Cognicion Creativa, Un Acercamiento Desde La Filosofia de La Mente - Helga Peralta
Cognicion Creativa, Un Acercamiento Desde La Filosofia de La Mente - Helga Peralta
Cognicion Creativa, Un Acercamiento Desde La Filosofia de La Mente - Helga Peralta
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Introducción Filosófica
“El último sentido del conocimiento filosófico no es tanto resolver enigmas como descubrir
portentos”
N. Hartmann
La Filosofía nace con el hombre, con la especie humana se entenderá; probablemente ocurre un
salto cualitativo entre el hombre animal, puramente, y el hombre racional que yergue su cabeza al
cielo preguntándose algo, lo primero; primero que participa todavía del terreno del mito, puesto que
sea lo que fuere, es un paso inicial que abre e inaugura la más extenuante empresa humana: la del
preguntar.
La Filosofía es la empresa del preguntar y en esa vastedad podrían pensarse todos los temas que
constituyen, tanto en la pregunta como en sus posibles respuestas, las preocupaciones de lo que
entendemos por Cultura e incluso Realidad, lo que creemos saber respecto de una y lo que creemos
nos constituye como especie, en la otra. Esto extremando el puro espectro de la pregunta.
Sobrevolando el ámbito de la respuesta, un irónico filósofo dijera: “...Los animales inteligentes
inventaron el conocimiento...” Efectivamente la pregunta instala el dominio de la certeza, las
respuestas. No conforme con esto, provoca algo peor: la Duda. Incertezas, error, apariencias
surgidas entre la mera opinión de las cosas y una búsqueda, de respuesta en este caso, por la
naturaleza efectiva de aquellas mismas cosas. Difícil reducir el terreno de la respuesta. Una simple
o cándida pregunta y millones, toneladas de respuestas. En esta precisa e incómoda brecha se
posesiona, no sin conflicto por supuesto, la Filosofía como juez no erudito pero avezado; persistente
en su afán de respuestas fundantes entre el resto espurias.
La necesidad de certeza se impone al fin, realzándose sobre la pregunta y sus miles de respuestas,
entre todas, cuáles suficientes y cuáles necesarias para establecer la identidad y supremacía de lo
que damos por cierto que es el Mundo. El conocimiento, como expresión certera, se nos hace
necesario como primera instalación sobre las cosas y nosotros mismos.
De todas sus preguntas, entonces, ninguna tan inmanente, tan propia a la filosofía misma como
búsqueda del saber, que aquella por la naturaleza del conocimiento. Pregunta reflexiva por lo
demás, que se pregunta por la pregunta de las cosas, en un estudio crítico de las condiciones de
posibilidad del conocimiento humano en general. El problema Epistémico, en pleno, aparecerá una
y otra vez desde los propios orígenes de la actividad intelectual, resurgiendo ante cada nuevo
desarrollo de un producto o a causa de fenómenos antiguos y aún ignotos; el luengo tema del saber.
¿Qué es conocer?, ¿Qué significa exactamente?, ¿Cuál es su extensión?,¿Cómo ocurre tal suceso,
en la mente humana?; ¿Cuál es, pues, la índole de la Mente humana que genera tal evento?
Aunque de antigua data, problemas como los anteriores siguen preocupándonos. Entre otras
razones, debido a la singular naturaleza refractaria que pareciera constituirles. Por lo mismo, no
debiera parecer extraño que la fundación de un campo de estudio para tan imperioso quehacer,
tardara siglos en constituirse seriamente.
La Epistemología, como ámbito riguroso, deberá esperar por lo menos la constitución del
conocimiento teórico, científico, para establecer un estatuto entre las constantes e inasibles
dimensiones de la Filosofía. Por fin Epistemología como Teoría del Conocimiento, “podemos
definirla como la teoría material de la ciencia o como la teoría de los principios materiales del
conocimiento humano. La teoría del conocimiento pregunta por la verdad del pensamiento, esto es,
por su concordancia con el objeto. Esto ilumina la fundamental importancia que la teoría del
conocimiento posee para la esfera total de la filosofía. Por ello se le ha llamado con justa razón la
filosofía fundamental, philosophia fundamentalis.”
Aún así definida Epistemología como el área de la filosofía que estudia los problemas del
conocimiento, el término presenta cierta ambigüedad dado que no siempre se usa en una acepción
específica; por una parte, entendido como teoría del conocimiento o Gnoseología se le atribuye una
orientación clásica referida al estudio crítico de las condiciones de posibilidad del conocimiento en
general, su origen, naturaleza, justificación y límites, ocupándose de preguntas como “¿Qué
podemos conocer?” o “¿cómo sabemos que lo que creemos acerca del mundo es verdadero?” Por
otra parte, contemporáneamente viene atribuyéndosele la función de ocuparse de la ciencia y del
conocimiento científico en específico como su objeto propio de estudio, por lo que también se
identificará con la filosofía de la ciencia, de influencia anglosajona.
No obstante, pese a la prolongada espera para constituirse oficialmente, la empresa epistemológica,
ha reunido en su acervo la mayor parte del trabajo crítico del quehacer filosófico. Desde los albores
del pensamiento occidental con los filósofos cosmogónicos que buscan entender y explicar el origen
de todas las cosas, “de la totalidad ordenada a la que llamarán kosmos o Mundo”. La Filosofía, en
general, como la misma historia del hombre, recorrerá tortuosos senderos en su intento de dilucidar,
esclarecer la naturaleza efectiva de lo que constituye aquella totalidad ordenada, el Mundo; y en
ese inevitable afán de respuestas, se atreverá a ir más allá de lo evidente, arriesgándose cada vez
más en la especulación. La Edad Media con su Escolástica, posiblemente de todas las edades del
hombre y de la filosofía la más idónea para la especulación, contendrá la investigación filosófica
con un muro infranqueable y definitivo: Dios, principio y explicación de todas las cosas, cuyos
reglones son insondables.
No podemos decir que durante todo el bloque medieval la filosofía como labor crítica
desapareciera, sino que aguardará agazapada hasta el despertar de un nuevo tiempo que le
permitiera germinar sus frutos. El Humanismo y posteriormente la Iluminación como Mayoría
deEdad de la Humanidad admitirán mirar el mundo con otros ojos, el de la libertad y confianza en
la Razón, que sustenta con su omnipresente poder todo el porvenir. La Modernidad despertará con
aquella incipiente pero fortísima “Revolución científica” que alimentará no sólo la filosofía, sino
aún la cultura entera hasta nuestros días. El mundo da un vuelco, deja de ser el medieval libro donde
Dios escribió en signos todas las cosas, para volver a ser un ‘objeto’ de estudio, donde las ciencias
naturales tal como la filosofía tienen mucho que decir. En este sentido resulta claramente
ejemplificador el aforismo siguiente, de Francis Bacon:
“Los hombres de experimentos son como las hormigas que solamente recogen; los
razonadores, como las arañas que extraen todo de su propia sustancia; los verdaderos
filósofos deben ser como las abejas, que recogen el material, pero lo transforman
mediante su propio poder”.
El desarrollo del pensamiento moderno y con él, del contemporáneo, no puede eludir sus directrices
en Descartes y Kant, por nombrar sólo dos grandes hitos. El advenimiento de la Razón y a partir de
ella, el concepto de Mente son un punto de partida para entender la actualidad y las habituales
nociones de ciencia, tecnología, computación, psicología, etc.
No de menor envergadura, el proyecto kantiano de unificación y síntesis de las dos líneas más
fuertes de pensamiento de su tiempo, racionalismo y empirismo, a través de la pregunta
Trascendental: ¿Qué podemos conocer? A partir de esta pregunta, en apariencia sencilla, la
construcción rigurosa de todo el edificio gnoseológico. El logro de una verdadera revolución
intelectual que forja el horizonte filosófico de occidente, en dónde la inteligencia deja de
contemplar ‘pasivamente’ la realidad esperando lo que ésta pueda decirle y se redirige a ella misma,
poniendo en marcha sus contenidos mediante un pensar por construcción ya dado por sus propias
formas, en donde la capacidad del sujeto es lo determinante del objeto de conocimiento; el sujeto es
el que determina al objeto y no inversamente como desde antaño se había asumido. “Un nuevo
método del pensamiento, a saber, que sólo conocemos a priori de las cosas lo que nosotros mismos
ponemos en ellas”. Nuevas perspectivas no sólo para la filosofía – y de un nuevo entendimiento de
la metafísica- sino en general para las ciencias que pretendan conocer la estructura del conocimiento
y de la mente humana que lo lleva a cabo.
Se habrá observado que por su misma naturaleza los problemas epistemológicos se hallan
íntimamente vinculados con el concepto, tan ampliamente cuestionado, de Mente. La Filosofía de la
Mente, no es una empresa nueva, sino que obedece a preguntas tan pretéritas como la humanidad y
su vigencia y actualidad se corresponden con el desarrollo de algunas respuestas a dichas preguntas,
debido a que, lo que sea el conocimiento, éste como proceso se da ineludiblemente en el sustrato
mental y como tal, exigirá una revisión de qué es efectivamente aquello a lo que llamamos “Mente”,
cuáles son sus procesos, su estructura, sus mecanismos. La Filosofía de la mente, con la misma
inquietud epistemológica, examinará el estudio de los procesos mentales y los supuestos teóricos
subyacentes a las nociones mismas de mente, psique, cognición y, en general, de todos los procesos
denominados mentales.
Por otra parte, durante el siglo XX revive la preocupación por estos problemas unido al creciente
interés por la ciencia, la lógica y el lenguaje, dadas las diferentes consideraciones epistemológicas
que coinciden en enfatizar el vínculo y lugar del Lenguaje en el conocimiento de las cosas, con ello
la Filosofía Analítica, o también llamada “Análisis Filosófico”, ha influido en la Teoría del
conocimiento cambiando su perspectiva desde el antiguo problema de corte psicologista, de si son
las ideas representaciones de la realidad; al de, qué sentido tienen, y de dónde lo toman, las palabras
que usamos para hablar de las cosas. De este modo, pone el énfasis en comprender la naturaleza
lógica –y lingüística- de los problemas filosóficos y de los problemas que la ciencia plantea a la
filosofía.
Es interesante considerar que en la actualidad la mayoría de los problemas epistemológicos son de
origen “extrafilosófico” (E. Rabossi, 1995) puesto que precisamente se suscitan a partir del
progresivo desarrollo de la teorización científica en ámbitos de evidente emergencia como la
Inteligencia Artificial, la Computación, la Neurociencia o la Lingüística. Pese a lo anterior,
‘extrafilosófico’ debe ser entendido en tanto la procedencia de estas reflexiones; es decir, en cuanto
surgen desde las disciplinas mentadas y de otras que comparten e insisten en entender los
fenómenos que dan lugar al conocimiento y que hoy en bloque denominamos Ciencia Cognitiva,
pero que a nuestro juicio se organizan en un criterio y ejercicio de trasfondo epistemológico, que
sigue exponiendo lo necesario de una reflexión sobre el alcance del conocer, no sólo como una
propiedad intrínseca de la especie humana sino también, en relación con su porvenir.
Será precisamente en estas latitudes, donde resurgen interrogantes clásicas que la Filosofía de todos
los tiempos se ha planteado, pero que en la actualidad ameritan nuevos exámenes; preguntas que
vinculan todos los desarrollos que en el presente nos enorgullecen y que relacionan tanto nuestras
competencias para el conocimiento como las capacidades para generar nuevos y más eficientes
procesos y adminículos para desarrollarlo. A este respecto, la Creatividad es un tema que nos parece
articulatorio; aunque no propio, sí imprescindible del análisis filosófico; en particular para la
epistemología y la filosofía de la mente, ya que la Creatividad, reside en el corazón mismo del
descubrimiento y por ende del conocimiento, tanto de la actividad cotidiana como de la producción
artística o científica.
En consecuencia con lo anterior, la organización del texto expone en las secciones de la primera
parte, una caracterización general del origen y la estructura de la Ciencia Cognitiva, para a
continuación proponer una Justificación o Nudo filosófico que articule una investigación en Ciencia
Cognitiva, intentando establecer en el bloque cognitivo las relaciones y los compromisos que entre
él y la filosofía se establecen implícitamente. Las últimas secciones de la primera parte, presentan
algunos conceptos claves del bloque, para finalizar con las relaciones internas entre sus disciplinas,
a modo de un marco general de referencia.
La segunda parte, se dedica en bosquejar una demarcación más específica en lo propio de la
filosofía de la mente. En esta sección se abordarán problemas tradicionales del área, como el
problema Ontológico y los vinculados con la Intencionalidad de lo mental, ambos significativos
para una apropiada comprensión de los presupuestos básicos que subyacen a la Ciencia Cognitiva.
Por otra parte, la exposición de problemas más contemporáneos, como los referidos a la Semántica
de los conceptos, pretende ofrecer una panorámica del estado actual de la cuestión, para desde este
ámbito, que si bien igualmente central ha sido un tanto soslayado en el bloque cognitivo en pro de
aspectos más formales, sondear criterios apropiados que permitan, entre otras, evaluar una
propuesta para abordar la Creatividad, acorde a estos parámetros.
Aclarado esto, la tercera parte se concentrará específicamente en el tema de la Creatividad a secas,
como le hemos llamado, para luego adentrarnos en la óptica particular de un modelo de análisis de
creatividad, propuesto desde una orientación actual del propio bloque cognitivo. En concreto, desde
la revisión y análisis desarrollados sobre base experimental de Cognición Creativa (1992), grupo
constituido por R. Finke, T. Ward y S. Smith.
Ya en esta área de trabajo, las últimas secciones de la tercera parte se dedicarán a la aplicación y
evaluación del modelo propuesto por este enfoque, en una de las áreas que la misma Cognición
Creativa plantea y que a nuestro juicio, es central tanto para los desarrollos de la Ciencia Cognitiva
en general, como para la Filosofía, en específico: Síntesis Conceptual.
La exposición, en este ámbito particular, apunta a aterrizar en la propuesta de Cognición Creativa
conceptos abordados en secciones previas, para en este terreno final observar y apreciar las
implicancias que ella pudiera tener para la filosofía de la mente y la posibilidad de futuros
desarrollos del tema. Entre estas, particularmente relevantes aquellas vinculadas con supuestos
sustantivos sobre la naturaleza de la mente y su funcionamiento; es decir, sobre la presencia y
estructura de los conceptos, como elementos claves de la explicación cognitiva.
Lo anterior, que puede considerarse como un objetivo central del texto, se retomará en la sección
final, donde se postula a modo de síntesis una Evaluación final de lo tratado, y el que parece un
lugar natural para plantearse, a partir de las implicancias teóricas de la reflexión filosófica, los
posibles alcances materiales que la investigación en Creatividad propone al porvenir.
Primera Parte: Ciencia Cognitiva
1. Caracterización General
En la actualidad cada día se hace más familiar hablar de Ciencia Cognitiva en el ámbito
epistemológico, y otros cercanos, sin embargo es visible la falta de información y prejuicios en su
uso.
Lo anterior, obedece a que la expresión “Ciencia Cognitiva” (en lo sucesivo CC) nos llega de modo
impreciso por varias razones; motivo por el que intentaremos ciertas precisiones.
Uno de los principales motivos de la ambigüedad en la expresión Ciencia Cognitiva, refiere a que la
procedencia del bloque CC ha suscitado sospechas desde el principio, razón por la que se le ha
exigido en más de una oportunidad, dar cuenta de su origen y esclarecer sus principios, desde su
misma data de nacimiento.
A este respecto, resulta particularmente aclaradora la compilación de Donald Norman, Perspectivas
de las Ciencias Cognitivas, editada precisamente a estas razones, para dar cuenta del nacimiento
oficial o del ‘estreno en sociedad’ de la CC. Es aquí donde se conviene establecer su data de
nacimiento en 1956, tal como lo refiere Herbert Simon, en su artículo Ciencia Cognitiva: la más
nueva ciencia de lo artificial, en el texto citado; este año señala el inicio de un nuevo enfoque en la
comprensión de la mente humana, al que Simon refererirá como el Paradigma del Procesamiento
de la Información. 1956 fue un año activo, en que especialistas de diversas áreas, todas interesadas
en el origen o desarrollo del conocimiento, la inteligencia y el lenguaje, presentan interesantes y
reveladores artículos bajo el marco del Simposio sobre Teoría de la Información, organizado por el
Massachussetts Institute of Technology (MIT), entre el 10 y el 12 de Septiembre de ese año
(Gardner, 1985). Aquí, N. Chomsky, esbozará uno de sus primeros análisis sobre las propiedades
formales de las gramáticas transformacionales, en “Tres Modelos de Lenguaje” (para luego en 1957
presentar Estructuras Sintácticas); G. A. Miller, presentará un enfoque del procesamiento de la
información y la capacidad limitada de la memoria a corto plazo en siete ítems, en su “El mágico
número siete”; la presentación del texto de los psicólogos J. Bruner, Goodnow y J. Austin, A Study
of Thinking donde propusieron estrategias como constructos mediadores en la teoría cognitiva; A.
Newell y el mismo H. Simon postulan su descripción del LogicTheorist, “El Teórico Lógico”, el
primer programa de ordenador que resolvía problemas imitando a los seres humanos mediante
búsqueda heurística, una demostración completa de un teorema llevado a cabo en un ordenador.
