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-GEOGRAFÍA E HISTORIA - UNIDAD 1: LA TIERRA EN EL SISTEMA SOLAR

1. EL UNIVERSO

1.1. El origen del universo.

El universo es un espacio infinito que no deja de expandirse y que contiene todo la materia y la energía en
sus distintas formas. Nada queda fuera de este gran contenedor, pues todo lo que existe forma parte de él, incluidos
el tiempo y el vacío.

En la actualidad, la teoría más aceptada sobre el origen del cosmos es la teoría del Big bang (o de la Gran
explosión). Para entenderlo, podríamos imaginar que antes de esta gran explosión la materia y la energía estaban
concentradas en un punto muy pequeño. Este fue aumentando de forma progresiva su temperatura hasta que hace
15.000 millones de años alcanzó el punto crítico y acabó explotando como una gran palomita.

1.2. Los cuerpos celestes.

La gran explosión que dio origen al universo liberó toda la materia y energía de forma inmediata y, a medida
que la temperatura fue disminuyendo, fueron formándose los primeros átomos. Varios miles de millones de años
después, está materia se fue concentrando hasta formar distintos cuerpos celestes o astros.

Los astros son los cuerpos celestes con forma definida: estrellas, planetas, satélites, asteroides. Las
galaxias y los sistemas planetarios no forman parte de este grupo. Los más destacados son:

- Estrellas: gigantescas bolas de gas que emiten luz y liberan una gran cantidad de energía. Por ejemplo, el Sol.
- Planetas: cuerpos celestes esféricos que orbitan alrededor de una estrella. No emiten luz ni energía. Por ejemplo,
la Tierra.
- Satélites: cuerpos esféricos que orbitan alrededor de un planeta. No emiten luz ni energía. Por ejemplo, la Luna.
- Otros cuerpos celestes: asteroides, cometas, meteoroides, etc.

Estos astros se agrupan en galaxias, que son conjuntos de estrellas, nebulosas y otros cuerpos celestes.
El ejemplo más cercano es la Vía Láctea, nuestra galaxia. En ella se encuentran el Sol y su sistema planetario, del
que forma parte la Tierra.
Entre todos estos cuerpos existen partículas de polvo, así como concentraciones de gas, sin olvidar el
mero espacio vacío.

2. EL SISTEMA SOLAR

El Sol es una gran bola de gas que emite gran cantidad de energía en forma de luz y calor. Esta energía
es fruto de la combustión de los gases que lo componen, en su mayor parte hidrógeno y helio. Cuenta con
un diámetro de 1.392.000 km, 109 veces mayor que el de la Tierra, y no se mantiene estático, sino que gira sobre
sí mismo (movimiento de rotación), al tiempo que se desplaza por el espacio.

El Sol es el centro del sistema solar y es su única estrella. Debido a su masa y fuerza de gravedad hace que el
resto de los cuerpos celestes del sistema solar giren a su alrededor.
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2.1. Planetas del sistema solar.

Los planetas son astros de forma esférica que giran alrededor de una estrella (movimiento de traslación)
trazando una órbita elíptica que varía en duración y velocidad. Su tamaño es inferior al de las estrellas y, a
diferencia de estas, no emiten luz.

El sistema solar está formado por ocho planetas que orbitan en torno al Sol junto con otros cuerpos celestes.
Algunos de estos planetas tienen satélites naturales que giran a su alrededor y los acompañan en su
desplazamiento alrededor del Sol.

En el sistema solar podemos diferenciar dos grupos de planetas en función de su distancia respecto al Sol:

• Planetas interiores: Mercurio, Venus, la Tierra y Marte son los más próximos al Sol y se caracterizan por su
naturaleza rocosa y sus pocos satélites.
• Planetas exteriores: Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno son los planetas más alejados del Sol. Se caracterizan
por su naturaleza gaseosa y por contar con un mayor número de satélites.

