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El tribunal revoca parcialmente la sentencia de primera instancia y modifica la fecha de mora y el cálculo de los intereses. Se establece que la fecha de mora es el 18 de marzo de 1986, cuando el demandado fue intimado al pago, y que los intereses se calcularán en función de la variación del índice de precios mayoristas entre la mora y el pago efectivo. Se confirma el fallo en todo lo demás y se imponen las costas a la demandada por no haber depositado el importe reclamado y ser morosa.
El tribunal revoca parcialmente la sentencia de primera instancia y modifica la fecha de mora y el cálculo de los intereses. Se establece que la fecha de mora es el 18 de marzo de 1986, cuando el demandado fue intimado al pago, y que los intereses se calcularán en función de la variación del índice de precios mayoristas entre la mora y el pago efectivo. Se confirma el fallo en todo lo demás y se imponen las costas a la demandada por no haber depositado el importe reclamado y ser morosa.
El tribunal revoca parcialmente la sentencia de primera instancia y modifica la fecha de mora y el cálculo de los intereses. Se establece que la fecha de mora es el 18 de marzo de 1986, cuando el demandado fue intimado al pago, y que los intereses se calcularán en función de la variación del índice de precios mayoristas entre la mora y el pago efectivo. Se confirma el fallo en todo lo demás y se imponen las costas a la demandada por no haber depositado el importe reclamado y ser morosa.
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial, sala C
Banco del Acuerdo c. Levinas, Gabriel. • 29/12/1989
Publicado en: LA LEY 1990-C , 211 • DJ 1990-2 , 741
Cita online: AR/JUR/1136/1989
2ª Instancia. -- Buenos Aires, diciembre 29 de 1989.
Considerando: I. De conformidad con lo dispuesto por el art. 253 del Cód. Procesal el recurso de apelación comprende el de nulidad por defectos de la sentencia. De tal suerte, y en tanto los presuntos vicios que se atribuyen al pronunciamiento dictado a fs. 52/3 son susceptibles de ser reparados por vía de la apelación también interpuesta, se pasará a considerar directamente las objeciones que sustentan el alzamiento. II. Es cierto que, tratándose de pagarés con la cláusula "sin protesto", exigibles a la vista, con lugar de pago en el domicilio del deudor, la carga de probar la omisión de la presentación al cobro pesa sobre el ejecutado invocante de esa carencia (cfr. CNCom., en pleno, 3/8/84, "Caja de Crédito en los Centros Comerciales c. Bagnat, Carlos A.", Rev. LA LEY, t. 1984-C, p. 539). Ello no significa, empero, ni que el portador esté eximido de cumplimentar el requisito de la presentación (art. 50, dec.-ley 5965/63), ni tampoco de señalar luego las circunstancias de tiempo y lugar en que dicha presentación habría tenido lugar, pues de ninguna de las cargas mencionadas ha sido relevado el acreedor ni por la ley ni por la jurisprudencia. Véase, en efecto, que lo que la mentada doctrina plenaria ha hecho es simplemente reconocer una suerte de presunción "iuris tantum" en favor del portador, invirtiendo la carga de la prueba en perjuicio del ejecutado, pero ello es sólo a condición de que aquél haya expresado concretamente haber presentado al cobro el documento en lugar y fechas determinados pues de otro modo aquélla no puede funcionar (S.C Buenos Aires, 13/10/87, "Banco de Coronel Pringles c. Criado Guillermo y otros" --Rev. La Ley, t. 1988-A, p. 141--). Es que el cumplimiento de la carga probatoria impuesta al ejecutado presupone no sólo la declaración del portador de haber satisfecho el requisito en cuestión, sino también la indicación adicional sobre el lugar y fecha de realización de esa diligencia, de modo tal de permitir al obligado la prueba específica de que en ese momento del tiempo y en ese lugar de la plaza nadie concurrió a presentarlo (cfr. CNCom., sala C, 10/3/86, "Banco Español c. Cañizo s/ejec. ídem sala B, 26/2/85, "Apolo, Cía. Argentina de Seguros c. Teijeiro Isidro" --Rev. La Ley, t. 1986-D, p. 658, fallo 37.392-S- ídem 3/7/85. "Alfie, Enrique c. Jamus, Ricardo"; ídem 13/5/88, "Matafuegos Cuenca, S. A. c. Cielmec, S. A."; etc.). De otra manera la prueba "negativa" exigida al deudor