Archivística
Archivística
ARCHIVÍSTICA ESPAÑOLA
1
Diego Melgares de Aguilar Sánchez
Archivística española.
1. HISTORIA DE LA ARCHIVÍSTICA.
1.1. Cuestiones conceptuales: el periodo prearchivístico y el periodo de
desarrollo archivístico.
El objetivo principal es el de distinguir los periodos más importantes en que se puede
clasificar la archivística, así como su importancia y características. En cuanto a la
Archivística como tal, esta se caracteriza por una praxis archivística desde el inicio de la
escritura, pero que como ciencia solo aparecerá a partir del siglo XIX. Esto significa que
se realizará un recorrido desde la Archivística como praxis hasta la Archivística como
ciencia.
2
Diego Melgares de Aguilar Sánchez
Archivística española.
que los archivos ya ganan un valor como fuente histórica; y un tercer periodo que finaliza
en la actualidad, entendiéndose en esta época el archivo como el elemento para definir
y crear una identidad nacional, además del archivo como un contrapoder contra el
arbitrio y abuso de los poderes públicos.
Por tanto, queda claro que ha habido múltiples teorías sobre cómo dividir los
periodos con base en criterios archivísticos, de entre las cuales destacan las dos
mencionadas. De entre ambas, en la asignatura se seguirán las divisiones de Agustín
Mendos y la profesora Vivas, quienes hablan de cuatro apartados. El primero de ellos
habla de la archivística como instrumento funcional, siendo la primera formalización de
archivos y que abarca desde el inicio de la escritura hasta la llegada a Castilla de los
Trastámara. El segundo periodo se extendería desde la Baja Edad Media hasta la
segunda mitad del siglo XVIII y que entiende la archivística como la doctrina patrimonial
y jurídico – administrativo. En tercer lugar, se entiende el desarrollo historiográfico y
teoría especulativa, yendo desde la segunda mitad del siglo XVIII hasta la primera mitad
del siglo XI. En último lugar, la cuarta etapa pasa por la archivística integral.
3
Diego Melgares de Aguilar Sánchez
Archivística española.
4
Diego Melgares de Aguilar Sánchez
Archivística española.
5
Diego Melgares de Aguilar Sánchez
Archivística española.
6
Diego Melgares de Aguilar Sánchez
Archivística española.
administrativo y legal sobre los súbditos. También se empieza a dar a partir del siglo XVI
una pequeña red de archivos, donde ya no existe solo un archivo central (archivos de
estado), sino que ya empiezan a aparecer otros como los parroquiales, los concejiles, los
señoriales o los eclesiásticos, y que demuestran la complicación de la administración
territorial y que no dejan de servir a estos fines de utilidad administrativa como también
lo hacen los Archivos Centrales o de Estado.
7
Diego Melgares de Aguilar Sánchez
Archivística española.
8
Diego Melgares de Aguilar Sánchez
Archivística española.
9
Diego Melgares de Aguilar Sánchez
Archivística española.
10
Diego Melgares de Aguilar Sánchez
Archivística española.
Algunas de las clasificaciones que emanan de esta división son, entre otras, la de
los archivos nacionales, como el AHN, el ACA, el AGA, el AGI, el Archivo General de la
Guerra Civil, la Real Cancillería de Valladolid… los cuales son regidos por el Estado. En
segundo lugar se encuentran los archivos regionales, cuya propiedad radica en el en
Estado, pero su gestión está transferida a las comunidades autónomas, como es el caso
del archivo de la Chancillería de Granada, o los de los reinos de Valencia, Galicia o
Mallorca. Junto con este tipo de archivos regionales también se encuentran los archivos
históricos provinciales, cuya gestión es autonómica, pero la titularidad estatal, de forma
muy similar a como son los archivos regionales. Solo los archivos provinciales del País
Vasco están bajo competencia del Estado y no de la comunidad autónoma.
- El archivo histórico.
