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TEMA 4: ESPAÑA EN EL SIGLO XIX

La historia de España en el siglo XIX es un período largo y complejo. Podemos distinguir


los siguientes períodos históricos:
1. Reinado de Carlos IV (1788 – 1808)
2. Guerra de la independencia (1808 – 1814) , Cortes de Cádiz y Constitución de 1812
3. Reinado de Fernando VII (1814 – 1833)
4. Reinado de Isabel II (1833 – 1868): Regencias y Reinado personal
5. Sexenio democrático (1868 – 1874)
6. Restauración de los Borbones
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1. REINADO DE CARLOS IV (1788 – 1808)


El reinado de Carlos IV está caracterizado por ser un período continuado de:
- crisis en todos los niveles (crisis económica-demográfica porque se sucedieron
años de malas cosechas, hambrunas, se generalizó el descontento social…. crisis
política porque la monarquía empezó a perder prestigio al ser incapaz de resolver
los problemas de la población)
- enormes vacilaciones políticas en materia de alianzas exteriores
completamente condicionadas por el estallido de la Revolución Francesa
Dentro del reinado de Carlos IV podemos distinguir dos etapas:

a) Ministro Godoy en el poder


 1ª etapa: Guerra contra la revolucionaria República Francesa (1793–1795)
Ante la muerte en la guillotina de Luis XVI, España se aliará con su tradicional
enemiga Inglaterra y las potencias absolutistas para enfrentarse a la Francia
revolucionaria. Es derrotada, lo cual agrava aún más la situación de crisis que
vivía la hacienda real española.
 2ª etapa: Alianza con Francia (1796-1805)
A partir de 1799 Napoleón buscará la alianza con España para contar con la
flota hispana y enfrentarse militarmente a Inglaterra. Se produce la mayor
derrota naval de nuestra historia: batalla de Trafalgar, 1805 que tendrá
gravísimas consecuencias:
- Reorientación de la política exterior napoleónica: establecimiento del
Bloqueo continental en los puertos europeos contra los productos ingleses
- Definitivo fin del poderío naval español
- Pérdida del control marítimo español sobre las colonias americanas

b) Final reinado de Carlos IV: Conspiraciones políticas e invasión napoleónica (1806-1808)


Los últimos años del reinado de Carlos IV son de caos total. Se culpabilizaba al
ministro Godoy y al propio rey de la situación y poco a poco, los sectores
descontentos se fueron agrupando en torno al príncipe Fernando, que conspiraba
abiertamente contra su padre.
En medio de todo esto se firma el Tratado de Fontainebleau (octubre 1807), por
el que se permitía que tropas francesas atravesaran el territorio español para
propinar un castigo militar a nuestros vecinos portugueses por su incumplimiento
del bloqueo continental decretado por Napoleón contra Inglaterra.

1
Sin embargo, el ejército francés ocupó algunas ciudades españolas en su camino
y estos hechos produjeron el motín de Aranjuez1 (marzo, 1808) y las
abdicaciones de Bayona2 (mayo, 1808).
Por último, la alarma que había causado la salida de los últimos miembros de la
familia real hacia Bayona producirá el levantamiento popular del pueblo de
Madrid (2 de mayo, 1808) que dio comienzo a la guerra de la independencia
española. Una guerra larga que se prolongaría desde 1808 hasta 1814, momento
en el que finalmente tropas españolas e inglesas derrotaron a los franceses y
Fernando VII regresó al trono.
La población española se dividió entre afrancesados (que reconocían como rey a
José I, hermano de Napoleón) y fernandinos (fieles a Fernando VII).