se convertiría en "diabólica" pues no habría forma de concretar el ofrecimiento probatorio que permita desvirtuar la presunción antes aludida. Una cosa es imponer la prueba de un hecho negativo --de difícil producción por cierto pero no imposible-- y otra compeler a la prueba de un hecho "ignorado" (es decir que no se sabe si ocurrió, ni cuándo, ni dónde) y por tanto imposible de ser desvirtuado. La conducta del acreedor debe estar orientada --entonces-- no sólo a facilitar al tribunal el esclarecimiento de la verdad objetiva sino también a posibilitar el ejercicio razonable del derecho de defensa en juicio del obligado indicando al menos las circunstancias de tiempo y lugar en que acaeciera la presentación objetada, no bastando una simple afirmación genérica negada por la ejecutada (cfr. en este sentido: CNCom., sala E, 19/8/88, "Pavolotsky, Jacobo c. Preilij, Adolfo). En la especie, la actora omitió por completo dar cualquier precisión sobre la supuesta presentación al cobro del documento fundante de la ejecución. En rigor de verdad, ni siquiera sostuvo inequívocamente que ese evento haya tenido lugar, en tanto en la demanda se limitó a señalar que la mora habría acaecido el 23/12/81, sin precisar si ello fue a raíz del cumplimiento de la carga legal o por alguna otra circunstancia. Pero aun suponiendo que quiso referirse a lo primero, tampoco medió especificación alguna sobre el sitio (domicilio, oficinas, etc.) en donde fue realizada, ni tampoco sobre el horario y las personas que pudieron haber intervenido en la diligencia, lo que a juicio de este tribunal justifica plenamente la actitud asumida por la demandada en sus presentaciones de fs. 37/39 y 49/50 esa forma de proponer la demanda, en tanto le ha obstaculizado el derecho a reproducir la prueba de descargo. III. Si bien esto debe conspirar en parte contra la tesitura sustentada en el pleito por la actora, ello no significa que sea procedente la defensa planteada con el alcance que pretende atribuirle el demandado, pues la falta de presentación al cobro del título cartáceo produce la caducidad de la acción cambiaria únicamente respecto de los obligados de regreso, no así respecto del librador, que en el pagaré asume el carácter de obligado directo haciendo las veces de "aceptante" (arg. art. 57, párr. 2°, dec.-ley cit.). Subsiste pues el débito cartular del accionado pese a la carencia apuntada, cuyo único efecto será el de postergar el devengamiento de las accesorias hasta el momento de la intimación de pago en que debe reputarse cumplida la exhibición de la cambial con los consiguientes efectos moratorios (cfr. CNCom., sala A, 22/8/84, "Smardeman Norberto c. Menchini, Juan", entre otros). Habrá de modificarse la fecha de mora y "dies a quo" de los accesorios fijadas en primera instancia, que, por lo antedicho, habrá de llevarse al día 18/3/86 en que el excepcionante quedó intimado de pago según se desprende del mandamiento obrante a fs. 36/vta. Asimismo, y como la fijación de la fecha indicada impide la utilización de los mecanismos establecidos en el fallo para el cálculo de los accesorios se torna imperativo disponer su modificación. En consecuencia, establécese que la repotenciación dineraria se computará en función de la variación experimentada por el índice de precios mayoristas nivel general que suministra el Indec entre la mora y el efectivo pago, liquidándose por igual período un rédito "puro" a la tasa del 6% anual propia de capitales revigorizados. IV. Como corolario de lo hasta aquí expuesto se revoca parcialmente y con el alcance precedentemente indicado el decisorio apelado, confirmándoselo en todo lo demás que decide. Las costas de ambas instancias se imponen a la demandada no obstante el aparente "vencimiento" obtenido en la contienda, habida cuenta de no haber depositado el importe que creía deber al momento de introducir la excepción y ser en consecuencia además de haber reclamado más de lo que correspondía en derecho morosa en la atención del crédito (arg. arts. 68, 70 y 72, Cód. Procesal). Encomiéndase al magistrado del proceso las notificaciones pertinentes. -- Juan C. Quintana Terán. -- Héctor M. Di Tella. -- Bindo B. Caviglione Fraga. (Sec.: Alfredo A. Kölliker Frers).