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TEMA 2: LA POESÍA TROVADORESCA PROVENZAL

El surgimiento de una poesía escrita en romance en el sur y centro de Francia supuso


un acontecimiento importantísimo en el desarrollo de las literaturas románicas medievales,
puesto que representa el origen de la lírica de tema amoroso en Occidente, aunque no sea
exclusivo el género amoroso de esta poesía de los trovadores. Hay también un tipo de poesía
moral, incluso política en algunos casos.

Esta literatura se expresaba en lengua provenzal, el provenzal de la Edad Media. Esta


denominación se debe a la región de Provenza. En realidad abarcaba un territorio mucho más
amplio: regiones de Aquitania, Languedoc, Gascuña y Tolosa (todo el sur, incluso parte del
centro de Francia). Los límites geográficos son al oeste el Océano Atlántico, al sur el
Mediterráneo y los Pirineos y al este los Alpes y el Macizo Central, ya lindando con Italia.

A finales del siglo XII y a lo largo de todo el siglo XIII, el provenzal como lengua
literaria se extiende a otras regiones como el norte de Italia y el entonces llamado Condado de
Barcelona, es decir, la actual Cataluña.

1. Cronología

La poesía trovadoresca provenzal se inicia a finales del siglo XI y se desarrolla en los


tres siglos posteriores: XII, XIII y XIV. Durante este último surgen las obras de poética y de
retórica que establecen las reglas de funcionamiento de esta nueva forma de expresión que ya
estaba muy asentada.

- El provenzal de la Edad Media como lengua de expresión literaria

Martín de Riquer, que fue quizá uno de los mejores estudiosos de esta poesía
trovadoresca, hablaba de una comunidad lingüística, una especie de koiné (término griego:
comunidad), que partía de la variedad lingüística de Tolosa (de Toulouse) en la región de los
Pirineos. Esta es la variedad lingüística que en un principio se impone y se extiende, se
regulariza como lengua literaria en las demás regiones del sur. Pero no podemos olvidar, y
también lo advierte Martín de Riquer, que se trata de una unidad artificial y que cada región
poseía sus peculiaridades lingüísticas. Otra característica importantísima de la poesía
trovadoresca provenzal es que se trataba de una poesía que no se destinaba en principio a la
lectura, sino al canto, a la representación pública. De ahí que los trovadores se ocuparan desde
el principio de conseguir una armonía entre la palabra y la música. El trovador, es decir, la

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expresión troubadour, en francés y en provenzal, componía los poemas, pero también la música
que los acompañaba.

Del primer trovador del que se tiene constancia es Guillén de Petier (Guillermo de
Poitiers castellanizado). Las creaciones que nacieron como una forma de poesía ambulante para
ser llevadas a las ciudades y a las cortes no siempre las divulgaron los trovadores, sino que los
juglares, que son también una figura muy importante en la literatura de la época se ocupaban
de transmitirlas a un público que podía ser más o menos amplio, es decir, podía ser un público
muy reducido, como la corte de un rey o un señor feudal, pero también podía ser un público
muy numeroso que se concentrará en las plazas de una gran ciudad.

Los trovadores poseían en esa época y desde sus inicios en el siglo XII-XIII, una sólida
formación en retórica clásica y un conocimiento muy sólido de la poesía griega y
fundamentalmente de la poesía latina, a través de tres poetas, tres figuras clave, que eran
Virgilio, Ovidio y Horacio. Y esta formación en la literatura clásica, en la retórica, se debe a lo
que en la Edad Media se conocía como “artes liberales”. Esas artes liberales eran siete y se
dividían básicamente en dos grupos:

- Por una parte, el llamado trívium, con tres disciplinas: gramática, retórica y dialéctica.
- Por otra parte, el llamado quadrivium, que contenía otras cuatro materias: geometría,
aritmética, astronomía y música.

Uno de los grandes medievalistas franceses, gran especialista en la literatura provenzal,


pero en general también en la literatura francesa de la Edad Media, Edmond Faral, estudió este
tema en su libro clave Les arts poétiques du XII et XIII siécles (1923). Y fijó tres obras como
referencias clásicas de la instrucción de la enseñanza de los trovadores. Estas tres obras son:

- La Rethorica ad Herennium (falsamente atribuida a Cicerón durante buena parte de la


Edad Media; su autor es Cornificio).
- De Inventione (Cicerón).
o Hay que tener en cuenta que el latín invenire significaba ‘encontrar’, y existe
una importante equivalencia semántica con la palabra ‘trovador’, es decir, con
el verbo francés trouver o provenzal trouber, origen de la palabra ‘trovador’. El
trovador sería el que encuentra. Se ha documentado además esta etimología,
este origen lingüístico, por una carta que el trovador Guiraut Riquier dirigió al
rey español Alfonso X el Sabio en el año 1275, una carta a la que respondió
Alfonso X, y los dos dan sus argumentos sobre la palabra ‘trovador’ y coinciden

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en que, efectivamente, el trovador es el que encuentra acertadamente las
expresiones retóricas.
- Ars poética (Horacio), un texto clave para la retórica de la Edad Media y sus
reelaboraciones posteriores, porque de ahí surgen, por ejemplo, el concepto de
equilibrio entre el fondo y la forma, entre res y verba, el célebre ut pictura póiesis
(relación poesía con artes plásticas) o la idea de aprender o enseñar deleitando. Son
conceptos que están en el Ars poética de Horacio.

El juglar era de una extracción social más baja que el trovador y sus características le
aproximan más a una especie de artista de circo o de imitador, personaje que hacía juegos de
magia. No tenía ni mucho menos el prestigio social y literario de los trovadores.

El hecho de que la poesía trovadoresca estuviera destinada a cantarse en público explica


otros detalles importantes como la vaguedad a la hora de mencionar el nombre de la dama,
obviamente por razones de discreción, o, en un sentido muy diferente cuando se trataba de
géneros como el sirventés, la violencia de ciertas sátiras políticas.

2. Diferenciación de estilos en la poesía provenzal

La mejor fuente de información que tenemos de esta poesía trovadoresca procede de


los cancioneros del siglo XIV y de unos textos más breves que acompañaban a estos
cancioneros y que se llamaban vidas y razós. Las vidas era un resumen de la biografía del
trovador. Hablaba del lugar de nacimiento de la corte o de las cortes donde desarrollaba su
actividad. Mencionaba también los poemas más célebres que había compuesto e incluso las
mujeres de las que se había enamorado. Esto último daba lugar a la exageración de su vida
amorosa.

