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HISTORIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

PARTE I: EL ESPAÑOL EN LA PENÍNSULA IBÉRICA

1. Origen y desarrollo de la lengua castellana

1.1 Introducción

El castellano es la lengua romance de mayor difusión en el mundo actual. Se habla en


casi toda la península ibérica, en el sudoeste de U.S.A., en todo México, en toda América Central
y América del Sur (a excepción de Brasil y Guayanas) y es la lengua de un grupo minoritario de
hablantes de Filipinas. Esta vasta difusión geográfica trae como consecuencia una gama
importante de variantes dialectales. Esto hace suponer que al cabo de los siglos e
inevitablemente, el castellano debería seguir el destino del latín: fraccionarse en distintas lenguas
nacionales. Aparentemente, la velocidad de los medios de comunicación y la amplia difusión de
la lengua escrita en la literatura y en los medios masivos, hacen que la gran mayoría de los
hispanohablantes maneje una variedad de lengua común, en la que todos se entienden a pesar de
las diferencias regionales. La escuela funciona como un organismo unificador que tiende a que
los hablantes se comuniquen con un número cada vez mayor de hablantes de otras regiones.
Entonces si bien somos conscientes que la lengua evoluciona inevitablemente, también debemos
creer en la necesidad de mantener una unidad lingüística que permita la comunicación eficaz y
fluida entre la mayoría de los hispanohablantes.

1.2. Hasta la llegada del latín: las lenguas prerromanas

Cuando los romanos llegan en el 218 a. C., al Norte de la Península Ibérica se hablaba lo que
hoy es el euskera, por tanto esta lengua no procede del latín.

En Andalucía estaban los tartesios y en Levante se hallaban los iberos. En esta zona, en
diversos tiempos, dejaron sus huellas los etruscos, de origen italiano; los fenicios (Gádir, Cádiz);
los cartagineses (Cartago Nova, Cartagena); los griegos, que denominaron Iberia a nuestra
Península, (Lucentum, Alicante).

En el Centro y el Noroeste de la Península encontramos la presencia lingüística de: los


ligures, pueblo de la costa mediterránea francoitaliana, (Toledo); los celtas, que llegan desde el
sur de Alemania hacia el s. VII a. C. y ocupan las regiones altas del centro hasta Galicia y sur de
Portugal (Segovia); los celtíberos en el Centro y Bajo Aragón, donde se mezcla el habla de los
dos pueblos.

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Todas estas lenguas dejarán su marca en el castellano y en el resto de las lenguas
constitucionales.

1.3. La lengua latina

Cuando llegaron los romanos, todas las lenguas desaparecieron menos el vascuence o
euskera; de todas formas, todavía quedan en la actualidad palabras de origen prerromano: barro,
cabaña, cerveza, salmón, carpintero, conejo, charca, perro, lanza, balsa...

En el año 218 a. de C. empieza la incorporación de España al mundo grecolatino. Los


romanos luchan con los cartagineses y conquistan la península.

Mientras los romanos van conquistando la Península Ibérica (terminan el año 19 a. C.), el
latín, lengua del tronco indoeuropeo, se va extendiendo por todo el territorio creando una unidad
lingüística que nunca había existido. Para su expansión recibe la ayuda del cristianismo, que la
toma como vehículo de evangelización.

Los romanos llegaron a España en el siglo II antes de Cristo. Trajeron su civilización más
avanzada, sus costumbres y su lengua: el latín. Pero no el latín clásico de las personas cultas,
sino el latín vulgar que utilizaban los soldados y la gente normal.
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Las lenguas prerromanas compitieron con el latín durante algún tiempo, hasta que poco a
poco éste las dominó. El País Vasco no sufrió la dominación romana como el resto de la
Península y por eso conservó su propia lengua.

El latín del habla coloquial se denomina vulgar, para distinguirlo del utilizado en las grandes
creaciones literarias romanas. De este latín vulgar van a surgir en toda Europa las lenguas
romances a partir del siglo VIII: aragonés, leonés, castellano, gallego, portugués, catalán,
provenzal, francés, italiano, sardo, romanche, rumano y dálmata.

El latín

LA GUERRA DE LAS GALIAS (César)


Gallia est omnis divisa in partes tres, quarum unam incolunt Belgae,
aliam Aquitani, tertiam qui ipsorum lingua Celtae, nostra Galli
appellantur. Hi omnes lingua, institutis, legibus inter se differunt.

Toda la Galia está dividida en tres partes, de las cuales habitan una los
belgas, otra los aquitanos y la tercera los que en su lengua se llaman celtas y
en la nuestra galos. Todos estos se diferencian entre sí por el idioma, las
costumbres y las leyes.

La mayoría de las palabras del castellano proceden del latín (70 %): los días de la semana
(menos el sábado), los meses del año, muchos nombres de ciudades y pueblos (Pamplona, León,
Zaragoza, Lugo, Mérida, Astorga...), los numerales, etc.

Además de su lengua, nos dejaron el derecho y la religión.

A través del latín nos entraron muchas palabras griegas (llamadas helenismos): cirugía,
estómago, melancolía, comedia, escuela, pedagogo, ángel, evangelio, cementerio, monasterio…

Ésas serían palabras heredadas. Pero también hay palabras prestadas, es decir, tomadas porque
hacen falta para denominar cosas nuevas. Es decir, las palabras del griego que tomemos más
tarde serán ya préstamos, por ejemplo, durante el siglo XV también se introdujeron palabras del
griego.

Las lenguas románicas:

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La distinta evolución del latín originó la formación de distintas lenguas que reciben el nombre de
lenguas románicas: castellano, catalán, gallego, italiano, francés, portugués, rumano,
romanche.

En la tabla inferior verás la evolución de la palabra pueblo en diferentes lenguas.

Latín Castellano Catalán Gallego Francés Italiano


populu pueblo poble pobo peuple popolo

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1.4. La lengua de los pueblos germánicos

Durante el siglo V después de Cristo, los llamados pueblos bárbaros, germánicos,


invaden la Península Ibérica (año 409). Eran tribus de suevos, vándalos y alanos. Los más
importantes fueron los visigodos, los más civilizados de los que vinieron a la península. No
vinieron en gran número y se asentaron sobre todo en la meseta castellana.

Los visigodos se adaptaron a la cultura y al latín vulgar que se utilizaba en España; pero
nos dejaron muchas palabras de su lengua que se llaman germanismos: guerra, robar, guardar,
dardo, albergue, bandido, embajada, orgullo, escarnecer, ropa, ganso, aspa, guardia, espía,
tapa, brotar... También el sufijo –engo (abolengo, realengo). Y nombres como Álvaro,
Fernando, Rodrigo, Gonzalo, Alfonso, Ramiro...

La importancia de las invasiones germánicas para la historia lingüística peninsular no


consiste en los escasos elementos góticos que han subsistido. El hecho trascendental fue que a
raíz de las invasiones sobrevino una grave depresión de la cultura y se dificultaron
extraordinariamente las comunicaciones con el resto de la Romania. El latín vulgar de la
península quedó abandonado a sus propias tendencias.

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1.5. La lengua árabe

En el año 711 se produce la invasión árabe. Diversas tribus dispersas de Arabia, siguiendo las
doctrinas de Mahoma, inician la guerra santa y en menos de medio siglo se apoderan de muchos
territorios; para conquistar España sólo necesitan 7 años. Casi sin resistencia, los árabes ocupan
prácticamente toda la Península. Su cultura es superior a la de los visigodos. Por esto y por la
cantidad de tiempo que estuvieron con nosotros (8 siglos), nos dejaron muchísimas palabras (en
general, las terminadas en –í y las que empiezan con al-):

alfalfa, alcachofa, acequia, albaricoque, algodón,


Agricultura
azúcar, zanahoria, aceituna, naranja...
Jardinería alhelí, azucena, azahar...
Guerra alcázar, alférez, tambor, jinete, atalaya, hazaña...
Construcción albañil, alcoba, tabique, alcantarilla, azotea, azulejo...
Ropa y utensilios alfombra, taza, almohada, tarima, albornoz...
Ciencias álgebra, alcohol, cifra, jarabe, azufre, alambique...

