Introduccion A La Balistica Forense
Introduccion A La Balistica Forense
2
Introducción a la
balística forense
para el sistema acusatorio
colombiano
MEDELLÍN
2006
3
Vólmar Pérez Ortiz
Defensor del Pueblo
Autores
José de Jesús Díaz Moncada
Mónica Alexandra Díaz Moncada
Diego Alejandro Gaviria Vélez
Editor
Juan Carlos Arias Duque
Corrector de estilo
Juan Carlos Salazar de la Torre
'LVHxRJUiÀFR
Happy Mundo LTDA.
Impresión
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4
INTRODUCCIÓN A LA
BALÍSTICA FORENSE
desde la perspectiva de la defensa
para el sistema acusatorio
colombiano
5
6
CONTENIDO
pág.
AGRADECIMIENTOS 5
PRÓLOGO 6
26
CAPÍTULO I
EVOLUCIÓN HISTÓRICA
30
CAPÍTULO II
CLASIFICACIÓN DE LAS ARMAS DE FUEGO
CAÑÓN DE MANO (Hand gonne) 30
LAS ARMAS DE MECHA (Match lock) 30
LAS ARMAS DE RUEDA (Wheel lock) 31
LAS ARMAS DE PIEDRA 32
LAS ARMAS DE PERCUSIÓN 33
LAS ARMAS DE RETROCARGA 34
REVÓLVERES 35
PISTOLAS AUTOMÁTICAS 35
PISTOLAS DE UN SOLO DISPARO 35
FUSILES DEPORTIVOS DE UN CAÑÓN 36
FUSILES DEPORTIVOS DE DOS CAÑONES 36
FUSILES MILITARES DE GRAN POTENCIA 36
38
CAPÍTULO III
PRINCIPALES ARMAS DE FRANCOTIRADORES
PROGRAMA PRESENTE 47
FUNCIONAMIENTO 49
CALIDAD 50
MODELO DE LAS TROPAS AEROTRANSPORTADAS 51
El AK47. 51
El CETME español. 52
De reducido tamaño, el CETME debía ofrecer precisión a mil metros. 54
57
CAPÍTULO IV
PRINCIPIOS CIENTÍFICOS DE LA BALÍSTICA FORENSE
63
CAPÍTULO V
LEGISLACIÓN VIGENTE EN COLOMBIA EN MATERIA DE ARMAS DE
FUEGO Y MUNICIONES
CÓDIGO PENAL COLOMBIANO 63
CLASIFICACIÓN LEGAL COLOMBIANA 64
7
Armas de guerra o de uso privativo. 64
Armas de uso restringido. 64
Armas de uso civil. 65
Armas de defensa personal. 65
Armas deportivas. 65
Armas de colección. 66
Armas prohibidas. 66
PERMISOS PARA PORTE Y TENENCIA 66
67
CAPÍTULO VI
CLASIFICACIÓN Y DIVISIÓN DE LA BALÍSTICA
BALÍSTICA INTERNA 68
DEFINICIÓN 68
PERCUSIÓN 69
IGNICIÓN 69
COMBUSTIÓN DE LA PÓLVORA 70
Tiempo de recorrido del proyectil en el ánima. 70
Presiones en la recámara. 72
Cámara de combustión. 72
Densidad de carga. 73
Desgaste del ánima del cañón o muerte balística. 73
Retroceso del arma. 75
BALÍSTICA EXTERNA 75
DEFINICIÓN 75
ESTAMPIDO Y FOGONAZO 76
Movimientos del proyectil. 76
La trayectoria y sus elementos 77
DEFINICIÓN 77
ELEMENTOS 78
Trayectoria en vacío. 80
Velocidad, energía e inercia. 81
5HVLVWHQFLDGHODLUHFRHÀFLHQWHEDOtVWLFR 83
Densidad seccional. 84
&RHÀFLHQWHEDOtVWLFR 84
ALCANCE 85
Alcance Máximo. 85
$OFDQFHHÀFD] 85
TRAYECTORIA DE LA CARGA DE CARTUCHOS DE CARGA MÚLTIPLE 86
La velocidad inicial y el alcance máximo. 86
Cono de dispersión. 86
8
Efectos especiales. 87
BALÍSTICA DE EFECTOS O TERMINAL 88
DEFINICIÓN 88
Penetración y perforación. 89
Poder de detención o contención. 89
Análisis de heridas. 91
Heridas de contacto. 94
Heridas de semicontacto. 95
Heridas de distancia intermedia. 96
Heridas a larga distancia. 96
Características especiales. 96
BALÍSTICA INSTRUMENTAL 97
BALÍSTICA IDENTIFICATIVA 103
DEFINICIÓN 103
RESEÑA HISTÓRICA 103
Estudio de comparación 105
Obtención de patrones 107
EXAMEN PRELIMINAR 108
EXAMEN MICROSCÓPICO 109
MATERIAL TÉCNICO UTILIZADO 109
MICROGRAFÍA 110
BALÍSTICA RECONSTRUCTIVA 111
DEFINICIÓN 111
PRINCIPIOS 112
LA POSICIÓN VÍCTIMA - VICTIMARIO 114
EL PUNTO DESDE EL CUAL SE HIZO EL DISPARO 114
LA DISTANCIA DEL DISPARO 115
Disparo de contacto. 115
Disparos de semicontacto. 115
Distancia intermedia o corta distancia. 115
Disparos de larga distancia. 116
TRAYECTORIA DEL PROYECTIL 116
DIAGRAMAS PARA TRAYECTORIAS EN CUERPO HUMANO 117
DIRECCIÓN DEL DISPARO 119
121
CAPÍTULO VII
LA DILIGENCIA DE INSPECCIÓN CON LEVANTAMIENTO DE CADÁVER
VALOR DE LA INSPECCIÓN EN EL LUGAR
ACTUACIÓN EN EL LUGAR DE LOS HECHOS 122
RECONOCIMIENTO DEL LUGAR DE LOS HECHOS 122
9
Protección del lugar de los hechos. 122
Observación del lugar de los hechos. 123
Fijación del lugar. 123
Recolección de los elementos de prueba. 124
Envío de los elementos de prueba a los laboratorios. 124
FIJACIÓN DE LOS ELEMENTOS DE PRUEBA, RECOLECCIÓN Y EMBALAJE 124
Descripción escrita. 124
Fotografía forense. 125
Topografía judicial. 125
Moldeado. 125
RECONSTRUCCIÓN DE LOS HECHOS Y ANÁLISIS DE TRAYECTORIAS 127
Armas de fuego. 127
&ODVLÀFDFLyQGHODVDUPDVGHIXHJR 127
Tipos de armas. 128
Características del revólver. 128
Características de la pistola. 128
El cartucho. 129
El calibre. 129
La pólvora. 130
Residuos de disparo. 130
Análisis de heridas. 130
Determinación de la distancia de disparo. 131
Tatuaje. 132
133
CAPÍTULO VIII
SISTEMA ACUSATORIO COLOMBIANO Y PROTOCOLOS APROBADOS
POR LA FISCALÍA GENERAL DE LA NACIÓN EN ASUNTOS RELACIONA-
DOS CON LA BALÍSTICA FORENSE
LA INVESTIGACIÓN CRIMINAL EN LA LEY 906 DE 2004. 133
ASPECTOS GENERALES
Importancia para la criminalística 142
144
CAPÍTULO IX
ANTECEDENTES PRÓXIMOS DE LA EXPEDICIÓN DE LOS PROTOCOLOS
DE LA FISCALÍA GENERAL DE LA NACIÓN EN EL ÁREA DE BALÍSTICA
FORENSE
148
CAPÍTULO X
PROTOCOLOS
MANUAL DE PROTOCOLOS. ÁREA DE QUÍMICA. CUERPO TÉCNICO 148
DE INVESTIGACIÓN. ANÁLISIS KIT DE RESIDUOS DE DISPARO EN MANO
1. OBJETIVO 148
10
2. ALCANCE 148
3. PROTOCOLOS RELACIONADOS 149
4. DEFINICIONES CONCEPTUALES
5. NORMATIVIDAD
6. FUNDAMENTO TEÓRICO
Nebulizador.
Spray chambers.
Antorcha.
Conos.
Lentes iónicas.
Espectrómetros de masas cuádruplo.
Detección de iones.
7. MUESTRAS
8. EQUIPOS Y MATERIAL DE LABORATORIO
9. REACTIVOS
10. ANÁLISIS PREVIOS
11. MÉTODOS O TÉCNICAS
12. METODOLOGÍA
12.1 PROCEDIMIENTO PARA REALIZAR EL PROCESO DE ANÁLISIS DE
MUESTRAS DE RESIDUOS DE DISPARO EN MANO
13. ANÁLISIS DE RESULTADOS
Carga de la base de datos que contiene los resultados del análisis.
14. VALIDACIÓN
15. DISPOSICIÓN FINAL DE REMANENTES
BIBLIOGRAFÍA
Nota de los autores.
MANUAL DE PROTOCOLOS. ÁREA DE BALÍSTICA FORENSE. CUER-
PO TÉCNICO DE INVESTIGACIÓN. DETERMINACIÓN DEL RANGO DE
DISTANCIA DE DISPARO EN ARMAS DE PROYECTIL MÚLTIPLE
1. OBJETIVO
2. ALCANCE
3. PROTOCOLOS RELACIONADOS
4. DEFINICIONES CONCEPTUALES
5. NORMATIVIDAD
6. FUNDAMENTO TEÓRICO
7. MUESTRAS
8. EQUIPO Y MATERIAL REQUERIDO
9. REACTIVOS
10. ANÁLISIS PREVIO
10.1. CONSIDERACIONES DE SEGURIDAD
11
11. MÉTODOS O TÉCNICAS
12. METODOLOGÍA
13. PROCESAMIENTO DE DATOS
14. VALIDACIÓN
15. MANEJO DE ELEMENTOS MATERIA DE PRUEBA Y EVIDENCIA FÍSICA
BIBLIOGRAFÍA
MANUAL DE PROTOCOLOS. ÁREA DE BALÍSTICA FORENSE. CUERPO
TÉCNICO DE INVESTIGACIÓN. ESTUDIOS COMPARATIVOS DE PROYEC-
TILES Y VAINILLAS
1. OBJETIVO
2. ALCANCE
3. PROTOCOLOS RELACIONADOS
4. DEFINICIONES CONCEPTUALES
5. NORMATIVIDAD
6. FUNDAMENTO TEÓRICO
7. MUESTRAS
8. EQUIPO Y MATERIAL REQUERIDO
9. REACTIVOS
10. ANÁLISIS PREVIO
10.1 CONSIDERACIONES DE SEGURIDAD
11. MÉTODOS O TÉCNICAS
12. METODOLOGÍA
12.1 EXAMEN PRELIMINAR
12.2 EXAMEN EN DETALLE
13. PROCESAMIENTO DE DATOS
13.1 CRITERIO CUANTITATIVO CONSERVATIVO PARA IDENTIFCACIÓN
14. VALIDACIÓN
15. MANEJO DE ELEMENTOS MATERIA DE PRUEBA Y EVIDENCIA FÍSICA
BIBLIOGRAFÍA
MANUAL DE PROTOCOLOS. ÁREA DE BALÍSTICA FORENSE. CUERPO
TÉCNICO DE INVESTIGACIÓN. EXAMEN FÍSICO DEL ARMA DE FUEGO
1. OBJETIVO
2. ALCANCE
3. PROTOCOLOS RELACIONADOS
4. DEFINICIONES CONCEPTUALES
5. NORMATIVIDAD
6. FUNDAMENTO TEÓRICO
7. MUESTRAS
8. EQUIPO Y MATERIAL REQUERIDO
9. REACTIVOS
12
9.1 PREPARACIÓN DE REACTIVOS
10. ANÁLISIS PREVIO
10.1 CONSIDERACIONES DE SEGURIDAD
11. MÉTODOS Y TÉCNICAS
12. METODOLOGÍA
12.1. LONGITUD DEL CAÑÓN
12.1.1. Revólveres.
12.1.2. Arma de fuego diferente a revólver.
12.2. LONGITUD TOTAL
12.3. ARMAS OXIDADAS
12.4 RESIDUOS DE DISPARO EN EL ARMA
13. PROCESAMIENTO DE DATOS
14. VALIDACIÓN
15. MANEJO DE ELEMENTOS MATERIA DE PRUEBA Y EVIDENCIA FÍSICA
MANUAL DE PROTOCOLOS. ÁREA DE BALÍSTICA FORENSE. CUERPO
TÉCNICO DE INVESTIGACIÓN. INSPECCIÓN JUDICIAL
1. OBJETIVO
2. ALCANCE
3. PROTOCOLOS RELACIONADOS
4. DEFINICIONES CONCEPTUALES
5. NORMATIVIDAD
6. FUNDAMENTO TEÓRICO
7. MUESTRAS
8. EQUIPO Y MATERIAL REQUERIDO
9. REACTIVOS
10. ANÁLISIS PREVIO
10.1 CONSIDERACIONES DE SEGURIDAD
11. MÉTODOS Y TÉCNICAS
12. METODOLOGÍA
12.1 DESPLAZAMIENTO
12.2. INSPECCIÓN JUDICIAL CON RECONSTRUCCIÓN DE LOS HE-
CHOS
13. PROCESAMIENTO DE DATOS
14. VALIDACIÓN
15. MANEJO DE ELEMENTOS MATERIA DE PRUEBA Y EVIDENCIA FÍSICA
MANUAL DE PROTOCOLOS. ÁREA DE BALÍSTICA FORENSE. CUERPO
TÉCNICO DE INVESTIGACIÓN. MANEJO SEGURO DEL ARMA DE FUEGO
1. OBJETIVO
2. ALCANCE
3. PROTOCOLOS RELACIONADOS
13
4. DEFINICIONES CONCEPTUALES
5. NORMATIVIDAD
6. FUNDAMENTO TEÓRICO DE LA TÉCNICA
7. MUESTRAS
8. EQUIPO Y MATERIAL REQUERIDO
9. REACTIVOS
10. ANÁLISIS PREVIO
10.1 CONSIDERACIONES DE SEGURIDAD
11. MÉTODOS Y TÉCNICAS
12. METODOLOGÍA
12.1 ARMAS ARTESANALES
12.2 POLÍGONO
12.3 CONSIDERACIONES GENERALES
13. PROCESAMIENTO DE DATOS
14. VALIDACIÓN
15. MANEJO DE ELEMENTOS DE PRUEBA Y EVIDENCIA FÍSICA
MANUAL DE PROTOCOLOS. ÁREA DE BALÍSTICA FORENSE. CUERPO
TÉCNICO DE INVESTIGACIÓN. COLECCIONES DE REFERENCIA
1. OBJETIVO
2. ALCANCE
3. PROTOCOLOS RELACIONADOS
4. DEFINICIONES CONCEPTUALES
5. NORMATIVIDAD
6. FUNDAMENTO TEÓRICO
7. MUESTRAS
8. EQUIPO Y MATERIAL REQUERIDO
9. REACTIVOS
10. ANÁLISIS PREVIO
10.1. CONSIDERACIONES DE SEGURIDAD
11. MÉTODOS Y TÉCNICAS
12. METODOLOGÍA
12.1 COLECCIÓN DE ARMAS DE REFERENCIA
12.2 COLECCIÓN DE MUNICIÓN DE REFERENCIA
13. PROCESAMIENTO DE DATOS
14. VALIDACIÓN
15. MANEJO DE ELEMENTOS MATERIA DE PRUEBA Y EVIDENCIA FÍSICA
BIBLIOGRAFÍA
MANUAL DE PROTOCOLOS. ÁREA DE BALÍSTICA FORENSE. CUERPO
TÉCNICO DE INVESTIGACIÓN. DETERMINACIÓN DE LA FUERZA EN EL
DISPARADOR
14
1. OBJETIVO
2. ALCANCE
3. PROTOCOLOS RELACIONADOS
4. DEFINICIONES CONCEPTUALES
5. NORMATIVIDAD
6. FUNDAMENTO TEÓRICO
7. MUESTRAS
8. EQUIPO Y MATERIAL REQUERIDO
9. REACTIVOS
10. ANÁLISIS PREVIO
10.1 CONSIDERACIONES DE SEGURIDAD
11. MÉTODOS Y TÉCNICAS
12. METODOLOGÍA
12.1. USANDO EL DINAMÓMETRO
Medición en acción sencilla.
Medición en acción doble.
12.2 USANDO EL EQUIPO DIGITAL AUTOMÁTICO
13. PROCESAMIENTO DE DATOS
14. VALIDACIÓN
15. MANEJO DE ELEMENTOS MATERIA DE PRUEBA Y EVIDENCIA FÍSICA
BIBLIOGRAFÍA
MANUAL DE PROTOCOLOS. ÁREA DE BALÍSTICA FORENSE. CUERPO
TÉCNICO DE INVESTIGACIÓN. ESTÁNDARES DE CALIBRACIÓN Y MAN-
TENIMIENTO
1. OBJETIVO
3. PROTOCOLOS RELACIONADOS
4. DEFINICIONES CONCEPTUALES
5. NORMATIVIDAD
6. FUNDAMENTO TEÓRICO
¿Para qué calibrar?
7. MUESTRAS
8. EQUIPO Y MATERIAL REQUERIDO
9. REACTIVOS
10. ANÁLISIS PREVIO
11. MÉTODOS Y TÉCNICAS
12. METODOLOGÍA
12.1 MACROSCOPIO DE COMPARACIÓN PARA BALÍSTICA
12.2 MICROSCOPIO ESTEREOSCÓPICO
12.3 BALANZAS / PESAS
12.4 MEDIDOR DE RESORTE O DINAMÓMETRO
15
12.5 MICRÓMETRO / CALIBRADOR
12.6 MEDIDOR DIGITAL DE FUERZAS
13. PROCESAMIENTO DE DATOS
14. VALIDACIÓN
15. MANEJO DE ELEMENTOS MATERIA DE PRUEBA Y EVIDENCIA FÍSICA
BIBLIOGRAFÍA
MANUAL DE PROTOCOLOS. ÁREA DE BALÍSTICA FORENSE. CUERPO
TÉCNICO DE INVESTIGACIÓN. ESTUDIO DE EXPEDIENTES
1. OBJETIVO
2. ALCANCE
3. PROTOCOLOS RELACIONADOS
4. DEFINICIONES CONCEPTUALES
5. NORMATIVIDAD
6. FUNDAMENTO TEÓRICO
7. MUESTRAS
8. EQUIPO Y MATERIAL REQUERIDO
9. REACTIVOS
10. ANÁLISIS PREVIO
11. MÉTODOS Y TÉCNICAS
12. METODOLOGÍA
13. PROCESAMIENTO DE DATOS
14. VALIDACIÓN
15. MANEJO DE ELEMENTOS MATERIA DE PRUEBA Y EVIDENCIA FÍSICA
BIBLIOGRAFÍA
MANUAL DE PROTOCOLOS. BALÍSTICA FORENSE. CUERPO TÉCNICO
DE INVESTIGACIÓN. OBTENCIÓN DE PATRONES EN EL RECUPERADOR
DE AGUA
1. OBJETIVO
2. ALCANCE
3. PROTOCOLOS RELACIONADOS
4. DEFINICIONES CONCEPTUALES
5. NORMATIVIDAD
6. FUNDAMENTO TEÓRICO
7. MUESTRAS
8. EQUIPO Y MATERIAL REQUERIDO
9. REACTIVOS
10. ANÁLISIS PREVIO
10.1 CONSIDERACIONES DE SEGURIDAD
11. MÉTODOS O TÉCNICAS
12. METODOLOGÍA
16
12.1 REDUCCIÓN DE PÓLVORA EN EL CARTUCHO
12.2 OBTENCIÓN DE PATRONES
13. PROCESAMIENTO DE DATOS
14. VALIDACIÓN
15. MANEJO DE ELEMENTOS DE PRUEBA Y EVIDENCIA FÍSICA
BIBLIOGRAFÍA
MANUAL DE PROTOCOLOS. ÁREA DE BALÍSTICA FORENSE.CUERPO
TÉCNICO DE INVESTIGACIÓN. CARACTERÍSTICAS DEL ELEMENTO
RECIBIDO
1. OBJETIVO
2. ALCANCE
3. PROTOCOLOS RELACIONADOS
4. FUNDAMENTO TEÓRICO
5. DEFINICIONES CONCEPTUALES
6. NORMATIVIDAD
7. MUESTRAS
8. EQUIPO Y MATERIAL
9. REACTIVOS
10. ANÁLISIS PREVIO
10.1 CONSIDERACIONES DE SEGURIDAD
11. MÉTODOS O TÉCNICAS
12. METODOLOGÍA
12.1 PARA EL TACO O PISTÓN DE POTENCIA
12.2 Para los Perdigones o Postas
Comparación visual / microscópica.
Comparación por peso.
Comparación por medición del tamaño.
13. PROCESAMIENTO DE DATOS
14. VALIDACIÓN
15. MANEJO DE ELEMENTOS MATERIA DE PRUEBA Y EVIDENCIA FÍSICA
BIBLIOGRAFÍA
MANUAL DE PROTOCOLOS. BALÍSTICA FORENSE. CUERPO TÉCNICO
DE INVESTIGACIÓN. RESTAURACIÓN DEL NÚMERO SERIAL DEL ARMA
DE FUEGO
1. OBJETIVO
2. ALCANCE
3. PROTOCOLOS RELACIONADOS
4. DEFINICIONES CONCEPTUALES
5. NORMATIVIDAD
6. FUNDAMENTO TEÓRICO DE LA TÉCNICA
17
7. MUESTRAS
8. EQUIPO Y MATERIAL REQUERIDO
9. REACTIVOS
9.1. REACTIVO FRY’S
9.2. REACTIVO TURNER’S
9.3. REACTIVO DAVIS
9.4. VEINTICINCO POR CIENTO ÁCIDO NÍTRICO
9.5. ÁCIDO CLORURO FÉRRICO
9.6. CLORURO FÉRRICO
9.7. DIEZ POR CIENTO HIDRÓXIDO DE SODIO
10. ANÁLISIS PREVIO
10.1 INSPECCIÓN PRELIMINAR
10.2 CONSIDERACIONES DE SEGURIDAD
Precauciones con los reactivos.
11. MÉTODOS O TÉCNICAS
12. METODOLOGÍA
12.1 PROCESO DE PULIDO
12.2 MÉTODO INICIAL DE PROCESAMIENTO
Método magnético.
12.3 MÉTODO SECUNDARIO DE PROCESAMIENTO
Procedimiento químico.
Procedimiento electroquímico.
13. PROCESAMIENTO DE DATOS
14. VALIDACIÓN
15. MANEJO DE ELEMENTOS DE PRUEBA Y EVIDENCIA FÍSICA
MANUAL DE PROTOCOLOS. ÁREA DE BALÍSTICA FORENSE. CUERPO
TÉCNICO DE INVESTIGACIÓN. EXAMEN DEL SILENCIADOR
1. OBJETIVO
2. ALCANCE
3. PROTOCOLOS RELACIONADOS
4. DEFINICIONES CONCEPTUALES
5. NORMATIVIDAD
6. FUNDAMENTO TEÓRICO DE LA TÉCNICA
7. MUESTRAS
8. EQUIPO Y MATERIAL REQUERIDO
9. REACTIVOS
10. ANÁLISIS PREVIO
10.1 CONSIDERACIONES DE SEGURIDAD
11. MÉTODOS O TÉCNICAS
12. METODOLOGÍA
18
13. PROCESAMIENTO DE DATOS
14. VALIDACIÓN
15. MANEJO DE ELEMENTOS MATERIA DE PRUEBA Y EVIDENCIA FÍSICA
BIBLIOGRAFÍA
MANUAL DE PROTOCOLOS. BALÍSTICA FORENSE. CUERPO TÉCNICO
DE INVESTIGACIÓN. SISTEMA INTEGRADO DE IDENTIFICACIÓN BALÍSTI-
CA
1. OBJETIVO
2. ALCANCE
3. PROTOCOLOS RELACIONADOS
4. DEFINICIONES CONCEPTUALES
5. NORMATIVIDAD
6. FUNDAMENTO TEÓRICO
7. MUESTRAS
8. EQUIPO Y MATERIAL REQUERIDO
9. REACTIVOS
10. ANÁLISIS PREVIO
10.1 CONSIDERACIONES DE SEGURIDAD
11. MÉTODOS O TÉCNICAS
12. METODOLOGÍA
13. PROCESAMIENTO DE DATOS
14. VALIDACIÓN
15. MANEJO DE ELEMENTOS DE PRUEBA Y EVIDENCIA FÍSICA
MANUAL DE PROTOCOLOS. BALÍSTICA FORENSE. CUERPO TÉCNICO
DE INVESTIGACIÓN. TRATAMIENTO DE MATERIAL TRAZA
1. OBJETIVO
2. ALCANCE
3. PROTOCOLOS RELACIONADOS
4. DEFINICIONES CONCEPTUALES
5. NORMATIVIDAD
6. FUNDAMENTO TEÓRICO
7. MUESTRAS
8. EQUIPO Y MATERIAL NECESARIO
9. REACTIVOS
9.1 Preparación de reactivos
10. ANÁLISIS PREVIO
10. 1 CONSIDERACIONES DE SEGURIDAD
11. MÉTODOS O TÉCNICAS
12. METODOLOGÍA
13. PROCESAMIENTO DE DATOS
19
14. VALIDACIÓN
15. MANEJO ELEMENTOS DE PRUEBA Y EVIDENCIA FÍSICA
MANUAL DE PROTOCOLOS. ÁREA DE BALÍSTICA FORENSE. CUERPO
TÉCNICO DE INVESTIGACIÓN. DETERMINACIÓN DEL CALIBRE Y MAR-
CA DEL ARMA EMPLEADA
1. OBJETIVO
2. ALCANCE
3. OTROS PROTOCOLOS RELACIONADOS
4. FUNDAMENTO TEÓRICO
5. DEFINICIONES CONCEPTUALES
6. NORMATIVIDAD
7. MUESTRAS
8. EQUIPO Y MATERIAL NECESARIO
9. REACTIVOS
10. ANÁLISIS PREVIO
10.1 CONSIDERACIONES DE SEGURIDAD
11. MÉTODOS O TÉCNICAS
13. PROCESAMIENTO DE DATOS
14. VALIDACIÓN
15. MANEJO DE ELEMENTOS MATERIA DE PRUEBA Y EVIDENCIA FÍSICA
BIBLIOGRAFÍA
MANUAL DE PROTOCOLOS. BALÍSTICA FORENSE. CUERPO TÉCNICO
DE INVESTIGACIÓN. PRUEBA DE FUNCIONAMIENTO Y DETERMINA-
CIÓN DE FALLAS EN EL ARMA DE FUEGO
1. OBJETIVO
2. ALCANCE
3. PROTOCOLOS RELACIONADOS
4. DEFINICIONES CONCEPTUALES
5. NORMATIVIDAD
6. FUNDAMENTO TEÓRICO DE LA TÉCNICA
7. MUESTRAS
8. EQUIPO Y MATERIAL REQUERIDO
9. REACTIVOS
10. ANÁLISIS PREVIO
10.1 CONSIDERACIONES DE SEGURIDAD
11. MÉTODOS O TÉCNICAS
12. METODOLOGÍA
12.1 REVISIÓN FÍSICA (CONDICIÓN COMO FUE RECIBIDA EL ARMA
DE FUEGO)
12.2 ANORMALIDADES VISUALES
20
12.3 MECANISMOS DE DISPARO (EXTERNAMENTE)
12.4 SEGUROS
12.5 REVISIÓN DE LOS MECANISMOS
12.6 PRUEBA FÍSICA DE DISPARO
UBICACIÓN ESPECIAL DE LOS MECANISMOS DURANTE LAS
12.8 MECANISMOS DE DISPARO (INTERNAMENTE)
13. PROCESAMIENTO DE DATOS
14. VALIDACIÓN
15. MANEJO ELEMENTOS DE PRUEBA Y EVIDENCIA FÍSICA
BIBLIOGRAFÍA
MANUAL DE PROTOCOLOS. ÁREA DE BALÍSTICA FORENSE. CUERPO
TÉCNICO DE INVESTIGACIÓN. INSPECCIÓN JUDICIAL A CARTUCHOS,
PROYECTILES Y VAINILLAS
1. OBJETIVO
2. ALCANCE
3. PROTOCOLOS RELACIONADOS
4. DEFINICIONES CONCEPTUALES
5. NORMATIVIDAD
6. FUNDAMENTO TEÓRICO DE LA TÉCNICA
6.1 ESTADO DE CONSERVACIÓN DE LA MUNICIÓN
6.2 CARTUCHOS
6.3 PROYECTILES
6.4 VAINILLAS
7. MUESTRAS
8. EQUIPO Y MATERIAL REQUERIDO
9. REACTIVOS
10. ANÁLISIS PREVIO
11. MÉTODOS Ó TÉCNICAS
12. METODOLOGÍA
12.1 GENERALIDADES
12.2 DESCRIPCIÓN
13. PROCESAMIENTO DE DATOS
14. VALIDACIÓN
BIBLIOGRAFÍA
MANUAL DE PROTOCOLOS. ÁREA DE BALÍSTICA FORENSE. CUERPO
TÉCNICO DE INVESTIGACIÓN. ESTUDIO DE ARMA DE FUEGO
1. OBJETIVO
2. ALCANCE
3. PROTOCOLOS RELACIONADOS
4. DEFINICIONES CONCEPTUALES
21
5. NORMATIVIDAD
6. FUNDAMENTO TEÓRICO
7. MUESTRAS
8. EQUIPO Y MATERIAL REQUERIDO
9. REACTIVOS
10. ANÁLISIS PREVIO
11. MÉTODOS Ó TÉCNICAS
12. METODOLOGÍA
12.1 GENERALIDADES
12.2 DESCRIPCIÓN
Observación y manipulación directa del arma de fuego.
Observación y manipulación directa de los accesorios y dispositivos
especiales que presente el arma de fuego.
Comprobación de los mecanismos de disparo del arma de fuego.
Tomar muestras de residuos.
Determinación de procedencia de arma.
12.3 ENSAYOS
13. PROCESAMIENTOS DE DATOS
14. VALIDACIÓN
BIBLIOGRAFÍA
LISTA DE ANEXOS
22
LOS AUTORES
23
Tecnologa en Investigación Judicial de la Fundación Universitaria
Autónoma de las Américas
Estudios en Derecho en la Corporación Universitaria de Colombia
“IDEA”
24
PRÓLOGO
El dictamen pericial
Una introducción a la “probática”
Problemática intrínseca de la prueba para peritos investigadores
profesionales
Por
25
“…José de Jesús, Mónica y Diego, por supuesto, podéis citarme
libremente, porque para mí el derecho universal de cita es sagra-
do, hasta el punto de haber nombrado así a nuestro dominio. Lo
TXHRVDJUDGHFHUpLQÀQLWRHVTXHPHHQYLpLVXQHMHPSODUGHYXHV-
tro libro porque tengo amigos en balística de varios países que lo
apreciarán enormemente…”. (Miguel Ángel Gallardo, en comu-
nicación vía e-mail con los autores, al respecto de la autorización
para publicar este capítulo introductorio).
Desde hace más de diez años hemos ido acumulando expe-
riencias sobre lo que es, lo que más vulgarmente se considera,
así como lo que debería ser, y, sobre todo, lo que nunca debe ser
ni admitirse como un buen “dictamen pericial”. No se trata sólo
de una mera impresión personal, porque hemos participado acti-
YDPHQWH\WDPELpQOHtGR\HVFXFKDGRUDWLÀFDFLRQHVGHPX\QX-
merosos y variados informes, pero son muchos menos los buenos
dictámenes (más adelante destacaremos las diferencias funda-
PHQWDOHVHQWUHLQIRUPH\GLFWDPHQODVFRUUHVSRQGLHQWHVUDWLÀFD-
ciones más o menos solemnes, pero convincentes y elocuentes,
y conocemos bastantes de los más críticos comentarios hacia los
peritos de un amplio colectivo de abogados, procuradores y fun-
cionarios y jueces, en las más variadas especialidades y circuns-
tancias. Por supuesto, seguimos muy abiertos a aprender de esta
inacabable materia, pero ya nos atrevemos a elevar algunas con-
clusiones, y a proponer algunas mejoras.
Las experiencias profesionalmente más satisfactorias suelen serlo
tanto para quien encarga y oportunamente recibe el dictamen,
FRPR SDUD TXLHQ OR UHGDFWD \ ÀUPD HQ FRQFLHQFLD D YHFHV LQL-
FLDQGRXQDGLJQDHGLÀFDQWH\SUyVSHUDUHODFLyQGHLQWHOLJHQFLD
HQWUHRSHUDGRUHVMXUtGLFRVSDUDGHÀQLUHOHQXQFLDGR\ODVROXFLyQ
HÀFD]GHDOJ~QSUREOHPDRFRQMXQWRGHSUREOHPDVGHJUDQDO-
cance y gravedad, mientras que las situaciones y actitudes más
lamentables, incluso con independencia de las cuestiones y dis-
crepancias económicas, suelen afectar negativamente a cliente
y perito al mismo tiempo, al menos, en su estado de ánimo y moral,
orgullo y autoestima, dignidad e imagen, en el espacio de la ra-
zón, y también en el del derecho, con la mayor solemnidad.
Cualquier aproximación o estimación de la economía pericial
sin duda encontrará todo tipo de contradicciones, irregularidades,
VREUHSUHFLRVLPSDJDGRV\XQVLQÀQGHDXWpQWLFDVSHUYHUVLRQHVMX-
rídicas y profesionales.
26
Consideraciones preliminares
Aunque es habitual utilizar indistintamente los conceptos asocia-
dos al “informe” y al “dictamen”, la primera precisión que muy cla-
ramente debemos hacer, es que hay diferencias sustanciales en su
composición, estructura y calidad documental.
Cualquiera puede hacer un informe, y ningún ser humano es, en
principio, incapaz de emitir o recibir alguno. Para informar basta
con presenciar, o incluso sólo con entender, para después describir
la verdad con la mayor precisión posible. Sin embargo, un dicta-
men, es decir, todo lo que pueda y deba ser considerado como
dictamen, necesariamente, tiene que ir más allá de la pura, sim-
ple y plana descripción. Es recomendable que, si existen informes
previos al dictamen, o testimonios que puedan o deban hacerse
FRQVWDUVHDQDQH[DGRVDOGRFXPHQWRÀQDO\SRUVXSXHVWRGHEH-
rían ser también expresamente considerados, y mejor aún, formal,
literal, oportuna y precisamente citados por el experto que ha de
dictaminar al respecto.
En rigor, no debe dictaminarse absolutamente nada sin una pro-
funda comprensión del fondo, los antecedentes, el contexto hasta
donde sea razonable, y la sensata prospectiva del dictamen, y más
incorrecto aún sería facilitarlo a una parte sin haber pactado ex-
presamente el uso y la responsabilidad que se asume sobre lo que
VHÀUPD,QVLVWLHQGRHVXQHUURUVROLFLWDU\SRUVXSXHVWRWDPELpQOR
es el aceptar el encargo de elaborar un dictamen si no pueden
conocerse las razones por las que se solicita, las circunstancias en
las que será utilizado y las consecuencias más previsibles de su uso
más deseable.
Resulta muy difícil generalizar sobre toda la amplia casuística de
los dictámenes periciales, pero en el riguroso ejercicio profesional
de la pericia, no puede cabernos ninguna duda de que, al menos,
todos tengan en común lo siguiente:
La persona (o las personas, que incluso pueden ser jurídicas,
como empresas, asociaciones, instituciones de derecho público o
SULYDGRTXHORÀUPDLGHQWLÀFiQGRVHLQHTXtYRFDPHQWHGHEHWHQHU
alguna característica, autoridad, experiencia, conocimiento o mé-
rito demostrable que guarde relación con el fondo del asunto sobre
el que se dictamina.
La estructura del documento debe incluir unos mínimos elemen-
tos, razonamientos pertinentes y relevantes “considerandos” previos
a las conclusiones útiles, con o sin reservas expresas. Sobre la gran
27
libertad para los formatos y estilos así como sobre la estructuración
más conveniente del dictamen, más adelante nos extenderemos, a
nuestro entender en www.cita.es.
Se ha de haber pagado un precio pactado por el dictamen que
guarda una cierta relación con la responsabilidad que se asume por
SDUWHGHTXLHQORÀUPD6DEHPRVTXHpVWHHVXQRGHORVDVSHFWRV
más controvertidos en todo dictamen, pero también intentaremos
abordar profesionalmente los aspectos económicos del dictamen,
haciendo algunas recomendaciones concretas.
28
de que el cliente, y más aún su abogado, se sienta ridiculizado. Pue-
de que así reconsidere su previa y mínima responsabilidad como
cliente, de precisar lo que desea, sin que le hayamos quitado la
razón que siempre merece el que generosamente paga sin saber
bien por qué.
Un dictamen nunca puede dejar de ser una pieza de convicción
única, e íntegra. Repito: el dictamen es único y es íntegro, o no es un
dictamen, ni merece ser llamado así nunca. En ningún caso.
El uso parcial de un dictamen, o su evocación en casos apa-
rentemente similares al que se le planteó inicialmente al experto,
conlleva una responsabilidad sólo exigible a quien lo fragmenta e
intencionadamente lo intenta hacer valer fuera de su contexto, di-
rección, intención y alcance pactado. El experto puede y debe re-
servarse, o exigir más oportuna y contundentemente, todos y cada
uno de sus derechos, tanto morales como materiales, en cualquier
momento y lugar. Si alguna vez alguien se atreve a pervertir el es-
píritu o la letra de un dictamen, en contra de la expresa voluntad
GHTXLHQHQVXPRPHQWRORÀUPyGHEHVHUFRQVFLHQWHGHTXHVH
expone a muchos riesgos porque no podrá dejar de asumir unas
grandes responsabilidades públicas y de naturaleza moral, ética,
civil y penal. La deontología bien entendida también existe para
limitar las responsabilidades del experto, y señalar las de quien no
lo es, distinguiéndolas con toda claridad, pudiendo, y entiendo que
debiendo, denunciarse cualquier mediatización o manipulación.
