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Términos Históricos II
Términos Históricos II
CONCEPTOS
HISTÓRICOS
(II)
CUESTIONAR
CONCEPTOS
HISTÓRICOS
(II)
Reflexiones y materiales para
el trabajo en el aula
aurora rivière
(Coords.)
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ISBN: 978-84-18476-77-8
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Índice
I.- Introducción
Conceptos históricos para pensar el presente
Aurora Rivière...............................................................................................11
II.- Selección de conceptos y materiales
El concepto de Romanización: quienes fuimos nosotros y los que
ahora son ellos.
María Ruiz Vega............................................................................................25
INTRODUCCIÓN
Conceptos históricos para pensar el presente
Aurora Rivière
Universidad Complutense de Madrid
[email protected]
Marc Bloch
11
Siguiendo los mismos criterios y con idénticas intenciones, publicamos ahora
el segundo volumen del libro Cuestionar conceptos históricos. Reflexiones y ma-
teriales para el trabajo en el aula (II)1 pensando en un alumnado de entre 16 y
20 años. Nuestro propósito es el de ampliar la oferta de materiales de trabajo con
los que llevar a cabo la problematización en el aula en torno a una nueva serie de
conceptos, guiados por el convencimiento de la utilidad del estudio conceptual
para la comprensión de la historia, pero también para construir un presente que
no reproduzca y reitere sin más los mitos históricos del pasado, sino que se abra
a miradas más amplias y rigurosas, más plurales y colectivas. La selección de
conceptos que presentamos se ha realizado teniendo en cuenta su incidencia para
la enseñanza de la historia, y/o su presencia en el lenguaje político y coloquial del
mundo actual, con el propósito de propiciar la reflexión crítica sobre el presente.
Porque pensar sobre los conceptos históricos suele ser una buena forma de pensar
el presente.
Presentamos, en primer lugar, dos conceptos historiográficos contemporá-
neos: romanización e islamización. Dos “izaciones” a las que se va a conceder un
trato claramente diferenciado en la enseñanza escolar. Mientras que el currículum
insiste en el estudio de la transformación social y cultural de los habitantes de la
península Ibérica a través del proceso de romanización, apenas repara en la pro-
ducida durante los ocho siglos de dominio islámico cuya enseñanza se centra en
las distintas entidades políticas (emirato, califato y reinos de taifas). Y no se habla
de islamización, el uso de este concepto se restringe al ámbito académico. Los
motivos de esta diferencia de trato se vislumbran con claridad al estudiar ambos
conceptos cuyo uso y rigor viene provocando en las últimas décadas animados
debates académicos.
Son, ambos conceptos, de una amplia dimensión temporal -aluden a la larga du-
ración- y de una extensa ocupación espacial. Por lo tanto, se utilizan para englobar
realidades muy diversas y en absoluto uniformes, según vemos tanto en el caso del
poder de Roma como en el del mundo islámico. Homogeneizan una gran variedad
de experiencias en absoluto uniformes. Existe, por otra parte, una tendencia a la
esencialización en todos estos conceptos que utilizan la “ización” como sufijo, que
nos obligan a considerar determinados valores como auténticos y genuinos (tanto al
hablar de lo romano como al hacerlo de lo islámico). Valores que no serían conside-
rados el resultado de relaciones, intercambios y contactos variados sino una especie
1 En este volumen se presentan los resultados del Proyecto de Innovación y Mejora de la Calidad Docente de
la Universidad Complutense de Madrid La metodología del Aprendizaje Basado en la resolución de Problemas
aplicada a la enseñanza de los conceptos históricos para estudiantes del área de Ciencias Sociales, con número
de referencia 32/2022, del que yo misma soy responsable.
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de esencias puras y primigenias. Pero ¿cómo establecer realmente los límites entre
lo romanizado y lo sin romanizar, lo islamizado o lo sin islamizar? ¿Puede haber
algo genuinamente romano, genuinamente islámico? ¿en qué eslabón de esa cadena
de ización se considera ya algo romanizado o islamizado? Se tiende a considerar
estas “izaciones” como procesos lineales y teleológicos que conducen a un final,
una romanización o islamización completa. Lejos de ello, nos encontramos con
procesos dinámicos y pluridireccionales que se contraen o se expanden, varían o se
repiten en una diversidad de escenarios históricos.
En el capítulo dedicado a la romanización, María Ruiz Vega nos muestra el
origen del concepto vinculándolo a la expansión imperialista europea y al pro-
ceso de colonización, que tomó de referente al Imperio romano con el que esta-
bleció un paralelismo histórico. De esta forma, se atribuirán a la romanización
los elementos de civilización y progreso que justificaban las políticas coloniales
y que han marcado durante mucho tiempo la comprensión del concepto. Como
afirma la autora, “Deconstruir romanización implica deconstruir el colonialismo
y es un ejercicio que quizá no toda la sociedad esté dispuesta a hacer.”
Nos muestra, también, los usos identitarios que se han hecho del concepto en
relación con la construcción europea (tema en el que más adelante incidirá el artí-
culo de Pablo Frías), y la selección de elementos efectuada para llevar a cabo ese
ejercicio de afirmación: “(…) primará más el Alto Imperio que la época republi-
cana; las conquistas militares a la trata de esclavos o las obras de ingeniería a la
explotación masiva de recursos naturales”. Una selección que se refiere también
a los espacios geográficos, porque tan romana era la provincia de Hispania como
la Mauritania o la Siria que no integran el espacio europeo. En la misma línea de
usos identitarios -aunque en sentido inverso- debemos incluir la utilización en
negativo del concepto de romanización en relación con la afirmación de identi-
dades regionales y nacionales periféricas. Como ya mostramos en La gestión de
la Memoria (2000), esas identidades se han recreado sobre la base de un sustrato
étnico protohistórico pre-romano y la “escasa romanización” se presentará en
muchos casos como un elemento de resistencia y de protección a esos orígenes
pretéritos imaginados.
Todas estas derivas marcan los debates en torno al concepto, a sus limitacio-
nes conceptuales y a sus sesgos ideológicos, y sirven de base a la problematiza-
ción que plantea la autora presentando la romanización como proceso plural -no
existe una única romanización- pluridireccional y no necesariamente abocado al
desarrollo de las ideas de “civilización” y “progreso”, no necesariamente condu-
cente a algo mejor.
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En el caso del concepto de islamización lo que extraña es su ausencia frente
a la insistente proclamación de la romanización. De tal manera que en los relatos
escolares quedan relegadas las imbricaciones culturales existentes dentro del te-
rritorio peninsular en la época medieval y reducida la mirada a aspectos puramen-
te institucionales y políticos del poder musulmán. El concepto de islamización
está ausente en el estudio de Al-Andalus, en parte, por una habitual y estricta
identificación del concepto con la conversión religiosa.
Pero quizá sean también cuestiones de índole identitaria las que expliquen la
ausencia del concepto, del mismo modo que lo eran las que apoyaban la presencia
de la romanización. La historiografía nacionalista española simbolizó la imagen
del “otro” en el mundo musulmán e hizo emerger sus esencias nacionales su-
puestamente en la lucha contra el enemigo infiel durante la Edad Media a través
del relato de la “Reconquista”. Destacar la lucha contra el islam primó frente al
estudio de posibles hibridaciones con el enemigo secular. Tampoco Europa ha
integrado dentro de su construcción retórica los pasados musulmanes de parte de
sus territorios, que en el presente le resultan incómodos. Una historia escolar de
marcada vocación identitaria ha tendido a excluir del relato la alteridad.
Pero el concepto no está ausente, sin embargo, en el mundo académico, en don-
de se han producido interesantes debates acerca de sus significados que van mucho
más allá de la mera conversión para comprenderlo como proceso amplio y comple-
jo que conlleva transformaciones sociales y culturales no siempre vinculadas a la
identidad religiosa, que se refieren a la lengua, la adopción de modelos familiares
árabes, aculturación, cambios de costumbres y de pensamiento entre otras.
Mikel Herrán Subiñas propone una aproximación al concepto que comprenda
estas transformaciones como procesos de creación de significado, refiriéndose
con ello a “los actos y prácticas por medio de las cuales algo es adaptado a un
marco islámico o adquiere significado en términos islámicos”. Esta aproxima-
ción ayudaría a entender la brecha entre la construcción legal o religiosa del sig-
nificado del islam y las prácticas y los significados islámicos construidos “desde
la heterodoxia, desde lo torcido o lo cotidiano”, que incluyen la continuidad y su-
pervivencia de modos pre-islámicos, que recibirán ahora un significado diferente
en un contexto islámico. Desde esta óptica, el concepto amplía sus significados y
enriquece las perspectivas para el estudio de todos esos procesos de islamización
que tendemos a dejar de lado en la educación escolar y que inciden de forma tan
directa en una educación intercultural.
Cerramos este primer apartado de conceptos historiográficos contemporáneos
con el concepto de Reconquista que comparte con los anteriores su referencia a la
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larga duración y, por ello, también parte de sus problemas. El principal, el de re-
ducir a un único término un período histórico de casi 800 años forzando a encajar,
en un único marco, sociedades a las que les separaban ocho siglos de distancia.
Como recuerda Andrea María Ordóñez, “La distancia cronológica existente entre
la conquista islámica de la península y la llegada al poder de los Reyes Católicos
es semejante en cuanto a temporalización a la que separa nuestra propia socie-
dad presente de la batalla de las Navas de Tolosa.” Ni las instituciones políticas,
ni los modelos económicos y sociales, ni las expresiones culturales -nos recuerda
la autora- eran iguales en el siglo VIII que en el siglo XV, en muchas ocasiones
ni siquiera se asemejaban.
Esta dimensión temporal, que homogeneiza en el concepto realidades políti-
cas, económicas, sociales y culturales que poco o nada tenían que ver las unas con
las otras, ha venido acompañada de simplificaciones extremas e interpretaciones
forzadas y viene provocando, desde la década de los años 60 del siglo XX, impor-
tantes debates académicos en torno a este término nacido en el siglo XIX, que ha
sido ampliamente manipulado y viciado desde sus orígenes hasta la actualidad.
Esos orígenes aparecen vinculados a la construcción del relato histórico na-
cionalista en el siglo XIX, cuando los historiadores quisieron ver en la Recon-
quista esa idea homogeneizadora de unidad y consenso en que se fundamentaba
la construcción nacional y convirtieron la Reconquista en uno de los ejes retó-
ricos -como símbolo de la unión (en la fe)- de la historia de la nación española.
Quizá, el que ha cristalizado con mayor firmeza en las representaciones colecti-
vas como origen mismo del sentimiento nacional e identitario. Haciendo alarde
de un disparatado anacronismo de perspectiva, los historiadores del siglo XIX
retrotrajeron a aquel período “heroico” el momento en el que se forjaron las señas
de una identidad nacional española, esencialmente católica y homogénea, nacida
del consenso en la lucha contra el infiel. Pero será durante el franquismo cuando
el mito de la Reconquista alcance sus cotas de exaltación más elevadas. Se crea
entonces una asociación directa entre el supuesto proceso de Reconquista y la
victoria del bando sublevado durante la guerra civil: el mismo sentimiento nacio-
nal que llevó a los héroes de la Reconquista a la lucha contra el islam conducía
ahora al “Caudillo” en su lucha contra el comunismo. En torno a la Reconquista
se puso en marcha toda una maquinaria propagandística que acompañaba la “cru-
zada” de Franco.
Actualmente, vemos como resurge el concepto en los debates públicos de la
extrema derecha. Tal como afirma Andrea María Ordóñez, a través de procla-
mas (islamófobas, racistas o nacionalistas) o de manera simbólica (visitando o
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glorificando ciertos lugares y personajes), la Reconquista se ha convertido en un
elemento recurrente en el discurso público. Reaparece, manipulando de nuevo el
pasado histórico, para reforzar una determinada idea de España (nacional, cató-
lica, homogénea y centralizada), frente a las aspiraciones de los nacionalismos
periféricos, la inmigración o el laicismo que son considerados por los grupos de
la extrema derecha los actuales “enemigos de España”.
Un concepto tan profusamente manoseado y distorsionado, tan frágil desde el
punto de vista heurístico, tan arraigado en el imaginario colectivo y tan presente
en el currículum escolar, brinda una magnífica oportunidad para el trabajo con los
conceptos pensando en el desarrollo del pensamiento crítico de los estudiantes y
en su formación ciudadana, en la medida en que los enfrenta a “la intencionali-
dad discursiva que existe detrás de las apropiaciones simbólicas y (a) la impor-
tancia del uso de determinados elementos retóricos y discursivos como fuente de
legitimación”.
Tras la presentación de estos tres conceptos historiográficos hemos incluido
el concepto de patrimonio, teniendo en cuenta la abrumadora presencia que ha
alcanzado en los programas escolares y en la sociedad en general. La educación
patrimonial, a la que se alude en esos programas, se interesa por los bienes pa-
trimonializados y por su conservación y pone el énfasis en los aspectos formales
de estos productos culturales a los que se otorga un valor incuestionable a través
del “discurso patrimonial autorizado”. Una enseñanza crítica de la historia exige
realizar un análisis de este discurso y centrar la atención, más que en los aspectos
formales de los objetos patrimonializados, en los procesos de patrimonialización
-que incluyen el conflicto-, y considerarlo no como un conjunto de bienes que
tienen un valor “`per se”, casi sacro, sino como una construcción social con un
poderoso potencial político, simbólico y económico que justificaría su interés
prioritario.
En este sentido se sitúa la problematización en torno al concepto de patri-
monio que propongo, apoyada en su historización y en su comprensión como
constructo político y como proceso que surge en un contexto de construcción
nacional (como símbolo identitario) y avanza hacia escenarios transnacionales
convirtiéndose en mercancía, absorbido por la lógica de la sociedad neoliberal y
el desarrollo del voraz mercado cultural y turístico. Podemos así ampliar la mi-
rada complaciente en torno al patrimonio e integrar en ella los intereses políticos
que llevaron a su construcción en el siglo XIX - como elemento sustancial de las
políticas nacionalizadoras del liberalismo-, y los intereses económicos que con-
ducen las políticas patrimoniales a partir de los años 70 del siglo XX bajo los aus-
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picios del neoliberalismo. Centrando la atención en los problemas sociales a los
que vienen asociadas las políticas patrimoniales desde sus orígenes. Considera-
mos que esta ampliación de perspectivas conducirá una mirada menos idealizada,
menos amable, pero sin duda más reflexiva y crítica con respecto a un concepto
en el que confluyen intereses políticos y económicos de primera magnitud, que
ha adquirido una centralidad incuestionable en los programas educativos y en el
conjunto de las sociedades.
El protagonismo que ha alcanzado el concepto de Europa en los discursos
políticos y en las manifestaciones culturales, en ordenanzas educativas y en el
lenguaje coloquial en general, nos ha llevado también a incluir este concepto en
el pequeño compendio que presentamos. Se trata de otro concepto cuyo signifi-
cante -cuyo término- alude a la larga duración, pero su significado ha ido varian-
do notablemente en el tiempo, presentándose vinculado a redes conceptuales muy
diferentes en los distintos contextos temporales en que se usaba.
El significado hegemónico actual, que recogen los textos escolares, presenta
Europa como “comunidad” guiada por unos mismos intereses y aspirando a un
mismo objetivo -que no es otro que su construcción como comunidad política-,
vinculada por unos orígenes y un devenir histórico común que ha marcado su
identidad específica. Esta vinculación del concepto de Europa a la de una iden-
tidad colectiva supranacional forma parte de la propia construcción de Europa
a partir de los años 50 del siglo pasado. En realidad, esta concepción no hace
sino reproducir, a escala supranacional, las viejas estrategias discursivas que, en
el siglo anterior, se habían utilizado para construir identidades nacionales y cae
en el mismo tipo de interpretaciones idealizadas. Se concibe Europa como pro-
ceso lineal que avanzaría en un sentido teleológico -cuyo resultado final sería la
Unión Europea-, en una evolución que arrancaría de la Antigüedad clásica e iría
avanzando en una especie de continuum histórico a través de la Cristiandad me-
dieval, del Humanismo renacentista y de la ilustración dieciochesca. Un proceso
que avanzaría sin fracturas desde Aristóteles a Ursula von der Leyen, que ignora
por completo el carácter contingente y temporal del significado del concepto de
Europa como “comunidad”, por no hablar ya de las enormes quiebras y fracturas
de ese devenir que se presenta homegeneizado, común. Este invento es, como
recuerda el autor del capítulo parafraseando al profesor Pérez Garzón, el “impo-
sible manual europeo que nos acecha como parte de la construcción de Europa”.
Pablo Frías propone someter a análisis este relato lineal, progresivo y ho-
mogéneo de la historia de Europa y ofrecer una mirada más compleja, híbrida,
plural, heterogénea, polifónica y dinámica. Una mirada que no oculte sus puntos
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ciegos, las contradicciones y paradojas que han acompañado esta construcción:
el dominio, la violencia, la herida colonial en el mundo, las pretensiones hege-
mónicas… Que contemple también las resistencias a ella: el antieuropeismo en
los partidos ultranacionalistas de la extrema derecha. Una mirada menos sesgada
y más amplia a una construcción tan compleja sería deseable para el ejercicio de
una ciudadanía que se aleje de idealizaciones y espejismos y que base sus actos
en el reconocimiento de la heterogeneidad y en el ejercicio decidido de la auto-
crítica.
Finaliza el libro con un grupo diferenciado de conceptos políticos, los de co-
munismo y fascismo. Se trata, en este caso, de dos neologismos contemporáneos
que, como el resto de los “ismos”, aparecen en el lenguaje político de la mo-
dernidad (como patriotismo, liberalismo, anarquismo, socialismo, nacionalismo,
etc…), Conceptos a los que Koselleck caracteriza por su dimensión de movi-
miento, por su carga de expectativas de futuro y su escasa acumulación de pasado
y experiencia. Nacen henchidos de horizontes utópicos que inducen a la acción, a
la actividad, a la consecución de fines y objetivos venideros.
Tal es el caso del concepto de comunismo que surgía marcado por una clara
voluntad de transformación revolucionaria. Desde su nacimiento, a mediados del
siglo XIX, fue pensado desde la praxis política y en relación con programas polí-
ticos cuyo objetivo era el de lograr la emancipación de un proletariado nacido al
calor de la industrialización. Marcado, pues, desde sus orígenes, por un impulso
a la acción y al movimiento y una clara expectativa de futuro, un nítido horizonte
utópico.
El concepto ha ido variando sus significados y vínculos conceptuales desde
sus orígenes hasta la actualidad neoliberal, que parece querer desprenderse de él
y reducirlo al desprecio, cuando no a la ignorancia. ¿Por qué se ha ido convir-
tiendo el comunismo en un concepto sin praxis política y con poca incidencia en
Europa Occidental? “¿Por qué ya no se habla de comunismo?”, nos pregunta el
autor del capítulo, “¿ha sido una experiencia tan atroz en el siglo XX o responde
a ciertos intereses que ya no se hable de ello? ¿es pertinente plantear debates
en torno al concepto de comunismo en la sociedad neoliberal actual?” ¿Por qué
-por acercar estas preguntas aún más al aquí y ahora- la justicia española prohíbe
a Correos emitir un sello conmemorativo del centenario del Partido Comunista
de España? ¿Cómo se justifica este hecho, qué idea de comunismo entraña esta
medida cautelarísima?
Las respuestas a alguna de estas preguntas habrán de buscarlas reparando en
la propia evolución histórica del concepto que nos muestra Iván Alvarado, vin-
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culándola a los diferentes contextos históricos de producción de significados y a
través de un cuidadoso compendio de fuentes.
Quizá la pregunta más sugerente que plantea el autor -pensando en el aula- es
hasta qué punto sería el comunismo una opción viable para nuestro contexto his-
tórico. “Los grandes retos sociales actuales: cambio climático, feminismo, extre-
mismos, interculturalidad, crisis económica, aumento de la brecha entre pobreza
y riqueza, ¿podrían tener un horizonte más alentador en Europa si la opción
comunista fuera una más, como sucede en América Latina? ¿nos ayudaría a salir
de la idea “no se puede hacer nada” y entrar en la praxis que nos permita ge-
nerar una: “nueva imaginación revolucionaria”?”. Aproximaciones como las de
Dean que nos presenta el autor resultan especialmente estimulantes para animar
este debate que invita a los estudiantes a proyectar su reflexión hacia el futuro.
Frente a la ausencia de atención prestada al concepto de comunismo opone-
mos la inquietante presencia que el concepto de fascismo ha ido adquiriendo en
las últimas décadas en el lenguaje político europeo y en el lenguaje coloquial,
posiblemente por el paralelismo que se establece, en numerosos discursos, entre
la Europa de los años 30 y la Europa actual, en la que crecen opciones ultranacio-
nalistas en partidos de extrema derecha. Una adecuada comprensión y utilización
del concepto nos obliga a revisar esta equiparación y a reparar en los diferentes
contextos históricos en los que se produce el fascismo histórico y los posfascis-
mos que proliferan en la actualidad.
Con este propósito David del Pino va trazando el perfil del fascismo, que no
se circunscribe únicamente al caso italiano y alemán puesto que tras la I Gue-
rra Mundial aparecieron, a lo largo y ancho de Europa, expresiones políticas
marcadamente nacionalistas, antiliberales, anticomunistas o paramilitares que
coincidían en la búsqueda de una “tercera vía” de marcado componente utópico,
contraria tanto al materialismo de la burguesía clásica como a la dictadura del
proletariado que proclamaban las izquierdas.
Nacía el neologismo en la era de la política de masas, combinando, como
afirma Hobsbawn, toda una serie de valores conservadores con una técnica no-
vedosa de la democracia de masas y una ideología innovadora de la violencia
fundamentada en el nacionalismo, en una especie de yuxtaposición sociológica
entre la tradición y la modernidad. Su apoyo y su éxito surgían del miedo y la
angustia ante un presente y un futuro incierto y volátil por parte de la población
europea, que abrió la posibilidad a que creciera un nuevo mito moderno capaz de
calmar todas esas inquietudes con formaciones políticas dirigidas por líderes ca-
rismáticos nacidos al calor de la sociedad de masas. “Las masas, desarraigadas y
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golpeadas por la inflación y el desempleo tras la gran crisis de 1929, van poco a
poco adhiriéndose y dejándose llevar por el monstruo del fascismo”. Recuerda el
autor cómo las organizaciones fascistas de entreguerras, que eran conscientes de
la ensimismada y precaria subjetividad de la clase media y del estado de una clase
obrera fuertemente golpeada, tratarían de ofrecer una vía utópica, alternativa a la
decadencia, en la figura de una “masa ornamento”, un todo homogéneo, que con-
formaría una especie de sujeto heroico-popular, como acicate de superación de la
lucha de clases. Todo este escenario nos lo ilustra el autor con fuentes que inciden
en el estudio del contexto histórico concreto de construcción del significado del
concepto de fascismo.
¿Puede, en un sentido estricto, el concepto de fascismo nacido al amparo de la
sociedad de masas aplicarse a la realidad de la sociedad neoliberal, profundamen-
te atomizada, actual? ¿Puede un mismo concepto utilizarse para referirse a dos
escenarios históricos tan diferenciados? Evidentemente, siguiendo criterios de
rigor histórico, la respuesta es no. “El neoliberalismo, como estructura histórica
desde la década de 1970, ha forjado un nuevo tipo de subjetividad enormemente
diferente a la que se prestó a la fantasmagoría del fascismo”, recuerda David del
Pino. La nueva realidad neoliberal fragmenta lo social en pequeños trozos em-
presariales. “Dentro de la racionalidad neoliberal todo lo que tiene sentido para
un sujeto es hallar la evaluación personal en estándares económicos, es decir,
búsqueda de la masificación de ganancias”.
Por ello, siguiendo la sugerencia de algunos historiadores como Enzo Traver-
so, David del Pino propone la utilización del concepto de posfascismo para refe-
rirnos a este tipo de movimientos actuales. Este posfascismo se separa del fascis-
mo clásico, pero lo tiene como matriz y continúa siendo peligroso. Compagina la
herencia del fascismo clásico con pedazos de elementos que no pertenecen a su
tradición. Trabajar en el aula estos diferentes escenarios en los que se producen el
fascismo clásico y los posfascismos actuales nos permite adentrarnos en ambos y
realizar análisis comparativos reparando en sus diferencias y también en sus simi-
litudes -como el ultranacionalismo que enarbolan en ambos casos- y comprender
mejor los fundamentos, fragilidades y riesgos de estas ideologías y sus derivas
prácticas. Nos obliga, en cualquier caso, a utilizar el concepto de fascismo de una
manera más crítica y rigurosa y a reflexionar sobre el presente y el futuro de la
democracia y de Europa.
Con la intención de propiciar la apertura de miras, el reconocimiento de la plu-
ralidad y heterogeneidad frente a todos estos esfuerzos homogeneizadores, y con
el objetivo de fomentar el ejercicio del pensamiento crítico, se presentan todos es-
20
tos materiales con los que abrir diferentes debates y plantear cuestionamientos en
el aula. Los conceptos seleccionados son, como vemos, de gran relevancia para
la enseñanza de la historia y para la reflexión sobre el presente. El propósito de la
Didáctica de los conceptos históricos no se constriñe al conocimiento del pasado,
sino que trasciende al aquí y al ahora, observa los debates y usos que hacemos
hoy de los conceptos incidiendo en la formación de ciudadanías capacitadas para
realizar análisis del presente y para conformarlo de forma más reflexiva y crítica.
Creemos que con ejemplos como los que proponemos aportamos nuestro grano
de arena para lograr estos propósitos. En todo caso, es nuestra intención seguir
intentándolo, por lo que tenemos proyectado continuar con la oferta de ejemplos
y materiales en un tercer volumen que recoja la continuidad de nuestro empeño.
21
-2-
SELECCIÓN DE CONCEPTOS
Y MATERIALES
El concepto de Romanización: quienes fuimos nosotros y los
que ahora son ellos
“The old theory of an age of despotism and decay has been over-
thrown, and the believer in human nature can now feel confident
that, whatever their limitations, the men of the Empire wrough for
the betterment and the happiness of the world”
Índice
25
I.- Romanización: breves implicaciones históricas e historiográficas
26
óptica emocional corre el peligro de distorsionar la realidad histórica, al asociar
determinadas características de la sociedad actual, como el código ético, a socie-
dades cuyo funcionamiento difiere en todos los aspectos de nuestro contexto. Un
ejemplo muy claro de este fenómeno presentista es el favoritismo hacia determi-
nados emperadores, considerados como auténticos ídolos nacionales, como es
el claro caso de Trajano. Sus anexiones militares son vistas como hitos, incluso
como evidencias características de un supuesto carácter español, por haber naci-
do Trajano en la Bética.
De este modo, el presente artículo pretende arrojar un poco de luz al nacimien-
to de este concepto, resaltando el contexto específico en el que surge y las con-
notaciones ideológicas que lo marcan. También se realizará un breve recorrido
historiográfico, para ejemplificar sus distintos usos en la investigación histórica
y las diferentes vertientes en la defensa -o no- de su utilización. El planteamiento
de un debate sobre la adecuación de este concepto para el profesorado es más
que necesario, especialmente en este momento en el que el interés por el mun-
do romano se encuentra en auge. Por último, se han seleccionado una serie de
fuentes que demuestran el tradicional empleo del concepto dentro de un discurso
nacionalista.
El debate sobre este concepto nace a principios del siglo XX, en un contexto
de replanteamiento de las teorías historiográficas tradicionales. A pesar de su cor-
ta andadura en tiempo histórico, tiene una gran importancia en diversos ámbitos
del mundo actual, especialmente en el educativo, donde se presenta por primera
vez este concepto, e inevitablemente se asocian a él ciertas connotaciones que van
a pasar a teñir la perspectiva estudiantil respecto a este proceso histórico. Estas
connotaciones abarcan desde un tratamiento estrictamente positivo de las actua-
ciones romanas (conquistas vistas desde un punto de vista romano, tratamiento de
las sociedades prerromanas como atrasadas y primitivas), hasta un énfasis en la
practicidad de este pasado histórico para nuestra sociedad (herencia de un legado
legislativo, lenguas romances o arquitectura son solo algunos ejemplos).
Dicha elección selectiva tiene una doble funcionalidad: realzar el sentimiento
de orgullo patrio, pero también servir a la construcción de una identidad europea.
Conglomerar a los países miembros de la Unión Europea bajo un sustento roma-
no permite no solo encontrar puntos en común sobre los que trabajar una supuesta
identidad europea, sino también comprender colectivamente procesos paralelos a
nivel político, extraídos de la historia con el fin de apoyar esta comunidad.
27
Asimismo, cabe destacar la creciente popularidad de la divulgación histórica,
habiéndose producido un auge en los últimos años sobre la antigua Roma, que
ha cristalizado en películas, programas de televisión, podcasts, series y, especial-
mente, novelas. Este interés es indudablemente positivo, puesto que es una herra-
mienta de introducción a una investigación histórica más profunda, a la par que
debe ser tratado con cautela, pues la falta de conocimiento sobre ciertos temas del
pasado por la escasez de fuentes históricas y su suplencia con la imaginación de
autores y autoras presenta una perspectiva sesgada cuyo carácter presentista debe
ser dejado claro al público al que va dirigido.
Este concepto de “Romanización” ha sido condicionado desde su propio naci-
miento en el siglo XIX, ya que el contexto y la época en la que surge hace inevi-
table que se impregne del pensamiento contemporáneo. De este modo, la histo-
riografía va a evidenciar corrientes de pensamiento imperialistas y nacionalistas
que van a resultar en la adopción de una serie de conceptos fuertemente sesgados,
como es el caso que nos ocupa. El colonialismo, una vez más, acudía al pasado
con nostalgia, en un intento de imitación del Imperio Romano con miras a la con-
quista de una gloria duradera. Esta proyección colonial se verá mezclada con una
tendencia nacional a hacer resurgir del pasado estos episodios que constituyen el
ideario político de los nuevos estados. Estos idearios se sirven de todas las herra-
mientas posibles, incluidos los conceptos políticos, que se verán extraídos de la
historia mediante la institución de toda una parafernalia estatal.
La Romanización actuará entonces como un paralelismo histórico al proceso
colonial, cuyas causas -fundamentalmente económicas- serán respaldadas por la
comunidad científica desde un punto de vista “ético” al encontrar ejemplos de
circunstancias “similares” en el pasado. De nuevo recurriendo al presentismo, se
imbrican ambos procesos, adjudicando una acción “civilizadora” a la sociedad
romana, sugiriendo que las conquistas romanas estaban basadas en una idea de
aculturación por la fuerza, pero siempre teniendo en cuenta que el resultado para
las sociedades conquistadas era positivo respecto a su situación anterior. Por lo
tanto, cuando en el presente artículo se mencione la “civilización romana” se
referirá al sentido concedido en los siglos XVIII y XIX a la civilización como la
cuna del progreso y el modo que tienen los diversos estados para avanzar, no en
el sentido jurídico, sino en el moral.
De este modo, el Imperio Romano fue convertido en un objetivo deseable,
eliminando de su horizonte a propósito aquellos aspectos no tan convenientes a la
causa. Así, primará más el Alto Imperio que la época republicana; las conquistas
militares a la trata de esclavos o las obras de ingeniería a la explotación masiva
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de recursos naturales. Esta selección atiende a criterios de practicidad, emocio-
nales e identitarios, puesto que quiere verse en el pasado romano una sociedad
precursora de los valores civilizadores. También una lista de elementos atractivos
para los nuevos estados europeos: un gran poder militar y económico, una fuerte
administración y burocracia, un estilo de vida privilegiado para determinadas
clases sociales y grandes obras públicas, entre otros.
Una de las dificultades que plantea este concepto es dónde establecer la línea
entre lo romanizado y lo que está por romanizar. ¿Qué criterios deben elegirse
para considerar un pueblo como romanizado? ¿Se considera romanizada una so-
ciedad que se encuentra militarmente gobernada por el Imperio? ¿Debe esperar a
la adopción de la lengua? ¿Qué ocurre cuando en un territorio la implantación se
hace de un modo diferente?
Estas suponen solo algunas de las cuestiones que surgen a la hora de interpre-
tar el pasado a partir de un concepto de creación contemporánea. Pero la realidad
se complica aún más si a este panorama le añadimos los intentos en las últimas
tres décadas de tratar la romanización desde una perspectiva postcolonial.
El primer bloque temático que tratar es la utilización a conveniencia, a par-
tir del siglo XIX, del proceso de romanización como una justificación directa
del colonialismo europeo. Repasando la historiografía de este concepto podemos
considerar a Theodor Mommsen (Fuente 1.1), autor de Historia de Roma (1854-
1885), como uno de los primeros autores que contribuyó en mayor medida a la
creación de este marco de pensamiento. En dicha obra, el autor realiza un análisis
de la creación, evolución y conversión de la República en el Imperio, siendo de
especial relevancia el tratamiento que hace Mommsen de la conquista de las pro-
vincias. Mommsen reconoce la imposibilidad de supervivencia de un imperio sin
la implantación total de las instituciones dominantes, y el propio autor aboga por
una sustitución total de los modos de vida con miras al encubrimiento de la iden-
tidad regional. No obstante, la asimilación de estos conceptos de regionalismos e
identidades regionales a época romana supone un anacronismo por sí misma, ya
que el autor no cuenta con la inexistencia de estos modos de pensamiento en el
contexto en el que desea aplicarlos.
Su obra obtendría un gran impacto a nivel europeo, especialmente en Gran
Bretaña y España (Rojas, 2017: 34). No obstante, aún en este momento se enfoca
este complicado proceso como unidireccional y casi darwinista, en el sentido de
“progreso” hacia una sociedad mejor, cayendo en la falacia de comparar ciertas
culturas como mejores que otras por su grado de avance tecnológico, social o
administrativo.
29
Mommsen no es el único ni el primero que busca en el pasado una evidencia
con la que entender y reinventar su presente. Ya en la Edad Media, emperadores
y reyes tomaron a determinados personajes romanos como un símbolo de poder,
unidad y paz (Yates en Hingley, 1996: 35), lo que perfiló el posterior desarrollo
del concepto a principios del siglo XX. Este interés por figuras que, a primera
vista, pudieran considerarse contrarias a la doctrina moral, radica en sus compor-
tamientos y actuaciones, que podrían resultar ejemplarizantes para la literatura
medieval, como en el caso de César o Augusto.
Algunas naciones incluso quisieron ver en su presente una repetición del pa-
sado, como es el caso del Imperio Británico, que equiparaba su desarrollo y pos-
terior caída con la ya acaecida en el 476.
Ciertos autores consideran a F. Haverfield (Fuente 1.2) como el pionero en
los estudios modernos sobre la Britania romana. Para Hingley (1996: 38), por
ejemplo, Haverfield identificó dos elementos que condicionaron la posterior
investigación sobre el mundo romano: la defensa de las fronteras y el desarro-
llo de la civilización en las provincias durante la posterior época de paz. Esa
asimilación de la civilización romana acabaría siendo lo que entendemos por
romanización, y se llevaría a cabo de forma progresiva: el territorio dominado
sería cada vez más “romano”, negando cualquier tipo de intercambio cultural
bidireccional. En este caso, Haverfield está sesgando desde el presentismo la
consideración de la sociedad romana, ya que relaciona la aculturación romana
mediante el proceso de conquista con la supuesta acción civilizadora del colo-
nialismo, equiparando ambos procesos para así justificar moralmente el proce-
so colonizador europeo.
Este tipo de visiones traslucían una interpretación del pasado guiada por la
idea del progreso, en la que el elemento romanizador, a pesar de ser implantado
por la fuerza, acababa por beneficiar al territorio dominado. Así, estos primeros
autores encontraron orgullo en la conquista romana, de modo que se justificase
ideológicamente el presente mediante el uso (y abuso) de la historia.
El segundo bloque que se presenta comprende la interrelación entre romani-
zación y ciudadanía. Aunque en las fuentes primarias clásicas no aparece el con-
cepto de romanización, -ya que como hemos visto es de creación reciente-, sí que
se encuentran en determinadas ocasiones el término “latinización”. Se ha consi-
derado, pues, necesario, incluir el apartado de las fuentes clásicas para poner de
relieve el hecho de que el concepto no solo surge recientemente atendiendo a un
periodo histórico concreto; sino que en la propia época romana la latinización
30
probablemente tenía más que ver con cuestiones administrativas que culturales,
alejándose de la visión presentista que le asociamos.
El caso del geógrafo griego Estrabón (Fuente 2.1) es muy esclarecedor, ya
que se dedica expresamente a recorrer los territorios que constituían el mundo
conocido, la ecúmene, procediendo a su posterior descripción geográfica y et-
nográfica.
De este modo, Estrabón representa el mundo civilizado, y los pueblos domi-
nados, los bárbaros, entendidos según el modelo griego, según el cual aquellas
sociedades ajenas a la polis, que presentan singularidades propias a su estilo de
vida, serían considerados como bárbaros, como extranjeros. En palabras de T.
Todorov (2008: 30): “La palabra [bárbaro] procede de la Grecia antigua […]
se oponía a otro término, y ambos permitían dividir la población mundial en
dos partes diferentes: los griegos, es decir, <nosotros>, y los bárbaros, es decir,
<los otros>, los extranjeros. […] Sucede que, se le otorgó de repente un segundo
significado y un juicio de valor, y la oposición bárbaros/griegos pasó a aludir
también, por así decirlo, a la oposición entre <salvajes> y <civilizados>.”
Es fundamental, por tanto, confrontar la visión de Estrabón como observador,
que no cuestiona la predisposición de los pueblos a importar modelos de vida ro-
manos de forma voluntaria, con la justificación ideológica colonial, que también
va a hacer primar el supuesto beneficio de adoptar los modos de vida europeos en
un ejercicio de darwinismo social.
La historiografía contemporánea, ha querido ver en estos textos elementos que
reforzarían la asociación entre romanización y los elementos que la componen,
como el supuesto afán pacificador o la adopción de “civilización” gracias a las
concesiones de ciudadanía. La concesión de ciudadanía es vista como el elemen-
to romanizador por parte de la historiografía, como el culmen de la consecución
de los elementos que hacen un pueblo aculturado. No obstante, tal y como de-
muestra Suetonio, el propio emperador Augusto concedió la ciudadanía a pueblos
que habían dedicado sus servicios al Imperio, sin implicar que hubiesen tenido
que “romanizarse” primero.
Dentro de los ejemplos en los que aunar el concepto de romanización con el de
ciudadanía, además de Estrabón, es preciso mencionar la obra de Suetonio (Fuen-
te 2.2). El autor, en su relato sobre la vida de los césares, contrapone dos reali-
dades que, aunque en principio contradictorias, ejemplifican de forma excelente
la dicotomía del pensamiento romano. Al respecto de Augusto, vemos cómo el
primer emperador es restrictivo con el derecho de ciudadanía romana, que otorga
de forma excepcional bajo una serie de condiciones muy limitadas. Tanto es así,
31
que llega a negar dicha concesión a un favor pedido por su esposa Livia y el que
será su sucesor, el futuro emperador Tiberio.
No obstante, unas páginas más adelante, Suetonio relata cómo Augusto divi-
dió las provincias en imperiales y senatoriales, en función de la peligrosidad y
propensión a la rebelión que presentaran. De este modo, aquellas que “alegaban
sus servicios al pueblo romano” (1981: 94) recibieron de parte del emperador
la ciudadanía romana o latina. Estas concesiones evidencian dos realidades: el
tremendo pragmatismo de la mentalidad romana y la instrumentalización de la
ciudadanía como elemento de control.
Parece, pues, que no siempre era preciso alcanzar cierto grado de romaniza-
ción antes de acceder al culmen de dicho proceso, que vendría a ser la obtención
de ciudadanía, si existían unos intereses económicos o políticos subyacentes.
Suetonio, probablemente sin quererlo, nos ayuda a destapar la propaganda im-
perial, que hace de la obtención de ciudadanía, a través de un previo proceso
de romanización, como el objetivo deseable para las nuevas incorporaciones del
imperio.
Resulta interesante también contrastar a Suetonio con el posterior Edicto de
Caracalla (Fuente 2.3), en el cual se realiza una concesión general de la ciudada-
nía romana a todos los hombres libres del Imperio, viendo así un gran contraste
entre la férrea defensa de Augusto de la concesión al cambio histórico-cultural en
tiempos de Caracalla.
Una última fuente al respecto del vínculo romanización-civilización es el caso
británico, en el que se evidencia de un modo muy claro esa división, llegándose
a materializar en forma de testimonio arqueológico. Nos referimos, por supuesto,
a los muros de Adriano y Antonino (Fuente 2.4), que delimitaron la provincia
británica, y que acabaron por convertirse asimismo en una frontera mental. Es
muy interesante aproximarse al estudio de las fronteras o limes del pensamiento
romano que, viendo la imposibilidad de subyugar –o romanizar- a las poblaciones
caledonias, decidieron levantar un muro defensivo para evitar ataques. Ello po-
dría evidenciar, por tanto, que para los romanos los caledonios demostraban una
carencia de cualidades aptas para su conversión en ciudadanos romanos.
Ni siquiera el paso del tiempo habría cambiado esta perspectiva, pues el em-
perador Antonino Pío habría querido asegurar la defensa de una provincia com-
pletamente adaptada al modo de vida romano, de las poblaciones norteñas cuya
anexión se vio imposible. Es este un claro ejemplo de cómo la romanización,
como proceso de aculturación, precisaba de un previo paso de subyugación mili-
tar total y, por tanto, de planificación previa.
32
El tercer bloque temático se incrusta en el contexto del nacionalismo y la
construcción de identidades, y en cómo este tipo de discursos emplearon ejem-
plos historiográficos para justificar sus afirmaciones. Se ha empleado el uso de
la Historia para ambas vertientes nacionalistas contrarias: tanto para los regio-
nalismos que buscan sus raíces en sociedades prerromanas, como en discursos
nacionalistas de afinidad grecorromana.
El primer ejemplo de esta utilización lo encontramos en el discurso de Sabino
Arana, considerado el padre del nacionalismo vasco, quien recurre en varias oca-
siones a procesos históricos del pasado para argumentar su pensamiento. El pri-
mer objeto de su discurso es el euskera, y cómo su singularidad, tanto en gramá-
tica como en origen, marcan una diferencia respecto al resto de lenguas romances
circundantes, queriendo marcar una clara separación. El segundo argumento, que
es de gran interés, es su particular análisis acerca de los movimientos nacionalis-
tas catalán y vasco. Para Arana, aunque el movimiento catalán es igual de válido
en sus requerimientos, el vasco se desmarca con mayor peso identitario puesto
que, a diferencia de la región de Cataluña, Bizkaya (Fuente 3.1 y 3.2) no habría
sido conquistada por los romanos y, por lo tanto, romanizada. De este modo, para
Arana Bizkaya2 no debería formar parte del territorio español, puesto que carece
de una base cultural común, fruto de la romanización.
El segundo caso es el del discurso claramente nacionalista de Ortega y Gasset
(Fuente 3.3), quien realiza un análisis de las etapas de conquista romanas con un
claro sesgo apoyado en la raza. Para el autor las similitudes “de raza” o “de san-
gre” no equivalían a la constitución de una unidad política, que ha de hallarse a
través de la fuerza; comenzando por aquellas sociedades con las que compartían
elementos culturales más similares hasta acabar por incorporar a sociedades radi-
calmente diferentes, siendo este último proceso de tintes colonizadores. De este
modo, Ortega va a buscar elementos de unión entre sociedades para argumentar
la expansión romana, en principio a nivel cultural, pero trasladando después estos
vínculos al territorio.
Como se ha mencionado, el Imperio Romano ha servido de ingrediente para
la construcción ecléctica de una identidad a todos los niveles, en este caso en la
identidad europea. Paul Valéry (Fuente 3.4) establece la condición del pasado
romano como uno de los tres ingredientes necesarios para la consideración de un
territorio como europeo, siendo los otros dos la influencia cristiana y griega. En
2 Para Sabino Arana los siguientes territorios estarían llamados a formar una confederación: Alaba, Bizka-
ya, Guipuzkoa, Lapurdi, Napará, Naparóbera y Suberoa (1932): De su alma y de su pluma. (Colección de
pensamientos, seleccionados en los escritos del maestro del nacionalismo vasco) Talleres Gráficos. E. Verdes
Achirica. pp. 41.
33
su obra se señalan todas las características positivas que comparten el imperio
y la sociedad europea, nombrando las leyes, la administración o el poder como
ejemplos notables de esa supuesta conexión, de nuevo ejerciendo una perspectiva
presentista. No obstante, Valéry se “olvida” de la otra cara de Roma, que tiene
bastante más en común con la cultura europea de lo que pudiera parecer a simple
vista: las constantes guerras, la esclavitud, la superstición, las conspiraciones o la
desmesurada explotación de los recursos naturales.
El problema no reside únicamente en que la identidad se construya sobre un
sustrato eminentemente positivo, sino que, además, circunscribe estas cualidades
y conceptos como civilización, cultura o administración a un ámbito eurocentris-
ta, sin duda impregnado del pensamiento colonial de su época.
Es por ello por lo que, a la hora del ensalzamiento o asociación con hechos
históricos, es preciso tener en cuenta que la pluralidad europea sobrepasa los ele-
mentos comunes que justifican su unión. Como argumenta T. Todorov (2008: 246):
“De entrada recordemos que una cultura no se reduce a las obras que ha creado,
sino que incluye también el conjunto de modos de vida colectivos. Desde este punto
de vista, lo que las culturas de los diferentes países y regiones que forman Europa
tienen de propio pesa más que lo que tienen en común. El primer elemento de la
cultura de un grupo es la lengua, y en Europa hay muchas. Esta pluralidad tiene
su importancia, ya que todo ser humano viene al mundo en un país concreto, no en
un medio indefinido. Como hemos sido educados en el ideal de modernidad, que
consiste en pensarnos como sujetos libres, no nos gusta admitir los efectos de esta
determinación, aunque no por eso está menos presente”.
La siguiente fuente enmarcada dentro del conjunto de romanización y nacio-
nalismo hace referencia a unas excavaciones realizadas en el yacimiento de la
ciudad romana de Iruña-Veleia (Vitoria). Este ejemplo es doblemente ilustrativo:
por un lado, la presencia de yacimientos arqueológicos romanos en Álava, que
entrarían en contraposición con el discurso que aduce que no llegó a existir pre-
sencia romana permanente y que, por tanto, no existió intercambio cultural. El
otro motivo por el cual esta fuente rezuma importancia radica en el peligro de
utilización de la Historia atendiendo a intereses particulares.
El hallazgo de inscripciones cerámicas en euskera supondría un hito dentro
de las investigaciones histórico-arqueológicas del mundo clásico. Constituiría un
avance en la interpretación histórica, pero además convertiría al yacimiento de
Iruña-Veleia en un punto de referencia para el turismo cultural.
La Arqueología, por desgracia, ha sido objeto de control por parte de ciertos
grupos políticos, lo que también sesga la interpretación, puesto que se decide
34
qué tipo de yacimientos se excavan, así como la metodología empleada. Los ya-
cimientos arqueológicos romanos priman por encima de otras épocas a la hora
de decidir la intervención arqueológica, ya que es una época popular entre el
público, suele conllevar el hallazgo de restos arqueológicos monumentales y/o
considerados “valiosos”, herencia de la consideración de la arqueología como el
método de búsqueda de tesoros.
Por suerte, no es este el caso de Iruña-Veleia (Fuente 3.5), puesto que los par-
tidos políticos vascos, incluidos aquellos nacionalistas, condenaron el presunto
fraude, que habría de tener detrás razones más de tipo económico que político3.
Es, por tanto, un buen ejemplo de cómo la política, -y en concreto los nacionalis-
mos por el caso que nos ocupa-, no debe presionar la investigación científica y,
con ello, tergiversar la Historia para los fines deseados.
El dibujo satírico de Guillén (Fuente 3.6) ejemplifica perfectamente cómo la
selección deliberada de elementos del pasado con los que entroncar puede re-
sultar en falseamientos o, incluso, en misceláneas históricas. De esta manera, se
buscan elementos identitarios que particularicen y, con ello, ensalcen determi-
nadas características o tradiciones culturales. Evidentemente, estas selecciones
históricas varían en función de los intereses políticos dominantes, de modo que
lo que pudo ser un elemento de rechazo, al ser considerado del “otro”, en unas
décadas puede acabar siendo lo “mío”.
Se ha considerado relevante también el discurso de F. Jiménez Los Santos
(Fuente 3.7), en el cual identifica el nacimiento de España a nivel político, insti-
tucional, social, etc. con la romanización de la península. En este caso, el perio-
dista realiza un evidente ejercicio de presentismo al afirmar que Hispania puede
considerarse ya España, entendida como el estado-nación contemporáneo, ya a
principios del primer milenio después de Cristo. Además, se aferra a ese sustrato
romano y cristiano, negando las posteriores transformaciones que surgen en la
población peninsular. Resulta esclarecedor observar la selección subjetiva de las
sociedades con las que queremos tener algo en común, incluso si resultan más
lejanas en el tiempo que otras por el mero hecho de adaptar sus características al
discurso nacional presente.
Este tipo de reduccionismo también es aplicado a una escala micro, como
se observa en el discurso de Pablo Casado (Fuente 3.8) durante su campaña por
Castilla y León en apoyo de Alfonso Fernández Mañueco4. En dicho discurso, al
encontrarse en esta comunidad autónoma, el político recurre a la historia como si
de un buffet libre se tratase, del que seleccionar aquello más apetecible. De este
3 (Rodríguez Temiño, 2017: 210).
4 Vídeo del discurso publicado el 30/01/2022 por el HuffPost en twitter.
35
modo, se atribuye a Castilla y León la cuna de la nación española y la Hispanidad,
siendo inmediatamente después la Romanización el acontecimiento histórico de
la humanidad más importante para Casado. Esta equiparación de ambos procesos
históricos conlleva una clara intención presentista, con la que Casado pretende
inflar el nacionalismo español a través de la consideración de estos dos procesos
como elementos precursores de la nación española, que sustentan su identidad
y la configuran. No es casualidad que sea en Castilla donde pronuncie este dis-
curso, ya que esta región recoge la identidad del carácter español, a diferencia
de otras zonas que basarán sus señas identitarias en las sociedades prerromanas.
Esta asociación de ideas no solo trasluce una invocación a la civilización y
al progreso, como si fuese algo intrínseco de los pobladores de un territorio por
haber tenido un determinado pasado histórico; sino que además es tremendamen-
te simplista. La Historia no es solo aquello que nos afecta directamente como
sociedad, por lo tanto, es ingenuo e irresponsable identificar un proceso histórico,
-que resulta ser más complejo de lo que el imaginario colectivo atribuye- como
uno de los acontecimientos más importantes de la humanidad. No existe una Ro-
manización, como no existe una sola Hispanidad, y adueñarse del término para
un uso nacionalista no contribuye a la creación de una sociedad crítica. Aquí
Casado ejemplifica lo que Q. Skinner, representante de la Escuela de Cambridge
de la Historia de los Conceptos (Rivière, 2020), llama un acto perlocutorio, es
decir, pretende conseguir determinado efecto sobre los asistentes al emplear estos
conceptos.
El cuarto bloque temático que se ha querido destacar es aquel concerniente
a la divulgación, educación y difusión. Al igual que es importante llevar a cabo
una investigación científica concienzuda y metodológica, esos resultados han de
ser expuestos al grueso de la población de forma rigurosa pero accesible. Es una
de las problemáticas a las que se enfrenta en la actualidad la divulgación históri-
co-arqueológica, y es que la comunidad científica debe hacer autocrítica y apro-
ximarse a la sociedad, y ser capaces transmitir la importancia de la Historia para
el pensamiento social5.
Así, la primera fuente seleccionada ha sido extraída de la exposición tempo-
ral Tesoros arqueológicos de Rumanía. Las raíces dacias y romanas (octubre
2021-febrero 2022) del Museo Arqueológico Nacional (Fuente 4.1). En concreto,
se presenta una de las cartelas relativas a la Pax Romana, tras la conquista de la
Dacia a principios del siglo II d.C. Aunque su pervivencia como provincia roma-
5 “La arqueología está en la calle y los ciudadanos de este país demuestran un interés creciente por ella. Pero
que los arqueólogos demostremos el mismo interés por llegar a la sociedad es algo bastante más incierto”
(Ruiz-Zapatero, 2009: 12).
36
na apenas duró un siglo, ya que en el siglo III d.C. hubo de abandonarse debido a
los ataques “bárbaros”, la exposición relata cómo la población continuó presen-
tando una cultura, estilo de vida y lengua latinas. Así, aunque ya no formaba parte
del Imperio, la Dacia era vista como “la última frontera de la romanidad6” en una
suerte de espacio liminar entre civilización y barbarie.
No obstante, el caso de la Dacia es particular, ya que como la propia cartela
indica, fue sujeto del traslado de colonos para su pronta transformación a un
estilo de vida más romano. Hay que reseñar que el sustrato basal dacio era una
mezcla muy heterogénea de culturas, existiendo grandes influencias griegas, cel-
tas e incluso escitas. La implantación de colonos tuvo, por supuesto, gran impacto
en la cultura previa, pero es mucho más compleja de lo que trasluce la cartela de
la exposición. Este ejemplo no responde al modelo “clásico” de romanización, y
es imprescindible transmitir esta idea. La historia romana de la Dacia llega hasta
la actualidad, siendo el rumano una lengua romance e incluso siendo frecuente
el nombre Traian entre la población masculina, pero puede resultar ciertamente
capcioso presentar a este territorio como “la última frontera de la romanidad”,
cuanto más la población romana fue traída de otros territorios.
Sin embargo, esta información, que demuestra la complejidad social de la
región de un modo claro y didáctico, queda relegada al catálogo de la exposición.
Es bastante improbable que la población general de forma mayoritaria adquiera
el catálogo en el propio museo o que lo encuentre visitando la página web. Es
necesario, por tanto, recalcar de nuevo la necesidad de hacer autocrítica y dejar
de exponer al círculo interno de investigadores los resultados reales. La sociedad
está ansiosa por conocer, y para la comunidad científica debe suponer un reto
estimulante desmontar los conceptos preestablecidos.
La divulgación es la gran tarea pendiente de las Humanidades, ya que los
modos de difusión del conocimiento no se han actualizado a la par que la socie-
dad. La comunidad científica continúa investigando por y para la investigación,
puesto que los resultados rara vez traspasan el ámbito científico. Las noticias
sobre Historia o Arqueología son puntuales y ciertamente ligadas a hallazgos
monumentales o conmemoraciones históricas del pasado, de nuevo dentro del
discurso nacional. Debemos hacer llegar todas estas cuestiones al público, ha-
cerles partícipes e interesados por la historia, y eliminar para siempre y de una
vez la asociación de la Historia como una innumerable lista de fechas y reyes
godos que memorizar.
6 Es reseñable destacar que los bizantinos se denominaban a sí mismos romanos y que, durante el periodo inter-
medio de su historia esta etiqueta aparece en todos los textos, sin importar el origen geográfico o social de sus
autores, lo que demuestra la fortaleza identitaria del discurso nacional (Kaldellis, 2008: 42).
37
La segunda fuente relativa a la divulgación comprende el folleto informativo
del Museo de la Romanización de Calahorra (Fuente 4.2). En este breve folle-
to introductorio, se hace referencia a una dualidad ampliamente observada: la
contraposición entre el mundo celtíbero y el mundo romanizado, como las caras
opuestas de una moneda. Aunque se especifica que en el sustrato cultural previo
a la llegada romana existe una gran mezcla heterogénea, proponer una cultura
“celtibérica” que acoge la llegada de los romanos parece ciertamente una visión
reduccionista.
Sería interesante profundizar, aunque fuese brevemente, en cómo esas pobla-
ciones previas, debido a sus particularidades, sufrieron un proceso de conquista y
modificación cultural independiente. Sabemos que no existe un único proceso de
romanización y, como se ha repetido –incluso de forma demasiado insistente- no
es una evolución unidireccional ni necesariamente más positiva. Nuestra menta-
lidad actual ha asociado la cultura romana como “mejor”, ya que la vinculamos
a la civilización, pero ciertamente no es deseable categorizar las culturas como
mejores o peores.
“Desromanización”
38
posible de la mentalidad colonial, en el mejor de los casos. La pregunta recae,
entonces, en cómo lograr dicha transformación. Es un verdadero ejercicio mental,
puesto que resulta muy difícil eliminar estas sutiles configuraciones mentales,
pero a través de una metodología inclusiva, en la que se combinen las distintas
fuentes, tal y como apuntaba Woolf (2014), y una consciencia de esta realidad
podría resultar posible.
A pesar de que varios autores ya han manifestado su desacuerdo con el em-
pleo de este término ante la imposibilidad de desprenderlo de su carga colonial,
el hallazgo de un concepto suplente, referido a un proceso histórico complejo del
pasado, desprendido de los matices que condicionaron su creación, ha supuesto
una tarea más difícil de lo que parecía. En palabras de Woolf (2014:47): “Rejec-
tion of Romanization has become as much a habit as its use7”
Alternativas como “Mediterraneanization” (acuñado por Morris en Woolf),
“globalización” o incluso la tendencia a emplear “Romanización” entrecomilla-
da, no han llegado a asentarse dentro de la comunidad científica, y el propio
debate sobre el término idóneo enriquece su significación.
El planteamiento de Woolf (2014) ejemplifica la solución más sencilla –y por
supuesto utópica- a la hora de buscar un sustituto para “Romanización”. Y es que
la gran respuesta, que califica incluso de pesimista, podría estar en el abandono
de la búsqueda de un único término que abarque todas las complejidades y pro-
cesos subsecuentes a la formación del Imperio Romano, en términos de cultura,
expansión, civilización y cambio social.
Hemos de aceptar que la creación de un único término que abarque de forma
completa casi cinco siglos de historia, y que recoja sociedades, periodos históri-
cos y geográficos diferentes entre sí, es bastante conveniente para la investiga-
ción. La creación de etiquetas que nos faciliten el entendimiento de un pasado
lejano al que queremos acercarnos es inherente al ser humano; pero es sumamen-
te simplista intentar llevarlo a una realidad educativa e historiográfica. Una pro-
puesta interesante sería la resignificación consciente del concepto, empleándolo
de forma informada. En el aula esto conllevaría una mayor inmersión temporal,
pero bien es cierto que propuestas como la actual se encargan de ahorrar tiempo
al profesorado para poder trabajar estas cuestiones en profundidad. Sin embargo,
existen precedentes que demuestran que es posible apropiarse y educar sobre
cómo empleamos los conceptos.
No obstante, Woolf propone otras dos alternativas para proseguir el estudio
del pasado romano, que permita continuar empleando este término y enriquezca
39
su estudio: una aproximación holística de todas las disciplinas posibles, siendo el
objeto más limitado, de forma que el modelo resultante pueda ser más detallado y
específico. Por otro lado, también podría cambiarse la óptica desde la que se mira,
y observar las consecuencias de los procesos para después extraer los patrones
(2014:48).
En cualquier caso, en el presente trabajo se continuará empleando el término
romanización, tras haber recalcado sus connotaciones inherentes, con el fin de
iniciar el camino de su deconstrucción.
Otra problemática destacada del estudio de este concepto es la polarización
historiográfica o, en otras palabras, cómo el nacionalismo se ha aprovechado del
discurso más conveniente. Un elemento que ha calado profundamente en el ima-
ginario colectivo es la identificación de la sociedad presente con elementos de
la resistencia del pasado. Un ejemplo claro lo tenemos en Hispania, y cómo la
mitificación de Numancia, en una especie de David contra Goliat, ha provocado
la simpatía nacional hacia ese reducido grupo de pobladores que resistieron el
embiste de Roma, haciendo de su derrota una auténtica leyenda épica.
La historiografía internacional ha querido examinar si las consecuencias de la
romanización han sido positivas o negativas para las distintas provincias del impe-
rio. En el caso que nos ocupa en Hispania, fueron los regionalismos los que caracte-
rizaron la opinión sobre la conquista. No habrá una opinión consensuada, sino que
se verá a los pueblos prerromanos como los predecesores del carácter regional, de
valentía y resistencia –como se ha observado con Numancia- o al Imperio como la
fuente de elementos más civilizadores, con la identificación del emperador Trajano,
de origen hispano, como español8 (Gonzalbes y González, 2007: 40).
Bien es cierto que la Península Ibérica fue objeto de diversas invasiones, y
que dicho pasado traerá auténticos quebraderos de cabeza dentro de la literatura
medieval, que se preguntará el motivo de dichas invasiones. Asimismo, no serán
vistos de forma igualitaria todos los invasores: los romanos y los visigodos ob-
tendrán connotaciones menos negativas que otras culturas. Los romanos fueron
expertos en propaganda, y el protagonismo de la Península Ibérica como escena-
rio de diversos acontecimientos de corte propagandístico (Numancia, las luchas
con Cartago o la conquista de la cornisa cantábrica de Augusto) conllevará un
posterior sesgo en los estudios historiográficos como escenario bélico.
También servirá de justificante posterior, a partir de los Reyes Católicos, de la
expansión española mediante la conquista, alegando que las tornas habrían cam-
biado a partir de este momento (Wulff, 2003: 32).
8 Noticia del periódico ABC del 20/10/2015 “Trajano, Adriano y Teodosio, los tres emperadores romanos que
nacieron en España”.
40
Como se ha mencionado previamente, el concepto nace en pleno auge del co-
lonialismo, y es evidente que va a estar fuertemente impregnado de un significado
de dominación positiva. No obstante, para los contemporáneos la romanización
no implicaba una parte negativa, ya que la romanización es aceptada y vista como
una mejora cultural generalizada. De este modo, el colonialismo era visto como
un proceso cuyo resultado iba a resultar positivo, en el mismo sentido que el
Imperio romano otorgaba determinados elementos de su cultura a los pueblos
dominados que les ayudaban a mejorar la calidad de vida.
Deconstruir romanización implica deconstruir el colonialismo, y es un ejerci-
cio que quizá no toda la sociedad esté dispuesta a hacer. Es más reconfortante asi-
milar a Trajano o Adriano como los primeros emperadores españoles que asimilar
que la sociedad hispana era un totum revolutum cultural, y que adoptar el modelo
de casa con atrium no implicaba adorar a Júpiter. Dejemos de posicionarnos del
lado del Imperio Romano o de los pueblos prerromanos según nos interese, y
empecemos a observar la historia como lo que es: una mezcolanza desigual de
procesos que no podemos generalizar, y cuyos matices son más numerosos de lo
que parecía.
Conclusiones
41
ta, son las élites locales las que van a marcar el ritmo de transformación, y que la
población no deja de ser una cosa para pasar a ser otra, sino que hay muchos es-
cenarios posibles: su aniquilación total por motivos militares, una transformación
parcial, un resurgimiento de la cultura local... (Guzmán Armario, 2002: 309).
Para finalizar -y como muestra, un botón-, de la importancia de cuestionar
los conceptos que empleamos, finalizar el presente documento con la siguiente
reflexión: el profesorado, como motor educativo y divulgativo de la historia, es
responsable del cuestionamiento de los orígenes y los propósitos de los estados
europeos, y en el propio currículo de la insistencia en sustentar una identidad
europea bajo un sustrato común romano. Ese pasado común es empleado como
el aglutinante de unos estados cambiantes, en un intento de rescatar de la historia
aspectos que afiancen acuerdos internacionales de apoyo mutuo. De esta manera,
observamos cómo en la actualidad se sigue promoviendo un discurso eurocen-
trista, puesto que la realidad histórica difiere mucho de las pretensiones políticas:
fueron provincias romanas tanto Hispania como la Mauretania o Siria; sin embar-
go, los discursos no destacan este pasado histórico común con los territorios del
norte de África.