2.2. Los asteroides

Los asteroides son astros de formas y tamaños diversos (no superiores a los 1.000 km de diámetro). Existen varios
grupos, aunque el más importante es el formado por el llamado cinturón de asteroides, situado entre las órbitas
de Marte y Júpiter

2.3. Los planetas enanos

Los planetas enanos tienen las mismas características que los planetas mayores, pero sus órbitas, a diferencia de
las de aquellos, no están despejadas, es decir, que sean la fuerza gravitacional más grande en su órbita. Es lo que
sucede con Plutón, que fue considerado planeta hasta 2006, pero que en ese año pasó a ser clasificado como
planeta enano porque comparte su órbita con otros objetos de similar tamaño. Otros planetas enanos son Ceres o
Érides.

3. EL PLANETA TIERRA Y LA LUNA

3.1. Formas y dimensiones de la Tierra

Nuestro planeta se formó hace unos 4.650 millones de años y tiene la forma de geoide, es decir, una esfera un
poco aplanada en las partes superior e inferior (los polos). Además, se calcula que tiene un diámetro de poco más
de 12.700 km y una superficie de unos 500 millones de kilómetros cuadrados.

La esfera sólida que constituye nuestro planeta se denomina geosfera. Sobre su superficie se dibujan los seis
continentes: África, América, Asia, Europa, Oceanía y Antártida, que están separados por los océanos Pacífico,
Atlántico, Índico, Ártico y Antártico. Estos océanos, junto con los mares, los ríos, y otras aguas del planeta,
conforman la hidrosfera. Por último, la capa gaseosa que envuelve la Tierra se denomina atmósfera.

Los seres vivos que habitan estas tres capas constituyen la cuarta capa del planeta, la biosfera, que es donde se
desarrolla la vida.
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3.2. Las capas de la Tierra

La Tierra es un planeta pequeño, de estructura casi esférica, que está formado por distintas capas:

• La geosfera es la esfera sólida que constituye nuestro planeta. Está formada por minerales y rocas y se divide
en tres capas concéntricas:
• La corteza terrestre es la parte más superficial y delgada. Tiene una profundidad media de 35 km, pero
puede alcanzar los 70 km de espesor. Se divide en corteza continental, la que da forma a los continentes,
y corteza oceánica, que, sumergida bajo el agua, conforma los fondos marinos y oceánicos.
• El manto es la capa intermedia de la geosfera. Se divide en manto superior, que llega hasta los 700 km de
profundidad y alcanza una temperatura de 1.500 ºC, y manto inferior, que se extiende hasta los 2.900 km
de profundidad y puede llegar a unos 3.000 ºC.
• El núcleo es la capa más interna de la geosfera y representa un 15 % del volumen total del planeta. Se divide
en núcleo externo, que tiene un máximo de 5.100 km de profundidad, y núcleo interno, que llega hasta el
centro de la Tierra, a 6.371 km de profundidad, y alcanza una temperatura de 6.000 ºC.
• La hidrosfera es la capa líquida de la Tierra. Está formada por agua y cubre tres cuartas partes de la superficie
terrestre. La mayor parte de la hidrosfera (el 97 %) está formada por el agua salada de mares y océanos (aguas
oceánicas). El 3 % restante es agua dulce, que se distribuye en ríos, lagos, aguas subterráneas y, sobre todo,
hielo en los casquetes polares y en los glaciares. Estas aguas reciben el nombre de aguas continentales.
• La atmósfera es la capa gaseosa que envuelve la geosfera y la hidrosfera. En ella distinguimos cinco capas:
• La troposfera es la capa que está en contacto con la superficie terrestre. Es donde se concentran el oxígeno
y el dióxido de carbono (necesarios para la vida de animales y plantas). En ella se producen los fenómenos
atmosféricos. Se extiende hasta los 12 km de altitud.
• La estratosfera es la capa en la que se concentra la mayor parte del gas ozono, que nos protege de los
rayos ultravioleta del Sol. Se extiende hasta los 50 km de altitud.
• La mesosfera se extiende aproximadamente hasta los 80 km de altitud. Con la altura, su temperatura va
descendiendo hasta alcanzar los -100 ºC.
• La termosfera llega hasta los 500 km. Su temperatura puede alcanzar los 1.000 ºC por la absorción de las
radiaciones solares. Contiene partículas cargadas eléctricamente (iones) que facilitan las transmisiones de
radio y televisión, por eso los satélites de comunicaciones orbitan en esta zona.
• La exosfera es la parte superior de la atmósfera. Su límite puede situarse en los 10.000 km de altura.

