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Felipe Pinglo Alva fue un gran compositor popular, considerado el padre de la música criolla.

Nació
en Lima el 18 de julio de 1899 en la calle El Prado de los Barrios Altos. Hijo del profesor Felipe
Pinglo Meneses y de María Florinda Alva. Quedó huérfano de madre a temprana edad y fue criado
por sus tías Ventura y Gregoria. Estudió parte de la primaria en la escuela fiscal Los Naranjos,
pasando luego al colegio Sancho Dávila del Carmen Bajo y después al de Nuestra Señora de
Guadalupe, donde culminó la secundaria en 1915. En 1916 ingresó a trabajar en una imprenta
llamada “El Gráfico” y luego en la Compañía del Alumbrado del Gas. Ya desde esa temprana edad
demostró inclinación por el canto y la composición musical, actividades que se harían cada vez
más importantes en su vida. Toca el rondín y aprende a tocar guitarra y bajo tenor. Para Pinglo fue
relativamente fácil ganarse la simpatía y los aplausos de la gente limeña en las fiestas que
frecuentaba, pero pronto sentiría la necesidad de afinar e incluso sublimar su inspiración. Otra de
las facetas poco conocidas de Pinglo es la de deportista: Felipe jugó primero por el Alfonso Ugarte
de los Barrios Altos y por el Deportivo Naranjos; luego perteneció a los equipos Atlético Lusitania,
Sport Progreso, El Gráfico y el Sportivo Uruguay.Felipe Pinglo Alva y otros compositore

