el soneto de Luis de Góngora, imitación del anterior, que respeta
hasta en la distribución de tópicos y en la temática. Sin embargo, las diferencias que
pueden apreciarse están ya en consonancia con el incipiente Barroco: el hipérbaton
parece más abrupto; la naturaleza ahora no se identifica con la amada, sino que trata —sin
éxito— de competir con ella; el poeta se dirige a cada uno de los elementos descritos
(dispersión frente a concentración) y no a la amada; y la estructura de presentación de
estos es propiamente barroca: corresponde a una correlación diseminativa recolectiva, ya
que se enumeran y describen los elementos por separado (diseminación: cabello, vv. 1º y 2º;
frente, vv. 3º y 4º; labio, vv. 5º y 6º; cuello, vv. 7º y 8º); para luego recogerlos en un solo
verso, tanto en sus referentes reales (recolección: goza cuello, cabello, labio y frente, v. 9º) como

9 Son versos esticomíticos aquellos en los que no se produce encabalgamiento: un verso, una idea.

La pausa versal suele estar marcada por un signo de puntuación.


metafóricos (oro, lilio, clavel, cristal luciente, v. 11º). Adviértase que se ha variado el orden
en la cadena intermedia (v. 9º) pero aparecen ordenados en el mismo orden de la
descripción en la secuencia metafórica (v. 11º). Es un procedimiento propio de las
reflexiones del teatro de Calderón. Es sintomática la correlación del monólogo de
Segismundo en el I acto de La vida es sueño.

Mientras por competir con tu cabello 11A


oro bruñido al sol relumbra en vano, 11B
mientras con menosprecio en medio el llano 11B
mira tu blanca frente al lilio bello; 11A

mientras a cada labio, por cogello, 11A


siguen más ojos que al clavel temprano, 11B
y mientras triunfa con desdén lozano 11B
del luciente cristal tu gentil cuello, 11A

goza cuello, cabello, labio y frente, 11C


antes que lo que fue en tu edad dorada 11D
oro, lilio, clavel, cristal luciente, 11C

no solo en plata o vïola troncada 11D


se vuelva, más tú y ello juntamente 11C
en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada. 11D

Claves métricas y estilísticas:

ü Practique repetidamente la declamación de los cuartetos, tratando de recitar con


naturalidad a pesar del hipérbaton para que la recepción por parte de quien
escucha sea comprensible. ¡No es tan fácil como parece!
ü En la lengua poética se mantuvo durante más tiempo la asimilación total regresiva
en la unión de infinitivo más pronombre enclítico (coger + lo > cogello, v. 5º); hay
que pronunciarlo tal como está escrito, con el sonido [y] y no con una doble [l·l].
ü Preste atención a la diéresis del v. 12º: vi/o/la.
ü Los encabalgamientos del último terceto presentan alguna dificultad. Recuerde
que, aunque sea más breve, la pausa versal ha de notarse en la declamación,
dejando entonces un tonema de suspensión en la recitación. Este
encabalgamiento tiene también mucho que ver con el contenido del terceto. En
este sentido, el de la entonación, se hace difícil el enlace entre el primer y segundo
terceto. La frase original es “antes que […] no solo en plata”, no debe perderse este
sentido de la frase, a pesar de la puntuación y de la realización de la pausa versal.
ü Aunque ya advertíamos que la sinalefa no es solo un fenómeno métrico, sino que
afecta a la fonética de frase en la lengua hablada con naturalidad (y por lo tanto
no añade un efecto estilístico a los poemas o versos en que aparece), note cómo la
continua sinalefa entre cada una de las cláusulas de la última enumeración (v. 14º)
ayuda a acentuar y generar ritmo en la progresión. En esta secuencia, la ausencia
de una última conjunción final (asíndeton) también provoca un efecto rítmico muy
interesante.
ü En comparación con el soneto de Garcilaso, el ritmo de este es mucho más
marcado. Como muestra, compare el primer verso de los tercetos en ambos
poemas. Aunque en este curso no tenemos tiempo de ahondar en cuestiones de
ritmo acentual, fíjese en la diferente acentuación de uno y otro:

coged de vuestra alegre primavera


o ó o ó o ó o o o ó o10
goza cuello, cabello, labio y frente
óoóooóoóoóo
El acento en el poema de Góngora de la primera sílaba impone un ritmo más
enfático. De hecho, en los análisis de ritmo acentual se denomina este tipo de
verso endecasílabo a maiore enfático (frente al de Garcilaso, endecasílabo a maiore
heroico).

¡Oh dulces prendas, por mi mal halladas […]!, Garcilaso de la Vega [soneto:
ABBA ABBA CDC DCD]11

Este soneto de Garcilaso es una típica queja de amor contra la amada cruel (belle dame
sans merci) de la lírica cortesana: el poeta ha encontrado alguna prenda dada en otro
tiempo por la dama, y esto le provoca nuevamente dolor por el amor perdido. El poema
se estructura en torno a la contraposición pasado/presente que se actualiza como
bien/mal.

¡Oh dulces prendas, por mi mal halladas,


dulces y alegres cuando Dios quería!
Juntas estáis en la memoria mía,
y con ella en mi muerte conjuradas.

¿Quién me dijera, cuando en las pasadas 5


horas que en tanto bien por vos me vía,
que me habíais de ser en algún día
con tan grave dolor representadas?

Pues en un hora junto me llevastes


todo el bien que por términos me distes, 10
llevadme junto el mal que me dejastes.

Si no, sospecharé que me pusistes


en tantos bienes porque deseastes
verme morir entre memorias tristes.

10 Cada O representa una sílaba; por tanto, Ó será una sílaba acentuada frente a las átonas (O).
11 Después de los dos primeros ejemplos, ofreceremos el esquema métrico y de rima en el título, y

no sobre el poema, para que no interfieran con el número de verso, útil para poder señalar algunos
aspectos concretos de ellos.
Claves métricas y estilísticas:

ü Atienda a la variedad entonativa de los cuartetos y los tercetos, y de los primeros


entre sí, en la declamación de este poema.
ü ¡Cuidado con el encabalgamiento de los versos 5º y 6º!
ü Este poema ofrece una particularidad interesante en la rima de los tercetos:
aunque son dos rimas consonantes diferentes -ástes (C) e -ístes (D), muy sonoras
por otro lado por la frecuencia de las sibilantes, su semejanza hace que casi se
interpreten como versos monorrimos. Pronuncie con detenimiento estos tercetos,
marcando contundentemente el final de rima. Se genera un ritmo machacón
(¡que nos perdone Garcilaso!) y un recuerdo fónico muy fuerte. Es además lo que
se llama rima similicadente (SIMILÍTER CADENS), la rima que se consigue colocando
en posición de rima palabras del mismo orden en igual derivación o forma
conjugada (por ejemplo, riman todos los participios de los verbos de la primera
conjugación, o todas las formas de futuro para la primera persona en verbos de
cualquier conjugación, o todos los adjetivos formados con el morfema -ivo, o
todos los sutantivos con diminutivo -ito). Es una rima pobre, mala desde el punto
de vista de la retórica. ¿Por qué, entonces, la usaría un autor como Garcilaso?
Porque estos versos similicadentes (9º-13º) generan esa especie de eco fónico que
permiten la entrada triunfal del último verso: ahí se produce la ruptura de lo que
era norma, el adjetivo tristes va a romper la cadena de verbos y su sonoridad
retumbará aún más en el oído del receptor. ¿Les parece una locura? Repítalos
muchas veces con cierta ralentización del último verso, y colocando perfectamente
los acentos preceptivos en estos… ¡y ojalá lo perciba y se convenza!

A Dafne ya los brazos le crecían, Garcilaso de la Vega [soneto: ABBA ABBA CDE
CDE]

El tema propio de Garcilaso y de todo el Siglo de Oro del amor frustrado se expresa aquí
con el motivo de un hermoso mito clásico, el de la ninfa Dafne huyendo de Apolo, muy
característico en muchos de los poemas o de las obras dramáticas del Renacimiento y
Barroco. El tema tan doloroso se convierte en serena belleza, con un ritmo muy cuidado y
sin estridencias. La estructura formal del poema es muy característica en cuanto a su
disposición: los cuartetos, dos a dos versos, explican la transformación de cada uno de los
elementos humanos en los vegetales y los tercetos se centran en el dolor que produce
dicha transformación en el poeta/dios.

