Letras Salvajes #8

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LE RAS SALVAJES

Revista de Literatura, Arte y Pensamiento de alta velocidad


Editor: Alberto Martínez-Márquez

Nueva época, número 8


agosto-septiembre 2012
Ilustración de portada: “El espinazo del diablo,” (acrílico en papel Canson 100
-100% algodón), forma parte del cuarteto La Canción De Colibrí, 2006. (56 x 76
cm/22’’ x 30’’), de Edgar Ramírez Mella (San Sebastián, Puerto Rico, 1954).

Composición, tipografía y diseño: Alberto Martínez-Márquez


Cuidado de la edición: Alberto Martínez- Márquez
Diseño del logo: Iván Figueroa Luciano

Esta revista puede ser reproducida, almacenada en un sistema de informática o


transmitida de cualquier forma o a través de cualquier medio electrónico,
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que se rige por la libre economía de la koinonía.

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Favor de dirigir sus colaboraciones al correo-e:

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apalabrado o audiovisual favor de escribir a la siguiente dirección:

Alberto Martínez-Márquez, Editor


Letras Salvajes
P.O. Box 250425
Aguadilla, Puerto Rico 00604-0425

1
DEFINITIVAMENTE ELL@S ESTÁN DE MODA:
 E
Eddw d lleeaarr 4
waarrd


 Claudio Simiz  7

Judith Ghashghaie 12


Fausto Leonardo Henríquez 15
 KKA
ARREEN
N SSEEV
VIILLLLA
A 27

 Uçeyir Çayci 30


Daniel Pommers 33


Kalia Toro 38
 Edwin Figueroa Acevedo48

Natalia Galindo52
Leonora Carrington 55
Federico Irizarry Natal 59
 Ileana Garma 66
 Sergio Inestroza 71

Jorge David Capiello 75


Alberto Martínez-Márquez 81

 Heinrich Böll 85

2
Dirma Pardo 89
Reynaldo Jorge 93
Recomendamos 96
Nota aclaratoria: En la página 82 del número 7 de Letras Salvajes figura “Con los
pies en los estribos” de Raquel Z Rivera como un fragmento de la novela inédita
Beba, cuando en realidad se trata de un cuento. Además, la foto de Neronessa que
aparece en la página 32 es de la autoría de Carlos Checo. Nuestras excusas.

Rhoda Myers with Blue Hat (1930) de la pintora estadounidense Alice Neel (1900-
1984). Óleo en canvas, 69.2 x 59 cm. Colección privada.

3
EdwarD Lear

DIBUJOS CON LIMMERICKS

4
5
Edward Lear nace en Londres en 1812. Está considerado como un precursor del
surrealismo. Desde los quince años se ganaba la vida vendiendo sus dibujos. A los
veinte años, sus dibujos de aves llamaron la atención de la London Zoological Society,
quien lo contrató para colaborar en un tratado ornitológico, publicado en 1832. Fue
contratado como ilustrador del British Museum. Más tarde se convertiría en el
instructor de dibujo de la reina Victoria.
A raíz de sus viajes, publicó dos
volúmenes de apuntes literarios y
pictóricos: Excursions in Italy (1846) y A
Tour in Sicily (1847). Lear saltó a la
fama literaria con A Book of Nonsense,
publicado en 1846 y reeditado y
aumentado en varias ocasiones entre
1861 y 1863, donde resalta la forma
poética del Limmerick. El libro causó
revuelo en la sociedad británica de su
tiempo. Además publicó More Nonsense
(1872) y Laughable lyrics: A Fresh Book
of Nonsense (1877). Falleció en San
Remo, Italia, en 1888.

6
Claudio Simiz

LOS DÍAS

Detrás de la esperanza,
los miedos,
el cansancio
están los días,
el fulgor inquietante
de sus líneas en blanco,
su implacable inocencia.
Los hombres pergeñamos el olvido
Y es tan duro
que inventamos sentido al sufrimiento,
soñamos que los hijos se nos parecen,
marchamos a la muerte
solemnes,
rasurados.

TRÁNSITOS

I- Solo de lluvia

Detrás de los cristales pasa el mundo/ nadie podrá decir que no lo ha


visto/ la imperiosa osamenta de los días/ estremece de cuajo cada médula/ cada
rincón que creíamos íntimo/
Sólo la lluvia/ ese ademán ingenuo de la niebla/ sólo las innúmeras
puntadas/ del lienzo de la lluvia/ nos dejan la ilusión de estar a solas/ con
nuestro corazón y su almanaque/ las preguntas/ fantasmas/ que nadie ha
silenciado/
Pero es sólo un instante/ regusto indefinible inconfundible/ ese relente
de eternidad y olvido.

7
II-El dolor de los otros

Uno lo ve pasar/ surcar de rojo tardes anodinas/ golpear de puñetazo o


de gotera las espaldas del sueño/
Uno oye su respirar terco/ el eco asordinado/ el esternón vibrante/ el
diapasón en carne viva/
Uno siente a su lado su densa sombra verde/ ese procaz acidulado
almizcle/ y acaso tarde/ maravillosamente tarde/ se reconoce labio de la herida/
sílaba atónita de años/ y se desencandila del espejo/ apenas casi sin entornar
los párpados/ uno empieza a llorar/ sin traducir las lágrimas.

III Crónica de un día gris

Quién no ha dado la vida/ tantas veces/ por una palabra/ una sola
palabra/ una grieta donde amaine el silencio/
Quién no se ha vuelto extraño/ de la agonía al éxtasis/ de cima en sima/
antes que el gallo cante siquiera dos veces/
Quién al rozar una de esas mujeres que nos dejan el corazón doliendo a
nardo/ no ha sentido que era ella y sólo ella y nunca ella/ por un instante
transparente y grávido/
Quién, al desuncir los bueyes de la tristeza/ no presiente que el yugo se
le va revelando/ indómita núbil golondrina/ en trance de volvernos/ de
fundarnos su casa.

LOS AÑOS

Esta segunda inocencia/ que da el no creer en nada


Antonio Machado

Ese que no quería ver cómo la luz de su cuarto se apagaba/ y surcaba el


océano al cruzar la avenida/ y juntaba piedritas de colores de todas las
galaxias/ Maravillosamente/ es el padre de este hombre raído/ trizado de
metralla visceral, silenciosa/ náufrago de los mares que nunca alcanzará/
¿Seguís ahí, Papá/ tu risa estentórea debajo de la almohada/ para
espantar al Cuco?

8
ACTAS DEL NAUFRAGIO (fragmento)

Cierta fragancia ingenua


de tierra removida,
cierta hojita que se enredó en el aire
desdeñosa de la gravidez,
cierto nombre rescatado
de las fauces del tiempo
te dejarán
desuncirte de los pájaros negros
y desbrozar las páginas del día
y acompasar las cuerdas
del sueño que se viene.

DESDE MI ESPEJO

Aquí están mis palabras


dolientes o dolidas
aquí está mi silencio
yo no estoy aquí .

Aquí está mi pellejo


trasegado de esquirlas y caricias
aquí mi subrepticia
mi rotunda osamenta
yo me he ido hace tiempo.

Aquí yace un obstinado corazón


un náufrago solitario y espléndido
después del desamor y el desolvido
no le tengas piedad
Los sueños saben ser generosos con su presa.

PREGUNTAS II

La pregunta es en qué
se convierten los sueños,
su imponente, mutable arboladura,

9
su arquitectura frágil, implacable.
Entre la desazón y la esperanza
el camino se obstina,
trasegado, esquirlado
de caricias y lágrimas,
esta obcecada costumbre
de olvidar los siglos
que median entre el alba y el ocaso.
La pregunta es qué quedamos
después de la vigilias inhóspitas
del sueño,
cuando las cosas vuelven a ser
imperturbablemente ellas
y nuestra piel, un páramo
de costras imperiosas.

Claudio Simiz nace en Buenos Aires, Argentina, en 1960. Ha publicado ocho


poemarios No es Nada (2005) y Tríadas, (2009), son los más recientes. Obtuvo
por su obra poética numerosas distin-
ciones en el país y el exterior, entre
los que se destacan premios de la
Universidad de Buenos Aires, del Sur,
Faja de Honor SADE (2009), Interna-
cional Poesía Guajana (Puerto Rico,
2010) y 2º premio Concurso latinoa-
mericano “Carlos García” (El Sal-
vador, 2011). También recibió distin-
ciones como narrador y dramaturgo.
Recientemente se ha publicado su li-
bro de cuentos De Solitarios (1º Pre-
mio Concurso Internacional Artetil-
cara 2009). Colabora en publicaciones
académicas y literarias de Argentina y Latinoamérica; ha sido traducido al gua-
raní, portugués e inglés. Se desempeña como docente e investigador en institutos
de formación docente y universidades, se destacan sus publicaciones, confe-
rencias y seminarios sobre literatura regional argentina. Con los grupos “Con-
versando” y “Antes que venga ella” recorrió el interior del país brindando re-
citales poético-musicales. En diciembre de 2010 se estrenó su drama “Exodos” en
el marco del “Teatro del Bicentenario”.

10
11
JUDITH GhAShGhAIE

DESGRACIAS llegue el momento, en su tienda de


juguetes eróticos “Sólo para Adul-

A
l parecer la abuela tos”, habla sobre el amor a sus
hace tiempo que metía clientes y reparte pedazos de nariz
al Lobo en su cama, como si de panes y peces se tratara.
encontraron sólo su dentadura
postiza. Tras las rejas pusieron a la
madre por haberla enviado sola al MOCOS
bosque. La maestra prohibió a la

C
niña ir a la escuela con el trajecito uando Pinocho finali-
rojo por ser un color políticamente zó su campaña presi-
incorrecto. Caperucita no tiene más dencial las termitas se
ropa. dieron banquete con su nariz.

LA TIENDA DE JUGUETES CONTRATOS

L L
a exigua herencia que os enanos demandaron
dejó su padre la invir- a Blanca Nieves porque
tió en un curioso negó- no paga prestaciones la-
cio en Nueva York; en pocos días, borales. El juez que llevará el caso
los parroquianos que querían entrar es el padre del príncipe.
al estrecho local superaba a la mul-
titud de los desempleados de la na-
ción. La BBC y CNN reseñó el acon- INMIGRACIÓN
tecimiento. En una reciente entre-

G
vista exclusiva para la revista Forbes ulliver llegó de
declaró tener más dinero que el ma- naufrago a Miami y la
fioso Carlos Slim Migra lo deportó por
Ahora Pinocho es filántropo ilegal. La cámara de comercio
y obsequia millones a los artistas, protestó porque perdió una gran
su éxito y popularidad supera cual- fuerza de trabajo.
quier expectativa, quiere ser presi-
dente el próximo año; antes de que

12
TOMBOS pelos en sus bocas, se están comien-
do vivo a Godfrey, conductor del

E
n la ciudad no hay programa, y quien recientemente
crímenes, el gobernador había explicado a los telespectado-
estipuló emplear ladro- res que todo estaba planificado, que
nes para que la policía tuviera en los nuevos concursantes eran vege-
que ocuparse. Ayer los polizontes tarianos y nadie corría peligro en
firmaron su contrato. la desértica isla.

MIEDO RICITOS DE ORO

H D
ansel y Gretel no pro- evolvimos el aparta-
baron ni un solo bo- mento a los presta-
cado de la casita de mistas bancarios, nos
jengibre; la bruja cambió la receta mudamos a la pequeña Haití. En la
de azúcar morena por sacarina. Pero Universidad de Gainesville se die-
eso sí, llevaron un pedazo de pared ron cuenta que nuestros impeca-
a la madrastra a ver si moría de cán- bles documentos legles eran chue-
cer. cos, no nos dieron más laburo en
eso de los experimentos humanos;
entonces, cortamos la cabez a nues-
PLUMÍFERO tra hija Ricitos de Oro; la pusi-
mos en una caja de Fedex , la envía-

A
l patito feo nadie lo mos por correo a la casa de empe-
quería, cuando se con- ños que anuncian en televisión.
virtió en cisne un poe-
ta vanguardista le torció el cuello. El
cisne ya es anciano, quedó afónico y DE PAQUIDERMOS
maltrecho.

E
l poeta vivía en su torre
de marfil con sus mue-
REALITY SHOW bles y ornamentos de
marfil y, naturalmente, con su musa.

U
n rayo destruyó la pe- En la mañana los elefantes llegaron
queña cabaña cons- y volvieron todo astillas. El poeta
truida en lo alto del ahora sufre de claustrofobia y su
pelado árbol; todos lo vegetable ha- musa no tiene dientes.
bía sido comido . Los participantes
del programa tienen sangre, uñas y

13
FLORCITAS computadora y comenzó a escribir
esta historia de un cocodrilo quien

L
a voluptuosa joven te- habla en metáforas y come florcitas.
nía veleidades de musa;
quería que le hicieran el
amor mientras le recitaban ver- MÚSICA
sos. Elí Hierro era pesado y callado.

T
Salvador, amanerado. Afrodisio Ro- añó su instrumento pa-
jas tenía una voz chillona y una Mi- ra desaparecer a los ca-
rada nebulosa. Rodrigo era drogo. gones gatos que tanto
El resto de los poetas eran imper- ensuciaban la playa de Miami.
tinentes borrachos tartamudos. La Cuando le dieron a firmar el ama-
chica se fue con La Palabra entre las ñado contrato El Flautista de Hame-
piernas. El rabo le creció largo, lin dio otro concierto con el cual bo-
largo; no sabía qué hacer. Entonces, rró de la faz de la tierra a los
se le ocurrió sentarse frente a su políticos del condado.

Judith H. Ghashghaie nace en Caracas, Venezuela. Actualmente reside en Miami.


Se graduó en Literatura en la Escue-
la de Letras de la Universidad Cen-
tral de Venezuela, y de Artes Plás-
ticas en el Instituto Universitario
Pedagógico de Caracas. En 1992 fi-
nalizó un Postgrado en Educación
para niños Superdotados en Okla-
homa City University. Se desem-
peñó como docente en varias uni-
versodades y como artista plástica
en residencia para “Arts City Coun-
cil” en Oklahoma. Ha obtenido va-
rios reconocimientos y premios. Ha
colaborado con reseñas, artículos,
poemas, ensayos, dibujos y fotos en libros y publicaciones periódicas. Asimismo,
ha mostrado su obra plástica en museos y galerías en diferentes países. Ac-
tualmente realiza libros de artistas y participa en proyectos internacionales, en-
tre otros: la Vida desatenta en España.

14
Fausto Leonardo henríquez

POEMA “ALTURAS DEL MACHU PICCHU” DE PLABLO NERUDA.


HERMENÉUTICA A LA LUZ DE LA POÉTICA INTERIOR

Introducción I Descenso a las alturas del


Macchu Picchu.

V
amos a entrar en un sor-
prendente poema largo El poeta, en total empatía con las
del autor de Isla Negra, ruinas del MP, entabla un diálogo
Pablo Neruda, quien, con su pe- con la presencia suprasensible y mí-
culiar estilo, nos comunica una ex- tica de los antiguos habitantes de
periencia trascendente. Por su im- las famosas ruinas. El poema MP2 se
portancia para el Movimiento Inte- fundamenta en “lo que es el más
riorista, lo vamos a comentar con grande amor3, como dentro de un
pausado ritmo y ponderada refle- guante / que cae, nos entrega como
xión. Este estudio o ensayo crítico es una larga luna”.
un intento de aportar a la compren- Primeramente, el poeta al acercar-
sión de la Poética Interior dominica- se al MP, siente que durante mucho
na a la cual me suscribo desde los tiempo los espíritus incas lo estu-
mismos momentos de su concep- vieran esperando para que cante el
ción. Naturalmente, este ejercicio profundo lamento que nunca antes
hermenéutico se acerca a lo que dijo fuera cantado sobre aquellas ruinas:
el célebre Marco Tulio Cicerón: “el “alguien que me esperó entre
estudio no es sólo un entreteni- violines”. Aquellos espíritus, como
miento de una vida dichosa, sino entre los antiguos romanos, al ver
también un alivio de las miserias”1.
Espero, con todo, que el espíritu de 2
En lo sucesivo estas dos letras aludirán ex-
Neruda no me reclame con los ver- clusivamente al Machu Picchu. La nume-
sos de un autor clásico que dicen: ración en números romanos corresponde al
“Erudito, ¿por qué me explotas? / fragmento o unidad poemática de “Alturas del
Machu Picchu”, cuyo autor es el célebre
Mis cielos se encuentran abajo, / por Pablo Neruda.
entre esas nubes de notas”.
3
Michel Deguy, Toma y daca, tiene unos ver-
sos interesantes que pueden introducirnos en
el sentir de Neruda: “El amor es más fuerte
1
Marco Tulio Cicerón, Del Supremo Bien y que la muerte decías / pero la vida es más
del Supremo Mal, Lib. V, 53. fuerte que el amor”.

15
llegar al gran poeta debieron excla- can lo trascendente, el artista acude
mar a un solo grito: “Neruda ad por- a éstas para comunicarnos su expe-
tas”. riencia: “no pude asir sino en ra-
Al encontrarse con el MP, el poe- cimo de rostros de máscaras preci-
ta arrebatado por la sacralidad del pitadas”.
lugar dice: “En el oro de la geología, A este tenor del momento crea-
/ como una espada envuelta en me- dor, el aeda se hace una pregunta ro-
teoros, / hundí la mano turbulenta y tundamente crucial: “¿Qué era el
dulce / en lo más genital de lo te- hombre?... ¿En cuál de sus / mo-
rrestre”. El poeta desciende a lo pro- vimientos metálicos vivía lo in-
fundo de la geología de MP, o sea destructible, lo imperecedero, la vi-
entra en su atmósfera, desciende a da? Como se puede inducir, el poe-
sus misterios para, desde ahí, en co- ma MP queda abierto. La pregunta
munión con el universo allí enmu- nos arroja más allá de lo superficial
decido, extraer la sustancia mítica y anecdótico.
del pasado como si se tratara de un
mineral precioso: “Puse la frente en-
tre las olas profundas, / descendí co- III
mo gota entre la paz sulfúrica”.
Surge la reflexión sobre el ser y
la muerte. La muerte inevitable, la
II forzada, la de todos los días: “El ser
que se desgranaba en el inacabable
Los elementos sensoriales desve- granero de los hechos perdidos”.
lan algo más profundo que lo apa- Los pobladores de MP sentían que
rente y objetivo; algo que, escon- la muerte “entraba en cada hombre
dido, atrapa al poeta / lo sacude con como una corta lanza”. La muerte
vital extrañeza: “me quise detener a llegó a todos como si hubieran be-
buscar la eterna veta insondable / bido un veneno letal: “como una co-
que antes toqué en la piedra4. O en pa negra que bebían temblando”.
el relámpago / que el beso des- Martín Heidegger habla de “ser pa-
prendía”. Pero como la realidad in- ra la muerte”, en cambio, el ser en
terior de las cosas, el misterio sacral Neruda se esparce en los “acon-
que esconde el MP, no se puede a- tecimientos miserables”. Es como si
trapar, salvo en imágenes que evo- proclamase la muerte del ser, di-
luido en los hechos que se olvidan.
4
José Hierro, en el Libro de las alucinaciones, La muerte del hombre tiene algo
aunque parezca conjetural, escribe: “Pisé las de inexplicable, un lado que no tie-
piedras, / las modelé con sol / y con tristeza. ne vista posible, pero que persiste y
Supe / que había allí un secreto / de paz, un pervive, aunque sea en la memoria
corazón / latiendo para mí”.

