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La Obsesión Del Ceo

Prólogo
Agnes Sofía Bachelet, una joven de 25 años de edad, de buenas curvas,
cabello lacio y completamente negro. Su piel del color de las avellanas y su
apariencia angelical, pero de carácter para matar.

Actualmente directora ejecutiva de una de las sucursales más pequeñas,


pero no menos importante que tiene una de las empresas más prestigiosa y
grande de exportación de Petróleo en Lancaster, Inglaterra.

La Gran Amato Vitale Company.

Ella nunca pensó que su mundo se le pondría patas arriba de un día para
otro, pero, la extraña llegada de el hijo de la dueña de la gran empresa
cambió sus días por completo.

Siendo él un hombre, obsesivo, arrogante, misterioso que hará de la vida de


ella un caliente tormento.

Sus ojos azules, su voz varonil, su aura misteriosa, su perfecto cabello


negro y su piel bronceada y un cuerpo perfectamente trabajado la tendrán
babeando secretamente por su jefecito.

Lo que ella no sabe es que él planea poseer todo de ella.

Él quedará completamente deseoso de tenerla completa para él.

Ella y los misterios que la embargan, solo harán que ella sienta la necesidad
de alejarse de él.

Y es que como todo el mundo la hermosa pelinegra esconde secretos, unos


más turbio que el otro.

Envueltos en un vaivén de, celos, provocaciones y momentos


extremadamente calientes acaso ¿Surgirá el amor? ¿Se odiaran?
Pues hay algo que muy seguro está, esto se convertirá en un carrusel de
emociones pues ella ahora se ha convertido en la obsesión del Ceo.

— Buenos días Sr..

hago una pausa para que el ser frente a mi me de un indicio de su nombre o


al menos uno de su molesta presencia. En vista que no desea responder,
prosigo.

>> Amato Vitale ¿a que se debe el honor de su presencia?

este sigue con su mirada fija en mi, lo que me molesta con intensidad.

— Es mi empresa, ¡puedo venir cuantas veces se me dé la gana!

Su voz grave e imponente retumbó en toda la habitación, la forma en la que


se dirigió a mí de una manera tan poco ética me sacó de mis casillas así que
ni corta ni perezosa se lo hice saber podrá ser el jefe o lo que sea pero eso
no le da el derecho de tratar a las personas como andrajos.

—Lo sé, nadie aquí presente le ha dicho lo contrario, pero si bien tengo
entendido en ninguna parte de mi contrato decía que iba a tener encuentros
fortuitos y de tan mal gusto con "Mi jefe" que al parecer carece de buenos
modales.

Por un momento quise flaquear, sé que mi lengua a menudo me mete en


tantos problemas pero luego recordé que la loca que llevo dentro jamás lo
permitiría y solo seguí allí firme el hombre frente a mi se llevó una de sus
manos a la frente mientras me daba una mirada de 'Súper seguro que te
despido' aún así no me deje intimidar.

— La insolencia es uno de los atributos que posee Señorita, así como la


irresponsabilidad. Llegar tarde a tú trabajo no habla bien de ti.

aseguró mientras se dirigía a la puerta a paso firme.


>> ¡La veo en la sala de juntas en 15 minutos! Y por favor, para mañana
venga con ropa más decente.

Holaa, que tal?

Esta es una nueva novela... Una caliente🤭🤣❤🔥

Debo decir que esto es todo un reto, espero que puedan disfrutarla y
hacérmelo saber claro...

Si ya han leído mi novela ya publicada y con veinte capítulos se darán


cuenta de unos cameos en está... Así que espero disfruten mucho mucho.

Besitos💋💋...

Pd : Aún no tengo el nombre perfecto para el Team, pronto pronto.

Adry❤🔥

Novela totalmente mía, con todos los derechos reservados


Capítulo U N O : "Encuentros Fortuitos"
Un pitido….

Mis párpados pesan….

Segundo pitido …

¡No me quiero levantar!

Tercer pitido…

—¡Ya, ya tu ganaste!

Y… Como cosa rara me encuentro hablando sola en mis cuatro paredes, el


frío de la mañana me recibe cuando decido sacar mi trasero de la cama.

Hoy es un gran día por no decir que otro igual de monótono a los demás, y
es que mi loca y súper divertida vida es igual siempre, en un resumen
menos complicado… Trabajo y más trabajo.

¿Quien carajo inventó el trabajo? Un sin oficio claro está… No me


malinterpreten no soy perezosa solo un poco risueña.

Me doy una ducha rápida ya que es tarde y si me demoro un rato más creo
que volveré a mi dulce cama que me llama y ruega a súplicas que vuelva a
ella, ¡en serio odio los lunes!. Salgo con mi cabello envuelto en un gorro
hermético para mantener mi secado intacto porque en serio ¿quién en su
vida amanece con el cabello perfecto? ¿O con las ganas suficientes para
peinarse? Yo soy de ese porciento que le vale tres hectáreas y media de caca
peinarse.

Me visto con una falda tubo color blanco que se adhiere de más a mi cuerpo
haciendo que mis voluptuosas proporciones se noten de más pero no me
quejo amo mi cuerpo, acompaño mi falda con una camisa de manga corta
color salmón, arreglo mi cabello negro y lacio a modo que quede
perfectamente tendido en mi espalda, tomo mis pertenencias y salgo a paso
apresurado de mi apartamento.

Ya en el estacionamiento del conjunto residencial donde vivo saludó al


portero que siempre esta con una amplia sonrisa y un saludo que me hace
recordar la dulzura de mi padre y con eso me basta para alegrar mi el día…

— Hola Robert, quisiera hablar mucho más contigo pero como sabes voy
tarde…

Este asiente y me da una sonrisa cálida y llena de serenidad.

— Que tenga un feliz día mi niña.

Asiento y salgo corriendo a donde me espera mi pequeño amor frustrado, y


no no hablo de un chico…

—Hola Romí.

Saludo a mi auto antes de darle unas palmaditas de apoyo que son más para
mi que para ella, ¡Si, estoy loca!

Me subo y dejo mis cosas en el asiento del copiloto, prendo a mi pequeña


romi y emprendo camino a mi lugar de trabajo, no queda muy lejos de aquí
así que es un trayecto corto pero agotador gracias al tráfico.

Al llegar al pequeño edificio donde trabajó dejó a mi pequeña romi en su


lugar, observó la hora en mi reloj de muñeca y mi cara debe ser un lindo
poema ahora que sé que llevo dos largos minutos retrasada, me encaminó
rápidamente a entrar a la empresa mejor conocida como "Amato Vitale
S.A", una gran compañía reconocida a nivel internacional diría que mundial
pero no estoy muy al tanto de eso, acá yo estoy a cargo de todo osea no
tengo jefes. Yo soy la encargada de esta sucursal, y me va bien en ella.
Aunque ser la jefe no me da privilegios ya que no puedo llegar lo que se
dice tarde jamás.

— Buenos días señorita Bachelet.


Mi asistente me saluda, devuelvo tal gesto con una sonrisa.

—Buenos días Lara .

Lara levanta su mano haciéndome seña para que me acerque a su lugar de


trabajo, en voz muy baja me dice:

—En su oficina la esperan.

Enseguida mi postura se pone recta y con mi mejor ceño fruncido levantó


mis manos a modo de pregunta…

—El Sr Amato Vitale

cuando escuchó aquellas pocas palabras mi cuerpo comienza a tiritar a


pesar de que la calefacción acá está en su punto, mi nueva cara de horror a
de ser tan horrible que la pobre Lara me da una mirada de comprensión
ligada con pena.

— Ammm ¿Ha dicho el porqué de su visita? Nunca antes había venido uno
de los grandes aquí.

Ella niega y yo solo trago grueso y me aventuro los pasos a mi despacho.

Al entrar una figura masculina alta e imponente está de pie junto al ventanal
que da vista a más edificios, carraspeó mi garganta para hacer notar mi
presencia. Este se voltea y da una mirada desaprobatoria a todo mi ser lo
que me indigna pero decido guardar silencio, en los cinco años que llevo
trabajando para esta empresa jamás había venido un Amato Vitale a hablar
o lo que sea que hagan.

Mi expresión se mantiene dura, sea lo que sea no es mi culpa.

— Buenos días Sr..

hago una pausa para que el ser frente a mi me de un indicio de su nombre o


al menos uno de su molesta presencia. En vista que no desea responder,
prosigo.
>> Amato Vitale ¿a que se debe el honor de su presencia?

este sigue con su mirada fija en mi, lo que me molesta con intensidad.

— Es mi empresa, ¡puedo venir cuantas veces se me dé la gana!

Su voz grave e imponente retumbó en toda la habitación, la forma en la que


se dirigió a mí de una manera tan poco ética me sacó de mis casillas así que
ni corta ni perezosa se lo hice saber podrá ser el jefe o lo que sea pero eso
no le da el derecho de tratar a las personas como andrajos.

—Lo sé, nadie aquí presente le ha dicho lo contrario, pero si bien tengo
entendido en ninguna parte de mi contrato decía que iba a tener encuentros
fortuitos y de tan mal gusto con "Mi jefe" que al parecer carece de buenos
modales.

Por un momento quise flaquear, sé que mi lengua a menudo me mete en


tantos problemas pero luego recordé que la loca que llevo dentro jamás lo
permitiría y solo seguí allí firme el hombre frente a mi se llevó una de sus
manos a la frente mientras me daba una mirada de 'Súper seguro que te
despido' aún así no me deje intimidar.

— La insolencia es uno de los atributos que posee Señorita, así como la


irresponsabilidad. Llegar tarde a tú trabajo no habla bien de ti.

aseguró mientras se dirigía a la puerta a paso firme.

>> ¡La veo en la sala de juntas en 15 minutos! Y por favor, para mañana
venga con ropa más decente.

sin más salió de mi oficina dando un fuerte portazo.

¡Maldita sea mi suerte!

...*...
Acá el capítulo uno🔥🔥❤

Adry❤🔥
Capitulo D O S: "Sí Señor"
Capítulo Dos: Sí, señor.

No puedo creer que todo esto esté pasando, tener que aguantarme a ese ser
tan arrogante, insoportable, guapo, malhumorado, guapo y en extremo
perfecto para la vista por tantos días me va a hacer colapsar.

Ayer fue nuestro primer encuentro y dejó muy en claro que llegaba a
nuestra sucursal para quedarse una larga temporada.

Al parecer en la empresa, en la gran empresa surgieron problemas grandes.


Alguien está robando y desprestigiando la compañía.

Cabe mencionar que nuestra empresa se dedica a la extracción y


exportación de petróleo.

Y que nos acusen de algo como estar tergiversando el dinero, es algo


complicado.

Si por algún motivo en mi sede se encontrarán evidencias o algo parecido a


todo el problema todo se pondría de cabezas ya que yo soy la encargada y
todo quedaría sobre mis espaldas, podría ir presa.

Hoy decidí levantarme más temprano que de costumbre, sé que no soy


culpable de nada pero igual no puedo estar tranquila.

Decidí colocarme una falda negra de cuero que me queda justo dos dedos
encima de mis rodillas, una camisa blanca de mangas largas y botones
acompañada de una chaqueta de cuero negra a juego con la falda, unos
botines de tacon medio acompañaron mi outfit.

Tomé mi cartera y decidí salir de mi departamento, mi cabello lo recogí en


una coleta alta que siempre hacía que mi cara se viera estilizada. Me
encantaba.
Como salí temprano no me encontré con molestos tacos en la carretera,
conduje tranquila y en paz.

Al llegar a la empresa no pude estacionar a Romí dónde siempre porque el


hijo de su mamá, osea el grande ese al cual ahora debo llamar jefe se
estacionó en mi lugar.

Suspiré .

Será mejor que suba a mi oficina antes de que llegue el innombrable.

Vi la hora en mi reloj de pulsera y suspiré porque gracias al cielo había


llegado cuarenta minutos antes que él.

Puedo organizar y repasar documentos en mi pequeña oficina mientras el


bebé de papá llega.

Tarareando las canciones de cuna que suelo cantarle a Alina, mi pequeña


sobrina me dirijo a mi oficina. No sé porque me da por bailar y cerrar mis
ojos cuándo ingreso en ella, pero hubiese deseado no haberlo hecho.

El hijo de su mamá se encontraba justo ahí sentado en mi escritorio,


revisando unos papeles.

Su cara paso de la seriedad a la burla.

— Señorita Bachelet, supongo que podemos añadir otra cualidad a su


extensa lista.

Mi cara paso de la felicidad al fastidio.

— Buenos días señor.

— Y veo que no tomo mi consejo de la vestimenta. Debo recordarle que


esto es su lugar de trabajo no un Night Club.

No respondió mis buenos días por darse el lujo de criticar mi vestimenta.


— Gracias, pero, yo elijo como vestirme y mi lugar de trabajo no me exige
un código de vestimenta. Bueno hasta dónde tengo entendido nada parecido
salía en mi contrato.

Su vista se alzo a la altura de la mía, sus ojos color Esmeralda se


encontraban con mis ojos café en una batalla, una que retaba y profesaba
destrucción.

Soltó un exasperante bufido y bajo su vista.

— Póngase a trabajar.

Dijo con su voz dura.

— Lo haría sin ningún tipo de dificultad, créame, pero lastimosamente hay


un individuo en mi oficina que me impide comenzar mi jornada laboral.

— Ya veo, pues creo que va tener que acostumbrarse. Desde este momento
ese individuo y usted compartirán la oficina.

>> Bienvenida, tome asiento.

— Supongo que no todo es perfecto.

Susurre de mala gana y coloque mis cosas dónde siempre lo hacía.

Saque mi laptop de mi bolso y me dispuse a hacer todo lo que siempre hacía


cada día por las mañanas. Mientras estaba con mi vista fija al computador y
totalmente concentrada en mi trabajo el principito decidió interrumpirme.

— Tengo mucha sed, tráeme un agua de la marca Niebla y que sea de la que
contiene gas.

— ¿Disculpe?

— Y que sea rápido usted tiene la costumbre de retrasarse.


Le di una mirada llena de odio y me dispuse a salir de mi oficina totalmente
echa una furia.

"Y que tenga gas"

La florecita pidió.

¡Dios Padre Santo de la creación! Lo más horrible del caso es que todo el
dinero que tiene no le alcanza para comprarse unos modales.

Ni un mísero por favor salió de sus labios.

Pero si él cree que me va a intimidar o a tratar como se le venga en gana


solo por ser el jefe está jodido, ya verá quién es Agnes Sofía Bachelet y se
arrepentirá de sentir toda mi furia.

Jajaja eso sonó raro.

Pero, sí, ya la florecita verá. No me importa que me ponga de patitas en la


calle.

Entro al pequeño salón de descanso y tomó un vaso y lo lleno con agua


helada de la llave.

Si le gusta bien y si no también, que él sólito se consiga su niebla.

Me dirijo de regreso a la oficina y coloco una servilleta antes de colocar el


vaso de agua frente a él.

— Tenga señor, que disfrute su agüita.

Cuándo pensé que me terminaría echando de la empresa a patadas por ser


tan retadora, pero, tomó el vaso de agua de un tirón.

— Gracias señorita Bachelet, ve que puede llegar a ser competente.


Me trague todo lo que mi lengua tenía por decirle. Solo porque quería llegar
a la noche viva.

Horas más tardes…

— Señorita Bachelet, su ramo diario ha llegado.

— Gracias linda, enseguida voy.

Lara me habló al intercomunicador para indicarme que las lindas rosas rojas
acompañadas de lindos girasoles que desde hace dos meses vienen llegando
a mi a diario de un supuesto admirador secreto, me hacen levantarme de mi
silla a una velocidad increíble.

Voy por el ramo e ingreso a mi oficina con el, lo coloco en la pequeña mesa
de centro mientras tiro el de ayer en el cesto de basura.

Todo lo hago bajo la atenta mirada de mi querido jefe.

Sacó la nota que siempre está ahí, procedo a abrirla para encontrarme como
siempre con una letra. En esta ocasión no hubo letra por lo que significa que
es un espacio entre oraciones.

Abrí una pequeña caja que tenía conmigo en la oficina y coloque el sobre
dentro.

Desde hace dos meses recibo las flores, pero desde hace exactamente
quince días he estado recibiendo letras e indicaciones que pronto formarán
la identidad de mi hombre misterioso.

Mi teléfono suena y es una llamada de mi hermana, tengo la necesidad de


contestar ya que desde hace dos días no hablo con ella.

Pero temo que si lo hago la florecita vaya a reprocharme algo.

— ¿Es qué acaso no va a contestar?

Con un leve movimiento de mi mano le indico que no.


>> Su novio se puede preocupar.

— ¿ Y quién le ha dicho usted que se trata de mi novio?

— Una mujer que recibe flores a diario, es porque ha de tener un novio muy
enamorado y atento.

— No porque un hombre sea un dios sexy, significa que tenga modales. Es


decir no porque una manzana parezca buena por fuera quiere decir que este
en perfectas condiciones por dentro.

— Su respuesta no viene al caso.

— De hecho sí, sólo yo me entiendo.

Levantó sus hombros en señal de que no le importaba.

A lo que decidí añadir :

>> Y para su pregunta, la respuesta es que no, no tengo novio.

Con la mirada gacha y fija en sus papeles pude ver como sus labios se
curvaron en una sonrisa de lado, a lo que no pude evitar sentir ese escalofrío
que me recorrió el cuerpo.

Jajaja del odio al amor…

Besitos

Adry❤🔥

…..
Capítulo T R E S: " Es Una Orden"
Capítulo Tres : "Es una orden"

Se llegó la hora de mi almuerzo y cuándo estaba tan entusiasmada de salir y


disfrutar mi comida la dulce florecita me interrumpió.

— Aún no puede salir a almorzar. Terminemos el informe del área uno de


finanzas y entonces sí podremos los dos bajar a almorzar.

— ¿Disculpe?

— Lo que oyó señorita Ainara…

Escuchar el nombre de mi hermana de los labios de la florecita se sintió


extraño. Quisiera que el mundo supiera que mis logros son míos, de la chica
que se llama por nacimiento Agnes.

Mi situación es algo complicada, desde que salí de Venezuela, mi país de


origen me ha tocado adoptar los documentos legales de mi hermana ya que
los míos fueron robados y no he logrado conseguirlos y mucho menos
sacarlos nuevos.

Mi hermana hace ya mucho tiempo que no trabaja ya que hace poco nació
mi pequeña sobrina Alina, ella decidió que yo adoptará su identidad ya que
ambas somos casi idénticas, somos gemelas.

Ambas estudiamos la misma carrera universitaria, jajaja y sí… en la


adolescencia ambas una vez nos enamoramos del mismo chico.

Aunque fue algo pasajero, es una anécdota que aún en algunas cenas
familiares sale a relucir.

>> Desde que se perdió en sus pensamientos decidió no salir de ellos…

Su voz gruesa me sacó de mi pequeña ensoñación.


— Supongo que pensaba que tengo hambre.

— A veces sus respuestas están fuera de este mundo.

No pude evitar mirarlo mal.

>> Supongo que le arruine el almuerzo con su novio, tranquila si quiere


dígale y almorzamos los tres.

Mi carcajada resonó por toda la oficina y parte del recibidor de afuera.

— Supongo que mi vida amorosa lo tiene desvelado. Creo haberle dicho


hace algunas horas que no tengo un novio que me amargue la vida.

— Supongo que por eso es que vive amargada, quizás necesite un novio que
logre, emm… ¿Como digo sin que suene cruel?

Mi mirada furiosa podía incluso quemarlo vivo.

>> Apaciguar ese mal genio.

Entonces supe algo, a él le encantaba jugar. Dos pueden jugar este juego.

— Quisiera no seguir desgastando la misma palabra en otra oración, pero,


supongo que por eso es que usted es como es… Digo tan de mal genio.

Ahora su mirada curiosa se fijo justo en mi.

Tomé el bolígrafo que tenía en mi mano y lo coloque en mi boca


seductoramente.

>> Usted también debería de buscarse una novia… ¿Como puedo decirlo
sin sonar muy cruel?

Con sumo cuidado chupe la punta final del bolígrafo mientras lo sacaba de
mi boca.

>> Una que logre drenar todo ese mal genio.


Culmine mientras que con el bolígrafo lo señale desde su frente hasta su
entrepierna.

La risa interna no podía contenerla y logró salirse desde lo más profundo de


mí estómago hambriento.

Su mirada se tornó oscura y en gesto pacífico pero sin dejar de ser duro me
ordenó seguir con mi informe.

No le presté más atención a sus gestos y proseguí a realizar mi trabajo.

Termine con mi informe y no pude evitar soltar un gritito de alegría que


hizo que la florecita frente a mi despegara su vista de los documentos.

Tomé mi celular y visualice la hora, era más que tarde. Hace tres horas que
debía almorzar. Tomé mi bolso y cuándo me disponía a salir de la oficina su
voz por segunda vez en el día me lo impidió.

— ¿Acaso pensabas irte y dejarme abandonado?

Me di la vuelta y vi que ya había levantado su trasero de mi silla y se


encontraba acomodando las arrugas imaginarias en su traje.

>> Señorita pero que malos modales.

No pude evitar torcer mis ojos hacia arriba haciendo que quedarán en
blanco, demostrando así el hastío que sentía.

Tomó su teléfono el cuál se encontraba dentro del bolsillo de su chaqueta y


procedió a realizar una llamada.

Es que hasta realizando una estúpida llamada podía verse tan estúpidamente
bueno. Dios santo Padre de la creación, hay que darse cuenta que con
algunos simplemente te esmeras.

Ver como el traje se adhiere a sus músculos mientras hace ligeros


movimientos…
¡¡¡Dios!!!

Debo dejar de pensar así, en fin es un hombre igual que el resto. Además de
lo exasperante que puede llegar a ser.

§§En la llamada§§

— Palmer, ya voy saliendo a almorzar. Ten mi auto listo en la entrada. No


quiero que sepan que estoy aquí.

>> Sí iré en compañía, espero que hayas reservado en un buen lugar.

>> ¿Como carajos ella supo que yo estaba aquí? ¡Maldita sea! Ya voy.
Intenta distraerla.

§§Fin de la llamada§§

Su semblante juguetón había cambiado a uno parecido al mío, lleno de un


fastidio inmenso.

No pude dejar de escuchar que había una ella inmiscuida en toda la


situación así que para no fastidiarle más decidí salir al ascensor sin darme el
momento de esperarlo.

Antes de que las puertas se cerrarán su pie con su caro mocasín de Versace
impidió que este se cerrará por completo.

Las puertas se abrieron y él así con su maldito metro ochenta irrumpió en el


ascensor y marcó el estacionamiento, que vendría siendo el sótano.

>> Ya veo que tenías planeado irte de nuevo sin mi.

— Su novia debe de estarlo esperando abajo señor, sería un buen momento


para que drene su mal humor.

Quise morder mi lengua por ser tan imprudente, pero hay algo que siempre
mi madre hermosa me decía: "Cuándo algo ya está dicho de la lengua para
afuera, nada de lo que hagas revertirá los hechos"
Punto.

— ¿Porque no me enseña usted cómo puedo drenar ese mal humor?

Mis ojos se abrieron tanto que dolían.

— Su respuesta no viene al caso.

Dije completamente acongojada en mi esquina del ascensor.

— Pues sus acusaciones tampoco.

— ¿Quién en este ascensor sería capaz de acusarlo señor?

Voltee mi cuerpo de manera que pudiese verlo, ver sus expresiones.

Su cara se volteo en mi dirección y nuestras miradas se encontraron.

— Una pequeña pulga de un metro cincuenta y cinco quizás.

— Déjeme informarle que no veo a ninguna pulga por aquí, hace poco
realizaron una limpieza de plagas en la empresa.

— Debo reclamar a esa otra empresa de limpieza, pues dejaron una pequeña
plaga suelta. Además una lo bastante molesta.

Maldito.

— Ya veo, ojalá tenga suerte con su reclamo señor.

— De hecho…

Sea lo que sea que tendría por decirme quedó a medio terminar ya que las
puertas del ascensor se abrieron.

Un hombre algo grande y ancho y en extremo musculoso y en extremo


aterrador se acercó a nosotros, vestía todo de negro y llevaba un audífono
en su oído izquierdo.
— Señor, espere un momento dentro del elevador.

Él con una mirada amargada asintió.

— Creí haberte dicho Palmer que ya enseguida bajaba.

— Sí señor, sólo que la señorita…

— SOLO APRESURATE A QUE TRAIGAN EL AUTO.

El intenso actuar de la florecita me hizo pegar un brinco y es que solo alzó


su voz y yo sentí que todo se había estremecido. Se me hizo tan feo de su
parte que no dejará que el Señor que se hace llamar Palmer culminase de
hablar, pero no entiendo porque me sorprendo tanto. Ya sé que sus modales
se le fueron de vacaciones.

Un lindo Mercedes se aproximó a nosotros, era totalmente negro y muy


muy lindo. Quizás un último modelo.

La florecita se acercó a este y abrió la puerta de atrás.

Haciendome un gesto con la mano para que ingresará al auto se dirigió a


mí.

Involuntariamente mi cabeza hizo un no.

Él colocó una de sus manos en sus ciernes haciendo un ligero masaje.

— Yo tengo auto, puedo seguirlo…

Antes de agregar algo más a la conversación él me interrumpió.

— No me interesa si hasta aviones tienes, además no es una petición. Es


una orden.

Holiiisss
Algo para aclarar, muchas veces los fines de semana no habrá capítulo,
peeero muy seguro que de lunes a viernes uno bien jugosito les esperará.

Sin más espero que hayan disfrutado la lectura.

Adry❤🔥

……
Capítulo C U A T R O: "Corrientes Eléctricas"
Capítulo C U A T R O: "Corrientes Eléctricas"

Él me va a escuchar. ¿Como es posible que sea tan ogro? Me saca de mis


casillas.

Antes de que fuese a hacer otro de sus espectáculos molestos decidí que
sería mejor ir y subirme al auto.

— Tan linda señorita Bachelet, cuándo hace las cosas cuándo se le indican.

— Las haría mucho mejor y cuando se me piden, si al menos la persona que


solicita tuviese tantos modales así como le sobra el dinero.

—¿Ahh sí? …

Preguntó.

Antes de seguir hablando una voz molesta resonó por todo el vacío
estacionamiento interrumpiendo lo que tenía por decir. Su postura se volvió
tensa y antes de darle tiempo a la persona allí afuera de echar su mirada
dentro del auto, él se salió dando un portazo al lindo Mercedes.

Siempre pasa eso, siempre algo o alguien interrumpe.

— ¡Osito grandulón!

Desde dentro del auto pude ver a una chica super alta, de cabello corto de
un color dorado, con unos rizos muy lindos y cara como hecha de
porcelana. Ella en realidad era hermosa.

Su cara derrochaba felicidad por cada poro.

Mi querido jefe en cambio tenía una postura tensa, no podía ver su rostro ya
que él se encontraba de espaldas.
— Marilyn, ¿Qué demonios haces aquí?

Su voz dura, exactamente igual a la de hace un rato cuándo alzó la voz para
hablarle a Palmer.

La sonrisa de la chica se borró inmediatamente.

— ¿No te alegras de verme?

— ¿Quién en su sano juicio se alegraría de ver a una mujer como tú?

— Después de lo de aquella noche, creí que todo estaba bien. Quise darte
una sorpresa.

Su voz ya sonaba con un tono de lo más molesto. Lo que tenía de hermoso


lo tenía de exasperante y totalmente desagradable a nivel de
comportamiento.

>> Osito, ¿Acaso no me extrañas?

Se abalanzó a su cuerpo quedando guindada de su cuello. Él en un


movimiento rápido se zafó de ella haciendo que esta quedara de pie
nuevamente dónde se encontraba.

No me gusta para nada el chisme pero vaya que me entretiene y bastante.


Este estaba caliente y jugoso, además tenía la vista completa para mi.

— Te voy a agradecer que te marches y no vuelvas a molestarme más nunca


en tu mísera vida, lo que pasó esa noche fue un desliz por la borrachera
pero ya no volverá a pasar.

Algunas lágrimas se deslizaron por el rostro de la mujer.

Sentí pena, no es como que si yo fuese una chismosa carente de simpatía.

>> Tú sabes lo que hiciste, tú lo sabes. Aquello que pude haber sentido por
ti lo tiraste por el caño tú sólita.
— Amor pero…

— AMOR NADA, MALDITA SEA MARILYN.

El estruendoso grito de mi jefecito volvió a lograr que me estremeciera.

Marilyn no se inmutó ni un poco, solo lágrimas bajaban por su rostro.

>> Estoy comprometido ahora con alguien más, espero que te quede claro y
no vuelvas a buscarme. Mi novia me espera en el auto, adiós.

Ella seguía ahí parada con lágrimas manchando su perfilado rostro.

Por un momento incliné mi cuerpo hacia adelante para asomarme por la


ventanilla a ver si en realidad había una chica allí dentro.

Pero al lado del chófer no había absolutamente nadie.

Entonces caí en cuenta, quizás se refería a mi.

Ay florecita.

— ¡Mateo!

Exclamó la rubia de repente.

>> Hablaré con mi padre, le pediré que cierre todos sus tratos con tu
empresa. Además de eso le diré todo lo que me has dicho y como me has
tratado. Créeme me las pagarás todas.

— Has lo que más desees. Total, mi empresa no necesita de las de tu padre


ni de las de nadie, en cambio no puedo decir lo mismo de las suyas.

Se dio la vuelta dándole la espalda a la rubia.

Ella tuvo la osadía de volver a replicar.

— Mateo por favor…


Suplico, al ver que no tuvo efecto, añadió:

>> Conozco gente peligrosa.

Él otra vez volvió a darse la vuelta para encararla.

— Puedes conocer al mismísimo diablo si quieres Marilyn, nada de lo que


digas o hagas cambiará mi visión y convicción de ti.

Ella tenía los cojones para amenazarlo.

Además descubrí al fin cómo se llama la florecita.

Mateo.

Lindo nombre, así como todo su escultural cuerpo.

Ohh sí…

Imposible Agnes Sofía, ¿Como puedes pensar en esas cosas, en momentos


como estos?

A pesar de que el chisme estaba bueno, en su momento me aburrí. Ellos


seguían en su batalla de quién le habla más feo a quién, o quién amenaza
peor a quién.

Ellos en su disputa y yo muriéndome de hambre, que feo caso.

Aburrida ya de la situación, del lleve y trae que ambos tenían. Recosté mi


cabeza al vidrio de la ventana a mi lado. Sentí cuándo mi querido jefe abrió
la puerta del auto.

No dijo palabra alguna así que yo tampoco quise acabar con el incómodo
silencio que reinaba en el auto.
El auto se puso en marcha y pude ver como la chica de apariencia de ángel
se abalanzaba sobre el.

Gritando como loca.

— ¡Mateo! ¡MATEO! no puedes dejarme.

Corría mientras le daba fuertes golpes al auto que iba a paso lento, muy
lento para mi gusto.

>> Abre la maldita puerta, detén el auto. Quiero ver a la maldita que se está
robando a mi hombre.

Mis alarmas se encendieron, si esa mujer lograba así sea romper un vidrio,
iba a verme era a mi ya que yo era la única mujer en el vehículo.

Definitivamente en mis planes no está tener otro problema más que añadir a
mi extensa lista de gigantes problemas que llevo a cuesta, no señor.

Con una valentía que ni sé de dónde saque le hable fuerte al conductor.

— Apresurese, pise el acelerador lo más que pueda y saquenos de aquí.

La rubia loca seguía gritando mientras que el conductor haciendo caso a mi


petición aceleró el auto.

Mi vista iba justo al frente de los pasillos del estacionamiento.

La florecita parecía cansado, sus manos iban puestas en su cabeza, sobando


sus cienes . Se le veía afligido.

Supuse que quizás aquella mujer sí le importaba.

Me puse una mano en el corazón y quise consolarlo. No tenemos una buena


relación, incluso creo que nos odiamos mutuamente, pero me da pena verle
así. A él o a cualquier persona.
Voltee mi vista hacia atrás para darme cuenta que aquella mujer se había
arrodillado a mitad del camino y se le veía al parecer llorando.

Regresé mi vista y toda mi atención a mi jefe y me decidí a hablarle.

Colocando mi mano en una de las suyas y dando un fuerte apretón, le


hable:

— Sea cual sea su problema y su relación, créame que el sol saldrá y todo
estará bien.

— Pequeña pulga, me olvidaba que aún estabas aquí.

Quise matarlo pero su expresión algo risueña, apaciguó mis intenciones.

— Si ya puede hacer chistes supongo que ya se encuentra bien.

Quise alejar mi mano de la suya pero él me lo impidió. Tomándome fuerte,


expreso:

— Gracias, lamento que haya tenido que ver todo ese espectáculo.

— No pasa nada.

Le sonreí.

>> Ahora tengo algo que cotillear con las chicas de la oficina, estarán
encantadas.

Mi carcajada resonó en el auto y él me observaba atento.

— Me complacerá castigar a la persona que ose a regar un chisme mío en


mi empresa.

De inmediato me callé y mi postura se puso recta, tan recta como si me


fuesen introducido un palo en el trasero.

Intente nuevamente quitar mi mano de la suya pero, fracase.


Esta vez quien se echo a reír a carcajadas fue él, su risa era tan gutural y
varonil como él.

Diferentes corrientes eléctricas me recorrían el cuerpo.

Y es que su mano llevó la mía a sus labios para depositar un tierno beso en
ella, a la vez que el auto se detenía y un grueso y firme :

— Ya llegamos.

Salió de sus labios.

Upaaaa, jajaja esos dos se las traen.

Acá el nuevo capítulo del día y pues espero que disfruten.

Apenas llevan dos días juntos y no han parado de estar matándose.

Por ahí dicen que del odio al amor.

¿Ustedes que opinan?

Los leo

Adry❤🔥
Capítulo C I N C O: "Horas Extras"
Capítulo C I N C O: " Horas Extras"

El almuerzo transcurrió normal, sin más acontecimientos inesperados y sin


momentos embarazosos.

La florecita se ofreció a llevarme a mi departamento y no me negué,


también quedó en que pasaría por mi por la mañana ya que mi pobre Romi
quedó en el estacionamiento de la empresa.

Al llegar a mi dulce hogar me dispuse a quitar mi ropa para así entrar al


baño a darme una buena ducha.

Hice todo con toda la tranquilidad del mundo, no tenía afán ni carreras.

