Con-Tacto Módulo 3 Resumen Promoción 1

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Módulo 3

Objetivo del módulo:

Reforzar el rol docente en el acompañamiento socioemocional de sus estudiantes en el aula.

Analizar la gestión escolar de manera integral desde el acompañamiento socioemocional.

Objetivo de aprendizaje:

Identificar las alertas de afectación socioemocional del grupo de estudiantes

1. ¿A quiénes se debe priorizar en el acompañamiento socioemocional en el


aula?

El acompañamiento que realiza el equipo docente en el aula es integral, estimula la confianza


de todas y todos; fortalece el desarrollo de los aprendizajes con competencias para reconocer y
manejar las emociones y fortalecer la identidad individual y colectiva; incide en la enseñanza y
el aprendizaje a través de una serie de herramientas pedagógicas y socioemocionales entre
todos sus estudiantes, lo que genera un ambiente adecuado para los procesos de enseñanza y
aprendizaje. A todo esto, se lo denomina acompañamiento socioemocional en el aula y es
realizado por los y las docentes de todos los niveles educativos. Éste además promueve entornos
de prevención y protección frente a cualquier riesgo psicosocial al que una o varias personas
pueden enfrentarse dentro y fuera del contexto educativo.
La comunidad educativa debe desarrollar habilidades para la vida, y todas estas deben ser en
beneficio del desarrollo integral de sus estudiantes, activando diálogos y reflexiones
participativas que promuevan espacios de contención y aprendizajes, a partir de la creación de
ambientes de respeto, confianza, autocuidado y autoconocimiento.
Es importante mencionar que al interior de las instituciones educativas se pueden identificar
casos de personas que enfrentan mayores situaciones de vulnerabilidad o riegos psicosociales,
por lo que es necesario identificar esas situaciones para saber quiénes y cómo focalizar el
acompañamiento, a partir de los distintos enfoques que garantizan el derecho a la educación
sin discriminación, con un trato justo e igualitario para todas las personas; donde se promueva
la institución educativa como un factor protector, y; la importancia de la diversidad dentro de
una cultura inclusiva. Recuerda que la población estudiantil en situación de vulnerabilidad y
riesgo psicosocial debe recibir una atención psicosocial por parte de los Departamentos de
Consejería Estudiantil y además un acompañamiento socioemocional por parte del docente en
el aula para garantizar su bienestar y un adecuado proceso de aprendizaje.
El aula de clase es un lugar que acoge a la diversidad, todas las personas somos diferentes,
tenemos distintas historias de vida detrás nuestro. Esas historias cuentan con capítulos de
alegrías, sorpresas, dolor, injusticia, felicidad. Muchas emociones y experiencias que van
forjando lo que somos individual y colectivamente.
Vamos a mirar cómo en nuestra clase tenemos algunos estudiantes que requieren de mayor
acompañamiento que otros, a veces acompañamiento pedagógico, otras psicosocial y otras
veces socioemocional.
Caso transversalización de los enfoques del MINEDUC:
Analía es una estudiante afroperuana, que ingresa a una institución educativa a mitad del año
escolar y tiene dificultades para relacionarse con sus compañeras y compañeros de aula y
profesores, sin embargo, mantiene una buena amistad con estudiantes un año mayor a ella.
Analía está en un proceso para ingresar al bachillerato técnico porque le interesa mucho la
mecánica, sus compañeras y compañeros de aula se burlan de ella porque juega muy bien el
fútbol, sabe mucho de mecánica y por su acento. Ella es muy hábil y buena estudiante, a pesar
de que ella siente discriminación, es muy sociable y está siempre sonriendo y siendo cordial con
todas las personas.
En la IE empezaron a circular rumores mal fundados de que a ella le gustan las mujeres, por su
espontaneidad, su capacidad de socializar con todas las personas y también por sus gustos, que
socialmente han sido atribuidos a los hombres, como el fútbol y la mecánica. A partir de esto, la
discriminación y el bullying aumentaron y esto provocó que ella empiece a faltar a clases; sus
amigas y amigos de primero de bachillerato decidieron hablar con el DECE para proponer una
campaña de sensibilización a propósito de la diversidad, para promover que todas las personas
somos distintas, pero tenemos los mismos derechos, y que, de las habilidades y diferencias del
resto, todas las personas podemos aprender y generar un mayor sentido de comunidad.
En la IE, las autoridades y DECE están analizando la propuesta de las y los estudiantes. ¿Si esto
hubiese pasado en tu IE, qué decisión tomarías y qué piensas al respecto?
Recuerda que todas las personas somos diversas, tenemos historias diferentes de vida que nos
hacen únicas. La diversidad enriquece las dinámicas entre las personas y el desarrollo integral
individual y colectivo, por lo tanto, frente a cada historia de vida de quienes conformamos la
comunidad educativa, recuerda mirar con el lente de los enfoques del MINEDUC (derechos,
género, bienestar, intercultural, intergeneracional, inclusivo, pedagógico y restaurativo), para
asegurarte de que así nos protegemos y garantizamos los derechos de cada un de las personas,
asegurando un bienestar general para la comunidad educativa.