A Dafne ya los brazos le crecían


y en luengos ramos vueltos se mostraban;
en verdes hojas vi que se tornaban
los cabellos qu'el oro escurecían;

de áspera corteza se cubrían 5


los tiernos miembros que aun bullendo 'staban;
los blancos pies en tierra se hincaban
y en torcidas raíces se volvían.
Aquel que fue la causa de tal daño,
a fuerza de llorar, crecer hacía 10
este árbol, que con lágrimas regaba.

¡Oh miserable estado, oh mal tamaño,


que con llorarla crezca cada día
la causa y la razón por que lloraba!

Claves métricas y estilísticas:

ü Atienda a la entonación exclamativa del último terceto (epifonema).


ü La estructura de los cuartetos se ve reforzada por la rima abrazada (ABBA). Vuelve
a utilizar aquí Garcilaso una rima similicadente. Esta refuerza el motivo de los
cuartetos, la transformación plasmada en verbos pasados imperfectos (el verbo de
la descripción en pasado y de acciones durativas en proceso) pero además genera
un ritmo semántico: el reparto de elementos es humano-vegetal-vegetal-humano
para el primer cuarteto y vegetal-humano-humano-vegetal en el segundo de
manera que las rimas refuerzan la relación entre el contenido de estos versos y
muestran una progresión (en el primer cuarteto lo humano [A] abraza a lo vegetal
[B], invirtiéndose en el segundo cuarteto). Esta estructura tan equilibrada, típica
del Renacimiento, se deja sentir en una correcta declamación del poema…
¡pruébelo en voz alta!

De una dama que, quitándose una sortija, se picó con un alfiler, Luis de
Góngora [soneto: ABBA ABBA CDC DCD]

Este soneto presenta ya una estética propiamente barroca. De entrada la propia temática,
la atención al detalle en este soneto que cuenta, simplemente, aquello que ya nos dice el
título (y que sin él sería muy difícil descifrar): la dama del enamorado (él se identifica con
la prisión de amor y la fidelidad cortesanas) se ha pinchado al redimir la sortija, el latón
bebe de su sangre que se esparce por su mano de cristal con más belleza aún que la
Aurora deshojando claveles sobre la nieve.

Prisión del nácar era articulado


de mi firmeza un émulo luciente,
un dïamante, ingenïosamente
en oro también él aprisionado.

Clori, pues, que a su dedo apremïado 5


de metal aun precioso no consiente,
gallarda un día, sobre impacïente,
lo redimió del vínculo dorado.

Mas ay, que insidïoso latón breve


en los cristales de su bella mano 10
sacrílego divina sangre bebe:
púrpura ilustró menos indïano
marfil; invidïosa sobre nieve,
claveles deshojó la Aurora en vano.

Claves métricas y estilísticas:

ü Este poema presenta una particular característica métrica. Hay una


sobreabundancia de diéresis. La diéresis, como la sinalefa, es licencia que en
principio no tiene una significación especial. Sin embargo, su abuso en este
poema hace pensar que sí debe tenerlo. Si se fija, todas estas recaen en diptongos
formados con el sonido [i], que pasa entonces a pronunciarse en todos esos casos
como sílaba independiente ocupando entonces un papel preponderante en el
poema. Además, se encuentran otras vocales [i] en posición tónica: vínculo,
sacrílego, marfil. En todo el poema funciona entonces como aliteración.12 Es un
poema de difícil recitación por este carácter rítmico impuesto por la diéresis y el
fuerte hipérbaton.
ü La aliteración antes descrita se completa con el uso también de palabras
esdrújulas, de sonoridad muy peculiar y con tintes cultistas.

La araucana, Alonso de Ercilla (1, 2, 6-8) [octavas reales: ABABABCC]

Sobran las presentaciones de este conocidísimo poema épico que canta las guerras de
Arauco escrito por Alonso de Ercilla.

[I] No las damas, amor, no gentilezas


de caballeros canto enamorados,
ni las muestras, regalos y ternezas
de amorosos afetos y cuidados;
mas el valor, los hechos, las proezas 5
de aquellos españoles esforzados,
que a la cerviz de Arauco no domada
pusieron duro yugo por la espada.

[II] Cosas diré también harto notables


de gente que a ningún rey obedecen, 10
temerarias empresas memorables
que celebrarse con razón merecen,
raras industrias, términos loables
que más los españoles engrandecen
pues no es el vencedor más estimado 15
de aquello en que el vencido es reputado.

12 Repetición continua de un sonido en un verso o conjunto de versos. Cuando la repetición trata de

reproducir un sonido de la realidad, una percepción referencial, entonces hablamos de


onomatopeya. Si identificamos que el pinchazo y su efecto (quizás el quejido de la dama) con el
sonido agudo [i] podemos hablar en este caso con total adecuación de onomatopeya en este poema.
[VI] Chile, fértil provincia y señalada
en la región antártica famosa,
de remotas naciones respetada
por fuerte, principal y poderosa;
la gente que produce es tan granada, 45
tan soberbia, gallarda y belicosa,
que no ha sido por rey jamás regida
ni a estranjero dominio sometida.

[VII] Es Chile norte sur de gran longura,


costa del nuevo mar, del Sur llamado, 50
tendrá del’este a oeste de angostura
cien millas, por lo más ancho tomado;
bajo del polo Antártico en altura
de veinte y siete grados, prolongado
hasta do el mar Océano chileno 55
mezclan sus aguas por angosto seno.

[VIII] Y estos dos anchos mares, que pretenden,


pasando de sus términos, juntarse,
baten las rocas, y sus olas tienden,
mas esles impedido el allegarse; 60
por esta parte al fin la tierra hienden
y pueden por aquí comunicarse.
Magallanes, Señor, fue el primer hombre
que, abriendo este camino, le dio nombre.

Claves métricas y estilísticas:

El verso endecasílabo en octavas es, como decía Lope de Vega para las comedias, un verso
muy adecuado para las relaciones (narraciones) de carácter grave. Nótese el carácter
sentencioso en su declamación, regio, contundente, por lo general sin encabalgamientos
incómodos para la correcta entonación y fin de estrofa igualmente sólido con el pareado
que cierra cada estrofa. A diferencia del soneto, aquí no hay un pensamiento sintético ni
carácter argumentativo, sino narrativo. Cualquier fragmento de la obra completa es muy
adecuado para interiorizar el ritmo del endecasílabo en diferentes dinámicas con los
estudiantes.
La más bella niña, Luis de Góngora [romancillo: 6- 6a 6- 6a … rima á, con
estribillo monorrimo]

La más bella niña No me pongáis freno


de nuestro lugar, ni queráis culpar,
hoy viuda y sola que lo uno es justo,
y ayer por casar, lo otro por demás.
viendo que sus ojos 5 si me queréis bien, 35
a la guerra van, no me hagáis mal;
a su madre dice, harto peor fuera
que escucha su mal: morir y callar,
Dejadme llorar Dejadme llorar
orillas del mar. 10 orillas del mar. 40

Pues me disteis, madre, Dulce madre mía,


en tan tierna edad ¿quién no llorará,
tan corto el placer, aunque tenga el pecho
tan largo el pesar, como un pedernal,
y me cautivasteis 15 y no dará voces 45
de quien hoy se va viendo marchitar
y lleva las llaves los más verdes años
de mi libertad, de mi mocedad?
Dejadme llorar Dejadme llorar
orillas del mar. 20 orillas del mar. 50

En llorar conviertan Váyanse las noches,


mis ojos, de hoy más, pues ido se han
el sabroso oficio los ojos que hacían
del dulce mirar, los míos velar;
pues que no se pueden 25 váyanse, y no vean 55
mejor ocupar, tanta soledad,
yéndose a la guerra después que en mi lecho
quien era mi paz, sobra la mitad.
Dejadme llorar Dejadme llorar
orillas del mar. 30 orillas del mar. 60

Letrilla satírica de Francisco de Quevedo: Poderoso caballero [quintilla + verso


de enlace + estribillo: abbaa + c + cc]

Conocidísima es esta letrilla burlesca de Francisco de Quevedo sobre el poder del dinero
en la sociedad del Barroco. Son seis quintillas con un mismo estribillo: Poderoso caballero /
es don Dinero, al que cada quintilla se une con un verso de enlace que tiene la misma rima
del estribillo. Declámelo prestando especial atención al ritmo estrófico marcado por la
reiteración del estribillo, con el verso quebrado terminando cada estrofa. Si tenemos en
cuenta que aquí también debería entenderse en el estribillo un proceso de
“compensación”, explicado más arriba, nuestro estribillo tendría un octosílabo más un
quebrado teatrasílabo que se encabalga con el anterior: po/de/ro/so/ca/ba/lle/roes//
(8) don/Di/ne/ro// (4).

