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Himno Nacional del Ecuador en Kichwa

SUMAK LLAKTA KANTAMI NAPANCHIK.


KUYAYWAN. KUYAYWAN.
KANPAK SHUNKU UKUPI KUSHIKUY,
ÑUKA KUYAY INTITA YALLINMI,
WARANKA, WARANKATA KUSHIKUY
KANKA SUMAK ALLPAMI KANKI.
WARANKA, WARANKATA KUSHIKUY
KANKA SUMAK ALLPAMI KANKI.

KAY ALLPAPI ÑAWPA YAYAKUNA


PICHINCHA URKUPI MAKANAKUSHKA,
KANTAKA WIÑAYPAK ALLI NISHKA,
KANMANTA YAWARTA JICHASHKA.
PACHAKAMAK RIKUSHPA CHASKISHKA,
CHAY YAWAR MUYUSHINA MIRARIK.
KAY RUNAKUNAKA MANCHARISHKA
CHASNA SINCHI RUNAKUNAMI.
MIRARISHKAMARI. MIRARISHKAMARI.

SUMAK LLAKTA KANTAMI NAPANCHIK.


KUYAYWAN. KUYAYWAN.
KANPAK SHUNKU UKUPI KUSHIKUY,
ÑUKA KUYAY INTITA YALLINMI,
WARANKA, WARANKATA KUSHIKUY
KANKA SUMAK ALLPAMI KANKI.
WARANKA, WARANKATA KUSHIKUY
KANKA SUMAK ALLPAMI KANKI.
Himno Nacional del Ecuador
CORO

Salve oh Patria, ¡mil veces!

¡Oh Patria! ¡Gloria a ti! ¡Gloria a ti!

Ya tu pecho, tu pecho rebosa.

Gozo y paz, ya tu pecho rebosa;

y tu frente, tu frente radiosa,

más que el sol contemplamos lucir.

Y tú frente, tu frente radiosa,

más que el sol contemplamos lucir.

ESTROFAS

Indignados tus hijos del yugo

que te impuso la ibérica audacia,

de la injusta y horrenda desgracia

que pesaba fatal sobre ti,

santa voz a los cielos alzó,

voz de noble y sin par juramento,

de vengarte del monstruo sangriento,

de romper ese yugo servil.

II

Los primeros los hijos del suelo

que, soberbio; el Pichincha decora

te aclamaron por siempre señora

y vertieron su sangre por ti.

Dios miró y aceptó el holocausto,

y esa sangre fue germen fecundo

de otros héroes que, atónito, el mundo

vio en tu torno a millares surgir.

III

De estos héroes al brazo de hierro

nada tuvo invencible la tierra,

y del valle a la altísima sierra


se escuchaba el fragor de la lid;

tras la lid la victoria volaba,

libertad tras el triunfo venía,

y al león destrozado se oía

de impotencia y despecho rugir.

IV

Cedió al fin la fiereza española,

y hoy, oh Patria, tu libre existencia

es la noble y magnífica herencia

que nos dio, el heroísmo feliz;

de las manos paternas la hubimos,

nadie intente arrancárnosla ahora,

ni nuestra ira excitar vengadora

quiera, necio o audaz, contra sí.

Nadie, oh Patria, lo intente. Las sombras

de tus héroes gloriosos nos miran,

y el valor y el orgullo que inspiran

son augurios de triunfos por ti.

Venga el hierro y el plomo fulmíneo,

que, a la idea de guerra, y venganza

se despierta la heroica pujanza

que hizo al fiero español sucumbir.

VI

Y si nuevas cadenas preparan

la injusticia de bárbara suerte,

¡gran Pichincha! prevén tú la muerte

de la patria y sus hijos al fin;

Hunde al punto en tus hondas entrañas

cuanto existe en tu tierra: el tirano

huelle solo cenizas y en vano

busque rastro de ser junto a ti.


Letra: Juan León Mera
Música: Antonio Neumane
Año: 1845

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