En el contrato entre experto y cliente debe incluirse la posible,
HYHQWXDORVHJXUDQHFHVLGDGGHTXHHOGLFWDPHQVHUDWLÀTXHRSRU-
tunamente, bien en un juzgado, o también en cualquier otra ins-
tancia, tanto con carácter público y solemne como en ámbitos
privados, mucho más discretos, o incluso, por qué no, en los más
HVWULFWDPHQWHVHFUHWRV/DFRQÀGHQFLDOLGDGGHODLQIRUPDFLyQTXH
se proporciona al experto debe estar garantizada hasta donde la
ley vigente lo permita, pero nunca está de más el que se haya pre-
visto este compromiso por el que el experto no puede hacer uso de
ORVLQJXODU\VyORFRQRFLGRSRUODFRQÀDQ]DGHVXFOLHQWHDPHQRV
que éste se lo autorice expresamente.
El dictamen, como cualquier otra prueba que se aporte en un
juicio, ni puede ni debe dejar de estar sometido al principio de con-
tradicción, por lo que cualquier perjudicado por su contenido tiene
el más legítimo derecho a recibir una copia y a buscar el aseso-
ramiento, la mejor vía y la oportunidad para contradecirlo o con-
trovertirlo. Un dictamen que su perjudicado no ha podido conocer
directamente con tiempo, forma, medios y foro para oponerse, no
deja de ser una sospechosa prueba de una práctica presuntamen-
29
te inquisitorial (más adelante nos extenderemos sobre la prueba
GLDEyOLFD TXH SDUHFH UHQDFHU HQ ORV QXHYRV FRQÁLFWRV WHFQROyJL-
cos), pero es el cliente, y sólo el cliente, el que puede decidir el
uso que deba hacerse de él, siempre que lo haga de forma única
e íntegra, insistimos, sin sacarlo del contexto ni pervertir el uso para
el que lo solicitó, y hacerlo de manera clara, porque bien podría
llegar a quedar sin valor alguno cualquier entrecomillado parcial, o
cualquiera de sus sombras.
Así, aunque el experto no puede poner directamente su dictamen
a la disposición del perjudicado (debe entregarlo, exclusivamente,
a quien se lo haya encargado y pagado), no puede dejar de inte-
resarse por cuanto se oponga a su propio criterio, a las presunciones
y a la información en la que se haya basado. Es más, nos parece
oportuno y prudente el terminar el dictamen con alguna frase del
estilo “salvo información más cierta, precisa o actualizada, y mejor
criterio” y no negarse jamás a escuchar y leer para entender y com-
prender a todo posible perjudicado por el dictamen. Otra cosa es
que, para dejar constancia de un cambio de opinión, en algunas
circunstancias procesales sea necesaria una ampliación de prueba
en otro dictamen.
Al haberse pagado un precio, el experto, en nuestra opinión, asu-
me, como mínimo, la responsabilidad de devolver esa misma can-
tidad si se prueba que su dictamen es erróneo o improcedente.
Pero si se demostrase que hubo algo peor que ignorancia o incom-
petencia, como lo es la intencionalidad o el dolo, y más aún si el
experto tiene interés particular en la disputa, y el uso correcto de
su dictamen hubiese ocasionado un perjuicio irreparable, podrían
exigirse mayores responsabilidades, hasta la satisfacción del clien-
te perjudicado al que, entre otros derechos, le asiste el de hacer
pública toda la documentación que evidencie el error, o la mala
intención, del experto, indigno de seguir siendo considerado como
tal. Lamentablemente, son muy pocas las reclamaciones formales
sobre dictámenes (la mayoría sólo deberían ser considerados como
malos informes) por lo que tampoco se facilita una auténtica selec-
ción profesional de los peritos. Una compensación razonable puede
ser la devolución del doble de lo pagado en el caso de error grave,
irreparablemente perjudicial para quien encargó, pagó, recibió y
utilizó un dictamen.
No es en absoluto recomendable el dictaminar y, menos aún, el
permitir el uso del dictamen, sin haber recibido el importe conveni-
do. Sólo excepcionalmente puede darse crédito por la deuda que
se crea cuando el cliente recibe el dictamen sin poder pagar lo
convenido. En estos casos recomendamos el reconocimiento escri-
30
to de la deuda contraída, y el no vincular en modo alguno el pago
de la cantidad pendiente, ni de cualquiera otra, y menos aún a nin-
guna comisión de éxito, con el resultado de un arbitraje o pleito.
Aunque es una forma de contratación deontológicamente con-
trovertida, formalmente nada impide el dictaminar por “quota litis”,
pero si así se hace, puede tener que ser confesado, y en cualquier
FDVRSXHGHVHUSUHJXQWDGRHQHOPRPHQWRGHODUDWLÀFDFLyQGHO
dictamen en el juzgado, quedando a criterio del juez la realización
y la valoración de lo que podría entenderse como “prueba sobre
prueba”.
Sólo en situaciones de demostrada insolvencia, y de justicia cla-
morosa, y de conciencia, un experto puede regalar su dictamen, e
incluso en estos casos no podría dejar de ser considerado más que
como la manifestación altruista de una opinión libre, que no alcan-
za al compromiso del dictamen, por muy digna y legítima que fuese
la razón de quien no pide nada ni por su tiempo, ni por su papel.
31
a) “Prueba”, en el sentido de “medio de prueba”, es todo aquello
que permite conocer los hechos más relevantes de una causa, has-
WD VX ´VXÀFLHQFLDµ SHUR VLQ H[FOXLU QXQFD FXDOTXLHU PHGLR FUtWLFD
o aporte posterior que pueda cuestionar lo que hasta entonces se
VXSRQH´VXÀFLHQWHPHQWHSUREDGRµ
32
VHGLVSRQHGHODVXÀFLHQFLDGHSUXHEDVGLUHFWDVGHEHPRVDGPLWLU
que son capaces, por sí solas, de fundar la convicción judicial sobre
ese hecho, cuando versan directamente sobre el mismo, por lo que
se puede llamar constatación o prueba plena de carácter conclu-
yente.
La prueba indirecta es el procedimiento probatorio que permite
llegar al hecho que se prueba a partir de otro u otros, mediante un
proceso de inferencia. Esta prueba, para nosotros, también pue-
de considerarse como prueba indiciaria cuando en la inferencia
se usan simples máximas de la experiencia o leyes probabilísticas
que sólo pueden conducir a resultados posibles, siendo también
posible alguna excepción, y en cualquier caso, el hecho que quie-
re probarse no surge directamente del medio o fuente de prueba,
sino que se precisa, además, del razonamiento. Por lo general, la
prueba indirecta es incapaz, por sí sola, de fundar la convicción
judicial sobre el hecho, por lo que también puede llamarse hipótesis
o enunciado probatorio no pleno, aunque puede tener gran va-
lor como excluyente aplicable, por ejemplo, a un imputable en un
caso con coartada convincente, pero no constatable.
La prueba deductiva es el procedimiento de conocimiento de los
KHFKRVRGHYHULÀFDFLyQGHORVHQXQFLDGRVSUREDWRULRVPHGLDQ-
WH GHGXFFLRQHV OyJLFDV D SDUWLU GH RWUDV DVHUFLRQHV ELHQ YHULÀFD-
das (proposiciones lógicas probadas de las que se deducen otras
hasta llegar al hecho que interesa probar). La prueba deductiva
exige un rigor lógico que en ocasiones hace muy conveniente la
modelización de antecedentes y consecuentes, las premisas y los
operadores lógicos con los que resolver matemáticamente las más
complejas situaciones y actuaciones.
Puede decirse que, tanto la prueba directa, como la deductiva,
pueden llegar a proporcionar una certeza absoluta siempre que no
haya habido ni errores ni perversiones en la percepción y declara-
ción los testimonios en la prueba directa, ni se haya dejado de veri-
ÀFDUQLXQDVRODSUHPLVDQLXQDVRODUHODFLyQOyJLFDHQODGHGXFWLYD
Sin embargo, la prueba indirecta deja muchos más espacios a la
UD]yQ SDUD DGPLWLU H[FHSFLRQHV \ GXGDV TXH MXVWLÀFDQ PD\RUHV \
mejores investigaciones en probática.
/D WHRUtD GHO FRQRFLPLHQWR FRQ ÀORVRItD GH OD FLHQFLD HSLVWH-
mología, ontología, gnoseología y semiótica, fundamentan lógi-
ca, psicológica y sociológicamente la certeza sobre una pieza de
convicción. Puede hablarse de una calidad epistemológica de un
dictamen y de la calidad o precisión de la observación (si se ha
obtenido por un procedimiento de prueba directa) y también de
la calidad de las premisas que se hayan usado para deducirla o
33
inducirla-inferirla (si se ha obtenido mediante la prueba deductiva,
o por la inductiva-inferencial).
La probática debe cuidar al máximo la calidad de todos sus ele-
mentos e instrumentos, y también el uso que en cada momento y
circunstancia se haga de ellos. Por ejemplo, el error más habitual
HQ ODV DFXVDFLRQHV FDUHQWHV GH VXÀFLHQWH IXQGDPHQWR SDUD XQD
condena, consiste en la incorrecta argumentación sobre pruebas
indirectas para aplicar el conocimiento inductivo, lo cual es y debe
ser siempre rechazable, o al menos, muy relativizado por el juez,
especialmente cuando se le presenta como una prueba aparente-
mente concluyente y plena, siendo sólo, y como mucho, indirecta,
indiciaria y circunstancial. Siempre existe una tendencia por parte
del perjudicado a sobrevalorar las pruebas a su alcance, y si no se
consigue que admita la posibilidad de que existan otras hipótesis
también válidas puede alimentarse una peligrosísima querulancia
en inútiles delirios pleitistas.
El caso más frecuente, y uno de los más problemáticos en prue-
bas indirectas, suele deberse al desconocimiento de la naturaleza
inductiva del conocimiento de unos hechos por parte del perjudi-
cado. Un clásico ejemplo se encuentra en el soliloquio de Hamlet,
que parte de tres premisas:
34
QHFHVDULRLQVLVWLUHQORVULHVJRVGHGLFWDPLQDUVREUHÀFFLRQHVOLWHUD-
ULDVFRPRQRVHDWDPELpQFRQÀQHV~QLFDPHQWHOLWHUDULRV6REUHODV
fantasías y las fabulaciones, jamás, en ninguna circunstancia, debe
construirse un dictamen pericial.
Siguiendo con el análisis inferencial, es claro que de un silogismo
cuya premisa mayor es una ley probabilística no puede derivar más
que una consecuencia probable, pero nunca segura, ni prueba
plena. Ningún argumento silogístico puede transmitir a la conclusión
una certeza superior a la de la menor de sus premisas. Es decir, un
silogismo de este tipo es una clase de inducción.
/DLQGXFFLyQKDIDFLOLWDGRPXFKRHOFRQRFLPLHQWRFLHQWtÀFRSHUR
ha encontrado sus límites en la teoría de las demostraciones (meta-
matemática), y en el derecho procesal más riguroso. Lamentable-
mente, son muy pocos los juristas que tienen ideas claras al respecto
de la inducción y, más aún, de la relatividad de sus leyes.
(QHOiPELWRFLHQWtÀFRÀORVyÀFRHVELHQFRQRFLGDODSDUDGRMDGH
Bertrand Russell para relativizar el valor probatorio del método in-
ductivo. Esta paradoja nos lleva a imaginarnos ser, nosotros mismos,
un pollo, una vaca o cualquier otro animal de granja, que tras va-
rios días siendo alimentado a la misma hora por el mismo granjero
inductivamente llega a la conclusión de que existe una ley, con la
certeza que nosotros mismos, ahora animales de granja, podamos
comprender y comprobar la existencia de una ley, constatando
reiteradamente sus consecuencias, que hará que al día siguiente
también se presente el granjero con comida, y que nosotros le es-
peremos con ansiedad.
Y efectivamente, así ocurre, pero tras varios días más compro-
bando que la ley inducida se cumple, llega un día en el que el
JUDQMHURQRYLHQHDDOLPHQWDUQRVVLQRTXHQRVVDFULÀFDSDUDTXHDO-
guien nos coma, o nos devore, poco después. Algunos casos que se
presentan en los juzgados, en su esencia probática, pueden com-
SUHQGHUVHPXFKRPHMRUWHQLHQGRHQFXHQWDORSRFRÀDEOHTXHUH-
sulta el método inductivo para dar crédito a un cliente que hasta
ese preciso momento había cumplido puntualmente con todos sus
compromisos de pago. Y un buen día dejó de pagar, iniciándose un
rosario de procedimientos.
Algunos investigadores del pensamiento, en esa estrecha y es-
FXUULGL]D IURQWHUD HQWUH ÀORVRItD \ VLFRORJtD GHÀQHQ XQ QXHYR WLSR
de argumento: la “abducción” que también puede denominarse
“reducción” o “retroducción”. La abducción no fue considerada
nunca en el orden de la lógica aristotélica, que sólo contemplaba
ORVUD]RQDPLHQWRVGHGXFWLYRVÀDEOHV\ORVLQGXFWLYRVSUREDELOtVWL-
cos). En la “abducción” más rigurosa se plantea el “razonamiento
35
hacia atrás”, pero sólo debe hacerse con carácter instrumental,
como una técnica probática para alimentar la tormenta de ideas
o el conjunto de hipótesis más verosímiles.
Sin gran conciencia de ser “abductores”, algunos estudios de in-
geniería, y los matemáticos en asignaturas como la geometría, y en
OD PiV WUHSLGDQWH DFWXDOLGDG SUREDEOHPHQWH FRQ PiV HÀFDFLD
IUHFXHQFLD\ÀQXUDTXHQLQJ~QRWURHVHOWDOHQWRLQIRUPiWLFR\WHOH-
mático y, particularmente, los genios conocidos en ciertos círculos
como “hackers” (no confundir en este contexto y sentido con la
criminalizada imagen del pirata o “cracker”) se plantean lo siguien-
te: “Supongamos que sabemos lo que ignoramos. Entonces, ¿cómo
nos comportaríamos? Y más interesante aún, ¿cómo sería posible
haber llegado a ese conocimiento que suponemos tener, pero que
ahora mismo no tenemos?”. Si podemos responder a esa última pre-
gunta, el dictamen ya está inspirado.
Suponer el problema resuelto e imaginariamente dar marcha
atrás facilita la visión de la prueba en su conjunto, pero en modo
alguno se garantiza, sólo con ello, ninguna certeza sobre los hechos
pasados. Es, nada más, pero tampoco nada menos, que una herra-
PLHQWDGHUHÁH[LyQKHXUtVWLFDSDUDHOSHULWRLQYHVWLJDGRUTXHGHEH
estar, no puede dejar de estar, sometida al buen juicio hermenéuti-
FRGHOSHULWRTXHÀUPHHOGLFWDPHQGHÀQLWLYR\SRUVXSXHVWRGHORV
abogados y el juez que ha de valorar la pieza con mayor o menor
convicción.
Por heurística entendemos el concepto más ampliamente uti-
OL]DGR SRU OD FLHQFLD KLVWRULRJUiÀFD \ HQ EXHQD PHGLGD OD SUXH-
ba no puede dejar de estar basada en técnicas de investigación
histórica. Heurística viene del griego euriskeinTXHYLHQHDVLJQLÀFDU
“hallar”. El talento heurístico de una parte litigante puede llegar a
desequilibrar por completo a la administración de justicia y, sobre
todo, facilita, incluso, hasta llegar a condicionar muchas diligencias
e instrucciones.
Por hermenéutica entendemos la ciencia de la interpretación,
absolutamente imprescindible en toda actividad pericial. La her-
menéutica está relacionada con la semiótica como ciencia de los
VLJQLÀFDGRVHQVXVHQWLGRPiVDPSOLR/DDEVWUDFFLyQGHPRGHORV
complejos y la ideación de mayor complejidad intelectual llevan a
otro riesgo: juzgar por analogía, es decir, asemejando un hecho a
otro, y dando validez a pruebas aparentemente equivalentes.
Por métrica entendemos la ciencia de la medida, siendo su eva-
luación una de las actividades de mayor responsabilidad pericial,
sin que se pueda ignorar en su ejercicio la “teoría de la incertidum-
bre” y su oportuna y precisa aplicación para la “metrología legal”.
36
Por didáctica entendemos y cultivamos la capacidad para hacer
comprender y poner en conocimiento, aspirando al más explícito
reconocimiento jurídico, de nuestras conclusiones periciales.
Tanto o más que con las leyes, un perito debe estar familiarizado
con la lógica jurídica, y muy especialmente con silogismos y sorites,
así como estar en condiciones de detectar perversiones de la dia-
OpFWLFD SRU LQWHUHVDGRV VRÀVPDV VHXGRMXUtGLFRV < FRPR QR SRGUtD
ser de otra manera, para comprender la lógica jurídica, hay que
comprender antes la lógica, y cuanto más pura sea la lógica, tanto
mejor para el perito, y también para sus clientes.
En cualquier caso, no podemos olvidar que el principio de taxa-
tividad es fundamental en el derecho penal. Nadie puede ser con-
denado por apreciaciones analógicas, y el acusado tiene el más
legítimo derecho de denunciar cualquier analogía, y evidenciar
cualquier diferencia con su caso, reservándose la posibilidad de uti-
OL]DUHQVXEHQHÀFLRFXDQWROHLQWHUHVHGHOSODQWHDPLHQWRDQDOyJLFR
que la acusación haga indebidamente.
/DVGLÀFXOWDGHVGHSUXHED
Para que los instrumentos probatorios puedan llevar a cabo su
función heurística, deben estar naturalmente dotados de dos pro-
piedades básicas: impresionabilidad y translatividad. La oportuna
disponibilidad es el puente ideal que une las propiedades de impre-
sión con las de traslación.
Impresionabilidad es la propiedad que tienen los instrumentos
para ser estampados por un hecho histórico. En este sentido, debe
tenerse en cuenta que hay instrumentos mucho más impresionables
que otros. Ciertos instrumentos poseen una gran labilidad y sensibili-
dad por lo que la menor alteración del mundo circundante, el más
leve acontecer físico o humano deja en ellos su impronta. El testimo-
nio del ser humano es también, en este sentido, muy impresionable,
pero aquí queremos referirnos a la impresionabilidad en términos
absolutos, pues debemos relacionarla con el hecho histórico de tal
modo que el mayor o menor grado sensible de un instrumento de-
pende, a su vez, de la naturaleza de la realidad que debe estam-
parse sobre el mismo. La impresionabilidad siempre es relativa. Es
éste el caso del testimonio humano respecto a las paredes del lugar
de un hecho que se haya presenciado. Las paredes no pueden
ser impresionadas por la voz, pero sí por huellas o sangre. Sobre la
LPSUHVLRQDELOLGDGGHSHOtFXODVIRWRJUiÀFDVVRSRUWHVPDJQpWLFRV\
cualquier otro elemento tecnológico cabe hacer muchas más con-
37
sideraciones aún, pero en ellos seguimos pudiendo utilizar, en este
sentido, el concepto relativo de impresionabilidad.
Translatividad es la otra propiedad básica de los instrumentos de
prueba con la que pueden tener entrada en los autos, bien activa-
mente, o sea, permitiendo su aportación a la litis (motilidad), bien
pasivamente, ofreciéndose en condiciones tales que el juzgador
pueda darle alcance (accesibilidad). Para superar los problemas
de traslatividad de las pruebas en sistemas informáticos, nuestra
empresa www.cita.es ha desarrollado tecnologías capaces de si-
PXODUHYHQWRVFRPSOHMRVXWLOL]iQGRODVFRQHÀFDFLD\p[LWRSHULFLDO
en varios juzgados, así como en mediaciones y arbitrajes.
-XQWRDODVGLÀFXOWDGHVGHLPSUHVLyQ\WUDVODFLyQSRGUtDPRVDxD-
GLU XQD WHUFHUD GLÀFXOWDG GH FXxR LJXDOPHQWH REMHWLYR la traduc-
ción, porque es indudable que cada instrumento debe ser descifra-
do y su lenguaje puede ser sumamente enigmático o equívoco. De
WRGRVPRGRVFRQYLHQHQRROYLGDUTXHPXFKDVYHFHVODGLÀFXOWDG
especialmente de traducción, sólo será subjetiva.
El perito puede encontrarse, entre otros, con los siguientes proble-
mas prácticos:
Inaccesibilidad o inadecuación. Carece de objeto solicitar una
prueba sobre hechos imposibles de suceder o valiéndose de instru-
mentos totalmente desproporcionados para conseguir el resultado
probatorio que se apetece.
6XSHUÁXLGDG KHFKRV QRWRULRV KHFKRV LQWUDVFHQGHQWHV KHFKRV
ya comprobados o no controvertidos).
Falta de seriedad. Se entiende que carecen de seriedad las peti-
ciones de prueba cuando de sus circunstancias surgen indicios de
que se persigue en ellos un objetivo en cualquier modo extraño al
procedimiento; tal es el caso de cuando se ve claramente que la
petición no va a proporcionar ninguna aclaración sobre cuestiones
de importancia para la resolución.
Pruebas pesquisitorias. Es, o debe ser, inadmisible toda petición de
SUXHEDSHULFLDOFXDQGRIDOWDQEDVHVIiFWLFDVSDUDODDÀUPDFLyQ\OR
que se trata de conseguir mediante su práctica es el fundamento
GHQXHYDVDÀUPDFLRQHV
38
&ODVLÀFDFLyQGHORVKHFKRVGHSUXHEDHVSHFLDOPHQ-
te difícil.
A) Hechos antiguos. Realidades acaecidas en tiempos pretéritos
y por cuya causa su representación judicial resulta insegura y em-
EDUD]RVD(QHOORVODPD\RUGLÀFXOWDGHVODWUDVODFLyQ\HOPHMRUUH-
medio consiste en la factibilidad heurística mediante la elaboración
de un preciso heurigrama histórico.
C) Hechos íntimos.6RQDTXHOORVTXHVHUHÀHUHQDODSDUWHSHUVR-
nalísima, comúnmente reservada, de los asuntos, designios o afec-
FLRQHVGHXQVXMHWRRGHXQDIDPLOLD6XEVLVWHQDTXtODVGLÀFXOWDGHV
de impresión, lo mismo que en los ilícitos, aunque también se dan
problemas de traslatividad, pues al no tratarse generalmente de
asuntos que interesen a la colectividad, cual sucedería en cambio
si fuera una cuestión criminal, el derecho positivo es, debe ser, rea-
cio a pruebas inquisitorias. Por lo demás, el concepto de intimidad
es relativo y se relaciona con el medio social en que los hechos se
desarrollan.
39
ciones, voliciones o emociones y alcanza hasta los fenómenos sico-
patológicos en cuanto, como tales, tengan trascendencia jurídica.
Su característica común es la de ser hechos puramente temporales
e informales que se originan y desarrollan en la esfera interna del
individuo (psique) por cuyo motivo, al no dejar huellas visibles, su
GHPRVWUDFLyQVXHOHVHUPX\GLÀFXOWRVD'HVGHHOSXQWRGHYLVWDSH-
ricial, la determinación del dolo, la culpa, el conocimiento, la inten-
ción, el miedo y la insania mental, así como su imputabilidad, tiene,
o debe tener, una gran trascendencia jurídica.
40
litigiosa requiera una gran precisión en la reproducción del hecho
histórico, lo más seguro sea que no pueda lograrse con los instru-
mentos probatorios que se tienen al alcance. En algunos casos, las
técnicas de investigación operativa permiten deducir una distribu-
FLyQ GH SUREDELOLGDGHV VXÀFLHQWHPHQWH DSUR[LPDGD FRPR SDUD
que el juez pueda tomar decisiones razonables, especialmente si
comprende que el resultado heurístico tiene, como mejor represen-
tación, una curva estadística. La teoría de la incertidumbre metro-
lógica demuestra, mediante análisis de la varianza, que pueden
mejorarse así la precisión y la utilidad del instrumental.
41
a orillas del río Niddler, tristemente ilustran muchos de los peores hi-
tos de la civilización occidental.
La Inquisición funcionó en todos los países de Europa con la misión
de buscar herejes, de convertirlos y, si llegaba el caso, castigarlos.
Nació en 1252, en plena Edad Media, con la promulgación de la
%XODSRQWLÀFLDGH,QRFHQFLR,9´$GVWLUSDQGDµ(Q(VSDxDVHOODPy
tribunal o consejo de la “Suprema y General Inquisición”. Torque-
mada y Fernando de Valdés son los inquisidores generales que más
fama alcanzaron por los perversos procesos en los que la prueba
GLDEyOLFDIXHVXÀFLHQWHSDUDFRQGHQDUDPXFKRVLQIHOLFHV
El fenómeno inquisidor no es sólo una perversión del enjuiciamien-
to. Es una sociopatología, una trágica tendencia de los colectivos
atormentados. Es muy importante comprender sus orígenes y la ló-
gica perversa de su propagación para elevar a instancias superio-
res la seria necesidad de erradicar toda inquisición.
Analizando la lógica siempre cruel de los inquisidores casi siempre
se acaba por encontrar, en su actitud, en su historia, y en sus relacio-
nes, ciertos indicios que pronto pueden convertirse en pruebas de
una victimización anterior. Es decir, que todo inquisidor antes ha sido,
de alguna manera, acusado por los mismos procedimientos que él
PLVPRXWLOL]D(QOXJDUGHKDEHUVHRSXHVWRDORLQMXVWRORUHÀQDLQWH-
riorizándolo. Podría decirse en el sentido freudiano que lo sublima,
y ejerce el mismo tipo de poder del que él antes fue víctima. Hay
un cierto “efecto Drácula”, similar a la transmisión del vampirismo,
en estas indeseables prácticas inquisitoriales con prueba diabólica,
que se propagan durante generaciones como otras muy lamenta-
bles perversiones humanas inductoras de sociopatologías.
Un buen psicoanálisis del inquisidor es, sin duda, la mejor defensa
de la víctima. Y el mayor mérito de una víctima es el de evitar a toda
costa cualquier tentación de hacer sufrir a otros los procedimientos
y las injusticias inquisitoriales, con una sola excepción: el inquisidor
debe probar un poco de su propia medicina. La Historia apunta
que los inquisidores sólo empezaron a civilizarse cuando ellos mis-
mos también fueron procesados por sus mismos métodos.
El psicodrama inquisitorial no ha desaparecido de nuestra socie-
dad, por mucho que en ella se presuma de valores democráticos
y de la seguridad jurídica del Estado de Derecho. Es sorprendente
lo mucho que hay del espíritu de la Inquisición en muchas organi-
zaciones, y también, y es lo más grave, en todos y cada uno de
nosotros.
La sociedad de la información, las nuevas tecnologías y el desa-
rrollo económico y social no sólo no han conseguido erradicar los
principios inquisitoriales, sino que han posibilitado nuevas formas de
42
dominio y represión.
Muchos despidos laborales presuntamente disciplinarios, expe-
GLHQWHV \ UHVROXFLRQHV DGPLQLVWUDWLYDV \ ÀVFDOHV WRGR WLSR GH GH-
cisiones económicamente injustas y persecuciones periodísticas y
mediáticas tienen su inspiración en pruebas diabólicas. La sociedad
no ha aprendido ni siquiera de la epidemiología que pueda evitar
que prosperen las prácticas procesales tan injustas y perjudiciales,
como contagiosas. Es preciso recordar de cuando en cuando el
pensamiento de Bertold Bretch: “Primero fueron por los que eran de
una manera, pero a mí no me importó, porque yo no era así. Des-
pués fueron por los que eran de otra, pero a mí tampoco me impor-
tó, porque tampoco era de esa otra manera. Después vinieron por
mí, pero ya era demasiado tarde”.
La prueba diabólica se adapta a los complejos escenarios tecno-
lógicos sirviendo a quien tiene superioridad de información e inte-
ligencia, así como los recursos para afrontar el costo de los proce-
dimientos civiles con ventaja, o a despedir casi libremente, y en el
acto, con el mínimo costo económico y social.
Nuestra experiencia pericial en numerosos juzgados de primera
instancia nos ha permitido acumular todo tipo de evidencias pro-
batorias de planteamientos diabólicos, al menos en términos eco-
nómicos. Lamentablemente, ni dentro de la Ley de Enjuiciamiento
Civil vigente ni tampoco en la que entro en vigencia en enero de
KD\ UHFXUVRV SURFHVDOHV VXÀFLHQWHV FRPR SDUD JDUDQWL]DU OD
neutralización, o la respuesta más justa, a los planteamientos inqui-
sitoriales, como decimos, y podemos demostrar, son muy frecuentes
en primera instancia.
Los desequilibrios en la capacidad probatoria de las partes litigan-
tes llevan a la injusticia. Quien dispone de redes de ordenadores y
avanzados sistemas de gestión documental tiene más facilidades
para acumular evidencias que quien, por mucha razón que ten-
ga, sólo dispone de testimonios de particulares, o del suyo propio,
como única prueba para negar su responsabilidad de lo que se le
atribuye.
Además, la experiencia pericial profesional, que podríamos de-
nominar como “metaexperiencia” pericial, permite percibir otros
desequilibrios procesales, incluso, en segunda instancia derivada.
Entre ellos, llama particularmente la atención el prepotente auto-
matismo de ciertos abogados en sus demandas y procedimientos
probatorios que pretenden dejar muy poco margen a las conclusio-
nes periciales, incluso reivindicando ellos mismos experiencias ante-
riores más profundas y mejor documentadas por los muchos pleitos
similares en que ya intervinieron.
43
En la otra parte puede llegar a darse toda una victimización jurí-
dica por la falta de preparación, de datos y de oportunidades para
neutralizar un planteamiento jurídico perverso ya depurado por el
XVR\ODSUiFWLFDHQEHQHÀFLRGHRUJDQL]DFLRQHVSRGHURVDV\GHV-
piadadas. En el extremo, al que rápidamente se llega si no hay ma-
\RUSRGHUTXHORLPSLGDODVPDÀDVLPSRQHQVXOH\DODTXHQROH
hacen falta ni siquiera las pruebas más diabólicas.
No toda la doctrina jurídica es buena. En la jurisprudencia espa-
ñola se han sentado algunos lamentables precedentes de éxito en
planteamientos inquisitoriales que pretenden legitimar ciertas prue-
bas diabólicas. También es cierto que las víctimas no han podido, no
han sabido o no han querido llevar hasta sus últimas consecuencias
sus posibilidades de defensa. Y este perito siempre lamenta mucho
la pasividad de las víctimas de las pruebas más diabólicas.
44
CAPÍTULO I
EVOLUCIÓN HISTÓRICA
Para hablar de la historia de la balística debe hablarse de los prin-
cipios, desarrollo y evolución de tres elementos como son: la pólvo-
ra, las armas de fuego y el cartucho, por cuanto éstos van relacio-
nados entre sí.
45
de potacio. Puesto que esta fórmula fue escrita en clave sólo pudo
ser conocida hacia el siglo XIX; su inventor no buscó características
propelentes, sino explosivas; también se le adjudica a Bacon haber
estado en España enseñando su fórmula a los moros. Sin embargo,
hasta 1781 se empezó a industrializar, bajo el control del gobierno
inglés, y fue el propelente mas utilizado hasta el año 1894, fecha en
la cual aparece la pólvora sin humo.
46
Gante (Bélgica) fechada en 1313 en la que dice que el empleo de
estas armas se aplicó por primera vez en Alemania. Sin embargo, la
primera arma de virtud balística apareció hacia 1327, según consta
en documentos ingleses sobre la historia de la artillería, pero los ita-
lianos reclaman el invento situado en 1324, año en que probaron el
primer cañón de mecha - Canon lock-, tanto de uso manual - Hand
gonne-FRPRÀMRHQXQDWDEOD(VWHFDxyQWXYRYLJHQFLDKDVWDSULQ-
cipios del siglo XV, cuando apareció el Match lock. En 1350 ya hay
XQ UHJLVWUR JUiÀFR GHO XVR GH XQ DUPD GH IXHJR TXH XQ KRPEUH
podía manejar y disparar por sí mismo.
Cartuchos de diversos calibres para armas Cartuchos de diversos calibres para armas
cortas largas
Foto: Mónica Díaz M. y José Díaz M. Foto: Mónica Díaz M. y José Díaz M.
47
Foto: UEE Cartuchería Deportiva, S.A.
El primer paso para la era del cartucho metálico fue dado ha-
cia el año 1850 cuando Flober y Húllier presentaron el cartucho de
percusión anular, y Dreyse, Lefaucheux, el de percusión lateral por
“pin”.
48
CAPÍTULO II
49
OHQWDIDEULFDGDHQÀEUDGHFixDPRLPSUHJQDGDGHQLWUDWRGHSR-
tasa y otros químicos de combustión lenta (al parecer pólvora) para
TXHDVtVHGHÁDJUDUDDXQDUD]yQGHDSXOJDGDVSRUKRUDSDUD
disparar se tiraba hacia atrás de su parte inferior, descendiendo el
otro extremo sobre el fogón, prendiendo el cebo y así producir el
disparo. La mecha se mantenía encendida y, en la medida en que
se requería el disparo, se acercaba al cebo. Este sistema aportó me-
jora con respecto al anterior, al facilitar el apunte del arma, ya que
el tirador no debía prestar toda su atención en dirigir con su mano la
mecha hacia el cebo y retirarla rápidamente para evitar quemarse
con la llamarada. El desarrollo revolucionó en aquella época el uso
de las armas de fuego, permitiendo su diseño para armas de mano
(armas de defensa personal, de hombro), de infantería y los caño-
nes de artillería de gran peso.
Martín Mertz, considerado como uno de los armeros más célebres
de su tiempo, desarrolló el sistema hacia 1475 al colocar un marti-
llete o martillo en forma de plato, accionado por una palanca y
un resorte, que permitía llevar hacia delante un quemador que el
tirador manejaba manualmente. Al accionarlo, caía sobre la chi-
menea del arma produciendo el disparo. Con base en este modelo
VHIDEULFDURQRWURVVLHQGRORVDOHPDQHVORVSULPHURVHQGLYHUVLÀFDU
el sistema sin que por ello hubiese mejoras notables. Se mencionan,
entre otros, los tipos Botton lock, hacia 1520, y los SNAP, usados en
toda Europa hacia 1550. Durante este periodo de desarrollo surgió
HOULÁH$OSDUHFHUIXHLGHDGRSRU*DVSDU.ROOQHUDXVWUtDFRDTXLHQ
llamó la atención la rapidez del disparo e ideó un arma para dispa-
rar un proyectil liviano hacia el año 1500 - 1520. También existen da-
tos según los cuales un italiano inventó el cañón de ánima estriada,
hacia 1476.
Durante el siglo XVI se introdujo la modalidad de las armas con
cañones intercambiables, lo que permitía que un ayudante carga-
ra un cañón, mientras el tirador disparaba la carga de otro cañón
ya cargado. También empezaron a surgir las armas de fuego de
repetición tipo revólver, de varios cañones, arcabuces y pistolas.
50
te de la forma) se carga y bloquea en una posición lista para liberar
la energía almacenada en el muelle. Entonces un martillo con una
DWDGXUDDOÀQDOHQODTXHVHFRORFDXQDSLULWDVHEDMDKDVWDTXHGDU
en contacto con la rueda. Mediante varios dispositivos de bloqueo
y mecanismos varios, la rueda queda lista para rodar cuando se
apriete el gatillo. Este mecanismo es muy parecido al de la relojería,
puesto que es necesario darle cuerda para cargar el muelle. El resto
del arma es muy similar a la de mecha. Una cazoleta donde reside
la pólvora y un cañón donde se encuentra la carga. Las primeras
pistolas de rueda fueron utilizadas por los militares, cambiando la
forma de realizar las guerras, posibilitando las emboscadas y asaltos
nocturnos al eliminar la mecha constantemente encendida. Con
este sistema fue posible mejorar la precisión del disparo, maniobra-
ELOLGDG\XQQRWDEOHDXPHQWRHQODHÀFDFLD\VHJXULGDGHQFXDQWR
a su uso.
A este mecanismo bastaba darle cuerda una vez y la energía
necesaria para el disparo permanecería en el arma hasta que se
descargase. En caso de mecanismos más complejos, podía dar-
se la cuerda necesaria para varios disparos. Sin embargo, la gran
desventaja de este mecanismo es su complejidad y su fragilidad.
Hacía falta un experto para construir estas armas y los golpes o la
suciedad podrían inutilizar el mecanismo. La pirita necesaria para el
disparo era relativamente frágil, y podría disgregarse y caer dentro
del mecanismo.
51
En el sistema anterior la pirita era la encargada de producir la chis-
pa, siendo un mineral demasiado blando y fácil de desintegrar, por
lo que se trató de sustituir por piedra de sílex, ésta, sin embargo, era
demasiado dura y, por consecuencia, dañaba la rueda. Se pensó
que para encender fuego bastaba con la piedra, un eslabón y así
producir la chispa, de ahí que a este sistema de armas se le deno-
mine simplemente “de chispa”. Su funcionamiento es simple, siendo
a la vez más seguro y resistente, la piedra está sujeta con mordazas
al martillo en el lateral del arma, este al levantarse comprime un
PXHOOH\HVVXMHWRSRUUHVDOWHRÀDGRUIUHQRDORSULPLUHOGLVSDUDGRU
el martillo queda libre e impulsado por la presión del muelle, inci-
de fuertemente contra una pieza de acero, produciendo chispas
TXHLQÁDPDQDOFHERTXHUHSRVDHQODFD]ROHWDWUDQVPLWLpQGRORD
la carga mediante un conducto de ignición. Dependiendo de la
ORFDOL]DFLyQ JHRJUiÀFD IXHURQ GLVHxDGRV GLIHUHQWHV VLVWHPDV FRQ
QXHYDVPRGLÀFDFLRQHV
Una variedad fue el sistema schanaphaunce originario de los Paí-
ses Bajos, que surgió hacia el año 1525 en el cual los mecanismos y
el muelle quedaban ocultos en el interior del arma y cubiertos por
una placa metálica; la cazoleta que contenía el cebo disponía de
una tapa que debía llevar hacia atrás en el momento de disparar;
HQYH]GHODUXHGDXWLOL]DEDXQDSODFDJUDÀODGDÀMDDPDQHUDGH
plato en posición vertical, contra la cual golpeaba el gatillo porta-
dor de la piedra y así producía la chispa. La palabra se deriva del
holandés Schnapp-hahn, TXHVLJQLÀFD´JDOORTXHSLFRWHDµVLHQGR
el gallo el que pica en el eslabón (plato vertical) y en la cazoleta.