En un segundo nivel, nos encontramos las llamadas razós o razones, en las que aparecen
los motivos que llevaron a componer determinados poemas. Ambas fuentes, tanto las vidas
como las razós, poseen un enorme valor documental, aunque, como ocurre con otros muchos
detalles de la literatura románica medieval y europea en términos generales, no están y no
estuvieron exentas de polémica. Algunos romanistas, como Alfred Jeanroy afirmaron que las
vidas no tienen ninguna fiabilidad histórica. Sin embargo, Jeanroy decía que esas vidas trataban
sobre las experiencias amorosas de los trovadores y eran puras exageraciones. Sin embargo,
otros provenzalistas como Dimitri Scheludko, sostienen la teoría contraria e indican que, a
pesar de toda esta posible exageración, los textos sí son fiables, tanto las vidas como las razós,
por la cercanía a los trovadores y a su obra.

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La vinculación directa con la retórica clásica, como hemos visto, con las disciplinas del
trívium y el quadrivium y con la retórica de Cornificio, Cicerón y Horacio, justifica en última
instancia las distensiones de estilo que encontramos en la poesía de los trovadores. En un primer
momento se pueden distinguir dos estilos en la poesía trovadoresca provenzal:

- El llamado Trobar leu, también llamado leugier o pla, una forma de versificación
sencilla que no tiene recursos estilísticos muy complejos ni palabras de doble sentido.
- En segundo lugar, nos encontramos el llamado Trobar clu, que sería una escritura
cerrada, hermética. Y otra vez volvemos al estudio de Martín de Riquer, que se refiere
a la versificación cerrada que suele ir acompañada por un recargamiento de conceptos.
También aportó su opinión sobre esta distinción estilística y sobre este último hilo el
ensayista Denis de Rougemont, el autor de El amor y occidente. El trobar clus o cerrado
ofrecía muchas variantes y, entre ellas cabe destacar el llamado trobar ric, una variante
de la versificación cerrada, pero que al final se opondrá al trobar cerrado, al trobar clus.
El trobar ric, tuvo su mejor representante en el trovador Arnaut Daniel, al que citaba
Dante en el Purgatorio de la Divina Comedia, calificándolo como el mejor artesano (“Il
miglior fabbro”), y al que también como vimos, se referirán Ezra Pound y Eliot en sus
ensayos literarios.

Esta distinción entre el estilo sencillo y los estilos complejos aparece desde los primeros
tiempos de la poesía de los trovadores y en algunos casos los propios trovadores establecen
diálogos y controversias sobre estas distinciones estilísticas. Se encuentra de nuevo en la
retórica latina clásica (esta distinción), en la distinción entre lo que se llamaba el sermo humilis
o sermo levis (discurso leve, discurso humilde), frente al llamado sermo gravis, que era un
discurso de mayor solemnidad. De esta manera, la poesía provenzal se inclina hacia un estilo
mucho más sencillo y, por otro, a un estilo mucho más complejo y hermético. Pero tampoco
podemos olvidar que durante la Edad Media surgieron varias teorías, quizá desde principios
del siglo XIII a propósito de la mayor o menor comprensión de los textos literarios. Existe
incluso una cierta defensa de la oscuridad. Si un poeta o un trovador se expresan de una forma
más compleja o difícil, el lector tendrá que desarrollar su inteligencia. Dicho de otra manera,
no se trataba de bajar el nivel, sino más bien de elevar el esfuerzo de las personas, de los lectores
o de los auditores en su interpretación. Esta defensa de la oscuridad la encontramos en el Llibre
de les Meravelles o Libro de las Maravillas de Ramon Llull. Pero también lo encontramos en
el inicio de la segunda parte del Libro de Patronio o del Conde Lucanor, de Don Juan Manuel.
Todas estas teorías (por ejemplo, esta defensa de la oscuridad) se encontraba simultáneamente

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en varias literaturas románicas, en la literatura provenzal, pero también en la española, italiana
o catalana, y lo confirman estos ejemplos que acabamos de poner, desde las polémicas de los
trovadores provenzales a la obra de Ramon Llull o don Juan Manuel.

Relación que tienen estos diferentes estilos, estas formas de componer, con los cantos
eclesiásticos o litúrgicos. En este caso tenemos que referirnos al romanista, Karl Vossler, el
autor de Formas poéticas de los pueblos románicos, que estudió muy a fondo la relación de los
primeros poemas provenzales con los cantos litúrgicos que se expresaban naturalmente en latín.
Un ejemplo concreto se encuentra en las aleluyas y en las sucesivas variantes que se iban
produciendo en la poesía latina medieval, variantes que nos llevan hasta los tropos, que eran
fragmentos añadidos a los cantos litúrgicos. Estos añadidos se documentan muy especialmente
en el monasterio francés de Sant Martial de Limoges, que se encontraba en la zona de Lemoigne
o Limousin, una de las zonas donde más desarrollo tuvo precisamente la poesía trovadoresca
en el sur de Francia.

Se ha investigado, además la relación lingüística entre la forma latina TROPARE, que


significa “componer tropos”, es decir, canciones o añadidos del canto litúrgico, y la expresión
trouver o trobar o incluso trovador. Uno de los más célebres romanistas de finales del s. XIX
y principios del XX, Gaston Paris, que se ocupó especialmente de la épica y de la Chanson de
Roland, estudió esta vinculación lingüística entre el tropare latino y el trobar o trouver francés
o provenzal, pero también está documentada esta vinculación en las Etimologías románicas de
Meyer-Lübke. Esta relación se debe estudiar también dentro de un fenómeno más general,
como es la secularización de la poesía religiosa. Los temas sacros pasan a ser temas profanos
y en algunas ocasiones nos encontramos con una auténtica parodia, como es el caso, muy
conocido de la poesía de los goliardos, también llamados a veces cleri chivagantes, poetas que
escriben en latín, pero en una línea claramente satírica y burlesca. Ejemplo: cantos de Taberna,
que tratan sobre las virtudes del vino, es decir, hay una clara secularización, incluso como
vemos, parodia a veces, de los temas litúrgicos.

3. El amor cortés (“Fin’ Amors”) y su origen

Veremos las diferentes teorías e interpretaciones sobre este concepto fundamental. La


poesía de los trovadores es fundamentalmente amorosa, a pesar de que también existan géneros

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morales, satíricos o elegías. Dante Aligiheri en su obra juvenil Vita Nuova o Vida nueva lo
expresa de una manera muy clara. Dice: “El primero que comenzó a decir sí como poeta en
lengua vulgar, quería hacerse entender por una dama, a la que resultaban difíciles los versos
latinos”. Esta cita de Dante en la Vita Nuova respalda el claro propósito de comunicación
directa que subyace en la escritura en lengua vulgar, en lengua romance. El latín se va quedando
cada vez más como lengua de una élite, sobre todo de una élite monástica o religiosa, mientras
avanzan las diferentes lenguas romances, provenzal, italiano, catalán o gallego portugués.

