Gasto Publico Consolidado 2009-2021
Gasto Publico Consolidado 2009-2021
Consolidado
2009-2021 por
Finalidad y Función
Enero 2023
Germán PLESSEN
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Autores
COORDINACIÓN GENERAL – DIRECCIÓN DE ANÁLISIS DE POLÍTICA FISCAL Y DE INGRESOS
Fernando CURI
Chiara DANELUTTI
Antonio IACOBUZIO
Néstor MIRA
Carolina MONTINI
Rafael TESORO
Sofía WERBACH
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Índice
Resumen ejecutivo .................................................................................................................................... 4
1. Introducción........................................................................................................................................ 6
2. Evolución del Gasto Público Consolidado en términos del PIB y por nivel de gobierno ...... 7
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Resumen ejecutivo
El presente informe incorpora a la serie del Gasto Público Consolidado (GPC), publicada
históricamente por el Ministerio de Economía, la cuantificación y análisis del ejercicio 2021, y la
revisión de las cifras de gasto y Producto Interno Bruto (PIB) de los años 2019 y 2020. Se analiza
aquí su evolución durante el período 2009-2021.
En 2021 el GPC asciende al 42,8% en términos del PIB, 4,7 puntos porcentuales (p.p.) por debajo
de 2020 (cuando alcanzó el 47,5%, dinámica motorizada por las acciones del Estado destinadas
a paliar los efectos de la pandemia por COVID-19, principalmente en los sectores más vulnerables
de la sociedad). En 2019 el GPC fue del 43,2% en términos del PIB, destacándose el descenso
interanual (i.a.) del ratio a partir de 2017, luego de haber alcanzado en 2016 el segundo registro
más alto del período analizado (47,3%).
La estructura del GPC por nivel de gobierno se mantiene relativamente estable. El gasto
ejecutado por el Gobierno Nacional constituye el principal componente, presentando una
participación promedio durante el período del 56,2%. En 2020 la relevancia del Gobierno Nacional
se ubica 1,7 p.p. por encima de dicho promedio (nivel similar al registrado en 2014, cuando el
Gasto Público Nacional alcanzó su mayor participación) en detrimento de la incidencia de las
provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) en el total.
En promedio (2009-2021), el Gasto Público del Gobierno Nacional alcanza el 24,4% del PIB (27,5%
en 2020 y 24,3% en 2021), el de la CABA y las provincias, el 15,7% (16,5% en 2020 y 15,1% en
2021) y el de los municipios, el 3,3% (3,5% en 2020 y 3,4% en 2021). En 2018 y 2019 las tasas son
similares a las mencionadas para el promedio.
Servicios Sociales es la finalidad que más relevancia presenta en el GPC, e insume 64,1% del total
en 2019, 69,3% en 2020, y 67,9% en 2021, siendo el Gobierno Nacional el responsable de la
ejecución de más de la mitad del mismo. Previsión social es la función que mayor preeminencia
presenta dentro de los Servicios Sociales, seguida por Salud y Educación, cultura, ciencia y
técnica.
Le sigue en importancia en 2021 la finalidad Funcionamiento del Estado (14,5% del GPC), siendo
la CABA y las provincias las responsables del 53,7% del total ejecutado. Luego, con 12,9% en 2021,
se ubica Servicios Económicos (que fue de 10,9% del GPC en 2020, mientras que en 2019
ocupaba el cuarto lugar con el 9,4%), ejecutado en un 73,3% por el Gobierno Nacional. Y, por
último, Deuda Pública con 4,7% (en 2019 ocupaba el tercer lugar con el 11,7%) también ejecutado
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en un 83,1% por el Gobierno Nacional.
Administración general es la función que más relevancia presenta dentro de Funcionamiento del
Estado, mostrando valores ejecutados en porcentajes del PIB cercanos al 3% a lo largo de todo
el período, seguido por Defensa y seguridad (2,7% del PIB en promedio).
Servicios y Energía y combustible son las funciones más importantes dentro de los Servicios
Económicos, mostrando en promedio valores cercanos al 2,5% del PIB. En 2020 y 2021, cerca del
73% del gasto de la finalidad es devengado por el Gobierno Nacional, explicado principalmente
por los subsidios.
Por último, se destaca el comportamiento del gasto en Deuda Pública. Aunque equivale, en
promedio, al 2,7% del PIB, se torna relevante en 2016, 2018 y 2019, cuando la variable supera el
4%, valores similares a los dos primeros años de la década de los 2000. En 2019 alcanza el 5,0%
del PIB, razón por la cual la finalidad pasa al tercer lugar en orden de importancia, relegando a
Servicios Económicos, que en casi todos los años del período analizado registra esa posición. En
2020 retrocede al valor promedio y vuelve a ser la finalidad de menor relevancia en el total del
GPC y en 2021 se ubica 0,7 p.p. por debajo del promedio.
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1. Introducción
El objetivo del presente documento es realizar una caracterización de la serie de Gasto Público
Consolidado (GPC) en el período 2009-2021, con el enfoque clásico por finalidad y función,
mostrando cuánto y con qué fines gasta e invierte el Sector Público Argentino. El GPC abarca las
erogaciones corrientes y de capital devengadas por el Sector Público No Financiero (SPNF)
correspondientes a los tres niveles de gobierno –Nación, provincias y Ciudad Autónoma de
Buenos Aires (CABA), y municipios– imputadas en el nivel de gobierno ejecutor. Dicho enfoque
presenta el gasto según la naturaleza de los servicios que las instituciones públicas brindan a la
comunidad, y permite determinar los objetivos generales y los medios a través de los cuales se
procura alcanzarlos. El gasto público es uno de los instrumentos de política fiscal más
importantes que tienen los Estados para redistribuir ingresos, generar empleo, brindar
protección social, avanzar en infraestructura y proveer servicios públicos.