Más adelante este sistema se denomina en Francia e Italia como
Chenapan.
En Francia, España y, más concretamente, en el Mediterráneo, se
desarrolló un sistema llamado Miquelete; en las armas de fuego de
este sistema el muelle principal o real se encuentra en el exterior; el
eslabón y la tapa de la cazoleta son una misma pieza. Cuando el
martillo cae, golpea sobre el eslabón vertical, oscila hacia delan-
te, de manera que el cebo queda expuesto en la cazoleta y así la
chispa hace contacto con él. El nombre procede de los Miqueletes,
tropas irregulares que utilizaron estas armas en los Pirineos. El sistema
se generalizó en todas las armas españolas hasta bien entrado el
siglo XVIII, como también en todos los países europeos. Fue el arma
de defensa personal por excelencia y arma para los famosos due-
los. Teniendo los principios se desarrollaron otras armas de tipos lla-
mados: de agujeta, a la moda, invención, mediterránea, galeote o
PRUODFRVDODURPDQDRÁRUHQWLQDDODLQJOHVDHWF
52
LAS ARMAS DE PERCUSIÓN
53
LAS ARMAS DE RETROCARGA
REVÓLVERES
PISTOLAS AUTOMÁTICAS
54
el 50 AE, lanzado recientemente para dispararlo con la pistola israelí
Desert Eagle, que se comercializa en Occidente. Esta arma genera
unos 2.400 julios de energía con una bala de 300 granos (19,4 g).
55
FUSILES DEPORTIVOS DE DOS CAÑONES
56
julios. El cartucho Lahti, de 20 mm, era todavía más potente, con
unos 50.500 julios de energía; todavía sigue considerándose una de
las armas más poderosas que puedan dispararse individualmente
sin ir montada en un vehículo.
+DFLDHOÀQDOGHODJXHUUDHOEOLQGDMHGHORVWDQTXHVKDEtDSUR-
gresado hasta un punto en el que sólo el fuego de la artillería o
los cohetes explosivos podían hacerle daño; los calibres militares de
media pulgada perdieron terreno. Pero en los últimos años ha ha-
bido un renovado interés en el 50 Browning, para emplearlo como
cartucho de francotirador militar; seguramente es a causa de su
gran energía y de la trayectoria, muy tensa, de la bala.
57
CAPÍTULO III
58
Fusil británico de precisión L-96A1 ACCURACY
Foto: forocoches.com
59
Fusil de precisión alemán H&k PSG-1
Foto: forocoches.com
60
Fusil de precisión francés FR-F2
Foto: forocoches.com
Fabricante : GIAT.
61
Fusil de precisión suizo SSG-300
Foto: forocoches.com
62
Fusil estadounidense Barret M-94
Foto: forocoches.com
Munición : 12,7X99
Longitud : 1.14 m.
63
Fusil estadounidense Model 500 de RAI
Foto: forocoches.com
Foto: forocoches.com
64
El Objective Individual Combat Weapon (OICW) es la próxima
generación de fusiles de infantería con un sistema que dará a las
tropas una capacidad de fuego sin precedente en el campo de
batalla durante el siglo XXI.
El OICW es un programa auspiciado por el ARDEC (U.S. Army Ar-
mament, Research, Development and Engineering Center), que in-
tenta introducir nuevas capacidades en el armamento, para susti-
tuir a la familia de los M16. El primer intento de modernización fue el
SPIW (Special Purpose Individual Weapon), desarrollado entre 1952-
HOVHJXQGRIXHHO$&5$GYDQFHG&RPEDW5LÁHDSULQFLSLRV
de los años 90. Estos dos fracasos anteriores hicieron que el JSSAP
(Joint Service Small Arms Program), departamento del ARDEC, si-
tuado en el Arsenal de Picatinny (New Jersey), hiciera un progra-
ma tecnológico que se inició en 1994 con el nombre de OICW. En
1998, después de evaluar dos propuestas, se decidió otorgar a ATK
(asociada para ello con H&K, Brashear y OCTEC), un contrato de
8,5 millones de dólares para construir 7 prototipos y fabricar 4.700
cartuchos para ser usados en evaluaciones. En 1999, el programa
completó su primera fase de las pruebas.
Para el 2009, el OICW proporcionará a las tropas del combate un
arma con una precisión cinco veces más efectiva y el doble del
DOFDQFH GHO VLVWHPD H[LVWHQWH GHO ULÁH 0 FRQ VX DOUHGHGRU GH
40mm. En los planes del Ejército de los EE.UU. está presente el exigir
a cuatro de los nueve soldados en una escuadra de infantería llevar
el OICW. Reemplazará algunos de los sistemas de armas modulares
TXH KR\ H[LVWHQ FRPR HO ULÁH 0 R OD FDUDELQD 0 FRQ XQ ODQ-
zagranadas adaptado M203..
Como sistema de armas integrado, el OICW incorpora una com-
binación de todos los rasgos de los dos sistemas modulados que
existen y proporciona capacidades adicionales. Para incrementar
la precisión con distancias más largas, incluye un sistema de control
GHIXHJRHOHFWUyQLFRFRQXQOiVHUSXQWDGHDOÀOHULQGLFDGRUGHOD
distancia al blanco y que automáticamente comunica la distancia
al sistema de munición de 20 mm., de alto poder explosivo. Una alta
velocidad y trayectoria aerobalística plana permite una explosión
HQDODLUHMXVWRHQFLPDGHOEODQFRLGHQWLÀFDGR2WURUDVJRLPSRU-
tante es que incluye un punto simple rojo día / noche para ver; este
sistema usa un sensor con tecnología infrarroja para visión nocturna
y permite la eliminación de errores, como el tambaleo y el viento, al
apuntar durante los estados de combate.
6H HVSHUD TXH HO SHVR WRWDO GHO VLVWHPD 2,&: ULÁH \ PXQLFLyQ
sea entre 10 y 30 por ciento menos que el usado habitualmente en
los sistemas modulados del M16 y M4, con lanzador de granadas y
65
alimentada con munición de 20 mm y capacidad para 40 mm en
el tiro de acercamiento.
Se prevé que se fabriquen no menos de 45.000 unidades y que su
costo unitario se sitúe en unos 10.000 dólares.
El costo del proyecto de construcción del sistema OICW se espera
que sea menos que los sistemas del arma comparables modulados
que reemplazará. El coste del ciclo de la vida total de la munición
también se espera que sea sustancialmente más bajo, debido a la
precisión del sistema láser de objetivos, la efectividad de la onda
expansiva de la explosión en el aire, el uso de simuladores para
complementar el entrenamiento de la tropa, y el uso de munición
de entrenamiento.
Foto: forocoches.com
66
metro, la distancia al objetivo, dato que aparece en la parte dere-
cha del visor.
El canal diurno del elemento captador CCD permite transformar-
lo en una cámara de TV con una opción duplicadora que incre-
menta a seis su capacidad de aumento. La información video se
transforma de noche o en malas condiciones atmosféricas en una
cámara térmica.
Esos datos, más los de una brújula, producen información que a
través de un microprocesador se transforma en parámetros envia-
dos a los cartuchos HE de 20 mm para dispararlos en la dirección
más adecuada y detonarlos en el punto apropiado, transformán-
dose en “munición inteligente”.
(OSURJUDPDGHGHÀQLFLyQ\UHGXFFLyQGHULHVJRVVHPDQHMDSRU
PM Pequeño Brazo con soporte técnico suministrado por ARDEC.
Las pruebas de uso se llevan a cabo por la Escuela de infantería de
EE.UU., Ft. Benning, Georgia.
“ATK” es un sistema integrador, diseñador del fusil y el HE 20 mm. En
el equipo están Heckler & Koch (arma), Brashear LP (control de fue-
go), Octec (seguidor del objetivo), y Dynamit Nobel (soporte KE).
PROGRAMA PRESENTE
Ak47-74
Foto: forocoches.com
67
Fabricados originalmente en la Unión Soviética y posteriormen-
te copiados en otros países, como Polonia, Egipto y China Popular,
entre otros, (se calcula que existen en el mundo entre 35 millones
y 50 millones de fusiles de este tipo, lo cual lo convierte en el más
QXPHURVR GHO SODQHWD VRQ SURWDJRQLVWDV HQ ORV FRQÁLFWRV EpOLFRV
actuales ya sea de Centroamérica, Indochina, África o Afganistán.
Espina dorsal del Ejército Rojo y de otros muchos, el AK47 es el arma
de infantería más difundida y utilizada tras la II Guerra Mundial, y
es todavía un serio competidor para los nuevos fusiles de asalto de
pequeño calibre.
El Automat Kalashnikova 1947 o AK-47, según el Panel de Expertos
Gubernamentales sobre Armas Cortas de las Naciones Unidas, es
SURGXFLGRSRUSDtVHV\XWLOL]DGRGHPDQHUDRÀFLDOSRU
(QIXHHODERUDGRHOGLVHxRGHXQULÁHDXWRPiWLFROLYLDQRSRU
Vladimir Grigorevich Federov, uno de los diseñadores del Zar. Duran-
te esta época muchos ejércitos del mundo estaban trabajando en
SUR\HFWRVGHULÁHVDXWRPiWLFRVOLYLDQRVSRVWHULRUDODDSDULFLyQGH
la pistola automática y la ametralladora. La idea de Federov era
utilizar cartuchos de baja potencia para minimizar el retroceso y el
GHVJDVWHGHODUPD6LQHPEDUJRVHFUHDURQPX\SRFRVULÁHV)HGH-
rov automáticos usados en la Primera Guerra Mundial.
El AK-47 reemplazó el fusil soviético “SKS45” diseñado por Simono-
vs utilizado durante la Segunda Guerra Mundial.
El AK-47 fue diseñado por Mikhail Timofeyevich Kalashnikov, un jo-
YHQVXERÀFLDOGHFDUURVTXHVRORSRVHtDJUDGRGHEDFKLOOHU(Q
Kalashnikov fue reclutado en el ejército soviético donde mostró gran
interés por las armas de fuego. En 1941 Kalashnikov fue llamado al
servicio activo como tripulante de tanques. Combatió en la batalla
de Bryansk donde fue herido en un brazo. Durante su estancia en
el hospital estudió todos los libros sobre armas de fuego que pudo
FRQVHJXLU\SUHVWyHVSHFLDODWHQFLyQDXQGLVHxRGHODÀUPDDOHPD-
na Mauser: el “StG-44”, el primer fusil de asalto de la historia. Debido
a la seriedad de sus heridas se le permitió permanecer seis meses en
su pueblo natal de Alma-Ata.
Su primer diseño, un subfusil fabricado en 1942, no tuvo éxito y fue
rechazado por las autoridades; posteriormente en 1946, Kalashnikov
SDVyHOWLHPSRGLVHxDQGRXQULÁHFRQVXDPLJRPDTXLQLVWD=KHQ\D
Kravchenko, y efectuó estudios sobre el fusil de asalto inventado
por Hugo Schmeisser, cuyo ingenioso mecanismo le inspiró la crea-
ción de una carabina automática para la utilización del cartucho
corto M-43 de 7,62x39 mm.
A la Comisión de Artillería en Moscú le pareció bueno el diseño y
le permitieron crear varios prototipos. De 1946 a 1948 el trabajo so-
68
EUHHOULÁH.DODVKQLNRYSURJUHVyOHQWDPHQWHFRQPXFKRVFDPELRV
(QXQRGHORVULÁHVGH.DODVKQLNRYIXHDFHSWDGRSRUHOHMpUFLWR
soviético como el AK-47 (Avtomat Kalashnikova 1947) como todavía
se le conoce en general hoy. Su entrada en servicio a gran escala
no tendría lugar hasta 1954, fecha en la que prácticamente todo el
Ejército Rojo estaba equipado con el nuevo fusil.
Foto: forocoches.com
FUNCIONAMIENTO
69
Foto: forocoches.com
Foto: forocoches.com
70
su parte posterior; este botón es la parte trasera de la varilla guía del
muelle recuperador y, después, el soporte del cierre con la cabeza
del mismo. Si hace falta, el tubo de gases puede ser extraído giran-
do una pequeña palanca situada en el costado derecho del alza;
otra pequeña palanca, situada más abajo, libera el guardamanos,
pero esto generalmente no es necesario para la limpieza del arma
en campaña.
CALIDAD
Foto: forocoches.com
71
MODELO DE LAS TROPAS AEROTRANSPORTADAS
El AK47. (O$.HVIDPRVRSRUVXÀDELOLGDGVRSRUWDODVFRQGL-
ciones atmosféricas más desfavorables en campaña, sin ningún
incidente; se ha probado que el arma sigue disparando a pesar
de ser lanzada al barro y atropellada por una camioneta. Incluso,
ejemplares viejos con una docena de años de servicio activo, no
presentan ningún problema. El arma es muy segura y permite a un
tirador medio alcanzar un blanco humano a 400 metros.
Disparando en ráfagas, el arma tiene tendencia a reelevarse, por
lo que no debe ser empleada más que en ráfagas cortas; ello es
GHELGRHQSDUWHDODFRQÀJXUDFLyQGHODFXODWDFX\DLQFOLQDFLyQ
muy marcada no transmite directamente el retroceso al hombro
del tirador.
La seguridad de su funcionamiento está en relación directa con
la robusta constitución del cargador; su forma curvada es indispen-
sable para una alimentación sin problemas y los labios están refor-
zados para prevenir incidentes en el tiro. Están disponibles diversos
tipos; el más común es de acero estampado con nervios laterales;
otro tipo está hecho de un material más espeso y los laterales pla-
nos, y un tercero, de baquelita.
Están previstos cargadores cortos de 10 cartuchos para el lanza-
miento de granadas, por medio de un trombón lanzagranadas que
se sujeta al cañón, el cual permite disparar granadas de mano que
se colocan en su interior; también pueden ser lanzadas granadas
de fusil, utilizando un tubo lanzagranadas que se atornilla al cañón.
El CETME español. Cerca de medio siglo al servicio del ejército
español y su empleo por más de 30 naciones han hecho del fusil de
DVDOWR&(70(XQDOH\HQGD'LVHxDGRDÀQDOHVGHORVDxRVFXDUHQWD
en poco tiempo se convirtió en un fusil de asalto de fama mundial.
A ello contribuyeron su precisión, resistencia y facilidad de uso.
$KRUD FLQFXHQWD DxRV GHVSXpV GH OOHJDU D ODV ÀODV GHO HMpUFLWR
español, está siendo relevado por el fusil de asalto alemán G-36,
IDEULFDGRSRUODÀUPDDOHPDQD+HFNOHU .RFKODPLVPDHPSUHVD
que hizo el CETME para Alemania y lo distribuyó por todo el mundo
bajo el nombre de G-3.
/DKLVWRULDGHO&(70(VHUHPRQWDDÀQDOHVGHOD,*XHUUD0XQGLDO
cuando Alemania queda sometida al Tratado de Versalles, una de
cuyas cláusulas le prohibía la fabricación y uso de armas de deter-
minado calibre. A pesar de ello, se plantearon cuáles eran las ca-
racterísticas que debería reunir el fusil del soldado del futuro. Una de
las conclusiones fue que se iba a necesitar un “arma de infantería
de aplicaciones varias”, lo que implica que el soldado debe poder
72
hacer fuego automático con su arma individual.
Los resultados de sus investigaciones no aparecen hasta la II Gue-
rra Mundial, y son denominados Maschinencarabinen y Maschinen-
pistolen, de los que se fabricaron varias versiones.
Finalmente, aparece el sturmgewehr, palabra que puede tradu-
cirse como “fusil de asalto”, denominación que ha permanecido
para este tipo de armas.
CETME A
Foto: forocoches.com
$VtDÀQDOHVGHORVFXDUHQWDHO&HQWURGH(VWXGLRV7pFQLFRVGH
Materiales Especiales (CETME), organismo creado el 17 de diciem-
bre de 1949, dependiente del Alto Estado Mayor del Ejército y del
Instituto Nacional de Industria, asume las misiones de investigación
y desarrollo de nuevos materiales para uso de las Fuerzas Armadas
españolas.
Poco después, en 1950, el Alto Estado Mayor encarga al Cen-
tro diseñar y desarrollar un fusil automático individual que tenga un
DOFDQFH HÀFD] GH PHWURV \ XQ UHWURFHVR UHGXFLGR 8Q HTXL-
po de ingenieros españoles se encarga de la tarea. Entre ellos se
destacan Ignacio del Riego y Luis Wilhelmi, después se incorporó
el ingeniero alemán Ludwing Vorgrimmel, que trabajó para la casa
Mauser en el desarrollo del fusil STG-45M. Se parte de la idea de
fabricar un fusil análogo al MP-44 alemán, con un alcance de unos
800 metros, que pudiera disparar tiro a tiro y en ráfagas. Debía pesar
menos de cuatro kilos, medir un metro de longitud, ser alimentado
por cargadores de 30 cartuchos y cumplir una serie de datos técni-
cos, mecánicos y balísticos.
73
El primer problema que se planteaba era el de conseguir un car-
tucho adecuado. El proyectil debía tener la trayectoria rasante y
su precisión debía ser buena a 800 metros. El resultado de las inves-
WLJDFLRQHV IXH XQ PDJQtÀFR FDUWXFKR EDXWL]DGR FRPR ´FDUWXFKR
7,92x41 CETME CA 001”, que por su forma, dimensiones y caracterís-
WLFDVVLJQLÀFDEDXQDUHYROXFLyQUHVSHFWRDRWURVPRGHORV/DEDOD
GH DOXPLQLR UHFXELHUWR GH ODWyQ WHQtD HO SHUÀO PX\ DODUJDGR \ VX
perfecto reparto de masas y volúmenes le conferían un vuelo exce-
lente y una penetración limpia.
CETME B
Foto: forocoches.com
74
CETME se hará en pocos años con gran parte del mercado mundial,
empleándose en más de treinta países.
CETME E
Foto: forocoches.com
CETME L
Foto: forocoches.com
75
Fusil de asalto CETME L
$OFDQFHHÀFD] 400 m.
76
CAPÍTULO IV
77
ciudad de Leipzig, efectúo las primeras pruebas del “desarrollo” del
cuerpo del proyectil realizando negativos del mismo en láminas de
cera y oxido de zinc.
Fue al profesor Balthazard a quien llamó la atención que en el
culote de la vainilla existiera una serie de marcas, y que estas, eran
producidas al incidir sobre él la aguja percutora en el momento del
disparo.
La culata del cierre de la recámara también producía una serie
de marcas en el culote del cartucho, e incluso, el extractor y el ex-
pulsor dejaban marcas características en la vainilla. Sin embargo, el
comienzo de la Primera Guerra Mundial detendría estos avances.
En 1917 un pionero en el campo de la balística forense entra en
escena, Charles E. White.
Su historia se mezcla con la balística, cuando como funcionario
del Ministerio Público del estado de NY, asistió como ayudante al
Presidente de la Comisión de Investigaciones nombrada por el go-
EHUQDGRUGHO(VWDGRHQFDUJDGDGHUHYLVDUODQRPX\ÀDEOHVHQWHQ-
cia dictada por un tribunal del condado de Orleans en el proceso
que investigó y juzgó el caso del doble homicidio cometido en la
noche del 21 de marzo de 1915 en una granja del pequeño pueblo
de West Shelby, en donde su propietario Charles B. Phelps y su ama
de llaves Margarett Walcott fueron asesinados a tiros con un arma
de calibre 22.
Dos trabajadores de la granja Charles E. Stillow y su cuñado Nel-
don Green, fueron acusados y condenados en un proceso repleto
de irregularidades.
Del cuerpo de Charles B. Phelps se extrajeron tres proyectiles cali-
bre 22, y a Stillow, se le incautó un revólver del mismo calibre.
(OÀVFDOGHOFDVRFRQWUDWyD$OEHUW+DPLOWRQXQRGHORVDEXQGDQ-
WHV\SRFRÀDEOHV´WpFQLFRVHQEDOtVWLFDµ\TXHHQODPD\RUtDGHORV
casos siempre se inclinaban a dar la razón a la parte que los con-
trataba.
Hamilton, tras inspeccionar el revólver de Stillow y observar me-
diante un microscopio los tres proyectiles extraídos del cadáver,
realizó un dictamen demoledor para los acusados. Dijo que junto
a la boca del revólver había una muesca, y esta misma muesca
aparecía marcada en los proyectiles, lo que sirvió para decir que:
“Los proyectiles asesinos sólo pudieron ser disparados por el revólver
del acusado”.
Con este dictamen fueron declarados culpables y sentenciados
a la silla eléctrica.
La comisión especial nombrada, mandó a efectuar varios dispa-
ros de prueba para obtener proyectiles testigo que, posteriormente,
78
fueron mandados junto con los dubitados, a la compañía óptica
Bausch & Lomb, con el encargo de buscar las muescas que Hamil-
ton dijo haber encontrado.
Mediante un estudio con los aparatos ópticos intentaron locali-
zar las muescas, no siendo capaces de encontrarlas. Sin embargo,
se efectúo un importante descubrimiento. Tanto los proyectiles del
crimen como los de las pruebas tenían cinco estrías, pero con una
gran diferencia; las estrías de los proyectiles de Estillow eran norma-
les y regulares, y así podían apreciarse en los proyectiles obtenidos
al efectuar los disparos de prueba, pero en los proyectiles debita-
dos, había quedado marcado un campo intermedio de una an-
chura anormal. El arma utilizada para cometer el crimen tenía un
defecto de fabricación que no tenía el arma de Stillow. Stillow fue
declarado inocente, pero había pasado tres años en prisión.
Charles E. White, quedó muy impresionado a causa de lo ocurri-
GRVHSURPHWLyDVtPLVPRTXHLQWHQWDUtDGDUFRQXQVLVWHPDÀDEOH
\FDSD]GHLGHQWLÀFDUHODUPDXWLOL]DGDHQXQFULPHQPHGLDQWHHO
estudio del cartucho empleado.
Con esta idea en mente se dedicó a visitar las fábricas de armas
PiVLPSRUWDQWHVGH((88\DFRQWLQXDFLyQODVHXURSHDV$ÀQDOHV
de 1923, después de cuatro años de viajes, descubrió que ni un solo
modelo era igual a otro; había diferencia en los calibres, en el nú-
mero y orientación de las estrías, de manera que estas podían estar
orientadas de izquierda a derecha, y sus ángulos de torsión podían
ser distintos.
White con todos estos datos de fabricación realizó una especie
de atlas o catálogo técnico, caracteres de proyectil y estampa-
ción de vainilla, llegando a diferenciar si se trataba de un Colt Army
Mod. 1873 o de un Smith Wesson Ejército N3.
Pero esto no podía resolver el problema de diferenciar un Colt
Army Mod. 1873 de otro Colt Army Mod 1873.
La solución a este problema la encontró observando la fabrica-
ción del cañón del arma.
El cañón es fabricado y pulido en un bloque cilíndrico de acero,
al que mediante una cortadora automática de acero se procede
DODEUDUHQpOODVHVWUtDV(QHVWHWUDEDMRKD\TXHSURFHGHUDDÀODU
ODVFXFKLOODVGHODVPiTXLQDV6LVHREVHUYDDOPLFURVFRSLRHOÀORGH
la cuchilla de una cortadora se verá que este no es recto, sino den-
tado.
Por lo tanto, el orden y la medida del dentado son forzosamente
GLVWLQWRVHQFDGDÀORSURGXFLpQGRVHFDGDYH]TXHHVWRVVRQDÀOD-
dos, cambios en los mismos que luego podrán ser observados en
cada una de las estrías. Si a todo esto se le suma la acción abrasi-
79
va, causada por las virutas de acero que se producen mediante la
fabricación del mismo, dará como resultado en cada arma unas
características que no se repetirán jamás.
White explicó su idea al óptico Max Poser y le pidió que le fabrica-
UDXQPLFURVFRSLRSDUDSRGHUYHULÀFDUOD(OySWLFROHIDEULFyXQPL-
croscopio dotado con un soporte que mantenía sujeto el proyectil,
y con una escala de medición que permitía medir las lesiones más
LQVLJQLÀFDQWHVTXHH[LVWLHUDQHQODPLVPD
Posteriormente, se le unieron el físico John H. Fisher y el químico y
gran especialista en microfotografía Philipp O. Gravelle, gracias a
esta unión nació en Nueva York el primer instituto de balística foren-
se del mundo Bureau of Forensic Ballistics.
Fisher aportó a la investigación dos grandes inventos, el primero
de ellos desarrollado basándose en la idea del Citoscopio médico;
construyó un aparato que servía para ver con todo detalle el inte-
rior del cañón de un arma de fuego denominado Helixómetro.
El segundo aporte fue un nuevo microscopio calibrador con ma-
yor precisión que el fabricado, anteriormente, por Poser, y que per-
mitía medir con muchísima más precisión los campos intermedios,
las estrías, y la orientación de las mismas.
Gravelle se puso a pensar y se le ocurrió la idea que daría a la
EDOtVWLFDXQRGHORVIXQGDPHQWRVFLHQWtÀFRVPiVLPSRUWDQWHV7RPy
dos de los microscopios calibradores y los unió mediante un disposi-
tivo óptico gracias al cual podían observarse dos proyectiles juntos
superponiéndolos en una sola imagen y lograr que ambas giraran
de manera que se pudieran comprobar viendo las coincidencias y
diferencias que hubieran en las mismas. El Microscopio Comparati-
vo Gravelle veía la luz.
80
Microscopio de comparación actual
1 Autor del libro “Balística forense”, verdadero precursor de la balística forense en nuestro
medio y que ha sido llamado, con justicia, “El padre de la Criminalística en Colombia”, atre-
viéndonos a decir que fue nuestro Hans Gross.
81
CAPÍTULO V
(ODUWtFXORPDQLÀHVWDTXHHOTXHIDEULTXHRWUDÀTXHFRQDUPDV
y munición de guerra o de uso privativo de las fuerzas armadas, in-
currirá en prisión.
82
CLASIFICACIÓN LEGAL COLOMBIANA
$UWtFXOR/DVDUPDVGHIXHJRVHFODVLÀFDQHQ
Armas de guerra o de uso privativo de la fuerza pública.
$UPDVGHXVRUHVWULQJLGR
$UPDVGHXVRFLYLO
$UPDVDXWRPiWLFDVVLQLPSRUWDUFDOLEUH
/DQ]DFRKHWHVED]XFDVODQ]DJUDQDGDVHQFXDOTXLHUFDOLEUH
&DUJDVH[SORVLYDVWDOHVFRPRERPEDVJUDQDGDVGHIUDJPHQ-
tación, petardos, proyectiles y minas.
*UDQDGDVGHLOXPLQDFLyQIXPtJHQDVRGHLQVWUXFFLyQGHODIXHU-
za pública.
$UPDVGHIXHJRTXHOOHYHQGLVSRVLWLYRVGHWLSRPLOLWDUFRPRPLUDV
infrarrojas, láser o accesorios, como lanzagranadas y silenciadores.
0XQLFLRQHVFRUUHVSRQGLHQWHVDORVWLSRVGHDUPDVHQXQFLDGDV
83
Armas de uso restringido. (Artículo 9). Son armas de guerra o de
uso privativo de la fuerza publica que, de manera excepcional,
pueden ser autorizadas según la facultad discrecional de la autori-
dad competente, para defensa personal especial, tales como:
Armas de uso civil. (Artículo 10.). Son aquellas, que con permiso
de autoridad competente, pueden tener o portar los particulares, y
VHFODVLÀFDQHQ
$UPDVGHGHIHQVDSHUVRQDO
$UPDVGHSRUWLYDV
$UPDVGHFROHFFLyQ
&DOLEUHPi[LPRPP3XOJDGDV
Longitud máxima del cañón 15,24 cm o 6 pulgadas.
En pistolas, funcionamiento por repetición o semiautomática.
Capacidad en el proveedor de las pistolas no superior a 9 cartu-
chos a excepción de las que originalmente sean de calibre 22, caso
en el cual se amplía a 10 cartuchos.
&DUDELQDVFDOLEUH6/\/5QRDXWRPiWLFDV
/DVHVFRSHWDVFX\DORQJLWXGGHFDxyQQRVHDVXSHULRUDSXO-
gadas.
Armas deportivas. (Artículo 12). Son las armas de fuego que cum-
SOHQFRQODVHVSHFLÀFDFLRQHVQHFHVDULDVSDUDSUDFWLFDUODVPRGD-
lidades de tiro aceptadas por la Federación Internacional de Tiro y
las usuales para la práctica del deporte de cacería, como:
84
3LVWRODV \ UHYyOYHUHV SDUD SUXHEDV GH WLUR OLEUH UiSLGR \ IXHJR
central.
$UPDVQRDXWRPiWLFDVSDUDWLURSUiFWLFR
5HYyOYHUHVRSLVWRODVGHFDOLEUHLJXDORLQIHULRUDSXOJDGDV\
de cañón superior a 15,24 cm (6 pulgadas).
(VFRSHWDVFX\DORQJLWXGGHFDxyQVHDVXSHULRUDSXOJDGDV
5HYyOYHUHV\SLVWRODVGHSyOYRUDQHJUD
&DUDELQDVFDOLEUH6/\/5QRDXWRPiWLFDV
5LÁHVGHFDFHUtDGHFXDOTXLHUFDOLEUHTXHQRVHDQVHPLDXWRPi-
ticos.
)XVLOHVGHSRUWLYRVTXHQRVHDQVHPLDXWRPiWLFRV
Armas de colección. (Artículo 13). Son aquellas que por sus ca-
UDFWHUtVWLFDVKLVWyULFDVWHFQROyJLFDVRFLHQWtÀFDVVHDQGHVWLQDGDVD
la exhibición privada o pública de las mismas.
/DVDUPDVGHXVRSULYDWLYRRGHJXHUUDVDOYRODVGHFROHFFLyQ
$UPDVGHIXHJRGHFXDOTXLHUFDOLEUHTXHKD\DQVLGRPRGLÀFD-
das substancialmente, que aumenten su letalidad.
/DVDUPDVKHFKL]DVVDOYRODVGHÀVWR
/DVTXHFDUH]FDQGHSHUPLVRUHTXLULHQGRGHHVWH
/DVTXHHOJRELHUQRFRQVLGHUH
85
PERMISOS PARA PORTE Y TENENCIA
86
CAPÍTULO VI
87
A su turno, la balística forenseVHFODVLÀFDHQ
BALÍSTICA INTERNA
DEFINICIÓN
88
nientemente robusto, para que sea capaz de soportar las presiones
generadas en ella, también debe diseñarse el cálculo de longitud
del cañón para determinado cartucho, de acuerdo con la canti-
dad y calidad de pólvora que presente, debe tenerse en cuenta,
además, el dimensionado y desarrollo del estriado del ánima de los
cañones que debe depender de las características del proyectil.
El disparo como hecho aislado, ocurre en un lapso muy corto,
SHURVXVIDVHVRHWDSDVHVWiQFODUDPHQWHGHÀQLGDV\SXHGHQHVWX-
diarse separadamente.
PERCUSIÓN
E = P.V/2g
89
IGNICIÓN
COMBUSTIÓN DE LA PÓLVORA
90
Tiempo de recorrido del proyectil en el ánima. Como se men-
cionó anteriormente la presión ejercida por los gases, debido a la
combustión de la pólvora, y luego de la dilatación de la vainilla,
el proyectil es liberado, empezando así a introducirse en el cañón
abandonando la recámara, una pequeña cantidad de granos de
pólvora pasa por delante de él, precediendo en su trayecto por el
cañón.
La primera parte del ánima, inmediatamente después de la re-
cámara, es lisa, por lo tanto, carece de estrías, y este trayecto es
el que se denomina de vuelo libre, por el se mueve el proyectil con
relativa facilidad, por ello es que una pequeña cantidad de gases
se adelanta, y hace que la vainilla en su parte delantera se dilate
y ocupe totalmente la recámara, evitando que los gases escapen;
DVtTXHGDQFRQÀQDGRVGHWUiVGHOSUR\HFWLO
Sigue aumentando la quema de los granos de pólvora como
también la presión de los gases hasta el máximo, que suele coincidir
con el “forzamiento” del proyectil en el rayado o la conducción;
GHSHQGLHQGRGHODÀQXUDGHOJUDQRVXWLSRSHVR\GXUH]DGHOSUR-
yectil, al igual que el grado de forzamiento.
En un momento dado, la cámara de combustión gana la carrera
al desarrollo de los gases, por lo tanto, comienza a descender la
SUHVLyQSHURWRGDYtDHVORVXÀFLHQWHPHQWHDOWDFRPRSDUDVHJXLU
impulsando el proyectil hasta que salga por la boca del cañón, in-
cluso la velocidad de él, puede aumentar un poco después de salir
al exterior por el impulso que recibe por el fogonazo de los gases
que salen tras de él.
El proyectil que parte del reposo y recorre el ánima, con velocidad
creciente, hasta salir por la boca de cañón, utiliza un cierto tiempo
en este recorrido, y es calculable dividiendo la velocidad del pro-
yectil en la boca de cañón por la longitud del ánima (cañón), pero
la verdad es que la aceleración no es lineal sino parabólica ya que
en la primera parte del recorrido del proyectil, la aceleración, es
mayor que en la segunda mitad, por las razones ya mencionadas.
Datos experimentales permiten estimar el tiempo del recorrido del
proyectil en el ánima entre 0,0008 a 0,001 segundos.
Al salir el proyectil, la presión desciende bruscamente y por ello
la vainilla por elasticidad recupera parcialmente sus dimensiones
primitivas y con ello es posible que se despegue de la recámara,
permitiendo así su posterior extracción.
De acuerdo con los datos dados en los párrafos anteriores, una
idea aproximada del tiempo de desarrollo de la balística interna de
las armas portátiles puede resumirse así:
91
Retardo a la percusión 0,0020 a 0,0060 Segundos
Retardo a la ignición 0,0002 a 0,0002 Segundos
Recorrido en el ánima 0.0008 a 0,0010 Segundos
Tiempo total 0,0030 a 0,0072 Segundos
92
para conseguir una condición de combustión que se asemejasen
a la pólvora negra y, naturalmente, diseñar los cartuchos con las
vainillas más cortas, al igual que las recámaras.
Estas condiciones son las que se conservan en la actualidad para
armas cortas, sin embargo, resulta inoperante para armas largas de
gran potencia, las vainillas y recámaras abotelladas, han resuelto el
SUREOHPDFRPRWDPELpQFRQODD\XGDGHODVPDJQtÀFDVSyOYRUDV
sin humo progresivas que hoy se emplean. El tronco de cono de la
garganta que une el cuerpo de la vainilla con el gollete, además
de permitir una mayor cámara de combustión, también retiene los
gases en la recámara, los hace retroceder en su camino de ex-
pansión, contribuye a mantener alta la presión en recámara y así
mejorar la combustión y, por ende, las presíones, aunque son más
altas, son más uniformes, con ello mejora la velocidad inicial y la
precisión.
93
los efectos aumentan con el calibre, la masa de gases y su tempe-
ratura, fuerza de engarce proyectil-vainilla, también, por el peso de
la carga y el proyectil y características de la pólvora, así como las
características mecánicas del acero del cañón, su punto de fusión,
VXFRQGXFWLYLGDGWpUPLFD\ODVFDUDFWHUtVWLFDVVXSHUÀFLDOHV
Cuando el deterioro existente en las armas por el desgaste ma-
terial, alcanza niveles que determinan una disminución notoria de
la presión máxima y de la velocidad inicial suministrada al proyectil,
como también a la irregularidad del movimiento de rotación del
proyectil a causa del desgaste del estriado en el ánima del cañón,
perturbando su trayectoria, se ha llegado a la muerte balística, por
lo tanto es inoperante y peligroso seguir haciendo uso del arma en
este estado.
En las armas portátiles por su alta cadencia de disparo y el sistema
de forzamiento, a pesar de no generar elevadas presiones y tempe-
raturas con relación a las no portátiles, su desgaste es mayor.
En las armas de repetición (revólver, escopetas) el desgaste ma-
WHULDOVHPDQLÀHVWDHQORVSULPHURVFHQWHQDUHVGHGLVSDURVSRUXQ
ligero aumento de diámetro al comienzo del rayado o conducción,
mientras el resto del ánima no presenta signos de erosión, cerca
al millar de disparos las rayas pierden sus aristas vivas, es decir, se
redondean, la recámara aumenta su diámetro al igual que en la
boca de cañón y avanza el cono de unión. Pasado el millar de dis-
paros, el calibre del ánima aumenta constantemente ocurriendo lo
mismo en la boca de cañón. Disparados varios miles de cartuchos
aumenta, considerablemente, el diámetro de la recámara, al igual
el calibre del ánima, sobre todo, en su primer tercio (se observa la
dilatación) y avanza el cono de unión; en la boca del cañón es tan
grande su aumento de diámetro que ya no se aprecia el estriado.
Al ocurrir el desgaste descrito, anteriormente, hay de forma pa-
ralela un desgaste balístico: en los primeros centenares de disparos
la velocidad inicial, la presión en recámara y la precisión son inva-
riables; entre el primer millar y segundo, la velocidad inicial es lige-
ramente irregular y la precisión disminuye lenta pero regularmente;
después de varios millares de disparos la velocidad inicial, la presión
en recámara y la precisión disminuye ampliamente.
En armas automáticas el desgaste sigue un curso paralelo, aun-
que se diferencian brusca y notoriamente tres periodos, presentán-
dose más delimitados, (primeros centenares de disparos, primeros
millares y varios millares) así, en el último periodo su velocidad ini-
cial empeora notoriamente, por lo tanto, su precisión se deteriora
considerablemente, de tal forma que, balísticamente queda en un
estado inútil.
94
La vida balística de algunas armas portátiles es, aproximadamen-
te:
Retroceso del arma. Una vez suceden todos los efectos o fenó-
menos de la balística interna, se aprecia un retroceso del arma,
aparentemente en el momento de la salida del proyectil o así lo
aprecia el tirador; este movimiento brusco del artefacto se produce
como consecuencia del principio de acción y reacción. En reali-
dad este efecto se realiza por tres causas, que por la rapidez con
que se suceden parecen ser una, aunque secuencialmente están
ELHQGHÀQLGRV\VRQ
([SORVLyQGHODFiSVXODIXOPLQDQWHDOLQLFLDUODSyOYRUD
(QHOPRPHQWRHQTXHHOSUR\HFWLOWRPDODVHVWUtDVRFRQGXFFLyQ
(forzamiento).
