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CÓDIGO AZUL

Code Blue
de KATLYN

TRADUCTORA: SILVINA © 2024

REVISADO POR: charisen


SINOPSIS

Logan McGregor

Una dura policía de Pittsburgh, que vive sólo para su trabajo desde que perdió al
amor de su vida de manera imperdonable. Se ve envuelta de lleno en una de las
investigaciones de asesinato más desconcertantes en la historia de Pittsburgh. La política,
el dinero y la codicia no son las únicas barreras que debe atravesar para encontrar la
verdad.

Madison Cavanaugh

Una autoproclamada perfeccionista con una inclinación por las galas que la vida tiene
para ofrecer. De día, trabaja como una de las mejores cirujanas ortopédicas de Hospital
Mercy, y de noche, camina por las calles ayudando a los oprimidos y no deseados
ciudadanos de la ciudad. En un abrir y cerrar de ojos, su mundo se convierte en un vórtice
cuando un asesino acecha el distrito Strip.

Descargos de la autora:

Clasificación: NC-17

Archivo: Sí, sólo dime dónde.

Descargos de responsabilidad: Son mías. No las uses, robe o abuse de ellas.

Categoría: Ficción Original

Advertencias: Hay violencia y sangre. Esta es una historia sobre policías y médicos.
Contenido sexual: Hmmm, sí, mucho. <G> Si tienes menos de 18 años, pasa al canal

Disney. Esta historia está destinada únicamente a un público adulto. No tienes que ser
maduro poco más de 18.

Violencia: Sí, esta es la historia de un policía, así que sí, hay violencia, armas y sangre.

Idioma: Sí, sería inglés. Oh, lo entiendo, malas palabras. Sí, algunas, así que ten cuidado.
Quiero decir, realmente, ¿podrías obtener la verdadera imagen si dijeran: “Vaya, maldita
sea, esa bala que me atravesó el cuerpo realmente me dolió muchísimo”.

Respuestas: Me encanta los comentarios. Por favor, hágame saber lo que piensa de la
historia. [email protected]

Dedicado: Quiero dedicar esta, mi segunda historia a ML. Me has dado la visión y las
ganas de seguir contando mis historias. Eres mi corazón, mi alma... mi destino. Te
amaré siempre.

Agradecimientos: Me gustaría extender un agradecimiento especial a Sariya, Denise y


Sheila por asumir la difícil tarea de leer Código en versión beta. Incluso después de Storm
Surge, todavía quieres ayudarme. Definitivamente eres una glotona de castigos, las amo
chicas.

¡Son las mejores!

© KatLynFic 2001
INDICE
Capítulo uno
Capítulo dos
Capítulo tres
Capítulo cuatro
Capítulo cinco
Capítulo seis
Capítulo siete
Capítulo ocho
Capítulo nueve
Capítulo diez
Capítulo once
Capítulo doce
Capítulo trece
Capítulo catorce
Capítulo quince
Capítulo dieciséis
Capítulo diecisiete
Capítulo dieciocho
Capítulo diecinueve
Capítulo veinte
Capítulo veintiuno
Capítulo veintidós
Capítulo veintitrés
Capítulo veinticuatro
Capítulo veinticinco
Capítulo veintiséis
Capítulo veintisiete
Capítulo veintiocho
Capítulo veintinueve
Capítulo treinta
Capítulo treinta y uno
Capítulo treinta y dos
Capítulo treinta y tres
Capítulo treinta y cuatro
Capítulo treinta y cinco
Capítulo treinta y seis
Capítulo treinta y siete
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Capítulo uno

El aire frío de Pittsburgh atravesó el estrecho callejón entre los dos edificios
abandonados en la Avenida Penn, enviando al aire fragmentos de papel y basura
desechados por los transeúntes. La nieve había comenzado a caer pesadamente una hora
antes, pero Logan McGregor no parecía notarlo ni el frío cortante cuando se puso un par
de guantes de látex y se arrodilló junto al contenedor de basura donde la última víctima
había sido descartada sin contemplaciones. Este era el quinto asesinato en otras tantas
semanas y sus nervios se estaban agotando.

Cada vez que el asesino cobraba otra víctima, la detective podía sentir que la soga se
apretaba alrededor de su cuello. El alcalde había exigido que se formara un grupo de
trabajo especial para resolver el caso, y rápidamente. Logan sabía que el grupo de trabajo 6
no se había formado porque la comunidad estuviera preocupada por los asesinatos, sino
porque el alcalde y varios promotores influyentes del distrito Strip estaban preocupados
de que la publicidad del caso asustara a los turistas y lugareños lejos del área
recientemente remodelada. Como jefa del grupo de trabajo, estaba en el punto de mira,
mientras intentaba desesperadamente armar el rompecabezas que había dejado perpleja a
toda la fuerza policial de Pittsburgh durante las últimas cinco semanas.

Al mirar el cuerpo andrajoso de la última Jane Doe1, Logan reconoció de inmediato


el modus operandi del asesino. Una tarjeta comercial de Langston Development
Corporation había sido colocada cuidadosamente sobre el cuerpo. En todas las ocasiones
anteriores, la tarjeta llevaba impresa el nombre de un ejecutivo de alto nivel en la
Corporación; esta, sin embargo, llevaba inscrito el nombre de Christine Langston,
vicepresidenta senior de Langston Corporation e hija de Christopher Winthrop Langston
III.

Langston Development, después de haber comprado varias cuadras de edificios


abandonados o en ruinas a lo largo del Strip, había derribado las estructuras insalvables y
las había reconstruido, recreando las fachadas de tal manera que los nuevos edificios
complementaran las estructuras sobrevivientes. El distrito Strip, en un momento había
sido una de las áreas más populares de la ciudad, pero a lo largo de los años había caído

1 Jane Doe: se utiliza para nombrar a las personas desconocidas.


CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

en una espiral económica irreversible y había sido tomado por traficantes de drogas y
vagabundos. Con la remodelación, Langston Corporation había sido responsable del
reciente crecimiento de los negocios a lo largo del distrito Strip y, de manera indirecta,
responsable de la caída en la tasa de criminalidad y el tráfico de drogas que se había
extendido a lo largo de la Avenida Penn.

Logan sabía que, si investigaba más a fondo, descubriría que se había visto a esta
víctima llegar sola a uno de los bares cercanos y, muy probablemente, salir del
establecimiento poco tiempo después con un hombre. Todas las investigaciones
anteriores habían seguido la misma ruta. Todas las víctimas se habían ido voluntariamente
con su acompañante, para ser encontradas brutalmente asesinadas unas horas más tarde
en un lugar cercano, bastante expuesto.

Mirando alrededor del área, Logan no pudo evitar pensar que el asesino se estaba
burlando de ella; poniendo a prueba su capacidad para averiguar su próximo movimiento.
Su frustración se hacía más fuerte cada día. Todo lo que había podido reconstruir hasta
ahora era que cada víctima era una cliente habitual de los clubes del área con antecedentes
de abuso de drogas y empleo esporádico. Mientras se quitaba los guantes, hizo una nota
mental para revisar los clubes nuevamente, esta vez presionando más a los gerentes y al
personal para obtener información, y para que varios de los oficiales investigaran más a 7
fondo las vidas de las víctimas.

Logan se alejó del cuerpo hacia el aire frío que azotaba el callejón y respiró hondo,
frotándose las sienes, mientras el dolor de cabeza que había tenido durante días se hizo
más fuerte. Establecer una conexión con Langston Development era una tarea frustrante
y CW Langston, así como los demás ejecutivos, se escondían detrás de puertas cerradas,
negándose a ser entrevistados por el equipo de investigación.

El alcalde había usado su influencia política para proteger a su viejo amigo,


negándose a ceder a las solicitudes del Departamento de Policía de obligar a Langston a
cooperar, mientras afirmaba que la corporación promotora era una víctima tanto como los
asesinados. Desentrañar este caso sería como caminar con los ojos vendados a través de
un laberinto y la detective sabía que muchos de los callejones sin salida serían barreras
políticas colocadas convenientemente para proteger a la rica familia Langston. Logan se
apoyó pesadamente en el capó del coche patrulla dejando caer la cabeza; estirando los
tensos músculos de su cuello.

—Sabes, un poco de sueño podría ser justo lo que recetó el doctor.

Logan se volvió y vio a Jennifer Phillips, la principal reportera de sucesos del


Pittsburgh Post-Gazettes, que la miraba con preocupación.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Sin comentarios, señora Phillips y sabe a ciencia cierta que no necesito médicos.

Jennifer levantó una ceja delgada y oscura mientras miraba a la detective alta y de
cabello oscuro.

—A veces, Logan, puedes ser un verdadero grano en el culo. No recuerdo haberte


hecho ninguna pregunta. Mi preocupación en este momento es por ti, no por la historia.

Girando la cabeza de lado a lado, tratando de aflojar los músculos tensos, la detective
se reprendió en silencio por el ataque verbal. Habían sido amigas durante muchos años y
Logan sabía que la reportera sería la última persona en aprovechar su amistad para obtener
un titular.

—Lo siento, Jen, estoy realmente agotada y no tenemos nada que contar aquí. No era
mi intención saltar sobre ti de esa manera, de verdad.

—¿Has terminado aquí por esta noche, o vas a pasar otras diez o doce horas antes de
tu próximo turno? —El tono sarcástico de la voz de Jen dejaba poco margen para malas
interpretaciones.
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—Ya he terminado. —Había pasado un tiempo desde que las dos mujeres habían
pasado tiempo juntas fuera de sus trabajos y Logan de repente sintió la necesidad de una
buena compañía y un trago fuerte—. ¿Quieres ir a comer algo?

Jen no pudo ocultar la mirada de sorpresa que cruzó su rostro.

—Sí, seguro. Sólo dame un minuto para llamar y estaré lista.

Logan se dejó caer en coche y llamó por radio a la comisaría, firmando la salida para
la noche. Técnicamente, debería haber estado fuera de servicio ocho horas antes, pero no
tenía ganas de ir a la estructura oscura y solitaria en la que vivía. El hogar era simplemente
una casa; un lugar donde dormía, se duchaba y ocasionalmente comía, pero no el hogar
cálido y reconfortante que una vez conoció. Cada vez que cruzaba la puerta, la golpeaba
el silencio ensordecedor que resonaba dentro de las paredes y el inolvidable y tenue aroma
de Obsesión... el aroma de Diane.

Logan todavía estaba sentada con el micrófono de la radio en la mano cuando Jen se
acercó poco después.

»Oye, ¿estás bien?

Con los ojos vidriosos, Logan miró el rostro preocupado de su amiga.


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—Sí, estoy bien, umm, sólo cansada.

Mirando fijamente a la detective, la preocupación de Jen creció por el desánimo de


su amiga. Había sido testigo de lo peor y lo mejor de Logan durante los últimos años,
pero durante los últimos meses, la complacencia con la que la mujer se había envuelto se
había convertido en apatía. Apatía por todo en su vida excepto por su trabajo. Era casi
como si esperara que su trabajo la rescatara de los demonios que acechaban su vida; una
vida que desde que Diane se fue, había estado llena de oscuridad.

—¿Logan? Si prefieres posponer la cena, podemos… Parece que necesitas dormir un


poco de todos modos.

Metiendo su larga pierna en el coche, Logan negó con la cabeza y miró hacia la bolsa
para cadáveres que contenía a la última Jane Doe.

—No. Después de esto no podré dormir. No puedo recordar la última vez que comí
de todos modos. Sígueme a la comisaría y déjame tomar mi camioneta. ¿Qué me dices de
ir a Buskers?

Encogiéndose de hombros, Jen se volvió hacia su auto. 9


—Bien, guíame, detective.

₪₪₪₪₪

Buskers, un café de jazz ubicado en el distrito Strip de Pittsburgh, se especializaba


en un menú exclusivo con platos únicos. El establecimiento atraía a clientes adinerados
que no sólo podían pagar la buena comida y las bebidas, sino que también podían adquirir
las obras de varios de los artistas locales que se exhibían en las paredes. Los artistas de
jazz locales entretenían a los lugareños después de que la multitud de la cena desalojara
cada noche y el sonido melódico de un saxo tenor flotaba en la acera cuando las mujeres
entraban. Buscando una mesa tranquila que les diera la oportunidad de hablar, Jen se
sentó en la esquina más alejada, mientras Logan se dirigía a la barra para ordenar sus
bebidas.

Mirando alrededor del bar, Jen se preguntó cuántos de los clientes estaban al tanto de
los eventos actuales que tenían lugar en el Strip. Los asesinatos habían recibido una
cobertura de prensa bastante buena, especialmente en las últimas dos semanas, pero la
historia nunca aparecía en las noticias de la noche y, a menudo, se ocultaba en la sección
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de delincuencia local del Post. Jen sospechaba que el motivo estaba relacionado con que
las víctimas no eran ciudadanas de perfil alto o medio de la ciudad. Todas habían sido
consumidoras de drogas durante mucho tiempo, con poca o ninguna familia en el área.
Hasta el momento, los únicos hilos que la policía había podido entretejer en el lienzo de
la investigación habían sido las apariciones regulares de la víctima en los bares locales y
alguna conexión, aún desconocida, con Langston Corporation.

Sabía que Logan estaba trabajando día y noche en la investigación y probablemente


poseía uno de sus famosos presentimientos sobre el caso, pero dado su estado de ánimo
actual, Jen decidió posponer la búsqueda de información. Esta noche era una noche para
la amistad; la historia, razonó, podía esperar hasta mañana.

Dejándose caer en el asiento frente a Jen, Logan colocó dos cervezas sobre la mesa
y le entregó a Jen un menú que había tomado de la barra. Las dos mujeres se sentaron en
silencio por unos momentos mientras examinaban los menús. De vez en cuando, Jen
miraba a la detective y notaba que la otra mujer había estado mirando fijamente el menú
durante varios minutos.

—Oye chica, háblame. ¿Qué está pasando en tu cabeza?


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Los ojos oscuros se clavaron en Jen cuando las defensas internas de la detective
tomaron el control. Al ver solo una mirada de preocupación y no el interés profesional
que esperaba, respiró hondo y cerró los ojos, antes de negar con la cabeza.

—Hay demasiadas cosas en mi cabeza, Jen. Tanto, que ni siquiera puedo comenzar
a resolverlo.

Jen habló en voz baja empujando suavemente a Logan para que explicara.

—¿Algo en lo que pueda ayudar? Ya sabes, a veces sólo hablar ayuda. —Al ver que
las paredes se elevaban rápidamente sobre el rostro de Logan, Jen se obligó a continuar—
: Si se trata del caso, entiendo que no puedas hablar al respecto, pero si se trata de otra
cosa, sabes que siempre estaré aquí para ti.

Los ojos de la detective sostuvieron los de Jen. Su respuesta fue pospuesta por la
oportuna aparición de la camarera, libreta en mano, lista para tomar su pedido, lo que
permitió a Logan un pequeño respiro de adentrarse en la oscuridad que tan
desesperadamente trató de mantener a raya. Las mujeres hicieron sus pedidos y cuando
la camarera se fue, Logan, una vez más, miró al otro lado de la mesa a su amiga.

—Mira Jen, sé que te importa, pero en este momento no tengo el tiempo ni la energía
para pensar en otra cosa que no sea este caso. —Logan podía sentir las lágrimas brotar de
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sus ojos y miró hacia otro lado fingiendo encontrar interés en algo al otro lado de la
habitación—. Lo prometo, una vez que esto termine, hablaremos de Diane. Lo prometo.

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Capítulo dos

Madison Cavanaugh apagó las luces de su despacho, cerró y echó llave a la puerta
antes de dirigirse por el silencioso pasillo hacia el vestuario de los médicos. Las últimas
treinta y seis horas habían sido frenéticas con numerosos accidentes de tráfico causados
por una repentina tormenta de hielo que había envuelto la ciudad y que, según el
pronóstico del tiempo local, continuaría durante los próximos días. Con un suspiro, la
cirujana empujó la pesada puerta, entró en el cavernoso silencio de la habitación y se
dirigió a su casillero. Había estado en el quirófano la mayor parte del día reparando huesos
rotos como resultado de accidentes de vehículos que se deslizaron sobre carreteras
heladas, y la fatiga ahora reverberaba en sus hombros.

Al girar la combinación de la cerradura, se debatió en renunciar a su excursión


semanal a las calles, pero supo que al final estaría allí caminando, buscando... esperando.
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El abrumador cansancio que sentía tendría que esperar unas horas más antes de poder
ceder, deslizarse entre las cálidas sábanas de su cama y dormir. Abrió la puerta de metal,
sacó su ropa de calle y la arrojó sobre el sofá de vinilo.

Después de quitarse la bata, se puso un par de ropa interior térmica seguida de un par
de jeans desteñidos y una gruesa camisa de franela de manga larga. Madison Cavanaugh
era una mujer hermosa, su cuerpo musculoso de un metro setenta y cuatro compensado
por su largo cabello rubio llamaba la atención, dondequiera que fuera. Esta noche, se hizo
una trenza francesa antes de meter los mechones sedosos debajo de una gorra de béisbol
muy gastada. Sentada en el sofá, acababa de comenzar a atar sus Doc Martins cuando las
puertas se abrieron anunciando la entrada de la única persona que esperaba evitar: Angela
Kramer.

—Bueno, ahí estás, Madi. Te he estado buscando por todas partes. —El rostro de
Angela reveló un aire de impaciencia, que era conocido en todo el hospital,
principalmente entre los internos y las enfermeras. Madison era una de las pocas personas
dentro de estas paredes que Angela Kramer no podía intimidar con sus payasadas, lo que
irritaba aún más a Angela—. Vamos a cenar antes de que salgas en tu, umm... carrera
benéfica, ¿de acuerdo?

Los ojos de Madison trazaron un camino deslumbrante hacia Angela antes de que
bajara la cabeza una vez más y continuara atándose sus botas.
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—No, gracias. No tengo hambre y realmente necesito irme.

Girando los ojos hacia el techo, Angela pudo sentir que su paciencia se agotaba.

—No puedo entender por qué prefieres pasar la noche corriendo por los callejones
del Strip que ir a cenar conmigo, Madi. —Azotando la puerta de su casillero, Angela miró
a Madison mientras la mujer deslizaba tranquilamente los brazos por las mangas de su
pesado abrigo de lana azul marino.

Alcanzando la puerta, Madison se giró para mirar a su a veces amante.

—Este programa es importante para mí, Angela. Me comprometí cuando acepté


trabajar con Operación Red de Seguridad y, a diferencia de algunas personas, cumplo mis
promesas. —Abriendo la puerta, la doctora salió al pasillo y se dio cuenta de que acababa
de cerrar la puerta a cualquier futuro que pudiera tener con la psicóloga. Por primera vez
en semanas, sintió que se le quitaba la presión de los hombros. Al principio había sido
muy divertido pasar el tiempo con la beligerante psicóloga, pero durante los últimos
meses, había comenzado a sentir que la mujer la presionaba para que se comprometiera.
No tengo tiempo en mi vida para nada ni para nadie, especialmente para alguien tan
exigente como Angela, pensó Madison, mientras recorría el largo pasillo hacia el ascensor. 13
Caminando hacia la salida del primer piso, la doctora sintió ojos inseguros siguiendo
su progreso. Sonrió, sabiendo que las caras detrás de los ojos estaban tratando de decidir
si la mujer que estaban mirando era realmente Madison Cavanaugh, la mejor cirujana
ortopédica del Hospital Mercy o alguien que simplemente la favorecía. Se enorgullecía
de la buena apariencia que heredó de sus padres, y siempre se tomaba un tiempo adicional
para asegurarse de que su maquillaje y peinado fueran perfectos antes de aventurarse a la
vista del público. Esta noche, sin embargo, no tenía tiempo de ir a casa y cambiarse antes
de ir al Strip para sus visitas semanales. Además, uno ciertamente no quería que lo
sorprendieran solo en el distrito Strip vistiendo la ropa hecha a la medida y las costosas
joyas que Madison normalmente usaba durante el día.

Preparándose para el frío glacial del otro lado de la puerta, Madison se ajustó el cuello
del abrigo y caminó rápidamente a través de las puertas corredizas de vidrio del Hospital
Mercy hacia el estacionamiento poco iluminado. Subiendo a su Pathfinder, giró la llave
y esperó mientras el motor se calentaba. Miró hacia el majestuoso edificio frente a ella,
sintiendo la energía contenida dentro de las paredes... era casi palpable.

Como parte de su trabajo, las decisiones de vida o muerte eran algo cotidiano. Como
interna, había aprendido a hacer juicios rápidos y decisivos con confianza. Nunca había
cuestionado su habilidad como cirujana; era su habilidad como persona, como amiga y
como amante lo que siempre había angustiado a Madison. Después de dejar el cálido
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abrazo de las paredes del hospital para entrar en el mundo de la vida cotidiana, ya no
podía recurrir a la investigación científica para guiarla. Era durante esos momentos que
la doctora se preguntaba si realmente estaba tan “equilibrada” como todos pensaban que
parecía estar.

Con un profundo suspiro, Madison cambió de marcha y salió del estacionamiento,


girando a la derecha en la Avenida Forbes. Mientras cruzaba la ciudad en dirección al
distrito Strip, su estado de ánimo cambió tan rápido como el entorno. Ya no era la rica
cirujana ortopédica; ahora era simplemente la señora Madi, amiga y defensora de las
personas sin hogar y oprimidas de la ciudad.

Madison giró hacia la calle Smallman; un área muy transitada del Strip, y estacionó
bajo una farola. Preparándose para el viento amargo que azotaba los viejos edificios, tomó
su bolso del asiento trasero y comenzó a alejarse de los establecimientos más poblados
hasta que llegó a un pequeño callejón anodino justo al sur de la calle Veintisiete.
Reduciendo el paso por solo un momento para observar su entorno, se dirigió hacia el
resplandor de una pequeña fogata en medio del callejón.

Madison estaba a un tercio del camino en el callejón en sombras cuando sintió, más
que oyó, una presencia detrás de ella. Antes de que pudiera reaccionar, un hombre con 14
ropa andrajosa y sucia salió de detrás de un cubo de basura y le bloqueó el paso. Al darse
la vuelta, encontró a otros dos hombres con ropa similar bloqueando su salida.

⸻Hace mucho tiempo que no veo a una mujer bonita ⸻dijo el hombre frente a ella
con una sonrisa mientras se acercaba.

Madison podía oler el hedor a vino y humo que emanaba de su cuerpo y notó que su
sonrisa revelaba una mala higiene bucal y que le faltaban varios dientes. Sosteniendo los
ojos del hombre para mostrar su falta de miedo, la doctora se acercó, tratando de pasar al
vagabundo.

—No estoy aquí para molestarlo, señor, sólo necesito encontrar a Toby.

Dando un paso a un lado para bloquear su camino una vez más, el rostro del hombre
se volvió oscuro y a la defensiva.

—¿Para qué diablos quieres a Toby?

Sosteniendo su bolso para que él lo viera, una vez más, Madison trató de pasar por
alto al hombre ofensivo, solo para ser interrumpida una vez más.

—Soy médica. Si conoces a Toby, también sabrás que fue atacado la semana pasada.
Le puse cuatro puntos en la mejilla y ahora es el momento de quitárselos. —Sosteniendo
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la mirada del hombre, levantó la barbilla—. Si fueras tan amable de dirigirme hacia él,
los quitaré y me quitaré de tu camino en unos minutos.

Antes de que el vagabundo pudiera responder, un hombre muy grande emergió de


las sombras.

—Deja en paz a la señora Madi, no quiere hacerte daño.

Empujándose para pasar al primer hombre, caminó hacia su salvador, con su cuerpo
de uno setenta y cuatro, empequeñecido por su altura de uno noventa y cinco. Estirando
la cabeza, Madison miró hacia los sonrientes ojos azules.

—Toby, ¿cómo estás? ¿Estás listo para quitarte esos puntos?

—Sí, señora. —Volviéndose, Toby comenzó a caminar de regreso hacia el barril en


llamas—. Acerquémonos al fuego donde hace calor. No debería estar aquí en una noche
como esta, señora Madi.

Colocando su bolso en un trozo de cartón relativamente limpio, le indicó al hombre


alto que se sentara. 15
—Claro que debería, Toby. No creerás que me olvidaría de tus puntos, ¿verdad?

Con una sonrisa tímida en su rostro, Toby miró hacia otro lado.

—No señora, no pensaba que me había olvidado, pero podría haber esperado hasta
que hiciera más calor aquí.

—Te dije que volvería esta noche y cumplo mis promesas. Ahora date la vuelta para
que pueda echar un vistazo a esos puntos.

Madison sabía que, al participar en este proyecto, ganarse la confianza y el respeto


de las personas sin hogar del vecindario sería uno de los mayores obstáculos que
enfrentaría. Encontrarse con hombres como los que la habían detenido en el callejón unos
minutos antes, había ahuyentado a más de unos pocos aspirantes a voluntarios en los
últimos años. Sin embargo, la doctora se centró en lo único que sabía que podía
controlar... proporcionar una fuente de atención médica honesta y preocupada a los
hombres y mujeres que llamaban hogar a estas calles. Conocía el peligro de aventurarse
sola por los callejones, pero la necesidad de ayudar superó sus miedos. Así, dos veces por
semana durante el último año había estado caminando por estas calles buscando y
cuidando.
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Madison retiró los puntos de la mejilla de Toby, aplicó un antiséptico y cubrió la


herida con un vendaje limpio. El vendaje casi brillaba contra la cara sucia y sin afeitar de
Toby y sabía que antes de la mañana probablemente sería una basura más entre las paredes
del callejón. Sonrió y levantó la barbilla de Toby con la mano, hasta que sus ojos se
encontraron.

»¿Crees que puedes mantener eso limpio por unos días?

—Claro, señora Madi. —Poniéndose de pie, Toby comenzó a caminar con Madison
hacia la entrada del callejón. Cuando pasaron junto a los hombres con los que se había
encontrado anteriormente, Toby dijo—: Esos matones no se han metido con usted,
¿verdad?

—No, Toby, no lo han hecho. Sólo estaban protegiendo su territorio. —Ella miró—.
Tal como lo harías si una persona extraña hubiera entrado aquí sin previo aviso. ¿Verdad?

Sonriendo a la cálida cara, Toby sonrió.

—Sí, supongo que tiene razón, pero si alguien alguna vez se mete con usted,
hágamelo saber. ¿De acuerdo, señora Madi? 16
—Lo haré, Toby, y gracias. —Madison acababa de dejar a tras el edificio y salió a la
acera cuando sintió que una mano fuerte la agarraba del brazo y la alejaba más de la
estructura. La médica observó con horror cómo la mano la soltaba y agarraba a Toby,
forzando su rostro contra la pared. Se quedó allí sin palabras mientras observaba cómo se
desarrollaba la escena. Una mujer alta, morena, muy musculosa, apretada fuertemente
contra la espalda de Toby, mientras le separaba los pies, dejándolo sin equilibrio. La
mujer tenía el brazo de Toby torcido alrededor de su espalda, su puño presionado entre
sus omóplatos, haciéndolo gritar de dolor, su otra mano firmemente contra su cabeza,
presionando su rostro contra la fría pared de ladrillo.

—Toby, ¿qué diablos estás haciendo? ¿Acosando a las mujeres bonitas otra vez? —
El gruñido bajo y amenazador de la mujer estaba lleno de repugnancia e ira.

El comportamiento de Toby se encogió y sus hombros se hundieron contra el edificio.

—Sólo estaba acompañando a la señora a su coche, oficial.

Empujándolo más fuerte contra la pared, la voz del oficial se volvió baja y oscura.

—Sí, supongo que eso es lo que dijiste el año pasado cuando te atrapé tratando de
violar a esa estudiante dos cuadras al norte de aquí.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Finalmente encontrando su voz, Madison dio un paso adelante.

—Oficial, le está diciendo la verdad. Por favor, libérelo, no ha hecho nada malo. —
Los ojos de la doctora se encendieron cuando vio la sangre goteando de la mejilla de Toby
cuando se dio la vuelta—. Eso es genial, oficial. Acabo de quitarle los puntos de su mejilla
y se las ha arreglado para irrumpir y en menos de cinco minutos, reventar su herida abierta
de nuevo. Muchas gracias por su ayuda.

Dándose la vuelta, Logan McGregor miró a los ojos más verdes que jamás había
visto. Si no le hubieran estado disparando puñales, podría haberse caído en esos estanques
y haberse ahogado.

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CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Capítulo tres

Madison fulminó con la mirada a la oficial mientras se apretaba alrededor de su


cuerpo alto y musculoso para alcanzar a Toby.

—Jesús, Toby. Lo siento, pero voy a tener que volver a poner los puntos. —Tomando
al hombre corpulento por el brazo, miró con odio a la mujer mientras comenzaba a llevar
al hombre por la acera, lejos del callejón y de la oficial intimidante.

Toby se arrastró junto a Madison en silencio hasta que llegaron a su Pathfinder.


Cuando abrió el portón trasero y le indicó que se sentara en la puerta abierta, él la miró
sorprendido.

—Señora Madi, no puedo sentarme en su auto, señora. Lo ensuciaré todo.


18
Madison empujó a Toby a su lado en el portón.

—Toby, no estoy preocupada por mi auto en este momento. Mi principal


preocupación es tu cara, no será tan fácil coserla esta vez y me preocupa que quede
cicatriz.

Una sombra cayó sobre su hombro cuando Madison preparó una jeringa para poder
inyectar el anestésico local en la mejilla de Toby. Mirando fijamente a los ojos de la
oficial, frunció el ceño.

»Oficial, ¿no cree que ha causado suficientes problemas por una noche? Está en mi
luz. Por favor, muévase.

La ceja de la detective se arqueó mientras miraba la expresión irritada en el rostro de


Madison. Su primera inclinación fue dar media vuelta y alejarse, pero algo en los ojos de
esta mujer la retuvo allí. Inhalando el ligero aroma especiado que emanaba de la mujer,
Logan sacó una linterna magnética de su bolsillo trasero y se inclinó para iluminar el
rostro de Toby.

—Lo siento Toby, sé que es brillante pero la doc aquí necesita ver.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Está bien, oficial Mac, entiendo. —Toby cerró los ojos haciendo una mueca
cuando la aguja perforó su piel—. Maldita sea, señora Madi, pensaba que se suponía que
eso evitaría que doliera.

Madison se volvió, una vez más, hacia Logan después de tapar y dejar caer la jeringa
vacía en su bolso.

—Gracias por la luz oficial.

—Ningún problema. —Logan observó mientras Madison desinfectaba la herida y


comenzaba a reemplazar las suturas. Por primera vez, notó los dedos largos y delgados
de las manos de Madison, que estaban firmes y seguros mientras suturaba suavemente la
herida. Logan notó el contraste en sus propias manos cuando la luz se estremeció bajo su
palma temblorosa.

Madison miró a la mujer.

—Le agradezco lo que está haciendo, pero oficial, ¿puede mantener la luz un poco
más estable?
19
Suspirando, apoyó la parte trasera de la luz en su hombro tratando de estabilizar el
haz.

—Claro doctora. Lo siento, esta noche hace un poco de frío aquí. —La detective rezó
para que la doctora aceptara la explicación de tener frío y no se diera cuenta de la tonta
excusa que había inventado para sus manos temblorosas. Por primera vez en lo que
parecieron años, Logan McGregor se sintió nerviosa mientras se acercaba poco a poco a
la atractiva mujer.

Completadas las suturas, la cirujana volvió a aplicar un desinfectante tópico a la


herida antes de cubrirla con un vendaje estéril. Descansando su mano en el hombro de
Toby, lo miró seriamente.

—Ahora quiero que mantengas eso cubierto y limpio. ¿Está bien? —Metiendo la
mano en su bolso, sacando varios vendajes pre envueltos, los colocó en su mano—.
Regresaré la próxima semana para ver cómo va esto. Te veré aquí, más o menos a esta
misma hora. ¿Crees que lo puedes recordar?

—Claro, señora Madi. Siempre me gusta verla por aquí. —Mirando a Logan,
continuó—. No hay mucha gente agradable que venga aquí a vernos a la gente de la calle.
Dándose la vuelta y caminando hacia el callejón, el hombre le gritó por encima del
hombro—. Tenga cuidado aquí fuera, señora Madi. Y recuerde lo que he dicho: si alguien
se mete con usted, dígamelo y me ocuparé por usted.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Madison se sonrió mientras le devolvía el saludo al hombre.

—Lo haré, Toby. Cuídate y te veré la próxima semana. —Con la bolsa en la mano,
la doctora comenzó a caminar por la acera y alejándose de la detective. Sabiendo que
debería agradecer al oficial, a pesar de que sus acciones anteriores la habían enfurecido,
Madison se volvió hacia la figura alta y oscura—. Gracias por su ayuda, oficial.

La detective se quedó mirando la figura que se alejaba por unos momentos antes de
murmurar para sí misma y salir corriendo para alcanzarla. Caminando al lado de la mujer,
caminaron una corta distancia antes de que Madison se detuviera y, volviéndose hacia
Logan, la miró con ojos interrogantes.

—¿Hay algo en lo que pueda ayudarla, oficial... ummm, creo que no he entendido su
apellido?

—McGregor. Logan McGregor —respondió, lamentando instantáneamente su


decisión de perseguir a la mujer, pero sabiendo que no le habían dado otra alternativa—.
Yo, ahhh... no debería estar aquí sola, doc. Si no se ha enterado, ha habido varios
asesinatos en esta área en las últimas semanas. —Logan recuperó la compostura y volvió
a mirar los ojos verdes que se clavaban en los de ella. 20
Al darse cuenta de que estaba teniendo dificultades para desentrañar a esta mujer
inusual, Madison se dio por vencida y se dio la vuelta, caminando más por la acera.

—Agradezco su preocupación, oficial McGregor, pero no creo que encaje en el perfil


de las víctimas del asesino. No frecuento los bares de este barrio, e incluso si lo hiciera,
ciertamente no me iría con un hombre extraño. —Madison se tensó cuando una mano
fuerte rodeó su brazo. Volviéndose para mirar a Logan, se encontró con un ceño oscuro—
. Oficial, ¿podría retirar su mano de mi brazo?

La detective dejó caer la mano y respiró hondo para calmar su temperamento que
aumentaba rápidamente.

—Mire, sé que hemos tenido un mal comienzo allí, pero realmente no es seguro para
usted estar aquí sola. ¿Por qué no me deja acompañarla hasta que termine?

La cirujana no pudo contener la risa estruendosa que se le escapó y notó la expresión


de frustración de la mujer.

—Lo siento, oficial McGregor, pero creo que nuestra reunión inicial es la razón por
la que no debería acompañarme. —Al ver la comprensión cruzar el rostro de la mujer, la
doctora sonrió—. Dudo seriamente que alguno de estos ciudadanos me permita estar a
quince metros de ellos si la ven caminando a mi lado. Lo siento, pero creo que iré sola en
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

este caso. —Continuando su caminata por la acera, escuchó a la oficial murmurar algo
ininteligible y sonrió para sí misma, sabiendo que había puesto a la autoritaria mujer en
su lugar. Mientras giraba por otro callejón oscuro, Madison miró hacia atrás y vio a la
detective de pie en la acera donde la había dejado, observándola. Un ligero escalofrío
recorrió su espalda mientras miraba a la peligrosa pero muy atractiva mujer.

₪₪₪₪₪

Logan pensó en la última hora mientras caminaba de regreso a su camioneta. No


podía entender por qué esta señora Madi había sido tan grosera, sólo había estado tratando
de protegerla y Toby había sido arrestado el año anterior por intentar agredir a una joven
alumna. Eso sí, Toby había afirmado que la joven le había arrebatado un dólar que un
transeúnte acababa de poner en su mano. La alumna negó la acusación y se negó a
presentar cargos, por lo que Logan dejó pasar el incidente, pero siguió vigilando al
hombre cada vez que estaba en el vecindario.
21
Logan se sentó a observar cómo la gente se arremolinaba a lo largo del Strip. Había
tenido una sensación inusual todo el día. Algo en su interior le decía que el asesino estaba
en el área esta noche y había decidido conducir, en su tiempo libre, para vigilar el área.
Mientras estaba sentada mirando a la multitud, vio a la mujer desaparecer en el callejón.

Pensó seriamente que estaba a punto de ocurrir un negocio de drogas y esperó unos
minutos antes de bajarse de su camioneta y cruzar la calle. Estaba a punto de escabullirse
entre las sombras cuando notó que Toby salía del callejón con la mujer, su mano en su
brazo. Recordando su experiencia anterior con Toby, su primera reacción había sido
poner distancia entre él y la mujer. Nunca se le ocurrió que la mujer podría estar buscando
a Toby, y mucho menos ser médica. Pensando en el incidente, Logan pudo entender la
reacción de la médica ante la oferta de acompañarla.

—Genial McGregor. Ni siquiera sabes el nombre de la mujer y te las arreglaste para


enojarla. Sí, eres un verdadero encanto.

La detective soltó un suspiro de alivio cuando vio a la mujer rubia doblar la esquina
hacia la calle Smallman aproximadamente una hora después. Inconscientemente había
dejado de mirar a la multitud hace algún tiempo y descubrió que estaba buscando en cada
rostro que veía signos de la mujer misteriosamente atractiva. Sintió que su corazón se
aceleraba cuando Madison se subió a su Pathfinder y salió al tráfico de la noche. Empujó
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

su Durango hacia el tráfico detrás del Pathfinder y comenzó a seguir a la mujer lo


suficientemente atrás como para no ser notada.

₪₪₪₪₪

Madison de repente sintió que la fatiga contra la que había luchado durante todo el
día invadía su cuerpo cuando abrió la puerta y entró en la casa. Encendiendo las luces del
vestíbulo, caminó hacia la cocina escuchando el sonido familiar de su amado labrador
deslizándose a través de la puerta para mascotas en el cuarto de lavado. Riendo cuando
las patas del enorme cachorro no lograron ganar tracción en el piso de pizarra en su
entusiasmo por su regreso, se arrodilló y permitió que su fría nariz acariciara su cuello.

—Hola, grandote. Apuesto a que tienes hambre.

Se levantó del suelo, caminó hacia su tazón y lo llenó con su comida, y luego se
volvió hacia el refrigerador para encontrar algo para ella. Colocando un plato de asado 22
sobrante en el microondas, comenzó a caminar hacia su dormitorio. Se detuvo
bruscamente y se volvió hacia la puerta, deslizando la cadena de seguridad mientras
recordaba la incómoda sensación de ser seguida, que había experimentado conduciendo
a casa.

Se quitó la ropa mientras se dirigía al baño y a la ducha que la esperaba. Al entrar en


la ducha, Madison permitió que el agua tibia cayera sobre sus hombros, mientras sentía
que la tensión del día se liberaba de su cuerpo. Después de lavarse el cabello y el cuerpo
en un tiempo récord, se encontró de nuevo en la cocina diez minutos después, engullendo
la comida caliente bajo la atenta mirada de Fémur.

Madison miró a los ojos suplicantes, sacudió la cabeza con resignación y le arrojó un
pequeño trozo de carne asada. Observó cómo el labrador atrapó el bocado en el aire y
gimió cuando se sentó frente a ella con una mirada expectante en su rostro. Se deslizó al
lado del cachorro y se rio cuando él se acomodó en su regazo, llevando la mano a la
cabeza. Le rascó la oreja y pensó en los notables avances que había hecho en los últimos
meses, hacia una recuperación total.

Lo había encontrado al costado de la carretera, al borde de la muerte, después de ser


atropellado por un automóvil que pasaba. Se había detenido con la intención de dejarlo
en su veterinaria, pero después de mirar sus ojos suplicantes, supo que estaban unidos
para toda la vida. Cuando Nicole vio a Madison entrar corriendo a la clínica con el canino
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

en sus brazos, inmediatamente evaluó la condición del perro. Ella había sido inflexible en
ayudar con la cirugía para restablecer y sujetar su fémur roto y había pasado el resto de
la noche sentada junto a la jaula del cachorro después de la cirugía esperando que esos
ojos oscuros se abrieran. Cuando, por fin, se abrieron, le acarició suavemente la cabeza y
le habló en voz baja hasta que su miedo se disipó y él volvió a dormirse.

La recuperación de Fémur había sido un camino largo y duro para ambos. Pasó varias
semanas en el hospital antes de poder volver a su nuevo hogar. Sin embargo, una vez
dentro, había reclamado el dominio como propio y la vida como la médica sabía que no
había sido la misma desde entonces. Horas de rehabilitación habían pasado factura tanto
en el animal como a la humana, pero el vínculo que se había forjado con cada llanto de
ambos había demostrado ser inquebrantable. Ahora, sentada en el suelo, Madison sabía
que lo único constante en su vida era el amor de este hermoso animal.

Le dio palmaditas en el lomo, se levantó del suelo y salió disparada hacia el


dormitorio. Ambos hicieron un salto volador hacia la cama al mismo tiempo y cayeron
en un amistoso combate de lucha que, en poco tiempo, los hizo respirar con dificultad y
cansancio. Mientras se levantaba y se quitaba la ropa, Fémur ocupó su lugar habitual junto
a la cama. Dándole un último rascado, se deslizó entre las sábanas y apagó la luz.
23

₪₪₪₪₪

La detective observó a Madison salir de la Interestatal 79 hacia Bridgeville y luego


continuó hacia el oeste hasta que llegó a la siguiente salida. Girando hacia la rampa,
disminuyó la velocidad a medida que se acercaba al semáforo. Giró a la izquierda,
maniobró el Durango por la rampa de entrada y volvió a la interestatal en dirección este,
de regreso a la ciudad. Una punzada de culpabilidad atravesó su conciencia ante la idea
de seguir a la misteriosa mujer. Su curiosidad había vencido a su naturaleza sensata y
antes de que se diera cuenta de lo que estaba haciendo, estaban fuera de la ciudad.

Aparcando en su entrada, Logan salió de la camioneta y subió los escalones hasta la


casa. Incluso ahora, después de un año, todavía echaba de menos ver el coche de Diane
aparcado junto al suyo. Cerrando la puerta, la detective consideró tomar una cena ligera,
pero descartó la idea cuando la tensión del día se asentó en sus hombros cansados. Al
entrar en el dormitorio, se quitó la ropa, se deslizó desnuda entre las sábanas y pronto se
quedó profundamente dormida.
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La oscuridad del sueño proporcionaba solo un escape ocasional del vacío que sentía
dentro de su alma. Esta noche, sin embargo, el sueño no era una fuente de escape pacífico
cuando los ojos de Logan se abrieron de golpe, las imágenes del cuerpo de Diane
destellaron en su cerebro. Sentada en el dormitorio oscuro, trató de respirar más despacio
mientras apartaba las sábanas y se dirigía al baño echándose agua fría en la cara, mientras
las imágenes destellaban una vez más como una presentación de diapositivas detrás de
sus ojos. Secándose la cara con una toalla, miró hacia el espejo y vio su reflejo.

—Es todo culpa tuya, McGregor. Si hubieras estado ahí para ella una sola vez, sólo
una jodida vez. —Mientras la furia crecía dentro de su alma, la mujer enojada golpeó,
rompiendo el reflejo en el espejo con el puño, mirando inmóvil cómo fragmentos de vidrio
y gotas de sangre caían al azar en el lavabo.

24
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Capítulo cuatro

Al entrar a la comisaria en Penn Circle, Logan sintió que la larga noche se apoderaba
de su cuerpo. Después de despertarse del sueño que había tenido con Diane y,
posteriormente, romper el espejo del baño, preparó una taza de café y fue a su brigada
para revisar la evidencia de su caso actual. Ahora a las siete de la mañana, estaba
lamentando su decisión de permanecer despierta. Colocando su mochila al lado de su
escritorio, miró hacia arriba para encontrar al teniente Beaudry de pie a su lado.

—Teniente. ¿Qué lo trae a las trincheras esta mañana?

Levantando una ceja ante el evidente mal humor de Logan, el teniente Beaudry le
indicó que pasara a su despacho. Caminando detrás de su escritorio, se sentó y esperó
hasta que Logan cerró la puerta y se sentó en una de las sillas duras del gobierno frente a
25
él. Mirándola a los ojos duros y fríos, se aclaró la garganta.

—Entonces, ¿cómo va la investigación y qué te ha pasado a su mano?

Liberando una sonrisa audible, Logan miró fijamente a los ojos poco reveladores de
su teniente.

—Teniente, ¿cómo esperas que vaya? Parece como si mis manos estuvieran atadas.
No tengo permitido molestar a la prestigiosa familia Langston, aunque ambos sabemos
que alguien en su organización tiene las respuestas a al menos algunas de nuestras
preguntas. —Mirando el vendaje envuelto alrededor de sus nudillos, Logan vaciló—.
Umm, en cuanto a mi mano, me la corté anoche con un vidrio. —Levantando una ceja
hacia su teniente, agregó sarcásticamente—. No es nada relacionado con el trabajo, así
que no te preocupes por eso.

El teniente sostuvo la mirada de Logan mientras respiraba hondo, eligiendo ignorar


su último comentario.

—Mira Logan, también sólo estoy siguiendo órdenes. Hasta nuevo aviso, los
Langston están fuera de los límites. Sólo tendrás que encontrar otra forma.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Logan se levantó abruptamente y caminó hacia la puerta. Mientras su mano giraba la


perilla, miró hacia su teniente.

—Supongo que vale la pena tener amigos en las altas esferas, ¿no es así, teniente?
Sin embargo, una cosa es segura; con cooperación o sin ella, voy a resolver este caso.
Esperemos que cuando lo haga, no explote en la cara de tus superiores.

El teniente observó cómo las persianas se estrellaban contra la puerta que se cerraba
de golpe y se frotó el dolor que había comenzado a palpitar detrás de sus sienes. Cogiendo
el teléfono, marcó el número de teléfono que sabía de memoria; uno que sabía que no
existía en ningún rolodex interno. Al tercer timbre, la llamada fue respondida por una voz
ronca.

—Sí, soy yo. Dile a tu jefe que acabo de hablar con McGregor y no tiene nada. Hay
que hacer algo al respecto y pronto. Esto se está saliendo de control.

₪₪₪₪₪
26
Madison se despertó con el sol de la mañana que brillaba a través de su ventana.
Escuchó mientras los pájaros cantaban afuera, alegremente mientras el sol quemaba el
fresco rocío de la mañana. Deslizándose fuera de la cálida cama, se dirigió a la cocina y
se sirvió una taza de café, agradecida de haber recordado poner el temporizador
automático la noche anterior. Fémur trotó detrás de ella y gimió mientras miraba con
avidez a su ama.

—¿Qué? ¿Crees que vivo para alimentarte, pequeño? —Rascándole la cabeza, se


inclinó, le dio un beso rápido y luego metió la mano en el armario por su comida. Madison
escuchó y observó cómo Fémur devoraba su desayuno de unos cuantos bocados y luego
trotaba hacia el lavadero, atravesaba la puerta para mascotas y salía.

Caminando hacia el vestíbulo, abrió la puerta y de repente recordó la extraña


sensación de ser seguida que había tenido la noche anterior, pero rápidamente la descartó
como una reacción resultante de su encuentro con la inusual oficial. Abrió la puerta,
recuperó el periódico del porche delantero y regresó a la cocina. Tomando un gran sorbo
de café caliente, casi se atragantó cuando abrió el periódico para encontrar una foto de la
oficial Logan McGregor en la primera página. Esos ojos, esos increíbles ojos azules le
devolvieron la mirada desde la página, y por un momento Madison pensó que esos labios
firmes y carnosos iban a hablar. Jesús, Madi, contrólate. Es policía por el amor de Dios.
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Arrojando el periódico a un lado, Madison fue al baño a ducharse. Al sumergirse en el


cálido rocío del agua, se sorprendió al notar que su piel hormigueaba por la suave caricia.
Sabiendo que la fotografía de Logan McGregor había despertado sus sentidos,
rápidamente se lavó el cabello con champú y se bañó, tratando de llevar la cara a los
confines de su mente.

Una hora más tarde, estaba caminando hacia el hospital Mercy, lista para comenzar
un nuevo día. Al entrar a su despacho en el quinto piso, saludó a su secretaria y recogió
sus mensajes. Justo cuando estaba cerrando la puerta, Susan la llamó.

—¿Doctora? La oficial McGregor ha venido temprano esta mañana y me ha dicho


que le gustaría hablar contigo en algún momento de esta mañana. Le he dicho que estarías
en cirugía la mayor parte de la mañana, pero que podría volver a llamar esta tarde para
consultar tu horario.

Madison se detuvo a mitad de camino cuando escuchó a Susan mencionar el nombre


de la oficial, preguntándose de qué podría querer hablar con ella la misteriosa mujer. Al
recordar esos profundos ojos azules que miraban fijamente su alma desde el periódico de
la mañana, una cálida oleada recorrió su cuerpo. Cuando se volvió bruscamente hacia su
secretaria, su voz reveló su ansiedad. 27
—Dile a la oficial McGregor que no tendré tiempo hoy. Tal vez ella pueda programar
algo para el final de la próxima semana.

Cerrando rápidamente la puerta, Madison dejó los mensajes en su escritorio y caminó


hacia la ventana, mirando el horizonte del centro de Pittsburgh. ¿Qué podría querer ella
de mí? Madison reunió sus pensamientos, y al sentarse en el escritorio le resultó difícil
concentrarse en leer sus mensajes. Finalmente se dio por vencida y se dirigió hacia la
puerta murmurando para sí misma:

»Probablemente sólo quiera acosarme un poco más. Bueno, oficial McGregor, esta
vez lo haremos en mis términos. —Abriendo la puerta, Madison prácticamente irrumpió
en el área de recepción llamando por encima del hombro a Susan—: Estaré en el quirófano
la mayor parte de la mañana. Si esa oficial llama, dile que no estoy disponible.

₪₪₪₪₪

Logan necesitó la mayor parte de la mañana y su posterior viaje al distrito Strip para
controlar su ira. Sabía que el teniente no estaba siendo sincero con su información, pero
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

no había nada que pudiera hacer al respecto. Decidió que la mejor oportunidad que tendría
de avanzar sería empezar de nuevo desde el principio. Aparcó su coche en una zona de
prohibido aparcar y arrojó el cartel de la Policía en el salpicadero. Desplegando su largo
cuerpo del auto y caminando hacia la entrada del bar, notó las miradas deslumbrantes en
su dirección. Sacudiendo la cabeza, supo que estas personas no eran diferentes a la
mayoría con las que se encontraba. Detestaban a la policía, pero nunca dudaban en llamar
cuando se les presentaban problemas.

Abrió la puerta del bar y entró, fuera de la brillante luz del sol. Después de tomarse
unos momentos para que sus ojos se adaptaran al interior oscuro, se acercó a la barra y se
sentó al final, tratando de ser lo más discreta posible. Esperando pacientemente mientras
el camarero terminaba de preparar una bebida para otro cliente en el otro extremo, Logan
se tomó el tiempo para mirar alrededor del lúgubre establecimiento. Años de clientes
ruidosos, llenos de energía y alcohol habían hecho mella en el mobiliario. Las quemaduras
de cigarrillos eran evidentes en las mesas y el piso, al igual que la pegajosidad permanente
en el piso.

Mientras pensaba en los asesinatos de las últimas cinco semanas, Logan se preguntó
acerca de los últimos pensamientos de las víctimas. ¿Habían conocido a su atacante? ¿Era
él o ella un cliente habitual de los establecimientos? Sus preguntas mentales fueron 28
interrumpidas por la voz del camarero.

—¿Qué puedo servirle?

Logan se giró para mirar al camarero y cuando le pidió en voz baja y casual hablar
con el encargado, notó que su cuerpo se tensaba y adoptaba una postura inconsciente a la
defensiva.

—Soy el encargado. ¿Qué es lo que quiere?

Colocando su tarjeta en la barra, la deslizó hacia él.

—Soy la detective Logan McGregor y soy re...

Sus palabras fueron interrumpidas por la respuesta impaciente del encargado.

—Mire, detective, ya les he dado mi declaración varias veces. ¿Por qué no regresa a
la sala de su brigada y lo busca? —El encargado le devolvió la tarjeta a Logan y se dio la
vuelta, caminando hacia el otro extremo de la barra.

Los ojos de Logan se oscurecieron y se entornaron mientras luchaba por contener su


creciente ira. Tomando una respiración profunda, miró a la figura que se retiraba y elevó
su voz lo suficiente como para llamar la atención de otros clientes.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Bien. Entonces parece que tendré que volver esta noche y empezar a entrevistar a
sus clientes.

Sonrió cuando el encargado se detuvo y se volvió hacia ella, fulminándola con la


mirada.

»Estoy investigando un asesinato. Puede que no piense que es tan importante, pero
las familias de esas víctimas y muchos otros en esta comunidad sí lo hacen. —Esperando,
lo vio volver sobre sus pasos y regresar—. Todo lo que pido son diez minutos de su
tiempo. Si eso es demasiado para su apretada agenda, entonces regresaré esta noche. —
Levantando la vista de su bloc de notas, Logan una vez más se encontró con los ojos del
encargado. Entonces, señor Vanguard, ¿qué va a ser? ¿Habla conmigo o hablo con sus
clientes más tarde esta noche?

Logan esperó a que el señor Vanguard llamara a otra empleada y luego la invitó a su
oficina. Veinte minutos después, salió del bar, no más informada que cuando había
entrado. Caminando rápidamente por la acera, entró en el siguiente bar y lo que estaba
segura sería otra confrontación con otro encargado.

29
₪₪₪₪₪

Madison caminó hacia el vestuario de los médicos, cansada de una larga mañana en
cirugía. Deslizando el gorro quirúrgico de su cabeza, su cabello cayó por debajo del gorro
y fluyó sobre sus hombros. Levantó la vista justo a tiempo para ver los ojos de Logan
McGregor oscurecerse, un hambre primaria cayendo en cascada por su rostro. Irritada por
la intrusión, Madison cruzó rápidamente la habitación hacia su casillero.

—Pensaba que mi secretaria le había dicho que no estaba disponible esta tarde, oficial
McGregor.

Girando en su asiento en el sofá de vinilo, Logan observó cómo Madison sacaba una
bolsa de artículos de tocador de su casillero.

—Lo siento doctora, pero no creo que esto pueda esperar hasta el final de la próxima
semana. Seguramente podría dedicarme diez minutos de su tiempo.

Con un suspiro audible, Madison sacó una toalla de su casillero antes de volverse
hacia Logan.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Muy bien oficial, le daré diez minutos y comprará el café, pero primero me voy a
duchar. —Dándose la vuelta, Madison abrió con el hombro la puerta que conducía a las
duchas y escapó, aunque sólo fuera por unos minutos, de la imponente oficial.

Logan se quedó mirando cómo se cerraba la puerta y se preguntó cómo se las había
arreglado para irritar a la médica ese día. Sólo mi presencia la irrita. Encogiéndose de
hombros, Logan se puso de pie y caminó hacia la ventana mirando hacia el
estacionamiento de abajo.

—Parece que los médicos altos y poderosos de aquí no tienen una gran vista del
horizonte.

—¿Perdón?

Logan se dio la vuelta para ver que alguien más, obviamente una médica, había
entrado en silencio en la habitación.

—Ahhh, lo siento, estaba hablando sola.

Los labios de la mujer se curvaron en una pequeña sonrisa mientras continuaba su 30


camino hacia la fila de casilleros en la pared del fondo.

—Bueno, si yo fuera tú, tendría cuidado con lo que digo sobre los médicos por aquí.
Estás en el vestuario de los médicos, ¿sabes?

Logan podía sentir el calor subiendo a su rostro y supo que la otra mujer había
escuchado su declaración. Reprendida adecuadamente, regresó a su lugar en el sofá y
comenzó a leer sus notas. Unos momentos después, fue sacada de sus pensamientos
cuando la voz de la mujer rompió su concentración.

—Lo siento, ¿estabas hablando conmigo?

Fingiendo mirar alrededor de la habitación, los ojos de la otra mujer finalmente se


posaron en los de Logan.

—Bueno, no veo a nadie más en la habitación y trato de no hablar sola, en voz alta
de todos modos. —Al ver el evidente malestar de Logan, sonrió y agitó la mano en el
aire, descartando su último comentario—. He dicho, no te he visto antes por aquí. ¿Eres
nueva en el personal?

Al ver los ojos de la mujer devorar su cuerpo en una mirada larga y persistente, Logan
cruzó los brazos sobre el pecho, irritada por la exhibición exterior de lujuria.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—No. Estoy esperando a alguien.

Sonriendo por su habilidad para perturbar a la mujer con tanta facilidad, la doctora
sacó sus artículos de tocador del casillero y estaba a punto de abrirse paso a través de la
puerta de las duchas, cuando Madison llegó desde el otro lado y casi la hizo perder el
equilibrio.

—Maldita sea, Madi, ¿cuál es la prisa?

Los ojos de Madison recorrieron de Angela a Logan, y luego de nuevo a Angela.

—Lo siento, tengo prisa. —Mirando a Logan en su camino hacia el casillero, trató
de mantener una apariencia de control en su voz.

—¿Está lista para irnos?

Sorprendida por la revelación de que la mujer alta y morena estaba esperando a


Madison, el conocido lado antagónico de Angela se hizo cargo.

—Bueno, Madi, me preguntaba si alguna otra mujer más atractiva te habría alejado 31
de mí. —Una vez más, recorriendo la figura alta y delgada de Logan con los ojos, Angela
sonrió—. Deberías haberme dicho simplemente que era alguien alta, morena y hermosa.
Lo habría entendido, de verdad.

Los ojos de Madison atraparon a Angela con una mirada fulminante.

—Dame un descanso Angela. —Mientras miraba a Logan, Madison ladró—:


Salgamos de aquí, —y luego comenzó a caminar rápidamente a través de la puerta
batiente.

Logan observó en silencio mientras Madison abría la puerta de un empujón y salía


de la habitación, y luego volvió a mirar a Angela, con una amplia sonrisa en su rostro.

—Bueno, supongo que soy la desafortunada hoy. Diviértete, pero ten cuidado,
realmente puede ser una tigresa cuando quiere serlo, especialmente en la cama.

Logan tragó saliva, su cerebro repentinamente sobrecargado con visiones que no


podía permitir dentro de su cabeza. Estaba a punto de refutar la suposición errónea de
Angela, pero de pronto recordó la precipitada retirada de Madison de la habitación.
Sabiendo que estaría en el ascensor y se iría en cuestión de segundos, Logan descartó la
idea y salió disparada por la puerta en busca de la médica indignada.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Alcanzando a Madison en el ascensor, Logan se paró en silencio al lado de la médica


esperando en silencio que se abrieran las puertas, su inquietud era casi palpable. Cuando
por fin se abrieron las puertas, las mujeres caminaron hacia la puerta simultáneamente.
Sus brazos chocaron juntos, y ambas se apartaron, el contacto inesperado las sobresaltó a
las dos. Logan se recuperó primero, dio un paso atrás y permitió que Madison entrara en
el ascensor, con un hormigueo en el brazo por el breve toque de esta misteriosa mujer.
Logan la siguió y se paró en el lado opuesto, colocando a tantas personas como fuera
posible entre ellas, con la esperanza de poder recuperar la compostura para cuando
llegaran al sótano.

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CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Capítulo cinco

Las puertas del ascensor se abrieron y Logan esperó hasta que Madison hubo
despejado las puertas antes de apartarse de la pared lateral y salir. En silencio, entraron
en la cafetería y se pusieron en fila. Sintiendo el incómodo silencio, sabiendo que el
comportamiento incorregible de Angela era la causa, Madison volvió la cabeza para
hablar y la tomó por sorpresa cuando encontró los ojos azul oscuro de Logan mirándola.

—Yo... umm, lo siento por, ahhh... lo de antes. —Jesús, Cavanaugh, suenas como
un idiota balbuceante.

El brillo en los ojos de Logan apenas precedió a la sonrisa que cruzó sus labios.

—Parece que está muy ocupada con ella.


33
Madison gruñó mientras avanzaba más en la línea.

—El término correcto, oficial, sería estaba. Estaba muy ocupada con ella. —Madison
no pudo evitar reírse mientras repetía la escena en su cabeza, recordando la mirada
confusa en el rostro de Logan—. Por suerte, salí antes de que ella hiciera un daño
irreparable a mi psique. Con otras, me temo, no he tenido tanta suerte.

Logan se sorprendió al encontrar a Madison tan abierta sobre su estilo de vida y se


tomó un tiempo para digerir la información a medida que avanzaban en la fila. Madison
preparó una taza de café y luego miró a Logan con ojos brillantes.

—Recuerda, está pagando. Tengo un moka latte doble extra grande y un bagel. —
Logan negó con la cabeza y sonrió mientras observaba a Madison alejarse tranquilamente
hacia una mesa, evitando deliberadamente al cajero.

Después de preparar su propia taza de café, Logan pagó al cajero y se dirigió a través
de la cafetería abarrotada hasta la mesa que Madison había reclamado momentos antes.
Sentada frente a la hermosa rubia, Logan se tomó un momento para mirar a Madison
Cavanaugh mientras la mujer miraba por la ventana. Demasiado pronto, sin embargo, los
ojos de Madison se volvieron hacia ella y ya no vio el brillo burlón que había sido tan
evidente unos minutos antes.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

»Entonces, oficial McGregor, ¿qué es eso tan importante que ha tenido que venir
hasta el Mercy y luego sentarse y esperarme durante más de una hora?

Retirándose a su personalidad profesional, los ojos de Logan se encontraron con los


de Madison.

—Es bastante simple, doctora. Ha habido cinco personas asesinadas a lo largo del
distrito Strip en tantas semanas. Es miércoles y hasta ahora, no ha reclamado su próxima
víctima. Me imagino que atacará esta noche o mañana por la noche, los viernes y el sábado
estaban demasiado llenos para darle privacidad. —Logan miró por la ventana, sabiendo
que sus próximas palabras no le sentarían bien a la mujer independiente y terca que estaba
sentada frente a ella—. Por lo que tengo entiendo, visita el Strip los lunes y miércoles.
Estoy aquí para pedirle que no vayas allí esta noche.

Los ojos de Madison se clavaron en los de Logan.

—¿Quiere decirme que nos ha hecho perder el tiempo a las dos para pedirme que no
haga algo que es de vital importancia para esta comunidad? Creo que no, oficial. —
Madison vació su taza y se puso de pie, pero antes de que pudiera alejarse, sintió la mano
de Logan rodear su muñeca. No pudo evitar notar el calor que emanaba de los largos 34
dedos de Logan mientras miraba la mano vendada que sostenía la suya. Sus ojos viajaron
por el largo brazo, apreciando los bíceps tensos y los deltoides firmes, antes de observar
el cabello oscuro y sedoso, y finalmente descansar en los profundos estanques de color
azul zafiro.

Madison descubrió que no podía responder cuando un calor desconocido se extendió


por todo su cuerpo y la paralizó con sensaciones inesperadas que la recorrían. Logan se
levantó de la mesa y se quedó muy cerca, tan cerca que podía sentir el calor que irradiaba
la otra mujer. Los sentidos de Madison fueron asaltados aún más cuando Logan se inclinó
cerca de su oído y le susurró, su cálido aliento jugueteaba con su lóbulo.

—Entonces déjeme ir con usted, señora Madi.

Madison cerró los ojos e inhaló el leve aroma del jabón, y lo que solo podía ser la
esencia de esta misteriosa mujer, aplastó aún más su determinación. Se le aceleró el pulso
y temió que Logan lo sintiera bajo sus dedos, mientras sujetaban suavemente su muñeca.
Apartándose de la avalancha de emociones, apartó bruscamente la mano, sintiendo
inmediatamente la pérdida de calor.

—¡No! Absolutamente no, oficial. Iré a el Strip mañana por la noche tal como lo he
hecho durante los últimos dos años. No he necesitado su protección antes. No la necesito
ahora.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Logan observó a Madison Cavanaugh dar media vuelta y salir corriendo de la


cafetería. Sentada a la mesa, miró por la ventana y se preguntó por qué y cómo esta mujer
de repente se había metido debajo de su piel. Vaciando su taza de café, Logan arrojó la
taza a la basura al salir por la puerta. Bien doctora, lo haremos a su manera. Acabas de
hacer mi trabajo un poco más difícil, pero de una forma u otra, tengo la intención de
asegurarme de que estés a salvo mañana por la noche.

₪₪₪₪₪

Madison llegó a la relativa seguridad de su despacho justo a tiempo para ver a Susan
cerrando la puerta exterior. Luchando con un gran paquete de papeleo y sus llaves, Susan
dejó escapar un suspiro de alivio cuando vio que Madison se dirigía hacia ella.

—Gracias a Dios. No estaba segura de poder cerrar la puerta con llave. Ahora que
estás aquí, no tengo que hacerlo.
35
Sonriéndole a su enérgica pero estresada asistente, Madison miró el paquete de
papeles en los brazos de Susan.

—Entonces, ¿adónde vas con los últimos estados financieros?

Luciendo culpable, Susan miró a Madison.

—Bueno, realmente no tenía nada que hacer esta noche, así que he pensado en llevar
estos informes a casa y terminarlos. —Susan comenzó a moverse en un intento de escapar
de la conferencia que sabía que estaba por venir.

Susan sintió una mano en su brazo.

—Espera, señorita. Si mal no recuerdo, me prometiste la semana pasada que dejarías


de llevarte trabajo a casa todas las noches y comenzarías a salir y divertirte.

Susan podía sentir el calor subir en su rostro cuando Madison le recordó la promesa.

—Bueno, sí, dije eso, pero eso fue antes... ummm, antes...

Madison interrumpió las palabras de Susan mientras le quitaba el paquete de papeles


a la mujer.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—No hay excusas. Esta noche, quiero que salgas y la pases bien. —Dándose la vuelta
para cruzar la puerta, Madison gritó por encima del hombro—: ¿Y Susan? No quiero verte
aquí un minuto antes de las diez de la mañana de mañana. ¿Está claro?

Susan retrocedió por el pasillo, sonrió a su jefa y le hizo un saludo burlón.

—Sí, señora. No hay trabajo, buen tiempo, no antes de las diez, entendido.

Soltando una carcajada estruendosa, Madison devolvió el saludo.

—Ahora vete de aquí antes de que tu jefa negrera regrese y te haga trabajar horas
extras. —Madison entró en el área de recepción de su despacho y luego cerró la puerta
con llave detrás de ella. Dirigiéndose a su despacho, sonrió al pensar en la lealtad de
Susan.

La joven había trabajado como su asistente personal durante los últimos tres años y
Madison todavía recordaba muy bien el primer día de trabajo de Susan. Era una mañana
lluviosa de martes a mediados de enero y Susan había llegado diez minutos tarde al
trabajo. Madison se había molestado y dejó saber sus sentimientos tan pronto como Susan
entró por la puerta. Susan, a su vez, miró a Madison directamente a los ojos y respondió. 36
—Si va a ser una de esas típicas doctoras egocéntricas, todopoderosas, más santos
que usted, llenos de orina y vinagre, hágamelo saber ahora mismo para que no pierda el
tiempo quitándome el abrigo.

Madison se quedó estupefacta ante la feroz evaluación de Susan y después de lo que


parecieron minutos, estalló en carcajadas. En poco tiempo, ambas mujeres se limpiaban
las lágrimas de los ojos y Madison le entregaba a Susan una taza de café caliente para
quitarle el frío a la mujer húmeda. Desde ese día, ambas se habían ganado un tremendo
nivel de respeto por parte de la otra, y Susan no sólo se había convertido en la mejor
asistente que Madison había tenido, sino también en una querida amiga.

Dejándose caer en su sillón, Madison comenzó a revisar los estados financieros que
le había confiscado a Susan, pero descubrió que su mente volvía a pensar en el
intercambio con Logan. El descaro de esa mujer, pensando que abandonaría mis
responsabilidades solo porque hay un psicópata por ahí. Después de varios intentos de
discernir los números que tenía delante, Madison se dio cuenta de que la perspectiva de
hacer cualquier trabajo era insignificante. Con un suspiro de frustración, tiró los estados
financieros en su maletín y salió del despacho, decidiendo que su hogar sería un ambiente
mucho mejor para ella en ese momento.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

₪₪₪₪₪

En la oscuridad de la camioneta, Logan pudo ver varias cuadras al norte de donde


estaba sentada en su Durango en la calle Smallman. Era una noche fría, la temperatura
apenas llegaba a los 6º bajo cero, pero el tiempo desfavorable había hecho poco para
sofocar la salida de los concurrentes a los bares. Su alarma había sonado un poco después
de las cinco de la mañana y Logan había escuchado que pronosticaba temperaturas gélidas
y ráfagas de nieve durante la mayor parte del día. Amaba su trabajo la mayor parte del
tiempo, pero días como hoy, cuando pasaba la mayor parte del tiempo en la calle, eso
hacía que le dolieran los huesos. ¿De qué me estoy quejando? Estoy sentada aquí en una
camioneta tibia mientras la doctora Ego anda por las calles. Maldita sea, esa mujer es
terca.

Había estado sentada aquí durante más de tres horas, esperando y observando
cualquier señal de comportamiento inusual. Algo en su interior le decía que esta noche
sería la noche en que el asesino atacaría. Había vislumbrado a Madison varias veces
mientras se abría paso por los callejones de la calle Smallman. Afortunadamente para
Logan, la buena doctora no se había acercado lo suficiente para verla sentada allí bajo la 37
luz de la calle. Logan sintió un escalofrío recorrer toda su columna y supo que no era por
el aire frío que se filtraba por las ventanas, sino por la perspectiva de que la doctora
Madison Cavanaugh estuviera allí afuera, sola, en medio del mal que se había apoderado
del Strip.

Pasando una mano por su cabello oscuro y sedoso, Logan trató de analizar la
atracción antinatural, si así podía llamarse, que sentía por la doctora. Su mente le dijo que
no era más que un impulso primario, pero su cuerpo le recordó que nadie jamás había
provocado tales sensaciones y anhelos en ella... nunca antes. Maldita sea, McGregor,
odias a los médicos. ¿No podrías al menos enamorarte de una abogada o algo así?
Cualquiera, con un ego más pequeño que Texas, por el amor de Dios.

Mantuvo la vista en el callejón en el que Madison había entrado por última vez veinte
minutos antes. Según los cálculos de Logan, la doctora generalmente permanecía dentro
de cada callejón entre diez y quince minutos. Estaba empezando a ponerse un poco
nerviosa y estaba estirando la mano para sacar su pesada chaqueta del asiento, cuando la
médica apareció bajo la farola. Dejando escapar un suspiro que no se había dado cuenta
de que estaba conteniendo, Logan vio que Madison venía caminando hacia ella por el
lado opuesto de la calle. Estaba a mitad de la cuadra cuando una pareja que salía de uno
de los bares del vecindario la saludó con la mano.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Mientras Logan presenciaba la interacción, la radiante sonrisa que había visto en la


cafetería el día anterior fluyó por el rostro de Madison. Madison Cavanaugh era una mujer
extremadamente hermosa, y Logan una vez más sintió el familiar calor que recorría todo
su cuerpo. La mujer abrazó a Madison y se rio mientras la doctora se despedía con la
mano y se dirigía a su auto.

Logan observó cómo Madison se subía a su Pathfinder y se metía en el tráfico


nocturno, volviendo su atención a la calle sólo después de que las luces traseras de
Madison desaparecieran de la vista.

₪₪₪₪₪

Apagando la luz del dormitorio, Logan se tumbó de espaldas mirando al techo.


Acariciando distraídamente el vendaje de su mano con el pulgar, pensó en las largas
noches solitarias que había pasado en esta cama durante el último año. Diane se había ido
hacia doce meses y catorce días, pero para Logan, el dolor seguía siendo tan crudo y 38
agudo que parecía como si hubiera sido ayer.

Se alejó de sus cavilaciones cuando sonó el teléfono en la mesita de noche. Dándose


la vuelta, agarró bruscamente el auricular y ladró al teléfono.

—McGregor —Inmediatamente se incorporó cuando la voz de su teniente llegó por


la línea.

—Lamento despertarte, Logan, pero nuestro hombre acaba de atacar de nuevo. Esta
vez tuvimos suerte, todavía está viva. Alguien acaba de encontrar a una mujer blanca, de
aproximadamente treinta años, en un callejón en la esquina de Smallman y la calle 23. Ya
ha sido llevada al Mercy. Dirígete hacia allí y ve qué puedes averiguar. Rodgers se reunirá
contigo allí y te informará sobre lo que tienen hasta ahora.

Logan apartó las sábanas mientras escuchaba los pocos detalles que el teniente pudo
transmitirle. Cuando colgó el teléfono, estaba completamente vestida y de camino a la
cocina. Agarrando un refresco del refrigerador, salió por la puerta y se dirigió al hospital
Mercy. Afortunadamente, vivía a poca distancia en automóvil y cinco minutos después
corría hacia la entrada de la sala de emergencias.

Vio a Rodgers cuando atravesó las puertas que conducían a la sala de traumatología.
Caminando hacia él, vio la mirada sombría en su rostro y supo antes de preguntar que la
mujer en cuestión estaba en mal estado.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—¿Cómo está?

Rodgers frunció los labios y sacudió la cabeza.

—Bueno, si lo logra, va a tener una larga recuperación. —Mirando a Logan con una
sonrisa triste, asintió con la cabeza hacia la puerta—. Ella ha dado una gran pelea,
detective. Si tenemos suerte y los médicos hacen bien su trabajo, el laboratorio podría
obtener alguna buena evidencia física de esta.

Logan tomó la bolsa que el oficial le tendió y escuchó mientras detallaba la


información que había reunido hasta el momento.

—La mujer, Jennifer S. Richardson, es una mujer blanca, de treinta y dos años, vive
en un apartamento en la calle Van Braam. Tengo otros oficiales allí que están revisando
el apartamento y tratando de localizar a su pariente más cercano.

Justo cuando Rodgers estaba terminando su comentario, un médico bajito y calvo


con una bata arrugada cruzó las puertas de la sala de traumatología.

—¿La familia Richardson? ¿Alguien aquí de la familia Richardson? 39


Logan inmediatamente caminó hacia el médico y mirando a los ojos cansados, le dijo
que todavía estaban tratando de localizar a la familia de la víctima.

—Doctor, ¿es posible que la vea?

El doctor obviamente cansado frunció el ceño y miró a Logan.

—No, detective, no puede. Acaba de recuperar el conocimiento y estamos a punto de


llevarla a cirugía. Tal vez mañana.

Tomando una respiración profunda, Logan trató de contener la ira que brotaba de sus
entrañas.

—Mire doctor, no estoy tratando de ser irrazonable, pero esta mujer es la primera
pista que hemos tenido en este caso en las últimas cinco semanas. ¿Puede prometerme
que pasará por la cirugía para hablar conmigo mañana? —Al ver la mirada incierta en sus
ojos, se lanzó a por el tiro mortal—. No lo creo. Sólo haré un par de preguntas y luego
seguiré mi camino.

El médico con sobrepeso murmuró por lo bajo mientras le indicaba a Logan que
pasara las puertas. Caminando a su lado por el pasillo, describió las condiciones de su
visita, recuperando deliberadamente el control de la situación.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Si ella muestra algún signo de angustia por sus preguntas, detective, está fuera, sin
discusión, sin decir, nada. ¿Está claro?

Decidiendo no tentar a su suerte, Logan asintió con la cabeza y respondió entre


dientes.

—Sí señor, perfectamente claro. —Malditos doctores, siempre teniendo que tener
todo el control. No es de extrañar que la mitad de ellos estén divorciados, separados,
jodiendo o en algún punto intermedio.

La sala de traumatología estaba unos 6º grados más fría que la sala de espera y el
repentino cambio de temperatura hizo que Logan se estremeciera. Los monitores que
colgaban de las paredes y el techo detallaban una colección de funciones corporales,
mientras líneas delgadas bailaban a través de las pantallas y un pitido audible mantenía
un ritmo perfecto. Caminando en silencio hacia la camilla, Logan observó
cuidadosamente cada detalle de la mujer que estaba a la vista. El rostro de la mujer estaba
parcialmente oculto a la vista por un gran vendaje sobre su ojo derecho.
Inconscientemente, jadeó cuando el otro ojo se abrió para encontrarse con el suyo, y su
corazón se detuvo cuando miró una cara que le había devuelto la sonrisa hace sólo
veinticuatro horas. 40
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Capítulo seis

Eran pasadas las tres de la madrugada cuando Logan llegó a casa. Sabiendo que sus
sentidos aún estaban demasiado alertas para desconectarse y dormir, preparó una taza de
café y se dirigió al baño para darse una ducha. Veinte minutos después, estaba sentada en
su despacho mirando la pantalla de la computadora, tratando de encontrar la única pista
que vincularía todos estos asesinatos y el ataque de anoche.

Lo único que unía a estas víctimas hasta ahora era la tarjeta de presentación
cuidadosamente colocada en cada cuerpo. El ataque de anoche fue un poco diferente ya
que la víctima se defendió con tanta fuerza que el asesino huyó de la escena. Aunque
tomó un poco de tiempo, se encontró una tarjeta comercial de Langston Corporation ahora
familiar a unos cuatro metros y medio de distancia del cuerpo golpeado de la señora
Richardson. Esta vez el nombre estampado en la tarjeta no era otro que el de CW Langston
41
III.

Logan se recostó y miró la lista de nombres de los ejecutivos de Langston


Corporation.

Thomas M. Peters, vicepresidente y director financiero.

Phillip R Crafton, vicepresidente y director de recursos humanos.

Lester P. Donovan, vicepresidente y director de inmuebles y adquisiciones.

Jonathon K Wilson, vicepresidente y director de desarrollo comunitario.

Christine Langston, vicepresidenta senior y directora de diseño arquitectónico y


construcción.

CW Langston, presidente y director ejecutivo.

Según la lógica de Logan, el intento de la anoche había encabezado la lista de


ejecutivos de Langston. Le pareció extraño que el asesino subiera en la lista en lugar de
bajar, o que deliberadamente pusiera un límite a las personas a las que se dirigía dentro
de la corporación. Sus acciones podrían ser un plan bien pensado, construyendo
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

lentamente el único nombre que era más importante para su misión, CW Langston III.
Ahora, todo lo que Logan tenía que hacer era averiguar a dónde iría desde aquí. ¿Cuál es
tu próximo movimiento, imbécil? ¿Adónde vas con esto? Tengo que entrar en la empresa
de Langston y pronto. Al mirar el reloj, se sorprendió al descubrir que eran casi las seis
de la mañana. Apagó la computadora, Logan fue a la cocina y tomó una última taza de
café, antes de salir por la puerta y regresar al hospital Mercy.

₪₪₪₪₪

Madison había regresado a casa alrededor de las once de la noche y pasó el siguiente
par de horas en su computadora ingresando sus notas sobre su visita nocturna a Strip y
sobre sus pacientes. Después de enviar su informe por correo electrónico a la oficina
central de Operación Red de Seguridad, tomó una larga ducha caliente y se acostó. Su
sueño había sido irregular, ya que oscuros sueños llenos de sombras amenazantes
atormentaban su mente inconsciente. Finalmente, renunciando a cualquier esperanza de
dormir en paz alrededor de las cinco de la mañana, Madison tiró las sábanas hacia atrás y 42
se sentó en el costado de la cama. El único rostro claro que podía recordar haber visto en
sus sueños era el rostro de una oficial de policía alta, morena e increíblemente sexy.

Varias veces durante su velada en el Strip, había sentido ojos sobre ella y había
mirado a su alrededor tratando de localizar la fuente. Seguía repitiendo la acalorada
conversación que ella y Logan habían compartido el día anterior, y por primera vez en
los dos años que había estado caminando por esta zona, había sentido una punzada de
tensión nerviosa cada vez que se adentraba en la oscuridad de las calles. El Strip había
estado inusualmente concurrido para ser un miércoles por la noche y no había podido
localizar al culpable, si es que lo había. Sacudiendo la cabeza para aclarar su mente, se
puso de pie y se dirigió al baño, diciéndose en el camino que sus sueños eran simplemente
el resultado de su conversación con Logan McGregor el día anterior y pensamientos en
el fondo de su mente sobre la reciente matanzas

Después de ducharse y vestirse, Madison se sentó en su despacho tomando su café


de la mañana y leyendo el periódico. Se sorprendió al leer que la noche anterior había
ocurrido otro ataque a lo largo del Strip. Un escalofrío recorrió su espalda cuando leyó la
dirección y recordó haber estado en ese mismo callejón en lo que podrían haber sido solo
horas o incluso minutos, antes del ataque. Mientras seguía leyendo, se sintió nuevamente
conmocionada por el hecho de que la última víctima era una empleada de Mercy, aunque
su nombre se ocultó hasta que se notificara a su familia.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Madison levantó el teléfono y marcó el número de la centralita de Mercy, para que


la pusieran en espera después de preguntar por el departamento de emergencias. Después
de esperar más de cinco minutos a que contestaran el teléfono, colgó el auricular y salió
por la puerta. Madison había trabajado en Mercy durante más de cinco años y conocía a
muchos de los empleados. Mientras conducía su Pathfinder hacia el norte por la carretera
interestatal 79 hacia la ciudad, podía sentir que sus manos se ponían sudorosas mientras
el nerviosismo se asentaba en sus entrañas al darse cuenta de lo cerca que posiblemente
había estado del asesino.

Al llegar al estacionamiento, rápidamente encontró un lugar y se dirigió hacia las


puertas. Decidiendo ir primero a su despacho, tomó el ascensor principal hasta el quinto
piso y, al doblar la esquina, sus ojos se posaron en la mujer alta y morena que se apoyaba
pesadamente contra la puerta de su despacho. Jesús, justo lo que no necesito en este
momento. Tomando una respiración profunda, Madison caminó a lo largo del pasillo
consciente de que los ojos de Logan estaban observando cada uno de sus movimientos.
Abrió la puerta y entró, sin reconocer la presencia de Logan. Mientras se dirigía a su
despacho, Logan cruzó el umbral.

—Buenos días a usted también, doctora Cavanaugh. —Su voz ronca provocando un
tinte de sarcasmo. 43
Madison se volvió tan rápido que sobresaltó a la detective que se acercaba.

—Oficial, no creo que tengamos nada más que discutir. No dejaré de ir al distrito
Strip, o a cualquier otro lugar de esta ciudad, para cuidar a las personas sin hogar, y cuanto
antes se lo meta en la cabeza, mejor estaremos todos. —Pasando una mano por su cabello
rubio, miró a Logan—. Ahora, si me disculpa, una empleada de este hospital fue atacada
anoche y estoy tratando de averiguar quién es. Nadie está siendo muy cooperativo aquí
esta mañana. —Al ver los ojos compasivos del oficial mirándola, el corazón de Madison
dio un vuelco—. Así es, está en este caso. Sabe quién es, ¿no?

Logan se volvió y cerró la puerta exterior del despacho, asegurando el cerrojo.


Caminó lentamente hacia Madison, sin dejar de mirar a los ojos asustados que la miraban.

—Creo que tenemos que hablar. Vayamos a su despacho y sentémonos, ¿de acuerdo?

De repente, sin palabras, Madison entró en su despacho y se sentó en una de las sillas
para visitantes frente a su escritorio.

—Es alguien que conozco, ¿no es así? Es por eso que está aquí, ¿verdad?
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Acercando la silla adyacente a Madison, Logan se sentó, dejó caer los codos sobre
las rodillas y se inclinó más cerca de la médica. Tomando una respiración profunda para
prepararla para los próximos momentos, Logan miró a los ojos de Madison, rezando
porque su mente le hubiera estado jugando una mala pasada la noche anterior.

—Necesito hacerle algunas preguntas y necesito que piense en sus respuestas y sea
tan honesta conmigo como pueda teniendo en cuenta los problemas de confidencialidad
médico/paciente, ¿de acuerdo?

Los ojos de Madison buscaron en los de Logan alguna pista, pero no apareció
ninguna.

—Está bien, pero ¿sabe que hay algunas cosas que simplemente no puedo discutir?

—Lo entiendo y lo respeto. —Recostándose en la silla, Logan sabía que sus nervios
estaban a la vista—. Yo, ahhh, tengo que confesar, anoche estuve en el Strip,
observándola mientras hacías sus rondas. —Logan levantó las manos cuando vio la
respuesta de la médica—. Admito que no fue lo más profesional que pude hacer, pero me
preocupaba que estuvieras ahí sola, y como no me permitió acompañarla... bueno, no me
dejo otra opción. 44
Poniendo los ojos en blanco, Madison dejó escapar un gruñido bajo.

—No... usted... nunca, pero espere, ¿qué tiene eso que ver con el ataque? —Una
mirada de total confusión cayó sobre el rostro de Madison mientras se sentaba y miraba
profundamente a los ojos de Logan.

Inclinándose más cerca, Logan bajó la voz a casi un susurro.

—Bueno, por eso estoy aquí. Esa mujer con la que estaba hablando anoche en la
acera. ¿Cómo se llama?

Los ojos de Madison se agrandaron y sus manos comenzaron a temblar mientras


absorbía la pregunta de Logan.

—Oh, Dios mío, es Susan, ¿no? Susan es la mujer que fue atacada anoche.

Logan extendió la mano y agarró suavemente la mano de Madison.

—Lamento tener que hacerla pasar por esto, pero ¿su nombre completo es Jennifer
Suzanne Richardson?
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Un gemido primitivo escapó de los labios de Madison cuando las lágrimas


comenzaron a formarse y cayeron en cascada por sus mejillas.

—Oh dios, estaba allí. Yo... yo no sabía. Oh dios... podría haberla ayudado.

Logan tomó a la temblorosa mujer en sus brazos mientras los sollozos sacudían su
cuerpo. Sosteniéndola cerca, acarició suavemente la espalda de Madison, calmando su
dolor mientras le permitía el tiempo que necesitaba para simplemente llorar. Mientras
susurraba palabras tranquilizadoras al oído de Madison, Logan sintió que la tensión
comenzaba a disminuir en los músculos de sus hombros, hasta que los sollozos finalmente
se desvanecieron en gemidos silenciosos.

Alejándose y mirando a los ojos de Logan, la vergüenza aparente en la expresión,


Madison se disculpó por su falta de control.

—Lo… lo siento. Esto es simplemente un shock. —De pie, caminó hacia la ventana,
poniendo distancia entre Logan y ella—. Cuando he leído sobre el ataque en el periódico
esta mañana, he sabido que era una empleada del Mercy. —Volviéndose, miró a Logan
de nuevo, el miedo una vez más grabado en su rostro—. No he imaginado que fuera
Susan. 45
Logan reconoció todas las etapas que Madison estaba experimentando durante este
tiempo; conmoción, angustia, miedo e ira. Tomaría tiempo para que la aceptación se
estableciera y Logan esperaba que cuando llegara ese momento, la culpa no sería su
acompañante. Se sentó en silencio, tratando de darle a Madison todo el tiempo que
necesitaba para ordenar estas emociones repentinas. Finalmente, con poco tiempo antes
de que tuviera que regresar a la comisaría, Logan habló.

—Doctora, el hombre con el que estuvo Susan anoche. ¿Lo conocía?

La expresión de terror que cruzó el rostro de Madison y las lágrimas que siguieron
casi hicieron que Logan deseara no haber hecho la pregunta tan importante, pero esencial.
Se puso de pie y rápidamente caminó hacia la ventana tomando a la sollozante mujer en
sus brazos. Logan contuvo el aliento cuando unos cálidos brazos rodearon su cintura y la
sujetaron con fuerza, presionando sus pechos juntos. Inhaló el aroma especiado del
champú de Madison, sintió los suaves mechones acariciar su mejilla, mientras su pulso
se aceleraba, trayendo consigo una sensación cálida y dolorosa en su estómago.

—Está bien. Susan va a estar bien. Pasó por una cirugía anoche y ahora está en la
UCI, en condición estable. Tengo un guardia apostado en su puerta las veinticuatro horas
y le prometo, si no he dado con este bastardo antes de que la den de alta, haré que alguien
se quede con ella en su casa.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Los brazos de Madison se apretaron alrededor de la cintura de Logan y su cabeza se


levantó ligeramente, lo que le permitió meter la barbilla en el hueco del cuello de Logan.

—Lo... lo siento, fui tan grosera contigo antes. —Se echó hacia atrás y levantó la
cabeza, mirando los profundos estanques azules que eran, en ese momento, los ojos más
amables y gentiles que jamás había visto. Dios, esos ojos son cautivadores—. Sé que esto
también tiene que ser duro para ti. Realmente no quería ser tan poco cooperativa. —
Permitiendo que una pequeña risa escapara de su garganta, puso los ojos en blanco y le
sonrió a Logan—. Yo... ummm, supongo que a veces puedo ser un poco terca.

—Maldita sea, ¿dónde está mi grabadora cuando la necesito? —Todo lo que Logan
quería hacer en ese momento era inclinarse unos centímetros y capturar los cálidos y
carnosos labios de la doctora entre los suyos. En cambio, se retiró, poniendo un espacio
muy necesario entre ellas antes de salir nuevamente de su rol profesional y actuar como
una adolescente hormonal. Dejando caer las manos a los costados, sonrió ante la sincera
disculpa de Madison—. Está bien. ¿Por qué no vas a lavarte la cara y luego podemos subir
y ver cómo está Susan esta mañana?

Asintiendo con la cabeza, Madison se secó las últimas lágrimas de la cara antes de
entrar al baño contiguo a su despacho. Volteándose mientras cerraba la puerta, miró a 46
Logan, todavía de pie junto a la ventana y contemplando el amanecer.

—Gracias, Logan.

Pensando que la médica le había dicho algo, Logan se volvió, pero todo lo que vio
fue una puerta cerrada. Lo tienes mal McGregor, pero tienes que superar esto. La buena
doctora ahora está demasiado cerca de este caso. Mientras esperaba a que Madison
terminara en el baño, sacó su teléfono celular del bolsillo trasero de sus pantalones chinos.
Marcando el número de la comisaría, pidió hablar con el teniente cuando el sargento de
recepción contestó el teléfono. Esperando pacientemente a que se estableciera la
conexión, volvió a mirar hacia el nuevo día. Tal vez este sea un afortunado para este
caso.

Cuando el teniente se puso al teléfono, Logan había recuperado su sentido de


concentración.

—Hola, estoy con la doctora Cavanaugh. La mujer que fue atacada anoche es su
asistente. Voy a llevarla ahora a ver a la señora Richardson, y luego iremos a la comisaría.
A ver si Phil puede reunir a Picasso para que haga el boceto. ⸻Se volvió cuando Madison
salió del baño y sonrió ante su aspecto renovado. Maldición, se ve bien—. ¿Eh? ¿Qué
teniente? Sí, seguro. Nos vemos en un rato.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Levantando una ceja en dirección a Logan, Madison continuó hacia el escritorio para
recuperar su abrigo, deslizándose la pesada prenda sobre sus hombros.

—¿Te he escuchado decir, nos vemos pronto? —Lanzando a Logan una mirada
sospechosa, recogió su mochila y se dirigieron a través del despacho exterior en su camino
para ver a Susan—. Detective, ¿adónde VAMOS?

Sonriendo, Logan empujó a Madison con el codo.

—¡Oye! Finalmente lo has hecho bien, doctora.

—¿Disculpa? —Madison miró a Logan con una expresión confundida en su rostro.

Logan no pudo evitar la sonrisa tonta.

—Lo has hecho bien. Me has llamado detective. —Ver la mirada de comprensión en
el rostro de la doctora hizo que su sonrisa fuera aún más brillante, pero rápidamente se
convirtió en una mirada de dolor cuando Madison juguetonamente le dio un puñetazo en
el brazo.
47
Riéndose de la mirada herida que cruzó el rostro de Logan, Madison no pudo evitar
burlarse de ella un poco más.

—Oh, debilucha. Pensaba que eras una policía grande y dura. —Devolviendo una
mirada más seria a la detective alta, continuó—. Ahora, no me has dicho a dónde se
supone que vamos a ir después de ver a Susan.

—Oh, eso. Bueno, necesito que vengas a la comisaría conmigo, por un tiempo.
Necesito tu declaración oficial sobre lo que viste anoche, y también tengo un dibujante
preparado a ver si podemos obtener algún tipo de retrato robot del hombre que viste con
la señora Richardson. —Al pulsar el botón de llamada del ascensor, Logan se volvió hacia
Madison—. ¿Podrás venir conmigo después de que hayas visitado a Susan?

Asintiendo con la cabeza, los ojos de Madison se volvieron oscuros y melancólicos.

—Por supuesto. Voy hacer cualquier cosa para atrapar al maníaco que le ha hecho
esto a Susan. —Al darse cuenta de cómo debía sonarle a Logan, se detuvo, agarró el brazo
de Logan y giró a la detective hacia ella—. Detective, no es solo Susan la que me
preocupa. Son todos los que están en las calles por la noche. Negros, blancos, hombres,
mujeres, los que se van a casa a una cama caliente y agradable, y los que se acurrucan en
los callejones oscuros cubiertos sólo con una ropa sucia y pedazo de cartón. Este hombre
es una amenaza para todos. —Al darse cuenta de que Logan la observaba de cerca,
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Madison dejó caer la mano del brazo de Logan y miró hacia otro lado—. Supongo que
debes pensar que tengo un sermón sobre cada tema, ¿eh?

Extendiendo la mano, Logan tocó suavemente el hombro de Madison.

—No. Sin embargo, creo que eres una mujer muy apasionada. Yo... ahh, quiero
decir... bueno, te apasionan las cosas en las que crees. —Logan podía sentir el calor en su
rostro, que sólo empeoró cuando Madison se mordió el labio inferior en un intento por
detener su sonrisa.

Afortunadamente para Logan, las puertas del ascensor se abrieron y escapó


rápidamente al cubículo lleno de gente. Detrás de ella, Madison rio y susurró.

—Vaya, te vuelves de un tono muy agradable de rojo detective. —Mirando hacia los
ojos sorprendidos pero sonrientes, continuó—. Detective, ¿haces eso a menudo?

Aclarándose la garganta, Logan le devolvió la sonrisa a la médica sonriente.

—En realidad no, pero por alguna razón tiendes a sacar lo peor de mí. Y, por cierto,
puedes dejar la formalidad, es Logan, ¿de acuerdo? 48
Una ceja se levantó cuando las dos mujeres se miraron a los ojos. Madison finalmente
rompió la mirada cuando se dio cuenta del cálido calor que se extendía por su cuerpo.
Tomando una respiración profunda, sonrió a los profundos ojos azules de Logan.

—Está bien, Logan, pero antes de ir a tu oficina, nos detendremos para desayunar.
Me muero de hambre. Las puertas se abrieron y Madison comenzó a salir, luego se detuvo
y miró hacia atrás por encima del hombro mientras otra sonrisa se dibujaba en su rostro—
. Además, como estás acaparando mi mañana, estás pagando de nuevo.

Sacudiendo la cabeza por haber sido engañada por la médica, una vez más, Logan
siguió a Madison fuera del ascensor y por el pasillo hasta las puertas que conducían a la
Unidad de Cuidados Intensivos. Alargando la mano, Logan abrió la puerta y le indicó a
Madison que la precediera a la UCI. Cuando Madison pasó, le dio a Logan una mirada
rápida y una pequeña sonrisa, la anticipación y el miedo de ver a su amiga y asistente
evidentes en su rostro. Al ponerse al lado de la mujer más pequeña, Logan sabía que los
próximos minutos iban a ser muy difíciles para Madison y tenía la intención de
permanecer a su lado en todo momento.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Capítulo siete

Madison vaciló en la puerta de la habitación de Susan, pensando en los cientos de


veces que había entrado en habitaciones similares a ésta. Esta vez, los monitores y cada
sonido diminuto adquirieron un nuevo significado para ella, ya que esta vez la persona
que yacía en la cama era lo más cercano a la familia que Madison podía afirmar que tenía.
Ver a Susan tendida allí, vulnerable y dolorida provocó un torrente de emociones desde
lo más profundo del corazón de Madison. Inconscientemente dio un paso atrás, sintió su
cuerpo presionar el alto cuerpo de Logan, luego sintió unas manos cálidas y suaves
acariciar suavemente sus hombros. Apoyando su cabeza contra el fuerte pecho de Logan,
sintió un cálido aliento susurrar en su oído.

