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Trabajo Práctico: El Libro de la Rosa

Albarenque, Samira; Cristofani, Gabriela; Barrios Berterame, Rodrigo;

Díaz, Nicolás; Díaz, Luz; Paniagua, Lucila

Instituto de Formación Docente de Chajarí

Literatura Universal I

Skittberj, Gladys Liliana


1. Contexto histórico y literario

 Contexto histórico

El Libro de la Rosa fue escrito en momentos distintos y no fue concebida


de modo conjunto por sus dos escritores: Guillaume de Lorris y Jean de Meun.
La primera parte se escribió entre los años 1225 y 1240; la segunda parte entre
1275 y 1280. Podemos decir que la escritura de este romance abarca gran
parte del siglo XIII.

En el siglo XIII Europa se encontraba en lo que hoy se considera el


último periodo de la Plena Edad Media que comenzaría en el siglo XI. El siglo
XIII estuvo marcado por gran parte de las Cruzadas de la Iglesia Católica para
recuperar para la Cristiandad la región del Cercano Oriente conocida como
Tierra Santa. La novela y última cruzada ocurrió en el año 1272 con victoria
musulmana.

En Europa, este siglo se caracterizaría por el comienzo del florecimiento


y consolidación de las ciudades-estado europeas y un leve mejoramiento
económico, mientras tanto, también sería el principio de los problemas entre el
Sacro Imperio y la Iglesia que serían determinantes en los siglos posteriores.

 Contexto literario

En lo respectivo a lo literario, el Siglo XIII fue el gran siglo de los poemas


y cantares épicos de gesta, sobre todo en España, Francia y los Pueblos
Germánicos donde encontramos obras como el Cantar de mío Cid (1200),
Cantar de Roncesvalles (1225-1250), Cantar de Sancho II (1260-1274) y el
Cantar de los nibelungos (1220-1250), entre otros.

También poemas importantes como el “Poema de Elena y María” escrito


en romance híbrido de castellano, asturleonés y galaicoportugués y los
pertenecientes al Mester de Clerecía como el “Libro de Alexandre”, “El libro de
Apolonio” y “Poema de Fernán González”.
2. Los autores: Guillaume de Lorris y Jean de Meun

 Guillaume de Lorris

Era uno de los tantos escritores de la primera mitad del siglo XIII que
ocultaban su nombre y persona, es decir, no firmaban sus obras. De no haber
sido por Jean de Meun –que alude a él varias veces- la primera parte del
Romance de la Rosa nos hubiera llegado como obra anónima.

No existe mucha información sobre Guillaume. Con certeza era natural


de la ciudad de Lorris, lugar frecuentado con asiduidad por la corte de Francia.
De su obra se deduce que tenía cierta cultura y un indudable conocimiento de
la vida de corte, lo que hace sospechar que pertenecía a una familia noble,
posiblemente al servicio de la casa real francesa.

Se concluye, a partir de los comentarios de Jean de Meun, que


Guillaume de Lorris dejó sin acabar el libro y Jean reemprendió su escritura
cuarenta años después de la muerte de este.

 Jean de Meun

Jean de Meun debió iniciar su trabajo entre 1268 y 1278. No era


demasiado joven cuando comenzó a escribir la segunda parte, tendría
alrededor de veinticinco años al escribir los primeros versos del Romance; esto
se deduce por su redacción donde se puede constatar conocimientos literarios
y estilísticos.

Era natural de Meung-sur-Loire, una comunidad en la región centro de


Francia cercana a Orleans, de la misma región de Lorris. Estudió en la
Universidad de Paris y que en su juventud compuso canciones que cantaba en
lugares públicos y escuelas de Francia.

Su vida la pasó prácticamente en París donde era propietario de una


casa con torre, patio y jardín. A partir del Romance, se deduce que dominaba
conocimientos científicos y literarios de su época y clásicos de la Antigüedad.
3. Resumen de la primera parte y segunda parte

 Primera parte

La primera parte del poema es el relato de un sueño. El amante,


Guillaume, entra en un jardín maravilloso de Placer de la mano de Dama
Ociosa. Allí participa en la danza del tiempo, un baile guiado por Alegría y
animado por Amor, Riqueza, Generosidad y otros personajes de carácter
alegórico.

Visita el jardín y se enamora de la Rosa, alcanzado por las flechas de


Amor. A través del poema vemos cómo Guillaume va aprendiendo las reglas
del amor cortés: educación, discreción, cortesía, paciencia, devoción y
generosidad.

Para alcanzar la Rosa, recibirá la ayuda de Esperanza, Pensamiento


Agradable, Dulzura en la Mirada y Verbo Dulce. El hijo de Cortesía, Acogida
Amable lo lleva al bosque, pero allí se ve rechazado por Peligro.

Aunque Razón intenta desanimar a Guillaume, éste insiste, aplaca a


Peligro y consigue incluso besar a la Rosa. La escena es vista por Malaboca,
que pide auxilio a los enemigos del caballero: Peligro, Vergüenza y Miedo, que
cierran el bosque y encarcelan a Amable Acogida en una torre.