3.3. La Luna.

La Luna es el único satélite natural de la Tierra. Tiene un diámetro de 3.476 km y se encuentra a unos
384.400 km de nuestro planeta. Carece de atmósfera, por lo que absorbe la mayor parte de la luz del Sol, de la cual
refleja un parte.

La superficie lunar presenta un relieve accidentado, reconocible por sus numerosos cráteres, causados por
el impacto de meteoritos, así como por unas grandes áreas oscuras y lisas denominadas mares. El desplazamiento
de la Luna alrededor de la Tierra coincide con su movimiento de rotación, lo que hace que siempre veamos una
misma cara de nuestro satélite. Asimismo, la posición cambiante de la Luna respecto a la Tierra y el Sol permite
establecer cuatro fases lunares distintas que se suceden a lo largo de un ciclo lunar de unos veintiocho días.
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4. EL SER HUMANO Y EL COSMOS

Todos los pueblos y culturas cuentan con una cosmogonía, es decir, con un conjunto de mitos que sirven
para explicar el origen del universo.

Las constelaciones son conjuntos de estrellas que, vistas desde la Tierra, parecen formar distintas figuras.
Algunas de ellas recibieron sus nombres de los primeros navegantes, como sucede con la Osa Mayor y la Osa
Menor, nombradas así por los griegos. La Osa Menor nos permite situar el polo norte celeste.

5. EL ESTUDIO DEL UNIVERSO

5.1. Desde los orígenes hasta el siglo XVII

Durante la antigüedad (ca. 3500 a.C-476), la astronomía vivió importantes avances. Mediante la observación
de las estrellas, los astrónomos de Mesopotamia y del Antiguo Egipto fueron capaces de crear un calendario de
365 días, dividir el día en 24 horas o calcular la periodicidad de los eclipses. Asimismo, en otras regiones como
el valle del Indo, China o Mesoamérica también se produjeron importantes observaciones astronómicas.

Los sabios del mundo clásico (Grecia y Roma) también estudiaron en profundidad el movimiento de los
astros. Entre ellos destacó Claudio Ptolomeo (100-170), quien consideraba que la Tierra se situaba en el centro
del universo y que a su alrededor giraban el Sol, la Luna, los planetas y las estrellas. El modelo
geocéntrico o ptolemaico estuvo vigente durante siglos, y su obra, el Almagesto, fue la obra de referencia durante
1.400 años.

Durante la edad media (siglos V-XV), el legado científico griego fue preservado por los árabes, aunque el
gran cambio no llegaría hasta el siglo XVI, cuando Nicolás Copérnico(1473-1543) presentó su modelo
heliocéntrico del universo, en el que el Sol se situaba en el centro y en torno a él orbitaban el resto de cuerpos
celestes.

A partir de ese momento se siguieron importantes avances en el campo de la astronomía: Galileo


Galilei (1564-1642) confirmó el modelo de Copérnico, pese a ser condenado por la Inquisición; Johannes
Kepler (1571-1630) defendió que en su órbita alrededor al Sol los planetas trazaban una elipse, no una
circunferencia; e Isaac Newton (1642-1727) confirmó las leyes de este último al deducir la ley de la gravitación
universal.

5.2. La astronomía moderna.

A lo largo de los siglos XVIII y XIX, el estudio del cosmos se hizo mucho más preciso gracias a la ley de la
gravitación universal de Isaac Newton y al desarrollo de los instrumentos de observación. Gracias a ello, se pudo
observar la superficie de los planetas, descubrir nuevos cuerpos celestes, calcular distancias o conocer mejor el
movimiento de los astros.

El siglo XX supuso una auténtica revolución en el campo de la astronomía, pues se realizaron importantes
avances en el campo de la astrofísica (teoría de la relatividad, teoría del Big bang, etc.), así como en el desarrollo
de los instrumentos de observación (telescopios más potentes, espectrómetros, satélites, sondas espaciales, etc.).

Apuntes: AulaPlaneta

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