—Puedes hacer esto, Madison. Necesita que ahora seas fuerte por ella. 49
Alzando la mano, encontró la de Logan y por un breve momento compartieron un
toque tierno, cada una tranquilizándose y animando a la otra. Respirando profundamente,
Madison entró lentamente en la habitación y se dirigió a la cama, tomando suavemente la
mano de Susan entre la suya. Los ojos cansados y doloridos se abrieron y miraron a los
asustados y aprensivos que la miraban. Una leve sonrisa cruzó los labios partidos de
Susan, y con un pequeño susurro, inmediatamente hizo sonreír también a su jefa y amiga.

—Por favor, no me digas que estás aquí para molestarme por llegar tarde al trabajo.

Las lágrimas corrieron por el rostro de Madison mientras la emoción reprimida la


abrumaba mientras sostenía la mano de Susan.

—Lo siento mucho. Ojalá…

Susan hizo una mueca mientras sacudía la cabeza y cortó las palabras de Madison.

—No, no tenías idea. Yo tampoco, así que no te culpes, Madi. Prométemelo.

Logan retrocedió, justo dentro de la puerta, observando el tierno intercambio entre


las dos mujeres. Una vez que se sintió segura de que Madison estaría bien, salió
silenciosamente de la habitación para hablar con el guardia sentado al lado de la puerta.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Peter, ¿cómo te va? ¿Hubo personas inusuales merodeando por los pasillos durante
la noche?

El oficial uniformado se puso de pie, casi en posición de firmes, lo que inquietó un


poco a Logan. Sabía que su reputación en el departamento exigía respeto, pero aun así la
hacía sentir incómoda.

—Tranquilo, Peter. No soy tu oficial al mando, por el amor de Dios, relájate y dame
tu informe.

Logan escuchó mientras Peter contaba casi cada minuto de su turno, enfatizando
varias veces que nunca había abandonado su puesto durante la noche. Sabía que el
descuido era una transgresión que Logan nunca perdonaría... ni olvidaría. La noche había
sido tranquila tal como Logan había sospechado. Lo más probable es que el asesino se
enterara de la supervivencia de Susan, al igual que el resto de la ciudad, en la edición
matutina del Pittsburgh Post Gazette.

Una sonrisa cruzó su rostro al imaginar su sorpresa al descubrir que su última víctima
prevista estaba a salvo y bajo custodia protectora en el Hospital Mercy. Logan esperaba
que esta inesperada noticia lo desconcertara, haciéndolo cometer más errores... errores 50
que la llevarían directamente a su puerta. Con suerte, Madison y Susan podrían
proporcionarles una descripción adecuada del hombre. Es decir, tan pronto como Susan
se sintiera con ganas de hacerlo. Logan estaba segura de una cosa, necesitaba un golpe de
suerte en este caso si quería tener alguna posibilidad de detener a este maníaco antes de
que atacara de nuevo.

Miró hacia el pasillo cuando otro oficial uniformado entró para ocupar el puesto de
Peter. Después de tomar su nombre y asegurarse de que entendiera la importancia de no
abandonar su puesto, le pidió que le dijera a la médica que regresaría en diez minutos. Al
darse vuelta y caminar por el pasillo, de repente sintió que la fatiga de las últimas semanas
y la falta de sueño de la noche anterior la golpearon.

₪₪₪₪₪

Al salir de la habitación de Susan unos minutos más tarde, Madison descubrió que
Logan se había ido, sintiendo una repentina sensación de inquietud por estar lejos de la
imponente presencia de la detective. Después de que el guardia le avisara que Logan
regresaría en breve, caminó hacia la estación de enfermeras y sacó el historial de Susan,
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

sentándose en el escritorio para revisar la condición de su amiga por sí misma. Se sentía


completamente impotente para facilitar la recuperación de Susan, ya que el cirujano de
guardia le había restablecido el tobillo y la muñeca rotos la noche anterior. Lo único que
sabía que podía hacer era asegurarse de que su amiga recibiera la mejor atención que el
Hospital Mercy podía brindarle. Localizando y reconociendo el nombre del médico que
la admitió, rápidamente marcó el número del busca, dejó un mensaje corto y esperó la
devolución de la llamada.

Madison estaba hablando por teléfono cuando Logan regresó unos minutos más tarde
con dos cafés grandes. Sentada con una de las tazas frente a Madison, se encontró con
una sonrisa brillante y un “gracias” en silencio. Madison levantó un dedo indicando que
iría pronto y Logan se tomó el tiempo para regresar a la habitación de Susan por un
momento.

Ojos temerosos se abrieron cuando entró y Logan inmediatamente se presentó como


la detective que había hablado con ella la noche anterior en la sala de emergencias. Al ver
la expresión de reconocimiento aparecer en el rostro de Susan, se acercó un poco más a
la cama.

—Sé que está cansada, señora Richardson, pero tan pronto como se sienta con ganas 51
necesito recibir su declaración oficial. ¿Cree que le gustaría intentarlo esta tarde?

—Ha estado aquí hace unos minutos con Madi. —Fue más una declaración que una
pregunta, pero Logan asintió con la cabeza en señal de confirmación—. ¿Es amiga suya
o simplemente está trabajando en el caso?

Logan se sintió incómoda cuando le hicieron estas preguntas personales, pero sintió
que era necesario ser lo más honesta posible con la mujer.

—Más o menos y sí, soy la responsable del caso.

—Ya veo. —Los ojos de Susan viajaron hacia el techo, una lágrima se le escapó—.
¿Me haría un favor detective?

Luciendo un poco confundida, Logan asintió y se acercó aún más a la cama.

—Claro, si puedo, señora Richardson. ¿Qué necesita?

Clavando los ojos en Logan, Susan le suplicó ayuda.

—Quiero que vigile de cerca a Madi por mí. Sabe que también vio a ese tipo anoche.
Corre tanto peligro como yo.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

El corazón de Logan se aceleró cuando se dio cuenta de lo que decía Susan. Por
supuesto, Logan sabía que Madison también había visto al perpetrador la noche anterior,
pero con todo lo que había sucedido desde entonces, no había comprendido
completamente el peligro en el que estaría Madison ahora que también había visto el
rostro del asesino.

—Se lo prometo. La doctora Cavanaugh estará bien cuidada. Simplemente


concéntrese en mejorar.

Madison entró en la habitación justo cuando Logan terminaba de hablar y vio las
miradas serias en ambos rostros.

—Hola a las dos, nada de cosas intensas en este momento. Órdenes del médico. —
Inclinándose, le dio un beso en la frente a Susan—. Duerme un poco. Volveré después
del almuerzo para ver cómo estás otra vez, ¿de acuerdo? Volviéndose hacia Logan, sonrió
antes de dirigirse hacia la puerta. Y usted, detective, todavía es responsable de mi
desayuno. Vamos, me muero de hambre.

Madison salió de la habitación, dejando a Logan allí sonriendo. Maldita sea, seguro
que sabe cómo salir. Al despedirse de Susan, Logan prometió regresar más tarde esa 52
misma tarde con una taquígrafa y un dibujante, y luego se giró rápidamente para alcanzar
a la doctora temperamental.

Mientras Susan observaba a Logan trotar detrás de Madi, supo que no había nada de
qué preocuparse en lo que respecta a la seguridad de su amiga. Algo le dijo que, si la
detective alta, morena e increíblemente atractiva tenía algo que ver con eso, estaría bien
protegida. Susan cerró los ojos y cayó en un sueño irregular; las visiones de la noche
anterior llenaron su mente y aterrorizaron su alma.

₪₪₪₪₪

Las dos mujeres caminaron desde el hospital hasta un pequeño restaurante varias
cuadras al norte. La facilidad con la que hablaron sorprendió gratamente a ambas mujeres
al recordar sus reuniones anteriores. Logan preguntó sobre la Operación Red de Seguridad
y los servicios que se ofrecían a la comunidad. Ella, por supuesto, había oído hablar de la
organización, pero nunca había pensado realmente en el propósito del grupo. Observar
los ojos de Madison mientras ensalzaba las virtudes de la ONG le reveló a Logan que
cualquier intento de disuadir sus futuras aventuras en el distrito Strip sería una pérdida de
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

aliento. La mujer era como un cartel ambulante del programa; lo suficiente como para
que Logan decidiera que también investigaría qué posible papel podría desempeñar en la
organización.

La oratoria de Madison finalmente disminuyó cuando levantó la vista y vio a Logan


sonriéndole a los ojos.

—¿Qué? —Dios esos ojos son hermosos. Lástima que sea policía, realmente podría
perderme en esos estanques azules.

Riendo, Logan se encogió de hombros y abrió la puerta del restaurante, dando un


paso atrás y permitiendo que Madison entrara.

—Nada, sólo estaba pensando que ahora entiendo por qué te enojaste tanto el otro
día cuando te pedí que no fueras al Strip. —Al ver la expresión de comprensión en el
rostro de su compañera, Logan le guiñó un ojo a la atractiva rubia—. Me sorprende que
no me golpearas.

Sacudiendo la cabeza, Madison no pudo evitar sonreír.


53
—Humph, como debe ser. ⸻Luego se giró y se alejó rumbo a una mesa, dejando a
Logan una vez más allí, observando su espalda y el sensual movimiento de sus caderas,
mientras caminaba por la habitación. Maldita sea, McGregor, contrólate.

Su desayuno era agradable y sin prisas mientras las mujeres continuaban aprendiendo
más una de la otra. Logan se sorprendió al ver cuánto podía comer la mujer más pequeña,
su comida consistía en huevos, tocino, muffins, fruta, jugo y suficiente café como para
sufrir una sobredosis de cualquier adicto a la cafeína novato. Madison levantó la vista del
banquete que se extendía ante ella y se encontró con ojos burlones una vez más. Fingiendo
molestia, gruñó.

»¿Siempre miras fijamente a tus compañeros de desayuno?

Rascándose la cabeza, sin estar segura de cómo debía responder, Logan se tomó un
momento para estudiar el rostro de Madison. Al ver un pequeño indicio de risa detrás de
los ojos verdes, se inclinó, cogió un trozo de tocino del plato de Madison y se lo metió en
la boca.

—Umm no. Sin embargo, últimamente, mis compañeros de desayuno tienden a


comer lentamente y prefieren saborear la comida en lugar de inhalarla. —La expresión
confusa en el rostro de Madison hizo reír a Logan—. Supongo que la comida para gatos
simplemente exige ser saboreada lentamente y disfrutada al máximo.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Logan observó cómo una ceja se elevaba lentamente hacia el cielo y una mueca se
formaba en los labios de la otra mujer.

—Bueno, puedo ver que tiene mucho que aprender sobre mí, detective. —
Permitiendo que una sonrisa lenta y seductora cruzara su rostro, Madison se acercó a la
mesa y tomó una fresa madura del plato de Logan. Deslizándola entre sus labios, mordió
la jugosa fruta y observó cómo Logan tragaba con fuerza, los labios se separaban
ligeramente mientras la lengua de la otra mujer se deslizaba lentamente por su labio
inferior—. En todo lo que hago, lo doy todo. La vida es demasiado corta para no vivirla
completa y apasionadamente.

El corazón de Logan se aceleró y sus palmas se humedecieron mientras intentaba, sin


éxito, controlar las imágenes que parpadeaban a gran velocidad en su mente. Sintió una
cálida oleada de calor fluir a través de su cuerpo y supo que era evidente en su rostro. Con
mano temblorosa, se llevó un vaso de jugo a los labios y bebió con entusiasmo el líquido
frío, con la esperanza de que apagara el fuego que ardía entre sus piernas.

Reclinada en su asiento, Madison disfrutó viendo la obvia lucha de Logan. Cruzando


los brazos sobre el pecho, levantando una vez más la ceja y mordiéndose suavemente el
labio inferior, le sonrió a la mujer frente a ella. 54
»Jaque mate.

De alguna manera, Logan logró no arrojar jugo sobre la mesa cuando la bebida que
acababa de intentar tragar amenazaba con escapar de su boca con una risa escandalosa.
Lanzando una mirada burlona a la mujer que se reía frente a ella, gruñó.

—Oh no, no lo has hecho. —Se secó la boca con una servilleta y frunció el ceño ante
la sonrisa de regodeo de Madison—. Como dicen doctora; la venganza será terrible.

Al captar la atención de la camarera, Madison hizo una señal para pedir la cuenta
antes de volverse hacia su compañera que hacía pucheros.

—Creo que puedo manejarlo, detective, así que será mejor que tenga cuidado si
quiere bailar conmigo.

La camarera que se acercó a la mesa impidió cualquier refutación por parte de Logan.
Sacudiendo la cabeza y señalando a Logan mientras la camarera intentaba entregarle la
cuenta, sonrió y se puso de pie.

—No. Ella está pagando. —Guiñándole un ojo a la camarera, se dirigió hacia el baño,
sabiendo que la mujer alta, morena y muy sexy la observaba en cada paso.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

₪₪₪₪₪

Aunque el sol brillaba, el aire era fresco, lo que obligó a Madison a hundir las manos
en los bolsillos para calentarse. Al mirar a Madison, Logan pensó que se parecía más a
una estudiante de la cercana Universidad de Duquesne que a una cirujana ortopédica del
Hospital Mercy. Mientras caminaban por la calle tranquila, regresando lentamente al
hospital, la detective de repente sintió que se le erizaban los pelos de la nuca. Mirando a
su alrededor, trató de localizar la amenaza invisible que sentía en sus entrañas mientras
se acercaba un poco más a Madison.

Sintiendo un brazo rozar el suyo, Madison miró hacia arriba y vio un ceño oscuro y
serio en el rostro de la detective.

—¿Qué está sucediendo? —Sus ojos siguieron los de Logan, tratando de localizar el
objeto del disgusto del detective.

Colocando su mano en el codo de la doctora, Logan condujo a Madison a una librería


cercana, sin detenerse hasta que estuvieron escondidas de manera segura detrás de una 55
estantería alta. Al volverse hacia la mujer, sus ojos no dejaron lugar a discusión.

—Quédate aquí y no te muevas. Regreso en un minuto. —Caminando de regreso al


frente de la tienda, Logan miró por la ventana, buscando cualquier movimiento inusual.
Todo lo que podía ver era gente caminando en todas direcciones, con mochilas o paquetes
en la mano, dirigiéndose a destinos desconocidos. Después de varios minutos, soltó un
suspiro de frustración y se giró, sólo para sentir el cuerpo de Madison chocar con el de
ella. Agarrando el brazo de la mujer, Logan volvió a llevar a la médica a la seguridad de
las estanterías, bajo la atenta mirada del gerente—. ¿Pensaba que te había dicho que te
quedaras quieta?

Resoplando, Madison puso los ojos en blanco.

—No quería quedarme ahí atrás. ¿Cuál es el problema de todos modos?

Sintiendo que su temperamento aumentaba, Logan intentó respirar profundamente


varias veces antes de responder. Lo último que quería era asustar a Madison, pero la mujer
tenía que comprender que ahora estaba metida en un caso de asesinato y posiblemente en
grave peligro. Mirando alrededor de la tienda, se inclinó más cerca de la médica, sus
labios a pocos centímetros de las orejas de la mujer.

—Mira, no sé si te das cuenta o no, pero anoche viste la cara del asesino, doctora.
¿Crees por un momento que no recuerda eso? ⸻Al ver la expresión de sorpresa en el
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

rostro de Madison, se obligó a eliminar la ira de su voz⸻. ¿Crees que no intentará


encontrarte? ¿Y detenerte a ti también?

Logan llevó a la mujer temblorosa a una silla en la parte trasera de la tienda, se


arrodilló junto a Madison y tomó suavemente su mano entre las suyas. Su pulgar trazó
círculos suaves y gentiles alrededor de los nudillos de Madison mientras esperaba que la
respiración de la mujer se calmara.

»Lamento que todo esto les haya pasado a ti y a Susan, pero ahora tenemos que lidiar
con ello lo mejor que podamos. —La otra mano de Logan masajeó suavemente la
pantorrilla de Madison mientras miraba los ojos llenos de lágrimas de la médica.

»Puede que esté un poco paranoica en este momento, pero no voy a correr ningún
riesgo contigo. Todavía estamos a varias cuadras del hospital. ¿Podrías quedarte aquí
mientras pido una patrulla para que nos lleve de regreso? Al recibir un asentimiento
afirmativo de la médica, Logan se puso de pie y caminó hacia el curioso encargado en el
mostrador. Mostrándole su placa, pidió usar el teléfono y llamó para solicitar el auto. Al
regresar a donde estaba sentada Madison, notó que alguien estaba sentado a unos metros
de distancia con un periódico abierto frente a su cara. Sintió la necesidad de acercarse y
mirar por encima del periódico, pero en lugar de eso regresó a donde Madison estaba 56
sentada ahora perfectamente serena, tal como sabía que estaría.

Las dos mujeres se acercaron al frente de la tienda y esperaron. La patrulla policial


se detuvo junto a la acera unos minutos más tarde y Logan apresuró a la médica a salir
por la puerta y subir al auto que esperaba. Mientras se alejaban, Logan se dio la vuelta y
miró por la ventanilla trasera del coche patrulla. Lo que vio la dejó atónita. Un hombre
salió corriendo de la librería y se paró en la acera observando mientras se alejaban. En el
fondo, Logan sabía que el hombre en la acera tenía que ser el mismo que estaba detrás
del periódico. Logan se giró en su asiento para mirar a Madison y puso una mano en el
hombro de la médica.

»¿Estás bien?

La doctora asintió con la cabeza, todavía temerosa de hablar mientras se dirigían


hacia el hospital. El resto del viaje se realizó en silencio, mientras cada mujer se perdía
en sus propios pensamientos de pesadilla sobre lo que podría haber sido y lo que estaba
por venir.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Capítulo ocho

El coche patrulla se detuvo frente a la entrada principal del Mercy. Logan salió del
auto primero, mirando en todas direcciones en busca de señales de problemas antes de
tenderle la mano a Madison. Cuando Madison extendió la mano y agarró la más grande,
pensó en lo bien que encajaban y se encontró sosteniéndola mucho más de lo necesario.
Caminando rápidamente hacia el vestíbulo, Logan llevó de inmediato a Madison a la fila
de ascensores y presionó el botón de llamada, queriendo comunicarse con el guardia y
alertarlo sobre los últimos acontecimientos. El silencio era casi palpable mientras subían
al tercer piso, cada una perdida en sus propios pensamientos inquietantes.

La principal preocupación de Madison era Susan y se preguntaba si debería


trasladarla a otro hospital fuera de la ciudad tan pronto como su estado lo permitiera. Hizo
una nota mental para preguntarle a Julie, la médica de cabecera de Susan, lo antes posible.
57
Hasta entonces, sabía que lo único que se podía hacer para garantizar la seguridad de
Susan era que Logan se ocupara de ella.

Cuando las puertas se abrieron en el tercer piso, Logan salió y esperó a que Madison
la siguiera. Mientras cruzaban las puertas exteriores de la UCI, Madison pudo ver el ceño
fruncido que cruzó el rostro de Logan.

—¿Logan? ¿Qué pasa? —Podía ver las mandíbulas de la detective apretarse haciendo
que los músculos de su mejilla se contrajeran. Madison tuvo que trotar al lado de Logan
cuando la detective alta alargó el paso y aceleró el paso.

Deteniéndose frente a la puerta de Susan, Logan miró adentro y luego se volvió hacia
Madison.

—¿Por qué no vas y ves cómo se siente? Regresaré en unos minutos.

Asintiendo con la cabeza, Madison entró en la habitación, sabiendo que ahora no era
el momento de interrogar más a la detective. Caminó en silencio por el suelo, pero incluso
en su esfuerzo por guardar silencio, Susan se despertó y le dio a Madison una sonrisa
débil.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Hola, pensaba que ya estarías profundamente dormida. ¿Necesitas algo que te


ayude? ¿Sientes algún dolor? Bueno, por supuesto que sí. ¿En qué estoy pensando?

—¿Madi? —Susan no pudo pronunciar una palabra mientras Madison la mimaba. —


¿Madi? —La médica se detuvo y se quedó en silencio cuando Susan puso los ojos en
blanco—. ¿Te importaría sentarte? Me vas a volver loca. ¿No tienes trabajo que hacer o
algo así?

Sentada en la silla al lado de la cama, Madison distraídamente se pasó una mano por
el cabello.

—Está bien. Lo siento y no, es jueves, recuerda, hoy no tengo horas de despacho.

Gimiendo, Susan trató de sentarse en la cama, pero antes de que pudiera siquiera
levantar la cabeza, Madison se derramó una vez más sobre ella.

—Madi, voy a llamar a la enfermera en unos tres segundos si no te sientas. —


Correctamente castigada, Madison se sentó cruzando los brazos sobre el pecho mientras
fruncía los labios en un falso puchero—. ¿No tienes algún trabajo voluntario o algo que
puedas hacer? —Susan no pudo evitar bromear, mientras el puchero de Madison se volvía 58
feroz. Siempre había bromeado con la médica acerca de ser una mamá gallina con sus
pacientes y sabía de primera mano las noches que Madison había dormido en el despacho
dos pisos más arriba después de una cirugía inusualmente problemática, queriendo estar
cerca en caso de que hubiera alguna dificultad. Hoy, sin embargo, estaba silenciosamente
agradecida de tener a su querida amiga a su lado, incluso si estaba a punto de volverla
loca con el sinfín de seleccionar, esponjar y cariño.

La próxima vez que Madison se acercó, extendió la mano buena y agarró suavemente
el brazo de la médica. Cuando sus ojos se encontraron, se habló mucho y cada mujer supo
del amor y el miedo que cada una estaba tratando de ocultar.

»¡Gracias! —Una palabra susurrada en medio de una pesadilla fue todo lo que
necesitó el vínculo que las dos mujeres forjaron durante muchos días y noches para
fortalecerse.

Logan entró en la habitación para ver a Madison inclinada sobre la cama, sosteniendo
a la mujer herida en sus brazos. Sintiéndose como si estuviera entrometiéndose en un
momento privado, salió de la habitación y se dirigió a la UCI, buscando un escape y un
alivio para el dolor creciente y el vacío que de repente sintió en el estómago. Tomando el
ascensor hasta el sótano, se paró en la fila esperando para pagar los dos moka lattes dobles
extra grandes que acababa de preparar y repitió la escena en su mente. Está bien, tal vez
sólo son amigas y fue un momento conmovedor. La fila avanzó y Logan deslizó la bandeja
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

un poco más abajo en la fila. No, ese no fue un momento entre amigas. Hay algo más
entre esas dos. Pagó al cajero y comenzó su viaje de regreso a la UCI. Presionando el
botón de llamada del ascensor, se apoyó contra la pared, las imágenes aún inundaban su
mente. De acuerdo, entonces, si hay algo entre ellas, entonces ¿por qué Susan
Richardson salió con un hombre, un extraño anoche en el Strip? Las puertas del ascensor
se abrieron y Logan entró en el cubículo pulsando el botón del tercer piso. En el viaje en
ascensor, continuó la discusión interna consigo misma. Si no hay nada entre ellas,
¿entonces qué acabo de ver? Para cuando el ascensor depositó a la detective de nuevo en
el tercer piso, ya había decidido que no importaba lo que ocurriera entre las dos mujeres.
De cualquier manera, no estaba dispuesta a involucrarse con nadie, especialmente con
una médica.

Al entrar en la habitación, Logan notó que Madison ahora estaba sentada en la silla
junto a la cama, hablando en voz baja con Susan. Cuando los ojos de la doctora captaron
el movimiento junto a la puerta, dio un respingo. Adentrándose más en la habitación, le
entregó a Madison una taza de café y luego le dirigió a Susan una mirada de disculpa.

—Lo siento, no te he traído uno, pero le he preguntado a la enfermera antes y me ha


dicho que no te permitían nada hasta después de que completaras tus pruebas.
59
Mirando a Madison, recibió un asentimiento de acuerdo.

»Tengo que ocuparme de un pequeño asunto afuera, pero debo estar lista para ir a la
comisaría en unos diez minutos. ¿Te parece bien?

—Claro. Sólo avísame cuando estés lista. —Los ojos de Madison sostuvieron los de
Logan por un largo momento creando aún más confusión en la mente de la detective.

La conversación de Susan y Madison se interrumpió momentos después cuando se


escuchó una voz amenazante afuera. Caminando hacia la puerta, Madison miró por la
abertura y se detuvo cuando el perfil de Logan apareció a la vista. Un escalofrío recorrió
la espalda de la doctora mientras observaba cómo los rasgos de la detective se
transformaban en una fachada oscura. Escuchó a Logan informar al oficial uniformado
que había sido relevado de su puesto y pensó que la detective sumamente controlada era
incluso más intimidante que la que había conocido por primera vez en el callejón de la
calle Smallman unos días antes.

—Realmente no me importa si se mea en el pantalón oficial. Nunca, nunca, se aleje


de su puesto en mis casos. —Tragando saliva, el oficial intentó hablar, pero la detective
lo interrumpió con un solo dedo levantado—. Ni una palabra. No hay excusas para lo que
acabas de hacer. —Pasando una mano por su cabello, Logan fijó al oficial con sus ojos—
. ¿Te das cuenta de que la mujer en esa cama ha visto de cerca y en persona a nuestro
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

asesino del distrito Strip? Que ella es una de las dos únicas personas que pueden
identificar a este tipo. —Al no recibir respuesta, se acercó a su rostro, hasta que pudo oler
las cebollas que acababa de comer en el almuerzo—. Creo que le acabo de hacer una
pregunta, oficial. —El oficial asintió con la cabeza, demasiado asustado para hablar—.
Bueno, ciertamente espero que piense en eso mientras juegas a poner multas de tránsito
durante los próximos seis meses.

Madison se acercó más y vio que el oficial se alejaba rápidamente, muy


probablemente sorprendido de seguir de pie y probablemente mucho más aún de tener un
trabajo, incluso si eso significaba que volvería a repartir multas de estacionamiento
durante los próximos seis meses.

Volviéndose, Logan vio a Madison acechando detrás de la puerta, observándola


atentamente. Los ojos que acababan de clavar al oficial en la pared, ahora se relajaron y
sonrieron mientras Madison se dirigía hacia el detective.

»Eso es lo que era.

—¿Disculpa? —Confundida, Madison no pudo descifrar las palabras de la detective.


60
Sonriendo, Logan se acercó más.

—Antes, cuando nos bajamos del ascensor y me ha preguntado ¿qué? Eso era todo.
El oficial no estaba en su puesto.

Los ojos de Madison reflejaron su comprensión mientras una sonrisa cruzaba sus
labios.

—Bueno, ciertamente estoy feliz de que seas la detective y yo sólo una médica. No
me he dado cuenta.

Riendo, Logan se acercó aún más a la mujer más pequeña, tan cerca que podía oler
el aroma de Opium llenando el espacio cargado eléctricamente entre ellas. Ambas eran
muy conscientes de la otra, sus auras tocándose, acariciándose... rogando por estar más
cerca. Apartando los ojos de los de Madison, Logan miró por encima del hombro de la
médica hacia la habitación de Susan.

—¿Está bien? Nadie inusual ha entrado mientras estábamos fuera, ¿verdad?

Todavía considerando las múltiples capas de la personalidad de la detective, Madison


respondió distraídamente.

—No, no que ella haya mencionado.


CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Moviéndose hacia la estación de enfermeras, Logan levantó el teléfono y marcó un


número, y luego se volvió hacia la médica.

—Bien. Tan pronto como la comisaría envíe un reemplazo para la guardia, nos
iremos.

—Claro... bien. —Madison dio un paso atrás dentro de la habitación todavía tratando
de encajar todas las piezas de la complicada personalidad de la detective.

₪₪₪₪₪

Madison miró alrededor de la aburrida sala de la brigada en la Avenida Central


mientras ella y Logan caminaban hacia la sala de interrogatorios. Nunca había estado
expuesta a este lado de la vida de la ciudad, ni recordaba haber estado dentro de una
comisaría de policía. Su familia había sido bendecida con suficiente riqueza para
mantenerla a salvo del lado más oscuro de la vida y, a veces, se preguntaba si esa infancia 61
protegida fue lo que había plantado la semilla dentro de su corazón para ayudar a los
menos afortunados, a medida que crecía.

El padre de Madison, Malcolm Cavanaugh, había sido fiscal de distrito en el condado


de Allegheny durante veintitrés años. Habiendo sido reelegido cuatro veces, estaba
planeando su próxima elección y lo más probable es que hubiera ganado otra victoria
aplastante en el 83, si no hubiera muerto de un ataque al corazón mientras estaba en la
cama con su amante. La muerte de su padre fue lo suficientemente devastadora a la edad
de dieciséis años sin tener que soportar los chismes públicos en torno al incidente. En ese
momento asistía a la escuela Ellis para chicas, una prestigiosa escuela en Pittsburgh y
recordaba las miradas impredecibles y los comentarios susurrados después de regresar de
un período de luto de dos semanas.

Su madre había pensado que era un período apropiado para llorar al “gilipollas de
mierda” como muchas veces se había referido a él en los últimos años de su matrimonio.
Madison no era tan ingenua como para pensar que su madre estaba ciega ante su
infidelidad; ella misma había sido testigo de sus actos descarados en muchas ocasiones.
No, la única razón por la que Marissa Cavanaugh había impedido que Madison fuera a la
escuela durante dos semanas era con la esperanza de que algunos de los chismes se
calmaran antes de que ambas tuvieran que enfrentarse al mundo de nuevo.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Sacudiendo su ensoñación, Madison miró alrededor de la sala de la brigada; sé que


ella no podría estar aquí, hoy, en este edificio. No es de extrañar que odie a los policías
cuando mi propio padre murió en los brazos de una, la misma policía, que ahora es la
Comandante de la División de Delitos Mayores de la ciudad de Pittsburgh. Madison
sintió una mano suave agarrar su brazo, tirando de ella y llevándola de vuelta al presente.

—¿Qué?

Logan notó la mirada perdida en los ojos de la doctora y supo que estaba pensando
en algo problemático. Suponiendo que fuera el próximo interrogatorio; se inclinó y habló
en voz baja al oído de Madison.

—No te veas triste, Doc. Te prometo que no sacaré las luces brillantes, los látigos y
las cadenas. —Mirando por encima del hombro de Madison, vio a Picasso, con ropa
holgada y una barba de dos días caminando por el pasillo hacia ella—. Vamos, quitemos
el boceto del camino para que pueda sacar a los muchachos a las calles con una imagen,
y luego tomaré tu declaración oficial. —Logan sabía que el boceto era el elemento más
importante de su visita a la comisaría. Madison podía contarles muy poco sobre su
encuentro con el hombre y Susan la noche anterior, y Logan lo sabía; ella misma había
visto toda la interacción. Condujo a la doctora a la sala de interrogatorios y esperó hasta 62
que Picasso hubiera desempacado sus suministros y comenzara a hablar con Madison y
dibujar atentamente antes de salir de la habitación en busca de dos tazas de café que, con
suerte, se habían preparado en las últimas doce horas.

Al doblar la esquina de la sala de descanso, Logan se encontró con su antiguo


compañero Wilson Hennessey. Habían trabajado juntos en las calles durante casi seis
años antes de que cada uno de los oficiales hiciera cambios en sus trayectorias
profesionales, Logan eligió la división de Delitos Mayores y Hennessey eligió trabajar en
la división de Narcóticos. Cada uno se había mantenido en contacto durante los últimos
años, siempre haciendo tiempo cada mes para cenar juntos y ponerse al día en la vida del
otro. Wilson estaba casado con Sarah, una mujer hermosa y abogada exitosa en uno de
los bufetes de abogados más grandes de la ciudad. Logan siempre había bromeado con
Wilson sobre ser un hombre mantenido, y él siempre se lo había tomado con calma,
complacido de que hubiera algo en el mundo que pudiera hacer reír a Logan McGregor.

—Bueno, Hen. No te he visto últimamente. ¿Cómo está el negocio de las drogas? —


Palmeando su estómago, se rio y continuó hacia la cafetera—. Espero que estés atrapando
a más traficantes de drogas que donas, Hen.

—El negocio de las drogas va muy bien Mac, creo que la semana pasada mis redadas
superaron en número a mis donas. —Agarrando el periódico de la mesa, se sentó en un
sofá de vinilo agrietado y descolorido⸻. Te estás volviendo tan mala como Sarah.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

⸻Hojeó la sección de deportes en busca de las últimas estadísticas de los Steelers—.


Entre las dos nunca solía tener paz. Gracias a Dios, todo lo que tengo que tratar ahora son
drogadictos y traficantes todos los días.

Logan tiró el café viejo de la jarra, que parecían de varios días, y preparó una nueva.
Sentándose junto a Hennessey, le arrebató el papel de las manos y lo arrojó al otro lado
de la habitación.

—Oye, grandullón, no me has visto en semanas, así que no creas que te vas a sentar
sobre tu trasero y leer el periódico mientras te hablo. No soy tu esposa y no lo haré. No
aguanto esa mierda de tu parte.

Poniendo los ojos en blanco, el otro oficial suspiró y se volvió hacia su antigua
compañera.

—Está bien, Mac, ¿qué tienes en mente? Nunca fuiste muy dada a conversar y, si mal
no recuerdo, las veces que lo hiciste, había algo pesado en tu bonita cabeza.

Una sonrisa amenazó con curvar sus labios mientras sacudía la cabeza, sabiendo que
el hombre a su lado probablemente la conocía mejor que nadie. Recostándose en el sofá 63
a su lado, suspiró.

—Bueno, es así. Estoy en un callejón sin salida en este caso del distrito Strip. Los
jefes me tienen las manos atadas y no me deja entrevistar a los Langston, Dios no quiera
que molestemos a los altos y poderosos de la ciudad, y desde anoche tenemos otra víctima.
Esta vez tuvimos suerte, aunque fue brutalmente golpeada; está viva y ahora está bajo
custodia en el Mercy. Tengo otra testigo ahora con Picasso, trabajando en un boceto.
Aparte de eso, no tengo nada, y el alcalde va a tener mi trasero si no resuelvo este caso
pronto. Necesito un poco de ayuda, pero necesito hacerlo en silencio. ¿Te apuntas?

Wilson Hennessey miró a su ex compañera por un largo momento. En todos los años
que habían trabajado juntos, nunca había visto a Logan McGregor haciendo algo
encubierto. Sabía que si estaba jugando extraoficialmente; debía de haber una maldita
buena razón. Sin pensarlo dos veces, asintió.

—Claro Mac, cualquier cosa que necesites. Sabes que siempre te cubriré las espaldas.

Durante los siguientes quince minutos, los dos policías se sentaron en el sofá
hablando sobre la situación. Finalmente, Hennessey se puso de pie y estiró su forma larga,
aunque no tan delgada, y bostezó.

—Bueno, Mac, me voy a casa a dormir con esto. Te llamaré en un par de días cuando
tenga algo para ti. —Sin otra palabra, dio media vuelta y salió de la habitación.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Logan preparó dos tazas de café y luego regresó a la sala de interrogatorios. Cuando
cruzó el umbral, Madison miró hacia arriba y Logan podría haber jurado que su corazón
dio un vuelco cuando la médica le sonrió. Mientras ponía el café frente a Madison, caminó
detrás de Picasso para ver de cerca al sospechoso por primera vez. Madison había
proporcionado una descripción muy detallada de él, incluso una cicatriz pequeña, pero
muy importante, que se extendía desde la parte inferior de la nariz, atravesaba ambos
labios y bajaba por la barbilla. Logan sabía que una marca de identificación como esta
facilitaría un poco su trabajo de encontrar al hombre. Sin embargo, con ese conocimiento
también vendría el hecho innegable de que una vez que el sospechoso viera la imagen,
sabría con certeza que la doctora Madison Cavanaugh no solo lo había visto, sino que le
había prestado mucha atención. Logan sabía que cuando eso sucediera, entraría en pánico
y se desesperaría y Madison estaría en un peligro aún mayor del que estaba ahora.

Unos minutos más tarde, Picasso estaba empacando sus suministros y prometiéndole
a Logan que tendría el boceto en una hora. Logan le dio a Madison unos minutos para
que se relajara y tomara su café antes de llamar a uno de los otros detectives para
interrogar a la médica. Logan sabía que debería hacerlo ella misma, pero desde que vio
la escena desarrollarse la noche anterior, temía que comenzaría a transponer sus propios
recuerdos a la interpretación de la declaración de Madison, por lo que pensó que era mejor
si la médica era cuestionada por otro miembro del grupo de trabajo.
64
Estaban a punto de comenzar cuando la puerta de la sala de interrogatorios se abrió
y una mujer alta, de cabello oscuro y casi guapa entró y caminó directamente hacia
Madison, extendiendo su mano.

—Hola doctora Cavanaugh, mi nombre es Loraine Osborne, Comandante de la


División de Delitos Mayores.

Madison miró, sorprendida cuando la mujer se paró frente a ella, con la mano
extendida mirándola. Le tomó unos momentos encontrar su voz antes de que pudiera
responder.

—Comandante Osborne, soy muy consciente de quién es usted.

La comandante sonrió nerviosamente mientras dejaba caer su mano, deslizándola en


su bolsillo.

—Sí, bueno, sólo quería venir personalmente y agradecerle por tomarte el tiempo de
venir hoy aquí.

Logan observó cómo se desarrollaba la escena y casi podía sentir cómo el aire de la
habitación crepitaba con electricidad. No sabía la razón de la acritud que estaba
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

mostrando Madison, pero podía ver que estaba necesitando cada gramo de la fuerza de
voluntad de la médica para controlar su ira. Decidió que la situación necesitaba ser
difundida; se volvió hacia el otro oficial.

—¿Estás listo Troy?

Asintiendo, sus ojos se lanzaron entre las tres mujeres.

—Claro, en cualquier momento que estés.

La comandante siguió el ejemplo de Logan y, con una última mirada a Madison, se


volvió hacia la siempre atenta detective.

—Detective McGregor, cuando termine aquí, me gustaría verla en mi despacho. —


Miró su reloj y vio a Troy Bingham, que tenía cuidado de no mirar—. Dime... ¿una hora?

—Claro jefa, no debería tardar más de una hora. —Volviéndose hacia Madison, Troy
sonrió, tratando de romper un poco la tensión en la habitación.

Logan acompañó a la comandante hasta la puerta y luego se sentó en silencio a la 65


mesa, permitiendo que Troy controlara el interrogatorio. Logan escuchó atentamente, casi
tan atentamente como estudiaba a Madison Cavanaugh y los magníficos rasgos de su
rostro. Cuando terminó el interrogatorio y Troy se puso de pie para irse, Logan miró su
reloj y se sorprendió al descubrir que habían pasado casi cuarenta y cinco minutos. Podría
mirar esos ojos para siempre.

Logan llevó a Madison a la sala de descanso y sacó otra taza de café de la cafetera
medio llena. Después de entregarle el líquido tibio a Madison, comprobó su apariencia en
el espejo.

»No debería estar más de un minuto con la comandante. Vuelvo enseguida, siéntete
como en casa, y si necesitas algo pregúntaselo a Troy, él está justo afuera en la sala de la
brigada, ¿de acuerdo?

Mientras avanzaba por el largo pasillo gris metalizado, Logan reflexionó sobre el
encuentro entre Madison y la comandante. Su curiosidad se disparaba, pero sabía que
ahora no era el momento de hacer preguntas, especialmente a Madison Cavanaugh. Ya he
lidiado con su ira una vez, otra vez no.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Capítulo nueve

—Siéntese, McGregor. —Levantando la vista de su papeleo, la comandante Osborne


estudió a la detective alta y morena. Tuvo, en varias ocasiones, la oportunidad de trabajar
directamente con Logan McGregor, pero no pudo obtener una idea sólida de lo que hacía
que la mente de la mujer funcionara. Nunca le había dado mucha consideración a la idea,
preocupándose sólo de que los casos de la detective se encontraban entre los cinco
primeros en toda la Fuerza de Policía de Pittsburgh en cuanto a resolución.

—Sí, señora. —Logan se sentó en una de las sillas para visitantes frente al escritorio
de la comandante devolviéndole la mirada estudiosa—. Comandante, ¿pasa algo?

La comandante Osborne se puso de pie, rodeó el escritorio y cerró la puerta antes de


volver a sentarse en la silla junto a Logan.
66
—No, detective, nada está mal. No he tenido la oportunidad de hablar con usted
directamente sobre el caso del distrito Strip y he pensado que ahora sería un buen
momento para repasar los detalles que tiene hasta ahora.

Logan soltó un silencioso suspiro de alivio. De camino al despacho, había estado


preocupada de que la comandante criticara el lento progreso que estaba haciendo. Ahora,
sin embargo, vio esto como un posible medio de ayuda.

—En realidad, comandante, estoy teniendo dificultades para convencer al teniente y


al subjefe de que me dejen entrevistar a los empleados de Langston Development. —
Logan observó atentamente los ojos del comandante en busca de algún signo de
desaprobación. Al no ver ninguno, continuó—. Sé en mi interior que Langston tiene
información que ayudará con esta investigación, pero por alguna razón desconocida se
esconden detrás de la influencia política del alcalde y necesito ayuda.

La comandante Osborne se mordió el labio inferior, tomándose un momento para


revisar la información que la sargento detective acababa de darle. Sabía que los Langston
eran una de las familias más ricas de la ciudad... sabía también las consecuencias políticas
que se producirían si alguien se cruzara con ellos. Sin embargo, también sabía que no
estaría en la posición en la que estaba si hubiera seguido el camino de menor resistencia.
Dios sabe, obtuve mi primer ascenso a sargento como compensación por guardar
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

silencio sobre la muerte de Malcolm. Volviendo su mirada a la detective, asintió y se


puso de pie, caminando hacia el otro lado de su escritorio. Hizo una nota en un bloc de
notas y luego se sentó en silencio por un momento, el ritmo de su bolígrafo golpeando el
papel secante del escritorio frente a ella, resonando en toda la habitación.

—Veré qué puedo hacer, detective. Mientras tanto, manténgame informada sobre su
progreso.

Logan se puso de pie, extendiendo su mano hacia la comandante.

—Gracias. Estoy segura de que estaré en contacto pronto. —Salió de la habitación y


recorrió el largo pasillo sin saber más sobre la conexión entre Madison Cavanaugh y la
comandante que antes de entrar en el despacho. Sin embargo, la reunión no había sido tan
desagradable como había temido y decidió que incluso podría ayudar al progreso de la
investigación que disminuía lentamente.

₪₪₪₪₪
67
Logan se detuvo en la recepción para revisar sus mensajes, luego fue a la sala de la
brigada a buscar su mochila antes de regresar a buscar a Madison. Al entrar en la sala de
descanso unos minutos más tarde, puso los ojos en blanco y no pudo evitar reír mientras
Madison intentaba seguir el ritmo de las preguntas que le hacían tres policías demasiado
entusiastas. Poniendo su mejor cara de policía, Logan irrumpió en la habitación.

—Jesús, muchachos. ¿No podemos tener visitantes atractivas aquí sin que los tres
avergüencen a toda la fuerza con sus babas? —Mirándolos a cada uno de ellos a los ojos,
se acercó un poco más y sonrió por dentro mientras cada uno daba un paso atrás—. Salgan
de aquí y pónganse a trabajar, o en tu caso, Thornton, ve a casa con tu esposa.

Los tres oficiales se disculparon y prácticamente huyeron de la habitación cuando


Logan se sentó en el sofá al lado de Madison.

»Lo siento por eso. Parece que el trabajo también viene con un ego enorme y una
compulsión primordial abrumadora de ir adelante y conquistar.

Levantando una ceja, lo que Logan ahora consideraba como el signo de sorpresa
característico de la médica, Madison se levantó y arrojó su taza de café vacía a la basura.
Volviéndose hacia la detective, cogió su bolso y su abrigo.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Oh, ¿y debo asumir que pudiste escapar de esa peligrosa enfermedad laboral,
detective? —Un brillo casi inescrutable cruzó los ojos de la doctora justo antes de darse
la vuelta y salir por la puerta.

Logan fue tomada por sorpresa por el comentario de la mujer, dejándola


temporalmente incapaz de responder mientras Madison sonreía y continuaba alejándose.
Saltando de su asiento, Logan echó a correr por el pasillo, una vez más en busca de la
enigmática doctora. Jesús, no otra vez.

Cuando entró al estacionamiento, Logan finalmente encontró a Madison sonriendo y


apoyada contra la Durango. Sacando las llaves de su bolsillo, abrió la puerta del pasajero,
pero no se hizo a un lado. En lugar de eso, colocó el brazo encima de la camioneta, se
inclinó más cerca de la hermosa doctora, con los ojos enfocados en sus orbes verdes,
preguntó:

—Doctora, ¿por qué siempre me encuentro persiguiéndote?

Madison podía sentir el calor que irradiaba el cuerpo de la detective e inhaló el aroma
especiado que flotaba en su dirección. Sintiendo que los latidos de su propio corazón se
aceleraban, devolvió audazmente la intensa mirada. 68
—Quién sabe, detective, tal vez estás sobre algo. —Guiñando un ojo, Madison se
deslizó bajo el brazo de Logan y se metió en el asiento del pasajero, dejando a la aturdida
detective de pie fuera de la camioneta. ¿Qué diablos estás haciendo Cavanaugh? Este
coqueteo ridículo te va a meter en problemas, y grandes si no lo ves.

Tragando saliva, Logan cerró la puerta, pensando que si Madison no se hubiera


deslizado junto a ella cuando lo hizo, la doctora estaría recibiendo un beso
extremadamente desgarrador en ese momento. Pasando una mano frustrada por su
cabello, Logan caminó lentamente alrededor de la camioneta. Sí, claro, McGregor, justo
lo que necesitas, besar a alguien justo en el medio del garaje de la comisaría de policía,
y nada menos que a una maldita médica. Deslizándose dentro de la camioneta, evitó
deliberadamente los ojos de la médica y se metió en el tráfico de Penn Circle.
Silenciosamente, viajaron al Hospital Mercy, cada mujer reflexionando sobre la atracción
obvia que sentían la una por la otra y las barreras autoimpuestas que ambas habían
construido que impedían cualquiera de ellas de explorar más las posibilidades de esa
atracción.

A medida que se acercaban al hospital, Madison dirigió a Logan al estacionamiento


de los médicos. Girando hacia el espacio al lado del Pathfinder de Madison, las mujeres
bajaron de la camioneta, Madison dijo que estaría allí después de dejar caer su maletín en
su auto. Logan estaba a unos seis metros de la entrada del hospital cuando escuchó que la
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

médica la llamaba por su nombre. La mirada de miedo grabada en el rostro de la doctora


envió a Logan a una carrera rápida a través del estacionamiento y llegar a su lado.

Madison estaba pálida y sin habla cuando la detective llegó a su lado, y sólo pudo
señalar la llanta y el parabrisas de su camioneta. El neumático trasero había sido cortado
y una pequeña tarjeta comercial de Langston Development estaba cuidadosamente
colocada debajo del limpiaparabrisas. Alcanzando su teléfono celular, Logan marcó la
comisaría mientras alejaba a Madison del vehículo. Solicitó un equipo de CSI2 sabiendo
como ella, que no se encontrarían huellas dactilares o evidencia física en o cerca del
automóvil. Sin embargo, no quería correr el riesgo de perderse nada en caso de que el
perpetrador hubiera sido descuidado en su búsqueda de Madison.

Mientras esperaban a que llegara el equipo de CSI, Logan llamó al piso de arriba y
verificó a Susan. Hablando directamente con el guardia, volvió a enfatizar la importancia
de no dejar su puesto y le dio su número de teléfono celular personal en caso de que
necesitara comunicarse con ella. Madison estaba apoyada en un coche cercano, abrazando
su propio cuerpo con los brazos en señal de miedo impotente. Caminando hacia la médica,
Logan levantó suavemente la barbilla de la médica para que sus ojos se encontraran.

—Te lo prometo, nada les va a pasar ni a ti ni a Susan. 69


Madison recibió la mirada confiada de Logan con una débil sonrisa.

—No puedes prometerme eso y lo sabes. —Las lágrimas brotaron de sus ojos y en
un momento de puro terror, las implicaciones de lo que le había sucedido a su auto la
golpearon en el estómago tan fuerte como cualquier puño podría haberlo hecho y perdió
por completo el control de sus emociones.

Logan estrecho suavemente a la doctora en sus brazos, sintiendo los temblores del
miedo sacudiendo su cuerpo. Podía sentir los brazos de Madison envolviendo su cintura
y las lágrimas empapando su camisa, humedeciendo un punto en su pecho directamente
en línea con su corazón. Fue en ese momento que Logan sucumbió a la guerra que rugía
en su alma y aceptó que rápidamente se estaba enamorando de la mujer en sus brazos.
Sosteniendo a Madison con más fuerza, suavemente susurrando palabras tranquilizadoras
en su oído, prometió proteger a esta mujer, sin importar el precio.

₪₪₪₪₪

2 CSI: Investigadores de la escena del crimen.


CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

El equipo de CSI llegó y pasó más de dos horas revisando el auto de Madison, pero
al final no encontraron nada que pensaran que sería de alguna utilidad. Habían levantado
varios conjuntos de huellas dactilares, pero por su ubicación sabían que lo más probable
era que la coincidencia fuera con Madison.

Logan había acompañado a Madison a la habitación de Susan y le había dado una


taza de café antes de regresar al estacionamiento para supervisar al equipo de CSI.
Mientras estaba allí, llamó a su teniente y le pidió a un oficial que se quedara con la
médica durante la noche.

—Lo siento McGregor, pero el único otro oficial disponible que tengo en ese turno
está fuera con gripe.

Paseando por el estacionamiento, Logan comenzó a sentir la tensión del día mientras
se apoderaba de los músculos de su cuello.

—Bueno, ¿no puede sacar a alguien de otra comisaría? No puedo dejar a esta mujer
sin custodia esta noche, teniente.

Podía escuchar un suspiro al otro lado del teléfono. 70


—Lo siento, detective, supongo que tendrá que hacerlo tú misma si sientes que tienes
que estar cubierta esta noche.

El temperamento de Logan comenzó a estallar.

—¿Yo? Vamos, teniente. Esta mujer vive cerca de Bridgeville. ¿Qué pasa si tenemos
otro incidente esta noche? Estaría por lo menos a treinta minutos.

—Bueno, entonces tráela a la ciudad y mantenla en tu casa esta noche, si crees que
es necesario —respondió, sabiendo que eso no apaciguaría a su detective, pero podría
quitársela de encima por el momento—. Mira, veré qué puedo hacer a partir de mañana,
pero por esta noche, eso es lo mejor que puedes esperar McGregor.

Cerrando el teléfono de golpe, cruzó el estacionamiento y se dirigió de regreso al


hospital, los músculos de su cuello creando el comienzo de un dolor de cabeza masivo.
Cinco minutos más tarde, entró en la UCI y en la habitación de Susan y encontró a las
mujeres hablando en voz baja. Llamó a la puerta, Susan levantó la vista y le indicó que
pasara.

Al mirar a Madison a los ojos mientras se movía por la habitación, supo que su rostro
le decía a la médica que los esfuerzos del CSI habían sido en vano.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Lo siento, pero no creo que hayamos podido sacar nada importante de tu
camioneta. Al ver la mirada de derrota en los ojos de la médica, tocó suavemente su
hombro y se arrodilló junto a la silla—. Van a buscar las huellas, pero creo que volverán
como si te pertenecieran. —Dando un suave apretón al hombro de Madison, inclinó la
cabeza para mirar a los asustados ojos verdes—. Oye, vamos, mira el lado positivo; te
quedas atrapada conmigo esta noche.

Una mirada de confusión cruzó el rostro de la doctora.

—¿Qué?

Logan se encogió de hombros mientras ponía su mejor sonrisa encantadora.

—Estás atrapada conmigo esta noche. Iremos a tu casa y cogeremos algunas cosas y
luego vendrás a casa conmigo. No quiero que te quedes sola esta noche, en caso de que
este tipo sepa dónde vives.

Madison pasó una mano por su largo cabello rubio y se recostó en la silla, exasperada.

—No puedo hacer eso. Tengo un perro en casa que necesita atención. No puedo tirar 71
todo y salir corriendo a esconderme.

Antes de que Logan pudiera responder, la voz tranquila de Susan la llamó.

—Madi, por favor. No discutas con la detective. Quédate con ella, al menos por esta
noche... por mí, por favor. —Al ver que su súplica debilitaba a la médica, miró a Logan
en busca de refuerzo—. Estoy segura de que la detective le dará la bienvenida a Fémur a
su casa por una noche. Detective, ¿no es así?

Los ojos de Logan se abrieron como platos ante la sugerencia, pero rápidamente se
recuperó y forzó una sonrisa en su rostro.

—Claro, Fémur también es bienvenido. Es posible que incluso pueda enseñarle a mi


gato algunos modales en el camino.

—Bien. Está bien, me iré, solo detente con las directivas. —Mientras miraba a las
dos mujeres, una alta y fuerte, la otra débil y rota, Madison cedió—. Jesús, si no lo supiera,
juraría que las dos planearon esto juntas.

Guiñándole un ojo a Logan, Susan extendió su mano buena y tomó la de Madison.

—Gracias Madi. No sé qué haría si algo te pasara por mi culpa.


CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Inclinándose y colocando un ligero beso en la frente de su amiga, Madison susurró.

—Te amo Susan. Te prometo que esto terminará pronto. —Mirando hacia arriba, fijó
a Logan McGregor con los ojos—. ¿Verdad, detective?

₪₪₪₪₪

El viaje a la casa de Madison lo pasó hablando en voz baja con la doctora mientras
volvía a contar la historia de cómo ella y Susan se habían conocido y los comentarios de
confrontación de la otra mujer en su primer día de trabajo. Soltando una risa profunda,
Logan pensó en la mirada que debió tener la doctora esa mañana. Tenía la sensación de
que no mucha gente se enfrentaba a la doctora Madison Cavanaugh y decidió que aquellos
que lo hicieran probablemente se ganarían el respeto de la cirujana... si sobrevivían.

Al detenerse frente a la casa de ladrillos de dos pisos, Logan dejó escapar un silbido
silencioso. 72
—Lindo lugar tienes aquí, Doc.

Mirando hacia su casa con un aire de indiferencia, Madison observó la estructura


moderna, rodeada de ladrillos personalizados de color rosa.

—Gracias.

Al notar una vacilación en el comportamiento de la doctora, Logan decidió no seguir


con la conversación.

—Bueno, recojamos tus cosas para que podamos volver a la ciudad, me está dando
hambre, ¿y a ti?

Al apreciar el espacio que Logan le estaba ofreciendo, Madison abrió la puerta de la


camioneta y bajó, dirigiéndose hacia la puerta principal. Logan la siguió lentamente,
dándose cuenta de que su intrusión probablemente no era bienvenida.

Al entrar al vestíbulo de dos pisos, Logan quedó impresionada por la elegante belleza
de la casa de la médica. La barandilla y los husos de la escalera que conducía al segundo
piso parecían ser de roble torneado a mano y Logan supuso que el resto de la madera de
la casa también sería tallada a medida.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Madison la condujo a un cómodo estudio y encendió la luz empotrada en el techo.

—Por favor, toma asiento. ¿Quieres algo de beber?

Al notar el tono formal en la voz de la doctora, Logan se dio cuenta de que no estaba
acostumbrada a tener una extraña en su refugio privado.

—No gracias estoy bien.

—Está bien, solo tardaré unos minutos. —Madison rápidamente salió de la


habitación dejando a Logan sola para observar su entorno. Escuchó a la médica hablando
de fondo, seguido de los ladridos de un perro obviamente feliz. Genial, estoy segura de
que a Clancy le va a encantar esto. Escuchó a Madison gritar y estaba a punto de
levantarse cuando un borrón de pelo y lengua corrió a través de la puerta y saltó sobre su
regazo. El intento de Logan de mantener a raya al perro fue inútil, al igual que su intento
de protegerse la cara del lametón excitado de la lengua del labrador.

Corriendo a través de la puerta, Madison se detuvo en seco al ver a la detective alta


y musculosa inmovilizada indefensa bajo el cuerpo fornido de Fémur. Apoyada contra el
marco de la puerta abierta, Madison se echó a reír en el sitio. 73
—Bueno, puedo ver que has conocido a Fémur. —Teniendo piedad de la detective,
Madison se acercó y tomó al perro por el collar, tiró suavemente hasta que dejó de agarrar
a Logan.

Sentándose y limpiándose la boca con el dorso de la mano, Logan trató sin éxito de
ocultar su sonrisa.

—Umm, sí. Se ha presentado.

Madison comenzó a sacar al emocionado Fémur de la habitación y luego se detuvo.


Volviéndose hacia Logan, miró a la otra mujer vacilante.

—¿Estás segura de que realmente quieres que los dos vayamos contigo esta noche?

Por primera vez en toda la noche, Madison vislumbró a la mujer bajo la dura fachada.
Observó cómo Logan se ponía de pie, se acercaba y luego se arrodillaba junto a Fémur,
acariciando su brillante pelaje.

—Por supuesto que lo estoy. Aunque no estoy tan segura de cuán ansioso estará
Fémur por conocer a Clancy. —Sonriendo a la cara de la médica, se rio—. Creo que puede
defenderse con mi gato del infierno.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Madison gimió y expulsó a Fémur de la habitación.

—Genial, un gato con actitud y un perro debilucho. —Miró a la detective con ojos
interrogantes—. Va a ser una larga noche, ¿no?

Volviendo al sofá, Logan se sentó y entrelazó los dedos detrás de la cabeza antes de
responder a la pregunta de la médica con su mejor voz de policía.

—Yo, mi querida señora, soy sargento detective del Departamento de Policía de


Pittsburgh. Estoy completamente equipada para manejar cualquier situación que pueda
surgir.

Poniendo los ojos en blanco, Madison tomó un almohadón de la silla contigua y se


la arrojó a Logan.

—Lo que sea. Bueno, yo, por mi parte, voy armada con un buen suministro de
golosinas para perros y uno de sus tranquilizantes... Por si acaso.

Agarrando el almohadón con una mano rápida como un rayo, Logan la rodeó con sus
brazos, abrazándolo contra su pecho mientras Madison salía del estudio. De acuerdo, 74
McGregor, contrólate o será una noche muy larga.

₪₪₪₪₪

Veinte minutos después, las dos mujeres regresaban a la ciudad, Fémur sentado en la
parte de atrás, con la cabeza estirada sobre el asiento, sonriendo. Madison estaba girada
en el asiento acariciando la cabeza del labrador mientras le contaba a Logan la historia de
su encuentro con Fémur y los meses siguientes de recuperación que el perro había
soportado.

—No puedo creer que esté tan feliz después de pasar por todo ese dolor cuando era
un cachorro.

Mirándolos, era evidente que su devoción mutua era eterna.

—Tal vez tenerte para ayudarlo a superarlo es lo que le dio una perspectiva tan buena
de la vida. ¿Alguna vez has pensado en eso?
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Después de detenerse para comprar comida china para llevar, Logan giró hacia la
Avenida Trenton, en el borde del vecindario de Forest Hills, y miró a la mujer que estaba
a su lado.

»Umm, mi casa no es tan... ummm, bonita como la tuya, pero es cálida. —Por alguna
razón, para Logan era importante que la mujer a su lado se sintiera cómoda en su casa.
¿Por qué? Después de esta noche, nunca volverá. ¿Qué importa si le gusta o no?

—¿Qué? —Saliendo de sus cavilaciones, Logan se volvió hacia Madison—. Lo


siento, estaba pensando en otra cosa. ¿Qué has dicho?

Riéndose de la cara nerviosa de la detective, Madison se repitió a sí misma.

—He dicho, tu casa es encantadora. —Sonriendo al rostro aliviado de su compañera,


levantó una ceja en una mirada inquisitiva—. En realidad, te hacia como uno de los tipos
de apartamento cerca del campus.

Todavía sentada en la camioneta, Logan se estiró y distraídamente rascó la oreja de


Fémur.
75
—No, yo no. Me gusta demasiado mi privacidad. —Mirando hacia atrás, hacia la
casa de madera de color verde oscuro enclavada entre otras dos de la misma época,
suspiró—. En realidad, esto está un poco demasiado lleno para mí, pero con mi trabajo,
tengo que estar cerca de la comisaría, así que esto es lo mejor que hay. —Deslizándose
fuera de la camioneta, abrió la puerta trasera y sacó la bolsa de viaje de Madison—. Un
día, si tienes suerte, te mostraré mi cabaña en Lago Conneaut. —Caray, ¿por qué vas
allí?

Logan abrió la puerta trasera y retrocedió para que entraran Madison y Fémur.
Siguiéndola detrás, observó atentamente a la médica mientras observaba su entorno. La
nariz de Fémur se elevó en el aire y el pelaje de su espalda se erizó cuando captó el olor
del gato residente. Madison se arrodilló junto al perro agitado y le susurró palabras
tranquilizadoras al oído. Para asombro de Logan, Fémur se recostó sobre sus cuartos
traseros y se calmó de inmediato.

—¿Cómo haces eso?

Mirando a la detective, sonrió y se puso de pie.

—Supongo que son mis buenos modales con los pacientes, detective.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Logan colocó la cena en el mostrador y luego condujo a Madison a través de la casa


y por el pasillo hasta el dormitorio de invitados. Dejando su bolsa de viaje a los pies de
la cama, se dirigió hacia la puerta.

—Hay un baño justo al otro lado de esa puerta. Voy a quitarme esta ropa y luego te
veré en la cocina para cenar, ¿de acuerdo?

—Bien, no tardaré más que un minuto. —Observó cómo Logan cerraba la puerta y
luego se sentaba pesadamente en el borde de la cama. Por primera vez ese día se encontró
sola y los acontecimientos del día de repente la abrumaron. Luchando contra las lágrimas
que amenazaban con brotar, fue al baño y se lavó la cara.

Después de cambiarse de ropa, se cepilló el cabello y luego se dirigió a la cocina. Al


pasar por una puerta abierta, miró sorprendida al ver a Logan de pie en medio de la
habitación desnuda de cintura para arriba. Los ojos de Madison recorrieron los hombros
musculosos y los músculos tensos de la espalda mientras la detective se levantaba una
camiseta por la cabeza y la deslizaba por su torso. Madison rápidamente reanudó su viaje
a la cocina agradecida de que no la hubiera visto.

Cenaron en el pequeño desayunador de la cocina mientras hablaban y aprendían más 76


sobre los antecedentes de la otra. Logan se enteró de que Madison había asistido al colegio
Ellis para niñas y había sido la mejor estudiante de su clase antes de asistir a la Facultad
de Medicina de la Universidad de Pittsburgh. La médica eludió el tema de la familia
cuando Logan preguntó y sólo mencionó vagamente a un hermano, Markus, que trabajaba
como diseñador gráfico en Los Ángeles. La detective se dio cuenta de su vacilación sobre
hablar de sus padres y no siguió esa línea de la conversación, sino que se centró en temas
con los que percibió que la médica se sentía más cómoda.

Se enteraron que ambas eran ávidas fanáticas de los Pirates y asistían a tantos partidos
como les permitían sus ocupadas carreras. Logan no se sorprendió, sino que se puso verde
de envidia cuando se enteró de que Madison era titular de un abono de temporada y que
sus asientos estaban en la fila diez, justo detrás del plato.

»Bueno, si eres realmente amable conmigo, podría invitarte a un partido esta


temporada.

El resto de la noche fue sorprendentemente cómoda cuando las dos mujeres se


trasladaron al estudio después de la cena y continuaron con su conversación. Madison se
sentó en el sofá de cuero con Logan en el suelo apoyando la espalda contra el otro
extremo. Notó que Logan seguía frunciendo el ceño y estirando el cuello y, finalmente,
durante una pausa en la conversación, preguntó qué pasaba.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Nada serio. —Descartó la pregunta con un movimiento de su mano—. Sólo tengo


una torcedura en el cuello.

Antes de que Logan se diera cuenta, Madison estaba en el otro extremo del sofá, con
una pierna a cada lado de su cuerpo presionando contra sus brazos mientras manos cálidas
y fuertes tomaban sus hombros. Logan se tensó de inmediato cuando la médica comenzó
a amasar los músculos tensos y su corazón comenzó a latir entrecortadamente cuando un
cálido aliento le hizo cosquillas en la oreja.

—¿Eso se siente bien?

—Umm —Todo lo que pudo hacer fue un gemido porque en ese momento la
formación de palabras estaba más allá de la capacidad de Logan.

Al sentir la inquietud de Logan, Madison le susurró al oído:

—Puedes relajarte, detective. Soy médica... sé lo que hago. —Recostándose y


poniendo un poco de espacio entre ellas, continuó ejercitando los músculos tensos de los
hombros de la detective a través de su camiseta, recordando lo bien formados y delgados
que se veían cuando había visto a la detective en el dormitorio esa misma noche. Bueno, 77
si fueras una paciente, sabría lo que estaba haciendo. Pero tú, Logan McGregor, no eres
mi paciente y definitivamente no tengo ni idea de lo que estoy haciendo en este momento.
Madison optó por ignorar las señales de advertencia que sonaban en su cabeza y, en
cambio, continuó masajeando los nudos del cuello y la espalda de Logan. Después de un
rato, Madison comenzó a sentir que los músculos se aflojaban y los hombros de Logan se
relajaban, pero continuó hasta que sus manos comenzaron a acariciar delicadamente la
suave piel del cuello de Logan.

Logan se había perdido en el suave toque calmante y estaba muy cerca de dormirse
cuando sintió un cambio en el ritmo y presión en su piel. Su respiración se hizo más
profunda y una sensación cálida y lenta la invadió cuando se dio cuenta de que su cuerpo
estaba respondiendo de una manera muy diferente al toque de la médica. Sabía que tenía
que poner cierta distancia entre ellas antes de perder todo sentido de profesionalismo y
seducir a la médica allí mismo, en su estudio. Estirando el cuello de lado a lado, se aclaró
la garganta y se volvió lentamente hacia Madison.

—Gracias, eso realmente me ha ayudado con mi dolor de cabeza.

Madison estaba librando su propia guerra con su cuerpo y sintió la repentina pérdida
de calor cuando apartó las manos del cuello de la detective. Era demasiado consciente de
que Logan McGregor estaba sentada entre sus piernas, su brazo a solo unos centímetros
del calor palpitante. Empujándose más hacia atrás en el sofá, trató de ocultar las imágenes
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

que sabía que Logan podía ver pasar por su mente e intentó recuperar algo de control
mientras volvía a su personalidad profesional.

—De nada. Realmente deberías pensar en recibir masajes regulares. Parece que tienes
mucho estrés en el área de los hombros y el cuello.

Logan se desplegó del suelo y se puso de pie, mirando a Madison.

—¿Estás lista para ir a la cama?

—Claro, siempre que estés. —Recogió su vaso de la mesa auxiliar y caminó hacia la
cocina, lo enjuagó y lo colocó en el lavavajillas. Llamando a Fémur, siguió a Logan por
el pasillo hasta que llegaron al dormitorio de la detective. Logan no se dio cuenta de lo
cerca que estaba Madison detrás de ella hasta que se dio la vuelta y se encontró cara a
cara con la otra mujer. Sintiendo el calor ahora familiar correr a través de su cuerpo,
intentó dar un paso atrás solo para ser detenida por Fémur, quien estaba sólidamente
detrás de ella. Inhalando el embriagador aroma de la doctora, Logan tuvo la irresistible
necesidad de inclinarse y capturar sus labios entre los suyos.

Sus ojos se encontraron y se sostuvieron, ambas temerosos de dar el primer paso, 78


ambas igualmente temerosas de que la otra no lo hiciera. Los ojos de Logan siguieron el
movimiento sensual de la lengua de Madison mientras se lanzaba para humedecer los
labios carnosos y deseosos y de repente su determinación se hizo añicos. Lentamente,
inclinó la cabeza, dándole a la médica todas las oportunidades para retroceder, para
mostrarle cualquier señal de que estaba sobrepasando sus límites. Al no sentir nada, su
rostro descendió lentamente y vio que los ojos de Madison se cerraban con anticipación.
El corazón de Logan latía con fuerza en su pecho, su mente daba vueltas por la emoción
a medida que se acercaba, y justo cuando sus labios rozaron los de Madison que
esperaban, se desató el infierno dentro de la casa.

Logan instintivamente empujó a Madison al suelo, cubriendo el cuerpo de la doctora


con el suyo. Pasaron varios segundos antes de que se diera cuenta de que la pelea que
estaba ocurriendo era el resultado del primer encuentro de Fémur y Clancy. Maldiciendo
por lo bajo, Logan saltó del suelo y corrió a la habitación de invitados. Clancy estaba
peligrosamente encaramado en la parte superior de la cenefa de la ventana mientras Fémur
saltaba y ladraba frenéticamente. A Logan pronto se unió a Madison, quien finalmente se
había recuperado del impacto de haber sido arrojada al suelo y sacó a Fémur de la
habitación.

Logan subió con cuidado a la cama y colocó su pie en la mesilla de noche


asegurándose de que la mesilla aguantaría su peso. Se estiró con cautela y recuperó
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

suavemente al gato asustado de la cenefa, notando que el corazón del animal latía el doble
de rápido.

—Hmmm, no eres tan terrorífico después de todo, ¿verdad, pequeño? —Acunando


al gato en sus brazos, cruzó el pasillo y lo puso en la cama, antes de cerrar la puerta y
regresar al estudio en busca de Madison y Fémur.

Al entrar en el estudio, notó que la doctora estaba de espaldas a la puerta, con la


cabeza inclinada cerca de la oreja del perro mientras susurraba. Logan observó cómo
humana y animal conversaban y una vez más se sorprendió por el efecto calmante que su
voz tenía sobre el perro.

Fémur levantó la cabeza haciendo que Madison también mirara hacia arriba. Sus ojos
se encontraron y se sostuvieron, hasta que Madison rompió la mirada y susurró algo al
oído del perro. Para sorpresa de Logan, Fémur se acercó y se sentó frente a ella
extendiendo su pata. Logan miró al perro, luego a su dueña, con una mirada confundida
en su rostro.

—Se está disculpando y quiere darte la mano.


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La comprensión amaneció y Logan se agachó para tomar la pata ofrecida, después
de lo cual fue recompensada con un auténtico lametón en la cara. Riendo, le dio unas
palmaditas en la cabeza, haciéndole saber que todo estaba bien en el mundo, antes de
volver a mirar a Madison.

—Bueno, tengo a Clancy encerrado en mi habitación. Creo que el camino está


despejado si quieres volver a intentarlo.

Por un momento, Madison pensó que Logan se estaba refiriendo al beso, pero pronto
se dio cuenta de que se estaba refiriendo a su retiro por la noche. Una vez más, se levantó
y siguió a la detective por el pasillo hasta el dormitorio. Esta vez, Logan sólo giró la
cabeza y dijo suavemente buenas noches, antes de escabullirse a su habitación y cerrar la
puerta.

En sus habitaciones separadas, cada mujer se deshizo de su ropa y se deslizó entre


las sábanas, saboreando el fresco alivio que el material brindaba al calor abrasador de su
piel. Apagando las luces, ambas mujeres se quedaron despiertas durante mucho tiempo
mirando al techo, pensando en lo que podría haber sido, si Fémur y Clancy no hubieran
elegido ese momento para presentarse.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Dándose la vuelta, Logan golpeó la almohada, maldiciendo en silencio al gato que


ronroneaba a los pies de la cama, al igual que Madison, el perro que roncaba yaciendo
acurrucado en el suelo a su lado.

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Capítulo diez

Madison se despertó con los ladridos de Fémur afuera. Luchando por abrirse camino
a través de la niebla que la había reclamado durante la noche, escuchó cómo los sonidos
de la risa se filtraban a través de la ventana. Mientras sacaba su cuerpo aún cansado de la
cama, descorrió las cortinas y miró hacia el patio trasero lleno de sol de la casa de Logan
McGregor, las comisuras de su boca se levantaron en una sonrisa. La médica observó
cómo la detective lanzaba un frisbee y Fémur lo atrapaba en el aire, todavía asombrada
de lo bien que se había recuperado el perro de su accidente.

Deslizándose en su bata, caminó por el pasillo hasta la cocina, el aroma del café
recién hecho llamó su atención, atrayéndola hacia adelante. Vio la cafetera en el
mostrador organizado y se acercó para ver una nota pulcramente escrita a mano junto a
una taza que le informaba que su anfitriona y Fémur se habían ido a dar un paseo y
81
volverían pronto. La doctora se sirvió una taza de café y otra para la detective que jugaba
afuera, pensando en lo agradable que se sentía despertar con el sonido de las risas.

Madison atravesó el solárium y salió a la terraza trasera mientras hacía malabarismos


con las dos tazas de café caliente. Mientras la doctora se apoyaba en la barandilla,
sorbiendo su café, observaba atentamente a la mujer alta y esbelta que jugaba con su
perro. Maldita sea, podría acostumbrarme a esto.

La rubia había estado parada allí durante unos minutos antes de que Logan mirara
hacia arriba y la viera.

—Buenos días. —La detective se acercó trotando, con la camiseta empapada en


sudor, cuya vista hizo que el ritmo del corazón de la doctora se acelerara.

—Buenos días. —Se inclinó para acariciar la cabeza de Fémur después de entregarle
a la mujer de cabello oscuro una taza de café recién hecho—. Hola grandulón, parece que
has hecho una nueva amiga.

La respiración de Logan quedó atrapada en su garganta mientras trataba


desesperadamente de no mirar la ligera abertura en la bata de Madison que dejaba al
descubierto la suave y completa curva de su pecho. La detective miró hacia otro lado,
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

concentrándose por un momento en la verdadera razón por la que estaban aquí, en su casa
en una hermosa mañana de sábado, antes de volverse hacia la seductora mujer.

—Lo he escuchado moverse en tu habitación cuando me he levantado. Estaba a punto


de salir a correr cuando he pensado que le gustaría ir. —Vio la mirada preocupada en los
ojos de la doctora y levantó la mano antes de que la mujer tuviera la oportunidad de
responder—. Hemos decidido dar un paseo en su lugar. No sabía si su pata ya estaba lista
para correr y no quería correr el riesgo. —Rascó al cachorro demasiado grande detrás de
la oreja—. Estábamos bien, así que dile a mamá que se relaje o nos prepararé el desayuno.
—Como si fuera una señal, Fémur miró a la rubia y soltó un aullido quejumbroso, lo que
provocó que ambas mujeres se echaran a reír.

Logan subió los escalones de la terraza y entró en la casa.

»Vamos, los dos, el desayuno los espera.

₪₪₪₪₪
82
La cirujana se duchó mientras Logan preparaba el desayuno y quedó gratamente
sorprendida por el talento culinario de su anfitriona. La detective había creado una de las
mejores tortillas que jamás había probado. Madison insistió en lavar los platos y envió a
la mujer alta y morena a la ducha, después de lo cual hicieron un corto viaje hasta el
Hospital Mercy para ver cómo estaba Susan.

Las dos mujeres se emocionaron al ver a Susan sentada en un sillón junto a la ventana
leyendo una de las revistas que le habían dejado el día anterior. Las tres mujeres charlaron
un rato antes de que la detective se disculpara para hacer un viaje rápido a la comisaría.
Quería consultar con el laboratorio sobre las pruebas que habían recogido la noche
anterior en el coche de la médica y sabía que la rubia estaría a salvo mientras ella y Susan
estuvieran en la habitación del hospital vigilada.

Treinta minutos después, la detective entró en la sala de la brigada y fue directamente


a su escritorio para revisar su bandeja de entrada. Como esperaba, las huellas dactilares
resultaron pertenecer a Madison. Hizo que varios investigadores revisaran todos los bares
y entrevistaran a los testigos y, después de hacer algunas llamadas para verificar su
progreso, se dio cuenta de que no podía hacer nada más ese día. Lo único que quería
hacer, entrevistar a los ejecutivos de Langston, todavía estaba prohibido, por lo que
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

decidió regresar al hospital. Ahora, ¿qué voy a hacer con la buena doctora por el resto
del día?

La detective estaba a medio camino de la puerta cuando decidió llamar al teniente


Beaudry antes de irse. Para su sorpresa, le dijo que a partir de esa noche se habían
asignado dos oficiales que trabajaban en turnos de doce horas para proteger a su testigo.
Logan sintió una sensación de soledad desconocida cuando colgó el teléfono, dándose
cuenta de que la noche anterior sería la única que la doctora pasaría en su casa. Bueno,
esto es de lo que te quejaste, ¿no? Luchando con sus emociones mientras caminaba hacia
la camioneta, nunca vio al hombre parado al otro lado de la calle, acechando en las
sombras de una puerta, observándola atentamente.

La detective llegó al hospital poco después de la una, donde se encontraba una médica
inquieta y hambrienta. Sonriendo al paciente, Logan negó con la cabeza y puso los ojos
en blanco.

—Es bueno que sea cirujana, no estoy segura de que ninguna otra profesión le
proporcione los medios para satisfacer ese apetito que tiene. ¿Y tú?

Disfrutando de las bromas fáciles entre su amiga y la detective, Susan se unió. 83


—Bueno, me mantiene bastante ocupada. Tenía que mantener un programa
quirúrgico regular, para que no se muriera de hambre.

La rubia se puso de pie y se deslizó en su abrigo mientras fingía irritación con las dos
mujeres que se reían.

—Sólo por eso detective, estás pagando el almuerzo.

La mirada atónita que cruzó el rostro de Logan envió lágrimas a los ojos de Susan
mientras trataba de no reírse.

—Caramba, detective, Ahora sí que la has hecho buena.

Resoplando, Madison, abrió la puerta y luego se volvió hacia la mujer todavía atónita
con un brillo en los ojos.

—Sí, y si sigues así, me alimentarás durante mucho tiempo. —La cirujana salió
rápidamente, dándose cuenta de cómo debió sonar su comentario a la mujer alta y morena
y se perdió la mirada intercambiada entre su amiga y la encantadora detective.

—Parece que es mejor que se dé prisa, detective, o la buena doctora podría escaparse.
—La mujer sonriente miró a Logan y fue testigo de varias emociones que atravesaban
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

simultáneamente el rostro de la mujer, desde una excitación tentadora hasta un terror puro
y duro.

La detective estaba a medio camino de la puerta cuando escuchó a Susan llamarla.


Mirando hacia atrás en la habitación, vio una sonrisa triste pero alentadora en el rostro de
la otra mujer mientras hablaba.

—Cuídala, ¿de acuerdo? Es muy importante para mí.

Logan sostuvo la mirada de Susan por un momento, antes de simplemente asentir y


cerrar la puerta.

₪₪₪₪₪

El día pasó más rápido de lo que cualquiera de las dos deseaba. Regresaron a la casa
para recuperar la bolsa de viaje de Fémur y Madison, y luego abandonaron la ciudad 84
abarrotada mientras conducían hacia el oeste a través del túnel Fort Pitt en la I-279.
Almorzaron en Quaker Steak and Lube, una conocida franquicia regional famosa por sus
excelentes alitas, antes de pasar el resto de la tarde conduciendo por el campo sin ningún
destino en particular en mente. Ambas mujeres disfrutaron tranquilamente de la libertad
de la ciudad y por un corto tiempo, dejaron atrás sus preocupaciones y miedos.

Eran más de las nueve cuando llegaron al camino de Madison. Al ver la patrulla de
la policía situada en el camino, la misma sensación de soledad regresó, agarrando sus
entrañas. La médica llevó a Fémur a la casa mientras Logan se acercaba para hablar con
el oficial de guardia. Se presentó al oficial y se enteró de que la mujer era una novata en
el Departamento de Policía de Bridgeville. La detective soltó un suspiro de frustración al
enterarse de la falta de experiencia de la oficial. Genial, ahora tengo que cuidar a dos
personas.

Patty Freeman era una mujer menuda, pero Logan podía decir a los oficiales que las
apariencias engañaban. El contorno de hombros y bíceps fuertes y musculosos
presionados contra la tela de su uniforme. Su rostro anguloso estaba resaltado por
pómulos altos y rodeado de cabello castaño corto y rizado con ojos a juego. La detective
sospechó que, dada la oportunidad de sonreír, las mejillas del oficial revelarían hoyuelos
gemelos para enmarcar los dientes ultra blancos perfectos. En ese momento, la oficial no
estaba de humor para sonreír mientras Logan la miraba desde el camino.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

La oficial de cabello oscuro sentada en la patrulla de la policía, devolviendo la mirada


del investigador en forma desafiante.

—Detective, puede que sea una novata, pero creo que puedo manejar un trabajo de
simple guardia. —Pasando una mano por su corto cabello castaño, la oficial se mordió el
labio tratando de decidir si debía ofrecer más comentarios. La reputación de Logan
McGregor como detective inflexible era bien conocida y su oficial superior le había
advertido que anduviera con cuidado en lo que concernía a la investigadora—. Créame,
no estoy más feliz con esta tarea de lo que usted parece estar, pero puedo hacer mi trabajo,
detective.

Las comisuras de los labios de la detective se curvaron en una media sonrisa mientras
miraba a la oficial. Recordó su propio gusto similar cuando era novata y decidió que tenía
que darle al oficial el beneficio de la duda, con la esperanza de no estar equivocada.

—Bien, vale.

La detective enfatizó la importancia de que la oficial no abandonara su puesto y la


puso al tanto de varios otros aspectos del caso. Sabiendo que estaba fuera de su
jurisdicción y que no tenía control sobre la situación, sólo podía esperar que la oficial 85
escuchara sus instrucciones. Logan quería brindar la mayor protección posible a Madison
sin limitar su libertad más de lo necesario y le indicó a la oficial que permaneciera afuera
a menos que la médica le indicara lo contrario.

Después de darle las buenas noches a la novata, se volvió hacia la casa, sintiendo los
ojos de la oficial en su espalda mientras subía los escalones. La puerta principal estaba
entreabierta y se dio cuenta de que la médica había supuesto que entraría después de
hablar con la oficial. Abriendo la puerta, gritó cuando entró en el vestíbulo y escuchó a la
mujer responderle desde arriba.

—Sólo tardaré un minuto. Hay cerveza en el refrigerador o si quieres algo más, sólo
busca.

Estaba de pie junto a la chimenea en el estudio mirando lo que creía que era un Monet
original, cuando Madison entró unos minutos más tarde. Fingiendo no darse cuenta de la
mirada de sorpresa en el rostro de la detective, se sentó en un extremo del sofá

—Realmente lo he pasado muy bien hoy, incluso bajo las circunstancias.

Sentada en el otro extremo del sofá, Logan miró fijamente a la otra mujer durante
unos segundos.
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—Yo también. —Soltando una risa avergonzada, miró hacia otro lado—. Es...
ummm, ha pasado un tiempo desde que salí y me divertí.

—Bueno, si la tensión en tus hombros y cuello anoche fuera una indicación, diría que
necesitas divertirte más a menudo. —Sentada en el sofá, Madison puso los pies en el suelo
y abrió las piernas, acariciando el borde del sofá con las manos—. Ven aquí, déjame
trabajar en tu cuello y hombros otra vez y ver si puedo eliminar un poco más ese estrés.

La detective sintió como si le acabaran de dar un puñetazo en el estómago, se le


escapó el aliento por un momento cuando sintió una oleada de calor recorrer su cuerpo.
Al ver la vacilación en los ojos de la mujer, Madison se inclinó y tomó el brazo de Logan,
acercándola más.

»Vamos, no muerdo.

Acomodándose en el suelo, Logan sintió que las piernas de Madison rozaban las
suyas y una vez más sintió el dolor inconfundible entre las suyas. ¿Tienes alguna idea de
lo que me está haciendo? Haciendo acopio de fuerza de voluntad, la tensa mujer se echó
hacia atrás y trató de relajarse mientras los fuertes y ágiles dedos de la doctora
comenzaban a hacer su magia. Cerró los ojos y se concentró en cada músculo mientras la 86
médica los persuadía con ternura para que los soltaran y pronto su cabeza se inclinó hacia
adelante, lo que le permitió a Madison acceso completo a su cuello y espalda.

La pequeña rubia podía sentir cómo se relajaban los músculos mientras atendía con
cuidado cada uno de ellos, prestando especial atención al grupo de capitis que subía por
la nuca de la detective. Una sensación placentera comenzó a calentar su propio cuerpo
mientras continuaba trabajando con sus dedos en la suave carne y cerraba sus propios
ojos, perdiéndose en las emociones que provocaba desde dentro. Inconscientemente, las
manos de la doctora se deslizaron a lo largo de la mandíbula firme, los pulgares
presionando tiernamente los músculos maseteros mientras sentía a Logan recostada y
relajada contra sus piernas.

Continuó el contacto suave mientras sus pulgares se movían a través de los pómulos
altos, las sienes ligeramente marcadas y finalmente acariciaba la frente fuerte y
poderosamente expresiva que insinuaba las emociones ocultas profundamente y
protegidas apasionadamente por la estoica detective. Madison miró el rostro de la mujer
a la que estaba empezando a considerar más que su protectora, sino una amiga. Una
amiga, que en este momento, deseaba desesperadamente besar.

Sintiendo una pausa en el tierno toque en su frente, Logan abrió los ojos para ver un
par de ojos verdes muy hermosos y extremadamente sensuales estudiándola. Su mirada
se sostuvo por un largo momento, caudales corriendo por la mente de cada una,
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contemplando los pensamientos y deseos de la otra. Renunciando a todo sentido de


control y comportamiento profesional, Logan levantó lentamente su brazo, deslizando
una mano en el cabello largo y rubio de la doctora, antes de acercar suavemente un rostro
dispuesto hacia el de ella.

La cabeza de Madison daba vueltas mientras miraba los ojos azul oscuro que miraban
a los suyos. Un gemido bajo escapó de su garganta cuando la mano de Logan se deslizó
alrededor de su cuello, y por un breve momento, su mundo se detuvo, mientras esos
mismos ojos se posaron en sus labios hasta que se encontraron en el beso más suave que
jamás había experimentado.

Logan probó el sabor de los cálidos labios ansiosos mientras el aroma del largo
cabello rubio de la mujer fluía a su alrededor como un escudo protector. Se quedó sin
aliento cuando la mano de la médica ahuecó su rostro, acercándolos más, profundizando
el beso que estaba quemando rápidamente sus almas.

Sin romper el contacto sensual, Logan se giró y se puso de rodillas entre las piernas
de Madison. Envolviendo largos y musculosos brazos alrededor de la pequeña cintura de
la otra mujer, un profundo y primitivo gemido escapó de su garganta cuando la doctora
separó suavemente sus labios con una lengua exploradora. 87
Manos temblorosas comenzaron a acariciar la espalda de Madison, descubriendo
lentamente músculos tensos pero temblorosos a medida que su respiración se hacía más
profunda y desigual. Deslizando sus manos hacia abajo, Logan acarició las caderas
pequeñas y firmes de la mujer antes de continuar con los muslos fuertes y musculosos.
Se obligó a reducir la velocidad, queriendo saborear cada segundo de este momento
sensual. Mientras su respiración aumentaba y sus corazones latían con fuerza, volvió a
tomar las caderas de Madison en sus manos y acercó a la mujer aún más, hasta que
escuchó a la médica jadear cuando la pelvis de Logan presionó su centro húmedo y
caliente.

Madison perdió todo sentido del tiempo mientras sus labios buscaban
desesperadamente refugio de su ardiente deseo. Sus lenguas bailaron sensualmente en la
exploración del terreno sedoso recién descubierto, y sintió que sus caderas se empujaban
involuntariamente hacia adelante cuando la pelvis de la detective presionó con más fuerza
entre sus piernas, mientras los brazos de la mujer se apretaban alrededor de su cuello.

El beso continuó hasta que ambas se quedaron sin aliento, su necesidad de oxígeno
superó con fuerza el deseo. Logan, aún de rodillas, con la frente presionada contra la de
Madison, respiró hondo varias veces antes de abrir los ojos y encontrar orbes verdes que
la miraban fijamente. La doctora, con el pecho subiendo y bajando en un intento
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desesperado por reponer el oxígeno en su cerebro, tomó la mejilla de la detective mientras


su pulgar acariciaba tiernamente sus labios carnosos y deliciosos.

—Guau.

Besando la frente de la mujer más pequeña, Logan una vez más miró a los ojos
verdes, oscuros por el anhelo.

—¿Sabemos lo que estamos haciendo aquí? —Antes de que las palabras salieran de
su boca, sintió que la otra mujer se tensaba.

Brazos fuertes y decididos sostuvieron a la mujer en su lugar.

»No quería decir eso de la forma en que ha sonado. —Los labios de Logan rozaron
los de Madison antes de que se echara hacia atrás, mirando seriamente a la mujer—. Sólo
necesito saber que esto es lo que quieres y no el resultado de lo que ha sucedido en las
últimas veinticuatro horas.

Madison cerró los ojos y trató de pensar, pero todo lo que podía ver detrás de sus
párpados eran los orbes intensamente azules de la detective mientras la empujaba hacia 88
abajo en ese primer beso. La doctora se recostó en los cojines del sofá, necesitaba dejar
algo de espacio entre ellas para poder pensar e inmediatamente se arrepintió de su
movimiento cuando su pelvis presionó aún más contra la de la mujer alta y morena.
Luchando contra sus deseos físicos, trató de contemplar lógicamente la pregunta de
Logan. ¿Es esto lo que quiero? Dios, sí, la deseo. ¿Es esto el resultado del ataque de
Susan? ¡Probablemente! ¿Me importa? No… sí.

Sabiendo que Logan la estaba mirando, se pasó una mano por el cabello, apartando
los largos mechones rubios de su rostro sonrojado.

—Yo... no puedo responder a eso... al menos no del todo. —Sus manos estaban
inquietas, queriendo sólo reanudar sus suaves caricias y exploraciones del cuerpo de la
otra mujer—. Tal vez… probablemente… yo… oh diablos, Logan, no lo sé. —
Alcanzando la mejilla de la mujer en su mano, sonrió y se inclinó, rozando sus labios con
ternura sobre los de la otra mujer—. Sé que me atraes mucho. —Poniendo los ojos en
blanco, le devolvió la sonrisa a los orbes azules que de repente se habían relajado un
poco—. A pesar de que he tratado de obligarlo a desaparecer.

Logan soltó una risita y se sentó al sofá al lado de Madison.

—Bueno, doctora, tal vez entonces deberíamos reducir un poco la velocidad de este
tren fuera de control. —Estirándose, levantó ligeramente la barbilla de la mujer con los
dedos y miró profundamente a los ojos verdes entrecerrados—. Lo sé, siento la misma
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atracción que sentí desde la primera vez que te vi en calle Smallman. —Inclinando la
cabeza para asegurarse de que la rubia pudiera ver su rostro, continuó—. Sé que no quiero
que hagas nada de lo que te arrepientas mañana o la próxima semana. —Se inclinó hacia
adelante y besó suavemente la frente de la doctora—. ¿Por qué no lo tomamos un día a la
vez y vemos qué sucede? ¿De acuerdo?

Sonriendo, Madison asintió con la cabeza, pensando que Logan en realidad le estaba
dando una salida fácil de una situación potencialmente embarazosa.

—Me gustaría.

Ambas mujeres se recostaron en el sofá, aliviadas de haber accedido a explorar más


a fondo sus sentimientos recién expuestos. Después de un rato, Logan se levantó
nerviosamente y le tendió la mano a Madison.

—¿Me acompañas a la puerta?

Tomando la mano de la detective, Madison se dejó llevar a los brazos de la mujer


nuevamente para darle otro tierno beso. Cuando llegaron al vestíbulo delantero, Logan se
dio la vuelta y, envolviendo sus largos brazos alrededor de la cintura de la otra mujer, 89
bajó sus labios a unos cálidos y expectantes. Ambas se sorprendieron por la rapidez con
la que el beso se profundizó mientras su respiración se aceleraba una vez más. Con pesar
apartó sus labios, la detective besó la mejilla de la mujer más pequeña, suspiró en su oído,
le dio las buenas noches y salió rápidamente de la casa.

Cerrando la puerta detrás de la detective, Madison se quedó allí en el vestíbulo de


dos pisos, con la espalda contra la puerta, y escuchó cómo el sonido de la camioneta de
Logan se desvanecía en la oscuridad, antes de subir lentamente las escaleras hacia lo que
sabía que sería una larga noche de insomnio.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Capítulo once

La mañana fue una amiga bienvenida para Logan cuando la luz del sol finalmente
comenzó a asomarse por el horizonte. Sus noches durante el último año habían sido
difíciles de soportar, pero esta última había resultado ser aún más inquietante para la
estoica detective. Había regresado a la casa vacía y, en lugar de irse a la cama, se había
sentado en una vieja y cómoda tumbona en el solárium el resto de la noche, repasando las
últimas horas que había pasado con la médica.

La tarde que habían pasado vagando por el campo había sido el día más relajante que
había pasado en mucho tiempo y sabía sin lugar a dudas que la pequeña rubia era la razón.
Lo que Logan no podía entender era qué iba a hacer con los sentimientos que se agitaban
dentro de su alma. Incorporando su largo cuerpo de la cálida tumbona, la detective se
puso de pie y se estiró, las vértebras de su espalda crujieron cuando se deslizaron en su
90
lugar. Caminando hacia la cocina, la mujer cansada preparó una taza de café recién hecho
y abrió una lata de comida para Clancy, antes de ir al baño a ducharse.

Veinte minutos después, mientras estaba sentada en la barra de la cocina, leyendo la


edición matutina del Pitts Post-Gazette y disfrutando tranquilamente de su segunda taza
de café, el estridente timbre del teléfono perturbó el pacífico silencio de la casa. La
detective se quedó mirando el teléfono durante dos timbres más antes de contestar;
esperaba pasar el día tranquilo en su casa, lejos de los demonios de la noche y de las
realidades del día.

Logan dejó caer el periódico molesta y prácticamente arrebató el teléfono de la pared,


su voz no dejó ninguna duda a la persona que llamaba de que la interrupción no era
bienvenida.

—McGregor.

—¿Logan? —La voz vacilante, casi un susurro, sacó a la detective de su mal humor
y trajo una sonrisa brillante a su rostro.

—Buenos días —La brusquedad desapareció repentinamente, reemplazada por lo


que de otro modo consideraría en otros como un tono cursi—. ¿Has dormido bien?
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Madison podía sentir la misma calidez de la noche anterior regresar a acariciar su


cuerpo.

—Bueno, he dormido mejor, pero... ahhh, sí, supongo que ha estado bien.

Logan pudo sentir la vacilación en la voz de Madison. Sin estar segura de cómo
debería responder, decidió mantener la conversación en territorio seguro.

—¿Cómo ha funcionado la oficial Freeman? ¿Has tenido algún problema?

