Tema 5. Manifestaciones de La Diversidad en La Escuela
Tema 5. Manifestaciones de La Diversidad en La Escuela
Tema 5. Manifestaciones de La Diversidad en La Escuela
1. INTRODUCCIÓN 3
2. DIVERSIDAD DE GÉNERO 6
3. DIVERSIDAD LINGÜISTICA 8
5. DIVERSIDAD FUNCIONAL 11
5.1 Concepto de diversidad funcional 11
5.2 Alumnado con necesidad especifica de apoyo educativo 12
5.3 Estadísticas sobre el alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo 18
6. DIVERSIDAD DE ESCOLARIZACIÓN 20
6.1 Oferta educativa en el sistema educativo español 20
6.2 Alumnado de incorporación tardía al sistema educativo 21
6.3 Alumnado hospitalizado y convaleciente 22
6.4 Alumnado itinerante 22
6.5 Alumnado de origen extranjero matriculados en ciclos formativos 22
7. DIVERSIDAD SEXUAL 24
8. DIVERSIDAD DE APRENDIZAJE 25
9. DIVERSIDAD PERSONAL 29
10. BIBLIOGRAFÍA 30
La presencia de las “excepcionalidades” en clase ha servido para crear nuevos modelos educativos
que atiendan la diversidad en un grado más amplio al habitual pero también han hecho reflexionar
sobre ¿Los modelos tradicionales estaban atendiendo la diversidad propia que había en el aula? Que
todos los alumnos aprobasen o que no hubiese problemas aparentes para que el “grupo homogéneo”
siguiese el ritmo de la clase ¿Significa que se estaba logrando el máximo desarrollo de todos los
alumnos? Aunque no hay evidencias al respecto, cabe pensar que muy posiblemente no. Por ello, el
aumento de la diversidad en las aulas en sus manifestaciones más amplias ha dado luz para darnos
cuenta de la necesidad no sólo de atender a la diversidad que varía más de la norma, sino a la
diversidad de cada uno de los alumnos por el hecho de ser personas. Esta idea es fundamental, ya
que a lo largo de este bloque será en torno a la que gire el abordaje de la diversidad.
Por otra parte, se han entendido tradicionalmente las manifestaciones de la diversidad como
características aisladas y en el tratamiento estadístico del sistema educativo se ha tratado de
cuantificar el alumnado por esas características. Sin embargo, este tipo de clasificaciones numéricas
no están exentas de complejidad en cuanto a la posibilidad de establecer grupos cerrados. Podemos
ver el siguiente ejemplo: tenemos una alumna recién incorporada en la escuela, de origen chino y con
una ligera parálisis cerebral. En este caso ¿dónde clasificamos bajo el sistema tradicional a esta
alumna? ¿Por el género? ¿Por diversidad lingüística? ¿Por diversidad cultural? ¿Por diversidad
funcional? Seguramente estableceríamos diferentes clasificaciones en base a los diferentes criterios y
englobaríamos a esta alumna en cada una de ellas, pero terminaríamos por perder la noción de
unidad de persona y entender sus características propias, no dibujando fielmente un mapa de la
diversidad en España.
Desparecen
Dificultades de aprendizaje
TDAH
Surgen nuevos
Retraso madurativo
Trastorno del desarrollo del lenguaje y la comunicación
Trastorno de atención o aprendizaje
Desconocimiento grave de la lengua de aprendizaje
Situación de vulnerabilidad educativa
Se mantienen
Necesidades educativas especiales
Altas capacidades
Incorporación tardía
Condiciones personales o historia escolar
También se considera el apoyo dentro del aula, de un profesor/a especialista, este apoyo será por
especialistas de Pedagogía Terapéutica o Audición y Lenguaje, personal complementario u otro
personal. Excepcionalmente, se podrá realizar el apoyo fuera del aula en sesiones de intervención
especializada, siempre que dicha intervención no pueda realizarse en ella y esté convenientemente
justificada, precisando incorporación de recursos específicos, modificación/habilitación de elementos
físicos y participación de personal de atención educativa complementaria. A su vez, se contempla la
aplicación y seguimiento del equipo docente y profesional especializado y las adaptaciones
Curriculares Significativas (ACIS) para alumnado NEE.
Por ejemplo, se introduce una nueva materia en Primaria y Secundaria sobre valores cívicos y éticos,
que prestará especial atención a la igualdad entre mujeres y hombres y al valor del respeto a la
igualdad. En Bachillerato, se incorpora entre los objetivos de la etapa consolidar una madurez
personal, afectivo-sexual y social que permita prever, detectar y resolver posibles situaciones de
violencia.
Los centros deberán incluir y justificar en su proyecto educativo las medidas que desarrollen para
favorecer y formar en igualdad en todas las etapas educativas, incluyendo la educación para la
eliminación de la violencia de género, el respeto por las identidades, culturas, sexualidades y su
diversidad, y la participación activa para hacer realidad la igualdad (Ministerio de educación y
Formación profesional, s.f).
Otro aspecto que trataremos de abordar en la unidad es, dentro de la diversidad, cómo esta puede
verse influenciada por la diversidad lingüística y cultural. Por ejemplo ¿Es igual el tratamiento de la
diversidad de género en todos los países? ¿Y el de la diversidad funcional? ¿Cómo se trata la
diversidad cultural en otros países?
A continuación, basados en las clasificaciones tradicionales, así como en las reflexiones de la acción
educativa, se plantean las siguientes manifestaciones de la diversidad que pueden presentar los
alumnos en nuestras aulas. Resaltamos aquí nuevamente que el eje central de la diversidad es la
persona y no “la diversidad que presentan los centros educativos en España”.