Situaciones de vulnerabilidad

El concepto de vulnerabilidad hace referencia a la potencialidad de sufrir daños a partir de


fenómenos o acontecimientos de orden externo (Gallo y Labrunée, 2003a). Estos fenómenos o
acontecimientos llevan a determinadas personas a encontrarse en una posición de exclusión.
Las situaciones de vulnerabilidad que atraviesa una persona o un grupo, influyen en su
desarrollo y en la propia adquisición de competencias, en la toma de decisiones, en la
prevención y en la recuperación tras el impacto de algún peligro, en la resistencia y en la
satisfacción de necesidades (Lange citado en Jurado, 2015:213).

Como docentes pasamos mucho tiempo compartiendo con nuestros estudiantes, los llegamos
a conocer bien y vamos desarrollando una capacidad de reconocer alertas de peligro que nos
dan la posibilidad de anticiparnos a ciertos riesgos para poder canalizar las acciones de apoyo,
derivación o acompañamiento.

Estar conscientes y alertas a la vida de sus estudiantes no implica tener el derecho de juzgar e
inmiscuirse en asuntos donde existe un límite para el respeto a la privacidad e intimidad de las
personas. Implica, por ejemplo, reconocer que si el padre de Roberto uno de nuestros
estudiantes, es una persona privada de libertad, probablemente hará que él se sienta en
desventaja, sufrirá por ese motivo y tendrá mayor necesidad de acompañamiento para su
proceso educativo, pero, sobre todo, una necesidad de apoyo socioemocional en la IE, donde
posiblemente es el lugar que se ha convertido en un refugio para sobrellevar los problemas que
afronta en su hogar y con su familia. Recuerda que el proceso judicial que atraviesa el padre de
Roberto no tiene nada que ver con Roberto y las oportunidades que tenemos como docentes
para impulsar y fortalecer su proyecto de vida.
La idea de vulnerabilidad se liga a condiciones de riesgo tales como: desastres naturales,
situaciones catastróficas como conflictos armados, hambrunas y fenómenos socioeconómicos
de impacto en comunidades rurales y periféricas. Sin embargo, en estudios actuales se incorpora
el concepto de vulnerabilidad social, que se ha adoptado para evaluar los efectos de las
transformaciones económicas, políticas y sociales sobre ciertos sectores de la población,
principalmente en América Latina (Gallo y Labrunée, 2003b).

El concepto de vulnerabilidad se aplica a ciertos colectivos que, por razón de edad, género,
origen étnico, discapacidad, movilidad humana, habitantes de zonas rezagadas y otras
desigualdades entrecruzadas, se encuentran en condición de riesgo. Actualmente Ecuador es un
país de acogida para personas en situación de movilidad humana, tenemos estudiantes que por
diferentes razones han tenido que dejar su país buscando otros lugares de refugio, acogida y
paz. Todas las personas tenemos el derecho a migrar y buscar espacios de bienestar fuera de
nuestro país. Las personas que se encuentran en situación de movilidad humana han atravesado
muchas circunstancias adversas hasta llegar a nuestras instituciones educativas. Como
docentes, nuestra responsabilidad desde la vocación y la ética profesional, es brindar a estos
estudiantes, todas las herramientas y apoyo para que puedan continuar con su proceso
educativo y aportar con estrategias de acompañamiento que promuevan el bienestar integral,
es decir realizar un acompañamiento socioemocional para que su proceso de aprendizaje sea
adecuado e integral.