En segunda instancia, y de un modo más comprometedor, se le ha exigido a la Ciencia Cognitiva
aclaraciones respecto de su constitución. ¿Qué es esto de una “Ciencia Cognitiva”?, ¿Qué
fundamentos porta? ¿Porqué una Ciencia Cognitiva y no Ciencias Cognitivas, separadas e
independientes?
De modo general, la denominación Ciencia Cognitiva refiere a todo un campo de investigación
científica multidisciplinaria, que busca estudiar y comprender los procesos que dan origen al
conocimiento en el hombre, los animales y las máquinas, o como también se le ha llamado, en la
agencia inteligente (Bechtel, 1998).
Si bien, distintos autores, la exponen desde las diversas relaciones que ellos establecen en el bloque,
así por ejemplo; Simon (1981) como “el dominio de investigación que intenta estudiar los sistemas
inteligentes y la naturaleza de la inteligencia”; Flanagan (1984) como una “confederación” de
disciplinas y subdisciplinas, todas las que alegan pueden contribuir a nuestra comprensión de lo
mental; Norman (1987) la plantea como “una convergencia de intereses entre los que persiguen el
estudio de la cognición desde diferentes puntos de vista”; Stilling (1995) directamente como “la
ciencia de la mente”; hay un consenso general respecto de la orientación de su trabajo y sus metas
generales, en cuanto todos comparten que su objetivo central es comprender los problemas de la
cognición en general y en abstracto; en todos los sentidos posibles hacer aprehensible
materialmente la mente humana y los procesos involucrados en las habilidades mentales de la
cognición natural, la enseñanza, el aprendizaje, y el conocimiento; así como también y por
extensión, los relacionados con el comportamiento animal y las máquinas inteligentes.
Aunque de evidentes fundamentos epistemológicos, el bloque interdisciplinario que constituye la
CC integra a las diversas disciplinas que abordan el sinfín de problemas del conocimiento y la
cognición en las agencias inteligentes. Desde la Filosofía (Lógica, Filosofía de la Mente y del
Lenguaje), la Neurociencia, la Lingüística, la Inteligencia Artificial, la Informática o Ciencias de la
Computación, la Psicología Cognitiva y la Antropología, que afanadas en sus propios ámbitos de
acción procuran en conjunto un trabajo sinérgico; es decir, que colabore a una comprensión extensa
de la cognición desde su sustrato más básico y complejo, lo mental; para a partir de él explicar,
desarrollar y predecir los fenómenos de la vida inteligente y todos los mecanismos implicados
(Stilling, 1995).
Como se puede advertir, respecto de las preguntas iniciales de este apartado, existe una comunión
de metas en el bloque de la CC que permite aquella unidad y cohesión que postula hablar de una
ciencia del conocimiento, donde el trabajo es compartido entre las distintas disciplinas que la
integran.
Significativo es a este respecto considerar que, pese a que cada ciencia y disciplina tiene de base un
manejo teórico específico de sus temas y, por ende, metodologías acordes a sus intereses, el bloque
de la CC postula nuevas procedimientos y métodos propios, alternativos a los de cada disciplina
aisladamente. Lo anterior, se explica en la necesidad de una Ciencia de la Cognición: centrada en el
conocimiento y sus usos; ya que si bien es cierto, muchas disciplinas se han dedicado a estos
asuntos, ninguna lo había hecho de manera completa. (D. Norman, 1987) Distintos ámbitos de
estudio con un tema común permitían una base más amplia, herramientas de distintas disciplinas al
servicio de una comprensión más cabal de la cognición humana en sus diversos contextos.
Los distintos investigadores de la cognición padecían el problema de no adecuarse a ninguna área
científica específica, ya que cada ciencia o disciplina al trabajar en sus propios métodos, intereses y
perspectivas de trabajo, no podía abordar correctamente los problemas concretos y complejos
propios de la cognición. Existía la necesidad de un bloque cognitivo científico, donde los problemas
específicos sobre la naturaleza de la cognición pudieran ser atendidos mediante nuevos
procedimientos y metodologías acordes, nacientes técnicas experimentales que permitieran una
nueva teoría. Debía haber una disciplina que se centrara en el conocimiento pero, y esto es lo
importante, alentando metodologías exclusivas para su trabajo.
Para entender en su cabalidad la expresión ‘Ciencia Cognitiva’, se hace necesario para empezar,
asumir la profunda influencia filosófica que ella implica, debido a que las motivaciones que guían a
lo que hoy conocemos como CC surgen de ambiciones antañas de la Filosofía.
La CC cita lo a que a decir de Schopenhauer es “Desatar el Nudo del Mundo” y que significa, de
modo general, la reflexión sobre el conocimiento humano, implicando entre otros: La indagación
sobre la índole de la mente humana, y su producto, el Conocimiento. Elucidar la Naturaleza de los
fenómenos psicológicos o mentales, establecer los rasgos esenciales de las capacidades y los
procesos cognitivos.
No es exagerado asumir que la motivación de la CC es semejante al de la Filosofía en su propio
origen: ¿Qué es el conocimiento?, ¿Qué significa saber algo? Cómo ese proceso se da en los
animales, en el humano, cómo puede darse en la máquina; ¿qué mecanismos interfieren y en qué
estructura o ‘lugar’ se lleva a cabo..? Comienza una larga, variada e infinita lista de preguntas de
este tipo que, sin embargo, parecieran estar hiladas por el mismo sentido. Tan amplia gama de
preguntas se corresponden con la amplitud de intereses y temáticas filosóficas. Esta originaria
coincidencia con la filosofía parece ser la más atractiva y lo que unifica el sentido de ‘ciencia’ del
Conocimiento, como debe ser bien entendida.
En apoyo de lo anterior, se puede observar en un superficial sondeo, al menos 10 ámbitos que
apunta Howard Gardner en la Nueva Ciencia de la Mente:
“Hoy, armados de herramientas y conceptos inimaginables siquiera un siglo atrás, un
nuevo cuadro de pensadores, denominados “científicos cognitivos”, están investigando
muchas de las cuestiones que obsesionaron por primera vez a los griegos hace 2.500
años. Y al igual que éstos se preguntan qué significa saber algo, tener una creencia
exacta, o por el contrario ignorar, equivocarse. Procuran comprender no sólo lo que se
conoce –los objetos y sujetos del mundo exterior- sino a la persona que conoce, su
aparato perceptual, mecanismos de aprendizaje, memoria y racionalidad. Ponderan las
diversas fuentes del saber: ¿de dónde viene?, ¿cómo se lo almacena y recurre a él, cómo
puede perdérselo? Les interesan las diferencias entre individuos: aquellos que aprenden
antes que los demás y aquellos que aprenden con dificultad; lo que puede conocer el
niño, el habitante de una sociedad ágrafa, o un individuo que ha sufrido una lesión
cerebral, o un hombre de ciencia maduro.
Además los científicos cognitivos, igual que los griegos formulan conjeturas acerca de
los diversos vehículos del saber, ¿qué es una forma, una imagen, un concepto, una
palabra? ¿Y de qué manera se relacionan entre sí estos “modos de representación”? Se
preguntan acerca de la prioridad que pueden tener determinados órganos sensoriales,
por oposición a un entendimiento general o “sentido común”. Reflexionan acerca del
lenguaje, advirtiendo el poder y las trampas que entraña el uso de las palabras y su
posible influencia rectora sobre los pensamientos y las creencias. Y especulan
largamente sobre la índole de la propia actividad del conocer: ¿Porqué queremos saber,
cuáles son las restricciones que se nos imponen en esta actividad y cuáles los límites del
conocimiento científico acerca del proceso humano del conocer”.
3. Antecedentes y origen
5. Interdisciplinareidad y directrices
Para finalizar esta primera parte se ha considerado necesario reparar, a modo de síntesis, en uno de
los aspectos más paradigmáticos de la CC, su interdisciplinareidad, evaluando de modo general sus
alcances.
Como se ha señalado, las disciplinas que integran el bloque de la CC abarcan un amplio campo de
investigación interdisciplinario y transversal bajo un objeto de estudio común, la cognición, que
relaciona dichas ciencias con las actividades mentales: la sensación, la memoria, el pensamiento, el
conocimiento, etc, en un intento eficaz de exponer que dichos procesos cognitivos, pueden y deben
estudiarse empíricamente. A esto remite la verdadera revolución que esta tendencia plantea en
cuanto a las metodologías y objetivos de las disciplinas interesadas en el estudio del individuo, el
conocimiento y el razonamiento.
De entre estos cambios metodológicos destaca la consolidación del ordenador, manipulador de
símbolos por excelencia, como herramienta esencial de modelización y verificación para el
investigador cognitivo, que, para abarcar los diferentes aspectos cognitivos del proceso de
razonamiento, precisa, además, de un acercamiento intrínsecamente interdisciplinario;
consideración, que no puede ser omitida ni subvalorada, puesto es central a lo que se entiende por
Ciencia Cognitiva.
Esta consideración intrínsecamente interdisciplinaria puede observarse en el siguiente gráfico,
ampliamente conocido como el hexágono cognitivo (Sloan Foundation. State of the Art report,
1978), donde las líneas continuas representan los vínculos interdisciplinarios fuertes y las
quebradas, los vínculos interdisciplinarios débiles.
Figura 1
Como ha sido normalmente expuesto, la antropología y la filosofía definen el límite ‘superior’ del
nivel representacional de la CC, la neurociencia constituye el límite ‘inferior’ o de nivel
representacional menos abstracto, ya que trata estructuras neuronales y moleculares. La tendencia
cognitiva dentro de esta disciplina se distingue por intentar llegar más lejos en su alcance
experimental y utilizar la noción de proceso o función mental (como la percepción o la memoria)
para profundizar en el estudio neurobiológico, tratando de encontrar el substrato neuronal de los
diferentes procesos mentales. Karl Lashley y Donald O. Hebb son dos de los principales fundadores
de esta tendencia. Ambos cuestionaron la noción aceptada del acto reflejo como elemento de base
del funcionamiento nervioso y postularon la necesidad de elementos neuronales más complejos,
organizados en conjuntos jerarquizados capaces de funcionar a diferentes velocidades y niveles de
abstracción, sin los cuales sería imposible explicar procesos cognitivos tan complicados como la
comprensión del lenguaje, la percepción de formas, el aprendizaje o la planificación. Algunos temas
centrales abordados por los neurobiólogos cognitivos son los referentes al nivel de especificidad del
sistema nervioso, su localización y plasticidad, y el alcance de la constituciión genética. La base
neuronal de la cognición y la naturaleza física de la mente son también temas centrales de la
neurobiología. La proximidad de estas reflexiones con las preocupaciones psicológicas, lingüísticas
o antropológicas anteriormente descritas es evidente.
Como ha sido expuesto previamente, la participación filosófica en el bloque cognitivo, ha tenido un
carácter fundacional. Buena parte de los antecedentes intelectuales e históricos, provienen de sus
arcas, particularmente de la Epistemología, y lo que hoy aborda la Filosofía de la Mente. El
sorprendente desarrollo de la Lógica contemporánea es un referente obligado a toda la
formalización computacional de la actualidad. Por otra parte, los criterios y discusiones que desde la
Filosofía del Lenguaje y la Filosofía de la Mente han sentado un importante precedente en lo que
hoy conocemos como Semántica Filosófica, área clave en la investigación en Conceptos y su
relación con lo mental, centrada fundamentalmente en los presupuestos generales de los procesos
mentales. Consideramos que no es desacertado considerar la Filosofía como Crítica a los programas
científicos de la CC, y en este respecto no sólo aporta sus herramientas epistemológicas, sino que
también sus reflexiones Ontológicas.
La Psicología Cognitiva, como área de la psicología que participa del trabajo en CC, también se
llama psicología computacional. En general, aborda como objeto de estudio la mente cognitiva,
entendida como procesamiento de información, dado que, funda y parte desde los supuestos
centrales expuestos en la sección previa, donde los seres humanos, así como los animales superiores
y los computadores, son sistemas de procesamiento de información. En oposición al conductismo
sostiene la existencia de estados internos, que identifica con los procesos mentales, que son la causa
de la conducta. Estos estados internos se alimentan de información. Se distingue, según las diversas
perspectivas teóricas y sus metodologías para el estudio de los procesos mentales, entre psicología
cognitiva clásica y psicología cognitiva conexionista.
Junto con la filosofía, la antropología constituye el límite ‘superior’ del campo de estudio de la CC.
Esta disciplina entra en la Revolución Cognitiva a través de los trabajos de investigadores que,
como Lévi-Strauss, estudian las particularidades culturales y de razonamiento desde un
planteamiento lingüístico independiente de las características históricas o contextuales de cada
cultura, buscando reglas de comportamiento desde las cuales sea posible explicar y extrapolar
comportamientos más complejos. Las tendencias antropológicas estructuralistas participan en la
investigación cognitiva intentando explicar fenómenos culturales (por ejemplo, las estructuras de
parentesco o la percepción del color) dando un mayor énfasis a las posibilidades individuales del
razonamiento humano y un énfasis menor a los factores culturales o históricos de la especie.
La lingüística entra en la esfera de la CC con la similar intención de formalizar, bajo un marco
matemático axiomatizable, el enorme conjunto de conocimientos y teorías lingüísticas desarrolladas
desde principios de siglo. Como ha sido expuesto, uno de sus primeros y más importantes
representantes, N. Chomsky, postula la necesidad de un conjunto de reglas o mecanismos cognitivos
detallados, capaces de dar cuenta de las diferentes posibilidades generativas, de construcción de las
oraciones y las relaciones sintácticas entre familias de frases. Chomsky cree que estas reglas o
mecanismos recursivos, utilizados inconscientemente por el hablante, pueden llegar a ser descritos y
modelizados por el lingüista, bajo un formalismo de funciones y objetos o variables.
Reencontramos, pues, en la lingüística, la misma intención cognitiva que en la psicología: descubrir
las reglas transformacionales de los procesos mentales, que definen y limitan las diferentes
actividades del conocimiento.
Si las anteriores disciplinas de las CC se dedican a elucidar los mecanismos y representaciones
responsables de la inteligencia, la inteligencia artificial (IA) parte en sentido opuesto y se propone
la construcción de procesos inteligentes a partir de las posibilidades computacionales del
computador, posibilidades todavía desconocidas, hoy en día. La (IA), a diferencia de las ciencias
anteriores, nace paralelamente a la revolución cognitiva y se convierte, a la vez, en producto y base
de las diferentes ciencias que participan en la labor cognitiva. En un principio, la IA trata de
formalizar una serie de problemas cuya resolución necesita una inteligencia, y de resolverlos
construyendo sistemas lógicos reducidos, capaces de encontrar su solución. En este sentido, los
investigadores tratan de construir una serie de reglas y procedimientos de funcionamiento, que
permitan a la máquina la búsqueda de la solución de un problema, sin que esta solución esté en el
programa original, de modo semejante a como pensamos funciona la mente humana.
Segunda Parte: Filosofía de la Mente
Breve Introducción: una declaración de identidad
En un lugar previo, se definió la Filosofía como la empresa de preguntar, obviamente esa definición
inaugural cumplía un rol metafórico y ha llegado el momento de establecer ciertas precisiones
insoslayables al área que aquí nos cita, a saber: Filosofía de la Mente.
En palabras de Gardner, la filosofía es la más antigua de las ciencias cognitivas, y esto se hace
evidente si consideramos que desde la antiguedad clásica, la filosofía ha venido preguntándose e
intentando abordar los problemas propios del conocimiento. En este contexto, los involucrados en el
concepto de Mente, son sin duda alguna, aquellos de más antigua data y hasta la fecha centrales e
irresolutos en la labor intelectual. Lo anterior vuelve a explicar el surgimiento oficial de la
Epistemología como espacio filosófico particular para el análisis de los asuntos del conocimiento, la
mente, y sus propiedades. Sin minimizar esta declaración de Identidad, de igual importancia el rol
que la epistemología y particularmente la Filosofía de la Mente cumple o debiera cumplir en el
cuerpo general de investigación contemporánea en estas áreas. Ovbiamente la reflexión filosófica
que se ha ocupado de los problemas de la mente, debe participar colaborativamente en la
construcción y crítica de todo el trabajo que hoy entendemos bajo el nombre de Ciencia Cognitiva.
En esta sección retomaremos puntos que fueron planteados en el marco general de todo el bloque
cognitivo y otros que simplemente se esbozaron bajo el mismo contexto, pero que en la medida que
entrañan criterios y directrices filosóficas merecen ser especificados, dado que ellos efectivamente
participarán en las construcciones que de estos fenómenos, las ciencias y disciplinas involucradas
postulen. Como intentó establecerse en la primera parte, el bloque multidisciplinario que constituye
la CC aborda temas sustantivos de la empresa intelectual de todos los tiempos, sin embargo sus
proyecciones e implicancias para el desarrollo posterior del conocimiento parecen todavía mayores;
bajo este supuesto, nuestra intención de especificar estos criterios propios de la filosofía, puesto que
de tales consideraciones dependerán las críticas y evaluaciones de las ofertas del mercado cognitivo
actual, y en vistas a que no son pocas, ni irrelevantes, el tamiz filosófico tampoco lo es.