Guillaume se deja llevar por el Dolor.

 Segunda parte

Razón habla sobre la Fortuna y las pasiones a Guillaume. Al no estar


demasiado convencido, visita a su Amigo, que le aconseja seguir normas
contrarias al amor cortés, y filosofa acerca del origen de las sociedades.

Amor arenga a todos sus seguidores antes de intentar asaltar la torre en


la que Amable Acogida está presa. Los asaltantes acceden a la plaza, pero los
enemigos se defienden con ahínco. Sin embargo, en su retirada, Naturaleza se
opone a la fuerza destructora de Muerte.
Se confiesa a Genio, y lo envía para que se una a las tropas de Amor,
apoyadas por Venus. Peligro, Vergüenza y Miedo huyen. Amable Acogida
permite al amante tomar la Rosa y entonces el poeta se despierta.

 Diferencias entre ambas partes

La primer parte está dedicada e inspirada por la doctrina del amor cortés
utilizando el recurso –habitual en la antigüedad como en la edad media- del
sueño que describe otro mundo, en este caso alegórico, que personifica ideas
abstractas y cualidades morales.

La segunda parte presenta una discusión más filosófica del amor, temas
variados y hasta llega a ridiculizar algunas ideas y sentimientos expresados por
Guillaume de Lorris.

4. Características y temática del Libro de la Rosa.

El libro de la Rosa fue la obra literaria que tuyo mayor repercusión en la


Edad Media. El mismo público que disfrutaba con las historias del rey Arturo,
de Lanzarote y de Ginebra, del rey Marco, de Tristán y de Iseo, se deleitaba
con la lectura del Libro de la Rosa, a pesar de su carácter aparentemente tan
distinto de las narraciones caballerescas.

No hay que olvidar que en esos años, algunas de estas historias eran
presentadas como hechos que habían ocurrido realmente. Mientras que el
Romance estaba escrito en verso y de forma alegórica.

 Primera parte: amor cortés y alegoría

La primera parte, redactada por Guillaume de Lorris es, ante todo, un


arte de amar. Las primeras palabras del Romance nos sitúan dentro de una
corriente literaria perfectamente definida: el didactismo erótico, que se remonta
–para el hombre de la Edad Media- al “Ars Amatoria” de Ovidio.

Además, la obra es de carácter alegórico, heredera de una tradición no


menos rica, que tendría su recuerdo más antiguo en la “Psychomachia” de
Prudencio.
Lorris escribió una historia de amor: el poeta (enamorado y protagonista
a la vez) intenta conseguir los favores de la dama a la que dedica la obra; en su
cometido encontrará aliados y enemigos, ayudas y obstáculos.

Este relato amoroso se divide en nueve núcleos fundamentales:

1. Prólogo: marco del sueño, el poeta habla de Macrobio y da el


nombre de la destinataria del poema.

2. Descubrimiento del jardín rodeado de muros y la descripción


del recinto exterior.

3. Entrada y descripción del jardín de Diversión.

4. Fuente de Narciso.

5. Hallazgo de la rosa y del mundo que ésta le revela.

6. Arte de Amar y mandamientos de Amor

7. Episodio del beso de la rosa.

8. Venganza de Celos.

9. Lamento del enamorado y fin de la primera parte.

Se supone que a Lorris no le faltaba mucho para terminar su libro.


El final de estos versos aluden a que el personaje se lamentaba por no
conseguir el amor de la mujer, pero muchos continuadores medievales copistas
se inclinaron por un final menos trágico y de éxito amoroso.

En el Libro de la Rosa nos encontramos ante la técnica narrativa del


“Roman”, con un viaje inacabable, una búsqueda o demanda, con la presencia
de aliados y enemigos. El protagonista es quien recorre los jardines, recibe
consejos de Amor y es víctima de la enemistad de Celos.

Por otra parte, al ser el asunto amoroso, es necesaria la presencia de la


dama. En contra de lo que se podría esperar, el personaje femenino se
desdobla en múltiples personificaciones, cada una de las cuales representa
una actitud, un sentimiento de la amada, o un vicio habitual en el mundo de la
corte. De este modo, el poeta-enamorado-narrador cuenta sus desdichas
amorosas, analizando con detenimiento cada una de las reacciones de la
dama, que son expresadas –mediante un recurso que se remonta a Prudencio–
en plena acción, como partícipes de un combate interior.

Con respecto a la forma alegórica, Lorris había tenido notables


precursores. Muchos autores latinos como Prudencio, Claudiano, Boecio o
Fulgencio y escritores de la Escuela de Chartres (siglo XII) como Bernardo
Silvestre y Alain de Lille. Si nos apoyamos en esta rica tradición alegórica,
encontraremos sin dificultad un significado concreto a cada uno de los
elementos que constituyen la narración.

