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Poema 1: Insomnio, de Dámaso Alonso

Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres (según las últimas


estadísticas).

A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo en este nicho en el que hace 45


años que me pudro,

y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar los perros, o fluir blandamente la
luz de la luna.

Y paso largas horas gimiendo como el huracán, ladrando como un perro enfurecido,
fluyendo como la leche de la ubre caliente de una gran vaca amarilla.

Y paso largas horas preguntándole a Dios, preguntándole por qué se pudre lentamente
mi alma,

por qué se pudren más de un millón de cadáveres en esta ciudad de Madrid,

por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo.

Dime, ¿qué huerto quieres abonar con nuestra podredumbre?

¿Temes que se te sequen los grandes rosales del día, las tristes azucenas letales de tus
noches?

METÀFORA
POLÍPTOTON
PARALELISMO
PREGUNTA RETÒRICA
Poema 2: Elegía a Ramón Sijé, de Miguel Hernández

Yo quiero ser llorando el hortelano En mis manos levanto una tormenta


de la tierra que ocupas y estercolas, de piedras, rayos y hachas estridentes
compañero del alma, tan temprano. sedienta de catástrofes y hambrienta.

Alimentando lluvias, caracolas Quiero escarbar la tierra con los dientes,


y órganos mi dolor sin instrumento, quiero apartar la tierra parte a parte
a las desalentadas amapolas a dentelladas secas y calientes.

daré tu corazón por alimento. Quiero minar la tierra hasta encontrarte


Tanto dolor se agrupa en mi costado, y besarte la noble calavera
que por doler me duele hasta el aliento. y desamordazarte y regresarte.

Un manotazo duro, un golpe helado, Volverás a mi huerto y a mi higuera:


un hachazo invisible y homicida, por los altos andamios de las flores
un empujón brutal te ha derribado. pajareará tu alma colmenera

No hay extensión más grande que mi de angelicales ceras y labores.


herida, Volverás al arrullo de las rejas
lloro mi desventura y sus conjuntos de los enamorados labradores.
y siento más tu muerte que mi vida.
Alegrarás la sombra de mis cejas,
Ando sobre rastrojos de difuntos, y tu sangre se irán a cada lado
y sin calor de nadie y sin consuelo disputando tu novia y las abejas.
voy de mi corazón a mis asuntos.
Tu corazón, ya terciopelo ajado,
Temprano levantó la muerte el vuelo, llama a un campo de almendras espumosas
temprano madrugó la madrugada, mi avariciosa voz de enamorado.
temprano estás rodando por el suelo.
A las aladas almas de las rosas
No perdono a la muerte enamorada, del almendro de nata te requiero,
no perdono a la vida desatenta, que tenemos que hablar de muchas cosas,
no perdono a la tierra ni a la nada. compañero del alma, compañero.

HIPÉRBOLE
METÀFORA
PERSONIFICACIÓN
ALITERACIÓN
POLISÍNDETON
Poema 3: Se querían, de Vicente Aleixandre

Se querían.
Sufrían por la luz, labios azules en la madrugada,
labios saliendo de la noche dura,
labios partidos, sangre, ¿sangre dónde?
Se querían en un lecho navío, mitad noche, mitad luz.

Se querían como las flores a las espinas hondas,


a esa amorosa gema del amarillo nuevo,
cuando los rostros giran melancólicamente,
giralunas que brillan recibiendo aquel beso.

Se querían de noche, cuando los perros hondos


laten bajo la tierra y los valles se estiran
como lomos arcaicos que se sienten repasados:
caricia, seda, mano, luna que llega y toca.

Se querían de amor entre la madrugada,


entre las duras piedras cerradas de la noche,
duras como los cuerpos helados por las horas,
duras como los besos de diente a diente solo.

Se querían de día, playa que va creciendo,


ondas que por los pies acarician los muslos,
cuerpos que se levantan de la tierra y flotando…
Se querían de día, sobre el mar, bajo el cielo.

Mediodía perfecto, se querían tan íntimos,


mar altísimo y joven, intimidad extensa,
soledad de lo vivo, horizontes remotos
ligados como cuerpos en soledad cantando.

Amando. Se querían como la luna lúcida,


como ese mar redondo que se aplica a ese rostro,
dulce eclipse de agua, mejilla oscurecida,
donde los peces rojos van y vienen sin música.

Día, noche, ponientes, madrugadas, espacios,


ondas nuevas, antiguas, fugitivas, perpetuas,
mar o tierra, navío, lecho, pluma, cristal,
metal, música, labio, silencio, vegetal,
mundo, quietud, su forma. Se querían, sabedlo.

METÀFORA
ASÍNDETON
PERSONIFICACIÓN
Poema 4: Donde habite el olvido, de Luis Cernuda

Donde habite el olvido,


En los vastos jardines sin aurora;
Donde yo solo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.

Donde mi nombre deje


Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,(eternamente)
Donde el deseo no exista.

En esa gran región donde el amor, ángel terrible,


No esconda como acero
En mi pecho su ala,
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.

Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya,
Sometiendo a otra vida su vida,
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.

Donde penas y dichas no sean más que nombres,


Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Disuelto en niebla, ausencia,
Ausencia leve como carne de niño.

Allá, allá lejos;


Donde habite el olvido.

METÀFORA
OXÍMORON
ANÀFORA

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