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RECREACIONDE UNTOPICO ENLA

POESIA DE JORGE GUILLEN


Carmen Agullo Vives
Ca rmel! Agull6 Vives.
Caredra tica de Lengull y Lilerowra Esparlo/a

I
N o pudo imagin ar Ausonio, poeta latino nacido en Burdeos en
el siglo IV , q ue su poema " De rosis nascenti bus" iba a ser, pasados
los siglos, referencia obligada en el estudio de uno de los t6picos cl<\-
sicos de mayor difusi6 n, el del "Carpe diem", q ue tan larga secuela
ha dejado gracias a los dos ultimos versos del eit ado poema:
"Collige virgo rosas, dum fl os nov us, et nova pubes ,
et memor esto aevum sic properare tuum "
Sabido es que los poet as renacent istas , al exaltar e l goce de la
belleza y los pl ace res de la vida, encontraron en e l poema de Ausoni o
una ace rtada sintesis de su propi a actitud ante la vida , y por la via de
la imitaci6n surgi6 un elevado numero de co mposieiones re lativas al
tema. Q ueda fue ra de nuestro prop6sito e l hacer un estudio e rudito
de las mismas, innecesario a todas luces pues abunda la bibli ograffa
al respecto. Nos limita re mos en esta primera parte a un as considera-
eio nes y ejempl os que nos lleven de la man o al te ma que nos ocupa .
Observemos en primer lugar c6mo en a lgunas versiones del
t6pi co no s610 se respe ta el espiritu se nsualista clasico sin o que una
cierta lite ralidad, concentrada e n las palabras clave, nos permite aso-
ciar poemas eseritos en dive rsas le nguas ro manicas y co njet urar las
posibles interfe re ncias entre ell os y el re moto antecedente latino .
Angiolo Po liziano e n "La ballata delle rose" escri be e n la ul tima
estrofa
"Quando la rosa agni sua fogli a spande ,
quando e pi u bell a, quando e piu gradita,
allora e buona a mettere in ghirl ande ,
prima che sua bellezza sia fu ggi ta:
sieche , fa neiulle , ment re e piu fiori ta,
cogli iml a bell a rosa del giardino "
E I "co llige , virgo , rosas" es ide ntificado inm ediatamente a traves
del ultimo verso y el voca tivo "fa nciulle" del pen ultimo.
La mismo ocurre con e l conocido "Son net pour Helene" de Ron-
sa rd cuyo e ndecasilabo final repite , e n frances , las palabras clave del 27
texto lati no.
" Cueillez des aujourd' hui les roses de la vie"
Nuestro Garcilaso , en su bellisimo soneto XXIII "En tanto que
de rosa y d 'a~ u ce n a" , se permite un a cierta libertad al expresar el
objeto directo del verbo coger (collige, cogli im , cueill ez , coged) de
for ma mas original , a nuestro juicio, que sus paralelos frances e ita-
li ano. Recordemos los tercetos:
"coged de vuestra alegre prim avera
el dulce frut o antes que'l tiempo ayrado
cubra de ni eve la hermosa cumbre.
Marchitan\ la rosa el viento elado ,
todo 10 mudara la edad ligera
por no hazer mudan<;a e n su costumbre"
Curiosamente in vertido el orden de la expresio n aparece en el
soneto de Bernardo Tasso que comienza " Mentre che i"aureo crin
v'ondeggia intorno" . Si observamos los tercetos de este soneto se
podrfa establ ecer un a corresponde ncia con los transcritos de Garci-
laso de tal manera que 10 expresado en el primer terceto de uno se
corresponda , aproximadamente, con 10 expresado en el segundo ter-
ceto del otra y a la inversa. Escribe Tasso:
" Verra poi 'l verno , che di bianca neve
soul i poggi verti r, copri r la rosa
e Ie pioggie tornar aride e meste.
Cogl iete ah stolte il fior , ah siate preste,
che fugaci son I'hore, e' l tempo Ii eve
e veloce a la fin corre ogni cosa"
Joaquin de Entrambasaguas que ha estudi ado la relacion de este
so neto con el gongorino " Mientras por competir co n tu cabello" ,
po ne de relieve como el topico , al pasar del Renacimiento al Barra-
co , adquiere nuevos matices
"el soneto de Tasso reitera unicamente el pensamiento del 'Colli -