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2. Evolución del Gasto Público Consolidado en términos
del PIB y por nivel de gobierno
El Gasto Público Consolidado pasa del 39,9% del PIB a precios corrientes en 2009 a 42,8% en
2021. Entre 2010 y 2016 se registra una tendencia creciente, que luego se revierte hacia 2019.
Se destaca que en el año 2016 el ratio supera el 47,0% debido a que ese año casi se duplica la
importancia relativa del gasto en Deuda Pública. Asimismo, en 2020 el ratio también se ubica por
encima de ese valor, como consecuencia del aumento del gasto en Servicios Sociales en el
marco de la pandemia por el COVID-19, aunque vuelve a reducirse en 2021 hacia niveles similares
a los prepandemia.
En particular, en 2018, el retroceso del GPC como porcentaje del PIB se refleja,
fundamentalmente, en un descenso en las participaciones del gasto en Servicios Sociales –que
alcanza su mayor nivel de importancia relativa en 2017 con 30,6%– y, en menor medida, en
Servicios Económicos y en Funcionamiento del Estado. En 2020, el aumento del GPC en términos
del PIB se debe, como ya se hizo mención, casi exclusivamente a los más de 5 p.p. adicionales
que registra el gasto en Servicios Sociales, destinados a mitigar los efectos de la pandemia por
COVID-19; en el mismo sentido, este efecto se ve potenciado por la contracción de la economía
respecto de 2019.
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Al analizar las trayectorias del GPC y del PIB a precios corrientes, se observa que en 2009 y desde
2011 a 2016, el primero crece a una tasa superior que el PIB, mientras que, en el año 2010, en el
período 2017-2019 y en 2021 crece por debajo. Se destaca que en 2021 el GPC crece 16,7 p.p.
por debajo del PIB, y sólo la variación interanual de la finalidad Servicios Económicos (+81,5%)
es superior a la del PIB, mientras que el resto de los componentes tienen variaciones menores:
Funcionamiento del Estado (+60,0% i.a.), Servicios Sociales (+50,3% i.a.) y Deuda Pública (+23,5%
i.a.).
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Por nivel de gobierno, en promedio, el Gasto Público del Gobierno Nacional alcanza el 24,4% del
PIB, el de la CABA y las provincias, el 15,7%, y el de los municipios, el 3,3%. En 2016 y 2020, años
en los que el GPC medido en términos del PIB alcanza los valores más altos de la serie, el Gasto
del Gobierno Nacional se ubica 3 p.p. por encima del promedio, mientras que el de la CABA y las
provincias tan sólo cerca de 1 p.p. La tendencia decreciente del GPC hasta 2019 se explica en
mayor medida por la reducción evidenciada en el gasto primario ejecutado por el nivel de
Gobierno Nacional, dado que la finalidad Deuda Pública registra un promedio equivalente al 2%
del PIB hasta 2015, y sube hasta un promedio de 4,2% entre 2016 y 2019. En 2020, el adicional
en porcentajes del PIB respecto de 2019 obedece casi exclusivamente al aumento del gasto en
Servicios Sociales, destinado a mitigar los efectos de la pandemia COVID-19, que luego decrece
en 2021 y explica también el descenso del total.
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En el período bajo análisis, la estructura del GPC por nivel de gobierno se mantiene relativamente
estable. El gasto ejecutado por el Gobierno Nacional constituye el principal componente, y
presenta una participación promedio del 56,2%. La CABA y las provincias ejecutan en promedio
el 36,2% y los municipios, el 7,6% restante. En 2020 la relevancia del Gobierno Nacional se ubica
1,7 p.p. por encima de dicho promedio (en un nivel similar al de 2014, cuando el Gasto Público
Nacional alcanzó su mayor participación) en detrimento de la incidencia de la CABA y las
provincias en eltotal. Luego, en 2021 el Gobierno Nacional pierde relevancia en la ejecución del
gasto, ya que explica el 56,7% del total (-1,2 p.p. que en 2020); mientras que la CABA y las
provincias (35,3%, +0,6 p.p. que en 2020) y los municipios (8,0%, +0,7 p.p. que en 2020) la
aumentan. Respecto a esto último, se destaca que, si bien se observa la mencionada merma en
la participación del Gobierno Nacional en su carácter ejecutor, su rol como financiador del gasto
de los gobiernos locales se ve potenciado. Esto se debe a que las transferencias programáticas
de Nación a municipios se quintuplican en 2021 respecto a 2020, en particular aumentan las
destinadas a financiar gasto de capital en vivienda y transporte.
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3. Evolución del Gasto Público Consolidado por finalidad y
función
La clasificación utilizada para el análisis del GPC en el presente documento comprende cuatro
finalidades, a saber: Funcionamiento del Estado, Gasto Público Social (o Servicios Sociales),
Gasto Público en Servicios Económicos, y Deuda Pública.
Servicios Sociales alcanza el 28,3% del PIB en promedio, mostrando en 2020 su participación
máxima, con el 32,9%. El Gobierno Nacional ejecuta en 2020 y 2021 el 58,7% y 56,8% del total de
esta finalidad, respectivamente. Observando los promedios en porcentajes del PIB, le siguen en
importancia, Funcionamiento del Estado (6,7%) y Servicios Económicos (5,7%), y en 2021 son la
CABA y las provincias las responsables del 53,7% del total ejecutado de la primera, mientras que
el Gobierno Nacional es el responsable del 73,3% de la segunda.
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Deuda Pública (2,7% del PIB en promedio) se torna relevante en 2016 (2 p.p. más que en 2015),
2018 y 2019 (máximo valor de la serie, 5,0% del PIB) cuando la tasa en porcentajes del PIB supera
el 4%. En 2019, el nivel de Gobierno Nacional devenga el 86,2% del total de la finalidad, en 2020
el 83,7% y en 2021 mantiene la participación en 83,1%.
Administración general es la función que más relevancia presenta dentro de Funcionamiento del
Estado, mostrando valores ejecutados en porcentajes del PIB cercanos al 3% a lo largo de todo
el período (sobre un total de 6,7% en promedio en 2009-2021). Le sigue en importancia Defensa
y seguridad, función en la que el promedio devengado alcanza el 2,7% del PIB. Por último, la
ejecución del gasto en Justicia se mueve en torno al 1,1% del PIB. En los últimos tres años, en
promedio, el 54,4% del gasto de la finalidad Funcionamiento del Estado es ejecutado por la CABA
y las provincias, debido al gasto de los poderes judiciales, legislaturas y policías provinciales.