Inicios de Felipe Pinglo como compositor

 El año de 1917 significó su primer gran salto hacia la producción musical: compuso el vals
“Amelia” y desde ese momento continuaría produciendo incansablemente. La mayoría de
sus canciones relatan al parecer experiencias de su vida, trascendiendo la melancolía
provocada por el dolor de sus males físicos y expresando su viva y enérgica protesta por la
injusticia social. Pese a que su salud se encontraba debilitada, continuó admirando en
todo momento la destreza física que el fútbol brindaba y escribió artículos de crítica de
este deporte en varias publicaciones. El 10 de mayo de 1922 contrajo nupcias con
Hermelinda Rivera con quien tendría dos hijos: Carmen y Felipe. Entra a prestar servicios
como amanuense al Polígono Muñiz del Rímac, dependiente del ministerio de Guerra,
donde funcionaban las oficinas del Estado Mayor del Ejército. Es aun materia de discusión
la enfermedad que lo conduce a la muerte el 13 de mayo de 1936, previo internamiento
en la sala Odriozola del hospital Dos de Mayo. Tres semanas antes de su muerte concedió
una entrevista, la única que se le hizo en vida, al periodista Juan Francisco Castillo del
semanario Cascabel. Llegó a componer más de trescientas piezas, la mayoría de ellas
valses, aunque también incursionó en géneros como el one-step y el fox-trot. Su tema más
famoso es indudablemente el vals El plebeyo y pueden recordarse otros como La oración
del labriego, Pobre obrerita, El canillita, El tísico, Mendicidad, Sueños de opio, Bouquet, El
huerto de mi amada, De vuelta al barrio, El espejo de mi vida y Hermelinda, dedicado a su
esposa. Pinglo Alva fue y sigue siendo considerado un compositor genial, vanguardista de
la forma musical vals-poema como también es considerada Chabuca Granda dentro de la
música criolla.
 María Isabel Granda y Larco nació el 3 de septiembre de 1920, en el asentamiento minero
Cotabambas Auraria (hoy parte de la Mina Las Bambas) en el actual distrito de Progreso en
la provincia de Grau, departamento de Apurímac en Perú. Sus padres fueron el ingeniero
de minas[3] Eduardo Antonio Granda San Bartolomé, hijo del matemático y educador
peruano José Granda Esquivel, e hija de Isabel Susana Larco Ferrari, perteneciente a la
familia Larco de ascendencia italiana.
 En 1923 la familia se trasladó a Lima. Fue bautizada en la Iglesia de los Huérfanos. Realizó
sus estudios en el Colegio Sagrados Corazones Belén.[4] Parte de su niñez, hasta los doce
años, lo transcurrió en un rancho en la Bajada de los Baños en el distrito de Barranco.
 Cantante amateur
 Editar
 Comenzó a cantar a los 12 años de edad,[5] y debido a su voz de soprano, integró el coro
de su colegio; además, fue nombrada vicepresidenta de la Asociación de Canto del mismo.
[4] Culminados sus estudios escolares, siguió cursos libres en el Instituto Femenino de
Estudios Superiores, de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
 En 1937 integró de forma amateur el Dúo Luz y Sombra, al lado de Pilar Mujica Álvarez-
Calderón, interpretando música mexicana de Guty Cárdenas, que se presentó en espacios
musicales de Radio Miraflores y Radio Nacional, y en el auditorio del Teatro La Cabaña.
También formó en 1940 un trío junto con las hermanas Martha y Rosario Gibson. Por esos
años trabajó como secretaria, pero sin dejar nunca su afición por la música. También
ingresó a la Asociación de Artistas Aficionados, en la cual practicó teatro y ópera.[4]
 En 1942, se casó en Lima con el militar brasileño Enrique Demetrio Fuller da Costa, con
quien tuvo tres hijos: Eduardo Enrique, Teresa María Isabel y Carlos Enrique Fuller Granda.
[6][7] Chabuca no obtuvo el apoyo de su marido para continuar con su carrera musical por
lo que su vida matrimonial fue breve,[8] y terminó en divorcio en 1952,[4][9][10] todo un
escándalo para la sociedad limeña de la época.[8] Tras ello, con casi 30 años, empezó a
componer sus propias canciones.[11] Su vida artística atravesó por tres etapas musicales:
una primera etapa con la evocación de una Lima antigua y tradicional como inspiración,
pasando por una etapa de compromiso con la canción de temática social, hasta finalizar
por una última etapa de influencia y rescate la música afroperuana.[12][13]
 Primera etapa: Lima antigua como inspiración
 Editar
 Mientras trabajaba de dependienta en una botica francesa del Jirón de la Unión,[9]
incursionó en la composición de valses criollos. En 1948 ganó un concurso organizado por
la Municipalidad del Rímac con su tema «Lima de veras».[3] En esta primera etapa
musical, su fuente de inspiración fue la ciudad de Lima de principios del siglo xx.[3][4][14]
[15] Su primera composición confirma esta tendencia que se materializará en personajes
tradicionales, distinguidos y de clases altas como «Fina estampa», tema dedicado a su
padre,[6] «José Antonio», inspirado en el criador de caballos de paso José Antonio de
Lavalle y García,[12] y «Señora y dueña» canción compuesta a su amiga y madrina de su
tercer hijo, Mocha Graña.[16]
 En esta década musical dio a conocer dos nuevos valses, «Zaguán» y «Callecita
escondida», y la marinera «Tun, tun… abre la puerta».[4] Este primer período de su
producción creativa fue netamente evocativo y pintoresco, con temas como «Gracia»,
dedicado a su madre,[6] y «Ha de llegar mi dueño», ambas composiciones popularizadas
por el trío Los Troveros Criollos; «El puente de los suspiros» popularizado por el trío Los
Morochucos; y «Zeñó Manué», entre otros.[4]

 En 1950, Chabuca compuso la canción «La flor de la canela» en honor a Victoria Angulo,
una lavandera afroperuana,[9] y donde también refleja la imagen de una Lima antigua,
bucólica y señorial.[4][12] Es la ciudad que ella conoció a través de su padre, la del barrio
de Barranco, de grandes casonas afrancesadas, con inmensos portales y jardines de
invierno. Su fama como compositora alcanzó nivel nacional en 1954, cuando el conjunto
Los Chamas grabó «La flor de la canela».[5] Esta composición traspasó incluso las fronteras
nacionales, hasta convertirse en una de las canciones más representativas de la música
peruana.[4]