Ocurre que en el amor cortés la relación con la dama es muy peculiar, puesto que
básicamente el amor cortés tiene un sentido extramatrimonial, en primer lugar por razones
sociológicas o históricas, ya que en las cartas nobiliarias aristocráticas de los siglos XI, XII y
XIII, los matrimonios eran pactados por las familias y estaban unidos a la propiedad privada,
es decir, una mujer perteneciente a la nobleza no se podía casar en ningún caso con un siervo
o con un villano, y ante esta situación consolidada sociológicamente se plantea una alternativa,
el amor puro, el amor verdadero, o el llamado “Fins’ Amors”, denominación original del amor
cortés.

El amor cortés tiene una vinculación clarísima con el sistema feudal, es decir, es el amor
como servicio a la dama, entendido como una forma de vasallaje, el vasallaje feudal, una parte
de la relación siervo-señor o señor-vasallo. Aquí, en este momento resulta necesaria, una cierta
reflexión sobre la influencia del cambio del sistema social en los géneros literarios. Hablamos
sobre todo de la transición del feudalismo hacia un principio en consolidación de la burguesía
ciudadana.

El género literario por excelencia del feudalismo había sido la épica, los cantares de
gesta, con todas sus variantes, es decir, desde la épica francesa, la Chanson de Roland, ciclo
Guillaume d’Orange, hasta la épica española con el Cantar de Mio Cid o el poema de Fernán
González.

La épica es un género basado en los conceptos de linaje y de sangre y que se refiere


continuamente a los hechos de armas, a los combates, es decir, el señor lo es por su origen, por
su linaje y su sangre, pero también tiene que demostrarlo en el campo de batalla. Es un género
evidentemente sacralizado, la voluntad divina siempre está respaldando los hechos más o
menos históricos. Sin embargo, cuando los nobles pasan ya a ser cortesanos y dejan de ser
señores feudales, el sistema de valores cambia profundamente, por decirlo de otra manera, la
ideología aristocrática de las cortes europeas se basa en la noción de virtud moral.

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Esta virtud moral consiste en que un alma noble se expresa a través de los sentimientos
amorosos, es decir, ya no cuenta tanto la noción de linaje o el valor en la guerra, sino que el
escenario se ha desplazado y el sistema de valores ha cambiado también, todo ello va alejándose
del “organicismo escolástico”, sistema dominante en toda la Alta Edad Media en el feudalismo.
Y se va desplazando hacia un “animismo” que también se da en el época feudal, aunque un
poco más tarde. Aquí también está la noción de un “anima” noble. El sentimiento amoroso pasa
a un primer plano frente a las batallas, aunque lo que no desaparece en ningún caso es la
vinculación con el sistema feudal: la dama es considerada como un ser superior a quien se rinde
culto y vasallaje. Eso explica a veces que se la designe con un término masculino “midons”,
que procede de la etimología latina meus dominus. También ocurre en la poesía gallego-
portuguesa donde se utiliza el término “senhor”. Y el verbo ‘servir’, absolutamente clave en
todo el desarrollo del feudalismo pasa a ser sinónimo de amor o cortejar.

En cuanto a los rituales de la caballería medieval, dentro de ese sistema de valores, el


caballero debía pasar por diferentes estados, diferentes fases antes de que se le invistiera y
recibiera plenamente la orden de caballería. Esto lo vamos a ver con más detalle en el siguiente
tema.

También el amante en la poesía de los trovadores debe someterse a una serie de pruebas
y pasar por diferentes estados, en concreto, son cuatro: “Fenhedor”, “Pregador”, “Entenedor”
y “Drut/ Drutz”.

- Primera etapa: fingidor o suspirante (“fenhedor”). La primera fase del enamorado


dentro del amor cortés. El amor entra por la vista y el enamorado decide servir a una
dama en concreto y, en principio, guarda silencio porque se considera indigno. De ahí
viene también la imagen del fingidor o fenhedor en provenzal. Se conforma con la
presencia de la amada o con que esta lo mire.
- “Pregador”. Sería el suplicante, el que ruega. Es el segundo estado, ya que en este
momento se dirige a la dama para pedirle un acercamiento.
- “Entenedor”. El que entiende. Pero también ya se puede traducir como el enamorado.
Es el amante reconocido, pero que no tiene todavía un estado absoluto de complicidad
con la dama.
- “Drut” o “drutz”. El final de todo este proceso. En la terminología del feudalismo,
“drutz” significa compañero de armas. Sin embargo, en la poesía de los trovadores
provenzales es el amante en la plenitud de la relación, incluso puede ser el amante

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carnal. Pero ahora veremos este aspecto que resulta muy polémico. El término va a
aparecernos también en la primera lírica de la escuela siciliana, en Italia, y se convierte
en la palabra “druddo”. Así figura en un poema de Federico II, emperador de Sicilia.

Deberíamos preguntarnos si se trata realmente de un amor ideal o es un amor físico,


con una clara sensualidad. Sobre todo desde el siglo XIX, época romántica, hasta los primeros
años del siglo XX, prevaleció la teoría de que el amor trovadoresco era exclusivamente ideal,
un amor que podríamos considerar como platónico, y excluía el contacto físico. Pero esta teoría
llegó a tal extremo que se llegaron a falsear ciertos textos que contradecían lo que era ya una
verdad admitida. Ej. Canción anónima del siglo XIII “Dona, vos m’avetz et amors…”, en donde
leemos: “Es’am son fin entenedor, / el platz qu.el don baisan s’amor, / (“Y si ama a su fino
enemorado / le place darle su amor besándole / y lo pone con ella bajo el cobertor, / amante es
luego ordenado”). Claude Fauriel en el siglo XIX suprime el tercer verso, un verso que indica
claramente que se trata de un amor físico, pero que no le venía bien para su teoría idealista y
platónica.

Por otra parte, hay muchos ejemplos de poemas provenzales en los que claramente se
alude a la unión física y podemos perfectamente hacer una lectura a partir de la antología
fundamental de Carlos Alvar. Poesía de trovadores, trouvairs et mainesingers… Uno de los
mejores representantes del trovar clus, de la versificación cerrada, el trovador Marcabru,
escribe un poema del género de la pastorela, el encuentro de una pastora con un caballero.

Quizá el trovador más famoso de todos, Arnaut Daniel, expresa en la cuarta estrofa,
en su canción Dulces gorjeos y gritos su deseo de poseer físicamente a la mujer que ama.

También encontramos entre los trovadores provenzales alguna voz femenina, no solo
hay hombres entre los trovadores, como la Contessa de Día, poeta de la que no tenemos apenas
datos, ni siquiera cronológicos. Se sabe que vivió a finales del siglo XII y a principios del siglo
XIII.
Finalmente, otro ejemplo de amor extramatrimonial sería obra del trovador Peire (o
Pedro) Vidal, que era originario de la región de Tolosa y también Peire Vidal en un poema que
es mitad cançó, mitad sirventés (porque también habla de cruzadas, de los nobles). “Entre el
desnudarse y el vestirse”, es decir, durante toda la noche.