Gráfico 1. Distribución de varones y mujeres en edad escolar por rango de edad Fuente: Elaboración
propia a partir de datos del INE (2017)
Al parecer en todos los rangos de edad se muestra un número ligeramente superior de hombres que,
de mujeres, pero ambos estando cercanos al 50%. Según el estudio de Azorín (2014), el profesorado
en contextos españolas cada vez más presenta actitudes favorables hacia la coeducación, es decir,
hacia el hecho de asegurar una educación de calidad acorde a los intereses y necesidades de los
alumnos indistintamente del género, haciendo que todas las personas participen por igual en el
proceso de enseñanza-aprendizaje. Este hecho es también corroborado por Valdivia, Alonso,
Sánchez y Zagalaz (2013) en el área de educación física, un contexto en el que la mujer se ha
presentado en desventaja tradicionalmente, encontrándose en situaciones de discriminación fruto de
actitudes sexistas negativas y prejuicios hacia la práctica de la actividad física.
Este es un paso logrado gracias a las diferentes reformas educativas que llegan a la actualidad y as
trabajo del tejido asociativo e institucional que han hecho que en el último siglo la mujer pase de un
contexto de exclusión en el sistema educativo, a la creación de la escuela mixta y posteriormente
coeducativa. Por escuela mixta entendemos la organización formal que resulta de la coexistencia de
alumnos y alumnas en el mismo centro educativo compartiendo el mismo currículum, y que deberá de
conllevar, de entrada, un trato de igualdad entre unos y otros. Sin embargo, de hecho, ha supuesto la
incorporación de las alumnas al modelo educativo masculino, considerado como universal, lo que
constituye una discriminación, cuando no una negación del modelo femenino.
Proponer un currículum equilibrado que elimine los sesgos sexistas presentes en la sociedad.
¿Qué roles vive cada alumno/a en su contexto familiar en cuanto a la diversidad de género?
Al hilo del punto anterior ¿ha vivido el alumnado discriminación positiva o negativa por su
condición de género en el país de origen?
¿Cómo se manifiesta el tratamiento del género en los medios y la sociedad que nos rodea?
Aunque en el marco educativo desde el ámbito legal, así como en la formación del profesorado
parece haberse superado muchas barreras, en la práctica real en el entorno social aún queda mucho
camino por recorrer. Vemos algún ejemplo a continuación de anuncios sexistas que se pueden
observar en la actualidad y que hace necesario que estos aspectos sean trabajados de manera
explícita en el aula.
El contexto de la escuela intercultural e inclusiva busca respetar y poner en valor las lenguas
de origen de cada persona.
Dentro de cada país existe una enorme diversidad lingüística, especialmente en aquellos que
presentan comunidades de indígenas que mantienen el legado cultural.
Estos aspectos, aunque no dejan de ser algunas ideas generales, son ideas fundamentales que
orientarán el tratamiento de la diversidad lingüística en el aula.
Cabe destacar que, aunque se trata de datos globales, los datos relativos (porcentajes) dibujan una
línea paralela a la de los datos totales, ascendiendo el porcentaje de representación de estos
alumnos del 3% en 2001-2002 hasta el 8,5% en 2016-2017, habiendo sido el porcentaje más alto en
2008-2009 con un 9,8%.
En cuanto a la nacionalidad de origen, destaca el alumnado procedente de Europa, 33,9%, junto con
el de África, 30,6%, por encima del procedente de América Central y del Sur, 24,3%, que en el
pasado venía siendo mayoritario. Por países, el alumnado más numeroso corresponde a Marruecos
(174.912), que aumenta en 927 alumnos, Rumanía (103.223; +1.541), China (36.334; +2497),
Ecuador (33.115; -3.281), y Bolivia (23721; -1.079).
No obstante, el conseguir que este alumnado domine las competencias previstas en el sistema y
llegue a la titulación establecida, se ha entendido tradicionalmente como casi la única oportunidad
que se le puede ofrecer para cambiar ese contexto en el que vive e incorporarse, en las mejores
condiciones, a la sociedad de su entorno mediante una formación conforme con las exigencias
laborales y sociales del momento y, posteriormente, un trabajo digno. Sin embargo, más allá del
trabajo cabe destacar el desarrollo del talento, de su potencial y descubrir sus propias capacidades.
Toda persona, por el hecho de ser persona tiene la capacidad de llegar a donde se quiera plantear,
pero para ello debemos hacer creer al alumno en sí mismo, dar las herramientas para que llegue a
auto superarse y exigirle siempre al máximo de sus capacidades.
Según los datos del Ministerio de Educación Cultura y Deporte (2017), durante el curso 2015-2016 en
España había 62.808 alumnos en situación de desventaja socioeducativa, 37.028 de ellos
escolarizados en la educación primaria, 24.224 en la ESO y 1.556 alumnos en otros programas
formativos.
5. DIVERSIDAD FUNCIONAL
Antes de abordar este apartado conviene realizar una aclaración terminológica ya que al hilo de lo
que se introducía en la unidad, existe cierta disonancia entre los términos empleados en el ámbito
educativo y, por ende, en la legislación educativa, y los términos empleados en el contexto de la
escuela inclusiva ya que tratan de dar un paso más allá sobre los términos tratados en la actualidad.