16
olvidada de unas ruinas. Lo que sa- por el andamiaje estructural del MP.
cude la conciencia del poeta es cómo La muerte como circunstancia inelu-
el colectivo humano que poblara el dible que tenía el tamaño de los
MP pudo haber desaparecido. Infe- mismos muertos. La muerte “era lo
rimos que por falta de pan, por la que no pudo renacer”.
espada, envenenamiento o peste. Lo que realmente visiona el aeda
es lo que contiene la muerte, lo que
ella encierra: el dolor, la herida de
IV los caídos en el MP. Nos hallamos
ante un estado casi religioso de la
La muerte concita al poeta pode- creación poética: “Hundí las manos
rosamente, y es ella, la muerte, la / en los pobres dolores que mataban
que le invita a encontrar las huellas la muerte, / y no encontré en la he-
del pasado en las profundidades, al- rida sino una racha fría / que entra-
turas y construcciones. De ahí este ba por los vagos intersticios del al-
verso evocador: “La poderosa muer- ma”.
te me invitó muchas veces”. Hay una natural expresión del al-
Los antiguos habitantes del MP ma que raya una religión natural. El
vivían de la agricultura y emplearon poeta percibe en su interior el frío
la piedra como elemento arquitectó- de la muerte, el dolor y la herida de
nico: El poeta es consciente de ello, los muertos. De allí es que surte este
por eso dice: “vine... a la mortaja de canto soberano al MP, de iniguala-
agricultura y piedra”. Sin embargo, ble fuerza lírica.
y aún y a pesar de esa conciencia de
estar en un lugar aparentemente
muerto, el poeta percibe un extraño VI
“galope de claridad”, “enterrados
patrimonios de lágrimas”. El MP está en lo alto de la tierra,
a más de dos mil cuatrocientos me-
tros de altura, constituyendo así, de
V suyo, un símbolo de lo eterno, de lo
que está más allá de lo terreno. El
La preocupación por la muerte MP rebasa lo meramente tangencial
adquiere preponderancia en el cora- y estereotipado, para convertirse en
zón del poema, es decir, a partir de realidad trascendente, sacral: “en-
la mitad del mismo. La muerte no tonces en la escala de la tierra he su-
como pregunta, -este es el aporte bido/ entre la atroz maraña de las
fundamental- sino como enigma en- selvas perdidas / hasta ti, Machu
volvente, como avasalladora sombra Picchu”.
que perseguía a los que circulaban

17
El MP es la sede inmortal de mo- palabras, vino, panes, / se fue, cayó
radores que perviven dormidos en a la tierra”5.
sus graderías. En la cima de la El aire, símbolo de las fuerzas di-
ciudad legendaria se unen “la cuna vinas, del espíritu, adquiere una
del relámpago y del hombre”, es de- connotación decisiva. El aire, como
cir, lo infinito, divino y humano. El si fuera la presencia de Dios, o de
artista, en consonancia con la ternu- los dioses, “entró con dedos de aza-
ra cósmica, inicia un reconocimiento har sobre todos los dormidos”. Este
de la “alta ciudad” y rumia elogios aire llegado de improviso desem-
inigualables: “Madre de piedra, es- polva las tumbas de los muertos
puma de los cóndores”, “alto arre- que, por cientos de años, yacían
cife de la aurora humana”. inertes en un profundo letargo, para
En el escenario del MP el poeta infundirles de nuevo la vida.
contempla a los moradores: a las
madres, al rey, a los guerreros, a los
sacerdotes y los granos de la co- VII Elegía exequial, vuelta a la
secha, etc. Progresivamente va en- aurora humana.
trando a una especie de arrebato po-
ético: “Aquí los pies del hombre El poema MP es una elegía con-
descansaron de noche”. El hombre sentida y con sentido. Neruda enfo-
vinculado al rocío, a las águilas, a ca la muerte, pero sobre todo a los
las piedras: “Y en la aurora / pisaron muertos. Bajo mi punto de vista, el
con los pies del trueno la niebla en- poeta escribe una elegía para cantar
rarecida”. la memoria viviente de los muertos
El hallazgo nerudiano reside en del MP. No es una elegía vana, sino
conectar con el realismo tras- con un auténtico y profundo enfo-
cendente, con las fuerzas y efluvios que que escruta las mismísimas pro-
que, a modo de visión, nos relata en fundidades del pasado histórico. Es-
su magno poema: “Miro las ves- to es, precisamente, lo que lo acerca
tiduras y las manos / el vestigio del a lo real trascendente del Interio-
agua en la oquedad sonora”. rismo: “Muertos6 de un solo abismo,
Todo lo que formaba parte de la
vida cotidiana del MP lo acogió la 5
Robert Sabatier en su poema “El esqueleto y
tierra, no para desintegrarlo, sino la rosa”, guarda cierta semejanza con nues-
para conservarlo en su regazo: “por- tro autor: “Oh, las flores de la muerte / sólo
que todo, ropaje, piel, vasijas / pueden brotar en plena tierra”.
6
Los grandes poetas captan laderas humanas
pocas veces conocidas. Comparemos los
versos de Miguel Hernández, en su soneto “El
hombre no reposa”: “No hay muertos. Todo
vive: todo late y avanza. / Todo es un soplo

18
sombras de una / hondonada, es así de repente / desde la altura hasta el
como el tamaño / de vuestra mag- final del tiempo”.
nitud / vino la verdadera, la más Sin embargo, con el poder de la
abrasadora / muerte”. palabra un prodigio nos sale al pa-
Hay una empatía trascendente en so, toda la ciudad se yergue ante el
esta elegía a los muertos de MP, es poeta como si la misma magnitud
decir, una comunión profunda del de la muerte y de los muertos del
ser del poeta con el ser yacente de MP cobraran en un instante todo su
los muertos. No hay quien llore ni esplendor y belleza: “Pero una per-
mire los pies de los que ayer an- manencia de piedra y de palabra: la
daban por “el alto arrecife de la ciudad como un vaso se levantó en
aurora humana”. Sólo las piedras las manos / de todos, vivos, muertos,
hablan por los muertos, las piedras callados, sostenidos / de tanta
vivas, las muerte”.
escalinatas La
que con- muerte
servan el es la
llanto, los exacti-
pies, los tud de la
cántaros, el perviven
cuchillo y cia. Las
el árbol: cosas
“Hoy el ai- mutan,
re vacío ya la mate-
no llora, / ria, los
no conoce cuerpos
vuestros perma-
pies de ar- necen
cilla, / ya trans-
olvidó vuestros cántaros”. formados en lo que realmente son:
Una tristeza aguda aflora en el “y cuando todo el hombre se enredó
poeta al percatarse de que la civil- en su agujero, / quedó la exactitud
zación que habitó el MP cayó des- enarbolada: / el alto sitio de la auro-
plomada con sus “costumbres, sí- ra humana: / la más alta vasija que
labas / raídas, máscaras de luz des- contuvo el silencio: / una vida de
lumbradora”. El imperio inca “cayó piedra después de tantas vidas”.
Estos versos que acabamos de le-
er son los más esplendorosos y su-
blimes del cántico elegíaco que nos
extático de actividad moviente. / Piel inferior ocupa. Cuánta fuerza expresiva,
del hombre, su traje no ha expirado”.

19
cuánta verdad revelada. El MP es el Interior, está presente en los poetas
símbolo de lo que los griegos llama- universales.
ban la “isla de los bienaventura-
dos”. El MP nos remite al más subli-
me anhelo del alma humana al más VIII Empatía cósmica, amor
“alto sitio” que podemos aspirar. universal.
El misterio del hombre está ahí,
en la caja de Pandora, en “la más al- El poeta con sus poros y sentidos
ta vasija” conservando la revelación interiores abiertos, poseído por los
de los dioses. Esa vasija contiene lo efluvios misteriosos de la gran ciu-
que la muerte parece negar: la vida. dad inca, después del interludio
El MP es la vasija silenciosa que exequial anterior, irrumpe en un
guarda “una vida de piedra después cántico de amor empático8. Toda la
de tantas vidas”. Cada piedra del elegía lo es de suyo, pero aquí es
MP es una vida, un inca petrificado manifiesto el amor, la ternura cós-
de vida, de eternidad auroral. mica: “Sube conmigo, amor ame-
Los muertos del MP, todos en su ricano…/ ven, minúscula vida, entre
conjunto, sufren una sola muerte y las alas / de la tierra…/ Amor, amor,
esa muerte los convoca desde el ba- hasta la noche abrupta, / desde el
rro a una liturgia que los devuelve sonoro pedernal andino, / hacia la
el temblor, a la presencia rediviva al aurora de rodillas rojas, / contempla
estilo “Pedro Páramo” de Rulfo. Los el hijo ciego de la nieve”.
muertos salen de la oscuridad a la Asombro ante lo inenarrable,
novedosa luz auroral de la vida. El experiencia límite que no puede ser
MP es una gran vasija en cuyo silen- atrapada más que entre balbuceos:
cio interior de siglos, de vida, re- “Oh, Wilkamayu de sonoros hilos…
cobra todo su esplendor más allá de qué idiomas traes a la oreja apenas /
la misma muerte. desarraigada de tu espuma andina?”
La vida trasciende la contingen-
cia corpórea para perpetuarse “des-
pués de tantas vidas”7. Aquí radica, 8
Bruno Rosario Candelier, El Interiorismo, p.
bajo mi punto de vista la cima de la
38 dice que la creación mitopoética “conlleva
elegía nerudiana que estudiamos. Y sentir el mundo como lo sentían los que
por ende, el hallazgo de lo real tras- creían en los dioses para lo cual es preciso
cendente que, a juicio de la Poética habitar poéticamente el mundo, lo que
implica sentirlo como algo vivo y sagrado
hasta experimentar la sensación de que la
eternidad resplandece en su hondura
7
Esta es la eternidad acaso de la que habla intangible o lograr la comunión espiritual con
Jorge Luis Borges: “Sólo perduran en el la energía entrañable del Cosmos sintiendo el
tiempo las cosas / que no fueron del tiempo”. agua, el fuego, el aire y la tierra como una
expresión viva y auténtica de lo divino”.

20
La fuerza divina, que supera toda IX Ditirambo a la patria pura del
destreza humana, toma relevancia Machu Picchu.
en la medida en que el MP ya no
puede ser narrado con palabras. Ya En el fragmento nueve el aeda e-
sólo queda la imagen poética para clata en un gozoso elogio de me-
expresar la dimensión espiritual, sa- táforas memorables. En esta unidad
cra, del cosmos. De ahí nace la pre- poemática cada verso, a modo de le-
gunta: “Quién apresó el relámpago tanía, es una joya. Yo diría que es
del frío / y lo dejó en la altura como el ad libitum lírico más elo-
encadenado…/ quién va rompiendo cuente del conjunto del poema. Nin-
sílabas heladas…/ en tus delgadas guna imagen parece sobrar, ni mu-
aguas atrevidas… Quién va cor- cho menos, sino, más bien, elevar el
tando párpados florales / que clímax de la emoción creadora. En-
vienen a mirar desde la tierra?” tresaco las que más llaman la aten-
A tantos misterios secretos el ción:
amor cosmológico o empatía cósmi-
ca, es lo que tangencialmente, alivia Águila sideral, viña de bruma.
las más profundas motivaciones po- Escala torrencial, párpado inmenso.
éticas del autor. El amor y la muerte, Geometría final, libro de piedra.
lejos de ser antagónicos, recobran Campana patriarcal de los dormidos.
una fuerza inusual, pues nada de lo Torre sombrera, discusión de nieve.
que parece inerte en el MP deja de Ventanas de las nieblas, paloma
tener el efluvio que vincula todo lo /endurecida.
existente material con lo intangible Cúpula del silencio, patria pura.
y trascendente: “Quién precipita los Luna arañada, piedra amenazante.
racimos muertos / que bajan en tus Ola de plata, dirección del tiempo.
manos de cascada? Quién despeña
la rama de los vínculos?” Tal vez sea esta la mejor des-
En el interior del poeta el reino cripción jamás escrita acerca de MP.
del MP vuelve a su auge, a su es- La poesía realza aspectos que el len-
plendor. Es en el alma inspirada del guaje común apenas si puede esbo-
artista donde el mundo olvidado y zar con esfuerzo. Con estas brillan-
mítico de la civilización inca re- tes imágenes el poeta acentúa un-
toma verdadera realidad: “Ven a mi merosos elementos que engrande-
propio ser, al alba mía, / hasta las cen aún más lo que fue y es en sí
soledades coronadas. / El reino mismo el MP, a saber: la cercanía
muerto vive todavía”. con el cielo, lo divino, el misterio y
la sacralidad palpitante del lugar; la
memoria escrita en el patrimonio ar-
queológico como si este fuera un li-

21
bro, la fuente fundante de la civil- Transido de empatía el poeta se
zación humana allí dormida; ámbito despoja de estereotipos para entrar
de naturaleza caracterizada por un en diálogo directo con el MP asu-
clima adverso y hostil, cómplice in- miendo que éste pueda decirte sin
separable y eterno del MP, donde el ambages dónde tiene escondido al
tiempo no pasa, sino que pasan los hombre: “¡Devuélveme el esclavo
humanos y perdura la vida, aunque que enterraste! Muéstrame los vesti-
allí yacen los muertos. dos del siervo y su ventana. Dime
cómo durmió cuando vivía. Dime si
fue su sueño / ronco, entreabierto,
X como un hoyo negro / hecho por la
fatiga sobre el muro”.
El poema MP crea una atmósfera No cabe duda de que la inten-
casi teofánica del hombre que allí sidad del poema alcanza al fin su
estuvo. El aire es testigo, aliento del clímax. El poeta entra en lo escon-
hombre transformado en una sus- dido y vedado del MP y, como Pro-
tancia cosmógena imperecedera. El meteo, sube “al alto vacío de los
fragmento número diez retoma la dioses” movido por una causa: la
idea original con que inicia la épica del hombre, tácitamente del esclavo,
elegíaca del MP: el aire, eminente del miserable y del siervo. El poeta
testigo de los espíritus incas: “Aire siente un profundo dolor por esa
en el aire, el hombre dónde estuvo? clase social. Se interesa hasta por su
/ Fuiste también el pedacito roto / ropa de vestir, si dormía bien, por
del hombre inconcluso”. sus fatigas y su hambre. Quiere “to-
El poeta se resiste a creer que se- car el hombre” inca, sentirlo para
mejante monumento arqueológico acompañarlo en su desventura.
sea sólo un amasijo inerte. Él escru- La apelación profunda, los eflu-
ta los elementos naturales, los inte- vios divinos, la empatía cósmica y la
rroga con autoridad como si ellos ca- pregunta esencial por el hombre nos
llaran los secretos más reservados indican que Neruda tuvo momentos
de los incas. La gran pregunta del asombrosamente reveladores de
poeta versa sobre el hombre, sobre verdades trascendentes. Es esa una
el ser humano, grandes y pequeños, forma interiorista de allegarse al pa-
reyes y súbditos, sirvientes y arte- sado.
sanos: “Déjame, arquitectura, / roer
con un palito los estambres de la
piedra, / subir todos los escalones XI La trascendente medida del
del aire hasta el vacío, / rascar la en- hombre.
traña hasta tocar al hombre”.

22
El itinerario creativo del poema piedra, déjame hundir la mano / y
MP nos ha traído de nuevo a lo deja que en mí palpite, como un ave
esencial de la idea del autor: muerte, mil años / prisionera, / el viejo
vida, dolor, para acabar con una so- corazón olvidado”.
lemne aclamación acerca del hom- Dicho en clave interiorista, Ne-
bre. Desde el inicio del poema Ne- ruda nos hace partícipes de una re-
ruda nos alerta con lo que considero velación de verdades profundas, a
el eje programático del texto que saber: “que el hombre es más ancho
analizamos: el hombre en clave de que el mar9 y que / sus islas / y que
civilización yacente, esto es, el Nous hay que caer en él como en un pozo
o espíritu reinante en el MP. para salir del fondo / con un ramo
El poeta inicia así su viaje a las de agua secreta y de verdades su-
altas profundidades del MP: “hundí mergidas”.
la mano turbulenta y dulce / en lo Tácitamente, el poeta mete la ma-
más genital de lo terrestre” (I) y se no en lo profundo del hombre,
prepara para culminar con el mismo siempre inacabable como el mar y
tema con el cual iniciara: “Déjame nunca conocido del todo como un
arquitectura,…/ rasar la entraña tesoro oculto en un pozo, con el fin
hasta tocar al hombre” (X). La de extraer algo de “agua secreta”.
intencionalidad del poeta es evi- No todas las “verdades sumergidas”
dente: “Me quise detener a buscar la – profundas – se nos revelan, sin
eterna veta insondable / que antes embargo, el poeta tiene el privilegio
toqué en la piedra” (II). El hallazgo de tocar, al menos de forma puntual,
es elocuente: se encuentra con la “la trascendente medida” del hom-
muerte y los muertos (III, IV, VII) bre.
para cantar, bajo el asombro, la No es nada pretencioso afirmar,
inmensidad del MP (VIII). Después al término de nuestro itinerario her-
de elogiar las alturas del MP vuelve menéutico, que Neruda, en su bús-
a concentrar su atención en el hom- queda de “verdades sumergidas” no
bre en el fragmento X y XI para aca- sólo no se halló ante la trascenden-
bar con el rapto inspirador que cie- cia humana, la de una civilización,
rra el poema. sino, incluso, ante el ser. En dos
El afán único del poeta es poder momentos aparece la inquietud por
tocar la realidad intangible de los el ser. En el fragmento III y en el XI
hombres desaparecidos del MP, de
los que nadie se acuerda. Entra en 9
Esta metáfora encierra posiblemente lo que
un verdadero clímax poético como dijera Varron (cita San Agustín, en La
si se tratara de un delirio o alu- Ciudad de Dios XIX, 3) que “en la naturaleza
cinación: “A través de un confuso del hombre hay dos cosas, cuerpo y alma, y
esplendor, / a través de la noche de que de estas dos no duda que el alma es mejor
y mucho más excelente”.