No hay más que remontarse a la guerra civil siria para comprobar cómo la
ciudad de Palmira fue empleada como arma arrojadiza desde muchos puntos de
vista: por su situación estratégica fue objetivo del Estado Islámico, pero también
fue objeto de destrucción masiva, -incluyendo la ejecución del arqueólogo Jaled
al-Asaad-, como parte de la propaganda para eliminar cualquier pasado que no
encajara con el discurso del DAESH. Fueron multitudinarias las noticias rela-
cionadas con su destrucción, siendo los actos calificados de “crimen contra los
recuerdos”9 y los restos arqueológicos como “tesoros10”. Palmira, ciudad romana,
fue de este modo convertida en un icono de la destrucción patrimonial para Occi-
dente, habiéndose perdido en Siria un dramático coste a nivel humano y cultural.
En resumen, la Historia de los Conceptos no reniega de los términos emplea-
dos en la historiografía. No se trata de borrar su significado, sino todo lo contra-
rio: entender cómo surge este concepto, por qué, cómo se emplea y, si es necesa-
rio, por qué debería dejar de utilizarse para perpetuar el pensamiento asociado a
él. Aunque inocente a primera vista, la romanización es un concepto identitario y
posiblemente capcioso, plural e interesante, que debe ser observado con cautela
y cuyo uso debe ser consciente de sus significaciones y connotaciones históricas.
9 La destrucción de Palmira, un crimen contra los recuerdos | Cultura y entretenimiento | Agencia EFE
10 El antes y el después de la destrucción de los tesoros Palmira por parte de Estado Islámico - BBC News
Mundo
42
Bibliografía
43
II-Fuentes para la enseñanza del concepto de Romanización
FUENTE 1.1
REFERENCIA
Mommsen, T. (1983) [1854]. Historia de Roma. (Vol. VIII). Turner. Pp. 332-341.
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Por qué no se considera la provincia Cisalpina como latinizada hasta que
se les concede la ciudadanía si ya gozaban de derechos y hasta hablaban la
lengua desde hacía tiempo?
44
2.- ¿Por qué es una amenaza para un imperio que los pueblos dominados
gocen de individualidad?
3.- ¿Quién consideras que se beneficia más de la incorporación al Imperio
Romano, éste o la provincia? ¿Por qué?
4.- ¿Qué herramientas puede utilizar un Estado para la dominación de un
territorio? ¿Por qué funcionan?
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 1.2
“La edad del Imperio es el intervalo más largo –de hecho, es el único inter-
valo largo- de paz que aún no ha sido concedida a una gran parte de nuestro
mundo. La larga paz hizo posible el segundo y más duradero logro del Impe-
rio. Las tierras que las legiones resguardaban no estaban simplemente ben-
decidas con la calma. También se les dio una civilización, y esa civilización
tuvo tiempo de enraizarse. El discurso y las maneras romanas se difundieron;
la franquicia política se extendió; se estableció la vida de ciudad; las pobla-
ciones provinciales se asimilaron en una cultura ordenada y coherente. Una
gran parte del mundo se romanizó. […]
Pero el Imperio romano era el mundo civilizado; la seguridad de Roma era
la seguridad de toda la civilización. Fuera rugía el caos salvaje del barbaris-
mo. […] Si hubiese fallado Roma para civilizar, la vida civilizada no habría
encontrado un periodo en el que crecer firme y tenaz, la civilización habría
perecido absolutamente. La cultura del viejo mundo no habría vivido para
formar el fundamento de la mejor cultura de hoy en día.”
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Qué tiene que agradecer la cultura occidental, según Haverfield, al Im-
perio Romano?
2.- ¿Qué se entiende en el texto por romanización?
45
3.- ¿Qué peligro crees que podrían suponer los pueblos dominados, según
esta visión, que él denomina “bárbaros”?
4.- ¿Fue realmente el Imperio Romano un periodo de paz? ¿Por qué entonces
Haverfield quiere dar la imagen de que sí lo fue?
CONCEPTOS VINCULADOS
46
2. Ciudadanía y Romanización
FUENTE 2.1
“Los turdetanos, y especialmente los que habitan junto al Betis, se han con-
vertido completamente al modo de vida de los romanos y ya no se acuerdan
ni de su propia lengua: la mayoría se han convertido en latinos y han reci-
bido romanos como colonos de forma que falta poco para que sean todos
ellos romanos; las ciudades mixtas que se han fundado en la actualidad, Pax
Augusta entre los célticos, Augusta Emerita entre los túrdulos y Caesarau-
gusta en los dominios de los celtíberos, y algunas de las colonias ponen de
manifiesto la transformación de las mencionadas organizaciones políticas. Y
en efecto todos los iberos que han adoptado esta forma de comportamiento
son denominados togati (entre éstos se incluyen también los celtíberos, que
fueron considerados en un tiempo los más salvajes de todos).
[…] Todos los habitantes de las montañas son frugales, beben agua duermen
sobre el suelo y dejan que el cabello les cuelgue hacia abajo a la manera de
las mujeres […] En a cabo certámenes gimnásticos, hoplíticos e hípicos. […]
También utilizan la cerveza; en cambio apenas tienen vino, el que producen
lo consumen rápidamente en banquetes con los parientes. […] Realizan sus
banquetes sentados […] y en el momento de la bebida danzan en coro al son
de la flauta y la trompeta.
[…] Pero su condición incivilizada y salvaje no se ha producido solo por
el hecho de hallarse en guerra, sino también a causa del aislamiento […]
como las comunicaciones resultan difíciles han perdido la sociabilidad y los
sentimientos humanitarios. En la actualidad sufren esta circunstancia en un
grado menor a causa de la paz y de la presencia de los romanos. […] César
Augusto ha puesto fin a las actividades de los cántabros y sus vecinos […]
y Tiberio, que ha sucedido en el poder a aquél, ha situado en estas regiones
un destacamento de tres legiones, [...] y no solo los ha pacificado sino que
incluso a algunos de ellos los ha hecho civilizados.”
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
47
2.- Según el texto, ¿es voluntaria la conversión al estilo de vida romano? ¿Por
qué?
3.- ¿Hay algún elemento descrito en el modo de vida de los pueblos de las
montañas que indique “salvajismo”?
4.- Hoy en día, ¿tú considerarías a los pueblos de las montañas, de forma
objetiva, como salvajes o incivilizados? ¿Por qué?
5.- ¿Cómo crees que podrían los turdetanos convertirse en latinos?
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 2.2
REFERENCIA
Suetonio (1981): Vida de los doce césares. Juventud. Pp. 89, 94.
FUENTE 2.3
“El emperador César Marco Aurelio Severo Antonino Augusto declara: [...]
puedo manifestar mi agradecimiento a los dioses inmortales que me prote-
gen [...] considero, pues, que puedo [...] servir a su grandeza [...] haciendo
48
participar conmigo en el culto de los dioses a todos los que pertenecen a mi
pueblo. Por ello concedo a todos los peregrinos (?) que están sobre la tierra
la ciudadanía romana [salvaguardando los derechos de las ciudades] con la
excepción de los dediticios. Pues es legítimo que el mayor número no sólo
esté sometido a todas las cargas, sino que también esté asociado a mi victo-
ria. Este edicto será [...] la soberanía del pueblo romano”
REFERENCIA
Edicto de Caracalla [212] Papiro Giesen 40, col. 1, traducción de Jaime Al-
var, en Luis García Moreno et al., Historia del mundo clásico a través de sus
textos, 2. Roma, Madrid, Alianza Editorial, 1999, p. 242.
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
Ciudadanía, Esclavitud.
49
FUENTE 2.4
Figura 1 Figura 2
Figura 3
REFERENCIAS
50
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Cuál crees que es el motivo por el que los romanos decidieron construir
un muro defensivo, con el esfuerzo económico y arquitectónico que conlleva,
para separase de las poblaciones del norte?
2.- Como puedes observar, existen yacimientos romanos en las zonas sep-
tentrionales de ambos muros. ¿Considerarías esta zona ya romanizada con la
presencia de yacimientos?
3.- ¿Por qué podría haber construido el emperador Antonino un segundo
muro más al norte además del ya realizado por Adriano años atrás?
CONCEPTOS VINCULADOS
51
3. Discursos nacionalistas
FUENTE 3.1
REFERENCIA
FUENTE 3.2
52
que supo esquivar el roce con los bárbaros del septentrión y que pudo ser
mermada pero nunca sometida, por el acero del belicoso visigodo y burlara
la energía y el talento del más poderoso de los reyes, Leovigildo; aquella
Bizkaya que supo guardar su independencia al precio de la sangre de sus
hijos, venciendo en mil combates al musulmán, al hispano, al galo y al sajón,
aquella Bizkaya, intrépida por mar, fuerte por tierra y temida, aunque pe-
queña, por todas las naciones... hijos de Bizkaya, vedla ya en el siglo XVIII,
intoxicada por el virus españolista, anémica y sin fuerzas para oponerse a
un contrafuero.
[…] Y aquella Bizkaya que tuviera la dignidad de conservarse pura e intacta
en medio de las inmigraciones Ibérica y céltica, y la altivez de despreciar el
fausto del Imperio romano, aquella Bizkaya que supo esquivar el roce con
los bárbaros del septentrión y que pudo ser mermada pero nunca sometida,
por el acero del belicoso visigodo y burlara la energía y el talento del más
poderoso de los reyes, Leovigildo; aquella Bizkaya que supo guardar su in-
dependencia al precio de la sangre de sus hijos, venciendo en mil combates
al musulmán, al hispano, al galo y al sajón”
REFERENCIA
Arana, S. (1893): Discurso leído por Don Sabino de Arana y Goiri en Lara-
zabal (Begoña) el 3 de junio de 1893, pp. 5.
Consultado de https://www.euskalmemoriadigitala.eus/applet/libros/
JPG//052420/052420.pdf
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Por qué Sabino Arana considera que Bizkaya (como él la llama) tiene
más motivos de peso para no formar parte de España que Cataluña? ¿Cuáles
son esos motivos?
2.- ¿Qué tienen en común los contemporáneos de Sabino Arana con las gentes
del pasado? ¿Y nosotros?
3.- ¿Por qué puede ser importante la historia de una región para sus pobladores?
4.- ¿Por qué para Arana es más grande una patria que ha “despreciado el faus-
to del Imperio Romano”?
CONCEPTOS VINCULADOS
53
FUENTE 3.3
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
54
FUENTE 3.4
“Incluso antes de que la Europa actual haya tenido la apariencia con que la
conocemos, el Mediterráneo ha visto, en su bahía oriental, un establecimien-
to de una especie de “pre-Europa”. Egipto, Fenicia, han sido como figuras
previas de la civilización que hemos detenido; vinieron luego los griegos, los
romanos, los árabes, las poblaciones ibéricas. Hemos creído ver alrededor
de esta agua chispeante y carga de sal la multitud de dioses y hombres más
importantes de este mundo: Horus, Isis y Osiris; Astarté y los cabiros; Palas,
Poseidón, Minerva, Neptuno, y sus semejantes […]
Y bien, considero como europeos todos los pueblos que han sufrido a lo largo
de la historia las tres influencias que voy a mencionar.
La primera de ellas es Roma. Por todas partes donde el Imperio romano ha
dominado, y por todos aquellos donde su poder se ha hecho sentir; igualmen-
te por donde el imperio ha sido objeto de temor, de admiración o de envidia;
por todas partes donde el peso de la espada romana se hizo sentir; por todas
partes por donde la majestuosidad de las instituciones y las leyes, donde el
aparato y la dignidad de la magistratura fueron reconocidos, copiados, a
veces igualmente imitados; ahí es donde hay algo europeo. Roma es el eterno
modelo de la potencia organizada y estable.”
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Qué tipo de características señala Valéry como comunes al mundo roma-
no y al europeo?
2.- ¿Serían también características comunes la guerra, el fanatismo o la escla-
vitud? ¿Por qué no se mencionan este otro tipo de características?
3.- ¿Se circunscribe el Imperio romano a lo que hoy entendemos como euro-
peo? ¿Por qué no se considera Egipto europea en la actualidad en base a este
criterio si ha tenido las tres influencias?
4.- ¿Es objetiva la última frase de Valéry? ¿Se te ocurren ejemplos que la
contradigan?
CONCEPTOS VINCULADOS
55
FUENTE 3.5
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Cómo crees que pueden influir los intereses económicos en la interpreta-
ción histórica, según el caso de Veleia?
2.- ¿Con qué intención crees que se falsificaría un resto arqueológico con
ejemplos de lengua vasca en tiempos romanos?
3.- ¿Cómo afecta la existencia de un yacimiento arqueológico romano en
Álava al discurso de Sabino Arana?
CONCEPTOS VINCULADOS
56
FUENTE 3.6
REFERENCIA
Dibujo de Guillén (1974): Historia de España (vista con buenos ojos), fascí-
culo III. Tomado de Ruiz Zapatero, G. (2009): “La divulgación arqueológica:
las ideologías ocultas”, Cuadernos De Prehistoria Y Arqueología De La Uni-
versidad De Granada, 19, pp. 18.
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
57
FUENTE 3.7
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Crees que puede hablarse de España en el sentido de estado moderno tras
la caída del Imperio Romano en el s. V? ¿Por qué?
2.- ¿Es la unidad de la que se habla en la cita exclusiva de la provincia de
Hispania?
3.- ¿Por qué se habla de civilización romana y no de sociedad? ¿Es la Ta-
rraconensis cristiana durante siete siglos? ¿Qué importancia tiene relacionar
religión y civilización?
CONCEPTOS VINCULADOS
58
FUENTE 3.8
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
59
4. Divulgación, educación y difusión
FUENTE 4.1
60
todas las convulsiones y transformaciones de los siglos siguientes, este terri-
torio al norte del Danubio resistió como la última frontera de la romanidad.”
REFERENCIA
FUENTE 4.2
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
61
FUENTE 4.3
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
62
Islamización: observaciones en torno a la complejidad y
necesidad del término
Avicena
Índice
63
I.- Una reflexión en torno al concepto de Islamización
64
sa (Fuentes 1 y 2), así como las transformaciones culturales o socioeconómicas
(Fuentes 3 y 4), aunque en cualquier caso, como veremos, se encuentran interco-
nectadas. Tras ello, los bloques se organizarán en torno a algunas de las grandes
líneas maestras que han dictado nuestro conocimiento del pasado andalusí, entre
ellos el papel del Estado (fuente 5), o la aculturación social (Fuente 7). Por último
se incluirán bloques para entender cuáles son algunos de los problemas derivados
del estudio del Islam desde una perspectiva europea, tanto desde la propia histo-
riografía nacionalista española (Fuentes 8 y 9), y su difícil encaje de una identi-
dad católica con el complejo pasado medieval del territorio peninsular, como de
las estéticas europeas (Fuente 10).
El uso del término Islamización revierte necesariamente a la idea de conver-
sión religiosa. Y efectivamente muchos estudios han empleado el término como
sinónimo de conversión al Islam (Levtzion 1979), o la emergencia de una pobla-
ción musulmana (Eaton 1993). Sin embargo, gran parte del consenso académico
busca en la islamización un proceso más amplio, tanto social como cultural, que
no va necesariamente de la mano con una conversión religiosa.
El propio término de conversión, arraigado en el Cristianismo, y su adecuación
al mundo islámico, ha sido debatido ampliamente. Bajo conversión se entienden
una multitud de fenómenos: desde el abandono de un sistema de creencias para la
adopción de uno nuevo, hasta el sincretismo que adapta algunos valores o prácti-
cas a un nuevo marco. Sin embargo, ninguno de estos fenómenos es sinónimo de
una conversión más ‘auténtica’ que otra, como veremos más adelante.
El reconocimiento de la islamización como un fenómeno más amplio que su
dimensión religiosa no ha llevado a un abandono del estudio del proceso de con-
versión en sí, uno que es tan complejo como difícil de trazar. Uno de los primeros
modelos de conversión en el mundo islámico es el trazado por Richard Bulliet
(1979), que trazaba en las genealogías de distintas áreas del mundo islámico clá-
sico los cambios en la adopción de nombres y patronímicos árabes. El resultado
fue el establecimiento de modelos de curvas de conversión. En estos se medía no
cuánto porcentaje del total de la población se había convertido al Islam, sino el
momento en el que la mayor parte de conversiones al Islam se daban (Harrison
2012). En este sentido, el modelo de Bulliet resultaba en curvas en S, y servía
para ilustrar cuándo existirían mayores incentivos para la conversión religiosa
entre un grupo de la población. Por ejemplo, en el caso andalusí, Bulliet data la
mayor parte de las conversiones para el año 961: esto significa que la mayoría de
conversiones al Islam se habrían dado para ese año, mientras que las conversiones
posteriores fueron a un ritmo menor, a medida que las comunidades cristianas y
65
judías se establecían como minorías con una identidad más interconectada y afir-
mada, sobre todo en entornos urbanos. Si bien los datos que se empleaban eran
parciales, pues veían mayormente la conversión de las élites, este modelo fue
muy influyente en estudios posteriores, que con reservas o matices, tendieron a
aceptarlo como la única forma de cuantificar algo tan elusivo como la conversión.
Otros modelos de conversión, de nuevo más teóricos que basados en eviden-
cia, sugerían que, sobre todo en zonas que habrían sido incorporadas al mundo
islámico por medio de conquista, la mayor parte de conversiones se habrían dado
en un primer momento: por ejemplo, a través de la llegada de tropas árabes o
beréberes ya islamizadas, que por medio de matrimonios mixtos contribuyeron
a una primera islamización (Savant 2013). Esto ha llevado en muchos casos a la
equiparación entre islamización y arabización o berberización, entendiendo por
islamización la adopción de pautas culturales específicamente árabes o beréberes.
Sin embargo, el modelo de grupos étnicos de soldados que al asentarse debieron
tomar mujeres locales (Simonet 1891; Zozaya 1998: 100) ha sido ampliamente
debatido, y en el ámbito peninsular la evidencia arqueológica demuestra que pre-
cisamente quienes se asentaron con la conquista fueron familias y en ocasiones
tribus enteras (Prevedorou et al 2010). Aun así, es de esperar que la llegada de
nuevos grupos de población y los matrimonios mixtos también jugasen un papel
importante en una conversión temprana. La conversión estratégica de las élites
para mantenerse en el poder ante un cambio de régimen, o el pago de la yizia por
parte de los dhimmies (cristianos y judíos que vivían en un estado islámico) tam-
bién se han sugerido como elementos a considerar entre las primeras conversio-
nes (Fuente 2). En la Península ibérica la evidencia arqueológica en cementerios
islámicos, o la construcción de mezquitas en ámbitos rurales también muestra
una conversión al Islam desde el propio siglo VIII. Por otra parte, Mikel De Epal-
za (1994), también sugiere una conversión temprana, al menos nominal, por la
desintegración de la estructura eclesiástica en zonas rurales que habría impedido
la renovación de las comunidades cristianas; a esa primera conversión nominal le
habría seguido, lentamente, la islamización de la vida diaria.
66
o la adopción de modelos familiares árabes como la nisba (o genealogía tribal).
En este sentido, la islamización agruparía otros procesos como la arabización: el
aprendizaje de la lengua árabe, que es al fin y al cabo la lengua de la Revelación
coránica. Sin embargo, la adopción de lengua árabe no va tan unida a la conversión
como pudiera parecer: en la Península Ibérica la arabización precede en muchos
casos a la conversión, y el árabe se convierte en una lengua franca también para las
élites cristianas y judías tanto dentro como fuera del dar al-Islam. En Persia, o en la
India, la islamización no lleva a la adopción de la lengua árabe, sino que las lenguas
previas se mantienen, con cambios en el sistema de escritura o el vocabulario.
Por otro lado, la islamización de una sociedad influye también en las costum-
bres y sistemas de pensamiento independientemente de la conversión (Griffith
2001), como podemos ver en los grupos cristianos y judíos que habitaron, o habi-
tan, en sociedades de mayoría musulmana. Por ejemplo, la obra del filósofo judío
Maimónides no puede ser comprendida sin ver las influencias de la filosofía o la
jurisprudencia islámica (Pessin 2016). El empuje de un sistema de gobierno islá-
mico, de una ley islámica y, en casos como la Península ibérica, Egipto o Siria, el
árabe como lengua de gobierno, lleva a estas sociedades a estar integradas como
sociedades islamizadas. Este proceso puede verse en el empleo de cristianos, o
judíos en la burocracia estatal. Los complejos procesos por los que muchas pautas
sociales se islamizaron contribuyeron a erosionar los marcadores entre los distin-
tos grupos religiosos, con poblaciones mozárabes y judías que navegaban un sis-
tema de significados islamizado. Esto, por su parte, podía llevar a unos mayores
incentivos para la conversión religiosa, como encontramos en el caso de Egipto
donde para el siglo IX las diferencias suntuarias entre cristianos y musulmanes
habría desaparecido (Wood 2015), eso significa que la islamización social habría
precedido a la religiosa, y no a la inversa.
Algunos autores han buscado soluciones a este problema, dependiendo en
gran parte de las circunstancias particulares de su región de estudio. Por ejemplo,
Eduardo Manzano (2010) reserva el término islamización para la conversión re-
ligiosa, mientras que emplea el término arabización para la adopción de patrones
culturales distintivamente árabes entre los que se incluye la lengua. Uno de los
problemas ante esta opción es que, si bien no hay una estricta correlación entre
adopción de la lengua árabe y la conversión religiosa, sí encontramos ejemplos
que evidencian ambas (Fuente 3), por los cuales la enseñanza del árabe era, en sí
misma, una práctica de aprendizaje religioso.
La separación entre lo social y lo religioso podría permitir hasta cierto punto
entender la variabilidad interna dentro de la amplitud del mundo islámico, y las dis-
67
tintas realidades que se encuentran en él. Una solución frecuente a esta diversidad
de «Islams» ha sido distinguir entre la norma (lo religioso) y la heterodoxia (el poso
cultural) que crea variedades locales de ese mismo Islam. Sin embargo, esta divi-
sión entre lo cultural o social y lo explícitamente religioso, no es una que se aplique
al mundo medieval, y tampoco al mundo islámico en el presente (Insoll 2004). La
idea de lo religioso como la esfera privada de la creencia personal, frente a la esfera
pública de las pautas sociales o culturales, es un desarrollo propio de la moderni-
dad (Asad 1993). Por tanto estas divisiones entre una islamización religiosa y una
social siempre van a obstruir nuestra comprensión de la construcción de sociedades
islámicas. Esto tal vez podría resumirse en la frase, ahora ya casi un cliché, de que
el Islam no es una religión, sino un modo de vida (Watt 1968: 3), aunque lo mismo
podríamos decir del cristianismo en muchos otros contextos.
Es por ello por lo que la definición de la islamización como un proceso más
amplio y complejo que la conversión, que conlleva transformaciones a un nivel
también social y cultural no siempre vinculado a la identidad religiosa, es tal
vez la más aceptada. Sin embargo, ahí parece terminar todo consenso. Por un
lado, el reconocimiento de estas implicaciones culturales del término islamiza-
ción requiere la definición de cuáles son estas pautas culturales, y qué es lo que
las hace islámicas. Por supuesto, hay ejemplos que podrían definirse fácilmente
como islámicos sin mucho debate: por ejemplo la extensión de escuelas legales
que derivan su legitimidad de la interpretación de la Revelación coránica (Fuente
6). La proclamación de la escuela malikí como la doctrina oficial del califato de
Córdoba podría verse como parte de esa islamización, si bien esa misma escuela
llevaba tiempo expandiéndose sin una adscripción oficial.
Otros ejemplos que a primera vista podrían parecer evidentes en su carácter islá-
mico, como pueda ser la expansión de lápidas con inscripciones de suras del Corán
(Fuente 4.1) fueron condenadas por jurisconsultos o teólogos islámicos de la época
como prácticas que iban en contra de la religión (Halevi 2004). Incluso hoy día
encontramos muestras de estas mismas incoherencias. Entre los grupos beduinos
en las zonas rurales de Egipto, las mujeres a menudo ejercen como plañideras, con
expresiones de lamentación e invocaciones a Dios que, para las autoridades reli-
giosas eruditas, son motivo de condena como supersticiones preislámicas o incluso
prácticas no-islámicas. Y sin embargo en dichas lamentaciones expresan una pie-
dad islámica individual y colectiva. ¿Podemos entonces definirlas como islámicas?
¿O debemos verlas como muestras de una islamización incompleta o inadecuada?
Es decir, esta aproximación a la islamización social conlleva riesgos de esen-
cialización del Islam en ciertos valores considerados más auténticos u ortodoxos
68
(más islámicos), a menudo definidos de manera externa. Esto, que podría suceder
en el estudio de otras «-izaciones», como la romanización, es aún más problemá-
tico cuando estamos tratando con una religión viva y mayoritaria. En entender la
islamización como la adopción de valores culturales y sociales islámicos, se crea
la necesidad de definir qué es el Islam, y qué entra dentro de aquello que podemos
describir como islámico.
Si volvemos al registro histórico y arqueológico, y al marco de la Península
Ibérica, encontramos varias aproximaciones a lo que llamamos la islamización
social. Por un lado, autores como Manuel Acién han defendido la islamización
como un proceso vinculado a la expansión del estado omeya, y lo que el propio
autor denominó la Formación Social Islámica (Acién Almansa 1998), marcada
por la hegemonía de lo privado y el mundo urbano. Esta idea de una superes-
tructura ideológica crea baremos por los que medir el éxito, o fracaso, de la isla-
mización social, que a su vez hace ver algunos de los cambios en el registro ar-
queológico casi como un camino dictado hacia un resultado. Podemos ver esto en
ejemplos como la adopción de lo que se ha referido como la casa islámica (o casa
patio árabe). Esta se ha visto como el reflejo de la extensión de ideas islámicas de
privacidad, o modelos islámicos de familia, y por tanto como la materialización
de una “islamización social completa” (Gutiérrez Lloret 2013). En el caso de la
vivienda, si bien estos modelos domésticos nos permiten ver cambios a nivel
social, y distintos valores, entender qué hace a estas formas más islámicas que
otras se vuelve algo más problemático cuando encontramos viviendas similares
a lo largo del Mediterráneo durante la Antigüedad. Por otro lado, en el mundo
islámico (actual y pasado) también encontramos modelos de casas mucho más
variados, sin que ello los haga menos ‘islámicos’.
Otros modelos buscan no la creación de un resultado social concreto busca-
do por unas élites para obtener una sociedad ‘plenamente islamizada’, sino que
argumentan por cambios inmediatos llevados a cabo desde abajo en la organiza-
ción social (Barceló 1995). Por ejemplo por medio de la adopción de modos de
organización tribales. Esto, por otro lado, puede llevar a entender la llegada de un
nuevo grupo como una completa ruptura con otros influjos y sustratos, de forma
que se acaba en el mismo punto: ignorando la variabilidad interna y la adaptación
de estas prácticas pre-Islámicas a un contexto y discurso islamizado. Lo anterior
pierde importancia ante la irrupción de lo nuevo.
Independientemente de los procesos por los que se crean estas sociedades islá-
micas, una cosa está clara, y es que el término islamización requiere de distintas
matizaciones y enfoques para los diferentes contextos a los que se quiere referir.
69
Esto es, según si se quiere estudiar por ejemplo la islamización de una región
que fue conquistada y donde se implantó una entidad política con un gobierno
islámico (tal como al-Andalus), o una región donde el Islam se expandió a través
del comercio (tal como la costa swahili o Mali).
Caben ahora dos preguntas. La primera es si es siquiera posible hablar de una
islamización social sin esencializar lo islámico en algunos rasgos y parámetros
(muchos de los cuales, como veremos, provienen de un poso orientalista) que sir-
van como indicadores del avance o retroceso de ese proceso. La segunda es, dado
los problemas que plantea esa misma esencialización, y que estamos constante-
mente empleando el término para describir procesos sociales a menudo alejados
de un significado religioso, ¿qué es ‘islámico’ de la islamización?
En tratar de definir lo que una sociedad islámica es, la tendencia a buscar va-
lores que definan una ortodoxia puede estar peligrosamente mediada por tópicos
y asunciones con un marcado carácter orientalista (Said 2003) resultantes del
encuentro colonial moderno con el mundo islámico. Particularmente en aspectos
como la posición de la mujer en el Islam, o la regulación del espacio público y
privado, el interés de los orientalistas europeos del siglo XIX (Fuente 10) ha in-
fluido en la creación de modelos de formaciones sociales islámicas u orientales
(Guichard 1998) donde muchos de estos valores de lo que se percibía como lo
que el Islam es, en una forma más destilada, acababan sirviendo de marcadores
para los procesos que pudieron llevar, o no, a esos mismos modelos en el pasado.
Es decir, de una islamización en términos unívocos o teleológicos. Por ejem-
plo, se veía la sociedad andalusí como más europea y menos islamizada bajo
argumentos como la mayor libertad de algunas mujeres (Fuente 8) si bien estas
afirmaciones solían venir de evidencias limitadas de las élites omeyas. En este
sentido, el término islamización seleccionaba algunos aspectos como esenciales
del mundo islámico, y los empleaba como vara de medir para el proceso de isla-
mización en sí. En este proceso circular estos mismos tópicos y estereotipos del
mundo islámico se acababan reafirmando como válidos.
Este problema no debe necesariamente llevarnos a un abandono del término
islamización, sino a otro enfoque en el que entendamos estas transformaciones
como procesos de creación de significado. Los actos y prácticas por los cuales
algo es adaptado a un marco islámico, o se le da significado en términos islámi-
cos. El estudioso del Islam Shahab Ahmed (2016) pone el foco en estos procesos
70
de creación de significado como Islam. Son las comunidades e individuos los
que crean estos significados. En este sentido, el Islam sería una participación y
relación hermenéutica con la Revelación en todas sus dimensiones, incluyendo la
premisa de la Revelación (la Verdad) y el producto de la Revelación (el Corán).
Más interesante para el estudio histórico de la islamización sin embargo es el
tercer elemento de esta relación hermenéutica: lo que Ahmed llama el con-Texto.
Este es el conjunto de epistemologías e interpretaciones dadas a los elementos
externos a esa Revelación, y que por medio de esa misma relación hermenéutica
adquieren significado en términos islámicos.
En este sentido, la islamización sería un proceso continuo ya que el Islam sería
constantemente producido por la comunidad de creyentes. La aparente paradoja
de que no podemos definir un único Islam, o una práctica como más islámica que
otra dentro de una diversidad, como hemos visto, se convierte en un elemento
central en la constitución del Islam. La contradicción es inherente tanto a la Re-
velación misma como a la creación de significados. En ese sentido, si volvemos al
ejemplo de las plañideras beduinas en Egipto, tanto los lamentos excesivos de las
plañideras como la falta de aprobación de las autoridades religiosas que lo juzgan
como desviaciones o vestigios supersticiosos, son realidades islamizadas. Son
islámicas en su incoherencia porque su valor, y su significado (de los lamentos
o de la condena moral) se crea en relación con la Revelación, en su valor como
islámico.
La contradicción es también parte del Corán mismo. Las suras fueron revela-
das a lo largo de décadas, y el texto en sí no fue puesto por escrito en su forma es-
tandarizada hasta el califato de Uthmān (24-35 H/644-655 d.C.). Incluso aspectos
que se han sugerido más a menudo como una definición de lo que sería el núcleo
o principios básicos del Islam, tal como los llamados ‘Cinco Pilares’, no fueron
definidos de manera inmediata. Encontramos inconsistencias en cómo definir al-
gunos de estos pilares a lo largo de la época islámica temprana (Hawting 2006).
Si bien varios de los principios de los Pilares pueden encontrarse en el Corán,
estos no fueron definidos durante la vida de Mahoma, y aún durante el periodo
medieval encontramos diferencias en la definición de estos pilares, que tomaron
la forma ‘clásica’ que hoy conocemos a lo largo de la Edad Media.
Y es precisamente en el estudio de esa creación de significado que podemos
entender las tensiones entre esas aparentes contradicciones, entre la construcción
legal o religiosa del significado del Islam y las prácticas y los significados islámi-
cos construidos desde la heterodoxia, desde lo torcido o lo cotidiano. Y podemos
entender esas tensiones y contradicciones aparentes como islamizaciones en sí
71
mismas. Esto incluye no sólo la migración de nuevos grupos de población, o
la adopción de la lengua árabe, o la adopción de modos de filiación tribales, es
decir, de esa ruptura o novedad. También incluye la continuidad y supervivencia
de modos pre-islámicos, que reciben ahora un significado en un contexto islámi-
co. Un ejemplo de esto sería la deposición de jarritas a la cabeza o los pies del
difunto que se encuentra en varias maqbara (cementerio islámico) a lo largo de
la Península, y que está documentada como una práctica funeraria en la Hispania
tardoantigua y visigoda. Esto no sería tanto la supervivencia de la romanización,
porque no habría algo que hace a esas prácticas romanas, o islámicas, en sí. En
cambio, estamos hablando de que estas prácticas, que podríamos pensar como
nativas, se incluyen ahora en una nueva red de significados, por las cuales el valor
de estas prácticas ahora se deriva de su vinculación con un contexto islámico, en
este caso un enterramiento que, a todas luces, sigue los ritos que tradicionalmente
se marcan como ‘ortodoxos’.
En este sentido, la islamización no es un proceso estático o que lleva a un
final, a una islamización completa. Sino que es un proceso constante, continua-
mente repitiéndose, expandiéndose o contrayéndose a través de la historia y de
las distintas sociedades. En este sentido, la islamización no estudiaría un texto,
una casa, o una cerámica islámica, sino las formas en las que a dichos documen-
tos históricos y arqueológicos se les da significado en términos de Islam.
72
de la conquista islámica o las entidades políticas islámicas. En su lugar enseñar
la islamización misma como proceso pueda tal vez reconciliar algunos de los
aspectos más antagónicos del pasado islámico. Es llamativo cómo en el currícu-
lum académico de algunas comunidades autónomas, como Castilla-La Mancha
se enseña periodos como el romano desde el punto de vista de su transformación
cultural y social (a través de la enseñanza de la romanización), pero para el perio-
do andalusí la enseñanza gira en torno a las distintas entidades políticas (emirato,
califato y reinos de taifa). Esta aproximación impide en muchos sentidos enten-
der las transformaciones culturales y sociales que supuso la conquista islámica
(Fuente 7) en la longue durée, algo que enlaza con esa misma acotación temporal
(el paréntesis en un desarrollo histórico determinado) desde la que a menudo se
ha querido ver el pasado islámico.
El poso que al-Andalus dejó en la Península puede verse en muchos aspectos de
la cultura actual: desde influencias musicales o gastronómicas hasta vocabulario.
Algunos de estos posos incluso se han empleado históricamente para la creación
de España como ‘Otro’ exótico en plena Europa, particularmente por viajeros ro-
mánticos y durante el auge orientalista de finales del siglo XIX (Fuente 10), pero
también durante las campañas turísticas del gobierno franquista de los 60 bajo
el eslogan «Spain is different». Sin embargo, más allá de vestigios o posos que
pudieran pasar como anecdóticos, la supervivencia de muchos de estos elementos
no puede entenderse sin comprender cómo funcionó la islamización a un nivel
social, más allá de la islamización como una política del Estado para organizar
la vida de sus ciudadanos. Sólo entonces podemos entender cómo muchas pautas
culturales andalusíes se expandieron entre la población no musulmana, y cómo
sobrevivieron tras la caída del último reino musulmán en la Península.
En este sentido, la conquista islámica de la Península y la desintegración del
reino visigodo llevó a una serie de transformaciones, favorecidas por el asen-
tamiento de nuevos grupos, así como la introducción de nuevos cultivos o la
integración de la Península en nuevas redes de comercio a lo largo del Medite-
rráneo, La adopción de nuevos modos de organización familiar, tales como la
filiación islámica incluso entre la población mozárabe (Fierro 2005), favoreció la
adopción de nuevos patrones culturales. Uno de los mecanismos por los que esto
se llevó a cabo fue por medio de la walā o la clientela asociada a linajes árabes
(Fuente 2.2). Patrones similares también se llevaron a cabo entre las comunida-
des campesinas. Estos nuevos modos de organización permitieron la creación de
estructuras cuyo funcionamiento era entendido y manejado por sus relaciones con
el mundo islámico.
73
Para entender esto, pongamos el ejemplo de la irrigación, que ha sido bien estu-
diada, sobre todo en la zona del Levante y de la Vega de Granada (Martín Civantos
2009). Estudios como el de Pierre Guichard (1998) en el Levante argumentaron
por una tribalización local, presente incluso en la toponimia de muchos lugares que
recibieron el prefijo de Beni- (“los hijos de”), como podemos encontrar en Benicas-
sim, Benimaclet, etc. Esta tribalización se expandía a medida que las comunidades
campesinas (tanto nativas como recién asentadas) se adaptaban rápidamente a un
nuevo entorno. Aspectos como la irrigación y el mantenimiento de nuevas formas
de cultivo pasaba a hacerse por medio de una organización segmentaria, en la que
recursos limitados, como el agua, se organizaban por medio de estos sistemas de
autoridades tribales y clánicas, regulando el acceso de acuerdo a las necesidades
vecinales. Este tipo de modos de organización facilitaron la supervivencia de prác-
ticas sociales y culturales islamizadas incluso después de la conquista cristiana.
Algunas pruebas de ello encontramos entre las poblaciones mudéjares del Levante,
y la administración de los regadíos, que sobrevivió a través de sistemas de acequias
y fue adaptado posteriormente en organismos como el Tribunal de las Aguas.
La conversión forzosa de los moriscos no desintegró estas comunidades, como
evidencian las protestas de la Corona ante una población que no abandonaba sus
costumbres, proceso que culminó en los decretos de expulsión. Sin embargo,
estamos ante un proceso de larga duración, en el que la islamización, es decir, la
creación de significados en términos islámicos, era repetida continuamente por
estas comunidades, tanto bajo un Estado islámico como siendo minorías en un
reino cristiano. Esto es, la islamización no es un proceso único y con un final, sino
que son las continuas islamizaciones (Carvajal 2013) las que permiten que estas
prácticas culturales, o la cultura material, adquiera significados concretos y ma-
nifestaciones concretas. Muchas de estas fueron expandidas y adaptadas por estas
mismas comunidades desde los niveles más bajos, resignificadas y reinsertadas
en otras pautas culturales incluso después de la expulsión de los moriscos. Y
aunque la creación de significados de estos vestigios, desde el mantenimiento de
acequias hasta el turrón ya no fuera en términos islámicos, y algunos fueran cons-
cientemente cristianizados, en el estudio de su transcurso histórico la importancia
de haber sido islamizados, o entendidos como islámicos, no puede ser ignorada.
74
y europeo ha tenido relaciones ambivalentes con el mundo islámico, y continúa te-
niéndolas a día de hoy. En su mayoría, estas parten de la esencialización del Islam y
las culturas islámicas, en las que la creación de un bloque pretendidamente coherente
y atemporal del Otro sirve como antagonista y antítesis de la cultura Occidental. La
confrontación religiosa que pudiera invocarse en momentos concretos a lo largo de
la Edad Media dio, con la modernidad, en la creación del sujeto islámico y colonial.
En España, el propio pasado islámico del solar peninsular se llevó por una doble
vertiente: una exotización orientalizante, sobre todo desde el imaginario europeo del
siglo XIX, y un incómodo encaje del pasado andalusí. Por un lado, como la antítesis
de la esencia española que se habría afirmado con la Reconquista (ver capítulo en este
mismo libro), por otro como un excepcionalismo que habría permitido el desarrollo
de un Islam más civilizado o europeo (Fuente 8.1).
Este esencialismo, aunque haya podido ser más matizado, no ha sido abando-
nado de manera radical. Por ello, no debe sorprendernos la (re)aparición de dis-
cursos públicos y políticos que vuelven a crear una entidad coherente y antagóni-
ca en el Islam. Una que a menudo apela a adjetivos como bárbaro o medieval, que
se asientan sobre ideas del Oriente indolente e incapaz de cambio. Esta tendencia
debe subvertirse por medio de la reflexión y la labor educativa. Por un lado, es
importante que realidades y procesos sociales de larga duración en la historia pe-
ninsular no se excluyan de las aulas por mero interés identitario. Y por ello se han
de incluir conceptos como el de islamización junto a otros como romanización
o cristianización. Por otro, debemos enseñar estos conceptos desde un punto de
vista no-esencialista, uno que entienda las incoherencias internas como parte del
mismo proceso, uno en continua repetición y variación.
Bibliografía
75
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77
II – Fuentes para el estudio de la islamización
FUENTE 1.1
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
78
3.- ¿Qué importancia tiene la invocación de Alá y Mahoma a lo largo del
tratado? ¿Qué papel cumplen? ¿Cómo afecta esto al reconocimiento de la
nueva religión?
4.- ¿Qué obligaciones se imponen a Teodomiro y sus siervos?
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 1.2
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿En qué momento de la conquista fue acuñada esta moneda? ¿Cuáles pue-
den ser algunas de las causas para acuñar moneda durante una conquista?
2.-¿Qué nomenclaturas se da al territorio? ¿Qué lenguas se utilizan en el texto
de la moneda?
79
3.- ¿Qué diferencias hay entre uno y otro lado? ¿Son ambos textos una simple
traducción del otro?
4.- ¿Qué diferencias gráficas podemos ver entre uno y otro lado? ¿Por qué se
incluiría una mención a Dios y al Profeta?
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 1.3
«En breve, ‘Abd al-Raḥmān I fue consciente del amplio conocimiento que el
príncipe visigodo [Arṭubās] tenía de la población indígena, por lo que le res-
tituyó 20 de sus antiguas fincas y lo designó qūmis “conde” de al-Andalus,
siendo Arṭubās el primero en lograr dicha dignidad. Ibn Ḥayyān, transmiti-
do por Ibn al-Jaṭīb, describe las atribuciones de este conde: se trataba del
za’īm ‘aŷam al-dimma “jefe de los cristianos de la dimma” y trabajaba como
mustajriŷ jarāŷi-him “extractor del jarāŷ de ellos [de los cristianos]” para
el emirato. En definitiva, la confiscación omeya convirtió al otrora gran te-
rrateniente indígena en uno de los principales coordinadores de la hacienda
andalusí.
El dominio omeya sobre las fincas de Arṭubās se enmarca en un contexto de
mediados del siglo IIh./VIII en el que los árabes estaban logrando una rele-
vancia mayor en el campo andalusí. Precisamente, algunos líderes militares
árabes estaban obteniendo la propiedad de tierras que hasta entonces habían
pertenecido a aristócratas de origen visigodo. Uno de los medios por los que
adquirieron tierras fue la donación, caso de la que Arṭubās hizo a 10 jefes
de los ejércitos sirios en forma de 100 ḍiyā “fincas”. Otro de los mecanis-
mos más exitosos fue el matrimonio entre hombres árabes y mujeres de la
aristocracia indígena: gracias al sistema de parentesco agnaticio árabe, las
propiedades de la familia indígena eran heredadas por el linaje arabomusul-
mán del varón. P. Chalmeta plantea que el régimen tributario de cada tierra
se determinó por la religión que había tenido su propietario primigenio. En
este sentido, E. Manzano sugiere que las tierras que cristianos vendieron,
donaron, o dejaron en herencia a árabes musulmanes continuaron sujetas al
pago del jarāŷ “impuesto sobre la tierra”.»
80
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
81
2.- Conversión y asentamiento
FUENTE 2.1
«... dando órdenes estrictas de que todo el mundo debería ir a su propio país
o aldea y a casa de su padre, y de que todo el mundo debería ser registrado
con su propio nombre y el de su padre, junto con su viña, olivos, ganados,
hijos y todo cuanto le perteneciera. Desde ese momento la capitación [sir.
gezita] comenzó a ser impuesta sobre los cráneos de los varones adultos. A
causa de esto, todo tipo de males comenzaron a brotar sobre la comunidad
cristiana. Los anteriores gobernantes habían percibido el impuesto sobre la
tierra [sir. Maddātō] y no sobre los varones adultos. A partir de entonces los
hijos de Hagar [es decir, los árabes] comenzaron a someter a los hijos de
Aram a la esclavitud egipcia. Pero es nuestra propia culpa: puesto que pe-
camos, los esclavos se han convertido en nuestros señores. Éste fue el primer
censo [ta’ddil] que hicieron los árabes.»
REFERENCIA
Crónica de Zuqnīn (775 d.C) relatando el censo ordenado por ‘Abd al-Malik
en el año 691/692. En Hespel R. (trad. Y ed.) Chronicon Anonymum Pseu-
do-Dionysianum, Corpus Scriptorum Orientalium, Lovaina, 1989, p. 116.
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Qué cambio relata el texto? ¿A quién culpa el autor de este cambio?
2.- ¿Qué tipo de males pudieron brotar sobre la comunidad cristiana?
3.- ¿Qué implicaciones puede tener que un impuesto pase de ser sobre la
tierra a sobre la capitación? ¿Afecta esto al pago de la yizia?
4.- ¿Por qué este tipo de impuesto no habría sido llevado a cabo antes? ¿Qué
papel juega un documento como el censo [ta’ddil] en esto?
5.- ¿Por qué se compara este cambio administrativo con la esclavitud egipcia?
¿En qué posición coloca a árabes y cristianos?
CONCEPTOS VINCULADOS
82
FUENTE 2.2
REFERENCIA
Lorenzo Jiménez, J. El valle del Ebro a través de los Banû Qasî, en P. Sénac
(dir.) Villa 3 Histoire et archéologie des sociétés de la Vallée de l’Èbre (VII-
XIe siècles). Tououse: Presses universitaires du Midi pp. 209-231. (p. 214).
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
83
FUENTE 2.3
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Qué ritos se impone para realizar la conversión en el texto? ¿Qué acepta
hacer el converso? ¿Qué rechaza?
2.- ¿Cuáles son las condiciones para que la conversión sea legal?
84
3.- En épocas anteriores no encontramos la conversión siendo validada de
manera legal, sino comunal, ¿qué implica la creación de formularios y con-
diciones legales para la conversión? ¿Qué papel cumplen estos formularios?
4.- ¿Qué diferencia supondría una conversión temprana, sin este tipo de
formularios, y una sellada legalmente?
CONCEPTOS VINCULADOS
85
3.- Arabización
FUENTE 3.1
REFERENCIA
86
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Cuál es el soporte utilizado para esta inscripción? ¿Qué función puede
cumplir este soporte frente a otros como el pergamino, el papel o la piedra?
2.- ¿De qué busca refugio el emisor? ¿Y de quiénes? ¿Quién es, de acuerdo al
texto, el garante de esa protección?
3.- ¿Es este un texto que sólo debe ser escrito?
4.- ¿Qué puede significar que un texto coránico aparezca escrito en un mate-
rial como este?
5.- El texto apareció empotrado en el interior del muro de una cocina en una
casa mediana, ¿quién pudo haber escrito el texto? ¿Qué implicaciones puede
tener esto?
CONCEPTOS VINCULADOS
87
4.- Islamización y comercio
FUENTE 4.1
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Qué distancia aproximada recorrió esta estela desde su producción hasta
su lugar de uso? ¿Qué rutas pudo seguir?
2.- ¿Qué unía a ambas regiones?
3.- ¿Cuáles pueden ser algunos de los motivos para la movilización de recur-
sos para importar este tipo de estelas? Esta estela fue importada por orden
de uno de los monarcas de Gao, ¿qué papel cumple esta importación? ¿Qué
función puede tener el material, o la inscripción?
4.- ¿Cómo se relacionan este tipo de estelas con los ritos fúnebres? ¿Se ha
dado un nuevo significado a un objeto suntuario? ¿Habría una relación entre
los ritos fúnebres seguidos en el lugar de producción de la estela, y los que
seguirían en el lugar de recepción?
88
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 4.2
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Qué motivos se reflejan en las cerámicas? ¿A qué tipo de paisaje hacen
referencia?
2.- ¿Qué tipo de comercio era necesario para la producción y transporte de
estas piezas? ¿Qué zonas del mundo estaban comunicadas?
3.- ¿Afectan las características físicas de estas vajillas al desarrollo de
prácticas concretas, como la forma de comer? ¿De qué maneras?
89
4.- ¿Qué implicaciones podría tener para el poder de la corte de Córdoba el
uso de este tipo de objetos? ¿Cómo influía su contexto de producción en el
contexto de uso? ¿Tenían un valor concreto por venir de donde venían?
5.- ¿Se te ocurre algún ejemplo actual de objetos de prestigio por su contexto?
CONCEPTOS VINCULADOS
90
5.- Islamización y Estado
FUENTE 5.1
«Bien te cuadra la pobreza, así como las riquezas te ensoberbecen, porque nun-
ca las has conocido, ni a ellas te encuentras acostumbrado. ¿Qué fue tu padre
sino uno de los más innobles secuaces de Ibn Ḥaȳȳāȳ y qué has sido tú sino
un vendedor de jumentos en Sevilla? Os acercasteis a mí y os he acogido y
amparado; te he ennoblecido y hecho rico y nombré visir a tu padre y le di el
mando de mi caballería y el gobierno de mi mejor frontera. Y, sin embargo, no
has ejecutado mis mandatos, has hecho poco caso de mí y aspiras con todo al
califato. ¿Por qué razón y en virtud de qué título de nobleza (ayy nasab)? Por
vosotros dijo el poeta:
Sois unos hombres despreciables y no puede compararse el lino con la seda
Si sois de la tribu de Qurayš, buscad esposas entre los Qurayšíes
Mas si sois coptos de Egipto, ¿por qué tales pretensiones?
Pues, ¿tu madre no fue Ḥamdūna la hechicera? ¿No fue tu padre el leproso? Tu
abuelo ¿no fue portero de Ḥawṭara b. ‘Abbās y hacía soga y estera en su portal?
Maldígate Dios y maldiga a quienes nos han engañado indicándonos que te to-
máramos a nuestro servicio. Infame, leproso, hijo de un perro y de una perra ...»
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Por qué está Abderramán condenando al receptor de la carta? ¿Cuál era
su relación previa?
2.- ¿Qué utiliza el califa para condenar al receptor? ¿A qué elementos y
personas apela, y con qué calificativos?
3.- ¿Qué papel juega la mención de la tribu? ¿Por qué habla de los Quraysies,
la tribu de Mahoma?
4.- ¿Cómo enlaza el ascenso, y caída, del receptor de esta carta con el concepto
de clientela? ¿De quién dependía la posición del receptor?
CONCEPTOS VINCULADOS
91
FUENTE 5.2
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
92
6.- Islamización y ordenación religiosa
FUENTE 6.1
«Han aprendido los saberes [religiosos] para poseer, por sus controversias
sobre ellas, las primeras funciones y los mejores puestos en los consejos.
Se han desprendido de los bienes de este mundo hasta el momento en que
encuentran una ocasión propicia para apoderarse de los bienes de las mez-
quitas y de las iglesias»
REFERENCIA
Poema de Ibn Jafāŷa (m. 533 H/ 1138 d.C.) sobre los ulemas. En Pérès, H.
(1983) Esplendor de al-Andalus. La poesía andaluza en árabe clásico en el
siglo XI. Madrid: 445.
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 6.2
93
ción, entonces su testimonio no es válido» ... Se le preguntó a Saḥnūn: No se
le puede disculpar al que está en al-Andalus teniendo en cuenta la duración
del viaje y el mar que existe entre ellos. Contestó Saḥnūn: «… no creo que
se le pueda disculpar de hacer la peregrinación aunque esté en al-Andalus»
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Cuál es el objetivo de esta consulta? ¿Qué quiere saber con sus preguntas
el hombre?
2.- ¿Qué se impone como necesario para la validez del testimonio? ¿Cuáles
son algunas de las condiciones que se plantean como excepción para no
cumplir esas condiciones?
3.- ¿Qué significa esta relación entre la fe, la demostración y praxis de la
misma, y la validez legal? ¿Cómo afecta esto al sistema de creencias de la
población musulmana?
4.- ¿Qué implicaciones tiene que estas condiciones estén sugeridas para
aceptar la validez del testimonio? ¿Qué supone que la fiabilidad dependa de
la fiabilidad del carácter como creyente?
CONCEPTOS VINCULADOS
94
7.- Islamización como aculturación
FUENTE 7.1
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Contra qué protesta Álvaro de Córdoba? ¿Cuáles son algunos de los
rasgos que señala para alertarse?
2.- ¿Qué actitud muestra el escritor? ¿Cuáles son algunas de las causas para
su alarmismo?
3.- ¿Podríamos pensar en esos jóvenes cristianos como aculturados en un
contexto que es ajeno para Álvaro de Córdoba? ¿Qué tenían en común el
escritor y esos jóvenes?
4.- ¿Implica la adquisición de esas nuevas costumbres, lengua y cultura la
pérdida de otras? ¿Implica eso una pérdida de identidad o una transformación
de la misma?
CONCEPTOS VINCULADOS
95
8.- Islamización e indigenismo
FUENTE 8.1
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿En qué rasgos define el autor el elemento indígena? ¿Qué clase de adje-
tivos utiliza para calificarlo? ¿Qué adjetivos usa para calificar a otros pueblos
y razas?
2.- ¿Qué poder otorga el autor al elemento indígena frente a la llegada de los
musulmanes? ¿Qué papel tiene el elemento árabe, bereber o islámico en la
Península de acuerdo al autor?
96
3.- ¿Considera el autor cómo se da el cambio a través del tiempo? ¿Qué papel
cumplen estos valores atribuidos a pueblos en el texto?
4.- ¿Por qué y cómo diferencia a los musulmanes españoles de los orientales?
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 8.2
97
FUENTE 8.3
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿De qué evento está intentando informar el titular de periódico? ¿Qué
respuesta está intentando dar? ¿Es una defensa de los hechos o una condena?
2.- ¿Qué elementos está mezclando el mismo titular? ¿Qué sentido puede
tener mezclar la sangre, o la etnia, con la identidad religiosa?
98
3.- El texto muestra la proclamación de Abderramán III como califa, ¿qué titu-
lo pide que se utilice para referirse a él? ¿Qué justificación encuentra para su uso?
4.- ¿De dónde proviene su poder? ¿A qué se debe la continua apelación a
Dios?
5.- ¿Qué papel cumple la religión en la forma que Abderramán III tiene de
presentarse, ante sí mismo y ante sus súbditos? ¿Importa aquí su sangre o sus
rasgos físicos heredados de su madre vascona? ¿Importa por otra parte su apellido
o filiación como miembro de la familia omeya?
CONCEPTOS VINCULADOS
99
9.- Islamización y pervivencia
FUENTE 9.1
“Paramos cada día peor y más maltratados en todo y por todas vías y modos,
ansí por las justicias seglares y sus oficiales como por las eclesiásticas; y
esto es notorio y no tiene necesidad de se hacer información dello. ¿Cómo se
de quitar a las gentes su lengua natural, con que nacieron y se criaron? Los
egipcios, syrianos, malteses y otras gentes cristjanas en arábigo hablan, leen
y escriben, y son cristianos como nosotros.”
FUENTE 9.2
REFERENCIAS
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Qué rasgos señala Núñez Muley como propios de la población morisca?
¿Por qué señala estos y por qué pudieron pervivir?
2.- ¿Cuál es el estado de ánimo expresado por el obispo? ¿Hay algún parecido
con el expresado por Núñez Muley, o los moriscos que menciona el obispo?
3.- ¿Con quiénes compara el primer documento la situación de los moriscos?
¿Qué busca al mencionarlos?
4.- ¿Por qué es la lengua utilizada un motivo de sospecha para los oficiales
eclesiásticos? ¿Qué vínculo hay entre lengua y religión? ¿Cómo ven los
100
oficiales de la justicia eclesiástica y seglar este vínculo? ¿Y cómo lo ve Núñez
Muley?
5.- ¿Qué soluciones propone el obispo? ¿Por qué considera estas soluciones
como las únicas?
6.- ¿Cómo describe el obispo la zona donde viven estos moriscos? ¿Por qué
habitarían este tipo de zonas? ¿Qué les permitiría?
CONCEPTOS VINCULADOS
101
10.- Islamización y el imaginario orientalista
FUENTE 10.1
102
zones evidentes, Oriente siempre ocupaba la posición de un intruso y de un
socio débil de Occidente.»
REFERENCIA
FUENTE 10.2
REFERENCIA
103
FUENTE 10.3
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
104
La Reconquista: conceptualización de un mito. Reflexiones y
propuestas didácticas para un concepto en disputa.
Índice
Introducción
El origen de un mito anacrónico. El relato reconquistador al servicio del poder.
La conceptualización del mito. Problemáticas en torno al concepto de Recon-
quista.
Propuesta de debate al aula.
Conclusiones
Bibliografía
105
5.- La imaginería franquista al servicio del mito.
6.- Grandes hitos, grandes mitos
7.- Modelos medievales para una sociedad en la miseria.
Bloque 3: Perpetuando el anacronismo: La pervivencia del concepto de Recon-
quista en el mundo actual.
8.- Pervivencia del relato nacional católico en el ámbito político
9. Representaciones culturales y pervivencia simbólica de la Reconquista.
Bloque 4. La Restauratio medieval. Visiones, perspectivas y relatos en un proceso
de larga duración.
10.- La glorificación de la victoria militar. El mito de los orígenes.
11.- La perspectiva islámica en torno a la conquista de la península
12.- De la pérdida de España a su salvación. Profecías en torno a la salvatio
hispaniae.
13.- Coexistencia, sumisión y parias. Relaciones entre el mundo cristiano e islá-
mico.
14.- La cruzada hispánica: perspectivas contrapuestas.
15.- Restauratio gothorum: Los Reyes Católicos y el fin del sueño goticis-
ta
106
I.- La Reconquista: construcción y abuso del mito identitario
Introducción
107
carencia de crítica, en los currículos escolares que continúan haciendo referencia
implícita o explícita a la Reconquista. En libros de texto, documentales, videos
de divulgación, novelas, etc.; la defensa y pervivencia del mito de la reconquista
abarca prácticamente todas las facetas de la vida pública y escolar.
Es por este motivo, por su capacidad penetradora y su influencia en la cons-
trucción de la historia nacional y de la concepción del pasado que se difunde entre
los grupos populares, que consideramos de gran importancia que la reflexión y la
crítica en torno a este concepto traspasen la barrera puramente académica y se di-
fundan también en las aulas de secundaria, para poder favorecer que el alumnado
adquiera una metodología de aproximación al pasado más crítica, más consciente
y más amplia, que nos aleje de la amenaza de la que ya nos advertía Marc Bloch
hace más de 70 años.
También pretendemos con estos conceptos traspasar la barrera puramente
académica para acercarnos a la realidad social, al lenguaje cotidiano, que en nu-
merosas ocasiones recurre a la Historia como fuente de legitimación, de entre-
tenimiento, de aspiración imaginada pero casi siempre lo hace sin la conciencia
crítica y analítica que tiene, o debe tener, quien quiera acercarse al estudio del
pasado.
En las siguientes páginas intentaremos plantear de manera sintética los princi-
pales problemas que surgen al tratar de utilizar, o no, el concepto de Reconquista,
comenzando, como debería hacerlo toda reflexión histórica, por el debate histo-
riográfico existente, siguiendo por los principales significados y usos que se han
dado al concepto, sus limitaciones, sus abusos y manipulaciones, es decir, tratar
de situar el concepto para comprender cómo surge, cómo se instrumentaliza y qué
peligros existen tras este tipo de relatos.
El objetivo de esta propuesta es doble, facilitar al profesorado de secundaria
o de los primeros niveles universitarios un corpus de fuentes que permita realizar
una propuesta históricamente crítica del concepto de Reconquista, tratando de
aportar al alumnado la capacidad de cuestionar los relatos hegemónicos y de-
tectar las manipulaciones, apropiaciones e implicaciones políticas y discursivas
que tiene la Historia como fuente de legitimación y propaganda por parte de las
instituciones y las élites dominantes.
Además, trataremos de presentar una reducida compilación de fuentes medie-
vales que nos permitan acercarnos al periodo histórico en cuestión, a sus múlti-
ples interpretaciones, a las diversas realidades que marcaron el devenir histórico
de la península Ibérica en la época medieval, tratando de desmitificar la tendencia
a la homogenización de la realidad histórica en favor de una mirada más amplia,
108
más compleja, más enriquecedora, que sobrepase los límites de lo estrictamente
descriptivo para adentrarse en el intrigante mundo del análisis retórico y discur-
sivo.
La base misma de nuestro proyecto es la de proporcionar fuentes diversas
en sus formas y en sus intencionalidades para favorecer la inclusión del análisis
documental crítico en las aulas de secundaria. Cabe reconocer, sin embargo, que
nuestra selección se ha visto limitada, no por la carencia de fuentes al respecto,
puesto que existen y son numerosas, si no con la intención de que fuera asequible,
destacando aquellos aspectos que se han considerado más relevantes. Combi-
nando el debate actual en el ámbito público presente los temas y preocupacio-
nes propios del aula. Somos conscientes y animamos, a quienes así lo deseen, a
incorporar las fuentes o referencias que consideren relevantes a este compendio
propuesto.
109
violento con unas connotaciones profundamente negativas, y (re)conquista, una
acción que se relaciona con la recuperación de aquello que se ha perdido, con la
capacidad de seducción, con el afecto, se interrelacionan hasta lograr una asocia-
ción automática entre la pérdida del poder visigótico y la conquista de Granada.
El proceso de asimilación entre la identidad nacional y la reconquista se trans-
mitió de manera progresiva y reiterada a través de la lógica romántica decimo-
nónica y del discurso de la victoria bélica en el siglo XX, más de una centuria
dedicada a la exaltación de un falso histórico con el que colaboraron de manera
interesada e intensa grandes figuras de la historiografía peninsular.
El mito nacional se populariza gracias al esfuerzo simbólico y propagandísti-
co del franquismo, que, a través de las instituciones públicas, el urbanismo y la
educación transmitió esta lógica identitaria, creando una asociación directa entre
el proceso reconquistador y la victoria del bando sublevado durante la guerra.
Contando con la colaboración de una purgada academia y de las instituciones
públicas se llevará a cabo una profunda labor de reapropiación simbólica, a través
de la cuál España habría surgido y alcanzado la gloria gracias a la Reconquista,
así como Franco había logrado recuperar esa gloria gracias a la victoria militar.
La identificación será tal que el régimen asumirá, con ciertas modificaciones,
el escudo de los Reyes Católicos como propio e incluso recuperará parte de ese
misticismo medieval al categorizar la guerra de cruzada y al propio Franco como
caudillo (Rios 2017; Pradas, 2017). La militarización de la vida civil permitirá
múltiples asociaciones simbólicas entre la Edad Media y la contemporaneidad,
con figuras como el Cid o Pelayo se glorificará el esfuerzo militar y la formación
del llamado “espíritu nacional”.
Esta misma maquinaria propagandística en torno a la identidad nacional se ha
mantenido en funcionamiento durante las décadas posteriores al final del régimen.
Sirviendo a los intereses de ciertas élites que han seguido viendo en la Recon-
quista una fuente casi inagotable de referencias simbólicas, relatos, héroes que
utilizar para refrendar sus discursos políticos, argumentarios racistas o campañas
electorales. De esta manera, la historicidad se desvanece en favor del relato, se
somete a un discurso interesado y parcial. La Edad Media se rinde al servicio de
la hegemonía, para fortalecer un discurso identitario caduco, una conciencia de
grupo unitario contraria a la realidad histórica y también a la conformación de los
clases sociales. Se manipula el pasado para difundir el recelo, la desconfianza y
el odio hacia ciertos colectivos que se quedan al margen del relato o se presentan
como “enemigos” de la nación española.