Dimensiones sociales clave en la identificación de los factores de riesgo

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Para comprender mejor la vulnerabilidad en un contexto educativo, el concepto de


vulnerabilidad educativa hace referencia a las personas que experimentan una serie de
dificultades a lo largo de su trayectoria escolar, y que no pueden aprovechar del currículo y de
los aprendizajes dentro y fuera del aula. Las barreras que pueden experimentar las niñas, niños
y adolescentes en la educación formal pueden ser: emocionales, familiares, interpersonales,
relacionadas con el proceso de enseñanza y aprendizaje o con el clima de la institución educativa
en la que están (Díaz y Pinto, 2017a). Es importante destacar que estas condiciones vienen
acompañadas de factores o circunstancias mucho más complejas y profundas, donde se
atraviesan a la vez varias situaciones de riesgo y vulnerabilidad, que pueden llevar a un fracaso
escolar.
Desde un enfoque integral de la educación, la enseñanza digna busca constantemente una vida
cualitativamente mejor para todas las personas, a través de la construcción de una sociedad
basada en relaciones horizontales, armoniosas y en la justicia social. La escuela falla cuando no
brinda respuestas adecuadas a las necesidades educativas de todo el estudiantado y no
compensa las limitaciones de origen social o familiar (Díaz y Pinto, 2017b).

La educación es un proceso transformador y enriquecedor, transversal a las experiencias del ser


humano, que no únicamente se queda en los límites educacionales, sino más bien, en la relación
que tenemos con todas las situaciones que nos plantea la vida. Aunque existen diversas maneras
de brindar soluciones y salidas al problema de la vulnerabilidad a través de la educación en el
Ecuador, los índices de violencia y deserción escolar siguen siendo altos, y todas y todos los
docentes tenemos el desafío de mirar alternativas pedagógicas de acompañamiento pedagógico
y socioemocional para superar situaciones de vulnerabilidad en el contexto educativo.

Algunas situaciones de vulnerabilidad impiden que se ejerza el derecho a la educación


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situacionesvulnerabilidad

RECUERDA
En el artículo 156 del Reglamento General a la Ley Orgánica de Educación Intercultural – LOEI,
se establece que una situación de vulnerabilidad es aquella en la que se encuentran algunas
personas que tienen poca o nula capacidad de protección frente a la existencia de una amenaza
o peligro.

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vulnerabilidad

2. ¿Quiénes son responsables de acompañar de manera integral en las instituciones


educativas?

Una perspectiva integral de la educación mira a la comunidad educativa como un núcleo que
integra las capacidades de todas y todos sus actores para participar activamente en el proceso
de enseñanza-aprendizaje, reforzando vínculos seguros y entornos protectores, que permiten
una mejora constante en la calidad de la educación y reconoce a la institución educativa como
un espacio de diálogo, encuentro, reflexión y apoyo.

En contextos educativos, el acompañamiento socioemocional busca fortalecer el desarrollo


integral del estudiantado, contribuyendo a una convivencia armónica y democrática. Desarrollar
una estrategia de acompañamiento socioemocional deja capacidades instaladas para enfrentar
de mejor manera las crisis y riesgos, ofreciendo recursos y habilidades para la vida de cada
persona (UNICEF, 2021).

La emergencia sanitaria causada por el COVID-19 ha provocado cambios en la vida y dinámica


de las personas y las sociedades, y nos ha dejado diversos aprendizajes para afrontar los
periodos de crisis y emergencias. El sistema educativo ha tenido que adaptarse a estos cambios
y repensar los procesos de aprendizaje, inclusive las funciones de cada uno de los miembros de
la comunidad educativa. El personal docente tuvo un reto enorme para innovar estrategias
pedagógicas para la enseñanza fuera del aula y para el sostenimiento de sus propias realidades,
pero, sobre todo, la de sus estudiantes. Estas experiencias pusieron en evidencia la importancia
de vincular de manera transversal los procesos de enseñanza-aprendizaje con los procesos
socioemocionales propios de las personas y los grupos.

