Emancipación de Argentina
Emancipación de Argentina
Lo que hoy conocemos como Argentina, perteneció al Virreinato de Perú, hasta los años
1776 Carlos III de España creó el Virreinato de la Plata, con las reformas borbónicas en
América.
Una de las razones más importantes por las que Carlos III dio el estatus de
virreinato al Río de la Plata fue la intención de frenar la expansión portuguesa
sobre los territorios cercanos. Con ello pretendía restablecer el control del
comercio por parte de España.
La necesidad de fortalecer la navegación de los ríos en territorios que limitaban
con las colonias portuguesas en Brasil fue otra razón importante para declarar el
virreinato del Río de la Plata.
La incapacidad del virreinato de Perú para gobernar la gran extensión de su
territorio fue otra de las causas que llevaron a la creación del virreinato del Río de
la Plata.
Además, Los puertos españoles ubicados en Montevideo y Buenos Aires parecían
propensos a sufrir los ataques de flotas francesas, inglesas, o incluso holandesas.
La necesidad de defender estos puertos también influyó en la creación del
virreinato
Coyuntura Crítica:
Antecedentes:
Factores exógenos:
Invasiones británicas:
En el plano económico, ante las dificultades y costos del comercio con España, Cisneros
aceptó la propuesta de Mariano Moreno e instauró el 6 de noviembre de 1809 el libre
comercio con las demás potencias. Los principales beneficiados eran Gran Bretaña y los
sectores ganaderos que exportaban cueros.
En 1806 y 1807 se produjeron dos invasiones inglesas, que fueron rechazadas por el
pueblo de Buenos Aires, alistado en milicias de criollos y españoles. Las milicias se
transformaron en centros de discusión política.
Tras la victoria obtenida durante las Invasiones Inglesas, la población de Buenos Aires no
aceptó que el virrey Rafael de Sobremonte retomara el cargo, ya que durante el ataque
había huido de la ciudad rumbo a Córdoba con el erario público. Se nombró a Santiago de
Liniers como nuevo virrey, pero la gestión de Liniers comenzó a recibir cuestionamientos,
por este de origen francés
“En 1806 una fuerza expeditaría británica que venía del Cabo de Buena Esperanza cruzó
el Atlántico Sur, entró en el Río de la Plata, y el 27 de junio ocupó Buenos Aires” (Lynch,
John, 1976, pag 50)
“El mismo año, cuando España se convirtió en aliada de Gran Bretaña contra Napoléon,
el comercio británico fue tolerado en Buenos Aires y Montevideo, y en 1809 Santa
Coloma describía a Buenos Aires como una colonia inglesa” (Lynch, John, 1976, pag 59)
Fuerzas Profundas:
Buenos Aires, la capital del Virreinato, logró un gran reconocimiento ante las demás
ciudades del mismo luego de expulsar a las tropas inglesas en dos oportunidades durante
las Invasiones Inglesas. La victoria contra las tropas inglesas alentó los ánimos
independentistas ya que el virreinato había logrado defenderse solo de un ataque externo,
sin ayuda de España. Durante dicho conflicto se constituyeron milicias criollas que con el
tiempo ganarían un importante peso político, la principal de ellas era el Regimiento de
Patricios liderado por Cornelio Saavedra.
Dado que los productos que llegaban de la metrópoli eran escasos, caros e insuficientes
para mantener a la población, tuvo lugar un gran desarrollo del contrabando, que era
tolerado por la mayoría de los gobernantes locales. El comercio ilícito alcanzaba montos
similares al del comercio autorizado con España. Legalmente no había diferenciación de
clases sociales entre españoles peninsulares y del virreinato, pero en la práctica los
cargos más importantes recaían en los primeros. La burguesía criolla, fortalecida por la
revitalización del comercio e influida por las nuevas ideas (liberales), esperaba la
oportunidad para acceder a la conducción política.
Existían 2 tipo de corrientes sociales: Los que reclamaban el comercio libre para importar
directamente con cualquier país sin tener que necesariamente comprar todas las
mercaderías trianguladas por España (los criollos). Y, Los comerciantes monopolistas,
autorizados por la Corona española, quienes rechazaban el libre comercio y propugnaban
por la continuidad del monopolio, ya que si los productos entraban legalmente
disminuirían sus ganancias (los peninsulares).