 Fumadora empedernida, fue aquejada de una enfermedad que afectaba a su laringe.[9]
Viajó a Alemania en 1956 para tratarse y en 1958 se trasladó a Estados Unidos para
someterse a una operación[17] en la glándula tiroides en la que le provocaron una lesión
en el nervio laríngeo que hizo que cambiara su registro de soprano a contralto al
convertirse su voz más grave.[9] Ya recuperada, se propuso interpretar sus propias
canciones. Junto a un estilo en el que combinaba el cantar conversado con un
acompañamiento musical estilizado, le ayudó a conseguir su fama internacional llegando a
presentarse en varios países de Europa.[17]

 La misma compositora cimentó su fama con un álbum llamado Lo mejor de Chabuca
Granda. Este disco, editado en 1961 y producido por Chabuca, reunió a sus intérpretes
favoritos: Los Cinco, Los Troveros Criollos, Los Chamas y Jesús Vásquez. A la calidad de los
temas y las virtuosas interpretaciones, se sumó una calidad de sonido nunca alcanzada
hasta entonces, por lo cual es considerado como uno de los mejores discos en la historia
de la música criolla peruana.[18] Asimismo, al año siguiente publicó su primer álbum
donde cantaba, Dialogando…, donde formó dúo con el guitarrista Óscar Avilés.[4]

 Segunda etapa: Canción social
 Editar
 En la década de 1960, a rebufo de la Revolución cubana, la música latinoamericana vivió
su propia revolución.[12] Chabuca se vio inspirada en ritmos nuevos y encontró
inspiración en los cambios sociales y en la juventud que luchaba por ello. En esta etapa
escribió «Bello durmiente», una canción donde manifiesta su amor por el Perú[19] y que
de forma sutil critica el segundo gobierno de Manuel Prado y Ugarteche. Además compuso
un ciclo de canciones dedicadas a jóvenes revolucionarios, como «No lloraba… sonreía» y
«Si fuera cierto», donde recuerda a la folklorista y cantante chilena Violeta Parra,[4]
particularmente «Cardo o ceniza», donde poetiza la tormentosa relación amorosa que
mantuvo Parra con el músico suizo Gilbert Favre y que fue una de las causas del suicidio en
1967 de Parra,[20] y diversas composiciones, como «Las flores buenas de Javier», «El fusil
del poeta es una rosa», «Silencio para ser cantado», o «Una canoa en Puerto Maldonado»,
[4] en memoria a Javier Heraud, poeta y revolucionario peruano miembro del Ejército de
Liberación Nacional, fallecido en una escaramuza con las fuerzas armadas peruanas en
1963.[5][21]

 También dedicó algunas canciones al Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada, tanto
de alabanza como de crítica, como «Paso de vencedores» y «El surco»;[4] aunque no se
definía como una persona de izquierdas, a pesar de contar con muchas amistades de esta
tendencia política y amigos escritores progresistas, como César Calvo, Antonio Cisneros,
Manuel Scorza, Juan Gonzalo Rose, Arturo Corcuera, entre otros,[4] sino más bien
conservadora y nacionalista.[15]

 Según evolucionaba su capacidad vocal y su curiosidad, Chabuca quebrantó incluso las
estructuras de la poesía y el ritmo convencionales del vals peruano y sus melodías,[10]
llevándolo a unos ritmos cercanos al jazz y la bossa nova.[15] Su producción también
revela una estrecha relación entre letra y melodía, que fue variando con el tiempo hacia
una tendencia poética cada vez más sintética, y a esa evasión de las rimas, consonancias y
métricas dadas. En esta nueva etapa musical fue clave el guitarrista Lucho González, quien
proporcionó nuevos sonidos a la producción de Chabuca.[4]

 La voz y composiciones de Chabuca empezaron a ser reconocidas internacionalmente. En
1965, acompañada de Óscar Avilés, participó en la VI edición del Festival de Viña en Chile.
[22] En el Perú su fama le hizo incursionar en el mundo publicitario como reclamo
comercial. En 1967 participó en una campaña publicitaria de Ron Cartavio.[23]

