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SALUDA

Bienvenidos al mundo Entrelineas

Estimados vecinos y vecinas:

Antes de nada, quiero agradecer la invitación de la asociación Entrelíneas


de Loranca para abrir el n.º 3 de la revista “Entrelíneas”, que otra vez más
es capaz de emocionarnos con los poemas y los relatos cortos de las
personas que conforman esta entidad y que se está convirtiendo en un
referente cultural para todos aquellos amantes de la literatura del distrito.

Es cada día más necesario que existan espacios de creación artística y de


promoción de la literatura, espacios en los que aprendamos a valorar el
arte en su conjunto y en los que tengamos la posibilidad de participar de
una forma activa en la construcción de una cultura colectiva.

Quisiera resaltar el valor que, desde la Junta de Distrito, le damos a


la promoción cultural, no solo como herramienta artística, sino como
elemento transformador. El arte y la literatura favorecen el ejercicio de la
libertad de las personas y de los colectivos. No existen sociedades con
menos libertad que aquellas a las que se les niega el acceso a la cultura.
El arte y la cultura son herramientas de emoción, de reflexión y de
crítica, y por ello son espacios que aquell@s que no quieren sociedades
verdaderamente libres están dispuestos a esquilmar.

Muchos de nuestros grandes referentes de la literatura tuvieron que


sortear los límites de las palabras, y muchos, en todo caso, enfrentaron
sentencias, exilios o ejecuciones por invitar al ejercicio de la libertad.

Sin educación, sin cultura, sin arte no es posible el desarrollo de una


ciudadanía libre, por eso…. leamos libros, ¡¡defendamos la libertad!!

Presidenta de la Junta Municipal de Distrito


Loranca-N. Versalles-P. Miraflores :

RAQUEL PÉREZ ESTÉBANEZ


Contenidos
literarios

Disfruta de
nuestras
creaciones.

Octubre de 2020

Segunda época

n.º 3

2 | revista literaria
Síguenos en Dirección y corrección: Alicia Piso,
Facebook y en Maquetación: José Luis Sánchez Pascual
instagram: Encuadernación e impresión: Hilario Javier Sánchez Pascual
Escriben: Gloria Poza, Annabel Gómez, Carmen Serrano, Socorro González,
Asociación Ana María Sánchez, Ruth Obiamo Moiché, Eva Casado, Carmen Sagrado, Paz
Entrelíneas de Palomo, Blanca de la Torre.
Loranca

Entreversos
Poesía para el mundo. Locuras en
04
verso directas desde el alma

Entrelíneas
Libertad de expresión, mentes
10
abiertas.

Entreinicios
Empezamos todos con una frase
16
y no sabemos dónde acabamos

Entreimágenes
Directamente desde los ojos
43
a la tinta.

Entrelibros
Leemos, compartimos
56
y recomendamos si es menester.

Entreconcurso
Nuestro concurso de
58
San Valentín.

Entrecerrado
El postre siempre al final, como
62
en las buenas mesas.

entrelíneas | 3
ENTRE
VERSOS
Y volverme anónimo
sombra de lo que fui
de lo que algún día seré,
como esta ingrávida mota que soy ahora,
que golpea, se abalanza y se estrella
sabiendo que embiste contra ella misma.
Anónimo,
sin voz,
en una oscura esfera que de índigo se tiñe
ante la presencia de lo inevitable, de lo inservible
y que volverá a ser
a contratiempo en su propio espacio.
Yacer anónimo de razón,
del viento que llama por su nombre
a la incandescente bruma que atornilla
el desasosiego de la risa en tu cara
evanescente, turbia.
Engendrar cerrojos en tu boca, para no decir,
no pronunciar palabra, ni promesa.
Concebir cadenas en tus ojos,
que pesan sobre el párpado cadente
y voraz que no quiere ser visto.
Renegar anónimo de palabras
aullando sonidos que en la distancia
resuenan y rompen tímpanos.
Morir cada día un poco
para nacer de nuevo
anónimo como soy ya.

Paz Palomo

4 | revista literaria
© photo from Pexels

entrelíneas | 5
NOCHE Y DÍA
Carmen Serrano

Las sombras caen sobre la ciudad,


envuelven cada esquina.
Pequeñas briznas de luz
permanecen
unos instantes
suspendidas.
La oscuridad durmiente
se despereza,
inunda las calles
el silencio.

Por todo esto me decido a escribirte:


para que deseches la apatía y la nostalgia,
quiero que la desilusión no apague tu brasa,
porque podría borrarse el color de tus mejillas.
No te permitas el regalo de la añoranza,
que lleva escondido un dardo de tristeza,
decídete a desterrar la melancolía,
ya que deseamos contar con tus vivencias,
lánzate a dar a tu vida un giro de ciento ochenta grados
y comprenderás que te queda algo nuevo por vivir,
para no seguir anclada en la rutina,
abre tu corazón a la luz del amanecer.

Gloria Poza

Para alejar el insomnio


es bueno contar ovejas,
reza un dicho popular;
al menos eran doscientas
las que conseguí juntar,
he elaborado un buen queso
tras haberlas ordeñado,
esquilándolas a todas,
con la lana que he obtenido
me he tejido un buen jersey.
Si no encuentras a Morfeo,
contando y contando ovejas,
una noche de ocho horas
© Khoa vo from Pexels

cunde como siete días.

Gloria Poza

6 | revista literaria
POEMAS
CREMALLERA
Poemas para leer del derecho o del revés.

En días como hoy


el tedio me aplasta
agazapado en los rincones
hiriendo mi voluntad de futuro.
La luz que no consuela
frunce mi frente.
Con puntadas de hilo negro
las heridas se cosen
cerradas en falso
y por necesidad imperiosa.
El odioso engranaje
me devuelve apta para la rutina
retomando su giro la ruleta
En días como hoy.

Annabel Gómez

Casi nos dejamos llevar


Y con gran pesar
No vemos la realidad
Nos imaginamos cosas
Aunque la mente divaga a su antojo
Con una gran sonrisa en el rostro
Vemos luminosidad por doquier.

Ruth Obiamo Moiché

A mí me gustan los lunes.


Así que no me digas que
los lunes son días grises.
Aunque tú no puedes ver que
pueden ser
un buen chute de esperanza para toda la semana, los lunes.
¡Como el café!
Los viernes siempre prometen mucho más de lo que dan, pero
siempre nos dejamos engañar.

Socorro González

entrelíneas | 7
Tan importante como hablar es que te escuchen.
Vive deportivamente.
Moverte es mover los pies, muévete siempre.
La forma más feliz de empezar el día.
Vive deportivamente.
Para no quedarte fuera de juego.
Lo diferente es extraordinario.
Vive deportivamente.
Puedes ver lo que está ahí o ver lo que está más allá.
Lo que ves, es.
Vive deportivamente.
Lo bueno empieza aquí.
Hacer las cosas bien, importa.
Vive deportivamente.
Esto es muy fácil, preparado para ti.
Bueno por fuera, mejor por dentro.
Vive deportivamente.
¿No es esta la actitud que nos hace avanzar?
Sois de los nuestros.
Vive deportivamente.

PUBLICITARIOS
Tu vida nos pide más.
¡Como no lo vas a contar!
Vive deportivamente.
Hay nuevas oportunidades solo para ti.
Soy optimista, ¿eh?
Vive deportivamente.
Siéntete bien. Acompañado.
Descubre hasta dónde eres capaz de sentir.
Vive deportivamente.
Reimaginaremos un mundo mejor.
Estamos de vuelta, más frescos que nunca.
POEMAS
Vive deportivamente.
El camino hemos de hacerlo bien.
Eres ilimitable, siempre el mismo.
Vive deportivamente.
Acaba el día a lo grande.
Para dormir tranquilo
Vive deportivamente.
Empecemos de nuevo.
Porque tú lo vales.

Gloria Poza

8 | revista literaria
ENTREVERSOS
ESLOGENMA
Carmen Serrano

Humanismo digital,
te gusta conducir la chispa de la vida.
El cariño nos hace una compañía diferente,
creando oportunidades trabajamos para que tu vida
sea más fácil.
Hecho con cariño,
con el cariño de siempre.
Desata el placer del café recién molido,
para chuparse los dedos.
El mejor sabor para tu boca,
no te abandona.
Siempre contigo.
Contigo: todo.

Con las cremas BELLA FLORA


el carmín POEMA DE AMOR
estirada con el BOTOX
estarás mucho mejor.
Tu cutis mucho más sano
Con el RETINOL DE OLAY
Quedarás como una seda.

Si además usas perfume


el mejor el de LANCOME
te hará cabalgar por calles
saltando desde el balcón.
Si esto te parece caro
piensa en todo lo demás
que habrás de pedir un crédito
si quieres continuar.
Y tómate un ACTIMEL primero
porque te van a clavar.
Hija, la vida es muy cara.

Carmen Sagrado

© Cisco Fernandez Saura from Pexels

entrelíneas | 9
Photo10
by| Valeria Miller from Pexels
revista literaria
ENTRELÍNEAS
EL JUEGO INFINITO DE LAS LETRAS

entrelíneas | 11
BUENA ESPERANZA

Y
entonces ya seré libre. La decisión se puede soportar más dolor y estar equivocada,
está tomada. Mientras una vida de experimentar una emoción inmensa al ver
crece dentro de mí podré sufrir su cara por primera vez, de hacer de cada
o disfrutar: de apreciar los olores tan primera vez una celebración; el primer llanto, la
intensamente que a veces se hagan primera caca, la primera toma, el primer diente,
desagradables, de sentir las pequeñas los primeros pasos, la primera caída, la primera
alegrías y tristezas hasta emocionarme palabra, el primer día de colegio, de instituto,
con tanta facilidad que será como vivir de universidad, de pensar por cada primera vez
dentro de un culebrón, de dormir por las que no puedo estar más orgullosa y volver a
esquinas porque mi cuerpo y mi mente se equivocarme, de notar de repente que necesito
han vuelto más lentos para acompasar el ponerme de puntillas para darle un beso, de
crecimiento del bebé, de comer galletas estar pendiente del reloj cuando salga solo para
para no sentir nauseas por las mañanas, después recibirlo como si hiciera mucho tiempo
de tomar montones de vitaminas para que no lo veo, de sentir tanto amor que a veces
que nazca fuerte y sano, de pasar mil dé miedo, de tener la certeza de que es lo mejor
controles médicos y aun así no poder que me ha pasado, de pensar que nunca más
evitar que la incertidumbre a veces me volveré a sentirme sola...
domine, de no saber si esa sensación de Y así, pensando en mi bebé, le sumo cada día la
una culebrilla paseando por el vientre me vida que otros pensaban restarle.
la estoy imaginando, para más adelante
estar segura de que está sacando su ANNABEL GÓMEZ
pie por mi costado, de desear que mi
barriga crezca para lucirla orgullosa o de
estar cansada por el sobrepeso y la falta
de sueño, de sentir pánico según se va
acercando el momento, de pensar que no

© Anna Shvets from Pexels

12 | revista literaria
ENTRELÍNEAS

SUEÑO

E
stán rellenando mi despido en la
oficina y no comprendo nada. No
me importa el tema económico
porque tengo muy claro que voy a
casarme, dejaré de trabajar y tendré tres
hijos, incluso estoy visualizando ya sus
imágenes de mayores, pero me niego
a firmar el finiquito sin que se me den
explicaciones.
Y, ¿por qué es el hijo del jefe el encargado
de este asunto si quien me contrató fue
su padre?
No sé qué ha sucedido, pero yo dejé la
oficina con archivadores de cinco kilos de
peso y en los que Juan, mi ayudante, que
por las mañanas trabajaba en el banco
Central, anotaba cada tarde, con letra
de imprenta, cada factura, cliente, forma

© Wendy Wei from Pexels


de pago: a 30, 60 y 90 días… y ahora, de
repente, veo dos ordenadores, nuevo
mobiliario, y ha desaparecido mi “Lexicon
80” y mis ficheros, no entiendo nada.
Y mi jefe no está, me despide su hijo,
¿tendrá algo que ver el que no le hiciera
caso cuando me tiró los tejos? Creo que
ahora quiere vengarse. O quizá su padre
ha fallecido.
y el sonido de tu risa de barítono cautiva
¿Por qué he accedido hasta aquí desde
mis oídos, como un helado de vainilla y
la “M30”, si esa avenida no existía? Se
caramelo seduciría a un niño. ¡Qué gusto
hablaba por el arroyo Abroñigal iban a
sienten mis manos al hundirse en tu
construir una gran avenida que se llamaría
cabellera de mechones del color de una
de La Paz, y ahora yo he circulado por
noche sin luna, que se enroscan en mis
ella, ¿me habré trasladado al futuro? Me
dedos, como un millón de caracoles! Pero
duele la cabeza tratando de descifrar
lo que prefiero sobre todos tus dones es
tanto enigma.
tu glándula pineal, ese lugar donde se
Nada, que me despida, no me importa
dice que habita el alma.
porque voy a casarme y a tener tres hijos.

BLANCA DE LA TORRE
GLORIA POZA

D
e vez en cuando, en los días
MARIDO SIN ADJETIVOS
de viento bajaba hasta el lago

M
y pasaba horas mirándolo. Él
is ojos no se cansan de admirar
narraba despacio, observando en el aire
la forma en que tus pupilas se
cosas que los demás no veían.
dilatan cuando me miras y se
funden en unos iris de chocolate. Te
CARMEN SAGRADO
olisqueo el cuerpo, que me huele a hogar,

entrelíneas | 13
ENTRELÍNEAS

LA LUNA

Me sobresalta de nuevo el atardecer. Ese momento que antes esperaba con ilusión y que cada
vez me genera más ansiedad. Veo cómo el cielo va cambiando su tonalidad al tiempo que el sol
inicia su declive hasta esconderse entre las montañas que diviso desde mi ventana. Me fascina el
paso del tono del mar hacia el recuerdo de las naranjas, los geranios del jardín de mi abuela y el
vino del brindis hasta llegar a la ausencia de luz. Da paso así, a una luna que a veces mira desde
más allá de donde alcanza nuestra vista y, otras, se muestra en todo su esplendor, casi como si
pudiese tocarla. Ese momento es el que más me ha gustado de todos, desde pequeña. Y ahora,
en cambio, es cuando me asaltan los temores porque, una vez más, no sé qué va a suceder esta
noche, cuando caiga en los brazos de Morfeo y mi mente y cuerpo se transformen para obrar por
su cuenta con actos que jamás imaginé.

EVA CASADO

LUZ DE MI VIDA

Te miro en silencio y me sorprendo.


¿Cómo he tardado tanto en ver el brillo que desprendes?
La costumbre, pienso.
Inmersa en tu cálida luz,
no sospecho la oscuridad que amenaza, invisible y cautelosa.
¡Me niego vivir a oscuras!
Quiero detener y aprehender este instante.
Atesorar esta luz que siempre iluminará mi existencia.