Otro de los criterios a la hora de catalogar los archivos es la edad de los archivos, lo cual
va unido a la idea de los archivos históricos, entendidos estos como todo aquel archivo
que haya superado su labor administrativa y cuyos fondos deben ser conservados a
perpetuidad por su valor histórico. Por tanto, estos archivos no se clasifican según los
criterios antes mencionados, sino que atienden a la antigüedad de los restos que
contienen.
11
Diego Melgares de Aguilar Sánchez
Archivística española.
documentos. Esto entronca con la división referida al inicio del tema, ya que la
documentación recaudada en el archivo responde a una institución y no a un territorio
concreto, en tanto que existen instituciones pluriregionales y cuyos fondos deben
encontrarse unidos debido a que pertenecen a una única institución. Esto no significa
que no se encuentren en diferentes depósitos, pues siguen formando parte del mismo
archivo, aunque en espacios diferenciados.
12
Diego Melgares de Aguilar Sánchez
Archivística española.
13
Diego Melgares de Aguilar Sánchez
Archivística española.
14
Diego Melgares de Aguilar Sánchez
Archivística española.
15
Diego Melgares de Aguilar Sánchez
Archivística española.
- Archivos provinciales.
Por su parte, un archivo provincial está mucho más acotado, siendo todo aquel que
recoge la documentación que ha sido producidos o reunidos por sujetos y organismo
cuyas actividades administrativas y competencias no superan el ámbito provincial. Se
trata de una idea mucho más concreta en tanto que el concepto de provincia es mucho
más concreto y antiguo en el tiempo, estando perfectamente este definido desde la
década de los 60 del siglo XIX.
Los Archivos Históricos Provinciales fueron creados mediante la orden conjunta
de los Ministerios de Justicia e Instrucción Pública el 12 de noviembre de 1931 con la
intención de reunir la documentación dispersa por las provincias y en riesgo de
perderse. Muchos de estos archivos no se crearían hasta los años 40 y 50, algo que se
debe a la propia Guerra Civil. Su primera labor fue la de recoger los protocolos notariales
que tenían más de 100 años, algo que aún a día de hoy se sigue realizando de forma
sistemática. Además, surgen con vocación de conservar la documentación histórica de
forma permanente, rescatando la documentación que está en riesgo de desaparición.
Posteriormente se entendió la utilidad de estos archivos y se le fueron asignando
más funciones en lo que respecta a la recuperación de documentación. Es así que en
1947 se estableció que recibieran también documentación histórica de las Audiencias
provinciales, los juzgados y la delegación provincial de Hacienda. En el 1957 también se
les asigna recoger las llamadas contadurías de hipotecas y en el año 1969 se le
encomendará la recogida de toda la documentación de los servicios periféricos del
Estado que tuvieran más de quince años de antigüedad. Por otro lado, estos archivos
son de carácter estatal, aunque su administración está cedida a las Comunidades
Autónomas. En el caso del archivo de la Región de Murcia se funda en el 1976, aunque
estuvo en funcionamiento de facto desde 1955 con el recibimiento de las primeras actas
notariales y los documentos de la delegación de Hacienda. El Archivo se encontraba en
el Palacio de Archivos, Bibliotecas y Museos de Murcia, hoy día el Museo Arqueológico
de Murcia.
16
Diego Melgares de Aguilar Sánchez
Archivística española.
guardados en un arca de tres llaves. No obstante, fueron los Reyes Católicos los que
impulsaron con mayor eficacia los archivos municipales, junto con los notariales,
estableciendo la obligatoriedad de crear un arca de tres llaves para conservar los
documentos en un lugar seguro, algo que ya decía Alfonso X, pero que no se estaba
llevando a la práctica. Además, los Reyes Católicos ordenaron la copia de todos los
documentos existentes en los archivos concejiles en una serie de libros en papel
encuadernado. Además, había de hacerse un segundo libro de más solemnidad en el
que se guardaban los privilegios y sentencias de las villas, hechos en pergamino y que
venían con una detallada tabla de índices.
17
Diego Melgares de Aguilar Sánchez
Archivística española.