La acción alegórica se desarrolla por la orilla de un río, por el muro que


rodea el jardín, por el jardín mismo y por la rosaleda que queda protegida con
el seto. Estos escenarios aluden al río de la vida, el mundo de la sociedad
cortés y el ánimo de la joven amada que vive en este ambiente.

 Segunda parte: cambio de rumbo

La continuación de Jean de Meun apareció en un momento crucial de la


Historia de la civilización occidental: los ideales corteses se habían hundido; la
sociedad feudal se tambaleaba en toda Europa, a la vez que las ciudades y los
grupos burgueses adquirían fuerza. El espíritu laico gana terreno a costa de
grandes esfuerzos, las herejías se multiplicaban.

En ese ambiente escribe Jean de Meun la segunda parte del Romance.


El escritor muestra saberes de una filosofía estoica, hedonista y neoplatónica
por una parte, por otra revela un saber amplísimo, con intenciones didácticas y
de divulgación que lo convierten en uno de los autores de “enciclopedia” de la
segunda mitad del siglo XIII y también en un escritor satírico –de los más
crueles- de su época.

Jean de Meun no se conformó con darle un final rápido y sencillo a lo


que había escrito Guillaume. Podría, sencillamente, haber escrito que el poeta
despertaba del sueño, conquistaba a la enamorada y listo. Pero fue más allá, ni
siquiera aceptó que la segunda parte fuera un “arte de amar”. Con su antecesor
sólo tiene en común el punto de origen, lo demás reelabora varios puntos de
vista, dando lugar a nuevas y variadas facetas.

Y es justamente esa multiplicidad la que convierte al libro en uno de los


más famosos de la Edad Media. Los lectores de la época de Jean de Meun no
estaban deseosos de idealismos corteses y buscaban en las obras literarias
otros elementos más acordes con los tiempos que corrían: el centro de interés
de la narración se desplaza, pues, de la Rosa a personajes como Naturaleza o
Razón, el largo camino de los enamorados ya importa poco, otros asuntos
distraen al nuevo lector: los animales domésticos y su uso, la inteligencia de la
naturaleza y el placer, los señores feudales sin cualidades amorosas, entre
otros.

5. Repercusiones e influencia de la obra

El éxito de la obra se extendió fuera de Francia con rapidez: ya desde


finales del siglo XIII se halla influencia en autores italianos como Brunetto Latini
o Dante, y no pasa mucho tiempo hasta que aparecen las primeras versiones
en otras lenguas, la más destacada es la traducción de Chaucer al idioma
inglés.

A la Corona de Aragón también llegó rápidamente. Es el escritor Ramón


Llull el primero en mostrar influencia: a raíz de una estancia en París escribió el
“Arbre de filosofía d’amor” en el último tramo del siglo XIII. Esta obra es de
carácter alegórico y utiliza una ficción y personajes afines a los del Libro de la
Rosa.

Se puede considerar al Libro de la Rosa como un “best-seller” de su


época. Se han encontrado varios ejemplares en Francia y en el mundo, se
estima que existen alrededor de 300 manuscritos conservados. Todos estos
eran ejemplares en pergamino escritos pacientemente a mano (cabe recordar
que la imprenta se creó en el año 1450).

Su repercusión en Francia fue enorme. Tal es así que avivó el primer


gran debate literario en el país. Este debate tuvo lugar entre los años 1399 y
1402. En él tomaron parte, por un bando, la destacada poetisa Christine de
Pisan, el predicador Jean Gerson y Jean le Maingre, llamado Boucicaut,
mariscal de Francia, mientras que los defensores de Jean de Meun y de sus
doctrinas estaban representados por los hermanos Gontier y Pierre Col,
secretario del rey y canónigo de Notre-Dame respectivamente, y por Jean de
Montreuil, preboste de Lille: se cruzaron epístolas y sermones, poemas en
lengua vulgar y textos en latín, que son –en definitiva- los primeros titubeos de
un nuevo espíritu, el Humanismo.

Referencias bibliográficas

ALVAR, C. (1985). Guillaume de Lorris. Le Roman de la Rosa, el Libro


de la Rosa. Barcelona: Quaderns Crema.

ALVAR, C. (2020). Introducción de Carlos Alvar. Guillaume de Lorris y


Jean de Meun: el Libro de la Rosa. Madrid: Alianza editorial.

APOLOYBACO. Historia de la Literatura Española: El siglo XIII.


Disponible en: https://apoloybaco.com/literatura/historia-de-la-literatura-
espanola-el-siglo-xiii/

ARCHIVE.ORG. Le roman allégorique: le Roman de la Rose (1230-


1275). Disponible en : https://web.archive.org/web/20051012214518/http://
gallica.bnf.fr/themes/LitMAr.htm

LE GOFF, Jacques (2008). La Civilización del Occidente medieval.


Barcelona: Paidós.

WALKER VADILLO, M. A. (2013). Le Roman de la Rose. Revista Digital


de Iconografía Medieval, vol. V., nº 10, pp 27-39.

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