23
en el primero afirma: “El ser como los muertos de la clase social
el maíz se desgranaba en el inaca- trabajadora- no puede tener mayor
bable granero de los hechos per- belleza que la final:
didos” y en el segundo: “veo el an-
tiguo ser, servidor, el dormido / en Dame el silencio, el agua, la
los campos, veo su cuerpo, mil cuer- /esperanza.
pos, en hombres, / mil mujeres”. Dame la lucha, el hierro, los
El poeta, como un arúspice, con- /volcanes.
voca a los muertos con una empatía Apagándome los cuerpos como
absolutamente conmovedora. No /imanes.
duda de que los caídos del MP lo es- Acudid a mis venas y a mi boca.
cuchan y reconocen. Son sus herma- Hablad por mis palabras y mi
nos y él quien los resucita: “Sube /sangre.
conmigo, hermano. / Dame la mano
desde la profunda / zona de tu dolor
diseminado”. SÍNTESIS.
En el poema hay una opción o
primacía ideológica: la defensa de Sin pretender agotar la multi-
los obreros, o sea, de la clase social significatividad del poema “Alturas
trabajadora. El poeta tiende la mano de Machu Picchu”, querría, no obs-
al labrador, tejedor, pastor, doma- tante, arriesgar unas conclusiones
dor, albañil, aguador, joyero, agri- que creo son claves, al menos en lo
cultor y al alfarero. Es como si el po- que ha sido mi periplo inter-
eta mirara sus rostros adoloridos y pretativo: A) El tiempo. El tiempo es
los conjurara a que le cuenten todas uno de los ejes transversales del po-
sus crujías para propalarlas al mun- ema que nos ocupa. Neruda resucita
do: “Yo vengo a hablar por vuestra el tiempo, el pasado, y lo actualiza
boca muerta”. en el presente, palabra a palabra,
Pero no sólo se limita a un para dar forma a otro tiempo que
recuento de todos los males vividos tiene lugar en el poema10. El poeta
y revividos en el reino de la muerte, busca el reencuentro con el hombre
sino que asume empáticamente todo del pasado, un abrazo totalizante en
el sufrimiento ajeno —el de los nombre de todos los hombres de
pobres socialmente- : “dejadme
llorar, horas, días, años, edades 10
ciegas, siglos estelares”. Los Este pensamiento nos aproxima a lo que
Octavio Paz dijo en la conferencia dada el día
muertos dejan de ser una anécdota que le entregaron el premio Nobel de
para convertirse en sangre y dolor, literatura, 1990: “La poesía está enamorada
vivencia interior del poeta. La del instante y quiere revivirlo en un poema; lo
empatía trascendente –la del poeta y aparta de la sucesión y lo convierte en
presente fijo”.

24
hoy. B) Considero el poema una mensión suprasensorial para levan-
gran elegía, al estilo Friedrich Höl- tar de las tumbas a los muertos, re-
derlin, cuyo hilo conductor es la em- velando así verdades humanas de la
patía cósmica, es decir, la entrañable realidad trascendente. D) La pre-
identificación del autor con la ciu- ocupación por el ser. El hombre
dad inca y sus antiguos moradores. muere, pero su ser no desaparece, se
C) Otro elemento constitutivo de la configura con el hábitat o ámbito
elegía es el tema de la muerte. Como esencial trascendente de la civiliza-
un taumaturgo el aeda, con el poder ción humana a la que pertenece.
de la palabra, se interna en esa di-

Fausto Leonardo A. Henríquez nace en La Vega, República Dominicana, en 1966.


Recibió el XXIX Premio Mundial Fernando Rielo de Poesía Mística. Ha publi-
cado los siguientes libros de Poesía: Claridades (1994); Sucesiones (1995); La
seducción del aire (1999); La otra latitud
(1999); Muestra poética (2002); Ínsula
presentida (2004); Antología mayor del
movimiento Interiorista (2007); y Arca
de amasar diluvios (2011). Fundador y
Edi-tor de la revista CriticArte. Miembro
Ti-tular y Dirigente del Movimiento
Interio-rista de cuya Comisión
Intelectual forma parte. Antologado en
Juego de Imágenes, de Frank Martínez,
(Isla Negra Editores, 1995); La Creación
Interiorista (1997); El Interiorismo
(2001); El Ideal Interior (2005); y Poesía
Mística del Interiorismo (2007), de Bruno
Rosario Candelier.

25
Patricia Schaefer Röder emerge del círculo actual de escritores latinoamericanos
con la publicación de treinta y cuatro de sus más atrayentes cuentos y relatos en
su antología Yara y otras historias. Su narrativa no sólo tiene el aval de premios
nacionales e internacionales en Puerto Rico y Miami; también trae consigo años
de estudios sobre el carácter humano y la tradición del realismo mágico. Sus
viajes la han llevado a percibir las muchas conexiones que la atan a su tierra y
redescubrir las historias que hoy nos narra con especial precisión y claridad
literaria. Sus personajes míticos y seres mundanos entrecruzan caminos que los
conducen a otras realidades. Así, la narrativa se convierte en un crisol que
refleja trazos de nuestra condición humana y destellos de nuestras creencias,
temores y anhelos.
En estos relatos está Patricia; dulce, fuerte,
aguda, ingenua, intelectual, espontánea, amo-
rosa, tan vinculada a sus raíces, tan ciudadana
del mundo, tan conectada con la Tierra y
el Universo, y tan latinoamericana.
Eucaris Piñero, Periodista venezolana

Patricia posee el magnífico don de jugar con las


palabras, hacerlas flotar a través del tiempo,
darles colores, visiones, tamaño. Su creatividad
e imaginación van más allá de lo que el lector
pueda esperar, provocando una nueva expe-
riencia de lectura.
Nishimura Nishimura, Escritora

Yara y otras historias, por Patricia Schaefer


Röder; ganadora del Primer Premio en
Narrativa 2011 del Instituto de Cultura
Peruana en Miami, EEUU.

Ediciones Scriba NYC


ISBN 978-0-9845727-0-03`

Yara y otras historias está a la venta en librerías y directamente desde la


imprenta lulu.com en http://www.lulu.com/spotlight/psr2010 así como en
amazon.com y bn.com. Si no te gusta comprar por Internet, no te preocupes: toda
librería puede pedir el libro por ti a la imprenta y a las tiendas virtuales en la
red.

26
KaRen sevilla
PRINCIPIO DE PROXIMIDAD
Devino la extrañeza. La carne
que otra vez será
como es el equilibrio en las cosas
que se desprenden
por su peso, una falsa
Gestalt más bella en sus partes.
Dejaré para teoría lo que quede
de tus poros; lo sobrante
entre tu piel y mi lengua
políglota. Porque tus canas
cederán entre estos dedos
versados en las simples
formas de tu todo.

RUMINATA
Lo memorable de esta venida
es ver al Sur correrse desde arriba,
escupirse y sonreír
como si jamás se hubieran agotado
las decepciones por el vértigo
entre los enfermos de distancia.

MUSA METÁLICA
Mi mujer pregunta
a cada mitad de la vida
por qué partí.
Vine a taladrarme el pecho
en las vigas del Brooklyn Bridge
para devolver la sangre
al río, al mar.

27
Ella dice que ahora
aprovecha sus ojos azules
para comprar billetes vencidos
y que su cuarto en la Avenida Industrialista
le deprime
más cuando repasa
lo que guarda en su abrigo.
Consume, alucina
y vomita hasta las vísceras. Dice sí,
las ciudades deben ejercerse.

CONCISIÓN 5
No eres piel de caireles o ademán absorto como reflejo frizado en cama. Cinco
años atrás. Soltura en pausa; fuiste (eres) desdén. Ni tú ni yo fugamos tiempo
de constancia por esta forma inocua de la dicha repasada, cuando llevo los
dedos a la boca y resufro.

DE LO IRREMEDIABLE
No lo mediría con algunas
horas de monólogo cuasi infantil
o con algún remordimiento gutural
–en el fondo– un tanto débil.
Para qué pasarse
un puñado de horas en un parque que flota
sobre parches de ajedrez
sin que llegue el turno de jugar
y se enfríe el café.
Conversé. Un extraño espejismo
alertaba sobre
no jugar versus el máster ruso, sobre
no a la matiné acompañada, sobre
no contar los cabellos en la ducha, sobre
no extrañar sobremanera sobre
todas las cosas.
Transito tímida
bolsa olorosa a cafetín bajo el brazo
mientras la noche se escurre, prometo

28
no más contar
fichas de menos hacia
un otromismo.

CUARTA AVERSIÓN. DESPUÉS DE LA LLOVIZNA


Desborbotona al aguante su levedad
de tal día lluvioso. Mas, encaro. Un rato
para discernir sonidos, vísceras
versus exterior. La tarde implácida conmina
a la jerga del ir y gemir de la gente.
Las aceras se hacen otras, tales puentes levadizos
son fronteras entre sí. Es para mucho
conectar con la velocidad de la altura
al refugiarse en las nubes. Destripar el día
y fermentarlo. Reverencia al cuarto sentido
subsiguiente al taladrar dichas letras
con tal de allegarse y cumplir el punto. Fin
en espiral. Tarde en la tarde. Una posibilidad
aviso y subyugo en la distancia. Otra vez, encaro.

Karen Sevilla nace en Bayamón, Puerto Rico, en 1983. Narradora, poeta y ensa-
yista. Ganadora ex aequo del Certamen de Cuento nacional del periódico puerto-
rriqueño “El Nuevo Día” (2006). Su li-
bro El mal de los azares (Sótano Edito-
res, 2010) obtuvo el primer premio de
Poesía del II Certamen Interuniversitario
de Literatura, convocado por la Univer-
sidad de Puerto Rico (2009), así como
una mención de honor del Pre-
mio Nacional de Poesía celebrado por
el PEN–Puerto Rico. Ha sido incluida en
diversas revistas, periódicos y antolo-
gías de Puerto Rico e internacio-nales.
Su poesía ha sido parcialmente traducida
al inglés, italiano y uzbeco. Modera el
blog literario Desmesuras (www.karen-
sevilla.com).

29
Üceyir ÇAYCI

30
31
Üceryir Lokman Çayci nace en Bor, Turquía, en 1949. Poeta, narrador y artista.
Realizó estudios primarios en la Escuela Su-
perior de Artes Industriales Aplicadas de la
Academia de Bellas Artes del Estado en Es-
tambul. En 1975 obtuvo el titulo de Arqui-
tecto de Interiores y Consejero Industrial.
Ha realizado numerosas exposiciones de su
obra y, asimismo, ha publicado en muchas
revistas alrededor del mundo. Su poesía ha
sido traducida al francés y al español. Ha
sido galardonado por la Radio NPS de
Holanda (1999) y ha recibido el Palmares de
la organización Les Amis de Thalie en
Francia. Actualmente reside en Francia y
labora con el Centro de Educación para
Adultos (AFPA).

32
Daniel pommers

LA TAJA

E
xtasiada tal vez ―quién en nuestras sienes:
sabe si oponiéndose a El trabajo de investigador es-
caer presa de la ca- pecial, no puede ser encargo de niños.
lamidad― Lilia la O coloca su Glock Aunque la muerte de más de
punto cuarenta sobre la inmensa na- una veintena de personas ya hubie-
riz de Ramito; aterrorizado, víctima ra sido atribuida al mal tempera-
del nerviosismo, Ramito comienza a mento de Lilia, por ahora, lo mejor
llorar y a sacudirse. Para la mayoría sería esperar, darle tiempo a la seño-
de las personas manejar un arma de ra para que recapacite, pues, astuta y
fuego podría ser una tarea dificul- calculadora (siendo cabecilla de un-
tosa, pero en manos de Lilia la O, merosos psicópatas), jamás se había
incluso un desconsolado alfiler con- propuesto liquidar a un miembro de
sigue transformarse a la majestuosi- su propia organización.
dad armamentaría del mejor buque ―Centro de Operaciones al
de guerra. agente especial Mendoza. Indique
Han pasado nueve desespe- novedades en su demarcación ―cur-
rantes meses de ardua labor, sin em- sa repentinamente el retén del Cen-
bargo, ninguno de los implicados ha tro de Mando.
podido percatarse de la vigilancia. “¡Carajo!” ―pienso rápida-
Debido a mi ubicación (sexto pi- mente porque olvidé apagar el radio
so/ventana inferior izquierda/edifi- portátil.
cio frontal), arreglármelas para bajar ―Centro, 10-29, recuerde, las
las escaleras, cruzar la calle, entrar comunicaciones solamente pueden
al edificio y subir nuevamente los hacerse vía teléfono. Me retiro del
seis pisos, sería una maniobra posi- canal.
ble. Ahora bien, tener la habilidad Inmediatamente mi celular
para ingresar en la habitación a comenzó a vibrar, pero, antes de res-
tiempo para efectuar el arresto e im- ponder la llamada, tendría primero
pedir el asesinato de Ramito más que ajustar los circuitos con tal de
que suerte, sería un milagro. Situa- mantener mi intachable reputación.
ciones como esta confirman las pa- Notificar la situación haría impera-
labras que los instructores de la tivo entrometerse en ella. Quedaría
academia vociferaban una y otra vez obligado a seguir el procedimiento.

33
Comprometería mi identidad, la in- boran en la tarde de hoy. . .y, res-
vestigación, todo el progreso logra- pondiendo a su pregunta, Centro,
do, las horas extra, los nueve me- ¿posibles novedades durante el tur-
ses. . . mis nueve meses. no del mejor equipo de trabajo de
Podría ser visto merodeando todos los precintos? Pues, usted y
por los alrededores, pues sucede todos conocemos la respuesta, un
que apenas son las seis en punto de negativo rotundo, todo está en apa-
la tarde; escabullirme entre el bu- rente estado de orden y sin nove-
llicio de los trabajadores que regre- dad― reposto con toda la confianza.
san al hogar (los habituales veci- ―Copiado, Mendoza, siempre
nos), delataría la presencia de un in- es un placer tenerlo en el turno.
truso. No obstante, si me hago de la Finalizada la transmisión, re-
vista larga y sorpresivamente Rami- tomo la vigilancia ¡¿pero qué?! Algo
to resulta muerto, podría perder mi inexplicable ha sucedido. La habi-
trabajo y ser acusado con cargos de tación de Lilia está desolada: la mu-
encubrimiento y conspiración. jer con pistola, el hombre asediado
Decisivamente cursar por la o el cuerpo sin vida del hombre, am-
radio suena mejor que el trajín de bas partes habían sido evaporadas
mentirle al supervisor mediante en- súbitamente. Ni siquiera puedo ver
trevista telefónica; porque si algo he rastros de violencia o de sangre sal-
aprendido durante mis años de ser- picada por las paredes tampoco en
vicio es que una voz ronca y pausa- el color amarillo y brilloso de las sá-
da afirmándose en la normalidad de banas; las dos tarjetas se han ido a
un misericordioso turno, muchas la nada. Enciendo las bocinas del
veces resulta ser (si acaso algún mal equipo de audio directo, subo el vo-
entendido llegara a concretizarse) la lumen, al máximo, acerco el oído
salvación, de eso no hay duda, hay hasta el altavoz. . . nadie habla ni
una docena de oídos copiando por mueve un dedo en el apartamento
la misma frecuencia, funcionando de Lilia. Echo un vistazo a la calle
como una especie de testigos pa- luego por toda la parte frontal del
sivos que unidos podrían ayudar o edificio y por la acera; todavía los
hundir a cualquiera; así que en vez vehículos de ambos sospechosos
de proceder con la llamada telefó- continúan estacionados.
nica, resuelvo por meter las manos No hay salidas alternas por
hasta las tripas en el romance poli- dónde escapar; la construcción de
cíaco; entonces, creando una breve y este par de edificios fue cuidadosa-
jugosa escena para mis compañeros, mente planificada para que ambas
digo: reliquias de concreto descansaran
―Con las buenas tardes a us- paralelas y al final de una calle sin
ted y a todos los compañeros que la- salida, separadas, únicamente, por

34
dos maltratados y constreñidos ca- ne un historial de crímenes que, de-
rriles. Igualmente, la escaza canti- bidamente archivados como están
dad de residentes, facilita la vigilan- en Centro de Mando, ocupa dos
cia pues los involucrados (similares anaqueles, una covacha en el sótano
a todo criminal de linaje perverso), de la Comandancia y una enorme
se diferencian de la ciudadanía co- mesa que los muchachos de Transi-
mún; esto debido a la sequedad des- to donaron para tales fines. Gra-
cubierta en los gestos de su rostro o duado de farmacéutica en el extran-
por esa sigilosa manera de caminar, jero, el pernicioso Ramito hizo fies-
sin involucrarse en ninguna clase de tas patronales con el cerebro de mu-
altercados. El criminal de esta cala- chos jóvenes a finales de la década
ña porta la inaudita compostura de de los noventa, sin embargo, al sol
la sospecha eterna. de hoy, su reino continúa en expan-
Respecto a la particularidad sión. Según las grabaciones de los
de este caso, amplias investigacio- encubiertos cercanos al delincuente
nes llevadas a cabo por nuestra Di- que fueron expuestas por la fiscalía
visión de Crimen Organizado ―a la estatal, Ramito era conocido como,
cual pertenezco hace once años― el farmaceuta de la libertad, pues no
han posibilitado el proceso para cre- había duda de que su régimen para
ar un buen croquis delictivo corres- distribuir medicamentos controla-
pondiente a La Taja, organización dos siempre resultó ser bastante
que dirige la antes señalada y pe- práctico.
ligrosa, señora Lilia. Ha sido cono- Respecto a la farmacéutica,
cida en el bajo mundo por aliases Ramito decía que conocer el aderezo
tan simbólicos como, Macuca, Cua- perfecto para mezclarlo aquí y allá
rentona, Chimenea y La Presidenta, era una gran ventaja; que las anfe-
siendo, Lilia la O, el seudónimo que taminas y los opioides son el arreglo
ha perseverado a través de los años, silencioso en donde, la oquedad y el
coronándole como señora del circu- razonamiento de los químicos se
lo interno de su organización. proclamaban como la vanguardia de
La posible victima, Ramito, es la casta humana. ¡Son las burbuje-
un adulto de treinta años de edad, antes chispas para disfrutar el acabe
es trigueño, pelo negro y lacio, con del dolor en el mundo! Saberse es-
labios pomposos pero siempre rese- timular, compensar, habilitar y vol-
cos. La verdad es que Ramito, más verse humano, ser el rastro veros-
allá de ser otro simple asalariado de mil del mundo; ya que apostar a la
la señora Lilia, es una criatura versá- realidad, implicaría alejarse del ex-
til y singular; sus tentáculos están perimento de la miseria. Por eso
muy bien desplegados por todos los (según Ramito asegura en las gra-
recovecos de la clandestinidad. Tie- baciones) nunca he pensado dos ve-