Desde la perspectiva de la escuela inclusiva e intercultural se entiende que toda persona es por
naturaleza diferente y por lo tanto en el proceso de enseñanza-aprendizaje se ha de atender a dicha
particularidad. Sin embargo, si nos centramos en lo que la legislación concreta en cuanto a la
diversidad ésta se refiere a los alumnos que por sus circunstancias o capacidades requieren de
ciertos apoyos educativos para seguir el currículo con “normalidad”. Este hecho implica pensar que el
alumno debe “compensar” ciertas carencias para cumplir el patrón de aprendizaje entendido como
“normal”. Desde la escuela inclusiva lo que se trata es que cada alumno se desarrolle al máximo de
sus posibilidades, por lo tanto, tiene en cuenta la diversidad manifiesta por todo el espectro de
población. Es decir, se preocupa porque alguien que desarrolla el currículo de manera excelente no
se quede ahí, sino que trate de mejorar acorde a sus capacidades y no acorde a lo que le establecen
externamente e igual con alguien que presenta mayores limitaciones.
En este sentido lo que nos encontramos es con variedad terminológica que se utiliza para referirse a
un hecho con rasgos parecidos, pero con un enfoque educativo completamente diferente.
Definiremos por lo tanto esos conceptos para comprender más adelante las manifestaciones de la
diversidad funcional.
El Foro de Vida Independiente entiende que las mujeres y hombres con diversidad funcional tienen
que ver con sociedades que, siendo intrínsecamente imperfectas, han establecido un modelo de
perfección al que ningún miembro concreto de ellas tiene acceso, y que definen la manera de ser
física, sensorial o psicológicamente, y las reglas de funcionamiento social. Y que este modelo está
relacionado con las ideas de perfección y “normalidad” establecidas por un amplio sector que tiene
poder y por el concepto de mayorías meramente cuantitativas.
En el término diversidad funcional se busca un lugar intermedio que no obvie la realidad. Las mujeres
y hombres con diversidad funcional son diferentes, desde el punto de vista biofísico, de la mayor
parte de la población. Al tener características diferentes, y dadas las condiciones de entorno
generadas por la sociedad, se ven obligados, según exponen, a realizar las mismas tareas o
funciones de una manera diferente, algunas veces a través de terceras personas (teniendo en cuenta
cómo la sociedad está desarrollada y organizada actualmente).
Así, una persona sorda se comunica a través de los ojos y mediante signos o señas, mientras que el
resto de la población lo hace fundamentalmente a través de las palabras y el oído. Sin embargo, la
función que realizan es la misma: la comunicación. Para desplazarse, una persona con una lesión
medular habitualmente utiliza una silla de ruedas, mientras que el resto de la población lo hace
utilizando las piernas: misma función, manera diversa. Un ejemplo claro lo podemos ver en la imagen
a continuación:
Imagen 2: Ejemplo de actividad deportiva compleja simplemente realizada de forma diferente. Fuente:
Batec.mobility.com (s.f).
Por eso el término “diversidad funcional” se ajusta a una realidad en la que una persona funciona de
manera diferente o diversa de la mayoría de la sociedad. Este término considera la diferencia de la
persona y la falta de respeto de las mayorías, que en sus procesos constructivos sociales y de
entorno, no tiene en cuenta esa diversidad funcional.
A lo largo de las distintas normas educativas que han estado vigentes, el concepto de alumnado
diverso ha ido modificándose y tomando definiciones cambiantes, y con la nueva norma educativa se
produce un nuevo cambio el cual os detallamos a continuación. En dicho cambio hay acepciones que
desaparecen, otras que modifican su nombre y otras que se incluyen. Para comprender mejor todos
LOMCE, Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la mejora de la calidad educativa [2]:
LOMLOE, Ley Orgánica 3/2020, de 29 de diciembre, por la que se modifica la Ley Orgánica 2/2006,
de 3 de mayo, de Educación [3]:
La LOMLOE es la actual ley educativa, aprobada a final de 2020. En dicha normativa contamos con
un Artículo único. Modificación de la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación. Dentro de
este artículo, el apartado Cuarenta y nueve ter. Se centra en la modificación de los apartados 1 y 2
del artículo 71 de la LOE quedando la redacción en los siguientes términos: “…, por presentar
necesidades educativas especiales, por retraso madurativo, por trastornos del desarrollo del lenguaje
y la comunicación, por trastornos de atención o de aprendizaje, por desconocimiento grave de la
lengua de aprendizaje, por encontrarse en situación de vulnerabilidad socioeducativa, por sus altas
capacidades intelectuales, por haberse incorporado tarde al sistema educativo o por condiciones
personales o de historia escolar, puedan alcanzar el máximo desarrollo posible de sus capacidades
personales y, en todo caso, los Objetivos establecidos con carácter general para todo el alumnado.»
Para ello, comenzamos recordando que el capítulo 1 de la Ley orgánica 3/2020 regula que el
alumnado con necesidad especifica de apoyo educativo es aquel que “requiera una atención
educativa diferente a la ordinaria por presentar necesidades educativas especiales u otras
necesidades educativas para que alcancen el máximo desarrollo posible de sus capacidades
personales y, en todo caso, los objetivos establecidos con carácter general para todo el alumnado”.
Esto significa que, de cara a organizar la respuesta educativa más adecuada a este alumnado desde
el marco de la atención a la diversidad, se debe tener en cuenta, al menos, dos consideraciones en
las tipologías que sirven para identificar las necesidades educativas
Alumnado que presenta necesidades educativas especiales (NEE) a las que hace
referencia el artículo 73.1. “Se entiende por alumnado que presenta necesidades
educativas especiales, aquel que afronta barreras que limitan su acceso, presencia,
participación o aprendizaje, derivadas de discapacidad o de trastornos graves de
conducta, de la comunicación y del lenguaje, por un periodo de su escolarización o a lo
largo de toda ella, y que requiere determinados apoyos y atenciones educativas
específicas para la consecución de los objetivos de aprendizaje adecuados a su
desarrollo.”
