Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 6

Material Introductorio al taller: “Ciclo Menstrual y Puerperio”

la puerta a re-encontrarnos

Extracto del Libro “concebidas sin pecado” de Elisa Botti


Capitulo dos --- Lilith, la mujer libre

Las risas se escuchan desde muy lejos. Algunas mujeres danzan y otras tocan diversos instrumentos. La
alegría es contagiosa.

Una de ellas sobresale del grupo por su sensualidad y su baile; la cadera se le mueve en círculos abriendo
su chakra sexual en una conexión directa con la tierra. Ella es Lilith.

De pronto, la música deja de sonar, una de ellas dice:

- vayamos al rio a nadar.

Todas corren mientras se van sacando la ropa hasta quedar totalmente desnudas, se zambullen en el agua y
los gritos y las risas inundan el lugar.

Al rato empiezan a salir del agua y se tienden al sol. Comienzan a conversar y cada una cuenta sobre su
vida. Algunas hablan de sus hijos, otras de sus relaciones con los hombres, de la cosecha de frutas del día
anterior; un tema lleva a otro hasta que se dan cuenta que empieza a caer el sol y es hora de regresar.

Lilith decide quedarse un poco mas, adora ver el atardecer; el resto se viste y emprende la partida.

Lilith se sienta mirando al oeste. El sol es rojo y forma un círculo perfecto en el horizonte. Hay una brisa
suave, que apenas mueve su cabello.

Respira profundamente tomando en cada inhalación toda la energía de esa tarde que ya se extingue. Se
siente plena, segura, dueña de si misma… es un momento sublime.

Inmersa en la belleza del paisaje, no percibe que detrás de unos arbustos un hombre la observa; fascinado
frente a la imagen de esa mujer que parece dibujada en el sol, avanza hacia ella como poseído por una
fuerza que no puede controlar.

Lilith escucha unos pasos y se da vuelta; sin abandonar su postura, con una voz firme, pregunta:

- ¿Quién eres?
- Mi nombre es Adán – contesta el hombre.
- ¿Qué buscas?

Adán comienza a balbucear, sin encontrar las palabras adecuadas, y un poco amedrentado por esa
presencia tan poderosa. Lilith suelta una carcajada y dice:

- No te asustes, no voy a hacerte daño.

Él sonríe y se distiende.

- ¿puedo sentarme contigo?

- siéntate - responde ella en un tono afable mientras se coloca su vestido - ¿has visto lo maravilloso
que es el atardecer?

- siempre me pareció hermoso – contesta Adán - pero nunca tan fascinante como hoy …

Comienzan a conversar, las horas pasan sin que ambos se den cuenta hasta que escuchan una voz
femenina que, desde lejos, grita:

- ¡regresa Lilith! Te estamos esperando para la cena.

Ciclo Menstrual y Puerperio - 1 - Victoria Ponce y Leilén Di Girolamo


Ella se levanta rápidamente; el hace lo mismo. Se miran frente a frente.

- Mañana. a la tarde -dice ella , sonriendo . se da vuelta y desaparece.

Al día siguiente, a la hora del ocaso esta Adán sentado esperando a la mujer de sus sueños. Ella aparece
entre los arboles y cuando el la ve, siente que su corazón va a estallar. Lilith corre feliz y se lanza en sus
brazos. Ambos ríen y comienzan a rodar por el pasto hasta que quedan de espalda, exhaustos. Sin mirarla
él toma su mano. Ambos sienten que una energía poderosísima recorre toda su piel.

Adán se voltea sobre ella y sus cuerpos semi desnudos entran en contacto; acaricia su cabello y la mira
fijamente a los ojos. Tiene frente a él a la mujer que tanto desea. La besa apasionadamente. Ella responde a
ese beso con la misma pasión. Luego su boca recorre el rostro de él. Adán comienza a penetrarla y ella,
invadida por el deseo, comienza a jadear.

