Oc DDHH
Oc DDHH
Opiniones consultivas
DDHH – Cát. A
Diego Luengo
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OPINIONES CONSULTIVAS
La Corte Interamericana de DDHH tiene una función consultiva, la cuál es el medio por el
cuál la Corte responde consultas que formulan los Estados miembros de la OEA o los órganos
de la misma sobre:
1) El alcance o interpretación de los derechos y obligaciones consagrados en la CADH,
2) y/o su relación con otros tratados internacionales de los que los Estados sean partes,
3) y/o consultas que le formulare la OEA.
OC 01/82
LÍMITES A LA FUNCIÓN CONSULTIVA
Cuando el asunto concierne a compromisos internacionales asumidos con un Estado
no americano.
Cuando el asunto es referido a estructuras/funcionamientos de órganos u organismos
ajenos a la OEA.
Cuando la solicitud puede conducir a alterar y/o debilitar en perjuicio del ser humano
el régimen de la CADH o razón análoga.
Con respecto a la OC1/82:
Fecha: 24 de septiembre de 1982
Solicitada por el gobierno de Perú
El Gobierno del Perú pregunta, en relación con el artículo 64 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos ( en adelante " la Convención " ): ¿Cómo debe ser interpretada la
frase: "o de otros tratados concernientes a la protección de los derechos humanos en los
Estados Americanos " ?
En relación con dicho tema, el Gobierno peruano solicita que la consulta absuelva las
siguientes preguntas específicas. Esa frase se refiere y comprende:
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a) ¿Solamente los tratados adoptados dentro del marco o bajo los auspicios del Sistema
Interamericano?;
b) ¿Los tratados concluidos únicamente entre Estados Americanos, o sea que la referencia
está limitada a los tratados en que son partes exclusivamente Estados Americanos?;
c) ¿Todos los tratados en los que uno o más Estados Americanos sean partes?
RESPUESTA:
Primero: Por unanimidad dijo que la competencia consultiva de la Corte puede ejercerse, en
general, sobre toda disposición, concerniente a la protección de los derechos humanos, de
cualquier tratado internacional aplicable en los Estados americanos, con independencia de
que sea bilateral o multilateral, de cuál sea su objeto principal o de que sean o puedan ser
partes del mismo Estados ajenos al sistema interamericano.
Segundo: Por unanimidad que, por razones determinantes que expresará en decisión
motivada, la Corte podrá abstenerse de responder una consulta si aprecia que, en las
circunstancias del caso, la petición excede de los límites de su función consultiva, ya sea
porque el asunto planteado concierna principalmente a compromisos internacionales
contraídos por un Estado no americano o a la estructura o funcionamiento de órganos u
organismos internacionales ajenos al sistema interamericano, ya sea porque el trámite de
la solicitud pueda conducir a alterar o a debilitar, en perjuicio del ser humano, el régimen
previsto por la Convención; ya sea por otra razón análoga.
OC 02/82
Fecha: 24 de septiembre de 1982
Solicitada por la Comisión Interamericana de DDHH para saber el efecto de las reservas
sobre la entrada en vigencia de la CADH. Art. 74 y 75.
La Comisión hizo la siguiente consulta a la Corte: ¿desde qué momento se entiende que un
Estado es parte de la Convención Americana sobre Derechos Humanos cuando ha ratificado
o se ha adherido a dicha Convención con una o más reservas?, ¿desde la fecha del depósito
del instrumento de ratificación o adhesión o al cumplirse el término previsto en el artículo
20 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados?
RESPUESTA:
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Por unanimidad que la Convención entra en vigencia para un Estado que la ratifique o se
adhiera a ella con o sin reservas, en la fecha del depósito de su instrumento de ratificación
o adhesión.
OC 03/83
Fecha: 8 de septiembre de 1983
Solicitada por la Comisión Interamericana de DDHH para saber sobre las restricciones a la
pena de muerte. Artículo 4 inc. 2 y 4 de la CADH.