Madre, yo al oro me humillo, ¿A quién no le maravilla 25


él es mi amante y mi amado, ver en su gloria, sin tasa,
pues de puro enamorado que es lo más ruin de su casa
de continuo anda amarillo. doña Blanca de Castilla?
Que pues doblón o sencillo 5 Mas pues que su fuerza humilla
hace todo cuanto quiero, al cobarde y al guerrero, 30
poderoso caballero poderoso caballero
es don Dinero. es don Dinero.

Nace en las Indias honrado Es tanta su majestad,


donde el mundo le acompaña; 10 aunque son sus duelos hartos,
viene a morir en España, que aun con estar hecho cuartos 35
y es en Génova enterrado. no pierde su calidad.
y pues quien le trae al lado Pero pues da autoridad
es hermoso, aunque sea fiero, al gañán y al jornalero,
poderoso caballero 15 poderoso caballero
es don Dinero. es don Dinero. 40

Son sus padres principales, Más valen en cualquier tierra


y es de nobles descendiente, (mirad si es harto sagaz)
porque en las venas de Oriente sus escudos en la paz
todas las sangres son Reales. 20 que rodelas en la guerra.
y pues es quien hace iguales Pues al natural destierra 45
al rico y al pordiosero, y hace propio al forastero,
poderoso caballero poderoso caballero
es don Dinero. es don Dinero.

Égloga segunda, Garcilaso de la Vega (fragmento) [endecasílabos blancos]

Las églogas de Garcilaso se encuentran entre las producciones de mayor trascendencia en


la lírica castellana del Renacimiento. Reproducimos solo un fragmento de la segunda
égloga por un peculiar efecto en el metro de estos versos:

Si desta tierra no he perdido el tino, 720


por aquí el corzo vino que ha traído,
después que fue herido, atrás el viento.
¿Qué recio movimiento en la corrida
lleva, de tal herida lastimado?

Claves métricas y estilísticas:

ü El endecasílabo blanco es un verso grave, propio de la epístola, de la salmodia, y


de textos de carácter humanístico y argumentativo. De hecho, el Arte nuevo de
hacer comedias de Lope de Vega del que hemos hablado está en ese metro. Viene
bien para interiorizar el metro endecasílabo con independencia de la rima
consonante a la que están sujetos los sonetos u octavas reales.
ü Lo peculiar de estos versos es que existe lo que se llama rima interna (cada verso
rima con una palabra intermedia del verso siguiente), lo que compensa la ausencia
de rima del endecasílabo. Esta rima interna se utiliza en ocasiones en el teatro
áureo para compensar la pérdida de ritmo que pueden producir algunos
encabalgamientos difíciles de evitar.

Nise laureada [fragmento], Jerónimo Bermúdez [diálogo entre rey y Eco]

La rima en eco anteriormente descrita (Juan del Encina) logra una recitación muy
efectista en el teatro, introduciendo una voz (el eco) que repite con nuevo sentido el fin
de rima. También la obra Eco y Narciso de Calderón utiliza este elemento fónico en su
diálogo:

REY. Gritabas tú por mí, Señora mía,


de aquellas crudas fieras salteada,
querías darme aquel postrer aliento
para conforto de esta triste vida.
ECO. Ida.
REY. Donde la tuya es, Doña Inés.
ECO. Es.
REY. Voz humana la que así me asombra.
ECO. Sombra.
REY. De Doña Inés.
ECO. Es.
REY. Que me llama

Dichoso aquel que en un comprado prado, Lope de Vega [soneto: ABBA ABBA
CDE CDE]

Dichoso aquel que en un comprado prado,


la vida solitaria apura pura,
y entre las mieses y verdura dura,
sin que tenga jamás parado arado.

No va en los golfos desterrado errado, 5


ni en la ciudad con voz perjura jura,
que ni de la civil locura cura,
ni le desvela su prestado estado.

En soledad que le entretiene, tiene,


para blasón la disfrazada azada, 10
cama en su trigo, en sus rebaños baños.

Que, como haber que le conviene viene,


que es todo al fin de la jornada nada,
pasa felices sin engaños años.
Claves métricas y estilísticas:

ü Siguiendo con los casos particulares de rima, hemos escogido este soneto de Lope
de Vega porque presenta un tipo de rima interna que se denomina rima doblada,
cuando al final de verso se repite la rima dos veces. Es característica del ingenio
del Barroco, como en este soneto en que cada palabra final de verso coincide
exactamente con la parte final de la palabra que la precede. ¡Olé por Lope!

«Soneto compuesto en la voz y respuesta llamada eco», Julián de Medrano


[soneto]

No hallo ya en mi desconsuelo suelo


ni tiene mi mortal locura cura,
pues hasta hoy la desventura tura13
y en mi mal cresce desconsuelo y suelo.

Aquella a quien mi mal revelo velo


y de mi fe, si bien se apura, pura,
pero responde con cordura dura
a cuanto no le viene a pelo apelo.

A l’alma pide su clamor amor,


queriendo más en la batalla atalla,
pues por no descubrir su pena pena.

Echan mis ojos sin rumor humor


y ofrescen a mi blanda avena vena,
y, no pudiendo publicalla, calla.

Claves métricas y estilísticas:

ü Este soneto de Medrano tiene un particular tipo de rima que redunda en la


sonoridad del soneto, igual al anterior de Lope: rima doblada (a veces también
llamada rima en eco, aunque lo propio del eco es que esté en otro verso) porque
al final de verso se repite la rima dos veces. Es característica del ingenio del
Barroco.

En la Silva curiosa de Julián de Medrano se encuentran muchas “curiosidades”, como


indica su nombre, rítmicas, de juegos de palabras y juegos fónicos. Sirva de ejemplo esta
estrofa de una composición mayor:

Es mi fin un fin sin fin,


fin que su fin fin no tiene;
porque el fin que me sostiene
Ha de dar fin a mi fin.

13 Cultismo: ‘dura’.
A las exequias de la reina Mariana de Austria, Abraham Gómez Silveira [soneto
con rima doblada]

Mucho a la Majestad sagrada agrada


que entienda a quien está el cuidado dado
que es el reino de acá prestado estado,
pues es, al fin de la jornada, nada:

la silla real, por afamada amada,


el más sublime, el más pintado hado,
se ve en sepulcro encarcelado helado,
su gloria al fin, por desechada, echada.

El que ver lo que acá se adquiere quiere,


y cuánto la mayor ventura tura,
mire que a reina tal sotierra tierra;

y si el que ojos hoy tuviere viere,


pondrá ¡oh mundo! en tu locura cura,
pues el que fía en bien de tierra yerra.

Diálogo entre un galán y el eco, Baltasar de Alcázar [redondillas con eco]

La anterior rima en eco es utilizada en este caso por Baltasar de Alcázar en sus poesías
festivas, con claro interés humorístico:

GALÁN: En este lugar me vide


cuando de mi amor partí;
quisiera saber de mí,
si mi suerte no lo impide.
ECO: Pide.

GALÁN: Temo novedad o trueco,


que es fruto de una partida;
mas ¿quién me dice que pida
con un término tan seco?
ECO: Eco.

GALÁN: ¿La que siguió con tal priesa


las pisadas de Narciso?
La que por Júpiter quiso
ser contra Juno traviesa?
ECO: Esa.

GALÁN: ¿Qué andas por aquí buscando,


bella ninfa? ¿Es a tu amor,
o vencida del dolor,
andas tus males llorando?
ECO: Ando.

GALÁN: Así Narciso te vea


con más piedad que solía,
que informes al alma mía
de las cosas que desea.
ECO: Sea.

GALÁN: Respóndeme pues del cerro


cavernoso; ¿haberme ido
fue yerro, no habiendo sido
necesario mi destierro?
ECO: Yerro.