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Administración general evidencia una tendencia decreciente: el gasto en porcentaje del PIB pasa
de 3,2% en 2009 a 2,6% en 2021. La CABA y las provincias y el Gobierno Nacional ejecutan en
promedio más del 70% del total. En el nivel de CABA y provincias, con una participación del 40%
en promedio, incide principalmente el peso del gasto en dirección superior ejecutiva, en
administración fiscal, y actividades legislativas. Por su parte, en el nivel nacional, son relevantes
las acciones de administración fiscal, relaciones exteriores, dirección superior ejecutiva,
relaciones interiores y acciones legislativas. Es importante destacar que la proporción del gasto
nacional ejecutado en esta función exhibe una tendencia decreciente: pasa de 36% en 2009 a
30% en 2021.
Respecto de Defensa y seguridad, la CABA y las provincias son las principales responsables, en
promedio de un 56,4% de la ejecución total, mientras que el Gobierno Nacional lo es en un 42,2%,
y los municipios en tan sólo un 1,4%. El Gobierno Nacional es el encargado de financiar y ejecutar
las acciones relacionadas con la defensa, siendo, por tanto, el responsable del 100% del gasto
de esta porción de la función e insumiendo en promedio más del 40% del total de la función. Por
su parte, en la CABA y las provincias, el total del gasto de la función se destina a cuestiones
relacionadas con la seguridad. El componente Seguridad Interior (policías provinciales) es el que
se lleva casi el 85% del total en promedio, mientras que el resto se destina al sistema penal de
cada jurisdicción.
Finalmente, la ejecución del gasto en Justicia se mueve en torno al 1% del PIB, con casi 70% del
total a cargo de la CABA y las provincias y el 30% restante a cargo del Gobierno Nacional.
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3.2 Gasto Público Social
La finalidad Gasto Público Social o Servicios Sociales está compuesta por las funciones
Educación, cultura, ciencia y técnica, Salud, Agua potable y alcantarillado, Vivienda y urbanismo,
Promoción y asistencia social, Previsión social, Trabajo, y Otros servicios urbanos.
Previsión social es la función que más relevancia presenta dentro de los Servicios Sociales,
alcanzando en promedio el 10,3% del PIB a lo largo del período (representa 36,5% del total de la
finalidad). El 80% del total de esta función, en promedio, es ejecutado por el Gobierno Nacional,
mientras el resto corresponde a la Cajas Previsionales Provinciales no transferidas a la órbita
nacional. Le siguen en importancia Salud y Educación, cultura, ciencia y técnica (en promedio,
22,4% y 21,2% del total, respectivamente), ambas con valores medios cercanos al 6% del PIB. Se
destaca, para esta última función, el período 2018-2021, cuando –tras haber alcanzado un
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máximo de 6,7% en 2015– el gasto en términos del PIB se ubica por debajo del 6%, que es el nivel
de compromiso emergente de la Ley de Financiamiento Educativo, sancionada a fines de 2005.
- los planes de inclusión previsional (en 2014 se implementó una nueva moratoria);
- la movilidad jubilatoria, que actualiza los montos de jubilaciones y pensiones del Sistema
Integrado Previsional Argentino (SIPA), las pensiones no contributivas (PNC), la Pensión
Universal para el Adulto Mayor (PUAM) y las asignaciones familiares;
- los servicios de salud, turismo y asistencia social de las obras sociales y el INSSJP-PAMI;
- la Asignación Universal por Hijo/a (AUH, implementada en 2009) y por Embarazo para
Protección Social (AUE, desde 2011);
- la Asignación por Ayuda Escolar (desde 2015) que completó el esquema de beneficios y
los equiparó al correspondiente a las asignaciones familiares contributivas;
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- el programa Argentina Trabaja (en 2009) con su posterior versión con perspectiva de
género Ellas Hacen –luego denominado Hacemos Futuro y Hacemos Futuro Juntas– y el
Salario Social Complementario (2017) que conforman actualmente el programa
Potenciar Trabajo;
- el Programa de Respaldo a Estudiantes de Argentina (PROGRESAR, desde 2014);
- el Programa de Crédito Argentino para la Vivienda Única Familiar (PROCREAR, desde
2013);
- la creación de la PUAM junto con la Reparación Histórica (desde 2016);
- la Tarjeta/Prestación Alimentar (desde 2019), principal acción alimentaria destinada a la
infancia;
- el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE, 2020); y
- el Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP, 2020 y
principios de 2021).
Durante el año 2020, frente a la irrupción de la pandemia por COVID-19, el Gobierno Nacional
dispuso un conjunto de medidas orientadas a proteger el aparato productivo, asistir a las
empresas, sostener los ingresos y el empleo de las y los trabajadores y de las familias.
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cobertura alcanzó a más de 1,5 millones de personas en 2020. También se destaca el impulso a
la economía social a través del programa Potenciar Trabajo, que amplió su cobertura en más de
200 mil beneficiarias/os (de 560 mil a 761 mil).
Adicionalmente, se reforzaron los ingresos de los hogares a través de sumas extra a titulares de
AUH, AUE y de las jubilaciones y pensiones con haberes más bajos, así como a beneficiarias/os
de planes sociales y a trabajadoras/es de los sectores más afectados por la pandemia por
COVID-19 como salud, turismo y cultura.
El REPRO II se constituyó como la principal herramienta para sostener el empleo registrado, tanto
de personas trabajadoras en relación dependencia como independientes de sectores
críticamente afectados por las restricciones a la movilidad. El programa brindó asistencia a un
promedio mensual de 400 mil trabajadoras/es. Adicionalmente, se implementaron acciones para
sectores específicos como el programa Apoyo Extraordinario Cultura Solidaria.
