Resumen Tema 1

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RESUMEN DEL TEMA 1: LA TIERRA EN EL UNIVERSO.

GEOLOGÍA DE
LOS PLANETAS. ORIGEN DE LA TIERRA Y DEL SISTEMA SOLAR

I. INTRODUCCIÓN

La Tierra es un planeta del Sistema Solar, cuyo astro central, el Sol, es uno de los miles de millones
de estrellas que constituyen la Vía Láctea, y esta, a su vez, es solo una de las miles de millones de
galaxias detectadas mediante los radiotelescopios más potentes. Desde la antigüedad se interesó la
humanidad por la inmensidad del Universo.

II. LA TIERRA EN EL UNIVERSO

El Universo tiene unas dimensiones tan grandes que para medir las órbitas de los astros del sistema
solar y las distancias entre estrellas se utilizan unidades como la unidad astronómica, el año luz y el
pársec. La Tierra es el tercer planeta de los ocho que forman el sistema solar, que giran alrededor de
una estrella amarilla: el Sol. El sistema solar se localiza en uno de los brazos de una galaxia espiral,
llamada Vía Láctea, que pertenece, a su vez, a un cúmulo de galaxias llamado Grupo Local. La Vía
Láctea es una galaxia con forma espiral que tiene un abultamiento central. Su diámetro es de unos
100.000 años luz y su espesor de unos 10.000 años luz. La estrellas de la galaxia se clasifican en dos
grupos o poblaciones:

- La población I, comprende la clase de estrellas que se hallan en los brazos de la espiral, que
entran en el plano de la galaxia (o disco), son estrellas relativamente jóvenes. El Sol se encuentra
en uno de los brazos del disco y, por tanto, pertenece a la población I de estrellas jóvenes.
- La población II, tiene estrellas viejas y se hallan en las regiones centrales de la galaxia y en el
halo galáctico (es una región esférica de rotación lenta que envuelve a toda la galaxia).

Todos los cuerpos planetarios, incluida la Tierra, se mueven alrededor del Sol, movimiento que
conocemos con el nombre de traslación. Dicho movimiento describe alrededor del Sol una órbita
elíptica, en general de pequeña excentricidad (casi circular), a velocidades distintas, siendo mayores
cuanto más cercano esté el planeta del Sol. Si el sentido de giro de los cuerpos planetarios es opuesto
al de las agujas del reloj, a este movimiento se le denomina revolución directa; pero si el sentido de
giro es como el de las agujas del reloj, se denomina revolución retrógrada. Por otro lado, tenemos el
movimiento de rotación, responsable del giro de los planetas sobre sí mismos. La velocidad de dicho
movimiento es variable, debido a las atracciones mareales entre diferentes cuerpos planetarios.

El movimiento de rotación terrestre permite la existencia del día y la noche; y, el de traslación la


existencia de estaciones climáticas que implican un flujo de energía solar sobre la superficie del
planeta. Como la cantidad de energía solar que se absorbe y se devuelve es irregular en toda la
superficie terrestre, se genera un gradiente térmico. Dicha energía es trasvasada desde el ecuador a los
polos para restablecer el equilibrio térmico, y este flujo es el motor que genera la circulación
atmosférica.

III. GEOLOGÍA DE LOS CUERPOS PLANETARIOS

La IAU (Unión Astronómica Internacional) acordó en 2006 una nueva definición de planeta, según
la cual, Plutón quedaría excluido. Las resoluciones más notables que fueron aprobadas por la IAU son
las siguientes:

- Un planeta es un cuerpo celeste que orbita alrededor del Sol, tiene suficiente masa para que su propia
fuerza de gravedad venza a la rigidez del cuerpo y este adopte una forma de equilibrio hidrostático
(forma casi esferoidal) y que haya limpiado los alrededores de su órbita de otros cuerpos (no dejan
“escombros” de su formación).
- Un planeta enano es un cuerpo celeste que orbita alrededor del Sol, tiene suficiente masa para que su
propia fuerza de gravedad venza a la rigidez del cuerpo y este adopte una forma de equilibrio
hidrostático (forma casi esferoidal) y que no es un satélite.
- Todos los otros objetos se llamarán de forma colectiva cuerpos pequeños del sistema solar.
- Los planetas del sistema solar son: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.
- Estos actualmente incluyen a la mayoría de los asteroides, la mayoría de los objetos transneptunianos,
cometas y otros cuerpos pequeños.
- Los materiales que forman los cuerpos planetarios pueden ser de tres tipos: gases (fundamentalmente el
hidrógeno y el helio, que tienen puntos de fusión cercanos al cero absoluto); rocas (se incluyen rocas
silicatadas y metales, como el hierro o el níquel, cuyos puntos de fusión son elevados); y hielo (se trata
de sustancias, como el H2O, el CO2, el metano o el amoniaco, que tienen puntos de fusión más elevados
que los gases, pero mucho más bajos que las rocas).