GALÁN: Hora debió ser menguada,


donde reinó el interés;
la lealtad y fe de Inés
¿qué han medrado en mi jornada?
ECO: Nada.

GALÁN: El caso va descubierto,


algún desconcierto ha hecho;
¿es cierto lo que sospecho
de haber hecho desconcierto?
ECO: Cierto.

GALÁN: ¿Vístele romper el hilo


que anudó nuestra amistad?
No quieras con liviandad
hacerme cera y pabilo.
ECO: Vilo.

GALÁN: A vilo no hay que dudarse,


yo te doy entera fe;
mas lo que viste ¿qué fue?
¿fue olvidarme o fue mudarse?
ECO: Darse.

GALÁN: ¡Qué, en tales trances y puntos


Inés con otro se halla!
Di cómo los viste, y calla
las circunstancias y adjuntos.
ECO: Juntos.

GALÁN: Ella fue nave sin lastre,


que dio conmigo al través;
y ¿de qué calidad es
el autor de mi desastre?
ECO: Sastre.

GALÁN: Mira no se lo levantes;


antes que la conociese
pudo ser que sastre fuese,
mas no en tiempos semejantes.
ECO: Antes.

GALÁN: Pues ya no usando el oficio,


que mucho es que se engañase,
¿quién la obligó a que olvidase
mi tierno amor y servicio?
ECO: Vicio.

GALÁN: Acaba de resumirte;


de este vicio y perdición,
¿cuál fue la cierta ocasión?
que tenga yo que servirte.
ECO: Irte.

GALÁN: Pues presto vine, mas tarde


para corazón tan vario;
¿quiere bien a mi contrario?
Dímelo, así Dios te guarde.
ECO: Arde.

GALÁN: Arda, pues tan poco valgo,


que dejo arder esos fuegos;
¿resistió mucho a los ruegos
de ese venturoso hidalgo?
ECO: Algo.

GALÁN: ¿Las amorosas porfías


y recaudos importunos
duraron meses algunos?
Dilo, pues que lo entendías.
ECO: Días.

GALÁN: La paga parece breve;


y pues que lo redujeron
a días, di cuántos fueron,
aunque mi mal se renueve.
ECO: Nueve.

GALÁN: Corta en palabras anduvo,


propiedad de vizcaínos;
y ¿hubo acaso en los vecinos
quien tanta ventura tuvo?
ECO: Hubo.

GALÁN: Pues a propósito llega,


dime el nombre sin tardanza
de aquel que el mar en bonanza
y el viento a popa navega.
ECO: Vega.

GALÁN: Primero que me partiese


tuve yo del mal espina;
no es Vega, unto a la esquina,
con quien tuve el interese.
ECO: Ese.

GALÁN: Que cometió aquel delito


que todos saben del trigo,
por quien le vino el castigo
que en flor lo dejó marchito.
ECO: Chito.

GALÁN: ¿Que calle? Donosa estás.


¿No fue público el engaño,
y él no me ha hecho más daño
que yo le haré jamás?
ECO: Más.

GALÁN: Al fin su amor fue al desgaire;


debió ser, porque en efecto
cuanto le di fue un soneto
y otros versos de donaire.
ECO: Aire.

GALÁN: Yo se los di por dinero


de más valor y provecho;
mas, ¿qué son versos en pecho
sin amor, hecho de acero?
ECO: Cero.

GALÁN: Por experiencia lo vi,


que realmente en mis amores
codició fruto, y no flores;
¿tú no lo entendiste así?
ECO: Sí.

GALÁN: ¡Cómo la ingrata olvidó


lo que mostraba estimar!
Y él ¿de qué ardid supo usar,
que tan presto la rindió?
ECO: Dio.

GALÁN: Acertó, y es el decoro


que ha de guardar el que ama;
pero ¿qué le dio a la dama
que tan sin término adoro?
ECO: Oro.

GALÁN: Artillería es que expugna


la mayor fuerza de amor;
y ¿hubo acaso en su favor
del galán tercera alguna?
ECO: Una.

GALÁN: Dígolo porque ésta allana


cualquier duda y la atropella;
bien sé que fue hermana de ella,
pero no sé cual hermana.
ECO: Ana.

GALÁN: Si alguna tercera hubiere,


esa ha de ser, y otra no;
la madre, ¿cómo calló,
visto el deshonor que adquiere?
ECO: Quiere.

GALÁN: Mis versos quisiera solos


cobrar, pero no me atrevo;
¿dioles al amante nuevo,
o por ventura escondiólos?
ECO: Diolos.

GALÁN: ¡Que a tal cosa se dispuso


la desenvuelta muchacha!
¿Y él puso en los versos tacha,
sabiendo quién los compuso?
ECO: Puso.

GALÁN: Hallaríalos oscuros,


versos inútiles, cojos,
duros, bajos, y tan flojos,
que se caen de maduros.
ECO: Duros.

GALÁN: Bien sabe de cortesano;


¿No está llano que en blandura
son sin igual, y en lisura,
y en estilo castellano?
ECO: Llano.

GALÁN: Pero el sujeto fue indigno,


no me espanto; y la infiel
¿vino a murmurar con él
también del verso divino?
ECO: Vino.

GALÁN: ¿Quién tan gran maldad hiciera


por un amante segundo?
¿Cómo ha de llamalla el mundo
cuando el caso se refiera?
ECO: Fiera.

GALÁN: Poco es fiera, yo le hallo


mejor nombre que le den;
mas calla, que yo también
me corro de publicallo.
ECO: Callo.

GALÁN: Que sufra yo una querella


tan justa no quiera Dios,
muera el uno de los dos;
¿cuál será, di, ninfa bella?
ECO: Ella.

GALÁN: ¿La palomita sin hiel


ha de morir? ¡ay dolor!
¿Cuál hallas tú que fue autor
de este delito cruel?
ECO: Él.

GALÁN: Pues muera, que yo no soy


de quien es bien que se alabe.
¿Cuándo quieres que le acabe?
Porque resoluto estoy.
ECO: Hoy.

GALÁN: Mucha priesa es para mí;


pero hoy no me determino;
oye otro nuevo camino
mejor del que yo entendí.
ECO: Di.

GALÁN: Rematar este debate


con muerte, hay Dios que lo vede,
pues mátele Dios, que puede,
y asegúrese el remate.
ECO: Mate.

GALÁN: Si yo lo mato me pierdo,


porque no hay caso escondido;
¿qué te parece que ha sido
todo este mi nuevo acuerdo?
ECO: Cuerdo.

GALÁN: Viva lo que Dios mandare;


solo me di lo que haga
del sexo que así me estraga,
para que mi mal repare.
ECO: Pare.
GALÁN: ¿Cómo ha de parar un potro
cerrero y desenfrenado?
y ¿cuál amor hay criado
que me haga olvidar este otro?
ECO: Otro.

GALÁN: Ya te entiendo, y es exceso;


¿quieres decir que procure
nuevo amor, que el viejo cure
por haber salido avieso?
ECO: Eso.

GALÁN: No osaré intentar tal cosa,


porque quizá es escapar
de una desventura, y dar
en otra más peligrosa.
ECO: Osa.

GALÁN: Y cuando me aventurara,


¿qué dama fuera mejor
para servir sin temor
que con otro se mezclara?
ECO: Clara.

GALÁN: De su madrastra he sabido


que es bellísima y honrada,
blanda, humilde y avisada;
pero tiene un mal marido.
ECO: Ido.

GALÁN: Ya sé que se fue a la guerra;


mas hay quien le profetice,
si no yerra el que lo dice,
que será presto en la tierra.
ECO: Yerra.

GALÁN: Quieres decir que mintió.


¿Al fin no ha de volver
a su casa y su mujer,
como al partir lo ordenó?
ECO: No.

GALÁN: Pues el mayor sobresalto


me allanas, yo he de probar
por tu consejo asaltar
ese peligrosos salto.
ECO: Alto.

GALÁN: Que ya entiendo que lo manda


quien la rueda mueve y guía;
y siendo así, ninfa mía,
yo me parto en la demanda.
ECO: Anda.