35
ces en accionar mi conocimiento de grando! ¡Lo han cortado en el ab-
farmaceuta cuando alguien toca a la domen!
puerta, además, por cada receta or- Tengo piernas fuertes, lo sé
denada, gano muchos billetes. porque bajando a toda prisa las es-
Pero las aterradoras leyendas caleras puedo sentir el balance per-
sobre La Taja son ciertas. Es sabido fecto. Un piso tras otro voy con-
que Ramito lleva más de tres años quistando el edificio, sintonizando
haciendo negocios con la señora Li- los músculos de mis piernas y mi
lia. Al parecer hubo un mal enten- torso para balancearme a través de
dido, quién sabe las verdaderas ra- los tantos escalones. Las angostas
zones que originaron el altercado. esquinas que dividen cada piso sir-
A lo mejor la señora se cansó de so- ven como trampolines donde re-
portar las largas discusiones sobre viento los brazos para aguantar el
el manejo de las cuotas internas peso de mi cuerpo. Acercándome a
(cuota controlada por la madame); una pequeña ventana, desde el se-
tal vez Ramito ha estado cooperan- gúndo piso, logro escuchar por pri-
do con alguna organización antago- mera vez los gritos de dolor de Ra-
nista o con alguna agencia federal; mito. Está mal herido pero, todavía
puede que una rencilla entre ambos está vivo. Debería pedir refuerzos. .
haya sido fabricada por bandos ex- .pero y la señora Lilia ¿dónde ha
ternos a La Taja para sacar del ne- ido? ¡Qué importa! Estoy prepara-
gocio al farmaceuta. do para lo que venga.
“Dios mío qué haré ahora que Al abrir la puerta de entrada,
no hay rastros de las tarjetas’’; más visualizo el cuerpo ensangrentado.
patético es el hecho de finalmente Comienzo a correr ¡a correr por la
poner los ojos en el equipo de gra- calle como nunca antes lo había he-
bación continua. . .ha estado graban- cho! Me percato tardíamente ¡por
do sin volumen; y es triste pero Dios! Y busco en mi espalda, luego
cierto, esta madrugada al entrar al en la cadera, en mis tobillos pero
turno, olvidé por completo encender había dejado el revólver en la ha-
la grabadora de audio de esa bitación de vigilancia, arriba del sis-
máquina. ¡Por eso debo salvar a tema de audio. “¿Debería regresar a
Ramito! buscarlo? Claro que no, no vale la
Debo catapultarme hacia el pena.” Pidan ayuda. Llamen a una
cuerpo moribundo de Ramito: ese es ambulancia, a una enfermera, ten-
mi deber. Y su muerte es incierta gan un poco de compasión. . .que al-
pues no hay evidencia del crimen, guien me ayude ¡por favor!
no se escuchan disparos, no logro Es increíble pero se me olvi-
entender del todo, pero, creo que. . . daba que hoy es viernes. Y como to-
¡creo ver algo! ¿Ramito? ¡Está san- dos los viernes, durante las horas de

36
la tarde, como a eso de las seis y me- boca del obrero se escuchará decir
dia, regresan los transeúntes de su que durante el tiempo que le falta
jornada laboral. Es curioso, pero ol- por jubilarse del Departamento de
vidé que el alcalde de la municipa- Ornato, nunca debería tocarle con-
lidad le había otorgado un permiso ducir un camión otra vez, que si era
especial al conductor de recogido de posible nombrarlo oficialmente co-
basura: Escúcheme, queridísimo mo empleado municipal y conse-
chofer, debido a su puntualidad y guile un puesto de supervisor pues,
responsabilidad a la hora de purgar sería mucho mejor a tener que estar
a esta ciudad de los desperdicios pendiente de cada seis meses a la re-
más desagradables, jamás será mul- novación del contrato, siendo em-
tado ni por exceso de velocidad ni pleado transitorio para toda la vida.
por leyes de transito vigentes. El Porque si una butaca y un escritorio
eficaz hombre pasó, precisamente a podrían brindarle buen soporte, pa-
las seis y media; me percaté dema- ra qué iba a seguir fastidiándose to-
siado tarde. Sé muy bien qué suce- das las tardes, trabajando sin des-
derá; para cuando la noche haya en- canso y padeciendo de ulceras por
trado en turno, ya el alcalde habrá tener que pilotear semejante mons-
organizado un comité para consolar truo de hierro a través de los hoyos
al infortunado conductor. . .luego y de las gentes que como ratas sin
tendrán que escoltar al anciano has- nido andaban sueltas por su hermo-
ta su hogar, dirán que ha quedado sa ciudad.
devastado. Incluso desde la propia

Daniel Pommers nace en Ceiba, Puerto Rico, en 1985. Autor del libro El esque-
leto presenta (2009). Ha co-
laborado en revistas y periódi-
cos como Bacanal, La Polis, Ho-
tel Abismo, Periódico El Rehén
y TeknoKultura. Actualmente
escribe para La Generación del
Atardecer en el blog Frecuen-
ciasalternas.com y en Chocarre-
ras.blogspot.com. En 2012 fun-
da la editorial independiente
Gato Malo Editores.

37
KALIA TORO

LA ROMANTIZACIÓN HISTÓRICA: ARTE Y PROPAGANDA EN LA


ESTÉTICA DE LA HISPANOAMÉRICA DECIMONÓNICA

S
emestre tras semestre con el propósito de reflejar estados
encuentro entre los pro- emotivos primales, o creencias reli-
yectos asignados a mis giosas, sino que – como el caso del
estudiantes de historia del arte la arte latino e hispanoamericano - ha
frase “el arte es expresión del hom- incurrido en ser medio documental,
bre en sociedad”11, descaradamente testimonial, de camuflaje o defensa
plagiada de fuentes electrónicas, e cultural, y de propaganda.
ingenua y literalmente transcrita, El arte hispanoamericano es
inconscientes ellos del insulto que producto de la academia europea.
esto implica a nuestra inteligencia, La primera institución de educación
experiencia y astucia de académicos artística formal, la Academia de San
docentes. Sin embargo, la frase pre- Carlos, se fundó en Ciudad de
senta un punto inminentemente México en 1785. Esta mantuvo por
verdadero, el cual esta presente en algún tiempo el rigor, gusto y
todas y cada una de las sociedades metodología establecidos en la me-
productoras del elemento creativo, trópoli por la Real Academia de
tanto en las bellas artes como en las Bellas Artes de San Fernando en
consideradas artes folklóricas o me- Madrid. Más adelante, y con el fer-
nores. Más aun, esa manifestación vor independentista, San Carlos
creativa no solo ha sido utilizada muestra signos de una separación
de la estética metropolitana. Luego
de San Carlos surgió un interés por
11 Para no caer en la misma práctica,
incluyo una nota aclaratoria: especulo que la academia artística, fundándose o-
www.imperiobizantino.com es la fuente tras instituciones en diversos cen-
original, pero el material se redacta en tros culturales como Argentina, Ve-
forma similar en fuentes como
www.faqmania.com y www.monogra-
fias.com.

38
nezuela, Paraguay y Perú12. importados durante el periodo na-
El arte hispanoamericano en- poleónico temprano, tanto por razo-
tre los siglos dieciocho y diecinueve nes de moda y gusto, como por razo-
se caracterizó por perpetuar la prác- nes ideológicas. En términos de
tica de importar mentores de Euro- gusto se abandona el patrón barroco
pa. Artistas como los españoles Ma- que aun perduraba del periodo co-
nuel Tolsá y Rafael Jimeno y Planes lonial temprano para ser sustituido
estuvieron a cargo de San Carlos por por el neoclasicismo sobrio y sereno
un tiempo considerable. Por otro la- popularizado en la Francia post-
do, y extendiendo la discusión a revolución. Ideológicamente algu-
Brasil, el rey Don Juan VI invitó al nas fuentes sugieren que se dio una
artista francés asociación del
Joaquín Lebre- arte con los
ton a dirigir la principios de la
academia que se Revolución
estableciera en Francesa y la fi-
Río. Otros gura de Napo-
elementos que león13. Por otro
destacan en el lado, temática-
desarrollo ar- mente dominan
tístico hispano- al principio el
americano du- retrato y la es-
rante estos dos cena costum-
siglos fueron el brista, mientras
factor estilístico que más tarde
y temático. Policarpa Salavarrieta al patíbulo. 1823, óleo sobre se introduce el
Estilísticamente madera. Museo Nacional de Colombia. indigenismo, el
se da una pre- paisaje, y la ima-
ferencia por los modelos neoclásicos gen documental. Además, destaca la
escena militar y el retrato heroico
12 Detalles adicionales y discusión como agentes propagandísticos du-
sobre la fundación de academias artísticas rante el periodo de las guerras de
en la América Portuguesa, ver la intro- independencia.
ducción de Jacqueline Barnitz en
Twentieth Century Art of Latin America.
(Austin: 2001) p. 2
13 Barnitz, p. 2

39
Es importante enfatizar que la Tumaco (1812). También de pintor
ausencia de instituciones de en- anónimo, la pieza muestra una es-
señanza formal de las bellas artes a cena retirada, en la cual se aprecia el
la manera europea no significó en pelotón de fusilamiento al mo-
ningún momento la ausencia de mento de la ejecución de esta pareja
producción creativa. Tampoco sig- revolucionaria ecuatoriana.
nificó que no hubiera pequeños El retrato cobra gran impor-
centros a manera de escuelas técni- tancia en el periodo independentis-
cas, talleres privados e institutos de ta. Una de las figuras más represen-
enseñanza especializada. En algu- tadas en las artes plásticas his-
nos casos los artistas viajaban a Eu- panoamericanas es Simón Bolívar.
ropa, o recibían entrenamiento in- Pedro
formal de artistas extranjeros radi- José
cados en las Américas. Proliferan Figuero
entonces géneros como la escena o a, por
alegoría histórica (popular en Bra- su par-
sil), la escena de martirio o ejecu- te, ofre-
ción del héroe revolucionario, el ce una
costumbrismo, y en muchas ocasio- imagen
nes, la tendencia primitivista en la alegó-
pintura colonial. Ejemplo de esto rica
es una obra de pintor anónimo, titu- pro-
lada Policarpa Salavarrieta al patí- tagoni
bulo. Salavarrieta, la Pola, fue revo- zada
lúcionaria en la lucha de indepen-
por el
dencia de Colombia y considerada Pedro José Figueroa
ilustre
la mujer de mayor relevancia en el
en su Simón Bolívar, libertador y
movimiento clandestino antiespa- padre de la nación. 1819, óleo
obra Si-
ñol de la época. En la obra La Pola, sobre lienzo.
món
la protagonista es representada al
Bolívar, libertador y Bolívar,
padre Colombia.
de la na-
momento en que fuera conducida a Quinta de
ción. La pieza, como muchas repre-
su fusilamiento luego de ser captu-
rada en un convento. sentaciones alegóricas de la época,
Una temática similar se nota personifica la nación como una mu-
jer indígena nativa, realzando el ele-
en la obra La ejecución de la heroína
mento autóctono. Independien-
Rosa Zárate y Nicolás de la Peña en

40
temente de la En
problemati- México la
zación que relevancia
puede hacer- histórica y
sele a este ti- revolúcion
po de imagen aria de Mi-
en nuestros guel Hi-
días, era muy dalgo dejó
común, tanto su huella
en las colo- en la re-
nias como en presenta-
sus respecti- ción retra-
vas metrópo- tista. A fi-
lis. José Gil de Castro
nales de la
Pese a Izq: Simón Bolívar. 1825, Salón Elíptico del Congreso década de
que de Simón Nacional, Caracas. 1820 el ita-
Bolívar se han Der: El mártir Olaya. 1925, Museo Nacional de Historia,liano Clau-
Lima.
creado innu- dio Linati
merables obras artísticas, es impor- visitó México, y realizó una com-
tante hacer referencia al retrato que pilación ilustrada que publicó en
hiciera José Gil de Castro, tanto por 1828 bajo el título Vestimentas ci-
el contexto histórico en el cual el viles, militares y religiosas de Mé-
artista se desarrolla, como en su xico. Entre las imágenes incluidas
manera de resaltar otras figuras he- en este trabajo esta la del padre Mi-
roicas de manera similar a Bolívar. guel Hidalgo, quien, lejos de ser
Su retrato de Don José Olaya, mártir representado de forma humilde, pa-
de la lucha de independencia de cífica, y sobria, se ofrece al espec-
Perú, muestra el mismo carácter pro- tador en actitud proactiva, con a-
pagandístico, el mismo rigor formal, tuendo y armas, y sosteniendo en su
la misma estructura compositiva, y mano izquierda una cruz, siempre
la misma glorificación patriótica de teniendo en alto la fe católica que
un individuo cuyos méritos revolú- profesaba.
cionarios no han de ser olvidados
por sus paisanos.

41
Si bien 1895, y la Asociación Estímulo de
la ima- Bellas Artes de Argentina a finales
gen del de la década de 1870’s.
héroe, la El romanticismo académico es
heroína, evidente en piezas que promueven
el mártir la noción idealizada de figuras his-
de la tóricas, el elemento nativo, el paisa-
causa je bucólico, ya la nostalgia por el pa-
revolú- sado indígena. Un buen ejemplo de
cionaria, la romantización del personaje his-
o el líder tórico es la obra del mexicano Juan
llegaron Cordero titulada Colón ante los
a ser re- reyes católicos de España. La obra es
presen-

Claudio Linati taciones


Miguel Hidalgo. 1828, recurren-
tes en la
grabado ilustrativo para
Vestimentas civiles, militares
y religiosas de México
Hispano-
américa
colonial, el romanticismo, el cos-
tumbrismo, el paisaje y la escena de
género (escena de la vida cotidiana)
pasaron a jugar un papel importante
en la identificación nacional y terri- Juan Cordero
Cristóbal Colon frente a los reyes católicos
torial de los artistas. de España. 1850, Museo Nacional de Arte,
A partir de la década de 1830 México.
comienzan a fundarse en unos ca-
sos, desarrollarse en otros, un nú- considerada como la primera pieza
mero de de centros académicos ar- artística con tema americano a ser
tísticos. Entre ellos cabe mencionar mostrada al público de México en la
la Academia de Pintura y Escultura exposición de la Academia de San
de Caracas establecida en la década Carlos llevada a cabo en 185114.
de 1830, el Instituto de Bellas Artes
de Bogotá en 1882, la Academia de 14 Dawn Ades, et. al. Art in Latin
Arte del Instituto Paraguayo en America: The Modern Era, 1820-1980. (New
Haven: 1989) p. 31

42
Presenta un Cristóbal Colón robusto, hermoso, acica-lado y
maduro, sereno pero asertivo, seña- meditabundo, observando el mar
lando los indígenas que llevo a Es- que lo trajo a los territorios que
paña al regreso de su primer viaje. hasta entonces desconocía. Es evi-
La imagen, que presenta dente el segui-
aires diluídos de la gran- miento de los cá-
diosa Coronación de Na- nones formales
poleón de JL David, pre- de la academia y
senta unos reyes adultos, las tendencias ne-
pero aun jóvenes, de gesto oclásicas traídas
dulce y prudente. Los de Europa. Obre-
demás personajes, com- gón, como algu-
binan miradas de asom- nos de sus con-
bro, curiosidad, y cuestio- temporáneos,
namiento. Los indígenas, combina en oca-
a oscuras en el extremo iz- siones el estilo
quierdo de la pieza, se neoclásico y la ro-
presentan sumisos, e igual mantización de la
de calmados que el resto escena histórica
de los personajes en la en piezas inspira-
obra. das en el pasado
Anecdóticamente, precolombino.
Arriba: José Obregón
cabe destacar que el artis- La Inspiración de Colón, 1856.
Ejemplo de esto se
ta participa de la escena al Óleo sobre lienzo, aprecia en El des-
presentar un autorretrato Museo Nacional de Arte, México cubrimiento del
suyo en la figura de uno pulque. Popular
de los indígenas. durante el siglo XIX, el pulque es
Otro buen ejemplo de esta una bebida fermentada a base del
romantización es La inspiración de maguey (agave), y ampliamente in-
Colón, de José Obregón. La pieza, gerida en todas las estratas sociales
también de mediados del siglo die- mexicanas antes de la proliferación
cinueve pero posterior a la de Cor- del consumo de cerveza. El pulque,
dero, responde a lo que Matthew y su planta originaria, han sido aso-
Restall denomina “el mito de los ciados en diversas fuentes con la fi-
hombres excepcionales” Obregón
15 gura de Quetzalcoatl y con el rito y
muestra un Cristóbal Colón joven, la ceremonia deportiva. Carlos
Montemayor, por ejemplo, comen-ta
15
Matthew Restall, Los siete mitos de “Que una figura tan relevante como
la conquista española. (Barcelona: 2004) el dios Quetzalcóatl estuviera en la
Capitulo 1 – “Un puñado de aventureros.
antigüedad ligado en varios sentí-
El mito de los hombres excepcionales”

43
bre el elemento indígena que
sucumbe ante el proceso de
conquista y colonizacion. Las
Casas es presentado como un
agente de redención y de mi-
sericordia, lo cual se aprecia en

Arriba: Obregón
El descubrimiento del pulque. Sin fecha. Col.
Privada

Izq: Parra
Bartolomé de las Casas. 1875.
Museo Nacional de Arte, México
dos al maguey, a las divinidades fe-
meninas relacionadas con la planta
y al consumo del pulque, revela el
largo periplo del agave atrovirens
en las culturas mesoamericanas. […]
el ademán suplicante de la mujer a
El consumo del pulque formó parte
sus pies. El gesto corporal del in-
de rituales y ceremonias muy exten-
dio muerto presenta cierto aire de
didas en nuestros antiguos pueblos
influencia del pintor francés Jac-
que se vinculaban con otros órdenes
ques Louis David, particularmente
sagrados como el juego de pelota y
en el brazo extendido y la sutileza
las ceremonias de curación.”16
del rastro de sangre saliendo de su
El elemento indígena y su
herida craneal. Evidente, pero sin
defensa están dramáticamente pre-
caer en el morbo, la violencia de los
sentados en El Padre Bartolomé de
eventos se muestra en el entorno
las Casas, de Félix Parra. Indis-
destrozado y el “pathos” de los per-
cutiblemente, la figura del fraile se
sonajes.
destaca de manera quasidivina so-
16
Carlos Montemayor, “El maguey, el
pulque y la layenda”, en La Jornada.
Publicación electrónica. 24 de febrero de
2005.