Frente a la Europa cristiana y romano-germánica se alza el Islam. Los árabes, sirios y berberiscos
no traen mujeres, se casan con hispano-godas, toman esclavas gallegas y vascas.

1.6. El castellano primitivo

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A. Las lenguas romances españolas

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La llegada de los pueblos germánicos a la Península Ibérica produjo la pérdida de unidad del
latín y la aparición de variantes del mismo en distintas zonas geográficas. Aparecen las lenguas
románicas o romances españolas, lejos de los territorios donde el dominio árabe era más fuerte:
gallego, leonés, asturiano, castellano, navarro-aragonés y catalán. En la zona árabe los cristianos,
y también muchos árabes y judíos, hablan el mozárabe, un latín evolucionado con muchos
términos árabes. En esta lengua romance se escriben las jarchas: pequeños textos de amor, de
dos, tres o cuatro versos, puestos al final de unos poemas de los escritores árabes y hebreos
denominados moaxajas. Las primeras jarchas son del s. XI, aunque al parecer comenzaron a
componerse en el X.

JARCHA
¡Tant'amare, tant'amare, ¡Tanto amar, tanto amar,
habib, tant'amare! amado, tanto amar!
Enfermiron uellos nidios Enfermaron (mis) ojos refulgentes
ya duelen tan male. duelen con mucho mal.

A la vez que el castellano y debido a diferentes evoluciones del latín, se desarrollaron otras
lenguas que se extienden frente a la dominación árabe.

El vasco, en cambio, permaneció aislado y sin alteraciones con el paso de los siglos gracias a su
situación geográfica.

Dialectos:

-Al Norte, el gallego-portugués, el leonés, el castellano (Cantabria) el navarro-aragonés y el


catalán.

-Al Sur, los dialectos mozárabes.

De esta manera se va formando el actual mapa lingüístico de la Península ibérica, formado por
cuatro lenguas románicas: castellano, catalán, gallego y portugués; además de una lengua no
románica: el vascuence.

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B. Siglos X al XIV. Origen del castellano

Surge en Cantabria, en unos condados dependientes del reino de León, en contacto con el
navarro-aragonés y la lengua de los vascones.

a. Los primeros textos

Son del siglo X y se hallan en unos documentos denominados Glosas Silenses (Monasterio
de Silos, Burgos) y Glosas Emilianenses (Monasterio de San Millán de la Cogolla, La Rioja).
Las glosas son anotaciones, realizadas por un monje sobre ciertas palabras latinas para aclarar su
significado. Las Glosas Emilianenses, según Alarcos Llorach, fueron "escritas en una zona que
no pertenecía al condado de Castilla, sino situada en los confines occidentales del reino de
Navarra", es decir, en la Rioja; por eso su lengua es, en su mayoría, la del dialecto riojano. En
esta misma zona, dos siglos más tarde aparecerá Gonzalo de Berceo, primer autor de nombre
conocido.

En los estados cristianos existía, sin duda, poesía vulgar desde la formación misma de las
lenguas romances. En los siglos X y XI los condes castellanos y los Infantes de Lara debían de
ser ya objeto de poemas heroicos. Hubo también, sin duda, canciones líricas tradicionales. Pero
no se conservan textos. Era una literatura de transmisión oral, no se escribía y consistía
principalmente en poemas que narraban personas por las plazas y castillos de los pueblos a
cambio de comida, ropa o dinero. Estas personas eran los juglares.

Los juglares sabían hacer otras cosas además de contar historias. Había saltimbanquis,
equilibristas, bailarines y músicos; su misión era entretener a la gente.

Las historias que contaban los juglares solían tratar de hazañas o gestas que había realizado
algún héroe o guerrero popular. Estas historias están hechas en verso y se conocen como
cantares de gesta.

Características: No tienen autor conocido, son anónimos; son obras escritas en verso; estaban
destinados a ser cantados o recitados; se transmitían oralmente de padres a hijos.

El texto más antiguo que conservamos es el Cantar de Mio Cid, refundido hacia 1140, transcrito
a fines del siglo XII o comienzos del XIII y conservado en una copia del XIV.

Durante los siglos XI al XIII hubo gran inmigración de franceses a España, favorecida por
enlaces matrimoniales entre reyes españoles y princesas de Francia y Occitania. En esa época se
introducen muchos galicismos y occitanismos: trobar, salvaje, peaje, ligero, galán, damisela,
corcel, coraje, arpa, galope…

También de esta época es el Auto de los Reyes Magos. En estos años no hay una norma que
dé uniformidad a la lengua.

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En el siglo XIII Alfonso X el Sabio, creador de la prosa romance, utiliza, según Lapesa, el
lenguaje de Burgos, Toledo y León; el habla de Toledo, sobre todo, "sirvió de modelo en la
nivelación lingüística del reino", cuyas características son:

 mantiene la e en muchas palabras: monte por mont


 utiliza te por t
 la frase se alarga y se hace flexible, aunque haya una excesiva repetición
de que
 uso de un nuevo vocabulario aplicado a las ciencias y a la historia antigua
para lo cual utiliza derivados (ladeza, anchura, de lado, ancho), palabras
nuevas ("dicen en latín tribus por linage") y tecnicismos (septentrión).

Con ello el lenguaje quedaba listo para exponer lo que se quisiera, como lo demostró el
propio rey con la variedad de temas abordados en sus obras: leyes, historia, astronomía,
mineralogía, astrología, ajedrez.

Toda esta labor se realizaba en la Escuela de Traductores de Toledo, que había fundado en el
siglo XII el obispo don Raimundo.

En el siglo XIV Don Juan Manuel continúa la obra de Alfonso X y cuida no sólo el lenguaje,
sino también la corrección y transmisión de sus escritos. En el extremo opuesto, Juan Ruiz utiliza
un lenguaje vitalista con modismos y refranes; su Libro de Buen Amor queda en manos del
pueblo para lo que disponga.

1.7. Siglos del XV al XVII. Expansión del castellano

a. Siglo XV (Prerrenacimiento)

Por toda Europa se extiende el Humanismo que fija el latín como modelo a imitar, teniendo
muchos seguidores entre los autores. Esta corriente considera a las lenguas romances como de
inferior categoría y se propone hacer un castellano a imagen y semejanza del latín, justo lo
contrario que había intentado Alfonso X. Dentro de esta tendencia se encuentran Juan de Mena
(1411-1456) y el Marqués de Santillana (1398-1458). Utilizan en sus obras recursos latinos como
el hipérbaton e introducen una invasión de cultismos que el castellano no es capaz de asimilar. El
poeta Jorge Manrique (1440-1479) representa un descenso en la tendencia latinizante.

Paralelamente a esta tendencia culta, la lengua romance continúa su marcha imparable en el


habla coloquial y en la literatura. Los poemas épicos y líricos del Romancero recogen esa veta
popular del lenguaje, elevada ya a niveles de gran perfección formal.

Una obra de finales de siglo, La Celestina, de Fernando de Rojas, recogerá y fundirá los
elementos cultos y populares de las dos tendencias.

En la época de los Reyes Católicos (1474-1517) el castellano domina sobre las demás
lenguas peninsulares. El leonés y el aragonés quedan reducidos a su condición de lenguas rurales
y familiares. Además, se establece como lengua literaria en Cataluña, Valencia, incluso en

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autores portugueses. Llega a Canarias entre 1478 y 1483, y a Hispanoamérica a partir de 1492.
Tras la conquista de Granada (1492), los Reyes Católicos expulsan a los judíos: unos 170.000
salen de España hacia África y Europa, llevando con ellos el castellano que pasará a denominarse
judeo-español o sefardí.

En 1492 Elio Antonio de Nebrija, gran humanista español, publica su Gramática


Castellana, la primera de las lenguas románicas, a las que servirá de modelo. Pretendía definir,
codificar y preservar la estructura del castellano de cara al futuro. Además escribe un
Diccionario hispano-latino y una Ortografía. La difusión de sus obras se ve favorecida por el
descubrimiento de la imprenta a mediados del siglo XV.