ge, virgo, rosas' y del 'Carpe Diem ', e n un sensualismo ciasico,
tipicamente renaciente, Gongora ademas de resumirlo con sus
matices perso nalisimos, propios de su refinado neorre nace nti s-
mo, 10 encauzara en los tercetos, por otros derroteras en 10 que
sigue"
En efecto , el e ndecasil abo final del poema de Gongora:
"en ti erra , en humo , en paIva , en sombra, en nada "
con su rot undid ad expresiva cierra, como una losa , la puert a abierta
a la sensualidad renacentista y nos traslada bruscamente de las ima-
genes de un Botticelli a 13 pintura de un Valdes Leal.
He aqui que la rosa ya no esta contemplada desde el Renaci-
mi e nto sino desde el Barraco con todo 10 que ello supone de cambio
de actitud .
28 Antes de seguir adelante queremos advertir que el topico del
"Carpe Diem" 10 consideraremos vin culado al tema gene rico de La
Rosa , tan fecundo en la poesfa de todos los tie mpos y por el cual
siempre se han sen tido atrafdos los poet as que , al tratarlo , se debaten
entre la tradicion y la originalidad.
Y es que la rosa puede ser con tempi ada desde las coordenadas
del espacio y el tiempo. En el primer caso se impone , sobre todo , la
vision estatica, la de la rosa en un momento fuga z, como si el tiempo
se hubiera detenido. En tal caso contemplaremos su belleza y queda-
remos extasiados y surgira el bellfsimo y breve poema de Juan
Ramon en " Piedra y Cielo ", original sfntesis moderna ,
"iNo Ie toques ya mas,
que asf es la rosa!"
Los poet as renacentistas se indinan a est a vision estatica ya que
sus alusiones a la fugacidad de la vida de la rosa se encaminan no a
la consideracion de esa fugacidad con las consiguientes reflexiones
morales -obra de los poetas barrocos- sino a la invitacion al goce, al
aprovechamiento de la belleza , ya 10 hemos visto antes: vivez, si
m'en croyez, n'attendez it demain , allora e bouna a mettere in ghir-
lande , coged de vuestra alegre primavera el dulce fruto ...
Tfpica actitud barroca es la de considerar la vida en funcion del
tiempo y los estragos que este ocasiona en aquella. De ahf que en el
tratamiento del topico se acentue el tono melancolico y meditativo.
Comparemos los text os precedentes con otros escritos en plena Con-
trarreforma.
Gabriel Bocangel titula asf un soneto
" A Lisis que , cuando moza , fue rogada en vano y despues Ie suce-
dfa 10 contrario. Es imitacion de Ausonio"
"Roguete , Oh Lisi , que tu edad florida
gozases antes de est a edad helada;
despreciaste mi aviso, y, entregada,
te miro al dano tarde arrepentida.
En la vejez , que llega no entendida,
dos danos sientes: que en la edad pasada
no gozaste beldad desenganada,
ni gozas hoy la forma pretendida.
Cuando el remedio fue posible, el dano
ignoro tu ambicion ; agora ignoras
remedio al dano tarde conocido.
Mas , en memoria del pas ado engano ,
te mirare , gozando e n est as horas,
si 10 que quiero , no , 10 que he querido"
En este poema la invitacion al goce del momento presente se ha
hecho imposible puesto que el poeta se ha situ ado en un despw!s al
cual solo Ie queda el recurso de la mirada haci a atras en busca del
tiempo perdido. 29
Veamos por ultimo dos sonetos, el famoso de Calderon induido
e n la escena XIV de la Jomada Segunda de HEI Principe Constante"
y otro de Lope pe rte neciente a las Rim as Sacras:
"Estas, que fueron pompa yalegria ,
despertando al albor de la manana ,
a la tarde seran lastima vana ,
durmiendo e n brazos de la noche fria .
Este matiz, que al cielo desaffa ,
iris listado de oro, nieve y grana ,
sera escarmiento de la vida human a
iTanto se e mprend e en termino de un dia!
A f10recer las rosas madrugraron,
y para envejecerse f1oreci ero n:
cun a y sepulcro en un bot6n hallaron.
Tales los hombres sus fortuna s viero n:
en un dia nacie ron yespiraron ;
que pasados los siglos, horas fueron.