—Umm, sí, quiero decir que estaba bien, y no, no ha habido ningún problema. —
Sintiendo una distancia en el comportamiento de la detective, Madison no estaba segura
de si debería hacer la siguiente serie de preguntas, pero decidió seguir adelante de todos
modos—. Sabes, me preguntaba si querías... quiero decir, si no ibas a hacer nada hoy, si
te gustaría dar un paseo hasta Midland conmigo. Es un día tan inusualmente cálido y,
bueno, tengo un par de caballos en un establo allá arriba y… umm, ya sé que dijiste el
otro día que te gustaba montar, y verás si saco uno tengo un caballo…taaan celoso entre
manos. —Madison sabía que estaba tartamudeando y balbuceando como una niña
enferma de amor, pero no podía formar las palabras correctamente. Por suerte para ella,
Logan la ayudó. 91
—Sí, eso suena como una gran idea, me encanta montar. —De repente, encerrarse en
la casa era lo más alejado de la mente de Logan. Una sonrisa apareció en su rostro y en
su voz mientras contemplaba pasar otro día en compañía de una doctora muy atractiva—
. Entonces, doctora, ¿cuántos otros placeres ocultos albergas? —Caray, McGregor, eso
ha sido suave, muy suave, tonta.

El estado de ánimo de Madison comenzó a mejorar considerablemente mientras


escuchaba las bromas de Logan. Incapaz de resistir la tentación, agregó en voz baja:

—Bueno, ahora tendrás que quedarte y averiguarlo, ¿verdad, detective? ¿Por qué no
te recojo alrededor de las once?

El corazón de la detective dio un vuelco ante el sonido de la voz sensual, y luego


frunció el ceño en su frente mientras consideraba la posibilidad de que la doctora entrara
a la ciudad sin escolta.

—Te haré una mejor oferta. ¿Por qué no te recojo a las once? Conozco un gran café
pequeño a las afueras de la ciudad donde podemos almorzar.

A punto de protestar por el inconveniente del viaje, abrió la boca para protestar y
luego se detuvo, dándose cuenta de lo que la detective estaba tratando de lograr con su
oferta.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Está bien, pero con una condición, el almuerzo corre por mi cuenta.

La doctora pudo escuchar la risa tranquila del otro lado de la línea, sabiendo que la
detective estaba gratamente sorprendida por su oferta.

—Por fin. Estaba empezando a pensar que iba a tener que pedir una segunda hipoteca
para mantenerte alimentada, mujer.

Su conversación continuó con la réplica fácil durante unos minutos más, ninguna
mujer quería terminar la conversación. Necesitando finalmente terminar de vestirse,
Logan terminó la llamada y se dirigió a la habitación, su paso era mucho más ligero y
confiado que antes en la mañana.

₪₪₪₪₪

La doctora se enorgullecía de sus cualidades obsesivas; siempre asegurándose de que 92


su apariencia fuera apropiada para la ocasión. Normalmente habría sabido exactamente
qué ponerse para salir a montar a caballo por la tarde, sin embargo, después de treinta
minutos de cambiarse de un atuendo a otro, se sintió frustrada y se volvió irritable. ¿Qué
importa? Después de lo de anoche, estoy segura de que no quiere nada más que amistad.
Decidiendo finalmente el atuendo que se había puesto primero, Madison estaba bajando
la escalera curva hacia el piso principal, cuando sonó el timbre. Mirando su reloj, sonrió
al observar que eran exactamente las once. ¿Por qué eso no me sorprende? La policía
perfeccionista con la sincronización perfecta, ¿qué más puedo pedir?

Al abrir la puerta, Madison se quedó gratamente sorprendida de ver a la detective con


un par de jeans azules desgastados que le quedaban bien y una camisa azul oscuro que
contrastaba con sus ojos y hacía que su color fuera aún más vibrante de lo habitual. Los
ojos de la médica examinaron lentamente el cuerpo de Logan, comenzando por los Doc
Martens en los pies de la mujer alta, ascendiendo lentamente hasta las delgadas caderas,
que evolucionaron hasta convertirse en una cintura aún más pequeña y luego se abrieron
en un torso fuerte y musculoso y hombros anchos.

Sabía que estaba haciendo el ridículo, pero no podía apartar los ojos del sensual
examen. Sus ojos siguieron los hombros de Logan hacia adentro hasta que sus clavículas
dieron paso a un cuello deliciosamente apetitoso, una mandíbula fuerte y una barbilla. El
codicioso viaje se detuvo momentáneamente cuando Madison se concentró en los labios
suaves y carnosos que habían capturado los suyos sólo unas horas antes, y finalmente
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

continuó para encontrarse con unos ojos azul oscuro que interrogaban en silencio,
acentuados con una sola ceja levantada.

—Doctora, ¿estoy presentable? —La sonrisa burlona que se extendió por el rostro de
Logan hizo que la pregunta gruñona fuera ineficaz mientras observaba el rostro de la
mujer enrojecerse.

—Ejem, umm, sí, muy... quiero decir, se ve bien, detective. Adelante. —Madison se
apartó de la puerta, permitiendo que la mujer entrara y no pudo evitar notar lo bien que
los ceñidos jeans se ajustaban a las nalgas pequeñas y firmes de Logan—. Yo... ummm,
estoy casi lista. ¿Por qué no te sientas y yo... ahhh, sólo recojo mis cosas?

Logan entró en el estudio y mientras observaba el sofá, una avalancha de recuerdos


de la noche anterior pasaron por su cabeza. Todavía estaba de pie en la puerta unos
momentos después, reviviendo el tierno momento que habían compartido, cuando
Madison se acercó por detrás y habló.

—Detective, ¿tiene miedo de volver a la escena del crimen?

La mujer sorprendida se giró y se encontró frente a Madison, el aroma de su perfume 93


estaba causando estragos en sus sentidos. Inclinándose más cerca, Logan miró
profundamente a los interrogantes ojos verdes.

—¿Miedo? En absoluto, doctora. Sólo estaba saboreando el momento. —Se miraron


a los ojos, sin querer ni poder romper el hechizo, luego, en un momento de pura necesidad
desenfrenada, la detective inclinó la cabeza más cerca y capturó los labios cálidos e
incitantes.

Los brazos de Madison rodearon el esbelto cuello de la detective y sus dedos se


entrelazaron con el cabello oscuro y sedoso mientras acercaba a la mujer más alta,
separando los labios para aceptar la cálida lengua que buscaba con avidez la de ella. Las
respiraciones se hicieron irregulares y los latidos del corazón se aceleraron, mientras lo
que comenzó como un beso pausado se volvió anhelante y necesitado de lujuria.

Las manos de Logan rodearon la cintura de la rubia y bajaron para ahuecar las
pequeñas caderas de la doctora, acercando a la mujer a ella, escuchando un gemido bajo
escapar de la garganta de Madison. Sabiendo que el beso se estaba convirtiendo
rápidamente en más de lo que cualquiera necesitaba, rompió el beso, sus labios ya dolían
y tenían hambre de más.

»Bueno, doctora, si no nos ponemos en marcha, esos dos hijos tuyos no nos verán
hoy.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Soltando un suspiro de frustración, Madison asintió, sabiendo que tenía que mantener
las cosas con calma con esta misteriosa mujer.

—Umm, sí, tienes razón. No podemos hacer esperar a Steeler y Mercy, ¿verdad? —
Cerrando los ojos, la doctora inconscientemente lamió sus labios y luego mordió
suavemente la carne tierna y cálida, deleitándose con los restos del beso apasionado antes
de girarse y recoger las llaves de la mesa—. Vamos a almorzar, me muero de hambre.

₪₪₪₪₪

Madison invitó a la detective a almorzar en Josephine’s en Midland, a unos sesenta


y cinco kilómetros al noroeste de Bridgeville, luego viajaron a Horse Around Stables, en
las afueras de la ciudad. La vista era impresionante después de salir de la carretera y
despejar los árboles mientras la espesa alfombra verde de pasto se extendía ante ellos.

—Esto es hermoso. —Mirando por la ventana, Logan no podía ver nada más que un 94
amplio espacio abierto mientras los caballos corrían por la extensión verde, disfrutando
de la libertad y la seguridad de su hogar.

Condujo el Pathfinder más abajo por el largo y sinuoso camino a través de los pastos
hasta que llegaron a los establos. Los edificios parecían sacados de una pintura clásica de
Norman Rockwell, con pintorescos establos y campos abiertos. Mientras bajaban del
coche, Logan inhaló las primeras bocanadas del aire más fresco que había olido en mucho
tiempo, los sutiles aromas de la hierba, la madera y el heno llenaron sus sentidos.

Al entrar en los establos, Madison instantáneamente escuchó a Mercy resoplar,


mientras el olor de su dueña llegaba a las fosas nasales, estalló de emoción. Sonriendo, la
doctora corrió hacia el majestuoso caballo, envolviendo sus brazos alrededor de su cuello.

—Ohh, cariño, te he extrañado. —Al escuchar a Steeler resoplar su propio saludo,


caminó rápidamente hacia el puesto adyacente y abrazó al otro animal, un poco más
grande, y lo besó en la punta de su larga nariz—. He traído compañía hoy, muchachos,
para que todos podamos salir y tener un buen paseo juntos.

Logan retrocedió, disfrutando de ver a la emocionada doctora jugar con sus dos
caballos. Estaba apoyada en un puesto cercano, sonriendo cuando Madison se volvió
hacia ella.

»Crees que estoy loca, ¿no?


CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Caminando hacia la mujer emocionada, Logan se estiró y acarició el largo cuello de


Steeler.

—Absolutamente no. Si tuviera estos dos hermosos caballos, también estaría


corriendo por el establo como una niña que se prepara para su primer paseo.

Golpeando a la detective en el brazo, Madison le gruñó el labio traviesamente a la


mujer más alta.

—Deja de burlarte de mí. Ha pasado mucho tiempo desde que he visto a mis bebés.
—Volviéndose hacia el caballo, le dio otra caricia tierna a lo largo de su cuello—. No he
visto a mis dos hijos en casi tres semanas.

Su conversación privada fue interrumpida cuando Sam, el jefe de cuadra, entró


caminando. Logan pensó que se veía como un Roy Roger3 moderno vestido con sus
chaparreras, botas y sombrero Stetson sobre su frente. Lo único que faltaba era la guitarra,
pero la detective sospechó que no estaba demasiado lejos. Madison hizo las
presentaciones y, después de unos minutos de preparación, ensillaron los caballos y las
dos mujeres cabalgaron hacia uno de los vastos pastos que componían el rancho.
95
La médica las condujo hacia el noroeste a través de los pastos abiertos, luego por un
sendero amplio y suave que se adentraba en el bosque. Observando su entorno, Logan
observó cómo Madison montaba a Mercy frente a ella, la mujer obviamente era una jinete
experimentada, a diferencia de ella. Mientras el caballo y el jinete se movían juntos en un
baile sincrónico que revelaba años de compañerismo, la silenciosa detective reflexionó
sobre su amistad que se estaba formando rápidamente. Nunca se había encariñado con
nadie como lo había hecho con la pequeña rubia, y no pudo evitar sonreír al recordar sus
primeros encuentros. Bueno, ciertamente no era del todo cálida y cariñosa entonces,
McGregor, ¿ahora era?

Los pensamientos de Logan se rompieron cuando la doctora la llamó desde adelante.

—¿Qué ha dicho?

Madison se dio la vuelta en la silla y miró a Logan con curiosidad.

—He estado hablando contigo durante cinco minutos, detective. ¿El aire fresco ha
saturado completamente su cerebro?

3 Roy Roger: fue un cantante y actor cowboy.


CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Logan se encogió de hombros y sonrió inocentemente mientras empujaba


suavemente a Steeler, instando al caballo a alcanzar a la médica y a Mercy.

—Umm, no, sólo estaba disfrutando de la vista.

Sacudiendo la cabeza, Madison se sonrió pensando que era la primera vez que veía
a la detective tan relajada.

—Bueno, sólo espera. En unos cinco minutos se van a despejar los árboles y verás
una de las razones por las que me encanta venir aquí. —Los caballos finalmente habían
adoptado un paso relajado y las dos mujeres cabalgaban una al lado de la otra,
simplemente disfrutando estar al aire libre en compañía de la otra.

Unos minutos más tarde, se despejaron los árboles y Logan casi se quedó sin aliento
cuando el paisaje a su alrededor cambió de las sombras envolventes del bosque para
revelar un hermoso lago, reflejando el entorno en el agua prístina de color azul profundo.

—Madi, esto es absolutamente impresionante.

La doctora sonrió mientras escuchaba la respuesta de Logan a su refugio especial, su 96


corazón se calentó cuando su apodo fluyó de los labios de la detective. Frenando a los
caballos, se sentaron por unos momentos a apreciar el paisaje virgen que tenían ante ellas.

»No sabía que existían lugares como este.

Madison empujó suavemente a Mercy hacia adelante y continuó hacia el borde del
lago.

—Tampoco lo sabía hasta que traje a Mercy y Steeler aquí. Me tomó más de un año
traerlos a los establos, pero ciertamente me alegro de haber esperado. A ellos les encanta
estar aquí... a mí también.

Las mujeres bajaron de los caballos y Madison desató las alforjas y se las entregó a
su acompañante. Logan no había pensado en preguntar qué había dentro de la alforja y se
sorprendió al ver que la mujer delgada y rubia había empacado una gran selección de
queso, galletas saladas y vino. Tuvo que darse la vuelta para evitar que la médica viera la
sonrisa en su rostro. Maldita sea, esa mujer puede guardar algo de comida.

Condujeron a los caballos un poco más cerca de la orilla del agua, Madison le dio a
Logan una manta y le pidió que eligiera un lugar. Luego procedió a asegurar las riendas
y quitar las sillas de montar, permitiendo que los caballos deambularan libremente, y unos
minutos más tarde se unió a la mujer sobre la manta que la detective había colocado en
un lugar soleado junto al agua.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Los caballos pastaban cerca y Logan observó cómo se alejaban.

—¿No tienes miedo de que Steeler y Mercy se vayan?

Acostada sobre la manta, Madison puso las manos debajo de la cabeza y sonrió hacia
el cielo, su cuerpo calentándose bajo la suave caricia del sol.

—No, no llegarán muy lejos. Han estado aquí muchas veces. Odio atarlos a un árbol,
supongo que a veces me siento un poco culpable por no poder pasar más tiempo con ellos,
quiero decir, reciben mucha atención de Sam, pero no es lo mismo. —La médica miró a
la detective para ver si tenía algún sentido para la mujer—. Veo que estar aquí fuera por
la tarde también es una aventura para ellos. Husmearán un rato y luego se acomodarán
para descansar, como nosotras.

Logan estiró su cuerpo alto sobre la manta frente a la pequeña rubia.

—Ya veo. Nunca lo he pensado de esa manera. ¿Es por eso que les has quitado las
sillas de montar?

Madison sonrió tímidamente a Logan, viendo que su explicación había dado en el 97


blanco.

—Sí. Quiero que ellos también disfruten de la salida. —Se puso de costado,
inclinando la cabeza para mirar a la muy relajada detective—. Entonces dime, ¿por qué
decidiste que querías ser policía?

Una risa áspera salió del pecho de Logan mientras giraba la cabeza para mirar hacia
el agua tranquila.

—Es una larga historia, pero supongo que puedes decir que no me dieron otra opción.
De alguna manera me encontró.

Las cejas de Madison se fruncieron mientras trataba de discernir el significado detrás


de las palabras de la detective.

—¿Tus padres te obligaron a ir a la academia?

Logan se giró para recostarse, metiendo las manos debajo de la cabeza.

—No, nada tan simple como eso, me temo. —Nunca le había contado la historia a
nadie, ni siquiera a Hen, y realmente no sabía por dónde empezar, ni siquiera si quería
hacerlo. Por alguna razón desconocida, sintió la imperiosa necesidad de contarle a
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Madison sobre su pasado y de repente se encontró en medio de la historia que había


cambiado su vida para siempre.

—Mi hermano fue asesinado cuando yo tenía diecisiete años y la policía de mi ciudad
natal no hizo mucho para investigar su muerte.

Madison estaba escuchando en silencio, decidiendo no hacerle ninguna pregunta a la


vacilante mujer por temor a que se callara y volviera a su actitud estoica habitual. Logan
miró a la rubia y vio la mirada abiertamente curiosa.

—Mi familia no estaba muy bien económicamente, diablos, ni siquiera podíamos


pagar nuestras cuentas la mayor parte del tiempo. El único trabajo que hacia mi padre
sólo le daba para comprar su próxima botella de whisky escocés. —Mirando a la doctora,
soltó un suspiro frustrante—. Esto no es realmente muy interesante, ¿sabes? ¿No hay algo
mejor de lo que podamos hablar?

El dolor y la ira que Logan sentía hacia su padre eran casi palpables y Madison supo
por el comportamiento de la mujer que estaba avergonzada por su pasado. La doctora
sabía, más que probablemente, que la detective no le había contado esta historia a muchas
otras personas y también sabía cómo una buena purga emocional podía hacer que uno se 98
sintiera limpio, así que sonriéndole a la otra mujer, negó con la cabeza.

—No, demasiado tarde, ya has captado toda mi atención.

Logan se incorporó, con el rostro vuelto, proporcionando una barrera suficiente para
que Madison no pudiera ver el dolor grabado en su frente.

—De todos modos, mi madre tenía tres trabajos, tratando de mantener a mi hermano
y a mí alimentados y vestidos. Richard, mi hermano, era cuatro años mayor que yo. Él y
mi padre discutían todo el tiempo debido a la bebida de papá, la falta de trabajo. Y la
forma en que trataba a mi mamá. —Tomando una respiración profunda, se concentró en
calmar la ira que rugía en sus entrañas antes de continuar—. Bueno, mamá tenía que
operarse y como no podíamos pagar el seguro, el médico se negaron a operar hasta que
tuviéramos el dinero para pagarlo. Richard tenía una beca académica completa en la
Universidad de Kentucky y cuando eso sucedió, dejó la universidad y consiguió un
trabajo en una tienda de comestibles local para ayudar a recaudar dinero.

Madison interrumpió por primera vez desde que Logan comenzó a contar su historia.

—¿El hospital no le permitiría hacer pagos a plazos?

Logan resopló con un gruñido áspero.


CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—No. Vivíamos en un pueblo relativamente pequeño a las afueras de Lexington y


todos los médicos del área conocían a mi mamá. También sabían que ella era el único
sostén de la familia. Supongo que pensaron que, si ella estaba incapacitada, nadie podría
hacer ninguno de los pagos. Debes recordar que esto fue hace un tiempo, antes de que el
gobierno exigiera que los hospitales proporcionaran cierta cantidad de atención a los
indigentes.

Madison asintió, sabiendo que hoy su madre podría o al menos debería poder recibir
la atención que necesitaba. Observó cómo la mano de Logan acariciaba el cabello oscuro
y sedoso, apartando algunos mechones sueltos de su rostro.

—Sigue.

—Bueno, de todos modos, Richard había estado trabajando en turnos de doce horas
durante casi tres meses y todavía no podía reunir el dinero. Mamá estaba empeorando día
a día, faltaba mucho al trabajo y las visitas regulares a la clínica estaban tomando casi
todo Richard ganaba. —Logan rezaba para que la doctora no pudiera ver su rostro o las
lágrimas que comenzaron a formarse en sus ojos ante el doloroso recuerdo—. Fue una
batalla cuesta arriba interminable y creo que mamá y Richard finalmente se dieron cuenta
de que el tiempo se estaba acabando. En su última visita al médico, descubrieron que el 99
tumor que tenía en el ovario era maligno.

Pasando una mano por su cabello, Logan trató disimuladamente de limpiar las
lágrimas de sus ojos.

»Una noche, mamá se puso muy enferma, así que llamé a la tienda de comestibles
para que Richard volviera a casa y descubrí que ya no trabajaba allí, había renunciado
tres semanas antes. Su jefe no sabía a dónde había ido después de renunciar y simplemente
y supuso que Richard había vuelto a la universidad.

La doctora se incorporó, acercándose más a la detective, colocando una mano en su


hombro para apoyarla. Necesitaba, de alguna manera, hacerle saber a Logan que estaba
allí, escuchando, no juzgando, pero apoyándola a través del dolor.

Inclinándose hacia el suave toque, se arriesgó a mirar a Madison a los ojos. Lo que
vio no fue lástima ni asco, sino comprensión y compasión.

»Cuando Richard llegó tarde a casa esa noche, lo confronté con lo que había
averiguado. Discutimos y finalmente me dijo que estaba traficando con drogas para un
traficante local con el fin de obtener el dinero para la cirugía de mamá. Me hizo prometer
que no lo diría y él prometió que en cuanto mamá estuviera mejor volvería a la universidad
y seguiría con su vida.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Mientras Logan miraba hacia el agua, recordando esa noche y las semanas que
siguieron, una lágrima surcó su rostro anguloso.

»Tres noches después, le dispararon a Richard en lo que se determinó que era un


negocio de drogas malo. Aunque los policías locales fingieron investigar, no pusieron
demasiado esfuerzo, pensando que un narcotraficante más muerto era mejor que uno más
vivo.

Madison dejó caer su mano sobre el regazo de Logan y tomó la mano de la otra mujer
entre las suyas.

—¿Quieres decir que simplemente lo dejaron pasar y no hicieron absolutamente


nada?

Asintiendo, Logan soltó un suspiro reprimido.

—Sí, lo hicieron. Pasaron las semanas y nunca pasó nada, no hubo arrestos, nada, así
que decidí comenzar a investigar un poco por mi cuenta. Fui al traficante para el que
trabajaba Richard y le pedí un trabajo. Él sabía lo desesperados que estábamos por
conseguir el dinero para mamá, así que me lo dio... el trabajo. Después de un par de meses, 100
tenía el dinero y comenzaba a obtener algunas respuestas. Una pandilla rival fue la
responsable por la muerte de Richard, en un intento de poner fuera del negocio al
traficante para el que trabajaba. El día que operaron a mamá, fui a la policía local y les
dije lo que había estado haciendo y les di el nombre del tipo responsable y todo lo que
hicieron fue reírse y amenazar con arrestarme en el proceso.

El rostro de Madison revelaba la conmoción que sentía.

—¿Estás bromeando verdad?

—Ojalá lo estuviera, pero no, todavía se negaron a hacer nada al respecto. Supongo
que la suerte estaba conmigo, cuando estaba en el hospital, sentada en la sala de espera
este tipo grande y corpulento entró y se sentó frente a mí. Empezamos a hablar, descubrí
que era un reportero que trabajaba para el periódico en Lexington, y él estaba allí para la
cirugía de su padre. Pasamos tres días hablando y conociéndonos y finalmente le conté lo
que sabía sobre la muerte de Richard.

Sonriendo, Logan negó con la cabeza al recordar a Jack Silverstein.

»Él tampoco podía creer que no se estaba haciendo nada al respecto y, por primera
vez, pensé que podría haber esperanza, pero un par de días después se había ido y yo
estaba de vuelta en el punto de partida. Finalmente pude traer mamá a casa y luego, una
vez que pudo cuidar de sí misma, salí y encontré otro trabajo.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Madison pasó su pulgar suavemente sobre la mano suave que sostenía la suya con
fuerza mientras pensaba en todo el dolor que había vivido la detective.

—Supongo que tu padre no fue de ayuda entonces.

La ira que incluso ella no se dio cuenta de que todavía albergaba salió de su boca.

—Mi padre era un imbécil al que solo le importaba una cosa, su próximo trago. No,
no ayudó en absoluto y continuó sentado en esa jodida silla todos los días bebiendo y
fumando. La única vez que escuchamos una palabra de él era cuando se quedaba sin
cigarrillos ni alcohol.

Tomando una respiración profunda, trató de calmar su ira y miró hacia Madison,
todavía sin creer que la mujer no estaba retrocediendo en estado de shock y disgusto.

»Alrededor de un mes después, este policía entró al local de comida rápida en el que
estaba trabajando y preguntó por mí. Sabía que habían decidido venir a arrestarme por lo
que les había dicho antes, pero en cambio, este policía era en realidad el jefe.

Una sonrisa brilló en el rostro de la detective mientras recordaba con cariño el evento. 101
»Supuestamente, mi amigo del periódico había comenzado a husmear y descubrió
que lo que le dije era cierto. Llamó al jefe de policía y amenazó con exponer toda la
historia si no se hacía algo al respecto. El jefe estaba allí, no para arrestarme sino para
pedirme una declaración oficial. Parece que nadie se molestó en contarle mi historia, o
eso dijo. De todos modos, finalmente arrestaron al tipo que mató a Richard y ahora está
cumpliendo cadena perpetua en el norte del estado.

Sentada en silencio, Madison sabía en su interior que la historia aún no estaba


completa y acarició suavemente la mano de la detective, haciéndole saber en silencio que
estaba allí cuando Logan estaba listo para continuar.

»Unos meses después, mamá volvió a enfermarse gravemente y descubrimos que la


cirugía para extirpar el tumor llegó demasiado tarde. Murió unas semanas después.

La mujer exhausta levantó la mano, secándose las lágrimas que ya no podía detener
mientras se deslizaban por sus mejillas.

»Después del funeral me fui a casa, empaqué lo que pude llevar en mi mochila y me
fui. No había forma de que me quedara en ese infierno con ese borracho, así que me dirigí
a Lexington. Cuando llegué allí, viví fuera en las calles durante un tiempo hasta que un
día estaba caminando por el centro y vi a Jack Silverstein, el reportero del hospital.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

»Lo detuve y empezamos a hablar. Le conté todo lo que había pasado desde ese día.
Me llevó a casa con él esa noche, me alimentó y me dio un lugar para dormir, luego me
consiguió un trabajo en la sala de correo del periódico al día siguiente. Jack y yo nos
mantuvimos en contacto y un día, mientras almorzábamos en el parque, me preguntó si
quería participar en la ronda policial con uno de los reporteros policiales del periódico.

La detective recordó ese fatídico día.

»Lo hice y no mucho después me encontré en la Academia de Policía y dos años


después, aquí en Pittsburgh. —Madison notó la pequeña sonrisa que cruzaba el rostro de
la mujer, pero permaneció en silencio, esperando que la mujer revelara sus
pensamientos—. De hecho, Jack me presentó a la única amiga real que he tenido. Su
sobrina Jennifer Phillips es la reportera de sucesos del Pitts-Post Gazette y la mayoría de
las veces es un dolor en mi trasero cuando estoy trabajando en un caso.

Levantando la barbilla de Logan con los dedos, volvió el rostro de la detective hacia
el suyo.

—No puedo creer que hayas tenido que soportar todo eso sola y me alegro de que
hayas encontrado a Jennifer para ayudarte a comenzar a reconstruir tu vida. No creo que 102
hubiera tenido la fuerza para hacerlo.

Usando su pulgar, Madison limpió una lágrima que se había deslizado por la cara de
la detective.

»Sé que probablemente pensabas que tu historia me disgustaría, pero te equivocas.


Lamento lo que tuviste que pasar, pero también estoy asombrada por tu determinación y
fuerza. Deberías estar orgullosa de ti misma Logan, orgullosa de que superaste las
dificultades y resultaste ser una buena policía. —Sonriendo a los profundos ojos azules
que le devolvían la mirada, se inclinó y depositó suavemente un beso en los labios de la
mujer, saboreando la sal de sus lágrimas—. Sé que estoy muy orgullosa de ti. Gracias por
contarme tu historia, sé que ha sido difícil.

Una sonrisa triste se dibujó en el rostro de la detective mientras miraba a la doctora.

—Sólo desearía que mi madre supiera que escapé de ese infierno. Creo que eso le
preocupaba más que cualquier otra cosa.

Atrayendo a Logan a sus brazos, Madison la abrazó y pudo sentir que la tensión
abandonaba los hombros de la detective.

—Oh, creo que tu mamá lo sabe y creo que también está muy orgullosa de ti.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Madison se recostó sobre la manta, tirando de la mujer mentalmente agotada con ella.
Se quedaron allí abrazadas durante un largo rato, cada una perdida en sus pensamientos
hasta que el estómago de la doctora soltó un fuerte gruñido. Con una risa, Logan levantó
la cabeza y miró el estómago plano y musculoso de la rubia.

—Creo que debemos alimentar a la bestia pronto, o es posible que no sobrevivamos


el resto del día.

En un intento por ocultar su vergüenza, Madison se arrastró hacia la bolsa y sacó una
botella de vino y algunas galletas. Le arrojó la botella a Logan y sacó vasos de plástico
de la bolsa, colocándolos sobre la manta. La detective sirvió el vino y, mientras le pasaba
el vaso a su acompañante, sus miradas se encontraron y se sostuvieron.

»Gracias. —Era una palabra simple pero que decía mucho.

Levantando su vaso, Madison le sonrió al detective.

—Por un nuevo comienzo. —Tocando los vasos, bebieron del vino dulce, cada una
preguntándose exactamente a dónde las llevaría este nuevo comienzo.
103
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Capítulo doce

El resto del día lo pasaron tranquilamente hablando de sus vidas y trabajos. La


detective tenía curiosidad acerca de la familia de Madison, pero no insistió en el tema
cuando vio una mirada melancólica en el rostro de la doctora cuando le preguntó por sus
padres. Logan tomó las vagas respuestas con calma y decidió que ya había habido
suficientes conversaciones pesadas por un día.

Habían caminado alrededor del lago, a lo largo de la orilla del agua y estaban
empacando para irse cuando Logan notó que las nubes oscuras se acercaban desde el oeste
trayendo consigo un viento helado.

—Parece que será mejor que nos apresuremos, esas nubes no se ven muy amigables. 104
Siguiendo la línea de visión de Logan hacia el cielo, Madison frunció el ceño.

—Debería haber sabido que este clima agradable no duraría. ⸻Se dio la vuelta, soltó
un silbido agudo y observó cómo Steeler y Mercy se acercaban al trote.

—Realmente tienes bien entrenados a esos muchachos. Nunca hubiera creído que
podrías dejarlos vagar libremente y no tener miedo de que se alejen, y mucho menos hacer
que vengan cuando los llames. —Levantando la silla, Logan la colocó suavemente sobre
el lomo de Steeler y comenzó a atar las correas, mientras Madison hacía lo mismo con
Mercy.

—Los caballos son animales muy inteligentes, pero Steeler y Mercy son especiales
y saben que los quieren y cuidan, así que muestran su aprecio siendo leales y dignos de
confianza. —Madison se levantó y acarició el cuello de Mercy con la cara—. ¿No lo eres
niña?

Mirando a Madison, Logan ladeó la cabeza, su curiosidad sacando lo mejor de ella.

—Está bien, lo entiendo. ¿Qué tienen de especial estos dos, aparte del hecho de que
los malcrías?

Riendo, Madison montó a Mercy y esperó a que Logan la siguiera.


CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Los mimo, pero se lo merecen. Los obtuve de una organización de rescate de


caballos. Los sacaron de una granja en Montana después de que los encontraron
golpeados y medio muertos de hambre. Los habían alimentado con heno mohoso y habían
estado severamente abandonados la mayor parte de sus jóvenes vidas. Mercy estaba casi
muerta cuando la encontraron y Steeler no se quedaba atrás. Cuando me enteré de ellos a
través de un amigo, simplemente no pude resistirme, así que los tomé a ambos.

Logan miró a los animales con atención y, por primera vez, notó las finas cicatrices
que surcaban aleatoriamente sus costados.

—Has hecho un gran trabajo para mantenerlos saludables. Nunca hubiera sabido su
historia si no me hubieras dicho, ¿cuánto tiempo los tienes?

Mientras cabalgaban de regreso a los establos, Madison se inclinó y acarició


tiernamente el cuello de Mercy, arrullando a su amiga cuando Mercy relinchó en
respuesta a sus afectos.

—Los tengo desde casi tres años. Ambos tenían alrededor de un año cuando los
obtuve. —Se rio, recordando la mañana en que tomó posesión de los caballos—. Vivía
en la ciudad en ese momento, y tenía que encontrar un lugar donde poder guardarlos, así 105
que alquilé una pequeña granja en ruinas a unos ocho kilómetros de donde vivo ahora. La
casa estaba prácticamente en ruinas, pero tenía un gran granero para los niños y una gran
área cercada para hicieran ejercicio.

Miró a Logan, sin saber si debía revelar el resto de la historia. Decidió revelarlo todo
y continuó la historia triste, pero a veces divertida.

»De hecho, terminé separando una esquina del granero y lo convertí en un dormitorio.
Dios sabe que probablemente era más seguro que vivir en la casa. Me duchaba, me
cambiaba y comía la mayoría de mis comidas en el hospital. Creo que la mayoría de las
veces mis colegas pensaron que había perdido la cabeza, por supuesto, los que me
conocían bien, se lo tomaron todo con calma.

Una sonrisa iluminó el rostro de Logan mientras miraba a la mujer.

—De alguna manera me resulta difícil tener una imagen tuya viviendo en un granero,
doctora.

Sacudiendo la cabeza, Madison se rio del comentario de la detective.

—Sí, yo también a veces. Para empezar, traté de alojarlos aquí en los establos, pero
la lista de espera era larga y también requieren que sus huéspedes tengan un registro de
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

un año de buena salud, así como una variedad de vacunas y pruebas antes de su
aceptación.

La médica se acercó y le dio unas palmaditas en el cuello a Steeler, Logan notó el


amor obvio que tenía por los animales.

—Después de ocho meses de vivir en el granero, decidí que no podía soportarlo más,
así que compré la propiedad en la que ahora está mi casa y la construí. Para cuando la
casa estuvo terminada, Mercy y Steeler fueron aceptados aquí y el resto es historia.

Logan pensó en las complejas capas que componían la personalidad de su compañera.

—Supongo que después de vivir prácticamente juntos durante un año, realmente


extrañas pasar tiempo con ellos, ¿no?

Una sonrisa triste cruzó el rostro de la doctora y consideró la pregunta de Logan.

—Sí, lo hago. El tiempo que pasamos juntos fue un tiempo de crecimiento para los
dos. Necesitaban mucha atención médica y emocional y estar allí me dio la oportunidad
de darles eso. Creo que esa es una de las razones por las que respondieron tan bien, porque 106
sabían que no iba a golpearlos o abandonarlos. ⸻Mirando a la detective, inclinó la cabeza
hacia un lado y sonrió tímidamente⸻. Sabes, las personas no son los únicos seres con
sentimientos y emociones. Los animales también los tienen, aunque tampoco pueden
comunicarse con nosotros, tienen su propia forma de mostrar amor, devoción e incluso
aprecio por lo que hacemos por ellos.

Cabalgaron en silencio durante un rato disfrutando de lo que quedaba de su día, el


refugio del sendero arbolado proporcionaba una barrera contra el viento que se enfriaba
rápidamente. Estaban a algo más de un kilómetro del establo cuando Mercy de repente se
asustó y se agitó. Luchando por controlar el caballo, Mercy se encabritó y Madison salió
disparada hacia atrás, aterrizando con un ruido sordo en el duro camino de tierra. Logan
saltó del lomo de Steeler y corrió hacia la doctora, justo cuando ella intentaba sentarse.

—Oye, ¿estás bien? Quédate quieta, asegurémonos de que nada esté roto.

Mientras se arrodillaba junto a Madison, Logan miró hacia arriba y vio a Steeler
resoplando, retrocediendo más por el camino, en la dirección por la que habían venido.
Mirando hacia adelante, la detective vio la fuente de su miedo y agitación, una serpiente
de cascabel que yacía en medio del camino. En un susurro bajo, se volvió hacia la médica.

»No te muevas.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Poniéndose de pie, Logan caminó hacia Steeler, ahora a unos cinco metros de
distancia. Al llegar al caballo, le acarició suavemente el cuello mientras buscaba a tientas
la correa de la alforja. Encontrando su arma, avanzó unos metros hacia la médica, pero
antes de que pudiera acercarse más, la serpiente comenzó a deslizarse hacia la mujer
caída, que obviamente estaba a favor del viento de su lengua. En un movimiento rápido
como un rayo, levantó su revólver y disparó un tiro, golpeando a la serpiente en la cabeza,
antes de regresar rápidamente al lado de Madison.

Madison ahora estaba sentada, haciendo una mueca cuando un dolor agudo le abrasó
la cadera.

—Ve a ver lo de los caballos, estoy bien, pero ellos no saben lo que está pasando.

Al ver que Madison estaba relativamente ilesa, Logan regresó con los animales y
comenzó a acariciarlos en el cuello, susurrando palabras tranquilizadoras y asegurándoles
que estaban a salvo. Pronto se calmaron bajo su suave toque y ella comenzó a caminar de
regreso hacia su dueña, ahora sentada en el suelo observándola atentamente.

Madison estaba asombrada de lo rápido que la detective había podido calmar a Mercy
y Steeler y ver cómo Logan regresaba con los caballos. 107
»Eres buena con ellos, confían en ti.

Logan miró fijamente a los caballos.

—Bueno, supongo que siempre me he llevado mejor con los animales que con las
personas. —La detective le tendió una mano a Madison para que la agarrara y, una vez
que se puso de pie y se convenció de que no había nada roto, volvieron a montar en los
caballos y reanudaron su viaje. Las mujeres apenas habían recorrido una corta distancia
cuando el sonido de los cascos al galope rompió el silencio del bosque y, segundos
después, la médica vio a Sam corriendo hacia ellas.

Sam tiró de las riendas de su caballo y redujo la velocidad al acercarse a las dos
mujeres.

—He oído disparos. ¿Están bien?

Asintiendo, Madison miró hacia Logan, luego de nuevo al curtido jefe del establo.

—Sí, Sam, estamos bien. —Inclinando la cabeza hacia su compañera, le guiñó un ojo
al hombre preocupado—. Parece que había una cascabel errante en el camino mientras
viajábamos y asustó a Mercy. La detective McGregor se encargó de todo. Créeme, tiene
muy buena puntería. No creo que tengas que preocuparte por eso de nuevo.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

El jefe de cuadra le dirigió a Logan una larga mirada estudiosa y luego sonrió.

—Parece extraño que haya una serpiente de cascabel durante esta época del año. —
Rascándose la cabeza, miró de un lado a otro entre las dos mujeres. Al darse cuenta de
que su ayuda no era necesaria, el vaquero colocó el Stetson sobre su cabeza y asintió hacia
las dos mujeres—. Bueno, mientras estés bien, seguiré mi camino. ⸻Sacudiéndose el
sombrero, dio media vuelta y se dirigió de nuevo en dirección a los establos.

—Nos vemos en unos minutos Sam, y gracias. —Madison se echó a reír mientras
observaba la espalda del jefe de cuadra en retirada y luego se volvió hacia su compañera—
. Creo que has herido sus sentimientos.

Con una sonrisa en su rostro, Logan levantó las manos en el aire.

—¿Qué? ¿Qué he hecho?

Riendo, empujó a Mercy hacia adelante antes de mirar por encima del hombro a
Logan, todavía sentada en Steeler con una mirada confundida en su rostro.

—Estoy pensando que el viejo Sam estaba corriendo al rescate y le has tomado la 108
delantera, detective.

Poniendo los ojos en blanco, Logan trotó con Steeler junto a Mercy.

—Sí, bueno, no recuerdo haberte visto demasiado preocupada por los sentimientos
de Sam mientras estaba sentada sobre su trasero en medio del camino, doctora.

Madison reprimió la sonrisa que amenazaba con apoderarse de su rostro. Estaba


disfrutando bromear con la detective y de repente se dio cuenta de lo divertido que había
sido este fin de semana. Cuando doblaron la última curva y los establos quedaron a la
vista, una sensación de vacío comenzó a envolver su estado de ánimo, sabiendo que su
día con la seductora mujer pronto llegaría a su fin.

Después de quitarles las sillas de montar y las mantas, las mujeres empezaron a
cepillar a los caballos. Incluso ante las objeciones de Sam, esta tarea era una que nunca
dejaba que los mozos de cuadra realizaran, prefiriendo hacerlo ella misma. Para Madison
era su forma de agradecer a los animales y reforzar su amor por ellos. También le dio la
oportunidad de pasar un poco más de tiempo tocándolos, adorándolos... algo que les había
faltado en sus primeros días.

Logan notó los movimientos cuidadosos de la médica y le preocupaba que la caída


hubiera causado más daño del que estaba dispuesta a admitir. Decidiendo darle un poco
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

de tiempo, la detective continuó acicalando a Steeler en silencio mientras vigilaba de


cerca a la mujer herida.

Una vez que terminaron y los caballos regresaron cómodamente al establo, Logan
salió y se paró junto auto mientras Madison susurraba adiós a los caballos y sacaba las
últimas golosinas de su bolsillo. Notó la forma tierna y afectuosa con Mercy y Steeler y
se preguntó si la misma dulzura se trasladaba a sus pacientes. Claro que lo hace. Por eso
es una de las cirujanas más solicitadas de la ciudad.

Unos minutos más tarde Madison salió cojeando del establo, y le arrojó las llaves a
Logan mientras se dirigía al lado del pasajero de la camioneta.

—¿Te importa conducir?

Cogiendo las llaves fácilmente con una mano, Logan abrió la puerta y le agarró del
brazo de la doctora mientras se acomodaba en el asiento.

—¿Estás segura de que estás bien? ¿Tenemos que ir a Mercy y hacerte unas
radiografías de tu... ummm... trasero?
109
Frunciendo el ceño a su compañera, Madison hizo una mueca mientras se acomodaba
en el asiento.

—No detective, estoy bien. Soy médica después de todo.

Cerrando la puerta, Logan rodeó el vehículo y se subió al asiento del conductor, luego
giró hacia el Madison.

—Sé que eres médica, eso es lo que me preocupa. No creo que sean muy buenos
pacientes, ¿verdad?

Madison agitó la mano en el aire, desestimando el comentario de la detective


mientras trataba de encontrar una posición cómoda y gruñó:

—Sólo maneja McGregor. No te he dicho cómo dispararle a la serpiente, no empieces


a decirme cómo tratarme.

Tratando de ocultar la sonrisa en su rostro, Logan arrancó la camioneta y salió a la


carretera.

—Vaya, vaya, nos ponemos un poco gruñonas cuando no nos sentimos muy bien,
¿no?
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Madison no respondió, sólo gruñó mientras se apoyaba contra la puerta, deseando


que el dolor de sus nalgas se alejara.

Mientras conducían hacia Bridgeville, las bromas fáciles que habían compartido
antes dieron paso a un silencio reflexivo mientras cada una pensaba en el día y su
renuencia a que terminara. Como si sus pensamientos estuvieran sincronizados, ambas
mujeres hablaron a la vez. Un silencio incómodo llenó el aire ya que ninguna sabía si
hablar o escuchar, y Logan finalmente se remitió a Madison.

—Estaba, umm, preguntándome si te gustaría quedarte a cenar. —Al mirar de soslayo


a la detective, notó que fruncía el ceño—. Por supuesto, sé que probablemente estés
cansada, así que entiendo...

—No, en absoluto. Sólo estaba pensando que probablemente deba consultar con la
comisaría. —Girando la cabeza, le sonrió a la médica—. Me encantaría quedarme, pero
con dos, no tres condiciones.

—Está bien

Logan disfrutó viendo la mirada curiosa en el rostro de la doctora. 110


—Me prestas tu teléfono para llamar y me prestas tu ducha. —La detective miró a la
mujer sentada lo más lejos posible del otro lado del vehículo y sonrió mientras olfateaba
el aire—. Por la posición donde estás sentada, no debo oler muy bien. Si no tienes
cuidado, puedes caerte del auto.

Arrugando el labio en un gruñido, Madison cambió su peso hacia el otro lado.

—No hueles mal McGregor, sólo me estoy apoyando.

Palmeando el asiento, Logan miró hacia la doctora.

—Bueno, ¿por qué no te recuestas en el asiento y pones tu cabeza en mi regazo? Tal


vez eso te quite un poco el dolor de…

—Ni siquiera lo digas. —Gruñendo, Madison puso los ojos en blanco mientras se
abría paso por el asiento y apoyaba la cabeza en el regazo de la mujer, mirando hacia un
rostro sonriente—. Una asesina de serpientes de cascabel y, además, una comediante,
podrías ser una detective rica.

La mano de Logan cayó y se colocó cómodamente a lo largo del costado de Madison


mientras conducían hacia Bridgeville y pensó en lo contenta que estaba en presencia de
la médica. Cuidado McGregor, el agua se está poniendo profunda.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

»Ahora, detective, ¿cuál es la tercera condición? —Madison cerró los ojos mientras
el brazo protector de Logan la sostenía.

—Bueno, esta es un poco más arriesgada. Me quedaré si aceptas ponerte hielo en el


trasero mientras preparo la cena.

La doctora aterrizó una palmada suave en la pierna de Logan antes de poner su mano
sobre los cuádriceps firmes de la detective.

—Está bien, está bien, tú ganas. Sólo asegúrate de que sea algo bueno. Si tengo que
ponerme hielo en el trasero, también tienes que sufrir.

Riendo, Logan deslizó su mano por el costado de Madison, acariciando suavemente


la cadera magullada.

—Lo que quieras, doctora. —Viajaron en silencio mientras la camioneta se llenaba


con los suaves sonidos melódicos del estéreo. Lo último que recordaba la pequeña rubia
antes de quedarse dormida, fue el sonido de la voz de la detective tarareando junto con la
música y lo en paz que se sentía recostada en el regazo de la mujer.
111
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Capítulo trece

Logan giró la Pathfinder hacia el camino de entrada de Madison justo cuando el sol
se estaba poniendo detrás de los árboles. Sacudiendo suavemente el hombro de la mujer
dormida, se estiró sobre el cálido cuerpo tendido para recuperar la mochila de Madison
del suelo.

—Hola dormilona, estamos en casa. —Maldición, me gusta cómo suena eso.

Madison abrió lentamente los ojos, parpadeó varias veces para orientarse y se dio
cuenta de que estaba mirando la columna de dirección. Sus ojos se levantaron y se
concentró en el rostro sonriente de Logan mirando el de ella.

—Lo siento. No era mi intención quedarme dormida.


112
Trazando la fuerte línea de la mandíbula de Madison con el dedo, Logan no pudo
evitar reflexionar sobre lo cómoda que se sentía con la mujer.

—Obviamente necesitabas una siesta. Te quedaste dormida poco después de que


salimos del rancho.

Empujándose en el asiento, Madison hizo una mueca cuando un dolor punzante le


atravesó la cadera.

—Sé que definitivamente iré a ver a mi quiropráctico por la mañana. —Se estiró y
tomó la mano de Logan entre las suyas—. Gracias por conducir a casa. Realmente no
creo que pudiera haberlo hecho.

Logan sabía que el dolor debía ser fuerte para que Madison admitiera tan fácilmente
que no podía funcionar correctamente.

—¿Estás segura de que no quieres que te revisen la cadera esta noche?

—No, si no recuerdo mal, estás cocinando la cena y estoy poniendo hielo en mi,
ummm, moretón. —Con cautela, deslizándose por el asiento y abriendo la puerta, salió
del vehículo y se detuvo por un momento, probando su postura antes de caminar
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

lentamente hacia la casa, la detective siguiéndola de cerca. Logan abrió y empujó la puerta
para que entrara Madison y luego la tomó de la mano, llevándola al estudio y al sofá.

—Siéntate y trata de ponerte cómoda. Solo dime dónde puedo encontrar una bolsa
de hielo y te la traeré.

Trotando en la habitación, Fémur se detuvo en seco al ver a su ama acostada en el


sofá, obviamente con dolor. Descansando al lado de la mujer, le lamió suavemente la
mejilla y gimió. Levantando su mano, Madison revolvió su pelaje y le susurró al perro
con problemas.

—Hola, cariño. Mamá está bien, acaba de recibir una patada en el culo hoy. —Al ver
que su ama estaba bien, Fémur miró a Logan, gimiendo y lamiéndose los labios.

Inclinándose, Logan rascó la espalda de Fémur, asegurándole al perro que todo estaba
en orden.

—Hola grandulón, ¿tienes hambre? —El ladrido de Fémur resonó por toda la casa
cuando comenzó a retozar en el estudio—. Está bien, está bien, aguarda un minuto. —
Volviendo a mirar a Madison, se rio entre dientes—. ¿Dónde está la bolsa de hielo y la 113
comida para perros?

Madison se tumbó boca abajo en el sofá y señaló a Logan con un dedo hacia el baño
principal de arriba después de decirle dónde encontrar la comida de Fémur. Al subir las
escaleras, Logan sintió un extraño, pero excitante aleteo en el estómago. Relájate,
McGregor, estás dándole una bolsa de hielo, no llevándola a la cama.

Cuando entró en el dormitorio principal, la detective miró a su alrededor y vio el


toque personal de Madison en todo lo que había en la habitación. Las paredes estaban
pintadas de color beige claro, con un techo abovedado que se inclinaba hacia una ventana
adornada con una cenefa de color burdeos y beige. Las cortinas cubrían la ventana
permitiendo que la luz de la mañana despertara a la mujer mientras el sol se deslizaba por
el lejano horizonte. Un arreglo de flores secas colgaba sobre la cama y el aroma de
eucalipto flotaba a través de la habitación asaltando la nariz de Logan y enviando esa
calidez siempre familiar a través de su cuerpo. La gran cama estaba cubierta con un
edredón de color burdeos y beige, con sábanas a juego que sintió una tentación irresistible
de pasar las manos por encima.

Logan miró a su derecha, observando la puerta que conducía al baño principal.


Caminó por la gruesa alfombra y, al entrar al baño, una vez más vio el estilo personal de
Madison evidente en la decoración. Las paredes pintadas de un tono más claro que la
pared del dormitorio contrastan con los suelos de mármol italiano. Un tocador hecho a la
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

medida se extendía a lo largo de una pared entera de la habitación y sostenía lavabos


gemelos de mármol en cada extremo.

En la pared opuesta estaba el jacuzzi más grande que Logan había visto en su vida,
rodeado por tres lados por una repisa de mármol, que contenía numerosas plantas y varias
botellas de aceites de baño. Acercándose, la detective miró por la ventana que se extendía
a lo largo del jacuzzi y vio una multitud de colores arremolinados pintar el cielo cuando
el sol comenzaba su descenso nocturno. Sus ojos recorrieron un camino más abajo y vio
un jacuzzi escondido discretamente dentro de una glorieta, y rodeado por un pequeño
bosque de árboles, lo que le aseguró a la doctora su privacidad. Realmente le gusta la
comodidad, doctora.

Al darse cuenta de que había estado fuera demasiado tiempo, Logan se sacudió el
sueño y rápidamente recuperó la bolsa de hielo de debajo del lavabo, antes de volver a
bajar las escaleras y entrar en la cocina. Después de llenar el cuenco de Fémur con comida
y el paquete con hielo picado, volvió a la sala de estar y encontró a la médica, una vez
más dormida en el sofá. Arrodillándose junto a la mujer dormida, colocó una mano sobre
su hombro y empujó suavemente a Madison hasta que sus ojos soñolientos se abrieron.

—Oye. 114
Gimiendo, Madison trató de sentarse, pero fue detenida por una mano firme en su
espalda.

—No, sólo quédate quieta. —Logan sabía que no podía colocar la bolsa de hielo
debajo de la cinturilla de los jeans de la mujer sin ayuda—. Umm, ¿podrías, ahhh, tal vez
desabrocharte los jeans para que pueda poner esto en tu, ahhh, moretón?

Sonriendo ante la evidente incomodidad de la detective, Madison metió la mano


debajo de su cuerpo, soltó el broche de sus jeans, bajó la cremallera, antes de volver a
tumbarse en el sofá.

Con manos temblorosas pero suaves, Logan bajó los jeans por las caderas de la mujer
hasta que vio el moretón amenazante que cubría la mayor parte de la nalga izquierda.

—Jesús, Madison, esto es terrible. Realmente creo que deberíamos ir a la ciudad y


hacer que te miren esta noche.

Madison giró la cabeza hasta que vio la oscura contusión.

—Maldita sea, sabía que estaba magullada, pero no sabía que me había caído tan
fuerte. —Mirando a los ojos preocupados de su invitada, suspiró—. Lo prometo, si no
está mejor por la mañana, haré que uno de mis colegas lo revise, pero estoy segura de que
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

sólo es una contusión grave. —Sonriendo tímidamente a los ojos ceñudos de Logan—.
Nada que un poco de hielo y una cena no puedan arreglar.

Sacudiendo la cabeza en señal de derrota, Logan se puso de pie y miró a Madison.

—Bien, está bien, tú ganas. —Saliendo del estudio y entrando en el vestíbulo, llamó
por encima del hombro—. Deja ese hielo puesto hasta que regrese doctora, y eso es una
orden. No me obligues a esposarte.

El intento de Madison de bloquear las imágenes que pasaban por su cerebro fue en
vano. Enterrando la cabeza en la almohada, soltó un suspiro de frustración. Ahora, tal vez
me guste ese tratamiento.

Cogiendo el teléfono en la cocina, Logan llamó a la comisaría. La comunicaron con


el oficial de turno.

—Hola, McGregor aquí, ¿ya han llegado los resultados del laboratorio sobre los
casos de Richardson o Cavanaugh? —La detective escuchó en silencio mientras el oficial
recitaba los informes. Cuando terminó, colgó el teléfono y se quedó en la cocina
silenciosa asimilando la información. Finalmente, un pequeño descanso. 115
Quince minutos más tarde, volvió al estudio y retiró la bolsa de hielo de la cadera de
la doctora, sin despertar a la mujer de su sueño. Retiró una colcha liviana del respaldo del
sofá, la colocó suavemente sobre Madison y regresó a la cocina para preparar la cena.

₪₪₪₪₪

Madison se despertó con los seductores sonidos de Enya tocando de fondo y el


apetitoso aroma de lo que tenía que ser la cocción de los espaguetis. Dándose la vuelta
tentativamente, sonrió al sentir el cobertor contra su espalda, sabiendo que la detective lo
había colocado allí. Levantándose del sofá, caminó por el pasillo hasta el baño de
invitados y se sorprendió al ver lo espantoso que se veía su reflejo en el espejo.

Después de cepillarse los dientes y luego peinarse, caminó hacia la puerta de la cocina
y vio a la detective en la cocina, revolviendo la deliciosa salsa. Sin ser notada, se quedó
allí por unos momentos estudiando el perfil de la mujer. La mujer alta y esbelta era aún
más hermosa de lo que había notado anteriormente. Piernas largas y delgadas que se
estrechaban en caderas firmes, caderas que Madison sabía desde la noche anterior que
eran musculosas y firmes.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Sus ojos se detuvieron en el contorno de los senos pequeños, pero perfectamente


redondos antes de elevarse hasta un cuello largo y delgado, un cuello que recordaba haber
besado muy bien la noche anterior. El cuello de la detective se deslizó hacia una
mandíbula fuerte y afilada que se inclinaba bruscamente hacia un mentón con hoyuelo
perfecto, que se compensaba con los labios más tentadores que Madison había probado
en su vida. Podría acostumbrarme a ti Logan McGregor.

Sintiendo una extraña sensación en todo su cuerpo, Logan giró la cabeza para ver a
Madison observándola, los ojos de la mujer hambrientos y necesitados de lujuria. Sus
ojos se mantuvieron cautivos durante un largo momento, antes de que la rubia
conscientemente rompiera la mirada atenta.

—Tengo la sensación de que me han engañado.

Ladeando la cabeza hacia un lado, Logan le sonrió a Madison, su rostro parecía


inocente pero burlón.

—Bueno. Doctora, ¿qué quiere decir con engañar?

Madison entró en la cocina, caminó hacia el fogón y levantó la tapa de la cacerola 116
después de arrebatarle la agarradera de la mano a la detective. Después de inclinarse sobre
la salsa humeante, absorbiendo el aroma del orégano, las aceitunas, el ajo y otras especias
variadas, la pequeña rubia se volvió hacia la sonriente mujer.

—Creo que me has estado ocultando algo. Esto huele delicioso.

Sonriendo, Logan recuperó la agarradera de la mano de Madison y levantó la olla de


pasta hirviendo de la cocina, caminó hacia el fregadero y vertió el contenido en un
colador. Mirando hacia atrás por encima del hombro, reveló una de sus sonrisas más
seductoras.

—Doctora, si te quedas, descubrirás que tengo todo tipo de sorpresas bajo la manga.

Tragando saliva, Madison intentó ocultar el calor creciente que recorría su cuerpo,
pero sabía que la calidez de su rostro revelaba sus verdaderas emociones. Acercándose a
Logan, se inclinó más cerca, sus ojos se encontraron con los profundos estanques azules
que la miraban.

—Estoy segura de que tienes, detective y si te quedas conmigo, te mostraré algunas


de las mías.

Como por voluntad propia, la cabeza de Logan bajó, acercando sus rostros. Podía
sentir el calor que irradiaba el cuerpo de la mujer y sus labios se abrieron ligeramente
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

mientras rozaba suavemente los labios de Madison. No había tenido la intención de que
el beso despertara sus emociones ni esperaba que sus respuestas físicas fueran tan
poderosas, y pronto se encontró acercándose más a la médica, hambrienta, deseando más.

El brazo de Madison se deslizó alrededor de una cintura estilizada mientras sus


manos caían para ahuecar los músculos firmes y tensos de las caderas de la detective,
atrayendo a la mujer más cerca. Jadeó cuando una pierna larga y delgada se deslizó entre
las suyas, haciendo contacto con su clítoris duro y dolorido. La lengua de la doctora
desafió a la de Logan, mientras su respiración se volvía irregular y áspera. Podía sentir
los duros pezones de la mujer presionando contra su pecho y sabía que su pasión era igual
a la de la mujer alta y morena que tenía delante.

Las manos de Logan recorrieron la mejilla de Madison trazando una delgada línea
más abajo, hasta llegar a la pequeña uve de su cuello. Podía sentir el rápido ascenso y
descenso del pecho de la rubia y soltó un gemido primitivo cuando sintió una fuerte pierna
deslizarse entre las suyas. La atormentada detective sabía en su mente que necesitaba
reducir la velocidad, pero su cuerpo se negaba a ceder cuando el hambre que había
mantenido bajo llave durante los últimos días se apoderó de sus sentidos. Sus manos se
deslizaron más abajo, y tanto escuchó como sintió la brusca inhalación, mientras sus
dedos rozaban suavemente los pezones erectos de la doctora. 117
Madison agarró las caderas de Logan con más fuerza exigiendo la cercanía íntima,
mientras su lengua invadía la cálida boca de la mujer, buscando consuelo del hambre que
ardía en su estómago. Deslizó sus manos alrededor de la esbelta cintura, sintiendo los
tensos músculos abdominales de la detective estremecerse en respuesta a su delicado
toque.

Madison sacó la camisa de Logan de la cinturilla de sus jeans, deslizó sus manos
debajo del delgado material y pasó sus dedos por la suave piel del estómago de la
detective, sonriendo cuando escuchó el grito ahogado de la mujer. Aplanando ambas
manos, comenzó el lento y sensual viaje de delinear las costillas de la mujer alta bajo sus
dedos, mientras sus pulgares trazaban la curva de los senos de Logan.

Un gemido bajo escapó de la garganta de la detective mientras Madison continuaba


más arriba, buscando hasta que finalmente, tomó suavemente los pechos firmes y
doloridos en sus manos.

—Oh, Dios mío, Madi.

La mente de Logan se tambaleaba por las suaves caricias y sus caderas, respondiendo
a la avalancha de sensaciones, presionando con más fuerza contra el muslo de Madison.
Apartando la boca, miró con avidez los orbes verdes que le devolvían la mirada.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

»¿Tienes alguna idea de lo que me haces?

Una sonrisa seductora cruzó el rostro de Madison mientras enfocaba sus ojos en los
labios hinchados y listos de Logan.

—No, pero dame unos minutos más y tengo la intención de averiguarlo.

Gruñendo una respuesta incomprensible, Logan capturó los tentadores labios de la


doctora con los suyos mientras un fuego se descontrolaba en su cuerpo. Estirándose,
apagó la cocina, tomó a Madison en sus brazos y, con un rápido movimiento, levantó a la
pequeña mujer a la isla en el centro de la cocina, siempre consciente de las caderas
magulladas de la médica. Al meterse entre las piernas abiertas, sintió fuertes piernas
envolviendo su cintura, presionándola más cerca, más fuerte contra el calor que irradiaba
el centro de la rubia.

Las manos de Logan temblaban mientras buscaba a tientas los botones de la camisa
Oxford de Madison, soltando uno y luego otro hasta que por fin una piel suave, tersa y
sedosa se reveló en sus manos. Apartando los labios, dejó caer la cabeza repartiendo besos
a lo largo del suave y delicioso cuello mientras desabrochaba la barrera de satén. La
detective levantó la cabeza y miró a los ojos medio cerrados, oscuros por el deseo, que la 118
miraban. Ojos que se oscurecieron y se llenaron de lujuria cuando los dedos se deslizaron
por debajo de los tirantes del sostén, deslizando la prenda por los hombros de la rubia.

La respiración de Logan estaba entrecortada por el deseo, su pecho subía y bajaba en


una rápida cadencia con su corazón.

—Eres tan hermosa. —Podía sentir la humedad entre sus propias piernas mientras
contemplaba los oscuros pezones erectos de Madison. Lentamente, casi con reverencia,
trazó el contorno de los pequeños senos con los dedos, sin tocar nunca los duros y
doloridos pezones mientras capturaba una vez más sus cálidos labios con los suyos.

El agarre de Madison se hizo más firme, más exigente a medida que continuaban los
cuidados sensuales y la detective podía sentir el empuje rítmico de las caderas de la mujer
contra su pelvis. Logan sabía que estaba perdida, sabía que ninguna de las dos se detendría
hasta que el fuego que ardía en su interior se apagara.

Mientras bajaba la cabeza, siguiendo con los labios el pulso acelerado en el cuello de
Madison, llegó a la uve poco profunda de la garganta. Inclinándose más, siguió la línea
del esternón de la rubia hasta llegar al valle entre los pequeños senos y giró ligeramente
la cabeza, mordisqueando suavemente la piel suave.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Los dedos de Madison se entrelazaron con el cabello oscuro de Logan mientras la


empujaba más cerca, necesitando sentir los cálidos labios de la detective sobre sus
doloridos pezones.

—Oh, Dios, por favor.

La voz suplicante en su oído era todo lo que Logan necesitaba cuando sus labios
agarraron suavemente el duro pezón y liberaron un profundo gemido primario de su
propia garganta. Jadeó cuando Madison le subió la camisa con urgencia y manos que
buscaban hicieron contacto con su piel ardiente. Sintió a Madison empujar con ternura
contra sus hombros, obligándola a soltar su duro pezón, mientras la médica le quitaba la
camiseta y el sostén deportivo por la cabeza.

Antes de que Logan pudiera reanudar el ataque sensual, la mano de Madison presionó
contra la parte posterior de su cabeza tirando de ella hacia unos labios cálidos y una lengua
exigente que la consumía. La detective se sintió como si estuviera en un vórtice,
perdiendo el control cuando la piel desnuda se presionaba contra la piel desnuda y los
senos se encontraban.

Las manos de Madison buscaban, exploraban, dolían por sentir cada centímetro del 119
cuerpo de la detective, mientras su hambre aumentaba. Deslizando sus dedos en la
cinturilla de los jeans de Logan, sintió un espasmo profundo en el vientre de la mujer
cuando se soltó el botón y comenzó a bajar la cremallera. Metiendo las manos en la prenda
suelta, comenzó a deslizar los jeans por las caderas esbeltas cuando un pitido agudo
resonó en toda la cocina e inmediatamente sintió que la mujer de cabello oscuro se
tensaba.

Logan soltó un gemido de enfado mientras separaba sus labios de los de Madison.
Alcanzando su espalda, sacó el localizador de su cintura y presionó un pequeño botón
silenciando el instrumento. Sin mirar la pantalla, arrojó el dispositivo infractor a través
de la isla y lo escuchó caer y deslizarse por el suelo del otro lado antes de volver a agarrar
los labios de Madison.

Reuniendo toda su determinación, Madison se presionó contra los hombros de Logan


rompiendo el beso.

»Sabes que tienes que responder.

Sacudiendo la cabeza, Logan se inclinó para reanudar el beso, pero unos brazos
fuertes y decididos la detuvieron. Soltando un suspiro de frustración, se pasó la mano por
el cabello y dio un paso atrás.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Maldita sea, más vale que esto sea bueno o alguien definitivamente saldrá
lastimado.

Soltando su propio gemido de frustración cuando el calor del cuerpo de la detective


se desvaneció, vio cómo Logan recuperaba el localizador del suelo debajo de la mesa.
Sintiéndose repentinamente cohibida, Madison recogió la camisa Oxford de detrás de ella
y se la colocó sobre los hombros, cerrando la parte delantera sobre sus pechos expuestos.
Al escuchar un gruñido amenazador, se giró para ver las mismas facciones oscuras en el
rostro de la detective que había visto en el estacionamiento del hospital dos días antes,
cuando su camioneta había sido destrozada.

—¿Qué es?

Alcanzando el teléfono, explicó mientras marcaba el número de la comisaría.

—Es el teniente, lo que significa que no pueden ser buenas noticias.

Sabiendo que la noche había terminado, Madison se deslizó del mostrador y comenzó
a preparar la cafetera. Sabía que Logan ya estaba cansada, probablemente estaría despierta
el resto de la noche y que probablemente ella tampoco dormiría mucho. 120
Escuchó en silencio mientras Logan hablaba con el teniente.

»Sí, está bien, me reuniré con él en su despacho... estoy a unos treinta minutos, estaré
allí tan pronto como pueda.

Tan pronto como Logan colocó el teléfono en la base, Madison le entregó una taza
de café.

»Eso ha sido rápido.

Sonriendo, Madison se giró para tomar su propia taza.

—Una cosa que aprendí en la Facultad de Medicina es que una de las mejores
inversiones que puede hacer un médico es comprar una cafetera Bunn. Nunca sabemos
cuándo tendremos que levantarnos en medio de la noche y créeme cuando te digo que no
me quieres en la calle cuando estoy medio dormida.

Asintiendo, Logan tomó un largo sorbo de café recién hecho y luego miró a los ojos
verde oscuro, todavía hambrientos de deseo.

—Lo siento mucho, pero tengo que irme. —Dejando la taza en el mostrador, atrajo
a Madison a sus brazos y besó con ternura los cálidos labios que se encontraron con los
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

suyos—. Te prometo que te lo compensaré. —Bien, MacGregor. ¿Cuántas veces le dijiste


eso a Diane?

Madison sostuvo a la detective con fuerza contra su cuerpo, ya que extrañaba el


cálido contacto de su cuerpo.

—¿Puedes decirme qué ha pasado? ¿Es el asesino del distrito de Strip?

Asintiendo levemente con la cabeza, Logan miró profundamente a los ojos verdes
que recientemente se habían llenado de deseo y hambre.

—Sí. Ha reclamado su próxima víctima esta noche, pero esta vez ha sido diferente.
—Alejándose de Madison, se pasó las manos por el cabello oscuro y sedoso de su
cabeza—. Esta noche ha matado a un ejecutivo de Langston Development. El que
coincidía con la tarjeta de presentación que dejó en su primera víctima, Thomas Peters.

Los ojos de Madison se agrandaron cuando miró al detective.

—Así que esto tiene algo que ver con Langston Corporation, tal como dijiste.
121
Después de tomar otro largo sorbo de café caliente, Logan comenzó a recoger su
ropa.

—Sí, desafortunadamente ha tenido que matar a alguien dentro del santuario interior
para finalmente llevarme a Langston Development. —Deslizando sus brazos a través de
su sostén, se lo puso por la cabeza y luego rápidamente hizo lo mismo con la camiseta—
. Después de visitar la escena, me dirijo a la ciudad para ver nada menos que a CW
Langston en persona. Tal vez ahora finalmente pueda obtener algunas respuestas.

Madison acompañó a la detective hasta la puerta y cuando su mano tocó la manija de


la puerta, sintió que la giraban, y luego los labios de la detective capturaron los suyos en
un beso largo y profundo, revelando la frustración y el arrepentimiento de tener que irse.

Levantando la cabeza y una vez más mirando a los profundos ojos verdes, sonrió con
tristeza.

»Realmente lo siento por esto, y te prometo que te lo compensaré. —Una


incertidumbre repentina llenó su mente mientras observaba de cerca la reacción de
Madison—. Eso es, si quieres que lo haga.

La mano de Madison se alzó para acariciar suavemente la mejilla de Logan.


CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—¿Si quiero que lo hagas? —Atrapando los labios de la mujer con los suyos, deslizó
seductoramente su lengua por el labio inferior de la detective, lo que provocó que la mujer
soltara un profundo gemido mientras un calor fundido fluía a través de la parte inferior
de su cuerpo.

Madison se obligó a alejarse de Logan, sabiendo que el contacto cercano sólo estaba
retrasando su inevitable partida.

»Sí, definitivamente quiero que lo hagas. —Al abrir la puerta, las dos mujeres
salieron y notaron que la patrulla de la policía permanecía estacionada en el camino—.
¿Me llamarás cuando tengas tiempo?

La detective sintió una abrumadora necesidad de volver a besar a Madison, pero sabía
que no era una buena idea en presencia del oficial, así que simplemente asintió con la
cabeza.

—Sí. Tan pronto como pueda.

Madison observó cómo Logan se detenía junto a la patrulla de la policía y hablaba


con el oficial que estaba adentro y luego se subía su camioneta y se alejaba. Se paró en el 122
porche delantero cuando las luces traseras se desvanecieron en la oscuridad antes de
volver a entrar a la casa y cerrar la puerta. Recostándose contra la superficie fría, dejó
escapar un suspiro de frustración y se pasó la mano por el cabello rubio despeinado antes
de dirigirse a la cocina por una segunda taza de café, sabiendo que el sueño no sería su
compañero esta noche.
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Capítulo catorce

Mientras Logan conducía por la interestatal de regreso a la ciudad, repitió la


conversación que había tenido con el teniente. Thomas M. Peters era el director financiero
de Langston Development, así como el primer ejecutivo elegido por el asesino para
destacar dentro de la corporación. Logan se había estrujado el cerebro tratando de
reconstruir alguna conexión entre los asesinatos y Langston Development. Con suerte,
ahora que uno de los suyos había sido asesinado, CW Langston cooperaría más con su
investigación.

Entró en la comunidad cerrada en la que residía Thomas Peters en las afueras de la


ciudad y vio las luces intermitentes de los coches de policía interrumpiendo la
tranquilidad del exclusivo barrio. Se detuvo en la puerta, mostró su placa cuando el
guardia de rostro ceniciento le devolvió el saludo y luego condujo por la calle bien
123
cuidada, notando a los residentes cercanos, vestidos sólo con batas, de pie atónitos en sus
jardines, mientras observaban cómo los oficiales uniformados dando vueltas por la casa
de un millón de dólares de Thomas Peters.

Deteniéndose detrás de una patrulla de la policía, apagó el motor y se sentó por un


momento, observando su entorno. Le pareció extraño que alguien pudiera ingresar a este
vecindario bien protegido sin ser notado y mientras continuaba sentada en silencio, notó
que las luces del detector de movimiento en el costado de la residencia parpadeaban
cuando un oficial rompió el haz ocular eléctrico. Al bajar de la camioneta, le hizo un gesto
con la cabeza a un oficial uniformado mientras sostenía la cinta amarilla de la escena del
crimen para que ella pasara.

Al entrar en el vestíbulo, la primera reacción de Logan fue de asombro; cada rincón


y grieta exudaba la riqueza de su dueño. Al ver a su compañero Phil (Dove) Dvorak y
Aaron Rodger en el rincón más alejado de la sala de estar, la detective cruzó la habitación
mientras los miembros del equipo de CSI trabajaban cerca.

Asintió mientras se acercaba a su compañero y notó los círculos oscuros debajo de


sus ojos, así como las líneas que arrugaban su rostro por la falta de sueño y el estrés
excesivo.

—Hola Dove, ¿qué tienes?


CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Mirando a Logan con ojos cansados, inclinó la cabeza hacia las escaleras.

—Tenemos a un tipo rico muerto, un montón de sangre y buitres que se hacen llamar
la prensa, afuera mordiéndose las uñas para obtener la primicia de la primera edición.

Un pliegue en el centro de la frente de Logan cuando frunció el ceño a su compañero


y puso su mano sobre su hombro.

—Oye grandulón, ¿estás bien?

Masajeando la parte posterior de su cuello, Dove asintió dándole a Logan una sonrisa
de disculpa.

—Lo siento, Mac. Sí, estoy cansado, igual que tú y frustrado porque parece que no
podemos tomar un descanso en este caso. Vamos, vamos arriba, no he dejado que
movieran el cuerpo hasta que llegaras aquí y el forense está ansioso por volver a casa con
la esposa que tiene la mitad de su edad.

Riendo por lo bajo, Logan recordó el escándalo que había sacudido la oficina del
médico forense un par de años antes. Harold Simon había sido forense del condado de 124
Allegheny durante veinticinco años cuando conoció y se enamoró de la joven viuda de
uno de sus casos. El forense había ignorado todas las reglas del decoro profesional cuando
se involucró con la viuda sólo cuatro semanas después del asesinato de su marido. El
fiscal de distrito se había vuelto loco al escuchar la información y su despacho casi tuvo
que abandonar el caso contra el sospechoso cuando se supo de la aventura de la mujer y
Simon. Aunque era demasiado tarde para detener la fábrica de rumores, Simon se había
retirado de cualquier participación en el caso y, finalmente, el fiscal del distrito procesó
y ganó el caso en el juicio. Muchas personas dentro del Departamento de Policía y el
Gobierno de la Ciudad sintieron que Simon debería haber renunciado, sin embargo, se
mantuvo firme en toda la controversia y aún ocupaba el cargo hoy, para consternación de
Logan.

Al entrar en el dormitorio principal, lo primero que notó la detective fue la cantidad


excesiva de sangre salpicada por la habitación. Dove permaneció en silencio a su lado,
acostumbrado a los métodos que aplicaba su compañera cuando investigaba la escena del
crimen.

Logan nunca hacia muchas preguntas preliminares, prefiriendo formarse sus propias
opiniones, y Dove observó cómo sus ojos se enfocaban en la esquina más cercana de la
habitación, luego recorrían lentamente el perímetro, captando cada pequeño detalle de la
habitación.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Una vez que se orientó, Logan caminó lentamente por la gruesa alfombra beige hacia
el cuerpo de Thomas Peters. Harold Simon se hizo a un lado, sabiendo la predilección de
Logan por trabajar sin ser molestada, mientras la detective se arrodillaba junto al cuerpo,
con las manos metidas en los bolsillos de los vaqueros.

Logan comenzó en la cabeza de la víctima, sus ojos enfocándose en la gran hendidura


en el cráneo. Su examen continuó hacia el rostro de Peters mientras miraba los ojos sin
alma que miraban al vacío, notando la sangre ahora seca que corría por su rostro. Cuando
sus ojos se movieron hacia abajo, vio que cada dedo se había roto en lo que tenía que ser
una lucha larga y prolongada por el control entre el asesino y la víctima. Hizo una pausa
mientras absorbía la información, decidiendo que el asesino había sido excesivamente
violento sólo por el gusto de hacerlo o estaba desesperado por obtener alguna información
que el hombre tenía. Por el momento, optó por creer lo último.

Mientras sus ojos seguían el camino de la violencia por el torso desnudo de Thomas
Peters, su estómago dio un vuelco al ver los testículos del hombre cortados de su cuerpo
y tendidos entre las piernas abiertas. Su evaluación continuó hasta que sus ojos se posaron
en la rótula destrozada de sus rodillas y más allá en los pies descalzos y rotos que yacía
en ángulos extraños con el resto de su cuerpo. Permaneció arrodillada mientras asimilaba
la información que tenía delante, intentando meterse en la cabeza del asesino que andaba 125
por las calles de Pittsburgh. El único pensamiento reconfortante que tenía, si podía
llamarse reconfortante, era que ahora tenía una idea de quién sería su próxima víctima.
La verdadera prueba estaba a punto de comenzar, encontrar al asesino antes de que tuviera
la oportunidad de encontrar al Director de Recursos Humanos, Phillip R. Crafton.

De pie, Logan caminó hacia Dove y levantó las cejas antes de inclinar la cabeza hacia
la puerta. Harold Simons la llamó cuando salía de la habitación.

—Detective, realmente necesito moverme aquí. ¿Ha terminado con el cuerpo?

Al escuchar la risita de Dove, Logan le lanzó una mirada con el ceño fruncido antes
de volverse hacia el forense.

—Sí, claro, doctor, puede llevarlo.

Caminaron a lo largo del pasillo y bajaron las escaleras en silencio mientras Logan
los guiaba hacia afuera. Se pasó una mano por el pelo mientras despejaban la entrada y
tomaban una bocanada de aire fresco. En todos sus años en el cuerpo, nunca se había
acostumbrado al olor dulce pero acre de la sangre humana fresca.

En silencio, condujo a su compañero a un coche patrulla cercano, lejos de la


audiencia entusiasta de los reporteros que estaban al otro lado de la línea policial. Mirando
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

a la multitud, vio a Jennifer Phillips, su amiga y, a veces, su confidente, de pie entre la


multitud. Sabía que Jen vendría tras ella en el momento en que cruzara la cinta, pero por
el momento, tenía otras cosas de qué preocuparse.

»Dove, ¿Qué piensas sobre esta víctima hasta ahora?

Tomándose un momento para ordenar sus pensamientos, miró a su alrededor


preguntándose si Logan estaba realmente interesada en sus ideas o simplemente
probándolo como solía hacer en los casos.

—Por el aspecto del cuerpo y la violencia involucrada, creo que el asesino le está
diciendo a CW Langston que está realmente enojado. Por las aparentes lesiones, el asesino
torturó a la víctima durante bastante tiempo y obviamente pensó que Peters tenía
información sea lo que sea, que él quería. —Mirando a Logan, vio sus ojos intensos pero
pensativos sobre él, asimilando todo lo que decía—. En cuanto a los testículos, ¿quién
sabe? Tal vez fue un mensaje personal.

Asintiendo, Logan absorbió la opinión de su compañero.

—¿Qué pasa con su próxima víctima? ¿Crees que va a seguir el camino de vuelta 126
hasta el viejo CW?

Rascándose la cabeza, Dove le dirigió a Logan una mirada inquisitiva.

—Uno pensaría que sí, pero, de nuevo, debería saber que tendremos a Phillip Crafton
bajo vigilancia constante.

Logan le sonrió a su pareja antes de asentir con la cabeza en acuerdo.

—Exactamente lo que pienso. Apuesto mi dinero a que Lester Donovan será su


próximo objetivo. Este tipo es inteligente, pero está empezando a equivocarse. Su última
víctima prevista sobrevivió y la tenemos a ella y a la única otra persona que puede
identificarlo en custodia. —Logan sintió que se le empezaba a formar un nudo en el
estómago cuando su siguiente pensamiento llegó—: O va tras Donovan, o va a tratar de
llegar a Susan Richardson o a la doctora Cavanaugh mientras nosotros corremos en la
otra dirección.

Empujándose desde el costado del auto, Logan miró a su compañero con una mirada
comprensiva.

»¿Por qué no pasas por el hospital y te aseguras de que la señora Richardson está
bien, despierta a Donovan, si aún no lo está, le pones un uniforme, y luego te vas a casa
y duermes un poco mientras todavía tienes unas pocas horas antes de su próximo turno?
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Alejándose antes de que su pareja pudiera discutir, se dirigió directamente a su


camioneta con la esperanza de evitar a Jen por el momento.

₪₪₪₪₪

Sentado en un sillón de orejas de cuero, CW Langston sorbía su tercer whisky escocés


desde que lo molestaron poco después de las nueve con la noticia del asesinato de Thomas
Peters. Inmediatamente fue a su despacho en la Avenida Penn y llamó a su mejor aliado
político, Herbert Whittaker. Sentado frente a él, y también en su tercer whisky, Herbert
Whittaker no pudo evitar sentirse parcialmente culpable por la muerte de Thomas Peters,
si no me hubiera doblegado ante las exigencias de C.W. y hubiera permitido a la policía
interrogar antes a los ejecutivos de Langston, puede que Peters estuviera vivo, así como
varias otras víctimas inocentes. El alcalde tomó un trago de su vaso y dejó que el whisky
bajara lentamente, quemando su cobardía en el camino.

—CW, sabes que evitar a la policía está fuera de discusión. No hay nada más que 127
pueda hacer para evitar que los interroguen ahora que ha matado a uno de los tuyos.

Con el ceño fruncido, Langston se puso de pie y comenzó a caminar de un lado a


otro, haciendo girar el líquido ámbar en su vaso.

—Necesito un poco más de tiempo, Herbert, y espero que me lo consigas. —Sin


sentir una punzada de culpa, CW Langston se volvió hacia su amigo—. Herbert, pronto
tendrás elecciones; realmente odiaría tener que patrocinar a un nuevo alcalde, porque me
caes bien. —Para Langston, el término amigo era sólo otra forma de describir un títere en
su juego de vida de alto riesgo. Mientras uno siguiera las reglas de CW Langston, su vida
y su carrera estaban a salvo y seguras. Sin embargo, si uno decidía no seguir las directivas
de Langston, a menudo se encontraba en las calles buscando una nueva vida lejos de
Pittsburgh y del poder de Langston.

La influencia de Langston era de gran alcance y, a menudo, había visto a hombres y


mujeres poderosos reducidos a parias con un chasquido de dedos. Él nunca había tenido
el deseo de involucrarse en política, pero había encontrado una forma mucho mejor y más
económica de obtener lo que quería comprando a los políticos o, mejor aún, conociendo
información que destruiría a ese político en particular si dicha información, alguna vez
llegaba a las manos equivocadas. CW Langston prefería con mucho lo último porque le
daba mucho más control sobre sus títeres. Sonriendo, se volvió hacia el alcalde y estaba
a punto de hablar cuando un fuerte golpe fue dado en la puerta. Se acercó, abrió la pesada
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

puerta de roble y miró el rostro que había visto unos días antes en el periódico, Logan
McGregor.

₪₪₪₪₪

Arrojando el diario médico a un lado, Madison se levantó suavemente del sofá y se


dirigió a la cocina para conseguir más hielo para su dolorida cadera, lamentando su
decisión de no ir a la ciudad para hacerse una radiografía. Fémur observó con aprensión
desde la esquina de la habitación mientras su ama murmuraba para sí misma,
estremeciéndose cada vez que arrojaba otro libro a un lado. Mientras recostaba su cuerpo
en el sofá, vio a Fémur tirado en la esquina e instantáneamente se arrepintió de su
comportamiento inquietante. Se dio palmaditas en el regazo, silbó al cachorro y vio cómo
sus orejas se erguían y trotaba hacia ella, apoyando la cabeza en su regazo. Rascándole
las orejas, lo miró a los ojos tristes y supo que su conducta a lo largo de la noche lo había
asustado y confundido. Por comportamiento inicial después del accidente había supuesto
que había sido abusado cuando era un cachorro. Cualquier palabra fuerte o mal hablada 128
lo hacía correr a la habitación de al lado para encontrar un refugio seguro. Hablando
suavemente, le aseguró que todo estaba bien.

—Chico, no eres tú. Sólo soy una mujer frustrada y herida esta noche.

Madison se recostó sobre la bolsa de hielo y acarició la cabeza de Fémur mientras


pensaba en el maravilloso día que había pasado con Logan McGregor. Fémur la
observaba atentamente, a menudo girando la cabeza hacia un lado mientras ella le
hablaba.

»Fémur, ¿qué voy a hacer con esa mujer? Dios sabe, no necesito que nadie me
complique la vida en este momento, especialmente una policía, por el amor de Dios.

Gimiendo, Fémur saltó al sofá y acomodó su cuerpo junto al de Madison en su propio


intento de brindarle el mismo consuelo que ella le había brindado a él durante su
recuperación. Sonriendo a la adorable criatura, la doctora continuó con sus cavilaciones.
Entonces, ¿qué tienen de malo los policías? ¡Nada! Gruñona, no todos son como Loraine
Osborne; al menos Logan no parece serlo.

Decidiendo que nada saldría de sus contemplaciones, Madison regresó a la cocina,


colocó la bolsa de hielo en el congelador y se dirigió a la cama. Deslizándose bajo las
sábanas limpias, se dio cuenta de cuánto ya extrañaba el calor del cuerpo de Logan junto
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

al suyo. Apagó la luz, se puso de costado y abrazó la almohada extra contra su pecho en
un débil intento de encontrar consuelo en la cama grande y solitaria.

Su sueño era inquieto mientras visiones de Logan McGregor llenaban sus sueños,
brazos largos, labios cálidos y un cuerpo aún más cálido presionando con urgencia contra
el suyo. Sacada del sueño sensual cuando un ruido molesto llenó la habitación, su primer
pensamiento fue el busca de la detective y se sentó rápidamente pensando que la noche
de alguna manera le había jugado una mala pasada, que todavía estaba aquí, en la casa.

Haciendo una mueca por el dolor agudo en su cadera, se tiró hacia atrás para cubrirse,
dándose cuenta de que el pitido era en realidad el timbre de la puerta. Al mirar el reloj en
la mesita de noche, Madison no podía imaginar quién estaría en su puerta a las seis y
media de la mañana del domingo. Metiendo los brazos en la bata, caminó por el pasillo,
Fémur a su lado, en dirección a la puerta principal. Entró en pánico cuando miró por la
mirilla y vio a Logan parada en su puerta. Dando un paso hacia el espejo en el vestíbulo,
se pasó los dedos temblorosos por el cabello y se alisó la bata, antes de abrir la puerta a
la muy cansada pero hermosa detective.

—Buen día.
129
Incluso a través de la fatiga salvaje, Logan sintió que el calor ahora familiar se
extendía por su cuerpo, el mismo calor que sentía cada vez que sus ojos se posaban en la
doctora.

—Buenos días. —El rostro de Madison reveló su falta de sueño y al instante se


arrepintió de su decisión de llevarle el desayuno a la médica—. No era mi intención
despertarte, ummm... solo estaba en el vecindario, y...

Agarrando la mano de la detective, Madison tiró de Logan hacia el vestíbulo y atrajo


a la mujer en un cálido abrazo.

—Estaba preocupada por ti. ¿Estás bien?

Logan no habló por un momento, deseando... necesitando sentir el consuelo de los


brazos de la doctora alrededor de su cintura, deseando tener las manos libres para
devolverle el abrazo. Después de un largo momento, se inclinó ligeramente hacia atrás y
asintió.

—También estaba preocupada por ti. —Después de mirar bien los ojos cansados de
Madison, besó tiernamente su frente—. No parece que hayas dormido mucho.
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Riendo, Madison, agarró la caja de café de la mano de Logan y se dio la vuelta,


dirigiéndose a la cocina, dejando a la mujer en el vestíbulo con una mirada confundida en
su rostro.

»¿Qué? ¿Qué es tan divertido?

Lanzando una mirada sobre su hombro, Madison negó con la cabeza.

—Me alegro de no necesitar que alimentes mi ego, detective, y no, no he dormido


mucho. —Sacando las tazas de café caliente del portavasos, le entregó una a Logan—.
En realidad, he estado despierta la mayor parte de la noche, con hielo en el trasero y
deseando haber aceptado tu oferta de llevarme al Mercy anoche.

Levantando una ceja ante la admisión de la médica, tomó un largo sorbo de café y
deseó la cafeína en el torrente sanguíneo.

—Estoy libre hasta alrededor de la una. ¿Por qué no vas a vestirte y eso es lo que
haremos?

Frotándose inconscientemente el músculo adolorido, Madison le gruñó al detective. 130


—Ahora está mucho mejor, gracias. Lo que realmente me gustaría hacer es sentarme
y tomar este maravilloso desayuno contigo y escuchar lo que puedas decirme sobre este
último asesinato.

Cerrando los ojos, Logan supo que los próximos minutos no serían fáciles para
ninguna de los dos.

—Está bien, pero primero quiero pedirte un favor. —La detective deliberadamente
apartó la mirada de la doctora, no quería que sus ojos traicionaran sus intenciones.

—Está bien. —Madison miró a la mujer con recelo, recordando la última petición
que le había hecho la detective alta y morena.

Levantando la bolsa de comida de la isla, Logan caminó hacia la mesa y comenzó a


servir el desayuno, de espaldas a la vigilante médica. Respirando hondo, decidió que un
enfoque honesto y directo podría convencer a la médica de seguir su plan.

—Me gustaría que vinieras a la ciudad y te quedaras conmigo durante los próximos
días.
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La habitación quedó en silencio por unos momentos, y Logan notó que Fémur incluso
estaba sentado pensativo en la esquina de la habitación. Se sorprendió cuando, por fin,
Madison habló, había miedo en lugar de ira en la voz de la doctora.

—Crees que él viene detrás de mí, ¿no?

Pasando una mano por su cabello, Logan observó mientras Madison sorbía
nerviosamente su café.

—Sí, creo que es una buena posibilidad. —La detective rápidamente redujo la
distancia entre ellas mientras el temblor en la mano de la rubia se hacía más pronunciado.
Tomando a la doctora en sus brazos, la abrazó, queriendo darle alguna apariencia de
protección. Permanecieron en silencio durante unos momentos, cada una absorbiendo en
silencio la fuerza y el coraje de la otra.

Con un solo dedo, Logan levantó la barbilla de la doctora y los ojos de la mujer se
encontraron con los de ella.

»No tengo idea de cuál será su próximo movimiento, pero no quiero arriesgarme en
lo que a ti se refiere. Puedo proteger a Susan fácilmente, mientras está en el hospital, pero 131
tú no eres tan fácil nunca me perdonaría si te pasara algo. —Su corazón estaba acelerado
y sus ojos azules suplicaban cuando instó a Madison a aceptar su petición⸻. Acabo de
encontrarte Madi, y que me parta un rayo si pasa algo que nos impida tener la oportunidad
de explorar lo que hemos encontrado.

El corazón de Madison dio un brinco al escuchar las palabras de Logan y no podía


recordar por qué había cuestionado sus sentimientos la noche anterior. La mujer asustada
asintió con la cabeza, casi imperceptiblemente y se estiró para depositar un ligero beso en
los labios de la detective.

—Está bien. Lo haré, pero sólo con una condición.

Soltando un suspiro que no se había dado cuenta de que estaba conteniendo, Logan
sonrió a la cara de Madison y levantó una ceja interrogativa.

—Doctora Cavanaugh, ¿cuál sería la condición?

De repente, avergonzada, Madison apoyó la cabeza en el pecho de Logan.

—Me iré, pero primero, como tiene unas horas libres, tiene que venir conmigo arriba
a dormir la siesta. Te ves como una mierda, detective. —La rubia frunció el ceño ante la
sonrisa malvada que cruzó el rostro de la detective y le dio una palmada juguetona en el
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

brazo—. Tampoco hagas tonterías, chica. Estoy cansada... estás cansada y las dos estamos
durmiendo.

Gruñendo a la mujer, Logan intentó su mejor mirada herida.

—No eres una doctora divertida.

Tomando a su protectora de la mano, Madison comenzó a guiar a la mujer por la casa


y escaleras arriba.

—Nunca dije que era una médica divertida, detective, y en este momento la doctora
está prescribiendo descanso para dos mujeres privadas de sueño, ahora ven y sé amable
antes de que tenga que ponerme mala y sacar mis agujas.

Logan siguió a la mujer y al entrar al dormitorio por segunda vez en menos de


veinticuatro horas; nuevamente se dio cuenta de los toques personales que la doctora
había implementado alrededor de la habitación. Apenas podía controlar el calor que subía
por su cuerpo mientras observaba a Madison quitarse la bata, revelando un cuerpo
delgado y musculoso, apenas cubierto por unos bóxers de raso azul y una camiseta blanca,
con un corte en la cintura. 132
Madison rápidamente se deslizó entre las sábanas y palmeó el colchón, sonriendo
ante la mirada voraz en el rostro de Logan.

»Recuerda que tienes que jugar a la buena detective. —Se cubrió el cuerpo con las
sábanas y se giró para activar la alarma mientras la mujer alta y seductora caminaba
lentamente hacia la cama, quitándose la ropa a cada paso.

Mientras observaba a la mujer desvestirse, Madison apenas pudo contener sus


propios deseos cuando la detective se quitó los jeans sobre las piernas y se paró junto a la
cama vestida sólo con su ropa interior. Cerrando los ojos, la rubia que luchaba estiró un
brazo sobre la cama, intentando bloquear la imagen seductora del cuerpo musculoso que
sabía que estaría recostado contra el suyo en unos momentos. Gimiendo levemente
cuando Logan se deslizó bajo las sábanas a su lado, la doctora tiró del cuerpo cálido y
seductor contra el de ella, metiendo la cabeza de la mujer cansada en el hueco de su cuello.

Madison rodeó a Logan con su brazo mientras sus cuerpos encajaban perfectamente
y luego yacía en silencio mientras la detective se acurrucaba más en sus brazos. El
cansancio venció al deseo, llevándose a cada una de ellas en cuestión de minutos y por
primera vez en días, las mujeres durmieron profundamente, sabiendo que la otra estaba
cerca y a salvo del mal que acechaba a la vuelta de la esquina.
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Capítulo quince

Madison se despertó con el largo brazo de Logan envuelto alrededor de su cintura y


la detective respirando con cadencia en la parte posterior de su cuello. El calor del largo
cuerpo de la mujer estirado detrás del suyo era casi más de lo que la rubia podía soportar
y sintió una cálida oleada de deseo esparcirse por todo su cuerpo. Por tentador que fuera
acostarse junto a la mujer dormida, sabía que su propia fuerza estaba disminuyendo por
momentos y que, si permanecía en la cama mucho más tiempo, el sueño no estaría en la
mente de ninguna de las dos por mucho tiempo.

Levantó suavemente el brazo de Logan y se deslizó del tierno abrazo, antes de volver
a cubrir con las sábanas a la mujer que aún dormía. Madison notó que las líneas en la
frente de la detective permanecían, delineando el estrés bajo el que estaba constantemente
con la investigación. Silenciosamente, se deslizó al baño y abrió la ducha, pensando
133
cuánto deseaba que la mujer durmiente la compartiera con ella. Jesús, Cavanaugh,
necesitas una ducha fría esta mañana. Se metió bajo el cálido rocío, bajó la temperatura
del agua, con la esperanza de extinguir el deseo que fluía por sus venas mientras
rápidamente se lavaba el cabello con champú y se bañaba.

Al salir del baño diez minutos después, Madison vio a Fémur acurrucada en la cama,
con la cabeza apoyada protectoramente en el estómago de la detective. La pequeña rubia
mostró juguetonamente los dientes y rascó la cabeza del perro deseando ser ella quien
estuviera en su lugar.

—Veo que también te gustan altas, morenas y guapas. —Sacudiendo la cabeza,


juguetonamente alborotó su pelaje y luego se vistió con un par de jeans desteñidos y una
sudadera. Volteándose en la puerta, llamó en un susurro a Fémur para que la siguiera,
pero él solo estiró su cuerpo larguirucho y bostezó antes de dejar caer su cabeza una vez
más sobre el estómago de Logan.

»Perro traidor.

Caminó descalza hasta el porche delantero para recuperar el periódico de la mañana


y luego se dirigió a la cocina para preparar una taza de café. Al ver el desayuno desechado
en la mesa, el estómago de Madison gruñó su disgusto. Bueno, vas a tener que esperar
un rato. Después de sacar la bolsa de hielo del congelador, llevó su taza de café al estudio
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

y se sentó con cautela en el sofá, colocó la bolsa fría debajo de la cadera y luego se recostó
para leer la edición matutina del Pitts-Post Gazette. Sus ojos se centraron en la imagen a
todo color que flanqueaba la portada.