Asimismo, se crearon nuevas líneas de acción dirigidas a favorecer la inclusión laboral y social
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de las y los jóvenes de sectores más vulnerables, tales como el programa Te sumo, que otorga
beneficios a las empresas que contraten jóvenes de 18 a 24 años, y el programa Potenciar
Inclusión Jóvenes. Del mismo modo, se fortalecieron las Becas PROGRESAR y las Becas Manuel
Belgrano, con el fin de promover el acceso y continuidad de la formación de las y los jóvenes y
se creó la estrategia Argentina Programa, que, además de capacitación en programación y
software, otorga un subsidio para la adquisición de computadoras y conectividad. En particular,
las Becas PROGRESAR, recibieron un fuerte impulso gracias a la asignación del 20% de los
recursos recaudados a través del Aporte Solidario y Extraordinario1 que permitió ampliar la
cobertura, extender de 10 a 12 meses la asignación mensual, incrementar los montos y ampliar
el programa a jóvenes de 16 a 17 años, ya que hasta ese momento estaba limitado al grupo de
18 a 24 años.
Por último, cabe destacar la ejecución del programa Prevención y Control de Enfermedades
Transmisibles Inmunoprevenibles del Ministerio de Salud de la Nación destinado a sostener las
1 Mediante la Ley 27.605, en diciembre de 2020, se aprobó el “Aporte solidario y extraordinario para ayudar a morigerar
los efectos de la pandemia”. El mismo estableció un aporte extraordinario y por única vez sobre los patrimonios de las
personas humanas con carácter de emergencia. Siendo sus objetivos primordiales la equidad y la solidaridad, alcanzó
a aquellas personas humanas y sucesiones indivisas residentes en el país por la totalidad de sus bienes en el país y
en el exterior y a las personas humanas y sucesiones indivisas no residentes, por la totalidad de sus bienes en el país,
siempre que los mismos superaran la suma de $200 millones de pesos.
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acciones de vacunación. En particular, en 2021, se contempló la compra y aplicación de vacunas
contra COVID-19, constituyéndose en una de las intervenciones de mayor impacto en términos
de control, erradicación y eliminación del virus.
Al agrupar estas acciones a nivel funcional, en el nivel nacional, se destacan por su relevancia
Previsión social (insume en promedio el 53,5% de la finalidad en este nivel de gobierno), y Salud
(en promedio 21,7%), y, en menor medida, Educación, cultura y ciencia y técnica (9,3% en
promedio), Trabajo (8,1% en promedio, 11,5% en 2020), Promoción y asistencia social (5,3% en
promedio, 11,0% en 2020) y Vivienda y urbanismo (0,8% en promedio, 3,6% en 2021).
Por su parte, en la CABA y las provincias, resultan relevantes las acciones destinadas a la
prestación de servicios básicos como las ejecutadas en las funciones Educación, cultura, ciencia
y técnica, y Salud (ambas abarcan un 65,4% promedio del gasto en servicios sociales de la CABA
y las provincias). Los gastos en Previsión social son también significativos (inciden 19,5%
promedio en el gasto social provincial), ya que hay provincias que no transfirieron a la órbita
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nacional sus Institutos de Previsión Social y tienen a su cargo el financiamiento de los haberes
de los agentes pasivos de sus estados.
En los municipios, cobran relevancia los gastos destinados a la prestación de Servicios urbanos
(en promedio 33,2% del total) y las acciones de Vivienda y urbanismo y Salud (promediando
alrededor de 20% cada una), y en menor medida, Promoción y asistencia social (12,3% en
promedio) y Educación, cultura y ciencia y técnica (8,1% en promedio).
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Servicios y Energía y combustible (en promedio 44,2% y 40,2% del total de la finalidad,
respectivamente) son las funciones que más relevancia presentan dentro de los Servicios
Económicos, mostrando en promedio valores cercanos al 2,5% del PIB. Le sigue en importancia
Producción primaria, aunque en ningún año supera el 0,7% del PIB.
El 73,3% del gasto de la finalidad en 2021 es devengado por el Gobierno Nacional, situación
explicada por los subsidios, que contemplan las transferencias para gastos corrientes y de
capital a empresas del sector energético y de transporte, las transferencias directas a usuarios
demandantes de energía, las partidas destinadas a reducir el costo tarifario (tarifas sociales) y
aquellas dirigidas a sostener la estructura productiva de otros sectores económicos.
En la función Servicios priman las acciones cuyo mayor gasto lo ejecuta el Gobierno Nacional,
insumiendo este nivel de gobierno entre el 60,3% y el 72,2% del total. Son relevantes los gastos
dirigidos al sector Transporte, donde se destacan los subsidios destinados al transporte
automotor y, en particular, a empresas de colectivos del Área Metropolitana de Buenos Aires. Le
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siguen en importancia el gasto de capital y los subsidios corrientes al transporte ferroviario y,
finalmente, se ubica el gasto destinado al transporte aerocomercial. En este último caso, se
destaca el gasto público nacional destinado a Aerolíneas Argentinas S.A., aerolínea de bandera
estatizada en 2009, momento a partir del cual comenzó a otorgar un servicio federal. A partir de
2010 cobra dinamismo Comunicaciones, fundamentalmente por la ejecución del gasto de la
empresa Argentina de Soluciones Satelitales (ARSAT).
En Energía y combustible, función en la que el Gobierno Nacional ejecuta entre el 84% y el 96%
del total, se destacan las asistencias financieras a la Compañía Administradora del Mercado
Mayorista Eléctrico S.A. (CAMMESA) y el gasto de la empresa Integración Energética Argentina
S.A. (IEASA – Ex. ENARSA)2 destinadas a garantizar la sustentabilidad del suministro de energía
eléctrica, a financiar el abastecimiento de las centrales térmicas, a la compra de gas para el
abastecimiento del mercado interno y a la realización de obras de infraestructura energética. En
2013, se creó el Programa de Estímulo a la Inyección Excedente de Gas Natural y cobraron
importancia las compensaciones destinadas a empresas con proyectos tendientes a contribuir
al autoabastecimiento nacional de hidrocarburos. Es importante resaltar que, en 2014, se
contempla en el gasto la operatoria con títulos públicos por un importe de $40.002,5 millones
vinculada al acuerdo alcanzado con REPSOL por la expropiación del 51% de Yacimientos
Petrolíferos Fiscales (YPF).
