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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE HONDURAS

ASTRONOMIA Y UNIVERSO

RADIACIÓN  CÓSMICA DE FONDO  Y MATERIA OSCURA

NOMBRE DEL ALUMNO(A) :


CESAR ROMARIO FLORES MEJÍA

CUENTA:
20211031841

Tegucigalpa M.D.C., 30 de marzo del año 2023


RADIACIÓN CÓSMICA DE FONDO
El fondo cósmico de microondas es una radiación electromagnética que llena todo el
Universo y representa el eco del Big Bang. La radiación cósmica de fondo es la “imagen”
más antigua que existe.

La radiación cósmica de fondo fue detectada por primera vez por los radioastrónomos Arno
Penzias y Robert Wilson en 1964. El satélite COBE de la NASA detectó anisotropías (o
pequeñas desviaciones de la temperatura con respecto al valor promedio) en la radiación
cósmica de fondo en 1992.

Una de las mayores ambiciones de los astrónomos es la de acercarnos lo máximo posible al


momento exacto del Big Bang. Es decir, a aquel instante en el que, partiendo de una
singularidad en el espacio-tiempo, toda la materia y energía que daría lugar al Universo
observable actual, con 93.000 millones de años luz de diámetro, empezó a expandirse.

El Big Bang tuvo lugar hace 13.800 millones de años y, a día de hoy, el Universo sigue
expandiéndose de forma acelerada. Y a pesar de que los avances en Astronomía han sido y
son asombrosos, lo cierto es que hay una serie de limitaciones físicas que nos impiden ver
qué pasó en el instante preciso del nacimiento del Cosmos.

Pero, desde 1965, disponemos de uno de los registros cosmológicos más importantes de la
historia de esta ciencia: la radiación cósmica de fondo. Estamos hablando de un tipo de
radiación electromagnética que llena todo el Universo y que es el eco más antiguo del Big
Bang que podemos medir. Es gracias a este fondo cósmico de microondas que podemos ver
lo más lejos (antiguo, mejor dicho) posible.

¿Qué tipo de ondas conforman a la radiación cósmica de fondo?


La radiación cósmica solar está constituida por partículas cargadas emitidas por el Sol,
principalmente electrones, protones y núcleos de helio. Parte de esta radiación es emitida
constantemente por la corona solar, por lo que los científicos le han dado el nombre de
“viento solar”. El resto procede de eventos de partículas solares, es decir, explosiones
repentinas y esporádicas de partículas cargadas eléctricamente acompañadas de emisiones
electromagnéticas que tienen lugar cuando los campos magnéticos en la superficie del Sol
se retuercen y se enredan. Al igual que una banda elástica, los campos solares pueden
quebrarse y liberar repentinamente una enorme cantidad de energía, lo que podría plantear
posibles problemas de salud a los astronautas en el espacio. Aunque raramente suceden, las
erupciones solares atmosféricas fuertes pueden acabar interrumpiendo las
radiocomunicaciones y afectando a la tecnología moderna de las comunicaciones y la
navegación en la Tierra.

¿Llegan los rayos cósmicos a la Tierra?

La Tierra está protegida por un campo magnético que hace que las partículas cargadas
reboten de un polo al otro, lo que crea dos cinturones gigantescos en forma de rosquilla por
los que circulan electrones y protones energéticos. La magnetosfera desvía los rayos
cósmicos y nos protege de las erupciones solares atmosféricas. En ocasiones la radiación
cósmica sí llega a nosotros, pero no provoca ningún daño, al igual que otros niveles bajos
de radiación a los que estamos expuestos habitualmente. En promedio, las personas estamos
expuestas a unos 3,5 milisieverts de radiación al año.

¿Qué es el fondo cósmico de microondas?

El fondo cósmico de microondas, también conocido como radiación cósmica de fondo,


radiación del fondo cósmico o CMB (Cosmic microwave background) es un tipo de
radiación electromagnética que llena todo el Universo y que es un conjunto de ondas que
son el eco más antiguo del Big Bang.

En este sentido, las radiaciones


cósmicas de fondo son, de alguna
manera, las cenizas del nacimiento del
Universo. Pero, ¿qué relación tiene
con el Big Bang? Bueno, aquí está lo
más complicado. Y para ponernos en
contexto, debemos viajar un poco
hacia el pasado. Nada, 13.800
millones de años.
Bueno, primero debemos hablar de la
luz. Como todos sabemos, todo
aquello que vemos es gracias a la luz.
Y la luz, pese a ser muy rápida, no es infinitamente rápida. De acuerdo a la relatividad de
Einstein, la luz viaja a una velocidad constante de 300.000 km por segundo. Esto es
muchísimo. Desde nuestra perspectiva. Pero es que las distancias en el Universo son
endiabladamente enormes.
Por ello, siempre que vemos algo, realmente no estamos viendo cómo es, sino cómo era.
Cuando miramos a la Luna, estamos viendo cómo era hace un segundo. Cuando miramos al
Sol, estamos viendo cómo era hace 8 minutos. Cuando miramos a Alfa Centauri, la estrella
más cercana a nosotros, estamos viendo cómo era hace unos 4 años. Cuando miramos a
Andrómeda, la galaxia más cercana a la nuestra, la Vía Láctea, estamos viendo cómo era
hace 2 millones y medio de años. Y así sucesivamente.

Mirar el Universo implica viajar hacia el pasado. Y cuanto más lejos miramos, teniendo en
cuenta que la luz tardará más tiempo en llegar hasta nosotros, más hacia el pasado
estaremos viendo. Dicho de otra manera, buscando los objetos más lejanos del Universo,
más nos estaremos acercando al nacimiento del mismo.