El fotógrafo había captado la imagen de una detective muy cansada, muy irritable, la
misma que ahora dormía plácidamente en su cama de arriba. Al leer el artículo, la peor
parte del asesinato de la noche anterior se dio cuenta y ahora entendía la mirada suplicante
que había visto antes en los ojos de Logan. El artículo describía en detalle el espeluznante
asesinato y la violencia involucrada, citando que la información provenía de una fuente
confiable. Madison sabía que la supuesta fuente confiable sólo podía ser alguien dentro
del departamento de policía para un relato tan detallado, y sabía que la reacción de su
invitada a la noticia no iba a ser agradable.

La reportera también citaba a un destacado psicólogo de la ciudad diciendo que el


asesino se estaba volviendo inestable e impredecible. Madison sólo podía imaginarse lo
horripilante de la escena y el costo que esta investigación debía estar cobrando a la
detective. Madison era testigo del dolor, la destrucción y la muerte a diario, pero al menos,
la mayoría de las veces, obtenía cierta satisfacción por el hecho de que podía ayudar con
el proceso de curación; la mayor parte de lo que Logan veía a diario era todo lo contrario,
ya que su trabajo consistía en limpiar los restos desechados de violencia y destrucción. 134
Arrojando el papel a un lado, Madison volvió a la cocina, su estómago una vez más
ofreciendo su opinión sobre su negligencia. Después de servirse otra taza de café,
comenzó a sacar una colección de ingredientes del refrigerador y comenzó a preparar el
desayuno. Unos minutos más tarde, Fémur entró en la cocina y ofreció un ladrido a modo
de saludo.

»Oh, ya veo cómo eres. No quieres tener nada que ver conmigo hasta que hueles la
comida. —Lamiéndose los labios, Fémur miró inocentemente a su ama y repitió el bajo
ladrido—. Shhhh, está bien, está bien, cállate. —Madison vertió la comida seca de Fémur
en su tazón y reemplazó el agua en su plato antes de caminar hacia el cuarto de lavado
para abrir la puerta para mascotas. Miró al canino masticando mientras volvía a entrar en
la cocina—. Bien, quieres jugar a dos bandos, bien... también puedo.

Sirviéndose otra taza de café caliente y rellenando la suya, Madison subió las
escaleras hasta el segundo piso. Al entrar al dormitorio, se detuvo y observó en silencio
cómo Logan aún dormía plácidamente, lamentando haber tenido que despertar a la
detective. Caminando hacia la cama, dejó las tazas de café en la mesita de noche antes de
agacharse besando suavemente la suave mejilla de la mujer y sonrió mientras la mujer se
movía bajo las cálidas sábanas, entrecerrando los ojos y gimiendo cuando la luz del sol
entraba por la ventana.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

»Despierta dormilona.

Madison sonrió mientras observaba a Logan frotarse los ojos con los puños cerrados,
la acción le recordó a un niño pequeño al despertar. Sentada a un lado de la cama, le
tendió la taza de café caliente a la mujer atontada.

»Toma, tal vez esto ayude.

Deslizando su largo cuerpo contra la cabecera, Logan agarró el líquido cargado de


cafeína de la doctora y tomó un largo trago antes de hablar.

—Buen día.

Alzando una ceja, Madison se mordió el labio para no reírse de la muy desaliñada
pero linda mujer en su cama.

—Hmm, ¿supongo que no eres una persona madrugadora?

Logan dejó la observación retórica sin respuesta mientras tomaba un sorbo de su café
y se estiraba, sus ojos recorriendo el seductor sitio de la doctora. 135
—Si me traes café como este todas las mañanas, podría convertirme en una persona
mañanera.

Poniendo los ojos en blanco, Madison golpeó a la detective en el brazo.

—Vaya, creo que he liberado al monstruo que hay en ti.

Inclinándose hacia delante, Logan besó suavemente los labios de Madison y sonrió.

—No, más bien me has liberado. —Notó la mirada casi tímida en el rostro de la
doctora y se echó hacia atrás, mirando a la mujer con seriedad—. Entonces, ¿cómo has
dormido?

—Bien, gracias a ti. —Madison apoyó la mano en la pierna de Logan y miró


seriamente al detective—. Lamento haber tenido que despertarte. Parecías estar
durmiendo profundamente, pero sabía que habías dicho que tenías algo que hacer a la una
en punto.

Asintiendo, Logan tomó otro sorbo de café.

—Sí, anoche conocí a CW Langston y lo creas o no, no fue muy cooperativo. —La
detective cerró los ojos mientras se pasaba una mano por el pelo revuelto—. No sé cuál
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

es su problema con nosotros, pero tengo la intención de averiguarlo. No nos permitió


acceder a ninguno de los registros de la compañía, así que moví algunos hilos por mi
cuenta y con la ayuda de Loraine Osborne, y un juez que desprecia a Langston, pude
obtener una orden de registro. —Arqueando las cejas, la detective le sonrió a la médica—
. Estoy a punto de mostrarle al señor alto y poderoso CW Langston que no puede gobernar
el mundo entero.

Al darse cuenta de la mirada tensa en el rostro de Madison, su sonrisa se desvaneció.


Sentándose más en la cama, inclinó la cabeza para atrapar los ojos evasivos de la doctora.

»Oye, ¿estás bien?

Una sonrisa poco sincera cruzó los labios apretados de Madison y Logan supo que la
mujer estaba ocultando algo.

»Dime qué pasa, cuando he mencionado el nombre de la comandante Osborne te has


callado, sumado a tu reacción al verla el otro día, supongo que hay algo de mala sangre
entre las dos.

Sabiendo que la habían descubierto, Madison intentó descartar la pregunta. 136


—No, no mucho.

Levantando la barbilla de la doctora con los dedos, Logan atrapó los ojos de Madison
con los suyos y supo, sin lugar a dudas, que estaba tratando de contener sus verdaderos
sentimientos.

—No puede ser ni la mitad de malo que lo que ya te he contado.

La doctora pudo sentir las lágrimas brotar de sus ojos y rápidamente se alejó de
Logan, enfocándose en Fémur que yacía junto a sus pies.

—Es una larga historia. —Riendo, se secó las lágrimas de los ojos con el dorso de la
mano—. Te lo diré, pero no ahora, no tienes tiempo y el desayuno está casi listo.

Decidiendo dejar el tema por el momento, Logan trató de aligerar el ambiente.

—¿Qué? ¿Has preparado el desayuno? —Su mano tocó su pecho y se dejó caer
juguetonamente sobre las almohadas—. Caray, creo que estoy teniendo un ataque al
corazón.

La médica se puso de pie y caminó hacia la puerta. Volviéndose hacia la mujer, puso
los ojos en blanco.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Quiero que sepas que soy una cocinera maravillosa. —Señaló hacia el baño y le
lanzó al detective una sonrisa burlona—. Ahora levántate y dúchate. He lavado tu ropa y
te la voy a traer. —Sonriendo a la mujer que descansaba, Madison llamó a Fémur y esperó
mientras el perro se dirigía hacia ella—. Yo... ummm, no he podido lavar tu ropa interior,
así que tendrás que usar tu ropa sucia o tomar prestada algo de la mía.

Tragando saliva, Logan sintió que el calor subía entre sus piernas.

—Yo... ahhh... bueno... supongo que podría... ummm... ir sin ropa interior.

—Bueno, sí, supongo que esa es una opción, detective. —Madison tuvo que
morderse el labio para no reírse en voz alta de la mujer nerviosa—. Date prisa, odiaría
tener que comer sin ti. —Cerrando la puerta, la doctora comenzó a caminar de regreso a
la cocina preguntándose por cuánto tiempo sería capaz de contenerse con Logan
McGregor.

₪₪₪₪₪
137
Al entrar a la cocina, Logan no pudo evitar recordar los eventos de la noche anterior
en esta habitación. Madison estaba sacando una quiche del horno y levantó la vista justo
a tiempo para ver el rostro oscuro de la detective.

—Cuando he dicho apúrate, no he querido decir que tenías que romper ningún récord
de velocidad.

Recuperándose rápidamente y encogiéndose de hombros, Logan se apoyó contra la


isla y tomó un trozo de tocino del plato en la mano de Madison.

—Los policías son como los médicos, nunca sabemos cuándo nos llamarán en medio
de la noche, así que he tenido que aprender a ducharme y vestirme rápido.

Colocando el plato en la mesa, Madison recuperó la quiche de la cocina.

—Tiene razón, detective.

Mirando alrededor de la habitación, Logan buscó el periódico de la mañana. Sabía


que la doctora estaba suscrita por haber visto la edición del día anterior en el estudio la
noche anterior.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—¿Tienes el periódico de la mañana? Quiero ver lo que han escrito los buitres de
anoche.

Sintiendo un escalofrío recorrer su espalda, Madison asintió y fue al estudio a buscar


el Pitts-Post Gazette del sofá. Caminando de regreso a la cocina, mantuvo el periódico
cerca de su pecho. Entregándole el periódico a la detective con una mirada aprensiva,
caminó hacia la mesa y se sentó.

—Preferiría que no lo leyeras hasta que hayas comido. Realmente no creo que tengas
mucho apetito si lo miras ahora.

Se formaron líneas en la frente de Logan mientras fruncía el ceño y hacía una mueca.

—Maldita sea, entonces debe ser malo. —Arrojando el papel sobre la mesa, se sentó
al lado de la doctora y tomó un largo sorbo de su jugo de naranja—. Tal vez tengas razón
sobre el apetito. Será mejor que lo aproveche mientras pueda, me muero de hambre.

Madison, tratando de no mostrar su sorpresa, esperaba que Logan estuviera así de


calmada cuando finalmente leyera el artículo y descubriera que había un topo en su
departamento. 138
El desayuno fue relajante y refrescante mientras las dos mujeres hablaban sobre
Steeler y Mercy. Logan describió su cabaña en lago Conneaut y le prometió a la médica
que pasarían un largo fin de semana tan pronto como el caso terminara y la agenda de
Madison lo permitiera.

A Madison se le revolvió el estómago al pensar en un fin de semana largo con la


detective, sin nada a kilómetros de distancia que las interrumpiera como lo había hecho
el busca la noche anterior.

—Eso suena maravilloso Logan. Sólo dime cuándo y reorganizaré mi horario.

Guiñando un ojo al rostro radiante de la médica, pensó en lo mucho que había


disfrutado los últimos días, a pesar del caso en cuestión. Logan no podía recordar un
momento en que realmente se acostara con alguien que le interesara románticamente y
simplemente durmiera. Uh oh, McGregor, esto significa problemas. Se puso de pie y
regresó a la cocina, volvió a llenar las tazas de ambas, dándole tiempo a su acelerado
corazón para que se calmara. Maldita sea, ¿cómo me hace eso con sólo una sonrisa?

Después de depositar los platos vacíos en el fregadero, Madison se deslizó detrás de


Logan y envolvió sus brazos alrededor de la cintura de la mujer alta, acercándola, tratando
de ignorar la sensación de la voluminosa pistolera atada al costado de la detective.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Umm, hueles bien.

Logan se giró en los brazos de la médica e inclinó la cabeza para capturar los labios
de Madison con los suyos, saboreando el largo beso de la mañana. Levantando la cabeza
después de un largo momento, sonrió a los ojos del médico.

—Umm, sabes bien.

Madison mordisqueó suavemente la barbilla de la mujer más alta.

—Tú también, pero desafortunadamente tendremos que esperar un tiempo, creo que
tiene una orden de registro que cumplir, detective. —Al oír un gruñido profundo escapar
de la garganta de Logan, se echó hacia atrás poniendo una distancia segura entre ellas, sin
saber si podría resistir cualquier otra tentación.

Entregándole a Madison la taza de café recién hecho, caminó de regreso a la mesa.

—¿Tengo al menos tiempo para leer la basura?

Madison miró a la detective especulativamente mientras sorbía su café. 139


—Sí, pero mientras haces eso, creo que seré una cobarde y le llevaré una taza de café
a la oficial Freeman.

Con una mirada angustiada en su rostro, Logan extendió el papel sobre la mesa frente
a ella, y al instante vio su propia imagen frunciendo el ceño a la cámara.

—Jesús, pensarías que podrían tomar fotos de algo más interesante.

Madison escapó, dejando a la mujer que murmuraba sola en la cocina para leer el
inquietante artículo, sabiendo que cuando regresara, la mujer estaría de mal humor. Al
abrir la puerta principal, notó el silencio inusual a su alrededor. Muy pocas personas
transitaban por la carretera frente a la casa, pero notó que incluso los sonidos sutiles de la
naturaleza estaban ausentes. Caminando hacia el automóvil, la médica vio a Freeman
sentada en el asiento delantero de la patrulla y le dio los buenos días cuando se acercó.
Al ponerse al lado del coche patrulla, la taza se le resbaló de la mano y se hizo añicos en
el camino mientras su cerebro asimilaba la vista que tenía delante. Una mancha oscura
llenó la camisa de la oficial, mientras los ojos abiertos, pero sin vida, miraban a través del
parabrisas.

Logan estaba leyendo el artículo cuando escuchó que Madison gritaba frenéticamente
su nombre. Al pasar por la puerta principal, vio la postura rígida de la rubia y la taza rota.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Corrió al lado de la cirujana y, al ver el cuerpo ensangrentado de la oficial dentro del


automóvil, condujo a la médica de regreso a los escalones de la entrada.

⸻Quédate aquí y no te muevas. ⸻Logan soltó el broche de su pistolera y con


cuidado se dirigió hacia el coche patrulla, sabiendo en su interior que la oficial estaba
muerta y que el asesino se había ido hacía mucho tiempo. A través de la ventana abierta,
vio que su intuición había sido correcta. Todo lo que podía hacer en este momento era
informar del incidente y esperar que el equipo de CSI pudiera encontrar alguna evidencia.

Dio un paso atrás del coche, volviendo a la mujer pálida y temblorosa sentada en los
escalones de la entrada. Cuando se arrodilló ante la mujer temblorosa y tomó sus manos,
pudo sentir los signos fríos y pegajosos de la conmoción. Con un brazo alrededor de la
cintura de la cirujana, Logan deslizó su brazo debajo de las piernas de Madison,
levantándola y llevándola al estudio. Colocando a la mujer abatida en el sofá, envolvió
una manta alrededor de sus hombros.

Madison estaba sentada en silencio, sus manos heladas, su rostro mortalmente pálido.
Alcanzando el teléfono en la mesa auxiliar, Logan llamó a la comisaría de Pittsburgh.
Sabía que se estaba arriesgando a llamar a su propio equipo antes de notificar a la policía
de Bridgeville, pero la detective tenía que asegurarse de que la escena permaneciera 140
limpia para el equipo de CSI. Completando la primera llamada, marcó a su teniente y le
informó de su decisión. Sorprendentemente, estuvo de acuerdo con su juicio y le informó
que estaba en camino. Después de darle al teniente indicaciones para llegar a casa de
Madison, la preocupada mujer colgó el teléfono y se volvió hacia la temblorosa rubia.

Los ojos de la cirujana todavía estaban vidriosos, pero el temblor en sus manos había
disminuido. Logan susurró suavemente mientras la abrazaba.

»Está bien, cariño. Estoy aquí, nadie te va a lastimar, lo prometo. —Después de


varios minutos, Madison comenzó a moverse y sus ojos comenzaron a enfocarse. La
detective se reclinó sobre sus nalgas, queriendo que la doctora viera su rostro, mientras
volvía a la realidad.

Madison parpadeó varias veces y cuando se dio cuenta de su entorno, sus ojos se
encontraron con los de Logan. El temblor incontrolable volvió cuando las lágrimas
brotaron de sus ojos y sintió que los brazos gruesos y protectores de la detective la
acercaban.

»Está bien, déjalo ir, ahora estás a salvo.


CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Madison sintió que las lágrimas corrían por sus mejillas y sintió los fuertes brazos de
la detective apretando sus hombros. Con voz temblorosa, rota por ásperos sollozos, la
doctora hizo la pregunta cuya respuesta ya sabía.

—Está muerta, ¿no?

Ya sin confiar en su voz mientras la ira brotaba dentro de ella, amenazando con
explotar, asintió. El asesinato de la oficial, mientras dormía a menos de diez metros de
distancia, fue un mensaje claro de que el asesino se estaba burlando de sus habilidades
como investigadora.

Sostuvo a la mujer que sollozaba hasta que los lamentos se convirtieron en gemidos
silenciosos. De repente, el cuerpo de Madison se tensó y apartó los brazos de Logan
mientras trataba desesperadamente de levantarse.

—Fémur, oh Dios mío, ¿dónde está Fémur?

Logan empujó a Madison contra los cojines con mano firme.

—Lo encontraré. Quédate aquí y escucha al equipo CSI. —Caminando rápidamente 141
hacia la cocina, tuvo un presentimiento en la boca del estómago sobre el paradero del
labrador. Abrió la puerta trasera y salió corriendo al patio, silbando y llamando al
labrador, cada llamada sin respuesta, haciendo un nudo más en su estómago. Sus ojos
recorrieron el gran patio trasero y cuando pasó por el cenador, una forma oscura que yacía
en la hierba apareció en su línea de visión. Arrodillándose junto al canino, le tomó el
pulso, luego levantó la forma inerte y comenzó a caminar hacia la casa.

Logan captó un movimiento en la puerta y sus ojos se encontraron con los de


Madison. Sintió un nudo en su propia garganta cuando vio que la médica se llevaba la
mano a la boca para sofocar el grito de angustia. Corriendo escaleras abajo, la temblorosa
rubia tomó el cuerpo inerte de los brazos de la detective y mientras sostenía al animal
cerca, caminó de regreso a la casa.

Logan sólo podía mirar impotente, con una lágrima corriendo por su rostro, mientras
Madison cerraba la puerta de una patada, dejándola afuera, dejándola de pie en el aire frío
de la mañana, sola y, por primera vez desde que podía recordar... asustada.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Capítulo dieciséis

El equipo de CSI pasó la mayor parte del día revisando la propiedad de Madison con
un peine de dientes finos en busca de cualquier cosa que pudiera proporcionar una pista
sobre el caso. Logan sabía que la muerte de la novata se produjo a manos del asesino del
distrito Strip y se menospreció mentalmente por permitir que una oficial sin experiencia
participara en la vigilancia.

Sin saber qué hacer, Logan maldijo por lo bajo y miró su reloj, dándose cuenta de
que tenía que irse pronto para reunirse con los otros investigadores en el edificio Langston
para entregar la orden de registro. No quería abandonar la escena, pero sabía que no había
nada más que pudiera hacer.

La detective vaciló antes de subir los escalones hasta la puerta principal y tocar el
142
timbre. Logan no reconoció los resonantes pasos mientras cruzaban el piso de mármol del
vestíbulo y supo por la cadencia que alguien más que la dueña de la residencia la
saludaría. Después de unos momentos, la puerta se abrió y Logan se encontró con una
rubia muy atractiva, sus ojos expresaban un resentimiento casi palpable por la intrusión.

—¿Puedo ayudarla oficial?

La detective alta se tomó un momento para estudiar los ojos penetrantes de la mujer
que tenía delante, insegura de cómo debería acercarse a la mujer antes de simplemente
pedir hablar con la médica.

—¿Puedo hablar con la doctora Cavanaugh? ¿Por favor?

—Lo siento, pero la doctora está descansando en este momento. ¿Hay algo que pueda
hacer por usted?

Tomada por sorpresa cuando la valiente mujer negó rotundamente la solicitud, la


detective levantó una solitaria ceja oscura.

—Bueno, no, lo siento, no lo hay, señorita ahhh... no he entendido su nombre.


CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

La guardiana de cabello rubio, impasible ante las demandas de Logan, le devolvió


una mirada igualmente desalentadora.

—No recuerdo haberle dado mi nombre oficial, así que, si me disculpa, tengo cosas
más importantes que atender.

Cuando la mujer no intimidada comenzó a cerrar la puerta, Logan se movió a la


velocidad del rayo, colocando su pie sobre el umbral, evitando efectivamente que la mujer
la dejara fuera de la casa.

—De verdad, me gustaría ver a Madison, ahora, por favor.

Una mirada glacial pasó entre las dos mujeres, cada una luchando por el control antes
de que la mujer más pequeña finalmente soltara un gruñido bajo y se hiciera a un lado,
abriendo la puerta para que entrara la tensa y estresada detective. Los ojos de Logan
recorrieron las habitaciones adyacentes en un intento de localizar a la doctora, mientras
escuchaba los sonidos que pudieran revelar el paradero de la pequeña mujer rubia, pero
sus ojos se posaron sólo en las habitaciones vacías y su agudo oído no percibió ningún
movimiento en el primer piso de la residencia.
143
Se giró hacia la mujer que la miraba molesta y se molestó por su actitud autoritaria.

—¿Le importaría traerme a la doctora?

—En realidad lo haría, pero puedo ver que no se irá hasta que lo haga. —La mujer
se volvió rápidamente, retrocedió escaleras arriba y dejó a Logan sola en el vestíbulo.
Varios minutos después, la rubia reapareció en lo alto de las escaleras y gritó—. Puede
subir, detective.

Logan subió los escalones de dos en dos, llegando a la parte superior de las escaleras
en segundos sólo para que la mujer de cabello rubio obstaculizara su progreso una vez
más.

»Sólo unos minutos, necesita descansar. —Asintiendo, Logan observó cómo la mujer
bajaba las escaleras, parecía saber muy bien cómo moverse por la casa, y se preguntó qué
papel jugaba la misteriosa rubia en la vida de Madison.

Al entrar en la suite principal, los ojos de Logan buscaron a la médica en la habitación


sin éxito. Se quedó en silencio en la entrada, escuchando atentamente y escuchó una voz
suave y gentil que venía del vestidor de gran tamaño al otro lado de la habitación.
Caminando con ligereza sobre la alfombra de pelo largo, se detuvo en la puerta del
armario cuando vio a Madison sentada sobre un almohadón en medio del suelo junto a
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Fémur. Metiendo su cuerpo alto en el espacio reducido, se arrodilló junto a la mujer de


aspecto frágil, colocando suavemente una mano sobre su hombro.

—¿Cómo está?

Una lágrima se deslizó por la mejilla de Madison, que rápidamente se secó con el
dorso de la mano antes de mirar a los ojos preocupados.

—Va a estar bien. Nicole ha dicho que tiene lo que equivale a una conmoción
cerebral en humanos y que debería estar despierto pronto.

Supuso que la luchadora mujer de abajo debía ser la veterinaria de Fémur, pero aún
no entendía la naturaleza protectora de la mujer. Mirando alrededor del pequeño recinto,
la curiosidad de Logan se apoderó de ella.

—¿Por qué el armario?

Una sonrisa cruzó el rostro de Madison mientras acariciaba suavemente la cabeza del
labrador.
144
⸻Siempre viene aquí cuando no se siente bien. ⸻Sus ojos recorrieron el contenido
del armario antes de enfocarse en la detective arrodillada a su lado—. No sé si es el olor
de mi ropa o la seguridad de un lugar pequeño, pero sea lo que sea, él se siente seguro
aquí.

La detective comprendió cuando dejó caer la mano para acariciar el corto pelaje
oscuro a lo largo del flanco de Fémur.

—Ya veo. ¿Cómo estás, y.… ummm, cómo está el... ahhh moretón? —Ojos
preocupados vieron como la doctora se encogía de hombros, otra lágrima corría por su
mejilla.

—Estoy bien, ahora que sé que Fémur estará bien. —Los ojos asustados y llenos de
dolor miraron a la detective mientras buscaba el rostro de Logan—. Ya ha pasado por
mucho. Tenía miedo de haberlo perdido.

Logan acarició los hombros tensos de la doctora mientras se sentaba en el suelo,


deslizándose más cerca de Madison y rodeándola en un cálido abrazo.

—Lo sé. También estaba asustada.

La pequeña rubia se inclinó hacia el fuerte cuerpo de Logan mientras acariciaba


distraídamente la espalda de Fémur.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—¿Has encontrado algo de alguna utilidad afuera?

Soltando un suspiro de frustración, la detective negó con la cabeza.

—No. Nada hasta ahora. Me voy en unos minutos para regresar a la ciudad. Tal vez
la orden de registro que estamos entregando en Langston proporcione alguna información
útil.

Un ruido procedente del dormitorio sobresaltó a ambas mujeres y el brazo de Logan


se tensó alrededor del hombro de la médica en una respuesta protectora. Levantaron la
vista al unísono para ver a Nicole de pie en la puerta, con el ceño fruncido en su rostro.

—Se acabó el tiempo, detective.

Los ojos de Logan recorrieron de la mujer con los brazos cruzados a la sonriente
doctora rubia a su lado. Encogiéndose de hombros, la detective desdobló su musculoso
cuerpo del suelo y se levantó.

—Sí, señora, me voy.


145
Satisfecha de que la intrusa se dispusiera a irse, Nicole dio media vuelta y salió de la
habitación, dejando en el armario a una detective enfadada y a una médica dolorida pero
sonriente.

—Puede ser un poco autoritaria a veces, pero tiene buenas intenciones.

—Humph, autoritaria no es exactamente la palabra que usaría para esa mujer,


doctora.

Madison le tendió la mano a la detective y decidió que podía dejar al perro en


recuperación durante unos minutos.

—Ayúdame a levantarme y te acompañaré a la puerta.

Un brazo fuerte levantó a la esbelta mujer del suelo y la abrazó cálidamente.

—¿Puedo llamarte más tarde?

La doctora mordisqueó suavemente la barbilla de Logan mientras levantaba una ceja


bien cuidada.

—Será mejor. Creo que nos quedaremos contigo por un tiempo y necesitaré algunas
indicaciones para llegar a tu casa.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Una sonrisa cruzó el rostro de Logan mientras miraba los ojos hinchados y
enrojecidos por las lágrimas de la doctora, y sintió algo cálido extenderse por todo su
cuerpo.

—Así es, te vas a quedar conmigo. Te llamaré cuando termine con Langston y
volveré a buscarlos a ti y a Fémur.

La doctora rozó sus labios con los de Logan y luego tomó la mano de la mujer,
guiándola fuera de la habitación y escaleras abajo. Cuando llegaron al vestíbulo, se formó
un nudo en el estómago de Madison cuando miró hacia la puerta, recordando la carnicería
que había ocurrido afuera en el camino esa mañana. Madison eligió no cruzar el umbral,
se despidió en la puerta y observó cómo la detective alta y morena se abría paso por el
césped, evitando las pequeñas banderas rojas que salpicaban el césped en letargo.

Sólo después de que Logan hubo desaparecido por la esquina de la casa, cerró la
puerta y se volvió para reunirse con Fémur, sosteniendo su cadera aún tierna. Mientras
subía los escalones hasta el segundo piso, una repentina oleada de miedo atravesó el
cuerpo de la doctora al saber que su protectora alta y oscura pronto la dejaría sola para
caminar por la casa a la que nunca más llamaría su refugio seguro.
146
₪₪₪₪₪

El teniente Beaudry llegó justo cuando Logan subió a su camioneta para conducir de
regreso a la ciudad. Esperó mientras el hombre corpulento caminaba hacia su vehículo,
notando que la cojera en su forma de andar había empeorado progresivamente en las
últimas semanas. En lo que podría haber sido un error fatal, su supervisor intervino en
una disputa doméstica que presenció de camino a casa desde el trabajo el otoño anterior.
Después de pedir refuerzos, se acercó a la pareja que discutía frente a su destartalado
edificio de piedra rojiza. La mujer, con un bate de béisbol, intentaba defenderse de su
marido borracho con amplios movimientos arqueados, sin preocuparse por la creciente
multitud. El teniente había intentado someter al hombre, pero la hoja de una navaja
automática de diez centímetros se incrustó profundamente en su muslo.

Al igual que con la mayoría de las disputas domésticas, la mujer involucrada había
elegido volcar su ira hacia el oficial de policía caído y procedió a golpearlo con el bate de
béisbol ensangrentado que unos segundos antes había estado golpeando a su esposo. Los
oficiales auxiliares tardaron varios minutos en recuperar el control y, cuando llegaron los
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

paramédicos, el teniente estaba inconsciente y yacía sobre un gran charco de su propia


sangre.

Como uno de los oficiales que brindó respaldo en el incidente, Logan recordó la
noche con extrema claridad, ya que las imágenes volvieron a pasar por su mente. El
cuchillo se había hundido profundamente en la pierna de Beaudry, cortando la arteria
femoral y provocando una hemorragia profusa. Logan recordó el flujo continuo de sangre
que brotaba de la herida y se dio cuenta de que, a menos que se detuviera, resultaría mortal
en cuestión de segundos.

Se estremeció al recordar el miedo que se había apoderado de su corazón mientras


estaba sentada junto a Beaudry en la acera, tomándolo de la mano y susurrando
tranquilizadoramente a un oído que no escuchaba... aplicando presión en su ingle...
orando en silencio a un Dios con el que rara vez hablaba... suplicando por la vida del
hombre cuyo pulso podía sentir bajo la punta de sus dedos... con la esperanza de que no
se desangrara... mientras escuchaba con impaciencia las sirenas que se acercaban.

Logan había paseado por los largos pasillos mientras su oficial al mando luchaba por
su vida más allá de las puertas de las salas de cirugía. Fueron seis horas insoportables más
tarde cuando un cirujano obviamente exhausto se abrió paso a través de las puertas y le 147
dio a la familia, amigos y camaradas del teniente en la sala de espera llena de gente, la
noticia de que sobreviviría. Sólo entonces, Logan finalmente soltó un respiro reprimido
y se permitió relajarse.

Horas más tarde, se había sentado en los escalones de la entrada de su casa, todavía
con la misma ropa salpicada de sangre y soltó el miedo reprimido y las emociones que
había mantenido a raya durante la mayor parte de la noche. Los sollozos eran feroces y
apasionados, pero purificadores y permitía que sus emociones tomaran el control por
primera vez desde que había recibido la llamada.

Durante la recuperación del teniente de la herida de arma blanca, el brazo y la pierna


rotos, un vínculo que ninguno de los dos entendía realmente, pero que selló sus vidas
juntos. Logan había sentido una afinidad... un deber de proteger a su oficial al mando
hasta que se hubiera curado y llevaba esa responsabilidad con orgullo mientras lo visitaba
y lo empujaba con fuerza para luchar y recuperarse.

Meses de fisioterapia siguieron a la extracción de las escayolas de su brazo y pierna


y el progreso angustiosamente lento que había desgastado la paciencia moderada del
teniente. Sin dejarse intimidar por el comportamiento duro, a veces cruel, de su oficial al
mando, Logan continuó presionándolo para que diera un paso más, completara una pierna
o un banco más, o caminara un kilómetro más, hasta que los largos meses de agonía se
convirtieron en victoria.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Fue durante ese tiempo que el teniente también se interesó personalmente en Logan,
personal y profesionalmente, siempre empujándola a ser más de lo que creía capaz a
veces. La detective sabía que no estaría al frente del grupo operativo del distrito Strip si
no fuera por su teniente y, mientras lo observaba acercarse, no podía decidir si quería
abrazarlo por el cuello o darle un puñetazo en la cara.

—Buenos días, teniente.

—McGregor —El hombre canoso se apoyó pesadamente contra el costado de la


camioneta, tratando sin éxito de ocultar el ceño inducido por el dolor que ensombrecía su
rostro.

—Infórmame sobre lo que tienes hasta ahora.

Se estiró, abriendo la puerta del pasajero.

—Quita el peso de tu pierna papá y haré exactamente eso.

La camioneta se inclinó cuando la pesada estructura del teniente se asentó en el


asiento. Gruñendo, se volvió hacia la detective, dándole su mejor mirada intimidatoria. 148
—Si alguna vez me llamas así en la sala de la brigada y te voy a degradar a policía
de parquímetro, idiota.

—Sí, claro. No podrías vivir sin mí y lo sabes.

—Lo que sea, Mac. Me das más acidez estomacal que todas mis ex esposas juntas.
—Las comisuras de su boca se curvaron en una sonrisa reveladora mientras miraba a la
mujer que no sólo era su mejor oficial, sino alguien a quien había llegado a considerar
como una hija y también una amiga—. Así que adelante, no tengo todo el día para tirarme
pedos contigo.

Logan le comentó del progreso, o la falta del mismo, que se había hecho en el caso
hasta la fecha. Después de escuchar las sugerencias del teniente Beaudry de andar con
cuidado en el desarrollo de Langston, Logan comenzó a conducir hacia la ciudad en
silencio con la esperanza de encontrar una solución al caso. Algo... cualquier cosa que la
acercara a detener al asesino del distrito Strip.

₪₪₪₪₪
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

CW Langston estaba sentado estoicamente en el sillón de orejas de cuero a la


cabecera de la larga mesa de conferencias de caoba, mirando con furia a los tres hombres
y una mujer. Aunque el propio Langston había supervisado personalmente el barrido
electrónico de la sala de conferencias unos minutos antes, todavía dudaba en hablar del
asesinato de Thomas Peters cuando una emoción poco conocida lo invadió. El miedo era
una emoción que CW Langston provocaba en los demás, no una que él mismo estuviera
acostumbrado a experimentar y, mientras miraba a su hija, se dio cuenta de que, incluso
con todo su poder e influencia, proteger a Christine podría no ser algo que él pudiera
hacer... no ahora... no después de Thomas.

⸻He hecho arreglos para que se les asigne un guardaespaldas personal a cada uno
de ustedes hasta que termine esta locura.

—CW, ¿exactamente qué se supone que debemos hacer ahora, simplemente


sentarnos y esperar a que nos maten como Peters? —Los ojos azules recorrieron los otros
rostros que rodeaban la mesa en busca de apoyo. Christine Langston, aunque poderosa
por derecho propio, nunca se había enfrentado al todopoderoso Zar de Langston
Development. Tal vez alguien debería haberlo hecho. Entonces no estaríamos sentados
aquí temiendo por nuestras vidas. Christine fue sacada de sus cavilaciones por una voz
suave pero confiada a su lado. 149
—No tengo ninguna duda de que estarás bien protegida con los guardias que he
dispuesto para ti. No hagas nada estúpido y estarás a salvo. —Haciendo contacto visual
con su hija, CW Langston levantó una ceja canosa en desafío—. Creo que sería mejor
emplear nuestro tiempo tratando de contener esta situación antes de que se complique
más.

Pasando una mano por el cabello ralo, el director general soltó un suspiro de
frustración.

»La policía y una detective particularmente ingobernable están actualmente abajo en


mi despacho hurgando en los registros de adquisición de los últimos cinco años. —Los
labios se curvaron en una sonrisa mientras miraba a Lester Donovan—. Estas personas
son policías y no tienen idea de lo que están mirando, así que no me preocuparía
demasiado por ellos. —Duros ojos se volvieron hacia Christine Langston—. Lo que sí
me preocupa es la mujer McGregor. No tengo evidencia persuasiva para usar como medio
para convencerla de que se vaya; es una de las duras... limpia y honesta.

Ojos fríos alimentados por un corazón aún más frío estudiaron a su hija.

»Encuentra algo... lo que sea, y si no hay nada que encontrar, entonces, crea un poco
de persuasión para mí.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Ojos insensibles sostuvieron los de Langston mayor mientras ella asentía lentamente.
Años de moverse en el tablero de ajedrez corporativo como un peón para promover la
carrera y el poder de su padre habían obligado a Christine Langston a ocultar bien sus
emociones. Nadie sabía sus verdaderos pensamientos y sentimientos con respecto al
hombre al que llamaba su padre y la corporación de desarrollo y nadie lo sabría hasta que
estuviera lista para dejarles ver a la verdadera Christine, la mujer que ella misma había
pensado durante años que estaba enterrada para nunca ser descubierta.

₪₪₪₪₪

Logan se pasó una mano frustrada por su cabello largo y oscuro mientras miraba
alrededor de la habitación desordenada, cajas y cajas de registros apilados a lo largo de la
pared del departamento de contabilidad. No tenía idea de lo que estaba buscando, pero
sabía en su interior que la respuesta se encontraba dentro de estas paredes. De alguna
manera, el asesino del distrito Strip y Langston Development estaban conectados y la
detective prometió no irse hasta encontrar el vínculo. 150
El juez que firmó la orden de registro había brindado un amplio campo en el que
trabajar, permitiendo la búsqueda e incautación de registros, computadoras y estados
financieros pasados y actuales, junto con cualquier propiedad personal o información
perteneciente a cualquiera de los ejecutivos involucrados que estuviera incluida en los
archivos de personal.

Adversario de mucho tiempo de CW Langston, el juez disfrutó en silencio la idea de


poder luchar contra el hombre en terreno legal, ya que el largo brazo de la ley y sus
interpretaciones, a menudo imprecisas, le proporcionaban las armas. La detective había
usado su conocimiento de la animosidad entre los dos hombres poderosos como arma
propia para luchar contra los poderes ocultos dentro de la fuerza policial que cedieron
ante la presión de CW Langston y trataron de obstaculizar su investigación.

Una sonrisa cruzó su rostro cuando el hombre poderoso en persona entró en la


habitación y comenzó a gritar órdenes a los oficiales desinteresados mientras se abrían
paso a través de los pasillos de las catacumbas con registros corporativos hacia una fila
de camionetas que esperaban abajo. Ojos llameantes atravesaron los de ella mientras
Langston se precipitaba hacia ella, con el rostro rojo y las fosas nasales dilatadas por la
ira incontrolable.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—No entrará en mis despachos e interrumpirá mi negocio. Quiero que cada una de
esas cajas vuelva a colocarse donde las encontró y que no se altere ni un solo registro.
Oficial, ¿estoy siendo claro?

Logan escuchó pacientemente mientras Langston despotricaba y sólo habló después


de haber completado sus demandas.

—Entiendo sus preocupaciones, señor Langston. Sin embargo, tengo que dirigir una
investigación de asesinato y parte de esa investigación incluye que nuestros asesores
financieros auditen estos archivos en un intento de localizar cualquier pista que nos lleve
al asesino. —Una sonrisa de satisfacción cruzó los labios de la detective mientras
observaba palidecer el rostro del director general. Te tengo hijo de puta, ahora sé que hay
algo aquí—. Tan pronto como hayamos completado la investigación, estaré feliz de
devolver los registros.

Pasó junto al hombre furioso y lo escuchó maldecir mientras se dirigía hacia la puerta.

—No puede simplemente venir aquí e irrumpir en mi despacho. Me encargaré


personalmente de que usted y su superior sean reprendidos por este comportamiento
escandaloso, jovencita. 151
La detective alta y morena se detuvo y se volvió hacia Langston.

—Adelante, trate señor Langston y le prometo que haré que lo arresten a usted y a
sus compinches por entorpecer mi investigación, ocultar y manipular pruebas en una
investigación de un delito grave, así como por cualquier otra cosa que se me ocurra. —
Sonriendo, sostuvo los ojos del hombre mayor hasta que finalmente apartó la mirada—.
Le sugiero que coopere, señor Langston, o de lo contrario se encontrará en un lugar menos
que acogedor. —Dio media vuelta y salió del despacho mientras un rostro pálido la
observaba retirarse.

Langston se quedó inmóvil mientras la detective desaparecía por la puerta, mientras


su mente daba vueltas sobre los diferentes escenarios posibles. Caminando rápidamente
detrás del escritorio, se llevó el teléfono a la oreja y marcó el número familiar, esperando
una respuesta al otro lado de la línea. Después de varios timbres, una voz irrumpió en sus
pensamientos.

—Esta mujer va a ser más difícil de contener de lo que pensaba anteriormente.


Inventa algo de tu parte y ponlo en marcha. Si no podemos detenerla por completo, tal
vez podamos decirle suficientes tonterías para que no tenga tiempo de preocuparse por
nosotros.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

El director ejecutivo, después de colgar el teléfono, se dirigió por el pasillo hacia los
ascensores en su camino hacia la única persona que sabía que nunca lo decepcionaría.
Mientras el elegante ascensor privado subía por el rascacielos hasta el ático, los
pensamientos de CW Langston viajaron de regreso a los eventos de los últimos cinco
años. Uno de los momentos más brillantes de su carrera fue cuando el proyecto de
restauración del distrito Strip se hizo realidad, pero se dio cuenta de que todo sería en
vano si la entrometida detective que hurgaba en los archivos corporativos tropezaba con
sus secretos más oscuros.

Sin llamar, CW entró en el lujoso despacho y se sentó sin invitación en una silla
frente a la pequeña mujer de cabello rubio, esperando con impaciencia que ella
completara su llamada telefónica. Antes de que el teléfono estuviera apenas en la base,
espetó con impaciencia:

»Es hora de que hagamos otros arreglos con respecto al problema en cuestión,
querida.

Christine suspiró mientras miraba a su padre.

—Ojalá hubiera otra manera, CW 152


—No la hay. —Sus ojos se clavaron en los de su hija—. No puedo permitirme estas
distracciones, Christine, y tú tampoco. Es hora de reducir nuestras pérdidas y seguir
adelante.

El mayor de los Langston se puso de pie mientras su hija observaba con tristeza los
movimientos lentos e inseguros del hombre al que siempre había admirado y emulado. El
otrohora poderoso CW Langston ahora era una nova que se desvanecía, desapareciendo
lentamente después de largos años de ser el hombre más brillante, rico y poderoso de la
ciudad.

—Lo sé, papá. Me encargaré de todo, lo prometo. —Observó mientras su padre


cerraba la puerta en silencio contemplando sus opciones antes de buscar en su maletín el
celular personal. Hay cosas que simplemente no necesitas saber, papi.

La rubia delgada se abrió paso a través de los atestados pasillos del desarrollo
Langston reconociendo a cada empleado con el que pasaba por su nombre. El primer
punto de su agenda cuando ingresó a la empresa fue familiarizarse con la mayor cantidad
posible de empleados. La experiencia le había enseñado que los amigos siempre eran
útiles y beneficiosos en momentos de necesidad de apoyo. Su padre pensó que era una
pérdida de tiempo valioso, ya que nunca había aprendido los nombres de nadie bajo las
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

filas de vicepresidente, excepto su secretaria, quien durante muchos años fue también su
esposa.

Caminando rápidamente hacia la puerta, deslizó el delgado teléfono en el bolsillo de


su chaqueta y salió del edificio. Varias cuadras más tarde, después de encontrar un lugar
apartado y tranquilo para sentarse, sacó el teléfono de su bolsillo y miró a su alrededor
una vez más antes de presionar los números que sabía de memoria. Esperando que
contestaran el teléfono del otro lado, una pequeña sonrisa cruzó sus labios al recordar la
primera vez que marcó el número. La voz familiar al otro lado de la línea rompió sus
pensamientos y la sonrisa se desvaneció tan rápido como había aparecido.

»Hola cariño, soy yo. Necesito que organices esa reunión que hemos estado
discutiendo... y hazlo lo antes posible. Esto se está saliendo de control.

153
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Capítulo diecisiete

A lo largo de la tarde, Madison ocupó su tiempo cuidando a Fémur y preparándose


para cerrar la casa por un tiempo indeterminado. El resentimiento de la doctora por tener
que huir de su casa se agravó aún más cuando vio a los oficiales uniformados y al equipo
de CSI pululando por su jardín. El forense había retirado hacía mucho tiempo el cuerpo
de la oficial Patty Freeman, pero la mujer sabía que nunca más podría caminar por el
camino de entrada que conducía a la casa sin ver el rostro sin vida y con los ojos abiertos
de la oficial asesinada en la patrulla. Con una sensación de urgencia que no entendía del
todo, la doctora comenzó a empacar sus pertenencias en una gran maleta preparándose
para el regreso de Logan, agradecida de que la detective llegaría pronto y la llevaría a un
lugar más seguro y menos volátil.

Con cierta desgana y un empujón amistoso hacia la puerta, Nicole había regresado a
154
la clínica para consultar con sus asistentes y cerrar la consulta por el día. Las dos doctoras
habían asistido a la escuela Ellis para niñas durante sus años de escuela secundaria y
habían pasado gran parte de su tiempo juntas como devotas amigas. Madison recordó el
tiempo difícil que la rubia rojiza pasó tratando de que ella se abriera y comenzara a hablar
después de regresar a la escuela después de la muerte de su padre. La humillación que
había sentido al ver a su padre, una figura pública muy conocida, morir en los brazos de
otra mujer era casi demasiado para soportarla. Sin embargo, Nicole sólo se encogió de
hombros como si fuera algo cotidiano.

La chica retraída, al principio, se había resistido a los intentos de conversaciones


amistosas de su carismática compañera de clase, pero pronto se encontró conversando,
poco a poco, para sorpresa y deleite de Nicole. Pronto se hicieron muy amigas y pasaron
muchos días juntas compartiendo sus esperanzas y sueños para el futuro. Madison recordó
lo perdida y sola que había estado después de graduarse. Por insistencia de su madre,
había asistido a la escuela de medicina en la Universidad de Pittsburgh, mientras que
Nicole había continuado sus estudios en la escuela de veterinaria en Champaign, Illinois.
Durante los años difíciles de cursos y prácticas, habían perdido el contacto, pero siempre
supo que había un vínculo entre ellas que nunca se desvanecería.

No fue hasta el regreso de Nicole a Pittsburgh, tras graduarse de la Facultad de


Medicina Veterinaria de la Universidad de Illinois, que se dieron cuenta de cuán
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

estrechamente eran paralelas sus vidas. Las dos mujeres se reunieron mientras asistían a
una recaudación de fondos para la sociedad de rescate ecuestre local y después de
presentarle a Madison a su compañera Sara Michaels, las mujeres pasaron el resto del
evento sentadas al margen de la actividad hablando y recuperando los tiempos perdidos.
Los gestos inquietos y las miradas de soslayo que compartían Nicole y Sara no escaparon
a la detección de la astuta médica. Sabía que había más en la relación de lo que su vieja
amiga estaba revelando y encontró las comunicaciones silenciosas entre las dos mujeres
interesantes y un tanto reconfortantes, notando mentalmente que en algún momento en el
futuro cercano ella y Nicole tendrían que tener una conversación sincera.

La tarde pasó rápidamente y mientras el trío atravesaba el estacionamiento después


de la recaudación de fondos, Nicole sugirió que se reunieran para almorzar la semana
siguiente. Madison aceptó con entusiasmo la invitación, sólo un poco decepcionada de
que Sara no pudiera unirse a ellas, pero por el contrario emocionada ante la perspectiva
de pasar un momento tranquilo con su amiga de la infancia. Cuatro días después, mientras
estaban sentadas en una pequeña tienda de delicatessen con vista al campus de la
Universidad de Pittsburgh, Nicole explicó, algo vacilante, que Sara no solo era su amiga
y directora del consultorio, sino también su amante. Madison recordó la mirada temerosa
en los ojos de su amiga cuando la mujer compartió su secreto más profundo y la expresión
de sorpresa, si no de asombro, que iluminó su rostro cuando Madison se inclinó sobre la
155
mesa, tomó su mano y, en una innegable confirmación de aceptación, reveló su propia
orientación. Después de algunas lágrimas de alivio y felicidad, las jóvenes doctoras
disfrutaron el resto de su almuerzo, cada una interrogándose ansiosamente entre sí sobre
los detalles de su descubrimiento.

La amistad renovada se había fortalecido con los años y Madison descubrió que
Nicole era la familia más cercana que había conocido en mucho tiempo. Sonriendo,
recordó la mirada de confusión e ira que apareció en el rostro de Logan más temprano ese
día cuando Nicole había ejercido su autoproclamado derecho como protectora y defensora
de Madison. Sabía que la dinámica de la relación triangular con las dos mujeres de
voluntad fuerte sería interesante y probablemente a veces sería volátil, dada su necesidad
de ser sus protectoras. Sin embargo, también sabía que, con el tiempo, las dos mujeres
resolverían sus diferencias y llegarían a aceptarse mutuamente y los roles importantes que
cada una desempeñaba en su vida.

La sonrisa se desvaneció cuando Madison reflexionó sobre el miedo abrumador que


había experimentado al ver a Logan caminar hacia la casa con el cuerpo inerte de Fémur
en sus brazos. Su primera reacción fue arremeter y lo hizo cerrando la puerta a la
detective, dejándola fuera no sólo de la casa, sino también de sus emociones y su dolor.
Por un momento, se preguntó si la detective querría continuar con la exploración de la
relación y de repente sintió un destello de miedo ante la idea de perder a Logan antes de
que tuviera la oportunidad de conocerla.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Haciendo una nota mental para disculparse por culpar injustificadamente a la


detective por el incidente, continuó empacando mientras Fémur salía de la seguridad del
armario para acurrucarse en la cama y observar atentamente cada uno de sus
movimientos.

—Hola grandulón. No creerás que me voy a ir sin ti, ¿verdad? —Dejando caer los
jeans sobre la cama, Madison se deslizó al lado del todavía asustado canino mientras una
cálida lengua húmeda pasó por su rostro con la velocidad del rayo—. Puaj. Te amo mi
amigo, pero ese aliento tuyo necesita mucha atención. —El golpeteo entrecortado de la
cola del Fémur en la cama le dijo a Madison que su compañero se sentía mejor cuando se
inclinó y le susurró al oído, deleitándose con los ladridos emocionados cuando le contó
sobre su inminente visita para ver a Clancy—. Sí, el gato salvaje no tiene ninguna
posibilidad contigo, mi amigo.

Alborotando su pelaje, Madison se puso de pie y comenzó la tarea de doblar el resto


de su ropa debatiendo en silencio cuál de sus negligés de seda debería tomar. Indecisa,
dobló cuidadosamente los tres y los colocó suavemente en la maleta antes de cerrar la
cremallera de la bolsa grande y dirigirse hacia la puerta, con una sonrisa astuta en su
rostro.
156

₪₪₪₪₪

La única luz en la habitación provenía del monitor de la computadora mientras la


figura solitaria navegaba por las páginas del sitio web del hospital Mercy en busca de
información sobre la doctora Madison Cavanaugh. Descubrir la identidad de la mujer no
había sido tan difícil como esperaba. Una vez que había adivinado el nombre de la policía
lesbiana, el resto había sido fácil. Una risa profunda llenó la habitación a oscuras mientras
el monitor parpadeaba página tras página. De repente, la risa cesó y un silencio
inquietante volvió a asentarse en la habitación cuando apareció en la pantalla una
fotografía de la atractiva rubia.

Ignorando el cigarrillo en el cenicero lleno a su lado, el hombre se inclinó


reverentemente pasando sus dedos por el rostro sonriente de la doctora rubia.

—Pronto doctora. No estará sonriendo, lo prometo. —Buscando con impaciencia un


bolígrafo en el cajón desorganizado del escritorio, empezó a escribir la información que
necesitaría para localizar la Operación Red de Seguridad.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

₪₪₪₪₪

Mientras Logan aceleraba hacia Bridgeville, su mente repasó los acontecimientos del
día. Todavía quedaban tantos cabos sueltos por atar, tantas incógnitas por descubrir.
Sabiendo que las respuestas estaban enterradas en algún lugar de las enormes salas de
archivos de Langston Development, decidió dedicar más tiempo a ese aspecto de la
investigación y dejar el trabajo duro a los agentes uniformados.

—Voy a encontrar tus secretos, viejo, y cuando lo haga, será mejor que esperes que
Madison no haya resultado herida o nunca verás el interior de una sala del tribunal.

Al entrar en el camino unos minutos más tarde, vio, no a uno, sino a dos oficiales
uniformados apoyados en la patrulla de la policía. Bajó de la cabina del Durango y caminó
hacia los oficiales, notando sus ojos nerviosos y vigilantes, sus manos moviéndose
lentamente hacia las pistolas enfundadas a sus costados.

—Buenas noches, agentes. Soy la sargento detective Logan McGregor.


157
Ambos oficiales se relajaron notablemente, sonriendo nerviosamente mientras le
devolvían el saludo.

—Umm, lo siento detective, pero yo... ahh, supongo que todos estamos un poco
nerviosos después de esta mañana, y Patty. Quiero decir, la oficial Freeman.

Asintiendo, Logan se acercó un poco más a la pareja, sus ojos revelaron la tristeza y
la culpa que sentía en su corazón.

—Eso es ciertamente comprensible. Realmente lamento lo que ha pasado. Aunque


sé que no hay nada que pueda decir para hacer que lo que sientes sea más fácil, les
prometo que atraparemos a este tipo.

Justo cuando Logan estaba a punto de responder, un automóvil se detuvo en el


camino y los tres oficiales se tensaron con anticipación nerviosa. La rubia rojiza sonrió
cuando salió del volante de su jeep y pasó junto a Logan, desacelerando sólo lo suficiente
para susurrar:

—Ahhh, detective, trabaja hasta tarde esta noche. No estarás tratando de poner un
poco de placer en su negocio, ¿verdad?

Logan sintió que su pulso se aceleraba considerablemente mientras miraba a la mujer


que ahora subía rápidamente los escalones de la entrada. Los tres oficiales observaron
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

cómo Nicole abría la puerta con una llave de su llavero y entraba en la casa, mirando
rápidamente a Logan y guiñándole un ojo antes de que la puerta se cerrara con fuerza.

La detective respiró hondo en un intento por calmar su creciente temperamento y se


volvió hacia los dos oficiales que ahora la observaban atentamente.

—Buenas noches, oficiales, y mantengan los ojos abiertos. Voy a llevar a la doctora
Cavanaugh a la ciudad en unos minutos, por lo que no habrá necesidad de permanecer
aquí durante la noche. Sin embargo, les agradecería que pase varias veces durante la
noche para ver cómo está la casa.

Ambos oficiales asintieron al unísono, visiblemente relajados al descubrir que no


tendrían que estar sentados en vigilia en el oscuro camino de entrada toda la noche.
Después de decir buenas noches, Logan caminó lentamente hacia la puerta principal sin
saber si estaba lista para enfrentar a Madison en compañía de Nicole. Cuando levantó la
mano para tocar, la puerta principal se abrió, revelando a una doctora rubia muy aliviada
y sonriente.

—Hola, ahí estás. Me alegro de que estés aquí. Estaba empezando a preocuparme.
—Alejándose de la puerta, Madison le indicó a Logan que entrara y rápidamente cerró la 158
puerta. Antes de que la detective pudiera darse la vuelta, sintió unos cálidos brazos
envolver su cintura.

—Te he extrañado hoy.

Volviéndose en el firme abrazo, Logan tomó el rostro de Madison entre sus manos y
depositó un tierno beso en los cálidos e incitantes labios, antes de inclinarse hacia atrás y
sonreír.

—También te he extrañado. He pensado que podríamos hacer una parada para


comprar comida para llevar de camino a la ciudad. Si te parece bien.

El rostro de la joven doctora reveló un ceño fruncido mientras miraba a la alta


detective.

—Oye, no soy una cita barata, detective. —Sin embargo, no pudo ocultar la sonrisa
que bromeaba en sus labios mientras golpeaba ligeramente el brazo de Logan—. Si
esperas que te acompañe, entonces necesito algo más que comida para llevar. También
necesito una película.

Logan sintió que su corazón se aceleraba cuando Madison le sonrió a la cara. Antes
de que se diera cuenta de lo que estaba haciendo, la detective se inclinó y mordisqueó
suavemente los labios de la pequeña rubia.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Hmm, sabes bien. ¿Es este el postre?

Logan observó hipnotizada cómo los ojos color verde de la doctora se oscurecían de
lujuria. Casi podía sentir el calor que irradiaba el cuerpo de Madison, mientras la tensión
sexual entre ellas se hacía más fuerte. Inclinándose, Logan volvió a capturar los cálidos
labios, aunque esta vez con la pasión que sentía constantemente por la mujer. Su
respiración se volvió irregular cuando Logan exploró el cálido capullo de la boca de
Madison con su lengua y escuchó a la mujer más pequeña gemir con la misma pasión a
cambio.

Perdidas para todo lo demás excepto la una para la otra, el sonido de la tos de Nicole
las sobresaltó a ambas y rápidamente se separaron. Mordiéndose el labio tímidamente,
Madison se volvió hacia Nicole.

—Umm, Nicki, has conocido a la detect... quiero decir, Logan esta tarde, ¿no?

Los ojos de Nicole se movieron hacia los de Logan y, por un momento, la detective
creyó ver una mirada de absoluto disgusto.

—Sí, nos conocimos más temprano. ¿Cómo está detective? ¿Alguna pista sobre el 159
caso?

La detective se sintió incómoda bajo la mirada directa de la otra mujer. Como no


estaba acostumbrada a ser examinada por los demás, sintió que su naturaleza defensiva
se apoderaba de ella.

—Sí. Bien, y estamos trabajando en ello. —Logan pudo ver la pequeña mueca de los
labios de la veterinaria cuando Madison la miró sorprendida y supo que la respuesta que
acababa de dar era exactamente lo que la veterinaria había anticipado. Colocando una
mano en la parte baja de la espalda de Madison, Logan se volvió hacia la mujer más
pequeña—. Lo siento. No era mi intención, ha sido un día muy largo y estoy un poco
estresada.

Caminando unos pasos hacia la mujer y fuera del campo de visión de Madison, Logan
permitió que sus ojos se clavaran en los de la veterinaria mientras extendía la mano.

—Tal vez debería empezar de nuevo, Logan McGregor.

Una sonrisa brilló en el rostro de Nicole cuando extendió la mano para estrechar la
mano de la detective, sabiendo que la mujer más alta la había superado.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Hola, soy Nicole Adam. Es un placer conocerte. —Las palabras intercambiadas


fueron ligeras y amistosas, aunque se estaba librando una guerra silenciosa cuando las
dos mujeres decididas se dieron la mano.

El rostro de Logan reveló una mirada peligrosa mientras levantaba una singular ceja
en desafío.

—El placer es todo mío, créeme. —Observó cómo la veterinaria absorbía el


significado oculto de sus palabras y sintió que el agarre de la otra mujer se aflojaba y
luego se soltaba por completo.

Incómodos segundos de silencio llenaron el vestíbulo antes de que Nicole apartara la


mirada de Logan y comenzara a recoger su abrigo y sus llaves.

—Madi, te llamaré por la mañana para ver cómo estás, ¿de acuerdo?

Una mirada confusa cruzó el rostro de Madison mientras miraba de una mujer a otra.

—Ummm, sí, claro. —Mientras Logan se daba la vuelta y se dirigía a la cocina,


Madison recordó de repente dónde estaría a la mañana siguiente—. No, llámame al 160
despacho después de las nueve de la mañana. Me... umm... me quedaré con Logan por
unos días.

Sintió una oleada de calor recorrer su rostro al recordar el negligé de seda que había
empacado.

»Ahh, sólo una precaución, eso es todo. —De repente, la doctora se preguntó por qué
estaba explicando y le dio a Nicole una mirada suplicante mientras se pasaba una mano
por el cabello rubio—. Mira, simplemente no hagas preguntas, ¿de acuerdo? Porque las
respuestas son algo que me falta en este momento.

Sus ojos se sostuvieron hasta que después de un largo momento, Nicole rompió el
contacto.

—Está bien. Bueno, sólo dime cómo te va mañana. Sara y yo estamos preocupadas
por ti, ya sabes. —Al salir por la puerta, se imaginó a Logan y Madison juntas en la cama
y sintió una incómoda opresión en su estómago mientras caminaba hacia el Jeep.

₪₪₪₪₪
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Después de llamar para ordenar la cena y recoger el equipaje de Madison, las dos
mujeres partieron hacia la ciudad con Fémur en la parte de atrás, molestando alegremente
mientras él asomaba la cabeza por encima del asiento. Logan no pudo evitar reír cuando
soltó un largo y emocionado gemido mientras conducían por la interestatal.

—Hola grandulón, ¿estás emocionado por ver a Clancy otra vez?

Si Madison no hubiera levantado el brazo, el canino habría estado en el asiento


delantero entre ellas. La rubia empujó suavemente a Fémur hacia la parte trasera del
Durango y se rio, volviendo a sentarse sobre la bolsa de hielo que había traído para el
viaje.

—Puedo ver que necesitamos sacarte más a menudo.

Logan se unió a la risa hasta que un pensamiento aterrador cruzó por su mente.

—Umm, no es probable que orine en el asiento, ¿verdad?

Los ojos suplicantes que se encontraron con los de Madison provocaron aún más
risas en la pequeña rubia, para disgusto de la detective. 161
—No claro que no. —Le dio al perro una mirada severa, se encogió de hombros y
dijo en voz baja: —Bueno, espero que no de todos modos.

Por un momento, Logan se preguntó en qué se estaba metiendo al traer a estos dos a
su casa. Antes de que el pensamiento abandonara su mente, volvió a sonreír al darse
cuenta de que no había sido tan feliz en mucho tiempo. Reprimiendo una sonrisa, miró
rápidamente a la mujer pensativa a su lado.

—Bueno, ¿qué es un poco de orina entre amigos? Sólo recuerda, si lo hace, debes
limpiarlo.

El resto del viaje a la ciudad lo pasó la detective poniendo al día a Madison sobre el
caso. Logan paró en un restaurante chino a unas cuadras de su casa y entró a buscar la
cena mientras Madison se quedó con Fémur en la camioneta. La doctora no esperaba que
la ola de miedo la invadiera mientras observaba a la detective desaparecer en el
restaurante. En un intento por distraerse, comenzó a acariciar la cabeza de Fémur y
susurrarle en voz baja cuando notó que una camioneta destartalada se detuvo en un
espacio de estacionamiento unos autos más abajo.

Sus sentidos se pusieron en alerta cuando vio al hombre sentado solo en la camioneta,
sin moverse para entrar al restaurante. Una oleada de pánico se apoderó de ella al pensar
en el incidente en la librería unos días antes y en el hombre que los había seguido durante
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

su almuerzo. Aunque no podía estar segura en la oscuridad, el instinto de la doctora le


dijo que el hombre sentado en la camioneta era el mismo hombre.

Los ojos verdes recorrieron el estacionamiento en busca de otras personas y su


corazón se hundió cuando se dio cuenta de que estaba sola en el estacionamiento oscuro
con sólo unos pocos autos entre ella y el personaje sospechoso. Rápidamente presionó el
botón para cerrar las puertas y palmeó el asiento a su lado invitando a Fémur a unirse a
ella en el asiento delantero, con la esperanza de que si el hombre era quien ella
sospechaba, la vista del perro grande lo asustaría.

Logan salió del restaurante y sus ojos recorrieron el estacionamiento mientras una
extraña sensación subía por su columna. Había aprendido a respetar esos sentimientos
molestos en sus primeros días como policía en la calle. Demasiadas veces había visto a
otros policías ignorar su sexto sentido sólo para meterse en problemas. Sus ojos se
encontraron con los de Madison notando la mirada temerosa en sus ojos y aceleró el paso
para llegar a la camioneta y escuchó el inconfundible clic de las puertas abriéndose desde
adentro.

Deslizándose en el asiento delantero, se volvió hacia la pálida mujer que estaba a su


lado. 162
—¿Qué pasa? Parece que has visto un fantasma.

Madison había observado cómo la mirada del hombre seguía los movimientos de
Logan hacia el auto. Ahora no tenía ninguna duda de que el hombre las estaba siguiendo.

—Está bien, te lo diré, pero mantén tus ojos en mí. —Cogió una de las bolsas y fingió
comprobar el contenido mientras hablaba—. Algunos autos más allá hay un hombre
sentado en una camioneta azul. Entró justo después de que entraras al restaurante y ha
estado sentado allí desde entonces.

Logan volvió la cabeza hacia el parabrisas tratando de ver el vehículo en su visión


periférica.

—Sí, lo vi cuando salí, pero no me parece demasiado amenazador. Tal vez esté
esperando a alguien que trabaja adentro. —La detective estaba tratando de pensar
lógicamente. No podía andar sospechando de cada persona sentada sola en un
estacionamiento.

—Eso es lo que también estaba pensando hasta que has salido. Ha observado cada
paso que dabas y no se veía feliz.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Logan sabía que la sonrisa que se arrugó en las mejillas de la médica estaba ahí para
hacer pensar al hombre que todo estaba bien, pero incluso en la camioneta a oscuras pudo
ver el miedo en los ojos de la mujer.

—Está bien, esto es lo que vamos a hacer. Coloca a Fémur en el asiento trasero y
luego da la vuelta y comienza a acariciarlo mientras conduzco, luego dime qué hace
cuando salimos del estacionamiento.

Madison siguió las instrucciones de la detective y observó a través de la ventana


trasera mientras salían del estacionamiento. Tal como sospechaba la médica, la camioneta
azul se detuvo detrás de ellas unos autos atrás.

⸻Nos está siguiendo.

—Joder. La detective siguió por la avenida South Braddock durante unas pocas
cuadras antes de girar a la izquierda en la calle Race. Sabiendo que la calle hacía una
curva pronunciada a mitad de camino a la Avenida Hutchinson, aceleró hasta que estuvo
alrededor de la curva y fuera de la vista y luego esperó. Los faros del coche a toda
velocidad los iluminaron como un tren y luego la camioneta redujo repentinamente la
velocidad cuando el hombre pasó junto a ellas, sabiendo que su vigilancia encubierta 163
había sido descubierta.

Logan esperó hasta que la camioneta giró a la derecha en la Avenida Hutchinson


antes de reanudar el viaje. En la esquina de la Avenida Hutchinson y la calle Race,
contempló su próximo movimiento. Girar a la izquierda los llevaría otras dos cuadras
hasta su casa, pero vaciló sabiendo que el hombre todavía podría estar cerca. Tomando
una rápida decisión, giró a la derecha y siguió conduciendo hasta llegar a la intersección
de la Avenida Pennwood. Se detuvo en un espacio de estacionamiento vacío y se volvió
hacia la mujer que estaba a su lado. Madison había estado inusualmente tranquila durante
el viaje y la detective se volvió hacia la mujer pálida.

»Oye, ¿estás bien?

Asintiendo con la cabeza, Madison siguió mirando por la ventana mientras una sola
lágrima rodaba por su mejilla. Logan continuó observando los autos cercanos mientras
extendía la mano y tomaba la mano de la mujer temblorosa entre las suyas.

»Todo va a salir bien, Madi. No voy a dejar que te lastime, te lo prometo. —La
detective sabía que no debería estar haciendo promesas que no podía cumplir, pero
cuando miró a la mujer asustada, su corazón ganó la batalla interna que se estaba librando
y las palabras simplemente fluyeron sin obstáculos de sus labios.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Madison se aferró con fuerza, encontrando consuelo en la fuerza de la mujer a su


lado. Antes de que se diera cuenta, estaba siendo atraída hacia la poderosa detective y
sintió un fuerte brazo rodear sus hombros y cálidos labios sobre su cabeza. Con voz
temblorosa, pronunció las palabras que habían sido un compañero constante para ella en
los últimos días.

—Estoy asustada Logan. ¿Qué pasa si viene cuando no estás conmigo? No creo que
pueda... —Sus palabras se desvanecieron cuando las lágrimas comenzaron a fluir y se
dejó caer en los brazos protectores de la mujer al lado de ella.

Logan se aferró a la temblorosa mujer hasta que los sollozos se calmaron y luego
secó suavemente las lágrimas de sus mejillas.

—Bueno, entonces, supongo que estarás atrapada conmigo por un tiempo. —Con su
mano libre, Logan levantó suavemente el rostro surcado por lágrimas de Madison hacia
el de ella y capturó los cálidos labios con los suyos antes de alejarse y sonreír—. Ahora,
¿qué dices si nos dirigimos a casa y cenamos bien y vemos esa película que querías ver?

Una cabeza moviéndose fue toda la respuesta que recibió Logan mientras ponía la
Durango en marcha y regresaba al tráfico en la Avenida Pennwood. Dando varias vueltas 164
en calles secundarias poco transitadas, Logan condujo hasta que estuvo segura de que no
las seguían y luego comenzó a desandar el camino, conduciendo hacia la Avenida Trenton
y su casa.

Por lo general, Logan dejaba su camioneta estacionada en el camino, pero esta noche
decidió estacionar detrás de la casa. No esperaba otro incidente durante la noche, pero
tampoco quería ayudar al hombre a encontrarlas. Estacionando al lado de la terraza que
conducía a la casa, apagó el motor y se volvió hacia la pequeña rubia a su lado.

»Es una noche hermosa. ¿Por qué no agarro algunos platos y podemos comer en la
terraza? —Antes de que Madison pudiera responder, su estómago rugió en concurrencia.

Logan mordió suavemente los tentadores labios que tenía delante y se rio.

»Lo tomaré como un sí.

Madison puso los ojos en blanco y gruñó:

—Odio cuando mi estómago hace eso. A veces es muy vergonzoso, especialmente


cuando estoy en medio de una reunión de la junta.

Logan recogió las bolsas de comida y se bajó de la camioneta mientras Madison


empujaba el asiento delantero hacia adelante para que Fémur saltara. Al entrar en la casa,
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ninguna de las mujeres estaba preparada para lo que vieron a continuación. Justo cuando
Clancy saltó de la encimera para saludar a su ama, Fémur despejó la puerta y lo que siguió
fue nada menos que un desastre. El pelo de la espalda de Clancy se erizó y el gato le dio
un buen golpe a la nariz de Fémur, haciendo contacto y provocando un ataque de aullidos
en el pobre animal.

Antes de que Madison pudiera agacharse para revisar su nariz sangrante, Fémur
corrió entre las piernas de Logan persiguiéndolo, derribando a la mujer alta, y las bolsas
de comida volaron por el aire cuando Logan se estiró para agarrar la encimera. La doctora
agarró sin éxito la comida voladora, pero todo lo que encontró fue la parte inferior de la
bolsa. Al calcular mal la distancia hasta el mostrador, Logan cayó sobre el resbaladizo
piso de baldosas y Madison observó horrorizada cómo se desarrollaba el desastre en lo
que parecía ser una cámara lenta. El cuerpo de Logan cayó al suelo con un ruido sordo y
luego la bolsa rasgada se estrelló contra su hombro, derramando una combinación de
cerdo agridulce y pollo con anacardos sobre su pecho y regazo.

Logan se quedó atónita y todo lo que Madison pudo hacer fue ver cómo la cena
goteaba por el pecho de la detective y un solo rollo de huevo caía por el suelo entre sus
largas piernas. Logan se quedó mirando el desastre pegajoso y gruñó mientras intentaba
levantarse del suelo, pero rápidamente se deslizó en el arroz resbaladizo y la salsa en el 165
suelo de baldosas.

La doctora permaneció en silencio mientras reflexionaba sobre la expresión del rostro


de Logan, incapaz de decidir si el ceño fruncido era enojo por la situación o disgusto por
toda la comida pegada en su cuerpo, pero sus pensamientos se rompieron repentinamente
cuando la conmoción continuó en el otro extremo de la residencia. Dejando a Logan en
el suelo para que se las arreglara sola, Madison corrió por el pasillo en busca de los
animales infractores.

Al entrar en la habitación de invitados, encontró al gato, una vez más, posado en la


parte superior de la cenefa de la ventana y Fémur ladrando sin descanso en el piso de
abajo. Agarrando al perro por el collar, condujo a Fémur hacia la puerta, regañándolo
todo el tiempo por su comportamiento y luego lo empujó hacia el pasillo mientras cerraba
la puerta detrás de ella. Volvió a pararse debajo del gato asustado y miró hacia arriba para
encontrar dientes largos y afilados y un fuerte bufido siniestro que la saludaba desde
arriba.

Sabiendo que el gato no estaba de humor para que una mujer extraña subiera a
buscarlo, se movió hacia la cómoda y comenzó a despejar un lugar para que el gato saltara
cuando estuviera listo para dejar la seguridad de su percha. La médica le habló en voz
baja a la gata asustada mientras se movía por la habitación, pero sus palabras
tranquilizadoras fueron rechazadas y se encontró con un fuerte bufido cada vez que
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miraba en su dirección. Decidiendo cortar sus pérdidas, salió del dormitorio y se dirigió
de regreso a la cocina para ver a Logan.

El silencio en la casa preocupó a Madison mientras rápidamente regresaba por el


pasillo a la cocina, pero se dio cuenta de que sus temores eran infundados cuando dobló
la esquina y vio lo que tenía delante. Logan, todavía sentado en medio del piso de la
cocina, se reía mientras Fémur engullía los restos de su cena. Cruzando sus esbeltos
brazos sobre su pecho, Madison se apoyó contra la puerta, tratando de asumir su mejor
apariencia de “mamá”.

—¡Oyeeeee! ¿Esa es mi cena con la que están jugando allí?

Sobresaltados, Logan y Fémur miraron hacia arriba para ver los ojos penetrantes. La
detective terminó de masticar un trozo de pollo y lo tragó antes de hablar.

—Umm, bueno, verás... él solo... me estaba ayudando... a limpiar... un poco. —La


detective inclinó la cabeza hacia un lado y le dedicó a la doctora una brillante sonrisa. La
cola de Fémur estaba haciendo el doble de tiempo, tamborileando en el mostrador
adyacente mientras engullía felizmente la comida en el regazo de Logan y trataba de no
resbalar en el suelo de baldosas. 166
La mirada seria de Madison finalmente se desvaneció cuando vio al canino feliz
estirar su cuello hacia la detective desordenada y lamer una gran mancha de salsa de su
mejilla. Poniendo los ojos en blanco, caminó hacia la feliz pareja y examinó el daño.
Sacudiendo la cabeza, miró a sus dos amigos favoritos, uno con la mayor parte de su cena
en su cuerpo y el otro con arroz y salsa apretándose entre los dedos de las patas.

—Los dos son repugnantes.

Metiéndose otro trozo de pollo en la boca, Logan se levantó del suelo, miró la
pegajosa mezcla de comida y luego a Madison. Antes de que pudiera hablar, la doctora
levantó las manos.

»A la ducha los dos, AHORA. —Agarrando un rollo de toallas de papel, la doctora


se dirigió hacia lo que alguna vez fue su cena.

La morena alta se movió para atrapar un beso y por un momento estuvo tentada de
atraer a la mujer con fuerza contra su pecho y compartir el desorden desagradable, pero
rápidamente decidió no hacerlo al pensar en la pelea de comida que seguramente seguiría.

Inclinándose para un beso rápido, rápidamente dio un paso atrás con una mirada de
repulsión en su rostro.
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»Fuera, los dos.

Logan se agachó y con cautela levantó a Fémur, con cuidado de no agravar sus
heridas anteriores y miró a la médica con una mirada de dolor.

—Bueno, ya veo cómo eres... sólo me quieres cerca cuando las cosas están bien y
ordenadas... y, ummm, limpias.

Riendo, Madison vio cómo Logan sacaba a Fémur de la cocina y lo llevaba al baño,
y luego les gritaba a las dos adorables criaturas.

—Y no vuelvas hasta que te hayas quitado el arroz de las orejas. —Volviendo a sus
pensamientos para limpiar la cocina, sonrió, Hmm, le daré una cosa. Seguro que sabe
cómo aligerar el estado de ánimo y se arrodilló en el suelo pegajoso.

₪₪₪₪₪

167
Se las arregló para rescatar un recipiente sin abrir de cerdo agridulce y dos rollos de
huevo del desastre, se puso a trabajar limpiando la sustancia pegajosa restante. Después
de trapear el piso dos veces, Madison decidió ver qué podía preparar para acompañar los
restos de su comida, y después de inspeccionar las escasas ofrendas, se decidió por la
salsa de espagueti congelada que había encontrado en el congelador. Estaba ocupada
sirviendo fideos cuando Logan y Fémur regresaron y sintió que se le aceleraba el pulso
cuando entró la mujer alta y morena que vestía unos vaqueros viejos y desteñidos y una
camiseta cortada justo debajo de la línea del pecho. No se molestó en ocultar la mirada
lujuriosa cuando Logan caminó hacia ella con el cabello aún húmedo por la ducha
reciente. Al entrar en los cálidos brazos abiertos, Madison inhaló el aroma especiado del
jabón y lo que sólo podía ser la propia esencia de la detective.

—Hueles bien.

Mientras sostenía a la mujer más pequeña, Logan sintió que una oleada de emociones
recorría su cuerpo y su mente. Esto se siente tan bien. Resistiendo el impulso de decirle
a la joven médica cómo se sentía, inclinó la cabeza y le dio un pequeño beso en la parte
superior de la cabeza.

—Gracias, tú también. —Podía sentir los latidos del corazón de Madison contra el
suyo y estaba asombrada y asustada por los sentimientos que estaba desarrollando
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rápidamente por la mujer en sus brazos. Poniendo algo de distancia entre ellas, se alejó y
examinó la cocina—. Vaya, este lugar se ve mejor ahora que antes del circo.

Madison había sentido que la detective se tensaba justo antes de alejarse. Confundida
por el cambio repentino en el comportamiento de Logan, se volvió hacia la cocina y
comenzó a remover lentamente la salsa burbujeante mientras la detective miraba desde el
otro lado de la habitación. Madison miró a Fémur y trató de aligerar el ambiente
cambiando de tema.

—¿Cómo ha estado su baño?

—Ha estado bien. De hecho, creo que lo ha disfrutado. —Abriendo el armario y


sacando dos platos, se movió hasta el final de la barra—. Creo que deberíamos comer
adentro, está oscureciendo afuera, la luz de la terraza está fundida y no he tenido tiempo
de reemplazarla. Siento que hayamos tardado tanto. He tenido que enjabonarlo dos veces
para sacar toda la salsa de su pelaje.

Madison podía sentir el calor en su rostro al pensar en la ducha de Fémur con la


detective alta y en lo mucho que disfrutaría de la aventura jabonosa. Maldita sea,
Cavanaugh. ¿Te estás poniendo celosa del perro? Sin dudarlo, se mordió el labio y miró 168
fijamente la burbujeante salsa roja. Sí, eso es exactamente lo que estoy haciendo. Maldito
perro afortunado. Su conversación se estaba animando y Madison no podía entender qué
había causado el repentino cambio en el comportamiento de la detective. Decidió no
insistir en el tema, sirvió la salsa y terminó de preparar la cena, continuando con las líneas
de una conversación segura.

Después de comer su cena, Logan insistió en limpiar la cocina y envió a la doctora


al estudio para que se relajara mientras limpiaba la mesa. En su mente, continuó
reflexionando sobre sus sentimientos por Madison, sabiendo que estaba enviando señales
contradictorias. Después de pasar una cantidad excesiva de tiempo limpiando las
encimeras, finalmente decidió que su ausencia en el estudio pronto sería cuestionada.

Agarrando un pequeño bote de helado del congelador y dos cucharas, se dirigió al


estudio y la película de ciencia ficción que la Madison había insistido en ver, pero al
doblar la esquina, vio a la rubia tendida en el sillón de cuero verde oscuro dormida.
Dejándose caer en el sillón reclinable a juego, Logan arrojó a un lado la cuchara extra,
tomó el control remoto y comenzó a pasar los canales mientras probaba el helado con
chispas de chocolate.
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Capítulo dieciocho

La figura sombreada en el Camaro al otro lado de la calle estaba observando cómo


se encendían las luces en una de las habitaciones delanteras de la casa. No queriendo
tentar su suerte, se sentó en el auto a oscuras y esperó pacientemente. Señoras, en algún
momento tienen que dormir, y cuando lo hagan, allí estaré para desearles sueños
placenteros… largos sueños eternos. Se maldijo en silencio por su descuido más
temprano en la noche. Logan McGregor estaba demostrando ser más difícil de manejar
de lo que alguna vez había creído. Ahora, desde que se nombró guardaespaldas personal
de la médica, le resultaba difícil atrapar a la pequeña rubia sola. McGregor tiene que ser
la primera. Si la saco de mi camino, el resto será pan comido.

Decidió darse por vencido más temprano ese día después de pasar por la multitud de
policías uniformados en la casa en Bridgeville, condujo hasta las afueras de la ciudad y
169
esperó pacientemente, sabiendo que la detective probablemente regresaría a la escena de
su última obra maestra. Para su sorpresa, no solo había regresado, sino que también había
cargado a la médica y a su perro y luego los había conducido de regreso a la ciudad.
Habiendo inspeccionado la propiedad de la detective el día anterior, él sabía hacia dónde
se dirigían y se recostó y condujo una distancia cómoda detrás, ya que las había seguido
hasta la ciudad.

Pensando en el viaje, decidió que su único error fue no estar preparado para la parada
inesperada para cenar. Al no estar familiarizado con el vecindario, no tuvo más remedio
que detenerse en el estacionamiento casi vacío y esperar a que se reanudara el viaje.
Ahora, sentado vigilando la casa, prometió no cometer otro error en lo que se refería a la
amenazadora detective, sabiendo que no tendría una tercera oportunidad con ella.

Esperar es siempre la parte más difícil. ¿No es eso lo que siempre decía papá? Se
sentó y observó, mientras el humo rancio de su cigarrillo salía lentamente por la ventana
como una serpiente deslizándose en la noche en busca de una presa.

₪₪₪₪₪
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Madison observó a Logan con los ojos medio cerrados. Esos ojos azules nunca
dejaban de asombrarla, en un momento podrían estar perforando agujeros a través de ti y
al siguiente podrían estar derritiendo tu corazón. Sintió una cálida agitación en su cuerpo
cuando el deseo que había mantenido a raya durante tanto tiempo resurgió con fuerza.

—¿Vas a comer todo eso tú sola?

Logan no se inmutó cuando la voz de Madison llenó inesperadamente la habitación.


En cambio, giró lentamente la cabeza hacia la otra mujer y se encogió de hombros, el
helado manchó sus labios.

—Bueno, lo traje para ti, pero como estabas dormida... bueno, no podía dejar que se
derritiera, ¿verdad?

Una ceja bien arreglada se elevó cuestionando mientras la rubia mantenía la boca
abierta como un pequeño pájaro pidiendo comida. Riendo, Logan bajó de una patada el
reposapies y se movió hacia el sofá mientras Madison movió una pierna hacia el piso,
dejando la otra descansando cómodamente detrás de la espalda de la detective. Cuando la
detective se sentó, Madison subió la pierna al acogedor regazo y entrelazó los tobillos
alrededor del cálido y musculoso cuerpo. Con una impresionante demostración de fuerza, 170
rápidamente atrajo el cuerpo de la detective sobre el suyo.

El movimiento tomó por sorpresa a Logan, con el helado en una mano y una cuchara
en la otra; no pudo hacer nada cuando su cuerpo fue empujado hacia Madison. La posición
resultante era una que no podía ignorar mientras el calor entre las piernas de la doctora
irradiaba contra su caja torácica. Alcanzando ciegamente, colocó el recipiente de helado
en la mesa de café de cristal mientras los labios de Madison capturaban los suyos en un
torrente de deseo y necesidad.

En la distancia, la doctora escuchó las cucharas caer al suelo y sonrió para sus
adentros mientras acercaba a Logan. Las manos buscaron para encontrar una piel cálida
y las lenguas lucharon por entrar mientras su pasión brotaba de las profundidades de sus
almas. Pasaron minutos llenos de calor mientras el fervor continuaba, cada una
hambrienta por más, sin saciar el hambre más profunda que las impulsaba. Al escuchar
un gruñido hambriento escapar entre sus labios, Logan se echó hacia atrás para jadear y
sintió que los brazos de Madison se apretaban a su alrededor.

—No, no te detengas, por favor… te necesito.

Mirando hacia los estanques verde oscuro de los ojos de Madison, Logan sintió que
su determinación se desvanecía. Podía sentir la palpitación insistente entre sus piernas y
supo que la fantasía de su primera vez juntas, solas en la cabaña en el lago Conneaut,
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

rápidamente se estaba desvaneciendo en el calor de la noche. Tomando una respiración


profunda y un momento para recuperar la compostura, acarició suavemente la suave
mejilla de la doctora, la preocupación surcando su frente.

—No quiero que nuestra primera vez juntas sea algo de lo que te arrepientas. Madi,
¿estás segura de que esto es lo que quieres?

La respuesta de Logan llegó cuando la médica capturó sus labios en un beso


apasionado mientras una lengua exigente competía por entrar. Un temblor incontrolable
se apresuró a lo largo de su torso cuando las manos cálidas se deslizaron debajo de la
media camiseta que llevaba puesta y soltó un gruñido primitivo desde lo más profundo
de su garganta cuando las largas uñas de Madison comenzaron a recorrer su columna
vertebral. Rompiendo el beso, Logan se puso de pie con urgencia, tirando de la mujer más
pequeña con ella. Ahuecando las cálidas mejillas entre sus manos, la detective alta se
inclinó y comenzó a mordisquear un invitador labio.

»Ven conmigo. —Mientras un suave dedo acariciaba las suaves mejillas, el hambre
en Logan se intensificó diez veces—. Quiero hacer esto bien... Quiero hacerte el amor en
mi cama.
171
Sin pronunciar palabra, las dos mujeres recorrieron el largo pasillo hasta la parte
trasera de la casa. Cuando llegaron a la entrada de la puerta de Logan, Madison vaciló de
repente y tiró del brazo de Logan. Mirando a los ojos interrogantes, ella sonrió.

—¿Por qué no te aseguras de que la casa esté cerrada con llave y nos vemos aquí en
unos minutos? Yo... quiero refrescarme un poco.

Asintiendo, Logan se dio la vuelta y caminó hacia la cocina, el temblor en sus piernas
revelaba el nerviosismo que pululaba en sus entrañas. Después de revisar las puertas y
activar la alarma, la detective regresó a la habitación de invitados con el plato de comida
y agua de Clancy. Al entrar en la habitación a oscuras, escuchó al gato ronronear y supo
que se había acomodado felizmente en medio de la cama.

Después de colocar los tazones al lado de la cómoda, se acercó para acariciar su lomo
con la mano, sonriendo cuando sintió que él se inclinaba hacia su toque.

—Bueno, muchacho, supongo que estás atrapado aquí por la noche. —Clancy
levantó la vista amorosamente con los ojos medio cerrados y siguió ronroneando mientras
Logan se rascaba debajo de la barbilla—. Deséame suerte, grandote, y espero no haber
olvidado cómo hacer esto.
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—Oh, no creo que te hayas olvidado detective. Puede que no tengas práctica, pero
creo que todo volverá a ti después de unos minutos. —Madison se apoyó contra la puerta
abierta del baño, sonriéndole a su futura amante.

Dándose la vuelta cuando la voz ronca atravesó el silencio en el dormitorio, Logan


quedó cautivada por los ojos verdes luminosos que la miraban. Confundida en medio de
la ráfaga de pensamientos que corrían por su cabeza, había olvidado que Madison había
puesto su ropa en la habitación de invitados y obviamente había regresado al baño
contiguo para refrescarse en lugar del baño del dormitorio principal.

Su boca se convirtió en una caverna árida mientras miraba a la mujer rubia parada
frente a ella en el negligé verde oscuro, revelador. Su lengua se convirtió en un manojo
de músculos paralizados, completamente inútil e incapaz de tragar el bulto que se había
elevado como lava fundida, en lo profundo de su garganta. No pudo encontrar el camino
a su boca para las palabras en su cabeza mientras simplemente continuaba arrodillada
junto a la cama, con la boca abierta, el estómago revuelto, deleitándose con la belleza de
la mujer frente a ella.

Madison se sonrió ante la mirada sorprendida y algo aterrorizada en el rostro de


Logan mientras se acercaba. Por primera vez desde su primer encuentro, Madison vio 172
cómo Logan se transformaba de una detective fuerte y poderosa a una mujer asustada y
vulnerable. Extendió la mano, tomó la mano más grande entre las suyas, tiro de la
angustiada mujer y las condujo a través del pasillo.

Logan la siguió en silencio, segura de que las neurovías de su cerebro estaban en


cortocircuito. Cuando llegaron al umbral del dormitorio, Madison vaciló y se volvió hacia
Logan, mirando hacia los oscuros estanques azules. Poniéndose de puntillas, la pequeña
rubia depositó un tierno beso en los labios temblorosos y luego se apartó para estudiar el
rostro que tenía delante.

»Supongo que debería preguntarte si también estás segura de esto. —Cuando Logan
no respondió, permaneciendo de pie en un silencio conmocionado, Madison dio un paso
atrás—. Tal vez deberíamos…

Logan escuchó la primera pregunta, pero con su mente aun dando vueltas, no pudo
responder. Sólo cuando el cálido calor del cuerpo de Madison desapareció, finalmente
salió del estado de trance.

—NO. —Al darse cuenta de que lo había hecho, Logan alargó la mano para acariciar
la suave mejilla de Madison—. Quiero decir que no, no quiero parar. —Acercándose más,
inclinó la cabeza, saboreando la dulzura de los labios de la rubia antes de retroceder más
hacia el dormitorio. Le tomó unos momentos antes de que notara las velas encendidas a
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lo largo del borde de la cómoda y otra en la mesita de noche. Sonriendo, se volvió hacia
la rubia de aspecto repentinamente tímido—. Parece que has estado ocupada mientras no
estaba.

Silenciosamente, los brazos delgados se levantaron para envolver el largo cuello de


Logan y los dedos confiados acariciaron el cabello largo y sedoso que caía en cascada
sobre los hombros anchos y musculosos. Mientras sus manos se movían más abajo, a lo
largo del largo y sensual escote, Madison podía sentir el pulso latiendo furiosamente
dentro. Inclinándose, colocó suavemente un solo beso en la arteria palpitante y sintió un
temblor debajo de sus labios.

—¿Sabes cuánto te he deseado? —Madison mordió suavemente el lóbulo de una


oreja—. ¿Cuánto he querido probarte? —Dejó que sus labios viajaran por el costado del
cuello de Logan mientras su lengua dejaba un rastro cálido y húmedo a lo largo de la piel
caliente—. ¿Sentirte? —Sus manos bajaron hasta que sintió que los duros músculos del
pecho de la mujer se contraían ante el toque sensual—. ¿Hacer el amor contigo? —Sus
labios siguieron el camino de sus manos mientras su lengua trazó la línea de las clavículas
de Logan hacia la profunda uve en su cuello.

La sobrecarga de sensaciones hizo que la mente de Logan diera vueltas. Entrelazó 173
largos dedos en el cabello de Madison, instando a los cálidos labios a abrirse mientras un
suave gemido escapó desde lo más profundo de su garganta. Sintiendo la inconfundible
humedad entre sus piernas, supo que no había vuelta atrás, ni ahora ni nunca. No fueron
necesarias las palabras, ya que las suaves caricias hablaban en su propio idioma, mientras
las dos mujeres se paraban entre las velas parpadeantes sintiendo el fuego que rugía dentro
de sus almas mientras continuaban su exploración sensual.

Madison escuchó el rápido jadeo cuando sus dedos se deslizaron por los tensos
músculos del estómago de Logan. El rápido ascenso y descenso de las costillas bajo sus
manos y el cálido aliento acariciando su mejilla le dijeron que la morena alta estaba
perdiendo el control rápidamente. Con manos seguras, la doctora sacó la camiseta de los
jeans de Logan y rápidamente se la quitó por la cabeza, antes de inclinarse hacia atrás
para besar su musculoso pecho. El aroma especiado que había llegado a amar atacó sus
sentidos y la joven doctora sintió que su pasión se elevaba casi más allá de su control.
Cuando sintió que la mujer, por lo general cautelosa, se estremecía cuando Madison
presionó una pierna cómodamente en la humedad caliente entre sus piernas.

Un gruñido escapó de ambas mujeres cuando Logan empujó hacia adelante,


presionando su clítoris palpitante con más fuerza contra el muslo de la médica. Mirando
hacia las piscinas verdes una vez más, Logan tiró suavemente del negligé de seda hacia
arriba y se lo quitó del cuerpo de Madison, luego dio un paso atrás para admirar el físico
musculoso pero muy femenino de su amante.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Eres tan hermosa.

Mientras manos fuertes y seguras se deslizaban por su caja torácica, la mente de


Logan seguía girando en un torbellino de emociones. Nunca antes se había sentido tan
fuera de control, tan vulnerable... tan... tan libre. Levantando los brazos, permitió que
Madison se quitara la camiseta de su cuerpo e inmediatamente sintió el aire frío al tocar
la piel caliente, y se estremeció, no sólo por la frescura de la habitación, sino también por
la pasión que la invadía. su cuerpo. Un profundo gemido escapó de su garganta cuando
la pierna de Madison presionó firmemente entre las suyas y sintió que sus propias piernas
se debilitaban en respuesta.

Haciendo uso de todas sus fuerzas, Logan se alejó, sintiendo que su pulso se
aceleraba aún más, mientras unos ojos oscuros y llenos de lujuria miraban fijamente a los
suyos. Inclinando la cabeza, chupó suavemente un labio abierto entre los suyos, trazando
suavemente la piel suave con la punta de la lengua mientras empezaba a empujar a la
mujer más pequeña hacia la cama. Cuando las piernas de Madison presionaron contra el
colchón, bajó lentamente a la rubia sobre la cama y se arrodilló en el suelo entre sus
piernas abiertas y tentadoras.

Logan se permitió un momento para maravillarse con la hermosa mujer que tenía 174
delante mientras se sentaba sobre sus talones. El largo cabello rubio sedoso de Madison
caía sobre los hombros desnudos, y las velas parpadeantes hacían parecer como si hilos
dorados estuvieran entretejidos en las trenzas color miel. Incluso en la habitación a
oscuras, Logan podía ver el brillo de los ojos verdes cuando una vez más cayó bajo el
hechizo de la mirada lujuriosa. Con manos temblorosas, extendió la mano, acariciando la
suave piel de las piernas de Madison, permitiendo que sólo las yemas de sus dedos se
deslizaran suavemente a lo largo de la piel sensible de los muslos cremosos. Alcanzando
la musculatura tensa de las caderas de la doctora, acercó suavemente a la mujer, sintiendo
inmediatamente una humedad cálida y sedosa contra su estómago.

Sosteniendo el rostro de su amante entre manos cálidas, Madison capturó los labios
tentadores, y cuando un gemido escapó de algún lugar profundo dentro de la detective,
presionó su lengua más profundamente, exigiendo acceso al tesoro que contenía. Las
lenguas lucharon por el control mientras las manos se extendían por la posesión, cada una
necesitando encontrar la liberación, pero queriendo saborear cada toque... cada gusto.
Pasaron largos momentos mientras se perdían en la exploración del cuerpo de la otra con
suaves toques de manos reverentes.

Con una ternura que no sabía que poseía, Logan comenzó a besar lentamente un
sendero por el cuello de Madison, a lo largo de las suaves y sensuales curvas de su
garganta. Largos dedos se deslizaron sobre la piel sensible, cayendo lentamente para
quedarse quietos a lo largo de los lados de los pequeños orbes mientras ojos verdes
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suplicantes se trababan con un azul lleno de pasión. El único sonido en la habitación era
la respiración entrecortada y el aire que fluía entre ellas se volvió electrificado cuando
caían en el abismo de los ojos de la otra.

Madison atrajo a Logan más cerca, el anhelo en su alma rápidamente superó el


control que había jurado mantener. Ahogándose en los profundos estanques azules, cedió
el control a la necesidad... al hambre, que hasta ahora había sido capaz de contener y
cuando los pulgares de Logan rozaron sus pezones endurecidos, un grito desesperado
resonó en el silencio mientras envolvía sus piernas alrededor de la cintura firme y
musculosa.

—Oh, Dios mío, Logan, sí.

Cuando Logan capturó lenta y deliberadamente un pezón duro entre sus labios,
Madison echó la cabeza hacia atrás, excluyendo todo excepto las sensaciones dulces y
tortuosas que fluían a través de su cuerpo. Sintió que la empujaban hacia atrás cuando un
fuerte brazo rodeó su cintura y la depositó suavemente sobre el colchón.

El cuerpo de Madison inmediatamente le dolió, mientras Logan se alejaba,


extrañando el toque de la piel de su amante. Sintió unos dedos largos y delgados 175
sumergirse en la cinturilla de sus bragas mientras la prenda sedosa bajaba a lo largo de
sus piernas y luego, finalmente, la bienvenida manta de calidez cuando la larga longitud
del cuerpo de Logan cubría el suyo. Mirando a los ojos azules, suplicó:

»Hazme el amor, ya. Por favor... te necesito.