En el amor cortés hay muchos casos de amor idealizado y también otros muchos que
desmienten la generalización de esa teoría y que expresan el deseo de esas posesiones. Los
partidarios de una teoría muy idealista esgrimen que el término “baisar” podría remitir a la

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terminología de feudalismo porque el pacto de vasallaje se cerraba con un beso. No hay que
descartarlo, pero en la mayoría de ocasiones que aparece el término en la poesía trovadoresca
nos está remitiendo a un hecho físico muy claro y se refiere al término “yacer” que significa
acostarse y “baiser” no sólo besar, sino hacer el amor.
La serie terminológica continúa con la enunciación de una serie de cualidades del
amor cortés:
- “Pretz”, mérito o generosidad. Opuesto a “escarsetat”, avaricia o usura. Encontramos
estos conceptos en toda la literatura europea francesa, ya fuera en latin o en romance.
- Alegorías sobre el amor y el mérito moral: existen compendios sobre las relaciones
amorosas, alegorías donde aparece el amor personificado y la virtud entendida como
mérito moral.
- La mujer casada siempre es considerada como una señora, que puede ejercer el poder.
- El marido se caracteriza como “Gilós”, que significa “celoso”.
- Toda la corte de sirvientes que son cómplices del marido son denominados como
“lausengiers” que significa “aduladores o traidores”. Son quienes pueden avisar al
señor de la infidelidad de la dama.
- Ese sentido extramatrimonial exige una absoluta discreción por parte del poeta, de ahí
viene la utilización de una “senhal” que era el nombre en clave de la dama que solía
aparecer al final del poema. Esta costumbre va a permanecer en el tiempo. También
habría que decir que la señal del nombre figurado ya la habían utilizado los poetas
amorosos latinos Catulo, Propercio y Tibulo

4. Teorías sobre el origen del amor cortés

Vamos a centrarnos principalmente en cuatro líneas que explicarán la historia o el origen del
amor cortés.

En primer lugar, la mayoría de los investigadores ha relacionado el amor cortés con el


pensamiento religioso de la época. En este sentido, hemos de destacar claramente a Denis de
Rougemont, autor de un libro clásico que se publicó en el año 1939, el libro llevaba por título
L’amour et l’Occident. Denis de R. relaciona directamente el amor cortés con la religión de los
cátaros y albigenses, esta herejía se extiende por el sur de Francia en siglo XII y principios del
siglo XIII, hasta que el Papado organizó una auténtica cruzada, que estuvo al mando de Simon
de Monfort, que reprimió duramente esa herejía cátara y albigense en el año 1213.

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Debemos hacer referencia también a la etimología del término cátaro, que tiene su
origen en el griego ‘catarsis’, que significa purificación. Se llaman así los puros y van
construyendo lo que denominan “La iglesia del amor”. De nuevo encontramos aquí un
distanciamiento de la doctrina oficial de la Iglesia, de la doctrina organicista y escolástica.

Y ya habíamos hablado de un espiritualismo bajo medieval que recupera contenidos


de la filosofía de Platón o de los neoplatónicos. Todo esto tiene unas consecuencias muy
evidentes y es el ejemplo de la distinción progresiva entre materia y espíritu o entre cuerpo y
alma, se entiende que el alma es prisionera del cuerpo y el bautizo es una especie de liberación.
La senhal, que es el nombre figurado de la dama, funciona aquí para guardar los secretos de la
secta. Y también se admite dentro de la comunidad a los candidatos a través de un beso. Los
paralelismos con la poesía trovadoresca son muy claros, más todavía cuando los cátaros
rechazan el sacramento del matrimonio y además divinizan la figura de la mujer, sobre todo a
través de la Virgen María. Como vemos hay muchas afinidades entre la herejía cátara y todo el
desarrollo del amor cortés.

En el fondo, este pensamiento más o menos heréjico se basa en el principio del amor
universal, que sería un sentimiento de atracción que mueve el universo, que mueve el mundo
entero. Habría que decir que estas creencias no solo están presentes en los cátaros y en la poesía
de los trovadores sino también en ámbitos tan diferentes como el de los místicos sufíes árabes
pero también en los místicos alemanes de los siglos XIII y XIV (Maestro Eckhart). Y
finalmente, en la obra de Dante Allighieri. Dante estaba muy condidicionado por la doctrina
escolástica, pero también recibió influencias muy determinantes de la filosofía neoplatónica
que empezaba poco a poco a penetrar en Italia. Véase como ejemplo el canto XXXIII, verso
que en realidad cierra toda la obra. Ese verso dice en el original “el amor mueve el Sol y las
demás estrellas” una clara expresion de ese sentimiento de atracción universal, es el amor como
principio de esa armonía astral.

En la línea que inició Denis de Rougemont se mueve el investigador, muy posterior en


el tiempo, René Nelli, autor del ensayo L’érotique des trobadours, publicado en el año 1963.
Nelli profundiza en la idea del amor puramente espiritual, como una especie de culto religioso
y tiene en cuenta un dato histórico importante, la derrota y consiguiente depresión de los cátaros
y de los albigenses a partir del año 1213, implica una mayor censura externa, pero también una
autocensura, una mayor precaución a la hora de expresar ciertos sentimientos. Entonces, Nelli
investiga como se atenúan a partir de ese momento los aspectos más sensuales de la poesía

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trovadoresca, mientras que se intensifica el sentido del amor como virtud moral. Lo cual puede
implicar incluso cierto deber de castidad, esto refuerza la teoría del amor idealizado.

Ya en la última época de la poesía de los trovadores de Provenza, se intuye la figura de


la mujer semejante al ángel, lo que los italianos van a llamar “donna angelicata”. Se ha pensado
que esta figura era una invención de los poetas italianos pero ya está presente en los últimos
poemas de la poesía provenzal. Así que esta primera línea de investigación apunta al
pensamiento religioso.

En segundo lugar podríamos referimos a teorías paralelas, como la que formula Myrra
Lot Borodina. A propósito de la influencia de San Bernardo y en concreto de su obra De
diligendo Deo de 1126, en la que reproduce los antiguos esquemas de San Agustín, es decir,
las distinciones entre el “Amor Dei” y el “Amor Mundi”, no se puede olvidar que en este
momento, San Agustín recuperó también pensamientos platónicos.

En tercer lugar, hay otras teorías que apuntan hacia las cortes de la época y
particularmente, hacia la de Leonor de Aquitania. Su hija, Marie de Champagne aparecía como
personaje real en el tratado De amore de Andrea Capellanus.