Por último, dentro de Otros servicios económicos cabe destacar las acciones del Gobierno
Nacional tendientes a sostener e impulsar la actividad turística afectada por la pandemia COVID-
19. En tal sentido, desde 2020 se implementaron nuevas iniciativas tales como PreViaje –que
benefició a más de 4 millones de personas mediante la devolución del 50% de sus gastos–, y el
Programa de Auxilio para Prestadores Turísticos (APTur) –que brindó apoyo económico a
personas cuya actividad turística se vio afectada.
En lo que concierne al universo formado por las 23 provincias y CABA, el gasto en Servicios
Económicos en el total de erogaciones de este conjunto promedia en el período un 8%, sin
registrar grandes oscilaciones. Aproximadamente la mitad del gasto en esta finalidad
corresponde, a lo largo del período, a Servicios, fundamentalmente de Transporte.
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En 2022 se reestableció el nombre original de la compañía, actualmente es Energía Argentina S.A. (ENARSA).
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3.4 Servicios de la Deuda Pública
El gasto en Deuda Pública representa en promedio, el 2,7% del PIB, tornándose relevante en 2016,
2018 y 2019 cuando el ratio supera el 4%, valores similares a los años 2000 y 2001. En 2019,
Nación devenga el 86,2% del total de la finalidad, mientras que el resto está a cargo de la CABA
y las provincias, ya que el gasto de los municipios en la finalidad resulta irrelevante en el
agregado. En 2020 y 2021, desciende la participación en el gasto en servicios de la Deuda Pública
ejecutada por el Gobierno Nacional (83,7% y 83,1%, respectivamente) y aumenta el peso en esta
finalidad del nivel de gobierno provincial.
El gasto en Deuda Pública duplica su participación en el GPC entre 2009 (5,7%) y 2019 (11,7%).
En 2020 (5,9%), como consecuencia de la reestructuración de la deuda, desciende a valores
cercanos a los de 2009 y en 2021 se ubica por debajo del 5%.
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En el año 2016, en el nivel del Gobierno Nacional se registra el impacto del acuerdo con los
acreedores externos que no habían ingresado a los canjes de deuda pública anteriores
(“holdouts”) y contiene importes no atribuibles exclusivamente a ese ejercicio. Por su parte, en el
año 2018, el incremento interanual del gasto público en esta finalidad se debe a la atención de
intereses correspondientes a la reestructuración de deudas con el Club de París, los derivados
de préstamos externos y el registro de la colocación bajo la par de Títulos Públicos. En 2019, se
observa un incremento de los servicios de deuda, que pasan a representar el 18% del gasto
público del Gobierno Nacional (implicando 10 p.p. más que el promedio 2009-2015), explicado
por los intereses derivados de préstamos externos incluyendo los del Acuerdo Stand-By con el
Fondo Monetario Internacional (FMI). En 2020, en el marco de la reestructuración de los títulos
de deuda con acreedores privados, por la cual el Gobierno Nacional obtiene un elevado grado de
aceptación, se logró la restauración de la sostenibilidad de la Deuda Pública. En este contexto,
se alcanzaron los siguientes resultados que impactaron en la reducción de los Servicios de la
Deuda Pública en dicho ejercicio fiscal: para la deuda en pesos, se sentaron las bases para el
acceso al mercado local como herramienta de financiamiento del Tesoro Nacional y se
disminuyó la exposición a deuda de corto plazo en dólares; para la deuda denominada en moneda
extranjera, se logró reestructurar su perfil de vencimientos en forma consistente con la capacidad
de pago de la economía, reduciendo la carga de intereses y extendiendo los plazos de
amortización.
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En CABA y las provincias, la participación del gasto en Deuda Pública dentro del total pasó de
1,0% en 2009 a 4,3% en 2019. Esto mismo se vio reflejado en términos del PIB, creciendo del
0,15% en 2009 al 0,68% en 2019. En 2020, esos ratios son 2,7% y 0,44%, respectivamente; y en
2021 se reducen a 2,2% del gasto público de CABA y las Provincias y a 0,33% del PIB. La
participación de los intereses correspondientes a bonos ha ido aumentando año tras año,
pasando del 61,1% del total en 2009 al 92,2% en 2019, en detrimento de los de la deuda con
Organismos Internacionales (OO.II.) y Bancos, que pasan de 24,9% a 4,2% y de 10,9% a 2,6%,
respectivamente. El endeudamiento en bonos en moneda extranjera registró un importante
impulso en el período 2016-2017, y, por ende, el gasto en intereses correspondientes a esa
modalidad de financiamiento fue un factor importante en la explicación del aumento evidenciado
en el peso relativo de esta finalidad en 2018 y 2019. Desde 2020, al igual que lo sucedido con el
Gobierno Nacional, incide la reestructuración de la Deuda Pública.
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4. Reflexiones finales
La estructura de ejecución del GPC por nivel de gobierno se mantiene relativamente estable en
el período analizado, y es el Gobierno Nacional el principal ejecutor y motor de la dinámica
adoptada por el mismo, siendo el responsable de más de la mitad del gasto público devengado
en Servicios Sociales explicado fundamentalmente por el gasto en la función Previsión social. A
su vez, el gasto de Nación representa más del 70% de la ejecución en Servicios Económicos, que
se concentra funcionalmente en Energía y combustible y Servicios (Transporte). Por su parte,
CABA y las provincias se destacan por tener mayor incidencia en Funcionamiento del Estado y
Servicios Sociales, principalmente en las funciones Educación, cultura, ciencia y técnica, Salud y
Previsión Social. Por último, en el gasto público de los municipios cobran relevancia las acciones
destinadas a la prestación de Servicios urbanos, Vivienda y urbanismo y la inversión pública en
Salud.
La finalidad Servicios Sociales es la más relevante por su peso relativo en el total, y, dentro de
esta última, las funciones Previsión social, Salud, y Educación, cultura, ciencia y técnica son las
protagonistas.