Una vez que descubrimos la nueva cotidianidad, con nuevas formas de relacionarnos, de
trabajar, estudiar, de cuidarnos y hasta de mirar la salud; los procesos de readaptación, nos han
invitado a buscar estrategias integrales para recuperar el bienestar. Desarrollar y fortalecer las
habilidades para la vida se ha vuelto tan importante como la prevención y cuidado de la salud
de cada persona. Y en ese contexto, las instituciones educativas y sobre todo el personal
docente, juegan un papel fundamental para la restitución del bienestar integral y para el
fomento de espacios de cuidado y sostenimiento, ya que las y los docentes son quienes
comparten en la cotidianidad muchas experiencias con sus estudiantes y pueden identificar
riesgos e intervenir de manera adecuada.

A partir de las experiencias vividas en el sistema educativo sabemos que el rol del docente
abarca varias dimensiones que permiten promover y desarrollar todas las habilidades de sus
estudiantes. Estas dimensiones no sólo remiten a la parte académica de la formación, sino que
incluyen otras como la emocional, social o familiar y fortalecen el acompañamiento
socioemocional en el aula y frente a situaciones de vulnerabilidad que se presentan en la vida
de sus estudiantes, para que se potencien sus capacidades y aprendizajes.

Las cuatro dimensiones están transversalizadas siempre en el proceso educativo. Y aunque son
dimensiones específicas del rol docente, recuerda que una mirada integral en la educación,
promueve la equidad y la excelencia educativa a través de la articulación entre la institución
educativa, la familia y la comunidad. Esto establece entornos y experiencias de aprendizaje con
niveles de calidad, justicia y seguridad.

La enseñanza es una de las ocupaciones más retadoras, considerando los múltiples retos
emocionales, pedagógicos, administrativos y multifuncionales que conlleva. También es la
ocupación de mayor relevancia para las transformaciones sociales y el desarrollo de la vida de
las personas. El estrés y el agotamiento docente debe ser tomado en cuenta dentro del sistema
educativo y dentro de las estrategias de acompañamiento socioemocional y psicosocial. Las y
los docentes constituyen una referencia para el estudiantado, influyen en su desarrollo
socioemocional a través de la manera en que modelan las habilidades para la vida.

Existe una necesidad generalizada de implementar estrategias de acompañamiento


socioemocional para todas y todos los actores de la comunidad educativa, para así fortalecer las
habilidades de autocuidado, vida saludable y soporte emocional. No es necesario contar con
estudios en psicología, orientación, ni ser terapeutas para apoyarnos emocionalmente. La
disposición de escuchar con atención, sin prejuicios y situarse con actitud abierta, es un paso
importante para el acompañamiento socioemocional. Cada actor de la institución puede cuidar
emocionalmente de sí mismo y cuidarse entre las personas de sus equipos, mejorando su
desempeño laboral no solo en beneficio del desarrollo integral del estudiantado, sino que
también, de esta manera encontramos formas de comprender, de respetar y sobre todo de
acompañarnos en comunidad.
Por esta razón, para que los equipos docentes conozcan las mejores maneras para fortalecer las
habilidades para la vida, deben ellas y ellos reconocerlas, desarrollarlas y vivirlas en su propia
historia de vida. Y para esto es importante prestar atención a sus propias emociones y las formas
cómo las canalizan. Les proponemos realizar el siguiente ejercicio que permita revisar algunos
aspectos emocionales en su labor docente.