Presionada contra los nervios hinchados entre las piernas de Madison, Logan sintió
que una dulce humedad empapaba sus jeans. La dolorosa necesidad de la detective era
implacable y luchaba por no satisfacer los deseos de su propio ser primitivo seduciendo
a la mujer que tenía debajo. Negando las demandas de su cuerpo, se rindió a la necesidad
apasionada de saborear cada bocado, cada caricia y prosiguió el camino que sabía que
pronto la volvería loca.

Un gruñido depredador se formó en lo profundo de su vientre mientras largas uñas


arañaban su espalda, disolviendo por completo su promesa de disfrutar del sensual festín
que tenía ante ella. Cuando su cuerpo recuperó el control, empujó sus caderas con fuerza
contra el muslo firme entre sus piernas, gritando mientras una ola de temblores la invadía.
Logan mordió suavemente el pezón entre los dientes y luego acarició el pico hinchado
con la punta de la lengua mientras Madison empujaba con urgencia sus caderas hacia
arriba y con más fuerza.
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El resto del mundo dejó de existir cuando Madison se concentró en la cálida lengua
que jugueteaba con su pezón y el insistente latido de su dolorido clítoris. Cada fibra de su
ser gritaba por liberación mientras los labios de Logan dejaban un rastro cálido y húmedo
a lo largo de su estómago. Deslizó exigentes dedos en los largos cabellos oscuros,
presionando a su amante más abajo, instando a la cálida lengua a saciar su feroz
necesidad.

»Por favor cariño, te necesito.

Saboreando cada centímetro del viaje a lo largo del cuerpo de Madison, Logan se
dirigió lentamente al único oasis que sabía que podía saciar su ardiente sed, la dolorosa
necesidad en su propia carne hinchada envió una oleada de sensaciones a lo largo de su
columna vertebral. Su cuerpo pedía alivio, pero Logan se negaba a detenerse y quitarse
las barreras de sus jeans y sostén, necesitando sólo en este momento saciar su hambre y
el ardiente deseo de su amante. Ansiaba sentir y saborear la esencia de las mujeres debajo
de ella, y cuando Madison la instó a bajar, animándola, acelerando el momento en que
los labios cálidos se encontrarían con suaves rizos, Logan sintió un espasmo en lo más
profundo de su ser.

Al abrir los ojos, Logan vio cómo la cabeza de Madison se presionaba contra el 176
colchón, su espalda se arqueaba sobre la cama mientras sus pechos se alzaban en la
oscuridad, los duros pezones suplicaban ser devorados. Extendiendo la mano, Logan
tomó suavemente uno de los picos prominentes entre sus dedos y pellizcó suavemente la
carne tierna al mismo tiempo que su lengua se deslizaba muy lentamente a lo largo del
cálido y brillante clítoris duro e hinchado de Madison.

»Oh, Dios mío, Logan, sí. —Los dedos de Madison presionaron a Logan más cerca
mientras su clítoris palpitaba bajo el suave asalto de la cálida y suave lengua de la mujer—
. Te necesito tanto, cariño. —Su cuerpo estaba caliente y el aire era denso mientras
jadeaba por un aliento fresco. El calor en la habitación era intenso mientras cabalgaba el
primer espasmo de su orgasmo. Abriendo los ojos, miró a la mujer de cabello negro entre
sus piernas y gritó—. Noooooo.

Logan sintió que la empujaban cuando Madison trepó más hacia la cama. En su
confusión, simplemente se quedó mirando mientras la mujer trepaba al otro lado, tratando
de escapar.

—¿Madi? ¿Qué es...

Todo lo que Madison pudo lograr fue un gemido salvaje mientras señalaba hacia el
pasillo, completamente paralizada por el miedo. Logan se volvió y vio el foco del pánico
de Madison. Las llamas quemaban rápidamente las paredes y el aire a su alrededor se
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espesaba con humo a medida que la nube oscura se espesaba a lo largo del techo. La
detective evaluó de inmediato la situación, las emociones y los sentimientos que había
estado experimentando hace unos momentos pasaron a un segundo plano a medida que
años de entrenamiento tomaron el control, impulsando su cuerpo a la acción.

Agarrando la manta de la cama, rápidamente envolvió a la mujer aterrorizada y la


condujo hacia la ventana. Levantando la hoja con una mano y golpeando la mosquitera,
empujó a la médica hacia la abertura.

»VETE.

Tirando del brazo de Logan, Madison le suplicó al detective que la siguiera.

—Vamos Logan, date prisa.

Logan apartó los dedos insistentes de alrededor de su antebrazo.

—Tengo que buscar a Clancy y Fémur. Escucho las sirenas; asegúrate de que vengan
a la parte trasera de la casa, Fémur está en el solárium. —Inclinándose, besó rápidamente
a la mujer temblorosa y luego volvió a meterse en la casa. La ventana abierta estaba 177
creando un efecto de chimenea, atrayendo rápidamente las llamas hacia la habitación, por
lo que se apresuró a girar y cerrar la ventana, cerrando los ojos suplicantes más allá de la
hoja y encerrándose en el furioso infierno.

Agarrando la sábana, todavía caliente por sus cuerpos, Logan esquivó las lenguas de
las llamas, que siempre subían y parpadeaban, y cruzó corriendo el pasillo hacia la
habitación de invitados. Clancy, asustada y llorando frenéticamente, saltó
instantáneamente a los brazos de Logan, buscando refugio del calor y las llamas. Envolvió
al gato dentro de la sábana, corrió al baño y abriendo la ducha, empapó la sábana, con la
esperanza de que fuera suficiente para evitar que el pelaje del animal se incendiara
mientras intentaban escapar de las llamas. Agachó la cabeza bajo el agua fría, mojando
su cabello largo y oscuro, agradecida de que todavía tenía puestos sus jeans y zapatos y
esperando que el sostén deportivo le brindara, al menos, algo de protección contra el calor
y las llamas.

Metiendo el bulto húmedo debajo de su brazo, una vez más se agachó hacia el pasillo,
tratando de permanecer debajo de la nube tóxica de humo que se elevaba a lo largo del
techo. Esquivando las llamas que rápidamente envolvían su casa, se dirigió a lo que pensó
que era el extremo opuesto de la casa, sólo para estrellarse contra una pared ennegrecida.
El humo era denso y acre mientras palpaba la pared. Maldita sea, debería haber una
puerta aquí en alguna parte, joder. Pedazos y pedazos del techo comenzaron a caer en
cascada a su alrededor, quemando la piel desnuda mientras rebotaban en sus hombros.
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Desorientada en la casa llena de humo, sabía que tenía que encontrar una salida
pronto o sería demasiado tarde. Cubriéndose la cara con parte de la sábana humedecida,
siguió caminando a tientas por las paredes. El calor le quemaba la piel y los tentáculos
codiciosos de las llamas cada vez mayores consumían el oxígeno que tanto necesitaba.
Tanteando frenéticamente a lo largo de la pared, su mano encontró un espacio abierto. El
dormitorio. He estado en mi puto dormitorio. Reorientándose en la casa, tropezó
ciegamente en el pasillo, concentrándose mientras un brazo extendido la conducía y el
otro agarraba a Clancy. A medida que el humo se hacía más denso, supo que debía
arrodillarse y arrastrarse por el suelo, pero en su prisa por llegar a Fémur decidió correr
el riesgo y seguir adelante.

Al aventurarse más profundamente en la estructura en llamas, el humo se volvió


insoportable y sintió los primeros síntomas de falta de oxígeno cuando su cabeza comenzó
a dar vueltas. Tropezando con escombros en llamas, su único pensamiento era llegar a
Fémur y Madison y mantener a Clancy a salvo. El rugido del fuego era ensordecedor y,
al principio, no escuchó el eco atronador y retumbante a través de la habitación. Cuando
miró hacia arriba, el techo se derrumbó a su alrededor. Incapaz de salir del pesado peso
que la inmovilizó contra el suelo, sus pensamientos se centraron instantáneamente en la
mujer rubia con la que había estado haciendo el amor recientemente, con la esperanza de
haber podido al menos salvar a Madison, y luego su mundo se oscureció.
178

₪₪₪₪₪

Madison corrió frenéticamente hacia la acera, agitando la mano mientras los


camiones de bomberos aceleraban hacia la casa en llamas. Cuando el primer bombero
saltó del camión, ella lo agarró del brazo.

—Ella está ahí. Tienes que sacarla.

El bombero gritó a sus camaradas, informándoles de la presencia de Logan en la casa,


luego se volvió hacia la doctora histérica.

—¿Dónde la vio por última vez dentro de la casa? —Su voz era tranquila y
controlada, pero la mirada en sus ojos revelaba la urgencia del momento. Como médica,
Madison había visto esa mirada miles de veces en los ojos de sus compañeros médicos a
medida que pasaban los segundos en una emergencia.

Tirando del abrigo del hombre, tiró de él hacia la estructura en llamas.


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—Está tratando de sacar a los animales. —Pasando una mano por su cabello, trató
frenéticamente de recordar las últimas palabras de Logan—. El solárium, eso es todo. Ha
dicho que nos encontraríamos con ella en el solárium en la parte trasera de la casa.

El bombero hizo señas a su equipo para que continuara y condujo al grupo hacia la
parte trasera de la casa. Llegaron dos camiones de bomberos adicionales y el patio se
convirtió instantáneamente en una escena de caos organizado cuando se desenrollaron las
mangueras y los equipos de bomberos se apresuraron a ocupar sus posiciones asignadas.

Madison sintió un fuerte brazo alrededor de sus hombros cuando un oficial de policía
uniformado la condujo y la acercó a la calle.

—Señorita, tiene que venir conmigo. —Trató de liberarse del agarre del oficial y
cuando los fuertes brazos se apretaron alrededor de su cintura, la médica se dio la vuelta
hacia el hombre.

—Tengo que encontrarla. POR FAVOR, déjame ir. —Le estaba gritando al hombre,
golpeando su pecho mientras las lágrimas corrían por su rostro—. No puedes
simplemente dejarla allí... por favor, Dios... nooooo
179
Sorprendido por la fuerza de la pequeña rubia, el oficial levantó literalmente a la
mujer histérica y se alejó rápidamente de los bomberos que trabajaban. Con suavidad,
pero con firmeza, sujetó a Madison entre su cuerpo y el coche patrulla y la sostuvo
mientras ella lloraba, llamando a la mujer que ambos temían que estuviera atrapada dentro
del edificio en llamas.

Madison luchó por recuperar la compostura mientras los bomberos arrojaban miles
de litros de agua sobre el techo y las ventanas rotas, vigilando constantemente el costado
de la casa en busca de cualquier señal de Logan. De repente, uno de los bomberos gritó y
vio horrorizada cómo desaparecía entre las llamas a través de un agujero en el techo. Se
zafó del agarre del oficial y corrió hacia la casa, justo cuando una enorme explosión
estalló a través de las ventanas de vidrio en lo que solía ser el estudio.

La doctora sintió que su cuerpo volaba hacia atrás cuando la fuerza de la explosión
la tiró al suelo y fragmentos de vidrio cayeron sobre ella. Poniéndose de pie, comenzó a
correr hacia las llamas, sin pensar en nada más que en Logan y luego sintió que el oficial
la tiraba al suelo. Él la abrazó, sujetando su cuerpo debajo del suyo mientras todo el techo
se derrumbaba en la casa y trató de consolar a la doctora horrorizada mientras ella gritaba.

—Logan... oh, dios mío, Logan, nooooooooooo.


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₪₪₪₪₪

Una multitud se había reunido al otro lado de la calle y observaba en un silencio


atónito cómo la casa se desintegraba en brasas carbonizadas. La figura oscura estaba un
metro detrás del grupo observando cómo se desarrollaba la escena ante él, tratando
desesperadamente de ocultar la sonrisa que se dibujó en sus labios cuando la explosión
atravesó la estructura. El olor a gasolina flotaba fuertemente en el aire y sabía que no
pasaría mucho tiempo antes de que descubrieran los reactivos de las latas de gasolina que
había colocado estratégicamente a lo largo del perímetro de la casa.

Sintiéndose orgulloso de su primera experiencia con un incendio provocado, sintió


que la adrenalina corría por su sistema y archivó la información para su uso posterior.
Maldición, eso ha estado bien. Observó cómo los bomberos continuaban rociando agua
sobre la estructura en llamas. En contemplación silenciosa, supo que era demasiado tarde
para salvar a la mujer o al bombero que había caído por el techo y momentáneamente
sintió una punzada de culpa por lastimar al bombero inocente. Encogiéndose de hombros,
pensó para sí mismo: Bueno, supongo que eso viene con el trabajo.
180
Los paramédicos atendían a la médica que yacía en el jardín delantero. Parecía como
si estuviera inconsciente mientras se acurrucaban alrededor de su forma inmóvil. Supongo
que eso fue demasiada emoción para la mujercita. Estuvo atento a los paramédicos
mientras intentaba parecer indiferente y observó cómo la colocaban en una camilla y
luego en la ambulancia que esperaba. Cuando las luces parpadeantes desaparecieron en
la oscuridad, se volvió hacia la casa y se quedó mirando unos momentos más antes de
tirar la colilla al suelo y caminar lentamente hacia su coche, silbando mientras el humo
acre flotaba en el aire de la noche.
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Capítulo diecinueve

Madison discutió mientras los técnicos de emergencias médicas ajustaban el collarín


cervical alrededor de su cuello y luego las correas en la tabla alrededor de su cintura y
piernas. Su cabeza estaba completamente inmovilizada, también había sido atada a la
tabla espinal y sólo podía mirar hacia el cielo oscuro mientras el paramédico la colocaba
en la parte trasera de la ambulancia que esperaba.

—Estoy bien, Steve, de verdad, son sólo algunos rasguños, por favor déjame
levantarme. —Le dolía la cabeza y, aunque la médica sospechaba que había sufrido una
conmoción cerebral leve cuando un trozo de escombros de la explosión la golpeó en la
cabeza, estaba más preocupada por averiguar qué le había pasado a Logan. Maldita sea,
ni siquiera sé si está viva. 181
Las puertas se cerraron de golpe y su técnico de emergencias médicas favorito se
deslizó en el asiento plegable para comenzar su evaluación y enviar el informe a Mercy.
Buscando frenéticamente sus ojos, ella agarró su muñeca.

»Steve, la otra mujer, ¿dónde está?

El paramédico miró a la médica y se encogió de hombros.

—Eres la única a la que enviamos, doctora. Que yo sepa, no ha habido otra víctima.

Luchando contra las ataduras, Madison sintió la mano del paramédico en su hombro
mientras un dolor cegador atravesaba su cabeza.

»Doctora, vamos, quédate quieta, ya conoces las reglas. —Las lágrimas rodaron por
el rostro de Madison mientras miraba el techo de la ambulancia a toda velocidad.
Suspirando profundamente, Steve le dio unas palmaditas en el hombro—. Está bien,
cálmate, llamaré por radio y veré si ha habido otra llamada, pero maldita sea doctora,
tienes que estar quieta para mí. Tienes un golpe en la cabeza y probablemente una
conmoción cerebral.

Madison dirigió sus ojos hacia el hombre, mientras el dolor le atravesaba la cabeza.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Gracias Steve. —Dios Logan, por favor, ponte bien... por favor, cariño, te acabo
de encontrar. No me dejes ahora. Escuchó cuando Steve llamó al despacho. Unos
momentos después, volvió a conectar el micrófono a la radio y se volvió hacia su médica
favorita.

—Lo siento, doctora. No ha habido otra llamada para una mujer, sólo un hombre...
un bombero de la misma escena, y está siendo transportado al General.

Luchando contra la frustración, cooperó mientras el paramédico le hacía preguntas,


tratando de evaluar su nivel de conciencia.

»Esa tabla que ha golpeado tu cabeza te ha dejado tirada ahí, doctora. ¿Puede decirme
qué día es?

Aunque tenía dificultad para concentrarse y le tomó algún tiempo, Madison


respondió a todas sus preguntas. Su visión todavía estaba un poco borrosa y el zumbido
en sus oídos se estaba volviendo enloquecedor. Finalmente, su paciencia se agotó, trató
de levantar la mano para agarrar su cuello sólo para que las ataduras la sujetaran
firmemente al tablero. Dirigiendo sus ojos en su dirección, miró al hombre y gruñó.
182
—Lo juro, Steve, si me haces una pregunta estúpida más, te golpearé tan pronto como
me levante de aquí.

Conmocionado, Steve observó a Madison, tratando de evaluar su condición más a


fondo. Sin saber nada de que la doctora levantara la voz a nadie, decidió que la conmoción
cerebral era peor de lo que había pensado al principio.

—Doctora Madi, no me obligues a sujetarte más de lo que ya lo he hecho. Cálmate


y estaremos en el Mercy en unos minutos.

Trató de relajarse mientras una ola de náuseas la invadía.

—Te diré una cosa Stevie chico, si el viejo doctor Ferguson está de guardia esta
noche, me encargaré de que sufras mucho. —El paramédico se recostó y envió por radio
su informe preliminar a la sala de emergencias del hospital mientras Madison yacía en
silencio en la camilla, con una sola lágrima surcando su rostro.

Volvió el recuerdo del bombero cayendo por el techo. Madison sabía que tenía una
conmoción cerebral leve, todavía tenía problemas para concentrarse y su visión era
borrosa. Cerrando los ojos, trató de concentrarse, enfocándose en los eventos que la
llevaron hasta ahora. El fuego, los camiones de bomberos… no. No. No. Logan me empujó
por la ventana primero, y luego llegaron los camiones de bomberos. Está bien, qué sigue.
El oficial de policía. No podía pensar, el recuerdo estaba revuelto en algún lugar de su
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

cerebro. Espera, lo recuerdo. El bombero cayó por el techo, entonces... Oh Dios, la


explosión. La doctora soltó un gemido doloroso al recordar la explosión de fuego;
dándose cuenta de que no había forma de que alguien dentro pudiera haber sobrevivido.

El pitido insistente de la alarma de advertencia de marcha atrás resonó en la cabeza


de Madison cuando la ambulancia entró en la sala de emergencias del Hospital Mercy.
La puerta se abrió de golpe y, en un movimiento frenético, estaba siendo llevada a una
sala de examen brillantemente iluminada e inmediatamente vio al viejo doctor Ferguson
esperando pacientemente su llegada.

—Bueno, doctora, parece que se ha metido en un pequeño percance esta noche.

Incluso mientras Madison discutía, el médico principal continuó:

»Ahora, ahora, doctora, no me cause ningún problema. No le hará daño hacerse un


examen simple para estar seguros.

La rubia se resignó a lo inevitable y le permitió al viejo doctor el examen superficial,


maldiciendo a sí misma todo el tiempo. Si me mete mano, juro que le sacudo justo donde
está. Era de conocimiento común en el Mercy que el doctor Henry Ferguson tenía las 183
manos errantes durante un examen. Se habían presentado varias demandas a lo largo de
los años por parte de los pacientes, pero la administración del hospital siempre había
encontrado la manera de hacer desaparecer el caso.

Ahora, mientras yacía en la sala de emergencias, paciente del mismo “lujurioso”,


luchó contra las náuseas que le revolvieron el estómago. El médico de urgencias examinó
rápidamente a Madison y le diagnosticó una conmoción cerebral de grado 2 y algunos
rasguños y laceraciones menores. Después de que el técnico completó una radiografía
rápida de la columna cervical y el médico recibió un visto bueno, soltó las correas de la
tabla de la columna y le quitó el collarín cervical alrededor del cuello.

»También ordenaré una tomografía computarizada, sólo para asegurarme de que todo
esté bien, doctora. Cuando llegue el informe, si todo está claro, entonces hablaremos.
Nancy la limpiará, doctora, y regresaré en un rato para ver cómo está.

La enfermera a cargo comenzó a limpiar y aplicar vendajes a las heridas cuando


Madison de repente se tapó la boca y comenzó a mirar frenéticamente alrededor de la
habitación. Agarrando un recipiente de plástico cercano, la enfermera lo sostuvo debajo
de la barbilla de la médica mientras vomitaba.

Limpiándole la boca con un paño húmedo, la enfermera colocó a la médica que sufría
de nuevo en la camilla y continuó concentrando su atención en vendar las heridas. Unos
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

momentos después, colocó el botón de llamada en la mano de Madison y se fue para


verificar el estado de la tomografía computarizada que el médico de urgencias había
ordenado.

Cerrando los ojos ante el dolor de cabeza palpitante, todo lo que pudo hacer fue gemir
cuando otra ola de náuseas se apoderó de ella. El zumbido en sus oídos se intensificó y
las voces más allá de la cortina se convirtieron en un eco confuso. Cuando se acercó a la
barandilla, un brazo la sostuvo suavemente, girándola hacia la palangana mientras
vomitaba violentamente el contenido de su estómago una vez más.

Cuando ya no tuvo fuerzas para sentarse, el cálido brazo la sostuvo y una voz
tranquilizadora le susurró al oído hasta que expulsó todo lo que pudo en la diminuta
palangana de plástico. Acostada, abrió los ojos y miró el rostro familiar de su amiga, Julie
Ellison.

—He oído que entrabas y he pensado en bajar a saludarte, aunque no esperaba este
tipo de saludo. —Tomando su linterna, Julie la enfocó en cada uno de los ojos de
Madison—. Bueno, chica, por lo que he escuchado, tienes una conmoción cerebral. “Los
Nucleares” te van a hacer una tomografía computarizada sólo para asegurarse de que no
esté pasando nada en tu cerebro, pero todos sabemos la respuesta a eso, ¿bien? 184
Al ver las lágrimas correr por el rostro manchado de hollín de su amiga, Julie alargo
la mano y tomó una temblorosa.

—Oye Madi, ¿estás bien? Dime qué te duele.

La tierna voz de su amiga sólo hizo que sus sollozos empeoraran y dejó caer la cabeza
sobre su rostro.

—La he perdido, Julie, simplemente lo sé.

La confusión bailaba en la cabeza de la doctora mientras trataba de discernir de qué


estaba hablando su amiga. No había hablado con Madison en varios días, pero sabía que
no había nadie en su vida en ese momento y no podía entender de quién estaba hablando.
Probablemente sea sólo la conmoción cerebral. Volteándose, habló con una de las
enfermeras, pidiéndole que le dijera al médico sobre la continua confusión de Madison y
le pidió que el equipo de tomografía respondiera de inmediato, luego se volvió hacia su
amiga.

—Madi, ¿de quién estás hablando?

En su mente, Madison sabía que estaba confundiendo a Julie, pero no podía formar
la secuencia correcta de oraciones.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—El fuego, Logan, la he perdido.

Julie se alegró de que Madison no pudiera ver la conmoción en su rostro cuando la


realidad de lo que acababa de decir su amiga la golpeó. La detective, esa debe ser la
persona que ha fallecido. Limpiándose los ojos cansados, Julie tomó la mano de la médica
mientras lloraba, sin saber cómo responder al dolor evidente de su amiga.

El equipo de tomografía llegó aproximadamente una hora más tarde y sacó a


Madison. Julie soltó un largo suspiro mientras reflexionaba sobre la información.
Saliendo rápidamente de la habitación, encontró el teléfono más cercano y marcó un
número familiar, esperando con impaciencia que la voz del otro lado respondiera.

—Hola. Sí, siento haberte despertado, pero acabo de enterarme de que la detective
por la que preguntaste el otro día ha muerto esta noche en un incendio. —Escuchó por
unos momentos, mirando a su alrededor para asegurarse de que nadie pudiera escuchar la
conversación—. Sí, lo sé. Yo también. Está bien, tengo que irme, pero te avisaré si
escucho algo más. También te amo cariño, hablaré contigo mañana. —Después de
finalizar la llamada, la médica salió rápidamente del departamento de emergencias,
caminando rápidamente hacia los ascensores.
185
₪₪₪₪₪

George Whitfield, el inspector de incendios, recogió los restos carbonizados de una


docena de pequeñas latas de gasolina estratégicamente ubicadas alrededor del perímetro
de la casa. Los guantes de látex que se había puesto en sus grandes manos una hora antes
estaban ahora cubiertos de hollín y barro. Soltando un silbido bajo mientras se giraba
hacia su asistente, inclinó la cabeza hacia un lado, tratando de estirar los músculos tensos.

—Alguien quería este lugar quemado... y rápido. Dulce María, había suficiente
combustible aquí para incendiar el ayuntamiento y con esta vieja casa que no es más que
buena leña, me sorprende que haya aguantado tanto tiempo. —Se dio la vuelta, caminó
hacia la minivan que usaba como despacho y sacó el teléfono celular de la guantera.

Después de mirar a su alrededor para asegurarse de que no había nadie dentro del
rango de audición, marcó el número familiar. Mientras esperaba, pequeñas gotas de sudor
comenzaron a salpicar su frente. Jesús, odio informar a este imbécil. Sus pensamientos
fueron interrumpidos cuando una voz impaciente resonó en su oído.
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—Sí, señor Langston... sí señor... no, pero... lo sé. —Limpiándose la frente, siguió
escuchando hasta que se le dio la oportunidad de responder—. Lo sé, señor. Mi hallazgo
preliminar será un incendio provocado. Sí, señor. No, no tengo ninguna información sobre
las dos víctimas hasta el momento. Sí, señor, la tendré, pero debe recordar, no tendré
ningún poder si esto se convierte en una investigación de asesinato. —Al escuchar el clic
distintivo en el otro extremo de la línea, el inspector cerró el teléfono y lo arrojó de nuevo
sobre el asiento anterior, suspirando profundamente y regresando a las cenizas humeantes
de lo que quedaba de la casa.

₪₪₪₪₪

Phil Dvorak permaneció cerca mientras el técnico examinaba el cable telefónico que
conducía a la casa. Ya habían llegado a la conclusión de que la alarma se había
desactivado antes del incendio y, por el aspecto de los cables que colgaban del lateral de
la casa, la línea telefónica también. Afortunadamente, un vecino notó las llamas y llamó
al Departamento de Bomberos, pero no pudo comunicarse con Logan. Rascándose la 186
cabeza, pasó a la siguiente orden del día.

Arrodillándose junto al perro confundido, Dove se preguntó a quién pertenecía. Sabía


que Logan tenía a Clancy, pero nunca la había oído mencionar ningún otro animal.
Mirando hacia arriba, vio a la voluntaria del refugio de animales caminando hacia ellos y
se puso de pie.

—Oye, Umm, creo que ahora sabemos a quién pertenece este perro. Lamento haberte
traído aquí por nada, pero él no irá contigo.

La frustración barrió el rostro de la mujer mientras se pasaba una mano por su rostro
soñoliento.

—Bueno, gracias por llamar para no tener que conducir todo el camino hasta la
ciudad, imbécil.

Mientras Dove la observaba alejarse, él sonrió hacia el labrador color miel.

—Caray, me alegro de que te quedes conmigo, amigo. Ella no parece una gran opción
para una cita nocturna.

Tomando su collar, Dove llevó al perro a su auto y lo puso en el asiento trasero


preguntándose qué iba a hacer con el perro.
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—Averiguaré algo chico. Si Logan te tenía entonces eso es todo lo que importa, no
irás al refugio. —Bajando las ventanillas, le habló al canino jadeante—. Quédate, siéntate,
o lo que sea que se supone que debes hacer. Simplemente no te vayas.

Moviéndose con cautela a través de los escombros dispersos, caminó hacia el puesto
de comando temporal establecido por el equipo CSI. Mirando a su alrededor, vio el
siguiente orden del día y se acercó, su paso mostrando su paciencia cada vez menor.

—Tengo al perro en el auto, ¿estás lista para irte?

El rostro manchado de hollín que se levantó lo atravesó como un cuchillo.

—En un minuto.

Levantando las manos, se alejó del puesto de mando y regresó al auto, apoyándose
con impaciencia contra el guardabarros mientras su pie golpeaba con furia la acera.

₪₪₪₪₪ 187

Madison regresó del Departamento de Medicina Nuclear después de hacerse la


tomografía computarizada y se sentó impaciente por los resultados. Las enfermeras no le
habían permitido vestirse en caso de que se ordenaran otras pruebas, por lo que se sentó
en la camilla tamborileando con los dedos sobre la barandilla, esperando. Después de otra
hora, había llegado a su límite y decidió que no esperaría más a que regresara el
“lujurioso”. Jesús, recuérdame que nunca más haga esperar a mi sala de emergencias
mientras termino mi papeleo. Sentada sola en la habitación, su miedo se convirtió en ira
y tiró hacia atrás la sábana almidonada, bajándose con cuidado de la camilla. Se estaba
poniendo un uniforme médico de gran tamaño sobre su cabeza cuando Julie entró en la
habitación.

—Vaya, lo siento, chica. —Caminando más adentro de la sala de examen, miró a su


amiga con sospecha—. Así que supongo que el viejo doctor Ferguson decidió soltarte,
¿eh? Pensaba que querría tenerte toda la noche en observación.

Mientras la médica se subió las perneras de los pantalones médicos, gruñó:

—Bueno, no lo sé. No lo he visto en más de una hora y no voy a estar sentada aquí
por más tiempo. —Se dirigió hacia la puerta, luego se detuvo y se volvió hacia su amiga—
. Umm, acabo de recordar, no tengo auto, ¿puedes llevarme a...? —Las lágrimas brotaron
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de sus ojos al darse cuenta de que no había ningún lugar seguro al que pudiera ir, Madison
comenzó a sollozar—. Maldita sea, no sé a dónde ir... qué hacer.

Julie atrapó a la mujer cuando sus piernas se debilitaron y comenzó a hundirse en el


suelo.

—Oye, vamos. Te vas a casa conmigo. —Sosteniendo a la rubia con fuerza en sus
brazos, se quedó meciendo a la mujer cansada y magullada esperando hasta que los
sollozos se convirtieron en débiles gemidos—. Vamos Madi. Salgamos de aquí.

En contra de las protestas del doctor Ferguson, Julie puso a Madison bajo su cuidado
y prometió que regresaría con la mujer a la mañana siguiente para un seguimiento
completo. Empujando la silla de ruedas por las puertas corredizas, cruzaron la cavernosa
bahía de ambulancias. Maldiciendo, Julie tiró rápidamente hacia atrás en la silla de ruedas
cuando un sedán azul, con una luz roja parpadeante en el techo, entró a toda velocidad en
la bahía, frenando con un chirrido.

»Malditos policías, apuesto a que causan la mitad de los accidentes en esta ciudad.

Llevó la silla de ruedas al coche sin más incidentes, se detuvo junto a la puerta del 188
pasajero, frenó y abrió la puerta. Al ayudar a Madison a subir al auto, la magnitud de lo
que estaba haciendo la golpeó. Cerrando la puerta, caminó hacia el otro lado y entró,
mirando a la mujer a su lado. Jesús, espero que esto funcione. Mientras lentamente
comenzaba a conducir hacia su apartamento, se preguntó en qué se había metido esta vez.

₪₪₪₪₪

Fémur se puso frenético cuando Dove se detuvo dentro de la bahía de ambulancias.


Sin tiempo para consolar al animal, salió disparado del auto corriendo a través de las
puertas corredizas gritando por ayuda.

—Tengo una oficial en el estacionamiento, necesito ayuda ahora.

Fue empujado a un lado cuando una enfermera requisó una camilla de una ordenanza
que pasaba y salió corriendo por la puerta. Momentos después, se quedó mirando cómo
reapareció la camilla con Logan inmóvil. La enfermera que había visto por primera vez
iba a caballo, con los pies en los rieles inferiores de la veloz camilla, bombeando aire a
los pulmones de su amiga.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Apoyado contra la pared, Dove recordó el frenético viaje de cinco minutos al Mercy.
Al negarse a abandonar la escena hasta que tuviera pruebas sólidas, la respiración de la
detective se volvió cada vez más dificultosa a medida que pasaban los minutos, hasta que
finalmente, el teniente Beaudry le ordenó que se presentara en el Mercy para un examen
completo. Sus hombros y brazos estaban marcados con parches rojos de carne quemada
donde los escombros le habían chamuscado la piel. Dove sabía que tenía suerte y
agradeció a los dioses que estaban escuchando por la vida de su amiga.

Hablando con los bomberos asistentes, había reconstruido los eventos recientes de la
noche. Sin duda, Logan había ayudado a su visitante a escapar por una ventana y luego
permaneció en la estructura en llamas con la intención de salvar a los animales atrapados
dentro. Su suerte había llegado cuando el bombero que había caído por el techo se estrelló
contra ella. Con una pierna rota y múltiples laceraciones, permaneció consciente y llamó
por radio a sus camaradas fuera de su ubicación en la casa e inmediatamente sintió que
una cascada descendía sobre ellos cuando las mangueras se dirigían hacia su ubicación.

Dove sabía que, si no hubiera sido por sus heroicos esfuerzos, Logan probablemente
estaría en la morgue de la ciudad en lugar de en la sala de emergencias. Después de
algunas palabras fuertes y finalmente una orden del investigador principal, inhaló de mala
gana el oxígeno que le ofrecieron los paramédicos. Les entregó a Clancy al señor y la 189
señora Arrington, los vecinos de al lado, sólo después de examinar minuciosamente al
asustado gato para asegurarse de que estaba bien. A Fémur le había ido mejor que a
cualquiera de ellos, ya que su rescate llegó tan pronto como los bomberos llegaron a la
parte trasera de la casa. Sus ladridos frenéticos llevaron a los hombres a su ubicación e
inmediatamente lo sacaron de la estructura en llamas y lo ataron a un árbol lejos del
peligro.

El bombero fue subido inmediatamente a una ambulancia y llevado al General para


recibir tratamiento. Logan, obviamente con dolor y dificultad para respirar, se negó a que
la sacaran de la escena y exigió que se le permitiera quedarse y ayudar con la
investigación. Una vez que se aseguró de que Madison estaba siendo atendida, buscó
entre los restos humeantes de su casa junto con el inspector.

El razonamiento de la detective de que Madison estaría a salvo dentro del hospital la


hizo ignorar el dolor punzante que inundó su cuerpo mientras buscaba. Dove había
aceptado la determinación de su amiga después de hacerle prometer que dejaría que él la
acogiera después de estar satisfecha de que se estaba haciendo todo lo posible para atrapar
a la persona responsable de la destrucción.

Pasando una mano por su cabello, Dove no pudo evitar sentirse culpable por la
condición en la que ahora Logan estaba. Maldita sea Logan, ¿por qué eres tan terca? El
plan de la detective había fracasado cuando su respiración se volvió dificultosa, lo que la
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

obligó a abandonar la búsqueda y hacer que Dove la llevara al hospital. A dos cuadras de
la casa, Logan había bajado la ventanilla, jadeando por aire y todo lo que Dove podía
hacer era acelerar y mirar en silencio y aterrorizado mientras su amiga se desmayaba en
el asiento de al lado.

Caminando de un lado a otro, esperó lo que pareció una eternidad hasta que un
médico entró por las puertas automáticas que conducían a las salas de examen. Mirando
al oficial desaliñado, se acercó, mientras deslizaba su estetoscopio alrededor de su cuello
y lo guardaba en un bolsillo.

—¿Está con la oficial que acaban de traer?

—Sí, ¿cómo está? —Dove prácticamente estaba gritando cuando sintió que lo último
de su paciencia se iba.

—Necesito ver a su familia, ¿sabes dónde puedo encontrarlos? —El médico estiró el
cuello mientras esperaba.

Dove luchó contra el impulso de hacer retroceder al hombre contra la pared y se


concentró en retener algo de control. 190
—No tiene familia, supongo, soy lo mejor que va a conseguir. —Pasando una mano
por su cabello, miró al doctor—. Escuche, mire en su billetera si no me crees, mi nombre
está en ella como contacto de emergencia. Ahora dígame cómo está antes de que entre
allí y lo descubra por mí mismo.

El médico llevó a Dove a una sala de consulta contigua y se sentó en el sofá mientras
detallaba las heridas de la detective.

—Tiene quemaduras de primer y segundo grado en los brazos y los hombros, pero
lo que más me preocupa en este momento es su dificultad pulmonar. Hay una cantidad
significativa de edema, lo que le estaba causando dificultad para respirar. Ahora la
tenemos en un ventilador y la transferirán a la UCI en unos minutos.

Dove se sintió como si acabara de recibir un puñetazo mientras escuchaba al médico.


Hace apenas una hora, Logan gritaba órdenes a todos los que la rodeaban, ahora se dirigía
a la UCI.

—Lo siento doctor, pero no entiendo toda esta charla médica. ¿Podría decirme cómo
está, en palabras simples?

Recostándose en los cojines del sofá, el doctor respiró hondo, resignándose a una
larga consulta.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Está bien, es así. Su amiga ha inhalado una gran cantidad de humo que han dañado
sus bronquios... sus vías respiratorias. Las células de sus vías respiratorias se han vuelto,
ummm, permeables y eso es lo que ha causado el edema, o una acumulación de líquido
en sus pulmones. —Mirando a Dove, vio que el hombre todavía lo seguía y continuó—.
No hay nada que podamos hacer para detener el edema, pero podemos ayudarla con su
dificultad para respirar... ahh, colocándole un ventilador.

Levantando una mano, Dove detuvo al doctor cuando la visión de Logan entró en su
mente.

—Quieres decir que no puede respirar por sí misma. ¿Va a morir?

Sacudiendo la cabeza, el médico se dio cuenta de que el hombre sentado a su lado


era más que un simple amigo de su paciente.

—No, no he dicho eso. Lo que he dicho es que estaba teniendo dificultades para
respirar y le hemos colocado el ventilador para ayudarla a respirar para que su cuerpo
pueda descansar y usar su energía para comenzar el proceso de curación. —El médico
sabía que tenía la obligación de presentar su hallazgo de la manera más honesta y abierta
posible—. En este momento, no puedo decir cuánto daño ha hecho a sus pulmones. Las 191
próximas veinticuatro horas y cómo responda su cuerpo al tratamiento me darán una
mejor idea de qué esperar. Por ahora, le sugiero que vaya a casa y descanse un poco. He
sedado a la detective McGregor para que el ventilador pueda hacer su trabajo y estará
dormida el resto de la noche. —Poniéndose de pie, el médico se dirigió hacia la puerta—
. Vuelva mañana por la mañana y si está mejor, lo dejaré pasar a verla, ¿de acuerdo?

Dove se sentó en la sala de consulta vacía durante mucho tiempo después de que se
fuera el médico. Logan y él habían pasado por muchas cosas juntos en el pasado, pero
esto era peor que todo lo que habían enfrentado. De pie, estiró los cansados músculos de
su espalda antes de dejar el espacio tranquilo y regresar al auto. Deslizándose en el asiento
delantero, se encontró con los ojos expectantes del labrador sentado en el asiento del
pasajero. Rascando al perro debajo de la barbilla, soltó un suspiro de frustración.

—Bueno, chico, supongo que será mejor que volvamos al trabajo. —Estaba a punto
de arrancar el motor cuando recordó a la mujer que había estado dentro de la casa con
Logan. La habían traído aquí en ambulancia y Dove sabía que tendrían su información de
contacto en el escritorio.

Salió del auto, atravesó las puertas corredizas y esperó pacientemente junto al área
de recepción acristalada hasta que regresó el empleado. Después de un largo debate y la
ayuda del médico de Logan, Dove regresó al auto con la información que necesitaba.
Sacando su teléfono celular de entre los asientos, marcó el número y esperó. Después de
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

unos cuantos timbres, saltó el contestador automático y escuchó la voz segura y fuerte de
la doctora Madison Cavanaugh. Cuando el pitido provocó su respuesta, Dove dejó un
breve mensaje y su número de teléfono pidiéndole a la mujer que le devolviera la llamada
lo antes posible, luego presionó el botón de apagado y lo arrojó sobre el asiento.

Mirando por la ventana, el detective decidió irse a casa para darse una larga ducha
caliente antes de regresar a la casa de Logan para ayudar con la investigación. Saliendo
marcha atrás del espacio de estacionamiento, el detective y el perro se dirigieron hasta las
primeras horas de la mañana, ambos inseguros de lo que les depararía el futuro.

192
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Capítulo veinte

Madison se despertó con el sutil aroma del café que entraba en el dormitorio. Por un
momento, miró a su alrededor confundida hasta que los eventos de la noche anterior se
derrumbaron sobre sus pensamientos despiertos. Las lágrimas picaron en sus ojos cuando
recordó la explosión de fuego que destrozó la casa de Logan, aceptando finalmente que
nadie dentro de la estructura podría haber sobrevivido a la explosión. Apartó las sábanas
y se sentó a un lado de la cama.

Le dolía la cabeza, pero ignoró el dolor mientras se deslizaba de las sábanas.


Caminando hacia el baño, pudo escuchar a Julie hablando con alguien en la otra
habitación, pero no pudo discernir si su amiga estaba hablando por teléfono o tenía una
visita. Decidió no interrumpir, se duchó y se puso un uniforme limpio que Julie había
dejado sobre el tocador. Al entrar en la cocina unos minutos más tarde, vio a Julie y a otra
193
mujer sentadas en el porche trasero tomadas de la mano tomando café y hablando en voz
baja.

Julie notó el movimiento por el rabillo del ojo y rápidamente regresó a la cocina.
Después de darle un suave abrazo a Madison, la mujer se echó hacia atrás y miró a su
amiga a los ojos.

—Buenos días. ¿Cómo te sientes?

Madison se encogió de hombros y se volvió para servirse una taza de café para que
Julie no viera las lágrimas en sus ojos.

—Estoy bien.

Julie observó a Madison en silencio antes de hablar.

—Bueno, si te animas, sal al porche. Quiero que conozcas a alguien.

Parpadeando para contener las lágrimas, Madison se volvió hacia su amiga mientras
sus ojos vagaban hacia el porche y la mujer rubia sentada sola.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Gracias, pero creo que voy a llamar a un taxi para que me lleve a buscar mi auto y
me quitaré de en medio. Yo... ummm, probablemente necesito ver sobre... ummm,
localizar el oficial al mando de Logan para averiguar si puedo hacer los arreglos para
ella... —Las palabras de Madison se volvieron estranguladas y rotas y mientras las
lágrimas quemaban sus mejillas, Julie la atrajo hacia sí.

Madison permitió que Julie la sostuviera mientras las lágrimas fluían sin ser
escuchadas, las emociones de las doce horas anteriores finalmente rompieron las barreras
que había erigido. Después de unos largos momentos, dio un paso atrás limpiándose las
lágrimas de las mejillas.

»Necesito llamar, recibir mis mensajes, cancelar mis citas para los próximos días e ir
a ver a Susan antes de que pueda hacer algo más. Inclinando la barbilla hacia la puerta,
Madison intentó sonreír—. Ve y atiende a tu amiga y te veré más tarde, ¿de acuerdo?

Vacilante, Julie asintió y retrocedió hacia la puerta.

—Llámame más tarde, ¿de acuerdo? Necesito saber que estás bien y si necesitas un
lugar para quedarte esta noche, sabes que eres bienvenida aquí.
194
Sonriendo, Madison prometió que lo haría y luego se giró para coger el teléfono
mientras Julie regresaba al porche con su invitada.

₪₪₪₪₪

La mañana había sido larga y agotadora cuando Dove entró una vez más en el
caparazón antiséptico del hospital. Todavía no había tenido noticias de la médica que
estaba con Logan la noche anterior y mientras subía al tercer piso en el ascensor, un
pensamiento pasó por su mente. Esta mujer probablemente piensa que Logan está muerta.
Está bien, piensa, ¿qué me dijo Logan sobre ella? Cuando salió del ascensor, sus pasos se
aceleraron a medida que se acercaba a la UCI. Ignorando los letreros publicados, empujó
las pesadas puertas y se dirigió hacia el escritorio principal. Sin esperar a que la enfermera
mirara en su dirección, Dove casi gritó su pregunta cuando la asustada mujer levantó la
vista.

—¿Dónde está la paciente que resultó herida la otra noche en el Strip?

Escuchó un sonido detrás y se giró para ver a un oficial uniformado parado detrás de
él. Al darse cuenta de lo repentina que parecía su aparición, sacó la placa de detective de
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

su bolsillo y se volvió hacia el oficial. Después de presentarse, Dove continuó haciendo


sus preguntas en un tono más tranquilo y después de unos minutos obtuvo la información
que necesitaba y continuó por el pasillo hacia el cubículo de Logan.

Las brillantes luces fluorescentes del techo que inundaban la habitación


sorprendieron a Dove; de alguna manera siempre había imaginado la UCI como un lugar
oscuro y tranquilo para descansar. Podía escuchar los sonidos rítmicos del ventilador
mientras forzaba el preciado oxígeno profundamente en los pulmones de Logan y el pitido
insistente del monitor que colgaba del techo. Mientras se acercaba a la cama, un miedo
desenfrenado se apoderó de él y el detective tuvo que luchar para evitar darse la vuelta y
escapar de la habitación.

Los brazos de Logan yacían flácidos a su lado y una fina sábana blanca estaba
enrollada debajo. Dove pudo ver los numerosos vendajes que cubrían las quemaduras en
su torso y extremidades superiores, sus senos cubiertos sólo por una pequeña toalla
blanca. Dove sintió un sinfín de emociones al observar a Logan, los músculos ondulados
de su estómago y la forma definida de sus brazos en conflicto con la mujer indefensa y
vulnerable que vio acostada en la cama. Si no fuera por el constante recordatorio de las
máquinas, pensó que parecía como si simplemente pudiera sentarse y hablar, sin embargo,
sus ojos cerrados y la palidez de sus mejillas le dijeron que la visión era sólo una ilusión. 195
La mujer que tenía delante estaba en serios problemas y sintió una abrumadora sensación
de impotencia por no poder ayudarla.

Estaba durmiendo y aunque le dolía no verla abrir esos penetrantes ojos azules, sabía
que el sueño inducido era lo que necesitaba. Mientras sus ojos recorrieron sus heridas, le
dolía el corazón al saber el dolor que soportaría cuando despertara. Delgados cables
desaparecieron bajo la sábana blanca que subía y bajaba con el tiempo del ventilador y él
miraba en silencio sabiendo que la máquina respiraba por su amiga. Las lágrimas surcaron
su rostro mientras miraba a Logan, la cinta rodeaba el tubo que desaparecía en su boca y
se extendía en forma de X sobre sus labios. Una línea intravenosa serpenteaba desde
debajo de una capa de cinta en el brazo de Logan, y luego a través de su cuerpo, y mientras
seguía el camino hacia la bolsa de plástico que colgaba de un soporte al lado de su cama,
se le formó un nudo en la garganta.

Tomando asiento al lado de la cama, extendió la mano y suavemente tomó su dedo


índice en sus enormes manos. Por primera vez desde que conocía a Logan, Dove comenzó
a verla bajo una luz diferente. Siempre se había presentado como una policía dura y astuta,
nunca como la mujer frágil y vulnerable que estaba viendo ahora. Se sentó a su lado
durante más de una hora, simplemente sosteniendo su dedo, con la esperanza de que de
alguna manera supiera que él estaba con ella, rezando en silencio para que tuviera la
fuerza para luchar por su camino de regreso. Finalmente, soltando su agarre, Dove se
levantó lentamente y esquivando los muchos tubos y cables, se inclinó con cuidado para
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

depositar un beso en su frente, agradecido de que su hermoso rostro se hubiera librado de


las heridas que ahora sufría el resto de su cuerpo.

Lentamente, salió de la habitación y se dirigió a los ascensores mientras la ira subía


como bilis a su garganta. Te encontraré, y cuando lo haga sufrirás por lo que has hecho.
Presionando el botón del cuarto piso, Dove se perdió en sus pensamientos mientras su
localizador rompía el silencio. Al salir del ascensor, localizó un teléfono público y marcó
la sala de la brigada, luego esperó a que el teniente se pusiera al teléfono.

Escuchó mientras Beaudry le contaba los últimos avances en el caso. Phillip Crafton,
vicepresidente y director de recursos humanos de Langston Development, había sido
asesinado en el estacionamiento de las oficinas corporativas.

—Sí, estoy aquí en el hospital ahora. Claro, me quedaré aquí hasta saber de ti.

El teniente estaba a punto de terminar la llamada cuando vaciló.

—Ummm, ¿cómo está McGregor? —El teniente escuchó mientras Dove le


informaba sobre el estado de Logan. Se había sorprendido cuando Dvorak lo había
llamado durante la noche para darle una actualización sobre Logan. Inmediatamente se 196
levantó de la cama y comenzó a vestirse mientras Dove le informaba de la situación, pero
se detuvo cuando Dove le informó que nadie podía verla hasta la mañana.

Había pasado el resto de la noche sentado en la mesa de la cocina tomando café,


recordando la noche en que Logan le había salvado la vida. En silencio, prometió
mantenerla a salvo, una promesa que sabía que no debía hacer, pero que juró que daría su
vida para mantenerla.

Después de colgar el teléfono, se sentó en silencio en su despacho, la mampara de


vidrio proporcionaba una barrera contra el ruido constante en la sala de la brigada, y miró
el escritorio vacío que Logan solía llamar hogar. Se le formó un nudo en la garganta y
una lágrima amenazó con escapar de sus ojos cansados e inyectados en sangre antes de
que se pusiera de pie enojado y caminara hacia la puerta.

Todos en la sala de la brigada se quedaron inmóviles cuando el teniente comenzó a


ladrar órdenes a los hombres.

—Hamilton, McDuffie, vayan al hospital y aseguren la habitación de la detective


McGregor. Nadie entra sin mi aprobación directa. —Mirando a su alrededor, vio a sus
próximos sujetos—. Benton, usted y Williams reúnan a tantos hombres fuera de servicio
como puedan y vayan a la casa de McGregor para ver si hay algo que se pueda salvar.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Llámame cuando lo sepan y tendré una unidad de almacenamiento lista para que la
traslades las cosas.

Encontrando algo de consuelo en sus acciones, procedió a gritar sus órdenes y


después de enviar a la mayoría de sus oficiales disponibles a sus asignaciones, atravesó
la sala de la brigada y subió al quinto piso. Esta mierda se acabó y tengo la intención de
detenerla aquí y ahora. Esperando con impaciencia que subiera el ascensor anticuado, su
ira creció. Cuando finalmente se abrieron las puertas del piso administrativo del edificio,
lujosamente decorado, pisó la lujosa alfombra, sin disminuir la velocidad mientras las
secretarias corrían detrás de él. Al final del pasillo, abrió la enorme puerta de roble e
irrumpió en el despacho del jefe de policía, Len Youngblood.

El majestuoso hombre de pelo gris levantó la vista de su escritorio, no sorprendido


por la repentina intrusión.

—Tome asiento, teniente, estaré con usted. —Levantando una mano cuando Rita, su
secretaria entró por la puerta, le aseguró que todo estaba bajo control y luego se volvió
hacia el hombre enojado que tenía delante, observando cómo las emociones apenas
controladas del hombre amenazaban con estallar.
197
Esperando hasta que la puerta se cerró y supo que no podían ser escuchados, el jefe
dejó caer el bolígrafo sobre el escritorio y se quitó las gafas antes de hablar.

—Ahora, ¿qué puedo hacer por ti Allen?

₪₪₪₪₪

Dove golpeó suavemente la puerta medio cerrada y entró en la habitación,


sorprendida de ver la cama vacía. Estaba a punto de darse la vuelta e irse cuando una voz
lo llamó desde el baño.

—Bueno, Madi, ya era hora de que llegaras... —Susan se detuvo en seco cuando vio
al extraño parado en la puerta y un repentino escalofrío le recorrió la columna. Estirándose
tanto como se lo permitieron sus doloridos músculos, miró a los ojos del hombre con la
esperanza de que su miedo no se notara.

—¿Cómo ha entrado aquí?


CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Al darse cuenta de que había asustado a la mujer, sacó la placa del bolsillo del pecho
y se la tendió para que ella lo viera.

—Umm, soy el detective Dvorak, a veces compañero y amigo de Logan McGregor.


No fue mi intención asustarla, señora Richardson.

Susan dejó escapar un suspiro reprimido y se acercó a la cama, tirando suavemente


de sí misma sobre el colchón, aliviada de haber decidido ponerse la bata antes de ir al
baño. Después de deslizar las sábanas limpias sobre sus piernas, Susan se volvió hacia el
hombre.

—Detective, ¿cómo puedo ayudarlo?

Señalando hacia la silla adyacente, levantó la vista mientras los ojos más seductores
que jamás había visto lo observaban atentamente.

—¿Puedo?

Sacudiéndose de la distracción, sonrió.


198
—Lo siento. Por supuesto, tome asiento, detective.

Sentándose, Dove volvió a mirar sus notas para darle a su acelerado corazón un
momento para recuperarse. Se aclaró la garganta, se sentó un poco más derecho y trató
de no mirar a la mujer.

—Ahh, sí. Bueno, me han dicho que trabaja para la doctora Madison Cavanaugh, ¿Es
cierto?

—Sí, lo es. En realidad, ella debería estar aquí en cualquier momento. —Cuando la
curiosidad y el interés de la mujer por el detective comenzaron a aumentar, sonrió al ver
su rostro sonrojado—. ¿Puedo preguntar por qué está buscando a Madison, quiero decir,
a la Doctora Cavanaugh?

Dove trató de recuperar su comportamiento profesional mientras refrenaba su


atracción por la rubia.

—Sólo necesito hacerle algunas preguntas. —De pie, quería hacer su salida
rápidamente antes de hacer el ridículo. Colocando su tarjeta sobre la mesa plegable, le
sonrió a Susan—. Cuando vea a la doctora, si le da mi tarjeta y le pide que me llame lo
antes posible, se lo agradecería mucho.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Dándose la vuelta, caminó rápidamente hacia la puerta, sólo para ser detenido por la
voz de la mujer.

—Si puedo preguntar, ¿dónde está Logan? Pensaba que estaba al frente de esta
investigación.

Volviéndose hacia la rubia una vez más, Dove no se perdió la forma en que Susan se
refirió a su pareja. Logan, eh.

—Lo siento, creo que debería haberle explicado, la detective McGregor está
indispuesta por el momento y me haré cargo del caso hasta que regrese.

Ambos escucharon la rápida inhalación cuando Madison despejó la puerta y escuchó


la última respuesta de Dove. Al volverse, vieron a la pequeña mujer detenerse, inmóvil
mientras la conmoción de sus palabras se hundía en su mente exhausta y sobrecargada.

Dove sintió que una pequeña mano se extendía y lo agarraba del brazo y, en
respuesta, rápidamente se movió para ayudar a la temblorosa mujer a sentarse.
Arrodillándose a su lado, Dove habló suavemente, dándose cuenta de que sus próximas
palabras iban a enviar a la mujer a un frenesí emocional. 199
—¿Es usted la doctora Cavanaugh?

Asintiendo con la cabeza, los ojos suplicantes de Madison se clavaron en los del
detective. Sostuvo su mano en un apretón de muerte en un esfuerzo por mantener una
apariencia de control.

—Sí, soy la doctora Cavanaugh. Por favor, dígame que está viva.

Dove sonrió, sabiendo que la noticia que estaba a punto de darle a esta mujer iba a
ser una agradable sorpresa. Recordó haber corrido por el patio de Logan la noche anterior,
asustado ante la perspectiva de perder a su única y querida amiga y el alivio que había
experimentado cuando la vio sentada junto a un árbol cercano respirando oxígeno
mientras un paramédico le ponía la máscara en la cara.

—Sí, está viva. He estado tratando de encontrarla desde anoche.

Madison sólo podía mirar fijamente mientras las palabras reverberaban en su mente,
sabiendo que no podía estar escuchando correctamente al hombre.

—Pero... yo... vi explotar la casa. Nadie... nadie podría sobrevivir a eso. —De
repente, Madison retrocedió cuando el miedo a las heridas de Logan la consumió—
¿Dónde... qué... cómo ella... maldita sea?
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Dove calmó suavemente a la doctora mientras luchaba por encontrar las palabras,
finalmente presionó su hombro hasta que ella se recostó en la silla y se quedó callada.

—Sólo escúcheme y le explicaré todo. —Esperó su reconocimiento y luego continuó.


—Logan estaba en la casa, pero tuvo mucha suerte. El bombero que se cayó por el techo,
prácticamente se le cayó encima. Ambos fueron rescatados, pero debo decirles que Logan
está bastante grave.

Él levantó una mano para interceptar sus preguntas.

—Está aquí en la UCI arriba. —Agarrando su brazo, acomodó a la mujer en su silla—


. No, déjeme decirle qué esperar antes de subir. Sé que es médica y ciertamente entenderá
todo el galimatías mejor que yo, pero le diré todo lo que sé en este momento.

Se puso de pie y se apoyó contra el escritorio mientras le contaba a Madison sobre el


estado de Logan. Cuando estaba a punto de acompañarla a la UCI, se detuvo y se volvió
de nuevo hacia la pequeña médica.

»¿Tiene un labrador retriever?


200
Madison había llorado a su amigo durante la noche, sabiendo que no había tenido
ninguna posibilidad de sobrevivir a las llamas. Mirando hacia arriba con ojos expectantes,
asintió con la cabeza, demasiado asustada para preguntar.

El risueño Dove miró a los ojos cansados pero emocionados de la doctora.

»Bueno, ha estado babeando por todo mi auto. ¿Cree que podría venir a buscarlo? —
El detective sintió que unos fuertes brazos rodeaban su cuello mientras lo abrazaban
emocionada. No supo si la mujer estaba riendo o llorando hasta que lo soltó y vio que
estaba haciendo ambas cosas.

La risa se desvaneció cuando sus pensamientos se volvieron hacia Clancy. No es


posible, ¿verdad? En silencio, la médica miró al rostro de la detective una vez más.

—¿Qué pasa con Clancy?

Bufando, Dove puso los ojos en blanco.

—Doctora, he tratado de deshacerme de ese gato diabólico durante los últimos tres
años. Demonios, ese incendio probablemente sólo lo enojó más y está con los vecinos
esperando su próxima oportunidad conmigo. —Al ver el alivio en el rostro de la mujer,
se volvió hacia la puerta—. Vamos, vamos a ver a Logan.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Madison recogió rápidamente su abrigo y luego se volvió hacia Susan.

—Regresaré después de ver cómo está Logan, ¿vas a estar bien?

—Por supuesto, sal de aquí, estaré bien.

Al ver la mirada vacilante en el rostro de la doctora, Dove decidió arriesgarse.

—Umm, estaré feliz de volver y hacerle compañía después de llevar a la doctora


arriba... Yo, ummm, tengo algunas preguntas más que necesito hacerle.

Madison miró de una a otro y se giró hacia la puerta para que ninguno viera la sonrisa
que surcaba su rostro.

—Creo que eso sería maravilloso, detective. De esa manera no tendré que
preocuparme por las dos. —Siguió caminando y dejó a Susan atónita, sin saber qué decir.

Dove se puso nervioso mientras Susan observaba la sombra de su amiga que se


alejaba.

—Señora. Richardson, ¿le parece bien? Si está cansada, yo... ahhh, podría volver en
201
otro...

Mordiéndose el labio inferior, la rubia le sonrió al sonrojado hombre e interrumpió


su tartamudeo.

—Soy Susan, detective, y sí, eso estaría bien. —Observó y no pudo evitar reír
mientras el ansioso detective retrocedía hacia la puerta, luego se recuperó rápidamente y
salió apresuradamente.

₪₪₪₪₪

Dove se paró junto a la puerta mientras Madison se dirigía hacia la cama. Al observar
a la mujer de cerca, sus sospechas previas se demostraron correctas cuando ella extendió
la mano y tomó la mano de Logan suavemente y la llevó a sus labios mientras las lágrimas
caían en cascada por sus mejillas.

En todos sus años juntos, nunca había sabido que Logan saliera con nadie más que
con Diane y estaba feliz de descubrir que la mujer finalmente había comenzado a
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

recuperarse de la pérdida. Ahora, si puede recuperarse de esto, tal vez pueda empezar a
vivir de nuevo.

Recogiendo el historial, Madison dio un paso atrás hacia la cama. Habían pasado casi
veinticuatro horas desde la admisión de Logan en el Mercy. Permaneció sedada, su
respiración asistida por el ventilador. Durante la noche, el terapeuta respiratorio había
intentado desconectar a la detective de la máquina, pero cuando su SPO2 bajó al 88 por
ciento, se continuó con la asistencia del ventilador. Madison leyó el cuadro
detenidamente, su entrenamiento y experiencia le permitieron a la médica visualizar cómo
debió haber aparecido la escena de la sala de emergencias la noche anterior.

Madison sólo podía suponer que el vehículo privado que transportaba a Logan al
hospital había pertenecido a Dove. Por un momento, pensó por qué el compañero de la
detective, o cualquiera de los otros socorristas, habrían permitido que Logan
permaneciera en la escena y no buscara tratamiento para sus quemaduras y dificultad
respiratoria, pero luego una sonrisa cruzó su rostro al recordar la veta obstinada de la
detective alta, oscura e imponente.

Mirando a la mujer sedada, susurró en voz baja:


202
—Maldita sea, eres testaruda, pero supongo que esa es una de las razones por las que
me estoy enamorando de ti, detective McGregor.

Volviendo su atención a la gráfica, Madison leyó el registro momento a momento del


tratamiento dado a Logan en la sala de emergencias la noche anterior. Llevada en camilla
hasta la sala de reconocimiento sin responder, las notas del médico informaron que la
apariencia física de Logan era cianótica, con los labios y las uñas azules por la falta de
oxígeno en el torrente sanguíneo. Ordenó 15 litros de O2 por máscara y comenzó la
evaluación inicial de las lesiones de la detective mientras una enfermera medía
sistemáticamente y anunciaba los resultados para que los registrara la enfermera de
urgencias.

La doctora sabía que el ritmo en la sala de trauma había sido rápido, pero decidido,
ya que cada miembro llevaba a cabo sus tareas con los movimientos seguros y confiados
que requería el trabajo para cuidar a los enfermos críticos. Incluso los años que Madison
había estado en la profesión médica, todavía estaba sorprendida por la conexión casi
psíquica entre los miembros de un buen equipo de trauma, uno sabiendo lo que el otro
necesitaba, a menudo sin tener que pronunciar palabras.

Logan había estado en problemas y Madison sabía la velocidad a la que el equipo de


trauma debió haber respondido para estabilizar su condición. Su frecuencia cardíaca era
de 155, presión arterial 105/62, con un SP02 de 83%. El adjunto había notado la
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

disminución de los sonidos bilaterales en los pulmones debido a la hinchazón de los


tejidos dañados y al edema, y mientras la pequeña rubia seguía leyendo, no se sorprendió
al descubrir que el médico que la atendía había intubado inmediatamente a la detective
en un intento para que su nivel de oxígeno en sangre volviera a ser por lo menos 94%,
antes de reanudar el examen.

Un escalofrío recorrió la columna de Madison mientras leía las notas médicas de la


mujer que le había estado haciendo el amor sólo veinticuatro horas antes. Tanto había
cambiado en las últimas horas, y la doctora ni siquiera sabía por dónde empezar a
clasificar todas sus emociones. Por el momento, optó por apreciar el momento y el simple
hecho de que Logan todavía aguantaba y luchaba por volver con ella. De pie, la pequeña
rubia se estiró y depositó un tierno beso en la frente de la detective antes de dejarse caer
en la silla junto a la cama una vez más. Entrelazando sus dedos con los de Logan, se
inclinó, apoyó la cabeza en el colchón junto a la mujer inmóvil, cerró los ojos y se quedó
dormida sintiendo el calor de la mujer que amaba junto a su mejilla.

Dove se acercó a la pequeña rubia y miró por encima del hombro el historial,
frunciendo el ceño mientras trataba de leer la jerga médica.

—Supongo que sabes cómo traducir todo eso. ¿Cómo está? 203
Limpiándose una lágrima de la mejilla, se volvió hacia el amigo de Logan con una
sonrisa cansada.

—Se está defendiendo. Su presión arterial es un poco baja, pero manejable. Todavía
la están sedando para que no luche contra el ventilador, de lo contrario estaría despierta,
pero con mucho dolor.

Dove asintió con la cabeza y siguió mirando a la figura esbelta que yacía en la cama,
el único movimiento era el movimiento ascendente y descendente del pecho de Logan
mientras el ventilador respiraba por ella.

—¿Hay alguna posibilidad... quiero decir, ella puede...

Madison colocó su pequeña mano sobre su hombro.

—Oye, está bien en este momento y debes mantener una actitud positiva hacia ella.
Los próximos días serán los peores para ella. Hay entre un veinte y un cincuenta por
ciento de posibilidades de que desarrolle neumonía, pero espero que eso no suceda. —
Mirándolo severamente, respiró hondo—. Y si lo hace, entonces nos ocuparemos de ello.

Dove le dio a Madison una sonrisa débil, luego se volvió hacia la cama. Levantando
la mano de Logan en la suya, la llevó a sus labios y le dio un suave beso en los nudillos.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Te veo luego Mac.

Mientras salía de la puerta, la cerró detrás de él, permitiendo a las mujeres tanta
privacidad como podrían tener en un hospital ocupado y comenzó su viaje de regreso al
cuarto piso.

₪₪₪₪₪

Christine Langston se estiró bajo las frescas y perfumadas sábanas mientras el sol
atravesaba las cortinas transparentes y se volvía para envolver con sus largos brazos el
cálido cuerpo a su lado. Su amante llegó un poco después de las tres de la mañana e
inmediatamente se metió en la cama, acurrucó su cuerpo fresco alrededor del más cálido
de Christine y se durmió profundamente. La ejecutiva sabía que debía permitirle dormir
un rato más, pero el calor que aumentaba lentamente en su cuerpo exigía un respiro de las
largas noches de soledad. Mientras deslizaba la mano sobre los tensos músculos del
estómago y alrededor de uno de los pequeños senos, sintió que la mujer se movía y luego 204
soltaba un gemido bajo y sin aliento, instándola a continuar. Colocando su cuerpo encima
de su amante, Christine capturó un pezón ya erecto entre sus labios y chupó suavemente
el pico sensible mientras una de sus piernas largas y delgadas presionaba con fuerza entre
las piernas de la mujer.

Abriendo los ojos soñolientos, Jen miró hacia los ojos azul hielo de su amante,
sintiendo de repente que el calor se extendía entre sus propias piernas. Entrelazando sus
dedos en el cabello rubio corto y puntiagudo, apretó los labios de Christine más cerca,
suplicando en silencio por más mientras el movimiento de sus caderas transmitía la
profundidad de su deseo acelerado.

No hubo palabras cuando las dos mujeres cayeron en el cálido abrazo de la otra,
ambas enfocándose sólo en la liberación que ansiaban desesperadamente.

₪₪₪₪₪

CW Langston se paseaba por la gruesa alfombra beige de su despacho en el piso


veintinueve, bebiendo su tercer whisky escocés con agua de la mañana. Sentado en la silla
contigua, Herbert Whittaker experimentó una sensación de déjà vu, recordando su visita
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anterior y el ceño ahora profundamente fruncido que marcaba la frente del director
general. Sacudido de la colección de pensamientos enredados en su mente, un escalofrío
recorrió sus venas por el sonido de la voz inquietantemente tranquila de Langston.

—Herb, ¿qué es lo último que te pedí la otra noche?

Whittaker conscientemente se secó el sudor de la frente antes de hablar.

—CW, te dije que no hay mucho que pueda hacer en este momento. No puedo llamar
la atención indebida a mi despacho con respecto a este caso. Estás solo esta vez CW. No
permitiré que mi nombre o la reputación de mi despacho estén conectados con una
investigación de asesinato.

Una pequeña sonrisa apareció en la mirada en blanco del director general. La línea
estaba trazada y, hasta cierto punto, Langston se sintió aliviado de que había llegado el
momento de soltar a Whittaker. Langston colocó su vaso en la mesa de café, se sentó en
el sillón frente al alcalde y apoyó la cabeza en el respaldo acolchado.

—Supongo que entiendes lo que significa Herbert.


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El alcalde se puso de pie y caminó lentamente hacia la puerta, plenamente consciente
de que Langston estaba analizando cada uno de sus pasos.

—Sí, CW, lo hago, y para ser honesto contigo, por primera vez en muchos años, me
siento como un hombre libre. —Herbert Whittaker cerró silenciosamente la puerta,
dejando a Langston algo sorprendido mirándolo, y se dirigió al ascensor.
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Capítulo veintiuno

Loraine Osborne estaba sentada mirado fijamente las paredes gris monótonas de su
despacho. La llamada telefónica de Herbert Whittaker la había tomado por sorpresa.
Admiró el valor que había tenido el alcalde para admitir su asociación de larga relación
con CW Langston, pero también la enojaba que la única razón por la que lo había hecho
fuera la amenaza de que su intachable carrera política se viera empañada con acusaciones.
No mostró remordimiento, sólo miedo de verse atrapado en medio de una investigación
de asesinato. Sólo podía esperar que el hombre poseyera una gran reserva de ese coraje,
porque sabía por experiencia que CW Langston no se rendía sin luchar, y aunque ella era
la excepción a la regla, la mayoría de las veces, él ganaba.

La comandante sabía muy bien lo decidido que podía ser Langston cuando se
proponía algo. Si no hubiera tenido el valor de negarle al director general sus demandas,
206
hoy lo más probable es que sería la subdirectora de investigaciones en lugar de Charles
Thornton. Se apartó de su escritorio y se puso la chaqueta antes de cerrar el archivador y
salir en silencio de su despacho.

Mientras bajaba en el ascensor hasta el nivel del garaje, revivió los días llenos de
tensión que la llevaron a su enfrentamiento con Langston. Hasta ese momento, ni siquiera
sabía que él sabía quién era ella, pero luego, cuando una sonrisa cruzó su rostro, reconoció
que un hombre tan poderoso como CW Langston no había llegado a donde estaba sin
saber todo lo que podía afectar su negocios y planes a largo plazo.

Ella y Richard Henderson, un viejo amigo, estaban cenando en Primanti Brothers,


celebrando el cuarenta cumpleaños de Richard, cuando CW Langston y su séquito de
compinches entraron en la tienda de delicatessen. Incluso en 1993, antes de que su ilustre
carrera llegara a los titulares nacionales, la presencia de CW Langston atraía la atención
de todos en las calles de Pittsburgh. El gerente había corrido por la sala para atender las
necesidades del conocido ejecutivo, pero fue ignorado cuando la atención de Langston se
centró en ella.

Recordó la mirada nerviosa que recibió de Richard cuando Langston se movió hacia
su mesa y la mirada aún más sorprendida cuando el conocido ejecutivo pronunció su
nombre, solicitando un momento de su tiempo, en privado. Pensando en esa noche,
recordándose a sí misma como una detective de homicidios engreída, miró con calma al
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hombre que se alzaba sobre ella y negó su pedido. Lo siento señor Langston, pero estoy
fuera de servicio, celebrando el cumpleaños de mi amigo. Como no lo conozco
personalmente, sólo puedo suponer que está aquí a título oficial, por lo que, si desea
hablar conmigo sobre algo, comuníquese conmigo el martes, estaré de servicio...
entonces podremos conversar. Dicho esto, se volvió hacia Richard, sentado frente a ella,
con una mirada de horror en su rostro, y dejando a CW Langston, conmocionado y sin
palabras.

Después de uno momentos incómodos, Langston agitó bruscamente la mano a los


hombres que lo acompañaban y salió del restaurante. Richard había visto salir a los
hombres con asombro mientras hablaba frenéticamente con su amiga. Sus preguntas
habían llegado en una carrera frenética. ¿Sabes quién era? ¿Tienes idea de a quién acabas
de cabrear? ¿Qué diablos estabas pensando? Buen Dios mujer, ve tras él.

Había permitido que Richard se desahogara respondiendo tranquilamente a sus


preguntas. Sí, sé quién es el hombre... Sí, sé que lo he cabreado, pero ¿crees que he hecho
un trabajo suficientemente bueno? Además, NO, no voy a por ese hombre, es un
gilipollas, y además estamos celebrando tu cumpleaños por el amor de Dios… come… tu
bocadillo de carne asada que se está enfriando.
207
A menudo se había preguntado si todavía hoy tendría las agallas para enfrentarse a
Langston, dado lo que sabía de su reputación como asesino profesional de cualquiera que
no cumpliera con sus reglas. Él había tratado de dejar de lado su carrera después de su
encuentro en Primanti Brothers, pero ella se había mantenido firme y se mantuvo firme
contra el hombre. Habían pasado diez años desde que Malcolm Cavanaugh había muerto
en su cama. Su vida había cambiado de muchas maneras, ganando la placa de oro que
indicaba que su ascenso a detective había sido un logro que ella sola había logrado, sin la
ayuda de nadie.

CW Langston había amenazado con quitarle todo eso en un santiamén si ella no


cooperaba y perdía convenientemente algunas pruebas vitales en un caso que involucraba
a su hijo, Chris. Por miedo, había seguido sus amenazas hasta el día anterior al juicio,
cuando permitió que reapareciera repentinamente entre los estantes traseros de la sala de
pruebas. Langston se puso furioso y se enfrentó a su desafío tácito con un ataque
vengativo a su reputación y su aventura con el difunto fiscal del distrito.

Langston no contó con la lealtad y los recursos de sus compañeros oficiales. Muchas
veces a lo largo de los años, las personas habían solicitado y tenían el privilegio de que
desaparecieran pequeños asuntos legales debido a la falta de papeleo o alguna otra
inconsistencia dentro del vasto y sobrecargado sistema legal, muy similar a lo que
Langston había exigido, menos las amenazas. Aunque algunos considerarían los favores
muy poco éticos, ocurrían todo el tiempo dentro de los departamentos de policía de todo
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el país. Esos favores fueron contados y archivados por sus camaradas para referencia
futura cuando ellos o alguien a quien respetaban necesitara un pequeño favor a cambio.

Loraine se había sentido abrumada por la respuesta de sus compañeros oficiales


cuando comenzaron a exigir sus favores, y observó con diversión cómo Langston fue
golpeado con infracciones de código en sus nuevos edificios, solicitudes perdidas para
cambios de zona, retrasos en los permisos de construcción y muchos otros inconvenientes
y tecnicismos.

Después de una semana, Langston canceló sus matones y pidió una tregua, pero
siempre había temido que algún día regresaría y traería más estragos a su vida. Pensando
en las primeras semanas después de la muerte de Malcolm, recordó el coraje y la fuerza
que les había mostrado a sus superiores, el mismo coraje y la fuerza que necesitaría para
pasar el resto de este día interminable. Cuando el ascensor se detuvo en el nivel del garaje,
salió al aire frío y cortante que parecía impregnar para siempre la estructura de hormigón.
Mientras se dirigía al auto, ignoró a las personas que pasaban mientras recordaba las
primeras semanas después de la muerte de Malcolm.

El departamento había pasado unos días angustiosos tratando de mantener su


identidad en secreto. Varios funcionarios de alto rango habían querido despedirla, pero 208
ella había amenazado al departamento y a la ciudad con una demanda pública y una
cobertura de prensa aún más desagradable si decidían continuar con el tema. Al final,
permaneció en el cuerpo y unas semanas más tarde, y después de que los chismes se
calmaron, la ascendieron a sargento a cambio de su lealtad y silencio en el caso.

Sabía que, en algún lugar de la mezcla, Marissa Cavanaugh jugó un papel en su


promoción. La mujer, conocida por su lujoso estilo de vida y las asociaciones de élite que
surgieron de estar casada con uno de los mejores y más populares sirvientes de Pittsburgh,
era un conocimiento común para muchos. Todos sabían que si Malcolm hubiera perdido
la reelección... si hubiera sido degradado a un mero aspirante, Marissa se habría escapado
y se habría llevado todo con ella, incluida su hija. El único amor que poseía la mujer era
por la posición en la sociedad de Pittsburgh que su despacho garantizaba, no por el
hombre... o la niña pequeña que usaba como amenaza contra él.

Malcolm había compartido con ella las numerosas amenazas de Marissa de llevarse
a Madison y marcharse y ella sabía que, mientras existiera la posibilidad de perder a su
hija, nunca dejaría a su esposa para estar con ella. Era un recordatorio constante en esos
días, de lo que Marissa Cavanaugh era capaz de hacerle a su esposo y ambos habían tenido
mucho cuidado en mantener su relación en secreto, reuniéndose en municipios cercanos
y habitaciones de hotel tristemente impersonales. Las molestias habían sido un pequeño
precio a pagar para estar con el hombre que amaba, y el día de su muerte había sido la
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primera vez que compartían su hogar. Esa fatídica tarde, reflexionó, había cambiado su
vida para siempre.

Después de haber sido públicamente humillada por la repentina muerte de su esposo,


la señora Cavanaugh estaba decidida a dejar atrás esa parte oscura de su vida y comenzar
de nuevo. Se había hecho una donación muy cuantiosa a la Caja de Beneficencia de la
Policía y a los pocos días su capitán había presentado el ascenso, junto con la condición
adjunta de silencio eterno.

Había aceptado el ascenso con la promesa a la memoria de Malcolm de no olvidar


nunca lo que habían compartido juntos. Había amado genuinamente al hombre, sin
importarle su posición o su dinero. Lo único que lamentaba era la publicidad resultante y
la vergüenza que la joven Madison Cavanaugh se había visto obligada a soportar. Marissa
había conseguido lo que quería, una mansión, dinero y la simpatía de todos los jóvenes
solteros disponibles en la ciudad.

Habiendo seguido con la viuda a lo largo de los años, sabía que la mujer ahora vivía
en algún lugar de Europa con un artista de treinta y tantos años y, a menudo, se preguntaba
si la mujer alguna vez pensó dos veces en su difunto esposo o en su exitosa hija.
209
Deslizándose en el anodino sedán, Loraine respiró hondo antes de encender el motor.
Lo que estaba a punto de hacer podría alterar el curso de su carrera por segunda vez, pero
una vez más, no iba a permitir que CW Langston se saliera con la suya con sus métodos
tortuosos e intimidantes. Uniéndose al tráfico en la calle Grant, guio el vehículo del
gobierno a través del tráfico de la tarde hacia Penn Circle y la comisaría, la que Logan
McGregor llamaba su casa.

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Charles Thornton, subjefe de investigaciones, salió del volante de su automóvil. La


investigación sobre el asesinato del distrito Strip prácticamente se había detenido con el
accidente de Logan. Aunque ella y el grupo de trabajo habían mantenido registros
detallados de las entrevistas y la información de la investigación hasta el momento, él
sabía que la integridad del caso estaba amenazada por su ausencia.

No importa qué tan bien preparado esté el Grupo de Trabajo; sabía que el
investigador principal de cualquier caso tenía una mejor ventaja para resolver el caso.
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Ahora que Logan estaba fuera de escena, al menos por el momento, Thornton había
decidido tomar un rol más activo en el caso en curso.

Caminando hacia los oficiales uniformados que rondaban el Porsche azul, miró
alrededor del estacionamiento y se dio cuenta de los muchos rincones sombreados en los
que el asesino podría haberse escondido esperando a Phillip Crafton. Al notar su llegada,
el grupo de oficiales se dispersó y volvió a la minuciosa tarea de reunir pruebas. Al
detenerse junto al auto, Thornton sintió un nudo en el estómago al ver al Director de
Recursos Humanos destripado.

Con cada asesinato, el asesino se volvía más audaz y violento con sus ataques. En
menos de veinticuatro horas, la residencia de la investigadora principal había sido
destruida por un incendio y se había cometido el octavo asesinato. Aunque la teoría aún
no se había probada, el subjefe tenía la sensación de que el incendio en la casa de Logan
se había iniciado con dos propósitos: deshacerse de la investigadora principal y actuar
como una distracción para el asesinato de Phillip Crafton. Thornton tomó nota mental de
hablar con la psicóloga del departamento de policía de Pittsburgh y obtener su opinión
sobre los eventos recientes.

Habían pasado varios años desde que investigó activamente un caso, e incluso hoy, 210
no albergaba ninguna idea egoísta de que su aporte influiría en la investigación. El Grupo
de Trabajo estaba compuesto por los mejores investigadores que el departamento de
policía de Pittsburgh tenía para ofrecer. Su papel era simplemente por el bien de la
apariencia, para asegurarse de que el departamento, el público y, lo que es más
importante, el asesino, supieran que la investigación estaba en pleno apogeo.

Harold Simmons se acercó con indiferencia desde su posición cerca del Porsche y se
paró junto a Thornton mientras sus asistentes retiraban y embolsaban el cuerpo. El
hallazgo preliminar en la escena no le dijo mucho. Básicamente, el vicepresidente de
Langston había sido destripado.

—Sabes, Thornton, no soy uno de tus investigadores de alto nivel, pero en mi


opinión, para que ocurra un asesinato como este, la víctima tiene que conocer al asesino.

Thornton asintió y estuvo de acuerdo. Aunque era un poco de información, podría


llegar a ser uno de los elementos más importantes hasta el momento. Hasta ahora, los
asesinatos se cometieron en los callejones sombreados dentro del Strip. Por supuesto, el
asesinato de Thomas Peters había ocurrido dentro de su propia casa, pero eso, en sí
mismo, no les había dado una pista sólida. Sin embargo, con el asesinato de Crafton, la
puerta del pasajero estaba abierta cuando llegaron los primeros oficiales, lo que indicaba
que el asesino posiblemente podría haber estado sentado dentro del automóvil con
Crafton. Dado que la secuencia de asesinatos era predecible y sabiendo que, lógicamente,
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

él era la próxima víctima, Crafton habría sido especialmente cauteloso con cualquiera que
no conociera y en quien no confiara.

Girando lentamente, Thornton miró a la multitud reunida más allá de la cinta amarilla
de la escena del crimen. Mirando a su alrededor, no vio al fotógrafo del departamento en
la escena y maldijo por lo bajo, hasta que vio la forma valiente de la reportera de sucesos
del The Pittsburgh Post/Gazette entre la multitud periodistas y personal de televisión.
Caminando rápidamente hacia la multitud, gritó.

»Señora Phillips, ¿puedo verla un momento?

Agachándose debajo de la delgada barrera de cinta, Jen caminó apresuradamente


hacia el Asistente del jefe, sonriendo en silencio ante las quejas y los insultos que le
lanzaron los reporteros restantes.

—Hola, jefe Thornton.

Alejándose de los reporteros, Thornton condujo a Jennifer lo suficientemente lejos


de la multitud para que no pudieran ser escuchados.
211
—Eres una buena amiga de Log... quiero decir, de la detective McGregor, ¿verdad?

—Sí señor, lo soy. —Jen no estaba segura de lo que quería el subjefe, así que eligió
sus palabras con cuidado.

—Bueno, me preguntaba si podrías hacerme un pequeño favor. —Esperó, pero sólo


recibió una mirada expectante. Soltando un suspiro, le gruñó a la joven reportera—.
Quieres que el hombre responsable de poner a tu amiga en el hospital pague, ¿no?

De pie en su altura completa de un metro sesenta y cinco, Jennifer miró hacia los ojos
brillantes del superior de Logan.

—Sí, desde luego que sí, subjefe Thornton. Sin embargo, un problema que Logan y
yo nunca, y quiero decir nunca violamos, es nuestra ética profesional. No lo haré por ella
y ciertamente no lo haré por usted. —Le devolvió la mirada gélida y continuó—. Ahora,
si le importa explicarme exactamente qué es lo que necesita, entonces, y sólo entonces,
le diré si estoy interesada.

Thornton se mordió el labio, admirando en silencio las agallas de la mujer.

—Está bien, señora Phillips, le ofreceré un trato en su lugar. Sé que ha estado


presente en todas las escenas del crimen y también sé que ha tenido esa cámara con usted.
—Mirando hacia abajo, sonrió mientras la mano de la mujer cubría protectoramente su
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Nikon⸻. Aquí está mi trato. Le pido que tome tantas fotos como puedas de esa multitud
de allí, luego regrese a su despacho y reúnas cualquier otra foto que tengas de las otras
escenas y me las traigas más tarde esta tarde. —Levantando la mano para retrasar sus
protestas, continuó—. A cambio, te prometo que tendrás la exclusiva cuando esto se
resuelva.

Jennifer sostuvo la mirada de Thornton mientras sopesaba su oferta. Logan haría


esto... haría un trato, algo ético pero productivo para las dos.

—Está bien, tiene un trato. Sin embargo, le advierto que, si me traiciona en esto,
personalmente me encargaré de que la única cobertura de prensa que obtenga de mí sea
mala. ¿Entendido?

—Lo entiendo. —Le entregó a Jen su tarjeta y se giró para alejarse, luego se detuvo
y la llamó una vez más—. Señora Phillips, tengo a Logan bajo vigilancia las veinticuatro
horas, sin visitas, pero dejaré su nombre con el oficial de turno en caso de que tenga algo
de tiempo y quiera pasar a verla.

Jen observó cómo subjefe doblaba su largo cuerpo en el auto y se alejaba, luego se
dio la vuelta y comenzó a hacer clic hacia la multitud. 212

₪₪₪₪₪

Dove regresó a la habitación de Susan y la encontró dormida. Se sentó en silencio en


el sillón junto a su cama observando las suaves curvas de su rostro. Un mechón de cabello
largo y rubio le había caído sobre la frente y tuvo que contenerse para no extender la
mano y colocarlo detrás de la oreja. ¿Cómo podría alguien lastimar a alguien tan
hermosa como tú?

Sintió que su ira aumentaba al pensar en los asesinatos sin sentido que había
presenciado a lo largo de los años como policía. Los domésticos eran las peores, con uno
o ambos participantes provocando la mayoría de los argumentos a través de ataques de
celos o inseguridad. Cuando las discusiones se volvían violentas, a menudo se convertían
en juegos mortales de ruleta rusa, los participantes nunca sabían con cada golpe salvaje
si el próximo sería el golpe que terminaría el juego.

Sus pensamientos regresaron a los eventos recientes y al asesino del distrito Strip.
¿Qué fue lo que le hizo seleccionar a esas mujeres? ¿Qué evento o no evento lo
desencadenó? ¿Por qué apuntar a Langston Development? ¿Por qué sólo los altos
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ejecutivos fueron atacados? Dove se sobresaltó cuando una voz suave hizo añicos sus
cavilaciones.

—Hola. ¿Llevas mucho tiempo aquí? —Susan observó cómo el detective recobraba
la compostura, pensando en lo lindo que se veía el ligero rubor en su rostro.

Aclarándose la garganta, Dove sonrió vacilante a la mujer rubia.

—No, no. Yo, ahh... no quería molestarte, así que decidí sentarme. —Por primera
vez en muchos años, Dove no sabía dónde poner las manos. En un minuto estaban en sus
rodillas, a la siguiente cruzada frente a su pecho, luego en el siguiente en los reposabrazos
en la posición lista para que pudiera levantarse rápidamente del sillón y salir corriendo de
la habitación.

Susan observó sus gestos nerviosos todo el tiempo mientras intentaba reprimir la
sonrisa juguetona que amenazaba con romperse en su rostro. No podía creer que estaba
sentada en una habitación de hospital con un brazo roto, el cráneo fracturado y una
incisión de dieciocho centímetros en el estómago, coqueteando con un hombre que
acababa de conocer dos horas antes. Por el amor de Dios, probablemente esté casado y
tenga dos hijos y un perro en casa. Maldita sea, ¿por qué todos los guapos están pillados? 213
Recuperando algo de su compostura, trató de sentarse más derecha en la cama, pero
gritó por el dolor punzante. Casi de inmediato, sintió un fuerte brazo alrededor de su
hombro cuando Dove se inclinó sobre ella. Cuando sus ojos se encontraron, Susan inhaló
el aroma especiado de su colonia y se sintió mareada por su cercanía. Incapaz de encontrar
su voz, le permitió ayudarla a sentarse en la cama.

Retrocediendo nerviosamente, Dove metió las manos en los bolsillos de sus


pantalones mientras sus ojos se lanzaban primero a la mujer que tenía delante, luego a la
ventana y de regreso. Rascándose nerviosamente la barbilla, el detective se quedó
repentinamente sin palabras. Cielos, Logan se partiría de risa si pudiera verme ahora.
De repente se dio cuenta de que Susan le había hecho una pregunta.

»Disculpa, ¿qué ha dicho?

—Le he preguntado si su esposa sabe que cuidar a las mujeres en el hospital está en
la descripción de su trabajo. —Lanzando una rápida mirada en su dirección, esperó su
respuesta.

—Bueno, no lo creo, pero ahora que lo pienso, realmente no estoy seguro. Mira, no
ha habido una esposa en los últimos dos años, así que no estoy seguro de qué tan
actualizada está en la descripción de mi trabajo.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Una ceja se elevó hacia el cielo mientras lanzaba una sonrisa y una mirada divertida
hacia el detective.

—Oh... bueno, ummm, sólo he asumido que...

Dejándose caer en el sillón, Dove le devolvió la sonrisa.

—Bueno, parece que mientras estaba salvando al mundo del crimen y la corrupción,
Libby, mi ex esposa, estaba jugando a la doctora con uno de los residentes aquí.

—Oh, maldita sea, lo siento. No era mi intención traer recuerdos dolorosos. —Susan
se reprendió a sí misma, repentinamente cohibida y lamentando su pregunta.

—No hay problema. Peter es una gran persona y es un buen padrastro para mi hija.
Él, Libby y Rachel ahora viven en Filadelfia.

Hmmm, ninguna ex esposa cerca, una niña, pero está bien.

—Bueno, me alegro de que te haya salido bien entonces. —De repente, con la
necesidad de volver a un lugar más seguro, la asistente médica cambió de rumbo—. 214
Entonces, has dicho antes que necesitabas hacerme algunas preguntas más.

Tomando la señal, Dove asintió y extrajo el pequeño bloc del bolsillo trasero de sus
chinos.

—Pues sí, ¿pero si estás demasiado cansada?

Susan sopesó sus opciones, pero decidió quitarse de en medio el interrogatorio.


Siempre puedo devolverle la llamada si recuerdo algo más, ¿verdad?
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Capítulo veintidós

Loraine Osborne llamó a las pesadas puertas de roble y esperó hasta que oyó la voz
de barítono que le permitía entrar. Caminando por la lujosa alfombra, se sentó frente al
escritorio y colocó su maletín a su lado.

—Buenos días, jefe.

Len Youngblood no era lo que uno llamaría guapo. Su cabello canoso y su frente
ancha y arrugada eran signos reveladores de los años estresantes que sirvió como Jefe de
Policía de Pittsburgh. Sus ojos podían ser fríos y penetrantes cuando trataba con los
hombres y mujeres que servían bajo su mando, pero ella sabía por experiencia que esos
mismos ojos podían ser sensibles y amables cuando la situación lo justificaba. 215
Después de trabajar junto a Len Youngblood durante quince años, había aprendido a
leer las pequeñas señales, casi ocultas, que indicaban su estado de ánimo. Hoy vio fatiga,
cansancio no por largas horas de trabajo en un caso, sino por largos años de liderar la
batalla contra el crimen y perder. Moviéndose en su silla, ladeó la cabeza hacia un lado,
indicando la siempre presente grabadora en la barra lateral.

»Creo que querrás asegurarte de que la cosa está apagada por lo que estoy a punto de
decirte.

Poniendo sus manos frente a su rostro, el jefe miró a su comandante por un largo
momento antes de hablar.

—Antes de hacer eso, ¿puedo asumir que se trata del caso del distrito Strip?

—Sí, y acabo de tener una larga conversación con uno de nuestros estimados
políticos que está muy por encima de tu cabeza sobre Langston. —Esperó mientras el jefe
giraba en su sillón y sacaba el casete de la grabadora y lo arrojaba en la barra lateral al
lado de la máquina. Respirando hondo, comenzó a contar la larga historia de cómo
Herbert Whittaker quedó atrapado en la red de corrupción y engaño de CW Langston.

Youngblood escuchó sin interrumpir durante casi veinte minutos mientras Osborne
confirmaba lo que había sospechado durante varios años. Cuando finalmente se quedó en
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

silencio, él se puso de pie y miró por la ventana el horizonte de Pittsburgh, preguntándose


cuánto tiempo más podría permanecer al timón.

—Loraine, ¿cuánto tiempo hemos trabajado juntos?

Sorprendida por su pregunta, miró la parte de atrás de su cabeza, sabiendo que la


razón por la que se había dado la vuelta era para que no viera la decepción en su rostro.

—Un poco más de quince años, Len. ¿Por qué?

⸻En todo ese tiempo, ¿cuántas personas crees que hemos puesto en prisión que
tenían conexiones con Langston? —Todavía estaba de espaldas al horizonte, pero sabía
exactamente cómo estaba reaccionando su comandante a sus preguntas... en su manera
estoica habitual.

—No podría decir Len, probablemente hasta cientos. —Todavía incapaz de averiguar
hacia dónde se dirigía su línea de interrogatorio, observó y esperó.

Finalmente, apartándose de la ventana, retrocedió hacia el sillón y se sentó


pesadamente. 216
—Porque en todo este tiempo he soñado con encerrar a ese bastardo, de una vez por
todas. Esta vez ha ido demasiado lejos, Loraine. No me importa lo que tengamos que
hacer; él va a caer esta vez.

Una pequeña sonrisa arrugó su rostro mientras aplaudía en silencio su decisión de


acudir a Len.

—Tenemos una buena oportunidad ante nosotros en este momento para obtener
acceso a sus registros. De hecho, recibió una orden de registro el pasado domingo por la
mañana.

Los ojos de Youngblood estaban cerrados y su cabeza descansaba pesadamente sobre


el alto respaldo de cuero del sillón, contemplando sus opciones. La comandante estaba
sentada en silencio, comprendiendo el proceso de pensamiento del jefe de policía,
sabiendo que estaba diseñando un plan maestro para poner de rodillas a Langston.

Finalmente, después de varios minutos, el silencio se rompió.

—La orden que se emitió para Langston Development, ¿qué incluía?


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Osborne se sentó hacia adelante en su asiento y se preparó para la pelea que sabía
que enviaría a Len Youngblood al retiro como un héroe o como un fracasado, y estaba
decidida a hacer lo que fuera necesario para asegurarse de que saliera ganador.

₪₪₪₪₪

Jen tardó menos de una hora en tomar las fotografías de la multitud y regresar a la
oficina. Después de entregarle la película a Robert, el director del cuarto oscuro, caminó
por el pasillo hasta la sala de redacción. Atravesó las anchas puertas dobles que conducían
a las entrañas del Pittsburgh Post Gazette; era aquí, en esta habitación ruidosa con su
techo alto y la pintura descascarada, donde se sentía más cómoda. El olor a tinta aún
húmeda de los periódicos recién impresos flotaba en el aire y, para Jen, olía como en casa
en Lexington. Así como algunos niños crecieron oliendo el pastel de manzana de mamá,
Jen creció oliendo la tinta del periódico. Antes de que tuviera la edad suficiente para
encantar a su padre para que la llevara a la sala de redacción con él, podía recordar el olor
a tinta que quedaba en su ropa cada noche cuando entraba para arroparla y darle un beso 217
de buenas noches.

Su padre, Carlton Phillips y Jack (Jacko) Silverstien, su tío, eran copropietarios del
periódico local de Lexington, The Lexington Herald-Leader, habían heredado el próspero
negocio después de la muerte de Herman Phillips en 1995. El abuelo de Jen, Herman,
había venido a los Estados Unidos a fines de 1928 a la edad de diecinueve años y trabajó
como aprendiz para un periódico en Nueva York. Varios años después, se mudó con su
esposa y su hijo pequeño a Kentucky y fundó el primer periódico de la ciudad.

A Jen le encantaba escuchar a su padre contar historias de su juventud como reportero


en apuros, lo suficiente como para que ella también quisiera triunfar por sus propios
méritos y no por el nombre de su familia. Mientras se sentaba en su escritorio, pensó en
el caso Strip, que era la historia que podría enviarla a las filas de los mejores. También
sabía que la historia ocupaba el segundo lugar después de su lealtad a Logan... nada podía
hacer que pusiera en peligro su amistad, ni siquiera una historia como esta.