110
La conceptualización del mito. Problemáticas en torno al concepto de Reconquista
111
de ciertos grupos. Tratar de aglutinar este tipo de relatos propagandísticos como
verdades históricas no solo es falaz, es una forma de manipulación de la que se
ha servido el nacionalismo durante los últimos dos siglos para justificar todo tipo
de acciones. No debemos menospreciar los peligros que atañen a la apropiación
y tergiversación del pasado, pues mediante la Historia se han justificado y legiti-
mado todo tipo de atrocidades.
Tan profundamente ha penetrado este concepto en la mentalidad social que
durante décadas los historiadores se han afanado en debatir profunda y reitera-
damente acerca de la continuidad del propio concepto (García Fitz, 2010). Nu-
merosos historiadores como Eloy Benito Ruano (2002), Armando Besga (2011),
o Carlos de Ayala (2020) defienden la utilización del término puesto que resulta
accesible y permite categorizar una cronología y unas coyunturas concretas, la
creación de un discurso de legitimación de la guerra santa peninsular que surge
en el siglo XI. Ante el debate existente algunos de ellos proponen la divulgación
como la forma más eficiente de evitar la manipulación que de él pueda hacerse
(Ayala, 2020). Sin embargo, esta intención divulgativa no ha logrado traspasar
las fronteras de la academia y transmitirse al gran público. A pesar de los esfuer-
zos de figuras como Alejandro García Sanjuan (2016 et al.) Martín Ríos Saloma
(2020 et al.) o Francisco García Fitz (2019), actualmente sigue triunfando la na-
rrativa más conservadora, a través de la referencia directa o simbólica que a este
proceso hacen algunos grupos políticos, así como la novelización del pasado que
se presenta reiteradamente como “la verdadera historia de…” o “lo que nunca te
habían contado sobre…” pero que no representan ninguna novedad en cuanto al
relato, ni cuestionan en manera alguna el discurso imperante.
Poco o nada ha preocupado a los grandes difusores del discurso reconquista-
dor, entre los que se encuentran representantes de los grupos políticos más reac-
cionarios, que las fuentes medievales no hagan referencia expresa a esa teórica
“reconquista11”, sino que, al intentar definir el proceso de expansión frente al
mundo islámico lo más habitual sea encontrar los términos restauratio o salvatio
(Deswarte, 2003), cuya connotación está más cerca del providencialismo que de
la planificación militar y desde luego muy alejadas de una suerte de identidad
nacional o patriótica (Ríos, 2011).
La historiografía medieval concuerda en afirmar que el enfrentamiento entre
cristianos y musulmanes por el control de la península Ibérica fue más opor-
tunista que estratégico, existiendo pocos programas de conquista conscientes y
continuos. Y cuándo estos proyectos existieron lo hicieron en términos provi-
11 Carlos Ayala señala la existencia de dos documentos en los que se puede encontrar la forma
verbal, pero no representan un uso continuado, ni un relato construido en torno a esa terminología.
112
dencialistas, como guerra santa (Ayala, Palacios, Henriet, 2016) o restauratio
(Deswarte, 2003), articulándose en torno a un argumentario religioso. El avance
o retroceso de los espacios de ocupación islámicos y cristianos respondieron de
manera dispareja a las necesidades que coyunturalmente fueron marcando el de-
sarrollo político y territorial de estas comunidades. Así en momentos de debilidad
cristiana, como el final del gobierno visigótico o durante el periodo califal el terri-
torio peninsular estuvo dominado de manera efectiva y amplia por las autoridades
islámicas, mientras que tras la descomposición del califato y en aquellos periodos
de enfrentamiento interno en el mundo andalusí los reinos cristianos pudieron
aprovechar esa coyuntura para ampliar significativamente su territorio.
El cuestionamiento que debemos plantearnos en torno a este concepto no res-
ponde tanto a la problemática del término como descriptor de un proceso medie-
val, puesto que, aunque anacrónico, algunos sectores de la academia aún consi-
deran válido (Ayala, 2020). Si no que reside fundamentalmente en la apropiación
discursiva y la carga significativa que ha adquirido a lo largo de las últimas déca-
das y que ha consolidado la mitificación de un proceso complejo en el imaginario
colectivo, obviando la realidad histórica y el rigor historiográfico, en favor de un
relato cuasi legendario, repleto de grandes hazañas y heroicidades (Ríos, 2021;
García Sanjuan, 2020).
La capacidad seductora del relato es tal que aún en la actualidad encontra-
mos referencias simbólicas y retóricas a este proceso. Por ello, la Reconquista ha
sido utilizada como arma política de manera especialmente intensa en los últimos
años por parte de los sectores conservadores (Manzano, 2020). Ya sea a través
de proclamas islamófobas, racistas o nacionalistas, como de forma simbólica vi-
sitando y glorificando ciertos lugares, monumentos o personajes; la Reconquista
se ha convertido en un elemento cotidiano en el discurso público. Esta manipu-
lación deliberada y consciente del pasado para reforzar una determinada idea de
la identidad y la nación españolas, una “España” nacional, católica, centralizada,
homogénea frente a las reivindicaciones del nacionalismo periférico, la inmigra-
ción, los movimientos sociales o el laicismo que se presentan como “enemigos de
España” o como “amenaza” a una suerte de valores “universales” que ya estaban
presentes en el origen mismo de la nación ha logrado un profundo éxito mediático
(García Sanjuan, 2021).
Es por este motivo por lo que consideramos de vital importancia cuestionar
y criticar este tipo de conceptos anacrónicos. No en vano, debemos recordar que
la labor docente y divulgativa de los historiadores debe pasar por una correcta
interpretación del pasado, una lectura plural, crítica, capaz de detectar la inten-
113
cionalidad que se esconde tras la retórica y el simbolismo. Entender, cuestionar
y desentrañar las motivaciones de las que parte para poder combatir así la ma-
nipulación mediática e institucional, rebatir los discursos malintencionados, las
interpretaciones parciales y los relatos falsamente ornamentados.
114
del califato o con los proyectos militares y políticos de la monarquía de los Reyes
Católicos a fines del siglo XV. Resulta insuficiente, por no decir absurdo y opor-
tunista, reducir el proceso de conformación de los reinos cristianos peninsulares
y la construcción de un poder islámico en el occidente mediterráneo a un simple
enfrentamiento entre “moros y cristianos” que tan profusamente se han recreado
durante décadas en las fiestas populares del levante peninsular.
El primer bloque titulado Historiografías en torno a la Reconquista, se divide
en cuatro apartados que buscan presentar las bases sobre las que se ha fundamen-
tado el debate historiográfico. Partiendo del planteamiento crítico propuesto por
el que probablemente es el mayor especialista en la construcción del concepto, el
profesor Martín Ríos Saloma (2007) (Fuente 1.1), quien nos presenta una serie
de problemáticas en torno al uso mismo del término. Siguiendo con la propuesta
ofrecida por el profesor Carlos de Ayala Martínez (Fuente 2.2) para defender la
continuidad del concepto y su respuesta a las principales críticas que ha recibido
la utilización del mismo. Por último, se incluyen las apreciaciones del profesor
Francisco García Fitz, quien advierte de los posibles sesgos y problemáticas re-
lativas a la manipulación y apropiación discursiva del relato reconquistador que
han tenido lugar en los últimos años.
Una vez sentadas las bases sobre las que se articula el debate historiográfico se
realiza un breve recorrido historiográfico desde el origen del término y sus prime-
ros usos en las Historias nacionales decimonónicas con autores como José Ortiz
(Fuente 2.1), Modesto Lafuente (Fuente 2.2) o el relato generalista de la historia
nacional que hace Francisco Javier Simonet de la conquista de Granada (Fuente
2.3). El objetivo principal de este apartado es presentar y analizar los fundamen-
tos sobre los que en el siglo XX se consolidó el uso historiográfico del concepto,
algo que se plantea en el tercer apartado a través de los grandes nombres de la his-
toriografía nacional quienes sustentaron a través de la investigación y el prestigio
académico el relato identitario del nacionalismo. Se han seleccionado fragmentos
de Marcelino Menéndez Pelayo (Fuente 3.1), Ramón Menéndez Pidal (Fuente
3.2) y Claudio Sánchez Albornoz (Fuente 3.3) al considerarles referentes del ám-
bito académico de inicios del siglo XX.
El último apartado de este bloque incorpora la historiografía que desde la
segunda mitad del siglo XX en adelante cuestionó o criticó abiertamente las pers-
pectivas difundidas por los autores anteriores. Desde los escritos de Barbero y Vi-
gil (Fuente 4.1) que plantearon de manera reiterada, bajo la clara desaprobación
del gran parte de la academia, las limitaciones terminológicas y contextuales de
la noción de Reconquista y defendieron la más que necesaria revisión historiográ-
115
fica del término. Siguiendo con la perspectiva aportada por José María Mínguez
(Fuente 4.2) en los años 90, que plantea a su vez la falta de continuidad exis-
tente dentro de la propia lógica reconquistadora y la necesidad de revisar dicha
premisa. Concluimos este bloque con un fragmento de quien es probablemente
el mayor crítico con el uso del concepto de Reconquista, el profesor Alejandro
García Sanjuan (Fuente 4.3) que ha expresado reiteradamente tanto en el ámbito
académico como en los medios de comunicación la necesidad de una profunda
revisión terminológica que aleje el pasado histórico de la amenaza de la manipu-
lación mediática (2016, 2020, 2021).
El principal objetivo de este bloque es plantear la disensión académica y en-
tender el origen y desarrollo del término. Se sugiere la posibilidad de relacionar
estas fuentes con la creación del nacionalismo español y de las mitificaciones del
pasado que de él se vale en la construcción de la identidad patriótica. Para ello, se
propone plantear debates con el alumnado en torno a cuestiones como la manipu-
lación del pasado, la creación de falsos históricos o la existencia interpretaciones
históricas múltiples, haciendo patente la diversidad de perspectivas y propuestas
dentro del ámbito académico.
El segundo bloque, Mitificando la narrativa nacionalista: El programa re-
conquistador del nacional-catolicismo, se centra de manera específica en los
usos políticos, discursivos y simbólicos que permitieron al nacional-catolicismo
convertir el relato en torno a la Reconquista en uno de los mitos identitarios por
excelencia forzando a las tendencias historiográficas coetáneas a encajar en un
marco legitimador y propagandístico político. De alguna manera el franquismo
logró apropiarse del discurso reconquistador y convertirlo en la razón de ser de
su propia existencia a través de una campaña consciente y reiterada de apropia-
ción simbólica. Para facilitar la comprensión de este programa reconquistador
llevado a cabo por el nacional-catolicismo se ha dividido el bloque en tres pilares
temáticos que hacen referencia al simbolismo, la glorificación de ciertos hitos
históricos y la creación de arquetipos aspiracionales para el conjunto social.
La intención de repasar la identificación llevada a cabo por el régimen fran-
quista entre la reconquista y el ideario nacional-católico nos permitirá cuestionar
las manipulaciones históricas y plantear debates sobre el falseamiento del pasado
como fuente de legitimación que puede retrotraerse desde los mitos franquistas
hasta el presente.
La asociación entre el pasado medieval y el franquismo fue uno de los funda-
mentos en el asentamiento del espíritu nacional, aprovechando todos los medios
a su alcance el franquismo difundió y consolidó el relato que se había construido
116
durante el siglo anterior. La Reconquista se convirtió no sólo en el mito de los
orígenes nacionales, también en fuente de inspiración para la sociedad contempo-
ránea. Sirvió para generar una conciencia de alteridad que inspirada en el enfren-
tamiento entre cristianos y musulmanes se extrapoló a la guerra civil, utilizando
en diversas ocasiones la asociación directa entre ambos procesos, es el caso de
la obra de Enrique Esperabé Arteaga “La guerra de reconquista española que
ha salvado a Europa del comunismo”. La imaginería medieval y su simbolismo
invadieron todos los ámbitos de la vida pública desde el urbanismo hasta las pu-
blicaciones periódicas, o incluso el cine12.
En el primero, La imaginería franquista al servicio del mito, nos encontramos
fundamentalmente con elementos que fueron utilizados por el régimen para aso-
ciar la causa franquista con el pasado histórico (Ríos, 2017), tales como el poema
de Manuel Machado en el que categoriza a Franco de “Caudillo de la nueva Re-
conquista”, (Fuente 5.1) la presentación de la guerra como una “cruzada” contra
el enemigo republicano (Fuente 5.1 b y c) o símbolos tomados del pasado me-
dieval como el yugo y las flechas o el escudo nacional (Fuente 5.2) que sirvieron
como recordatorio visual constante de esa asociación imaginada entre la gloria
medieval y las aspiraciones del nuevo régimen.
El segundo apartado se centra en señalar el esfuerzo consciente y continuo
llevado a cabo por el propio Franco para remarcar esa asociación entre la doc-
trina nacional-católica y el pasado medieval hispano, referencias a la batalla de
Covadonga (Fuente 6.2) y a la cruz de la victoria llegando a identificar a Franco
con Pelayo a través de la reliquia (Fuente 6.1), así como otros territorios cuya im-
portancia en el relato reconquistador tuvo gran influencia; como Valencia (Fuente
6.3) o Granada (Fuente 6.4a). Estas identificaciones se difundían a través de la
prensa gracias a la labor propagandística del NODO (Fuente 6.4b).
Por último, haremos referencia a aquellos personajes medievales que se con-
virtieron en emblemas y prototipos de comportamiento, quizás los más utilizados
fueron Pelayo, Santiago Apóstol y el Cid (Fuentes 7.1 y 7.2), que se convirtieron
en arquetipos del ideal del sacrificio patriótico para las juventudes franquistas
o los Reyes Católicos, en especial la reina Isabel que se convirtió en modelo de
comportamiento femenino (Fuente 7.3).
Gracias a estas asociaciones simbólicas y al esfuerzo continuado del régimen
se logró crear o consolidar una conciencia identitaria con el nacional-catolicismo
que ha provocado la pervivencia de estos discursos, una conciencia garante de
los valores tradicionales que se apropia de la religión y de la nación en sí misma
12 Franco demostró bastante interés en la representación cinematográfica del Cid llevada a cabo por
Samuel Bronston y protagonizada por Charlton Heston y se afanó en que fuera rodada en España.
117
como elementos de pertenencia provocando una confluencia entre los símbolos
nacionales y los discursos conservadores. Mediante estos arquetipos medieva-
les se consigue también presentar a los líderes políticos cómo continuadores o
sucesores de los grandes héroes del pasado, en el caso de este bloque el propio
Franco, pero esta asociación se ha mantenido en los programas de acción política
actuales, que tratan de presentar a sus líderes como continuadores o herederos de
estos personajes históricos.
El tercer bloque, y último dedicado a la perspectiva contemporánea, Perpe-
tuando el anacronismo: La pervivencia del concepto de Reconquista en el mundo
actual, nos traslada a nuestra realidad contemporánea. Busca poner en cuestión la
cotidianeidad de esas asociaciones simbólicas construidas durante el franquismo
que continúan utilizándose para dar mayor consistencia y legitimidad a los dis-
cursos reaccionarios y conservadores alargando en el tiempo los fundamentos del
nacional-catolicismo y atrayendo a nuevos grupos sociales hacia estos símbolos y
emblemas nacionales. Se ha dividido únicamente en dos bloques que diferencian
entre el ámbito político y el cultural, tratando de separar aquellas aclamaciones
llevadas a cabo por partidos políticos en el ámbito público, especialmente insis-
tentes las referencias al discurso reconquistador llevadas a cabo por Vox en los
últimos años (Fuentes 8.1, 8.4, 8.5) y los intentos por parte del PP de recuperar
esos referentes (Fuentes 8.3).
En cuanto al ámbito cultural se ha procurado ofrecer una selección de fuentes
que van desde las celebraciones populares, como la festividad de moros y cris-
tianos (Fuente 9.1), hasta el interés que ha suscitado la recuperación de la termi-
nología en el ámbito periodístico (Fuente 9.2), así como diversas asociaciones
culturales y políticas que utilizan como inspiración la Reconquista para plantear
una serie de reivindicaciones patrióticas y católicas que recuperan el viejo ideario
reaccionario para adaptarlo a la juventud del siglo XXI (Fuentes 9.3) y aquellas
que presentan la Reconquista como un pasado más puro y heroico (Fuente 9.4)
convirtiéndola en deseo aspiracional.
Mediante este bloque se pretende que el alumnado cuestione la actualidad
del uso terminológico y sea capaz de elaborar conclusiones críticas en torno a
los temas anteriormente planteados como el abuso del relato histórico, la mani-
pulación, etc. Pero, de manera particularmente importante, se pretende que sean
capaces de detectar la intencionalidad discursiva que existe detrás de las apropia-
ciones simbólicas y la importancia del uso de determinados elementos retóricos y
discursivos como fuente de legitimación para que puedan detectarlas de manera
autónoma en el futuro y cuestionar si se está haciendo un buen uso del pasado his-
118
tórico o si por el contrario se está manipulando o forzando la Historia para encajar
en los moldes u objetivos de las sociedades contemporáneas. Este debate puede
plantearse de la misma manera en varios de los conceptos que se han propuesto
tanto en el presente volumen como en el anterior, por lo que nuestro objetivo
general es que el alumnado pueda interiorizar esta metodología y aplicarla en su
día a día.
El último bloque, La Restauratio medieval. Visiones, perspectivas y relatos
de un proceso de larga duración, contiene las fuentes medievales y tiene como
función principal ampliar las perspectivas que se tienen del pasado medieval,
cuestionar los prejuicios y los relatos asumidos o interiorizados y presentar una
visión más plural y crítica de la realidad histórica. Por la extensión cronológica y
complejidad del proceso se han constituido seis apartados temáticos que tratan de
dar una visión amplia del proceso en su conjunto.
Los dos primeros se dedican a los relatos en torno a la constitución de los
espacios de poder cristianos y musulmanes en la península a través de sus pro-
pias fuentes. En el primer caso nos hemos centrado en los mitos de los orígenes
(Bronisch, 2009; Dacosta 2004) de los principales focos de poder peninsulares,
para analizar como interpretan su propia “creación” los reinos de Asturias (Fuen-
te 10.1), Pamplona (Fuente 10.2), la marca hispánica (Fuente 10.3). Se pretende
con esta diversidad de mitos que se pueda entender la utilidad de los mismos en la
construcción de los relatos legitimistas monárquicos y, a su vez, entender que un
mismo recurso retórico puede resultar útil a diferentes espacios políticos cuyos
objetivos son diversos, pero que presentan necesidades legitimadoras semejantes.
El segundo se dedica a las narrativas en torno a la conquista islámica presentadas
por autores musulmanes (Fuente 11.1), la intención es romper con el relato cris-
tiano tradicional y ofrecer una perspectiva diversa, que permita cuestionar la idea
tradicional de “invasión” islámica y entender los motivos que hay detrás de esta
imagen negativa que se ha ofrecido sobre el espacio andalusí. También se incluye
el relato islámico de la batalla de Covadonga (Fuente 11.2), para poder entender
las limitaciones, excesos e intencionalidad del mito cristiano que tan profusamen-
te se ha difundido en el ámbito social.
El tercer apartado se centra en el topos medieval más relevante en relación con
el enfrentamiento entre ambos espacios, la salvatio hispaniae, que sirvió como
base de inspiración para la historiografía de comienzos del siglo XX pero cuya
interpretación retórica se aleja de las premisas nacionalistas para adentrarse en el
ámbito de la sacralidad, la espiritualidad y el providencialismo. En esta sección
se pretende observar la continuidad de un mismo planteamiento, la idea de la pér-
119
dida y salvación de España, a través del tiempo y cómo esta idea fue adaptándose
a las necesidades u objetivos de quienes la defendieron. Se pretende demostrar
como un mismo concepto o tema puede tener múltiples usos y adaptarse a las
necesidades propagandísticas de programas políticos diversos. Desde el lamento
por la derrota visigótica (Fuente 12.1) a sus orígenes como relato aspiracional en
la crónica profética (Fuente 12.2), la lectura que el mundo islámico hizo de este
topos (Fuente 12.3) o su adaptación en un contexto tardío, siglo XIII, a una reali-
dad territorial diversa, la corona aragonesa (Fuente 12.4).
En el cuarto hemos querido recalcar la discontinuidad social existente en las
relaciones entre cristianos y musulmanes, a través de diversos documentos hemos
querido demostrar como estas relaciones fueron cambiando a lo largo del tiempo
(Fuentes 13.1, 13.2 y 13.3) con periodos de intercambio cordial, momentos de
tensión, demostrando la existencia del enfrentamiento, pero también de respeto y
reconocimiento mutuo, de subordinación, etc. Se han priorizado en este caso los
textos islámicos, para ofrecer mayor amplitud interpretativa.
En el quinto apartado se ha buscado la comparativa directa a través de dos
versiones, una cristiana (Fuente 14.1) y otra islámica (Fuente 14.2) de un mismo
relato, la batalla de las Navas de Tolosa, se pretende demostrar la pluralidad de
relatos e interpretaciones que existen sobre un mismo hecho, incluso cuando este
es tremendamente concreto, como la huida de al-Nasir del campo de batalla. Esta
perspectiva comparada también puede realizarse con el relato de la batalla de
Covadonga (Fuentes 10.1 y 11.2).
El último bloque se refiere a lo que se ha considerado tradicionalmente el
fin de la Reconquista y que se convertirá en un símbolo del poder de los Reyes
Católicos al conseguir vencer el último centro de poder islámico peninsular en
la guerra de Granada (Fuente 15.1). La toma de Granada se consolidará como
símbolo de la derrota del poder islámico y como referente de defensa del catoli-
cismo a nivel europeo. La defensa de la religión católica será uno de los pilares
de la monarquía de Isabel y Fernando, así como de sus sucesores convirtiéndose
en fuente de enfrentamientos y conflictos durante el siglo XVI. La propia titu-
lación de los monarcas como católicos será un título honorífico otorgado por el
papa Alejandro VI a los monarcas hispanos tras la toma del reino nazarí (Fuente
15.2). Con estas fuentes se pretende consolidar la ya planteada idea de la interre-
lación entre la guerra con el Islam y el providencialismo, un reconocimiento que
sobrepasará el ámbito peninsular y se convertirá en la base de legitimación de la
Monarquía Hispánica.
120
Conclusiones
121
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1988 en la recepción pública de D. Eloy Benito Ruano y contestación de D.
Antonio Rumeo de Armas, Real Academia de la Historia.
123
II-Fuentes para el análisis del concepto de reconquista
FUENTE 1.1
124
La tercera problemática, […] es de carácter histórico y está relacionada con
el uso político e ideológico que se ha hecho del enfrentamiento medieval en-
tre cristianos y musulmanes en la península Ibérica a lo largo de la historia,
de tal suerte que es posible distinguir claramente cuatro etapas. La primera
se extiende a lo largo de los siglos XVI, XVII y XVIII y en ella tal conflicto
sirvió para legitimar la posición hegemónica de la monarquía hispana dentro
del concierto internacional y se empleó como un argumento propagandístico
en contra de la Europa protestante. La segunda etapa corresponde al siglo
XIX, en donde el relato histórico sobre la «reconquista» se utilizó para cons-
truir la identidad nacional española contemporánea en función de los mar-
cos políticos -la pugna entre liberales (moderados, progresistas) y conserva-
dores-, históricos -la pérdida de colonias ultramarinas, el neocolonialismo,
la consolidación de la burguesía industrial- y culturales de la época -roman-
ticismo, nacionalismo, positivismo- contribuyendo a crear lo que Benedict
Anderson denominó una «comunidad imaginada». La tercera corresponde al
franquismo, periodo en el cual los ideólogos del régimen y los portavoces del
nacional-catolicismo emplearon el discurso histórico «reconquistador» para
justificar el alzamiento contra la República.”
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
125
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 1.2
LA OBJECIÓN TERMINOLÓGICA
La primera es la «objeción terminológica». Puesto que el término es una
invención del siglo XVIII, nada autoriza a utilizarlo para designar un fenó-
meno anterior. En este sentido, el profesor Martín Ríos […], llega a afirmar
«que las palabras solo pueden nombrar y enunciar a las cosas cuando éstas
existen y si antes del siglo XVIII no se utilizó nunca el vocablo reconquista
(…) se debe a que el concepto, como tal, tampoco existía». […]. Personal-
mente creo que no se puede confundir un concepto con el término que lo
designa. Los autores de los dos testimonios que hemos visto manejaban sin
duda el concepto de reconquista porque aluden a la acción de expulsar a
quienes injustamente habían ocupado la tierra hispánica de los cristianos.
Tenían pues la conciencia de estar recuperando algo. Incluso para esta
acción de recuperar a veces sí se utilizó en la edad Media el verbo recon-
quistar. Lo vemos en un texto ovetense de finales del siglo XII que alude a
Alfonso II de Asturias como el rey que «había reconquistado (recunquisie-
rat) la mayor parte de Hispania». Por tanto, la noción de «reconquistar»
era clara. Otra cosa es que no utilizaran la palabra «reconquista» que
cristalizó tardíamente en el romance francés, del que con toda probabilidad
pasó al español. En cualquier caso, no es la única ni la primera vez que el
concepto antecede al término que lo designa. Sin ir más lejos, no podría-
mos decir que Urbano II predicó la cruzada en Clermont en 1095, porque
la «cruzada» es un término que no apareció hasta más de cien años después
de que se predicara. […]
126
LA OBJECIÓN IDEOLÓGICA
La segunda de las objeciones podríamos definirla como «ideológica». El pro-
fesor García Sanjuán, con quien discrepo en este punto, dice que la «fuerte
toxicidad derivada de la pesada carga ideológica nacional-católica de la Re-
conquista» obliga a rechazar la idoneidad del concepto, y aduce para ello,
ejemplos de la actualidad política nacional en que se utiliza de forma abusiva
y descontextualizada. Y es verdad que es así, pero, desde mi punto de vista, al
historiador no le compete debatir con el político, creo que nos movemos en pla-
nos distintos y nuestros intereses y objetivos son muy diversos. En todo caso, lo
que más bien conviene hacer es pedagogía, intentando trasmitir a la sociedad,
a la que en principio sirven los políticos, el uso adecuado de términos y con-
ceptos que tuvieron sentido en el pasado pero no hoy día. Frente a esta segunda
objeción, por tanto, el antídoto es la divulgación bien fundamentada.
LA OBJECIÓN DISCURSIVA
La tercera objeción vamos a definirla como propiamente «discursiva», y creo
que constituye un reto especialmente interesante. Consiste en que el viejo re-
lato tradicional acerca de la Reconquista, el de Pelayo y Covadonga, el que
pretendía la restauración de un idealizado pasado visigodo unido y católico,
que se «oficializa» en el siglo XIII y utilizan generosamente los Reyes Cató-
licos, es un relato que no refleja la realidad ideológica de todos los ámbitos
y momentos cronológicos en los que se desplegó el combate contra el islam.
Es, pues, un discurso parcial y artificialmente impuesto al conjunto de la
Península. Y esta objeción es absolutamente incontestable. Ahora bien, los
relatos que nacen en esos otros ámbitos y momentos y que son alternativos al
«oficial», pelagiano y neogótico, obedecen también, como veremos en segui-
da, a una lógica reconquistadora. En otras palabras, no invalidan el discurso
hegemónico, pero, eso sí, obligan a hablar no solo de una concepción de
«reconquista» sino de varias «reconquistas». Es decir, Pelayo y el pasado vi-
sigodo no sirven, en efecto, para explicar la ideología legitimadora de todos
los reinos cristianos en todo momento, pero la Reconquista entendida como
una guerra justa bendecida por Dios sí es argumento principal para justificar
en todos los casos objetivos expansivos a costa del islam peninsular.”
REFERENCIA
127
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Qué objeciones reconoce el autor que existen al uso del concepto de
Reconquista?
2.- ¿Crees que el historiador debe combatir las representaciones sociales mal
adquiridas? ¿O qué debe limitarse al ámbito puramente académico? ¿Es el
historiador un “espectador” ajeno a su realidad histórica?
3.- Si tal y como reconoce el autor la idea de reapropiación del territorio
nace, o se oficializa, en el siglo XIII, ¿debemos hablar de un mismo proceso
para aglutinar el periodo entre la conquista islámica y la toma cristiana de
Granada?
4.- ¿Qué soluciones plantea el autor al problema terminológico? ¿Crees que
es posible ponerlas en práctica?
5.- El autor defiende la buena divulgación como base para evitar los errores
de comprensión historiográfica, ¿crees que existen muchos textos divulgati-
vos de calidad al respecto? ¿Por qué? ¿Quién debería ser responsable de esa
divulgación?
6.- ¿Cómo responderías a la pregunta propuesta por el autor en el título de su
artículo? ¿Debemos hablar de “reconquista” o de “reconquistas? ¿Qué otras
alternativas podrían utilizarse?
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 1.3
128
que resulta más frecuente, representaría una anomalía en la evolución de la
historia española, un paréntesis de ocupación foránea. En todo caso, esta
imposición exterior habría servido para forjar o para reforzar algunos de los
caracteres esencialmente hispánicos, así como para reafirmar la condición
homogénea, unitaria y católica que ya tenía en época visigoda y que se trans-
mitiría a las siguientes épocas. Todo este proceso habría tenido lugar en el
marco de una guerra de liberación nacional, la Reconquista, protagonizada
por España contra un invasor extranjero e infiel. Así entendido, hay que re-
conocer que la “Reconquista”, como relato nacional y nacionalista, forma
parte del mito histórico y carece de conexión con los parámetros en los que
se mueve actualmente la investigación académica. Desde esta perspectiva, la
académica, entendemos que este uso debe ser impugnado.
Esta interpretación, […] parecía estar en declive a partir de la década de los
70 al hilo de la desaparición del régimen de Franco, del oscurecimiento de
la ideología nacional-católica y de un cierto enfriamiento del nacionalismo
español. Sin embargo, no llegó a desaparecer en algunas publicaciones de
carácter divulgativo – aunque con un claro sesgo conservador – y en algu-
nos otros usos públicos de la historia, como es la enseñanza en las escuelas
e institutos.
Por otra parte, en el momento en que se redactan estas líneas, la utilización
política del término realizada por el nacionalismo español, en particular por
formaciones de derecha o de extrema derecha, ha experimentado un reverdeci-
miento considerable, hasta el punto de que el vocablo se ha convertido en una
cuestión de plena actualidad, bien sea en relación con el proyecto de “recon-
quistar Cataluña” por parte del Partido Popular, bien al de “reconquistar”
a España de sur a norte tras el éxito electoral en Andalucía, una imagen que
parece muy querida tanto por el citado partido como por Vox. […]
Precisamente estas últimas circunstancias hacen todavía más perentoria,
para el medievalista, la necesidad de reflexionar sobre el empleo del término
en el ámbito académico y, especialmente, sobre los riesgos de mantenerlo,
en la medida en que, al hacerlo, podría estar participando o reproduciendo
una visión no ya solo de una determinada interpretación nacionalista de la
historia hispánica, sino del sustrato ideológico de quienes en estos días han
convertido a la palabra “Reconquista” en una bandera política de sesgos
que, al menos para quien esto suscribe, resultado no solo indeseables, sino
que en algunos casos son peligrosos.”
129
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
130
2.- La Reconquista en las historias nacionales: un mito de los orígenes en el
albor del nacionalismo español
FUENTE 2.1a
REFERENCIA
FUENTE 2.1b
“La primera ciudad que ganaron fue Lugo. Dirigiéronse luego a Tui, a Braga
y Porto, ganándolas con maravillosa presteza, como igualmente los pueblos
menores que mediaban. Siguieron sus victorias en la Lusitania tomando a Vi-
seo, Flavia (hoy Chaves o Aguas Flavias) y otras plazas importantes. Apode-
réronse también de Astorga como más cerca de las Asturias. Los años delante
continuó Don Alonso sus conquistas] contra los Moros con igual felicidad
que la primera jornada. […]. Tan rápidas y dilatas conquistas hacen ver la
poca guarnición que los Moros tenían en aquellas plazas, ocupados en revo-
luciones Africanas, y que los Españoles pecheros que había en las ciudades a
donde llegaba el ejército Cristiano, tomaban las armas contra sus opresores,
131
y recobrando la libertad perdida, se iban con el Rey a las plazas fuertes, ya
que no podían por falta de gente poblar ni mantener las que distaban mucho
de Asturias. Con esto fue el rey poblando todo el territorio de Liébana, Tras-
miera, Suporta, Primorias, Vardulia, las marinas de Galicia, Álava, Vizcaya,
Orduña, Pamplona y otras. En todas iba restableciendo el culto divino, cons-
truyendo y dotando Iglesias y poniendo obispos en las principales […]
II
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
132
2.- ¿Qué características o valores tienen los cristianos? ¿Cómo se representa
a los musulmanes?
3.- ¿Qué importancia le dan los textos al cristianismo como motor de la con-
quista? ¿Qué pretende conseguir al remarcar esta influencia providencial?
4.- ¿Por qué crees que el autor cambia la terminología de una edición a otra?
¿Qué diferencia etimológica o significativa existe entre los términos conquis-
ta y reconquista? ¿Crees que es un cambio inocente?
5.- ¿Qué rasgos tiene la conquista cristiana? ¿Qué dificultades presenta la
ocupación de nuevos territorios?
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 2.2a
“Otro tanto tenía que acontecer cuando la irrupción sarracena volvió a re-
ducir lo poco que pudo salvarse de la España cristiana al estado de infancia
de las sociedades. En los primeros siglos de ese esfuerzo gigantesco a que
damos el nombre de reconquista, otros obispos y otros monjes, los que tenían
la fortuna de vivir en algún rincón un tanto apartado del estruendo de la
pelea, anotaban en breves y descarnadas crónicas los sucesos de más bulto
con la rapidez y el desaliño que la rudeza y la inseguridad de los tiempos
permitía. [...] La posteridad sin embargo ha tenido mucho que agradecer a
aquellos anotadores de hechos, y serán siempre de un precio inestimable los
trabajos de Isidoro de Berja, testigo de la gran catástrofe, de Sebastián de
Salamanca, de Sampiro de Astorga, de Pelayo de Oviedo, de Lucas de Tuy, y
del arzobispo don Rodrigo.”
FUENTE 2.2b
“Por su parte, los cristianos del norte, gallegos, cántabros, vascones y eus-
karos, mal sujetos a la dominación sarracena, apoyados los unos en sus ve-
cinos de Aquitania, alentados los otros con el ejemplo de los asturianos, y
animados todos con las discordias en que se destrozaban las razas y bandos
del pueblo muslímico, hacían esfuerzos o por defender o por rescatar su inde-
pendencia y aunque sin concierto y todavía sin combinación, comenzaban a
133
entenderse, porque los impulsaba un mismo pensamiento, los unía un mismo
peligro, un mismo odio al extranjero y una misma fe.”
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 2.3
134
de los musulmanes, se mostró fuerte, animosa y resuelta para pelear fuera de
su recinto contra otros enemigos no menos formidables del dogma cristiano
y para abrir á la luz del Evangelio inmensas regiones, sepultadas en sombras
de muerte; para Europa, porque aquí vio caer una de las mayores fortalezas
de la barbarie mahometana y erguirse el estandarte que había de vencer al
turquesco en Lepanto; para el orbe entero, porque á esta victoria siguieron
inmediatamente, por adorable designio providencial, el descubrimiento, con-
quista y civilización del Nuevo Mundo.
Por tan poderosos motivos, Granada, España, Europa y el mundo entero ci-
vilizado y católico se preparan á celebrar con inusitada pompa y regocijo el
suceso tan fausto y trascendental de la reconquista de esta ciudad […]
Hace cuatrocientos años, grandiosos proyectos y sueños de gloria sonreían á
la religiosidad y al patriotismo del noble pueblo español: subyugar el África
y las remotas regiones de Asia, descubrir y civilizar el inmenso continente
americano, quebrantar el poder de la Media Luna, abatir el vuelo del pro-
testantismo […]. Todo esto proyectaba á la sazón, y todo esto vió cumplida
nuestra magnánima y generosa nación en los siglos que precedieron al deca-
dente que atravesamos. Y ahora, ¿en qué meditamos, ¿qué podemos hacer de
honra y de provecho para la gloria y restauración de nuestra patria, ahora
que tan divididos y abatidos nos vemos por el progreso de la secta liberal?
Apenas se columbra en nuestro porvenir otra empresa que la de África, y
ésta rodeada de graves recelos y dificultades. Pues ¿cómo podremos llevarla
á cabo sin enfervorizarnos de nuevo en el sentimiento religioso, marchan-
do bajo el estandarte de la Cruz contra los enemigos del nombre cristiano?
¿Cómo podremos combatirlos ventajosamente si no vamos estrechamente
unidos con unidad de sentimientos y aspiraciones verdaderamente naciona-
les?”
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
135
3.- ¿Con qué valores liga este proceso? ¿Qué importancia tiene la religión
cristiana en el desarrollo del enfrentamiento?
4.- ¿Qué sentimientos o acciones quiere inspirar a través del relato de estos
hechos? ¿Con qué elementos del discurso nacional los relaciona? ¿Son valo-
res deseables para los “patriotas”?
5.- ¿Qué valor o importancia puede tener la reconquista como inspiración
para las acciones que lleva a cabo España a fines del siglo XIX?
6.- ¿Crees que este tipo de asociaciones podían inspirar o levantar el ánimo
¿En qué medida la crisis socio-política del siglo XIX podía valerse de este
tipo de discursos aspiracionales?
CONCEPTOS VINCULADOS
136
3.- La historiografía al servicio del relato.
FUENTE 3.1
“Si en la Edad Media nunca dejamos de consideramos unos, fué por el senti-
miento cristiano, la sola cosa que nos juntaba, á pesar de aberraciones parcia-
les, á pesar de nuestras luchas más que civiles, á pesar de los renegados y de
los muladíes. El sentimiento de patria es moderno: no hay patria en aquellos
siglos, no la hay en rigor hasta el Renacimiento, pero hay una fé, un bautis-
mo, una grey, un Pastor, una Iglesia, una liturgia, una cruzada eterna, y una
legión de Santos que combate por nosotros, desde Causegadia hasta Almería,
desde el Muradal hasta la Higuera. Dios nos concedió la victoria, y premió el
esfuerzo perseverante, dándonos el destino más alto entre todos los destinos de
la historia humana: el de completar el planeta, el de borrar los antiguos lin-
deros del mundo. […] ¡Dichosa edad aquella, de prestigios y maravillas, edad
de juventud y de robusta vida! España era ó se creía el pueblo de Dios, y cada
español, cual otro Josué, sentía en si fé y aliento bastante para derrocar los
muros al son de las trompetas, ó para atajar al sol en su carrera. Nada parecía
ni resultaba imposible: la fé de aquellos hombres, que parecían guarnecidos de
triple lámina de bronce, era la fé que mueve de su lugar las montañas. Por eso
en los arcanos de Dios les estaba guardado el hacer sonar la palabra de Cristo
en las más bárbaras gentilidades; el hundir en el golfo de Corinto las sober-
bias naves del tirano de Grecia, y salvar, por ministerio del joven de Austria, la
Europa occidental del segundo y postrer amago del islamismo; el romper las
huestes luteranas en las marismas bátavas, con la espada en la boca y el agua
á la cinta, y el entregar á la Iglesia Romana cíen pueblos por cada uno que le
arrebataba la herejía. España, evangelizadora de la mitad del orbe; España,
martillo de herejes, luz de Trento, espada de Roma, cuna de San Ignacio esa es
nuestra grandeza y nuestra unidad: no tenemos otra. El día en que acabe de
perderse, España volverá al cantonalismo de los Arévacos y de los Vectones, ó
de los reyes de Taifas.”
REFERENCIA
137
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 3.2
138
haber concebido y expresado como ideal hispánico ese propósito de recon-
quista total, que en los siglos VIII y IX parecía un pensamiento de locos o
de ilusos, supone un sentimiento - nacional arraigado en extremo, ya que un
propósito semejante no fue concebido ni intentado por ninguna de las otras
provincias del antiguo Imperio romano caídas en Oriente y en Occidente
presa de los musulmanes; ninguna de ellas reaccionó sino España, al comen-
zarse la gigantesca contienda que el Islam entablaba frente al cristianismo
sobre el dominio del mundo […].
Y Asturias sirvió de iniciadora y maestra en el ideal hispano de resistencia
y restauración total que, conforme van pasando los siglos, va siendo menos
desproporcionado y menos megalómano. Los varios reinos surgidos después,
todos pregonan el mismo propósito, que implica unidad de origen y de desti-
no, todos reconocen su unidad de empresa hispánica en la reconquista total,
repartiéndose por medio de tratados especiales las comarcas que cada uno
de ellos ha de conquistar, o aliándose todos para rechazar nuevas invasiones
africanas, aunque éstas sólo amenazaban a uno de los reinos, a Castilla.
[…]. Entonces también el héroe más popular, celebrado por la poesía heroi-
ca, da nuevo vigor a la idea unitaria neogótica, pues en el difícil momento en
que el poder bélico del “Emperador de toda España” cede ante la invasión
almorávide, Rodrigo de Vivar se propone por sí solo restaurar la totalidad
del reino godo, destruido hacía cerca de cuatro siglos, pero de anhelada
reconstitución para todos. “Si un Rodrigo perdió a España, otro Rodrigo la
recobrará”; y tal amenaza, según Ben Bassam, llenó de pavor a todos los
musulmanes, pues ya la liberación total del territorio no era un sueño quimé-
rico de pura fe hispánica, como el que daba aliento al pueblo asturiano dos
siglos antes. Además, como tercer fundamento unitario, todos los reinos se
sentían incluidos dentro de cierta unidad cultural basada en una larga tradi-
ción política y religiosa común a la España romana y goda […]. En fin, y en
cuarto lugar, todos los reinos se aproximaron cada vez más, llegando a una
unidad dinástica, pues a partir del siglo XI los reyes de todos ellos descen-
dían de un tronco común, parentesco que se renovaba con frecuentes alianzas
matrimoniales. Y esa hermandad dinástica, además de implicar intimidad
familiar en el gobierno de los varios reinos, era esperanza e incitante de
unión; al intento de juntar Castilla con Aragón por el matrimonio desastroso
de Alfonso el Batallador sucede la unión efectiva de Aragón con Barcelona,
y más tarde la de Castilla con León, ambas efecto de matrimonios. Después,
el Compromiso de Caspe es un fortalecimiento de la unidad dinástica. Luego
139
se hace, también por desposorio, la unión de Castilla con Aragón; y la aspi-
ración reintegradora se remata con los varios matrimonios portugueses que
los Reyes Católicos conciertan con tanta insistencia como infortunio […]
REFERENCIA
Ramón Menéndez Pidal (1982), [1ª ed. 1950] Los españoles en la Historia,
Madrid, Espasa – Calpe, pp. 159 – 161.
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Qué atributos y valores otorga a los cristianos? ¿Crees que realmente los
reyes asturianos tenían en mente a la monarquía visigótica durante el proce-
so de conquista o puede tratarse de un discurso legitimador más que de una
pretensión real?
2.- ¿Cómo categoriza a los musulmanes? ¿Qué términos utiliza para referirse
a la conquista islámica? ¿Tienen una connotación negativa o positiva?
3.- ¿Qué relación establece entre la reconquista cristiana y la noción de “Es-
paña?
4.- ¿Crees que los demás reinos cristianos aceptaron la titulación de Impera-
tor Totius Hispaniae de Alfonso VII o qué era más bien un título honorífico
creado por la corte leonesa para aumentar su legitimidad?
5.- ¿Crees que su visión del Cid se corresponde con la que muestra la fuente
que cita? (FUENTE 12.3) ¿Está el autor incorporando su propia percepción
sobre el Cid al relato medieval? ¿Consideras que la “mitificación” de perso-
najes históricos es compatible con el rigor histórico?
6.- ¿Qué relación establece entre la conquista cristiana del territorio islámico
y la unidad de España? ¿Consideras que ese era el proyecto medieval impe-
rante o que por el contrario es una apropiación del pasado y una mitificación
nacionalista del proceso militar?
CONCEPTOS VINCULADOS
140
FUENTE 3.3
“Estoy habituado a la estúpida negativa de que los largos siglos que median
entre la batalla de Covadonga y la rendición de Granada deban llamarse
Reconquista. He defendido muchas, muchas veces la realidad de esa gran
aventura cuyas proyecciones históricas han llegado hasta hoy. Porque esa
gran aventura afirmó nuestro talante nacional, conquistamos América y fui-
mos espada de Dios sobre la tierra.
[…] Parecería que Andalucía es hija del islam y de la cultura islámica, y que
la Reconquista estranguló una brillantísima realidad histórica por el islam
creada.
Olvidan tales exégetas del ayer de Andalucía una realidad histórica inne-
gable. Cuando en el año 711 los musulmanes conquistaron España, por la
traición de una facción nobiliaria visigoda en Guadalete y por la ayuda de
los judíos. Andalucía tenía más de mil años de magnífica historia cultural
prerromana, romana y visigoda. Quedan espléndidas huellas de esas suce-
sivas civilizaciones, muy en contacto siempre con el Oriente, y quedan esas
huellas no obstante la sistemática destrucción por los islamitas de sus mile-
narias maravillas.
[…] Los islamitas conquistadores – unos millares de berberiscos y mucho
menor número de aventureros orientales – no pudieron importar magnas no-
vedades culturales porque no las tenían. Está probado que el arte hispanoá-
rabe continúa viejas tradiciones andaluzas, incluso son preislámicos el arco
de herradura y las bellas yeserías.
Fueron los españoles conversos al islam quienes crearon la civilización his-
pano – árabe. Los españoles que se convirtieron despaciosamente a la nueva
fe mantuvieron vivas, décadas y aún siglos, sus viejas creencias en pugna a
veces martirial con el señorío islámico. […]
No he sentido jamás sino gran simpatía hacia la España islámica. Puedo
afirmar dos convicciones anidadas en lo más hondo de mi mente y de mi
corazón. La Reconquista salvó Andalucía de ser una piltrafa del islam y de
padecer un régimen social y político archisombrío. […]
Para mal de España entraron los islamitas en ella y para nuestro bien fueron
vencidos y expulsados. Demos los españoles gracias a Dios por habernos
librado del Islam. Porque los cristianos norteños conquistaron sucesivamen-
te las dos Andalucías, la del Guadalquivir, primero y la granadina después,
podréis vosotros, amigos andaluces, gozar de la autonomía política que aho-
141
ra deseáis. Porque sois nietos de los conquistadores cristianos podréis vivir
autónomos dentro de España”.
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Es un texto abierto al debate o tajante? ¿Crees que el historiador debe
admitir cuestionamientos y críticas a cerca de sus hipótesis?
2.- ¿Crees que realmente siente “simpatía” por el pasado islámico? ¿Es rigu-
roso en su descripción del medievo hispánico?
3.- ¿Menosprecia el autor las aportaciones del mundo islámico a la cultura
española? ¿Consideras que deberían tenerse más en consideración?
4.- ¿Crees que el uso de adjetivos como martirial, archisombrío, piltrafa son
apropiados para un texto historiográfico riguroso?
5.- ¿Qué culturas desprecia y cuáles considera relevantes en la construcción
cultura hispana? ¿Crees que existen culturas “de primera” y culturas que de-
bemos menospreciar? ¿Es una perspectiva islamófoba y antisemita?
6.- ¿Son los “españoles” de hoy herederos de los conquistadores del pasado?
¿Debemos encumbrar o despreciar acontecimientos sobre los que no tenemos
control?
CONCEPTOS VINCULADOS
142
4.- Voces críticas: De Barbero y Vigil a Alejandro García Sanjuan
FUENTE 4.1
“Al caer el reino visigodo, después de ser vencido don Rodrigo, los invasores
musulmanes no encontraron resistencia nada mas que en algunas ciudades
importantes. A pesar de la facilidad con que fue conquistada la Península no
lograron someter a los pueblos independientes del norte. La estructura social
del reino visigodo, caracterizada por el predominio de la gran propiedad
poseída por la Iglesia y una poderosa nobleza, frente a una mayoría de la po-
blación en estado servil o semiservil, explica la pasividad con que fueron, en
general, recibidos los musulmanes. Muchos nobles llegaron a un acuerdo con
los invasores para que les fuera respetadas su propiedades o parte de ellas,
mientras que otros personajes de rango, especialmente eclesiásticos, huyeron
al reino merovingio e incluso a Italia, y las clases inferiores de la población
no podían estar interesadas en defender el orden social que representaba el
Estado visigodo. Por el contrario, los cántabros – astures y vascones que con
su independencia habían conservado un régimen social antagónico al de los
visigodos, donde los hombres libres eran mayoría y las diferencias de clase
eran mínimas, tenían poderosos motivos para continuar defendiendo su li-
bertad. Entre ellos pudieron refugiarse algunos habitantes del reino visigodo
procedentes de las regiones vecinas. En la parte más romanizada y cristia-
nizada de este territorio independiente, la antigua Cantabria romana, nació
el primitivo reino astur, y junto a él se formarían posteriormente el Condado
de Castilla, el reino de Navarra entre los vascones y los condados pirenai-
cos. Es decir, que la región nunca dominada por los musulmanes y de donde
surgiría la “Reconquista” fue la misma que defendió su independencia frente
a los visigodos y seguía luchando por ella todavía contra el último rey godo
don Rodrigo en el año 711. Por consiguiente, el fenómeno histórico llamado
Reconquista no obedeció en sus orígenes a motivos puramente políticos y re-
ligiosos, puesto que tal fenómeno existía ya mucho antes de la llegada de los
musulmanes. Debió su dinamismo a ser la continuación de un movimiento de
expansión de pueblos que iban alcanzando formas de desarrollo económico
y social superiores.
Se ha adjudicado habitualmente a los montañeses, enemigos tradicionales de
los visigodos, el papel de ser sus sucesores políticos frente a los musulma-
nes; pero el deseo de “reconquistar” unas tierras que evidentemente nunca
143
habían poseído, no se puede aceptar hasta tiempos posteriores en los que se
creó realmente una conciencia de continuidad con el reino visigodo. Este fe-
nómeno se produjo en un momento en que el reino asturiano había dejado ya
de ser lo que fue en sus orígenes al extenderse hacia occidente por la actual
Asturias y Galicia y, hacia el sur, por León. Con la incorporación de estos
territorios sus habitantes, en otro tiempo parte integrante del reino godo,
y que poseían una estructura económica y social diferente de la que había
hecho posible el nacimiento del primitivo reino astur, éste asimiló la cultura
y las instituciones visigodas.
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
144
FUENTE 4.2
145
REFERENCIA
José María Mínguez, La España de los siglos VIII al XIII. Guerra expansión
y transformaciones, Nerea, 1994., pp. 88 y 118.
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 4.3
“En primer lugar, resulta obvio que, al asumir la ideología de los reinos cris-
tianos en su proyecto de destrucción de al – Andalus para definir el proceso
histórico medieval peninsular se incurre en una visión tendenciosa y sesga-
da, ya que solo se toma en consideración una de las partes del conflicto. La
visión andalusí del problema queda soslayada.
Por otro lado, resulta necesario poner de manifiesto que entre el proyecto me-
dieval de destrucción de al-Andalus y la moderna noción de Reconquista existe
una discontinuidad absoluta que impide considerarla como una noción autén-
tica. Esa discontinuidad se establece, en primer lugar, a través de la terminolo-
gía, […]. Los partidarios de la operatividad de la idea de Reconquista suelen
responder a esta crítica con el argumento de la distinción entre término y con-
cepto: mientras la palabra “reconquista” no se usaba, en efecto, en los textos
medievales, en cambio la noción o la idea ya estaba presente en esa época.
146
A mi juicio, aquí radica una de las grandes confusiones en torno a la noción
de Reconquista. En efecto, como bien supo ver M. Ríos, “las palabras solo
pueden nombrar y enunciar a las cosas cuando éstas existente y si antes del
siglo XVIII no se utilizó nunca el vocablo reconquista para designar el en-
frentamiento entre los reinos hispano-cristianos y al – Andalus, se debe a que
el concepto, como tal, tampoco existía”.
[…] La palabra Reconquista como caracterización del conflicto medieval en-
tre cristianos y musulmanes representa un neologismo que se irá afirmando
de manera progresiva durante el siglo XIX, de tal manera que solo llegó a
entrar en el diccionario de la Real Academia de la Lengua en una fecha tan
tardía como 1936, con una definición que deja pocas dudas respecto a su de-
pendencia del españolismo: “Recuperación del territorio español invadido
por los musulmanes y cuyo epílogo fue la toma de Granada en 1492”.
Dos elementos destacan en esta definición: la existencia de un “territorio espa-
ñol” en 711 y la idea de invasión como caracterización del origen de al-Anda-
lus, un concepto que ha tenido un uso profundamente tendencioso en la histo-
riografía española. En efecto, frente a la constante referencia a la “invasión”
árabe o musulmana de “España”, con clara intención deslegitimadora, la idea
de “invasión cristiana de al-Andalus” resulta, sencillamente, inexistente en
la tradición académica española. En su lugar se ha afirmado la Reconquista,
cuya carga legitimadora comienza desde la propia morfología de la palabra.
[…] El segundo de dichos contenidos consiste en la legitimación y glorifica-
ción de la conquista cristiana en términos de lucha de liberación nacional. Esta
forma de entender la Reconquista surge con la propia definición del concepto
durante el siglo XIX y se va a mantener inalterada hasta la actualidad, […]
alcanzando su punto culminante durante el franquismo. […] Franco era ensal-
zado como “caudillo de la nueva Reconquista” en un célebre poema de Ma-
nuel Machado: si los reyes medievales habían librado a España de los moros,
Franco hizo lo propio con rojos, ateos y masones. No tiene nada de extraño,
por lo tanto, que el nuevo Estado franquista escogiese como símbolo el escudo
de los Reyes Católicos, quienes, como autores de la conquista de Granada en
1492, eran considerados como auténticos culminadores de la Reconquista y,
por lo tanto, artífices de la reunificación nacional de España.
Como afirma F. García Fitz, “asimilado y utilizado hasta límites esperpénticos,
el concepto de Reconquista acabó siendo una noción particularmente querida
por el nacional – catolicismo, […] convirtiéndose en una de las bases de adoc-
trinamiento de la sociedad española en los principios del régimen”. […]
147
Dada su fuerte identificación con la dictadura franquista, la idea de Recon-
quista comenzó a ser cuestionada durante la transición democrática. Sin
embargo, una combinación de distintos factores ha hecho posible que una
visión tan tóxica y tan tendenciosa de la historia peninsular haya permane-
cido vigente hasta la actualidad. Sin duda, su estrecha asociación con una
narrativa histórica nacional explica gran parte de su éxito. La utilización del
pasado como herramienta para el fortalecimiento de identidades colecticas
sigue siendo un recurso habitual entre distintos sectores, […]
La plena vigencia de la carga ideológica de la Reconquista queda bien acre-
ditada en la producción bibliográfica, tanto académica como divulgativa.
No obstante, es sin duda, en el ámbito político en el que se producen las
apelaciones más abiertamente ideológicas de la Reconquista, siempre desde
sectores de la derecha. […]
Esta inusitada apelación política a la Reconquista supone la plena e indisi-
mulada recuperación de la visión más ideológica del concepto, un fenómeno
sin parangón desde la época franquista que alcanzó su punto álgido con
motivo de las elecciones andaluzas de diciembre de 2018, cuando Vox con-
virtió el concepto en el principal eslogan de su campaña electoral. El propio
líder publicaba en sus redes sociales mensajes negando el pasado islámico
de Andalucía y reivindicando a Fernando III e Isabel la Católica. Asimismo,
Vox publicó un video en el que Abascal aparecía montando a caballo bajo
el mensaje “La Reconquista comenzará en tierras andaluzas. Por su parte,
Francisco Serrano, candidato de dicha organización a la Presidencia de la
Junta de Andalucía proclamaba tras la jornada electoral: “Vamos a ser el
partido que va a propiciar el cambio en Andalucía, la reconquista”. […]
El análisis previo revela que la carga ideológica de la bomba de la Recon-
quista no sólo sigue intacta, sino que se ha reactivado con fuerza renovada
en un marco político e ideológico caracterizado por la intensificación de la
visión del islam como enemigo de Occidente y las tendencias nacionalistas
como reacción al fenómeno de las migraciones y la multiculturalidad.
Lejos de haberse “apeado” de sus mitos, los sectores conservadores siguen
aferrados al relato españolista tradicional, según el cual España sería la na-
ción más antigua de Europa y en el que la Reconquista desempeña una fun-
ción fundamental en la génesis de la nación española. La derecha española,
sencillamente, no puede prescindir de la Reconquista, pues in ella quedaría
huérfana de la idea central que vertebra su relato de la historia de España y
su propio concepto de identidad nacional.
148
Precisamente esta condición medular de la Reconquista en el ideario del
nacionalismo español hace que, a mi juicio, la propuesta de preservar un
uso académico, es decir, ideológicamente “neutro”, plantee problemas muy
complejos de difícil solución. La evolución experimentada desde 1978 revela
que la derecha ni ha renunciado ni, con toda probabilidad, renunciará jamás
a la Reconquista, un concepto que, por derecho propio, le pertenece.”
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Por qué considera el autor que la visión que tenemos del proceso de “re-
conquista” es sesgada?
2.- ¿Cuáles considera que son los principales problemas ligados al uso del
término “Reconquista? ¿Por qué considera que no es suficiente con la visión
académica si no que debe abandonarse su uso cotidiano?
3.- ¿Por qué resultó tan útil este concepto para la construcción simbólica e
ideológica del franquismo? ¿Consideras que sigue utilizándose bajo el mismo
arco significativo?
4.- ¿A qué se debe esa recuperación del término Reconquista en el ámbito
público actual? ¿Por qué crees que puede resultar útil en el siglo XXI apelar a
la mitificación del pasado medieval? ¿Qué función simbólica o legitimadora
puede cumplir la reconquista en nuestro marco cultural?
5.- A través de las fuentes del apartado 9 podemos ver el alcance político del
término, ¿crees que esta relacionado con una ideología concreta? ¿Qué valo-
res definen o caracterizan a este tipo de grupos políticos?
6.- Después de analizar los textos medievales ¿Crees que se ha menospre-
ciado el pasado islámico en los relatos de la Historia de España? ¿Debería
solventarse esa falta de rigor? ¿Cómo?
CONCEPTOS VINCULADOS
Historia, Islam, conservadurismo, relato.
149
Bloque 2. Mitificando la narrativa nacionalista: El programa reconquistador
del nacional - catolicismo
FUENTE 5.1a
FUENTE 5.1b
150
FUENTE 5.1c
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
151
FUENTE 5.2
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Qué sentido tiene identificar la guerra civil con una cruzada? ¿Qué se
pretende conseguir con esa asociación?
2.- ¿Crees que la creación de una “alteridad” enemiga dentro del propio terri-
torio español permite una fácil “reconciliación”?
152
3.- ¿Es posible olvidar el pasado y unificar identidades si se ha demonizado
la existencia de un amplio sector de la población?
4.- ¿Qué relación establece entre el nuevo régimen y la unidad? ¿Por qué será
tan importante el discurso unitario en el franquismo?
5.- ¿Qué fase de la Historia considera el “ideal” a imitar?
6.- ¿Por qué tendrá tanta importancia para el nuevo régimen utilizar el pasado
como elemento legitimador o modelo de actuación?
CONCEPTOS VINCULADOS
153
6.- Grandes hitos, grandes mitos
FUENTE 6.1a
154
Catedral. Cruz de Victoria en manos de vencedor bajo una catedral – la Pa-
tria – deshecha por odios y que ahora se edifica con piedras y amores. Como
a España en su victoria. Porque era todo en aquel momento, historia en la
misma historia, fe en la fe; victoria y vencedor bajo muros góticos atormen-
tados de odios y rehechos de amor. Quedó el Caudillo ante el altar donde
el Arca Santa estaba, y sobre ella la Cruz fue depositada con amor filial. Y
junto a ella, la de los Ángeles, por monseñor Cicognani. […] A los cinco días
del de septiembre del año del Señor de 1942, volvieron las Santas Reliquias
a la Catedral de Oviedo que el odio profanó, haciéndose procesional cortejo
penitencial el traslado de ellas y siendo portador de la meritísima Cruz de
la Victoria, desde la plaza del templo catedralicio al interior de la Basílica,
el Caudillo de España, Generalísimo Franco, que hizo posible la gloria de
esta gloria histórica, espiritual y católica, y la de los Ángeles el Nuncio de Su
Santidad, monseñor Cicognani.
Era en el nuevo amanecer de la Patria de reyes caudillos santos y mártires.
Era en España “
FUENTE 6.1b
155
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 6.2
¡Covadonga!
El iluminado ejército de los cruzados ha puesto el pie en los santos lugares de
la reconquista española. Con la cruz y la espada en alto, en lucha extermina-
dora contra infieles y extranjerizantes, con la sacra consigna romana en los
labios y en el corazón, plantas auténticamente cristianas rescatan tierras del
156
peregrinaje histórico y posan su fatigada huella de luz en el sagrado recinto del
Santuario de Covadonga. […] La sandalia del peregrino ha ido salvando esos
formidables obstáculos hasta alcanzar, rodilla en tierra, apoteosis de luz en la
retina, el encantado recinto donde moraba encadenada el hada milagrosa de la
cristiana fé española. Centinelas imponentes guardaban el joyel; cancerberos
tan fieros como la irritada conmoción de la naturaleza, el templo de los tesoros
prodigiosos. Covadonga es otra vez de España. […] Covadonga vuelve a ser
España. Sus salvadores, cruz y espada en alto, llegan de todas las tierras, como
los que venían a orar ante la tumba del Apóstol. Sudorosos, polvorientos, mal-
trechos; gloriosos. Y se postran, hincados en las gradas del retablo, con toda
Iberia por templo, ante el Altar Mayor de la cristiandad.
Covadonga ha sido siempre luz viva en las páginas amarillentas de la his-
toria. El paso de los siglos, […] no ha empañado el fulgor radiante del alto
simbolismo que guarda la vieja epopeya astur. Parece trazada sobre bronces
con pluma de titán. Allí, en la reducida oquedad de la gruta donde después
se alzó el santuario, un puñado de españoles se reveló heroicamente contra
una dominación extraña, extensa, fuerte y totalitaria, y lanzó el grito inicial
de una rebeldía que había de prender después durante ocho siglos--en todos
los ámbitos del territorio nacional. Aquel primer grito de liberación, aquella
primera piedra lanzada con mano segura, engendraron un clamor y un alud.
Así eran aquellos españoles, así fueron luego y así continúan siendo hoy. En
ningún aspecto conviene perder de vista el racial simbolismo de Covadonga.
Toda nuestra historia está llena de gritos heroicos. […] El reto lanzado en
Covadonga terminó en Granada cerrando el broche de la unidad española.
[…]. La opresión marxista se viene abajo con el grito patriótico lanzado en
Canarias por Franco, recogido en Marruecos y proyectado nada menos que
hasta Covadonga, la cuna histórica del santo grito de la rebelión nacional.
Volvemos, por azar y por lección, al mismo punto de partida. Con las evolu-
ciones naturales con que el tiempo moldea los acontecimientos. […]
Ya está todo el Norte virtualmente en nuestro poder. Con todos sus tesoros
espirituales y materiales. Una zona entera de la España intacta que siempre
ejerció una influencia decisiva en el curso de los acontecimientos nacionales.