Presten atención en lo que emocionalmente han experimentado estos últimos años donde la
comunidad educativa ha sufrido varias crisis y emergencia como la de COVID 19, inseguridad,
inundaciones, entre otras y respondan a las siguientes preguntas:

● ¿En qué aspectos socioemocionales de la comunidad educativa consideras que éstas


emergencias han tenido mayor impacto?
● ¿Qué aspectos crees que se han visto más afectados en ti?
● ¿Crees que tus emociones han tenido implicaciones en tu práctica docente? Si es que sí
¿De qué manera crees que ha pasado?
● ¿Qué haces para reconocer tus propias emociones? ¿Haces algo para canalizar o
expresar tus emociones?
● ¿Cómo haces para que ciertas emociones no afecten tu práctica docente? Si alguna vez
lo has hecho ¿Qué hiciste para afrontar esta situación?
● ¿En tu práctica docente has incorporado acciones para promover el desarrollo de
habilidades para la vida de tus estudiantes? Si/No ¿Por qué? ¿Cuáles fueron esas?

Recuerda que el fin del acompañamiento socioemocional no es que al rol de educadores se


le sume responsabilidades que no le compete al personal docente o que están fuera de sus
funciones, sino que asuman su lugar como figuras de contención y apego para sus
estudiantes.

Beneficios de implementar estrategias de acompañamiento socioemocional dentro del


sistema educativo
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estrategiasocioemocional

3. ¿Cuáles son las maneras de identificar posibles riesgos? — Riesgos psicosociales y


rol del docente frente a éstos —

Todas las personas, independientemente de sus contextos y condiciones personales o sociales,


pueden sentirse vulnerables bajo ciertas circunstancias que provocan miedo o desestabilizan su
cotidianidad. Sin embargo, en el caso de estudiantes que enfrentan amenazas o peligros graves
y tienen poca o nula capacidad de protegerse frente a esto, necesitan protección que debe ser
procurada por otras personas como sus familias, comunidad, etc. Para poder comprender con
mayor claridad los posibles riesgos que pueden presentarse en contextos educativos, vamos a
abordar algunos conceptos que permiten entender las situaciones de amenaza, riesgo o peligro.
Es importante que como docentes conozcamos el término psicosocial que cada vez es más
difundido en contextos educativos. A pesar de que es un término más familiar para los equipos
del DECE por la función que cumplen dentro del acompañamiento psicosocial, comprender el
término nos permitirá reconocer y delimitar como docentes, las acciones que debemos realizar
dentro del aula para el acompañamiento socioemocional y diferenciarlo de las atribuciones de
los DECE.

En los últimos 10 años lo psicosocial se vuelve un término muy utilizado y socializado. Sin
embargo, a veces no logramos entender su concepto. Se ha vuelto cotidiano y hasta de moda,
pero es esencial que ahora esté puesto sobre la mesa.

Lo principal es mirar y entender lo psicosocial como una perspectiva o enfoque y no como una
técnica o metodología. Es una forma de entender, de ser y estar en el mundo. Es una perspectiva
que arranca en Estados Unidos y Europa y entra en América Latina con fuerza a mediados del
siglo veinte, a propósito de las crisis sociales y experiencias vividas en la región. La perspectiva
psicosocial es dialéctica, cambiante, va evolucionando y no cae en absolutismo, tiene una
mirada integral que reconoce y entiende la relación dialéctica entre lo biológico, psíquico y
social, para desde ahí, comprender las experiencias, procesos y problemáticas de individuos y
grupos. Es importante reflexionar y saber que no existe una definición única, se la sigue
construyendo.

Desde este enfoque podemos decir que: los factores psicosociales pueden entenderse como
todas aquellas condiciones presentes en la situación escolar directamente relacionadas con
factores personales, escolares, cognitivo, familiares y sociales, que se presentan con capacidad
para afectar el desarrollo integral individuo y el bienestar físico y psicológico de una comunidad
(Osorio y Varela, 2014).

La influencia de la escuela, la familia y la comunidad en el desarrollo intelectual y social del


estudiantado puede darse en diversas maneras, por eso es importante identificar los factores
psicosociales en el entorno escolar para determinar cuáles generan una influencia positiva y
reforzarlos o poder disminuir o eliminar aquellos que representan una amenaza. Se pueden
entender a factores psicosociales positivos como relaciones sociales seguras al interior y exterior
de las instituciones educativas y que fomentan la confianza entre estudiantes, con docentes y
con toda la comunidad educativa; y como negativos, a situaciones de inseguridad o riesgo que
se viven al interior o exterior de las instituciones educativas y que afectan a toda la comunidad
educativa, principalmente al estudiantado.

