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Yasmin Lozano Chester

Dr. Juan Carlos Gómez Alonso


Literaturas Europeas (17236)
28 de Septiembre 2023

Practica 1: Sonetos de Garcilaso de la Vega y Petrarca: Comparación con Camões,


Ronsard y Shakespeare

El Soneto XXIII es uno de los poemas más destacados de Garcilaso de la Vega.


Compuesto en Nápoles entre los años 1533 y 1536, este poema romántico (tanto en contenido
como en estilo) muestra una idealización de la amada, aunque esta señalada in absentia.
Asimismo, tenemos el Soneto CCCXXXIII de Francisco de Petrarca que se encuentra en la
obra poética de Canzionere, escrita en el siglo XIV y publicada por primera vez en 1470. Esta
obra literaria entera se ve dedicada a una sola amada Laura, que (veremos específicamente en
este soneto) como en el poema de Garcilaso, es mencionada in absentia. Los dos sonetos,
aunque diferentes, muestran particularidades que se muestran asemejadas. Esos elementos
mantienen ser la idealización de su amada y su temática romántica. Sin embargo, Garcilaso
toma un acercamiento Romántico y Petrarca engloba unas características más Barrocas (que
pasado el tiempo se llegarían a describir como características petrarquistas).
El Soneto CCCXXXIII de Francisco de Petrarca es constituido por dos cuartetos y
dos tercetos con catorce versos endecasílabos. Cuando asilamos el soneto de Petrarca,
encontramos un soneto donde la amada es idealizada y divinizado tanto en belleza como en
virtudes. Como podemos observar en el primer terceto la describe como “inmortal”,
aludiendo a que el amor que describe él es tanto idealizado como divinizado. También se
muestra en el último verso del último terceto que Petrarca obra a esta mujer un proceso de
beatrización que en tanto sueños como imaginación consigue consolarle de su temprana
muerte. Cogiendo este soneto completamente aislado del resto de Canzionere y cualquier
contexto histórico/literario, se ve que desde el primer verso observamos que esta amada ha
fallecido: “mármol duro que a mi caro tesoro está ocultando” alude a que esta reside en una
tumba. Sin embargo, a pesar de que a esta se la prive de su vida mortal, el amor y deseo que
siente Petrarca no es de ninguna forma diluida, esto se puede observar en el primer terceto:
“viva o muerta”, y no diluida si no exaltada dado a la representación de lo divino que
encapsula un amor que transciende lo corporal y se instala completamente en lo idealizado,
tanto en amor como en pureza. Aunque el amor no hay desvanecido, el poeta manifiesta que
la vida se ha endurecido, ejemplos d esto se muestran en el segundo cuarteto: “vivo y duro,
por las horribles olas navegando”. En el último verso del segundo cuarteto Petrarca
manifiesta que “tras ella voy, si bien no me apresuro”, esto plantea que este amor es ideal, no
celeste, y este la promete su reunión, aunque destaca que no tiene prisa por ello.
Concluyendo, este soneto expone a una amada idealizada y divinizada incluso después de su
muerte y el amado, en este caso Petrarca, presenta un amor que atraviesa incluso los límites
de la mortalidad.
Garcilaso de la Vega escribe el Soneto XXIII con dos cuartetos y dos tercetos de
catorce versos endecasílabos. Este poema se ve marcado por una temática clásica y universal:
Carpe Diem, específicamente orientado al disfrute de la juventud dado a que la vejez viene y
se apodera de ella. Esta noción se ve mostrada cuando el poeta documenta “el dulce fruto,
antes que el tiempo airado”, “cubra de nieve la hermosa cumbre” y “Marchitará la rosa el
viento helado”. Típicamente romántico, la mujer se encuentra comparada con la naturaleza,
que es una característica de los cánones de belleza renacentistas. Estos cánones incluyen
elementos como las mejillas rosadas y delicadas: “En tanto que de rosa y azucena”; un
cabello largo y rubio como el oro: “del oro se escogió”, con una caída casi sensual alrededor
de su cuello: “con vuelo presto”; un gesto descrito como dulce y fresco: “la calor en vuestro
gesto”, “honesto”; un cuello erguido y una tez blanca: “hermosos cuello blanco, enhiesto” y,
por último, el encender del corazón que alude a dar vida y aliento: “enciende el corazón y lo
refrena”. Los dos cuartetos están escritos en un presente indicativo que muestra la descripción
de la amada y del disfrute de los placeres de la vida dejando asimismo a un lado el futuro que
es incierto. Pese a que los dos cuartetos estén escritos de la misma forma, los dos tercetos se
ven diferenciados entre sí. El primero muestra una gramática de propiedad imperativa que
muestra que se intenta difundir un mensaje como orden o consejo, en este caso más aplicable
el consejo, que en este caso refleja ese del propio amante, Garcilaso, que determina que la
joven amada debe disfrutar de su juventud fugaz antes de que venga el tiempo acompañado
de la vejez a deteriorarla. El último terceto del poema está escrito en futuro que alude a un
sentimiento de predicción. Aquí marca el poeta los procesos de la vejez que le ocurrirán a su
amada sin duda y por lo tanto debería seguir su recomendación y aprovechar los beneficios
de la juventud mientras duren.
Las semejanzas que se muestran en estos dos sonetos parten desde la propia métrica
del poema, donde los dos están compuestos por dos cuartetos y dos tercetos de versos
endecasílabos. Independientemente de la métrica, los dos poemas son de carácter romántico.
Esta temática de amor, distintiva del Romanticismo, se muestra en los dos sonetos, que ven a
su amada exaltada y divinizada. En el soneto de Petrarca, esta divinización consta de un amor
que transciende la muerte. En cambio, el soneto de Garcilaso obra esta divinización de otra
manera, exaltándola mediante la comparación de su amada con la naturaleza, que, en el
propio Renacimiento, se conoce como divina y perfecta. Aunque estos dos sonetos sean de
carácter romántico, se muestra ese amor de una forma relativamente distinta. Garcilaso usa la
naturaleza y un sentimiento característico renacentista para idealizar a la amada en cuestión y
Petrarca se enfoca en un sentimiento un tanto más barroco para idealizar a esta tanto en vida
como en muerte, usando elementos que en un futuro se dominarían como estilos
petrarquistas.