Entre los cambios en la composición por finalidad del GPC entre los extremos del período
analizado, se destaca el aumento en la participación del gasto destinado a atender los Servicios
Sociales (+3,1 p.p., pasa de 25,9% del PIB en 2009 a 29,1% en 2021), con un pico de 32,9% del PIB
en 2020 explicado en gran parte por las erogaciones realizadas para la atención de las
necesidades generadas por la pandemia COVID-19. Por su parte, la finalidad Deuda Pública
aumenta 2,8 p.p. del PIB entre 2009 (2,3%) y 2019 (5,0%), y se reduce en 2,3 p.p. en 2020 (hasta
2,8%) respecto a 2019, producto de la restauración de la sostenibilidad de la deuda pública con
acreedores privados y, la estrategia de reconstrucción y fortalecimiento del mercado de deuda
pública en pesos, impulsadas durante 2020. Esta dinámica se profundiza en 2021 cuando el
gasto en la finalidad Deuda Pública representa 2% del PIB.
A nivel funcional, nuevamente medido entre extremos de la serie y en porcentajes del PIB, se
destacan los avances de Previsión social, Promoción y asistencia social, Energía y Combustible,
Salud, Trabajo y Vivienda y urbanismo; y los retrocesos de Educación, cultura y ciencia y técnica,
Administración general y Servicios.
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5. Anexo: Metodología de Estimación
Para el cálculo del GPC se utiliza la información del gasto en la etapa del devengado.
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Gasto Público de la Administración Nacional
Dentro de este subsector cabe realizar dos observaciones. En primer lugar, el gasto público del
Sistema Previsional incluye las erogaciones correspondientes a: (a) el pago de las jubilaciones y
pensiones del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA, ex SIJyP); (b) el pago de Pensiones
No Contributivas (PNC); (c) el pago de retiros al personal de las fuerzas armadas y de seguridad;
y (d) los regímenes especiales: Relaciones Exteriores, Poder Legislativo y Poder Judicial. Dentro
de las erogaciones del sistema previsional se incluyen también las Asignaciones Familiares del
sector pasivo, los sepelios y otras prestaciones sociales del Instituto Nacional de Servicios
Sociales para Jubilados y Pensionados (INSSJP-PAMI), así como los gastos administrativos
vinculados al funcionamiento de los sistemas considerados (que surgen de información
extrapresupuestaria). En segundo lugar, el gasto público en Asignaciones Familiares comprende
las destinadas a trabajadores en relación de dependencia, así como aquellas directamente
proporcionadas por las y los empleadores y el gasto administrativo del sistema. Hasta 2009,
estos dos últimos ítems no se veían reflejados en la ejecución presupuestaria de la
Administración Nacional; sin embargo, con el objetivo de homogeneizar la serie y hacerla
comparable, se incorporaron tomando como base la información suministrada por la Gerencia
de Finanzas de la ANSES. A partir de 2010, el Sistema Integrado de Información Financiera (e-
Sidif) provee la información necesaria para poder clasificar adecuadamente estos gastos.
Además, desde 2013 se registran, junto con el resto de las Asignaciones Familiares del sector
activo, las correspondientes al sector público que anteriormente no tenían una imputación
específica en ANSES, sino que se computaban en cada jurisdicción.
3 Por medio de los pactos fiscales I (del 12 de agosto de 1992) y II (del 12 de agosto de 1993), se transfirieron a la
órbita nacional las cajas previsionales provinciales de las siguientes jurisdicciones: CABA, Catamarca, Santiago del
Estero, Tucumán, Río Negro, Jujuy, Salta, San Juan, Mendoza, La Rioja y San Luis. A partir de ese momento, el pago de
prestaciones a las personas beneficiarias se incluye en el gasto de la Administración Nacional.
28
en la Contaduría General de la Nación (CGN), y para el periodo 1993-2021 provienen del Sistema
Integrado de Información Financiera (e-Sidif).
Las Empresas y Sociedades del Estado abarcan a las Empresas del Estado, las Sociedades del
Estado, las Sociedades Anónimas con participación estatal mayoritaria, las Sociedades de
Economía Mixta y todas aquellas otras Organizaciones Empresariales donde el Estado Nacional
tenga participación mayoritaria en el capital o en la formación de las decisiones societarias.
Las erogaciones de las Empresas Públicas que hasta 1992 estaban consolidadas en el
presupuesto y que no fueron privatizadas se imputan utilizando la metodología internacional4.
de existir déficit operativo, entendido como la diferencia entre el ingreso operativo (el
ingreso corriente descontadas las transferencias corrientes) y el gasto operativo (gasto
corriente neto de intereses de la deuda), se consolida sumado al gasto de capital. El déficit
se toma neto de intereses, dado que éstos se imputan en la finalidad Deuda Pública;
4 Véase por ejemplo Wickens, Tobías (octubre 2008), “Manual de Estadísticas de Finanzas Públicas, Material
Suplementario. Consolidación de las Estadísticas del Sector Público No Financiero”, Fondo Monetario Internacional.
Una versión más sintética del aspecto de consolidación puede verse en Fondo Monetario Internacional (septiembre
2011) “Estadísticas de Finanzas Públicas: Guía de Compilación para Países en Desarrollo”.
29
Entes Públicos del Sector Público Nacional
Este subsector abarca cualquier organización no empresarial estatal o no estatal con autarquía
financiera, personalidad jurídica y patrimonio propio, donde el Estado Nacional ejerza el control
mayoritario del patrimonio o de la toma de las decisiones. Concretamente, los Otros Entes5 del
Sector Público Nacional no Financiero (SPNNF) que se consolidan son la Administración Federal
de Ingresos Públicos (AFIP), el Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y
Pensionados (INSSJP-PAMI), el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) y el
Instituto Nacional de la Música (INAMU). A partir de 2019, se incorpora la Comisión Nacional de
Antidopaje.
La fuente de información primaria de la serie de Gasto Público de los Entes Públicos del Sector
Público Nacional es la Cuenta de Inversión publicada por la Contaduría General de la Nación.