Comprendiendo esto, vamos a profundizar más en lo que son los riesgos psicosociales. El Plan
Nacional de Prevención de Riesgos Psicosociales en el Sistema Educativo, define los riesgos
psicosociales de la siguiente manera: son producidos por actividades y decisiones humanas,
también se llaman riesgos antrópicos. Se trata de fenómenos multidimensionales y
multicausales, de origen social principalmente, en donde se conjugan factores familiares,
comunitarios, sociales e individuales que afectan o pueden afectar el desarrollo integral. Dentro
del ámbito educativo, de forma específica, impactan en los procesos de aprendizaje, las
relaciones interpersonales y el desarrollo de competencias emocionales de niñas, niños y
adolescentes, así como el pleno ejercicio de sus derechos. La presencia continua, la agudización
de estas situaciones de riesgo o la convergencia de dos o más de forma simultánea pueden llevar
a la instauración de problemas de conducta, de salud mental o salud integral.

El Plan prioriza la atención y prevención de nueve riesgos psicosociales:

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Para prevenir la prevalencia de riesgos psicosociales, es necesario intervenir en aspectos


específicos de las y los estudiantes, las familias y las instituciones educativas fortaleciendo las
circunstancias que hacen menos probable que ocurra un riesgo psicosocial (factor de
protección) y mermando aquellas que lo propician (factores de riesgo).

Como docentes, al mantener contacto permanente con sus estudiantes, llegan a conocer a cada
persona y sus formas de ser y estar, e identifican que cada estudiante es diferente. Por eso es
clave comprender que la relación que se construye en las aulas de clase no solo es fundamental
para el proceso de enseñanza-aprendizaje, sino también, para el desarrollo integral de la
población estudiantil, donde el aula será quizás el mayor lugar de influencia para el desarrollo
social e individual de sus estudiantes.
Las escuelas son espacios privilegiados para la identificación y detección.

https://view.genial.ly/64587f5c37a49200116a8fe5/interactive-content-m3-prestar-atencion

4. ¿Qué estrategias y herramientas puedo aplicar como docente para intervenir


oportunamente y priorizar las alertas identificadas en el aula?
Se presentan aquí algunas estrategias a ser desarrolladas por los docentes en el proceso de
acompañamiento socioemocional a sus estudiantes:

1. El acompañamiento socioemocional en el ámbito educativo alcanzará su objetivo con la


capacidad de trabajo colaborativo que se genera entre docentes, profesionales de los
Departamentos de Consejería Estudiantil, autoridades, personal administrativo, familias
y estudiantes. Es fundamental la coordinación participativa y el diseño de estrategias en
conjunto.

2. Es importante que las y los docentes desarrollen la empatía con sus estudiantes y
viceversa, y que promuevan habilidades para identificar, comprender y regular las
emociones. Instalar espacios de comunicación permanente permite al personal docente
reconocer en qué disposición emocional se encuentran sus estudiantes para
acompañarlos a restablecer la confianza en sí mismos.

3. Alcanzar un bienestar afectivo dependerá de varios factores y muchos de esos puede


que sobrepasen la capacidad de intervención. Sin embargo, contener y sostener las
emociones, en la medida de lo que se pueda, prioriza el desarrollo de experiencias que
activan el potencial de resiliencia de las y los estudiantes y el de los equipos docentes
también.
4. Acompañamiento socioemocional no significa ayudar a las personas a “evitar” o “negar”
las emociones que les generan malestar. La falta de hábito para expresar, validar y
comprender lo qué se siente, hace que no se sepa mucho sobre las emociones. Las
emociones son reacciones automáticas ante ciertos estímulos, por lo que no se puede
evitar sentirlas, sino, se debe aprender lo que ellas comunican. Lo que se puede hacer,
es reconocerlas, reflexionar y regular la forma en que se responde frente a ellas para
que no se desborden, paralicen, o lleven a dañarnos o herir a otras personas.