En esta época el castellano ha perdido muchos de sus rasgos medievales y, como dice Rafael
Lapesa, "la unidad lingüística del centro de la Península estaba casi consumada", siendo el habla
toledana "el modelo de buena dicción", frente al terreno perdido por el leonés y el aragonés.

Características fonéticas de la lengua:

 pérdida de la f inicial latina sustituida por la h aspirada, que en Castilla la


Vieja ya no se pronuncia: farina por harina.
 la t final se convierte en d: bondat por bondad.
 cambian algunas formas verbales: amades por amáis, sodes por sois.
 vacilación en las vocales: sobir/subir.
 confusión de b/v.
 las sonoras z, -s- se hacen sordas: ç, -ss-.
 las sonoras g, j se ensordecen en x.
 en Sevilla se inicia el seseo y ceceo: diesmo (diezmo), Andrez (Andrés).

b. Siglos XVI y XVII (Siglos de Oro: Renacimiento y Barroco)

Durante los siglos XVI y XVII el latín sigue siendo la lengua usada en las universidades y,
aunque en cada nación se afirma el propio idioma, se le sigue considerando como modelo. La
lengua romance será más perfecta cuanto más se acerque al latín.

La Iglesia, que en un principio apoya al romance, prohíbe, a partir del Concilio de Trento, la
lectura de los libros sagrados traducidos. Pero los escritores, Fray Luis de León y sus
contemporáneos, escriben en romance, que es lo que habla el pueblo.

El poder político y económico conseguido por España trae como consecuencia un desarrollo
cultural cuyo vehículo será el castellano, que se denominará español. Su prestigio aumenta en
España y en Europa, convirtiéndose en la lengua de las cancillerías diplomáticas. El español se
estudia en Europa y se publican gramáticas y diccionarios, sobre todo en el siglo XVII, gracias a
la facilidad dada por la imprenta.

Siglo XVI

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El siglo XVI lo llenan los reinados de Carlos I (1517-1556) y de Felipe Il (1556-1598). Desde el
punto de vista de la historia de la lengua literaria se pueden señalar dos épocas:

a. la del reinado de Carlos V; en ella la lengua española alcanza la cota de mayor esplendor;
el modelo sigue siendo la norma toledana;
b. la época de los grandes místicos, aproximadamente entre 1555 y 1585, que comprende
los años del reinado de Felipe II; en esta época predomina un tipo de lenguaje nacional,
en el que se imponen las modalidades de Castilla la Vieja.

En el siglo XVI, frente al estilo del siglo anterior plagado de latinismos en palabras y oraciones,
se busca una expresión simplificada usando un pensamiento culto con un lenguaje coloquial. Es
la época del Renacimiento en la que se logra el equilibrio entre la forma y el fondo, resumida por
Juan de Valdés en "escribo como hablo".

Ésta será la forma de expresión utilizada por Garcilaso de la Vega, Santa Teresa de Jesús, Fray
Luis de León, San Juan de la Cruz, Miguel de Cervantes y el dramaturgo Lope de Rueda. Será el
lenguaje de la gran novela picaresca, Vida de Lazarillo de Tormes, pero no el de la novela de
caballerías que sigue usando artificios.

El poeta Fernando de Herrera rompe esta línea y vuelve a un estilo lleno de artificios,
antecedente de lo que será el Barroco.

Siglo XVII

Carlos I logró hacer del español una lengua universal. El contacto entre España e Italia era
muy intenso en aquella época. No sólo Sicilia y Nápoles pertenecían a España, sino que Roma,
Bolonia, etc., eran centros culturales importantes donde nuestros humanistas iban a estudiar.
Muchos de nuestros libros se imprimieron en Italia (lo mismo que en Francia o Flandes), se
representaba nuestro teatro y existían estudios donde se enseñaba la lengua española.

Se imita la literatura italiana y la literatura antigua de los clásicos griegos y romanos. Nuestra
lengua es influida en esta época por la lengua italiana y entran palabras como cortesano, novela,
carnaval, terremoto, capricho, grotesco, galería, fantasía, asalto, emboscada…

El nuevo estilo del Barroco vuelve por los caminos de una forma que usa todos los artificios
retóricos. Los textos se vuelven difíciles, aunque en esta época el lenguaje, en manos de grandes
creadores, llega a su cumbre más alta. Digamos que el lenguaje es el gran protagonista del siglo
XVII aplicando todo tipo de recursos: metáforas, alegorías, juegos de palabras, antítesis, etc. Así
surgieron las grandes obras de la literatura.

Los autores se vieron obligados a seguir este camino por la situación sociopolítica de España,
aunque no todos escribieron de la misma manera. Así Miguel de Cervantes y Lope de Vega
estuvieron, en muchas ocasiones, más cerca de la lengua coloquial; en cambio, Luis de Góngora,
Francisco de Quevedo, Pedro Calderón de la Barca, Tirso de Molina y Baltasar Gracián, llevaron
sus estilos por la complicación formal, típica del Barroco.

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Fijación del idioma. Rasgos principales.

El español del Siglo de Oro era mucho más seguro que el de la Edad Media aunque fuese
también un idioma en evolución muy activa. El concepto de corrección lingüística era más
amplio que en los períodos posteriores. En los siglos XVI y XVII se produjo una labor de
selección entre sonidos, formas y giros coincidentes, que condujo a una considerable fijación de
la lengua literaria, y, en menor grado, en la lengua hablada también. Mucho influyó en esta
regulación el desarrollo de la imprenta, capaz de reproducir un mismo texto en multitud de
ejemplares sin las anárquicas variantes de la transmisión manuscrita.

En estos siglos comienza a fijarse el sistema actual de fonemas. El modelo toledano de


pronunciación pierde fuerza frente al de Castilla la Vieja, que acaba imponiéndose.

Así resume Lázaro Carreter las características principales:

Fonemas
Fonema que prevalece
medievales
s sorda
s (sorda)
ss sonora
z sonora ç, en el siglo XVI (pronunciada como ts); a lo largo del XVII se irá
haciendo interdental (como es hoy); los testimonios indudables de esta
ç sorda transformación son del siglo XVIII.
g, j sonora
g, j (sorda), a principios del XVII (como es hoy)
x sorda
-b- oclusiva
-b- (fricativa), en el siglo XVI (como es hoy)
-v- fricativa
h- aspirada deja de pronunciarse en el siglo XVI.

Al léxico español se incorporan galicismos (ocre, corcel, barricada, bayeta, brocha),


italianismos (aguantar, capricho, novela, campeón, escopeta), lusismos (mermelada, caramelo,
bandeja, mejillón, carambola), por el contacto que hay con estos países, y también palabras de
las lenguas indígenas americanas (patata, chocolate, tiburón, huracán, Jauja).

Se escriben tratados sobre la lengua: Diálogo de la lengua, de Juan de Valdés (h. 1536);
Arte grande de la lengua española castellana, de Gonzalo de Correas (1625); El tesoro de la
lengua castellana o española, (1611) de Sebastián de Covarrubias.

1.8. Siglos XVIII - XX. El español moderno y contemporáneo

a. Siglo XVIII

Se desarrolla en las universidades un movimiento favorable al uso del castellano encabezado


por Feijoo y al que apoyan importantes figuras como Jovellanos.

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Las novedades y vulgarismos tropiezan desde el siglo XVIII con la barrera de normas
establecidas con anterioridad, que son muy lentas en sus concesiones. El reflejo de este
conservadurismo es la fundación en 1713 de la Real Academia Española por orden de Felipe V.
Su intención es velar por la pureza del idioma. Su lema es: "Limpia, fija y da esplendor". Uno de
sus primeros trabajos fue la publicación del llamado Diccionario de Autoridades (1726-1737).
Este mismo diccionario, sin textos de autores, se publicó en 1780 como Diccionario de la lengua
española, del cual se han hecho 22 ediciones. La última en el 2001, caracterizada por la
utilización de herramientas informáticas.