Consecuentemente, se abordarán cuatro ámbitos problemáticos que, a nuestra consideración, son
centrales en la filosofía de la mente y claves para el desarrollo de la CC. De tal modo, en primer
lugar el llamado Problema Ontológico o sobre el viejo problema de la naturaleza de los seres
capaces de cognición; le sigue a este, el problema del rasgo central de los eventos mentales y sus
derivados, la Intencionalidad, que nos remitirá directamente a consideraciones semánticas. Este
ámbito, la Semántica filosófica, adquiere especial relevancia para la articulación completa de la CC,
ya que en este terreno se postularán la estructura de los conceptos, y como fue establecido en la
primera parte, ellos como pieza clave de la explicación cognitiva, incidirán como supuestos
sustantivos en las distintas perspectivas que el bloque cognitivo postule. El apartado de Semántica
filosófica abordará de modo panorámico, algunas de las actuales teorías de conceptos con la
intención, ya declarada, de visualizar algunos criterios generales con los que abordar,
posteriormente, una propuesta de análisis de Creatividad en el bloque, específicamente Cognición
Creativa.
Estos y otros problemas de origen y relevancia filosófica, son también centrales en una
comprensión actual de la CC, razón por la cual muchos han considerado que la filosofía de la mente
constituye su Matriz Teórica (Rabossi, 1995).
Tal parece que, al igual que en otras áreas del quehacer intelectual, abordar la labor presente y sus
implicancias obliga a pasar revista a los viejos problemas para indagar si efectivamente con un
nuevo ropaje son los mismos que reaparecen una y otra vez bajo diferentes contextos. De ser así,
entonces nos parecen insoslayables. Este vericueto nos enfrenta al lugar que la filosofía de la mente
ocupa en la actual CC y con ello a su participación activa, o pasiva, en los asuntos que a ella le
competen, de nuestro particular interés aquel relativo a la producción creativa, donde obviamente el
concepto de Mente tiene un estatus privilegiado, y por supuesto, debe ser abordado con los criterios
pertinentes.
1. Caracterización General
Lo peculiar de la filosofía es la construcción de teorías del más alto nivel abstracto y general,
entendiendo aquí por teoría toda forma conceptualmente elaborada de interpretación de la realidad y
de nuestros modos de tratar con ella. La filosofía de la mente específicamente, aborda el estudio de
todos los procesos denominados mentales y de los supuestos teóricos subyacentes a las nociones
mismas de mente, psique, y en general a la cognición.
Un primer paso para abordar una caracterización de la Filosofía de la Mente, sería asumir el
supuesto fundador de todos estos problemas: la mente existe. Como hemos visto, la aceptación de
este supuesto, para algunos es básica para dar inicio al cuerpo de investigación que le acredite. No
obstante, para otros este supuesto es errado y la investigación constituirá los argumentos para su
negación.
El término Mente, tradicionalmente ha sido entendido como una entidad no corporal: como alma o
una substancia mental; esta es la tesis central del llamado “dualismo substancialista” que divide la
materia del mundo en dos: física o material y mental o ‘espiritual’.
Decir que la mente es una substancia mental no implica que esté hecha de ‘materia’ física o
material. El término substancia es usado en el sentido filosófico tradicional: una sustancia es una
entidad que tiene propiedades y que persiste a través del cambio en esas propiedades. Un tigre, por
ejemplo, es una sustancia, mientras un huracán no lo es. Decir que hay sustancias mentales -mentes
individuales- implica que hay objetos no materiales o no físicos, y que esos objetos pueden existir
independientemente de los objetos físicos. En otras palabras, la mente de alguien podría existir sin
el cuerpo de esa persona. Este objeto, si existe, estaría hecho de una ‘materia’ no física –es decir, no
es ‘material’ del todo.
La noción de mente, entendida como opuesta a cuerpo, surge dentro de la concepción
substancialista para dar un ‘soporte’ a procesos o estados como los del pensamiento, sensaciones,
deseos, afectos y emociones. Es decir, cuando se considera que tales procesos o estados son,
completamente diferentes de la actividad física material y, por lo tanto, son manifestación de otra
entidad, la mente, que no puede entenderse como material. Por otra parte, detractoras de esta
postura, la mayoría de las concepciones materialistas han considerado los estados mentales como
meras producciones de la materia, o bien han intentado obviar el uso del término, declarándolo sin
sentido, como lo han hecho las corrientes conductistas, que prescinden de lo mental para referirse
sólo a la conducta, u otras como el materialismo eliminativo que consideraremos posteriormente.
En cuanto que la mente se concibe sólo como un conjunto de funciones o actividades cerebrales y
del sistema nervioso, se adopta un monismo psicofísico que considerará el pensar, sentir, imaginar,
desear, etc., como procesos y actividades cerebrales, procedentes del sistema nervioso en su
conjunto.
Claramente en la actualidad, estos problemas siguen incidiendo en los desarrollos de las distintas
ciencias involucradas en el área, especialmente la biopsicología, la neurofisiología, la inteligencia
artificial y en general el resto de la CC. Dada la evidente centralidad del tema, el tratamiento
filosófico de esta cuestión precisa establecerse.
2. Problema ontológico: mente-cuerpo
Asumir que la mente existe, implica atribuirle algún rango de existencia. Esto es lo que
tradicionalmente se ha entendido como el Problema Ontológico. Como podría entenderse, todos los
problemas involucrados en esta afirmación, y otros que surgirán de estos, son de tipo Ontológico, es
decir, examinan la naturaleza de los seres del mundo, en específico la naturaleza de los seres
inteligentes, o dicho en otras palabras, de los seres a quienes les atribuimos Mente y por lo tanto
procesos cognitivos.
Como se esbozaba anteriormente, la Filosofía de la Mente ha recibido como herencia de la tradición
filosófica los problemas que su concepto central ha generado a lo largo de la historia; y así es como
ha debido abordar las distintas concepciones del que se ha considerado el más arraigado y nuclear
problema del área, el llamado Problema Mente-Cuerpo.
Una de las primeras controversias en la historia del pensamiento es la relación que existe entre el
cuerpo y la mente, es decir entre lo físico y lo mental, o entre lo material y lo espiritual, como se le
planteó originariamente.
La creencia popular y cultural en algún tipo de sustancia inmaterial, el alma, distinta del cuerpo
puramente físico parece atávica. Desde la tradición griega, se concibió la posibilidad de una Psique
capaz de tener una cierta existencia independiente del cuerpo, apoyada por la convicción socrática
de la inmortalidad del alma, que defendiera también Platón y que se acentuara con el surgimiento
del cristianismo. Todas estas corrientes exponían la creencia tradicional del Dualismo psicofísico,
que fue ampliamente la más aceptada.
No obstante, este dualismo generalizado también tuvo detractores en el mundo antiguo, entre los
que destacan atomistas y epicúreos, que sustentaban un monismo psico físico, dadas sus posturas
materialistas. Aristóteles también se opuso al dualismo psicofísico, ya que en perspectiva de su
teoría hilemórfica, la psique era la forma del cuerpo, que no puede existir independiente o
separadamente de éste. De ahí que Aristóteles no concibiera la posibilidad de la inmortalidad
individual y admitiera el estudio de la psicología como una rama de la biología.
Históricamente, pues, el problema de la relación entre mente y cuerpo se ha planteado
fundamentalmente siguiendo las pautas del dualismo psicofísico o del monismo psicofísico (M.
Bunge, 2001). Pero, obviamente, cada una de ellas implica distintos matices internos y sus
perspectivas específicas.
Así, aunque la mayoría de los defensores del dualismo psicofísico han defendido una perspectiva
idealista o espiritualista, como Platón o el cristianismo; también ha habido quienes lo sustenten
desde una perspectiva materialista, como por ejemplo algunos epifenomenistas, que consideran un
dualismo mente cuerpo, pero afirman que la mente es un epifenómeno originado por el cuerpo, es
decir un fenómeno secundario o adicional que carece de causalidad propia. Por otra parte, aunque la
mayoría de los defensores del monismo psicofísico asumen una perspectiva materialista, también
los ha habido idealistas o espiritualistas. Es el caso del inmaterialismo de Berkeley, por ejemplo,
según el cual todo es mental. En general hasta el siglo XVIII, este problema se planteó
simultáneamente desde una perspectiva filosófica y religiosa.
Claramente el problema mente cuerpo alcanza su plenitud con la figura de Descartes y su
concepción de las sustancias, que renueva el dualismo psicofísico. Según Descartes deben
distinguirse tres tipos de sustancias: la sustancia infinita (Dios), la sustancia pensante o res cogitans,
cuyo atributo es el pensamiento, y la sustancia extensa o res extensa, cuyo atributo es la extensión.
Sólo en el hombre se manifiesta el dualismo psicofísico, entre res cogitans y res extensa; ya que por
una parte, Descartes concibe el cuerpo como una máquina, pero en cuanto que el hombre posee
estados mentales, afirma que está dotado de un alma mental. Como se destacó en secciones de la
primera parte, para el francés la evidencia de la existencia de la mente es el lenguaje, ya que ni las
máquinas ni los animales lo exhiben; esta ausencia le lleva a sustentar que no piensan, e inferir la
tesis mecanicista según la cual los animales son meramente máquinas. Pero en el hombre, dotado de
lenguaje y pensamiento, el problema que se plantea es cómo se relacionan estas dos sustancias de
naturalezas diferentes.
Para explicar esta relación, Descartes recurre a una hipotética interacción donde, según él y una
doctrina extendida en su época, los ‘espíritus animales’ (partículas extraordinariamente pequeñas y
sutiles) pasan información desde el cerebro a los músculos a través de la sangre y los nervios. Esto
ocurriría en un centro de conexión entre la mente y el cuerpo, la glándula pineal, donde estos
‘espíritus animales’ son movidos por la mente. En cuanto que dichos espíritus penetran por todo el
cuerpo, la mente está totalmente unida al cuerpo. Además de lo espiritista de esta explicación, es
inconsecuente respecto de su propia teoría de las sustancias, ya que tal interacción contradice la
imposibilidad de relación causal entre sustancias de naturaleza distinta.
De esta manera, la posición cartesiana fue un dualismo interaccionista, pero su solución fue
visiblemente insatisfactoria ya que se limita a afirmar la interacción entre mente y cuerpo a través
de la glándula pineal, aunque esto sólo es válido para los cuerpos humanos. Limitarse a decir, sin
prueba alguna, que existe un lugar en el que se efectúa la interacción no explica cómo ésta se
efectúa, ni tampoco explica cómo algo inmaterial puede interactuar con lo material. La ineficiencia
de la explicación cartesiana llevó a los pensadores posteriores a intentar hallar una respuesta más
satisfactoria, entre las que se destaca el monismo de Spinoza que criticó el dualismo y fusionó la
substancia extensa y la pensante, que consideró meros atributos de una única substancia.
El advenimiento de la revolución científica y el consiguiente rechazo de la física aristotélica en los
siglos XVI y XVII, conllevaron una nueva orientación sobre las actividades mentales, que estuvo
caracterizada por la nueva noción de materia, entendida más bien como cuerpo inerte y pasivo que
actuaba en función de fuerzas externas que incidían sobre ella. El mecanicismo se extendió hacia el
ser humano mismo, como en el caso de Hobbes o los materialistas del siglo XVIII como La Mettrie,
Helvetius, Diderot y d'Holbach, entre otros, que combatieron el dualismo psicofísico sosteniendo un
estricto monismo materialista y mecanicista. Posteriormente otros filósofos materialistas del siglo
XIX, como Feuerbach, Marx y Engels, y científicos como Darwin, también sostuvieron un estricto
monismo psicofísico, aunque no de corte mecanicista.
Ya en el siglo XX, un monismo radical se encarna en el conductismo psicológico que niega la
existencia misma de lo mental, para considerar como objeto de estudio científico sólo la conducta
públicamente observable, rechazando tanto el mentalismo como la introspección. A su vez, el
conductismo de tipo filosófico atacó duramente lo que Ryle y otros, llamaran irónicamente el
problema del ‘fantasma en la máquina’.
No obstante, y como ya fuese planteado, el conductismo comenzó a ser desplazado a partir del
surgimiento de la psicología cognitiva, que reconoce la existencia e importancia de los fenómenos
mentales dado que comparte el supuesto de que los seres humanos, así como los animales
superiores y los computadores, son sistemas de procesamiento de información. En oposición al
conductismo sostiene la existencia de estados internos, que se alimentan de información, los que
identifica con los procesos mentales que, finalmente, son la causa de la conducta.
En la actualidad el problema mente cuerpo ha vuelto a suscitar interés, y aunque se han reproducido
la mayoría de las posiciones clásicas, también se han complementado gracias a los desarrollos de la
neurología, la computación y la inteligencia artificial. De este modo, entre las posturas vigentes
frente al problema mente cuerpo, caben destacarse:
La teoría de la identidad como tipo que identifica los estados mentales directamente con estados del
cerebro, defendida entre otros, por Köhler, Penfield, Place, Hebb, Feigl y Smart. Esta tesis admite la
posibilidad de distinguir entre mente y cerebro, entre procesos mentales y cerebrales, pero si esta
distinción es posible en un primer nivel de análisis, en última instancia estos fenómenos muestran
su identidad, cualquier proceso mental acaba identificándose con un proceso cerebral. La teoría de
la identidad como tipo, implica un isomorfismo de las explicaciones cognitivas de lo mental a las de
la neurociencia (Bechtel, 1991).
Una postura similar aunque más extrema es el materialismo eliminativo, defendido entre otros por
los (esposos) Churchland, S. Stich, P. Feyerabend y R. Rorty. Dicha teoría niega la existencia de
fenómenos mentales y sustenta que toda identificación o reducción de los estados mentales a
estados neurales o neuronales conduce necesariamente a la eliminación de los primeros. Cuando la
neurofisiología muestre que todas nuestras creencias, deseos o dolores no son más que
configuraciones de eventos neuronales, estas nociones propias de una psicología popular o de
sentido común, dejarán de existir. Por tanto, propugnan el abandono de la especulación psicológica
para adoptar el estudio concreto de la neurofisiología.
Contra de este reduccionismo eliminativista, se ha alzado la teoría causal de la mente que, al igual
que contra del conductismo, sostiene que la mente es la causa de la conducta y, por lo tanto, es
distinta de ella. En el seno de esta concepción se han desarrollado dos corrientes distintas aunque
internamente vinculadas:
La teoría de la identidad como instancia, que propone una forma débil de materialismo no
reduccionista, sostiene que cada estado mental se corresponde a un estado neural y es idéntico a un
estado cerebral, pero un mismo estado mental puede proceder de distintos estados cerebrales. Por
ello, la teoría de la identidad como instancia sigue manteniendo una cierta irreductibilidad de los
fenómenos mentales a los meros procesos físicos; en vistas de lo anterior, la identidad como
instancia propone la alternativa más compatible con las explicaciones de la CC: una neural y otra
cognitiva (Bechtel, 1991). Defendida por autores como D.Armstrong, D. Lewis y D. Davidson,
cuyo Monismo Anómalo ha sido una de las versiones más controvertidas de esta teoría.
Los defensores de la identidad como instancia propusieron explicar los eventos mentales en
términos funcionales, tal situación obviamente vincula la teoría de la identidad como instancia con
el funcionalismo, lo que no debe llevar a fusionar ambas en una sola cosa; mientras la primera
permite la correspondencia entre estados mentales con estados neurales, el funcionalismo
psicológico, propone un modo de reconocer y clasificar los eventos mentales, mediante sus roles
causales, donde la constitución física de tales eventos es indiferente para su caracterización
funcional. Para el funcionalismo, los procesos mentales son funciones o estados funcionales que
median entre las entradas (p.e. sensoriales) y las respuestas (p.e. motoras). Así, los estados mentales
caracterizados funcionalmente no dependen del órgano cerebral, ya quela mente, en cuanto es una
función, es independiente del sustrato en el que se realice. Por ello, el funcionalismo considera la
mente como un software, que puede ejecutarse independientemente de la constitución del hardware.
De ahí infieren que tanto un organismo biológico dotado de cerebro, como una máquina o como un
hipotético ser espiritual podrían estar dotados de mente. De este modo es posible hablar de mentes
artificiales independientemente de su constitución física, lo que hace al funcionalismo claramente
compatible con la tesis central de la inteligencia artificial. Esta razón además, permite al
funcionalismo ser sostenido desde una multitud de distintas posiciones filosóficas, desde el
materialismo hasta el idealismo. Entre los que fueran los más destacados defensores del
funcionalismo, H. Putnam y J. Fodor.
Finalmente, otra tesis actualmente defendida es el emergentismo, del que J. Searle es su más
conocido representante. Según Searle, mente y cerebro no son independientes sino que interactúan,
de manera que los rasgos mentales son función de las estructuras biológicas cerebrales, pero no son
reductibles al cerebro, sino que son propiedades emergentes de él. Este emergentismo no
reduccionista se basa en la distinción entre micronivel y macronivel. De la misma manera que un
cuerpo tiene la propiedad (en el macronivel o macropropiedad) de la liquidez debida a las
propiedades no líquidas de sus estructuras atómicas y moleculares (micronivel o micropropiedad),
lo mental es la manifestación en un macronivel de las estructuras neurales y del funcionamiento del
cerebro y el sistema nervioso o micronivel. El cerebro es causa de la mente, pero ésta no se reduce a
aquél. Con esta teoría, Searle propone superar las deficiencias que encuentra en el funcionalismo,
en especial, la falta de explicación a fenómenos propios de lo mental como la conciencia, la
causación mental, la subjetividad y la intencionalidad. Al considerar el cerebro como la estructura
biológica base de lo mental, difícilmente puede aceptarse la existencia de máquinas pensantes, ya
que de esta y no otra constitución material emergería lo mental. Sin embargo, nada de esto explica
por qué, sólo y exclusivamente, el cerebro humano puede tener mente, intencionalidad,
comprensión semántica y otros organismos mecánicos, electrónicos e incluso animales no.
