Excepciones - Sartori
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Doctrina:
TSJ Cba., Sala Civ. y Com., A.I. 69 del 23/03/2009, “Sartori, Daniel A. v.
Citibank N.A.”.
FALLO COMPLETO:
Y CONSIDERANDO:
Por la vía de los incs. 3° y 4° del art. 383, C. de P.C., el casacionista alega que la
decisión adoptada por el Tribunal a quo se asienta en una interpretación del art. 175 inc.
3° del CPCC contraria a la efectuada por este Alto Cuerpo in re: “Malbak S.R.L. c/
Sagemüler S.A. - Ordinario - Recurso de casación” (“M” 64/01) (Auto Interlocutorio Nº
113 de fecha 06 de mayo de 2003, publicado en Foro de córdoba Nº 92, año 2004, pág.
211 y ss.), la cual reproduciría -a su vez- la doctrina propiciada por esta Sala en las
causas: “Villalba, Juana F. c/ Consorcio de Propietarios Edificio ‘Gaucho’ - Ordinario -
Recurso de Revisión” (Auto Interlocutorio Nº 329 de fecha 06 de setiembre de 1995) y
“Briggiler, Eldo Ezio y otros c/ Municipalidad de Córdoba - Demanda - Recurso de
revisión” (Sentencia N° 4 del 10 de marzo de 1987).
Los pasajes supra transcriptos ilustran, con meridiana claridad, acerca del
sentido claramente disímil en que los distintos órganos interpretaran la prevención
contenida en el inc. 3° del art. 155, ley 1419 y sus modif. (hoy art. 173 inc. 3º del CPCC
actualmente vigente), pues, de acuerdo al temperamento sustentado por esta Sala, la
indicación precisa del “monto” objeto de la pretensión, como especial manifestación de
la diligencia genéricamente establecida en dicha norma, constituía, por regla general,
una exigencia legal impuesta al actor, cuyo cumplimiento resultaba -al menos, en
principio- una carga de inexcusable observancia al tiempo de promover la demanda.
Pero no es menos cierto que ello sólo se admitió para aquellos supuestos en que
el insoslayable cumplimiento de aquella “exigencia legal” se erigiera en obstáculo
insalvable a la formal proposición de la demanda, es decir, cuando, de acuerdo a las
particulares circunstancias de la causa, el accionante se viera “impedido” de estimar la
entidad económica de su pretensión, ni tan siquiera en forma provisional, extremos éstos
cuya acreditación -claro está- pesaban sobre quien alegare encontrarse inmerso en la
situación descripta.
En síntesis en todos los casos este Alto Cuerpo ha sostenido que si, en
contravención a la exigencia establecida en el art. 155, inc. 3°, C. de P.C. -ley 1419 y
sus modif. (hoy art. 175 inc. 3º del CPCC), el actor omite precisar el monto de su
reclamo, esa sola circunstancia determina, sin más, la procedencia de la excepción de
libelo oscuro opuesta por la contraria.
IV. Por lo demás, adquiere particular relevancia puntualizar que, en el marco del
razonamiento seguido por la Cámara a quo, la divergencia interpretativa aquí detectada,
lejos de circunscribir su incidencia al mero compromiso de fórmulas teóricas
inconducentes -en cuyo caso, la unificación requerida devendría improcedente, por
carecer de todo interés práctico-, se ha erigido en factor determinante de la solución
asignada a la presente litis incidental, al punto que el apartamiento del criterio
hermenéutico fijado por el Máximo Tribunal local justifica, en su sola virtud, la
anulación del pronunciamiento dictado en tales condiciones.
Para justificar la conclusión anticipada, baste con señalar que, uno de los dos
argumentos sentenciales enunciados en sustento de la decisión, el Mérito ha asignado
carácter dirimente al relativo a la posibilidad que asistía a la firma accionada, de
“realizar el cálculo” y así estimar la cuantía de la pretensión pecuniaria.
Lejos de ello, el ejercicio del derecho de defensa que asiste al demandado sólo
puede considerarse eficazmente tutelado cuando se le otorga el máximo grado de
certeza respecto de la entidad económica de la reclamación deducida en su contra, y
éste, a su vez, sólo se alcanza cuando el actor cumple con la exigencia legal de designar
la suma que demanda -sea con exactitud o por aproximación, sujeta a lo que en más o en
menos resulte de la prueba a rendirse-.
Ahora bien, por razones de pura lógica, está claro que la sola circunstancia de
que el actor alegue no haber recibido todos los resúmenes, no resulta -per se- dato
suficiente para justificar la imposibilidad de estimación del importe pretendido al
demandar, y -mucho menos- para acreditarla.
Ello así por cuanto una simple manifestación unilateral nada prueba; máxime si,
como en el caso, se ha controvertido tal afirmación asegurando la contraria que los
resúmenes sí fueron remitidos (fs. 78). Pero, además, tal argumento no explica por qué
el actor no los pudo solicitar -previo a impetrar la demanda- ni justifica por qué los
mismos no pudieron ser obtenidos por el demandante. -
Ello así, en primer lugar, porque -como se dijo- esos elementos sólo permiten al
demandado efectuar su propia estimación de los rubros pretendidos, la cual no cabe
reputar necesariamente coincidente con lo que, en realidad, se le está reclamando.
Por ello,
Se resuelve:
I) Hacer lugar al recurso de casación fundado en la causal del inc. 4° del art. 383,
C. de P.C. y, en su mérito, anular el Auto Interlocutorio Nº 251 de fecha 07 de junio de
2005, dictado por la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Primera
Nominación de esta ciudad.
III) Imponer las costas de ambas instancias recursivas a la vencida, a cuyo fin se
fijan provisoriamente los honorarios del Dr. Adán Luis Ferrer en cuatro (4), por sus
tareas en Sede extraordinaria, y en idéntica suma, a los Dres. Carlos M. Ferrer Deheza y
Adán Luis Ferrer, en conjunto y proporción de ley, por su intervención ante la Alzada,
difiriéndose su regulación definitiva para cuando exista base cierta para practicarla.
GUÍA DE ESTUDIO