De hecho, ten en cuenta que hemos descubierto galaxias que están a 13.000 millones de
años luz de nosotros. Esto significa que su luz ha tardado 13.000 millones de años en llegar
hasta nosotros. Por lo tanto, estamos viajando hacia el pasado hasta apenas 800 millones de
años después del Big Bang, ¿verdad?
Entonces, si buscamos el punto más lejano del Cosmos, podremos ver el instante 0 del Big
Bang, ¿no? Ojalá, pero no. Hay un problema que ahora comentaremos. Por ahora, basta con
entender que la radiación cósmica de fondo es el registro electromagnético más antiguo
que, por ahora, disponemos.

MATERIA OSCURA

En astrofísica, se conoce como materia oscura a un componente del universo distinto de la


llamada materia bariónica (materia ordinaria), de los neutrinos y de la energía oscura. Su
nombre proviene del hecho de que no emite ni interactúa de ninguna forma con la radiación
electromagnética y es, por lo tanto, invisible en todo el espectro de la radiación
electromagnética. No debe, sin embargo, confundirse con la antimateria.
Su existencia se puede inferir a partir de sus efectos gravitacionales en la materia bajo la
consideración de la mecánica
newtoniana, tales como el movimiento
de las estrellas o las galaxias, así como
en las anisotropías del fondo cósmico de
microondas presente en el universo.
La materia oscura fue propuesta como
un concepto por astrónomos como Jan
Oort, en 1932, y Fritz Zwicky, en 1933,
quienes también notaron discrepancias
en cuanto a la cantidad de masa que
podían ver los astrónomos y la cantidad
física que debería existir realmente, pero
pocos prestaron atención a su trabajo,
y su investigación fue considerada como poco más que rarezas cosmológicas. Fue Rubin
quien se dio cuenta de que, si un halo de materia oscura adornaba cada galaxia, esa materia
se extendería por toda la galaxia, en lugar de concentrarse en el centro. La fuerza de la
gravedad y la velocidad orbital serían similares en todas partes.

La materia oscura compone el 25 % de la masa total del universo y hay fuertes indicios de


su existencia debido los efectos de su gravedad, que son perceptibles en los objetos
astronómicos a su alrededor. De hecho, la posibilidad de que existiera se propuso en 1933
por primera vez, cuando el astrónomo y físico suizo Fritz Zwicky notó que una “masa no
visible” influía en las velocidades orbitales de los cúmulos de galaxias. Desde entonces,
muchas otras observaciones adicionales han coincidido en señalar su probable existencia.

La materia oscura es difícil de medir. Sus partículas son incapaces de producir, reflejar o
absorber luz, por lo que no se puede ver directamente. En cuanto a su composición, no
sabemos prácticamente nada sobre los elementos que la forman. Entonces ¿cómo sabemos
que existe?
Las alteraciones de la materia oscura en el espacio

Imagen de la galaxia NGC 1398 tomada con la Cámara de Energía Oscura / Dark Energy
Survey
Aunque no podemos percibirla a través de los dispositivos de observación astronómica, sí
podemos ver cómo afecta los objetos que observamos. Su existencia se determinó a través
de algo llamado ‘efecto de lente gravitacional‘. El fenómeno consiste en una alteración de
las imágenes del espacio remoto, debido a que la materia oscura obstaculiza el paso de la
luz, curvándola a través el espacio.
Hagamos cálculos, si creyéramos que el universo está compuesto sólo de materia visible,
los números no cuadrarían. Es la que conforma la mayor parte del cosmos como lo
conocemos.
La manera más fácil de definir la materia oscura es hablar sobre lo que no es. La materia
oscura no es simplemente un cúmulo de materia sin cuerpos celestes, tampoco
es antimateria porque no emite los rayos gamma que la antimateria sí emite. Y sabemos que
no es un cúmulo de agujeros negros porque no afecta violentamente los objetos que la
rodean.

No se sabe demasiado sobre la materia oscura. Su composición es un enigma, pero una


posibilidad podría ser que estuviera compuesta de neutrinos ordinarios y pesados, o
de partículas elementales recientemente propuestas, como los WIMPs (del inglés weakly
interacting massive particles), o los axiones, para nombrar solo algunos ejemplos. La
respuesta definitiva sobre su composición es una de las principales interrogantes de la
cosmología moderna y de la física de partículas.

¿Dónde está la materia oscura del universo?


El 68% del universo, es decir, casi dos tercios, está compuesto de energía oscura. También
hay cosas en el espacio exterior que tienen fuerza de gravedad. Podemos ver su atracción
sobre la materia, como las estrellas y las galaxias.

¿Que genera la materia oscura?


La materia oscura es una sustancia invisible que permea el espacio. Conforma el 80% de
la materia del universo. Los astrónomos fueron capaces de averiguar dónde está porque
distorsiona la luz de estrellas lejanas: cuanto más grande es la distorsión, mayor es la
concentración de materia oscura

La materia oscura ha jugado un papel muy importante para la formación y evolución de las
galaxias en nuestro universo; sin este componente que produce gravedad, seguramente no
existiría ni la Vía Láctea ni ninguna otra galaxia, y por ende, las estrellas, planetas, e
incluso nosotros mismos.

¿Qué efectos produce la energía oscura?


La energía oscura es un fenómeno enigmático que actúa en oposición a la gravedad y es
responsable de acelerar la expansión del universo. Algunos modelos predicen que la
energía oscura destruirá todo lo que existe dentro de miles de millones de años
En pocas palabras, es elemento que está en todo el universo, interactúa con la gravedad,
ocupa un espacio y no es visible. Todo lo demás sigue siendo un misterio.

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