Ahora más que nunca estamos verdadera mente en el principio del fin. Desde
el Pirineo azul, desde las montañas ignacianas, hasta la dulce paz geórgica
del confín compostelano. todos los caminos son de España y de Santiago. Los
duros peregrinos de la guerra santa se postran, con toda Iberia por templo,
ante el Altar Mayor de la cristiandad. Y desde allí, Covadonga inmortal,
157
eucaristía, relicario y aliento de la raza, lanzan su grito de triunfo — nuestro
grito heroico — que acaricia el lomo de las montañas escalonadas y corre
en buen augurio hasta el mismo Mediterráneo. Muy pronto hemos de saber
hasta dónde alcanza ahora el milagroso conjuro de Covadonga.
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 6.3
158
en aquella época obligaban naturalmente a que los pueblos y las comarcas
vivieran aislados unos de otros, y sólo se uniesen cuando un peligro gene-
ral a todos amenazaba, y lo mismo que la estructura geográfica imprimió
su carácter a los distintos reinos que unió la Reconquista, igual fenómeno
geográfico sucedió tras la invasión de los árabes con los reinos de Taifas.
España, sin embargo, es un solo cuerpo; España tiene una sola unidad, que
nos la representan Y acusan en la vida moderna estos ríos y estas cordilleras
estas venas de agua que nos unen: y materialmente nos abrazan, y que, como
habéis visto, al inaugurar dos pantanos, uno en tierras de Cuenca y otro
en tierras de Valencia, remansan las aguas que, nacidas en otras regiones,
fecundan vuestros campos. Son como las venas de España, que no pueden
cortarse, por donde corre el oro líquido que da vida a la Nación al fecundar
y hacer producir nuestras tierras […]”
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
159
FUENTE 6.4a
160
sus pueblos de la fe verdadera, cuando en el logro precisamente de la unidad
cristiana descansa la única y posible solución de sus graves problemas. Y, por
otra parte, explica también la desazón y el enorme confusionismo de sus pen-
sadores, alejados en su soberbia del camino de la cruz redentora.
Por todo esto, el sano pueblo español, sublevándose ante el paciente confor-
mismo de las clases políticas rectoras, liquidadoras de un pasado de gloria,
unió a las juventudes en un gesto de heroica rebeldía que, bebiendo en las
más puras fuentes de nuestra Historia, se inspiró en la grandiosa obra de
aquel otro despertar español, y el yugo y las flechas que un día fueron emble-
ma de aquel glorioso reinado, ganados hoy por la sangre generosa de nues-
tra juventud, volvieron en nuestros escudos y banderas, a presidir la unidad
de los hombres y de las tierras de España que ellos fundaron, en una nueva
resurrección que ofrecemos hoy a los Reyes Católicos como los más fieles
ejecutores de su testamento […]”
FUENTE 6.4b
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Qué elementos simbólicos del reinado de Isabel y Fernando fueron utili-
zados durante el franquismo? ¿Mantienen su significado original o se readap-
tan de acuerdo a las necesidades e intereses del régimen?
161
2.- ¿Consideras que el discurso de Franco es un resumen riguroso del reinado
de los Reyes Católicos o es más bien una visión idealizada y presentista del
pasado?
3.- Franco destaca la labor evangelizadora y en defensa de la religión católica
llevada a cabo durante el reinado de los Reyes Católicos ¿la pérdida de la fe
o la supresión del culto cristiano era una realidad preocupante en los años
40-50 o es una excusa para justificar la pervivencia y exaltación de la religión
como arma legitimadora?
4.- ¿Si el video hace referencia a la monarquía de los Reyes Católicos por
qué las imágenes son fundamentalmente de la Alhambra un palacio de origen
islámico? ¿Qué se pretende conseguir con esta apropiación del espacio?
5.- ¿Tenían Isabel y Fernando en su planteamiento político una idea de uni-
dad o se trata de propaganda creada a posteriori? ¿Su matrimonio se debe a
cuestiones nacionales o es una alianza geoestratégica frente a los intereses
portugueses?
6.- ¿Qué elementos históricos intentan ligarse a través de este tipo de home-
najes que entremezclan diferentes episodios del pasado?
CONCEPTOS VINCULADOS
162
7.- Modelos medievales para una sociedad en la miseria
FUENTE 7.1
REFERENCIA
Revista Flechas y Pelayos, (1938 – 1949) nº 85, 137, 248, 339, pueden con-
sultarse las publicaciones completas en la Hemeroteca de Madrid, o digitali-
zadas en: http://www.memoriademadrid.es/
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Crees que es un contenido inocuo para el público infantil? ¿Qué te trans-
mite el formato de la revista con el lema “por el imperio hacia Dios” y el
título “Flechas y Pelayos”?
163
2.- ¿Qué personajes se elige ensalzar? ¿Qué rasgos o cualidades sociales re-
presentan?
3.- ¿Qué visión de la Edad Media se da? ¿Se presenta como un pasado oscu-
ro o como un relato aspiracional? ¿Qué intenta imitar el niño de la segunda
portada?
4.- ¿Qué elementos tienen en común personajes como Santiago Apóstol, San
Fernando o Fernán González? ¿Qué espacio geográfico representan?
5.- ¿Cómo crees que podían identificarse con estos personajes los niños en los
años 40? ¿Por qué se ensalzan los valores militares?
6.- ¿Qué otros espacios o reinos medievales deberían estar representados para
ofrecer una visión completa de la Edad Media?
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 7.2a
164
del Cid. ¡El gran miedo a que el Cid saliera de su tumba y encarnase en las
nuevas generaciones! ¡Que surgiera de nuevo el pueblo recio y viril de Santa
Gadea y no el dócil de los trepadores cortesanos y negociantes!
Este ha sido el gran servicio de nuestra Cruzada, la virtud de nuestro Movi-
miento: el haber despertado en las nuevas generaciones la conciencia de lo
que fuimos, de lo que somos y de lo que podemos ser.
Que esta egregia figura, asentada en esta capital histórica, cabeza de Casti-
lla, sea, con el recuerdo de la España eterna, el símbolo de la España nueva.
En él se encierra todo el misterio de las grandes epopeyas españolas: servir
a las nobles empresas; tener el deber como norma; luchar en el servicio del
Dios verdadero y, sabiendo que hemos de morir, preferir la muerte gloriosa.
FUENTE 7.2b
FUENTE 7.2c
165
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Por qué la imagen del Cid fue tan utilizada durante el franquismo?
2.- ¿Qué valores representaba que fueran seductores para el nacional – cato-
licismo?
3.- ¿Cómo justifica Franco en su discurso la creación de estos monumentos?
4.- ¿Qué eran las fiestas de “exaltación Cidiana”? ¿Por qué destacan figuras
militares?
5.- ¿Qué simbolizan las siete llaves del sepulcro del Cid? ¿Por qué hay que
abrirlas y recuperar el “espíritu” de Santa Gadea?
6.- ¿Por qué figuras con el Cid, Pelayo o Santiago se convirtieron en símbolos
de España?
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 7.3
“¡Isabel de Castilla!
Hasta aquí queremos que llegue nuestra voz, la voz de las mujeres nacional
– sindicalistas. Hasta el eterno sitial que ocupas. […].
En la tierra ancha y sin límites de Castilla cimentaste un Imperio. Un imperio que
cerraron la morisca Granada y la altiva Navarra. Magníficos broches de oro.
Tu grandeza necesitó un nuevo mundo, porque le faltaba tierra donde mos-
trarse, tu figura gigantesca se perfila hondamente en la Historia del universo
entero.
Tu voluntad de hierro no reconoció obstáculos y tu ánimo entero y firme, se
refleja en la serenidad, de tus ojos entre verdes y azules como nos los describe
Hernando del Pulgar.
166
Cuando el mundo se abatió ante tí, tú supiste abatirte ante dios las águilas
de tu Imperio.
Lograste con tu esfuerzo la Unidad española.
Por eso te veneramos, por eso eres guía y modelo nuestro.
Cuando anhelamos revivir las glorias del Imperio viejo, la mujer de la Falan-
ge, heroica disciplinada y revolucionaria, como la España que tu forjastes,
tenemos que volvernos hacia tu ejemplo, tenemos que imitarte y admirarte.
Que hacer lo que tu hiciste.
Queremos que España recobre su misión universal y civilizadora. Que sea
como en tu época UNA, GRANDE Y LIBRE.
Tú que uniste las tierras de España, que llevaste su nombre al surcar las
mares las naves colombinas, hasta tierras ignoradas, ayúdanos a reconstruir
las pasadas glorias hispanas. Así te lo pedimos las mujeres nacional sindica-
listas, las mujeres de España, que sentimos sobre nuestro corazón, en cruz de
cristiandad tu yugo y las Flechas de Fernando.
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Por qué se asocia a este personaje con la unidad de España? ¿Se dio una
unidad territorial real durante el reinado de los Reyes Católicos?
2.- ¿Por qué Isabel de Castilla se considera un modelo o símbolo femenino?
¿Por qué no utilizar otros personajes como Urraca, Berenguela o María de
Molina?
3.- ¿Quiénes fueron los principales enemigos de Isabel según el texto?
4.- ¿Qué relación establece entre la conquista de la Alhambra y la de América?
5.- ¿Qué importancia puede tener relacionar el lema del franquismo “Una,
grande, libre” con el reinado de Isabel de Castilla?
CONCEPTOS VINCULADOS
167
Bloque 3: Perpetuando el anacronismo: La pervivencia del concepto de
Reconquista en el mundo actual
FUENTE 8.1a
FUENTE 8.1b
168
A ellos se ha dirigido, entre gritos de ¡Viva España!, ¡Viva la Guardia Civil! y
«Abascal presidente», para advertirles que en las elecciones del 28 de abril no
están en juego un puñado de diputados, sino la unidad del país y la libertad de
los españoles, «cuestionada por separatistas, progres, comunistas e islamistas».
Bajo la estatua de don Pelayo que se erige frente a la basílica, Abascal ha
asegurado que, aunque haya quien se ría de los símbolos y piense que Vox
solo quiere hacer un debate histórico, en su partido no tienen vergüenza en
reivindicar los símbolos.
«Estamos hoy en Covadonga para decir que nunca vamos a pedir perdón
por las obras de nuestros mayores, sino que las vamos a tener como guía de
lucha, resistencia y de unos valores asentados en el sentido común que nos
han enseñado en nuestras casas», ha afirmado.
El líder de Vox ha destacado que la campaña del partido verde «está toman-
do tintes de gran movilización» y que no cesará hasta teñir el país de roji-
gualda y representar a la buena gente que son los españoles, pero no a quien
“para acceder al poder pacta con los separatistas o con los amigos de los
terroristas”, en referencia al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Desde este enclave donde, según la leyenda, se inició la Reconquista en el
año 722 con la derrota de las tropas musulmanes a manos de don Pelayo,
Abascal se ha desplazado a Oviedo donde esta tarde ofrecerá su primer mitin
de campaña.”
FUENTE 8.1c
REFERENCIA
169
El Confidencial, 13 de abril de 2019, <URL: https://www.elconfidencial.
com/cultura/2019-04-12/vox-reconquista-andalus-historia-desproposi-
to_1938810/>
b. Abascal apela al «simbolismo» de Pelayo en Covadonga, La Voz de Astu-
rias; 12 de abril de 2019, Puede consultarse en <URL: https://www.lavoz-
deasturias.es/noticia/asturias/2019/04/12/abascal-apela-simbolismo-pela-
yo-covadonga/00031555083703799236199.htm>
c. Fragmento del discurso “Espíritu de reconquista: Santiago Abascal en Co-
vadonga”, VOX España, “Espíritu de reconquista” Santiago Abascal en Co-
vadonga, fragmento obtenido en Youtube: <URL: https://www.youtube.com/
watch?v=FGP_9PHAq2M>
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 8.2a
170
más que duplicó el número de escaños -consiguió 52- y se convirtió en la
tercera fuerza política. Paradójicamente, este Don Pelayo era un impostor y
un felón: dividía las huestes cristianas y auguraba, en consecuencia, larga y
plácida vida a Al Andalus y al emirato de Sánchez.
Y así fue hasta que Isabel Díaz Ayuso, aprovechando su ascendencia sobre
los votantes de Vox y la tendencia suicida de Ciudadanos, decidió conver-
tir Madrid en Covadonga. La batalla se dirime hoy y los pronósticos apuntan
a una victoria aplastante de la nueva Don Pelayo.”
FUENTE 8.2b
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
171
2.- ¿Crees que los partidos conservadores están tratando de disputarse los
relatos del pasado? ¿Con qué objetivo?
3.- ¿Qué valor puede tener Covadonga o la Cruz de la Victoria como elemen-
tos de reclamo popular?
4.- ¿Consideras relevante la apelación a símbolos históricos para concretar
proyectos políticos?
5.- ¿Debe la política utilizar el pasado en sus proyectos de gobierno para el
presente? ¿Cómo puede el pasado mejorar o cambiar la vida cotidiana de la
gente?
CONCEPTOS VINCULADOS
Victoria, cruzada, progresismo, unidad, España, Estado del Bienestar, liderazgo.
FUENTE 8.3a
172
FUENTE 8.3b
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
173
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 8.4
REFERENCIA
174
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Qué momentos del pasado elige vox para rememorar anualmente? ¿Por
qué los elige?
2.- ¿Quién o cómo se elige qué acontecimientos históricos exaltar y cuáles no?
3.- ¿Qué sentido cultural o político pueden tener las efemérides históricas?
4.- ¿Cuál puede ser el significado emocional o cultural ligado a este tipo de
recordatorios?
5.- ¿Pueden estas afirmaciones considerarse presentismos? ¿Son rigurosas
desde el punto de vista histórico?
6.- ¿Crees que la Historia es algo de lo que estar avergonzado u orgulloso?
¿Tenemos las personas alguna capacidad de actuación sobre los hechos del
pasado?
CONCEPTOS VINCULADOS
175
9. Representaciones culturales y pervivencia simbólica de la Reconquista
FUENTE 9.1
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿En qué consiste la fiesta de moros y cristianos? ¿Desde cuándo se cele-
bran?
2.- ¿Crees que este tipo de celebraciones perpetúan una visión histórica concreta?
176
3.- ¿Debe el pasado utilizarse como fundamento de celebraciones populares?
4.- ¿Se puede desligar el significado histórico de la festividad tradicional?
5.- ¿Deben las tradiciones conservarse, aunque los cambios sociales las con-
viertan en incorrectas?
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 9.2a
“La Reconquista fue un proceso que existió pese a no ser mencionado de for-
ma explícita. Los grupos cristianos siempre tuvieron presente el anhelo de la
recuperación de la cristiandad y la unidad perdida frente a los musulmanes,
creando todo un corpus ideológico en torno a ello. De hecho, en el siglo X,
monarcas leoneses comenzaron a utilizar el término Imperator totius Hispa-
niae, algo que fue asumido con posterioridad por otros reyes aragoneses y
navarros.
Además, el empuje cristiano desde la batalla de Covadonga fue avanzando
de forma progresiva. Los territorios conquistados no se perdieron, salvo en
ocasionales embestidas musulmanas, y la política de los reinos nunca per-
dió de vista el objetivo de la unificación. Por ello, Covadonga fue el primer
peldaño de la Reconquista, culminada en 1492 con la toma de Granada, y
también de la Hispanidad, obra que aún sigue en pie”.
FUENTE 9.2b
177
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 9.3a
178
tad, tiene que ser defendido, para seguir siendo. No hay vacaciones posibles
ante la necesidad de la defensa. Esas islas afortunadas donde los hombres
pueden dormir a pierna suelta, sin preocuparse del mañana, no son más que
un sueño de pereza.
Tempus breve est! Qué breve es la duración de nuestro paso por este mundo.
Estas palabras, para un cristiano que quiere luchar, suenan en lo más íntimo
de su corazón como un reproche ante la falta de generosidad y como una
invitación constante para ser leal. Verdaderamente es corto nuestro tiempo
para amar, para dar, para servir. No es justo, por tanto, que lo malgastemos,
ni que tiremos ese tesoro irresponsablemente por la ventana: no podemos
desbaratar el tiempo que Dios nos ha confiado a cada uno de nosotros.”
FUENTE 9.3b
FUENTE 9.3c
179
“Por la reconquista cultural.
Año 711. Una clase dirigente deshonrosa, preocupada únicamente en sus
intereses personales, traiciona sus raíces y se entrega cobardemente al ene-
migo provocando una reconquista que duraría siglos.
Hoy, en 2022, mil trescientos años después, nace la Plataforma 711. Para
luchar contra la imposición ideológica en favor de la libertad en las aulas,
para formar a los líderes del mañana, y para devolver a los jóvenes la voz
que hace tiempo les fue arrebatada.
Ya ha llegado 2022 y estamos organizados.
¡QUÉ EMPIECE LA RECONQUISTA CULTURAL!”
REFERENCIA
a. Javier Naváscues Pérez, Jóvenes por España el espíritu del Cid por amor a
Dios y a la Patria, Revista Hispánica Selecto, 2019, consultado 17/mayo/2022
en URL: https://fnff.es/actualidad/592391217/Jovenes-por-Espana-el-espiri-
tu-del-Cid-por-amor-a-Dios-y-a-la-Patria-Por-Javier-Navascues-Perez.html
b. Logo de la asociación Jóvenes por España.
c. Manifiesto fundacional de la asociación 711: Por la reconquista cultural.
Puede consultarse en: <URL: https://siete11.org/>
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
180
FUENTE 9.4
181
el Católico de Aragón y Sancho el Fuerte de Navarra, así como a todos los
españoles que entonces, antes y después entregaron su vida por la Patria, por
esa promesa inigualable llamada España.
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Qué reinos participaron en la batalla de las Navas de Tolosa? ¿Por qué lo
hicieron? ¿Qué beneficios querían conseguir?
2.- ¿Tenemos una relación tan directa con los personajes del pasado como se
plantea en el texto?
3.- ¿Debemos percibirnos a nosotros mismos como “herederos” de un pasado
que no podemos controlar?
4.- ¿Crees realmente que la Reconquista u los acontecimientos relacionados
con ella han sido silenciados por nuestra historia?
5.- ¿Por qué se exaltan algunos episodios del pasado y no otros?
6.- ¿Crees que debemos privilegiar acontecimientos militares del pasado y
exaltar ese tipo de comportamientos? ¿Se trata de una visión rigurosa o idea-
lizada?
CONCEPTOS VINCULADOS
182
Bloque 4. La Restauratio medieval. Visiones, perspectivas y relatos en un
proceso de larga duración
El reino de Asturias
FUENTE 10.1
“[…] Por aquellos tiempos era prefecto de Asturias, con residencia en León,
Munuza, compañero de Taric. Durante su gobierno, cierto espatario de los
reyes Witiza y Rodrigo, llamado Pelayo, oprimido por el señorío de los ismae-
litas, entró en Asturias con su hermano. El prefecto Munuza envió a Pelayo
a Córdoba con el pretexto de una legación, pero en verdad con ocasión de su
interés por su hermana. Antes de que regresara el antiguo espatario, Munu-
za, mediante cierto artificio, se unió en matrimonio con la hermana de Pela-
yo; mas cuando volvió éste, en ninguna manera quiso consentir en tal enlace,
sino que se apresuró a hacer con gran osadía lo que ya meditaba acerca de la
salvación de la Iglesia. Entonces, el nefando Taric envió soldados a Munuza
para que apresaran a Pelayo y lo llevasen a Córdoba encadenado. Llegados
a Asturias, quisieron cogerle por engaño, y en una aldea llamada Brece supo
Pelayo por cierto amigo la decisión de los caldeos. Mas como los sarracenos
eran muchos, viendo que no podía ofrecerles resistencia, se apartó de ellos
despacio, comenzó de repente a correr y llegó a las orillas del Piloña, […].
Dirigiéndose hacia la tierra montañosa, arrastró consigo a cuantos encontró
camino de una asamblea y con ellos subió a un gran monte llamado Aseuva
y se refugió en la ladera de dicha montaña, en una cueva […]. Desde ella
envió mensajeros a todos los astures, que se congregaron en una junta y le
eligieron príncipe.
Enterados de lo ocurrido los soldados que habían venido para prender a Pe-
layo, regresaron a Córdoba y manifestaron a su rey que se había sublevado
el denunciado por Munuza. Cuando el rey oyó tal noticia, conmovido por
furiosa ira, mandó salir contra el rebelde una hueste innumerable, reclutada
en toda España; puso al frente del ejército a Alkama, su socio, […] y entró en
Asturias con un ejército de 187.000 soldados.
Pelayo estaba con sus compañeros en el monte Aseuva, y el ejército de Alka-
ma llegó hasta él y alzó innumerables tiendas frente a la entrada de la cueva.
El predicho obispo subió a un montículo situado delante de la cueva de la
183
Señora y habló así a Pelayo: «Pelayo, Pelayo, ¿dónde estás?» El interpelado
se asomó a la ventana y respondió: «Aquí estoy». El obispo dijo entonces:
«Juzgo, hermano e hijo, que no se te oculta cómo hace poco se hallaba toda
España unida bajo el gobierno de los godos y brillaba más que los otros
países por su doctrina y ciencia, y que, sin embargo, reunido todo el ejér-
cito de los godos, no pudo sostener el ímpetu de los ismaelitas, ¿podrás tú
defenderte en la cima de este monte? Me parece difícil. Escucha mi consejo:
vuelve de tu acuerdo, gozarás de muchos bienes y disfrutarás de la amistad
de los caldeos». Pelayo respondió entonces: «No leíste en las Sagradas Es-
crituras que la Iglesia del Señor llegará a ser como el grano de mostaza y de
nuevo crecerá por la misericordia de Dios?» El obispo contestó: «Verdadera-
mente, así está escrito». Pelayo dijo: «Cristo es nuestra esperanza; que por
este pequeño montículo que ves sea España salvada y reparado el ejército
de los godos. Confío en que se cumplirá en nosotros la promesa del Señor,
porque David ha dicho: Castigaré con mi vara sus iniquidades y con azotes
sus pecados, pero no les faltará mi misericordia. Así, pues, confiando en la
misericordia de Jesucristo, desprecio esa multitud y no temo el combate con
que nos amenazas. Tenemos por abogado cerca del Padre a nuestro Señor Je-
sucristo, que puede librarnos de estos paganos». El obispo, vuelto entonces
al ejército, dijo: «Acercaos y pelead. Ya habéis oído cómo me ha respondido;
a lo que adivino de su intención, no tendréis paz con él, sino por la venganza
de la espada».
Alkama mandó entonces comenzar el combate, y los soldados tomaron las
armas […]. Pero al punto se mostraron las magnificencias del Señor: las
piedras que salían de los fundíbulos y llegaban a la casa de la Virgen Santa
María, que estaba dentro de la cueva, se volvían contra los que las dispa-
raban y mataban a los caldeos. Y como Dios no necesita las lanzas, sino
que da la palma de la victoria a quien quiere, los cristianos salieron de la
cueva para luchar con los caldeos; emprendieron éstos la fuga, se dividió
en dos su hueste, y allí mismo fue al punto muerto Alkama y apresado el
obispo Oppas.
En el mismo lugar murieron ciento veinticuatro mil caldeos, y los sesenta
y tres mil restantes subieron a la cumbre del monte Aseuva […] Pero ni
estos escaparon a la venganza del Señor […]. el monte, desgajándose de
sus cimientos, arrojó al río los sesenta y tres mil caldeos y los aplastó a
todos […]”
184
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- Contextualiza el texto. ¿Se escribe el texto al mismo tiempo que tiene
lugar la batalla?
2.- ¿Te parece un relato verosímil?
3.- ¿Cuál crees que es el objetivo de la crónica de Alfonso III? ¿Qué sentido
tiene relatar un pasado remoto?
4.- ¿Qué elementos consideras que están mitificados o exagerados en el tex-
to? ¿Por qué?
5.- ¿Qué importancia real tuvo la batalla de Covadonga en la conformación
de los reinos cristianos?
6.- ¿Qué es un mito de los orígenes? ¿Para qué sirven? ¿Son los mitos de los
orígenes un fenómeno específico de la tradición cultural hispana?
CONCEPTOS VINCULADOS
El reino de Pamplona
FUENTE 10.2
“En la era 943 [año 905] se alzó en Pamplona un rey llamado Sancho Gar-
cés. Fue siempre inseparable y reverente con la fe de Cristo, piadoso con
todos los fieles y misericordioso con los católicos oprimidos.
¿Qué más? Destacó en todas sus obras. Luchador contra los ismaelitas,
realizó muchos estragos en las tierras de los sarracenos. Allí, por Cantabria,
tomó todos los castillos desde la ciudad de Nájera hasta Tudela. Se apoderó
del territorio de Deyo con todas sus fortalezas. Puso la región de Pamplona
bajo su autoridad, y tomó también todo el territorio aragonés con sus cas-
tillos. Después, expulsados todos los fanáticos, emigró del siglo (murió) en
el vigésimo año de su reinado. Fue sepultado en el pórtico de San Esteban y
reina con Cristo en el cielo.
185
Igualmente, su hijo el rey García reinó cuarenta años. Fue bondadoso y pro-
vocó muchas muertes entre los sarracenos. E igualmente murió; fue sepulta-
do en la fortaleza de San Esteban.
Le sucedieron en su patria sus hijos, es decir Sancho y Ramiro, a quienes
Dios omnipotente proteja muchos años, amén.”
REFERENCIA
Retrato del rey Sancho Garcés, Initium regum Pampilonae, (976), [ed. lat. de
Á. J. Martín Duque 1986]
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
La marca hispánica
FUENTE 10.3
186
ción en el camino, y queriendo aprovecharse de su captura para vengarse,
fue muerto por aquellos que le conducían no lejos del Puig de Santa María.
Sin embargo, su hijo, el mencionado Guifré, que con él era conducido, fue
presentado al rey de los francos y él mismo explicó lo que había sucedido a
su padre en el camino. Apenado también el rey, censuró el hecho y, puesto
que ello había sucedido así, anunció que posteriormente el honor de Guifré
podía ser motivo de perdición para el rey de los francos.
Sin embargo, el rey, habiendo acogido al niño, según se dice, se ocupó de
encomendarlo para que lo educara a un cierto conde de Flandes, a cuya hija
adolescente dejó embarazada; sin embargo, nadie tuvo conocimiento de este
hecho excepto la madre de la joven, que sagazmente lo conoció y calló lo sa-
bido más por pudor que por consentimiento. Dudando, no obstante, la madre
de poder entregar su hija a aquel varón y temiendo también que si esta no-
ticia llegase a conocimiento de algunos, la muchacha sufriría el oprobio de
todos, finalmente adoptó esta decisión: llamó al mencionado joven jurándole
que, si por voluntad divina, algún día recuperaba la honor paterna, es decir,
el condado de Barcelona, le daría la mencionada joven en matrimonio. He-
cho esto, le vistió con pobres ropajes y con el hábito de peregrino, en unión
de una anciana le envió al territorio de Barcelona junto a su madre, que vi-
vía todavía permanecía viuda. Esta, reconociéndole porque tenía vello en un
lugar insólito del cuerpo, de ahí el nombre de Pilós [Velloso], convocados,
los magnates y próceres de toda su patria, que habían conocido a su padre
y le habían permanecido fieles, les mostró celosamente a su hijo. Pensando
entonces todos aquellos magnates y optimates con cuanto fraude y oprobio
su padre había sido asesinado y él desheredado, le tomaron por señor y le
juraron fidelidad tal como hacen los siervos con su señor. Después, acordado
el día, se presentaron todos juntos con el niño en el lugar donde Salomón,
de nacionalidad gala, a la sazón conde de Barcelona, habían convenido que
debía morir; y allí, con el consenso general, el joven, desenvainada la espa-
da, mató delante de todos al mencionado conde con sus propias manos, y,
mientras vivió, él solo poseyó su condado desde Narbona hasta Hispania.
Finalmente, enviados legados a la Galia, tal como había prometido, tomó en
matrimonio a la hija del mencionado conde de Flandes, presentándose a ella
en el lugar y día convenidos. Después, con el consejo y ayuda de los amigos
de la joven, se consiguió que tuviera la gracia y amistad del rey; y recibiendo
por su mano su honor, en su corte permaneció largo tiempo. Y cuando toda-
vía allí permanecía, le llegó la noticia de que los sarracenos habían venido a
su patria, y, a la vez la habían invadido y retenido casi toda. En consecuen-
187
cia, notificando también él mismo esto al rey, pidió su ayuda para combatir-
los. Pero el rey, impedido por otros asuntos, no pudo prestarle auxilio. Sin
embargo, añadió esto a su petición, que si el propio Guifré por sí mismo, en
unión de los suyos, consiguiera expulsar a los agarenos de los mencionados
confines, la honor de Barcelona pasaría perpetuamente a su dominio y al de
todos sus descendientes; pues antes que él a nadie le había sido dado el con-
dado por sucesión hereditaria, sino que el rey de los francos lo daba a quien
quería y por el tiempo que quería. A continuación, Guifré, habiendo reunido
a las fuerzas de los próceres de una y otra parte de las Galias, rechazó a los
agarenos expulsados de todos sus confines hasta los términos de Lérida, y
poseyó como dominio toda su mencionada honor, recuperada muy esforza-
damente. De este modo, la honor barcelonesa pasó de la potestad real a las
manos de nuestros condes de Barcelona.”
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Qué relación existía entre el reino de los francos y los condados catala-
nes? ¿Puede esa relación romperse fácilmente teniendo en cuenta las costum-
bres feudales?
2.- ¿Actúa el protagonista de acuerdo con las reglas de la nobleza o debe reco-
rrer un camino de redención por sus acciones? ¿Cómo logra recuperar la honra?
3.- ¿Qué convierte a Guifré en un hombre digno de la mano de la noble franca?
4.- ¿Qué pretende destacar el texto con respecto a los condados catalanes?
¿Qué ruptura se pretende conseguir?
5.- ¿En qué momento la autonomía condal pasó a convertirse en territorio so-
berano? ¿Era habitual que la nobleza obtuviera los territorios en herencia en
la Alta Edad Media? ¿Se corresponde con las fechas aportadas por el texto?
6.- ¿Son los musulmanes los verdaderos enemigos del fragmento o únicamen-
te la excusa para que Guifré logré la autonomía de los condados catalanes?
CONCEPTOS VINCULADOS
188
11.- La perspectiva islámica en torno a la conquista de la península
FUENTE 11.1
13 En algunos textos islámicos se refieren a los cristianos como politeístas por la creencia en la Trinidad católi-
ca, puesto que consideran que Allah es la única forma posible de deidad.
189
una matanza tal, que casi los exterminaron. Los pocos que pudieron escapar
huyeron a Orihuela, donde no tenían gente de armas ni medio de defensa;
más su jefe Tudmir, que era hombre sabio y de mucho ingenio, al ver que no
era posible la resistencia con las pocas tropas que tenía, ordenó que las mu-
jeres dejasen sueltos sus cabellos, les dio cañas y las colocó sobre la muralla
de tal forma que pareciesen un ejército, hasta que él acordase la paz. Salió
enseguida a guisa de parlamentario, pidiendo la paz que le fue otorgada […]
Después de haber puesto en noticia de Tárik las conquistas alcanzadas y de
haber dejado allí (con Teodomiro) algunas tropas […] marchó el grueso del
destacamento hacia Toledo para reunirse con Tárik.
Moguits permaneció tres meses sitiando a los cristianos en la iglesia de San
Acisclo, hasta que una mañana vinieron a decirle que el caudillo cristiano ha-
bía salido, huyendo a rienda suelta en dirección a la sierra de Córdoba, a fin
de reunirse con sus correligionarios en Toledo, y que había dejado en la iglesia
a sus soldados. Moguits salió en su persecución solo y le vio que huía en su
caballo […] llegó a un barranco donde su caballo cayó y se desnucó. Cuando
llegó Moguits […] se entregó prisionero, siendo el único de los caudillos cris-
tianos que fue aprehendido, pues los restantes o se entregaron por capitulación
o huyeron a Galicia. Después volvió Moguits a la iglesia, hizo salir a todos los
cristianos y mandó que les cortasen la cabeza, tomando entonces esta iglesia
el nombre de la iglesia de los prisioneros. […] Tárik llegó a Toledo, y dejando
allí algunas tropas, continuó su marcha hacia Guadalajara, después se dirigió
a la montaña, pasándola por el desfiladero que tomó su nombre, y llegó a una
ciudad que hay en la otra parte del monte, llamada Almeida, nombre debido
a la circunstancia de haberse encontrado en ella la Mesa del rey Salomón, el
hijo de David, cuyos bordes y pies, en número de 365, eran de esmeralda verde.
REFERENCIA
Relato de la conquista de España por Tarik Ben Ziyad (711). Anónimo Anda-
lusí, Ajbar Machmua (c. 1050).
PREGUNTAS SUGERIDAS
190
3.- ¿Qué ciudades menciona? ¿Se convirtieron en centros importantes para el
poder islámico?
4.- ¿Qué hicieron los nobles cristianos?
5.- ¿Existe colaboración entre cristianos y musulmanes durante la conquista?
¿A qué puede deberse? ¿Cuáles fueron las causas de este proceso?
6.- ¿Qué importancia tiene que el relato se escriba más de tres siglos después
de la conquista? ¿A través de que fuentes pudo obtener la información sobre
el proceso?
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 11.2
191
“Treinta asnos salvajes ¿qué daño pueden hacernos?” En el año 133 murió
Pelayo y reinó su hijo Fáfila. El reinado de Pelayo duró diecinueve años y el
de su hijo dos. Después de ambos reinó Alfonso, hijo de Pedro, abuelo de los
Banu Alfonso, que consiguieron prolongar su reino hasta hoy y se apodera-
ron de lo que los musulmanes les habían tomado.
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
192
12.- De la pérdida de España a su salvación. Profecías en torno a la salvatio
hispaniae
FUENTE 12.1
“¿Quién podrá pues narrar tan grandes peligros? ¿Quién podrá enumerar
desastres tan lamentables? Pues aunque todos los miembros se convirtiesen
en lengua, no podría de ninguna manera, la naturaleza humana referir la
ruina de España ni tantos y tan grandes males como esta soportó. Pero para
contar al lector todo en breves páginas, […]., todo cuanto según la histo-
ria soportó la conquistada Troya, lo que aguantó Jerusalén […].y, en fin,
todo cuanto Roma […] alcanzó por sus mártires, todo esto y más lo padeció
España, tanto para su honra, como también para su deshonra, pues antes
era deslumbrante, y ahora está hecha una desgracia […] En la era del 749,
mientras por dichos enviados se devastaba España y se combatía con gran
furor, no solo contra los enemigos, sino también entre sí, Musa […] entró
hasta la ciudad regia de Toledo, castigando a las ciudades vecinas con mala
paz fraudulenta, y a algunos nobles, señores varones que de algún modo se
habían quedado, llegando a Toledo huyendo de Oppas, hijo del rey Egica, los
mató con la espada en el patíbulo, y con este motivo pasó a todos a cuchillo.
De este modo, no solo la España Ulterior, sino también la Citerior, hasta
Cesaraugusta (Zaragoza) […], la despobló con la espada, el hambre y el cau-
tiverio; destruyó, quemándolas con el fuego, las bellezas ciudadanas; envió
a la cruz a los señores y poderosos del siglo, y descuartizó con los puñales a
los jóvenes y pequeños. Y así incita a todos con semejante terror, y algunas
ciudades que habían quedado, viendose forzadas, piden la paz, y persuadien-
do o burlando con astucia a algunos no de modo acostumbrado, concede lo
pedido. Pero, los que habiendola obtenido, se niegan a obedecer, aterrados
por el miedo, e intentan huir a los montes, mueren de hambre y de diversas
muertes. Y en la misma desgraciada España, en Córdoba, en la antigua sede
patricia, que siempre había sido la más opulenta de las ciudades vecinas y
hacían las delicias del Reino godo, colocan ahora su inhumano yugo.”
REFERENCIA
193
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 12.2
“169 son los años de los árabes en Hispania, y el día tercero de los idus de
noviembre empieza el 170º, y de la predicación del muy inicuo Mahoma en
África son 270, en la era que ahora discurre 921 [año 883].
Así se dice en el libro del Profeta Ezequiel: “Tú, hijo del hombre, enfréntate
a Ismael y dirígete a ellos diciendo: Entrarás en la tierra de Gog con pie
fácil, y abatirás a Gog con tu espada, y pondrás el pie en su cerviz y harás de
ellos tus siervos tributarios. Sin embargo, puesto que abandonaste al Señor
tu Dios, como hiciste a Gog, así hará el contigo. Una vez que los hayas po-
seído en esclavitud 170 años, Gog te dará tu pago como tú hiciste”.
El tal Gog es el pueblo de los godos; y del mismo modo que de todo el género
de los ismaelitas solo se nombra a Ismael, cuando el profeta dice “Enfréntate
contra Ismael”, así por todo el pueblo de los godos solo se nombra a Gog, de
cuyo origen proceden y de él toman su nombre […].
Los propios sarracenos, por algunos prodigios y señales de los astros, pre-
dicen que se acerca su perdición y dicen que se restaurará el reino de los
godos por este príncipe nuestro; también por revelaciones y apariciones de
muchos cristianos se predice que este príncipe nuestro, el glorioso don Alfon-
so, reinará en tiempo próximo en toda España. Y así, bajo la protección de la
divina clemencia, el territorio de los enemigos mengua cada día, y la Iglesia
del Señor crece para más y mejor. Y cuanto logra la dignidad del nombre de
Cristo, tanto desfallece la escarnecida calamidad de los enemigos.”
194
REFERENCIA
Crónica Profética, (c. 910). [ed. J.Gil y J.I. Ruiz de la Peña, 1985]
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 12.3
“Así se cumplió el vil deseo del tirano Rodrigo, (tagiya Rudriq), destrúyale
Dios, entrando en Valencia en el año [4]88 [1095], usando de algunas de sus
perfidias (gadr), tras acatar al citado cadí [Ibn Yahhaf] y darle protección
con el poderío de su infidelidad, entrando como obediente a su autoridad,
con medios arbitrados y pactos y seguridades – según su opinión – acepta-
dos, pero que no duraron nada ni su vigencia se mantuvo, pues [Ibn Hayyaf]
quedó poco tiempo junto [a Rodrigo], molesto éste por su compañía y bus-
cando cómo hacerle caer, hasta que lo logró […]
Me contó alguien que lo vió en aquel trance que se cavó un hoyo para [meter
a Ibn Yahhaf] allí, hasta las axilas, siendo prendido el fuego a su alrededor, y
él acercaba con su mano las maderas que estaban lejos, para que ocurriera
más rápido su trance y fuera más breve el tiempo de su suplicio, ¡escríbalo
Dios así en la hoja de sus buenas acciones, borrándole con ello sus anterio-
195
res maldades!, ¡Qué Él nos evite, en la otra vida, el dolor de sus castigos, y
nos haga hacedero lograr su aprobación!
Quiso [el tirano] entonces, maldígale Dios, quemar a la mujer y a las hijas
[de Ibn Yahhaf] pero le hablo de ellas uno de sus personajes cristianos, y a
duras penas logró trocar su propósito, siendo así rescatadas de su suplicio.
Esta grave calamidad [de Valencia] hizo arder de indignación a todos los
territorios de la península, y a todos afectó la humillación y la vergüenza.
El poder de ese tirano [Rodrigo] se extendía, abrumando a todas partes y
amedrentando al prójimo y al lejano. Contóme quien lo oyó, que él decía,
cuando su afán era más fuerte y su codicia extrema: “Por un Rodrigo fue
conquistada esta Península y [este otro] Rodrigo la salvará” frase que llenó
[de espanto] los corazones [de los andalusíes], pues creyeron que ocurriría
esa temible amenaza.”
REFERENCIA
Ibn Bassam, al- Ḏajīra fī maḥāsin ahl al-Ŷazira [Ed. Viguera, (2000) “El Cid
en las fuentes árabes”, en El Cid, Poema e Historia, ed. Hernández].
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Qué personajes aparecen reflejados en el texto? ¿A qué se refiere con qué
“Por un Rodrigo fue conquistada y Rodrigo la salvará?
2.- ¿Qué opinión tiene el autor sobre el Cid? ¿Qué recursos utiliza para refor-
zar esa imagen?
3.- ¿Se corresponde con lo que hemos visto en las fuentes anteriores? ¿Qué
visión del personaje te parece más rigurosa? ¿Por qué?
4.- ¿Crees que las acciones del Cid según el texto se corresponden con lo que
haría un héroe? ¿Por qué?
5.- ¿Qué aporta esta perspectiva islámica de la pérdida de España que es di-
ferente a los textos cristianos?
CONCEPTOS VINCULADOS
196
FUENTE 12.4
“Os diré una visión que vio el padre nuestro, que era de Navarra y dice aquel
que vio a un hombre vestido de blanco mientras estaba durmiendo y llamán-
dole por su nombre le preguntó si dormía. El hizo la señal de la cruz atemo-
rizado y le pregunto ¿Quién eres tu que me has despertado? Y él dijo: Yo soy
el ángel de Nuestro Señor, y os digo que esta disputa que ha venido entre los
sarracenos y los cristianos en España, tengas por cierto que un rey los habrá
a todos de restaurar y defender para que aquel mal no venga en España. Y le
preguntó el padre que era de Navarra ¿cuál rey sería aquel? Y él respondió
que el rey de Aragón que tiene por nombre Jaime Y decía este padre que esta
visión que había visto lo había dicho en penitencia, y por cierto que lo había
visto, le pesaba mucho al padre que no hubiera dicho que era el Rey de Na-
varra. Y por eso debemos sentir alegría de que sea nuestro Rey, pues nuestro
Señor restaurara tan gran mal y defenderá que no pueda venir.
[…] Y os diremos – gran maravilla nos produce sentir que tanto os cueste en-
tender la razón, pues debierais guardar la empresa tal cual es y guardar por
su cumplimiento por buen o mal entendimiento. Pues tenemos por cierto que
ningún hombre podría en mal notar esto, pues lo hacemos en primer lugar
por Dios, en segundo por salvar España, y en tercero que nos e vos hayamos
tan buen pago y tan gran nombre que por nos e por vos sea salvada España.
Y se lo debemos a Dios, y aquellos de Cataluña, que es el mejor reino de Es-
paña, el más honrado y el más noble […].
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
197
6.- ¿Consideras que es compatible que salven España y restauren el reino de
los godos a la vez varios reinos hispanos? ¿Qué importancia puede tener esta
idea dentro de las disputas internas entre los reyes peninsulares?
CONCEPTOS VINCULADOS
198
13.- Coexistencia, sumisión y parias. Relaciones entre el mundo cristiano e
islámico
FUENTE 13.1
199
rompió el silencio y dijo: “Bienvenido seas a nuestra corte, Ordoño. Ojalá veas
cumplidos tus deseos y realizadas tus esperanzas. Encontrarás en nosotros el
mejor consejo y la más cordial acogida y mucho más de lo que esperas”.
Cuando el intérprete explicó a Ordoño el sentido de estas benignas palabras,
se reflejó en su rostro la alegría, levantóse, y besando el tapiz que cubría las
gradas del trono: “Soy -dijo- esclavo del Comendador de los Creyentes. Con-
fío en su magnanimidad, en su alta virtud busco mi apoyo y le otorgo pleno
poder sobre mí y sobre los míos. Iré donde me ordenare, le serviré sincera y
lealmente”. “Nosotros te creemos digno de nuestras bondades -repuso el ca-
lifa-; quedarás satisfecho cuando veas hasta qué punto te preferimos a todos
tus correligionarios, y te alegrarás de haber buscado asilo entre nosotros y
de haberte cobijado a la sombra de nuestro poder”. Después de hablar de
este modo el califa, Ordoño se arrodilló nuevamente, e implorando la ben-
dición de Dios para el monarca, expuso su demanda en estos términos […]
Poco después le enviaron, para que lo firmase, un tratado, por el cual se
comprometía a vivir siempre en paz con el califa, a entregarle su hijo Gar-
cía en rehenes, y a no aliarse con Fernán González. Lo firmó y entonces
Al-Hakam puso a su disposición un cuerpo de ejército mandado por Galib
[…], después de ordenar a estos personajes –a quienes debía ser entregado
García- que hicieran todos los esfuerzos posibles para atraer a los leoneses
a la obediencia de Ordoño.”
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
200
6.- ¿Coincide esta relación con la imagen tradicional de enfrentamiento entre
cristianos y musulmanes? ¿Crees que fueron habituales pactos de este tipo?
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 13.2
“Envió el rey don Alfonso al Cid Ruy Díaz por el tributo que los reyes de
Córdoba y de Sevilla tenían que pagarle todos los años. Almutamiz, rey de
Sevilla, y Almudafar, rey de Granada, eran a la sazón muy enemigos y se
odiaban a muerte. Almudafar, rey de Granada, tenía de su parte a algunos
ricos hombres que le ayudaban: tal era el conde García Ordóñez, y Fortún
Sánchez —yerno del rey don García de Navarra— y Lope Sánchez... Todos
éstos auxiliaban con su poder a Almudafar; y juntos marchaban sobre Almu-
tamiz, rey de Sevilla.
El Cid Ruy Díaz, cuando supo cómo venían sobre el rey de Sevilla, que era
vasallo y pechero del rey don Alfonso, su señor, túvolo a mal y pesóle mucho;
y envió a todos cartas rogándoles que no se empeñasen en atacar al rey de
Sevilla y destruir sus tierras, por la obligación que tenían al rey don Alfonso;
y que si a toda costa querían hacerlo, tuvieran por cierto que el rey don Al-
fonso no podría dejar de sostener a su vasallo, puesto que era su pechero. El
rey de Granada y los ricos hombres no hicieron caso de las cartas del Cid; y
cayeron esforzadamente sobre el rey de Sevilla, destruyendo todas sus tierras
hasta el castillo de Cabra.
Al ver esto, el Cid Ruy Díaz reclutó todas las fuerzas que pudo juntar entre
cristianos y moros, y marchó contra el rey de Granada para expulsarle de
las tierras del rey de Sevilla. Cuando esto supieron el rey de Granada y los
ricos hombres que le acompañaban, enviáronle a decir que no seria él quien
los echara de aquellas tierras. Oyólo el Cid Ruy Díaz, y se dijo que estaba
obligado a castigarlos; y fue hacia ellos, y lidió con ellos en batalla campal
que duró desde la hora de tercia hasta mediodía; y grande fue la mortandad
de moros y cristianos por parte del rey de Granada.”
REFERENCIA
201
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 13.3
“A este tenor expuse el asunto ante Alvar Háñez, diciéndole que no tenía
modo de dar nada a Alfonso, y excusándome con los gastos que me habían
ocasionado los Almorávides y las demás circunstancias anejas a su venida;
pero el puerco no me contestó. Lo que hizo, fiel al servicio de su señor, fue
despacharle a éste un mensajero para pedirle que me enviase un embajador a
reclamar el tributo, y que si este embajador retornaba con las manos vacías,
él fuese el encargado de tomar venganza invadiendo mis estados, la nueva
también produjo temor y agitación entre mis súbditos. El desconcierto llegó
al punto de que nadie creía que Alfonso se iba a dar por satisfecho con sacar
dinero, sino que se quedaría para ocupar el territorio […].
[El embajador castellano]: Yo he venido exclusivamente para advertirte que
has de pagar a mi rey el tributo que le debes de tres anualidades, o sea, trein-
ta mil meticales, de los que no te rebajaré absolutamente nada [...].
Vuelta la atención a los habitantes de mi capital y a la manera como proce-
dían y se comportaban, me di cuenta de que su cambio de actitud anunciaba
el fin de mi autoridad... Los comerciantes y el resto de la población de la
capital abrigaban la intención de pasarse al bando que venciera. Eran gen-
tes que no podían hacer la guerra y que no tenían nada de soldados. Por
otro lado, muy buena parte de ellos habían salido de Granada, diciéndose:
202
¿Por qué razón tenemos que sufrir un asedio? Aquí, como en toda ciudad,
hay comerciantes y artesanos (que nada tienen que ver con la política). Los
súbditos en general aplaudían esta actitud, que deseaban adoptar, ávidos de
libertad y de no verse sujetos a otras contribuciones que no fueran el azaque
y el diezmo”.
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
203
14.- La cruzada hispánica: perspectivas contrapuestas
FUENTE 14.1
204
REFERENCIA
FUENTE 14.2
“Cuando Al-Nasir supo que Alfonso venía contra él y que se había apodera-
do de Calatrava, que era el mejor castillo fronterizo de los musulmanes, lo
sintió tanto que dejó de comer y beber y cayó enfermo de pesar. Apretó con
esto el cerco de Salvatierra,[…] y al cabo la tomó por capitulación a últimos
de du-l-hidjdja del 608.
Al oír Alfonso que Al-Nasir había tomado a Salvatierra, se dirigió contra él
con todos los reyes cristianos que le acompañaban y con sus ejércitos. Al sa-
berlo Al-Nasir, le salió al encuentro con las tropas musulmanas: avistáronse
los combatientes en el sitio llamado Hisn al’Iqab; allí se dio la batalla. […].
Al-Nasir vino a ocuparla y se sentó sobre su escudo con el caballo al ado; los
negros rodearon la tienda por todas partes con armas y pertrechos. […] Se
dirigió contra ellos el ejército cristiano. en filas, como nubes de langostas;
los voluntarios les salieron al encuentro y cargaron sobre ellos en número
de 160.000, pero desaparecieron entre las filas de los cristianos, quienes los
cubrieron y combatieron terriblemente. Los musulmanes resistieron heroicos,
todos los voluntarios murieron mártires, sin dejar uno; las tropas almohades,
árabes y andaluzas los miraban sin moverse. Cuando los cristianos acabaron
con los voluntarios, cargaron sobre los almohades y sobre los árabes con
inaudito empuje; mas al entablarse el combate huyeron los caídes andaluces
con sus tropas por el odio que había en sus corazones contra al-Nasir, a
causa de la muerte de Ibn Qadis y de las amenazas que les había dirigido Ibn
Djami’ al despedirlos.
Cuando los almohades, los árabes y los cábilas bereberes vieron que los
voluntarios habían sido exterminados, que los andaluces huían, que el com-
bate arreciaba contra los que quedaban, y que cada vez los cristianos eran
más numerosos, se desbandaron y abandonaron a Al-Nasir. Los infieles los
persiguieron espada en mano, hasta llegar al círculo de negros y guardias
que rodeaban a Al-Nasir; pero los encontraron que formaban como un sóli-
do muro, y no pudieron abrir brecha; entonces volvieron las grupas de sus
caballos acorazados contra las lanzas de los negros, dirigidas contra ellos,
y entraron en sus filas.
205
Al-Nasir seguía sentado sobre su escudo, delante de su tienda, y decía “Dios
dijo la verdad y el demonio mintió” sin moverse de su sitio, hasta que lle-
garon los cristianos junto a él. Murieron a su alrededor más de 10.000 de
los que formaban su guardia; un árabe entonces, montado en una yegua,
llegóse a él y le dijo: “Hasta cuándo vas a seguir sentado?, ¡Oh, Príncipe de
los Creyentes!, se ha realizado el juicio de Dios, se ha cumplido su voluntad
y han perecido los musulmanes”. Entonces se levantó para montar el veloz
corcel que tenía al lado; pero el árabe, descabalgando de su yegua le dijo:
“Monta en ésta que es de pura sangra y no sufre ignominia, quizás Dios te
salve con ella, porque en tu salvación está nuestro bien”. Montó Al-Nasir en
la yegua, y el árabe en su caballo le precedía, rodeados ambos por un fuerte
destacamento de negros, a cuyos alcances iban los cristianos. El degüello de
musulmanes duró hasta la noche, y las espadas de los infieles se cebaron en
ellos y los exterminaron completamente, tanto que no se salvó uno de mil. Los
heraldos de Alfonso gritaban: “Matad y no apresad, el que traiga un prisio-
nero será muerto con él”. Así que no hizo el enemigo un solo cautivo este día.
Fue esta terrible calamidad el lunes 15 de safar del 609; comenzó a decaer
el poder de los musulmanes en al – Andalus, desde esta derrota, y no alcan-
zaron ya victorias sus banderas; el enemigo se extendió por ella y se apo-
deró de sus castillos y de la mayoría de sus tierras, y aún hubiera llegado a
conquistarla toda, si Dios no le hubiese concedido el socorro del emir de los
musulmanes Abu Yusuf ben ‘Abd al-Haqq, que restauró sus ruinas, reedificó
sus alminares y devastó en sus expediciones el país de los infieles.”
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Qué cualidades tiene el rey cristiano de acuerdo con el texto de Jiménez
de Rada?
2.- ¿Cómo se refieren los cristianos a los musulmanes? ¿Y a la inversa? ¿Qué
adjetivos o valoraciones acompañan a las menciones?
3.- ¿Qué diferencias discursivas encuentras entre ambos relatos?
4.- ¿Qué papel desempeñan los elementos religiosos en el transcurso del en-
frentamiento?
206
5.- ¿A qué alude el autor islámico para explicar la derrota? ¿Qué responsabi-
lidad le otorga a Al-Nasir?
6.- ¿Por qué será importante para los historiadores analizar y comparar diver-
sos relatos de un mismo acontecimiento? ¿Debe la Historia reconstruirse a
través de una única visión?
7.- ¿Crees que la Historia tradicional ha sido justa y rigurosa a la hora de ana-
lizar los diferentes relatos o que por el contrario ha tendido a favorecer unas
versiones sobre otras?
CONCEPTOS VINCULADOS
207
15.- Restauratio gothorum: Los Reyes Católicos y el fin del sueño goticista
FUENTE 15.1
REFERENCIA
Historia de los Reyes Católicos don Fernando y doña Isabel, del Bachiller
Bernáldez, cura de Los Palacios, [ed. Rosell, Madrid, B.A.E., vol. 70, pp.
643-644.]
208
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Por qué se rinde Granada? ¿Qué acuerdo existe entre Boabdil y el rey a
cambio de su rendición?
2.- ¿Qué simboliza el beso de Boabdil? ¿Y el rechazo del rey Fernando?
3.- ¿Por qué son los hombres quienes realizan el intercambio si la conquista
de Granada era una misión castellana?
4.- ¿Por qué se considera una conquista “santa”? ¿Se asocia con una termino-
logía militar o providencialista?
5.- Si la conquista de Granada simboliza el fin de la “Reconquista” ¿por qué
no se expulsó a los musulmanes como se había hecho con los judíos? ¿Hasta
cuándo perduró la presencia islámica en la península? ¿Qué consecuencias
tuvo su expulsión?
6.- ¿Qué pretende el cronista con este relato? ¿Qué intención discursiva tiene?
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 15.2
209
a la cristiandad afligida con innumerables desgracias que le acarrearon los
infieles, sino que también advertisteis con vuestro ejemplo a los demás Prín-
cipes Cristianos, que las fuerzas y las armas, que el Señor les otorgó, deben
ser empleadas, no para ruina e injuria o perjuicio de los cristianos , ni para
engrandecer codiciosamente el propio imperio , sino para la salvación de los
Cristianos y para defensa de la fe católica y de la Iglesia.
[…] A vuestra religión y alma católica les abona un incesante interés por
custodiar en vuestros reinos la fe católica, ya que no cesáis de combatir a
sus abiertos adversarios ni de expurgar dichos reinos de enemigos internos
emboscados, que bajo el nombre de cristianos, mas habiendo renegado de
Cristo, habían inficionado al pueblo del Señor con perfidia judaica y execra-
ble superstición. Para que aquella peste no siguiera nutriéndose ahí por más
tiempo de raíz tan venenosa ahuyentasteis por completo a la muchedumbre
de judíos que vivían en vuestro reino, dejándolos llevar sus bienes con increí-
bles pérdidas para vosotros y quebranto de los naturales, sacrificándolo todo
en aras de las celestiales ganancias.
[…] Pues es peculiar de los Reyes de España luchar por la fe y fue siempre
destino de los Reyes españoles vencer a los infieles. […] Vuestra Madre pia-
dosa, y a la Sede Apostólica, y a Nosotros que en ella nos sentamos, decreta-
mos llamaros en adelante, por especial prerrogativa y privilegio Católicos y
señalar y honrar con este título peculiar en nuestras inscripciones a vuestras
personas a las cuales en uso de nuestro oficio apostólico por las presentes
señalamos, honramos y nombramos con este tan ilustre título. Pues, ¿a quién
cuadra mejor el título de Rey Católico, que a vosotros, defensores de la fe
católica, y de la la Iglesia Católica, a la cual se esfuerzan continuamente
Vuestras Majestades en defender y propagar con las armas y con la sangre?”
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Por qué otorga Alejandro VI a Isabel y Fernando el título de Reyes Cató-
licos? ¿Qué argumentos expone para otorgarles el título?
2.- ¿Se trata de un reconocimiento importante a nivel internacional? ¿Qué
implicaciones tuvo?
210
3.- ¿Por qué considera el pontificado que una de las misiones de los monarcas
cristianos es defender la fe católica?
4.- ¿Con que discurso medieval podemos relacionar esta bula? ¿Qué impor-
tancia tiene la guerra frente a los musulmanes en el otorgamiento?
5.- ¿Presenta Alejandro VI una idea de continuidad entre la conquista islámi-
ca y la guerra de Granada? ¿Qué pretende conseguir con eso?
6.- ¿Qué papel desempeña Dios en las acciones de los reyes? ¿Es un agente
pasivo o activo?
CONCEPTOS VINCULADOS
211
El concepto de patrimonio ¿espacio de complicidad,
escenario de conflictos?
Aurora Rivière
Universidad Complutense de Madrid
[email protected]
“(…) no hay nada que nos indique que tengamos que considerar
patrimonio los aspectos más amables, más sumisos y confortables,
más orgánicos de la vida social. Por eso, puestos a definir de una
forma amplia lo que es patrimonio, no veo qué nos impide reclamar
tal condición para ese aspecto polémico de la vida social, hecho de
luchas, de conflictos. A algunos, por lo menos, nos parece que es lo
más importante.”
Manuel Delgado14
Índice
14 Godoy, M., & Poblete, F. (2017). Sobre antropología, patrimonio y espacio público. Revista Aus-
tral de Ciencias Sociales, (10), 49-66. Entrevista al profesor Manuel Delgado de quien proceden
estos comentarios.
213
II.- Fuentes para preguntarnos sobre el concepto de patrimonio
214
1. En la consideración del patrimonio como una construcción social. Frente
a la valoración hegemónica y sustancialista que otorga a los bienes cul-
turales unas cualidades intrínsecas, un valor en sí mismo que justifica-
ría la necesidad de protegerlos y conservarlos en su estado primigenio,
consideraremos ese valor como algo otorgado, atribuido por “expertos”
en relación con diferentes procesos económicos, políticos y sociales que
conducen la atribución de significados.
2. Como construcción social el concepto de patrimonio alude a procesos
constitutivos, más que a los objetos en sí. En este sentido, desde una pers-
pectiva crítica, se habla de patrimonialización, que alude precisamente a
los procesos de atribución de significados en relación con los usos que
pretenden hacerse de él. El concepto de patrimonio se utiliza para desig-
nar realidades que son muchas veces contradictorias y no centra la mirada
en el proceso sino en la objetualidad, por lo que no es un concepto opera-
tivo para el análisis de las realidades a las que hace referencia. Desde la
antropología y la historia sociocultural se prefiere el concepto de patrimo-
nialización, que hace referencia expresa a esos procesos. Proponemos una
aproximación al patrimonio desde la óptica de una historia sociocultural
interesada por los procesos de concesión de significado y representación
de los objetos y por su uso social antes que por los objetos en sí, como
vemos hacerse desde otras aproximaciones disciplinares.
3. Como construcción social, tiene una clara vertiente política y conlleva
unas determinadas estructuras de poder que se deben dilucidar. Esas es-
tructuras de poder se manifiestan con claridad en el discurso hegemónico
en torno al patrimonio que proponemos someter a una mirada crítica.
4. Esta dimensión política nos hace contemplar el patrimonio no como lugar
de complicidades sino como arena de conflictos que se producirán por
la diversidad de agentes e intereses implicados en la construcción patri-
monial (Smith, 2011; Poulot, 2006; Davallon, 2014; Del Mármol, 2012;
Bendix, 2013; Harrison, 2013; MacDonald, 2013). Una enseñanza crítica
de la historia no puede silenciar esos conflictos, por el contrario, debe ex-
plorar las brechas, los desencuentros y las desigualdades de poder que se
manifiestan en torno a los procesos de patrimonialización.
5. Una perspectiva crítica implica también incorporar a la sociedad civil en
esos procesos, que no debe quedarse en simple receptora o consumidora
de productos culturales, sino que debería ser el eje en torno al que se cons-
truyeran las políticas patrimoniales.
215
6. Por último, esta mirada toma en consideración el vínculo patrimonio/
identidad/turismo y se interesa por el análisis de la integración del patri-
monio en los circuitos depredadores de los mercados, reparando en sus
contradicciones y repercusiones sociales, a la vez que apunta al estableci-
miento de otros vínculos que redunden en la mejora de las colectividades.
216
época, imbuida de lleno en una reflexión de corte antropológico en torno a la
cultura, ampliaba ésta sus horizontes semánticos vinculados en sus orígenes al
verbo latino colere y a su participio cultus -que se aplicaba al cultivo de la tierra-
para referirse a un cultivo de orden superior, el cultivo del espíritu, que podía
lograrse a través de la educación. De forma similar, el concepto de patrimonio,
el patrimonium de la ley romana, que hacía referencia de antiguo al conjunto de
bienes materiales heredados del pater a través de una serie de actos jurídicos,
el nomium, ampliaba también su significado de forma metafórica para referirse
a bienes culturales heredados de los antepasados de las naciones en proceso de
construcción. Es decir, mantenía su valor como herencia, pero transitando de lo
privado a lo público, de los bienes raíces a los bienes culturales. Por tanto, habla-
mos de una resignificación del concepto vinculada al proceso de construcción de
los nuevos marcos políticos, que tratarían de mostrar, en muchos casos haciendo
auténticos juegos malabares, una estricta congruencia entre sus fronteras políticas
y culturales (Gellner, 1988).
Aunque el concepto de patrimonio cultural no lo veremos aparecer plasmado
en los textos legales hasta entrado el siglo XX, el plan de organizar colecciones
estatales de cultura de uso público y con un propósito educativo lo vemos apa-
recer en las décadas finales del siglo XVIII, en paralelo a la configuración de
los nacientes Estados-nación. Podría decirse que el patrimonio cultural nacía del
peculiar matrimonio que ligaba el Estado y la cultura en las nuevas formaciones
políticas, entendida esa cultura como expresión genuina de las naciones a las
que representaban los nacientes marcos políticos. Esas colecciones de cultura
formarían parte sustancial de un ambicioso proyecto educativo estatal nacionali-
zador: se presentaban como auténticos avales de la nación que daba legitimidad
al Estado, como elementos integradores de la nacionalidad. Servían de soporte
fundamental en la definición de una identidad nacional ayudando a la comunidad
a la construcción de una representación de sí misma como tal.
El patrimonio es, por tanto, el que crea la identidad nacional y no a la inversa.