En último lugar, la cuarta línea de investigación cuenta el ejemplo de los clásicos en lo


que se refiere al tratamiento del tema amoroso y se apunta muy especialmente en este sentido
a la obra de Ovidio, el Ars amandi y las Metamorfosis. Pero también a otros poetas latinos,
como Virgilio, Horacio, Catulo, Propercio y Tibulo. Esta influencia de los poetas latinos
clásicos la señala Dante en su tratado sobre la lengua vulgar: De Vulgari Eloquentia. Y él se
refiere a como influyen estos autores no solo en la poesía provenzal, sino también en la italiana.
Un magnífico resumen de lo que venimos estudiando hasta este momento nos lo ofrece el
profesor Martín de Riquer en su estudio imprescindible sobre los trovadores y ese balance entre
el ideal clerical y el ideal del profano caballero se compensa.

5. Obras didácticas de la poesía provenzal. La métrica y los géneros.


Entre los siglos XIII y XIV algunos trovadores se orientan hacia la teoría, es decir hacia
la regulación de la métrica de los géneros, tal vez para compensar una falta de unidad lingüística
que se debía a las particularidades de cada zona geográfica.
El primer tratado conocido acerca de la poesía de los trovadores está escrito a finales
del siglo XIII y su autor es el catalán Ramon Vidal de Besalú. El título de la obra es Razós de

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trobar. En el siglo XIV hay una obra teórica de mayor importancia, incluso de mayor extensión,
las Leys d’Amors, tratado anónimo pero que está escrito en el sur de Francia. En estas obras
didácticas se dice que la estrofa básica de la poesía provenzal se llama cobla y la rima solía
ser consonante a lo largo de toda la estrofa. Rima unissonans. La última estrofa, que es más
corta, son los dos o tres versos últimos, recibía el nombre de tornada. Ahí aparece la senhal, el
nombre en clave de la mujer amada. En cuanto a los géneros, vamos a destacar los más
importantes, aunque no son los únicos.
1. La cansó (Vers) es el género más extendido en la poesía trovadoresca provenzal porque
se corresponde plenamente con la expresión de la poesía amorosa. A veces se designa
con el nombre de vers, una falsa etimología haría proceder el término vers del latín
verus (verdadero), lo cual implicaría un tipo de poesía moralizante que no se
corresponde con la real. Ese sentido moralizante sí lo vamos a encontrar en el segundo
género, el sirventés.
2. Sirventés. Tipo de poema de contenido moral y político. Hay una moralidad particular
de este género que es el sirventés personal, que se dedica a atacar a una determinada
persona generalmente un noble o un señor feudal adversario o enemigo. También en
este caso se ha establecido una relación etimológica, pero no con el latín, sino con el
provenzal sirventés (sirviente) porque el sirventés en muchos casos era escrito por
trovadores que estaban al servicio de un aristócrata. En otros, el mismo trovador
pertenecía a la aristocracia y atacaba directamente a sus enemigos. Un caso ejemplar en
esta línea es el del trovador Bertrán de Born, muy célebre durante la Edad Media, hasta
tal punto que aparece en la Divina Comedia de Dante. Naturalmente es un autor
recogido en la antología de los trovadores de Carlos Alvar. Otros trovadores también
utilizan el sirventés, como Guillem de Berguedà, que según Martin de Riquer es el más
notable de los trovadores nacidos en Cataluña y uno de los poetas con más personalidad.
Pertenecía a la nobleza, como Bertrán.
3. Planh. También llamado Planto. Es el lamento fúnebre por la muerte de un amigo, de
la mujer amada o del noble que tiene bajo su protección al trovador. El origen de este
género está muy claro porque es el PLANTUS latino y es un género que podemos
encontrar perfectamente en todas las literaturas románicas europeas. Es muy famoso el
planto por la muerte de Trotaconventos en el Libro de buen amor. Normalmente se
elogian las virtudes de la persona desaparecida y se lanzaban imprecaciones sobre la
muerte.

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4. Debat. El debate, que es el que establece un diálogo entre dos trovadores y, también,
podemos establecer sus orígenes en la poesía latina tardía donde había una especie de
competiciones entre poetas y en el marco de la poesía provenzal había una subdivisión
entre la Tensó (aquella en la que dos trovadores establecen un diálogo sobre un tema
libre) y el Joc partit (uno de los trovadores inicia un tema y el otro debe seguirle).
5. Pastorela. Se repiten siempre unas constantes argumentales porque un noble encuentra
por el campo a una pastora y entablan un diálogo en el que normalmente el noble trata
de seducir a la campesina. Un intento que suele terminar en fracaso rotundo.Se ha dicho
que este género tenía un marcado carácter aristocrático y en parte es cierto pero también
hay que tener en cuenta que el caballero suele fracasar por lo que tenemos un
componente burlesco importante.
Destaca el trovador Giraut de Bornelh. El antecedente también lo encontramos
en las geórgicas y las bucólicas de Virgilio, en la poesía latina. En las que el poeta solía
describir paisajes naturales, idílicos, en los que establecen diálogos amorosos entre
distintos personajes. Podemos establecer un paralelismo con la literatura española
porque en español la pastorela se llama serrana o serranilla.
6. Alba. Describe la separación de los amantes al amanecer. Es un género claramente
vinculado a ese carácter anti matrimonial o extra matrimonial que ya vimos que era
propio del amor cortés. Por todo ello, se debe enfrentar al marido o gilós y a los
llamados lausengiers o criados, que podían denunciar ese encuentro amoroso delante
del marido. El alba introduce a veces otro personaje llamado guaita o vigía,
normalmente un amigo del amante que se dedica a vigilar fuera de la habitación por si
llegan esos enemigos. Cuando ya llega el amanecer, el alba suele repetir el tópico de la
brevedad del encuentro, maldice a los enemigos y a veces lanza alguna que otra
imprecación contra el vigía. Hay aquí dos variante destacables:
a. El alba profana. Todas las características anteriores.
b. El alba religiosa. Tiene un sentido inverso, lo que se desea es que llegue el
amanecer porque la luz es equivalente a la gracia divina y la oscuridad de la
noche remite a las tinieblas del pecado. A esta modalidad pertenece una muestra
del trovador Guillén de Cervera.
Ya sea en la modalidad profana o religiosa, se extiende el género a todas las
literaturas europeas. Todos los investigadores señalan antecedentes muy claros en las
literaturas griega y latina, desde Meleagro hasta Ovidio.

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- COMENTARIOS DE TEXTO

1. ARNAUT DANIEL

Arnaut Daniel no pertenecía a la nobleza, a diferencia de Bertran de Born o Guillem de


Berguedà o de Rimbaud de Orenga y otros muchos ejemplos de trovadores provenzales y su
cronología resulta bastante dudosa. Estamos ante un trovador de estilo complicado,
representante por excelencia de aquel estilo que llamábamos trobar ric. Y precisamente por
eso, Arnaut Daniel fue muy elogiado por autores posteriores como Dante Allighieri y Petrarca.