SOCORRO GONZÁLEZ

LUZ DE MI VIDA

Sinceramente, no pensé que la cosa fuese para tanto. Sí, ya se que tenía que haber ido antes al
médico, pero la vida te va enredando.
Cierto es que el riesgo camina silencioso a nuestro lado, y que de vez en cuando, le echamos una
mirada de reojo, porque si le tomas en serio ya puedes darte por perdido.
A nada que le prestes atención, el miedo se instala en tu mente, se pone cómodo y cuando menos
te lo esperas se mete en la cama contigo, desvelando tus sueños. Y a la mañana siguiente te da
los buenos días, con una buena dosis de ansiedad envenenando tus venas. Es por ello que he
caminado por mi vivir con paso decidido, entre la prudencia y el entusiasmo, con alguna pequeña
dosis de desesperación.
He dado y recibido amor, y pasión, he creado y he destruido, he derramado lágrimas, he plantado
semillas, he conseguido que una persona sonriera y, seguro que también, he decepcionado a otras
muchas. Así es que puedo decir que, faltando muy poco para que la línea de mi tiempo se agote
–eso es lo que me dijo la buena doctora–, ya estoy preparado para despedir la luz de mi vida, que
© Luizclas from Pexels

danza ante mis ojos, como una bailarina envuelta en la niebla.


Con sinceridad, no pensé que la cosa fuese para tanto.

BLANCA DE LA TORRE

14 | revista literaria
entrelíneas | 15
ENTREINICIOS
Contamos con un inicio o un final que da pie a nuestros autores para
dejar volar la imaginación partiendo de un punto común

Todo empezó con un número


equivocado.

T
odo empezó con un número Todo empezó con número equivocado
equivocado: Cuando ya tenía y ella, Sara López, estudiante de tercero
todas mis cosas embaladas para de matemáticas, oriunda de un pueblo de
trasladarme, llamé a un amigo de una Burgos, acaba de descubrir que la más
empresa de transporte, pero al escuchar: importante teoría de la humanidad se
—¿Dígameeee?- con una musicalidad sustenta en un error.
desconocida, tan sugerente… me quedé Miró las enormes pizarras del
descolocada y traté de ponerme a su aula magna cubiertas de complejas
altura, y ahuecando mi voz, respondí: formulaciones. Señaló el número erróneo
— Ya tengo listas mis cosas, puedes pasar perdido en el maremágnum matemático
a recogerlas. y comprobó, en el ejército de libros
—¿Cómo? ¿Solo a por tus cosas? diseminados por el suelo, por trigésima
—Bueno, si prefieres te las envío por vez, si había cometido algún error en la
entregas: primero la peluca, después la transcripción al encerado.
prótesis dental… No, el error había sido de Einstein.
—¡NO! ¡No! Prefiero verte completa. Ahora comenzaba su dilema: hacía
Y continuamos una larga conversación...y público la equivocación o dejaba que
quedamos, y nos vimos, y nos vimos más… la humanidad siguiera viviendo en una
y vino..., y se quedó… se quedó conmigo, ilusión. La relatividad no existía.
pero más tarde también con mis cosas y
con mi casa. CARMEN SERRANO
Y hace ya un tiempo que intento
recuperarlas y con ello mi vida. Mientras
tanto, sigo teniendo pendiente una
llamada a un amigo que intentó ayudarme
en un traslado.

GLORIA POZA

16 | revista literaria
ENTREINICIOS

UNA NUEVA REALIDAD

Todo empezó con un número equivocado. El taxista estacionó el vehículo al lado de la


acera, al mismo tiempo que me informaba de que ya habíamos llegado. Justo, allí estaba el
número 67. Pagué el importe, y con paso resuelto crucé la acera y entré en el portal.
Ante todo, tenía que mostrar seguridad y aplomo. Siempre tuve miedo a hacer el ridículo, a
parecer pueblerino, sin mundo. Esto me fuerza a aparentar una desenvoltura que no siento
y, a veces, a ser un poco insolente.
La idea del viaje partió de mi mujer. A mí me pareció muy bien, y no es que en el pueblo en
el que vivo no haya un buen médico, pero ¿cómo voy a contarle mis problemillas de alcoba
al mismo con quien echo la partida todas las tardes?
¡Bendito internet! Al fin me decidí por una clínica en pleno centro de Madrid.
Si estaba también situada, no podía ser mala. Solicité cita a través del teléfono.
La puerta estaba entreabierta, entré con decisión. Efectivamente, me dijo la joven que
estaba tras el mostrador, había una cita anotada para las once y media, pero debían de
haberse equivocado al tomar nota. La cita era para Manuel López no para Miguel López,
cosas que pasan. Me acompañó a una pequeña habitación indicándome que me desnudara
y me pusiera la bata que estaba tras el biombo. En unos minutos me atenderían, podía
acostarme en la camilla.
No se me había ocurrido que el doctor fuera a explorarme. Después de todo, no era extraño,
mejor dicho, era lo correcto.
Yo me encuentro bien de salud, solo ese temita me escuece. Si se lo hubiera contado a mi
médico, seguro que me habría recetado esas pastillas azules milagrosas y me habría evitado
este viaje. Fui incapaz, y mira que lo intenté varias veces.
Acababa de echarme en la camilla cuando entraron en la habitación un hombre de mediana
edad, de aspecto oriental y una mujer rubia, todavía joven. Los dos me saludaron sonrientes
y con mucho rendibú. El hombre dijo que me diera la vuelta y que me relajara, ya vería cómo
esto me iba a ir muy bien.
No los veía, pero oí como él le pedía que empezara ella, él la observaría.
Sentí una ligera presión, primero en los tobillos, luego noté como sus dedos subían lentamente
por mis pantorrillas hasta llegar a las corvas y allí sentí una punzada y, de nuevo, las manos
siguieron ascendiendo, apretando suavemente. Estaba aterrado, agarrotado y fuertemente
apretado contra la camilla.
La oía en mi oído decir: ¡relájese!, ¡relájese! De repente ya no eran solo dos manos; las
manos del hombre masajeaban mi nuca y daba instrucciones a la mujer. La sentía encima
de mí presionando la espalda, las nalgas… ¿Hasta dónde pretendían llegar?, ¿se proponían
hacer una prueba práctica para comprobar si respondía a sus estímulos? ¿Y si eran unos
depravados y la clínica era una tapadera?
El hombre ahora apretaba mis manos y mis brazos y me ayudaba a ponerme de costado.
Los oía en un murmullo lejano. Una laxitud repentina se había apoderado de mi cuerpo; no
podría decir el tiempo que estuve así, totalmente abandonado y entregado, mientras ellos
seguían manipulándome a su antojo. Me sobresaltó la voz del hombre, ahora alta y clara.
Me podía vestir y concertar en recepción la próxima cita. Se despidieron igual que entraron.
Todavía estaba un poco ido, sentado en la camilla, cuando me fijé en la pared y vi el cuadro
que la decoraba. “Clínica de Shiatsu y masaje” Maestro Oyama”. No entendía lo que estaba
leyendo. Me acerqué y volví a leer lo que ponía en el diploma enmarcado. Trastabillando
fui hasta donde estaba mi ropa y busqué la cartera. Allí estaba la nota con el nombre de la
clínica y la dirección. “Clínica salud sexual. Disfunción eréctil”. La misma calle, número setenta

entrelíneas | 17
ENTREINICIOS

y siete. No, era el 67 ¿no?


Un sudor frío subió por mi espalda, no acertaba a ponerme los pantalones. Intenté serenarme
antes de salir. Le pagué a la misma joven que me había atendido a mi llegada que, ya toda
dispuesta, iba a tomar nota para mi próxima cita. Le dije que ya la llamaría, que en ese
momento no sabía que día tendría libre.
Estaba en la acera sin saber qué hacer. Diez números más arriba, tenía una cita a la que no
había acudido. Podía ir, dar una excusa, seguro que me atenderían. Me quedé allí sopesando
qué hacer. Esto no se lo contaría a nadie, ni a mi mujer. Me lo recordaría constantemente:
“Paleto más que paleto”, la estoy oyendo.
Bueno, me había equivocado de número, pero había salido airoso. Nadie lo había detectado.
Después de todo, no era tan pueblerino, podía sentirme orgulloso. ¿De qué se iría a tratar
el tal Manuel López?

SOCORRO GONZÁLEZ

NOUR

Todo empezó con un número equivocado. En la identificación de Nour lo que debía de ser
un 8, terminó siendo un 3 por falta de tinta. Ella ni siquiera se fijó en aquel detalle hasta
que recibió una misteriosa llamada al día siguiente de incorporarse a su nuevo empleo.
En ella le explicaron que las tarjetas terminadas del 1 al 3 permitían el acceso a cualquier
zona del edificio, el resto estaban restringidas en función del puesto de trabajo. No había
que ser muy listo para percatarse del propósito de la reunión a la que fue convocada. El
día señalado aparecieron en el parquin dos guardaespaldas escoltando a una señora muy
elegante cuyas propuestas dejaron a Nour no solo preocupada sino aterrada pensando
en la responsabilidad de llevar a cabo una misión tan peligrosa. Solo le comunicaron el
objetivo, el plazo para averiguarlo y la importancia del encargo para la seguridad del país.
No le brindaron la posibilidad de negarse, así que se puso manos a la obra en cuanto vio la
oportunidad. A los nervios lógicos por el comienzo de una nueva etapa laboral, añadió la
carga de enfrentarse a algo desconocido.
Esta situación fue solo el comienzo de una vida mucho más ajetreada de lo que jamás hubiera
imaginado. ¡Tantas veces le había golpeado la memoria aquella primera vez! Pensaba en lo
distinto que habría sido todo si aquella impresora hubiera funcionado bien. Ni siquiera ahora
después de haber sido torturada duramente, cuando la muerte se estaba asomando a su
puerta, se arrepentía de haber espiado para el Gobierno de su país, porque con su labor
había impedido un gran número de atentados contra personas inocentes a la vez que la
información facilitada por Nour había sido vital para depurar las instituciones.

ANNABEL GÓMEZ

18 | revista literaria
ENTREINICIOS

Todo empezó con un número equivocado.

En una mano una maleta de tiempo, ligera, roída de


sueños incumplidos. En la otra la ligereza del que sabe
que no debe nada, la mano abierta, dadivosa, del que
sabe que no tiene nada que perder, ni que ganar y por
eso da todo lo que tiene, todo lo que le queda.
Su vista no llegaba a alcanzar dónde terminaba el filo
metálico de las vías del tren. Iba contando las piedrecitas
blancas, grises, negras, grandes, medianas, pequeñas...
que iban saltando debajo de sus pies, los mismos que la
iban llevando por un camino hacia ese “sin fin” que ha
llevado a tantos viajeros hacia sus propios destinos. De
vez en cuando levantaba la mirada del suelo para poder
observar lo que iba dejando atrás, a un lado y al otro.
Casas, tejados, árboles, llanos, gentes, miradas, voces,
vidas desconocidas, que al igual que ella, se irían, o se
quedarían, y que tendrían su propio camino en la vida.
Se paró. Dejó de caminar por un instante. Metió su
mano en el bolsillo del abrigo y se encontró con aquel
papel arrugado. Ese que no había querido tirar cuando
su esperanza dio paso a la desazón y a su vez pasó a
ser consuelo y esperanza a continuación de nuevo. Sin
saber muy bien el motivo lo sacó del bolsillo en su puño
cerrado. Abrió su mano despacio y, muy poco a poco,
fue deshaciendo las arrugas que daban vida a ese papel.
Una a una, sin darse cuenta de que su corazón, cada
vez que estiraba una de ellas, daba un nuevo latido de
vida. Sonrió y volvió a mirar incrédula los números que
iban apareciendo escritos a tinta.
Nunca lo hubiera sospechado, pero ahora sabía que los
sueños que no se sueñan, que ni siquiera se imaginan,
se pueden cumplir. Descubrió que a veces un número
equivocado puede ser el principio de una gran verdad.
Esa que estaba empezando a vivir ahora.
Soltó su gastada maleta de sueños tan solo soñados
y siguió andando por las vías de un tren que se había
parado para ella.
Subió un peldaño, dos... Se agarró fuerte y cerró los
ojos.

PAZ PALOMO
© Photo from Pexels

entrelíneas | 19
Todo empezó con un número equivocado, marqué el que
no era y me contestó un energúmeno vociferante que me
mandó a donde pican las gallinas. Colgué pensando que
no era para tanto, y que más tarde probaría a llamar de
nuevo al podólogo, pues tenía los pies destrozados. Salí
con una prisa que me las pelaba de casa hacia mi clase
de body combat y, tras pisar todos los guijarros, baldosas
levantadas y mierdas caninas del camino, llegué tarde,
por lo que no pude calentar y a los quince minutos de
clase tuve que salir porque me dio un tirón en el cuello, el
brazo derecho y el gemelo izquierdo. Renqueando, volví
a casa como pude, descubriendo una vez en el portal, que
tendría que subir a pata los siete pisos a mi hogar, ya que
el ascensor estaba estropeado. Una vez allí, cuando ya se
acercaba la hora de la cena, me di cuenta de que no había
pasado por el supermercado a comprar ni lo básico, y de
cena me conformé con un té sin azúcar, una rebanada
de pan duro sazonado con unas gotitas de aceite que
quedaban en la botella y dos finísimas rodajas de fiambre
de pavo de sospechoso color. Por supuesto, me sentó
mal y me pasé toda la noche sentada en la taza del váter.
Al sonar el despertador al día siguiente, no sabía si
levantarme o no, pero, qué carajo, era un nuevo amanecer
y creí que no sería peor que el anterior. De primeras, me
deshice del número de teléfono mal apuntado.

RUTH OBIAMO MOICHÉ

Todo empezó con un número equivocado, sin esperarlo,


como si alguien desconocido le concediese, justo, el
deseo que tanto, y durante tanto tiempo, anhelaba.
Necesitaba desahogarse. Tenía algo metido en el alma,
como una daga que le atravesase el pecho, un dolor
continúo, que no le abandonaba, ni siquiera las pocas horas
de sueño que le arrebataba a la noche, cuando su cuerpo
no podía más de cansancio, con los ojos enrojecidos, de
llanto contenido que, como un preso, luchaba por salir y
no podía.
© Markus Winkler from Pexels

Quería soltarlo todo, pero sentía que no tenía con quien.