De tipo Social: “Las invasiones británicas proporcionaron varias lecciones: demostraron
que los hispanoamericanos no tenían ganas de cambiar un amo imperial por otro.
También mostraron las grandes fallas del imperio español del sur, su frágil administración,
sus débiles defensas. Fueron sus habitantes, no España, quienes lo defendieron. Los
criollos le tomaron gusto al poder, descubrieron su fuerza, y adquirieron un sentido de la
identidad” (Lynch, John, 1976, pag 52)
Factores endógenos:
Levantamiento de la Paz
Fisuras:
Cuando Napoleón toma la Península Ibérica, el rey Carlos IV de España le cede la corona
a su hijo, Fernando VII, y éste, a su vez, a José Bonaparte, el hermano de Napoleón. Con
la deportación de los reyes a Francia, se forma la Junta Central y Suprema de Sevilla,
noticia que llegó en septiembre de 1808 a la ciudad de Chuquisaca –actual ciudad de
Sucre, Bolivia-, junto a la de la prisión de los reyes españoles.
Revolución de mayo:
Los Patriotas realizaron una reunión con el Jefe del Regimiento de Patricios,
Cornelio Saavedra, ya que consideraban oportuno poner en acción sus ideas
revolucionarias.
El Virrey Cisneros, ya enterado del pedido, se reunió con las Fuerzas Militares y
Saavedra no fue muy enérgico en su posición, entonces Cisneros no pudo resolver
nada. Los revolucionarios, no haciendo mucho caso del enojo del virrey, envían a
Martín Rodríguez y a Castelli, quienes logran que se convoque a un Cabildo
Abierto.
Durante las discusiones de los días posteriores hasta el 25 de mayo culminó con la
destitución del virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros, reemplazándolo por la Primera Junta
de Gobierno convalidada por el pueblo. El movimiento revolucionario, desconoce el
Consejo de Regencia, pero simula declarar fidelidad al rey cautivo Fernando VII. Lynch
señala que esta revolución fue realizada por una élite que hablaba del pueblo sin
consultarle, es decir, fue iniciada por una minoría que consiguió movilizar y manipular a
una mayoría. Los patriotas esperaban capitalizar los restos de los sentimientos realistas
en el pueblo del Río de la Plata, impedir una contrarrevolución española y asegurarse del
apoyo de Gran Bretaña. Para ellos no era sacrificio invocar la soberanía de un gobernante
que no gobernaba. Esta mascara se fue quitada una vez derrotado Napoleón y con la
llegada del despotismo de Fernando VII.
En el acta del Cabildo de Buenos Aires del 25 de mayo, se indicaba a la Junta que
remitiera una circular a los cabildos del interior, para que las provincias envíen diputados
a la capital.
Cautiverio de Fernando VII 1808: “La diferencia formal hacia Fernando era un
instrumento convincente, como una táctica temporal” (Lynch, John, 1976, pag 68)
QUIEBRE: Oposición al despotismo por parte de los criollos hacia Fernando
VII.
Revolución Patricia: 25 de Mayo el Cabildo: “El 25 de mayo e cabildo aceptó y
fue proclamada la Junta Patriótica. Saavedra era el presidente, Belgrano y Castelli
se contaban entre sus miembros, y Moreno era uno de los dos secretarios. En
esta segunda Junta la Administración y los conservadores españoles quedaban
eliminados y el poder en realidad era compartido por los militares e intelectuales”
(Lynch, John, 1976, pag 67)
Inflexiones:
Resistencia en Córdoba:
El nuevo gobierno se vio afectado por las divisiones dentro de las filas revolucionarias y la
oposición de las provincias. Para las otras provincias la revolución de mayo era un
movimiento regional que no era necesariamente favorable para sus intereses económicos
o políticos. Esta no era aceptable ni para Paraguay ni para el Alto Perú. Su resistencia se
debía a la inspiración españolista que más a adelante se convirtieron en una resistencia
más amplia lo que conllevo a la creación de las naciones Uruguay, Paraguay y Bolivia.