Al terminar salí a la pequeña sala y saqué de la nevera una botella de vino


del supermercado, mi favorito. Servi un poco en una copa y tomé asiento en
uno de los sofás.

Busqué mi teléfono en mi bolsa y me dispuse a llamar a mi hermana.

§§ En La Llamada §§

— Pequeña mocosa

La voz de mi hermana de inmediato me hizo sentirme relajada y a gusto.

Solté una risita por lo bajo y le hable:

— Hola tú.. ¿Dónde está mi querida Alina? ¿Ya duerme?

— Sí, sí… ya duerme.

A pesar de que la calidez que siempre me brinda al hablar con ella estaba
presente, no podía dejar de sentir que algo le molestaba.
— ¿Qué sucede Ainara? Sabes que puedes decirme lo que sea.

— Sí lo sé, no pasa nada.

Su voz tembló y supe que algo sucedía. Me puse de pie mientras caminaba
de un lado a otro preocupada.

— Sí pasa algo Ainara, puedo sentirlo. No quiero que me ocultes nada.

— No es algo para preocuparse, estoy algo cansada. Sabes como se pone


Alina y hoy no he descansado.

— ¿No has dejado que nana te ayude?

— Sabes que disfruto los berrinches de tú sobrina, eso es algo que venía en
el paquete de ser madre y no me gustaría desprenderme de ella tan rápido.

— Mentirosa, sé que te mueres por volver a trabajar. Perdóname, por mi


culpa no has podido.

Bufó.

— No digas tonterías Agnes, resolveremos esto ya verás. Además como


podría mentir con algo respecto a Alina. Los bebés crecen muy rápido y por
andar perdida en un trabajo me perdería de muchas cosas.

— Ujummm

— Jajaja boba, además tengo a mi perfecto y enamorado esposo más tiempo


para mí. Ohh sí…

— Sí, sí. Guácala, no hacen falta los detalles. Por cierto ¿dónde está el loco
ese?

— Está en su despacho hablando con unos hombres que contrató.

— ¿Y eso para qué?


— No tengo idea, me dijo que era por seguridad. Hay algo que quiero
decirte…

—¡Sabía que había algo!

— Sí, sí cerebro. Artemis quiere que vengas a la casa mañana a cenar.


Queremos decirte algo.

— ¿Estás embarazada de nuevo?

— ¡No! ¿Estás loca? Es un asunto.

— Ya sabrá Dios Padre de la creación que les pasa o que traman. En fin
brujicienta te abandono a ti y a tus misterios. Llamaré a mi abogado a ver
qué ha pasado. Feliz noche para los tres.

— Igual para ti, viejita prematura.

§§ Fin de la llamada §§

Mi relación con mi hermana siempre es y ha sido excepcional y ahora con


Artemis me llevo muy bien también. Ama a mi hermana y a mi sobrina con
su vida.

Quisiera algún día poder hacer mi vida y lograr encontrar a alguien con
quién formar una linda familia, supongo que algún día alguien llegará.

Antes de irme a la cama por completo coloco mi teléfono a cargar y todo en


su sitio para comenzar con mis labores de mañana.

El sonido de una notificación de mi correo me hace debatir si levantarme a


ver de qué es o seguir en la cómoda posición que me encuentro.

Una segunda notificación me obliga a acabar con mi comodidad.

Una sonrisa brotó involuntariamente de mis labios al ver de quién se trataba


el correo que me había llegado.
—¡La florecita!

Exclame con una felicidad impropia de mí.

Chat (Correo electrónico)

Para: La señorita Ainara.

De: Mateo Amato, El Ceo

Me complace decirle que debido a las cantidades inmensas de trabajo que


hay gracias a las respectivas investigaciones que estoy llevando a cabo en
mi empresa, tendremos a partir de mañana una extensa jornada laboral.
Claro está todo será bien remunerado. Así que prepárese señorita Ainara, se
vienen horas extras.

Posdata: Las invitaciones a almorzar desde este momento se convierten en


órdenes.

¿Pero qué le sucede a la florecita? Jajaja no ha nacido el hombre que logre


domar a la bestia que llevó dentro.

Mi mamá crió a una Agnes indomable.

Para: El Señor Amato.

De: Una mujer con vida propia.

Me complace comunicarle señor, que no tengo ningún problema en cumplir


con mis horas extras. Amo mi trabajo y por el momento no existe ningún
inconveniente que me impida realizar mis tareas asignadas.

Posdata: Una última cosa, soy una mujer con vida propia lo que me da la
posibilidad de decidir cuándo y con quién almorzar.

Para: La Señorita Ainara.


De: MATEO, EL CEO. TÚ JEFE.

Me super complace su convicción Señorita, pero una vez más me atrevo a


decirle que yo soy su jefe por lo cuál usted se debe a mis órdenes. En la
empresa soy yo quién ordena, puedo recibir sus órdenes si nos
encontráramos en otra situación y en otro lugar.

Posdata : ¿Es usted así de mandona siempre? Me encantaría recibir sus


órdenes fuera de la empresa.

Mis mejillas se encuentran en extremo calientes y mis orejas igual, la yemas


de mis dedos palpitan.

La parte que no entiendo es… ¿Que hicieron con el hombre obstinado que
llegó el primer día a mi sucursal?

¡Dios Padre Santo de la creación! Ayúdame a conservar mi inocencia, no sé


mucho de estos temas pero este mensaje conlleva en el, otro mensaje
oculto.

Lo sé, mis niveles de calentura con sus antenitas que detectan estas cosas,
me lo confirman.

Aceptaré tú invitación a jugar Mateo, hasta ahora no sabes la fiera que llevo
dentro.

Para: Don Mateo.

De: Ainara.

Aceptó esta y todas sus invitaciones señor, sé que algún día me complacerá
verle la cara a diario.

Posdata : Sí, soy así de mandona siempre.

Coloque mi teléfono en silencio y tome mi cobija y me envolví en ella


riendo fuerte.
No sé si haría algún efecto ese correo jajaja pero al menos lo intente. Ya
veremos mañana florecita.

Acá nuevo capítulo…

No había actualizado porque tengo pequeñas vacaciones familiares, pero


acá está un capítulo…

Xoxo❤

Adry❤🔥
Capítulo S E I S: "Sea Mi Asistente"
Capítulo S E I S: "Sea Mi Asistente"

¡Dios santo! No quiero pararme. La noche de anoche se tornó larga gracias


a ciertos mensajes con el señor Don Mateo. No puedo evitar sentir tanta
vergüenza y creo que será peor cuándo llegué a la oficina y tenga que pasar
el día entero viéndole.

Si bien en los mensajes no hubo nada del otro mundo, ni mucho menos
nada caliente pero, sí hubieron dobles sentidos. Mateo es un loquillo.

Me levanto de la cama en contra de toda mi voluntad y me dispongo a


organizarme para el trabajo.

Anoche no pude evitar sentir de nuevo esa ponzoñita de decepción al hablar


con Mateo y que él me llamara por el nombre de mi hermana, sé que al
momento de arreglar al fin mi problema de identidad tendré que abandonar
mi trabajo. Ese que hasta ahora amo y estoy dedicada a el.

Debo apresurarme dentro de poco llegará la florecita por mí y no quisiera


hacerlo enojar. Jajaja aunque no puedo evitar pensar que enojado se ve
demasiado bien, como las venas se le marcan en algunos lugares de su
rostro y le hacen ver tan hombre, tan viril, ver cómo sus músculos se
adhieren a su traje es la mejor parte.

Pero ¡Santo Padre de la Creación! ¿Agnes desde que momento tus


pensamientos se volvieron tan sucios? Sinceramente esto está grave.

Escucho el timbre de mi departamento sonar y voy de inmediato a abrir la


puerta antes de que mis pensamientos me sigan traicionando.

— Aunque no me molesta para nada la excelente vista que me está


obsequiando señorita Ainara, creo que a usted sí le importaría estar dando
tremendo espectáculo. Digo porque hasta ahora es muy santa y refinada.
Cabe mencionar que sus buenos días no son gratos pero ahora la de los
malos modales soy yo. Por andar de calenturienta pensando cosas que no
debo, salí de mi habitación con mi camisa sin abotonar. Los sostenes
blancos de encaje semi transparente que utilizó no dejan mucho a la
imaginación y ahora aquí en frente tengo a mi estúpidamente guapo de
infarto, jefecito que mira descaradamente lo que jamás en la vida se va a
comer.

— ¡Dios mío! Señor, emm disculpeme por favor. ¡Escuche el timbre y salí
corriendo!

Dije tapando mis pechos lo más que podía.

— No tengo nada que disculpar señorita Bachelet, si jura recibirme así


todos los días no me quejo.

Le di una mirada de odio.

>> Aunque quisiera quedarme aquí parado viendo sus luchas internas,
tenemos trabajo y mucho. ¡Apresurese!

Con una delicadeza y elegancia muy digna de él agachó un poco su cuerpo


e ingresó a mi departamento, se dirigió a mi pequeña sala y tomó asiento en
uno de mis muebles.

>> ¿Se va a quedar viéndome ahí como boba o irá a terminar de arreglarse?
Le doy diez minutos.

Como una completa boba, asentí. Cuándo me disponía a irme a mi


habitación a terminar de vestirme recordé que anoche cuándo llegué a casa
me quite toda mi ropa en la sala y justo dónde se había sentado Mateo se
encontraba mi tanga de encaje, aquella negra que compré para impresionar
no sé a quién ya que mi vida sexual estaba extinguida e inexistente.

— ¡Tierra ábrete y tragame! — Susurre.


Ingrese a mi habitación rezando que él no se diera cuenta del regalito que
había dejado en mi mueble. Terminé de arreglarme, justo nueve minutos me
tarde.

Cuándo salí a la sala, él estaba ahí aún, el cojín que adornaba mi mueble
reposaba sobre sus piernas y su expresión se veía algo agitada. No quise
prestarle mucha atención.

Se puso de pie y salió al pasillo del departamento, sin decirme ni una


palabra. Eche un vistazo rápido al mueble a ver si lograba ver mi ropa
interior y ni señales de la susodicha.

Tomé mis llaves y decidí que ya era hora de salir de casa o si no el ogro me
iba a pegar una insultada.

Salí al pasillo y al final de este visualice la alta e imponente figura del


magnate, me acerqué a él y le pedí cortésmente que me diera permiso para
llamar el ascensor. Aún con su semblante serio se hizo a un lado para
permitirme hacerlo.

Nos subimos a este y rápido llegamos a planta baja, nos dirigimos a la


salida y abordamos el auto.

El camino a la empresa fue en completo silencio. Al terminar de llegar y


subirnos al ascensor que nos llevaría a nuestra oficina no pude aguantar más
tanto silencio así que le hable:

— Los días como hoy, hago un recorrido por todas las áreas de la empresa.
Me pongo al tanto de todas las cosas que suceden, quizás si se anima a
venir conmigo podremos recopilar información.

— Señorita Bachelet mi madre siempre habla de su manera tan competente


de realizar las cosas, ahora veo que se queda corta.

Aunque había cierto tono sarcástico en su conversación decidí responderle


tranquila y Serena.
— Me alegra saber que no uno, si no dos de los grandes les complace mi
trabajo.

— Y podrían complacerme más cosas de usted.

Mi mirada la cuál estaba fija en mis pies se alzó al espejo frente a nosotros.
Hubiese deseado no haberlo hecho, por dios Padre santo hubiese no
deseado haberlo hecho.

Su mano cerrada en un puño se encontraba posada en su nariz, se


encontraba oliendo algo.

Pará mí mayor sorpresa y gran vergüenza, de entre sus dedos los cuales se
aferraban con fuerzas a aquel pequeño trozo de tela que sobresalía de ellos.
De inmediato supe que se trataba de mi tanga.

Él olía mi tanga.

Mis orejas se calentaron a una temperatura increíblemente alta, mis mejillas


se tornaron rojas al igual que parte de mi pecho. Sentía que el pequeño
cubículo que era el ascensor se hacía pequeño con cada milisegundo que
pasaba.

Quería salir huyendo de ahí, juro por dios que lo quería.

>> Por cierto señorita, hice una extensa investigación, una en la que
averigüe hasta el lugar de nacimiento de todos y cada uno de mis
empleados.

Palidecí. Toda la calentura se enfrió en un instante.

Él hizo una pausa a la par con el ascensor que justamente ya había llegado a
nuestro destino. Si ya no era suficiente mi vergüenza por descubrirlo
oliendo mis tangas, ahora sentía que estar a su alrededor me asfixiaba.

Salí rápido, casi corriendo del ascensor.


>> Encontré algo interesante de usted, si bien sé que usted es gemela.
Bueno tiene una hermana gemela. Comparten el cien por ciento de sus
genes es decir son idénticas, gracias a que cada ser humano por más gemelo
que sea, tienen sus huellas dactilares diferentes y por consecuente únicas, di
con la gran sorpresa que…

Se detuvo.

Mi corazón ya latía al mil y mis lágrimas querían salirse de las cuencas de


mis ojos, él me había descubierto y ahora mi trasero usurpador se iría a la
cárcel.

Él tomó con delicadeza mi cintura haciendo que entrará a la oficina, cerró la


puerta detrás de nosotros y prosiguió hablando:

>> Usted no es la excelente Ainara, pues no está casada y mucho menos


tiene una linda hija… Al contrario…

Volvió a pausar su hablar, haciéndome desfallecer.

Su tono acusador me acechaba así como su imponente figura acercándose a


mí. Me acorraló, mi cuerpo quedó pegado a la fría pared y él con ambos
brazos me rodeo no dejándome escapatoria alguna.

Su cara se pegó a mi cara, sus labios quedaron a la altura de mi oído. Soltó


sus palabras :

>> Usted se llama Agnes y antes de cualquier cosa déjeme proponerle algo.
Sea mi amante y también sea mi asistente desde ahora, o me veré en la
obligación de poner ese lindo culo en la cárcel.

Dos lágrimas lograron salirse de mis ojos, las limpie rápidamente y muy
envalentonada decidí responder:

— Creo que mi culo se verá mucho mejor en la cárcel. ¡Muchas gracias por
su propuesta señor! Pero, afrontaré las consecuencias de mis actos.
Y sin esperar a que siguiera chantajeandome abrace fuerte mi bolsa y me
agache logrando así escapar de él.

Salí corriendo de la oficina, pude escucharlo gritar:

— ¡Vuelva aquí Señorita Bachelet!

Pero no le presté atención, mis pies corriendo se adentraron al ascensor que


por suerte se encontraba aún abierto y marqué rápidamente el botón del
estacionamiento.

De nuevo me encontraba huyendo.

Upaaaa…

¿Que sucederá ahora?

Adry❤🔥
Capítulo S I E T E : "Ella Corre Peligro"
Capítulo S I E T E: "Ella Corre Peligro"

Con mis manos apoyadas en el volante de mi querida Romi, lloró. Mis


lágrimas mojan de más las mangas de mi camisa.

Maldito.

Quién sabe desde cuándo no lo sabría, y yo como una estúpida. Me


dispongo a prender a Romi y vaya sorpresa, no prende.

Maldita sea Romi.

Prende, por favor.

Pude ver a Palmer acercarse a mí desde el retrovisor, supe que pasaría si no


lograba irme ahora mismo.

Prende Romi. Te lo suplico linda.

Palmer estaba cada vez más cerca, pude ver que traía un sobre en su mano.
Romi nunca prendió y él me alcanzó.

— Señorita Bachelet, necesito que salga del coche. Debo entregarle un


mensaje.

No pude aguantar la frustración y empujé mi cabeza fuerte contra el


volante. Me di fuerte, me arrepentí.

>> No la dejaré salir de la empresa hasta que se baje del auto y me reciba el
sobre y el mensaje que debo darle.

Limpie mis lágrimas y con mi cara de culo bien montada me baje del auto.

— ¿Qué quiere?
— Señorita, mi intención no es incomodarla.

Sentí pena por el hombre frente a mi. Sé que el ogro es el ser que tiene por
jefe y yo que lo creía una florecita.

— Sí, lo sé… Lo siento, dígame lo que tiene por decirme.

— En este sobre hay un contrato del señor, tiene vigencia de tres meses. Él
dijo que podía darse el tiempo de pensarlo. Que esperaba una respuesta.

Él me extendió su mano y aunque moría por dejarle la mano extendida y


decirle que le dijera a su jefecito que se comiera tres hectáreas y media de
caca, me contuve. Palmer no tiene la culpa.

— Dígale a su jefe, que no debo pensar nada. Soy una mujer adulta y sé
afrontar mis problemas.

— Está bien señorita, sólo puedo aconsejarle algo. Él suele ser muy difícil
pero no es una mala persona.

— Señor Palmer, hasta ahora me he contenido de no soltar cualquier


cantidad de improperios en contra de usted porque sé que no tiene la culpa
de nada, pero por favor no se queme las manos por una persona que no se
las quemara por usted.

— Comprendo, no le diré nada más. Puede irse.

— Gracias.

— Una cosa más señorita, el auto no prendera sin esto.

Alzó su mano y me enseñó la pequeña bujía.

— ¡Dios mío santo!

Arranqué el pequeño repuesto de su mano y abrí el capot de mi pequeña


Romi.
— Yo le ayudo a ponerla.

— ¡NO GRACIAS! Ustedes ya han hecho suficiente. Además sé ponerlo


sola.

Él se dio la media vuelta para irse y yo supe que no saldría de aquí si no


aceptaba su ayuda.

>> Palmer, ¿Puede por favor colocar la bujía?

Él volvió a darse vuelta y con una sonrisa amable asintió.

Después de casi cinco minutos la bujía estaba puesta y Romi rugía. Tomé el
maldito sobre y me subí a mi lindo auto. Ya mis lágrimas hacía mucho
tiempo que se habían secado en mi rostro, aquella tristeza que sentía ahora
solo era una furia desmedida.

Y es que algo tengo muy presente, ese ogro me las pagará.

Conduje alrededor de una hora para llegar a la casa de mi hermana, se


suponía que debía venir para la cena pero bueno. Sé que se alegrará de
verme, lástima que solo sean malas noticias.

Al llegar a su hogar el señor Germán me recibe.

— ¡Señorita, que alegría verla! Bienvenida.

Abre el extenso portón para dejarme entrar y si… Mi hermana vive en una
casa muy muy grande.

Estaciono a Romi en el Garaje de invitados y procedo a bajarme de ella.


Antes de hacerlo veo el sobre tirado en el asiento del copiloto. Cierro la
puerta con fuerza, ahí se quedará. No tengo ganas de saber su contenido.

Y es que quizás las personas pensarán que tonta soy por no aceptar dicha
propuesta, pero en realidad sé lo que valgo, sé los valores que me
inculcaron. No porque un hombre lindo y con una cartera ful de dinero me
ofrezca una noche en su cama voy a caer redondita.
No señor, bastantes cuentos escuché de mis tías y ninguno tenía final feliz,
eso lo puedo asegurar.

Inconscientemente agitó mi mano frente a mi como si estuviera espantando


mosquitos, ya no pensaré en eso. Iré a ver a las mujeres de mi vida.

Iba a tocar el timbre, pero mejor entró por la cocina y les doy una sorpresa.

Al llegar a la puerta de la cocina quito mis tacones, saludo a la nana Rosa


con un abrazo y le preguntó por mi hermana y mi sobrina:

— Hola guapa, ¿Cómo te ha ido sin mí?

— ¡Niña Agnes! Usted siempre con sus cosas.

— Nana, jajaja ¿Cuántas veces te he dicho que no me digas Agnes? Hieres


mis sentimientos. Prefiero seguir siendo solo tú niña.

La abrazo por detrás y ella sonríe.

— Loca que eres, ese puesto de ser la niña consentida ya te lo arrebato


Alina.

— Eso no es justo nana, yo estaba primero.

— Ya dejas tus locuras, jajaja tú hermana está hablando con el señor en su


despacho y mi reina Alina está dormida.

Tome una manzana del frutero que había en el mesón y coloque mis tacones
en el rincón dónde siempre los dejaba, cada vez que venía.

— Chao nana, en un rato vuelvo a ti guapa… Te ailoviu.

Ella negó con su cabeza riendo.

— Cada día más loca. Espero con ansias el día en el que madurez.

— Nana la maduración se la dejamos a las frutas.


Salí como loca de la cocina riendo.

Con sigilo me dirigí al despacho.

Antes de llegar al despacho, al final del pasillo vi aquella imponente figura


que conocía tan bien.

Él se veía tranquilo y sereno mirando no sé qué por el gran ventanal. Moría


de ganas de salir corriendo a saludarle, pero el llanto de mi hermana salía
claro del despacho.

Mis alarmas se encendieron y fui corriendo a pegar mi oreja a la puerta.

— Ella debe de aceptar nuestra ayuda Ainara. Ella corre peligro.

— Yo no quiero preocuparle Artemis, ya tiene tanto con el problema de sus


documentos. Podemos pedirle a los guardias que la cuiden de lejos sin que
ella sepa.

— Si hacemos las cosas así entonces cuándo nos descubra será peor.

— Amor…

— Lo sé mi cielo, es fuerte pero si la amamos entonces será mejor


contarle…

— Agnes ya ha sufrido mucho, eso solo… la destrozara. Puede volver a


pasar…

Sin darle más tiempo a seguir hablando abrí las puertas del despacho.

Sin darme cuenta mi cara estaba igual que la de mi hermana, empapada en


llanto.

— ¿Qué es lo que tienen por contarme? Díganme ahora mismo.

¿Qué será lo que pasa?


¿Qué dirá el sobre?

Si quieren saber me cuentan en los comentarios

Adry❤🔥

Pd: Agnes está como loquita🤣🤣🤣


Capítulo O C H O: ¿Se van a quedar callados?
Capítulo O C H O: ¿Se van a quedar callados?

— ¿Acaso no me van a contar nada?

Mi hermana se encontraba abrazada a su esposo, él tenía cara de pena y ella


su cara empapada en llanto. Me dolía no saber que era lo que pasaba, pero
más me dolía ver a mi hermana llorar. No sé si alguna vez alguien ha oído
algo acerca de la conexión entre gemelos y la verdad es que eso más allá de
ser un mito es muy cierto.

Siempre cada una puede sentir el dolor de la otra, la alegría de la otra, es


algo que simplemente fluye. Algo difícil de explicar, quizás piensen que es
ficción pero, ella y yo sabemos que es realidad. Estamos muy conectadas.

Entre nosotras nunca ha existido algo como la rivalidad o los secretos,


somos incapaces de hacernos algún tipo de daño. Es por eso que verle así
me duele, me cala los huesos.

>> No se queden callados por favor, sea lo que sea prometo afrontarlo como
una adulta responsable que soy.

Dije secando mis lágrimas.

— Creo que será mejor decirle.

Mi cuñado le susurró a mi hermana y está se seguía negando a dar su brazo


a torcer, si hay algo que ella tiene es esa bendita mala costumbre de ser tan
terca.

Ella también se limpió sus lágrimas y se acercó a mí, tomó mis manos y con
semblante serio me expresó :

— Yo no deseo que sepas esto, yo le pedí a Artemis que se hiciera cargo.


No dejaste que te ayudáramos con el tema de tus documentos y te hicimos
caso, creímos que si lo hacías por tu propia cuenta sería algo bueno. Pues
así quizás cerrarías ciclos, pero ya van cinco años Agnes. Cinco años, tu
empleo es muy bueno y hace mucho rato que en tú cuenta bancaria tienes
más de los tres mil dólares que necesitas para solucionar ese problema.

Aunque ya me había secado las lágrimas, estas volvieron a salir a mares.


Ainara estaba molesta, lo sé. Puedo notarlo y me estaba hablando muy
seriamente. Yo no era capaz de poder decir absolutamente nada.

>> Dime algo Agnes, ¿Qué es lo que sucede? Tú juras que nosotros
escondemos algo, pero, ¿Y tú, Agnes tú que escondes? Y si tú no me dices
que es lo que escondes entonces yo tampoco te voy a decir que es lo que
sucede. Aparte también vas a tener que acostumbrarte a la idea de tener a un
guardaespaldas cuidándote el trasero las veinticuatro horas de los siete días
de la semana.

— Ya basta por favor Ainara.

— Ya basta no Artemis, ella quería escucharme y ahora lo hará. Yo no


puedo simplemente dejar que ella se lance por un barranco.

A este punto yo me encontraba llorando aún más, quizás se pregunten ¿Qué


sucede? ¿Por qué no me avergüenzo de que mi cuñado me vea así? Artemis
me ha visto mucho peor, esto ni siquiera es un mal momento. Al menos no
comparado con los otros malos momentos que ya he tenido.

Mi hermana me abrazo, Artemis también se unió al abrazo.

>>Yo sólo quiero que tú estés bien Agnes, yo me preocupo por ti.

— Tengo miedo Ainara, tengo mucho miedo.

— Él jamás podrá hacerte daño de nuevo, jamás porque para eso estoy yo,
yo siempre voy a hacer de todo para cuidarte Agnes.

— Tengo miedo de que me encuentre.


— Eso jamás pasará. Jamás.

Nos separamos del abrazo y Artemis me habló:

— Mocosita, las dejaré para que hablen. Enseguida vuelvo.

Ambas asentimos.

— Quiero que hables conmigo, quiero que me digas porque no has


arreglado tus documentos.

Sorbi por mi nariz y sequé mis lágrimas.

— Como ya te dije tengo miedo, el día que debía reunirme con mi abogado
salí del trabajo, todo fino, todo normal. Ese día había mucho tráfico y justo
en una cafetería que estaba como a media cuadra del lugar lo vi Ainara. Te
juro que era él. Entre en pánico, tenía miedo. Ese día casi tengo un
accidente.

Mis manos sudaban, me debatía entre contarle y no contarle. Pero debía


hacerlo. Ella me prestaba atención con sus ojitos muy fijos en los míos.

>> Entre al primer bar de mala muerte que se me cruzó en el camino, me


senté en la barra de aquel lugar y un hombre con aspecto raro se me acercó.
Gracias a todo el alcohol que me corría por el cuerpo no me asuste, antes le
invite un trago. Toda la noche bebí y bebí con él. Al cabo de mucho rato me
dijo que tenía algo que me haría olvidar todas esas penas que tenía, me
extendió una bolsita con un polvo blanco. Yo… yo…

La mirada de mi hermana se volvió toda completa en frustración.

— ¿Tú que Agnes? ¿Qué sucedió? ¿Dios en qué momento sucedió esto?

— Cálmate por favor… Déjame contarte.

Ella con la vida echa un caos, gracias a mi, solo le dio tiempo de asentir.
>> Yo al principio me negué, al momento de salir del bar él me dijo que
había sido un placer beber conmigo, que yo ya sabía si quería aliviar mis
penas solo debía ingerir aquello que él me había obsequiado. Me dijo que si
me animaba y tal vez quería más sólo fuese al bar y preguntara por
Cayetano, en seguida me harían hablar con él. Me indicó que aquello era
una muestra gratis, que si bien valía dinero pero también valía cada una de
las malditas penas. Le sonreí y me fui de ahí.

Con sumo cuidado sequé las lágrimas de mi hermana.

— ¿Y entonces qué más?

Asentí.

— Me fui a casa ese día, eran las cuatro de la madrugada. Tomé un baño y
me quedé dormida, al rato me levanté por las horribles pesadillas, lo veía en
todos lados Ainara. En mis sueños ese día se repetía una y otra vez. Pasé
alrededor de tres días sin dormir.

— ¿Por qué no me dijiste Agnes?

— No quería causarte problemas, estabas muy feliz. Recién conocías a


Artemis, te lo juro que no quería arruinarlo. Jamás haría algo para dañar tu
felicidad.

— Agnes tú nunca dañarías nada, tú y yo somos una. ¿Acaso lo olvidas?


Agnes si a ti te pasara algo yo moriría. ¿Entiendes eso?

Ella lloraba y mi corazón en mil pedazos se partía. Yo también lloraba.

— Lo sé, perdóname.

— Sigue contándome.

— Bien, pues siempre me mantenía tomando bebidas energéticas y evitaba


dormir. Eso me estaba matando, volví al bar. Volví porque quería saber más
acerca de aquello que Cayetano me había dado. Él me dijo que eso me haría
olvidarme de todo, que si yo era fuerte y sabía manejarlo nada saldría mal.
Le creí. Esa noche al llegar a casa lo probé, me sentí en el cielo. No sé si
recuerdas que durante ese tiempo estaba muy feliz. Podía beber días enteros
y al siguiente ir a trabajar como si nada. Jamás dejé que ustedes supieran
algo.

— Maldita sea Agnes.

— Por favor Ainara, déjame terminar. Me gasté todos esos ahorros que
tenía para solucionar el problema de mis documentos, siempre te decía que
el abogado esto o el abogado aquello. Pero era por eso, estaba pérdida con
esa sustancia. Comencé a probar otras más, para ese punto seguía fingiendo
que todo estaba bien, en realidad si lo estaba. Sólo hasta que las
alucinaciones gracias a una sobredosis me abarcaron. Ahora era mucho peor
Ainara, le veía en todos lados. Estuve a punto de acabar con mi vida. Una
vez me hice daño y casi llamó a la policía porque alucine que era él quién
estaba allí, casi matándome.

Ella lloraba y yo con mi voz entrecortada también lloraba.

>> Un día por poco no lo sé, casi muero. Mi vida pasó frente a mis ojos,
quería venir y contarles, eso fue unos días antes de su boda.

Iba a seguir hablando y ella intervino.

— ¿Fueron tres años Agnes?

Asentí.

>> Tres años en los que casi te pierdo y nunca supe.

La mirada que me dio juro en mi vida que no quisiera volverla a ver, se


sentía traicionada.

— No quiero que te culpes de nada, fueron mis decisiones. Ustedes se


casaron y yo fui muy feliz, sabes que los amo muchísimo, son mi única
familia y verles felices también era mi felicidad. No lo iba a arruinar,
ustedes se fueron de Luna de miel y yo decidí que era tiempo de tomar
Rehabilitación.

— Pero en ese tiempo me dijiste que te habías ido de vacaciones a España.

— No lo hice, todas esas fotos fueron un fotomontaje muy bien creado, yo


entré a una clínica de rehabilitación. Cuándo me enteré de que Alina nacería
mis ganas de cambiar, de mejorar incrementaron y lo hice, lo logré. Pagué
mucho dinero para salir del pozo dónde yo misma me había metido pero lo
logré Ainara, puedo decir con orgullo que llevo dos años limpia.

— Yo… Simplemente… No…

Mi hermana balbuceaba y lloraba también, sé que estaba impactada. Lo sé.


Esto le dolía, pero más le dolía saber que yo no fui capaz de contarle nada.

— Espero me perdones, jamás fue ni intención que te enteraras así.

— Yo no tengo nada que perdonarte.

Se abalanzó a mi y me abrazó.

>> Jamás vuelvas a excluirme de tú vida. Jamás, debes entender que mi


vida gira entorno a la tuya y que sea cual sea la situación que tengas yo
siempre voy a estar para ti.

— Esa es la cuestión tontita, tú tienes una familia ahora y por mi culpa no


quiero que la descuides.

La voz gruesa de Artemis entrando al despacho nos hizo pegar un brinco.

— Una familia que daría todo por ti también Agnes, el día que me case con
Ainara muy en parte me dejó en claro que tú eras parte del paquete. Y no
me quejo, ustedes están locas pero a mi esposa le debo todo lo que soy
ahora y a ti… pues tú eres como una loquita.

Se echo a reír cuándo ambas lo miramos mal.


>> Tú eres mucho más que mi cuñada, eres como una hermana para mí, esa
hermana que nunca tuve. También te amo mucho y quiero que estés bien, sé
que si tú estás bien todos estaremos bien. Somos familia.

No pude evitar seguir llorando como Magdalena, ellos eran mi familia y yo


también los amaba.

>> Ahora necesito decirte algo, ¿Si viste a Theo allá afuera?

Asentí.

>> Bueno él decidió que no quería más el dinero de mi papá y tiró por el
caño todo. Me pidió trabajo y justo tenía unas vacantes disponibles, él será
tú guardaespaldas.

— ¿Disculpa?

— Hola Agnes, mucho tiempo sin verte.

El niño, bueno ahora era todo un hombre. Pero él, justo él.

Justo tenía que ser él, mi amor de la infancia.

Bueno bueno holaaaa obsesiv@s (Jajaja ya tengo el nombre del Team❤


🔥)

En este capítulo no supimos casi nada de nuestro magnate loquillo, pero,


Agnes si soltó la sopa de sus oscuros secretos buuuu

¿Qué pasará mañana?

Cuéntenme en los comentarios.

Adry❤🔥
Capítulo N U E V E: "Agnes Sofía"
Capítulo N U E V E: "Cuándo toca, toca"

— Agnes, aparte de que debes aceptar a Theo como tú guardaespaldas.


Queremos contarte que nos tomamos el atrevimiento de hacer eso que por
los evidentes problemas has pospuesto.

Artemis con su voz gruesa y autoritaria. Me extendió una pequeña libreta


azul rey y una bolsita negra.

>>Ten.

Al tomar lo que me estaba dando, de inmediato supe de que se trataba. Eran


mis documentos, aquellos por los cuáles me encontraba en una mala
situación ahora mismo y a punto de ponerme patitas en la cárcel.

Aunque sentía que ya no tenía más lágrimas que soltar, una rodó por mi
mejilla. Mi hermana de inmediato se acercó a mí y me abrazo.

— Ya no tienes porque esconderte, ya no tienes que entregarle tus méritos,


trabajos y esfuerzos a mi nombre. Ya vuelves a ser Agnes.

Lágrimas tras lágrimas rodaban por mis mejillas.

—… Dios… Gracias a ambos. — Dije con mi voz entrecortada.

— Shhhh… ¿Vamos a almorzar?

Mi hermana dio por terminada toda la pequeña reunión en el despacho de


mi cuñado, para animarnos a almorzar. En realidad no me negué tenía
mucha hambre.

Theo se veía en extremo hermoso y cada que podía me sonreía, él era una
persona que se podía leer fácilmente y yo ya sabía que él quería acercarse a
mí y hablarme. Dado a toda la situación que hay ahora no me ha dado
tiempo de saludarle como se debe.

Desde que tuve tres años mi abuela se encargó de cuidar de mi, Ainara en
cambio vivía con mi madre, ella y yo no nos llevábamos muy bien. Cuándo
cumplí seis mi abuela se enamoró de un hombre, sus gustos eran exigentes
así que aquel hombre era un poco menor que ella, él por supuesto era de
este país. Así que cuándo menos pensamos nos mudamos aquí. Yo me sentí
muy mal, tenía muchos malos presentimientos, eso sin contar que estaba
dejando atrás a mi mitad, mi hermana.