1
Motín de Aranjuez (marzo, 1808): ante la sospecha de que los reyes iban a salir del país rumbo
a las colonias americanas para ponerse a salvo de la ocupación napoleónica del territorio español,
los partidarios del príncipe Fernando tomaron por asalto el palacio real de Aranjuez y obligaron
al rey Carlos IV a abdicar en su hijo, el futuro Fernando VII.
2
Abdicaciones de Bayona (5 y 6 de mayo, 1808): Es el nombre por el que se conocen las renuncias
sucesivas de los reyes Carlos IV y su hijo Fernando VII al trono de España en favor de Napoleón
Bonaparte. El emperador francés, poco después, cedió tales derechos a su hermano José
Bonaparte, quien reinó con el nombre de José I entre 1808 y 1813.
2
2. LAS CORTES DE CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812

Ante la «retención» de la familia real en Bayona por parte de Napoleón y para suplir el
vacío de poder que se generó en las zonas sublevadas, se creó una Junta Central Suprema
que asumió la soberanía en nombre del pueblo.
Esta Junta Central se encargaría de coordinar la lucha armada contra el invasor francés,
estando formada en su mayoría por diputados liberales, explicación por la que se fijó
como objetivo primordial el convocar unas Cortes Generales que desmantelasen el
Antiguo Régimen y elaborasen una Constitución de corte liberal: la Constitución de 1812.

La Constitución de Cádiz de 1812 es la más extensa de las habidas en la historia de España


y refleja las ideas del liberalismo político. Sus principios fundamentales son:
- Soberanía nacional, es decir, que el poder político reside en la nación y ésta lo
ejerce a través de sus representantes.
- Establece la Monarquía Parlamentaria moderada.
- Adopta la división de poderes:
- Poder ejecutivo: reside en el Rey
- Poder legislativo: reside en las Cortes con el Rey. El Rey dispone del
derecho de veto (por dos veces)
- Poder judicial: corresponde a los tribunales y es independiente.
- Reconocía importantes derechos, como la igualdad ante la ley, el derecho a la
propiedad privada, la libertad de imprenta, etc.

3. REINADO DE FERNANDO VII (1814 – 1833)

Todo el reinado se encuentra marcado por la lucha entre el Antiguo Régimen


(representado por los absolutistas) y el Nuevo Régimen (representado por los liberales).
La victoria de una u otra opción permite delimitar tres períodos históricos dentro del reinado:
a) Restauración absolutista (1814-1820): durante este período se volvió al
absolutismo. Fernando VII, apoyado por los sectores conservadores que le
brindaron su lealtad firmando el «manifiesto de los persas», se negó a jurar la
Constitución de 1812. Ésta fue abolida y se persiguió a las personas liberales.
b) Trienio liberal (1820-1823): el triunfo del pronunciamiento militar del
Comandante Riego en Las Cabezas de San Juan (Sevilla) al frente de un grupo
numeroso de tropas que iban a ser enviadas para sofocar el levantamiento de las
colonias americanas, permitió volver a poner en vigor durante tres años la
Constitución de 1812, pero el continuo obstruccionismo del monarca así como la
intervención de la Santa Alianza con el envío del ejército francés llamado los
«cien mil hijos de San Luis», acabarían con este segundo intento de experiencia
liberal en nuestro territorio. La inestabilidad del período será aprovechada por las
colonias hispanoamericanas para alcanzar su independencia, quedando sólo Cuba,
Puerto Rico y Filipinas bajo dominio español.
c) Fin del absolutismo (1823-1833):Se vuelve a implantar el absolutismo, pero a
mediados de esta década se comienza un acercamiento de la Corona a sectores
liberales debido a que la situación del país, cada vez más insostenible, precisaba
de la introducción de algunas reformas dentro del sistema.
El panorama se agrava aún más cuando la mayoría de las colonias americanas
alcanzan su independencia.

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Por último, el final del reinado viene marcado por la ausencia de un heredero
varón, lo cual desatará un problema sucesorio y la 1ª guerra carlista3.

REINADO DE ISABEL II (1833 – 1868)

El reinado de Isabel II será un período caracterizado por una enorme inestabilidad política
desde su nacimiento, plagado de enfrentamientos entre partidos políticos, levantamientos
populares y pronunciamientos militares.
Durante el reinado de Isabel II distinguimos varias etapas políticas: Regencia de su madre
Mª Cristina y etapa de gobierno personal de la propia Isabel.