A continuación, los sonetos encontrados de Camões, Ronsard y Shakespeare son los


siguientes. Debajo de ellos se encuentra el análisis de la relación con los dos sonetos
previamente mencionados de Petrarca y Garcilaso de la Vega.

Luís de Camões, Rimas (1595), Soneto XIII

Alma mía gentil, que partiste


tan pronto de esta vida descontenta,
reposa allá en el Cielo eternamente,
y viva yo aquí en la tierra siempre triste.

Si allá en el asiento etéreo, en donde subiste,


memoria de esta vida se consiente,
no te olvides de aquel amor ardiente
que ya en los ojos míos tan puro viste.

Y si vieras que puede merecerte


alguna cosa el dolor que me quedó
del pesar, sin remedio, de perderte;

ruega a Dios que tus años recortó,


que tan pronto de aquí me lleve a verte,
cuán pronto de mis ojos te llevó.
Pierre de Ronsard, Envío de las flores

Hoy te envío estas flores que mi mano


acaba de cortar recién abiertas,
que de no recogerlas hoy temprano
las habría encontrado el alba yertas.

Ellas recuerdan el destino humano,


porque tus gracias y bellezas ciertas
se agostarán en día no lejano
y estarán, pronto, como flores, muertas.

Se va el tiempo, mi amiga... mas no es cierto:


somos nosotros, !ay! , los que nos vamos.
Ni de ti ni de mí quedará huella.

Y cuando tú estés muerta y yo esté muerto,


nada habrá de este amor de que hoy hablo
ámame, entonces, mientras eres bella.

Versión de Andrés Holguín

William Shakespeare, Soneto 2

Cuando cuarenta inviernos, pongan cerco a tu frente


y caven hondos surcos, en tu bello sembrado,
tu altiva juventud, que admira este presente,
será una prenda rota, con escaso valor.

Y cuando te pregunten: ¿dónde está tu belleza?


