2005 Seguridad Vial
2005 Seguridad Vial
1
2
ÍNDICE
Índice ........................................................................................................................... .3
PRESENTACIÓN.............................................................................................................. 5
PRÓLOGO..................................................................................................................... . 7
3
PARTE III. RESEÑA DE OBSERVACIONES Y CONCLUSIONES.............................................. 70
PARTE III. A OBSERVACIONES ..........................................................................................70
PARTE III. B MEDIDAS Y ACCIONES PROPUESTAS.............................................................71
4
PRESENTACIÓN
La institución del Defensor del Pueblo de la Nación tuvo en sus orígenes, en los
albores del siglo XIX, el rol esencial de velar por la supremacía de la ley frente al
poder gubernamental, generando situaciones de equilibrio entre el Estado y el
ciudadano en pos de resguardar los derechos individuales.
Aquella misión se enriqueció a partir de los años ’70 cuando el Defensor del
Pueblo asumió también la defensa de los derechos humanos de las personas. Es
decir, incorporó a los derechos de primera generación aquellas prerrogativas que
reconocía el constitucionalismo social y que estaban orientadas a la creación de
una sociedad equitativa y libre. Esas premisas guiaron el surgimiento de la
institución en Argentina, cuando ya recorríamos con convicción y firmeza los
caminos de la democracia.
5
6
PRÓLOGO
Las altas tasas de siniestralidad que expone la situación del tránsito en Argentina
demuestra que se trata de un fenómeno complejo, recurrente, con gravosos
efectos sociales, porque producen una lamentable secuela de seres muertos y
de personas lesionadas, porque provoca la destrucción de familias, deja secuelas
físicas y psicológicas en las victimas, altera el plan de vida del afectado y
también de su familia, entre otras consecuencias nefastas.
El 60 por ciento de las personas mayores de 65 años que sufren algún tipo de
arrollamiento por un vehículo que circula a mediana velocidad fallece como
consecuencia del impacto. La falta de previsión (rampas de paso adecuadas,
tiempo de espera en los cruces o bocacalles, reparación a tiempo del pavimento,
etc.) hace que grupos vulnerables, como los ancianos o las personas con
capacidades especiales, estén más expuestas a sufrir las consecuencias de una
colisión de vehículos a motor.
7
en accidentes de tránsito, no contempla los accidentes viales, que de acuerdo a
los promedios, resultan más frecuentes, no contempla los factores causales, que
de acuerdo a los promedios, tienen mayor incidencia en la producción de
accidentes viales…” ¿Puede un organismo que da esta respuesta establecer
presupuestos mínimos de prevención de la siniestralidad y contribuir con aportes
valiosos a la política de ordenamiento vial? La respuesta va de suyo.
Cada uno de los entes oficiales requeridos sobre este tema, brindaron
información propia que, finalmente, resultó contradictoria al momento de
comparar unos y otros datos. Por ello, es evidente la sistematización estadística
sobre seguridad vial en Argentina expone un alarmante vacío informativo.
Por eso, es mucho lo que se puede exigir de los gobiernos pero de nada servirá
su accionar si la racionalidad en la conducta vial no se consolida socialmente.
Porque, como el factor humano es la mayor causa de la siniestralidad del
tránsito, la educación vial deviene estratégica para la prevención.
Eduardo Mondino
Defensor del Pueblo de la Nación
8
NOTA PRELIMINAR Y METODOLOGÍA
1
Galeano, Eduardo, “La religión del automóvil”, Semanario Brecha, año 11,
número 539, Montevideo, 1966.
9
• CONCIENCIA VIAL
• PROTEJAMOS LA VIDA
En la provincia de Córdoba participaron:
• FUNDACION FUDESEC
• ASOCIACION CIVIL DEFENSA DE USUARIOS Y CONSUMIDORES DE
CORDOBA
• FODECO
10
• Dirección General de Tránsito de la Municipalidad de la Ciudad de
Rosario;
• Dirección de Transporte de la Provincia de Córdoba;
• Dirección de Accidentología Vial de la Provincia de Córdoba;
• Dirección General de Policía Judicial de la Provincia de Córdoba;
• Policía de la Provincia de Córdoba;
• Dirección de Bomberos de la Provincia de Córdoba;
• Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba;
• Ente Regulador de Servicios Públicos de Córdoba;
• Subsecretaría de Tránsito y Educación Vial de la Municipalidad de
Córdoba;
• Dirección de Planeamiento y Control de la Secretaría de Salud y Ambiente
de la Municipalidad de la Ciudad de Córdoba;
• Centro de Participación Comunal “Monseñor Pablo Cabrera” (Ciudad de
Córdoba);
• Gobierno de la Provincia de Chubut;
• Ministerio de Gobierno, Trabajo y Justicia de la Provincia de Chubut;
• Secretaría de Salud de la Provincia de Chubut;
• Intendencia de la Ciudad de Comodoro Rivadavia;
• Secretaría de Gobierno y Coordinación de Gabinete de la Municipalidad de
Comodoro Rivadavia;
• Dirección de Tránsito de la Municipalidad de Comodoro Rivadavia;
• Intendencia de Trelew;
• Jefatura de Policía de Trelew;
• Dirección de Tránsito de la Municipalidad de Trelew.
11
una visión integral de toda la complejidad que la problemática posee. La segunda
parte, que se divide en dos subcapítulos, incorpora primero un desarrollo de las
dificultades observadas en el desenvolvimiento del marco institucional y legal,
para luego incursionar en la perspectiva de la corresponsabilidad social, la cual
aparece como un aspecto ineludible para comprender acabadamente las
verdaderas implicancias de este flagelo. Finalmente, como consecuencia de todo
lo anterior, se formulan las recomendaciones correspondientes.
12
INTRODUCCIÓN
Los siniestros a causa del tránsito son en Argentina una realidad a la que
asistimos cotidiana pero silenciosamente. Graves hechos de colisión entre
automotores, de atropello a transeúntes por automotores públicos o privados,
embestida de vehículos de toda índole por trenes, vuelco de automotores,
colisión de automóviles con animales sueltos o con objetos inanimados como
muros, columnas o defensas metálicas, explosión o desprendimiento de
neumáticos, etc. se suceden de manera habitual en nuestras rutas y vías de
tránsito terrestres o férreas, casi como hechos ordinarios, provocando, como
consecuencia, el fallecimiento de personas, o lesiones y discapacidades en
otras, la destrucción de bienes materiales y la consecuente pérdida de
capacidades y posibilidades productivas.
La cuestión de la seguridad vial es sin duda una de las más graves problemáticas
que padece la sociedad argentina. La inseguridad en el tránsito ha alcanzado,
según interpretan los expertos, el carácter de “endemia social”. Una endemia que
pone en riesgo la vida, la salud, los bienes materiales y el goce pleno del espacio
público compartido.
2
Artículo 14 de la Constitución Nacional, Pacto de San José de Costa Rica
3
Constituciones provinciales
13
Pero además, la necesidad de brindar seguridad en el tránsito se corresponde
con un imperativo medioambiental que convierte a dicho factor en condición
relevante para el desarrollo humano y a la accesibilidad a condiciones de vida
adecuadas.
En este mismo orden de ideas, a fin de un análisis completo e integral, debemos
resaltar un enfoque que hace referencia al concepto de equidad social, ya que, si
bien la problemática alcanza a todos los sectores y los diferentes tipos de
siniestros inciden sobre diversos grupos de la sociedad, existe una situación de
vulnerabilidad que recae de manera más contundente sobre los sectores más
desfavorecidos en el plano económico y social.