Es decir, se amplía el conjunto de alumnos que son incorporados a la categoría NEE con aquellos
que presentan trastornos graves de la comunicación y el lenguaje y también se amplía el concepto de
NEAE incluyendo a los alumnos que presentan determinadas condiciones personales, familiares o de
historia escolar, haciendo especial alusión al desconocimiento del idioma y situaciones de
vulnerabilidad socioeducativa
También en dicho artículo 71.2. se hace referencia a la provisión de recursos al afirmar que “el
sistema educativo dispondrá de los recursos necesarios para la detección precoz de los alumnos
con necesidades educativas especiales, temporales o permanentes, y para que puedan alcanzar los
objetivos establecidos con carácter general para todos los alumnos”.
A tal efecto, las Administraciones educativas dotarán a estos alumnos del apoyo preciso desde el
momento de su escolarización o de la detección de su necesidad
Parece lógico pensar que, si aumenta la tipología de alumnado NEE y NEAE, deberían aumentar
proporcionalmente los recursos destinados a ellos, y no solo en los centros de educación especial,
sino también en los centros ordinarios dentro del marco de la inclusión. Es decir, que o bien se
precisa más personal cualificado en educación especial (quizás sería más certero decir educación
inclusiva), o bien se precisa que el personal “ordinario” se especialice más en inclusión, sobre todo
las nuevas incorporaciones al cuerpo docente
En este sentido, merece la pena recordar que se consideran recursos personales de apoyo
especializado el profesorado especialista en audición y lenguaje (AL), el profesorado especialista
en pedagogía terapéutica (PT) y otros recursos personales singulares como auxiliar educador/a
(AE), fisioterapia (FIS) y mediación comunicativa (MC).
El artículo 74.2 expone que “La identificación y valoración de las necesidades educativas de este
alumnado se realizará, lo más tempranamente posible, por profesionales especialistas y en los
términos que determinen las Administraciones educativas…” Asimismo, el citado artículo, en sus
apartados 4 y 5 manifiesta los siguiente al respecto:
Los alumnos con Necesidades Educativas Especiales (NEE) son, según el artículo 71 del actual
currículo LOMLOE, aquellos que afrontan barreras que limitan su acceso, presencia, participación o
aprendizaje en la educación, por presentar:
Discapacidad física
Discapacidad psíquica
Discapacidad sensorial
Trastornos graves de conducta, de la comunicación y del lenguaje
Como ves, simplemente, las segundas siglas tienen al principio la coletilla “Alumnado Con”, y, en
realidad, ambas siglas se utilizan para referirse a lo mismo.
Y ahora que ya tienes claras las siglas, vayamos al grano y aclaremos el propio concepto de NEE:
Los alumnos con NEE se añade una coletilla: que alcancen ese desarrollo integral en un entorno
educativo lo más normalizado posible. Por lo que los alumnos con Necesidades Educativas
Especiales pueden llegar a desarrollarse académicamente de la misma manera que cualquier otro
alumno. Eso sí, requieren que la educación se adapte a ellos y no ellos se adapten a la educación.
La escuela actual debe perseguir la inclusión y equidad de todos sus alumnos. Y cumplir dicho
propósito pasa por la compensación de desigualdades, que afecta sobremanera a los alumnos con
Necesidades Educativas Especiales.
Y dicha compensación tiene un pilar fundamental: las medidas de atención a la diversidad. Dichas
medidas son todas las adaptaciones que se hacen para responder a la diversidad del alumnado. Y,
en el caso de los alumnos con NEE, pueden ser medidas muy heterogéneas: Y es que, tal vez, cierto
alumno necesite material adaptado a una discapacidad; otro necesitará que el propio centro tenga
rampas y ascensores por moverse en silla de ruedas, otro requerirá una clase diferenciada con
alumnos con NEE, o también es posible que otro alumno solo necesite más tiempo para hacer sus
cometidos.
Por lo que lo más importante es detectar qué necesidades tiene un alumno para darles una respuesta
personalizada que le permita desarrollarse como cualquier otro alumno. Y, ¡No solo eso! Los ACNEE
suelen tener discapacidades que pueden ocasionar evidentes dificultades. Y esto no va solo de dar a
dichos alumnos los recursos que necesitan. Sino que hay que ir más allá: los centros educativos
deben lograr un clima inclusivo en el que los alumnos con NEE sean también parte activa y visible de
cada comunidad educativa.
Cabe destacar que puede haber alumnos con alteraciones en la funcionalidad que no llegan a
diagnosticarse como discapacidad o que diagnosticándose como discapacidad no tienen
consideración de alumnos con necesidades educativas especiales. Los alumnos que presentan esas
características pueden ser “ciegos” a los ojos de la administración educativa, así como de la
estadística, sin embargo, desde el enfoque de la diversidad funcional estos alumnos, como cualquier
alumno, ocupan un lugar prioritario en el hecho de atender sus necesidades y desarrollar al máximo
sus capacidades.
Alumnado con altas capacidades intelectuales: Alumnado valorado como tal por equipos o
servicios de orientación educativa que recibe atención educativa a través de medidas específicas:
adaptaciones curriculares de profundización o de ampliación del currículo, flexibilización del periodo
de escolarización, y/o participación en programas extracurriculares de enriquecimiento.
Alumnado con integración tardía en el sistema educativo español: Aunque la clasificación del
MECD lo engloba en este apartado en la presenta unidad se tratará más adelante. Departamento de
Educación.