En 1741 se publica la Ortografía que tiene cinco ediciones durante el siglo XVIII y sigue
publicándose en el XIX. Se unifican las normas ortográficas:

 supresión de la ss.
 sustitución de ph, philosofía, y th, theatro, por f y por t
 empleo de x para representar el sonido gs, examen; deja de ser equivalente
de j, México y paxe.
 desaparición de ç e imposición de las grafías za, ce, ci, zo, zu.
 empleo de y para el sonido consonántico.
 grafías cua, cue, cui en lugar de qua, que, qui.
 sustitución de ch por c o qu, Christo por Cristo.
 se conserva la h muda.
 permanecen las coincidencias fonéticas entre b/v, c/z, j/g, y/i.

La última edición se ha publicado en 1999 como Ortografía de la lengua española con la


colaboración, por primera vez, de todas las Academias americanas.

En 1771 publica una Gramática de la lengua española y en 1780, con una disposición de
Carlos III, se obliga a enseñar dicha gramática en todas las escuelas del reino. La última edición
es de 1994.

Debido a la presencia de los Borbones en el trono de España se produce una invasión de la


cultura francesa que tiene su repercusión en la lengua. También la fuerza de la Ilustración dejó
sus huellas en términos filosóficos, científicos. Ambas causas provocaron una invasión
exagerada de galicismos en el español contra los que luchó la Academia y algunos autores. Esta
reacción purista a favor del idioma quería evitar exageraciones como la de utilizar golpe de ojo,
del francés coup d'oeil, por mirada.

Con el neoclasicismo, estilo literario de esta época, se produjo una vuelta a los escritores de
nuestro siglo XVI, pero también se volvió la vista hacia los escritores franceses. Por ello,
entraron en nuestra lengua muchos galicismos (palabras francesas):

b. Siglo XIX

El idioma sigue abierto a las innovaciones léxicas, aunque lo principal va a ser la adaptación
de la lengua a un mundo en el que surgen nuevas ideologías y nuevas formas de vida:
costumbres, desarrollo de la ciencia, luchas políticas, comunicaciones, periodismo, movimientos

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literarios, nacionalismos. Todo este mundo abigarrado no cabía en el lenguaje demasiado
normativo del siglo anterior. Así la lengua se va liberando de la imitación de los modelos
clásicos y de las ataduras académicas hacia una mayor variedad y flexibilidad.

Desde el terreno de las ideologías y la política llega una oratoria y un periodismo encendido
adaptado a la nueva situación. Frente a ellos encontramos una mirada al pasado en la novela
histórica y en el casticismo que tienen la batalla perdida. Desde el campo de la ciencia se
produce, lejos del consejo de los neoclásicos de buscar el término usado por los clásicos, una
invasión de cultismos y tecnicismos para designar la nueva realidad del progreso. Continúa la
invasión de galicismos y el comienzo de los anglicismos, frente al descenso de los italianismos.

Los movimientos literarios, romanticismo y realismo, contribuirán de manera definitiva a la


creación de lo que es nuestra lengua actual.

En este siglo se logra superar una de las peores pruebas por las que tuvo que atravesar el
español, la independencia de los países hispanoamericanos. El peligro para conservar la
unidad de la lengua se superó con la creación de Academias en ellos. La primera fue la
Academia Colombiana en 1871, a la que siguieron la Mejicana, la Salvadoreña, la Venezolana.
En España, destaca la preocupación por la lengua de Marcelino Menéndez y Pelayo.

Durante el siglo XIX, las nuevas apetencias expresivas pugnaban por romper el caparazón
neoclásico de la lengua. Los nuevos tiempos y los nuevos estilos literarios pedían un lenguaje
variado y flexible, pero la educación estética de los escritores mantenía resabios puristas.

Los románticos todavía conservaron muchos hábitos del siglo XVIII. En la poesía
continuaron en boga palabras y giros gratos a la poesía neoclásica.

Los cambios radicales experimentados por las formas de vida y pensamiento a lo largo del
siglo XIX y durante el actual han influido en el vocabulario español igual que en el de todos los
idiomas europeos. Ciencias, filosofía, progresos técnicos, cuestiones políticas y sociales exigen
la constante ampliación de las nomenclaturas.

La lengua inglesa, que había permanecido ignorada en el continente durante los siglos XVI y
XVII empezó a ejercer influencia, primero con su literatura y pensadores, más tarde por prestigio
social. Anglicismos: dandy, club, rifle, revólver, golf, fútbol, gol, corner. En el deporte han
entrado y siguen entrando muchas palabras inglesas.

c. Siglo XX

Continúa el trabajo para defender la unidad de la lengua con la creación de Academias en


todos los países hispanoamericanos. La Academia Filipina aseguró la estabilidad lingüística en la
zona de Extremo Oriente.

Por otra parte, la presencia de toda una pléyade de grandes escritores, a ambos lados del
Atlántico, ha enriquecido mucho la lengua de Cervantes. El Modernismo, iniciado en los últimos
años del siglo XIX, aportó ritmos y léxico brillantes. El Grupo del 98 descubrió el sentido

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profundo de viejas palabras y variados mundos plasmados en sus novelas, dramas, poemarios y
ensayos. Precisamente Castilla será uno de los conceptos sobre el que vuelven una y otra vez, de
la mano de uno de los investigadores más insignes del origen del castellano y del resto de los
dialectos del latín, Ramón Menéndez Pidal. Sus teorías castellanistas, en estos inicios del siglo
XXI, están demandando una revisión sistemática.

Serán discípulos suyos (Dámaso Alonso, Gili Gaya, Rafael Lapesa), los que continuarán a lo
largo del siglo el estudio de la lengua en profundidad. Junto a ellos, nuevos investigadores
estudian, en cátedras y publicaciones, nuestra lengua a la luz de todas las nuevas corrientes
lingüísticas. Éstas son las que siguen fundamentalmente los autores de nuestros libros de texto.

En la configuración del castellano actual intervienen nuevos factores, tales como la


extensión de la cultura general y la enseñanza a las clases más desfavorecidas, el aumento de la
producción editorial y periodística, la presencia masiva de la radio, la televisión y los
ordenadores. Todo esto ejerce una acción niveladora y unificadora de la lengua en todo el ámbito
hispanohablante.

Otros factores a tener en cuenta es la penetración masiva de neologismos científicos,


técnicos, deportivos, del inglés y del francés. La invasión de términos informáticos supone un
reto para el trabajo de las Academias, que no pueden actuar con la suficiente rapidez para acoger
tantas palabras. La última edición (22ª) del Diccionario de la Real Academia supone un esfuerzo
al incorporar los términos más frecuentes del mundo informático.

Se continúa la tendencia de adaptar lo más posible la fonética a la pronunciación. En este


sentido van encaminadas las normas de la Academia de 1952 y 1959:

 supresión de la tilde: á por a, monosílabos (fuí por fui).


 utilización libre de s por ps: sicología.
 utilización libre de t por pt: setiembre.
 s por sb: sustancia.
 utilización libre de la tilde en los pronombres demostrativos cuando no
hay ambigüedad.
 se suprimen los dígrafos ch y ll como letras independientes en el
diccionario (en la última edición de la Ortografía de la Real Academia).

Hoy, la situación de las lenguas en España ofrece una panorámica totalmente nueva. La
Constitución de 1978 creó las bases para pasar de la diglosia al bilingüismo.

Por otra parte, los hablantes del castellano tienen conciencia de que su lengua va más allá de
sus fronteras y llega hasta Hispanoamérica. Conciencia de una lengua presente, cada vez con más
fuerza, en los organismos internacionales. Conciencia de la obligación de cuidar y alejar de los
vulgarismos la lengua romance más hablada en el mundo.

Hoy el español o castellano es lengua oficial y de cultura de más de 350 millones de seres
humanos lo que lo pone a la cabeza de la familia de las lenguas románicas, seguido a gran
distancia por el portugués , con alrededor de 200 millones, el francés, con unos 120 millones, y

16
el italiano, que cuenta alrededor de los 65. La extensión geográfica del español es también
extraordinaria: comprende España, parte del Suroeste de los Estados Unidos, México, América
Central y Meridional, a excepción de Brasil y Guayanas; Cuba, Santo Domingo y Puerto Rico y
una minoría hispanohablante en Filipinas. Puede decirse que el español es el instrumento
expresivo de una comunidad que abarca dos mundos y en la que entran gentes de todas las razas.