Estos temas serán profundizados más adelante, no obstante ello, ahora podemos
afirmar que la seguridad en el tránsito, paradójicamente, no es apreciada como
una verdadera cuestión de “seguridad”. Es preciso advertir que las consecuencias
de los ciclos de inestabilidad económica y la vulnerabilidad a los hechos
delictivos son percibidos socialmente como situaciones que agravan, perjudican y
lesionan la seguridad de las personas. Sin embargo y a pesar de que diariamente
tenemos noticias de las graves consecuencias provocadas por la violencia en el
tránsito, a dichas situaciones no se las asocia a la idea de “seguridad”. Esa
realidad sugiere, lamentablemente, que las muertes provocadas por la
siniestralidad vial son “socialmente aceptadas”.
Se pude afirmar que los mal llamados “accidentes viales” son, sin temor a
equivocarnos, otra de las formas de violencia que aquejan a nuestra sociedad. El
riesgo de morir o sufrir lesiones por siniestros del tránsito es una forma violenta
de vivir la cotidianeidad, un riesgo que asumimos como algo natural o como un
designio de lo impuesto. Pero es necesario subrayar que en realidad, y es aquí
donde se inserta un punto central en este análisis, los siniestros viales y sus
4
causas son previsibles y por tanto evitables . Sin embargo, pese a que existe un
bagaje de conocimiento acerca de la mecánica del siniestro, de sus
consecuencias y de las medidas requeridas para prevenirlos, ese saber es ocioso
y desaprovechado.
4
Por lo menos, en base a las velocidades actuales de circulación y a la
protección ofrecida por los automóviles modernos. Zini, Gustavo, “Estudio de
innovaciones factibles en el diseño de la seguridad de impacto de un automóvil,
tesis aprobada el 10 de agosto de 2004, por la Facultad de Ingeniería de la
Universidad Nacional de Buenos Aires. No publicada.
14
PARTE I
Parte I. A
5
El término accidente: la necesidad de su reemplazo
5
El desarrollo de este artículo ha sido ampliado y modificado por sus autores de
“Bosque, L; Neira, J. ‘El término accidente”, en “Trauma Prioridades”, San
Román, E; Neira, J; Tisminetzky, G (eds). Editorial Panamericana, Buenos Aires,
2000. Pp 19,20.
6
Poole, G. “A plea for prevention”. J. Trauma. 1998; 45:394.
7
Las causas de los traumatismos pueden clasificarse en intencionales o no
intencionales. Las intencionales agrupan a los homicidios, los suicidios y otras
violencias. Las no internacionales, también denominadas accidentales, incluyen a
15
El término accidente es ampliamente usado tanto en el plano técnico como en el
ámbito popular. Sin embargo, de la revisión sobre el uso popular de la palabra
accidente y de las consecuencias que dicho uso acarrea surge la necesidad de su
reemplazo. Cada vez que usamos el término accidente, además de no definir
correctamente al hecho en sí, estamos sugiriendo que es en vano trabajar en
prevención, dado que resulta improbable que podamos controlar las variables
que definen al término accidente, a saber: el azar, el error y el designio divino.
La connotación del término accidente hace que su uso sea el primer obstáculo al
que debamos enfrentarnos. Utilizar una denominación errónea e inexacta para
definir al trauma no intencional es un error conceptual que se debe reparar. Y la
9
prevención es una herramienta de primordial utilidad para ese fin.
16
La necesidad de sustituir el término también está dada por el hecho de que la
palabra accidente no alcanza a los casos de lesiones intencionales, ya sean
autoinflingidas o inflingidas a terceros (suicidios, homicidios y otras violencias
como el terrorismo en sus variadas formas y las guerras). Es decir, la prevención
y el control de lesiones exceden al término accidente porque se las puede
prevenir mediante estrategias de intervención adecuadas.
10
Los siguientes artículos de la literatura internacional constituyen claros
ejemplos de lo mencionado: “Mechanical analysis of survival in falls from heights
of fifty to one hundred and fifty feb” de De Haven, es reproducido por Injury
Prevention como un "Clásico de las Lesiones". Introduce en 1942 la idea de que
las lesiones no son accidentes, dando lugar a un trabajo sobre la prevención y el
control del trauma intencional y no intencional. En el artículo “Bans Accident -
Accidents are not unpredictable (BMJ bans ‘accidents’. Accidents are not
unpredictable”. Davis, R.M.; Pless, B. BMJ June 2001; 322:1320-1) los editores
del British Medical Journal presentan la decisión de prohibir el uso del término
accidente en su publicación, con el objetivo de crear conciencia acerca de la
necesidad de incidir en la prevención de lesiones.
En el artículo Updating the evidence. A systematic review of what works in
preventing childhood unintentional injuries: Part 1, publicado en Injury Prevention,
una revisión iniciada en 1992 y actualizada en los años 1993, 1996 y 2001. Otras
publicaciones reafirman esta postura: Una injuria no es un accidente (1978)
(Doege, T.C. An injury is no accident. N. Engl. J. Med. 1978; 298:509-10),
Accidentes médicos: ¿no hay tal cosa? (1993) (Evans, L. Medical accidents: no
such thing? BMJ 1993; 307:1438-9), Evitando accidentes (1999) (Doege, T.C.
Eschewing accidents. JAMA 1999; 282:427), Cómo los miembros del público
interpretan la palabra accidente (1999) (Girasek, D.C. How members of the public
interpret the word accident. Injury Prevention 1999; 5:19-25) y Terminología de la
emergencia médica en el Reino Unido - ¿es tiempo de seguir la tendencia?
(2001) (Reid, C.; Chan, L. Emergency medicine terminology in the United
Kingdom - time to follow the trend? Emerg. Med. J. 2001; 18:79-80
En 1997 recomendamos por primera vez el reemplazo del término accidente en el
artículo “Investigación sobre la magnitud de los accidentes y la atención médica
de emergencia en la ciudad de Buenos Aires” (Neira, J.; Bosque, L. e Iuliano, V
Revista SAME, vol. 5 Nº 3, Buenos Aires). Desde entonces, para escribir o
disertar acerca de la prevención del trauma hemos reemplazado el término y
recomendado su desempleo por otro más adecuado. Simplemente porque la
palabra accidente no nombra ni describe el hecho en si.
17
11
Bajo el acertado título Una solicitud a favor de la prevención, Galen Poole , se
refiere al arraigo de la denominación accidente de vehículo a motor (AVM) en el
ámbito médico, en la literatura especializada y en la Clasificación Internacional
de
Enfermedades. Su solicitud fortalece el argumento relativo a la dificultad que el
uso del término accidente acarrea para quienes reconocen la necesidad de
trabajar en la prevención y el control de las lesiones.
11
Poole G., “A plea for prevention”, J. Trauma, 1998; 45:394
12
OMS, Banco Mundial; “Informe mundial sobre prevención de los traumatismos
causados por el tránsito”, OMS, Ginebra, 2004.
18
mismo tipo de atención independientemente de su nivel de cobertura de salud) y
eficiente para permitir que se reintegre a la sociedad con el menor número de
secuelas físicas y funcionales (o, lo que es lo mismo, con la mejor calidad de
vida posible).