Como consecuencia de lo visto se observa que muchos autores hablan de los archivos
nobiliarios como un tipo de archivo de familia, algo que no es así, pero que así se concibe
en función de los fondos que albergan. Estos archivos son de una importancia crucial
para los historiadores ya que tienen una enorme singularidad, por su indudable valor y
antigüedad de su patrimonio y por la variedad documental que albergan. Además, son
archivos que tiene un gran valor para la historia local ya que son complementarios con
los archivos municipales y otros archivos a día de hoy perdidos. Ejemplo es la
documentación de cualquier señorío jurisdiccional que no solo tiene su historia en el
archivo municipal, sino en toda la documentación que se ha generado para el señor de
dicha villa, quien ejercía la labor de su gobierno, dando así una enorme riqueza al archivo
18
Diego Melgares de Aguilar Sánchez
Archivística española.
del señor, máxime cuando muchos de los archivos municipales se han perdido a lo largo
de los siglos por diferentes avatares de la Historia. Algunos de estos archivos tienen una
documentación antiquísima, generalmente relacionada con la concesión del señorío en
forma de mercedes.
Dentro de los archivos nobiliarios se encuentran diferentes secciones debido a
su diversidad y a su gran extensión en algunos casos paradigmáticos. Generalmente, las
características que guardan los archivos nobiliarios se pueden dividir en hasta siete
secciones. La primera de ellas sería la del linaje, en la que se guarda la documentación
familia y personal, como privilegios, capítulos matrimoniales, testamentos, genealogías,
servicios de armas, heráldicas…; la segunda sería el patrimonio señorial, es decir, todos
los títulos de propiedad o las cuentas que genera el señorío, luego hay una importante
documentación de tipo judicial, lo cual se debe a la dilatada experiencia del señorío en
el tiempo; otra parte importante es la correspondencia, siendo esta muy variada; la
quinta sección serían los papeles de función, es decir, aquella creada en para la
administración del señorío y que en ocasiones tiene un carácter público ya que en
muchas ocasiones la documentación estaba sometida a la responsabilidad de la persona
que ocupaba el organismo que generaba esa documentación, al menos, hasta el reinado
de los Reyes Católicos y en especial hasta época de Felipe II; la sexta sección sería la
relacionada con los linajes y las diferentes casas que se asocian a la familia; y una última
sección de documentación diversa que se añade a los fondos de la familia por diferentes
causas y entre los que se encuentran protocolos notariales, fondos eclesiásticos o
fondos personales entre los más comunes.
Estos archivos son hasta tal punto importantes que el Ministerio de Cultura creó
el Archivo Histórico de la Nobleza, el cual se encuentra en Toledo y que tenía como
objetivo concentrar todos los archivos nobiliarios que hay en España con el fin de
proteger este patrimonio documental. Este es el mayor de los problemas, ya que
muchos de estos archivos están en peligro de desaparición ya que no son mantenidos y
custodiados en las condiciones adecuados. Entre los fondos presentes en este Archivo
de la Nobleza que se iniciaron con la donación de los documentos del archivo del ducado
de Osuna se encuentran los de gran parte de las más importantes familias nobiliarias de
España como los Medina – Sidonia, quienes suelen dar sus documentos como una
donación o en depósito.
En el caso del Archivo General de la Región de Murcia, la sección de la nobleza
se encuentra inserta en el apartado B, concerniente a los fondos de origen privado,
contraponiendo así lo público a lo privado. Dentro del mismo apartado se distinguen
archivos de empresas, asociaciones, partidos políticos y agrupaciones entre otros,
además de una última sección dedicada a archivos personales y familiares en los que se
insertan estos archivos nobiliarios. Además, este Apartado B del Archivo General de la
Región de Murcia incluye documentación de carácter eclesiástico, como es la de
hermandades, hospitales, monasterios o conventos.
19
Diego Melgares de Aguilar Sánchez
Archivística española.
20
Diego Melgares de Aguilar Sánchez
Archivística española.