Rosa gentil , que al alba de la hum ana


bell eza e res im agen, i,que prentendes,
que sobre verdes esme raldas tiend es
tu mana de coral tenida en grana?
Si cetro , si laure l, si ser tirana
de tantos ojos, que en tu carcel prendes,
iCuan en va no solicita defie ndes
reino que ha de durar llna manana!
Rinde la vanidad que al sol se atreve ,
oh come ta de abri l, tan presto escura,
que , puesto que tu vivo ardor te mu eve,
el ejemplo de tan tas te asegura
que quien ha de tener vida tan breve
no ha de ten er en tanto su hermosu ra".
E n el caso de Ca lder6n es evidente el bino mi o rosa/vid a mientras
que en Lope hay cierta complicaci6n tematica que podriamos esque-
matizar asi: se trata de una cadena e n la que cada ele mento presu-
pone el anterior, rosalmujer/bell ezalvanidad. De ahi el fin al del
soneto: el tema trascendente casi se ha convertido en un galanteo .
Lope , conocedor como nadie del alma femenina, adv ierte a la rosa
(1,0 a la hermosa de tumo?) sobre la inconsistencia de su propia van i-
dad.
II

Situados ante la poesia del siglo XX veamos co n algunos ejem,


30 plos que nuevos matices se ha n incorporado al tratam ie nto del tema.
lnte resa destacar uno: si para el ciasico es la muje r la referencia in e-
vitable , el poeta mod e rno, sin abandonar este punto de mira,
encuentra un nuevo camino, el de considerar al niiio como protago-
nista en ese ya c1asico enfrentamiento de la ro sa con la vida hum ana.
Y surge e l dolorido pocma de Miguel Hernandez e n e l "Cancion ero
y romancero de ausencia s"
"E I so l, la rosa y el nino.
fl ores de un dfa nacieron ... "
donde la consideraci6n de la tempora lid ad se hace mas tnigi ca que
nun ca dadas las connotaciones biogrMicas del poema -nad a nHis
pe noso que la muerte de un niiio- .
"Entre las flores te fui ste.
E ntre las flores me quedo"
Pe ro si e l poe ma de He rna ndez es una versi6n mode rn a de la
visi6n barroca del t6pico co n e1 anadido de 13 nueva perspecti va.
desde la vida/muerte de un nino . e ncontramos e n otro poeta moder-
no, Jorge Guillen , ese nuevo in grediente . e l del nino , incorporado a
la coo rde nada espacial , mas que a la temporal.
Analicemos un poe ma de " Cantico" titulado '·Cuna. rosas, bal-
c6n ":

"i, Rosas? Pero e l alba .


. Y el recien nacido.
(iQue guardada e l alma!)
Follajes ya: pios.
Muelle carne vaga ,
sue no en su espesura,
cerraz6n de calma ,
espera difusa.
Rosas - para el alba.
Pura sf, no alegre,
se esboza la gracia.
iOh tremulas Fuentes!
Creaciones , masa ,
desnudez, hoyuelos .
La facci6n exacta
relega 10 etemo.
i, Ya apuntan cerradas
aun , asf sonrisas?
... La aurora ((. Y el alba ?)
iOh rosas he nchidas! "

Consta la composici6n de cinco estrofas , compuesta cada una de 31


cuatro versos hexasilabos asonantados con rima alterna.
Considerado el poema desde las coordenadas espacio/tiempo,
veo en el un predominio claro de la primera con un leve, pero necesa-
rio y relevante , apoyo en la segunda.
EI titulo hace pensar en un triangulo cuyos vertices corresponden
a los tres terminos que 10 componen y que nos permitimos leer en
sentido inverso.