Sin embargo, la falta de reconocimiento del trauma como una enfermedad hace
que otros problemas de salud sean percibidos como de mayor impacto, más
graves o extendidos. Esto ocurre a pesar de que las estadísticas demuestran que
el trauma provoca más muertes y discapacidades que las generadas por, por
ejemplo, la sumatoria de casos de cáncer y SIDA.
Parte I. B
Los siniestros del tránsito son actualmente considerados una epidemia a nivel
mundial.
13
Atento a los fundamentos expuestos, corresponderá a los especialistas
establecer el término que más adecuadamente sustituya al de “accidente”.
14
Olivera, Ana. “Geografía de la Salud”. Editorial Síntesis, Madrid, España, 1993.
19
cada día mueren en todo el mundo más de 3000 personas por lesiones
resultantes del tránsito, cifra que se concentra en un 85% en países de ingresos
15
medios y bajos, entre los cuales encontramos a la Argentina.
15
OMS, Banco Mundial; Op.cit.
16
Avad: años de vida ajustados en función de la discapacidad. Medición del
desequilibrio en salud que combina información sobre el número de años
perdidos por muerte prematura y pérdida de salud por discapacidad.
20
Sin perjuicio de las aclaraciones previamente efectuadas, se puede afirmar que el
nivel de morbilidad y mortalidad a causa del tránsito expone un problema social
concreto e irrefutable, constitutivo de la “endemia” a la que antes nos referíamos.
En este sentido, según han mencionado los Dres. Ginés González García y
Federico Tobar, “una de las mayores epidemias que tiene nuestro país son los
17
Accidentes de transito. (…) debemos tomar conciencia de que la tasa de
18
accidentes puede disminuir sustancialmente si se aplican determinadas
estrategias sociales y sanitarias. Sabemos que en el 70% de los casos las
19
muertes por accidentes de tránsito responden a factores relacionados con
20
estilos de vida de las personas”.
Por otra parte y como corolario de todo lo anterior, corresponde traer a colación
la
cuestión de la carga económica que esta problemática representa para el sector
22
de la salud y para la economía en su conjunto . Requerida esta información a la
17
Se utiliza el término accidente debido a que se cita textualmente a la fuente.
18
Idem 16.
19
Idem 16.
20
González García, Ginés; Tobar, Federico, “Más salud por el mismo dinero. De
qué nos estamos enfermando y muriendo los argentinos?”, Editorial Atlas, Año
1999, Pág. 54.
21
Aronna, Alicia; Bisio, Silvia; Leone, María del Carmen; Cagna, Bibiana, Coll,
Armando, “Lesionados en accidentes de tránsito en la ciudad de Rosario”,
Investigación en Salud 2 (1 y 2), 1999, Pág. 19.
22
Según Zini, Gustavo, Op. Cit. “El costo económico de los accidentes de
tránsito se puede segmentar en cinco grupos, de acuerdo a lo siguiente: pérdidas
y daños materiales. Gastos médicos directos. Gastos administrativos. Pérdidas
de producción y consumo. Daños morales y biológicos. Los conceptos se
encuentran ordenados de acuerdo a la dificultad para establecer ese costo.
21
Secretaría de Políticas, Regulación y Relaciones Sanitarias del Ministerio de
Salud de la Nación, ésta indicó que “no se cuenta con información desagregada
que permita establecer la incidencia en el presupuesto anual de salud”. Tampoco
se pudieron obtener los datos necesarios para estimar el costo económico en
función del presupuesto general del país o los montos involucrados con relación
al PBI.
Con relación a este punto, la Organización Mundial de la Salud estima que “el
costo económico -aproximado- de los choques y las lesiones causadas por el
tránsito asciende al 1% del producto nacional bruto (PNB) en los países de
22
ingresos bajos, al 1,5% en los de ingresos medianos y al 2% en los de ingresos
altos”.
A fin de recabar otros datos que pudieran proveer aproximaciones acerca de los
costos económicos, se solicitó a la Superintendencia de Seguros de la Nación
que indicara los montos anuales por casos de siniestralidad vial. La respuesta
brindada indica que para el período 2001-2002 se pagaron por siniestros y gastos
de liquidación de seguros directos la cantidad de $ 4.282.004.953.
Por otra parte, no debe perderse de vista el impacto de los costos derivados de la
atención psicológica y de la utilización de insumos y recursos destinados a
servicios puntuales (por ejemplo, los subsidios que se pagan para el
sostenimiento de las familias afectadas), así como otros costos sociales
insoslayables, entre los que podemos destacar el costo efectivo en años vida de
las personas y especialmente de los niños, adolescentes y jóvenes, las
discapacidades y lesiones que representan secuelas de por vida, el estrés social,
etc.
Así las cosas abogamos por una política que gestione de manera anticipada en
favor de la salud, disminuyendo el riesgo y consecuentemente la vulnerabilidad
de las personas, y recordamos al mismo tiempo que, en esta tarea preventiva, el
sector sanitario es sólo uno de los componentes necesarios, una de las muchas
caras facetadas del cuerpo multiforme que constituye la problemática del tránsito.
Parte I. C
23
mayormente a personas de menores recursos, sino que las condiciones
desfavorables se relacionan con diferentes factores asociados a la situación de
vulnerabilidad.
Por ejemplo en los centros urbanos los peatones y ciclistas, que por lo general
son de sectores medios y bajos, son las personas más expuestas, más
vulnerables. Esa condición se agrava debido a que dichas personas se
encuentran, normalmente, en peores condiciones para sobrellevar y reponerse
de las secuelas producidas por el choque o atropello (vg. falta de asistencia
médica, carencia de seguros de salud, dificultad para sobrellevar
económicamente la rehabilitación, etc.).
Entre los diferentes perfiles de usuarios que se encuentran alcanzados por esta
mayor incidencia, observamos también a quienes trabajan en la vía pública,
como por ejemplo cadetes y repartidores, quienes se encuentran en una evidente
situación de vulnerabilidad. Las condiciones en las que desarrollan sus labores,
de manera habitual, los inducen a transitar a altas velocidades, en oportunidades,
inclusive, sin reparar en las normas de tránsito, poniendo en riesgo sus propias
vidas y las de otros transeúntes.
Otros sectores especialmente vulnerables son aquellos que integran las personas
mayores, ancianas, y por las personas con capacidades diferentes. Ellos se
encuentran expuestos a la siniestralidad debido a diversos factores, a carencias
de infraestructura. Por un lado, las instalaciones viales no se adaptan a sus
necesidades (tiempos de los semáforos en los cruces, rampas, etc.). Por otra
parte, cuando se ven involucrados en siniestros,, por situaciones propias de su
23
edad tienen más probabilidades de sufrir lesiones graves o inclusive la muerte.
Hay que agregar a todo lo precedente otro problema de inequidad conexo que
agrava la situación descripta. Las personas de los sectores más vulnerables
económicamente deben sortear mayores obstáculos para acceder a la justicia,
realidad que provoca una clara situación de desigualdad frente a la posibilidad de
obtener una reparación, aunque más no sea económica, por las consecuencias
de un choque o colisión. Las barreras de tipo económico y social, como por
23
La probabilidad de que un peatón de 65 años o más fallezca al ser arrollado
por un vehículo que circule a 75 km/h es superior al 60%, mientras que un peatón
de menos de 15 años corre un riesgo de muerte del 15%, datos aportados por
OMS, op.cit. pág. 31.