 Tercera etapa: Música afroperuana
 Editar
 Chabuca Granda, nacida en el seno de una familia burguesa, supo encontrar en la música
popular el estilo que la caracterizaría.[21] Componía utilizando una guitarra, algunas veces
simplemente silbando las melodías, que luego eran trasladadas al pentagrama por alguno
de los arreglistas con los que trabajó.[10] En esta etapa musical que se inicia en la década
de 1970, Chabuca se aproximó a la música afroperuana[4] que, a pesar de haber estado
presente en el país desde la época virreinal debido al comercio de esclavos, había sido
denostada por razones sociales.

 Chabuca Granda interpretó un repertorio ligado al renacimiento de lo afroperuano,
redescubriendo ritmos como la marinera, el festejo, la zamacueca y el landó,[10] e
introduciendo instrumentos como el cajón peruano y el zapateo.[12] Para ello, contó con
el apoyo y maestría de los Santa Cruz y los Vásquez, ambas reconocidas familias custodias
del legado afroperuano y que han alumbrado importantes artistas como Victoria y
Nicomedes Santa Cruz, o Porfirio Vásquez y su saga. Así mismo, se acompañó de músicos
de este género, como Félix Casaverde, Caitro Soto, Eusebio Sirio “Pititi” y Álvaro Lagos.[4]
En esta etapa compuso temas como «Coplas a Fray Martín», en referencia al santo
dominico y mulato fray Martín de Porres.[12]

 Se vinculó a la asociación cultural musical Perú Negro,[24] fundada en 1969 por Ronaldo
Campos.[25] En octubre de 1969 ganaron el Gran Premio en el Festival Hispanoamericano
de la Danza y la Canción en el Luna Park de Buenos Aires, Argentina, gracias al programa Y
la Tierra se hizo nuestra creado por el poeta César Calvo, con la colaboración de Guillermo
Thorndike y Chabuca. En 1971 Chabuca y Perú Negro viajaron a México para participar en
el Festival Internacional de la Danza.[4] Fue el inicio de una serie de giras por
Iberoamérica, en las cuales no solo realizaba conciertos, sino que también participó en
festivales y espectáculos. En 1977 apareció en el estreno del programa español 300
millones como representante de la música hispanoamericana.[26] Al año siguiente fue
invitada a participar en el XIX Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, esta vez
como parte del jurado internacional.[27] Sus continuos viajes y labor social le hizo ampliar
su audiencia.[4] Chabuca sentía un cariño especial por Argentina;[28] en ocasión de la
Guerra de las Malvinas compuso «Argentina agredida».[29]

 En el escenario peruano, además de a Perú Negro, Chabuca amadrinó a dos jóvenes
cantantes afroperuanas: Susana Baca[30][4] y Eva Ayllón.[31] En 1979 inauguró su café-
concert Zeñó Manué en la galería La Aldea en el distrito limeño de Miraflores.[32] Allí
presentó espectáculos tales como Cada canción con su razón, en el que narraba el porqué
de sus composiciones, además del álbum Tarimba Negra…[4] A principios de la década de
1980 participó, junto a otros artistas internacionales, en una campaña publicitaria para la
aerolínea AeroPerú.[33]

 A pesar de revitalizar el género criollo,[21] tuvo detractores que la acusaban de
desnaturalizar el vals peruano[10] y no gozó de popularidad por una parte de la crítica
musical en su país natal.[8] Pero los especialistas, como la musicóloga y folklorista Chalena
Vázquez, coinciden en el gran aporte de Chabuca a la música peruana.[10]

 El poeta César Calvo dijo de ella:

 Musicalmente ella es un genio de nacimiento.[10]
 Mercedes Sosa, quien entabló amistad con Chabuca tras conocerse en 1982, dijo de sus
canciones:

 Son realmente maravillosas las canciones de Chabuca. Su música fue muy importante para
los músicos de América Latina.[34]
 Enfermedad y fallecimiento
 Editar
 El 16 de agosto de 1980 sufrió su primer infarto estando en un show con 15 000
espectadores en Bogotá.[3][32][35] En 1982 llegó el segundo estando en Lima.[4] Todavía
se hallaba abocada a diversos proyectos musicales, cuando un tercer infarto hizo que sus
médicos le aconsejaran un traslado al Florida Medical Center de Fort Lauderdale en
Estados Unidos para someterla a una operación a corazón abierto el 2 de marzo de 1983.
[9] Chabuca Granda falleció debido a complicaciones del posoperatorio en la madrugada
del 8 de marzo de 1983,[9] dejando más de cuatrocientas canciones compuestas, de las
cuales registró solo 150, además de decenas de temas inéditos.[11][36] La noticia de su
muerte tuvo resonancia no solo en el mundo de la música y la cultura; se enviaron notas
de pésame desde distintos países hispanoamericanos, destacando la remitida por
Alejandro Orfila, secretario general de la OEA.[4]

 Sus restos fueron trasladados a Perú el 12 de marzo; al día siguiente un cortejo fúnebre,
integrado por artistas peruanos y argentinos, y miles de admiradores, partió desde el
Convento de los Descalzos y atravesó diversos lugares del centro de Lima, como la
Alameda de Los Descalzos y la Plaza de Armas, donde el presidente Fernando Belaúnde
presentó sus respetos y el alcalde Eduardo Orrego entregó las llaves de la ciudad a sus
herederos;[37] finalmente fue enterrada en el Cementerio El Ángel junto a sus padres.
 Puno, 1900 – Lima, 1942) Compositor peruano. Tras estudiar con Luis Duncker Lavalle en
su país natal, se trasladó a Milán en 1914, donde cursó estudios con Appiani y con
Schieppatti, hasta que dos años más tarde regresó a Perú. También fue alumno del
musicólogo español Felip Pedrell.

 Sus primeras influencias musicales proceden del impresionismo francés, lo que se deja ver
en algunas de sus piezas para piano. En 1928 ganó el Premio Nacional de Composición de
Perú. Más tarde se interesó por la música indígena de su país, lo que le posibilitó
representar a Perú en el Festival Iberoamericano de Música que tuvo lugar en Sevilla en
1929. Una vez allí, decidió permanecer en Europa durante dos años, y durante su estancia
en París en 1930 tuvo lugar en la Sala Pleyel un concierto en el que se interpretaron obras
suyas con gran éxito de crítica.