44
En el cono sur se pera, los hombres se
aprecia la misma ten- han ido, una huida sin
dencia a la sobriedad, al esperanza de la vida, y
“pathos”, a la serenidad en el campo, desola-
clasicista se observa y ción, una palabra que
percibe en la pintura de te perseguirá constan-
Juan Manuel Blanes Pa- temente”17.
raguay: Imagen de tu Mas esta nostalgiza-
campo desolado. El títu- ción romántica del ele-
lo resulta literal, presen- mento nativo y la repre-
tando la inminente de- sentación de su sobrevi-
solación que el observa- vencia no solo permea
dor percibe en la ima- Juan Manuel Blanes en imágenes de temática
gen de la joven cabiz- Paraguay: Imagen de tu campo precolombina o revolú-
baja y pensativa, tras desolado, ca. 1880 cionaria, sino también el
quien se encuentra un Óleo sobre lienzo, la exaltación del indíge-
Museo Nacional de Bellas
campo de batalla colma- Artes, Montevideo na aferrado a sus tradi-
do de revolucionarios ciones, inalterado e inal-
abatidos. Bellamente describe la es- terable por las venturas progresistas
cena el escritor Herbert Abimorad de la era moderna18. Entrando en el
una poesía titulada La Paraguaya: género costumbrista, estas represen-
Derrotados, con la mirada taciones gozaron de gran popular-
busco mis pies y encuentro la dad, no solo en las Américas, sino
historia cerca del fusil, siempre en los círculos artísticos de Europa,
fue así, los hombres crean his- al responder a las expectativas del
toria, un desierto de vidas, sólo gusto metropolitano hacia imágenes
muertos rodean mis pies des- que evocaran la preservación cuida-
calzos, a lo lejos las aves rapi- dosa de tradiciones religiosas y cul-
ñas esperan su momento acaba- turales de grupos indígenas y/o
rán con todo, desolación, res- campesinos19. Uno de los más her-
tos, desgarro, el cielo espejo de
la tierra, es un desierto que no 17
Herbert Abimorad, “La
te atreves a mirar, con el hom- Paraguaya”. Disponible en:
bro descubierto no te ruborizas, http://letrasruguay.espaciolatino.com/abim
orad/paraguaya.htm
no pide auxilio y te preguntas
por qué los hombres derraman 18 Ades, p. 39
de su cuerpo un líquido que no
le sirve a la tierra, un líquido
19
Fausto Ramírez, "Apogeo del Na-
cionalismo Académico: El arte entre 1877 y
que crea desolación y tristeza,
1990", Museo Nacional de Arte (México,
y piensas en la soledad que es- 1987)

45
mosos ejemplos de este fenómeno producción. Luego de las luchas in-
es El indio alfarero, titulada en al- dependentistas, y entrado el siglo
gunas fuentes como El habitante de veinte, se notan ciertos cambios en
la cordillera. la preocupación de la comunidad ar-
La obra, del pintor peruano Fran- tística en general. Estos cambios,
cisco Laso, cautiva por su simplici- que van desde la popularización del
dad de forma, color, y gesto. Sin re- indigenismo hasta el realismo social
chazar el canon mesurado y sobrio y la abstracción, no se alejan tanto
de la academia metropolitana, Laso del elemento propagandista del si-
representa un indígena digno, de glo diecinueve, pero responderán a
semblante firme y al mismo tiempo una muy distinta condición en las
amable. En sus manos esferas políticas, eco-
una pieza de cerámica nómicas, y sociales de
presenta y defiende en la Hispanoamérica
primer plano la prio- contemporánea.
ridad otorgada al pasado
precolombino, y la con-
tinuación de prácticas
tradicionales. BIBLIOGRAFÍA
En conclusión, la
producción artística en
la Hispanoamérica deci- Ades, Dawn, et. al.
monónica resulta ser tan Art in Latin America:
extensa – contrario qui- The Modern Era, 1820-
zás a la creencia popular 1980. New Haven: Yale
– que numerosas fuentes University Press. 1989.
han dedicado extensos
capítulos, e incluso sec- Barnitz, Jacqueline.
ciones completas a la Twentieth Century Art
Francisco Laso
discusión de los dife- El indio alfarero, 1855. of Latin America.
rentes géneros y pero- Óleo sobre lienzo Austin: University of
cupaciones estilísticas Municipalidad de Lima Texas Press. 2001.
Metropolitana
que pululaban en estos
territorios. Sin duda los disturbios Bayón, Damián. Historia del Arte
políticos, el ascenso al poder de in- Hispanoamericano: Siglos XVI –
dividuos y grupos que comisio- XVIII. Madrid: Alhambra. 1988.
naron obras artísticas, la importa-
ción de gusto y norma, y la exal- Bernales Ballesteros, Jorge. Historia
tación del pasado nostalgizado con- del Arte Hispanoamericano: Siglos
tribuyeron a diferentes oleadas de XIX – XX. Madrid: Alhambra. 1987.

46
Castedo, Leopoldo. A History of Fuentes electrónicas:
Latin American Art and Architecture
from Pre-Columbian Times to the “Colonial Mexico” and “Racial
Present. Classifications”, Disponibles en:
www.latinamericanstudies.org.
Ramírez, Fausto. "Apogeo del
Nacionalismo Académico: El arte Carlos Montemayor, “El maguey, el
entre 1877 y 1990", Publicación del pulque y la layenda”, en La Jornada.
Museo Nacional de Arte. Ciudad 24 de febrero de 2005. Disponible
México, 1987. en:
http://www.jornada.unam.mx/2005/0
Restall, Matthew. Los siete mitos de 2/24/index.php
la conquista española. Barcelona:
Paidos. 2004. Herbert Abimorad, “La Paraguaya”.
Disponible en:
Scott, John F. Latin American Art: http://letras-
Ancient to Modern. Florida: uruguay.espaciolatino.com/abimora
University Press of Florida. 1999. d/paraguaya.htm

Kalia Toro Sepúlveda comenzó su formación humanística en el Recinto Uni-


versitario de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico y luego cursó estudios
graduados en la Universidad de Búfalo
del sistema SUNY donde obtuvo una
Maestría en Historia del Arte con con-
centración en historia de la arquitectura;
y luego otra en Estudios de las Américas
con concentración en arte, cultura y
teoría crítica. Comenzó sus estudios
doctorales en dicha institución, y ac-
tualmente los completa en el Centro de
Estudios Avanzados de Puerto Rico y el
Caribe, con una concentración en His-
toria. La profesora Toro ha laborado en
diversos programas de Arte e Humani-
dades en Universidades de Puerto Rico y
los Estados Unidos.

47
Edwin Figueroa acevedo

ACOSTADO EN LA CIUDAD

El aire desacelera,
las palabras están vomitadas,
la verdérrima hojarasca galopando,
la ciudad sin tiempo,
las miradas boquiabiertas,
las campanas eclesiásticas titilantes
el túnel lejano.
Un
silencio
infartado.

EL IMPERIO DE LA ROSA

Observarte derrotada a mi lado,


tirada entre escombros de metales, telas y plumas,
con una delineante sonrisa viciosa.
Reviéntame la grandeza de que mi guerra
hizo estragos.

He ganado tu imperio de rosa.


Progresivamente mi ejército
fue cruzando cordilleras y praderas
hasta llegar a tu ciudad amurallada.
Allí han saqueado y he fijado mi bandera.

En tu aún caliente trono me asiento,


y me autoproclamo emperador de tus haciendas.

MIRADAS GASES

miradas que puestas en un marco

48
muestran un silencio verde
miradas que puestas en el espejo
reflejan una esclavitud de un secreto
miradas que puestas en las espaldas
son la mofa que la lengua no pude decir

miradas que traspasan horizontes


y también sin horizontes, perdidas
miradas que quieren decir discursos
y aburrir los oyentes

miradas hambrientas
miradas esquivas
miradas inexpresivas
miradas imperantes
miradas hiedras
miradas criminales
miradas gritonas
miradas lúdicas
miradas anacrónicas
miradas orientales
miradas depresivas
miradas esquizofrénicas
miradas invisibles
miradas superpuesta
miradas felinas
miradas SOS
miradas incendiadas
miradas vacías

miradas sobre miradas


miradas sin rostro

las miradas,
son gases que rompen pupilas
y se difuminan en el interior condensándose,
que terminan poseyendo otro cuerpo.

49
EL PARAÍSO EN TUS PÁRPADOS

Qué esquiva te encuentra la noche en tu habitación


buscando el sentimiento profundo y mojado
con un falso bienestar que te provoca el aullido entrecortado.

Por el sur se aproxima el olor a mar.


Un olor que aparece con la braveza de la brisa.
¿Acaso tus ventanas están corroídas por el salitre?

Una gratificación de infinidad entre tus incondicionales dedos.


De ínfima cuantía, tus cercanas melancolías
y los epilépticos ojos se dilatan.

Quedas absolutamente placentera


mostrando estoicismo con un rostro asiático inexpresivo
y tus párpados verticales se humedecen por las lágrimas sin cauce.

Terminas deshabitándote,
en el paraíso imaginado.
Alguien toca tu puerta.

Un papel dice que nació en Moca, Puerto Rico, para el 1990. Pero morirá dicien-
do que por Aguada fue… Ridículamente se
hace llamar Gulembo de Oz Yellowmann;
gulembo porque cuando pequeño tenía las
piernas débiles y flojas, de Oz porque se cree
que vive en un mundo fantástico y Yellow-
man, pues el amarillo es su empedernida
obsesión. Es un poco autodestructivo. Su
anacrónica personalidad es una mezcla en-
tre Hitler y Calcuta. Se hace llamar poe-
ta, cuentista, cuentista infantil y microrela-
tista. Tiene un ruinoso gusto por coleccionar
libros aunque entre ellos mismo se lean. Ha
publicado cuentos y poemas en las revistas
electrónicas El vicio en el tintero (2011)
y El escritor errante (2010) y en la Revista
Cultural y Literaria "EL Relicario” (2011).

50
En su exposición, Nacho Ruiz nos presenta de manera clara la
estructura de un sistema muchas veces cuestionado pero que ha
demostrado su consistencia, regulando la actividad y legitimando la
relación entre las partes implicadas. En el texto se analiza la obra de
arte en su recorrido por el galerista, el crítico y el coleccionista,
destacando también el papel que desempeñan las revistas y las ferias
de arte. Igualmente se examina la interacción de los factores
implicados, desde la óptica anglosajona e italiana pero aportando la
visión hispana.
Inmaculada Ballesteros. Directora del CCE/Guatemala

Ruiz, Nacho. La obra de arte como objeto de intercambio.


Procesos y estructuras delmercado del arte. Guatemala:
Ediciones Alternativas del Centro Cultural de España en
Guatemala, diciembre de 2011, 1a. edición. 216 págs. 12.5
x 20.3 cms. ISBN: 978-9929-8114-1-6. Rústica. Precio:
US$ 15.00 Q 100.00
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a: [email protected]

51
Natalia galindo

TELAS DE COLOR, PINCELADAS SOBRE EL AIRE

La cometa se eleva más alto en contra del viento, no a su favor.


Winston Churchill

C
anito no tenía padre. habían visto con un marinero, de
Era el hijo de Trina la esos que iban a verla cantar y bailar
negra y de nadie más. al bar donde trabajaba. La Trina
En el pequeño apartamento de La cantaba bien, y aunque de
Perla donde vivía, no había ninguna adolescente soñaba con ser famosa,
foto de su familia, ni quedaban nunca salió del local en el muelle
recuerdos de su niñez. La última del Viejo San Juan. Después que
conexión con su infancia la perdió Canito nació, lo dejaba por las
siendo un adolescente, una mañana noches al cuidado de una vecina, la
de octubre, entre sábanas blancas; madre del Cherna. Por las mañanas,
quebrantado bajo el peso del tan pronto llegaba de trabajar,
Cherna, aquel amante de su madre buscaba a su hijo y se lo llevaba con
que lo despojó de su inocencia en ella a la cama. Allí le cantaba
medio de una bocanada de aire que canciones que inventaba para él y
hedía a vicio y alcohol. El mismo cuando el cansancio le doblegaba la
amante que murió meses después voz, tarareaba melodías que sólo su
destripado por su madre, cuando lo hijo podía entender. A medida que
encontró montado sobre Canito, Canito crecía y cobraba conciencia
desnudo y jadeante en el sofá, junto del tiempo, aumentaba su ansiedad
a la ventana por la que entraban los en la espera de que su madre llegase
últimos rayos del sol. para acurrucarse junto a ella y
Canito era rubio y sus ojos quedarse dormido escuchando su
eran azules, aunque a veces voz.
cambiaban de color y se tornaban Fue durante las noches
verdes como las plumas del pavo prestadas que el Cherna se fijó en la
real. Tenía los labios carnosos y la Negra y en su hijo. Poco tiempo
piel tostada, igual que su madre. después se mudó con ellos al
Los vecinos le contaban que a la pequeño apartamento de Trina para
Negra le gustaban los blanquitos, cuidar del niño mientras ella
que antes de que Canito naciese la trabajaba. Como pasa con las raíces

52
que van creciendo bajo la tierra y el Una mañana de domingo,
tronco no se da cuenta de ello, cuando Canito se preparaba para ir
Canito se convirtió en un a ver a su madre a la cárcel, su tía
adolescente sin que la Negra recibió una llamada de la
reparase en el interés que su hijo penitenciaría. Trina había muerto.
provocaba en su amante. Tras la La habían apuñalado en una reyerta
primera violación vinieron otras y con otras presas. No se sabía muy
Canito fue encerrándose en un bien qué había motivado la
silencio que sólo rompía cada discusión, aunque algunas
mañana la voz de su madre. La tarde compañeras decían que a la Negra la
que Trina acabó con la vida del habían matado por defender a otra
Cherna, ésta comprendió la razón de reclusa.
la tristeza en los ojos de su hijo. Mientras su tía lloraba
Después que se llevaron presa sentada en el sofá que tanto odiaba
a la Negra, Canito quedó al cuidado Canito, él se encerró en el cuarto de
de una tía que se mudó con él al su madre. Con la vista nublada por
pequeño apartamento de la Perla. las lágrimas, caminó hasta el
Aunque ella trataba de hacerle armario y sacó el traje de colores
conversar, Canito apenas hablaba. con el que la Negra iba a vestirse la
Por las noches se encerraba en el tarde que le rebanó las tripas al
cuarto de su madre y se ponía los Cherna. Se desvistió y se lo puso,
trajes de baile de Trina. Canito, deja luego abrió la ventana para que
esas paterías le repetía su tía, pero soplase la brisa, cerró los ojos y
él nunca contestaba. Con la ropa de empezó a dar vueltas tratando de
la Negra puesta recuperaba su escuchar su voz. Trina, canta,
recuerdo y la oía cantar. Así canta… , suplicó en su mente, pero
sobrellevaba las horas que faltaban sólo le respondió el silencio.
para ir a verla cada domingo. Decidió salir a la calle para
Vestido con sus trajes de colores encontrar el lugar donde el viento
daba volteretas, mientras la brisa soplase con más fuerza. Caminó
que entraba por la ventana alzaba varios metros y dio una vuelta,
los volantes de la tela. Él cerraba los luego otra; se levantó la falda y la
ojos y se imaginaba que surcaba el movió buscando un hálito de aire,
cielo, enarbolado por el aire cálido pero la voz de su madre había
que le rozaba la cara y se le desparecido.
impregnaba salado en los labios. En Corrió por las calles,
ese soñar despierto, escuchaba la subiendo la cuesta de la Perla, hasta
voz melódica de su madre Canito, llegar a la acera de cemento.
Canito, mi niño bonito… Ataviado con el traje de colores
miró desde lo alto las casas del

53
barrio, los techos de cemento y las Inhaló con fuerza, llenando
olas que rompían con ímpetu en la sus pulmones con el viento que
orilla, convertidas en espuma. sabía a mar, que olía a ella, a sus
Ajeno a la mirada de los curiosos, manos negras de palmas blancas. Se
serpenteando y contoneando el impulsó y galopó por la llanura
vuelo de la falda, llegó en una verde, cuesta abajo, los volantes de
carrera hasta la explanada del colores meciéndose con la carrera de
Morro. Con el pecho apretado por el sus pies.
esfuerzo y la respiración agitada, se *
detuvo para ver las chiringas A lo lejos, confundido entre el
volando en el firmamento. Telas de vaivén multicolor de las chiringas,
color, pinceladas sobre el cielo, Canito despareció sin que nadie se
zigzagueando para romper con su diese cuenta, elevado por el aire,
vuelo el silencio del aire. Entonces como una cometa multicolor. Su
Canito comenzó a escuchar de cuerpo menudo pintando el cielo;
nuevo. Primero la música de las mecido por la canción de Trina la
chiringas, después la cadencia de su negra, que lo esperaba para
risa, la melosidad de su voz, hasta dormirlo en su regazo, bajo las
que regresó a sus oídos la canción profundidades del océano azul.
de su madre… Canito, Canito, mi
niño bonito.

Natalia Victoria Galindo nace en Bogotá, Colombia, en 1966 y pasa sus años de
infancia en Madrid, España, donde
aprende a amar la literatura. A los doce
años se muda a Puerto Rico donde estudia
y desarrolla una carrera profesional en el
campo de las finanzas. En el 2009
comienza a estudiar una Maestría en
Creación Literaria en la Universidad del
Sagrado Corazón en Santurce, Puerto
Rico. En septiembre del 2011, su cuento
“Pintar a ciegas” es premiado empate en
segundo lugar en el Certamen de Narrativa
Corta del 2011 de la Universidad de
Puerto Rico, Recinto de Mayagüez.
Actualmente está trabajando su primera
novela.

54
Leonora Carrington

El baño del pájaro (1978)

55
El templo de la palabra (1954)

56
Y entonces vimos a la hija del Minotauro (1953)

Les distractions de Dagobert (1945)

57
El laberinto (1991)

Nace en Inglaterra, en 1917. En 1936 ingresa en la academia de Amédée Ozenfant


donde estudia dibujo y pintura. Desde 1937 estuvo vinculada con el movimiento
surrealista. Estuvo vinculada a Max Ernst, tanto sentimental como artísitica-
mente. Al comienzo de la II Guerra Mundial, en 1939, decide irse a España y Por-
tugal. Allí conoce a Renato Leduc, amigo de Pablo Picasso, con quien se casa en
1941, y viaja a Nueva York. En 1942 llegan a México. Luego de su divorcio en
1943, conoce a Edward James,
mecenas de los surrealistas y má-
ximo coleccionista de su obra.
Durante los 43 años que permane-
ció en México formó parte del
movimiento surrealista. Huyendo
del terremoto que destruyó parte
de la ciudad, se estableció en
Nueva York en 1985, y, más tarde,
en Chicago. En 1991 regresa
finalmente a México. Allí muere
en 2011.