24
ejemplo la imposibilidad de afrontar los costos de un juicio o de acceder al
patrocinio de un letrado, e inclusive el desconocimiento de los derechos, son
algunos de los condicionantes que inciden de manera notable en los costos y
agravante que deben sobrellevar los distintos grupos sociales.
En este orden de ideas, cuando el tránsito termina con la vida de una persona,
elimina también la posibilidad de realización plena de sus seres queridos. Pero,
además si de la persona fallecida dependía un grupo familiar en un sector social
de medios o bajos recursos, esa muerte estará poniendo a toda una familia en
los márgenes de la supervivencia.
Esto no significa que la muerte, la lesión, el dolor, no sea igual para todas las
víctimas del tránsito, pero implica la existencia de un indiscutible sentido
inequidad en la distribución de las consecuencias de la violencia vial. Es
necesario apuntar, entonces, que en el contexto de la imperiosa regeneración de
ciudadanía social y del restablecimiento de los derechos, la equiparación del
grado de protección en el desplazamiento en la vía pública es un deber
indeclinable y no sólo una cuenta pendiente.
24
Defensor del Pueblo de la Nación, “Informe Especial sobre Derechos Humanos
- derecho a la vida y a la integridad de las personas-“, diciembre, 2002, pág. 27.
25
PARTE II
Parte II. A
Aspectos institucionales
Antes de desarrollar este acápite es pertinente aclarar que hemos optado por
referirnos inicialmente a tres aspectos íntimamente vinculados, que afloraron
reiteradamente en las entrevistas realizadas y cuyas particularidades se
desprenden de muchas de las respuestas brindadas. Estas tres cuestiones son la
distribución territorial y funcional de atribuciones prevista en la normativa
constitucional y legal, lo que da por resultado una concurrencia de competencias
de las diferentes jurisdicciones y dentro de ellas, de diversos organismos, con la
consecuente existencia de una gran profusión normativa, así como también la
existencia de una situación de dispersión institucional.
II. A. 1. 1) INTERJURISDICCIONALIDAD
26
sumarse la normativa reglamentaria proveniente de las administraciones
25
provinciales y municipales, lo cual hace mucho más compleja la cuestión.
Por otra parte, las provincias y los municipios, ejecutan las normas de tránsito en
el ámbito de sus jurisdicciones, de modo que además de existir diversas normas,
en lo relativo a su aplicación aparecen criterios y modalidades diferenciados.
A su vez, la Nación debe cumplir una función esencial en un país federal que se
precie de tal: contribuir a atenuar las inequidades que existen entre las
jurisdicciones; es decir, garantizar a todos los habitantes el acceso a sus
derechos cuando las diferencias entre jurisdicciones generan espacios de
inequidad.
25
“La ultraactividad y superposición legislativa ha sido condenada por la doctrina
más autorizada en el ámbito del derecho”, citado textualmente de
Responsabilidad civil en rutas, autopistas y vías de circulación. El rol de los
concesionarios viales”, López del Carril, Gonzalo, La Ley, julio 1999.
27
II. A. 1. 2) PROFUSIÓN NORMATIVA
Sin embargo, el mismo Registro indicó que es muy difícil determinar cuántos de
los 2200 municipios que hay en Argentina han adherido, por vía provincial, a la
ley N° 24.449. Esta aseveración, que supone que alg unos de ellos poseen sus
propios códigos de tránsito, que pueden ser concordantes o no con dicha ley;
pone de manifiesto existen en esta materia notorias deficiencias de operatividad
entre las distintas jurisdicciones.
Hay que agregar además el hecho de que existe una normativa específica
atinente a las diferentes redes troncales y vías de circulación locales, provocando
ello otra importante dificultad. Nos referimos al distingo entre rutas nacionales y
provinciales, rutas concesionadas a empresas privadas, caminos de circulación
municipal, etc, y a las diferentes modalidades de tránsito y transporte, como son
28
tránsito público de pasajeros y de carga, automotor y ferroviario, éste último con
una legislación propia.
De esta forma aparecen dos cuestiones que deben ser identificadas. La primera
de ellas es que existe una inmensurable multiplicidad de autoridades que llevan
adelante la política administrativa del tránsito en todo el país, con una
heterogénea capacidad de acción y organización. El segundo aspecto es que
podemos encontrar más de una autoridad de aplicación y comprobación de las
normas contenidas en la Ley 24.449 o de las demás aplicables en los distintos
29
ámbitos territoriales por los que una determinada vía transcurre, que tendrán
potestades, también seccionadas, sobre la circulación de una misma persona.
Sin embargo, hemos podido comprobar que esa política no ha sido puesta aún
en
30
marcha de manera integral, con el alcance que la norma lo ha previsto. Por otra
parte, hemos tomado conocimiento, a través de las respuestas de los mismos
organismos competentes, que las decisiones adoptadas por el Consejo Nacional
de Seguridad Vial, en muchos casos no son ejecutadas posteriormente por las
jurisdicciones locales.
Toda esta situación hace pensar que se requerirá de una férrea decisión política
para dar vida al Sistema Nacional de Seguridad Vial. En la medida en que esto
no
suceda, seguiremos padeciendo las alarmantes estadísticas de siniestros que
emanan de nuestras rutas.
31
Además se ha previsto que el citado Registro “adoptará las medidas necesarias
para crear una red informática interprovincial que permita el flujo de datos y de
información, y sea lo suficientemente ágil a los efectos de no producir demoras en
los trámites, asegurando al mismo tiempo contar con un registro actualizado”.
Ahora bien, el pedido de informes que fue dirigido al citado órgano contenía
diversos interrogantes referidos al efectivo cumplimiento de la suscripción de
convenios y de la remisión de datos por las autoridades locales, así como
respecto a la red interprovincial de información.
26
Formosa, Jujuy, La Rioja, Neuquen, Río Negro, Santa Cruz.
32
En este sentido, nos informa el Registro Nacional encargado de sistematizar toda
la información estadística relativa al tránsito que existe un sistema capaz de
generar información oficial fidedigna, que se han cerrado convenios marcos
con 23 de las 24 provincias argentinas y con Prefectura y Gendarmería, pero que
sólo 12 de esas 23 provincias han suscripto convenios operativos, de las cuales
solamente 6 remiten los datos correspondientes.
33
garanticen su seguridad técnica sino que apunte también a la fiscalización del
conductor, mediante la evaluación de su comportamiento en el tránsito”.
• Evolución del índice de siniestros de tránsito, por año, por jurisdicción provincial,
y total nacional.
27
Téngase presente que los datos requeridos corresponden a la información
mínima indispensable para generar un diagnóstico general de la situación. Sin
embargo la desagregación que se maneja en países desarrollados es mucho más
compleja. En este sentido, es posible consultar las publicaciones de diversos
organismos, entre ellas, National Highway Traffic Safety Administration (NHTSA),
“Traffic Safety Facts”.
34
• Cantidad de niños y adolescentes muertos en el total nacional de siniestros
viales;
28
Fuente: informe remitido por la Secretaría de Transporte de la Nación en la
actuación 1512/04. Se utiliza el vocablo “accidente” debido a que se reproduce
textualmente la respuesta de la Secretaría.
