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Manifiesto futurista 

de FILIPPO MARINETTI
 
1. Nosotros queremos cantar el amor al peligro, el hábito a la energía y a la temeridad.
 
2. El coraje, la audacia y la rebelión serán elementos esenciales de nuestra poesía.
 
3. La literatura exaltó hasta hoy la movilidad penosa, el éxtasis y el sueño. Nosotros queremos
exaltar el movimiento agresivo, el insomnio febril, el paso de carrera, el salto mortal, la bofetada y
el puño.
 
4. Nosotros afirmamos que la magnificencia del mundo se ha enriquecido de una nueva belleza: la
belleza de la velocidad. Un automóvil de carreras con su cofre adornado de gruesos tubos similares
a serpientes de hálito explosivo... un automóvil rugiente que parece correr sobre la metralla, es más
bello que la Victoria de Samotracia.
Marcha futurista de FILIPPO MARINETTI

Iró   iró   iró   pic   pic


Iró   iró   iró  paac   paac
MAAA   GAAA   LAAA
MAAA   GAAA   LAAA
RANRAN   ZAAAF
RANRAN   ZAAAAAAF

Recomendaciones Para hacer un poema dadaísta de TRISTAN TZARA


 
               Coja un periódico.
                        Coja unas tijeras.
                        Escoja en el periódico un artículo de la longitud que cuenta darle a su
poema.
                               
                               
el artículo y métalas en una bolsa.
                               
                               
                               
                               
                               
                     Y es usted un escritor infinitamente original y de una
sensibilidad hechizante, aunque incomprendida del vulgo.
Greguerías de RAMÓN GÓMEZ DE LA SERNA
 
“El cerebro es un paquete de ideas arrugadas que llevamos en la cabeza”.
“Las espigas hacen cosquillas al viento”.
Venecia es el sitio en que navegan los violines.
El reloj del capitán de barco cuenta las olas.
El viento es torpe: el viento no sabe cerrar una puerta.
El Coliseo en ruinas es como una taza rota del desayuno de los siglos.
La ametralladora suena a máquina de escribir de la muerte.
El lápiz sólo escribe sombras de palabras.
El agua no tiene memoria: por eso es tan limpia.
El perfume es el eco de las flores.
El mar sólo ve viajar: él no ha viajado nunca.
En el vinagre está todo el mal humor del vino.
El espantapájaros semeja un espía fusilado.
El tenedor es el peine de los tallarines.
Abrir un paraguas es como disparar contra la lluvia.
Lo único que está mal en la muerte es que nuestro esqueleto podrá confundirse con otro
El cocodrilo es un zapato desclavado.
El rayo es una especie de sacacorchos encolerizado.
“¡Qué sábana más dura!” (Era su losa).
El viaje más barato es el del dedo en el mapa.
El cometa es una estrella a la que se le ha deshecho el moño.
El león tiene en la punta de la cola la brocha de afeitar.
La liebre es libre.
El reloj nos va afeitando la vida.
El agua se suelta el pelo en las cascadas.
Los ceros son los huevos de los que salieron las demás cifras.
La muerte es hereditaria.
Las gotas de rocío son unas lágrimas anticipadas por lo efímero que es el día que nace.
Los que fechan cualquier cosa con números romanos –MCMXXXV- son unos MMMEMOS.
La pulga hace guitarrista al perro.

Vicente Huidobro
POEMAS DE OLIVERIO GIRONDO

1. Poema 12

2. Se miran, se presienten, se desean, se tantean, se juntan, desfallecen,


se acarician, se besan, se desnudan, se repelen, se enervan, se apetecen,
se respiran, se acuestan, se olfatean, se acometen, se enlazan, se entrechocan,
se penetran, se chupan, se demudan, se agazapan, se apresan, se dislocan,
se adormecen, se despiertan, se iluminan, se perforan, se incrustan, se acribillan,
se codician, se palpan, se fascinan, se remachan, se injertan, se atornillan,
se mastican, se gustan, se babean, se desmayan, reviven, resplandecen,
se confunden, se acoplan, se disgregan, se contemplan, se inflaman, se enloquecen,
se aletargan, fallecen, se reintegran, se derriten, se sueldan, se calcinan,
se distienden, se enarcan, se menean, se desgarran, se muerden, se asesinan,
e retuercen, se estiran, se caldean, resucitan, se buscan, se refriegan,
se estrangulan, se aprietan se estremecen, se rehúyen, se evaden, y se entregan.

El puro no

El no
el no inóvulo
el no nonato
el noo
el no poslodocosmos de impuros ceros noes que noan noan noan
y nooan
y plurimono noan al morbo amorfo noo
no démono
no deo
sin son sin sexo ni órbita
el yerto inóseo noo en unisolo amódulo
sin poros ya sin nódulo
ni yo ni fosa ni hoyo
el macro no ni polvo
el no más nada todo
el puro no
sin no.
 
  Aureliano, el primer ser humano que nació en Macondo, iba a cumplir seis años en marzo.
Era silencioso y retraído. Había llorado en el vientre de su madre y nació con los ojos abiertos.
  Mientras le cortaban el ombligo movía la cabeza de un lado a otro reconociendo las cosas
del cuarto, y examinaba el rostro de la gente con una curiosidad sin asombro. Luego, indiferente a
quienes se acercaban a conocerlo, mantuvo la atención concentrada en el techo de palma, que
parecía a punto de derrumbarse bajo la tremenda presión de la lluvia. Úrsula no volvió a acordarse
de la intensidad de esa mirada hasta un día en que el pequeño Aureliano, a la edad de tres años,
entró a la cocina en el momento en que ella retiraba del fogón y ponía en la mesa una olla de caldo
hirviendo. El niño, perplejo en la puerta, dijo: “Se va a caer”. La olla estaba birn puesta en el
centro de la mesa, pero tan pronto como el niño hizo el anuncio, inició un movimiento irrevocable
hacia el borde, como impulsada por un dinamismo interior, y se despedazó en el suelo. Úrsula,
alarmada, le contó el episodio a su marido, pero este lo interpretó como un fenómeno natural. 
 
GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ,
Cien años de soledad

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