21
Diego Melgares de Aguilar Sánchez
Archivística española.
la Heráldica, también ha ganado gran interés en los últimos años la Genealogía, ya que
ayuda a contextualizar e identificar a los protagonistas de los documentos, existiendo
una normativa internacional para la descripción de esta cuestión y a la hora de cómo
crear árboles genealógicos. La Cronología es otra de las ciencias auxiliares de valor para
la archivística, ya que ha de tenerse conocimientos sobre estos para datar con
corrección un documento, teniendo en cuenta elementos como “la era hispánica”, “la
Égida” o la “indección” para el caso de los documentos eclesiásticos. Por último, una de
las ciencias auxiliares tradicionales, que a su vez se puede dividir en dos ramas, es la de
la Onomástica y la Toponomástica, que ayuda a ubicar en un espacio concreto el
documento y hay que tener en cuenta el cambio de la toponimia. Además, aunque no
se trate de una ciencia en sí, debe de tenerse cierto conocimiento acerca de la
metrología y la historia de la moneda, ya que la documentación de carácter
administrativo suele presentar todo tipo de medidas y monedas.
Por otro lado, aparecen otras ciencias auxiliares más recientes como son las
ciencias de la administración, las de la información, las informáticas, las de la
conservación preventiva y las de lingüística.
3.2. Archivos.
- Concepto.
Cuando se habla de un archivo se hace referencia de forma indistinta o global a tres
conceptos, que son el conjunto de documentos, la institución y el edificio en que se
contienen los primeros.
Un archivo entendido como un conjunto de documentos es una reunión de
fondos documentales de cualquier fecha, forma o soporte que hayan sido creados o
recibidos por una persona física, entidad pública o privada, en el ejercicio de su actividad
y son conservados por sus creadores o por sus sucesores para servir como testimonios
e información a la persona o institución que los produce y a los ciudadanos, o como
fuente de la Historia.
Por otro lado, el archivo se entiende como institución, es decir, un órgano
dedicado a la acogida, tratamiento, inventario, conservación y servicio de los
documentos. Por último, es también el edificio, o parte de él, donde se conserva y se
sirve los documentos a los usuarios.
- Funciones.
22
Diego Melgares de Aguilar Sánchez
Archivística española.
- Etapas.
Un archivo, desde su creación hasta la etapa final de conservación pasa por varias fases.
La primera de ellas es la conocida como fase de creación o fase de gestión. En esta, el
archivo es objeto de uso en los asuntos de su creador, con una documentación en fase
de tramitación. Esta etapa del archivo de gestión tiene una duración de 5 años una vez
el documento ha sido tramitado. En la actualidad, debido al volumen de documentación
que se genera en papel, esta duración se ha acortado a un año. La segunda fase es
conocida como la de mantenimiento y uso o archivo administrativo. En ella, las oficinas
remiten la documentación al archivo, aunque todavía cabe un uso administrativo de la
documentación, aunque este no sea seguro. A partir de este momento, la
documentación está bajo la responsabilidad del archivero, quien deberá tramitar
cualquier cambio o requerimiento, siendo su duración de unos 15 años. Una vez
transcurre este tiempo y pierde la finalidad administrativa la documentación, esta es
llevada al llamado “archivo intermedio”, comenzando así la tercera fase, en la que unos
técnicos establecen, valoran y seleccionan los documentos que han de ser conservados,
realizándose el expurgo, es decir, la destrucción de aquella documentación que carece
de valor o este es ínfimo, para lo cual se atiende a diferentes criterios. Este trámite y
proceso de selección se suele prolongar entre los 15 y los 30 años y para el caso español,
es el Archivo de Alcalá de Henares, o Archivo General de la Administración, el que hace
las veces de archivo intermedio, además de archivo histórico, ya que el Archivo Histórico
Nacional está ya imposibilitado para recoger más fondos debido a que se encuentra
saturado. La etapa final es el archivo histórico, en la que la documentación que ha
sobrevivido al expurgo debido a su valor informativo, histórico o cultural, es conservada
a perpetuidad y pasan a ser considerados como patrimonio histórico según la ley de
patrimonio documental de 1985.