A. PLANETAS ROCOSOS O DE TIPO TERRESTRE

También llamados cuerpos planetarios Rocosos o de tipo Terrestre. Comprenden los cuerpos más
próximos al Sol, por lo que también se denominan “Planetas Interiores”: Mercurio, Venus, Tierra (con
abundante hierro) y Marte. Se caracterizan por su elevada densidad y por tener un campo magnético y
un flujo térmico muy variables, pues entre ellos existen cuerpos con una intensa actividad dinámica,
como Venus, Tierra, Marte o Io con vulcanismo y tectónica importante, siendo aún activos; mientras
que otros, como la Luna o Mercurio, apenas tienen o han tenido actividad. Algunos poseen atmósfera,
pero pocos tienen hidrosfera o criosfera (parte de su superficie permanentemente helada). Todos
presentan superficies sólidas y un grado de transformación diferente en función de su actividad
dinámica.

- MERCURIO. Es el planeta más cercano al Sol. No tiene satélites. Su rasgo morfológico más
notable es la enorme cantidad de cráteres de impacto. Fue el primer cuerpo planetario donde se
detectaron fallas inversas; esto indica la existencia de una tectónica compresiva (compresión global del
planeta). Posee un campo magnético muy débil.

- VENUS. Es un planeta muy brillante. Muchos datos de Venus han sido suministrados por las
sondas espaciales. Tiene rotación retrógrada y no posee satélites. Su atmósfera es muy densa, por lo
que su efecto invernadero es muy fuerte. En cuanto al relieve venusiano es mucho más ondulado que el
terrestre. Hay indicios de accidentes tanto distensivos (zonas de grandes edificios volcánicos y fallas
que delimitan fosas tectónicas), como compresivos (pliegues y fallas inversas).

- TIERRA. Es el planeta que más ha evolucionado, con una actividad geológica que se mantiene
hasta nuestros días. Sus condiciones han permitido el desarrollo de la vida, característica que lo
distingue de los demás cuerpos, al menos en unos estadios tan avanzados, ya que se está investigando
sobre la existencia de vida, pero en sus estadios más primitivos, en otros cuerpos planetarios, como
Marte. Presenta la peculiaridad de tener las 3/4 partes de su superficie cubierta por agua, lo que le
confiere su particular color azul al ser observada desde el espacio; posee un campo magnético intenso,
lo cual es otra prueba de su importante actividad interna. Tiene tres capas internas (nucleo, manto y
corteza) y una atmósfera compuesta por N2 y O2 principalmente. En la Tierra se distinguen zonas
climáticas latitudinales. El relieve terrestre es muy variable, tanto en las zonas emergidas como en los
fondos oceánicos. Tiene un satélite, la Luna, que es el único satélite importante de los cuerpos
terrestres.

- MARTE. Se conoce bien gracias a la información recibida por diferentes sondas espaciales. Marte
se halla dividido en dos zonas de desigual extensión: el tercio norte, que está poco craterizado y tiene
grandes edificios volcánicos, y los dos tercios restantes, se encuentran mucho más craterizados, con
cuencas circulares. La separación de estos hemisferios está representada por grandes surcos, los
auténticos "canales" marcianos, cuyo origen parece tener una doble causa: una gran fractura agrandada
posteriormente por erosión. Apenas tiene campo magnético (es muy débil). Su densidad es muy baja
(3,94 g/cm3). Tiene un diámetro de 6.780 km. Tiene una atmósfera muy tenue, formada básicamente
por dióxido de carbono. Posee dos casquetes polares, bastante menores que los terrestres. Se admite un
casquete polar de agua (norte) y otro de dióxido de carbono.
B. PLANETAS DE GASES Y HIELO O PLANETAS GIGANTES

También se les conoce bajo el nombre de planetas gigantes o Jovianos (por ser parecidos a
Júpiter): Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Juntos concentran el 99% de la masa de todos los cuerpos
planetarios y tienen en común sus bajas densidades (0,7-1,7 g/cm3). Ocupan la parte externa del
Sistema Solar, por ello también se les denominan "Planetas Exteriores". Presentan una atmósfera
masiva formada por hidrógeno y helio. Todos tienen un cortejo de anillos, un elevado flujo térmico y
un intenso campo magnético; por lo que han de tener una dinámica interna activa, aunque es de tipo
meteorológico, similar a la de la atmósfera terrestre.