¿A algún compañero de trabajo, que ahora veía solo de
vez en cuando?, ¿vecinos que se cruzaban con ella en
la escalera y con los que echaba, como decía ella “la
parrafadita”? Sus padres no vivían ya, por eso ahora, más
que nunca, sentía el vacío de su madre, a quien siempre le
había confiado cualquier problema, esos problemas, que

20 | revista literaria
ENTREINICIOS

ahora le parecían nimiedades. ¡Cuánta falta le hacían ahora sus consejos y su consuelo!
Amigos.... Para unas copas, una conversación insustancial, un paseo, un cine... Pero para esto
no. Tenía la certeza de que, con solo abrir la boca, saldrían huyendo. Tal vez, al principio
alguno o alguna la escuchase, pero tenía la sensación de que no le serviría, tan solo para
crearse fama de loca, melancólica, tristona tal vez...
Una noche de insomnio, pensando en sus cosas, cae rendida por fin, cuando le faltaban
apenas solo dos horas para las siete de la mañana, cuando suele levantarse para su
teletrabajo. La despierta, de pronto, un ruido del agua que salía a borbotones de la cisterna
de su baño.
Entonces se levanta y, con los ojos medio cerrados, acierta a alcanzar el grifo que cierra el
paso general del agua a la casa.
Las luces del amanecer le describen el desastre en que se había convertido su casa. Todo el
suelo de madera del pasillo levantado, el baño inundado, y en un momento se vio buscando
todas las toallas habidas y por haber de la casa, tratando de mejorar lo ya inmejorable.
¿Qué hago? ¿A quién llamo ahora?
Como una bombilla que se enciende, en su cabeza, le asalta la idea de llamar al seguro: “para
eso están, digo yo...”
Busca las gafas de cerca, pero con los ojos medio cerrados no las encuentra. Lo que sí
encuentra es la libreta de teléfonos, a la que todavía encuentra uso y da con los teléfonos
del seguro de la casa. Dando traspiés, se acerca a su teléfono fijo, de esos que no creo que
queden, en la era de los móviles, muchos que lo usen ya, y entre todos los 902 encuentra
uno que empieza por 91: “este será más económico” y marca 91 459 55 00 (o eso creía
ella), porque al dejar de sonar el tercer tono... “teléfono de la esperanza, le atiende Carlos,
dígame...’’
Entonces, se obró el milagro... Como si la pared de una presa hubiese explotado, formando
un agujero enorme, como una catarata, empezó a salir todo de su interior.
—El marido que ya no se comunicaba con ella, desde la muerte de su madre, en marzo (y
estamos a casi finales de octubre).
—La hija que ya no la llamaba, ni le llevaba al nieto (total, para qué, si siempre terminaban a
gritos).
—Su hijo pequeño, que coleccionaba multas de todos los colores, por culpa de sus botellones,
en medio de la pandemia.
—Su soledad, su depresión, su miedo al contagio, sus pocas ganas de hacer nada, su
insomnio....
Una hora después, después de soltarlo todo de golpe, el buen Carlos, con su Santa Paciencia,
la consuela, le dice todo lo que ella necesitaba oír, desde hace mucho, mucho tiempo, y le
da una dirección y un teléfono para que acuda a un centro de ayuda de la Comunidad de
Madrid, asegurándole que allí los psicólogos la guiarán y ayudarán.
En esto, llega el marido de trabajar de noche, se encuentra con la inundación, el papel del
teléfono del seguro pegado a la puerta del baño y con su mujer, que por fin, desde hacía
mucho tiempo, duerme a pierna suelta y los ronquidos se podían oír desde la escalera.

ANA SÁNCHEZ

entrelíneas | 21
Por la mañana, poco
después de las diez,
llegó la nevada
Por la mañana, poco después de las diez, llegó la nevada. ¡Y yo que quería vivir mi
momento de paz en esas tan, tan, tan merecidas vacaciones! ¡¡¡Así no hay quien se relaje!!!
Dicen de mí que soy una persona muy negativa y no es verdad. Lo que pasa es que ¿quién
no lo sería en mi lugar? Me paso la vida aguantando frases como:” Camila, debes ser más
positiva”, “Camila, no seas así, te haces daño”, “Camila, deja de decir tonterías”, “Camila,
hostias, que siempre estás igual, cállate o deja de decir gilipolleces. ¡coño ya!”. Esa es mi
hermana. ¡¡Claro, como ella cobra del Sepe!!, se pasa la vida rascándose la barriga y tan
relajadita. ¡Dice que yo la pongo nerviosa! que no paro de criticarla porque se pasa el día
en casa. Pero es que ella vive tan a gusto. Es cierto que tengo que agradecer que a mí no
me falta de nada cuando llego por la noche del trabajo. Casa hecha, comida preparada y
mesa puesta. Pero tampoco es para tanto. No entiendo que pase el día tan tranquilita, sin
salir y encima diga que está cansada de …¡¡¿estar encerrada en casa?!!! ¡Encerrada dice, la
capulla!! Como si yo le echara la llave para que no saliera, que alguna vez lo he pensado,
pero no lo he hecho, y eso es lo que cuenta.
Al grano, como decía, yo me paso todo el año currando como una histérica, soñando
literalmente con esos días alejados del mundanal ruido y de mi hermana, y por fin habían
llegado. Después de estar todo el día conduciendo en plena tormenta de nieve, ansiosa por
llegar, porque las noticias de la radio vaticinaban que el lugar donde me dirigía se quedaría
incomunicado y eso no podía consentirlo, al llegar el esperado momento de ver mi bucólica
estancia rural de vacaciones que tantas horas de internet me había costado encontrar,
nada más llegar, ¡¡ZAS!! Hostia en toda la cara.
¡¡¡Sorpresa!!! Los gritos de mi hermana y cinco compañeros de trabajo, reunidos seguramente
por ella, resonaron irritantes en mis orejas. Sus risas pegadas a sus caras, como si con
Loctite lo hubieran hecho. Serpentinas y confeti dejaron volar desde sus manos por encima
de mi cabeza. Yo inmóvil, no sabía si romper a gritar, a llorar o escupirles el confeti que se
metía en mi boca. ¿De dónde sacaban tanto?, ¿tenían un grifo o qué? porque lo parecía…
Sin decir una palabra, a los tres o cuatro minutos de la misma ridícula y ya asfixiante situación,
me di la vuelta, fui hacia el coche, abrí el maletero y saqué mi escopeta recién adquirida,
porque nunca se sabe qué bestias salvajes te puedes encontrar en medio de tanto paisaje
natural en pleno invierno, y pegué un tiro al aire. Algunos aullidos de lobos se oyeron

22 | revista literaria
ENTREINICIOS

mientras que ellos dejaron de reír ipso facto, que no de gritar, y en sus caras se dibujó
solo una sonrisa acompañada de un incipiente interrogante en sus ojos. Quizá intentaban
entender que mi mutismo y parálisis era por su rompedora hospitalidad no deseada para
nada por mí. Apreté una segunda vez el gatillo y di mi misión por cumplida. Caras serias, de
esas que no reflejan ni incipientes sonrisas, mutis profundos y miradas aterradas. Empecé a
caminar hacia ellos con mi maleta en una mano y mi “salvadora” en la otra, y como si fuera
la reina de Saba, me hicieron un gran pasillo a mi paso. Entré, cerré la puerta y me concentré
en la imagen que mi mente proyectaba en ese momento del exterior de la casa. Nieve, frío,
noche, oscuridad, aullidos. Un escenario perfecto, me dije a mí misma recostándome en el
sofá de escay rojo y cerrando los ojos.
¡Ahora sí! Mis merecidas vacaciones terminaban de comenzar.

PAZ PALOMO

“ Aniños
las mujeres jóvenes y a los
los ponían junto con el
ganado...
Por la mañana, poco después de las diez, No sabe cómo llegó al árbol, pues lo último
llegó la nevada. que recuerda es a su padre degollado en la
Siguió sentada en el hueco del entrada de su casa y a su madre gritando
árbol arrebujada en su ropa de abrigo. Aún a pleno pulmón con la boca ensangrentada
no sentía nada, ni frío ni congoja ni calor que corriera, mientras la tumbaban en la
ni tristeza. Solo podía mirar los cuerpos mesa.
diseminados por el suelo, que era una Un copo de nieve le cayó en la cara, tan
mezcolanza de barro, sangre, vísceras frío, que la sobresaltó. Alzó la mano a la
y excrementos, pero su mente no lo mejilla para atraparlo y la vio llena de sangre
registraba. Se repetían una y otra vez las coagulada. Estupefacta, se abrió la ropa de
imágenes de enormes hombres que con sus abrigo y vio sus propias tripas en un revoltijo
espadas y sus hachas, sus escudos y sus azulado sobre su regazo. Soltó un suspiro, se
lanzas, irrumpían entrando como un tornado quedó quieta y dejó que la nieve la cubriera
en la pequeña aldea y arrasaban con todo, por completo.
robando lo poco que tenían en sus casas y
matando a cualquier hombre y persona de RUTH OBIAMO MOICHÉ
edad que se cruzase en su camino. A las
mujeres jóvenes y a los niños los ponían
junto con el ganado, presumiblemente para
venderlos como esclavos.

entrelíneas | 23
ENTREINICIOS

Por la mañana, poco después de las REFUGIADOS SIN REFUGIO


diez, llegó la nevada.
Un manto blanco se extendió por Por la mañana, poco después de las
las aceras, los árboles, los setos, los diez, llegó la nevada. El invierno debutó
balcones y las mesas de las terrazas de como una estrella altiva y caprichosa
las cafeterías. que despliega su talento para arrancar
Los techos de los coches empezaban el aplauso de un público entregado.
a cubrirse de una capa, que me parecía Muchos refugiados no habían visto
de azúcar glas. Toda la calle en silencio, nunca la nieve. Los niños apenas
con los vecinos asomados a los cubiertos por harapos, temblando
cristales, viendo el espectáculo. de frío, salieron a tocar aquella lluvia
Era un domingo, con olor a café y a blanca y fría que caía del cielo. Sus
tostadas recién hechas. ojos, a menudo tristes, se llenaron con
Todos, en casa, teníamos ganas de la ilusión de descubrir algo mágico. Los
que acabara de nevar, para poder así, adultos al principio reacios, terminaron
bien abrigaditos, antes de la hora de la por unirse a aquel festival iniciático.
comida, darnos un paseo por la blanca Las bolas de nieve volaban de un lado
ciudad y los, aún más blancos, parques. a otro sin hacer distinciones, las risas
Había ambiente de fiesta y, sin serlo se propagaron como un incendio que
todavía, de mañana de Navidad. arrasa de felicidad el lugar por donde
Mi madre se quejaba de que la ropa, pasa. En el campamento nadie pensó
en el tendedero, se le había quedado que cuando volvieran a las tiendas de
como el cartón de dura, pues anoche campaña no habría ni ropa de cambio,
había lavado y todavía no estaba seca ni calor para secarse y mucho menos
esta mañana. una ducha para lavarse. Aquel día
Era la primera vez que yo, a mis cinco un manto blanco tapó la miseria de
años, veía la nieve, aunque mi padre quienes han perdido todo.
me decía que siendo más pequeña
también había vivido una nevada, pero ANNABEL GÓMEZ
claro, yo de eso no me acordaba.
Salimos, bien abrigados a acudir al
espectáculo, tanto me emocioné que
cuando llegamos a la altura de Paseo
de Oriente, me solté de mi padre,
echando a correr. Tan deseosa estaba
de abrazar y disfrutar aquella novedad,
que tropecé y me estampé contra el
suelo, llenándome toda de nieve.
Me llovió una buena reprimenda de mi
padre, pero ¿sabéis qué?: yo estaba
tan feliz de verme tan blanca que ni me
enteré.
ANA SÁNCHEZ

24 | revista literaria
ENTREINICIOS

Por la mañana, después de las 10 llegó que, si cuajaba la nieve, bajaríamos


la nevada que ya esperábamos por más tarde a jugar y haríamos un gran
anunciada, aunque no sospechábamos muñeco. La oferta les pareció muy
que fuera tan exagerada, pues ni los guay y se pusieron a jugar.
lugareños más longevos recordaban A mí no me gusta la nieve. Seré
otra igual, y sus consecuencias fueron más precisa: no me gusta el paisaje
una prueba de supervivencia. nevado. Tal vez sea debido a que viví
Jamás había imaginado que se mi infancia en un lugar en que nevaba
produjeran tormentas de nieve en a menudo y copiosamente, claro que
invierno, con relámpagos y truenos, también llovía muchísimo, y la lluvia
semejantes a las que suceden en me gusta. Tendría que profundizar
verano. un poco más en el porqué de este
Cuatro días con cuatro noches nevó sentimiento.
sin parar, cuatro días sin electricidad, ¡Qué arrepentida estaba de la
sin medio de calefacción, y menos promesa que había hecho hacía solo
mal que teníamos una cocina mixta un momento!
y disponíamos de gas y podíamos Me quedé mirando por la ventana, con
cocinar y calentar agua para el aseo la esperanza de que dejara de nevar.
y para bolsas con las que combatir un Los copos caían cada vez más de prisa
poco el frío. y más grandes, y se deshacían como
La primera asistencia nos llegó seis días bolas blandas y deshilachadas. Ya no
después por un camión del ejército que se distinguía el césped del cemento,
nos llevó pan y alimentos básicos. los dos habían perdido su identidad
Han pasado más de 40 años, pero este bajo el uniforme de la fría y blanca
episodio sigue fresco en mi memoria capa.
entre otras vivencias no menos La nevada se empleó a fondo y no
inolvidables del breve tiempo que me quedó más remedio que cumplir
permanecí en un pueblo, al pie de la lo prometido. Bajamos a mediodía
sierra de Aizgorri. con bufandas, gorros, guantes,
anoraks, mucho jaleo e impaciencia.
No éramos los únicos, otros chicos
GLORIA POZA con sus padres disfrutaban de este
inesperado regalo; participé como
una más en lanzamiento de bolas,
Por la mañana, poco después de las patinazos, risas y, cómo no, en la
diez, llegó la nevada. Durante toda creación de un gran muñeco de nieve.
la semana habían estado anunciando Lo pasamos muy bien. Sí, yo también
probables nevadas en la zona y, cuando me divertí, pero me sigo quedando
ya parecía que se había quedado en con un paisaje recién lavado, donde
un pronóstico fallido, el sábado, a la cada planta, cada árbol brillan como
hora del desayuno, mientras hacíamos recién estrenados, a ese otro donde
planes para pasar el día, nos sorprendió todo es monótono y equívoco
a través de los ventanales. Los niños
© Pixabay from Pexels

estallaron de alegría y, de inmediato, SOCORRO GONZÁLEZ


ya supe cómo íbamos a pasar nuestro
día de ocio.
Logré tranquilizarlos, prometiéndoles

entrelíneas | 25
ENTREINICIOS

Por la mañana, poco después de las diez, llegó la nevada y Teo mira desde la ventana
de su habitación la caída ligera de los copos de nieve. “En menos de una hora quedaremos
incomunicados por unos días”. Las pequeñas porciones blancas van posándose dócilmente
sobre las ramas de los árboles, vistiéndoles con sus gélidos ropajes. Los tejados de las
casas dentro de poco también se encontrarán cubiertas por el blanco manto. El invierno ha
llegado como siempre, de golpe.
La puerta de la casa de enfrente se abre y sale la pequeña Sara. Con sus dos añitos inunda
la calle de risas. Es la primera vez que es consciente de la nieve. El invierno pasado su
madre la sacaba en su silla de paseo, enfundada en un buzo rojo y cubierta con el protector
de plástico. “No creo que disfrutara mucho del paseo”. Pero hoy ha salido feliz, mirando
hacia el cielo con la boca abierta, intentando comerse los copos de nieve.
–Mira mamá, me los como. Me hacen cosquillas en la cara. ¡Qué fría está la nieve, mamá!
–Parlotea con su media lengua mientras Alicia, la madre, graba todos sus aspavientos con
el móvil– Mamá, mamá, quiero hacer un muñeco de nieve.
–Todavía tiene que nevar mucho rato para que podamos hacer el muñeco. Pero no te
preocupes. Saldremos mañana, que habrá un buen montón de nieve y haremos un muñeco
con su nariz de zanahoria y ojos de botón.
La niña aplaude divertida.
–Y le pondremos la bufanda del abuelo Pepe para que lo vea desde el cielo.
Su madre sonríe triste la ocurrencia. Mira hacía la casa de enfrente y descubre a Teo tras la
ventana. Levanta la mano para saludarlo, coge a la pequeña de la mano y se introduce de
nuevo en la casa.
Teo vigila, siempre vigila desde su ventana. Ellas son la alegría de los monótonos días de un
viejo anciano que espera.