- Clasificación.
A la hora de clasificar los archivos hay que atender a varios criterios, como puede ser la
propia finalidad del archivo, ya que este puede ser histórico, jurídico, administrativo…
También se puede hablar de si se trata de un archivo vivo o muerto, es decir, si el archivo
sigue recibiendo información del organismo que la produce, ya que no necesariamente
esa documentación ha de ser de carácter administrativo, sino que puede ser también
documentación denominada de depósito, es decir, de carácter histórico. Por ejemplo, el
Archivo Histórico Nacional sigue recibiendo fondos de las administraciones que le
corresponden, por lo que se trataría de un archivo vivo. Por el contrario, un archivo
muerto es aquel que ha dejado de crecer ya que ha desaparecido la entidad productora
que lo nutría.
Otra clasificación se puede establecer en función de su propietario, existiendo
aquellos oficiales o públicos y los de carácter privado. En los primeros entrarían
estatales, autonómicos, provinciales, municipales, de Justicia, de Hacienda… Mientras
que en los segundos entrarían otros como particulares, la Iglesia, familia, etc. Volviendo
23
Diego Melgares de Aguilar Sánchez
Archivística española.
a los archivos públicos, como se ha visto en el tema anterior, estos pueden ser
nacionales, regionales, provinciales o municipales.
También el acceso es un criterio de clasificación, ya que los hay públicos,
semipúblicos o privados, en tanto la accesibilidad referida a la sociedad e investigadores
en general. En este sentido, los archivos públicos siempre tienen carácter público,
mientras que los privados si pueden tener un acceso público, aunque esto queda
siempre a voluntad del propietario del archivo. En otras ocasiones, tanto archivos
públicos como privados pueden tener un acceso restringido en contadas ocasiones, lo
que hace que se hable de un acceso semipúblico.
- Características.
Los documentos cuentan con una serie de caracteres internos, que se refieren a la
entidad productiva, orígenes funcionales, fecha y lugar de producción y el contenido en
sí mismo; y externos, como son la clase, el tipo, el formato, cantidad y forma. Entre estos
caracteres externos, la clase puede ser entendida como el procedimiento empleado
para transmitir la información (textuales, iconográficos, sonoros, audiovisuales,
electrónicos…), el tipo, aspecto que compete más a la Diplomática, es el aspecto que va
24
Diego Melgares de Aguilar Sánchez
Archivística española.
- Valores.
Por último, los valores, en consonancia con las edades de los documentos, pueden
establecerse en valores primarios, secundarios y otros valores que pueden ser
informativos e intrínsecos. Todo esto está en gran medida relacionado con las edades
de los documentos, así como con los ciclos de los archivos antes mencionados.
25
Diego Melgares de Aguilar Sánchez
Archivística española.
productora. Por otro lado, los documentos con valor intrínsecos son aquellos cuyos
valores confieren un valor único, como pueda ser su contenido, su rareza, las
circunstancias de su producción, la presencia o no de firmas o sellos…
Además, los valores del documento tienen luego una recopilación que aplicada
a un documento constituye las edades de los documentos, esencial para la posterior
selección y expurgo. En este sentido, ha de tenerse muy en cuenta que un documento
no es sinónimo de “unidad documental”, es decir, la unidad mínima indivisible en la
pirámide de Archivística. Dicha unidad documental puede estar constituida por un
documento, denominándose unidad documental simple, o por varios documentos,
cuando pasa a llamarse unidad documental compuesta. Por tanto, se entiende por
documento tanto las unidades archivísticas (expedientes, libros, dosieres…) como las
distintas y únicas piezas documentales (documentos sueltos o conjunto de
documentos).
26
Diego Melgares de Aguilar Sánchez
Archivística española.
4. LA ORGANIZACIÓN ARCHIVÍSTICA.
4.1. Organización.
Se entiende como organización la función fundamental del archivero que consiste en
facilitar el acceso a los documentos y a la información por parte de los posibles usuarios.