58
Federico Irizarry Natal

LA INVENCIÓN DEL SUJETO FEMENINO EN MURCIÉLAGOS DE VIDRIO


DE EMMA JEANNETTE RODRÍGUEZ

1 destaca, sin embargo, la resolución


de este último: inventarse. Esto con

D
e entre las múltiples el propósito de ganarse una pre-
lecturas que posibili- sencia; de granjearse una consisten-
ta el nuevo poemario cia lo suficientemente densa como
de Emma Jeannette Rodríguez, titu- para ocupar un espacio concreto
lado Murciélagos de vidrio, escojo dentro del campo óptico que lo des-
una cuya clave se halla en el duodé- califica. Que sea la invención la es-
cimo poema de la primera parte del trategia enunciada para legitimarse,
libro. Lo cito a continuación: y no la imposición (por ejemplo, en-
tre otros procederes coactivos), im-
ME INVENTARÉ plica aquí asumir una postura crea-
tiva en torno del tema de la sub-
en la intolerancia jetividad. Puede leerse, en el fondo,
de esa mirada como un intento de seducción cuyo
que aún no reconoce desafío constituye llamar la aten-
mi presencia ción de aquel que lo ningunea sin
tener que reducirse a ese juego per-
Este poema, en su cortedad, dido que es la lógica de lo mismo. A
textualiza una significativa tirantez la base del binarismo limitante del
que determina la asimétrica relación uno y lo otro, que es el origen fun-
entre dos sujetos: uno observador y damental de di-cha lógica, el sujeto
otro invisibilizado por la mirada de este texto opone la práctica alter-
irónicamente impasible del prime- nativa de la diferencia. Es de esa
ro, quien lo relega, en crudo, al es- manera que puede abrazarse con en-
pacio de una otredad marcada ne- tusiasmo a la otredad. Esta no es,
gativamente por lo imperceptible. entonces, entendida como el lugar
Intolerancia es el nombre que a di- de una restricción, sino como la ins-
cho malestar da el segundo sujeto, tancia liberadora que deriva hacia la
quien es el que toma, precisamente, constitución de una identidad rela-
la palabra. En tal contexto hostil cionada con la capacidad de

59
afirmarse en el procedimiento de
una mutablidad afirmativa. A la Este texto, ubicado relevantemente
fijeza de lo otro ne-gado (o al principio, nombra el problema
invisibilizado, que es una de sus que origina el discurso poético a lo
formas), la movibilidad de lo otro largo de casi todas las páginas del
confirmador, que autentifica y libro: el olvido del ser desde un po-
valida. La idea de invención devie- sicionamiento femenino. Marcada
ne, así, instancia puntual para em- reiteradamente por aspectos negati-
prender una comprensión no sólo vos, la mujer de este poema es una
del poema en cuestión, sino de este entidad malograda por un orden
poemario en general. Implica, por que, aunque igualmente nefasto, ha
ello, a mi entender, la matriz: el nú- terminado por interiorizar. “La tra-
cleo duro y estructurante del mismo. dición de piedra” y “La conciencia
maldita / del látigo desbocado /
sobre los siglos”, a las que alude,
2 son prueba de ello. Lo femenino, de
esa manera, puede ser leído aquí
¿Qué es lo que hace al sujeto de este como el lugar de un agudo debilita-
texto enunciar la invención con tanto miento que halla su manifestación
énfasis? Es, en consecuencia, la en la falta de memoria. Esta condi-
pregunta que acontece en el lector. ción amnésica opera, así, a manera
La contestación podría producirla el de la asunción de ese otro fallido en
primer poema del libro, titulado que ha sido históricamente situada
Mujer y alma. Lo cito íntegramente: por ese uno que la instrumentaliza,
la suprime o la desrrealiza. Lo im-
Mudas tiesas portante de ello, no obstante, es que
confinadas ese uno instrumentalizador no se
esperando la batalla halla sólo fuera, sino también den-
conciencias negras rotas tro de sí. De ahí la referencia a “las
se esconden conciencias negras” y “rotas”, ins-
con una tradición de piedra tancias que redundan en el re-sen-
con sus pies timiento y en la mala conciencia de
con la vida acuerdo con la acepción nihilista
con la conciencia maldita que ha dado ha estos términos De-
del látigo desbocado leuze en su ensayo sobre la filosofía
sobre los siglos de Nietzsche.
ellas Por la teoría crítica feminista
a veces olvidan sabemos que dicho uno supresor
ser mujer equivale a la institucionalización de
y ser alma una cultura organizada sobre la su-

60
premacía del falogocentrismo. So- tado articula el plan de acción del li-
bre esto, Elena Gajeri ha dicho que bro: apalabrar la mujer y apalabrar
“para la cultura masculina, la mujer el alma. En otras palabras, recordar-
no es un sujeto, papel que corres- los (es decir: traerlos de nuevo al
ponde sólo a individuos machos, si- corazón, si nos dejamos llevar por la
no que siempre ha sido el Otro”. Y etimología de ese verbo); o, inter-
añade que “sobre la base de estas pretado más concretamente, hacer-
relaciones jerárquicas, el hombre ha los finalmente presentes (en este ca-
construido una sociedad formada so mediante la escritura desplegada
por individuos machos y pensada a lo largo del poemario). Ello im-
para estos, en la que la mujer sufre plica lo que puede entenderse como
una condición subordinada, relega- un desocultamiento: el del sujeto fe-
da a la perenne alteridad respecto al menino, nombrado aquí como mu-
sujeto masculino, excluida en prin- jer y como alma, que, en el contexto
cipio y en los hechos”. Con ello no de una realidad amenazante, obra,
quiero sugerir que en el poemario como ya mencionamos, a partir de
de Rodríguez hallaremos convén- una estrategia de invención.
ciónalismos feministas caracteriza-
dos por la militancia y la castración,
tan trasnochados ya ante las últimas 3
posturas sobre este tema. Sólo lo
menciono en función de cercar el Dividido en dos, la primera
conflicto primario desde donde el parte del libro, titulada los dioses
sujeto de este poemario toma la pa- mudos, parece concentrarse predo-
labra. En todo caso, es con el llama- minantemente en el aspecto rela-
do feminismo de la diferencia que cionado con la mujer. Aclaro que al
el discurso de este texto se relacio- decir mujer refiero muy especial-
na. Esto porque entre ambos hay mente, en este caso particular, a la
una convergencia: la afirmación de noción de corporeidad; entendida
sí a partir de la noción de un sujeto esta no sólo como el aspecto mate-
en tránsito que asume alternas prác- rial, sino también como el lugar en
ticas creativas relacionadas con el que acontece el orden del deseo. Si
proceso de elaborar una identidad en la organización masculina de los
que, en la misma medida de su le- códigos culturales el cuerpo de la
gitimación, incluye contradicciones mujer puede ser leído como ins-
y diferencias por las que no necesa- tancia unitaria que está limitada por
riamente se invalida. la regulación y el control que sobre
A raíz de lo establecido hasta el mismo pesa, en Murciélagos de
el momento, podría decirse que este vidrio acontece, sin embargo, un
segundo poema que hemos comen- cuerpo de mayor fluidez y apertura

61
en que despunta la multiplicidad. torio. En el poema titulado Raudal,
Así puede constatarse en el poema por ejemplo, se manifiesta de la si-
titulado Quiero más. Dice lo guiente manera:
siguiente:
Eres agua precipitada
Me mojé corriendo
y suspendida encontré entre los versos de mis
mis otros dedos. /piernas
y las palabras.
Este texto, de connotación
erótica, finaliza con un significativo En otros, sin embargo es un
señalamiento de profusión, el cual erotismo nocturno, a veces agónico
ya viene sugerido en el título del e, incluso, truculento. Véase, al res-
mismo. Tal proliferación, al parecer pecto, éste sin título:
inesperada, de dedos que emergen
del cuerpo extasiado y humedecido Manchada por el rojo
posibilita ser entendida como una de un secreto ignorado
manera de dislocar el sentido de quiero lenta ser la sangre
castidad y de unidad con el que tra- que corre por tu boca.
dicionalmente se ha representado la
corporeidad femenina, sobre todo Resulta interesante en esta
cuando esta remite a la clásica figu- primera parte del libro el hecho de
ra de la mujer ideal. Desde el conte- que la corporeidad erotizada suele
nido de este poema, inventarse re- estar configurada como un organis-
dunda en la idea de quebrar el or- mo apalabrado; o, expresado en
den simbólico que ha sido inscrito otros términos, un cuerpo indisolu-
sobre el cuerpo de la mujer; y, de blemente unido al material lingüís-
esa manera, abrirlo al flujo del de- tico, tal como si el adhesivo simbó-
seo. Así, la expresión de lo multiple lico que mantiene ligados a estos
y lo erótico en este poema dimen- cuerpos estuviese constituido por el
siona la imagen del sujeto femenino lenguaje (oral o escrito). De ahí la
a la manera de una entidad volitiva pertinencia de algunas imágenes co-
que no riñe con el ingreso del goce y mo éstas: “te beso en un largo sueño
lo inconsciente. / dejando tintas rojas / en el paño de
El erotismo, de hecho, es uno tus sílabas”, según se expresa en el
de los aspectos cardinales en esta poema titulado Mi boca roja; y “Me
primera parte. En ocasiones es un levantaste a la desnudez / de mis
erotismo solar, impetuoso y prolífi- letras gruesas / mezcladas al latido /
co, caracterizado por el desborde de de los versos profanos”, de acuerdo
una entrega de fuerte sentido ama- con lo enunciado en otro de los

62
textos sin título. A raíz de lo an- /lluvia
tedicho, podría decirse, entonces, golpea la imagen
que en muchos de los textos de este de donde vengo
poemario la sustancia verbal equi- donde las aguas ya no corren
vale literalmente a incorporación; es regresan
decir, a intersección, ese espacio físi- al largo presente del infinito
co e imaginario que posibilita, sin y del no existo
ambages, la intersubjetividad, lo
que implica, a su vez, otra fractura La voz lírica de este texto
en el interior de ese cuerpo her- enuncia un cuadro existencial mar-
mético e indivisible consagrado por cado por lo cíclico y, con ello, por el
la tradición. Rosi Braidotti, de he- estancamiento. El sujeto en tránsito
cho, ha afirmado en relación con es- del erotismo, la multiplicidad y la
te tema que el cuerpo es encuentro. intersubjetividad de la primera par-
Así que, junto con la corporeidad te se halla aquí ante un panorama
erotizada y la estrategia de lo múlti- interno que, laberítico y oscuro,
ple antes mencionadas, este nuevo atenta contra sí. Quizás se deba esto
sentido de intersubjetividad es otra a la nostalgia de aquella comodiad
de las formas con que se (re)confi- que implica la costumbre de ser una
gura, en esta primera parte, el sujeto unidad sedentaria ante la mirada
de Murciélagos de vidrio. del que irónicamente la relega a la
pasividad. Quizás no. La cercanía de
este sujeto con la inexistencia, en es-
4 ta segunda parte, en verdad no tiene
que ver con el padecimiento del
La segunda parte del poe- hastío ante el absurdo o el sinsen-
mario, titulada Sólo recuerdo la luz, tido. El “no existo” del poema cita-
se concentra, en cambio, en el as- do se debe más a un voluntario de-
pecto del alma. De un tono más me- seo de disolución. Véase al respecto
lancólico, aborda ciertos aspectos de el título del primer poema: Disol-
espesor ontológico. Tiene razón Al- viéndome en lo invisible; o, mejor
berto Martínez Márquez cuando aún, este pequeño poema en que la
destaca en la contratapa del libro aniquilación acontece a base de un
que “se trata de una otredad discon- gesto de ferocidad caníbal infligido
forme que se precipita alevosa hacia contra sí:
el ser”. El séptimo poema de esta se-
gunda parte da, a mi entender, con Estoy de pie
el problema en cuestión: comiendo mi piel
nadie responde
Húmeda comienzo a oler la al hambre de mis imposibles

63
-¿Quieres crear una especie de
Creo que, a pesar de lo trágico leyenda?
y escabroso que puede aparentar es- -Sí, quiero.
te anhelo de exterminio, el mismo
está conectado con la estrategia de
inventarse que este sujeto em- 5
prendió desde el principio del poe-
mario. Esto, porque la disolución no Por último, no quiero termi-
implica en los textos de Murciélagos nar sin antes aludir brevemente al
de vidrio mera desaparición o emblemático título del poemario. El
inexistencia. Más bien implica un sentido del mismo se bifurca hacia
paso necesario dentro de un plan inmediatas referencias relacionadas
mucho más amplio que artificia una con la nocturnidad, con lo siniestro,
regeneración mayor y total. Ello con la agilidad y con la fragilidad,
queda puntualmente evidenciado entre otras instancias posibles. No
en el poema sin título de la página obstante, deseo destacar, de acuerdo
74, que dice: con la lectura aquí desarrollada, otro
aspecto: el que corresponde al
Hay veces que siento ganas espacio dinámico en que acontece la
de morir unión de los contrarios o, por lo
para vivir menos, de lo diverso. El murciélago,
en otra realidad en tiempos antiguos, ha sido visto
que no se ve como un cruce entre roedor y ave; e,
pero se siente incluso, ha sido asociado con la
hibridez draconiana. El estado
Con ello estamos ante el pun- vítreo, por otra parte, es el resultado
to culminante del propósito de este de un líquido viscoso sobreenfriado
sujeto que aseguró inventarse ante cuya estructura cristalina, al perma-
la mirada del intolerante; es decir, necer desorganizada, posibilita una
ante la inscripción de los códigos consistencia inestable entre lo duro
culturales que lo invisibilzan en y lo frágil hasta el punto de adquirir
una otredad impuesta y fallida. ¿Lo la cualidad de transparente. Este
logra? se preguntará el lector. El tex- contexto de confluencia en que se
to con que finaliza el poemario así amalgama lo dispar y genera, con
lo augura; tomando, en consecuen- ello, el lugar de lo diferente es lo
cia, una dimensión legendaria, míti- que, a mi entender, nombra el título
ca y heroica. Dicho texto expresa lo del libro. La localización y el posi-
siguiente: cionamiento perfecto para un sujeto
que, al tomar la palabra, promete in-
ventarse.

64
Federico Irizarry nace en 1972 en Ponce, Puerto Rico. Estudió su maestría en la
Pontificia Universidad Católica de Ponce. Actualmente realiza su doctorado en
literatura en la Universidad de Chile. Ha
publicado sus escritos en el periódico
Noti-Sur, Antología del círculo literario
Rene Marqués y El sótano 00931. Ha
ganado el primer premio de poesía novel
del Ateneo de Ponce y el primer premio de
poesía del periódico La nao. Es uno de los
organizadores de los encuentros de
(De)Generaciones y parte de la Junta
Editora de la revista El sótano 00931. Su
primer libro Kítsch fue publicado por Isla
Negra Editores. En 2012 publica su libro
de aforismos Minoría Absoluta bajo el
sello editorial Aventis.

Conoce el impresionante mundo del panorama literario uruguayo a


través del portal Letras de Uruguay en http://letras-
uruguay.espaciolatino.com. Allí encontrarás a los exponentes más
importantes de la cultura escrita de este país sudamericano.

65
Ileana Garma

CUADROS FUGACES

PARAÍSO

En todas las ciudades habré de ver, hombres solitarios, niños enfermos de este
sol que desciende todos los días. En todas las ciudades. Bicicletas oxidadas
sobre bardas antiguas. Yo he salido a caminar a la orilla de tu rostro. Yo he
visto esas piedras, unas tras otra en la laguna, una tras otras mientras llueve la
noche. Y de regreso una hilera de casas nos enreda el miedo. La música de
fondo es un árbol que deja caer almendras que nunca probaremos. A donde
vaya siempre pliegues oscuros. Caminos confusos que nos llevan donde no
estoy. En todas las ciudades habré de no encontrarme. A menos que sea de
negro, mirándote con el rabillo del ojo. Cuando era niña me contaron una
historia de amor en donde un hombre se convertía en ave. Yo tuve miedo de
creer en esa historia con la que me dormían noche tras noche. Y he andado con
la cabeza suavemente en los días. Es tan dócil lo que quiero decirte, porque
sólo conozco el paraíso polvoriento, donde bicicletas se oxidan por el odio del
sol, arrastrando el huesillo de los niños que un día serán hombres solitarios.
Yo he visto esas dudas. Aquí estoy. Es tan dócil lo que quiero darte. Aquí
estoy.

ENCAJE

Incluso. Aquella que ha decidido dormir a tiempo con la camisola de mangas,


con el bordado suave del aire nocturno, tendrá su pesadilla. Pura. Envuelta
como un dulce en un papelillo brillante y rojo. Son puras. Esas mujeres que no
pueden ver a un hombre amando a su manera, con las ventanas abiertas a
pesar de la llovizna. Él ve bicicletas nocturnas. El amor no se detiene porque la
luna salga. Y. El hombre tendrá su pesadilla. Estará. Estará sentado en una
silla de jardín blanca, manchada con el óxido del tedio y alrededor las abejas
pensarán. El hombre sabe que las abejas piensan en el néctar de las flores, en
el néctar de las muchachas rojas y blancas al final del jardín. El hombre no

66
podrá levantarse de la silla y la tarde se humedecerá. Tibiamente. Que no. Que
no pregonen esas mujeres su delantal tan bien. Tan bien amaestrado. Donde
los perros no ladran, donde los perros dan vueltas alrededor de la mesa
esperando una mano, una caricia, eso desean las mujeres. Mientras un hombre
no puede levantarse. La pileta de agua fresca rebosa y ahogará las flores. El
hombre abre las ventanas en la noche aunque llueva y las mujeres corren a
esconderse en el encaje. En la pureza. Para dormir la pesadilla a tiempo.
Tempranito. Bien cenadas.

SOL

Nos sentaremos sobre las maletas, sobre los ladrillos, sobre la baja
temperatura, mientras en la casa de enfrente un policía toca la puerta. Así, y
hay mujeres que han esperado todo el sol. Nos llevaremos los sobrecitos de
comida instantánea mientras hombres uniformados entran por todas las
puertas. Así. Llenaremos de nuevo esa migraña. Puedo. Puedo verme buscando
el carro de mudanza a deshoras mientras en los departamentos de arriba el aire
es débil. Te nombro acertijos para que duermas tibiamente. Y lo volveré a
hacer todas las noches mientras lo pidas. Te escucho. Mi piel repite tus
sonidos. Y los volverá a repetir. Todos los gritos todos los callados gritos. Nos
sentaremos sobre las maletas. Así. Y hay hombres que han esperado todo el
silencio.

DUNAS

Tenías razón. Yo no me enamoro de los cuerpos sino de las mentes. Cuerpos


amigo mío. Frente al mar brillan como gotas como diamantes. Diamantes
líquidos sobre la arena. Es de noche. Las dunas de Marte comienzan a moverse.
Tu mano ya no estará más sobre este sol de agua, este cuerpo mío. Tenías
razón, las mentes no pueden tocarse. No pueden. Los científicos acaban de
descubrir que hay viento ahí afuera, en la oscuridad estelar. Y las dunas
cambian todo el tiempo. Vamos amigo tú sabes de las dunas. Vamos amigo tu
sabes de las sábanas de los cuerpos líquidos que no. De las estrellas que no.
De la mano que has perdido para siempre por intentar poseerla. Cuerpos.
Tibios. Como ayer como las nubes de este verano eterno donde cambian los
rostros. Donde siempre estamos rompiendo inútiles fotografías tomadas

67
mientras las dunas en Marte se mueven y. Quién sabe. Quizá la vida ahí sea
más roja. Vamos amigo, tú sabes del viento.

ABISMO

Hablar, digo. Hablar despacio. Con un cigarrillo y las uñas bien pintadas de
rojo. El humo. El humo bien alto. El humo entre nosotros. Hablar con el dedo
Índice levantado. Yo me inclinaré un poco. Esperando. El susurro el aullido de
los automóviles que cantarán un segundo sobre nuestra respiración.
Entrecortada. Hablar, hablar en los sillones rojos. Sobre la telaraña que cada
día baja un poco más. Es larga. Y el cigarrillo muy corto. Yo con el cabello
negro anudado a lo Anaís Nin. Cosa que te molesta mucho. Hablar, esperando
la nada, el gusanillo luminoso de la nada donde suelen estallar esas preguntas,
yo. He estado muchas veces ahí. Hablar, porque pesa porque se requiere un
gran esfuerzo, un sillón profundo, un sillón de abismo donde no se arrastren
los pies ni la dulce evasión al amor. A esa sonrisa blanca parecida al amor. Y
así. Despacio. Hablar.