Cogió el teléfono, marcó el número del mostrador de información de Mercy y


rápidamente la pusieron en contacto con la estación de enfermería de la UCI del tercer
piso. Después de hablar con el guardia de Logan y descubrir que Thornton le había dado
permiso para visitarla, agarró su abrigo y salió por las amplias puertas dobles para ver a
su amiga. Obtendría su historia, pero lo haría a su manera, en su propio tiempo... por
Logan... por todas las víctimas de este asesino trastornado.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

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Madison se quedó en silencio mirando la lluvia mientras caía suavemente más allá
de la ventana de la habitación de Logan. A medida que pequeñas gotas se deslizaban por
el cristal, el cielo se oscureció lentamente a medida que otro día llegaba a su fin. Observó
habitaciones similares a lo largo de la L adyacente del hospital, las luces dentro
significaban la presencia de otros enfermos o heridos. Un sentimiento de impotencia
envolvió a la doctora y por primera vez en su carrera comprendió verdaderamente la
angustia que se siente al tener a un ser querido confinado entre los estériles e inciertos
muros de un hospital. No había experimentado esos sentimientos y emociones con su
padre, su muerte había llegado rápidamente sin necesidad de una intervención heroica o
una hospitalización.

Mientras observaba las gotas de lluvia deslizarse por la ventana, se dio cuenta de lo
extraño que esas gotas se parecían a la vida. Cada una parecía como un solo punto en el
panel. A medida que cada uno continuaba su viaje hacia abajo, algunas se fusionaban con
otras para ser tragadas por grandes riachuelos, su identidad individual desapareciendo
cuando las gotas se convertían en una gran masa. Otras de alguna manera lograban 218
sobrevivir a la atracción magnética mientras viajaban por el cristal, evitando la llamada
del camino fácil y conservando sus cualidades individuales mientras surcaban sus propios
caminos. La médica sabía que, en algún lugar del panel de la vida, Logan era una de las
gotas individuales que luchaban por sobrevivir, tratando de evitar la atracción gravitatoria
que, en este momento, estaba tratando de succionarla hacia el enorme vacío.

Cuando se volvió para observar el lento y rítmico ascenso y descenso del pecho de
su amante, una ira abrumadora se apoderó de ella. No dejaré que te trague el abismo de
este loco. Él pagará por lo que te ha hecho. Caminando hacia la pequeña mesita de noche,
abrió el cajón y sacó la guía telefónica. Hojeando las páginas, encontró el número que
estaba buscando y levantó el teléfono, vacilante marcando el único número que nunca
pensó que tendría una razón para llamar.

Después de esperar a que la centralita la conectara, una voz brusca respondió al otro
lado.

—Crímenes mayores, habla Phillips.

Impresionada por el saludo abrupto, Madison resistió el impulso de colgar, pero en


su lugar respiró hondo y habló por el auricular.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Sí, soy la doctora Madison Cavanaugh y estoy tratando de contactar a la


comandante Loraine Osborne.

La voz ronca respondió.

—La comandante estará fuera del despacho por el resto del día. Intente volver a
llamar mañana.

Madison pasó una pequeña mano por su cabello rubio y maldijo en silencio:

—¿Entonces puede darle un mensaje? Pídale que me llame lo antes posible al 555-
1836.

Un rápido “lo haré” y luego un clic fue todo lo que escuchó cuando el oficial colgó,
interrumpiendo la conexión. Colgando el auricular, Madi se volvió hacia Logan y le dio
un tierno beso en la frente.

»Regresaré pronto cariño. Me voy a casa a ducharme y comer algo.

Madison de repente se detuvo justo afuera de la habitación cuando un poderoso 219


impulso de regresar la invadió, temiendo que si se iba, Logan no estaría allí cuando
regresara. Al darse cuenta de que el guardia junto a la puerta la estaba mirando, le dedicó
una rápida sonrisa.

»Lo siento, estoy un poco cansada.

Mientras asentía, Madison se dio la vuelta y comenzó a caminar a través de la UCI


hacia las puertas dobles pasando a otros pacientes y sus familias en el camino. Esperó en
el ascensor y se hizo a un lado cuando las puertas se abrieron, permitiendo que los
ocupantes salieran. Cuando entró en el ascensor y se volvió para apretar el botón del
garaje, sus ojos se dirigieron a las espaldas de los ocupantes anteriores que se alejaban.
Una mujer alta y de cabello oscuro se giró y miró momentáneamente hacia el ascensor,
sus ojos se encontraron con los de Madison por solo un segundo, antes de girarse una vez
más y presionar el teclado cuadrado al lado de las puertas de la UCI.

Una sensación de aprensión se apoderó de la médica cuando la extraña atravesó las


puertas dobles. La mujer parecía vagamente familiar, pero no podía ubicar la cara.
Sacudiendo su inquietud, bajó en el ascensor hasta el primer piso, plenamente consciente
de que por primera vez en su vida se sentía fuera de control, asustada e insegura.

₪₪₪₪₪
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

A través de la niebla del sueño, Dove escuchó débilmente el sonido insistente del
timbre de la puerta mientras un gemido suplicante provenía del excitado labrador que
saltaba sobre la cama a su lado. Levantándose lentamente, se puso un par de pantalones
de chándal y una camiseta y caminó descalzo fuera de la habitación, mientras Fémur
corría con entusiasmo hacia la puerta y regresaba para bailar alrededor de sus piernas.

—Está bien, chico, ya voy.

Bostezando y pasándose una mano por su cabello revuelto, abrió la puerta e


inmediatamente tuvo que agarrarse a la jamba para no caer cuando Fémur lo empujó a un
lado para llegar a su ama. No pudo evitar sonreír cuando vio la emoción en los rostros
tanto de la doctora como de Fémur por haberse reunido.

Madison, arrodillada en el umbral abrazando y besando a su amigo peludo,


prácticamente gritó de emoción.

—Oh cariño, te he extrañado tanto. Ven aquí y dale un beso a mamá.

—Oye, oye, vas a matar mi reputación de duro con los vecinos si sigues así. Entra
aquí antes de que piensen que estás hablando conmigo. 220
La doctora levantó la cabeza para ver el rostro sonriente de Dove, se puso de pie y
entró en el pulcro apartamento mientras Fémur continuaba brincando alrededor de sus
pies.

—Bueno, detective, ciertamente no me gustaría ser la causa de que se dañe su


reputación. —Permitió que Dove tomara su abrigo y mientras él lo colgaba en el armario,
se tomó un momento para observar su entorno.

El salón estaba impecablemente cuidado. Los muebles parecían relativamente nuevos


y Madison se preguntó si se había mudado recientemente al apartamento. En la pared del
fondo, un gran centro de entretenimiento tenía un televisor de pantalla panorámica y un
sistema estéreo de última generación. En casi todos los rincones disponibles había
pequeñas fotografías de una joven con una mujer y se preguntó si las fotos serían de la
esposa y la hija de Dove. Caminó hacia una de las fotos enmarcadas y la levantó del
estante.

»¿Son estas tu esposa y tu hija?

Cerrando el armario, Dove se volvió hacia la médica y vislumbró la sonrisa triste que
cruzó su rostro.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Sí, bueno, mi ex esposa y mi hija para ser correctos. —Se acercó a Madison, tomó
el marco y tocó la imagen del rostro de su hija—. Es una belleza, ¿no? Tuvo suerte y
consiguió los ojos de su madre.

Madison notó la mirada melancólica en sus ojos y se le partió el corazón al pensar en


tener un hijo y no poder compartir la alegría de su crecimiento.

—La extrañas mucho.

No era una pregunta y Dove simplemente asintió mientras volvía a colocar el marco
en el estante.

—Libby, mi ex esposa y Rachel viven en Filadelfia con su nuevo esposo. Él también


es médico, es posible que incluso lo conozcas, Peter Wainright. Tenía una consulta aquí
en Pittsburgh. Creo que es cirujano.

Madison reconoció el nombre, uno que estaba estrechamente asociado con los
términos jugador y peligroso, pero no dejó entrever la reputación a Dove como playboy.

—Sí, lo recuerdo. No tuve la oportunidad de trabajar con él, pero escuché que es un 221
excelente médico. —En un intento por alejarse del tema, Madison se acercó al sofá y se
sentó. Fémur le dio un empujón en la mano y ella le rascó la cabeza mientras miraba al
detective—. Muchas gracias por cuidarlo por mí. Realmente no sé qué habría hecho con
él en los últimos días.

Dove se dejó caer en el sillón reclinable contiguo y se pasó una mano por su barba
de dos días.

—No estarás planeando volver a tu casa en Bridgeville, ¿verdad? Realmente no creo


que sea una decisión sabia con este loco todavía por ahí.

—No, no estoy exactamente segura de cuáles son mis planes. Pasé la noche en el
hospital, pero supongo que necesito hacer algunos planes. Realmente no quiero volver a
Bridgeville, no con lo que ha sucedido en los últimos días.

Dove notó la palidez en el rostro de Madison. Sabiendo que los últimos días habían
sido horribles para ella, quería hacer algo para tranquilizarla. Recordar el sentimiento de
impotencia que lo invadió mientras esperaba que los médicos le informaran sobre la
condición de Logan en el hospital, ahora lo impulsaba a tener la necesidad de hacer algo...
cualquier cosa para ayudar a Logan.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Mira, Madison, sé que no me conoces muy bien, pero Logan es mi mejor amiga...
no solo nos cubrimos las espaldas en el trabajo, nos preocupamos profundamente el uno
por el otro.

Notó el leve arqueamiento de la frente de la doctora mientras hablaba y sintió un


cálido calor cruzar su rostro cuando se dio cuenta de que ella había malinterpretado su
última declaración.

»Bueno, déjame reformular eso. Me preocupo por ella como lo hago con mi hermana
y bueno, de todos modos, lo que estoy tratando de decir es que tengo una habitación
adicional aquí y puedes usarla todo el tiempo que quieras.

Madison sintió que sus hombros se relajaban y de repente se sintió avergonzada por
sus celos. No tengo ninguna razón para sentir celos. No es que estemos en una relación.

—Realmente no quiero imponerme Dove. Has hecho tanto solo cuidando a Fémur.

Dove levantó una mano para interrumpir:

—Realmente no es una imposición. De hecho, lo preferiría. Una cosa buena de tener 222
vecinos entrometidos es que, en ocasiones, funciona a mi favor. Aquí hay un sistema de
alarma de última generación y señora Anderson, la puerta de al lado captará cualquier
cosa que pase por los sensores. —Sus labios se apretaron con fuerza mientras observaba
a su invitada por un momento—. Estarás a salvo aquí, Madison. Por favor... quiero hacer
esto por ti y por Logan.

Madison sonrió mientras asentía y agradecía a Dove por su amabilidad.

—Puedo ver por qué Logan piensa tan bien de ti, detective. Tiene mucha suerte de
tenerte en su vida.

Vio lo que parecían lágrimas llenar sus ojos cuando Dove se levantó rápidamente y
cruzó la habitación.

—No Madison, soy el afortunado. —Regresó con un pequeño llavero y una hoja de
papel y se los entregó a la médica. —Con esto podrá entrar por la puerta y aquí está el
código de la alarma. Entro y salgo a todas horas, así que entra y siéntete como en casa.
—Dejando caer su alto cuerpo en el sillón, se rio—. La señora Anderson y Fémur se han
hecho muy amigos. Ella lo ha estado sacando a caminar dos o tres veces al día. Le diré
que te quedarás aquí por un tiempo, así que hazle saber si necesitas que lo vigile. Pero no
me grites cuando este malcriado.

La rubia puso los ojos en blanco ante el último comentario de Dove.


CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Lo siento, Dove, pero ya está malcriado. Realmente no creo que pueda empeorar.
—Sonrió cuando una brillante sonrisa cruzó el rostro de su nuevo amigo, dándose cuenta
de que esta era la primera vez desde que lo conoció que realmente se había reído. Tal vez
esto sea bueno para los dos... tener alguien con quien hablar, tener miedo.

Rascando la cabeza de Fémur, Dove le habló cariñosamente al animal.

—Dime Fémur, ¿qué te parece si vamos a tu casa y dejamos que tu mamá empaque
algunas cosas? —Sus ojos se dirigieron a los de Madison mientras una expresión triste
envolvía su rostro—. Lo siento, pero no quedó nada que rescatar de la casa. Realmente
odio decírselo a Logan, amaba ese lugar.

223
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Capítulo veintitrés

Christine Langston miró por la ventana de su despacho en el ático. La lluvia siguió


golpeando el cristal como lo había hecho durante los dos días anteriores. El estado de
ánimo de la ejecutiva era sombrío, los eventos de las últimas semanas la convencieron de
que ahora era el momento del cambio en Langston Development. Atrás quedaron los días
en que su padre tenía el poder y la influencia para controlar el destino de esta empresa.
Su liderazgo estilo dictador estaba llegando a un final repentino e impactante y sólo podía
rezar para sobrevivir a las réplicas de su tiranía.

Alejándose de la ventana, se sentó detrás del gran escritorio de caoba que durante
muchos años la había protegido de la avalancha de empleados descontentos que entraban
por su puerta con regularidad. Su papel en Langston Development implicaba mucho más
que las responsabilidades que tenía como vicepresidenta de Diseño Arquitectónico y
224
Construcción. También se la consideraba como la pacificadora dentro de la corporación,
a menudo escudriñando los enredos y las secuelas del liderazgo opresivo de su padre.

La mayoría de las veces, Christine se encontró brindando apoyo moral a los muchos
subordinados de CW. Sabía muy bien lo que se sentía ser el foco de la indignación de su
padre y se esforzó por contrarrestar su destrucción hambrienta de poder. Retrocedió
cuando el repentino estridente del teléfono rompió el silencio pacífico de su despacho.
Levantando el teléfono, escuchó mientras Brenda anunciaba la llegada de su próxima cita.
Tomando un aliento purificador, Christine le pidió a su secretaria que lo acompañara.
Volviendo a colocar el teléfono en la base, la vicepresidenta se puso de pie y caminó
rápidamente alrededor del escritorio. Sintió el pulso latiendo en su cuello cuando la puerta
se abrió y se encontró cara a cara con el hombre que sabía que jugaría un papel principal
en sus planes para Langston Development.

Estirando un brazo largo y delgado hacia su visitante, tomó su mano en un firme


apretón de manos.

—Detective Dvorak, soy Christine Langston, pase y tome asiento. —Hizo un gesto
hacia el sofá de cuero blanco en el otro extremo de la habitación. Necesitándose unos
minutos para organizar sus pensamientos, caminó rápidamente hacia un panel en la pared,
presionó un botón y esperó mientras dos paneles oscuros en la pared adyacente se
deslizaban hacia atrás para revelar un bar incorporado.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

»¿Puedo ofrecerle algo de beber?

»Agua estaría bien, gracias. —Mirando alrededor del espacioso despacho, se hundió
en los suaves cojines del sofá. Un cálculo rápido reveló que esta habitación era casi del
tamaño de todo su apartamento, pero los muebles y los toques personales de la ocupante
actual hacían que la cavernosa habitación se sintiera cálida y acogedora.

Sus ojos vagaron hacia la barra donde estaba Christine Langston, de espaldas a él
mientras preparaba las bebidas. Su elegante traje le quedaba perfecto, y supuso que el
diseñador tenía un nombre como Armani, Chanel, o alguna otra designación de una sola
palabra que los diseñadores ricos y famosos usaban para marcar sus productos. Christine
Langston, según todas las apariencias, se esforzaba por presentarse como la ejecutiva
fuerte y capaz que era, mientras mantenía y enfatizaba las cualidades femeninas que sus
genes le habían otorgado tan generosamente.

Los músculos fuertes y bien mantenidos que se encontraban debajo de la superficie


acentuaban las curvas fluidas de su cuerpo esbelto. El cabello rubio corto y puntiagudo y
la piel suave y bronceada complementaban los ojos azules helados ubicados dentro de la
estructura ósea cincelada de su rostro y Dove sospechaba que esos ojos eran capaces no
sólo de seducir, sino también de matar al beneficiario de su mirada. 225
Christine caminó hacia el sofá y le tendió una copa de agua a Dove. Él lo tomó de su
mano, notando un ligero temblor mientras el líquido claro bailaba, casi
imperceptiblemente, dentro de los confines del cristal de Waterford. Para su sorpresa, ella
se sentó a su lado en el sofá en lugar de moverse hacia la seguridad del sillón de orejas
adyacente al otro lado de la mesa de café. Se giró levemente hacia la ejecutiva y tomando
un trago del agua helada, observó cómo sus curiosos ojos azules se fijaban en su rostro.

—Ahora, detective, ¿qué es lo que puedo hacer hoy por usted? —Sintiéndose más en
control, Christine se llevó la copa a los labios y bebió un sorbo de vino.

Dejó su vaso en la mesa de café, Dove sacó un pequeño bloc de notas de alambre de
su bolsillo y lo pasó a una página limpia. Mientras miraba a los ojos azules, evaluándolo,
no pudo discernir si Christine Langston se estaba preparando mentalmente para seducirlo
o matarlo.

₪₪₪₪₪
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Madison pasó el resto de la mañana desempacando la pequeña maleta que ella y Dove
habían sacado de la casa en Bridgeville, su mente revisaba constantemente el mensaje
inusual que había sacado del contestador automático. La última vez que recordaba haber
hablado con su madre había sido hace más de un año, la distancia y el tiempo les permitían
tener muy poco en común de lo que hablar.

Se movió por el apartamento preguntándose qué había provocado la llamada. Su


madre no había mencionado los asesinatos recientes, pero, de nuevo, Madison sabía muy
bien que Marissa Cavanaugh no era alguien que hablara de eventos tan horrendos.
Durante la mayor parte de su vida adulta, su madre se escondió detrás del manto protector
de la alta sociedad, sin tener que enfrentarse a la impactante realidad de la vida. No fue
hasta que la delgada fachada de su existencia se hizo añicos que realmente vio el mundo
como era para la mayoría. Su solución a la situación imperdonable creada por la
prematura muerte de su esposo había sido empacar y correr hacia la seguridad de una
nueva vida, en un nuevo país, donde nadie sabía de su desagradable pasado.

—¿Roma? ¿Dijo que estaba en Roma? —Las orejas de Fémur se levantaron cuando
Madison habló, su cabeza se inclinó hacia un lado mientras miraba con curiosidad a su
ama—. Sí, lo sé, crees que me he vuelto loca por completo, ¿no es así, chico? —
Empujando el cajón de la cómoda para cerrarlo, caminó hacia la cama. Acostada de 226
espaldas, miró al techo mientras una lágrima bajaba por su mejilla. Fémur dudó un
momento antes de saltar sobre la cama y se tumbó a su lado, con la cabeza descansando
protectoramente sobre su estómago—. Tenemos una gran familia, ¿verdad, grandullón?
Una madre a la que ni siquiera puedo empezar a seguirle la pista y un hermano que no he
visto en tantos años que probablemente ni siquiera lo reconocería.

Luchando contra el impulso de la autocompasión, Madison se arrastró fuera de la


cama. Fémur comenzó a bailar por el suelo mientras ella recogía su correa de la mesita
de noche.

»Vamos chico, vamos a ver si la señora Anderson quiere dar un paseo.

₪₪₪₪₪

Loraine Osborne estaba de pie en la opulenta área de recepción del despacho del ático
de CW Langston. A su lado, Len Youngblood estaba sentado retorciendo su delgada
alianza de oro. Loraine sabía que estaba contemplando su futuro, pensando en las
implicaciones de enfrentarse al poderoso CW Langston. Youngblood y ella se conocían
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

y trabajaban juntos desde hacía años y una cosa que sabía sobre el jefe de policía de
Pittsburgh era que, independientemente de los efectos que esta reunión pudiera tener en
su futuro personal y profesional, Len Youngblood era, ante todo, un policía honesto que
despreciaba las actividades sin escrúpulos que Langston había adoptado como su firma
personal.

La comandante no estaba segura de que la idea del jefe de confrontar a Langston


fuera una buena estrategia, pero justo cuando giró la cabeza para expresar sus
preocupaciones, las enormes puertas de roble del santuario interior de Langston se
abrieron y el hombre mismo apareció en el umbral. Loraine observó cómo los ojos de
Langston se posaron primero en Youngblood, luego se movieron hacia ella y en silencio
se deleitó con la caída casi infinitesimal de sus hombros.

—Vengan. —Era más una demanda que una invitación y después de una rápida
mirada al otro, se pusieron de pie y caminaron en silencio hacia el despacho. Langston,
que ya estaba sentado detrás del enorme escritorio con las manos descansando
casualmente sobre el papel secante, esperó hasta que los invitados no deseados se sentaron
antes de hablar—. Bueno Len, ha pasado mucho tiempo. ¿Cómo has estado y cómo están
Martha y los niños?
227
Youngblood se irritó ante la mención de su familia y se enderezó en su silla.

—Esta no es una visita social, Langston, y no creo ni por un minuto que te importe
un carajo el bienestar de mi familia, así que déjate de tonterías y sigamos con esto.

Una sonrisa siniestra brilló en el rostro de Langston mientras se recostaba en su sillón


de cuero con respaldo alto.

—Vamos, Len, nos conocemos desde hace mucho. No hay necesidad de ponerse a la
defensiva, pero si esa es la forma en que quieres jugar esto, entonces que así sea. —Sus
ojos se posaron momentáneamente en Loraine—. ¿Qué pasa con el respaldo Len? ¿La
ciudad finalmente ha vuelto en sí y te ha vuelto a poner en la calle repartiendo multas y
entrenando a los novatos?

Loraine sintió una abrumadora necesidad de hablar. Sabía, sin lugar a dudas, que CW
Langston la reconocía, pero también era muy consciente de que los dos hombres se
empujaban como dos leones territoriales luchando por un terreno que sentían que les
pertenecía por derecho. Aprovechó el tiempo para estudiar el rostro del ejecutivo. Los
años de intrigas y conquistas habían resultado costosos. Su otrora hermoso rostro ahora
estaba desgastado y demacrado, cansado de jugar duro con la afluencia constante de
ejecutivos y políticos más jóvenes. El reinado de Langston estaba llegando a su fin. Ella
lo sabía, él lo sabía y también todos los demás en esta ciudad. Ahora era el momento de
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

hacer avanzar en la progresión, el momento, de una vez por todas, poner fin al reinado de
terror e intimidación de Langston.

Loraine fue sacada de sus cavilaciones por la voz baja y apenas controlada de Len.
Mirando de uno a otro, se dio cuenta de que se había perdido parte de la conversación.
Las manos de Youngblood agarraron los brazos de su sillón como si estuviera luchando
por permanecer sentado.

—Te digo de una vez por todas CW que tus días de jugar en esta ciudad han
terminado.

Langston, con las manos sobre el papel secante del escritorio, se inclinó hacia
adelante, mientras sus ojos se clavaban en los del jefe.

—Y te digo, Len, se acaba cuando diga que se acaba y no antes. —Reclinándose


tranquilamente en su sillón, el ejecutivo sacó uno de sus cigarros característicos de una
caja de madera en su escritorio—. Ahora lárgate de mi despacho.

228
₪₪₪₪₪

Después de su caminata con la señora Anderson, Madison se duchó y regresó al


hospital. Madison, preocupada no solo por la salud de Susan, sino también por su
seguridad, había movido algunos hilos para mantener a su asistente como paciente
hospitalizada todo el tiempo que pudiera. Aunque ahora las aseguradoras se estaban
dando cuenta y exigían su alta y Susan se estaba impacientando con el encierro. Madison
sabía que el alta de Susan era inminente, pero su primera preocupación era encontrar un
lugar seguro para que se quedara su amiga. Había sopesado la idea de llevar a Susan a su
casa en Bridgeville, pero ahora que estaba temporalmente exiliada en casa de Dove, no
era una opción. Pasando una mano por su cabello rubio, Madison esperó con impaciencia
que el ascensor la llevara al cuarto piso. Maldita sea, ¿qué voy a hacer con Susan? No
puedo simplemente dejarla ir a casa, ha habido demasiada publicidad sobre su ataque.

Distraída por su preocupación por Susan, salió del ascensor y chocó con Dove.

—Maldita sea, lo siento, estaba en otro mundo. ¿Estás bien?

Estudió pensativo a la agotada doctora.


CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Sí, estoy bien, pero ¿y tú? Pareces un poco molesta. ¿Hay algo en lo que pueda
ayudarte?

—Umm, no, gracias. Sólo estoy preocupada por Susan. Sé que la darán de alta por la
mañana y estoy preocupado por ella.

Una sonrisa reluciente atravesó su rostro y Dove, juguetonamente se inclinó ante


Madison.

—Bueno, tu caballero blanco ha atacado de nuevo, querida, ese problema ha sido


resuelto.

Madison tomó el brazo de Dove y lo apartó del ajetreado ascensor.

—¿Qué quieres decir con todo resuelto?

—¡JA! Nunca me subestimes doctora. Estoy lleno de sorpresas y soluciones. A partir


de mañana por la mañana tendremos una nueva compañera de cuarto.

Madison se quedó boquiabierta ante la sorpresa de la revelación. 229


—Pero…pero ahí…quiero decir, sólo tienes dos dormitorios.

Dove le guiñó un ojo con picardía a la doctora, disfrutando de su percepción


malinterpretada.

—Bueno doctora, Susan y yo tenemos ese pequeño problema resuelto.

La naturaleza protectora de Madison se hizo cargo cuando miró sospechosamente al


detective.

—Dove, sé que te gusta Susan, eso es evidente y a ella también le gustas, pero... ahh,
quiero decir, ¿piensas que es una buena idea que los dos... umm, ya sabes?

Dove se mordió el labio para no sonreír.

—Bueno, sí, me gusta mucho. ¿Qué mejor manera de ver si nos llevamos bien que
vivir juntos por un tiempo? Quiero decir, ¿y si salimos por seis meses y luego descubriera
que no le gustan mis ronquidos? Eso sería una pérdida de tiempo, ¿no crees?

—Bueno, ¿qué piensa Susan? —Madison sabía que Susan siempre había tenido
cuidado con los hombres con los que salía y esto era tan diferente a todo lo que sabía
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

sobre su asistente. En su mente, comenzó a visualizarlos a los dos juntos y un sonrojo se


deslizó a través de su cara.

—Madison, ¿qué pasa? ¿No crees que es una buena idea? ¿Algo así como matar dos
pájaros de un tiro, si me preguntas? De esta manera, Susan y yo podemos ver si nos
atraemos el uno al otro y estará a salvo y segura. Además, también te tendrá allí con ella.
De todos modos, Susan está dispuesta a hacerlo. La recogeré por la mañana y la llevaré
al apartamento para que se instale.

Sintiéndose derrotada, Madison suspiró profundamente.

—Bueno, sólo espero que ambos sepan lo que están haciendo. Lejos de mí está
interferir.

Dove sonriente mantuvo abierta la puerta del ascensor y se volvió hacia la doctora.

—Oh, por cierto, he olvidado mencionar que la señora Anderson dejará que algunos
repartidores entren al apartamento esta tarde, así que no dejes que te asusten si estás allí
cuando lleguen. Estoy preparando un sofá cama en el despacho para Susan. —Al entrar
en el ascensor, sonrió cuando Madison lo miró en estado de shock—. Que tengas un buen 230
día doctora no veremos más tarde.

—Pequeño… —Las puertas se cerraron antes de que Madison pudiera completar su


frase. Madison negó con la cabeza divertida y se rio, dándose cuenta de que Dove había
estado jugando con ella y jugando bien durante su conversación. Él había explotado en
broma su percepción inicial de que estaba trasladando a Susan a su apartamento y su
dormitorio. Lo recordaré, Dvorak. Las venganzas son un infierno y puedo jugar con los
mejores. Su paso se volvió más ligero mientras continuaba hacia la habitación de Susan,
un problema fuera del camino. Ahora tenía que averiguar algo sobre Logan y qué podía
hacer para que la obstinada mujer se despertara y volviera con ella. Pensando en el futuro,
reflexionó sobre las ingeniosas soluciones de Dove. Hmm, bueno, él no tiene otro
dormitorio, así que eso deja solo una solución. Una que ciertamente no me importaría
compartir.

₪₪₪₪₪

Loraine Osborne estudió el breve mensaje escrito a mano que el sargento de


recepción le entregó cuando regresó al despacho. Así que, Madison Cavanaugh quiere
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

hablar conmigo. Jugó con la hoja rosa que tenía en la mano, preguntándose qué provocó
la llamada. Debe ser algo serio para que me llame y me lo pida.

Tecleando los números, esperó hasta que la fría voz profesional de la doctora
Madison Cavanaugh apareció en la línea y le pidió que dejara un mensaje de voz.
Obviamente, Madison había heredado o preferido el auténtico dialecto de Pensilvania de
su padre al falso acento europeo de su madre. La comandante casi se perdió el tono que
la incitó a dejar un mensaje mientras reflexionaba sobre el pasado.

—Ah, sí, doctora, soy Loraine Osborne devolviéndole la llamada. ⸻Dudó sólo un
momento antes de continuar, su curiosidad aumentaba por segundos—. Estaré fuera del
despacho la mayor parte del día, pero puede comunicarse conmigo a mi teléfono celular
al 555-4986. No dude en comunicarse conmigo lo antes posible.

Colgó el auricular y se quedó mirando el teléfono institucional negro. Durante años,


Madison Cavanaugh se había esforzado por evitar cualquier contacto con la amante de su
padre. Ahora, después de todo este tiempo, la mujer la estaba contactando. Sin duda, la
llamada es sobre el caso, pero ¿qué interés podría tener ella más que el hecho de que su
asistente fuera una de las víctimas? Seguramente, eso no era suficiente para obligar a la
doctora a contactarla personalmente. 231
Volviendo a sus mensajes, se dio cuenta de que el detective Dvorak había solicitado
verla de inmediato. Dejó los otros mensajes a un lado y rápidamente salió del despacho
en busca del detective, preguntándose qué otras sorpresas le esperaban hoy.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Capítulo veinticuatro

Madison entró en el espacio tranquilo de la habitación del hospital y se sorprendió


gratamente al encontrar el rostro de Logan despejado de los tubos del ventilador. Caminó
rápidamente hacia la cama y, por primera vez desde la tarde del domingo anterior, besó
los labios de Logan. Aunque resecos por el ventilador, el corazón de Madison se hinchó
de emoción cuando los cálidos labios se contrajeron debajo de los suyos. Se incorporó de
golpe cuando la puerta se abrió rápidamente detrás de ella y Nelly entró con una amplia
sonrisa en su rostro.

—Bueno, veo que ha llegado antes de que pudiera llamarla con las buenas noticias
doctora. —Los ojos de la mujer brillaron mientras mimaba a Logan—. La doctora Larson
ha estado aquí hace unos minutos y ha retirado los tubos. —Se sorprendió al ver lágrimas 232
en los ojos de la joven médica, pero no dijo nada mientras seguía aplicando un vendaje
limpio en una de las quemaduras más graves del brazo de Logan.

—¿Ha estado despierta? —El corazón de Madison latía con fuerza en su pecho.
Aunque esperaba una respuesta afirmativa, también quería estar al lado de Logan cuando
abriera los ojos.

Nelly negó con la cabeza:

—No, todavía no, pero la doctora Larson la ha sedado nuevamente justo antes de
quitarle los tubos. No quería que tuviera problemas y quería darle tiempo a su cuerpo para
que se adaptara a estar sin él. —Sus ojos se dirigieron a Madison con una sonrisa
confiada—. Estoy segura de que volverá en sí, en breve. Por lo que he oído sobre esta
joven, nada puede mantenerla deprimida por mucho tiempo.

Se sentó al lado de la cama esperando hasta que la enfermera terminó sus tareas y
salió de la habitación antes de alcanzar la baranda y entrelazar sus dedos con los de Logan.

—Trae tu trasero aquí McGregor, me siento sola y te necesito maldita sea.

Madison siguió sentada en silencio junto a Logan observando el rítmico subir y bajar
de su pecho mientras respiraba por sí misma por primera vez desde el incendio del
domingo por la noche.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Se sobresaltó cuando el busca vibró contra su costado. Soltó la mano de Logan de la


suya, salió silenciosamente de la habitación y tomó el teléfono en la estación de
enfermeras al otro lado del pasillo, marcó el número de su despacho en el quinto piso.

—Hola Rebecca, ¿has llamado?

Rebecca, la asistente del doctor Cedric Huntington, otro cirujano ortopédico en


Mercy, se había ofrecido amablemente a reemplazar a Susan mientras Huntington estaba
de vacaciones en Irlanda. Madison aceptó la oferta ya que más o menos había abandonado
su práctica desde el ataque de Susan el miércoles anterior por la noche.

Le había dado instrucciones a Rebecca para que derivara a todos sus pacientes
inmediatos a otros médicos y reprogramara los otros casos menos urgentes para la semana
siguiente. Madison no había estado en el despacho desde el jueves anterior, excepto para
recoger sus mensajes y devolver algunas llamadas telefónicas, y sabía que el trabajo
atrasado que enfrentaría la próxima semana seguramente necesitaría las manos expertas
de una asistente eficiente como Rebecca. Escuchó mientras la voz al otro lado de la línea
entregaba varios mensajes, pero Madison la interrumpió cuando Rebecca aceleró el cuarto
mensaje.
233
—Rebecca, espera. ¿De quién era ese último mensaje? —Oh genial, justo lo que
necesito es una visita de madre—. Está bien, ¿a qué hora es su vuelo? Sí. Entendido.
Gracias, Rebecca, si vuelve a llamar, dile que la encontraré en el reclamo de equipaje.
Gracias, que tengas también una buena noche, sí... adiós.

Madison se sentó en la silla y hundió la cara entre las manos. ¡Qué sigue! Saltó
cuando una mano cayó sobre su hombro y con ojos sorprendidos se giró para mirar a
Dove.

—Jesús, hombre, me has asustado muchísimo.

El rostro del detective enrojeció al mirar a Madison.

—Lo siento, doctora, no era mi intención asustarte. Sólo quería saludarte. ¿Cómo
está Logan?

Una sonrisa se deslizó por su rostro mientras se levantaba.

—De hecho, está mucho mejor. Le han quitado el respirador hace un rato. Entra y
compruébalo tú mismo.

Los ojos de Dove se abrieron, recordándole a Madison a un niño pequeño que recibe
una bicicleta nueva para su cumpleaños. Prácticamente corrió hacia la puerta, pero se
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

detuvo en seco al recordar que estaba en un hospital, luego empujó tentativamente la


puerta y desapareció en la habitación.

Se apartó del escritorio y se dirigió al ascensor, decidiendo visitar a Susan para que
Dove pudiera tener unos minutos a solas con Logan. Pensar en la visita inminente de su
madre puso su mente confusa. Maldita sea, ¿por qué está volviendo? No ha estado aquí
en seis años y no puedo pensar en una sola razón que pueda ser lo suficientemente
importante como para traerla de regreso al lugar que más detesta en el mundo.

El viaje hasta el cuarto piso fue rápido y entró en la habitación de Susan con un aire
ligero en su paso sintiéndose mejor que en días. Se sorprendió al ver a su asistente sentada
pacientemente junto a la ventana.

—Hola chica, ¿cómo te sientes?

—Estoy súper, lista para salir de aquí, eso es seguro. —Susan no se perdió el humor
jovial de Madison—. ¿Y qué te trae aquí de tan buen humor? Tiene que ser una buena
noticia sobre la detective alta y oscura. Entonces dime, ¿cómo está Logan?

—Está mucho mejor, la doctora Larson le ha quitado el respirador esta mañana y está 234
aguantando. —Inclinando la cabeza hacia las bolsas de Susan que estaban junto a la
puerta, Madison le sonrió a su asistente—. Veo que estás lista para unirte a nosotros en el
apartamento de soltero, pero si recuerdas, ¿no te darán de alta hasta mañana? ⸻Madison
se metió en la cama vacía y estiró las piernas—. Dove está visitando a Logan, pero estoy
segura de que llegará pronto.

—Sí, sé que no puedo irme hasta mañana, pero solo quiero estar lista para irme
cuando la doctora me dé el visto bueno. —Una sonrisa cruzó su rostro ante la mención
del nombre de Dove—. Ha pasado por aquí para decirme que iba a la UCI. Es un amor,
¿no?

—Sí, un verdadero amor. —Pensó en su conversación más temprano en el día. Sí, un


verdadero listillo, cariño.

Susan miró a su jefa con desconfianza.

—¿Qué? ¿Por qué frunces el ceño?

Madison se sacudió de su ensoñación y agitó una mano en el aire.

—Umm, nada, sólo pensando en una conversación que he tenido más temprano. —
Rápidamente cambió de tema y le contó a Susan sobre la inminente visita de su madre.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—¿A qué viene? Pensaba que odiaba a Pittsburgh.

Madison se encogió de hombros y puso los ojos en blanco.

—No tengo idea, y sí, lo odia. —Se levantó de la cama y comenzó a caminar con
impaciencia por el suelo—. Está tramando algo, puedo sentirlo. La única forma en que
Marissa Cavanaugh volvería a poner un pie en esta ciudad es si su vida dependiera de
ello.

Afuera, en el pasillo, un hombre con una bata blanca de laboratorio pretendía estudiar
el historial de un paciente y sonreía mientras escuchaba la conversación al otro lado de la
puerta entreabierta. Empezó a silbar mientras paseaba por el pasillo hacia las escaleras.
Si supiera doctora... si supiera.

₪₪₪₪₪

235
CW Langston estaba sentado, con los dedos entrelazados detrás de la cabeza,
escuchando la actualización de Christine sobre los últimos avances en el caso. Notó la
fatiga en sus ojos, pero resistió el impulso de consolarla. La hará más fuerte.

—Christine, ¿por qué ese policía ha venido a verte esta mañana?

Sabía que uno de los compinches de su padre le informaría en cuanto Dove Dvorak
entrara en el edificio y estaba lista para las preguntas.

—Simplemente ha venido con más preguntas, CW, no hay nada de qué preocuparse,
y me deshice de él rápidamente.

Langston dejó caer las manos y acarició con impaciencia un cigarro.

—¿Exactamente qué quería?

Christine suspiró profundamente, sabiendo que su padre le insistiría sin piedad sobre
la visita de la detective.

—Quería información de antecedentes sobre Peters y Crafton. También está


preocupado por la seguridad de Donovan y quiere ponerle un guardia, pero Lester se niega
rotundamente.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Recortó la punta del cigarro con una guillotina de plata y luego lo encendió con el
encendedor a juego y exhaló una nube de humo azul rancio en el aire.

—Y cuántos antecedentes le has dado al policía.

—Muy poco, sólo lo suficiente para satisfacer su escaso cerebro y sacarlo del camino.
—Miró su reloj y se puso de pie antes de que él pudiera interrogarla más—. Mira, tengo
una cita para almorzar, ¿por qué no nos vemos aquí después? —Había revisado su horario
de citas antes de entrar al despacho, sabiendo que el resto de su día estaba reservado. Si
pudiera escapar, estaría libre al menos por un tiempo de sus preguntas inquisitivas.

Se puso de pie y la acompañó hasta el ascensor.

—Lo siento, estoy ocupado para el resto del día. Ven a la casa esta noche a las siete
para cenar y hablaremos más. Tengo una invitada que llegará a la ciudad mañana y
necesito ayuda para poner todo en orden.

No era una solicitud sino una orden, una que no debía ser debatida o cuestionada.

—Claro. Te veré entonces. —Christine pulsó el botón del ascensor privado y sintió 236
los ojos ardientes de su padre clavados en su espalda. Cuando entró en el ascensor y se
dio la vuelta, lo vio parado junto a la puerta de su despacho estudiándola con una mirada
fría y dura en su rostro. No fue hasta que la puerta se cerró que soltó el aliento reprimido
y se desplomó contra la pared de paneles de roble pulido, luego se enderezó de inmediato,
recordando la cámara colocada sigilosamente en la esquina.

₪₪₪₪₪

Susan finalmente calmó a Madison lo suficiente como para que se sentara. Algo sobre
la madre de la mujer desgarró el corazón de su jefa y se sintió inútil para ayudar. Cuanto
más lo intentaba, más se daba cuenta de que no había nada que pudiera hacer excepto
escuchar y estar allí cuando Madison la necesitara. Demonios, la propia Madison ni
siquiera sabía qué era lo que la desconcertaba tanto de su madre.

Se sorprendieron cuando la puerta se abrió y Julie entró en la habitación. Se detuvo,


mirando a Madison de cerca, con los brazos cruzados sobre el pecho.

—Doctora Cavanaugh, usted más que nadie debería conocer las reglas del hospital
sobre descansar en la cama del paciente.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Madison levantó una ceja tímidamente hacia su amiga.

—Estamos en medio de una consulta, doctora Ellison. Estamos jugando al psiquiatra


y soy la paciente, así que necesito acostarme.

—Una consulta, ¿eh? —Los ojos de Julie se movieron de Madison a Susan y


viceversa—. Recuérdame si alguna vez tengo una fractura compuesta, que no deje que
me cortes. Eres una tipa extraña, Cavanaugh, muy extraña, pero, Dios me ayude, te amo
de todos modos. Ahora sal de aquí para que pueda examinar a mi paciente. —Señaló a
Susan, que miraba fijamente al techo—. Y usted, doctora Richardson, a la cama. Hasta
mañana por la mañana, sigo siendo su peor pesadilla. Caray, qué hice para merecerlas a
las dos.

Madison se levantó de la cama y le sonrió a Julie mientras se inclinaba para plantar


un ligero beso en la frente de Susan.

—Estaré abajo en la habitación de Logan. Ven a buscarme cuando hayas terminado


y podamos comer algo.

Julie saludó distraídamente por encima del hombro mientras ayudaba a Susan a 237
subirse a la cama.

—Sí, sí, claro, pero estás pagando o estoy reportando esta pequeña infracción a los
jefes.

Madison gruñó:

—Umm, seguro que lo hará, doctora, pero recuerde que sé lo que realmente sucedió
el año pasado en la sala de rayos. —Sonrió cuando la espalda de Julie se tensó un poco,
sabiendo que había hecho su punto y salió por la puerta recordando el escándalo que casi
había ocurrido cuando dos médicas fueron encontradas en medio de la pasión en el cuarto
oscuro del departamento de rayos X, una de ellas un prominente, especialista en pediatría
muy encariñada.

Afortunadamente, para Julie, la doctora Caroline Horton tenía tanta influencia en la


administración que todo el asunto se olvidó convenientemente y nunca más se habló de
él. Julie, al darse cuenta de su error de juicio, se alejó de la médica en el futuro, pero no
se sorprendió al escuchar, sólo un par de meses después que la médica estaba nuevamente
atrapada en otra situación cuestionable con una enfermera. Desafortunadamente, su
influencia en la administración no fue suficiente para sacarla de problemas por segunda
vez y ahora estaba ejerciendo en algún lugar del otro lado del país.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Madison sabía que no debería haber bromeado con Julie y decidió llevarla a almorzar
a Mr. Ribs, su restaurante favorito.

₪₪₪₪₪

Una sonrisa se dibujó en el rostro de Madison mientras regresaba a la habitación de


Logan, pero se desvaneció cuando cruzó la puerta y sus ojos se clavaron en el rostro
sorprendido de Loraine Osborne.

Loraine miró a la doctora con cautela, no queriendo molestar a la mujer en la


habitación del hospital de su detective.

—Doctora Cavanaugh, es bueno verla de nuevo. ¿Cómo se encuentra?

Aunque el primer impulso de Madison fue de naturaleza defensiva, luchó contra el


impulso de devolver una respuesta grosera, recordando que había llamado a la 238
comandante para solicitar una reunión. No estaba preparada para una visita no anunciada,
pero luego se dio cuenta de que la comandante probablemente estaba aquí para ver a
Logan y no a ella.

—Estoy bien comandante, ¿y usted?

Loraine notó la tensión en las palabras de la doctora, pero sabía que, si estuviera en
la misma posición, probablemente reaccionaría de la misma manera.

—Estoy bien gracias. —Miró rápidamente a Dove y luego a Madison preguntándose


si debería abordar el tema de la solicitud de la doctora de hablar con ella—. Me gustaría
hablar con usted si me lo permite... hacerle algunas preguntas más.

Dove observó a las dos mujeres mirarse con nerviosismo. Sus sentidos le dijeron que
había una historia entre la comandante y la doctora, pero no se atrevió a entrometerse en
la conversación. Madison notó la incomodidad de Dove y lo rescató pidiéndole que le
transmitiera un mensaje para que Julie se reuniera con ella en la cafetería cuando
terminara con Susan, y luego caminó hacia la cama y colocó la mano flácida de Logan en
la de ella. Apretando la mandíbula, miró fijamente a los ojos de la comandante desde el
otro lado de la habitación, era difícil pedir la ayuda de esta mujer, especialmente después
de que casi había destruido a su familia sin ayuda, pero no había otro lugar al que acudir.
Sabía que Osborne era una buena policía; una de los mejores, al igual que Logan y
también sabía que la comandante no escatimaría esfuerzos para averiguar quién le hizo
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

esto a su detective. Madison respiró hondo y bajó los muros de su orgullo por Logan, sólo
por Logan haría esto.

—¿Cuánto se ha avanzado en el caso?

Loraine luchó por encontrar una respuesta que satisficiera a la mujer. Era muy poco
lo que podía divulgar libremente al público, pero también notó el control posesivo que la
mujer tenía sobre la mano de su detective, un control que, a su manera, la convertía en su
familia.

—No puedo decirle todo, doctora, pero le diré que no me detendré hasta encontrar
quién hizo esto, no sólo a la detective McGregor, sino también a los demás.

Observó el apacible ascenso y descenso del pecho de Logan por un momento y luego
volvió a mirar a los ojos de Osborne, una nueva fuerza brillando a través del dolor.

—Quiero que encuentre a este monstruo y creo que tengo una idea de cómo puedo
ayudarle.

Loraine abrió la boca para hablar justo cuando la puerta se abrió detrás de la 239
comandante y entró un técnico de laboratorio.

—Buenas tardes, señoras. Siento interrumpir su visita, pero necesito sacar algunos
viales para el laboratorio. Si quiere salir, no tardaré más de un minuto.

Madison soltó la mano de Logan y rodeó la cama.

—¿Por qué no la invito a una taza de café en la cafetería y le cuento mi idea?

La comandante abrió la puerta y miró por última vez a Logan antes de asentir al
técnico de laboratorio y seguir a la doctora al pasillo.

Madison dejó un mensaje para Julie en el escritorio en caso de que Dove la hubiera
perdido y luego las dos mujeres abandonaron la UCI.

Algo desconcertó a Loraine, pero no pudo precisar qué era exactamente. Finalmente,
haciendo caso omiso de la sensación de aprensión, tomó el ascensor hasta el sótano con
Madison mientras ambas se tomaban unos momentos para acostumbrarse a la idea de
estar en compañía de la otra.

₪₪₪₪₪
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Desde lo profundo de su mente, Logan escuchó que alguien pronunciaba su nombre,


pero no pudo ubicar la voz. Era familiar, pero extraña a la vez. Luchó por abrir los ojos
cuando una aguja atravesó su piel, pero sus párpados eran tan pesados como sus brazos y
piernas. Era como si la estuvieran reteniendo, pero en la niebla cada vez menor, no
entendía por qué. Su corazón se aceleró mientras luchaba por liberarse de la sensación de
peso, entrando en pánico cuando su respiración se volvió dificultosa y constreñida. En la
distancia, hubo un ruido, luego los pasos se retiraron rápidamente hacia el pasillo y, unos
segundos después, el sonido estridente de una alarma. Sus ojos se abrieron por un instante
cuando se dio cuenta de que la alarma a todo volumen estaba justo encima de su cabeza.
Luchó frenéticamente contra las ataduras que sujetaban sus brazos a la cama y sintió un
dolor aplastante en el pecho justo antes de que su mundo cayera una vez más, en la
oscuridad.

₪₪₪₪₪

Julie había terminado de examinar a Susan cuando Dove empujó la puerta. La doctora 240
estaba a punto de reprender a la detective por irrumpir sin previo aviso cuando vio el
brillo en los ojos de su paciente.

Dove miró ansiosamente a Susan y luego a la expresión seria de Julie.

—¿Está todo bien?

Susan hizo caso omiso de su actitud maternal.

—Sí, estoy bien, Dove; la doctora me estaba haciendo un chequeo final antes de irme
a casa mañana. Pasa.

Julie se disculpó y estaba a medio camino de la puerta cuando Dove recordó el


mensaje de Madison.

—Oiga, doctora Ellison, Madison quería que le dijera que la encontrara en la cafetería
en caso de que no estuviera en la habitación de Logan cuando llegara allí.

—Gracias, detective. —Fue a la sala de dictado en la estación de enfermeras para


terminar sus notas y firmar los papeles de alta de Susan para mañana. Diez minutos más
tarde, se dirigía al cuarto piso para encontrarse con Madison. Escuchó un código 99
llamado a la UCI cuando salió del ascensor al tercer piso y echo a correr junto con un
grupo de otras batas blancas que respondían a la emergencia.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

En el pasillo, las enfermeras empujaban los carros hacia la habitación y el adjunto


gritaba órdenes sobre el caos controlado. Para el ojo inexperto, el bullicio de la actividad
parecería un caos masivo, pero para Julie era un ejemplo de libro de texto de una respuesta
en código. Se detuvo cuando se dio cuenta de que el código estaba en marcha y su
presencia sería más un obstáculo que una ayuda. Cuando se dio la vuelta para irse, se
detuvo en seco y se dio la vuelta al darse cuenta de que el código de llamada estaba en la
habitación de Logan McGregor.

Dándose la vuelta, entró corriendo en la habitación y vio el cuerpo de Logan saltar


de la cama mientras el médico que la atendía presionaba el botón del desfibrilador,
enviando 360 julios de corriente a través de su cuerpo sin vida en un intento de reiniciar
su corazón. Sus ojos bailaban entre el segundero del reloj y la figura en la cama mientras
el doctor daba órdenes, su voz se volvía más exigente y frustrada. Cada intento hasta el
momento había fallado y con cada minuto que pasaba, todos sabían que las posibilidades
de reanimación estaban disminuyendo. Finalmente, saliendo del estado de trance, pensó
en Madison y salió disparada de la habitación, corriendo en dirección a la cafetería.

241
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Capítulo veinticinco

Las cejas de CW Langston se fruncieron al ver a su hija y la vicepresidenta senior


desplomarse contra la pared del ascensor. Caminando hacia las ventanas del piso al techo
que formaban la pared norte del despacho, sus ojos recorrieron el distrito Strip a unas
pocas cuadras de distancia. El área paralela al río Allegheny constituía una porción
modesta de la ciudad; sin embargo, a medida que avanzaba el proyecto de
rejuvenecimiento, se estaba convirtiendo rápidamente en una de las áreas más populares
para los jóvenes ejecutivos acaudalados. Los apartamentos, que sumaban más de cien, se
habían llenado casi tan pronto como salieron al mercado y actualmente había más de
doscientos treinta nombres en una lista de espera.

El área era una meca próspera a la que no estaba dispuesto a renunciar. Nadie, ni
siquiera su hija, interferiría con su visión del distrito Strip. Esta era la culminación de
242
años de arduo trabajo y planificación: su huella en el mundo, y no se detendría ante nada
para asegurarse de que su sueño se hiciera realidad.

—¿Qué estás haciendo, Christine? —Se dejó caer en el sillón ejecutivo de cuero
detrás de su escritorio y agarró el teléfono privado, tecleando furiosamente los números
que sabía de memoria. Después de unos segundos, la llamada fue respondida y su voz,
áspera y abrupta, ladró en el teléfono—. Watson, ¿qué diablos estás haciendo? Quiero
respuestas y las quiero ahora. —El portalápiz cayó sobre el escritorio cuando su puño se
estrelló contra el escritorio de roble—. Me importa un carajo a lo que te enfrentas, quiero
que lo encuentres y pronto. Tienes veinticuatro horas y si no lo has encontrado para
entonces, comenzamos a jugar con mis reglas. —El sillón se estrelló contra el aparador
mientras él arrojaba papeles y carpetas en su maletín Armani. Caminando hacia la puerta,
luchó con la ira que sabía era evidente en su rostro. Puso la mano en el pomo de la puerta;
respiró hondo antes de abrir la puerta y salir al área de recepción⸻. Estaré fuera el resto
del día. Llámame si surge algo importante.

La recepcionista, una temporal enviada para reemplazar a su asistente, miró temerosa


la espalda de Langston que se alejaba. Esperó hasta que las puertas del ascensor se
cerraron antes de levantar el teléfono y hacer una llamada.

—Sí, acaba de irse... no, no volverá hoy... Está bien, conozco el plan... está bien. —
Después de colgar el teléfono, se volvió hacia el monitor escondido dentro de un armario
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

contra la pared detrás de ella y vio cómo CW Langston salía del ascensor en el primer
piso, salía del edificio y entraba en la limusina que esperaba. Rápidamente caminó hacia
la puerta de los despachos ejecutivos, colocó una nota en el exterior de la puerta, diciendo
que regresaría en quince minutos y luego se dirigió a al despacho privado del director
general.

Cerrando y bloqueando la puerta detrás de ella, rápidamente hojeó el archivador,


sabiendo que no habría nada de interés localizado en los archivos verticales principales.
Se acercó al enorme escritorio, localizó el pequeño cajón de archivo del lado derecho y
se sentó, sus labios se curvaron en una sonrisa mientras el cajón se abría sin esfuerzo.

—Te estás perdiendo, viejo. Regla número uno: nunca olvides guardar los secretos
bajo llave. —Sus ojos recorrieron el despacho, consciente de repente de que el anciano
paranoico podría tener su despacho intervenido y cableado para video vigilancia.
Haciendo una nota mental para revisar el centro de video del despacho exterior,
rápidamente reanudó su sondeo y pronto localizó lo que buscaba. Con las carpetas
discretamente guardadas bajo el brazo, se dirigió al despacho exterior, agradecida de que
la suite ejecutiva no compartía las fotocopiadoras con los demás ejecutivos de la planta.
Con cuidado de mantener los documentos en orden, copió meticulosamente las páginas y
luego devolvió las carpetas al cajón de archivos en el escritorio de Langston. 243
Después de quitar el letrero escrito a mano de la puerta exterior, llamó a la secretaria
de Christine, le dijo que se iría por el resto del día, fingiendo un virus estomacal, metió
rápidamente las copias aún calientes en su bolso y estaba a medio camino de la puerta
cuando recordó el equipo de vigilancia. Volviendo a su escritorio, hojeó cada una de las
estaciones de cámaras de video. Se sintió aliviada cuando no pudo ubicar una estación de
cámara guardada en el programa de monitoreo, aunque reconoció que, si existiera,
Langston podría no tenerla vinculada a la estación de monitoreo principal.

Reinició el programa y tomó el ascensor hasta el garaje donde arrojó al azar su bolso
en el maletero antes de ponerse al volante. Presionando una tarjeta magnética en la
estación al lado de la salida del garaje, esperó hasta que la puerta se levantó y luego se
incorporó al tráfico a lo largo de la Avenida Lexington. Condujo durante varias cuadras,
estudiando atentamente el tráfico a su alrededor antes de abrir el teléfono celular y marcar.
Una ola de alivio la inundó cuando una voz confiada respondió al otro lado.

—Jennifer Phillips, ¿cómo puedo ayudarle?

—Hola Jen, soy yo. ¿Quieres quedar conmigo para cenar esta noche? Tengo algo que
quizás te interese ver.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

₪₪₪₪₪

Loraine Osborne estaba sentada estudiando a Madison desde el otro lado de la mesa.
Sabía que la mujer la consideraba la única responsable de la trágica y prematura muerte
de su padre, aunque ambas sabían en el fondo que no era la única culpable. Los años
habían aliviado las crudas emociones hasta el punto de que ahora podían sentarse una
frente a la otra, pero Loraine sabía que Madison Cavanaugh nunca se habría permitido
estar en esta posición si no fuera por la condición actual de Logan McGregor.

Sin pensar en las repercusiones, habló desde el corazón.

—El amor tiene una manera de hacernos hacer cosas que preferiríamos no hacer, y
sé que hablar conmigo es lo último que quiere hacer en este momento, doctora
Cavanaugh. Sin embargo, debido a que actualmente compartimos un interés común en
este caso y, sin duda, una gran preocupación por la detective McGregor, aquí estamos. —
Observó los ojos de Madison revolotear nerviosamente de su rostro a la ventana, luego a
los otros clientes en la pequeña cafetería antes de continuar—. Estoy dispuesta a escuchar
su plan, doctora, pero recuerde esto, si no estoy de acuerdo, no lo hago. —Tomó aire para 244
revitalizarse y permitirle a Madison un momento para absorber sus palabras—. Sé que
piensa que tengo mucho que compensarle; tal vez lo haga en cierto sentido, pero no me
sentiré culpable por aceptar algo que la ponga a usted o a cualquier miembro de la policía
en más peligro de lo que ya están. Con las reglas básicas establecidas, se recostó y ofreció
una sonrisa cautelosa—. Cuénteme sobre este plan que se le ha ocurrido y cómo cree que
puedo ayudar.

Durante los siguientes diez minutos, Madison preparó el terreno para la trampa que
pensó que pondría de rodillas al asesino del distrito Strip.

—Comandante, ¿qué mejor manera de conseguirlo? Sabe que frecuento el Strip como
parte de mi trabajo para la Operación Red de Seguridad, y no podrá resistir la oportunidad
de intentar matarme mientras estoy en el callejón.

Loraine se recostó en el duro asiento del reservado, estudiando a la doctora, viendo,


no por primera vez, la misma mirada determinada que había estado siempre presente en
la de Malcolm. Padre e hija eran muy parecidos y sabía que, con o sin su aprobación,
Madison Cavanaugh haría todo lo posible para detener al hombre responsable de las
heridas de Logan.

—Tendré que pensar en esto durante la noche, hablar con mis superiores y ver qué
piensan antes de poder darle una respuesta. —Pasó una mano por su cabello ya
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

despeinado—. También tendré que revisar a este tal Toby para asegurarme de que está
siendo sincero contigo. Solo cómo…—Observó cómo el rostro de Madison cambiaba de
una confianza determinada a una palidez asustada—. ¿Madison? —Los ojos de Loraine
siguieron el camino de los de la médica y vio a una mujer aterrorizada que cruzaba
corriendo la habitación en su dirección. Su entrenamiento se hizo cargo y se puso de pie,
colocando su cuerpo entre Madison y la mujer que se acercaba mientras levantaba un
brazo en señal de advertencia.

Madison se abrió paso por detrás.

—Julie, ¿qué pasa?

—Logan, arriba, ahora.

Antes de que Madison pudiera reaccionar, Loraine estaba a medio camino de la


puerta, con el teléfono celular pegado a la oreja. Pasando por alto los ascensores, las tres
mujeres subieron corriendo las escaleras hacia la UCI con la comandante a la cabeza
mientras subía los escalones de tres en tres. Al doblar la esquina de la unidad, se abrieron
paso entre la masa de enfermeras que salían de la habitación, sus rostros graves y poco
reveladores. Madison siguió adelante, abriéndose paso a la fuerza en la habitación 245
brillantemente iluminada y sus ojos se posaron en la forma inmóvil en la cama.

—Noooooo

La doctora Larson estaba de pie al otro lado de la habitación, con los ojos pegados al
monitor sobre la cabeza de Logan mientras Nelly ajustaba el tubo intravenoso. Los ojos
de Madison recorrieron las lecturas, frecuencia cardíaca 95 y constante, y presión arterial
100/64. El ventilador había sido reinsertado y, aunque los tubos borraron gran parte de la
cara de Logan, podía ver la enorme hinchazón.

—¿Qué diablos ha pasado?

La doctora dejó de escribir y cerró el historial, mirando de cerca a Madison.

—Doctora Cavanaugh, Madison, su amiga aquí es una dama afortunada. —Metió la


mano en el amplio bolsillo de su bata y sacó un pequeño vial—. A alguien no le gusta
nuestra paciente. —Estudió el frasco de cerca antes de entregárselo a la comandante—.
Es probable que no encuentre huellas dactilares de uso; demasiadas personas lo han
manipulado desde su descubrimiento. Sin embargo, puedo decirles esto: es uno de los
nuestros y vino de la farmacia de abajo.

Larson señaló una jeringa que yacía en la esquina de la habitación.


CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

»Esa, por otro lado, no es una de las nuestras y probablemente la jeringa utilizada
para inyectar a la detective una dosis casi mortal de penicilina. —Todos los ojos se
centraron en la jeringa desechada cuando Loraine se arrodilló y la recogió por el extremo
de la aguja—. Afortunadamente para la detective McGregor, el tipo debe haberse
asustado porque no terminó su trabajo, todavía queda la mitad del vial en la jeringa.

Se volvió hacia Madison:

»La detective va a estar bien. Entró en shock anafiláctico, pero afortunadamente, la


enfermera entró y llamó al código de inmediato. Hay una cantidad considerable de
inflamación y, como bien sabes, sólo podemos tratar los síntomas, pero creo que lo
detectamos lo suficientemente temprano como para eludir cualquier efecto a largo plazo.

—El técnico de laboratorio. —Los ojos de Madison se encontraron con los de la


comandante, sus pensamientos paralelos a los de los demás.

La frente de Larson se arrugó ante el comentario.

—¿Qué técnico de laboratorio? No he ordenado ninguna prueba para la detective


McGregor. 246
—Exactamente. —Loraine se puso de pie y con cuidado colocó la jeringa sobre el
escritorio—. Cuando estábamos aquí antes, un técnico de laboratorio ha entrado para
sacar un poco de sangre y nos ha pedido que nos fuéramos. La doctora Cavanaugh y yo
nos hemos ido a la cafetería a tomar un café y ha debido ser cuando le ha inyectado la
penicilina. —Puso una mano reconfortante en el brazo de Madison—. Voy a llamar por
esto. Por favor, no toques nada hasta que hayamos tenido tiempo de barrer la habitación.

—¿Comandante? —Esperó hasta que Osborne se paró frente a ella—. ¿Dónde estaba
el guardia que se suponía que estaba de servicio?

—Eso doctora es lo primero que pretendo averiguar.

₪₪₪₪₪

Dove luchó por recuperar el teléfono celular enterrado profundamente en su bolsillo


trasero y lo abrió cuando entró en la línea T.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Dvorak. —Escuchó atentamente durante unos segundos, maldiciendo en silencio


el momento de la llamada cuando sintió que la T se alejaba de la comisaría, sabiendo que
tomaría al menos veinte minutos hacer el viaje de regreso a Mercy.

»¿Cómo está? ¿Dónde diablos estaba Robertson? ¿Quién está ahora con ella?

Las preguntas rebotaron a través de la línea bombardeando el oído de la comandante


con el interrogatorio lleno de estática.

—¡Dvorak! —Su voz resonó a través del hueco de la escalera—. Cálmate y vuelve
aquí tan pronto como puedas. Ella está bien, Robertson aún no ha sido localizado y la
doctora Cavanaugh está con McGregor. —Esperó, dándole un minuto para comprender
las palabras—: Te necesito aquí, Dvorak, pero sólo si puedes controlar tus emociones. Te
necesito tranquilo o no, está claro.

Inconscientemente, su espalda se enderezó contra el asiento de vinilo.

—Sí, señora, por su puesto.

Las comisuras de su boca se curvaron en una sonrisa. 247


—Es bueno escucharlo, detective. Encuéntreme en la habitación de McGregor en
cuarenta y cinco minutos.

Loraine pasó los siguientes treinta minutos llamando al equipo de CSI, Charles
Thornton y Len Youngblood. Todos estuvieron de acuerdo en que el plan de Madison
podría funcionar y estuvieron de acuerdo con su recomendación de colocar una guardia
con la doctora Cavanaugh.

—Sé que no va a estar feliz Len, pero es demasiado visible y móvil para que la
protejamos de otra manera. Demonios, McGregor está en un hospital rodeada de cientos
de personas y este psicópata entró y atentó contra su vida. —Salió al aire fresco de la
tarde y respiró profundo—. Eso suena bien, Len. Le diré que espere a alguien a las cinco
en punto. —Cerró el pequeño teléfono y lo metió en su bolsillo, luego echó un largo
vistazo alrededor del estacionamiento, sus ojos buscando algo remotamente fuera de
lugar. Jesús, todo está fuera de lugar. Con tanta gente, de todas las formas y tamaños,
puede mezclarse con poco o ningún esfuerzo.

Volvió sobre sus pasos, pulsó el botón de llamada del ascensor y esperó a que
descendiera a la planta baja. Bueno, doctora Cavanaugh, si quiere un ataque frontal, lo
tiene. Sólo espero que tú y yo sobrevivamos a las repercusiones cuando la detective
McGregor descubra lo que estamos tramando.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

₪₪₪₪₪

Jen entró al restaurante y examinó a las personas sentadas en las mesas pequeñas.
Después de ver a Stephanie en la esquina más alejada, hizo un gesto a la anfitriona para
que se alejara y caminó hacia la mesa mientras estudiaba el rostro de la mujer. Stephanie
aún no se había dado cuenta de su entrada, lo que le dio a Jen la oportunidad de estudiar
las expresiones faciales destempladas a medida que se acercaba. Líneas de fatiga y estrés
marcaban su rostro y, aunque sabía que el trabajo de Stephanie era exigente, había algo
más, algo casi temeroso en su apariencia. De repente, la mujer levantó la vista, la notó y
la fachada se levantó, ocultando las crudas emociones que había visto hace unos
momentos, una sonrisa brillante se extendió por su rostro.

—Hola, chica. —El tono de voz de Stephanie era alegre, edificante.

Jen se sentó frente a Stephanie y dejó caer su bolso en la silla contigua.

—Hola. ¿Cómo has estado Steph? No he sabido nada de ti en cuántos meses,


supongo. 248
—Lo reconozco a Jen y lo siento. He estado trabajando en una pista durante las
últimas semanas y no he tenido tiempo para otra cosa que no sea trabajar.

Jen decidió dejar que Steph divulgara lo que quisiera. La llamada anterior ese día la
había sorprendido e intrigado, pero no quería insistir demasiado. Pasaron la siguiente hora
poniéndose al día sobre los acontecimientos de sus vidas, mientras disfrutaban de una
agradable cena. Durante su café después de la cena, la conversación se desvaneció y Jen
notó que los ojos de Stephanie revoloteaban nerviosamente por la habitación.

—Entonces, ¿quieres decirme por qué estás tan nerviosa esta noche, o tengo que
adivinar?

Steph llamó al camarero y pidió la cuenta.

—Mira, realmente no me siento cómoda hablando de esto aquí, he pensado que me


sentiría más segura de alguna manera en un restaurante lleno de gente, pero ahora que
estamos aquí, no lo estoy. Vayamos a mi casa y te mostraré lo que tengo.

Lo último que Jen quería hacer era pasar el resto de la noche siguiendo a Stephanie
a través de la ciudad, pero su curiosidad estaba superándola, así que, con el bolso en la
mano, siguió a Steph desde el restaurante.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

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CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Capítulo veintiséis

Habían pasado dos días desde el intento de asesinato y Madison estaba exhausta
cuando llegó a la habitación de Logan directamente desde su despacho. La cadencia
monótona del ventilador estaba ausente, una vez más dejando la habitación
inquietantemente silenciosa mientras la luz se desvanecía más allá de la ventana dando
aviso de que otro día estaba llegando a su fin. Arrullada en un sueño profundo pero
inquieto mientras estaba sentada en la silla al lado de la cama de Logan, remolinos de
color destellaron detrás de los párpados de Madison, mientras sueños, vívidos y horribles
corrían por su cerebro, la sinapsis disparada cada imagen en una sinfonía de corazón
acelerado. Terror.

Un ruido en algún lugar en la distancia rompió la pesadilla y luchó desesperadamente


por escapar de las espantosas visiones mientras un olor familiar atacaba sus sentidos.
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Necesitó toda su fuerza para resistir la influencia magnética del sueño cuando se obligó a
regresar al mundo consciente, abrió los ojos y se volvió frenéticamente hacia Logan. Lo
que vio envió una oleada de puro terror por su espalda. Sobre el estómago de Logan, yacía
una rosa blanca marchita, sus pétalos salpicados con lo que parecía ser sangre.

Madison saltó de la silla y salió al pasillo, buscó en ambas direcciones algo fuera de
lo común y alguien lo suficientemente cerca como para haber entrado recientemente en
la habitación. Al ver al guardia de Logan apoyado en la estación de enfermeras charlando
con una pequeña ayudante rubia, se acercó y gritó lo suficientemente fuerte como para
llamar la atención de un pequeño grupo de personas acurrucadas en el otro extremo del
pasillo.

—¿Por qué diablos no estás al lado de la puerta?

El oficial se volvió hacia Madison, sus ojos revoloteando entre la asistente


sorprendida y la cara enojada de la doctora.

—He estado aquí, doctora.

Miró al joven oficial mientras su temperamento amenazaba con anular su


profesionalismo.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Traiga a la comandante Osborne aquí AHORA MISMO. Mientras usted estaba


ocupado coqueteando, alguien estaba en la habitación de la detective McGregor. Volvió
su mirada gélida hacia la ayudante—. Y tú, vuelve al trabajo y deja que este hombre haga
su trabajo.

El guardia entró en acción. Sacó la radio de su cinturón y caminó hacia la puerta de


la habitación de Logan solo para sentir un firme agarre en su brazo.

»No te quiero cerca de ella, llama a la comandante Osborne y hazlo rápido, antes de
que yo llame a tu teniente.

Dividido entre sentirse intimidado por la mujer y la ira hacia ella, no se movió.

»¡AHORA! —Se dio la vuelta y desapareció en la habitación de Logan mientras el


oficial comunicaba por radio el incidente. En cuestión de minutos, pasos y voces apagadas
llenaron el espacio silencioso de la UCI y se movió hacia la puerta para ver a Dove
abriéndose paso entre la multitud en su dirección, con el rostro inundado de miedo
aparente.

—¿Qué diablos ha pasado? 251


—Tal vez deberías preguntarle al oficial irresponsable que se suponía que estaba
vigilando la puerta. —Sus ojos se clavaron en la espalda del guardia mientras lo observaba
hablar con uno de sus compañeros oficiales en la escena—. Mientras estaba en la estación
de enfermeras coqueteando con una de las ayudantes, alguien ha entrado directamente a
la habitación y nos ha dejado un pequeño regalo: una rosa marchita, dejada en su
estómago y salpicada con lo que parece ser sangre.

Dove miró hacia la puerta cerrada, mientras se pasaba una mano por el cabello.

—Jesucristo.

La masa de cuerpos uniformados se separó cuando Loraine Osborne entró en la UCI.


El oficial asignado para proteger a Logan se encogió cuando sus ojos lo atravesaron.

—A la sala de conferencias, ahora y no te muevas, no hables, no respires hasta que


yo llegue. ¿Entendido?

El joven oficial, con el rostro reluciente de sudor, palideció notablemente y asintió


mientras se abría paso entre el mar de cuerpos hacia la pequeña sala de conferencias. Una
habitación que sabía resultaría ser incómodamente pequeña e ineludible en sólo unos
momentos.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

La comandante caminó directamente hacia ellos y se concentró en Madison. Su voz


era entrecortada, casi enojada mientras luchaba por ocultar las emociones que brotaban
en su interior.

»Dime lo que sabes.

Madison le relató la historia de despertar, encontrar la rosa y, posteriormente,


encontrar al guardia lejos de su puesto.

—Es el mismo hombre que inyectó a Logan la penicilina, su colonia es la misma. Es


muy familiar, pero no puedo ubicarla.

El equipo de CSI estaba listo junto a la puerta, esperando sus órdenes, pero cedió el
paso cuando la comandante entró en la habitación. El leve pero obvio olor de una colonia
obsoleta y alguna vez costosa todavía flotaba en el aire y la comprensión golpeó a Loraine
como una bofetada en la cara.

—British Sterling, era popular hace unos veinte años. Probablemente la recuerdes
porque tu padre la usaba.
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Desconcertada por la mención de su padre, sus ojos se clavaron en los de la
comandante mientras estaban una frente a la otra, separadas sólo por la cama de Logan.
El recuerdo de los abrazos nocturnos de su padre, el olor reconfortante que la arrullaba
para dormir cada noche cuando era niña, regresó como una descarga eléctrica. Su psique
gritaba por escapar de la presencia de la mujer que había destruido su infancia, pero otra
parte exigía que se quedara; la parte que conocía a Osborne era su única esperanza de
preservar un futuro que tan desesperadamente deseaba con Logan.

Con los ojos cerrados y las yemas de los dedos presionando contra el dolor que latía
en sus sienes, trató de bloquear los latidos de su corazón y la bilis que subía por su
garganta. Respiró hondo y se concentró en Logan, su ancla.

—Comandante, ¿qué dice? ¿Cree que esto tiene algo que ver con mi padre, sólo
porque huele la misma colonia que usaba hace veinte años?

—En sí mismo, no. Aunque no es sólo este incidente, doctora Cavanaugh, todo este
caso parece estar relacionado contigo de alguna manera oscura. —Sus ojos se suavizaron
cuando vio a Madison retroceder⸻. Está enfocado en ti y ahora en la detective McGregor.
¿Cuál de ustedes es su objetivo real? No puedo decirlo, pero de alguna manera están
conectados; a ti o alguien cercano a ti.

La ira brilló en sus ojos mientras las lágrimas corrían por sus mejillas.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Bueno, comandante, será mejor que encuentre algunas respuestas y lo haga rápido.

De pie en silencio detrás de ellas hasta ahora, Dove habló:

—Madison, ¿sabes de algún vínculo que tu familia tenga con los Langston?
Negocios, viejas rencillas, ¿cualquier cosa?

—No. Hasta hace poco, sólo había oído hablar de Langston Development a través de
los periódicos. Por supuesto, sabía quiénes eran, diablos, todos lo saben, pero nunca he
tenido ninguna asociación con ellos en absoluto.

—¿Qué hay de tu madre? Tus padres eran figuras públicas muy conocidas en
Pittsburgh. ¿Tenían alguna inversión en Langston Development? ¿Socializaban en los
mismos círculos? ¿Tenían amigos en común?

Las preguntas venían de todas partes y ella lanzó sus manos al aire, frustrada, enojada
y asustada.

—¿Cómo diablos lo voy a saber? Por el amor de Dios, era sólo una niña cuando
murió mi padre, ¿cómo se supone que voy a saber las respuestas a esas preguntas? Sólo 253
mi madr… —La golpeó como un rayo—. Madre —Madison se dejó caer en la silla al
lado de la cama de Logan, pasando una mano por su cabello.

Arrodillándose, Dove tomó suavemente su mano entre las de él.

—Madison. ¿Qué pasa con tu madre?

Las lágrimas corrían en un flujo continuo por sus mejillas mientras se concentraba
en la voz tranquilizadora de Dove.

—Mi madre, regresa hoy a Pittsburgh.

Loraine dio un paso atrás, lo que permitió a Dove buscar las respuestas que
necesitaban desesperadamente mientras su pecho se tensaba aún más con cada respuesta.
Una y otra vez, había pensado en encontrarse cara a cara con la esposa de su amante,
averiguar, de una vez por todas, si era la mujer fría y dura que Malcolm había descrito.
Durante años había vivido con la culpa de destruir una familia al aceptar su descripción
como un hecho, y ahora, después de todo este tiempo, sentía que estaba a punto de
averiguar si él había sido honesto o simplemente la había tomado por tonta. Apartó sus
pensamientos del pasado y se concentró en Dove y Madison.

»Ella odia Pittsburgh y juró no volver nunca cuando se mudó a Europa. No hemos
hablado en años, así que no hace falta decir que me sorprendió cuando recibí una llamada
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

telefónica de ella hace un par de días prácticamente ordenándome que la recogiera en el


aeropuerto hoy, más tarde.

—¿A qué hora es su vuelo?

—A las dos. Nos encontraremos en el reclamo de equipaje, eso es todo lo que sé.
Dejó un mensaje en mi máquina y todo lo que dijo fue que debía recogerla y que se estaba
quedando con un amigo mientras estaba en la ciudad.

—¿Qué amigo? —La voz de Loraine fue cortante y directa.

—No lo dijo.

La comandante comenzó a caminar, pensando, su mente corriendo con diferentes


escenarios mientras procesaba esta nueva información.

—Te voy a asignar una guardia y te va a acompañar al aeropuerto. Va a estar


encubierta para que puedas hacerla pasar por una amiga.

Los ojos de Madison bailaron entre Dove, el comandante y Logan. 254


—No quiero irme. Alguien más puede recogerla y puedo usar la excusa de tener un
caso de emergencia que atender.

—No, Madi, tienes que ser tú. —Los dedos de Dove se entrelazaron suavemente con
los de Madison—. No sabemos en este momento por qué regresa tu madre. Esperemos
que sea sólo una coincidencia, pero si no lo es, debes actuar como si todo fuera normal.

—Estoy de acuerdo. —Loraine dejó de caminar el tiempo suficiente para mirar la


forma indefensa de Logan—. Yo personalmente me quedaré aquí mientras no estés. —Se
volvió hacia Madison—. Te prometo que Logan estará a salvo conmigo hasta que
regreses.

Cada célula dentro de Madison quería odiar a esta mujer. Sin embargo, durante la
última semana, ella y Dove habían demostrado ser las dos únicas personas en las que
realmente podía confiar. Dejando a un lado los años de dolor, se puso de pie y caminó
hacia la cama.

—Está bien, comandante, jugaremos a su manera. —Luego, con ojos fríos y duros,
levantó la cabeza hacia la otra mujer—. Te hago personalmente responsable si algo le
sucede a ella. No tengo la intención de perder a nadie más debido a tu falta de buen juicio
y dependo de ti para que no sea así.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Dove observó el intercambio y supo por la expresión de sus rostros que había un
significado más profundo en las palabras que dijo Madison. Su principal prioridad era
proteger a Logan y, en última instancia, encontrar al asesino, pero sabía muy bien con
qué facilidad las mentes sesgadas y desenfocadas podían destruir un caso. Haciendo una
nota mental para profundizar en sus pasados para encontrar la conexión, se movió hacia
la puerta y rompió el tenso silencio.

—Bueno, supongo que eso está resuelto entonces. Voy a localizar a Anderson y le
contaré lo que está pasando, mientras el equipo de CSI está trabajando en la habitación.

Durante el torbellino emocional, Loraine se había olvidado del equipo de CSI afuera
de la puerta esperando para barrer la habitación en busca de evidencia. Sabía que era poco
probable que descubrieran algo útil, aunque conservaba la esperanza de que así fuera. Les
hizo señas para que entraran y se volvió hacia Madison.

—Necesito hablar con el guardia. ¿Por qué no me esperas en la estación de


enfermeras y te invito a una taza de café mientras esperamos a que el equipo termine?

—Ahh, claro, esperaré un rato.


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La comandante desapareció en el atestado pasillo dejando a Madison sola con Logan
y los dos técnicos de CSI. Estudió la forma indefensa de Logan y sintió que se le partía
el corazón por tener que dejarla sola, aunque fuera por un rato, aunque la comandante
Loraine Osborne la cuidaría personalmente mientras no estuviera. Con un suspiro de
resignación, se hizo a un lado para dejar espacio para que el equipo trabajara y se dirigió
hacia el escritorio en la estación de enfermeras al final del pasillo. La mayoría de los
oficiales que habían estado dando vueltas ahora se habían ido, dejando la UCI, una vez
más, envuelta en un pesado velo de silenciosa aprensión.

Sentada en el escritorio, tomó el teléfono y marcó el número de su casa para recuperar


los mensajes del contestador automático. Borrando los primeros mensajes de los agentes
de telemercadeo y colgando, sólo escuchaba a medias cuando escuchó la voz emocionada
de Julie al otro lado de la línea.

“Hola Madi, tengo que hablar contigo y pronto. ¿No dijiste que Logan y esa
reportera, cómo se llama, Jennifer no sé qué, eran buenas amigas? De todos modos, la
vi a ella y a Christine Langston juntas hoy en el almuerzo. ¿No es extraño? Oh, diablos,
llámame cuando escuches esto”.

Colgó el teléfono sin escuchar sus otros mensajes, aturdida y confundida por la
llamada de Julie, comenzó a hurgar en su mochila tratando de localizar el número de
celular de Julie cuando una presencia la ensombreció.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Doctora Cavanaugh, lo siento, pero tengo que irme. Me aseguraré de estar de


vuelta antes de que tenga que irse al aeropuerto.

Madison trató de leer la máscara estoica en el rostro de la comandante con poco éxito.

—¿Por qué? Quiero decir, ¿qué es tan importante que tiene que irse antes de que el
equipo CSI termine?

Miró a su alrededor para asegurarse de que no había nadie a su alcance y luego se


inclinó más cerca de Madison.

—Ha atacado de nuevo, otro ejecutivo de Langston, Lester Donovan. —Osborne


observó cómo la mujer se dio cuenta de ello y extendió la mano para agarrar su brazo
mientras se tambaleaba en la pequeña silla—. Tranquila ahora. Vamos, vamos a llevarte
adentro con Logan.

Los dos miembros del CSI estaban cerrando sus maletines mientras la comandante
guiaba a Madison a través de la puerta de la habitación de Logan.

—Lo siento comandante, pero no creo que haya nada útil aquí. Levantamos algunas 256
huellas de la barandilla, pero sospecho que el laboratorio descubrirá que pertenecen a
algunos de los trabajadores del hospital. —Inclinando la cabeza hacia la caja que estaba
sobre el escritorio, dijo—: Con suerte, obtendremos algo de la rosa, pero el informe
tardará uno o dos días en llegar, como bien sabe.

—Gracias —Observó la rosa marchita y las salpicaduras rojas que manchaban los
pétalos blancos—. Consigue el tipo de esa sangre lo antes posible y envíame el informe
directamente.

—Pero comandante, ni siquiera sabemos si es sangre.

—Hazlo. —Sospechaba que el informe preliminar coincidiría con el tipo de sangre


de Donovan, y las pruebas posteriores lo identificarían como suyo. Este es un pervertido
enfermo. Matar a un hombre y luego llevarle una rosa salpicada de sangre a Logan como
regalo.

—Es su sangre, ¿no?

—No se…

—Sí, lo sabes y ambas lo sabemos. —Levantó la mano de Logan, colocando la forma


inerte en la suya—. Él asesinó a ese hombre y luego trajo esa rosa aquí como una señal
para hacernos saber que sabe que Logan todavía está viva.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Lo sé, pero él no se acercará a ella de nuevo.

Madison se burló:

—Sí, claro, comandante. ¿Cómo va a evitarlo? No ha podido detenerlo las últimas


dos veces que ha estado dentro de esta habitación.

Un tenso silencio impregnó el vacío entre las dos mujeres cuando los ojos fríos se
clavaron en los de la otra y se rompió sólo cuando la puerta se abrió silenciosamente
desde el pasillo. Instantáneamente, la mano derecha de Osborne se sumergió en los
pliegues de su chaqueta mientras hábiles dedos envolvían el frío acero de su arma
reglamentaria.

—¿Hola?

Moviéndose rápidamente, Madison colocó su cuerpo entre la puerta y la cama de


Logan cuando una pequeña forma pasó entre las sombras de la entrada. Sólo se relajó una
vez que vio la sonrisa en el rostro de la mujer y la mirada de reconocimiento en el rostro
de Osborne.
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—Cristo, Anderson toca la próxima vez. —Osborne soltó su arma y se dirigió hacia
la puerta—. Doctora Cavanaugh, conozca a su nueva amiga, la detective Rebecca
Anderson. Te acompañará al aeropuerto esta tarde.

Las dos mujeres se dieron la mano cuando la comandante se acercó a la puerta.

—Las dos se conocen. Quiero que cualquiera que las vea juntas piense que han sido
amigas durante años. —Se giró para mirar a Madison, una suavidad volviendo a su voz
—Regresaré antes de la una en punto para darte suficiente tiempo para llegar al
aeropuerto.

Madison vio a la mujer desaparecer por la puerta mientras sus emociones reanudaban
su torbellino interior una vez más, dándose cuenta de que, si esta mujer no hubiera sido
responsable del colapso de su familia, realmente la querría y la admiraría. ¿Cómo podría
sentir esas cosas por ella cuando fue quien se llevó a mi padre?

₪₪₪₪₪
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Jennifer Phillips escudriñó la multitud en busca de un rostro familiar. Su posición en


el otro extremo del sinuoso camino le dio una vista perfecta de la multitud al otro lado de
la calle mientras levantaba la cámara hacia su ojo y enfocaba rostros individuales,
tomando foto tras foto de las personas desprevenidas. Estaba a medio camino entre la
multitud cuando el mecanismo de rebobinado automático comenzó a zumbar y
rápidamente cambió el rollo de película por uno nuevo y comenzó de nuevo. Cuando
regresara a la oficina, compararía las fotos tomadas aquí con las que había tomado en el
garaje subterráneo donde se descubrió el cuerpo de Phillip Crafton.

Acababa de terminar el segundo rollo cuando Loraine Osborne y Charles Thornton


aparcaron junto al camino. Empujándose entre otros dos reporteros, se dirigió hacia
Thornton.

—Jefe Thornton, este debe ser un gran caso para traerlo hasta aquí. ¿Este caso está
relacionado con el caso del distrito Strip?

—Sin comentarios, señora Phillips. —Thornton levantó la cinta amarilla fluorescente


que permitía a Loraine Osborne pasar por debajo de la barrera—. ¿Por qué no continúas
con tu sesión de fotos y quizás hablemos más tarde?
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Resignándose a esperar la tarde con el resto de la multitud, sacó el teléfono celular
de su bolsillo y se alejó de los oídos siempre atentos de sus compañeros reporteros.

—Hola. Sí, estoy atrapada en Wellington Estates esperando información sobre un


caso en desarrollo. ¿Por qué no nos vemos en Primanti’s alrededor de las siete para cenar
y luego podemos hablar?

Los ojos de Loraine Osborne captaron cada detalle cuando entró en la residencia de
Lester Donovan. Todo parecía estar en perfecto orden mientras se movía por la sala de
estar y el comedor, luego por la cocina. Fue sólo después de entrar en la biblioteca con
paneles oscuros que vio la sangre y se detuvo a mitad de camino.

—Jesucristo.

Lester Donovan, o quien en ese momento todo el mundo asumía que era Donovan,
yacía en el suelo junto al enorme escritorio de roble. Arrodillado junto al cuerpo estaba
Harold Simons, jefe médico forense de Pittsburgh. Sus manos regordetas, enguantadas en
gruesos guantes médicos azules, temblaban cuando extendió la mano para dar la vuelta al
cuerpo. En todos los años que había trabajado en escenas del crimen, nunca había
presenciado un asesinato como este. Lester Donovan no sólo había sido asesinado; el
hombre había sido torturado y golpeado repetidamente antes de que el asesino le
permitiera morir. Se le hizo un nudo en el estómago cuando el cuerpo de Donovan rodó
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

sin fuerzas sobre un gran charco de sangre oscura semilíquida y vio lo que quedaba del
rostro del hombre.

Osborne observó cómo uno de los miembros del CSI embolsaba y etiquetaba una
masa sangrienta en el rincón más alejado de la habitación. Sólo cuando volvió a mirar el
cuerpo de Donovan se dio cuenta de que la masa debía ser una de sus orejas. Ambas
habían sido amputadas de su cabeza, así como varios dedos en cada mano y por primera
vez desde que se involucró personalmente en el caso comprendió la ira detrás de los
crímenes.

»Charles, esto no es sólo un asesinato por venganza, este tipo estaba enojado con
Donovan por algo.

Con las manos metidas protectoramente en los bolsillos, Thornton estudió el cuerpo
desde el otro lado de la habitación.

—Tiene razón, comandante. Esto es personal, siempre lo ha sido, sólo que no tengo
ni puta idea de quién podría ser.

Simons miró hacia arriba y vio a los dos mirándolo trabajar. 259
—Encantado de encontrarla aquí, comandante. No creía que se rebajaría más a la
simple investigación de la escena del crimen. —No intentó ocultar su disgusto por la
comandante de la División de Delitos Mayores.

En su opinión, ella había ganado su puesto a la antigua usanza, durmiendo hasta


llegar a la cima. Sabía todo sobre el encubrimiento de su relación con Malcolm
Cavanaugh, el entonces fiscal de distrito de Pittsburgh, y le molestaba el hecho de que su
puesto se comprara fácilmente con el mismo dinero y poder que lo mantenían bajo el
control voluble de la autoridad gubernamental que dirigía la ciudad. Su aventura y
matrimonio con Sasha casi habían arruinado su carrera, sin embargo, una humilde oficial
de patrulla a pie como Osborne podría tener una aventura con el fiscal del distrito y
obtener un ascenso.

—¿Puedes Simons y sólo dime lo que tienes?

Se quitó los guantes ensangrentados de sus gruesas manos, agarró el látex por la
muñeca y los dobló del revés, antes de arrojarlos a una bolsa roja de riesgo biológico que
estaba junto al escritorio.

—Lo que tenemos es otro asesinato, comandante. —Señalando con el pulgar sobre
su hombro, miró entre Osborne y Thornton—. Este tipo está enojado. Literalmente golpeó
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

a Donovan, o al menos creemos que es Donovan, hasta convertirlo en pulpa antes de


cortarle metódicamente las orejas y los dedos.

—¿Ya tienes la hora de la muerte?

—El rigor aún no se ha establecido y la llamada al 911 se registró a las siete y treinta
y cinco de esta mañana. —Inclinando la cabeza hacia las puertas, continuó—: El ama de
llaves llega alrededor de las siete y media todas las mañanas y lo encontró cuando entró
para traerle el café de la mañana a Donovan. Según ella, todavía respiraba.

Thornton se inclinó mientras fruncía el ceño.

—Nuestro hombre puede haber sido interrumpido por el ama de llaves en ese
momento. No creo que esté dispuesto a dejar atrás a una víctima que respira.

—Cierto, tal vez se esté volviendo descuidado. La rosa se ha dejado en el hospital


alrededor de las diez de la mañana, así que eso me dice que planeó todo esto. —Sus ojos
recorrieron la habitación y se posaron en un jarrón de cristal que contenía un arreglo de
rosas blancas. Con cuidado de su paso, caminó hacia al aparador—. Solo hay diez rosas
aquí, él ha tomado dos, pero sólo ha dejado una en el hospital. 260
Desde el vestíbulo, la voz de una mujer, fuerte y enojada, resonó en los altos techos
abovedados.

—Quítate de mí maldito camino y dile a quien sea que esté a cargo aquí que quiero
algunas respuestas, ya.

—Señora, no puede entrar ahí.

El trío acababa de volverse hacia el ruido cuando una mujer furiosa irrumpió por las
amplias puertas de roble.

—¿Qué demonios hacen ustedes…? —Su despotricar se detuvo a mitad de la frase


cuando sus ojos se posaron en el cadáver de Lester Donovan—. Oh, Dios mío, Lester. —
Dedos temblorosos se deslizaron hacia arriba cubriendo su boca mientras un gemido
gutural escapó de lo profundo de su garganta.

Osborne rápidamente dio un paso adelante, agarró el brazo de la mujer y se volvió,


llevándola de la habitación a la sala de estar formal. Acomodó a la mujer en el sofá, luego
caminó hacia la barra lateral y sirvió un buen trago de brandy.

—Tome, beba esto.


CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Con una mano temblorosa, tomó el vaso y bebió el líquido ámbar de un trago.

—¿Quién es usted?

—La pregunta más importante señora es, ¿quién es usted? —Osborne lo sabía, por
supuesto, pero decidió representar este escenario paso a paso.

—Christine Langston. Lester trabaja, ahhh trabajaba para Langston Development


como nuestro vicepresidente de Inmobiliarias y Adquisiciones. —Con los ojos llenos de
lágrimas, miró el rostro de Osborne y no leyó nada en la expresión estoica.

—Señorita Langston, ¿por qué está aquí? ¿Tiene la costumbre de pasar por la casa
del señor Donovan tan temprano en la mañana?

Levantó el vaso.

—¿Qué tal otro y que sea doble? —Esperó hasta que Osborne regresó con la bebida
antes de responder—. No, no lo hago. De hecho, esta es sólo la segunda vez que he estado
dentro de la casa de Lester.
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—Entonces, señorita Langston, ¿por qué está aquí esta mañana? —Osborne se sentó
en el sillón frente a la joven ejecutiva.

—Necesitaba hablar con él, advertirle si quieres sobre este loco que anda suelto
matándonos a todos.

Charles Thornton había estado parado detrás de la joven sin ser detectado,
escuchando sus comentarios.

—Señorita Langston, ¿advertirle? ¿Está diciendo que podría saber quién es el hombre
que estamos buscando?

Christine dio un respingo, sorprendida por la repentina voz detrás de ella, y el brandy
se derramó por el borde del vaso sobre la lujosa tela del sofá.

—Cristo. Mire lo que ha hecho.

Las comisuras de los labios de Thornton se curvaron en una sonrisa depredadora:

—Bueno, señorita Langston, creo que le he hecho una pregunta.

Dejando el vaso en la mesa, miró entre Osborne y Thornton.


CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—No detective, no sé quién es el asesino, he venido a avisar a Lester porque cuando


he salido del trabajo esta mañana he encontrado una rosa en mi parabrisas y una nota. —
Lo miró con vil desprecio.

—¿Qué decía la nota? —La comandante se puso de pie y se acercó a Christine como
si estar cerca de la mujer la acercara más a encontrar al asesino.

—Sólo falta uno. —Pasó una mano por el corto cabello rubio y comenzó a caminar
a lo largo de la sala de estar—. De alguna manera sabía que sería demasiado tarde.

—¿Por qué no lo ha llamado? —espetó Thornton la pregunta.

—¿Él es realmente necesario?

Osborne le indicó a Thornton que saliera por la puerta y fue a sentarse junto a
Christine en el sofá. La mala rutina de policía de Thornton las estaba irritando a ambas.

—Lo siento, señorita Langston, pero debe comprender lo frustrante que también ha
sido todo esto para la policía.
262
—¿Frustrante? Lo siento, pero frustrante no es exactamente la palabra que usaría para
describir lo que hemos estado sintiendo. —Se puso de pie y comenzó a caminar por el
suelo una vez más—. No he dormido una noche tranquila desde que comenzó esto. ¿Tiene
idea de cómo se siente ver a tus compañeros de trabajo, amigos, asesinados uno por uno,
y saber que eres sólo un nombre más en la lista y que está se acorta día a día?

Osborne respiró hondo.

—No, señorita Langston, no lo sé. Sin embargo, sé lo que se siente al verlo pasar.
Sabiendo que soy responsable de atrapar a este hombre y de tener una puerta tras otra
golpeada en mi cara a gente a la que se supone que debemos proteger contra él. —Vio
que sus palabras dieron en el blanco cuando la joven ejecutiva se detuvo y se volvió hacia
ella—. No puedo atraparlo sin su ayuda, señorita Langston, así que a partir de este
momento tiene una opción. Puede ser parte de la solución o seguir siendo parte del
problema, entonces, ¿qué va a ser?

Sus ojos se sostuvieron por lo que pareció una eternidad, antes de que Christine
finalmente rompiera la mirada.

—Si quiere respuestas, lo haremos a mi manera. —Se dirigió a la puerta, dejando a


Osborne sentada en el sofá—. ¿Viene comandante? —Una leve sonrisa cruzó sus labios
antes de volverse hacia la puerta—. Sí, sé quién es usted, comandante. No he llegado a
donde estoy por no prestar atención.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Osborne miró su reloj.