Me costó mucho adaptarme, pero lo logré. El esposo de mi abuela me pagó


estudios intensos para así lograr adaptarme al idioma, en poco tiempo lo
hice. Siempre fui inteligente.

Comencé a estudiar en un colegio muy prestigioso, pues Edwar el esposo de


mi abuela era un empresario algo influyente, debido a mi color de piel y a
mi distinta nacionalidad se me hizo muy difícil crear nuevas amistades.
Hasta que un lindo niño, un poco más alto que yo, cuidaba de mí. Nos
hicimos muy amigos, salíamos a comer helados, solíamos citarnos en el
pequeño parque de la esquina, dónde siempre sentados en los columpios le
contaba de mis aventuras con mi otra mitad, le encantaba saber que en otra
parte del mundo había otra niña igual a mi.

Él también se desahogaba conmigo, me contaba que solía tener siempre


mucha presión ya que su padre quería que él fuera igual de responsable que
su hermano. Sí, a pesar de su corta edad.

Le recriminaba por sus gustos por aprender a tocar piano, por querer cantar,
por gustarle la medicina, por interesarse en algo tan poco a su parecer
como un bombero o policía.

Al cumplir mis once años nuestra amistad era muy unida yo en secreto le
amaba perdidamente, no había nada que no hiciéramos juntos, nunca quise
confesarle lo que sentía por el miedo a perder nuestra amistad. A su
hermano mayor nunca le conocí ya que estudiaba en un internado en otra
parte de Europa.
Todo era muy lindo hasta que mi abuela enfermó.

Ella era una mujer muy fuerte, hermosa y comprensiva, respetuosa y


generosa. En realidad la mejor persona que he conocido. Era modista así
que cuándo llegamos aquí, comenzó con trabajos pequeños para luego
crecer y llegar a hacer desfiles muy lindos, aclamados y respetados. Nunca
quiso depender de un hombre. Ella decía que esa era una de las peores
bajezas que como mujeres podíamos permitir, entregarle toda nuestra vida,
dedicación y esfuerzo a un hombre que luego quizás se iría con otra o
simplemente mal pagaría para ella era una horrible bajeza.

Siempre me enseñó a ser independiente, me enseñó a que yo debía luchar


por cosas que fuesen mías. Cosas que yo con mi propio esfuerzo me haya
ganado. No esperar a que alguien viniera y me resolviera la vida.

Creía firmemente que una mujer si se lo proponía podría llegar a ser muy
exitosa y eso no le impediría tener una relación fuerte y sana, no si la otra
persona sabía lo que valías y te respetaba. A ti y tus principios.

En fin, ella enfermó y murió. Gracias a que su matrimonio con Edwar


estaba legal y establecido y yo estaba a su cargo. Osea en pocas y simples
palabras ella tenía mi custodia, Edwar se convirtió en mi tutor.

También se convirtió en mi infierno.

Desde ese momento mis esperanzas, mis sueños y mi querido amor de la


infancia se fueron. Quedaron sepultados con el amor de mi abuela.

Después de su muerte nos fuimos de Winchester para mudarnos a Norwich.


Allí ya no tenía aquel dulce niño que cuidara de mí o al menos que me
escuchara. Ya no asistía a una escuela, era educada en casa.

Gracias a mi "buen comportamiento" al terminar mis estudios de


preparatoria se me permitió elegir una Universidad dónde estudiar una
carrera. Con muchas reglas pero se me permitió.

Eso es una parte de mi vida que en algún punto sabrán la historia completa.
Al fin, aire libre. Al fin libertad.

Ya podía comunicarme con Ainara a diario, eso me hacía feliz y me daba


las fuerzas para salir adelante. Mi madre debía haberme ido a buscar, cuidar
de mi pero nunca lo hizo.

Mi vida era gris y monótona, pero en un punto tenía esperanzas por las
cuáles luchar. Anhelos que simplemente aún no estaban perdidos.

En medio de todo ese gris mi vida volvió a iluminarse, jajaja algo loco en
un día gris. Por eso existen los colmos.

Era un día lluvioso, yo me encontraba esperando a que fueran a recogerme.


Artemis en un lindo convertible negro pasó a recoger a aquel lindo niño que
ya no era tan niño, había crecido mucho desde la última vez que lo había
visto, al final de la calle quince con trece con dos paletas rojas de caramelo
y su mirada impactada y triste por verme marchar.

Con cuidado me fui acercando, susurrando su nombre, hasta que por fin me
di cuenta que sí, definitivamente sí era él. Fue con demasiada emoción y mi
carisma loca que me eché a sus brazos gritando su nombre sin importarme
nada, sin importarme si creyera que era una loca acosadora.

Primero no me reconoció hasta que me miro fijamente a los ojos y me dijo :

"La niña con la mirada revoltosa"

De ahí en adelante los problemas fueron muchos, pero me sentía viva.

Me hice muy amiga de ambos, siempre lograba escaparme a fiestas y cosas


así. Todo acabó, bueno no todo en sí, mi amistad con Artemis siguió. Pero
con Theo no, al menos no igual que antes. Él me confesó que le gustaba,
mis demonios internos me hicieron alejarme.

— ¿Así que perdida en tus pensamientos?


La voz gruesa pero cálida de mi chico me hicieron salirme del trance de los
recuerdos.

— Supongo que sí, mucho tiempo sin verte.

— Lo mismo digo, sigues igual de hermosa.

— Theo lo siento yo…

Iba a huir, lo juro. Ya me disponía a pegarme del brazo de mi hermana, a


pesar de que en su momento lo rechace él en oportunidades intenta
acercarse de nuevo a mi. Si mi pasado no me pegara tan fuerte como lo
hace, quizás le daría una oportunidad.

Pero los demonios nunca se van, solo se apagan y cuándo deciden encender
de nuevo lo hacen muy fuerte, tan fuerte que logran romper. Nosotros
solemos ser una bombilla, exactamente la bombilla que explota debido a la
magnitud de la fuerza de ellos encenderse de nuevo. Algo simplemente
letal.

Él me detuvo, mi hermana y mi cuñado no se percataron ellos siguieron su


camino al comedor.

— Agnes no… sólo quiero pedirte que hagamos las paces, olvidemos lo
pasado y tratemos de no hacerlo más tedioso.

— Theo…

— Sólo quiero hacer bien mi trabajo, sería incapaz de molestarte. Trabajaré


poco tiempo, solo necesito reunir algo de dinero para unas cosas, sólo serán
dos meses.

Solté todo el aire que tenía contenido.

— Si es solo eso, está bien. No te daré problemas. Además no entiendo aún


porque necesito un guardaespaldas.

— En su momento lo sabrás Agnes. Sólo acepta la ayuda.


Me abrazo, su frente se pegó a la mía. Me era imposible reaccionar ya que
su imponente figura me lo impedía.

>> Yo cuidaré bien de ti.

Dejó un beso en mi frente y se alejó, me quedé ahí de pie mientras lo veía


alejarse al comedor.

Más tarde en el comedor.

Ya habíamos terminado de almorzar cuándo una vocecita chillona me sacó


de orbita.

— Tiiiitaaaa…. ¡Tiitaaa!

Aquella pequeña y dulce voz me hizo saltar primero del susto y luego de
alegría.

— ¿Quién es la princesa de tía? ¿Quién?

— Yiiiooo…

Los brazos de mi pequeña Alina se envolvieron en mi cuello. La alce y


juntas dimos vueltas.

— Te vas a vomitar mocosita.

La voz de mi hermana nos hizo detenernos y sacarle la lengua.

>> Mocosas irrespetuosas.

Mi pequeña niña y yo reímos con fuerzas. Mi cuñado se unió a la risa y mi


hermana solo negaba, Theo solo aguantaba la risa. Está era mi familia. El
lugar que me hacía mantener los pies en la tierra y no lo cambiaría por nada
en el mundo.

— Tía ¿te vas a quedar conmigo?


Con unos tiernos pucheros y una mirada suplicante me preguntó mi
pequeña. La nostalgia me invadió, sabía bien que dentro de poco llegarán
policías a encarcelarme, no había sido capaz de contarle a Ainara. Ya tenía
suficiente con todo lo que hoy le dije.

— Sí mocosa, quedate hoy. Prepararé tú habitación, ¿me acompañas amor?

Mi hermana le pidió a Artemis que la acompañara y sé que su invitación a


quedarme no había sido tanto una respuesta si no una afirmación. Debía
quedarme.

— Bueno mi princesa, parece que hoy sí me quedaré contigo.

— Siiiiiiii… ¿Tía jugamos hasta tarde?

Asentí. Hoy mismo por la madrugada me escabulliria y me iría a entregar


yo misma a la estación de policía. No haría una vergüenza más para mis
seres queridos.

"" "" "" "

Mientras tanto en la oficina de la sucursal.

— Palmer ¿Hiciste lo que te pedí?

— Sí señor, la señorita está en la mansión Van De Place.

— ¿Van De Place, dice? ¿Ese no es el apellido de la familia dueña del


Banco Place?

Dijo el magnate algo intrigado.

— Sí señor, la señorita Ainara… Es decir la señorita Agnes es cuñada del


Señor Artemis.

— ¿ Por Qué no me dijeron eso cuándo mande a investigar?


— La señora de Place ella usaba sólo sus apellidos, no usaba el de casada.
Por eso de que la señorita Agnes usaba su identidad.

— Quiero programar una cita con Artemis, él es un viejo amigo después de


todo.

Palmer asintió ya que una llamada telefónica le impidió contestarle a su


jefe.

— Haré todo lo que esté a mi alcance para tenerte Agnes Sofía.

Palmer viendo a su jefe le interrumpió su pensar en voz alta y le comunicó :

— Señor la señorita Agnes fue a la estación de Policía a entregarse.

Una carcajada brotó de la garganta del magnate.

— La pequeña pulga cayó Palmer, ella cayó.

No se llamara Obsesión si él no estuviera un poquito trastornado…

Jajaja ay Obsesiv@s, ¿que creen que sucederá en el próximo capítulo?

Lo que puedo decir es que no soy predecible, por aquí sufriremos todas🤣
🤣🤣🤣

Gracias por leer

Adry❤🔥
Capítulo D I E Z: "Era una prueba"
Capítulo D I E Z: "Era una prueba"

— ¿Tía me cuentas un cuento?

— Claro que sí mi amor.

— El de la princesa que tuvo bebés gemelos tía, por favor.

Asentí.

— Érase una vez….

Media hora después y una tierna niña dormida.

>> Y fin…

La arrope de forma que quedará calentita, deje un beso en su frente y me


salí de su habitación. Las luces del pasillo se encontraban tenues, la
blancura de las paredes lo hacían ver un poco más claro. La puerta doble de
la habitación de mi hermana estaba cerrada así que eso indicaba que ya
estaban dormidos.

Solté la respiración que estaba conteniendo y con sumo cuidado de no hacer


ruido bajé las escaleras que llevaban al recibidor. Casi me caigo del susto
cuándo el cuerpo de Theo se encontraba tendido en el sofá con un libro de
finanzas en su mano.

Ya estaba dormido y es que ya eran las 12:00am, quizás su día fue largo.
Entré al pequeño depósito que estaba en una puerta detrás de la puerta de la
cocina y saqué una manta. Con cuidado lo arrope.

Volví a la cocina y tomé mis tacones, jajaja yo amo andar descalza en casa y
mucho más aquí. Salí con sigilo afuera y me sorprendí al ver a la nana
besarse con el guardaespaldas de Artemis.
No quería interrumpirlos así que fui a mi auto como una espía profesional,
me adentre a mi pequeña Romi y me senté a esperar que los amantes
terminarán sus besos apasionados.

Mientras estaba allí, pensando muy bien que es lo que haría para salir de
ésta situación vi aquel sobre que me había dado Palmer, justamente ahorita
los odiaba con todas mis fuerzas.

Sé que la culpa es mía y solo mía, por todas las cosas que he hecho. Tan
solo es la vida pasándome factura, además pude haber hecho que la empresa
se metiera en un lío gigante por mi metedura de pata. ¡Ojo! Aunque eso no
quiere decir que esté justificando la reacción de mi jefe al ofrecerme ser su
puta a cambio de no meterme en la cárcel.

En el momento que me disponía a abrir el sobre un pequeño golpe en la


ventana de mi auto me sacó de órbita.

— Agnes ¿Adónde vas?

Mi hermana con su bata de dormir y sus cabellos al aire me frustraron mi


escape.

>> ¿No se suponía que ibas a quedarte?— Preguntó seria.

— Sí viejita pero, recordé qué tengo mucho trabajo en casa. Mañana debo ir
muy temprano a la empresa.

— Agnes, quedamos en que ibas a renunciar. No puedes seguir ahí, pues


¿Cómo explicarías que te llamas Agnes y no Ainara? Te pueden descubrir.

Me bajé del auto y la abrace, sé que se estaba alterando y eso no era bueno.

— Precisamente, voy a organizar todos esos asuntos. No puedo renunciar


aún, no sin dejar todo organizado. Recuerda que hay una investigación y si
renunció así de la nada podrían investigarme a mi.
Eso bastó para tranquilizarla y convencerla, al menos me dejaría ir. Sé que
cuándo se entere de mi arresto todo va a ser peor.

Volví a subirme a mi auto y le lance un beso a mi hermana, ella río.

— Loca, pasa mañana a visitar.

Asentí.

Romi prendió sin problemas y conduje fuera de la mansión. A paso muy


lento me dirigí a la estación de policía más cercana.

Ya lo había decidido, iba a entregarme.

— Buenas noches, mi nombre es Agnes Sofía Bachelet y he venido a


entregarme.

— ¿Y cuáles son sus cargos?

Una linda mujer de piel oscura de al menos unos treinta años me preguntó.

— Supongo que en la denuncia dice.

— Indicame tú número de identidad.

Le proporcione la información requerida y ella busco en la computadora.

>> ¿Estás segura de que tienes una denuncia?

Asentí.

— De parte del Señor Mateo Amato.

— ¿Ese Mateo?

Con su dedo índice el cuál tenía una uña super larga, señaló hacía la entrada
de la comisaría.
Mi estómago se revolvió al ver a mi jefe en la entrada. ¿Qué hace aquí? Él
caminó con su maldito y perfecto porte hacia dónde me encontraba, su
cuerpo era tan alto que quizás si levantaba la mano alcanzaba a tocar el
techo del recibidor.

— Hola guapa.

Obviamente se dirigió a la mujer oficial.

— Hola cariño, acá la señorita me indica que colocaste una denuncia en su


contra, ¿Es eso cierto?

Con una actitud de lo más relajada agitó su mano y con voz seductora moja
y tumba bragas le contestó :

— Nahh, fue un malentendido, ella usualmente se olvida de leer las letras


pequeñas.

— Ya… bueno guapo, tú sabes como arreglar tus asuntos.

Él asintió aún sonriendo. Se dio la vuelta y tomó mi brazo. Casi arrastras


me sacó de la comisaría, él creyó que porque no dije nada dentro de la
comisaría me quedaría callada ahora.

Caminamos hasta quedar alejados del lugar, llegamos a un


estacionamiento.

— ¿Acaso usted está loco?

— Primero me respetas, segundo aquí la loca es otra y tercero ¿Tan


abominable soy para tú vista?

Su cuerpo se fue acercando peligrosamente al mío, de nuevo por segunda


vez en un día me tenía acorralada. Por inercia alce mis brazos y lo empuje.

— Primero respete mi espacio personal, segundo jamás le he dado el


derecho de tutearme, tercero regreseme mi pantaleta esa que se robó del
sillón de mi sala y cuarto Señor Amato, solo estaba siendo una adulta
responsable de mis actos. Usted se enteró de mi secreto y yo simplemente,
gracias a mis principios y valor de mujer prefiero irme a la cárcel que
revolcarme con usted. Eso jamás.

Este se cruzó de brazos.

— Supongo que nunca te diste el tiempo de leer lo que te envié. Respecto a


tu problema eso lo hablaremos después, cuándo te calmes.

— Supone bien, ya le dije que no me revolcare con usted. Ni hoy, ni nunca.

Su mano pasó por su cabello, se notaba exasperado y exaltado. Se lo


merece.

— Eso simplemente era tú nuevo contrato laboral, como mi asistente claro


está. Una empresa no puede tener dos presidentes. Respecto a mi otra
propuesta esa solo era una prueba, llegué a una conclusión señorita
Bachelet usted es una mujer de armas tomar y de buenos principios, pero
tiene un defecto.

No sabía si reír, llorar, gritar, pegarle o arrojarlo por el vacío.

—¿Según usted cuál es mi defecto?

— No sería uno, de hecho son varios. El primero es su mala capacidad de


razonar, ¿Como pensó que un hombre como yo querría acostarse con
usted?

Una puñalada justo en el orgullo, solo que me valía un comino y medio.

>> El segundo es lo mala que es su capacidad para diferenciar las telas, ¿


Pensó usted que esto era su… pantaleta?

Un pañuelo negro de color y textura similar a mi prenda íntima extendió


frente a mis ojos.

>> Y otros muchos más, solo que no tengo tiempo ni ganas de hacérselos
saber. Que tenga linda noche, ah y mañana la quiero a las 6:00am en mi
oficina.

Y así sin más se alejo, él se fue dejándome con miles de preguntas y con la
dignidad en un 97% por ciento.

— Florecita, "cimi in himbri cimi yi si acistiria cin istid".

— Eso lo escuche.

Ahhhhhhh, Maldito.

Jajaja jajaja ella está loca, yo lo dije.

Mateo se condenó.

¿Que pasará en los próximos capítulos?

Averigualo mamasita o papasitooo 🤣🤣🤣🤣

Adry❤🔥
Capítulo O N C E: ¿Sí o No?
Y aquí me encontraba en mi habitación, pensando, pensando que si el
destino no fuese tan bromista conmigo justo ahora estaría en una fría y
fétida celda y no aquí en la comodidad de mi cama.

Es que solo a mi y al pato Lucas nos pasan tantas desgracias. Creo que en la
cara en lugar de tener cejas, ojos y boca como la gente normal tengo es un
cartel que dice: ¡Ven vida haz lo que quieras conmigo! O ¡Ven, juega
conmigo!

Estoy más salada que las partes íntimas de la sirenita, en realidad. En fin.

Muy lejos de mis patéticas tragedias, justo ahora a las tres de la madrugada
me estoy debatiendo si ir o no a "mi trabajo", sí, entre comillas.

Primero mi querido jefe me degrado de puesto, ahora seré una asistonta y


no cualquier asistente de cualquier persona con un rango alto si no
precisamente de él. Eso me caga en la madre.

Segundo me humilló (aunque no me importo) yo como mujer sé lo que


valgo y en realidad que un pendejo de papi y mami me diga que no se
quiere acostar conmigo o que soy poca cosa como para tener el honor de
amanecer en su cama me da igual.

Tercero no es que no me sienta capaz o que denigre un puesto tan


importante como ser una asistente si no que en realidad es un golpe justo en
todos mis años estudiando y esforzándome por ser la mejor para que un
estúpido venga a dejarme por debajo de todo.

Si bien estoy consciente de que debería de agradecerle a cualquier


majestuosidad divina o a las fuerzas de todo el extenso y bastó universo por
salvarme el pellejo, por salvarme de la retahíla de lengua que me iba a dar
Ainara cuándo se enterara que estaba presa. O en su lugar dejar de ser tan
orgullosa y agradecerle a Don Mateo por dejarme libre y no encarcelarme
por estafar a la empresa y por suplantación de identidad.

Yo lo odio, en serio que sí, pero odiar a alguien jamás me ha quitado mis
modales. Jamás. Yo sé que de alguna manera debo pagarle el ser
condescendiente conmigo, no es que lo venere ni nada por el estilo.

Es agradecimiento, solo eso.

¿Sí o no? Esas dos palabritas andan rondando mi cabeza, peleando entre
ellas para que haga una elección rápida. En estos momentos no estoy en
ningún derecho de elegir nada, creo que es más que evidente que quiera o
no me tocará al menos por un tiempo trabajar para el ser ese.

Un elefante se balanceaba….

Despertador

¡Dios mio santo! Apenas iba a contar al primer elefante. ¿Son las 6:00am?
¡Dios la florecita me va a matar! Se suponía que justo a esta hora debía
estar en la oficina.

Tomó mi teléfono y de inmediato redacto un correo.

°° Chat Correo °°

De : Su Asistente.

Para: Mateo Amato, Ceo.

Buenos días señor, debido a la mala noche de anoche me he quedado


dormida. Por favor perdone mi imprudencia, en exactamente veinte minutos
estaré ahí.

De: Mateo Amato, Ceo.


Para: La siempre retardada Agnes.

Supuse que algo así pasaría, usted tiene esas costumbres. Puede llegar a las
7:00am.

¡Dios Padre Santo de la Creación! Dame paciencia para soportarlo, no me


des fuerzas porque lo mató. Sinceramente lo mató.

Rápidamente me arreglo y me baño en una velocidad que iguala a la de la


luz, hoy decidí no colocarme nada que haga que la florecita me regañe
apenas coloque un pie en la oficina. Un lindo vestido negro de mangas
largas y dos dedos encima de mi rodilla, stilettos de tacon bajo igualmente
negros y una linda gabardina de cuello vuelto color arena mi cartera a juego
con la gabardina y listo.

Deje mi cabello suelto, debido a que no había pasado por el salón de belleza
se me habían hecho unas delicadas ondas y al parecer estaba decente, eche
un vistazo al reloj y me quedaban justamente treinta minutos para llegar a la
oficina.

Salí de mi departamento como alma que lleva al diablo, decidí no irme en


Romí ya que me retrasaría en el tráfico. A esta hora es de terror. Me fui
caminando casi corriendo, la oficina queda a veinte minutos caminando de
mi hogar.

Llegué, justo a tiempo llegué. De hecho aún me quedaban cinco minutos


para ponerme al día con Lara a quien habían movido a la recepción.

— Hola guapa.

— ¡Señorita Bachelet! Dios, gracias al cielo llega. El Señor Amato estaba


echo una furia cuándo llegó y preguntó por usted. Me preguntaba porque
salió ayer así tan mal de la oficina.
— Deja de decirme señorita, tu y yo somos amigas desde hace tiempo.
¿Podemos comer juntas hoy?

— Sí, por supuesto. Una cosa más, el señor llegó acompañado de una chica.
Están en su oficina desde hace mucho. No les interrumpa.

Asentí y subí al ascensor rumbo a la recepción del infierno.

El puesto que antes ocupaba Lara, ahora era mío. Di gracias al cielo cuándo
en cada sitio que debía tocar para comenzar el día habían notitas amarillas
con instrucciones de lo que debía hacer. Lara es un ángel.

Al sentarme en mi nueva silla un fuerte gemido hizo que mis mejillas se


encendieran de la vergüenza ajena.

— ¡Por todos los cielos! Dame más mate.

Mi cara se escondió entre mis manos, el día sería largo. El muy hijo de su
madre estaba teniendo sexo en lo que antes era mi oficina.

>> ¡Sí que rico! Ya casi… vente conmigo.

Mis antenitas de maldad se activaron, sus focos se prendieron, una risa


maldadosa también se apoderó de todo mi ser. Él podría ser muy el jefe y
ser dueño de todo esto, pero eso no le daba el derecho de andar ventilando
escenas sexuales en su lugar de trabajo.

Si lo tuviese enfrente le diría que esto es una oficina no un NightClub o en


su defecto un hotel. Siempre he pensado que la venganza se sirve y se
disfruta fría

Fui hasta el ascensor y con todas las ganas del mundo hice sonar la alarma.
Me adentre a este y mi actuación comenzó.

La puerta de la oficina se abrió.

Agnes 1, florecita 0.
Y el resultado es igual a un polvo frustrado.

Y como dicen por ahí, el que busca encuentra y Agnes ya anda buscando.

Jaja no sé porque ame escribir este capítulo ❤

Disfruten obsesiv@ ❤
Capítulo D O C E: "Un Ángel"
— ¿Qué es lo que pasa?

Mi jefe salió de la oficina, vestía un pantalón de vestir de color mostaza que


se adhería muy muy bien a sus músculos inferiores bien marcados y
tonificados y es que la florecita tenía unas nalgas que ni yo con mil
operaciones y una vida entera en un gimnasio podría conseguir, una camisa
de mangas largas y abotonada solo hasta el comienzo de su pecho. Él se
veía de infarto.

Al darme cuenta que lo estaba mirando de más, recordé que estaba en la


fase de actuación. Como si fuese una pobre mujer moribunda mi cabeza se
fue a un lado mis brazos caído cada uno a los lados de mi cuerpo hacían
toda la escena aún más creíble.

No sé por qué razón motivo o circunstancia sentí una espinita al ver que mi
jefe tenía sus pantalones desabrochados y su cabello despeinado, su boca
justo en la comisura tenía rastros de algún labial rojo barato.

Bueno no sé si era barato… Dios a veces no sé porque pienso cosas así.

Él al verme tirada en el ascensor con mi actuación de moribunda por un


instante su semblante cambió, fue algo de segundos pero pude ver algo de
preocupación en él.

>> ¿Pero qué le sucede?

Comencemos con la función.

— Me duele mucho la cabeza.

Gire mi cabeza en círculos mientras obligaba a mis ojos a ponerse llorosos,


lo cuál logré.

— ¿Qué otro sitio le duele?


— Mi brazo, creo que me lo golpeé al caer.

Otra vez ese semblante preocupado se asomo en su rostro. Sacó su teléfono


y de inmediato llamó a Palmer.

— Hazme el favor y trae al doctor Álvaro, no tardes mucho. Subelo a mi


oficina.

Mi cuerpo entero comenzó a hiperventilar al oírlo decir que trajeran a un


doctor, se me iba a caer el teatro. Por cosas del destino me empecé a sentir
mal de verdad, mi cuerpo sentía escalofríos y sentía que en cualquier
momento vomitaria.

Muchos más escalofríos y corrientes eléctricas me inundaron cuándo mi


jefe me tomó entre sus brazos y quitó la fastidiosa alarma del ascensor la
cuál aún sonaba e impedía que el ascensor funcionará.

Él me dirigió a uno de los muebles que decoraban toda la estancia, con una
revista comenzó a echarme aire.

Debido a mi real mal sentir no podía gesticular palabra, ahora si estaba


moribunda. Mi abuela siempre solía decir que el que con fuego juega, con
fuego se quema.

Yo siempre tenía la manía de andar quemandome.

>> Usted tiene la costumbre de interrumpir momentos importantes.

Puse mis ojos en blanco y él bufó.

Se colocó de pie y ajustó su cinturón azul marino, se dirigió a su oficina y


pude escuchar todito lo que le decía a la mujer que le acompañaba ya que él
me había sentado justo en el mueble que estaba pegado a la pared de la
oficina.

Si bien esas paredes no deberían de ventilar ningún tipo de sonido pero la


puerta de la oficina se encontraba abierta.
>> ¿Ya terminaste de vestirte?

— Sí, osito grandulón.

Reconocí esa voz, era la rubia de cara de porcelana. Aquella misma que le
hizo un show la última vez y la misma que lo había dejado como fuera de
sí. En este momento me estoy arrepintiendo de entrometerme entre ellos.

— Te he dicho más de mil veces que dejes de llamarme así.

— ¿Por qué osito? Siempre te gustó que te llamara así.

— No, nunca me ha gustado. Te voy a agradecer que te marches ahora


mismo, tengo asuntos importantes que arreglar.

— Pero me dijiste que…

— ¡QUE NADA MARYLIN!

— ¡No me grites Mateo! Hace un rato querías devorarme, mira como


rompiste mi labio. Por un momento sentí todo eso que antes sentía.

— Hazme el favor y lárgate. Fue un momento bajo.

— ¡Me las pagarás!

— Siempre te las estoy pagando.

Después de escuchar todo ese lleva y trae, como la última vez, supe que ella
pronto saldría. Así que como el cuerpo me lo permitió me levanté del
mueble y fui directo a la sala de descanso. Casi arrastras logré llegar, cerré
la puerta detrás de mí y fui de a poco agachandome hasta quedar ahí, solo
ahí.

El fuerte resonar de tacones fue lo último que escuché. Mi cuerpo se sumió


en una negrura y maldije por lo bajo, el tiro me salió por la culata por andar
de chistosa. Vaya a saber dios que es lo que tengo ahora.
Mientras tanto fuera de la sala de descanso.

— Para esa habitación no hay ninguna otra entrada señor.

Palmer comunicó a su jefe que no había otra manera de sacar a la


moribunda actriz de la pequeña habitación.

— Maldita sea. ¿Cómo fue que pudo meterse ahí en el estado que se
encontraba?

— Tanto que me dices que te gusta y aún así dejaste que la muñeca del mal
llamada Marylin se metiera entre tus piernas otra vez. Hasta la dejaste sola
y moribunda por ir a la muñeca endemoniada.

— Cállate de una vez, ya no sé cuántas veces te he dicho que estaba


intentando correrla. Además si ella te escucha sale corriendo como la última
vez, casi hace que la metan presa.

— Pero si yo al contrario de ti no estoy diciendo que se vaya a tu cama,


simplemente estoy diciendo que te gusta.

— Cállate y ayúdame a abrir la maldita puerta.

— Jajaja ahora entiendo porque te dice florecita, si es que eres delicado. No


conocía esa parte de ti.

— Maldita sea, ya cállate.

— Sí, mejor te ayudo para de una vez conocer a la chica que te trae vuelto
loco Mateo. Jamás supe de una que logrará que rechazarás a Marylin en su
plan de ofrecida.

Los dos hombres se esforzaron y lograron abrir la puerta, el cuerpo de la


actriz en apuros se encontraba con el conocimiento perdido y atravesado en
la puerta.

Sin darse cuenta el mayor error de Mateo fue dejar que alguien pusiera su
interés en su nuevo capricho, así como él le llamaba.
Aquel hombre, su mejor amigo del alma había quedado encantado con la
apariencia de lo que él ahora llamaba un ángel, pues la apariencia angelical
de Agnes le atrajo de super manera.

Sus labios carnosos y rosados, sus cejas perfectamente definidas y


pobladas, sus mejillas con aquel leve rubor, pero, lo que más le encantaba
era ese color de piel. Tan suave y cremoso del color de las avellanas.

Sus ojos sin comprender el porqué era algo que ahora anhelaba ver.

Algo se había instalado en sus pensamientos y eso era que, su amigo la


quería para un rato pero ahora él la quería para toda la vida.

Ay santa madre de Dios, llegó la fresa que le faltaba al pastel…

Aquí yo reportando que… un triángulo como que se aproxima.

Ya me dicen en los comentarios…

¿Cómo se llamará el chico nuevo?

Adry❤🔥

Pd: Los leo en comentarios


Capítulo T R E C E: ¿Porque Una Florecita?
Mis ojos tardan en acostumbrarse a la luz.

— ¿Dónde... estoy?

Pregunté con mucha dificultad. Con cuidado moví mi cabeza a un lado


viendo así un reloj digital cuadrado, observe la hora y eran exactamente la
una de la tarde. Eso fue un detonante.

>> ¡Dios Padre Santo de la Creación! Perdí el día.

Exclamó de golpe mientras me pongo de pie, cosa que fue muy mal haberla
hecho porque de inmediato sentí un mareo que me robó hasta los sentidos.

Unos brazos fuertes me sostuvieron impidiendo que me cayera.

— Señorita Bachelet, aún se encuentra muy débil. Aparte de débil también


es torpe.

Su voz, esa voz la conozco.

>> Se desmayó temprano, el doctor de la empresa vino a verla y dijo que


tuvo un ataque de ansiedad. Le suministró un medicamento y dijo que
cuándo despertará usted estaría mejor, no fue muy grave.

Con una de sus manos tomó las mías, con su otra mano libre tocó mi
cabeza. Yo solo podía verlo embobada.

>> No tiene fiebre así que sí está mejor.

Sus ojos miraban mis labios y yo en un acto reflejo mordí un poco el


inferior, fue en solo unos segundos.

— Gracias... emm ya sabe, por... cuidar de mí.


— No soy el monstruo que usted cree.

Su mandíbula se apretó mucho, pero no por enojo. Era algo más.

Su cuerpo se fue acercando mucho al mío y mi corazón se aceleró.

— Supongo que no... jamás pensé eso de usted... osea... si lo odie un poco
el día que me pidió que fuera su amante, pero, no le odio.

Separe bruscamente mi mano de la de él para tapar mi nariz y boca ya que


iba a estornudar. Me sentía mareada y con muchas ganas de reírme. Me
sentía muy muy relajada.

— Salud y es bueno saber eso.

— Gracias. Sí. Usted es... una florecita, eso es lo que es. Creo que tiene
problemas de identidad y por eso se comporta y dice cosas raras.

Su cara se entorno a una de completa sorpresa.

— ¿Porque una florecita?

Di gracias a Dios porque no me reprochara ni me dijera nada por decirle


que es una persona con problemas.

— Se pelea con su novia y después anda triste, después me ofrece


acostarme con usted y después tiene a la muñequita de porcelana
endemoniada gimiendo en lo que antes era mi oficina. En realidad usted es
bipolar.

Él me miraba atento como si en cualquier momento se echaría a reír de mi


estupidez o terminaría sacándome a patadas por dos veces insinuar que
estaba loco, y es que sé, que si estuviese en mis cabales quizás no sería
capaz de andar haciendo lo que ahora.

Sentía muy dentro de mí esas crecientes ganas de ponerlo en su lugar.


Mi boca hizo un puchero el cuál de inmediato cambié para abrir mi boca de
nuevo y agregar algo más:

>> Usted no tiene vergüenza, se esconde después en su cara de culo o en su


actitud de macho alfa, recuerde que en la comisaría me dijo que un hombre
como usted no se acostaría con una mujer como yo, déjeme decirle que
usted no me gusta, por mi mente nunca a pasado la idea de revolcarme con
usted.

— ¡Vaya, vaya! Alguien se está desahogando.

— Simplemente le digo lo que pienso señor. Preferiría mil veces ser


lesbiana que tener que acostarme con un ser tan arrogante como usted.

— Veamos si después de esto piensas lo mismo.

Su cuerpo se abalanzó al mío y cuándo su boca estaba a punto de tocar la


mía la puerta se abrió.