Empleemos una u otra terminología, algo que desde el tratamiento de la diversidad funcional cabe
destacar, al hilo de la diversidad de género, no sólo es entender la incidencia de la diversidad
funcional en el aula como veremos a continuación sino también conocer la percepción de los alumnos
sobre la diversidad funcional y las actitudes hacia la misma (Ajzen, 1985). Algunas preguntas sobre
las que podemos reflexionar en el contexto educativo son:
¿Cuáles son las actitudes de los alumnos y el profesorado hacia la inclusión de alumnos con
discapacidad?
¿Somos capaces todos de ver las capacidades y el talento de cada alumno frente a las
diferencias?
¿Cómo viven las personas con diversidad funcional en cada sociedad y/o cultura?
Según los datos del MECD (2017), el alumnado que recibe apoyo educativo como consecuencia de
presentar alguna necesidad específica asciende en el curso 2015-16 a un total de 538.505: para
206.493 alumnos (38,3%), el apoyo está asociado a algún tipo de discapacidad o trasto grave; para
23.745 (4,4%) a presentar altas capacidades intelectuales; para 7.635 (1,4%) se debe a una
integración tardía en el sistema educativo español; y para los 300.632 (55,8%) restantes, a otras
necesidades de apoyo educativo.
Considerando las enseñanzas en las que está matriculado el alumnado, las enseñanzas básicas,
incluida la Educación Especial específica, concentran el 83,1% de este alumnado (E. Primaria el
47,9%, E. Especial el 6,5% y ESO el 28,6%). Estas enseñanzas suponen en total 447.606 alumnos
(258.156 en E. Primaria; 35.190 en E. Especial; y 154.260 en ESO).
En cuanto al peso del alumnado que recibe apoyo educativo supone un 6,8% del total, que se eleva
al 8,8% para la E. Primaria y al 8,3% en la ESO, y es muy importante en FP Básica y Otros
programas formativos con un 12,7% y un 19,1%, respectivamente.
Las categorías con más peso respecto al total del alumnado matriculado corresponden al alumnado
con necesidades educativas especiales, es decir, con algún tipo de discapacidad, con un 2,6%, y a la
categoría de otras necesidades de apoyo educativo, con un 3,8% del alumnado. En la tabla 1,
podemos observar el porcentaje de alumnos con necesidades específicas de apoyo educativo
existente en cada etapa educativa:
Considerando la distribución entre hombres y mujeres, los primeros representan el 63,3% del
alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo (8,3% del total de alumnos) y las mujeres
el 36,7% restante (5,2% del total de alumnas). Además, en todas las categorías los hombres son
mayoría, reduciéndose las distancias en el caso de integración tardía (54,2% hombres y 45,8%
mujeres). El tipo de apoyo en el que se observan más diferencias en el reparto entre hombres y
mujeres es en necesidades educativas especiales con el 67,3% de hombres y el 32,7% de mujeres.
Por titularidad/financiación del centro, el alumnado con necesidades específicas que recibe apoyo
educativo representa el 7,7% en los centros públicos y el 5,8% en la enseñanza concertada, siendo
solamente el 1,0% en la enseñanza privada no concertada.
El porcentaje de alumnado con necesidades educativas especiales que recibe apoyo supone el 2,6%
del alumnado matriculado en las enseñanzas incluidas dentro del ámbito de esta estadística. Los
mayores porcentajes se presentan en los centros públicos y en la enseñanza concertada (2,8% y
2,6% del total de alumnado, respectivamente), siendo muy reducido en la enseñanza privada no
concertada (0,4%). El porcentaje de hombres (3,4%) que obtienen apoyo es significativamente
superior al de mujeres (1,8%).
Las discapacidades más frecuentes en el alumnado con necesidades educativas especiales son la
intelectual (32,7%), los trastornos graves de conducta/personalidad (20,7%) y los trastornos
generalizados del desarrollo (18,2%). La siguiente tabla es muy representativa sobre el perfil del
alumnado con discapacidad que presenta necesidades educativas especiales
Una parte importante del alumnado con necesidades educativas especiales, el 83,0%, está integrado
en centros ordinarios, aunque hay cierta variabilidad entre el porcentaje de integración en las distintas
comunidades autónomas. Teniendo en cuenta el tipo de discapacidad los mayores porcentajes de
integración corresponden a los trastornos graves de conducta/personalidad, 96,8%, discapacidad
visual, 95,1%, y discapacidad auditiva, 94,1%.
De los 300.632 alumnos que reciben apoyo por “otras categorías” (diferentes a necesidades
educativas especiales, altas capacidades e integración tardía), el 42,6% lo hace por trastornos del
aprendizaje, el 21,3% por trastornos del desarrollo del lenguaje y la comunicación y el 20,9% por
problemáticas derivadas de situaciones de desventaja socioeducativa, existiendo un colectivo de un
9,7% sin asociar a una categoría concreta. El 60,7% de este alumnado son hombres.
6. DIVERSIDAD DE ESCOLARIZACIÓN
En un primer paso para entender la diversidad por historia escolar, daremos una perspectiva global
sobre la oferta educativa existente en el sistema educativo español a lo largo del curso 2016-2017
con el fin de comprender la dimensión que tiene el hecho educativo en España y cómo se distribuye
dicha oferta. Para ello, en la tabla 2 se presenta el censo de centros educativos en España según el
tipo de enseñanza que imparten (MECD, 2017).
Tabla 2. Clasificación de los centros educativos en España por enseñanza que imparten.