Por otro lado encontramos en la zona central que la mayor parte reconocieron la
legitimidad de la junta pero reservaban su libertad de acción.
Hubo dos tendencias internas, una radical y liberal dirigida por Mariano Moreno y otra
moderada y conservadora liderada por Cornelio Saavedra. Lynch señala que el golpe de
conservador fue de corta duración, después del desastre militar de Huaquí, en 1811,
perdiendo el Alto Perú para la revolución. Este hecho conllevó establecer una nueva junta
que fue transformada en una cámara legislativa por Juan José de Paso, Manuel de
Sabarreta y Juan de Pueyrredón. La oligarquía de intelectuales.
Para marzo de 1812, José de San Martin llego a trabajar dándole un nuevo cuerpo militar
a la revolución.
Puentes:
Declaración de Independencia:
Para el año 1816 las Provincias Unidas estaban al borde de la disolución, Santa Fe y
Córdoba estaba en revuelta abierta. Tenían a un ejército portugués que ocupaba Brasil
para ocupar la Banda Oriental. En el Alto Perú un ejército español que se estaba
reuniendo para la guerra en Tucumán. El gobierno de Buenos Aires como medida para
fortalecer al país y tranquilizar a las provincias, convoco un congreso, a celebrar en
Tucumán, en marzo de 1816. Las provincias de Uruguay, Entre Ríos, Santa Fe,
Corrientes y Córdoba, estaba ausentes. Con unos diputados divididos entre federalistas y
monárquicos, San Martin y Belgrano, utilizaron como preliminar la declaración de
independencia para renovar la lucha contra España. La declaración de independencia de
la Argentina tuvo lugar durante el Congreso de Tucumán el 9 de julio de 1816.
Emancipación de Chile
Coyuntura Crítica:
“En Chile, existió una junta patriótica que apoyaba la independencia desde 1812, y que en
1814 negoció un acuerdo con los realistas, bajo mediación inglesa. El acuerdo fue
repudiado tanto por los patriotas chilenos como por el virrey del Perú, y la nación chilena
batalló por su independencia en dura lucha, a partir de 1816, bajo la dirección de
Bernardo O’Higgins, quien recibió el apoyo militar de San Martin” (Boersner, Demetrio
1982, pág 83)
Fuerzas Profundas:
Crisis Social:
Era lógico que los aristócratas criollos, amos del campo, aspiraran ser amos del país. Una
de las razones es que en una época de impuestos crecientes (después de la guerra de los
7 años y el apoyo a la revolución norteamericana, el imperio bonapartista), necesitaban
poder político para proteger sus intereses económicos. Los criollos mantenían una
constante oposición contra los impuestos imperiales, alanzando un alto grado de
hostilidad al producirse las exigencias del tiempo de guerra de 1805-1806. Era vital para
los criollos el control de la clientela al igual que la administración. A pesar que los chilenos
poseían cargos públicos, estos querían más, querían todos los cargos públicos en su
país. Detrás de todo esto (los impuestos y los cargos) se encontraba un nuevo sentido de
identidad chilena.
Alejamiento geográfico:
Chile dependía totalmente del mercado peruano para vender cereales, por su cercanía, y
la influencia, riqueza y poder de Perú, le permitía forzar una baja de los precios en apoyo
al virreinato. Para 1798, ya Chile había ascendido a Capitanía General (en 1778), y había
conseguido la independencia administrativa de Perú. Para 1810, esta ya estaba
emancipado de la tutela peruana, por lo que había forjado madurez y conciencia sobre sí
mismo.
El naciente nacionalismo:
“Era lógico que los aristócratas criollos, amos de campo, aspiraban a ser amos del país.