Bendito seas Dios santo.

— ¡Amigo! Fueses puesto el letrero de ocupado o menos difícil colocarle el


seguro a la puerta.

Doy gracias al cielo y al hombre que acaba de entrar a la oficina, cabe


destacar que en realidad es muy guapo. No entiendo porque es tan alto y
varonil, últimamente la vida se ha encargado de ponerme dioses del
inframundo en frente.

Su cabello es rubio, sus ojos son azules, un azul muy intenso. Sus músculos
están bien definidos y marcados y ese traje negro con la camisa roja y sin
corbata le queda de infarto.

Se preguntaran ¿Por qué dioses del inframundo Agnes? Y la respuesta es


que ellos no podrían ser ángeles del cielo porque es que sus esculturales
cuerpo sólo te invitan a pecar.
¡Padre santo! No sé cuál fue el medicamento que me pusieron, estoy muy
revoltosa para mi gusto. En lugar de pensar que hace unos segundos casi
soy besada por el demonio de mi jefe, estoy pensando en los cuerpos
cachondos de los dos seres en esta oficina.

Hace mucho calor.

— No seas tonto, solo quitaba esa mariposa que se había posado en su


cabello.

— Sí y yo fui y vine de Narnia.

Mi jefe se fue a su escritorio y yo seguía ahí medio moribunda, pero


cachonda.

— ¿Encargaste los almuerzos?

— Mucho mejor, reserve el restaurante de la esquina. Solo estaremos


nosotros.

Mi jefe asintió.

El guapo hombre misterioso se acercó al mueble dónde me encontraba.


Tomó asiento a un lado de mi pero volteo su cuerpo en dirección al mío
haciendo que quedáramos de frente.

>> Hola.

Él fresco y relajado a mí lado, me miraba como si yo fuese una obra de arte


recién salida a la sala de exhibición en un museo.

Ahora podía detallar mejor sus facciones faciales las cuales estaban como
su cuerpo, marcaditas, su nariz respingona y perfectamente perfilada que
me hacían preguntarme si era operada. Pero lo mejor era su perfume, fuerte
como el roble y pacifico como el azul del mar.

La perfección personificada.
Del mal.

Es que tanta belleza no podía ser celestial. Claro que no.

>> Si vas a mirarme así siempre es un gusto, me llamó Sebastián.

Reí bajito.

— Solo estoy aturdida.

Mi voz salió tan dulce y pacífica que ni yo misma me reconocía.

Él teléfono del escritorio de la florecita sonó y este lo atendió rápidamente,


no sin dejarnos de ver atentamente. Su mandíbula de nuevo apretada pero
juro que esta vez si es por enojo.

Reí internamente.

— ¿Por mi belleza?

Deje de prestarle atención a mi jefe para volver mi vista de nuevo al chico


frente a mi.

Paso una mano por su cabello en forma de burla y no pude evitar volver a
reír.

— Ya quisieras, es por el medicamento.

Cuándo él se disponía a responderme la voz fría y autoritaria de mi jefe nos


hizo pegar un brinquito a ambos.

— Te esperan en el piso de abajo Sebastián.

Un resoplido salió de su boca.

— ¿Quién es?

— Tu prometida.
Su expresión pasó de la coquetería a un semblante pálido y blanco. Sin
despedirse de mí y sin mirarme a la cara salió de la oficina y pasaron
muchos meses, no volví a verle.

¿Jajaja que pasará en el próximo capítulo?

Han pasado meses

Esto se pone caliente.

Jajaja disfruten obsesiv@s…

Adry❤🔥
Capítulo C A T O R C E : "Él Me Besó"
Y sí, los meses habían pasado. Ya estábamos en diciembre. Yo había vuelto
a quedar al mando de la empresa, mi jefe se había ido.

Quizás regresaría, quizás no. Yo sólo estaba esperando a que mi contrato


terminará, me voy a retirar de la empresa. Yo no puedo quedarme aquí
después de todo ese problema de mi identidad, simplemente eso serían
problemas seguros.

Yo sólo quiero un poco de paz, es algo que mi estabilidad mental me pide a


gritos.

Estamos en el mes de Noviembre y este mes solo trae tristezas a mi


corazón, yo creo que es el mes en el que todo es una pesadilla recurrente.

Mi jefe se marchó exactamente hace ocho meses atrás,se fue un día después
de besarme, supuestamente en la gran empresa, en la mayor surgieron
problemas y él tuvo que irse, la investigación aquí se pauso.

Aunque eso no significa que hayamos cerrado los ojos por completo al
problema de robo que tenemos, aún no hemos conseguido un culpable pero
pronto uno aparecerá. Yo misma me he encargado de revisar
minuciosamente cada uno de los informes, de los gastos, de absolutamente
todo.

Hace poco tuve que contarle a mi hermana todo lo que había sucedido en la
empresa conmigo, bueno todo lo que había sucedido con mi jefecito.

En parte resultó más que bueno que él se haya ido. Eso que pasó entre él y
yo jamás puede pasar con nadie más y es que aquel día en la oficina, ese día
en el que me puse de chistosa y hacerme la moribunda y terminé por quedar
moribunda de verdad, ese día después del intento fallido de besarme y
después de correr a Sebastián él me besó.
Flashback

— ¿Estaba muy animada su conversación con Sebastián?

La florecita preguntó, lo más chistoso del caso es que su mirada se


encontraba pegada a la pantalla del computador. Me burlé, me reí fuerte.

— Sí, él tiene un encanto natural.

— Un encanto que disfruta su prometida.

— Sí, muy bien por ella. Chica afortunada.

Él despegó su vista de la computadora para mirarme directamente a mis


ojos.

— ¿Su definición de chica afortunada es una que tenga un hombre guapo a


su lado?

— Fíjese que no, de hecho mi definición de chica afortunada está mucho


más allá de eso, sólo que no tengo el humor ni las fuerzas para explicarle.

— Mi coeficiente intelectual es uno alto.

— Eso no lo dudo, sólo que si usted es una persona que dice que una chica
como yo no estaría a la altura de acostarse con usted, en realidad no veo el
motivo suficiente de decirle como pienso. Para un hombre como usted eso
no sería relevante.

Él se puso de pie y yo vacilé, el efecto de aquel medicamento ya estaba


pasando. Todas las fuerzas que tenía hace media hora para decirle sus
verdades en la cara se me bajaron junto con los ovarios que tenía bien
amarrados.

Agnes Sofía, aquella que era bien regia e insoportable ya llevaba varias
veces acorralada por un mismo hombre.
Con la delicadeza y elegancia que él siempre portaba se dirigió a mí y tomó
asiento a mi lado.

— ¿Dime cómo y qué puedo hacer para cambiar tus pensamientos hacia
mí?

— Las primeras impresiones son difíciles de borrar. Supongo que las


primeras cosas son todas difíciles de olvidar.

— Entonces si es así no quiero que olvides esto.

Sin darme tiempo a contestar él abalanzó su cuerpo al mío, antes de juntar


sus labios con los míos me miró a los ojos.

Él pedía permisos y yo no se los negué. Me besó, su beso era demandante,


sus dientes muy sutilmente mordían mi labio inferior.

>> Cuándo te vi hacer esto hace un rato yo moría de ganas de hacerlo por ti

De nuevo sin darme tiempo a responderle volvió a besarme, una de sus


manos se aferró a mí cuello atrayendo mi cabeza más a él, profundizando
más este beso, yo me encontraba sin fuerzas y sin ganas de quitarlo de mí.

Con su mano libre fue trazando círculos en mi mano.

La verdad es que mi cuerpo entero sentía espasmos ligados con corrientes


eléctricas. Sentía mis ojos con ganas de llorar pero no de tristeza, era una
emoción fuerte y aparte la humedad que sentía en mi entrepierna era
inimaginable.

Solo con un beso. ¿Puede alguien sentir esto solo con un beso?

Siento que si me pongo de pie mis piernas bailarán al ritmo de la gelatina.

Se separó de mi y sentí frío, mis labios ardían y todo dentro de mi se


encontraba extremadamente caliente.
>> Ahora esto estará en tu mente por siempre, las primeras cosas no se
olvidan jamás.

Entonces mientras mi cabeza se encontraba dando vueltas él salió de la


oficina, después de eso nada fue igual.

Fin del Flashback.

— Señorita Bachelet.

Lara entró a la oficina.

— Dime Agnes, Lara.

— Sólo no me acostumbro. Le venía a decir que ya voy a bajar a almorzar,


después del almuerzo comienza la junta.

— Sí. ¿No aceptas compañía?

— Pero señorita, solo almorzare en la cafetería de abajo.

— ¿Y que sucede? Tiene buena vista.

Ambas reímos, tome mis cosas y me dispuse a acompañar a Lara a


almorzar.

Nos subimos al ascensor y marcamos el piso de abajo.

— Señorita, sé que es muy feo caer en chismes pero andan rumoreando


que…

La interrumpí.

— Agnes, Lara, así me llamó, estoy super segura que mi madre no me puso
por nombre Señorita.

Ella asintió.
— Bien, Agnes, ya imagino que sabes de que hablan en la empresa.

Está vez fue mi turno de asentir.

>> Gracias a los rumores, un periodista escucho algo y es muy probable que
mañana o pasado eso salga a la luz. Será un problema gigante.

Comprendí la gravedad del asunto. Esto en verdad era grave.

Las puertas del ascensor se abrieron y yo metida en mi cartera, buscando mi


teléfono no me fije en lo que tenía en frente. Al ver que Lara se había ido
por el lado contrario alce mi vista.

Mi cuerpo entero se paralizó.

Él había vuelto.

Él estaba nuevamente aquí.

¡Se vino la, la gozadera!

¿Quién habrá llegado?

Les toca deducir a ustedes, cuéntenme en los comentarios. Jajajajaja les


deseo suerte, a quemarse las neuronas.

Dios santo, hoy les di capítulo y hoy no les tocaba🤭

Disfruten florecitas obsesiv@s…

Adry❤🔥
Capítulo Q U I N C E: "Señorita Bachelet"
Cuándo pensé que los problemas se habían acabado, pasa esto. Ayer
después de encontrarme con él en la salida del ascensor, almorzamos juntos
ya que me invitó a un restaurante fuera de la empresa.

Me enteré que él había vuelto porqué Lara le había dicho del problema que
se nos presentaría hoy con la prensa, todos los malditos titulares de casi
todas las revistas de economía del país decían que en la cabeza de una de
las sucursales de exportación de petróleo una mujer con papeles falsos
estaba al mando.

¿Lo peor?

Pues lo peor es que el foco está centralizado en la empresa, porque la prensa


asegura que los de alto rango en la empresa sabían de este fiasco que yo le
estaba haciendo a la empresa y aún así me dejaron aquí. Aparte que para mi
eso era en extremo peligroso, mi integridad está en peligro y mi hermana
también está implicada, esto nos daña a todos porque Artemis como Ceo de
los bancos de su papá también le afecta.

¡Maldita sea!

Todo un maldito escándalo y todo por mi culpa.

Algunos integrantes de la familia de Artemis odian a mi hermana y esto


solo hará que ellos se peleen, escándalo grande, pelea fuerte. Yo voy a salir
a declarar a la prensa, no puedo dejar que por mi culpa mi familia y también
la empresa tengan problemas.

Me aterra pensar que mi pasado vuelva a mi, que me encuentre y vuelva


solo para causarme mucho daño. Aunque no quisiera alejarme de mi
hermana y de mi sobrina eso será lo mejor, irme lejos y que nadie,
absolutamente nadie sepa nada de mi.
Será lo mejor para todos.

La decisión ya está tomada, voy a redactar dos documentos. Me gustaría


entregarla directamente pero la dejaré con Lara y que ella se encargue de
entregarla.

Con respecto a la prensa, voy a aclarar los rumores y decirles que se


equivocan con respecto a que los directivos sabían de esto, de alguna
manera debo arreglar todo este problema que estoy causando.

Mi teléfono suena y me saca de mi trance culpable.

Es mi hermana.

§En La Llamada§

— ¿Agnes estás bien?

— Sí, ¿Tú estás bien?

— Sí, sí, despreocúpate.

— ¿Cómo puedes pedirme que me despreocupe? Esto no está nada bien. —


Sollocé.

— Porque problemas peores hemos afrontado juntas y aquí estamos, todo se


solucionará. Hoy Artemis tuvo una reunión con un amigo de la infancia,
ellos estuvieron hablando de ese problema.

— Ese es el problema Ainara, siempre ustedes solucionando mis metidas de


pata.

— Pará eso está la familia Agnes Sofía, para ayudar cuando más se
necesita.

— Yo solo... Dios, quisiera que esto no esté pasando.


— Se arreglará. Ven a cenar, Alina ha estado preguntando por ti.

— Sí, resolveré unas cosas aquí y salgo para allá.

§Fin de La Llamada§

No podía darme el lujo de estar tranquila, yo de alguna manera iba a


solucionar todo el embrollo que arme. Es que esto es mi culpa y solo mi
culpa, no de nadie más.

Proseguí con la escritura de las cartas que esperaba arreglaran un poco todo
este problema. Sé que tendré que pagar un precio alto para que esto se
arregle, así que estoy más que dispuesta a pagar lo que sea.

La puerta de la oficina se abrió y esa imponente figura entró a mi oficina.

Su cabello rubio bien peinado hacia atrás y el anillo de casado brillando en


su dedo. Su voz salió fría y autoritaria, ya no quedaba ni una chispita de
carisma en él, al menos no esa que tenía el día que lo conocí.

— Señorita Bachelet, ¿Qué es lo que la mortifica? — Sebastián preguntó.

— Este problema, precisamente también, estoy redactando una carta.

Cuándo él iba a responderme, enseguida agregue :

>> De hecho dos cartas, una en la que solicitó una rueda de prensa para
aclarar los rumores y la otra es mi renuncia.

— ¿Pero como que una renuncia? ¿Ya hablaste con Mateo al respecto?

— Yo no tengo nada que hablar con el señor Mateo, él hace mucho tiempo
que se fue y yo simplemente no puedo seguir al mando de la empresa, eso
les perjudicaría y a mi también.

— Tengo entendido que firmaste un contrato con él, no puedes simplemente


irte.
— Sé lo que hice, aunque tengo un az bajo la manga. Yo firmé un contrato
dónde sería la asistente de Mateo no la encargada de la sucursal y aparte
estoy dispuesta a pagar cualquier multa que se me imponga por no cumplir
con el tiempo requerido en el contrato.

— ¿Al menos leíste las letras pequeñas del contrato?

Quise hacer un Flashback en mi cabeza y buscar en mi complicado cerebro


esas letras pequeñas que Sebastián decía.

Al no encontrar ningún indicio solo negué.

— No, no lo hice. Pero en realidad no importa, si es dinero o mucho dinero


buscaré la forma de pagarlo.

Él iba a volver a abrir la boca, pero no lo dejé.

>> Y ya terminé, entregaré la carta a la prensa y está te la quedas tú.

Le extendí mi carta de renuncia y él no tuvo más remedio que aceptarla.

— Él no dejará que te marches.

— Él no tiene ningún derecho de retenerme aquí.

Sebastián asintió y fue acercándose a mi, algo que me llenó de


incomodidad. Era mucha cercanía, si alguien entrará en la oficina y nos
viese así pensaría muy mal. Aparte él está casado, sería otra fresa para el
pastel.

Su perfume me embriago por completo. Era varonil y exquisito como él.

Recostó su cuerpo en la esquina del escritorio y abrió sus piernas


acorralandome.

>> ¿Sebastián qué haces?


— Algo que quería hacer desde aquel día en el que te estabas haciendo la
muerta. ¿Recuerdas?

— No me estaba haciendo la muerta, en realidad si me sentía mal. — Dije


retrocediendo y de inmediato mi cuerpo chocó con el extenso ventanal.

Sebastián me dio una sonrisa ladina que me heló la piel entera, los vellos de
mi piel se erizaron.

— Por supuesto que sí.

Sentí mucho sarcasmo en su voz. Se puso de pie y mis piernas vacilaron.


Tomó mi mano la cuál se encontraba fría y besó el dorso de esta.

— Sebastián aléjate por favor.

— Pero si no estoy haciendo nada Agnes.

— Te recuerdo que estás casado.

— Sí, con una mujer que no amo.

— Pero casado.

La puerta sonó estruendosamente, pego a la pared de la oficina. Unos


mocasines negros muy elegantes fue lo que mi vista vio primero, luego un
pantalón de vestir igual de negro que los mocasines, una camisa negra con
botones y sin corbata acompañada de un saco negro. Lo que me sacó de mi
trance fue esa cara molesta, esa cara que conocía tan bien.

— Sebastián, creo que la señorita Bachelet tiene razón. De hecho mi tía, tú


esposa, te espera abajo.

Sebastián trago grueso y asintió, cuándo se disponía a salir de la oficina los


fuertes brazos de Mateo lo interrumpieron tomándolo por la camisa.

>> Qué sea la última vez que la tocas, no quisiera recordarte que es mía.
Mis ojos casi se salen de sus órbitas. No porque mi jefe había llegado si no
porqué de sus labios salieron aquellas palabras.

Él me proclamó suya.

Retardado pero seguro, Dios santo esto se pone caliente.

No había actualizado porque ayer fue mi cumpleaños y estaba ya saben,


celebrando.

Pero aquí está su regalito❤💋

Los te quiero mucho jajajajaja disfruten florecitas obsesiv@s❤🔥

Adry❤🔥
Capítulo D I E C I S É I S: "Ese Beso No Existió"
— ¡Ya basta!

Mi grito salió firme, chillón y ensordecedor. Justo lo que quería.

>> ¿Qué es lo que les sucede? Primero que nada Sebastián te pedí de
buenas maneras que te alejaras y segundo debes respetar a tú esposa, nunca
te di alas de nada y la primera vez que te vi estaba casi drogada gracias a
ese medicamento que me habían colocado.

Él me miraba resentido.

Gire mi vista hacia mí jefe, el ser que me había besado y después se había
ido como si nada hubiese pasado. Si él reaccionó así yo lo haré igual, nada
paso.

Ese beso no existió, así que con voz dura y fría me dirijo a él:

>> Y a usted señor Mateo le digo el tercer punto, yo no soy de usted, yo no


soy de nadie. Hasta dónde sé Agnes es del pueblo y para el pueblo.

Este soltó la respiración que llevaba contenida y con esa maldita y segura
elegancia que siempre portaba acomodó su traje y tomó asiento en una de
las sillas frente a mi escritorio.

El toque ligero y apenado en la puerta interrumpió aquello que fuera que


tenía por decirme.

Era Lara.

— Señorita, digo Agnes, vine porque el señor Murano me mandó a llamar.

Asentí. Tomé la carta de renuncia que tenía en mi escritorio y se la extendí a


Lara quién hasta temblando estaba, gracias a la presencia demandante de
Mateo.
Ella tomó la carta y se retiró de la oficina. La voz segura de Mateo me hizo
voltear mi vista de nuevo a él.

— Señorita Bachelet, bueno debería de decir Señora de Amato pero aún es


muy pronto para ello.

Trague grueso. La sorpresa y el nerviosismo apoderándose de mí.

>> ¿Usted recuerda el contrato que firmó para mí? Ese en el que se
comprometía a ser mi asistente, supongo que si lo recuerda fue la primera
vez que firmaba algo para mi y usted me aseguró que las primeras cosas
nunca se olvidan. En fin.

Desabrochó el botón de su saco y tecleó un par de veces en su teléfono. Un


Palmer serio y robusto entró en la oficina con un documento en su mano.
De hecho varios documentos, en resumen muchas hojas.

>> Siéntese, esto es algo que hará que su lindo carácter salga a relucir. Se lo
aseguro y tú Sebastián, sal de la oficina esto es una conversación entre ella
y yo. No quisiera restregar en tu cara mi triunfante victoria.

Mi cara pasó de la sorpresa a la mayor cara de culo registrada en la historia,


de inmediato gane el récord guinness a la mejor cara de culo. La inmensa
necesidad de patear su perfecto culo me inundaban todo el sistema.

Sebastián fríamente asintió, en realidad yo no lograba comprender su


actitud conmigo. Lo había visto muy pocas veces y él se comportaba muy
raro en realidad. Salió de la oficina y tiró la puerta, no sé quién se cree.

— Deje el misterio y vaya al grano, tengo cosas que hacer.

— Sí, Agnes eso lo sé, muchas cosas tendrás que hacer de aquí en adelante.
Necesito que leas esto.

Me extendió una de las hojas que tenía en sus manos. Mis ojos casi se salen
de sus órbitas al medio leer el contenido de aquella hoja.
>> Cómo puedes leer en el séptimo punto del contrato, cápsula quinta
específica que la señorita Agnes Sofía Bachelet debe pagar una multa de
cinco millones de dólares si osa a incumplir con el contrato A.

Todo iba bien hasta que dijo eso de contrato A. El contrato que firme
recuerdo que era de letra B.

— Yo recuerdo muy bien que el contrato B que firme decía eso, pero
desconocía eso de otro contrato con letra A. También recuerdo muy bien
que cuándo me hiciste firmar y te pregunté qué porque tenía la letra B me
dijiste que eso era por diseño ya que así le era más fácil a administración de
tener cada puesto separado.

— Firmaste ambos contratos Agnes. No te diste el lujo de leer las letras


pequeñas, en realidad no leiste ni una sola letra del contrato cuándo Palmer
te lo entrego.

— No lo leí porque tú me dijiste que solo era mi contrato como asistente y


que debía cumplirlo por tres años.

— Una persona en su sano juicio lee, bueno al menos yo en mi sano juicio


siempre leo todo.

Le di una mirada para matar.

— Bien, entonces veré como hago para pagar los cinco millones. No
descansaré hasta pagar el último centavo.

— Los cinco millones no importan ni vienen al caso Agnes, el contrato A


especifica que sí tú no cumplias los tres años y renunciabas, el pago sería
diferente, lee por ti misma, no quisiera engañarte.

Me extendió ahora otro sobre que encima lograba ver que en su defecto
decía contrato A. Con mis manos temblorosas lo tomé.

Mi corazón comenzó a latir desbocado cuándo comencé a leer cada


minúscula letra.
¿Porque Agnes siempre es tan torpe?

¿Porque Agnes siempre tenía este talento de cagarse la vida?

Mis manos temblaban, sentía furia, rabia decepción. Yo solita me vendí, yo


solita le di mi vida y alma al diablo, es que digo la vida y el destino se
encargan de ser tan creativas conmigo. Era aceptar esto o pasar una vida en
la cárcel, y él sabía que iba yo a elegir, él ya conocía mis debilidades... él
ya me había reclamado, él era mi nuevo dueño.

Pase la hoja y sí, era más que legal, estaba más que vigente. Al final del
documento mi firma fresca relucía.

Sentí cuándo Mateo se había puesto de pie, tenía mi mirada gacha, fija en
aquel papel. Vi sus pies cerca de los míos y alce mi vista, sus ojos me veían
fijamente sin demostrar ningún ápice de sentimiento o al menos pena por
mí.

Y es que cómo podría sentir eso si él mismo lo había armado todo.

>> Vamos querida, una corte nos espera.

Una lágrima rodó por mi mejilla y simplemente me puse de pie, ya nada


sería igual.

¿Ustedes saben que pasará? Lo que pasa es que yo no sé… 🤣🤣🤣🤣

Ay Mateo jugando con la pobre vida de Agnes…

Pero la florecita apareció, eso es lo bueno ❤

Adry❤🔥
Capítulo D I E C I S I E T E : "Mi Verdugo"
— Parece que fuera a un funeral o a su misma muerte y no a casarse
señorita.

Palmer me miraba preocupado.

— No puede una novia estar feliz sin amor Palmer, eso sería algo muy
loco.

— No sería la primera vez que alguien se casa sin amor, con el tiempo
quizás se logren amar mutuamente.

— Cuándo una persona es obligada a algo simplemente no surgen


sentimientos, o al menos ese es mi pensar. No me veo amando a mi
verdugo, jamás pasará algo así.

— Quizás es un atrevimiento decirle lo que le diré señorita Bachelet, pero


mi madre siempre decía que no podíamos escupir para arriba porque la
saliva nos caería en la cara.

Se quedó con la mirada fija en la carretera, algo pérdida, quizás pensando


por un momento si debía o no agregar algo más, sin esperar más tiempo
soltó aquello que quería agregar:

>> Jajajajaja ella era una mujer algo imprudente a veces, pero, siempre
sabia. Cuándo mi padre me indicó que debía casarme con Mary Ann, mi
esposa, yo estaba renuente y le decía a mi padre que jamás en la vida iba a
amarla. Mi madre al oírme decir aquello me dijo estás palabras que nunca
olvidaré : "Jamás digas de esta agua no beberé, pues el camino es largo y
podría darte sed".

Volvió a quedarse callado, está vez más ido y pensativo que antes. Me
impresionó oírlo reír y no podía estar más atenta a lo que me contaba, es
lindo saber que una persona con apariencia de roca como él pueda abrirse
conmigo. Prácticamente soy una desconocida para él, pero aún así me está
contando cosas personales y también aconsejándome en el intento.

Interrumpió aquel silencio y agregó :

>> Cuanta razón tenía, hoy en día no veo mi vida sin mi esposa la amo
tanto. Ella es mi pilar, mi roca, mi sustento. En fin ella es tantas cosas. Por
eso le digo niña, sé que Mateo puede ser un grano en el culo y discúlpeme
la expresión pero no encuentro otra que lo defina tan bien, pero él es una
buena persona, con problemas y malas situaciones que le han sucedido, con
traumas quizás, pero una buena persona.

Me quedé un momento pensando en sus palabras, él en parte tenía razón.


Mateo pudo haberme mandado a la cárcel, ha tenido las oportunidades de
hacerme mucho mucho daño, de dejarme en la calle y cantidad de cosas.

Pero no lo ha hecho, no me ha dañado, al menos no lo suficiente para


destruirme por completo.

Si bien no me siento ni un tantito contenta por tener que casarme con él,
siento que esto fue una treta muy mala la que me jugó, digo si necesitaba
una esposa de adorno al menos me lo fuese pedido de buenas maneras y yo
hubiese accedido, claro que lo hubiera hecho como forma de pago gracias a
todas las cosas buenas que ha hecho por mi.

Pero no, para él fue más fácil engañarme con un contrato. A veces hasta
siento y pienso que ese periodista se enteró de todo por él mismo, todo para
que yo cayera en su enredo.

Tenía esa incesante punzada en el pecho, quería saber el porqué de su actuar


tan loco.

—¿Por qué hacerme algo así?

Pregunté a Palmer.
— Esa es una pregunta que debe hacérsela usted misma, quizás se la
responda enseguida, quizás no. ¿Ha escuchado alguna vez eso de que Dios
obra de maneras misteriosas?

— Jajajajaja creo que Dios no tiene nada que ver en todo esto Palmer, tú
jefe está loco.

Mis manos comenzaron a sudar cuándo a lo lejos vi que ya estábamos


llegando al juzgado de la calle ciento quince.

Una lágrima quiso deslizarse por mi mejilla pero le negué aquel


atrevimiento, dañaría mi maquillaje y mi querido jefe me dejó muy claro
que debía parecer una novia feliz.

— Ya estamos llegando señorita y con respecto a lo que le dije hace un rato


no me refería a Dios, me refiero a Mateo. Él obra de maneras misteriosas,
es muy meticuloso y perfeccionista. Tenga mucha paciencia.

Asentí, no quise decirle nada más porque sentía que en cualquier momento
lloraría. Alise las arrugas imaginarias en aquel vestido con corte de sirena y
de encaje que llegaba justo por mis pantorrillas, era blanco y muy muy
brillante.

Llevaba unos tacones plateados al igual que toda esa joyería super cara. Mi
cabello iba recogido en una trenza media que dejaba mi cabello suelto en
ondas. En realidad me veía hermosa, cabe destacar que la florecita obsesiva
tiene buen gusto.

Después de salir de la oficina, me llevó a una casa, bueno en realidad una


mansión como dos veces más grande que la de mi hermana, allí tres
mujeres se encargaron de dejarme así como estoy en este momento. En
realidad me veo hermosa, aunque no me sienta así.

El vestido logra ceñirse tanto a mis curvas que me hace ver como si tuviera
más nalgas que sangre, mis pechos aunque no son tan grandes se ven como
si sí lo fuesen.
En mi muñeca derecha llevo una delicada rosa blanca que va enrollada con
una fina cadena de plata, en realidad es tanto lujo que me asfixia.

La puerta del auto siendo abierta por un Palmer sonriente, me sacan de esos
pensamientos. Su mano se extiende hacia mí y la tomó de inmediato, jamás
me comportaría mal con él. Hasta ahora a sido el único que me ha tratado
sinceramente.

Las calles están solas, como si las hubiesen cerrado sólo por este
acontecimiento, así que me bajo del auto tranquilamente sin tener a
transeúntes pendientes de la linda y feliz novia.

Con mi mirada gacha recorro el camino hacia adentro de la corte dónde se


llevaría a cabo mi feliz matrimonio.

Palmer me indica la puerta por la cuál debo entrar y asiento, me da una


sonrisa antes de despedirse.

>> Al final del pasillo le espera su futuro, quizás ahora no lo ve como un


futuro prometedor pero déjese llevar y quizás cambie de opinión.

— Supongo, emm, gracias. ¿Por qué no entras?

— Órdenes.

— Aparte de florecita, pretencioso.

Palmer no pudo evitar echarse a reír y yo igual, no quise hacerle esperar


más y me adentre a aquella habitación.

Al final del pasillo un hombre mayor detrás de una mesa, supongo que es la
persona que nos casara, en un extremo se encuentra Sebastián y una mujer
que por lo que intuyen mis antenitas de adivinación es su esposa y a un lado
de ellos estaba él, fundido en un traje completamente negro con una rosa
blanca en el lado derecho del traje y unos mocasines igual de negros.

Jamás en mi loca existencia admitiré que se ve guapo. Jamás.


Él extendió su mano en mi dirección, como si esperara a que yo la tomará y
es que no me había dado cuenta que me había quedado parada en la entrada
de la habitación.

Por un momento pensé en Ainara, en Artemis, en mi pequeña Alina y en


Theo, este último ha de estar preocupado por mí. Se supone que él debe
cuidar de mi, pero la florecita hizo que él me perdiera el rastro en la oficina
ya que me sacó a escondidas, alegando que sería una ceremonia muy íntima
y que si estaba con él no necesitaría de un guardaespaldas no calificado.

Ahora que lo pienso, ¡Que hijo de puta!

— Ven mi pequeña pulguita.

Oírlo hablarme tan cálido y con ese sobrenombre tan pesado me hizo
temblar, pero de algo parecido a una ira contenida.

Solté todo el aire que tenía acumulado en mis pulmones y pesadamente


sonreí. Tomé su mano.

¡Qué comience el teatro!

Después de un largo momento de escuchar toda la palabrería del


matrimonio el juez hizo una pregunta, por supuesto no la pregunta final.

— Y si alguien se opone a este matrimonio que hable ahora o callé para


siempre.

Cuándo pensé que nada pasaría, que nadie interrumpiría mi maldito


matricidio una voz chillona irrumpió en la habitación.

— ¡Mateo! Mi amor, osito.

Y por acto reflejo no pude contener mi estruendosa carcajada.

Ellos se casan, ¡Se casan!


Hablenme en los comentarios, l@s reto a escribir Florecita letra por letra
sin ser interrumpid@s. Si lo logran les dedicaré el próximo capítulo a l@s
ganador@s🤭❤🔥

Adry❤🔥
Capítulo D I E C I O C H O : "Víbora Con
Peluca"
— Maldita sea, digo, perdone señor Juez.

Mateo tomó el puente de su nariz con evidente enojo.

— Tiene diez minutos para solucionar su problema. — Le dijo el Juez.

La rubia exasperante, mejor conocida como Marilyn o muñeca diabólica me


miraba furiosa.

— Con que tu eres la maldita que me está robando a mí hombre, eres tú.

Ella caminó en mi dirección furiosa, yo ya me encontraba preparada para


estamparle mi puño en su nariz operada, pero por fortuna de ella los fuertes
brazos de Mateo le impidieron siquiera acercarse a mi.

— A ella la respetas, no entiendo cómo es que estás aquí. Te dije que no me


buscaras más, ¡Señor! Ya podremos seguir con la ceremonia.

Oírlo exigir respeto para mi, para mi integridad hizo que un escalofrío me
recorriera entera.

El Juez se dirigió a Mateo:

— No puedo proseguir si la señorita se encuentra presente.

Yo me quedé ahí parada como boba sin saber si debía o no hacer algo. Sólo
podía ver la escena atónita y en parte queriendo morir de risa, pero cuándo
ví a Mateo un poco afectado, justo como aquella vez en el auto, esa vez que
ella había aparecido también.

Me contuve de reír o de siquiera seguirme burlando.

— Enseguida vienen por ella.


Mateo arrastró a Marilyn justo a la entrada de la habitación, abrió la puerta
y la sacó. Nos fue imposible escuchar cualquier cosa que esté pasando
afuera.

El Juez me miraba apenado al igual que Sebastián, yo solo podía rogar a los
Dioses que aquella mujer se llevará a Mateo con ella e hiciera que a él se le
quitara ese desenfreno que tiene conmigo, aunque en parte tampoco quería
que él se fuese con ella, no sé qué es lo que les sucede o que les sucedió
pero ella tiene y causa algo en él que lo pone mal. Lo descoloca.

Y no es que lo vuelva loco en un buen sentido, al contrario, lo veo en


extremo mal.

La mujer que acompañaba a Sebastián se acercó a mí.

— Hola, creo que no hemos tenido la oportunidad de presentarnos.

Sonreí tímidamente.

— Supongo que no. Mucho gusto.

— Zeinette, así me llamo.

— Agnes, así me llamo.

Estrechamos nuestras manos y ambas sonreímos.

— ¿Cómo conoces a mi sobrino?

Me quedé en shock por un momento, su sobrino dijo.

— ¿Disculpa? ¿Mateo es?...

Ella asintió sonriendo.

— Cuesta creerlo, pero sí, es mi sobrino.


Ella se veía prácticamente de su edad, era muy hermosa en realidad y muy
dulce y amigable también, me siento tan mal por ella. Se preguntaran el
porqué de sentirme así, es que me cabrea tanto aquella incómoda situación
con Sebastián en la oficina, digo porque querría él comportarse así conmigo
si no le había dado ningún motivo y su esposa, Dios ¿Quién en su sano
juicio le falta el respeto a una mujer así?