(OGHORVJDVHV\HOSUR\HFWLODODEDQGRQDUODERFDGHFDxyQGH
IXHJRVLHQGRHOPiVVLJQLÀFDWLYR\DSUHFLDEOH
BALÍSTICA EXTERNA
DEFINICIÓN
95
desde el momento en que abandona la boca de cañón de fuego
hasta que alcanza el blanco. Este estudio o parte de la balística es
la más conocida en el área forense.
De igual forma que la balística interior relacionaba estrechamen-
te al arma con el cartucho que usa, la de Exterior lo hace con el
proyectil y el sistema de puntería del arma, por ejemplo un cartu-
cho que esté correctamente diseñado y sea capaz de impulsar un
proyectil perfectamente calculado para el vuelo, pero si el arma
no presenta buenas condiciones en su sistema de puntería, fallará
el impacto en el blanco propuesto, o al contrario, puede suceder
que el arma presente un sistema ideal de puntería pero el proyectil
HVWiPDOFDOFXODGR\VXVGRWHVEDOtVWLFDVVRQGHÀFLHQWHVVHWHQGUi
la misma consecuencia, no se impactará en el blanco deseado.
La aplicación de la balística exterior se haya plasmada en las
tablas elaboradas por las casas fabricantes de los cartuchos para
cada arma, con ello puede predecirse con bastante aproximación
el comportamiento del proyectil disparado por un arma de fuego.
ESTAMPIDO Y FOGONAZO
96
(derecho o izquierdo) y su velocidad angular está en razón inversa
a la amplitud del espiral (paso).
DEFINICIÓN
97
Esto quiere decir que un tirador que impactó en el pecho, sobre
una silueta a 100 metros incidiría o pegaría equis altura más arriba
del pecho, sobre una silueta que estuviese a 50 metros, de acuerdo
con la clase de munición y arma, ubicado en el mismo lugar, posi-
ción y con igual ángulo de proyección que el primer disparo.
Desde el momento en que el proyectil sale disparado por la boca
de cañón del arma de fuego con cierta velocidad, se encuentra
expuesto a dos fuerzas: la gravedad y la resistencia del aire, cau-
santes de su trayectoria parabólica, con movimiento retardado; los
elementos que componen esta trayectoria son:
ELEMENTOS
Línea de tiro: es la prolongación del eje del ánima del cañón, es-
tando el arma de fuego en posición de hacer el disparo.
98
Vértice:VHGHÀQHFRPRHOSXQWRPiVDOWRTXHWLHQHODWUD\HFWRULD
sobre el plano horizontal del cañón.
99
Trayectoria en vacío. Al suponer que no existiera aire y solo ac-
tuara sobre el recorrido del proyectil la fuerza de gravedad, la tra-
yectoria sería parabólica del eje vertical y simétrica respecto del
eje horizontal, el alcance máximo correspondería a un ángulo de
proyección de 45°, el vértice estaría en la mitad del alcance y el
ángulo de caída será igual que el de proyección.
1. Alcance
Flecha de la trayectoria
Velocidad Remanente
2. Duración de la trayectoria
100
casas fabricantes de los cartuchos usualmente publican las tablas,
las cuales muestran la velocidad aproximada de un cartucho, en
particular a la boca del cañón del arma, estos datos son expresa-
dos generalmente en pies / segundo. Para armas largas como los
fusiles en algunos casos dan la velocidad remanente a 100, 200 y
300 yardas.
/DYHORFLGDGGHXQSUR\HFWLOFRPSRUWDWUHVHVSHFLÀFDFLRQHVFOD-
VLÀFDGDVFRPR
101
Un metro equivale a 3,2808 pies.
(VGHFLUTXHODIyUPXODDQWHVGHVFULWDVHVLPSOLÀFDD
P v2
E
450.240
Inercia: /DLQHUFLDHVWiGHÀQLGDSRUODSULPHUDOH\GH1HZWRQHQ
relación con el movimiento, la cual básicamente indica que un
cuerpo en reposo tenderá a mantener ese estado, al igual que si
estuviera en movimiento, si no afectan sobre este fuerzas externas.
Es decir, que un proyectil que ha sido disparado en un arma de fue-
go a través del cañón, tiende a continuar en movimiento pero su
trayectoria y su velocidad variarán por las fuerzas externas, como
son la resistencia del aire y la gravedad.
102
En 1607, Newton fue el primero en presentar algunas leyes teóri-
cas del fenómeno, seguidamente otros investigadores desarrollaron
unas leyes, sin que llegasen a resultados prácticos, recurriendo a la
experiencia, se han concluido las siguientes leyes prácticas:
Para un proyectil con determinada velocidad, la resistencia es
proporcional a la densidad del aire.
P
D2
En donde:
es la densidad seccional.
P es el peso del proyectil en libras avoirdupoid.
D es el diámetro del proyectil en pulgadas (calibre real).
&RHÀFLHQWHEDOtVWLFR6HGHÀQHFRPRFRHÀFLHQWHEDOtVWLFRDEUH-
viado como C) la capacidad que tiene el proyectil para vencer la
resistencia del aire; y esta dado por la fórmula:
(O FRHÀFLHQWH EDOtVWLFR WLHQH UHODFLyQ GLUHFWD FRQ OD SpUGLGD GH
velocidad de un proyectil (cada 100 yardas).
103
Von Rosemberg elaboró la siguiente tabla patrón:
$OUHDOL]DUVHXQFiOFXORGHOFRHÀFLHQWHEDOtVWLFRGHEHUHODFLRQDU-
se con el dato inmediatamente anterior de la tabla y elaborar una
regla de tres, y ese resultado será lo que pierde (en porcentaje) la
velocidad de un proyectil en las primeras 100 yardas de su recorri-
do.
3HUR HVWH FRHÀFLHQWH EDOtVWLFR QR HV FRQVWDQWH *HQHUDOPHQWH
el porcentaje de pérdida de velocidad es mayor cada 100 yardas
en proporción con la medida de la punta. Es decir, que mientras
menos aguda sea la punta del proyectil, mayor es el aumento del
porcentaje de pérdida de velocidad cada 100 yardas.
William DeMuth (The Journal of Trauma. Vol. 9 No 1) trae una grá-
ÀFDTXHLQGLFDHOSRUFHQWDMHDSUR[LPDGRTXHGHEHVXPDUVHDOLQL-
cial, de acuerdo con la punta del proyectil.
Es de anotar que este procedimiento no tendrá la misma precisión
de las mediciones dadas por los fabricantes, pero es muy aproxima-
do, por lo tanto, es útil cuando se carece de las tablas balísticas y,
además, generalmente ellas traen los datos hasta las 1.500 yardas.
Las anteriores fórmulas son válidas únicamente para cartuchos
de guerra o munición de alta velocidad y excepcionalmente a las
de velocidad media.
ALCANCE
104
$OFDQFHHÀFD]3XHGHGHÀQLUVHHQODVDUPDVSRUWiWLOHVFRPRDOD
precisión o a la energía cinética remanente o a ambas; en el primer
caso, es la distancia a la cual los elementos de puntería del arma y
HOWLUDGRUJDUDQWL]DQHOWLURFRQSUHFLVLyQVXÀFLHQWH\HQODVHJXQGD
puede señalarse como la distancia en la cual el proyectil conserva
XQD HQHUJtD FLQpWLFD VXÀFLHQWH FRPR SDUD SURGXFLU XQ IXHUD GH
FRPEDWH(QODVDUPDVODUJDVHODOFDQFHHÀFD]VXHOHVHUHOPLVPR
en ambos casos, ya que a la distancia que indica el alza de mira
como posible para impactar en el blanco, el proyectil lleva una
HQHUJtDFLQpWLFDVXÀFLHQWHSDUDSURGXFLUODGHWHQFLyQHQODVDUPDV
cortas no suele ser así, a distancias de 25 y a 50 metros muchas
pistolas y revólveres de pequeño calibre son aptas para conseguir
excelentes impactos en blancos de magnitud apropiada, pero su
HQHUJtDQRHVVXÀFLHQWHFRPRSDUDHVSHUDUHIHFWRVGHGHWHQFLyQ\
SHQHWUDFLyQVXÀFLHQWHSDUDORJUDUVLWXDFLyQGHIXHUDGHFRPEDWH
es decir, que estas distancias varían según: el calibre del proyectil,
cantidad y calidad de la pólvora, peso y forma del proyectil, siste-
ma de puntería del arma y de acuerdo con la idoneidad y práctica
de la persona que la porte, entre otras.
105
entre ellos y la acción resistente del aire comienza a actuar, la masa
comienza a dispersarse y, en conjunto, adopta una forma ovoide,
fusiforme o alargada, que va a producir dispersiones prácticamente
iguales en anchura y altura, pero mayores en sentido longitudinal,
sus dimensiones serán variables con el calibre del arma, el choke
del cañón empleado (agolletamiento), el número de perdigones,
cantidad de perdigones, velocidad inicial, entre otros; y como es
lógico a mayor distancia, mayor dispersión de la carga.
Existen tablas empíricas y de las casas fabricantes de cartuchos
sobre el comportamiento de la perdigonada de diferentes calibres
a una velocidad a boca de cañón de fuego de 375 mts./seg., con-
VLGHUDGDODLGHDOFRQUHODFLyQDODOFDQFHPi[LPRHÀFD]UDGLRGHO
cono de dispersión a diferentes distancias, entre otros, ya que exis-
ten cuatro tipos de reducción del cañón o choke de dispersión, a
saber: cilíndrico (cylinder), cilíndrico improvisado (improved cylin-
GHU FKRNH PRGLÀFDGR PRGLÀHG FKRNHG FKRNH FRPSOHWR IXOO
choked).
106
cuyo interior contiene una mezcla explosiva que va inmediatamen-
te seguida de un núcleo puntiagudo de acero templado. Al impac-
to el núcleo avanza por inercia rompiendo el encamisado y encen-
diendo la mezcla por fricción. El efecto es un fogonazo visible.
Los demás efectos mencionados se logran también al impacto,
con proyectiles muy especiales que contienen cápsulas que se rom-
pen y derraman el líquido químico que presenten, generalmente
son cartuchos de escasa potencia.
DEFINICIÓN
107
tro y forma del proyectil, como tampoco lo es igual el ángulo de
proyección en cada tiro, ni la rotación del proyectil ni la velocidad,
tampoco las condiciones atmosféricas. Para lo anterior se realizan
pruebas de disparos y precisión al arma y la cartuchería, para así
determinar la precisión de los mismos.
108
De acuerdo con lo anteriormente expuesto, se han de considerar
tres factores que intervienen y que, generalmente, actúan combi-
nados y son: la velocidad, el peso y la forma del proyectil, supón-
gase que se impacta con un proyectil de peso y forma determina-
da en un ser vivo, con velocidades crecientes y que el proyectil no
sufra deformaciones, entonces, puede suceder seguramente que
perfore la piel, que el proyectil avanzara entre los tejidos abriendo
camino, hasta detenerse; toda su energía remanente se habrá con-
vertido en trabajo y como este es producto de fuerza por camino
recorrido, los efectos producidos habrán sido un golpe, debido a la
fuerza y a los destrozos que cause; si el golpe no produce inhibición
ni tampoco el destrozo de los tejidos, no se efectuará un fuera de
combate; si se aumenta la velocidad de incidencia, lógicamente
es mayor la energía, trabajo, los destrozos, el golpe, también la pe-
netración en los tejidos; el fuera de combate se producirá siempre y
cuando cualquiera o ambos produzcan la inhibición y puede resul-
tar favorecida si el proyectil en su recorrido perfora, astilla o rompe
un hueso, el cual al dispersarse aumenta el volumen de los destrozos.
Si el proyectil perfora completamente y sale del ser vivo, los efectos
pueden ser menores. Y por último una velocidad alta puede gene-
rar el fenómeno de “transvasación” de líquidos dentro del ser vivo,
que produce una inhibición total e instantánea de varios centros
nerviosos, causando un fuera de combate instantáneo.
Supóngase ahora que las velocidades de incidencias sean iguales
pero con peso y forma de los proyectiles diferentes, pero indeforma-
bles y que atraviesan órganos no vitales. El peso ejerce fundamen-
WDOPHQWH VX LQÁXHQFLD D LJXDO TXH RWUDV FRQGLFLRQHV YHQFLHQGR
con mayor o menor facilidad los tejidos y haciendo que su penetra-
ción sea mayor o menor y la forma caracterizada o determinada
SRUHOFRHÀFLHQWHEDOtVWLFRIDFLOLWDUiRGLÀFXOWDUiODSHQHWUDFLyQGHO
proyectil, según sea en punta o de acuerdo con su diámetro, pero
al mismo tiempo hará que el destrozo de los tejidos sea menor o
mayor.
'HVYLDFLyQGHVXWUD\HFWRULD
'HIRUPDFLyQHQODSHQHWUDFLyQH[SDQVLyQ
&DEHFHRGHOSUR\HFWLO
109
Lo anterior es decisivo en el fuera de combate, en el cual, de una
forma u otra la velocidad juega un factor importante en ello, y de
acuerdo con experimentos se dice que con una velocidad de inci-
dencia menor a 440 mts./seg. con proyectiles encamisados e inclu-
so expansivos, no se produce una deformación apreciable, como
tampoco desviación en su trayectoria de penetración, el fuera de
combate será circunstancia, pero superiores a ella y sobre todo si
alcanzan velocidades de 800 a 1000 mts./seg. los efectos son mu-
cho mayores. A la transvasación se une la expansión del proyectil
expansivo y en los encamisados de punta aguda, el cabeceo, el
volteo y un recorrido errático que causan heridas que hacen pensar
en efectos explosivos.
Sin embargo, estos datos son orientadores, ya que los efectos en
el cuerpo humano son imposibles llevarlos a cifras, además, el 30
por ciento de las regiones del cuerpo humano o animal contienen
órganos vitales que al ser lesionados pueden producir la muerte,
luego, puede deducirse que toda herida producida por arma de
fuego es grave.
&DUDFWHUtVWLFDVGHORVSUR\HFWLOHVXWLOL]DGRV
110
'LVWDQFLDGHGLVSDUR
5HERWHGHOGLVSDUR
5HFRUULGRGHOSUR\HFWLODWUDYpVGHODVSUHQGDVGHYHVWLU
6L HO SUR\HFWLO HQ VX UHFRUULGR SRU HO FXHUSR FKRFy FRQ DOJ~Q
hueso.
ÉQJXORGHGHVYLDFLyQGHOSUR\HFWLOVREUHVXHMHPD\RUORQJLWX-
dinal).
'HVYLDFLyQVREUHVXFHQWURGHJUDYHGDGGHPDQHUDFLUFXODU
0RYLPLHQWRGHURWDFLyQGHOSUR\HFWLO
111
Otro factor para el grado de la lesión, es la fragmentación del
proyectil dentro del cuerpo y puede presentarse como consecuen-
FLDGHODYHORFLGDGGHHVWHRSRUXQDFRQÀJXUDFLyQHVSHFLDOGLVH-
ñada para este efecto.
Básicamente se encuentran tres tipos de heridas, a saber:
Rasante: FUX]DODSLHOVXSHUÀFLDOPHQWHSURGXFLHQGRXQDKHULGD
sin penetrar el cuerpo.
112
El estudio de las heridas y los residuos de disparo presentes o au-
sentes pueden ser útiles para establecer una posible distancia de
disparo.
Cuando el proyectil abandona la boca de cañón de fuego, es
acompañado por una llamarada, la cual tiene una longitud aproxi-
mada de una pulgada, cuya importancia es mayor en las heridas
producidas por contacto o semicontacto. También es de vital im-
SRUWDQFLDHOKXPRSURGXFWRGHODGHÁDJUDFLyQGHODSyOYRUDSDU-
tículas de la misma y metales pulverizados, los residuos de estos ele-
PHQWRVVRQIXQGDPHQWDOHVSDUDFODVLÀFDUODVKHULGDV
/DV KHULGDV SRU SUR\HFWLO GH DUPD GH IXHJR SXHGHQ FODVLÀFDUVH
en:
'HFRQWDFWR
'HVHPLFRQWDFWR
$FRUWDGLVWDQFLD
$ODUJDGLVWDQFLD
113
presentan rompimiento en forma de estrella de bordes retraídos. Los
UHVLGXRVGHGLVSDURVHHQFRQWUDUiQLQWHUQDPHQWHHQHORULÀFLRHQWUH
la piel y la tabla ósea de la entrada del proyectil, la forma y tama-
ño de esta estrella depende del tipo y calibre del arma siendo más
notoria en los mayores, en muchos casos el proyectil no tendrá la
energía cinética para atravesar el cráneo.
En las heridas de contacto por proyectiles de alta velocidad (fu-
VLOHV\HQWHMLGRVEODQGRVHORULÀFLRGHHQWUDGDGHMD XQDTXHPD-
GXUDHQIRUPDGHPDUJDULWDDOUHGHGRUGHORULÀFLRGHHQWUDGDSRU
la llama; en regiones del cuello y el cráneo sucede un fenómeno
similar a las del contacto sobre el cráneo de baja velocidad, como
VHGLMRGHMDXQRULÀFLRGHHQWUDGDLUUHJXODU\HVWUHOODGRSRUHOORVH
KDFHGLItFLOHVWDEOHFHUHQFLHUWDVRFDVLRQHVHORULÀFLRGHHQWUDGD\
es necesario la determinación química de los residuos.
Si el disparo fue realizado con un arma corta de carga única y
calibre mediano, sobre un cuerpo cubierto de prendas de vestir, la
entrada será en forma de embudo o cráter, con diámetro superior
DO GHO SUR\HFWLO /RV ERUGHV GHO RULÀFLR GH HQWUDGD VH HQFXHQWUDQ
deshilachados y hasta quemados.
Contacto blando. Se presenta en el evento en que la boca de
cañón del arma de fuego está en contacto con la piel, pero no de
XQDPDQHUDÀUPHHQHOPRPHQWRGHOGLVSDURSHUPLWLHQGRTXHVH
forme un espacio entre el cañón y la piel por donde salen los gases
que anteceden al proyectil, el humo (ahumamiento) que acompa-
xDORVJDVHVVHGLVSRQHHQIRUPDGHXQKDORDOUHGHGRUGHORULÀFRGH
entrada y es conocido con el nombre de ´KDORGHÀVKµ
Contacto angulado. 6HPDQLÀHVWDFXDQGRXQDSDUWHGHOFDxyQ
del arma está en contacto con la piel. Los gases y el humo al salir
escapan hacia el lado opuesto del apoyo del cañón, dejando un
KDORH[FpQWULFRHORULÀFLRGHHQWUDGDHVWiHQODEDVHGHOKDORGHO
humo, la disposición del halo permite determinar la orientación del
arma de fuego en el momento del disparo.
Contacto incompleto. Las heridas de contacto incompleto se
presentan cuando el cañón del arma está en contacto directo so-
bre la piel, pero al no ser esta plana, una parte de la boca de fuego
permanece libre permitiendo el escape del humo y los gases, se
SURGXFHDVtXQKDORLQFRPSOHWRDOUHGHGRUGHORULÀFLRGHHQWUDGD\
está en dirección opuesta a la dirección del proyectil
114
QRWLHQHQFDPSRSDUDGLVSHUVDUVHDOUHGHGRUGHORULÀFLRGHHQWUDGD
y permanecen dentro de él.
El humo y los gases, por el contrario, forman al salir un halo alre-
GHGRU GHO RULÀFLR GH HQWUDGD JHQHUDOPHQWH GHMDQ XQD ]RQD GH
SLHO\DPDQHUDGHULQHQWUHHOERUGHGHORULÀFLRGHHQWUDGD\OtPLWH
interno del halo, cuando el disparo es angulado se forma un halo
excéntrico difícil de diferenciar del contacto angulado, el aguza-
miento es característico en este tipo de lesiones. La presencia de
ahumamiento alrededor de una herida depende de múltiples fac-
tores, como distancia de disparo, tipo de pólvora, el tamaño del
cañón, el calibre del arma, el tipo de arma.
La distancia de disparo en la que se encuentra el ahumamiento
es de 1 a 25 cms., siendo 30 cms. la distancia máxima en la que se
ha encontrado; a distancia superiores de 20 cms. se superpone el
tatuaje por gránulos de pólvora, característica de las heridas a una
distancia intermedia; la pólvora con gránulos aplanados da un halo
mayor que con gránulos redondos; las armas de mayor longitud
dan un halo mayor y los revólveres más que las pistolas; así mismo,
a mayor calibre, mayor halo. El fusil produce un halo de tatuaje re-
ducido ya que la combustión es casi completa cuando el proyectil
ha salido del cañón
La amplitud del tatuaje aumenta en relación con la distancia en
que se efectúo el disparo, hasta cierta distancia en que desapare-
ce progresivamente, también se aprecia carbonización alrededor
GHORULÀFLRGHHQWUDGDFDXVDGDSRUHOIRJRQD]R
115
Heridas a larga distancia. Las lesiones a larga distancia se carac-
terizan por carecer de elementos residuales del disparo. Su aspec-
to depende solamente de las huellas típicas que deja el proyectil
VREUHODSLHOHQHVWDVKHULGDVVHLGHQWLÀFDQHORULÀFLRSURSLDPHQWH
dicho, el anillo de contusión (abrasivo), de estiramiento o erosivo y
el de limpieza.
116
A distancias entre 1,20 a 3 metros la dispersión es progresiva y
IRUPD XQ RULÀFLR GH HQWUDGD FRQ ERUGHV LUUHJXODUHV GH KDVWD GRV
pulgadas de diámetro, rodeada de lesiones periféricas por perdigo-
nes dispersos, la dispersión depende del calibre del arma, del grado
de reducción del cañón, del tipo de munición. En las municiones
pequeñas la dispersión es mayor. Se considera que a distancias su-
periores de 72 metros, aproximadamente, los perdigones dispara-
dos por escopetas han perdido su energía cinética y no pueden
penetrar la piel.
Las heridas por perdigones disparados por escopetas general-
PHQWHFDUHFHQGHRULÀFLRVGHVDOLGD
BALÍSTICA INSTRUMENTAL
$OJXQRVFRQRFHGRUHVGHODPDWHULDDÀUPDQTXHEDOtVWLFDLQVWUX-
mental es todo lo que trata sobre las armas de fuego, sin embargo,
otra literatura y la lógica indica que es lo relacionado con la serie
de pruebas técnicas realizadas al arma de fuego y a la munición
utilizada, que es la forma como se va a estudiar en este capítulo.
Para la determinación práctica de las características balísticas
y generales de la cartuchería y armas de fuego, así como para el
control de las mismas durante la fabricación y almacenamiento, se
realizan las siguientes pruebas:
1. De Balística interior:
3UHVLRQHVHQUHFiPDUD
3UHVLRQHVDFLHUWDGLVWDQFLDGHOSODQRDQWHULRUDOFLHUUH
9HORFLGDGLQLFLDO
(QHUJtDHQODERFDGHFDxyQGHIXHJR
'HVJDVWHGHOWXER
5HWDUGRDODWRPDGHIXHJR
)XHU]DGHHQJDUFHGHOSUR\HFWLOHQODYDLQLOOD
117
2. De Balística exterior:
&RLQFLGHQFLDGHWUD\HFWRULDV
&RPSDUDFLyQ\PHGLGDGHODÁHFKD
3. De Balística de efectos:
3UHFLVLyQ
3HUIRUDFLyQ
7UD]D
'HVRUJDQL]DFLyQGHOSUR\HFWLO
9HULÀFDFLyQYLVXDO
9HULÀFDFLyQGLPHQVLRQDO\GHSHVR
9HULÀFDFLyQGHFDUWXFKHUtDWLSR
9HULÀFDFLyQGHSUREHWDV\DUPDVGHSUXHED
(VWDQTXHLGDG
3UXHEDFOLPiWLFD
)XQFLRQDPLHQWRHQIXHJR
7HQVLRQHVLQWHUQDV
6HQVLELOLGDGGHFiSVXOD
$QiOLVLVTXtPLFRGHODSyOYRUD
3UXHEDGHWHPSHUDWXUD
9HORFLGDGGHWLURHQDUPDVDXWRPiWLFDV
118
Algunas de ellas son practicadas así: la prueba de la presión en
la recámara de las armas portátiles, se efectúa mediante tres pro-
cedimientos diferentes, como son: el primero, por medio de CRUSHERS,
que es un tubo macizo, cilíndrico en cobre; el dispositivo consiste
en un émbolo de acero sobre el que va apoyado el crushers, todo
ello dentro de un cilindro de acero que se atornilla fuertemente a
la recámara y se cierra con un grueso vástago de acero, la vainilla
se taladra a la altura del émbolo de acero, de forma que ambos
agujeros de la vainilla y recámara coincidan. En el momento del
disparo la presión de gases actúa sobre el émbolo de acero y com-
prime el crushers de cobre. La medida de la deformación de este
determina mediante unas tablas, la presión máxima desarrollada
en la recámara, estos resultados siempre son relativos y comparati-
vos, las fugas de gases resultan inevitables y la técnica de medición
es importantísima, hasta el punto que debe mantenerse invariable
hasta en sus mínimos detalles.
El segundo método es el de PIEZO ELÉCTRICO, se basa en las propie-
dades del cristal de cuarzo, de desarrollar cargas eléctricas cuan-
GRVXVXSHUÀFLHHVVRPHWLGDDDOWDVSUHVLRQHV6LHOGLVSRVLWLYRTXH
contiene el cuarzo se añade un montaje electrónico que conduzca
la electricidad producida en el cristal por la presión del disparo, a
un condensador que la transforma en una fuerza electromotriz re-
guladora de la rejilla del tubo de rayos catódicos de un oscilógrafo
de dos canales, puede obtenerse en la pantalla de este último una
imagen completa de la curva de presiones sobre una base de tiem-
SRV6LDODSDQWDOODVHDFRSODXQDFiPDUDIRWRJUiÀFDUHVXOWDXQ
JUiÀFRGHOTXHSXHGHQGHGXFLUVHDOJXQRVGDWRVSUHVLyQPi[LPD
retardo al encendido, inclinación a la curva de subida de la presión,
presión en la boca de cañón, tiempo de recorrido en el ánima del
cañón, energía cinética en la boca de cañón, velocidad inicial.
El tercer método es el CAPACITIVO, es análogo al anterior pero en
vez de usar un cristal de cuarzo, la presión se hace actuar sobre un
condensador, alterando la separación de sus placas.
En los tres casos se emplea un tubo - probeta, especialmente
SUHSDUDGR SDUD WDO ÀQ TXH SRVHH ODV PLVPDV GLPHQVLRQHV LQWHULR-
res que el tubo del cañón del arma, tanto en recámara como en
ánima, excepto en la longitud de esta última, que en la mayoría de
los casos es convencional y en un determinado punto la recámara
va taladrada y allí se dispone atornillado, el dispositivo que tiene el
elemento medidor de la presión.
La medida de la presión en ánima, a cierta distancia del plano
anterior del cierre importante en armas automáticas, se realiza por
cualquiera de los métodos anteriores, pero situando el dispositivo
119
de toma de presión en el lugar apropiado del ánima de la probeta
de presiones.
La medida de velocidades se basa en determinar el tiempo que
tarda el proyectil en recorrer la distancia entre dos puntos de su
trayectoria cercanos en la boca del cañón, los aparatos que rea-
lizan estas medidas se llaman Cronógrafos y los más utilizados en
la actualidad son el de Boulenger, el de Inducción y el de Células
Fotoeléctricas.
El cronógrafo de Boulenger, sitúa dos marcos eléctricos constitui-
dos por un enrejillado conductor en dos puntos de la trayectoria.
Conectado al primer marco hay un electroimán del que pende una
varilla de hierro dulce forrado de cinc; conectado al segundo va un
electroimán del que pende una corta varilla suspendida sobre un
gatillo disparador. Cuando el proyectil disparado atraviesa el primer
marco corta la corriente, la varilla larga se desprende del electro-
imán y comienza a caer por delante del gatillo; cuando el proyectil
atraviesa el segundo marco, corta a sí mismo la corriente, la varilla
pequeña cae sobre el gatillo, lo dispara y hace una marca sobre el
zinc que forra a la varilla larga que en ese momento pasa cayendo
por delante del gatillo. Si h es la caída de la varilla entre las marcas
de origen y la que le hace el gatillo, el tiempo vendrá dado por:
120
Las pruebas de desgaste de tubos, se efectúan en la forma ya ex-
plicada en el capítulo de Balística interna (en el párrafo “desgaste
del ánima del cañón o muerte balística”), controlándose las distin-
tas fases de desgaste, cada cierto número de disparos, mediante
medidas de las dimensiones de la recámara, diámetro del ánima,
precisiones, velocidades y presiones en recámara.
El retardo a la toma de fuego puede determinarse de forma ab-
soluta mediante el uso del método piezo - eléctrico, obteniendo la
curva completa de presiones en función del tiempo. Pero la medi-
GDLQWHUHVDPiVHQVXVLJQLÀFDFLyQUHODWLYDRVHDXQFyPSXWRGH
la diferencia en retardo que existe de unos disparos a otros; o mejor
un cálculo del mínimo, del máximo y del retardo medio de toda una
serie.
Como quiera que la fuerza de engarce entre el proyectil y la vai-
QLOODWLHQHLQÁXHQFLDHQODSUHVLyQPi[LPDTXHVHGHVDUUROODHQOD
recámara y es importante en el funcionamiento arma - cartucho, su
medida es prueba obligada en toda cartuchería, la cual se realiza
en unas máquinas especiales de tracción, que sujetan fuertemente
la vainilla y el proyectil del cartucho, mediante mordazas adecua-
das, proceden a la extracción del proyectil de una forma regular y
ejercen una fuerza creciente que se gradúa mecánicamente usan-
do un péndulo o bien por un mecanismo oleodinámico.
La prueba de coincidencia de trayectorias, también llamadas
concordancia de zonas batidas, se realiza disparando primero, con
OD´FDUWXFKHUtDWLSRµDXQDGLVWDQFLDGHWHUPLQDGD6HÀMDSDUDHOOR
un blanco, un blanco para un alcance generalmente grande, ma-
\RU LQFOXVR TXH HO DOFDQFH HÀFD] \ VH KDFH XQD VHULH GH GLVSD-
ros con estos cartuchos y el alza correspondiente. Se determina el
centro de impactos y se repite la serie con la misma alza, con los
cartuchos que se van a probar, no debiendo desviarse el centro de
impactos, con respecto al anterior más que en un ángulo de alza
de pocas milésimas.
3DUDHIHFWXDUODFRPSDUDFLyQ\PHGLGDGHODÁHFKDVHHIHFW~D
una serie de disparos con cartuchería estándar, con un alza para
una cierta distancia con línea de situación horizontal. Hacia la mitad
- donde exactamente lo marque la tabla de tiro - se sitúa un blanco
en el que se recogen los impactos y se, determina el centro de im-
pactos. Repetida la prueba con los cartuchos que se van a probar
el nuevo centro de impactos ha de coincidir con el anterior.
La constatación de la precisión de una cartuchería, se realiza mi-
diendo la dispersión del tiro de una serie efectuado sobre un blanco
localizado a una distancia determinada. Se utilizan varios métodos
SDUDGHWHUPLQDUODGLVSHUVLyQ(OPiVFLHQWtÀFRDXQTXHQRHOPiV
121
difundido, consiste en hallar el radio medio de los impactos con de-
terminación de la zona del 50 por ciento de probabilidades de im-
pactos. Otro método, se sirve del rectángulo que incluye a todos
los impactos y da su semi-perímetro como medida de la dispersión.
Otro, encierra todos los impactos en un círculo y da su diámetro
como medida de la dispersión.
La prueba de perforación de una cartuchería, se hace actual-
mente sobre una chapa de acero suave, de determinado grosor,
dureza, composición y resistencia, disparando desde determinada
distancia, y como se vio en el capítulo de Balística interna, se pre-
senta la perforación en el evento en que se atraviesa totalmente y
se dice penetración cuando solo lo es parcialmente. Si la munición
es especialmente perforante, la chapa que se usa es de blindaje
(acero especial templado).
&XDQGR OD FDUWXFKHUtD HV HVSHFtÀFDPHQWH WUD]DGRUD HV SUHFL-
so efectuar una prueba de traza. Tirando a la máxima distancia se
observa el recorrido antes de encenderse y el tiempo que dura la
materialización de la trayectoria por medio de la luz o humillo.
Balística forense descriptiva es la ciencia auxiliar del derecho pe-
nal encargada del análisis y descripción de los distintos EMP o EF en-
contradas en una escena, como son: armas de fuego, cartuchos,
proyectiles, vainillas etc.
Basado en un minucioso estudio a estos elementos, se establecen
sus características físicas, técnicas y morfológicas, enmarcándolos
GHQWURGHODOHJLVODFLyQYLJHQWHSDUDVXSRVWHULRUFODVLÀFDFLyQ
BALÍSTICA IDENTIFICATIVA
DEFINICIÓN
Reseña histórica
122
cilíndrico de acero, luego con una cortadora automática de gran
dureza, se labraban las estrías en el interior del ánima, estas corta-
doras trabajaban bañadas en grasa, y empujaban hacia dentro las
virutas que cortaban de la pared del cañón, al estudiarse estas vi-
UXWDVDOPLFURVFRSLRVHREVHUYDEDTXHVXVXSHUÀFLHQRHUDOLVDVLQR
dentada y como es natural diferentes. Además, la cortadora debía
LQWHUUXPSLUYDULDVYHFHVHOSURFHVR\DTXHWHQtDTXHDÀODUVHFRQV-
tantemente y recordaba las frases de un ingeniero de una armería
austríaca: ”UWLOL]DPRV ORV PHMRUHV DSDUDWRV GH SUHFLVLyQ \ VLQ HP-
bargo, nunca será posible fabricar dos armas exactamente iguales,
existen siempre diferencias. Examine usted al microscopio una nava-
MDGHDIHLWDUREVHUYDUiTXHHOÀORQXQFDHVUHFWRVLQRGHQWDGRSRU
WDQWRHORUGHQ\ODPHGLGDGHORVGLHQWHVVRQIRU]RVDPHQWHGLVWLQWRV
en cada navaja. Lo mismo sucede con nuestras máquinas cortado-
UDV$GHPiVFDGDYH]TXHVRQDÀODGDVVHSURGXFHQFDPELRVTXH
luego se observan en cada una de las estrías. Prácticamente esto
QRWLHQHLPSRUWDQFLDSHURTXL]iVHDLQWHUHVDQWHµ
White nunca había laborado con microscopios siempre para sus
trabajos había bastado con calibradores de gran precisión, pero
las diferencias debían observarse en un microscopio, por lo tanto,
se dirigió a Rochester y pidió el mejor microscopio que hubiere en el
mercado, el cual, por su apasionamiento, lo construyeron en el me-
nor tiempo posible. Este poseía un dispositivo que mantenía sujeto
al proyectil y con escala de medición. Sin embargo, por su edad,
tenía que buscar un especialista para que le ayudara, el primero
fue Jhon Fischer, ItVLFRTXHKDEtDODERUDGRHQODRÀFLQDGHSHVRV\
medidas, pero siempre se había interesado en las armas de fuego,
el segundo fue Philipp O. Gravelle, cuando estudiaba química se
interesó por la microscopia y a la fotografía, la microfotografía era
su pasión, al tener noticia de las ideas de White no dudó en darle su
colaboración y crearon en Nueva York el Bureau of forensic ballistics
RÀFLQDGHEDOtVWLFRVIRUHQVHV
Fischer construyó el Helixómetro, elemento que servía para inspec-
cionar el interior del cañón de un arma de fuego, también inventó
un microscopio calibrador con el cual se obtenían mediciones de
una precisión desconocida hasta entonces. Por su parte, Gravelle
IRWRJUDÀyPLOHVGHSUR\HFWLOHVGLVSDUDGRVSRUXQPLVPRPRGHORGH
arma, comparándolos y apreciando características que podían dis-
tinguirse unos con otros, sin embargo, no estaba convencido de
FyPR IRUPXODU FRQFOXVLRQHV GH LPSRUWDQFLD \D TXH GHVFRQÀDED
sobre todo del cerebro, por cuanto a traves del microscopio que
se utilizaba, debía observarse un proyectil, conservar sus caracterís-
ticas en la memoria, hasta montar y observar un segundo proyectil
123
que se quería, por ello, dependía de la retina y memoria del obser-
vador y por esta razón indujo a Gravelle a inventar un microscopio
de comparación consiguiéndolo en el año 1925, imprimiéndole un
SULPHUIXQGDPHQWRFLHQWtÀFRDODbalística. Este instrumento permi-
tía detallar dos proyectiles en una sola imagen y con un aumento
considerable, además, logró que los proyectiles giraran y así po-
derse observar dos proyectiles al mismo tiempo detenidamente y
analizar las coincidencias o las diferencias.
(QHQWUyDOJUXSRGHFRODERUDGRUHVXQWHUFHUFLHQWtÀFROOD-
mado Calvin Goddard, procedía de Baltimore, se había doctorado
HQPHGLFLQDHQHUDXQDÀFLRQDGRDODVDUPDVGHIXHJRHV-
tos tres nombres pasaron a la historia como la “Triada balística”, a
las pocas semanas de haber ingresado manejaba con audacia el
microscopio comparativo, era capaz de distinguir proyectiles dis-
parados por diez pistolas del mismo tipo, fabricadas con las mis-
mas máquinas, podía distinguir las características de producción.
No quedaba duda de que toda arma de fuego dejaba impreso en
los proyectiles disparados unas características propias y diferentes
a cualquier otra arma, eran como las “huellas dactilares” para la
LGHQWLÀFDFLyQGHSHUVRQDVHLQFOXVRHQODSDUWHSRVWHULRUGHODYDL-
nilla de los cartuchos encontró características que no tenían que
ver con el percutor de la pared trasera del cañón o la uña expul-
sora, sin que se pudieran atribuir a huellas dejadas en la fabrica-
ción del arma. Se había dado con la respuesta a la pregunta de
distinguir si un proyectil había sido disparado por un arma de fuego
determinada.