29
Se requirió: cantidad de siniestros que protagonizan las empresas de
transporte automotor, de pasajeros y de carga; cantidad de muertos y lesionados,
en ocasión de tales siniestros; valor de bienes materiales perdido, en ocasión de
tales hechos; rutas, caminos, puntos de intersección, etc. que considere
peligrosos, dado el índice de siniestros que involucran a empresas de transporte;
de factores causales de mayor incidencia en dichos siniestros.
35
En tanto, la Dirección Nacional de Vialidad expresó que dispone de una base de
datos denominada SIAT. “La base de datos para la Red Concesionada abarca el
período que va desde 1996 hasta 2000, lamentablemente a partir de la creación
del Órgano de Control de Concesiones Viales (…) se perdió la base histórica.
Asimismo y sobre la base de un programa puntual sobre la red concesionada y a
partir de los resultados de la asistencia técnica se cuenta con una base de datos
de la red no concesionada que abarca los años 2000 hasta el 2002…”. A su vez
30
indicó que “el SIAT ha permitido confeccionar un mapa de accidentes de
tránsito que ha constituido y constituye una herramienta valiosa a la hora de
31
tomar decisiones en la materia. Por lo expuesto la recopilación de accidentes de
tránsito en cuanto toca a la infraestructura constituye una herramienta básica en
el manejo de la Seguridad Vial y por lo tanto una función y responsabilidad
indelegable a efectos de cumplimentar los objetivos planteados en la Ley
505/58…”. Por último, destaca que la Dirección nacional de Vialidad “ha
32
impulsado la obligatoriedad contractual de la recopilación de accidentes , tanto en
los corredores concesionados como en aquellos que funcionan bajo sistema
33
CREMA .”
30
Se utiliza la palabra “accidente” porque se cita textualmente a la fuente.
31
Se utiliza la palabra “accidente” porque se cita textualmente a la fuente
32
Se utiliza la palabra “accidente” porque se cita textualmente a la fuente
33
Sistema no concesionado.
34
De los valores informados por la Superintendencia de Riesgos del Trabajo para
el año 2003 surge que el 11,72 % de los accidentes de trabajo ocurrieron “in
itinere”, la mayoría de los cuales tuvieron como causa un siniestro vial. En tanto,
según la misma fuente, el 83, 11% de las categorías cubiertas por riesgos del
trabajo correspondieron a “accidentes en el trabajo”, no pudiéndose acceder a la
información sobre que porción de ellos tiene relación con siniestros viales.
35
Se utiliza el vocablo “accidente” debido a que se reproduce textualmente la
respuesta de la fuente.
36
Por su parte, Gendarmería Nacional indicó que esa fuerza elabora una base de
datos relativa a los siniestros en que interviene en el área de su jurisdicción,
desde el año 2001. “Ello es así, explica, debido a que la actuación policial en los
accidentes de tránsito es competencia de las policías provinciales y la Fuerza
actúa como policía concurrente. Se prevé complementar los datos procesados
con los obrantes en otras bases de datos de organismos públicos y privados”.
Algunos de los organismos que hemos consultado, han dado claras muestras del
interés que tienen por generar información útil, e inclusive han acreditado
acciones
directamente dirigidas con ese fin. Sin embargo, surge de forma palmaria la
ausencia de un verdadero sistema nacional que registre y sistematice la
información unificada y que permita constituir la base para la política de
seguridad vial nacional a largo plazo.
36
Se utiliza el vocablo “accidente” debido a que se reproduce textualmente la
respuesta de la fuente.
37
Existe consenso entre otros países en torno a considerar que la causa de una
muerte es un siniestro vial, si el fallecimiento se produce dentro de los 30 días de
ocurrido el mismo (Alemania, EEUU, España, Austria, entre otros), Zini, Gustavo,
Op. Cit.
37
II. A. 3) Una política de Estado en materia de seguridad vial
• “Construir, entre todos los actores involucrados, una red que permita coordinar
esfuerzos, procurando un esquema de amplia participación que genere la sinergia
necesaria para llegar progresivamente a todas las regiones de nuestra geografía
y a todos los sectores de nuestra sociedad;
• Plantearnos una política integral actuando en todos los aspectos que están
involucrados en esta problemática. Esta política integral tiene que ser pública,
asumida por todos como una cuestión de Estado que trascienda los avatares y
sectores políticos, teniendo por lo tanto continuidad en el tiempo más allá de las
personas que la ejecuten”.
• Licencias de conducir;
• Fortalecimiento institucional;
• Investigación accidentológica;
38
Según expone el Plan remitido, “La propuesta está orientada a impulsar una serie
de proyectos individuales con objetivos y contenidos definidos, los cuales han sido
identificados como de esencial prioridad”, a saber:
• “Educación vial”;
• “Uniformidad de la legislación”;
• “Estadística Accidentológica”;
• “Homologación de vehículos”;
• “cumplimiento de objetivos”.
39
38
seguridad en el tránsito . La misma desarrolla una serie de objetivos que, en
muchos aspectos, coinciden con los precedentemente citados. El informe indica
que debería trabajarse con los siguientes objetivos generales y particulares:
• Acción judicial
39
• Atención de accidentes y Seguros.
• Educación y comunicaciones
38
Estudio realizado por el Departamento de Seguridad Vial y Transporte para la
Prevención de Accidentes Viales de la Gendarmería Nacional.
39
Se utiliza el vocablo “accidente” debido a que se reproduce textualmente la
respuesta de la fuente.
40
propuesta de plan estratégico que presentó la Asociación de Argentina de
Carreteras el día 10 de junio de 2003.
Esta propuesta subsume cuatro principios básicos que son los siguientes:
• Legislación
• Contralor y sanciones
Ahora bien, asumiendo una posición sobre la cuestión planteada, nos atrevemos
a considerar algunas condiciones esenciales para un abordaje significativo de la
40
cuestión.
40
Ver Niremberg, Olga y otros, “Programación y evaluación de proyectos
sociales - Aportes para la racionalidad y la transparencia”, Edit. Paidós, Buenos
Aires, 2003.
41
planificación estratégica que prevea las necesidades, las dificultades y la
construcción de viabilidad para la etapa de su ejecución.
• Es indispensable también que dicho plan fije objetivos concretos, planteando los
41
índices de decrecimiento de cantidad de siniestros y de su gravedad , al que se
debería arribar en lapsos determinados para el corto, el mediano y el largo plazo,
así como otros accesorios.
Es necesario hacer aquí una pausa para clarificar que un plan estratégico tiene el
objeto de introducir racionalidad y previsión en la formulación y gestión de las
políticas, lo cual es fundamental para encarar con seriedad la problemática
42
planteada como componente de las decisiones para el futuro.
41
Ello se plasmaría por ejemplo en cantidad de siniestros por kilómetro recorrido
y cantidad de muertos o heridos por kilómetro recorrido.
42
Niremberg, Olga y Otros, Op.cit. pág. 28.
43
Confr. Zini Gustavo, Op. Cit. los factores que influyen en la generación del
siniestro vial son: imprudencias y errores al frente del volante, excesiva velocidad
de circulación, distintos vehículos, velocidades de circulación y estilos de manejo,
presencia de peatones, ciclistas y motociclistas, presencia de obstáculos
peligrosos. Los factores que influyen en la gravedad del siniestro vial son:
excesiva energía de movimiento previa al siniestro vial, protección insuficiente
durante el siniestro vial, atención médica insuficiente luego del siniestro vial. Ello
se amplía también en el modelo sistémico presentado por la Organización
Mundial de la Salud.