La Comisión solicitó a la Corte, con base en el artículo 64.1 de la Convención, una opinión
consultiva sobre la interpretación del artículo 4 de la misma en los siguientes términos:
1. ¿Puede un Gobierno aplicar la pena de muerte a delitos para los cuales no estuviese
contemplada dicha pena en su legislación interna, al momento de entrar en vigor para ese
Estado la Convención Americana sobre Derechos Humanos?
2. ¿Puede un Gobierno, sobre la base de una reserva hecha al momento de la ratificación al
artículo 4, inciso 4 de la Convención, legislar con posterioridad a la entrada en vigor de la
Convención imponiendo la pena de muerte a delitos que no tenían esa sanción cuando se
efectuó la ratificación?"
RESPUESTA:
Respecto a la primera pregunta la Corte IDH, por unanimidad dijo que la Convención prohíbe
absolutamente la extensión de la pena de muerte y que, en consecuencia, no puede el
gobierno de un Estado Parte aplicar la pena de muerte a delitos para los cuales no estaba
contemplada anteriormente a su legislación interna”.
Respecto a la segunda pregunta la Corte IDH dijo, “que una reserva limitada por su propio
texto al artículo 4 inc. 4 de la CADH, no permite al gobierno de un Estado Parte legislar con
posterioridad para extender la aplicación de la pena de muerte respecto de delitos para los
cuales no estaba contemplada anteriormente.
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OC 05/85
Fecha: 13 de noviembre de 1985
Solicitada por el gobierno de Costa Rica sobre la colegiación obligatoria de periodistas en
los artículos 13 y 29 de la CADH.
La consulta que se formula a la CORTE INTERAMERICANA comprende además y en forma
concreta, requerimiento de opinión consultiva sobre si existe o no pugna o contradicción
entre la colegiatura obligatoria como requisito indispensable para poder ejercer la actividad
del periodista en general y, en especial del reportero -según los artículos ya citados de la Ley
No. 4420- y las normas internacionales 13 y 29 de la CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE
DERECHOS HUMANOS. En ese aspecto, es necesario conocer el criterio de la CORTE
INTERAMERICANA, respecto al alcance y cobertura del derecho de libertad de expresión del
pensamiento y de información y las únicas limitaciones permisibles conforme a los artículos
13 y 29 de la CONVENCIÓN AMERICANA., con indicación en su caso de si hay o no
congruencia entre las normas internas contenidas en la Ley Orgánica del Colegio de
Periodistas ya referidas (Ley No. 4420) y los artículos 13 y 29 internacionales precitados.
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¿Está permitida o comprendida la colegiatura obligatoria del periodista y del reportero, entre
las restricciones o limitaciones que autorizan los artículos 13 y 29 de la CONVENCIÓN
AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS? ¿Existe o no compatibilidad, pugna o
incongruencia entre aquellas normas internas y los artículos citados de la CONVENCIÓN
AMERICANA?.
RESPUESTA
Primero: Por unanimidad dijo que la colegiación obligatoria de periodistas, en cuanto impida
el acceso de cualquier persona al uso pleno de los medios de comunicación social como
vehículo para expresarse o para transmitir información, es incompatible con el artículo 13
de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Segundo Por unanimidad que la Ley No. 4420 de 22 de setiembre de 1969, Ley Orgánica
del Colegio de Periodistas de Costa Rica, objeto de la presente consulta, en cuanto impide a
ciertas personas el pertenecer al Colegio de Periodistas y, por consiguiente, el uso pleno de
los medios de comunicación social como vehículo para expresarse y transmitir información,
es incompatible con el artículo 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
OC 06/86
FECHA: 9 de mayo de 1986.
Solicitada por el gobierno de la República Oriental del Uruguay sobre la expresión “leyes”
del articulo 30 de la CADH.
7. En las consideraciones que originaron la consulta, el Gobierno señala que Cabe
preguntarse acerca de la expresión leyes utilizada ( en el artículo 30 de la Convención ), en
cuanto a si se refiere a leyes en sentido formal -norma jurídica emanada del Parlamento y
promulgada por el Poder Ejecutivo, con las formas requeridas por la Constitución-, o en
sentido material, como sinónimo de ordenamiento jurídico, prescindiendo del procedimiento
de elaboración y del rango normativo que le pudiera corresponder en la escala jerárquica
del respectivo orden jurídico ( párr. 2 ).
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OC 07/86
FECHA: 29 de agosto de 1986
Solicitada por el gobierno de Costa Rica, sobre la exigibilidad del derecho de rectificación o
respuesta (art. 14.1; 1.1 y 2 de la CADH)
1. La primera pregunta reza así: ¿Debe considerarse que el derecho consagrado en el
artículo 14 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos está ya garantizado
en su libre y pleno ejercicio a todas las personas que se encuentran bajo la jurisdicción
del Estado costarricense, según se desprende de las obligaciones que para nuestro
país contiene el artículo 1° de dicha Convención?
2. La segunda pregunta dice: De no ser así, tiene el Estado costarricense el deber
jurídico- internacional de adoptar, con arreglo a sus procedimientos constitucionales,
las medidas legislativas o de otro carácter, que fueren necesarias para hacer efectivo
el derecho de rectificación o respuesta previsto en el artículo 14 de la Convención,
¿según las disposiciones contenidas en el artículo 2° de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos?
3. La tercera pregunta es la siguiente: Si se decidiese que el Estado costarricense está
en el deber de adoptar las medidas legislativas o de otro carácter que fueren
necesarias para hacer efectivo el derecho de rectificación o respuesta previsto en el
artículo 14 de la Convención Americana, sería dable entonces entender que la
expresión "ley" que figura al final del párrafo primero del mencionado artículo 14 está
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OC 08/87
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OC 09/87
FECHA: 6 de octubre de 1987
Solicitada por el Gobierno de la República Oriental del Uruguay, sobre garantías judiciales
en estados de emergencias.
El Gobierno solicitó a la Corte " que se interprete el alcance de la prohibición, contenida en
la Convención, de suspender " las garantías judiciales indispensables para la protección de
tales derechos ". Como incluso " en caso de guerra, de peligro público o de otra emergencia
que amenace la independencia o seguridad del Estado Parte " ( art. 27.1 ) no es posible
suspender las garantías judiciales indispensables para la protección de los derechos, el
Gobierno del Uruguay desea, en especial, que la Corte dé su opinión en cuanto: a ) la
determinación de cuáles son " esas garantías judiciales indispensables ", y b ) la relación del
artículo 27.2, en lo pertinente, con los artículos 25 y 8 de la Convención Americana ".
RESPUESTA
Por unanimidad:
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OC 10/89
FECHA: 14 de julio de 1989
Solicitada por el Gobierno de la República de Colombia, sobre la interpretación de
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre en el marco del artículo 54
de la CADH.
1. El Gobierno de la República de Colombia (en adelante “el Gobierno”), mediante
comunicación de 17 de febrero de 1988, sometió a la Corte Interamericana de Derechos
Humanos (en adelante “la Corte”) una solicitud de opinión consultiva sobre la interpretación
del artículo 64 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (en adelante “la
Convención” o “la Convención Americana”), en relación con la Declaración Americana de los
Derechos y Deberes del Hombre (en adelante “la Declaración” o “la Declaración
Americana”).
2. El Gobierno desea una respuesta a la siguiente pregunta: ¿Autoriza el artículo 64 a la
Corte Interamericana de Derechos Humanos a rendir opiniones consultivas, a solicitud de
un Estado Miembro de la OEA o de uno de los órganos de la misma, sobre interpretación de
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OC 11/90
FECHA: 10 de agosto de 1990
Solicitada por la Comisión IDH, sobre las excepciones al agotamiento de recursos internos.
1. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (en adelante “la Comisión”), mediante
escrito de 31 de enero de 1989, sometió a la Corte Interamericana de Derechos Humanos
(en adelante “la Corte”), una solicitud de opinión consultiva sobre el artículo 46.1.a y 46.2
de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (en adelante “la Convención” o “la
Convención Americana”).
2. La solicitud de opinión consultiva plantea las siguientes preguntas:
1. ¿Se aplica el requisito de agotar los recursos jurídicos internos a un indigente que,
debido a circunstancias económicas, no es capaz de hacer uso de los recursos jurídicos en
el país?
2. En caso de eximirse a los indigentes de este requisito, ¿qué criterios debe considerar
la Comisión al dar su dictamen sobre admisibilidad en tales casos?
1. ¿Se aplica el requisito de agotar los recursos jurídicos internos a un reclamante individual
que, por no poder obtener representación legal debido a un temor generalizado en los
círculos jurídicos no puede hacer uso de los recursos que le brinda la ley en el país?
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2. En caso de eximirse de este requisito a tales personas, ¿qué criterios deberá considerar
la Comisión al dar su dictamen de admisibilidad en tales casos?
RESPUESTA:
Por unanimidad:
Que si, por razones de indigencia o por el temor generalizado de los abogados para
representarlo legalmente, un reclamante ante la Comisión se ha visto impedido de utilizar
los recursos internos necesarios para proteger un derecho garantizado por la Convención,
no puede exigírsele su agotamiento.
Por unanimidad:
Que, en las hipótesis planteadas, si un Estado Parte ha probado la disponibilidad de los
recursos internos, el reclamante deberá demostrar que son aplicables las excepciones del
artículo 46.2 y que se vio impedido de obtener la asistencia legal necesaria para la
protección o garantía de derechos reconocidos en la Convención.
OC 12/91
FECHA: 6 de diciembre de 1991
Solicitada por el gobierno de la República de Costa Rica, sobre la compatibilidad de un
proyecto de ley con el artículo 8.2.h de la CADH.
La solicitud de opinión consultiva plantea las siguientes preguntas:
1. ¿La Creación de un Tribunal de Casación Penal, como las reformas propuestas; se
adecuan a lo dispuesto por el artículo 8?2 h), ¿respondiendo al contenido de “derecho de
recurrir del fallo ante Juez o Tribunal Superior”?
2. En el mismo Artículo 8.2 h), de la Convención Interamericana de Derechos Humanos se
hace referencia únicamente al término: “delitos”. ¿Qué posición se debe seguir con respecto
a las contravenciones?
RESPUESTA:
28. La Corte entiende que una respuesta a las preguntas de Costa Rica, que podría traer
como resultado una solución de manera encubierta, por la vía de la opinión consultiva, de
asuntos litigiosos aún no sometidos a consideración de la Corte, sin que las víctimas tengan
oportunidad en el proceso, distorsionaría el sistema de la Convención. El procedimiento
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contencioso es, por definición, una oportunidad en la que los asuntos son discutidos y
confrontados de una manera mucho más directa que en el proceso consultivo, de lo cual no
se puede privar a los individuos que no participan en éste. Los individuos son representados
en el proceso contencioso ante la Corte por la Comisión, cuyos intereses pueden ser de otro
orden en el proceso consultivo.
29. Si bien, aparentemente, el proyecto de ley tiende a corregir para el futuro los problemas
que generaron las peticiones contra Costa Rica actualmente ante la Comisión, un
pronunciamiento de la Corte podría, eventualmente, interferir en casos que deberían
concluir su proce-dimiento ante la Comisión en los términos ordenados por la Convención
(Asunto de Viviana Gallardo y Otras, No. G 101/81. Serie A. Decisión del 13 de noviembre
de 1981, párr. 24).
30. Todo lo anterior indica claramente que nos encontramos frente a uno de aquellos
eventos en los cuales, por cuanto podría desvirtuarse la jurisdicción contenciosa y verse
menoscabados los derechos humanos de quienes han formulado peticiones ante la
Comisión, la Corte debe hacer uso de su facultad de no responder una consulta.
OC 13/93
FECHA: 16 de julio de 1993
Solicitada por los gobiernos de la República Argentina y de la República Oriental del
Uruguay, sobre ciertas atribuciones de la Comisión IDH.
La Argentina y el Uruguay solicitaron la opinión consultiva con fundamento en el artículo 64.1
de la Convención Americana y en los artículos 49 y 51 del anterior Reglamento de la Corte
que, con algunas modificaciones, corresponden a los artículos 51 y 53 del Reglamento
actual de la Corte (en adelante “el Reglamento”), que es el aplicable por cuanto la solicitud
se presentó con posterioridad al 1 de agosto de 1991.
La solicitud de opinión consultiva plantea las siguientes preguntas:
1) Con respecto a los artículos 41 y 42, se pide a la Corte que dé su opinión respecto a la
competencia de la Comisión para calificar y dar su criterio, como fundamento de su
intervención, en el caso de comunicaciones que alegan una violación a los derechos
protegidos por los artículos 23, 24 y 25 de la Convención, sobre la regularidad jurídica de
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OC 14/94
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OC 15/97
FECHA: 14 de noviembre de 1997.
Solicitada por el Estado de Chile sobre informes de la Comisión IDH
La República de Chile (en adelante “el Estado” o “Chile”), mediante escrito fechado el 11 de
noviembre de 1996, recibido en la Secretaría de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos (en adelante “la Corte” o “el Tribunal”) el día 13 de los mismos mes y año en virtud
de lo que dispone el artículo 64.1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos
(en adelante “la Convención” o “la Convención Americana”) sometió una solicitud de opinión
consultiva, en los siguientes términos:
a) ¿Puede la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, una vez que respecto de un
Estado ha adoptado los dos informes a que se refieren los artículos 50 y 51 de la Convención
y que en relación al último de esos informes ha notificado al Estado de que se trata de un
informe definitivo, modificar sustancialmente esos informes y emitir un tercer informe?, y
b) En el caso que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, de acuerdo a la
Convención, no esté facultada para cambiar su informe definitivo, ¿cuál de los informes
deberá ser considerado como el válido para el Estado?.
RESPUESTA:
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OC 16/99
FECHA: 1 de octubre de 1999.
Solicitada por los EEUU Mexicanos, sobre el derecho a la información sobre la asistencia
consular en el marco de las garantías del debido proceso legal.
Partiendo de dichas premisas, México solicitó la opinión de la Corte sobre los siguientes
asuntos: En relación con la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares:
1. En el marco del artículo 64.1 de la Convención Americana, ¿debe entenderse el artículo
36 de la Convención de Viena [sobre Relaciones Consulares], en el sentido de contener
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OC 17/02
FECHA: 28 de agosto de 2002.
Solicitada por la Comisión IDH, sobre la condición jurídica y derechos humanos del niño.
El 30 de marzo de 2001 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (en adelante “la
Comisión” o “la Comisión Interamericana”), en razón de lo que dispone el artículo 64.1 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos (en adelante “la Convención Americana”,
“la Convención” o “el Pacto de San José”), sometió a la Corte Interamericana de Derechos
Humanos (en adelante “la Corte Interamericana”, “la Corte” o “el Tribunal”) una solicitud de
Opinión Consultiva (en adelante “la consulta”) sobre la interpretación de los artículos 8 y 25
de la Convención Americana, con el propósito de determinar si las medidas especiales
establecidas en el artículo 19 de la misma Convención constituyen “límites al arbitrio o a la
discrecionalidad de los Estados” en relación a niños, y asimismo solicitó la formulación de
criterios generales válidos sobre la materia dentro del marco de la Convención Americana.
RESPUESTA:
LA CORTE, por seis votos contra uno. DECIDE:
Que tiene competencia para emitir la presente Opinión Consultiva y que la solicitud de la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos es admisible.
DECLARA:
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Que para los efectos de esta opinión consultiva, “niño” o “menor de edad” es toda persona
que no haya cumplido 18 años, salvo que hubiese alcanzado antes la mayoría de edad, por
mandato de ley, en los términos del párrafo 42.
Y ES DE OPINIÓN:
1. Que de conformidad con la normativa contemporánea del Derecho Internacional de los
Derechos Humanos, en la cual se enmarca el artículo 19 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, los niños son titulares de derechos y no sólo objeto de protección.
2. Que la expresión “interés superior del niño”, consagrada en el artículo 3 de la Convención
sobre los Derechos del Niño, implica que el desarrollo de éste y el ejercicio pleno de sus
derechos deben ser considerados como criterios rectores para la elaboración de normas y
la aplicación de éstas en todos los órdenes relativos a la vida del niño.
3. Que el principio de igualdad recogido en el artículo 24 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos no impide la adopción de reglas y medidas específicas en relación con
los niños, los cuales requieren un trato diferente en función de sus condiciones especiales.
Este trato debe orientarse a la protección de los derechos e intereses de los niños.
4. Que la familia constituye el ámbito primordial para el desarrollo del niño y el ejercicio de
sus derechos. Por ello, el Estado debe apoyar y fortalecer a la familia, a través de las diversas
medidas que ésta requiera para el mejor cumplimiento de su función natural en este campo.
5. Que debe preservarse y favorecerse la permanencia del niño en su núcleo familiar, salvo
que existan razones determinantes para separarlo de su familia, en función del interés
superior de aquél. La separación debe ser excepcional y, preferentemente, temporal.
6. Que para la atención a los niños, el Estado debe valerse de instituciones que dispongan
de personal adecuado, instalaciones suficientes, medios idóneos y experiencia probada en
este género de tareas.
7. Que el respeto del derecho a la vida, en relación con los niños, abarca no sólo las
prohibiciones, entre ellas, la de la privación arbitraria, establecidas en el artículo 4 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, sino que comprende también la
obligación de adoptar las medidas necesarias para que la existencia de los niños se
desarrolle en condiciones dignas.
8. Que la verdadera y plena protección de los niños significa que éstos puedan disfrutar
ampliamente de todos sus derechos, entre ellos los económicos, sociales y culturales, que
les asignan diversos instrumentos internacionales. Los Estados Partes en los tratados
internacionales de derechos humanos tienen la obligación de adoptar medidas positivas
para asegurar la protección de todos los derechos del niño.
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9. Que los Estados Partes en la Convención Americana tienen el deber, conforme a los
artículos 19 y 17, en relación con el artículo 1.1 de la misma, de tomar todas las medidas
positivas que aseguren la protección a los niños contra malos tratos, sea en su relación con
las autoridades públicas, o en las relaciones inter–individuales o con entes no estatales.
10. Que en los procedimientos judiciales o administrativos en que se resuelven derechos de
los niños se deben observar los principios y las normas del debido proceso legal. Esto abarca
las reglas correspondientes a juez natural –competente, independiente e imparcial–, doble
instancia, presunción de inocencia, contradicción y audiencia y defensa, atendiendo las
particularidades que se derivan de la situación específica en que se encuentran los niños y
que se proyectan razonablemente, entre otras materias, sobre la intervención personal de
dichos procedimientos y las medidas de protección que sea indispensable adoptar en el
desarrollo de éstos.
11. Que los menores de 18 años a quienes se atribuya la comisión de una conducta
delictuosa deben quedar sujetos a órganos jurisdiccionales distintos de los
correspondientes a los mayores de edad. Las características de la intervención que el Estado
debe tener en el caso de los menores infractores deben reflejarse en la integración y el
funcionamiento de estos tribunales, así como en la naturaleza de las medidas que ellos
pueden adoptar.