No existe identidad nacional previa que lo reconozca sino una identidad que se
construye a través de un sistema educativo en el que juega un papel esencial el
patrimonio cultural como muestra tangible de esa “comunidad imaginada” (An-
derson, 1993). Aquí es donde adquiere su pleno sentido esa metáfora del “espe-
jo patrimonial” empleada por Laurajane Smith en el que se verían a sí mismas
reflejadas las emergentes naciones europeas. Fue a partir de entonces cuando se
iniciaron las colecciones estatales de cultura y se crearon los grandes museos
nacionales. En 1793 se inauguraba el Museo del Louvre en París, en 1819 el
217
Museo Nacional en Madrid, en 1825 la National Gallery de Londres, en 1836 la
Pinacoteca y la Gliptoteca de Munich, en 1847 el Museo Nacional de Amsterdan,
en 1852 el Ermitage de San Petesburgo…
En España, en el segundo tercio del siglo XIX, vemos cómo va organizándose
la colección estatal de cultura a través de comisiones de monumentos y cómo, ya
en el último tercio, nacen nuevas instituciones al servicio de la política cultural
nacionalizadora (Biblioteca Nacional, Museo Arqueológico Nacional) y se crean
figuras profesionales de “funcionarios” al servicio del Estado para incidir en esa
política cultural: arqueólogos, archiveros, bibliotecarios e historiadores del Arte,
en los que recaerá la tarea de resignificar los documentos y monumentos en re-
lación con la emergente idea nacional (Rivière, 1992). Grupos de expertos que
jugarán un papel fundamental en la construcción de ese sacro “discurso patrimo-
nial autorizado”, que ha llegado a arraigar tan profundamente en la población.
Este discurso patrimonial autorizado, al que se refiere Laurajane Smith y en el
que con encomiable empeño y eficacia trabajaron todos aquellos funcionarios
decimonónicos, como discurso hegemónico en relación con el patrimonio debe
ser sometido al análisis y al debate en el aula porque es un discurso que esencia-
liza los objetos patrimoniales, los jerarquiza, los deshistoriza y es por naturaleza
excluyente.
Por un lado, decíamos, esencializa los objetos patrimoniales, los dota de un
valor intrínseco e inherente, un valor sustantivo per se, como expresión de una
esencia nacional (fuentes 1.1, 1.2, 1.4 y 1.5) ignorando por completo, como si no
existieran, los procesos y los agentes que intervienen en la creación de sentido
y de representación de esos recursos patrimoniales a los que se les otorga valor
como reflejo de la propia identidad nacional en construcción. Se privilegia así el
valor conmemorativo de los objetos (el valor de “memoria”), su valor histórico
y su valor de antigüedad, la permanencia de esa esencia pretérita imaginada. Por
otro lado, establece una jerarquía de los capitales culturales otorgando diferentes
rangos de valor entre unos objetos y otros, concediendo una clara primacía al
monumento sobre cualquier otra producción cultural (fuentes 1.1 y 1.2). En ese
escalafón jerárquico tendrá más valor el Arte que la artesanía, lo escrito que lo
oral, el saber científico que el popular… de tal forma que los capitales culturales
de los grupos subalternos ocuparán un lugar subordinado y secundario dentro de
las instituciones y los dispositivos hegemónicos (García Canclini, 1999). A su
vez deshistoriza los bienes patrimoniales (al convertir en esencia atemporal los
objetos) a través de un trabajo de restauración que pretende fijar el objeto a su es-
tado inicial, para alimentar la ilusión de permanencia inmutable de su esencia en
218
el tiempo, privándolos por estos medios de su propia historia social como objetos
culturales. Por otra parte, es excluyente en el sentido en que rechaza cualquier
otra comprensión posible del patrimonio. ”Por lo tanto, las formas de patrimonio
que no provienen de las élites, que son subnacionales, o que no son occidentales,
son ignoradas y descartadas, y son definidas como los alegatos especiales de los
intereses de la minoría” (Smith, 2011, 45). El discurso patrimonial autorizado se
retroalimenta una y otra vez, continuamente está validando las formas de cono-
cimiento y los valores que lo han conformado a través del trabajo de los expertos
y deslegitima el debate y las controversias en la interpretación del pasado y del
presente. (Fuente 2.1).
219
La acción privada, como en otros ámbitos, se regirá por las necesidades de
acumulación de capital lo que puede conducir a una explotación indiscriminada
del medio natural y urbano y a una voraz especulación económica inmobiliaria
que podría ir en detrimento de los bienes históricos de interés mayoritario. Pero
eso no quiere decir que su acción pueda ser reducida a una simple agresión al
patrimonio (como se denuncia desde posiciones sustancialistas) ya que algunos
grupos aprecian su valor simbólico en tanto en cuanto incrementa el económico.
Lo vemos en distintos complejos monumentales que se ofrecen en el mercado
turístico conservando el sentido escenográfico de los edificios históricos, aunque
introducen cambios funcionales con fines lucrativos. En este tipo de casos se ve
claro cómo el valor de los bienes patrimoniales deriva de su condición como
marca de distinción, de exclusividad, como producto selecto de un mercado de
lujo. (Fuentes 3.1, 3.2 y 3.3).
Dentro de este mercado, tanto en los que ven en el patrimonio una ocasión para
valorar económicamente un lugar o un monumento como en los que lo consideran
un obstáculo para el progreso económico, prima una visión mercantilista del patri-
monio en la que los bienes importan en la medida en que favorecen o retardan el
progreso económico. El capital que se invierta en la restauración y preservación del
patrimonio será justificable si ha de aportar beneficios a la industria inmobiliaria o
turística. García Canclini atribuye a este modelo una “estética exhibicionista” en
la restauración: “los criterios artísticos, históricos y técnicos se sujetan a la espec-
tacularidad y la utilización recreativa del patrimonio con el fin de incrementar su
rendimiento económico” (García Cancliini, 1999, 23). (Fuente 3.3).
Por otra parte, la industria turística ha propiciado cambios en la producción y
en el consumo de las artesanías locales que forman parte del patrimonio cultural
de diversas etnias y grupos sociales. Muchos objetos artesanales, producidos an-
tes en zonas geográficas específicas por artesanos locales, se producen ahora en
grandes cantidades en centros industriales alejados de las zonas productoras ori-
ginales, en las que con anterioridad se ocupaban de la producción sus pobladores
y en las que utilizaban antaño esos objetos patrimonializados. La deslocalización
viene acompañada de un cambio de vida de los antiguos pobladores y en el con-
sumo, esos mismos objetos que utilizaban en su vida cotidiana se venden ahora
como “recuerdo” en el mercado del turismo. Como afirma García Canclini, al
utilizar la fórmula de “recuerdo”, destinada supuestamente a garantizar la auten-
ticidad de la pieza, se está dando una muestra de su inautenticidad. Como afirma
el antropólogo argentino, un tarasco jamás precisará marcar el origen en las ollas
o jarros que él produce para utilizar en su pueblo. La inscripción es para el tu-
220
rista, al que importa poco el sentido originario del objeto y las circunstancias de
su producción sino el prestigio que otorga haber estado en un determinado lugar
para adquirirlo. (Fuente 3.7).
221
se han podido convertir los bienes patrimoniales en base de un saber objetivado,
no se ha podido expandir su significado mediante una educación institucional ni
han podido ser perfeccionados a través de la investigación y experimentación
sistemáticas. Por tanto, el patrimonio cultural se cimenta en una desigualdad es-
tructural generadora de conflictos. (Fuente 2.3).
En este sentido iría planteada la siguiente cuestión a debate. La comprensión
del patrimonio no como ese lugar de consenso y de “complicidad social” tal como
se nos muestra amablemente en museos y lugares patrimoniales y turísticos sino
como un campo de disputa, de conflictos y tensiones entre actores e intereses
distintos. En esta “arena patrimonial” a la que se alude desde la antropología con
relación a este campo, lidian organismos oficiales, el sector turístico, empresa-
rios de la industria agroalimentaria, académicos, migrantes, indígenas y grupos
sociales variados con intereses diversos, a menudo contrapuestos. Las brechas se
abren por esa diferencia de intereses, puntos de vista y memorias diferentes entre
los agentes sociales implicados en los procesos de patrimonialización. Cualquier
profundización en el concepto de patrimonio no puede prescindir de la perspec-
tiva del conflicto a la que vienen asociados estos procesos, y en la que hemos
querido incidir con la cita que abre este capítulo.
Para ilustrar esta arena patrimonial y animar el debate sobre ella se proponen
diferentes ejemplos. El primero se refiere al fenómeno que la socióloga Ruth
Glass en 1964 denominó de gentrificación en sus estudios sobre Londres, para
referirse a esos procesos mediante los cuales los antiguos barrios populares van
asistiendo a un desplazamiento de la población que los ocupaba hacia zonas pe-
riféricas, a la vez que ven asentarse en ellos una población de elevados recursos
económicos que empuja el desalojo de los antiguos residentes. Un fenómeno
sin duda espoleado por la ley Malraux de 1962, de gran influencia en toda
Europa, en la que se creaban sectores salvaguardables, es decir, conjuntos de
inmuebles e incluso barrios enteros susceptibles de ser protegidos por las leyes
de patrimonio. La ley activaría un mecanismo de revalorización de los centros
históricos de las ciudades que acabaría por situar a los sectores populares resi-
dentes en esas áreas en una situación de auténtica indefensión. En numerosas
ocasiones, conflictos de esta naturaleza enfrentan los intereses de los habitantes
de una zona determinada con los intereses económicos proyectados sobre esa
zona por el capital privado e incluso por las administraciones públicas. En su
afán mercantil emprendedor también éstas se constituyen en impulsoras de pro-
yectos de defensa patrimonial puntual en los que prima la construcción de una
imagen de ciudad como marca de distinción, la oferta de un buen producto al
222
mercado, sobre cualquier otra consideración que pudiera estar relacionada con
la vida de los habitantes de la zona.
De esta forma, el mercado turístico ha provocado numerosos problemas en-
tre los habitantes de los centros urbanos patrimonializados que, como marca de
ciudad, han visto como la masificación turística ha invadido sus barrios centrales
haciéndolos invivibles (fuentes 3.4, 3.5, 3.6). Muchas de estas zonas no tienen es-
tablecidos mecanismos para regular los flujos de visitantes, por lo que los turistas
acaban siendo una molestia para los habitantes que denuncian la conversión de
sus barrios en lugares inhabitables. Los turistas acuden a consumir patrimonio
como forma de distinción que indica el haber estado ahí, en el lugar, convertido
en producto de una voraz práctica de consumo.
En numerosas ocasiones encontramos disputas de memoria. Se ilustra este
otro tipo de conflictividad a través de ejemplos de vandalización de estatuas
en los que se manifiesta nítidamente el conflicto entre memorias confrontadas.
(Fuentes 4.1, 4.2, 4.3, 4.4). En ocasiones la propia vandalización es objeto de pa-
trimonialización, como se muestra con el ejemplo del grafitero madrileño Muelle
(fuentes 5.1, 5.2, 5.3, 5.4 y 5.5).
Quizá el caso más emblemático en la consideración del patrimonio como are-
na de disputas lo ejemplifica su destrucción como táctica de guerra. La conver-
sión en objetivo bélico en conflictos armados en los que, por medio del ataque a
los bienes culturales, se pretende la aniquilación total del enemigo, la destrucción
del “alma” de los contendientes a través de campañas deliberadas de “limpieza
cultural”. Preguntarnos sobre este vínculo guerra/patrimonio nos permite com-
prender a este último en su significación más profunda ligada a la identidad de
las sociedades contemporáneas que conservan, cuidan y protegen esos bienes,
aunque no es su única significación. La destrucción o sustracción de los bienes
patrimoniales suele conllevar consigo la desmembración de las formas de vida y
del tejido económico de amplios sectores de la población, y por tanto, constitu-
ye un freno al desarrollo local de las zonas que poseen esos bienes destruidos o
sustraídos (fuente 6.2). Por eso, los efectos de la destrucción cultural de los con-
flictos bélicos van más allá de la conmoción identitaria y emocional y se refieren
al desarrollo económico de determinados territorios y al impacto en la población
de esas zonas. Sin olvidar los beneficios que los bienes sustraídos -las llamadas
“antigüedades de sangre”- proporcionan a los sustractores al negociar con ellas a
través de las redes de tráfico ilícito de arte. Punto en el que se sitúa la conexión
entre comercio ilegal de patrimonio cultural, mercado negro del arte transnacio-
nal y los escenarios de los conflictos armados15. (Fuente 6.3).
15 Sobre este aspecto es interesante la aproximación de Bevan, R. (2007). The destruction of me-
223
La inflación del patrimonio o “la burbuja” patrimonial. La patrimonialización
de lo intangible
mory: Architecture at war. Reaktion books. Presenta la arquitectura y el urbanismo como campos
de batalla en los que se dirimen luchas de tipo ideológico, étnico o identitario, y muestra la destruc-
ción o la resignifcación de edificios o ciudades como recursos habituales para erradicar la memoria
del contrario. Ver también Avilés Flores, P. (2011). El patrimonio cultural: guerra, reconstrucción y
valoración. El patrimonio cultural: guerra, reconstrucción y valoración, 87-118 y Sánchez-Carre-
tero, C. (2012). Hacia una antropología del conflicto aplicada al patrimonio.
224
El patrimonio inmaterial ha sido también arena de colisiones en la que se ha
evidenciado la relación conflictiva entre los diferentes intereses, lógicas y agentes
patrimoniales. Sobre todo, por parte de voces locales con experiencias arraigadas
en relación a los bienes inmateriales patrimonializados, que critican la patrimo-
nialización de sus expresiones culturales intangibles y ven en ella una forma de
expropiación y reapropiación hegemónica, que reduce y domestica sus aspectos
más subversivos para transformarlos en operadores de un orden institucional. De-
nuncian la mercantilización de sus expresiones culturales y su utilización como
activo turístico, y advierten de los riesgos de someter la cultura a las reglas del
mercado. Lo mostramos a través del ejemplo de las fallas valencianas, declara-
das Patrimonio Inmaterial de la Humanidad el 30 de noviembre de 2016 por el
Comité de la Unesco reunido en Etiopía, y de la respuesta a su nominación por
parte del colectivo Falles Populars i Combatives, movimiento urbano autónomo
que busca aportar una perspectiva crítica a la “Unasco” y concienciar sobre los
riesgos de la nominación como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad a la fiesta
valenciana. Desde este colectivo se reivindica el carácter popular y combativo
de las fallas, buscando tras ellas historias silenciadas o ignoradas, a la vez que
se denuncia la apropiación elitista que ordena, disciplina y espectaculariza esa
expresión cultural de la ciudad valenciana. Su activismo en contra de una reapro-
piación que turistiza, elitiza y museifica la fiesta, va dirigido a iniciativas articu-
ladoras de barrio que divergen de las versiones globalizadas y deslocalizadas en
las que se convierten las fiestas falleras en un mercado global de cara a un público
planetario. (Fuentes de 7.1 a 7.6).
Reflexión final
225
reproducción. No se trata en ningún caso de negar el valor otorgado a los objetos
patrimoniales como testimonios culturales sino de ampliar ese valor reparando
en los entresijos de los procesos de patrimonialización y en el carácter histórico
y conflictivo de la construcción patrimonial, incorporando otros intereses y miras
diferentes (fuente 8.1).
La naturaleza compleja de este tipo de cuestiones y la pluralidad de interro-
gantes que suscita este constructo nos han obligado a una selección limitada,
como no podía ser de otra manera en el reducido espacio de estas páginas. A
través de ellas, hemos querido plantear los principales hitos de esta construcción
política, reparar en sus debilidades discursivas y en algunos de los conflictos que
plantea. Dejamos fuera muchos otros y asuntos que también nos llevarían a cues-
tionamientos interesantes en torno, por ejemplo, a la supuesta autenticidad y a la
falsificación de los bienes patrimoniales o a los criterios de restauración ligados a
la construcción patrimonial. Se quedan fuera también procesos históricos tan re-
levantes como el del colonialismo que tan grave impacto tuvo en los países colo-
nizados en relación con su patrimonio histórico. Con estas páginas pretendemos
únicamente ofrecer pistas para diferentes debates que el docente puede ampliar y
ejemplificar de maneras muy diversas.
Sin duda, plantear problemas en torno a la construcción patrimonial, de tan
considerable presencia e impacto en nuestro tiempo, contribuirá a estimular el
pensamiento crítico del alumnado y a ampliar sus miras de cara a la comprensión
del mundo en que les ha tocado vivir.
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228
II.- Fuentes para preguntarnos sobre el concepto de patrimonio
FUENTE 1.1
REFERENCIA
FUENTE 1.2
229
tura de cuantas esferas puede tocar la actividad humana, y ha producido
maravillas del arte que los siglos reverencian, tales manifestaciones, que son
las más genuinas y características de la vida interior de la nación, ayudan
admirablemente a esclarecer y fijar su historia. Los monumentos figurados
sirven para completar y aún rectificar a veces los datos que suministran los
monumentos escritos.
(…) para reunir y acrecentar preciosos elementos de útil enseñanza, hoy dis-
persos, desconocidos, espuestos (sic) quizá a perderse; para salvar, en fin del
olvido y de la destrucción objetos que en gran manera interesan a la historia
y que merecen ser cuidadosamente conservados, en provecho de los estudio-
sos y beneficio mismo de las clases literatas, que bien pronto se acostumbran
a mirar como propias y presentes las glorias antiguas de la patria… para
proporcionar, en fin abundantes medios de cultura y satisfacer en sus más
nobles necesidades a un pueblo (…)”
REFERENCIA
FUENTE 1.3
REFERENCIA
FUENTE 1.4
230
por medio de la prensa en más honroso patrimonio de una nación, que son
los hechos y los escritos de los grandes hombres que la ilustraron”
REFERENCIA
FUENTE 1.5
“Toda riqueza artística e histórica del país, sea quien fuere su dueño, consti-
tuye tesoro cultural de la Nación y estará bajo la salvaguardia del Estado, que
podrá prohibir su exportación y enajenación y decretar las expropiaciones
legales que estimare oportunas para su defensa. El Estado organizará un re-
gistro de la riqueza artística e histórica, asegurará su celosa custodia y aten-
derá a su perfecta conservación. El Estado protegerá también los lugares no-
tables por su belleza natural o por su reconocido valor artístico o histórico.”
REFERENCIA
FUENTE 1.6
231
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- Desde los años finales del siglo XVIII empiezan a organizarse las colec-
ciones de bienes culturales por parte de los distintos Estados de Europa. A la
vez se abren cátedras de arqueología en las universidades y se institucionaliza
la Historia del Arte, se promueven trabajos de excavación, se crean cuerpos
de archiveros y bibliotecarios y diversas instituciones encargadas de ordenar
el patrimonio con el que va haciéndose el Estado (a través del proceso desa-
mortizador), de custodiarlo y protegerlo.
Este coleccionismo público y estatal no tiene nada que ver con las antiguas
colecciones particulares de distintos estamentos de la época moderna (del cle-
ro, de la Iglesia o de la monarquía) ni en cuanto al valor que se le otorga a los
objetos ni en cuanto a los propósitos del propio coleccionismo. ¿Qué valor se
les va a dar ahora a los bienes artísticos estatales? ¿En qué sentido interesan
a los encargados de formar el patrimonio? ¿Qué expresan según ellos? Según
las fuentes 1.1 y 1.2 ¿qué valor se le concede a los monumentos? ¿es un valor
que tienen en sí mismos o se les está dando ese valor nuevo? ¿Se los valoraba
igual antes según lo que se dice en el texto? ¿Qué inducirá a darlos ahora ese
valor? Según esta misma fuente ¿se le está dando el mismo valor a todos los
objetos culturales o se les concede un valor mayor a unos que a otros? ¿cuáles
tienen más valor según el texto? ¿Quiénes eran antes los propietarios de los
bienes a los que se otorga más valor?
2.- Por Real Decreto de 20 de marzo de 1867 se crea el Museo Arqueológico
Nacional (fuente 1.2) como “foco de instrucción común a toda la Monarquía”
junto al que nace un cuerpo de conservadores peritos, que venía a sumarse al
de bibliotecarios y archiveros del Estado. ¿En qué sentido se le concede valor
al Museo? ¿Cuál es su propósito? Teniendo en cuenta el significado que se les
da a los bienes artísticos en las fuentes que se han ido mostrando ¿Qué tipo de
enseñanza se consideraba útil para la población?
3.- ¿En qué se diferencian los nuevos museos del Estado de las colecciones
estamentales anteriores según la fuente 1.3?
4.- En la imagen 1.6 se muestra la fachada de la Biblioteca Nacional, poblada
por esculturas de los grandes literatos españoles. La Biblioteca se creó en el
siglo XIX para albergar y custodiar los bienes documentales y bibliográficos
232
del patrimonio nacional. Busca información sobre los personajes representa-
dos en la decoración escultórica del edificio ¿Qué pretenden simbolizar estas
representaciones escultóricas? ¿Qué te sugiere el aspecto externo del edifi-
cio? ¿En qué medida piensas que al Estado le interesaba crear una Biblioteca
Nacional? ¿En qué medida este tipo de edificios contribuían a reforzar una
idea nacional?
5.- Lee las fuentes 1.4 y 1.5 ¿A quién pertenece el patrimonio? ¿Piensas que
es necesaria la intervención del Estado para crearlo y conservarlo? ¿Por qué?
6.- ¿Crees que la formación del patrimonio cultural del Estado en el siglo
XIX tiene algo que ver con cuestiones de identidad? Explica tu respuesta.
CONCEPTOS VINCULADOS
233
2.- El “discurso patrimonial autorizado” ¿elitista? ¿clasista? ¿excluyente?
FUENTE 2.1
“El discurso patrimonial autorizado, bien sea como discurso nacional o in-
ternacional, no es el único discurso patrimonial, y tampoco es inmutable ni
inalterable. Está sujeto a desafíos y luchas. Sin embargo, es “real”, en el
sentido de que en el escenario internacional existe una comprensión autori-
zada o dominante sobre el patrimonio, y esa existencia tiene consecuencias.
Es importante anotar tres consecuencias. La primera es que el discurso patrimo-
nial autorizado excluye aquellas comprensiones del patrimonio que se encuen-
tran fuera de él o se oponen a él. Por lo tanto, las formas de patrimonio que no
provienen de las élites, que son subnacionales, o que no son occidentales, son
ignoradas y descartadas, y son definidas como los alegatos especiales de los in-
tereses de la minoría. La posibilidad de comprensiones diversas, multiculturales
o trasnacionales del pasado y del presente, a menudo es impedida por el discurso
patrimonial autorizado, y por el poder persuasivo que tiene en el momento de
definir la legitimidad de ciertos patrimonios culturales y nacionales.
La segunda consecuencia es que continuamente valida aquellas formas de
conocimiento y valores que le han contribuido a él mismo. Disciplinas como
la arquitectura y arqueología occidental, que han contribuido al desarrollo
del discurso patrimonial autorizado, continuamente refuerzan el discurso al
mantener los valores en los que se fundamenta. El discurso patrimonial au-
torizado reconoce y valida ciertos cuerpos de conocimiento, y al hacerlo les
otorga un acceso privilegiado a los recursos patrimoniales, que son tanto
materiales como simbólicos. Esto quiere decir que a menudo a los expertos
les interesa mantener el discurso que les asegura no sólo el acceso a la in-
formación, sino también que sus valores, conocimiento y pronunciamientos
sobre el patrimonio tengan una posición privilegiada en los debates públicos
y en los foros sobre la interpretación y significado del pasado.
En tercer lugar, el discurso patrimonial autorizado oscurece la producción
cultural y los procesos que ocurren en el manejo y conservación del patri-
monio, y en torno a él, y en particular oscurece o deslegitima el debate y las
controversias en cuanto a la interpretación del pasado y el presente. Además,
el discurso patrimonial autorizado oscurece la producción cultural que él
mismo crea y disemina. De hecho, para mí, el patrimonio no es la cosa, el
234
sitio ni el lugar: el patrimonio son los procesos de creación de sentido y de
representación que ocurren cuando se identifican, definen, manejan, exhiben
y visitan los lugares o eventos patrimoniales. El patrimonio puede ser enten-
dido útilmente como una representación subjetiva, en la que identificamos los
valores, la memoria y los significados culturales y sociales que nos ayudan a
dar sentido al presente, a nuestras identidades, y nos dan una sensación de
lugar físico y social. El patrimonio es el proceso de negociar los significados
y valores históricos y culturales que ocurren en torno a las decisiones que to-
mamos de preservar o no ciertos lugares físicos, ciertos objetos o eventos in-
tangibles, y la manera en que entonces los manejamos, exhibimos o llevamos
a cabo. También ocurren en el modo en que los visitantes subjetivamente se
involucran o no con estas cosas y eventos. A los lugares y eventos intangibles
del patrimonio se les da valor por medio del acto de designarlos patrimonio,
y por medio de los procesos de negociaciones patrimoniales y re/creaciones
que se producen en ellos. Por lo tanto, el “patrimonio” es un discurso involu-
crado en la legitimación y gobierno de las narrativas históricas y culturales,
y el trabajo que estas narrativas realizan al mantener y negociar los valores
de la sociedad y las jerarquías que éstos respaldan. Por consiguiente, el dis-
curso patrimonial autorizado es en sí un proceso de construcción de patrimo-
nio, y de regulación y gobierno de los significados políticos y culturales del
pasado, y del papel que el pasado tiene entonces al definir los problemas con-
temporáneos. El discurso patrimonial autorizado es sólo uno de los discursos
patrimoniales, aunque es el dominante, pero el patrimonio que construye
es la afirmación continua del espejo patrimonial, con sus reflejos elitistas y
narcisistas, que Choay (2001) y otros han identificado. Al hacerlo, también
regula y controla la legitimidad otorgada a las expresiones patrimoniales no
autorizadas, y ejerce control por medio del acto de oscurecer la producción
cultural que ocurre en la construcción patrimonial.”
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
235
dida del patrimonio, según expresa en el segundo párrafo, deriva en la asun-
ción de un relato que es elitista y excluyente. ¿Se te ocurren ejemplos de ese
elitismo y esa exclusión (en Museos, en estatuaria pública…)?
2.- Como segunda consecuencia (párrafo tercero) Smith critica al discurso
patrimonial autorizado de ser clasista y cerrado, por no incluir más que a los
“expertos” que viven de alimentar ese discurso. ¿Crees que deberían estar
implicados en las actuaciones patrimoniales otro tipo de agentes además de
estos “expertos”? ¿Quiénes deberían estar? ¿por qué?
3.- La tercera consecuencia, expuesta en el último párrafo, hace referencia a
cómo el patrimonio en el “discurso patrimonial autorizado” “oscurece” los pro-
cesos de patrimonialización, es decir, oculta los procesos en los que se les da
valor y un significado a los objetos patrimoniales, rehúye los debates en torno
a esos procesos de negociación y elude entrar en cómo el patrimonio está invo-
lucrado en la legitimación de determinadas narrativas históricas. ¿Se te ocurre
algún ejemplo, contemplando la estatuaria pública, de cómo se ve el patrimonio
involucrado en la legitimación de determinadas narrativas históricas?
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 2.2
236
por una parte ese patrimonio que es el de los grupos e individuos, que es por
definición difuso, plural, heterogéneo, polifónico, y luego está ese discurso
oficial que señala los puntos con los cuales conformar monumentos, los te-
mas que los monumentos tienen que tener; dice que eso es patrimonio, y lo
demás vaya usted a saber lo que es….
Alguien como yo, que tiene una especie de entusiasmo casi convulsivo por la
vida cotidiana y por las formas de vida social que pueden encontrarse desple-
gándose en un espacio público, es difícil que pueda sentir simpatía por la ima-
gen del museo, que en efecto es todo lo contrario. Justamente porque el aire de
solemnidad, la circunspección con que se dota su voluntad de parecer y resul-
tar un lugar sagrado, que requiere por fuerza que el visitante adopte posturas
de tipo ritual, y que por fuerza, insisto, están cargadas de seriedad, de solem-
nidad. Todo eso está en las antípodas del despliegue de espontaneidad que uno
puede encontrar en la calle en cualquier lugar del mundo, en cualquier ciudad.
El patrimonio que se pretende cristalizado o cristalizable, que se muestra
como Patrimonio con mayúsculas, el único posible, por parte de la adminis-
tración, o por parte de entidades privadas, es un patrimonio que funciona en
base a una unificación o homogeneización, y por tanto es una máquina de
rasar, de mostrar lo que se obtiene como patrimonio como lo único posible.
Ese es el patrimonio que se gestiona. En ese sentido, no es que el patrimonio
se gestione, sino que es lo que se gestiona lo que es el patrimonio. El patri-
monio no está ahí antes de la gestión. La gestión produce el patrimonio, lo
señala, lo decide, lo delinea. Por lo tanto, patrimonio cultural, en este caso,
es lo que los que se encargan de investigarlo, deciden que merece serlo. Y lo
demás no es nada. En cuanto al otro, el patrimonio colectivo, no se gestiona,
se gesticula, circula. Porque de hecho no es otra cosa que una gesticulación,
no puede fijarse en ningún sitio. Puede uno detenerlo de la manera en que
se puede detener cierto mohín en una imagen fotográfica, y luego la muestra
como una imagen ilustrativa, pero se debe renunciar a cualquier cosa que se
parezca, ya no a museificarla, sino simplemente detenerla. Porque no hace
otra cosa que alimentarse de lo mismo que la agita.”
REFERENCIA
237
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Por qué dice que el patrimonio que gestiona la administración -a base de
una unificación y homogeneización- es una máquina de rasar? ¿qué se está
rasando?
2.- ¿Qué diferencias establece el autor del texto entre el patrimonio que se
gestiona por parte de la administración y el patrimonio colectivo? ¿Considera
que ese patrimonio colectivo puede ser museificado? ¿por qué?
3.- ¿Qué alternativa consideran los autores para ese patrimonio colectivo?
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 2.3
238
REFERENCIA
García Canclini, N. (1999). Los usos sociales del patrimonio cultural. Conse-
jería de Cultura. Junta de Andalucía.
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Han participado todos los grupos sociales en la formación del patrimonio
cultural? ¿Quiénes lo han formado?
2.-¿Existe una jerarquía en los bienes que conforman el patrimonio cultural?
¿vale más el arte que las artesanías? ¿vale más una catedral que una vivienda
popular? ¿y por qué?
3.- ¿Las instituciones transmisoras del patrimonio permiten apropiarse de él
de igual manera a todos los grupos sociales o privilegian determinados ele-
mentos de cultura?
4.- Las desigualdades en su formación y apropiación ¿nos permiten entender
el patrimonio como espacio de lucha material y simbólica de distintos grupos?
5.- Al privilegiar determinadas producciones culturales ¿podría decirse que el
patrimonio contribuye a reproducir las diferencias entre los grupos sociales?
6.- Si pensamos, por ejemplo, en poblaciones indígenas americanas ¿qué po-
sibilidades reales han tenido de convertir sus producciones culturales en un
patrimonio ampliamente reconocido? ¿han podido acumular sus bienes cul-
turales en contextos de pobreza y persecución? ¿han podido convertirlos en
la base de un saber objetivado? ¿han podido expandirlos a través de una red
institucional y perfeccionarlos?
CONCEPTOS VINCULADOS
239
3.- Patrimonio e industria turística: la revalorización mercantil de los bienes
culturales
FUENTE 3.1
FUENTE 3.2
240
FUENTE 3.3
REFERENCIA
3.1; 3.2 y 3.3 distintas perspectivas del Antiguo convento dominico de San
Esteban. Salamanca. Recuperadas de
https://www.micasarevista.com/hoteles/g25951618/antiguo-convento-recon-
vertido-hotel-lujo-salamanca/
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- Las antiguas celdas del convento dominico de San Esteban han sido con-
vertidas en suites, los huertos del convento en piscina, los pasadizos y estan-
cias en restaurantes de lujo y en lugares para convenciones y fiestas. ¿Cómo
consideras que afectan a los bienes patrimoniales estos cambios en el uso?
¿Piensas que la transformación de esta institución religiosa en institución
turística modifica su contenido simbólico como bien patrimonial? ¿En qué
sentido?
241
2.- ¿Consideras que el patrimonio cultural tiene un valor de mercado? ¿Qué
valor añade al mercado esta reconstrucción del convento de San Esteban?
¿Puedes poner otros ejemplos?
3.- ¿Crees que la reconversión experimentada en el actual hotel de Salamanca
incrementa su rendimiento económico? ¿Es una inversión rentable? ¿Favo-
rece al mercado turístico? ¿Qué valor simbólico le otorga al monumento esta
apropiación privada?
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 3.4
REFERENCIA
242
FUENTE 3.5
REFERENCIA
FUENTE 3.6
243
donde sólo pueden acceder clases medias o altas capaces de comprarse un
piso aumentado de precio en una forma astronómica.
(…) Cuando hablamos de lo que se presenta como patrimonio en una forma
grandilocuente, y lo que se presenta como una exaltación de valores cultura-
les y sociales, en la práctica se traduce en un aumento del valor de suelo. Y
en una forma de vender la ciudad más cara, a los propios y a los ajenos; a los
promotores, a los especuladores, a los turistas, y a los propios ciudadanos.
En la práctica no es más que eso, porque ya no tiene otra cosa que vender,
que su propia imagen convertida en pura caricatura, en pura parodia.”
REFERENCIAS
FUENTE 3.7
244
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- Mira las imágenes 3.4 y 3.5 ¿Cómo consideras que afecta el uso turístico
del patrimonio a la vida de las ciudades ricas en bienes culturales patrimo-
niales? ¿Cómo crees que afecta a los habitantes de los barrios que contienen
esos bienes?
2.- ¿De qué manera crees que esas masas turísticas experimentan la contem-
plación del patrimonio monumental? ¿Qué buscan? ¿qué obtienen?
3.- ¿Podría afirmarse que el patrimonio es un producto de consumo? ¿Por
qué?
4.- ¿Podría hablarse de un “culto a la cultura” al ver esas masas contemplando
el patrimonio? Argumenta tu respuesta.
5.- ¿A qué se refiere el autor de la fuente 3.6 cuando habla de la museificación
de los centros históricos? ¿crees que eso pasa en tu ciudad? ¿cómo consideras
que lo viven los habitantes de esos barrios?
6.- En la fuente 3.7 se presenta una cerámica de Talavera, proclamada Pa-
trimonio Inmaterial de la Humanidad en 2019. La cerámica se vende a los
turistas como “recuerdo”. ¿Qué busca el turista al llevarse ese recuerdo? ¿le
interesa la autenticidad de la pieza? ¿una pieza auténtica iría marcada con la
palabra “recuerdo”? ¿a quién va dirigida esa palabra?
CONCEPTOS VINCULADOS
245
4.- Las disputas de memoria: en torno a la vandalización de las estatuas
FUENTE 4.1
REFERENCIA
FUENTE 4.2
246
REFERENCIA
FUENTE 4.3
REFERENCIA
FUENTE 4.4
247
REFERENCIA
Recuperada de https://www.elperiodico.com/es/politica/20201010/vandali-
zada-la-estatua-de-largo-caballero-en-madrid-asesino-y-rojos-no-8150907
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- La primera imagen representa la retirada de la estatua de Lenin en 1991 en
el Berlín oriental, ¿qué simbolizaba la retirada de la estatua? ¿Cómo valoras
que se retiren estatuas en momentos de cambio? ¿Deberían quitarse? ¿Debe-
rían destruirse? Argumenta tus respuestas.
2.- La estatua de granito diseñada por el escultor Nikolai Tomski fue despie-
zada en 130 pedazos que fueron enterrados. Un cuarto de siglo después, Ber-
lín desentierra la cabeza de Lenin y la muestra en una exposición organizada
en el barrio berlinés de Spandau, según se ve en la segunda imagen. ¿De qué
nos informa esa cabeza decapitada y situada ahora en un museo? ¿Por qué se
exhibe? ¿Qué es lo que quiere transmitirse? ¿Cómo valoras que los restos de
esa escultura se exhiban ahora en un museo? ¿Tiene ahora un significado dis-
tinto del que tenía la escultura cuando fue esculpida o cuando fue derribada?
¿Tienen los objetos también una historia vinculada a la historia social? ¿Esa
historia social de los objetos debe exhibirse en museos?
3.- La tercera imagen muestra la estatua del rey belga Leopoldo II situada en
Amberes, vandalizada durante las protestas antirracistas que se produjeron en
distintas ciudades de Europa tras la muerte de George Floyd a manos de la
policía en Estados Unidos. Apareció teñida de rojo en recuerdo de la sangre
derramada por los congoleños durante su reinado. ¿Consideras que este tipo
de acciones contribuyen a sensibilizar en las protestas contra la exaltación de
esta clase de personajes? ¿Piensas que este tipo de personajes que han pasado
a la historia por su crueldad deben ser homenajeados en un espacio público?
¿Cómo valoras esta clase de atentados hacia las estatuas de estos personajes?
¿restaurarías la imagen o la dejarías tal como está para ilustrar la vida que ha
ido transcurriendo sobre el objeto?
4.- La cuarta imagen muestra una estatua vandalizada de Largo Caballero. ¿Qué
memoria se reivindica en la protesta? ¿Son las estatuas un campo de batalla de
memorias distintas? ¿Crees que en los espacios públicos se respetan distintas
memorias? ¿Se te ocurre algún ejemplo de trato distinto a memorias diferentes?
CONCEPTOS VINCULADOS
248
5.- Apropiaciones y domesticaciones del vandalismo: la patrimonialización de
la vandalización
FUENTE 5.1
REFERENCIA
FUENTE 5.2
249
REFERENCIA
FUENTE 5.3
REFERENCIA
FUENTE 5.4
250
REFERENCIA
FUENTE 5.5
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- Juan Carlos Argüello, “Muelle”, fue uno de los grafiteros más populares
de los años 80 en Madrid. Su característica firma, que se muestra en la fuente
5.1, apareció dibujada en diferentes entornos de la ciudad. En 1987 fue de-
tenido, tras plasmarla en la peana de la emblemática escultura madrileña del
oso y el madroño. ¿A qué intenciones asocias la acción de los grafiteros? ¿De
qué forma realizan sus acciones? ¿Qué consideración te merece su forma de
expresarse? ¿Consideras esa firma una “obra de Arte”? ¿Por qué?
2.- Veintiún años después de su muerte, que se produjo tempranamente en
1995, el Ayuntamiento de Madrid brindaba al grafitero diferentes homenajes,
251
que se muestran en las fuentes 5.2 y 5.3 en las que se presenta la exposición
de grandes paneles en espacios públicos madrileños con la firma de Muelle
y la integración de su nombre en el callejero urbano. El jueves 19 de octubre
de 2016 el distrito de Latina le dedicaba una plaza, tras la aprobación de una
proposición plenaria presentada por el PSOE y apoyada por Ahora Madrid.
¿Qué crees que reivindicaban los partidos de la izquierda al tratar de recupe-
rar la memoria de Muelle? ¿Piensas que la firma de Muelle debe constituir
parte del patrimonio cultural de los madrileños? ¿Por qué?
3.- En 2021, la Fundación Masaveu organizó una exposición de arte urbano
en la que incluía firmas de Muelle, según se muestra en la fuente 5.4 y, ese
mismo año, la famosa casa de Subastas Durán sacó diferentes obras en papel
con la firma de Muelle en uno de sus lotes, tal como vemos en la fuente 5.5.
¿Crees que el interés del museo y de la casa de subastas es el mismo que el
que tuvieron los partidos de izquierda al querer recuperar la memoria del
grafitero? ¿Cuál es la diferencia? ¿A qué hace referencia el que se pongan
a la venta sus obras en subastas? ¿A qué hace referencia el que se exhiba su
obra en un museo? ¿Pierde el sentido que tenía la obra clandestina de Muelle
al exhibirse en un museo? ¿Qué nuevo sentido adquiere? En ese paso de la
clandestinidad a la exhibición ¿qué es lo que se pierde?
CONCEPTOS VINCULADOS
252
6.- Patrimonio y conflictos armados
FUENTE 6.1
REFERENCIA
Recuperada de
https://www.elperiodico.com/es/ocio-y-cultura/20191124/museo-pra-
do-200-anos-guerra-civil-cuadros-escondidos-catalunya-7748399
FUENTE 6.2
253
REFERENCIA
FUENTE 6.3
REFERENCIA
SANA via AP Photo / Gtres. Esto es lo que queda de la antigua Palmira. Na-
tional Geographic. Recuperada de https://historia.nationalgeographic.com.
es/a/esto-es-que-queda-antigua-palmira_10237
FUENTE 6.4
254
dieval de una crueldad atroz y son perseguidas cualquier minoría religiosa
o cualquier musulmán que no comulgue con sus ideas. Además, se está pro-
duciendo una destrucción sistemática de bienes culturales en una región que
ha sido cruce de culturas desde el neolítico. Por un lado, están los vídeos que
muestran la destrucción de museos y yacimientos. Por otro, las excavaciones
ilegales y el saqueo de miles de piezas que, tarde o temprano, entrarán en el
mercado. Esta situación ha puesto en alerta tanto a la Unesco como a Inter-
pol y las policías de numerosos países.
La diplomática búlgara Irina Bokova (Sofía, 1952) responde por escrito des-
de Nueva York a un cuestionario sobre esta situación trágica, en la que no
solo se está perdiendo una parte importante de la memoria de la humanidad.
También estima el dinero logrado con ese saqueo --que Bokova cifra en “mi-
les de millones, tanto como lo que generan el tráfico de armas o drogas”--
producirá más sufrimiento, ya que será destinado sin duda para nuevos aten-
tados. Exministra de Exteriores de Bulgaria, Bokova fue elegida directora
general de la Unesco en 2009.
Pregunta. ¿Cuáles son los países en los que la UNESCO ha detectado un
mayor tráfico de arte procedente de Irak y de Siria?
Respuesta. Hasta ahora no han aparecido abiertamente piezas de Irak ni de
Siria en el mercado de arte legal. Sin embargo, sí hemos detectado en plata-
formas virtuales de venta ilegal objetos pequeños, como monedas, lampari-
llas de terracota o estatuillas. Están afectados todos los países vecinos. La
UNESCO está trabajando activamente con ellos (Turquía y Líbano en par-
ticular) para detectar las principales redes y detener el tráfico. Los mayores
mercados del arte son Estados Unidos, Suiza, Francia, Reino Unido y China.
Los traficantes buscan naturalmente colocar las piezas de más valor en esos
mercados. El desafío es poner en alerta a los profesionales y a la población
de todos esos lugares sobre la amplitud de este tráfico y reforzar las medidas
de control, seguimiento y verificación de las procedencias.
P. ¿Disponen de algún tipo de estimación sobre cuánto dinero representa este
tráfico?
R. Por definición, es difícil cuantificar la importancia de un tráfico que es
ilícito. La política de la UNESCO es además no divulgar este tipo de infor-
mación, pues la publicidad puede incluso llegar a alentar el propio tráfico.
Hemos de ser extremadamente prudentes y no fiarnos de las cifras, a veces
fantasiosas, que circulan a este respecto. Lo más importante es comprender
que a nivel mundial, se trata de sumas que alcanzan varios miles de millones
y son equiparables a las del tráfico de armas o de drogas.
255
P. ¿Qué medidas está tomando la UNESCO para evitar la venta de antigüe-
dades procedentes de Irak y Siria?
R. Tengo que decir que la lucha contra el tráfico ilícito de bienes culturales
es un asunto que preocupa a la UNESCO desde hace decenios. De hecho,
desde 1970 la comunidad internacional dispone de una Convención interna-
cional coordinada por la UNESCO que trata precisamente de las maneras
de combatir ese tráfico. España la ratificó en 1986. En el caso concreto de la
actual crisis iraquí, el deterioro de la situación humanitaria y de seguridad
nos puso en alerta hace ya muchos meses. En julio de 2014 la UNESCO de-
sarrolló un plan de acción de respuesta urgente para salvaguardar el patri-
monio cultural iraquí. Convocamos una reunión a la que asistieron expertos
tantos iraquíes como internacionales y movilizamos a todos los interlocuto-
res relevantes en este ámbito: Interpol, la Organización Mundial de Adua-
nas, policías y autoridades de fronteras, casas de subastas. Varios países, en
particular Noruega y Japón, nos prestaron apoyo financiero para emprender
medidas específicas para evitar destrucciones, pero los hechos han mostrado
que debemos intensificar aún más nuestros esfuerzos.
P. ¿Cómo se puede mejorar el control de la procedencia de las antigüedades?
R. Para poder probar la procedencia de un objeto cultural es crucial que éste
se halle registrado en un inventario adaptado, a ser posible, a los estándares
internacionales. Recomendamos a instituciones públicas y a coleccionistas
privados que registren sus colecciones haciendo uso de este tipo de herra-
mientas. La UNESCO promueve el uso del llamado Object ID, un estándar
internacional para describir objetos culturales (que incluye fotografía y una
descripción detallada). En caso de robo, tal descripción puede ayudar a las
autoridades a encontrar el objeto en cuestión y facilita la inclusión del objeto
en la base de datos de INTERPOL sobre obras de arte robadas. Un mismo
sistema de inventarios aplicado de forma universal, ayudaría a los Estados
en el rastreo de los objetos robados y, por ende, mejoraría la cooperación
internacional en éste ámbito.
Por otro lado, la UNESCO alienta tanto a instituciones públicas como a
coleccionistas a asegurarse de que todo objeto cultural que adquieran vaya
acompañado de un certificado de exportación del país de origen. También
existe un estándar internacional el ‘Modelo de certificado de exportación
de bienes culturales’ elaborado conjuntamente por la UNESCO y la Organi-
zación Mundial de Aduanas. Ambas organizaciones recomiendan a sus res-
pectivos Estados Miembros el uso de dicho certificado para objetos de este
256
tipo. Además de las disposiciones de la Convención de 1970 y del Convenio
de UNIDROIT de 1995, las Directiva 2014/60/UE del Parlamento Europeo
y del Consejo relativa a la restitución de bienes culturales que hayan salido
de forma ilegal del territorio de un Estado miembro, se estipula que un po-
seedor deba demostrar que ejerció la diligencia debida en el momento o de
la adquisición del bien.
P. ¿La UNESCO trabaja con otros organismos internacionales sobre este
asunto? ¿Y con gobiernos?
R. Sí, estamos trabajando en varias direcciones. El objetivo es prevenir antes
de los conflictos, con socios como la unidad de Obras de Arte de INTERPOL,
policías nacionales como la Oficina Central de Lucha contra el Tráfico de
Bienes Culturales de la policía francesa, la Guardia Civil, en España o los
Carabinieri en Italia. La UNESCO, en colaboración con organismos como la
OMD, la UNODC, UNIDROIT o INTERPOL, forma a agentes de aduanas,
policía especializada y especialistas en el campo de la protección del
patrimonio en temas relacionados con el control de procedencia de objetos
culturales.
P. ¿Está utilizando el Estado Islámico los ingresos que obtiene de la venta
ilegal de obras de arte para financiarse?
R. Es un hecho, que además ha sido reconocido por el Consejo de Seguridad
de Naciones Unidas en su resolución 2199 del 12 de febrero. Esa resolución
condena la destrucción del patrimonio cultural en Irak y Siria, sea accidental
o deliberada y observa que Daesh (acrónimo del Estado Islámico en árabe)
generan ingresos al participar directa o indirectamente en el saqueo y con-
trabando de artículos del patrimonio cultural de los sitios arqueológicos,
museos, bibliotecas, archivos y otros sitios en Irak y Siria. La resolución
afirma también que esos ingresos se están utilizando para apoyar sus activi-
dades de reclutamiento y fortalecer su capacidad operacional para organizar
y perpetrar atentados terroristas. Por lo tanto, no se trata únicamente de la
destrucción deliberada del patrimonio cultural, que de por sí constituye un
crimen de guerra. Es también un problema de seguridad humana que nos
preocupa muchísimo.
P. ¿Existe la posibilidad de convocar una conferencia internacional sobre
este tema?
R. La UNESCO ya ha organizado varias reuniones a todos los niveles desde
el principio del conflicto, con especialistas y lideres políticos, para alertar
de la situación y movilizar voluntades: en julio de 2014, en septiembre, el 3
257
de diciembre pasado... y vamos a continuar. De hecho, a primeros de abril
he convocado una reunión en la UNESCO cuyo objetivo es poner en marcha
una coalición de socios para implementar la resolución 2199 del Consejo de
Seguridad de Naciones Unidas.
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- La imagen 6.1 muestra el traslado de obras del Museo del Prado durante
la guerra civil española, para ponerlas a salvo. Tras los bombardeos del 16 de
noviembre de 1936 sobre la ciudad de Madrid (alguno de los cuales impac-
taron en el Museo del Prado) el Gobierno de la República determinó que las
principales obras del Museo debían estar allá donde el Gobierno se encontra-
ra. Por ello, en el mes de noviembre de 1936, las obras del Prado comenzaron
a ser trasladadas a Valencia. El avance de la guerra hacia la zona de levante
obligó al Gobierno a trasladar su sede de Valencia a Barcelona en noviembre
de 1937. Cinco meses más tarde las obras, así como los técnicos del Prado
y sus familias fueron trasladados de nuevo hacia esta última ciudad. Se le
atribuye a Manuel Azaña el comentario “El Prado es más importante que la
República o la Monarquía”. ¿Por qué ese interés prioritario por las obras del
Museo del Prado? ¿Qué ve amenazado el Gobierno de la República con un
ataque al Museo? ¿Por qué se llevan las obras consigo allá donde se instalan?
2.- La imagen 6.2 muestra la escultura del poeta ucraniano Taras Shevchenko,
erigida en 1935, actualmente situada en la ciudad de Járkov. Fue protegida
con sacos terreros tras la invasión Rusa en febrero de 2022. ¿Por qué protegen
la estatua los ucranianos? ¿Qué es lo que están protegiendo? ¿Por qué pueden
querer atacar la estatua los rusos? ¿Qué pretenden dañar? Argumenta tus
respuestas.
3.- La fotografía 6.3 muestra las ruinas de la ciudad siria de Palmira, tras ser
bombardeada por el Daesh. La ciudad de Palmira fue declarada Patrimonio
de la Humanidad en1980 y constituía uno de los principales focos del turismo
internacional en el territorio sirio. ¿Qué puede pretender Daesh al amenazar
directamente este espacio patrimonial? ¿Qué sentido puede tener que la ciu-
dad de Palmira se convierta en objetivo de guerra?
4.- La fuente 6.4 nos presenta una entrevista realizada a la Exministra de
Exteriores de Bulgaria, Irina Bokova, que fue elegida directora general de
258
la Unesco en 2009. Bokova denuncia la forma en que el mercado ilegal de
bienes artísticos confiscados en las guerras de Irak y Siria ha servido para
financiar el terrorismo de Daesh. ¿De qué aspectos del patrimonio nos está
hablando este hecho? Argumenta tu respuesta.
CONCEPTOS VINCULADOS
259
7.- La voracidad patrimonial: patrimonializando intangibles
FUENTE 7.1
REFERENCIA
FUENTE 7.2
260
REFERENCIA
FUENTE 7.3
REFERENCIA
FUENTE 7.4
261
nalización que ya comienza a dar sus primeros pasos gracias al apoyo de la
administración y de numerosas entidades que se han sumado a la ‘causa’.
El discurso crítico ha sido casi inexistente, una postura que abandera el co-
lectivo de Falles Populars i Combatives. El grupo ha lanzado una campaña
que pretende reflexionar acerca de la idoneidad de la protección de la fiesta,
una visión que, aunque cargada de ingeni i gràcia, incide en un proceso que,
dicen, cuenta con muchos riesgos de los que poco se habla. Por ello han
creado el club Patrimoney y un personaje imaginario, ‘La Patri’, que prote-
ge allá por donde pasa. Amantes de la fiesta, defienden que no necesitan los
mecanismos de legitimación de la “Unasco” para vivir la fiesta.
Su proyecto, que cuenta con monumento propio y una programación cargada de
actos y conciertos, se financia este año gracias a los más de 6.000 euros recau-
dados a través de una campaña de micromecenazgo, el doble de lo que inicial-
mente pedían a sus colaboradores. De este modo, Falles Populars i Combatives
propone que sean declarados bienes de la humanidad algunos aspectos que la
entidad considera importantes como «los sueños eróticos raros, desayunar poleo
tocado de cassalla para que no pare la fiesta, el juego de hacer un círculo con los
dedos índice y pulgar e intentar que alguien mire, la cucharita con más de cinco
personas en la coma o la tradición milenaria de hurgarse la nariz».
Defienden una fiesta que se proteja del turismo de masas y de todo aquello
que limite el carácter popular de la fiesta, la integración a través de los ba-
rrios y la infantilización en detrimento de la sátira. Este año realizarán su
quinta falla, aunque no la plantarán, pues será móvil y viajará por Ciutat
Vella patrimonializando todo lo que se cruce por su camino. Hablamos con
Carles Soler, uno de lo miembros de la organización que, para más señas, no
está inscrita en el registro de Junta Central Fallera.
262
-Vuestro discurso es bien diferente al del resto de entidades, ¿es antifallero?
Esto es algo que intentamos siempre dejar claro: no tenemos un discurso
antifallero. Nos vemos más como recuperadores de esa tradición previa al
franquismo, irreverente y que trata de un barrio inclusivo. Unas Fallas he-
chas por la misma gente, no tan profesionalizadas. Nunca hemos tenido un
discurso antifallero, es así como nosotros entendemos la fiesta. De hecho, nos
interesan elementos tradicionales, como las albaes.
263
-Vuestro proyecto para 2016 nos presenta al personaje de ‘La Patri’, ¿quién
es ella?
Desde hace meses sabemos que el tema de la Unesco sería muy importan-
te. Somos conscientes de que el proceso de patrimonialización es difícil de
transmitir, cuesta entender la crítica. Siempre se ha entendido que es algo
positivo, pero hay elementos muy criticables. Quisimos poner cara a este
concepto con ‘La Patri’, un personaje cercano, fácil de manejar y con el que
poder satirizar sobre este proceso. Además, creamos la organización Unas-
co, un organismo no siempre transparente, ¿acaso no es criticable que tenga
que venir alguien de no se sabe dónde a decir qué tiene y qué no tiene valor?
264
pedagogía sobre qué significará la catalogación de la Unesco y nivel público
tampoco ha habido un debate sobre qué implica.
REFERENCIA
FUENTE 7.5
265
REFERENCIA
FUENTE 7.6
“Las fallas deberían ser del pueblo, ejercer su poder alejadas del poder esta-
blecido, convertirse en expresiones críticas populares que reflexionan sobre
el pueblo valenciano de forma transgresora, con ironía y sarcasmo.
En 1937, en plena Guerra Civil, se crearon monumentos falleros que nunca
fueron plantados en la calle y que se tuvieron que exponer en la Lonja. El
antifascista “Alianza para la Defensa de la Cultura” luchó por conseguir
que se hicieran cuatro fallas que criticaban el levantamiento fascista contra
la República.
Estamos en 2018 y la ciudad de Valencia no ha terminado con el fascismo,
que se siente legitimizado para salir a la calle, agredir y atacar a las perso-
nas que libremente quieren ejercer su derecho a expresarse.
Y contra el fascismo, Fallas Populares y Combativas, queremos que en nues-
tra fiesta grande se reivindique una ciudad libre de facherio, libre de impu-
nidad ultraderechista y libre del gusto amargo de tantos años de guardar el
polvo bajo la esterilla. Éste es un año fallero precioso para sacudir de una
vez por todas los restos de un pasado que todavía está demasiado presente.
Así que falleras del mundo, miramos en 1937, admiramos a los artistas fa-
lleros, intelectuales y profesionales que idearon las fallas Cosas de ahora,
La Catedral, El belén de este año y La Libra del mundo que pensaron que
la fiesta era más que una fiesta, que era una herramienta del pueblo para
protestar y luchar.
Las Fallas del 37 criticaban a unos ya otros, tenían para todos, incluso para
los más cercanos ideológicamente, y, como decía Renau, no olvidaban el
“Sentido popular y revolucionario de la fiesta de las Fallas” haciendo de la
improvisación popular un arte, sensual y crítico, en el que participaban los
barrios y la gente de a pie. Que llenaba los días y las noches de marzo de
risas, sueños y el deseo de una sociedad valenciana mejor y más justa.
Queremos que vuelva esa potencia revolucionaria a nuestras fallas, porque
no vamos a consentir que el fascismo quede como una anécdota, sino como lo
que es: una vergonzosa realidad que puede salir a la calle sin temer ninguna
consecuencia. Falleras y falleros: debemos decirles en la cara que no se pue-
266
den esconder detrás de comisiones y monumentos, la suya no es una actitud
fallera, ni la de los xenófobos, ni la de los machistas.
En 2018 las FPC reivindicamos la alegría frente a las mentes obtusas, y
llamaremos muy fuerte que LAS FALLAS SERAN SIEMPRE NUESTRAS, de
los que creemos en la libertad, la cultura, la lengua, la igualdad, el respeto
y la fiesta”
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- Las dos primeras fotos (fuentes 7.1 y 7.2) son imágenes de antiguas fallas
(1889) vinculadas a los talleres carpinteros. La imagen 7.3 muestra una falla
actual. ¿Qué diferencias te llaman más la atención? ¿Cómo dirías que ha evo-
lucionado la fiesta valenciana?
2.- En 2016 las fallas fueron declaradas Patrimonio Inmaterial de la Humani-
dad, causando la queja de movimientos sociales que advertían de los riesgos
que conllevaba ese dudoso título otorgado por la “Unasco”. Encabezando es-
tos movimientos, el colectivo de Falles Populars i Combatives expone en las
fuentes 7.4 y 7.6 los motivos de sus quejas. ¿De qué riesgos advierten? ¿Qué
pretenden de las fiestas falleras?
3.- ¿Consideras que la conversión en patrimonio de la humanidad desvirtúa
el carácter de las fallas? ¿en qué sentido? ¿Crees que homogeneiza la fiesta?
¿crees que le priva de sus vínculos más subversivos? ¿crees que contribuye
a generar una mejor articulación de barrios y de acciones colectivas ciudada-
nas? ¿En qué sentido afecta el título de patrimonio inmaterial de la humani-
dad en general a la fiesta y a la ciudad valenciana?
CONCEPTOS VINCULADOS
267
8.- Hacia una ampliación crítica de los estudios del patrimonio
FUENTE 8 .1
“2012. Manifiesto
268
las narrativas occidentales de nación, clase y ciencia. Ahora hay suficiente
insatisfacción sostenida con esta forma de pensar sobre el patrimonio como
para que sus críticos puedan sentirse seguros de unirse para formar una or-
ganización internacional para promover una nueva forma de pensar y hacer
el patrimonio: la Asociación de Estudios Críticos del Patrimonio.
Al hacerlo, las conferencias y la asociación pueden aprovechar y promover
las innovaciones e intervenciones críticas existentes en el patrimonio.
¿Qué requiere esto?
-Una apertura a una gama más amplia de tradiciones intelectuales. Es ne-
cesario aprovechar las ciencias sociales (sociología, antropología, ciencias
políticas, entre otras) para proporcionar conocimientos teóricos y técnicas
para estudiar el “patrimonio”.
En consecuencia, para explorar nuevos métodos de investigación que desa-
fíen las convenciones establecidas del positivismo y el análisis cuantitativo
al incluir y alentar la recopilación de “datos” de una gama más amplia de
fuentes de formas novedosas e imaginativas.
-La integración de los estudios del patrimonio y los museos con los estudios
de la memoria, la historia pública, la comunidad, el turismo, la planificación
y el desarrollo.
-El desarrollo de redes y diálogos multidisciplinarios internacionales para
trabajar hacia el desarrollo de proyectos colaborativos de investigación y
políticas.
-Democratizar el patrimonio rechazando conscientemente las narrativas
culturales de élite y adoptando las percepciones patrimoniales de personas,
comunidades y culturas que tradicionalmente han sido marginadas en la for-
mulación de políticas patrimoniales.
-Hacer que los estudios críticos del patrimonio sean verdaderamente inter-
nacionales a través de la sinergia de tomar en serio las diversas tradiciones
del patrimonio cultural no occidental.
-Incrementar el diálogo y el debate entre investigadores, profesionales y co-
munidades.
-La creación de nuevas redes de patrimonio internacional que se basan en la
crítica emergente y ecléctica del patrimonio que ha dado lugar a los Estudios
Críticos del Patrimonio.”
269
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
270
El concepto de Europa: relatos y miradas críticas para su
enseñanza
Hubo una Europa teórica antes que una Europa geográfica, y con
mayor razón, antes que una Europa política hubo una Europa in-
ventada para satisfacer una necesidad mental, antes de que los
hombres se preocuparan de dar un contenido real a la palabra Eu-
ropa.
Lucien Febvre16
Eric Hobsbawm17
Índice
Introducción
La enseñanza del concepto de Europa: más allá de un relato para una identidad
Breves consideraciones en torno al concepto de Europa
Bibliografía
271
3.- Europa y la Cristiandad
4.- Los nacimientos de Europa
5.- La Europa negra
6.- Europa desde fuera
7.- ¿Una Historia de Europa?
8.- Usos y abusos en la actualidad
Introducción
Al igual que los poderes que controlaban los Estados liberales del siglo XIX
utilizaron la disciplina histórica como un instrumento para la creación y la con-
figuración de identidades nacionales, la actual Unión Europea ha tenido interés
en desarrollar, impulsar y vincular el sentimiento de una identidad europea con la
nueva comunidad política.
272
Tal y como afirmaba Moreno (1997, p. 181): “El estudio acerca de la «iden-
tidad europea» responde a las necesidades inherentes al estadio actual de la
construcción europea: definir una ciudadanía europea substrato de unas autén-
ticas instituciones comunes;(…) y reafirmar su identidad en el ámbito interna-
cional donde las dinámicas de globalización, regionalización y descentralización
que se dan respectivamente a nivel del sistema internacional, de los subsistemas
regionales y de los mismos Estados en cierto modo amenazan esta «identidad
europea»”.
Así, la búsqueda de unas señas de identidad comunes en el pasado, que (…)
puedan ayudar a diseñar el futuro de la Unión Europea, se encuentran detrás de
los esfuerzos de muchos grupos de historiadores desde finales de los años ochenta
(Moreno, 2010, p. 53). Los intentos de definir lo que ha significado Europa en
la historia (y lo que no) han sido paralelos a la construcción de las instituciones
europeas (Fusi, 1997). No obstante, han crecido de manera exponencial a partir
del fracaso del Proyecto de Tratado por el que se instituía una Constitución para
Europa, de las negociaciones iniciales sobre la adhesión de Turquía al círculo
comunitario y, más recientemente, desde el Brexit.
Autores como Dumoulin (2001) también han advertido sobre estos mecanis-
mos legitimadores del poder: “El propósito de conceder legitimidad histórica
a la construcción europea en tanto en cuanto proceso de integración política,
económica, social y cultural, provocó en su día, y sigue provocando, una apa-
sionada polémica. El propósito de buscar en un pasado lo más remoto posibles
manifestaciones de la idea de Europa como concepto que suponga una unidad
del continente, nos hace caer en la trampa de una visión teleológica de la his-
toria. Quienes, con cierta frecuencia, atribuyen al Imperio carolingio el papel
de precursor de la Comunidad Europea del Acero y del Carbón no pueden por
menos de hacernos sonreír” (p.93).
Tal y como es bien sabido, la historia escolar ha mantenido de forma tradicio-
nal y mantiene una estrecha relación con los poderes políticos. Recientemente,
Rina y De la Montaña (2019) han subrayado cómo, a pesar del fomento de con-
ductas de ciudadanía cosmopolita, la historia escolar perpetúa todavía hoy en
día los usos identitarios y legitimadores del Estado-nación. En un sentido com-
parativo, al igual que la Historia se erigió como asignatura obligatoria en los
planes educativos liberales del siglo XIX con el objetivo de generar una identidad
nacional, la nueva Dimensión Europea de la Educación plantea una narrativa y
un relato para crear y vincular una identidad con una comunidad política “inven-
tada” o “imaginada”.