>> ¿ Cómo fue que surgió ese amor entre ustedes? Jamás supe de alguien,
al menos no después de lo que pasó con la víbora con peluca de Marilyn.

Reí un poco, no quería perder el tiempo, este será el momento perfecto para
saber al fin que fue lo que sucedió entre ellos.

— Supongo que fue un amor de oficina.

— Jajajajaja ciertamente, se me olvidaba que trabajan juntos.

Aunque no quería que ella se diese cuenta que yo no sé prácticamente nada


de Mateo, no me quería quedar con la duda de que era lo que había pasado
con la víbora con peluca, mejor conocida como la muñeca diabólica
Marilyn, sé que Mateo no me contará, al menos no ahora y necesito saber
dónde me estoy metiendo.

— Aunque ya llevo un tiempo largo saliendo con Mateo, aún no he podido


enterarme de lo que en realidad sucedió con Marilyn.

— Fue algo horrible...

Aquello que ella estaba por decirme se tiro por el caño ya que la imponente
presencia de Mateo había irrumpido de nuevo en la habitación.

— Señor Juez, ya podemos seguir con el casamiento.

Y supe que ya no había vuelta atrás, esto era lo que era y ya nada ni nadie
podría echarlo para atrás.

Me convertiré en la señora de Amato.


De nuevo el Juez dijo toda la palabrería y yo solo podía sentir la mirada
pesada de Sebastián en mí, al igual que la de Zeinette solo que la de ella no
era pesada.

Las palabras finales ahora sí no se hicieron esperar y aunque tenía esas


inmensas ganas de salir corriendo, tomaría el riesgo. Yo Agnes Sofía tomaré
el riesgo.

Después de oír el firme y seguro sí de Mateo el Juez se dirigió a mí.

Sentí miedo, mucho miedo.

Mis manos temblaban y mis labios también, quería llorar pero me contuve.

La cálida mano de Mateo me hizo recobrar los sentidos, por inercia voltee a
mirarlo y su mirada llena de ilusión me hicieron sentir como la peor
mierda.

El juez habló e interrumpió mis pensamientos culpables:

— Señorita Agnes Sofía Bachelet Altamirano, ¿Acepta usted a el Señor


Mateo Amato Vitale, como su amado esposo para cuidarlo y protegerlo, en
la salud, la enfermedad, la tristeza y la pobreza, hasta que la muerte los
separé?

Estuve a un centímetro y medio de decir que no, pero yo sabía que eso no
era lo correcto. Simplemente sabía que no.

— Sí acepto.

— Puede besar a la novia.

Y entonces sin más preámbulos él me besó fue un beso tierno, delicado

Solo para el momento.

Su frente se pegó a la mía y muy bajito, solo para los dos susurro:
— Es oficial, eres la nueva señora de Amato.

— Es un contrato.

— Lo es, es por eso que debes cumplirlo al pie de la letra. Eres mía y de
nadie más.

Y con eso me tomo por mi brazo y me guió fuera de ahí y también de la


corte.

¿Que sucederá ahora?

Y aquí, ya se casaron… yo me hago la misma pregunta de Agnes…

¿Qué sucederá ahora?

Mañana sabremos, disfruten florecitas obsesiv@s

Adry❤🔥
Capítulo D I E C I N U E V E: "Esposa
Enamorada"
§En llamada§

— ¡Agnes! Hasta que al fin contestas. ¿Dónde estás?

— Estoy bien Ainara, tuve que hacer unas cosas. Ahora mismo estoy de
viaje con mi jefe.

— ¿Cómo qué de viaje con tu jefe? Te le perdiste a Theo, él estaba tan


preocupado. Pensamos lo peor.

— ¿Y qué es lo que podría ser lo peor Ainara? Al fin nunca me dijeron el


porqué debía aceptar a Theo como mi guardaespaldas.

— Ya te dije que fue por unas cosas de Artemis, él creyó que era mejor
colocar seguridad. Además no es algo que debamos hablar por teléfono.

— Siempre sales evadiéndome, va a llegar el momento en el que tendrás


que decirme toda la verdad de la situación.

— No hay ninguna verdad, ni mucho menos nada que decir. ¿A dónde te


fuiste de viaje?

— Es sólo por trabajo y no hay nada que decir.

— ¿En serio vas a tomar esa actitud conmigo?

— ¿En serio me vas a seguir tratando como si yo fuese no sé, una


mariposita? Soy una mujer Ainara y merezco saber las cosas que me
involucran.

— Mira cuándo estés de mejor humor hablamos, Chao cuidate mucho.

Y me colgó.
Ella en serio me colgó.

§Fin de la llamada§

No puedo creer que Ainara tomé la situación así, osea yo también debería
saber qué es lo que pasa. Aunque quisiera seguir preocupándome por lo que
sea que esté pasando, más me preocupa el hecho de que ahora mismo voy
rumbo a Italia a conocer a mi nueva familia, como dijo la florecita.

Yo aún no entiendo que es lo que pasa, él aún no ha querido hablar


conmigo. Sé que queda poco tiempo para llegar a Roma y eso me está
carcomiendo, estoy a explotar de nervios.

Íbamos en el Jet privado de la compañía y la florecita se había ido por una


puerta y no volví a verle. Solo me dejó aquí sola sentada y con un millón de
preguntas.

Y es que intuyo que está super molesto después de todo aquello que sucedió
en el auto cuándo veníamos en camino al aeropuerto.

Flashback

— Adiós tía, creo que nos veremos en Roma.

Zeinette asintió, le dio un tierno beso en la mejilla a Mateo y a mi igual.

— ¡Felicidades por esto!, aunque quizás tú padre ponga un grito en el


cielo. - Esto último se lo dijo a Mateo.

Para aminorar la pequeña tensión que se estaba formando le contesté:

— ¡Gracias! — Exclame con una emoción impropia de mi, aún no entendía


nada de lo que sucedía, lo único que tenía claro era que me había casado
con un magnate algo mal de la cabeza.

— La opinión de él en realidad no es muy relevante. — Dijo Mateo serio.


Cuándo Zeinette se disponía a responderle a la florecita Sebastián se acercó
a nosotros.

— Felicidades. Imagino que ya se van.

— Así es, hay un matrimonio que consumar.

Otra vez con esa palabra.

Sebastián dio una sonrisa que a mi parecer fue muy falsa y tomó la mano de
su esposa, Mateo tomó la mía y me jalo para salir de ahí.

Sin darme tiempo a despedirme de nadie, me sacó de la corte, él no soltaba


mi mano en ningún momento. Vi cuándo tomó el teléfono y llamó a Palmer,
muy rápido le dijo que pasara por nosotros y así fue, en un santiamén ya
estaba él ahí presente.

— Felicidades señor, señorita muchas felicidades también.

— Gracias Palmer. — Con él no tenía que fingir efusividad, ya sabía de


todo el teatro.

— Sí, gracias. ¡Vamos Agnes! Sube al auto.

Cómo si fuese un robot acate su orden y me subí al auto.

Él se sentó a mí lado y cerró la ventanilla que nos daba vista a Palmer.

>> Necesito que actúes como una esposa enamorada y abnegada. Mi madre
deseaba con todas sus fuerzas que yo sentará cabeza, para poder dejarme al
mando de toda la compañía, ella te estima mucho, ya te conoce de antes.

— Solo la he visto una vez y dudo que se coma todo ese cuento de un
matrimonio apasionado y feliz, cuándo Zeinette se dirigió a mi yo ni
siquiera sabía que decirle cuándo me preguntó sobre cómo nos habíamos
conocido o cómo había surgido nuestro amor.

— Pero igual manejaste bien la situación, ¿O no señorita?


— Sí lo hice, pero al menos deberíamos de estar sincronizados. A todas
estas no me has dicho por qué razón no me pediste que me casara contigo
de buenas maneras, ¿O vas por la vida engañando a las mujeres para que se
casen contigo? Eso no habla bien de ti y toda esa perfección que dices
tener.

— Jamás he dicho que sea un ser perfecto, respecto a que no te dije nada
del contrato A fue porque eres muy torpe y sé que en cualquier momento
terminarías por dañar mis planes. Yo te ayude y no lo hice
bondadosamente, te hice un favor y luego me lo cobré. Sólo serán cinco
años, luego podrás ser libre y con dinero en el bolsillo para que hagas tu
vida.

Dios mío, quería estampar mi mano en su mejilla, que mano ni que nada
quería estampar mi puño en su mejilla. Juro que sí.

— Yo no te pedí que me ayudaras en primer lugar, yo me iba a entregar a la


policía e iba a afrontar mis problemas como una adulta que soy. Tú
decidiste por mí. Me haces quedar como una loca inestable y eso no te lo
voy a permitir. Sí, está bien, seré tú esposa de mentira pero no creas que
todo se va a hacer como tu digas.

— Tiene agallas señorita Bachelet.

— Siempre las he tenido.

— Bien porque las necesitarás. Mi padre suele ser un hombre agotador.

— Sí, como sea. — Dije pegando mi frente a la ventana del auto.

>> ¿Cómo será nuestra historia de amor? — Pregunté esperando a que él se


diera la molestia de al menos agregar una idea, desde el reflejo de la
ventana logré ver como sonreía.

— Creo haberte escuchado decirle a mi tía que fue un amor de oficina, ¿No
es así? Después de todo fue ahí donde nos conocimos. Puedes decir que
primero nos odiamos, pero yo quedé fascinado contigo, tan fascinado que
siempre busqué la manera de tenerte cerca de mí. Busque cualquier manera
de tenerte para mí.

Esa parte se oía tan sincera, pero debo recordar que esto es un contrato. La
paga de un favor con otro favor.

Mientras hablaba mi cuerpo reaccionaba misteriosamente a cada una de sus


palabras, sentía mi piel ponerse de gallina. No pude seguir como si nada y
voltee a mirarlo.

>> Mutuamente nos enamoramos, aunque nos alejamos por ocho meses ya
que yo debía ir a la empresa a solucionar muchas cosas, pero que al volver
no pudimos contenernos más, no pudimos estar lejos el uno del otro y nos
casamos. Esa sería una historia perfecta, una que rebasa adversidades.

Él se fue acercando a mí.

>> También deberíamos de decir como fue nuestro primer beso, nuestro
primer ataque de celos y el primer problema que afrontamos juntos. Las
primeras veces son inolvidables, al menos eso me dijeron.

Mi corazón latía a mil por hora.

Su mano se enredó en mi cabello y se fue justo a mi cuello, me atrajo a él y


me besó.

Coloque mi mano en su pecho para intentar alejarlo pero él fue mucho más
hábil y me presionó más contra él para impedir que me separara.

De un momento a otro me encontraba siguiendo su beso, su lengua invadió


mi boca. Me sentía inexperta, aunque él como que no lo notó.

Su beso fue abrasivo, pasional e intenso. No sé porque me sentía así tan


rara, mi entrepierna se sentía húmeda y mis pies hormigueaban.

Su mano libre se fue directo a mi seno derecho, lo apretaba, se sentía tan


bien, muchas emociones y sentires que para mí son nuevos. Se sentía muy
bien.

¡Por dios Agnes!

Debo detenerlo, pero en realidad no quiero. Un sonido involuntario escapó


de mis labios y eso hizo que algo en él se alocara más, ya que su mano bajó
a mi pierna, subió mi vestido hasta poder meter la mano debajo de este.

Su mano se instaló en mi muslo y lo apretaba fuerte, fue subiendo poco a


poco y llegó hasta un lugar más encima de mi muslo dónde ese liguero de
encaje se apretaba en mi piel.

Se separó de mí y me miró a los ojos, yo me encontraba aún aturdida. Su


mano en mi pierna aún, alzó el liguero y volvió a soltarlo haciendo que este
me diera un poco de dolor.

Volví a dejar escapar otro sonido involuntario de mis labios.

— Sí, Agnes, sigue gimiendo para mí.

Parpadee varias veces y me aleje de él. Me pegue tanto a la puerta del auto
que creo que un esfuerzo más y terminaría abriéndola.

— Jamás vuelvas a tocarme o a besarme siquiera.

— Puedo asegurarte que no haría algo que tú no quisieras.

— Que sea la última vez que me tocas o besas.

Aunque se le veía tan sexy con su cabello revuelto y un rubor en su cara no


podía ceder a él, no me rebajare ante él.

— Me temo que eso será imposible ya que tenemos que darnos muchos
besos en público.

— Justo ahora no estamos en público, ¿Porque me besas?

— Tú no te negaste.
Quería quitarle esa maldita sonrisa de los labios.

— Ya te dije, que sea la última vez que me tocas. Yo jamás haría algo más
contigo, óyeme bien, jamás.

El auto se detuvo y vi que habíamos llegado al aeropuerto. Él me miró


cabreado y abrió la puerta del auto, de espaldas antes de salir, me habló :

— Eso lo veremos.

Salió del auto tirando la puerta.

*
Capítulo V E I N T E : "Hijos"
Mis ojos iban pegados al lindo paisaje que se veía a través de la ventana del
auto, hermosos viñedos, flores y mucho mucho paisaje verde armonioso.
Habíamos llegado a un aeropuerto privado cerca a la gran mansión Amato
Vitale, estábamos exactamente en un pueblo, ciudad o no sé qué, que queda
a unas pocas horas de Roma.

No puedo evitar sentirme angustiada, inquieta, super nerviosa y en extremo


aterrada. Parezco a una cría que recién va a conocer a la familia de su
novio, pero es que no sé qué será lo que me espera.

La Gran Giustiniana , es muy bonito todo por aquí. Un lugar muy hermoso
y pacífico para ver a tus hijos jugar o para envejecer junto al amor de tú
vida. En fin, un lugar de ensueño.

Mateo no me ha dirigido la palabra en todo este tiempo, no desde que


estábamos en el auto y nos habíamos besado. Bueno que él me había
besado.

Si él cree que yo le voy a rogar está jodido. Aunque ¿Quién me entiende?


No quiero que me hablé , pero si espero que me ruegue. Ay Agnes, te veo y
te siento mal.

— ¿Qué será eso que te está carcomiendo los pensamientos y te tiene tan
misteriosamente callada?

Su voz gruesa y muy masculina baja bragas se escuchó en el auto.


Despegue mi cabeza de la ventana del auto y lo miré.

— Nada me carcome los pensamientos, solo me preocupa poder estar


metiéndome en aguas turbulentas.

Su mano grande y cálida tomó la mía. Se sentía muy bien su toque y eso es
algo que me aterra, no puedo sentir este tipo de calidez, no con él.
— Mientras estés conmigo nada ni nadie podría hacerte daño Agnes, yo
haré todo para protegerte.

Aparte mi mano de la suya, al mismo tiempo que el auto ingresaba a un


camino de tierra.

No podía ver mucho hacia al frente ya que habíamos cerrado la ventanilla


que daba vista a Palmer y obvio a la carretera frente a nosotros.

— Ese es el problema con todos, siempre creen que necesito que me


protejan.— Cruce mis brazos y volví a poner mi vista y frente en la
ventana.

— No es un cumplido y mucho menos algo para halagarte, te lo digo como


una promesa, siempre cuido de mis buenos negocios .

Maldita florecita, su vista se fue directo a la ventana, esto será un largo


viaje.

— Sí, por supuesto, tus negocios, a veces se me olvida que eso es lo que
soy para ti.

— Si vuelves a colocarte tan obstinada,mandona y habladora como en el


otro auto te juro que volveré a callar tu boca de la misma manera que antes.

Mis ojos se abrieron tanto que en cualquier momento se saldrían de sus


órbitas.

— Quisiera verte intentándolo, mi mano se verá muy linda tatuada en tú


mejilla.

— Obstinada.

— Arrogante.

Cuándo él iba a seguir respondiendo, la ventanilla sonó y se dispuso a


abrirla.
Palmer le habló.

— Señor, ya hemos llegado.

Una sonrisa se dibujó en el rostro de la florecita, por primera vez podía


decir que le veía feliz. Bajo la ventana del auto y aspiró el aire limpio del
lugar.

Después de su sesión extraña se volvió a mí.

— Desde aquí se extienden nuestras tierras.

Una extensa valla con enredadera de uvas se extendía a lo largo de al menos


un kilómetro, en serio muy muy extensa, era lo suficientemente alta como
para que yo no alcancé a ver y mido un metro setenta.

Me encontraba un poco asombrada ya que en realidad era muy bonito todo


y a la vez era tan grande que sentía que me ahogaba entre tanta riqueza.

>> Estas tierras han sido de la familia Amato por siglos, claro con el tiempo
todo ha ido extendiéndose más. La familia Amato, mi familia materna claro
está, siempre ha sido una familia ambiciosa y muy buena para los negocios.
Antes estas tierras sólo llevaban el apellido Amato, pero mi madre al
casarse con mi padre lo cambió y le puso también el Vitale que es el
apellido de mi padre. En realidad no entiendo para qué, pero bueno.

Hablaba algo intranquilo. Yo sólo podía ser una buena oyente. Aunque
quedaba en mí la duda de porque el apellido de su madre iba primero y no
el de su padre .

— ¿Porque primero Amato y no Vitale?

— Decisiones de adultos.

Agitó las manos restándole importancia, aunque quizás había una historia
en extremo importante detrás.
El ocaso ya se veía y muy hermoso por cierto. El lindo cielo con toques
rosa, azul, morado y amarillo se veía tan hermoso contrastado con el lindo
verde del fresco pasto.

La ventanilla había sido abierta una vez más, está vez pude ver un portón de
madera inmenso con letras doradas que decían Villa Di Amato Vitale, este
se abrió y a lo lejos pude ver al menos a veinti tantas personas , quise ver
más pero la ventanilla del auto de nuevo fue cerrada y la voz de Mateo me
sacó de mi trance.

>> Hemos llegado a Casa Agnes.

Un hombre muy alto, con aspecto arrogante y muy bien parecido a pesar de
su edad avanzada se acercó al auto.

— Hijos, han llegado.

Hola florecitas Obsesiv@s ¿cómo están?

¿Extrañaban un nuevo capítulo?

En realidad yo también, disfruten mucho mucho y mañana tendremos uno


muy bueno.

Jajajaja ¿Cómo fue su primer encuentro con sus suegros? L@s leo🤭❤

Adry❤🔥
Capítulo V E I N T I U N O : "La Ragazza"
— Non hai bisogno di una simile accoglienza, so che non sei contento della
mia presenza.*1

— Sei di pessimo umore oggi, figliolo.*2

— Sarei di umore migliore se mi lasciassi finire di arrivare.*3

— Almeno prima dovresti presentarmi alla bella escort che hai portato a
casa questa volta.*4

Mis ojos se entrecerraron de cierto hastío que sentí al escuchar la palabra


acompañante. ¿Qué le sucede a este hombre? No tengo nada en contra de
las mujeres que suelen ser acompañantes o lo que sea, pero, ¿En serio este
hombre me llamo acompañante?

Desde que dijo hijos míos, sentí que todo su ser era tan falso y ahora habla
en otro idioma frente a mí, sólo para referirse a mi con tanta bajeza e
insultos. Mateo abrió la boca con expresión molesta, pero antes de que
siquiera él hablará, yo en un tono moderado y firme con mi perfecto idioma
y acento italiano que me esforcé en aprender le contesté:

— Piacere di conoscerla, signor Vitale! Temo di non essere un compagno,


mi sono liberato del mio cognome per usare ora l'Amato. Sono felice di
conoscerti finalmente, Matteo mi ha raccontato tante cose su di te. *5

Mateo volvió su vista a mí, algo asombrado, supongo que no sabía que sé
hablar su idioma. El hombre a su lado que ahora sé que es su padre también
me miraba asombrado y aterrado. Está vez se dirigió a mí en un inglés poco
fluido pero entendible.

— Querida, creo que malinterpretaste mi hablar. No era mi intención.


Bienvenida a la familia. — Su falsedad se notaba de aquí a la china.
— Muchas gracias señor...— Dejé la pregunta en suspensión esperando que
se presentará.

— Ya veo que tú relación con mi hijo no es muy buena, no tan buena como
para saber el nombre de toda la familia.

— Le he nombrado a mi esposa las cosas importantes.— La voz de Mateo


sonó fuerte y autoritaria con mucha firmeza hacia su padre. Su mano se
posó en mi cintura.

Su cabeza se giró hacia mí y con una mirada imposible de descifrar me


habló:

>> ¡Vamos adentro! Quiero presentarte a la familia.

Y sin dar tiempo a su desagradable padre a decir algo más me empujó


levemente guiándome por el fino camino de piedras que llevaba directo a la
gran mansión.

Mis manos sudaban y mi corazón latía a mil por horas, si el primer


encuentro con su padre había sido de tan mal gusto no quisiera imaginar
cómo será con las demás personas. Cómo si leyera mi mente volvió a
hablarme:

— No te preocupes, todos los demás son personas cálidas. Mi madre se


llama Malia, pero eso ya lo sabías, mi hermano, el único que tengo se llama
Matías y su esposa se llama Francia. La hermana de mi madre, su nombre
es Zeinette y ya también la conoces , por último está mi prima, ella ha sido
criada por mis padres desde que tiene cinco años ya que bueno, la historia
de sus padres es una deprimente y no quisiera contarte todo ese rollo en este
momento,su nombre es Aleah. La nana o ama de llaves de la casa se llama
Amor y es todo un amor, puedes estar tranquila.

Ya nos encontrábamos llegando a la puerta de la casa donde se encontraban


todas aquellas personas que se convertirían en "mi familia" a partir de ahora
y lejos de estar del todo tranquila me encontraba muerta de miedo. La mano
cálida de Mateo tomaba la mía y eso lograba calmar mi ansiedad.
Una hermosa chica de al menos unos quince años se abalanzó a los brazos
de Mateo sin siquiera importarle que yo estaba pegada a su mano, era muy
hermosa, sus cabellos rojos hasta la cintura y delicadas pecas en su piel
blanca la hacían ver angelical y mi yo interno rezaba con que fuese así, no
quisiera encontrarme otra bruja en mi camino.

— Te extrañe muchísimo.

— Y yo a ti pequeña hormiga.

— Aleah, pequeña, deja que terminen de llegar.— La voz de Malia, sí que


la recuerdo muy bien.

— Tienes razón Mamma, me disculpo contigo... — Su vista se fue a la mía


mientras me señalaba suspensivamente esperando alguna respuesta de mi
parte.

— Agnes, así me llamo. Puedes estar tranquila.— Dije fresca como una
lechuga.

— ¡Me gusta muchísimo! Agnes, muy lindo tu nombre. De nuevo me


disculpo contigo, solo extrañaba mucho a don gruñón. Eres tan hermosa,
¿Cómo una chica como tú, acaba con un cascarrabias como él?

Una risita escapó de la garganta de todos los presentes y yo sentía mis


mejillas y orejas rojas.

>> Jajajaja, no tienes que responder ahora mismo. ¿Podemos ser amigas?

Tanta efusividad me tiene mareada y con una sonrisa de oreja a oreja, es


una niña muy muy dulce.

— Pero claro que sí.— Dije en un tono confidencial. Ella sonrió.

— ¡Aleah! Déjame algo a mí.— De nuevo la voz de Malia.

Ella se acercó a ambos y nos abrazó.


>> Me alegro de que al fin hayan llegado.

Desde lo que recuerdo, ella es una mujer elegante y fina. Obviamente


cuándo la conocí en la empresa su actitud era muy diferente a la de ahora
mismo, en la empresa fue una mujer autoritaria y que muy poco sonreía con
alguien.

Sin embargo cuándo me conoció, me trató cálidamente, justo como ahora.


Nos soltó a ambos y dirigió sus manos a la cara de Mateo.

— También te extrañe madre.

— Mi pequeño ya es un hombre maduro.

Beso sus dos mejillas y le abrazó. Rápidamente se separó de él y fue hacia


mí.

>> Desde aquel día que te contrate yo misma, algo dentro de mí me decía a
mí misma que serías una nuera preciosa. Mis ojos y mis presentimientos
nunca me fallan. A pesar de todo sé que amarás a mi hijo tanto o mucho
más que yo.

Mi cuerpo entero se sentía rígido, no sabía qué hacer o decir. Ella sabe todo
el problema con lo de mi identidad y algo muy dentro de mí se siente
quebrado, ella fue la primera en darme una oportunidad y le falle. En parte
la engañe. Ella de inmediato pareció notar mis batallas internas por lo que
se acercó a mí y me susurró al oído:

>> Yo también veo en ti esa parte buena que él ve, no te estoy recriminando
por nada.

— El resto de la familia también quiere conocer a mi esposa madre.

— Sì, anche il resto della famiglia vuole vedere quanto sia interessante la
ragazza.*6

El padre de Mateo haciendo acto de presencia, de nuevo.


— Padre, es de mala educación hablar una lengua diferente frente a
nuestros invitados.

Una voz gruesa e igual de varonil que la de Mateo se escuchó, sentí en mi la


necesidad de responder:

— Non preoccuparti, prenderò il gesto come parte del mio costante


apprendimento della lingua.*7

— ¡Mucho gusto cuñada! Soy Matías y ella mi amada esposa Francia.

Un hombre que igualaba a Mateo en estatura y voz se acercó a mí, de la


mano de una hermosa chica de anchas curvas.

— Igualmente, es un gusto conocerte. — La voz de ella sonaba dulce y


delicada.

La familia era muy pequeña, todas las demás personas presentes eran
muchachas y muchachos que eran parte del servicio doméstico de la casa.

— Y yo soy Amor niña Agnes, mucho gusto de conocerla. Disculpe si la


llamo por su nombre, solo que ya lo había escuchado.

Una señora de edad, de cabellos negros y ligeramente canoso se acercó a mí


y tomo mis dos manos.

— Es un gusto para mí también conocerte, Mateo me ha hablado muy bien


de ti.

— Sí, sí, para todos es un gusto conocerla. Pero ahora vayamos adentro,
nuestros invitados esperan.

— Carlos, querido, ¿Esos modales qué?— Malia habló con mucho disgusto
en su voz.

— Nos esperan en el comedor.

Y así sin más ingreso en la mansión.


— Mateo, no deben entrar al comedor si no lo desean. Pueden ir a
descansar .

— ¿Quiénes están esperando mamá?

— Los cinco de la Familia Altamirano.

El cuerpo de Mateo se tensó.

*1 Traducción: "No necesitas tal bienvenida, sé que no estás contento


con mi presencia."

*2 Traducción: "Estás de mal humor hoy, hijo."

*3 Traducción: "Estaría de mejor humor si me dejas terminar de llegar."

*4 Traducción: "Al menos primero deberías presentarme a la hermosa


acompañante que trajiste a casa esta vez."

*5 Traducción: "¡Encantada de conocerlo, Sr. Vitale! Me temo que no


soy una compañera, me deshice de mi apellido para usar el Amato ahora.
Estoy feliz de conocerlo finalmente, Mateo me contó tantas cosas sobre
ti."

*6 Traducción: "Sí, el resto de la familia también quiere ver lo


interesante que es la niña."

*7 Traducción: "No se preocupe, tomaré el gesto como parte de mi


constante aprendizaje de idiomas."

Hola hola florecitas obsesiv@s, cómo están? Dios tarde mucho escribiendo
este capítulo… espero que disfruten y que me lo hagan saber .

¿Que pasara en el siguiente capítulo?

¿Quiénes serán los Altamirano?

Mañana sabremos, besitos


Adry❤🔥
Capítulo V E I N T I D Ó S: ¿Podrías Ayudarme?
— Mateo ¿Que sucede? Si gustas puedo irme yo a descansar. — Susurré
bajito solo para que él oyera.

— De ninguna manera Agnes, ambos nos iremos a descansar.

— Sí hijo, vayan, mandé a preparar tú antigua habitación.

¿Porque se referirá a la antigua habitación? Pues supongo que Mateo ha de


vivir aquí, ¿O no?

— Ven.

La florecita enganchó su brazo al mío y me guió hacia unas escaleras en


forma de caracol, la mansión Amato Vitale es muy hermosa, todo expresa
lujo en cada pared o centímetro. Todas las paredes son de Mármol, aunque
haya mucho lujo a mi alrededor también se siente como un hogar. Supongo
que por la calidez de algunas personas. El piso es de algún material muy
lujoso también y se ve tan satisfactorio para la vista, super liso y bien
pulido. Perfecto para resbalarse en el.

En cada extremo de las escaleras se encontraba una de las chicas de


servicio, iban vestidas todas de negro con uniformes que al parecer son
algún tipo de seda, sus cabellos bien recogidos y sin un solo pelito por
fuera. Mis tacones resonaban en la estancia y cuándo habíamos llegado a las
escaleras en si subí un escalón y escuche aquella voz chillona y petulante.

— ¡Mateo! ¡Mi amor! Has llegado.

Esa mujer, la víbora con peluca, la muñeca del mal, ella estaba aquí. ¿Cómo
es que puede ser tan cansona? Dios nosotros acabamos de llegar y ella ya
está aquí. ¿En qué momento se vino de Inglaterra aquí tan rápido? Me
detuve en aquel primer escalón, Mateo no soltó mi mano en ningún
momento.
Me encontraba de espaldas, mi cabello tendido en mi espalda tocando el
comienzo de mis nalgas, ya me había quitado el lindo peinado que me
habían hecho las chicas que me prepararon para la boda, pero el vestido aún
lo llevaba puesto. Las personas en la mansión ninguna me preguntó el
porqué estaba tan arreglada, supongo que tampoco es que pensaron que
recién nos habíamos casado. De hecho estoy un noventa y nueve coma
nueve porciento segura que Mateo no le dijo a nadie que hoy nos
casariamos, solo a Zeinette ya que fue ella la madrina.

>> Mateo dime qué no te casaste, ¡Dimelo! Dime que todo aquello que pasó
en Inglaterra hoy fue una mentira y que no te casaste.

— ¿De qué habla Marilyn, Mateo? — La voz de Malia sonaba, serena pero
intrigada.

— De algo que por supuesto iba a anunciar en el almuerzo de mañana.— Su


voz sonaba cansada y como siempre obstinada.

— Bueno hijo, todos se fueron al comedor, aquí solo estamos Agnes, tú, la
señorita Altamirano y yo. Puedes decirme aquí y ahora eso que quieres
anunciar mañana a la familia. ¿Por qué le llamas a Agnes esposa?

— Porque hoy se casaron.— Marilyn sonreía triunfante. Sólo podía verla de


refilón ya que me encontraba aún de espaldas, mi mano sudaba y creo que
la de Mateo también.

— ¿Qué ustedes hicieron qué? Mateo pensé que te referías a ella como
esposa porque tenías planeado casarte en un futuro.

No podía dejar que lo insultaran, no podía permitir que Marilyn se saliera


con la suya e hiciera que Mateo se sintiese mal. Me di la vuelta y me
coloque frente a Mateo, mi espalda quedó pegada a su pecho.

— Malia, siento mucho que no te hayamos dicho antes acerca de nuestros


planes. No quisiera decirte todo esto frente a ella, pero… dada las
circunstancias, es mejor que te diga yo misma la causa de habernos casado.
— Mi voz sonaba un poco cortada, sentía que mi sangre estaba fría y que en
cualquier momento saldría con los pies para adelante.

Mateo pareció notarlo y sus manos se enredaron en mi cintura pegándome


más a su cuerpo.

>> Mateo y yo nos amamos mucho, ¡Dios! Esto es raro. Bueno, cuándo él
llegó a la sucursal nos odiabamos y mucho. Un día salimos a almorzar
porque él me lo ordenó, en el estacionamiento de repente apareció está
mujer haciendo un escándalo y logré ver cómo Mateo se puso muy mal. En
fin, le ayudé, no de la manera que crees, hablé con él.

— Y gracias a una pelea de pareja tú te metiste por sus ojos y me lo


quitaste, eres una arribista que sólo quería pescar a un pez gordo.

— Nadie puede quitarte lo que no tienes Marilyn, tú sabes lo que sucedió y


mi hijo ya no tiene nada contigo.— Malia me observó e hizo un gesto con
su mano invitándome a proseguir con lo que le decía .

— ¡Gracias! Tiene usted razón, Mateo hace mucho tiempo que no es tuyo.
Tú con lo que hiciste te encargaste de que él dejará de sentir algo por ti.
Sólo puede sentir pena y lástima de una mujer como tú, él y yo ahora nos
amamos y por eso decidimos casarnos.— Sólo podía intentar deducir e
intentar también seguir el ritmo, yo no sabía que era lo que había pasado
entre Mateo y la víbora con peluca pero estaba intentándolo.

La florecita no reaccionaba, no hablaba, no se movía sólo estaba ahí


abrazándome y escuchando toda la conversación.

>> Quisiera seguir contando todo eso que hizo que nos uniera, pero, creo
que no es el momento correcto. Mateo está cansado y yo también, si no
tienes algún problema Malia él y yo nos retiramos a la habitación.

— No, de hecho no tengo ningún problema, comprendo, ya habrá tiempo de


ponernos al día.— Esa calidez en la voz de Malia volvió, muy dentro de mí
sentía que todo estaba bien.
— Pero… Malia, ¿Cómo puedes permitir algo así? Ella es una andrajosa.

— Quizás sera una andrajosa, pero jamás una infiel.

Quise escuchar mucho más de la conversación de esas dos pero Mateo me


lo impidió, él había tomado mi mano y me había hecho subir las escaleras a
rastras. Él tendrá que rendirme muchas cuentas.

Llegamos al piso de arriba y recorrimos un largo pasillo que nos llevó


directo a una puerta, de hecho la única puerta en este pasillo. Mateo la abrió
y ulala que habitación tan gigante, es del tamaño de mi departamento
completo y creo que hasta el doble.

Todo es tan blanco y gris, pero elegante en realidad. La cama parece de dos
gigantes plazas y excesivamente blanca, casi que quema la vista. Mis
alarmas no pudieron evitar encenderse.

Una sola cama.

Una sola cama.

— ¿Mateo, dónde dormirás?

— Justo ahí.— dijo secamente, señalando la cama.

— Sí, por supuesto. ¿Yo dónde dormiré?

— Justo ahí.— Volvió a señalar la cama y yo me reí fuerte.

— ¿Disculpa? Mateo esto no fue lo que me dijiste, tenemos que fingir ser
una pareja enamorada solo desde esa puerta para afuera, no mientras
estemos solos. Lo siento, pero no compartiré cama contigo.

— Entonces puedes dormir en un sofá o en la bañera del baño.— dijo


subiendo sus hombros como si no le importará ni en lo más mínimo.