—Nunca he dudado de que lo hiciera, señorita Langston. —Sacó el teléfono celular


de su bolsillo mientras seguía a la mujer fuera de la casa. Marcó el teléfono celular de
Dove y esperó una respuesta—. Dvorak, soy Osborne. Tengo una cita que no puedo
reprogramar. Si no estoy en el hospital a la una en punto, quiero que estés en la habitación
de McGregor hasta que llegue. Asegúrate de que la doctora Cavanaugh y Anderson se
vayan en horario para el aeropuerto. —Su mente estaba acelerada y aumentó su paso
cuando notó que Christine se metió en su auto y encendió el motor—. Mira, tengo que
irme, pone un guardia en Jonathon Wilson lo antes posible y no salgas de la habitación
de McGregor por ningún motivo hasta que sepas de mí.

—¿Qué está pasando comandante? —Atrapado en el ascensor de camino al tercer


piso, Dove apenas podía entender lo que decía el comandante.

—Te lo diré cuando te vea. Simplemente no dejes a McGregor sola por ningún
motivo y si alguien entra en la habitación, asegúrate de ver su identificación y confirmar
sus órdenes antes de dejar que alguien se acerque a ella. ¿Entendido?

—Sí, señora. —Perdió la conexión justo cuando se abrieron las puertas del ascensor. 263

₪₪₪₪₪

Madison se inclinó sobre la barandilla mientras hablaba en voz baja al oído de Logan.
Veinte minutos antes, la mano de Logan se había apretado alrededor de la de ella. Estaba
segura de haber visto sus párpados revolotear y era optimista de que Logan estaba a punto
de recuperar la conciencia.

—Vamos cariño, abre los ojos. Te extraño y quiero que vuelvas aquí conmigo.

Nada. Ni siquiera un movimiento de sus dedos. Maldita sea, Logan estás tan cerca,
vuelve a mí.

Dove estudió a todas las personas con las que se cruzó en el pasillo mientras se
acercaba a la habitación de Logan. Una familia, obviamente angustiada, estaba parada
afuera de la habitación tres. Las enfermeras, todas familiares para él, se movían
rápidamente por la UCI, enfocadas en sus tareas. La única persona que Dove no reconoció
fue el trabajador de mantenimiento en una escalera al final del pasillo. Estaba junto a la
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

habitación de Logan, en dirección a la escalera, cuando escuchó una voz desde el interior
de la habitación de Logan. “Por favor”

Con una mano en su revólver reglamentario y la otra sosteniendo un engorroso


arreglo floral, abrió la puerta con el pie y entró en la ahora familiar habitación del hospital.

Madison saltó y se dio la vuelta.

—Jesús Dove, me has asustado muchísimo.

—Lo siento doctora. Yo... acabo de escuchar, umm, no importa. ¿Cómo está?

Por primera vez desde que le dijo a Madison que Logan estaba viva, una sonrisa brilló
en su rostro.

—Creo que está mejorando. Me apretó la mano hace unos minutos.

Dove dejó las flores que había estado sosteniendo en el escritorio y caminó hacia el
lado opuesto de la cama. Casi con reverencia, acarició la frente de Logan

—Ya era hora, McGregor.


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CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Capítulo veintisiete

Loraine Osborne estaba sola en salón de la casa de Christine Langston. Sospechaba


que el sofá era importado y probablemente valía más de lo que ganaba en un mes, pero la
joven había pasado un tiempo considerable haciendo que la casa pareciera acogedora y
cómoda.

Aprovechó su momento de soledad para observar los detalles de la habitación.


Caminó hacia la chimenea donde en la repisa se exhibían varias fotografías, muchas de
las cuales incluían a Christine. Miró cada una por turno y notó dos fotos más pequeñas al
final de Christine cuando tenía alrededor de trece años, su padre y un joven que parecía
tener alrededor de diecisiete. Su mente estaba repasando las páginas de los archivos que
había revisado sobre Langston y no podía recordar que se mencionara a un hijo en
ninguno de los informes.
265
—Aquí está, comandante. —Christine le tendió una taza de café humeante.

Osborne cerró el espacio entre ellas y tomó la tasa.

—Gracias, señorita Langston.

—Por favor, llámeme Christine.

Osborne se sentó en el sillón orejero frente al sofá y tomó un sorbo de café antes de
responder.

—No quise ser grosera señorita Langston, pero después de semanas de haber sido
rechazada por Langston Development, me resulta un poco difícil ser, umm, amigable en
este momento.

Sus ojos se sostuvieron por un momento, y luego la joven ejecutiva extendió una
sonrisa de complicidad.

—Comandante entiendo. —Lentamente giró la cabeza para mirar la repisa de la


chimenea y las fotos que se mostraban—. Tienes que entender que sólo estábamos
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

tratando de proteger a las personas que nos importan, sin excluirlos intencionalmente a
usted o al equipo de investigación.

Los labios de Osborne se torcieron mientras intentaba ocultar una sonrisa.

—Desafortunadamente, en sus intentos de proteger a esas personas, señorita


Langston, la mayoría de ellos han sido asesinados. —Mientras seguía la mirada de
Christine hacia las fotos en la repisa de la chimenea, una extraña sensación la golpeó, ¿era
posible que no se hubiera referido a los otros ejecutivos de Langston Development?—
Señorita Langston, ¿por qué ahora? ¿Por qué de repente ha decidido cooperar con las
autoridades?

Los ojos de Christine se encontraron con los de Osborne con una sólida
determinación que decía más que sus palabras.

—Porque tiene que ser detenido comandante, ha arruinado suficientes vidas. Tiene
que ser detenido ahora, de una vez por todas.

266
₪₪₪₪₪

En el camino al aeropuerto, un tenso silencio llenó el auto. Los pensamientos de


Madison oscilaban entre su angustia por tener que dejar a Logan en su estado casi de
vigilia y el estrés de ver a su madre después de tantos años de distanciamiento. La
detective Liz Anderson las condujo hacia su destino, entrando y saliendo del tráfico
congestionado con relajada facilidad.

—¿Cómo nos volvimos a encontrar?

Los ojos de Anderson se movieron rápidamente hacia su pasajera y luego de vuelta


al tráfico que tenía delante.

—Nos encontramos mientras estabas dando una conferencia en W&J la primavera


pasada.

—Oh, sí, lo siento. Simplemente no puedo mantener mi mente en todo esto, ahora
mismo.

Anderson se compadeció de la mujer, no había estado activa en el caso hasta la


semana anterior, pero había oído hablar de la relación de la joven médica con McGregor.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Oye, no conozco muy bien a la detective McGregor, pero estoy segura de que
estará de acuerdo en que estás haciendo lo que tienes que hacer. Lo entenderá y estoy
segura de que sabrá que volverás tan pronto como sea posible. —Se encontró buscando
algo que decir para calmar a la mujer y hacer que se concentrara en lo que tenían que
hacer—. De hecho, por lo que he oído sobre ella, creo que estaría enojada si te quedaras
con ella en lugar de hacer esto.

Por primera vez desde que sintió la mano de Logan cerrarse alrededor de la de ella,
Madison sonrió.

—Supongo que tienes razón. Es una mujer independiente y obstinada. —Respiró


hondo y lo soltó lentamente cuando la terminal del aeropuerto apareció a la vista—. Sólo
prométeme que evitarás que estrangule a mi madre si se vuelve demasiado molesta.

Una risa incómoda escapó de la detective.

—Entendido doctora.

267
₪₪₪₪₪

Marissa Cavanaugh estaba sentada junto a la ventana y contemplaba el horizonte de


Pittsburgh que se alzaba justo en la punta del ala, un espectáculo que había jurado que
nunca volvería a ver. ¿En qué diablos me estoy metiendo volviendo a este lugar? La voz
del capitán crepitaba en la cabina informándoles de su aproximación e instruyendo a los
pasajeros para que se abrocharan los cinturones de seguridad. La azafata caminaba
resueltamente por el pasillo recogiendo los restos de la merienda ligera que habían
repartido unos minutos antes. Podía escuchar las conversaciones apagadas mientras otros
pasajeros se despertaban de sus breves siestas y comenzaban a prepararse para el
aterrizaje.

Como era su práctica habitual, estaba sentada en silencio, sabiendo que no había
necesidad de apresurarse, habría mucho tiempo para desembarcar. Dios sabe, retrasaría
esto para siempre si pudiera. Con un suspiro de resignación, se abrochó el cinturón de
seguridad y observó cómo el suelo se acercaba más a medida que descendían. Unos
minutos más tarde, el avión rebotó una vez, dos veces y luego frenó con fuerza cuando
aterrizaron en la pista y redujo la velocidad a paso de tortuga cuando el piloto condujo el
avión hacia la puerta.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Rápidamente se limpió debajo de los ojos, con cuidado de no correrse el rímel


mientras las lágrimas amenazaban con escapar y manchar el maquillaje que se había
aplicado cuidadosamente en la cara. Maldito seas, Malcolm. Incluso después de todos
estos años, te odio por quitarme esto.

₪₪₪₪₪

Dove estaba sentado junto a la cama de Logan alerta por cualquier sonido más allá
de la puerta. Osborne no había regresado y su ausencia lo desconcertaba. Parecía decidida
a quedarse allí mientras Madison estaba en el aeropuerto, por lo que la llamada de unas
horas antes ordenándole ir al hospital lo había dejado sorprendido e inseguro.

Sus dedos se cerraron alrededor del teléfono celular en su bolsillo justo cuando una
voz suave rompió el silencio en la habitación. El teléfono cayó ruidosamente al suelo
cuando saltó de la silla y se inclinó sobre la baranda lateral. Para su total sorpresa, los
profundos ojos azules lo miraron fijamente. 268
—Oh, Dios mío, Logan. —Dove buscó frenéticamente el botón de llamada en vano,
luego se inclinó para recuperar su teléfono celular de debajo de la cama.

—Dove. —Su voz era áspera y seca por los días de estar en el ventilador. Sintió una
vibración debajo de la cama y luego escuchó una serie de palabrotas, justo antes de que
el rostro de Dove volviera a aparecer en su línea de visión.

—Espera. No te muevas. —Pulsó los números frenéticamente mientras sus ojos se


movían entre el rostro de Logan y la puerta—. Sí, estoy en la habitación de McGregor,
entra aquí, está despierta.

Unos segundos después, la puerta se abrió y entró Nellie, la enfermera de Logan.

—Bueno, bueno, ya es hora de que decidas despertar, detective.

Logan trató de sonreír cuando la enfermera se inclinó sobre la barandilla, pero hizo
una mueca de dolor cuando sus labios se agrietaron por la sequedad.

Nellie continuó revisando los signos vitales de Logan de manera tranquila y relajada.

—No trates de hablar ahora. Déjame llamar a tu médica y decirle que estás despierta,
luego veremos si puedes ponerte un poco de hielo. Vuelvo enseguida.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Desde el otro lado de la cama, una mirada de puro terror cruzó el rostro de Dove
mientras se apresuraba a impedir que la enfermera se fuera.

—Espera, ¿no hay algún tipo de prueba que debas hacer para asegurarte de que está
bien?

Nellie colocó una mano tranquilizadora sobre el brazo de Dove.

—Señor, ¿por qué no toma asiento y se relaja? La detective McGregor está bien, pero
usted parece que está a punto de desmayarse y no lo permitiré.

Dove vio que la enfermera se dirigía a la puerta y sus ojos iban de la espalda de Nellie
a la de Logan.

—Pero …

Nellie se volvió y con un movimiento autoritario de la mano le ordenó que se sentara.

—Siéntese y no se mueva. No tengo tiempo para levantarlo del suelo. —Mientras


desaparecía por la puerta, gritó por encima del hombro—: Quédese. Vuelvo en unos 269
minutos.

Dove se quedó inmóvil en la silla mientras se oía una risita desde la dirección de la
cama y luego una sola palabra grave y áspera.

—Cobarde

Sus ojos se dirigieron a Logan, pero todo lo que pudo ver fueron sus pies mientras
continuaba sentado.

—Muérdeme McGregor.

₪₪₪₪₪

—Señorita Langston, ¿así que esto es todo lo que sabe? —Osborne se elevó sobre la
rubia.

—Sí, eso es todo lo que sé comandante.


CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

La puerta se abrió y las dos mujeres se giraron para ver a una mujer sorprendida
detenerse justo dentro del vestíbulo.

—Ahh, hola. Lo siento, no me he dado cuenta de que tenías compañía.

Christine se puso de pie y tomó los paquetes de Jen, luego se volvió hacia Osborne.

—Jen, creo que no conoces a la comandante Osborne. —Los ojos de Jen se abrieron
al enterarse de la identidad de la mujer parada en la sala de estar de Christine.

—No, no he tenido el placer. —Estrechó la mano extendida de Osborne—. Encantada


de conocerla, comandante. —Sus ojos se clavaron en los de Christine mientras las
preguntas corrían por su mente.

La ejecutiva colocó los paquetes al lado del sofá y le tendió la mano a Jen.

—Comandante, Jen es la mujer de la que le he hablado. —Se enfrentó a su amante


con fría determinación y sonrió—. Ella fue la que me dio la información que acabo de
darle.
270
—Christine, ¿qué está pasando aquí? —Jen todavía no estaba segura de qué había
motivado la visita del comandante y no quería decir nada que pudiera poner a Christine
en una posición comprometedora.

—Relájate Jen, le acabo de contar a la comandante todo lo que me dijiste anoche. Te


explicaré cómo ha ido todo más adelante, pero sospecho que a la comandante
probablemente le gustaría hablar contigo sin que yo esté presente. —Se giró para encarar
completamente a Jen—. No puede obligarte a hablar con ella, lo sabes, pero por favor no
hagas nada para protegerme. Ya le he contado todo.

—Christine. —Los ojos de Jen se abrieron en estado de shock—. ¿Sabes lo que has
hecho?

Sintiéndose segura, más que en semanas, Christine apretó la mano de Jen y la besó
suavemente en la mejilla.

—Sí querida, sé exactamente lo que he hecho. Ahora, si las dos me disculpan, me


voy a cambiar a algo más cómodo y las dejaré conversar.

Las dos mujeres observaron cómo Christine salía de la habitación y desaparecía por
un largo pasillo, luego se volvieron la una hacia la otra.

—Comandante
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Señorita Phillips

Sus palabras se dijeron a la vez, y luego cada una se sentó frente a la otra en silencio
por unos momentos antes de que Osborne hablara.

»Señorita Phillips, lo que acaba de revelarme la señorita Langston es un poco


exagerado, ¿no le parece? No quiero ser grosera, pero suena un poco como una historia
para el National Enquirer y no algo que la Gazette estaría siguiendo.

Las manos de Jen se retorcieron en su regazo mientras miraba a la comandante desde


el otro lado de la mesa de café de cristal.

—Créame, comandante, entiendo que se resista a creer la historia. Sin embargo, la


información procede de una fuente muy confiable y, aunque todavía no puedo probarlo
como un hecho, estoy trabajando en eso mientras hablamos.

—¡Quiero el nombre de tu fuente!

Jen se sonrió.
271
—No trate de manipularme, comandante. Sabe que no divulgaré mis fuentes.

—Puedo detenerla. Dudo que quiera eso.

—Puede llevarme a donde quiera. Sabe tan bien como yo que el abogado del Gazette
me sacará antes de que tengas tiempo de tomar una taza de café.

Las mujeres se miraron mientras los ánimos amenazaban con estallar, hasta que Jen
rompió el tenso silencio.

—Mire comandante, obviamente Christine sintió que usted podría ayudar o


ciertamente no habría hablado con usted. Lo que haré es ayudarla a probar la información
lo mejor que pueda.

Se puso de pie y con una mirada determinada en sus ojos, caminó hacia la barra y se
sirvió un buen trago de brandy antes de volverse hacia la comandante.

»Sin embargo, si quiere dificultar esto y exigir mi fuente, ni siquiera le ayudaré a


salir. —Apuró el vaso de un trago y luego lo dejó sobre la reluciente superficie de la
barra—. La elección es suya, comandante.

Con un suspiro de resignación, Osborne se recostó en el sillón, estudiando a la


reportera y la mirada de determinación en sus ojos.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Está bien, señora Phillips, jugaremos a su manera. Ahora, ¿por qué no se sienta y
me dice lo que sabe?

₪₪₪₪₪

Madison se paseó por el área alrededor de recogida de equipaje ante la frustración


cada vez mayor de Anderson.

—Doctora Cavanaugh, tome asiento y trate de relajarse. No me facilita el trabajo con


su movimiento constante.

Dejó de caminar y se dejó caer en el asiento directamente a su lado.

—Lo siento, estoy un poco nerviosa.

Anderson se sentó al lado de la rubia y escudriñó la vasta área frente a ellas. 272
—Lo entiendo, pero los últimos días deberían hacerle apreciar lo peligroso que esto
podría ser para usted y su madre. No tenemos idea de a quién estamos buscando, o qué
aspecto tiene. Combina eso con un entorno como este aeropuerto y sólo hace que sea más
difícil mantenerla adecuadamente cubierta.

Desesperada por cambiar de tema, Madison miró hacia abajo.

—¿Qué le ha pasado a su rodilla?

La mano de Anderson cubrió su rodilla en un gesto inconsciente.

—Cartílago. Me desgarré el cartílago en una persecución a pie hace unos meses. Así
fue como obtuve la asignación de homicidios, no se necesita correr mucho. —Se le escapó
una risa nerviosa y miró tímidamente a Madison.

—¿Va a hacer que lo reparen? —Observó cómo el color desaparecía del rostro de la
detective—. Oye, ¿estás bien?

—No, quiero decir que sí, estoy bien. —El calor se estaba volviendo casi insoportable
y sintió un riachuelo de sudor correr por su espalda—. Yo… no quiero bisturís. —Con
una repentina mirada de terror, Anderson se enderezó en la silla y miró a Madison con
los ojos muy abiertos—. ¿Qué tipo de médico eres de todos modos?
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Sus labios se curvaron en una sonrisa.

—Cirujana. Soy una cirujana ortopédica.

—Oh, dulce Jesús. —Se deslizó en el asiento de al lado—. No, ni siquiera lo pienses.

Antes de que Madison pudiera responder, el área alrededor del cinturón revestido de
acero se llenó de viajeros. Madison se puso de pie y escudriñó el área con nerviosismo, y
luego, más allá de la multitud, su mirada se posó en una mujer elegante que caminaba en
su dirección. Habían pasado casi diez años desde que había visto a la mujer, pero
reconoció la estatura real de su madre de inmediato. Con la cabeza en alto, Marissa
Cavanaugh caminaba con aire pretencioso, destacándose entre la multitud como alguien
que no estaba acostumbrado a viajar con plebeyos. Sus ojos se encontraron y Madison
creyó ver un momento de vacilación en el paso de la mujer. Se quedó congelada y esperó
a que la mujer se acercara.

Marissa se detuvo a unos pasos de su hija y miró a su alrededor con timidez antes de
inclinarse y dejar un ligero beso en la mejilla de Madison.

—Cariño, es tan bueno verte de nuevo. 273


Anderson, de pie detrás del hombro de Madison, asintió cuando los ojos de la mujer
se encontraron con los de ella.

—Señora.

—Madre, me gustaría que conocieras a una amiga mía, Liz Anderson.

Madison se hizo a un lado y se mortificó al ver que los ojos de su madre recorrieron
a Anderson de pies a cabeza y viceversa.

—Encantada, sin duda. —Su atención luego se volvió a centrar en su hija—. Espero
que hayas traído a alguien para recoger el equipaje querida.

—No madre, no lo he hecho. Estoy segura de que la det… umm, Liz y yo podemos
encargarnos de tu equipaje. —Se volvió hacia el carrusel y se sorprendió al ver a su madre
sentada en una silla adyacente para esperar.

Liz se encogió de hombros y abrió el camino hacia el carrusel de equipaje,


inclinándose para susurrarle al oído a Madison.

—No creo que le gusto a mamá.


CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Madison no pudo evitar sonreír ante el comportamiento fácil de la detective.

—Tienes razón, pero nunca he sabido que a mi madre le guste nadie, a menos que
tenga dinero, fama o un estatus social sólido.

Las dos mujeres revisaron las etiquetas del equipaje a medida que pasaban las
maletas, sin la ayuda de Marissa Cavanaugh, quien permaneció sentada contra la pared,
esperando con impaciencia. Después de cinco minutos y lo que parecieron varios cientos
de bolsas, Anderson finalmente localizó una gran maleta de flores con el nombre de
Marissa Cavanaugh y levantó fácilmente la pesada maleta de la cinta. Una vez que
supieron qué tipo de maletas estaban buscando, pronto las tres restantes fueron
localizadas.

Después de pagar cinco dólares para alquilar un portaequipaje, Anderson cargó las
pesadas maletas en el carrito y el trío salió a la fría tarde de Pittsburgh.

—Cariño, ¿dónde está el coche? No me digas que no has alquilado un coche.

Liz se dio la vuelta, no quería que la mayor de las Cavanaugh viera la sonrisa que se
deslizó por su rostro y se encontró cara a cara con la pequeña doctora rubia. 274
Madison le tendió la mano cuando un brillo apareció en sus ojos.

—Liz, querida, ¿por qué no te quedas aquí con mamá y el equipaje y voy a buscar el
auto?

—Pero…

—Sin peros querida, tu rodilla te ha estado molestando últimamente, así que por favor
déjame. —Esperó mientras Anderson rebuscaba en su bolsillo y de mala gana le entregaba
las llaves—. Tenemos que discutir esa cirugía que has estado postergando. Creo que la
próxima semana sería un buen momento, ¿no crees?

La nuez de Adán en garganta de Anderson se agitó cuando tragó saliva y palideció


notablemente.

—No, la próxima semana no es buena para mí. —Le hizo señas a la mujer para que
continuara—. Ve, no hagamos esperar a tu madre. Podemos discutir esto más tarde.

Anderson observó a Madison hasta que entró en el garaje a oscuras. Maldición, me


distrajo y ahora está sola en el garaje.

»Umm, tal vez debería ir y ayudar a Madison con el auto.


CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Eso es absolutamente absurdo. No me vas a dejar aquí parada en la acera como


una vagabunda. Mi hija es muy capaz de conducir el auto.

—Sí, señora. —Anderson finalmente respiró aliviada cuando vio que su todoterreno
tomaba la curva. Madison se detuvo y arrojó el equipaje en la parte trasera, luego caminó
hacia el lado del conductor y empujó a Madison con un gesto.

»Conduciré Madison.

Acomodándose en el asiento, Anderson colocó la palanca de cambios en la posición


de avance y comenzó a moverse sigilosamente entre el tráfico. A medio camino de regreso
a Pittsburgh, Marissa se inclinó hacia adelante, arrojó una hoja de papel en la cara de
Anderson y pronunció sus primeras palabras desde que salió del aeropuerto.

—Déjame en esta dirección, por favor.

Madison se giró cuando la hoja voló hacia el asiento entre ella y Anderson.

—Madre, ¿dónde te vas a quedar mientras estás en la ciudad?


275
Ocupada en empolvarse la nariz, Marissa se detuvo el tiempo suficiente para levantar
la barbilla en una postura de arrogancia.

—Me estoy quedando con un amigo. Estoy segura de que no lo conoces, querida
Christopher Langston, de Langston Development.

₪₪₪₪₪

—Es una mujer afortunada, detective. —La médica se guardó el estetoscopio en el


bolsillo y se sentó a un lado de la cama—. ¿Cómo se siente?

Logan retorció las sábanas en sus manos mientras sus ojos recorrieron la habitación.
Todo lo que quería era que la doctora se fuera para poder instruir a Dove sobre el caso.

—Estoy bien, doctora, de verdad. ¿Cuándo puedo salir de aquí?

—Hace una semana estuviste al borde de la muerte por inhalación de humo, luego
alguien intenta asesinarte en tu cama de hospital y quieres saber cuándo puedes irte a casa.
—Sacudiendo la cabeza, la doctora se levantó y se dirigió hacia la puerta—. En unos días,
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

detective, tal vez. Veremos cómo le va en unos días, y luego hablaremos sobre su regreso
a casa.

Logan hizo todo lo posible por gruñir, pero se estremeció cuando sus labios crujieron
bajo la presión. Miró a Dove.

—Tráeme un poco de Chap Stick y hielo, luego trae tu trasero aquí, tenemos que
hablar.

Dove buscó en su bolsillo y sacó un tubo de Chap Stick y pegado a él había una
acumulación de pelusa de bolsillo. Arrojándolo en su regazo, comenzó a verter hielo en
un vaso de plástico.

—Lo siento, chica, eso tendrá que funcionar hasta que Osborne regrese. No te voy a
dejar aquí sola.

Logan tomó el tubo con dos dedos, e incluso a pesar del continuo aturdimiento pensó
mejor en usar el bálsamo labial.

—Jesús Dvorak, no me digas que realmente usas esa mierda. —Graznando las 276
palabras, tomó el vaso de agua de él y dejó caer el envase en su mano—. Ahora ponme al
día sobre lo que ha estado pasando. ¿Realmente he estado aquí por una semana? ¿Dónde
está Madison? ¿Está bien? ¿Qué está pasando con el caso?

—PARA. —Dove lanzó sus manos al aire y se sentó a su lado en la cama—. Madison
está bien, Logan. En este momento, está en el aeropuerto recogiendo a su madre y
tenemos a Anderson con ella. Deberían regresar pronto.

Logan escuchó mientras Dove la informaba sobre los eventos de la última semana.
Lo detuvo de vez en cuando para hacerle preguntas, pero la mayor parte del tiempo
permanecía sentada en silencio. Lo único que no podía decirle era qué había detenido a
la comandante.

»No sé qué está pasando Logan, pero algo está pasando o ella estaría aquí. No viste
la mirada en sus ojos cuando le hizo esa promesa a Madison, era casi como un voto que
estaba tomando. —Se puso de pie y caminó a lo largo de la habitación—. Hay una historia
entre esas dos. No sé qué es, pero hay algo allí y voy a averiguar qué.

—Déjalo Dove. —Sus ojos brillaron con ira que no tenía la fuerza para mostrar—.
Déjalo así y concéntrate en el caso.

Dove dejó de caminar y se volvió hacia Logan.


CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Lo sabes, ¿no? —Podía ver la batalla rugiendo dentro de ella. Rara vez le guardaba
secretos, pero ahora lo hacía, y él se preguntó por qué.

Los ojos de Logan se desviaron de los de Dove por sólo un segundo hasta que tomó
su decisión.

—Sí, y te pido que lo dejes en paz. —Sus palabras fueron un susurro, una súplica de
comprensión.

Dove le sostuvo la mirada durante varios segundos y luego se encogió de hombros


para alejar la sensación de inquietud que le desgarraba el estómago.

—Está bien, Logan, lo que tú digas.

277
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Capítulo veintiocho

El pulgar de Jen trazó nerviosamente el borde del vaso Waterford que sostenía con
fuerza entre sus manos.

—Mi fuente tiene documentos que indican que Chris Langston, el hermano de
Christine, está en el país y que muy bien puede ser el hombre que están buscando.

—Señorita Phillips, ¿por qué piensa eso? —Osborne luchó por no revelar su sorpresa.
Entonces CW Langston tiene un hijo.

—Es una larga historia y estoy segura de que Christine le ha contado la mayor parte,
pero le daré mi versión. Chris, por lo que me han dicho, siempre fue un niño problemático,
incluso a una edad temprana. Creo que tenía unos seis años cuando su madre lo atrapó
278
detrás del garaje torturando al gatito de un vecino. Combinado con otros eventos, exigió
que CW hiciera algo con el niño. Por supuesto, su respuesta fue deshacerse de la carga y
enviar a Chris a un internado en Europa.

Osborne miró la fotografía sobre la repisa de la chimenea.

—En realidad, la señorita Langston no me ha contado sobre su hermano. Supongo


que ha decidido dejarle los detalles a usted. Obviamente, él ha tenido contacto con la
familia a lo largo de los años. —Hizo un gesto hacia la fotografía—. ¿Cuándo fue tomada
esa fotografía?

Jen le dio a la fotografía una mirada fugaz, antes de regresar al bar.

—Creo que Christine dijo que fue tomada hace unos ocho años cuando Chris regresó
a Pittsburgh después de graduarse de la Universidad. —A mitad de camino alrededor de
la barra con su bebida en la mano, se detuvo—. Comandante, ¿está segura de que no
puedo traerle algo de beber?

—No, estoy bien, gracias.

Jen volvió al sofá y se hundió pesadamente en los cojines.


CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Por lo que sé, Chris regresó creyendo que sería recibido en Langston Development
con los brazos abiertos, pero se sintió tristemente decepcionado cuando descubrió que su
hermana no sólo se había hecho un nombre como arquitecta, sino que también reinaba
como la heredera aparente de Langston Development.

»Por lo que Christine me ha dicho y lo que he recopilado a través de mi investigación,


CW proporcionó un puesto simbólico para su hijo como asistente de Thomas Peters en el
Departamento Financiero, pero Chris pronto demostró ser intelectualmente incapaz para
el trabajo. CW luego lo movió en el departamento de Asuntos Comunitarios de Jonathan
Wilson. —Jen se puso de pie y comenzó a caminar por el suelo—. Rápidamente se hizo
evidente que la principal prioridad de Chris era destituir a Christine y asumir su puesto
como vicepresidenta, pero con lo que no contaba era que Christine no sólo era la niña de
papá, sino que también era muy buena en su trabajo. —Caminó hacia la chimenea, levantó
el marco de la repisa y estudió la inocente sonrisa en el rostro del hombre—. Unos meses
después, CW atrapó a Chris alterando deliberadamente las especificaciones que Christine
estaba a punto de presentar para un nuevo complejo de oficinas que se estaba
construyendo en el Strip. Había cambiado los cálculos de carga de viento y carga de peso
y de no haber sido atrapado, la integridad del acero utilizado para erigir la infraestructura
del nuevo complejo habría estado muy por debajo de las especificaciones requeridas.
279
Devolviendo la fotografía a la repisa de la chimenea, se volvió hacia la comandante.

»La reputación de Christine se habría visto gravemente dañada si eso hubiera


sucedido. En ese momento, se había dado cuenta de que la única forma en que podía ganar
era destruyendo a Christine y estaba haciendo todo lo que estaba a su alcance para hacer
precisamente eso. CW finalmente tuvo suficiente, despidió a Chris, y le dio suficiente
dinero para volver a Europa. —Jen miró hacia el pasillo—. Lo que hizo Chris, hirió
terriblemente a Christine. Francamente, si quiere saber más sobre Chris, preferiría que le
preguntara a Christine.

La comandante había escuchado atentamente tratando de juntar las piezas del


rompecabezas, pero aún faltaba algo. Tiene que haber algo que desencadenó todo esto,
pero ¿qué?

—Señorita Phillips, toda esta historia es muy interesante, pero no explica cómo o por
qué cree que Chris Langston está involucrado en los asesinatos.

Jen colocó con cuidado el vaso de cristal en la mesa de café, luego caminó hacia un
escritorio ubicado entre dos ventanas del piso al techo con vista al parque. Abrió el
delgado cajón y sacó un sobre marrón, antes de volver a pararse junto a Osborne.

—Tome, eche un vistazo a esto y verá por qué.


CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Osborne, tomó el sobre de las manos de Jen y sacó cuatro fotografías en blanco y
negro de 8 x 10. Las fotos de Chris Langston y una mujer mayor claramente se hicieron
sin su conocimiento. Su brazo estaba alrededor de la cintura de la mujer en un abrazo
posesivo, y los dos se miraban a los ojos con evidente afecto.

—No estoy segura de entender qué tienen que ver estas fotografías con los asesinatos.
Por el fondo, fueron tomadas en Europa, ¿no?

—Sí, fueron tomadas en Europa hace apenas cinco meses. —Jen se acercó al sofá y
se sentó, con los codos apoyados en las rodillas temblorosas—. La mujer de la fotografía
es la clave, comandante.

Los ojos de Osborne estudiaron a la mujer y el ángulo extrañamente familiar de su


mandíbula.

—La mujer, ¿quién es?

—Su nombre comandante es Marissa, Marissa Cavanaugh, nada menos que la madre
de la doctora Madison Cavanaugh. Hasta hace dos meses, vivía en Europa con Chris
Langston. Sin embargo, por lo que he podido saber a través de mis fuentes, está volando 280
hoy a Pittsburgh para ver a su nuevo amante, CW Langston.

Osborne sintió un nudo en el estómago ante la idea de tener que enfrentarse a Marissa
Cavanaugh y ahora, con este nuevo giro, sabía que el enfrentamiento era inevitable. De
repente, sus pensamientos se volvieron hacia Madison y el peligro al que se enfrentaba al
encontrarse con su madre en el aeropuerto.

—Señorita Phillips, disculpe un momento, necesito hacer una llamada rápida a mi


despacho.

Sacó el teléfono celular de su bolsillo mientras abría la puerta y salía al pasillo.


Rápidamente marcó el número de Dove y esperó con impaciencia hasta que escuchó su
voz.

»Dvorak, aquí Osborne. Llame a Anderson y póngala en alerta máxima. Pídale que
coloque a la doctora Cavanaugh en custodia protectora lo antes posible, y luego pídale
que me avise cuando la médica esté segura. Además, llamé a la comisaría y tengan
seguridad adicional en Jonathan Wilson, luego lleve un patrullero a la propiedad de
Langston y dígale al oficial que estaré allí en veinte minutos. —Estaba luchando por meter
los brazos en las mangas de la chaqueta mientras sostenía el teléfono entre la barbilla y el
hombro—. Le informaré más tarde, pero no deje a McGregor sola ni por un minuto. Ah,
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

y Dvorak, llame al equipo, habrá una reunión de emergencia en mi despacho tan pronto
como tenga las cosas bajo control.

₪₪₪₪₪

Madison luchó por evitar que su voz revelara la conmoción.

—Sí, madre, sé quién es CW Langston. —Vio que Anderson se tensaba y cortaba los
ojos hacia el espejo retrovisor—. No sabía que conocías a los Langston.

Marissa siguió revisando su maquillaje y declaró con impaciencia:

—Querida, los Langston son conocidos en todo el mundo. De hecho, conocí a CW a


través de su hijo Chris, y hemos desarrollado una linda amistad en los últimos meses.

El teléfono celular en el bolsillo de Anderson sonó, sobresaltando a las dos mujeres


en el asiento delantero. Sacó el teléfono y contestó, mientras intentaba escuchar la
281
conversación entre Madison y su madre.

—Anderson —El tono entrecortado reveló su molestia.

El repentino enderezamiento de la espalda de la oficial desvió la atención de Madison


de su madre. Escuchó la conversación telefónica unilateral, tratando de averiguar qué
había causado la reacción. También notó que Anderson ahora estaba acelerando y
revisando encubiertamente los espejos para ver el tráfico detrás de ellas.

—Estoy en camino ahora. Sí. Se lo haré saber. Gracias Dove.

Anderson cerró el teléfono y casualmente dejó caer el teléfono en su bolsillo antes


de mirar a Madison.

—Liz, ¿pasa algo? —Madison esperaba que la preocupación no fuera evidente en su


voz.

—Ahh, no, todo está bien. Ese era mi jefe que me acaba de decir que ha habido un
problema en el trabajo y necesito ir a una reunión.

Desde el asiento trasero habló Marissa Cavanaugh.


CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—¿En qué tipo de negocio estás? Ahh, Liz, ¿verdad?

—Correcto. —Liz volvió a pensar frenéticamente tratando de recordar si Madison se


había referido a su trabajo de alguna manera durante su presentación. Por el rabillo del
ojo, vio la mano de Madison extendida sobre la consola mientras golpeaba muy
sutilmente el cuero. Rápidamente decidió que la verdad era la mejor vía—. Soy
investigadora del Departamento de Policía de Pittsburgh, señora Cavanaugh. —Una
rápida mirada en el espejo no reveló ninguna emoción de la mujer. Ella es buena.

—Una investigadora. Interesante, estoy segura. —La Cavanaugh mayor parecía


aburrida con la conversación y se volvió para mirar por la ventana mientras aceleraban
por la interestatal. Que decepcionante. Madison, te crie mejor que socializar con meros
trabajadores de cuello azul.

—Sí, señora, lo es, mucho.

El resto del viaje a la propiedad de Langston transcurrió en silencio con los


pensamientos de cada mujer centrados en el futuro y en las otras sorpresas que quedaban
por descubrir.
282
₪₪₪₪₪

—Dove, ¿qué está pasando? —Los ojos de Logan estaban pesados. Se obligó a
permanecer despierta, a pesar del grito de sueño de su cuerpo. Aunque no había nada que
pudiera hacer físicamente para ayudar, estaba más informada que nadie sobre los
antecedentes del caso y estaba decidida a estar disponible para responder preguntas.

Dove luchó con su respuesta. Ocultar la verdad sería una traición tanto profesional
como personal, pero no estaba seguro de si ella estaba lista para manejar los nuevos
desarrollos del caso. Frotándose la mano sobre la áspera barba de su rostro, se sentó en el
borde de la cama.

—Parece que ahora tenemos un sospechoso, Chris Langston.

—¿Qué? ¿Christine Langston? ¿A quién diablos se le ocurrió esa estúpida idea?

—No, no, no Christine, Chris. Su hermano. Todavía no sé todos los detalles, pero de
alguna manera está involucrado con la madre de Madison. —Observó los ojos de Logan
hasta que se abrieron un poco con comprensión.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Ella está en el aeropuerto ahora, ¿verdad?

—Sí. Anderson está con ella y ha sido informado de las novedades. —Puso una mano
tranquilizadora sobre su pierna—. Está a salvo, Logan. Ya han salido del aeropuerto y se
dirigen a la finca Langston. —Se puso de pie y caminó por el pequeño espacio entre la
ventana y la cama—. He llamado a Hennessey, tu viejo amigo, y está en camino para
interceptarlas y escoltarlas.

Se giró para ver a Logan alcanzando la barandilla.

»Oh diablos, no, no lo harás. Te quedarás aquí. —Dove rápidamente presionó el


hombro de Logan obligándola a ponerse de espaldas. La lucha fue rápida y decisiva
cuando Logan se dio cuenta de su estado de debilidad y volvió a caer sobre la almohada,
su voz era un mero susurro.

—Maldita sea Dove, necesito estar allí para ella.

El corazón de Dove se rompió cuando vio una fina línea de lágrimas, nacidas de los
sentimientos de frustración e impotencia, brotar del rabillo del ojo. Con un suave
movimiento de sus dedos, le apartó un mechón de cabello de su frente y se inclinó más 283
cerca.

—Mac, tienes que concentrarte en recuperarte. Me aseguraré de que Madison esté a


salvo. Hasta que puedas, cuidaré de ella por ti, te lo prometo.

Con los ojos bien cerrados para detener el flujo de lágrimas, Logan asintió casi
imperceptiblemente y susurró un débil.

—Gracias.

Sus labios rozaron tiernamente su frente y luego descendieron para pellizcarle la


nariz, antes de hablar.

—Lo harías por mí, chica. Ahora trata de dormir una siesta. Te despertaré si escucho
algo más. —Se puso de pie y caminó hacia la puerta, deteniéndose por un momento para
mirar a su amiga y compañera por última vez, antes de dejarla dormir lo que sabía sería
un sueño inquieto.

₪₪₪₪₪
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Anderson entró en la finca Langston y se detuvo junto a la puerta de seguridad cuando


un guardia alto y fornido atravesó la puerta. Sorprendentemente, no estaba vestido con un
uniforme, sino con una chaqueta y una corbata cuidadosamente planchados. La tela
apretada sobre sus hombros acentuaba su forma musculosa, y para la mayoría, su
presencia sería suficiente para disuadir a cualquier visitante molesto. Bajó casualmente la
ventanilla e inclinó la cabeza para encontrarse con sus ojos ensombrecidos.

—Hola. Creo que el señor Langston está esperando a la señora Cavanaugh.

El guardia se inclinó y miró por la ventana, tomando a cada uno de los ocupantes con
una mirada estudiada.

—Espere aquí. —Se enderezó, volvió a la caseta de vigilancia y levantó el teléfono


del pequeño escritorio. Liz observó con su visión periférica mientras él hablaba y asentía,
mirando periódicamente por la ventana en su dirección. Antes de que pudiera terminar la
llamada telefónica, otro automóvil se detuvo detrás de ellas, uno que reconoció al instante
como perteneciente a la comandante de la División de Delitos Mayores, Loraine Osborne.

Madison miró por la ventana delantera de la camioneta mientras esperaban a que los
dejaran pasar por la puerta de seguridad. La aparición del auto detrás de ellas llamó su 284
atención y se giró en su asiento para ver el rostro estoico de la comandante. Su primer
pensamiento fue por la seguridad de Logan. Maldita sea, me ha prometido que se
quedaría con ella hasta que regresara. No fue hasta que atravesaron la puerta que se dio
cuenta de que algo debía haber sucedido para llevar a la comandante a la finca Langston.
Su segundo pensamiento, y el que le hizo un nudo en el estómago, fue darse cuenta de
que Loraine Osborne y su madre estaban a punto de encontrarse cara a cara.

₪₪₪₪₪

Jonathan Wilson cerró el maltrecho maletín que había tenido desde que se graduó de
la universidad y apagó la luz de su escritorio. Caminó hacia la oficina exterior a través de
las sombras apagadas proyectadas por las farolas de abajo. Un leve crujido le llamó la
atención cuando entró en el área de recepción a oscuras. Colleen, su secretaria durante los
últimos cinco años, se había ido horas antes y nadie más tenía acceso a este conjunto de
despachos, excepto el equipo de limpieza, que sabía que no estaría presente hasta dentro
de unas pocas horas. Se sacudió la sensación de aprensión mientras se dirigía a la hilera
de ascensores en el extremo este del pasillo. Aceleró el paso, pero no miró hacia atrás
cuando un segundo ruido rompió el ensordecedor silencio. Jesús, esto tiene que terminar
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

pronto. Pulsó el botón de llamada junto a la puerta del ascensor y esperó con impaciencia
mientras los números sobre las puertas se encendían lentamente, uno por uno, mientras el
ascensor corría hacia el piso veinticinco. Justo cuando sonaba la campana anunciando la
llegada del mismo, una voz baja e insensible le susurró al oído.

—Cuánto tiempo sin vernos Jon Boy

La piel del ejecutivo se erizó cuando reconoció la voz detrás de él. Sin tomarse el
tiempo de sopesar sus opciones, se volvió rápidamente y llevó el maletín en dirección a
la voz. El cierre se rompió en el maletín desgastado cuando hizo contacto, enviando
papeles volando por el aire. Usando el único momento que tenía, Wilson literalmente
saltó al ascensor y presionó el botón de cierre justo cuando su atacante se levantaba del
piso. Mientras las puertas se cerraban lentamente, el atacante corrió hacia el ascensor y
metió una mano en la estrecha abertura en un intento de abrir las puertas.

Usando la única arma disponible, Wilson hundió su bolígrafo chapado en oro


profundamente en la mano carnosa y cayó contra la pared trasera cuando la mano se
apartó y las puertas se cerraron con un ruido sordo. Sacó el teléfono celular de su
chaqueta, lo abrió y maldijo la señal débil cuando escuchó el silencio. Rezando para que
el guardia de seguridad estuviera en el mostrador principal cuando llegara al vestíbulo, 285
todo lo que pudo hacer fue esperar, con el corazón latiéndole con fuerza mientras el
ascensor descendía a la planta baja.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Capítulo veintinueve

El coche se detuvo justo delante de las enormes puertas de roble de la casa de los
Langston. Aunque estaba acostumbrada a la riqueza, Madison se sintió intimidada por la
demostración calculada de poder en el diseño y la construcción de lo que parecía ser una
fortaleza y se inquietó aún más cuando tres hombres rodearon inmediatamente el
automóvil.

El ligero bulto debajo de las elegantes chaquetas de los guardias no pasó


desapercibido cuando la detective bajó la ventanilla una vez más.

—La señora Cavanaugh para ver al señor Langston. Creo que la está esperando. —
Consciente de que el guardia estaba lo suficientemente cerca para evitar que ella abriera
la puerta, esperó mientras él hablaba por una radio portátil. Después de varios segundos
286
de silencio, dio un paso atrás, lo que le permitió a Anderson salir del auto y, cuando se
volvió hacia la parte trasera del vehículo, vio a su comandante observando atentamente
la tensa interacción.

Osborne reconoció a Anderson con solo un leve movimiento de cabeza y luego miró
hacia las puertas que conducían a la finca antes de centrar su atención en el guardia que
esperaba impaciente junto al auto. Mostrando su placa, abrió la puerta solo para que el
guardia agarrara firmemente el marco para evitar su salida.

—A menos que tenga una orden de registro, le sugiero que se vaya. —El guardia,
que se elevaba sobre el auto, se burló abiertamente.

Anderson, que observaba la interacción desde la distancia, no podía oír lo que se


decía, pero sabía por la postura defensiva del guardia que la conversación era, en el mejor
de los casos, poco amistosa. Se desabrochó la chaqueta para permitir un acceso rápido a
su arma si fuera necesario y continuó hacia la parte trasera del vehículo para retirar el
equipaje.

Los ojos fríos se encontraron con la dura mirada del guardia cuando Osborne
presionó contra la fuerza resistente e inclinó la cabeza hacia el auto de adelante.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—No necesito una orden para hablar con la señora Cavanaugh, así que a menos que
estés provocando problemas para el señor Langston, te sugiero que te quites de mi
camino.

El guardia, que no estaba preparado para la respuesta de la comandante, soltó la


manija de la puerta para alcanzar la radio sujeta a su cinturón y Osborne aprovechó el
momento para abrir la puerta. El contacto inesperado contra sus piernas hizo que el
guardia perdiera el equilibrio y la radio cayó al suelo y se hizo añicos.

Al salir del auto, Osborne sólo permitió que una leve sonrisa cruzara sus labios antes
de despedir al guardia y caminar hacia Anderson. Notó que los otros hombres se tensaban
y se acercaban al vehículo mientras sus manos se acercaban a las armas que sabía que
estaban escondidas debajo de sus chaquetas hechas a medida.

»Les sugiero que lo pienses dos veces antes de sacar sus armas.

Anderson continuó descargando el equipaje, pero mantuvo un ojo y un oído atentos


a la actividad periférica, lista para cualquier movimiento agresivo de los guardias.

Cuando Osborne cerró la distancia entre ellas, habló en voz baja con la oficial. 287
—Mantén a raya a los matones mientras hablo con la señora Cavanaugh, y llama por
radio para que se emita una orden para la propiedad de Langston. Me acaban de informar
que Chris Langston puede ser nuestro chico y que el anciano lo está albergando. Quiero
una orden para toda la finca, el complejo de oficinas y el apartamento en la ciudad.

Madison y la mayor de los Cavanaugh caminaron vacilantes hacia Osborne y


Anderson, Marissa aún no reconocía a la mujer vestida con un elegante uniforme oficial
de pie junto a Liz Anderson.

—Madison, ¿qué está pasando aquí? ¿Se conocen?

—Sí, madre, se conocen. —Madison podía sentir los latidos en su pecho, sabiendo
que en cuestión de segundos toda la fea historia estaba a punto de rugir desde el pasado
una vez más. Antes de que pudiera continuar, la atención de la comandante se dirigió a
las dos mujeres.

—Madison, señora Cavanaugh, si no le importa, me gustaría hablar con usted un


momento. —Era consciente de que la mujer mayor la estudiaba y del reconocimiento
instantáneo cuando los ojos de Marissa Cavanaugh se posaron en la placa de bronce con
su nombre clavada en su pecho.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Tú. —Marissa habló con vil desprecio mientras sus ojos pasaban de Osborne a su
hija—. Madison, ¿qué diablos pasa con ella?

—Madre, por favor cálmate. —Miró a Anderson, sus ojos suplicando apoyo.

Anderson se acercó a su comandante y Madison notó la ligera tensión en sus


hombros.

—La comandante sólo quiere hablar con usted por unos momentos, señora
Cavanaugh.

En condiciones normales, Osborne se resistiría a que un subordinado hablara por ella.


Sin embargo, si la situación no podía calmarse, no obtendría la información que
necesitaba desesperadamente de la mujer, por lo que se contuvo y permitió que Anderson
continuara.

»Señora Cavanaugh, no sé si está al tanto de los incidentes recientes aquí en


Pittsburgh que involucran a su hija, pero creemos que puede tener información que pueda
ayudar en el caso y agradeceríamos cualquier información que pueda proporcionar.
288
Con la cabeza en alto, Marissa Cavanaugh miró a Osborne con desprecio.

—No hablaré con esta mujer bajo ninguna condición.

—Madre, ¿por favor? —Madison agarró suavemente el brazo de su madre, pero


rápidamente se encogió de hombros cuando la mujer se dio la vuelta para mirarla.

—No me mimes. ¿Sabías sobre esto? Madison, ¿cómo has podido? ¿Cómo has
podido? —Las lágrimas brillaban en los ojos enojados que se clavaban en los de su hija.

Madison se pasó una mano frustrada por el pelo y respiró hondo.

—Madre, no sabía que la comandante estaba aquí hasta que nos detuvimos en la
caseta de vigilancia. —Miró interrogativamente a Osborne—. No sé qué quiere
preguntarte, pero por favor, si te importo algo, habla con ella.

Justo cuando Osborne estaba a punto de retomar el control de la conversación, la


enorme puerta de roble que conducía a la mansión Langston se abrió y CW Langston
salió al pórtico.

—¿Qué diablos está pasando aquí?

Osborne maldijo por lo bajo y dio dos pasos hacia el hombre enojado.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Señor Langston, esto no lo involucra a usted en este momento. Le sugiero que


vuelva adentro y la señora Cavanaugh se unirá a usted en breve.

Como era su costumbre, Langston salió disparado del pórtico y se detuvo justo ante
la comandante.

—No sé a qué tipo de juegos está jugando aquí, señora, pero no invadirá mi propiedad
y acosará a mis invitados. —Miró al guardia más cercano—. Llama a mi abogado y saca
a estos matones de aquí. Agarrando el brazo de Marissa, intentó empujarla hacia la puerta,
solo para que Anderson se parara frente a él.

—Señor Langston, no creo que tenga que recordarle que usted es un sospechoso en
este caso y que interferir con un testigo material es un delito grave. —Se mantuvo firme
cuando se enfrentó a Langston—. Si libera a la señora Cavanaugh, nos ocuparemos de
nuestros asuntos aquí y nos pondremos en camino lo más rápido posible. De lo contrario,
lo arrestaré por entorpecer una investigación e intimidar a un testigo. —Una sonrisa se
dibujó en sus labios cuando vio que la sangre le subía a la cara—. Diablos, incluso puedo
agregar algunos otros cargos a medida que pienso en ellos, como amenazas a agentes de
la ley, y, por cierto, ¿todos sus guardias tienen permisos para esas armas que esconden
debajo de sus chaquetas? 289
La mano de Langston se separó de la de Cavanaugh mayor en señal de derrota.

—No se saldrá con la suya con sus tácticas de intimidación. Tendrá noticias de mi
abogado antes de que termine el día. —Langston se dio la vuelta y entró como una tromba
en la casa, dando un sonoro portazo.

Anderson dio un paso atrás y miró a la mujer.

—Entonces, señora Cavanaugh, ¿qué va a ser? ¿Quiere venir a la comisaría


voluntariamente o va a hacer esto más difícil de lo que ya es para todos?

Derrotada, Marissa Cavanaugh abrió la puerta trasera del Pathfinder antes de


volverse hacia su hija.

—Nunca te perdonaré por esto Madison. Nunca.

Las lágrimas le picaron en los ojos y se las secó con un frustrado movimiento de la
mano antes de enfrentarse a Anderson y Osborne.

—Umm, lo siento. Madre tiende a ser un poco dramática a veces.


CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Osborne sintió pena por la joven atrapada en las corrientes subterráneas de pecados
pasados y se sintió culpable por el pasado que había jugado en la confrontación.

—¿Por qué no vienes conmigo? Les dará tiempo a ambas para calmarse y te
informaré en el camino.

Madison miró el levantamiento decidido de la cabeza de su madre a través de la


ventana trasera del auto antes de asentir.

—Quizás tengas razón. —Se subió al auto de la comandante y sintió que la poca
fuerza que tenía se filtraba lentamente fuera de su cuerpo. Dios Logan, te necesito ahora.

₪₪₪₪₪

Logan despertó del sueño sin sueños con un presentimiento en el estómago. Dove se
había ido, Madison estaba Dios sabe dónde y estaba tumbada completamente inútil para 290
cualquiera en el hospital. Indefensa y sola, entró momentáneamente en pánico cuando
sonó el teléfono al lado de la cama, rompiendo el espeluznante silencio en la habitación.
Luchando contra el dolor, se giró con cautela y tiró del cable del teléfono que colgaba de
la mesita de noche, maldiciendo por lo bajo cuando el auricular cayó al suelo.

—Cristo todopoderoso. —Tiró del cable tan rápido como se lo permitieron las
dolorosas lesiones de los brazos y se colocó el auricular en la oreja—. Sí, hola.

—¿Hola? Oh, Dios mío, Logan, ¿eres tú? —Madison no creía que su corazón pudiera
latir más fuerte de lo que ya latía en su pequeño pecho.

—Hola, doctora. —Una amplia sonrisa se extendió por la carne reseca de su rostro,
pero Logan ignoró el dolor, pensando sólo en la voz melódica al otro lado de la línea.

—Es tan bueno escuchar tu voz. —De repente, una ola de pánico se apoderó de
Madison—. Logan, ¿dónde está Dove? ¿No está contigo?

—Cálmate. Acaba de salir. Estoy segura de que volverá en un minuto. —Podía


escuchar el ruido familiar de un escáner policial en el fondo—. Madi, ¿dónde estás?

Anhelaba una situación más privada, pero sólo podía bajar la voz mientras la
comandante conducía e intentaba desesperadamente no invadir la privacidad de su
llamada telefónica.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Vamos de camino a la comisaría. Te lo contaré todo cuando te vea. —Ansiaba


estar con Logan, sólo tocarla, saber que era real y estaba despierta. Sabía que ese
momento llegaría, pero la distancia aún la dejaba vacía y con ganas de—. ¿Cómo te
sientes?

—Te extraño, pero por lo demás estoy bien. —Soltó una risa ronca—. Después de
todo, tenemos algo que terminar, ¿no?

Madison pudo sentir que su rostro se sonrojaba con la referencia de Logan a la noche
del incendio.

—Umm, sí lo tenemos. Ciertamente lo tenemos, detective.

Loraine Osborne no pudo evitar notar la elevación en la voz de la joven doctora. Con
una mirada rápida, vio a la mujer radiante a su lado, y una pequeña sonrisa arrugó su
rostro estoico por solo una fracción de segundo. Cristo Osborne, te estás ablandando con
la vejez.

—Claro, te veré pronto. Aquí está. —Madison le tendió el teléfono celular a la


comandante y vio que lo último de lo que pensó que era una sonrisa se desvanecía de su 291
rostro.

Osborne tomó el teléfono de Madison y se lo llevó al oído.

—Ya era hora de que decidiera despertar McGregor. —Metiendo el teléfono entre su
barbilla y su hombro, Osborne cambió de carril y rápidamente entró en el estacionamiento
de la comisaría—. Dígale a Dvorak que me llame a mi teléfono celular cuando regrese.
Necesito que dirija una búsqueda en la propiedad de Langston.

La puerta se abrió levemente justo después de un suave golpe en la puerta y entró un


ordenanza con una gran canasta de flores. Logan le hizo señas para que se acercara y
señaló la bandeja con ruedas junto a la cama. Escuchó en silencio, luchando contra el
impulso de intentar otro intento de levantarse de la cama.

—Recibido comandante. Le diré que la llame tan pronto como regrese. —Siguiendo
su instinto, se lanzó hacia adelante—. ¿Umm, comandante? ¿Vigilaría a la doctora por
mí? Ella es, ummm... bueno...

—No diga más, detective. Considérelo hecho. —Luchó contra la sonrisa


desesperadamente, pero perdió la batalla—. Ahora descansa un poco, tengo muchas
preguntas para la próxima vez que te vea.

Cerrando el teléfono, se lo devolvió a Madison.


CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

»Aquí tienes y gracias.

La doctora tomó el teléfono y se lo metió en el bolsillo mientras el comandante metía


el auto en un espacio vacío en el garaje.

—Ahh, ¿qué es exactamente lo que le ha pedido que hiciera?

Osborne le dio a la doctora una mirada severa antes de alcanzar la manija de la puerta.

—Si le dijera eso, doc, tendría que dispararle, y realmente no tengo tiempo para todo
el papeleo en este momento. —Se escapó rápidamente del auto y esperó hasta que
Madison se unió a ella antes de abrir el camino hacia el ascensor.

—Ustedes, los policías, son demasiado raros para las palabras. —Cruzando los
brazos sobre el pecho, Madison caminó de mal humor al lado del comandante
murmurando para sí misma.

Por primera vez en semanas, la comandante sintió que las cosas comenzaban a
encajar en el caso y, en una extraña ruptura con el procedimiento, decidió bajar la guardia.
292
—¿Qué puedo decir? Somos una gran hermandad. Lo próximo será hacer fiestas de
pijamas y hablar de chicas lindas.

Como en un momento perfecto, las puertas del ascensor se abrieron y Osborne nunca
redujo la velocidad cuando entró en el ascensor. Después de presionar el botón del tercer
piso, se dio la vuelta y tuvo que morderse el labio cuando vio a Madison mirándola
estupefacta y con la boca abierta. Con un pequeño encogimiento de hombros, ella sonrió.

»Qué puedo decir, el otro equipo era un montón de perdedores. Ahora vamos y
pongamos este espectáculo en marcha.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Capítulo treinta

Jonathan Wilson presionó su cuerpo contra el panel lateral del ascensor cuando
descendió y se detuvo en el vestíbulo. Cuando las puertas se abrieron, esperó hasta que
estuvo seguro de que el vestíbulo estaba vacío. Deslizándose lentamente de los confines
del receptáculo, caminó rápidamente hacia la puerta giratoria en el otro extremo del atrio,
pero se detuvo cuando una cara demasiado familiar apareció a la vista.

Presa del pánico, buscó una forma de escapar y no vio ninguna.

—¿Por qué? ¿Por qué no podías dejarlo estar?

Una risa espeluznante resonó en las paredes de mármol.


293
—¿Por qué? ¿Por qué debería? —Con los brazos extendidos, el hombre
ensangrentado miró el edificio y todo lo que representaba—. Ellos lo tienen todo y no
tengo nada. —Acercándose más, sus ojos se volvieron salvajes con ira y resentimiento—
. Te encargaste de ello, ¿no es así, Jon? Te aseguraste de que fuera arruinado y desterrado
del gran imperio de CW Langston. —Su voz se elevaba, haciéndose más fuerte y más
enfadada con cada palabra—. Me tendiste una trampa y ahora vas a pagar por lo que
hiciste.

Los ojos de Wilson se precipitaron del hombre delirante a un ligero movimiento


contra la pared del fondo. Antes de que pudiera hacer un movimiento para escapar, la
figura se movió hacia la luz.

—No Chris, él no lo hará. Tú lo harás.

Chris Langston se volvió hacia la voz de su hermana. Su mente dio vueltas mientras
observaba la mano temblorosa apuntar el arma calibre 38 a su pecho y acercarse más.

—Chrissy, mucho tiempo sin verte, hermana.

—Detente Chris. Te lo advierto. Ya has hecho lo suficiente... has dejado claro tu


punto. Ahora es el momento de terminar con todo esto.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Dio un paso más cerca.

—Tienes toda la razón, hermana, y eso es lo que voy a hacer.

Wilson observó desde un costado y se dirigió hacia la estación de seguridad. Cuando


llegó al final del escritorio, se le revolvió el estómago al ver al guardia en el suelo.

—Ay, dios mío.

Christine se giró hacia la voz hueca y la distracción fue suficiente para darle a Chris
la oportunidad que había estado esperando. En dos pasos, se lanzó hacia su hermana,
tirándola al suelo y quitándole el arma de la mano.

Wilson, demasiado lejos para correr por el arma, se quedó indefenso mientras los dos
hermanos luchaban por el control. Alcanzando el teléfono en el escritorio, rápidamente
marcó el 911, pero antes de que el operador pudiera responder, Chris se elevaba sobre su
hermana, con el arma apuntando hacia abajo a su cabeza.

—Cuelga el teléfono, Jon, chico, o le disparo.


294
La mirada demente en los ojos de Chris le dijo a Wilson que no estaba bromeando.
Salió lentamente de detrás del escritorio, con las manos levantadas junto a los hombros.

—Está bien, Chris, lo que quieras. Pero no lastimes a Christine.

Christine yacía perfectamente inmóvil en el fresco suelo de mármol mirando a su


hermano y el odio absoluto en sus ojos.

—Chris, vete, sólo vete y no vuelvas. Si quieres dinero, te daré todo lo que tengo,
pero por favor no mates a nadie más.

Con desdén, miró a su hermana.

—Levántate y deja de intentar sobornarme. No eres mejor que el viejo. Él siempre


piensa que puede comprar su salida de cualquier cosa. Bueno, esta vez no, querida
hermana, esta vez no. —Volviéndose hacia Wilson, apuntó el arma al pecho del hombre
y disparó, luego se volvió tranquilamente hacia Christine—. Vine aquí para terminar esto
y eso es exactamente lo que voy a hacer. Ahora muévete, tengo una pequeña fiesta
planeada para nosotros y me has ahorrado tiempo, porque no tengo que ir a buscarte.

Derrotada, Christine echó un último vistazo al cuerpo sin vida de Jonathan Wilson,
antes de volverse hacia la puerta del garaje privado para ejecutivos. Sabía que una vez
que estuvieran solos en el área de estacionamiento aislada, no habría forma de escapar,
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

pero no vio otra opción. Avanzó lentamente y cada paso fue recibido con un golpe
deliberado en la espalda con el cañón del arma.

—Chris, por favor, no hagas esto.

—Olvídalo hermana, he pasado toda mi vida tratando de cumplir con las expectativas
poco realistas de ti y de tu querido papá, y ahora voy a establecer algunas propias. —Con
otro golpe en la espalda, enfatizó sus siguientes palabras—. Ahora muévete antes de que
tenga que hacerte perder la fiesta.

₪₪₪₪₪

Liz Anderson estaba fuera de la sala de interrogatorios frente a su comandante.

—Con el debido respeto, señora, no creo que sea la mejor para hacer esto. —Se palpó
las palmas de las manos, húmedas de sudor nervioso; aprieta dentro de los bolsillos de 295
sus pantalones.

La comandante levantó una ceja hacia la detective y negó con la cabeza.

—Lo siento, pero eres la única que tengo que sabe lo suficiente sobre este caso.
McGregor está en el hospital, no puedo comunicarme con Dvorak y ella se niega a hablar
conmigo. Haz las preguntas que te he dado y todo irá bien.

Los ojos de Anderson recorrieron la puerta de la habitación donde Madison


Cavanaugh estaba sentada esperando.

—Está bien, está bien. Tiene razón.

Justo cuando se estaba volviendo para entrar en la sala de interrogatorios, el sargento


de guardia llamó a la comandante.

—Adelante, estaré observando desde la sala de observación tan pronto como


descubra lo que quiere la recepción. —Osborne observó cómo la detective desaparecía en
la sala de observación y luego se volvió hacia la recepción para ver al sargento saludando
frenéticamente en su dirección.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

₪₪₪₪₪

Liz entró en la cabina de observación adyacente y observó a Marissa Cavanaugh


durante unos momentos. La mujer estaba obviamente nerviosa, sus ojos saltaban entre el
espejo unidireccional y la puerta mientras esperaba. Por un momento, Liz sintió
compasión por la mujer de aspecto frágil. En menos de una hora se había transformado
de confiada y franca en una mujer asustada con una presencia infantil. ¿Qué secretos
guarda, señora Cavanaugh? ¿O incluso te conoces a ti misma?

Cuando Liz salió de la cabina de observación, se encontró con Loraine Osborne, con
los ojos muy abiertos por lo que pensó que era miedo.

—Mantenga a la doctora Cavanaugh aquí con usted y no permita que nadie entre a
esa habitación. El despacho del 911 acaba de llamarme. Algo está pasando en el edificio
Langston, se han hecho disparos y no pueden obtener una respuesta de la persona que ha
llamado. SWAT está en camino y me dirijo a ver qué está pasando. Te avisaré por radio
cuando sepa algo.
296
—¿Saber qué? —Ninguna de los dos había oído abrirse la puerta de la sala de espera
y Madison estaba de pie, con las manos en las caderas, esperando una respuesta.

Osborne miró a la detective, asintió, luego se dio la vuelta y se dirigió en la dirección


opuesta. La detective inclinó la cabeza hacia la puerta abierta.

—Aquí dentro. —Después de cerrar la puerta, Liz se volvió hacia Madison—. Algo
está pasando en este momento en el edificio Langston. Eso es todo lo que puedo decirte
porque es todo lo que sé en este momento. Siéntate tranquila por unos minutos hasta que
termine con tu madre y luego veré lo que puedo descubrir.

Tan pronto como Anderson salió de la habitación, Madison levantó el teléfono y


llamó al número de celular de Dove. Después de varios timbres, escuchó la voz del
detective y de fondo una mezcla de sirenas y lo que sonaba como una confusión masiva.

—Dvorak

—Dove, qué está pasando. Acabo de escuchar que algo está pasando en el edificio
Langston, pero no puedo obtener ninguna otra información. —Esperó mientras Dove
gritaba órdenes a alguien del otro lado.

—Madi, no puedo decirte nada en este momento.


CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Pero Dove, ¿quién está con Logan? —Madison sintió que una ola de pánico subía
por su pecho. Esto podría ser un truco para llegar a Logan.

—Nadie en este momento. Acabo de hablar con ella y está bien. Mira Madi, me tengo
que ir.

Colgó el auricular y caminó por el suelo mientras múltiples escenarios pasaban por
su mente.

—Al diablo con quedarme aquí. Tengo que llegar a Logan. —Agarró su mochila y
abrió la puerta lo suficiente para mirar hacia el pasillo. Vio que el camino hacia la escalera
estaba despejado, así que salió al pasillo y con calma se dirigió a la salida. Una vez dentro
de la escalera, bajó corriendo los escalones hasta llegar a la planta baja. En el exterior,
tardó unos segundos en orientarse, luego se movió en dirección a la concurrida calle y
paró un taxi.

Después de darle al taxista la dirección del hospital, se recostó en el asiento, marcó


el número de Logan en su teléfono celular y esperó mientras el timbre continuaba sin
respuesta.
297
₪₪₪₪₪

Logan abrió la tarjeta que acompañaba al enorme arreglo floral, con una sonrisa en
el rostro. Madi, eres tan dulce. La sonrisa se desvaneció cuando leyó las palabras escritas
en la tarjeta.

¿No es maravilloso el juego de ajedrez? Con un solo movimiento, se construyen o


destruyen imperios. Es un juego de lógica y he disfrutado muchísimo jugando contigo.

Mi castillo está protegido. Mis peones en su lugar, los caballos en guardia y mis
alfiles siempre leales. Creo que lo tengo bajo control, detective.

Tu turno, atrápame si puedes.

Buena suerte y que gane la mejor mente.


CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Logan se quedó mirando la tarjeta por un largo momento preguntándose qué


significaba y saltó cuando sonó el teléfono al lado de la cama.

—McGregor. Dove, ¿dónde estás y qué está pasando?

—No hay tiempo para hablar en este momento. Sólo quería decirte que te mantengas
alerta. Llamé a otro guardia para duplicar tu seguridad. Algo está pasando con el caso
Langston. Te dejaré saber lo que averiguarlo tan pronto como pueda.

—Pero... ¿Hola? ¿Dove? —Arrancó la sábana mientras golpeaba el teléfono y tuvo


que agarrarse a la barandilla mientras una ola de mareo la invadía—. Maldita sea todo al
infierno. —Se sentó por unos momentos hasta que recuperó el equilibrio, luego se levantó
de la cama y lentamente se dirigió al armario, maldiciendo cuando lo encontró vacío.
Pasando una mano por su cabello, vio una bata cuidadosamente doblada en el alféizar de
la ventana que Madison había dejado atrás. Con cautela, se pasó la bata sobre las heridas
de su cuerpo y se dirigió a la puerta.

Mirando hacia afuera, vio al guardia sentado afuera y supo que no había forma de
que pudiera escabullirse sin ser vista. Decidió que la única forma en que podía irse sería
usando el factor miedo por el que era conocida dentro de las filas y abrió la puerta con la 298
confianza y el poder que sabía que no tenía dentro.

El joven guardia saltó de su asiento con una mirada asustada en su rostro.

—Detective McGregor, pesaba que estaba dormida. ¿Hay algo que pueda hacer por
usted?

Logan salió al pasillo, con una mano lista para agarrar el marco de la puerta en caso
de que otra ola de mareo la golpeara.

—Sí, necesito que vengas conmigo.

El joven oficial miró a Logan, la confusión se apoderó de su rostro.

—Pero detective, no puedo dejar mi puesto. Tengo órdenes.

Observó al oficial por un momento, sabiendo que lo obligaría a tomar una decisión
que probablemente los suspendería a ambos.

—Tus órdenes son protegerme y si no estoy aquí, la única forma en que puedes
cumplir esas órdenes es venir conmigo. —Comenzó a caminar hacia el ascensor antes de
que él tuviera la oportunidad de responder y se rio para sus adentros cuando rápidamente
recogió sus pertenencias y aceleró para caminar a su lado.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Detective, creo que debería llamar y hacerle saber al mando que estamos en
movimiento. Yo... no quiero meterme en problemas y no creo que debamos dejar el
hospital sin aprobación.

Logan se detuvo y se volvió hacia el joven.

—Toda la aprobación que necesitas en este momento es mía. Tomaré la


responsabilidad por cualquier cosa que no les guste a los altos mandos. Tu trabajo es
protegerme y para hacer ese trabajo tienes que estar conmigo, así que vamos a movernos.

En cinco minutos, Logan y el joven oficial salieron al sol de la tarde. El calor


instantáneamente hizo que sus quemaduras vivas ardieran de dolor. Tomó la radio del
oficial y lo envió a buscar la patrulla al estacionamiento. Sabía que él podía controlar sus
movimientos desde el auto, pero contaba con su inexperiencia para trabajar a su favor. Al
cabo de unos momentos se dirigían a toda velocidad hacia el único lugar al que sabía ir,
la finca Langston. Ese tiene que ser su castillo.

Mientras conducían, Logan apoyó la cabeza hacia atrás y se secó el sudor de la frente.
Sabía que lo que estaba haciendo podía hacer que tanto ella como el joven oficial fueran
asesinados. Sabiendo que no estaba ni cerca de ser capaz de una pelea cuerpo a cuerpo, 299
confiaba en su cerebro e intelecto para superar esta. Solo rezaba para que Madi y los
demás no se dieran cuenta de lo que estaba pasando y dónde estaban hasta que terminara.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Capítulo treinta y uno

El viaje al hospital parecía una eternidad. Mientras el taxi aminoraba la velocidad


junto a la acera al otro lado de la calle del Servicio de Emergencias del Hospital Mercy,
Madison deslizó un billete de veinte a través del vidrio de seguridad que la separaba del
conductor y abrió la puerta.

—Tómese las cosas con calma, señora, o estará en el hospital. —El conductor negó
con la cabeza y gritó por la ventanilla mientras veía a Madison correr entre los autos en
movimiento.

Madison no se dio cuenta del estruendo de las bocinas mientras corría por la calle y
entraba en los estériles confines del hospital. No disminuyó la velocidad hasta que entró
a la habitación de Logan unos minutos más tarde. Allí, se detuvo en seco cuando se
300
enfrentó a la habitación vacía.

—Maldita sea Logan, ¿dónde estás? —Puso su mano sobre las sábanas arrugadas—
. Aún están caliente. No puedes estar lejos.

Justo cuando se giraba para salir de la habitación, algo en el suelo llamó su atención.
Madison se inclinó para recuperar la tarjeta del suelo y un grito ahogado escapó de su
garganta mientras leía el mensaje. Pensó en llamar a Dove, pero sabía que él no sabría
más que ella. ¿Osborne?

»Tal vez. —Madison marcó rápidamente los números del teléfono celular de la
comandante y esperó con impaciencia mientras el teléfono seguía sonando sin
respuesta—. Diablos, olvídalo. Sé a dónde ha ido. Tiene que estar en la mansión.

₪₪₪₪₪

CW Langston estaba sentado con las manos cerradas en puños viendo cómo Herbert
Whittaker hablaba con Norman Watson, el jefe adjunto por teléfono.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Norm, nos conocemos desde hace mucho tiempo. Sé que puedes hacer algo, lo que
sea, para aclarar esto. —Whittaker observó a Langston con ojos cansados y supo que el
hombre no aceptaría un no por respuesta—. Pero Norm, la señora Cavanaugh es una
visitante de nuestra ciudad. No ha estado en Pittsburgh en años. No puedo ver cómo
alguien podría pensar que ella sabía algo sobre este caso. El Departamento de Policía está
usando a la señora Cavanaugh como una forma de acosar al señor Langston y no lo
toleraré. Quiero que la liberen de inmediato. Si necesita interrogarla en el futuro, se
hospedará en casa de Langston y el señor Langston me ha asegurado su cooperación.

Con impaciencia, Langston se levantó y se sirvió un whisky doble de la barra


mientras escuchaba el argumento de Whittaker. No es más que una comadreja. Justo
cuando regresaba a su escritorio, Whittaker colgó el teléfono.

—Watson dice que lo investigará, pero no promete nada. —Whittaker se levantó y


se dirigió hacia la puerta—. No me vuelvas a llamar CW. Haz lo que quieras, pero este
es el final para nosotros. Estás solo de aquí en adelante. —Con una mirada final,
Whittaker salió, dejando a CW Langston mirando su espalda.

301
₪₪₪₪₪

Logan le indicó al oficial que se detuviera en un camino de camiones que rara vez se
usaba aproximadamente a unos quinientos metros de las puertas de la mansión de
Langston. Supuso que el camino era para los jardineros o para uno de los muchos otros
contratistas que mantenían la finca en un estado impecable. Miró al joven oficial con
cierta preocupación. En el viaje desde el hospital, se había enterado de que el oficial,
Ricardo Álvarez, era padre de dos niños pequeños de tres y cinco años.

Dudaba en involucrarlo en una situación tan peligrosa sabiendo que su falta de


experiencia sólo los obstaculizaría a ambos, pero no tenía otra opción. No podía llamar a
Dove, Osborne enloquecería si supiera lo que estaba a punto de suceder, y el teniente la
mataría por siquiera pensar en lo que estaba a punto de hacer.

—Ricardo, ¿por qué no te quedas aquí y pides refuerzos mientras reviso las cosas?

Álvarez le lanzó a Logan una mirada sospechosa.

—De ninguna manera detective. Perdone mi insubordinación, pero no me fío un pelo


de que no me deje en la estacada. Donde usted vaya, yo voy.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Podría ordenarte que te retires.

—Podría, pero no lo hará. —Una sonrisa arrugó sus mejillas curtidas—. Me necesita
y lo sabe, así que dejemos de tonterías y sigamos adelante.

McGregor se mordió el labio mientras pensaba en sus comentarios. Maldito figura.


Con una sonrisa, tiró de la manija de la puerta

—Me recuerdas mucho a mí cuando estaba en tu asiento. —Salió del coche patrulla
contenta cuando el mareo que había experimentado en el hospital no volvió—.
Empecemos a rodar. Pronto oscurecerá.

Álvarez abrió el maletero del coche patrulla, se inclinó para recuperar algo que Logan
no podía ver con claridad y luego se reunió con ella en la parte delantera del coche.

—Tome, probablemente necesitará esto. —Entregándole la bien pulida Glock de 9


mm, la miró solemnemente—. Era el arma extra de mi padre hasta que se jubiló el año
pasado. Ahora es mía. Repórteme si quiere, no me importa. Lo mantuvo vivo. Me ha
mantenido vivo y lo más probable es que también mantendrá vivo su loco trasero,
detective. 302
Logan se tomó un momento para mirarlo. Había estado demasiado preocupada para
notarlo antes, pero ahora, mientras estaba de pie junto a él en la maleza, comenzó a
apreciar su tamaño. Con un metro noventa y tres y un peso fácil de ciento dieciocho kilos,
Álvarez sería una fuerza a tener en cuenta en un uno contra uno. Lo miró de pies a cabeza
y se detuvo en sus ojos curiosos.

—No te preocupes, me encargo del papeleo. —Con una sonrisa, metió el arma en la
cintura de su pantalón—. Supongo que valdrá contigo, Álvarez. —Luego desapareció
entre la maleza y los árboles.

Tomado por sorpresa, Álvarez se quedó atrás y tuvo que trotar para mantenerse al
día con Logan, sonriendo cuando se dio cuenta de que estaba a punto de trabajar en un
caso con la renombrada detective McGregor. Los muchachos de la comisaría no se lo
creerán cuando les diga.

₪₪₪₪₪
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

La comandante Loraine Osborne observó cómo la morgue deslizaba la última bolsa


para cadáveres en la parte trasera del furgón. Rara vez estaba tan aturdida por la crueldad
de la humanidad como lo había estado con este caso. El asesino, un asesino sádico, tuvo
mucho cuidado en enfatizar su odio por los ejecutivos de Langston que había asesinado.
Wilson debe haber sido una muerte por sorpresa o apresurada. Los pensamientos corrían
por su mente a la velocidad de un mach. Sabía que, si Wilson moría de un solo tiro en el
pecho, Chris Langston estaba cansado de sus juegos o tenía otra agenda más inmediata.
Tengo que encontrar a Christine y ahora.

₪₪₪₪₪

Dove estaba ladrando órdenes a su teléfono celular cuando Osborne se detuvo a su


lado. Su rostro mostraba la frustración y el cansancio que estaba sintiendo.

—Me importa un carajo cuántas personas se necesitan. ¡Quiero que la encuentren


AHORA! —Pulsó el botón de finalización del teléfono y se recostó en el asiento de su 303
automóvil dado por el gobierno sin darse cuenta de que su comandante estaba a su lado—
. Malditos incompetentes.

—Dvorak, no muchos tienen tu unidad. —Osborne sabía que el caso había pasado
factura a uno de sus mejores detectives. No sólo había sido testigo del trabajo vil y
despiadado del asesino, ese mismo asesino casi se había cobrado la vida de una
compañera oficial y su mejor amiga—. ¿Has revisado a McGregor últimamente?

—Ella se ha ido. —Salió del auto y comenzó a caminar.

Osborne había asumido que la llamada telefónica entre Dove y la comisaría en la que
ella se encontraba había sido sobre Christine Langston. Se le formó un nudo en el
estómago cuando se dio cuenta de que él había estado hablando de Logan.

—¿Qué quieres decir con que se ha ido?

—Se ha ido, como si no estuviera en el hospital. Su guardia también está


desaparecido. De eso se trataba la llamada. Tenemos que encontrarla antes que él. —Una
mirada de casi terror llenó sus ojos—. Si no lo ha hecho ya. —El puño de Dove se estrelló
contra el capó del coche—. Estúpido, soy tan jodidamente estúpido como para no pensar
que él iría tras ella.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Detective Dvorak. —La voz de Osborne gritó—: Necesitas calmarte. No le


servirás así. Dime lo que tienes y lo resolveremos juntos.

Dove se pasó una mano por la barba de dos días y se apoyó pesadamente en el coche.

—Tengo un detective de camino al hospital para sellar la habitación y ver si hay


alguna pista de a dónde puede haber ido. —Miró a su comandante con ojos derrotados—
. La doctora Cavanaugh también está desaparecida.

—Maldita sea. Sabía que no debería haberme ido antes de tener un guardia sobre ella.
—Osborne soltó un suspiro de frustración—. Está bien, ambos nos equivocamos. Ahora
vamos a arreglarlo. —Se dio la vuelta y aceleró hacia su coche en doble fila, gritando por
encima del hombro—. Bueno, no te quedes ahí parado, Dvorak. Pon tu trasero en marcha
y súbete a mi auto. Vamos a la mansión de Langston.

₪₪₪₪₪

304
Logan se arrodilló, con el arma en la mano, debajo de la ventana rota, escuchando
señales de actividad dentro de la mansión Langston. Álvarez, escondido en una glorieta
a unos metros de distancia con una vista clara dentro de la habitación, estaba de pie con
su arma en la mano, listo para brindar cobertura en caso de que alguien descubriera su
presencia. Sólo podía esperar que un ataque sorpresa al novato no lo desconcertara por
completo. Esperó unos momentos y cuando no se escucharon sonidos desde adentro le
indicó que la cubriera mientras se dirigía a la puerta.

Álvarez se movió al otro lado de la glorieta para permitir una mejor vista de la entrada
a lo que parecía ser la cocina y asintió a Logan cuando el camino estuvo despejado para
que ella avanzara. Podía sentir su corazón latir con fuerza dentro de su pecho y por
primera vez desde que se unió a la fuerza, tenía miedo. No tanto por sí mismo, sino por
su inesperada compañera. McGregor era una leyenda en la fuerza y Álvarez sabía que no
tenía la experiencia para servir al lado de la detective. Jesús, no me dejes joder esto.

El pomo de la puerta giró fácilmente bajo el suave toque de Logan. Me la ha abierto.


Este era el momento más peligroso. No tenía idea de dónde estaba ubicado en la casa.
Podría estar de pie junto a la puerta, esperando la toma perfecta cuando ella entrara. No,
le gustan demasiado sus juegos para una muerte fácil. Miró a Álvarez, quien inclinó la
cabeza en reconocimiento y con una mano levantada, contó hacia atrás desde tres antes
de abrir la puerta y sumergirse.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

₪₪₪₪₪

Madison llamó otro taxi y le dio al conductor indicaciones para llegar a la mansión
de Langston mientras cerraba la puerta de un portazo. Sabía que ir era algo ridículo, pero
no podía mantenerse alejada. Madison no tenía ninguna duda de que, si Logan y el asesino
estaban allí, ninguno se iría hasta que uno estuviera muerto. Se le formó un nudo en el
estómago al pensar en las posibilidades.

—¿No puede ir más rápido?

El conductor miró con impaciencia por el espejo retrovisor.

—Hay un límite de velocidad en esta ciudad, señora. Relájese, le llevaré allí y de una
pieza.

Varios escenarios jugaron a través de su mente. ¿Y si Logan ya estaba herida?


Maldita sea, no tengo mi bolso. Estuvo en impaciente silencio hasta que las puertas de la
finca quedaron a la vista. 305
—Deténgase aquí.

—Pero señora...

—No, está bien, quiero sorprender a mis amigos. —Después de pasar otro billete
grande a través del vidrio de seguridad, Madison salió rápidamente del taxi y le indicó al
hombre que se alejara. Esperó hasta que se perdió de vista antes de desaparecer entre los
árboles junto al muro de piedra que rodeaba la propiedad.

₪₪₪₪₪

El dolor atravesó el cuerpo de Logan cuando se zambulló en el suelo duro y rodó


hasta agacharse junto a la isla. Miró hacia abajo a sus brazos a las heridas recién rasgadas
mientras rezumaban de color rojo brillante. No hay tiempo para ocuparme de eso ahora.
La casa estaba inquietantemente silenciosa mientras sus ojos recorrieron el perímetro en
busca de cualquier movimiento. Después de inspeccionar la habitación, se puso de pie y
se colocó detrás de la puerta, con la espalda contra la pared mientras le indicaba a Álvarez
que se acercara.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

La agilidad del hombre grande sorprendió a Logan y, en cuestión de segundos, estaba


a salvo dentro de la estructura y agazapado detrás de la misma isla donde ella había estado
momentos antes. Se llevó un dedo a los labios e inclinó la cabeza en dirección al
intercomunicador de la pared junto a la puerta. Una luz roja brillaba indicando que la
habitación estaba siendo monitoreada desde algún otro lugar de la casa. Álvarez asintió y
sigilosamente se abrió paso hacia la puerta principal del comedor, de espaldas a Logan.

Maldito sea. ¿Qué está haciendo? Estaba a punto de seguirlo, cuando lo vio estirarse,
agarrar algo del mostrador y rápidamente regresar en su dirección. Se lo entregó sin mirar
más. Dejando a un lado su enfado con el novato, le arrancó el papel de la mano y leyó:

Bienvenida detective McGregor:

Ahora comienza la verdadera diversión. A diferencia de un


aburrido juego de ajedrez en el que podemos ver el movimiento de los
demás a la luz del día, este tiene una promesa de aventura y el
suspense de lo desconocido. Encuéntrame y encontrarás a la
heroína... la princesa caída de la dinastía Langston. 306
Aquí hay una pequeña pista. Espero que hayas prestado atención
en la clase de historia. Estoy seguro de que con el tiempo, que no hay
mucho, puedes resolverlo.

El imperio de los muertos.

Date prisa, detective, el tiempo se acaba.

Logan se quedó mirando la escritura deseando que el papel revelara más y pronunció
una maldición silenciosa. Le entregó el papel a Álvarez y esperó mientras él leía el limpio
guion. Para su asombro, rápidamente sacó su bloc de notas, escribió y le pasó el bloc. Le
dio la respuesta en una palabra, CATACUMBA y señaló hacia el suelo. Sus ojos
recorrieron la habitación, cayendo en una puerta que pensó que conducía al sótano, pero
mientras avanzaba, Álvarez la agarró del brazo. Tomando el bloc de notas de su mano,
escribió otra nota apresuradamente y le devolvió el papel a Logan.

Se tomó unos segundos para leer la información y luego asintió con la cabeza. No,
no sería el sótano, eso es demasiado fácil. Se inclinó cerca del hombre grande y susurró.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—No tengo idea de lo que está tramando, así que mantente alerta y espera cualquier
cosa.

Con un breve asentimiento, el oficial se preparó para el caso más grande que había
tenido hasta ahora. Mientras él y Logan se abrían paso en silencio por el comedor, cada
uno cubriéndose y cubriendo al otro en el camino, Álvarez rezó para vivir para ver su
próximo amanecer.

₪₪₪₪₪

CW Langston se recostó en el asiento de la limusina y miró a Marissa con ojos


compasivos mientras tomaba su mano, todavía temblorosa, entre las suyas.

—Lamento mucho que te hayas visto obligada a soportar que la policía te interrogue.
Créeme, alguien pagará por arrastrarte a este lío innecesariamente.
307
Con un apretón en su mano, Marissa se volvió y besó la suya.

—Está bien cariño. Se acabó y estoy bien.

—Bueno, no es...

—CW olvidémonos de toda la tarde. Quiero tener una buena cena contigo y pasar la
noche poniéndonos al día.

Con un gruñido asintió y cogió el teléfono del coche.

—Déjame llamar a Rosa y decirle que estamos en camino para que pueda tener la
cena para nosotros cuando lleguemos. —Esperó mientras el teléfono sonaba diez veces
antes de volver a colocarlo en la base—. Qué raro, Rosa no contesta. —Con un
encogimiento de hombros y una sonrisa, se volvió hacia Marissa—. Debe estar en el
jardín tomando el jerez nocturno y ella no sabe que estoy al tanto.

CW se estiró y levantó la partición sombreada, aislando al conductor de su


conversación. El viaje a la mansión tomaría treinta minutos y tenía la intención de
aprovechar al máximo el tiempo mientras se volvía hacia Marissa.

»Ahora cuéntame sobre tu tiempo en Europa y qué te convenció de volver a mí.


CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Con una risa, ella acarició suavemente su mejilla.

—Cariño, eres terriblemente convincente. Estoy segura de que no te sorprenderá mi


elección, ¿verdad? —Lo acercó más y capturó sus labios con los de ella. Si supieras
cariño. Si tan solo supieras.

308
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Capítulo treinta y dos

Logan y Álvarez recorrieron la extensión de habitaciones en el primer nivel de la


mansión una por una hasta llegar a lo que discernieron que era el estudio de CW Langston.
Las paredes revestidas de nogal oscuro y adornadas con amplias molduras decorativas
simbolizaban al hombre. La pared del tocador tenía los diplomas y premios habituales,
así como numerosas fotografías del director general con algunas de las personas más
poderosas y políticamente activas del país. Incluso en su prisa por encontrar al hijo de su
némesis, Logan no se perdió las fotografías bien colocadas de Langston con los últimos
cinco presidentes de los Estados Unidos. No es de extrañar que haya sido intocable.

Después de asegurar la habitación, Álvarez cerró la puerta, aislándolos del resto de


la casa. Continuaron con las señales silenciosas, sabiendo que esta habitación
probablemente también estaba siendo monitoreada. El joven novato estaba mirando
309
debajo del escritorio de Langston, buscando un interruptor oculto cuando una voz resonó
en la habitación.

—No lo encontrará allí. Mi querido papá no es lo suficientemente estúpido como


para colocar el interruptor en un lugar tan obvio.

Los ojos de Logan recorrieron la habitación y vieron la discreta cámara montada justo
debajo del techo en la esquina más alejada. Maldita sea, debería haberlo sabido.

La voz reverberó a través de la habitación de nuevo.

»Es bueno ver que se ha recuperado de sus heridas, detective. Lamento no haberle
enviado flores antes, pero sabe que he estado ocupado los últimos días.

—Langston, ¿qué es exactamente lo que quieres? —Logan estaba tratando de tener


una mejor idea de su estado mental. La nota dejada con las flores y la que Álvarez había
encontrado en la cocina, así como su comportamiento en los últimos días, era un indicio
de que el hombre se estaba descompensando rápidamente.

Una risa espeluznante llenó la habitación.


CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Detective, ¿qué quiero? Quiero al gran y poderoso CW Langston de rodillas. Eso


es lo que quiero. Quiero al hombre que trató de destruirme, destruido. —La voz de Chris
Langston se hacía más fuerte con cada palabra.

—Ciertamente puedo entender eso. Tu padre es una de las personas más egoístas que
he conocido. —Se volvió hacia la pared del tocador, él de vuelta a la cámara—. Él es
intocable Chris; me di cuenta de eso hace varias semanas. Tiene a los hombres y mujeres
más poderosos del mundo alrededor de su dedo meñique. —Se volvió hacia la cámara y
se acercó, tratando de conectarse con el hombre detrás de la cámara—. Demonios, Chris,
el Departamento de Policía de Pittsburgh no ha podido tocarlo. Necesitamos ayuda si
queremos acabar con él. Sabes dónde están escondidos todos los esqueletos. ¿Por qué no
sales y hacemos equipo? Juntos podemos conseguirlo.

Todo lo que escuchó fue silencio. Esperó, mirando los segundos en el reloj.

»Vamos Chris, únete a mí. Todos sabemos que tu padre te llevó a este punto. Nadie
te va a culpar.

Oyó arrastrar los pies y el sonido de una voz de mujer maldiciendo de fondo. Miró a
Álvarez y esperó lo que pareció una eternidad. Finalmente, su voz resonó en la habitación 310
una vez más.

—Vaya, vaya, detective. Parece que tenemos otro visitante.

Los ojos de Logan se movieron hacia las ventanas delanteras, dándole una vista clara
del camino circular. Nadie estaba allí.

—Debes estar equivocado, Chris. No veo a nadie afuera.

—No al frente detective, escabulléndose por la parte de atrás. Sin embargo, no te


preocupes, la tendré instalada aquí conmigo por el momento.

¿Ella? Logan miró a Álvarez, quien sólo se encogió de hombros.

—¿Está Christine contigo?

Chris se rio.

—Oh, sí, Christine está aquí conmigo. De hecho, se está llenando un poco aquí abajo.
¿Te gustaría saludar a nuestra última visita?

Escuchó los ruidos de arrastre en el fondo mientras Chris regresaba.


CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Logan, no bajes...

Logan se estremeció cuando escuchó carne golpeando carne y luego un suave gemido
agonizante. Se le formó un nudo en el estómago cuando sus puños se apretaron a los
costados y la realidad se hizo presente. Tenía a Madison y Christine encerradas en una
cueva subterránea. Si Chris Langston la hubiera conocido, habría reconocido la respuesta
casi demasiado tranquila de Logan como una señal de peligro.

—Langston, si lastimas a alguna de esas mujeres, no tendré piedad de ti.

—Detective, ¿y qué crees que vas a hacer al respecto? —Siguieron más movimientos,
junto con voces apagadas y luego silencio.

—¿Langston? —Logan escuchó mientras un silencio ensordecedor llenaba la


habitación y miraba fijamente la lente de la cámara, deseando que revelara la ubicación
de Chris Langston. Un movimiento afuera llamó su atención. Jesús, esto va de mal en
peor. Atravesó rápidamente la sala de estar, abrió la puerta principal y salió al pórtico
justo cuando el chofer de CW Langston abría la puerta de la limusina.

311
₪₪₪₪₪

Christine estaba sentada en una silla de respaldo recto con las manos atadas a la
espalda. Inspeccionó la habitación; una que nunca supo que existía antes de hoy. Una
pared era de roca sólida y supuso que estaba en algún lugar debajo del extremo norte de
la propiedad, justo en la base del monte Washington. Los otros tres muros estaban
construidos con bloque de hormigón y mortero. Su mente daba vueltas con preguntas. ¿El
abuelo construyó esto? ¿Papá? ¿Y cómo diablos lo supo Chris y yo no? No escuchó el
movimiento de los pies cuando Chris entró en la habitación hasta que estuvo a su lado.

—¿Cómo estás hermana? —Sus ojos estaban llenos del odio que sentía por ella.
Siempre lo eclipsaba. Siempre la más inteligente, la más rápida. Siempre la mejor y
siempre la niña de papá—. Supongo que te sorprende un poco descubrir mi pequeño
escondite. No son las Torres Langston de ninguna manera, pero es tranquilo. —Sus brazos
barrieron la extensión de la habitación—. Y también está insonorizado. Por supuesto,
papá no tendría nada más que lo mejor.

Su curiosidad ganó.

—¿Qué es este lugar Chris y por qué está en nuestra propiedad?


CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

El joven se sentó en un catre improvisado y se apoyó contra la fría pared de piedra.

—Ya es hora de que entiendas que no sabes todo lo que hay sobre nuestro padre. No
es un hombre muy agradable, Chrissy.

—Soy muy consciente de eso, Chris. —Decidió adoptar un enfoque diferente con su
hermano—. Pasé el último año reuniendo pruebas en su contra para el fiscal del distrito.
Es hora de que alguien ponga fin a su reinado de terror.

Una sonrisa cruzó su rostro.

—Claro Chrissy, claro que sí. ¿Cuánto sabes sobre el gran y poderoso CW Langston?
—Saltando del catre, cruzó la habitación en tres largas zancadas y se inclinó cerca del
rostro de su hermana—. ¿Sabías que solía encerrarme en esta cueva olvidada de Dios?

Christine podía sentir el calor de su aliento y las gotas de saliva golpeaban su rostro
mientras él gritaba. Sus ojos se encontraron con los de su hermano y vio por primera vez
el dolor agonizante que había encerrado durante tanto tiempo.

—No, no sabía. —Sus palabras fueron un mero susurro. 312


Chris recuperó la compostura, se enderezó y atravesó la habitación. Sus dedos
delinearon los rasguños olvidados en la pared de piedra.

—Cuando me encerraba aquí, lo único que me mantenía cuerdo era tallar estos
dibujos en la piedra. —Se volvió hacia su hermana—. A veces tomaba horas grabar una
sola línea, por lo que este muro puede dar una idea de cuántas horas estuve encerrado,
mientras tú eras libre de ir y venir cuando quisieras.

