Actividades Metrica
Actividades Metrica
1
Adorno de encaje que se adapta a la pechera de la camisa.
3
estrofa medida de esquema clase de rima nombre estrofa
versos de rima
Pues andáis en las
palmas, ángeles santos,
que se duerme mi niño,
¡tened los ramos!
(Lope de Vega)
Una fiesta se hace
con tres personas:
uno baila, otro canta
y el otro toca.
Ya me olvidaba
de los que dicen "ole"
y tocan palmas.
(M. Machado)
Yo soy aquel que ayer no más
decía el verso azul y la canción
profana, en cuya noche un ruiseñor
había
que era alondra de luz por la mañana.
(R. Darío)
Y todo un coro infantil
va cantando la lección:
mil veces ciento, cien
mil; mil veces mil, un
millón.
(A. Machado)
¡Ah, si el mundo fuera
siempre una tarde perfumada,
yo lo elevaría al cielo
en el cáliz de mi alma!
(J.R. Jiménez)
Yo no sé lo que busco
eternamente en la tierra, en el aire,
en el cielo; yo no sé lo que busco;
pero es algo
que perdí no sé cuándo y que no encuentro.
(R. de Castro)
Es algo formidable que vio la vieja raza;
robusto tronco de árbol al hombro de un campeón
salvaje y aguerrido, cuya formidable maza
blandiera el brazo de Hércules o el brazo de Sansón.
(R. Darío)
Por la costanilla azul
remonta la luna clara.
Noche de julio serena.
Velan el viento y el
agua.
(E. de Mesa)
¡Quién pudiera desleírse
en esa tinta tan vaga,
que inunda el espacio de ondas
puras fragantes y pálidas
(J.R. Jiménez)
Venturoso es el futuro,
como aquellos horizontes
de pórfido y mármol puro
donde respiran los montes.
(M. Hernández)
¡Qué triste es tener sin
flores el santo jardín del
alma, soñar con almas en
flor, soñar con sonrisas
plácidas, con ojos dulces,
con tardes de primaveras
fantásticas...!
¡Qué triste es llorar, sin ojos
que contesten nuestras
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lágrimas, estando toda la noche,
como unos ojos, mirándolas!
(J.R. Jiménez)
5
estrofa medida de esquema clase de rima nombre estrofa
versos de rima
A la sombra de un chopo
yace un gitano,
tendido boca arriba,
muerto o borracho;
y por la boca,
la nariz y los ojos
le andan las moscas.
(A. Ros de Olano)
Los besos y los suspiros,
las lágrimas y las quejas,
¿quién sabe de dónde viene
y dónde el viento las lleva?
(A. Ferrán)
La música despliega en
claridades las ilusiones del sonido
mismo.
Pendiente de los cielos hay ciudades
vencedoras. Resaltan con su abismo.
(J Guillén)
Ya es corazón mi lengua lenta y larga,
mi corazón ya es lengua larga y lenta...
¿Quieres contar sus penas? Anda y cuenta
los dulces granos de la arena amarga.
(M. Hernández)
Tendió las redes, ¡qué pena!
Por sobre la mar helada.
Y pescó la luna llena,
sola, en la red plateada.
(R. Alberti)
La luz que del cielo vino,
la luz que del cielo viene,
ya junto al mar se
detiene,
¡quizás no sabe el camino!
(L. Rosales)
El céfiro que vuela como un ángel nocturno,
da el amor de sus alas al monte taciturno,
y blanca como un sueño, en la cumbre del monte,
el ave de la luz entreabre el horizonte.
(R.M. Valle-Inclán)
2
máquina: artefacto (el túmulo).
3
voacé: vuestra merced, usted.
4
Incontinente: al instante.
5
chapeo: sombrero.
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9
estrofa medida de esquema clase de rima nombre estrofa
versos de rima
Las piquetas de los gallos
cavan buscando la aurora,
cuando por el monte
oscuro baja Soledad
Montoya.
Cobre amarillo, su carne
huele a caballo y a
sombra.
Yunques ahumados, sus
pechos, gimen canciones
redondas.
-Soledad, ¿por quién
preguntas sin compaña y a
estas horas?
-Pregunte por quien
pregunte, dime, ¿a ti qué se
te importa? Vengo a buscar
lo que busco, mi alegría y
mi persona.
-Soledad de mis
pesares, caballo que se
desboca al fin
encuentra la mar
y se lo tragan las olas.
(F. García Lorca)
Allá se me ponga el
sol do tengo el amor.
Allí se me pusiese
do mis amores viese,
antes que me
muriese con este
dolor.
Allá se me ponga el
sol do tengo el amor.
(Anónimo)
Mañanicas floridas
del frío invierno
recordad6 a mi Niño
que duerme al hielo
Mañanicas dichosas
del frío diciembre,
aunque el cielo os
siembre de flores y rosas,
pues sois rigurosas
y Dios es tierno
recordad a mi
Niño que duerme al
hielo
(Anónimo)
Todo para el fuego. Nada para el gusano
de la tierra. Todas mis pertenencias para el
fuego estos espejos,
estos curvos y rotos espejos
con su torcido y sucio azogue fantasmal de veneno.
Sólo existen espejos:
el mar y esta lágrima...esta gotita amarga de
agua. No quiero verme más.
Nada para el gusano de la
tierra, que se lo come un pez
y al pez un rey
y el rey vuelve a mirarse en un
espejo. Todas mis pertenencias para
el fuego:
mi carne helada, mi carne paralítica
también, y mi esqueleto,
1
esta jaula grotesca de mis huesos 0
donde cantaba ayer el mirlo
ciego.
Al fuego todo... ¡También el mirlo ciego!
(León Felipe)
6
Recordad: despertad.