273
A pesar de que “ese nuevo nacionalismo” en forma de “imposible manual eu-
ropeo que nos acecha como parte de la construcción de Europa” (Pérez Garzón,
2002, p. 17) no haya desembarcado todavía en las aulas del continente, sí que se ha
implantado una asignatura sobre Unión Europea en algunos institutos de la Comu-
nidad de Madrid (Orden 1910/2019, de 14 de junio, de la Consejería de Educación
e Investigación, por la que se aprueban materias de libre configuración autonómica
en la Comunidad de Madrid para su implantación a partir de 2019-2020), en centros
de la Comunidad Autónoma de Cantabria y se espera su implantación en Extrema-
dura para el próximo curso escolar. En Galicia, el alumnado de 1º y 2º de la Edu-
cación Secundaria Obligatoria también tienen la opción de estudiar una asignatura
sobre valores europeos. Estas nuevas asignaturas vienen a sumarse a los epígrafes
concretos sobre el sistema político y las instituciones de la Unión Europea, ya pre-
sentes en la materia de Geografía e Historia, en Historia del Mundo Contemporá-
neo (1º de Bachillerato), Historia de España y Geografía (2º de Bachillerato).
Sin menospreciar la importancia de que el alumnado entienda el contexto insti-
tucional, político, económico y social de la Unión Europea, creemos que resulta, en
primer lugar, mucho más pertinente y esencial realizar una reflexión previa acerca
del concepto de Europa a lo largo de la Historia. En este sentido, la propuesta se
alinea con planteamientos defendidos por autores como Cuesta (2011) cuando se-
ñala: “no se trata de estudiar el pasado como tal, como un depósito inerte y como
un tiempo continuo y vacío, sino de comprender las formas en que ese pasado
ha sido traído hasta nosotros por diversas generaciones, por diversas clases, por
diversos componentes de género, cultura, etc.” (p. 27). Este enfoque, que aspira a
profundizar más allá del tradicional conocimiento sobre los denominados padres
de Europa en los años de la posguerra, pretende fomentar la reflexión crítica sobre
la dimensión europea en el contexto del mundo globalizado del siglo XXI en el
que vivimos. Por ello, coincidimos plenamente con Moreno (2010) cuando apunta:
“el estudio del espacio público europeo no puede tener como único objeto apoyar
la creación de una identidad colectiva supranacional a partir de la construcción
de un relato europeo” (p. 21). Así, con la presenta propuesta de estudio en torno
al concepto de Europa se pretende mirar desde nuevas perspectivas, desasentando
preceptos prescritos y generando en el alumnado pensamiento crítico.
274
encontraría en la Antigüedad. “Como si la cultura, la ciencia, la religión y el
pensamiento de un puñado de griegos (…) corriese ocultamente, o íntimamente
bajo los actuales habitantes de Baviera, Cantabria, Londres, Estocolmo, Sevilla
o Barakaldo” (Pérez Garzón, 2002, p. 17). De alguna forma, todavía pervive esa
idea de la unidad de Europa en torno a “sucesivas realizaciones históricas de la
Antigüedad Clásica, de la Cristiandad medieval, del Humanismo renacentista y
de la Ilustración dieciochesca” (Moradiellos, 2010, p. 96).
Autores como Marín-Ardila (2009), han reflexionado sobre esta teoría de la
excepcionalidad europea, matizando el discurso hegemónico que pervive hoy
en día acerca de la peculiaridad de Europa, como “lugar privilegiado en el que
concurren el nacimiento de la Modernidad, la Civilización, la Razón, el Estado,
la Humanidad” (p. 247). Desde una perspectiva decolonial, Dusell (2000) tam-
bién ha advertido sobre el deslizamiento semántico del concepto de Europa y ha
cuestionado esta tradicional y artificial diacronía unilineal Grecia-Roma-Europa,
“un invento ideológico de fines del siglo XVIII romántico alemán (…) que rapta
a la cultura griega como exclusivamente europea y occidental y que pretende
que desde la época griega y romana dichas culturas fueron centro de la historia
mundial” (p. 41).
Así, frente a cualquier tipo de pretensión atemporal o universal del concepto
de Europa, la presente propuesta didáctica se sitúa en los parámetros que plantea
Martínez (2018): “Toda idea de Europa es una definición contingente, esto es,
producto del encuentro entre diversas tradiciones de pensamiento en un contexto
histórico preciso (…) La idea de Europa es fundamentalmente la historia de un
concepto y un discurso, cuyo análisis precisa dilucidar los antecedentes histó-
ricos que han vertebrado los diversos significados del significante Europa” (p.
128).
La reflexión sobre la idea de Europa que sigue a continuación no aspira a ofre-
cer una definición para Europa con validez universal, ni a aportar ninguna idea
nueva u original en torno al concepto, sino que pretende acercar al alumnado sus
diferentes usos a lo largo del tiempo, a la vez que las implicaciones inherentes de
estos usos. Tal y como se refleja, el estudio de un concepto como el de Europa se
debe contextualizar e insertar en una red de conceptos más amplia, entre los que
se incluyen Cristiandad, Occidente, civilización, Modernidad18 o identidad, entre
tantos otros. Así, se pretende plantear interrogantes en torno a los significados de
Europa, su historia y sus usos políticos, culturales e ideológicos actuales. Para
18 Resultan de especial interés los vínculos existentes con el concepto de Modernidad, abordado en el primer
volumen Cuestionar conceptos históricos. Reflexiones y materiales para el trabajo en el aula (Asociación Cul-
tural y Científica Iberoamericana, 2021) por Irene López Arnaiz y María Caparrós Sánchez.
275
ello, se abordarán algunas de las diferentes aristas que componen todo concepto
poliédrico.
El análisis del concepto de Europa desde un punto de vista etimológico, así
como desde su vertiente mitológica, constituyen dos de las posibles primeras for-
mas de aproximación al mismo (Fuentes 1.1.-1.5.). Con ello, además de acercar
el debate académico en torno a las raíces etimológicas del término, se pretende
plantear un análisis de los usos contemporáneos del propio mito clásico. Ambos
aspectos introductorios resultan esenciales en el análisis del concepto debido a las
múltiples referencias que se encontrarán en fuentes y relatos historiográficos a lo
largo de la propuesta didáctica.
Por otro lado, también resulta pertinente profundizar en la concepción geo-
gráfica de Europa. En la Antigüedad clásica se produjo la creación griega de la
noción de continente como una construcción mental, sin un claro contenido geo-
gráfico real (García, 2008). A través de textos de autores clásicos como Heródoto
de Halicarnaso o Aristóteles, se ponen de manifiesto los imprecisos, indefinidos y
elásticos límites geográficos de Europa. (Fuentes 2.1. – 2.5.).
Frente al concepto de Europa, durante los primeros siglos de Edad Media se
irá configurando la respublica christiana (christianitas), en torno a la idea de
unidad espiritual (Fuentes 3.1.-3.3.). Ante la escasez de textos medievales que
recojan el concepto de Europa a partir del siglo XI (Riquelme, 2005; De Rouge-
mont, 2007), se ha optado por plasmar también algunas fuentes gráficas sobre
la representación cartográfica y simbólica del continente, incluyendo imágenes
pertenecientes a la Edad Moderna (Fuentes 3.4.-3.7.). Es en este contexto cuando
comienzan a proliferar las personificaciones y las representaciones alegóricas,
simbólicas y emblemáticas del concepto de Europa. Tal y como afirma Pérez
Marcos (2005), a partir del siglo XVI comenzará el proceso de configuración del
moderno concepto de Europa, entendida esta como una entidad superior, civil y
moral; un proceso que culminará en el siglo XVIII, en estrecha vinculación con
el racionalismo ilustrado.
Otro de los temas que más ríos de tinta ha vertido en torno al concepto de
Europa es su nacimiento y origen. Se trata, además, de una cuestión que ha susci-
tado un amplio debate durante décadas, con criterios nada “pacíficos” (De Fara-
miñán, 2007). Así, las supuestas y pretendidas raíces europeas se han situado en
construcciones históricas tan diversas como Grecia, el Imperio Romano, la Cris-
tiandad Medieval o el Sacro-Imperio Romano Germánico (Fuentes 4.1. - 4.5.).
Como afirma Martínez (2018): “Entre quienes ven en la construcción europea
iniciada en 1950 el momento inaugural de Europa y quienes lo retrotraen a los
276
albores de la Grecia clásica median más de dos mil años de historia que, desde
la Antigüedad a la Ilustración pasando por la Edad Media o el romanticismo,
bien pueden servir para justificar una visión de lo que Europa es o debería ser.”
(p.128).
En este sentido, también se han incluido en la presente propuesta didáctica va-
rias fuentes y fragmentos historiográficos (Fuentes 5.1.-5.2.) que cuestionan una
de las imágenes actualmente más extendidas sobre Europa: la de un continente
construido sobre el consenso democrático. Se trata de una de las reflexiones plan-
teadas por el historiador británico Mark Mazower en Europa Negra, obra en la
que se reconstruye la historia del siglo XX europeo como un enfrentamiento entre
democracia liberal, fascismo y comunismo, desde la Primera Guerra Mundial
hasta el final de la Guerra Fría. Tal y como afirma Moreno (2019): “la Unión Eu-
ropea se ha presentado a sí misma como parte del relato de la democratización
de Europa, como un proceso que avanzaría sin fracturas de Aristóteles a Barroso
o Juncker, olvidando con ello la fragilidad que históricamente ha caracterizado
la construcción de la democracia en Europa en el siglo XX”.
Por otro lado, también se ha querido matizar la concepción dominante y eu-
rocéntrica que representa al continente como un lugar de cultura superior, ajeno
a las influencias del exterior. Así, se pretende incorporar una mirada crítica sobre
los puntos ciegos, las paradojas y las contradicciones que han acompañado a la
construcción del concepto Europa: el dominio, la violencia, la herida colonial en
el mundo, las pretensiones hegemónicas… (Fuentes 6.1.-6.2.) Aspectos estudia-
dos en las últimas décadas por investigadores como J. Nederveen Pieterse, M.
Bernal, S. Amin o E. Said que matizan una pretendida narración lineal, progre-
siva y homogénea de la historia de Europa y que emergen un relato complejo,
plural, híbrido, dinámico, heterogéneo y polifónico.
En relación con las complejas relaciones entre historia, memoria e identidad,
Pérez Garzón (2002) ha destacado en numerosos estudios el enorme poder cultu-
ral que poseen los historiadores a la hora de singularizar hechos, acontecimientos
y conceptos. En este sentido, señala: “el hecho de decir juntos conceptos como
los de (…), historia de Europa, eso mismo es un acto de poder que implica una
declaración, que (…) España, Europa, existen, que han existido antes y que hoy
son realidades históricas” (Pérez Garzón, 2002, p. 12). “¿Tiene Europa una His-
toria?”, es una cuestión que ha sido objeto de estudio recientemente por parte de
autores como Schaub (2013), y que en las últimas décadas ha recibido respuestas
y planteamientos muy variados, en cuyos extremos podríamos situar el “euroes-
cepticismo historiográfico” y en otro “los cruzados de la historiografía europea”
277
(Carbonell, Biloghi, Limouzin, Rousseau y Schultz, 2000). El propósito docente
es acercar el debate y las diferentes posturas historiográficas que se han manteni-
do en torno a esta cuestión, a través de textos de autores contemporáneos como
Emmanuel Berl, René Sédillot, Julien Benda o Denis de Rougemont, entre otros.
Con la lectura y análisis de estos fragmentos (Fuentes 7.1.- 7.4.), se pretende
que el alumnado trabaje con interpretaciones, y no con certezas, enfrentándose a
relatos y narrativas contradictorias que contribuyan a estimular su pensamiento
crítico.
Por último, se han procurado incluir fuentes que cuestionen los usos actuales
del concepto de Europa en distintos discursos políticos. (Fuentes 8.1. – 8.5.). Tal
y como ha señalado Moreno (2019), durante las últimas décadas, el relato en
torno al proceso de integración europeo se ha construido como la historia de un
“éxito sin precedentes” y no tanto como un proyecto basado en el “pragmatismo
intergubernamental de unos debilitados Estados europeos”. Así, se trata de una
narrativa que “promete acabar con un final feliz llamado “Estados Unidos de Eu-
ropa” en el que todos los pecados de la memoria se redimirán y el nacionalismo
y la xenofobia habrán desaparecido de la faz del continente por siempre jamás”
(Moreno, 2019). Con el fin de analizar de manera crítica este relato, se plantea
un estudio del reciente Manifiesto Por un Renacimiento Europeo, escrito en 2019
por el presidente francés Emmanuel Macron en el contexto de las últimas elec-
ciones europeas. La propuesta también se detiene en el análisis de la expresión
“love Europe, hate the EU”, muy vinculada con el movimiento del Brexit, pero
también popular entre otros movimientos antieuropeístas (Glencross, 2020), así
como en el estudio de discursos euroescépticos. Con ello, se pretende mantener al
alumnado alerta frente a posibles usos y abusos de un concepto de gran relevancia
en el contexto actual y de enorme alcance en el futuro más próximo.
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281
II-Fuentes para la enseñanza del concepto de Europa
FUENTE 1.1
282
y ahora al lado juega y salta en la verde hierba,
ahora su costado níveo en las bermejas arenas depone.
Y poco a poco, el miedo quitado, ora sus pechos le presta
para que con su virgínea mano lo palme, ora los cuernos, para que guirnaldas
los impidan nuevas. Se atrevió también la regia virgen,
ignorante de a quién montaba, en la espalda sentarse del toro:
cuando el dios, de la tierra y del seco litoral, insensiblemente,
las falsas plantas de sus pies a lo primero pone en las ondas;
de allí se va más lejos, y por las superficies de mitad del ponto
se lleva su botín. Se asusta ella y, arrancada a su litoral abandonado,
vuelve a él sus ojos, y con la diestra un cuerno tiene, la otra al dorso
impuesta está; trémulas ondulan con la brisa sus ropas.”
REFERENCIA
FUENTE 1.2
“Europa, la hija del rey fenicio Agenor, solía acercarse a la playa de Tiro
para jugar con sus siervas a la orilla del mar. Un día, precisamente mien-
tras la muchacha se entretenía en estas actividades, la descubrió Júpiter,
que se enamoró de ella, y, para acercarse, se transformó en un toro blanco,
del blanco de la nieve, con aspecto dócil y con unas astas pequeñas y bien
torneadas Europa observó profundamente maravillada al animal, que no te-
nía nada de hostil, y aunque atemorizada en un principio, se acercó a él lo
acarició y lo adornó con guirnaldas de flores. Envalentonada por la manse-
dumbre del animal, decidió montarse a su grupa; pero, inmediatamente, el
dios se arrojó al agua y huyó con su presa aterrorizada. El toro se detuvo en
las proximidades de la isla de Creta, donde Europa se convirtió en madre de
Minos, futuro rey de la isla, Sarpedón y Radamante. Entonces, Júpiter donó
a la muchacha a Asterión, rey de Creta, como esposa”.
REFERENCIA
CONCEPTOS VINCULADOS
Mitología, rapto.
283
FUENTE 1.3
REFERENCIA
CONCEPTOS VINCULADOS
Etimología, Occidente.
FUENTE 1.4
284
su séquito de criadas. Para acercarse a su presa, el dios toma la apariencia
de un toro blanco como la nieve, con cuello musculoso y – de nuevo según
Ovidio – una majestuosa papada que le cuelga sobre las patas delanteras.
Europa se fija en el animal de color lácteo y lo contempla pastar tranquilo
cerca del mar; sin sospechar que ante sus ojos campa una criatura astuta
y maligna, como la ballena blanca que muchos siglos después imaginará
Herman Melville.
Empieza la seducción: el toro besa las manos de Europa con su blanco ho-
cico, salta, retoza en la arena, le ofrece la tripa para que se la acaricie. La
chica se ríe, pierde el miedo, le sigue el juego. Por el placer de desobedecer
a sus viejas criadas, que le hacen señas y advertencias de que sea prudente,
se atreve a montarse a caballo sobre el lomo del toro. En cuanto siente los
muslos de la chica en sus costados, el otro corre hacia el mar, y galopa, sin
inmutarse, sobre las aguas. Europa, aterrorizada, se vuelve a mirar a la pla-
ya. Su túnica ligera ondea con el soplo del viento. Nunca más volverá a ver
su casa ni su ciudad.
El galope de Zeus sobre las aguas la conduce a la isla de Creta, donde los hijos
de ambos forjarán la deslumbrante civilización de los palacios, del laberinto,
del amenazador Minotauro y de las luminosas pinturas que los turistas actua-
les, vomitados por los cruceros, van a fotografiar entre las ruinas de Cnosos.
Un hermano de Europa, llamado Cadmo, recibe la orden de encontrarla don-
dequiera que esté. Su padre el rey le amenaza con el exilio si no la trae de
regreso. Como Cadmo es solo un simple mortal, no consigue descubrir el es-
condite que ha elegido Zeus para sus fechorías clandestinas. Recorre Grecia
de punta a punta, llamando a Europa hasta que su nombre queda tallado en
las rocas, los olivares y los trigales del continente desconocido. Cansado de
una búsqueda que no termina nunca, funda la ciudad de Tebas, cuna de la
desgraciada estirpe de Edipo. La leyenda cuenta que fue Cadmo quien ense-
ñó a escribir a los griegos.
Desde que el lingüista Ernest Klein propuso la etimología, muchos filólogos
sostienen que la palabra “Europa” tiene, en efecto, origen oriental. La re-
lacionan con el acadio Erebu, pariente del término árabe actual ghurubu.
Ambos significan el país donde muere el sol; la tierra del ocaso; Occidente,
desde el punto de vista de los habitantes del este del Mediterráneo. En el
tiempo que evocan los mitos griegos, la tierra privilegiada de las grandes
civilizaciones se extendía por la zona de levante, entre los ríos Tigris y Nilo.
En comparación, nuestro continente era un territorio salvaje, el oscuro y
bárbaro Lejano Oeste.
285
Si esa hipótesis es cierta, nuestro continente tiene un nombre árabe – para-
dojas del lenguaje-. Intento imaginar los rasgos de la mujer que se llamó Eu-
ropa – una fenicia; hoy diríamos siriolibanesa, seguramente de piel oscura y
facciones pronunciadas, con la melena ensortijada, el tipo de extranjera que
en la actualidad despertaría recelos entre esos europeos que mira con el ceño
fruncido las oleadas de refugiados -.
En realidad, la leyenda del rapto de Europa es un símbolo. Detrás de la his-
toria de la princesa arrebatada de su hogar, late un lejano recuerdo histórico;
el viaje del conocimiento y la belleza oriental desde el Creciente Fértil hacia
Occidente y, en particular, la llegada del alfabeto fenicio a tierras griegas, Por
tanto, Europa nació al acoger las letras, los libros, la memoria. Su existencia
misma está en deuda con la sabiduría secuestrada de Oriente. Recordemos que
hubo un tiempo en el que, oficialmente, los bárbaros éramos nosotros”.
REFERENCIA
FUENTE 1.5
286
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Por qué crees que “la leyenda del rapto de Europa es un símbolo”?
2.- ¿Qué interés puede tener la utilización del mito de Europa en un cartel
para unas elecciones?
287
2.- Europa, ¿un continente?
FUENTE 2.1
“península
Del lat. paeninsŭla.
1.f. Tierra cercada por el agua, y que solo por una parte relativamente estre-
cha está unida y tiene comunicación con otra tierra de extensión mayor
continente
De contener y -nte; lat. contĭnens, -entis.
4. m. Cada una de las grandes extensiones de tierra separadas por los océa-
nos.
subcontinente
1. m. Gran extensión territorial que se considera subdivisión del continente
al que pertenece”.
REFERENCIA
Instituto Geográfico Nacional. Mapa físico del mundo: [Láminas del Atlas
Nacional de España]. Obtenido de: https://www.ign.es/web/catalogo- carto-
teca/resources/html/030316.html
Real Academia Española. Diccionario de la lengua española.
288
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 2.2
289
Especialmente curioso es el caso de Chipre, una isla que geográficamente
no pertenece a Europa pero que conforma la Unión Europea junto a otros
veintiséis países europeos. Su pertenencia al grupo comunitario hace que au-
tomáticamente sea considerada parte de Europa, un término que, de hecho,
en muchos casos se emplea para hacer referencia únicamente a la Unión
Europea, pero lo cierto es que Europa es mucho más”.
REFERENCIA
(Merino, 2020).
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 2.3
290
“¿Cuántos continentes hay en el mundo?
No es sencillo precisar cuántos continentes hay en el mundo. Los modelos
más extendidos son los que defienden que hay seis o siete, pero el más exacto
es el que reconoce cuatro.
Que la Tierra es redonda, que los planetas giran alrededor del Sol o que un
año solar tiene 365 días es algo que se aprende en (casi) todas las escuelas del
mundo, con independencia del país o el idioma. Pero por muy elemental que
parezca, a la hora de dividir el mundo no todos los alumnos estudian que la
Tierra tiene el mismo número de continentes. En Estados Unidos, por ejemplo,
los libros académicos recogen que son siete ―América del Norte, América del
Sur, África, Europa, Antártida, Asia y Oceanía (o Australia) ―, pero en Europa
se dice que son seis ―América solo cuenta como uno―. Para los rusos, sin
embargo, son Europa y Asia los que constituyen el sexto territorio, Eurasia.
La palabra continente deriva del latín ―terra continēns― y viene a signifi-
car «tierra conectada» o «tierra que se mantiene unida», por lo que en sus
orígenes se aplicaba a cualquier trozo de tierra que no fuera dividido por
agua, sin importar su tamaño e incluyendo las islas. Inicialmente, para la
civilización occidental Europa y Asia eran los únicos continentes, pero la
lista se amplió con África y las Américas conforme las expediciones europeas
alcanzaron sus costas y se exploró su territorio.
De esta forma, el concepto de continente ha ido evolucionando hasta repre-
sentar, por lo general, una superficie de tierra extensa, continua y aislada por
agua. Sin embargo, no se ha establecido ningún tipo de criterio en cuanto al
tamaño o la separación mínima que debe tener un pedazo de tierra para ser
considerada un continente, por lo que históricamente la división del mundo
se ha ido desarrollando por convención, utilizando indistintamente argumen-
tos geográficos, históricos, culturales o políticos.
Por eso mismo responder a la pregunta de cuántos continentes en el mundo no es
tan sencillo. Uno de los modelos más extendidos es el estadounidense ―siete―,
pero probablemente el más exacto es el que defiende que hay cuatro continentes,
ya que excluye aquellas separaciones de agua que no son naturales, es decir, los
canales de Panamá y Suez, de manera que la división se reduciría a Eurafrasia,
América, Australia ―que no Oceanía, que combina esta última con islas más
pequeñas en el océano Pacífico― y la Antártida.
Entre los dos sistemas, además del europeo o el ruso ―seis―, existe otro modelo
que contempla la existencia de cinco continentes: África, Europa, Asia, América
y Oceanía. Además de unir las Américas, esta propuesta, utilizada entre otros por
291
el Comité Olímpico Internacional ―los cinco anillos olímpicos simbolizan los
cinco continentes―, también deja a un lado la Antártida por no estar habitada.
Asimismo, al margen de todas estas clasificaciones destaca la de la Organi-
zación de las Naciones Unidas, que en lugar de dividir el mundo en continen-
tes lo hace en seis regiones macrogeográficas y sus respectivas subregiones
siguiendo criterios estadísticos para facilitar su análisis. De esta forma, el
geoesquema de la ONU, nombre que recibe dicho modelo, refleja cinco terri-
torios: África ―cinco subregiones―, América ―cuatro―, Asia ―cinco―,
Europa ―cuatro subregiones, incluyendo la Europa oriental donde queda
enmarcada Rusia― y Oceanía ―cuatro―”.
REFERENCIA
(Merino, 2022).
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Qué modelo de división de continentes consideras más pertinente? ¿Por qué?
CONCEPTOS VINCULADOS
Continente.
FUENTE 2.4
“Por lo que toca a Europa, nadie sabe exactamente si está limitada por el
mar al Norte y al Este. Sólo se sabe que es, poco más o menos, igual en lon-
gitud a los otros continentes reunidos.
No comprendo en realidad, por qué han creído conveniente dividir en tres
continentes distintos la Tierra que forma un todo ni por qué han escogido el
Nilo, en Egipto, y el Fasis en Cólquida para servir de frontera entre esos tres
continentes.
¿Quiénes son los autores de esas demarcaciones? Y ¿dónde fueron a buscar
esos nombres de Libia, Europa y Asia? Es imposible determinarlo. El nombre
de Libia vendría, según parece de Libia, una mujer del país; el de Asia, de
Asia, mujer de Prometeo. (…) Respecto a Europa, nada o casi nada sabemos
de ella. ¿Está rodeada de agua? ¿De dónde proviene tal nombre y quién lo
descubrió? Siempre podemos afirmar que es la célebre Europa, hija de Fe-
nicia, la que le dio tal nombre. Pero todos saben muy bien que la susodicha
292
Europa no desembarcó nunca en el continente que lleva su nombre y que en
materia de viajes, se contentó con ir de Fenicia a Creta y de Creta a Licia.
Creo que no conviene profundizar más y adoptar la terminología corriente
sin investigar más su origen”.
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Qué referencias utiliza el autor para delimitar los continentes de la Tierra?
2.- ¿Cómo describe los límites de Europa?
3.- ¿En qué medida admite o rechaza estas demarcaciones?
4.- ¿Con qué sentido utiliza el concepto “Europa”?
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 2.5
“Los pueblos que habitan en climas fríos, hasta en Europa, son, en general,
muy valientes, pero son en verdad inferiores en inteligencia y en industria; y
si bien conservan su libertad, son, sin embargo, políticamente indisciplina-
bles, y jamás han podido conquistar a sus vecinos.
En Asia, por el contrario, los pueblos tienen más inteligencia y aptitud para
las artes, pero les falta corazón, y permanecen sujetos al yugo de una escla-
vitud perpetua.
La raza griega, que topográficamente ocupa un lugar intermedio, reúne las
cualidades de ambas. Posee a la par inteligencia y valor; sabe al mismo
tiempo guardar su independencia y constituir buenos gobiernos, y sería ca-
paz, si formara un solo Estado, de conquistar el universo”.
REFERENCIA
293
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Qué características utiliza el autor para describir a los diferentes pueblos?
2.- ¿Incluye el autor a Grecia en Europa? ¿Por qué?
3.- ¿Se trata de una descripción política o física?
4.- ¿Con qué sentido utiliza el concepto “Europa”?
CONCEPTOS VINCULADOS
294
3.- Europa y la Cristiandad.
FUENTE 3.1
“De hecho, tampoco puede decirse que el de «Europa» sea un concepto cla-
ro. (…) Mientras el imperio romano se mantuvo en pie, el Mediterráneo, en-
tendido como un mar unitario, constituyó un objeto de estudio notablemente
más importante que Europa, dado que esta última se hallaba dividida entre
el estado romano al sur y la proteica y mudable red de pueblos «bárbaros»
(como los llamaban los romanos) al norte. De hecho, esa situación iba a
mantenerse largo tiempo. Hasta después del año 950, ni la religión cristiana
ni las tecnologías de los gobiernos posteriores al período romano lograrían
difundirse significativamente al norte de la vieja frontera imperial. Y en cual-
quier caso, para entonces, el Mediterráneo había empezado ya a recuperar
su condición de foco comercial, siendo tan relevante como las redes de in-
tercambio septentrionales durante el resto de la Edad Media. Por si fuera
poco, Europa no constituyó nunca en el medievo una entidad política única,
y tampoco ha conseguido serlo desde entonces
Desde luego, en la Edad Media la gente hablaba de Europa. En el siglo IX,
los miembros de los séquitos carolingios —es decir, de los reyes que gober-
naban lo que hoy es Francia, Alemania, los Países Bajos e Italia— daban a
veces a sus patrones el nombre de señores de «Europa», y lo mismo habrían
de hacer sus sucesores de la Alemania de los Otónidas en el siglo X, ya que
presentaban a sus patrones como potenciales señores supremos de unos te-
rritorios muy amplios, aunque definidos de forma bastante vaga, y «Europa»
era una palabra que se adecuaba bien a ese propósito. La voz perduró du-
rante toda la Edad Media con este sentido retórico, además de constituir la
denominación, tomada de la Antigüedad, de un elemental marco geográfico,
pero rara vez sirvió de base para reivindicaciones identitarias (aunque no
puede decirse que no ocurriera nunca, sí cabe afirmar que este último uso
fue infrecuente).(…) Todas las declaraciones que defienden la existencia de
una unidad esencialmente europea, y solo europea, son ficticias, incluso en
nuestros días, y en la Edad Media habrían resultado simplemente absurdas.
En conclusión: la Europa medieval es sencillamente un vasto espacio dife-
renciado que contemplamos a lo largo de un dilatado período de tiempo”.
295
REFERENCIA
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 3.2
296
Mas inquietos los europeos no fuese que ocultamente hubiesen dispuesto al-
guna emboscada por senderos extraviados, en vano buscan en los contornos,
mirando sorprendidos por todas las partes, y por no cuidar en manera algu-
na de perseguir al ejército contrario, tan sólo se apoderan de los despojos y
el botín que dividen legalmente, volviendo luego satisfechos a sus países”.
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 3.3
297
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 3.4
298
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
FUENTE 3.5
299
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
FUENTE 3.6
REFERENCIA
300
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Por qué crees que se identifica a Europa con una Virgen en esta repre-
sentación?
2.- ¿Por qué luce una corona?
3.- ¿En qué partes geográficas se sitúan la cabeza y el corazón?
FUENTE 3.7
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
FUENTE 3.8
301
¡Ay de mí, madre infelicísima! (¿Para qué en adelante voy a llamarme virgen,
mancillada con tantos estupros, contaminada con tantos adulterios, violada
con tantos incestos?) ¡Ay de mí – diré- madre felicísima, que di a luz a una
prole peor que de víboras, por la cual, en fin de cuentas, había de ser destro-
zada y despedazada! Concebí a quienes habían de destrozar mis entrañas;
engendré a quienes me pisotearan, amamanté a quienes me desgarran (…)”.
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- Según este fragmento, ¿qué visión ofrece Europa sobre sí misma?
2.- ¿De qué manera influye el contexto histórico en esta visión?
3.- ¿Qué diferencias encuentras entre esta visión y la representación de la
fuente 3.6?
CONCEPTOS VINCULADOS
302
4.- Los nacimientos de Europa.
FUENTE 4.1
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
303
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 4.2
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
304
FUENTE 4.3
“Fue a finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII, cuando empiezan
a estar ya trazados los caminos de Europa como tal entidad, y es entonces
cuando se difunden los nombres “Europa” y “europeos” en su sentido cul-
tural.
Es, pues, a partir del siglo XVIII cuando se puede hablar de Europa como un
espacio mental, cultural y espiritual propio, cuando Europa adquiere plena
consciencia de sí misma, entre otras cosas porque al admitirse la existencia
de culturas chinas, indias o americanas con rasgos propios, ayuda a contor-
near más nítidamente las características de Europa como entidad individual
en los aspectos cultural y espiritual, e incluso en cierta medida política, aun-
que habrá que esperar al siglo XX para que se produzca el intento de ser
también una unidad política.
En el siglo XVIII, se produjo uno de los fenómenos más singulares de la
historia europea, consistente en que, por una parte, cristalizaron en lo fun-
damental las características propias de los Estados modernos que venían
configurándose desde hacía siglos (ejércitos permanentes y profesionales,
diplomacias permanentes, etcétera) y, por otra, esos Estados se asentaron
sobre una Europa unificada, especialmente en el terreno cultural y espiritual,
unidad no conseguida ni aceptada como tal hasta entonces.
Y ese nuevo nivel de la entidad llamada Europa, seguramente sólo fue posible
alcanzarlo una vez cerrada en lo fundamental la fase de consolidación de los
principales Estados que componían el rompecabezas de Europa (…)”.
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Coincide este autor con los textos previos sobre el nacimiento de Europa?
2.- Según este autor, ¿podría hablarse de Europa como una entidad en la Edad
Antigua o en la Edad Media?
3.- ¿A qué se refiere con “Europa adquiere plena consciencia de sí misma”?
4.- ¿Qué matices introduce en su definición sobre Europa?
305
CONCEPTOS VINCULADOS
Estados, unidad.
FUENTE 4.4
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
306
5.- La Europa negra
FUENTE 5.1
“Octubre 1908. Europa es, por excelencia, la tierra de los cataclismos gue-
rreros. Los pacifistas o son imbéciles que ignoran las leyes elementales o
malvados que hacen demagogia y viven de sus mentiras.
Nadie tiene el valor de decir o de escribir que el estado de paz en Europa es
un estado anormal.
¿Por qué Europa es por excelencia la tierra de los cataclismos guerreros?
Porque está habitada por una cantidad de razas que son singularmente
contrarias unas de otras, en sus intereses inmediatos, en sus costumbres y
en sus ambiciones. Europa no tiene suerte. Todos sus habitantes no pueden
ser más que malos vecinos. (…)
12 de octubre de 1908. En América se han federado gentes completamente
parecidas unas a otras, que viven en Estados completamente parecidos…
¡Buen asunto! Pero ¿cómo haréis para federar eslavos o religiosos o místi-
cos revolucionarios; escandinavos juiciosos; alemanes ambiciosos; ingleses
celosos de autoridad; franceses ávaros; italianos que sufren una crisis de
crecimiento; balcánicos cazadores furtivos; húngaros guerreros? ¿Cómo
calmaréis esa cesta llena de cangrejos que se pican unos a otros durante
todo el santo día?
¡Desagraciada Europa! ¿Por qué ocultarle lo que le espera? Antes de diez
años se sumirá en la guerra y la anarquía como ha hecho siempre dos o tres
veces por siglo.
8 de noviembre de 1912. Nada mejorará la suerte de Europa. ¿Por qué que-
réis que se mejore? ¿Qué significa ese viejo fondo de optimismo que espera
que las cosas se arreglen? No hay ninguna razón para esto. Compuestos quí-
micos que separadamente son amorfos, provocan el fuego si se amalgaman
en un recipiente. Europa es un recipiente lleno de esta clase de compuestos
químicos. Eso produce fuego: ¡qué diablo! ¡Tomad vuestro partido!”.
REFERENCIA
307
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- Para este autor, ¿cómo se explica que Europa sea “la tierra de los cata-
clismos guerreros”?
2.- ¿De qué manera influye su contexto histórico en esa visión sobre Europa?
3.- ¿Se trata de una visión hegemónica sobre el continente?
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 5.2
308
siquiera la lista de crímenes del siglo XX ha menguado la capacidad de los
europeos para engañarse a sí mismos. (….)
Lo que Europa significa para nosotros tras el final de la Guerra Fría es
mucho más vago. ¿Constituye una parte de “Occidente” (en sí misma una
noción anticuada), una excrecencia occidental de “Eurasia”, ambas cosas o
ninguna? La “Europa” de la Unión Europea puede ser una promesa o una
falsa ilusión, pero no constituye una realidad. Tomar en serio las divisiones
e incertidumbres del continente supone abandonar la metafísica, renunciar a
la búsqueda de una “Europa” misteriosa y esencial y explorar, por el contra-
rio, la constante contienda para definir lo que debería significar.
En definitiva, en el meollo de esta historia radica la cuestión de los valores,
los que impulsaron a la gente a actuar, conformaron y transformaron institu-
ciones, guiaron la política estatal y estuvieron subyacentes en comunidades,
familias e individuos. (…) uno debe preguntarse: ¿cuál era el propio sistema
de valores de Europa? El liberalismo solo representaba uno de éstos y exis-
tían otros. El siglo XX de Europa es la historia de su conflicto”.
REFERENCIA
Mark Mazower. La Europa negra. Barlin Libros, Valencia. Pp. 11- 17.
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Qué visión sobre la Europa del siglo XX transmite este autor?
2.- ¿Encuentras alguna diferencia o similitud con textos anteriores?
3.-Actualmente, la imagen más extendida de Europa es la de un continente
construido sobre el consenso democrático. ¿Qué argumentos utiliza el autor
para cuestionar esta visión?
4.- ¿Por qué “leer el presente en términos del pasado” puede llevar a equívo-
cos?
CONCEPTOS VINCULADOS
309
6.- Europa desde fuera.
FUENTE 6.1
“El occidental que desee atacar este problema, debe tratar de salir por un
instante de su piel de occidental y considerar la luz entre el mundo y el Oc-
cidente con los ojos de los no occidentales, que constituyen la gran mayoría
de la humanidad. Los pueblos no occidentales, pueden diferir por la raza, la
lengua, la civilización, la religión, pero todos estarán de acuerdo en un punto:
si un occidental les pregunta su opinión sobre Occidente todos darán la misma
respuesta, sean rusos, musulmanes, hindúes, chinos o japoneses. Todos dirán
que Occidente ha sido el gran agresor de los tiempos modernos, y cada pue-
blo podrá invocar sus propias experiencias para justificar esa aserción. Los
rusos recordarán que su país ha sido invadido por los ejércitos occidentales
en 1941, 1915, 1812, 1709 y 1610; los pueblos de Asia y de África recordarán
que, desde el siglo XV, los occidentales fueran misioneros, comerciantes o sol-
dados, han llegado por mar y se han infiltrado en el interior de los diferentes
países. Los asiáticos podrán recordar también que, durante el mismo período,
los occidentales se han llevado la parte del león en las partes del globo que aún
quedaban disponibles: en América, en Australia, en Nueva Zelanda, en el sur y
este del África. Los africanos recordarán que fueron reducidos a la esclavitud
y transportados al otro lado del Atlántico para servir a los europeos que ha-
bían colonizado las Américas y que entre sus manos no fueron más que simples
instrumentos encargados de procurarles las riquezas que ambicionaban. (…)”.
REFERENCIA
Arnold Toybnee.
(De Rougemont, D. (2007). Tres milenios de Europa. La conciencia europea
a través de los textos. Madrid: Veintisiete Letras, pp. 430-431).
PREGUNTAS SUGERIDAS
310
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 6.2
311
historia desde el período del Renacimiento hasta el presente, se apoya en los
hombros de otras culturas y civilizaciones. Edward Said y otros estudiosos
han señalado que la modernidad europea tiene “muchos padres”. Tal y como
Said ha argumentado:
La mayoría de las historias del modernismo europeo dejan de lado las in-
fluencias masivas de culturas no europeas en el corazón metropolitano du-
rante los primeros años de este siglo, a pesar de la influencia evidentemente
importante que tuvieron en artistas modernistas como Picasso, Stravinsky y
Mattise, y en los mismos tejidos de una sociedad que en gran medida se creía
homogéneamente blanca y occidental”.
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
312
7.- ¿Una Historia de Europa?
FUENTE 7.1
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
313
3.- ¿Para qué hace alusión a referentes históricos como Carlomagno, Augus-
to o Enrique el Navegante?
4.- ¿Cómo valora el autor “la amenaza del Islam entre los siglos XIII y XIV”?
CONCEPTOS VINCULADOS
Continuidad, Historia.
FUENTE 7.2
314
dría preguntarse si no está el hombre abusando de su nombre, al conservarlo
para designar jirones de continente (…).
Europa: para unos esta palabra sigue siendo una gran esperanza; para otros,
no escapa a la mitología”.
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 7.3
“Ya hemos dicho que, en el plano de la historia, la idea que los hombres se
hacen de sus actos es todavía más fecunda que esos mismos actos. Nada pare-
ce demostrarlo mejor que la historia de Europa en los últimos quince siglos.
Muy a menudo, casi podría decirse que, sin interrupción, desde que la caída
de Roma dejó que Europa se rompiera en pedazos, los habitantes de esos pe-
dazos han tenido sentimientos comunes, vivido auténticas simultaneidades pa-
sionales y experimentado movimientos propiamente europeos. De hecho, todo
el mundo recuerda uno: las Cruzadas. Pero hay muchos más.
Siguiendo en el campo de la guerra, sin duda es un movimiento europeo el que
alza en el siglo IX, contra la incursión normanda (…); o ese otro que, trescien-
tos años después, hará extenderse el terror ante la invasión mongola (…).
En el orden político, la instauración del sistema feudal, y más tarde el esta-
blecimiento de la monarquía absoluta sobre las ruinas de los poderes loca-
315
les, son movimientos que, aunque escalonados en el tiempo según los sitios,
afectan a toda Europa (…).
En el orden intelectual, sin duda es un movimiento europeo el que manifies-
tan, desde el siglo XIII, instituciones como Cluny y la Camáldula, con sus
cientos de conventos que forman, más allá de los reinos, un vasto cuerpo
espiritual animado por un solo espíritu y regido por un único impulso (…)”.
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 7.4
316
Hoy todos los continentes se parecen y tienen los mismos problemas técnicos,
de organización social, etcétera”
(…) Pero fuera de Europa no se les comprende. Porque, vista de lejos, Eu-
ropa es evidente. El problema está en ponerse a la distancia adecuada del
fenómeno que observamos.
¿Recuerdan la historia de aquel sabio que quería estudiar un elefante con
un microscopio? Nunca llegó a completar la descripción del elefante, pues
no pudo conocer ni su forma, ni su color, ni sus colmillos, ni obviamente, su
carácter. Es lo mismo que ocurre con nosotros, con nuestras pequeñas na-
ciones. Mientras permanezcamos nariz contra nariz, sólo veremos nuestras
diferencias”.
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
Unidad, civilización.
317
8.-Usos y abusos del concepto de Europa en la actualidad
FUENTE 8.1
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Por qué crees que el autor apela a “la historia y los valores que nos unen”?
2.- ¿Qué visión ofrece de Europa?
3.- ¿Qué interés tiene el autor en utilizar el término de “Renacimiento”?
4.- ¿Qué implicaciones tiene?
318
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 8.2
“Señora presidenta, esto es todo, el capítulo final, el final del camino: un ex-
perimento político de 47 años con el que los británicos, francamente, nunca
han estado muy contentos. Mi madre y mi padre se inscribieron a un mercado
común, no a una unión política, no a banderas, himnos, presidentes… y aho-
ra hasta queréis vuestro propio ejército. (…)
Así que me convertí en un opositor absoluto de todo el proyecto europeo.
Quiero que el Brexit inicie un debate en el resto de Europa. ¿Qué queremos
de Europa? Si queremos comercio, amistad, cooperación, reciprocidad, no
necesitamos una Comisión Europea. No necesitamos un Tribunal Europeo.
No necesitamos estas instituciones y todo este poder. Y puedo prometerles,
tanto en el UKIP como en el partido Brexit, amamos a Europa; simplemente
odiamos a la Unión Europea. Es tan simple como eso.
Así que espero que esto sea el inicio del fin de este proyecto. Es un mal pro-
yecto. No solo no es democrático, es antidemocrático (…) le da poder a la
gente sin responsabilidad, gente que no puede ser obligada a rendir cuentas
ante el electorado. Y esa es una estructura inaceptable.
De hecho, ahora se está librando una batalla histórica en todo Occidente: en
Europa, América y otros lugares. Es globalismo contra populismo. Y puede
que detesten el populismo, pero les diré algo divertido, se está volviendo muy
popular y tiene grandes beneficios: no más contribuciones financieras, no
más Tribunal de Justicia Europeo, no más política pesquera común, no más
ser criticado, no más ser intimidado, no más Guy Verhofstadt. (…)
Sé que nos van a extrañar, sé que quieren prohibir nuestras banderas nacio-
nales, pero les vamos a decir adiós y esperamos, en el futuro, trabajar con
ustedes como soberanos... (La Presidenta interrumpe al orador)”.
REFERENCIA
319
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 8.3
320
una lección. Quiero seguir debatiendo con vosotros, amigos hermanos espa-
ñoles, sobre Cristóbal Colón, pero no aceptaré, no aceptaré que sus estatuas
sean eliminadas porque algún bárbaro del Black Lives Matter las vea como
un esclavista peligroso. ¡En Europa las estatuas no se tumban! ¡Las estatuas
las tumban los talibanes! (...)
Toda nuestra identidad está siendo atacada, pero nosotros no lo permitire-
mos. ¡Yo Soy Giorgia! ¡Soy una mujer! ¡Soy una madre! ¡Soy italiana! ¡Soy
cristiana! No me lo pueden quitar.
Es evidente que el amor de patria no significa no creer en Europa, ya que la
nación y Europa no son valores contradictorios. Sólo las izquierdas de mala
fe pueden apoyarlo. Las que siempre han odiado la patria y han empezado a
amar a Europa sólo cuando se convirtieron en huérfanos de la Unión Sovié-
tica. Y, de hecho, han intentado transformar la Europa de los pueblos, de la
diversidad, en una especie de Estado soviético: todo burocracia, imposicio-
nes desde arriba, homologación… Nosotros queremos mucho más a Europa
que tantos otros europeístas. La queremos porque vemos sus diferencias y
sus particularidades. Yo estoy orgullosa de ser una patriota italiana europea,
pero esto no me impide criticar a la actual Unión Europea, que es una cari-
catura de la civilización europea, con su necesidad de eliminar las diferen-
cias, de imponer directivas absurdas sobre los aspectos más específicos de
nuestra vida, diciendo cómo tenemos que educar a nuestros hijos, afectando
a la producción de nuestra excelencia… ¡No lo dirán los burócratas de Bru-
selas si podemos comer nuestro parmesano o vuestro pata negra! Seguiremos
diciendo lo que no nos gusta y no queremos de esta unión, sin aceptar que se
nos defina como enemigos de Europa. (…)
Queremos una Europa más presente en el Mediterráneo, que ha sido la cuna
de nuestra civilización y de la que Europa está cada vez más marginada hoy
en día, mientras que otros países están incrementando su presencia. Pienso
en la Turquía de Erdogan que mientras nos dividimos, aplica su agresivo
expansionismo y amenaza a naciones europeas como Grecia o Chipre, con-
trola Libia, chantajea a Europa con inmigrantes ilegales y financia el islam
político en todo el viejo continente y Europa sigue considerando la adhesión
de Turquía a la Unión Europea. No lo permitiremos.
Mis amigos, hay otra Europa posible. Para construirla será fundamental
nuestra fuerte alianza, españoles e italianos, juntos, con los pueblos her-
manos que están unidos con nosotros por la misma matriz latina. Esto nos
permitirá construir una Europa más equilibrada y podremos redescubrir los
321
verdaderos valores que han fundado Europa. En los últimos días todos los
comentaristas se preguntan cómo será Europa después de Merkel. Hablan de
Draghi, Macron, de otras personalidades, pero yo creo que debemos trabajar
juntos para que la Europa de post Merkel sea la Europa de los conservado-
res, la Europa de los patriotas (…)”.
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
Unión Europea, civilización, patria, nación, identidad.
FUENTE 8.4
322
323
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Qué aspectos denuncian las diferentes viñetas? Interpreta la crítica de cada
una de ellas.
2.- ¿Qué visión ofrecen de Europa?
3.- ¿Qué relación puedes establecer entre las viñetas y las fuentes precedentes
(8.1.-8.3.)?
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 8.5
REFERENCIA
324
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
325
El concepto de comunismo. De la revitalización teórica a la
praxis política
Índice
327
II-Fuentes para la enseñanza del concepto de comunismo
328
I- La revitalización del concepto de comunismo en el siglo XXI
329
al concepto de comunismo en la sociedad neoliberal actual? ¿Qué beneficios di-
dácticos puede tener este concepto para una comprensión más compleja de los
siglos XIX y XX?
A todo lo expuesto hemos de añadir dos objetivos pedagógicos claros: a) desa-
rrollar un pensamiento crítico en el alumnado de modo no proselitista y; b) dotar
al profesorado, mediante las fuentes, de una serie de herramientas que pueden
servir para pensar mejor el concepto. Estas son: el debate, la investigación grupal,
incitación a la lectura de materiales culturales, como por ejemplo La Internacio-
nal (ver fuente 1.1). Entre los materiales sugeridos encontramos: teatro, música,
poemas y obviamente todas aquellas actividades que la creatividad del profeso-
rado pueda desarrollar.
Los orígenes del concepto se remontan a mediados del siglo XIX en Europa,
donde recordemos, se desarrolló lo que Hobsbawn llama una doble revolución
(Hobsbawn, 2011), de un lado la industrial, que arranca con las actas de cerca-
miento en 1777 en Inglaterra y del otro la social, que comienza en Francia en
1789 con la revolución francesa. Ambas revoluciones no surgen de la nada. Son
frutos de amplios procesos de cambio social dentro de los cuales hay una gran
resistencia social.
En este contexto surgen las dos obras fundacionales Principios del comunismo
(1847) (ver fuente 1.2) de Friedrich Engels, y el Manifiesto del Partido Comu-
nista (1848) (ver fuente 1.3), obra conjunta de Engels y Marx, solicitada por la
“Liga de los comunistas” que procede de la anterior “Liga de los justos”. Si bien
autores como Constantino Bértolo, que amparándose en la obra del historiador
Albert Soboul, prefieren rememorarse a François Babeuf como primer autor que
utiliza el concepto de comunismo (Bértolo, 2017, p. 65), nosotros vamos a optar
por atribuir a este dúo el nacimiento de este.
Siguiendo la guía conceptual desarrollada en Palabras clave por el investiga-
dor británico Raymond Williams, el comunismo hace referencia a lo común y a la
comunidad. Será usado de modo diferenciado del de socialismo a partir de la Co-
muna de París de 1871 y, sobre todo, después de la revolución soviética de 1917.
A partir de ahí, para Williams, el comunismo va a entroncarse en la tradición
teórica que lo ve como una fase superior del socialismo (Williams, 2003, p. 68).
Para dotar al concepto de cierta delimitación, dentro de la mentada tradición
histórica, hemos de explorar en los escritos de Marx y Engels como críticos del
330
modo capitalista de producción amén de como teóricos del socialismo (Musto,
2020, p. 30). Para ello, hemos procedido a una indagación general de la ingente
obra de ambos rastreando una arqueología del concepto. La dificultad radica en
que son autores que trabajan los conceptos como procesos (Bértolo, 2017, p. 40)
y nunca como entidades estáticas, por tanto, el concepto va encontrando cambios
según su contexto de producción, aunque siempre guarda una serie de constantes
de las cuales destacamos dos. La primera, que se produce siempre pensado desde
su praxis política, pues ambos autores, además de pensadores, son militantes po-
líticos como podemos ver en El Estatuto de la liga de los comunistas (ver fuente
1.4), o el citado Manifiesto del Partido Comunista, y; la segunda, vinculada a la
primera, que va a verse siempre en relación con programas políticos destinados
a la emancipación del proletariado, que frente a las anteriores formas de pro-
ducción vende por primera vez su fuerza de trabajo a cambio de un salario. El
comunismo será la enseñanza de sus condiciones de producción (Engels, 1978, p.
195). Hablamos, por ende, de un concepto que es pensado para la toma del poder
por parte del citado proletariado (Marx y Engels, 2014, p. 28) “el movimiento
real que anula y supera el estado de cosas actual” (ídem, p. 29), (ver fuente 1.5).
Esto es sustentado, a su vez, desde una metodología que aborda lo histórico
concreto como una formación histórica en la cual confluyen distintos momentos
históricos resumidos (Hall, 2021, p. 22). Desde esta óptica hemos de ver el comu-
nismo como una formación en diversas formas, como se recoge en los Manuscri-
tos de economía y filosofía, (aunque escritos en 1844 son descubiertos en 1932):
a) comunismo crudo, en esta forma se pretende aniquilar todo lo que puede ser
poseído por alguien como propiedad privada; b) comunismo, o democrático o
despótico, que si bien ha logrado superar el Estado aún tiene influencia de la pro-
piedad privada; c) comunismo como superación de la propiedad privada, en esta
fase el hombre se hace objetivo para sí y la propiedad privada un “objeto extraño
e inhumano” (Marx, 2010, p. 136).
Este trabajo teórico viene en varias ocasiones sustentado por su análisis políti-
co del momento y por sus luchas frente a los otros tipos de socialismos, llamados
utópicos, que también tenían la pretensión de emancipación del proletariado. Un
análisis bastante vivo lo encontramos en La lucha de clases en Francia don-
de identifican un socialismo burgués, que es aquel que pretende derrocar a la
aristocracia en pro del libre comercio, y un socialismo doctrinario, que pretende
generar un programa desde la crítica inmanente, pero sin base material. Frente a
estos dos tipos de socialismo se alza el revolucionario, que muestra un esbozo de
programa político comunista: la revolución permanente, la dictadura del proleta-
331
riado, supresión de diferencias de clases y subvertir las relaciones de producción,
de la que brotan las relaciones sociales (Marx, 1975, p. 199-201).
Ante estos socialismos lo que pretenden los comunistas es: “alcanzar los ob-
jetivos e intereses inmediatos de la clase obrera” (Marx y Engels, 2018, p.115),
para ello, se alían con el resto de los partidos políticos de la clase trabajadora del
momento, siempre en pos de conseguir cumplir con un programa político, que en
el Manifiesto se traslada en un programa de máximos (ver fuente 1.6), que intente
dar en cierta medida respuesta a la máxima: “de cada cual, según sus capacida-
des; a cada cual según sus necesidades” (Marx, 2008, p. 31). Encontramos tanto
en Marx como en Engels una pretensión de identificación de comunismo con
los intereses del proletariado (Marx y Engels, 2018, p. 73), frente al socialismo
que será el movimiento que represente a las clases medias (ídem, p. 125). Este
socialismo es duramente criticado por Engels en su obra Del socialismo utópico
al científico al estar basado en preceptos morales y universales y no en elemen-
tos políticos que vayan de lo concreto a lo general, aunque es cierto que ambos
conceptos (comunismo y socialismo) son igualados el uno con el otro en diversos
escritos siendo a veces compleja la frontera entre ambos.
En la práctica política, los partidos comunistas trabajarán conjuntamente hasta
1914 junto a estos Partidos socialistas unidos en la II Internacional. Solamente el
apoyo de los créditos de guerra en 1914 y el triunfo bolchevique en 1917 gene-
rará la separación en ambas corrientes políticas, claramente diferenciadas por su
praxis política, los partidos socialdemócratas de un lado y su ala izquierda, los
partidos comunistas, de otra.
Esta alianza encuentra en el Partido Socialdemócrata Alemán su mejor ejem-
plo de auge y caída. Auge; con la colaboración de Marx y Engels en los progra-
mas de unificación de Gotha y Erfurt (ver fuente 1.7), que son fundacionales
del SPD (siglas en alemán). En ellos se presenta un programa unificado, aunque
para Marx no contenía más que la “[…] vieja letanía familiar […] que ya había
sido lograda en las repúblicas burguesas avanzadas” (McLellan, 1977, p. 499).
Caída; con el asesinado de Rosa Luxemburg y Karl Liebknecht, por parte de este
mismo partido, para frenar la revolución alemana de 1918.
Estos programas políticos representan a la perfección la distinción entre el
concepto en su aparataje teórico en contraposición con su aplicación práctica.
Muestra además la viveza y dificultad de este al ir ligado a otra serie de conceptos
que le dan vida: dictadura del proletariado, proletariado, socialismo, abolición de
propiedad privada y abolición del Estado, lucha de clases etc. No se puede enten-
der que es comunismo sin identificarlos y sin su aplicación práctica. La búsqueda
332
del comunismo, como utopía misma, es caminar hacia una fase de transición
hasta llegar a la toma de los medios de producción por parte del proletariado y la
extinción del estado y de la lucha de clases. Como indica Friedrich Engels en El
Anti-Dühring (ver fuente 1.8) ese horizonte será el que marque el devenir del con-
cepto en su práctica política, como veremos en su primera experiencia duradera
más allá de la Comuna de París de 1871.
La pugna en la I y II Internacional
333
Respecto con la socialdemocracia, para Luxemburg, Bernstein analiza el ca-
pitalismo como un sistema adaptativo que mejora las condiciones de vida de la
clase trabajadora, de ahí que la vía hacia el socialismo no sea la revolucionaria
sino: “[…] mediante la extensión gradual del control social y la aplicación gra-
dual del cooperativismo” (Luxemburg, 2009, p. 16). Ella recoge los elementos
de fases del socialismo: a) anarquía capitalista de producción; b) socialización
progresiva del proceso de producción y, c) creciente organización y conciencia de
la clase proletaria (ídem, p. 17). Entiende que el socialismo es gradual y que en su
etapa máxima se ha alcanzado la conciencia para sí, que preconizaba Marx en La
miseria de la filosofía. Es, por tanto, una autora que busca en la ontología del ser
social la posibilidad de emancipación. El proletariado hará la revolución cuando
haya adquirido la conciencia de clase necesaria, cuando su subjetividad haya sido
creada (ídem, p. 52), la cual comienza en el colapso de la producción capitalis-
ta. Sin embargo, desde la postura adaptativa de Bernstein, el socialismo deja de
ser una necesidad histórica. El problema central entre ambos teóricos reside no
en qué quieren, sino en cómo quieren llegar. Luxemburg entiende el socialismo
como una necesidad económica frente a la postura de reforma de Bernstein que
ve el socialismo factible bajo dos condiciones: a) desarrollo del capitalismo y, b)
el ejercicio del poder político de la socialdemocracia, como partido de clase de
los trabajadores (Bernstein, 1982, p.184). Esto significa delegar la lucha social
solamente a la vía parlamentaria (Fuente 2.1).
334
será, como ya hemos indicado, el punto de mayor fricción con el anarquismo. Le-
nin sostiene: “Mientras existe el estado, no existe libertad. Cuando haya libertad,
no habrá estado” (ídem, p. 135). Tanto en la teoría anarquista como en la teoría
comunista, el Estado es un elemento que debe ser aniquilado, algo que reconoce
el propio Lenin (Fuente 2.3), la diferencia principal reside en el espacio temporal.
Para Lenin el proletariado ha de destruir la vieja máquina del Estado y sustituirla
por una nueva hasta que no sea necesaria. Este es el momento de transición que
Lenin recupera y que sólo puede ser desarrollado mediante la dictadura del pro-
letariado (ídem, p. 123).
Lenin recupera este concepto de la tradición marxiana, acuñado por Louis Blan-
qui, que no es otra cosa que el uso de la violencia por la mayoría para salvaguardar
la revolución: “Debemos reprimir a estos, para liberar a la humanidad de la escla-
vitud asalariada […] (ídem, p. 126). Esta es imprescindible para poder desarrollar
las fases del comunismo, que empiezan tomando los medios de producción que pa-
san de las manos privadas al común (Fuente 2.4). Lenin distingue bien esas etapas
de transición, marcando la gran diferencia entre la primera fase socialista y las fases
comunistas en las que ya se han socializado los medios de producción.
En Lenin y Trotsky, como líderes de la revolución rusa, encontramos la mate-
rialización práctica del concepto, Marx y Engels teorizaron poco sobre un posible
estado socialista, de ahí que apenas encontremos una teorización de este tipo hasta
1917. Sin embargo, no podemos entender este hecho histórico sin otros teóricos y
teóricas agrupadas en torno al Partido Bolchevique y que eran capaces de teorizar
sobre el comunismo. Autores y autoras como Preobrazhenski, Aleksandra Ko-
llontai (primera mujer ministro en la historia) o Bujarin, son imprescindibles en
esos primeros años de revolución. Conceptualizan el comunismo como un siste-
ma de producción, al albor de esos primeros años de construcción del socialismo,
no sólo en Rusia, sino en el resto de Europa, donde la revolución ha triunfado en
Hungría (duro sólo 100 días), y ha estado a punto de llegar a Alemania e Italia por
la vía de los Consejos de fábrica y el control obrero de la producción.
Para ellos, una producción comunista tiene: a) producción organizada; y b) no
habrá división de clase, no será posible que una clase explote a la otra. Esto signi-
fica: “Una sociedad en que no existan clases y en que toda la producción esté or-
ganizada no puede ser otra que la sociedad comunista, en la cual todos trabajan
solidariamente” (Bujarin, 1977, p. 54-55). Esto se consigue mediante un Partido
organizado que desarrolle un programa que vaya en la dirección de cambiar el or-
den mundial, pues es el primer programa basado en la evidencia (ídem: 15), sien-
do un claro ejemplo de lo que esto significa, sin ser un programa, los Estatutos
335
de la Internacional Comunista, aprobados en su II Congreso, celebrado del 19 de
julio al 7 de agosto de 1920 (Fuente 2.5). En estos se rompía definitivamente con
la socialdemocracia. Ya se daba una definición de comunismo acorde a una clara
orientación marcada por el Partido y una centralización de la producción (Fuente
2.6). Algunos de estos autores, sin embargo, pese a pertenecer al comité central
del Partido Comunista de la U.R.S.S. (PCUS), serán ejecutados en los años 1937
(Preobrazhenski) y 1938 (Bujarin) por orden de Joseph Stalin. Será la discusión
entre Stalin y Trotsky la que marque el debate del concepto hasta la victoria so-
viética en la II Guerra Mundial. Ambos, sin embargo, no eran según Lenin, los
más idóneos para la dirección de la revolución (Fuente 2.7).
336
revolución mundial.” (Trotsky, 2008, p. 94). Esto es posible gracias a las condi-
ciones propicias de: a) crisis de la burguesía; b) deseos de cambio de la pequeña
burguesía; c) adquisición de conciencia del proletariado y; d) programa firme y
claro de la vanguardia revolucionaria. (ídem: 114). Lo que encontramos en estas
líneas es una lucha clara en la necesidad de exportar la revolución para poder
desarrollar el comunismo y la importancia de que eso lo haga una dirección del
Partido diferente al Kremlin. Es la urgencia de implementar una revolución per-
manente (Fuente 2.8).
Frente a esta postura de internacionalizar la revolución encontramos a Zi-
noviev y a Stalin. En el caso de Zinoviev hay una lectura dual de la revolución,
interna y externa, siendo la interna la revolución desarrollada gracias a la unión
industrial y la externa la que triunfa con el apoyo de los países más avanzados
(Zinoviev, 1975, p. 32). Esta premisa es importante porque alude a la necesidad
de revolución en países avanzados, véase industrializados, o la importancia de la
revolución en los que ya lo están como el caso alemán y norte de Italia. Ambos,
defienden que el socialismo puede desarrollarse en un solo país aunque no sea lo
ideal. Esta victoria significa la unión de proletariado y campesinado, que cuenta
con las simpatías del resto de países (Stalin, 1975, p. 117).
Esta victoria ha sido posible gracias a la dirección del Partido, su vanguardia:
“En este sentido, podría decirse que la dictadura del proletariado es, en el fondo,
la dictadura de su vanguardia, la dictadura de su Partido, como fundamental
fuerza dirigente del proletariado” (ídem, p. 98). Si a esta visión plenipotenciaria
del poder añadimos que su concepto de dictadura del proletariado es: “Utiliza-
ción del poder del proletariado para aplastar a los explotadores; utilización del
poder del proletariado para apartar a la burguesía y utilización del poder del
proletariado para organizar el socialismo” (ídem, p. 94), lo que encontramos es
que se iguala metonímicamente la dirección del Partido con el proletariado: “No
se puede contraponer la dictadura del proletariado a la dirección del Partido
[…] puesto que la labor de dirección del Partido es lo principal de la dictadura
del proletariado”. El control del aparato de Partido en manos de Stalin y la iden-
tificación de su figura con la de este marcarán el devenir de la U.R.S.S. Entre sus
logros están la victoria al nazismo en la II Guerra Mundial y la industrialización
rusa en un margen de apenas 20 años. Sus detractores, destacando Trotsky, de-
nunciaron internacionalmente el proceso de burocratización y de purgas internas
(Fuente 2.9) como elementos antirrevolucionarios (Trotsky, 2001).