En la actualidad tenemos también muchos anglicismos debido al predominio técnico y


científico de los Estados Unidos. Su uso en España es menor que en Hispanoamérica.
Ejemplos: los prefijos maxi-, mini-, refrigeradora, penicilina, clip, block, bulldog, yate… Y
todos los relacionados con la informática.

La norma culta española

La vitalidad de la lengua española se echa de ver no sólo en su creciente difusión, sino


también en la fundamental unidad que ofrece, a pesar de usarse en tierras y ámbitos sociales tan
diversos. Esta cohesión se debe principalmente a la robustez de la tradición literaria, que
mantiene vivo el sentido de la expresión correcta. El uso culto elimina o reduce las
particularidades locales para ajustarse a un modelo común, que dentro de España se ha venido
identificando con el lenguaje normal de Castilla. Las diferencias aumentan conforme es más bajo
el nivel cultural y menores las exigencias estéticas; entonces asoma el vulgarismo y se
incrementan las notas regionales. Pero es muy significativo que los rasgos vulgares sean, en gran
parte, análogos en todos los países de lengua española.

17
EL ESPAÑOL DE AMÉRICA

I. Introducción
Nadie se puede creer que la maravillosa comunicación, gozada en la actualidad por 400 millones
de habitantes, sea fruto del azar y de la aventura de unos navegantes, que, a través del Atlántico,
pensaban llegar a las tierras ya conocidas de Asia.

La tierra que se abría a sus ojos era un nuevo continente repleto de grupos humanos, de lenguas
sin fin, de imperios y culturas alucinantes. Allí llegaba la lengua española para ofrecer su manera
de ver el mundo.

Aquí se aclimató la lengua de los aventureros e hizo posible la comunicación de todos aquellos
territorios, recibiendo a cambio el influjo enriquecedor de sus culturas y lenguas. La lengua
española, unida a través y a pesar de tantas hablas, no sería la misma sin esta aportación de los
19 países hispanoamericanos, cuyas características vamos a estudiar.

II. La ruta del español en América


Señalar el camino seguido por la lengua española en América no es tarea fácil, por ser un
proceso muy lento y complicado que desde los Reyes Católicos y Carlos I llega hasta el siglo
XIX.

1. Los primeros años

Los primeros años estaban marcados por el descubrimiento geográfico y la conquista, con
encuentros superficiales con la población indígena. La comunicación se realizaba por medio de
gestos o a través de intérpretes nativos o españoles, con conocimientos idiomáticos adquiridos
superficialmente.

2. Extensión de la lengua

Será a partir de 1560 cuando la lengua española comienza a extenderse entre las tribus de
indígenas que, en muchos casos, rechazan o combinan con la propia, por las ventajas de
comunicación más amplia que ofrecía. Los centros de educación y el mestizaje jugaron un
papel muy importante en la implantación del español.

3. Desaparición de lenguas indígenas

Esto trajo consigo la desaparición de muchas lenguas y dialectos de pequeños grupos. Muchas,
como el náhuatl, el quechua y otras que hoy son lenguas oficiales, lograron sobrevivir gracias a
su riqueza.

4. Los primeros contactos del español en América

1
 1492-1493: 3 de agosto, salida del Puerto de Palos (Huelva) de la expedición de Colón.
Escala en Canarias.
 12 de octubre: Llegada de la lengua española a tierra americana en la isla de Guanahaní
(San Salvador, actual Watling, de las Bahamas).
 Llegada a las Grandes Antillas (Cuba, Haití y República Dominicana).
 1493-1496: Llegada a las Pequeña Antillas (Guadalupe, Dominica, Martinica, etc.) y
recorrido por las Grandes Antillas (Jamaica y Puerto Rico).
 1498-1500: Llegada a la Isla de Trinidad. La lengua española llega, por primera vez, al
continente americano el 5 de agosto de 1498 por el Golfo de Paria, en las costas de
Venezuela.
 1500-1502: Expedición por las costas de Colombia y Panamá. Expedición por las islas
Margarita, Curaçao y costas de Venezuela.
 1502-1504: Llegada a la costa atlántica de América Central: Honduras (27 de julio de
1503), Nicaragua, Costa Rica, Panamá.
 1508: Llegada a Yucatán
 1512: Llegada a Florida.
 1513: A través de Panamá se llega al Océano Pacífico.
 1515: Expedición por las Costas de Uruguay y Río de la Plata (Argentina).
 1519: Desembarco en México y llegada a la capital azteca.
 1523: Conquista de Guatemala.
 1526: Una expedición bordea la costa oeste de América del Sur.
 1531: Conquista del Perú (incas).
 1532: Expedición a California.
 1533: Conquista de Ecuador.
 1534: Creación del Virreinato de Nueva España (México, Cuba, Puerto Rico,
Venezuela y Guatemala. Filipinas y Oceanía).
 1535: Conquista de Chile.
 1536: Fundación de Buenos Aires. Exploración de Colombia. Exploración de
Paraguay.
 1540. Exploración de los Andes. Expedición por California, Arizona, Nuevo México,
Texas.
 1541: Descenso del Amazonas.
 1542: Creación del Virreinato del Perú.
 1560: Fin de las exploraciones y comienzo de la colonización.

III. Características del español de América


2
1. Introducción

José María Enguita Utrilla: “Factores determinantes en la formación del español de América”, Cuadernos
de Investigación Filológica, tomo XIV (1988), págs. 57-73.
http://dialnet.unirioja.es/servlet/oaiart?codigo=68986

El español de América es un fenómeno de grandes dimensiones por la variedad de territorios que


abarca. Dicha variedad afecta a la lengua, que adopta formas polivalentes.

Según el lingüista Henríquez Ureña, podemos distinguir en América varias áreas generales, que
podrían ser representadas por los usos lingüísticos de las ciudades y territorios más influyentes:

1. un área caribeña (representada, por ejemplo, por los usos de San Juan de Puerto Rico,
La Habana o Santo Domingo)
2. Un área mexicana y centroamericana (representada, por ejemplo, por los usos de la
ciudad de México y de otras ciudades y territorios significativos).
3. Un área andina (los usos de Bogotá, La Paz o Lima).

3
4. Un área rioplatense y del Chaco (Buenos Aires, Montevideo y Asunción)
5. Un área chilena (Santiago)

A estas cinco áreas se les añaden las tres del español de España:

1. una castellana (representada por los usos de ciudades como Madrid o Burgos)
2. una andaluza (Sevilla, Málaga o Granada)
3. una canaria (Las Palmas o Santa Cruz de Tenerife)1

Resumiremos las características generales de todo el espacio hispanoamericano, con


referencias a los países implicados en cada característica. Antes, damos unas breves notas sobre
la formación de la lengua.

de una articulación aspirada proveniente de F- inicial latina (hartar, huir) o el del voseo, acaso el rasgo
más destacado por los estudiosos2.

Zonas lingüísticas americanas

El sistema educacional fue, quizás, uno de los factores determinantes en el establecimiento de


diferencias lingüísticas, pues ya en 1538 la escuela de Santo Domingo se convirtió en la

1
Datos tomados de F. Moreno Fernández: Qué español enseñar, Madrid, Arco Libros, 2000. p. 38.
2
José María Enguita Utrilla. Op. Cit. Pp. 59-60.

4
Universidad de Santo Tomás de Aquino, y en la misma ciudad se creó la Universidad de
Santiago de la Paz en 1540, mientras que la Universidad de Córdoba (Argentina) fue creada en
1613.

Finalmente, otra de las causas de la diferenciación dialectal se refiere a la época de la


colonización, ya que la ciudad más antigua, Santo Domingo, fue fundada casi en el momento de
la llegada de Colón a América, mientras que Montevideo se fundó en 1722.

Sin embargo, estos intentos de zonificación no siempre han sido fecundos, debido a que no se
cuenta con datos precisos o suficientes en cada lugar, por ejemplo, a través de la elaboración de
atlas lingüísticos; pero, a pesar de lo anterior, algunos autores coinciden en distinguir las
siguientes zonas: 1) México y sur de los Estados Unidos, 2) Caribe, 3) zona andina, 4) zona
rioplatense y 5) zona chilena, aunque se han llegado a postular hasta dieciséis zonas.