5. No es necesario ser psicólogas o psicólogos para brindar acompañamiento


socioemocional, basta con prestar atención, escuchar sin prejuicios y ser empáticos.
Cuando se habla de promover el acompañamiento socioemocional en el sistema
educativo, en ningún caso se espera que las y los docentes deban sumar a su rol de
educadores la labor de psicoterapeutas, sino más bien que deben asumir su posición
como figuras de contención y apego para sus estudiantes, y desde ese rol, ser sensibles
y responsivos ante sus necesidades, anhelos y estados emocionales.

6. La mejor estrategia siempre será integrar la dimensión socioemocional en la dinámica


de la clase, como parte de la experiencia de aprendizaje, esta es la idea de enseñanza
para la vida. La vida no puede ser curricularizada e incluida como una materia aislada,
las emociones como las experiencias de vida se experimentan en todos los ámbitos y
dimensiones del desarrollo de las personas. Por lo tanto, el acompañamiento a través
del aprendizaje forma parte de un proceso de formación integral, acorde al ciclo de vida
y trayectoria educativa, que no se concentra en una única persona encargada de
promoverlo o liderarlo. Es una función que corresponde a todas y todos los
profesionales de la educación y las familias, a través de iniciativas tan sencillas como:
realizar preguntas de modo que promuevan la curiosidad por la conciencia propia; la
identificación de las emociones: saber nombrarlas, reconocer lo que nos hacen sentir
en el cuerpo, aprender a canalizarlas y dar respuestas que no afecten a cada persona ni
a otros, y; reconocer el estado emocional y las reacciones afectivas propias y ajenas.

7. Para brindar un acompañamiento socioemocional, se debe evitar juzgar, minimizar o


invalidar lo que está sintiendo la otra persona, diciendo, por ejemplo: “No te pongas
triste”, “No es para tanto”. La prioridad es escuchar y acompañar, validando su pensar
y sentir.

8. No se debe insistir o presionar a las personas para que hablen y compartan lo que están
sintiendo, si es que su deseo es no hacerlo. Se debe respetar los tiempos y necesidades
de cada persona, alentando diversas formas de expresión, por ejemplo, a través de
conversaciones, la escritura, el arte, entre otras, y distintas modalidades de apoyo
(individual, grupal, entre pares, etc.). Hay que tener en cuenta que sentir confianza por
el otro es esencial para expresar lo que se piensa y siente, por lo que, al planificar
espacios de contención, se debe procurar que las personas participantes se sientan
cómodas y tranquilas.

9. Es fundamental que el personal docente, los DECE, las autoridades y toda la comunidad
educativa reconozcan en primera persona la importancia del acompañamiento
socioemocional e identifiquen las redes de apoyo que disponen para construir y
mantener un equilibrio como comunidad. Reconocer las propias necesidades
socioemocionales y trabajar en las habilidades para la vida individuales, promueve la
salud mental y los espacios seguros de contención y prevención de cualquier riesgo
psicosocial; mejora la convivencia escolar, fomenta relaciones saludables y promueve la
resolución de conflictos mediante el diálogo.

Por ejemplo, establecer mesas de diálogo con sus pares para generar procesos de
conocimientos compartidos a partir de las buenas prácticas que han tenido sus
compañeros y compañeras en sus procesos pedagógicos, pero, sobre todo, para generar
espacios de descarga emocional y así establecer periódicamente procesos para el
cuidado de equipos y contención entre pares.

10. Y, sobre todo, mantener una actitud abierta y dispuesta para aprender a
acompañarnos como comunidad. Brindar apoyo y sostenimiento es una gran actitud
humana que se debe fortalecer. No hay fórmulas exactas que indiquen la mejor manera
de hacerlo, la empatía será siempre la herramienta más valiosa para hacer
acompañamiento socioemocional y, también para recibir apoyo cuando así lo
requieran.

Todas y todos los docentes podemos acompañar socioemocionalmente a nuestros estudiantes,


es parte de nuestra labor docente, y nos dará mejores resultados en los procesos de enseñanza-
aprendizaje. Hay que poner en práctica todas estas estrategias y veremos mejores resultados en
nuestras aulas.
¡ÁNIMO!

Bibliografía:

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Presentado en el 6to Congreso Nacional de Estudios del Trabajo - ASET.

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