337
El Eurocomunismo como propuesta para Europa Occidental
338
los Partidos Comunistas en Europa Occidental y a casos particulares como el de
Salvador Allende en Chile (Anexo 3.5).
Recogiendo la influencia del caso chileno, con el asesinato de Salvador Allen-
de en 1973 con el apoyo de EE. UU, y tras los sucesos de Hungría en 1956, donde
el presidente Nagy es ejecutado, y la invasión a Checoslovaquia en 1968, ambos
con la injerencia de la U.R.R.S, en Europa occidental los Partidos Comunistas
buscan una nueva vía de caminar hacia el socialismo explorando la forma parla-
mentaria. Es lo que Althusser llama la vía democrática y pacífica (1977, p. 13).
Una vía que intenta huir del concepto de dictadura del proletariado, al estar im-
pregnada de la idea de dictadura en sí misma (ídem: 16). El socialismo es enten-
dido ahora como un proceso en el cual la contradicción de las fuerzas productivas
es superada y dará paso al comunismo (ídem, p. 40).
Esto sólo es posible mediante la unión de las fuerzas de izquierda, algo que es
definido como “compromiso histórico”, desde una sesgada lectura de Gramsci,
por parte del Partido Comunista de Italia. En el caso italiano la convulsión social
es grande, y ante el miedo de repetir el ejemplo del caso chileno, se opta por
una unión de los Partidos de izquierda en una coalición electoral para frenar al
fascismo.
Esta vía, conocida como Eurocomunismo, explora la forma parlamentaria
unida a fuerzas de corte no comunista. El concepto de comunismo abandona en
Europa el modelo soviético, los conceptos como lucha de clases o dictadura del
proletariado son abandonados. En España el Partido Comunista sigue esta mis-
ma estrategia promovida desde la dirección a cargo de Santiago Carrillo, quien
recupera la lectura de los epílogos a la Guerra Civil en Francia de Engels, que
instan a explorar la vía electoral. La pretensión de Carrillo es ganar la hegemonía
político-cultural mediante la dirección del Partido que pasará a trabajar desde:
programa de mínimos, socialismo democrático, centralismo democrático y ac-
ción común (Carrillo, 1977, p. 130). La democracia pasa a ser identificada con las
urnas y no con la vía revolucionaria. Se pasa a un tipo de política de diálogo con
la socialdemocracia y movimientos cristianos, pero siempre con la pretensión de
transformar la sociedad capitalista a nivel mundial (ídem, p. 132).
Esta estrategia significó el comienzo del fin de los Partidos Comunistas en Eu-
ropa Occidental, donde actualmente o no existen, caso italiano, o son residuales
como en el caso de Francia y España. El comunismo se termina de escindir entre
la teoría y la práctica (Anderson, 2020, p. 115), y se convierte en un concepto sin
praxis política y con escasa incidencia política en Europa Occidental.
339
Debates actuales en torno al comunismo
340
ese militante que no se resigna a pensar en la democracia como superación del
horizonte comunista (ídem: 43). Es, por tanto, una búsqueda más allá de la demo-
cracia liberal; fórmulas que eviten los problemas del Eurocomunismo, es decir,
se trata de aquel que ve en la democracia una “desdemocratización” (Balibar,
2014: 39) o, dicho de otra manera, es aquel que en vez de buscar en lo distributivo
(socialista), se centra en la organización y política de la producción, criticando la
creación de plusvalor y el excedente concreto (Harvey, 2018, p. 153).
La tercera categoría conceptual es la de soberanía del pueblo. Dean alude al
pueblo como el nosotros, una interpelación plural a la colectividad (Dean, 2013:
59). Esa colectividad que no está excluida del sistema, sino explotada por el sis-
tema. Es un pueblo que se actualiza en sus prácticas, como indica Badiou (2010:
247). El gran reto es convertir esas prácticas en habitaciones del tiempo diferen-
tes a las del capital: “Nada es más importante para los comunistas que manifestar
que su tiempo no es el tiempo del capital” (Badiou, 2014, p. 18).
La cuarta se refiere a lo común y lo colectivo. Estos elementos, que tal y como
indicamos al principio, están semánticamente dando contenido al concepto, son a
su vez el caballo de batalla contra el Capital, algo que los propios Marx y Engels
constatan en sus escritos en la Gaceta Renana. El capital siempre ataca a lo común,
lo privatiza, por eso, para los clásicos del marxismo, la primera fase del socialismo
es justo apropiarse de los medios de producción, hacerlos comunes, retornar al cita-
do nosotros, nosotras o nosotres, y encontrar los mapas de lo común.
La quinta es la del deseo. Dean denuncia el abandono de la izquierda del deseo
comunista en pro de políticas reformistas, vemos que el debate Bernstein-Lu-
xemburg sigue vigente. Es en este punto donde Dean alude al deseo como la
necesidad de producir una subjetivación diferente, capaz de crear una formu-
lación del nosotros/as/es en forma de prácticas cotidianas que son capaces de
transformarnos (Balibar, 2014: 22), de desear diferente. Transformar esa sub-
jetividad interconectando tres elementos clave: política, historia y subjetividad,
que son las que Badiou entiende como las que conforman la idea de comunismo
(Badiou, 2010: 230). La subjetivación se conforma desde el plano de los afectos,
pensamientos y potencialidades, que convierten a los cuerpos en gramáticas de
la verdad, conformados en torno a una realidad dada, capaz de transformarla y
transformarse en esa realidad generando un nuevo sujeto (ídem, p. 234). Para
Žižek, esa cotidianeidad se llama red “apolítica”, es ahí donde debemos generar
una transformación de las relaciones “apolíticas” de producción (Žižek, 2014,
p. 260), esto es, un: “deseo de colectividad” (Dean, 2013, p. 120) que termine
produciendo el comunismo.
341
La sexta y última categoría es la de Partido. Dean recupera esta idea, que en
la actualidad parece caduca. Tras mayo del 68 y la ocupación de Praga la política
parecía abocada a ser diferente, a jugarse de otro modo, sin embargo, Dean vuel-
ve a apelar a la idea de Partido debido a la necesidad de disciplina y preparación.
Volver a esta idea es tomar prestado del pasado, como aludía Derrida, pero no
repetirlo de la misma manera. Esto significa no volver a la idea de PCUS, pero sí
recuperar la idea de Partido gramsciana, como moderno Príncipe: “El moderno
Príncipe, no puede ser una persona real, un individuo concreto; puede ser sólo
un organismo, un elemento social en el cual ya tenga inicio el concretarse de una
voluntad colectiva reconocida y afirmada parcialmente en la acción.” (Gramsci,
1984, p. 226). El Partido ya no es la fuente de toda respuesta, sino el campo
abierto de los errores colectivos (Žižek, 2014, p. 245), donde se politiza a la parte
oprimida subjetivándola como deseo colectivo de subjetividad (Dean, 2013, p.
148). Ya no es el lugar de la vanguardia leninista y mucho menos el de la figura
plenipotenciaria de Stalin, es el lugar donde se anticipa, donde se explora y donde
se comparte el fracaso, para fracasar mejor la siguiente vez.
342
¿Es posible entender el concepto de comunismo sin revolución? ¿En qué más
campos se puede aplicar el concepto de revolución? Una indagación sobre esta
dupla puede ayudar al alumnado a pensar en la viveza y la necesidad de concep-
tos de este tipo. Una propuesta sería, tras visibilizar los cortes cinematográficos,
hacer un certamen de cortos, desarrollados con sus propios móviles u otros dispo-
sitivos, que exploraran sobre el concepto de revolución y el de comunismo y sus
diferentes modo de aplicación.
La segunda pregunta que nos surge va ligada al actual momento histórico,
donde el triunfo de la extrema derecha en países como Polonia, Suecia o Italia
viene auspiciado por un descontento social amplio y con el blanqueamiento de
esta corriente extremista por parte de los medios de comunicación. Si el ascenso
de la extrema derecha fue contenido principalmente por el comunismo en los
años cuarenta del siglo XX, tal y como exponía Hobsbawn, podríamos pregun-
tarnos quiénes pueden detener este auge en el momento actual.
Proponemos la aplicación del debate, a partir del visionado del videoclip de
The Wall (Fuente, 4.2), que ayude al alumnado a plantearse su responsabilidad
política en este momento. Plantear la metáfora del muro como aquella que nos
aleja de los problemas sociales y nos acerca a los totalitarismos, puede ser intere-
sante a la hora de encontrar soluciones prácticas.
Por último, nos planteamos como potenciador del pensamiento crítico y de la
creatividad ¿Por qué ya no se habla de comunismo como opción política? ¿Po-
dría ser una opción viable para nuestro contexto histórico? Proponemos para este
caso el desarrollo de una campaña política para solventar los problemas de nues-
tra comunidad más cercana en el cual el alumnado cree sus propios partidos y
programas políticos, pensando (Fuente 4.3) en qué elementos quieren potenciar
como marketing, ligados a una serie de propuestas de programa concretos. Qué
opciones políticas podrían surgir, qué papel podría tener una opción comunista.
Los grandes retos sociales actuales: cambio climático, feminismo, extremis-
mos, interculturalidad, crisis económica, aumento de la brecha entre pobreza y
riqueza, ¿podrían tener un horizonte más alentador en Europa si la opción comu-
nista fuera una más, como sucede en América Latina? ¿nos ayudaría a salir de la
idea “no se puede hacer nada y entrar en la praxis que nos permita generar una:
“nueva imaginación revolucionaria” (Traverso, 2021)?.
343
Bibliografía
344
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Žižek, Slavoj. (2014). Respuestas sin preguntas. En Žižek (Ed.), La idea de co-
munismo. Madrid: Akal.
345
1.- El nacimiento del concepto
FUENTE 1.1
(Estribillo)
Es la lucha final:
Agrupémonos, y mañana,
la Internacional
será el género humano
(bis)
(Estribillo)
346
Ya basta de languidecer bajo tutela,
La igualdad quiere otras leyes;
¡"No más derechos sin deberes”!, dice
“Iguales, ¡no más deberes sin derechos! “
(Estribillo)
Abominables en su apoteosis,
los reyes de la mina y el ferrocarril
¿Alguna vez han hecho algo más
que desvalijar al trabajo?
En las cajas fuertes de la banda
Lo que [el trabajo] creó se fundió.
Decretando que se le vuelva,
el pueblo no quiere más que lo que se le debe.
(Estribillo)
(Estribillo)
347
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 1.2
348
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 1.3
349
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Podrías buscar un comienzo similar en alguna obra literaria? (Una pis-
ta…busca en Shakespeare.
2.- ¿Por qué crees que tienen miedo estos personajes al comunismo?
3.- ¿Crees que hoy se le tiene miedo al comunismo?
4.- ¿Según el texto, es positivo o negativo ser comunista?
5.- ¿Por qué crees que piden la unión del proletariado?
6.- ¿Sabrías explicar qué es proletariado?
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 1.4
350
Art. 4.- Los miembros serán llamados por nombres establecidos por la Liga.
Art.5.- La liga se halla organizada en comunas, distritos, distritos de direc-
ción, Comité Central y congreso.”
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 1.5
“[…] que todas las anteriores revoluciones dejaron intacto el modo de activi-
dad y solo trataban de lograr otra distribución de esta actividad, una nueva
distribución del trabajo entre otras personas, al paso que la revolución co-
munista va dirigida contra el modo anterior de actividad, elimina el trabajo y
suprime la dominación de las clases al acabar con las clases mismas, ya que
esta revolución es llevada a cabo por la clase a la que la sociedad no consi-
dera como tal, no reconoce como clase y que expresa ya de por sí la disolu-
ción de todas las clases, nacionalidades, etc., dentro de la actual sociedad; y
4º que, tanto para engendrar en masa esta conciencia comunista como para
llevar adelante la cosa misma, es necesaria una transformación en masa de
los hombres, que solo podrá conseguirse mediante un movimiento práctico,
mediante una revolución; y qué, por consiguiente, la revolución no solo es
necesaria porque la clase dominante no pueden ser derrocada de otro modo,
sino también porque únicamente por medio de una revolución logrará la cla-
351
se que derriba salir del cieno en que se hunde y volverse capaz de fundar la
sociedad sobre nuevas bases.
El comunismo se distingue de todos los movimientos anteriores en que echa
por tierra la base de todas las relaciones de producción y de trato que hasta
ahora han existido y por primera vez aborda de un modo consciente todas las
premisas naturales como creación de los hombres anteriores, despojándolas
de su carácter natural y sometiéndolas al poder de los individuos asociados.
Su institución es, por tanto, esencialmente económica, la de las condiciones
materiales de esta asociación; hace de las condiciones existentes condicio-
nes para la asociación. Lo existente, lo que crea el comunismo, es precisa-
mente la base real para hacer imposible cuanto existe independientemente de
los individuos, en cuanto este algo existente no es, sin embargo, otra cosa que
un producto de la relación anterior de los individuos mismos. Los comunistas
tratan, por tanto, prácticamente, las condiciones creadas por la producción
y la relación anteriores como condiciones inorgánicas, sin llegar siquiera a
imaginarse que las generaciones anteriores se propusieran o pensaran su-
ministrarles materiales y sin creer que estas condiciones fuesen inorgánicas
para los individuos que las creaban.”
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
352
FUENTE 1.6
REFERENCIA
353
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 1.7
354
El Partido Obrero Alemán reclama como base libre del Estado:
1. Derecho electoral general, igual, directo y secreto de todos los hombres
mayores de 21 años de edad inclusive para todas las elecciones nacionales
y municipales;
2. Legislación directa por el pueblo con derecho a proponer y rechazar;
3. Servicio militar general, milicia popular en lugar del ejército permanente.
Decisión sobre la guerra y la paz por la representación popular;
4. Derogación de todas las leyes de excepción, sobre todo de las ley’es de
prensa, asociación y reunión;
5. Justicia por el pueblo. Administración de la justicia con carácter gratuito.
El Partido Obrero Alemán exige, como base espiritual y moral del Estado:
1. Educación popular general e igual a cargo del Estado. Asistencia escolar
obligatoria general. Instrucción gratuita.
2. Libertad de la ciencia. Libertad de conciencia.
El Partido Obrero Alemán reclama, para defender a la clase obrera contra el
poder del capital dentro y fuera de la sociedad de hoy:
1. Libertad de asociación.
2. Jornada normal de trabajo y prohibición del trabajo del domingo.
3. Restricción del trabajo de la mujer y prohibición del trabajo infantil.
4. Inspección por el Estado de la industria en las fábricas, en los talleres y
a domicilio.
5. Reglamentación del trabajo en las prisiones.
6. Una ley eficaz de responsabilidad por las infracciones.”
REFERENCIA
Marx, Karl y Engels, Friedrich. [2004] (2008). Crítica del programa de Go-
tha. Crítica del programa de Erfurt”. Madrid: Fundación Friedrich Engels.
pp: 83 y 84.
PREGUNTAS SUGERIDAS
355
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 1.8
356
etc. Lo que subyace a la división en clases es la ley de la división del trabajo.
Lo cual no obsta para que esa división en clases se imponga mediante la
violencia y la expoliación, la astucia y el engaño, ni para que la clase domi-
nante, una vez izada al poder, consolide sistemáticamente su dominio a costa
de la clase trabajadora, y haga de la dirección de la sociedad pura y simple
explotación de las masas.
Mas si de esto se desprende que la división en clases tiene cierta justificación
histórica, ésta vale sólo para un determinado tiempo, para determinadas
condiciones sociales. La división en clases se basó en la insuficiencia de la
producción, y será barrida por el pleno despliegue de las fuerzas producti-
vas modernas. La supresión de las clases sociales tiene efectivamente como
presupuesto un grado de desarrollo histórico en el cual sea un anacronismo,
cosa anticuada, no ya la existencia de tal o cual clase dominante, sino el
dominio de clase en general, es decir, las diferencias de clase mismas. Tiene,
pues, como presupuesto un alto grado de desarrollo de la producción en el
cual la apropiación de los medios de producción y de los productos por una
determinada clase social —y con ella el poder político, el monopolio de la
instrucción y la dirección intelectual por dicha clase— se haya hecho no sólo
superflua, sino también un obstáculo económico, político e intelectual para
el desarrollo. A este punto hemos llegado ya. Mientras la bancarrota política
e intelectual de la burguesía es ya apenas un secreto para ella misma, su
bancarrota económica se repite regularmente cada diez años. En cada crisis
se ahoga la sociedad bajo la exuberancia de sus propias fuerzas productivas
y de sus productos, inutilizables unas y otros, y se encuentra perpleja ante la
absurda contradicción de que los productores no tengan nada que consumir
precisamente porque faltan consumidores. La fuerza expansiva de los me-
dios de producción rompe las ataduras que les pone el modo de producción
capitalista. Su liberación de esas ataduras es el único presupuesto de un
desarrollo ininterrumpido, del progreso cada vez más rápido de las fuerzas
productivas, y, por tanto, de un aumento prácticamente ilimitado de la pro-
ducción misma. Pero eso no es todo. La apropiación social de los medios de
producción elimina no sólo la actual inhibición artificial de la producción,
sino también el positivo despilfarro y la destrucción de fuerzas productivas y
productos que son hoy día compañeros inevitables de la producción y alcan-
zan su punto culminante en las crisis. Esa apropiación social pone además
a disposición de la comunidad una masa de medios de producción y de pro-
ductos al eliminar el insensato desperdicio del lujo de las clases actualmente
357
dominantes y de sus representantes políticos. La posibilidad de asegurar a
todos los miembros de la sociedad, gracias a la producción social, una exis-
tencia que no sólo resulte del todo suficiente desde el punto de vista material,
sino que, además de ser más rica cada día, garantice a todos su plena y libre
formación y el ejercicio de todas sus disposiciones físicas e intelectuales,
existe hoy por vez primera, incipientemente, pero existe.
Con la toma de posesión de los medios de producción por la sociedad se
elimina la producción mercantil y, con ella, el dominio del producto sobre
el productor. La anarquía en el seno de la producción social se sustituye por
la organización consciente y planeada. Termina la lucha por la existencia
individual. Con esto el hombre se separa definitivamente, en cierto sentido,
del reino animal, y pasa de las condiciones de existencia animales a otras
realmente humanas. El cerco de las condiciones de existencia que hasta aho-
ra dominó a los hombres cae ahora bajo el dominio y el control de éstos, los
cuales se hacen por vez primera conscientes y reales dueños de la naturaleza,
porque y en la medida en que se hacen dueños de su propia asociación. Los
hombres aplican ahora y dominan así con pleno conocimiento real las leyes
de su propio hacer social, que antes se les enfrentaban como leyes naturales
extrañas a ellos y dominantes. La propia asociación de los hombres, que an-
tes parecía impuesta y concedida por la naturaleza y la historia, se hace aho-
ra acción libre y propia. Las potencias objetivas y extrañas que hasta ahora
dominaron la historia pasan bajo el control de los hombres mismos. A partir
de ese momento harán los hombres su historia con plena conciencia; a partir
de ese momento irán teniendo predominantemente y cada vez más las causas
sociales que ellos pongan en movimiento los efectos que ellos deseen. Es el
salto de la humanidad desde el reino de la necesidad al reino de la libertad.
La misión histórica del proletariado moderno consiste en llevar a cabo esa
acción liberadora del mundo. La tarea de la expresión teorética del movi-
miento proletario, la tarea del socialismo científico es descubrir las condicio-
nes históricas de aquella acción y, con ello, su naturaleza misma, para llevar
a consciencia de la clase hoy oprimida llamada a realizarla las condiciones
y la naturaleza de su propia tarea.”
REFERENCIA
358
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
359
2.- La aplicación práctica. El ejemplo soviético
FUENTE 2.1
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
360
4.- ¿Compartes su punto de vista o el contrario? ¿Por qué?
5.- ¿Por qué crees que la democracia no es objetivo del socialismo?
6.- ¿Se puede ser un movimiento emancipador si no quiere la democracia el
socialismo o se nos escapa algo?
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 2.2
REFERENCIA
Dalton, Roque. (2004). Un libro rojo para Lenin. Poema Collage (La Haba-
na 1970-1973). Tenerife: Baile del Sol. Pp.14-15
361
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
Lenin, represión, revolución.
FUENTE 2.3
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Qué diferencias anotas como las principales entre anarquismo y comu-
nismo?
362
2.- ¿Conoces alguna experiencia de gestión anarquista?
3.- ¿Hasta qué punto lo que dice Lenin se terminó desarrollando en la U.R.R.S?
4.- ¿Consideras el papel del Estado importante en nuestra sociedad?
5.- ¿Podríamos vivir sin Estado en el momento actual?
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 2.4
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
363
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 2.5
“Considerando:
Que la emancipación de la clase obrera debe ser lograda sólo por la clase
obrera.
Que la lucha por esta emancipación de ningún modo significa una lucha por
la creación de nuevos privilegios de clase y de monopolios, sino que se trata
de una lucha por el establecimiento de la igualdad de derechos y deberes y
por la supresión de toda dominación de clase.
Que la sumisión del hombre al trabajo bajo el régimen de los poseedores de
los medios de producción (es decir de todos los recursos vitales) y la esclavi-
tud bajo todas sus formas son las causas principales de la miseria social, de
la degradación moral y de la dependencia política.
Que la emancipación económica de la clase obrera es en todas partes el ob-
jetivo esencial al que todo movimiento político debe ser subordinado como
un medio.
Que todos los esfuerzos tendientes a lograr ese gran objetivo fracasaron a
causa de la falta de solidaridad entre los trabajadores de los diferentes sec-
tores de trabajo en cada país y de una alianza fraterna entre los trabajadores
de los diferentes países.
Que la emancipación no es un problema local o nacional sino un problema
social de todos los países donde existe el régimen social moderno y cuya
solución depende de la colaboración teórica y práctica de los países más
avanzados; que la renovación actual simultánea del movimiento obrero en
los países industriales de Europa despierta en nosotros por un lado nuevas
esperanzas pero por el otro significa una solemne advertencia para no caer
en viejos errores, y nos convoca a la coordinación inmediata del movimiento
que hasta ahora no era coherente…”.
La Segunda Internacional, fundada en 1889 en París, fue la encargada de
continuar la obra de la Primera Internacional. Pero en 1914, al comienzo
de la guerra mundial, sufrió una bancarrota total. La Segunda Internacional
murió, corroída por el oportunismo y abatida por la traición de sus jefes, que
se pasaron al campo de la burguesía.
364
La Tercera Internacional Comunista, fundada en marzo de 1919 en la capital
de la República Socialista Federativa de los Sóviets, en Moscú, declaró so-
lemnemente a la faz del mundo que ella se encargaba de proseguir y acabar
la gran obra emprendida por la Primera Internacional de los Trabajadores.
La Tercera Internacional, comunista, se constituyó al final de la matanza im-
perialista de 1914-1918, durante la cual la burguesía de los diversos países
sacrificó veinte millones de vidas.
¡Acuérdate de la guerra imperialista! Estas son las primeras palabras que
la Internacional Comunista dirige a cada trabajador, cualquiera que sea
su origen y su lengua. ¡Recuerda que, debido a la existencia del régimen
capitalista, un puñado de imperialistas tuvo durante cuatro largos años la
posibilidad de obligar a todos los trabajadores del mundo a degollarse!
¡Recuerda que la guerra burguesa sumió a Europa y al mundo entero en el
hambre y la indigencia! ¡Recuerda que, sin la liquidación del capitalismo,
la repetición de esas guerras criminales no sólo es posible sino inevitable!
La Internacional Comunista se fija como objetivo la lucha armada por la
liquidación de la burguesía internacional y la creación de la República In-
ternacional de los Sóviets, primera etapa en la vía de la supresión total de
todo régimen gubernamental. La Internacional Comunista considera la dic-
tadura del proletariado como el único medio disponible para sustraer a la
humanidad de los horrores del capitalismo. Y la Internacional Comunista
considera el poder de los sóviets como la forma de dictadura del proletariado
que impone la historia.
La guerra imperialista creó un vínculo particularmente estrecho entre los
destinos de los trabajadores de un país y los del proletariado de todos los
otros países.
La guerra imperialista confirmó una vez más la veracidad de lo que podía
leerse en los estatutos de la Primera Internacional: la emancipación de los
trabajadores no es una tarea local ni nacional sino una tarea social e inter-
nacional.
La Internacional Comunista rompe para siempre con la tradición de la Se-
gunda Internacional para la cual, en los hechos, sólo existían los pueblos de
raza blanca. La Internacional Comunista fraterniza con los hombres de raza
blanca, amarilla, negra, con los trabajadores de toda la tierra.
La Internacional Comunista apoya, integralmente y sin reservas, las con-
quistas de la gran revolución proletaria en Rusia, de la primera revolución
socialista de la historia que resultara victoriosa, e invita a los proletarios
365
del mundo a marchar por el mismo camino. La Internacional Comunista se
compromete a sostener por todos los medios a su alcance a toda república
socialista que sea creada en cualquier lugar de la tierra.
La Internacional Comunista no ignora que, para conseguir la victoria, la
Asociación Internacional de los Trabajadores, que combate por la abolición
del capitalismo y la instauración del comunismo, debe contar con una orga-
nización fuertemente centralizada. El mecanismo organizado de la Interna-
cional Comunista debe asegurar a los trabajadores de cada país la posibili-
dad de recibir en todo momento, por parte de los trabajadores organizados
de otros países, toda la ayuda posible.
Una vez considerado lo que antecede, la Internacional Comunista adopta los
siguientes estatutos:
Artículo 1º.- La nueva Internacional de los Trabajadores es fundada con el
objetivo de organizar una acción conjunta del proletariado de los diversos
países, tendente a un solo fin: la liquidación del capitalismo, el estableci-
miento de la dictadura del proletariado y de una República Internacional de
los Sóviets que permitirán abolir totalmente las clases y realizar el socialis-
mo, primera etapa de la sociedad comunista.
Artículo 2º.- La nueva Asociación Internacional de los Trabajadores adopta
el nombre de Internacional Comunista.
Artículo 3º.-Todos los partidos y organizaciones afiliadas a la Internacional
Comunista llevan el nombre de Partido Comunista de tal o cual país (sección
de la Internacional Comunista).
Artículo 4º.- La instancia suprema de la Internacional Comunista es el Con-
greso Mundial de todos los Partidos y organizaciones afiliadas. El Congreso
Mundial sanciona los programas de los diferentes partidos que se adhieren a
la Internacional Comunista. Examina y resuelve los problemas esenciales pro-
gramáticos y tácticos relativos a la actividad de la Internacional Comunista.
El número de votos deliberativos que en el Congreso Mundial corresponderán
a cada partido u organización, será fijado por una decisión especial del Con-
greso. Además, es indispensable determinar, lo más rápidamente posible, las
normas de representación, basándose en el número efectivo de los miembros de
cada organización y teniendo en cuenta la influencia real del partido.
Artículo 5º.- El Congreso Mundial elige un Comité Ejecutivo de la Interna-
cional Comunista, que se convierte en la instancia suprema de la Internacio-
nal Comunista durante los intervalos que separen las sesiones del Congreso
Mundial.
366
Artículo 6º.- La sede del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista
será designada, en cada nueva sesión, por el Congreso Mundial.
Artículo 7º.- El Congreso Mundial extraordinario de la Internacional Co-
munista puede ser convocado ya sea por decisión del Comité Ejecutivo o a
solicitud de la mitad del número total de los partidos afiliados en el último
Congreso Mundial.
Artículo 8º.- El trabajo principal y la gran responsabilidad, en el seno del
Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista, incumbe principalmente al
Partido Comunista del país donde el Congreso Mundial ha fijado la sede
del Comité Ejecutivo. El Partido Comunista de ese país tiene por lo menos
cinco representantes con votos deliberativos en el Comité Ejecutivo. Además,
cada uno de los llamados doce Partidos comunistas más importantes tienen
un representante con voto deliberativo en el Comité Ejecutivo. La lista de
esos partidos es sancionada por el Congreso Mundial. Los otros partidos u
organizaciones tienen el derecho de delegar ante el Comité representativo (a
razón de uno por organización) con voto consultivo.
Artículo 9º.- El Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista dirige en el
intervalo que separa las sesiones de los congresos todos los trabajos de la
Internacional Comunista, publica, en cuatro lenguas por lo menos un órgano
central (la revista La Internacional Comunista), publica los manifiestos que
juzga indispensables en nombre de la Internacional Comunista y da a todos
los partidos y organizaciones afiliadas instrucciones con fuerza de ley. El
Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista tiene el derecho de exigir
a los Partidos afiliados la exclusión de los grupos o individuos que hayan
transgredido la disciplina proletaria. Puede exigir la expulsión de los par-
tidos que violen las decisiones del Congreso Mundial. Esos partidos tienen
el derecho de apelar al Congreso Mundial. En caso de necesidad, el Comité
Ejecutivo organizará, en los diferentes países, secretarías auxiliares técnicas
o de otro tipo que le estarán totalmente subordinadas.
Artículo 10º.- El Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista tiene el de-
recho de cooptar, acordándoles votos consultivos, a los representantes de las
organizaciones y de los partidos no admitidos en la Internacional Comunista
pero que simpatizan con el comunismo.
Artículo 11º.- Los órganos de la prensa de todos los partidos y organizacio-
nes afiliadas a la Internacional Comunista o que simpatizan con ella, deben
publicar todos los documentos oficiales de la Internacional Comunista y de
su Comité Ejecutivo.
367
Artículo 12º.- La situación general en Europa y en América impone a los co-
munistas la obligación de crear, paralelamente a sus organizaciones legales,
organizaciones clandestinas. El Comité Ejecutivo de la Internacional Comu-
nista tiene el deber de vigilar la observancia de este artículo de los estatutos.
Artículo 13º.- Es norma que todas las relaciones políticas que presentan una
cierta importancia entre los diferentes Partidos afiliados a la Internacional
Comunista tengan por intermediario al Comité Ejecutivo de la Internacional
Comunista. En caso de urgencia, esas relaciones pueden ser directas a con-
dición de que el Comité Ejecutivo de la Internacional sea informado.
Artículo 14º.- Los sindicatos que han optado por el comunismo y que forman
grupos internacionales bajo el control del Comité Ejecutivo de la Interna-
cional Comunista, constituyen una sección sindical de la Internacional Co-
munista. Los sindicatos comunistas envían sus representantes al Congreso
Mundial de la Internacional Comunista por intermedio del Partido Comu-
nista de su país. La sección sindical de la Internacional Comunista delega a
uno de sus miembros ante el Comité Ejecutivo, donde tiene voz deliberativa.
El Comité Ejecutivo tiene el derecho de delegar, ante la sección sindical de la
Internacional Comunista, un representante con voto deliberativo.
Artículo 15º.- La Unión Internacional de la Juventud Comunista está subor-
dinada a la Internacional Comunista y a su Comité Ejecutivo. Delega un
representante de su Comité Ejecutivo al Comité Ejecutivo de la Internacional
Comunista, donde tiene voto deliberativo. El Comité Ejecutivo de la Interna-
cional Comunista tiene la facultad de delegar ante el Comité Ejecutivo de la
Unión de la Juventud un representante con voto deliberativo. Las relaciones
mutuas existentes entre la Unión de la Juventud Comunista y el Partido Co-
munista en cada país están basadas en el mismo principio.
Artículo 16º.- El Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista resolverá
la designación de un Secretariado del Movimiento Internacional de la Mujer
y organizará una sección de Mujeres Comunistas de la Internacional.
Artículo 17º.- Todo miembro de la Internacional Comunista que se traslade
de un país a otro, será fraternalmente recibido en éste por los miembros de
la Tercera Internacional.”
REFERENCIA
368
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 2.6
369
ra socialización), es indispensable efectuar el control más severo de todas
las fuerzas Obreras existentes en el país y de todas las maquinarias y reser-
vas, así como hacer un cálculo de la cantidad de productos necesarios para
el consumo de toda la población. Las proporciones de la producción serán
adaptadas a las proporciones del consumo […].
Al contrario del comunismo, el capitalismo representa un régimen económi-
co sin dirección.
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Podrías enumerar los pasos que se han de dar hasta llegar al comunismo?
2.- ¿Resulta una tarea sencilla o más bien compleja?
3.- ¿Qué elementos actuales hay en la economía que te recuerden a los enu-
merados?
4.- ¿En qué puntos no se parece la economía actual a la que se esboza aquí?
5.- ¿Qué problemas podría acarrear una economía de este tipo y qué elemen-
tos serían positivos?
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 2.7
“Por estabilidad del Comité Central, de que hablaba más arriba, entiendo
las medidas contra la escisión en el grado en que tales medidas puedan, en
general, adoptarse. Porque, naturalmente, tenía razón el guardia blanco de
Rússkaya Mysl (creo que era S. F. Oldenburg) cuando, lo primero, en el juego
de esas gentes contra la Rusia Soviética ponía sus esperanzas en la escisión
de nuestro Partido y cuando, lo segundo, las esperanzas de que se fuera a
producir esta escisión las cifraba en gravísimas discrepancias en el seno del
Partido.
Nuestro Partido se apoya en dos clases, y por eso es posible su inestabilidad
y sería inevitable su caída si estas dos clases no pudieran llegar a un acuer-
370
do. Sería inútil adoptar unas u otras medidas con vistas a esta eventualidad
y, en general, hacer consideraciones acerca de la estabilidad de nuestro CC.
Ninguna medida sería capaz, en este caso, de evitar la escisión. Pero yo con-
fío que esto se refiere a un futuro demasiado lejano y es un acontecimiento
demasiado improbable para hablar de ello.
Me refiero a la estabilidad como garantía contra la escisión en un próximo
futuro, y tengo el propósito de exponer aquí varias consideraciones de índole
puramente personal. Yo creo que lo fundamental en el problema de la esta-
bilidad, desde este punto de vista, son tales miembros del CC como Stalin
y Trotsky. Las relaciones entre ellos, a mi modo de ver, encierran más de la
mitad del peligro de esa escisión que se podría evitar, y a cuyo objeto debe
servir entre otras cosas, según mi criterio, la ampliación del CC hasta 50 o
hasta 100 miembros.
El camarada Stalin, llegado a Secretario General, ha concentrado en sus
manos un poder inmenso, y no estoy seguro que siempre sepa utilizarlo con la
suficiente prudencia. Por otra parte, el camarada Trotsky, según demuestra
su lucha contra el CC con motivo del problema del Comisariado del Pueblo
de Vías de Comunicación, no se distingue únicamente por su gran capaci-
dad. Personalmente, quizá sea el hombre más capaz del actual CC, pero está
demasiado ensoberbecido y demasiado atraído por el aspecto puramente ad-
ministrativo de los asuntos.
Estas dos cualidades de dos destacados jefes del CC actual pueden llevar sin
quererlo a la escisión, y si nuestro Partido no toma medidas para impedirlo,
la escisión puede venir sin que nadie lo espere.
No seguiré caracterizando a los demás miembros del CC por sus cualidades
personales. Recordaré sólo que el episodio de Zinoviev y Kamenev en octu-
bre no es, naturalmente, una casualidad, y que de esto se les puede culpar
personalmente tan poco como a Trotsky de su no bolchevismo.
En cuanto a los jóvenes miembros del CC, diré algunas palabras acerca de
Bujarin y de Piatakov. Son, a mi juicio, los que más se destacan (entre los
más jóvenes), y en ellos se debería tener en cuenta lo siguiente: Bujarin no
sólo es un valiosísimo y notabilísimo teórico del Partido, sino que, además,
se le considera legítimamente el favorito de todo el Partido; pero sus con-
cepciones teóricas muy difícilmente pueden calificarse de enteramente mar-
xistas, pues hay en él algo escolástico (jamás ha estudiado y creo que jamás
ha comprendido por completo la dialéctica). Viene después Piatakov, hombre
sin duda de gran voluntad y gran capacidad, pero a quien atraen demasiado
371
la administración y el aspecto administrativo de los asuntos para que se pue-
da confiar en él en un problema político serio.
Naturalmente, una y otra observación son valederas sólo para el presente, en
el supuesto de que estos dos destacados y fieles militantes no encuentren oca-
sión de completar sus conocimientos y de corregir su unilateral formación.”
(Lenin 25/12/1924)
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 2.8
372
2. Con respecto a los países de desarrollo burgués retrasado, y en particular
de los coloniales y semicoloniales, la teoría de la revolución permanente
significa que la resolución íntegra y efectiva de sus fines democráticos y
de su emancipación nacional tan sólo puede concebirse por medio de la
dictadura del proletariado, empuñando éste el poder como caudillo de la
nación oprimida y, ante todo, de sus masas campesinas.
3. El problema agrario, y con él el problema nacional, asignan a los cam-
pesinos, que constituyen la mayoría aplastante de la población de los
países atrasados, un puesto excepcional en la revolución democrática.
Sin la alianza del proletariado con los campesinos, los fines de la revolu-
ción democrática no sólo no pueden realizarse, sino que ni siquiera cabe
plantearlos seriamente. Sin embargo, la alianza de estas dos clases no es
factible más que luchando irreconciliablemente contra la influencia de la
burguesía liberal-nacional.
4. Sean las que fueren las primeras etapas episódicas de la revolución en
los distintos países, la realización de la alianza revolucionaria del pro-
letariado con las masas campesinas sólo es concebible bajo la dirección
política de la vanguardia proletaria organizada en Partido Comunista.
Esto significa, a su vez, que la revolución democrática sólo puede triun-
far por medio de la dictadura del proletariado, apoyada en la alianza
con los campesinos y encaminada en primer término a realizar objetivos
de la revolución democrática.
5. Enfocada en su sentido histórico, la consigna bolchevista: “dictadura de-
mocrática del proletariado y de los campesinos”, no quería expresar otra
cosa que las relaciones caracterizadas más arriba, entre el proletariado,
los campesinos y la burguesía liberal. Esto ha sido demostrado por la expe-
riencia de octubre. Pero la vieja fórmula de Lenin no resolvía de antemano
cuáles serían las relaciones políticas recíprocas del proletariado y de los
campesinos en el interior del bloque revolucionario. En otros términos, la
fórmula se asignaba conscientemente, un. cierto carácter algebraico, que
debía ceder el sitio a unidades aritméticas más concretas en el proceso
de la experiencia histórica. Sin embargo, esta última ha demostrado, y
en condiciones que excluyen toda torcida interpretación, que, por grande
que sea el papel revolucionario de los campesinos, no puede ser nunca
autónomo ni, con mayor motivo, dirigente. El campesino sigue al obrero o
al burgués. Esto significa que la “dictadura democrática del proletariado
y de los campesinos” sólo es concebible como dictadura del proletariado
arrastrando tras de sí a las masas campesinas.
373
6. La dictadura democrática del proletariado y de los campesinos, en calidad
de régimen distinto por su contenido de clase a la dictadura del prole-
tariado, sólo sería realizable en el caso de que fuera posible un Partido
revolucionario independiente que encarnara los intereses de la democra-
cia campesina y pequeña burguesa en general, un Partido capaz, con el
apoyo del proletariado, de adueñarse del poder y de implantar desde él
su programa revolucionario. Como lo atestigua la experiencia de toda la
historia contemporánea, y sobre todo, la de Rusia durante el último cuarto
de siglo, constituye un obstáculo invencible en el camino de la creación
de un Partido campesino la ausencia de independencia económica y polí-
tica de la pequeña burguesía y su profunda diferenciación interna, como
consecuencia de la cual las capas superiores de la pequeña burguesía (de
los campesinos) en todos los casos decisivos, sobre todo en la guerra y la
revolución, van con la gran burguesía, y los inferiores con el proletariado,
obligando con ello al sector intermedio a elegir entre los polos extremos.
Entre el kerensquismo y el poder bolchevista, entre el “Kuomintang” y la
dictadura del proletariado, no cabe ni puede caber posibilidad intermedia,
es decir, una dictadura democrática de los obreros y campesinos.
7. La tendencia de la Internacional Comunista a imponer actualmente a los
pueblos orientales la consigna de la dictadura democrática del proleta-
riado y de los campesinos, superada definitivamente desde hace tiempo
por la historia, no puede tener más que un carácter reaccionario. Por
cuanto esta consigna se opone a la dictadura del proletariado, política-
mente contribuye a la disolución de este último en las masas pequeño
burguesas y crea de este modo las condiciones más favorables para la
hegemonía de la burguesía nacional, y por consiguiente, para el fracaso
de la revolución democrática. La incorporación de esta consigna al Pro-
grama de la Internacional Comunista representa ya de suyo una traición
directa contra el marxismo y las tradiciones bolchevistas de octubre.
8. La dictadura del proletariado, que sube al poder en calidad de caudillo
de la revolución democrática, se encuentra inevitable y repentinamente,
al triunfar, ante objetivos relacionados con profundas transformaciones
del derecho de propiedad burguesa, La revolución democrática se trans-
forma directamente en socialista, convirtiéndose con ello en permanente.
9. La conquista del poder por el proletariado no significa el coronamiento
de la revolución, sino simplemente su iniciación. La edificación socia-
lista sólo se concibe sobre la base de la lucha de clases en el terreno
374
nacional e internacional. En las condiciones de predominio decisivo del
régimen capitalista en la palestra mundial, esta lucha tiene que condu-
cir inevitablemente; a explosiones de guerra interna, es decir, civil, y
exterior, revolucionaría. En esto consiste el carácter permanente de la
revolución socialista como tal, independientemente del hecho de que se
trate de un país atrasado, que haya realizado ayer todavía su transfor-
mación democrática, o de un viejo país capitalista que haya pasado por
una larga época de democracia y parlamentarismo.
10. El triunfo de la revolución socialista es inconcebible dentro de las fron-
teras nacionales de un país. Una de las causas fundamentales de la crisis
de la sociedad burguesa consiste en que las fuerzas productivas creadas
por ella no pueden conciliarse ya con los límites del Estado, nacional. De
aquí se originan las guerras imperialistas, de una parte, y la utopía bur-
guesa de los Estados Unidos de Europa, de otra. La revolución socialista
empieza en la palestra nacional, se desarrolla en la internacional y llega
a su término y remate en la mundial. Por lo tanto, la revolución socialista
se convierte en permanente en un sentido nuevo y más amplio de la pala-
bra: en el sentido de que sólo se consuma con la victoria definitiva de la
nueva sociedad en todo el planeta.
11. El esquema de desarrollo de la revolución mundial, tal como queda tra-
zado, elimina el problema de la distinción entre países “maduros” y “no
maduros” para el socialismo, en el sentido de la clasificación muerta y
pedante que establece el actual programa de la Internacional Comunista.
El capitalismo, al crear un mercado mundial, una división mundial del tra-
bajo y fuerzas productivas mundiales se encarga por sí solo de preparar la
economía mundial en su conjunto para la transformación socialista. Este
proceso de transformación se realizará con distinto ritmo según los dis-
tintos países. En determinadas condiciones, los países atrasados pueden
llegar a la dictadura del proletariado antes que los avanzados, pero más
tarde que ellos al socialismo. Un país colonial o semicolonial, cuyo pro-
letariado resulte aún insuficientemente preparado para agrupar en tomo
suyo a los campesinos y conquistar el poder, se halla por ello mismo im-
posibilitado para llevar hasta el fin la revolución democrática. Por el con-
trario, en un país cuyo proletariado haya llegado al poder como resultado
de la revolución democrática, el destino ulterior de la dictadura y del so-
cialismo dependerá, en último término, no tanto de las fuerzas productivas
nacionales como del desarrollo de. la revolución socialista internacional.
375
12. La teoría del socialismo en un solo país, que ha surgido como consecuen-
cia de la reacción contra el movimiento de Octubre, es la única teoría
que se opone de un modo consecuente y definitivo a la de la revolución
permanente. La tentativa de los epígonos, compelidos por los golpes de
la crítica, de limitar a Rusia la aplicación de la teoría del socialismo en
un solo país en vista de las peculiaridades (extensión y riquezas natura-
les) de esta nación, no mejora, sino que empeora las cosas. La ruptura
con la posición internacional conduce siempre, inevitablemente, al me-
sianismo nacional, esto es, al reconocimiento de ventajas y cualidades
inherentes al propio país susceptibles de permitir a éste desempeñar un
papel inasequible a los demás: La división mundial del trabajo, la subor-
dinación de la industria soviética a la técnica extranjera, la dependencia
de las fuerzas productivas de los países avanzados de Europa respecto a
las materias primas asiáticas, etc., etc., hacen imposible la edificación de
una sociedad socialista independiente en ningún país del mundo.
13. La teoría de Stalin-Bujarin no sólo opone mecánicamente, contra toda
la experiencia de las revoluciones rasas, la revolución democrática a
la socialista, sino que divorcia, la revolución nacional de la internacio-
nal. A las revoluciones de los países atrasados les asigna como fin la
instauración de un régimen irrealizable de dictadura democrática que
contrapone a la dictadura del proletariado. Con ello introduce ilusiones
y ficciones en la política, paraliza la lucha del proletariado por el poder
en Oriente y retrasa la victoria de las revoluciones coloniales. Desde el
punto de vista de la teoría de los epígonos, el hecho de que el proletaria-
do conquiste el poder implica el triunfo de la revolución (“en sus nueve
décimas partes”, según la fórmula de Stalin) y la iniciación de la época
de las reformas nacionales. La teoría de la evolución del kulak hacia el
socialismo y de la “neutralización” de la burguesía mundial, son, por
este motivo, inseparables de la teoría del socialismo en un solo país. Es-
tas teorías aparecen juntas y juntas caen. La teoría del nacional-socia-
lismo reduce a la Internacional Comunista a la categoría de instrumento
auxiliar para la lucha contra la intervención militar. La política actual
de la Internacional Comunista, su régimen y la selección del personal
directivo de la misma responden plenamente a esta reducción de la Inter-
nacional al papel de destacamento auxiliar, no destinado a la resolución
de objetivos independientes. El programa de la Internacional Comunista,
elaborado por Bujarin, es ecléctico hasta la médula. Dicho programa
376
representa una tentativa estéril para conciliar la teoría del socialismo
en un solo país con el internacionalismo marxista, el cual, por su parte,
es inseparable del carácter permanente de la revolución internacional.
La lucha de la oposición comunista de izquierda por una política justa
y un régimen saludable en la Internacional Comunista está íntimamente
ligada a la lucha por el programa marxista. La cuestión del programa
es, a su vez, inseparable de la cuestión de las dos teorías opuestas: la de
la revolución permanente y la del socialismo en un solo país. Desde hace
mucho tiempo, el problema de la revolución permanente ha rebasado las
divergencias episódicas, completamente superadas por la historia, entre
Lenin y Trotski. La lucha está entablada entre las ideas fundamentales
de Marx y Lenin de una parte, y el eclecticismo de los centristas, de otra.
REFERENCIA
Trotsky, León. (1976). Obras Escogidas de León Trotsky (I). Madrid: Funda-
mentos.
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
377
FUENTE 2.9
REFERENCIA
378
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿En las cifras de personas procesadas en la época stalinista notas una ten-
dencia en las sentencias, suben o bajan?
2.- ¿Sabes cuántas personas murieron durante la II Guerra Mundial por países
o etnias?
3.- ¿Si el comunismo es un movimiento que pretende la emancipación huma-
na a qué crees que se deben estas cifras?
CONCEPTOS VINCULADOS
379
3.- El Eurocomunismo como propuesta para Europa Occidental
FUENTE 3.1
REFERENCIA
Zedong, Mao. (2014). El libro rojo de Mao Zedong. Sevilla: Espuela de plata.
P: 33 y 59.
PREGUNTAS SUGERIDAS
380
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 3.2
“En este periodo de construcción del socialismo podemos ver al hombre nue-
vo que va naciendo. su imagen no está todavía acabada; no podría estarlo
nunca ya que el proceso marcha paralelo al desarrollo de las formas econó-
micas nuevas. descontando aquellos cuya falta de educación los hace tender
al camino solitario, a la auto satisfacción de sus ambiciones, los hay que aún
dentro de este nuevo panorama de marcha conjunta, tienen tendencia a ca-
minar aislados de la masa que acompañan. lo importante es que los hombres
van adquiriendo cada día más conciencia de la necesidad de su incorpora-
ción a la sociedad y al mismo tiempo, de su importancia como motores de la
misma.”
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Has visto alguna vez alguna imagen del “Che” Guevara? ¿Te transporta
a algo?
2.- ¿Cómo crees que se podría construir esta nueva persona “hombre” que
dice el autor?
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 3.3
381
Tú estabas soñando otra vez
con la mochila, el fusil,
la hora que precede a la emboscada
En fin, hacías más falta en otra parte.
REFERENCIA
Martínez, José. [1976] (1977). Che. En, Fornet, A (ed.), Poemas al Che. 84
poetas de España y América rinden homenaje al guerrillero. Barcelona: Li-
bros del cordel.
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
382
FUENTE 3.4
REFERENCIA
383
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 3.5
“Por eso, esta batalla tiene que tener ese sentido profundo, un sentido revo-
lucionario, organizar al pueblo, no sólo para movilizarse, no sólo para estar
presente, no sólo para volcarse a las calles, a las plazas, a los caminos, a la
primera tentativa subversiva de esta gente; sino también para crear en ello la
responsabilidad del trabajo, en la voluntad de esfuerzo, en el sacrificio compa-
ñero. Qué satisfacción más profunda he tenido yo como Presidente de ustedes,
como el compañero Presidente, cuando he oído la respuesta de los mineros del
carbón, que van a producir más; cuando lo han afirmado los compañeros del
salitre, que van a producir más; cuando están presentes en su actitud de traba-
jo también los rojos compañeros del cobre rojo; cuando allá en la industria de
la zona sur, han dicho los compañeros de Lanera Austral: vamos: a trabajar
más, vamos a producir más. Como lo han dicho también los trabajadores en
Tomé, en Purina, y como lo dirán mañana en las aulas, en los hospitales, en
toda actividad, porque es cierto lo que he sostenido frente al pueblo; los países
trabajan, produciendo más y trabajando más. Si, ustedes van a trabajar más,
no para unos pocos, sino para Chile y el pueblo de Chile.
Por eso, organizar el pueblo y sobre todo ocuparse de los sectores margi-
nales, los compañeros que tanto sufren todavía, organizar a los cesantes,
organizar a los sin casas, organizar a los trabajadores en las empresas y en
las industrias, organizar más y más a los campesinos, organizar a las muje-
res y a los estudiantes, organizar a toda la comunidad y elevar su conciencia
política y señalarles lo que esta gente quiere crear y lo que nosotros vamos a
evitar sobre la base de la mística, de la voluntad revolucionaria del pueblo.
Necesitamos que el obrero entienda, que vamos a hacer factible y rápidamen-
te la cogestión en las industrias, parque no queremos un capitalismo de esta-
384
do, sino caminar hacia el socialismo, y la participación de los trabajadores
en la economía, tiene que comenzar precisamente con su participación en la
industria, en el comercio y en la empresa.”
REFERENCIA
Allende, Salvador. (2018). Textos de Salvador Allende. Biblioteca Clodomiro Al-
meyda, Partido Socialista de Chile. P: 51.
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Has oído hablar alguna vez de Salvador Allende? ¿Podrías buscar algo
de él en Youtube?
2.- ¿Cuándo habla de cogestión obrera a qué se refiere?
3.- ¿Intenta evitar el capitalismo de Estado, sabrías decir qué es?
4.- ¿Qué idea de socialismo crees tiene Salvador Allende?
5.- ¿Sabes cómo termino el gobierno de Allende y qué países estuvieron de-
trás de dicho final?
CONCEPTOS VINCULADOS
385
4.- Debates actuales en torno al comunismo
FUENTE 4.1
REFERENCIA
PREGUNTAS SUGERIDAS
386
2.- ¿Alguno de estos conceptos están presentes hoy día en la sociedad?
3.- ¿Conoces a partidos políticos comunistas en la actualidad? ¿Podrías ci-
tarlos?
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 4.2
REFERENCIA
https://www.youtube.com/watch?v=fvPpAPIIZyo
PREGUNTAS SUGERIDAS
387
CONCEPTOS VINCULADOS
FUENTE 4.3
REFERENCIA
https://www.youtube.com/watch?v=JFAvF7sMjdg
https://www.20minutos.es/noticia/4647688/0/ayuso-retira-el-comunis-
mo-de-su-lema-de-campana-apostando-todo-a-la-libertad/
388
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Sabrías explicar por qué la campaña de Díaz Ayuso en 2021 utilizaba
estos dos términos? ¿Son términos enfrentados o tienen nexos de unión?
2.- ¿Sabías que Ayuso cambio en 48 horas su campaña y quito el término
comunismo? ¿Por qué hizo este giro?
3.- ¿Qué crees que piensan tus conocidos sobre el concepto comunismo? ¿Lo
has preguntado alguna vez?
CONCEPTOS VINCULADOS
389
El concepto de fascismo. Del desencantamiento del mundo a
la pulsión reaccionaria por una nueva estrella en un mundo
sin dioses
Índice
391
3.- La dictadura del sable como solución contra el movimiento obrero
4.- El siglo XX como resultado del progresivo desencantamiento del mundo
5.- La revolución conservadora en Alemania
6.- El acuerdo entre el gran capital y las fuerzas fascistas
7.- El carisma en la sociedad de masas
8.- Una lectura distorsionada de la filosofía de Nietzsche
9.- La seducción de las clases medias
10.- El ornamento de la masa
11.- Fragmentos del paso del fascismo al posfascismo
392
Asegurábamos que el fascismo es un concepto ciertamente escurridizo debido
a que en ocasiones funciona como un cajón de sastre en el que todo vale. Siendo
uno de los fenómenos más estudiados y complejos de la Historia Contemporánea,
en gran medida delimita el campo de estudio de los sistemas políticos acaecidos
durante el período de entreguerras en Italia bajo la figura de Benito Mussolini y
en Alemania encabezado por el nacionalsocialista Adolf Hitler. Sin embargo, el
fascismo no se circunscribe únicamente al caso italiano y alemán, ya que tras la
I Guerra Mundial aparecieron expresiones políticas a lo largo y ancho de Europa
con perfiles marcadamente nacionalistas, antiliberales, anticomunistas o parami-
litares que apostaban enérgicamente por derribar los regímenes liberales cons-
truidos por la burguesía durante el siglo XIX, con la firme convicción de levantar
una tercera vía que, si bien no ponía en cuestión los pilares fundamentales de la
estructura del capitalismo en virtud de la propiedad privada, aborrecía tanto de
los valores materialistas y huecos de la burguesía clásica, como de la dictadura
del proletariado (Fuente 2).
Pese a las encarnizadas discusiones de si la España de Franco puede aseme-
jarse o no a la Italia de Mussolini o a la Alemania de Hitler, tal y como indica
Paxton (2019, 39), lo que necesitamos es un término genérico para lo que es, en
general, el paisaje de una de las novedades del siglo XX: una tercera vía que se
hacía cargo de la entrada de las masas en el juego político contra una izquierda
anticapitalista y un liberalismo excesivamente despreocupado por las cuestiones
del espíritu que había quedado desgarrado por las maniobras imperialistas. De
manera paradigmática, en la correspondencia mantenida entre los filósofos Theo-
dor W. Adorno y Walter Benjamin (2021) -testigos del hundimiento de Europa
en la primera mitad del siglo XX- observamos, entre la melancolía y la tristeza
de dos emigrados judeoalemanes de la Alemania nazi, una cartografía de cómo
las aspiraciones imperialistas en Alemania, si bien interpelaban a las masas como
protagonistas del escenario político, daban incesantes pasos a partir del profundo
desprecio que sentían por la gente común. Se buscaba la estetización de la polí-
tica como forma de llegar a las masas. En definitiva, como ya había comentado
Donoso Cortés (Fuente 3.1 y 3.2) en el parlamento español tras haber sido testigo
de las revueltas en la Alemania de 1848, se trataba de elegir entre el sable de la
nobleza o la vulgaridad de la navaja propia del pueblo.
El desarrollo del fascismo no se puede comprender en todas sus dimensiones
sin atender debidamente a esa combinación de valores conservadores, de técnica
de la democracia de masas y de una ideología innovadora de violencia centrada
en el nacionalismo (Hobsbawm, 2012, 125). No obstante, atenderemos a estas
393
características un poco más adelante. De momento debemos centrarnos en cómo
la entrada del fascismo desde los túneles más umbríos de la modernidad -en una
clara referencia a la Dialéctica de la Ilustración de los pensadores (Horkheimer
& Adorno, 2018)- dependió del resentimiento hacia el gran capital en manos de
la burguesía por no haber sido capaz de poner fin al sueño de la emancipación del
movimiento obrero, en un claro desprecio por las cuestiones materiales. “El nexo
entre mito y organización en el fascismo hundía sus raíces en una concepción
de la política y de las masas surgida mucho antes del fascismo, a consecuencia
del nacimiento de la moderna política de masas, con la devaluación de la razón
como suprema reguladora del hombre y de la Historia, y el descubrimiento del
poder de lo irracional en los movimientos colectivos” (Gentile, 2004, 166).
Siguiendo el hilo de la explicación, la tercera vía que ejemplificaba el fascis-
mo dentro de la era de la política de masas aspiraba a dar carpetazo, mediante ac-
ciones violentas, al descontento social y popular propiciado por la lucha de clases
en el capitalismo industrial. Esta fue la lectura que realizó el pensador italiano
Antonio Gramsci encarcelado y enjuiciado a manos de las fuerzas fascistas por el
hecho de ser comunista. Gramsci no solo fue más perspicaz al leer el fenómeno
del fascismo que otros compañeros italianos, sino que delineó la estrategia que
llevarían a cabo los fascistas por lo que el fiscal, el día de su juicio, declaraba la
necesidad de encerrar durante veinte años a un cerebro tan peligroso. La lucidez
política e histórica que manifestó Gramsci en sus escritos previos a la entrada
en prisión en 1926, así como en sus Cuadernos de la cárcel, le permitió obser-
var cómo las fuerzas fascistas aprovecharon el desgarro social producido por la
explotación capitalista para vincularlo hacia valores heroicos y nacionales. En
definitiva, la estetización de la política en la era de las masas: “si esta fuerza no
consigue colocar a la clase obrera en las conciencias de las multitudes y en la
realidad política de las instituciones de gobierno, como clase dominante y diri-
gente, nuestro país no podrá superar la crisis actual, nuestro país no será ya, por
lo menos durante doscientos años, una nación o un Estado, nuestro país será el
centro de un maelstrom que arrasará a su vórtice a toda la civilización europea”
(Gramsci, 1979, 61).
Aceptando, de igual forma que Gramsci, el período de entreguerras como el
escenario de una encarnizada batalla en el espacio de la lucha de clases en Eu-
ropa, también se encuentra el integrante de la revolución conservadora alemana
Carl Schmitt (Fuente 3.3). Ávido y atento lector de un Max Weber que tras la I
Guerra Mundial se empeñaba (como así atestigua el texto Parlamento y gobierno
en una Alemania reorganizada (1917-1918)) en la conformación de una Repú-
394
blica que fuera capaz de organizar en torno a sí la mediación de las fuerzas en
liza en el tablero de la lucha de clases, posibilitando grandes acuerdos y sensatas
cesiones de todos los implicados; no se arredró en leer a Weber en una clave
alternativa y apostar por una salida al desastroso ambiente de Weimar en unos
términos políticos que situaban en el centro de la cuestión el “decisionismo” de
un líder fuerte capaz de dar pábulo a las mediaciones e imponer orden con rigor,
esto es, abriendo la puerta a la llegada de un Führer. “Schmitt hacia frente a una
situación diferente ‒amenaza intensa de lucha de clases‒ […]. Schmitt pensó
que, si el Estado se comprendía a sí mismo, generaría la forma política capaz de
neutralizar el conflicto” (Villacañas, 2008, 149).
Una República de Weimar marcada por la estructura del nihilismo, esto es, por
la hegemonía de la desafección y el descrédito político (Fuente 4) (algo que Max
Weber, en una conferencia en 1919 titulada La ciencia como vocación (Fuente 4),
ya había anticipado) estaba abocada a ser arrastrada por el huracán de las fuerzas
exaltadas del nacionalismo alemán que pregonaban intelectuales como Carl Sch-
mitt o Martin Heidegger (Fuente 5).
Finalmente, el miedo que despertaba en la burguesía y el gran capital la po-
sibilidad real de la dictadura del proletariado, habida cuenta de que los bolche-
viques se habían hecho con las riendas de Rusia tras una fortísima y compleja
guerra civil, decidieron que la mejor solución a los problemas nacionales tanto
de Alemania, como de Italia y España era hacer descansar sus aspiraciones de
conservar el statu quo en las figuras de Hitler, Mussolini y Franco. Pese a que
estos líderes modernos mantenían una relación muy diferente con la masa que
conservadores y liberales, y que su solución nacional pasaba por una vía enorme-
mente diferente a la democracia liberal burguesa, las grandes capitales aceptaron
suspender las garantías y los derechos políticos y civiles con tal de que el miedo
que sentían por el movimiento obrero no terminara en una revolución (Fuente 6).
395
nes políticas dirigidas por líderes carismáticos al calor de la sociedad de masas
(Fuente 7).
A la sazón, en la República de Weimar convivían sensibilidades que ponían
diariamente en enormes dificultades la mediación que una vez había exhortado
Max Weber como única posibilidad de no llegar a una guerra civil devastadora.
Junto a un movimiento obrero, que con el final de la I Guerra Mundial se veía con
fuerzas y efectivos para efectuar el mito del fin de la sociedad de clases, el aire
que se cernía sobre Weimar estaba contaminado tanto por la disgregación de los
valores sagrados (fuente 4), como por una lógica de blindaje inmunitario al dolor,
lo que posibilitará que se forje el nuevo sujeto fascista espasmódico y exaltado
manchado de grasa tal y como había sido expresado por Ernst Jünger (Fuente 5).
A pesar de que en no pocas ocasiones nuestra primera e instantánea reacción
ante el acontecimiento histórico del fascismo sea la de vincularlo con una incan-
sable búsqueda del arcano o el regreso a una estructura temporal nostálgica, nada
más lejos de la realidad. Tanto Jeffrey Herf en El modernismo reaccionario como
Roger Griffin en Modernismo y fascismo arrojan luz sobre cómo el fascismo su-
pone la yuxtaposición sociológica de la tradición y la modernidad o, dicho de otra
manera, del progreso y la reacción. De este modo, la dialéctica entre el mundo
viejo-nuevo es la que los permite la aceptación de la modernidad tecnológica,
por ejemplo, la importancia de la cultura de masas y la propaganda para el nacio-
nalsocialismo alemán, toda vez que se denuncian las derivas modernas del libe-
ralismo, el marxismo o la libertad individual. En este juego de yuxtaposiciones,
el objetivo continuaba siendo el mismo: desvencijar la advertencia de Antonio
Gramsci, a saber, cortocircuitar la simple posibilidad de atender al malestar social
y al sufrimiento humano a través de la explotación de clase. Las clases sociales
iban a ser sustituidas por un cuerpo homogéneo que será la “nación”. “El trabajo
del minero no era menos espiritual que el del profesor. No sólo podían los intelec-
tuales unirse a las masas; el trabajo iba a espiritualizarse y por lo tanto a incor-
porarse en la visión de la nación que tienen los intelectuales” (Herf, 1990, 241).