¿Dónde todo el tesoro de tus mejores días?
El decir que en el fondo, de tus hundidos ojos,
será venganza amarga y elogio innecesario.

¡Qué halago más valdría, al usar tu belleza,


si responder pudieras: «Este hermoso hijo mío,
ha de saldar mi cuenta y excusará mi estado»,
mostrándose heredero, de tu propia belleza!

Será cual renovarte, cuando te encuentres viejo


y ver tu sangre ardiente, cuando la sientas fría.

Emprendemos la búsqueda de las semejanzas de estos estos sonetos comenzando por


Camões. El soneto XIII de esta muestra un estilo petrarquista donde se considera que el amor
supera lo material y lo sensual, donde la actitud del amante ante la belleza absoluta de su
dama amada se asemeja a esa que siente hacia Dios. Esto se muestra en varios extractos del
poema como pueden ser los siguientes: “que partiste tan pronto de esta vida descontenta”
aquí se muestra un rasgo similar al soneto de Petrarca, y no solo encapsulando el
CCCXXXIII si no Canzionere en completo, que está dedicado a su amada Laura que fue
arrebatada de la vida mortal tempranamente. Por consiguiente, encontramos: “viva yo aquí
en la tierra siempre triste” que se asemeja a un extracto del soneto de Petrarca: “vivo y duro
por las olas horribles navegando”. En estas dos se muestra que el amante, el poeta, se
encuentra apesadumbrado por la muerte de su amada, su vida pierde todo sentido sin ella en
la tierra. Asimismo, los dos desean la finalización de esta tristeza y así el reencuentro con su
amada en el cielo. Sin embargo, Camões manifiesta el deseo de una pronta reconciliación:
“que tan pronto de aquí me lleve a verte” cuando a Petrarca no le urge de tal forma: “tras ella
voy, si bien no me apresuro”. Pese a que las semejanzas de Camões con Petrarca sean
indudables, las de este mismo con Garcilaso se muestran de la misma forma que comparando
Petrarca con él dado a que, Camões, siendo posterior a Petrarca ha adoptado el modelo
petrarquista.
Sucesivamente encontramos el soneto de Ronsard: Envió de las flores.
Contrariamente a Camões, este soneto se asemeja al de Garcilaso. Emprendiendo un
sentimiento que engloba el “Carpe Diem”, el poeta aconseja el disfrute de la juventud fugaz
antes de que llegue la vejez a arrebatársela, aunque es notable mencionar que en los dos
sonetos esta llegada se muestra inevitable. Esto se muestra, tanto en uno como en otro, con el
uso del futuro que alude a la predicción ineludible de la llegada de la vejez. No obstante,
Ronsard no hace alusión a la característica renacentista de la comparación de la amada con la
naturaleza, sino, usa esa naturaleza como vehículo de ejemplo para lo que inevitablemente le
ocurrirá a la, ahora, bella dama. El “Carpe Diem” se muestra en Ronsard de varias formas,
por ejemplo: “tus gracias y bellezas ciertas se agostarán en día no lejano y estarán, pronto,
como flores, muertas”. Es de utilidad también mencionar un parecido con Petrarca en este
soneto. Puesto a que el poema de Garcilaso habla de la llegada de la vejez explícitamente,
Ronsard incluye la temática de la muerte, como Petrarca. Sin embargo, el amor de este no
transciende lo mortal como el anterior, “cuando tu estes muerta y yo esté muerto, nada habrá
de este amor”, si no que el amor entre ellos caduca con la vida, se mantiene en lo normal y es
intransferible a lo celestial.

Citas

Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. (n.d.). Poesía de William Shakespeare.


https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/poesia-de-william-shakespeare--0/html/
ffe99bb0-82b1-11df-acc7-002185ce6064_2.html

Pierre de Ronsard. (n.d.). http://amediavoz.com/ronsard.htm

Serra, P. C. (1970, January 1). “alma minha gentil, Que Te partiste” de Luis de Camões,.
“Alma minha gentil, que te partiste” de Luis de Camões,.
http://sientopasareltiempo.blogspot.com/2011/05/alma-minha-gentil-que-te-partiste-
de.html

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