En primer lugar, en una época de impuestos crecientes, necesitaban poder político para
´proteger sus intereses económicos… En segundo lugar, era vital para ellos controlar la
clientela al igual que la administración… aunque los chilenos tenían cada vez más cargos
públicos dentro del mundo hispánico, querían más que eso: querían cargos públicos en
su país y los querían todos.” ” (Lynch, John, 1976, pag 147-148)
“El incipiente nacionalismo minó los supuestos básicos del dominio español y aflojó los
lazos entre la clase dominante chilena y sus soberanos. Cuando, 1808 el soberado fue
depuesto por napoleón, la fábrica del imperios empezó a caerse. Después de una
reciente experiencia de buen gobierno, chile cayó bajo el despótico dominio del
gobernador Francisco Antonio García Carrasco, cuya política chapucera en los 2 años
siguientes agravó la crisis” ” (Lynch, John, 1976, pag 149)
Fisuras:
Con la caída de Fernando VII en España, Chile cayó bajo el despotismo de Francisco
Antonio García Carrasco. Este gobernó con el apoyo de la fracción española, y de los
intereses de esta, lo que causó malestar en la aristocracia criolla.
Santiago siguió el ejemplo de Buenos Aires, en expresar su lealismo a Fernando VII. Esta
era su máscara principal que disimulaba su intención real, acabar con el dominio colonial
en cualquier forma, y la independencia de Chile.
“Pero no podría restaurar la prístina inocencia de Chile, la patria vieja había sido el foro
de un debate ideológico y fue en esos años cuando “La conciencia política de la clase
dominante sufrió una tan transformación” (Lynch, John, 1976, pag 155)
EL período de la Patria Vieja, el cual luego fue intervenido y disuelto por dos golpes dados
por José Miguel Carrera. Este, finalmente, tomó el control del gobierno.
“El catecismo político cristiano de 1810… Los revolucionarios iban más lejos; para ellos la
lealtad a Fernando no era más que una máscara tras la cual disimulaban su intención real
– acabar con el dominio colonial en cualquier forma y la independencia completa de
Chile” (Lynch, John, 1976, pag 150)
Virajes:
Liberación comercial:
Los periodos que comprende de 1810-1814 es conocida como la Patria Vieja, en donde
Chile fue una nación incipiente con gobierno e instituciones propias. Sin una declaración e
independencia formal se zafó del control español. Se inauguraron una serie de decretos
que abrió los puertos e Chile al comercio internacional.
1810-1814: “Fue esta la patria vieja que abrió camino a la nacionalidad. La junta de 1810,
dominada por el experto funcionario criollo Juan Martínez de Rozas, inauguró una serie
de reformas liberales, incluyendo el decreto del 21 de febrero de 1811 que abrió los
puertos de Chile al comercio internacional… fue ciertamente un ejercicio de autonomía”.
(Lynch, John, 1976, pag 152)
Factores endógenos:
En 1814, Fernando VII recuperó su trono y se encontró con que los gobiernos
provisionales de las colonias españolas habían realizado una serie de cambios con los
cuales no estaba de acuerdo. Ordenó a sus funcionarios que anularan todos los cambios
e intensificó las medidas para recuperar los dominios reales que corrían peligro. A Chile
llegaron tropas desde el Perú, las que lograron una victoria sobre los patriotas en la
Batalla de Rancagua (1814) e instauraron una fuerte represión.
Los patriotas atravesaron la cordillera de los Andes y con la ayuda de José de San Martín
comenzaron a preparar el Ejército Libertador.
En enero de 1814, San Martin fue nombrado comandante en jefe del batido ejército del
norte, este comenzó a trabajar en el mejoramiento de las defensas de Tucumán. Allí
estableció una estrategia septentrional de la revolución. Este tenía pensado crear el
ejército de los Andes. Su estrategia en que la revoluciones sudamericanas no estarían
seguras hasta que el corazón del poder español, en Perú, no fuera destruido. La única
manera de llegar a Perú era a través de los Andes por Chile para llegar a Perú por vía
marítima. Por lo que suponía liberar Chile, después de Rancagua. Los planes de San
Martin iban en consonancia con O’Higgins.