Estos datos reflejan por una parte cómo la educación infantil y primaria son los tipos de educación
que presentan un mayor número de centros educativos y cómo la representación de los centros
privados parece elevada, al acercarse al tercio del total de los centros educativos en España. A la
vista de estos datos surge un interrogante y es ¿existe relación entre la tipología del centro y la
diversidad que presentan sus alumnos? ¿Existe igual o diferente grado de diversidad en los centros
públicos y privados? ¿Son todos los centros fiel reflejo de la sociedad o existe algún tipo de
segregación por el tipo de centro al que se acude?
“Se considera como tal al alumnado procedente de otros países que en el curso escolar de referencia
se ha incorporado a las enseñanzas obligatorias del sistema educativo español y se encuentra en, al
menos, una de las siguientes situaciones: a) está escolarizado en uno o dos cursos inferiores al que
le corresponde por su edad; b) recibe atención educativa específica transitoria dirigida a facilitar su
inclusión escolar, la recuperación del desfase curricular detectado, o el dominio de la lengua vehicular
del proceso de enseñanza”.
En España, en el curso 2015-2016 hubo un total de 7.635 alumnos de incorporación tardía, 4.115 de
ellos hombres y 3.520 mujeres. De todos los alumnos, 3.688 alumnos se incorporaron en la etapa de
Educación Primaria y 3.947 en la ESO. Del total de las incorporaciones, 2.138 (28%) se realizaron en
Alumnado hospitalizado al que se encuentra en esta situación al menos por una estancia de
quince días.
Cabe destacar que dentro de las dificultades que presenta para desarrollar una escuela inclusiva, la
itinerantica expone a los alumnos a una riqueza cultural y lingüística más elevada de lo habitual al
recorrer diferentes territorios y entrar en contacto con personas de diferentes lugares con formas
diferentes de vida y formas de comunicación, por lo cual se convierte en una oportunidad de
enriquecimiento. Si bien es cierto, este tipo de escuelas parece verse cada vez más reducidas debido
a la reducción de situaciones de itinerancia.
El 18% de los alumnos de estos programas son de origen extranjero, porcentaje que
incrementa notablemente desde el 8,5% que representa el alumnado de origen extranjero en
la educación primaria y secundaria.
En provincias como la Rioja o Aragón, este porcentaje se eleva hasta el 33,2% y 31,5%
respectivamente.
En provincias como la Cataluña o Aragón, este porcentaje se eleva hasta el 15,5% y 14,9%
respectivamente, siendo porcentajes notablemente menores a los encontrados en la
formación profesional básica.
Los ciclos de industrias extractivas tienen un porcentaje de alumnos de origen extranjero del 17,3% y
los de administración y gestión un 12,4%, siendo ambos los ciclos que cuentan con mayor número de
alumnos de origen extranjero.
En provincias como Extremadura y Asturias este porcentaje desciende hasta el 1,3% y 1,8%
respectivamente.
Los ciclos de hostelería y turismo tienen un porcentaje de alumnos de origen extranjero del
7,5%, los de textil, confección y piel también un 7,5% y los de administración y Gestión un
7,2%, siendo éstos los ciclos que cuentan con mayor número de alumnos de origen
extranjero.
Estos datos muestran cómo a medida que incrementa el nivel de estudios y exigencia de
estas ofertas formativas, el porcentaje de alumno de origen extranjero desciende. De estos
datos podría extraerse una doble lectura en positivo o negativo:
Por una parte, la existencia de estos programas demuestra estar dando respuesta a un
elevado número de alumnos; pudiendo resultar una estrategia positiva al favorecer la
inserción laboral de alumnos que no continúan con la educación superior.
De estos datos podemos extraer una aplicación práctica para la etapa de la educación primaria y
secundaria y es que desde la escuela se debe tratar potenciar las capacidades de los alumnos al
máximo para que tengan las máximas posibilidades de elección en su futuro formativo y profesional.
Esto muy posiblemente les brindará la oportunidad de desarrollarse personalmente y lograr una
mayor inclusión en la sociedad.
Una cuestión por destacar a modo de reflexión ya que no se cuenta con evidencias científicas hasta
el momento es ¿Cuáles son las expectativas educativas de los alumnos de origen extranjero? Somos
conscientes de que en muchos países el acceso a enseñanzas superiores es limitado y por lo tanto la
expectativa de la sociedad en determinados lugares es llegar a la etapa adulta con la autonomía para
desarrollar su propio empleo o profesión sin necesidad de desarrollar estudios superiores debido a
que en ciertos países los costes son elevados o las condiciones económicas requieren que los hijos
colaboren con la economía familiar en las edades más tempranas posibles. No en todos los países se
da esta situación ni en todos los contextos dentro de cada país, pero es un hecho que puede invitar a
la reflexión para la comprensión de los datos.
7. DIVERSIDAD SEXUAL
La diversidad sexual es posiblemente uno de los temas cuyo tratamiento, pero no su existencia, es de
los más recientes dentro del marco social en España respecto a las manifestaciones de la diversidad
expuestas anteriormente. Un ejemplo de ello desde la propia legislación nacional fue la aprobación
del matrimonio entre personas del mismo sexo el pasado 1 de octubre de 2004. En muchos países, la
homosexualidad ha sido penada con la muerte y sigue estando perseguida, por lo que nos
encontramos ante un aspectos de la diversidad sensible en muchas sociedades, no exento de
divergencia de actitudes y opiniones, así como de aparición de actitudes y acciones de rechazo como
son la homofobia pese al respaldo legal que ofrecen un número elevado de países. En la siguiente
imagen se representa en naranja oscuro los países en los que el matrimonio homosexual es legal, en
naranja claro los países donde existe la unión con derechos similares, en gris claro los países donde
la homosexualidad está penada con prisión y en negro donde la homosexualidad está penada con
pena de muerte.