¡Maldita florecita!
— Eres un… ¡Dios!...

— ¿Acaso me tienes miedo?

— ¿Quién podría tenerle miedo a una florecita como tú?

Él fue acercándose a mi peligrosamente por lo que intente buscar


desesperadamente con mis ojitos alguna ruta de escape.

— ¿Seguirás llamándome florecita?

— Hasta que la muerte me separé de mis ocurrencias, amén.

— Eres una niña insolente.

¡Una puerta!

A la florecita tan solo le faltaban al menos un par de pasos para alcanzarme


así que salí corriendo hacia aquella puerta, de inmediato llegué a ella.

— Emm sí, como digas...— abrí la puerta solo para cerciorarme de que
fuese el baño y si lo era. ¡Bingo!

Una para Agnes, la florecita cero.

>> Voy a bañarme.

Él estaba de espaldas a mí así que se dio la vuelta y se fue acercando a mi


rápidamente, entre al baño y cerré la puerta detrás de mí y le puse seguro.

¡Jodete Mateo!

Agnes dos, la florecita cero.

Alce mi brazo para encontrarme con el cierre del vestido, lo quité y lo deje
caer, me vi frente aquel espejo frente a mí, aquella lencería de encaje que
habían preparado para mí se me veía muy bien, ese liguero se adhería de
más a mi pierna, con cuidado lo baje y me encontré con mi pierna
enrojecida.

A veces eso era lo malo de tener piernas tan gruesas, aunque no me quejo.
Mi mano se fue involuntariamente a mi seno derecho aquel que Mateo
había tocado y apretado con fuerza, eso me hizo sentirme super caliente.

Mi mano se fue a dónde hace un rato reposaba aquel liguero y recordé aquel
toque de Mateo en el auto, mis mejillas estaban rojas y mi frente sudaba.

¿Era eso sentirse excitada?

La tanga que llevaba puesta con cuidado me la quité y vi que se encontraba


ligeramente mojada, por inercia toque allá debajo y maldije a mi mente
cuándo desee que la persona que me tocará fuese la misma que estaba
detrás de aquella puerta.

Hablando del rey de Roma.

— Pequeña pulga, solo quería decirte que…— Mateo me interrumpió así


que sin darle tiempo a decirme nada entre a la ducha.

No escuché nada más de lo que él tenía por decirme ya que ya me


encontraba dentro de la ducha y había abierto la llave.

Al terminar de bañarme, abrí de nuevo la puerta corrediza del baño solo


para darme cuenta que no habían toallas y solo también para recordar que
no tenía ropa.

¡Maldita sea mi suerte!

Abrí con cuidado la puerta del baño y saqué mi cabeza inspeccionando


todo, fue entonces cuando lo vi, sentado en el balcón. Su vista fija en lo que
fuese que estuviese fuera.

— ¿Mateo? … ¿Podrías ayudarme?


Y así fue como acabo lo que se daba jajajaja, dios santo ya empieza la
calentura en Agnes… ¡Al fin! Pensaba que esa mujer no sentía nada🤣🤣
🤣🤣🤣

¿Qué les parece este capítulo?

¿Que pasara en el siguiente?

Nos vemos florecitas obsesiv@s❤

Adry❤🔥

Pd: Saben que no actualizo los fines de semana pero dado a mi cambio de
teléfono y que dure tantos días sin actualizar aquí un nuevo capítulo ❤
Capítulo V E I N T I T R É S: "Justo Así"
— Señora de Amato, ¿Acaso necesita ayuda también para vestirse? —
Mateo hizo un sonido desaprobatorio con su boca, mientras caminaba con
esa seguridad y ese maldito porte que siempre llevaba consigo.

— No es que necesite ayuda...— Iba a proseguir hablando y él me


interrumpió.

— Ahhh, bueno, si no me necesitas entonces me iré abajo.— Se desvió con


camino hacia la puerta de la habitación, él en verdad iba a irse.

— ¡No! Emm no te vayas, en verdad sí… bueno sí te necesito. — Su


sonrisa ahora era de oreja a oreja. Yo sentía que me iba a congelar, el agua
ya se había secado de mi cuerpo y mi cabello en mi espalda desprendía
gotas que me recorrían las nalgas.

>> La cosa es que no traje ropa y me refiero a la íntima y a la casual. No


tengo nada que colocarme y tampoco hay toallas acá.

— Ya, espera un momento.— Él se fue hacía una de las puertas que habían
en la habitación y se tardó un momento.

>> Encontré una toalla, unos boxers nuevos y sólo está camisa. — Me
extendió aquella camisa de botones y mangas largas, era de él. Suspiré.

— Esto es mejor que nada.

— No tendría ningún problema en que duermas sin nada.

— Ya quisieras.

— Eres mi esposa, eso no tendría nada de malo.

— No tiene nada de malo que tú recuerdes que esto es un contrato.


— Sí, sí, ya vístete necesito bañarme también.

Entre de nuevo al baño y me seque y prosegui a colocarme aquel bóxer, al


menos estaba nuevo. La cosa es que se me resbala. No me queda maldita
sea.

Mi ropa interior, aquella de encaje estaba arruinada no podía ponérmela y el


brasier iba adjunto a la tanga y a al liguero, si llegase a ponérmela
simplemente quizás se vería.

Le hice un pequeño nudo al bóxer y jajajaja me quedo relativamente bien,


ajustadito. El problema era en mi cintura ya que es muy definida y pequeña,
mis nalgas y caderas estaban bien. Me coloque la camisa y vaya sorpresa, es
casi que transparente y mis pechos se ven aparte que no llevo brasier.

¿¡Dios mío, porqué?!

Enrolle la toalla en mi cabello y espere a que estuviese seco. La florecita


que aguante.

Abrí la puerta del baño con sumo cuidado , ya mi cabello estaba húmedo y
desenredado . No parecía una muñeca jajajaja. Cruce mis brazos sobre mis
pechos de manera que no se viera nada.

— Ya puedes entrar a bañarte.

Me senté en la pequeña mini sala que se encontraba cerca al balcón y tomé


una de las revistas, no sin antes colocar un cojín encima de mis pechos y
acurrucar mis piernas para que no se me viera nadita.

— Allá, en aquel mueble hay una pequeña nevera ejecutiva, allí hay
bebidas y algunas frutas cosechadas aquí en la hacienda, si gustas comer
algo de ahí. En un rato llega nuestra cena.

Sólo asentí, no quería hacer muchos movimientos que delataran lo


incómoda que me siento así con poca ropa frente a mi jefe.
Mateo entró a bañarse y yo pues me quedé aquí sentada y simplemente no
supe en qué momento dejé de leer la revista y me recosté a pensar.

¿Qué será lo que habrá pasado entre Mateo y Marilyn? No entiendo, tantas
cosas van a hacer que me duela la cabeza, también está su padre, ¿Porque
tanta rivalidad entre ellos? Tampoco entiendo. Lo que si entiendo es que no
sería bueno que me inmiscuya pero viviré con ellos por cinco largos años
que es lo que dura mi contrato con Mateo y la verdad quisiera saber en qué
me meto.

A veces quisiera saber más de la florecita, ayudarlo en buenos términos ,


pero luego recuerdo que él no me ayudó a mí en buenos términos. Además
mi cuñado fue quién recuperó mis documentos y me devolvió mi identidad,
claro, pero Mateo no me metió presa pudiendo hacerlo.

¡Dios padre santo de la creación! Quisiera reprocharte que desde que


pusiste a Mateo en mi vida está se puso de cabezas, pero, la verdad es que
tú y yo sabemos que no es así.

Antes con su llegada es que todo a tomado algún tipo de orden, volví a ser
Agnes, conserve mi trabajo y no fui presa por suplantación de identidad.

Relativamente, todo está en orden.

Pero… aún hay algo, hay algo. ¿Qué será eso que me esconden mi hermana
y mi cuñado? ¿Qué será lo que sucede?

¿Quién sería aquel hombre misterioso que me enviaba flores?

Muchas cosas están inconclusas aún.

Mañana buscaré la manera de ponerme en contacto con Theo, primero debo


configurar mi teléfono para este país.

>> Te veo muy pensativa, ¿Estás bien?

— ¿Acaso pensar es un sinónimo de estar mal?


— Es de mala educación contestar una pregunta con otra, te mereces un
castigo.

— Se me olvida que eres una florecita.

— ¿Nunca te han castigado no es así?

Se acercó a mí hasta quedar de frente, la toalla alrededor de su cintura y las


gotitas de agua cayendo por su abdomen, que ahora que veo bien y de cerca
¡Dios mío! Debería ser un pecado estar tan bueno.

Lo sé, está mal que ande tirando babas por La Florecita pero, ¡Dios! ¿Quién
en mi posición no babearía por semejante hombre? Aunque sea un capullo,
el tipo tiene lo suyo.

— Supongo que no, nunca me han castigado.

No sé de dónde saqué la valentía para verlo directamente a los ojos.

Sentía corrientes eléctricas de solo mirarlo y tenerlo tan cerca.

El roce de la tela de la camisa en mis pezones, hacía estragos en mí y me


estaba costando trabajo concentrarme.

— Ahora comprendo el porqué de tú inagotable insolencia.

— ¡No me digas! Casi no me doy cuenta. ¿Eres tan lento para todo Mateo?

— ¿Porque no lo averiguas Agnes? Ah, lo siento, es que se me olvida que


eres una pequeña pulga cobarde.

Ya sentía obstinación en cada poro, ¿Se podía ser tan exasperante? No


entiendo porque me llama pulga, sí, ya sé que él es más alto que yo y es que
mide como un metro ochenta y cinco, en realidad es muy grande pero yo no
soy tan pequeña tampoco.

Me levanté de un tirón del mueble y él hizo lo mismo.


— Cobarde no soy, una pulga tampoco.

Al ponerme de pie pude ver mi reflejo en el enorme ventanal del balcón y


maldije por lo bajo, mis toronjitas se veían completas, los pezones estaban
erectos y Mateo tenía su mirada justo ahí, fija ahí.

>> Eres un pervertido.

— ¿Me llamas pervertido a mi cuándo la que dejó ese liguero en el baño


junto con una tanga y un brasier fuiste tú? Aparte de cobarde eres toda una
pequeña…

Se acercó a mí, justo a mi oído.

>> Pervertida, esa es la palabra correcta Agnes. No creas, no me olvido de


lo inmensamente rico y satisfactorio que fue hacerte gemir solo con un par
de toques en mi auto. Moriría mil y un veces más por escucharlo de nuevo.

Mi cuerpo se encontraba temblando y se me era incapaz de separarlo de mí.


Su mano subió delicadamente por mi pierna, alzando un poco la camisa, no
sé porque yo deseaba su toque, yo deseaba sentir su piel contra la mía pero
el muy desgraciado siguió subiendo y sólo llegó a mi seno derecho, por
encima de la camisa tocó mi pezón y mordí mi labio para reprimir cualquier
sonido.

>> Toque justo aquí, justo así.

Lo apretó, volvió a apretarlo fuerte y quería gritar, se sentía tan rico, juro
que no quiero que pare. Comenzó a trazar ligeros círculos en el pezón.

>> Imagina cómo se sentiría mi piel con tú piel Agnes, qué sentirías si mi
boca se pegará aquí.

Mis piernas temblaban.

No sé qué me pasa, pero soy incapaz de articular palabra alguna o


detenerlo.
El gemido que estaba conteniendo salió de mis labios cuándo un pellizco
fuerte en mi pezón me hizo sentir una descarga eléctrica por todo el cuerpo.
La piel la tenía erizada y sentía que no podía estar más de pie.

Él se percató de aquello y colocó una de sus manos en mi cintura, mientras


con cuidado me recostó en el sofá.

Sentía mi cuerpo arder en llamas cuándo fue dejando suaves besos en mi


cuello, mientras que con sus manos iba desabrochando los botones de la
camisa que llevaba puesta.

Gemí de nuevo cuando su mano tomó uno de mis pechos y bajó para
tomarlo con su boca.

— ¡Mateo! Por favor…— Supliqué, mientras que mis manos se aferraban a


sus cabellos haciendo presión para que su boca hiciera más ahí en mi pecho.

Me sentía morir, quería más, mucho más. Él se separó de mí y yo quería


morir, con una voz seductora entonces me preguntó:

—¿Qué sucede Agnes?

Y…

Entonces…

Desperté.

La crueldad, la deshonra a la vaca jajajaja ¿Que tal? Agnes tuvo un sueño


húmedo.

Lo mejor de todo que con la florecita.

Disfruten florecitas Obsesiv@s❤

Adry❤🔥
Capítulo V E I N T I C U A T R O: "El Poema"
— ¿Agnes qué pasa? ¿Te sientes bien?

Asentí.

El cuerpo de Mateo recién bañado olía extremadamente bien, llevaba puesto


un pantalón de dormir y su cabello estaba ligeramente mojado. Estruje mis
ojos y aún así se sentían muy nublados a causa de la caliente siesta que
acababa de tener.

>> Salí del baño y te vi retorciéndote en el mueble susurrando mi nombre.


¿En verdad te sientes bien? Tus mejillas están rojas y tú frente sudando,
quizás el cambio de clima te está afectando.

— Sí, Emm estoy bien, no te preocupes.

La vergüenza me inundaba entera, todo fue un sueño, uno de mal gusto.

¡Vamos Agnes ni tú te crees que haya sido de mal gusto!

— ¿Estás segura?

Asentí, di gracias a Dios porque la puerta de la habitación haya sonado.


Mateo se dirigió a ella y la abrió.

— Señor, he venido a entregar su cena y la de la señorita .

Escuche cómo Mateo le pedía que la dejara en la pequeña mini sala dónde
yo me encontraba y la chica así lo hizo, dejó todo y se fue.

En realidad había mucha comida, parecía algo como un pequeño bufé.

— No sabría que sería lo que te apetecía comer así que pedí una pequeña
porción de varias cosas. Champagne, Vino, jugo de naranja y limonada.
Puedes comer lo que gustes.
Me sentía muy extraña, Mateo estaba como más relajado, hasta su hablar se
oía fresco. Está versión de él me gustaba.

— Muchas gracias Mateo, ya dejas de ser menos florecita.

Dije intentando bromear para poder apaciguar mi propia vergüenza, mi


propia calentura. Él sonrió .

— Gracias, supongo.

Me hice la desentendida y me dispuse a tomar unos cubiertos y a comer una


deliciosa pasta. Quisiera preguntarle a Mateo que es lo que sucede con
Marilyn, sé que su madre se refirió a ella como una infiel y eso es algo que
aunque es revelador no tenía mucho contexto.

— Mateo, sé que no es mi problema y que no debería inmiscuirme… pero,


¿Que sucedió entre tú y Marilyn? Me refiero, a que relación tenían.

Él soltó el cubierto que tenía y me miró directo a los ojos. Quizás sí le


pregunto cosas que no sean tan relevantes primero, luego me dirá las que en
verdad quiero oir.

— Fue mi novia.— Contestó cortante.

— Ya… Y… ¿Podría saber porqué terminaron? A veces me parece que aún


sientes algo por ella.

— No es algo que deberías saber Agnes, ya que quieres jugar a la ronda de


preguntas, dime, ¿Porque me suplicabas que te hiciera cosas en ese sueño
que tuviste?

Me encontraba con un pequeño trozo de queso en mi boca y al escucharlo


preguntarme aquello casi me atragantó.

>> Supongo también que no fue un sueño tranquilo ya que también te


escuché gemir un par de veces. Dime algo Agnes, ¿Acaso soñabas conmigo
algo muy sucio?
— Mira, no hace falta que inventes cosas para evadir mi pregunta. Yo sólo
quería saber eso e intentar hacer una amistad contigo , pero, bueno en fin.
Ya que no quieres dejemos así.

De inmediato sentí un deja vu cuándo la figura imponente de Mateo se


abalanzó a mi posición y quedamos cara a cara.

— No hace falta que evadas mis preguntas Agnes, sólo quiero saber si ya
ando involucrado en tus sueños húmedos. Para mí es un honor.

— No te creas tan importante, yo no estaba teniendo ningún tipo de sueño


contigo.

— Yo creo que sí, gracias a que no tardé mucho tiempo en el baño salí en el
justo momento cuándo tocabas tu pecho y gemías suplicando mi nombre.

Tierra trágame y escupeme en otra dimensión, una en la que yo no haga


tanto el ridículo. O que al menos empiece a hacerlo desde cero.

— Dime Agnes, yo estaría encantado de tocarte, de hacerte gemir y está vez


que no sea mediante un sueño.

— Eres un estúpido pervertido, te digo algo, está bien tú ganas. Sólo


déjame en paz y devuélveme mi espacio personal.

— Está bien Agnes, haré lo que me pides, sólo puedo decirte que tú sola
volverás a mí. Cuándo en verdad quieras saber de mi vida ambos jugaremos
un juego.

— Ya veo que era verdad eso de que obras de maneras misteriosas, solo
puedo decirte que no caeré en tus juego, yo sólo quería que ambos nos
lleváramos bien.

— Nada nos impide llevarnos bien, que te cuente o no cosas de mi vida no


significa que eso nos unirá o nos alejara. Yo soy más del tipo de persona
que prefiere dejar el pasado atrás y crear nuevas cosas, nuevos sentimientos.
No veo la necesidad de caer en el hueco del pasado.
Mordí un trozo de pizza mientras lo veía a los ojos, él solito sin querer se
abrió conmigo. Comprendo que Mateo es un tipo difícil, él es el tipo de
persona que son cubos de Rubik , son complicadas pero cuándo los armas
simplemente puedes disfrutar de toda esa perfecta sincronía.

Él es así y yo seré paciente, él es un cubo de Rubik que me esmerare en


armar y así descubrir su sincronía. Sólo espero no fundirme en el intento.

>> Vamos a dormir, mañana tendremos que almorzar con la familia y


después nos iremos a mi casa.

Lo mire perpleja.

— Pensé que aquí vivías .

— Siempre sueles tener opiniones erradas de mi Agnes, la gente siempre


suele equivocarse.

— Mateo… ¿Puedo preguntarte algo? Obvio sin que me salgas con esos
juegos mentales.

Ya me había levantado del mueble y Mateo también, acomode la cama y me


recosté en está, él se sentó a mis pies.

— A ver… ¿Qué quieres saber ahora?

Tome todo el aire que pude y entonces le pregunté:

— ¿Por qué yo?

No espere aquello que vendría a continuación y es que su respuesta solo me


daba la razón a lo que pensé antes, Mateo es un cubo de Rubik y uno
interesante.

— ¿Has escuchado alguna vez el poema que... Habla del anhelo, de un alma
que clama por otra.?
Y con eso se fue, él salió de la habitación dejándome con miles de
preguntas. Quisiera tener mi teléfono con señal y así poder googlear el
dicho poema.

El sueño llegó de nuevo por mí y de nuevo cai en los brazos de Morfeo


pensando en la florecita.

Holitas, cómo están? Espero que disfruten este capítulo. Estaba esperando
ansiosamente al fin publicarlo, es uno de mis favoritos ya que hace mención
al poema de un escritor turco-afgano llamado Yalāl ad-Dīn Muhammad
Rūmī.

En capítulos siguientes publicaré partes del poema, espero lo disfruten tanto


como yo❤

Adry❤🔥
Capítulo V E I N T I C I N C O: "Edward"
Narra Mateo Amato.

Miro mi reloj de muñeca y me percato de la hora que es, son justo las dos
de la madrugada. Maldigo por lo bajo, ya llevo un par de horas buscando
algún indicio de algo en el despacho de mi querido padre.

Será mejor dejarlo estar, por ahora.

Subo las escaleras que sé que me llevarán directo a aquello que reposa en
mi cama, no he podido contenerme de besarla ya un par de veces, ya yo
sabía que la iba a tener para mí, pero no sabía que tanto.

Siempre estuve más que dispuesto a hacer cualquier cosa por ella, por
tenerla para mí. Ahora que la tengo no me voy a acobardar, poco a poco
haré que ella se enamore de mi. Somos dos almas destinadas a estar juntas,
siempre he tenido la certeza que cuando dos personas coinciden la primera
vez solo es suerte, la segunda casualidad, la tercera una señal.

Mi alma clama por la de ella y no descansaré hasta tener la de ella toda para
mí. Juro que no.

Lo más difícil era hacer que se casara conmigo, ya lo hicimos y ahora


simplemente ella no podrá escapar de mí.

Después de salir del baño y escucharla gemir por mí, verla tocándose
pensando que era yo quien lo hacía, uff eso fue un maldito tormento. Tuve
que hacer uso de todo el bendito autocontrol que podría tener para no
tomarla ahí mismo. Quiero hacer las cosas bien, por una parte no quisiera
llegar muy lejos pero por otra sé que ella valdría todas las malditas penas.

Cuándo fui a encontrarme con su cuñado, Artemis, quién también fue y


quizás lo sigue siendo un buen amigo mío desde hace mucho tiempo, no
imaginé que me diría lo que me diría. Algo se me había pasado por alto,
tenía competencia. Alguien más estaba detrás de ella y en parte lo entiendo,
es perfecta.

Sólo me bastó ser un poco más ágil y fingir que ya sabía de Theo y todo se
dio como yo quería.

Flashback.

— Vaya vaya, quién te viera. Ya eres todo un hombre.

— Pareces una dulce viejita criticona.

Se acercó a mí y ambos estrechamos nuestras manos para seguirlo con un


corto abrazo.

— Sólo no puedo dejar de ver que ya has crecido, cuándo nos vimos por
última vez eras un muchacho terminando la carrera de administración,
Contaduría y finanzas. Ahora ya tienes una familia y estás al mando de Los
Bancos Place.

— Digamos que en ese tiempo no era mi mejor momento. Ahora mismo sí,
me siento realizado, una hermosa familia y un buen trabajo que me permite
gozar de ella.

Ambos reímos.

— Quisiera que siguiéramos hablando de aquellos viejos tiempos y de esos


nuevos que te tienen tan feliz, pero, la verdad es que vine por otra cosa.
Bueno es decir por alguien en particular.

Su ceño fruncido me dio paso para terminar de formular mi oración.

>> Agnes Sofía Bachelet Altamiranda, quién se hace pasar por Ainara
Salomé Bachelet Altamiranda, ambas gemelas y una de ellas tú esposa y
madre de tú hija.

Él sobo sus sienes con evidente irritación.


— Sabría que esto algún día traería problemas, ¿Paso algo grave?

Hice un gesto con mi mano restándole importancia.

— No, aún no. Sólo la descubrí, sé que su vida ha sido dura, yo me tomé el
atrevimiento de arreglar su situación , ya sabes sus documentos. Soy su jefe,
ella está al mando de una de las sucursales de mi emporio y no me gustaría
que su problema vaya a crear un problema para mi empresa, ya tengo
suficiente con el desprestigio que estamos afrontando. No vine a cobrarte,
sólo quiero que seas tú quién le entregué los documentos y digas que te
encargaste de arreglarlos.

— Me temo que ya es un poco tarde para eso, yo ya me ocupe de ese


problema y justo ayer le entregué sus documentos. ¿Tomarás acciones
legales en su contra? Como comprenderás mi esposa también se vería
afectada.

Desabroché el botón de mi saco y me relaje un poco.

— Ya,no no, eso está bien,descuida. No, no quiero tomar acciones legales.
Yo ya hablé con ella, quedamos a paz y salvo.

— Oye, debo decirte algo…

Él se recostó de la gigante mesa que decoraba su despacho.

— Te escuchó.

— Agnes, ella… Ella es muy importante para mi esposa , también lo es


para mí , gracias a ella conocí a Ainara. Sea lo que sea que quieres hacer
con ella, detente, no te lo permitiré. Aunque eso signifique volvernos
enemigos.

Él siempre ha sido así, benevolente.

— No te preocupes, no tengo pensado hacerle nada malo.


— Así sea algo bueno para ti Mateo, mi hermano Theo, él la ama. Desde
hace mucho tiempo él la ama. Además, Agnes, ella ha pasado por cosas
muy feas en tiempos pasados y dudo mucho que dé su brazo a torcer
contigo.

Un golpe justo en el hígado, yo no sabía de esto.

— Yo no vine aquí a pedirte permiso para nada Artemis, sé de los


sentimientos de tu hermano hacia ella. Pero también sé que ella no siente
nada por él.

Aunque fue una respuesta al azar, di justo en el clavo.

— Creo que es raro tener este tipo de conversaciones, aquí todos somos
adultos y si alguien quiere a alguien o desea estar con alguien, solo basta ser
adultos conscientes y capaces de tomar decisiones propias. Yo no me voy a
inmiscuir en relaciones amorosas, eso no me interesa. Lo único que te pido
es que no le hagas daño, ya ha sufrido lo suficiente.

— Me parece perfecto, hablando se entiende la gente. No quisiera que


nuestra amistad cambiará y menos ahora que podemos convertirnos en
familia.

Dije con evidente sarcasmo, aunque la bondad de Artemis no lo haya


notado.

— Sí, bueno, suerte con eso.

Y no necesite nada más para salir de su despacho y dirigirme a mi empresa.


Hay muchos problemas ahora mismo, ese tema del robo me tiene
exasperado, pero hace mucho tiempo descubrí que en la sucursal de Agnes
no pasa nada, todo estaba al día y las cuentas claras. Tuve que decirle a mi
madre que aún no había solucionado nada aquí y que no había encontrado
nada para poder culminar mi misión.

Volveré a Italia pero con Agnes de mi brazo.


Fin del Flashback.

Sin embargo, a pesar que me juré volver con ella, terminé volviendo solo.
Debí solucionar ese problema del robo. Tarde un poco en volver por ella
pero llegué justo a tiempo, la persona que creía que era mi amigo más fiel y
cercano terminó por intentar poner sus garras en ella.

Aunque sé que Sebastián nunca fue un estorbo en mi camino, él nunca


podría quitármela. Aparte mi tía y él están casados, no es como si pudiese
hacer mucho.

Subí a nuestra habitación y ahí estaba ella, tan hermosa y plácidamente


dormida, la luz de la luna colándose por el balcón brillaba en su piel, sus
largos cabellos regados en toda la cama. Quisiera hacerla mía, decirle lo
tanto que la amo. Pero ya habrá tiempo.

Aún me faltan algunos ramos que enviarle, ella pronto sabrá que siempre
fui yo.

Sólo me falta enamorarla, pensará que soy un loco por enviarle flores
durante tanto tiempo aún sin conocernos.

Me acerqué a ella e intenté besarla, pero cuando vi que comenzó a sollozar


me detuve.

— Edward ¡no! Por favor no… yo… me portaré bien…

Sus brazos los movía como intentando defenderse.

>> ¡No me hagas daño por favor!

Sin esperar a que siguiera su suplicio la abracé, la abracé muy fuerte


mientras acariciaba su cabello.

— Shh, Agnes … ya pasó, yo estoy aquí. Ya nadie podrá hacerte daño


jamás.
— Por favor no me sueltes...— susurró y volvió a sumirse en un profundo
sueño.

Una duda ahora rondaba mi mente, ¿Quién coño es Edward?

¿Quieren más capítulos narrados por la florecita?

Es horrible soñar con un pasado tormentoso.

¡Pobre Agnes!

Espero disfruten florecitas obsesiv@s.

Adry❤🔥
Capítulo V E I N T I S É I S: "Más Romántico"
Narra Mateo Amato.

Me fue muy fácil investigar el nombre de Edwar, no había que ser muy
inteligente como para no atar cabos sueltos, cuándo hable con Artemis el
me había dicho que Agnes no había tenido una vida fácil.

Sólo bastó una llamada para saber que era eso que hacía que Agnes tuviese
pesadillas tan vividas.

Flashback Llamada

— Buenos días, ¿Se encuentra el señor De Place?

— Sí, aunque se encuentra durmiendo aún.

Sí ya sé, es de madrugada, pero el bienestar de mi princesa no puede


esperar.

— Sí, me imagino y qué pena tener que llamar a esta hora de la madrugada
pero necesito hablar algo con él, ¿Podría decirle que le llama Mateo
Amato?

La señora suspiró.

— Sí, espere en línea un momento.

Esperé alrededor de quince minutos al teléfono cuándo su voz adormilada


me contestó.

— Emm… ¿Mateo? ¡Dios! ¿Qué hora es? …

— No te estaría llamando si no fuese algo importante.

— Sí ajá, entonces desahogate.


— Es por Agnes, ella, no, ¿Quién es Edward?

Su respiración pasó de ser calmada a una agitada por completo.

— ¿Dónde está ella? Dime qué está contigo.

— Ella se encuentra bien, está bien. Cálmate, ahora necesito saber ¿Quién
es Edward?

— Fue el esposo de la abuela de Agnes, ese hombre, padre santo, ese


hombre es un maldito. ¿Acaso volvieron sus pesadillas?

— Sí, eso creo.

— Ya veo, mi esposa me dijo que te habías llevado a Agnes a un viaje de


trabajo, ¿Es eso cierto?

— Sí, es cierto. ¿Me dirás quién es o algo más de Edward o no?

— Es un tipo peligroso y no es nada seguro hablar de estos temas por


teléfono. Si pudieras retener a Agnes contigo más tiempo te agradecería
mucho. Ella suele ser terca y tenerla aquí en Inglaterra solo nos hará más
difícil el trabajo.

— Pero al menos dime más contexto.

— Ese tipo volvió y no viene por Ainara, la obsesión de él es con Agnes y


si él llegase a encontrarla el desenlace será desastroso. Si en verdad te
importa, entonces tenla contigo mientras yo me encargo de todo aquí.

— Supongo que puedo hacer eso, enviaré a varios de mis buenos hombres a
ayudarte.

— No podemos tomar acciones en su contra porque él aún no ha atacado y


no tenemos evidencias de las cosas pasadas.

— ¿Cuál es su apellido?
— Wembley, Se llama Edward Wembley.

Fin del Flashback.

Entonces supe algo, los problemas se arrancan de raíz, de nuevo el destino


volvió a unirnos sin darnos cuenta, volvió a cruzar nuestras vidas.

Hace algún tiempo, cuándo era un pobre ragazzo inmaturo , uno que no
tenía el sentido de la pertenencia hice una que otra cosa mal en la empresa.

Entre esas cosas que hice mal fue hacer un convenio con Asociaciones
Wembley, un maldito bufete de abogados que casi me quita todo por lo que
mi familia había trabajado. El dueño, un hombre misterioso el cuál nunca
dio la cara sólo enviaba a sus emisarios a hacer todo. Aunque me costó
bastante, averigüe, lo logré, se trataba de un viudo llamado Edward
Wembley, el mismo Edward Wembley.

Vean que chico se vuelve el mundo.

Crecí un poco, maduré bastante y cuándo menos lo esperaba con pequeñas


acciones, con rumores, con magníficos movimientos logré hacer que pagara
todo lo que hizo.

Pero creo que no le bastó lo suficiente, ahora volvió, en fin por algo se
llamaba Asociaciones Wembley y no solo un nombre que indicara que era
un pobre bufete.

Él tipo tiene contactos, aún no sé hasta dónde se extiende su influencia pero


eso con un par de llamadas pronto lo sabré.

Entró a la ducha y me dispongo a bañarme, ya son las siete de la mañana,


ella aún duerme. Cierro mis ojos y dejó que el agua fría recorra mi cuerpo.

Después de un rato siento dos pequeñas manos calientes abrazarme, una


pequeña frente se pega a mi espalda , deja tres besos en ella y susurra mi
nombre.
Es ella, mi amada princesa.

Se pega de más a mi cuerpo y siento sus pechos desnudos, de inmediato me


doy la vuelta y entonces…

Ella no está.

¡Maldita sea! Las alucinaciones volvieron.

Narra Agnes Bachelet.

Los finos y calientes rayos del sol hacen que poco a poco mis párpados se
abran, veo hacia un lado de la habitación y nada, voltee mi vista hacia
dónde se encuentra la pequeña mini sala y ahí estaba él, envuelto en un traje
completamente negro, sus mocasines perfectamente pulidos y su cabello
también perfectamente peinando hacia atrás.

— Buenos días querida. — Su voz sonaba cálida.

— Buenos días, Mateo.— dije un poco entrecortado ya, por acabar de


levantarme.

— Quiero hablar contigo, bueno a proponerte algo.

Cada vez que de la boca de Mateo salían cosas como esas, mi vida acababa
echa una mierda así que me asusté.

—¿Qué será eso que quieres proponerme? ¿Si sabes que yo no confío en ti,
verdad?

Dije sentándome en la cama.

— Eso es lo que quiero proponerte, si bien sé que no he sido el mejor por


ahora, pero conviviremos cinco años juntos y quisiera que nuestra relación
mejore.

¿Relación? ¿Cuál relación?


— ¿De qué relación habla señor Mateo? ¿De la laboral? Esa es la única que
existe entre usted y yo. De una vez le dejo claro que no me acostaré con
usted.

Él se puso de pie y desabrochó el botón de su saco. Con pasos firmes y


mordaces se fue acercando a dónde me encontraba.

— Aunque hay muchas cosas que quisiera hacerte, aunque quiera tenerte
gimiendo por y para mi, aunque quisiera dejar mi mano marcada en tus
nalgas y también el peso de mis labios marcados por todo tu cuerpo, sé
contenerme. No es eso lo que quiero, al menos no por ahora. Lo que quiero
es que me des treinta días, treinta días para intentar enamorarte. Si no lo
logró entonces te dejaré ir, los contratos mortales que tenemos todos y cada
uno los romperé y serás libre por completo.

Mis ojos se encontraban abiertos de par en par y mi corazón latía como


loco, mis manos sudaban . ¿Cómo puede decirme todas esas cosas sin sentir
vergüenza?

Aunque eso de que me quiera coger no es nuevo, ya me lo había pedido


antes, no es que sea una experimentada y que sepa de estas cosas ¿Que
podría saber una pobre virgen de veinticinco años, como yo? Mi vida sexual
no era activa pero sabía muy bien qué era aquello que Mateo quería
hacerme, existen páginas porno y también muchas sexologas virtuales,
¡Existe YouTube!.

Hablando de lo demás, es una propuesta tentadora, veo al fin esa luz de


esperanza al final del túnel.

Pero existen riesgos, pero también nunca me he enamorado y quizás este


sea mi último intento de suerte. Aparte ¿Quién en su sano juicio se
enamoraría de la florecita?

— ¿Qué debo hacer?