La cronología de este autor es muy dudosa, se le atribuyen 17 canciones y al parecer


entre 1192 y 1194 estaba en su época de plenitud y era considerado como un trovador
prácticamente incomprensible. Esa precisión cronológica se debe a un dato que señala Martín
de Riquer y es que, Arnaut Daniel no figuraba en las galerías satíricas de Peire d’Alvernha,
pero sí en la continuación que hizo el Monje de Montaudon entre 1192 y 1194.

Arnaut Daniel fue el inventor de una estrofa que se conoce como sextina. La sextina se
caracteriza por tener seis estrofas de seis versos cada una con seis palabras finales que se repiten
en cada una de las estrofas. Esas seis palabras se deben concentrar en la última estrofa, la
tornada, que solo tiene 3 versos. Es una estrofa bastante complicada que inmediatamente tuvo
su repercusión, no solo en autores provenzales, sino también italianos. Dante Allighieri se
refiere a esta sextina en su tratado De Vulgari Elocuencia. Incluyó a Arnaut Daniel dentro del
Purgatorio de la Comedia, en el canto número VI, llamándole “el mejor artesano”. El propio
Dante compone alguna sextina y también las escribe Francesco Petrarca, quien realiza un elogio
indiscutible del trovador provenzal en Los triunfos, poemas alegóricos.

Petrarca también iba a escribir 9 sextinas y de ahí, la estrofa pasa a la literatura española
y nos encontramos con varios autores que escriben sextinas en el siglo XVI y en el siglo XVII,
por ejemplo, Fernando de Herrera, Jorge de Montemayor y Cervantes, que escribe otra sextina
y la incluye en La Galatea.

La sextina es una modalidad que también tiene su acogida en la literatura


contemporánea y de nuevo tenemos que citar al norteamericano Ezra Pound, autor de la sextina
que él titula “Altaforte”, versión italiana de “Autafort”. Lo que hace Pound es rendir homenaje
a Bertran de Born a través de su lugar habitual de residencia. En la literatura contemporánea
también tiene repercusión la sextina y en concreto vamos a analizar “Apología y petición” de

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Jaime Gil de Biedma. A partir de ese texto, la sextina tiene bastante éxito en las promociones
posteriores.

“Si·m fos amors de joi donar tant larga”, Arnaut Daniel

· Se puede decir que el poema consta de 6 estrofas, que en provenzal se llaman coblas y
la rima es consonante, unisonantes. Y una tornada, una estrofa final mucho más breve que
en este caso tiene 2 versos.

· El siguiente nivel de análisis sería un COMENTARIO ESTILÍSTICO que se refiere a


la construcción del poema y a las figuras retóricas. Digamos que el poema de Arnaut Daniel
se caracteriza por el empleo de la duplicación sistemática, las estructuras dobles o
estructuras paralelísticas. Así ya en la primera estrofa podemos comprobar como existen
duplicaciones de adjetivos, verbos y sustantivos. En el verso segundo dice “corazón fiel y
leal”. En este caso adjetivos.

En el verso 4 “me levanta y me derriba”, ahora son verbos. En el verso 7 “mi corazón
y mis sentidos”, en este caso sustantivos. Si nos vamos a la segunda estrofa, en el verso número
10 “me he situado y establecido”. En el verso 15 “le seré leal y obediente”.

En la tercera estrofa seguimos encontrando este tipo de estructuras duplicadas, verso 17


“me reanima y me descarga”. En el verso 19 hay una variante de este tipo de estructuras, porque
más que un paralelismo, lo que existe es una gradación de 3 formas verbales, dice “acepto el
afán, lo sufro y lo soporto”. Y en el verso 23 también hay una gradación, pero en este caso de
3 sustantivos: “mérito, saber y juicio”. También en esta estrofa número 3 podríamos señalar
otra figura, el hipérbaton (alteración del orden sintáctico habitual) en el verso número 22:
“quien la ve y ello es verdad”.

En la estrofa cuarta volvemos a encontrar una duplicación en el verso 26 “que se


bifurque y se ramifique” y en el 29 hay una aliteración de consonantes nasales o bilabiales (m,
n).

En la estrofa número cinco hay una figura retórica que hasta ahora no habíamos visto y que se
conoce con el nombre de quiasmo, es una especie de paralelismo cruzado entre los versos 37
y 38, “cuando me despierto o cuando cierro los ojos de sueño a vos me entrego cuando me
levanto y voy a acostarme”.

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Finalmente, en la estrofa seis (última antes de la tornada) volvemos a encontrar una
duplicación de sustantivos en el verso 43 “caballos y marcos”.

· Es un tipo de ANÁLISIS SEMÁNTICO E IDEOLÓGICO y se puede decir


en términos generales que la Cansó de Arnaut Daniel es un resumen de los
tópicos del amor cortés ya desde el primer verso, observamos una
invocación al amor personificado, la palabra AMOR va con mayúscula y se
supone que es el propio amor el que va a dar una alegría al amante, un
amante que expresa muy claramente el deseo de alcanzar una “rica
conquista”, la palabra que cierra la última estrofa está situada en un lugar
estratégico. Casi se entiende la acción amorosa como una conquista.
Aparece también en la canción de Rolland, significa en este contexto júbilo
amoroso.

Hay adjetivos que son claves para analizar el significado del poema, como por ejemplo,
“leal y fiel y obediente”, porque nos llevan a los ritos del vasallaje feudal, la lealtad, la
obediencia, la fidelidad. Y también se puede decir como en la primera estrofa ya se marca
claramente la distancia en relación a la dama, a la mujer. Y lo advertimos de una manera nítida
en el verso 5 “cómo está ella en la cima del mérito”. A partir de ahí, ya en la segunda estrofa,
el trovador insiste en el lugar que él mismo ocupa, otro concepto inseparable del orden, de la
lógica feudal, de la ideología feudal del vasallaje, cada uno ocupa el lugar que le corresponde.
Pero ese lugar ya está más cercano a la dama. Volvemos a encontrar esos adjetivos a los que
hemos hecho referencia “leal y obediente”; la posición del siervo respecto al señor. Y el último
verso de esta segunda estrofa reproduce literalmente las ceremonias o rituales de la caballería,
“hasta que si le place me invista de su amor besándome”. En este caso es el amante el que es
literalmente investido como si fuera un caballero.

También se puede destacar todavía en la segunda estrofa, la aparición de términos


mercantiles, por ejemplo, en el verso 9 al principio el verbo “embargar” (requisar los bienes),
aunque en este caso se puede traducir como “no me echa para atrás”, en el verso 13 dice “no
soy alguien que deja el oro por plomo”.

La tercera estrofa en su conjunto es un elogio de la dama, de la mujer amada, que se


caracteriza no solo por la belleza física, bien clara en el verso 20 “porque en belleza las demás

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están por debajo”, sino también esa belleza se observa especialmente en el terreno moral, a
través de la escala “mérito, saber y juicio”, que reinan en ella.