Puentes:
Declaración de Independencia:
Unos de los problemas principales contra dicha estrategia es que las Provincias Unidas
no contaban con los ingresos suficientes para los pagos, por lo que San Martin y sus
oficiales se dedicaron a desarrollar la economía. Para el año 1816, una de las medidas
tomadas por San Martin fue que las Provincias Unidas, al estar al borde de la disolución,
utilizaron medida para fortalecer al país y tranquilizar a las provincias, por lo que convoco
un congreso, a celebrar en Tucumán, en marzo de 1816. A finales de 1816 tenían un
ejército de 5000 mil hombres. Una vez el ejército llego a Chile, se reagrupó y penetro
rápidamente en la región central hacia Santiago, derrotando a los realistas en las llanuras
de Chacabuco; en febrero de 1817, entrando a Santiago.
San Martin, logra la victoria en las llanuras de Maipo, a las afueras de Santiago (en abril
de 1818), los realistas estaban en retirada y los chilenos era soberanos de sus tierras y
O’Higgins se convirtió en el director supremo.
Emancipación de Perú
Coyuntura Crítica:
Virreinato de Perú: El Virreinato del Perú, cuya capital era Lima, se organizó el año de
1542, siendo el primero que desempeñó el cargo Blasco Núñez Vela. Comprendía
entonces todas las posesiones españolas en la América Meridional; pero a medida que la
colonización del territorio avanzaba acreditaba la experiencia lo difícil de gobernar tan
extensa jurisdicción, fueron separándose los virreinatos de Nueva Granada y Buenos
Aires y las Capitanías Generales de Venezuela y Chile; con lo cual vino a quedar reducido
el Virreinato del Perú a los límites de la República actual, si bien en los últimos años se le
agregaron el Alto Perú, Bolivia actual, Maínas, Guayaquil y Chiloé. Era el Perú la más rica
y extensa de las posesiones españolas en Sud América. (Agüero, 1968 Pág 04)
Antecedentes:
El último enviado fue Atilano de Anaya, quien fue capturado y asesinado al cruzar el
puente Chuquisaca. Este hecho provocó que el nuevo virrey Francisco de Toledo
declarara la guerra en 1572 contra el reino de Vilcabamba. Con unos 2.000 hombres,
Túpac enfrentó a las tropas, integradas por unos 250 soldados y 2.500 pobladores
aliados, quienes tenían por misión erradicar los focos rebeldes para evitar que se
extendieran hacia otros territorios.
“En Perú, los criollos no podían poner en duda la resolución española de mantener
subordinados a los indios; pero después del gran levantamiento de Túpac Amaru se
dieron cuenta del modo en que ellos mismos eran postergados del sistema de seguridad
y cómo sus milicias eran desmovilizadas” (Bethell, Leslie, 1991, Tomo V, pág. 35)
“En la década de 1770, Túpac Amaru empezó una movilización pacífica para obtener
reformas (…) Cuando no obtuvo ningún resultado, condujo a sus seguidores a una
insurrección violenta, con ataques a los corregidores, saqueos de los obrajes y una
ocupación de los pueblos” (Bethell, Leslie, 1991, Tomo V, pág. 40)
Fuerzas Profundas:
Económica:
Los recursos y riquezas de estos territorios eran muy anhelados por la Corona, así como
por las administraciones coloniales, quienes se aferraban a sus privilegios y poderes para
conservar el monopolio comercial que mantenían, así como el control de los ingresos para
consolidarse dentro del territorio hispanoamericano.
Con el incremento de impuestos por parte del imperio, la situación en el nuevo continente
fue desestabilizándose al generar el descontento de los habitantes y propagarse el deseo
de libertad a través de las revoluciones hispanoamericanas, las cuales perjudicaron las
actividades comerciales.
“Buenos Aires tenía un interés vital en el Alto Perú. Cuando se rebeló, Lima empezó
rápidamente a exigir su antiguo patrimonio y, con la ardiente cooperación de los
funcionarios coloniales locales, reintegrarlo a la fortaleza realista del Perú (…)
Económicamente su producción de plata se había convertido en un importante elemento
del comercio ultramarino de Buenos Aires”. (Lynch, John, 1976, pág. 135)
Estratégica:
Factor Endógeno:
Pese a no tener una formación militar, se abastecieron con armamento, caballos y los
recursos producidos en el campo, ya sea de forma voluntaria o forzada de las aldeas
dominadas por ellos. Al menos existían unos seis focos de resistencia dirigidos por jefe
guerrillero. Entre las principales estaba Ayata, Mizque y Vallegrande, así como en las
selvas entre La Paz y Cochabamba.