Christine estudió la enorme pared y el grabado que tenía delante. De repente se dio
cuenta del significado de sus palabras y supo que su hermano había estado cautivo aquí
en esta cueva húmeda y sucia por su padre durante toda su vida. Supuso que el grabado a
lo largo de la parte inferior de la pared era de su infancia, las líneas eran irregulares y
desiguales, pero a medida que crecía y era más alto, los dibujos se elevaban más a lo largo
de la pared, los patrones uniformes se volvían más complejos y detallados. llenos de ira
y odio.

—Jesús Chris, nunca lo supe. Lo siento mucho.

—Es un poco tarde para disculparte, Chrissy.


CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—¿Por qué? ¿Por qué lo hizo? —Sabía que su padre era vengativo, al borde del lado
oscuro del mal, pero no tenía idea de que él fuera capaz de hacerle algo así a su propio
hijo.

—¿Por qué? Porque no era el pequeño títere maleable que eras, hermana. Él no podía
convertirme en el hombre que quería que fuera, así que decidió romperme de la única
manera que sabía, encerrándome en su cueva. —Tocó una serie de pequeñas cicatrices en
su brazo—. Durante los primeros años no había luz aquí abajo. Todo lo que me dio fue
una linterna. ¿Recuerdas la vez que se cayó y se rompió la pierna y tuvo que pasar dos
días en el hospital?

—Sí, tenía unos trece años, creo.

—Sí, los tenías. Bueno, mientras papá estaba en el hospital, estaba encerrado aquí.
No tuve comida, ni agua, nada durante tres días. —Se acercó y se inclinó para que ella
pudiera ver las cicatrices—. Cuando finalmente drogó su lamentable trasero para
sacarme, estaba inconsciente y las ratas habían comenzado a comerme la carne.

Christine sintió que una oleada de náuseas la invadía.


313
—Ay, Chris.

—Sí, pobre, pobre Chris. —Señaló las luces colgadas a lo largo del techo. —Fue sólo
después de eso y de tener que lidiar con la pregunta sobre mis heridas que instaló la
iluminación y comenzó a llenar un baúl con agua embotellada y raciones de viaje del
ejército. Es un bastardo malvado, pero una cosa es segura, ese episodio le enseñó planear
para cualquier posibilidad.

Christine lo observó mientras se sentaba en el catre y comenzaba a mecerse casi


imperceptiblemente, sin dejar de mirar el grabado en la pared.

₪₪₪₪₪

—¿Qué diablos estás haciendo en mi casa? —Langston subió los escalones y se


quedó cara a cara con Logan.

Justo cuando estaba a punto de responder, Álvarez salió por la puerta.


CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Le sugiero que se retire, señor. —Cuando Langston sólo lo fulminó con la mirada,
dio un paso adelante—. Ahora, y no me haga pedírselo dos veces.

El ejecutivo se giró y miró a Álvarez.

—Hijo, ¿tienes alguna idea de quién soy?

Una sonrisa arrugó las mejillas del oficial.

—Bueno, puedo decir esto con seguridad. No es mi papá, así que le sugiero que no
me llame hijo.

Langston intentó empujar entre Logan y Álvarez solo para que la mano del oficial
cayera pesadamente sobre su hombro.

—Señor, realmente no podría importarme menos quién es usted, pero si no se retira,


voy a encerrar su trasero y luego, cuando tenga algo de tiempo, podremos conocernos
más de cerca y personalmente.

Los hombres se miraron a los ojos durante un largo rato hasta que Marissa rompió el 314
tenso silencio.

—CW, ¿por qué no entramos todos y vemos si podemos arreglar todo esto en un
entorno más cómodo?

Langston se encogió de hombros y se apartó de la mano de Álvarez.

—Ciertamente, cariño.

Logan levantó una mano.

—Vamos a su estudio, señor Langston, pero antes necesito decirle que su hijo Chris
tiene a su hija Christine y a la doctora Madison Cavanaugh encerradas en un sótano de su
propiedad. Necesito saber dónde está y cómo acceder a él antes de que alguien más salga
lastimado.

—Oh, Dios. Nooooo. —Los ojos de Logan se dirigieron a la mujer que estaba detrás
de Langston y vio el puro terror en sus ojos, justo cuando se desmayó.

El chofer amortiguó la caída de Marissa, pero antes de que pudiera intentar levantarla,
Álvarez estaba a su lado y levantó a la mujer en sus brazos.

—La llevaré al estudio. ¿Estás lista para que llame?


CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Sí, y asegúrate de que la comandante Osborne también esté informada. —Levantó


la vista cuando un coche apareció a la vista al final del camino—. Pensándolo bien, no
importa. Ella está aquí. —Logan sólo pudo ver cómo el coche avanzaba por el camino y
se detenía detrás de la limusina. Esperó a que Dove y Osborne salieran del coche antes de
salir del pórtico—. Comandante. —Miró a Dove y ladeó la cabeza—. Dove.

Osborne rodeó el coche hasta que estuvo junto a la detective más alta.

—McGregor parece que tienes algunas explicaciones que dar.

Miró de soslayo a Dove.

—¿Por qué no entras y ves si puedes obtener información de Langston sobre un


sótano que se encuentra en la propiedad mientras le informo a la comandante sobre la
situación? —Asintió y subió los escalones, pero se volvió cuando Logan lo llamó—.
Llévalo afuera y mantén todas las demás conversaciones al mínimo porque el interior de
la casa está siendo monitoreado. Chris Langston tiene a Christine y Madison encerradas
en el sótano, y necesito saber ya dónde está.

315
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Capítulo treinta y tres

Madison escuchó la conversación entre hermano y hermana, sorprendida de que


cualquier hombre pudiera hacerle a su hijo lo que CW Langston le había hecho a Chris.
No es de extrañar que estés lleno de odio. Observó cómo sus emociones volaban entre el
pensamiento racional y casi la locura en cuestión de segundos. Como médica, Madison
entendió el impacto que el abuso físico y emocional podría tener en un niño. Los pecados
de un padre, la mayoría de las veces, siguieron a un niño inocente hasta la edad adulta y
crearon un clon cercano del monstruo que lo engendró.

Este era uno de esos casos de manual en los que una declaración de locura mantendría
a Chris fuera de la silla eléctrica, aunque sin duda lo condenaría a pasar años en otra
prisión de paredes de concreto. Sólo que esta vez la prisión sería el Hospital Psiquiátrico
del Estado. Perdida en sus pensamientos, se sobresaltó cuando Langston se paró frente a
316
su silla, la agarró del cabello y tiró de su cabeza hacia él.

—Será mejor que escuches cuando te hablo, perra. —Le soltó el pelo y trazó una
línea por su mandíbula con los dedos—. Eres como tu madre, suave y dulce por fuera y
una perra dura y fría por dentro. ¿La ilustre detective McGregor sabe todos tus secretos
Madi?

Los ojos de Madison nunca dejaron los de él mientras lo miraba con aire de desafío.

—¿Qué quieres decir con “como mi madre”? Mi madre no te daría la hora del día.

Se inclinó cerca de su cara, tan cerca que su aliento agrio asaltó sus sentidos.

—¿No? —Langston caminó hasta una mochila que estaba contra la pared del fondo
y rebuscó en su contenido hasta que encontró lo que buscaba, y luego caminó hacia la
doctora. Muy casualmente, giró el colgante ovalado para que ella pudiera ver la
inscripción en la superficie trasera plana.

La pequeña balanza de la justicia que colgaba de la cadena brillaba en la luz


inusualmente tenue. Atónita, Madison sólo podía mirar el símbolo que su padre había
usado hasta el día en que murió en los brazos de su amante.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—¿De… dónde diablos has conseguido el colgante de mi padre?

Los ojos de Langston brillaron de placer al observar la expresión de asombro en el


rostro de la doctora.

—No de dónde, querida, sino de quién. Verás, tu madre decidió que los viejos no
eran lo suyo después de que tu querido padre muriera en los brazos de su joven amante,
y unos años más tarde el gran CW Langston la dejara por otra más joven. —Una risa
siniestra llenó la cueva—. Me costó un poco, pero finalmente me la gané y durante los
últimos cinco años hemos residido felizmente en Europa.

Empezó a caminar a lo largo de la cueva, deteniéndose de vez en cuando para mirar


a los ojos de sus cautivas mientras hablaba.

»Risa me dio el collar como un gesto simbólico de justicia cumplida. Después de


todos los años que pasó sufriendo la vergüenza que nuestros padres habían arrojado sobre
ella, finalmente había encontrado el lugar que le correspondía conmigo.

Se volvió hacia Christine, se inclinó ante ella y gritó.


317
»Hasta que le dijiste dónde estaba viviendo. —La saliva salpicó el rostro de la mujer
mientras continuaba—. Hasta que me arruinaste todo. —Sus nudillos barrieron su rostro,
dejándole un corte en el labio y un pequeño riachuelo de sangre corriendo por su
barbilla—. Chrissy, ¿tienes alguna idea de lo que has hecho? —Sus brazos se movieron
hacia Madison—. Simplemente no podías dejarme en paz, ¿verdad? No podías dejarme
en paz. Esto... ¿todo esto es culpa tuya, Chrissy? Eres responsable de todo esto, tan seguro
como si hubieras enterrado el cuchillo en sus vientres tú misma. —Sus ojos eran duros y
fríos mientras miraba a su hermana—. Siempre tuviste que ser la mejor, la niña de papá.

Como si fuera una señal, una voz profunda barrió el silencio de la fría y húmeda
cueva.

—Christopher, quiero que dejes de hacer esta tontería ahora mismo. Libera a tu
hermana y a la doctora antes de que hagas esto peor de lo que ya se ha vuelto.

—Bueno, bueno, bueno, querido viejo, qué sorpresa. Me preguntaba cuándo


aparecerías. —Se volvió hacia el intercomunicador—. No puedes mantener tus manos
fuera de nada. ¿Puedes?

La risa resonó a través del intercomunicador mientras el anciano Langston miraba la


caja en la pared y escuchaba a su hijo en la cueva debajo del estudio.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

»Pensabas que me habías roto hace años, ¿no es así, papá? Pensabas que podrías
sacarme de tu vida. Pero estabas equivocado. —Empezó a caminar—. Todos esos días y
noches que pasé aquí abajo esperando que me dejaras salir de este agujero dejado de la
mano de Dios. Papá, ¿sabes lo que hice? Me volví fuerte. Me volví inmune a tu odio.

Se detuvo frente a Christine.

»Finalmente había resuelto todo el odio que tenía por los dos. Me tomó mucho
tiempo, pero seguí adelante con mi vida, hice un lugar para mí en el mundo que ninguno
de ustedes podría ensuciar con sus sucias manos. —Se inclinó cerca de su oído, su aliento
rozando su piel húmeda mientras hablaba con una voz inquietantemente suave—. Pero
simplemente no podías dejarlo, ¿verdad? —Cuando no recibió respuesta, Chris agarró el
cabello de Christine entre sus manos y levantó su rostro para encontrarlo—. ¿Podías?

El grito reverberó en el estudio de arriba y CW retrocedió un paso alejándose de la


pared mientras el odio desnudo brotaba de la boca de su hijo.

₪₪₪₪₪ 318

Arriba, el mayor de los Langston se pasó una mano por el pelo. Durante los últimos
cinco minutos, había escuchado la conversación y, por primera vez desde que comenzó
esta pesadilla, finalmente sabía la respuesta a la pregunta que se había estado haciendo
desde el principio: ¿Por qué? Lentamente, se volvió hacia Marissa, su rostro pálido y
arrugado por la confusión.

—Dime que no es así, Marissa. —Se abalanzó sobre ella—. Dime que no has estado
durmiendo con mi hijo durante los últimos cinco años.

Marissa miró fríamente el rostro de Langston, una pequeña sonrisa surcó el borde de
su mejilla.

—¿Cómo se siente el cuchillo CW, ahora que está en tu propia espalda?

Con un movimiento relámpago, sus manos rodearon el cuello de la mujer.

—Maldita seas. —Luchó contra las manos que tiraban de él hacia atrás cuando toda
su ira subió a sus manos y su agarre se hizo más fuerte—. Te voy a matar, zorra.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

₪₪₪₪₪

Osborne entró en el estudio justo cuando Logan golpeaba a Langston contra la pared,
inmovilizándole un brazo detrás de la espalda.

—¿Qué diablos está pasando aquí?

Marissa estaba sentada al otro lado de la habitación sosteniéndose la garganta


mientras Langston luchaba contra la fuerza del peso de la detective. Tomando una
posición entre los dos, se quedó esperando que alguien respondiera.

»Detective.

Logan inclinó la cabeza en dirección al intercomunicador mientras conducía a


Langston hacia una silla lo más lejos posible de Marissa.

—Siéntese y no se mueva, —y se sorprendió un poco cuando el director general hizo


lo que le ordenaba sin discutir. Le indicó a Álvarez que tomara su lugar y se dirigió hacia 319
la Comandante—. Parece como si la señora Cavanaugh aquí presente hubiera estado
jugando un juego propio, comandante. —Volviéndose hacia Marissa, miró a la mujer con
ojos fríos y duros—. Señora Cavanaugh, ¿por qué no explica de qué se trata todo esto y
nos deja participar a todos en su jueguecito?

Atónito, Christopher escuchó la conversación que tenía lugar en la habitación de


arriba. Su mente daba vueltas con innumerables preguntas. Sus pensamientos se
rompieron cuando la voz de Marissa crepitó a través del intercomunicador. Soltó el agarre
que tenía en el cabello de Christine y caminó lentamente la corta distancia hasta el
parlante como si estar más cerca de la voz de Marissa de alguna manera aclarara las cosas
en su mente.

—No es un juego detective. No es un juego en absoluto. —La mayor de las


Cavanaugh caminó hacia la ventana mirando la extensión del paisaje y más allá—. Conocí
a Chris hace varios años mientras estaba de vacaciones en Roma. Los dos estábamos
solos, pasamos dos semanas en el mismo hotel y muchas horas charlando junto a la
piscina. Se hacía llamar Chris Langsford y decía ser un inversor en Roma en un viaje
combinando negocios y placer. Al principio no sabía quién era, ni siquiera con el parecido
familiar. —Con un encogimiento de hombros, se giró para mirar a CW a los ojos—.
Supongo que pasé tanto tiempo tratando de borrar tu recuerdo de mi mente como lo hizo
tu hijo. Tanto es así, que al principio no lo reconocí. Fue sólo después de varias semanas
de charlar junto a la piscina por las tardes que sume dos y dos.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Una sonrisa caprichosa se dibujó en su rostro.

»Hablábamos durante horas. Sin embargo, fue sólo después de hablar de su madre y
de crecer en Pittsburgh que todo finalmente encajó. En ese momento, su encanto e ingenio
me cautivaron por completo y, a pesar de que él era tu hijo, CW.

Logan observó a Langston con ojo cauteloso, casi esperando que saltara en cualquier
momento. Sorprendentemente, se sentó pesadamente en el sofá, con los hombros caídos.
Con voz derrotada, miró suplicante a Logan.

—Nunca quise lastimarlo. Necesitaba disciplina y se la di de la única forma que


sabía. De la forma en que mi padre me enseñó. —Como si de repente se diera cuenta de
que había revelado una debilidad a los demás, enderezó los hombros y se puso de pie—.
Los hombres Langston tienen que ser fuertes. Muchos han intentado derrotarnos y todos
han fracasado. —Con los hombros rectos, caminó hacia la cámara en la esquina de la
habitación y miró directamente a la lente—. Comenzando con tu bisabuelo, hemos sido
probados y evaluados. Nadie nos ha vencido nunca y nadie lo hará nunca. No mientras
esté vivo. Ahora pon tu trasero en marcha y sé un hombre. Libera a tu hermana y a la
doctora. Enfrenta lo que has hecho y sigamos adelante Christopher. Si nunca te enseñé
nada más, te enseñé a ceder cuando las cartas estaban en tu contra. Ahora lo están hijo, 320
así que terminemos con esto antes de que alguien más salga herido.

El silencio era ensordecedor. La tensión era fuerte en el estudio mientras los segundos
pasaban uno tras otro. Osborne y Dove estaban en otra habitación organizando el respaldo
y Logan deseó en silencio que su pareja estuviera a su lado. Dove siempre había sido
capaz de calmarla sólo con su presencia y ahora necesitaba que la calmaran. No podía
arriesgarse a iniciar ninguna acción basada en las emociones. Tuvo que indagar
profundamente para evitar que el rostro de Madison nublara su juicio. Pasaron los
momentos y todavía no se escuchaba un sonido de la caverna de abajo. Finalmente,
Marissa se levantó y caminó hacia la cámara.

—Oh, por el amor de Dios, CW, aléjate de su cara y siéntate. Eres un inútil. ¿Quién
crees que lo llevó a esto en primer lugar? —Le dio la espalda al hombre que una vez
pensó que amaba y se volvió a la lente de la cámara—. Chris, por favor. No vale la pena
arruinarte la vida por él. Déjame bajar y hablar...

—¡NO!

Los músculos de Logan se tensaron cuando la voz de Madison resonó contra las
paredes. Sus uñas cortaron las palmas de sus manos y se cerraron en puños cuando
escuchó el sonido inconfundible de una mano abofeteándola. Dio dos rápidos pasos hacia
adelante hasta que estuvo al lado de Marissa, y luego conscientemente respiró hondo.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Chris, te prometo que, si terminas con esto ahora, haré todo lo que pueda para
ayudarte.

Logan estaba tratando de mantenerlo hablando mientras su comandante y su


compañero establecían un sitio remoto para coordinar el equipo SWAT. Con cámaras por
todas partes, todos sabían que un ataque sorpresa no estaba en el plan de juego. Su única
esperanza era encontrar alguna manera de acceder a la caverna de abajo sin ser
observados. Langston no había brindado ninguna esperanza en ese nivel cuando describió
el extenso trabajo que se había completado para cerrar el área donde Chris ahora retenía
a las dos mujeres de la parte de la caverna no utilizada que el abuelo del millonario había
creado cuando construyó la casa en la base de la montaña a principios de 1900 como
medio de escapar de cualquier ataque a su hogar.

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Durante los acalorados comentarios entre Chris y su padre, Christine luchó con las 321
ataduras que le ataban las manos a la espalda. Se congeló y contuvo la respiración cuando
el cordón se deslizó de su muñeca, lo que provocó que su hombro se inclinara hacia
adelante. Chris no pareció darse cuenta de sus movimientos, así que se recostó, con las
manos detrás de la espalda y esperó. Pronto su hermano se apartó de la médica y la miró.
Por primera vez desde que volvió a ver a su hermano, parecía demacrado y confundido.
Aferrándose a la esperanza, se obligó a relajarse y habló en voz baja.

—Chris, déjanos ayudarte. Si hubiera tenido alguna idea de lo que papá te hizo, nunca
lo habría tolerado. —Observó cómo los ojos de Chris se cerraban ante los dolorosos
recuerdos—. Eres mi hermano Chris. No me importa lo que hayas hecho hasta este
momento. Todo lo que me importa es lo que sucede ahora y lo que puedo hacer para
ayudarte a superarlo. —Una lágrima rodó por el rostro de Chris—. Por favor, Chris. Te
prometo que nunca más te hará daño. No mientras esté aquí para ayudarte.

—Excelente discurso, querida. Si no te conociera mejor, pensaría que te has


cambiado de bando.

Los hermanos Langston se giraron hacia un rincón oscuro de la caverna para ver a su
padre parado a menos tres metros de distancia.

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CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Logan dio un respingo cuando la voz del anciano Langston sonó a través de los
altavoces. Sus ojos recorrieron la habitación mientras giraba, buscando a Langston,
rezando porque sus oídos le estuvieran jugando una mala pasada.

—Jesucristo —susurró en voz baja mientras salía disparada de la habitación, dejando


a Marissa con una mirada desconcertada en su rostro.

Corrió a la cocina interrumpiendo la conversación susurrada entre Osborne y su


pareja.

»Dove, tenemos que encontrar una manera de entrar en esa caverna. Langston nos ha
dado esquinazo y ahora está ahí abajo con ellos.

La cabeza de Osborne cayó hacia atrás con exasperación mientras se pasaba una
mano por el cabello.

—Oh, por el amor de Dios, McGregor, ¿cómo lo ha hecho? Se suponía que lo estabas
vigilando. —Le dio a su detective una mirada de acero antes de pasar junto a ella y ladrar
órdenes a los oficiales que manejaban la puerta principal.
322
Una mano tranquilizadora se posó en el hombro de Logan y ella levantó la mirada
hacia la de su pareja esperando ver una mirada de decepción. Lo que vio fue la confianza
que necesitaba de él en ese momento.

—Encontraremos una manera de entrar, lo prometo. No nos iremos de aquí sin que
la buena doctora este viva y bien.

Antes de que Logan pudiera responder, los disparos resonaron desde algún lugar
profundo de la caverna de abajo y resonaron a través del sistema de sonido en toda la
casa.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Capítulo treinta y cuatro

Mientras la escena se desarrollaba frente a ella, Madison estaba sentada, todavía


atada con las manos a la espalda, atónita. Sin previo aviso, Christine saltó de la silla y se
arrojó, con los hombros hacia abajo como un corredor de línea, contra el costado de Chris.
Se produjo el caos y, en algún momento durante la lucha, el arma se disparó, sacando a
la doctora de su estado de shock. Sus ojos estaban fijos en las dos formas que luchaban
frente a ella y contuvo la respiración en parte por miedo a que el arma se disparara de
nuevo mientras apuntaba en su dirección, así como por miedo a que Christine no pudiera
vencer al hombre aparentemente más fuerte. De alguna manera, sus instintos de
supervivencia se hicieron cargo y mientras miraba con horror, también luchó por escapar
de las ataduras que la aprisionaban en la silla. Las cuerdas se estaban aflojando, pero antes
de que pudiera liberarse, la lucha había terminado y, para su consternación, Chris había 323
salido victorioso y estaba de pie, aunque tembloroso, con el arma en la mano, apuntando
directamente a su hermana.

Chris miró a su hermana,

—Debería volarte los sesos aquí mismo. —Su voz llena de veneno.

La mujer más pequeña, con la ropa desgarrada y maltratada por la lucha, miró
directamente a los ojos de su hermano.

—Adelante. Lo vas a hacer de todos modos. —Los segundos pasaron en silencio


mientras los dos hermanos se miraban fijamente. Finalmente, luchó por ponerse de pie
antes de sacudirse la ropa y mirar hacia Madison—. Pero recuerda, si me matas, sólo
tienes un as más en la manga y no pienses ni por un minuto que el Departamento de
Policía de Pittsburgh se sentará a negociar contigo si empiezas a matar a tus rehenes.

Un débil gemido desde las sombras de la caverna interrumpió el tenso momento.


Todos los ojos recorrieron la habitación a oscuras hasta que finalmente se posaron en CW
Langston, que yacía en el suelo de tierra, con la camisa empapada de sangre.

₪₪₪₪₪
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Osborne ladraba órdenes cuando Logan y Dove entraron en el atrio abovedado que
servía de entrada a la mansión Langston.

—Dígale a SWAT que traiga sus culos aquí de inmediato. —Señalando a otro oficial
con los ojos muy abiertos, continuó, aportando una apariencia de organización al caos—
. Consígame los planos de ingeniería de esta monstruosidad y apúrese, oficial. Los quiero
para ayer.

Se volvió hacia Logan, su voz áspera pero sus ojos mostrando un poco de compasión
por su detective.

—Estás demasiado cerca de esto McGregor. No te estoy echando del caso, pero estoy
tomando el mando.

Logan abrió la boca para discutir, pero su comandante levantó una mano de
advertencia antes de que pudiera pronunciar una palabra.

»Esto no es un debate McGregor, estás demasiado cerca. Esto es personal para ti, lo
ha sido desde el principio de la investigación. —Se acercó más en un esfuerzo por calmar
su necesidad, sin los oídos que escuchaban a escondidas tanto como para ofrecer un 324
comentario consolador—. La sacaremos de allí, Logan, te lo prometo. —Con eso, la
comandante se giró y comenzó a coordinar una ofensiva con la pequeña multitud de
oficiales y detectives que se habían congregado en el atrio.

Logan sintió una mano reconfortante en la parte baja de su espalda mientras Dove se
alejaba y se dirigía a un mayordomo de ojos muy abiertos que se encontraba al margen
de la multitud.

₪₪₪₪₪

Haciendo acopio de todo su coraje, Madison respiró hondo y rompió el silencio en la


caverna.

—Chris, tu padre está gravemente herido. Por favor, desátame para que pueda verlo.

—Que se muera, joder. —Se volvió hacia la doctora y escupió, los años de odio
acumulado evidentes en su voz—. Agradable y lento, como me ha estado matando toda
mi vida.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Incluso sabiendo que no había mucho que pudiera hacer por el anciano Langston en
la caverna, sus años de entrenamiento la obligaron a continuar con la discusión. Miró a
Langston, su rostro gris por la pérdida de sangre. Al recordar una conversación que ella
y Dove habían tenido sobre el caso, su atención se centró de nuevo en el hombre que
estaba parado frente a ella.

—Chris, puedes alegar locura temporal con los otros casos, pero si lo dejas ahí tirado
y muere, entonces estarás dejando caer un caso de asesinato premeditado en el regazo del
Departamento de Policía de Pittsburgh.

Parpadeó y sus ojos se movieron de un lado a otro entre ella y su padre. Sabía que él
estaba considerando sus opciones y no iba a dejar pasar el momento.

»Puedes alegar defensa propia. Se te acercó sigilosamente, te asustó.

Desde el otro lado de la habitación, Christine habló sabiendo que el intercomunicador


continuaba transmitiendo su conversación a la casa de arriba.

—Eso es lo que vi. Chris, al menos déjala intentarlo.


325
Pasando una mano por su cabello, Chris caminó por la pequeña caverna por unos
momentos antes de caminar con determinación hacia su hermana.

—Recoge la cuerda y dámela, luego siéntate y pon tus manos detrás de tu espalda.

Christine hizo lo que le decía y Chris rápidamente ató sus manos. Esta vez se aseguró
de que las cuerdas estuvieran seguras, observando la atadura mientras mordía la suave
carne de las muñecas de su hermana.

»No pienses ni por un minuto que vas a tener otra oportunidad conmigo. —
Poniéndose de pie, caminó hacia su otra rehén y se detuvo lo suficientemente cerca como
para oler lo que solo podía ser una mezcla de colonia dulce y miedo—. Un movimiento
en falso de tu parte y Chrissy está muerta. ¿Entendido?

Madison asintió y respondió en un susurro.

—Sí

Con cautela, se colocó detrás de la doctora, le desató las muñecas y luego se alejó
rápidamente, apuntando el arma hacia su hermana.

—Nada imaginativo, o la mato.


CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

₪₪₪₪₪

Impotente, Logan miró cómo la comandante organizaba una ofensiva. Todos se


movían como en cámara lenta. Su atención se desvió hacia el otro lado de la habitación
cuando Dove se aclaró la garganta disimuladamente. Cuando miró en su dirección, él
inclinó sutilmente la cabeza y comenzó a moverse. Mientras él se alejaba lentamente de
la multitud, ella también lo hizo y se encontraron al final de un largo pasillo que
aparentemente conducía a varios dormitorios en un ala de la mansión. Su compañero dudó
sólo un momento antes de seguir adelante.

—Probablemente perderemos nuestras placas por esto, pero qué diablos. —Dio
media vuelta y abrió la marcha hacia los espaciosos dormitorios de la suite principal.

Logan lo siguió en silencio, esperando que su pareja explicara la reunión secreta. No


tuvo que esperar mucho para obtener una respuesta, ya que Dove se movió rápidamente
hacia el pequeño estudio conectado con el dormitorio. Para su sorpresa, vio que Dove se
movía detrás del escritorio, abría un cajón y buscaba. Escuchó un clic y luego la librería
detrás del escritorio comenzó a deslizarse hacia la pared. 326
Como sorprendido, Dove se dio la vuelta y sintió una brisa fresca, húmeda y
almizclada acariciarle la cara. Por un momento, los dos detectives se quedaron mirando
fijamente la abertura, contemplando en silencio su descubrimiento y las consecuencias
que podrían serles impuestas por su comandante en el exterior si entraban en el pasillo.

—¿Cómo lo has sabido? —Los ojos de Logan iban de la puerta abierta a su pareja.

—El mayordomo. Lo saben todo —Lentamente se volvió hacia su compañera y


amiga, con una mirada inquisitiva en sus ojos.

—¿Estás conmigo?

Dando su primer paso confiada en la última hora, se movió hacia el pasillo oscuro.

—Maldita sea, si lo estoy.

No pudo evitar sonreír, pero hizo a un lado la excitación inducida por la adrenalina
cuando agarró el brazo de Logan, impidiendo que se precipitara hacia la caverna.

—Sin heroísmo McGregor. Estamos juntos en esto y tengo la intención de que todos
salgamos vivos de esta cueva.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Logan sostuvo su mirada, luego cerró los ojos y respiró hondo. Tenía razón, lo sabía
y, aunque su primera reacción fue seguir adelante, también sabía que entrar en la cueva
sin ser detectados sería, en el mejor de los casos, difícil. Poner fin a esto sin más
derramamiento de sangre, o peor aún, otra muerte, requeriría delicadeza y paciencia.
Asintiendo, le sonrió a su compañero.

—Tú guías.

Dove se quedó momentáneamente atónito por la respuesta de su compañera. Logan


siempre había sido el líder en sus casos. Nunca había sido una pregunta en su mente quién
era el mejor. De los dos, Logan tenía más experiencia y astucia callejera y siempre había
estado feliz y contento de trabajar con la renombrada detective. Ahora que había perdido
su mando, rezaba para que no la defraudara a ella ni a los otros retenidos como rehenes.

₪₪₪₪₪

327
Madison se arrodilló junto a Langston evaluando expertamente su estado mientras
agarraba la parte delantera de la camisa almidonada y empapada de sangre. Los botones
volaron en todas direcciones mientras la tela se rendía. Pocas personas realmente
consideraron cuánta fuerza bruta se necesitaba para manipular los huesos del cuerpo
humano y, en la mayoría de los casos, incluso más se sorprendieron al descubrir que,
debajo del exterior suave y femenino que trabajaba tan duro para mantener, podía manejar
incluso las manipulaciones más obstinadas. La doctora sabía que las condiciones
primitivas dentro de la caverna trabajarían en su contra para brindarle el tratamiento
adecuado.

La herida estaba justo encima del pezón derecho y rezó para que la bala no hubiera
penetrado en un pulmón en su camino hacia el pecho. Su respiración, aunque superficial,
era constante, sin los familiares sonidos de traqueteo que indicaban sangre en los
pulmones. Con suerte, la bala sólo había abierto un camino a través del músculo y no
había cortado ninguna de las arterias cercanas. También cruzó por su mente el peligro de
un posible taponamiento cardíaco. Si la bala hubiera mellado el pericardio causando que
la sangre se acumulara en el saco protector que rodea el corazón, la acumulación de sangre
dentro del saco comprimiría el corazón y evitaría que el órgano que sostiene la vida
bombeara sangre por todo el cuerpo.

Sin equipo disponible, su único modo de tratamiento era retardar la pérdida de sangre.
Con suerte, podría sobrevivir unas pocas horas en estas condiciones, pero sin el
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

tratamiento adecuado, sus posibilidades de supervivencia se reducían exponencialmente


por horas.

—Necesita ser trasladado a un hospital de inmediato. —No levantó la vista mientras


continuaba revisando sus signos vitales.

—De ninguna manera. —La voz del joven Langston era fría y dura—. Haz lo que
puedas por él aquí, pero nadie se irá.

—Chris... —El comentario de Christine fue interrumpido por el frío cañón de la


pistola presionando contra la parte posterior de su cabeza. Un escalofrío recorrió su
cuerpo al pensar en la bala dentro de la cámara de la vieja pistola calibre 22 de su padre
atravesando su cráneo y adentrándose en la suave masa gris de su cerebro.

—Esto no está en debate.

Para su alivio, el arma fue retirada cuando su hermano se movió hacia los dos en el
piso de tierra.

»Resulta irónico, ¿no es cierto, doctora, que esté haciendo todo lo posible para salvar 328
al hombre responsable de todo esto?

Madison se arriesgó a mirar al hombre que se alzaba sobre ella.

—No. A diferencia de ti, Chris, no hago de juez ni de jurado. No me importa cómo


o por qué alguien queda bajo mi cuidado. Mi única preocupación es ayudarlo a superarlo.
—Señaló la cuerda desechada que una vez le había atado las manos a la espalda—.
Pásame esa cuerda y quítate la camisa.

Para su sorpresa, hizo lo que le pedía, primero entregándole la cuerda y luego


moviendo el arma de una mano a la otra mientras se quitaba la camisa, sin apartar los ojos
de la doctora mientras se arrodillaba junto al hombre que, sólo por la mecánica de la
biología, se hacía llamar padre.

₪₪₪₪₪

Logan siguió a Dove por el pasillo húmedo y luego palpó la pared hasta que localizó
el interruptor que activaba el motor silencioso que cerraba la librería. Probablemente
construido a medida para que él pudiera mantener su pasadizo secreto lejos de oídos
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

indiscretos, pensó. Por suerte, Langston no se había molestado en camuflar el interruptor


en el interior, ya que lo más probable era que él fuera el único que lo usaba. La mano de
Logan estaba sobre el hombro izquierdo de Dove y la otra contra las frías y húmedas
paredes del pasillo. Su progreso era lento mientras caminaban al unísono a través de la
oscuridad total, sintiendo su camino a lo largo de las paredes. Cada pocos minutos se
detenían y escuchaban atentamente en busca de algún sonido más adelante, y luego
continuaban la marcha lenta hacia el infierno al que se enfrentarían al final del túnel.

Logan esperaba que Osborne estuviera demasiado ocupada gritando órdenes como
para no verlos, pero sabía que pronto se descubriría su ausencia. Su única vacilación en
aceptar las ideas de Dove había sido el riesgo para su carrera. No se preocupaba por sí
misma, reconociendo casi con demasiada confianza que su historial y su desempeño
anterior en el trabajo probablemente asegurarían su supervivencia de cualquier
investigación interna. Sin embargo, no estaba tan segura de Dove. Bueno, que se jodan
todos, si lo despiden, también renuncio.

Después de lo que parecieron horas de caminar a ciegas, un pequeño rayo de luz


atravesó la oscuridad. Dove se detuvo y Logan apretó suavemente su hombro, haciéndole
saber que también lo había visto. Moviéndose aún más lento ahora, se acercaron, con los
oídos atentos a los sonidos del interior de la caverna. Cuando llegaron a una curva en el 329
pasillo, Dove se tensó y se detuvo en seco, presionando su cuerpo contra el de Logan.
Durante segundos interminables se quedaron conteniendo la respiración, esperando y
observando cualquier señal de que su presencia hubiera sido notada. Dove se arriesgó a
echar un rápido vistazo alrededor de la pared curva y dentro de la cueva brillantemente
iluminada. Lo que vio envió escalofríos por su espalda y, por primera vez desde su entrada
en el pasillo, una gota de sudor inducido por el miedo se deslizó por su espalda.

₪₪₪₪₪

Arriba, Osborne se volvió hacia el último lugar donde había visto a Logan antes de
tomar el mando de la operación, para descubrir que no estaba allí. Sus ojos recorrieron la
habitación y de nuevo y, al no encontrar nada, se volvió hacia uno de los oficiales.

—¿Dónde está MacGregor?

Temiendo las repercusiones de no tener una respuesta, se encogió de hombros y


tartamudeó:
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Yo... no sé, comandante. —Se movió de un pie al otro—. No la he visto desde hace
bastante tiempo.

Pasando una mano por su cabello castaño rojizo, murmuró mientras giraba y se
dirigía hacia el estudio.

—Si se ha ido sola, le dispararé yo misma.

—Disculpe, comandante.

Se sorprendió al encontrar al tímido oficial a la par de ella.

—Um, nada. Ve a buscar al detective Dvorak y tráelo aquí de inmediato.

Aliviado de tener alguna razón para escapar, el oficial dio media vuelta y aceleró en
la otra dirección, dejando a la comandante sola en la habitación con Marissa Cavanaugh.
El día iba de mal en peor. Genial, jodidamente genial. Voy a dispararte sólo por pura
diversión, McGregor.

330
₪₪₪₪₪

Madison tomó la camisa a Chris y le dio la vuelta, tratando de encontrar el área más
limpia de la tela sucia para colocarla directamente sobre la herida. Mientras presionaba la
camisa contra el pecho de Langston, miró a Chris.

—Necesito ayuda. ¿Puedes sostener esto mientras ato la cuerda?

El joven de repente pareció asustado. Lo último que quería era tocar al hombre
responsable de su dolor y sufrimiento. Había perdido la batalla consigo mismo y se había
rendido a las súplicas de la doctora para que le diera la oportunidad de salvar la vida de
su padre, pero tomar parte activa en el esfuerzo era casi más de lo que podía permitirse.

—Chris, por favor. Necesito un vendaje de presión en esta herida para detener el
sangrado, de lo contrario, puede morir. —Miró a Christine, atada a la silla al otro lado de
la habitación—. Si no quieres ayudar, deja a Christine.

—NO. —Agitó el arma en dirección a su hermana y comenzó a caminar por el


suelo—. Ella perdió su oportunidad cuando me golpeó. Estás sola doctora. Te estoy dando
la oportunidad de salvar al bastardo, pero no te estoy ayudando a hacerlo.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

₪₪₪₪₪

Desde el interior del pasadizo oscuro, Dove se agazapó con la esperanza de evitar
que se descubriera su presencia hasta que pudieran formular un plan. Sabía que la
incapacidad para hablar, o incluso susurrar, iba a hacer que trazar un plan fuera casi
imposible. Sin embargo, él y Logan habían trabajado juntos lo suficiente como para tener
una idea innata de cómo reaccionaría cada uno ante cualquier situación dada. Esta iba a
ser su mayor prueba y, desafortunadamente, si calculaban mal o, peor aún, perdían, el
costo sería más de lo que quería contemplar en este momento. Mientras se acercaba, su
mano aterrizó en algo suave y miró hacia abajo para ver un pequeño botón. Un plan cobró
vida en su mente, pero sabía que tenía que ser rápido.

₪₪₪₪₪

331
Marissa Cavanaugh estaba sentada en el lujoso sofá del estudio de CW Langston,
con el rostro duro y frío mientras observaba a la comandante del Departamento de Policía
de Pittsburgh entrar en la habitación. Su primer instinto fue desatar años de palabras no
dichas a la mujer que le había robado a su esposo y su futuro. Sin embargo, ahora que
había llegado el momento, se encontró incapaz o incluso no dispuesta a sacar a relucir el
pasado. Lo más importante en su mente era sacar a su hija ilesa de esa cueva olvidada de
Dios. Irónicamente, la persona que estaba a cargo de la operación, la que rescataría o
mataría a su hija, era la persona que más odiaba.

Vacilante, la comandante habló.

—Su hija es una mujer valiente. Señora Cavanaugh. Debería estar orgullosa de ella.

Levantando la barbilla, Marissa habló en voz baja.

—Estoy muy orgullosa de ella. Afortunadamente se parece a su padre en que nunca


escapó de un desafío. —Se puso de pie, caminó hacia la ventana y miró la actividad que
para ella era puro caos en el jardín delantero. Sin embargo, sabía que la actividad exterior
era un plan extremadamente organizado y eficiente que se unía. Se volvió hacia la mujer
tensa que estaba de pie al otro lado de la habitación— ¿Cuáles son las posibilidades de
sacarlos con vida? —Se movió unos metros más adentro de la habitación—. Y no juegues
conmigo. Lo quiero directo y sin el encubrimiento político.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Osborne sintió un renovado respeto por la mujer y decidió contarle los hechos.

—¿Honestamente? No es bueno. Sólo los dos hombres Langston conocen la entrada


y la salida. —Por centésima vez ese día se pasó una mano por el pelo y se sentó
pesadamente en la silla junto al sofá. Había repartido las órdenes, ahora todo lo que
quedaba por hacer era esperar hasta que todos estuvieran listos para moverse, así que se
tomó un minuto para sentarse y descansar mientras le explicaba la situación a la mujer—
. Lo mejor que podemos esperar es encontrar una forma alternativa de entrar en las
cavernas, una que nos proporcione un elemento de sorpresa.

—Comandante, ¿y si no tiene ese elemento sorpresa? ¿Entonces qué? —Se dejó caer
en el sofá junto a la mujer uniformada, sin esperar una respuesta antes de continuar con
sus preguntas—. Incluso en mi estado inexperto, sé que no quiere un tiroteo dentro de una
habitación hecha de piedra.

Osborne asintió. Los muros de piedra habían sido una de las consideraciones más
difíciles. Si bien sería una trampa ineludible si pudieran encontrar la entrada a la
habitación de piedra de abajo, las paredes de piedra también eran su mayor obstáculo. Un
enfrentamiento en un edificio de madera y yeso permitía el lujo de formular un ataque
ofensivo mucho más fácil. Siempre que la carne blanda no impidiera el avance de una 332
bala perdida, la mayoría penetraría y se alojaría en las paredes de la habitación. La piedra
era algo totalmente diferente. En este caso, una bala perdida simplemente rebotaría en la
piedra y multiplicaría la probabilidad de que a uno de los inocentes recibiera un disparo.

—Esa es una observación muy astuta, señora Cavanaugh, y una con la que he estado
luchando desde que nos enteramos de la cueva.

—¿Qué pasa con el gas lacrimógeno? —Marissa sabía que se estaba aferrando a un
clavo ardiendo, pero se sentía inútil y más que parcialmente responsable de los
acontecimientos actuales. Si se hubiera dado la vuelta y se hubiera marchado cuando se
dio cuenta por primera vez de quién era realmente Chris Langford, toda esta pesadilla
podría haberse evitado.

La comandante levantó una ceja sorprendido. Mujer inteligente.

—Ha sido considerado, pero dado que el plan de Langston ha sido formulado durante
bastante tiempo, sentimos que lo más probable es que estuviera preparado para ese tipo
de ataque. Es obvio por las discusiones anteriores que tiene la cueva bien abastecida con
comida y agua, suficiente para espéranos el tiempo que sea necesario. —Levantándose,
caminó hacia la ventana para ver el progreso afuera. Su voz reveló sus frustraciones
reprimidas—. Ha estado un paso por delante de nosotros todo el tiempo. Langston no es
el matón callejero habitual. Es inteligente y astuto, y sumado a eso su falta de
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

arrepentimiento por ninguno de los asesinatos, lo hace muy peligroso. —Se volvió y se
encontró con los ojos de la mujer—. Es el tipo de criminal al que la mayoría de los
detectives, incluida yo misma, tememos más. No tanto por lo que han hecho, sino por lo
que son capaces de hacer si se los acorrala.

Ambas mujeres se callaron mientras contemplaban las posibilidades, todas las que se
les ocurrían eran horrendas y aterradoras.

333
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Capítulo treinta y cinco

La ejecución y el momento tenían que ser perfectos, de lo contrario su tapadera sería


descubierta y luego, solo Dios sabía lo que sucedería. Mientras disminuía la velocidad,
respiraba hondo y evocaba recuerdos de la infancia de los cuartos de juego a lo largo de
la calle donde creció, Dove pulsó el botón con el pulgar y vio cómo volaba por el aire.
Como en cámara lenta, el pequeño disco blanco se arqueó y comenzó su descenso,
aterrizando perfecta y silenciosamente en el centro del pecho de CW Langston, y
directamente en la línea de visión de la doctora.

Madison se movió para quitar el botón pensando que se había alojado en su cabello
cuando le arrancó la camisa a Langston y se cayó mientras inclinaba la cabeza para revisar
la herida una vez más, pero algo detuvo su mano en el aire. Lentamente, de forma
encubierta, levantó la vista hacia la entrada y se quedó atónita al ver a Dove arrodillado
334
en el suelo de piedra a unos cinco metros de distancia. En el siguiente segundo, casi jadeó
cuando un movimiento diminuto sobre la cabeza de Dove llamó su atención y se encontró
mirando a los ojos de Logan. Podía sentir su corazón martilleando dentro de su pecho y
temía que, si Chris se giraba hacia ella en ese momento, su expresión delataría a los dos
detectives ocultos. Deliberadamente, se obligó a mirar de nuevo al hombre herido en el
suelo frente a ella mientras su mente repasaba las posibilidades de lo que estaba por venir.

—¿Cómo está?

Sobresaltada, Madison saltó cuando la voz de Christine rompió el silencio.

—Umm, él... uh, está bien por ahora. —El pánico corrió por sus venas cuando Chris
se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia ellos.

Chris se detuvo frente a Madison, de espaldas a la puerta y golpeó a su padre en las


costillas con el pie, provocando un gemido bajo del hombre herido.

—Me parece que está bien.

—No está bien, Chris. No sé cuánto tiempo más podrá sobrevivir aquí sin la atención
adecuada. Por favor, deja que los paramédicos entren y se lo lleven. —Estaba tratando de
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

formular un plan propio—. Al menos entonces la policía se lo tomará con calma si les
demuestras que tienes algo de compasión.

Su risa sonó más aprensiva cuando rebotó en las paredes de piedra.

—Sí, claro, doctora. No irá a ninguna parte, por dos razones. Una porque digo que
no y la segunda, porque nadie más conoce el camino aquí y planeo mantenerlo así. —Se
burló de la médica—: Has tenido suerte durante tu pequeña caminata por el bosque y te
has tropezado con él justo después de que Chrissy y yo llegamos y antes de que pudiera
cerrar la escotilla. Nadie encontrará el camino hasta aquí. —Con los brazos extendidos;
se dio la vuelta riéndose, luego se detuvo y, para horror de Madison, apuntó el arma en
dirección a la abertura en la pared de piedra—. Y por allí, nadie más que el gran y
poderoso CW Langston y yo sabemos a dónde lleva eso. —Con otra patada a medias en
las costillas de su padre, continuó—: Y no tendrá la oportunidad de decírselo a nadie. —
Se dejó caer en la silla donde Madison había estado previamente atada, la mirada de
cansancio evidente en su rostro.

Eso podría jugar a nuestro favor. Madison se sentó junto a CW, apoyada contra la
pared rezando por la oportunidad de hacerle saber a Christine de la presencia de Dove y
Logan en el pasillo. Como por telepatía, Christine se movió en la silla. 335
—Chris, estas cuerdas me están cortando las muñecas. Por favor, aflójalas un poco.

Saltó de la silla, arma en mano, y se paró frente a su hermana.

—¿Crees que soy estúpido? No te voy a dar otra oportunidad. Lo has arruinado.

—Por favor, me duelen. Me doy cuenta de que estoy sangrando.

Chris se colocó detrás de su hermana y miró fijamente las ataduras de las manos de
su hermana. Sus dedos estaban de color azul por la falta de circulación y salpicaduras de
sangre marcaban el piso de tierra directamente debajo de sus manos. De repente, su
corazón ya no estaba en lastimar a Christine. Sí, sin saberlo, ella jugó un papel en la
tortura de su infancia, pero al final, realmente no podía culparla por su dolor. Ella sólo
estaba haciendo lo que tenía que hacer para sobrevivir a la ira del poderoso CW

—Oye doctora. Ven aquí y encárgate de esto.

Madison se levantó y se movió lentamente por la habitación. Cuanto más se alejaba


del pasadizo, más fuerte era la pérdida de conexión que sentía con Logan. De alguna
manera, saber que simplemente podía girar la cabeza y ver a la detective la tranquilizaba.
En cambio, se concentró en la tarea que tenía entre manos. Esta puede ser la oportunidad
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

que necesito para hacérselo saber. La médica se arrodilló detrás de Christine y aflojó las
ataduras bajo la atenta mirada de Chris.

»No hagas ninguna tontería, doctora. Odiaría tener que atarte de nuevo también a ti.

Madison trabajó en aflojar las ataduras con cuidado de no causar más daño. La sangre
se había secado alrededor de las ataduras haciendo que la cuerda se adhiriera a la carne
desgarrada. Cada vez que tiraba de la cuerda, Christine se estremecía de dolor.

—Necesito un poco de agua para aflojarlos. Tirar de ellas así sólo empeorará los
cortes.

Los ojos de Chris iban de una mujer a otra como si estuviera contemplando, y luego
se inclinaron hasta que Madison pudo sentir su cálido aliento contra su mejilla.

—No intentes nada tonto o tendré también que castigarte.

Un escalofrío le recorrió la espalda cuando el frío acero del arma le acarició la mejilla.

—Nada tonto, lo prometo. 336


Chris se quedó un momento mirando a esta hermana antes de girarse y caminar hacia
una hielera en el lado opuesto de la habitación. Mientras se alejaba, Madison se acercó
más a Christine, sabiendo que incluso un susurro podría detectarse dentro de los confines
cavernosos.

⸻Están en el pasillo.

La escuchó justo cuando se agachaba para abrir la hielera. Dándose la vuelta, apuntó
con el arma en dirección a las mujeres.

—¿Qué le has dicho?

Las cabezas de las dos mujeres giraron en dirección a Chris y observaron


aterrorizadas mientras él cruzaba la habitación con el arma apuntando a la cabeza de
Madison.

—Yo... sólo me disculpaba por lastimarla cuando he tratado de aflojar las cuerdas.
—Estaba aterrorizada y por un momento pensó que todo iba a llegar a un final rápido
cuando una bala le atravesara el cráneo, directamente entre los ojos. Cuando Chris
presionó el cañón del arma directamente entre sus ojos, se quedó helada. En un destello
de un segundo, las imágenes de Logan, su familia y todo lo que era preciado para ella
destellaron detrás de sus párpados y luego, tan rápido como comenzaron, se detuvieron.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Para su profundo alivio, Christine todavía estaba tratando de comprender lo que le había
dicho y la mirada confundida en su rostro aparentemente convenció al hombre de que
estaba diciendo la verdad.

—Ni una palabra más de ninguna de las dos. —Dejó caer el arma a su lado y
retrocedió lentamente por la habitación hacia los refrigeradores.

Su mirada envió un escalofrío por la columna vertebral de Madison. Jesús, eso ha


estado cerca.

₪₪₪₪₪

Logan sintió que su corazón se aceleraba cuando vio la mirada en el rostro del joven
Langston. Ocultos en el pasillo oscuro y fuera de su línea de visión, lo vieron desaparecer
de la vista, pero pudieron escuchar claramente la conversación que siguió. Era evidente
que el arma apuntaba a una de las mujeres, pero ninguno estaba seguro de cuál. Logan se 337
obligó a respirar uniformemente y tuvo que profundizar para encontrar el estado mental
tranquilo y estoico al que había invocado tantas veces en el pasado. Esta vez era imposible
permanecer desconectada. Esta vez, su vida, su futuro y la mujer que amaba pendían del
delicado equilibrio entre la confianza entrenada y el pánico total. Mientras apretaba
inconscientemente el hombro de Dove como un tornillo de banco, sintió que la mano de
él cubría la suya ofreciéndole tranquilidad silenciosa.

Demasiadas veces para contar, él había confiado ciegamente en ella para tomar
decisiones rápidas de vida o muerte, ahora tenía que devolverle esa confianza y dejar que
él tomara la decisión de cuándo moverse. Esperaron lo que parecieron horas interminables
mientras sus extremidades se acalambraban por mantener sus cuerpos inmóviles mientras
se escondían en la oscuridad. Su paciencia se estaba agotando. Había contado al menos
dos veces en las que podrían haber hecho un movimiento, pero Dove decidió no seguir
adelante. En silencio, lo instó a continuar con una presión constante en su hombro,
rogándole que hiciera un movimiento pronto.

₪₪₪₪₪
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

—Disculpe comandante. —El joven oficial estaba de vuelta y esta vez con el
mayordomo a remolque.

—Sí, ¿qué pasa? —Su paciencia se estaba agotando rápidamente a medida que los
eventos en el exterior se movían a un ritmo increíblemente lento. No podían poner en
marcha su plan hasta que todos estuvieran en su lugar y ella aún tenía que poner sus manos
en el plano de ingeniería que le había ordenado a uno de los otros oficiales que encontrara
hacía más de una hora.

—Umm, este es el mayordomo del señor Langston, señora.

El hombre, obviamente abrumado por la conmoción tanto dentro como fuera de la


casa, miró bruscamente a la mujer detrás del joven oficial. Quería escapar de regreso a su
habitación y cerrar la puerta, pero sabía que no se produciría un escape en el corto plazo.
Sus ojos se encontraron en el rostro familiar de Marissa Cavanaugh y asintió levemente
a la mujer sentada en el sofá.

—No necesito un mayordomo oficial. Necesito los planos de esta monstruosidad. —


Apartó las cortinas con una mano y miró con impaciencia por la ventana.
338
—Ummm señora, él conoce un camino hacia la caverna. —El oficial plantó sus pies
para lo que sabía sería una explosión con sus siguientes palabras—. Aparentemente, le
dijo a uno de los detectives dónde estaba hace aproximadamente una hora y nadie los ha
visto desde entonces.

Estás tan muerta McGregor.

—Muéstreme. —Atravesó la habitación como una exhalación y salió al atrio. No


estaba segura de si el pequeño mayordomo estaba huyendo de ella o simplemente estaba
tratando de evitar ser derribado, mientras corría furiosa hacia el otro extremo de la
mansión. La condujo a lo que indicó que era la suite principal. Cuando entraron, abrió el
camino hacia una habitación más pequeña en el lado opuesto y señaló la librería en la
pared adyacente. Lentamente cruzó la habitación y estudió la estructura. Un ojo inexperto
lo habría pasado por alto, pero lo vio de inmediato.

Aparentemente, años de uso habían deshilachado las fibras directamente contra el


panel de madera. Cuando se arrodilló para mirar más de cerca, su mirada se posó en algo
debajo del escritorio, al parecer una tela de algún tipo. Sacó un abrecartas del portalápices
que había sobre el escritorio y se arrodilló de nuevo junto al escritorio. Enganchando la
tela con el extremo afilado, se puso de pie para ver mejor y maldijo en voz baja cuando
la única explicación le vino a la mente. McGregor.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

»Es sólo un vendaje. —Lo dejó caer sobre el escritorio y miró al mayordomo—. Si
mis oficiales resultan heridos por esto, tendrás que lidiar conmigo. —Casi podía oír al
pequeño hombre temblar en sus zapatos.

—Yo… yo sólo estaba respondiendo las preguntas de ese hombre, honestamente. —


Todo lo que quería hacer era correr, poner tanta distancia entre él y esta mujer como fuera
humanamente posible.

—¿Dónde está el interruptor de apertura? —Se elevaba sobre él ahora, con la


intención de obtener respuestas rápidas.

—El escritorio. Está en algún lugar dentro del escritorio. —Sus ojos iban y venían
entre la imponente mujer y el nervioso oficial⸻. Debajo del cajón izquierdo.

Justo cuando Osborne se volvió hacia el escritorio, la librería comenzó a moverse


silenciosamente hacia la pared. Sonriendo, el joven oficial se puso de pie y abrió la boca
para hablar, pero antes de que pudiera hacerlo, una mano levantada de su oficial al mando
lo detuvo.

Osborne le indicó que cerrara la puerta y luego les indicó a todos que salieran de la 339
habitación. Sólo después de cerrar la puerta de la suite principal volvió a dirigir su
atención hacia el mayordomo y habló en voz baja.

—¿Qué distancia hay hasta las cuevas?

El mayordomo se movió de un pie al otro.

—No lo sé. Nunca he estado allí. —La idea de entrar en la cueva oscura le produjo
un escalofrío. Durante años, observó desde la distancia cómo su jefe arrastraba al niño
aterrorizado a las cuevas. Muchas noches se había sentado en la casa tranquila escuchando
los gritos de abajo, pero nunca escuchó ningún sonido. Por eso sospechaba que las cuevas
estaban bastante lejos de la casa principal o muy por debajo de ella.

El intercomunicador había sido apagado desde algún lugar dentro de las cuevas, más
de una hora antes, justo después de los disparos. No tenían forma de contactar a Langston
o escuchar lo que estaba pasando dentro de las cuevas. Ahora tenía salida a las cuevas,
pero una vez más se vio obligada a retirarse debido al paradero desconocido de sus dos
detectives principales. Por ahora todo lo que podía hacer era sentarse y esperar a que
surgiera una oportunidad, o a que alguien de abajo se pusiera en contacto con ella. Sin los
planos de la casa, que muy probablemente no revelarían las cuevas, iría a ciega. Ese era
un riesgo que estaba dispuesta a correr. Mientras caminaba en dirección al atrio, maldijo
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

a sus dos detectives una vez más en voz baja, mientras los animaba en silencio y sabía
muy bien que, a su edad, ella habría hecho lo mismo.

—Putos jugadores, ambos están locos.

₪₪₪₪₪

Madison observó la escena frente a ella, pensando que tenía que estar soñando.
Mientras Chris se inclinaba sobre la hielera, cavando a través del hielo medio derretido
en busca de una botella de agua, Dove apareció por el oscuro pasillo seguida por Logan.
Entraron sigilosamente en la habitación, con las armas en la mano y alineados para
disparar al menor movimiento de agresión de Langston. Para su sorpresa, cuando el joven
se volvió y vio las armas apuntando en su dirección, vio lo que sólo pudo interpretar como
una mirada de alivio en su rostro, antes de ocultarse detrás de la fachada estoica que había
aprendido a mostrar hace tantos años. Durante su infancia.
340
A pesar de que Dove iba a la cabeza, asintió levemente a Logan mientras mantenía
los ojos y apuntaba directamente a Chris. En voz baja le susurró a su compañero.

—Es tu programa, jefe.

—Suelta el arma Chris. —Se alejó de su pareja poniendo algo de distancia entre Dove
y ella. Era el procedimiento operativo estándar cuando se enfrentaba a un pistolero
armado porque la mayor distancia entre los dos oficiales proporcionaba menos
posibilidades de que el pistolero tuviera éxito en derribarlos a ambos. Uno podía caer,
pero con toda probabilidad, el oficial restante abatiera al pistolero con un solo tiro mortal
en la cabeza antes de que pudiera disparar otro tiro. Para su sorpresa, Chris se arrodilló
lentamente y colocó el arma en el suelo, luego la pateó en su dirección. Esto es demasiado
fácil.

Con Dove sosteniendo a Chris en la mira, Logan se concentró en las dos mujeres.

—¿Están bien las dos?

Ambas asintieron, todavía conmocionadas por la calma casi incómoda que reinaba
en la habitación. Como si se burlara de ellos, Chris le quitó la tapa a la botella de agua y
tomó un largo sorbo antes de caminar hacia la silla y sentarse tranquilamente.
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Logan tenía una sensación de inquietud en la boca del estómago. Algo no estaba bien,
podía sentirlo. Vio a Chris mover tranquilamente una mano hacia su bolsillo trasero y
casi al unísono ella y Dove se agacharon en un movimiento defensivo y comenzaron a
gritar.

—No te muevas.

Los gritos resonaron en las paredes y la mano de Langston se levantó en señal de


rendición.

—Tranquilos chicos, sólo quiero darles una carta.

Logan se acercó más, su arma apuntando a su cabeza.

—Pon tus manos sobre tu cabeza. —Langston dejó la botella de agua en el suelo
junto a él y una vez que obedeció, ella inclinó la cabeza en su dirección—. Ahora,
levántate y date la vuelta. —De espaldas a ella, se acercó, lo cacheó y finalmente sacó el
sobre de su bolsillo trasero.

Langston se dio la vuelta lentamente y le sonrió a la detective. 341


—No tiene confianza, detective. —Sonriéndole alargó la mano en su dirección—.
¿Puedo?

El sobre grueso estaba dirigido a la comandante Loraine Osborne, Departamento de


Policía de Pittsburgh. Había pasado por mucho desgaste y tenía lo que parecían ser
salpicaduras de sangre en la parte posterior. Obviamente, era algo que guardaba con él en
todo momento, incluso durante los asesinatos que había cometido en las últimas semanas.
Miró a su pareja, quien sólo se encogió de hombros. Aparentemente, tenía algo que decir
y, aunque podían esposarlo y sacarlo fácilmente de allí con poca o ninguna resistencia,
ella quería respuestas. Respuestas que sabía que su abogado no permitiría una vez que
estuvieran de nuevo arriba. Le devolvió el sobre de aspecto benigno al hombre y esperó
mientras recogía la botella de agua del suelo y volvía a sentarse en la silla que antes
ocupaba Madison.

Abrió el sobre y sacó varias hojas de papel doblado.

»Hice esta lista hace mucho tiempo, una vez que tuve toda la información sobre él.
—Por un momento dejó que sus ojos vagaran hacia el hombre en el suelo.

Madison estaba nuevamente arrodillada junto al hombre herido.

—Tenemos que llevarlo al hospital.


CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

Haciendo caso a la súplica de la doctora, cambió el rumbo de la conversación

—¿Dónde está el intercomunicador Chris?

Sonriendo, se encogió de hombros.

—Lo siento, me cansé de compartir mis pensamientos con los patanes de arriba y en
mi impaciencia, tengo miedo de decir que lo he roto.

—Doctora, lleva a la señora Langston y siga el pasillo de regreso a la casa. Hay un


pequeño interruptor en el lado derecho que abrirá la puerta. Cuando entre a la casa, estará
en el estudio junto a la suite principal. —Mientras las dos mujeres avanzaban hacia el
pasillo, Logan se volvió en su dirección—. Haced mucho ruido antes de abrir la puerta.
Estoy segura de que la comandante ya está al tanto de la puerta y lo más probable es que
haya poder de fuego esperando del otro lado.

Logan volvió a centrar su atención en Langston y lo vio tomar otro largo sorbo de la
botella de agua.

»¿Qué hay en la carta? —Sabía que estaba rompiendo innumerables reglas de 342
procedimiento al mantenerlo abajo, pero su curiosidad ganó. Durante semanas había
jugado con ella, había tratado de matarla y luego la había utilizado como peón en su
pequeño juego de asesinato por número. Merezco algunas respuestas antes de que su
abogado lo calle.

—Es una lista condenatoria de todas las personas que el gran CW Langston tiene en
su bolsillo trasero. —Le dio una leve sonrisa—. Como regalo, lo guardé en mi bolsillo
trasero durante todas mis aventuras. El juego ha terminado ahora y es hora de...

Logan observó conmocionada cómo el comportamiento de Langston cambiaba


instantáneamente. Sus ojos estaban vidriosos y una extraña calma rodeaba cada uno de
sus movimientos. De repente, su rostro se contrajo de dolor y se agarró el estómago. Algo
andaba terriblemente mal aquí. Mierda.

Sus ojos se encontraron y ella supo al instante por qué había estado tan tranquilo y
sereno durante los últimos minutos. Nunca tuvo la intención de dejar esta puta cueva.
Gotas de sudor corrían por su rostro y su respiración era rápida y dificultosa. Salió
disparada hacia delante y le quitó la botella de agua de la mano justo cuando él se
inclinaba y vomitaba en el suelo. El olor amargo de las almendras llenó la habitación
cuando el hombre se derrumbó en el suelo.

—Madison —el grito de ayuda de Logan quedó sin respuesta e incluso si la médica
pudiera haberla escuchado, no habría llegado a tiempo. Las convulsiones comenzaron
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

unos segundos después y, aunque Logan se arrodilló para ayudar, poco pudo hacer.
Después de lo que pareció una eternidad, las convulsiones se detuvieron al igual que su
corazón.

₪₪₪₪₪

Cuando los paramédicos entraron a la sala de piedra seguidos por la comandante, de


inmediato se detuvieron cuando el olor inconfundible entró en sus fosas nasales. Madison
pasó corriendo junto a ellos para encontrar a Logan y Dove arrodillados junto al joven
Langston, sus rostros pálidos y conmocionados por la cruel muerte que acababan de
presenciar. Se arrodilló junto al hombre y revisó la arteria carótida en su cuello en busca
de pulso. Al no encontrar ninguno, negó con la cabeza a los paramédicos que esperaban,
quienes luego dirigieron su atención al anciano Langston.

En cuestión de minutos, la habitación se sumió en un estado de caos cuando los


paramédicos prepararon al anciano para transportarlo al hospital con la ayuda de la joven 343
médica. Aunque Madison no quería nada más que quedarse con Logan, sabía que ambas
tenían trabajos que hacer. Mientras los paramédicos subían con dificultad los escalones
de madera medio podridos y llegaban al área boscosa detrás de la casa, Madison se tomó
un momento para buscar a Logan.

La encontró hablando con Dove debajo de una arboleda justo afuera de la misma
puerta oculta que la había llevado a la cueva muchas horas antes. Como no quería
entrometerse en su conversación, se hizo a un lado hasta que los ojos de Dove se
encontraron con los de ella. Con una sonrisa en su dirección, le habló a su compañera y
señaló en su dirección. Cuando Logan se volvió y comenzó a caminar hacia ella, pudo
ver claramente el agotamiento en los ojos de la detective.

—Deberías venir con nosotros al hospital. Tus heridas se han abierto de nuevo y
necesitas que te las revisen antes de que se infecten. —Sabía que estaba malgastando su
aliento, tratando de que la detective se fuera, pero hizo lo mejor que pudo.

—Lo haré, tan pronto como pueda escapar. —Levantó la vista cuando los sonidos
del helicóptero de evacuación médica se acercaron al claro detrás de la casa y dieron
vueltas sobre su cabeza⸻. ¿Vas a ir con él al Mercy?

Los dedos de Madison se entrelazaron con los de Logan y la calidez de la mano de


la mujer entre las suyas la tranquilizó. Era muy consciente de los movimientos de los
CÓDIGO AZUL de KATLYN TRADUCTORA:

otros oficiales a su alrededor, pero necesitaba sentir la conexión más de lo que quería
evitar los chismes.

—Sí, y te estaré esperando cuando llegues, detective.

Atrapada, Logan sólo pudo sonreír y poner los ojos en blanco.

—Sí, sí, estaré allí, lo prometo. —Rápidamente se inclinó y besó a Madison en la


mejilla antes de volverse para acompañar a la médica al helicóptero. Sus ojos se
encontraron con la mirada fría y dura de uno de sus compañeros oficiales que había visto
la exhibición afectuosa. Mientras su columna se tensaba preparándose para un comentario
sarcástico, escuchó la voz atronadora del joven oficial Álvarez, por encima del ruido de
las cuchillas del helicóptero cortando el aire.

—Martin, ¿qué diablos estás mirando? —Prácticamente empujó al otro oficial en la


dirección opuesta—. Esto no es un espectáculo de mirones, hombre. Ponte a trabajar. —
El oficial apresuró el paso y se adelantó a Álvarez, quien inocentemente miró por encima
del hombro a las dos mujeres y les guiñó un ojo.

Logan no pudo evitar sonreírle a su nuevo amigo. 344


—Es un guardián, hizo un trabajo fantástico hoy.

Recorrieron el camino restante hasta el helipuerto improvisado y Logan observó


cómo el helicóptero se elevaba en el aire y luego, con un amplio barrido sobre los árboles,
desaparecía con la mujer que amaba atada dentro, a salvo.

Bajando con cautela los escalones, los acontecimientos del día la golpearon cuando
entró una vez más en la sala de piedra. Logan agradeció en silencio que Christine hubiera
ido arriba con Madison a buscar a los paramédicos. La comandante le ordenó quedarse
en el estudio mientras el personal médico hacía su trabajo e incluso colocó un guardia
para sujetarla si era necesario. Al menos no tenía que verlo morir así.

Cuando Langston fue evacuado en helicóptero al Mercy, y el joven Langston fue


transportado en un furgón a la morgue de la ciudad, Logan estaba exhausta, pero sólo
después de una orden directa de su comandante, cedió y aceptó que la llevaran al hospital
para un tratamiento.

Cuando Logan se movió hacia la puerta oculta que conducía al bosque en la parte
trasera de la propiedad Langston, Osborne se paró frente a ella, bloqueando su camino.

—Tienes mucho que explicar McGregor. —Miró por encima del hombro de su oficial
a la habitación de piedra ahora vacía e inhaló una bocanada de aire fresco y dulce que
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soplaba a través de la puerta y pensó en lo que podría haber sucedido si Logan y Dove no
hubieran encontrado al mayordomo y accedido a la cueva. Cuando sus ojos se encontraron
con los de Logan una vez más, pudo ver el dolor escrito en su rostro. El dolor de saber
que calculaste mal y aunque ganaste la guerra, perdiste porque alguien murió. Era una
muerte que podría haberse evitado y ahora conocía a Logan lo suficientemente bien como
para saber que se castigaría por ello una y otra vez. Con una mano tranquilizadora sobre
el hombro de su oficial, se dio la vuelta y la empujó suavemente a través de la puerta—.
La carta explica muchas cosas y es probable que se ponga muy desordenado en la
comisaría antes de que todo esto se resuelva. Pero primero, vamos a atender tus heridas y
en un par de días, hablaremos más.

Una vez más afuera, en el aire frío, se encontró sola por primera vez desde que pisó
la finca Langston unas diez horas antes. Todos los patrulleros de la policía se habían ido
dejando sólo huellas de llantas a través de las hojas en el suelo. Un sonido llamó su
atención y giró a su izquierda para ver a Dove apoyado contra su auto.

—¿Qué haces todavía por aquí?

Empujando el guardabarros, dio la vuelta al lado del pasajero y abrió la puerta.


345
—Alguien me ha dicho que necesitarías que te llevara al Mercy cuando terminaras
aquí. He pensado en quedarme y asegurarme de que llegaras allí sin ningún problema.

—Apuesto a que sé exactamente quién era ese alguien Dvorak. —Deslizándose en


el asiento del pasajero, se abrochó el cinturón de seguridad mientras él caminaba
alrededor del auto y dejaba caer su cuerpo cansado en el asiento del conductor.

»Eres un cobarde.

Negó con cabeza y encendió el motor.

—No McGregor, soy inteligente. Esa es una mujer luchadora la que tienes allí y no
voy a ponerme en su lado malo.

Luchadora. Maldita sea, era luchadora. Giró la cabeza fingiendo mirar por la
ventana para que él no pudiera ver su sonrisa.

—Sólo conduce Dvorak.


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Capítulo treinta y seis

Dove llevó a Logan a Urgencias del Mercy como había prometido. Le tomó un
tiempo localizar a Madison, pero una vez que supo que su compañera estaba en buenas
manos, hizo una salida rápida. Sonrió al pensar en sus ansias por llegar a casa. Por primera
vez en más tiempo del que podía recordar, alguien estaba allí esperando y queriendo que
pasara por la puerta. Sólo habían pasado un par de días, pero Susan se había instalado
cómodamente en el apartamento. La sonrisa se desvaneció cuando otro pensamiento
cruzó por su mente. ¿Querrá quedarse ahora que Langston está muerto? ¿Aceptó
quedarse con él sólo por protección, o había algo más? Hizo caso omiso de su
incertidumbre y condujo a través del tráfico de la tarde lo más rápido que pudo. Me
enteraré pronto, supongo.
346
₪₪₪₪₪

Julie, a petición de Madison, le había dado a Logan un examen completo. Su primer


instinto fue enviar a la detective directamente de vuelta a la UCI, pero Logan no quiso ni
oír hablar de ello. Estalló una guerra de voluntades, se trazaron líneas y comenzó el
enfrentamiento. Logan se negó a ser readmitida a menos que fuera absolutamente
necesario y Julie se negó a dejarla en libertad sin un examen completo. Durante las
últimas siete horas, la detective había estado sentada en una de las salas de examen de la
sala de emergencias, cada vez más malhumorada. Sabía que la única razón por la que la
detective seguía allí era por la médica igualmente terca que montaba guardia junto a la
cama.

Preparándose para la segunda ronda, empujó la puerta de la pequeña habitación. En


el instante antes de que se dieran cuenta de ella, tuvo una rara mirada a la verdadera Logan
McGregor. Su rostro estaba relajado y una sonrisa que seguramente iluminaba la
habitación se veía acentuada por la tierna mirada en sus ojos. El objeto de su mirada no
era otra que Madi. Hmmm, tal vez esto no sea tan difícil después de todo. Parece que
sabes cómo domar a la bestia.
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—Buenos días. ¿Cómo te sientes?

Los ojos se endurecieron y se volvieron hacia la voz.

—Depende. ¿Cuándo puedo irme?

Una mirada rápida a su amiga y colega médica le envió un mensaje de advertencia


para que se cubriera.

—Si te portas bien y haces lo que te dicen, quizás mañana.

—No lo creo, doctora. Me voy de aquí. —Las manos de Logan agarraron la sábana
y se movió para tirar la tela, pero se detuvo instantáneamente cuando una pequeña mano
ahuecó su mejilla para voltear suavemente su rostro. Miró a los ojos de Madison y supo
al instante que la pelea había terminado.

—Cariño, si Julie dice que te quedas, entonces te quedas. —Un rápido roce de sus
labios sobre los de Logan quitó el aguijón de sus siguientes palabras—. No pelees
conmigo por esto. Una cosa por la que el Mercy es bien conocido son nuestros camilleros
muy grandes. Ahora compórtate y no me hagas ser mala. 347
Lo que sonó como un gruñido fue el único sonido que emitió la detective antes de
volver a caer sobre la almohada y mirar al techo. Madison no pudo contener una sonrisa
mientras miraba a su amante hacer un puchero. Una vez que se encargó de Logan, volvió
su atención a Julie.

»¿Qué has encontrado?

Al sentir que se había llamado a una tregua, Julie se acercó a la camilla y le entregó
el historial a Madison.

—Hasta ahora, todo se ve bien. —Miró a la detective con cautela—. Sin embargo,
como bien sabes, algunas de las quemaduras más graves que tienes fueron reabiertas
durante tú, uhhh... escape. —Esperó una réplica cáustica, pero solo recibió un “Ja, ja”
poco entusiasta de la mujer que todavía hacía pucheros—. Sólo Dios sabe lo que estaba
creciendo dentro de esa espantosa cueva, así que te voy a enviar a la unidad de quemados
para que uno de los especialistas las revise. Creo que lo más importante de lo que tenemos
que preocuparnos en este momento es la infección en las heridas abiertas, así que voy a
comenzar con un antibiótico de amplio espectro, nada más.

Madison se permitió relajarse por primera vez desde que Logan llegó a la sala de
emergencias.
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—Gracias, Julie. Logan y yo realmente apreciamos que hayas venido en tu día libre
para cuidarnos.

La doctora se atrevió a mirar a Logan, quien todavía no parecía muy feliz o


agradecida.

—No te preocupes. Saldrás de aquí en poco tiempo. —Con una mirada severa a su
amiga, continuó—. Necesitas descansar un poco. Te sugiero que te vayas a casa y te
quedes hasta mañana, luego regreses y saques a tu novia forajida de aquí. —No esperó
una respuesta o una respuesta de Logan. Girando rápidamente sobre sus talones, se dirigió
directamente a la puerta y se fue.

Madison rio y se inclinó sobre Logan.

—Ahhh, ¿mi pequeña forajida sigues haciendo pucheros?

Los ojos oscuros recorrieron desde el techo hasta el rostro de Madison y luego
volvieron a mirar al techo.

—Para. 348
Una mano se deslizó bajo las sábanas y encontró la cálida y tensa carne del estómago
de Logan.

—Vamos cariño. Me gusta tener una novia forajida.

Un suspiro quedó atrapado en la garganta de Logan y cuando la mano de Madison se


elevó lentamente para ahuecar su pecho, se rindió por completo. Con la velocidad del
rayo, sus dedos se enredaron en el cabello de la doctora y la atrajo hacia sí hasta que sus
labios se presionaron juntos. Durante incontables segundos se perdieron, saboreando el
sabor y la sensación que habían anhelado. Sin aliento, Madison retrocedió y miró a los
ojos oscuros y hambrientos de su amante.

»Dios, te he extrañado.

Con una mirada traviesa en sus ojos, Logan sonrió.

—Si me das mi ropa, saldremos de aquí y puedo encargarme de esa pequeña


complicación.

Con los ojos cerrados, Madison negó con la cabeza y se rio entre dientes.

—Eres incorregible McGregor. Absolutamente incorregible.


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₪₪₪₪₪

Dove abrió la puerta de su apartamento y entró. Una luz al lado del sofá arrojaba la
luz suficiente para que pudiera atravesar la habitación. Mientras se quitaba la chaqueta,
oyó un movimiento y se volvió para encontrar a Susan tumbada en el sofá observándolo.

—Lo siento, no quería despertarte. —La preocupación cruzó su rostro. Rápidamente


cruzó la habitación, se sentó en la mesa de café y suavemente tomó su mano entre las
suyas—. ¿Por qué estás en el sofá? Te dije que durmieras en el dormitorio. No me importa
dormir aquí. De hecho, me molesta la mayoría de las noches.

Insegura, miró a todo menos a él.

—Tenía... tenía miedo de no escucharte cuando llegaras a casa. ¿Cómo te ha ido?


¿Ya ha terminado?

De repente, consciente de que su interés estaba en el caso y no verlo a él, soltó su


mano y la movió por la habitación. Evitando sus ojos, se ocupó en quitarse el arnés del 349
hombro.

—Se ha acabado. Langston, Chris Langston está muerto. Ahora estás a salvo.

Cuando se volvió, Susan estaba de pie a su lado. No pudo evitarlo. Sus ojos bajaron
lentamente y observaron la suave carne de sus pechos expuestos por el escote del camisón.
Oh, Jesús. Se humedeció los labios con nerviosismo y miró por encima del hombro de
ella hacia un trofeo de softball poco interesante sobre la repisa de la chimenea.

»A partir de mañana puedes volver a tu antigua vida y, con suerte, empezar a dejar
esto atrás.

—¿Dove?

Sus ojos se posaron en los de ella y luego volvieron al trofeo.

—A primera hora de la mañana, te ayudaré a llevar tus cosas a tu casa.

—¿Dove?

Metiendo sus manos profundamente en sus bolsillos, se balanceó sobre sus talones e
hizo su mejor intento por sonreír.
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—A esta hora mañana…

—¡DOVE!

Como si lo hubieran abofeteado, se detuvo.

—¿Qué... qué?

Susan sólo pudo sonreír y suspirar.

—Dove cállate y bésame

Hacía mucho tiempo que había aprendido a no discutir con las mujeres de su vida.
Logan le había enseñado eso. Así que se calló e hizo lo que le decía.

Varios minutos más tarde, con la respiración agitada y pesada, ella se echó hacia atrás
y lo miró interrogativamente a los ojos.

»¿Y bien?

Instantáneamente confundido, tartamudeó y se recostó contra la pared.


350
—Uhhh, y bien, ¿qué?

—Oh, cielos Dove. ¿Qué voy a hacer contigo? —Tomando su rostro entre sus manos,
besó sus labios una vez más, se apartó y sonrió—. Vamos, llévame a la cama, me muero
de hambre. —Tomando su mano, lo apartó de la pared y lo condujo por el pasillo sin
darse cuenta de la sonrisa tonta en su rostro mientras la seguía obedientemente.

₪₪₪₪₪

Logan se despertó con la suave luz de la mañana que entraba por la ventana. Giró la
cabeza hacia la luz y sus ojos se centraron en la mujer que dormía en el sillón junto a la
cama. Una manta de hospital cubría su cuerpo y, por primera vez en semanas, Logan vio
una expresión casi pacífica en el rostro de Madison. El rostro de la doctora era hermoso,
más que cualquier otro que Logan pudiera recordar.

Diane también había sido una mujer hermosa, pero era diferente con Diane. Su
antigua amante sabía que era hermosa y eso de alguna manera la había hecho menos
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atractiva. Logan había vivido con el ego de su amante durante varios años, hasta esa
fatídica noche en que entró y encontró a su amante en los brazos de otra mujer. En su
casa, en su cama.

Logan empujó rápida y eficientemente a la otra mujer y su ropa por la puerta


principal y luego regresó al dormitorio para enfrentarse a Diane. La discusión que siguió
fue acalorada y llena de palabras que nunca podrían retractarse. En cuestión de minutos,
Diane estaba empacando sus maletas y antes de que pasara una hora se había ido,
dejando a Logan sola con las sábanas arrugadas y los recuerdos de lo que había
presenciado.

Como si estuviera poseída, pasó la mayor parte de la noche destrozando la casa en


busca de alguna pista que se le hubiera pasado por alto en el camino, mientras bebía
bourbon directamente de la botella. Las sábanas y el colchón fueron los primeros en salir
al patio trasero, seguidos de todos los recuerdos de la mujer que pudo encontrar en la
casa. La moderación fue difícil en el mejor de los casos cuando se enfrentó al armario
que habían compartido. Cuando abrió la puerta, el olor de su amante la abofeteó como
un frío vendaval de invierno. La ropa la trasladó a otra habitación y la guardó en un 351
armario.

En algún momento durante las primeras horas de la mañana, se derrumbó en el sofá


y se durmió borracha. Los golpes en la puerta principal la despertaron a una hora
intempestiva. Mientras luchaba contra las náuseas, se tambaleó hacia la puerta y gimió
cuando la brillante luz del sol le abrasó el cerebro. Era Dove, y se veía tan mal como
ella sabía que se veía. Sin una palabra, caminó hacia el sofá y se dejó caer sobre los
cojines, dejándolo de pie en la puerta.

Poco sabía ella que la vida, de hecho, podría empeorar de lo que era en ese
momento.

A Dove le había tomado horas limpiarla y dejarla lo suficientemente sobria para ir


a la comisaría. A pesar de que él ya había hecho la identificación oficial, todavía exigió
ver los restos de su amante. Trató sin éxito de prepararla para lo que vería, pero nada
podía describir adecuadamente el tipo de daño que sufre el cuerpo humano cuando un
automóvil se precipita por el costado de un acantilado y cae veinte metros antes de
estrellarse contra una parada brusca en las rocas cubiertas de nieve.

Dove había usado sus conexiones y había hecho arreglos para que sólo ellos dos
estuvieran presentes en la habitación cuando el encargado, que también era un amigo,
abrió el cajón de acero inoxidable de la nevera. Echó un vistazo a la cara pálida y
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fantasmal de Diane y corrió al otro lado de la habitación y vomitó en el fregadero de


tamaño industrial. Habían sido necesarios los dos hombres para sacarla y meterla en el
coche.

Las semanas que siguieron habían sido borrosas y, desde entonces, cada día se había
embarcado en una misión autodestructiva decidida a pagar por ello.

Todos los días, hasta ahora. Mientras observaba a Madison moverse, una sonrisa se
dibujó en su rostro, sabiendo en algún lugar profundo de sus entrañas que la mujer que
dormía junto a su cama nunca la traicionaría. No podía explicar cómo lo sabía.
Simplemente lo sabía y no trataba de analizarlo en exceso. Ojos somnolientos, la miraban
desde el otro lado de la habitación.

—Buenos días dormilona.

Madison bostezó y se estiró, deshaciéndose de las torceduras de su espalda.

—Buenos días. ¿Cómo te sientes? 352


Con una risa, Logan se deslizó y palmeó la cama a su lado.

—Mejor que tú, parece. Ven aquí.

Madison no necesitó una segunda invitación mientras se subía a la cama junto a


Logan, se ponía de costado y pasaba un brazo por su cintura.

No se dijo nada mientras las dos saboreaban la calidez de la otra y ambas se quedaron
dormidas de nuevo, finalmente en paz.

₪₪₪₪₪

Loraine Osborne llamó suavemente a la puerta del hospital y esperó. La habitación


interior estaba en silencio y abrió y entró por la puerta. Se quedó mirando a la pareja por
unos momentos y cuando estaba a punto de darse la vuelta, Madison abrió los ojos.

Con un movimiento de cabeza y un dedo en sus labios, la comandante articuló.


Volveré más tarde y salió por la puerta. Mientras avanzaba por los pasillos hacia su
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siguiente parada para ver a Christine Langston, pensó en la pareja que acababa de dejar.
Tal vez, sólo tal vez, la médica pueda darle a McGregor un propósito nuevamente. Dios
sabe que ya era hora de que alguien lo hiciera. Reemplazó conscientemente la sonrisa en
su rostro con su mejor mirada estoica y llamó a la puerta de Christine Langston. Esta
entrevista iba a tomar algún tiempo y tal vez su detective estaría despierta cuando ella
terminara.

₪₪₪₪₪

Dove se despertó con el aroma a café y tocino que entraba por la puerta entrecerrada
y una sonrisa asomó a sus labios al pensar en Susan y en lo que habían compartido durante
la noche. Ella había tomado más o menos el control y lo llevó a un lugar que sólo había
soñado compartir con otra. Había sido consumido por su toque, su gusto y cuando se
deslizó en su calor, supo que estaba en casa; sabía sin lugar a dudas que había encontrado
a la mujer con la que quería pasar el resto de su vida.
353
Sintió un calor hirviente revolverse en su estómago al recordar su toque y la dulzura
de sus labios mientras besaba su camino hacia abajo por su pecho.

Cuando ella lo reclamó con su boca, su mundo comenzó a girar en un torbellino de


sensaciones. Sus manos, suaves y tiernas, juguetearon con los duros músculos de su
estómago hasta que supo que estaba listo, más que listo. Con los ojos llenos de deseo, se
encontró con los de él y luego se deslizó lentamente por su cuerpo para montarse a
horcajadas sobre sus caderas. Sus ojos nunca vacilaron la una del otro mientras ella
tomaba su dureza en su mano y la guiaba adentro.

Con manos fuertes sosteniendo sus caderas, marcó el ritmo, lento y suave. Los ojos
se encontraron, se consumieron en un calor líquido que amenazaba con salir a la
superficie, pero continuó lentamente mientras cada segundo los acercaba. La sintió
apretarse a su alrededor, justo cuando sus uñas se clavaban en la carne tierna de sus
hombros y cuando escuchó el primer grito de liberación, vio que sus ojos perdían el foco,
sintió que su cuerpo se hundía con más fuerza, llevándolo más profundo, se rindió y la
dejó llévalo al vórtice en espiral.

Le dolía recordar la mirada en sus ojos cuando ella se corrió y la posesividad de sus
labios cuando reclamó su boca con la suya. Estaba empalmado, dolorosamente
empalmado y sin pensarlo, cerró los ojos y metió una mano debajo de las sábanas para
acariciarse lentamente. Podía oler el olor de ella cada vez más fuerte mientras su mente
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regresaba a las horas previas que habían compartido y deseaba que ella estuviera aquí
tomándolo, reclamándolo, devorándolo.

Sus ojos se abrieron de golpe cuando una mano suave lo empujó a un lado y miró a
los ojos interrogantes. Volvió la cabeza, avergonzado de que lo atraparan, pero sintió otra
mano gentil que le ahuecaba la cara.

—¿Tienes hambre?

—Sí. —Fue un susurro, roto por el deseo y el calor hirviendo en su vientre.

Ella desató su bata y la dejó caer al suelo, luego deslizó su cuerpo sobre el de él.

—Bien, yo también. El desayuno puede esperar.

₪₪₪₪₪

354
Osborne pasó dos horas interrogando a Christine antes de que Julie finalmente
interrumpiera el interrogatorio, insistiendo en que su paciente necesitaba descansar.
Ahora, teniendo la mayoría de las respuestas, regresó a la habitación de Logan sólo para
encontrarla vacía. Murmurando por lo bajo se dirigió a la estación de enfermeras.

—Si se ha escapado de nuevo, la llevaré a la cárcel.

Después de una interminable cantidad de tiempo discutiendo con la enfermera sobre


el paradero de McGregor y sin llegar a ningún lado, vio a Julie entrando por la puerta.

»Finalmente, alguien que me puede dar una respuesta. —Esperó hasta que la doctora
estuvo a su lado antes de exigir saber la ubicación de su detective.

Con una sonrisa y lo que Osborne sólo pudo interpretar como un suspiro de alivio, la
doctora señaló el historial que tenía en la mano.

—Acaba de ser dada de alta.

—¿Dada de alta? ¿Ha dicho adónde iba?

—No, pero asumo que Madi la lleva a casa. —Julie le entregó el historial a la
enfermera—. Dios la ayude, Madi estará muy ocupada con ella.
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—Sí. Me imagino que estará. Gracias doctora. —Mientras la comandante caminaba


hacia el ascensor, una sonrisa rompió su rostro, por lo demás estoico. Has conocido a tu
rival McGregor y te compadezco si intentas pelear con ella. Se tragó una risita mientras
entraba en el ascensor.

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Capítulo treinta y siete

Tres semanas después

Después de una semana entera bajo la atenta mirada de Madison, Logan estaba medio
loca de aburrimiento. Julie había insistido en que la única forma en que estaría de acuerdo
en permitir que Logan fuera dada de alta era en las manos implacablemente protectoras
de la doctora Cavanaugh. Había sido una guerra de voluntades entre ellas, pero como
sabía que sucedería, la médica ganó la batalla. Se habían establecido reglas, reglas
ridículas sobre lo que podía y lo que no podía hacer.

Siestas diarias, sin esfuerzo físico, sin trabajo, nada. Decidió que podía vivir con la
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mayoría, pero la falta de esfuerzo era casi insoportable para ambas. Sin embargo, como
ella había hecho la regla, Madison era implacable, lo que significaba que nada de sexo.
Al final de la semana, ambas estaban bien tensas, por lo que fue bueno para ambas que
Logan tuviera autorización para volver al trabajo.

Por primera vez desde su regreso dos semanas antes, Logan estaba sentada en su
escritorio en la división de homicidios; mejor conocido como la cárcel entre los
detectives, limpiando los últimos restos de papeleo del caso del distrito Strip. Tenía los
nervios de punta por el celibato impuesto y se quebró cuando uno de los nuevos y jóvenes
reclutas le hizo señas desde el otro lado de la habitación.

—¿Qué?

Giró en su silla para ver a Christine Langston de pie en la puerta. Cuando se levantó
para encontrarse con la mujer a mitad de camino, Logan notó lo bien que se veía Langston.

—Buenos días. Tiene buen aspecto.

Sus ojos recorrieron la habitación, sin encontrar nada en particular,

—Gracias. Aunque después de dos funerales y el testimonio del Gran Jurado ayer,
bien, no es exactamente lo que siento.
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Las charlas triviales no eran algo fácil para la detective, pero se obligó, al menos a
intentar ser conversacional.

—Supongo que se siente un poco abrumada con todo lo que está enfrentando en este
momento. —Levantó la taza de café en su mano—. ¿Le gustaría una taza? Aunque tengo
que advertirle, el café de aquí ha sido declarado un arma mortal. No es para los débiles
de corazón o estómago.

—Claro, me encantaría un poco.

Logan condujo a la ejecutiva a una de las salas de interrogatorios para tener


privacidad. Todos los oídos, podía decir, estaban escuchando atentamente la
conversación. Le entregó a Christine su café y se sentó justo enfrente de ella.

—¿Qué la trae por aquí?

Con las manos apretadas alrededor de la taza de café, Christine evitó el contacto
visual con el detective.

—Yo… ummm, quería verla, para agradecerle personalmente por la forma en que 357
condujo la investigación. —Se obligó a mirar a los ojos de Logan—. Sé que no fui la
persona más cooperativa con la que tratar y me disculpo por eso. Sin embargo, espero que
ahora entienda que no tenía idea de cuán extensos o despiadados habían sido los tratos de
mi padre o cuántos otros estaban enredados en sus actividades clandestinas.

Logan se recostó en su silla y estudió a la mujer. Cuando vio por primera vez a
Christine, se había preparado para otra confrontación. Esto era una sorpresa; no había
esperado que la mujer hubiera venido hasta aquí para agradecerle personalmente.

—No, las gracias son innecesarias. Sólo estaba haciendo mi trabajo.

Christine se levantó, dejando el café intacto sobre la mesa.

—Bueno, para que lo sepa, estoy limpiando Langston Corporation. Cualquier cosa
que su despacho pueda necesitar para encerrar a Whittaker, Whitfield y el resto de los
políticos que estaban en el bolsillo de mi padre, hágamelo saber. A partir de ahora,
nuestras oficinas cooperaran con el Departamento de Policía de Pittsburgh en todo lo que
podamos para cerrar este caso de una vez por todas.

Cuando abrió la puerta para irse, se detuvo y se volvió.

»Puede que me pase de la raya, detective, así que, si lo hago, me disculpo también
por eso. Como ahora sabe, Jen y yo hemos sido cercanas, bastante cercanas desde hace
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algún tiempo. Ella la respeta mucho a usted y a su privacidad. Me dijo mucho sobre su
pasado. Puedo ver con sólo mirarlas a las dos que usted y Madison Cavanaugh tienen
mucho que esperar en el futuro. No deje que el pasado obstaculice su camino. Creo que
las dos sabemos mejor que la mayoría que el pasado tiene que ser puesto en su lugar si
queremos seguir adelante. —Vaciló, esperando alguna respuesta, pero sólo siguió
mirando la espalda de la detective—. Eso es lo que voy a hacer y espero que usted también
lo haga. —Puso su mano sobre el hombro de Logan por un momento, luego se dio la
vuelta y se fue, cerrando la puerta silenciosamente detrás de ella.

Después de que Langston se marchara, Logan permaneció largo rato mirando la pared
desnuda que tenía delante. Tanto había cambiado en las últimas semanas. Herbert
Whittaker, el alcalde, y el hombre al que ella siempre ha respetado, estaba en la cárcel,
acusado el día anterior de conspiración y complicidad en asesinato. George Whitfield
había sido fichado a continuación por cargos de ocultar pruebas encontradas durante la
investigación del incendio provocado después de que Chris Langston incendiara su casa.
Pero el que más la sorprendió, el que le partió el corazón con cada pensamiento, fue el
arresto del teniente Allen Beaudry, un hombre al que consideraba una figura paterna.
Debería haberlo sabido, pero había ignorado las señales porque no quería ver que él
también estaba bajo el control de Langston.
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Un suave golpe en la puerta la sacó de los pensamientos inquietantes que pasaban
por su mente.

—Pase. —Se giró para ver la sonrisa radiante de una persona que podía mostrar su
luz—. Buenos días doctora. ¿Qué la trae a las entrañas de este mórbido lugar?

Madison empujó la puerta con un dedo y trató desesperadamente de no tocar nada.

—Sólo tú, querida, podrías traerme a este horrible lugar. —Cerró la puerta de una
patada con el pie antes de agacharse para robarle un beso a Logan—. Tengo hambre y he
pensado que te gustaría almorzar conmigo.

La detective miró a la mujer con desconfianza.

—Hmmm, ¿crees que voy a creer que has cruzado la ciudad sólo porque tienes
hambre y quieres almorzar? —Se puso de pie y envolvió a Madison en sus brazos—. La
detective que hay en mí cree que estás mintiendo. Tal vez debería sentarte en la silla llena
de gérmenes de allí e interrogarte hasta que te rompas.

Una mirada de miedo desenfrenado inundó el rostro de la doctora.


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—No lo harías. —La mirada en los ojos de Logan le decía otra cosa—. Está bien,
está bien, lo confieso. Tengo hambre, pero también te extrañaba.

Los labios de Logan rozaron suavemente los de Madison antes de que se echara hacia
atrás y la mirara a los ojos.

—Bueno, eso ha sido fácil. Supongo que no he perdido mi toque persuasivo. —


Luego, con un brillo en los ojos, continuó—. Entonces, ¿qué tal si salimos de aquí y nos
vamos a casa? Creo que necesito una siesta, o mejor aún. Te necesito.

Un suspiro quedó atrapado en la garganta de Madison cuando sintió el mismo calor


corriendo por sus venas.

—Creo que es una excelente idea, detective, y justo lo que recetó el médico.

359
FIN

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