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Pragmática Sanción y 1ª guerra carlista: al llegar al trono español, Felipe V impondrá en 1713
la Ley Sálica (tradicional en Francia) en nuestro territorio. Esta ley prohibía que las mujeres
pudieran acceder al trono, anulando así el sistema de sucesión tradicional de Castilla establecido
por Alfonso X desde el s. XIII, según el cual las mujeres sí podían reinar si no tenían hermanos
varones.
En 1789, con la llegada al trono de Carlos IV, las Cortes españolas aprobaron por unanimidad el
retorno al sistema de sucesión tradicional y el abandono de la ley Sálica introducida por Felipe V.
Sin embargo, la Pragmática que decretaba ese cambio nunca se llegaría a publicar en el Diario
oficial del reino y por tanto, no tuvo validez jurídica.
En 1830, y ante la posibilidad de que naciera una niña de su segundo matrimonio, el rey Fernando
VII hacía pública la Pragmática Sanción de 1789 aprobada durante el reinado de su padre.
El nacimiento de la pequeña Isabel, convertida así en futura reina, y la negativa del infante D.
Carlos de Borbón (hermano del rey Fernando VII) apoyado por los sectores más absolutistas de
reconocerla como heredera al trono, desencadenó la 1ª guerra carlista (1833-1840) que no sólo
fue un conflicto dinástico entre los partidarios de Isabel o los del infante D. Carlos, sino un
enfrentamiento ideológico entre liberales (isabelinos) y absolutistas (carlistas).
La guerra terminó con la derrota carlista, aunque carlistas y liberales volvieron a enfrentarse en
otras dos guerras a lo largo del siglo XIX, con idéntico resultado.
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1) Período de la Regencia de su madre Mª Cristina (1833-1844)

La Regencia de Mª Cristina viene marcada por el estallido de la 1ª guerra carlista.


Los carlistas apoyaban la candidatura del hermano de Fernando VII al trono
español y se mostraban defensores del absolutismo y el Antiguo Régimen. Este
hecho obliga a la regente Mª Cristina a buscar el apoyo de los liberales para tener
opciones de victoria en esa guerra y poder mantener a su hija en el trono.

Dentro del período de la regencia distinguimos dos momentos:


1.1 Gobiernos liberales moderados en el poder:
La regente se apoyará en los liberales de signo más moderado para gobernar.
Pero a pesar del final de la guerra carlista y la victoria del bando isabelino, la
incapacidad que demostraron de solucionar los problemas del país unido a la
insuficiencia de las reformas promovidas, desencadenó:
a) Escisión definitiva de los liberales en moderados y progresistas

Diferencias MODERADOS PROGRESISTAS


SOBERANÍA Compartida entre las Cortes y el Rey Nacional
SUFRAGIO Censitario muy restringido Censitario más amplio
Cortes con el rey Cortes
PODER LEGISLATIVO Parlamento bicameral (Congreso y Parlamento unicameral (solo
Senado) Congreso)
PODER EJECUTIVO Monarca. Nombra al gobierno Monarca. Nombra al gobierno
PODER JUDICIAL Tribunales y jueces Tribunales y jueces
ATRIBUCIONES DEL REY Muy amplias Más reducidas
DERECHOS INDIVIDUALES Limitados Más amplios
Religión católica como oficial del Religión católica como oficial
CONFESIONALIDAD Estado. del Estado.
Sin libertad de otros cultos Con libertad de otros cultos

b) Descontento del sector progresista que recurrirá a las revueltas


populares para hacerse con el poder.