La incorporación del gasto de las Obras Sociales se justifica por considerar que su figura jurídica
fue creada por ley especial de la Nación y que no se rige por la legislación general para personas
jurídicas de carácter civil o comercial. Las obras sociales son entidades que proporcionan
servicios de salud, turismo y asistencia social a sus afiliados/as y cubren a un alto porcentaje de
la población. Son financiadas con impuestos sobre la nómina salarial, contribuciones patronales
y aportes de las trabajadoras y los trabajadores recaudados por la AFIP. También puede
destacarse el carácter solidario del seguro, si bien cada empleado/a puede elegir entre las obras
sociales del sistema, no existe relación entre el aporte y las prestaciones recibidas pues éstas se
reparten solidariamente entre aportantes con distintos niveles de salarios y, por lo tanto, de
contribuciones, ya que todos reciben el mismo paquete prestacional. La contabilización de este
seguro social como gasto público está convalidada por la metodología internacional, típicamente
la del Fondo Monetario Internacional6. Estas erogaciones incluyen las prestaciones médicas y
5A partir del año 2003 la Unidad Especial Sistema de Transmisión Yacyretá (UESTY) es considerada en la categoría
Otros Entes según la Secretaría de Hacienda. La Dirección de Análisis de Política Fiscal y de Ingresos (DAPFI) la
consolida como una empresa pública para sostener la comparabilidad de la serie.
6 Las obras sociales están regidas por la Ley 23.660 y se definen como organizaciones de la seguridad social,
financiadas mediante el aporte y la contribución obligatorios de trabajadores y empleadores –respectivamente–
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sociales y los gastos administrativos. La AFIP provee esta información a partir de los registros
de aportes al Sistema Previsional Argentino.
El Gasto Público de las Obras Sociales Nacionales7 incluye tanto las reguladas por la
Superintendencia de Servicios de Salud (SSS), como las erogaciones de aquellas que no están
comprendidas por esta repartición (Poder Judicial, Poder Legislativo, Fuerzas Armadas y de
Seguridad).
La fuente de información para la estimación de la serie de Gasto Público de las Obras Sociales
Nacionales es el Informe de Seguridad Social publicado por la Dirección de Estudio de la
Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), allí se consignan los montos distribuidos al
Sistema Nacional de Salud. Para las que no están incorporadas en este Sistema, la fuente de
información es el Sistema Integrado de Información Financiera (e-Sidif).
Cabe destacar que, a partir del ejercicio 2017, para la estimación del Fondo de Redistribución de
las Obras Sociales se utilizó la información publicada por la Superintendencia de Servicios de
Salud (SSS) que detalla los tres componentes del Fondo: (a) el Sistema Único de Reintegro
(S.U.R.) dirigido a apoyar financieramente a los agentes del seguro de salud en el reconocimiento
de las prestaciones médicas de baja incidencia, alto impacto económico y tratamiento
prolongado; (b) los mecanismos de integración destinados al financiamiento directo del Fondo
Solidario de Redistribución a los agentes del seguro de salud, de la cobertura de las prestaciones
médico asistenciales previstas en el nomenclador de prestaciones básicas para personas con
discapacidad; y (c) las ayudas directas otorgadas por la AFIP: Subsidio de Mitigación de
Asimetrías (SUMA), Subsidio de Mitigación de Asimetrías para el Régimen de Trabajo Especial
sujetas a contralor estatal e integradas al Sistema Nacional del Seguro de Salud, cuyos fines son la prestación de
servicios de salud y sociales a los beneficiarios, los que tienen la opción de elegir afiliarse a la entidad que prefieran.
En el párrafo 2.14 del Apéndice 2 del Manual del Estadísticas de Finanzas Públicas de 2014 del Fondo Monetario
Internacional se considera la póliza individual como parte de un sistema de seguros sociales porque la participación
en el sistema es obligatoria por ley para las personas empleadas y el sistema es de carácter colectivo.
El mismo manual, en el párrafo 6.20, cuando se refiere a las contribuciones sociales, dice que “estas transacciones no
se eliminan por consolidación ya que se redireccionan para mostrar mejor las características económicas de la
transacción, primero a los empleados y luego de los empleados a los sistemas de seguro social”.
7 En esta estimación se tienen en cuenta la proporción del gasto de las obras sociales que es financiada por los aportes
y contribuciones obligatorias de los empleados y empleadores.
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(SUMARTE), Subsidio de Mitigación de Asimetrías para Mayores de 65 Años (SUMA 65) y
Subsidio Automático Nominativo de Obras Sociales (SANO).
Asimismo, tampoco se consolida el gasto total de las Universidades Nacionales, sino que se
contemplan sólo las transferencias realizadas desde la Administración Nacional a estas
entidades.
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Gasto Público de la Administración Pública No Financiera Provincial
El gasto de la Administración Pública No Financiera comprende el de las Administraciones
Centrales, los Organismos Descentralizados, los Fondos Fiduciarios, las Cuentas Especiales, y
las Instituciones de la Seguridad Social8.
Teniendo en cuenta que la DNAP publica información desagregada por función sólo para la
finalidad Gasto Público Social, la apertura por función para las finalidades restantes, y las
adecuaciones al clasificador utilizado, se realizan sobre la base de los datos de cuentas de
inversión, ejecuciones presupuestarias parciales y presupuestos provinciales.
En este ítem se incluyen los gastos de las Obras Sociales Provinciales (OSP), que comprenden
las prestaciones médicas y sociales y los gastos administrativos. Las prestaciones sociales
contemplan los egresos por: sepelios, becas, subsidios, turismo, seguros, geriátricos, subsidios
por discapacidad (no asociados a la compra de servicios y/o bienes para la salud) y pensiones.
Los beneficiarios de las prestaciones son las trabajadoras y los trabajadores en actividad y la
clase pasiva, provenientes del Sector Público Provincial y Municipal (por convenio), sus familiares
a cargo, adherentes voluntarios y por convenios.