Mientras el se mueve sobre ella, Lilith lo abraza con sus piernas y llega su primer orgasmo, con gritos de
placer y alivio. Ella alcanza el éxtasis una y otra vez hasta que Adán, exhausto, eyacula. Inmediatamente
sale de encima de ella y se tiende nuevamente sobre el pasto. Lilith se levanta, lo mira y sonríe sabiendo
que el no va a hablar hasta que se recupere y que, a pesar de que ella, como toda mujer, sí siente deseos de
hacerlo, será mejor ir a nadar hasta que el despierte.

Una hora después, el esta parado en la orilla viendo a Lilith moverse en el rio como una sirena. Observa su
figura deslizarse por debajo del agua durante un tiempo prolongado hasta que se asoma su cabeza,
haciendo una respiración profunda. Adán, asombrado, le pregunta:

- ¿Cómo haces para permanecer tanto tiempo sin respirar?

Ella, sonriendo, contesta:

- Desde muy pequeñas, mi hermana y yo pasábamos horas en el rio.

- ¿tenes una hermana?

- tenía – dice apesadumbrada – es una larga historia de la que prefiero no hablar.

Adán no insiste. Se sumerge con ella y vuelven a besarse apasionadamente. Lilith dice que es hora de irse
pero el la quiere retener; ella sonríe y luego de morderle los labios, susurra suavemente.

- Mañana… al atardecer

A la mañana del día siguiente, las mujeres del lugar salen a recoger verduras para el almuerzo y una de ellas
le pregunta a Lilith sobre Adán.

- Me estuvieron espiando – se queja Lilith sonriendo.

Todas sueltan una carcajada al unísono

- Es muy apasionado, me siento muy bien sexualmente con él.

- ¿lo volverás a ver hoy? – pregunta una amiga entusiasmada.

- Si, lo deseo – responde, como embriagada por el placer que le ha dejado el encuentro del día
anterior.

Día tras día, a la hora del atardecer, los dos cuerpos se funden en una sexualidad vibrante, coincidiendo
ambos en ese objeto del deseo que es uno para el otro.

Una tarde, luego de besarse y acariciarse compulsivamente y sintiendo contra su pelvis el miembro de
Adán, Lilith le susurra al oído:

- Hoy quiero estar yo encima de ti, quiero envolver tu pene con mi vagina.

Ciclo Menstrual y Puerperio - 2 - Victoria Ponce y Leilén Di Girolamo


Adán, abruptamente, toma de los brazos a Lilith y la separa de su cuerpo. Ella lo mira asombrada.

- ¿Quién te ha dicho que debes hacer eso?

- Nadie. Es lo que quiero- contesta Lilith mientras se sienta, sin salir de su sorpresa.

- ¿y por qué lo quieres? – vuelve a preguntar el enojado.

- Quiero hacerlo de esa manera porque es lo que deseo, y yo siempre, escúchame bien, siempre
atiendo mis deseos – contesta Lilith, intentando controlarse.

- Eso está mal – responde Adán

- No conozco es palabra – dice ella - ¿Qué significa?

- Que no corresponde. que es el hombre el que se coloca encima de la mujer en el acto sexual. Así
esta escrito. No se pueden transgredir las normas.

- No sé de dónde vienes – dice Lilith, pero en mi comarca no existe el mal. Nosotros seguimos
nuestros deseos, elegimos con quien o quienes tendremos encuentros sexuales.

- ¿quiere decir que así como tienes relaciones sexuales conmigo, las tienes con otros hombres?

- Podría ser…- responde Lilith, como si se tratara de una obviedad -. O puedo tenerla siempre con el
mismo hombre si me enamoro de él. El amor y la relación sexual pueden ir juntas, o no.

- ¡nuestro dios no permite eso!

- ¿Quién es tu dios? - pregunta Lilith

- El que nos creo – contesto Adán - el padre de todos, el que imparte castigos se haces algo malo o te
perdona si te arrepientes.

Lilith no puede dar crédito a lo que escucha. Está hablando con un hombre que tiene dueño y que ese
dueño, llamado dios, organiza su vida de acuerdo a reglas establecidas por el mismo.

Adán interrumpe el pensamiento de Lilith con una pregunta:

- ¿es que ustedes no tienen un dios, un padre?