3. Intencionalidad
4. Semántica Filosófica
5. Conceptos
En la medida que proporcionan medios para comprender el mundo, los conceptos son usados para
interpretar la experiencia corriente clasificándola como de un tipo particular, y relacionándola con
el conocimiento previo. Los conceptos son los elementos desde los cuales el pensamiento
proposicional se construye, ya que parecen ser la materia de las cogniciones y con ello,
probablemente proporcionan las bases para las conexiones relevantes entre los estados cognitivos,
con los que se realizan los patrones familiares de ‘Racionalidad’, que tanto la explicación cognitiva
explota.
Los Conceptos son constructos fundamentales en las teorías de la mente, y a pesar de las múltiples
controversias entre filósofos, psicólogos y lingüistas, las Teorías de Conceptos son uno de los
grandes logros en la historia de la Ciencia Cognitiva (Laurence y Margolis, 1999). En psicología
cognitiva por ejemplo, los efectos de la clasificación y categorización conceptual o semántica
ocurren y son considerados en un amplio rango de fenómenos como la percepción, atención,
comprensión del lenguaje, y memoria. Siendo asímismo relevantes para la explicación del
razonamiento en las personas y los sistemas artificiales. Desde la filosofía por otra parte, los estados
cognitivos como las creencias y los deseos, como hemos visto suponen relaciones entre agentes y
contenidos conceptuales. Tal explicación procede por la localización de las relaciones entre el
agente y tales contenidos, lo que involucra la posesión conceptual previa por los agentes.
Como objeto de estudio central en la Semántica filosófica, se han establecido diferentes distinciones
tradicionales para el análisis de los conceptos; sin embargo, lo que aquí nos interesa particularmente
es caracterizar las distintas teorías de los conceptos allegadas a la CC, que nos permitan,
posteriormente, contar con criterios del área para evaluar la propuesta de Cognición Creativa.
Teorías de Conceptos
1. Creatividad a secas
2. Cognición creativa
Aunque de evidencia indubitable, la Creatividad sigue siendo, sin embargo, un enigma en muchos
de sus aspectos fundamentales. Si podemos decir que sabemos lo que Creatividad significa, no
contamos con la misma suerte en explicar cómo funciona, cómo se hace posible una producción
creativa, cuáles son los procesos que llevan a ella y cómo éstos se activan en la inteligencia
humana.
En los desarrollos contemporáneos, la creatividad ha sido por mucho tiempo un tema del interés de
educadores, artistas, e historiadores de la ciencia, entre otros. Sin embargo, no ha tenido un estudio
sistemático entre filósofos y psicólogos, debido fundamentalmente a la consideración general de la
Creatividad como ininvestigable, por dos razones básicas:Primero, las connotaciones no científicas
de la creatividad. Resultado de épocas enteras confiadas en testimonios anecdóticos o introspectivos
que intentaban describir y explicar el proceso creativo, mitificándolo.
Segundo, desde que se trata el tema teóricamente en cognición humana, al mencionar la creatividad,
tiende a hacerse de manera informal, descriptiva y comparada con los temas tradicionales como la
atención, la memoria, y la resolución de problemas. Por otra parte, también, no parece del todo
claro cómo podría estudiarse la creatividad bajo condiciones controladas de laboratorio.
Cognición Creativa (CCr) plantea una propuesta de investigación que permita acceder a conocer los
mecanismos que generan la Creatividad y pueda convertirse, a su vez, en una herramienta que
apoye tanto la labor docente, la formación de estudiantes y la futura investigación. El dominio de
acción de CCr es bastante amplio dado que se postula desdedistintos ámbitos del bloque de la
ciencia cognitiva. En términos concretos, la perspectiva de análisis de CCr que aquí abordamos de
manera central, se postula desde las revisiones y desarollos teóricos, realizados sobre base
experimental de Creative Cognition (R. Finke, T. Ward y S. Smith, 1992). En un intento de
establecer directrices que arrojen luz sobre criterios objetivos, conceptos apropiados y mecanismos
específicos para identificar y evaluar el fenómeno creativo desde una perspectiva filosófica
cognitiva actual.
CCr es un enfoque emergente en las actuales investigaciones en Ciencia Cognitiva. Dentro de este
quehacer se plantea en términos experimentales, considerando la Creatividad en términos de
procesos y estructuras cognitivas específicas; pretendiendo, entonces, establecer principios y
criterios de Creatividad, cognitivamente entendida, que puedan aplicarse a distintos dominios de
desarrollo.
Esta aproximación, específicamente, intenta identificar los procesos cognitivos específicos y las
estructuras que contribuyen a los actos y productos creativos, desarrollando nuevas técnicas para
estudiar la creatividad dentro de un contexto de experimentación. CCr pretende proveer bases para
desarrollar nuevas aproximaciones y métodos para la investigación en ciencia cognitiva que,
complemente los acercamientos anteriores a la creatividad.
Un rasgo central del acercamiento de la cognición creativa es que está ligada con la investigación
actual en las áreas tradicionales de cognición humana y la psicología cognitiva empírica. Uno de los
mayores supuestos en el área es que los resultados de la investigación en CCr pueden tener
importantes implicancias para ambos, adelantando nuestra comprensión de la creatividad y
extendiendo los conceptos actuales y proyecciones en estas áreas tradicionales. De hecho, la
investigación en estos ámbitos, dentro del que se incluyen categorización, imaginación, y resolución
de problemas, ya han comenzado a moverse en la dirección de la exploración de los procesos
creativos cognitivos.
En el plano conceptual, semántico si se prefiere, es primordial establecer la centralidad, de lo que
vamos a entender por la adjetivación Creativa, Creativo; dadasu ubicuidad en el espacio teórico de
Cognición Creativa, por razones evidentes. Este mismo carácter de evidente pareciera exigir cierta
explicación de su carácter, ya en el concepto, ya en la extensión, ya en el alcance, indeterminado,
del conjunto de capacidades que se pretenden evocar en el acto de Crear, dado que implícita o
explícitamente, la creatividad o lo creativo se entenderá de todas, y cada una, de las acciones
relacionadas con la producción, la generación, entendida en los propios términos de CCr.
Productividad en una extensión de amplio rango, desde que sean éstas observables en formas,
diseños o productos o como en los manifiestos poderes causales sobre el comportamiento, sobre
estados cognitivos mismos o sobre algún registro de ejecución, propiamente extenso. Sin duda, no
podríamos entender lo que Creatividad implica de no mediar en ella algún sentido material del caso
productivo, so pena de despojar, por repetitiva o lacónica, la propia carga semántica. Concedido lo
anterior, valga sopesarse (y justificarse) la adjetivación creativo,a bajo ese continuum, y en apoyo a
los distintos contextos donde se localice y realice. Esto a su vez, debería explicar la interface de la
expresión Cognición-Creativa que puede también leerse inversamente, como Creatividad Cognitiva,
esto es, como los fenómenos creativos, en el rango expuesto, pueden entenderse dentro de la
actividad cognitiva.
El proyecto de CCr postula alcanzar tres metas generales, las que pueden resumirse, del siguiente
modo:
a) Identificar Procesos de la Creatividad Cognitiva.
La meta principal de CCr es proporcionar una consideración más explícita de los procesos y
estructuras cognitivas que probablemente contribuyen al pensamiento y al descubrimiento creativo.
Lo anterior implica tanto identificar los tipos específicos de procesos cognitivos que subyacen a la
actuación creativa,así como las propiedades de las cogniciones resultantes, que las distinguen como
tales. Este objetivo se observa importante ya que desde el punto de vista de la investigación
contemporánea en cognición humana, temas como la recuperación de los recuerdos, la generación
de imágenes, y resolución de problemas ya han sido explorados de modo típico en contextos
esencialmente no creativos (Anderson 1990; Glass y Holyoak 1986; Kosslyn 1980; Reed
1982).Vale decir, esta meta intenta superar las barreras tradicionales en las explicaciones que, hasta
la fecha, se han dado sobre la Creatividad.
No puede desconocerse la importancia de iniciativas anteriores en la área, tales como las propuestas
por De Bono (1975) o Gardner (1982), quienes intentaron respectivamente, identificar las
heurísticas cognitivas generales relacionadas con la creatividad, o describir la creatividad artística
en términos de esquemas computacionales y composicionales, pero que no ofrecieron
especificaciones detalladas sobre los procesos cognitivos subyacentes en estos esquemas y limitaron
las explicaciones sólo en su sentido descriptivo o pragmático. Aunque estos acercamientos llevan a
menudo a técnicas prácticas para pensar creativamente, ellas se desarrollan más o menos
independientemente del trabajo contemporáneo en ciencia cognitiva.
Por otra parte, otros estudios, en su mayoría en el campo de la resolución de problemas, han
considerado tipos muy específicos de procesos cognitivos. Esos esfuerzos, sin embargo, se han
restringido en su mayor parte a los problemas de Insight tradicionales dónde las soluciones son ya
bien conocidas (Newell y Simon 1972; Metcalfe 1986; Kaplan y Simon 1990). En contraste a las
heurísticas cognitivas generales, estos acercamientos detallan los procesos específicos, pero los
aplican a dominios demasiado restringidos en lugar de al funcionamiento creativo en general.
CCr considera que para entender la verdadera naturaleza de la creatividad, los procesos cognitivos
deben ser considerados en una perspectiva mucho más amplia, donde los problemas y soluciones no
son necesariamente restringidos o conocidos. Una importante diferencia con los enfoques
anteriores, es que CCr busca en los procesos cognitivos lo que puede dar lugar a insights creativos
de muchos tipos, no sólo aquellos que se aplican a tareas o problemas particulares como la creación
artística o la resolución de problemas.
b) Establecer Principios Generales de Creatividad.
Una segunda meta de CCr es establecer principios cognitivos generales de creatividad que puedan
aplicarse a diversos dominios. El interés puesto en el trabajo experimental en CCr, pretende evaluar
la potencialidad el pensamiento creativo en general, mediante la especificación de estos principios.
Esta perspectiva también contrasta con la postura prevaleciente entre los psicólogos cognitivos,
donde la creatividad tiende a restringirse a dominios particulares y depende de tener conocimientos
de fondo necesarios y a saber aplicarlos (Perkins 1981; Weisberg 1986). Aunque concordemos que
una parte importante de ser creativo es “saber las reglas del juego" y ser diestros en aplicarlas, CCr
no supone esto inconsistente con la existencia, e identificación, de principios generales para la
cognición creativa. No hay ninguna razón para que las estrategias cognitivas que promueven la
creatividad en un dominio no puedan extenderse a otros, con tal de que ellas sean suficientemente
flexibles para acomodarse a cambios de contexto o estructura y en tanto que la persona pueda
reconocer cuando una idea en el nuevo dominio es verdaderamente importante.
Desarrollar una teoría general de CCr no implica la predicción de cuando una idea creativa ocurrirá.
Más bien, la meta consiste en establecer la probabilidad de creatividad emergente bajo diversas
condiciones, aún cuando la creatividad es a menudo sorprendente e inesperada, y estas
características han de ser consideradas. Es importante, en la exploración de la cognición creativa,
estructurar las tareas de manera tal que los personas tengan la oportunidad de hacer genuinos
descubrimientos dentro de un contexto experimental; CCr apuesta que esto pueda hacerse sin
comprometer la integridad científica de la investigación.
c) Desarrollar Técnicas Prácticas
Una tercera meta, consistente con la anterior, es el desarro de métodos prácticos para aplicar los
principios de CCr a situaciones cotidianas y de amplio espectro, dada la consideración de que la
mayoría de las personas pueden aprender a pensar más creativamente haciendo uso de estos, y
otros, principios.
Identificar los tipos de procesos y estrategias cognitivas que llevan a pensamientos creativos puede
ayudar a la desmitificación de la creatividad y al mismo tiempo evitar la circularidad habitual del
concepto, es decir, el explicar la producción creativa en términos de pensamiento creativo. Una
explicación no circular, debiera exponer los mecanismos que realiza el pensamiento cuando actúa
creativamente, refiriendo los tipos de estructuras cognitivas particulares que una persona emplea y
en términos de las propiedades de esas estructuras. Un argumento similar puede ser usado para la
desmitificación de conceptos relacionados, como la intuición, por ejemplo. En esta consideración,
CCr se relaciona con desarrollos previos que han intentado desmitificar la imaginería mental en
términos de procesos cognitivos específicos y subyacentes.
Al mismo tiempo, sin embargo, no se pretende limitar ladefinición de creatividad a términos
puramente teóricos, o minimizarla conceptualmente, puesto que en realidad hay algo especial,
sorprendente e inexplicable (del todo), en la mente creativa, algo que siempre seguirá causando
asombro, produciendo innovación. CCr supone que la aproximación más razonable es la que busca
principios generales de pensamiento creativo, expresados en términos de procesos y estructuras
cognitivas, como opuesto al intento de reducir las cogniciones creativas al nivel de unidades
computacionales y algorítmicas dónde la desmitificación se arriesga al costo de la esterilización
conceptual.
En CCr, el coste de la desmitificación de la creatividad se asume, presumiendo que las estructuras
cognitivas que se generan en la actividad creativa tienen propiedades emergentes que pueden
descubrirse, cuando esas estructuras se exploran; aun cuando, al menos algunas de estas
propiedades no podrían ser del todo previstas con anticipación. De esta manera es posible
desmitificar la creatividad, mientras se permite la posibilidad que se puedan generar ideas
radicalmente nuevas e inesperadas. Esto no es decir que todas las propiedades emergentes llevarán a
insights creativos, sino que simplemente su presencia en la estructura aumenta la probabilidad del
descubrimiento creativo.
Es posible que para empezar a despejar la paradoja, la Creatividad deba considerarse como una
capacidad mental que debe ser comprendida en términos psicológicos al igual queel resto de las
capacidades mentales, como ya ha sido planteado (Boden, 1991); o, en términos más amplios, como
un conjunto de capacidades intrínsecas a la mente humana. Congruentemente, CCr no concibe la
creatividad como un solo proceso unitario, sino como un producto de muchos tipos de procesos
mentales, cada uno de los cuales ayuda a establecer las fases para la intuición y el descubrimiento
creativo. Bajo esta concepción es fundamental entender y describir los tipos de procesos de
pensamiento y las estructuras mentales en los que se basa nuestra Creatividad, por lo que se hace
necesario distinguir entre los tipos de procesos involucrados en la generación de estructuras
cognitivas y aquellos usados para explorar las implicancias creativasde esas estructuras.
Como ya se ha mencionado, un rasgo importante en CCr es su articulación interna, entre distintas
áreas cognitivas de la investigación actual y por lo mismo su compatibilidad con los enfoques de la
mente, entendida filosóficamente. Las áreas cognitivas tradicionales más relevantes que CCr aspira
abordar son la imaginería, formación de conceptos, categorización, memoria, y resolución de
problemas. En este mismo contexto, CCr postula integrar sus propios Métodos y Técnicas de
descubrimiento creativo, en directa vinculación con las áreas tradicionales mencionadas. Los
Métodos y técnicas de descubrimiento creativo que CCr propone integrar son Visualización
Creativa, Invención Creativa, Síntesis Conceptual, Imaginación Estructurada y Fijación,
Incubación, e Intuición Creativa.
En términos concretos, se asumirá la caracterización y análisis de un Modelo propuesto por CCr
desde la perspectiva anunciada, esto es por la presentación de los procesos, estructuras y
propiedades involucradas en dos fases: generación y exploración. Posteriormente, la aplicación del
Modelo propuesto se ha considerado pertinente al área de Formación de Conceptos, dada la
centralidad estimada de ésta en los procesos cognitivos, como ha sido enfatizado; en consecuencia,
proponemos abordar en la parte final del texto, el ámbito específico de CCr relativo a la Síntesis
Conceptual, en la que pretendemos evaluar la competencia del Modelo, en conjunto con sus
métodos e implicancias.
En función de lo anterior, previo al abordaje de estos temas, se introduce el modelo general de
análisis que proporcionará el marco conceptual de cognición creativa, el que se basa en
consideraciones de aquellas estructuras involucradas en la generación y, o, producción creativa, y a
la vez, en las comprometidas en la exploración de dicha producción. Lo medular de la perspectiva
de CCr obviamente está dado por el análisis de estos variados tipos de procesos y estructuras que se
presume subyacen a la cognición creativa y cómo éstas se relacionan con el trabajo actual en otras
áreas cognitivas.
6. Procesos generativos
Cada uno de los procesos generativos que a continuación se presentan son centrales en los modelos
habituales de la psicología cognitiva empírica y por lo tanto, ya han sido explorados en distinta
magnitud en sus áreas tradicionales. Existe literatura bastante extensa por ejemplo, en recuperación
y mecanismos asociativos, síntesis mental, combinación conceptual, transformación mental, y
transferencia analógica. En función de este hecho, la caracterización que a continuación se ofrece
pretende dar cuenta puramente de los rasgos centrales, tanto de los procesos como de las estructuras
y sus propiedades.