A Juan de Arguijo, Pamones (atrib. por Francisco Rodríguez Marín en la biografía


de Pedro Espinosa) [soneto con triple consonante]

Aunque ciertamente no es un muy buen soneto, lo hemos incluido para demostrar el


interés de los autores áureos en los juegos de ingenio retóricos. Lo característico de este
soneto es que la distribución de rima es triple, a principio, medio y final de verso.

Joviano, otro Mecenas excelente,


lumbrera inaccesible es la de Apolo;
de afuera le es visible allá a su idolo;
trasmano está a las venas de su fuente.

Lo humano le es apenas transparente;


su esfera aprehensible es a mí solo;
y altera lo irascible, aun en el polo,
que un vano esté en cadenas tan furente.

¿Qué leño a la manada les dio el grado?


Que el Fasto, aun el de Ercilla, es verso a tiento,
Cazurro, y todo lleno de marrones.

El sueño fue en la asnada, allá en el prado;


su pasto una frutilla que es de viento;
y el burro de Sileno sus visiones.
Quién causa tu pena amarga, Lope de Vega (atrib.) [pareados octosílabos sueltos
con eco]

—¿Quién causa tu pena amarga?


¿Quién motiva tu querella?
—¡Ella!
—¡Ella! ¿Quién es? Di su nombre,
la curiosidad me irrita.
—Rita.
—¡Rita! dulce nombre; dime,
¿La adoras con frenesí?
—Sí.
—¿Qué te falta, amigo mío,
para que enjugues tu lloro?
—Oro.
—¡Oro! Yo no puedo dártelo
para calmar tu impaciencia.
—¡Paciencia!
—¿Quieres que te dé un consejo,
en cambio, que te convenga?
—Venga.
—Dedícate a trabajar
y a economizar también.
—Bien.
—Sé honrado, que la honradez,
muy buenas cosas consigue.
—Sigue…
—Trabajando tendrás oro
y cesarán tus desgracias.
—¡Gracias!

Estancias de consonancias dobles en un mismo verso (de La pícara Justina), López de


Úbeda [cuartetos, la consonancia doble refiere a la rima interna]

Hizo cetro de un garrote el obispote,


Y a guisa del rey Mono hizo su trono,
Y para más abono, dijo en tono:
Amigos, cese el cote, y ande el trote.

Hoy se casa el monarca con su marca,


No quede pollo a vida, ni comida,
Con que sea servida mi querida,
Llamalda en la comarca, polliparca.
Traed tocino y buen vin de san Martin,
Pan, leña, asadores, tenedores,
Frutas, sal, tajadores los mayores,
Presto, que el dios Machín pretende el fin.

Acabada esta razón, dijo el moscón:


Marchad luego, ola, sin parola.
Fuéronse con tabaola, y quedó sola
Justina en conversación con su obispón.

Justina entretenía y suspendía,


De modo que pudieron los que fueron
Hurtar lo que quisieron y volvieron
Con lo que pedía su señoría.

Venidos, se asentaron y brindaron.


El obispo don Pero se hizo un cuero.
Luego el carretero cargó muy delantero,
Mas que si mucho pecaron, mas penaron.

Soneto difícil, Francisco de Quevedo [soneto con rima doblada]


Es el amor, según abrasa, brasa;
es nieve a veces, puro hielo, hielo;
es a quien yo pedir consuelo, suelo
Y saco poco de su escasa casa.

Es un ardor que a quién traspasa, pasa


y como a veces yo paselo, selo;
es un pleito do no hay apelo, pelo;
es el demonio que le amasa, masa

Tirano a quien el cielo inspira, ira;


un ardor que si no se mata, mata;
gozo, primero que cumplido, ido;

flechero que al que se retira, tira;


cadena fuerte que aun de plata, ata;
y mal que a muchas ha tejido, ido.

Los nadadores, Francisco de Quevedo [baile en versos octosílabos pareados con


rima doblada o en eco]

Y seguimos con estas rimas tan curiosas con este baile:

El que cumple lo que manda,


anda, anda, anda, anda.
Quien de ordinario socorre,
corre, corre, corre, corre.

El que regala y no cela, 5


vuela, vuela, vuela, vuela.

Quien guarda, cela y enfada,


nada, nada, nada, nada.

Sonetos con rimas parónimas, Francisco de Quevedo

Siguen ahora una serie de sonetos que tienen la particularidad de que Quevedo solo
cambia la sílaba tónica de la rima, pero todos los versos del soneto tienen una rima casi
idéntica. En algunos casos esto provoca una aliteración muy sugerente (notoria es la del
segundo, con el sonido [ch]

(1)
Mejor me sabe en un cantón la sopa,
y el tinto con la mosca y la zurrapa,
que al rico, que se engulle todo el mapa,
muchos años de vino en ancha copa.

Bendita fue de Dios la poca ropa,


que no carga los hombros y los tapa;
más quiero menos sastre que más capa:
que hay ladrones de seda, no de estopa.

Llenar, no enriquecer, quiero la tripa;


lo caro trueco a lo que bien me sepa:
somos Píramo y Tisbe yo y mi pipa.

Más descansa quien mira que quien trepa;


regüeldo yo cuando el dichoso hipa,
el asido a Fortuna, yo a la cepa.

(2)
Con testa gacha toda charla escucho;
dejo la chanza y sigo mi provecho;
para vivir, escóndome y acecho,
y visto de paloma lo avechucho.

Para tener, doy poco y pido mucho;


si tengo pleito, arrímome al cohecho;
ni sorbo angosto ni me calzo estrecho:
y cátame que soy hombre machucho.
Niego el antaño, píntome el mostacho;
pago a Silvia el pecado, no el capricho;
prometo y niego: y cátame muchacho.

Vivo pajizo, no visito nicho;


en lo que ahorro está mi buen despacho:
y cátame dichoso, hecho y dicho.

(3) PRONUNCIA CON SUS NOMBRES LOS


TRASTOS Y MISERIAS DE LA VIDA

La vida empieza en lágrimas y caca,


Luego viene la mu, con mama y coco,
Síguense las viruelas, baba y moco,
Y luego llega el trompo y la matraca.

En creciendo, la amiga y la sonsaca,


Con ella embiste el apetito loco,
En subiendo a mancebo, todo es poco,
Y después la intención peca en bellaca.

Llega a ser hombre, y todo lo trabuca,


Soltero sigue toda Perendeca,
Casado se convierte en mala cuca.

Viejo encanece, arrúgase y se seca,


Llega la muerte, todo lo bazuca,
Y lo que deja paga, y lo que peca.

Romance de Pintura, no vulgar en ecos, de la Excelentísima Señora Condesa de


Galve, Virreina de México, Sor Juana Inés de la Cruz [romance í-a con eco
encadenado o engazado].

El soberano Gaspar Tiros son, con que de enojos


par es de la bella Elvira: ojos, que al Alma encamina,
vira de Amor más derecha, mina el pecho, que cobarde
hecha de sus armas mismas. arde en sus hermosas iras.

Su ensortijada madeja Árbitro a su parecer,


deja, si el viento la enriza, ser la nariz determina,
riza tempestad, que encrespa termina dos confinantes
crespa borrasca a las vidas. antes, que airados se embistan.

De plata bruñida plancha, De sus mejillas el campo


ancha es campaña de Esgrima, ampo es, que no nieve emprima
grima pone el ver dos marcos prima labor, y la Rosa
arcos, que mil flechas vibran. osa resaltar más viva.
De sus labios el Rubí, lista de diez alabastros
vi, que color prendía, astros, que en su Cielo brillan.
prendía teniendo en sartas
sartas dos de perlas finas. En lo airoso de su talle
halle Amor su bizarría
Del cuello el nevado torno, ría, de que en el donaire,
horno es, que incendios respira, aire es todo lo que pinta.
pira en que Amor, que renace,
hace engaños a la vista. Lo demás, que bella oculta,
culta imaginaria admira
Triunfos son de sus dos palmas, mira, y en lo que recata,
almas, que a su sueldo alista, ata el labio, que peligra.

Singular retrato. Acaba el cuarto verso en tres ecos. Romance, Baltasar López de
Gurrea Ximénez Cerdán (1663).

Amarilis tu retrato Cuando desunes los labios


por tu cabello se engolfa desde el carmín de tu boca
que en mares de luces una a los más finos claveles
girasola, sola, ola. les arrojas rojas hojas.