CARMEN SERRANO

26 | revista literaria
Después de una larga
e infructuosa espera,
me he decidido a
escribirte

D
espués de una larga e infructuosa mucho y espero que tú me sigas queriendo
espera, he decidido escribirte, tanto como siempre, pero si ya no es así, sé
a pesar de todas las promesas franco; me apenaría mucho que el concepto
que a mí misma me había hecho. que tengo de tu persona se viese empañado
Sí, me había prometido comportarme con por un comportamiento cobarde..
total indiferencia, como si la ausencia de Afectuosamente,
tus cartas no me importara en absoluto.
No te sorprendas, tú sabes muy bien que SOCORRO GONZÁLEZ
esta manera de proceder es la que nos
inculcan a las muchachas, no vaya a ser ESPERO
que los jovenzuelos como tú os creáis que
nos morimos por vosotros. Hacerse valer, Después de una larga e infructuosa espera,
nos recuerdan constantemente nuestras me he decidido a escribirte. No sé nada de ti
madres y abuelas. Pues ya ves, yo no sigo y no sé si es porque no te llegan mis cartas,
esas recomendaciones, no creo que hacerse si no te las dan o… No quiero, en realidad,
valer sea incompatible con aclarar las cosas. pensar en el motivo.
Querido, en mi última carta te pedía Tal vez, no sé, te da vergüenza la situación.
disculpas por mi torpeza y actitud pueril y Solo te pido, padre, que cuando llegue el
no voy a ocultarte que esperaba anhelante momento no hagas como si nada hubiera
tu respuesta. ocurrido. Desapareciste de nuestras vidas
Tal vez, la opinión que tengo de ti es sin previo aviso y cuando por fin vuelves a
totalmente errónea, pero me cuesta aceptar aparecer…
que así sea, por eso quiero creer que algo No vuelvas a dejarnos en la ignorancia. Sí,
ajeno a tu voluntad, deseo que no grave, ya sabemos dónde estás y accediste a
sea el motivo de tu silencio, o, que por escribirnos unas líneas, más bien escuetas,
© Ruvim Minsanskiy from Pexels

alguna causa que no puedo explicarme, no pero no me quejaré.


hayas recibido mi carta. Si esto último es No quiero repetirme para no cansarte, solo
la razón de tu mutismo, no me satisface en espero que estés bien. ¿Cómo no voy a
absoluto, porque significaría que a ti no te ha desear eso? Pero también espero noticias
inquietado el mío. tuyas. Y no soy la única.
Como no sé qué es lo que pasa, no voy a
seguir haciendo suposiciones, solo te diré RUTH OBIAMO MOICHÉ
que mis sentimientos por ti siguen siendo los
mismos. Sabes que te quiero, que te quiero

entrelíneas | 27
ENTREINICIOS

Después de una larga e infructuosa espera, Me despido ya, perdonándote y deseando


me he decidido a escribirte que encuentres la felicidad, pero esta vez,
No es nada fácil lo que voy a decirte. Lo he por favor, no la desperdicies, ni la pisotees,
estado pensando durante mucho tiempo. sino valórala como se merece.
Largas noches de insomnio, falta de apetito Tuya nunca más....
e incluso he dejado de salir a la calle, salvo ANA SÁNCHEZ
para trabajar o comprar algo al mercado.
Pero, ya no puedo aplazarlo más. Si esto se
alarga, me volveré loca. Y no solo yo. Me
imagino que tú también estarás harto de esta Después de una larga e infructuosa espera
incógnita, que ya está durando demasiado. me he decidido a escribirte: y no sé por
Una mañana de marzo, cogí las maletas y me qué, ayer dediqué todo mi tiempo y amor
fui. Así, sin avisar. Dejé la casa, te abandoné en preparar la más romántica cena.
a ti y abandoné a mis hijos. Se me fue desinflando la ilusión a medida que
Solo se decir: “No sirvo”. pasaban las horas, perdió las hojas la flor de
No sirvo para cuidar una casa. No sirvo para mi cabello, se me secaron las lágrimas y ya
aguantar a unos niños que, cuando intento cuando apuntaba el alba y se apagaron las
regañarles, su padre me quita la razón y la velas, mi dolor se transformó en ansiedad,
autoridad. Por eso ellos te preferían más a que solo calmé “como siempre” comiendo;
ti que a mí. comí y comí, frío, seco, asqueroso, acabé
No sirvo para decir sí a todo. con todo.
Así que yo era la mala, la desconfiada, la Así que no vuelvas, porque además de
huraña, la mentirosa. cabreada estoy más gordaaaaa, adiós para
La que le caía mal a tu madre... y al resto de siempre.
la familia. Sin contar tus amigos, que venían
todos los domingos, para echar la partida y CARMEN SAGRADO
que yo les sirviera de camarera.
Ahora estoy en paz. La paz que me
proporciona un piso pequeño al lado de Después de una larga e infructuosa espera,
la playa y un trabajo de recepcionista en me he decidido a escribirte:
la consulta de un dentista. No me da para No me mueve a ello la nostalgia de
muchos lujos, pero vivo con lo suficiente. la amistad que compartimos, sino la
No temas. No te estoy pidiendo dinero. necesidad de recuperar el préstamo que
Hace dos años gocé de una soledad elegida, te hice para satisfacer tus deudas, dado tu
cuando con vosotros, con vuestra compañía, olvido e ingratitud. Ayuda que solicitaste y
estaba más sola todavía. prometiste devolverme cuando llegaras a tu
Dile a nuestros hijos que los quiero. Que destino.
cuando estén preparados para no juzgarme, Ha pasado demasiado tiempo y no creo
yo les daré mi dirección, que ahora no figura que te haya sucedido alguna desgracia
en esta carta, pues la que ahora doy, es falsa. que justifique tu silencio, pues me hubiera
Entonces los acogeré con todo el amor que enterado, sino más bien tu indiferencia e
les di siempre, pero que nunca entendieron ingratitud.
ni supieron comprender. Por tanto, procede a su reembolso inmediato
Ahora a mi lado tengo, por fin, a una persona o recurriré a medidas más expeditivas.
que me quiere como soy. Que se unió a mi Quedo a la espera de tus noticias.
sin hacerme preguntas, sin juzgarme, aun
sabiendo lo que hice y cómo lo hice. GLORIA POZA
A él no le he ocultado nada.

28 | revista literaria
LA FAMILIA

Después de una larga e infructuosa espera,


me he decidido a escribirte a escondidas,
a pesar de la oposición de mis amigos y
familiares. Mi motivo principal es poder
recibir una explicación acerca de tu huida. El
momento más duro no fue comunicar a todos
nuestros invitados que la boda se suspendía,
lo peor fue volver a casa sola, quitarme el
vestido, la liga azul, los pendientes que me
regalaste, las cien horquillas del dichoso
moño y meterme en la cama sola. La misma
cama que me ha visto pasar innumerables
horas desde que desapareciste, la misma
almohada a la que he consultado todas las
posibles causas de tu abandono. He pensado
tanto, analizando cada palabra, cada
situación, cada mirada, que mis conclusiones
han sido sorprendentes. Necesito de verdad
ponerme en contacto contigo. Nadie de mi
entorno parece triste por mí, al contrario,
nunca había visto a mis padres tan solícitos
y amables, por no hablar de mis hermanos,
que prácticamente no me hablaban desde
que empecé a salir contigo, ahora son
encantadores. Cuando supieron que eras
policía, especialmente ellos, se pusieron muy
nerviosos. Intentaron por todos los medios
boicotear nuestra relación sin éxito. Un día,
de repente, dejaron de oponerse. Me temo
que tenían planes para ti... Contemplo todos
los escenarios posibles: desde el chantaje
hasta el asesinato, no descarto ninguna
circunstancia por inverosímil que parezca.
Voy a hacer que te llegue esta carta como
sea, ahora es mi objetivo prioritario. Necesito
saber que estás bien, y si fuera posible
sácame de aquí, te lo suplico.
© Elijah O’Donnell from Pexels

ANNABEL GÓMEZ

entrelíneas | 29
ENTREINICIOS

La vida no es un
ensayo

L
a vida no es un ensayo, hijo mío, Como salí yo, tu padre, que nadie me
es una lucha día tras día y muy regaló nada. Madrugando, día tras día,
escasas veces hay “segundas desde muy joven, para ir al trabajo y, con
oportunidades”. ayuda de tu madre, llegando apenas a fin
Pierdes el tren y lo pierdes para siempre. de mes, sacando adelante tres hijos.
Si viene otro, por favor, intenta no Ahora te toca a ti.
“cagarla” esta vez. ANA SÁNCHEZ
Habrás oído muchas veces “sin esfuerzo,
no hay recompensa”, pero a todos haces
oídos sordos. Tienes que ganarte cada
logro; cada paso, que sea para avanzar, Monólogo de madre psicóloga y
si no, más vale quedarte parado y no desesperada
retroceder.
A tus veinte años, tengo que dejarte que ¡La vida no es un ensayo! –le chilló la
camines solo. No te hago ningún favor si madre a su hijo adolescente–. No es
continúo llevándote de la mano. Así no como ensayar un bailecito de esos de
aprenderás a vivir. Pertenecerás a esta los tuyos que luego cuelgas en TikTok
generación que llaman “perdida”, que se o en “Insta”. Ahí dices: ¡Uy, me he
ha encontrado con todo hecho, que no equivocado, vamos a empezar otra vez!.
ha luchado por nada y que espera que le Eso, no pasa en la vida, porque todo
caiga el maná del cielo. tiene consecuencias, ¿sabes? No puedes
Eso no es así. decir, voy a probar esto, a ver qué pasa
Tu vida no puede ser botellones, y, luego, si te sale el tiro por la culata y
“okupaciones”, “papá, dame esto, hazme te pega en la frente, no puedes hacer
aquello, yo hago lo que me da la gana, no retroceder esa bala y empezar de nuevo,
me mandes...”. como si nada hubiera pasado. ¡En la vida,
Y yo digo.... ¡NO! ¡NUNCA MÁS! hijo, no hay tomas falsas, ni especialistas
Porque si sigues así, ¿qué le dejarás a tus que se juegan el cuello por ti! Eres tú,
hijos si alguna vez, porque es ley de vida, siempre tú, el protagonista, el guionista
los traes al mundo? ¿Un cazo para pedir? y el director; pero, sin posproducción. No
Yo aquí me planto. Te quiero mucho y hay retoques, ni efectos fabulosos. Ya sé
siempre te querré, pero coge tus bártulos, que Montessori dice que aprendemos por
vete de casa y sal adelante tú solo. ensayo y error; ¿quién puede rebatir eso?
Como salió tu abuelo después de una Pero estás en la adolescencia, que, según
Guerra Civil y una posguerra. Piaget, es el estadio de las operaciones

30 | revista literaria
ENTREINICIOS
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abstractas, donde explica, claramente, que somos capaces de predecir un resultado sin tener
que comprobarlo. ¡Oye, mírame cuando te hablo! Bueno, como conclusión, que como te
metas en la boca algo que no debes, te quedas un mes sin salir, sin móvil y sin paga. ¡Hala,
ya puedes marcharte!

BLANCA DE LA TORRE

La vida no es un ensayo: no tiene reglas, tiene avatares impredecibles, no puedes elegir tu


destino al nacer, nada garantiza tu devenir.
Podrás intentar dominar ciertos aspectos que quizás dependan de ti y creerás que realizar
tus sueños será fácil, craso error.
Si fueras afortunado de haber nacido en un seno adinerado que te proporcionase todas las
posibilidades, tendrías que contar con tus capacidades porque podrías ser un zote.
Ni te cuento ya si nacieses en una familia humilde y ya desde muy crío tuvieses que buscarte
los garbanzos para ti y tu familia enferma y desamparada, y no hablemos de cruentas guerras
que destruyen todas las esperanzas de progreso y vida.

CARMEN SAGRADO

entrelíneas | 31
Por más que el jinete
trataba de sofrenarlo

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32 | revista literaria
P
or más que el jinete
trataba de sofrenarlo,
el caballo más se
encabritaba. Resoplaba
arqueando el lomo. Hincando
firmemente los cascos delanteros
en la arena, levantaba la grupa
tensando cada músculo bajo las
piernas del desbravador con la
noble intención de librarse de él.
El hombre con habilidad tensa
presionaba sus rodillas al lomo
del animal. Procuraba mantener
sus pies bien agarrados en
los estribos. La mano derecha
tensaba las bridas sobre la cruz
del caballo, mientras la izquierda
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golpeaba el aire al ritmo de las


embestidas del cuadrúpedo y así

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mantener el equilibrio.
Hombre y animal en una lucha
salvaje por la supremacía que
podía acabar con el jinete
rodando por el suelo, o con
el caballo domado de puro

“Al
agotamiento.