1.2 Gobiernos progresistas en el poder:


Al final de la regencia, las revueltas populares obligan a la regente a entregar
el poder a los progresistas, que pondrán en marcha dos medidas:
a) Desamortización4 de tierras de la Iglesia (ministro Mendizábal, 1836)
b) Constitución de 1837, de corte progresista aunque menos avanzada que
la de 1812

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Desamortización: se trata del proceso de apropiación por parte del Estado de los bienes
pertenecientes a «manos muertas» para venderlos en subasta pública y emplear el importe en:
- Conseguir ingresos extraordinarios para financiar la deuda del Estado por los numerosos
gastos ocasionados en la 1ª guerra carlista
- Crear una clase media de labradores que fueran propietarios de las parcelas que
cultivaban. Aunque en España esta fórmula resultó un fracaso ya que los únicos con
capacidad económica para comprar esas tierras fueron la nobleza y la burguesía, no
invirtiendo la mayoría de las veces en ellas, sino que adoptaron una actitud rentista
acentuándose aún más el latifundismo.
Se llamaban bienes de «manos muertas» los pertenecientes a la Iglesia Católica y las órdenes
religiosas, así como las propiedades comunales de los municipios.
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2) Período de Gobierno Personal de Isabel II

Durante el período del reinado personal de Isabel II se asiste a la consolidación


definitiva de un régimen liberal en España, pero bajo un signo muy moderado, con
gobiernos bastante autoritarios.
La Corona se va a identificar excesivamente con la facción más moderada de los
liberales, interviniendo la reina Isabel II de manera activa en la política apoyando
a los sectores más conservadores y evitando el acceso al poder de los progresistas.
Así las cosas, el resto de corrientes liberales se verán obligados a recurrir a la vía
del levantamiento, ya sea militar o popular, para poder tener acceso al gobierno.
Además, ante la debilidad mostrada por el poder civil, va a existir una continua
injerencia del ejército en los asuntos políticos, encontrándonos la mayoría de las
veces a militares ocupando la presidencia del ejecutivo.

Dentro del período de gobierno personal de Isabel II se distinguen tres etapas:


 Década Moderada (1844-1854)
- Se elaboró una nueva Constitución en 1845 de signo plenamente moderado
- El Estado se organizó de forma centralista, donde el gobierno controlaba
las provincias a través de las diputaciones provinciales y nombraba
directamente a los alcaldes de las principales ciudades
- La política ultraconservadora de los gobiernos condujo a la escisión
dentro de los progresistas en:
- Demócratas: defendían el sufragio universal masculino
- Republicanos: rechazaban la monarquía y deseaban proclamar
una República
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 Bienio progresista (1854-1856)
Gracias a una revuelta popular, los progresistas ocuparon el poder durante dos
años en los que:
- Se elaboró una nueva Constitución en 1856, que no llegaría a
promulgarse.
- Se produjo la Desamortización General del ministro Madoz por la que
se expropiaron los bienes comunales pertenecientes a los municipios
 Etapa final moderada (1856-1868)
Durante esta etapa final, la Unión Liberal, un partido liberal de centro, se
alternó en el poder con los moderados, pero el agravamiento de la crisis
económica que arrastraba el país dará al traste con esta experiencia centrista
y el reinado de Isabel II terminará con el triunfo de una revolución que la
obligará a marcharse al exilio.

4. SEXENIO DEMOCRÁTICO (1868 – 1874)_________________________________________________

La excesiva identificación de la Corona


con los intereses moderados, así como la
sucesión de gobiernos cada vez más
ultraconservadores en el poder
provocaron la unión de una serie de
fuerzas políticas que poco tenían en
común, excepto su oposición a Isabel II.

Todas ellas promoverán una revolución


en 1868 (llamada «la Gloriosa») que
destituyó a Isabel II del trono.

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A partir de ese momento se sucedieron varias etapas que intentarán implantar el
liberalismo democrático en nuestro territorio:

4.1 Gobierno provisional (1868-1871)


El poder pasó transitoriamente a un Gobierno provisional que convocó elecciones a
Cortes con el objetivo de elaborar una nueva Constitución acorde a las nuevas
circunstancias. Es la Constitución de 1869, la primera de nuestra historia democrática
ya que establecía el sufragio universal masculino. La forma de gobierno que
contemplaba era la de una monarquía parlamentaria donde se buscará a un nuevo rey
para ocupar el trono español. El elegido será el italiano Amadeo I de Saboya, hijo del
rey Víctor Manuel II, artífice del proceso de unificación italiana.