En la cuarta estrofa nos encontramos de nuevo con los rituales del feudalismo y más
concretamente con la ceremonia del juramento. En el verso número 28 leemos “Por aquel señor
que se mostró en forma de Paloma”, es una referencia al Espíritu Santo, que al mismo tiempo
nos remite a un verdadero culto amoroso, la mujer es divinizada. También al final de la cuarta
estrofa ya encontramos una primera alusión a los enemigos “tengo en menosprecio a los
fastidiosos, para quienes es fiesta el daño del amor”.

En la quinta estrofa, donde ya nos aparece de inicio la senhal que es el nombre en clave
de la dama. Arnaut Daniel utiliza “na-mieils-de-ben”, “la señor mejor que bien”. Lo curioso es
que Arnaut Daniel no es el único trovador que utiliza este nombre en clave, en su edición de
las poesías de Arnaut Daniel, Martín de Riquer alude a otros dos trovadores que utilizan la
misma senhal, uno es Bertran de Born y otro es Gaucelm Faidit.

En esta quinta estrofa, nos encontramos también con una mención muy curiosa a la
alquimia medieval, particularmente a los llamados “filtros de amor”, que es mencionado en el
verso número 36 “ese firme amor que no es de redoma”. Se trata de una alusión indirecta a la
leyenda de Tristán e Iseo, cuyo amor se materializa, se consuma por efecto de una sustancia,
una especie de filtro de amor que los dos toman. Aquí se dice justamente lo contrario o quizás
se previene de esas prácticas, no es un amor falso inducido o provocado por sustancias, sino
absolutamente espontáneo y natural. Por último en el verso número 33 nos aparece el adjetivo
“avara”, otra vez términos mercantiles, la avaricia. Pero ya en este contexto debe traducirse en
el sentido de arisca.

La sexta estrofa se dirige íntegramente contra los aduladores, los que se llamaban
lausengiers, aduladores o traidores, a los que se desea lo peor. Dice que por causa de esos
aduladores escasean los caballos y los marcos, los regalos del señor han ido menguando o han
desaparecido. Y aquí aparece concretamente en el verso número 46 la palabra “drut”, que
originariamente significa compañero de armas, pero en el amor cortés equivale a amante, al
amante consolidado de la última etapa.

Finalmente, en la tornada, los dos últimos versos, el trovador confirma la autoría del
poema: “Arnaut lo ha hecho”, pero al mismo tiempo, a través del verbo haber confirma lo que

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ya decía la primera estrofa, que está dispuesto a hacer una rica conquista. El último verso del
poema, confirma y repite el último de la primera estrofa.

2. GIRAUT DE BORNELH

“EL ALBA” - “Reis glorios, verais lums e clartatz”

Giraut de Bornelh fue de Limousin, de baja condición pero sabio en letras. Dante Allighieri lo
elogia como uno de los mejores trovadores en su Tratado sobre la lengua vulgar y de él hemos
elegido este poema por lo representativo que es de su obra y por la repercusión concreta que
tendrá en la poesía española reciente.

El poema consta de 7 estrofas con rima consonante, rima unisonante. Pero para muchos
comentaristas se trataría de 6 más una añadida o apócrifa. Al final de cada una de ellas se repite
la frase “y pronto llegará el alba”, salvo en la estrofa número 7, que termina también con la
palabra alba. Como comenta Martín de Riquer, las 6 primeras estrofas están puestas en boca
del vigía, mientras que la 7 sería la respuesta del amante. Aquí viene el aspecto más conflictivo.

La estrofa se puede leer con un alba profana o con un alba religiosa. En particular, Denis
de Rougemont la interpreta como un alba religiosa y la vincula directamente a la doctrina de
los cátaros. Además, los cátaros suelen colocar el adjetivo verdadero a sustantivos como luz,
fe, iglesia o Dios. Según esta interpretación, las seis primera estrofas serían una invocación del
alma al cuerpo, mientras que la séptima sería una respuesta del cuerpo.

Queda abierta la doble interpretación y también se ha señalado el sentido místico que


tenía la noche para determinadas creencias, por ejemplo, para los sufíes árabes. En esos
términos, el cuerpo responde al alma, diciendo que está en el mejor de los mundos, diciendo
que es la noche que está con la mejor. Queda abierta la doble lectura porque así lo entiende
también un poema contemporáneo como Jaime Gil de Biedma, nacido en Barcelona en 1929 y
fallecido en la misma ciudad en enero de 1990. En el que tal vez sea su mejor libro,
Moralidades, publicado en México en 1966, incluye dos poemas que dependen de forma muy
directa de la poesía trovadoresca provenzal, uno de ellos es una “albada” y el otro es “apología
y petición”, que es una sextina.

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3. JAIME GIL DE BIEDMA

“EN EL NOMBRE DE HOY”

Existen dos factores relevantes, por una parte el empleo de la ironía que marca muy claramente
la diferencia entre los poetas de la primera y de la segunda generación de posguerra. La 1ª es
la de la poesía social, la segunda generación es la que corresponde a la generación de los 50
con autores como Ángel González, Claudio Rodríguez… esa segunda generación de posguerra
no deja de lado en absoluto la crítica social ni la oposición al régimen franquista, sino que la
canalizan hacia otro lado, porque parte de la propia memoria, es una voz que no pretende hablar
a los demás, sino que hablan por sí mismo de su propia experiencia y memoria. En ese sentido
la ironía es una procedimiento fundamental.

Por otra parte, el segundo factor que interesa destacar es la llamada intertextualidad,
que viene a referirse a la repercusión de unos texto sobre otros. Ya en los dos primeros versos,
Gil de Biedma está haciendo un guiño a Blas de Otero, concretamente a su poema “A la
inmensa mayoría”, que da la fecha exactamente de cuando lo escribe. Unos versos más abajo,
escribe “sentencia del tiempo”, con el título que publica una selección de textos en la revista
barcelonesa Laye en 1953. En los dos últimos versos de la segunda estrofa, parodia los
programas de radio de la época.

En la penúltima estrofa, “a sus amigos, compañeros de viaje”, título del primer libro de
Gil de Biedma. En la penúltima estrofa va dando nombres de amigos poetas, también está
haciendo un guiño a ciertos poemas que habían salido en la Guerra Civil Española, como
“Llamo a los poetas” de Miguel Hernández, por ejemplo. Carlos es Carlos barral, Ángel
González, Alfonso Costafreda, Gabriel Celaya…

La última estrofa es una vuelta más sobre la ironía. Y el último verso vuelve a las
costumbres de la época.