Por ello, es necesario crear una serie de instrumentos de descripción que son elaborados
mediante una tarea previa de clasificación y ordenación documental que corresponde
al archivero en pos de esta labor de facilitar el acceso del público general a la
documentación de un archivo. La importancia de la organización archivística es
imprescindible, pues en un archivo desordenado es común la pérdida de documentos,
además de que resulta muy complejo encontrar los documentos deseados a la hora de
realizar una búsqueda completa, lo cual haría perder por completo la utilidad del archivo
en sí. Por tanto, un archivo ordenado y organizado disminuye las pérdidas, favorece la
conservación y mejora el acceso a la documentación.
Es por ello que se tienen tres objetivos a la hora de llevar a cabo la ordenación
de un archivo. El primero de ellos es la de coadyuvar con el servicio de consulta,
considerando que los documentos aportan mayor información si se encuentran
integrados en su contexto, ya que los documentos se encuentran interrelacionados
entre sí. En cuanto al segundo, este consiste en dar a cada unidad archivística su lugar
correspondiente, bien mediante la aplicación del principio de procedencia y el oren
original. Se trata de fondos institucionales, o bien según la distribución lógica de
agrupación, en el caso de colecciones. Por último, el tercer objetivo es evidenciar o
reconstruir la disposición de un archivo, a partir de las relaciones funcionales t
estructurales que, de manera natural, se producen entre los documentos durante su
ciclo vital. Todo
La organización archivística se compone, en su fase primera de identificación, de
dos etapas que son la clasificación y la ordenación. Habitualmente los términos clasificar
y ordenar se emplean de manera indistinta en el lenguaje coloquial, sin embargo, desde
el punto de vista de la Archivística, existen muchas diferencias importantes que hay que
conocer. En este sentido, la clasificación de un fondo documental consiste en establecer
las diferentes clases o grupos que son diferentes entre sí, pero iguales de forma interna;
mientras que la ordenación lo que hace es distribuir, alinear o enfilar dentro de cada
uno de esos subconjuntos, de esos grupos. Por otro lado, a la hora de organizar un
archivo se pueden seguir diferentes métodos, siendo el mejor para ello el que respeta
el orden de producción originaria y mantiene el principio de procedencia. Con este
sistema, independientemente de la persona que acometa la ordenación, el resultado
será el mismo y si en algún momento el archivo quedara en desuso y se desordenara, al
volver a ordenarse mediante este método el resultado sería de nuevo el mismo. Por
tanto, con este método se garantiza que el archivo tenga una estructura objetiva
independientemente del criterio de la persona que acometa la tarea y por tanto se habla
de respeto al orden original de los documentos y a su procedencia.
27
Diego Melgares de Aguilar Sánchez
Archivística española.
- Clasificación.
La primera de las etapas dentro de la organización archivística es la clasificación, es decir,
el establecimiento de grupos de documentos únicos y diferenciados del resto aún
teniendo en cuenta que forman parte de un todo que es el fondo documental. Esta fase
clasificatoria es previa a la ordenación y según el Diccionario de Terminología
Archivística esta es la operación archivística que consiste en el establecimiento de las
categorías y grupos que reflejan la estructura jerárquica del fondo, además de ser el
primer paso del proceso de organización, dentro de la fase del tratamiento archivístico
denominada de identificación. La clasificación ha de hacerse de un modo que se
mantenga el principio de procedencia de los fondos para lo cual se crean una serie de
niveles que parten desde el fondo como entidad de mayor volumen, hasta el documento
suelto. Dentro de cada fondo, que conforma el conjunto documental producido por una
institución, órgano o entidad, se encuentran las series, como son libros, expedientes
documentales… Así mismo, dentro de las series aparecen los expedientes, siendo estos
los documentos referidos al procedimiento de un asunto. Por último, como ya se ha
mencionado, dentro de los expedientes se encuentran documentos sueltos, sobre todo
en el caso de la correspondencia recibida y emitida.