BOSQUE

La voluntad de una mujer camina a solas, se mece bajo los árboles, los
insectos. Ese llanto. Tarde ya cuando las luces pierden fuerza y los taxistas
comienzan a ganar más dinero. La voluntad de una mujer tarde ya, como en
elevados puentes que se derrumban, se acercará al borde de la cuna, justo
donde el bosque comienza a florecer. Vamos, mírala, parece tan absorta. Tú y
yo estamos detrás. Tú y yo quizá en las columnas, pagándole a un taxista
tramposo para regresar de la noche muy de prisa. La voluntad de esta mujer es
estar despierta. Acariciará tu cabello, se desvestirá de a poco. Veintiséis años y
los pezones oscuros. Me gusta ver cómo cierra los ojos cómo se mutila y se
llena de azúcar los labios. Y. Los días oscuros para ti. Veintiséis veces para ti.

CASA

El cine y la literatura me han hecho mucho daño. El océano, el viento, el beso


de un amante, están siempre encuadrados por una cámara. Para construir el

68
silencio necesité de un negro trompetista que fuera conmigo a todas partes.
Partes, esquinas. Para construir el amor necesité una capa de gaviotas negras y
un puente que atravesará los océanos. Fue desde hace tiempo en casa. Un día
me di cuenta comiéndome las uñas. Para encontrar una idea insignificante yo
quería saber qué opinaban ellos. Los muertos, los hombres que fui en otras
vidas. Bajaba un par de escaleras y la terraza estaba inundada de otras terrazas.
Desde hace tiempo comenzó a seguirme un camarógrafo, un director de cine.
Debo maquillarme para la siguiente escena. Cuando discutíamos porque yo
había tirado la toalla sobre el piso húmedo del baño y ya no había toallas, el
director estaba ahí para indicarme el gesto. Si debía responderte tranquila o
apasionada. Pero siempre prefirió el drama. Ana Karenina y Madame Bovary.
Y si lloraba y levantaba la mano y agitaba la cabeza y. El susurro de un
acordeón acompañaba mis movimientos. Y si tomaba el autobús para construir
la reconciliación, la gente gorda y mal vestida se elevaba verde convertida en
Palmeritas. Yo llevaba el cabello más largo y rojo ¿Lo ves? Cada palabra suave
que dibujaron mis labios y esas lágrimas en el desayuno y mi mano
removiendo una y otra vez el café; son todo el daño que pueden causar las
letras. Ya está hecho. Detrás de mí hay una cámara que graba el momento en el
que escribo estas palabras y por la tarde cuando vayas a verme y te acuestes en
la cama yo, me sentaré a tu lado, miraré a la ventana, suspiraré. Todo esto
lentamente. Como tienen que ser las cosas. Y el negro trompetista iniciará un
blues para que queden impresos los latidos de esta historia con la que quise
construir una casa, un hogarcito, para ti.

Ileana Garma Estrella nace en México en 1985. Premio Estatal de Poesía Jorge
Lara 2005. Premio Estatal de Poesía
José Díaz Bolio 2005 del Patronato
Pro Historia Peninsular (PROHIS-
PEN). Premio Nacional de Poesía
Charles Bukowski 2008. Premio Na-
cional de Poesía Francisco Javier
Estrada 2008. En 2006 publica el poe-
mario Itinerario del agonizante y la
plaquette de poesía Y el estado de
sitio.

69
El libro Cosmos Burlesco {Sobre el Apocalipsis & los Protocolos del Caos} es
una suma de cuentos cuyas narrativas investigan diferentes parajes y
percepciones de un cosmos en común. Estos 24 cuentos gravitan entre
elementos de diversos estilos/formas de narrar, como el relato fantástico, noir
detectivesco, realismo mágico, steam punk, cyber punk, ficción rara, fantasía,
(con)ciencia ficción(al) y lo que se podría designar como rum politiks.

En estos relatos encontrarás un universo poblado por especies sapientes bio-


espaciales que emergen del funcionamiento de los mundos y sus ciudades
repletas de conflictos (in)visibles que entrelazan a la población como
enjambres colmados de antagonismos. Los relatos calcan ciertos mecanismos
de la cognición sapiente a través de un surtido de bio-esferas y ciudadelas
orbitales: el tecnocrático e higiénico territorio de B.O.R.U City, la cotidiana y
tradicional polis de Amapolas, la pragmática y pomposa metrópoli de Le
Papillon así como la culeca y sofisticada región de Llorqchaiyer; cada una con
sus propios contextos geo-políticos, socio-económicos y psico-espirituales.
Cosmos Burlesco ilustra un mundo caótico, infinito cuando no borroso para la
mente sapiente: un orden ideológico enigmático.

Para información escribir a generació[email protected]

70
Sergio inestrosa

POEMA I

Atraviesas radiante
el verano como ave
de maduro plumaje
con un grano de

luz en tus labios rojos.

POEMA II

Todo fluye constante


nada nunca se detiene
ni por un mínimo instante;
ni la fascinante geometría
del universo creciente
ni el paso rumoroso del tiempo
ni la terca vitalidad
de algo tan frágil como la vida.

POEMA III

Tus manos revolotean felices


por todas partes,
libres como alas de una mariposa
y llenas de energía.
Tus manos ágiles, expresivas,
versátiles, mágicas
son alegremente femeninas.

71
POEMA IV

En la íntima oscuridad
de la noche voluptuosa
se mezclan la alegría
y el desnudo olvido.
Nuestros cuerpos brindan,
entre velos blancos,
por la frágil salud del universo.

SIN TÍTULO

La música de tu cuerpo
cuando caminas
tu profunda y vocal ternura
cuando amas
el silencio oscuro,
impenetrable en que te aislas
cuando quieres estar sola.

SOLO TE PIDO...

Te ofrezco la oscuridad
feliz de mi piel nocturna,
de las palabras
que nacen de mis sueños.
Es tuya, toma posesión de ella
te regalo mi oscuridad azul
como la noche callada
como el color tormenta de tus ojos.
A cambio te pido solo
que pronuncies mi nombre.

MIGRANTE

Tengo un par de alas


del color de la sangre,

72
velas para zarpar al sur
muy lejos de aquí,
atraído por el recuerdo
del mar y por el olor
salvaje de tu cuerpo.

LA GARÚA

A Mario Vargas Llosa

Blanco el cielo de Lima,


fina lluvia, casi rocío;
blancos tus cabellos por
el peso del tiempo, mas
tu corazón alegre.
Más allá la melancolía.

POEMA V

El agua se me escapa del cuenco


torpe de mi mano
apaga las estrellas, me dices
y las voy apagando, una a una,
y vuelvo a beber
bajo el peso de la noche oscura
hecha de sueños.
En silencio, mis ojos vacíos de ti
buscan el filo tibio del amanecer.

POEMA VI

Mis palabras nacidas


de las profundidades oscuras del caos
se recuperan en silencio de las heridas
sufridas al trepar el muro nocturno
de tu desnudez
y ahora descansan en la orilla

73
de las atormentadas horas
que no me dejan
olvidar el sabor luminoso de tu nombre.

Sergio Inestrosa es un escritor mexicano, profesor de español y asuntos latinoa-


mericanos en Endicott College, Bever-
ly, Massachusetts, Estados Unidos.
Entre sus publicaciones están el lbro
de poesía Voces, trazos y silencios
con el artista gráfico salvadoreño
Romeo Galdámez. También publicó
en México el libro Vivir la fiesta, so-
bre las prácticas culturales en torno a
las fiestas religiosas.

Revista Sinalefa
Suscripción anual $20, fuera de USA $25, y para instituciones $30. Haga su
cheque o giro postal a nombre de: Sinalefa / R. Bordao. Dirección Postal:
Revista Sinalefa, P. O. Box 26751, Brooklyn, NY, 11202 – USA.
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74
Jorge david capiello

MINIATUR(EM)AS

CORPUS

I. Manos

Así, así, la linda manita.


Como cuadro del Greco:
así, así, palomas por manos.
Así, así, adiós te digo:
manita al cielo
y siento volando.

II. Nariz

Nada más que recombinar,


mezclar y reordenar po(r)ciones…

qué entiende Grenouille


sobre la húmeda tinta
cuando puede oler poesía.

III. Boca

Epítome de la sed,
convergen unos labios
cual cúmulo de carencias.

IV. Oídos

Sorprendida en este cautiverio,

75
ruiseñor, tu lengua es
bandada de aves.

V. Ojos

Razonar sobre tu desnudes


es quedarse a ciegas:
querer conciliar la escasez de luz
con una de tus más crudas verdades.

VI. Genitales

Cóncavo y convexo,
acción y reacción
atracción y (re) pulsión:
ciencia
performance del conocimiento

donde sobrepasa el arte


su propia condición.

VII. Piel

En ella, todas las razones.


Todas las posibles explicaciones,
todas las posibles justificaciones;
en pocas palabras,
todas las posibles.

VIII. Humedades

Devoción de poros,
con temor…
con temblor.
Ofrenda de humores.
Sudor que descansa
en la promesa del regreso:

76
- Éste, es mi cuerpo...
Haced esto... en memoria de mí.

FRITSCHIELLA

I.

Me has tenido siempre


en tus manos.
Una gitana hubiera bastado
para que te dieras cuenta.

II.

Mantenme siempre cerca;


tan cerca que escuches
tus latidos en mi pecho.

III.

Medir distancias en años luz


deja menos que una finísima oscuridad
entre tu cuerpo y el mío.

IV.

En el más oscuro
encierro de tu cuerpo
alcanzo la libertad
de una entrega.

V.

De nuestra infancia sobreviven

77
tu nocturnal proclividad
por las escondidillas
y mi olfato de gallinita ciega.

VI.

Pudiera imaginar un mundo sin mí


pero tu imagen me lo impide.

VII.

Pensarte es siempre
un ejercicio por desmentir
cualquier presunción de inocencia.

VIII.

Tu nombre es el eufemismo
con el que nombras
lo mejor de mi.

EFECTO MARIPOESÍA

I. Ser

No es inmenso lago
pero es mar y posa...

II. Escapar a te

El escaparate es capa
y dis-parate
Mary, posa entomologada
el entomólogo,
posee las alas.

78
III. La calma

Mar y posa;
Psique en calma.

IV. Psique

Cupido la desea Mariposa,


pero ella no está en las alas;
Psique, está en el vuelo.

V. Trabalenguas

La mariposa no pisa, ni pasa del piso el sapo;


al paso no pesa la pose, ni posada de a peso;
mira el sapo la sopa y, pese al pasado, le parece poza.

VI. "Ok" (Ontological Kasualties)

Cupido,
un amor al vuelo.
Une âme de papillon,
Psique.

VII. Taxi-dermia

En la piel de Psique
Mary
posa.

VIII. Cupido

Ícaro hogareño cegado por la luz


en la himnosis de la palabra apalabró su hipnotismo
humo de alas al ras de una bombilla.

79
Jorge David Capiello nace en Ponce, Puerto Rico, en 1970. Poeta, cuentista, en-
sayista y editor. Fue miembro fundador del colectivo-revista El Sótano 00931.
Recibió una Mención Honorífica del
Certamen de Cuentos de El Nuevo Día
en el 2004 por su cuento “La nota al
calce.” Ha publicado en las revistas
naciónales e internacionales. Figura
en las siguientes antologías: Open
Mic /Micrófono abierto: Nuevas Lite-
raturas Puerto /Neorriqueñas (2005),
Los rostros de la hidra (2009), Edición
Mínima (2005) y Poesía de Puerto Ri-
co: Cinco décadas, 1950-2000 (2009).
Tiene a su haber los poemarios Comu-
nión Antopoética (2006), Casquillos
(2008) y Mi sal (2011). Es fundador y
director de Ediciones Aventis.

Revue Ral,M: http://www.lechasseurabstrait.com/revue/


Directeur: Patrick CINTAS
Éditeur: Le chasseur abstrait
12 rue du docteur Jean Sérié
09270 Mazères

80
Alberto martínez-márquez

TIEMPO DE JANGUEO

El bartender

81
Pensamientos furtivos

82
El shot

La barra

83
Kareokero

Alberto Martínez-Márquez nace en Bayamón, Puerto Rico, en 1966. Editor de


esta revista, ha sido considerado una
amenaza universal. Escribe, es todo lo que
puede decirse de él en este espacio.

84
Heinrich böll

LA UNIÓN DE LOS SOLITARIOS


(Discurso con motivo del Congreso de Escritores, en Stutrgart, el 21 de
noviembre de 1970).

E
stas malditas ellos, pero que no son capaces de ex-
manzanas, cuyo presar sus sensibilidad por escrito.
olor a podrido, se- Sobre que los autores estén acos-
gún se presume, estimulaban a tumbrados—expresado en el len-
Schiller, han causado muchas des- guaje de los púgiles—a recibir
gracias; han contribuido a formar un fuerte en sus intentos de divulga-
clisé compuesto para un culto estú- ción y publicidad. Después de todo,
pido. El olor a corrompido del cú- están “entregados” en el sentido téc-
mulo de manzanas del Mercado Co- nico del comercio de libros y tam-
mún no nos proporciona una sola lí- bién en otro sentido, y es lo que
nea de Schiller, no al menos de Frie- ellos quieran. A nadie se le obliga a
drich. Con un excesivo consumo de publicar. Pero debería ser fácilmen-
whisky y no se llega a ser un Wi- te comprensible que el que está
lliam Faulkner, sino probablemen- obligado a recibir fuerte también
te, un enfermos del hígado. Se con- puede dar fuerte.
vierte uno en autor a través de lo es- Bien. Nosotros somos pues,
crito, no a través del trueque de cali- solitarios, más o menos sensibles.
dades, tan corriente entre banqueros Uno tiene a su alcance una taza de
y obreros como entre los autores. café frío, otro fuma cigarrillos, otro
Las calidades pueden adquirir un tiene una botella de vino tinto pre-
sentido, un valor de interpretación parada y se agarra a la pipa; otro tra-
dentro de un amplio sistema de co- baja por la noche, otro por la maña-
ordinación, si tal sistema existiera; na; uno escribe a máquina cosas
los lados de la abscisa y la ordenada bastante buenas, otro, con el bolí-
son aún demasiado cortos; y si se lo- grafo o con la pluma, cosas menos
grara un sistema para valorar la sen- buenas, o viceversa. Como guste. La
sibilidad medianamente adecuada, ansiada visita al taller, que debería
probablemente resultaría que los parecer si no exótica, por lo menos
autores son más resistentes que extravagante… ¡Ah y oh! Uno es he-
otras personas tan sensibles como tero, el otro homo. Sí. Siempre bus-

85
camos el olor extraviado de manza- este otoño veremos claro que, tanto
nas podridas, de incienso rancio. si somos de los tranquilos como de
Esta sería una forma: la de los ruidosos, estamos industrializa-
expresar lo superficial de lo solita- dos, o sin duda somos industrializa-
rio, que también sería apropiada pa- bles. Las máquinas a las que nos
ra el catálogo de una casa de mue- hemos entregado mediante contrato
bles, Hay otra forma seria; la que con loso editores, ya están dispues-
adoptamos por escrito. No puedo re- tas. En el contrato normal con los
ferirme aquí al parloteo centenario editores, cada uno de ustedes puede
entre los comprometidos y los no leer lo que muy probablemente ha
comprometidos, ni al reflejo de es- suscrito: que cede su obra al editor,
tos dos conceptos dentro de un sis- hasta que venza el plazo de pro-
tema de valoración de las diferentes tección legal. Esto significa, que si
ideologías. Tampoco me interesa alguien, a los treinta años, firma su
lanzar el grito: “¡Autores, poneos de primer contrato y tiene la posibili-
acuerdo!” Las tensiones, enemista- dad de llegar a los sesenta, firma un
des o querellas entre las diferentes contrato válido por cien años. Esto
actitudes de expresión forman parte haría reír a un jurisconsulto. O sea,
de lo escrito y de lo publicado. No que el que no quiere ser tratado de
se trata de convertir un fondo plane- cualquier manera, necesariamente
tario extendido con frecuencia al es- tendrá que estudiar este contrato y
tilo alejandrino en un sencillo cielo sus cláusulas.
azul, en el cual brillan algunas es- Unión de solitarios—esto sue-
trellas solitarias. Todavía no se ha na a algo así como intentar la cua-
explicado lo que había de ser expli- dratura del círculo—, o una trivial
cable; ele primer plano, la platafor- acomodación. No buscamos ni lo
ma sociopolítica que es la meta de uno ni lo otro. Esta unión, en un
esa unión. Todavía hay una niebla año, no sólo ha logrado algo, sino
que oculta el fondo en todo su im- mucho de primera intención. No se
posible esplendor. También la más ha decidido clarificar el fondo. La
complicada obra esotérica pasará al- unión únicamente puede estar en la
gún día no solamente por las pan- vanguardia sociopolítica y con ello
tallas de televisión, sino mediante el puede lograr mucho tiempo y liber-
sonido o la imagen, se repartirá en tad para el fondo. Un concepto ab-
casetes, de casa en casa, según la surdamente burgués-idealista po-
forma de organización de los círcu- dría denunciar nuestros propósitos
los de lectores. Nosotros escribi- como si se tratara de dinero. Esta
mos, hablamos, pensamos, discu- denuncia no sería ya adecuada, por
timos y reflexionamos mucho sobre cuanto el dinero nunca es sólo dine-
la era industrial, pero, a más tardar, ro. En las discusiones sobre las tari-

86
fas y salarios de otro tipo, tampoco histórico. Entonces los últimos de-
se debería tratar nunca solamente de ben ser los primeros para que re-
dinero. Tan sólo los banqueros pue- flexionen nuevamente sobre sus de-
den ser tan ingenuos como para cre- rechos y su propiedad, y se sitúen
er o hacer ver que creen que el di- ante una nueva política sobre la pro-
nero no es político. Los autores no piedad. Renunciar o apocarse vo-
se pueden permitir esto. Los seño- luntariamente aquí desde ahora, se-
res Castro y Allende sabrían contes- ría censurable: lo digo precisamente
tar a esa increíble ingenuidad, que para aquellos que conocen la ley de
niega o no aprecia su propio as- la contradicción, pero que la aplican
cendiente. Hace poco oí que Theo- a gusto o sin tener en cuenta la jus-
dor Storm era uno de los autores ticia y utilidad del tema. Esta pre-
preferídos de Mao Tse-tung. Esto misa debería valer para todas las so-
debería hacer pensar, no solamente ciedades de autores y también para
a los maoístas, sino también a los todas las academias, etc.
tranquilos del país que no buscan la Un autor no puede abogar por
eficacia política. A ellos no se les la expropiación de otros y sentarse
pregunta. Se les pide banqueros, él mismo sobre su propiedad. Esto
créditos y paciencia; continentes en- lo doy por supuesto, sobre todo, pa-
teros se echan a temblar, mueren los ra aquellos que se ocupan del fondo
pueblos, porque en el fondo, o se re- político de la publicación en su
serva o se arrebata el dinero, podría esencia. Esta investigación del fon-
triplicarse. En primer término, suele do ya está en marca. Existe la “Co-
alguien gritar, a veces “Libertad y operativa de Autores Científicos,”
Democracia.” Otra vez tengo que con la cual la Unión está en relación
negarme a intentar una poesía sobre constante, por la que se debería in-
una moneda de cinco marcos. Ha de formar sobre el momento histórico,
parecer sospechoso que los autores y también en el fondo, cuando en
luchen aquí por sus derechos dentro primer plano suena la caja, debería
de una sociedad de propietarios, colaborar en la financiación de este
que, en opinión de muchos de ellos, trabajo.
necesita una reforma. En este mo- Una palabra todavía a los es-
mento histórico—subrayo momen- cultores y pintores, entre los cuales,
to—no pueden ellos hacer otra cosa; la niebla de la prominencia encubre
ellos, que normalmente se encuen- aún más su situación que entre los
tran entre los de vanguardia, mues- autores. ¿Puede el sentido de una
tran ser los rezagados, que marchan obra reducirse a un mero título? ¿El
detrás con dolor en los pies. Esto no arte es una caja fuerte? Esto me pa-
sólo puede, sino que debe cambiar, rece mucho más humillante que to-
cuando haya pasado este momento das las demás formas de liberalidad