“Las guerrillas del Alto Perú, los montoneros de los picos, desiertos y selvas, se juntaban
espontáneamente en bandas de varias magnitudes, y se mantenían unidas menos por
disciplina militar que por un común propósito, y por su fidelidad a un caudillo victorioso”
(Lynch, John, 1976, pág. 136)
Nacionalismo peruano:
Los criollos no se habían comprometido con ninguna causa pues solo les interesaba
conservar su poder y posición hasta que ganara el más fuerte de los bandos. Aunque
intentaron promover libertadores propios, según Lynch, sus candidatos demostraban una
desorientación política y colapso militar, desencadenando rebeliones militares.
De hecho, las consecuencias de esta anarquía les condujo a la clase dirigente a buscar la
ayuda de Simón Bolívar para ayudarlos a alcanzar la independencia. Bolívar, pese a
sentir el rechazo de los peruanos, intervino en nombre de la defensa de la revolución
americana. En 1823, asumió la suprema autoridad militar y política de un Perú ocupado
por fuerzas argentinas, peruanas, chilenas y colombianas.
Factor exógeno:
Pese a sufrir las sublevaciones de Perú, los españoles trataron de aprovechar las
ventajas que daban los desacuerdos entre los ejércitos americanos para afianzar sus
posiciones. El general José de Canterac envió a un ejército de casi ocho mil hombres
para avanzar contra las fuerzas libertadoras y anticiparse a sus movimientos.
Sin embargo, ante las nuevas órdenes del monarca, los españoles comenzaron a revelar
sus verdaderos intereses por lo que retiraron sus respectivos apoyos a la causa contra los
independentistas y en favor de establecer en el Alto Perú un régimen conservador y
eliminar las administraciones constitucionales.
“El 1 de octubre de 1823 Fernando VII, liberado de la servidumbre constitucional por un
ejército francés, abolió la constitución y puso fin a las reformas liberales. La restauración
del absolutismo dividió al mando español en Perú” (Lynch, John, 1976, pág. 303)
Fisura:
Hasta 1816, las guerrillas evitaron el control absoluto español en el Alto Perú, por lo que
las autoridades tuvieron que organizar una gran campaña para combatirlas y acabarlas.
La aristocracia del Alto Perú era realista y estada de acuerdo en emprender la lucha
contra estas fuerzas insurgentes, a las cuales temían y odiaban.
Nudo:
La segunda expedición fue en 1813 a cargo del general Belgrano, pero al igual que la
primera, fracasó y los pobladores reafirmaron que estas misiones solo servían para
desatar el caos y la destrucción sin aportar nada.
“Los porteños despacharon una segunda expedición del Alto Perú en 1813, esta vez bajo
el mando del general Belgrano. El nuevo jefe y sus fuerzas fueron un mejor anuncio para
Buenos Aire que sus predecesores, pero militarmente eran igualmente vulnerables”
(Lynch, John, 1976, pág. 139)
La tercera fue encabezada por José Rondeau, aunque tuvo la mejor oportunidad para
atacar gracias al avance de las guerrillas, no tuvo un control real sobres sus tropas,
quienes saqueaban o permanecían borrachas.
Inflexión:
La batalla de Junín fue uno de los últimos enfrentamientos entre el ejército realista, con
José de Canterac, y el ejército patriótico, dirigido por Bolívar, siendo este último quien
obtuviera la victoria.
“El 6 de agosto trabaron combate con Canterac en la meseta de Junín. Fue una batalla
rápida y furiosa en la cual no se disparó ni un solo tiro; el jadeante silencio sólo se rompía
con el choque de las espadas y las lanzas y el galopar de los caballos. Y fue la superior
caballería de los patriotas la que logró la victoria y obligó a huir a los realistas”. (Lynch,
John, 1976, pág. 304)
Quiebre: