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Opiniones consultivas
DDHH – Cát. A

Diego Luengo
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OPINIONES CONSULTIVAS
La Corte Interamericana de DDHH tiene una función consultiva, la cuál es el medio por el
cuál la Corte responde consultas que formulan los Estados miembros de la OEA o los órganos
de la misma sobre:
1) El alcance o interpretación de los derechos y obligaciones consagrados en la CADH,
2) y/o su relación con otros tratados internacionales de los que los Estados sean partes,
3) y/o consultas que le formulare la OEA.

OC 01/82
LÍMITES A LA FUNCIÓN CONSULTIVA
 Cuando el asunto concierne a compromisos internacionales asumidos con un Estado
no americano.
 Cuando el asunto es referido a estructuras/funcionamientos de órganos u organismos
ajenos a la OEA.
 Cuando la solicitud puede conducir a alterar y/o debilitar en perjuicio del ser humano
el régimen de la CADH o razón análoga.
Con respecto a la OC1/82:
Fecha: 24 de septiembre de 1982
Solicitada por el gobierno de Perú
El Gobierno del Perú pregunta, en relación con el artículo 64 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos ( en adelante " la Convención " ): ¿Cómo debe ser interpretada la
frase: "o de otros tratados concernientes a la protección de los derechos humanos en los
Estados Americanos " ?
En relación con dicho tema, el Gobierno peruano solicita que la consulta absuelva las
siguientes preguntas específicas. Esa frase se refiere y comprende:
Diego Luengo
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a) ¿Solamente los tratados adoptados dentro del marco o bajo los auspicios del Sistema
Interamericano?;
b) ¿Los tratados concluidos únicamente entre Estados Americanos, o sea que la referencia
está limitada a los tratados en que son partes exclusivamente Estados Americanos?;
c) ¿Todos los tratados en los que uno o más Estados Americanos sean partes?
RESPUESTA:
Primero: Por unanimidad dijo que la competencia consultiva de la Corte puede ejercerse, en
general, sobre toda disposición, concerniente a la protección de los derechos humanos, de
cualquier tratado internacional aplicable en los Estados americanos, con independencia de
que sea bilateral o multilateral, de cuál sea su objeto principal o de que sean o puedan ser
partes del mismo Estados ajenos al sistema interamericano.
Segundo: Por unanimidad que, por razones determinantes que expresará en decisión
motivada, la Corte podrá abstenerse de responder una consulta si aprecia que, en las
circunstancias del caso, la petición excede de los límites de su función consultiva, ya sea
porque el asunto planteado concierna principalmente a compromisos internacionales
contraídos por un Estado no americano o a la estructura o funcionamiento de órganos u
organismos internacionales ajenos al sistema interamericano, ya sea porque el trámite de
la solicitud pueda conducir a alterar o a debilitar, en perjuicio del ser humano, el régimen
previsto por la Convención; ya sea por otra razón análoga.

OC 02/82
Fecha: 24 de septiembre de 1982
Solicitada por la Comisión Interamericana de DDHH para saber el efecto de las reservas
sobre la entrada en vigencia de la CADH. Art. 74 y 75.
La Comisión hizo la siguiente consulta a la Corte: ¿desde qué momento se entiende que un
Estado es parte de la Convención Americana sobre Derechos Humanos cuando ha ratificado
o se ha adherido a dicha Convención con una o más reservas?, ¿desde la fecha del depósito
del instrumento de ratificación o adhesión o al cumplirse el término previsto en el artículo
20 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados?
RESPUESTA:

Diego Luengo
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Por unanimidad que la Convención entra en vigencia para un Estado que la ratifique o se
adhiera a ella con o sin reservas, en la fecha del depósito de su instrumento de ratificación
o adhesión.

OC 03/83
Fecha: 8 de septiembre de 1983
Solicitada por la Comisión Interamericana de DDHH para saber sobre las restricciones a la
pena de muerte. Artículo 4 inc. 2 y 4 de la CADH.
La Comisión solicitó a la Corte, con base en el artículo 64.1 de la Convención, una opinión
consultiva sobre la interpretación del artículo 4 de la misma en los siguientes términos:
1. ¿Puede un Gobierno aplicar la pena de muerte a delitos para los cuales no estuviese
contemplada dicha pena en su legislación interna, al momento de entrar en vigor para ese
Estado la Convención Americana sobre Derechos Humanos?
2. ¿Puede un Gobierno, sobre la base de una reserva hecha al momento de la ratificación al
artículo 4, inciso 4 de la Convención, legislar con posterioridad a la entrada en vigor de la
Convención imponiendo la pena de muerte a delitos que no tenían esa sanción cuando se
efectuó la ratificación?"
RESPUESTA:
Respecto a la primera pregunta la Corte IDH, por unanimidad dijo que la Convención prohíbe
absolutamente la extensión de la pena de muerte y que, en consecuencia, no puede el
gobierno de un Estado Parte aplicar la pena de muerte a delitos para los cuales no estaba
contemplada anteriormente a su legislación interna”.
Respecto a la segunda pregunta la Corte IDH dijo, “que una reserva limitada por su propio
texto al artículo 4 inc. 4 de la CADH, no permite al gobierno de un Estado Parte legislar con
posterioridad para extender la aplicación de la pena de muerte respecto de delitos para los
cuales no estaba contemplada anteriormente.

Diego Luengo OC 04/84


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Fecha: 19 de febrero de 1984


Solicitada por el gobierno de Costa Rica, respecto de una propuesta de modificación a la
Constitución de Costa Rica relacionado con la naturalización.
III. PREGUNTAS ESPECÍFICAS SOBRE LAS CUALES SE BUSCA LA OPINIÓN DE LA CORTE:
De conformidad con la solicitud hecha originalmente por la Comisión Especial sobre
Reforma a los artículos 14 y 15 de la Constitución Política, el Gobierno de Costa Rica solicita
que la Corte determine:
a ) Si existe alguna incompatibilidad entre las reformas propuestas y las disposiciones
citadas de la Convención Interamericana de Derechos Humanos. En una forma específica,
dentro del contexto de la pregunta anterior, estima que deben contestarse las siguientes
preguntas:
b ) Se afecta en alguna forma el derecho de toda persona a tener una nacionalidad
estipulado en el artículo 20, párrafo primero de la Convención, con las modificaciones
proyectadas a los artículos 14 y 15 de la Constitución Política?
c ) Es compatible la reforma propuesta al inciso 4 del artículo 14, según el texto propuesto
en el dictamen, con el artículo 17, párrafo 4 de la Convención, en cuanto a igualdad entre
los cónyuges?
d ) Es compatible el texto de la moción acompañada por los Diputados a su dictamen para
reforma de ese mismo inciso, con el párrafo primero del artículo 20 de la Convención?
RESPUESTA
 En relación al artículo 20 de la Convención,
Por 5 votos contra uno:
1) Que el derecho a la nacionalidad, reconocido por el artículo 20 de la Convención, no
está involucrado en el proyecto de reforma constitucional, objeto de la presente
consulta.

 En relación con los artículos 24 y 17 inc. 4 de la Convención.


Por unanimidad:

Diego Luengo
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2) Que no constituye discriminación contraria a la Convención estipular condiciones


preferentes para obtener la nacionalidad costarricense por naturalización en favor de
los centroamericanos, iberoamericanos y españoles, frente a extranjeros.
Por 5 votos contra uno:
3) Que no constituye discriminación contraria a la convención limitar esa referencia a los
centroamericanos, iberoamericanos y españoles por nacimiento.
Por 5 votos contra uno:
4) Que no constituye, en sí mismo, discriminación contraria a la Convención agregar los
requisitos del artículo 15 del proyecto, para la obtención de la nacionalidad
costarricense por naturalización.
Por unanimidad:
5) Que sí constituye discriminación incompatible con los artículos 14 inc. 4 y 24 de la
Convención estipular en el artículo 14 inc. 4 del proyecto condiciones preferentes para
la naturalización por causa de matrimonio a favor de uno de los cónyuges.

OC 05/85
Fecha: 13 de noviembre de 1985
Solicitada por el gobierno de Costa Rica sobre la colegiación obligatoria de periodistas en
los artículos 13 y 29 de la CADH.
La consulta que se formula a la CORTE INTERAMERICANA comprende además y en forma
concreta, requerimiento de opinión consultiva sobre si existe o no pugna o contradicción
entre la colegiatura obligatoria como requisito indispensable para poder ejercer la actividad
del periodista en general y, en especial del reportero -según los artículos ya citados de la Ley
No. 4420- y las normas internacionales 13 y 29 de la CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE
DERECHOS HUMANOS. En ese aspecto, es necesario conocer el criterio de la CORTE
INTERAMERICANA, respecto al alcance y cobertura del derecho de libertad de expresión del
pensamiento y de información y las únicas limitaciones permisibles conforme a los artículos
13 y 29 de la CONVENCIÓN AMERICANA., con indicación en su caso de si hay o no
congruencia entre las normas internas contenidas en la Ley Orgánica del Colegio de
Periodistas ya referidas (Ley No. 4420) y los artículos 13 y 29 internacionales precitados.

Diego Luengo
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¿Está permitida o comprendida la colegiatura obligatoria del periodista y del reportero, entre
las restricciones o limitaciones que autorizan los artículos 13 y 29 de la CONVENCIÓN
AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS? ¿Existe o no compatibilidad, pugna o
incongruencia entre aquellas normas internas y los artículos citados de la CONVENCIÓN
AMERICANA?.
RESPUESTA
Primero: Por unanimidad dijo que la colegiación obligatoria de periodistas, en cuanto impida
el acceso de cualquier persona al uso pleno de los medios de comunicación social como
vehículo para expresarse o para transmitir información, es incompatible con el artículo 13
de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Segundo Por unanimidad que la Ley No. 4420 de 22 de setiembre de 1969, Ley Orgánica
del Colegio de Periodistas de Costa Rica, objeto de la presente consulta, en cuanto impide a
ciertas personas el pertenecer al Colegio de Periodistas y, por consiguiente, el uso pleno de
los medios de comunicación social como vehículo para expresarse y transmitir información,
es incompatible con el artículo 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.

OC 06/86
FECHA: 9 de mayo de 1986.
Solicitada por el gobierno de la República Oriental del Uruguay sobre la expresión “leyes”
del articulo 30 de la CADH.
7. En las consideraciones que originaron la consulta, el Gobierno señala que Cabe
preguntarse acerca de la expresión leyes utilizada ( en el artículo 30 de la Convención ), en
cuanto a si se refiere a leyes en sentido formal -norma jurídica emanada del Parlamento y
promulgada por el Poder Ejecutivo, con las formas requeridas por la Constitución-, o en
sentido material, como sinónimo de ordenamiento jurídico, prescindiendo del procedimiento
de elaboración y del rango normativo que le pudiera corresponder en la escala jerárquica
del respectivo orden jurídico ( párr. 2 ).

Diego Luengo
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8. También en dichas consideraciones se hace ver que en el problema planteado Jugaría,


además, la necesaria armonización de la Convención de San José con los demás
instrumentos básicos del sistema jurídico interamericano, en particular la Carta, que hace
del " ejercicio efectivo de la democracia representativa " ( art. 3.d ), uno de los principios de
los Estados Americanos.
Obviamente, la democracia representativa se asienta en el Estado de Derecho y éste
presupone la protección vía ley de los derechos humanos ( párr. 8 ).
RESPUESTA;
Por unanimidad dijo que la palabra leyes en el artículo 30 de la Convención significa norma
jurídica de carácter general, ceñida al bien común, emanada de los órganos legislativos
constitucionalmente previstos y democráticamente elegidos, y elaborada según el
procedimiento establecido por las constituciones de los Estados Partes para la formación
de las leyes.

OC 07/86
FECHA: 29 de agosto de 1986
Solicitada por el gobierno de Costa Rica, sobre la exigibilidad del derecho de rectificación o
respuesta (art. 14.1; 1.1 y 2 de la CADH)
1. La primera pregunta reza así: ¿Debe considerarse que el derecho consagrado en el
artículo 14 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos está ya garantizado
en su libre y pleno ejercicio a todas las personas que se encuentran bajo la jurisdicción
del Estado costarricense, según se desprende de las obligaciones que para nuestro
país contiene el artículo 1° de dicha Convención?
2. La segunda pregunta dice: De no ser así, tiene el Estado costarricense el deber
jurídico- internacional de adoptar, con arreglo a sus procedimientos constitucionales,
las medidas legislativas o de otro carácter, que fueren necesarias para hacer efectivo
el derecho de rectificación o respuesta previsto en el artículo 14 de la Convención,
¿según las disposiciones contenidas en el artículo 2° de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos?
3. La tercera pregunta es la siguiente: Si se decidiese que el Estado costarricense está
en el deber de adoptar las medidas legislativas o de otro carácter que fueren
necesarias para hacer efectivo el derecho de rectificación o respuesta previsto en el
artículo 14 de la Convención Americana, sería dable entonces entender que la
expresión "ley" que figura al final del párrafo primero del mencionado artículo 14 está
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usada en sentido amplio o lato, lo que podría comprender entonces disposiciones de


carácter reglamentario emitidas por decreto ejecutivo, teniendo en cuenta la índole
más bien instrumental de tales disposiciones legales?
RESPUESTA:
1. En cuanto a la admisión de la consulta presentada por el gobierno de Costa Rica,
DECIDE Por 4 votos contra 3, ADMITIRLA.
Disidentes: Los jueces Buergenthal, Nieto Navia y Nikken.
2. En cuanto a las preguntas contenidas en la consulta formulada por el Gobierno de
Costa Rica sobre la interpretación del artículo 14.1 de la CADH en relación con los
artículos 1.1 y 2 de la misma.
ES DE OPINIÓN, por unanimidad
A) Que el artículo 14.1 de la Convención un derecho de rectificación o respuesta
internacionalmente exigible que, de conformidad con el artículo 1.1, los Estados
Partes tienen la obligación de respetar y garantizar su libre y pleno ejercicio a toda
persona que esté sujeta a su jurisdicción.
Por unanimidad:
B) Que cuando el derecho consagrado en el artículo 14.1 no pueda hacerse efectivo en
el ordenamiento jurídico interno de un Estado Parte, ese Estado tiene la obligación,
en virtud del artículo 2 de la Convención, de adoptar con arreglo a sus procedimientos
constitucionales y a las disposiciones de la propia Convención, las medidas
legislativas o de otro carácter que fueren necesarias.
Por 6 votos contra 1:
C) Que la palabra “ley”, tal como se contempla en el artículo 14.1, está relacionada con
las obligaciones asumidas por los Estados Partes en el artículo 2 y por consiguiente,
las medidas que debe adoptar el Estado Parte comprenden todas las disposiciones
internas que sean adecuadas, según el sistema jurídico de que se trate, para
garantizar el libre y pleno ejercicio del derecho consagrado en el artículo 14.1. Pero
en cuanto tales medidas restrinjan un derecho reconocido por la Convención, será
necesaria la existencia de una ley formal.

OC 08/87
Diego Luengo
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FECHA: 30 de enero de 1987


Solicitada por la Comisión IDH, sobre el Hábeas Corpus bajo la suspensión de garantías.
La Comisión formuló la siguiente consulta a la Corte: ¿El recurso de hábeas corpus, cuyo
fundamento jurídico se encuentra en los artículos 7.6 y 25.1 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, es una de las garantías judiciales que, de acuerdo a la parte final
del párrafo 2 del artículo 27 de esa Convención, no puede suspenderse por un Estado Parte
de la citada Convención Americana?
RESPUESTA:
Por unanimidad dijo que los procedimientos jurídicos consagrados en los artículos 25.1 y
7.6 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos no pueden ser suspendidos
conforme al artículo 27.2 de la misma, porque constituyen garantías judiciales
indispensables para proteger derechos y libertades que tampoco pueden suspenderse
según la misma disposición.

OC 09/87
FECHA: 6 de octubre de 1987
Solicitada por el Gobierno de la República Oriental del Uruguay, sobre garantías judiciales
en estados de emergencias.
El Gobierno solicitó a la Corte " que se interprete el alcance de la prohibición, contenida en
la Convención, de suspender " las garantías judiciales indispensables para la protección de
tales derechos ". Como incluso " en caso de guerra, de peligro público o de otra emergencia
que amenace la independencia o seguridad del Estado Parte " ( art. 27.1 ) no es posible
suspender las garantías judiciales indispensables para la protección de los derechos, el
Gobierno del Uruguay desea, en especial, que la Corte dé su opinión en cuanto: a ) la
determinación de cuáles son " esas garantías judiciales indispensables ", y b ) la relación del
artículo 27.2, en lo pertinente, con los artículos 25 y 8 de la Convención Americana ".
RESPUESTA
Por unanimidad:

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1. Que deben considerarse como garantías judiciales indispensables no susceptibles de


suspensión, según lo establecido en el artículo 27.2 de la Convención, el hábeas corpus
(art. 7.6 ), el amparo, o cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales
competentes ( art. 25.1 ), destinado a garantizar el respeto a los derechos y libertades
cuya suspensión no está autorizada por la misma Convención.
Por unanimidad:
2. También deben considerarse como garantías judiciales indispensables que no pueden
suspenderse, aquellos procedimientos judiciales, inherentes a la forma democrática
representativa de gobierno ( art. 29.c ) ), previstos en el derecho interno de los Estados
Partes como idóneos para garantizar la plenitud del ejercicio de los derechos a que se
refiere el artículo 27.2 de la Convención y cuya supresión o limitación comporte la
indefensión de tales derechos.
Por unanimidad:
3. Que las mencionadas garantías judiciales deben ejercitarse dentro del marco y según los
principios del debido proceso legal, recogidos por el artículo 8 de la Convención.

OC 10/89
FECHA: 14 de julio de 1989
Solicitada por el Gobierno de la República de Colombia, sobre la interpretación de
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre en el marco del artículo 54
de la CADH.
1. El Gobierno de la República de Colombia (en adelante “el Gobierno”), mediante
comunicación de 17 de febrero de 1988, sometió a la Corte Interamericana de Derechos
Humanos (en adelante “la Corte”) una solicitud de opinión consultiva sobre la interpretación
del artículo 64 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (en adelante “la
Convención” o “la Convención Americana”), en relación con la Declaración Americana de los
Derechos y Deberes del Hombre (en adelante “la Declaración” o “la Declaración
Americana”).
2. El Gobierno desea una respuesta a la siguiente pregunta: ¿Autoriza el artículo 64 a la
Corte Interamericana de Derechos Humanos a rendir opiniones consultivas, a solicitud de
un Estado Miembro de la OEA o de uno de los órganos de la misma, sobre interpretación de

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la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, adoptada en Bogotá en


1948 por la Novena Conferencia Internacional Americana?
RESPUESTA
Por unanimidad:
Que es competente para rendir la presente opinión consultiva.
Por Unanimidad:
Es de opinión que el artículo 64.1 de la Convención Americana autoriza a la Corte para, a
solicitud de un Estado Miembro de la OEA o, en lo que les compete, de uno de los órganos
de la misma, rendir opiniones consultivas sobre interpretación de la Declaración Americana
de los Derechos y Deberes del Hombre, en el marco y dentro de los límites de su competencia
en relación con la Carta y la Convención u otros tratados concernientes a la protección de
los derechos humanos en los Estados Americanos.

OC 11/90
FECHA: 10 de agosto de 1990
Solicitada por la Comisión IDH, sobre las excepciones al agotamiento de recursos internos.
1. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (en adelante “la Comisión”), mediante
escrito de 31 de enero de 1989, sometió a la Corte Interamericana de Derechos Humanos
(en adelante “la Corte”), una solicitud de opinión consultiva sobre el artículo 46.1.a y 46.2
de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (en adelante “la Convención” o “la
Convención Americana”).
2. La solicitud de opinión consultiva plantea las siguientes preguntas:
1. ¿Se aplica el requisito de agotar los recursos jurídicos internos a un indigente que,
debido a circunstancias económicas, no es capaz de hacer uso de los recursos jurídicos en
el país?
2. En caso de eximirse a los indigentes de este requisito, ¿qué criterios debe considerar
la Comisión al dar su dictamen sobre admisibilidad en tales casos?
1. ¿Se aplica el requisito de agotar los recursos jurídicos internos a un reclamante individual
que, por no poder obtener representación legal debido a un temor generalizado en los
círculos jurídicos no puede hacer uso de los recursos que le brinda la ley en el país?
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2. En caso de eximirse de este requisito a tales personas, ¿qué criterios deberá considerar
la Comisión al dar su dictamen de admisibilidad en tales casos?
RESPUESTA:
Por unanimidad:
Que si, por razones de indigencia o por el temor generalizado de los abogados para
representarlo legalmente, un reclamante ante la Comisión se ha visto impedido de utilizar
los recursos internos necesarios para proteger un derecho garantizado por la Convención,
no puede exigírsele su agotamiento.
Por unanimidad:
Que, en las hipótesis planteadas, si un Estado Parte ha probado la disponibilidad de los
recursos internos, el reclamante deberá demostrar que son aplicables las excepciones del
artículo 46.2 y que se vio impedido de obtener la asistencia legal necesaria para la
protección o garantía de derechos reconocidos en la Convención.

OC 12/91
FECHA: 6 de diciembre de 1991
Solicitada por el gobierno de la República de Costa Rica, sobre la compatibilidad de un
proyecto de ley con el artículo 8.2.h de la CADH.
La solicitud de opinión consultiva plantea las siguientes preguntas:
1. ¿La Creación de un Tribunal de Casación Penal, como las reformas propuestas; se
adecuan a lo dispuesto por el artículo 8?2 h), ¿respondiendo al contenido de “derecho de
recurrir del fallo ante Juez o Tribunal Superior”?
2. En el mismo Artículo 8.2 h), de la Convención Interamericana de Derechos Humanos se
hace referencia únicamente al término: “delitos”. ¿Qué posición se debe seguir con respecto
a las contravenciones?
RESPUESTA:
28. La Corte entiende que una respuesta a las preguntas de Costa Rica, que podría traer
como resultado una solución de manera encubierta, por la vía de la opinión consultiva, de
asuntos litigiosos aún no sometidos a consideración de la Corte, sin que las víctimas tengan
oportunidad en el proceso, distorsionaría el sistema de la Convención. El procedimiento
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contencioso es, por definición, una oportunidad en la que los asuntos son discutidos y
confrontados de una manera mucho más directa que en el proceso consultivo, de lo cual no
se puede privar a los individuos que no participan en éste. Los individuos son representados
en el proceso contencioso ante la Corte por la Comisión, cuyos intereses pueden ser de otro
orden en el proceso consultivo.
29. Si bien, aparentemente, el proyecto de ley tiende a corregir para el futuro los problemas
que generaron las peticiones contra Costa Rica actualmente ante la Comisión, un
pronunciamiento de la Corte podría, eventualmente, interferir en casos que deberían
concluir su proce-dimiento ante la Comisión en los términos ordenados por la Convención
(Asunto de Viviana Gallardo y Otras, No. G 101/81. Serie A. Decisión del 13 de noviembre
de 1981, párr. 24).
30. Todo lo anterior indica claramente que nos encontramos frente a uno de aquellos
eventos en los cuales, por cuanto podría desvirtuarse la jurisdicción contenciosa y verse
menoscabados los derechos humanos de quienes han formulado peticiones ante la
Comisión, la Corte debe hacer uso de su facultad de no responder una consulta.

OC 13/93
FECHA: 16 de julio de 1993
Solicitada por los gobiernos de la República Argentina y de la República Oriental del
Uruguay, sobre ciertas atribuciones de la Comisión IDH.
La Argentina y el Uruguay solicitaron la opinión consultiva con fundamento en el artículo 64.1
de la Convención Americana y en los artículos 49 y 51 del anterior Reglamento de la Corte
que, con algunas modificaciones, corresponden a los artículos 51 y 53 del Reglamento
actual de la Corte (en adelante “el Reglamento”), que es el aplicable por cuanto la solicitud
se presentó con posterioridad al 1 de agosto de 1991.
La solicitud de opinión consultiva plantea las siguientes preguntas:
1) Con respecto a los artículos 41 y 42, se pide a la Corte que dé su opinión respecto a la
competencia de la Comisión para calificar y dar su criterio, como fundamento de su
intervención, en el caso de comunicaciones que alegan una violación a los derechos
protegidos por los artículos 23, 24 y 25 de la Convención, sobre la regularidad jurídica de

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leyes internas, adoptadas de acuerdo con lo dispuesto por la Constitución, en cuanto a su


“razonabilidad”, “conveniencia” o “autenticidad”.
2) Con respecto a los artículos 46 y 47 de la Convención, se pide a la Corte que dé su opinión
en cuanto a si, en el caso de comunicaciones presentadas al amparo de lo dispuesto en el
artículo 44 de la Convención que deben tramitarse en el marco del Pacto de San José, es
jurídicamente aceptable que la Comisión, después de haber declarado inadmisible la
solicitud, se pronuncie, en el mismo informe, sobre el fondo.
3) Con respecto a los artículos 50 y 51 de la Convención, se pide a la Corte dé su opinión
respecto a si es posible subsumir en un solo informe los dos que determinan los artículos
50 y 51 y si la Comisión puede ordenar la publicación del informe a que se refiere el artículo
50 antes de que transcurra el plazo que indica el artículo 51.
RESPUESTA:
Por unanimidad:
DECIDE que es competente para rendir la presente opinión consultiva.
Por unanimidad:
Que la Comisión es competente, en los términos de las atribuciones que le confieren los
artículos 41 y 42 de la Convención, para calificar cualquier norma del derecho interno de un
Estado Parte como violatoria de las obligaciones que éste ha asumido al ratificarla o adherir
a ella, pero no lo es para dictaminar si contradice o no el ordenamiento jurídico interno de
dicho Estado. En cuanto a la terminología que la Comisión puede utilizar para calificar
normas internas, la Corte se remite a lo dicho en el párrafo 35 de esta opinión.
Por unanimidad:
Que, sin menoscabo de las otras atribuciones que otorga a la Comisión el artículo 41 de la
Convención, declarada inadmisible una petición o comunicación de carácter individual
(artículo 41.f en relación con los artículos 44 y 45.1 de la Convención) no caben
pronunciamientos sobre el fondo.
Por unanimidad:
Que los artículos 50 y 51 de la Convención contemplan dos informes separados, cuyo
contenido puede ser similar, el primero de los cuales no puede ser publicado. El segundo sí
puede serlo, previa decisión de la Comisión adoptada por mayoría absoluta de votos después
de transcurrido el plazo que haya otorgado al Estado para tomar las medidas adecuadas.

Diego Luengo
OC 14/94
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FECHA: 9 de diciembre de 1994


Solicitada por la Comisión IDH, sobre responsabilidad internacional por expedición y
aplicación de leyes violatorias de la CADH.
1. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (en adelante “la Comisión” o “la
Comisión Interamericana”), mediante escrito de 8 de noviembre de 1993, sometió en virtud
de lo que dispone el artículo 64.1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos
(en adelante “la Convención” o “la Convención Americana”) a la Corte Interamericana de
Derechos Humanos (en adelante “la Corte”), una solicitud de opinión consultiva, en los
siguientes términos:

[1] Cuando un Estado parte en la Convención Americana sobre Derechos


Humanos dicta una ley que viola manifiestamente las obligaciones que el
Estado ha contraído al ratificar la Convención, [¿]cuáles serían en ese caso los
efectos jurídicos de esa ley en vista de las obligaciones internacionales de ese
Estado?
[2] Cuando un Estado parte en la Convención dicta una ley cuyo cumplimiento
por parte de los agentes o funcionarios de ese Estado se traduce en una
violación manifiesta de la Convención, [¿]cuáles son las obligaciones y
responsabilidades de dichos agentes o funcionarios?
2. La Comisión expresa en su petición, pero no en las preguntas, que la interpretación se
refiere al artículo 4, párrafos 2 (in fine) y 3 de la Convención y que la consulta está originada
en las siguientes consideraciones: La incorporación de una disposición, en el Artículo 140
de la nueva Constitución del Perú, mediante la cual se amplían los casos de aplicación de
la pena de muerte a delitos exentos de la aplicación de esa pena en la Constitución Política
vigente desde el año 1979, en contradicción con lo previsto en el Artículo 4, párrafos 2 y 3,
de la Convención Americana.
RESPUESTA:
Por unanimidad:
Decide que es competente para rendir la presente opinión consultiva.
Por unanimidad:

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1. Que la expedición de una ley manifiestamente contraria a las obligaciones asumidas


por un Estado al ratificar o adherir a la Convención, constituye una violación de ésta y, en el
caso de que esa violación afecte derechos y libertades protegidos respecto de individuos
determinados, genera la responsabilidad internacional de tal Estado.
2. Que el cumplimiento por parte de agentes o funcionarios del Estado de una ley
manifiestamente violatoria de la Convención, genera responsabilidad internacional para tal
Estado. En caso de que el acto de cumplimiento constituya per se un crimen internacional,
genera también la responsabilidad internacional de los agentes o funcionarios que
ejecutaron el acto.

OC 15/97
FECHA: 14 de noviembre de 1997.
Solicitada por el Estado de Chile sobre informes de la Comisión IDH
La República de Chile (en adelante “el Estado” o “Chile”), mediante escrito fechado el 11 de
noviembre de 1996, recibido en la Secretaría de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos (en adelante “la Corte” o “el Tribunal”) el día 13 de los mismos mes y año en virtud
de lo que dispone el artículo 64.1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos
(en adelante “la Convención” o “la Convención Americana”) sometió una solicitud de opinión
consultiva, en los siguientes términos:
a) ¿Puede la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, una vez que respecto de un
Estado ha adoptado los dos informes a que se refieren los artículos 50 y 51 de la Convención
y que en relación al último de esos informes ha notificado al Estado de que se trata de un
informe definitivo, modificar sustancialmente esos informes y emitir un tercer informe?, y
b) En el caso que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, de acuerdo a la
Convención, no esté facultada para cambiar su informe definitivo, ¿cuál de los informes
deberá ser considerado como el válido para el Estado?.
RESPUESTA:
Diego Luengo
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Habiendo dado respuesta a la primera pregunta de la presente solicitud de opinión


consultiva, la Corte considera innecesario responder la segunda pregunta.
Por las razones expuestas:
LA CORTE, por unanimidad DECIDE, Que tiene competencia para emitir la presente opinión
consultiva, y que la solicitud del Estado de Chile es admisible.
Y ES DE OPINIÓN por seis votos contra uno
1. Que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en el ejercicio de las atribuciones
conferidas por el artículo 51 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, no está
facultada para modificar las opiniones, conclusiones y recomendaciones transmitidas a un
Estado Miembro, salvo en las circunstancias excepcionales señaladas en los párrafos 54 a
59. La solicitud de modificación sólo podrá promoverse por las partes interesadas, es decir,
los peticionarios y el Estado, antes de la publicación del propio informe, dentro de un plazo
razonable contado a partir de su notificación. En tal hipótesis se les otorgará a las partes
interesadas la oportunidad de debatir sobre los hechos o errores materiales que motivaron
su petición, de acuerdo con el principio de equidad procesal. Bajo ninguna circunstancia la
Comisión está facultada por la Convención para emitir un tercer informe.
2. Que, habiendo respondido a la primera pregunta en la forma señalada en el párrafo
anterior, es innecesario responder a la segunda.
Disiente el Juez Máximo Pacheco Gómez. El Juez Pacheco Gómez hizo conocer a la Corte su
Voto Disidente y el Juez Cançado Trindade su Voto Concurrente sobre la decisión de
competencia y admisibilidad, los cuales acompañan a esta opinión consultiva.

OC 16/99
FECHA: 1 de octubre de 1999.
Solicitada por los EEUU Mexicanos, sobre el derecho a la información sobre la asistencia
consular en el marco de las garantías del debido proceso legal.
Partiendo de dichas premisas, México solicitó la opinión de la Corte sobre los siguientes
asuntos: En relación con la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares:
1. En el marco del artículo 64.1 de la Convención Americana, ¿debe entenderse el artículo
36 de la Convención de Viena [sobre Relaciones Consulares], en el sentido de contener

Diego Luengo
19

disposiciones concernientes a la protección de los derechos humanos en los Estados


Americanos?
2. Desde el punto de vista del Derecho internacional, ¿está subordinada la exigibilidad de
los derechos individuales que confiere el citado artículo 36 a los extranjeros, por parte de
los interesados frente al Estado receptor, a las protestas del Estado de su nacionalidad?
3. Tomando en cuenta el objeto y fin del artículo 36.1.b) de la Convención de Viena, ¿debe
interpretarse la expresión “sin dilación” contenida en dicho precepto, en el sentido de
requerir que las autoridades del Estado receptor informen a todo extranjero detenido por
los delitos sancionables con la pena capital de los derechos que le 3 confiere el propio
artículo 36.1.b), en el momento del arresto y en todo caso antes de que el detenido rinda
cualquier declaración o confesión ante las autoridades policíacas o judiciales?
4. Desde el punto de vista del Derecho internacional y tratándose de personas extranjeras,
¿cuáles debieran ser las consecuencias jurídicas respecto de la imposición y ejecución de
la pena de muerte, ante la falta de notificación a que se refiere el artículo 36.1.b) de la
Convención de Viena?

Respecto del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos:


5. En el marco del artículo 64.1 de la Convención Americana, ¿deben entenderse los
artículos 2, 6, 14 y 50 del Pacto, en el sentido de contener disposiciones concernientes a la
protección de los derechos humanos en los Estados americanos?
6. En el marco del artículo 14 del Pacto, ¿debe entenderse que el propio artículo 14 debe
aplicarse e interpretarse a la luz de la expresión “todas las garantías posibles para asegurar
un juicio justo”, contenida en el párrafo 5 de las respectivas salvaguardias de las Naciones
Unidas y que tratándose de extranjeros acusados o inculpados de delitos sancionables con
la pena capital, dicha expresión incluye la inmediata notificación al detenido o procesado,
por parte del Estado receptor, de los derechos que le confiere el artículo 36.1.b) de la
Convención de Viena?
7. Tratándose de personas extranjeras acusadas o inculpadas de delitos sancionables con
la pena capital, ¿se conforma la omisión, por parte del Estado receptor, de la notificación
exigida por el artículo 36.1.b) de la Convención de Viena con respecto a los interesados, con
el derecho de éstos a disponer de “medios adecuados para la preparación de su defensa”
de acuerdo con el artículo 14.3.b) del Pacto?
Diego Luengo
20

8. Tratándose de personas extranjeras acusadas o inculpadas de delitos sancionables con


la pena capital, ¿debe entenderse que las expresiones “garantías mínimas”, contenida en el
artículo 14.3 del Pacto, y “equiparables como mínimo”, contenida en el párrafo 5 de las
respectivas salvaguardias de las Naciones Unidas, eximen al Estado receptor del inmediato
cumplimiento con respecto al detenido o procesado de las disposiciones del artículo 36.1.b)
de la Convención de Viena?
9. Tratándose de países [a]mericanos constituidos como Estados federales que son Parte
en el Pacto de Derechos Civiles, y en el marco de los artículos 2, 6, 14 y 50 del Pacto, ¿están
obligados dichos Estados a garantizar la notificación oportuna a que se refiere el artículo
36.1.b) de la Convención de Viena a todo individuo de nacionalidad extranjera arrestado,
detenido o procesado en su territorio por delitos sancionables con la pena capital; y a
adoptar disposiciones conforme a su derecho interno para hacer efectiva en tales casos la
notificación oportuna a que se refiere ese artículo en todos sus componentes, si el mismo
no estuviese ya garantizado por disposiciones legislativas o de otra índole, a fin de dar plena
eficacia a los respectivos derechos y garantías consagrados en el Pacto?
10. En el marco del Pacto y tratándose de personas extranjeras, ¿cuáles debieran ser las
consecuencias jurídicas respecto de la imposición y ejecución de la pena de muerte, ante la
falta de notificación a que se refiere el artículo 36.1.b) de la Convención de Viena?
Respecto de la Carta de la OEA y de la Declaración Americana:
11. Tratándose de arrestos y detenciones de extranjeros por delitos sancionables con la
pena capital y en el marco de los artículos 3.l)1 de la Carta y II de la Declaración, ¿se
conforma la omisión por parte del Estado receptor de la notificación al detenido o inculpado,
sin dilación, de los derechos que le confiere el artículo 36.1.b) de la Convención de Viena,
con la proclamación por la Carta de los derechos humanos, sin distinción por motivos de
nacionalidad, y con el reconocimiento por la Declaración del derecho a la igualdad ante la
ley sin distinción alguna?
12. Tratándose de personas extranjeras y en el marco del artículo 3.[l]2 de la Carta de la
OEA y de los artículos I, II y XXVI de la Declaración, ¿cuáles debieran ser las consecuencias
jurídicas respecto de la imposición y ejecución de la pena de muerte, ante la falta de
notificación a que se refiere el artículo 36.1.b) de la Convención de Viena?
RESPUESTA:
141. Por las razones expuestas. LA CORTE, DECIDE por unanimidad:
Que es competente para emitir la presente Opinión Consultiva.
Y ES DE OPINIÓN por unanimidad:

Diego Luengo
21

Que el artículo 36 de la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares reconoce al


detenido extranjero derechos individuales, entre ellos el derecho a la información sobre la
asistencia consular, a los cuales corresponden deberes correlativos a cargo del Estado
receptor.
Por unanimidad:
Que el artículo 36 de la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares concierne a la
protección de los derechos del nacional del Estado que envía y está integrada a la normativa
internacional de los derechos humanos.
Por unanimidad:
Que la expresión “sin dilación” utilizada en el artículo 36.1.b) de la Convención de Viena
sobre Relaciones Consulares, significa que el Estado debe cumplir con su deber de informar
al detenido sobre los derechos que le reconoce dicho precepto al momento de privarlo de
libertad y en todo caso antes de que rinda su primera declaración ante la autoridad.
Por unanimidad:
Que la observancia de los derechos que reconoce al individuo el artículo 36 de la Convención
de Viena sobre Relaciones Consulares no está subordinada a las protestas del Estado que
envía.
Por unanimidad:
Que los artículos 2, 6, 14 y 50 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
conciernen a la protección de los derechos humanos en los Estados americanos.
Por unanimidad:
Que el derecho individual a la información establecido en el artículo 36.1.b) de la Convención
de Viena sobre Relaciones Consulares permite que adquiera eficacia, en los casos
concretos, el derecho al debido proceso legal consagrado en el artículo 14 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos; y que este precepto establece garantías
mínimas susceptibles de expansión a la luz de otros instrumentos internacionales como la
Convención de Viena sobre Relaciones Consulares, que amplían el horizonte de la protección
de los justiciables.
Por seis votos contra uno:
Que la inobservancia del derecho a la información del detenido extranjero, reconocido en el
artículo 36.1.b) de la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares, afecta las garantías
del debido proceso legal y, en estas circunstancias, la imposición de la pena de muerte
constituye una violación del derecho a no ser privado de la vida “arbitrariamente”, en los
Diego Luengo
22

términos de las disposiciones relevantes de los tratados de derechos humanos (v.g.


Convención Americana sobre Derechos Humanos, artículo 4; Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, artículo 6), con las consecuencias jurídicas inherentes a una
violación de esta naturaleza, es decir, las atinentes a la responsabilidad internacional del
Estado y al deber de reparación. Disiente el Juez Jackman.
Por unanimidad.
Que las disposiciones internacionales que conciernen a la protección de los derechos
humanos en los Estados americanos, inclusive la consagrada en el artículo 36.1.b) de la
Convención de Viena sobre Relaciones Consulares, deben ser respetadas por los Estados
americanos Partes en las respectivas convenciones, independientemente de su estructura
federal o unitaria.

OC 17/02
FECHA: 28 de agosto de 2002.
Solicitada por la Comisión IDH, sobre la condición jurídica y derechos humanos del niño.
El 30 de marzo de 2001 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (en adelante “la
Comisión” o “la Comisión Interamericana”), en razón de lo que dispone el artículo 64.1 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos (en adelante “la Convención Americana”,
“la Convención” o “el Pacto de San José”), sometió a la Corte Interamericana de Derechos
Humanos (en adelante “la Corte Interamericana”, “la Corte” o “el Tribunal”) una solicitud de
Opinión Consultiva (en adelante “la consulta”) sobre la interpretación de los artículos 8 y 25
de la Convención Americana, con el propósito de determinar si las medidas especiales
establecidas en el artículo 19 de la misma Convención constituyen “límites al arbitrio o a la
discrecionalidad de los Estados” en relación a niños, y asimismo solicitó la formulación de
criterios generales válidos sobre la materia dentro del marco de la Convención Americana.
RESPUESTA:
LA CORTE, por seis votos contra uno. DECIDE:
Que tiene competencia para emitir la presente Opinión Consultiva y que la solicitud de la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos es admisible.
DECLARA:

Diego Luengo
23

Que para los efectos de esta opinión consultiva, “niño” o “menor de edad” es toda persona
que no haya cumplido 18 años, salvo que hubiese alcanzado antes la mayoría de edad, por
mandato de ley, en los términos del párrafo 42.
Y ES DE OPINIÓN:
1. Que de conformidad con la normativa contemporánea del Derecho Internacional de los
Derechos Humanos, en la cual se enmarca el artículo 19 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, los niños son titulares de derechos y no sólo objeto de protección.
2. Que la expresión “interés superior del niño”, consagrada en el artículo 3 de la Convención
sobre los Derechos del Niño, implica que el desarrollo de éste y el ejercicio pleno de sus
derechos deben ser considerados como criterios rectores para la elaboración de normas y
la aplicación de éstas en todos los órdenes relativos a la vida del niño.
3. Que el principio de igualdad recogido en el artículo 24 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos no impide la adopción de reglas y medidas específicas en relación con
los niños, los cuales requieren un trato diferente en función de sus condiciones especiales.
Este trato debe orientarse a la protección de los derechos e intereses de los niños.
4. Que la familia constituye el ámbito primordial para el desarrollo del niño y el ejercicio de
sus derechos. Por ello, el Estado debe apoyar y fortalecer a la familia, a través de las diversas
medidas que ésta requiera para el mejor cumplimiento de su función natural en este campo.
5. Que debe preservarse y favorecerse la permanencia del niño en su núcleo familiar, salvo
que existan razones determinantes para separarlo de su familia, en función del interés
superior de aquél. La separación debe ser excepcional y, preferentemente, temporal.
6. Que para la atención a los niños, el Estado debe valerse de instituciones que dispongan
de personal adecuado, instalaciones suficientes, medios idóneos y experiencia probada en
este género de tareas.
7. Que el respeto del derecho a la vida, en relación con los niños, abarca no sólo las
prohibiciones, entre ellas, la de la privación arbitraria, establecidas en el artículo 4 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, sino que comprende también la
obligación de adoptar las medidas necesarias para que la existencia de los niños se
desarrolle en condiciones dignas.
8. Que la verdadera y plena protección de los niños significa que éstos puedan disfrutar
ampliamente de todos sus derechos, entre ellos los económicos, sociales y culturales, que
les asignan diversos instrumentos internacionales. Los Estados Partes en los tratados
internacionales de derechos humanos tienen la obligación de adoptar medidas positivas
para asegurar la protección de todos los derechos del niño.

Diego Luengo
24

9. Que los Estados Partes en la Convención Americana tienen el deber, conforme a los
artículos 19 y 17, en relación con el artículo 1.1 de la misma, de tomar todas las medidas
positivas que aseguren la protección a los niños contra malos tratos, sea en su relación con
las autoridades públicas, o en las relaciones inter–individuales o con entes no estatales.
10. Que en los procedimientos judiciales o administrativos en que se resuelven derechos de
los niños se deben observar los principios y las normas del debido proceso legal. Esto abarca
las reglas correspondientes a juez natural –competente, independiente e imparcial–, doble
instancia, presunción de inocencia, contradicción y audiencia y defensa, atendiendo las
particularidades que se derivan de la situación específica en que se encuentran los niños y
que se proyectan razonablemente, entre otras materias, sobre la intervención personal de
dichos procedimientos y las medidas de protección que sea indispensable adoptar en el
desarrollo de éstos.
11. Que los menores de 18 años a quienes se atribuya la comisión de una conducta
delictuosa deben quedar sujetos a órganos jurisdiccionales distintos de los
correspondientes a los mayores de edad. Las características de la intervención que el Estado
debe tener en el caso de los menores infractores deben reflejarse en la integración y el
funcionamiento de estos tribunales, así como en la naturaleza de las medidas que ellos
pueden adoptar.
12. Que la conducta que motive la intervención del Estado en los casos a los que se refiere
el punto anterior debe hallarse descrita en la ley penal. Otros casos, como son los de
abandono, desvalimiento, riesgo o enfermedad, deben ser atendidos en forma diferente, a
la que corresponde a los procedimientos aplicables a quienes incurren en conductas típicas.
Sin embargo, en dichos casos es preciso observar, igualmente, los principios y las normas
del debido proceso legal, tanto en lo que corresponde a los menores como en lo que toca a
quienes ejercen derechos en relación con éstos, derivados del estatuto familiar, atendiendo
también a las condiciones específicas en que se encuentren los niños.
13. Que es posible emplear vías alternativas de solución de las controversias que afecten a
los niños, pero es preciso regular con especial cuidado la aplicación de estos medios
alternativos para que no se alteren o disminuyan los derechos de aquéllos.

OC 18/03
Diego Luengo
25

FECHA: 17 de septiembre de 2003.


Solicitada por los EEUU Mexicanos, sobre la condición jurídica y derechos de los migrantes
indocumentados.
México solicitó la opinión de la Corte respecto de los siguientes asuntos: En el marco del
principio de igualdad jurídica consagrado en el artículo II de la Declaración Americana, en el
artículo 24 de la Convención Americana, en el artículo 7 de la Declaración Universal y en el
artículo 26 del Pacto [Internacional de Derechos Civiles y Políticos …],
1) ¿Puede un Estado americano, en relación con su legislación laboral, establecer un trato
perjudicialmente distinto para los trabajadores migratorios indocumentados en cuanto al
goce de sus derechos laborales respecto de los residentes legales o los ciudadanos, en el
sentido de que dicha condición migratoria de los trabajadores impide per se el goce de tales
derechos?
2.1) Los artículos 2, párrafo 1 de la Declaración Universal y II de la Declaración Americana y
los artículos 2 y 26 del Pacto [Internacional de Derechos Civiles y Políticos], así como 1 y 24
de la Convención Americana, ¿deben interpretarse en el sentido de que la legal estancia de
las personas en el territorio de un Estado americano es condición necesaria para que dicho
Estado respete y garantice los derechos y libertades reconocidos en dichas disposiciones a
las personas sujetas a su jurisdicción?
2.2) A la luz de las disposiciones citadas en la pregunta anterior[,] ¿puede considerarse que
la privación de uno o más derechos laborales, tomando como fundamento de tal privación
la condición indocumentada de un trabajador migratorio, es compatible con los deberes de
un Estado americano de garantizar la no discriminación y la protección igualitaria y efectiva
de la ley que le imponen las disposiciones mencionadas? Con fundamento en el artículo 2,
párrafos 1 y 2 y en el artículo 5, párrafo 2, [ambos] del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos,
3) ¿Cuál sería la validez de la interpretación por parte de un Estado americano en el sentido
de subordinar o condicionar de cualquier forma la observancia de los derechos humanos
fundamentales, incluyendo el derecho a la igualdad ante la ley y a la igual y efectiva
protección de la misma sin discriminación, a la consecución de objetivos de política
migratoria contenidos en sus leyes, independientemente de la jerarquía que el derecho
interno atribuya a tales leyes, frente a las obligaciones internacionales derivadas del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos y de otras obligaciones del derecho
internacional de los derechos humanos oponibles erga omnes? Habida cuenta del desarrollo
Diego Luengo
26

progresivo del derecho internacional de los derechos humanos y su codificación, en especial


a través de las disposiciones invocadas de los instrumentos mencionados en la presente
solicitud,
4) ¿Qué carácter tienen hoy el principio de no discriminación y el derecho a la protección
igualitaria y efectiva de la ley en la jerarquía normativa que establece el derecho
internacional general, y en ese contexto, pueden considerarse como la expresión de normas
de ius cogens? Si la respuesta a esta segunda pregunta resultase afirmativa, ¿qué efectos
jurídicos se derivan para los Estados miembros de la OEA, individual y colectivamente, en el
marco de la obligación general de respetar y garantizar, conforme al artículo 2 párrafo 1 del
Pacto [Internacional de Derechos Civiles y Políticos], el cumplimiento de los derechos
humanos a que se refieren el artículo 3, ¿inciso (I) y el artículo 17 de la Carta de la OEA?
RESPUESTA:
173. Por las razones expuestas, LA CORTE, DECIDE por unanimidad, Que es competente
para emitir la presente Opinión Consultiva.
Y ES DE OPINIÓN por unanimidad:
1. Que los Estados tienen la obligación general de respetar y garantizar los derechos
fundamentales. Con este propósito deben adoptar medidas positivas, evitar tomar iniciativas
que limiten o conculquen un derecho fundamental, y suprimir las medidas y prácticas que
restrinjan o vulneren un derecho fundamental.
2. Que el incumplimiento por el Estado, mediante cualquier tratamiento discriminatorio, de
la obligación general de respetar y garantizar los derechos humanos, le genera
responsabilidad internacional.
3. Que el principio de igualdad y no discriminación posee un carácter fundamental para la
salvaguardia de los derechos humanos tanto en el derecho internacional como en el interno.
4. Que el principio fundamental de igualdad y no discriminación forma parte del derecho
internacional general, en cuanto es aplicable a todo Estado, independientemente de que
sea parte o no en determinado tratado internacional. En la actual etapa de la evolución del
derecho internacional, el principio fundamental de igualdad y no discriminación ha ingresado
en el dominio del jus cogens.
5. Que el principio fundamental de igualdad y no discriminación, revestido de carácter
imperativo, acarrea obligaciones erga omnes de protección que vinculan a todos los Estados
y generan efectos con respecto a terceros, inclusive particulares.

Diego Luengo
27

6. Que la obligación general de respetar y garantizar los derechos humanos vincula a los
Estados, independientemente de cualquier circunstancia o consideración, inclusive el
estatus migratorio de las personas.
7. Que el derecho al debido proceso legal debe ser reconocido en el marco de las garantías
mínimas que se deben brindar a todo migrante, independientemente de su estatus
migratorio. El amplio alcance de la intangibilidad del debido proceso comprende todas las
materias y todas las personas, sin discriminación alguna.
8. Que la calidad migratoria de una persona no puede constituir una justificación para
privarla del goce y ejercicio de sus derechos humanos, entre ellos los de carácter laboral. El
migrante, al asumir una relación de trabajo, adquiere derechos por ser trabajador, que
deben ser reconocidos y garantizados, independientemente de su situación regular o
irregular en el Estado de empleo. Estos derechos son consecuencia de la relación laboral.
9. Que el Estado tiene la obligación de respetar y garantizar los derechos humanos laborales
de todos los trabajadores, independientemente de su condición de nacionales o extranjeros,
y no tolerar situaciones de discriminación en perjuicio de éstos, en las relaciones laborales
que se establezcan entre particulares (empleador-trabajador). El Estado no debe permitir
que los empleadores privados violen los derechos de los trabajadores, ni que la relación
contractual vulnere los estándares mínimos internacionales.
10. Que los trabajadores, al ser titulares de los derechos laborales, deben contar con todos
los medios adecuados para ejercerlos. Los trabajadores migrantes indocumentados poseen
los mismos derechos laborales que corresponden a los demás trabajadores del Estado de
empleo, y este último debe tomar todas las medidas necesarias para que así se reconozca
y se cumpla en la práctica.
11. Que los Estados no pueden subordinar o condicionar la observancia del principio de la
igualdad ante la ley y la no discriminación a la consecución de los objetivos de sus políticas
públicas, cualesquiera que sean éstas, incluidas las de carácter migratorio

OC 19/05
FECHA: 28 DE NOVIEMBRE DE 2005
Solicitada por la República Bolivariana de Venezuela, sobre control de legalidad en el
ejercicio de las atribuciones de la Comisión IDH.