En este sentido, los investigadores que han trabajado en estos temas ya han hecho varias
contribuciones implícitas a CCr. Como ya se ha planteado, un rasgo importante de CCr es que se
une al trabajo actual en otros campos cognitivos informando sobre la naturaleza de la cognición en
general.
Entre los procesos generadores de estructuras cognitivas creativas, se consideran importantes:
• la recuperación desde la memoria
• la asociación
• la síntesis mental
• la transformación mental
• la trasferencia analógica y
• la reducción categorial
Recuperación desde la Memoria – Asociaciones.
La recuperación de las estructuras existentes de la memoria yla formación de asociaciones entre
estas estructuras son considerados los tipos más básicos de procesos generativos.
Así por ejemplo, una palabra particular u objeto podrían recuperarse de la memoria y luego
reinterpretarse durante la fase exploratoria. O podrían recuperarse varias palabras u objetos y
entonces asociarse de maneras nuevas, resultando tipos de estructuras preinventivas nuevas y
simples.
Usualmente estos procesos asociativos y de recuperación ocurren rápida y automáticamente, pero a
veces también se inhiben, produciendo bloqueos mentales y efectos de fijación.
Síntesis y Transformación Mental
Una variedad más rica de estructuras preinventivas resulta de la síntesis mental de partes
componentes y por la transformación mental de las formas resultantes.
Las partes pueden mentalmente organizarse y reensamblarse, y las formas pueden girarse o alterarse
en su forma para construir estructuras interesantes y potencialmente útiles. Pueden combinarse dos
conceptos aislados para formar conceptos más complejos, resultando alterados los significados de
uno o ambos de los conceptos iniciales. Estos procesos generativos, normalmente producen
posibilidades creativas más intrincadas que la recuperación simple y la asociación.
Transferencia Analógica
Otro tipo de proceso generativo es la Transferencia Analógica en que una relación o conjunto de
relaciones en un contexto se transfieren a otro, produciendo estructuras preinventivas que son
análogas a aquellas que ya son familiares.
Por ejemplo, los modelos tempranos de la estructura de los átomos resultaron de la transferencia
analógica de las relaciones entre el sol y los planetas del sistema solar. Este proceso se ha usado
extensamente en distintas aproximaciones del estudio de la inteligencia.
Reducción Categorial
La Reducción Categorial, otro proceso generativo importante, significa reducir mentalmente objetos
o elementos a descripciones categoriales más primitivas. Se podría tomar un objeto familiar, como
una casa, y concebir su imagen sólo por lo que se refiere a las formas geométricas básicas. En este
sentido, se llega a unaforma que está menos cargada categorialmente y que puede funcionar de
modo más amplio como una estructura preinventiva.
La reducción Categorial puede involucrar también propiedades puramente funcionales; por ejemplo,
se podría intentar desarrollar una buena taza de café sin considerarla como una "taza", sino como un
recipiente para guardar líquido caliente y permitirle ser consumido.
En la medida que las estructuras preinventivas se desarrollan y refinan favorablemente, no obstante,
los procesos generativos subsecuentes debieran volverse más focalizados y controlados también.
7. Estructuras preinventivas
Es fundamental distinguir entre las estructuras cognitivas, usadas en la cognición creativa, de los
procesos generativos que dan lugar a ellas, además de los que contribuyen a su exploración e
interpretación.
De particular importancia son las estructuras cognitivas que CCr llama Estructuras Preinventivas.
Diferentes tipos de Estructuras Preinventivas podrían crearse durante la fase generativa, entre las
más destacadas figuran:
• Nuevos modelos visuales
• Formas del objeto
• Mezclas mentales
• Ejemplares de categorías
• Modelos mentales y
• Combinaciones verbales
No se piensa que esta lista esté completa; el dominio de estructuras preinventivas podría extenderse,
p.e. para incluir formas musicales, esquemas de acción, y otras posibilidades. Aquí es interesante
notar que que esta condición de Preinventivas, de ciertas estructuras cognitivas, implica
probablemente una fuente posible de más tipos de EP subyacentes que se activarán según las nuevas
necesidades y contextos.
Lo que estas estructuras tienen en común es que se forman inicialmente sin la total anticipación de
su significado resultante e interpretación. En suma, lo que las distingue de los productos creativos
finales exteriorizados es que, en contraste, los productos están totalmente interpretados y
extensamente refinados.
Otro punto interesante de considerarse, es el hecho que aunque se tratan estas estructuras como
representaciones internas, no hay ninguna razón para que no pudieran salir al exterior en cualquier
punto en el acto creativo. Aunque ello no implica que las EP puedan ser consideradas
independientemente de los variados procesos generativos. Más bien, se supone que determinados
tipos de estructuras preinventivas son más probables que resulten de tipos particulares de procesos
generativos. Así por ejemplo, es más probable que lasmezclas mentales resulten de síntesis mental
más que de recuperación o asociación simple.
Modelos Visuales y Formas de objetos
Estas EP generalmente toman la forma de imágenes visualesy espaciales.Las imágenes mentales son
más que sólo descripciones verbales oproposiciones. Debates importantes en investigación de
imaginería han discutido si las imágenes son más semejantes a pinturas en la mente o a un conjunto
ordenado de proposiciones que manifiestan varios hechos y relaciones.La presencia de rasgos
espaciales y perceptúales en las imágenes mentales proporciona fuerte evidencia que las imágenes
se parecen a las pinturas, al menos en respectos importantes. Así p.e, pueden darse modelos 2D que
resulten en productos creativos de nuevos símbolos y diseños artísticos, o formas 3D que resulten
en nuevas invenciones y analogías espaciales.
Mezcla Mental
Mezcla Mental es un término que se usa para referirse genéricamente a una clase de estructuras que
incluyen combinaciones conceptuales, metáforas, e imágenes de mezcla mental.
Lo que todas ellas tienen en común es que se han fusionado dos entidades distintas para crear algo
nuevo. Por ejemplo, uno podría imaginar una combinación de león con un avestruz y crear un nuevo
tipo de animal (el ‘Leotruz’) o mezclar elconcepto de mobiliario con el de aparatos de la casa para
crear una nueva categoría conceptual, como “Sillacafetera”.
Ejemplares de categorías
Otro tipo de estructura preinventiva puede crearse cuando uno genera posibles Ejemplares de
Categorías raras o hipotéticas.
Los ejemplares resultantes tienen a menudo rasgos en común con aquellos de categorías más
familiares, así como rasgos nuevos y emergentes que llevan a novedosos e inesperados
descubrimientos.
Por ejemplo, al intentar generar un miembro de la categoría "criaturas amorfas que habitan en el
fondo del mar", se podría concebir una criatura que se pareciera a las criaturas terrestres o conocida
en algún respeto, pero no, obviamente, en otros.
Estos ejemplares sugieren que la imaginación es una actividad altamente estructurada.
Modelos Mentales
También se pueden generar estructuras preinventivas de mayor escala, tales como los Modelos
Mentales que representan varios sistemas mecánicos o físicos, así como los sistemas globales y
conceptuales.
Los modelos mentales normalmente empiezan como estructuras que son incompletas, inestables e
incluso no científicas (Gentner y Stevens 1983; Johnson-Laird 1983, 1988) y que luego se mejoran
y refinan con la posterior exploración y descubrimiento.
Los modelos proporcionan alternativas de conceptualizar cómo las personas abordan la tarea de
generar nuevos ejemplares de una categoría conocida. Así, el trabajo teórico y empírico puede
prestar ayuda directa a la investigación en usos creativos de las categorías. Al mismo tiempo,
examinar las funciones generadoras de las categorías puede servir para aprender más sobre la
categorización en general. (v.gmodelos de prototipo, M destacados, M ejemplares, M de rastro
episódico, M coneccionistas,M basado en teoría, etc
Combinaciones Verbales
Finalmente, las estructuras preinventivas pueden consistir en varios tipos de Combinaciones
Verbales, es decir, relaciones interesantes o sugerentes entre las palabras y frases que pueden llevar
a exploraciones poéticas u otras, de tipo literarias o comunicacionales.
Las Combinaciones mentales difieren de las mezclas mentales en que en estas los elementos no
necesitan realmente ser fusionados, físicamente o conceptualmente, en la estructura; sino sólo
concitados por estas combinaciones
8. Propiedades preinventivas
Las EP pueden variar en distintos grados, desde permitir resultados no creativos, hasta todo tipo de
resultados creativos. CCr propone que los mismos procesos pueden llevar a cualquier cognición
creativa que exhiba estas propiedades o a cogniciones no creativas que fracasen en exhibirlas.
Establecer conexiones entre los procesos subyacentes y las propiedades de las cogniciones
resultantes pueden llevar a una comprensión más clara del pensamiento creativo y, como derivado, a
una comprensión mayor de la cognición en general.
Como se planteó al inicio de este apartado, no todas las cogniciones creativas necesitan
caracterizarse por todas esas propiedades; más bien, estas propiedades forman un tipo de concepto
de parecido de familia. La mayoría de las cogniciones creativas poseerá la mayoría de estas
propiedades, pero con la posible excepción de la Novedad, ninguna propiedad es absolutamente
necesaria. Viéndose de este modo, puede concebirse la creatividad de una cognición dada, en
términos de estructuragraduada. Mientras más de estas propiedades la cognición contiene, más
probablemente resultarán en un producto creativo. Debido a este enfoque de parecido de familia y
dado que se consideran las cogniciones creativas y no creativas como el resultado de los mismos
tipos de procesos subyacentes, las propiedades de las EP se considerarán esenciales a lo largo del
mismo continuo. Con esto, se evita definir la creatividad y los procesos cognitivos creativos de
manera explícita, o absoluta. El costo, sin embargo, es la ambigüedad e indeterminación de las EP,
que portarían estas propiedades.
Entre las propiedades de las estructuras preinventivas que contribuirían a la exploración y el
descubrimiento creativo, las más destacadas son las siguientes seis:
• Novedad
• Ambigüedad
• Emergencia
• Significatividad implícita
• Incongruencia y
• Divergencia
La Novedad
Probablemente la más importante propiedad de las Estructuras Preinventivas, es La Novedad.
Aunque una estructura común o familiar podría todavía interpretarse de modos creativos, las
posibilidades para el descubrimiento creativo serán mucho mayores si esta empezara con una
estructura relativamente inusual.
La Ambiguedad
La Ambigüedad en la estructura también debiera permitir mayores oportunidades para la
exploración e interpretación creativa.
Estudios en percepción, por ejemplo, han demostrado que los patrones visuales ambiguos pueden
interpretarse a menudo en una amplia variedad de maneras originales e inesperadas
(Attneave,1971).
La Ambigüedad contribuye a descubrimientos realizados en distintos y variados tipos de
combinaciones conceptuales también (Wisniewski y Gentner 1991).
Consecuente con lo anterior, CCr desea evitar imponer interpretaciones estrechas o sesgadas a las
EP, cuando están estas formándose por primera vez.
Significación Implícita
Una tercera propiedad de las EP que esperamos contribuya a la exploración creativa es la
Significación Implícita, en el sentido general de "significado" contenido en la estructura.
Este sentido de significado que puede ser bastante abstracto se relaciona al potencial de una
estructura preinventiva de inspirar o despertar nuevas e inesperadas interpretaciones. Las estructuras
preinventivas parecen a menudo tener un significado oculto, subyacente a ellas, que motivan una
exploración y búsqueda posterior.
La Emergencia
Una cuarta propiedad, laEmergencia, refiere hasta qué punto los rasgos y relaciones aparecen
inesperadamente en la estructura preinventiva.
Por definición, estos rasgos y relaciones no son previstas de antemano y se vuelven nítidas sólo
después que la estructura preinventiva está completamente formada.
Esta es una propiedad común, por ejemplo, de las EP que son el resultado de la síntesis mental.
En esta misma perspectiva, como se habrá notado, la Emergencia como una propiedad de las EP y
por sí misma, irrumpió tempranamente en la perspectiiva de CCr, en el sentido más o menos laxo o
acepción dinámica que caracteriza el surgimiento o generación de nuevas propiedades, bajo el
supuesto de la reproducción, natural o artificial, propio de todos los sistemas naturales. La
Emergencia como una de las propiedades centrales propuesta por CCr, y una propiedad específica
de las EP, sigue planteándose en esa acepción dinámica y bastante vaga de emerger.
La incongruencia
La Incongruencia, una quinta propiedad, se refiere al conflicto o contraste entre los elementos en
una estructura preinventiva.
Esto obliga normalmente a una exploración posterior para revelar significados más profundos y
relaciones, en función de reconciliar los conflictos y reducir la tensión psicológica que crea.
La incongruencia ha jugado un importante rol en teorías anteriores de la creatividad, como en “la
teoría de bisociación”, de Koestler (1964).
Los estudios más recientes han mostrado que los componentes incongruentes en la combinación
conceptual, aportan y pueden resultar en grandes oportunidades para la originalidad y el
descubrimiento, que cuando los componentes se adecuan entre sí rápidamente (Wisniewski 1991).
De tal modo, la Incongruencia en la propuesta de CCr también será un concepto central, amplia y
firmemente vinculado con la Emergencia de las EP.
La Divergencia
La Divergencia es una propiedad extensa que se relaciona con la ambigüedad pero se refiere más
específicamente a la capacidad por encontrar usos o significados múltiples en la misma estructura.
Algo podría ser relativamente inequívoco en lo referente a su estructura subyacente, pero aún podría
permitirse el lujo de una variedad de interpretaciones diferentes.
Por ejemplo, un martillo es una forma relativamente inequívoca pero puede usarse en una variedad
de modos diferentes -como una herramienta, un pisapapeles, una arma, un objeto de decoración, un
emblema y así sucesivamente.
Estas seis propiedades de las Estructuras preinventivas, por definición tendrán alcances e
implicancias aún no determinadas;entre ellas, consideraciones de cómo estas propiedades podrían
relacionarse entre sí y con otros rasgos de las estructuras preinventivas.
La incongruencia Por ejemplo, podría relacionarse a la infrecuencia con que algunos rasgos ocurren
juntos en la misma estructura o a la distancia conceptual entre esos rasgos. La emergencia a veces
puede ser una consecuencia de la ambigüedad.
La Significación Implícita Podría relacionarse con ciertos rasgos estructurales específicos, como la
simetría o la precisión. Aún cuando esto es bastante confuso, ya que pese al importante rol de la
propiedad de Significación Implícita de las EP, el contenido semántico parece considerarse
tácitamente
De todos modos, estas propiedades no se considerarán independientemente, ya que están
probablemente relacionadas de maneras teóricamente importantes.
9. Procesos exploratorios
Entre los procesos utilizados para explorarlasimplicancias creativas de las estructuras cognitivas y
sus propiedades, se consideran relevantes:
• el hallazgo de atributos • la interpretación conceptual
• la inferencia funcional • el cambio contextual
• la comprobación de hipótesis y • la búsqueda de las limitaciones
Tambiénse considera importante la manera en que estos procesos son empleados; por ejemplo,
elorden en que ocurren o susconstreñimientos a lo largo del acto creativo.
Hallazgo del Atributo
Este primer Proceso Exploratorio está directamente relacionado con la emergencia de rasgos en las
EP, ya que consiste en la búsqueda sistemática de los posibles rasgos emergentes en estas
estructuras preinventivas.
Por ejemplo, una persona podría generar una nueva imagen mental consistente en una combinación
rara de partes y entonces mentalmente examinar la imagen para determinar si algún rasgo
emergente está presente.
El hallazgo del atributo también podría usarse para explorar rasgos emergentes que resulten de la
creación de combinaciones conceptuales y metáforas.
La Interpretación Conceptual
La Interpretación Conceptual se refiere muy ampliamente al proceso de tomar una estructura
preinventiva y encontrarle una interpretación abstracta, metafórica, o teórica de ella.
Por ejemplo, una estructura preinventiva podría interpretarse como representando un nuevo
concepto en medicina, una idea ditirámbica, el argumento de un relato, una extensión de una teoría
física, o un tema para una composición musical.
De modo general, CCr supone que la interpretación conceptual puede pensarse como la aplicación
de conocimiento del mundo o teorías ingenuas a la tarea de exploración creativa. En este punto CCr
adscribe a la concepción de los conceptos de modo semejante a como se expuso la Teoría de Teoría,
lo que implica la posesión de una extensa red conceptual en constante crecimiento con la
información del mundo.
La Inferencia funcional
La inferencia funcional es unade las más importantes estrategias exploratorias que,consiste en
construir la forma y luego intentar interpretarla funcionalmente. La Inferencia Funcional se refiere
al proceso de explorar los usos o funciones potenciales de una estructura preinventiva.
Se podría imaginar cómo una forma preinventiva de objeto pudiera usarse como una herramienta
particular, de mobiliario, o un dispositivo para atrapar a un ladrón. Este proceso se facilita a
menudo, imaginándose a sí mismo tratando de usar realmente el objeto de varias maneras.
Esta información sugiere que puede ser ventajoso permitir la inferencia funcional para continuar la
generación de formas preinventivas de objetos.
Cambio de Contexto
Otro proceso exploratorio es el Cambio Contextual, o consideración de una estructura preinventiva
en nuevos o diferentes contextos como una manera de llegar a descubrimientos sobre otros posibles
usos o significados de la estructura.