- JÚPITER. Es el planeta de mayor tamaño del Sistema Solar (diámetro = 143.000 km). Su masa
es 318 veces la de la Tierra. Si Júpiter hubiese tenido una masa diez veces mayor habría evolucionado
hacia una estrella pequeña. Su atmósfera es muy extensa, presentando unas bandas alternativas claras
(denominadas zonas, son de baja presión ó lo que es lo mismo, es el sistema ascendente de un ciclo
convectivo) y oscuras (cinturones, zonas de altas presiones ó lo que es lo mismo, es el sistema
descendente de un ciclo convectivo) paralelas al ecuador, que giran en sentidos opuestos. Esto se debe
a la rápida rotación que provoca una enorme fuerza de Coriolis. A veces estas zonas incluyen regiones
ovales rojizas, a veces de gran tamaño, como la "Gran Mancha Roja", situada en el hemisferio sur.
Presenta un numeroso cortejo de satélites (16) y un sistema de anillos (descubiertos por la sonda
espacial Voyager 1), lo que le da la apariencia de pequeño sistema planetario (sistema Joviano) dentro
del sistema solar. De ellos los más interesantes son los llamados “galileanos": Europa, Io, Ganímedes y
Calisto.

- SATURNO. Es el segundo planeta en tamaño y masa, rodeado por una espesa atmósfera en la que
aparecen franjas como en Júpiter pero menos acentuadas. Se parece a Júpiter en cuanto a estructura y
composición, pero de dimensiones más reducidas y con un menor porcentaje de helio Al igual que
Júpiter parece poseer una fuente energética gravitacional. Tiene 21 satélites, siendo los más
interesantes Titán y Encelado.

- URANO. Tiene una atmósfera compuesta por una mezcla casi homogénea de hidrógeno y helio;
un océano subterráneo de agua y un núcleo rocoso. A diferencia de Júpiter y Saturno, carece al
parecer, de fuentes importantes de calor interno. Rodeado en su plano ecuatorial por nueve anillos y
presenta 15 satélites, destacando cinco por su tamaño: Ariel, Umbriel, Titania, Oberón y Miranda.
Presenta rotación retrógrada, al igual que Venus.

- NEPTUNO. Es muy similar a Urano, aunque su densidad es algo mayor. Su superficie está cubierta
principalmente por nitrógeno líquido. El aporte de calor interno es tres veces mayor que el que recibe
del Sol. Tiene anillos (arcos anulares) muy oscuros y tenues. Posee 8 satélites naturales, entre los que
destaca Tritón, que orbita en sentido contrario a como lo hacen todos los satélites del Sistema Solar,
razón por la que se piensa que este satélite fue capturado por el campo gravitatorio de Neptuno.

C. CUERPOS TRANSNEPTUNIANOS

Los planetas enanos, como Plutón, tienen densidades similares a la de los grandes planetas, pero son
de tamaño más reducido. Ninguno supera el tamaño de nuestra Tierra y se sitúan en la parte exterior
del Sistema Solar. La mayoría tienen superficies heladas. Algunos están intensamente craterizados,
mientras que otros no tienen huellas de impactos, lo que sugiere una actividad dinámica, interna ó
externa, que los ha borrado.

- PLANETAS ENANOS. Destacan Plutón -de tamaño inferior a la Luna, con una superficie helada
de metano y una atmósfera muy débil de metano sublimado-, Sedna, algo inferior a Plutón y
descubierto en 2003, y Xena, algo mayor que Plutón y también descubierto en 2003.
- LOS COMETAS. Son cuerpos de silicatos e hielo, aunque con características muy distintas a la
de los estudiados hasta ahora. Constituidos por mezclas de partículas sólidas silicatadas (polvo) con
otras volátiles heladas (agua, CO2 y CO). Al aproximarse al Sol, los componentes volátiles se
subliman, dispersándose y arrastrando también partículas de polvo, creándose alrededor del cometa
original ó núcleo, un halo (cabellera o coma) y una cola cuando la presión de la radiación solar arrastra
a las partículas activadas.