Lilith muy resuelta contesta:

- Yo tengo una madre que me dio la vida, junto con mi padre que contribuyo. Mi madre, mi abuela y
mis tías cuidaron de mí amorosamente desde el momento en que llegue al mundo. Desde niña me
enseñaron que mi sexualidad no depende de un falo, que no es únicamente genital. La relación coital con
un hombre es parte de esa sexualidad y esta ligada al deseo que cada uno sienta por el otro. Si luego de
esos encuentros sexuales, donde solo prevalece el deseo, surge un sentimiento, formamos pareja; de lo
contrario, una vez que el deseo se acaba, cada uno sigue su camino. Es suficiente con que uno de los dos
deje de sentir, para que el otro acepte que la relación esta terminada. Tenemos diosas – continua Lilith -,
pero que no castigan ni nos imponen reglas. Cada una de ellas representa un aspecto neutro. Por ejemplo
nos conectamos con Ana cada vez que iniciamos una nueva etapa; con Ariadna para ceder a nuestra
intuición y encontrar una salida; Artemisa cuando necesitamos la energía para concretar un deseo o un
proyecto.

- Espera – la interrumpe Adán - . y cuando alguien hace algo malo… ¿no lo castigan?

- Como te explique, aquí no existe lo que tu llamas mal. Nuestra comunidad se basa en la ayuda
mutua. para nosotros el otro es importante y estamos atentos a sus necesidades; nos sentimos unidos por
una trama invisible que nos mantiene fuertes y confiados el uno en el otro. Los hijos de una madre son
hijos de todos y somos responsables de ellos. Cuando hay algo sobre lo que no encontramos acuerdo,

Ciclo Menstrual y Puerperio - 3 - Victoria Ponce y Leilén Di Girolamo


pedimos consejos a la gran madre, la que “todo lo ve”, y ella nos sugiere que hacer pero la elección es
nuestra…

- Y los hombres… ¿Qué lugar ocupan en tu comunidad?

- En mi comunidad no hay jerarquías, todos tenemos los mismos derechos, y las obligaciones se
reparten de acuerdo a las posibilidades y las condiciones de cada uno.

- ¡eso es absurdo! – grita Adán - las mujeres son inferiores a los hombres y el deben respeto y
sumisión.

Lilith se levanta abruptamente:

- No se de donde vienes, no conozco a tu dios, ni tampoco tus reglas, pero de algo estoy segura: estas
perdido, ese lugar al que perteneces solo puede traerte tristeza, soledad, rencor. Únete a nosotros y podrás
salvarte… Sé que tu esencia es buena, pero si sigues allí no tendrás posibilidades. Si estás dispuesto a
disfrutar de la vida, a ver un futuro diferente, te espero aquí, mañana al atardecer.

Adán la ve marcharse; esta confundido.

De regreso, en su lugar, Adán le cuenta a su dios lo ocurrido y este le responde:

- Esa mujer es un demonio. No te dejes envolver en sus deseos perversos; su energía sexual es muy
poderosa y la usara para dominarte. Serás esclavo en sus manos; y los hijos que engendres con ella serán
demonios. Ese será tu castigo. Tú sabes bien que el hombre es dueño de la mujer y que ella debe
responderle. Aléjate de ella o iras al infierno. Olvídala, yo te traeré una buena mujer para ti.

Adán se retira haciendo una reverencia. Esta confundido: por un lado siente una fuerte atracción sexual
hacia Lilith y lo seduce la idea de una vida libre, sin condicionamientos, haciéndose responsable de sus
actos; pero, por otro lado, teme el castigo por hacer lo que no corresponde, por desobedecer a su dios, a su
padre.

Al día siguiente Lilith llega al lugar de encuentro, como cada tarde. Adán no está. Baja la cabeza apenada.
En ese momento, sus amigas, intuyendo lo que iba a ocurrir, van a su encuentro.

- Vamos a danzar Lilith - le dicen, tomándola de las manos.

- Si, vamos enséñanos esos pasos de baile que tú sabes – dice otra.