En España, según una noticia publicada en el diario ABC el pasado 9 de junio de 2013, un titular
exponía que el 88% de los españoles está a favor de una mayor integración de la homosexualidad,
frente al 42% de los polacos o el 16% de los rusos.
En el contexto español, como indican Santoro, Gabriel y Conde (2010), el modelo tradicional de
familia ha imperado en España en las últimas décadas, siendo aquel en el que los/as jóvenes
relacionan con sus padres y con el pasado “franquista”, la sexualidad se circunscribe legal y
legítimamente a las relaciones en el seno del matrimonio como “institución”, en el marco de una
familia en la que el padre, el “pater familias”, ocupa el lugar de la autoridad y de la ley en un contexto
de religiosidad católica que impregnaba dichos valores y los reforzaba desde su autoridad ideológica
y desde su poder institucional. En este contexto la manifestación de la homosexualidad estaba
prácticamente perseguida y oculta a los ojos de la sociedad. Estos modelos aún se siguen
reproduciendo, especialmente en entornos cerrados y entornos en el medio rural.
Sin embargo, nos encontramos en un momento de mayor pluralismo y libertad de opciones donde la
tendencia de la modernidad es hacia una apertura a otros modelos familiares, reconocidos en su
posibilidad si no en su legitimidad. Es decir, donde allí cualquier modelo de familia diferente de la
tríada marido-mujer-hijos, mediada por la procreación biológica, aparecía como “antinatural”, y por
tanto imposible, hoy se reconoce la existencia de formas diferentes de llegar a ser familia: la
adopción, la fertilización artificial, etc.
Estas visiones más modernas encuentran mayor asiento en los ámbitos urbanos (en nuestro caso, en
los grupos llevados a cabo en Madrid y Barcelona), en las posiciones ideológicamente más
progresistas y abiertas a la diversidad y entre quienes conocen y se relacionan con personas con
diferente orientación sexual y nuevos modelos de familia.
Dentro del marco de la escuela inclusiva, el abordaje de la diversidad sexual no difiere de los
principios tratados hasta el momento, dando importancia a la persona, sus inquietudes e intereses
indistintamente de su condición. Dentro de la educación inclusiva la homosexualidad se aborda como
una opción más, ni mejor ni peor, donde debe fundamentarse en el respeto, el derecho y la libertad
de expresión como cualquier persona. Sin embargo, desde el aula deberá prevenirse la aparición de
prejuicios y actitudes negativas como se manifiestan a diario en la sociedad.
8. DIVERSIDAD DE APRENDIZAJE
En el último lustro se ha venido hablando en el ámbito educativo a nivel internacional que cada
alumno tiene su propia forma de aprender y que por lo tanto el proceso de enseñanza-aprendizaje ha
de adecuarse a los alumnos atendiendo también a este aspecto, tratando de ofrecer estímulos
educativos diversos al alumnado.
El término “estilo de aprendizaje” se refiere al hecho de que cada persona utiliza su propio método o
estrategias para aprender. Aunque las estrategias varían según lo que se quiera aprender, cada uno
tiende a desarrollar ciertas preferencias o tendencias globales, tendencias que definen un estilo de
aprendizaje. Son los rasgos cognitivos, afectivos y fisiológicos que sirven como indicadores
relativamente estables de cómo los alumnos perciben interacciones y responden a sus ambientes de
aprendizaje, es decir, tienen que ver con la forma en que los estudiantes estructuran los contenidos,
forman y utilizan conceptos, interpretan la información, resuelven los problemas, seleccionan medios
de representación (visual, auditivo, kinestésico), etc. Los rasgos afectivos se vinculan con las
motivaciones y expectativas que influyen en el aprendizaje, mientras que los rasgos fisiológicos están
relacionados con el género y ritmos biológicos, como puede ser el de sueño-vigilia, del estudiante
(Woolfolk, 1996).
Existen diferentes modelos que explican los estilos de aprendizaje y su desarrollo en profundidad
podría ser muy extenso, por lo que el objetivo que pretendemos en la presente unidad no es otro que
Adecuar las tareas más complejas a los estilos de aprendizaje más eficaces por parte de los
alumnos con el fin de extraer su máximo potencial.
Ofrecer diversidad de estímulos para activar diferentes formas de aprendizaje que para
determinados objetivos pueden ser más eficaces que el estilo de aprendizaje predominante
en un alumno.
Veremos a continuación la explicación breve de algunos de los modelos teóricos sobre los estilos de
aprendizaje.
Modelo de los cuadrantes cerebrales de Herrmann: Ned Herrmann elaboró un modelo que se
inspira en los conocimientos del funcionamiento cerebral. Él lo describe como una metáfora y hace
una analogía de nuestro cerebro con el globo terrestre con sus cuatro puntos cardinales. A partir de
esta idea representa una esfera dividida en cuatro cuadrantes, que resultan del entrecruzamiento del
hemisferio izquierdo y el derecho del modelo Sperry, y de los cerebros cortical y límbico del modelo
McLean. Los cuatro cuadrantes representan cuatro formas distintas de operar, de pensar, de crear,
de aprender y, en suma, de convivir con el mundo (De la Parra, 2004).
Modelo de Felder y Silverman: El modelo de Felder y Silverman clasifica los estilos de aprendizaje
a partir de cinco dimensiones:
Sensitivos-Intuitivos
Sensitivos: Concretos, prácticos, orientados hacia hechos y procedimientos; les gusta resolver
problemas siguiendo procedimientos muy bien establecidos; tienden a ser pacientes con detalles;
gustan de trabajo práctico (trabajo de laboratorio, por ejemplo); memorizan hechos con facilidad; no
gustan de cursos a los que no les ven conexiones inmediatas con el mundo real.