La azucena que tu frente De las manos la blancura,


ufana robó a la Aurora cuando con pasmos asombra,
como en vergel más dichoso, almas, vidas voluntades
si rebrota, brota, rota. desarroba arroba roba.

Con los rayos de tus ojos, A medida de tu pie,


cuando su luz enarbolas cuando zapato se corta
en relojes de las vidas ninguna la pequeñez
voladoras, doras, horas. que le informa, forma horma.

La grana de tus mejillas, Toda, tú de todo el Cielo


en que el nácar atesoras, Puedes ser afrenta honrosa
competir vistosamente que así él su luz (pues aquí
con la honrosa rosa osa. la deshonra es honra) honra

Comunes fueron estos juegos de métrica y rima en el Barroco, y entretenimiento común


de las academias literarias y justas poéticas. Ejemplo parecido al poema anterior
encontramos en el siguiente:

Y porque no parezca demasiada melancolía, añade un retrato a una hermosa en


un Romance de dos ecos, para que hasta en los ecos lo parezca, Academia que se
celebró en día de Pascua de Reyes (1673) [redondillas con dos ecos]

Lisi, a tu copia dispuesto,


puesto esto, halle en tu traslado Dice el Sol de tu cabello,
lado, hado, pues infelice bello ello, qué es lo que aguardo?
felice hice un pincel basto. guardo, ardo, pues sin desdoro,
doro oro para mis rayos.
Tu boca al clavel que atiende,
Muestra tu candor enfrente tiende, yende, y yo, admirando
frente, ente, que a un descuidado mirando, ando, como arrojas
cuidado dado interpuso, rojas horas a tus labios.
puso, uso al cegar mirando.
Nieve en tu cuello cosnpiras
Tus ojos, si a la luz convidas, piras, iras retardando,
vidas, idas dan preclaros, tardando, dando su Cielo
claros, aros, lluz que apuesta, yelo elo en nieve los rayos.
puesta, esta a rendir los Astros.
Lo lindo al talle reparte
Si Amor tus ojos batalla, parte arte sin desagrado,
talla, halla, con que ha exalados agrado, grado conforma,
alados, lados retiras forma horma a lo más gallardo.
tiras iras de tus arcos.
Tu copia hoy te represento,
Tu nariz no desajusta, presento, essento retrato,
ajusta, justa, informando, trato, ato, y si es sin renombre
formando, mando construye nombre, hombre soy desdichado.
obstruye, huye extremos varios.

A mis soledades voy, Lope de Vega [romance]

En el Siglo de Oro se produce la recuperación del romance, tanto para el teatro como
composición independiente (es lo que se conoce como Romancero Nuevo).

A mis soledades voy, De cuantas cosas me cansan,


de mis soledades vengo, fácilmente me defiendo;
porque para andar conmigo pero no puedo guardarme
me bastan mis pensamientos. de los peligros de un necio. 20

¡No sé qué, tiene la aldea 5 Él dirá que yo lo soy,


donde vivo y donde muero, pero con falso argumento;
que con venir de mí mismo que humildad y necedad
no puedo venir más lejos! no caben en un sujeto.

Ni estoy bien ni mal conmigo; La diferencia conozco, 25


mas dice mi entendimiento 10 porque en él y en mí contemplo,
que un hombre que todo es alma su locura en su arrogancia,
está cautivo en su cuerpo. mi humildad en su desprecio.

Entiendo lo que me basta, O sabe naturaleza


y solamente no entiendo más que supo en otro tiempo, 30
cómo se sufre a sí mismo 15 o tantos que nacen sabios
un ignorante soberbio. es porque lo dicen ellos.
«Sólo sé que no sé nada», con las prendas de su honor
dijo un filósofo, haciendo han trocado los efectos.
la cuenta con su humildad, 35
adonde lo más es menos. Virtud y filosofía
peregrinan como ciegos:
No me precio de entendido, el uno se lleva al otro, 75
de desdichado me precio; llorando van y pidiendo.
que los que no son dichosos,
¿cómo pueden ser discretos? 40 Dos polos tiene la tierra,
universal movimiento,
No puede durar el mundo, la mejor vida el favor,
porque dicen, y lo creo, la mejor sangre el dinero. 80
que suena a vidrio quebrado
y que ha de romperse presto. Oigo tañer las campanas,
y no me espanto, aunque puedo,
Señales son del jüicio 45 que en lugar de tantas cruces
ver que todos le perdemos, haya tantos hombres muertos.
unos por carta de más,
otros por carta de menos. Mirando estoy los sepulcros 85
cuyos mármoles eternos
Dijeron que antiguamente están diciendo sin lengua
se fue la verdad al cielo: 50 que no lo fueron sus dueños.
tal la pusieron los hombres
que desde entonces no ha vuelto. ¡Oh, bien haya quien los hizo,
porque solamente en ellos 90
En dos edades vivimos de los poderosos grandes
los propios y los ajenos, se vengaron los pequeños!
la de plata los extraños, 55
y la de cobre los nuestros. Fea pintan a la envidia:
yo confieso que la tengo
¿A quién no dará cuidado, de unos hombres que no saben 95
si es español verdadero, quién vive pared en medio.
ver los hombres a lo antiguo
y el valor a lo moderno? 60 Sin libros y sin papeles,
sin tratos, cuentas ni cuentos,
Todos andan bien vestidos cuando quieren escribir
y quejanse de los precios; piden prestado el tintero. 100
de medio arriba, romano,
de medio abajo, romeros. Sin ser pobres ni ser ricos,
tienen chimenea y huerto;
Dijo Dios que comería 65 no los despiertan cuidados,
su pan el hombre primero ni pretensiones, ni pleitos.
con el sudor de su cara,
por quebrar su mandamiento; Ni murmuraron del grande, 105
ni ofendieron al pequeño;
y algunos inobedientes nunca, como yo, firmaron
a la vergüenza y al miedo, 70 parabién, ni pascua dieron.
Con esta envidia que digo, a mis soledades voy,
y lo que paso en silencio, 110 de mis soledades vengo.

El caballero de Olmedo, Lope de Vega (presentación de doña Inés, primera


jornada) [romance í-a]
entré imaginando bodas:
D. ALONSO. Creí mi esperanza, Fabia; ¡tanto quien ama imagina!
salió esta mañana a misa, Vime sentenciado a muerte, 155
ya con galas de señora, porque el amor me decía:
no labradora fingida. «Mañana mueres, pues hoy
Si has oído que el marfil te meten en la capilla».
del unicornio santigua 140 En ella estuve turbado:
las aguas, así el cristal ya el guante se me caía, 160
de un dedo puso en la pila. ya el rosario, que los ojos
Llegó mi amor basilisco, a Inés iban y venían.
y salió del agua misma No me pagó mal; sospecho
templado el veneno ardiente 145 que bien conoció que había
que procedió de su vista. amor y nobleza en mí, 165
Miró a su hermana, y entrambas que quien no piensa no mira,
se encontraron en la risa, y mirar sin pensar, Fabia,
acompañando mi amor es de inorantes, y implica
su hermosura y mi porfía. 150 contradición que en un ángel
En una capilla entraron; faltase ciencia divina. 170
yo, que siguiéndolas iba,

Fuenteovejuna, Lope de Vega (monólogo de Laurencia arengando al consejo de


Fuenteovejuna, principio tercera jornada) [romance ó-e]