Los instrumentos empiezan a sonar y lentamente Lilith va tomando el ritmo hasta que su cuerpo se pone
en contacto con la música y la risa aparece en sus labios. Fiel a si misma, en cada movimiento demuestra
que la vida continua, que un hombre no la completa por que ella ya lo está y si éste parte hacia otros
rumbos, alguien nuevo se cruzara en su camino. Su objetivo no es un hombre, sino acceder a ese estado
majestuoso de sentir placer donde éste se encuentre.

Adán, por su lado, se sumerge en un terreno hasta entonces desconocido para él. Extraña a Lilith, su
cuerpo la necesita y debe reprimir su deseo de poseerla, de acariciar su piel. A medida que pasan los días,
esa represión se convierte en angustia. Su mente racional, condicionada por las reglas de su mundo, le
dicen que esta mal, que es pecado relacionarse con esa mujer. Pero hay algo en él que la reclama a gritos. Y
comienza a angustiarse.

Una mañana su madre escucha ruidos en la habitación. Cuando va a ver que pasa se encuentra con que
Adán ha destruido, en un ataque de ira, una silla. Se preocupa al verlo en esas condiciones y se dirige a dios
para pedirle ayuda, quien se acerca a su casa para comprobar lo que la mujer le ha contado.

- Adán, estas poseído por una fuerza demoniaca – dice dios- . esa mujer hizo que satanás se
apoderara de ti.

Ciclo Menstrual y Puerperio - 4 - Victoria Ponce y Leilén Di Girolamo


- Llévenlo a mi casa, debo hacer un exorcismo – le ordena a su madre.

La mujer llora compulsivamente; su hijo ha caído en los brazos del mal.

Mientras tanto Lilith decide hacer una visita a la gran madre para escuchar sus consejos. Luego de contarle
lo ocurrido con Adán, la sabia le pregunta:

- ¿Quién eres?

- Soy Lilith

- Siempre eres Lilith – dice la gran madre-, antes de conocer a Adán, mientras te relacionaste con el y
ahora que él no está. Viniste a este mundo completa y te iras completa, si así lo eliges. Un hombre no
forma parte de tu ser, es un compañero que aparece en tu vida para compartir placer y aprendizaje; y
partirá en el momento en que dicho aprendizaje se complete. Puede ser un minuto, horas, días, años. Todo
lo que me has contado ya es pasado.

De pronto, la sabia emite un alarido que la saca a Lilith de su actitud de escucha.

- ¿ves? - le explica. este es el presente, el único momento que existe y es el único momento en que
puedes elegir. Dime, mujer, ¿Qué eliges?¿quedarte adormecida en el pasado o enfrentar al presente con los
ojos y los oídos abiertos para ver y escuchar lo que viene?

- Elijo ver y escuchar lo que viene.

- ¿Cuándo lo eliges?

- ¡ahora! – responde Lilith

- Grítalo de manera que el universo te pueda escuchar. ¿Cómo eliges pararte en el presente? – vuelve
a preguntar energéticamente la gran madre.

- ¡ahora! ¡ahora! - responde Lilith con un grito que sale de sus entrañas.

Cada día que pasa, Lilith se vuelve más experta en el tiro con arco. Todas las mañanas, apenas amanece,
toma su arco y sus flechas y se dirige al bosque. Hace marcas en los arboles a los que luego de tomar una
gran distancia, apunta. Su destreza es absoluta.

Al poco tiempo, un rumor llega a sus oídos: ¡ella es el demonio y engendra demonios! Las mujeres de su
comunidad ríen al escucharlo y la propia Lilith se mofa del miedo que algunos hombres de otras
comunidades le tienen. Todo lo que dicen de ella no le preocupa; sabe que son juicios, interpretaciones que
le pertenecen a quienes la emiten y que no hablan de quien es ella sino de quienes son los otros,
condicionados por su historia, una historia donde prevalece la subestimación de la mujer con el único
objetivo de lograr su control y sometimiento.

Con los días Adán se repone.

- Todo vuelve a ser como antes – piensa. No sabe que está por conocer una nueva mujer,
diametralmente opuesta a Lilith.