— Vestirte e ir en una cita conmigo. Para que suene más romántico: ¿Agnes
saldrías conmigo hoy?
Hola florecitas Obsesiv@s, que tal les pareció este capítulo?

Por ahí una señorita muy traviesa me pidió jajajaja algo caliente entre ellos
y pues jajajaja… te digo eso se está cocinando, pronto toda esa tención que
tienen ambos la explotare y será salvaje🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣

Sin extenderme en nota de autor, disfruten mucho❤🔥

Adry❤🔥
Capítulo V E I N T I S I E T E: "Más Nunca
Estarás Sola"
— ¿Más romántico? ¿Mateo, acaso buscas otras cosas?

— ¿Acaso tienes miedo?

— No tengo miedo, solo que siento que juegas conmigo.

— Es solo una cita Agnes, no necesitas darle muchas vueltas al asunto.

— Sí, como digas, pero, dime algo ¿Iré vestida con esta camisa a nuestra
cita? No me dejaste empacar nada.

— Si no te dejé es porque no necesitabas nada. En el clóset de allá hay todo


lo que necesites.

Señala hacia las grandes puertas que están situadas a un lado del baño y yo
solo asiento.

— ¿Debo arreglarme ya?

Él asintió.

— Vístete casual, no necesitas una gran cosa.

Y con eso dicho se fue de la habitación.

Me dispuse a bañarme y luego de eso a entrar en aquel gigantesco armario,


busque y busque hasta que encontré algo acordé a mi estilo de vida fuera de
la empresa.

Mucha fue mi sorpresa cuándo encontré ropa interior extremadamente


provocativa y de encaje muy fino, encaje de aguja. Ese es el tipo de encaje
más caro que hay y ese cachetero era más que costoso, quizás vale toda una
quincena. Mucha más sorpresa me dio cuando me lo coloque y me quedaba
justo a la medida.

No le di más vueltas al asunto y me dispuse a buscar alguna prenda que


fuera blanca igual que el cachetero para poder vestirme.

Un lindo vestido corto de tirantes, es de un color blanco pastel y un lindo


estampado de flores en color vino, muy hermoso. Me lo coloque y
extrañamente me queda a la medida, ceñido en las partes correctas, mis
caderas y mis nalgas viéndose un poco más grandes de lo normal.

Ya que tenía unas copas adheridas no me fue obligatorio colocarme un


brasier y es que yo no era feliz usándolos así que me sentía libre. Solté y
organice mi cabello de manera que esas lindas ondas que me habían
quedado se vieran frescas.

Y ya, ya estaba lista. Me observé en un espejo y recordé que aún faltaban


unas sandalias, di justo en el clavo cuándo encontré unas de plataforma de
un color vino pastel y me sentí feliz ya que combinaban con las flores del
vestido.

Ahora sí, ya me encontraba lista.

No me maquille, no acostumbro a hacerlo, pero sí coloque un lindo brillo


labial en color rosa pálido.

La puerta de la habitación siendo abierta me alertó, salí del armario y me


encontré con Malia, la madre de la florecita.

— Buenos días Agnes, espero que hayan dormido bien.

Sonreí.

— Buenos días señora Malia, sí sí, muy bien.

— Vine para hablar contigo…

Mi cara se puso pálida y ella de inmediato se acercó a mí.


>> No es nada malo, descuida. Sólo quiero disculparme por la mala acción
de Marilyn ayer, no quiero que pienses que Mateo ha tenido algo con ella.
Hace mucho tiempo que ellos no tienen nada.

— Malia, tranquila, yo llevo mucho tiempo con Mateo y aún no he podido


saber que fue lo que pasó entre él y ella. Creo que él no ha sido lo
suficientemente valiente para contarme.

— ¿Podemos hablar ahora mismo? Bueno si así lo deseas.

— Aunque quisiera saber qué es lo que pasó, no sería correcto, creo que es
mejor dejar que él me lo cuente cuándo se sienta listo para hacerlo.

— Sí, en eso tienes razón. Siempre supe que eras inteligente.

— Tienes razón madre, mi esposa es aparte de hermosa, muy inteligente.

La voz de Mateo se escuchaba orgullosa, como si en verdad sintiera orgullo


de tenerme. Le sonreí y él se acercó a mí y beso mi frente.

>> Ella es perfecta.

Sentía mis mejillas arder y le contesté:

— No exageres.

Malia nos miraba encantada y yo sentía una espina pulsar en mi corazón, se


sentía muy mal estar engañándola.

— Pero si él no exagera, nada más mira con todo el amor que te ve.

Ella se acercó a nosotros y tomó nuestras manos.

>> Estoy muy feliz por esto, solo me bastaría tener algunos nietos corriendo
por aquí y todo sería más encantador y de ensueño aún.

Me atragante con mi propia saliva cuándo la oí pedir nietos.


— ¡Mamá! Cada etapa a su tiempo, apenas estamos recién casados.

— Jóvenes de ahora, bueno, díganme ¿Van a bajar a desayunar?

— De hecho no madre, iremos a una cita. Quiero que mi esposa vea todo lo
hermoso de la Toscana.

— Delicioso, espero que disfruten mucho.

— Claro que disfrutaremos.

Mateo tomó mi mano y nos dirigimos a salir de la habitación, detrás de


nosotros venía Malia.

En el gran recibidor de la mansión se encontraba casi toda la familia


excepto el lindo padre de Mateo. ¡Gracias a Dios!

— ¡Agnes! Estás muy hermosa.

Creo que es un poco difícil acostumbrarse a toda la efusividad de Aleah,


pero es una niña tan dulce.

>> Quisiera verme tan hermosa como tú dentro de poco. Cuándo terminé la
secundaria me iré a estudiar a los Estados Unidos y quisiera que me des
consejos de cómo vestirme.

— Ya habrá tiempo de que acapares a Agnes como tú asesora de belleza


pero ahora mismo se va con tu hermano a la Toscana a encargar a mis
nietos mi niña.

Todos en la sala rieron, incluyendo a la florecita y yo no pude evitar


sentirme muerta de vergüenza otra vez.

— ¿Nos vamos?

Asentí y me despedí de todos, Mateo me extendió su mano y al tomarla solo


pude sentir cómo las corrientes eléctricas me recorrían el cuerpo entero.
— ¿Queda lejos la Toscana?

— Sólo debemos irnos en el Helicóptero.

— ¿Helicóptero?

— Sí, ¿Hay algún problema?

— ¿Podrías no dejarme sola? Le temo a las alturas.

— Más nunca estarás sola pulguita.

Sin darle paso a otros sentimientos o pensamientos una sonrisa surco mis
labios.

¿Que me estás haciendo florecita?

Es muy pronto para sentir amor, eso sería algo muy loco, estoy convencida
que no se trata de eso.

¡Llegó el amor!

Disfruten florecitas obsesiv@s…

Adry❤🔥

¿Alguien sabe hacer Banners?

Estoy haciendo muchas cositas bonitas por allí y quiero que sepan que, mi
libro titulado Todo Por Un Match relatará la vida de Aleah y la comenzaré a
publicar al terminar está. ❤
Capítulo V E I N T I O C H O: "No Más
Secretos"
— ¿Porqué elegir un paseo en un helicóptero?

— Por la hermosa vista.

— ¿Sabías que a mi, primero no me impresiona tu dinero, segundo le temo


a las alturas?

— ¿No te cansas de hablar? ¿Cual era el tercer punto?

— No era una pregunta, lo tercero que iba a decirte es que no sueltes mi


mano. Estoy muy asustada y para responder a tu primera pregunta es que
no, no me canso de hablar y cuándo estoy nerviosa mucho menos, tú te lo
buscaste, tú te lo calas.

— Es algo con lo que puedo vivir, ahora calla.

— ¡Nop!

— Ya, comprendo, sé que quieres que te calle yo mismo.

Sin esperar a que una respuesta saliera de mi boca él me besó, otro beso
entre él y yo. El sonido que hacía el rotor principal del helicóptero, la suave
brisa que se colaba dentro y yo muy asegurada gracias al cinturón de
seguridad me hacían tener los pies en la tierra - relativamente - , mis manos
estaban frías, pero mi interior caliente y ahora mismo me encontraba
siguiendo su beso.

Mis manos se encontraban reposando en mis piernas, en cambio las suyas


enredadas en mi cabello atrayéndome hacia él.

Se separó de mi.

Su frente se pegó a mi mejilla.


>> ¡Gracias!

No entendía el porque me agradecía, yo me encontraba aturdida y mis oídos


sonaban en un pitido fuerte que me tenía en extremo estremecida. ¿Cómo es
que con solo un beso él lograba tenerme así?

Sí bien ha habido solo una persona con la cuál me he besado y fue con
Theo, con él , aunque disfruté su beso y sentí cosquillas no era lo mismo
que con Mateo, todo era muy diferente. Con Mateo sentía muchas cosas en
mi cuerpo entero, todo reaccionaba a él y eso es algo que me asusta mucho.

Es capaz de hacerme olvidar cosas de mi pasado y tiene esa capacidad de


hacer que me deje llevar por él, aunque eso debería interpretarlo de buena
manera, se me hace imposible porque yo sé que no debería de
acostumbrarme a esta calidez, solo serán cinco años y es un contrato.

— ¿Por qué me agradeces?

— Porque después de besarte aún sigo en el Helicóptero y con vida.

— ¿Qué quieres Mateo?

— Te quiero a ti Agnes.

Él está loco, volteé mi cara hacia la pequeña ventanilla y observé todo lo


hermoso que daba la vista, lindos paisajes verdes y el sol en todo su
esplendor contrastando con el pasto, los árboles, los claros de agua, todo
muy hermoso en realidad.

¿Cómo es que podía decir cosas así cuándo esto se trataba de una farsa?

>> ¿Qué te sucede pulguita?

Intento voltear mi cara en su dirección y no se lo permiti.

— ¿Cómo es que puedes engañarme así Mateo? Si solo quieres que me


meta en tu cama solo dilo y ya, pero, ¿Vas a jugar al amante enamorado
para intentar cogerme?
— Agnes, puedo ser un maldito si así lo piensas, pero, ¿Qué ganó jugando
contigo? Agnes, yo no quiero dañarte.

Esta… uff… bendita florecita.

— Tú… tú…

— Tú, ¿Será nuestro okay?

Todo mi enojo se fue al oírlo preguntarme aquello, entendí su referencia.


Fui salvada de responderle cuando el piloto del helicóptero nos habló:

— Señor, señora, vamos a aterrizar en la Toscana.

— Va a encantarte todo lo que prepare.

¿Quién iba a decir que la florecita me saldría romántico? Bueno quizás


haber nacido y crecido en la ciudad del Amor le dejó buenas enseñanzas.

Me bajé primero que Mateo del ave Nodriza, así llamaban al helicóptero,
camine un poco mientras veía todo lo que había a mi alrededor. Había
mucha vegetación y enormes viñedos.

El sonido del motor del helicóptero siendo activado de nuevo me hizo


entender que ya habían despegado de nuevo.

De pronto sentí unos brazos enrollarse en mi cintura y supe que era Mateo,
no me hacía falta verlo a la cara para saber qué se trataba de él.

Pequeños y delicados besos se esparcieron por mi cuello y bajando a mi


hombro descubierto.

Me percate que a nuestro alrededor no se encontraban muchas personas, de


hecho no habían personas. Frente a mis ojos el lugar se veía desierto, en
cambio detrás de nosotros no lograba ver y tampoco quería ya que aquellas
caricias de Mateo me tenían en extremo ocupada.

Un ligero y delicado gemido se escapó de mis labios.


>> Agnes…

Su voz sonaba ronca.

¿Cómo es que la indomable Agnes ahora se encontraba gimiendo por la


florecita y siquiera dejando que sus manos la tocarán?

No puedo pensar con claridad, esa es la verdad. Todo su ser nubla el mío,
apacigua la bestia interior que llevo dentro, aunque más que una bestia solo
es un alma herida y marcada por el pasado.

El pasado.

Y antes de detenerlo, él se detuvo primero.

>> Vayamos al lugar, quizás te encantará mucho.

Tomó mi mano y prácticamente me arrastró hacia el lado del extenso


terreno dónde se veía un hermoso viñedo.

Me solté del agarre de su mano y corrí entre uno de los tantos pasillos
extensos del viñedo.

Por primera vez en mucho tiempo me sentía libre y solo una risa mega
ancha adornaba mi cara. El corto vestido que llevaba se ondeaba con el
viento y mi cabello se pegaba en mi cara. Pensé que en cualquier momento
terminaría por caerme y doblarme un tobillo por andar de inventadora, pero
valía la pena. La risa de Mateo la oía fresca, él también se sentía diferente,
quizás más libre. Voltee a verlo y entonces lo que me dijo me detuvo y
también detuvo mi pobre y alocado corazón:

>> Agnes, te ves igual que en mis sueños… Hermosa y llena de vida. Te
ves como Agnes la que se alegraba cada día cuándo Lara le entregaba un
nuevo ramo de rosas, te ves como la Agnes de la que me enamoré.

Él se acercó a mí y yo aún dentro de mi ahora alborotado subconsciente me


encontraba atando los cabos sueltos. ¡Vaya manera de decir las cosas! Sus
manos tomaron mi cara y sus labios encontraron a los míos.

— Mateo...— Susurré despacio.

— Llegó el momento perfecto para decirte lo tanto que te he amado, todo


este tiempo lo he hecho. Es por eso que ya no habrán más secretos Agnes,
ya no más.

El próximo capítulo se llamará…. Tatatannnn (jajajaja mentira) pero sí


estará uff ufff, solo acto para adultos -lo prometo- para liberar tensión .

Jajajaja disfruten florecitas obsesiv@s❤

Adry❤🔥
Capítulo V E I N T I N U E V E: "Revelaciones"
¿Qué dice él?

¿Que me ha amado?

¿Qué es lo que pasa?

— Mateo, ¿De qué hablas?

Mis manos y corazón sudaban muchísimo y mi corazón parecía que en


cualquier momento se saldría de mi pecho.

— De lo que debí hablarte desde el primer instante que llegué a la sucursal.

Su semblante se tornó serio.

>> Yo sabía que en la empresa no sucedía nada, de hecho yo cree toda


aquella situación de un supuesto robo y desprestigio.

Una creciente y fuerte rabieta se formaba en mi interior.

— ¿Qué tú hiciste qué?

Cómo por inercia retrocedí, pero, Mateo fue mucho más rápido y me
detuvo.

— Agnes, puedo explicarte el porqué… Sólo, escúchame ¿Si?

No quería hacerlo, no quería escucharlo, pero de igual manera asentí.

>> ¿Recuerdas aquél evento al que asististe en New York?

Lo mire y de nuevo asentí, claro que recuerdo. Es un evento el cuál se


celebra cada año en cualquier parte del mundo dónde haya una de las
sucursales de la empresa. Se escoge el lugar mediante una lotería, cada
lotería se hace en la fiesta del año anterior. En Inglaterra se encuentran dos
sucursales, de la que yo me encargo y otra que se encuentra en Oxford, así
que mayormente las fiestas se celebran en Oxford.

>> Bien, eso fue hace tres años, en ese tiempo mi madre aún se encontraba
al mando de las empresas pero también en ese año mi hermano le dijo que
él no tendría nada que ver con ellas, dándome a mí parte de sus acciones,
me convertí en único dueño de la empresa y el acoso de parte de mi madre
para que formará una familia era gigante. Ella decía que había contratado a
una linda y joven muchacha para que se hiciera cargo de una de las
sucursales, se sentía muy muy orgullosa de aquella joven, apenas con veinte
años pero graduada en Administración y con honores a los dieciocho y con
algo de experiencia laboral. Ella era fan de dar oportunidades y estaba más
que complacida de haberte dado a ti aunque fuese un poco.

Fugaces recuerdos pasaron por mi cabeza revuelta y él tenía razón. Ella me


había dado una confianza gigante al ponerme al mando siendo tan joven.

— Y… ¿Entonces?

— Yo estaba con Marilyn, solo que nadie lo sabia, ni mi madre ni sus


padres. Absolutamente nadie, era una relación a escondidas. Un día…— Su
voz se quebró.— Exactamente un día antes de aquella fiesta en New York,
mi madre, el ser que tengo como padre y demás familiares nos
encontrábamos en el hotel donde se haría la celebración. Era uno de los
hoteles del padre de Marilyn así que yo lo conocía muy bien y sabía
exactamente cuál era la habitación que ella siempre ocupaba. Me dirigí ahí,
siempre llevaba conmigo la tarjeta de acceso de la suite así que entre,
escuché risas, jadeos y gemidos de la mujer que para ese entonces yo
amaba.

Él se calló y su vista se fue a sus pies, vi en el ese lenguaje corporal que vi


aquel día que se encontró con la víbora con peluca en la empresa y las otras
veces. Lo abrace, sin importarme nada de lo que ya había escuchado y que
me parecía muy tétrico lo abrace, por un momento él pareció no esperar el
abrazo pero luego reaccionó y me abrazó de vuelta.
>> Vayamos adentro.

No me había cerciorado de que habíamos llegado a una pequeña cabaña la


cual estaba justo al lado de un claro de agua, que digo claro, era un lago
muy hermoso y cristalino.

La cabaña era muy hermosa y viendo bien no era nada pequeña, de este
lado todo había cambiado el clima era mucho más frío y a lo lejos se veía
una hermosa montaña, los pinos se alzaban fuertes y verdes. Hay mucha
armonía en este lugar, la suave brisa casi me hace olvidar toda la
conversación que estamos teniendo, llena de revelaciones.

Por un momento quisiera olvidar todo aquello que nos embarga, los
problemas y contratos embarazosos, quisiera olvidarme de todo por un
momento.

— Mateo…

Él se encontraba como ido, absorto en sus pensamientos. Abrió la puerta de


la elegante cabaña y nos adentramos a ella, todo era tan hermoso y de
madera barnizada . Todo estaba impecable , la cabaña constaba de dos pisos
por lo cuál en el primero, dónde estábamos era la sala un ventanal que daba
paso al balcón y también a una especie de jacuzzi natural.

Había mucho espacio y la decoración era impecable y hermosa, había una


chimenea la cuál se encontraba encendida y el clima dentro de la cabaña era
muy cálido.

Volví a mencionar su nombre y esta vez sí se volvió hacia mí.

>> Mateo… ¿Podríamos dejar aquella conversación para más tarde?

Él me miraba como si yo fuese un extraterrestre, un ser fuera de este mundo


ajeno a los sentimientos y necesidades terrenales.

— ¿Estás segura?
Asentí.

>> ¿Qué deseas hacer entonces?

Su mirada se paseó por todo mi cuerpo como un león hambriento.

— Desearía dormir un rato.

Él soltó todo el aire que llevaba contenido y asintió cabizbajo. La situación


me causó algo de risa . ¿Que quieres Mateo? Pregunté para mis adentros.

— Te quiero a ti Agnes…

Su voz aún sonaba ronca y con dificultad, supe de inmediato que pensé en
voz alta. Un rubor y calentura se adueñó de mi cara y orejas . Mateo se
acercó a mí, sin darme tiempo a huir de su cercanía me tomó por la cintura.

>> Quiero tus labios..— me besó, aunque fue un pico corto sentí una
corriente de deseo y adrenalina recorrer mi cuerpo entero. >> Quiero
besarte hasta que los dos quedemos sin aliento..— Dejó un beso en mi
cuello y mi cabeza se fue hacia atrás, mientras que mis labios soltaban
jadeos.

Es raro estar en esta situación con la florecita, es sumamente raro después


de todo lo que hemos hablado y todo lo que ha pasado. Pero juro que no me
importa, quiero esto, quiero ahondar más en esta sensación que me
consume.

>> Quiero tantas cosas Agnes, hay muchas cosas las cuáles quiero hacerte,
hay muchas cosas que quiero que hagamos juntos, quiero todo contigo, todo
de ti.

— Mateo..— Susurré, de nuevo me encontraba sumergida en aquella


burbuja, en esa que lograba sentir que todo a mi alrededor se esfumaba y
que lo único bueno es el hombre frente a mi. — Bésame, por favor…

— Siempre voy a hacer lo que me pidas…


Me beso, su lengua se enredó con la mía y es que desde que él me besó en
varias ocasiones una sincronía perfecta aprendí de él, yo anteriormente me
había dado un par de besos con Theo pero nada como con Mateo, con él
nada era normal.

Sus manos alzaron mi vestido y subieron hasta posarse en mis caderas,


apretó fuerte ahí y yo me sentí extasiada, sus manos volvieron a moverse
ahora a mis nalgas las cuáles apretó con fuerza y clavo sus uñas de manera
que dolieron un poco, pero a la vez me sentí loca de gusto.

— Mateo..— Susurré de nuevo embriagada de deseo.

Lo que conocía ahora como gemidos salían de mis labios por los
incontables besos y caricias de Mateo. Sus manos se fueron al borde de mi
vestido, sus ojos abiertos con sus pupilas dilatadas se fijaron en los míos,
suplicantes. Yo entendí la referencia y le obsequie ese permiso que
solicitaba, alce mis brazos y sentí como la suave tela del vestido se
desplazaba por mi cuerpo. Mis senos se alzaron cuando el vestido pasó por
ellos y luego volvieron a quedar firmes donde siempre.

— ¿Te había dicho ya lo hermosa que eres?

El vestido cayó al piso y yo no podía responderle a Mateo nada… solo


quería su toque en mi cuerpo.

Sus firmes y fuertes brazos se enrollaron en mi cintura mientras que con


sumo cuidado me alzó, mis tetas haciendo fricción con su traje, envolví su
cintura con mis piernas mientras que tomaba con mis manos frías e
inexpertas su carita preciosa, dejando mis miedos de lado lo besé, él me
devolvió el beso caliente y demandante, conmigo en sus brazos subió unas
escaleras mientras sus manos se ahincaban en mi trasero.

Entre gemidos y súplicas de mi parte ingresamos en una habitación la cual


no me di el tiempo de detallar. Sólo sentí cuándo mi cuerpo cayó ligero en
la cama y Mateo encima de mi. Sus besos seguían feroces hasta que
abandonó mi boca para irse a mi pecho , succionando mi pezón,
mordisqueando.
>> Te haré olvidar caricias ajenas a las mías Agnes.

Mi confusión se mezcló con mi calentura y abrí mis ojos los cuales se


encontraban cristalinos.

— No podrás hacerme olvidar nada Mateo.

Él se detuvo y mi corazón y mi cuerpo entero sintió frío. Comprendí el peso


de mis palabras y agregué :

>> No podrás hacerme olvidar cosas que jamás han pasado.

— Mi pulguita..— su mirada se volvió tierna, pero irónicamente feroz,


hambrienta, deseosa.— ¿Nadie nunca te ha tocado?

Negué.

Muerta de la vergüenza le confesé:

— Y-Yo.. yo… yo soy virgen Mateo.

Esperen parte dos florecitas obsesiv@s❤

Adry❤🔥
Capítulo T R E I N T A Y U N O: "Pequeña Niña"
Ya había anochecido cuándo decidí levantarme de la cama, me encontraba
aún un poco adolorida, pero un dolor placentero y soportable. Mateo se
encontraba de espaldas y dormido, sentí hambre y decidí que haría un rico
platillo. Me siento algo extraña, sí bien sé que hace rato había dicho que
jamás y nunca caería en las garras de Mateo incluso llegue a decir que le
odiaba.

Pero es que la vida suele ser así, las cosas llegan cuándo menos uno se lo
espera, más los sentimientos que son energías incomprensibles, si decidí
entregarme a Mateo fue porque en verdad así lo deseaba, es difícil explicar
toda esa calentura y revolución interna que siento cuándo simplemente lo
tengo cerquita de mi.

Me puse de pie y al ver nuevamente a la cama visualice un rastro de sangre,


me sentí morir de vergüenza. ¿Cómo es que pasó algo así? Volví a sentarme
en el sitio dónde se encontraba la mancha sin saber qué hacer.

No quisiera despertar a Mateo, se ve tan hermoso y angelical mientras


duerme y pensar que es todo un granito en el trasero. Recuerdo cada una de
sus caricias, de sus besos en mi cuerpo, sus manos, todo.

Una idea surcó los confines oscuros y más de mi mente, saque la sábana de
la cama y ya solo me faltaba sacarla de debajo de Mateo, hale con fuerzas,
con muchas fuerzas hasta que al fin pude hacerlo pero, el cuerpo de Mateo
cayó como saco de papas en el piso, vi mi cuerpo y este se encontraba aún
desnudo, tomé la sábana rápidamente y salí corriendo de la habitación.
Gracias a que estábamos solos en casa pude escuchar cómo Mateo se
levantaba del piso quejándose.

Una risa burlona decoro mis labios. Me acerqué al cesto de basura más
cercano y ahí deposité la sábana manchada de sangre. ¿Será que mi regla
había llegado? ¡Dios mío! ¿Y si estoy teniendo una hemorragia por culpa del
gran miembro de Mateo? ¿Y si me muero?
Lágrimas amenazaban con salirse de mis ojos así que ingresé al baño de
abajo y me asee, me di cuenta también que no estaban teniendo ningún
sangrado. ¿Entonces la sangre era de Mateo?

¡Dios! Mucho peor.

Y yo lo golpee, ¿Y si lo lastime más? ¿Y si se murió?

Salí corriendo de nuevo a la habitación, todo esto sin importarme andar


desnuda por toda la estancia.

Con cuidado asomé mi cabeza por la puerta y fue entonces cuando Mateo se
encontraba riendo sentado al borde de la cama con una toalla blanca
alrededor de su cintura.

— ¿De que te ríes?

— De la hermosa inocencia que tienes.

— No sé de qué hablas.

— Si que lo sabes.

Se puso de pie y una vez más admiré toda su grandeza, Mateo era muy alto,
su figura demandante y extremadamente masculina y sin pensar lo que lleva
en medio de las piernas.

Quién viera a Agnes Sofía , pensando en las partes íntimas masculinas.


¡Niña! ¡Que Dios padre santo de la creación te perdone! Mateo llegó a mi
posición y tomó mi brazo haciéndome entrar de nuevo en la habitación.

>> Que rico despertar y lo primero que ver sea tu cuerpo desnudo, claro
después del gran intento de homicidio que acabo de recibir de mi amada.

— ¡Perdóname! Yo no quería hacerlo.

— Shhh… habla menos y bésame más Agnes.


Su boca se pegó a la mía en un beso tierno y delicado. Mi estómago rugió y
mi cara colorada se quedó.

>> Parece que tienes hambre.

Asentí.

— Mateo.. emm ¿No habrá algo que pueda colocarme? Mi vestido, bueno,
se arruinó.

Señale aquella prenda que horas antes Mateo había usado para atar mis
manos y logrando romperlo, de solo recordar aquella escena mi piel se eriza.
Mateo pareció notar el rubor de mis mejillas por lo cuál habló:

— Sí, recuerdo que te quedaste sin ropa. — Una risa burlona tenía en su
rostro. — Allá en aquel armario hay batas de baño, le pedí a Palmer que
trajera ropa para ambos, ya ha de estar por llegar.

Me dirigí al armario que me había indicado y saqué la bata, me la coloque y


bajé al hall de la cabaña. No vi a Mateo por ningún lado así que fui a por mi
teléfono el cuál hace rato que no le daba una revisada.

Mateo me había dicho que ya lo había mandado a configurar para que


pudiese usarlo, así que cuándo lo encendí tenía ciento noventa mensajes ,
cincuenta correos electrónicos y exactamente ochenta llamadas pérdidas.

Me asuste un poco, solo tenía un día de no usarlo, no es para tanto. Abrí


primero los mensajes y todos eran de Ainara pidiendo que la llamase. Ya la
llamaría, ingresé al correo electrónico esperando que se tratara de la empresa
pero no fue así, algunos eran correos de promociones y uno que otro de
personas conocidas, revise un poco más y entonces fue cuándo me di cuenta
que muchos correos se trataban de algún desconocido,un desconocido que se
encargó de dejar muchos correos en total trece, el primero de ellos decía:

•Correo Electrónico•

De: [email protected]
Para: Agnes Sofía.

"Pequeña niña, tu vida ha tomado rumbos torcidos, has profanado tú


pureza, tu cuerpo. Pero tranquila, pronto volveré a ti y seré capaz de
eliminar lo impuro de tu cuerpo. "

Mis manos temblaban y el miedo me invadía el cuerpo entero. Esto es una


mala broma. Abrí otro correo, para especificar el más reciente de todos los
que tenía. Parecía ser de otra persona, pero el remitente era un poco
diferente:

De: [email protected]

Para: Una Impura Bachelet.

"¿Cómo puedes permitir algo así?"

Junto al mensaje había un archivo adjunto el cuál temblorosamente abrí. Era


una foto tomada desde algún punto de afuera de la cabaña, justo dónde
estaba el enorme ventanal en la habitación dónde horas antes Mateo y yo
habíamos estado juntos.

Mis manos se encontraban atadas y alzadas hacia el espaldar de la cama, mi


cuerpo desnudo y mis ojos cerrados, todo el enfoque estaba en mi.

Mi teléfono en mis manos sonó y entonces me salí de aquel correo para


ingresar en el nuevo que había llegado.

De: [email protected]

Para: Agnes, mi Agnes.

¿Estás asustada?

Y eso era todo, las lágrimas, no me había dado cuenta en qué momento
salían a mares de mis ojos, mis manos temblaban y mi teléfono cayó al
suelo, Mateo salió de dónde entendía que era la cocina con un sartén en la
mano y un gorro de chef en su cabeza, al verme como estaba su sonrisa
cambió a una confusión gigantesca .

— ¿Qué sucede Agnes? ¿Estás bien? ¿Pasó algo?

negué, las lágrimas ya tenían mi cara empapada y algunas gotitas caían al


frío suelo de madera.

Dejo la sartén en la encimera y se apresuró a caminar a mí, un sonido seco y


perturbador oí y el cuerpo de Mateo a mis pies cayó.

— ¡¡Mateo!!

Me arrodillé frente a él.

— Estoy bien, solo fue un roce.

Vi que apretaba su brazo con fuerza y entonces fue cuándo vi una bala
incrustada ahí. La sangre de mi florecita impregnó mis fosas nasales y
manchó la blancura de mis manos.

— Está aquí, él me encontró Mateo, él va a matarnos a ambos.

— Primero me matan antes de que te quiten de mi lado.

— Es lo que acabo de decirte, vete de aquí. ¡Vete!

— Agnes no. Saldremos juntos de aquí.

Afuera oía muchas pisadas, venían por nosotros. Si él no quería salvar su


vida entonces lo haría yo misma.

— Finge estar muerto, Te amo Mateo, espero en alguna otra vida encontrarte
de nuevo y poder decirte todo lo que en esta no alcance a decirte.

Su mano apretó fuerte mi muñeca y como pude me solté de él y salí


corriendo afuera, intento gritar pero con señas y mucho llanto le rogue que
no lo hiciera, había una camioneta negra al parecer blindada, sus vidrios eran
polarizados, pero yo sabía quién esperaba dentro. Mis pies descalzos y mi
alma muerta se dirigieron ahí.

Vi cuándo muchos hombres casi ingresan a la cabaña por lo que me apresure


a gritar:

>> Ahí no hay nada, no opondré resistencia , me iré contigo.

El vidrio trasero de aquella Tahoe negra se abrió demostrándome que estaba


en lo correcto, el infierno había llegado por mí. Me hizo señas para que
ingresara al auto al hacerlo una bolsa de tela negra colocaron en mi cabeza,
aquella voz que me causaba tanta repulsión dio una orden:

— Quemen todo.

Mis gritos no se hicieron esperar y ya casi sin lágrimas me iba a quedar.

...*...

Hola florecitas obsesiv@s, disfruten de un nuevo capítulo ❤

Una vez más l@s invito a unirse al grupo de Facebook ❤ a que


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Adry❤🔥
Capítulo T R E I N T A Y D O S: "Obsesiones
Enfermizas"
— No sabes cuánta falta me hiciste.

Mi mente se encontraba en blanco, ni un mal pensamiento rondaba por ella.


Mi vista se encontraba fija en mis manos, algunas lágrimas de vez en
cuando caían en ellas y sólo podía juguetear hasta que simplemente se
secaran.

Un nombre y unos hermosos ojos azules se paseaban de vez en cuando


buscando mi pérdida mirada y la atención de mis pensamientos, sólo
ignoraba que estaban ahí, pidiendo a gritos que los recordará. No sería
capaz de vivir con el dolor de los recuerdos.

>> Llevas tres días aquí y has sido incapaz de dirigirme la palabra. ¿No me
extrañabas?

Otra lágrima surcó mi rostro acompañada de algunas gotitas de agua que se


deslizaban desde mi cabello a mi cara. De nuevo había sido sometida a una
limpieza, el ser frente a mí intentaba con todas sus fuerzas borrar la mancha
que llevaba en mi piel, una que jamás podría borrar ya que iba impregnada
en mi alma.

>> Si no me vas a hablar entonces enviaré a que te bañen de nuevo y está


vez suplicaras que pare, serán muchas horas bajo el agua fría.

No me inmute para nada, no iba a darle el gusto de manejarme a su antojo,


la antigua Agnes hace mucho tiempo que murió.

>> Bien, tú has decidido. ¡Rachel, ven aquí! Aquí mi querida Agnes desea
otro baño, que sean dos horas.

Mi cuerpo quiso rechistar, pero se lo impedí, sí ya así sería mi fin pues al


menos sería con honor.
— Señor si vuelvo a bañarla así, podría ella coger una neumonía.

— ¿Te pago para aconsejarme o para cumplir mis órdenes?

— Tiene razón señor.

— Y tú..— Me señaló— Más te vale poner de tú parte, debemos hablar.

Lo vi salir enojado de la habitación y de inmediato la chica llamada Rachel


me tomó por mis brazos para dirigirme a la bañera cubierta de agua y
muchos cubos de hielo. Mis lágrimas caían a montones cuándo la chica
soltó los tirantes del corto vestido que llevaba puesto. Era totalmente violeta
y de una tela que no protegía mucho del fuerte frío. Quede totalmente
desnuda y un leve empujón en mi hombro era la indicación para meter mi
pie dentro de la bañera, luego el otro, al ya estar de pie dentro de esta la voz
melancólica y llena de lástima de la chica me habló:

— Siéntate.

No quería, mis huesos ya dolían y mi piel se encontraba cubierta de arrugas


y blanquecina gracias a estar tantas horas dentro del agua.

— por favor...— Susurré entrecortada por el llanto y mi cuerpo tiritar


gracias al frío.