ESTEBAN:
(¿Por qué? Llevóme de vuestros ojos
LAURENCIA: a su casa Fernán Gómez;
Por muchas razones,) la oveja al lobo dejáis
y sean las principales: como cobardes pastores. 20
porque dejas que me roben ¿Qué dagas no vi en mi pecho?
tiranos sin que me vengues, ¿Qué desatinos enormes,
traidores sin que me cobres. qué palabras, qué amenazas,
Aún no era yo de Frondoso, 5 y qué delitos atroces,
para que digas que tome, por rendir mi castidad 25
como marido, venganza; a sus apetitos torpes?
que aquí por tu cuenta corre; Mis cabellos ¿no lo dicen?
que en tanto que de las bodas ¿No se ven aquí los golpes
no haya llegado la noche, 10 de la sangre y las señales?
del padre, y no del marido, ¿Vosotros sois hombres nobles? 30
la obligación presupone; ¿Vosotros padres y deudos?
que en tanto que no me entregan ¿Vosotros, que no se os rompen
una joya, aunque la compre, las entrañas de dolor,
no ha de correr por mi cuenta 15 de verme en tantos dolores?
las guardas ni los ladrones. Ovejas sois, bien lo dice 35
de Fuenteovejuna el hombre. la sangre de estos traidores,
Dadme unas armas a mí y que os han de tirar piedras, 55
pues sois piedras, pues sois bronces hilanderas, maricones,
pues sois jaspes, pues sois tigres... amujerados, cobardes,
--Tigres no, porque feroces 40 y que mañana os adornen
siguen quien roba sus hijos, nuestras tocas y basquiñas,
matando los cazadores solimanes y colores! 60
antes que entren por el mar A Frondoso quiere ya,
y por sus ondas se arrojen. sin sentencia, sin pregones,
Liebres cobardes nacistes; 45 colgar el comendador
bárbaros sois, no españoles. del almena de una torre;
Gallinas, ¡vuestras mujeres de todos hará lo mismo; 65
sufrís que otros hombres gocen! y yo me huelgo, medio-hombres,
Poneos ruecas en la cinta. por que quede sin mujeres
¿Para qué os ceñís estoques? 50 esta villa honrada, y torne
¡Vive Dios, que he de trazar aquel siglo de amazonas,
que solas mujeres cobren eterno espanto del orbe. 70
la honra de estos tiranos,

La vida es sueño, de Pedro Calderón de la Barca (soliloquio segunda jornada)


[décima: abbaaccddc]

SEGISMUNDO:
Es verdad; pues reprimamos Sueña el rico en su riqueza,
esta fiera condición, que más cuidados le ofrece;
esta furia, esta ambición, sueña el pobre que padece
por si alguna vez soñamos; su miseria y su pobreza;
y sí haremos, pues estamos 5 sueña el que a medrar empieza, 25
en mundo tan singular, sueña el que afana y pretende,
que el vivir sólo es soñar; sueña el que agravia y ofende,
y la experiencia me enseña y en el mundo, en conclusión,
que el hombre que vive, sueña todos sueñan lo que son,
lo que es, hasta despertar. 10 aunque ninguno lo entiende. 30

Sueña el rey que es rey, y vive Yo sueño que estoy aquí


con este engaño mandando, de estas prisiones cargado,
disponiendo y gobernando; y soñé que en otro estado
y este aplauso, que recibe más lisonjero me vi.
prestado, en el viento escribe, 15 ¿Qué es la vida? Un frenesí. 35
y en cenizas le convierte ¿Qué es la vida? Una ilusión,
la muerte, ¡desdicha fuerte! una sombra, una ficción,
¿Que hay quien intente reinar, y el mayor bien es pequeño;
viendo que ha de despertar que toda la vida es sueño,
en el sueño de la muerte! 20 y los sueños, sueños son. 40
La vida es sueño, de Pedro Calderón de la Barca (primera jornada, presentación
de Basilio en hemisticomitia) [quintillas: la primera, ababa; la segunda, aabba]

ESTRELLA: Sabio Tales...


ASTOLFO: Docto Euclides...

ESTRELLA: ...que entre signos...


ASTOLFO: ...que entre estrellas...

ESTRELLA: ...hoy gobiernas...


ASTOLFO: ...hoy resides...

ESTRELLA: ...y sus caminos...


ASTOLFO: ...sus huellas...

ESTRELLA: ...describes...
ASTOLFO: ...tasas y mides... 5

ESTRELLA: ...deja que en humildes lazos...


ASTOLFO: ...deja que en tiernos abrazos...

Cántico espiritual, San Juan de la Cruz (fragmento) [liras: 7a 11B 7a 7b 11B]

Todo el Cántico espiritual es un prodigio de musicalidad y sonoridad, en parte también


por el acierto en la estrofa elegida, que combina versos de arte menor y mayor en estrofas
sintéticas de cinco versos con dos rimas. Reproducimos aquí un el inicio y unas liras
especialmente expresivas en cuanto a la sonoridad y musicalidad, apoyada, además de en
la estrofa, en una figura fónica de repetición, la aliteración14 (en este caso, onomatopeya)
que se da en las dos primeras liras: la repetición del fonema /s/ reproduce el sentido del
sosiego de esta parte del poema.

14 Repetición continua de un sonido en un verso o conjunto de versos. Cuando la repetición trata de

reproducir un sonido de la realidad, una percepción referencial, entonces hablamos de


onomatopeya.
ESPOSA. no quieras enviarme
[1] ¿Adónde te escondiste, de hoy más ya mensajero,
Amado, y me dejaste con gemido? que no saben decirme lo que quiero.
Como el ciervo huiste,
habiéndome herido; [7] Y todos cuantos vagan
salí tras ti clamando, y eras ido. de ti me van mil gracias refiriendo,
y todos más me llagan,
[2] Pastores, los que fuerdes y déjame muriendo
allá por las majadas al otero, un no sé qué que quedan balbuciendo.
si por ventura vierdes
aquel que yo más quiero, ESPOSA.
decilde que adolezco, peno y muero. [12] ¡Apártalos, Amado,
que voy de vuelo!
[3] Buscando mis amores, ESPOSO.
iré por esos montes y riberas; Vuélvete, paloma,
ni cogeré las flores, que el ciervo vulnerado
ni temeré las fieras, por el otero asoma
y pasaré los fuertes y fronteras. al aire de tu vuelo y fresco toma.

PREGUNTA A LAS CRIATURAS. ESPOSA.


[4] ¡Oh bosques y espesuras, [13] Mi Amado las montañas,
los valles solitarios nemorosos,
plantadas por la mano del Amado!
las ínsulas extrañas,
¡Oh prado de verduras,
los ríos sonorosos,
de flores esmaltado!,
el silbo de los aires amorosos,
decid si por vosotros ha pasado.
[14] la noche sosegada,
RESPUESTA DE LAS CRIATURAS.
en par de los levantes de la aurora,
[5] Mil gracias derramando,
la música callada,
pasó por estos sotos con presura,
la soledad sonora,
y, yéndolos mirando,
la cena que recrea y enamora.
con sola su figura
[15] nuestro lecho florido,
vestidos los dejó de hermosura.
de cuevas de leones enlazado,
en púrpura tendido,
ESPOSA.
de paz edificado,
[6] ¡Ay, quién podrá sanarme!
de mil escudos de oro coronado!
Acaba de entregarte ya de vero;

Romanticismo y posromanticismo
El estudiante de Salamanca, José de Espronceda [escala métrica con fórmula de
octavilla aguda: -aab’ -ccb’ 8>2]

La tirada final de la resolución de la obra de Espronceda, El estudiante de Salamanca,


corresponde a la denominada escala métrica: los versos van creciendo o decreciendo
progresivamente en cuanto a su cómputo silábico (la medida del verso), generando un
efecto rítmico y sonoro muy eficaz. En este momento de la acción se nos narra la muerte
del protagonista, y los versos van disminuyendo junto con la vida de Montemar. El
fragmento parte del dodecasílabo hasta el bisílabo (aquí reproducimos solo la tirada
menor, del octosílabo en adelante). La estrofa elegida es la octava/octavilla aguda, muy
útil para este efecto, ya que las estrofas se cierran siempre en rima aguda, rotunda y
sonora. Además, esta estrofa le permite una gradación que, aunque no se da siempre, es
bastante constante y es muy sugerente en la construcción rítmica del poema: el primer
verso de muchas estrofas (el que queda suelto en la rima) es esdrújulo, esto es, tiene el
mismo número de sílabas lingüísticas que el verso de la estrofa anterior, pero una sílaba
métrica menos; de la misma forma, el último verso de las estrofas, al ser de rima aguda,
tendrán el mismo número de sílabas lingüísticas que la estrofa siguiente (cuando se
produzca la disminución), pero el mismo número de sílabas métricas que la estrofa en
que se inserta.