Con estas investigaciones y conclusiones se dispusieron a con-
quistar a la policía y a los tribunales para crear una balística forense
basada en principios de ciencia exacta. En 1961 Weeler y Yuri con-
ÀUPDURQ ODV FRQFOXVLRQHV \ UHVXOWDGRV REWHQLGRV SRU Goddard en
1927.
En Europa también hubo personalidades que contribuyeron a in-
WHQVLÀFDUORVHVWXGLRVGHODEDOtVWLFDLGHQWLÀFDWLYDVLQHPEDUJRORV
Estados Unidos con la Tríada balística fueron los líderes en la investi-
gación de esta área de la criminalística.
Estudio de COMPARACIÓN
124
LUUHJXODULGDGHV VRQ HVSHFtÀFDV GH XQ DUPD GDGD \ SHUPLWH GLVWLQ-
guirla de todas las demás de igual fabricación.
El estudio microscópico comparativo de proyectiles, se basa en
el hecho que toda arma de fuego desde el momento de su fabri-
cación y posterior uso obtiene características que le son propias y
la independizan de las demás, las cuales se encuentran principal-
mente localizadas en el ánima (interior del cañón), para este tipo
de elementos.
125
Además, que el número de disparos efectuados en el intervalo de
tiempo transcurrido no sea demasiado entre las vainillas incrimina-
das y las vainillas patrón de comparación, como para dejar nuevas
VHxDOHVSURGXFWRGHOGHVJDVWHGDxRVRPRGLÀFDFLRQHVVXIULGDVGX-
rante este tiempo de uso del arma.
Cuando existe esta correspondencia entre dos vainillas, se deter-
mina que han sido percutidas por una misma arma dando resulta-
do positivo, en caso contrario se trataría de dos armas diferentes
dando resultado negativo.
Obtención de patrones
126
EXAMEN PRELIMINAR
Del proyectil:
7LSR
&RQVWLWXFLyQ
)RUPD
0DVD3HVR
&DOLEUH
(VWULDGR\URWDFLyQ
'HIRUPDFLRQHV
$GKHUHQFLDVLPSUHJQDFLRQHV
De la vainilla:
&DOLEUH
0DUFD\RULJHQ
&RQVWLWXFLyQ
)RUPD
3HUFXVLyQ
6LJQRVGHSHUFXVLyQ
'HIRUPDFLRQHV
127
EXAMEN MICROSCÓPICO
$SDUDWRVySWLFRVGHDXPHQWR/XSDV
&XEHWDGHOLPSLH]DXOWUDVyQLFD
%DODQ]DHOHFWUyQLFD
&DOLEUDGRUGLJLWDO
0LFUyPHWURySWLFR
0DUWLOORGHLQHUFLD
7DQTXHUHFXSHUDGRUGHSUR\HFWLOHVHQPHGLRDFXRVR
0DFURVFRSLRGHFRPSDUDFLyQEDOtVWLFD
128
0LFURVFRSLRHVWHUHRVFySLFR
&iPDUDIRWRJUiÀFDLQFRUSRUDGDDOPLFURVFRSLR
'LQDPyPHWUR
Martillo de Inercia
Foto: Mónica Díaz M. y José Díaz M.
MICROGRAFÍA
129
Macroscopio de comparación balística marca LEICA
Foto: Mónica Díaz M. y José Díaz M.
Estudio comparativo
130
BALÍSTICA RECONSTRUCTIVA
DEFINICIÓN
Trayectoria en vehículo
Foto: Archivo Balística Forense CTI
PRINCIPIOS
131
WUD\HFWR GHO SUR\HFWLO HQ HO LQWHULRU GHO FXHUSR \ HO SXQWR ÀQDO GHO
impacto, en caso de que se atraviese el cuerpo.
Para dar respuesta a los interrogantes se hacen necesarios todos
los datos que procedan del sumario, ya que con el estudio global
de los mismos se logrará orientar mejor a las posibilidades, con me-
MRUHVIXQGDPHQWRVWpFQLFRVFLHQWtÀFRV
El trayecto de un proyectil dentro de un cuerpo, en la mayoría de
los casos es único, se torna doble o múltiple cuando este se frag-
menta al chocar contra partes óseas.
La trayectoria del proyectil dentro del cuerpo humano no siempre
es exacta a la dirección del disparo, sea la representada por la rec-
WDTXHXQHHORULÀFLRGHHQWUDGD\ODVDOLGDSXHVHQODPLVPDSXH-
den intervenir los fenómenos de las desviaciones o migraciones.
Al producirse un disparo con un arma de fuego, se desprenden
como resultado de la combustión de la pólvora que posee un car-
tucho, residuos, así como mínimas partículas de plomo (si el proyec-
til es en plomo desnudo), o cobre (si el proyectil es encamisado)
\ HVWRV TXHGDQ GHSRVLWDGRV HQ OD VXSHUÀFLH R DOUHGHGRU GHO RULÀ-
cio de entrada del proyectil, siempre y cuando la distancia entre
ODERFDGHFDxyQGHIXHJR\HORULÀFLRQRVHDVXSHULRUDXQPHWUR
con veinte centímetros. Que varía su intensidad, dispersión y carac-
terísticas del mismo (tatuaje o ahumamiento) de acuerdo con la
distancia de disparo, longitud del cañón del arma, calidad y canti-
dad de pólvora del cartucho utilizado y condiciones atmosféricas,
entre otros.
El volumen, penetración o perforación de una herida, varía direc-
tamente con la velocidad residual del proyectil, si el proyectil que-
da alojado en el cuerpo de la víctima, queriendo decir que éste ha
liberado toda su energía cinética, por lo que la forma del proyectil
HVLPSRUWDQWHVRODPHQWHKDVWDHOJUDGRTXHVXFRQÀJXUDFLyQVLUYH
para mantenerlo dentro del cuerpo.
Si el proyectil ha perforado las diversas estructuras de un cuerpo
y ha salido del mismo, entonces, únicamente, dejará parte de su
energía cinética, y la cantidad de esta dependerá de la velocidad
residual del proyectil y de la dureza de los órganos afectados.
Los proyectiles producirán efectos primarios y secundarios en la
víctima, lo que deberá ser estudiado de acuerdo con los diferen-
tes factores que intervienen en la lesión, como son el calibre, tipo
de proyectil, longitud del cañón del arma de fuego, distancia de
disparo, dureza del órgano en que incide el proyectil, entre otros.
3RUORWDQWRFXDQWLÀFDUORVGDxRVHQORVVHUHVKXPDQRVQRGHEHQ
encasillarse a la generalidad o un patrón de comportamiento idén-
132
tico para todos los proyectiles del mismo calibre, debiendo atender
cada caso de manera especial.
(OGLiPHWURGHORULÀFLRGHHQWUDGDHQXQFXHUSRKXPDQRSXHGH
ser igual, mayor o menor que el calibre real del proyectil que lo
causó, su tamaño dependerá de varios factores, como la forma y
velocidad de traslación y rotación del proyectil, de la posición y án-
gulo de llegada, de las características zonales de elasticidad de la
piel, del espesor del panículo subcutáneo, de la profundidad de las
estructuras óseas, así como de las posibles deformaciones previas
que haya adquirido el proyectil con respecto a su forma original (en
caso de rebotes).
133
expulsadas por armas automáticas del mismo tipo, calibre y marca
caen en la misma zona, es decir, a igual distancia de quien hacia
el disparo.
Sin embargo, otros expertos en el área como LeMoyne y Snyder
DÀUPDQTXHODVDUPDVGHODPLVPDPDUFDPRGHORRWLSRQRRIUH-
cen un diagrama de expulsión de vainillas con la misma exactitud,
ya que ello depende de la presión a que están sujetos los cartuchos
en el proveedor en el momento de disparar, de la tensión del resorte
que acciona el dispositivo responsable del retroceso y del grado de
ajuste de las diferentes partes que conforman el arma, por otra par-
WHODVYDLQLOODVVRQFLOtQGULFDV\SXHGHQURGDUHQODVVXSHUÀFLHVOLVDVR
HQVXSHUÀFLHVLQFOLQDGDV
(VVLJQRGHRULÀFLRGHHQWUDGD
134
Disparos de semicontacto. Son los disparos realizados a una dis-
tancia no mayor al alcance de la llama, es decir, a una distancia
menor a 5 cms., aproximadamente, sin ser de contacto directo. La
FDUDFWHUtVWLFDGHORULÀFLRGHHQWUDGDHVTXHHVWiURGHDGRSRUXQD
cintilla de contusión (anillo de contusión, anillo de rompimiento, ani-
llo de limpieza), y es llamado también “halo de Fish”, también se
aprecia un ahumamiento denso y concentrado, comprobándose
VREUHODVXSHUÀFLHORVHIHFWRVGHODOODPDIRJRQD]R
135
1RVLHPSUHODOtQHDTXHXQHHORULÀFLRGHHQWUDGDFRQHOGHVDOLGD
es recta, ya que deben tenerse en cuenta dos fenómenos que la
varían como son:
136
Diagrama para trayectoria del sistema Diagrama para trayectoria del sistema mus-
muscular anterior, posterior (masculino) cular lateral derecho e izquierdo (masculino)
Foto: Mónica Díaz M. y José Díaz M Foto: Mónica Díaz M. José Díaz M.
Diagrama para trayectoria del sistema Diagrama para trayectoria del sistema mus-
muscular anterior, posterior (femenino) cular lateral derecho e izquierdo (femenino)
Foto: Mónica Díaz M. y José Díaz M. Foto: Mónica Díaz M. José Díaz M.
137
DIRECCIÓN DEL DISPARO
/DSUHVHQFLDGHORVFRPSXHVWRVTXtPLFRVUHVXOWDQWHVGHODGHÁD-
JUDFLyQGHODSyOYRUDHQDOJXQRGHORVRULÀFLRVSUREOHPDORLGHQWL-
ÀFDFRPRGHHQWUDGD
La existencia de carboxihemoglobina en alguna de las heridas es
altamente sugerible que es de entrada.
/D FRPSUREDFLyQ PLFURTXtPLFD HVSHFWURJUiÀFD R UDGLROyJLFD
de partículas metálicas procedentes del proyectil (Cu, Pb, Fe, Ni) en
DOJXQRGHORVRULÀFLRVFXHVWLRQDGRVLQGLFDTXHVHWUDWDGHORULÀFLR
de entrada.
138
Heridas en el cráneo. (QHVWRVFDVRVHVGHÀQLWLYRWRPDUHQFXHQWD
el criterio del “cono truncado”, a saber: cuando un proyectil atra-
viesa los huesos del cráneo, de las dos tablas del diplode craneal, la
VHJXQGDDWUDYHVDGDSUHVHQWDXQRULÀFLRPD\RU\PiVLUUHJXODUSRU
OR TXH HO WUD\HFWRGH FDGD RULÀFLRSUHVHQWD OD IRUPD GH XQ FRQR
truncado con la base más ancha en la tabla atravesada en segun-
GROXJDU(VGHFLUHORULÀFLRGHHQWUDGDWHQGUiODVVLJXLHQWHVFDUDF-
terísticas: es más pequeño en el lado externo que el interno, y el
RULÀFLRGHVDOLGDHVPiVUHGXFLGR\UHJXODUHQODWDEODLQWHUQDTXH
en la externa.
139
CAPÍTULO VII
140
FLHQWtÀFRVWpFQLFRV\SROLFLDOHVVLORVGDWRVQRVRQUHFRJLGRV\YDOR-
rados detenidamente, no será factible en más de una ocasión lle-
JDUDXQDDÀUPDFLyQFDWHJyULFDRFRQÀDEOHSDUDXQDLQVSHFFLyQ
al lugar de los hechos se hace necesario realizar planos topográ-
ÀFRV DOWLPpWULFRV \ SODQLPpWULFRV IRWRJUDItDV E~VTXHGD WpFQLFD
FLHQWtÀFDGHUHVLGXRVGHGLVSDURSORPR\SUR\HFWLOHVHQWUHRWURV
141
Policía Nacional, así mismo, hará entrega de la información obte-
nida a la autoridad competente asignada. Debe explicar las mo-
GLÀFDFLRQHV TXH VH KD\DQ UHDOL]DGR DO OXJDU HV QHFHVDULR EULQGDU
protección al interior y exterior del lugar mediante el aislamiento del
lugar de la escena, teniendo en cuenta lo siguiente:
9HULÀFDFLyQ\UHJLVWURGHODHVFHQD
'HVDORMDUDORVFXULRVRV\HVWDEOHFHUXQFRUGyQGHVHJXULGDG
2EWHQFLyQGHODLQIRUPDFLyQGHSRVLEOHVWHVWLJRV
9LJLODUWRGDVODVYtDVGHDFFHVR
5HFRUULGR\SHVTXLVDVHQHOiUHDGHOOXJDUGHORVKHFKRV
6LVWHPDSRUIUDQMDV
6LVWHPDGHLQYHVWLJDFLyQGH]RQDVRVHFWRUHV
6LVWHPDGHODUXHGDPpWRGRUDGLDO
142
da para una futura inspección, investigación y comprensión de lo
sucedido, teniendo en cuenta todos y cada uno de los elementos
GH SUXHED SDUD WDO HYHQWR (VWD ÀMDFLyQ GHEH VHU QR VROR HVFULWD
VLQRIRWRJUiÀFD\WRSRJUiÀFD
3DUDÀMDUXQDHVFHQDFULPLQDOH[LVWHQODVVLJXLHQWHVWpFQLFDVJH-
nerales:
143
ción; debe realizarse lo más completamente posible, describiendo
el lugar, elementos encontrados, climatología, calidad de luz del
recinto, si se trata de una área abierta, cerrada o vía pública, cali-
GDGGHODVYtDVLGHQWLÀFDFLyQGHOOXJDUGLUHFFLyQ
(VTXHPDWL]DUODHVFHQDGHLQWHUpVHQIRUPDSHUPDQHQWH
6HSXHGHQYLVXDOL]DUWRGDVODVHYLGHQFLDVHQFRQMXQWR
'DODVGLVWDQFLDVHQWUHORVSXQWRVRHYLGHQFLDVGHLQWHUpV
3XHGHHVWDEOHFHUVHODWUD\HFWRULDGHODYLVXDOGHORVWHVWLJRVFRQ
respecto a la víctima y a la del posible victimario.
3DUDVXODERUVHXWLOL]DQPpWRGRVWULJRQRPpWULFRVPDWHPiWLFRV\
de dibujo, fáciles de aplicar.
144
postas, pistones de potencia, blindajes, encamisados, prendas de
vestir, etc., como también elementos referentes a explosivos entre
los que se encuentran: dispositivos de ignición, fragmentos de deto-
nadores, fulminante, pedazos de mechas partes de baterías, partes
de mecanismos de relojería, residuos de pólvora o explosivos en al-
JXQDVVXSHUÀFLHVKD\TXHWHQHUHQFXHQWDTXHGHEHQVHUWpFQLFD-
mente embalados para su envío al laboratorio especializado, como
por ejemplo:
145
no producir lesiones en él.
Para su embalaje, cada elemento debe envolverse por separa-
do, utilizando, preferiblemente, un papel suave, sellándolos con cin-
ta adhesiva. Nunca debe embalarse un elemento húmedo como
tampoco utilizar algodón. Los elementos deben ser colocados en
un recipiente plástico o caja de cartón, cuyo tamaño debe asegu-
rar su inmovilidad.
146
Por su manejo y peso: Livianas.
Por su longitud: Cortas o de mano, largas y Me-
dianas o mixtas (de puño o de
hombro.
3RUODDOLQHDFLyQSHUPDQHQWHGHODUHFiPDUDFRQHOiQLPDGHO
cañón.
3RUODORQJLWXGGHOFDxyQ
3RUWHQHUHOFDxyQiQLPDOLVDRUD\DGD
3RVHHXQVRORFDxyQGHiQLPDHVWULDGD
6HFDUJDSRULQWHUPHGLRGHXQWDPERURFLOLQGURFRQFDSDFL-
dad para alojar cinco, seis u ocho cartuchos de carga única, ge-
neralmente, con proyectil en plomo desnudo, que se alinean con el
cañón por un eje.
147
(VXQDUPDGHIXHJRGHFRUWRDOFDQFH
(VFRQRFLGDFRPRXQDUPDGHPDQRRGHSXxR
Características de la pistola.
(VXQDUPDGHSXxR
3UHVHQWDXQRRGRVFDxRQHVGHiQLPDHVWULDGDFRQODUHFiPD-
ra alineada en forma permanente con el cañón.
6XVLVWHPDGHIXQFLRQDPLHQWRHVVHPLDXWRPiWLFR
1RSUHVHQWDWDPERUVXVLVWHPDGHDOLPHQWDFLyQJHQHUDOPHQWH
se realiza o desarrolla es por medio de un proveedor.
'HFDUJD~QLFD
'HFDUJDP~OWLSOH
&RPSRQHQWHVGHOFDUWXFKRGHFDUJD~QLFD
Vainilla.
&iSVXODGHWRQDQWH
148
&DUJDGHWRQDQWH
&DUJDLPSXOVRUD
3UR\HFWLO
7DFRVHSDUDGRU
Tapa cubrecarga.
Calibre nominal o comercial: es aquel que viene dado por las ca-
sas fabricantes de armas y municiones y se encuentran explícitos en
las tablas balísticas, en las armas y el culote de los cartuchos.
/DVSyOYRUDVGHORVFDUWXFKRVQRH[SORWDQVLQRTXHVHGHÁDJUDQ\
su velocidad varía de acuerdo a la composición y forma.
149
la combustión en forma violenta. La presión, aumenta súbitamente
dilatando las paredes de la vainilla e impulsando el proyectil a un
“vuelo libre” hacia el rayado (estriado).
/RVRULÀFLRVGHHQWUDGD\VDOLGDYDUtDQVXSUHVHQWDFLyQIRUPD
de acuerdo con:
&DUDFWHUtVWLFDVGHOSUR\HFWLOXWLOL]DGR
'LVWDQFLDGHGLVSDUR
3UHVHQFLDGHUHERWHV
5HFRUULGRGHOSUR\HFWLODWUDYpVGHODVSUHQGDVGHYHVWLU
,QFLGHQFLDGHOSUR\HFWLOFRQWUDHOWHMLGRyVHR
/DVOHVLRQHVSRUDUPDGHIXHJRVHFODVLÀFDQDVt
'HFRQWDFWR
&RQWDFWRÀUPH
&RQWDFWREODQGR
&RQWDFWRDQJXODGR
&RQWDFWRLQFRPSOHWR
150
'HVHPLFRQWDFWRXQDGLVWDQFLDGHDFP
$GLVWDQFLDLQWHUPHGLDRVFLODHQWUHFP\PWDSUR[LPDGD-
mente).
$ODUJDGLVWDQFLDGLVWDQFLDVPD\RUHVDPW
151
marcado, y es perfectamente visible hasta los 80 cm., y en algunas
ocasiones a distancias mayores, según la pólvora y tipo de arma
empleada.
152
CAPÍTULO VIII
'HWHUPLQDU OD QDWXUDOH]D GHO KHFKR SDUD YHULÀFDU VL VH WUDWD
realmente de la comisión de una conducta punible o no.
3UHVHUYDUHOVLWLRGHOVXFHVRDÀQGHHYLWDUPRGLÀFDFLRQHVTXH
puedan perjudicar la investigación y la apreciación de las circuns-
tancias que rodearon al mismo, lo cual traería como consecuencia
posibles errores en las interpretaciones de relación de causa y efec-
to, entre los elementos que forman el tetraedro de la criminalística,
es decir, la víctima, el victimario, el medio de comisión y el sitio del
suceso.
153
Al llegar las comisiones al lugar y ejecutar los actos menciona-
dos anteriormente, tienen conocimiento de que el autor del hecho
puede ser una persona determinada o no, y sí existen testigos de
los hechos a traves de los cuales pueden obtener una primera di-
rección, y el Fiscal, al ser enterado mediante un informe ejecutivo,
ordena la respectiva diligencia de allanamiento y registro, o solici-
ta la activación del mecanismo de búsqueda urgente5 al Juez de
Control correspondiente6.
Una vez obtenida la orden, se practica el acto de investigación
con las formalidades legales, y pueden ser encontrados EMP7, de los
FXDOHVHOORVVXMHWRVVRVSHFKRVRVQRMXVWLÀFDQVXOHJDOLGDGHO
(los) presunto (s) autor (es) es (son) llevado (s) al despacho policial,
donde es (son) sometido (s) a las tomas de muestras8 reglamentarias
de ATD9, tanto en su cuerpo como en su vestimenta, antes de esto,
ya le fueron leídos sus derechos, y se comunicó con su abogado de
FRQÀDQ]DFRQHOÀQGHTXHORDVLVWDHQVXLQWHUURJDWRULRVLTXLHUH
rendirlo en ese momento.
En esta fase de investigación, conocida como la fase de indaga-
ción, intervienen el Fiscal como director del proceso, los órganos de
policía judicial y el Juez de Control de Garantías. Es de hacer notar,
que una vez iniciado el trámite de indagación e investigación, las
diligencias que se realizarán corresponden a los órganos de policía
judicial10, siempre bajo la dirección y supervisión del Fiscal, tal como
lo establecen el artículo 207 del Código de Procedimiento Penal11,
igualmente, las partes en el proceso y los intervinientes, es decir, el
LPSXWDGRVXGHIHQVRURDERJDGRGHFRQÀDQ]D12, el Ministerio Públi-
co (prueba anticipada)13, La Fiscalía14, la víctima y su representan-
te15, pueden solicitar la práctica de algunas diligencias al Juez de
154
Control de Garantías. Sin embargo, la posibilidad de realizar inves-
tigación criminal por parte de la defensa es una de las novedades
importantes del nuevo ordenamiento, pues se establece la activi-
GDGGHLGHQWLÀFDUHPStULFDPHQWHUHFDXGDU\KDFHUHVWXGLDU(03R
evidencia física por parte de la defensa16.
Es de observar, que la práctica de las diligencias por parte del
Fiscal y de los órganos de policía judicial, durante la investigación
criminal, y muy especialmente las relacionadas con el imputado,
deben practicarse cumpliendo cabalmente con los principios que
establece el Código de Procedimiento Penal, no pueden obtener-
se informaciones, ni rastros o evidencias de ningún tipo, mediante
torturas, maltratos, coacción, amenaza, engaños, indebida intromi-
sión en la intimidad del domicilio, correspondencia, comunicación,
o cualquier otro medio, que menoscabe la voluntad o viole los de-
rechos fundamentales de las personas e irrespeten la dignidad del
ser humano17. Esto está fundamentado en las disposiciones gene-
rales sobre el régimen probatorio que regula el Código de Proce-
GLPLHQWRHVSHFtÀFDPHQWHHQORVDUWtFXORV\TXH
hacen referencia a la licitud de prueba y la regla constitucional de
exclusión probatoria18.
Las diligencias que deben practicarse en el curso de la investiga-
ción no tienen un orden preestablecido, ya que las mismas varían de
acuerdo con el delito de que se trate y se esté averiguando, entre
estas diligencias pueden mencionarse las que pueden ser practica-
das por los órganos de policía judicial per se, sin la necesidad de una
autorización del Juez de Control de Garantías y aún sin orden de Fis-
calía, es decir, sin orden judicial, y las que para ser practicadas ya sea
por funcionarios policiales, expertos o peritos, tienen como requisito
sine qua non, que sean autorizadas por el Juez de Control respectivo,
so pena de ser anuladas por violar el debido proceso.
Una vez que han sido practicadas las pruebas preliminares, y en
155
el supuesto que el indiciado resulte positivo para el examen de ATD
en su cuerpo y en su vestimenta, así como, la experticia practicada
al arma de fuego encontrada en su residencia, donde se demues-
tra que con esa arma le dio muerte a la víctima, se procede a dejar
formalmente detenido al imputado, por considerar que se encuen-
WUDHQVLWXDFLyQGHÁDJUDQFLDFULPLQDO19 (usaremos el ejemplo simpli-
ÀFDQGRODVIRUPDV\DTXHODFLUFXQVWDQFLDHQVtSXHGHSUHVWDUVHD
GLVFXVLRQHVVREUHODÁDJUDQFLDRQRHQORVKHFKRVSURVLJXLHQGRFRQ
el resto de diligencias necesarias, entre las cuales pueden enume-
rarse las siguientes:
156
9. Cuando es necesaria la práctica de exhumaciones para la
realización de autopsias, ya sea porque no se le hizo en su debida
oportunidad o porque se presuma que la realizada al cadáver, fue
simulada.
Entre las diligencias para ser practicadas que requieren una or-
den judicial26, están:
'HO-XH]GH&RQWUROGH*DUDQWtDVRGHO)LVFDOORTXHVHVLPSOLÀFDUiSDUDQRHQWUDUHQ
distinciones que no vienen al ejemplo que se está usando.
27 En este caso la orden de allanamiento deberá ser emitida por el Fiscal que dirige la
investigación.
28 Esta orden será emitida por el Juez en función de Control de Garantías según la regla
general establecida en el artículo 246 de la Ley 906 de 2004.
29 La orden será emitida por el Fiscal a cargo de la investigación.
157
4. Retención de correspondencia privada y otros documentos
que traten de las comunicaciones personales, como lo señala el
artículo 233 del Código de Procedimiento Penal.
4XH VHD VROLFLWDGD SRU HO )LVFDO *HQHUDO R HO ÀVFDO GHOHJDGR
por la defensa o por el Ministerio Público en los casos previstos en el
artículo 112.
158
4. Que se practique en audiencia pública y con observancia de
las reglas previstas para la práctica de pruebas en el juicio.
159
1. La Procuraduría General de la Nación.
6. Los alcaldes.
160
0LFURVFRSLRVHOHFWUyQLFRVGHEDUULGR
0LFURVFRSLRVHOHFWUyQLFRVGHWUDQVPLVLyQ
0LFURVFRSLRVySWLFRV
$QiOLVLV GH WUD]D GH GLVSDUR $7' WpFQLFD ItVLFD FRQ UD\RV ;
para localizar residuos sólidos y análisis de concentración de los ele-
mentos que componen la pólvora; nitrato, nitrito, plomo, etc.
(OHVSHFWURIRWyPHWURLQIUDUURMRSDUDPLFURPXHVWUDVRUJiQLFDV\
algunas inorgánicas.
(OHVSHFWURIRWyPHWURGHOX]XOWUDYLROHWD\YLVLEOH
/DVDFWLYDFLRQHVHVSHFLDOHVSDUDKXHOODV\UDVWURVVREUHVRSRUWHV
especiales.
(OHVSHFWUyJUDIRGHYRFHV\VRQLGRV
(TXLSRPHWDOL]DGRUSRUERPEDUGHRLyQLFR
(VSHFWUyPHWURGHHQHUJtDGLVSHUVLYDSRUUD\RV;
7ULFRORJtDSDUDUHDOL]DUHVWXGLRVHVWUXFWXUDOHV\ELROyJLFRVGHORV
apéndices pilosos.
3UXHEDVGHQLWULWRSDUDSUHQGDVGHYHVWLU
$QiOLVLVLQVWUXPHQWDOHVSDUDORVHVWXGLRVGHSURSLHGDGHVGHODV
evidencias como: energía, electricidad, y relación volumen-masa.
$QiOLVLVGH$'1SDUDLGHQWLÀFDFLyQJHQpWLFD
En el curso de la investigación criminal, pueden ocurrir inciden-
cias propias del proceso, tales como: cuestiones de competencia,
desistimientos, cuestiones incidentales, recusaciones e inhibiciones,
reclamaciones o tercerías, medidas de protección a la víctima,
acuerdos reparatorios, principio de oportunidad, admisión de los
hechos, etc.; sin embargo, todas estas actuaciones o incidencias
161
tendrán que ser conocidas por el Juez de Control de Garantías co-
rrespondiente.
En cuanto a la duración que debe tener la investigación criminal,
cabe mencionar que el Código de Procedimiento Penal, en el ar-
tículo 175, establece que el Fiscal cuenta con términos de 30 días
desde la formulación de la imputación, para realizar la acusación
y con ello procurar dar término a la investigación con la diligencia
que el caso requiera, es decir, habla de la celeridad procesal que
debe tener la investigación y el impulso procesal que debe darle el
Fiscal, igualmente, y en los casos en que hayan transcurrido más de
esos primeros 30 días, perderá competencia inmediata y deberá
ser asignado otro Fiscal para que en el término improrrogable de
otros 30 días proceda a acusar, de no hacerlo el Estado perderá la
oportunidad de acusar a dicha persona y la defensa o el Ministerio
Público podrán solicitar la preclusión de la investigación al Juez de
Conocimiento32.
162
tigación policíaca, llegándose a considerar a la criminalística junto
FRQOD3ROLFtD-XGLFLDO&LHQWtÀFDLQWHJUDQWHVGHOJUXSRGHODVFLHQ-
cias de la pesquisa, por su carácter reconstructivo-histórico.
La investigación criminal mediante la aplicación de los métodos
inductivos y deductivos, desde un inicio en el sitio del suceso, y apo-
yada en los métodos, técnicas e instrumentos que proporciona la
Criminalística, puede realizar estudios preliminares y análisis sobre la
forma en que ocurrieron los hechos, es decir, el modus operandi uti-
lizando instrumentos usados, hasta llegar a la colección y suministro
de las evidencias de interés criminalístico, que puedan llevar a la
LGHQWLÀFDFLyQGHORORVDXWRUHV
La investigación criminal realizada en forma metódica, técnica
\ FLHQWtÀFD MXQWR D OD &ULPLQDOtVWLFD FRQ VXV GLVFLSOLQDV FLHQWtÀFDV
SUHVWDXQLPSRUWDQWtVLPRDX[LOLRWpFQLFR\FLHQWtÀFRDOyUJDQRMXULV-
diccional mediante los dictámenes periciales, reconocimientos, ins-
pecciones judiciales, reconstrucciones de hechos, etc., que contri-
buyen a que se logre una correcta, sana y pronta administración
de justicia.
La investigación criminal es la parte de la criminalística que se
ocupa de los métodos y modos prácticos de dilucidar las circuns-
tancias de la perpetración de los delitos e individualizar a los culpa-
bles, es el conjunto de procedimientos aplicables a la investigación
y al estudio del crimen para llegar a la prueba.
Es tan importante la investigación criminal, que cuando se recibe
una denuncia, acusación o querella, dependiendo de las carac-
terísticas del hecho, se inicia el procedimiento penal con la aplica-
FLyQGHOGHUHFKRSURFHVDO\DOÀQDOHVTXHVHYDDDSOLFDUHOGHUH-
cho penal sustantivo. Es la investigación técnica, policial y jurídica
del delito.
En ella intervienen todos los elementos del acercamiento, de con-
tacto, de descubrimiento de la personalidad que responden a un
sentido particular: el del arte de investigar ligado a la ciencia, de
DSOLFDU HO FRQRFLPLHQWR OD H[SHULHQFLD \ ORV PpWRGRV FLHQWtÀFRV
existentes para descubrir y demostrar fehacientemente una deter-
minada realidad, requiere trabajo técnico para la averiguación del
delito y esclarecer los hechos presuntamente delictuosos, con apor-
tes de pruebas.
Por lo tanto, esta investigación criminal tiene que ser realizada por
XQFXHUSRGH3ROLFtD-XGLFLDO&LHQWtÀFD\QRSRUFXDOTXLHURUJDQLV-
PRXQFXHUSRGH3ROLFtD&LHQWtÀFDTXHUH~QDORVSURFHGLPLHQWRV
FLHQWtÀFRVDSOLFDGRVDOH[DPHQGHORVLQGLFLRVPDWHULDOHVGHOGHOLWR
FRQHOÀQGHDSRUWDUSUXHEDVSDUDHVFODUHFHUODYHUGDGKLVWyULFD\
poder imputarlo a una persona determinada.
163
/D3ROLFtD-XGLFLDO&LHQWtÀFDSRVHHPHGLRVPX\~WLOHVTXHSHUPL-
ten aportar elementos objetivos de valor indiscutible para la admi-
nistración de la prueba, igualmente, tiene principios y fundamentos
TXHVRQDSOLFDGRVWpFQLFDPHQWHSDUDORVVLJXLHQWHVÀQHV
,QYHVWLJDFLyQGHORVGHOLWRV
,GHQWLÀFDUHLQGLYLGXDOL]DUDORORVDXWRUHVGHOKHFKRSXQLEOH
'HWHUPLQDU\KDFHUFRQVWDUODVFLUFXQVWDQFLDVGHPRGRWLHPSR
y lugar, del delito cometido.
164
CAPÍTULO IX
33 Los autores recomiendan el libro de: López Calvo, Pedro y Gómez Silva, Pedro, “Investi-
gación criminal y criminalística”, segunda edición Temis S.A., 2003, donde se hace un buen
compendio de dicho plan de capacitación.
165
Nivel 1: balísticos de campo, cuya aptitud es para:
5HFROHFFLyQHPEDODMH\FDGHQDGHFXVWRGLDGHHYLGHQFLDVHQ
balística.
0DQHMRGHODHVFHQDGHOFULPHQFXDQGRVHKDXVDGRDUPDGH
fuego.
'HVFULSFLyQHLGHQWLÀFDFLyQGHDUPDVGHIXHJR\PXQLFLRQHV
'HWHUPLQDFLyQGHOFDOLEUH\PDUFDGHDUPDGHIXHJRLQFULPLQD-
da, a partir de proyectiles, vainillas, tacos, etc.
$QiOLVLVGHUHVLGXRVGHGLVSDURHQDUPDVGHIXHJR\SUHQGDVSRU
medio de técnicas químicas colorimétricas.
5HVWDXUDFLyQGHQ~PHURVVHULDOHVHQDUPDVGHIXHJR
,QVSHFFLRQHVMXGLFLDOHVHQUHFRQVWUXFFLyQGHKHFKRVPDWHULDOL-
zación de trayectorias y reconocimiento de armas y municiones.
7RGDVODVIXQFLRQHVFXPSOLGDVSRUHOEDOtVWLFRGHFDPSRDQWH-
riormente citadas.
5HFRQVWUXFFLyQ\GLDJUDPDFLyQGHWUD\HFWRULDVHQFXHUSRKX-
mano.
'HWHUPLQDFLyQGHGLVWDQFLDGHGLVSDUR
$QiOLVLVGH%DOtVWLFDGHHIHFWRV
5HFRQRFLPLHQWRGHPDWHULDOHV\DUWHIDFWRVH[SORVLYRV
(VWXGLRGHHYLGHQFLDVSRVWH[SORVLyQ
$QiOLVLVItVLFRTXtPLFRVGHH[SORVLYRV
166
Nivel 3: balístico integral, cuya aptitud es para:
7RGDVODVDQWHULRUPHQWHGHVFULWDVSDUDORVEDOtVWLFRVGHFDPSR
y laboratorio.
(VWXGLRVFRPSDUDWLYRVGHSUR\HFWLOHV\YDLQLOODV
/(<'(GHGLFLHPEUHSXEOLFDGDHQHO'LDULR2ÀFLDO1RGHGH
diciembre de 2004 y por la cual se expide el Estatuto Orgánico de la Fiscalía General de la
Nación.
35 Artículo 36 numeral 1° de la Ley 938 de 2004.
36 Artículo 36 numeral 5° ibídem.
167
menes forenses practicados por los cuerpos de policía judicial del
Estado y otros organismos a solicitud de autoridad competente37; de
LJXDOPDQHUDVHUYLUFRPRFHQWURFLHQWtÀFRGHUHIHUHQFLDQDFLRQDO
en asuntos relacionados con medicina legal y ciencias forenses38;
\ VHU RUJDQLVPR GH DFUHGLWDFLyQ \ FHUWLÀFDFLyQ GH ODERUDWRULRV
pruebas periciales y peritos en medicina legal y ciencias forenses,
practicadas por entidades públicas y privadas39. Lo que, si bien no
deroga de manera inmediata el contenido del comunicado No.
0047 de 1997, pues todavía no está completamente reglamentada,
dicha ley sí establece una nueva perspectiva de la acreditación y
funciones de los peritos en balística y otras áreas de la criminalística
que deben armonizarse con lo dispuesto en los artículos 406, 408,
415, 417, 418, 420 y 422, principalmente, de la Ley 906 de 2004 y los
Protocolos expedidos mediante la Resolución No. 094 de febrero de
2005, actualizados mediante la Resolución No. 02738 del 28 de junio
de 2005 de la Fiscalía General de la Nación.
A continuación, se hará un resumen de los principales Protocolos
aplicables al área de balística, aprobados por el Fiscal General de
la Nación y que, por ser él la máxima autoridad en la dirección del
sistema acusatorio en Colombia, son de obligatoria aplicación para
los organismos de Policía Judicial, acorde con el mandato legal del
artículo 213 de la Ley 906 de 2004.
168
CAPÍTULO X
PROTOCOLOS
Según la Resolución No. 0694 18 de febrero de 2005, actualizados
por la Resolución No. 02738 del 28 de junio de 2005.
MANUAL DE PROTOCOLOS
ÁREA DE QUÍMICA
CUERPO TÉCNICO DE INVESTIGACIÓN
ANÁLISIS KIT DE RESIDUOS DE DISPARO EN MANO
Código: FGN-KRD-PQ-07
Versión: 01
Vigente a partir de la fecha de su publicación.
Elaboración:ÉUHDGH4XtPLFD&7,2ÀFLQDGH3ODQHDFLyQ
Revisión: Jefe División Criminalística Dirección Nacional CTI.
Aprobación: Fiscal General de la Nación.
Fecha: 15 de octubre 2004.
Fecha: 15 de diciembre de 2004.
1. OBJETIVO
'HÀQLUODPHWRGRORJtDTXHVHHPSOHDUiSDUDODLGHQWLÀFDFLyQGH
residuos de disparo en mano mediante la técnica de espectrome-
tría de masas inducido por plasma.
2. ALCANCE
169
3. PROTOCOLOS RELACIONADOS
4. DEFINICIONES CONCEPTUALES
5. NORMATIVIDAD
6. FUNDAMENTO TEÓRICO
170
rio una corriente de gas para que la muestra alcance el plasma.
La manera fácil para que la muestra líquida sea introducida en la
corriente de gas es en forma de aerosol originado en un nebuliza-
dor.