Capitulo 4 --- Lilith y la sexualidad femenina.

[Compartimos algunos párrafos de este capítulo.]

Las mujeres de la aldea están acostumbradas a hacer los trabajos en cuclillas, agachándose y levantándose
infinidad de veces al día. Esta actividad, como el nadar y el moverse con la danza del vientre, les permitirá
una pelvis y un útero flexibles que, a la hora de parir, darán paso a la nueva vida con absoluta naturalidad.

Lilith conoce su cuerpo como cada una de esas mujeres. Sabe que el útero es un órgano que late y que, al
igual que el corazón, palpita sin dolor; pero, a diferencia de este, el útero empieza a latir con la excitación

Ciclo Menstrual y Puerperio - 5 - Victoria Ponce y Leilén Di Girolamo


sexualidad y tiene la función de regular las relaciones entre los diferentes sistemas de los cuerpos, así como
las relaciones con sus congéneres para mantener y reproducir vida. El útero late y se mueve en su cavidad
pélvica como si fuese un pez. Ella sabe que la sexualidad es la expansión del placer. Y así lo vivencia cuando
baila con sus amigas, cuando ríen, cuando tiene un orgasmo coital.

Cae la noche. Todas se reúnen alrededor del fuego y bailan la danza del vientre; las niñas intentan copiar
los movimientos entre risas y gritos. Esta práctica se repite a diario. El contoneo de la pelvis les permite
hacer circular su energía sexual y produce gran cantidad de oxitocina en sus cuerpos.

Lilith siente como la energía sube desde su sacro y se expande generando erotismo a medida que la recorre.
Esto es parte de su sexualidad, cuya función primera es la regulación del organismo, condición
indispensable para lograr la armonía en el cuerpo. Tal como se lo había explicado a Adán, su sexualidad no
solo se relaciona con el falo.

[…]

la gran sabia dice:

El cerebro femenino posee capacidades únicas: una sobresaliente agilidad mental, la habilidad para
involucrarse profundamente en la amistad, una condición mágica para leer las emociones en los rostros y
en el tono de voz, la posibilidad de desactivar conflictos… muchas mujeres no lo saben por que los vínculos
emocionales y los lazos que establecieron con las primeras figuras protectoras, y que duran toda la vida, no
le mostraron que eran valiosas , dignas de ser amadas – y volviéndose hacia la mujer, continua -. Es por
este motivo que tu sientes que vales poco, que tienes un precio muy bajo y que la mirada de un hombre, o
las dulces palabras que te diga al oído de vez en cuando, te hacen sentir única.

- ¿con tan poco se conforma? Pregunta una de las presentes.

- Si estuviese desnuda en el medio de la nieve y alguien te alcanzara una manta ¿la rechazarías? -
dice la gran madre - . ¿Cuál es tu valor? – vuelve a interrogarla-. Y esa es una pregunta que tu necesitas
responderte; y si la respuesta es: “no valgo nada” o “valgo muy poco”, busca el motivo de esa
desvalorización. Recuerda que, si bien somos seres históricos, protagonistas de un relato que comenzaron a
contar nuestros ancestros y que nosotras repetimos porque no conocemos otro argumento, también
tenemos la posibilidad de crear nuestra realidad diferente. La realidad es una creación permanente.
Trabaja en ti para convertirte en la mejor versión de ti misma y dile basta a lo que ya no quieres.
Sal del papel de victima que te hace explicar todo el tiempo de porque te pasa lo que te pasa y
asume el rol de protagonista. Mira hacia adelante, visualízate como quieres verte dentro de unos
años y empieza a generar acciones que te permitan acceder a tu visión. Toda la realidad comienza
con un sueño. Y recuerda: cuando soplen vientos fuertes, aférrate al árbol que tenga las raíces más
profundas y espera a que regresa la calma. El potencial de una mujer es infinito ¡aprópiense de
eso!...

Ciclo Menstrual y Puerperio - 6 - Victoria Ponce y Leilén Di Girolamo

También podría gustarte