En suma, el fascismo se esforzó por ofrecer una economía utópica a las ten-
siones de la modernidad que desintegraba los valores previamente reconocidos.
Dicho esquema, parte de la idea de que el fascismo se puede interpretar como una
rebelión contra la decadencia moderna de la que nos había advertido Nietzsche.
Se trata -y por eso la lectura sesgada que realizan del filósofo del Zaratustra- de
una transmutación de todos los valores, pasar de una estructura cognitiva trau-
mátizada por la aridez e incertidumbre del mundo moderno, a una construcción
utópica y homogénea como placebo contra la asfixia de la atomización. “Su meta
396
era la reintegración de la nación dentro de un nuevo mapa cognitivo que com-
binara elementos pasados y presentes en un mito compuesto que hiciera posible
la aparición de una nueva communitas nacional, depurada de decadencia, que
llevara a cabo la transición a una nueva era histórica” (Griffin, 2010, 255).
La estructura dialéctica del mundo viejo-nuevo llevada a cabo por el fascismo
estaba influida por las fuerzas de una supuesta filosofía de la vida y de la voluntad
de poder de Nietzsche (Fuente 8). Sin embargo, es una flagrante alteración ad
nauseam de la filosofía del alemán, toda vez que, como pensador intempestivo,
anhelaba una reforma cultural de calado. Es decir, intensificar el nihilismo de
manera positiva para atisbar un sujeto alternativo tanto al programa de la moder-
nidad decadente -que proponía uno de sus primeros mentores como es Richard
Wagner (Fuente 8)-, como lo que sería posteriormente la estetización de la polí-
tica fascista (Fuente 8).
El paisaje de la República de Weimar, como “época que había ahuecado
su identidad social, cultural e histórica fundamental y había desencadenado la
sensación intensa de desorientación” (Griffin, 2010, 446), coincide no sólo con
el horizonte intempestivo al que aludía Nietzsche, es decir, a la modernidad de-
cadente, sino que puede ser descrito a partir de las categorías puestas en liza por
Walter Benjamin cuando piensa el París del siglo XIX y la figura del poeta Char-
les Baudelaire: la experiencia moderna se centra en el shock. Benjamin piensa
más la explotación de forma cognitiva que económica. Esto quiere decir que la
lógica de la fábrica no solo es pensada en términos de explotación laboral, sino
como un proceso moderno que aísla la experiencia de los sujetos con el reverso
de la inmunización al dolor y la búsqueda de valores heroicos, así como el acer-
camiento emocional a un líder carismático que frene la subjetividad dañada. “El
individuo obligado a moverse en él, queda condicionado por una serie de shocks
y colisiones a los que tiene que hacer frente. En los cruces peligrosos, sus nervios
son atacados con la furia propia de un redoble de batería” (Benjamin, 2018b,
288).
Es a partir de esta estructura de la modernidad -que para Nietzsche nos con-
ducía a la decadencia de un nihilismo negativo (el fascismo), y para Benjamin
a la incapacidad de vincularnos con los demás como consecuencia de una vida
psíquicamente golpeada por shocks- como podemos acercarnos a algunos análisis
enormemente sugerentes sobre lo acaecido en el desmoronamiento de Weimar y
el ascenso del fascismo en las obras de El miedo a la libertad de Erich Fromm
(Fuente 7); la Psicología de masas del fascismo de Wilhelm Reich; o los Estudios
sobre la personalidad autoritaria de Theodor W. Adorno (Fuente 7). En estas
397
obras se mapea cómo las masas, desarraigadas y golpeadas por la inflación y el
desempleo tras la gran crisis de 1929, van poco a poco adhiriéndose y dejándose
llevar por el monstruo del fascismo. Máxime, cuando se convierte en un “asilo
para desamparados” por utilizar una expresión del crítico cultural de Weimar,
Siegfried Kracauer. “La verdad es que las masas surgieron de los fragmentos de
una sociedad muy atomizada cuya estructura competitiva y cuya concomitante
soledad sólo habían sido refrenadas por la pertenencia a una clase. La caracte-
rística principal del hombre-masa no es la brutalidad y el atraso, sino su aisla-
miento y su falta de relaciones normales” (Arendt, 2011, 445).
En este contexto, casi todos los analistas coinciden en un elemento central
para la comprensión del fascismo: la proletarización de las clases medias. La
desertización y el vagabundeo de una clase media (con sueldos más bajos que
los obreros industriales, pero con trabajos más “limpios” y con un rechazo férreo
a sentirse subjetivamente parte de la clase obrera a la que veían con desprecio
y desde una posición más elevada), se convirtió en el chivo principal de la se-
ducción de las fuerzas fascistas (Fuente 9). Estas clases medias, definidas por
Kracauer con la categoría de “los empleados”, se sintieron degradadas por el des-
censo social tras la caída tanto de los precios como de los salarios, así como por el
aumento de la desocupación después de 1929. De esta manera, un crítico cultural
que se preocupaba más por lo fragmentario y diminuto que por las totalizaciones
propias de la filosofía clásica, se adentró en el mundo interior de los empleados,
llegando a la conclusión de la importancia que tuvieron en Weimar los llamados
“asilos para desamparados” en el auge del fascismo. Estos asilos para emplea-
dos desesperados, como las barras del bar, fueron rápidamente ocupados por los
fascistas. Allí donde se encontraba un empleado desesperado sin saber cómo ni
por dónde canalizar su descorazonamiento, se encontraba presto un fascista para
concederle retóricamente una respuesta que lo alejara de la lucha de clases y lo
acercase al Führer. “Cuanto más dominada por la monotonía se encuentra la jor-
nada laboral, tanto más necesitan las horas de ocio alejarse de su proximidad”
(Kracauer, 2007, 212).
Las organizaciones fascistas de entreguerras, conscientes de la ensimismada
y precaria subjetividad de la clase media pero también de una clase obrera fuer-
temente golpeada y agredida por las fuerzas de asalto al margen de la legalidad
vigente (aunque tuteladas y aceptadas por las autoridades competentes), trataban
de ofrecer una vía utópica alternativa a la decadencia en la figura de una “masa
ornamento” (Fuente 10). La grandilocuencia de una masa ornamental (Kracauer,
2008), ejemplificada a la perfección por la escenografía de El triunfo de la volun-
398
tad de Leni Riefenstahl (Fuente 10), absorbía todo el malestar y la atomización
social en un cuerpo amplio y masificado, pero blindado e inmunizado para que
no penetrase la vulnerabilidad, esto es, para que todo lo que hubiera dentro fuera
únicamente enérgica exaltación de fuerza. Se comprueba así en el ornamento de
la masa que expresa su petulante energía (como en la imagen del documental
El triunfo de la voluntad cuando Hitler se dispone a tomar la palabra mientras
la masa no puede contener la emoción de estar junto al Führer) la hipótesis del
pensador Herbert Marcuse, es decir, la creación de un todo homogéneo en con-
junción con la conformación de un sujeto heroico-popular como acicate de supe-
ración de la lucha de clases: “La lucha contra el materialismo es, en la teoría y
la práctica del realismo heroico-popular, una necesidad: tiene que menospreciar
la felicidad terrenal de los hombres que no puede ser proporcionada por el orden
social que aquél propicia, en aras de valores ideales (honor, moralidad, deber,
heroísmo, etc.)” (Marcuse, 1969, 33).
Llegados a este punto cabe hacerse algunas preguntas: ¿En dónde sigue radi-
cando el indiscutible debate de ver en formaciones políticas y comportamientos
públicos contemporáneos resquicios del fascismo clásico? ¿En qué sentido puede
ser válida la comparación, máxime cuando las sociedades han experimentado
cambios trascendentes en el paso del sistema industrial fordista a la economía
posfordista que ha traído una sustancial transformación de las subjetividades?
¿Cómo explicar, si no es a través de las categorías que hemos desplegado para
entender el fascismo, esa enorme proliferación de discursos racistas y de odio que
apelan a la superación del statu quo en los últimos años? ¿Podemos ver en actos
como el asalto al Capitolio en Washington el 6 de enero de 2021 un revival de
la Marcha sobre Roma de 1922 pertrechada por los fascistas italianos? (Fuentes
11.1 y 11.2).
En los últimos años han aflorado perspectivas como la del pensador italiano
Maurizio Lazzarato (2020) que sitúan el fascismo, totalmente desvinculado de
algunas de las características que hemos ido recogiendo y que lo hacen compa-
ñero de cama de la burguesía, pero con rasgos autónomos, en una muy estrecha
relación con los intereses del capital. En suma, Lazzarato toma de ejemplo el
golpe de Estado de Pinochet contra la Chile de Allende en 1973, como hecho pa-
radigmático de cómo las acciones fascistas son intrínsecas al capitalismo. De esta
manera, la guerra, el fascismo, el racismo, o el sexismo, cambia, se transforma en
399
algo novedoso, pero con rasgos reconocibles: el neofascismo. Este neofascismo
es el resultado de una doble mutación: por un lado, del fascismo histórico y, por
otro lado, de la organización y la violencia de los contrarrevolucionarios que no
quieren ver peligrar su tasa de ganancia en un mundo cada vez más competitivo
(Lazzarato, 2020, 36). En resumidas cuentas, para Lazzarato fascismo y capita-
lismo son dos epítomes perfectos que, en nuestro presente, bajo el horizonte del
neoliberalismo, ha engendrado una nueva declinación histórica: el neofascismo.
Si bien la lectura de Lazzarato puede ser sugerente y aportarnos herramientas
para pensar en la proliferación de las extremas derechas, comete algunos errores
al no delimitar el fascismo en su dimensión histórica y autónoma. Como hemos
visto, el fascismo y el gran capital mantuvieron en la mayoría de los casos una
buena relación, y más si atendemos a cómo en el período de entreguerras la bur-
guesía permitió acceder a la conducción del territorio a líderes carismáticos y for-
maciones violentas en virtud de sofocar y ahogar las expresiones revolucionarias
de un movimiento obrero que anhelaba acabar con sus privilegios. Sin embargo,
afirmar este hecho como un documento histórico a tenor de todo lo expuesto
hasta el momento, no debería inducirnos al error que comete Lazzarato de no ver
en esta relación algo más que sus acuerdos: la autonomía del fascismo como un
movimiento utópico y modernista al calor de la sociedad de masas en un mundo
que crujía y se desmoronaba.
Nuestra realidad es enteramente diferente si acordamos que el neoliberalismo,
como estructura histórica desde la década de 1970, ha forjado un nuevo tipo de
subjetividad enormemente diferente a la que se prestó a la fantasmagoría del fas-
cismo. Esta nueva racionalidad neoliberal, a ojos de Wendy Brown (2015) (Fuen-
te 11.3), desertiza lo social y lo fragmenta en pequeños trozos empresariales.
Esto quiere decir que el neoliberalismo más que una política económica, es una
racionalidad rectora que conduce y guía a través de un medio conformando a los
sujetos como empresarios de sí mismos. Dentro de la racionalidad neoliberal todo
lo que tiene sentido para un sujeto es hallar la evaluación personal en estándares
económicos, es decir, búsqueda de la masificación de ganancias. ¿No es esto lo
que pretendemos diariamente cuando subimos una foto a las redes sociales con el
objetivo de enseñar lo que hacemos? ¿No aprovechamos a hacer cotidianamente
numerosas tareas que no nos proporcionan satisfacción inmediata con el objetivo
de rentabilizar el valor de nosotros mismos en un futuro? Entonces, si aceptamos
que la racionalidad neoliberal, tal y como nos la presenta Wendy Brown, es el
principio rector de nuestro presente ¿no sería un error seguir pensando en térmi-
nos de fascismo o neofascismo toda vez que el fascismo clásico se incardina en
400
la exaltación de la masa? ¿No sería mejor aplicar otro concepto diferente al de
neofascimo para problematizar el auge de las extremas derechas y acontecimien-
tos como el asalto al Capitolio?
Consideramos que el concepto de “posfascismo” que emplea Enzo Traverso
apunta justamente a responder a todas las cuestiones que nos planteamos (Fuente
11.4). Este posfascismo se ha emancipado del fascismo clásico, pero lo conserva
en la mayoría de los casos como matriz. De modo que continúa siendo enorme-
mente peligroso pese a las diferencias. Lo que tiene de novedad este posfascismo
es que se inscribe en un nuevo régimen de historicidad en el sentido que le da el
pensador Koselleck, a decir, una coyuntura histórica que no puede ser pensada
con las categorías anteriores. Desde la caída del Muro de Berlín en 1989 vivimos
un régimen de historicidad caracterizado, citando de nuevo a Koselleck, por la
falta de “horizonte de expectativas”. Las utopías han desaparecido imponiéndose
hegemónicamente la racionalidad neoliberal.
Como hemos comprobado a lo largo de este escrito, la pulsión utópica era uno
de los rasgos característicos de la fantasmagoría del fascismo clásico. A la sazón,
si los fascismos clásicos representaban una tercera vía al materialismo propio del
liberalismo y del comunismo, las nuevas extremas derechas ya no tienen esa pre-
ocupación. Si bien los fascistas clásicos mantenían intacto los pilares del sistema
capitalista como la propiedad privada, representaban un movimiento revolucio-
nario merced de conformar una nueva nación redentora acabando con enemigos a
los que veían como una antirraza. En el caso del nacionalsocialismo alemán esta
antirraza la representaban los judíos (Traverso, 2005). Mientras que, en función
de cada situación nacional, la representación del enemigo se declinaba según
otras características, por ejemplo, para el caso español la categoría existencial del
enemigo y, por lo tanto, del sujeto al que derribar, se concentró en lo que se dio
en llamar los rojos: las fuerzas que defendían la validez democrática e histórica
de la II República.
En las formaciones posfascistas no impera este ímpetu revolucionario. De he-
cho, en la mayoría de los casos su fuerza se reduce a la presencia de un líder y
esto se aleja decididamente del fascismo clásico que, nacido al calor de la socie-
dad de masas, requería de todo un movimiento organizado. La característica de
este posfascismo estriba en la coexistencia contradictoria entre la herencia del
fascismo antiguo y pedazos de nuevos elementos que no pertenecen a su tradición
(Traverso, 2021, 53). En gran medida, el auge de la extrema derecha tiene que ver
con el análisis de Marco D’Eramo (2013) según el cual desde la década de 1970
acontece una rebelión de las élites en forma de emancipación de sus obligacio-
401
nes sociales cuyo deseo oculto revela un exacerbado desprecio hacia el pueblo,
motivo por el que el término “populismo” está tan en boga. Para D’Eramo, el au-
mento cuantitativo del uso de “populismo” coincide con la emancipación de unas
élites para las que cualquier impugnación de su deserción es etiquetada como
“populista”: “político populista es aquel que invoca, halaga y agita un pueblo
nunca nombrado, pero desacreditado por todas las características negativas con
las que una tradición milenaria lo ha cubierto, una negatividad que a su vez se
personifica en los políticos «populistas» que se supone que representan a esta
abominación nunca nombrada” (D’Eramo, 2013, 28).
Esta encrucijada, basada en el desprecio hacia el pueblo, es un caldo de cultivo
para que líderes como Donald Trump en los Estados Unidos se presenten como
los canalizadores del rechazo desde la derecha al establishment político y econó-
mico, y hasta cierto punto a la propia globalización. Sin embargo, Trump no está
acompañado de un movimiento fascista, ¿o, tal vez sí? (Fuente 11.5). Preferimos
ver en Trump una figura propia de la racionalidad neoliberal cuya revolución
antropológica del individualismo competitivo imposibilita continuar pensando
una sociedad de masas de la misma manera que en el periodo de entreguerras.
Si bien podemos afirmar su existencia, ésta se da más a través del smartphone
o conglomerados de personas en los que brilla una subjetividad plegada hacia sí
misma que en búsqueda del ornamento de la masa.
402
plemente por este hecho incontrovertible, es decir, por la extensa literatura que
abunda sobre el concepto, se encuentra la justificación para reivindicar su siste-
mático estudio en las aulas. Sin embargo, querríamos darle otro sentido. Con-
tinuando por el sendero que hemos recorrido hasta el momento, que ha ido del
fascismo al posfascismo o, por decirlo de otra manera, del ornamento de la masa
a la presencia de un sujeto neoliberal -preocupado más por autoevaluarse en fun-
ción de las reglas del mercado que por la búsqueda de ampulosas prótesis donde
perderse dentro de la multitud-, ¿no estamos viviendo una coyuntura histórica en
la que el término de fascismo está más en boga que nunca? ¿no continúa siendo
enormemente importante reivindicar el estudio de este concepto en las aulas, ha-
bida cuenta de la proliferación del término en los medios de comunicación, las
conversaciones diarias, o en los líderes políticos a nivel mundial? ¿no se debería
clarificar más de lo realizado previamente la dificultad de seguir empleando el
término de fascismo en un presente no tan presto a la conformación entusiasta de
enérgicas masas?
Si a pesar de las diferencias con el periodo de entreguerras insistimos en el es-
tudio del concepto y de sus divergencias con los movimientos de extrema derecha
en nuestra actualidad, es porque a partir de la década de 1990, por una serie de
fenómenos que van desde la limpieza étnica en los Balcanes, hasta la presencia
de los extremistas Jörg Haider en Austria y Jean-Marie Le Pen en Francia, las
sociedades que pensaban haber enterrado al monstruo tras la II Guerra Mundial,
veían con gesto tenso y ademán tortuoso cómo aquello que se daba por muerto
volvía a aparecer. Pero ¿al referirnos a estos fenómenos cuya declinación actual
es representada por Trump en los Estados Unidos, Salvini en Italia o Santiago
Abascal en España, podemos hablar de un fascismo clásico? No pocos analistas
desde hace más de treinta años nos previenen de que el fascismo está volviendo
tal y como lo conocimos en 1930. No obstante, esta posición historiográficamente
deja mucho que desear al presentar estos movimientos políticos como si se tra-
taran del fascismo clásico a partir del nacionalismo y el racismo que enarbolan.
Igualmente, son movimientos y formaciones políticas peligrosas para el nor-
mal funcionamiento de las democracias liberales y para asegurar la expansión y
profundización de derechos como los LGTBIQ+ o las proclamas feministas. Di-
cho esto, no debemos confundir el fascismo de masas del siglo XX con este voto
fragmentado, de protesta, muy reaccionario y reactivo pero menos ideologizado.
¿Qué quiere decir todo esto? Lo primero, la imperiosa necesidad de reivindicar el
estudio de este tema en las aulas se incardina en el inexcusable ejercicio de acer-
carnos, de manera pedagógica y crítica, a un concepto ampliamente difundido
403
y empleado en continúas conversaciones diarias. Y porque la longevidad de las
democracias parlamentarias, tal y como las conocemos hasta el momento, pasa
tanto por exponer la gravedad del auge y proliferación de las extremas derechas
a lo largo del mundo, como de su substanciosa singularidad con respecto a los
fascismos clásicos. Si bien el clima de cultivo tanto en el periodo de entreguerras
como en el presente está marcado por el horizonte que Nietzsche determinaba
como nihilista, lo que tenemos ante nuestros ojos en el 2022 son formaciones
políticas que se alimentan de un descontento social generalizado y de una cre-
ciente atomización individual. La situación actual es algo más descorazonada que
la alegría generalizada tras la II Guerra Mundial cuando se creía haber acabado
con el monstruo, pero debemos, en mor de toda verdad, dejar claro e insistir en la
trasformación del fascismo en el posfascimo.
Mediante el análisis crítico del paso del fascismo al posfascimo, proponemos
el desarrollo de amplios debates que cuestionen la simple identificación del auge
de las extremas derechas con el término ampliamente difundido de fascismo. En-
tre estos debates, instamos a que se sitúe el foco en las diferencias estructurales e
históricas de ambos periodos, a saber, de cómo las fuerzas fascistas en sus múl-
tiples derivas ofrecían un horizonte utópico toda vez que se encontraban insertas
en lo que se ha dado en conocer como la política de masas; mientras que, en el
presente, las fuerzas herederas de esta familia política, lo que Enzo Traverso ha
denominado posfascismos, antes que buscar una promesa de futuro, tratan de re-
componer reaccionariamente toda la atomización social y el desgarro existencial
de la estructura del neoliberalismo. Si bien los fascismos clásicos apelaban a las
masas, las extremas derechas en la actualidad apelan a un sujeto más atomizado
y menos ideologizado. Apuntar en esta dirección, es mostrar las similitudes y las
diferencias entre ambos periodos históricos. La contribución a un debate crítico
de las herramientas propuestas entre los alumnos y las alumnas contribuirá a
tener una perspectiva más rica y matizada de uno de los fenómenos más sobresa-
lientes por importancia y peligro de nuestra realidad presente. Sólo fomentando
un debate crítico sobre conceptos que seguramente hayan escuchado o empleado
hasta la saciedad, pero sin haber entrado en ellos con detenimiento, se consigue
una ciudadanía crítica que no caiga en el sempiterno error de desconocer realida-
des históricas y, por lo tanto, desautorizar el empleo de aquella fantástica procla-
ma que Marx había expresado en El 18 Brumario de Luis Bonaparte que rezaba:
la historia se repite dos veces, primero como tragedia, después como farsa.
404
Bibliografía
405
II.- Fuentes para la enseñanza del concepto de fascismo
FUENTE 1.1
406
sombrías recogieron de labios de tantos héroes su último ¡ARRIBA ESPAÑA!
Esta es la misión de nuestro Movimiento.”
FUENTE 1.2
FUENTE 1.3
407
menos graves. El equilibrio histórico de fuerzas, que en el pasado contribuyó
no poco a revelar la necesidad de una interna solidaridad entre las nacio-
nes, con todas las felices consecuencias económicas que de ella resultan, ha
sido roto. La idea ilusoria de vencedores y vencidos destruye la confianza
de nación a nación y, con ello, la economía del mundo. Nuestro pueblo se
halla sumido en la más espantosa miseria. A los millones de desempleados y
hambrientos del proletariado industrial, sigue la ruina de toda la clase me-
dia y de los pequeños industriales y comerciantes. Si esta decadencia llega a
apoderarse también por completo de la clase campesina, la magnitud de la
catástrofe será incalculable. No se tratará entonces únicamente de la ruina
de un Estado, sino de la pérdida de un conjunto de los más altos bienes de
la cultura y la civilización, acumulados en el curso de dos milenios. Amena-
zadores surgen en torno a nosotros los signos que anuncian la consumación
de esta decadencia. En un esfuerzo supremo de voluntad y de violencia trata
el comunismo, con sus métodos inadecuados, de envenenar y disolver defi-
nitivamente el espíritu del pueblo, desarraigado y perturbado ya en lo más
íntimo de su ser, para llevarlo de este modo a tiempos que, comparados con
las promesas de los actuales predicadores comunistas, habrían de resultar
mucho peores todavía que no lo fue la época que acabamos de atravesar en
relación con las promesas de los mismos apóstoles en 1918. Empezando por
la familia y hasta llegar a los eternos fundamentos de nuestra moral y de
nuestra fe, pasando por los conceptos de honor y fidelidad, pueblo y patria,
cultura y riqueza, nada hay que sea respetado por esta idea exclusivamente
negativa y destructora. Catorce años de marxismo han llevado a Alemania a
la ruina. Un año de bolchevismo significaría su destrucción. Los centros de
cultura más ricos e ilustres del mundo quedarían convertidos en un caos. Los
males mismos de los últimos quince años no podrían ser comparados con la
desolación de una Europa en cuyo corazón hubiese sido levantada la barba-
rie roja de la destrucción. Los millares de heridos, los incontables muertos
que esta guerra interior ha costado hasta hoy a Alemania, pueden ser con-
siderados como el relámpago que presagia la tormenta cercana. En estas
horas de preocupación dominante por la existencia y el porvenir de la nación
alemana, nosotros, los hombres de los partidos y las ligas nacionales, hemos
recibido el llamamiento del anciano jefe de nuestros ejércitos en la Guerra
Mundial, para que, una vez más, en el hogar de la patria, ahora, como antes
en el frente, nos aprestáramos a luchar bajo sus órdenes por la salvación del
Reich. Al sellar para este fin con nuestras manos una alianza común, respon-
408
diendo a la generosa iniciativa del presidente del Reich, hacemos como jefes
de la nación, ante Dios, ante nuestras conciencias y ante nuestro pueblo, la
promesa de cumplir con decisión y perseverancia la misión que en el gobier-
no nacional nos ha sido confiada. La herencia que recogemos es terrible. La
tarea que hemos de acometer en busca de una solución es la más difícil que,
de memoria humana, ha sido impuesta a hombres de Estado alemanes. La
confianza que a todos nos inspira es, no obstante, ilimitada: porque tenemos
fe en nuestro pueblo y en los valores imperecederos que atesora. Campesinos,
obreros y burgueses, han de aportar conjuntamente las piedras necesarias
para la edificación del nuevo Reich. El gobierno nacional considerará, por
tanto, como su primera y principal misión, el restablecimiento de la uni-
dad en el espíritu y en la voluntad de nuestro pueblo. Vigilará y defenderá
los cimientos en que se funda la fuerza de nuestra nación. El cristianismo,
como base de nuestra moral, y la familia, como célula germinal del pueblo
y del Estado, gozarán de su protección más decidida. Por encima de todas
las clases y estamentos se propone devolver a nuestro pueblo la conciencia
de su unidad nacional y política y de los deberes que de ella se derivan.
Quiere hacer del respeto a nuestro gran pasado y del orgullo por nuestras
viejas tradiciones la base para la educación de la juventud alemana. Con
ello declara una guerra sin cuartel al nihilismo espiritual, cultural y político.
Alemania no debe ni quiere hundirse en el comunismo anarquista. En lugar
de los instintos turbulentos se propone el gobierno elevar de nuevo la disci-
plina nacional a la categoría de elemento rector de nuestra vida. Al hacerlo
así prestará el gobierno su máxima atención a todas aquellas instituciones
que son los verdaderos baluartes de la fuerza y de la energía nacionales. El
gobierno nacional resolverá el gran problema de la reorganización econó-
mica de nuestro pueblo por medio de dos grandes planes cuadrienales: Pro-
tección eficaz a la clase campesina como medio para mantener la base de la
subsistencia material y, con ello, de la vida misma de la nación. Protección
eficaz a los obreros alemanes por medio de una campaña enérgica y general
contra el desempleo forzoso. En catorce años los partidos de la revolución
de noviembre han arruinado a la clase campesina alemana. En catorce años
han creado un ejército de millones de obreros en desempleo forzoso. El go-
bierno nacional llevará a cabo con férrea decisión e infatigable constancia el
plan siguiente: Dentro de cuatro años el campesino alemán debe haber sido
arrancado de la miseria. Dentro de cuatro años el desempleo forzoso debe
haber sido definitivamente vencido. Con ello han de producirse, al propio
409
tiempo, las condiciones previas para el florecimiento de las demás activida-
des económicas.
A la par que esta tarea gigantesca de saneamiento de nuestra economía, el
gobierno nacional acometerá el saneamiento del Reich, de los Estados au-
tónomos y de los municipios, en su administración y su sistema tributario.
Únicamente así llegará a ser una realidad de carne y hueso el mantenimiento
del Reich sobre la base del principio federativo. La colonización interior y
el servicio obligatorio de prestaciones de trabajo al Estado figuran entre los
pilares básicos de este programa. Pero la preocupación por el pan cotidiano
irá también acompañada del cumplimiento de los deberes sociales en los
casos de enfermedad y de vejez. En la economía de la administración, el
fomento del trabajo, la protección a nuestra clase campesina, así como en
el aprovechamiento de las iniciativas individuales reside al propio tiempo la
mejor garantía para evitar cualquier experimento que pueda poner en peli-
gro nuestra moneda. En política exterior, entenderá el gobierno nacional que
su principal misión consiste en la defensa de los derechos vitales de nuestro
pueblo, unida a la reconquista de su libertad. Dispuesto a acabar con la si-
tuación caótica que Alemania atraviesa, contribuirá con ello a incorporar en
la comunidad de las naciones, un Estado de igual valor que los demás, pero
al mismo tiempo también con iguales derechos. El gobierno se siente a este
respecto animado por la grandeza del deber que le incumbe de contribuir en
nombre de este pueblo libre e igual a los demás, al mantenimiento y consoli-
dación de una paz que el mundo necesita hoy más que nunca. Con decisión y
fieles a nuestro juramento queremos acudir directamente al pueblo alemán,
vista la incapacidad del actual parlamento para hacerlo, al objeto de que
nos preste su apoyo en la tarea que nos proponemos realizar. Al llamarnos,
el presidente del Reich, el Mariscal von Hindemburg, nos ha dado la orden
de ofrecer a la nación, con nuestra unanimidad, la posibilidad de rehacerse.
Apelamos, por consiguiente, al pueblo alemán para que venga a refrendar,
con su propia firma, este acto de consolidación. El gobierno del levantamien-
to nacional quiere trabajar y trabajará. Los catorce años de ruina nacional
no son obra suya. Quiere, al contrario, volver a llevar la nación alemana por
caminos ascensionales. Está decidido a reparar en cuatro años los daños
que durante catorce han sido causados. Pero lo que el gobierno no puede
hacer es someter esta labor de regeneración a la aprobación de aquellos que
provocaron la catástrofe. Los partidos marxistas y sus colaboradores han
dispuesto de catorce años para poner a prueba sus capacidades. El resultado
410
es un campo de ruinas. Pedimos ahora al pueblo alemán que nos conceda
un plazo de cuatro años antes de juzgar y de juzgarnos. Fieles a la orden
del Mariscal estamos dispuestos a comenzar la labor. Quiera Dios conceder
su gracia a nuestra obra, orientar rectamente nuestra voluntad, bendecir
nuestras intenciones y colmarnos con la confianza de nuestro pueblo. ¡No
combatimos en nuestro interés propio, sino por Alemania!”
REFERENCIAS
1.1
Discurso de Franco tras la victoria de la Guerra Civil española. Recuperado de
http://sauce.pntic.mec.es/~prul0001/Textos/Texto%203%20tema%20XV.pdf
1.2
Discurso pronunciado por Benito Mussolini el 14 de noviembre de 1933 para
explicar la extinción de la Cámara de Diputados. Recuperado de http://www.
claseshistoria.com/fascismos/%2Bmussoliniantiparlamento.htm
1.3
Discurso de Hitler pronunciado el 1 de febrero de 1933 como claro llama-
miento del pueblo alemán. Recuperado de https://web.seducoahuila.gob.mx/
biblioweb/upload/adolf-hitler-discursos-1933-1938.pdf
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
411
2.- El heroísmo nacional frente al materialismo liberal y el comunismo
FUENTE 2.1
FUENTE 2.2
412
sentido especial, muy alejado del significado de la palabra tal y como solía
entenderse desde 1789 a 1917, como una profunda transformación del orden
social y la redistribución del poder social, político y económico” (pp. 21-22)
FUENTE 2.3
“El fascismo fue, sobre todo, «ideología de Estado», al que consideraba rea-
lidad irreprimible y totalitaria. Como tal, fue la antítesis de la ideología co-
munista que es «ideología de la sociedad», en tanto que prevé la realización
de una colectividad de libres e iguales, no subordinados ni diferenciados los
unos de los otros respecto de los efectos de la organización del poder en el
Estado” (p. 100).
FUENTE 2.4
413
REFERENCIAS
2.1
Reivindicación de la bandera franquista en el Valle de los Caídos. Recupe-
rado de https://www.expansion.com/economia/politica/2018/08/24/5b7fe-
d18e2704e78288b4672.html
2.2
Paxton, R. O. (2019). Anatomía del fascismo. Madrid: Capitán Swing.
2.3
Gentile, E. (2004). Fascismo. Historia e interpretación. Madrid: Alianza Edi-
torial.
2.4
Preston, P. (2017). Franco. Caudillo de España. Barcelona: Penguin Random
House.
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Cuáles son las características novedosas de esta tercera vía a la que se
refieren los textos?
2.- ¿En qué consideras que se distancia la vía fascista del liberalismo clásico
y del comunismo?
3.- ¿Qué crees que significa la crítica al materialismo en virtud de una revita-
lización del ideal de un pueblo imaginado?
4.- ¿No es el Valle de los Caídos, como símbolo de exaltación de la dictadura
franquista y construido por presos políticos en estado de esclavitud un monu-
mento que reivindica los valores heroicos de lo que el franquismo considera-
ba la España sana?
5.- ¿Por qué crees que el autor del primer texto considera como exagerada o
falsa la crítica de los movimientos fascistas al sistema económico toda vez
que no trataron de subvertirlo?
6.- ¿Qué peligros conlleva tratar a tu adversario político como de ateo al que
extinguir en una Cruzada?
CONCEPTOS VINCULADOS
Materialismo, Entreguerras, Enemigo, Cruzada, Ateísmo, Imperio.
414
3.- La dictadura del sable como solución contra el movimiento obrero
FUENTE 3.1
FUENTE 3.2
“La guerra que sigue asolando gran parte de España y destruyendo magní-
ficas ciudades no es, en lo que tiene de popular y nacional, una contienda de
carácter político en el sentido estricto de la palabra. No se lucha por la Re-
pública, aunque así lo quieran los partidarios de cierta clase de República.
Ni ha sido móvil de la guerra la solución de una cuestión dinástica, porque
hoy ha quedado relegada a último plano hasta la cuestión misma de la for-
ma de gobierno. Ni se ventilan con las armas problemas inter-regionales en
el seno de la gran patria, bien que en el período de lucha, y complicándola
gravemente, se hayan levantado banderas que concretan anhelos de reivindi-
caciones más o menos provincialistas.
Esta cruentísima guerra es, en el fondo, una guerra de principios, de doctri-
nas, de un concepto de la vida y del hecho social contra otro, de una civili-
zación contra otra. Es la guerra que sostiene el espíritu cristiano y español
415
contra este otro espíritu, si espíritu puede llamarse, que quisiera fundir todo
lo humano, desde las cumbres del pensamiento a la pequeñez del vivir coti-
diano, en el molde del materialismo marxista. De una parte, combatientes de
toda ideología que represente, parcial o integralmente, la vieja tradición e
historia de España; de otra, un informe conglomerado de combatientes cuyo
empeño principal es, más que vencer al enemigo, o, si se quiere, por el triunfo
sobre el enemigo, destruir todos los valores de nuestra vieja civilización”
FUENTE 3.3
REFERENCIA
3.1
Donoso Cortés, Juan: Discurso sobre la dictadura, 1849.
3.2.
Palabras del Cardenal Gomá justificando la Guerra Civil como un acto de
civilización contra la barbarie. Recuperado de https://www.filosofia.org/au-
t/001/1936goma.htm
3.3
Schmitt, C. (2009). El concepto de lo político. Madrid: Alianza Editorial.
416
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
417
4.- El siglo XX como resultado del progresivo desencantamiento del mundo
FUENTE 4.1
FUENTE 4.2
418
FUENTE 4.3
FUENTE 4.4
FUENTE 4.5
“El capitalismo victorioso, desde que tiene una base mecánica, ya no necesita
de ese apoyo. También parece extinguirse definitivamente el fresco talante de
su sonriente heredera, la Ilustración, y la idea del “deber profesional” ronda
419
en nuestra vida como el fantasma de una fe religiosa del pasado. Cuando al
“cumplimiento profesional” no se le puede relacionar directamente con los
valores espirituales más elevados de la cultura, ni cuando, al revés, tampoco
se lo puede percibir subjetivamente como un deber económico, el individuo
hoy renuncia la mayor parte de las veces a darle una interpretación. […]
Nadie sabe quién vivirá en el futuro en ese caparazón y si, al final de esta
terrible evolución, habrá nuevos profetas o un potente renacer de viejas ideas
y viejos ideales, o ‒si no se da ninguna de estas dos cosas‒ una petrificación
“china”, adornada con una especie de “darse importancia”. Entonces po-
dría hacerse verdad para “el último hombre” de la evolución de esta cultura
aquella frase: “un especialista sin espíritu y un hedonista sin corazón, esta
nada se imagina haber ascendido a un nivel de humanidad nunca alcanzado
antes” (pp. 274-275).
FUENTE 4.6
REFERENCIA
4.1
El símbolo de la España franquista entre 1939 y 1981.
4.2
El emblema del Partido Nacional Fascista de Benito Mussolini en Italia.
4.3
El símbolo oficial de la Alemania nazi.
4.4
Nietzsche, F. (2010) [1874]. Sobre la utilidad y el perjuicio de la historia [II
Intempestiva]. Madrid: Biblioteca Nueva.
420
4.5
Weber, M. (2016) [1905]. La ética protestante y el “espíritu” del capitalismo.
Madrid: Alianza Editorial.
4.6
Weber, M. (1985) [1959]. La ciencia como vocación. En Ensayos de sociolo-
gía contemporánea I. Barcelona: Planeta.
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
421
5.- La revolución conservadora en Alemania
FUENTE 5.1
FUENTE 5.2
422
la región «donde había que vivir duramente». En lugar de esto, se sienten
satisfechos «chupeteando por el día y por la noche» y honran su «salud».
Por tanto, la revolución nacionalsocialista es para Heidegger el intento de
«originar una estrella” en un mundo sin dioses (Nietzsche). Y por eso Heide-
gger extrae todos los registros de su estremecimiento romántico para dar a
los acontecimientos una profundidad inesperada» (p. 189).
FUENTE 5.3
423
REFERENCIA
5.1
Villacañas, J. L. (2008). Poder y conflicto. Ensayo sobre Carl Schmitt. Ma-
drid: Biblioteca Nueva.
5.2
Safranski, R. (2015). Un maestro de Alemania. Martín Heidegger y su tiem-
po. Barcelona: Austral.
5.3
Griffin, R. (2010). Modernismo y fascismo. La sensación de comienzo bajo
Mussolini y Hitler. Madrid: Akal.
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Crees que se puede relacionar la idea del desencantamiento del mundo o
“Dios ha muerto” con el surgimiento del fascismo?
2.- ¿Qué tipo de vía política representaba el fascismo ante el auge del movi-
miento obrero?
3.- ¿Qué crees que quiere decir el autor del segundo texto cuando alude que
para Heidegger el nacionalsocialismo significaba la aparición de una nueva
estrella fulgente en virtud del ocaso de los dioses?
4.- ¿Qué tipo de relación observas entre el segundo y el tercer texto, es decir,
entre la búsqueda de una nueva estrella y la guerra como un Vulcano moderno
que golpea a martillazos los pedazos incandescentes del pasado?
CONCEPTOS VINCULADOS
424
6.- El acuerdo entre el gran capital y las fuerzas fascistas
FUENTE 6.1
FUENTE 6.2
425
FUENTE 6.3
“En ningún campo difieren más las propuestas del fascismo inicial de lo que
hicieron en la práctica los regímenes fascistas que en la política económica.
Este fue el terreno en el que ambos caudillos fascistas hicieron más concesio-
nes a sus aliados conservadores. De hecho, la mayoría de los fascistas ‒sobre
todo, una vez que tuvieron el poder‒ consideraban la política económica
solo un medio de conseguir los fines fascistas más importantes de unificar,
expandir y dinamizar la comunidad. La política económica tendía a estar
condicionada por la necesidad de preparar y desencadenar la guerra. La
política estaba por encima de la economía.
Se ha gastado mucha tinta debatiendo sobre si el fascismo representó una
forma de capitalismo en situación de emergencia o un mecanismo ideado por
los capitalistas mediante el cual el Estado fascista ‒su agente‒ disciplinó la
fuerza de trabajo de un modo que no era capaz de hacer ninguna dictadura
tradicional. Hoy está muy claro que el empresariado puso frecuentes objecio-
nes a aspectos específicos de las políticas económicas fascistas, en ocasiones
con éxito. Pero la política económica fascista respondía a prioridades políti-
cas, y no a la racionalidad económica. Tanto Mussolini como Hitler tendían
a pensar que la economía podría someterse a la voluntad del gobernante.
Mussolini volvió al patrón oro y revaluó la lira a 90 por libra esterlina en
diciembre de 1927 por razones de prestigio nacional, y pese a las objeciones
de su propio ministro de Finanzas.
El fascismo no fue la primera elección de la mayoría de los empresarios y
hombres de negocios, pero la mayoría de ellos lo prefirieron a las posibles
alternativas en las condiciones especiales de 1922 y 1933: el socialismo o
un sistema de mercado disfuncional. Así que aceptaron mayoritariamente la
formación de un régimen fascista y se acomodaron a sus exigencias, apar-
tando a los judíos de la administración y la dirección y aceptando onerosos
controles económicos. Con el tiempo, la mayoría de los hombres de negocios
y empresarios italianos y alemanes se adaptaron bien a trabajar con los regí-
menes fascistas, al menos los que se beneficiaban de los frutos del rearme y la
disciplina laboral y del considerable papel que se le otorgaba en la dirección
económica. La famosa organización económica corporativista de Mussolini,
en particular, estaba dirigida en la práctica por empresario y hombres de
negocios destacados” (pp. 271-272).
426
FUENTE 6.4
FUENTE 6.5
427
FUENTE 6.6
REFERENCIA
6.1
Un miembro del ejército nazi vestido con la indumentaria de Hugo Boss.
Recuperado de https://ladob.info/hugo-boss-el-sastre-de-hitler-y-el-partido-
nazi/
6.2
Esvástica nazi cubierta de algunas de las grandes empresas que coopera-
ron con las aspiraciones políticas y expansionistas de Hitler. Recuperado
428
de https://www.laizquierdadiario.com/El-apoyo-de-las-grandes-corporacio-
nes-a-Hitler
6.3
Paxton, R. O. (2019). Anatomía del fascismo. Madrid: Capitán Swing.
6.4
Hobsbawm, E. (2012). Historia del siglo XX (1914-1991). Barcelona: Pla-
neta.
6.5
Dogliani, P. (2017). El fascismo de los italianos. Una historia social. Valen-
cia: Universitat de València.
6.6
De Riquer, B. (2010). La dictadura de Franco. En J. Fontana & R. Villares
(Dir.), Historia de España. Vol. 8. Madrid: Crítica/Marcial Pons.
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Por qué el gran capital vio en los fascistas la salvaguardia de sus intere-
ses?
2.- ¿Bajo qué marco se organizaba el acuerdo entre el gran capital y los mo-
vimientos fascistas según los autores?
3.- ¿Qué relación mantiene el surgimiento y el auge de los movimientos fas-
cistas con la aparición del movimiento obrero?
CONCEPTOS VINCULADOS
429
7.- El carisma en la sociedad de masas
FUENTE 7.1
FUENTE 7.2
430
FUENTE 7.3
“Debe entenderse por carisma la cualidad, que pasa por extraordinaria (má-
gica en su origen, lo mismo si se trata de profetas que de hechiceros, árbitros,
jefes de cacería o caudillos militares), de una personalidad, por cuya virtud
se la considera en posesión de fuerzas sobrenaturales o sobrehumanas ‒o
por lo menos específicamente extracotidianas y no asequibles a cualquier
otro‒, o como enviado del dios, o como ejemplar y, en consecuencia, como
«caudillo». Cómo habría que valorarse «objetivamente» la cualidad en cues-
tión sea desde un punto de vista ético, estético u otro cualquiera, es cosa del
todo indiferente en lo que atañe a nuestro concepto, pues lo que importa es
cómo se valora por los dominados carismáticos, por los «adeptos» (p. 364).
FUENTE 7.4
431
“Los conductores de masas tienden hoy día a sustituir progresivamente a
los poderes públicos, a medida que éstos permiten que se les discuta y de-
bilite. Gracias a su tiranía, estos nuevos dueños obtienen de las masas una
docilidad mucho más completa que la lograda por cualquier gobierno. Si a
consecuencia de un accidente cualquiera desaparece el líder y no es inme-
diatamente sustituido, la masa se convierte en una colectividad sin cohesión
ni resistencia. Durante una huelga de los empleados de autobuses en París,
bastó con arrestar a los dos líderes que la dirigían para que cesara inmedia-
tamente. No es la necesidad de libertad la que domina siempre el alma de
las masas, sino la de servidumbre. Su sed de obediencia las hace someterse
instintivamente a aquel que se declara su dueño” (pp. 70-71)
FUENTE 7.5
“Hay un hecho que, para bien o para mal, es el más importante en la vida
pública europea de la hora presente. Este hecho es el advenimiento de las
masas al pleno poderío social. Como las masas, por definición, no deben
ni pueden dirigir su propia existencia, y menos regentar la sociedad, quiere
decirse que Europa sufre ahora la más grave crisis que a pueblos, naciones,
cultura, cabe padecer. Esta crisis ha sobrevenido más de una vez en la histo-
ria. Su fisonomía y sus consecuencias son conocidas. También se conoce su
nombre. Se llama rebelión de las masas” (p. 73).
“En rigor, la masa puede definirse, como hecho psicológico, sin necesidad
de esperar a que aparezcan los individuos en aglomeración. Delante de una
sola persona podemos saber si es masa o no. Masa es todo aquel que no se
valora a sí mismo por razones especiales, sino que se siente «como todo el
mundo» y, sin embargo, no se angustia, se siente a sabor al sentirse idéntico
a los demás” (p. 77)
“Lo característico del momento es que el alma vulgar, sabiéndose vulgar,
tiene el denuedo de afirmar el derecho de la vulgaridad y lo impone donde-
quiera. Como se dice en Norteamérica: ser diferente es indecente. La masa
arrolla todo lo diferente, egregio, individual, calificado y selecto. Quien no
sea como todo el mundo, quien no piense como todo el mundo, corre el riesgo
de ser eliminado. Y claro está que ese «todo el mundo» no «todo el mundo».
«Todo el mundo» era, normalmente, la unidad compleja de masa y minoría
discrepante, especiales. Ahora “todo el mundo” es sólo la masa” (p. 80)
432
FUENTE 7.6
FUENTE 7.7
433
sus intereses reales. Tiene que apelar por ello, sobre todo, no al egoísmo
racional, sino a las necesidades emocionales ‒con frecuencia a los deseos y
miedos más primitivos e irracionales‒. Si se arguye que la propaganda fas-
cista engaña a la gente haciéndola creer que se mejorará su suerte, entonces
surge la cuestión: ¿por qué se engaña a la gente tan fácilmente? Debido a,
cabe suponer, su estructura de la personalidad; debido a los largamente es-
tablecidos patrones de esperanzas y aspiraciones, temores y ansiedades que
los disponen a ciertas creencias y los convierten en resistentes a otras. La
tarea de la propaganda fascista, en otras palabras, se hace más fácil en la
medida en que los potenciales antidemocráticos existen ya en la gran masa
de gente. Cabe dar por seguro que en Alemania los conflictos económicos y
los trastornos en el seno de la sociedad eran tales que por esta simple razón
el triunfo del fascismo resultaba más tarde o más temprano inevitable; pero
los líderes nazis no actuaron como si creyeran que esto era así; en lugar de
ello actuaron como si fuera necesario en cada momento tener en cuenta la
psicología de la gente ‒activar cada gramo de su potencial antidemocrático,
comprometerse con ellos, aplastar el mínimo destello de rebelión‒” (p. 165)
REFERENCIA
7.1
Franco en la Plaza de Oriente de Madrid saludando a las masas.
7.2
Benito Mussolini saluda a las masas el 9 de mayo de 1936. Recuperado de
https://elpais.com/babelia/2021-07-17/el-nuevo-fascismo-eterno.html
7.3
Weber, M. (2014) [1922]. Economía y sociedad. México D. F.: Fondo de
Cultura Económica.
7.4
Le Bon, G. (2014) [1895]. Psicología de las masas. Madrid: Morata.
7.5
Ortega y Gasset, J. (2019) [1929]. La rebelión de las masas. Barcelona: Pla-
neta.
7.6
Fromm, E. (2011) [1941]. El miedo a la libertad. Barcelona: Paidós.
7.7
Adorno, T. W. (2008). Estudios sobre la personalidad autoritaria. En Escritos
sociológicos II, Vol. 1. Madrid: Akal.
434
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
435
8.- Una lectura distorsionada de la filosofía de Nietzsche
FUENTE 8.1
“Aunque diferente del marxismo, el valor que Nietzsche afirmó tiene también
carácter universal: la emancipación que quería no era la de una clase con
respecto a otras, sino la de la vida humana, en la forma de sus mejores re-
presentantes, con respecto a las servidumbres morales del pasado. Nietzsche
soñó un hombre que no huyese ya de su destino trágico, sino que lo amase
y lo encarnase de grado, que no se mintiese ya a sí mismo y que se eleva-
se por encima de la servidumbre social. Esta clase de hombre diferiría del
hombre actual, que se confunde habitualmente con una función, es decir, con
una parte solamente de las posibilidades humanas: sería, en una palabra, el
hombre completo, liberado de las servidumbres que nos limitan. […] Por este
principio de un primado del futuro sobre el pasado, sobre el que insistió fiel-
mente, Nietzsche es el hombre más ajeno a lo que bajo el nombre de muerte
execra a la vida y bajo el nombre de reacción, al sueño. Entre las ideas de un
reaccionario fascista o de otro tipo y las de Nietzsche hay algo más que una
diferencia: hay una incompatibilidad radical” (p. 206).
FUENTE 8.2
FUENTE 8.3
436
che se atienen, con grados de aproximación vulgar, las ideologías fundadas
en la negación del Ser o de la Razón” (p. 98).
“El mito, en la moderna política de masas, tiene un papel y una actividad
que no deben ser descuidados al analizar los movimientos colectivos pues
se mutilaría sensiblemente su realidad histórica. Y esto es aplicable, sobre
todo, para el fascismo, primer movimiento político de masas que llevó al mito
al poder y, explícita y espontáneamente, atribuyó un valor predominante al
muto del duce en su ideología y en su praxis. Por su origen, por los rasgos
que ha tenido y por la función que ha desarrollado, el mito de Mussolini es un
fenómeno que puede ser útilmente estudiado incluso para conocer mejor la
moderna política de masas y los movimientos carismáticos de nuestro siglo,
examinando cómo se han manifestado en un determinado contexto histórico
y en una experiencia completa y concluida” (p. 130).
FUENTE 8.4
“Todo arte, toda filosofía pueden ser legítimamente considerados como re-
medios y recursos de la vida ascendente o descendente: presuponen siempre
sufrimientos y sufrientes. Ahora bien, hay dos tipos de sufrientes, por un lado,
los que sufren por la sobreabundancia de la vida, que quieren un arte dioni-
síaco e igualmente una visión y una perspectiva trágicas de la vida ‒y, por el
otro, los que sufren por el empobrecimiento de la vida, que exigen del arte y
de la filosofía tranquilidad, reposo, mar en calma, o bien la ebriedad, la con-
vulsión, el aturdimiento. La venganza contra la vida misma‒ ¡la modalidad
más placentera de ebriedad para tales sufrientes de la vida empobrecida!...
Tanto Wagner y Schopenhauer ofrecen una respuesta a la doble necesidad
de estos últimos ‒niegan la vida, la calumnian, por eso son mis antípodas‒”
(pp. 258-259).
FUENTE 8.5
“En este contexto, no cabe duda de que la teoría que afirma que el culto a la
música de Wagner que patrocinaba el propio Hitler era un antimodernismo
reaccionario debería someterse a revisión. Ya hemos visto que en la Europa
de fin de siglo muchos identificaban el wagnerismo con los movimientos con-
trarios a la decadencia que postulaban la revitalización de la sociedad, como
el pensamiento nietzscheano, las ideas de Freud o el monismo. […] el wagne-
rismo era la contribución alemana a la mística moderna, que equiparaba con
437
la decadencia moderna, estaba en realidad rindiendo un homenaje al moder-
nismo esencial de la música de Wagner, que residía en el intento sistemático
de utilizar el poder combinado del mito y del arte con el fin de regenerar una
Alemania asolada por las fuerzas del desencantamiento y de encontrar un
nuevo centro espiritual para una sociedad desarraigada” (p. 415).
FUENTE 8.6
“Fiat ars, pereat mundus, dice el fascismo. Hágase el arte, perezca el mundo.
Y espera de la guerra, tal como lo confiesa el propio Marinetti, la satisfac-
ción artística de la percepción sensorial modificada por la técnica. Resulta
patente que esto es la realización acabada de l’art pour l’art. La humanidad,
que hace siglos, en Homero, era un objeto de espectáculo para los dioses
olímpicos, se ha convertido ahora en un espectáculo para sí misma. Su au-
toalienación ha alcanzado tal grado que le permite vivir su propia destruc-
ción como un goce estético de primer orden. Esta es la estetización de la polí-
tica que el fascismo propugna. El comunismo le responde con la politización
del arte” (p. 221).
REFERENCIA
8.1
Bataille, G. (1979). Sobre Nietzsche. Voluntad de suerte. Madrid: Taurus.
8.2
Herf, J. (1990). El modernismo reaccionario. Tecnología, cultura y política
en Weimar y el Tercer Reich. México: Fondo de Cultura Económica.
8.3
Gentile, E. (2004). Fascismo. Historia e interpretación. Madrid: Alianza Edi-
torial.
8.4
Nietzsche, F. (2003) [1889]. Nietzsche contra Wagner. Documentos de un
psicólogo. En Escritos sobre Wagner. Madrid: Biblioteca Nueva.
8.5
Griffin, R. (2010). Modernismo y fascismo. La sensación de comienzo bajo
Mussolini y Hitler. Madrid: Akal.
8.6
Benjamin, W. (2018). La obra de arte en la época de su reproductibilidad
técnica. En Iluminaciones. Madrid: Taurus.
438
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
439
9.- La seducción de las clases medias
FUENTE 9.1
FUENTE 9.2
“La realidad de los hechos demuestra que desde la Revolución francesa has-
ta nuestros días, las clases medias han asumido un papel cada vez más am-
plio y entrometido en la sociedad, y portan, como diría Pareto, el instinto de
las combinaciones y la persistencia de los agregados; que las élites revolu-
cionarias, los cuadros dirigentes de los movimientos, de los partidos, de las
organizaciones de masas, provienen, en gran parte, de las clases medias;
que la clase media, en definitiva, se ha convertido en “clase fundamental”,
como la burguesía y el proletariado, y así “tendencialmente dotada de una
“subjetividad” política cada vez más relevante” (p. 114).
FUENTE 9.3
“En general, la atracción de la derecha radical era mayor cuanto más fuerte
era la amenaza, real o temida, que se cernía sobre la posición de un grupo
de la clase media, a medida que se desbarataba el marco que se suponía
que tenía que mantener en su lugar el orden social. En Alemania, la gran
440
inflación, que redujo a cero el valor de la moneda, y la Gran Depresión que
la siguió radicalizaron incluso a algunos estratos de la clase media, como
los funcionarios de los niveles medios y superiores, cuya posición parecía
segura y que, en circunstancias menos traumáticas, se habrían sentido satis-
fechos en su papel de patriotas conservadores tradicionales, nostálgicos del
emperador Guillermo pero dispuestos a servir a una república presidida por
el mariscal Hindenburg, si no hubiera sido evidente que ésta se estaba de-
rrumbando. En el período de entreguerras, la gran mayoría de la población
alemana que no tenía intereses políticos recordaba con nostalgia el imperio
de Guillermo II. […]
Por la forma en que se dibujaron las líneas de la lucha política en el período
de entreguerras, esas capas medias conservadoras eran susceptibles de apo-
yar, e incluso de abrazar, el fascismo. La amenaza para la sociedad liberal
y para sus valores parecía encarnada en la derecha, y la amenaza para el
orden social, en la izquierda. Fueron los temores los que determinaron la
inclinación política de la clase media” (p. 129).
FUENTE 9.4
441
La Mittelstand vivía en las ciudades y trabajaba en la industria moderna,
pero los recuerdos de la vida en un pueblo pequeño y las formas menos racio-
nalizadas de la producción estaban vivos todavía en la Alemania de los años
veinte. El análisis de la conciencia de la clase media alemana era desusado
porque se centraba exclusivamente en el antimodernismo de las clases me-
dias y llamaba la atención sobre su aceptación selectiva de la modernidad”
(pp. 58-59)
FUENTE 9.5
442
fascistas, cuando se habla de «fascismo». En la naturaleza contrapuesta de
estos dos aspectos del fascismo están fundadas todas sus contradicciones,
así como su reunión en la forma «nacionalsocialismo», que caracteriza al
movimiento de Hitler” (pp. 58-60).
FUENTE 9.6
REFERENCIA
9.1
La imagen de un cabaret en Berlín como espacio de socialización para las
clases medias empobrecidas por la situación estructural de la República de
Weimar. Recuperado de https://revistadesbandada.com/2018/11/25/el-caba-
ret-en-el-berlin-de-weimar/
9.2
Gentile, E. (2004). Fascismo. Historia e interpretación. Madrid: Alianza Edi-
torial.
9.3
Hobsbawm, E. (2012). Historia del siglo XX (1914-1991). Barcelona: Pla-
neta.
9.4
Herf, J. (1990). El modernismo reaccionario. Tecnología, cultura y política
en Weimar y el Tercer Reich. México: Fondo de Cultura Económica.
443
9.5
Reich, W. (1972). Psicología de masas del fascismo. Madrid: Ayuso.
9.6
Kracauer, S. (2007). Los empleados. Un aspecto de la Alemania más reciente.
Barcelona: Gedisa.
PREGUNTAS SUGERIDAS
1.- ¿Qué quieren decir los autores cuando relacionan la situación de precarie-
dad de las clases medias con el advenimiento del fascismo?
2.- ¿El miedo que sienten las clases medias a perder su posición social como
consecuencia de la inflación, el desempleo, o la precariedad es fácilmente
declinable hacia el fascismo?
3.- ¿Qué caracteriza por tanto la situación de la proletarización de las clases
medias en el periodo de entreguerras?
4.- ¿Qué similitudes guarda la situación de las clases medias con la idea de la
nación como entidad redentora?
CONCEPTOS VINCULADOS
444
10.- El ornamento de la masa
FUENTE 10.1
FUENTE 10.2
445
“El papel que desempeña el ornamento en la vida social confirma que es
un engendro producido por lo meramente natural. Los intelectuales privi-
legiados que sin querer reconocerlo son el apéndice del sistema económico
dominante, no han considerado ni una sola vez que el ornamento es el signo
de este sistema. […] La masa que se impone espontáneamente es superior
a aquellos que, entre los intelectuales, la desprecian, en tanto ella reconoce
desveladamente los hechos en estado bruto” (p. 63).
FUENTE 10.3
REFERENCIA
10.1
Adolf Hitler participando en el congreso del Partido Nacionalsocialista en
1934 en Núrember, al que acudieron más de 700.000 militantes y simpati-
zantes. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=pCgaEcbB1FI&-
t=832s
10.2
Kracauer, S. (2008). La fotografía y otros ensayos. El ornamento de la masa
1. Barcelona: Gedisa.
10.3
Kracauer, S. (2007). Los empleados. Un aspecto de la Alemania más reciente.
Barcelona: Gedisa.
446
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
447
11.- Fragmentos del paso del fascismo al posfascismo
FUENTE 11.1
FUENTE 11.2
FUENTE 11.3
448
racionalidad rectora que disemina los valores y las mediaciones del merca-
do a cada esfera de la vida y que interpreta al ser humano mismo exclusi-
vamente como homo oeconomicus. Por consiguiente, el neoliberalismo no
sólo privatiza ‒voltea hacia el mercado en busca de producción y consumo
individual‒ lo que antes se apoyaba y valoraba públicamente, sino que for-
mula todo, en todos lados, en términos de inversión y apreciación de capital,
incluyendo, especialmente, a los seres humanos. Cuatro efectos relacionados
de esta racionalidad repercuten sobre la educación superior pública en las
artes liberales.
Primero, es cada vez más difícil hablar de bienes públicos de cualquier tipo.
La métrica del mercado, que enmarca cada dimensión de la conducta huma-
na y las instituciones, hace que diariamente sea más difícil explicar por qué
las universidades, las bibliotecas, los parques y los servicios citadinos de re-
servas naturales y escuelas primarias, incluso las carreteras y las banquetas,
son o deberían ser accesibles o provistos públicamente. […]
Segundo, la democracia misma se ha transformado radicalmente mediante
la diseminación de la racionalidad neoliberal a cada esfera, incluyendo la
política y el derecho. […]
Tercero, los sujetos, incluidos los sujetos ciudadanos, se configuran a partir
de la métrica de mercado de nuestro tiempo como capital humano de autoin-
versión. El capital humano no está guiado por sus intereses, como el homo
eoconomicus del pasado; tampoco es el sujeto liberal clásico, libre de hacer
su vida y elegir sus valores según su voluntad. Por el contrario, el capital
humano está restringido a la autoinversión en formas que contribuyan a su
apreciación o, al menos, que eviten su depreciación; esto incluye darle un va-
lor a aportes como la educación, prever y ajustarse a los cambiantes merca-
dos de vivienda, salud y retiro, así como organizar sus citas, su apareamiento
y sus prácticas creativas y de ocio en modos que aumente su valor. […]
Cuarto, el conocimiento, el pensamiento y el entrenamiento se valoran y de-
sean casi exclusivamente por su contribución a la mejora del capital” (pp.
236-238)
FUENTE 11.4
449
Trump se presenta como un «hombre de acción», no de pensamiento, da
pruebas de un machismo a ultranza y ultrajante al exhibir su virilidad de
manera muy vulgar y agresiva; se muestra intolerante frente a cualquier crí-
tica; hace del racismo y la xenofobia un arma de propaganda, al proponer
expulsar a los musulmanes y los latinos de los Estados Unidos, elogiar a la
policía cuando los agentes matan a afroamericanos […]
En verdad, detrás de Trump no hay un movimiento fascista. Trump no es el
jefe de un movimiento de masas; es una estrella de las pantallas de televi-
sión. Desde ese punto de vista, sería tanto más comparable con Berlusconi
que con Mussolini. No amenaza con hacer marchar a sus camisas negras (o
pardas) sobre Washington, simplemente, porque detrás de él no hay tropas
organizadas. […]
Ahora bien, los fascismos clásicos no eran neoliberales, eran muy estatis-
tas e imperialistas; así propiciaban políticas de expansión militar. Trump
es antiestatalista y más bien aislacionista, porque querría poner fin a las
guerras estadounidenses y promueve una reconciliación con la Rusia de Pu-
tin. El fascismo siempre sostuvo la idea de comunidad nacional o racial,
mientras que Trump predica el individualismo. Encarna la versión xenófoba
y reaccionaria del «americanismo»: el self-made man propio del darwinismo
social, el justiciero que reivindica su derecho a portar armas, el resentimien-
to de los blancos que se volvieron minoría en un país de inmigración” (pp.
36-39)
FUENTE 11.5
450
REFERENCIA
11.1
Seguidores de Donald Trump asaltando el Capitolio de los Estados Unidos en
Washington D.C. Recuperado de https://www.aa.com.tr/es/mundo/eeuu-an-
tes-y-despu%C3%A9s-del-asalto-al-capitolio-nacional/2111899#
11.2
Mussolini con un grupo de dirigentes fascistas al frente de la Marcha sobre
Roma en 1922. Recuperado de https://www.abc.es/historia/abci-mussoli-
ni-marcha-roma-201210300000_noticia.html
11.3
Brown, W. (2015). El pueblo sin atributos. La secreta revolución del neolibe-
ralismo. México: Malpaso.
11.4
Traverso, E. (2021). Las nuevas caras de la derecha. Madrid: Clave intelec-
tual.
11.5
Varios asaltantes dentro del Capitolio de los Estados Unidos mostrando su
simpatía por Donald Trump. Recuperado de https://www.bbc.com/mundo/
noticias-internacional-59889298
PREGUNTAS SUGERIDAS
CONCEPTOS VINCULADOS
451