Después del nebulizador existe un spray chamber, cuya función
es la de separar y desechar las grandes gotas de solución que se
han formado.
El más representativo es el nebulizador concéntrico de vidrio de
una pieza. Se utiliza para contenidos en sales limitado y para apli-
FDFLRQHVTXHUHTXLHUHQXQÁXMRGHJDVEDMR3RUHMHPSOR
l min.-1.
171
Ar+ y e-, dando lugar a más iones de Ar. En el núcleo del plasma se
alcanzan temperaturas de 10.000K.
Las antorchas se construyen con un alto grado de exactitud usan-
do cuarzo de gran calidad, que es una parte principal para la esta-
bilidad y formación del plasma. Las antorchas pueden ser desmon-
tables o no.
Los tubos de cuarzo son los que se utilizan con mayor frecuen-
cia en las antorchas, ya que aguantan varios cientos de grados,
aguantan el ataque químico y altos niveles de radiación electro-
magnética a longitudes de onda que se extienden en la región del
ultravioleta. Estas condiciones causan cambios físicos y químicos en
el cuarzo, por lo que con el tiempo se degrada, y es necesaria su
sustitución, y ya no solamente su limpieza. Por ello, quizás la necesi-
dad de utilizar antorchas desmontables.
172
Lentes iónicas. La función de las lentes iónicas es transportar los
iones procedentes del skimmer al espectrómetro de masas.
Tipos de lentes:
Omega (+) (-): separa los iones de los fotones y conduce el beam
al cuádruplo.
173
multiplicador. Es un tubo de vidrio abierto con un cono en una ter-
minación. Para la detección de iones positivos, el cono es sometido
a un alto potencial negativo (aproximadamente -3kV). Cuando los
iones salen del analizador de masas, son atraídos por el potencial
QHJDWLYR GHO FRQR $O FKRFDU FRQ VX VXSHUÀFLH VH RULJLQDQ XQR R
más electrones secundarios. El potencial dentro del tubo varía con-
tinuamente con la posición, en forma tal que los electrones secun-
darios se mueven hasta llegar a otra zona donde se originan otros
electrones secundarios, y así sucesivamente. El tubo está cubierto
por un material semiconductor. La vida media del multiplicador está
determinada por la carga total acumulada.
7. MUESTRAS
'RUVRGHUHFKR
'RUVRL]TXLHUGR
3DOPDGHUHFKD
3DOPDL]TXLHUGD
%ODQFRFRQWURO
8QIRUPDWRGHWRPDGHPXHVWUDGHUHVLGXRVGHGLVSDURFRGLÀFD-
do como parte de una secuencia de los kits preparados hasta el
PRPHQWRSRUHOÉUHDGH4XtPLFD\TXHSHUPLWHLGHQWLÀFDUIHFKD
de elaboración y destino de envío.
174
(QIULDGRU UHFLUFXODGRU ² &KLOOHU 0DUFD 1(6/$% UHI &)7 '
Nom-CFC, equipo básico de manejo de datos G1840aa, número
de referencia del sistema. Marca Hewlett Packard.
$XWRPXHVWUHDGRUFDWDV0DUFD&HWDF7HFKQRORJLHV
7XERVGHHQVD\RFRQWDSDKHUPpWLFD(QSROLSURSLOHQRFRQUH-
cubrimiento antihumectante de mínimo 6mL.
0LFURSLSHWDGH/JUDGXDGDD/
0LFURSLSHWDGH/JUDGXDGDD/
ÉFLGR1tWULFR
(VWiQGDUHVFHUWLÀFDGRVGHVROXFLRQHVFRQPHWDOHV
$JXDGHVLRQL]DGD
(VWXIDGHFDOHQWDPLHQWR
$JLWDGRUYRUWH[
3URWHFWRUSDUDORVRMRV\ORVRtGRVJXDQWHVHQOiWH[\RYHUROSUR-
tector.
9. REACTIVOS
N.A.
175
11. MÉTODOS O TÉCNICAS
3UHSDUDFLyQGHPXHVWUDV
/HFWXUDHQHOHTXLSR
,QWHUSUHWDFLyQGHUHVXOWDGRV
12. METODOLOGÍA
SURFHGLPLHQWRSDUDUHDOL]DUHOSURFHVRGHDQiOLVLVGH
muestras de residuos de disparo en mano
/HDGHPDQHUDFXLGDGRVD\GHWDOODGDODLQIRUPDFLyQGHVFULWD
en el formato que se encuentra con los tubos de ensayo como parte
del kit y relaciónelo con la misión de trabajo en la base de datos.
5RWXOHORVFLQFRWXERVGHHQVD\RFRQHOQ~PHURGHONLW
(Q XQD JUDGLOOD HQ OR SRVLEOH SOiVWLFD TXH UHVLVWD XQ FDOHQWD-
miento mínimo de 100 grados centígrados, ordene los tubos de en-
sayo ya rotulados de la siguiente manera: (DD) (PD ) (DI ) (PI ) (BR).
,QWURGX]FDSRUXQODSVRGHKRUDVFRQWLQXDVODJUDGLOODFRQORV
tubos de ensayo destapados en una estufa de calentamiento que
haya mantenido de manera constante por lo menos 15 minutos la
temperatura de 80 grados centígrados.
5HWLUHGHODHVWXIDGHFDOHQWDPLHQWRODJUDGLOOD\GHMHHQIULDUORV
tubos de ensayo por aproximadamente 15 minutos. Ajuste la tem-
peratura de la estufa a 100 grados centígrados.
&RQWLMHUDDSDUWLUGHOH[WUHPRVXSHULRUGHOYiVWDJRGHOSDUGH
isopos presente en cada tubo de ensayo corte aproximadamen-
te cuatro centímetros. Tenga cuidado de no tocar el algodón que
contiene la muestra y de mantener el orden de los tubos en la gra-
dilla.
$GLFLRQH FLQFR PLOLOLWURV GH ÉFLGR 1tWULFR DO SRU FLHQWR FRQ
estándar interno en concentración de 50ppb a cada tubo de en-
176
sayo que contiene un par de algodones con la muestra que va a
ser analizada.
,QWURGX]FDSRUXQODSVRGHGRVKRUDVFRQWLQXDVODJUDGLOODFRQ
los tubos de ensayo tapados en una estufa de calentamiento que
haya mantenido de manera constante, por lo menos 15 minutos, la
temperatura de 100 grados centígrados.
7UDVODGHORVWXERVGHHQVD\RDODJUDGLOODGHODXWRPXHVWUHDGRU
GHO,&306YHULÀTXHTXHHORUGHQGHORVWXERVVHPDQWLHQH
(QFHQGLGRGHOHTXLSR\YHULÀFDFLyQGHODVFRQGLFLRQHVGHWUD-
bajo.
9HULÀFDFLyQGHOPDQyPHWURTXHOHHODSUHVLyQHQORVWDQTXHVGH
Argón.
(QFHQGLGRGHOHQIULDGRUUHFLUFXODGRU²&KLOOHU
(QFHQGLGRGHOH[WUDFWRU\ÀOWURGHODLUHTXHVHH[SXOVDGHO,&3
MS.
3DUDHOHQFHQGLGRPDQHMR\RSHUDFLyQGHO(VSHFWUyPHWURHP-
plear el procedimiento de Manejo de Equipos POE-AME-01, Plas-
ma inductivamente acoplado con detector de masas (ICP-MS) HP
4500.
177
13. ANÁLISIS DE RESULTADOS
+DFHUGREOHFOLFHQHOLFRQR2IÁLQHGDWDDQiOLVLV
6HOHFFLRQDU\KDFHUFOLFHQLoad.
6HOHFFLRQDU\KDFHUFOLFHQOk.
6HOHFFLRQDU\KDFHUFOLFHQOk.
6HOHFFLRQDU\FRSLDUODEDVHGHGDWRVHQHOSURJUDPDExcell.
5HDOL]DUORVFiOFXORVPDWHPiWLFRVGHODVUHODFLRQHVSb/Ba Sb/Pb
Ba/Pb.
&RPSDUDU UHVXOWDGRV FRQ ORV YDORUHV GH OD EDVH GH GDWRV TXH
permite determinar la presencia o no de residuos de disparo en
mano.
178
14. VALIDACIÓN
Los resultados del análisis son válidos cuando la lectura por tripli-
cado de cada una de las muestras no supera el 5 por ciento de
desviación estándar.
N.A.
BIBLIOGRAFÍA
0DQXDOGH2SHUDFLRQHVGHO3URJUDPD&KHP6WDWLRQGHO+3
Agilent Technologies Manual Parte G1820-90071 – 1999.
,QWURGXFFLyQDODHVSHFWURPHWUtDGHPDVDVSRUSODVPDLQGXFLGR
acoplado ICP-MS HP 4500 Agilent Technologies.
1. “No son las técnicas las que fallan, son los hombres que las apli-
can quienes por desconocimiento de los objetivos esperados, por
irresponsabilidad en el ejercicio de sus tareas por falta de criterios
claros respecto a lo que se realiza, hace que la técnica sea inope-
rante.
2. La toma de muestra por parte de los técnicos es factor limitante
en los resultados si no cuentan con un criterio claro de estandariza-
ción de las mismas.
179
4. Las técnicas instrumentales como análisis de rutina resultan al-
tamente costosas en el caso de disparo de armas por el volumen
de las muestras, sino se posee el equipo propio y tiene que acudirse
a otras instituciones para préstamo del mismo, por lo tanto, para
acudir a esta clase de tecnología debe contarse con buen criterio
de selección.
180
BALÍSTICA
MANUAL DE PROTOCOLOS
ÁREA DE BALÍSTICA FORENSE
CUERPO TÉCNICO DE INVESTIGACIÓN
DETERMINACIÓN DEL RANGO DE DISTANCIA DE DISPARO EN AR-
MAS DE PROYECTIL MÚLTIPLE
1. OBJETIVO
2. ALCANCE
3. PROTOCOLOS RELACIONADOS
3URWRFRORTXHÀMDHOSURFHGLPLHQWRSDUDHODQiOLVLVFXDOLWDWLYRGH
residuos de disparo sobre prendas de vestir impactadas por proyec-
WLO~QLFR\GHWHUPLQDFLyQGHOUDQJRGHGLVWDQFLDGHGLVSDUR2ÀFLD-
lizado mediante Resolución No. 0878 de mayo de 2002).
181
4. DEFINICIONES CONCEPTUALES
5. NORMATIVIDAD
6. FUNDAMENTO TEÓRICO
182
el patrón de dispersión de la carga (perdigones o postas). Esta re-
producción se realiza disparando a diferentes distancias la escope-
ta, hasta que se logre conseguir un patrón similar al incriminado. Es
requisito indispensable utilizar el arma sospechosa con el mismo tipo
de munición involucrada en el hecho.
Una de las formas más típicas utilizadas para determinar trayecto-
rias balísticas, es la aplicación y determinación de rangos de distan-
cia de disparo mediante la observación macroscópica y microscó-
SLFDGHORVRULÀFLRVGHMDGRVSRUORVSUR\HFWLOHVVREUHODVVXSHUÀFLHV
de los blancos que impactan.
Para los casos en que más se ha desarrollado esta técnica, se
encuentran los que ocurren en prendas utilizadas por personas en
el momento en que ocurren los hechos.
Las prendas son empleadas como medio de prueba en las inves-
tigaciones judiciales por la cantidad de información que pueden
DSRUWDUeVWDKDFHUHIHUHQFLDDODSRVLFLyQGHORVRULÀFLRVGHHQWUD-
da y salida sobre la víctima, al tipo de desgarramiento sufrido en
FDGDXQRGHORVRULÀFLRVHOWLSRGHDKXPDPLHQWRSUHVHQWDGR\OD
existencia de anillos de limpieza, partículas semi-combustionadas y
esquirlas metálicas. Cabe señalar que cada concentración de par-
WtFXODVHVFDUDFWHUtVWLFDSDUDXQUDQJRGHGLVWDQFLDTXHHVGHÀQLGR
por un tipo de arma y un tipo de munición.
Con la determinación de regiones de concentración de las par-
tículas anteriormente descritas, el perito determina rangos de dis-
tancia de disparo para cada caso en particular. Sin embargo, para
muchos casos el acierto en cada rango está sujeto a las condicio-
nes atmosféricas en el momento en que ocurrieron los hechos, al
tiempo y modo en que se embalaron las muestras, a los protocolos
de necropsia, a los planos resultado de las inspecciones judiciales,
a las fotografías de la misma, a los experticios técnicos realizados a
las armas y demás evidencias, a las indagatorias de los involucra-
dos, a la materialización de trayectorias, al estudio, evaluación y
análisis general del caso, al cálculo de los ángulos de trayectoria,
a los diferentes patrones que haya realizado el investigador para
comparar sus experimentos con las prendas enviadas para estudio
y a la propia experiencia que ha desarrollado el experto en cada
estudio balístico.
7. MUESTRAS
3UHQGDVGHYHVWLURVXSHUÀFLHVFRQLUUHJXODULGDGHVSURGXFLGDVDO
parecer por disparo en arma de fuego de carga múltiple.
183
El protocolo de necropsia o historia clínica de lesiones personales,
con heridas causadas por disparo con arma de carga múltiple.
9. REACTIVOS
N.A.
184
11. MÉTODOS O TÉCNICAS
12. METODOLOGÍA
14. VALIDACIÓN
(OFXPSOLPLHQWRGHOSURFHGLPLHQWRVHUiYHULÀFDGRSRUHO&RRUGL-
nador del área, durante la revisión del contenido del informe peri-
cial.
185
15. MANEJO DE ELEMENTOS MATERIA DE PRUEBA Y EVIDENCIA FÍSI-
CA
BIBLIOGRAFÍA
Anon., (1970). Gunshot residues and shot pattern test. En: FBI. Law
enforcement bulletin. Vol. 39, No. 9, p 7.
186
MANUAL DE PROTOCOLOS
ÁREA DE BALÍSTICA FORENSE
CUERPO TÉCNICO DE INVESTIGACIÓN
ESTUDIOS COMPARATIVOS DE PROYECTILES Y VAINILLAS
Elaboración:ÉUHDGH%DOtVWLFD)RUHQVH²&7,2ÀFLQDGH3ODQHD-
ción.
Revisión: Jefe División de Criminalística Dirección Nacional del
CTI.
Aprobación: Fiscal General de la Nación.
Fecha: 12 de julio de 2005.
Fecha: 15 de diciembre de 2005.
1. OBJETIVO
2. ALCANCE
3. PROTOCOLOS RELACIONADOS
187
4. DEFINICIONES CONCEPTUALES
188
Microscopio Estereoscópico
Foto: Mónica Díaz M. y José Díaz M.
5. NORMATIVIDAD
6. FUNDAMENTO TEÓRICO
189
7. MUESTRAS
Proyectiles o vainillas.
Microscopio estereoscópico
9. REACTIVOS
N.A.
12. METODOLOGÍA
190
Ubique correctamente el conjunto de binoculares para su condi-
ción visual, de acuerdo con las indicaciones suministradas para el
macroscopio que utilice.
Seleccione el juego de luces más indicado e ilumine la evidencia
adecuadamente, por lo general la luz oblicua es la más recomen-
dada.
Ubique la evidencia incriminada en la plataforma izquierda y la
evidencia patrón (o evidencia de referencia, para el caso de cote-
jos solamente entre incriminadas) en la plataforma derecha.
Examen visual del proyectil o vainilla para evaluar las marcas de-
MDGDVSRUHODUPDGHIXHJRFRQHOÀQGHGHWHUPLQDU
3UHVHQFLDGHHYLGHQFLDVWUD]D
7LSRGHODUPDHPSOHDGD
(YDOXDFLyQ GH ODV FDUDFWHUtVWLFDV GH FODVH GHO DUPD GH IXHJR
para determinar si hay compatibilidad con el proyectil o vainilla in-
criminados. Las señales de clase del proyectil son: calibre, número
total de estrías, macizos, sentido de rotación y anchura de los mis-
mos. Las señales de clase de la vainilla son: calibre, forma de la
aguja percutora, forma de las huellas en el cierre de la recámara,
posición relativa del extractor y eyector (armas automáticas y se-
miautomáticas).
Si hay compatibilidad en las características de clase, obtener
patrones disparando el arma incriminada, aplicando el protocolo
para la obtención de patrones en el recuperador de agua.
El grupo de marcas dejadas en los proyectiles o vainillas patrón,
se comparan entre sí para determinar el grado de reproducibilidad
presente en las características microscópicas, caso en el cual el pe-
ULWRSXHGHOOHJDUDLGHQWLÀFDUHODUPDTXHSURGXMRODVPDUFDVVLHP-
SUH\FXDQGRQRVHKD\DQSURGXFLGRFDPELRVVLJQLÀFDWLYRVHQODV
partes del arma que dejaron dichas señales dado que son únicas e
191
individuales (no solamente iguales en sus características de clase o
subclase).
(YDOXDUODVVHxDOHVLPSUHVDVHQHOSUR\HFWLORYDLQLOODDÀQGHHVWD-
EOHFHUODLQÁXHQFLDGHFDUDFWHUtVWLFDVGHVXEFODVH
6LQRH[LVWHQQRKD\LQÁXHQFLDHQHOFRWHMR
6LH[LVWHQGHWHUPLQDUVLKD\VXÀFLHQWHLQÁXHQFLDSDUDSRGHULQGL-
vidualizar el arma de fuego.
6LQRODKD\HODUPDSXHGHVHULGHQWLÀFDGDFRPRODIXHQWHGH
origen de las señales y excluir a todas las demás armas, a pesar de
la presencia de características de subclase entre las características
de individualización.
6LODKD\HODUPDVRORSXHGHVHULGHQWLÀFDGDFRPRXQDSRVLEOH
fuente dentro del grupo limitado de armas que comparten estas
mismas características de subclase.
3DUDLGHQWLÀFDUHQHOSUR\HFWLOTXHODVFDUDFWHUtVWLFDVindividua-
les, compuestas por el microrayado existente en sus estrías y maci-
zos, son iguales en ancho, posición relativa.
3DUDLGHQWLÀFDUHQODYDLQLOODTXHODVKXHOODVPLFURVFySLFDVindivi-
duales existentes en la aguja percutora, contrarrecámara, extractor
y eyector, son iguales.
6LODLGHQWLÀFDFLyQQRSXHGHKDFHUVHLQLFLDOPHQWHHOSHULWRGHEH
FRQVLGHUDUODLQÁXHQFLDGHORVVLJXLHQWHVIDFWRUHV
7LSRGHOXFHVHPSOHDGR
/DQHFHVLGDGGHWHQHUFRQRFLPLHQWR\H[SHULHQFLDHQHVWiQGD-
res de microrayado conocido.
192
/D XELFDFLyQ GH OD HYLGHQFLD WDQWR LQFULPLQDGD FRPR SDWUyQ
SDUDDVHJXUDUTXHODVXSHUÀFLHTXHVHYDDDQDOL]DUTXHGHFRPSOH-
tamente perpendicular al eje óptico del lente.
/D SRVLELOLGDG GH OLPSLH]D GHO FDxyQ GHO DUPD SRU HPSORPD-
miento, oxidación o adherencias.
/D SRVLELOLGDG GH TXH ODV KXHOODV GHMDGDV SRU HO DUPD SXHGDQ
cambiar con el tiempo.
193
yado consecutivo, que tengan la misma altura o profundidad rela-
tiva, ancho y curvatura, siguiendo la siguiente regla:
Para marcas en tres dimensiones (son las que presentan profundi-
dad, por ejemplo las que se producen sobre un cuerpo de revolu-
ción como es el proyectil), deben existir por lo menos dos diferentes
JUXSRVGRQGHFDGDJUXSRGHFRQWRUQRVVXSHUÀFLDOHVWHQJDDOPH-
nos tres líneas coincidentes en la misma posición relativa (es decir,
al rotarlas sincrónicamente de tal forma que haya una exacta rela-
ción espacial de picos individuales, valles y surcos) o un solo grupo
de seis líneas coincidentes, tanto en la evidencia incriminada como
en la evidencia patrón.
Para marcas en dos dimensiones (son las que no presentan pro-
fundidad, solo en el plano, como las producidas en una lamina),
deben existir por lo menos dos diferentes grupos, donde cada gru-
po tenga al menos cinco líneas coincidentes en la misma posición
relativa o un solo grupo de ocho líneas coincidentes, tanto en la
evidencia incriminada como en la evidencia patrón.
Para poder aplicar este criterio, primero debe revisarse que no
KD\DSUHVHQFLDGHFDUDFWHUtVWLFDVGHVXEFODVHTXHSXHGDQLQÁXLU
14. VALIDACIÓN
)RWRPLFURJUDItDPHQFLRQDQGRHODXPHQWRLOXVWUDGRHQODWRPD
1RWDVFRPSOHWDVFRPRVRSRUWHGHUHIHUHQFLDVREUHHOQ~PHUR
de estría y zona de la misma (fase de ubicación) donde encontró
las marcas de identidad.
194
digón, pistón, deben ser embaladas en forma individual y deposi-
tadas en bolsas plásticas. Sobre el embalaje se colocará el rótulo
individual el cual contendrá, como mínimo, la siguiente información:
ciudad y fecha, autoridad, referencia del caso, número de misión
de trabajo, tipo de elemento, nombre o código del perito.
BIBLIOGRAFÍA
HOWE, Walter J., “Laboratory work sheets” En: AFTE Newsletter num-
ber two. August 1969. p.13.
195
MANUAL DE PROTOCOLOS
ÁREA DE BALÍSTICA FORENSE
CUERPO TÉCNICO DE INVESTIGACIÓN
EXAMEN FÍSICO DEL ARMA DE FUEGO
Código: FGN–EFA-PB-03
Versión: 01
Vigente a partir de la fecha de su publicación.
1. OBJETIVO
2. ALCANCE
3. PROTOCOLOS RELACIONADOS
0DQHMRVHJXURGHODUPDGHIXHJRFGN-MSA-PB-05.
196
'HWHUPLQDFLyQGHIXHU]DHQHOGLVSDUDGRUFGN-DFD-PB-07.
3UXHEDGHIXQFLRQDPLHQWR\GHWHUPLQDFLyQGHIDOODVHQHODUPD
de fuego. FGN-PFA-PB-17.
7UDWDPLHQWRGHPDWHULDOWUD]DFGN-TMT-PB-15.
4. DEFINICIONES CONCEPTUALES
5. NORMATIVIDAD
&yGLJRGH3URFHGLPLHQWR3HQDO/H\GHDJRVWRGH
&yGLJRGH3URFHGLPLHQWR3HQDO$QWHULRU/H\GH
'HFUHWRGHGLFLHPEUHGH
6. FUNDAMENTO TEÓRICO
197
7. MUESTRAS
$UPDGHIXHJR
5HJODPHWiOLFDGHSUHFLVLyQ
&LQWDPpWULFDPHWiOLFD
&DOLEUDGRUSLHGHUH\
9. REACTIVOS
5HDFWLYRGH*ULHVV6ROXFLyQ$
5HDFWLYRGH*ULHVV6ROXFLyQ%
$QWLFRUURVLYR':²
198
10. ANÁLISIS PREVIO
Observación física.
12. METODOLOGÍA
(YLGHQFLDWUD]DHQFRQWUDGD
&DOLEUH
)iEULFD\PRGHOR
199
1~PHURVHULDO
0HFDQLVPRVGHGLVSDUR
7LSRGHIXQFLRQDPLHQWR
6HJXURV
&RQGLFLyQGHRSHUDFLyQ
0HGLFLyQGHODIXHU]DHQHOGLVSDUDGRU
&DUDFWHUtVWLFDVGHOHVWULDGR
/RQJLWXGGHOFDxyQ
/RQJLWXGWRWDO
/DORQJLWXGGHOFDxyQVHGHÀQHFRPRODGLVWDQFLDPHGLGDGHVGH
ODERFDGHIXHJRKDVWDODSDUWHÀQDOGHODUHFiPDUDFXDQGRHVWD
hace parte de mismo cañón, en el caso del revólver la longitud
incluye la porción roscada dentro del armazón del arma. Normal-
mente la longitud del cañón incluye compensadores, apaga lla-
PDVHWFVLHPSUH\FXDQGRVHHQFXHQWUHQSHUPDQHQWHPHQWHÀMRV
al cañón.
12.1.1 Revólveres.
0LGDODGLVWDQFLDGHVGHODSDUWHÀQDOGHOFDxyQKDVWDODERFDGH
fuego, excluyendo el cilindro.
Esta medición debe hacerse en centímetros y con su equivalente
HQSXOJDGDVFRPRORHVSHFLÀFDQODVOHJLVODFLRQHVUHVSHFWLYDVVR-
EUHFODVLÀFDFLyQGHODUPDGHIXHJR
200
12.1.2 Arma de fuego diferente a revólver.
0LGD OD GLVWDQFLD GHVGH OD SDUWH ÀQDO GH OD UHFiPDUD KDVWD OD
boca de fuego.
(VWDPHGLFLyQGHEHKDFHUVHHQFHQWtPHWURVFRPRORHVSHFLÀFDQ
ODVOHJLVODFLRQHVUHVSHFWLYDVVREUHFODVLÀFDFLyQGHODUPDGHIXHJR
/DORQJLWXGWRWDOGHODUPDVHGHÀQHFRPRODGLPHQVLyQWRPDGD
perpendicularmente al eje del cañón desde la boca de fuego has-
ta una línea trazada en ángulo recto al eje y tangente al punto más
saliente de la culata o empuñadura.
Extensiones que puedan removerse del cañón, como choques
roscados, compensadores, etc., no hacen parte de la longitud del
cañón y, por lo tanto, no se consideran para la longitud total del
arma.
Mida la distancia desde la culata a la boca de fuego del cañón,
siempre tomada de manera paralela al eje del cañón y en centí-
PHWURV FRQ VX HTXLYDOHQWH HQ SXOJDGDV FRPR OR HVSHFLÀFDQ ODV
OHJLVODFLRQHVUHVSHFWLYDVVREUHFODVLÀFDFLyQGHODUPDGHIXHJR
El perito debe tomar todas las medidas necesarias para asegurar
que el arma se encuentra descargada. En caso de no ser posible la
YHULÀFDFLyQGHGHVFDUJXHGHODUPDHOSHULWRGHEHUHDOL]DUODPHGL-
ción en el área diseñada para disparar las armas de fuego. En algu-
nos casos para determinar si el arma está descargada, es necesario
desensamblarla.
201
Para la limpieza de armas oxidadas o con sangre, deben usarse
los solventes adecuados, utilice la pileta de ultrasonido si es nece-
sario. En el caso de armas que deban ser limpiadas por haber es-
tado sumergidas en agua, el perito debe tener en cuenta que es
necesario preservar primero, ejem.: los residuos de disparo, las mar-
FDVLPSUHVDVRHOVHULDOLGHQWLÀFDWLYRHWF5HPRMHHODUPDHQDFHLWH
penetrante y solventes para retirar el óxido o materiales similares,
revisando periódicamente el funcionamiento o la recuperación de
la información deseada. Finalmente, limpie el arma con un solvente
limpiador, con la ayuda de un trapo apropiado.
14. VALIDACIÓN
(OFXPSOLPLHQWRGHOSURFHGLPLHQWRHVYHULÀFDGRSRUHOFRRUGLQD-
dor del área, durante la revisión del contenido del informe pericial.
202
15. MANEJO DE ELEMENTOS MATERIA DE PRUEBA Y EVIDEN-
CIA FÍSICA
BIBLIOGRAFÍA
MANUAL DE PROTOCOLOS
ÁREA DE BALÍSTICA FORENSE
CUERPO TÉCNICO DE INVESTIGACIÓN
INSPECCIÓN JUDICIAL
203
1. OBJETIVO
2. ALCANCE
3. PROTOCOLOS RELACIONADOS
N.A.
4. DEFINICIONES CONCEPTUALES
5. NORMATIVIDAD
6. FUNDAMENTO TEÓRICO
204
auxilio del perito para esclarecer cómo sucedieron los hechos, ma-
teria de investigación, donde se utilizó un arma de fuego.
7. MUESTRAS
N.A.
&DOLEUDGRU
)OH[yPHWUR
9DULOODV\FRUGHOHVSDUDWUD\HFWRULDV
/X]OiVHU
%U~MXOD
&LQWDPpWULFD
1LYHO$EQH\
9. REACTIVOS
N.A.
205
didas sanitarias básicas, como estar vacunado contra la hepatitis B,
tétano; utilizar guantes quirúrgicos, bata, tapabocas, gafas o care-
ta de seguridad.
N.A.
12. METODOLOGÍA
N.A.
12.1 DESPLAZAMIENTO
5HDOL]DUXQHVWXGLRSUHOLPLQDUDWRGRVORVGRFXPHQWRVREUDQWHV
HQHOSURFHVRTXHVHDQ~WLOHVSDUDODUHFRQVWUXFFLyQFRQHOÀQGH
preparar la diligencia.
(VFHQLÀFDUODVDFFLRQHV\UHJLVWUDUODVSRVLEOHVSRVLFLRQHVWRPDQ-
do las medidas y fotografías correspondientes.
5HFRQVWUXLUPDWHULDOL]DU\GLDJUDPDUODVSRVLEOHVSRVLFLRQHV
206
14. VALIDACIÓN
(OFXPSOLPLHQWRGHOSURFHGLPLHQWRVHUiYHULÀFDGRSRUHO&RRUGL-
nador del Área, durante la revisión del contenido del informe peri-
cial.
BIBLIOGRAFÍA
N.A.
207
MANUAL DE PROTOCOLOS
ÁREA DE BALÍSTICA FORENSE
CUERPO TÉCNICO DE INVESTIGACIÓN
MANEJO SEGURO DEL ARMA DE FUEGO
Código: FGN-MSA-PB-05
Versión: 01
Vigente a partir de la fecha de su publicación.
1. OBJETIVO
2. ALCANCE
3. PROTOCOLOS RELACIONADOS
208
Pruebas de Funcionamiento y Determinación de Fallas en el Arma
de Fuego. FGN-PFA-017.
4. DEFINICIONES CONCEPTUALES
5. NORMATIVIDAD
209
7. MUESTRAS
Arma de fuego.
N.A.
9. REACTIVOS
N.A.
0DQHMHWRGDDUPDGHIXHJRFRPRVLHVWXYLHUDFDUJDGD
1XQFDDSXQWHXQDUPDFDUJDGDRGHVFDUJDGDKDFLDXQREMHWR
que no piensa dispararle.
1XQFDSUHJXQWHVLXQDUPDHVWiFDUJDGDFHUFLyUHVHSRUVLPLV-
mo, teniendo cuidado de no oprimir el disparador.
0DQWHQJDHODUPDGHVFDUJDGD\SRUQLQJ~QPRWLYRODDEDQGR-
ne en lugares en donde pueda ser cogida por personas inexpertas;
recuerde siempre que otras personas pueden tomarlas y manejarlas
sin las precauciones del caso y ocasionar tragedias.
$QWHVGHRSULPLUHOGLVSDUDGRUSLHQVHFXiOVHUiODGLUHFFLyQTXH
seguirá el proyectil, inspeccione cuidadosamente los aparatos de
puntería del arma.
210
1R GLVSDUH FXDQGR HO SUR\HFWLO SXHGD DWUDYHVDU XQ REVWiFXOR
que le impida observar lo que hay delante de él.
(OGHVFRQRFLPLHQWRXROYLGRGHODVPHGLGDVGHVHJXULGDGHQHO
manejo de las armas de fuego ha causado mayor número de ba-
jas, que el mismo desarrollo de las operaciones.
&XDQGRVXIUDXQDFDtGDFRQWUROHODERFDGHIXHJRGHODUPD
1RPH]FOHODVEHELGDVDOFRKyOLFDVFRQHOPDQHMRGHODVDUPDV
Observación física.
12. METODOLOGÍA
211
12.1 ARMAS ARTESANALES
12.2 POLÍGONO
(QFDVRGHWHQHUTXHGHVDUPDUHODUPDGHIXHJRYHULÀTXHDQWHV
que no se encuentre cargada con munición.
212
13. PROCESAMIENTO DE DATOS
N.A.
14. VALIDACIÓN
N.A.
N.A.
BIBLIOGRAFÍA
´7HFKQLFDOSURWRFROVIRUWKHKDQGOLQJRIÀUHDUPVDQGDPPXQLWLRQµ
En: FBI. June 1992.
MANUAL DE PROTOCOLOS
ÁREA DE BALÍSTICA FORENSE
CUERPO TÉCNICO DE INVESTIGACIÓN
COLECCIONES DE REFERENCIA
Código: FGN–COR-PB-06
Versión: 01
Vigente a partir de la fecha de su publicación.
213
Revisión: Jefe División Criminalística Dirección Nacional del CTI.
Aprobación: Fiscal General de la Nación
Fecha: 12 de julio de 2004
Fecha: 15 de diciembre de 2004
1. OBJETIVO
2. ALCANCE
3. PROTOCOLOS RELACIONADOS
4. DEFINICIONES CONCEPTUALES
214
5. NORMATIVIDAD
6. FUNDAMENTO TEÓRICO
,GHQWLÀFDFLyQGHODFDVDIDEULFDQWHPRGHOR\RULJHQGHODVDU-
mas recibidas como evidencia.
3URYHHUPXHVWUDVGHDUPDVGHIXHJRSDUDYDULRVSURSyVLWRVHQ
SUXHEDVFLHQWtÀFDVODVFXDOHVQRFRPSURPHWHQXQDUPDGHIXHJR
recibida como evidencia.
3URYHHUPXHVWUDVJXtDSDUDHOHQWUHQDPLHQWRGHQXHYRVSHULWRV
\ GHVDUUROODU QXHYDV WHFQRORJtDV SDUD HO H[DPHQ FLHQWtÀFR GH ODV
armas de fuego.
3URYHHUXQDIXHQWHGHSDUWHVGHDUPDVGHIXHJRSDUDUHSDUDU
temporalmente un arma de fuego recibida como evidencia para
propósitos de prueba de disparo.
3URYHHUXQDIXHQWHGHLGHQWLÀFDFLyQSDUDSDUWHVGHDUPDVGH
fuego encontradas en la escena del crimen.
3URYHHUXQDIXHQWHSDUDGHWHUPLQDUODXELFDFLyQ\PRUIRORJtD
del número serial en un arma de fuego.
/DFROHFFLyQGHPXQLFLyQGHUHIHUHQFLDVHGHÀQHFRPRODFROHF-
ción y catalogación de cartuchos y sus componentes utilizados por
ODFDVDIDEULFDQWHHVLPSRUWDQWHSRUYDULDVUD]RQHVFLHQWtÀFDV
,GHQWLÀFDODGHVLJQDFLyQ\IXHQWHGHODFDVDIDEULFDQWHGHOFDUWX-
cho y sus partes componentes.
215
3URYHHXQDIXHQWHSDUDLGHQWLÀFDFLyQGHPXQLFLyQRVXVFRP-
ponentes tales como proyectil, vainilla, fulminante, pólvora, pistón
de potencia, postas, perdigones, recuperados en la escena del cri-
men o durante la necropsia.
7. MUESTRAS
$UPDVGHIXHJR
0XQLFLRQHV
(VWDQWHV\DUPDULRVDSURSLDGRV
&RPSXWDGRUD\SURJUDPDGHEDVHGDWRV
&DMDV\WXERVSOiVWLFRVWUDQVSDUHQWHV
9. REACTIVOS
N.A.
N.A.
N.A.
216
12. METODOLOGÍA
N.A.
8QQ~PHURGHFRQVHFXWLYR
/DIHFKDGHUHFLELGR
/DIXHQWHHQWLGDGRDXWRULGDGTXHVXPLQLVWUyHODUPD
(OPDUFDGRLQWHUQRUHDOL]DGRSRUHOODERUDWRULR
217
Calibre: calibre del arma de fuego.
6HUHFRPLHQGDXWLOL]DUXQVLVWHPDGHPDUFDGRUHVTXHLGHQWLÀTXH
claramente el consecutivo asignado al arma, para poder ubicarla
fácilmente.
Las armas de fuego de la colección de referencia deben estar
dispuestas en un sitio adecuado, de tal manera que se prevenga
deterioro y facilite su ubicación, inventario, seguridad y control.
Para facilitar la búsqueda de un arma por varias opciones, se re-
FRPLHQGDOOHYDUXQVLVWHPDGHÀFKDVRXQDUFKLYRGHFRPSXWDGRUD
que pueda ser fácilmente consultado.
218
De cada cartucho perteneciente a la colección, registre al me-
nos la siguiente información:
)DEULFDQWH
7LSRGHSUR\HFWLO\FRPSRQHQWHV
0DUFDVHVWDPSDGDVHQODEDVH
14. VALIDACIÓN
N.A.
219
BIBLIOGRAFÍA
MANUAL DE PROTOCOLOS
ÁREA DE BALÍSTICA FORENSE
CUERPO TÉCNICO DE INVESTIGACIÓN
DETERMINACIÓN DE LA FUERZA EN EL DISPARADOR
1. OBJETIVO
2. ALCANCE
$SOLFDSDUDODGHPRVWUDFLyQWpFQLFD\FLHQWtÀFDUHODFLRQDGDFRQ
la fuerza necesaria para poder disparar el arma sospechosa. Inicia
después de que sean practicados el examen físico, la prueba de
funcionamiento y la determinación de fallas en el arma de fuego,
para terminar con el almacenamiento en el armerillo del Laborato-
rio.
220
3. PROTOCOLOS RELACIONADOS
([DPHQItVLFRGHODUPDGHIXHJRFGN-EFA-PB-03.
0DQHMRVHJXURGHODUPDGHIXHJRFGN-MSA-PB-05.
3UXHEDGHIXQFLRQDPLHQWR\GHWHUPLQDFLyQGHIDOODVGHODUPD
de fuego. FGN-PFF-PB-17.
4. DEFINICIONES CONCEPTUALES
5. NORMATIVIDAD
6. FUNDAMENTO TEÓRICO
221
7. MUESTRAS
El arma de fuego.
'LQDPyPHWURGHUHVRUWH
(TXLSRPHGLGRUGLJLWDODXWRPiWLFR
3UHQVDGHEDQFR
9. REACTIVOS
N.A.