En el gasto consolidado del Sector Público Provincial, cuando existe información suficiente, se
descuentan, de las erogaciones de las APNF, las transferencias destinadas a las Obras Sociales
que las provincias, en un esquema consolidado del Sector Público Provincial No Financiero (que
incluye a las Obras Sociales), consideran explícitamente como figurativas; a su vez, se detraen,
de las erogaciones de las Obras Sociales, las transferencias que realizan a las APNF, que sean
explícitamente indicadas en la información disponible como remesas figurativas.
La fuente de información de la serie de Gasto Público de las OSP para el período 1980-1987 son
las estimaciones de FIEL-CEA (1991), que desde 1988 se corrigen a partir de la información
8 De aquellas jurisdicciones en las que no fueron transferidas a la órbita nacional: Buenos Aires, Chaco, Chubut,
Córdoba, Corrientes, La Pampa, Entre Ríos, Formosa, Misiones, Neuquén, Santa Cruz, Santa Fe y Tierra del Fuego.
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provista por las provincias. Desde 1997, la información fue suministrada por las Obras Sociales
o relevada de las respectivas publicaciones oficiales y corresponde a datos extraídos de sus
memorias y balances, o de las cuentas de inversión o de los estados de ejecución del Sector
Público No Financiero de la CABA y las provincias. En caso de que sea necesario recurrir a una
estimación, para realizarla se tiene especialmente en cuenta la evolución de los gastos en
Personal de la APNF, que es la base sobre la cual se calculan los aportes y contribuciones
destinados a las obras sociales.
La fuente de información de la serie de Gasto Público Municipal es la de gasto total del sector
publicada por la DNAP hasta el año 2017. En consecuencia, para los ejercicios siguientes, se
estima el total de gasto en base a la información de las transferencias nacionales y provinciales
a este nivel de gobierno. La clasificación por finalidad y función a partir del año 2010 se realiza
en base a la última estimación proporcionada por la Secretaría de Hacienda a la Secretaría de
Política Económica que data del año 2009, aplicando la distribución porcentual del año previo al
total del gasto municipal del año bajo análisis.
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destinadas al cumplimiento de funciones tales como legislativas, dirección superior ejecutiva,
relaciones interiores y exteriores, administración fiscal, control de la gestión pública e
información estadística básica; Justicia, acciones relacionadas con el ejercicio de potestades
judiciales; y Defensa y Seguridad, acciones inherentes a la defensa nacional, al mantenimiento
del orden público interno y en las fronteras, costas y espacio aéreo y acciones relacionadas con
el sistema penal.
Por último, la finalidad Deuda Pública incluye el gasto destinado a atender los intereses y gastos
de la deuda pública interna y externa.
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Además, se detraen del gasto consolidado los pagos de intereses de las provincias a la Nación,
desde el año 2005, por el mismo motivo9.
9 Los pagos de intereses de las provincias a Nación operan en sentido contrario a las transferencias de Nación a
provincias. En el caso de las transferencias, simplemente no se toman en cuenta en el gasto de Nación, pero sí se
toman en cuenta como gasto de las provincias según la finalidad y función que las mismas declaran. En el caso de los
pagos de intereses de provincias a Nación (en concepto de intereses por préstamos del Gobierno Nacional, del Fondo
Fiduciario Federal de Infraestructura Regional y del Fondo Fiduciario de Desarrollo Provincial) se detrae de la finalidad
servicios de la deuda pública. Cabe aclarar que esta detracción es muy pequeña.
36
Esta cuenta es consolidada, es decir que no computa para la determinación del total de recursos
y del total de gastos aquellas transferencias (gastos figurativos) y financiamiento
(contribuciones figurativas) intra-sector público, de modo de evitar duplicaciones. Al consolidar
tanto ingresos como gastos permite analizar los resultados que surgen de la cuenta
(ahorro/desahorro, resultado primario, resultado financiero) y evaluar la política fiscal.
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Cuadro 1: Diferencias metodológicas comparadas entre fuentes de información
Esquema AIF del
Gasto Público
Sector Público
Consolidado
Argentino
SECRETARÍA DE
SECRETARÍA DE
POLÍTICA ECONÓMICA
HACIENDA
Momento Devengado. Devengado.
Prioriza clasificación por
Prioriza clasificación económica finalidad–función
Clasificación
(AIF). haciendo ajustes mínimos a la
clasificación registrada.
Foco Se consolidan ingresos y gastos. Se consolidan sólo gastos.
Se incorporan los gastos de
obras sociales nacionales y
Contempla las transferencias a
provinciales financiados por
Obras sociales obras sociales nacionales y
aportes y contribuciones de
provinciales.
empleados/as y
empleadores/as.
Provincias No incorpora cajas de previsión Incorpora el gasto de las cajas de
social provincial hasta 2016. previsión social provincial.
Se incorporan todos los ingresos Sólo se incluyen las
Fondos fiduciarios y gastos de los fondos transferencias de la APN a los
fiduciarios. fondos fiduciarios.
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5.2 Gasto Público Municipal por finalidad y función
El gasto público de las Administraciones Municipales comprende las erogaciones de las
Administraciones Centrales, Organismos Descentralizados y Cuentas Especiales.
La fuente primaria de información es la serie de gasto total del sector público municipal publicada
por la Dirección Nacional de Asuntos Provinciales (DNAP) perteneciente a la Secretaría de
Hacienda. Esta información cuenta con una apertura del gasto público por clasificación
económica y por objeto de gasto, y la misma se encuentra publicada hasta el ejercicio 2017.
Por otro lado, se observa que la información pública provincial sobre los gobiernos locales, sin
ser exhaustiva y/o completa, se circunscribe generalmente al esquema Ahorro-Inversión-
Financiamiento (AIF).
En consecuencia, para los ejercicios siguientes, se estima el total de gasto público primario
municipal (gasto total, excluidos los intereses de la deuda) en base a la información de las
transferencias nacionales y provinciales a los gobiernos locales, dado que desde 2009 éstas
financian más del 60% del gasto total de este nivel de gobierno. Específicamente, el gasto en
intereses de la deuda se estima suponiendo una evolución similar a la registrada por las
provincias.
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