 Valcárcel fue un compositor nacionalista que compaginó un lenguaje armónico avanzado
con elementos del folclore peruano y de las raíces musicales de la América precolombina.
Esto se deja ver especialmente en sus dos Suites sinfónicas de 1939, en el poema sinfónico
En las ruinas del Templo del Sol (1940) y en sus ballets Ck´ori Kancha o Suray surita. Gran
parte de su obra fue orquestada por Rodolfo Holzmann, dadas las limitaciones de
Valcárcel en el campo de la orquestación.
 Nació en la ciudad de Huánuco el 3 de enero de 1871.[1][2] Falleció en Lima el 17 de julio
de 1942. Daniel Alomía Robles hijo de Marcial Alomía y Micaela Robles. Su padre era un
inmigrante de origen francés y su madre era peruana. Al cumplir 13 años (1884), su madre
lo envió a Lima, donde su tío, Antonio Robles. Estudió la escuela secundaria en el Colegio
Nuestra Señora de Guadalupe. Por sugerencia de su mencionado tío y benefactor, se inició
en el dibujo, la pintura y la escultura, artes que luego abandonaría para dedicarse a la
música y el canto, cuya vocación le era innata. En 1887, en plena adolescencia, conoció al
maestro Manuel de la Cruz Panizo (negro liberto), compositor y cantor de música religiosa
en varias iglesias y monasterios de Lima. Este lo instruyó en el solfeo y en el canto coral.
Muerto Panizo (30 de mayo de 1889), su aprendizaje musical lo continuó con Claudio
Rebagliati, músico italiano, quien arregló y orquestó el Himno Nacional Peruano.
 A la hora de seguir sus estudios profesionales, Alomía Robles optó por estudiar en la
Escuela de Medicina de San Fernando de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
En uno de sus viajes de estudio a Matucana toma interés en la curación de la uta con
hierbas procedentes de la montaña y decide viajar a la selva para estudiarlas, llegando a
San Luis de Shuaro (Chanchamayo). En este poblado conoce al padre franciscano español,
José Gabriel Sala, quien lo encamina hacia su destino. Le suministra dos piezas musicales
de la etnia asháninka, (Dos cantos Campas), las dos primeras en su colección de música.
Entonces deja el estudio de la medicina dedicándose por entero a la música: composición,
arreglo y recopilación de temas andinos, herencia del pasado incaico.
 Viajero infatigable desde los 24 años, recorrió el Perú profundo con su propio peculio. Se
interna por los más abruptos lugares de la serranía. Recopila los cantares y la música
popular tradicional, captando melodías ancestrales y leyendas de las épocas incaica y
colonial. Colecciona instrumentos musicales y cerámicos de las culturas precolombinas del
Perú.
 Alomía Robles se casó con la pianista cubana, Sebastiana Godoy Agostini, con quien tuvo
diez hijos. Cuando Sebastiana murió de cáncer, desposó a su cuñada, Carmela Godoy
Agostini. Con esta procreó dos hijos más, los cineastas peruanos Armando Robles Godoy y
Mario Robles Godoy. Es conocida, su nieta la periodista Marcela Robles, hija de Armando.
En 1905 fue alcalde de la ciudad de Huacho.
 En 1910 el padre Alberto Villalba Muñoz lo presenta en la Universidad de San Marcos
como calificador —al lado de Castro y Alviña—, de la escala pentafónica de la música
andina. Hecho que la distingue de la escala heptafónica de la música occidental. Viajó en
1917 a New York, con paradas en Ecuador y Cuba. Las casas RCA Víctor y Brunswick
grabaron en 24 discos sus principales obras. El 16 de junio de 1933 arribó al Callao,
regresando a la patria tras prolongada residencia en Nueva York. El maestro Rodolfo
Holzmann confeccionó un catálogo de 1056 obras entre recopilaciones y composiciones
del trabajo realizado por Alomía Robles.
 Diversas instituciones y personalidades del mundo artístico estadounidense manifestaron
profundo interés por su obra: Mr. Peter H. Goldsmith, director de la división
interamericana de la American Association for International Conciliation; el maestro Edwin
Franko Goldman, director de la banda del mismo nombre; las fundaciones Carnegie y
Guggenheim; la Universidad de Columbia y la Universidad de Yale; la Unión Panamericana
en Washington y el presidente Harding de EE. UU. Este último propuso su ópera Illa Cori
para ser estrenada en las grandes ceremonias de apertura del Canal de Panamá, en 1914.
Lamentablemente, el inicio de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) frustró el proyecto.
Entre sus obras más conocidas se puede mencionar: La zarzuela “El Cóndor Pasa”, “Himno
al Sol”, El poema sinfónico “El resurgimiento de Los Andes” y la ópera “Illa Cori”
 Afincado en Lima, recibe homenajes, un nombramiento para un cargo público (jefe de la
sección de Bellas Artes del Ministerio de Educación de Lima) y numerosos estrenos con la
Orquesta Sinfónica Nacional, bajo la batuta de su entonces titular, maestro Theo
Buchwald.
 Atacado de septicemia, fallece en Chosica a 30 km al este del Centro de Lima el 17 de julio
de 1942 a los 71 años de edad, dejando inconclusas varias composiciones y el proyecto de
un departamento de investigación con el compositor puneño Theodoro Valcárcel, artista
también de estirpe y vocación andinas.

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