87
y del arte por encargo. ¿Qué ocurre Nota: Este ensayo se publicó por vez
en las subastas de las galerías de ar- primera en Endes der Bes cheidheit.
te? ¿No sería la hora de reflexionar Textos del acto con motico de la
sobre ello? ¿No sería posible una fundación de la Unión de Escritores
alianza con los autores? No se per- Alemanes, Munich, 1969.
Posteriormente fue recogido en Neue
dería un centímetro cuadrado de ar-
Politische und Literarische Schriften,
te, ni valdría la pena preocuparse
1973. La versión española de este
por los que se perdieran. ensayo aparece en Nuevos escritos
Traducido del alemán por Hellen políticos y literarios, publicados por
Editorial Noguer en 1976.
M. Kattendahl

Heinrich Böll nace en Colonia, Alemania, en 1917 y muere en Langenbroich, Ale-


mania, en 1985. Narrador y ensayista. Recibió el premio Nobel de Literatura en
1972. En el verano de 1939 entró en el ejército hasta el final de la guerra y estuvo
prisionero en un campo estadou-
nidense en el este de Francia. En
1945 retorna a su país y estudia
lengua y literatura alemanas.
Comienza a publicar en los dia-
rios hacia 1947 y a escribir dra-
mas radiofónicos. Desde 1951 se
dedicó a escribir y traducir. Al-
gunas de las novelas que deben
destacarse son: Y no dijo una
sola palabra (1953), Billar a las
nueve y media (1959), Opinio-
nes de un payaso (1963), Retra-
to de grupo con señora (1971),
El honor perdido de Katharina
Blum (1974), El legado (1982), La herida (1983) y, póstumamente, Mujeres ante
un paisaje fluvial (1985). Entre sus libros de relatos se encuentra Los silencios
del Dr. Murke y otras sátiras (1958). Algunos de sus recopilaciones ensayísticas
son: Artículos, críticas y otros escritos (1967), Ulrike Meinhof. Un artículo y sus
consecuencias (1975) y Más allá de la literatura, ensayos políticos y literarios
(1979).

88
Dirma pardo

LA ANCIANA DEL CUARTO DE ATRÁS

...Quizá ni siquiera sea un ratero, A veces me pregunto si no es-


soy yo que me vacío sin sentirlo como taré equivocada. ¡Ojalá lo estuviera!.
el cántaro rajado Pero ya he consumido todas
Josefina Plá las hipótesis posibles y siempre lle-
go al mismo resultado: son ellos, sus

-A
padres, los artífices de la conjura y
hí está, otra vez. él – pobre infeliz – es sólo el merce-
Lo oigo bien, a nario del miedo.
pesar de que se Oigo sus pisadas, escucho
cuida de hacer ruido el muy astuto. atenta y hasta puedo percibir esa
Le he puesto trampas, unas latas va- respiración asmática que delata su
cías encimadas, para que tropezase presencia. Es ese pobre diablo, en-
y los botes cayesen al suelo con es- viado por su madre, claro está. Co-
truendo. Pero él esquiva las vallas mo si yo no supiera que esa bruja
hábilmente; sabe perfectamente por ha conseguido que él me odiara, así
dónde anda; además, me conoce de como me apartó de mi hijo, desde el
sobra como para no saber de qué día en que se casó con él y lo convir-
forma me defiendo. tió en mi enemigo.
Pero aquí, a mi habitación no ¿Qué le habrá dicho de mí a
entrará. Ese no es mi temor. Sé que este niño? ¿Que cuando era peque-
no lo hará porque si se viera descu- ño no le compré juguetes ni le di go-
bierto terminaría su diversión. Ya losinas como hacen otras abuelas?
no causaría el efecto buscado: él ¿Le habrá contado que fui indife-
prefiere que me inquiete la duda so- rente a sus piruetas infantiles y que
bre la existencia de un merodeador nunca lo tuve en mis brazos, ni le
peligroso. Además no creo que, ni di un beso, ni le ofrecí una sonrisa
siquiera en la irresponsabilidad de de cariño?
sus pocas luces, tenga el coraje de Esa puede ser su versión, inte-
enfrentarme. No, su ataque es siem- resada y maliciosa. Nunca fui adep-
pre solapado, cobarde, viene arropa- ta a esas debilidades. Eso explica-
do de sombras. ría tanta hostilidad de su parte. Ya
no hace falta que su madre se lo re-

89
cuerde, él lo sabe bien: entre noso- noches, mientras yo doy vueltas y
tros hay un abismo y aún cuando vueltas en mi cama, como ahora.
permanecemos cada cual en nuestra ¡Cómo disfrutas por las maña-
orilla, no hemos aprendido a tole- nas al verme afanosa, mascullando
rarnos. No sé qué pasaría si osára- maldiciones, tratando de encontrar
mos saltar la zanja, límite de nues- lo que te has llevado!
tro territorio. Aunque te ocultas, veo cómo
A mí, poco a poco, han ido te acercas; me espías, me vigilas con
confinándome al fondo de la casa. los ojos bien abiertos, con el asom-
Primero fue con arteras zalamerías: bro pintado en ese rostro hermoso,
“para darme tranquilidad e inde- angelical, que Dios te ha dado y en
pendencia”. Luego con manifiesto el que veo rasgos míos.
fastidio. Me han ido empujando, Y ahora estás allí, ocupado en
con los trastos viejos, con mis ga- tus nocturnas fechorías. Yo te oigo;
tos, “porque allá ensucian” y me se mueven las baldosas flojas a tu
han arrinconado aquí, con los re- paso. ¿Qué te llevarás hoy? ¿La
cuerdos que duelen. bombilla de luz mezquina que
Hace tiempo he dejado de ir alumbra el corredor en mis atarde-
al comedor –¿ para qué iría? _ Allí ceres ajetreados? ¿O mi vieja linter-
todos hablan y no los entiendo, yo na, otra vez?
digo algo y no me escuchan. Prefie- Sabes que la necesito cuando
ro comer sola, si puede llamarse co- intento recoger mis gatos, como una
mida este potaje desabrido, abu- clueca que llama a sus polluelos.
rrido y escaso, que me trae la emple- ¿O esconderás, nuevamente, el cu-
ada (bien seguro es una espía) y va- chillo con el que trozo la comida de
ya uno saber qué me están ponien- mis pobres protegidos? ¿O me ro-
do en la bebida. barás mi último poema, tal vez el
Y tú, dándome batalla día y último que escriba?
noche. Yo te ahuyento a gritos cuan- Esta mañana te he visto ron-
do te acercas con tu hondita a derri- dar cuando yo intentaba esconder
bar los gorriones. Pobres pajarillos los bizcochos que me trajo una veci-
que acuden por las migajas que les na. Esos bollos dulces fueron el úni-
dejo en el alféizar. co bocado agradable de este día y tú,
¡Satanás! Hasta mis gatos han cual mosca a la miel, te acercaste a
aprendido a respetar a las avecillas, saludar a la recién llegada, con falsa
pero tú, no. Y además, te empecinas gentileza y sonrisa zalamera. Pero a
en arrojar piedras a mis mascotas, a mí no me engañaste. En cambio yo,
romper las ramas florecidas de mis sí pude burlar tu asedio: me comí
plantas y a robarme las cosas por las todos los dulces, todos, a hurtadi-
llas; eran míos, míos, sólo míos.

90
¡Ah! ... Ahora te subes al teja- rrochando lo que yo con mucho es-
do. ¿No es suficiente con que el fuerzo me he ganado. Que no es tan-
tiempo destructivo me arranque las to, al fin de cuentas, como creen los
tejuelas y que la lluvia acabe con muy rapaces.
mis libros y papeles? Por tu culpa, Ellos dicen que yo estaría me-
mañana habrá otra gotera nueva, jor en un hogar de ancianos, hablan
otra rendija más dejará pasar el de paranoia. No es que se preocu-
viento. Pero no me moveré de aquí, pen por mi bienestar; solo preten-
hasta que me muera. Hasta que me den cobrar mi pensión sin tener que
muera. aguantarme. Y quieren sacarme de
Y en eso también los contrarío la casa, de mi casa, para revisar mis
a todos. No acabo de morirme, aun- cosas con el pretexto de que hace
que estoy muriendo poco a poco. falta una limpieza.
Cada día los fastidio más; apenas Como si yo no lo supiera: in-
me soportan. Bien lo sé: sólo me to- tentan volver a robarme, ya lo han
leran porque la casa es mía y pago hecho antes, con descaro. No. No me
los impuestos. Pero ellos quieren moveré de aquí. Quiero morir en mi
más: lo quieren todo. cama, en mi desorden que es el or-
Sí. Claro; lo he pensado, pero den que yo he hecho y al cual tengo
no pueden matarme porque tengo derecho. ¿Rima? Pues llamémosla
cierta fama y no ignoran que to- poesía de protesta.
davía me visita alguna gente. Y se- Y ahora, ¿qué pasa? Ya no te
guramente tienen la sospecha que oigo, estás quieto. Como si no lo su-
yo haya escrito una carta denuncian- piera: el silencio es parte de tu aco-
do la conjura que han urdido. Por so; lo conozco. Estoy segura de que
eso revuelven mis papeles; asaz la- estás allí. No importa. Pasaré otra
dinos, no harán nada que pueda in- noche en vela hasta la madrugada,
criminarlos. cuando me doblegue el cansancio y
Por supuesto; los médicos es- caiga dormida por escasas horas.
tán en la conjura. Son todos miem- Alguna vez, inevitablemente,
bros de la misma banda. Pero no sa- quedaré sumida en ese sueño al que
ben que no tomo sus malditas pre- no quiero entregarme, pero com-
tendidas medicinas. Por eso me prendo: cualquier noche de éstas me
man-tengo lúcida como para enten- vencerá en la lucha.
der qué está sucediendo. Entonces, cuando yo haya
Lo que traman es volverme lo- muerto, vendrás a mirarme de cerca.
ca, declararme insana, incapaz de Verás cómo se irá endureciendo mi
administrar mis bienes, porque en- viejo cuerpo inmóvil, hasta parecer
tonces ellos podrían manejar mi di- de mármol. Te acercarás a cerciorar-
nero a su gusto y capricho, de- te de mi gran sueño verdadero, de

91
mi siesta eterna. Y tendrás miedo. gues a escucharme cuando ya no
Entonces serás tú quien sienta mie- me avergüence de esa debilidad de
do y con angustia y terror esperarás haberte amado y me decida a
cada noche mi venida en una nueva contarte lo que siempre callé, por
forma de presencia. no saber decirlo... si es que logro -
Yo traspasaré los muros, me por fin – cruzar el foso que nos se-
deslizaré por los resquicios de las paró en la vida.
puertas, apareceré allí, incorpórea,
de pie junto a tu cama. Y tú estarás ¿Qué fue ese alboroto? ¿Y esos ge-
insomne, alerta, pendiente de lo que midos? ¡Santo Dios, esto no puede
yo pudiese hacer para vengarme. ser fingido! ¿Te has caído del te-
Y no sé si alguna vez podrás jado? ¿Dónde estás, qué te ha ocu-
oírme, cuando te revele mi secreto y rrido? ¡Madre de Dios, en nombre
confiese cuánto te quise, aunque de tu hijo, no permitas que se haya
nunca supe demostrarlo. Y ojalá lle- hecho daño!

Dirma Pardo de Carugati es una narradora Paraguaya nacida en Argentina en


1934. Miembro de Número de la Academia Paraguaya de la Lengua Española
desde 1996, socia fundadora y tres veces presidenta del Club del Libro Nº 1, in-
tegrante y coordinadora del Taller Cuen-
to Breve. Se ha desempeñado como do-
cente en institutos secundarios y
universitarios de Asunción durante tres
décadas (1962-1992). Ejerció el periodis-
mo en La Tribuna (1956-1976) donde fue
comentarista de cine. Sus cuentos fi-
guran en diversas antologías y suple-
mentos literarios. Varios de sus cuentos
han sido premiados en concursos loca-
les. Es autora de dos libros de cuentos:
La Víspera y el Día (1992) y Ellas por
Ellas (en preparación). Su relato “Bal-
dosas negras y blancas” fue adaptado al
cine y sirvió de guión a la primera pe-
lícula paraguaya de largo metraje: El se-
creto de la señora, 1989. Esta película ha sido distinguida en los festivales de ci-
ne de La Habana, Cuba (1989), y Buenos Aires, Argentina (1993).

92
Rolando jorge

SEGUNDA INSTANCIA

Hediondez reconoce trozo de manivela


Pilón de calambres
cree de noche las palabras,
lápiz sin sustancia sustituye pan pasado junto al pene
Conversaciones, dejo de eternidad, brazo en jarras del pensamiento,
comportamiento animal de la quimera.
alpiensamucho, manos y pies amarrados, le brinca hombro
al cambiar posición. está con madre ser hijo
sin la más ligera
bola de grasa
en cuanto tenga copia sigue
pues entre hormigas se habla
sin la más ligera visión de nada.
de ello ha tenido ayunos
uno dentro del otro qué jovencito!
acaba de firmar lo que ha de irse.

PRIMERA INSTANCIA

tambalea clan de iglesia que destila


próspero distrito notorializa a quien
del lado de Hughe al gritar en letrina
circula por gérmenes
Entrepaño del dieciocho chochea referencias a masones del 72
Encrucijadas con permiso para ser felices en proceso de armas
barcos de Santiago conectan al clero
Aquí en este lote nadie recuerda calle con carros
familia sin abuelos dura meses o décadas
aunque alguien cante tapicero.

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ULTIMA INSTANCIA

Nada de dedalus me voy de vacaciones asumo así carbólico al entrar.


menstruación brilla en cuanto se torna cera directo a Puentes Grandes.
brujería al pisar papel
envuelve ‘Ha sí de llover’ sobre pies y manos amarrados con cartuchos,
arremete contra puercal.
Le dieron certificado de gato. Dicen que escribir es comunicación y lo
demás.

escucha ese arte


de impostores sandalias
agrega
incluso nivel de lectura
Cepillo de dientes escucha
figura que llega
deteriorando ciclos
aunque sea correcto punto de vista
psicométricamente imbécil
Al diablo bolsa de papel
rejunta para años!
pues lo que parece
no parece.

DU COTE DE CHEZ SWANN

atoramiento de cabeza
significa raíl o
tan loco como todo
tiene
inspiración
del lado de mejores épocas
Su talento para lámparas
en acuerdo con el silencio
va del cuarto al comedor
y sostiene.

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Rolando Jorge nace en Cuba, en 1955. Es poeta y ensayista. Obtiene menciones
en los concursos de poesía Da-
vid y Julián del Casal (1985), am-
bos en Cuba. Reside en Miami,
donde ejerce de lector y poeta full
time. Ha publicado siete cuader-
nos de poemas. Sus libros más re-
cientes son: Ido a hurgar (2012)
y Tercera persona (2012).

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Recomendamos

Zoé Jiménez Corretjer. Lógicas del Extravío: Anatomía existencial en la


poesía de José María Lima. San Juan: Ediciones Puerto, 2010.

José María Lima es una de las voces


poéticas más originales, innovadoras
y relevantes del panorama literario
puertorriqueño de la segunda mitad
del siglo XX. Aunque publicó un po-
emario en coautoría con su esposa, la
gran poeta Angelamaría Dávila, inti-
tulado Homenaje al ombligo (1966), y
haber aparecido en varias revistas li-
terarias, no fue hasta el 1982 que se
vindicó como portaestandarte de la
vanguardia poética del país con la
publicación de La sílaba en la piel
(volumen fue editado por el poeta Jo-
serramón Melendes). Lógicas del
extravío reviste una importancia ca-
pital al convertirse en el primer estu-
dio abarcador de la poética de Lima.
Más allá de indagar en el estilo, los
temas y los referentes del poeta—
como suele suceder por lo regular en
estudios de autor—, la escritora y es-
tudiosa puertorriqueña Zoé Jiménez
Corretjer también profundiza con
aguda criticidad en aquellos aspectos
filosóficos, políticos, estéticos y so-
ciohistóricos que distinguen la poe-
sía de José María Lima. En fin, se tra-
ta de un valioso estudio hermenéu-
tico que nos conmina a releer a Lima,
al igual que a sus contemporáneos.

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René Rodríguez Soriano. Tientos y trotes. Santo Domingo, República
Dominicana: Editora Nacional, 2011.

Autor de gran prestiogio interna-


cional, el escritor dominicano Re-
né Rodríguez Soriano regala a los
lectores esta recopilación de sus
lecturas que son también reflexio-
nes sobre el acto de escribir y sus
vinculaciones con el mundo de la
vida. Estos cincuenta y dos ensa-
yos, divididos en seis partes, se-
guidos por las secciones finales
“Pretextos” y “Textos y contex-
tos”, que forman el andiamiaje bi-
bliográfico del libro. Por estas pá-
ginas desfilan autores dominica-
nos, latinoamericanos y europeos
de la talla de Aurora Arias, Abel
Posse, Juan García Ponce, Mar-
guerite Duras, Marcio Veloz Ma-
ggiolo, Luis López Nieves, Susana
Tamaro, Antonio Tabucci, Pastor
de Moya, Marguerite Yourcenar y
César Augusto Zapata, entre otros.
La voz que asume Rodríguez So-
riano, lejos de pontificar, nos im-
buye el placer de la lectura. A
propósito de una novela de Ser-
gio Ramírez dice: “Sombras nada
más es un viaje interminable;
donde el lector puede tocar y pal-
par a sus anchas el instrumental y
la depurada técnica con los que el
narrador interviene la historia pa-
ra elaborar o reconstruir ‘El apo-
sento de los espejos’ o la real sala
de tortura que fue todo el territo-
rio nicaragüense durante el régimen somocista… Como un bolero que
‘abriendo lentamente las venas,’ se vierte todo…” Leamos pues.

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