- LOS ASTEROIDES. Constituyen un grupo de unos 3.000 cuerpos de geometría irregular, con
diámetros del orden del centenar de kilómetros, que giran en órbitas generalmente de tipo planetario
entre Marte y Júpiter. El mayor asteroide conocido es Ceres con cerca de 1.000 km de diámetro. Se
cree que la composición de los asteroides varía desde níquel-hierro a rocas silicatadas. Los fragmentos
de materia sólida del espacio que entran en la atmósfera terrestre se llaman meteoritos, que pueden ser
de tres tipos: siderolitos (compuestos por una aleación de hierro y níquel), sideritos (compuestos por
hierro y níquel y minerales silicatados y litometeoritos o lititos (muy abundantes y formados por
silicatos). Se subdividen en dos clases: condritas (más abundantes) y acondritas (poco abundantes),
según tengan o no cóndrulos (estructuras esferoidales de varios milímetros de diámetro).

IV. ORIGEN DE LA TIERRA Y SISTEMA SOLAR

Desde la Antigüedad se han elaborado muchas hipótesis, en principio, para explicar el origen del
Universo y, posteriormente, para explicar el origen de nuestro Sistema Solar. Hay que tener en cuenta
que todas estas teorías actualmente tienen algún punto oscuro por resolver.

A. EL ORIGEN DEL UNIVERSO

La hipótesis que actualmente está en vigor es la conocida con el nombre de teoría del Big Bang,
que supone que hace unos 12.500 millones de años, toda la materia (masa y energía) del Universo
estaba concentrada en un superátomo de volumen diminuto. Este estalló, lanzando en todas direcciones
una gran nube energética que dio lugar a la transformación de la energía en masa (materia formada por
partículas elementales como los electrones, los protones y los neutrones). A medida que el Universo se
expandía y se enfriaba se fueron formando los primeros átomos, que, al combinarse dieron lugar a las
primeras moléculas. La gran nube de energía y materia, a causa de fuerzas gravitatorias, se dividió en
una gran cantidad de nebulosas que después en un proceso posterior de mayor concentración dio lugar
a las primeras galaxias. Dentro de éstas se produjo la condensación de materia que llegaron a
convertirse en estrellas. Alrededor de las estrellas, el gas y el polvo originaron los planetas y por el
mismo procedimiento los satélites y otros cuerpos cósmicos, constituyendo un sistema estelar. Y así,
desde aquel principio, el Universo sigue expandiéndose indefinidamente.

La teoría del Big Bang fue elaborada por el físico George Gamow a mediados del s. XX.
Actualmente, los cosmólogos opinan que puede haber otros universos dado que es posible que se
produzcan numerosos Big Bang. La teoría inflacionista del físico americano Alan Guth explica cómo
evolución nuestro Universo en sus primeros momentos a partir del Big Bang y sugiere que estos
mismos acontecimientos pueden tener lugar en cualquier lugar y en cualquier momento.

B. ORIGEN DEL SISTEMA SOLAR: HIPÓTESIS DE LOS PLANETESIMALES

El origen de la Tierra está unido al origen del Sistema Solar, ya que todos los planetas tienen una
relación directa o indirecta con el Sol y se han formado de la misma manera, las únicas diferencias
radican en sus características y evolución. Las primeras hipótesis emitidas partían de un hecho
catastrófico, así Buffon (1s. XVIII), sugirió la posibilidad de que los planetas se formaron por la
rotura o fragmentación del Sol al chocar este con otra estrella, de tal forma que los fragmentos
desprendidos serían los actuales planetas. A principios del s. XX, Jeans y Chamberlain, consideran,
que no es necesaria la colisión directa entre el Sol y otro astro, y postulan que una estrella pasaría a
poca distancia del Sol dando lugar a unos efectos de marea, por la atracción de ambas masas; así la
materia expelida en esas mareas se condensaría en forma de planetas. A estas primeras hipótesis se les
conoce con el nombre de hipótesis de fragmentación. El problema principal que presentan, es que, la
materia en estado gaseoso y elevada temperatura que emergiera del Sol, no se condensa dando lugar a
cuerpos sólidos, sino que se disipa rápidamente en forma explosiva por el espacio.