Entre las distintas zonas se observan diferencias, por ejemplo, en el plano léxico, como ocurre en
los siguientes casos: autobús (España) es guagua (Cuba), micro (Chile), buseta (Colombia),
colectivo (Argentina), camión (México); cazadora (España) es chamarra (México), chompa
(Colombia, Ecuador), chaqueta (Panamá, Venezuela, Paraguay), casaca (Chile, Perú); manta
(España) es cobija (Colombia, Honduras, Ecuador), frazada (Perú, Bolivia, Chile, Argentina),
cobertor (México), frisa (República Dominicana, Puerto Rico).

Pero las diferencias no abarcan sólo aspectos léxicos, sino también, aunque en menor grado,
fonéticos y morfosintácticos. Por ejemplo, diferente realización del fonema s (desde la aspiración
en Chile o Argentina, hasta la s ciceada -pronunciada como z- de algunos puntos de Colombia y
Puerto Rico y, sobre todo, en El Salvador, Honduras, Nicaragua y costas de Venezuela);
palatalización de j en Chile (mujer suena mujier) o aspiración de la misma en República
Dominicana; confusión de y o ll (que se distinguen en algunas zonas, mientras que en otras se
confunden a favor de y, como en la mayor parte de Hispanoamérica, o diferencias en el sistema
vocálico (debilitación de vocales intermedias en México y timbre cerrado de las vocales en
Ecuador, Perú, Bolivia y norte de Chile por influjo quechua).

En cuanto a diferencias morfosintácticas, éstas son bastante menos frecuentes, como la


alternancia de los diminutivos -it- e -ic- (ratito, ratico), construcciones gramaticales diversas,
como "¿Qué tú sabes?", corriente en Centroamérica y Caribe, y "¿Tú sabés?", habitual en el resto
del territorio. Además, un fenómeno constantemente citado es el voseo (uso del pronombre vos
como tratamiento familiar, con sus correspondientes formas verbales en algunas zonas y niveles
socioculturales (vos tenés, común en Argentina, o vos tenís, vulgar en Chile, variantes de tenéis),
en oposición al tuteo.

2. La formación del español en América

A. Los comienzos de una lengua

5
o No es fácil imaginar todas las formas en que el español llegó a establecerse como
lengua de América, sobre todo, en los primeros años, antes de que se crearan
escuelas y universidades.
o El grupo humano que llegaba en las naves era variopinto: representantes de la
administración real, militares, nobles venidos a menos, marineros, escribanos,
notarios, jueces, cronistas, misioneros, comerciantes. Y hombres y mujeres del
pueblo. Se ha demostrado que la mayoría eran andaluces.
o Abundaba el analfabetismo y el escaso contacto con la lengua y literatura escrita.
Pero no se puede decir lo mismo de la literatura oral: los viejos romances e
historias populares iban con ellos. Hay testimonios de fiestas con expedicionarios
vestidos de romeros recitando coplas.
o La lengua que llega a América de la mano de estos hombres no es un español
medieval, sino evolucionado y lleno de seseo, ceceo, el hablar suave y dulce del
andaluz, "frente al hablar bronco de las gentes de la España septentrional".
o El primer contacto permanente de la lengua española con el continente americano
se realizó en Las Antillas, asentamiento donde el español de América empieza a
formarse.
o Desde aquí pasa al continente, donde se va a encontrar con el español del norte y
noroeste peninsular, llevado allí por los emigrantes que procedían de esta parte de
España.
o La lengua española va extendiéndose, con dificultades, a lo largo de América,
hasta la fundación de las Academias de la Lengua en el siglo XIX, en países ya
independientes.
B. Características lingüísticas
a. Fonéticas
i. Vocales:
 Las cinco del sistema general de la lengua española.
 Variedades dialectales: En Hispanoamérica, como en España, las
vocales presentan cierta inestabilidad, sobre todo en los ambientes
rústicos y vulgares.
 Principales vacilaciones de las vocales:
 Cambio de vocales:
 e, o por i, u: melitar por militar, josticia por
justicia.
 i, u por e, o: pidir por pedir, culumpio por
columpio.
 e por o: escuro por oscuro.
 e por a inicial: empoya por ampolla.
 á por é en el diptongo éi: asaite por aceite.
 é por ó: semos por somos, rétulo por rótulo.
 Supresión o cambio de vocales en hiato y en diptongo:
tiatro por teatro, pasensia por paciencia.
o Países: Todos.
Desplazamiento del acento: máis por maíz.
o Países: Todos.

6
Debilitamiento y desaparición de vocales en contacto con s (Las superíndices o, a, e
representan el debilitamiento).:
o
o Cualquier palabra: tod s y tod's por todos.
a
o En diptongos: gras s por gracias
e
o Desaparición de consonantes: p sisamente por
precisamente, 'ntons' por entonces.
o Países: México (interior), Perú, Bolivia, El
Salvador, Ecuador, Colombia, Santiago del Estero
(Argentina).
Tendencia a la nasalización en palabras donde la vocal esté ante, tras o entre nasales (m,
n, ñ): pueden, indio, mono. Si desaparece la consonante nasal, la nasalización de la vocal es
mayor: tapó por tapón.
o Países: Antillas, norte de México.
La desaparición de la -s en interior o al final de palabra produce un alargamiento o
abertura mayor de la vocal final: pecado por pescado, mano por manos.
o Países: Antillas, Chile, México.
Cierre de las vocales finales e y o: lechi por leche, gayu por gallo.
o Países: tendencia general.
Consonantes:
Tiene los dieciocho fonemas del español seseante (desaparece el fonema /θ/ ( za, zo, zu,
ce, ci).
Tendencia innovadora en la evolución de las consonantes a lo largo de la historia.
Gran variedad de realizaciones en cada consonante.
Utilización de b por p: cambana por campana.
Utilización de d por t: pada por pata.
Supresión, considerada muy vulgar, de d intervocálica: cansao por cansado.
Aspiración de la h procedente de f latina: jumo por humo.
Aspiración de la s-: hemana por semana.
Debilitamiento y desaparición de la s final: arena por arenas.
Utilización de l por r: sacal por sacar.
Desaparición de r y duplicación de la consonante que la sigue: atta por alta.
Uso poco frecuente de r: aspiración (pehla por perla), vocalización (taide por tarde),
cambio por s (casne por carne).
Debilitamiento y desaparición de la n final con nasalización de la vocal anterior: saló por
salón.
Yeísmo intenso: cambio de y por ll: caye por calle.
Seseo: uso de /s/ por /θ/ ( za, zo, zu, ce, ci): sapato por zapato.
Ceceo: uso de /θ/ ( za, zo, zu, ce, ci) por /s/: zolo por solo. Se da en zonas pequeñas de
algunos países: América Central, Colombia, Puerto Rico, Venezuela y Argentina.
o Países: menos el ceceo, estos fenómenos consonánticos son
generales en Hispanoamérica.
b. Morfológicas.
Género:
o Vacilaciones en nombres terminados en -e o consonante: el/la
puente, el/la azúcar.
Países: tendencia general

7
o Diferenciación geográfica: Colombia: la azúcar blanca en la
costa y el azúcar blanco en la zona andina.
o Formación popular de femeninos en -a y masculinos en o
(Antillas): la estudiante, la tigra; el cabro, el ovejo.
o Falta de concordancia entre nombre y adjetivo por el influjo del
quechua y aimara (Bolivia, Perú) y del guaraní (Paraguay): está
carísimo la vida, camisa blanco.
Número:
o Plural popular en -ses: cafeses por cafés.
Países: Antillas, Colombia, Panamá, Perú, Venezuela.
o Plural en -se (República Dominicana): gallínase por gallinas,
mucháchase por muchachas.
Artículo:
o Sustitución por demostrativo y elisión: esas naranjas por las
naranjas, fines de semana es igual por los fines de semana...
o Países: Bolivia, Perú, Paraguay.
Posesivos:
o Se posponen: el cederrom es del amigo mío, los libros de ellos.
o Países: fenómeno general
Pronombres:
o Excesiva utilización de sujetos antepuestos pronominales (yo,
tú...) en:
o estructuras enunciativas: yo vengo pronto
o interrogativas: ¿cómo tú cantas?
o construcciones con infinitivo: al yo venir
o oraciones finales con sujeto precedido de para: puso
señales para yo poder llegar por ...para que yo pudiera
llegar.
o Países: Antillas, Panamá, Venezuela.
o Aumento creciente del leísmo: le siguieron por lo siguieron.
o Uso de le complemento indirecto para sustituir plurales: le envié el
poema a mis amigos por les envié...
o Duplicación del complemento: ayer la vi a tu hermana (directo),
le dio a su prima un beso (indirecto).
o Apenas si existe laísmo y loísmo.
o Países: Antillas, Venezuela, Panamá, Perú, Bolivia, Chile,
Colombia, Ecuador.
o Mal uso del se en expresiones familiares: apártesen por apártense.
o Países: Antillas, Colombia, Argentina.
o Desaparición de vosotros sustituido por ustedes en el sujeto y se en
los complementos.
o Países: tendencia general.
El voseo:
o Uso de vos por tú. La utilización de tú se denomina tuteo. El
voseo, que ofrece muchas variantes, es una de las características
principales del español de América.