[I.8] Mientras, la ronda frenética languidez, mareo


que en raudo giro se agita, y angustioso afán;
más cada vez precipita y sombras y luces,
su vértigo sin ceder; la estancia que gira,
más cada vez se atropella, y espíritus mira
más cada vez se arrebata, que vienen y van.
y en círculos se desata
violentos más cada vez: [VI] Y luego a lo lejos,
flébil en su oído,
[II] y escapa en rueda quimérica; eco dolorido
y negro punto parece lánguido sonó,
que en torno se desvanece cual la melodía
a la fantástica luz, que el aura amorosa
y sus lúgubres aullidos y el agua armoniosa
que pavorosos se extienden de noche formó;
los aires rápidos hienden
más prolongados aún. [VII.5] y siente luego
su pecho ahogado
[III.7] y a tan continuo vértigo, y desmayado,
a tan funesto encanto, turbios sus ojos,
a tan horrible canto, sus graves párpados,
a tan tremenda lid, flojos caer;
entre los brazos lúbricos la frente inclina
que aprémianle sujeto sobre su pecho,
del hórrido esqueleto, y, a su despecho,
entre caricias mil, siente sus brazos
lánguidos, débiles
[IV] jamás vencido el ánimo, desfallecer.
su cuerpo ya rendido
sintió desfallecido [VIII.4] Y vio luego
faltarle Montemar; una llama
y a par que más su espíritu que se inflama
desmiente su miseria, y murió;
la flaca, vil materia y perdido
comienza a desmayar. oyó el eco
de un gemido
[V.6] Y siente un confuso, que espiró.
loco devaneo,
[IX.3] Tal, dulce la voz,
suspira
la lira [X.2] leve,
que hirió breve
en blando son.
concepto
del viento

Rima XV: Cendal flotante de leve bruma, Gustavo Adolfo Bécquer [decasílabos
compuestos pareados con pies quebrados]

El Romanticismo y Modernismo, después del Barroco, han sido los movimientos poéticos
que más han aprovechado las posibilidades rítmicas y sonoras de la retórica. Muchos de
estos autores volvieron al estudio acentual de sus composiciones desde el punto de vista
rítmico, y recuperaron las figuras paralelísticas y el acento en la sonoridad del verso. Este
primer poema corresponde a las Rimas de Bécquer.

Cendal flotante de leve bruma, En mar sin playas onda sonante,


rizada cinta de blanca espuma, en el vacío cometa errante,
rumor sonoro largo lamento
de arpa de oro, del ronco viento, 15
beso del aura, onda de luz, 5 ansia perpetua de algo mejor,
eso eres tú. eso soy yo.
¡Tú, sombra aérea que cuantas veces ¡Yo, que a tus ojos en mi agonía
voy a tocarte te desvaneces los ojos vuelvo de noche y día;
como la llama, como el sonido, yo, que incansable corro y demente 20
como la niebla, como un gemido 10 tras una sombra, tras la hija ardiente
del lago azul! de una visión!

La clave en la recitación de este poema o en su musicalización se advierte si hacemos un


estudio de las cláusulas rítmicas (acentuales del poema). La igual distribución de estas y
los cambios son auditivamente muy sugerentes. Veamos los primeros versos:

Esquema acentual primeros once versos:

OÓOÓO/OÓOÓO pentasílabos trocaicos


OÓOÓO/OÓOÓO pentasílabos trocaicos
OÓOÓO/OÓOÓO pentasílabos trocaicos
ÓOOÓO/ÓOOÓ(O) pentasílabos dactílicos
ÓOOÓ(O) pentasílabo dactílico

ÓOOÓO/ÒOOÓO pentasílabos dactílicos


ÓOOÓO/ÒOOÓO pentasílabos dactílicos
ÒOOÓO/ÒOOÓO pentasílabos dactílicos
ÒOOÓO/ÒOOÓO pentasílabos dactílicos
OÓOÓ(O) pentasílabo trocaico
Ofertorio, Juan Ramón Jiménez (fragmento) [hexadecasílabos compuestos con
rima consonante en los pares y cláusula rítmica constante]

En este caso, Juan Ramón Jiménez, formado en el Modernismo, basa la construcción de


su poema en un esquema acentual continuado, lo que le da una cadencia muy particular
y permite un recitado fluido y su fácil musicalización. Hay otros muchos poemas de este
momento que se construyen bajo premisas similares, del propio Juan Ramón, Rubén
Darío, Manuel Machado…

De mi sangre se nutrieron las estrofas de estos cantos;


son las flores de mi alma, que cayeron a los ósculos
de una brisa sonrïente, saturada de perfumes,
o al embate furibundo de huracanes procelosos…;
son pedazos humeantes de mi alma soñadora, 5
de mi alma, peregrina de los nobles reinos de Oro,
de los reinos encantados donde viven las Quimeras
las Quimeras azuladas, los Delirios y los Gnomos
guardadores de magníficas riquezas ignoradas
guardadores de sublimes y fantásticos tesoros, 10
cuyos vivos resplandores me fascinan y me atraen,
me fascinan y me atraen como imanes monstruosos…

Esquema acentual continuo (con alguna desacentuación):


OOÓO OOÓO OOÓO OOÓO

El eco y yo, Rubén Darío

El poeta Rubén Darío fue el maestro de la retórica de la rítmica y la métrica que impuso
el Modernismo, al menos en su primera etapa. Recupera, por ejemplo, algunos de los
juegos de rima propios del Siglo de Oro, como en este poema en eco:

Eco, divina y desnuda en mi mansión dolorosa


como el diamante del agua, rosa.
mi musa estos versos fragua Se apagó como una estrella
y necesita tu ayuda, ella.
pues, sola, peligros teme. Deja, pues, que me contriste.
—¡Heme! —¡Triste!
—Tuve en momentos distantes, ¡Se fue el instante oportuno!
antes, —¡Tuno!...
que amar los dulces cabellos —¿Por qué, si era yo suave
bellos, ave,
de la ilusión que primera que sobre el haz de la tierra
era, yerra
en mi alcázar andaluz y el reposo de la rama
luz, ama?
en mi palacio de moro Guiome por varios senderos
oro, Eros,
mas no se portó tan bien hadas.
en Gusté de Amor hidromieles
esquivarme los risueños mieles;
sueños, probé de Horacio divino,
que hubieran dado a mi vida vino;
ida entretejí en mis delirios
menos crueles mordeduras lirios.
duras. Lo fatal con sus ardientes
Mas hoy el duelo aún me acosa dientes
—¡Osa! apretó mi conmovida
—¡Osar, si el dolor revuela! vida;
—¡Vuela! mas me libró en toda parte
—Tu voz ya no me convence. arte.
—Vence. Lista está a partir mi barca
—¡La suerte errar me demanda! arca
—Anda. do va mi gala suprema,
—Mas de ilusión las simientes... —Rema.
—¡Mientes! —Un blando mar se consigue.
—¿Y ante la desesperanza? —Sigue.
—Esperanza. —La aurora rosas reparte.
Y hacia el vasto porvenir —¡Parte!
ir. ¡Y a la ola que te admira
—Tu acento es bravo, aunque seco, mira,
eco. y a la sirena que encanta
Sigo, pues, mi rumbo, errante, canta!
ante
los ojos de las rosadas

Bonus track
Himno Nacional de Chile, Eusebio Lillo [decasílabos himnarios con rima alterna]

Y para finalizar con fervor, un poema que todos conocerán, pero que quizás nunca se
pararon a analizar, y que nos sirve fundamentalmente para explicar algunos aspectos de
los que venimos hablando: cada metro (o estrofa) sirve a unos objetivos particulares,
como bien decía Lope. No es casualidad que los himnos nacionales de Argentina, Bolivia,
Perú, Uruguay, Paraguay, México y Guatemala estén, como el chileno, en decasílabos (de
ahí el nombre de decasílabo himnario), y no solo eso, sino también con un ritmo
acentual de cláusula prácticamente fijo con acentos constituyentes (hay alguno más no
relevante en la primera sílaba) en la tercera, sexta y novena sílaba, de ahí esa entonación
marcial tan particular de los himnos. Prueben a recitarlo marcando mucho los acentos.

Puro, Chile, es tu cielo azulado,


Puras brisas te cruzan también,
Y tu campo de flores bordado
Es la copia feliz del Edén.
Majestuosa es la blanca montaña
Que te dio por baluarte el Señor,
Y ese mar que tranquilo te baña
Te promete futuro esplendor.

[Coro]

Dulce Patria, recibe los votos


Con que Chile en tus aras juró
Que o la tumba serás de los libres
O el asilo contra la opresión

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