CARMEN SERRANO

CONTIENDA fin y al cabo,


Por más que el jinete trataba de tan solo era un
humano.
sofrenarlo, el dragón, cegado
por la sed de sangre y enaltecido
por la batalla, no hizo caso y
se lanzó de lleno con las garras
extendidas y prestas para lanzar
su mortífero aliento. Los dragones
se enzarzaron en una sangrienta
Por más que el jinete trataba Y volvió a su casa a cambiar
lucha que dejó la superficie de
de sofrenarlo… el estruendo del su ropaje mojado y darse una
la tierra mojada con los fluidos
trueno sumado al relámpago tregua para una decisión tan
vitales que caían del cielo. El
que lo precedió, asustaron a trascendente.
jinete, intentando sujetarse a las
la cabalgadura que salió de No podrán decir que me
córneas crestas, perdió agarre e,
estampida frenándose en seco al arrepentí, fue la tormenta única
irremisiblemente, cayó al vacío.
llegar al río, y el jinete en unidad responsable de que revocara mi
Los dragones siguieron su
con su montura, se precipitaron cita aplazándola sine die.
particular y brutal contienda
en la corriente.
sin que ninguno de los dos se
Mal comienzo, se dijo cuando GLORIA POZA
enterara. Al fin y al cabo, tan solo
consiguió alcanzar la orilla, para
era un humano, mucho menos
iniciar un ritual que conduciría al
que un insecto.
desposorio, sin duda ha sido un
aviso del cielo.
RUTH OBIAMO MOICHÉ

entrelíneas | 33
ENTREINICIOS

Por más que el jinete trataba de sofrenarlo tirando fuertemente con una mano de las riendas,
al mismo tiempo que sujetaba con la otra a la pequeña que llevaba sentada delante, el animal
continuó con su inquieto y apresurado trote, entre rebuznos y agitados movimientos de
cabeza.
La chiquilla se sentía feliz saltando entre retamas blancas y tojos amarillos, pero en unos de
los brincos desbocados del asno, se desprendió de la mano que la sujetaba y, deslizándose
como por un tobogán entre las orejas del burro, fue a caer sentada en la mitad del camino.
Todo lo que hasta ese momento había sido alegría y alboroto, se volvió en lloros y berridos,
más por el susto que por el golpe. Y fue, precisamente ese incidente, lo que hizo que aquel
extraño viaje jamás se borrara de su memoria, aunque solo contaba tres años.
Después de vencer muchas reticencias y principios religiosos, sus padres decidieron seguir
los consejos de la más vieja del pueblo. La niña no comía. Metía la comida en la boca y lloraba
diciendo que no podía tragarla. Siempre había comido con apetito y de todo; aquello los
tenía desbordados. Envidia, mal de ojo, había dicho la mujer. Una buena vecina se ofreció a
acompañarlas y a prestarles el burro para que fueran a ver a la santera. Y allá se fueron, la
madre con la niña y el burro con su dueña.
La santera cogió sus santos y empezó a santiguar con ellos a las dos mujeres y a la niña, al
mismo tiempo que musitaba sus oraciones. Cuando acabó, le dijo a la madre que se había
dado cuenta de que ella no creía en lo que estaba haciendo, pero que no importaba, que
mandara celebrar unas misas por una persona que había fallecido recientemente en la familia.
La niña ya estaba curada.
Le dieron la voluntad, que no debió ser mucha, porque aquellos eran muy malos tiempos y
la niña, que ahora ya es vieja, nunca más perdió el apetito.

SOCORRO GONZÁLEZ

Por más que el jinete trataba de sofrenarlo, el caballo seguía galopando, como si no hubiera
un mañana.
Él tiraba de las bridas, con toda la fuerza que era capaz. Le clavaba las espuelas, haciéndole
sangre. Sabía que la bestia tendría que sentir dolor y el calor de su sangre saliendo de las
heridas infringidas, por las espuelas de su amo, y ni aun así, hacía por detenerse.
Pasó el valle, la vaquería, sorteando todo obstáculo que se le ponía por delante: ramas,
rocas... Su ímpetu por avanzar era sorprendente.
Al llegar al caserío de la ensenada, se detuvo y como un perro, su puso a oler el aire.
Sorprendido, a la par que curioso, sin tratar de detenerlo, pese a ir más despacio, su dueño
se dejó llevar.
Cuando descubrió que al fondo, tras una valla, escondidos dentro del corral, estaban una
yegua y su potrillo recién nacido.
Esa misma mañana, se lo habían vendido y así adivinó, tristemente, que el viejo amo, sin
ningún pudor, lo había separado de su familia.
Descabalgó, y lo condujo hasta ellos. El animal se dejó llevar de su mano, acercándose, ya
más tranquilo y acabó desplomándose, todo lo grande que era, a su lado.

ANA SÁNCHEZ

34 | revista literaria
OJOS VERDES
Por más que el jinete trataba de sofrenarlo aquel
caballo se mostraba indomable. De nada servían
las palabras cariñosas ni las caricias que nunca
llegaban a su destino. El dueño empezó a maldecir
el día en que se gastó todos sus ahorros en
adquirir lo que a su juicio no era más que una bestia
salvaje. Se dejó guiar por el impulso irracional de
una niña caprichosa y ahora estaba arrepentido.
La muy ilusa piensa que será capaz de montarlo
algún día. Vamos a ver si se atreve a acercarse. Al
parecer está decidida a ayudarnos .Ahí está, salta
la valla, se aproxima lentamente al potro sin parar
de hablar. Le llama “Honey”, bonito nombre para
un ser tan salvaje. Mi nieta es muy valiente, segura
de sí misma para ser una adolescente, eso juega
a su favor, pero temo que a la primera coz saldrá
corriendo, sin embargo, aunque el corcel retrocede
agitando sus crines, ella le sigue con pasos muy
cortos, susurrando su nombre recién adjudicado.
Cuando al fin puede mirarle a los ojos, el caballo
se queda como petrificado. Durante cinco largos
minutos ninguno de los dos se mueve. Candela
extiende su mano pese al reparo inicial y le acaricia
sin dejar de sostener la mirada. El animal no solo
se deja acariciar, sino que baja la testuz en señal
de aceptación hacia su amazona. En ese momento
siento un orgullo inmenso. Sin duda es una digna
heredera de su difunta madre, no hay ser capaz de
resistirse a esos preciosos ojos verdes.

ANNABEL GÓMEZ

© Perchek industrie from Pexels

entrelíneas | 35
ENTREINICIOS

Vine a Comala por


que me dijeron que
acá vivía mi padre

COMALA
Vine a Comala porque me dijeron
que acá vivía mi padre, y como
yo no me pienso las cosas,
en menos de una semana ya
paseaba por tan singular lugar.
En mis vagabundeos me topé
con gente maravillosa y descubrí
a los indígenas que absorbieron
mi interés y me enamoré de su
belleza, su cultura…, y el recuerdo
de mi padre quedó relegado
al último lugar de mi lista de
prioridades. Poco a poco me
olvidé del porqué de mi viaje.
Muchos años después, teniendo
mi cabello más hebras grises que
morenas, la anciana de la tribu,
que debía de sobrepasar los cien
años con facilidad, me habló de
un extranjero que llegó, al igual
© George Desipris from Pexels

que yo, movido por la curiosidad


y, al igual que yo, se quedó y
no volvió a marcharse, salvo su
espíritu cuando su cuerpo dejó
de vivir.
Me habló largo y tendido de ese
extranjero, que resultó ser mi
padre. Sí, ya por fin descubrí el
motivo de su desaparición.

36 | revista literaria
ENTREINICIOS

Pasados los años, seguro que el


hijo que dejé en mi tierra, seguirá
los pasos que dejó su padre y
antes que él, su abuelo.

RUTH OBIAMO MOICHÉ

Vine a Comala porque me

© Pritam Kumar from Pexels


dijeron que acá vivía mi padre y
tan grande fue el golpe que la
noticia me produjo, que todos
los razonamientos y juramentos
que me había hecho a lo largo
de mi vida, se desbarataron
en un instante. No fue que, de
repente, me naciera la ilusión de
estrechar lazos paternos filiales;

sigo despreciando con la misma morir mi madre, se apoderó de


fuerza de siempre a quien de mi un pequeño tesoro que mi abuela
renegó sin siquiera conocerme, me había dejado en herencia, y
pero, un día, caí en la cuenta con lo que, según las habladurías,
de que hay cosas a las que un ha emprendido negocios y
hombre tiene que alguna vez amasado una fortuna.
hacer frente, y no hacer como si No me mueve pues el apego
no le importaran. Lo comprendí sentimental, y poco la curiosidad,
el día de mi veinte cumpleaños, sí el interés por recobrar lo que en
cuando mi madre me confesó, justicia me corresponde; porque
con cierto pesar que le noté en la no es de ley que yo viva en la
mirada, que yo era el vivo retrato miseria y él en una opulencia a mí
de mi padre. Estas palabras me debida.
alborotaron los sentimientos y la ¿Y si no fueran ciertos los
cabeza y, desde entonces, no he rumores y estuviera tan pobre
dejado de cavilar en que ya era como me dejó? Entonces pegaría
hora de vernos frente a frente media vuelta y cargando con mi
como dos hombres. Y por eso, maleta, más llena de agujeros
cuando oí que estaba en Comala, que de trapos, desandaría el
vine a buscarlo, para darme el camino, que el amor filial lo perdí
gusto de ver su espanto cuando junto con el legado de mi abuela.
me plante ante él y no tenga más
remedio que verse en mí. GLORIA POZA

SOCORRO GONZÁLEZ

Vine a Comala porque me dijeron


que aquí vivía mi padre: tiene
cuentas que rendirme, porque al

entrelíneas | 37
ENTREINICIOS

VINE A COMALA PORQUE ME DIJERON QUE ACÁ VIVÍA MI PADRE. Tardé unas semanas
en tomar la decisión de salir en su búsqueda. Primero tuve que asimilar la pérdida de mi
madre. Mujer extraordinaria que nunca emitió una mala palabra sobre el hombre que nos
abandonó cuando yo apenas contaba dos años de edad.
Metí en una mochila lo que creía que iba a necesitar y me embarqué en un viaje cuyo final
me pareció incierto. Desconocía si aún vivía pero no me importaba. Bailaría sobre su tumba.
Nunca pensé lo que realmente encontré al cruzar el puente y tener frente a mí la casa donde
supuestamente mi padre había vivido los últimos treinta años. Lo encontré sentado a la
sombra de un árbol. Un hombre diminuto y frágil tomando el sol que las ramas dejaban pasar.
Observándole la ira acumulada durante todo este tiempo se disipó. Me dispuse a volver
sobre mis pasos porque nada tenía sentido ya al ver a aquel anciano esperando la muerte. El
invisible hilo filial que nos unía hizo que volviera su rostro hacia donde yo permanecía inmóvil,
y fijó sus opacos ojos sobre mí.
–Te esperaba. Hace tiempo que anhelo verte cruzar el puente. Como ves mis ojos se han
cansado pero mi corazón se ha negado a claudicar. Ahora moriré tranquilo.
–Si tanto me añorabas ¿por qué no volviste a casa?
–No tenía nada que ofreceros. Salí buscando mi lugar en el mundo para entregarlo a las dos
personas que más me importaban. No lo encontré. Mis manos vacías no eran suficientes.
Me arrodillé junto a él como si fuera un niño, deseando volver a mi infancia y recuperar a mi
padre, y aferré sus manos.
–Se hubieran llenado con las mías.
–Preferí ser el padre ausente y odiado, antes que el padre presente pero también odiado. El
amor necesita de medios donde sustentarse. Mi ausencia me ha hecho más presente en tu
vida, aunque no lo creas. Ahora estás aquí acompañándome en mi tránsito. Lo contrario te
hubiera llevado a irte de nuestro lado y, probablemente, tu madre y yo hubiéramos muerto
en soledad.
Sonrió, apretó mis manos y se fue a su lugar en el mundo.

CARMEN SERRANO

VINE A COMALA PORQUE ME DIJERON QUE ACÁ VIVÍA MI PADRE.


Todo el trayecto en el tren, estuve muy nervioso. iba por fin a encontrarme con un hombre
que nos abandonó a mi madre y a mí cuando apenas contaba con tres años de edad.
Nunca nos escribió ni unas letras, nunca más supimos de él.
Mi abuela, que vivía con nosotros, siempre lo defendía. Nos echaba toda la culpa a nosotros
dos.
Mi pobre madre, a pesar de que nunca se llevó bien con su suegra, ni le replicaba, y la cuidó
y alimentó hasta que falleció, hace ya cinco años.
A mis 16 años de edad, ayer enterré yo a mi madre. Alguien, teniendo compasión de mí y
sabiendo que no tenía a nadie más en el mundo, me dio unas señas. Eran las de mi padre.
Y aquí estoy. Frente a una casa de ladrillo rojo, con su puerta verde, su césped bien cuidado,
su porche con una mesa de exterior y seis sillas, y a un lado, según miro a la derecha, un
columpio y juguetes dispersos por el jardín.
Me asomo a la ventana. Nadie se percata de mi presencia.

38 | revista literaria
ENTREINICIOS

Lo que veo es una escena encantadora. Un padre, una madre, dos niños pequeños...
Tranquilos, felices, con sus risas alegres y confiadas, como música de fondo. La familia que
nunca tuve estaba ante mis ojos.
Y allí estaba yo, para acabar con esa paz y esa felicidad.
Me imagino presentándome ante él, mi padre. Él sorprendido al principio, negándolo todo,
por no perder a su perfecta esposa, diez años menor que él. Sus hijos, escuchando en
silencio, delante de su “supuesto” hermano mayor.
La policía que viene a echarme de allí a patadas.
Su mujer con la duda, pidiéndole cuentas y él huyendo de nuevo, dejando a esos dos niños,
como a mí, en la estacada.
Desde que él huyó de nosotros, nos hemos manejado más mal que bien, pero salimos
adelante.
Ahora, tengo dudas. ¿Qué voy a ganar con esto?
Ese hombre y yo somos unos completos desconocidos.
Después de sopesar los pros y los contras, decidí volver por donde había venido. Aceptaría
el trabajo que me ofrecieron en la tienda de D. Cosme, el tendero, que siempre nos ayudó
cuando las vacas flacas y que se portó como un padre, reuniendo el dinero, junto con varios
vecinos del barrio, para pagar el entierro de mamá.
Les mentiré. Les diré que, cuando encontré la casa, me dijeron que había muerto. Eso es casi
verdad, pues lo estuvo todos estos años.
Y empezaré de nuevo...
ANA SÁNCHEZ

PRINCIPIO O FIN

Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre. En su lecho de muerte mamá
por fin confesó algo que yo sospeché siempre: aquel tipejo con el que vivíamos no era mi
progenitor. A cualquier chico de mi edad la noticia le habría sumido en una profunda tristeza,
sin embargo, yo sentí un gran alivio al tener la certeza de que mis genes no provenían de
aquel desalmado. Tampoco sentí profundamente la muerte de mi mamá. A fin de cuentas,
llevaba años postrada en la cama y era yo quien tenía que ocuparme de atenderla. El mismo
día del entierro cogí mis escasas pertenencias, un poco de dinero ahorrado y me largué
para siempre de ese pueblo. Vine caminando desde muy lejos con una foto que mamá me
entregó para que pudiera reconocerte y el nombre de esta aldea escrita por detrás en
una dedicatoria. Sin duda eres tú. No necesito explicaciones ni te voy a hacer reproches;
solo quiero saber si esto va a ser otro final más en mi vida o puede ser un comienzo, todo
depende de ti…