8
o Adopta estas formas:
o Con vos + desinencias de voseo: vos cantás, vos tenés, vos
partís.
o Ej.: yo escribo, vos escribís, él escribe, nosotros
escribimos, ustedes escriben, ellos escriben.
o Con vos + desinencias de tuteo: vos cantas, tienes, partes.
o Ej.: yo imagino, vos imaginas, él imagina, nosotros
imaginamos, ustedes imaginan, ellos imaginan.
o Con tú + desinencias de voseo: tú cantás, tenés, partís.
o Ej.: Yo bebo, tú bebés, él bebe, nosotros bebemos,
ustedes beben, ellos beben.
o El voseo utiliza vos como sujeto y te o preposición + vos en los
complementos de singular: vos pensás, te llama, pregunta por
vos (en tuteo: por ti).
o En plural usa como sujeto ustedes y como complemento se:
ustedes aman.
o Conjugación de verbos en forma de voseo, según el diccionario
de la RAE:
o Sólo tiene formas especiales la segunda persona del
singular del presente de indicativo: amás, temés, escribís.
o En la segunda persona (ustedes) del plural de todos los
tiempos, se usa siempre la forma verbal de la tercera
persona: ustedes aman, amaban, amaron, amarán,
amarían, amen, amaran o amasen.
o Formas del imperativo: amá vos, amen ustedes; tené vos,
tengan ustedes; partí vos, partan ustedes.
o En algún país (Argentina) hay terminaciones especiales también en
la segunda persona del presente de subjuntivo: vivás, murás,
sintás, tengás, estés.
o Ej.: Yo viva, vos vivás, él viva, nosotros vivamos, ustedes
vivan, ellos vivan.
o A veces se usa en países de voseo (Chile, Venezuela), como
segunda persona del singular en el presente de indicativo, las
formas de la segunda persona del plural: vos amáis (= vos amás
= tú amas).
o Ej.: Yo estudio, vos estudiáis, él estudia, nosotros
estudiamos, ustedes estudian, ellos estudian.
o Países: Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Panamá,
Parguay, Uruguay, Venezuela, Centroamérica y sur de México.

9
10
José María Enguita Utrilla. Op. Cit. Pp. 60-61.

Diminutivos:
o Característicos del lenguaje familiar de América. En cada país son
distintos.
o Los más generales se forman con -it-, -ill-, -ic-: amiguita,
naranjilla, pastica.
o Ecuador, Colombia: -ito: ahisito, detrasito está (ahí detrás está),
déme un cafesito.
o Bolivia: -it- sin vocal final: ojos negrits. En -ngo: ahoringa
(ahora).
o Perú: -acho: hombracho.

Verbos:
o Tendencia general:
o Baja utilización del pretérito anterior (hube imaginado) y
los futuros de subjuntivo (imaginare, hubiere imaginado).
o Uso más frecuente de las formas en -ra que de las en -se
escribiera mejos que escribiese.
o Uso más frecuente del pretérito perfecto simple (imaginé)
que del pretérito perfecto compuesto (he imaginado).
o Preferencias por las perífrasis y verbos pronominales:
voy a decir por diré; se enfermó por enfermó.
o Tendencia más restringida:
o Uso de estar + gerundio por el presente y futuro: está
cantando por canta.
o Conjugación de los verbos unipersonales: habían muchas
estrellas por había muchas estrellas.
o Uso incorrecto de amastes, temistes por amaste, temiste, en
el pretérito simple.
o Usos particulares de perífrasis:
o Saber + infinitivo
o Bolivia, Ecuador, Panamá: equivale a soler +
infinitivo: no me sabe gustar el estudio por no me
suele gustar el estudio.
o Bolivia: tiene valor de imperfecto: a veces sé
faltarme a clase por a veces faltaba a clase.
o Dar/ir + gerundio

11
o Colombia: valor imperativo: deme trayendo por
tráigame.
o México: acción recién terminada o a punto de
acabar: voy llegando por acabo de llegar.
o Perú: valor de futuro: me estoy yendo mañana por
me iré mañana.
o Influjo del inglés en Puerto Rico:
o Preferencia por el indicativo: no creo que viene hoy por no
creo que venga hoy.
o Usos de gerundio: está su corazón latiendo bien por su
corazón late bien; lo que hace es comparando muestras por
... es comparar muestras; mis compañeras enseñando
español por mis compañeras enseñantes de español.
o Infinitivo con sujeto propio: lo hice para ella aprender
por lo hice para que ella aprendiera.
o Uso abundante de la pasiva: somos traídos aquí por nos
traen aquí.
Preposición:
o uso extendido del queísmo: omisión de preposiciones ante que: me
di cuenta que por me di cuenta de que.
o Países: Argentina, Antillas, Chile, Perú, Venezuela.
o Se va introduciendo el dequeísmo: adición innecesaria de de:
pienso de que por pienso que.
o Países: Bolivia, Colombia, Chile, México, Perú, Venezuela,
Antillas.
o Tendencia a la supresión de a delante del complemento directo de
persona: acompañó un turista por acompañó a un turista.
o Países: Antillas, Bolivia, Venezuela
c. Léxicas.
 El léxico constituye el aspecto más característico de las variedades
dialectales del español de América y marca la diferencia respecto al
español peninsular.
 Son muchas las palabras indígenas recogidas en los diccionarios a lo
largo de los siglos, pero pocas las utilizadas en la lengua ordinaria.
 El léxico hispanoamericano tiene tres componentes: el patrimonial, el
indígena y el africano. El primero ha integrado al indígena y al africano.
o El patrimonial:
o Es la base principal, procedente de la lengua llevada por
los españoles y de la adaptación a las nuevas realidades de
cada país americano.
o Las palabras patrimoniales adquieren otros significados
por la necesidad de nombrar plantas, animales o
acontecimientos nuevos y así sustituir al nombre indígena.
o Muchas de estas adaptaciones duraron un tiempo, siendo
sustituidas por el nombre propio, otras permanecieron.

12
o Ej.: La palabra león se adaptó para denominar al
puma; actualmente se ha abandonado la adaptación
y ha quedado incorporado a la lengua general el
término original quechua puma.
o Hay muchos términos adaptados del léxico marinero:
trinquete (el menor de los tres mástiles de la nave) significa
persona fuerte.
o Tendencia a derivaciones como besito 'bizcocho pequeño',
palomilla 'muchacho callejero'.
o Creación de verbos en -ar: lechar 'ordeñar', fiestar
'festejar'.
o Creación de verbos por medio de prefijos: acariñar,
'acariciar', descuerar 'desollar'.
o Colectivos como muchachada, indiada, gallinerío.
o Adjetivos en -oso: molestoso.
o El indígena
o Cientos de lenguas y dialectos desaparecieron a la llegada
de los españoles. Los que sobrevivieron, constituyen un
entramado muy amplio que no está suficientemente
aclarado.
o La lengua española incorporó, desde el primer momento,
gran número de indigenismos en la zona de las Antillas,
que pasaron después al continente americano.
o A estos cientos de lenguas corresponden cientos de tribus
indias o amerindias, que han conservado su identidad
gracias al habla empleada. La mayor parte no tienen
alfabeto escrito, aunque las grandes lenguas sí han sido
estudiadas.
o La población indígena actual alcanza los treinta millones
de habitantes. Destacan Guatemala y Bolivia, México,
Ecuador y Perú; le siguen Panamá, Venezuela, Colombia,
Chile y Paraguay.
o Actualmente, alguna de estas lenguas amerindias
reivindican su personalidad y la cultura relacionada con
ellas a través de Internet.
o En la lista siguiente de lenguas amerindias, las referencias a
los países en que se hablan no deben ser entendidas como
totales, sino parciales o de pequeños grupos.
o Lenguas arahuacas y caribes:
o Conjunto de unas 150 lenguas habladas en el pasado en
Las Antillas y actualmente en pequeños grupos de
Venezuela, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y las
Guayanas.
o El taíno es un grupo importante del arahuaco (Antillas) y el
cumanagoto lo es de las lenguas caribes (Venezuela).