— Debes hacerlo, hay cámaras y si no logro hacerte cumplir las reglas


sabes lo que pasará.

Y sí, lo sabia muy bien, el día de ayer de un solo tiro en la cabeza habían
matado a Raquel, por mi culpa, por no cumplir las retorcidas reglas de
Edward.

Él es un hombre que siempre creyó en las prácticas antiguas, anteriormente


a las personas que eran recluidas en hospitales mentales muchos de los
tratamientos para curar sus locuras eran mediante bañeras con agua helada.
Ya llevo tres días aquí, tres días en los que he sido sumergida por horas en
aguas heladas y es que Edward creía que yo estaba mal de la cabeza, muy
mal desde que decidí escapar de casa.

Flashback.

— Debes conocer muy bien todo y volverte una chica inteligente, tú abuela
así lo hubiese querido.

— Yo la extraño mucho y no creo ser como ella, quisiera volver con Ainara.

— Tú madre no desea verte allá, Ainara pronto vendrá a vivir aquí . Pero,
antes debemos mudarnos.

— Pero aquí es dónde tengo los últimos recuerdos de mi abuela. Y también


hice un amigo.

— Esa es la cuestión Agnes, no puedes tener amigos, no debes confiar en


nadie que no sea yo. Todos querrán arrebatarte tú pureza. Es por ello que
debemos mudarnos, pronto tendrás a Ainara contigo y no será necesario
tener otro amigo.

— ¿Qué es la pureza Edward? ¿Ainara vivirá con nosotros en la nueva


casa?

— Como respuesta a tu primera pregunta, pureza es algo que me entregaras


cuándo llegué el momento correcto. Un día ocuparas el lugar de tu abuela y
a la segunda, sí, Ainara llegará muy pronto, tan pronto nos hayamos
mudado.

…...

Mi mente pequeña e inocente me impidió saber lo fuerte y pesado de


aquellas palabras, sólo podía sentir la felicidad de que Ainara pronto estaría
conmigo.

……

— Edward, ¿Puedo salir al parque?


— Pequeña Agnes— Me sentó en sus piernas y tomo mi rostro entre sus
manos — Allá afuera hace frío y recientemente nos mudamos. Es por eso
que creí más factible hacer que el parque viniera a ti. ¡Anda, ve! Diviértete,
es en el segundo piso.

— ¡Muchas gracias! También quería preguntarte algo ¿Cuándo llegará


Ainara?

— Más pronto de lo que te imaginas, me encuentro organizando todo para


su llegada.

Me sentí feliz por ello, tenía otra pregunta así que no dudé en hacerla:

— Edward, sé que estás ocupado, pero, ¿Cuándo iré a la escuela?

Él sonó su frente como si hubiese olvidado algo importante.

— Hoy vendrán tus nuevos profesores, justo en media hora llegarán, serás
educada en casa mi pequeña, en casa dónde nada ni nadie podrá hacerte
daño.

……

En aquel momento solo pude sonreír, era solo una niña, una que no entendía
absolutamente nada de las aberraciones humanas, mucho menos de amores
imposibles y mucho menos de obsesiones enfermizas, solo creía en la firme
esperanza de que pronto vería a mi querida hermana.

……

Mi cumpleaños número trece había llegado y junto a el Ainara también. La


dicha y felicidad que sentía estaba por los cielos, al menos hasta que me
enteré que aunque ella se quedaría en Inglaterra no iba a vivir conmigo pues
mi madre había asegurado que ella se había vuelto muy rebelde y como aún
no dominaba el inglés era mucho mejor que estudiara en un colegio para
señoritas muy lejos de mi.
Celebramos nuestro cumpleaños juntas y a los pocos días después ya
estábamos despidiéndonos , iba a extrañarla mucho.

La mano de Edward se posó en mi hombro y con tono raramente


condescendiente me dijo:

— Tranquila las vacaciones de verano volverán y con ellas también Ainara.

Tomó mi mano y me guió dentro de la mansión, mientras afuera mi


hermana se marchaba lejos de mí.

Espero que no lloren 🤣

Disfruten florecitas obsesiv@s❤

Adry❤🔥

Pd : A la primera persona en comentar Edward letra por letra, le dedicaré


el próximo capítulo ❤🔥

L@s te quiero mucho❤🤭


Capítulo T R E I N T A Y T R E S: "Volverás a
mí"
Ya han pasado exactamente dos horas y aún me encuentro sumergida en
esta bañera llena de agua helada, lo pequeños trozos de hielo que se
encontraban algo grandes, ya estaban derretidos, ligeros rastros de vapor
salían de la bañera y mi piel se veía aún más blanca con ligeros toques
violetas, mis labios se movían juntos de arriba abajo, todo mi cuerpo se
encontraba tiritando sumergido en mucho cansancio y dolor mental y
corporal.

¿Ha llegado ya la hora de rendirme?

Siento que no puedo ni hablar. Mi corazón me duele y el vacío que me


consume es horrible, cansino y me destruye. Hace mucho tiempo que no
lograba sentirme así, rota, inservible y débil.

La Agnes que había logrado construir se está desmoronando poco a poco y


ya siento que no queda mucho de ella, si no me entrego a las bajezas de
Edward entonces mi alma se entregará al vacío de la muerte.

— Te veo flojita Rachel, has que Agnes sienta el deseo de purificar su alma.

Edward entrando a la habitación de nuevo, sentí la mano cansada de Rachel


posarse en mi cabeza y supe de inmediato lo que venía. Lloré de nuevo, las
lágrimas bajando por mi rostro me hacían sentir la calidez de estar con vida
aún, mientras que mi cuerpo de pies a cabeza era empujado a las
profundidades de la enorme bañera en la que me encuentro. Ya no sentía
dolor, mis ojos quedaron abiertos y sentía el agua fría como certeras
puñaladas calandolos, solo que eran puñaladas indoloras.

De un fuerte jalón de cabello fui traída de vuelta, mi cabeza volvió a salir y


mis fosas nasales volvieron a recibir aire, algo que maldije ya que cada vez
dolía más.
Uno de los hombres de Edward me tenía sostenida, mi desnudez era algo
que Edward disfrutaba ver, el hombre que me tenía agarrada del cabello no
dirigía su vista a mí ni por error, si lo hiciese un tiro certero en su cabeza
acabaría con su vida.

>> Dime que ya estás de vuelta, ¡¡Dime!!

Sabía bien que estaba agotando su paciencia.

Con dificultad le contesté:

— Vas a terminar con mi vida y nunca escucharás de mi boca que la Agnes


que deseas con muchas fuerzas vuelve, esa murió.

— Como desees.— Con un ligero movimiento de mano le dio una orden a


su hombre cosa que este no dudó en acatar.

Mi cabeza siendo sumergida una y otra vez en el agua me hizo


cuestionarme muchas cosas, sentí miedo, el agua invadía mi boca y mis
fosas nasales con brusquedad, mi cabeza dolía por toda la fuerza que estaba
empleando aquel hombre sobre ella, sentí que mi alma se iba.

Agnes moría.

Mi familia no me está buscando, quizás se hartaron de mí, no valgo nada


ya, y a él, al amor de mi vida lo había perdido. Da lo mismo si muero y
también da lo mismo si me convierto en la mascota de Edward, ya había
estado en ese puesto y no es tan malo como parece.

Con dificultad alce mi mano para que ellos pararán, lo hicieron y fue
entonces cuándo aquellas palabras que terminaron con mi vida salieron de
mi boca:

— Lo haré, seré la misma Agnes de siempre.

— Mi pequeña…
De un leve movimiento por parte de aquel hombre fui sacada de la bañera,
Edward se quitó su gabardina y tapó mi cuerpo, me sostuvo entre sus brazos
con cuidado, como si temiera que en cualquier momento me desvaneciera
frente a él.

>> Asegúrate que no queden testigos.

Supe a que se refería, matarían a Rachel, matarían a todas las personas que
habían presenciado mi sesión purificante. Sentí la necesidad de salvar su
vida, si no había podido salvar la mía y la de él entonces salvaría la suya.

— Por favor, querido, deja que sea ella quien me atienda.— Dije con
dificultad.

Edward asintió y reformuló su orden:

— Que solo ella viva, haz que firme un nuevo contrato.

La hermana de Rachel viviría un tiempo más, ella me contó que había


aceptado este trabajo porque su pequeña hermana sufría de leucemia y sus
tratamientos eran en extremo caros y la paga que ofrecía Edward era
gigante. Yo no podía dejar que ella partiera de este mundo y su familia no
supiera de ella.

Una lágrima y un suspiro de alivio salieron de ella y no me faltó que un


gracias saliera de sus labios para saber que me agradecía enormemente por
salvar su vida.

— n-Necesito.. Edward, me siento mal.

— Perdona la brusquedad mi pequeña, ya no habrá más de eso. Voy a


cuidarte. Nadie más nunca pondrá su suciedad en ti.

Sin saber por qué me refugie más en su abrazo, buscando calor. Sentí mi
cuerpo ser elevado y mis ojos se cerraron.

*
Narra Mateo Amato.

— Palmer ¿Saben algo?

Él negó.

>> Maldita sea, quítame estás putas esposas, ya estoy bien… ¡Necesito
buscarla! … necesito tenerla conmigo nuevamente.

— Señor su mamá y el señor De Place se encuentran buscando a la señorita


Agnes.

— Nadie podrá buscarla como yo, yo no pude protegerla Palmer, le fallé.


¿Como supo esa sabandija dónde estábamos? Necesito salir, necesito
respuestas. ¡Necesito a Agnes!

— Señor calmese.

— ¿Que me calme, dices? Por dios… yo… déjenme salir, dile a mi madre
que venga a verme, ya estoy bien.

— Lo siento Mateo, pero aunque fueron quemaduras de primer grado hay


algunas que están infectadas por la ceniza y tu brazo fracturado no te
ayudarán en nada. De verdad lo siento.

De nuevo dos oficiales del hospital, dos doctores y una enfermera


irrumpieron en la habitación, venían a sedarme por quinta vez en esta
semana.

— No entienden, tengo que buscarla, ella… ella está en peligro.

Por quinta vez en la semana quedé sumido en la blancura de mi mente,


dónde sólo podía ver a mi amada despedirse de mí, con su carita llena de
lágrimas y con la mirada gritando que vaya por ella.

Volverás a mi Agnes, yo te voy a encontrar mi pulguita.

Yyyyyyyyyy…. Lloren pues❤


Besitos florecitas obsesiv@s los quiero a montones ❤

Ya estamos en recta final, yyyyyy habrá segundo libro de la obsesión del


CEO, aún no sé cómo se llamará pero habrá segunda❤

Adry❤🔥
Capítulo T R E I N T A Y C U A T R O: "No Es
Nada"
Varios meses han pasado desde que decidí entregarme a Edward, cinco
meses para ser exactos. Aún él no confía en mí, cree que podría escapar o
atentar contra mi vida o la suya. Sé que estamos en algún lugar de Europa,
solo que no sé con exactitud dónde. Hace tanto que no sé de nada del
exterior, hace tanto tiempo que no sé de nada. Aunque haya pasado tanto
tiempo siento que fue ayer todo lo que ha venido pasando y simplemente
puedo sentarme a un lado de la ventana mientras la nieve cae y con ella mis
esperanzas de algún día salir de aquí. Allá afuera no tengo nada, ni mucho
menos una familia que se preocupe por mi, pero vale todas las malditas
penas tener libertad.

Edward me impuso muchas reglas entre ellas la más importante de todas es


que si yo le demuestro amor entonces él también me demostrará a mi, todo
debe fluir mutuamente, todo debe ser igual. Debo sellar nuestro pacto con
un beso, los demás encuentros llegarán con el tiempo, al menos eso me dijo.

Hoy se celebrará una fiesta en la inmensa mansión dónde estamos, ya él me


advirtió, que no hiciese nada estúpido. Al menos no, si quisiera ver a
Rachel con vida nuevamente, ella se ha vuelto una muy buena amiga. Sé
que allá afuera nadie me busca porque le pedí su teléfono prestado y al
buscar noticias o alguna difusión de mi paradero solo habían cosas
referentes a las empresas, tanto al banco que maneja mi cuñado Artemis
como a noticias de él. Un encabezado llamó mi atención al verlo y ese decía
que :

"Mateo Amato, actualmente CEO de la gran Amato Vitale Company, se


encuentra ahora mismo recuperándose de un fatal accidente, aunque se
encuentra con vida no volveremos a ver al soltero codiciado por una larga
temporada hasta su completa recuperación"
Aunque amo saber que se encuentra con vida, entiendo que siempre me
quiso solo para sexo, armar toda una treta, jurarme amor y engañarme sólo
por sexo, es por eso que hoy, aceptaré a Edward y seré presentada hoy como
su prometida. Viajaremos a Inglaterra para así firmar ese divorcio y al fin
recuperar la empresa de mi abuela.

Nunca debí separarme de Edward, no hubiese tenido que pasar por esas
tortuosas situaciones, él nunca me ha hecho daño, solo lo ha hecho por mí
bien, así que ya no escaparé, mi destino está junto a él.

Termino de arreglar mi vestido, dejo mi cabello suelto y rocío sobre mi ese


exquisito perfume con olor a vainilla, termino de ajustar las hermosas
sandalias que fueron hechas solo para mí y salgo de la habitación, Edward
me espera al final del pasillo, caminó hacia él y sonrió tímidamente.

— Quedaste muy hermosa, aunque siempre has sido hermosa.

— Gracias.

Su repentino beso en mi mejilla me saca de balance y él lo nota, coloca su


mano alrededor de mi cintura y me atrae hacia él ligeramente. Su cabeza se
esconde en mi cuello y puedo sentir su nariz olfateandome

— Nunca he besado tus labios, odio la idea que alguien más lo haya hecho
primero que yo. Hueles tan bien, todo en ti es adictivo, es embriagador. —
Susurro cerca de mi oído.

Baje mi vista y susurré:

— No es nada.

Él colocó su mano sobre mi mentón y me obligó a verle.

— Siempre te esperé, pedí al cielo porque algún día me amaras pero nunca
lo hiciste, me veías como un anciano que se había casado con tu abuela, así
no fuese uno, y solo pude cuidarte después que ella falleciera y me esmere
en hacerlo, te encerré en una burbuja que solo te hizo daño e hice que te
alejaras de mí, ya no esperaré nada más, ya no esperaré para besarte, he
esperado esto mucho tiempo y ya tienes la edad suficiente para amarme
como yo lo he hecho desde la primera vez que te vi, comenzó con un cariño
inocente hasta convertirse en mucho más con el pasar de los años. Ya no
veo mi vida sin tu presencia en ella.

Sus labios rozaron los míos tímida y delicadamente, su mano caliente se


posó en mi mejilla atrayendome a su boca, ligeramente mordió mi labio
inferior y sentí chispas recorrer mi cuerpo entero, sonreí y él también.

>> Esperaré el día que correspondas mis sentimientos, sé que ese día está
más cerca de lo que creo.

Yo no dije nada, nunca lo hacía , solo apreté fuerte su mano y terminé por
enlazarla con la mía. Juntos caminamos hasta las escaleras que guiaban al
recibidor y respectivamente al salón de fiestas.

Una pequeña multitud de personas, algunas con copas en sus manos ,


algunas chismorreando en pequeños grupos alzaron su vista a nuestra
posición, sentí pena a lo que Edward me habló:

>> No te sientas avergonzada, no cuándo desde ahora te convertiré en lo


que has debido de ser siempre, la maldita reina de todo el puto mundo.

Bajamos completamente las escaleras y un hombre vestido de un esmoquin


perfectamente alisado se acercó a nosotros con dos copas de lo que
comprendo es Champaña. Otro hombre vestido informal, dentro de tanta
formalidad, con una cámara colgando en su cuello se acercó a nosotros. No
había que ser muy inteligente para darse cuenta que se trataba de un
periodista y gracias a la pulsera roja y azul con la palabra "Rudè Pravò" que
llevaba en su muñeca supe dónde estábamos.

En ningún otro lugar del mundo el invierno es tan irresistible, en ningún


otro lugar del mundo un partido comunista tiene su propio periódico y sí sí
lo tienen pues no sé, pero sí que sé de este. Ya al menos sabía dónde estaba
parada, La República Checa.
Muy cerca de Italia, ¿Acaso Mateo tenía convenio con Edward para que
esté me encontrará? Lágrimas amenazaron con salirse de las cuencas de mis
ojos y se lo impedí, no lloraría, me reí y tomé de un solo trago la fría y
espumante Champaña.

Algún día sabré que sucedió y cuando eso pase que el mundo se sostenga
fuerte, Agnes nunca más será pisoteada.

Tarararan

Tarararan

Aquí un nuevo capítulo, y que les parece? No me odien.

Besitos florecitas obsesiv@s❤

Adry❤🔥

Ya falta muy poco para el final🔥


Capítulo T R E I N T A Y C I N C O: "Habla Del
Anhelo"
Narra Mateo Amato.

— ¿Cuánto tiempo ha pasado?

Él bajó su vista y respondió:

— Cinco meses señor.

La ira incrementando en mi interior.

— ¿Dónde está mi madre? — Pregunte fríamente.

— Ella se encuentra en Inglaterra, surgieron situaciones en Oxford y las


está arreglando. Antes de que pregunte no se sabe nada de Wembley ni de la
señora Agnes.

— ¿Volverán a drogarme?

Negó con su cabeza.

>> Yo sabía que serían inútiles, además casi me matan ¿En qué estaban
pensando? Inducirme un maldito coma, yo pude haberla encontrado apenas
ese maldito se la llevó.

— Su madre temía que usted hiciera lo mismo que hizo cuándo descubrió a
la señorita Marilyn siendo infiel.

— Todo el maldito tiempo han tenido la misma idea equivocada, yo no


atentaría contra mi vida por una pobre mujer carente de principios como
Marilyn.

Mi cuerpo se sentía algo débil gracias a que hace cinco días había vuelto a
la vida, mi madre había ordenado que me inducieran un coma, eso casi
acaba con mi vida. Cosa que hubiese deseado, no quería despertar y no
tenerte conmigo Agnes, te ame desde aquel primer día que vi tu cara, tú
silueta y lo último que vi al caer adormecido gracias a la inmensa
borrachera que nos pegamos juntos.

Los recuerdos que tengo de ese día son vagos, y sé que tú no me recuerdas.

Estabas drogada, no era tu mejor momento y el mío tampoco, lograste curar


mi alma con solo una sonrisa, encontrarte de nuevo fue lo mejor que pudo
pasarme .

Te entregaste a mi y no pude protegerte, ahora se me va la vida intentando


recuperarte. Por las noches me duermo y al día siguiente despierto
pensando en ti, tú ausencia desgasta mi alma, te necesito de vuelta.

>> Que irónica es la vida, quizás si hubiese expuesto todo de una vez
hubiese podido evitar los desenfrenos de mi madre.

— Mateo yo intenté detenerla, te lo juro que lo intenté pero sabes cómo es


ella, sí tú eres terco ella lo es el doble.

Se detuvo y por todos los años que llevo conociéndolo sé que tiene algo
atorado que quiere dejar salir. Hice un gesto con mi mano invitándolo a
proseguir.

>> Estuve a punto de decirle a tú mamá el porqué de tú situación ese día ,


pero sé de antemano que es algo que te corresponde a ti decírselo .

— ¿Él está con ella en Inglaterra?

Asintió.

>> Iremos allá.

— Mateo hay algo más que debes saber. Hay unas noticias, sabes bien que
mis padres son checos.

— ¿Tus padres? Ellos fallecieron hace mucho Palmer.


— Sí, murieron pero aún tengo familiares allá. Hace poco regresé, justo dos
días antes que despertarás. Para hacer menos tedioso esto, iré al punto.
Tengo una pista.

Mi corazón comenzó a latir apresurado.

— Dime de una vez, cero misterios.

— Agnes está allá, la señorita Agnes está en la República Checa. Estando


allá compré un periódico y vi un anuncio en el periódico local, estaban la
señorita Agnes y un hombre juntos posando para una foto y sus sonrisas
eran gigantes. Antes de que digas que no era ella quiero que lo mires con
tus propios ojos, el hombre no sé si sea ese tal Wembley ya que aún no he
encontrado información de él y en el periódico tiene otro nombre, se hace
llamar Eda Cervenka.

Mis manos temblaban y una maldita lágrima rodó por mi mejilla, sentía
tanta rabia, demasiada, ver cómo las sucias manos de ese hombre tocaban
las caderas de ella, como sus dedos se ahincaban en ella. Me dirán loco pero
sé por su mirada que ella no está bien, no se siente a gusto

— Iré ahora mismo a salvarla.

— Mateo piensa con la cabeza fría, siempre piensas con la cabeza fría.
¿Que ganarías yendo allá? Por lo que sé ese hombre tiene todo un ejército
de hombres sanguinarios y el lugar en el que está está cubierto de montañas
y mucha nieve en esta época del año. Si fueses allá, lejos de recuperarla
sólo podrías perder tu vida en el intento.

Él tenía razón, pasé cinco meses siendo la reencarnación masculina de la


bella durmiente, haré todo lo necesario para traerla de vuelta así pierda mi
vida en el intento.

— Entonces vamos a Inglaterra, tenemos cuentas que arreglar con mi


querido padre, llegó la hora que mi madre sepa la belleza de marido que
tiene.
— ¿Qué harás con exactitud?

— Contarle a mi mamá los hechos con pelos y señales de aquel día, decirle
que no intentaba acabar con mi vida cuándo me consiguió y que mucho
menos estaba drogado, simplemente tenía una maldita borrachera. Una
borrachera gigante gracias a la fuerte impresión de encontrarme a mí amada
novia teniendo sexo asqueroso con mi ejemplar padre.

Narra Agnes Bachelet.

— Agnes, ¿Te sientes bien?

La voz preocupada de Edward me hizo voltear mi vista hacia él.

— No, creo que son mareos debido al vuelo.

— Si gustas dormir está bien. Te veo pálida y mucho más flaca. La


entrevista salió bien, te ganaste este viaje. Espero que sigas portándote bien,
casi se me olvida lo que ha pasado entre tú y ese hombre.

Asentí, era mentira, ya hacía un buen tiempo que no me mareaba andando


en las alturas. Hay algo raro conmigo, con mi cuerpo, me he dado cuenta
días después de que saliera aquel artículo, aún en mi cadera siento el dolor
que me causaron los dedos de Edward. Hice cálculos con Rachel quién era
la encargada de mí durante esos días en los que hacían "mi purificación" y
llegamos a la conclusión de que hace cuatro meses que no me baja la regla,
supuse que era por tanto estrés que llevaba a cuestas, pero, la verdad es que
cientos de otros síntomas me embargan.

Necesito ir a un médico apenas aterricé en Inglaterra, sé lo que sucederá, sé


lo que me dirán.

Llevo en mi vientre el fruto de un amor no correspondido, llevo en mi


vientre la semillita que me dio las ganas y fuerzas de seguir adelante.
Estoy embarazada.

Debo luchar por mi libertad, debo luchar por nuestra libertad. Cierro mis
ojos, cierro mis ojos esperando a que el ser junto a mi no escuchará el
retumbar de mi corazón acelerado.

Algo ronda mi mente desde que descubrí que llevaba en mi vientre una vida
que nos unía, él tenía razón , aquel poema tenía razón :

"¿Por qué ver por separadas esta vida y la siguiente, si una proviene de la
anterior?

El tiempo siempre es escaso para quienes necesitan, pero para los que
aman dura para siempre.

Aun después de la noche más oscura, el Sol saldrá de nuevo. Si el


corazón es lo bastante fuerte, el alma renacerá con cada nuevo día. Vida
tras vida, época tras época, para siempre.

Existen almas gemelas destinadas a encontrarse, pero no todas están


destinadas a permanecer juntas.

¿Por qué ver por separadas esta vida y la siguiente, si una proviene de la
anterior? …habla del anhelo, de un alma que clama por otra "

Algo nos une, algo nos reencuentra, algo nos conecta ¿Casualidad o
destino? No lo sé, sólo sé que conservaré este pedacito de ambos y aunque
aquellos sentimientos confesados fuesen una mentira, entonces amaré esa
mentira. Amaré la forma en la que me hizo sentir esa mentira, en las nubes.

Con él siempre es así, siempre logra que mi alma se sienta atraída a la suya
y que la contradicción surque mi mente. ¿Qué haré con esto que siento por
ti? Espero en esta misma vida encontrar la respuesta.

Tatatatatatatnnn uffff, mucho que asimilar.

No me odien ❤
Disfruten florecitas obsesiv@s❤🔥

Adry❤🔥

Lean información importante

El próximo capítulo será el final, aún no sé si habrá epílogo así que amen
mucho, amen que esto llegó a su final.

PD: Lo bueno es que habrá segundo libro de La Obsesión Del Ceo, sólo
que comenzaré a publicarlo después de tener al menos cuatro capítulos
listos❤
Capítulo T R E I N T A Y S E I S : "El Club 33"
— ¿A dónde vas?

Su ceja levantada y una ligera sonrisa burlona en su rostro me dieron unas


enormes ganas de darle una cachetada que le tumbara la perfecta y blanca
dentadura que tiene.

— Te comenté que quería ir a ver a mi doctor. Solo serán unas cuantas


horas.

Dije sentándome y colocando la pequeña cartera dónde llevaba mis


documentos de identidad a reposar en mis piernas.

Suspiré.

>> Sé que nuestro día llegará muy pronto y quiero que un doctor se
encargue de verme antes de eso, además quiero aprovechar que estamos
aquí para que mi doctora de confianza sea quién me vea.

Me puse de pie, sentía náuseas no más de pensar o siquiera tener la idea de


compartir una cama con él.

Sonreí.

— Amo que estés pensando en ese momento de los dos y claro, ve, hazte
ver. Sólo no hagas nada estúpido.

Él también se puso de pie y tomó mis manos, beso cada dorso de ambas
bajo mi atenta y falsamente complacida mirada.

— Me hiere que sigas pensando que esta vez escaparé de ti, no hay lugar
dónde prefiera estar que no sea contigo. Entonces ¿Puedo ir?

Él asintió y sonreí.
— Román, va a acompañarte.

Esta vez fui yo quién asentí y me acerqué a él mucho primero y le di un


beso en la comisura de sus labios.

>> Ve al médico y luego iremos al aeropuerto, tenemos que salir esta misma
noche a República Checa.

La felicidad que sentía se me fue de vacaciones ¡Maldita sea! No le


demostré nada y me apresure a salir al estacionamiento. Subí al auto y me
coloque los lentes de sol que cubrirán mis ojos llorosos.

Ojalá el plan salga bien, si no mi vida correría peligro y la de mi pequeño


bip también corre enorme peligro, ¿Qué clase de madre sería si dejo que lo
arrebaten de mi lado?. Instintivamente toque mi vientre que a pesar que ya
tenía muchos meses seguía sin verse abultado.

No puedo negar que tengo muchísimo miedo pero si no lo intento, nuestro


destino será igual, sufrimiento inevitable. Siempre llevo esta frase en mi
memoria: "Jamás aceptes una derrota cuándo no has peleado lo suficiente."

Y yo no lo he hecho, por muchos años he huido de Edward, pero nunca lo


he enfrentado y llegó la hora de hacerlo, debo hacer del mundo un lugar
mejor, mi pequeño suspirito de vida lo necesita y pide a gritos.

El camino al centro comercial dónde se encuentra el consultorio de Allison


Williams, la doctora que desde hace años es la que se encarga de ver todo lo
relacionado a mi salud íntima y también a la salud íntima de mi querida
hermana se hizo super corto, los nervios me carcomen aunque ya todo está
preparado en tan solo unos pocos minutos la veré otra vez después de tanto
tiempo.

Junto con Rachel preparamos un plan de huida, ella se encargó de hablar


con Ainara y acordamos encontrarnos aquí, Allison es amiga nuestra y
aceptó ayudarnos.

Libertad, iré a ti ¿O tú vienes a mí? Solo espero al fin encontrarte.


*

Narra Mateo Amato.

— ¿Ya sabes dónde nos veremos con mi madre?

Palmer asintió.

— El club 33.

— Amo cuándo me toman enserio.

— Después de tu larga siesta de belleza lo mínimo que mereces es atención.

Ambos reímos y por cosas inexplicables del destino decidí ver por la
ventana, íbamos pasando por un gran centro comercial, el cual está muy
cerca de la sucursal que mi pequeña pulga se encargaba. Nos detuvimos
gracias a un semáforo en rojo.

Seguí viendo a las personas que ingresaban al gran mall y entonces, entre
tanta gente la vi. Juro haberla visto.

— Palmer, ¡Detente!

Bajé el vidrio intentando buscar con la mirada y no le vi nuevamente.

>> Sigue, solo fue un error.

Las alucinaciones vuelven. Mi teléfono sonando me sacó de aquella deseosa


ensoñación de verla de nuevo. Vi quién llamaba y el nombre de Artemis
relucía en la pantalla.

•° En La Llamada °•

— ¿Dónde estabas?

— Cumpliendo una regeneración de belleza.


— Algo me comentó tú madre.

Suspiro.

>> ¿De casualidad Ainara no te ha contactado?

—Es tu esposa, ¿Porque debería yo saber dónde está?

— Desde esta mañana salió y ni los guardaespaldas lograron dar con ella.
Estoy preocupado, Alina ha llorado mucho por ella. Nunca se había
separado tanto.

Pude sentir la preocupación en su voz.

— Dame quince minutos y te devuelvo la llamada, buscaré a Ainara.

•° Fin De La Llamada°•

Ya nos encontrábamos llegando al muy conocido club 33, Palmer se


estacionó y yo me dispuse a hacer muchas llamadas, todos llegaban al
mismo punto sin salida.

La voz nerviosa de Palmer llamó mi atención.

— Mateo, yo sé dónde está Ainara.

Mi mirada interrogante se volvió a él.

— ¿Qué esperas para decirme?

— Sí te digo, ¿Prometes no decirle a Artemis ni inmiscuirte tú?

Asentí.

>> No Mateo, dame tu palabra, tu promesa.

— Tú… está bien te lo prometo.


— Ella está salvando a Agnes.

— ¿¡Qué!?

Mi dedos se enredaron en mi cabeza y hale de mi cabello con evidente


frustración.

>> ¿En qué maldito momento es que todos han decidido pasar por encima
de mí? ¿Cómo pueden hacer todo sin esperar al menos estar seguros?

— Ellas tienen un plan y ambas son inteligentes, la señorita Agnes contactó


a su hermana y ambas armaron un plan para intentar rescatar a Agnes del
psicópata de Edward Wembley. Ainara me pidió ayuda y yo no podía solo
negarme.

— Insólito, malditamente insólito.

— Mateo… Hay algo más… Resulta que…

— Habla ya y deja de darle tantas vueltas al asunto.

— Agnes está embarazada.

Continuará...

Hola hola, hola, hola, hola jajajaja holaaaa florecitas obsesivas🤭❤

Me complace decirles que, ya La Obsesión Del Ceo llegó a su final, mañana


saldrá el nuevo libro así que estad todas atent@s❤

La segunda parte se llamará : Obsesionado Otra Vez, si van al grupo de


Facebook podrán ver la portada y el prólogo ❤

Adry❤🔥
Obsesionado Otra Vez
Holaaa...

¿Están list@s para seguir sufriendo?

Obsesionado Otra Vez, segunda parte de la Bilogía Obsesión ya se


encuentra con su prólogo publicado. Como ya es costumbre el primer
capítulo estará saliendo en horas de la tarde noche.

Una cosita más para agregar, me dolieron mucho los comentarios de


descontento con el Final De La Obsesión Del Ceo, muchas personas no
comprendieron que se trataba de un continuará, esa palabra no expresa
final.

Bueno en fin, la nota que deje al final del Prólogo les dirá todo lo que tienen
que saber, agradezco a cada una de las chicas que comentaron y estuvieron
apoyando y felices con toda la novela - Incluyendo el amargo final-

Un saludo a todas y las llevo en mi corazón ❤

Reisar.

Junive .

Emilia.

Ustedes son las mejores, ame sus comentarios y espero seguir viéndolos en
el próximo libro❤

— Adry❤🔥

Acá les dejo un pedacito de lo que es la continuación ❤


El día está frío, afuera llueve a cántaros, todo se encuentra en perfectas
condiciones. El libro de cuentos infantiles se encuentra con el marcador
justo en la página tres y el rico chocolate caliente con malvaviscos flotando
sobre el, se encuentra exquisitamente humeante.
— Estamos listos bebé, comenzaré justo dónde quedamos la última vez.

Tomó un ligero sorbo de la tibia bebida y me dispongo a agarrar el libro.

>> Érase una vez, una tierna princesa, vivía con su abuela en un hermoso y
gigante castillo de piedras en el país lejano llamado Misfortunes…

Un fuerte sonido proveniente del cielo casi logra hacerme volar del susto.
Lo que logré fue tirar el rico chocolate que con mucho esfuerzo había
preparado.

>> Maldiciones, solo a mi y a la sal. Las mil desgracias, así me llamo


ahora.

Me puse de pie y fui por el balde para limpiar mi desastre, mientras


trapeaba el frío suelo de madera otro chorro de agua inundó mis pies, era un
olor extraño, en efecto no conocido por mis fosas nasales. Vuelvo mi vista a
mí hermoso vestido azul el cual llegaba a mis rodillas gracias a mi enorme
panza de embarazo y lo que vi me aterro con desespero, había roto fuente,
lo sé, ya estaba preparada para este momento.

Un fuerte dolor en mi cadera casi me tumba, pero logré sujetarme a tiempo


de la mesa que se encontraba justo a mi lado.

Carraspeé mi garganta y con un fuerte grito le llamé:

>> ¡¡Ainara!!

Una agitada hermana gemela irrumpió en mi habitación.

— ¿Qué sucede? — Desvío su vista a mis piernas y entonces fue cuándo


sus ojos se abrieron y juró que sus pupilas están dilatadas.

>> ¿Ya viene?

Asentí.

*
Esta nueva continuación será muy muy corta, contará con 30 capítulos,
aunque serán super largos.

Recuerden que después de culminar está obra estaré publicando la historia


de Aleah la prima/hermana de Mateo... Se vienen otros muchos proyectos
entre ellos uno llamado Placeres Amargos, que estará jajajaja amargo...

Los te quiero mucho, espero verlos a todos y cada uno de ustedes por allí,
La Florecita y La Pulguita esperan por todos ustedes❤

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