42
corregir las principales fuentes de error o deficiencias de diseño que contribuyen a
los choques mortales o causantes de lesiones graves, así como mitigar la
44
gravedad y las consecuencias de los traumatismos…”.
44
Organización Mundial de la Salud, Op. Cit. pág. 13.
45
Según la Organización Mundial de la Salud, “en materia de seguridad vial se
ha considerado tradicionalmente que los choques suelen ser responsabilidad
exclusiva de los usuarios individuales de la vía pública, pese a que pueden haber
intervenido muchos otros factores sobre los que ellos no tienen control, como el
mal diseño de las carreteras o los vehículos” (Conf. Informe Mundial sobre
prevención de los traumatismos causados por el tránsito -Resumen-,
Op. Cit.).
43
aplicación permanente de medidas y formas de prevenir accidentes; d) La
afectación de predios especialmente acondicionados para la enseñanza y práctica
de la conducción; e) La prohibición de publicidad laudatoria, en todas sus formas,
de conductas contrarias a los fines de esta ley”.
Por otra parte, manifiesta que desde mediados del año 2003, se conformó una
mesa de trabajo integrada por especialistas del Ministerio de Educación, Ciencia
y Tecnología, la Dirección Nacional de Vialidad, la Secretaría de Educación del
Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, miembros de organismos no
gubernamentales y representantes del sector privado vinculados con la seguridad
vial. “En las reuniones se fue diseñando un plan para dar mayor presencia a la
educación vial en las escuelas de todo el país”.
Por último, remite datos sobre algunos proyectos piloto que se desarrollarán en
el futuro, y adjunta un cuadernillo elaborado como primera iniciativa de la mesa
de trabajo precitada.
Previo a cualquier comentario, vale la pena mencionar que esta temática fue una
de las que más recurrentemente plantearon los especialistas consultados.
Inclusive podríamos asegurar que, además las dificultades que expone la
carencia de unicidad y de coordinación legal e institucional, así como la ausencia
de información esencial, la educación fue una preocupación constante. Los
funcionarios entrevistados coincidieron en que la falta de una política de
educación vial nacional a largo plazo es una causal gravitante para la existencia
de siniestros viales.
46
Por ejemplo: Ley 11.686/99 de la Provincia de Santa Fe, que en el artículo 1
expresa “Declárese obligatoria en todos los niveles de la Educación provincial de
dependencia oficial o privada, el desarrollo de la Educación Vial”; Decreto
2311/99, cuyo artículo 1 prevé que, entre sus funciones, el Consejo Provincial de
Seguridad Vial, “Asesorará al Poder Ejecutivo sobre el desarrollo de los
programas de Seguridad y Educación Vial que se Ley 4165 de la Provincia de
Chubut, que en el artículo 9 incluye la educación vial en todos los niveles de
enseñanza.
44
Idéntico resultado puede comentarse respecto al diálogo permanente que la
Defensoría del Pueblo de la Nación mantuvo con las organizaciones de la
sociedad civil involucradas. En resumen, el reclamo por una educación vial seria
y constante ha sido unánime.
En segundo término, otra cuestión clave se corresponde con las medidas que
debe adoptar el Estado Nacional para corregir las diferencias entre las diferentes
jurisdicciones. Si bien la educación pública ha sido descentralizada, como regla
general, hacia las jurisdicciones locales, es determinante la presencia de la
Nación en términos, no ya de coordinación, sino de igualación. El rol que se
requiere de la instancia nacional es, entonces, el que le corresponde en su
calidad de arbitro con capacidad para regular la distribución de bienes y el
ejercicio de los derechos.
45
II. A. 3. 3) ASPECTOS RELATIVOS AL CONTROL
47
Los talleres se encuentran localizados en Buenos Aires, Capital Federal,
Chaco, Chubut, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, La Pampa, Mendoza, Misiones,
Neuquen, Río Negro, Salta, San Juan, Santa Cruz, Santa Fe, Tierra del Fuego y
Tucumán.
48
Las jurisdicciones, entre las que se realizó la presente investigación, que
cuentan con VTV son la Ciudad de Córdoba, las provincias de Chubut y de
Buenos Aires.
46
Ahora bien, en este punto nos detendremos para advertir que se advierte un
conflicto irresuelto en el nivel conceptual de la seguridad.
Pero lo que de hecho sucede en el país es contrario a esa lógica. Los vehículos
entrañan diferentes niveles de riesgo de acuerdo al criterio de contralor,
individual, que cada provincia o municipio exige en el ámbito de su actuación.
49
López del Carril, “Responsabilidad civil en rutas, autopistas y vías de
circulación. El rol de los concesionarios viales”, Editorial La Ley, 1999, pág. 141.
50
De acuerdo a lo informado por la CENT, a través de su página web, “se
entiende por transporte de carácter interjurisdiccional al transporte de cargas y
pasajeros, efectuado entre las provincias y con la Capital Federal, o entre los
puertos y aeropuertos nacionales, con una provincia o con la Capital Federal”.
51
Propuesta ISEV para la problemática del tránsito del Gobierno de la Ciudad de
Buenos Aires, ISEV Revista de Seguridad Vial, N° 81 , abrilmayo-junio, 2003, pág.
23.
47
Las revisiones se realizan en talleres determinados por las jurisdicciones locales
o a través de convenios suscriptos entre éstas y la Consultora Ejecutiva Nacional
del Transporte (CENT), mecanismo por el que se gestionan los 99 talleres
habilitados en el territorio nacional para el transporte público automotor de
pasajeros y de carga.
52
Conf. datos remitidos por C.N.R.T., Act. DP 1512/04.
53
Organización Mundial de la Salud, op.cit. pág. 30.
54
Organización Mundial de la Salud, op.cit. pág. 31.
48
• Cuanto mayor es la velocidad de tránsito, menor es el tiempo que el conductor
tiene para frenar y evitar el impacto;
• Cuanto mayor es la velocidad de tránsito, más grave es el choque;
• La probabilidad de que un choque de lugar a un traumatismo es proporcional al
valor de la velocidad al cuadrado;
• La probabilidad de que un choque de lugar a un traumatismo grave es
proporcional al valor de la velocidad al cubo;
• La probabilidad de que un choque de lugar a la muerte es proporcional al valor
de la velocidad a la cuarta potencia;
• El consumo de alcohol acrecienta la probabilidad de muerte o trauma grave en
un choque;
• El consumo de alcohol en exceso aumenta la probabilidad de siniestro vial para
los peatones;
• El consumo de drogas y fármacos, también aumenta el riesgo de sufrir
siniestros, y ese riesgo es menos conocido por la población que el que se refiere
al alcohol;
• La fatiga del conductor también es un factor que coadyuva a la producción de
choques,
• El cinturón de seguridad, las sillas para portar niños en el asiento trasero del
vehículo y el casco, son dispositivos que salvan vidas en las colisiones u otros
siniestros del tránsito.
• El uso del teléfono celular mientras se conduce el vehículo es otro importante
factor asociado a la siniestralidad vial. (Ver gráficos y cuadros en Anexo de
cuadros, páginas 8,9 y 10).
Nuestra legislación prevé diversas normas que tienen en cuenta estos principios.
