El Teatro Romántico
El Teatro Romántico
7. EL TEATRO ROMÁNTICO
2. El teatro romántico.
Johann Wolfgang van Goethe (1749-1832) es el autor del drama romántico por
excelencia: Fausto, publicado en 1808. También escribe otros textos dramáticos.
Interesa también de Goethe su trabajo como administrador teatral. El teatro alemán por
tradición era ambulante, ya que no existía una ciudad que albergara teatros fijos y con
compañías permanentes. Goethe se quedó en Weimar, donde durante más de medio
siglo fue consejero del duque y durante veintiséis años dirigió el Teatro Ducal. Su labor
fue ingente: redactó normas de dicción y gesticulación, elaboró más de cuatro mil
programas, hizo bocetos de escenografía... En definitiva, intentó instaurar un teatro
nacional al modo de Francia.
Entre los autores románticos alemanes hay que destacar a Georg Büchner
(1813-1837), autor de una de las obras más representadas del teatro alemán, Woyzeck
obra que el autor dejó sin terminar al morir. Büchner plantea la presión que ejercen los
“poderosos” sobre un pobre soldado y la tesis de que sin posición social no hay moralidad
posible.
IES ISABEL LA CATÓLICA ARTES ESCÉNICAS
Departamento de Lengua Castellana y Literatura 1º BACHILLERATO
La base teórica del teatro romántico español la pone Mariano José de Larra en
muchos de sus artículos sobre crítica teatral. Defiende en sus escritos la necesidad de
que el teatro se ponga al día, que los actores estudien y adquieran conocimientos de
técnicas nuevas, que los autores se fijen en la realidad y abandonen la preceptiva
excesivamente rígida y que las autoridades apoyen al desarrollo del teatro para formar a
un público culto.
José Zorrilla (1817-1893) creó el mítico don Juan, personaje que transmite la
esencia de la teatralidad más viva. Don Juan Tenorio recrea la figura tradicional del
burlador de Sevilla, a la que aportan interesantes novedades en los efectos escénicos y
en la trama, donde se produce la redención del personaje por el amor y la religión.
Otros autores españoles importantes son Antonio García Gutiérrez, cuya obra
El trovador consiguió un grandioso éxito de público, y Juan Eugenio Hartzenbusch,
que escribió Los amantes de Teruel, donde los protagonistas luchan sin éxito contra los
imponderables que impiden su matrimonio.
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Departamento de Lengua Castellana y Literatura 1º BACHILLERATO
Actividad
Argumento de la obra. Según las leyendas, Tell era un ballestero famoso por su puntería que
cierto día rehusó inclinarse ante el sombrero que simbolizaba el poder del archiduque de
Habsburgo sobre su cantón. Entonces, el gobernador detuvo a Tell y le obligó a disparar su ballesta
contra una manzana colocada sobre la cabeza de su propio hijo: si acertaba sería perdonado y si
erraba sería condenado a muerte. Tell acertó en la manzana sin herir a su hijo, pero tenía
preparada otra flecha para matar al gobernador en caso de que la primera le hubiera herido.
Enfurecido al saberlo, el gobernador lo detuvo de nuevo. Durante la travesía hacia el castillo donde
iba a ser encarcelado, estalló una tormenta y Tell salvó a los ocupantes del barco y después
escapó. Poco después se vengaría del gobernador tendiéndole una emboscada y matándolo. Este
hecho marcaría el comienzo de la sublevación por la independencia de los cantones suizos de Uri,
Schwyz y Unterwalden contra los Habsburgo
FRIESSHARDT.- Poderoso señor; soy uno de tus hombres de armas, centinela por tus
órdenes de este sombrero. He sorprendido en flagrante delito a este hombre, que rehusaba
saludarlo. Intentaba llevarlo a la cárcel, como tú mandaste, y el pueblo se preparaba a libertarlo.
GESSLER (Pausa).- ¿Así desprecias tú a tu Emperador, ¡oh Tell1, y a mí, que lo represento,
y rehúsas reverenciar ese sombrero que hice poner en ese palo para probar vuestra obediencia?
Dejaste entrever así tu dañada intención.
TELL.- Perdonadme, buen señor; por inadvertencia, no por mofa, lo hice. Si yo lo hubiese
hecho con premeditada intención, tan verdad como me llamo Tell, que no implorara vuestra
clemencia, aunque así y todo no la invocaré más.
GESSLER (Después de un momento de silencio).- Dicen que eres maestro en tirar la
ballesta, y que jamás yerras el blanco.
GUALTERIO TELL.- Es cierto, señor, que mi padre, a los cien pasos, derriba una manzana
de un árbol.
GESSLER.- ¿Es este hijo tuyo, Tell?
TELL.- Sí, señor.
GESSLER.- ¿Tienes más hijos?
TELL.- Dos, señor.
GESSLER.- ¿Y a cuál de los dos quieres más?
TELL.- Quiero lo mismo a los dos.
GESSLER.- Bien, Tell; puesto que aciertas a una manzana en el árbol, a los cien pasos,
darás en mi presencia una prueba de tu destreza... Toma la ballesta. La tienes en la mano... y
disponte a acertar una manzana en la cabeza de tu hijo. Pero te aconsejo que apuntes bien y que
la toques al primer disparo, porque si la yerras, te va en ello la cabeza.
(Todos se horrorizan.)
TELL.- Señor... ¿Qué monstruosidad exigís de mí?... que yo, en la cabeza de mi hijo... no,
no, buen señor, imposible que habléis formalmente... ¡Líbreme de ello Dios misericordioso!... ¡No
podéis mandarlo en vuestro juicio a padre alguno!
GESSLER.- Tirarás a una manzana, puesta en la cabeza de tu hijo... ¡lo deseo y lo ordeno!
b. ¿Qué rasgos del texto indican que se trata de una obra romántica?