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© PROGRAMACIÓN NEURO QUÁNTICA

TODOS LOS DERECHOS INTERNACIONALES RESERVADOS


PROGRAMACIÓN

NEURO QUÁNTICA

© IVÁN ARDERIUS
Programación Neuro-Quántica es un término y una obra inscrita en la
Propiedad Intelectual. Todos los Derechos internacionales reservados.
Prohibida su reproducción total o parcial, así como su distribución por
cualquier medio. No se permite la incorporación de este texto a un sistema
informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, ya
sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros medios, sin el
permiso previo y por escrito del autor. La infracción de los derechos
mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual
(Art. 270 y siguientes del Código Penal).
IVÁN ARDERIUS

Prestigioso investigador, divulgador y analista de rango internacional, que


recopila y estudia desde hace años la vinculación humana con las fuerzas
generadoras de la Mente y del Universo para difundir y aprovechar de modo
positivo las enormes capacidades infrautilizadas.

Iván Arderius analiza con todo rigor y luego plasma de modo práctico las
teorías y los métodos de los mejores expertos mundiales en varios campos del
conocimiento para ofrecer aplicaciones útiles y sencillas a través de sus
libros.

Descubre ahora por qué motivo Programación Neuro Quántica se ha


convertido en un fabuloso best-seller mundial.
PROGRAMACIÓN NEURO QUÁNTICA

Desde nuestro libre albedrío hasta nuestro sentido del tiempo, existen
paralelismos entre la manera en que funciona nuestra mente y la teoría
cuántica
Joanne Baker
Doctora en Física y editora de la revista Science

Mientras todo aspecto de la materia, incluyendo el cuerpo y su sistema


nervioso, es gobernado por las leyes deterministas de la causa y el efecto es
muy difícil comprender cómo la mente tiene libertad para funcionar por sí
misma. Pero los procesos indeterministas de la materia sugieren una posible
zona donde la mente puede actuar sobre nuestro cuerpo
David Peat
Experto en Física Cuántica
PROLOGO

La Física Cuántica ha demostrado que los milagros existen. Materializar el


pensamiento es posible. Crear lo que imaginas, convertir lo soñado en
realidad. Los yoguis, los maestros zen, ciertos alquimistas como Paracelso,
los grandes genios de la Humanidad, como Leonardo da Vinci, que no solo
hicieron historia, sino que la cambiaron para siempre; o el propio Jesucristo,
poseían un poder considerado mágico. El extraordinario conocimiento natural
para poder transformar lo que sólo es una probabilidad en potencia en algo
verdadero y material.

El quantum, es decir, la estructura subatómica y molecular de la materia,


incluyendo a las personas, puede modificarse con un acto de observación
(conciencia) consciente, según ha demostrado por completo la Física
Cuántica. Facultades tan humanas como la palabra o el pensamiento son
extensiones de la conciencia, ondas de probabilidad, que pueden afectar a
otras ondas, todavía no materiales, convirtiéndolas en realidad,
materializándolas.

Pero existe una onda de mayor vibración que la palabra y el pensamiento, y


es la imaginación, la capacidad humana de visualizar dentro de su mente lo
que todavía no existe, focalizándolo en su conciencia para conseguir
materializarlo. He ahí la raíz auténtica de lo que denominamos milagro.

¿Por qué algunas personas consiguen materializar lo que desean, lo que


imaginan, lo que sueñan, y otras no? Esta es la razón por la que deseaba
escribir el presente libro.

La capacidad humana de sincronizar con los niveles más profundos de la


materia, modificando la vibración y el posicionamiento espacio-temporal de
las partículas nucleares que todavía no son más que tendencias de

probabilidad parece un apasionante argumento propio de la ciencia ficción,


pero la Ciencia oficial y con mayúsculas lo ha demostrado ya, materializando
y desmaterializando el campo cuántico de un objeto completamente tangible
y real.

Estamos ante una nueva era del pensamiento humano, que posibilitará un
salto evolutivo espectacular. Aunque muchas personas ya están llevando a
cabo cada día este nuevo concepto de lo que podemos calificar como
creatividad cuántica, la enorme capacidad para materializar lo que ha sido

diseñado por la mente.

Sin embargo, no basta con pensar o imaginar lo que uno desea para que
suceda. Esto es lo que afirma desde los años 60 una corriente pseudo-

psicológica o pseudo-filosófica denominada Pensamiento Positivo, que ha


hecho más daño que beneficio, principalmente porque al no funcionar, ha
desencantado a millones de personas, dejándolos incapacitadas para seguir
buscando y descubrir la verdad.

El Pensamiento Positivo ha tenido una gran aceptación durante décadas


porque se basa en la premisa de que no es necesario hacer nada, de que basta
sólo con pensarlo para poder atraer todo aquello que deseas. No es difícil

suponer por qué ha obtenido tanto crédito: el Pensamiento Positivo y todas


las variables que ha venido desarrollando, y que siguen todavía surgiendo
periódicamente, gusta mucho a los que no desean hacer el menor esfuerzo, a
los que buscan la receta mágica y rápida, el método, la técnica, o el secreto.

La idea errónea de que una persona puede atraer lo que desea tiene su origen
dentro del Ego, un espejismo de la mente que, si bien sirve para relacionarse,
vivir en sociedad, fundamentar factores como el carácter y la personalidad,
entorpecen la focalización de la conciencia sobre lo que de verdad funciona.

El Ego impide la sincronización de la conciencia con el mundo cuántico, por


eso filosofías orientales, tan milenarias como el zen, el taoísmo y el
hinduismo, o prácticas occidentales como la Sofrología, recurren a la

meditación o práctica psico-física para someter al Ego y que no interfiera en


la conexión.

Esto mismo es lo que también dedujo el célebre psicoanalista suizo Carl


Gustav Jung al descubrir la escisión humana entre consciente y
subconsciente. Y todavía peor: la escisión entre la consciencia del ser
humano y lo que Freud y Jung denominaron como Inconsciente Colectivo, un
término que ha cobrado mucho sentido con los últimos avances

protagonizados por la Física Cuántica.

Precisamente, a la reconexión entre consciencia e Inconsciente Colectivo,


concepto que podríamos calificar como Universo Cuántico, Jung y el famoso
científico nuclear austríaco Wolfgang Pauli (Premio Nóbel de Física), la
denominaron Sincronicidad. Y estamos hablando de mediados del siglo XX,
cuando la Física Cuántica todavía estaba en pañales y hablar de vinculación
entre mente y materia era casi una herejía científica, poco menos que hablar
de magia.

Pero esto ya no es así. La Ciencia que se ocupa del comportamiento de las


partículas atómicas (Física Cuántica) defiende sin la menor duda la
vinculación que hay entre pensamiento (conciencia) y realidad (materia), por

medio de la mente. Hablamos de una nueva frontera científica y humanística,


basada en la combinación de física y neurología que ya propusieron Jung y
Pauli, aventurándose a que los tachasen de locos y caer en el desprestigio.

Su descubrimiento fue determinante, y con su Teoría de la Sincronicidad


sentaron la premisa inicial para la utilización de la mente, siendo así capaz de
romper el determinismo humano impuesto por la genética y el azar, que te
permita diseñar tu propio destino. Dicha premisa es la base para el

funcionamiento de una nueva respuesta mental denominada Programación

Neuro-Quántica®.

Este libro demuestra de manera clara y documentada que podemos orientar


nuestra mente hacia una manera mucho más generativa de soluciones. Con la
Programación Neuro-Quántica puedes programar la intensidad y calidad del
resultado que deseas obtener en las principales áreas de tu vida: la
Prosperidad, el Amor y la Salud.

Programación Neuro-Quántica presenta una revolucionaria y novedosa


fusión que combina la Cibernética, los últimos avances en la Neurología y la
Física Cuántica, cuyo último logro ha sido el descubrimiento del Bosón de
Higgs o Partícula de Dios, obtenido por la Organización Europea para la

Investigación Nuclear (CERN) gracias al Colisionador LHC instalado en


Suiza.

Este hallazgo, el mayor descubrimiento científico en décadas, sienta las bases


para explicar por primera vez cómo surgió todo el cosmos mediante un
potencial creador más allá de lo imaginable. La existencia de una Conciencia
Universal (Inconsciente Colectivo) ha dejado de ser una teoría de Freud y de
Jung para convertirse en una motivadora realidad.

Programación Neuro-Quántica es un ensayo riguroso y muy bien


documentado, escrito con la intención de que sirva para poder explicar la
forma en que algunas personas logran todo aquello que se proponen al
enfocar su pensamiento de manera sincrónica, tal como desveló Jung en su
conocida teoría sobre la Sincronicidad y las Casualidades Significativas.
¿PODEMOS PROGRAMAR EL ÉXITO?

¿Puedes convertir lo que deseas en realidad? Seguramente muchos pensarán


que no. ¿Pero entonces, por qué algunas personas logran el sueño de su vida
y otras con el mismo nivel de condiciones, no? Puede que sea por casualidad,
pero sigamos adelante con otra pregunta interesante: ¿Puede la mente sanar tu
cuerpo? Muchos pensarán que suena demasiado fabuloso para ser cierto. Sin
embargo, así es como funciona el efecto placebo, comprobado
científicamente con millones de personas.

¿Por qué tantos seres humanos parecen condenados a una existencia de


segunda o tercera división? ¿Cuál es la diferencia entre unos y otros? ¿El
destino, la suerte, la genética? La respuesta está en la capacidad de cambio y
regeneración que radica en el cerebro, una herramienta humana, la más
poderosa de todas, que sigue infrautilizada, y eso a pesar de los grandes
avances científicos obtenidos para conocerlo mejor.
Los últimos descubrimientos en neurología confirman que todos pueden
cambiar, convertir lo imaginado en realidad reconfigurando los programas

neurológicos con los cuales interpretas la realidad. Porque como asegura el


bioquímico norteamericano Joe Dispenza, somos lo que pensamos. O cómo
afirma el doctor Ángel Escudero, pionero español en la curación por medio
de la mente, con un solo pensamiento el cerebro es capaz de cambiar la

sensibilidad de cualquier parte del cuerpo y conseguir lo que desee. Cada


pensamiento es un programa en una computadora llamada cerebro.

Toda persona puede pensar de manera mucho más generativa, liberándose de


los antiguos programas mentales que no han dado resultado en la conquista
de sus objetivos. No se trata de vulgar pensamiento positivo, sino de una
facultad real, admitida y comprobada por la Ciencia. Entonces, ¿Por qué a
miles de personas les cuesta tanto cambiar? ¿Qué les impide desactivar sus

patrones de pensamiento equivocados y adoptar los que funcionan? La causa


principal radica en que nadie puede adoptar un modo nuevo de pensar si no
reprograma todo su sistema operativo en general, valga la metáfora
informática.

Dicho sistema operativo es la inmensa red neuronal que conecta el cerebro


con el sistema nervioso y da origen a la conciencia. ¿Podemos cambiar la
manera en que funciona el cerebro para obtener un resultado mayor de su
enorme potencial? La respuesta es que no sólo podemos cambiar la manera

en que funciona nuestro cerebro, sino el cerebro mismo, incrementando


fabulosamente su capacidad de logro y resolución.

La Programación Neuro-Quántica es la nueva ciencia para la transformación

personal, con resultados tangibles y reales que van más allá de lo imaginable.
Resultados que modifican la realidad física de la persona. Sin embargo, la
combinación entre Neurología y Física Cuántica no es nueva. Fue descubierta
en los años cincuenta del siglo XX por el renombrado psiquiatra suizo Carl
Gustav Jung, uno de los padres de la Psicología contemporánea, uniendo sus
descubrimientos a los del físico austríaco Wolfgang Pauli, uno de los
descubridores de la nueva física nuclear (cuántica) y Premio Nóbel por sus
importantes hallazgos.

El concepto Imaginación Activa fue creado por Jung para explicar cómo
cierta manera en proyectar la realidad deseada potenciándola con facultades
neurológicas vinculadas a la esencia de las partículas atómicas puede
modificar el entorno físico de la persona, materializando aquello que hasta el
momento sólo era una probabilidad.
El prestigioso profesor de Neurociencia Computacional del Instituto
Tecnológico de Massachusetts (MIT), adscrito a la Universidad de California,

Sebastian Seung, sostiene que la configuración neuronal (lo que denomina


cableado del sistema nervioso) determina la identidad y la manera de pensar.
El hallazgo del genoma supuso un paso de gigante para ello. Sin embargo, la
genética no ha podido explicar por qué algunos individuos logran brillantes

resultados en su vida mientras que otros, con iguales cualidades, fracasan.

Para Sebastian Seung, la singularidad del ser humano, la diferencia de


resultados entre unos y otros, radica en el mapa neuronal, en la compleja red
de conexiones o sinapsis, que palpita dentro de nuestro cerebro. “Parte de la
singularidad del ser humano puede deberse al azar, otra parte al aprendizaje y
otro porcentaje puede estar prediseñado por el genoma”. Por tanto, los
resultados obtenidos entre una persona y otra en iguales condiciones

constituyen, según Seung, en “una combinación de factores”.

Cambiar de mapa

Pero lo más curioso es que dicho mapa neuronal puede cambiarse. Así lo
afirma el doctor Joe Dispenza y autor de una voluminosa obra sobre la
transformación del cerebro, Evole your brain, conocido investigador sobre las
vinculaciones entre Neurología y Física Cuántica. “Si cambiar la realidad es

variar la forma en que pensamos, podemos cambiar actitudes, creencias y


percepciones”, y añade: “podemos crear el futuro que ahora mismo está en
nuestra mente. La realidad irá en dirección a nuestros pensamientos”.

Esta sorprendente afirmación fue proclamada frente a un auditorio de


seiscientas personas durante un seminario impartido por Joe Dispenza en la
Universidad de Barcelona. Referente a la combinación entre Física Cuántica
y Neurología, Dispenza declaró: “el pensamiento crea la experiencia y el
entorno es una prolongación de la mente. Si cambiamos nuestra mente,
nuestro entorno cambiará”. ¿Eso es posible? “Ha sido comprobado
científicamente –fue la respuesta--, en la regeneración del hipocampo, incluso
en el neocórtex”.

¿Pero cómo cambiar la mente? Ampliando y rediseñando el mapa neuronal


del cerebro. Aunque lo primero, como he comentado más arriba, es
desactivar los antiguos programas neuronales para que no interfieran con los
nuevos. Es como cuando instalamos un antivirus nuevo en el ordenador. Es
necesario desactivar el anterior, porque ambos no pueden funcionar al mismo
tiempo. “Debemos reestructurar las redes neuronales –indica Dispenza--,
desaprender los hábitos que hemos aprendido acerca de nosotros mismos.
Hay que reinventarse”.

Cambiar de programas

¿Cómo cambiar los viejos programas mentales por los que ahora necesitas
para obtener el resultado que deseas? Los programas mentales erróneos o
defectuosos están alojados en la mente subconsciente, a la que no tienes
acceso de forma consciente. Por eso no sirve con que te digas a ti mismo que
deseas cambiar. Tampoco sirve que te pongas a pensar con mucha fuerza en
lo que deseas. Toda esa energía mental no puede traspasar la puerta del
subconsciente.

Sólo puedes entrar en tu mente subconsciente cuando sueñas, pero entonces


no sirve de nada, ya que tu mente consciente ha sido desconectada para que
descanse. ¿Cómo atravesar el umbral del subconsciente permaneciendo
consciente? Entrando con la conciencia, despojándote antes del Ego. Hay
varias técnicas, más o menos efectivas. Una de las más conocidas es la
hipnosis. Pero para una parte de los expertos en el ámbito de la neurología,
no todas las personas responden a dicha terapia.
Otros métodos menos conocidos pueden ser más eficaces, como el

Pensamiento Autógeno, la Sofrologia y la Meditación Clínica Estandarizada,


usados de manera profesional para obtener mayores resultados psico-físicos.
Entrar en la mente subconsciente y realizar desde dentro los cambios
deseados, desactivando los programas erróneos y activando los nuevos, no es

algo sencillo y requiere práctica. El resultado mejora mucho cuando alguien


te guía durante los primeros intentos. Luego, una vez aprendes el protocolo,
te servirá para toda la vida.

El conocimiento de los métodos antedichos y otros más, junto a la práctica de


años, me han llevado a desarrollar un sistema propio de gran poder y eficacia,
útil para realizar cambios al nivel más profundo, llamado Programación
Neuro-Quántica. Con esta técnica toda persona que lo requiera obtendrá

resultados muy brillantes en el rediseños de sus facultades y potenciales. Con


la suficiente fuerza de voluntad, todo ser humano puede vencer la
predestinación que le impone la genética y el azar, alcanzando sus objetivos.
RECONEXIÓN CUÁNTICA

El Efecto Mariposa es un paradigma científico, término elegido por el


meteorólogo Edward Lorenz para explicar de manera ilustrativa cómo una
simple variable, por pequeña que sea, dentro de un sistema puede afectar al
resto del sistema. Intentando explicar las fluctuaciones meteorológicas del
globo, tan difíciles de pronosticar, Lorenz comparó las pequeñas variables
climáticas y de otro tipo con una mariposa, que al mover sus alas en Brasil,

por multitud de factores aleatorios no predecibles, acaba desencadenando un


tornado en Japón.

La moderna física nuclear demuestra que al observar las partículas atómicas


al microscopio electrónico, el observador modifica su comportamiento. Esto
supone, traducido a términos generales, que al tomar conciencia de lo que
hasta ese momento no percibíamos generamos un orden físico distinto, una
nueva realidad. La incidencia de la mente humana sobre la materia fue
predicha en los años cincuenta del siglo XX por el psicoanalista Carl Jung y

el físico Wolfgang Pauli con su teoría sobre la Sincronicidad.

Podemos decir que la Sincronicidad es el conjunto de factores aleatorios no


predecibles que puede utilizar la mente humana para modificar la realidad

que le rodea mediante un acto de voluntad consciente. Sin embargo, el


resultado se produce a nivel subconsciente, con lo cual su conclusión ulterior
puede ser negativa, tanto como el tornado inferido en Japón.

Debemos aprender a enfocar la conciencia sobre la realidad que deseamos


materializar, fijar en el cerebro un objetivo material y concreto, que sea tan
positivo para uno mismo como para todos los demás, de tal modo te aseguras
que los efectos inferidos por el Efecto Mariposa resulten constructivos y no

destructores.