El artículo 48 de la Ley 24.449, por ejemplo, establece los límites permitidos para
el nivel de alcohol en la sangre y la prohibición de conducir con impedimentos
físicos o psíquicos, o sin licencia especial habiendo consumido fármacos o
estupefacientes que disminuyan la aptitud para conducir, así como la facultad de
control preventivo para determinar infracciones a dichas reglas.
Existen normas concretas que han impuesto el uso obligatorio del cinturón de
seguridad, así como los demás dispositivos de seguridad antes mencionados y la
obligación de llevar las luces bajas encendidas tanto de día como de noche. En
cuanto a los límites de velocidad, estos son estipulados en el capítulo II de la
citada ley nacional.
49
responden a diversos factores. Se trata de aspectos particulares, asociados a
necesidades, espacios, tráfico, porte de vehículos, problemas y tiempos
55
diferentes.
No es necesario abundar en datos con respecto a los graves hechos viales que
se nos presentan cotidianamente en la ruta o inclusive en las calles de los
conglomerados urbanos. Inclusive las ciudades pequeñas y medianas sufren
altos índices de siniestralidad. A modo de ejemplo, para describir mejor esta
realidad, citamos lo que acontece en la ciudad de Trelew y en su zona de
56
influencia, que registró en el año 2003 los siguientes datos:
55
Nota aportada por FODECO.
56
Superficie total de 249 Km2 de ejido y 16 km2 urbanizados; 88.448 habitantes
en el año 2001 según proyecciones realizadas por la Dirección de Estadísticas y
Censos de la Provincia del Chubut (www.chubut.gov.ar).
57
En el 0,7% restante no existe dato al respecto.
50
Conclusiones similares nos indican los datos aportados por la Dirección General
de Planeamiento de la Policía de la Provincia de Córdoba. De las estimaciones
58
de “causas de accidentes en tránsito” con víctimas para el año 2003, surge que
59
de 2517 hechos, 833 fueron causados por negligencia del conductor .
58
Se utiliza el término “accidente” debido a que se cita textualmente a la fuente.
59
Llama la atención que las causas “imposibles de determinar” ascienden a más
del 50% 1456 casos).
60
De acuerdo a lo informado por la Delegación de la DPN en la provincia de
Chubut, en muchos siniestros de la Región patagónica el factor climático es
coadyuvante e inclusive puede ser considerado una causa determinante.
51
Desde la sanción de la Ley 24.449 la Secretaría realizó 50 trabajos de
especificaciones técnicas y de calidad de componentes de seguridad activa y
pasiva de los vehículos, así como otros siete de actualización legislativa. Sus
esfuerzos se orientan ahora a la elaboración de un Código Uniforme de
Señalamiento Vial. Estableció el Sistema Nacional de Educación y Formación
Profesional del Personal de Conducción afectado a Servicios de Transporte por
automotor de pasajeros (Res. ST 110/97). También puso en marcha el Programa
de Capacitación Básica de vehículos empleados para el Transporte de
Mercaderías Peligrosas y el Curso especial de educación y capacitación para la
vía pública (aplicable como alternativa a la multa o inhabilitación o como
suspensión del juicio a prueba).
52
Registro Nacional de Antecedentes del Tránsito
Estableció el Nomenclador de infracciones del Registro Nacional de Antecedentes
del Tránsito con la descripción de cada una de las infracciones y un código que la
representa. Creó modelos de Actas Siniestrales para poner en funcionamiento el
Registro en forma integral.
Policía Federal
Ha previsto el proyecto “Ciudadela Vial, máxima Seguridad”. Asimismo, provee
educación vial en instituciones educativas de Capital Federal y Provincia de
Buenos Aires y a inspectores municipales y fuerzas de seguridad.
Gendarmería Nacional
Además de las competencias normalmente asignadas, realiza los operativos
“Época estival”, “Semana Santa” o “Fin de Semana” con refuerzo de presencia en
ruta, servicios de auxilio mecánico y apoyo sanitario. Actualmente está
formulando un análisis en materia de seguridad vial.
53
Sin pretender pasar por alto los casos de muertes y lesiones ocurridos por la
mala prestación del servicio ferroviario, nos referiremos a las fallas en materia de
infraestructura porque las mismas aparecen como causa sistemática de lesiones
y muerte en ocasión del tránsito.
• peatones arrollados;
Por otra parte, se menciona expresamente que “las Normas para los cruces entre
caminos y vías férreas, aprobadas mediante Resolución SETOP N° 7 del 12 de
enero de 1981 (…) no fijan un plazo para que efectivamente se instalen las
barreras en los pasos a nivel que las requieran…”.
Con respecto a los ferrocarriles de cargas, “por contrato (…) solamente están
obligados a colocar las barreras comprometidas en su oferta, a ubicarse donde
sea consensuado con el Concedente. Estas inversiones no se cumplieron y están
siendo tratadas por el proceso de renegociación de los contratos”.
54
Los datos remitidos por la CNRT, que dan cuenta de esta realidad, se pueden
observar en los cuadros L, LL y O, adjuntados en el Anexo de cuadros
(página14). A partir de los mismos, se desprende que las barreras automáticas
son más inseguras que las manuales. En este sentido, expone la CNRT. que “en
las barreras automáticas, el sonar monótono de la campanilla puede llegar a
mimetizarse con el ruido urbano y dejar de llamar la atención de quien cruza. En
las barreras manuales, en cambio, la presencia de guardabarreras y sus
advertencias con silbato, logran un efecto de seguridad aparentemente mayor”.
a) Los circuitos de vía han sido calculados para los trenes que alcanzan mayor
velocidad, cuando en realidad, éstos son el menor porcentaje.
• No existe ninguna norma que establezca el grado de protección con que deben
contar;
• Prácticamente ninguno es apto para el cruce sin riesgo por personas con
capacidades restringidas.
Con relación a los ferrocarriles de carga señala que las colisiones más frecuente
se producen en horas de la noche de un tren que está trasponiendo un paso a
nivel por parte de un vehículo de calle, situación que se atribuir a cuatro factores:
55
• Falta de señalización pasiva que advierta a los conductores que se acercan a un
paso a nivel;
• Es muy importante estudiar el entorno vial del cruce y por qué razón se
61
producen los accidentes ;
61
Se utiliza el término “accidente” debido a que se cita textualmente a la fuente.
56
“seguridad estructural”, esto es, la generada a través de la concepción, diseño y
acondicionamiento de las infraestructuras viales, las cuales al adicionarse
armónicamente con la “seguridad comportamental” dependiente del usuario, daría
el más alto grado de seguridad alcanzable conforme al estado de desarrollo de la
62
tecnología”.
62
Tabasso, Carlos, “Doctrina de la vía segura vs. Los puntos negros”, ISEV
Revista de Seguridad Vial, N° 80, enero-febrero-mar zo, 2003, pág. 9.
63
Aronna, A., Bisio, S., Leone, M., Cagna, B., Coll, A., Op. cit. 11.
57
razón únicamente en la omisión de los obligados, es decir los organismos del
Estado y las empresas concesionarias.
• Levantamiento de banquinas.
58
para su efectiva aplicación de una firme coordinación institucional, además de un
control riguroso en su ejecución, ya sea de parte de los organismos competentes
como de las empresas concesionarias de los ramales viales privatizados.
• Peladuras en calzada;
• Baches descubiertos;
• Desprendimiento en calzadas;
• Ahuellamiento;
• Fisuración
59
Podemos mencionar muchas otras graves fallas en materia de infraestructura y
detallar algunas de las principales necesidades en esta materia:
60
irresponsable? ¿No será que representados y representantes somos partícipes
concurrentes de una elusión colectiva?