ANNABEL GÓMEZ

©Pixabay from Pexels

entrelíneas | 39
Querido León:
no hagas caso de mi
carta de ayer

40 | revista literaria
ENTREINICIOS

Q
uerido León: No hagas caso y por criada. Sin embargo, gracias a su
de mi carta de ayer, no intuición e inteligencia he abandonado la
contiene más que una sarta de idea de quitarme la vida. Ella me trajo los
estupideces de una impaciente y documentos que demostraban la estafa
atolondrada que no ha sido capaz de esperar urdida por ti durante tanto tiempo. Siempre
a leer la tuya hasta el final. Ojalá que, por desconfió de tu actitud. Simplemente esperó
alguna misteriosa razón, todavía no la hayas a tener las pruebas para decírmelo. Casi
recibido. Si es así, te lo ruego, cuando llegue llega tarde, por fortuna no fue así. Olvida
a ti, rómpela sin abrirla. ¿Harías eso por mí? Es mi nota. Ahora quiero vivir al menos los
tal la vergüenza que siento que no he podido mismos años que tú para comprobar cómo
dormirme. Son las tres de la madrugada y te pudres en la cárcel mientras yo resurjo de
me he levantado para escribirte estas líneas; mis cenizas, dispuesta a disfrutar del dinero
me es imposible esperar a que amanezca. que tú intentaste robarme y de mi vida que
¿Ves? Soy una impaciente incorregible. llegaste a destrozar. Por último, no olvides
Si ya la has leído, espero que tú, que tanto me nunca destruir los documentos antes de
conoces, puedas ver que toda esa retahíla tirarlos a la papelera.
de reproches no son más que excusas ANNABEL GÓMEZ
que intentan ocultar la desilusión que me
invadió cuando leí que te ibas a Lisboa sin Querido león: no hagas caso de mi carta de
mí. Si hubiera leído hasta el final, no lo dudes, ayer. Me había tomado unos cuantos chatos
habría comprendido tus razones, aunque me en la taberna y estaba un poco bebido. En
doliera no acompañarte. Nuestra promesa realidad, muy bebido. Sino de qué voy yo a
de no volver jamás a Lisboa el uno sin el otro decir que estoy enamorado de ti hasta las
se va a romper, pero jamás sucederá con el trancas.
amor que te tengo. Olvídalo todo. Ya sabes que yo soy todo
Prométeme que, entre conferencia y un hombre que se viste por los pies, faltaría
conferencia, sacarás algo de tiempo y, como más. No sé qué pudo pasarse por mi cabeza.
si yo estuviera a tu lado, deambularás por las Sí, lo sé, el vino peleón del Troncho.
mismas calles, te detendrás para tomar una
bica en los mismos cafés de la Rua Augusta, CARMEN SERRANO
¡ah!, y una ginjinha en la plaza del Rocío.

León, amor mío, disfruta del viaje, y no te Querido León: No hagas caso de mi carta
olvides de traerme algún “presente”. de ayer, pues estaba muy alterada y volqué
sobre ti mis desdichas. Aunque, como sueles
Un montón de besos y un abrazo fuerte, decir tú, para eso están los amigos. Pero,
fuerte. León, no solo fuimos amigos y supongo que
hay cosas que no se pueden decir o, por lo
SOCORRO GONZÁLEZ menos, no es lo correcto. Te habré puesto en
un aprieto seguramente, así que, olvídalo…
La fiscalía no tiene por qué enterarse.
Querido León:
No hagas caso de mi carta de ayer. RUTH OBIAMO MOICHÉ
Afortunadamente alguien llegó en el
momento oportuno con la información
precisa para hacerme desistir de mi decisión
de abandonar este mundo ¿Cómo siendo
tan frío y meticuloso no reparaste en la
presencia de Teresa? Sencillamente porque
la subestimaste doblemente, por mujer

entrelíneas | 41
Querido León: no hagas caso de mi carta de ayer.
Fui tan dura contigo cuando regresaste de tu viaje de
trabajo... cuando me contaste que había consistido en un
crucero con tu jefa, precisamente el mismo que tú y yo
habíamos planeado hacer cuando nuestra economía nos
lo permitiera. No supe comprender cuál era el objetivo,
aunque me repetiste hasta la saciedad que el motivo
era promocionar vuestra empresa de restauración, que
no había salido ni un euro de tu bolsillo y que además
iban a promocionarte y ascender en el escalafón. Te
confieso que los celos me ofuscaron y no fui capaz de
comprender tus exhaustivos razonamientos.
Más tarde, ya sola en casa, tras hacerte salir con tus
maletas, hice una detallada exposición de todos tus
argumentos y comprendí que me había ofuscado la
desconfianza y que mis temores eran infundados. Por
todo lo cual, arrepentida de mi incomprensión, te envié
la carta a la que aludo ahora, otorgándote mi perdón.
Pero la noche da para mucho cuando el insomnio hace
presa de una, y a lo largo de la vigilia he sufrido varios
cambios de criterio y sacado unas conclusiones finales
que paso a detallar:
1/ Que no estoy dispuesta a ser una segundona.
2/ Que no soporto más tus mentiras y tu
inmadurez.
3/ Que se acabó ser tu cocinera, psicóloga,
economista provisora, y que conociendo tu desorden
emocional, lo más positivo es que te quedes con tu
madre indefinidamente
evitándote así las molestias de ir y venir maleta en mano,
que solo nos traerían más disgustos y desencuentros.
Da recuerdos a tu jefa de tu ex novia
© Oleg Magni from Pexels

Felina

GLORIA POZA

42 | revista literaria
E NT R E
I M ÁGEN E S
UNA IMAGEN PARA COMENZAR UNA HISTORIA

D
espacio, muy despacio. Ya queda
menos.
Pero ese trecho, el último, se hace
más pesado. Las piernas apenas
nos sostienen, las fuerzas nos fallan. Nos
paramos... Otro poquito. Ya vamos llegando.
Entonces recordamos que, tiempo atrás,
al empezar el camino, íbamos muy rápido,
tal vez demasiado, sin disfrutar del paseo,
sin ser conscientes de lo corto que se nos
estaba haciendo, creyendo que duraría para
siempre.
Vencíamos todos los obstáculos que nos
encontrábamos. Con dificultad a veces, con
más facilidad otras.

ANA SÁNCHEZ

LA LUZ AL FINAL DEL TÚNEL

¡Ay, hermoso, no me metas tanta prisa! No


ves que se me enganchan los pies en este Mi especialista de reumatología me ha
suelo empedrado. Y digo yo, para qué insistes recomendado un tratamiento en este
tanto en que me vaya hacia el agujero, con lo artilugio de su invención que, según afirma,
agustico que estaba yo en mi casa viendo la consiste en un sistema de centrifugados
novela. No tengo ningún interés en averiguar consecutivos que dejan las articulaciones
qué hay más allá, prefiero estar tranquilica en artríticas con toda su flexibilidad recuperada.
el más acá. Oye, estoy muy cansada, me voy Cómo es su propia madre quien va a ser la
a dar la vuelta, es tarde ya para la merienda. primera en someterse a tal experimento,
No me da tiempo tampoco hoy a llegar hasta permaneceré a la espera, atenta al resultado,
la luz donde me dijiste, aunque he avanzado antes de atreverme yo.
más que la última vez. No te enfades hombre, A la salida del túnel comprobaré los
ya queda menos beneficios obtenidos, y sobre los que tengo
ANNABEL GÓMEZ serias dudas, antes de decidirme.

GLORIA POZA

entrelíneas | 43
ENTREIMÁGENES

LLEGAR Hacia ellos voy. Tranquila, sabiendo que allí


Un largo camino, sí, que con gusto estoy donde no hay luz me esperan.
haciendo porque solo quiero llegar. No doy Tan solo me queda coger mi rebeca, esa, la
más de mí, todo lo que tenía se lo brindé de siempre, la más calentita, por si siento frío
a la vida y no tengo más que aportar. ¿Si en mi camino de regreso.
estoy orgullosa, decepcionada, satisfecha?
Dejadme en paz, ya en su momento me PAZ PALOMO
atormenté con esas y otras preguntas.
Llegar, tan solo quiero llegar.


RUTH OBIAMO MOICHÉ

¡Por Dios! Qué sola estoy. Se ve todo muy ¿Y cuántos


aseado y confortable; el suelo está tan
mullido que ni siento mis pisadas, más que más habrán
dormido en
andar parece que fuera volando. Espero
no perderme; sé que es en la última salida,

este colchón?
pero todavía no distingo la luz; claro, que ya
la vista me falla bastante. Cuando esté más
cerca seguro que veo el resplandor ese.
Estoy deseando llegar y, por fin, descansar.

Estoy tan cansada que solo deseo que esta


SOCORRO GONZÁLEZ
agonía cese. Oigo los sollozos de mis hijos y
siento como Lucía apoya su cabeza sobre mi
brazo y sujeta mi mano entre las suyas. Sus
¡¡Los he visto!! créeme que los he visto!! Allí
dedos largos y elegantes son inconfundibles.
estaban.
Manos de pianista, aunque la música nunca
Vinieron ellos solos. No los llamé. Eran unas
la atrajo demasiado. Ella es más práctica,
imágenes brillantes que desdibujaban la
más como su padre. Estudió económicas, y
pared blanca a la que yo miraba desde mi
ahí la tienes, directora de una sucursal del
colchón.
Santander.
¿Y cuántos más habrán dormido en este
Jesús es otra cosa. Un espíritu libre,
colchón? ¿cuántos más que, al igual que
ensoñador, feliz con su cámara de fotos
yo, luego se han ido hacía un sitio o hacia El
al cuello. Imposible no verle en cualquier
otro?, ese lugar desde el que te miran ellos,
fiesta familiar pululando de aquí para allá
desde el que te tienden la mano, desde el
inmortalizando cada gesto, cada pose, cada
que te llaman casi invocando.
conversación. Pero hoy no, ahora no. Solo
Imágenes mudas que te tienden una
llora en silencio. Nadie verá una lágrima
alfombra de plata para guiarte hacia ellos. Y
correr por su rostro pero yo siento su llanto
sí, los conoces, de siempre o de nunca, pero
reprimido en su pecho. Nunca ha podido
tienes la certeza de que los conoces.
ocultarme nada.
Y por eso, te crean la necesidad de
levantarte, coger tu bastón y perseguirlos
CARMEN SERRANO
casi con los ojos cerrados...
Hacia allá voy tumbada en mi cama,
atravesando espacios y pasillos iluminados.

44 | revista literaria
ENTREIMÁGENES

¿TÚ CÓMO ESTÁS? decirle también que, aunque me siento morir,


me dirijo en este momento al hospital para
Y tan ufana me habla de que pasarán la ver cómo poco a poco se les escapa la vida.
Navidad todos juntos en casa, como siempre, —Mi familia muy bien, gracias. Ahora, si me
pero se sumarán algunos más; que hay que disculpas, voy a comprar algunas cosillas que
entrar con alegría en el nuevo año, 1919, así me olvidé de coger para Año Nuevo.
que considera una tontería que la familia, No merece la pena.
en estas fechas tan señaladas, permanezca
separada. ¿Que cómo no va a pasar la RUTH OBIAMO MOICHÉ
Nochevieja con sus padres y los padres de
su marido, su hermana, recién casada y en
estado de buena esperanza? Los médicos —Hola querida, qué casualidad, y que suerte
están cada vez más errados con la tontería haber coincidido en la estación viajando en
esa, eso dice su marido y de eso sabe una opuesto sentido:
barbaridad, pero como hay que seguir las —¡Ay!, ¡que gracia! Seguro que adivino de
normas no será ella quien las rompa. Y que es dónde has copiado ese look.
una molestia llevar esto, mascarilla lo llaman, —Claro, del facebook como tú. De una
ya que su carmín no lo soporta. Menos mal revista llamada “Entrelíneas” que presentaba
que al menos puede ir en coche y quitársela este tapabocas sobre un globo terráqueo.
de vez en cuando, hasta que se encuentra ¿Verdad que queda super chuli?
con alguien y por deferencia, por supuesto, —Si, me encanta, aunque si le hubieran
se la vuelve a poner. ¿Y tú cómo estás? coronado con un sombrero de los nuestros
En este punto, no sé si decirle que mi marido, le habría añadido un toque guay.
mis suegros y mis queridos padres, ya han
sucumbido a la “tontería esa” y que mis GLORIA POZA
adorados hijos, que no pasan de los cinco
años están a las puertas de la muerte, y

entrelíneas | 45
ENTREIMÁGENES

Mi madre, con sus 88 años ya, sentada en en un triste hospital de campaña, preparado
su mecedora, con su labor de punto al lado, para la ocasión, rodeados de una hilera de
hace como que oye la tele que preside el camas, fallecían.
salón de casa. A ella solo le llegan ya ecos Buscando en Internet, encuentro que
lejanos de vidas pasadas. entonces se hablaba también de que, al
Entonces oímos juntas las palabras igual que la de ahora, aquella pandemia se
pandemias, confinamiento, contagios... había extendido a gran velocidad por todo
Esas palabras malditas nos transportan a el mundo y en solo 18 meses infectó a un
ambas, como si de una máquina del tiempo tercio de la población mundial.
se tratara, a las tardes invernales, junto al Que, en España, entre 1918 y 1920 murieron
calor de la estufa, cuando, a mi hermana y a más de 100.000 personas. Hasta que en el
mí nos ponían a ayudar, abriendo guisantes verano de 1920 el virus desapareció tal y
encima de un plato hondo, donde caían como había llegado.
como balines los redondos y pequeños Y cómo todo el mundo creía que esto no
frutos. Mi madre, junto con mi abuela, nos iba a volver a pasar más, que la próxima
contaban historias de tiempos pasados, que vez estaríamos más preparados... Pero ya
se nos antojaban muy muy lejanos. hemos visto que no ha sido así.
A nosotras nos gustaba especialmente
cuando mi abuela narraba relatos de su ANA SÁNCHEZ
juventud:
¿Sabéis que hubo una plaga, en mi juventud Las dos queremos quitar importancia a este
—decía mi abuela Victoria—, llamada viaje, y nos esforzamos en hacer ligera la
gripe española? Con muchos muertos. despedida. Me cuentas trivialidades y yo
Se perdieron entonces vecinos, amigos y hago como si me interesaran, pero siento
hasta un noviete que me rondaba por aquel que estás pendiente de mis ojos, al igual que
entonces. Hubo numerosos contagios y yo de los tuyos. Veo el temor asomarse a tu
teníamos que llevar en la calle mascarillas mirada e intento refrenar el mío. Hacemos
hechas de tela y gasa, así nos sentíamos planes para tu vuelta; ya verás.., me dices
más tranquilos pero, en realidad, no servían y te callas. Y yo continúo hablando, cómo
de nada. sin darme cuenta de tu silencio. Nos
El que desconoce la historia, está condenado hemos empleado tan a fondo en inventar
a repetirla —me dice de pronto mi madre, la esperanza que, inesperadamente, se ha
despertándome del dulce sueño del pasado, colado en nuestros corazones. Hasta pronto
mientras una voz apenas perceptible para amiga mía.
sus cansados oídos, sale de la boca de una
periodista en el canal de noticias de las SOCORRO GONZÁLEZ
nueve de la noche.
Y entonces me vuelve a recordar toda la
historia.
Cómo su tía Dolores desapareció de sus
vidas un mes de diciembre de 1918.
Su madre despedía a su hermana, una
mañana fría de invierno, en una solitaria
estación, oliendo a carbón y respirando
hollín, con gran pesar, sin saber que nunca
más volverían a verse. Esta se acababa de
casar, contaba con apenas 16 años, y al llegar
a su destino, los dos llegaron enfermos. Y

46 | revista literaria
ENTREIMÁGENES

–Buenos días Lola. ¿Te veo muy guapa?