Como se ha demostrado, este proceso ayuda a menudo a superar los efectos de la fijación y otros
obstáculos que afectan al descubrimiento creativo, ya que al sacar la situación del contexto se
liberan elementos ‘oscuros’, prejuicios y otros categorialmente cargados.
Testeo de Hipótesis
Las Estructuras Preinventivas también pueden explorarse en el espíritu de la Comprobación de
Hipótesis, dónde lo que se busca es interpretar las estructuras como representando posibles
soluciones a un problema.
Por ejemplo, una persona que trabaja en un problema en geometría podría generar EP que
representen varias soluciones posibles y entonces explorar las implicancias de estas estructuras para
resolver el problema. De esta manera, pueden encontrarse a menudo soluciones creativas a un
problema cuando fracasan métodos más directos. Este tipo de exploración creativa es
particularmente compatible con el cambio contextual y todos los procesos exploratorios, por lo que
se considera como un atributo basal en dichas estrategias
Búsqueda de Limitaciones
Otro proceso exploratorio es la Búsqueda de limitaciones, que implica que las Estructuras
Preinventivas también pueden proporcionar descubrimientos en que las ideas no funcionarán o qué
tipos de soluciones no son factibles.
Esto es tan importante cómo descubrir qué será lo que realmente funcionará. Descubrir las
limitaciones puede ayudar a restringir búsquedas futuras y enfocar la exploración creativa en
direcciones más prometedoras.
Por ejemplo, cuando las personas generan ejemplares para las nuevas categorías, ellos descubren a
menudo que sus creaciones iniciales están limitadas en importantes respectos. Ellas podrían
explorar esas limitaciones entonces, y mientras llevar a la creación los ejemplos más apropiados.
Debe quedar claro que estos procesos exploratorios podrían aplicarse en muchos contextos y
situaciones diferentes: al intentar desarrollar una teoría científica, al mejorar un diseño existente, o
encontrar el nuevo significado de una creación artística, por ejemplo. Incluso podrían compartirse
entre grupos de personas, como en “la tormenta cerebral” –brainstorming- dónde una persona
genera una estructura preinventiva y otros intentan interpretarla.
Estos procesos exploratorios normalmente se llevan a cabo de una manera organizada y sistemática.
En términos a la investigación convencional en mecanismos de procesamientos de la información
en lcognición humana, se puede esperar que estos procesos seriados de procesamiento
predominaran en la fase exploratoria, dónde la búsqueda de posibilidades creativas típicamente
ocurriría de una manera deliberada y controlada.
Un acto creativo individual no necesita involucrar todos estos procesos, ni tampoco ningún tipo
particular de proceso generativo o exploratorio es la mejor ejemplificación de CCr. Más bien, la
creatividad es considerada como el resultado de varios conjuntos de estos procesos, de los cuales
pocos o ninguno puede ser completamente esencial.
Dependiendo de los requisitos de la tarea, podrían imponerse durante cualquier fase generativa o
exploratoria, constreñimientos sobre los productos creativos finales.
Entre los que cabe señalar los siguientes, pareados dado su parentesco:
•Tipo de Producto y Categoría General
• Rasgos Particulares y Funciones
• Componentes y Recursos generales
Tipo de Producto y Categoría General
El tipo particular de producto obviamente constreñirá el resultado final. Se le podría pedir a alguien
diseñar una nueva máquina de escribir o que propusiera un tipo particular de solución a un
problema y esto claramente delimita el tipo particular requerido La categoría general del producto
podría restringirse, como el invento de una nueva pieza de mobiliario o concebir una nueva teoría
en el campo de la física.
Rasgos Particulares y Funciones
Otro constreñimiento que podría restringir los resultados finales son los Rasgos Particulares que el
producto debe exhibir.
Un aparato, por ejemplo, podría tener un cierto tamaño o ser portátil. Un ejemplar de categoría
puede tener que incluir determinados rasgos necesarios designados.
Un tipo relacionado de constreñimientos concierne a la Función del Producto, la que restringirá los
posibles usos o características de las actuaciones.
Al tener que diseñar una herramienta que pueda moler el hielo, por ejemplo, o un avión con motor
de reacción que pueda volar a una cierta velocidad, un artefacto que atrape a un ladrón o un juego
que cumpla ciertas reglas.
Componentes y Recursos generales
Pueden haber también constreñimientos respecto a los Tipos Particulares de Componentes que
pueden usarse en los productos, como por ejemplo que sólo ciertas partes pueden estar disponibles,
que otras generen un sinsentido, etc.
Lo mismo sucede en términos de los Recursos Generales. Ciertos tipos de materiales podrían tener
que usarse u otros podrían no ser de utilidad, o lo económicamente factible que el producto tendría
que ser, etc.
Aunque lo que se persigue es generar y potenciar las oportunidades creativas de los individuos, los
constreñimientos y controles juegan un rol importante para un estudio científico.
No basta simplemente, con decirles a las personas que traten de ser creativos de maneras
completamente no restrictivas, ya que la Creatividadmisma se da en contextos restrictivos de toda
índole.
La perspectiva de CCr, propone identificar los procesos cognitivos específicos que contribuyen a
los actos creativos, para constreñir normalmente las tareas y observar las condiciones bajo las que
los actos creativos ocurren. Entonces, se pueden relacionar estas condiciones particulares, y los
procesos cognitivos que los suscitan con la probabilidad que una persona generará una idea
creativa.
Algunos acercamientos a la creatividad y el diseño, sólo consideran el producto final; sin embargo,
es crucial identificar los procesos cognitivos y las estructuras que están detrás de una idea. En CCr
esto se intenta,relacionando propiedades de cogniciones creativas conlas de los productos finales;
algunas de estas propiedades pueden ser más pertinentes para algunos tipos de creatividad, pero la
mayoría de los productos creativos exhibirá la mayoría de estas propiedades:
•Originalidad • Viabilidad
• Sensibilidad • Inclusividad
• Productividad • Profundidad intuitiva • Flexibilidad
Fig. 3: Relación de Propiedades de las EP con la de los Productos Creativos finales.
Originalidad
La expectativa natural es que una idea o producto creativo serán originales o, al menos, inusuales.
No sorprendentemente, medir la frecuencia relativa de una respuesta es una técnica normal para
evaluar la creatividad (Torrance 1974).
Para la mayoría de los propósitos, se cree que es adecuado usar las evaluaciones simples de
originalidad de los jueces experimentados. No importa tanto si los jueces siempre están en lo
correcto considerando algo como original; lo que es más importante es que los jueces son expertos
haciendo estos juicios y aplican el mismo criterio a través de condiciones experimentales diferentes.
Las ideas o invenciones no necesitan ser originales en ningún sentido absoluto. De hecho, es a
menudo difícil saber si alguien más ha pensado previamente una idea particular.
Boden (1991) traza una distinción entre la creatividad que es pertinente a un individuo (donde una
persona genera una idea en la que nunca había pensado) y creatividad que es pertinente a la historia
y la sociedad como un todo (donde la persona puede no haber pensado nunca en una idea antes,
pero alguien más la tuvo). Hay dificultades prácticas, sin embargo, con usar cualquiera de los dos
criterios como base para juzgar la originalidad. Por ejemplo, ¿cómo se podría saber si un informe de
originalidad personal de un individuo es confiable? Y en tanto que juzgar de originalidad relativa a
una sociedad entera puede ser más objetivo en principio, esto es normalmente muy poco práctico
como método general de investigación.Una posibilidad es usar expertos en un campo como jueces,
y éste es de hecho el método preferido al evaluar la originalidad en dominios altamente restringidos;
sin embargo, en estudios en que las ideas creativas pueden pertenecer a cualquier número de
categorías, como en la mayoría de los estudios que CCr informa, el uso de expertos como jueces se
vuelve mucho menos práctico. Por consiguiente, se ha preferido usar jueces que no son
necesariamente expertos pero que son avezados juzgando cuando un producto o idea parece ser
original, por una gama amplia de categorías.
Sensibilidad y Practicidad
Hay más en la creatividad que simplemente ser novedosa. La novedad puede ser arbitraria, como
cuando se combinan cosas simplemente al azar, de modo desestructurado. Para que la creatividad
tenga sustancia real, también debe ser práctica o sensata; debe tener un sentido de valor o
competencia para apoyar la originalidad.
En muchos estudios de creatividad, se entrena simplemente a las personas para generar una
variedad de nuevas ideas sin tener en cuenta el logro creativo real (Perkins 1981). Los estudios de
CCr recomiendan que se incluyan juicios de la calidad general del producto, además de su
originalidad. Esto normalmente consiste en juzgar la practicidad de una invención o la sensatez de
una idea.
El producto puede ser clasificado como creativo o no, en términos de ambas; puede tasarse la
originalidad y puede ponderarse la practicidad o sensatez. Esto tiene la ventaja de que el juez no
necesite tasar la creatividad per se, lo que evita posibles problemas asociados con los diferentes
sentidos en que las personas podrían considerar algo como creativo (Amabile,1983). Por ejemplo, lo
que quiere decir una persona al llamar ‘creativa’ una solución de ingeniería puede ser bastante
diferente de lo que otra persona quiere decir refiriéndose a una idea literaria como 'creativa.'
Entonces, el primero puede estar enfocado más en la practicidad y el otro más en la originalidad y
las cualidades inspiracionales.
Productividad y Flexibilidad
También podría medirse la productividad de las ideas creativas, por lo que se refiere al número de
ideas generadas dentro de un período de tiempo particular o el tiempo tomado para generar una sola
idea. Estas medidas necesitan ser usadas con cuidado, sin embargo, puesto que ellas tienden a
confundir el proceso de descubrimiento creativo con el de expresión o comunicación de ideas. Por
ejemplo, una persona podría ser experimentada en generar ideas creativas pero pobre o lenta en
informarlas o describirlas.
Adicionalmente, se puede medir el rango de categorías o tipos del objeto representado por una idea
como una indicación de la flexibilidad de la idea. Por ejemplo, una sola invención podría tener usos
múltiples o podría funcionar como diferentes tipos de objetos. Un nuevo concepto podría abarcar
muchas categorías conceptuales diferentes. Usar estas medidas podría ayudar a distinguir entre el
pensamiento productivo que meramente resulta en más cosas del mismo tipo y el pensamiento
creativo que realmente resulta en nuevos tipos de cosas.
Viabilidad y Comercialización
La mayoría de las invenciones exitosas tiene que sobrevivir un desarrollo largo y una fase de prueba
(Weber y Dixon, 1989), y la mayoría de las ideas creativas deben sufrir un proceso similar de
refinamiento y evaluación crítica (Perkins 1981).Podrían ser incluidas, por consiguiente, medidas de
la comerciabilidad posible de una invención creativa o la viabilidad potencial de una idea creativa.
Estas consideraciones, aunque potencialmente importantes, son menos relevantes a una teoría de
CCr; ya que obviamente está más interesada en lo que pasa en el margen frontal del proceso
creativo que en si el producto final terminará aceptándose ampliamente. De hecho, muchas ideas
muy creativas son rechazadas inicialmente sólo porque estaban adelantadas a su tiempo o porque la
tecnología necesaria para su desarrollo no estaba todavía disponible.
Inclusividad
Inclusividad significa hasta qué grado se representan rasgos y estructuras antiguas en los productos
creativos. Por ejemplo, al tratar de mejorar un diseño existente, es a menudo importante saber qué
rasgos se mantienen y cuáles se eliminan. Del mismo modo, cuando se generan nuevos ejemplares
de una categoría, es útil considerar las propiedades de ejemplares de categorías conocidas que se
conservan. Por ejemplo, ¿de diseñar una mejor taza de café, qué propiedades de la categoría general
"taza" tendrían que ser incluidas? ¿Qué supuestos implícitos sobre la naturaleza de un concepto o
una categoría sirven para estructurar la imaginación de un individuo?
CCr propone que las nuevas creaciones son a menudo altamente estructuradas por las propiedades
que son características de las categorías desde las cuales son generadas. Entidades generadas
recientemente, no importan cuán novedosas sean, todavía retienen alguna estructura identificable y
predecible. Parte de la tarea de CCr es identificar esa estructura y descubrir maneras de ayudar a las
personas a superar la estructura si interfiere con su habilidad de generar productos creativos.
Profundidad
Una propiedad adicional que podría ser considerada en la evaluación de un producto creativo es la
Profundidad (Insightfulness). Definida desde la CCr, como el número de dominios diferentes de
conocimiento que los productos contacten. Un gran descubrimiento a menudo tiene consecuencias
de largo alcance influyendo en muchos otros campos. La teoría de la evolución no sólo influyó en el
pensamiento biológico sino también de modo virtual en cada aspecto del pensamiento humano. Un
invento particular, como el microchip, llegó a tener implicancias prácticas que se extendieron
mucho más allá del contexto en que fue concebido originalmente.
Muchas otras propiedades también podrían ser consideradas. Al juzgar las creaciones artísticas, se
podría incluir el reconocimiento de un patrón, la habilidad de una composición, o hasta qué punto el
trabajo evoca la respuesta emocional intentada. Además, podrían usarse los variados
constreñimientos del producto para definir propiedades que se deseen considerar -por ejemplo, cuán
cerca está el producto de parecerse a un tipo particular de objeto o satisfacer un requisito funcional
particular. Estas variadas propiedades del producto podrían, en principio, asociarse con varios tipos
de procesos y estructuras cognitivas propuestas en el modelo GE. Además, algunas de estas
propiedades se siguen naturalmente de las propiedades específicas de las estructuras preinventivas.
Por ejemplo, una estructura preinventiva nueva o una rica en rasgos emergentes más probablemente
debiera dar lugar a un invento o idea que sería ponderada como altamente original.
No todas estas propiedades necesitan ser evaluadas en todo estudio de CCr; algunas de ellas pueden
ser con toda seguridad más importantes para ciertos estudios que para otros. El propósito principal
aquí ha sido considerar el rango de propiedades que son potencialmente útiles en la valoración
creativa y cómo ellas podrían medirse.
Otra consideración importante, sobre la que volveremos, es la asombrosa cercanía de los criterios de
CCr con las Teorías tradicionales de Conceptos de la psicología empírica, en términos de evaluación
de frecuencias estadísticas, consideraciones de ejemplares, redes conceptuales y otros, que
explicarían la virtual ausencia de rasgos como la Intencionalidad o las explicaciones de las
características semánticas representacionales de los conceptos en la explicación de la actuación
cognitiva.
Como ya ha sido planteado, una de las características más atractivas de la aproximación del Modelo
GE de cognición creativa es su vinculación interna con la investigación actual en varias áreas
cognitivas tradicionales, entre las que se mencionaron: La Imaginería, Formación de Conceptos,
Memoria,
• Categorización y Resolución de Problemas.
La propuesta, entonces, de CCr consiste en integrar a estas áreas cognitivas tradicionales nuevas
áreas, propias y pertinentes para evaluar la actuación creativa, incorporando nuevos métodos y
técnicas de descubrimiento. Concretamente, CCr propone las siguientes áreas: Visualización
Creativa, Invención Creativa, Síntesis Conceptual,
• Imaginación Estructurada y Fijación, Incubación, e Intuición Creativa.
De tal modo, la integración de áreas Cognitivas y Métodos de Descubrimiento en CCr:
Figura 4
La Metáfora
La discusión de las interpretaciones figurativas trae naturalmente a la consideración de otro tipo de
mezcla mental, la Metáfora. Como es usado aquí, Metáfora refiere a las manifestaciones de
similitud de la forma "X es Y" en las que el orador intenta transmitir alguna relación figurativa, más
compleja, entre X e Y. Por ejemplo, en la metáfora ‘Javier es un Sol’, lo más probable es que se
intente transmitir de manera figurada una información positiva sobre Javier, y no literalmente un
tipo de relación física o semejante. Para los propósitos de referencia, nos referiremos al término "X"
como el tema y el término "Y" como el vehículo de la metáfora.
Como las combinaciones conceptuales, las metáforas involucran el mapeo y/o traslado de
información de un concepto a otro. Además, ellos permiten la emergencia de propiedades que no
son obviamente parte del tema o el vehículo. Así, tal como construir y explorar combinaciones
conceptuales, construir y usar una metáfora es por su misma naturaleza un proceso creativo.
Hay, por supuesto, declaraciones de la forma "X es Y " que son pensadas para transmitir
información literal. Por ejemplo, ‘un perro es un animal’ es una declaración de hecho que no se
esperaría que produzca la emergencia de ninguna nueva propiedad. Así como el caso con las
combinaciones conceptuales que son lexicalizadas o tienen una sola interpretación obvia, tales
declaraciones literales son bajas en ambigüedad e incongruencia y por naturaleza no permitirían
muchas oportunidades creativas.
No se afirma, sin embargo, que una interpretación literal necesariamente impedirá el acceso a un
significado más figurativo o creativo; tampoco, en una posición relacionada, que los individuos sólo
buscan significados figurativos después que su búsqueda de significados literales falla. Ambas
posiciones parecen desavenirse con los datos existentes(Glucksberg 1991). Lo que parece quedar
claro es que las declaraciones de significados únicos obvios, son menos probables de estimular la
búsqueda exploratoria deliberada, que aquellos sin tal significado claro, y se sugiere que
posiblemente pueden haber aspectos de bloqueo de la recuperación que pesan contra los resultados
creativos, en el sentido que una sola interpretación obvia puede hacer más difícil el recuperar y
considerar activamente los significados alternativos.