13
o Términos: canoa, barbacoa, cacique, hamaca,
huracán, butaca, caimán, piragua, maíz.
o Lenguas yuto-aztecas:
o Amplio grupo extendido por México y el oeste de EE.UU.
que comprende el cahita, el cora y el náhuatl.
o La principal es el náhualt (más de un millón de hablantes),
lengua de los indios nahuas de México y América Central,
que sirvió de vehículo entre los extensos territorios del
imperio azteca. Por esta relación, se le ha denominado,
impropiamente, azteca.
o En esta misma zona existen lenguas indias como el otomí,
el zapoteca, el totonaca, el mixteco, el navajo.
o Términos nahuas: aguacate, cacahuete, cacao,
chicle, chocolate, jícara, petaca, petate, tiza, tomate.
o Lenguas quechuas:
o Conjunto de lenguas y dialectos hablados en los territorios
flanqueados por el Pacífico y los Andes, desde Ecuador
hasta la frontera con Chile. Unos siete millones hablan el
quechua: sur de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y
Argentina (Santiago del Estero).
o Esta lengua fue utilizada por los incas como vehículo en
todo su imperio. Los misioneros españoles la utilizaron
fuera de este territorio como medio de evangelización.
o El aimara (Bolivia, Perú) fue otra lengua muy utilizada por
los incas. Ambas lenguas intercambiaron vocabulario
siendo difícil hoy determinar a cual de las dos pertenecen
los indigenismos.
o Términos: cancha, coca, cóndor, llama, pampa,
puma, papa (de su relación con batata surgió
patata).
o Lenguas tupí-guaraníes:
o Grupo de lenguas habladas en el pasado o actualmente en
Brasil, Paraguay, Perú, Colombia, regiones limítrofes de
Uruguay, noreste de Argentina (Corrientes) y este de
Bolivia. Las lenguas principales son el guaraní y el tupí.
o Términos: maraca, jaguar, ñandú, tapir, tucán.
o Lengua mapuche:
o Es la lengua de los indios araucanos del centro de Chile,
que se extendieron por la pampa argentina.
o Términos: cahuín ('intriga'), curiche ('persona
negra'), chopazo ('puñetazo'), pololo ('insecto’).
o Lenguas chibchas:
o Los chibchas ocupaban las partes altas de Bogotá y su
lengua más importante es el muisca. Otras lenguas son el
misquito y el sumo, movere, enverá, térrabe. Además
aparecen en Nicaragua, Ecuador, Panamá y Honduras.

14
o Términos: chicha (´bebida alcohólica'), chaquira
('abalorio'), mohán ('hechicero'), cura ('aguacate').
o Lenguas mayas:
o Más de dos millones de indios mayas del sur de México y
Guatemala hablan lenguas o dialectos como el quiché,
cachiquel, mam, maya. En el español general apenas han
quedado palabras de ellos.
o El africano:
o Estas lenguas aparecieron con la llegada de esclavos
africanos a diversos países de Hispanoamérica, pero sobre
todo a las Antillas.
o Los afronegrismos tuvieron una mayor presencia en siglos
anteriores; en la actualidad están desapareciendo en el
habla de los nativos.
o Términos: mangó o mango, chango, chiringa.

IV. Presencia del habla andaluza en América


El influjo del andaluz en la lengua de América se demuestra desde la historia y desde la lengua.

1. La historia

La historia nos dice que más de la mitad de los hombres y mujeres que formaban las primeras
expediciones al Nuevo Mundo procedían de Andalucía. Gente sencilla del pueblo, pero también
mercaderes, escribanos y misioneros.

Los primeros viajes partían de Andalucía y tenían como destino las islas de Mar Caribe, las
Antillas principalmente. Después, los viajes rumbo al continente americano salen, además de
Andalucía, de Canarias y puertos del Cantábrico y del Atlántico.

Por tanto, la modalidad andaluza del español es la que primero se difunde en las islas de las
Antillas y desde aquí pasará al continente, donde se encuentra con el resto de las hablas llevadas
por los expedicionarios del resto de España.

2. La lengua

15
Los estudios sobre el español de América demuestran concordancia con elementos propios de la
lengua andaluza, que, a finales del siglo XV, no coincidían con los del castellano. Estos
elementos afectan, sobre todo, a la fonética.

Principales semejanzas fonéticas entre el andaluz y el español de América:

 Aspiración de s: Presenta todas las modalidades andaluzas: aspiración, pérdida,


asimilación, conservación y debilitamiento.
 Aspiración de h procedente de f inicial latina.
 Aspiración de j: Muchas realizaciones como en el andaluz.
 Confusión y pérdida de r y l: Con muchas realizaciones como en el andaluz.
 Pérdida y debilitamiento de la -d- intervocálica: similar al andaluz.
 Seseo: Fenómeno común de todo el español hispanoamericano que limita a 18 los
fonemas consonantes.
 Ceceo: Tendencia actual a la baja.
 Yeísmo: fenómeno general, no sólo del andaluz.

Semejanza morfosintáctica.

 Uso de ustedes por vosotros en la segunda persona del plural.

V. Lenguas actuales de hispanoamérica


La siguiente lista intenta dar una visión aproximada de la situación actual, en cada uno de los 19
países americanos, de las lenguas de uso, oficiales y no oficiales.

Países por orden alfabético:

1. Argentina: español (oficial).


2. Bolivia: español, quechua y aimara (oficiales).
3. Chile: español (oficial), mapuche.
4. Colombia: español (oficial), chibcha, arahuaco, lenguas tupí- guaraníes.
5. Costa Rica: español (oficial), pidgin inglés.
6. Cuba: español (oficial).
7. República Dominicana: español (oficial).
8. Ecuador: español (oficial), quechua, arahuaco, chibcha y otros.
9. Guatemala: español (oficial), mayas (quiché, cachiquel, kekchi y otras).
10. Honduras: español (oficial), misquito y pidgin inglés.
11. México: español (oficial), náhuatl, maya, zapoteco, otomí, mixteco y otras.
12. Nicaragua: español (oficial), inglés (zona del Caribe), chibcha, misquito, sumo y otras.
13. Panamá: español (oficial), inglés, lenguas chibchas (movere, emberá, térrabe.

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14. Paraguay: español y guaraní (oficiales).
15. Perú: español, quechua y aimara (oficiales), arahuaco, tupí -guaraní y otras.
16. Puerto Rico: español e inglés (oficiales).
17. El Salvador: español (oficial).
18. Uruguay: español (oficial).
19. Venezuela: español (oficial), lenguas indígenas.

VI. La unidad del español


La mayor parte de los fenómenos del español de América son comunes a toda la lengua
española. El seseo andaluz se impone en toda América.

Homogeneidad de la lengua oral, a pesar de las diferencias de cada país. Homogeneidad de ésta
con la lengua escrita normal y la literaria.

Conclusión: el español de América ofrece, en todos sus niveles (fonético, morfosintáctico y


léxico), una total unidad con el sistema general del español.

Ministerio de Educación, Gobierno de España. Proyecto Cíceros:


http://recursos.cnice.mec.es/lengua/profesores/eso4/t2/teoria_2.htm

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