Diego Luengo
28

El 12 de noviembre de 2003 la República Bolivariana de Venezuela (en adelante


“Venezuela” o “el Estado”), con fundamento en el artículo 64.1 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos (en adelante “la Convención Americana” o “la Convención”),
sometió a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (en adelante “la Corte
Interamericana”, “la Corte” o “el Tribunal”) una solicitud de opinión consultiva (en adelante
“la solicitud”, “la consulta” o “la opinión consultiva”) sobre “[...] si existe un órgano dentro
[del sistema interamericano de protección de derechos humanos] que disponga de las
competencias necesarias para ejercer el control de la legalidad de las actuaciones de la
Comisión [...], ante el cual puedan recurrir los Estados partes de la Convención [...], en
defensa de la legalidad. En caso de que existiere tal órgano, el [Estado] desearía conocer
cuál es dicho órgano y cuáles [son] sus atribuciones [...]”.
El 10 de diciembre de 2003 el Estado envió modificaciones a su solicitud e indicó las
siguientes dos preguntas: 1. ¿Existe o no, un órgano dentro del [s]istema [i]nteramericano
de [d]erechos [h]umanos que disponga de las competencias necesarias para ejercer el
control de la legalidad de las actuaciones de la Comisión [...], ante el cual puedan recurrir
los Estados parte[s] de la Convención [...], en defensa de la legalidad? 2. En caso de que
existiere tal órgano, [Venezuela] desearía conocer ¿[c]uál es dicho órgano y cuales [son] sus
atribuciones?
RESPUESTA:
DECIDE: por unanimidad:
que es competente para emitir la presente Opinión Consultiva. Y OPINA:
Por unanimidad:
Que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, como órgano del sistema
interamericano de protección de los derechos humanos, tiene plena autonomía e
independencia en el ejercicio de su mandato conforme a la Convención Americana sobre
Derechos Humanos.
Que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos actúa dentro del marco legal
establecido por la Convención Americana sobre Derechos Humanos en el ejercicio de las
funciones que le competen en el procedimiento relativo al trámite de las peticiones
individuales dispuesto en los artículos 44 a 51 de la Convención, así como en el ejercicio de
sus restantes atribuciones destinadas a la promoción y protección de los derechos humanos,
consagradas en el artículo 41 de ese instrumento.
Que la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en el ejercicio de sus funciones, efectúa
el control de legalidad de las actuaciones de la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos en lo que se refiere al trámite de los asuntos que estén bajo el conocimiento de la
Diego Luengo
29

propia Corte, conforme a la competencia que le confiere a ésta la Convención Americana y


otros instrumentos interamericanos de protección de los derechos humanos.

OC 20/09
FECHA: 29 DE SEPTIEMBRE DE 2009
Solicitada por la República Argentina, sobre el artículo 55 de la CADH.
El 14 de agosto de 2008 la República Argentina (en adelante “Argentina” o “el Estado
solicitante”), con fundamento en el artículo 64.1 de la Convención Americana, y de
conformidad con lo establecido en el artículo 64.1 y 64.2 del Reglamento presentó una
solicitud de Opinión Consultiva (en adelante “la solicitud” o “la consulta”) referida a la
“interpretación del artículo 55 de la Convención”, en relación con “la figura del juez ad hoc
y la igualdad de armas en el proceso ante la Corte Interamericana en el contexto de un caso
originado en una petición individual”, así como respecto de “la nacionalidad de los
magistrados [del Tribunal] y el derecho a un juez independiente e imparcial”.
Con base en lo anterior, el Estado preguntó a la Corte lo siguiente:
[1.] De acuerdo a lo previsto por la Convención Americana sobre Derechos Humanos en su
artículo 55.3, ¿la posibilidad de designar un juez ad-hoc debe limitarse a aquellos casos en
que la demanda interpuesta ante la Corte haya sido originada en una denuncia interestatal?
[2.] Para aquellos casos originados en una petición individual, ¿Aquel magistrado nacional
del Estado denunciado debería excusarse de participar de la sustanciación y decisión del
caso en orden a garantizar una decisión despojada de toda posible parcialidad o influencia?
RESPUESTA:
87. Por las razones expuestas, en interpretación de los artículos 55.3 y 55.1 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, LA CORTE, DECIDE por unanimidad:
Que es competente para emitir la presente Opinión Consultiva.
Y ES DE OPINIÓN por unanimidad:
1. Que conforme al artículo 55.3 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, la
posibilidad de los Estados Partes en el caso sometido a la Corte Interamericana, de nombrar
un juez ad hoc para que integre este Tribunal cuando en el mismo no hubiere un juez de su
nacionalidad, se restringe a aquellos casos contenciosos originados en comunicaciones
interestatales (artículo 45 de dicho instrumento), y que no es posible derivar un derecho

Diego Luengo
30

similar a favor de los Estados Partes en casos originados en peticiones individuales (artículo
44 de dicho tratado).
2. Que el juez nacional del Estado demandado no debe participar en el conocimiento de
casos contenciosos originados en peticiones individuales.

OC 21/14
FECHA: 19 de agosto de 2014.
Solicitada por Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay.
Con fundamento en el artículo 64.1 de la CADH y de confomidad con lo establecido en los
artículos 70.1 y 70.2 del Reglamento presentaron una solicitud de Opinión Consultiva
sobre niñez migrante a fin de que el Tribunal, “determine con mayor precisión cuáles son
las obligaciones de los Estados con relación a las medidas pasibles de ser adoptadas
respecto de niñas y niños, asociados a su condición migratoria, o a la de sus padres, a la
luz de la interpretación autorizada de los artículos 1.1; 2; 4.1; 5; 7; 8; 11; 17; 19; 22.7;
22.8; 25 y 29 de la CADH.

OC 22/16
FECHA: 26 de febrero de 2016
Solicitada por la República de Panamá.
Titularidad de derechos de las personas jurídicas en el sistema interamericano de DDHH.

OC 23/17
FECHA: 15 de noviembre de 2017.
El 15 de noviembre de 2017 la Corte IDH dictó una Opinión Consultiva en respuesta a la
consulta realizada por el Estado de Colombia sobre las obligaciones estatales en relación
Diego Luengo
31

al medio ambiente, en el marco de la protección y garantía de los derechos a la vida y a la


integridad personal, consagrado en los artículos 4 y 5 de la CADH, en relación con los
artículos 1.1 y 2 del mismo tratado.

OC 24/17
FECHA: 24 de noviembre de 2017.
El 24 de noviembre de 2017 la Corte IDH adoptó una OC sobre identidad de género e
igualdad y no discriminación a parejas del mismo sexo la cuál fue notificada el 9 de enero
de 2018. La OC titulada como “identidad de género o igualdad u no discriminación a
parejas del mismo sexo”, fue emitida en respuesta a una solicitud presentada por los
Estados de Costa Rica que buscaba responder a cinco interrogantes en torno a dos temas
relacionados con derechos de personas LGBTI. El primero de ellos versa sobre el
reconocimiento del derecho a la identidad de género y en particular sobre los
procedimientos para tramitar las solicitudes de cambio de nombre en razón de la identidad
de género. El segundo tema se refiere a los derechos patrimoniales de las parejas
constituidas por personas del mismo sexo.

OC 25/18
El 30 de mayo de 2018 la Corte IDH emitió una Opinión Consultiva en respuesta a la
consulta realizada por el Estado de Ecuador sobre “la institución del asilo en sus diversas
formas y la legalidad de su reconocimiento como ddhh de todas las personas conforme al
principio de igualdad y no discriminación”.

Diego Luengo

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