12. Que la conducta que motive la intervención del Estado en los casos a los que se refiere
el punto anterior debe hallarse descrita en la ley penal. Otros casos, como son los de
abandono, desvalimiento, riesgo o enfermedad, deben ser atendidos en forma diferente, a
la que corresponde a los procedimientos aplicables a quienes incurren en conductas típicas.
Sin embargo, en dichos casos es preciso observar, igualmente, los principios y las normas
del debido proceso legal, tanto en lo que corresponde a los menores como en lo que toca a
quienes ejercen derechos en relación con éstos, derivados del estatuto familiar, atendiendo
también a las condiciones específicas en que se encuentren los niños.
13. Que es posible emplear vías alternativas de solución de las controversias que afecten a
los niños, pero es preciso regular con especial cuidado la aplicación de estos medios
alternativos para que no se alteren o disminuyan los derechos de aquéllos.
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6. Que la obligación general de respetar y garantizar los derechos humanos vincula a los
Estados, independientemente de cualquier circunstancia o consideración, inclusive el
estatus migratorio de las personas.
7. Que el derecho al debido proceso legal debe ser reconocido en el marco de las garantías
mínimas que se deben brindar a todo migrante, independientemente de su estatus
migratorio. El amplio alcance de la intangibilidad del debido proceso comprende todas las
materias y todas las personas, sin discriminación alguna.
8. Que la calidad migratoria de una persona no puede constituir una justificación para
privarla del goce y ejercicio de sus derechos humanos, entre ellos los de carácter laboral. El
migrante, al asumir una relación de trabajo, adquiere derechos por ser trabajador, que
deben ser reconocidos y garantizados, independientemente de su situación regular o
irregular en el Estado de empleo. Estos derechos son consecuencia de la relación laboral.
9. Que el Estado tiene la obligación de respetar y garantizar los derechos humanos laborales
de todos los trabajadores, independientemente de su condición de nacionales o extranjeros,
y no tolerar situaciones de discriminación en perjuicio de éstos, en las relaciones laborales
que se establezcan entre particulares (empleador-trabajador). El Estado no debe permitir
que los empleadores privados violen los derechos de los trabajadores, ni que la relación
contractual vulnere los estándares mínimos internacionales.
10. Que los trabajadores, al ser titulares de los derechos laborales, deben contar con todos
los medios adecuados para ejercerlos. Los trabajadores migrantes indocumentados poseen
los mismos derechos laborales que corresponden a los demás trabajadores del Estado de
empleo, y este último debe tomar todas las medidas necesarias para que así se reconozca
y se cumpla en la práctica.
11. Que los Estados no pueden subordinar o condicionar la observancia del principio de la
igualdad ante la ley y la no discriminación a la consecución de los objetivos de sus políticas
públicas, cualesquiera que sean éstas, incluidas las de carácter migratorio
OC 19/05
FECHA: 28 DE NOVIEMBRE DE 2005
Solicitada por la República Bolivariana de Venezuela, sobre control de legalidad en el
ejercicio de las atribuciones de la Comisión IDH.
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OC 20/09
FECHA: 29 DE SEPTIEMBRE DE 2009
Solicitada por la República Argentina, sobre el artículo 55 de la CADH.
El 14 de agosto de 2008 la República Argentina (en adelante “Argentina” o “el Estado
solicitante”), con fundamento en el artículo 64.1 de la Convención Americana, y de
conformidad con lo establecido en el artículo 64.1 y 64.2 del Reglamento presentó una
solicitud de Opinión Consultiva (en adelante “la solicitud” o “la consulta”) referida a la
“interpretación del artículo 55 de la Convención”, en relación con “la figura del juez ad hoc
y la igualdad de armas en el proceso ante la Corte Interamericana en el contexto de un caso
originado en una petición individual”, así como respecto de “la nacionalidad de los
magistrados [del Tribunal] y el derecho a un juez independiente e imparcial”.