- Ordenación.
Una vez establecidos estos grupos se puede dar por finalizada la clasificación y da
comienzo la ordenación, que consiste en unir y relacionar los distintos elementos de
cada clase o grupo creados inicialmente, de acuerdo con una unidad – orden establecida
de antemano. En segundo lugar, el concepto de ordenación se entiende como la
operación archivística dentro del proceso de organización, que consiste en establecer
secuencias naturales cronológicas y/o alfabéticas, dentro de las categorías y grupos
definidos en la clasificación, según el Diccionario de Terminología Archivística.
Una vez establecidos los grupos de series, expedientes y documentos ya
clasificados se procede a su ordenación, atendiendo a la secuencia original, es decir, el
orden según los momentos de la gestión que los originó; pero a también a criterios
alfabéticos (sobre todo cuando se trata de una serie de expedientes personales o
materias claramente establecidas que puedan ser ordenados de este modo);
geográficos (si las series y documentos están referidos a ciudades, barrios o calles); o
numérico (para los documentos contables, documentos de correspondencia) siendo
además este un orden cerrado que no permite interpolaciones ni pérdidas.
- Instalación.
Clasificados los distintos grupos documentales se procede a la instalación, es decir, el
alojamiento físico de los documentos en las estanterías mediante diferentes unidades
de instalación, ya sean cajas, legajos, carpetas o libros. El Diccionario de Terminología
Archivística habla de instalación como la ubicación de las unidades de conservación en
28
Diego Melgares de Aguilar Sánchez
Archivística española.
29
Diego Melgares de Aguilar Sánchez
Archivística española.
30
Diego Melgares de Aguilar Sánchez
Archivística española.
5. DESCRIPCIÓN ARCHIVÍSTICA.
5.1. La descripción archivística.
5.2. Normas internacionales de descripción archivística.
Hoy día se tiende a la normativización, siguiendo todos los archivos españoles y buena
parte de los internacionales la misma forma de describir sus fondos para así facilitar el
acceso a los usuarios. De estas normas, existen cuatro de mayor entidad, como son la
ISAD(G), que se verá en más profundidad más adelante, y otras que complementan a
esta primera como son las normas internacionales sobre encabezamientos autorizados
archivísticos para entidades, personas y familias; la norma internacional para la
descripción de funciones y la norma internacional para describir instituciones de fondos
de archivos.
En el caso de las normas internacionales sobre encabezamientos autorizados
archivísticos para entidades, personas y familias (ISAAR) sirven para describir con
normas generales los términos normalizados para la creación de registros, entidades,
personas y familias, existiendo una serie de campos a rellenar de manera obligada como
el tipo de entidad, la forma autorizada del nombre, las fechas de existencia o el
identificador del registro de autoridad. En cuanto a la norma internacional para la
descripción de funciones (ISDF) es la guía para la descripción de funciones relacionadas
con la producción y conservación de documentos. En todos los procesos de gestión
documental s precios conocer la función (clasificación, valoración, selección,
intercambio de información…). Sirve también para la descripción de funciones, siendo
estas de tres tipos fundamentales como son el “tipo”, la “forma autorizada del nombre”
(la forma exacta en que debe ser denominada) e “identificador de la descripción de
funciones”. Se trata, por tanto, de identificar de forma correcta y normalizada todas
aquellas funciones que se realizan dentro de una institución que conserva fondos de
archivos. Por último, la norma internacional para describir instituciones que conservan
fondos de archivos (ISDIAH) tienen como objetivo el de describir este tipo de
instituciones, existiendo hasta 31 elementos posibles de descripción, destacando sobre
ellos el “identificador”, la “forma autorizada del nombre” y su “localización y dirección”.
El primero de ellos señala exactamente de qué archivo se trata de forma inequívoca, y
consta de tres partes, a saber, dos códigos pertenecientes al país y al INE del municipio,
más un acrónimo del nombre del archivo. El segundo, la forma autorizada, es la
nomenclatura exacta del archivo, mientras que la localización y dirección es
precisamente eso, expresando su dirección tanto física como virtual.