222
12. METODOLOGÍA
0HGLFLyQHQDFFLyQVHQFLOOD
9HULÀTXHTXHHODUPDHVWpGHVFDUJDGD
0RQWHHOPDUWLOORGHODUPD
6RVWHQJDHODUPDGHIXHJRFRQHOFDxyQHQVHQWLGRSDUDOHORDO
cuerpo del dinamómetro.
9HULÀTXH TXH HO LQGLFDGRU GH OD HVFDOD HQ HO GLQDPyPHWUR VH
encuentre en la posición “cero”.
$SR\HHOJDQFKRGHOGLQDPyPHWURHQHOGLVSDUDGRUGRQGHQRU-
malmente se ubica el dedo. Asegúrese de no tocar cualquier otra
parte del arma con el gancho y ubique siempre el dinamómetro
paralelo al eje del cañón del arma.
$SOLTXHSUHVLyQDOGLQDPyPHWURKDOiQGRORSRUVXDVDKDVWDOR-
grar que se liberen los mecanismos y caiga el martillo.
7RPHWUHVRPiVOHFWXUDVYHULÀFDQGRODSRVLFLyQGHOGLQDPyPH-
tro y la condición de montado del arma en cada ocasión.
5HJLVWUHODIXHU]DPtQLPDQHFHVDULDSDUDORJUDUODOLEHUDFLyQGH
los mecanismos.
223
12.1.2 Medición en acción doble.
9HULÀTXH TXH HO DUPD HVWp GHVFDUJDGD \ VH HQFXHQWUH HQ DF-
ción doble.
6RVWHQJDHODUPDGHIXHJRFRQHOFDxyQHQVHQWLGRSDUDOHORDO
cuerpo del dinamómetro.
9HULÀTXH TXH HO LQGLFDGRU GH OD HVFDOD HQ HO GLQDPyPHWUR VH
encuentre en la posición “cero”.
$SR\HHOJDQFKRGHOGLQDPyPHWURHQHOGLVSDUDGRUGRQGHQRU-
malmente en promedio se ubica el dedo. Asegúrese de no tocar
cualquier otra parte del arma con el gancho y ubique siempre el
dinamómetro paralelo al eje del cañón del arma.
$SOLTXHSUHVLyQDOGLQDPyPHWURKDOiQGRORSRUVXDVDKDVWDOR-
grar que se liberen los mecanismos y caiga el martillo.
7RPHWUHVRPiVOHFWXUDVYHULÀFDQGRODSRVLFLyQGHOGLQDPyPH-
tro y la condición de montado del arma en cada ocasión.
5HJLVWUHODIXHU]DPtQLPDQHFHVDULDSDUDORJUDUODOLEHUDFLyQGH
los mecanismos.
9HULÀTXHTXHHODUPDHVWpGHVFDUJDGD
7RPHWUHVRPiVOHFWXUDVYHULÀFDQGRODSXHVWDHQFHURVGHOHTXL-
po digital y la condición de montado del arma en cada ocasión
(acción sencilla o acción doble).
224
13. PROCESAMIENTO DE DATOS
14. VALIDACIÓN
(OFXPSOLPLHQWRGHOSURFHGLPLHQWRVHUiYHULÀFDGRSRUHO&RRUGL-
nador del área, durante la revisión del contenido del informe peri-
cial.
BIBLIOGRAFÍA
225
RÍOS, Ferdinand; THORTON, John. Static vs. Dynamic determination of
trigger pull. En: AFTE Journal. Vol. 16, No. 3. p 84.
MANUAL DE PROTOCOLOS
ÁREA DE BALÍSTICA FORENSE
CUERPO TÉCNICO DE INVESTIGACIÓN
ESTÁNDARES DE CALIBRACIÓN Y MANTENIMIENTO
1. OBJETIVO
2. ALCANCE
226
paración balística, microscopio estereoscópico, balanzas o pesas,
medidor de resorte o dinamómetro, micrómetro o calibrador.
Inicia con los cuidados básicos que deben cumplirse cuando se
usa un equipo o instrumento y termina con su calibración.
3. PROTOCOLOS RELACIONADOS
N.A.
4. DEFINICIONES CONCEPTUALES
5. NORMATIVIDAD
227
6. FUNDAMENTO TEÓRICO
0DQWHQHU\YHULÀFDUHOEXHQIXQFLRQDPLHQWRGHORVHTXLSRV
*DUDQWL]DUODÀDELOLGDG\WUD]DELOLGDGGHODVPHGLGDV
228
La calibración de un instrumento permite determinar su incerti-
dumbre, valor fundamental, dentro de un sistema de calidad, para
la agrupación de los instrumentos en categorías metrológicas para
su posterior utilización. El resultado de una calibración es lo que se
UHFRJHHQHOFHUWLÀFDGRGHFDOLEUDFLyQ
Con base en lo anterior, se hace necesario que todos los instru-
mentos / equipos estén apropiadamente calibrados y mantener un
registro actualizado de su mantenimiento.
7. MUESTRAS
5HWtFXORVSDWUyQFDOLEUDGRV
3HVRVSDWUyQFDOLEUDGRV
%ORTXHVSDWUyQFDOLEUDGRV
9. REACTIVOS
N.A.
N.A.
229
12. METODOLOGÍA
(VWRVSDVRVGHEHQVHUGRFXPHQWDGRVHQVXÀFKDSDUWLFXODUGH
registro para instrumentos que necesitan calibración / manteni-
miento.
(OUHWtFXORGHEHWHQHUHOFRUUHVSRQGLHQWHFHUWLÀFDGRGHWUD]DEL-
lidad.
/DHVWDQGDUL]DFLyQGHEHVHUGRFXPHQWDGDHQODÀFKDSDUWLFXODU
para instrumentos que necesitan calibración / mantenimiento.
Uso: - Cada vez que vaya a utilizarse el macroscopio debe ser re-
visado para asegurarse que está funcionando apropiadamente.
230
/RVSUHFLWDGRVSDVRVGHEHQVHUGRFXPHQWDGRVHQVXÀFKDSDU-
ticular de registro para instrumentos que necesitan calibración /
mantenimiento.
/DHVWDQGDUL]DFLyQGHEHVHUGRFXPHQWDGDHQODÀFKDSDUWLFXODU
para instrumentos que necesitan calibración / mantenimiento.
/DYHULÀFDFLyQQRQHFHVLWDVHUGRFXPHQWDGD
231
12.3 BALANZAS / PESAS
(VWRVSDVRVGHEHQVHUGRFXPHQWDGRVHQVXÀFKDSDUWLFXODUGH
registro para instrumentos que necesitan calibración / manteni-
miento.
232
GRFXPHQWDGDHQVXÀFKDSDUWLFXODUGHUHJLVWURSDUDLQVWUXPHQWRV
que necesitan calibración / mantenimiento.
Anualmente: (OUHVRUWHPHGLGRUGHEHVHUFHUWLÀFDGRDQXDOPHQ-
WHSRUXQDÀUPDFRQDPSOLDUHSXWDFLyQHQHOPHUFDGR
233
Trimestralmente: - El micrómetro / calibrador debe ser estandariza-
do trimestralmente utilizando los bloques patrón calibrados. Dichos
bloques calibrados son suministrados por el fabricante y deben te-
QHUHOUHVSHFWLYRFHUWLÀFDGRGHWUD]DELOLGDG
/DDQWHGLFKDHVWDQGDUL]DFLyQGHEHVHUGRFXPHQWDGDHQVXÀ-
cha particular de registro para instrumentos que necesitan calibra-
ción / mantenimiento.
/DSUHFLWDGDHVWDQGDUL]DFLyQGHEHVHUGRFXPHQWDGDHQVXÀ-
cha particular de registro para instrumentos que necesitan calibra-
ción / mantenimiento.
234
Uso: - El medidor digital de fuerzas debe ser revisado antes de su
uso para asegurase que funciona apropiadamente.
14. VALIDACIÓN
N.A.
BIBLIOGRAFÍA
235
Manual de instrucciones medidor digital de fuerzas, TRIGGER
SCAN, Dvorak instruments, 2001. 35 p.
MANUAL DE PROTOCOLOS
ÁREA DE BALÍSTICA FORENSE
CUERPO TÉCNICO DE INVESTIGACIÓN
ESTUDIO DE EXPEDIENTES
1. OBJETIVO
2. ALCANCE
236
3. PROTOCOLOS RELACIONADOS
N.A.
4. DEFINICIONES CONCEPTUALES
5. NORMATIVIDAD
6. FUNDAMENTO TEÓRICO
7. MUESTRAS
N.A.
N.A.
237
9. REACTIVOS
N.A.
N.A.
N.A.
12. METODOLOGÍA
(VWXGLDUHODFWDGHLQVSHFFLyQDOFDGiYHUSURWRFRORGHQHFURS-
sia, historia clínica y fotografías tomadas a la víctima.
&RQEDVHHQORDQWHULRUSURFHGHUDUHDOL]DUORVGLDJUDPDV\PD-
terializaciones correspondientes.
'HDFXHUGRFRQORUHFRSLODGR\HODUPDHPSOHDGDFRPSDUDQ-
do con los estándares establecidos por los Laboratorios de Balística,
HVSHFLÀTXHXQSRVLEOHUDQJRGHGLVWDQFLDGHGLVSDUR
$QDOL]DUORVRULÀFLRVSUHVHQWHVWDQWRHQHOUHSRUWHGHODVKLVWRULDV
clínicas o necropsias como los impactos ilustrados en lugares físi-
cos.
&RQEDVHHQORDQWHULRUSURFHGHUDUHDOL]DUORVGLDJUDPDV\PD-
terializaciones correspondientes.
238
6LHVSRVLEOHEDVDGRHQODGLOLJHQFLDGHLQVSHFFLyQDOFDGiYHU
protocolo de necropsia y testimonios obrantes en el expediente,
realizar la materialización de las posibles posiciones.
6LQRHVSRVLEOHORDQWHULRUSURFHGHUDUHDOL]DUGLOLJHQFLDGHUH-
FRQVWUXFFLyQ GH KHFKRV SDUD HVFHQLÀFDU ODV DFFLRQHV \ UHJLVWUDU
las posibles posiciones, tomando las medidas y fotografías corres-
pondientes. Reconstruir, materializar y diagramar las posibles posi-
ciones.
14. VALIDACIÓN
(OFXPSOLPLHQWRGHOSURFHGLPLHQWRHVYHULÀFDGRSRUHO&RRUGLQD-
dor del Área, durante la revisión del contenido del informe pericial.
239
BIBLIOGRAFÍA
N.A.
MANUAL DE PROTOCOLOS
BALÍSTICA FORENSE
CUERPO TÉCNICO DE INVESTIGACIÓN
OBTENCIÓN DE PATRONES EN EL RECUPERADOR DE AGUA
Código: FGN-OPA-PB-10
Versión: 01
Vigente desde: 01-01-2005
1. OBJETIVO
2. ALCANCE
240
3. PROTOCOLOS RELACIONADOS
4. DEFINICIONES CONCEPTUALES
5. NORMATIVIDAD
6. FUNDAMENTO TEÓRICO
241
Se recomienda que, por lo menos, el primer patrón obtenido se
haga con el arma de fuego en las mismas condiciones que fue re-
cibida en el laboratorio, queda a discreción del perito balístico la
limpieza del cañón para los disparos sucesivos. Se sugiere que la
ejecución de los disparos de prueba con armas de fuego que se
sospeche en mal estado o defectuosas, representando un riesgo
para el perito, se hagan en el dispositivo accionado por control a
GLVWDQFLDTXHKDVLGRGLVHxDGRSDUDWDOÀQ
Los dos métodos existentes más conocidos para recuperar los pa-
WURQHVGHODUPDGHIXHJRVRQODFDMDGHDOJRGyQKLGUyÀOR\HOWDQ-
que de agua.
/D FDMD GH DOJRGyQ KLGUyÀOR HVWi IRUPDGD SRU XQRV FRPSDUWL-
mentos metálicos o en madera que son rellenados con algodón, al
hacer el disparo debe ubicarse el sitio donde quedó alojado el pro-
yectil y proceder a buscar dentro del algodón; este sistema tiene
varios inconvenientes debido a que el proyectil queda muy brillante
HQVXVXSHUÀFLHSRUODHOHYDGDIULFFLyQTXHWLHQHDODWUDYHVDUHODO-
godón. Periódicamente tiene que cambiarse el algodón debido a
que con cada disparo quedan adheridas partículas metálicas que
van ensuciando el algodón y pueden producir rayaduras en el pro-
yectil.
El segundo sistema es el de tanque de agua, está formado por
un tanque metálico de forma rectangular, el cual utiliza solamente
agua que es el medio ideal para la fácil recuperación del proyectil
sin que le cause alteración alguna.
Por lo anterior, nuestra Institución decidió utilizar el tanque de
agua, que sirve tanto para armas cortas como para armas largas.
7. MUESTRAS
7DQTXHUHFXSHUDGRUHQPHGLRDFXRVR
0XQLFLyQ
0DUWLOORGHLQHUFLD
242
6RSRUWHGHDUPDGHIXHJR
&RQWHQHGRUHVSDUDHPEDODMHVPDUFDGRUHVGHHYLGHQFLDVPD-
nuales o eléctricos) y rótulos.
9. REACTIVOS
N.A.
12. METODOLOGÍA
243
de balística forense pueda recuperar sus proyectiles patrón, por eso
es necesario reducir la cantidad de carga de pólvora en el cartu-
cho, para poder obtener una velocidad con la cual puedan re-
colectarse con seguridad dichos patrones, con el objeto de poder
realizar estudios comparativos.
'HVPRQWHHOSUR\HFWLOGHOFDUWXFKRXVDQGRHOPDUWLOORGHLQHUFLD
o una prensa utilizada para recalzado.
5HPXHYDODSyOYRUDH[LVWHQWH
3HVHHOSUR\HFWLOGHVPRQWDGR
&RQVXOWHHOPDQXDOGHUHFDO]DGR\REWHQJDHOSHVRGHODSyOYR-
ra necesario para obtener la nueva velocidad deseada en el pro-
yectil desensamblado.
3HVHDSUR[LPDGDPHQWHODFDUJDGHSyOYRUD\YDFtHODHQODYDL-
nilla.
,QWURGX]FD GHQWUR GH OD YDLQLOOD XQ SHTXHxR WDFR GH SDSHO X
RWURPDWHULDOVLPLODUGHPDQHUDTXHTXHGHÁRMRSDUDOOHQDUHOHVSD-
cio entre el proyectil y la pólvora.
8ELTXHODEDVHGHOSUR\HFWLOGHQWURGHODJDUJDQWDGHODYDLQLOOD
y empújelo hacia dentro, usando un mazo de caucho o una prensa
de recalzado.
244
Como guía para reconocer la posición de los mecanismos del
arma, marque adecuadamente los cartuchos para conservar la
fase de ubicación de la vainilla y el proyectil antes del disparo.
Cargue el arma y ubique el cañón dentro de tubo guía del recu-
perador.
Utilice elementos de protección personal (protectores auditivos,
careta de seguridad, guantes y bata).
Armas peligrosas o hechizas deben ser disparadas en el dispositi-
vo estático, accionado a distancia.
Accionar el sistema de ventilación del polígono minutos antes de
hacer los disparos.
El recuperador en agua, debe tener el nivel de agua adecuado,
estar libre de suciedades, proyectiles anteriores y elementos extra-
ños, sus tapas superiores deben estar completamente cerradas.
En lo posible, utilizar la misma marca y lote de munición emplea-
do en el hecho, para obtener los patrones.
Para armas de gran potencia, como fusiles, debe retirarse como
mínimo la mitad de la carga de la pólvora para poder obtener los
patrones de proyectiles, los patrones de las vainillas deben tomarse
con la carga completa. Las escopetas deben disparase en la pista
del polígono, no es conveniente en el tanque de agua.
El perito debe cargar el arma solamente con dos cartuchos, du-
rante la prueba inicial de disparo. Dispare el arma a través del tubo
guía, si el arma es capaz de disparar tanto en acción doble como
en acción sencilla, dispare mínimo dos cartuchos para cada uno
de las acciones.
Recupere los proyectiles del fondo del tanque, utilizando la ban-
deja, el palo con plastilina u otro medio apropiado para no dañar
el proyectil.
Las vainillas pueden ser recuperadas utilizando un atrapa vainillas
adecuado.
245
Cuando se reduce la cantidad de pólvora en el cartucho, es im-
perativo que el perito revise cualquier obstrucción presente den-
tro del cañón después de cada disparo. El proyectil y la vainilla de
cada prueba de disparo, deben ser marcados apropiadamente.
14. VALIDACIÓN
(OFXPSOLPLHQWRGHOSURFHGLPLHQWRHVYHULÀFDGRSRUHO&RRUGLQD-
dor del área, durante la revisión del contenido del informe pericial.
BIBLIOGRAFÍA
/\PDQUHORDGLQJKDQGERRNIRUULÁHSLVWRODQGPX]]OHORDGLQJ/\-
PDQJXQVLJKWSURGXFWVPLGGOHÀHOG&RQQ
Bullet and cartridge case recovery. En: AFTE Journal. Vol. 16, No.
2. p.75.
246
MANUAL DE PROTOCOLOS
ÁREA DE BALÍSTICA FORENSE
CUERPO TÉCNICO DE INVESTIGACIÓN
CARACTERÍSTICAS DEL ELEMENTO RECIBIDO
Código: FGN-CER-PB-11
Versión: 01
Vigente a partir de la fecha de su publicación
1. OBJETIVO
2. ALCANCE
247
3. PROTOCOLOS RELACIONADOS
4. FUNDAMENTO TEÓRICO
5. DEFINICIONES CONCEPTUALES
248
Pistón: otro nombre utilizado para denominar al taco del cartu-
cho para escopeta.
6. NORMATIVIDAD
7. MUESTRAS
8. EQUIPO Y MATERIAL
Microscopio estereoscópico.
Micrómetro.
Balanza / pesa.
9. REACTIVOS
N.A.
249
10. ANÁLISIS PREVIO
12. METODOLOGÍA
250
(OH[DPHQPLFURVFySLFRGHODVXSHUÀFLHGHOFXHUSRHQDOJXQRV
casos, puede revelar marcas dejadas por el cañón que lo disparó,
las cuales pueden servir para comparación.
Si se aporta munición, se aconseja desensamblar uno para com-
paración con el incriminado y determinar si hay correspondencia
en el calibre y la casa fabricante.
(OSHULWRSXHGHGHWHUPLQDUODFODVLÀFDFLyQDTXHFRUUHVSRQGHQ
ya sea en el sistema americano o en el europeo, utilizando las si-
guientes técnicas:
251
- Pese los perdigones o postas en gramos.
- Compare los pesos con los pesos de los estándares que maneja
HOODERUDWRULR\FRQHOTXHPiVVHDSUR[LPHGHWHUPLQHODFODVLÀFD-
ción a que corresponden.
252
14. VALIDACIÓN
(OFXPSOLPLHQWRGHOSURFHGLPLHQWRHVYHULÀFDGRSRUHO&RRUGLQD-
dor del área, durante la revisión del contenido del dictamen peri-
cial.
BIBLIOGRAFÍA
253
MANUAL DE PROTOCOLOS
BALÍSTICA FORENSE
CUERPO TÉCNICO DE INVESTIGACIÓN
RESTAURACIÓN DEL NÚMERO SERIAL DEL ARMA DE FUEGO
Código: FGN-RNS-PB-12
Versión: 01
Vigente a partir de la fecha de su publicación
1. OBJETIVO
2. ALCANCE
$SOLFDSDUDODGHPRVWUDFLyQWpFQLFD\FLHQWtÀFDUHODFLRQDGDFRQ
los métodos utilizados para restaurar el número serial de un arma
que ha sido borrado. Inicia con la solicitud de autoridad competen-
WH\ÀQDOL]DFRQODHODERUDFLyQGHOLQIRUPHSHULFLDO
3. PROTOCOLOS RELACIONADOS
([DPHQItVLFRGHODUPDGHIXHJRFGN-EFA-PB-03.
0DQHMRVHJXURGHODUPDGHIXHJRFGN-MSA-PB-05.
3UXHEDGHIXQFLRQDPLHQWR\GHWHUPLQDFLyQGHIDOODVHQHODUPD
de fuego FGN-PFA-PB-17.
254
4. DEFINICIONES CONCEPTUALES
5. NORMATIVIDAD
/DVDUPDVGHIXHJRFXHQWDQSDUDVXLGHQWLÀFDFLyQ\UHJLVWURGH
fabricación con un número serial. Estos números son usualmente es-
tampados por medio de una matriz, utilizando un proceso de com-
presión del metal en el área designada para su impresión, a una
SHTXHxDSURIXQGLGDGGHODVXSHUÀFLH/RVQ~PHURVLPSUHVRVHQHO
VHULDOGHLGHQWLÀFDFLyQVRQUHPRYLGRVRERUUDGRVXWLOL]DQGRGLYHUVDV
técnicas. El serial puede ser restaurado, siempre y cuando el espe-
sor de la parte removida o borrada no haya sobrepasado la men-
cionada zona comprimida en el material.
/D VXSHUÀFLH GRQGH VH HQFRQWUDED LPSUHVR HO VHULDO HV WUDWDGD
convenientemente y a continuación se procede a practicar los
procedimientos de restauración químico, electroquímico o magné-
tico.
255
el cual debe ser conductor de la electricidad, y aplicándose una
fuente de corriente continua se acelera el proceso de oxidación y
la restauración se consigue más rápidamente.
7. MUESTRAS
%DODQ]DSHVD
3DSHOGHOLMD
0RWRUWRRO
'LVFRVDEUDVLYRV
3UHQVDGHEDQFR
5HDFWLYRV4XtPLFRV\FDELQDH[WUDFWRUD
256
9. REACTIVOS
&ORUXUR&~SULFR
ÉFLGR&ORUKtGULFR
$OFRKRO(WtOLFR
ÉFLGR1tWULFR
&ORUXUR)pUULFR
+LGUy[LGRGH6RGLR
JUDPRVGH&ORUXUR&~SULFR&X&O
POÉFLGR&ORUKtGULFR+&O
PO$JXDGHVWLODGD+
JUDPRV&ORUXUR&~SULFR&X&O
POÉFLGR&ORUKtGULFR+&O
PO$OFRKRO(WtOLFR
PO$JXD'HVWLODGD+
JUDPRV&ORUXUR&~SULFR&X&O
257
POÉFLGR&ORUKtGULFR+&O
PO$JXDGHVWLODGD+
POÉFLGR1tWULFR+12
PO$JXDGHVWLODGD+
É&,'2&/25852)e55,&2
JUDPRV&ORUXUR)pUULFR)H&O
JUDPRVÉFLGR&ORUKtGULFR+&O
PO$JXD'HVWLODGD+
JUDPRV&ORUXUR)pUULFR)H&O
PO$JXDGHVWLODGD+
JUDPRV+LGUy[LGRGH6RGLR1D2+
PO$JXDGHVWLODGD+
2EVHUYHHOiUHDGHOQ~PHURFRQDSDUDWRVySWLFRVGHDXPHQWR
para detectar rastros del método que utilizaron para borrar el serial
del arma.
258
5HJLVWUDUHQIRUPDHVFULWD\IRWRJUiÀFDODFRQGLFLyQHQTXHIXH
recibida el área del serial borrado.
/LPSLHHOiUHDFRQVROYHQWH\H[DPLQHFXDOTXLHUKXHOODGHKHUUD-
mienta dejada por el método de borrado, si existe presérvela para
posteriores comparaciones.
&RPSUXHEHVLH[LVWHGHVQLYHOGHOiUHDGHOVHULDOERUUDGRXWLOL]DQ-
do la reglilla del calibrador, colocándola paralelamente a lo largo
GHODVXSHUÀFLHHQFDVRGHSUHVHQWDUDERPEDPLHQWRLQGLFDUiTXH
hubo desgaste al borrarlo.
259
11. MÉTODOS O TÉCNICAS
12. METODOLOGÍA
3XOLUFRQDFDEDGRHVSHMRODVXSHUÀFLHFRQGLVFRVDEUDVLYRV\SD-
pel lija. Si aparecen vestigios de caracteres, regístrelos adecuada-
mente.
6LHVIDFWLEOHODXWLOL]DFLyQGHOPpWRGRPDJQpWLFR0DJQDÁX[
ubique el yugo en el área donde fue borrado el número serial y pro-
ceda a la aplicación del campo magnético.
Con una pipeta aplique el baño de partículas magnéticas sobre
el área, ubicando el yugo magnético con los polos en cada extre-
mo del área.
Si no se obtienen caracteres visibles, opte por utilizar un método
secundario de procesamiento apropiado para la restauración.
260
Para materiales magnéticos.
5HDFWLYR)U\·V
5HDFWLYR7XUQHU·V
5HDFWLYR'DYLV
ÉFLGR1tWULFR
&ORUXUR)pUULFR
ÉFLGR&ORUXUR)pUULFR
ÉFLGR1tWULFR
+LGUy[LGRGH6RGLR
&RQHFWHOD]DSDWDGHOWHUPLQDOSRVLWLYRHQODIXHQWHGHFRUULHQ-
te continua y con el otro extremo del cable agarre con el caimán
el arma.
&RQHFWH OD ]DSDWD GHO WHUPLQDO QHJDWLYR HQ OD IXHQWH GH FR-
rriente y con el otro extremo del cable agarre con el caimán el co-
pito de algodón previamente humedecido, con el reactivo corres-
pondiente.
0XHYDODSHULOODGHODIXHQWHGHFRUULHQWH\DMXVWHHOYROWDMHKDV-
ta 6 voltios.
&RPLHQFHDDSOLFDUHOUHDFWLYRFRQHOFRSLWRHQHOiUHDGRQGH
el número se encuentra borrado, teniendo cuidado de no tocar la
VXSHUÀFLHFRQHOPHWDOGHOFDLPiQ
261
13. PROCESAMIENTO DE DATOS
14. VALIDACIÓN
(OFXPSOLPLHQWRGHOSURFHGLPLHQWRHVYHULÀFDGRSRUHO&RRUGLQD-
dor del área, durante la revisión del contenido del informe pericial.
BIBLIOGRAFÍA
262
MANUAL DE PROTOCOLOS
ÁREA DE BALÍSTICA FORENSE
CUERPO TÉCNICO DE INVESTIGACIÓN
EXAMEN DEL SILENCIADOR
1. OBJETIVO
2. ALCANCE
$SOLFDSDUDODGHPRVWUDFLyQWpFQLFD\FLHQWtÀFDUHODFLRQDGDFRQ
el examen del silenciador. Se Inicia con su reconocimiento, pruebas
WpFQLFDV\ÀQDOL]DFRQHODOPDFHQDPLHQWRHQHODUPHULOORGHOODER-
ratorio.
3. PROTOCOLOS RELACIONADOS
263
4. DEFINICIONES CONCEPTUALES
5. NORMATIVIDAD
264
7. MUESTRA
El silenciador recibido.
Medidor de decibeles.
9. REACTIVOS
N.A.
12. METODOLOGÍA
265
gos encontrados, describiendo en lo posible el tipo de silenciador y
sus componentes. Después del examen inicial, deben realizarse las
SUXHEDVItVLFDVGHGLVSDURTXHVRQODVTXHÀQDOPHQWHGHWHUPLQDUiQ
el grado de atenuación del sonido en el arma y servirán para poder
determinar si tiene características de un silenciador o supresor de
sonido.
El silenciador debe ser probado con el arma de fuego apropiada,
adoptando los siguientes pasos:
Disparar el arma con y sin silenciador, para poder determinar el ni-
YHOGHHÀFLHQFLDGHDFXHUGRFRQHOJUDGRGHUHGXFFLyQGHOVRQLGR
y, de esta manera, constatar su grado de atenuación.
Utilice un medidor apropiado para decibeles u otro equipo que
pueda medir el nivel del sonido, siguiendo las instrucciones del fa-
bricante.
El perito debe tomar como mínimo cinco lecturas de la intensidad
del sonido, disparando el arma tanto con el silenciador acoplado,
como sin él.
14. VALIDACIÓN
(OFXPSOLPLHQWRGHOSURFHGLPLHQWRVHUiYHULÀFDGRSRUHO&RRUGL-
nador del área, durante la revisión del contenido del informe peri-
cial.
266
balado en caja de cartón de tamaño apropiado a su dimensión.
Sobre el embalaje se colocará el rótulo individual el cual conten-
drá, como mínimo, la siguiente información: ciudad y fecha, auto-
ridad, referencia del caso, numero de misión de trabajo, tipo de
elemento, nombre o código del perito.
BIBLIOGRAFÍA
Silencers - A review and a look at the state of the art. En: AFTE Jo-
urnal. Vol. 23, No. 2. p 668.
CRUM, Richard A.; OWEN, Edward M. Silencer testing. En: AFTE Jour-
nal, Vol. 21, No. 2. p 433.
MANUAL DE PROTOCOLOS
BALÍSTICA FORENSE
CUERPO TÉCNICO DE INVESTIGACIÓN
SISTEMA INTEGRADO DE IDENTIFICACIÓN BALÍSTICA
Código: FGN-SIB-PB-14
Versión: 01
Vigente a partir de la fecha de su publicación.
267
1. OBJETIVO
2. ALCANCE
3. PROTOCOLOS RELACIONADOS
4. DEFINICIONES CONCEPTUALES
5. NORMATIVIDAD
268
6. FUNDAMENTO TEÓRICO
7. MUESTRAS
Proyectiles o vainillas.
8QLGDG'$6\XQLGDG6$6GHO6LVWHPD,QWHJUDGRGH,GHQWLÀFDFLyQ
Balística.
269
6LVWHPD,QWHJUDGRGH,GHQWLÀFDFLyQ%DOtVWLFD´,%,6µ8QLGDGHV'$6\6$6
Foto: Mónica Díaz M. y José Díaz M.
9. REACTIVOS
N.A.
&XDOTXLHUPXHVWUDGHSUR\HFWLOVHOHFFLRQDGDSDUDLQJUHVRDO6LV-
tema, debe tener al menos una estría que cuente con una zona
TXHUHJLVWUHVXÀFLHQWHVFDUDFWHUtVWLFDVLQGLYLGXDOHVSDUDSRGHUUHD-
lizar cotejo.
270
&XDOTXLHU YDLQLOOD VHOHFFLRQDGD SDUD LQJUHVR DO 6LVWHPD GHEH
WHQHUVXÀFLHQWHVFDUDFWHUtVWLFDVLQGLYLGXDOHVHQODKXHOODGHODDJXMD
percutora o en las marcas del cierre de la recámara en el fulminan-
te, para poder realizar una identidad.
(QFDVRGHUHFLELUPiVGHXQDHYLGHQFLDLQFULPLQDGDWDQWRGH
proyectil o vainilla, para ingreso al sistema, el perito debe hacer el
cotejo correspondiente y seleccionar el mejor candidato de cada
grupo uniprocedente. En el caso de patrones obtenidos de armas
sospechosas que vayan a ser ingresados al Sistema, igualmente se
seleccionará aquel proyectil y vainilla patrón que tenga las mejores
características individuales.
&XDOTXLHULQIRUPDFLyQUHODFLRQDGDFRQODLGHQWLÀFDFLyQSRVLWLYD
de la evidencia, proyectil o vainilla ingresada en el Sistema, debe
ser documentada apropiadamente.
12. METODOLOGÍA
271
ceda a realizar el estudio comparativo de las muestras, para deter-
minar si hay o no identidad.
Las muestras ingresadas al sistema son almacenadas en el archi-
vo físico de evidencias de casos y registradas en el Sistema Integra-
GRGH,GHQWLÀFDFLyQ%DOtVWLFD
14. VALIDACIÓN
BIBLIOGRAFÍA
MANUAL DE PROTOCOLOS
BALÍSTICA FORENSE
CUERPO TÉCNICO DE INVESTIGACIÓN
TRATAMIENTO DE MATERIAL TRAZA
Código: FGN-TMT-PB-15
Versión: 01
Vigente a partir de la fecha de su publicación.
272
Elaboración: ÉUHD GH %DOtVWLFD )RUHQVH²&7,2ÀFLQDGH3ODQHD-
ción
Revisión: Jefe División Criminalística Dirección Nacional del CTI.
Aprobación: Fiscal General de la Nación
Fecha: 12 de julio de 2004
Fecha: 15 de diciembre de 2004
1. OBJETIVO
2. ALCANCE
Aplica para los diferentes pasos que deben seguirse para la pre-
servación adecuada, que deben tener las adherencias de material
traza encontrada en los elementos recibidos para estudio en labo-
ratorio. Inicia con la preservación y embalaje de la adherencia y
termina con su remisión al laboratorio especializado.
3. PROTOCOLOS RELACIONADOS
4. DEFINICIONES CONCEPTUALES
273
(YLGHQFLDWUD]DPDWHULDOWUD]Dtérmino genérico para material
pequeño, usualmente microscópico o latente que viene adherido
al elemento materia de prueba.
5. NORMATIVIDAD
6. FUNDAMENTO TEÓRICO
7. MUESTRAS
%DODQ]D3HVD
0LFURVFRSLRHVWHUHRVFySLFR
0DWHULDOYROXPpWULFRGHYLGULR
*UDGLOOD
274
5HDFWLYRVTXtPLFRV
9. REACTIVOS
ÉFLGR$FpWLFRDO
+LSRFORULWRDO
0HWDQRO
$FHWRQD
275
Advertencia: siempre agregue el ácido al agua, nunca adicione
el agua en el ácido.
Tratamiento de adherencias.
12. METODOLOGÍA
'HWHUPLQHVLHVRQRQHFHVDULRUHDOL]DUXQDQiOLVLVSRUPHQRUL]DGR
del material traza.
5HPXHYDHOPDWHULDOFRQPXFKRFXLGDGRGHWDOPDQHUDTXH
no llegue a dañar la evidencia disparada. Coloque el material re-
movido en un recipiente adecuado suministrado por el área que
YD\DDUHDOL]DUHODQiOLVLV\UHPtWDORSDUDWDOÀQUHDOL]DQGRODFRUUHV-
pondiente interconsulta.
3DUDHYLGHQFLDVTXHFRQWHQJDQVDQJUHWHMLGRRUJiQLFRXRWUR
material biodegradable, remoje la evidencia por lo menos durante
un minuto en la solución de hipoclorito al 10 por ciento. Remueva
HOPDWHULDODÁRMDGRGHODHYLGHQFLDHQMXDJiQGRORFRQPHWDQROR
agua.
276
5HPXHYDHOPDWHULDOGHFRQVWUXFFLyQGHODHYLGHQFLDGLVSDUD-
da, enjuagándolo en la solución de ácido acético al 15 por ciento
5HPXHYDSLQWXUDUHPRMDQGRODHYLGHQFLDGLVSDUDGDHQDOFRKRO
o acetona.
14. VALIDACIÓN
(OFXPSOLPLHQWRGHOSURFHGLPLHQWRHVYHULÀFDGRSRUHO&RRUGLQD-
dor del área, durante la revisión del contenido del informe pericial.
277
BIBLIOGRAFÍA
MANUAL DE PROTOCOLOS
ÁREA DE BALÍSTICA FORENSE
CUERPO TÉCNICO DE INVESTIGACIÓN
DETERMINACIÓN DEL CALIBRE Y MARCA DEL ARMA EMPLEADA
1. OBJETIVO
278
Armas y municiones
Foto: Mónica Díaz M. y José Díaz M.
2. ALCANCE
4. FUNDAMENTO TEÓRICO
279
5. DEFINICIONES CONCEPTUALES
0DFL]RVXSHUÀFLHGHMDGDSRUODIRUPDFLyQGHGRVHVWUtDVFRQVH-
cutivas al pasar el proyectil forzado a través del ánima del cañón
del arma de fuego.
6. NORMATIVIDAD
7. MUESTRAS
Proyectil o vainilla.
280
8. EQUIPO Y MATERIAL NECESARIO
0DFURVFRSLRGHFRPSDUDFLyQSDUDEDOtVWLFD
0LFURVFRSLRHVWHUHRVFySLFR
2FXODUPLFURPpWULFR
%DODQ]D
&DOLEUDGRU0LFUyPHWUR
9. REACTIVOS
N.A.
12. METODOLOGÍA
&RPSDUHODEDVHGHOGLiPHWURGHOSUR\HFWLOUHFLELGRFRQORVSUR-
281
yectiles estándares conocidos que maneja el laboratorio. Para la
vainilla compare la forma y dimensiones generales con las vainillas
estándares conocidas que maneja el laboratorio.
'HWHUPLQHODVFDUDFWHUtVWLFDVGHFODVHGHOSUR\HFWLOQ~PHURWRWDO
de estrías, macizos, sentido de rotación y anchura de los mismos).
Con la ayuda de un aparato de medición apropiado como el ocu-
lar micrómetro o la retícula de medición, etc. mida en la base del
proyectil el ancho de las impresiones de estrías y macizos, tomando
los puntos en los hombros.
3DUD ODV YDLQLOODV HVSHFLÀTXH OD IRUPD GH OD KXHOOD GH OD DJX-
ja percutora, forma de las impresiones dejadas en el cierre de la
recámara, la posición relativa del eyector y extractor (para armas
automáticas o semiautomáticas).
6LJXLHQGR ODV LQVWUXFFLRQHV GHO $UFKLYR *5& GHO )%, XELTXH ODV
armas que presentan las características encontradas al nivel de
proyectil y vainilla y reporte en el dictamen el tipo, calibre, marca y
modelo de las mismas.
282
14. VALIDACIÓN
,PSUHVLyQGHODHVWUtD/DQG
,PSUHVLyQGHOPDFL]R*URRYH
(OFXPSOLPLHQWRGHOSURFHGLPLHQWRHVYHULÀFDGRSRUHO&RRUGLQD-
dor del área, durante la revisión del contenido del dictamen peri-
cial.
BIBLIOGRAFÍA
)LUHDUPVWRROPDUNVXQLW)%,/DERUDWRU\*HQHUDOULÁLQJFKDUDFWHULV-
WLFVÀOH
283
MANUAL DE PROTOCOLOS
BALÍSTICA FORENSE
CUERPO TÉCNICO DE INVESTIGACIÓN
PRUEBA DE FUNCIONAMIENTO Y DETERMINACIÓN DE FALLAS EN EL
ARMA DE FUEGO
Código: FGN-PFF-PB-17
Versión: 01
Vigente a partir de la fecha de su publicación.