Con base en lo anterior, el Estado preguntó a la Corte lo siguiente:
[1.] De acuerdo a lo previsto por la Convención Americana sobre Derechos Humanos en su
artículo 55.3, ¿la posibilidad de designar un juez ad-hoc debe limitarse a aquellos casos en
que la demanda interpuesta ante la Corte haya sido originada en una denuncia interestatal?
[2.] Para aquellos casos originados en una petición individual, ¿Aquel magistrado nacional
del Estado denunciado debería excusarse de participar de la sustanciación y decisión del
caso en orden a garantizar una decisión despojada de toda posible parcialidad o influencia?
RESPUESTA:
87. Por las razones expuestas, en interpretación de los artículos 55.3 y 55.1 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, LA CORTE, DECIDE por unanimidad:
Que es competente para emitir la presente Opinión Consultiva.
Y ES DE OPINIÓN por unanimidad:
1. Que conforme al artículo 55.3 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, la
posibilidad de los Estados Partes en el caso sometido a la Corte Interamericana, de nombrar
un juez ad hoc para que integre este Tribunal cuando en el mismo no hubiere un juez de su
nacionalidad, se restringe a aquellos casos contenciosos originados en comunicaciones
interestatales (artículo 45 de dicho instrumento), y que no es posible derivar un derecho
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similar a favor de los Estados Partes en casos originados en peticiones individuales (artículo
44 de dicho tratado).
2. Que el juez nacional del Estado demandado no debe participar en el conocimiento de
casos contenciosos originados en peticiones individuales.
OC 21/14
FECHA: 19 de agosto de 2014.
Solicitada por Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay.
Con fundamento en el artículo 64.1 de la CADH y de confomidad con lo establecido en los
artículos 70.1 y 70.2 del Reglamento presentaron una solicitud de Opinión Consultiva
sobre niñez migrante a fin de que el Tribunal, “determine con mayor precisión cuáles son
las obligaciones de los Estados con relación a las medidas pasibles de ser adoptadas
respecto de niñas y niños, asociados a su condición migratoria, o a la de sus padres, a la
luz de la interpretación autorizada de los artículos 1.1; 2; 4.1; 5; 7; 8; 11; 17; 19; 22.7;
22.8; 25 y 29 de la CADH.
OC 22/16
FECHA: 26 de febrero de 2016
Solicitada por la República de Panamá.
Titularidad de derechos de las personas jurídicas en el sistema interamericano de DDHH.
OC 23/17
FECHA: 15 de noviembre de 2017.
El 15 de noviembre de 2017 la Corte IDH dictó una Opinión Consultiva en respuesta a la
consulta realizada por el Estado de Colombia sobre las obligaciones estatales en relación
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OC 24/17
FECHA: 24 de noviembre de 2017.
El 24 de noviembre de 2017 la Corte IDH adoptó una OC sobre identidad de género e
igualdad y no discriminación a parejas del mismo sexo la cuál fue notificada el 9 de enero
de 2018. La OC titulada como “identidad de género o igualdad u no discriminación a
parejas del mismo sexo”, fue emitida en respuesta a una solicitud presentada por los
Estados de Costa Rica que buscaba responder a cinco interrogantes en torno a dos temas
relacionados con derechos de personas LGBTI. El primero de ellos versa sobre el
reconocimiento del derecho a la identidad de género y en particular sobre los
procedimientos para tramitar las solicitudes de cambio de nombre en razón de la identidad
de género. El segundo tema se refiere a los derechos patrimoniales de las parejas
constituidas por personas del mismo sexo.
OC 25/18
El 30 de mayo de 2018 la Corte IDH emitió una Opinión Consultiva en respuesta a la
consulta realizada por el Estado de Ecuador sobre “la institución del asilo en sus diversas
formas y la legalidad de su reconocimiento como ddhh de todas las personas conforme al
principio de igualdad y no discriminación”.
Diego Luengo