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El neoliberalismo se puede entender como una mutación extrema del capitalismo,

un sistema heterogéneo de muy difícil (o imposible) comprensión en toda su


magnitud. Su carácter multiforme e incluso paradójico hace que su significado
completo resulte muchas veces incomprensible, habiéndose desarrollado como una
especie de estructura orgánica teratogénica. Se trata de un sistema que parece
tener al Estado como enemigo, pero a la vez se aprovecha de él para legitimar su
expansión. La extrañeza en la genealogía del neoliberalismo también se ve reflejada
al comienzo de la película a través del protagonista, ya que este es incapaz de
entender el insólito mecanismo del hoyo una vez es admitido. Esto también forma
parte importante de la trama, puesto que el espectador nunca llega a saber quién o
quiénes son las personas que están detrás del sistema imperante en el edificio. Las
tres características fundamentales del neoliberalismo actual serían la
desregularización del mercado, el libre comercio y la privatización de servicios
públicos tales como la sanidad, la educación o las pensiones, entre otros, donde el
Estado tiene poco a nada que decir y es una bestia a la que se debe matar de
hambre

Al comienzo del largometraje ya se puede ver el sistema jerárquico dominante típico


del neoliberalismo, en este caso en la cocina donde se prepara la suculenta comida
que se llevará al hoyo para ser consumida. La cocina, de la que apenas se ven
imágenes y donde el espectador nunca oye nada, está organizada por una especie
de mánager o supervisor y el resto de los trabajadores, desde cocineros hasta
camareros. Esta jerarquización se puede observar de manera más clara en el hoyo,
puesto que al ser un edificio vertical, los que están arriba son los que tienen el
“poder” y los de abajo serían los desposeídos. Al comienzo de la película una voz en
off enuncia: “Hay tres clases de personas, las de arriba, las de abajo y las que
caen”, representando así las clases sociales, su restringida movilidad y la lucha
entre estas. En términos generales, el hoyo es un microcosmos de la sociedad
contemporánea que refleja las desigualdades entre las distintas capas sociales.
Trimagasi es el primer compañero de cubículo de Goreng, es un varón de unos 70
años al que apenas le quedan unos meses para salir del hoyo. Al final de su
encierro también se le concederá un título homologado. Trimagasi, al igual que otras
personas que residen en este edificio, se ha adaptado perfectamente a este espacio
malthusiano por excelencia y conoce la mecánica debido a que lleva bastante
tiempo en él. El personaje es un producto del hoyo, es decir, una persona que solo
busca el interés personal y que piensa que lo que está viviendo es algo “obvio”,
palabra que repite de manera cuasi mecánica. Esta palabra es muy relevante
puesto que el sistema económico en el que vivimos también es considerado por
gran parte de la sociedad como algo obvio. Sin embargo y como afirma César
Rendueles, “el mercado libre no es el resultado espontáneo de un instinto
emprendedor innato en la especie humana” (Capitalismo 23), sino que es el
“sometimiento de todas las instituciones sociales [donde el] mercado ha requerido
una enorme y complicadísima ingeniería social que se ha perfeccionado a lo largo
de mucho tiempo” (Capitalismo 25).Trimagasi ha perdido casi por completo el
vínculo social con las demás personas y solo busca su propio beneficio,
consecuencia de la sociedad de mercado y su competitividad: “Hablar me agota y
sobre todo cuando tengo que aportar más información de la que recibo”, le dice a
Goreng. Esta declaración es muy significativa si se tiene en cuenta que en la lógica
neoliberal el principio economicista prevalece por encima de todo y que cada acción,
concesión y servicio debe traer sus propios beneficios, produciendo consecuencias
desastrosas en términos de justicia social (Bauman y Bordoni 58). Por esta razón, el
objetivo de Trimagasi, al igual que el de los demás ocupantes del hoyo, es salir vivo
del edificio y conseguir su título homologado, sin importarle si ese objetivo puede
perjudicar a los demás, algo que nos llevaría a la frase maquiavélica de “el fin
justifica los medios”. Trimagasi, como los demás residentes del hoyo, ha llegado a
un grado de deshumanización bastante avanzado. Esta característica se ve
claramente cuando no le da la mano a Goreng cuando este se presenta, cuando se
niega a darle más información cuando este se la pide o la nula relación que tiene
con los vecinos de los diferentes niveles. Además, come con muy poco decoro,
escupe en la comida o arroja la botella de vino a la mesa una vez la plataforma
empieza a descender al nivel inferior. Asimismo, no le gusta que Goreng use la
palabra “obvio”, puesto que la considera de su propiedad.16 De la misma manera y
sin ninguna razón aparente, Trimagasi no duda en orinar en la comida una vez la
mesa comienza a descender porque se le ha agotado el tiempo para comer. La
deshumanización e insolidaridad son características propias de todos los inquilinos
del edificio debido al nivel de competitividad, estrés y miedo al que se ven
sometidos, algo que ocurre en gran parte de las sociedades mercantilizadas. Sin
embargo y a pesar de todo, durante el primer mes que Goreng y Trimagasi
comparten habitación, hay una serie de imágenes sucesivas en las que el
espectador puede ver cómo ambos personajes desarrollan una amistad saludable:
comen, ríen, se gastan bromas y hasta leen juntos, algo que refuerza lo dicho por
Aristóteles al referirse al hombre como un animal político o civil (15), ratificando que
el hombre es un ser sociable por naturaleza.

Algo también significativo de la película es la ausencia de las familias. La familia ha


sido el origen de toda sociedad. Como proclama Aristóteles, la sociedad (o polis) no
es otra cosa que la consecuencia de un conjunto de familias (128). La ausencia de
estas en el largometraje se puede extrapolar a las sociedades actuales, donde cada
vez es más difícil tener familia debido a la precariedad en el trabajo, consecuencia
del neoliberalismo

Final

El hoyo es una estructura que representa la muerte y simboliza la alegoría de la


caverna de Platón, un mundo irreal en el que las personas están encerradas y no se
les permite ver la realidad. La película es una crítica implacable a un sistema
económico que consiste en una máquina despiadada de producir exclusión,
destrucción y muerte allá por donde pasa. Un régimen donde la función de la clase
política es simplemente simbólica porque se ha convertido en tan solo un engranaje
más del neoliberalismo que atiende a las demandas de los grupos financieros más
influyentes, dejando al Estado como un ser moribundo en fase terminal. El final del
largometraje revela que solo la solidaridad y la empatía podrán salvarlos y que lo
que a uno afecta, afecta a todos. Como reflexión final, no deja de ser contradictorio
que una película que critica el neoliberalismo sea solo un dispositivo más que
confirma este sistema.

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