1. OBJETIVO
2. ALCANCE
3. PROTOCOLOS RELACIONADOS
284
4. DEFINICIONES CONCEPTUALES
Perito:H[SHUWRHQDOJXQDFLHQFLDDUWHXRÀFLR
5. NORMATIVIDAD
285
te. El perito debe realizar las pruebas de tal manera que no altere
el arma de fuego, no obstante, pueden presentarse ocasiones en
que ocurran averías. Cualquier cambio que se presente en el arma,
debe ser cuidadosamente documentado en las notas del perito.
7. MUESTRAS
Arma de fuego.
N.A.
9. REACTIVOS
N.A.
286
12. METODOLOGÍA
8QVRORSURFHGLPLHQWRQRSXHGHFRQVLGHUDVHVXÀFLHQWHSDUDGH-
linear los pasos necesarios en el examen de los problemas de fun-
cionamiento en todas las armas de fuego. No obstante, la siguiente
lista de chequeo puede servir al perito como una guía a seguir:
0RQWDGDVLQPRQWDU
3RVLFLyQGHOVHJXUR
&DUJDGDGHVFDUJDGD
3RVLFLyQGHOFDUWXFKRV
&DUWXFKRVYDLQLOODVDWDVFDGDV
3UHVHQFLD\XELFDFLyQGHDXUHRODV
6LHODUPDVHUiVRPHWLGDDUD\RV;HVWHHVHOPRPHQWRGHKD-
cerlo.
&DxyQÁRMRHWF
5HFiPDUDFRQGLFLyQ
&RUUHGHUDFRQGLFLyQ
3DUWHVURWDVRHVSHFLDOPHQWHSHUGLGDVDOQLYHOGHODDJXMDSHU-
cutora, el eyector o el extractor.
7RUQLOORVVXHOWRVRSHUGLGRV
$OWHUDFLRQHVRDGDSWDFLRQHV
0LUDV
287
12.3 MECANISMOS DE DISPARO (EXTERNAMENTE)
5HODFLyQGHPRYLPLHQWRGHODVSDUWHV
(QVDPEOHVFRUUHFWRV
$FHUURMDPLHQWR\FLHUUHDSURSLDGRGHORVPHFDQLVPRV
5RWDFLyQGHOFLOLQGURFLHUUHVHJXUR
5HODFLyQPDQXDOGHOWULQTXHWHWUDEDV
'LVSDUDGRUQRUHJUHVDSHJDGRUHVRUWHURWRHWF
12.4 SEGUROS
ïîPRQWHFRPSOHWRUHYLVDUODXELFDFLyQFXDOTXLHUIDOVDSRVL-
ción, halando el martillo, etc.).
)XQFLyQGHOFRQMXQWRFDFKDVSURYHHGRU\GHVFRQHFWRU
1RWDUVLODVSRVLFLRQHVGHOGHGRVRQODVDSURSLDGDVFXDQGRHO
arma es disparada.
5HWURFHVRGHOPDUWLOORRLQHUFLDGHODDJXMDSHUFXWRUD
5HODFLyQGHODDJXMDSHUFXWRUDFRQHOIXOPLQDQWH
&RQGLFLyQGHODDJXMDSHUFXWRUD
'HMDU FDHU YDULDV YHFHV HO PDUWLOOR SDUD UHYLVDU ORV VHJXURV GHO
arma.
3RVLFLyQGHODFRUUHGHUDRHOFHUURMRSDUDHOGLVSDUR
&RQGLFLyQGHORVVHJXURV
288
12.5 REVISIÓN DE LOS MECANISMOS
3URYHHGRU
7UDQVSRUWDGRURHOHYDGRU
5DPSDGHDOLPHQWDFLyQ
/DELRVGHOSURYHHGRUHWF
'LVSDURLPSUHYLVWR
0DUFDVGHOH[WUDFWRU\H\HFWRUHQODYDLQLOODRFDUWXFKRSHUFX-
tido.
0DUFDVLQXVXDOHVHQODYDLQLOODRFDUWXFKRSHUFXWLGR
5HYLVDUVREUHFXDOTXLHU´DQRUPDOLGDGµFRQRFLGDVREUHHODUPD
en particular mencionada en la literatura o información relaciona-
da con el caso.
2EVHUYHGHWHQLGDPHQWHFyPRVHSURGXFHHOGLVSDURVLVHSUH-
sentan disparos perdidos, etc.
2EVHUYHFXDOTXLHUSUREOHPDRSHUDFLRQDOHQVXVPHFDQLVPRV
'HWHUPLQHHOFRPSRUWDPLHQWRGHODPXQLFLyQLQYROXFUDGDFDU-
tucho apropiado, tipo de cartucho, si presentan recalzamiento,
etc.).
5HYLVHODFRQVLVWHQFLDSUHVHQWHHQWUHODVVHxDOHVLPSUHVDVHQOD
evidencia incriminada (proyectil o vainilla) y las muestras patrón
(proyectil o vainilla).
289
12.7 UBICACIÓN ESPECIAL DE LOS MECANISMOS DURAN-
TE LAS PRUEBAS
6HJXURVUHODFLyQ\SDUWHLQYROXFUDGDV
5HVRUWHVGpELOSDUWLGRDOWHUDGRHWF
6LJQRVGHFXDOTXLHULQWHUIHUHQFLDRIDOODGHHQVDPEOH
14. VALIDACIÓN
(OFXPSOLPLHQWRGHOSURFHGLPLHQWRHVYHULÀFDGRSRUHO&RRUGLQD-
dor del área, durante la revisión del contenido del informe pericial.
290
marcada de acuerdo con el instructivo de marcado de evidencias,
para luego ser embalada en caja de cartón de tamaño apropiado
a su dimensión. Sobre el embalaje se colocará el rótulo individual
el cual contendrá, como mínimo, la siguiente información: ciudad,
fecha, autoridad, referencia del caso, número de misión de trabajo,
tipo de elemento, nombre o código del perito.
BIBLIOGRAFÍA
MANUAL DE PROTOCOLOS
ÁREA DE BALÍSTICA FORENSE
CUERPO TÉCNICO DE INVESTIGACIÓN
INSPECCIÓN JUDICIAL A CARTUCHOS, PROYECTILES Y VAINILLAS
Código: FGN-ICP-PB-18
Versión: 01
Vigente a partir de la fecha de su publicación.
291
1. OBJETIVO
2. ALCANCE
3. PROTOCOLOS RELACIONADOS
292
4. DEFINICIONES CONCEPTUALES
3ROLJRQDOFDxyQTXHSUHVHQWDFLQFRFDPSRVHQHOLQWHULRUGHO
mismo.
0RGLÀFDFLyQFDPELRVRDOWHUDFLRQHVTXHSUHVHQWHHODUPDGLÀ-
cultando su normal funcionamiento.
5. NORMATIVIDAD
/H\GH&yGLJRGH3URFHGLPLHQWR3HQDODUWtFXORV
210, 211, 254, 260, 261, 262, 263, 264, 265, 269, 270, 274, 275, 278, 284,
285, 347, 399, 405, 406, 408, 410, 411, 412, 413, 414, 415, 416, 422 y
423.
293
'HFUHWRGHOGHGLFLHPEUHGHDUWtFXORV
49 y 50.
5HVROXFLyQGHOGHQRYLHPEUHGH0DQXDOGHSUR-
cedimientos).
&RPXQLFDGR1RGHRFWXEUHGH0DQHMRÉUHDGH
Balística y Explosivos).
6.2 CARTUCHOS
294
Signos de percusión: presentan o no presentan.
6.3 PROYECTILES
Constitución.
6.4 VAINILLAS
295
Marca en la base: las que se encuentran estampadas, se trans-
criben entre comillas.
7. MUESTRAS
&LQWDPpWULFD
/XSDV
&DOLEUDGRUHVRSLHGHUH\
*XDQWHVGHVHFKDEOHV
7DSDERFDVFDUHWDVRJDIDVSURWHFWRUDVHWF
7HVWLJRVPpWULFRV\VHxDODGRUHVGHHYLGHQFLDV
&DWiORJRVVREUHFDUWXFKHUtD
(VSDFLRDGHFXDGRSDUDODSUiFWLFDGHHVWRVHVWXGLRVWpFQLFRV
(VWXFKHV
296
%ROVDVSOiVWLFDV\GHSDSHO
&LQWDVGHHPEDODMH
9. REACTIVOS
N.A.
N.A.
12. METODOLOGÍA
12.1 GENERALIDADES
)LMDFLyQIRWRJUiÀFDGHOHPEDODMHUHFLELGRSHULWRIRWyJUDIR
)LMDFLyQIRWRJUiÀFDGHORVHOHPHQWRVUHFLELGRVSDUDHVWXGLRSH-
rito fotógrafo).
2EVHUYDFLyQGLUHFWD\SUHOLPLQDUGHORVHOHPHQWRVUHFLELGRVSDUD
estudio.
$SOLFDFLyQGHODVQRUPDVGHELRVHJXULGDGHVWDEOHFLGDVSDUDOD
manipulación de cartuchos, proyectiles y vainillas.
(PEDODMHURWXODGR\FDGHQDGHFXVWRGLDGH(03DQDOL]DGDV
(VWXGLRGHFRWHMRGHSUR\HFWLOHV\YDLQLOODVTXHVHUiUHDOL]DGRSRU
297
el Laboratorio de Balística para su análisis a cargo de los peritos del
laboratorio, en caso de ser necesario.
(QWUHJDÀQDOGHOGLFWDPHQ\(03EDMRFDGHQDGHFXVWRGLDDOD
autoridad solicitante, al coordinador o autoridad de Policía Judicial
a cargo.
6XVWHQWDFLyQHQMXLFLRGHVHUVROLFLWDGR
12.2 DESCRIPCIÓN
'HVFULSFLyQGHODVFDUDFWHUtVWLFDVH[WHUQDV6LVHWUDWDGHFDUWX-
chos, se describe el tipo de proyectil, constitución, forma, calibre,
el tipo de vainilla, forma, constitución, color, marca, longitud, per-
cusión y signos de percusión. Teniendo en cuenta los lineamientos
GDGRVHQHO&RPXQLFDGR\ORVTXHOOHJDUHQDPRGLÀFDUOR
(QWUHJDGHOUHVSHFWLYRHVWXGLRWpFQLFRRGLFWDPHQEDOtVWLFRVH-
gún sea el caso, así como las muestras recolectadas a la autoridad
solicitante, para ser enviadas a análisis del laboratorio más cercano
a cada seccional en caso de ser necesario.
N.A.
298
14. VALIDACIÓN
/LVWDGHFKHTXHR
)LMDFLyQIRWRJUiÀFDGHORV(03
6ROLFLWXGGHHVWXGLRVDOODERUDWRULR
BIBLIOGRAFÍA
MANUAL DE PROTOCOLOS
ÁREA DE BALÍSTICA FORENSE
CUERPO TÉCNICO DE INVESTIGACIÓN
ESTUDIO DE ARMA DE FUEGO
Código: FGN-EAF-PB-19
Versión: 01
Vigente a partir de la fecha de su publicación.
299
1. OBJETIVO
'HVFULELUFDUDFWHUtVWLFDVItVLFDVH[WHUQDVHLQWHUQDVGHODUPDYHULÀ-
FDUVXIXQFLRQDPLHQWRHLGHQWLÀFDFLyQGHODPLVPD
2. ALCANCE
Aplica sobre el arma de fuego y sus accesorios puestos a disposi-
ción para su estudio.
3. PROTOCOLOS RELACIONADOS
0DQHMRVHJXURGHODUPDGHIXHJRFGN-MSA-PB-05.
'HWHUPLQDFLyQGHIXHU]DHQHOGLVSDUDGRUFGN-DFD-PB-07.
5HVWDXUDFLyQGHOQ~PHURVHULDOGHODUPDGHIXHJRFGN-RNS-PB-12.
([DPHQGHOVLOHQFLDGRUFGN-EXS-PB-13.
3UXHEDGHIXQFLRQDPLHQWR\GHWHUPLQDFLyQGHIDOODVHQHODUPD
de fuego FGN-PFFPB- 17.
4. DEFINICIONES CONCEPTUALES
300
(PSXxDGXUD parte que permite el agarre seguro del arma.
0RGLÀFDFLyQFDPELRVRDOWHUDFLRQHVTXHSUHVHQWHHODUPDGLÀ-
cultando su normal funcionamiento.
&DGHQDGHFXVWRGLDSURFHGLPLHQWRFUHDGRSDUDXQDGHFXD-
do manejo, recolección, embalaje y conservación de los EMP, ga-
rantizando la autenticidad y mismidad de los mismos.
301
Rótulo: formato que contiene los datos de recolección y segui-
miento del EMP.
&RPSDWLEOH
5. NORMATIVIDAD
&yGLJR3HQDO/H\GH$UWtFXORV\'HFUHWR
2535 del 17 de diciembre de 1993.
&yGLJRGH3URFHGLPLHQWR3HQDO/H\GH$UWtFXORV
210, 211, 254, 255, 257, 260, 261, 262, 263, 264, 265, 269, 270, 274, 275,
278, 284, 285, 347, 399, 405, 406, 408, 410, 411, 412, 413, 414, 415, 416,
422 y 423.
5HVROXFLyQGHQRYLHPEUHGHGHOD)LVFDOtD*HQHUDO
de la Nación (páginas 11 a 57) cadena de custodia.
5HVROXFLyQGHOGHQRYLHPEUHGHGHOD)LVFDOtD*H-
neral de la Nación (Manual de procedimientos).
&RPXQLFDGR1RGHRFWXEUHGHGHOD'LYLVLyQ&UL-
minalística (Manejo Área de Balística y Explosivos).
302
6. FUNDAMENTO TEÓRICO
(OHVWXGLRGHODUPDGHIXHJRVHUHDOL]DFRQODÀQDOLGDGGHHVWD-
blecer el tipo de arma, escopeta, revólver, pistola, carabina, suba-
metralladora, fusil, etc.; clase de la misma, de puño, de hombro,
de bípode, de trípode, etc.; calibre o calibres compatibles con el
arma de fuego, marca de la casa fabricante, su modelo, lo que la
caracteriza de los demás modelos de una misma casa fabricante,
se indica si su fabricación es original estableciendo el país de proce-
dencia o si, por el contrario, su fabricación es hechiza. Se establece
su funcionamiento, es decir, tiro a tiro, por repetición, semiautomá-
tico o automático, se establece su número de serie y número inter-
no, característicos de cada casa fabricante, para lo cual se utilizan
catálogos, tablas balísticas y consulta en Internet sobre la materia,
indicando la localización de cada uno de estos en la estructura del
DUPD VL SUHVHQWDQ PRGLÀFDFLRQHV DOWHUDFLRQHV VL VH HQFXHQWUDQ
parcial o totalmente borrados, para lo cual aplica el protocolo de
restauración de números seriales.
Se establece su capacidad de carga, es decir, la cantidad de
cartuchos para disparar en su cañón o cañones, tambor y provee-
dor; se indican características de su cañón, como su longitud, si es
de ánima lisa, estriada o poligonal, en cuyo caso se determina la
cantidad de estrías y macizos o campos, respectivamente, indican-
do su rotación de acuerdo con la casa fabricante, lo que nos indica
si este es original o no, del arma de fuego, ya que esta es una pieza
que puede ser removida.
De igual forma, se toman residuos de disparo al ánima o interior
GHOFDxyQDÀQGHGHWHUPLQDUODSUHVHQFLDGHQLWULWRV\QLWUDWRVSUR-
FHGHQWHVGHODGHÁDJUDFLyQGHODSyOYRUDGHSORPR\FREUHGHSR-
sitados al paso del proyectil por dicha ánima, para lo cual aplica el
protocolo de residuos de disparo en arma de fuego.
6HYHULÀFDQORVPHFDQLVPRVGHGLVSDURDSOLFDQGRODFLQHPiWLFD
de las armas de fuego e indicando si estos se encuentran aptos o
no, para percutir el fulminante del cartucho y así producir el dispa-
URHVGHFLUVLHODUPDVHHQFXHQWUDDSWDRQRSDUDORVÀQHVTXHIXH
fabricada, esto se establece aplicando la técnica de utilización de
vainillas de cartuchos desensamblados mediante el uso del martillo
de inercia, los cartuchos utilizados pueden ser los mismos puestos a
disposición con el arma o los que estén disponibles en el área de
%DOtVWLFDSDUDWDOÀQFDVRHQHOFXDOVHGHEHQDQRWDUORVFDUWXFKRV
utilizados en el estudio, así como los remanentes.
,JXDOPHQWHVHHVWDEOHFHHODFDEDGRVXSHUÀFLDOGHODUPDHVGH-
cir, si es pavonado, niquelado, cromado, cromado satinado, etc.
303
indicando su color y estado de conservación, bueno, regular, malo
o estado de oxidación; se indica si el arma de fuego posee cachas,
cútala, culatín, empuñadura, material constitutivo de las mismas, si
VHHQFXHQWUDQJUDÀODGDVROLVDVDVtFRPRVXHVWDGR\VLSUHVHQWDQ
PDUFDVVHLGHQWLÀFDQHOWLSRGHPLUDVTXHSUHVHQWDHODUPDGHIXH-
JRWDQWRGHODQWHUDFRPRWUDVHUDVLVRQÀMDVRQRVLVRQFRQDO]DGH
mira o regulables y si poseen puntos de mira nocturna.
De acuerdo con lo anterior, se indican las otras inscripciones que
presenta el arma de fuego en su estructura, que en combinación
con su marca de casa fabricante, modelo, número de serie, longi-
tud y estriado de su cañón, país fabricante o importador, mediante
el diligenciamiento del formato de rastreo de armas de fuego esta-
blecido por la agencia de la ATFE, de la embajada de los Estados
8QLGRVUDGLFDGDHQ%RJRWi&RORPELD\SDUD/DWLQRDPpULFDDÀQ
GHHVWDEOHFHUVXSURFHGHQFLD\GHWHFWDUHOWUiÀFRGHDUPDV
6LHODUPDGHIXHJRSUHVHQWDPRGLÀFDFLRQHVRDGDSWDFLRQHVDVt
como dispositivos especiales de que trata el decreto 2535 del 17
de diciembre de 1993, estos se describen, de acuerdo con su na-
turaleza, cantidad, morfología, constitución, marca, modelo, país
GHIDEULFDFLyQXWLOL]DFLyQGLPHQVLRQHVQ~PHURGHLGHQWLÀFDFLyQH
inscripciones en su estructura así como su localización y color; por
último, se establece si el arma presenta o no seguros de su cañón,
tambor o proveedor y estado de los mismos.
7. MUESTRAS
&LQWDPpWULFD
&DOLEUDGRURSLHGHUH\DQiORJRRGLJLWDO
&iPDUDIRWRJUiÀFDFRQYHQFLRQDORGLJLWDORÀOPDGRUD
/XSDV
0DUWLOORGHLQHUFLD
304
/LMDV GH GLIHUHQWHV FDOLEUHV SDUD SXOLPHQWR GH VXSHUÀFLHV HQ HO
arma (s) de fuego.
+HUUDPLHQWDVFRPRGHVWRUQLOODGRUHVGHSDOD\HVWUHOOD
(TXLSRSDUDWRPDGHPXHVWUDVGHUHVLGXRVGHGLVSDURHQDUPD
(s) de fuego, tales como hisopos de algodón.
%ROVDVSOiVWLFDV\GHSDSHOGHGLIHUHQWHVWDPDxRVSDUDHPED-
lajes.
7XERVGHHQVD\RSDUDODSUHVHUYDFLyQGHPXHVWUDV
*XDQWHVGHVHFKDEOHV
7DSDERFDVFDUHWDVRJDIDVSURWHFWRUDVHWF
7HVWLJRVPpWULFRV\VHxDODGRUHVGHHYLGHQFLDV
&DWiORJRVGHDUPDVGHIXHJRGHODVGLIHUHQWHVFDVDVIDEULFDQ-
tes.
&DWiORJRVVREUHQ~PHURVVHULDOHVHQODVGLIHUHQWHVDUPDVGHIXH-
go.
&DWiORJRVVREUHDOHDFLRQHVPHWiOLFDVHQDUPDVGHIXHJR
(VSDFLRDGHFXDGRSDUDODSUiFWLFDGHHVWRVHVWXGLRVWpFQLFRV
9. REACTIVOS
N.A.
N.A.
305
12. METODOLOGÍA
12.1 GENERALIDADES
2EVHUYDFLyQ\PDQLSXODFLyQGLUHFWDGHODUPDGHIXHJR
2EVHUYDFLyQ\PDQLSXODFLyQGLUHFWDGHORVDFFHVRULRV\GLVSRVL-
tivos especiales que presente el arma de fuego.
&RPSUREDFLyQGHORVPHFDQLVPRVGHGLVSDURGHODUPDGHIXH-
go, por razón de la percusión de fulminantes en vainillas de cartu-
chos desensamblados, mediante la utilización del martillo de iner-
cia. En caso de no contar con munición se hará la prueba de los
mecanismos de disparo a tiro seco.
7RPD GH PXHVWUDV GH UHVLGXRV GH GLVSDUR HQ DUPD GH IXHJR
Aplicando el respectivo protocolo así como de restauración de nú-
meros seriales en arma de fuego.
'HWHUPLQDFLyQGHSURFHGHQFLDGHDUPDDWUDYpVGHFRPXQLFD-
ción vía Internet, con la ATFE de los Estados Unidos, localizada en la
ciudad de Washington.
12.2 DESCRIPCIÓN
306
(VWDEOHFHUHODFDEDGRVXSHUÀFLDOGHODUPDHVGHFLUVLHVSDYR-
nado, niquelado, cromado, cromado satinado, etc. indicando su
color y estado de conservación, bueno, regular, malo o estado de
oxidación; se indica si el arma de fuego posee cachas, cútala, cu-
latín, empuñadura, material constitutivo de las mismas, si se encuen-
WUDQJUDÀODGDVROLVDVDVtFRPRVXHVWDGR\VLSUHVHQWDQPDUFDVVH
LGHQWLÀFDQ HO WLSR GH PLUDV TXH SUHVHQWD HO DUPD GH IXHJR WDQWR
GHODQWHUDFRPRWUDVHUDVLVRQÀMDVRQRVLVRQFRQDO]DGHPLUDR
regulables y si poseen puntos de mira nocturna.
Es decir, la cantidad de cartuchos que se van a disparar en su
cañón o cañones, tambor y proveedor; indicar características de
su cañón, como su longitud, si es de ánima lisa, estriada o poligonal,
en cuyo caso se determina la cantidad de estrías y macizos o cam-
pos respectivamente, indicando su rotación de acuerdo a la casa
fabricante, lo que nos indica si este es original o no, del arma de
fuego, ya que esta es una pieza que puede ser removida.
307
Tomar muestras de residuos. Tomar residuos de disparo al ánima
R LQWHULRU GHO FDxyQ D ÀQ GH GHWHUPLQDU OD SUHVHQFLD GH QLWULWRV \
QLWUDWRVSURFHGHQWHVGHODGHÁDJUDFLyQGHODSyOYRUDGHSORPR\
cobre depositados al paso del proyectil por dicha ánima, para lo
cual aplica el protocolo de residuos de disparo en arma de fuego.
12.3 ENSAYOS
/DYHULÀFDFLyQGHORVPHFDQLVPRVGHGLVSDURVHUHDOL]DDSOLFDQGR
la cinemática de las armas de fuego e indicando si estos se en-
cuentran aptos o no para percutir el fulminante del cartucho y así,
producir el disparo, es decir, si el arma se encuentra apta o no para
ORVÀQHVTXHIXHIDEULFDGDHVWRVHHVWDEOHFHHPSOHDQGRODWpFQLFD
de utilización de vainillas de cartuchos desensamblados mediante
el uso del martillo de inercia, los cartuchos utilizados pueden ser los
mismos puestos a disposición con el arma o los que estén disponibles
HQHOiUHDGH%DOtVWLFDSDUDWDOÀQFDVRHQHOFXDOGHEHQDQRWDUVH
los cartuchos utilizados en el estudio, así como los remanentes.
308
13. PROCESAMIENTOS DE DATOS
14. VALIDACIÓN
2EVHUYDFLyQ\PDQLSXODFLyQGLUHFWDGHODUPDGHIXHJR
2EVHUYDFLyQ\PDQLSXODFLyQGLUHFWDGHORVDFFHVRULRV\GLVSRVL-
tivos especiales que presente el arma de fuego.
&RPSUREDFLyQGHORVPHFDQLVPRVGHGLVSDURGHODUPDGHIXH-
go.
7RPDGHPXHVWUDVGHUHVLGXRVGHGLVSDURHQDUPDGHIXHJR
'HWHUPLQDFLyQGHSURFHGHQFLDGHDUPD
BIBLIOGRAFÍA
´7KHSURSHUPHWKRGIRUPHDVXULQJZHDSRQVµ$)7(-RXUQDO9RO
14, No. 3, p.10.
309
ANEXO
FORMATO SUGERIDO DE
“INFORME DE INVESTIGADOR DE LABORATORIO”
O “INFORME PERICIAL”
Diseño:
310
Código único de la investigación:
1 1 0 0 1 6 0 0 0 0 1 5 2 0 0 5 0 4 8 9 3
Muni Enti- Unidad
Dpto. Año Consecutivo
cipio dad Receptora
ASUNTO : ESTUDIO BALÍSTICO COMPARATIVO
DESTINO :
REFERENCIA : 2ÀFLR3HWLWRULR
Proceso XXXXXX – Homicidio.
Misión de Trabajo BF-XXXX
1. ELEMENTOS RECIBIDOS
2. LO SOLICITADO
“... ...”
3.1 ARMA
CLASE :
MARCA :
MODELO :
CALIBRE :
311
CAPACIDAD DE CARGA :
CAÑÓN : Ánima estriada con seis (6) estrías y maci-
zos de rotación helicoidal derecha y 115
mm de longitud.
FUNCIONAMIENTO :
FABRICACIÓN :
MECANISMOS DE : Efectuadas pruebas físicas y mecánicas,
DISPARO se determinó que se encuentran en buen
estado de conservación y de funciona-
miento.
ACABADO :
CACHAS :
MODIFICACIONES : No presenta.
O ADAPTACIONES
DISPOSITIVOS : Ninguno.
ESPECIALES
OBSERVACIONES :
IMAGEN 01 IMAGEN 02
TIPO :
CONSTITUCIÓN :
FORMA : Cilíndrico
PESO :
CALIBRE :
ESTRÍAS Y MACIZOS : Seis (6).
ROTACIÓN DEL : Derecha.
ESTRIADO
ADHERENCIAS : Sustancia color rojo oscuro (posible san-
gre).
DEFORMACIONES : Ver imágenes 01 y 02.
APTO PARA COTEJO : SÍ.
OBSERVACIONES :
312
3.3 VAINILLAS
IMAGEN 01 IMAGEN 02
CANTIDAD :
CALIBRE :
MARCAS :
CONSTITUCIÓN : Latón.
FORMA : Cilíndrica.
LONGITUD :
PERCUSIÓN : Central.
SIGNOS DE PERCUSIÓN : Presentan fulminantes percutidos y de-
más huellas dejadas por mecanismos de
disparo de arma de fuego.
FABRICACIÓN :
APTO PARA COTEJO : SÍ.
OBSERVACIONES :
3.4 CARTUCHOS
IMAGEN 01 IMAGEN 02
CANTIDAD :
CALIBRE :
MARCAS :
FORMA Y CONSTITU- : Proyectil cilíndrico de punta redonda en
CIÓN plomo desnudo.
Vainilla cilíndrica en latón niquelado.
PERCUSIÓN : Central.
SIGNOS DE PERCUSIÓN : No presentan.
FABRICACIÓN :
OBSERVACIONES :
IMAGEN 01 IMAGEN 02
313
CANTIDAD :
CONSTITUCIÓN :
FORMA :
PESO :
CLASIFICACIÓN :
OBSERVACIONES :
IMAGEN 01 IMAGEN 02
CANTIDAD :
CONSTITUCIÓN :
COLOR
FORMA :
DIÁMETRO :
PESO :
CALIBRE :
ADHERENCIAS :
OBSERVACIONES :
3.7 FRAGMENTOS
IMAGEN 01 IMAGEN 02
CANTIDAD :
CONSTITUCIÓN :
FORMA :
PESO :
OBSERVACIONES :
IMAGEN 01 IMAGEN 02
CANTIDAD :
TIPO :
CONSTITUCIÓN :
FORMA :
314
CALIBRE :
PESO :
ESTRIADO Y ROTACIÓN :
APTO PARA COTEJO :
OBSERVACIONES :
3.9 PRENDA
IMAGEN 01 IMAGEN 02
MATERIAL :
COLOR :
TALLA :
MARCA :
CIERRE :
ESTADO DE :
CONSERVACIÓN
HUELLAS DEJADAS :
POR PROYECTILES
OBSERVACIONES :
3.17 VEHÍCULO
IMAGEN 01 IMAGEN 02
CLASE : Automóvil – sedan.
MARCA : MAZDA 626 LX
MODELO : 1986.
COLOR : Gris oscuro, pintura metalizada.
PLACAS : GLE – 339 de Fusagasugá.
OBSERVACIONES :
3.18 ORIFICIO
IMAGEN 01 IMAGEN 02
315
TIPO : Producido por proyectil de arma de fue-
go.
CLASE : De entrada.
FORMA : Alargada y rasgada con bordes inverti-
dos. (Ver fotografías).
DIMENSIONES : 6 X 11 mm.
LOCALIZACIÓN : Tapizado de la puerta delantera derecha
parte media, cerca al marco inferior de su
ventana y a 15 cm del descansa brazos.
ORIFICIO No. 1
IMAGEN 01 IMAGEN 02
TIPO : Producido por proyectil de arma de
fuego.
CLASE : De entrada.
FORMA : Semicircular, con bordes externos lisos y
forma interior tronco-cónica. Ver fotogra-
fía 1889-3.
DIÁMETRO : 11.5 mm.
LOCALIZACIÓN : Hueso temporal derecho a 7.5 cm del
vertex y a 10 cm de la línea media ante-
rior.
OBSERVACIONES : Presenta fracturas radiales y mayor diá-
metro en su interior.
316
del arma y que quedan impresos en el proyectil a su paso por el
cañón; este estriado tiene un sentido de giro determinado. Cada
casa fabricante de armas de fuego estriadas, se caracteriza por
WHQHUHVSHFtÀFDPHQWHXQQ~PHURGHHVWUtDVPDFL]RVVHQWLGRGH
rotación y anchura de los mismos, que la particulariza según un mo-
delo e independiza de otras marcas de igual calibre.
Proyectil No. 1:
Proyectil No. 2:
317
nominado “anillo de limpieza” al paso del proyectil a través de la
ÀEUDWH[WLOHVWHVHHYLGHQFLDUiVLQLPSRUWDUODGLVWDQFLDGHGLVSDUR$
su vez, el proyectil en su salida de la boca de fuego del arma viene
acompañado de gases y residuos producto de la combustión de la
pólvora (nitritos y nitratos), los cuales a corta distancia alcanzan su
REMHWLYRREODQFR\VHGHSRVLWDQVREUHODVXSHUÀFLHKDFLDODSHULIH-
ULDGHORULÀFLRGHHQWUDGDSXGLHQGRVHUPHGLGDVXGLVSHUVLyQ\UHOD-
cionándola con una distancia de disparo, mediante comparación
con patrones.
4.2.3 Resultados.
Patrón Posible
2ULÀFLR PLOMO COBRE NITRITOS
Dispersión Distancia D.
Negati-
1 Positivo Positivo 25 mm 40 cm.
vo
2
318
SURGXFWRGHODGHÁDJUDFLyQGHODSyOYRUD3RVWHULRUPHQWHIXHURQ
sometidas a su respectivo análisis químico, mediante la aplicación
del reactivo de Griess, para determinar la presencia de nitritos pro-
YHQLHQWHVGHODSyOYRUDGHÁDJUDGDREVHUYDQGRUHVXOWDGRGHFROR-
ración POSITIVO. En la actualidad no se cuenta con ningún método
WpFQLFRFLHQWtÀFRTXHSHUPLWDHVWDEOHFHUXQWLHPSR\Q~PHURGH
disparos.
IMAGEN 01
319
4.5 ESTADO DE FUNCIONAMIENTO DE LAS ARMAS DE FUEGO
4.6.2. Procedimiento.
320
3.1.2 Procedimiento. Para la realización de este estudio microscó-
pico comparativo, se procedió a efectuar la comparación micros-
cópica entre los 2 proyectiles dubitados y entre las 6 vainillas dubita-
das, con la ayuda del microscopio de comparación para balística,
el cual permite la observación simultánea de sus huellas o señales
microscópicas particulares (características individualizantes).
321
croscópicas que le son propias y la independizan de las demás, así
correspondan a un mismo lote de fabricación, fabricante y modelo.
322
4.9 ANÁLISIS DE TRAYECTORIAS EN VEHÍCULO
(OSUR\HFWLOGHVFULELyXQDWUD\HFWRULDLQIHURVXSHULRUFRQXQiQ-
gulo vertical de 35° grados, antero-posterior y con dirección dere-
cha a izquierda. Ver fotografías 1889-1 y 1889-2 en álbum anexo.
/HYDQWDPLHQWRWRSRJUiÀFRLuego de efectuar un recorrido
por el lindero Norte de la Hacienda “Fontana del Río” y reconocer
los puntos y áreas de interés para la presente investigación, se realizó
un levantamiento planimétrico, por medio de orientación magnéti-
ca (amarre a la Norte de la Brújula), con la ayuda de una estación
total electrónica TOPCON GTS-201D, midiendo distancias horizonta-
323
les con sistema láser y lectura de ángulos horizontales al segundo,
GHWDOODQGR SXQWRV ÀMRV UHFRQRFLGRV HQ HO SODQR GH OD ($$% WDOHV
como construcciones, vías de acceso, cercas y la orilla que colinda
con la cerca Norte de la mencionada hacienda, en un tramo de
420 metros.
0DFURVFRSLRGHFRPSDUDFLyQEDOtVWLFD
0LFUyPHWURRFXODU
&URQyJUDIRGHYHORFLGDGHV
&DOLEUDGRURSLHGHUH\
%DODQ]DHOHFWUyQLFD
&LQWDPpWULFD
)OH[yPHWUR
/XSDV
324
0LFURVFRSLRHVWHUHRVFySLFR
&iPDUDGHIRWRJUDItDGLJLWDO
0DUWLOORGHLQHUFLD
'LQDPyPHWUR
5HDFWLYRVTXtPLFRVGH*ULHVV5RGL]RQDWRGHVRGLR\GLWLR[DPL-
da, Fry’s.
&DWiORJRVGHDUPDVGHIXHJR0XQLFLRQHV\WDEODV%DOtVWLFDV
6LVWHPD,QWHJUDGRGH,GHQWLÀFDFLyQ%DOtVWLFD,%,6
7. CONCLUSIONES / RESULTADOS
7. RESPUESTA A LO SOLICITADO
7. RESPUESTA AL CUESTIONARIO
&RQVXOWDGDODEDVHGHGDWRV*5&GHO)%,WHQLHQGRHQFXHQWDHO
número, ancho y sentido de rotación de las estrías y macizos visibles
en los proyectiles motivo del presente estudio, y de acuerdo con
los resultados obtenidos en el cotejo de proyectiles, se conceptúa
que los proyectiles fueron disparados en una misma arma de fuego,
tipo pistola, de funcionamiento semiautomático, calibre 9 mm, mar-
cas BROWNING modelo Hi Power, WALTER modelo P38 o SWD INC.
Modelo M11 (Ingram), entre otras. El proyectil No. 4 fue disparado
en una pistola calibre 9 mm, marcas ASTRA, JENNINGS o J&R, entre
otras
&RQVXOWDGRHODUFKLYR*5&GHO)%,WHQLHQGRHQFXHQWDHOQ~PH-
ro, ancho y sentido de rotación de las estrías y macizos visibles en
el proyectil motivo del presente estudio, se conceptúa que este fue
disparado en arma de fuego, tipo pistola, de funcionamiento se-
miautomático, calibre 7.65 mm (.32 AUTO), marcas PIETRO BERETTA,
CESKA CZ o WALTHER.
'H DFXHUGR FRQ ORV UHVXOWDGRV REWHQLGRV HQ HO FRWHMR GH SUR-
yectiles y en el cotejo de vainillas, se logró establecer que tanto el
proyectil incriminado como la vainilla incriminada, recibidos para
325
este estudio balístico, fueron disparados y percutida, respectiva-
mente, por el arma.
/RVSUR\HFWLOHV\YDLQLOODVVHUiQVRPHWLGRVDOSURFHVRGHFDSWXUD
HLQJUHVRGHLPiJHQHVDO6LVWHPD,QWHJUDGRGH,GHQWLÀFDFLyQ%DOtV-
tica “IBIS” para la respectiva correlación con otros casos anterior-
mente almacenados en su base de datos. En caso de obtener resul-
tados de correlación positivo, es decir, que exista correspondencia
con otro caso o investigación, se le informará oportunamente.
8. ANEXOS
9. CADENA DE CUSTODIA
326
VHQFLDGHORÀFLDO6GHOD30
Los elementos estudiados estuvieron bajo permanente custodia
en esta Institución, desde el momento de su recepción hasta el en-
vío al almacén de evidencias.
Atentamente,
__________________________________
IVÁN ANTONIO RICAURTE WARLETTA
Balístico Forense - Investigador Criminalístico IV – CTI 0186
327
BIBLIOGRAFÍA
Ley 61 de 1993.
328
NIETO DE ROJAS, Olga. Comunicado: Instructivo, La tecnología de
la química analítica aplicada a balística judicial. División Criminalís-
tica del CTI, sin fecha.
5HVROXFLyQ1RGHPRGLÀFDGDSRUOD5HVROXFLyQ1R
0-6394 de 2004 (Manual de Cadena de Custodia), Fiscalía General
de la Nación.
www.armasdefuego.com.ar
www.forocoches.com
www.telecable.es/personales/maclantaron/articulos/morfolo-
giacartucho
329
330
331
332
333