Sin embargo la hipótesis aceptada actualmente por la mayor parte de la comunidad científica se
conoce con el nombre de teoría de los planetesimales. La moderna teoría planetesimal fue propuesta
en la década de los 40 por Weizsäcker y Kuiper. Se basó en la teoría Nebular de Kant y Laplace, según
la cual el Sistema Solar se formó a partir de una nebulosa en rápida rotación. Muchas de las nebulosas
son densas y masivas por lo que tienden a sufrir un colapso gravitatorio, es decir, al comprimirse
rápidamente, y al disminuir su diámetro, los movimientos giratorios que pudiera haber inicialmente
tienden a incrementarse. Dicho giro hizo que la nube se aplanase, convirtiéndose en un disco de
partículas sometidas a las leyes de Kepler, con una protuberancia central oscura que alberga una
estrella recién nacida. Al irse enfriando la nebulosa, el vapor formado en la fase de contracción se
condensa en una serie de materiales: primero los más refractarios (más alto punto de condensación),
como Fe y silicatos; y luego los más volátiles, como H2O, NH3 y CH4. Al ser las temperaturas
diferentes en cada zona del disco, en cada una predominará un tipo de materiales. En consecuencia, en
las proximidades del Sol se formarán los planetas interiores también llamados rocosos por estar
constituidos principalmente por Fe y silicatos, los cuales no alcanzaron grandes dimensiones debido a
la poca abundancia de esos materiales en la nebulosa primitiva. Mientras, en las regiones alejadas del
Sol, se formaron los planetas exteriores ó Gigantes, por la agregación no sólo de materiales sólidos
pesados, sino también por el de H2 y He, que al ser los elementos más abundantes en la nube, justifican
sus grandes dimensiones.

Los planetas no se condensaron de una vez, sino a partir de cuerpos de diversos tamaños,
denominados planetesimales; por lo que primero se formarían pequeños granos de algunos
centímetros, que a su vez se unirían hasta dar "Planetoides" de varios kilómetros de diámetro. Estos
cuerpos chocaron entre sí hasta que la mayoría adquirió órbitas estables. El crecimiento de estos
cuerpos por acreción, hizo que su campo gravitatorio creciese, por lo que cada vez iban capturando
más partículas hasta alcanzar las dimensiones actuales.

C. EVOLUCIÓN DE LA TIERRA PRIMITIVA

El protoplaneta Tierra surgió como consecuencia del proceso de acreción planetaria.


Durante su formación y en sus primeros momentos recibió una enorme cantidad de impactos de
planetesimales que con toda probabilidad elevaron tanto su temperatura que la fundieron
completamente. Seguramente, en este calentamiento de la Tierra también contribuyeron la
radiactividad de los elementos pesados y la contracción del protoplaneta por efecto de la
gravedad. En estas condiciones, los materiales terrestres se diferenciaron según su densidad: los
más densos (metales como el Fe o el Ni fueron al núcleo), los de densidad intermedia (silicatos)
formaron el manto y la corteza primitiva y los más ligeros (gases, entre ellos el vapor de agua),
constituyeron la atmósfera primitiva.

D. EL ORIGEN DE LA LUNA

La creación de nuestro satélite, constituye uno de los problemas más antiguos por resolver en el
Sistema Solar, y que recientemente ha adquirido una nueva perspectiva. Han sido varias las hipótesis
propuestas para explicar su origen: acreción binaria (la Luna se formó por la acreción de pequeñas
partículas que orbitaban la Tierra), hipótesis de la fisión (la Luna formaba parte de la Tierra, hasta que
se desprendió de ella a causa de la fuerza centrífuga), hipótesis de la captura (la Luna se formó en
otra parte del Sistema Solar y posteriormente fue capturada por la Tierra) y la hipótesis del gran
impacto, según la cual, un planeta pequeño habría chocado con la Tierra poco después de su
formación; esta colisión despediría materiales vaporizados por la energía del choque del cuerpo
impactante y del manto terrestre, que formarían, por condensación, la Luna. Esta última teoría es una
mezcla de las tres primeras y solventa sus dificultades.

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