31
Diego Melgares de Aguilar Sánchez
Archivística española.
- Área de identificación.
Por su parte, los campos de código de referencia, título, fechas, nivel de descripción y el
volumen y soporte de la unidad de descripción se encuentran dentro del área de
identificación. El primero de ellos, el código de referencia, sirve para localizar los
documentos en su ubicación dentro del archivo. Consta de dos partes que son la
macrodescriptiva y la microdescriptiva. La primera de ellas empieza la descripción por
el país en que se ubica el archivo, mientras que la segunda es la signatura archivística.
Este código se establece conforme a la norma ISO 3166 que para el caso de los archivos
españoles es “ES”. Después, de este código ISO vendrían el código INE del municipio en
que se encuentre y por último el acrónimo del archivo normalizado, construyendo así el
apartado macrodescriptivo del código de referencia. Además, el cuadro de clasificación
se reflejará mediante un código numérico que establece el orden jerárquico, siendo esta
la última parte de la macrodescripción, que acabaría en la serie. En cuanto a la parte
microdescriptiva, separada mediante una doble raya documental, remite a las unidades
documentales, sean simples o compuestas, siendo esta la signatura del código de
referencia. Por debajo de este punto no habría ningún elemento más para continuar
realizando una descripción.
El siguiente campo mencionado dentro del área de identificación es el título, el
cual puede aparecer de dos formas diferentes, dependiendo de una serie de criterios.
La primera de estas formas es el “título formal” que es la trascripción del nombre de la
unidad de descripción; mientras que la segunda es “el título atribuido”, siendo este un
nombre atribuido por parte del archivero en el que se debe incluir cuanta más
información de forma precisa se pueda. Esta información puede ser el productor, el tipo
documental, la fecha… El título formal aparece siempre entrecomillado mientras que el
atribuido no presenta las comillas puesto que no es literal.
En cuanto a la fecha, esta no es más que la delimitación cronológica de la
documentación que contienen los diferentes niveles de descripción. Al igual que en los
32
Diego Melgares de Aguilar Sánchez
Archivística española.
títulos existen dos tipos, siendo la primera la “fecha de formación”, que hace referencia
al momento en que se tramita o se organiza o se acumula la documentación, mientras
que la segunda, la “fecha de creación”, es la fecha de cada una de las unidades
documentales. No obstante, a la hora de a la hora de describir este apartado de fecha
solo es necesario establecer las fechas límites. Para distinguir ambos tipos de fechas
estas han de aparecer precedidas de una f o una c respectivamente encorchetada.
En cuarto lugar, en el nivel de descripción, siempre dentro del área de
identificación, se indica en qué nivel del cuadro de descripción nos encontramos, como
pudiera ser el fondo, la serie, un expediente…
- Área de contexto.
En esta segunda área se incluyen campos como el nombre del productor, la historia
institucional, la historia archivística y la forma de ingreso. De entre estos campos, el más
interesante para esta el desarrollo práctico de esta asignatura es el del nombre del
productor, el cual sirve para identificar el productor o productores de la unidad de
descripción. Por otro lado, se entiende como productor a la institución, familia o
persona que ha producido, acumulado y conservado los documentos en el desarrollo de
su propia actividad. Frente a esta idea, también existe la figura del coleccionista, quien
agrupa los documentos sin atender a criterios archivísticos, agrupando sin tener en
cuenta su procedencia.
En esta área de contexto se suelen definir fondos, ya que al dársele un nombre
de productor al fondo se le da nombre a todos y cada uno de los documentos del archivo,
salvo la excepción de los archivos nobiliarios, de familia y otros casos más concretos.
33
Diego Melgares de Aguilar Sánchez
Archivística española.
158/ convento – hospital de nuestra señora de Gracia y Buen Suceso de la Orden de San
Juan de Dios de Murcia (juandedioanos)
34
Diego Melgares de Aguilar Sánchez