Intuitivos: Conceptuales; innovadores; orientados hacia las teorías y los significados; les gusta
innovar y odian la repetición; prefieren descubrir posibilidades y relaciones; pueden comprender
rápidamente nuevos conceptos; trabajan bien con abstracciones y formulaciones matemáticas; no
gustan de cursos que requieren mucha memorización o cálculos rutinarios.
Visuales-Verbales
Activos-Reflexivos
Activos: tienden a retener y comprender mejor nueva información cuando hacen algo activo con ella
(discutiéndola, aplicándola, explicándosela a otros). Prefieren aprender ensayando y trabajando con
otros.
Reflexivos: Tienden a retener y comprender nueva información pensando y reflexionando sobre ella,
prefieren aprender meditando, pensando y trabajando solos.
Secuenciales-Globales
Inductivo-Deductivo
Inductivo: Entienden mejor la información cuando se les presentan hechos y observaciones y luego
se infieren los principios o generalizaciones.
Deductivo: Prefieren deducir ellos mismos las consecuencias y aplicaciones a partir de los
fundamentos o generalizaciones.
Modelo de Kolb: El modelo de estilos de aprendizaje elaborado por Kolb supone que para aprender
algo debemos trabajar o procesar la información que recibimos. Kolb dice que, por un lado, podemos
partir:
De una experiencia directa y concreta: alumno activo.
De una experiencia abstracta, que es la que tenemos cuando leemos acerca de algo o
cuando alguien nos lo cuenta: alumno teórico.
Alumno activo
Alumno reflexivo
Alumno teórico
Alumno pragmático
Este modelo, también llamado visual-auditivo-kinestésico, toma en cuenta que tenemos tres grandes
sistemas para representar mentalmente la información, el visual, el auditivo y el kinestésico.
Utilizamos el sistema de representación visual siempre que recordamos imágenes abstractas (como
letras y números) y concretas. El sistema de representación auditivo es el que nos permite oír en
nuestra mente voces, sonidos, música. Cuando recordamos una melodía o una conversación, o
cuando reconocemos la voz de la persona que nos habla por teléfono estamos utilizando el sistema
de representación auditivo. Por último, cuando recordamos el sabor de nuestra comida favorita, o lo
que sentimos al escuchar una canción estamos utilizando el sistema de representación kinestésico.
La mayoría de nosotros utilizamos los sistemas de representación de forma desigual, potenciando
unos e infrautilizando otros.
El hemisferio derecho es más efectivo en la percepción del espacio, es más global, sintético e
intuitivo. Es imaginativo y emocional.
Modelo de las Inteligencias Múltiples de Gardner: Todos los seres humanos son capaces de
conocer el mundo de siete modos diferentes. Según el análisis de las siete inteligencias todos somos
capaces de conocer el mundo de a través del lenguaje, del análisis lógico-matemático, de la
representación espacial, del pensamiento musical, del uso del cuerpo para resolver problemas o
hacer cosas, de una comprensión de los demás individuos y de una comprensión de nosotros
mismos. Donde los individuos se diferencian es la intensidad de estas inteligencias y en las formas en
que recurre a esas mismas inteligencias y se las combina para llevar a cabo diferentes labores, para
solucionar problemas diversos y progresar en distintos ámbitos. Este modelo se explicará con más
profundidad en la unidad 12.
9. DIVERSIDAD PERSONAL
La diversidad personal no es un término acuñado en la literatura educativa, sin embargo, nos parece necesario
realizar un inciso sobre este aspecto ya que engloba a todos los anteriores y permite entender con perspectiva
las manifestaciones de la diversidad presentadas a lo largo de la unidad. Como indicábamos en la introducción,
cada ser es único e irrepetible. Incluso dos personas con idéntica carga genética, con el paso del tiempo, podrían
llegar a desarrollarse de manera muy diferente ya que la experiencia e interacción con el contexto van
modelando a la persona.
Por encima de cualquier manifestación de la diversidad está la diversidad personal. Podemos encontrar dos
personas en rincones francamente alejados del mundo con más intereses y características comunes que dos
vecinos. Pero, en la diversidad no se trata de ser iguales, sino todo lo contrario. Aprender de la diferencia, no
sólo respetarla, sino enamorarse por conocer lo diferente y dejarse enriquecer por ella. Quizás los más pequeños
nos dan las mejores lecciones en este sentido, ya que vienen con una página en blanco y no tienen prejuicios
sobre las personas, ni tienen noción de la cultura, los ideas o lo que puede haber detrás de una imagen.
Simplemente se lanzan a explorar e interactuar llenando la página de la vida que tienen en blanco con nuevas
experiencias y valores. Nuestra labor es ayudar a esos alumnos a no dejar de querer aprender y explorar, a no
frenarse ante lo desconocido y dejar siempre una puerta abierta a que lo que conocen y les ofrece seguridad un
día puede cambiar a algo mejor, pero ese mejor han de buscarlo. El aprendizaje pasa por la implicación y la
significación, no porque alguien lo cuente.
Por ello, sea cual sea la manifestación de la diversidad, el intercambio entre las personas “con los ojos cerrados”,
es decir, sin ningún tipo de barrera o prejuicio, puede dar lugar a una de las mejores fuentes de enriquecimiento.
Para ello, la escuela ha de ofrecer oportunidades de interacción y asentar las bases para establecer vías de
comunicación respetuosas y democráticas.