4.2 Reinado de Amadeo I (1871-1873)


Este nuevo rey tuvo que afrontar dos años de gobiernos muy inestables donde hubo de
hacer frente a graves problemas: guerra de independencia de Cuba, una nueva guerra
carlista (la 3ª) y el rechazo popular por ser un rey extranjero.
La situación se volvió tan insostenible que lo llevó a abdicar en Febrero de 1873.

4.3 I República (Febrero 1873 – Diciembre 1874)


En la misma noche de la abdicación de Amadeo I, ante el agotamiento de fórmulas de
gobierno y para evitar una nueva regencia, se proclama en España la I República como
la única alternativa posible a la crisis de la monarquía democrática.
Los republicanos tuvieron que afrontar serios problemas: además de los heredados
como la guerra de independencia de Cuba y la 3ª guerra carlista, tuvieron que hacer
frente también a la rebelión de los cantones.
Los partidarios de este movimiento defendían la organización de España como un
Estado federal al estilo de EE.UU, donde el Estado español se dividiera en pequeños
distritos autónomos (denominados cantones).
Guiados por esta ideología política, algunos territorios se levantaron en armas contra
el gobierno central y los gobiernos republicanos tuvieron que recurrir al ejército para
sofocar la rebelión.
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En esta situación de caos generalizado, en Enero de 1874 el general Pavía dio un golpe
de Estado que disolvió las Cortes republicanas y preparó el terreno para que en
diciembre de ese mismo año se restaurara la monarquía legítima de los Borbones en la
figura del hijo de Isabel II, el rey Alfonso XII.

5. RESTAURACIÓN DE LOS BORBONES

Cronológicamente podemos distinguir dos etapas:


5.1 Reinado de Alfonso XII (1874-1885) y Regencia de su 2ª esposa Mª Cristina de Habsburgo
(1885-1902)
5.2 Crisis de la Restauración: Reinado personal de Alfonso XIII (1902-1923: hasta el golpe de
Estado del General Miguel Primo de Rivera)

En general, esta etapa se basó en dos


pilares:

 Constitución de 1876: Intentó ser


conciliadora. Como concesión a
los progresistas recogía una
amplia relación de derechos y
libertades individuales, y para
satisfacer a los moderados,
establecía la soberanía compartida
entre el Rey y las Cortes, y la
Confesionalidad del Estado.

 Turnismo pacífico en el poder: el


ejercicio del poder quedó en
manos de dos únicos partidos: el
partido de los conservadores
liderados por el político Cánovas
del Castillo, y el partido de los liberales progresistas de Mateo Sagasta. Ambos partidos
aceptaban la monarquía constitucional y se turnaban en el gobierno de manera pacífica.
De este modo se trataba de crear un sistema político compartido todos los sectores liberales
burgueses de tal forma que ningún grupo se viera obligado a recurrir al pronunciamiento
militar o a las insurrecciones populares para acceder al poder.
Este hecho fue posible gracias a la corrupción política que regía el sistema.
Funcionaba del siguiente modo: el Rey decidía primero qué partido iba a formar gobierno, y
después se convocaban elecciones que se amañaban para que las ganara el partido elegido.
Los instrumentos del fraude electoral eran:
- Pucherazo: se practicaba en las ciudades, donde se manipulaban los
resultados si no eran los esperados.
- Caciquismo: individuos poderosos en el campo (los caciques)
forzaban a los campesinos mediante amenazas o agresiones a votar
al partido que convenía.
Este sistema trajo estabilidad, pero dejaba fuera del gobierno a tres grupos cada vez más
representativos: socialistas, anarquistas y nacionalistas, catalanes, vascos y gallegos,
contrarios al Estado centralista de los Borbones.
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