“ALBADA”

Desde el título retoma uno de los géneros más característicos de la poesía trovadoresca
provenzal, el alba, ese género que trataba de la separación de los amantes al amanecer y en
particular, Jaime Gil de Biedma escoge como modelo el Alba de Giraut de Bornelh

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El propio Jaime iba a explicar en una conferencia la traslación de elementos desde un
poema a otro, desde el poema medieval al poema contemporáneo. La conferencia se titula “La
imitación como mediación, o de mi Edad Media” y corresponde a un curso de la Universidad
Menéndez Pelayo del año 1984, cuyo contenido se reflejó en este volumen Edad Media y
Literatura Contemporánea, publicado en el año 1985, un año después de que se diesen las
conferencias, con un profesorado bien diverso, con novelistas, poetas, actores y académicos y
catedráticos como Francisco Rico.

En esa conferencia, recogida después en los ensayos de Gil de Biedma, se dice: “mi
versión ha cambiado el amor cortés en transitoria aventura de una noche”.

Este poema está compuesto por 6 estrofas de exhortación y una final de respuesta. Como
vemos en el texto de Gil de Biedma, la diferencia está marcada por el guion de la estrofa número
7, el guion de junto al cuerpo, ese también estaba en la séptima estrofa de Giraut de Bornelh.
Pero el paralelismo incluye también el sistema de rimas consonantes dispuesto a partir de la
palabra amanecer que se repite en todas las estrofas aunque no necesariamente al final, como
ocurría con la palabra alba en el texto de la Edad Media.

En la primera estrofa ‘amanecer’ rima con la última palabra, ‘mujer’. En la segunda


estrofa se unen ‘enronquecer’ con ‘amanecer’ que está al final, en la tercera. En la quinta
‘vencer’ con ‘amanecer’, en la sexta ‘estremecer’ con ‘amanecer’ y en la última, ‘amanecer’
con ‘placer’.

La “Albada” de Gil de Biedma está escrita entre enero y febrero de 1961, como figura
en los diarios. Gil de Biedma traslada el ambiente bucólico del alba provenzal al centro ruidoso
de Barcelona y ahí se entiende un poco la alusión irónica a los pájaros. Pero, a partir de aquí,
cuentan otras referencias literarias más cercanas y enlazamos otra vez con la intertextualidad,
porque no solo está presente el alba de Giraut de Bornelh, sino un célebre poema como “El
crepúsculo matutino” de Charles Baudelaire, que es el poema que termina la descripción
minuciosa del amanecer en la ciudad de París. Pero también “La canción del alba” del libro El
mal poema (1907) de Manuel Machado. Es curioso porque en una generación que reivindica la
obra de Antonio Machado, aquí aparece su hermano. Y de fondo incluso, en términos más
generales, un poeta que influye enormemente en Jaime Gil de Biedma, T.S Elliot.

En muchos momentos, Jaime Gil rompe el tópico literario heredado de la tradición al


introducir este tipo de imágenes, como también la imagen de los tranvías. También aclara Gil

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de Biedma que el vigía del alba provenzal se transforma aquí en el portero de noche y en ese
sentido hemos de anotar un último detalle de importancia en la construcción del poema, ese
portero de noche aparece en la segunda estrofa, sería como el vigía del alba provenzal.

Gil de Biedma aprovecha una de las posibles interpretaciones del texto de Giraut de
Bornelh en sentido religioso, le interesa la visión del alba religiosa y lo hace a partir de ahí, nos
plantea un desdoblamiento del personaje poético. Tengamos en cuenta que el vigía está fuera,
es el portero de noche, pero el diálogo se establece entre dos personajes diferentes, las seis
primeras estrofas representarían la parte más sensata del protagonista, esa voz que advierte al
amante de que ya está amaneciendo y debe levantarse e ir a la oficina para trabajar.

Véase las formas verbales que utiliza Gil de Biedma, que son de una advertencia
continua. Gil de Biedma ya trabajaba desde los años 50 en una empresa familiar, cuyo despacho
estaba precisamente encima de las ramblas, a eso se refiere con cambiar de traje. Pero ya en la
penúltima estrofa, introduce una concesión “aunque…” que nos lleva directamente a la
respuesta de una séptima y última estrofa. Ahora es la otra parte del personaje la que se
convierte en protagonista y se declara partidaria del placer y de la indolencia. En el fondo, ese
desdoblamiento del personaje no es más que el reflejo de la tensión entre la realidad y el deseo,
la obligación y el placer.

La “Albada” está construida sobre el modelo del alba de Giraut de Bornelh. Pero hay
otro texto posterior, principio de los años 60 que también depende directamente de la poesía
trovadoresca provenzal. Aunque en este caso se trata de una dependencia de tipo formal.

“APOLOGÍA Y PETICIÓN”

La sextina constaba de 6 estrofas y una tornada. Al final de cada estrofa se repiten las
mismas 6 palabras y Jaime Gil de Biedma escoge España, demonios, pobreza, hombres e
historia. Manejando a veces el plural de historia y de hombre, como ocurre en la estrofa número
3 y número 4. En la última estrofa de 3 versos condensa esas 6 palabras. Y también explica,
Gil de Biedma las razones por las que emplea esta estrofa. “Solo una vez recurrí al empleo de
formas poéticas propiamente medievales para escribir “Apología y petición”. No se inspira en
el texto medieval, sino que da un rodeo y se inspira en la poesía inglesa.

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Él había decidido escribir un poema de tipo social, sobre España. Efectivamente era un
tema trillado desde la Generación del 98 en adelante. Absolutamente repetido por los poetas de
la primera generación de posguerra. El tema de España se había convertido en un tópico de la
poesía social. Desviarse de ese tópico utilizando una forma difícil, muy artificiosa, esto es algo
que unía muy directamente a Jaime Gil de Biedma y a otro gran poeta contemporáneo suyo,
Gabriel Ferrater, con la diferencia de que este era unos años mayor. Hay una diferencia aún
más importante y es que Ferrater escribe toda su obra en catalán. Por muchos puntos en común
que tengan, la influencia no se nota por la diferencia de idiomas.

También muestra admiración por autores como Bertran de Born y en los orígenes de la
propia lengua, el valenciano Ausias March. Incluso hay también influencia de un autor que sí
que vamos a estudiar, Chrètien de Troyes. Jaime Gil de Biedma le confiesa su dedicación al
tema de España en una carta a su amigo Carlos Barral, en un momento en el que Gil de Biedma
está en Manila (Filipinas), a principios de los 60. Ya al reflexionar sobre el sentido y el
contenido del poema, Gil de Biedma dice que sobre todo, el final, es de una simplicidad que
respondería a un manual de principio de marxismo. Está pensando sobre todo en la estrofa
final. Ese último verso sí que era característico de la poesía social. También justifica en buena
medida el hecho de que el libro Moralidades se publicara en México y no en España, porque
difícilmente hubiera pasado este poema la censura con esa repetida mención de España, la
pobreza, el gobierno. Es decir, este y otros poemas, hubieran tenido dificultades muy serias
para poder ser publicados en España.

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