–¿Tú crees? Será la nueva crema facial que me he comprado. La publicidad dice que usándola
siete semanas te rejuvenece al menos diez años.
–Pues debe ser eso.
–Me has animado mucho porque tengo una cita con un chico muy interesante que he
conocido por Tinder. Espero gustarle.
–Entonces no te quites la mascarilla.

CARMEN SERRANO

—Vamos Kate, sube al automóvil. No te lo pienses más mujer. ¡Con lo que nos ha costado
conseguir un empleo hasta ahora reservado a los hombres!
—Lo sé, Rose, nos han dado esta oportunidad precisamente porque no había aspirantes
masculinos.
—Siempre tan pesimista, aunque en este caso tienes razón. Por eso precisamente debemos
aprovechar ahora que quedan pocos hombres ya sea por culpa de la guerra o de la gripe. Es
el momento de demostrar nuestra valía y poner en práctica todo lo aprendido. Estoy segura
de que dentro de muy poco conseguiremos el voto femenino.
—No creo, una cosa es trabajar, porque nos necesitan, y otra darnos voz y voto.
—Con mujeres como tú no avanzamos. Eres muy pesimista, ¿sabes? Si no vienes te vas a
arrepentir.
—La verdad, tengo miedo de contagiarme. No estoy segura de querer trabajar fuera de
casa.
—Di que sí, quédate en tu dulce hogar esperando a que las demás consigamos los derechos.
¿No ves que debemos avanzar? Al final vamos a llegar tarde. ¿Vienes o no?
—No, ve tú y ya me cuentas. Tengo que volver a casa. Ten mucho cuidado.
—Quien debe tener cuidado eres tú con ese energúmeno que tienes como marido.
—Suerte
—Igualmente, la vas a necesitar.

ANNABEL GÓMEZ

“ Ydarme
yo continúo hablando, como sin
cuenta de tu silencio. Nos
hemos empleado tan a fondo en
inventar la esperanza ....

entrelíneas | 47
ASFIXIA Abrázame, abrázame fuerte, ¡hurra! ¡Hurra! ¡Lo
Asfixia, mis pulmones explotan. hemos logradoooo!
Ardor, mis músculos se derriten. Juntas hemos vencido a la implacable saeta.
Humo es lo que veo y no tengo salida. Eterno será este día, y tú, por siempre, mi niña.
¿Sólo quedo yo?
Alaridos chocan contra las nubes y caen en SOCORRO GONZÁLEZ
forma de ácido.
¿Lloro? No tengo tiempo.
¿Lucho? Hasta que muera. King Kong regresa al Empire Estate unos años
más tarde, esta vez acompañado de su pequeño,
RUTH OBIAMO MOICHÉ al que pretende mostrar los lugares que hicieron
de papá un personaje famoso.
No contaba con el pánico que produjo en el nene
CINCO MINUTOS la altura a la que le subía su padre, imposible
No tengas miedo, cachorro mío. En cinco superar el reloj. Alojados entre las agujas, el gran
minutos el reloj dará las doce y todo habrá problema estaba en conseguir bajar antes de las
terminado. Prefiero que muramos atrapados doce en punto.
por el peso de las agujas aplastando
nuestros cuerpos que malvivir encerrados CARMEN SAGRADO
en una jaula separados el uno del otro.
Así permaneceremos juntos, nadie podrá
separarnos.
ANNABEL GÓMEZ

48 | revista literaria
ENTREIMÁGENES

“ Siempre ha sido así; unos mueren


para que otros vivan, no sé quién
inventó esa regla. ¿Que por qué
te toca morir a ti? Porque eres
especial, mi niño

EN EL TIEMPO QUE NOS QUEDE


¡Grita, hijo, grita! Con todas tus pequeñas fuerzas. No nos queda mucho tiempo y ellos tienen
que escucharnos. No, cariño, todos no son iguales; hay humanos que destruyen y humanos
que protegen. Esos, esos son los que tienen que oírnos. Nosotros ya no podemos salvarnos,
estamos atrapados en la esfera del exterminio, entre brazos segadores que carecen de
compasión. Pero tus hermanos pueden llegar a salvarse. Siempre ha sido así; unos mueren
para que otros vivan, no sé quién inventó esa regla. ¿Que por qué te toca morir a ti? Porque
eres especial, mi niño, ¿quién podría ser tan valiente? Ea, ea, el dolor pasará pronto y
descansaremos juntos, como en las siestas de verano, enroscados al árbol. ¿Te acuerdas?
Descansa, hijo descansa. Tres, dos, uno… Te quiero.

BLANCA DE LA TORRE

No mires abajo, no te asustes, no tengas miedo, hijo. Conozco a los humanos y sé que si nos
capturan, seremos conducidos a un lugar cerrado, donde nos estudiarán y exhibirán como
trofeos. Así es como manejan lo que llaman su evolución. Por eso, para detener el tiempo,
y que nosotros nos quedemos anclados en nuestro actual estado, he detenido el reloj, si
no avanzan las agujas, el tiempo no pasará y podremos vivir como hasta ahora, sin miedo
al futuro.

GLORIA POZA

entrelíneas | 49
ENTREIMÁGENES

T
ras consultar varios diseños, los
propietarios de los viñedos “Los
Caracoles”, de la Ribera del Duero
se decidieron por el proyecto que
yo les presenté.
Haciendo honor al nombre de la empresa,
y basándome en la antigua usanza de
madurar los vinos en bodegas subterráneas
excavadas en laderas de pequeñas colinas,
les propuse la misma técnica, y el éxito
fue rotundo pues ya han obtenido varios
premios.
Aunque yo le añadí algunos respiraderos en
cada planta permitiendo mayor oxigenación
y evitando un exceso de humedad que
aportaba a los “reserva” cierta acidez en las
bodegas antiguas.
La foto no es actual, pertenece a la última
revisión que efectué antes de que entrara
en funcionamiento.

GLORIA POZA

Un día, otro más, inicia su ronda. Mira a


uno y otro lado. Agradecería sorprenderse
con algún desperfecto: una farola que no
alumbra, un desconchado en la pared…,
algo que le forzara a usar su libreta de
notas, a romper la monotonía. Todo está
tediosamente limpio y en orden, cómo mi
existencia, piensa. Baja reflexionando en su INTROSPECCIÓN
vida de vigilante, próximo a la jubilación y, sin
darse cuenta, llega al final de las escaleras.
No queremos hacerlo, pero en algún momento de
Sube despacio, y como si la luz que entra
nuestras vidas hay que adentrarse en uno mismo
por los tragaluces iluminara repentinamente
y saber cómo eres. No siempre nos conocemos,
su memoria, recuerda el día en que se hizo
aunque creemos hacerlo, pero en todos hay
cargo del servicio; se sorprende de cómo
demonios que nos susurran seductoras palabras
nunca se le había ocurrido pensar en que
al oído y hay que enfrentarse a ellos… o no. ¿Cómo
su rutinario y minucioso trabajo había sido
quieres ser en realidad? ¿Te puedes moldear?
indispensable para que hoy luzca impecable
¿Puedes dejar de fingir? ¿Eres consciente de lo
este lugar. Un cálido sentimiento de orgullo
que haces? Profundizar en uno mismo, eso es lo
desplaza a la incipiente melancolía y, lo
que al final hacemos. Nos guste o no.
mismo que hace cuarenta años, sube de
dos en dos los últimos tramos
RUTH OBIAMO MOICHÉ

SOCORRO GONZÁLEZ

50 | revista literaria
ENTREIMÁGENES

Los acontecimientos de este año (pandemia,


paro, ERES, ERTES...). Las noticias de los
telediarios, con sus guerras, sus desahucios,
botellones sin control, que demuestran la
irresponsabilidad de los jóvenes... y los no
tan jóvenes...
Estoy deprimida. Tengo la sensación de que
voy para abajo, siempre para abajo, en un
círculo sin fin, sin término.
¿A dónde me llevará? ¿Dónde acabará?
¿Dónde finalizaremos todos?
Me asomo. Vislumbro al final de este largo
camino sin retorno, un huevo...
Me pregunto sin disimular mi desgana:
“¿Qué habrá al otro lado?”.
¿Y si cambio de rumbo y empiezo a subir?

ANA SÁNCHEZ

Fiel reflejo de los sueños de mi juventud, esta


escalera sin fin la he bajado durante muchas
noches de pesadilla, por las mañanas me
levantaba agotada.
Hoy en día, quizás por lo que enseña la
edad, ya no sueño que la bajo y subo, ahora
la sueño arrojándome desde lo más alto, me
canso menos y llego rápido.

CARMEN SAGRADO

“ ¿Cómo quieres ser en realidad?


¿Te puedes moldear? ¿Puedes
dejar de fingir? ¿Eres consciente
de lo que haces? Profundizar en
uno mismo, eso es lo que al final
hacemos.

entrelíneas | 51
ENTREIMÁGENES

L
a seguía desde que la vio salir del un taxi. Me ha leído la mente. Vamos a alejarnos
banco, esperando la oportunidad del bullicio de las calles y a conocernos como
para echársele encima y arrebatarle Dios manda.
el bolso, pero le divertía ver su
sombra convertida en el ángel guardián de RUTH OBIAMO MOICHÉ
su víctima. Hizo del seguimiento un juego,
acompasando sus pisadas justo con las de
la mujer. Inesperadamente, esta giró en Ya hace más de dos años que acabé con esta
redondo y se lo quedó mirando fijamente. pesadilla.
Se hizo el desentendido y cambió de acera. Una mañana de febrero, dije: ¡nunca más!
Hice, por fin, la llamada que me liberó de mi
SOCORRO GONZÁLEZ carcelero, de sus gritos, de sus celos sin sentido
y de lo más lejos que estuvo nunca, la definición
de la palabra amor.
PORQUE TÚ Y YO LO SABEMOS Ahora, vivo en otra ciudad, en otra casa, pero no
me siento más libre. He querido olvidarle, durante
No sé. Tal vez me mande a freír espárragos, este tiempo, pero comprendo que nunca podré
pero esa mirada que me ha lanzado al conseguirlo.
cruzarse conmigo… Sí, qué tontería. Sin duda Voy por la calle, entro en el supermercado, en
pensaba lo mismo que yo. Estamos hechos la farmacia... A donde quiera que vaya, tengo la
el uno para el otro. Ese cuerpo es mío. Su sensación de que su sombra está pegada a mi
mente es mía. Esa mirada de soslayo me dijo espalda, como ropa mojada. No puedo evitar
sin asomo de dudas que iba a ser la madre sentirla, en cada paso que doy.
de mis hijos. Mira, ha vuelto a mirarme y sus A veces me vuelvo. La gente me mira como si
ojos se han abierto de deseo. Está parando estuviera loca. Y quizás sea verdad.

52 | revista literaria
ENTREIMÁGENES

Imagino, en mi desesperación, que quien me sigue a todas partes es esa persona, que un día
creé en mis fantasías juveniles. A la que, como en un espejismo, creí reconocer en ese atractivo
desconocido que una tarde de verano me sonrió, llenando mi vida en ese momento de ilusiones.
Al que amaba y al que acabé odiando, después de despertarme y descubrir una horrible realidad.
Ahora que me he separado, cargo con el ideal que yo misma me había creado. Que su espíritu
me sigue hasta reencarnarse en otra persona. Espero que esta vez, lo reconozca de verdad, lo
encuentre y poder empezar de nuevo.

ANA SÁNCHEZ

“ No me lo puedo creer! Es Emma, la


chica de mis sueños en la facultad.
¿Qué hace por aquí tan lejos de
nuestra ciudad?
LA SOMBRA DE UNA ILUSIÓN

Un día lluvioso de abril la vi desde la ventana de mi despacho. Bajé corriendo las escaleras y
después con discreción pude alcanzarla. Al principio la seguí a distancia, observando cada paso,
cada detalle de su ropa, su pelo, su cadencia al caminar, sus curvas. Intentaba imaginarme hacia
dónde se dirigía. Nunca me atreví a ir tras ella más allá de la Gran Avenida. Me sentía como un
acosador, sin embargo, no podía evitarlo.
Tras ocho meses persiguiendo un sueño, hoy por fin estoy tan cerca de ella que mi sombra
se refleja en su abrigo. Puedo percibir su olor. Un perfume fresco e intenso a la vez, perfecto
para penetrar en mi memoria. Aún tengo dudas de si quiero conocerla o prefiero mantener la
incertidumbre de saber si se ajusta a la personalidad que yo le he otorgado. Estoy a un palmo,
casi puedo sentir su aliento. Respiro hondo pensando en el discurso tantas veces imaginado,
en su reacción, tantas veces temida. Mi mano temblorosa está a punto de rozar su hombro. De
repente alguien me rodea impidiendo el acercamiento final. Giro la cabeza sintiendo una mezcla
de rabia y alivio al ver una cara familiar. ¡No me lo puedo creer! Es Emma, la chica de mis sueños
en la facultad. ¿Qué hace por aquí tan lejos de nuestra ciudad? Me confiesa que este encuentro
no es fruto de la casualidad. Ha buscado mi perfil en las redes. No ha dudado un momento en
venir a visitarme cuando ha visto la dirección de mi empresa. Hemos ido a tomar un café y esta
noche saldremos a cenar para recordar viejos tiempos. Todo ha sido espontáneo, sin dudas, sin
temor, sin imaginar situaciones absurdas. Este encuentro me ha hecho recapacitar acerca de mi
personalidad obsesiva. Llevo toda la vida conviviendo con Platón cuando podría haber disfrutado
de la compañía de Eros a juzgar por los comentarios de Emma. Desde ahora he decidido no
dedicar ni un segundo a planificar las citas. Creo que mañana no me asomaré a la ventana.