Focalizar la conciencia de manera consciente y premeditada sobre aquello


que deseas convertir en realidad (materializar) no es un simple acto de
pensamiento positivo. La Sincronicidad es la chispa (un colapso cuántico)
que surge de la reconexión entre la mente subconsciente y el Inconsciente
Colectivo, sirviéndose de la física y las leyes universales.
Lo que imagina el ser humano puede quedarse como simple sueño,

aspiración, deseo y ensoñación, o bien atravesar la barrera de lo imaginario y


transformar la realidad. ¿Cómo puedes imaginar de manera tan intensa y
focalizada para desencadenar un colapso cuántico que genere grandes
cambios en tu vida? Uniendo el pensamiento consciente con la Imaginación

Activa, una poderosa psico-técnica mental denominada por Jung como


Pensamiento Sincrónico.

Para pensar de manera sincrónica es necesario rastrear y descodificar las


claves que te desliza el Inconsciente Colectivo, los mensajes que genera de
manera simbólica, lo cual exige al principio un esfuerzo considerable, ya que
la mayoría de la gente, a lo largo del día, no focaliza su pensamiento hacia
ningún lado en particular. Por tanto, no es raro que no alcance ninguno de sus

objetivos.

Activar el Pensamiento Sincrónico requiere una cierta disciplina inicial, nada


que ver con repetirse afirmaciones positivas ni pensar que todo irá bien
aunque no pongas de tu parte ni tengas motivos para suponerlo. El
Pensamiento Sincrónico funciona como una reprogramación mental. Tienes
que desactivar primero los programas neuronales que pueden estar
interfiriendo entre tu estado actual y tus deseos de futuro, para luego instalar
los programas que te ayudarán a ejercer el mencionado colapso cuántico,

creando una nueva realidad como de la nada.

La Sincronicidad, la sublime y poderosa conexión que hay entre la mente


humana y el Universo Cuántico (todas las posibilidades en potencia) no es

una técnica, sino un efecto natural, que muchas personas ya están utilizando,
incluso sin darse cuenta. El que no lo hace debe ajustar su GPS interior.
Cuando lo consiga, desactivando los programas neuronales erróneos y
activando los adecuados, podrá conseguir casi todo aquello que se proponga.

El Efecto Mariposa demuestra que las ecuaciones no lineales implicadas en la


descripción del clima son extremadamente sensibles a la menor variación en
las condiciones iniciales, por lo que la situación meteorológica puede cambiar

drásticamente a causa un hecho tan sutil como el aleteo de una mariposa.

Una débil sutileza ocurrida en una parte del mundo puede afectar al clima en
la parte opuesta. Dicho de otro modo: la incidencia de un pequeño insecto
(sistema menor), en el momento preciso y lugar adecuado, puede repercutir
sobre un sistema mucho mayor, como es la biosfera completa. Lo que ocurre
con el clima sirve para explicar la manera en la que los humanos
representamos mentalmente lo que llamamos realidad, mucho menos
material de lo que pensamos.

Para Carl Jung, creador del término Sincronicidad, pensando y actuando de


manera sincrónica podemos detectar a tiempo las señales del cataclismo y
corregir la realidad con el fin de obtener un resultado más beneficioso,

personal y colectivo. El Pensamiento Sincrónico sintoniza nuestra mente


subconsciente y particular con la mente universal del Inconsciente Colectivo,
como un pequeño sistema de la biosfera (mariposa) incide sobre un sistema
mucho mayor (clima). El Pensamiento Sincrónico puede considerarse como
la conexión entre individuo y colectivo, una vinculación escindida desde hace
siglos por falta de uso y exceso de pensamiento lógico, racional, cartesiano y
newtoniano.

El Pensamiento Sincrónico es un poder latente, inutilizado desde hace mucho


tiempo a causa de la vida superficial que soportamos, desprovista de toda
espiritualidad. Cualquiera puede comenzar a servirse de su enorme capacidad
para conducir su existencia por el camino más adecuado a la meta particular,
lo que Jung denominaba Destino con mayúsculas. Pero para detectar las
casualidades significativas necesitarás conocer y saber cómo funciona tu
Generador de Aleatoriedad, una facultad mental que nos reconecta
continuamente con aquello que más nos conviene, como si fuera un GPS
interior.

El Pensamiento Sincrónico logra vencer el determinismo que impone la


genética humana y las grandes leyes de la física, tal como hasta hoy las
conocíamos, de manera que cada cual puede crear su propia suerte, incluso su

propio futuro. Según el físico cuántico norteamericano Frank J. Tipler,


cualquier ser vivo tiene la misma facultad para poder adaptarse al caos
inmarcesible que impera en el Universo. “Todo ser viviente que ha tenido
éxito en el juego de la vida tiene alguna clase de generador de aleatoriedad en
su sistema de toma de decisiones”.

Esto es porque la mejor manera de conectar con el azar no es la lógica, que


tanto influye sobre la sociedad civilizada desde René Descartes, sino el

propio azar. Cuando la situación se vuelve tan irracional y compleja no


podemos obtener una solución lógica, sino recurriendo a la misma
irracionalidad que la ocasiona.

“En las decisiones de la vida real –señala Tipler--, es más que sobradamente
eficaz el realizar de vez en cuando una elección aleatoria entre las diferentes
alternativas; es, más bien, absolutamente básico. Se ve esto al darse cuenta de
que en realidad uno se encuentra en la necesidad de tomar decisiones bajo
condiciones de incertidumbre. Casi nunca se tiene toda la información

respecto a las ventajas e inconvenientes de cada alternativa”.

Nuestro particular GPS nos conecta de manera subconsciente con el


Inconsciente Colectivo, la gran fuente universal que acumula toda la

sabiduría desde los comienzos de la Humanidad. Para Tipler, el Generador de


Aleatoriedad no es un programa de instrucciones codificadas (como lo pueda
ser el genoma humano), sino una poderosa facultad de la mente
subconsciente que “actúa sobre las mutaciones del azar” para saltar por
encima de las circunstancias.

El poder y la capacidad de superación para lograr cualquier meta propuesta,


por grande que sea, ya radica de manera natural en cada uno de nosotros,

pero lo tenemos infrautilizado, incluso desactivado por completo. Las razones


para ello son tan profundas y a menudo tan enraizadas en el subconsciente,
que necesitamos una desactivación previa de hábitos, costumbres e ideas
preconcebidas, malsanas y perturbadoras, para restaurar el funcionamiento de
nuestro potencial interior y elevarlo a su máximo rendimiento.

¿Cómo cambiar el chip, el programa mental que cada uno ha desarrollado sin
darse cuenta, según la presión de las circunstancias y la influencia de las
demás personas? Para ello es fundamental acabar con las pautas nocivas,

fuertemente arraigadas, sustituyéndolas por nuevas capacidades.

El Pensamiento Sincrónico puede servir como facultad para reprogramar la


mente y que actúe de manera mucho más generativa. Su aplicación despierta

toda una batería de recursos internos, activados por la propia persona, para
enfrentarse a los desafíos que nos demanda la vida, eludiendo los problemas
y aumentando progresivamente tu capacidad resolutiva en cualquier
circunstancia.

Un GPS no funciona como una brújula. La brújula nos orienta pero señala
siempre hacia la misma dirección y en línea recta, lo cual puede hacernos
tropezar con los obstáculos que siempre salen al paso en toda ruta. En

cambio, el GPS, por ser un sistema de orientación vía satélite (global), puede
programarse para que nos oriente hacia el éxito sorteando los obstáculos del
camino. Lo que llamamos éxito es el resultado de una elección adecuada en la
pluralidad de posibilidades que representa el Universo. No hay límites para
conseguirlo todo, los únicos límites anidan en la Conciencia. Tal como dijo el
gran sabio Lao Tse hace miles de años, el Hombre sabio observa el espacio y
no ve lo pequeño como demasiado pequeño ni lo grande como demasiado
grande, pues sabe que no existe un límite en las dimensiones. Lo cual
constituye una magnífica definición de lo cuántico.

Cada vez que la moneda está en el aire, la Conciencia selecciona lo mejor en


cada momento y situación, elige automáticamente lo que al final nos puede
llevar más lejos y con menos esfuerzo. No hay más suerte que la capacidad

natural de utilizar el Azar en lugar de rechazarlo y obtener la respuesta que


deseamos. El Generador de Aleatoriedad funciona como lo hace la
respiración, de manera consciente o subconsciente, indistintamente.

Y al igual que ocurre con la respiración, convertir la experiencia en


consciente supone incrementar su potencial. Como sucede con la conducción,
cuando eres inexperto practicas hasta que manejar el automóvil se transforma
en un automatismo, en un hecho subconsciente. Porque nadie conduce siendo

consciente de cada movimiento físico. Cuando uno aprende a montar en


bicicleta ya no piensa en mantener el equilibro, simplemente avanza sin
pensar en ello.

Gracias a los últimos aportes divulgados por la física nuclear sabemos que la
Conciencia tiene la capacidad de sincronizarse con el Quantum (lo que Jung
denominaba Inconsciente Colectivo y el Budismo califica de Dharma), cuya
finalidad es la de proporcionarnos una existencia mucho más creativa. Si está
bien ajustado, el Generador de Aleatoriedad tiende a sincronizar con los miles

de millones de posibilidades en potencia para vincularte con aquello que


necesitas en cada momento. Parece un poder mágico y lo es, porque como
escribió el célebre matemático húngaro John von Neumann, “las leyes de la
Física Cuántica que deslazan a la casualidad podrían considerarse magia”.

Pero a pesar de que la conexión sincrónica se produce de manera


subconsciente, aprovecharla para mejorar tu vida constituye un acto voluntad
consciente. El afamado filósofo Arthur Schopenhäuer definió la
Sincronicidad como aparición simultánea de acontecimientos causalmente
desconectados. Tales acontecimientos discurren por líneas paralelas que
coinciden y conectan sólo gracias al Generador de Aleatoriedad, de forma
que tu objetivo particular se vincula y refuerza el objetivo general, y

viceversa.

Dicho de otro modo, el éxito es un triunfo personal y colectivo al mismo


tiempo. Cada uno es el protagonista de su propia transformación mientras
que, paralelamente, contribuye a la transformación de los otros. Toda gran
idea parte siempre de un solo ser humano, aunque luego ayuden a
desarrollarla muchos otros. Por eso, un solo Pensamiento Sincrónico puede
cambiarlo todo.
LOS ORÍGENES DE LA SINCRONICIDAD

El psicoanalista Carl Gustav Jung nació en Keswill (Suiza) en 1875. Por su


lado el físico Wolfgang Pauli nació en el año 1900, en Viena. Coincidieron
en 1828, cuando Pauli ocupaba la cátedra de Física Teórica en Zurich.
Hundido en una depresión por motivos familiares, Pauli buscó ayuda en la
clínica de Jung. El físico mejoró de su dolencia y ambos terminaron
haciéndose amigos y colegas de investigación. Durante años trabajaron en la

revolucionaria idea de unir la Física y la Psicología, creando una nueva psico-


técnica para el desarrollo del ser humano. A la conexión entre la mente y la
materia la denominaron Synchronicity, traducido en español como
Sincronicidad, término que venimos usando.

Como fruto de la colaboración entre ambos, en 1952 publicaron


conjuntamente un ensayo bajo el título de The Interpretation and Nature of
the Psyche, donde por primera vez se difundía el concepto de Sincronicidad,
un efecto natural de la propia persona que Jung definiría como “la

coincidencia en el tiempo de dos o más sucesos no relacionados casualmente”


o “paralelismos acasuales”.

El siguiente paso, cómo aplicar la Sincronicidad de manera práctica para

transformar la realidad que nos rodea con un acto de voluntad consciente,


quedó interrumpido por la muerte de Wolfgang Pauli en 1958. Fallecía en la
cúspide de su carrera, tras haberle sido concedido el Premio Nóbel de Física
y como uno de los investigadores cuánticos más reconocidos de la Historia
junto a su maestro Werner Heinsenberg, original creador de la noción Física
Cuántica en 1925.

Carl Jung, entristecido por la súbita muerte de su colega y amigo, declaró:

“Es una desgracia que Pauli haya muerto tan joven, dado que era un físico
que gozaba, mucho más que un psicólogo como yo, de la confianza de sus
contemporáneos. No obstante, hay una posibilidad de que en el futuro se
desarrolle una mejor comprensión de la psicología del subconsciente, que se
convierta en un campo fértil para los problemas que plantean la física nuclear
y la psicología del Inconsciente”.
Cansado debido a su avanzada edad, Jung se retiró a su casa de campo junto a
un apacible lago en los bosques de la Suiza italiana, donde gracias al secreto

desarrollado con su amigo Pauli quiso programar su propio paso hacia el más
allá, como desde miles de años atrás hacían los grandes maestros Zen para
pasar de seres humanos a bodhisattvas inmortales, de acuerdo a las doctrinas
budistas que tan a fondo estudió Jung a lo largo de su fructífera carrera. Lo

cierto es que falleció en el verano de 1961, tres años después que Pauli, justo
en el instante cuando caía un rayo sobre un formidable árbol centenario que
había cerca de la casa, donde pasaba horas meditando y tallando mandalas en
piedra o madera, lo cual es considerado por algunos como un hecho
sincrónico, el último de su vida.

Recordemos que Carl Jung, refiriéndose a la mente y su presunto poder para


cambiar la realidad, procuró siempre no hablar de facultades, sino de hechos.

En este sentido, Jung opinaba que una conjunción de fenómenos sincrónicos


dotados de un significado para quien los vivenciase podía ser de suma
importancia para estudiar los niveles más profundos de lo inconsciente.

Durante los tres años que mediaron desde la muerte de Pauli a su propio
tránsito, Jung puso en orden los apuntes y documentos de la Sincronicidad y
se los entregó a la que consideraba como discípula más cualificada, la
psicóloga Marie-Louise von Franz (a quien yo tuve la suerte de conocer
durante mi etapa como periodista en activo), miembro del Círculo Eranos,

que Jung había inspirado en Ascona (junto al Lago mayor) para custodiar y
difundir su legado.

La doctora Von Franz apenas dio a conocer públicamente algunos matices y

de manera bastante obtusa sobre que lo Jung y Pauli se hallaban


investigando: “actos de creación”, lo denominaría también de forma críptica.
Pero fue Bárbara Hanna, psicóloga y posteriormente biógrafa de Jung, quien
propuso el término Pensamiento Sincrónico, quizá el más apropiado.
Respecto a ello, el psicoanalista junguiano Ira Progoff definió así el
Pensamiento Sincrónico: “Si se pueden liberar grandes cantidades de energía
rompiendo la unidad elemental del átomo, se podrían producir cantidades
equivalentes de energía mental si pudiéramos penetrar en la profundidad de la

psique”.
CÓMO NOS INFLUYE LO QUÁNTICO

La palabra cuántico deriva de quantum, término ideado por Max Plank, el


físico que a principios de los años veinte descubrió que la luz es en realidad
paquetes de energía denominados quantums. Existen unidades mínimas para
todas las energías. La luz llega en quantums, en ondas completas y
coherentes, por eso la vemos. Hasta entonces los científicos se preguntaban si
la luz era una onda o una partícula. En realidad, Plank descubrió que tiene

una naturaleza dual, onda y partícula. El componente de la partícula es lo que


se denomina quantum. Los quantums existen aunque solamente veamos los
estados parciales del quantum, que son el positivo y el negativo, y siempre
funcionan como una sola unidad, un quantum, que es la estructura mínima
del Universo. La realidad es la parte donde se detiene la conciencia del
observador. El acto de observación, o sea, de toma de conciencia, modifica el
momento angular de la partícula.
A nivel cuántico todo es onda, como si las partículas atómicas vibrasen

ejecutando en el vacío más absoluto posible una danza propia. Dichas


partículas se dividen en dos grupos, según el tipo de danza que ejecutan.
Electrones, protones, Neutrones y Neutrinos se mueven ejecutando una danza
asimétrica. Mesones y Fotones se mueven ejecutando una danza simétrica.

Las partículas del primer grupo se mantienen alejadas las unas de las otras, lo
que Wolfgang Pauli denominó Principio de Exclusión, ampliando el
Principio de Incertidumbre de Heisenberg. Según dicho Principio, una
partícula de mínimo tamaño no existe propiamente, sino que constituye una
tendencia o probabilidad de existir. Pauli descubrió que las partículas
subatómicas giran sobre sí mismas y alrededor de sí mismas (momento
angular), pero no de acuerdo a ninguna ley universal o fuerza que las obligue,
tampoco de ninguna consecuencia, sino que actúan como si su tendencia o

comportamiento natural fuera moverse alejadas entre sí.

La explicación propuesta por Wolfgang Pauli es que hay un “patrón


abstracto” oculto dentro de la materia atómica y determina ese
comportamiento “acasual”, como lo definió. Curiosamente, Carl Jung había
llegado a la misma conclusión indagando en las zonas más profundas de la
mente humana. Jung descubrió que la mente y la materia están vinculadas por
un “principio conector acasual”. Así es como ambos desvelarían una colosal
fuerza creadora de la psique y la naturaleza que bautizaron como

Sincronicidad.

En opinión del conocido físico David Peat, “la conciencia puede actuar sobre
el Inconsciente Colectivo y cambiarlo”. Al contrario también ocurre: el

Inconsciente Colectivo influye sobre la conciencia humana y la modifica. De


hecho, y según Peat, “es posible que ciertos aspectos del Inconsciente
Colectivo sean creados por la sociedad en que vivimos”. Para este científico,
ello significa que el cerebro humano puede modificar la realidad que le rodea,
pero también que dicha realidad puede modificar al cerebro, para bien y para
mal, condicionando la existencia y el comportamiento cotidiano del ser
humano.

Jung y Pauli dedujeron que no había “ninguna distinción entre lo mental y lo


material”. Ambos trabajaron juntos durante varios años en explicar cómo la
mente actúa sobre el universo material. Según David Peat, “mientras cada
aspecto de la materia, incluyendo el cuerpo y su sistema nervioso, es
gobernado por las leyes deterministas causales [como la fuerza de la
gravedad] es muy difícil ver cómo la mente tiene libertad para funcionar [lo
que denominamos libre albedrío]. Pero los procesos causales indeterministas
de la materia cuántica sugieren una posible zona donde podría actuar la
mente”. Debido a la potencia y complejidad del cerebro humano “podría

producirse una amplificación de efectos muy pequeños y, de este modo, las


actividades de la mente podrían manifestarse en una escala global”. Esto no
sólo incluye al cerebro, sino a todo el sistema nervioso, también considerado
mente por el budismo, pues “el sistema nervioso, en cierto sentido, tiene una

naturaleza cuántica, pues el ojo es capaz de responder a fotones individuales


de luz”, resalta Peat.