Decía Carlos Nino que “En el plano individual, nos desconcierta más la persona
que actúa conscientemente contra los intereses que dice tener que el individuo
que actúa de acuerdo con intereses que nos parecen reprobables. Del mismo
modo, nos deja más perplejos, en el plano colectivo, un grupo social que adopta
formas de interacción que conducen, indefectiblemente, a la frustración de los
intereses de todos o casi todos sus miembros, lo que constituye la situación de
anomia “boba”, ya que esta falta de cooperación tiene que ver con la
irracionalidad colectiva de un conjunto social que aún previendo la frustración de
todos o casi todos sus miembros, incurre sistemáticamente en tales acciones
64
colectivas ineficientes.”
.
Desconcierta comprobar que la forma de conducirnos y conducir en las calles, en
las rutas interurbanas, en las autopistas, en los caminos rurales, se parezca tanto
a este modelo de interacción irracional, en el que la personalidad social se vuelve
contra sí misma. Una forma de comportamiento donde todos perdemos, una
situación en la que la conducta individual parece jugar a un inexplicable
rompecabezas del suicidio colectivo.
64
Nino, Carlos, “Un país al margen de la ley”, Editorial Emecé, 1992.
65
Giovanni, Sartori, “¿Qué es la democracia?, Edit. Taurus, 2003, pág. 359.
61
Esa es la razón por la cual este aspecto de la problemática del tránsito resulta
ineludible. Entre tras cosas porque rescatando del espejo la imagen que nos
dejan las conductas individuales que se suceden en nuestras calles o rutas,
aunque se trate de un ejercicio despiadado, comencemos a dar el primer paso
para modificarla.
• Sin embargo el 14% respondió que el cinturón de seguridad debe ser utilizado
únicamente en la ruta;
• Además, el 96% consideró que los peatones y conductores son culpables de los
siniestros del tránsito;
62
este punto, referirnos a la responsabilidad social atomizada, intentando verificar
cuáles son los actores más representativos y con mayor capacidad de
transformación.
66
Ross, Alfred, “Sobre el Derecho y la Justicia”, Editorial EUDEBA, Buenos Aires,
1994, pág. 34.
67
Poviña, Alfredo, “Sociología del Derecho”, Edit. Astrea, Buenos Aires, 1985.
63
68
sentimientos…” , y ello se conecta directamente con la necesidad de que la
vigencia del derecho se sostenga, no sólo en su fuerza coactiva, sino también en
la voluntad colectiva. Al decir del autor “el derecho resulta, pues de, una
69
combinación de poder político y de convicción del grupo” .
Seguramente es mucho lo que hoy podemos exigir de las autoridades del Estado,
pero también es necesario realizar un profundo examen de conciencia acerca de
los comportamientos que guían las acciones individuales. De nada servirán las
nuevas regulaciones si éstas nos se las consolidadas en términos sociales a
partir de la construcción de un significado compartido.
A la motivación de la que nos hablaba Ross, que tendía las bases para la
vigencia del derecho, no se la puede escindir de la finalidad y de la conciencia.
Hacemos u omitimos por una razón, que está precisamente determinada por una
meta. Sin embargo, en el marco de las conductas observadas en la vía pública,
ese fin primario que determina las acciones aparece en crisis. Nos encontramos
ante una situación límite en la cual la responsabilidad frente a uno mismo y frente
a los otros se ha transformado en una realidad evanescente.
Ahora bien, debemos preguntarnos, entonces, cuál es el papel que debe asumir
el Estado y cuál el que ha de asumir la sociedad. El Estado debe actuar para
resolver paulatinamente la problemática de la violencia en el tránsito. Se
requiere, entonces, de una presencia activa y visible de las instituciones
articuladas y coordinadas para este fin.
68
Moliner, María, Diccionario de uso del Español, Editorial Gredos, Madrid, 1998.
69
Poviña, Alfredo, Op.cit.
70
María Moliner, Op. Cit.
64
conocidas, no significa que exista conciencia de su importancia y mucho menos
una introducción de su sentido, de su vigencia y de la relevancia de su
cumplimiento. La tarea pedagógica, en todas las etapas de la vida, permitirá ir
construyendo una visión distinta de la que existe con respecto a la problemática
de la siniestralidad vial. La realidad nos demuestra a diario que, tristemente, en
nuestra comunidad las muertes del tránsito son socialmente aceptadas.
65
II. B. 2. 2) Empresas automotrices
Como punto de partida, observamos que la competencia por captar nuevos
consumidores conlleva la creación de vehículos cada vez más veloces,
ofreciendo justamente esta característica como la más relevante al momento del
lanzamiento en el mercado. La velocidad es el factor que elige el marketing para
vender sus productos, sustituyendo el concepto de seguridad por el de rapidez.
Por otra parte, aún ante el cumplimiento de las normas establecidas en materia
de seguridad, la relación de costos en el mercado no permite la incorporación
masiva de dispositivos inteligentes de seguridad, que contribuirían de manera
significativa a reducir los márgenes de riesgo en el traslado y optimizar el nivel de
seguridad brindado por los vehículos.
71
De acuerdo a la investigación producida por Zini, Gustavo, Op.cit.
66
• Evitar la penetración de objetos al espacio vital de los ocupantes.
Los medios masivos de prensa informan a diario sobre las irregularidades que
afectan la seguridad de las personas en los servicios ferroviarios (por ejemplo,
personas que viajan asidas en la parte exterior de los coches, que se lesionan
intentando abordar los vagones, que se lastiman debido al exceso de pasajeros).
67
II. B. 2. 4) Empresas publicitarias y publicitadas
Un cartel de significativo porte, cuya enorme imagen expone a una mujer en ropa
interior y un gesto que llama indefectiblemente a mirar, enmarca una curva
pronunciada de la avenida Córdoba en la Ciudad de Buenos Aires. No se trata de
un juicio de carácter “moral”, sino de observar el factor de distracción que
incorpora la publicidad vial en sitios que no son los apropiados.
Los casos de locales nocturnos de todo tipo (bailables, pubs, cafés, etc.) deben
asumir hoy la responsabilidad indeclinable de cuidar a los jóvenes y
adolescentes. La desmedida ingesta de alcohol explica un número importante de
los accidentes viales que se producen, en especial, en horas de la noche. Se
requiere de medidas precisas, de un comportamiento responsable de parte de los
sectores involucrados, para afrontar esta situación.
68
PARTE III
Por otra parte, es primordial que las autoridades avancen hacia la unificación de
las normas y la especificación de las responsabilidades. La dispersión
normativa, jurisdiccional y orgánica que existe en materia de seguridad vial exige
un esfuerzo significativo para lograr unicidad, coordinación y cooperación entre
los organismos responsables y los sectores interesados.
69
La educación vial, que actualmente no se brinda en forma integral sino de
manera marginal, debe potenciarse y perfeccionarse en todos los niveles de
instrucción.
70
seguridad que son obligatorios; VIII) fijar metas concretas para el corto, el
mediano y el largo plazo; IX) aplicar un sistema de evaluación que permita
mensurar en cada etapa los efectos y resultados de la política desarrollada.
i) Incrementar la prevención de lesiones por causa del tránsito como una cuestión
de salud pública.
71