ANNABEL GÓMEZ

entrelíneas | 53
DESEO CUMPLIDO Para una vez que encuentro un buen escondite,
Cuando dije a mis papás que echaba mucho nadie me busca ¡Qué antipáticos!
de menos a mi amiguito Alex, al que conocí Esperaré a que vengan mis papás y les doy un
en la escuela infantil, me aseguraron que susto.
harían todo lo posible para que pudiera
jugar con él. Yo les contesté que hacía más SOCORRO GONZÁLEZ
de cinco años que se fue al cielo. Ellos se
miraron torciendo la cabeza con una media Abuelo, descansa un poco, a tus 90 años no te
sonrisa dibujada en sus rostros. Esta forma conviene permanecer tanto tiempo mirando la
de mirarse ya la he visto yo muchas veces pantalla. Todos ya sabemos que de pequeño
cuando viene gente a casa. Mis papás son eras muy guapo, pero esas fotos, con las que
muy amables con todo el mundo. A mí no me monté el vídeo de regalo por tu cumpleaños,
dejan entrar en la habitación cuando están están tan descoloridas, que van a dañarte la
haciendo las sesiones como ellos dicen. vista aún poco recuperada tras la operación de
Creen que no me entero de nada pero sé tus cataratas.
que ponen la tele a las visitas para hacerle
preguntas. Escucho todo a través de la GLORIA POZA
pared. La imagen de los familiares muertos
aparece en pantalla contestando todas
las dudas que tengan. Siempre, siempre, PESADILLA
dejan dinero. Se les ve felices, aunque estén Y de repente lo ve pero no puede creerlo.
llorando. No lo entiendo. Bueno, un poco sí Intenta moverse en la cama pero sus miembros
porque yo ahora estoy contento de ver a pesan como rocas. El sudor baña su cuerpo y
Alex en la tele sin embargo tengo ganas de lo recorren escalofríos. Quiere gritar pero solo
llorar. Me da un poco de miedo. emite sollozos. Cierra los ojos con fuerza. Está
en su cama, con la respiración agitada, pero se
ANNABEL GÓMEZ da cuenta de que era un sueño, o eso cree. Gira
la cabeza y lo vuelve a ver.

54 | revista literaria
No puede creerlo, intenta moverse en la cama,
pero sus miembros pesan como rocas.

RUTH OBIAMO MOICHÉ

No me mires así. A ver qué cara tendrías tú


después de una noche en vela. Un lavado de cara
y un café cargadito y ya soy otra. Como no dejes
de observarme cojo y te apago.

CARMEN SERRANO

MEDIDAS DESESPERADAS

–¡Cariño, el niño se ha metido en la tele!


–Pobre, habrá pensado que es la única manera
de que le prestemos atención.

BLANCA DE LA TORRE

–Mary, quita la televisión, ya se ha terminado el


programa, eso que sale es el fantasma.
—¿Fantasmas, pero no salen paseando por los
pasillos cubiertos con sábanas y arrastrando
cadenas?
—Sí, claro, sobre todo en un pisito de cuarenta
metros, eso solo pasa en los castillos o en
mansiones grandes y con historias de muertes
violentas.
Aquí solo salen en la tele después de la carta de
ajuste, que si salen antes nadie les hace ni caso.
Ya no dan miedo ni a los niños.
A mí me asustan más los anuncios

CARMEN SAGRADO
©Farzad Sedaghat from Pexels

entrelíneas | 55
ENTRE LIBROS

Del color de la leche La nieta del señor Linh


NELL LEYSON PHILIPPE CLAUDEL

Aquí tenemos una pequeña obra maestra, Durante el mes de diciembre nuestras
que nos llegó recomendada a nuestro club lecturas compartidas han girado en torno a
de lectura de la asociación Entrelíneas de La nieta del señor Linh de Philippe Claudel.
Loranca. Pequeña por la brevedad de la Un drama que nos ha adentrado en el
novela y por nada más. desgarro social que producen las guerras y
Sinceramente, al principio no me convenció el el abandono de tu tierra para sobrevivir. Pero
modo en que estaba escrito, pues es un libro también es un canto de esperanza hacia el
que por mí misma no hubiera elegido. Eso entendimiento de las personas a pesar de las
es lo bueno que tienen los clubs de lectura, barreras lingüísticas y culturales.
que dejas caer en tus manos cosas a las que El señor Linh debe abandonar su hogar y
no hubieras prestado atención alguna. Pero se convierte en inmigrante en un nuevo
a partir de la segunda o tercera página, te país para escapar de la guerra. Como único
va atrapando poco a poco la voz de esa equipaje lleva una pequeña maleta y a su
muchacha de quince años que, en 1831, se nieta a la que se aferra para seguir viviendo.
decide a contar la verdad y toda la verdad. Llega a un país desconocido y culturalmente
Una delicia que la autora pone sobre el papel, opuesto a su modo de vida. Allí se encuentra
y que te hace sentir que estás sentada al con el señor Bark con el que entablará una
lado de Mary escuchando su historia. Una hermosa amistad, en la que el idioma no será
corta historia, con capítulos aún más cortos, una barrera infranqueable.
y con un prólogo escrito por Valeria Luiselli
que te ayudará a ponerte en perspectiva. CARMEN SERRANO
Repito a riesgo de ser pesada: una delicia.

Recomendado por RUTH OBIAMO

56 | revista literaria
Seda Los asquerosos
ALESSANDRO BARICCO SANTIAGO LORENZO

En apenas 128 páginas este autor italiano nos Ya hemos disfrutado una vez más de uno
sumerge en la historia de Hervé Joncour, un de los libros elegidos para nuestro club
comerciante francés del siglo XIX que se de lectura, Los asquerosos, de Santiago
dedica a viajar por el mundo para adquirir los Lorenzo.
mejores gusanos de seda. Una enfermedad Opiniones sobre el libro puede haber
ataca a los huevos de gusano en su pueblo. muchas, porque cada uno sacará sus propias
El alcalde, amigo de Hervé, intenta salvar conclusiones. Lo que sí es seguro es que se
la industria encomendándole la misión de trata de una historia que se hace eco de la
ir a Japón donde los gusanos aún no se España vacía a modo de thriller a través de
han contagiado. Allí queda prendado de la los ojos de Manuel Arcilla, que nos redefine la
mirada de una mujer occidental a la que no austeridad como ese algo que según los ojos
puede acceder. Pese a amar a su esposa, de la sociedad actual, le puede ver como un
el comerciante anhela este reencuentro en gran cuerdo o un gran loco…
cada viaje. En palabras del autor: “No se ¿A qué lado te inclinas?
trata solo de una historia de amor, si fuera ¿Lo has leído tú?
así, no habría merecido la pena”. ¿Qué opinión tienes de este libro?
Los personajes, apenas descritos, conforman Somos todo oídos.
su personalidad a través de las acciones y lo
no dicho cobra protagonismo es esta novela PAZ PALOMO
cuyas incógnitas han de ser resueltas por
lectores activos. En resumen, una lectura
sensual y delicada como la seda.

Recomendado por ANNABEL GÓMEZ

entrelíneas | 57
¿Cuánto amor cabe
en 100 palabras?
QUIÉRETE MUCHO!!!
En el mes de febrero, la asociación Entrelíneas de Loranca celebró
un concurso de microrrelatos por el día de San Valentín.
Y qué mejor forma que dedicarse una carta de amor a sí mismo.

58 | revista literaria
GANADOR del CONCURSO

SONY TAHUAN

Amada mía,
Anoche soñé con esa sonrisa sincera que me regalas
a escondidas. Ese gesto travieso, fugaz y directo, que
ilumina tus ojos en cada reflejo. No importa que ahora
ocultes los labios. Un alma jamás olvida una mirada
capaz de fundirla.
Amada mía,
Anoche me envolví con la caricia de tu voz
reconfortándome. Esa melodía que siempre me levanta
y me anima. Esa fuerza que me guía.
Amada mía,
©Rodolfo Clix from Pexels

Hoy quiero recordarte que no olvides nunca esa


valentía ni lo importante que eres para ti misma. Eres
única. Eres, yo misma.
Soy, y serás, siempre mía.

entrelíneas | 59
ESENCIA DE AMOR Mi amada:
No me digas lo mucho que me quieres todos Por muchos años que sigamos juntas, siempre
los días, solo quiero que seas cómplice conseguirás sorprenderme. Para bien o para mal.
de mis sueños para poder volar juntos. Tus virtudes y tus defectos son una mezcla tan
Dime AMOR cuando el regalo más humilde adictiva que no creo que pueda separarme de
vaya acompañado del brillo de tus ojos, lo ti. Siempre estaré a tu lado, mi amor, pues sola
demás siempre será más pequeño. No me sería caminar por un sendero desolado y sin fin.
escribas aquello que pueda ser esencia
de ti, dímelo con tu mejor sonrisa, porque RUTH OBIAMO MOICHÉ
solo así sabré que es el latido de un gran
corazón el que habla. Yo te diré AMOR
cuando las emociones compartidas sean las Si volviera a nacer querría ser tú de nuevo. Adoro
que avivan nuestras pasiones. Aquellas que tu fuerza, tu ánimo, tu generosidad. Le pones al
son capaces de iluminar la mayor oscuridad. mal tiempo buena cara y reinventas las ganas de
Nunca dejaré de susurrarte AMOR, cuando vivir, muriendo por dentro. Quiérete como yo te
con poco, consigues que sonría mi corazón. quiero porque eres única, mi princesa guerrera.
Feliz San Valentín.
JOSEP LLUIS DEL RÍO MARICARMEN SERRANO

Querida yo: ¿Has notado suaves caricias


Querido amigo. semejantes a brisas? Son soplos de aplauso que
Te comparto estas palabras, de lo que es te envío para mostrarte que estoy orgullosa de
vivir contigo. Desde que avanzamos juntos, ti, rendida a tus encantos, aunque confieso que
llenas de aventuras nuestras vidas y dibujas a veces siento celos porque recibes halagos de
mil sonrisas en los oscuros días. Siempre has otros amores extraños. Quiero gozar de esos
sido mi sostén cuando asomaba el infierno, y momentos de gloria en nuestros adentros, pues
me envuelves de bravura cuando me siento solo a ti y a mí nos importan.
pequeño. Este mundo mío de cuerdos, tú lo ¿Quién te escucha en el silencio? Solo yo, que
inundas de locura. Desde que lo recorremos lleno de luz tus momentos oscuros, y quisiera
juntos, la senda no se hace dura. pintar de azul el universo cada día para mantener
Así que, querido amigo, gracias por estar siempre viva tu esperanza.
ahí, que la vida se hace bola para vivirla sin
ti. GLORIA POZA PEÑA
JESÚS ARENAS
Soy sensible y empática siempre; amable a veces,
perseverante o tozuda, según se mire, soñadora
Jamás la había visto como hasta ahora. Ojos de pie en tierra viajera de agua dulce, de amor
brillantes, sonrisa luminosa y esa expresión fácil y desamor difícil, generosa en sentimientos,
cálida… El espejo acababa de regalarme la frugal en demostraciones. Implacable con el
imagen de mi nuevo yo. Aquella mañana era egoísmo y la insolidaridad, amo la belleza de
la primera de muchas que vendrían después. las pequeñas cosas, lío las tramas en madejas
Y sin poder evitarlo susurré “te quiero”. guardadas en los cajones de la memoria elevando
la dignidad a los altares.
ESTHER OBIAMO MOICHÉ Por todo esto y mucho más, me amo a mí misma
en el Polo Norte o en la Antártida, no importa el
lugar ni la circunstancia.

ANNABEL GÓMEZ ORTIZ

60 | revista literaria
Te tengo enfrente. Estoy mirándote como nunca
Querida, te miré y de entre mis labios nace sin pensarlo
Eres bonita, no pareces darte cuenta, pero un profundo “Te Quiero”. Porque realmente
lo eres. Tienes un magnetismo especial que, eres todo para mí. Sin ti sería como siempre esa
irremediablemente, gira las cabezas a tu paso. imagen que en la niebla se desdibuja, llegando a
No es solo tu belleza, es ese halo de bondad convertirse en nada. Eres mi centro, mi brújula,
y gratitud que siempre te acompaña. Y tú no mi balanza, mi corazón. Sin tu latido yo no lato.
pareces darte cuenta. Así que, escúchame Sin ti no vivo. Somos dos en una sola voz. Somos
bien: píntate los labios de rojo intenso, mírame, una con un único propósito, amarte siempre.
sonríeme y lánzame un beso. ¡Eres maravillosa!
Sí tú, la del espejo, nunca olvides que te quiero. PAZ PALOMO

EVA CASADO En momentos de reflexión, cuando piensas


en lo más íntimo te preguntas: ¿hay alguien
que te quiera tanto como tú te quieres a ti
Mi amante yo: misma? ¿Tanto como para no sentir una pizca
Qué momento tan romántico pasé anoche al de repugnancia de esos efluvios que en ti ves
contemplarme desnuda ante el espejo; con naturales? ¿O satisfacer sin ayuda de nadie las
la piel tan nívea, contrastando con mi melena más íntimas necesidades?
azabache. Qué placer sentí al admirar mis ¿Cómo es posible quererte a pesar de reconocer
luces y con cuánto amor abracé mis sombras, tus defectos? De ver hasta graciosos tus
para que no tuvieran vergüenza, ni se sintieran michelines o convencerte de que eres feliz con
inferiores a mis encantos. Mis manos no pudieron las lorzas. Porque eso es amor a ti misma, AMOR
quedarse quietas, recorrieron las suaves curvas con mayúsculas, el más sincero, el más fuerte, el
y se entretuvieron en mis cicatrices. Ya sabes lo eterno. Me amo, Carmen Sagrado.
tímidas que se ponen al principio, aunque luego
son las primeras en pedir más. En fin… No te CARMEN SAGRADO
olvides que te amaré hasta que me muera. Tuya,
siempre.

BLANCA DE LA TORRE POLO

Amada mía: ¿Cómo es posible que nunca te haya


dicho lo mucho que te amo? Hoy, cuando te
contemplaba desnuda ante el espejo, sentí una
inmensa ternura al ver tu resignado gesto y, en
ese preciso instante, fui consciente de lo mucho
que te amo. Descubrí que te amo desde el remoto
pasado y que te amaré siempre, siempre. Y no
me preguntes por qué. ¿Acaso hay que tener
razones para el amor? Te amo porque eres tú,
con tu sensatez y con tus manías, tu lógica y tus
contradicciones, pero, sobre todas las cosas, me
cautiva tu generoso y loco corazón.

SOCORRO GONZÁLEZ DOMÍNGUEZ

entrelíneas | 61
EN T REC ERRA D O

NARCISO INVERSO
La realidad es que Narciso se suicidó
porque, como todos los narcisistas,
nunca sintió su amor correspondido.
© Maria Orlova from Pexels

ALICIA PISO

62 | revista literaria

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