El físico Eugene Wigner confirmaría todo este revolucionario planteamiento


al descubrir que la conciencia del observador humano actúa en el nivel
cuántico provocando lo que Wigner denominó “colapso de la función de onda
o colapso cuántico”. En otras palabras: el colapso cuántico podría ocurrir en
el momento crucial entre lo que todavía es probable, y de repente, cuando la

Conciencia lo percibe, se transforma en algo definido y material.

Sin embargo, este acto de percepción no se produce de manera consciente y


voluntaria, sino casual. De modo que cabe plantearnos la siguiente cuestión:
si transformamos la realidad involuntariamente, ¿cómo lo podríamos hacer
voluntariamente, provocando un colapso cuántico consciente y en aquello
que deseamos materializar? La respuesta podría radicar en el Pensamiento
Sincrónico y su manera de activarse mediante lo que Jung denominó
Imaginación Activa.
PENSAMIENTO SINCRÓNICO

Lo afirma rotundamente Joe Dispenza: “el pensamiento crea la experiencia.


El entorno es una prolongación de la mente. Si cambiamos nuestra mente,
nuestro entorno cambiará”. Parecido argumento era que el que sostenían Carl
Jung y Wolfgang Pauli cuando a mediados del siglo XX desarrollaron su
revolucionaria teoría sobre la Sincronicidad y las Casualidades Significativas
(Synchronicity: an acasual connecting principle), corroborada posteriormente

por los últimos hallazgos de la física nuclear.

Los expertos en Física Cuántica opinan que todo es posible simultáneamente,


aunque no siempre todo lo posible llegue a ser tangible. Para el Principio de
Incertidumbre de Heisenberg, aquello que penetra en la Conciencia existe y
se materializa. Pero si la Conciencia no lo registra, no existe, permanece tan
sólo como una probabilidad o estado cuántico. Es decir, ningún fenómeno
elemental es un fenómeno hasta que sea un fenómeno observado. Esto es lo
que la Física denomina colapso cuántico. Nada es real hasta que la

Conciencia entra en acción, colapsando una de las múltiples posibilidades en


juego.

Casualidades con significado

¿Podemos pensar de manera tal que nuestra Conciencia convierta en materia


lo que tan sólo es una probabilidad? Eso es lo que, al parecer, ocurre aunque
de manera involuntaria, como ya hemos visto, lo cual sirve de poco, ya que
así no logramos materializar lo que deseamos. ¿Qué hace falta entonces para
controlar el resultado? Para el físico David Peat, autor de la obra
Sincronicidad, puente entre la mente y la materia, el Pensamiento Sincrónico

se activa durante los períodos de crisis y transformación personal, cuando la


restructuración interna produce una resonancia externa. “Es como si la
formación de patrones dentro del inconsciente fuese acompañada de patrones
físicos en el mundo exterior. Cuando los patrones psíquicos están a punto de
alcanzar la conciencia, las Sincronicidades alcanzan su apogeo”.

Sin embargo, tal como advirtió Jung, la Sincronicidad ha de tener un


significado para la persona que la experimenta, eso es lo que la diferencia de
la simple casualidad, por eso la subtituló como Teoría de las Casualidades

Significativas.

Pero todo aquello que no tiene significado para la Conciencia no logra


materializarse porque no le prestamos atención. Según Marie-Louise von

Franz, una de las mayores continuadoras de la obra de Jung, “el significado


no existe mientras no lo veamos, y si nadie descubre la causalidad no existe.
Ambos son algo que depende de la mente que observa”.

David Peat resalta que “la materia no representa una realidad fundamental,
sino la manifestación de algo que está más allá del terreno material. No existe
ninguna distinción entre lo mental y lo material”. Y añade que “debajo de las
apariencias cotidianas de la materia, nivel en el que el científico actúa como

un observador imparcial, se encuentran procesos cuánticos a los que el


observador y lo observado están vinculados íntimamente”. O como afirma
Joe Dispenza, “la mente ejerce un efecto directo sobre la materia”.

Un acto de creación personal


Para Jung, el Pensamiento Sincrónico era “un acto de creación, fuera de los
límites del tiempo y del espacio”. Lo cual significa que hablamos de un

estado cuántico. Porque allí donde la mente se detiene a pensar de manera


sincrónica transforma la realidad. Según Wigner, “la mente actúa en el nivel
cuántico para derrumbar la función de onda del sistema y convertirlo en un
estado bien definido”.

Esto ha sido probado en los laboratorios: las partículas que componen los
átomos responden a la mente del observador. Las ondas se convierten en
partículas (materia) sólo cuando alguien las observa, lo cual es algo difícil de
comprender, ya que todo el mundo se pregunta: ¿entonces, qué hacen las
partículas cuando nadie las observa, existen o no existen?

El Principio de Incertidumbre desarrollado por Werner Heisenberg demuestra

hasta qué punto el observador interviene en el sistema que observa. No es una


teoría, sino un nuevo paradigma científico que debemos adoptar para
comprender la Física Cuántica. Para el físico John Wheeler, “teníamos una
antigua idea de que hay un universo allí fuera, y aquí está el ser humano, el
observador, protegido seguramente del universo por una plancha de vidrio
cilíndrica de seis pulgadas. Ahora aprendemos del mundo cuántico que,
incluso para observar un objeto tan minúsculo como un electrón, tenemos que
romper ese vidrio cilíndrico. De modo que la antigua palabra observador
simplemente tiene que ser eliminada de los libros y debemos sustituirla con la

palabra participante”.

Diseñar nuestro futuro

Según todo lo antedicho, podríamos diseñar nuestro futuro al pensar de


manera mucho más generativa. Para David Peat, “las Casualidades
Significativas ocurren a menudo en momentos críticos para la persona que las
experimenta y contienen las semillas del crecimiento futuro”.

Por su parte, Joe Dispenza declara: “el pensamiento crea la experiencia y el


entorno es una prolongación de la mente. Si cambiamos nuestra mente,

nuestro entorno cambiará”. Eric Kandel, uno de los más destacados


investigadores de las redes nerviosas, opinaba que “el mismo acto de pensar
cambia al pensador, al igual que existe un lazo irreductible entre el pensador
y el pensamiento. De hecho, el pensador es el pensamiento; el pensamiento
da origen al pensador que, alternativamente, crea de nuevo el pensamiento.
Por lo tanto, en vez de ser el cerebro el que crea el pensamiento, es el
pensamiento el que genera al cerebro”.
Argumento que también corrobora Peat: “la conciencia puede actuar sobre el

Inconsciente Colectivo y cambiarlo a través de percepciones y reflexiones.


Puesto que las actividades del cerebro pueden volverse a introducir y
modificar su propia estructura, también es posible que ciertos aspectos del
inconsciente colectivo sean creados por la sociedad en que vivimos”.

Hablamos de crear una nueva realidad mediante la vinculación de la mente y


la materia, forzando lo que la física denomina colapso cuántico, cambiándolo
todo. ¿Realidad o ficción? Tal vez las fronteras ya no estén tan delimitadas
como suponíamos. Como decía Marie-Louise von Franz, “quizá la suerte sea,
en último término, una construcción mental”.

El poder de elegir

¿Podríamos programar nuestro cerebro mediante la Conciencia para que la


mente influya sobre la realidad que nos conviene materializar y elimine todo
aquello que no deseamos? De ser así, ¿todos tenemos dicha capacidad?
¿Cualquier cerebro de cualquier persona puede obrar de la misma forma y
con similar intensidad?
Según el físico Frank J. Tipler, uno de los más revolucionarios del actual

panorama científico en los Estados Unidos, todo ser humano utiliza la


incertidumbre cuántica para generar aleatoriedad, rompiendo así el
determinismo físico que llamamos realidad. La conclusión es que toda
persona disfruta de libre albedrío, que cada uno vive la realidad que

materializa su Conciencia de acuerdo con las elecciones (conscientes o


subconscientes). La clave radica en elegir lo correcto y de manera voluntaria.

En teoría, la decisión (elección) influye sobre la “función de onda”


(probabilidades en potencia), la decisión genera un colapso cuántico y en ese
momento materializamos una de las realidades posibles y en potencia. Esto
puede ocurrir de manera consciente o subconsciente, puesto que las personas
también elegimos con el pensamiento y la intención. La mayor parte del

tiempo estamos haciendo elecciones subconscientes; sin que lo hayamos


decidido antes.

Libet demostró en 1983 que “el cerebro de una persona decide actuar antes de
que la persona sea consciente de que ha decidido actuar; es decir, el cerebro
toma la decisión y a continuación informa al individuo sobre la decisión
tomada. Aquél (erróneamente) cree que ha sido él quien ha realizado la
decisión”.

Por lo visto, no percibimos las elecciones que realizamos a lo largo del día
porque nuestro índice o factor de procesamiento cuántico trabaja por debajo
del nivel de la consciencia. Sin embargo, lo malo es que toda esa suma de
pensamientos no conscientes puede acabar generando una realidad no

deseada, debido al flujo desordenado y a veces incoherente, incluso


contradictorio.

Reprogramar el cerebro

Tal como sucede con un ordenador, para reprogramar el cerebro debemos


desactivar antes los antiguos programas que terminan siempre activándose

como automatismos de la Conciencia. Estos programas mentales nos


condenan a un determinismo limitador, también nos fuerzan a tomar siempre
las mismas decisiones, creando un círculo vicioso acción-reacción de que no
logramos escapar al no ser conscientes. Ante la presión de las circunstancias,
en lugar de permitir que la Conciencia tome el control generando una
respuesta conveniente, conectando con el Inconsciente Colectivo, el cerebro
automatizado activa los programas mentales de siempre (llamados caminos
neuronales), como indica Libet, determinando la elección. Y así no actuamos
con verdadero libre albedrío.

La Conciencia está muy mediatizada por el carácter y la personalidad, por eso


el cambio puede ser más fácil para unos que para otros. En la Grecia clásica,
el carácter determinaba el destino (según Heráclito) y el destino de cada cual

es una mezcla de azar y elección ante la necesidad. ANÂΓKH es la palabra


en griego. Se pronuncia Ananké y significa lo ineludible, la predestinación.
Para la mitología griega, el Fatum, es decir, el destino, puede modificarse con
la voluntad.

Cambiar la realidad

Para Carl Jung, la realidad material puede cambiarse creando una realidad
paralela y voluntaria mediante la Conciencia, para lo cual desarrolló la
Imaginación Activa, un proceso mental muy poco difundido, enmascarado
entre una densa hojarasca de conceptos alquímicos por la doctora Von-Franz.
Al parecer, la Imaginación Activa podría suscitar imágenes tan verosímiles
(probabilidades cuánticas en potencia) que la mente las tomaría como reales,
materializándolas.
Veamos cómo funciona el proceso: a cada momento, la Conciencia crea una

imagen de la realidad exterior a través de los fotones que penetran por medio
del ojo y el sistema neuronal directo hacia nuestro cerebro. El fotón es una
onda, que la Conciencia materializa como real. En teoría, para crear una
realidad diferente bastaría con canalizar lo imaginado. Crear voluntariamente

una imagen e introducirla en el cerebro para que la procese y provoque un


colapso cuántico. De hecho, según Jung, la Imaginación Activa genera una
imagen cuántica, una onda de probabilidad, creada voluntariamente. Es real,
pero no material.

Convertir lo imaginado en real

¿Existe para el ser humano la posibilidad de convertir lo imaginado en


realidad? Existe y lo demuestra cada día con los actos de creación que
denominamos arte, la pintura, la música, la literatura, y también la ingeniería,
pues todo lo que una persona pueda imaginar terminará llevándolo a cabo
antes o después. ¿Dónde radica semejante poder? En alguna parte del sistema
nervioso central que Frank J. Tipler ha denominado Generador de
Aleatoriedad.
Tengamos en cuenta que aleatoriedad provine de Alea, que significa suerte.

Así que podemos decir que Aleatoriedad significa suerte personalizada de


antemano gracias a la gestión voluntaria de la Conciencia, por medio de la
psico-técnica que Jung denominó Imaginación Activa, tan sólo accesible a los
humanos. Para Tipler, “el sistema nervioso humano puede emplear las

fluctuaciones cuánticas para generar Aleatoriedad en un soporte físico


destinado a ello”. Dicho soporte físico podría ser alguna zona de nuestro
cerebro.

La consecuencia de todo esto es lo que llamamos Conciencia. Aunque para


los budistas existen varios niveles de conciencia, la más alta de todas
denominada Hishiryo, término sánscrito que significa “conciencia absoluta”,
precisamente la misma que se manifiesta durante la práctica del Zen y otras

técnicas meditativas, como la Sofrología o el trance auto-inducido mediante


métodos de Visualización Creativa. La Imaginación Activa se configura
como un programa nuevo en estos niveles tan altos o profundos de la
Conciencia.

Imaginación o Pensamiento
No basta con pensar o ensoñar para que todo esto funcione. Para generar un

colapso cuántico no sirve lo que conocemos como pensamiento positivo y


tampoco resulta suficiente con la imaginación común. “La gente intenta ser
positiva cuando en realidad se siente negativa –señala Joe Dispenza--, por eso
el pensamiento positivo no funciona. Son personas que viven en un estado

mental turbado. Su cuerpo no sigue a su mente. Viven 20 años con un modo


de pensar, infelices, y después quieren que todo cambie. El inconsciente
conecta con el cuerpo, que se siente negativo”. Por eso “tenemos que entrenar
la mente y el cuerpo para que trabajen juntos”, añade.

¿En qué consiste dicho entrenamiento? Para materializar la realidad


imaginada necesitamos entrar en un estado de Conciencia por el cual nuestro
cerebro influya sobre el resto del sistema nervioso. Dicho nivel sólo se logra

cuando genera ondas Theta. Lo imaginado en un estado cuántico muy


particular y difícil de conseguir (la mente vigilante y el cuerpo relajado)
puede materializarse al excitar el Generador de Aleatoriedad radicado en el
sistema nervioso.

Existen diversos tipos de ondas cerebrales. Beta: estado pensante, consciente.


Funciona el neocórtex. Percepción total del entorno. Alfa: disminuye la
actividad del neocórtex y se reduce la electricidad cerebral. Consciente pero
menos atento al entorno. Theta: entre el sueño y la vigilia. Muy relajado. Se

desactiva el neocórtex. Se reducen los pensamientos. Delta: sueño profundo.


Inconsciencia.

Para que nuestro cerebro pueda funcionar a nivel cuántico debe generar ondas

Theta, lo cual es bastante complicado y exige una buena dosis de disciplina y


voluntad, que no todos parecen dispuestos a desplegar.

Energía necesaria

¿Cuánta energía necesita el cerebro para generar ondas Theta de manera lo


suficiente intensa y prolongada como para producir un colapso cuántico sobre

lo imaginado? Veamos un ejemplo. La retina del sapo es tan sensible que


basta un solo fotón para suscitar la reacción del sistema nervioso tras haber
sido procesada la imagen correspondiente (una mosca) por parte de su
cerebro. Sin embargo, el ojo humano necesita como mínimo siete fotones
para que nuestro cerebro se forje una imagen de suficiente intensidad como
para excitar el sistema nervioso y hacer reaccionar al cuerpo, incluso sin que
medie la elección de la Conciencia.
Esto hace que el sapo actúe con mayor rapidez ante una situación de riesgo o

de incentivo (alimento). Antes de que piense en capturar a la mosca ya ha


disparado la lengua, impulsado por el sistema nervioso, que puede actuar de
manera independiente a la Conciencia, suponiendo que los animales también
posean algún tipo de Conciencia rudimentaria. El entrenamiento en las artes

marciales, todas ellas derivadas de la meditación Zen, pretende que la


persona actúe sin el intermedio de la Conciencia, evitando los mensajes que
genera el cerebro al recibir la imagen de cansancio, peligro, incentivo,
etcétera.

Según el neurofisiólogo John Eccles, ganador del Premio Nóbel, las


fluctuaciones cuánticas, o sea, la posibilidad de materializar la imagen (onda
de probabilidad) creada por el cerebro por mandato de la Conciencia radica

en el sistema neuronal, en concreto en las agrupaciones de dendritas apicales


de las células piramidales. Pues bien, contestando a la pregunta sobre cuanta
potencia necesita el cerebro humano para que, como el sapo, un fotón excite
nuestro sistema nervioso generando una respuesta más rápida que incluso el

propio pensamiento, la respuesta es un incremento súbito del 1020.


Potencia y velocidad

Y ahora surge una nueva pregunta: ¿tiene nuestro cerebro semejante potencia
de procesado? Para servirnos del ejemplo, consideremos al cerebro un
ordenador sujeto a los límites de capacidad y velocidad. En cuanto a

capacidad, nuestro cerebro agrupa una cantidad de 1010 neuronas, cada una de

las cuales tiene 105 conexiones con otras. Cada conexión codifica un bit.
Entre el cerebro cortical y el cerebelo puede alcanzar una potencia límite de

1015 bits.

En cuanto a velocidad, entre un 1 por ciento y un 10 por ciento de las


neuronas disponibles están funcionando a cada instante, de ahí el conocido y
falaz argumento de que no utilizamos más que un 10 por ciento de nuestra
capacidad cerebral. Cuando digo cada instante me refiero a cien veces por

segundo.

Si cada funcionamiento equivale a un flops (la velocidad de procesamiento de


información se mide en unidades flops o floating point operations per
second), la estimación más baja sería de 10 gigaflots. Si cada sinapsis o
conexión neuronal equivale a un flops en cada funcionamiento, la cuota
superior de velocidad cerebral es de 10 teraflops, teniendo en cuenta que un
teraflops equivale a un millón de flops. Así que según Jacob Schwartz, harían
falta 100.000 teraflops para simular el comportamiento de la velocidad

cerebral, cantidad que coincide también con la expuesta por el experto en


ordenadores Hans Moravec.

Para que nos hagamos una idea veamos la potencia de un súper ordenador de

tamaño medio, como es el Mare Nostrum instalado desde 2005 en la


Universidad Politécnica de Cataluña (Barcelona), convertida en sede del
Centro Nacional de Supercomputación (CNS). El Mare Nostrum, fabricado
por IBM en los Estados Unidos, es el más potente de Europa (en Japón hay
uno superior), con 40 teraflops (40 billones de operaciones por segundo), una
memoria principal de 9 terabytes (equivalente a la de 18.000 PC`s conectados
entre sí) y una memoria de disco de 128 terabytes (equivalente a lo contenido
en 29 millones de libros).

Codificar la realidad

De tal modo, ¿cuánta energía es necesaria para que nuestro cerebro genere un
colapso cuántico y pasar de lo imaginario a lo real? Según el físico Frank J.
Tipler, para ello deberían codificarse todos los estados cuánticos posibles.
Porque no podemos elegir de verdad si no lo hacemos ante todo el conjunto

de la realidad. Pero la estimación de Tipler es de al menos 103x1045 estados

cuánticos diferentes. Como se comprende, semejante cantidad es


materialmente imposible de codificar para el cerebro humano.

Sin embargo, en 1989 Roger Penrose descubrió que el sistema nervioso

puede producir un salto cuántico utilizando las fluctuaciones de vacío, los


espacios que hay entre las partículas, según el Principio de Exclusión
descubierto por Wolfgang Pauli. Dicho de un modo más comprensible:
podemos recurrir a la enorme potencia del Inconsciente Colectivo, tal como
sugería Carl Jung (la suma de todas las personas que han vivido a lo largo de
la historia es de 20 billones) mediante la conexión casual (por azar) que Jung
y Pauli denominaron Sincronicidad.

¿Cómo es posible conectar con el Inconsciente Colectivo? Mediante el


Generador de Aleatoriedad que menciona Tipler. “Tanto el Generador de
Aleatoriedad como los niveles deterministas [los programas mentales]
interactúan muchas veces muchas veces por segundo y se influyen
mutuamente en cada interacción. La decisión final es el resultado de la
integración de todas estas interacciones. Se trata del yo tomo esta decisión.
De hecho, el Yo se sostiene a lo largo del tiempo a causa de la acción
constante de los diferentes niveles, incluyendo el Generador de Aleatoriedad.
La personalidad humana es la unión de todos estos niveles”.

Y concluye: “En las decisiones de la vida real es más que sobradamente


eficaz el realizar de vez en cuando una elección aleatoria entre las diferentes
alternativas; es, más bien, absolutamente básico. Se ve esto al darse cuenta de

que en realidad uno se encuentra en la necesidad de tomar decisiones bajo


condiciones de incertidumbre”.
IMAGINACIÓN ACTIVA

La Imaginación Activa sirve para crear el contexto adecuado para que nuestro
cerebro y nuestro sistema nervioso central puedan alcanzar el colapso
cuántico que venimos analizando. La Imaginación Activa constituye la parte
práctica de todo el proceso, el esfuerzo voluntario para convertir lo
imaginado en real. No es una teoría, sino una psico-técnica creada por Carl
Jung para potenciar en alto grado la creatividad interior y reconectar la

conexión escindida entre Inconsciente Colectivo y Subconsciente personal,


como él mismo lo definió.

Para Erik Davis era una especie de magia: “La magia es la ciencia de la
imaginación, el arte de la ingeniería de la conciencia y el descubrimiento de
las fuerzas vitales que conectan el cuerpo-mente con el mundo físico”. Jung
expresó así la razón por la cual funciona: la imagen es un vehículo de la
emoción, es su energía, y con ella se facilita el acceso a la consciencia, es
decir que toda emoción es factible de transformarse en una imagen. Toda

imagen conforma un acto creativo y es por ello que lo inconsciente


fundamenta la creatividad.

El Pensamiento Sincrónico puede ser activado mediante imágenes

programadas con suficiente intensidad. Sin embargo, recordemos que pensar


no es lo mismo que imaginar. Tener pensamientos como si nos hubiéramos
dejado el grifo de la mente abierto, sin el control de la conciencia ni la
voluntad, es algo que hacemos a toda hora y de manera inconsciente. Ser
consciente de lo que pensamos puede ser el primer paso para enfocar la
mente hacia una dirección en particular, aunque requiere cierta dosis de
voluntad.

Así es como funciona la meditación: primero siendo consciente de lo que se


piensa, luego focalizando el pensamiento sobre algo en concreto, un punto,
como puede ser la llama de una vela, la figura simbólica de un mandala o
recitando un mantra. Durante la siguiente fase meditativa todo pensamiento
ha de ser eliminado, silenciar la mente, cerrar el grifo, con el fin de que la
conciencia quede libre para crear de la nada una imagen limpia, que surja de
lo más profundo.
La Conciencia como espejo

Los budistas lo explican con la metáfora del espejo. Si el espejo de tu


conciencia no está limpio reflejará una imagen distorsionada, una turbia

mezcla entre lo viejo y lo nuevo, entre los pensamientos antiguos y las


nuevas imágenes. La realidad que una persona crea en tal caso es una realidad
obtusa. Toda persona es la imagen del reflejo que ha creado en su conciencia.

Tal como explica la experta junguiana Sallie Nichols: algunas veces, el


problema con el que nos enfrentamos parece insoluble, inasequible a través
de cualquier acción. En estos casos es asombroso ver como, al alcanzar una
armonía interior, automáticamente resolvemos nuestro problemas exteriores.

Carl Jung creó la Imaginación Activa para limpiar el espejo y crear imágenes
que materialicen la realidad que cada persona desea según su destino
particular. La imaginación Activa produce cambios milagrosos en la corriente
principal del Inconsciente Colectivo, indica Nichols. Eso quiere decir que la
conciencia individual modifica la conciencia colectiva. La realidad global es,
por tanto, la suma de todas las ciencias colectivas. Cuando la mayoría tiene
sucio el espejo de su conciencia, la realidad exterior es una consecuencia de
la interior.

¿Es real la realidad?

Pero antes de proseguir es necesario definir mejor el concepto de realidad.


¿La realidad es lo que vemos con los ojos y va más allá? Por ejemplo, la luz
infrarroja no puede captarla el ojo y sin embargo existe, tiene influencia sobre
la materia de nuestro entorno, ya que gracias a los rayos infrarrojos funcionan
diversos aparatos del hogar, como el mando a distancia del televisor.

Para Lacan, creador del Conductismo, inspirado en la psico-analítica de Jung,


lo real no es la realidad, sino lo que cada persona en particular interpreta

como real. Dicho de otro modo: el rol (Arquetipo) que representa en la obra
de teatro de la vida. Lo real para cada uno “es aquello que, imposible de ser
simbolizado, queda eximido respecto a lo simbólico”. Por eso la conciencia
debe reflejar lo más profundo de la realidad individual, desvelando la parte
oculta que la persona relega como irreal dentro del subconsciente, pero que
también existe.
La Imaginación Activa desarrollada por Jung trabaja sobre la realidad
individual para modificar la colectiva, del Subconsciente al Inconsciente

Colectivo. Es decir: perfeccionando al individuo, perfecciona el colectivo


humano, la sociedad en general. Es obvio que si una persona es feliz, porque
logra lo que desea de la vida, porque toda su existencia es coherente con el
objetivo que se ha marcado como Destino vital, sus intervenciones con

cualquier semejante se verán contagiadas por su poderosa irradiación


emocional.

El Vuelo de la Mente

Como vemos, la creatividad es fundamental para poner en marcha la


imaginación y viceversa. Imaginación y creatividad es un bucle cibernético

que actúa dentro de la conciencia para transformar la realidad. Es lo que


Leonardo da Vinci, el gran genio universal del Renacimiento, denominó el
Vuelo de la Mente.

Pero cuidado, ya he advertido que imaginar no es pensar, abandonarse a la


ensoñación, ni mucho menos fantasear. Ya lo dijo el gran arquitecto catalán
Antonio Gaudí, fantasía vine de fantasma, yo prefiero la palabra imaginación.
Por su lado, Bill Gates, el hombre más rico del mundo, manifestó en cierta
ocasión: El valor principal de Microsoft es la imaginación humana. Y según

Albert Einstein la imaginación es más fuerte que el conocimiento.

Por eso Carl Jung lo remarca muy bien: la Imaginación Activa no se trata
necesariamente de un estado psíquico de disociación, sino más bien de una

participación positiva de la conciencia. Así como la forma pasiva de la


fantasía no es raro que evidencie el cuño de lo patológico o por lo menos de
lo anormal, su forma activa suele ser una de las supremas actividades del
espíritu humano, pues en ella confluyen la personalidad consciente y
subconsciente, unificando ambas.
PROGRAMACIÓN NEURO-QUÁNTICA

He acuñado el término Programación Neuro-Quántica para explicar cómo


funciona la psico-técnica de la Imaginación Activa y el Pensamiento
Sincrónico. El primer paso para ello exige acceder a un estado de vigilia
relajada. Es decir, la actividad del cuerpo debe quedar al mínimo de su nivel,
mientras que harás trabajar al máximo la concentración mental.

Para lograr dicho estado existen diversas técnicas de relajación física y


mental, aparte de las meditativas, algunas de tono científico y otras espiritual,
así que puedes elegir la que más te convenga o se acomode a tu idiosincrasia
particular. Todo lo que una persona imagina en un estado de Conciencia
superior genera ondas Theta, cuya función puede llegar a materializarse, tal
como afirma la moderna física nuclear.
Básicamente, el proceso a seguir es el siguiente: accedes al estado de máxima
concentración mental y mínima gestión física, bien relajado, con tiempo, sin

prisa, cómodo y en lugar tranquilo, mejor en penumbra, y los ojos


entrecerrados, nunca del todo para evitar dormirte. Puedes poner música
suave si lo prefieres, aunque lo mejor es en silencio, para que nada interfiera,
ni lo positivo ni lo negativo, en el espejo de la Conciencia.

Crea en tu cabeza una imagen de ti mismo disfrutando ya de lo que deseas


conseguir, lo suficientemente intensa y auténtica como si fuera un recuerdo
del futuro. En realidad, para la física cuántica no existe diferencia entre
presente, pasado y futuro. Al observar la imagen creada de ti mismo en
estado cerebral de ondas Theta la mente lo capta como cierto, pues el cerebro
no diferencia entre lo imaginado y lo real.

Si el ejercicio se realiza con frecuencia, intensidad y durante el tiempo


necesario, crearás nuevas conexiones (sinapsis) y caminos neuronales que
terminarán activando el Generador de Aleatoriedad radicado en el sistema
nervioso, la conexión virtual con el Inconsciente Colectivo (tu GPS interior),
necesaria para generar un colapso cuántico, materializando lo que deseas. El
acto de observación sobre la imagen creada en tu cabeza modifica su estado
cuántico, pasando de probable a realidad.
La Programación Neuro-Quántica no es fácil de activar, porque hay que

suspender la parte más racional de nuestro cerebro para que no interrumpa y


lograr un alto estado de concentración. La observación consciente no
funciona si permanece activo el Neocórtex, la parte más desarrollada de
nuestro cerebro, la que rige de continuo imponiéndonos los argumentos de la

lógica y la razón. Por eso a los occidentales nos resulta tan incómoda y
fatigosa la meditación, incluso la oración y la simple concentración en la
lectura de un libro. Estamos cada vez más dispersos y menos predispuestos a
ejercer una fuerte atención focalizada. Nos cuesta mucho relajarnos y más
aún detener la corriente continua del pensamiento.

Meditar es anular todos los argumentos que nos envía el cerebro a toda hora,
de manera que nuestro sistema nervioso tome todo el control como si fuera

una segunda mente, ya que ahí radica el Generador de Aleatoriedad. Estamos


tan acostumbrados a razonarlo todo que dicha razón constituye un
impedimento que condiciona nuestra capacidad de concentración para que la
Conciencia tome de verdad el control.

Entre las técnicas de relajación y meditativas orientales destacan el Yoga y el


Zen. Pero también existen muy buenas técnicas occidentales, como la
Sofrología o la CSM. Estas dos últimas se aplican con brillantes resultados
para el deporte de alta competición, porque programa la mente para ganar

incluso aunque no se tengan las condiciones físicas adecuadas. El golfista


Severiano Ballesteros utilizaba la Sofrología para su adiestramiento mental,
como también lo hacen las primeras figuras del tenis mundial. Sin embargo,
no siempre se trata de ganar o competir, sino de reprogramar tu mente para

lograr tu meta personal, cada uno la suya en particular, más rápido y con
menor esfuerzo.

Concluyendo: primero relajación, luego concentración y por último


visualización. La Imaginación Activa es la capacidad de visualizar con gran
intensidad lo que deseamos para que la Conciencia del observador, que
somos nosotros mismos, genere un colapso cuántico y lo materialice. La
clave radica en crear la imagen cuando el cerebro está generando su más alto

nivel de ondas Theta, siempre al final del proceso meditativo y de relajación


física. Luego puedes quedarte dormido si lo deseas, disfrutando de la
experiencia y la sensación. Pero ten en cuenta que si te duermes durante el
ejercicio ya no te sirve, porque las ondas del sueño (Delta) no activan el
sistema nervioso, al contrario, sirven precisamente para desactivarlo. Y como
recordarás, el Generador de Aleatoriedad radica en el sistema nervioso
central.
Comprendo que todo esto te parecerá un poco rebuscado y complejo, pero

con la práctica terminarás adoptándolo como una sana y positiva costumbre,


relajante y transformadora. Debo decirte además que todo cuanto imagines ha
de ser bueno para tu progreso personal y el de los demás, de lo contrario
incurres en incongruencias que perturban la conexión del Subconsciente con

el Inconsciente Colectivo. Dado que se trata de un esfuerzo considerable


(constancia, disciplina, voluntad) seguro que te planteas, antes de comenzar,
si funciona, porque la mayoría de la gente, aunque no lo reconozca, va por la
vida buscando la receta mágica de algo que funcione sin esfuerzo. Para
obtener los primeros resultados tendrás que remontar esta necesaria etapa de
dudas e incertidumbre.

Cuando alcances el asombroso estado cerebral de ondas Theta comprobarás

que desde tal profundidad y altura la mente puede abolir las fronteras del
tiempo y el espacio, dando un salto cuántico hacia lo que deseas (lo que
imaginas) como si fuera real. Cuando acabes el ejercicio y recuperes el ritmo
de vida cotidiano comenzarán a llegarte los mensajes guía del Inconsciente
Colectivo por medio de lo que Carl Jung denominó Sincronicidad o
Casualidades Significativas. “No tienes más que observar con sumo cuidado
el mensaje transmitido por el Inconsciente y descifrarlo”, indica Jung. Así es
como funciona el Pensamiento Sincrónico.
RELAJACIÓN Y VISUALIZACIÓN

La búsqueda y práctica de grupos o centros donde se practique la meditación


activa (el Zen o la Sofrología) te corespende a ti, así como el entrenamiento
en la práctica que prefieras. No obstante, voy a darte algunas directrices
básicas como introducción, para que te ayuden a elegir.

La relajación física es el primer paso para lograr concentrarse y poder aplicar

muchas de las técnicas de desarrollo personal, principalmente la


Visualización Creativa y todas sus variantes. Hay numerosas técnicas de
relajación, la mayoría muy eficaces si se realizan metódicamente y de forma
constante, he ahí la clave para alcanzar resultados. Unas técnicas son tan
sencillas como tumbarse en un lugar tranquilo y respirar de manera profunda
y rítmica. Otras provienen de disciplinas orientales, como el Yoga, que se
basa en la postura vigilada del cuerpo y en el control consciente de la
respiración.

Pero ya sea una técnica sencilla o una más mística, lo importante es que
consiga distender los músculos y vaciar al máximo la mente de pensamientos,
que muchas veces son los causantes de la tensión física y la ansiedad. Para
ello te recomiendan focalizar la atención consciente en la respiración o la

postura. Otros prefieren oir música, recitar un mantra o visualizar una cierta
imagen.

Yoga

El Yoga es uno de los sistemas de relajación más conocidos, su popularidad


va en aumento y cada día lo práctican más personas para combatir el estrés de

la vida cotidiana. El Yoga se basa en la combinación de la respiración


consciente y un conjunto de posturas corporales predeterminadas. Tiene
grandes ventajas para la relajación física y mental.

Normalmente, se practica en academias o centros bajo supervisión de


especialistas, de manera que las posturas se realicen correctamente para
obtener el máximo beneficio y sin lesiones físicas. Los practicantes de Yoga
poseen un mayor control sobre sus reacciones emocionales y responden con
más dominio y autocontrol a los momentos de ansiedad o estresantes. Las

posturas funcionan a modo de estiramientos y proporcionan gran flexibilidad


y armonía al cuerpo.

Sofrología

La Sofrología es una potente técnica de relajación que proviene de la


combinación de otros sistemas como el Zen, la Hipnosis Activa Fraccionada
y la Relajación Autógena. Fue desarrollada por Caycedo en los años 60. La
Sofrología se aplica en tres grados de una determinada duración, según el
nivel de intensidad que se desea. Se practica con la guía de un sofrólogo.
Pretende que se ejerza un control automático y subconsciente de las propias

reacciones psicosomáticas, tomando contacto directo con el mundo interior


de la persona.

El terapeuta usa el denominado Tepnos-Logos, un lenguaje y una cadencia


persuasiva que ejerce influencia sobre la conciencia del sujeto. Tiene muchas
aplicaciones en la remisión de distintas enfermedades o sintomatologías: piel,
asma, tensión arterial, aparato digestivo, etc., pero donde ha adquirido su
mayor reconocimiento es en el deporte de alta competición, ya que la técnica
sirve a modo de potenciador de la voluntad y control de las reacciones

adversas.

Entrenamiento Autógeno

El Entrenamiento o Relajación Autógena fue creado por J. H. Schultz a


principios de siglo, y es una suma de técnicas de sugestión y autohipnosis
para suprimir la tensión mental por medio de la relajación profunda del
cuerpo y el control de varias reacciones psicofísicas. La particularidad es que
esta técnica puede autoaplicarse, y no necesita de un terapeuta o monitor que
la controle y la guíe.

Se compone de una serie de ejercicios de autocontrol sobre seis zonas:


músculos, vasos sanguíneos, corazón, respiración, órganos abdominales y
cabeza. Se aplica realizando una secuencia por diversas partes del cuerpo y
utilizando técnicas de afirmación y autosugestión.

Para conseguir un buen resultado es imprescindible que el sujeto pueda


autoconvencerse y dejarse llevar. La aplicación por grados exige que se
domine una antes de pasar a la otra consecutiva. El dominio completo se
consigue tras varios meses e incluso años de práctica, por lo que no es un

técnica muy popular.

Zen

El Zen es mucho más que una técnica de relajación, supone toda una filosofía
y un estilo de vida que influye en todas las reacciones conscientes y
subconscientes del sujeto. Se basa en el control absoluto y la coordinación
entre una postura determinada (za-zen) y la respiración consciente, sobre la
que se mantiene la concentración. Durante el Zen el sujeto contempla
únicamente su postura y su respiración, y no se deja llevar por los
pensamientos que surgen en su mente, hasta que con el paso del tiempo y la

práctica continuada, los domina y entra en un estado especial de conciencia


absoluta denominada satori.

El Zen es demasiado místico para los occidentales, ya que además lleva


consigo un cierto ritual asociado al Budismo. Es una práctica difícil para los
occidentales, a lo que les resulta pesada e incluso simplista. Sin emabrgo, los
beneficios sobre las reacciones subconscientes son muy elevados: se adquiere
un enorme dominio de todas las reacciones físicas y sobre todo de la
concentración de forma automática e inconsciente, por eso es la base de las

artes marciales.
VISUALIZACIÓN CREATIVA

La mayoría de las personas viven al margen de sus capacidades naturales, no


explotan debidamente los recursos mentales con lo que han venido al mundo,
privilegio del ser humano. Uno de tales recursos es la imaginación, la
poderosa facultad mental de crear imágenes con la conciencia, que te
conducen hacia la meta deseada como una energía invisible aunque muy real.

Los deportistas de alta competición saben que ganar o perder, en última


instancia, no depende sólo de la preparación física, sino mucho más de la
psicológica, por eso casi todos ellos cuentan con su propio coach personal.
Cuando flaquea mentalmente un tenista de la talla técnica como es Roger
Federer, llega Rafa Nadal, peor dotado, y le vence gracias a su mente bien
adiestrada, inasequible a la desmotivación, que nunca da una jugada por
perdida.
Lo que vale para los deportistas de élite también sirve para la vida de toda

persona que desea conquistar sus objetivos personales o profesionales, pues


en última instancia, la verdadera diferencia entre perder o ganar radica en la
poderosa la capacidad de focalizar con intensidad lo que deseas, una técnica
que tú también podrás aplicar cuando la domines.

El Pensamiento Sincrónico es la eliminación de toda opción indeseada


entrenando tu conciencia para que sólo produzca imágenes de victoria en lo
que te has propuesto. Para ello, el paso previo es la Visualización Creativa,
un método de alta concentración, que sirve para saber cómo relajarse ante los
momentos de tensión, controlar y dominar el estrés, eliminar la ansiedad y
apartar de la mente aquello que te impide pensar de manera mucho más
generativa de resultados.

Lo importante es que consiga distender los músculos y vaciar la mente de


pensamientos, que son los causantes de la tensión física y la ansiedad. Para
ello hay que focalizar la atención consciente en la respiración o la postura.
También puedes poner música relajante y visualizar una determinada imagen,
donde tu aparezcas de la mejor manera posible.

La Visualización Creativa es un ejercicio motivador y divertido, que puedes


practicar además para meditar y relajarte tras un día difícil, para recuperar el

dominio pleno de tus facultades interiores, despertando el poder interior que

todos llevamos para superar cualquier problema, obstáculo y dificultad.

Cómo aplicar la Visualización

He aquí los pasos para poder aplicar la técnica de la Visualización Creativa:

Definir de la forma más exacta posible el objetivo que se pretende lograr.

Formularlo en positivo, es decir, pensar en lo que se quiere, no en lo que se


teme o lo que no se desea.

Verificar que ese logro será bueno ahora y en el futuro, y que no choca con
tus valores y las creencias personales.

Tener Fe. Confiar con fuerza en lograrlo, por encima de toda lógica y

razonamiento, sin evaluación previa.

Aplicar al deseo una gran emoción.

Visualizar el objetivo repetidas veces a lo largo de varios días. Hacerlo


relajado, con naturalidad y sin ansiedad ni tensión.

Cuando se haya logrado, grabar bien esa sensación de triunfo para que
refuerce la autoestima y la fe.
No pensar en los pasos para conseguirlo, sino sólo en el resultado deseado.

Ver dicho resultado como una película interior: Con movimiento, color,
sonido, el máximo realismo y de manera implicada, vivida en primera
persona.

Con la Visualización podrás entrar en un estado mental desde donde diseñar


todo cuanto deseas convertir en realidad, lo cual es muy posible, pues el
cerebro siempre obedece a la conciencia. Es el cerebro, bajo la dirección de la
conciencia, quien activa todos los recursos físicos y mentales para conducirte
hacia la situación ideal imaginada previamente. Con la práctica frecuente
alcanzarás niveles de logro en aquello que deseas con mucho menos esfuerzo.

Cómo programar los sueños

Cumplir los sueños ha sido siempre un deseo atávico del ser humano desde
tiempos ancestrales. En muchas antiguas culturas a lo largo de todo el mundo
existen rituales para ello. Los indios norteamericanos, así como también los
aztecas desarrollaron todo un simbolismo ritual muy complejo alrededor de
los sueños, que no sólo consideraban premonitorios, también creían en la
posibilidad de materializarlos.

No fue hasta las investigaciones llevadas a cabo por el famoso psiquiatra


austríaco Sigmund Freud cuando los sueños adquirieron prestigio científico.
En su monumental obra La Interpretación de los Sueños, Freud recoge un
amplísimo espectro de significados respecto a las imágenes oníricas.

Posteriormente, muchos otros han evolucionado y corregido la investigación


de Freud, hasta descubrir que, tal como suponían los indígenas mencionados,
el sueño puede pasar de ser una manifestación virtual a una experiencia real.

En el contexto de los sueños y su complejo simbolismo, Freud creó el


término Introyección, de doble significado, ya que alude a la facultad mental
de introducir conceptos en la mente, un fenómeno que podríamos resumir
como pensar hacia dentro. La Introyección fue poco difundida y durante

años ha permanecido en el olvido. Sin embargo, la neurología moderna


estudia la posibilidad de que los pensamientos intencionados, dirigidos de
modo consciente, pueden modificar el cableado neurológico del cerebro,
logrando importantes cambios en la persona.

Esta nueva frontera de la ciencia se denomina Psico-neuro-inmunología, y


podría servir como refuerzo en la cura de graves enfermedades de modo
completamente natural y ecológico. También para programar cambios en el
comportamiento humano, erradicando complejos, temores y malos hábitos, o

potenciando facultades físicas y mentales desconocidas.

La mejor forma de introducir pensamientos programados en el cerebro es


cuando se halla en estado Theta, un tipo de onda emitida poco antes de llegar

al sueño profundo (Delta). Las ondas Theta mantienen al cuerpo muy


relajado y a la conciencia en un estado de gran receptividad. Poco después
llega el sueño y la mente consciente desconecta por completo, dejando paso a
la subconsciente.

Para poder alcanzar de modo consciente y voluntario un estado mental que


genere ondas Theta necesitarás relajarte al máximo nivel posible, lo cual no
es nada fácil tras un día de ajetreo físico y mental. Pero cualquier persona,

con la debida práctica y preparación, puede conseguir entrar en estado Theta


y programar los pensamientos dinámicos que introducirlos en el cerebro
(Introyección) poco antes de marcharse a dormir.

No basta con que te quedes dormido pensando en lo que deseas, porque al


hacerlo así no generas el estado mental Theta, necesario para que tu
subconsciente grabe las ideas introducidas en forma de imágenes y las envíe
al cerebro. El subconsciente no diferencia entre lo virtual (lo imaginado) y lo
real (lo vivido), por eso la imaginación expresada en estado mental Theta es

el vehículo con el cual reprogramar tu mente para que convierta tu sueño en


realidad.

El neurólogo norteamericano Joe Dispenza estudió durante años a cientos de

personas que lograron cambios reales y tangibles reprogramando su modo de


pensar. Cambios a veces tan asombrosos como la eliminación de gravísimas
enfermedades, de imposible curación según la medicina tradicional. “Cada
pensamiento produce una sustancia química que se corresponde con un
sentimiento en su cuerpo –indica Dispenza--, cuando se adoptan
pensamientos felices, inspiradores o positivos, el cerebro produce sustancias
químicas que hacen que te sientas feliz”, retroalimentando el proceso. Es
decir, el pensamiento modifica químicamente al cerebro, reprogramándolo

para crear dentro (y luego fuera) una nueva realidad.

El modo correcto de pensar dinámicamente se produce mediante la formación


de imágenes lo más activas posibles, como el concepto de realidad virtual
propio de los vídeo-juegos. Pero aplicando esa estrategia mental en estado
Theta, de lo contrario no movilizara las potencias del subconsciente, donde
radican los atractores cuánticos que pueden materializar lo soñado. Imaginar
en estado de ondas Beta, las que tu cerebro emite durante la vigilia, no activa
la Introyección, por eso el denominado pensamiento positivo no sirve para

nada. Mejor dicho, sirve para perpetuar un estado de constante auto-engaño.

Usando términos propios de la informática, tienes que formatear el cableado


neurológico de tu cerebro para que genere la bioquímica necesaria que

activará los mencionados atractores cuánticos, ubicados en el núcleo de la


célula. Tenemos el privilegio humano de convertir nuestros pensamientos en
más reales que la propia realidad,
APLICACIONES
DE LA NEURO-QUÁNTICA
ADELGAZAR SIN ESFUERZO

Cómo perder peso aumentando la energía

Adelgazar sin esfuerzo y sin dietas controvertidas para la salud es posible. Y


no sólo adelgazar, sino conseguirlo manteniendo, hasta incrementando la
energía. Habrás oído y leído muchas veces a los personajes públicos y las
celebridades, principalmente los pertenecientes al mundo del espectáculo, que
a pesar de su estupenda figura no se privan de nada, que comen de todo,

incluso alimentos calóricos que una persona con sobrepeso tiene totalmente
prohibidos.

Y es cierto, porque ser delgado no es tan sólo la consecuencia de una dieta en


particular, ni tampoco de aumentar el ejercicio hasta niveles imposibles de
sostener, pues para ello hace falta una fuerza de voluntad y un tiempo que tú
quizá no tienes. Para mantenerse delgado, atractivo y sano es necesario
disponer del programa mental que lo hace posible. Se trata de un recurso
subconsciente, que la mayoría de personas delgadas ni siquiera sabe que

aplica.

La conciencia controla en su mayor parte a la mente, aunque no por


completo. Partes más antiguas de nuestro cerebro, como la amígdala, son

difíciles de controlar. Y en esa parte radican sensaciones como el miedo, el


hambre los deseos y las emociones más profundas y desconocidas o el sueño.

Toda persona puede ampliar su nivel de control sobre la parte de su cerebro


menos racional y someterlo a las órdenes de la conciencia para que obedezca
y colabore con tu mente para conseguir el resultado que deseas en cualquier
ámbito, ya sea perder peso, ganarlo, dejar de fumar o aprender más rápido
algún cometido. El Pensamiento Sincrónico te permite reprogramar tus

actitudes y tu enfoque cotidiano respecto a lo que deseas conseguir o


erradicar, si se trata de un mal hábito, como el de comer entre horas o fumar.

Las personas que utilizan el Pensamiento Sincrónico gozan de una mente


poderosa y en forma, enfocada por completo a las órdenes de su conciencia.
No pierden el tiempo ni la energía luchando contra las tentaciones. Los
patrones de pensamiento por los cuales otra persona consigue los resultados
que tú deseas pueden clonarse, aprenderse.

Por supuesto, la dieta es importante, y también el ejercicio físico. No necesito


recordarte los beneficios de la fruta, la verdura, el agua en abundancia.
Tampoco creo que necesite recordarte lo nocivo que resulta cualquier tipo de
alcohol de alta graduación, el tabaco y la vida sedentaria.

Ejercicio moderado

Los expertos en ejercicio físico han descubierto que las pesas (me refiero a
las mancuerdas), con la práctica frecuente, pueden mantenerte no sólo en
forma sino más delgado. No necesitas ejercitarte durante mucho tiempo, con
unos cuantos movimientos y un poco de peso (pongamos dos kilos en cada

mano), complementados con una buena caminata, que debería prolongarse


por lo menos media hora y a bastante velocidad. Ponte manos a la obra
cuanto antes, así es como empezarás a desactivar los programas mentales que
te impiden adelgazar.

No obstante, el ejercicio físico ha de practicarse con atención plena, destierra


la nociva costumbre de caminar o hacer footing escuchando música o
cualquier otra cosa por medio de los auriculares. Los deportistas adquieren su
excelente nivel físico gracias al entrenamiento propioceptivo, realizar el

ejercicio que sea con total concentración, sin distracciones ajenas. Así podrás
conseguir un resultado más completo en menos tiempo.

Concentración

En esto sirve de mucho el consejo de los budistas: cuando practicas ejercicio


físico, debes hacerlo con absoluta conciencia, saboreando cada movimiento,
incluso el esfuerzo y el cansancio físico que te supone. Cuando escuchas
música debes hacerlo en las mejores condiciones posibles, no fatigado/a ni
llevando cuidado de no tropezar o de que no te atropelle un automóvil porque
vas despistado/a, con los oídos tapados por los auriculares.

La mente humana es muy poderosa, sobre todo la parte menos controlable, la


subconsciente. Puede ser tu mejor aliado y también tu peor enemigo. Debes
aprender a dominarla y controlar al máximo dicho poder. Para ello tienes que
controlar el pensamiento y las emociones, que son los vehículos con los
cuales tu cerebro accede a los distintos niveles de la mente, como hacen los
que practican yoga, meditación o cualquier otra técnica para el desarrollo de
la conciencia.

Autocontrol emocional

Para todo cuanto tenga que ver con el ámbito del corazón, las emociones, los

sentimientos, te recomiendo practicar la Inteligencia Emocional, que


constituye un método ideal para la meditación activa, enfocado/a siempre
hacia lo que importa, desterrando de tu vida todo aquello que te hace daño.
Lo cual no siempre resulta fácil, ya que la persona tiene la mala costumbre de
complicarse y complicarlo todo, principalmente respecto a los vínculos
personales y las relaciones. Tienes que aprender un mayor autocontrol, a ser
independiente sentimentalmente hablando, ya que si proyectas tus ilusiones
en un ideal ficticio nunca lo alcanzarás.

Respecto a lo mental, tienes que aprender lo primero a relajarte al máximo


nivel, practicando algún tipo método. Luego, una vez que hayas aprendido a
rebajar el estrés y la ansiedad, puedes pasar a programar los nuevos estados
de conciencia especialmente diseñados para que tu mente los adopte como si
fuesen propios, y te lleve sin esfuerzo a niveles muy superiores de
autodominio y superación.
Reprogramar el pensamiento

La reprogramación de la conciencia no es fácil, porque hace falta una buena


dosis de paciencia, constancia y práctica, pero con decisión, si estás

convencido/a de que deseas, de que necesitas un cambio de conducta,


erradicar malas costumbres y aplicar los mejores programas de rendimiento
humano para conseguir perder peso y aumentar tu atractivo físico, llegarás a
niveles de verdadero asombro.

Muchas personas, hombres y mujeres, desean bajar peso, bien sea por
motivos de salud o estética. Pero adelgazar mediante dietas más o menos
discutibles puede llegar a ser peligroso. Hablemos de lo que puedes hacer a

nivel de la mentalidad, uno de los factores más importantes cuando se trata de


aplicar nuevos hábitos y costumbres a la vida cotidiana.

El peso perfecto

El peso perfecto no existe, cada uno/a tiene su constitución particular, aunque


con la suficiente motivación todo es posible, incluso engordar cuando uno/a
está delgado/a de más. Las dietas basadas en el control de los alimentos

pueden ser demasiado restrictivas. El ejercicio físico sin atender a la


morfología particular puede ocasionar más daño que beneficio. Ahora bien,
lo primero que debes hacer es apartar de tu cabeza que perder peso y
mantenerlo en el nivel adecuado es algo que puedes lograr sin esfuerzo, como

afirman algunos productos milagro.

La primera clave que debes adoptar es la de disfrutar alcanzando el peso


adecuado, tanto por motivos de salud como estéticos. La norma fundamental
para que te veas tan ideal como deseas tiene que ser disfrutar el proceso. Has
de alcanzar ese punto de logro en que algo no te cuesta porque lo has
integrado en tu personalidad. Si perder peso es un castigo, un esfuerzo que
odias acometer, cuando llegue la hora de la verdad te faltará motivación y

fuerza de voluntad.

En definitiva, para lograr tus objetivos en la vida tienes que saber diferenciar
entre lo que te apetece y lo que te conviene. Por ejemplo, te apetecen mucho
los dulces, pero como son un alimento que no te conviene, una mente bien
adiestrada realiza el trabajo duro de tu parte y elimina el deseo desmedido por
consumir calorías en exceso, facilitando que lo rechaces sin esfuerzo.
Hacer que coincida lo que te apetece y lo que te conviene constituye una

poderosa facultad humana que te llevará muy lejos. Aplicar dicha mentalidad
es fácil, sobre todo si tu motivación por hacerlo es elevada. La estética puede
ser una buena razón, porque a nadie le sienta bien el sobrepeso. Pero la salud
es mucho más primordial, aunque curiosamente queda relegada siempre a

segundo, incluso a ulterior término.

¿Cómo instalar en tu cabeza la mentalidad de persona con el peso ideal? Tal


como pasa en el mundo de los ordenadores, antes de instalar un sistema
operativo tienes que desinstalar el antiguo, porque ambos funcionando a la
vez pueden dañar la computadora. Desactivar los programas mentales con los
cuales has venido funcionando puede costar, ya que generan caminos
neuronales, automatismos de la conciencia, que se disparan al menor

estímulo externo, llevándote siempre por el mal camino.

Ni la lógica ni la razón sirven para desactivar los viejos hábitos y las malas
costumbres, y si no que se lo digan a las personas que desean dejar de fumar.
Esto es así porque tu mente subconsciente, donde radican los programas
mentales, no funciona con parámetros de lógica ni razonamiento, sino a base
de imágenes creadas por la conciencia.
Si en tu conciencia existe una serie de premisas y preceptos asumidos, por

ejemplo en relación a los alimentos y el ejercicio físico, los pensamientos que


generas al cabo de días, semanas, meses y años, alimentan los programas
mentales, las creencias que te siguen manteniendo anclado/a en tu situación.

Siempre se ha dicho, al cabo de unos años, toda persona tiene la imagen de lo


que ha vivido. Sin embargo, es más cierto que toda persona tiene la imagen
de cómo interpreta en su interior todo lo que ha vivido. La capacidad de
interpretación es el programa mental que nos hace tan diferentes a los unos de
los otros.

Adiestramiento mental

Para erradicar las antiguas creencias necesitas generar imágenes con


suficiente intensidad, de modo que sustituyan a las anteriores. El proceso de
generar imágenes de alta intensidad e introducirlas en tu mente subconsciente
requiere de un adiestramiento psico-técnico previo, que cuando se conoce,
cualquier persona puede utilizar para siempre y para otros ámbitos de su vida.
Dicho nivel de alta intensidad se alcanza mediante la Visualización Creativa,
un proceso mental que nada tiene que ver con el denominado pensamiento

positivo, puesto que lo positivo y lo negativo también son parámetros no


codificados por el subconsciente. La Visualización Creativa es el sistema
operativo en el cual funcionarán los nuevos programas mentales que tú
mismo/a, cuando aprendas cómo, irás activando poco a poco, sin esfuerzo y

disfrutando del proceso.

Pero para antes debes alcanzar un alto nivel de relajación y concentración, tan
alto como lo permita tu capacidad cerebral, ya que no es posible llegar de
manera consciente al subconsciente si no es por medio del estado neuronal
cuando el cerebro genera ondas Alpha, las que surgen cuando se alcanza ese
nivel entre la vigilia y el sueño que los orientales denominan meditación.

Con ello no te hablo de yoga ni otras disciplinas parecidas, ya que hay


métodos occidentales con los que puedes alcanzar altísimos niveles de
concentración y relajación sin la necesidad de complejas posturas o filosofías
ajenas a tu interés. Una de tales técnicas, el Pensamiento Autógeno, puede
llevarte casi al nivel de un trance, relajando tu cuerpo y tu mente muy por
encima de los niveles del sueño.
Es entonces cuando, por medio de la Visualización Creativa, puedes
introducir en el subconsciente la nueva programación mental que necesitas

para que tu cuerpo, de manera tan automática como cuando te disparaba


malos hábitos, comience a crear nuevos caminos neuronales, nuevas pautas
de comportamiento automático y sin esfuerzo que conduzcan a toda tu
fisiología en dirección al objetivo deseado.
DEJAR DE FUMAR

Abandona el tabaco para siempre

Una cajetilla de tabaco rubio tiene un precio aproximado de 4 euros.


Cualquier fumador de tipo medio se fuma unos 30 euros a la semana, 120 al
mes y alrededor de 1.300 euros al año. Pero ni el dinero ni la salud parecen
motivos de peso para dejar el tabaco. “Quiero pero no puedo”, afirman
angustiados”.

Estudios estadísticos recientes demuestran que a más de un 85 por ciento de


los fumadores no le ayudan los métodos clásicos para dejar el tabaco, tales
como los chicles, los parches de nicotina y derivados parecidos.

Las terapias basadas en la acupuntura y la homeopatía pueden ser más


eficaces, pero siempre que se cumplan los requisitos determinados y durante
largos períodos de tiempo, lo que termina cansando y desmotivando a una
parte de las personas que seleccionan dichos métodos.

La voluntad queda fuera de parámetros terapéuticos, ya que su cuantificación


es muy difícil debido a la propia subjetividad del término. No obstante, la
mayoría de los fumadores afirman que dejar el tabaco mediante lo que

popularmente se denomina fuerza de voluntad, es poco menos que imposible.

Sin embargo, dejar de fumar es posible, siempre que cada uno encuentre su
motivación personal, pues el gran error de cualquier terapia es contemplar a
todos los fumadores con similares parámetros. Cada persona deja el hábito
por una serie de complejas claves, con frecuencia subconscientes, que hacen
imposible una terapia globalizada. Por eso, cada fumador ha de hallar su vía
hacia la supresión del hábito. La vía que le conduce a la mente subconsciente.

Cuando la encuentres, dejar el tabaco será una elección libre, no una tortura.

Incrementar la Fuerza de Voluntad

La capacidad de superación personal radica de manera natural en cada uno de


nosotros. Podemos hacer lo que queramos, lo difícil es querer hacerlo. Las
razones para ello suelen ser tan profundas, permanecer tan codificadas y
durante tanto tiempo, que se necesita una desactivación previa de códigos,

hábitos, costumbres, rituales e ideas preconcebidas para que funcione la


denominada fuerza de voluntad, de lo contrario, el Programa Fumar actúa
con tanta potencia en el Sistema, que resta memoria y capacidad a la
conciencia para poder adoptar otro diferente, valga la metáfora informática.

Los mejores resultados en la lucha contra el tabaco radican pues en las


habilidades para cambiar el chip, el Programa por el que cada uno, según sus
circunstancias, fuma. Tales resultados pueden alcanzarse aumentando el
autocontrol, pero para ello es fundamental borrar antes las pautas nocivas,
fuertemente arraigadas, con Programas de nuevas capacidades.

Durante mucho tiempo se ha difundido la idea de que la nicotina produce una

fuerte adicción, como la de las drogas más duras y nocivas. Un enfoque más
actual sugiere que no es así, que la nicotina engancha tanto como lo pude
hacer cualquier bebida o alimento que le guste mucho quien lo consume.
Aunque desde luego sea una substancia muy perjudicial, junto con lo
alquitranes.

Dejar el tabaco no es fácil, porque la mayoría de las personas que lo


consumen hace tiempo que asociaron la experiencia de fumar con algo que
les producía una enorme satisfacción. Aunque de lo cual nadie se acuerde,

porque la vinculación hace mucho quedó codificada en el subconsciente. Si


descodificas dicha vinculación y la desactivas, podrás abandonar el tabaco
para siempre.

Cuando el hecho de fumar quedó fijado asociando algún hecho considerado


muy estimulante se abrió un ancho camino neuronal entre ambos estímulos,
denominado condicionamiento neuro-asociativo. Por muy racional que uno
sea, por muy en peligro que se halle su salud o mucho dinero que gaste por
culpa del tabaco, es muy difícil erradicar esa vinculación neuronal, ya que
para poder hacerlo deberías rescatar del subconsciente aquel primer estímulo.
La hipnosis lo intenta, pero lamentablemente, no siempre lo consigue.

A veces, no se trata de un estímulo positivo relacionado con el pasado, sino


que fumar se convirtió para la persona en un valor social ampliamente
aceptado, quizá en un acto de rebeldía, un gesto de libertad personal. Cuando
uno es adolescente reacciona de tal modo, combatiendo el autoritarismo de
los mayores con algún hecho prohibido, como por ejemplo fumar a
escondidas. El estímulo es tan grande que resulta fijado durante años, incluso
durante toda una vida.
La voluntad no parece suficiente para dejar el tabaco, ya digo que ni aún a

riesgo de la salud. Porque la voluntad es un factor de la conciencia, que a su


vez necesita de una motivación significativa para poder activar una respuesta
de suficiente intensidad como para cambiar de costumbres. Con frecuencia, el
fumador empedernido no encuentra ya motivaciones ni positivas ni negativas,

por eso es inútil adornar la cajetilla de imágenes o frases dramáticas.

La norma que prohíbe fumar en los establecimientos y espacios públicos no


ha logrado rebajar el consumo, pero a cambio ha subido el nivel de ansiedad
y empecinamiento entre los fumadores, que ven invadidos sus derechos y
recortada su libertad, lo cual prueba el efecto rebeldía que tiene para muchos
el tabaco, incluso aunque no lo sepan y no quieran admitirlo.

Reducir la ansiedad

Si el fumador pudiese por lo menos reducir al mínimo la temible ansiedad


que sobreviene al intentar siquiera bajar el número de cigarrillos consumidos
al cabo de la jornada podría comenzar a diseñar un plan de acción para ir
alcanzando poco a poco una paulatina eliminación del hábito, sustituyéndolo
a la vez por otro más conveniente y positivo.

Pero la mayoría de las personas comienzan por reducir el nivel de nicotina en


la sangre por medio de sustitutivos artificiales de poca o dudosa eficacia, lo
cual no hace sino incrementar el síndrome de abstinencia, con toda una serie
de sensaciones tan adversas que casi nadie puede vencer. Y lo peor es que

socavan la autoestima, bajando peligrosamente la poca fe que alguien pueda


tener en seguir intentándolo.

El primer paso para dejar de fumar con fundamento es bajar los niveles de
ansiedad mediante algún método apropiado. No basta con ordenarse uno
mismo autocontrol y tranquilidad, pues la relajación depende de factores que
escapan a la mente consciente. Para llegar hasta el subconsciente y activar las
claves de relajación tan profunda que puedas combatir tu temible ansiedad

necesitas practicar con las técnicas adecuadas, elegir una lo bastante poderosa
para que al comenzar la reducción de cigarrillos mantengas el dominio de tu
voluntad.

El siguiente paso es buscar tu motivación particular, la que te lleve a erradicar


el camino neuronal abierto hace tanto tiempo. El Pensamiento Sincrónico
puede producir cambios muy positivos a nivel subconsciente, gracias a la
redefinición del contexto interior que te hace fumar desde hace tiempo,
manteniendo una guerra contra tu propia voluntad consciente.

Lo verdaderamente importante para dejar el tabaco es desactivar el hábito y


sustituirlo por otras costumbres e incentivos de superior influencia
subconsciente. Lo que pasa es que si no los has encontrado ya, es probable

que necesites ayuda para poder hacerlo, pues con frecuencia el que vive
sumergido en un problema le resulta imposible reflotarse a sí mismo tan sólo
con proponérselo. No es debilidad de carácter, es que al formar tú mismo
parte del problema te deja incapacitado para ejercer al mismo tiempo la
solución.

La pregunta es: ¿por qué razón o motivo verdadero, no intelectualizado por la


sociedad, tendrías que dejar el tabaco? Si la respuesta que te otorgas a ti

mismo no te ha servido hasta hoy, necesitas ayuda, no para dejarlo, puesto


que dejarlo depende sólo de ti, sino para encontrar un motivo lo
verdaderamente poderoso. Y si no lo encuentras, entonces hay que diseñar
uno a la medida, paso a paso, desactivando un incentivo antiguo y activando
el nuevo, igual que sin darte cuenta inventaste un motivo ficticio para
comenzar a fumar, cuando es algo tan artificial y nocivo que más bien parece
tortura que placer.
CURACIÓN CUÁNTICA

El pensamiento puede sanar

La Curación Cuántica es la última frontera para conservar, aumentar la salud


y la energía (física y mental) de forma lo más ecológica posible con el ser
humano. La Curación Cuántica es en realidad la ciencia de regular la
bioquímica molecular por medio de la conciencia para no enfermar. El
dominio de la mente sobre el cuerpo es un fenómeno estudiado desde hace

siglos, pero han sido los recientes hallazgos de la física nuclear los que han
corroborado que la curación por medio del pensamiento focalizado es una
prometedora realidad.

Joe Dispenza, que pasó varios años estudiando curaciones asombrosas y sin
la menor intervención exterior, ni química ni quirúrgica, expone cuatro pasos
para que la enfermedad remita por medio del pensamiento:
Creer que dentro de nosotros habita una inteligencia superior a la que

podemos pedir ayuda para la sanación física y espiritual.

Comprender que han sido los pensamientos y las emociones las causantes de
la enfermedad. Por tanto, cambiando de pensamiento y de sentimiento, la

persona puede revertir la situación malsana.

Aprender a reprogramar la mente, diseñar mentalmente otro Yo con las


cualidades y facultades para pensar, sentir y comportarse de manera más
saludable.

Concentrarse y mantener el enfoque mental todo el tiempo que sea necesario


recurriendo a técnicas de relajación y meditación.

Cambiar la realidad interior por medio de la conciencia puede cambiar la


realidad exterior. La medicina oriental hace siglos que lo sabe, por eso
recurre a métodos como el yoga y la meditación, complementados con la
reconducción y el desbloqueo de las energías por medio de terapias como la
acupuntura.
La relajación es el primer paso para lograr una buena concentración,
sostenida y focalizada, necesaria para dirigir las energías mentales hacia la

parte dañada. Una mente concentrada puede sanar en cuestión de minutos


cualquier dolencia que podría complicarse. Daños o enfermedades más
graves requieren días o incluso semanas, pero normalmente cualquier persona
notará los efectos en horas.

El entrenamiento mental puede acabar incluso con el cáncer o el sida. La


doctora Sandra Levi, perteneciente a la Universidad de Pittsburgh, ha
demostrado trabajando con entrenamiento en técnicas de relajación el
aumento en la actividad de las células NK del sistema inmunitario, implicado
en la curación de múltiples y graves enfermedades.

Técnicas orientales como la meditación pueden reducir significativamente los

estados de ansiedad, permitiendo el acceso a emociones inconscientes mucho


más positivas, aumentando de paso el nivel de autoestima, tal como ha
investigado Herbert Benson, profesor de la Harvard Medical School en el
Deaconess Hospital de Nueva Inglaterra.

Técnicas occidentales, como la Meditación Clínica Estandarizada, el


Pensamiento Autógeno, la Noesiterapia o la Sofrología pueden conseguir
efectos casi milagrosos en la curación de graves enfermedades, pues el centro
de todo el sistema curativo se halla radicado en el cerebro.

Regenerando y aumentando las conexiones (sinapsis) neuronales la curación


sobreviene mucho más rápido y sin sustancias químicas o molestos métodos
invasivos. Joe Dispenza habla por propia experiencia, ya que tras un grave

accidente ocurrido en 1985 los médicos le pronosticaron que muy


probablemente quedaría paralítico para el resto de su vida. La cirugía era la
única esperanza y tampoco le ofrecían muchas garantías. “Decidí que no me
operaría y que usaría mi mente para que mi cuerpo mejorase. Y funcionó.
Entonces decidí dedicar mi vida a estudiar la conexión entre cuerpo y mente
para logar cambios”.

La relación entre los más actuales descubrimientos de la física nuclear

(cuántica) y la bioquímica del cuerpo humano es muy real. Por ejemplo, una
sustancia tan vital pero desconocida como el magnesio incide favorablemente
sobre el giro de las partículas subatómicas alrededor de la molécula,
manteniendo el equilibro necesario para no enfermar.

Aprender a concentrarse
Sin embargo, el poder para sanar el cuerpo a través de la mente requiere

disciplina y constancia, por lo tanto hay que comenzar paso a paso,


avanzando hacia un paulatino control. Lo primero es aprender algún tipo de
técnica sencilla para relajarse, luego ir adquiriendo la capacidad de
concentración, enfocar toda la conciencia en la parte del cuerpo y en el

sentido que uno desea. Por último, reprogramar la mente, desactivando


viejos, caducos y nocivos programas mentales para instalar otros nuevos.

La meditación es una de las más completas, aunque su práctica requiere una


entrega quizá excesiva para nuestra cultura de origen occidental, ya que se
centra sobre la postura, la respiración, el pensamiento y la conciencia,
llegando a cotas muy altas de concentración. La postura es uno de los
principales inconvenientes, por eso muchas personas acaban dejando la

práctica pasado un tiempo.

Técnicas occidentales, como la Noesiterapia o el Pensamiento Autógeno,


muy emparentado con la hipnosis, que incide no sólo sobre la respiración,
reduciendo ansiedad y estrés, sino también sobre la circulación de la sangre,
la temperatura del cuerpo y los latidos del corazón. Pero la finalidad de la
concentración es la misma en todo caso: focalizar la conciencia, sin
dispersión alguna, sobre la parte del cuerpo que deseas potenciar.

Cuando llegas al máximo nivel de concentración posible tienes la facultad de


incidir sobre la mente, los pensamientos y las emociones, rediseñando todo tu
Yo físico, creando nuevas conexiones neuronales, incluso intervenir sobre la
realidad que te rodea modificando el estado cuántico por medio de tu

conciencia. Lo afirma Joe Dispenza con la rotundidad que le ha otorgado su


propia experiencia: “Neurológica, biológica y genéticamente somos lo que
pensamos. Y la ciencia está empezando a apuntar en la dirección de que
nuestros cuerpos y mentes son un reflejo de nuestros pensamientos y actos”.

La medicina convencional opina desde hace mucho que cuando el cuerpo


enferma puede a su vez enfermar la mente. Los últimos avances en sanación
bioenergética demuestran lo contrario: al desajustarse la mente humana, todo

el cuerpo enferma. La esperanza de curar dolencias y conseguir una salud


infinita radica en una nueva frontera de la ciencia que agrupa la física y la
neurología.

Necesitamos un nuevo paradigma para comprender cómo se producen las


enfermedades, o de lo contrario no podrán ser atajadas nunca, salvo con
fármacos procesados en laboratorios convertidos en prósperas
multinacionales; el llamado negocio de la salud. De hecho, al Sistema de
Salud actual no enfoca su esfuerzo a restablecer la salud, sino a eliminar los

síntomas.

La mayoría de los médicos, demasiado saturados de trabajo, tiene buenas


intenciones, pero se ven limitados por el Sistema. Le pagas al Sistema de

Salud para que te cure, y si no lo consigue, te resignas. En la antigua China,


el paciente sólo pagaba si el médico lograba el éxito en su curación.

La Curación Cuántica es el nuevo paradigma y la nueva esperanza para


millones de personas dependientes de los diagnósticos y los fármacos que no
competen al cuerpo humano y su complejidad. Las terapias alternativas,
como la acupuntura, la medicina china, la medicina india (Ayurveda) o
incluso el reiki han comenzado a salir de ser considerados una superstición

gracias a los avances desarrollados por la neurobiología, la bioenergética y la


psicoinmunoterapia.

Las últimas terapias basadas en la medicina holística inducen a la sanación de


la mente para sanar al cuerpo. Y no al contrario. La física cuántica confirma
que las moléculas humanas funcionan de manera muy similar a los procesos
atómicos en constante cambio y renovación. La materia física del cuerpo no
es más una percepción limitada de observar la realidad.

La mente se transforma en materia mediante las fluctuaciones cuánticas y


crea el cuerpo. Así pues, el cuerpo físico, y no sólo su nivel de salud, sino
también su apariencia, es una consecuencia directa de la mente. Y a su vez, la
mente puedes considerarla como una consecuencia directa de lo ocurre dentro

de tu cerebro: pensamientos, emociones y conceptos creados por medio de la


imaginación.

Por ejemplo, cuando sube de nivel una emoción o el deseo, dicha experiencia
dentro de tu cerebro crea endorfinas, neurotransmisores que multiplican la
velocidad de la información que discurre por las neuronas de tu cerebro.
Literalmente, tu cerebro se torna mucho más rápido y capaz, como si hubieras
incrementado la potencia de tu ordenador biológico y personal.

Las endorfinas multiplican y potencian las conexiones neuronales (sinapsis),


modifican la estructura cerebral, crean nuevas redes neuronales, que a su vez
modifican al cerebro, en un asombroso bucle de retroalimentación positiva. Y
el cerebro cambia la realidad física interior, erradica la enfermedad
restableciendo el orden adecuado, la fluctuación cuántica más apropiada.
Todo esto no lo afirma ningún chamán o curandero, sino la doctora
norteamericana Candice Bert, jefa de Biología Molecular en el Instituto

Nacional de Salud en los Estados Unidos, varias veces propuesta para el


Premio Nóbel de Medicina y descubridora tanto de las endorfinas como de
los neuropéptidos.

Cómo funciona la Curación Cuántica

Las fluctuaciones de energía en el núcleo de la molécula, similar al átomo,


dependiendo de las emociones, los pensamientos y el sentimiento generados
por la mente dentro del cerebro, segregan lo que la doctora Bert denominó
neuropéptidos, que se propagan por el cerebro y todo el sistema nervioso
creando nuevas redes neuronales y conexiones moleculares, creando incluso

nuevas moléculas que reparan las partes deñadas del cuerpo mediante una
inteligencia biológica tan suprema que algunos investigadores la comparan
con algún tipo de fuerza espiritual.

Según Joe Dispenza, los pacientes que sanaron sin someterse a cirugía ni
medicación farmacológica creían con firmeza en la existencia de una
inteligencia espiritual superior de la que formaban parte, y que si conectaban
mentalmente con ella, dicha inteligencia restablecería su salud.

En ello coincide también el doctor Deepak Chopra, uno de los más conocidos
divulgadores mundiales de la medicina india (Ayurveda) como método de
sanación biomolecular. “Tus células inmunológicas, las que te protegen del
cáncer y de las infecciones, están literalmente vigilando cada pensamiento

tuyo, cada emoción, cada deseo que tienes”.

El doctor Dispenza recomienda desaprender lo aprendido en materia de salud


y curación, realizando modificaciones en el modo de pensar y utilizar la
mente. “Reestructurar las redes neuronales, desaprender los hábitos que
hemos aprendido acerca de nosotros mismos. Hay que ayudar al cuerpo a
reinventarse”.

Para todo ello necesitas práctica, desactivar los antiguos programas mentales
e instalar otros nuevos, mucho más generativos. Tienes que aprender a
utilizar tu mente, focalizar la conciencia para potenciar el pensamiento hacia
la restitución del equilibrio atómico de las moléculas. En ello consiste la
Curación Cuántica.

No estamos hablando de ninguna magia, sino de utilizar de manera correcta


la vinculación hasta hoy bastante ignorada por la medicina convencional
entre la física y la neurología. Porque no sólo somos materia, sino sobre todo

energía en continuo proceso de transformación, fluctuaciones cuánticas que


pueden modificarse y redirigirse hacia las partes afectadas por medio de la
conciencia.

Con el aprendizaje adecuado puedes activar tú mismo esta poderosa facultad


mental para restablecer la energía y potenciar tu salud. Comprendiendo de
qué manera funciona tu mente, tu cerebro y tu conciencia puedes tomar el
control y realizar cambios tan asombrosos que la medicina considera
imposibles. La combinación de terapias alternativas y Curación Cuántica en
la sanación ya no es una cuestión tabú para la ciencia, sino una prometedora
realidad.

Alimentación Cuántica

Durante siglos el ser humano ha buscado la fuente de la eterna juventud para


no envejecer, antaño en países lejanos o recurriendo a métodos alquímicos y
hoy día en lo más profundo de la célula humana. ¿Podemos alimentarnos para
rejuvenecer? ¿Existe algún tipo de dieta o clave anti-edad? ¿Es posible
focalizar la mente de manera concreta para rejuvenecer hasta un grado casi
milagroso?

La respuesta es que podemos mantenernos fuertes, vitales, jóvenes y sanos


por más tiempo, retrasando la degeneración física y neurológica mediante
sencillas pautas alimenticias y de control mental.

Existe una vinculación entre la física cuántica y la salud. Por ejemplo,


mediante la terapia ortomolecular cualquier persona puede retrasar el
envejecimiento, sanar por métodos naturales y sin efectos secundarios. Dicha
terapia sustituye a la medicación sintética (que mata moscas a cañonazos)
empleando la bioquímica para corregir las patologías, por medio de un ajuste
basado en la dieta y siempre adaptado a las necesidades particulares de cada
paciente.

Según Pauling, creador de la terapia ortomolecular, “proporcionamos a cada


persona la concentración óptima de las sustancias naturales que están
presentes en nuestro organismo con el fin de corregir alteraciones y mantener
una buena salud”. Para ello emplea suplementos que ya existen de modo
natural en el organismo, tales como vitaminas, minerales, oligoelementos,
enzimas, ácidos grasos o aminoácidos. Así es como logras rejuvenecer.
La persona sana que desea mantener bien alto su nivel de salud evitando el

envejecimiento puede lograrlo recurriendo a una selección de alimentos


naturales para reducir la inflamación y favorecer la regeneración, todos ellos
contemplados en la inteligente y sabrosa dieta mediterránea.

Por ejemplo, está sobradamente demostrado el beneficio del vino tinto, el té


verde y más recientemente la granada, tal como ha investigado en un
esclarecedor estudio la Universidad de Elche. Son patentes los beneficios del
aceite de oliva y las especias, como el jengibre y la cúrcuma, todo ello
complementado con las hierbas aromáticas o medicinales, entre las que
destacan primordialmente algunas como el diente de león, el tomillo y la
manzanilla.

Por otro lado, muchas clínicas de anti-envejecimiento han comenzado a


incluir entre sus tratamientos las terapias quánticas, que al modificar las
conexiones neuronales, corrigen de forma natural graves patologías y
enfermedades, que la medicina reglamentada considera crónicas, es decir,
incurables.

Hace milenios que la medicina china conoce la estrecha vinculación entre la


mente y el cuerpo, las energías tan sutiles, como el Qi, que recorren el cuerpo
humano en complejas redes y nódulos de interactuación global, como bien

conoce la acupuntura. Gracias a los últimos descubrimientos de la física


cuántica se ha podido demostrar la impresionante vinculación entre el mundo
físico y el mental, entre la neurología y la materia.

La medicina basada en lo natural ha dejado de ser alternativa para convertirse


en una prometedora y esperanzadora realidad, que puede mantener sano al ser
humano durante bastante más tiempo. La Curación Cuántica no es una
metáfora. Una simple sustancia como el magnesio, infravalorada por
completo, es imprescindible para la salud y el rejuvenecimiento, ya que
regula el giro de las partículas atómicas (Spin) en el núcleo de la célula
humana.

El poder modificador del pensamiento sobre la materia física del cuerpo


quedó demostrado con el estudio del prestigioso neurofisíologo británico
John Eccles, ganador del Premio Nóbel, respecto a las fluctuaciones
cuánticas, la posibilidad de materializar las imágenes creadas
neurológicamente con un acto de conciencia. Eccles descubrió que dicha
posibilidad radica en el núcleo mitocondrial de la célula, la parte más
profunda que alberga el ADN.
Cómo sana el pensamiento

Un pensamiento focalizado, dirigido hacia la parte dañada, puede movilizar


los resortes más profundos para convertir lo imaginado en realidad, logrando
la curación de modo en apariencia milagroso. Este tipo de pensamiento no es

el común, sino uno mucho más elevado e intenso, basado en la Imaginación


Activa y la Sincronicidad. El Pensamiento Sincrónico restablece la conexión
escindida entre mente consciente y mente subconsciente, para que la mente
consciente pueda ordenar la poderosa mente subconsciente las gestiones a
realizar para regenerar todo el cableado neuronal.

En un estado de actividad neuronal adecuado el cerebro puede regenerar las


partes dañadas y aumentar la función del sistema inmunitario para que retrase

la degeneración celular. Así es como logramos rejuvenecer, ralentizando el


envejecimiento. A eso ayudan los alimentos y los nutrientes, como los
mencionados, y las técnicas de control mental y rediseño neurológico, el
verdadero secreto anti-edad.
LOS ORÁCULOS Y LA SINCRONICIDAD

Cómo detectar los Mensajes Cuánticos

Para Carl Jung y Wolfgang Pauli (creadores de la Teoría sobre la


Sincronicidad), los sueños y precogniciones podrían ser probabilidades
cuánticas en potencia, que pueden materializarse o no dependiendo del
enfoque personal, del Arquetipo con el que las personas afrontan su destino
en el llamado Juego de la Vida.

Si una persona se atreve a intervenir desde su Arquetipo primordial, y no el


que le marcan las circunstancias o le dictan las demás personas a su
alrededor, puede crear su propia realidad, esa con la que sueña. Porque la
magia, eso que ahora denominamos como salto cuántico, sucede cuando te
planteas de verdad si estás dispuesto a vivir en tu propia ficción.
La Sincronicidad un efecto de la mente sobre la realidad que nos rodea.

Puede percibirla cualquiera con un poco de práctica y atención para servirse


de su inmenso poder. Sin embargo, en primer lugar, no debes confundir la
Sincronicidad con eso que llamamos “casualidad”.

Cuando sucede una Sincronicidad es porque ya existía un campo cultivado y


predispuesto en la persona que la detecta, una mínima intensidad mental
emitida desde un Arquetipo generativo, que le otorga significado, y no al
contrario. Por eso no debemos intentar traducir las Sincronicidades
buscándoles un significado, sino aprovecharlas para la consecución de
aquello que nuestro Arquetipo generativo representa.

El receptor de una Sincronicidad no tiene ninguna duda de que lo es cuando

sobreviene, porque le otorga una respuesta que de algún modo, consciente o


inconsciente, estaba solicitando al Inconsciente Colectivo para su mejora y
evolución. Podemos decir que la Sincronicidad es la materialización de una
posibilidad en potencia, por medio del Arquetipo generativo.

El Arquetipo Generativo es el que asumes cuando se produce un avance


sobre alguna parte importante de su vida. Suele llegar tras un período de
convulsión y reflexión, de un deseo intenso de cambiar. Se denomina
generativo porque produce un cambio sustancial en la persona, una evolución

hacia su propia realización. Y la Sincronicidad es la consecuencia de dicho


cambio.

No es fácil de captar, pues todo aquello que comprendemos de inmediato

pertenece al ámbito de lo consciente. Pero lo realmente importante, los que


constituye un avance, radica en el subconsciente.

Por otro lado, aquello que resulta obvio no nos aporta nada, sólo confirma lo
que ya sabemos, de modo que así no se aprende.

La Sincronicidad es una brecha en el tiempo y en el espacio. El tiempo es una


ilusión de la mente humana, por eso los animales no piensan en su futuro,

viven al día. Medimos el tiempo de acuerdo a los movimientos de la Tierra


(rotación y traslación), por medio de las estaciones, los días, los meses…, y la
duración de la propia vida.

Pero es un esquema demasiado pequeño para la realidad mucho más


compleja del Universo, como ha descubierto la Física Cuántica, pues nos
vemos obligados a medir la distancia en años luz, la velocidad de la luz como
patrón humano, y más allá de lo alcanzable con ese patrón, para nosotros no
existe.

Los oráculos ofrecen información en forma simbólica para que pueda ser
traducida de modo aleatorio, binario: lo que puede ocurrir y lo que no. El ser
humano, al interpretar el mensaje simbólico, materializa con su voluntad una

de las opciones en potencia, de manera consciente o inconsciente.

Si lo materializado coincide con la consulta planteada, la persona que ha


consultado imagina esa coincidencia como “adivinación”, un concepto
equívoco y engañoso, porque supone que todo está escrito y no tenemos la
posibilidad de cambiarlo. Por eso, el futuro no se adivina, sino que se
construye.

La Física Cuántica demuestra que la Sincronicidad es un efecto real, que la


conciencia puede orientar el destino de una persona por medio de signos en
apariencia casuales. En medio del azar, el cerebro humano encuentra claves
que nos guían hacia la suprema realización. Pero antes hay que saber detectar
y descodificar el simbolismo de las claves, convertir la casualidad en
mensaje.
Pensar de modo sincrónico es hacerlo de la manera más creativa posible,
porque así es como todos participamos con la conciencia en el resultado final

de la partida que denominamos Juego de la Vida. La responsabilidad del bien


común siempre ha sido y será individual y colectiva. El Pensamiento
Sincrónico es la forma que tiene nuestro cerebro de conectarnos con todo
cuanto sea útil al progreso del individuo y la civilización.

Lo que algunos consideran simple casualidad, para otros puede ser un


mensaje que nos llega de lo colectivo a lo personal. Tal como dedujo el
psicoanalista suizo Carl Jung, la conexión sincrónica entre Inconsciente
Colectivo y subconsciente.

Para comprender y obtener beneficios de dicha conexión sincrónica debemos


antes concretar su funcionamiento. La gente dice mucho que “nada ocurre por

casualidad”. Pero es al contrario: todo sucede por casualidad, lo que pasa es


que no hemos aprendido a captar el mensaje que conlleva lo que parecen
simples coincidencias o hechos fortuitos, desconectados en apariencia.

La ciencia ya lo ha comprobado. “Los fenómenos cuánticos son aleatorios, no


se puede predecir”. “A escala microscópica la materia no obedece a las leyes
deterministas de la física”.
El Pensamiento Sincrónico se basa en pensar de un modo más amplio, menos

determinista, ya que gracias al azar, la materia no tiene por qué permanecer


inalterable, podemos cambiar todo a nuestro alrededor mediante la
conciencia. Y así es desde siempre, aunque hasta hoy la mayoría de la gente
haya pasado por alto dicha posibilidad, tachándola de irracional y metafísica.

Como si la vida de cada uno ya estuviera predeterminada, escrita, y nada ni


nadie la pudiera cambiar.

Pensar de manera sincrónica es orientar la conciencia para servirte del azar,


en lugar de que sea el azar quien determine tu vida. Cuanto más practicas,
mayor es la posibilidad de que consigas materializar lo que deseas, porque así
es como funciona la conexión cuántica entre la mente y la materia, entre lo
físico y lo psicológico.

La Sincronicidad no elude al azar, sino que aprovechando el hecho de que no


hay nada predeterminado de antemano, de que no existe ningún destino en
particular, sino que cada uno lo forja mediante sus elecciones personales a lo
largo de su vida. La Sincronicidad te brinda la opción para elegir mejor lo
que más te conviene y más lejos te llevara, siempre que sea para beneficio
propio y colectivo.
Esto es así porque todas las elecciones materiales, todas las posibilidades en

potencia, ya están latentes y a disposición de quien sincronice con ellas en el


Inconsciente Colectivo.

La Sincronicidad es información codificada del Inconsciente Colectivo, que

la conciencia puede traducir de modo práctico para elegir lo que más deseas y
te conviene, la mejor opción entre las posibles.

¿Cómo aprender a utilizar la Sincronicidad? Lo primero y principal


acostumbrándote a pesar de manera sincrónica. Todo aquello que hasta hoy
has dejado pasar como casualidad pueden haber sido destellos en clave. Has
estado pidiendo una respuesta para tu situación personal que luego, al no
comprender su simbolismo, has dejado pasar.

Date cuenta de la paradoja: mientras desaprovechas los mensajes que te


manda el Universo para que avances creando tu propio destino, has estado
dejándolos pasar sin prestarles atención y encima piensas que nada ocurre
por casualidad.

Para sincronizar debes invertir el razonamiento: absolutamente todo a tu


alrededor ocurre por casualidad, tal como demuestra la Física Cuántica, pero
tu conciencia convierte las casualidades en aquello que justamente deseas.

Al principio cuesta diferenciar entre simples casualidades y casualidades


significativas. No conviene obsesionarse, no es bueno ir todo el rato
intentando encontrarle a todo un significado. Hay que permanecer abierto,

practicar un estado de atención relajada. Porque la tensión mental genera


turbulencias que distorsionan el mensaje.

La Sincronicidad llega cuando menos te lo esperas, precisamente cuando no


estás pensando en ello. Al comienzo se trata de un estado de conciencia
difícil de alcanzar, activo y pasivo a la vez.

El mensaje que se recibe del Inconsciente Colectivo nunca es claro, sino

simbólico. Y por eso parece una simple casualidad. El Inconsciente Colectivo


le ofrece a cada persona la respuesta que busca otorgando múltiples
posibilidades, para que seas tú, ejerciendo con libertad, quien elija lo que
desea. Y en ese momento estás comenzando a materializar lo elegido.

La física cuántica ya no tiene dudas de que nuestra mente influye sobre la


realidad material en la que vivimos vinculados por medio de lo que
pensamos. Esto ya lo anunció a mediados del siglo XX el eminente
psicoanalista suizo Carl Jung, al definir su teoría sobre la Imaginación

Activa, que derivaría luego en la Sincronicidad y su modo práctico de


aplicación: el Pensamiento Sincrónico.

La conciencia humana, tal como respaldan los grandes cultos espirituales y

las demás corrientes filosóficas de la historia, como el Cristianismo, el


Taoísmo y el Budismo, es creadora, influye sobre la materia, en primer lugar
afectando al propio cuerpo, y luego a todo lo que proyectamos al pensar. Pero
sobre todo al imaginar.

Este curioso efecto de la física se denomina Campo Cuántico, y cada uno


tiene el suyo propio, como una proyección kármica de su particular forma de
pensar, teniendo en cuenta que la palabra karma significa Consecuencia.

La Imaginación Activa es una forma elevada de pensamiento, coherente con


el Universo en expansión, que puede cambiar nuestro destino al cambiarnos
desde dentro.