Como es el caso con la combinación conceptual, una variedad de modelos de comprensión de
metáfora han sido propuestos; los que se considerarán con respecto a su habilidad de tratar con el
problema de las propiedades emergentes.
Modelo de Desequilibrio Prominente
El modelo de desequilibrio prominente (Ortony 1979) se entiende mejor en términos del contraste
entre las afirmaciones de similitud literales y las metáforas. En una afirmación de similitud literal
(como “los autos son camiones") las propiedades conjugadas (‘ruedas’, ‘puertas’, ‘usados para el
transporte’) son altamente prominentes para los dos artículos comparados. En las metáforas, sin
embargo (como “los sermones son pastillas para dormir”), las propiedades que son altamente
prominentes para el vehículo (‘inducir el sueño’) no son centrales al tema. Es el grado de
desequilibrio prominente lo que determina si la declaración funcionaría como una metáfora.
En este modelo, los rasgos involucrados en la comparación son sólo aquellos que ya son parte de la
representación del vehículo y el tema. Tal como el modelo de modificación selectiva de
combinación conceptual, el modelo de desequilibrio prominente no tiene ninguna manera obvia de
responder al hecho que nuevos rasgos emerjan, ya que no atiende a la Emergencia de rasgos.
Tourangeau y Rips (1991) han encontrado recientemente, de hecho, que los rasgos que
frecuentemente emergen en las metáforas no fueron prominentes, ni en el vehículo, ni en el tema.
Al igual que en la combinación conceptual, el carácter central de la emergencia: de algo nuevo,
hace de la metáfora un tema natural de estudio dentro de la aproximación de CCr; pese a que, como
se ha notado, esta Emergencia sea todavía inaprehensible, en términos conceptuales.
Modelo de Interacción de Dominios
Tourangeau y Rips (1991) sostienen que el modelo de interacción de dominios, (Tourangeau y
Sternberg, 1982), puede responder mejor por la emergencia de rasgos que ocurren cuando un
vehículo y un tema se combinan en una metáfora.
En este modelo, las metáforas involucran la interacción o yuxtaposición de dominios extensos de
conocimiento, no sólo el mapeo de rasgos aislados desde un único objeto a otro. En efecto, la
metáfora se entiende por un mapeo de rasgos que permitirán una íntima alineación de las posiciones
relativas del tema y el vehículo dentro de sus respectivos dominios. Por ejemplo, la metáfora ‘el
fútbol es el opio del pueblo’ podría entenderse considerando rasgos como ‘el sustraimiento popular’
y 'el placer por los goles a los rivales.' Porque el mapeo de estos rasgos a través de los dominios no
puede ser directo o literal, nuevas propiedades pueden emerger. De este modo, ‘placer por los goles
a los rivales’ podría referirse a los “efectos” que un opio del pueblo produciría en el "sustraimiento
popular", y este podría evaluarse como un rasgo saliente de la metáfora, no necesariamente para el
fútbol u el opio del pueblo, exclusivamente.
La implicancia más importante del modelo de interacción de dominios para CCr es que comprender
una sola metáfora puede causar un amplio cambio en la estructura, no sólo del tema individual y el
vehículo, sino también de los otros dominios desde el cual el tema y el vehículo vienen. Kelly y
Keil (1987) mostraron que comprender una metáfora puede provocar otros componentes de
metáforas potenciales que involucran los mismos dominios para trasladarlos más cerca
conceptualmente. Entender la metáfora del "fútbol" podría facilitar una comprensión de otras
metáforas que involucran los mismos dominios, como “el atletismo es el pariente pobre del golf".
Este potencial para ver dominios enteros en una nueva luz es un claro ejemplo de cognición
creativa.
Modelo de Inclusión de Clases
Un modelo alternativo, y bastante simple es el de inclusión de clases, (Glucksberg y Keysar, 1990),
en el que se entienden las metáforas significando que ambos (tema y vehículo) son miembros de la
misma categoría supraordinada de la que el vehículo es el miembro más prototípico. Por ejemplo,
en la declaración "Mi trabajo es una cárcel", ‘cárcel’ sirve como miembro prototípico y etiqueta
para una categoría de situaciones que son confinantes, desagradables, y así por el estilo. La
metáfora se interpreta como una afirmación que "mi trabajo" es también un miembro de esa
categoría.
El modelo de inclusión de clases tiene en común con el modelo de desequilibrio prominente de
Ortony, la idea que el vehículo y el tema comparten los mismos rasgos. En ese sentido, también
tiene dificultad para responder por la emergencia de nuevos rasgos en la metáfora. Por otro lado, el
modelo de inclusión de clase comparte el espíritu de CCr, en el sentido que la categoría
supraordinada que el vehículo representa no necesita ser preexistente; puede crearse en el lugar para
hacer sentido de la metáfora, del mismo modo que otras categorías ad hoc pueden crearse cuando se
necesitan.
Incluso cuando la categoría ya existe, puede no ser una dominante, y su uso puede involucrar una
reestructuración del significado. Por ejemplo, con o sin una sola etiqueta obvia, la categoría
"situaciones que son desagradables, confinantes, y así por el estilo" puede ya ser parte de la
estructura de conocimiento existente de un individuo. Sin embargo, no pensamos típicamente en
cárcel como un miembro de esa categoría; más bien, puede ser más típico pensar en “cárcel” como
un miembro de las categorías ‘edificios’, ‘fortalezas’ o ‘condenas legales’. Poner el término en el
contexto de la metáfora "Mi trabajo es una cárcel" causa un desplazamiento fuera de estas
interpretaciones dominantes, dirigiéndose hacia aquellas que ayudan a hacer sentido a la
declaración, lo que permite la posibilidad de pensar sobre las cárceles y los trabajos de una manera
completamente nueva. Es más, al llevar la atención a una categoría supraordinada sobre lo que no es
típicamente pensada, se potencia el uso de la exploración creativa para hacer descubrimientos sobre
ese dominio, que no podrían haber sido hechos de otro modo. Así por ejemplo, ¿hay otras
"situaciones confinantes, desagradables" que fueran tan eficaces como la cárcel para detener el
crimen? Considerar las metáforas de esta manera exploratoria, es similar al uso de analogías desde
diferentes dominios para generar soluciones a los problemas.
Implicancias
Pueden considerarse como implicancias teóricas de los estudios de formas preinventivas en casos en
que las formas serían interpretadas como representando conceptos abstractos, el caso que muestran
que las formas preinventivas pueden funcionar como catalizadores, o mediadores, para la
exploración y el descubrimiento conceptual en una amplia variedad de dominios abstractos.
Además, como en otros casos, la probabilidad de descubrir un concepto creativo es mayor cuando la
categoría interpretativa se especifica después de que las formas preinventiva se generaron.
El resultado que puede tomarse como el más importante sobre las mezclas conceptuales, es el que
cuando se combinan dos o más conceptos, probable y seguramente surgirán propiedades nuevas e
inesperadas de esos conceptos. Esto que puede parecer más o menos evidente, ocurre tanto en las
combinaciones conceptuales como en las metáforas. Además, al menos para las metáforas, puede
haber considerable reestructuración, no sólo de los significados de los componentes individuales
sino también, interesantemente, de los dominios enteros desde los cuales vienen. Estos resultados
sugieren que la fusión de conceptos es inherentemente un proceso creativo.
También la sugerente evidencia sobre las propiedades de las mezclas mentales que se relacionan
con la utilidad en el descubrimiento creativo. La incongruencia como un componente central de
mezclas mentales parece producir un número mayor de rasgos emergentes. El papel de la
incongruencia en la metáfora está menos claro, aunque el tema y vehículo deben ser
suficientemente diferentes para que la manifestación sea figurativa. Al mismo tiempo, debe haber
algunos límites a la incongruencia. Si los elementos en una metáfora son demasiado discordantes,
por ejemplo, el resultado puede simplemente ser una declaración anómala, sin propiedades
heredadas o emergentes.
La incongruencia de componentes y la propiedad relacionada de ambigüedad pueden resultar en
más cogniciones creativas precisamente porque ellas no llevan a una interpretación única obvia,
como normalmente es el caso con las combinaciones muy congruentes e inequívocas. Cuando las
interpretaciones obvias son prontamente disponibles, los esfuerzos para construir interpretaciones
alternativas por recuperación de aspectos diferentes de los componentes, pueden bloquearse.
Como CCr lo plantea, el énfasis está puesto en la Producción Creativa más que en su comprensión
conceptual, ya mucha investigación en combinación conceptual y metáfora se ha preocupado por la
comprensión. Los procesos, aquí centrales, por los que las personas recuperan y sintetizan
componentes para generar combinaciones interesantes y metáforas, han recibido menos atención
pero al parecer, ya están maduros para su estudio. Los problemas centrales de la comprensión han
llevado a interesarse por problemas de corte filosófico tales como, cómo se puede determinar el
significado intencional de una expresión; aunque esto es importante para la psicología cognitiva;
CCr considerará igualmente importante, y priorizará el entender los procesos del descubrimiento
creativo que las personas aplican cuando generan y exploran varios tipos de mezclas mentales. Por
lo que se harían muy deseables, por ejemplo, estudios sobre cómo las personas exploran los
posibles significados de combinaciones conceptuales y metáforas, particularmente aquellos que son
incongruentes o ambiguos.
Por otra parte, desde una perspectiva más pragmática, congruente a la postura de CCr, hay muchas
maneras en que podrían usarse las formas preinventivas para mejorar el descubrimiento conceptual.
Un físico podría generar una variedad de formas preinventivas y entonces podría intentar
interpretarlas como representando nuevos conceptos en teorías atómicas o de relatividad. Un
investigador médico podría explorar formas preinventivas para llegar a nuevas ideas de cómo tratar
una enfermedad. Un escritor podría intentar usar estas formas para sugerir nuevas estrategias
narrativas para una novela.
Varias sugerencias prácticas para mejorar la creatividad se siguen de los estudios en combinación
conceptual. Un ejemplo es el de Koberg y Bagnall (1974): conexiones morfológicas forzadas. Esta
aproximación, intenta generar nuevas entidades enumerando atributos típicos de un objeto,
generando valores alternativos para esos atributos, y combinando esos valores alternativos al azar.
Las conexiones morfológicas forzadas involucran combinaciones de los atributos de un solo objeto
en lugar de combinaciones de objetos separados. Probablemente, sin embargo, el procedimiento
podría extenderse para incluir combinaciones de objetos. Por ejemplo, el Pin Pon incluye paletas de
madera, pelotas ligeras, dos jugadores, etc. Un nuevo juego podría desarrollarse con las
combinaciones de variantes de esos objetos y entidades.
Otro acercamiento relacionado llamado Síntesis Morfológica (Adams, 1974) diferentes dimensiones
de un objeto serían consideradas, y se examinarían todas las posibles combinaciones de valores en
esas dimensiones. Por ejemplo, al desarrollar una nueva forma de transporte, se podrían considerar
combinaciones de valores en las dimensiones de fuente de poder (electricidad, motor de gasolina),
lugar de funcionamiento (aire, agua, rieles), y medios de apoyo para el pasajero (silla, cama, etc).
Investigadores que estudian la combinación conceptual han desarrollado materiales experimentales
usando un procedimiento similar de generación de listas de conceptos y examinando todos los
posibles apareamientos de elementos de cada lista Posiblemente la misma técnica podría usarse para
explorar creativamente las consecuencias de fusionar entidades de varios dominios. Estas
aproximaciones también podrían adaptarse a la tarea de desarrollar conceptos innovadores o incluso
nuevas áreas de investigación dentro de una disciplina particular.
Ciertamente muchos de los apareamientos producirían conceptos muy conocidos y otros serían sin
sentido, pero posiblemente ciertas combinaciones llevarían a nuevos descubrimientos o, al menos, a
nuevas preguntas sobre si tales conceptos son de valor investigativo. De manera relacionada, se
podrían imaginar nuevas disciplinas que surjan de la combinación de las existentes. Aunque
combinar disciplinas (así como temas de investigación) se cultive típicamente fuera de los intereses
comunes y los desarrollos teóricos, quizás al sugerir disciplinas inexistentes y considerar qué
trabajo se haría dentro de ellas, podrían surgir nuevos descubrimientos sobre soluciones a los
problemas no resueltos.
Evaluación final
Si bien, nuestra intención originaria y explícita desde el inicio del texto, fue la de abordar el
fenómeno de la Creatividad, como una combinación de capacidades y destrezas que en su conjunto
pudieran ser consideradas como una Facultad de la mente, dignas de ser estudiadas como lo son
otras capacidades y destrezas que asimismo llamamos mentales; esta intención sólo llegó a
materializarse en la tercera parte, y final, del texto.
El, quizá, extenso periplo que el texto recorre para arribar en el tema de la Creatividad, se justificó
en la necesidad previa de dar cuenta de las líneas generales y estado actual del bloque
interdisciplinario que conocemos como Ciencia Cognitiva, para desde este terreno observar y
abordar la participación de la Filosofía de la Mente, con la declarada pretensión, por una parte, de
identificar en ella los fundamentos teóricos, que guían el trabajo en esta área de investigación, lo
que fuera articulado como el NudoFilosófico de la CC. Por otra parte, el abordaje específico en los
criterios y problemas centrales de la Filosofía de la Mente, se correspondió con el interés de
localizar en ella, herramientas apropiadas para analizar y evaluar una propuesta emergente en la CC,
precisamente aquella que dice relación con el tema postulado: Cognición Creativa.
Ya en este ámbito específico, Cognición Creativa, a su vez exigió una demarcación general de sus
postulados y alcances, los que se abordaron en conjunto al Modelo que CCr propone para describir
la producción creativa. El Modelo GE (Generativo-Explorador) nos permitió observar en una
panorámica sus distintos elementos constituyentes, en términos de Procesos, Generativos y
Exploratorios; Estructuras cognitivas y sus propiedades; y Productos, en atributos y
constreñimientos. Sin duda extensa, una caracterización de este tipo Cognición Creativa la asumió
desde una amplia y variada investigación previa, desarrollada en distintas áreas de la psicología
cognitiva empírica, donde los autores en la mayoría de los casos tienen además trabajo a su haber.
La amplitud descriptiva del modelo podría entenderse desde el caso que este es diseñado para
abordar y cubrir distintas parcelas de la producción creativa que la misma CCr se encargará de
proponer, así por ejemplo la Visualización, Síntesis Conceptual, la Invención, Imaginación
Estructurada, o laFijación, Incubación, e Intuición Creativa. Entre estos ámbitos, la centralidad del
rol que los conceptos juegan en la explicación cognitiva en general, como se venía observando
desde lo establecido en el bloque cognitivo y luego con especial énfasis como un problema medular
para la Filosofía de la Mente, evidencian nuestra elección, como su lugar natural en la Síntesis
Conceptual.
El tema de la Síntesis Conceptual como espacio oficial permitió abordar ya de modo concreto, los
distintos constituyentes que el Modelo de modo general había establecido para todas las áreas. En
este sentido pudieron consignarse, por ejemplo, como EP propias del campo, las combinaciones
mentales, dentro de las que se contemplaron en específico: combinaciones conceptuales y
metáforas. Donde las propiedades destacadas de estas EP, fueron sin duda la emergencia de rasgos
inesperados, la ambigüedad y la incongruencia.
En esta retrospectiva puramente lineal, podría evaluarse la intención originalcomo satisfecha, en la
medida que la profundización en cada ámbito fue permitiendo hablar cada vez con mayor holgura y
propiedad del tema. No obstante, no podemos conformarnos sólo con esta linealidad; la pretensión
inicial fue mucho más ambiciosa, y quizá en esto mismo su mayor debilidad.
Dado este punto, se hace ineludible consignar al respecto, que si bien el planteamiento que CCr
postula es de corte más bien pragmático, desde la psicología cognitiva experimental, nuestro interés
en el área contaba con discernir criterios filosóficos que, de fondo, permitieran una comprensión
más profunda de los conceptos involucrados en lo tocante a la actividad creativa
En este sentido, efectivamente, el Modelo GE que propusiéramos desde CCr, aporta interesantes
consideraciones para abordar el fenómeno de la Creatividad, particularmente en lo que refiere a las
posibilidades de apertura que el tema propone al área general de la Ciencia Cognitiva, ya que como
fue suficientemente enfatizado una de sus grandes virtudes es la integración de áreas tradicionales al
estudio de los fenómenos de la creatividad. En conjunto con este atributo, otros que tampoco
debieran omitirse, tales como el entusiasmo de los autores en abordar una área tradicionalmente
inabordable desde postulados teóricos; la enorme amplitud descriptiva que el modelo se encarga de
abordar y finalmente, la sencillez expositiva tanto en términos de los conceptos como en los
procesos que desde distintas áreas y planteamientos teóricos o experimentales, CCr se encargará de
informar e incorporar.
A poco andar, sin embargo, se observa que la extensa amplitud descriptiva que el Modelo propone
además de figurar como una cualidad, que acoge distintas posibilidades en la actividad creativa;
puede considerarse no obstante, como una debilidad, consistente en la descripción más que en la
explicación de los casos. Las caracterizaciones propuestas bajo el modelo GE, no explican cómo, o
con qué, estas propiedades se constituyen, qué les provee sus características, p.e. ser ‘preinventivas’
y qué rango de acción finalmente podrían alcanzar. Sí, y ampliamente, el modelo considera y
expone una de las capacidades más evidentes de la Creatividad, su producción. Por ende, su
perspectiva se propone en directa orientación a la descripción de la Producción y a la identificación
de los procesos involucrados en la generación, en este caso particular en lo conceptual, aunque
también extensamente en otros procesos creativos.
Lo anterior también puede observarse, en cierta permisividad que el modelo ostenta, al admitir ‘de
todo un poco’; circunstancia que si bien podría justificarse en la extensión misma del concepto
Creatividad; por otra parte hace confusa la identificación de qué tipo de fenómenos son los
implicados y cómo efectivamente deberíamos tomarles por Creativos. Esta situación parece tener su
origen en una suerte de eclecticismo en los supuestos y compromisos que el enfoque asume;
explícitamente, con las distintas teorías de conceptos de la tradición psicológica, desde las asociadas
con Desarrollo Cognitivo hasta las vinculadas con la semántica léxica, donde la determinación
conceptual se establece por la frecuencia estadística de rasgos y por lo mismo, la mayor parte de la
evaluación recae en el trabajo experimental. Esto podría evidenciarse en el habitual uso de
categorizaciones, como en los modelos de Prototipos, o de Ejemplar que constantemente CCr
asumirá como centrales, en sus propias estructuras así como en sus evaluaciones.
Las relaciones de CCr con las diferentes teorías de conceptos mentadas de la tradición psicológica
se hacen patentes a través de todo el texto; tal como el mismo grupo lo declara, por ejemplo, en su
configuración del Modelo GE como estructura Graduada o de Parecido de familia, el mismo caso
corre para las Propiedades de las EP; o en general, la centralidad explicativa que claramente tiene la
teoría de ejemplar en la explicación de la actuación creativa. De un modo enrevesado, esta postura
se cruza con criterios de relaciones inferenciales y la aplicación del conocimiento del mundo o
teorías ingenuas frente a ciertos procesos como la Interpretación Conceptual, así como algún rasgo
esencialista frente a la evaluación.
No conforme con esta fusión de posturas de la tradición psicológica, CCr también sustenta,
implícitamente, el supuesto representacional de los conceptos, tesis central de una TRM, y por ello,
varios de los atributos semánticos filosóficos más controvertidos. Así por ejemplo el caso que los
conceptos sean estructurados, como expone claramente la Síntesis Conceptual, implica el mentado
principio de Composicionalidad en todos los casos de combinaciones conceptuales, donde tipos más
abstractos de conceptos creativos se generan a partir de la fusión de constituyentes más básicos,
mediante el uso de EP. De este modo, se considera cómo combinando conceptos separados se
producen rasgos emergentes que no eran parte de la representación de ambos conceptos por
separado. Las distintas y posibles propiedades emergentes exhiben claramente atributos
composicionales, a partir de esa emergencia de rasgos nuevos en los conceptos resultantes, pero la
ausencia de criterios identificatorios de la emergencia, también impiden el evaluar específicamente
la composicionalidad.
Esta omisión, clave en el tema, está relacionada con la comprensión de los conceptos como
representaciones; lo que debiera explicitar la posesión y la individuación del contenido semántico
de ellos. CCr asume los conceptos como representaciones, la síntesis conceptual trabaja con
conceptos abstractos y estructurados lo que supone, a su vez, en esa emergencia de rasgos el
fenómeno de la composicionalidad. No obstante, de un modo quizá semejante a como se observó
sucedía en la CC, Cognición Creativa soslaya esta explicación semántica representacional al plano
psicológico empírico, el que claramente puede describir esta situación y probablemente medir sus
frecuencias o consignar diferentes categorías posibles, pero que demuestra lo inapropiado de la
traducción de un problema, fundamentalmente, conceptual al plano más básico de la experiencia.
Del mismo modo, la noción de Emergencia, considerada como uno de los principales atributos de
las así llamadas EP, a la vez que, una propiedad central de la producción y exploración creativa,
resulta altamente interesante para la comprensión futura de la creatividad; esto podría explicar las
diversas tentativas a considerarle en el marco del modelo GE; sin embargo, una noción de la
centralidad de ella, requerirá algún tipo de especificación o individuación de sus rasgos particulares,
si no es posible en términos de conceptos o contenidos, al menos en los tipos de fenómenos
probablemente implicados.
Finalmente, no podemos considerar como fallidos todos nuestros intereses en el área. Aunque no
resueltos, muchos postulados parecen ofrecer luces sobre temas relevantes para proseguir la
investigación en creatividad; así por ejemplo, el rol central que CCr ya evidenció sobre la
Combinación Conceptual como pieza clave en la producción y exploración creativa, y lo respectivo
a figuras como la Metáfora, que sin duda han sido descuidadas también, en su potencialidad para la
creatividad en general.
Por otra parte, la propuesta y el modelo de CCr asumen metas y tareas pendientes. En este sentido y
pese a los inminentes conflictos que la fusión de supuestos expone, quizás pueda considerarse el
ejemplo de CCr para sugerir, en lo sucesivo, metodologías integradas para abordar la creatividad
desde criterios psicológicos cognitivos, experimentales u otros, pero que, coherentemente no
descuiden, ni omitan los supuestos filosóficos de fondo implicados. Lo anterior, en concordancia
con la urgente necesidad de contar con criterios filosóficos apropiados para entender los fenómenos
de la creatividad, pero que a su vez extra a la reflexión filosófica permitan su articulación e
intervención en los planos concretos del quehacer intelectual.
Desde la Filosofía, la consideración de la Creatividad, parece seguir exigiendo nuevos desarrollos;
sin embargo, la labor filosófica en este plano, como en otros, sigue requiriendo la concurrencia y
correspondencia con otras áreas; particularmente en el caso que hemos expuesto, ya que el bloque
completo de la Ciencia Cognitiva, bajo sus criterios de interdisciplinareidad y colaboratividad,
claramente así lo requiere.
En las dimensiones de estas estepas, cierta vocecilla parece musitar a modo de epílogo que, los
grandes y pequeños temas sobre la comprensión de la mente humana han demandado siempre y al
parecer seguirán demandando, de variados, persistentes e incansables intentos.
Evaluación Final
Si bien, nuestra intención originaria y explícita desde el inicio del texto, fue la de abordar el
fenómeno de la Creatividad, como una combinación de capacidades y destrezas que en su conjunto
pudieran ser consideradas como una Facultad de la mente, dignas de ser estudiadas como lo son
otras capacidades y destrezas que asimismo llamamos mentales; esta intención sólo llegó a
materializarse en la tercera parte, y final, del texto.
El, quizá, extenso periplo que el texto recorre para arribar en el tema de la Creatividad, se justificó
en la necesidad previa de dar cuenta de las líneas generales y estado actual del bloque
interdisciplinario que conocemos como Ciencia Cognitiva, para desde este terreno observar y
abordar la participación de la Filosofía de la Mente, con la declarada pretensión, por una parte, de
identificar en ella los fundamentos teóricos, que guían el trabajo en esta área de investigación, lo
que fuera articulado como el NudoFilosófico de la CC. Por otra parte, el abordaje específico en los
criterios y problemas centrales de la Filosofía de la Mente, se correspondió con el interés de
localizar en ella, herramientas apropiadas para analizar y evaluar una propuesta emergente en la CC,
precisamente aquella que dice relación con el tema postulado: Cognición Creativa.
Ya en este ámbito específico, Cognición Creativa, a su vez exigió una demarcación general de sus
postulados y alcances, los que se abordaron en conjunto al Modelo que CCr propone para describir
la producción creativa. El Modelo GE (Generativo-Explorador) nos permitió observar en una
panorámica sus distintos elementos constituyentes, en términos de Procesos, Generativos y
Exploratorios; Estructuras cognitivas y sus propiedades; y Productos, en atributos y
constreñimientos. Sin duda extensa, una caracterización de este tipo Cognición Creativa la asumió
desde una amplia y variada investigación previa, desarrollada en distintas áreas de la psicología
cognitiva empírica, donde los autores en la mayoría de los casos tienen además trabajo a su haber.
La amplitud descriptiva del modelo podría entenderse desde el caso que este es diseñado para
abordar y cubrir distintas parcelas de la producción creativa que la misma CCr se encargará de
proponer, así por ejemplo la Visualización, Síntesis Conceptual, la Invención, Imaginación
Estructurada, o laFijación, Incubación, e Intuición Creativa. Entre estos ámbitos, la centralidad del
rol que los conceptos juegan en la explicación cognitiva en general, como se venía observando
desde lo establecido en el bloque cognitivo y luego con especial énfasis como un problema medular
para la Filosofía de la Mente, evidencian nuestra elección, como su lugar natural en la Síntesis
Conceptual.
El tema de la Síntesis Conceptual como espacio oficial permitió abordar ya de modo concreto, los
distintos constituyentes que el Modelo de modo general había establecido para todas las áreas. En
este sentido pudieron consignarse, por ejemplo, como EP propias del campo, las combinaciones
mentales, dentro de las que se contemplaron en específico: combinaciones conceptuales y
metáforas. Donde las propiedades destacadas de estas EP, fueron sin duda la emergencia de rasgos
inesperados, la ambigüedad y la incongruencia.
En esta retrospectiva puramente lineal, podría evaluarse la intención originalcomo satisfecha, en la
medida que la profundización en cada ámbito fue permitiendo hablar cada vez con mayor holgura y
propiedad del tema. No obstante, no podemos conformarnos sólo con esta linealidad; la pretensión
inicial fue mucho más ambiciosa, y quizá en esto mismo su mayor debilidad.
Dado este punto, se hace ineludible consignar al respecto, que si bien el planteamiento que CCr
postula es de corte más bien pragmático, desde la psicología cognitiva experimental, nuestro interés
en el área contaba con discernir criterios filosóficos que, de fondo, permitieran una comprensión
más profunda de los conceptos involucrados en lo tocante a la actividad creativa
En este sentido, efectivamente, el Modelo GE que propusiéramos desde CCr, aporta interesantes
consideraciones para abordar el fenómeno de la Creatividad, particularmente en lo que refiere a las
posibilidades de apertura que el tema propone al área general de la Ciencia Cognitiva, ya que como
fue suficientemente enfatizado una de sus grandes virtudes es la integración de áreas tradicionales al
estudio de los fenómenos de la creatividad. En conjunto con este atributo, otros que tampoco
debieran omitirse, tales como el entusiasmo de los autores en abordar una área tradicionalmente
inabordable desde postulados teóricos; la enorme amplitud descriptiva que el modelo se encarga de
abordar y finalmente, la sencillez expositiva tanto en términos de los conceptos como en los
procesos que desde distintas áreas y planteamientos teóricos o experimentales, CCr se encargará de
informar e incorporar.
A poco andar, sin embargo, se observa que la extensa amplitud descriptiva que el Modelo propone
además de figurar como una cualidad, que acoge distintas posibilidades en la actividad creativa;
puede considerarse no obstante, como una debilidad, consistente en la descripción más que en la
explicación de los casos. Las caracterizaciones propuestas bajo el modelo GE, no explican cómo, o
con qué, estas propiedades se constituyen, qué les provee sus características, p.e. ser ‘preinventivas’
y qué rango de acción finalmente podrían alcanzar. Sí, y ampliamente, el modelo considera y
expone una de las capacidades más evidentes de la Creatividad, su producción. Por ende, su
perspectiva se propone en directa orientación a la descripción de la Producción y a la identificación
de los procesos involucrados en la generación, en este caso particular en lo conceptual, aunque
también extensamente en otros procesos creativos.
Lo anterior también puede observarse, en cierta permisividad que el modelo ostenta, al admitir ‘de
todo un poco’; circunstancia que si bien podría justificarse en la extensión misma del concepto
Creatividad; por otra parte hace confusa la identificación de qué tipo de fenómenos son los
implicados y cómo efectivamente deberíamos tomarles por Creativos. Esta situación parece tener su
origen en una suerte de eclecticismo en los supuestos y compromisos que el enfoque asume;
explícitamente, con las distintas teorías de conceptos de la tradición psicológica, desde las asociadas
con Desarrollo Cognitivo hasta las vinculadas con la semántica léxica, donde la determinación
conceptual se establece por la frecuencia estadística de rasgos y por lo mismo, la mayor parte de la
evaluación recae en el trabajo experimental. Esto podría evidenciarse en el habitual uso de
categorizaciones, como en los modelos de Prototipos, o de Ejemplar que constantemente CCr
asumirá como centrales, en sus propias estructuras así como en sus evaluaciones.
Las relaciones de CCr con las diferentes teorías de conceptos mentadas de la tradición psicológica
se hacen patentes a través de todo el texto; tal como el mismo grupo lo declara, por ejemplo, en su
configuración del Modelo GE como estructura Graduada o de Parecido de familia, el mismo caso
corre para las Propiedades de las EP; o en general, la centralidad explicativa que claramente tiene la
teoría de ejemplar en la explicación de la actuación creativa. De un modo enrevesado, esta postura
se cruza con criterios de relaciones inferenciales y la aplicación del conocimiento del mundo o
teorías ingenuas frente a ciertos procesos como la Interpretación Conceptual, así como algún rasgo
esencialista frente a la evaluación.
No conforme con esta fusión de posturas de la tradición psicológica, CCr también sustenta,
implícitamente, el supuesto representacional de los conceptos, tesis central de una TRM, y por ello,
varios de los atributos semánticos filosóficos más controvertidos. Así por ejemplo el caso que los
conceptos sean estructurados, como expone claramente la Síntesis Conceptual, implica el mentado
principio de Composicionalidad en todos los casos de combinaciones conceptuales, donde tipos más
abstractos de conceptos creativos se generan a partir de la fusión de constituyentes más básicos,
mediante el uso de EP. De este modo, se considera cómo combinando conceptos separados se
producen rasgos emergentes que no eran parte de la representación de ambos conceptos por
separado. Las distintas y posibles propiedades emergentes exhiben claramente atributos
composicionales, a partir de esa emergencia de rasgos nuevos en los conceptos resultantes, pero la
ausencia de criterios identificatorios de la emergencia, también impiden el evaluar específicamente
la composicionalidad.
Esta omisión, clave en el tema, está relacionada con la comprensión de los conceptos como
representaciones; lo que debiera explicitar la posesión y la individuación del contenido semántico
de ellos. CCr asume los conceptos como representaciones, la síntesis conceptual trabaja con
conceptos abstractos y estructurados lo que supone, a su vez, en esa emergencia de rasgos el
fenómeno de la composicionalidad. No obstante, de un modo quizá semejante a como se observó
sucedía en la CC, Cognición Creativa soslaya esta explicación semántica representacional al plano
psicológico empírico, el que claramente puede describir esta situación y probablemente medir sus
frecuencias o consignar diferentes categorías posibles, pero que demuestra lo inapropiado de la
traducción de un problema, fundamentalmente, conceptual al plano más básico de la experiencia.
Del mismo modo, la noción de Emergencia, considerada como uno de los principales atributos de
las así llamadas EP, a la vez que, una propiedad central de la producción y exploración creativa,
resulta altamente interesante para la comprensión futura de la creatividad; esto podría explicar las
diversas tentativas a considerarle en el marco del modelo GE; sin embargo, una noción de la
centralidad de ella, requerirá algún tipo de especificación o individuación de sus rasgos particulares,
si no es posible en términos de conceptos o contenidos, al menos en los tipos de fenómenos
probablemente implicados.
Finalmente, no podemos considerar como fallidos todos nuestros intereses en el área. Aunque no
resueltos, muchos postulados parecen ofrecer luces sobre temas relevantes para proseguir la
investigación en creatividad; así por ejemplo, el rol central que CCr ya evidenció sobre la
Combinación Conceptual como pieza clave en la producción y exploración creativa, y lo respectivo
a figuras como la Metáfora, que sin duda han sido descuidadas también, en su potencialidad para la
creatividad en general.
Por otra parte, la propuesta y el modelo de CCr asumen metas y tareas pendientes. En este sentido y
pese a los inminentes conflictos que la fusión de supuestos expone, quizás pueda considerarse el
ejemplo de CCr para sugerir, en lo sucesivo, metodologías integradas para abordar la creatividad
desde criterios psicológicos cognitivos, experimentales u otros, pero que, coherentemente no
descuiden, ni omitan los supuestos filosóficos de fondo implicados. Lo anterior, en concordancia
con la urgente necesidad de contar con criterios filosóficos apropiados para entender los fenómenos
de la creatividad, pero que a su vez extra a la reflexión filosófica permitan su articulación e
intervención en los planos concretos del quehacer intelectual.
Desde la Filosofía, la consideración de la Creatividad, parece seguir exigiendo nuevos desarrollos;
sin embargo, la labor filosófica en este plano, como en otros, sigue requiriendo la concurrencia y
correspondencia con otras áreas; particularmente en el caso que hemos expuesto, ya que el bloque
completo de la Ciencia Cognitiva, bajo sus criterios de interdisciplinareidad y colaboratividad,
claramente así lo requiere.
En las dimensiones de estas estepas, cierta vocecilla parece musitar a modo de epílogo que, los
grandes y pequeños temas sobre la comprensión de la mente humana han demandado siempre y al
parecer seguirán demandando, de variados, persistentes e incansables intentos.
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