Esa forma elevada de pensar en modo activo se llama Pensamiento


Sincrónico, ya que intenta vincular el subconsciente particular con el
Inconsciente Colectivo, de modo que una persona puede influir sobre la
realidad que le rodea.

Para materializar lo que imaginas tienes que vincularte sincrónicamente con


el Universo en permanente creatividad y expansión, de modo que todo ese
potencial influya positivamente sobre tu Campo Cuántico. Esto es lo que

logra de modo extraordinario el Pensamiento Sincrónico.

Todo esto puede sonarte demasiado maravilloso para ser cierto, sin embargo,
ha sido corroborado tanto por la física cuántica como también por la
neurología. El pensamiento modifica la materia, eso es algo indudable desde
cualquier óptica.

El neurocientífico madrileño Rafael Yuste, investigador en la Universidad de

Columbia indica en una entrevista publicada en los medios de comunicación


que “todos nuestros pensamientos, nuestros recuerdos y nuestra personalidad,
todo está basado en grupos de neuronas. Cuando las neuronas se disparan,
ocurre un comportamiento”.

Este comentario aporta una nueva luz al Conductismo psicológico, ya que por
fin resuelve si el ser humano es libre para promover su propio destino, como
así lo afirma también la mecánica cuántica, cuya principal afirmación es que
todo cuanto consideramos material no es más que una creación de la mente

humana.

Influyendo con el pensamiento dirigido al momento cuántico, modificas la


realidad en la que vives al cambiar el corazón de las partículas,

reconstruyéndolas de un modo más favorable a lo que deseas.

¿Cómo activar la Mente para que sincronice con el Inconsciente Colectivo?


Comienza por ampliar tu campo de interés. Emprende nuevas actividades, no
por aburrimiento ni por diversión, sino para extender tu conciencia sobre
nuevas realidades. Cuanto más tienes dentro de ti, más claves ocultas podrás
detectar e interpretar.

Sal de tu pequeño mundo, donde te sientes tan cómodo como limitado en


perspectivas. Entrénate buscando vínculos y conexiones en todas las áreas de
tu vida y las nuevas que debes emprender. Trata de hallar conexiones y
coincidencias, de suscitar sinergias allí donde parece imposible.

Abandona las rutinas, que poco a poco automatizan tu vida y te restan visión,
capacidad de reacción y perspectiva. Por ejemplo, en tu recorrido diario hasta
casa o el trabajo, la compra o el centro educativo cambia con frecuencia, pasa
por nuevos lugares, porque todo aquello que ves a diario dejas de

contemplarlo, pierde su significado y ya no percibes ninguna señal.

Ten a mano una agenda y apunta cada día los hechos que te parezcan
significativos para que no los dejes pasar por alto ni los olvides. Un hecho

curioso, un encuentro fortuito con una persona que no veías hace tiempo, un
detalle aislado que te ha llamado la atención por cualquier motivo. Al cabo de
un tiempo, cuando repases las páginas verás que tal vez encuentras un sentido
a lo que sucedió.

Para los orientales, el tiempo es circular, no lineal como para los


occidentales. Para el pensamiento oriental, todo lo que ocurre al mismo
tiempo tiene un significado, aunque no se lo encontremos al primer momento.

Pero con la práctica, llegarás a encontrarle sentido y aprenderás a traducir las


claves en respuestas.
CASO PRÁCTICO

EL TAROT COMO UN ORÁCULO CUÁNTICO

Los oráculos no nacieron para adivinar el futuro, sino para crearlo según el
deseo de la persona que lo consultaba. El oráculo más conocido de la historia
estaba en Delfos, un santuario muy antiguo ubicado en Grecia. La persona
que traducía el contenido simbólico del oráculo era una mujer, la medium o

vehículo entre las dos dimensiones, la cuántica y la material.

La mujer ofrecía el mensaje mediante un esquema o una frase, algo


simbólico, que contenía diversos niveles de significado. La persona debía
descodificar el mensaje para poder aplicarlo y resolver el asunto que había
ido a consultar.
El oráculo de Delfos tenía fama de otorgar siempre la respuesta correcta, pero
eran las personas, al no saber traducir el significado, quienes fallaban al

interpretarlo del modo correcto. Esto es así porque todos los oráculos hablan
por medio de símbolos, abarcando así un idioma universal, que cualquier
persona, de cualquier parte del mundo y civilización, puede comprender.

Uno de los oráculos más completos y adaptado a las circunstancias que


influyen sobre las persona es el Tarot, diseñado precisamente para una más
cercana interpretación de los hechos y las circunstancias que configuran el
Destino, siempre cambiante, de todo ser humano.

El Tarot no nació tampoco pretendiendo adivinar el futuro, pues ya desde la


antigua Grecia se sabía que el futuro no existe, ya que las personas viven
siempre en un presente continuo, modificando el Destino según cada uno su

empeño, aparte de las variables circunstanciales del azar.

La presión de las circunstancias, la influencia de las personas que hay a tu


alrededor y los factores tan imponderables y diversos del azar configuran tu
incidencia sobre la realidad, según el Arquetipo que rige desde tu mente
subconsciente. Como consecuencia de todo ello, logras un resultado en
particular, que los oráculos pueden predecir, pero no adivinar, porque al final,
toda persona puede modificar por lo menos una de las variables, el
Arquetipo, y al hacerlo, cambia todo lo demás.

El Arquetipo es la dirección hacia la que apunta toda persona en su acción, la


suma de toda su actividad interior, pensamientos, emociones, experiencias
acumuladas, concepciones, creencias, valores. Todo ello configura un modo

de reaccionar tan predecible que configura el futuro de una persona.

Sin embargo, el futuro es modificable en el presente, porque son las acciones


concretas, predeterminadas por el Arquetipo que te rige sin que lo percibas,
lo que configuran el posible resultado que obtendrás, porque nadie nace
predeterminado, como si fuera un robot, sino libre para llevar a cabo su
proyecto particular, eso que llamamos Destino, con mayúsculas.

Lo que hacen las cartas del Tarot (esquemas muy simbólicos llenos de
significado) es desvelarte los Arquetipos propios y de las personas implicadas
en la situación que te inquieta y te gustaría conocer más a fondo.

Al hacer eso, el Tarot sirve para visualizar los resultados que podrías
materializar en el futuro con todo ese cúmulo de influencias interiores y
exteriores. Como la parte más modificable que tienes a mano es el Arquetipo,
al cambiar de Arquetipo de manera consciente, puedes modificar el resultado
del vaticinio, creando el futuro que más te convenga.

Esto siempre ha sido así, pero a fuerza de utilizarlo mal y de forma errónea,
el Tarot ha llegado a nuestros días como algo mágico, inquietante y esotérico,
propio de personas crédulas o supersticiosas.

Y sin embargo, el Tarot es un puente para reconectar el vínculo escindido


entre la mente consciente y la subconsciente, de manera que descubra los
Arquetipos que rigen la mente subconsciente y, por tanto, el resultado que
obtendrás en una determinada situación.

Al observar la realidad que estás configurando sin darte cuenta, tomas


conciencia y puedes modificarla, sobre todo si no te gusta, del mismo modo

que la conciencia modifica el comportamiento de las partículas con el simple


acto de observarlas.

Tal como explica el Principio de Incertidumbre desarrollado por Werner


Heisenberg, las partículas diminutas que configuran la realidad en forma de
onda o vibración, cambian su configuración interior al observarlas, de modo
que nunca puede adivinarse cuál es el origen de lo que llamamos realidad.
Lo que sí podemos es influir sobre la realidad cuántica, observándola con

plena conciencia. Incidir sobre la incertidumbre del azar por medio de una
conciencia focalizada y regida por el Arquetipo más adecuado a la realidad en
concreto que deseamos materializar, mediante lo que la Ciencia denomina
salto cuántico.

Y para observar la parte oculta de la realidad, tuya y de todo cuanto te rodea,


es para lo que sirve todo el simbolismo contenido en los naipes del Tarot. Por
medio del azar, el Tarot te presenta de manera encriptada la respuesta que
necesitas para configurar esa realidad en concreto que deseas.

El Tarot funciona como un oráculo cuántico, que reconecta la original y


secular vinculación, escindida con el paso del tiempo, entre la mente

subconsciente y el Inconsciente Colectivo, el origen de todas las respuestas,


la matriz nuclear que contiene codificadas todas las respuestas posibles, el
ADN del Universo, denominada como Partícula de Dios.
COACHING CUÁNTICO

Cómo transformar lo deseado en realidad

En ocasiones cruciales (riesgo, peligro, crisis o supervivencia) la acción ha de


ser más rápida que el pensamiento. Esta reacción tan extraordinaria es la base
de las artes marciales, un fenómeno neurológico que va incluso más allá de la
intuición.

El Coaching Cuántico logra una focalización mental extraordinaria sobre los


objetivos a conquistar, derriba las barreras que te impiden llegar a la meta y
rediseña toda la conciencia para obtener el máximo en aquello que deseas.

El éxito es un estado cuántico, y también lo es la salud. Nadie puede


sustraerse a lo que piensa y lo que siente si no sabe cómo. Porque lo cierto es
que sí puedes influir en tus procesos más íntimos de la mente subconsciente.
Cualquier persona goza del poder para cambiar los programas mentales,

principalmente si los que ha estado utilizando hasta la fecha no le han


conducido hacia la meta deseada.

Quizá te parezca poco creíble o te sorprende la vinculación entre Coaching y

Física Cuántica, sin embargo, te sorprendería mucho más la cantidad de


personas que utilizan este potencial para rediseñar su vida y conquistar sus
objetivos. Y no me refiero sólo a los deportista o atletas de élite y alta
competición, los primeros en utilizar métodos de adiestramiento mental para
superar cualquier obstáculo.

Tu físico y tu mente no funcionan por casualidad, sino que son el resultado de


múltiples procesos generados en el corazón de cada molécula, influida por

todo aquello que le llega como información bioquímica desde lo que


denominamos conciencia. Cambiando la orientación de la conciencia cambia
el cuerpo y la mente, un complejo vínculo de retroalimentación (biofeedback)
constante, que determina el resultado psico-fisico de cada persona.

¿Por qué unos gozan de mayor salud, energía, motivación y resistencia que
otros? ¿Por qué algunos alcanzan los objetivos deseados y otros, incluso con
mayores facultades, fracasan? La respuesta está en el Campo Cuántico, la
suma de todas las vinculaciones neuronales originadas por el pensamiento y

las emociones.

¿Cómo cambiar el Campo Cuántico? Por medio de la imaginación. Pero no


me refiero a cualquier tipo de imaginación, sino a un tipo de visualización

interior y voluntaria tan intensa y poderosa que logre cambiar el chip de lo


que piensas y de lo que sientes. Es como si convirtieras lo soñado en realidad.

Tu estado cuántico, el diseño de la estructura subatómica que configura tu


cuerpo y tu mente, no ha sido formado por casualidad, sino debido a la
influencia de tu conciencia, una influencia la mayoría del tiempo
subconsciente. Si enfocaras tu conciencia de manera consciente sobre lo que
deseas obtener o materializar, tu estado cuántico cambiará, creando una

nueva influencia sobre tu entorno.

Al focalizar tu conciencia de manera consciente, y eso puede hacerse


mediante métodos neurológicos, te convertirás en un polarizador de la
realidad o atractor cuántico, llegando a modificar la física nuclear de las
partículas.
Todo lo que sientes, piensas y haces tiene un efecto tangible sobre la realidad,
crea una consecuencia material. Sí tus emociones, acciones y pensamientos

no son conscientes no controlas el proceso creativo, se producen distorsiones


en el campo cuántico, fuerzas en oposición que no logran materializar nada.
O incluso pueden llegar a materializar justamente lo más temes.

Por eso debes ejercer al máximo tu control mental, influir de manera


consciente sobre todo tu proceso psico-físico, así es como acabas
materializando el objetivo que te hayas propuesto. Ante los desafíos que te
imponen las circunstancias habrás de cultivar tu fortaleza física y mental. La
vida es un reto constante y no puedes flaquear. Necesitas adiestramiento para
extraer los recursos de tu interior, con frecuencia inutilizados.

El Coaching Cuántico fortalece y reprograma tu mente para que puedas

continuar adelante logrando tus objetivos a pesar de las adversidades y los


obstáculos con los que tengas que hacer frente. Una persona con la mente
motivada y al máximo de su poder obtiene mucho más en cualquier situación,
incluso vive la vida con mayor intensidad y autoestima.

Ganar o perder no es cuestión de suerte. Cada persona se labra su propio


destino cultivando sus talentos y cualidades. La suerte no existe, aunque la
gente se refugia en ese impreciso concepto para ocultar su ineficacia, su falta
de rendimiento, incluso su pereza. La buena suerte sobreviene cuando

incrementas al máximo tus dones y cualidades, cuando trabajas con ahínco


por lo que deseas, cueste lo que cueste, cumpliendo el compromiso previo
adoptado contigo mismo.

En toda competición, y la vida es una de las más duras, no siempre gana el


más fuerte, porque las cualidades físicas no son más que un factor a sumar,
aunque no el único ni el más importante. Hace falta entrenamiento
psicológico para soportar la presión de cada día, las adversidades, la duda, los
temores, los complejos y superar, contra todo pronóstico, tus propias
debilidades físicas y psicológicas.

El conocido divulgador científico Eduardo Punset afirma: Falta muy poco, es

sólo cuestión de algunos años, para contemplar a deportistas que en lugar de


ejercitar sus músculos solamente estarán mejorando también su salud mental
o los componentes de la misma, como la memoria, su capacidad de iniciativa
o la flexibilidad necesaria para cambiar de opinión y contesto. Esta
concentración declarada entre salud física y salud mental será una pauta de
obligado cumplimiento dentro de muy poco tiempo.
Esto ya es posible con los últimos avances aplicados de la Neurología, que ha
demostrado la plasticidad propia de nuestro cerebro para reinventarse con

ayuda de la conciencia. Para ello, debes aprender a no pensar según cómo te


sientes. El rendimiento puntual ante un reto costoso mejora cuando el ser
humano piensa y actúa sin la distorsión de los mensajes que inundan su
cerebro por causa de las sustancias que genera, muy similares a las drogas.

Toda persona siente debido a la química cerebral, que interfiere sobre la


neurotransmisión de los mensajes enviados hacia la conciencia. Cuando
necesitas obtener el máximo rendimiento, ante una situación de peligro, reto,
desafío, de avance y consecución, tienes que adoptar un modo de pensar
mucho más generativo de posibilidades, ignorando los mensajes emocionales
que te llegan en forma de dolor, estrés, cansancio, pereza, desmotivación,
duda, temor, etc.

El origen de todas las artes marciales así lo indica: cultivar la mente y el


instinto de modo que no interfiera nada y el cuerpo actúe sin pensar. Esto
requiere práctica constante y aplicar las pautas o claves que poco a poco
adiestren a tu mente para obrar como le marca tu conciencia, no al revés. La
mente puede ser tu mayor enemigo y tu mejor aliado, dependiendo de cómo
la utilices.
La mente, generada en el cerebro, puede conducirte a lo más alto y a lo más

bajo. Para comprender cómo funciona el proceso puedes imaginar a la mente


como al caballo y a la conciencia como al jinete. No puedes consentir que tu
mente desbocada, sin el debido entrenamiento, te conduzca por donde le
apetezca. Debes tomar las riendas y el control, conducir tu mente por medio

de tu conciencia y en la dirección hacia donde tú necesitas.

Pero todo entrenamiento mental pasa previamente por la relajación. Sin ella
no es posible implementar las nuevas órdenes mentales, programando al
cerebro para que responda según lo que le ordena la conciencia. La relajación
física y mental es del todo imprescindible antes de reprogramar y potenciar
tus cualidades.

El control mental es posible y produce una gran satisfacción. Depender de los


fluidos químicos originados en el cerebro puede coartar tus cualidades en
potencia. Las turbulencias emocionales generadas en el cerebro hacen que tu
mente pierda poder y concentración sobre lo que te interesa conquistar.
EPÍLOGO

Ya sabes cómo dar el primer paso de gigante hacia tu transformación


personal. No tienes por qué resignarte a lo que te imponga el azar ni los
demás, ahora puedes crear tu propio futuro aplicando un enfoque holístico
desde lo individual hasta lo colectivo. Ya lo dijo Jung: la auto-realización de
un individuo, invariablemente, cambia a aquellos con los que vive, y esto

afecta siempre a lo comunitario, dando como resultado final grandes


cambios en la sociedad.

Necesitamos un enfoque de pensamiento más allá de lo racional. Me refiero a


un pensamiento nuevo, un pensamiento 2.0, Sincrónico y global, sustituyendo
al ya caducado pensamiento lineal, sistemático y lógico, el mismo
pensamiento nocivo y limitado con el que la gente intenta resolver los
problemas y alcanzar el sueño de su vida. Pero ya lo advirtió Albert Einstein:
es imposible resolver un problema con la misma forma de pensar que lo

creó.

Para ello, comencemos a cambiar ya el enfoque de nuestra Conciencia,


sustituyendo la vieja brújula que nos ha guiado hasta este momento por el

moderno GPS que nos oriente continuamente hacia el objetivo: el fin de la


persona limitada que somos (o pensamos que somos) y el comienzo de un
nuevo ciclo, una nueva manera de pensar, mucho más generadora de
posibilidades.

Comienza la era de los mejor adaptados para la supervivencia en lugar de los


más fuertes. El antiguo sistema es un dinosaurio, ha llegado la hora de su
extinción. Como siempre ocurre con cualquier sistema, todo cambio exterior

comienza por un cambio interior. Cambiamos de paradigma cuando somos


conscientes del problema que arrastramos y de la oportunidad que oculta por
detrás en cuanto logremos dar con la clave.

Cuando uno es consciente del problema surge la solución que lo resuelve,


mientras tanto no contemplamos otro camino que la persistencia ciega en la
misma dirección, como quien sigue la indicación de una brújula que le
conduce inevitablemente hacia el abismo. Es como cuando nos damos cuenta
de que la puerta que nos cierra el paso hacia la salida se abre hacia dentro, en

lugar de hacia fuera. Por mucho que la empujemos no la logramos abrir; al


contrario, la cerramos más todavía. Sólo hay que apartarse un poco, tirar del
pomo y dejar sitio para que se abra. La respuesta que buscas para resolver
cualquier problema y alcanzar tu sueño pervive al otro lado del espejo.

Adelante, atraviésalo sin miedo.


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