cuna

Imaginamos el espacio real en el que el poet a se mueve , mejor, se


halla en actitud contemplativa: una habitaci6n desde la cual se intuye
la presencia de un jardin al que podemos asomarnos desde el ba lc6n.
E I poeta mira al recien nacido en su cuna; por el balc6n, entreabier-
to , penetra un agradable olor a flores, i,rosas? se preguntara el poe ta
al inicio del texto. EI nino duerme. Es hermoso. Este es el cuadro.
Importa precisar la hora de la contemplaci6n . EI tiempo del
poema ve ndra marcado desde el primer verso al penultimo: todo
ocurre en el espacio que media entre la hora del alba y la luz rojiza
de la aurora. Del blanco nitido al rosa. He aqui una primera referen-
cia sensorial en un texto caracterizado por la sinestesia: olores , colo-
res , sonidos, sensaciones tactiles , aud itivas, visuales, se mezclan
sab iamente.
En la primera estrofa el poeta ha percibido un olor i,sera de
rosas? y tambien una cla ridad , la de l alba , que Ie permite distinguir
mejor al nino de la cuna. Recien nacido , promesa de futuro , enigma
(asi interpretamos el parentesis y he aqui c6mo hasta un signo de
puntuaci6n puede estar cargado de contenido semantico). Ya e n esta
primera estrofa se da la sinestesia, o lor , co lor, form as (follaj es ya),
sonidos (pios), todo incipiente , como el alba. En la estrofa se aprecia
la distribuci6n , mantenida a 10 largo del poema , entre los elementos
espaciales predominantes -estamos ante un cuadro, una de cuyas
figuras centrales es el propio contemplador , el poeta, como en la pin-
tura flamenca- y los temporales concentrados casi siempre en voca-
bios de contenido temporal , aqui alba, yo.
En la segunda estrofa, como en casi todo el poema, se sigue la
mirada altern ada ya a la naturaleza humana, ya a la vegetal, ambas
vivas y vistas en su inicial proceso del nacimiento a la plenitud. Tanto
se funde aqui la doble referencia que cad a vocablo nos lleva de un
campo a otro, indecisamente: el nino dormido ~omo la rosa aun no
32 abierta- nos parece una masa de carne sin perfiles concretos, muelle
carne vaga , la espesura del sueno nos lleva al jardin donde crece la
rosa, la cerrazon de calma subraya la ambi~alencia del vocablo (ni-
no=rosa), y 10 mismo la espera del ultimo verso (i,esperamos que el
Iliii.o despierte, que crezca, 0 mas bien es la rosa la que esta espera n-
do , como en Calderon -"a florecer las rosas madr ugaron "-?). Selia-
lamos el vocablo espera como indicador te mporal en est a estrofa.
La estrofa segunda e nlaza con la tercera inici andose est a con una
directa alusion a las rosas -en la anterior se comenzaba aludiendo a
la carne del nino- ya co mo afirmacion , frente al interrogante del pri-
mer verso del poema , seguida de una nueva precision temporal , para
el alba. iQue hermoso y sutil juego semantico (fuertemente apoyado
en los elementos fonicos) el que se adivina al comparar este primer
verso de la tercera estrofa con el inicial del texto l La duda se ha
hecho certidumbre , la luz exterior ilumina 10 muy interno . e l mundo
del conoci miento , el alba ha cobrado nuevo sen tido. Pero el recien
nacido sigue llamando la atencion del poeta , i,sera su hijo? se pre-
gunta el lector. Los ve rsos 2-3 aluden mas directamente al nin o ,
interpreto ese no alegre referido a la imposible risa del infante (de
forma mas explicita se vuelve al tema de la risa en la ultima estrofa).
EI verso que cierra la estrofa tercera e n forma excJamativa , con
esas tremulas fuentes que nos recuerdan a San Juan de la Cruz .
puede hacer pensar en el manso ruido del agua en el jardfn do nde
nace la rosa 0 tambien referirse a las ft/ellfes de la vida en desarrollo
que son la rosa y e l nin o. significado este ultimo que servida para
e nlazar el co nte nido de la tercera estrofa con e l de la siguiente.
Los cuatro sustantivos que componen los versos 1 y 2 de la cuarta
estrofa expresan un a graduada serie de 10 general a 10 particular , del
continen te al contenido , del todo a la parte, de 10 dinamico a 10 esta-
tico , de 10 germi nal a la masa , de la masa al cuerpo, la mirada se
detiene , al fin , en un muy concreto punto: hoyuelos. Ahora sf, esta-
mos ante el minimo detalle , un punto del cuadro , ese delicado y reco-
gido interior que es todo el poema y que nos hace pensar de nuevo en
la escuela flamenca de pintura, la faccion exaCla , ese unico hoyue lo
irrepetible - no hay dos rostros iguales- rei ega 10 eterno. (En el
eterno proceso de la creacion siempre habra rosas y ninos nuevos
pero a nuestro poeta parece interesarle solamente el nino concreto
que duerme ante el. Definitivamente ha triunfado el espacio sobre e l
tiempo). Bien es verdad que ese re/ega 10 elerno apunta a considera-
ciones de tipo temporal tales como e l triunfo del presente sob re el
pasado -y tam bien sabre el futuro- pero se trata de un presente esta-
tico, e l imposible presente inmovil en el que espacio y tiempo se con-
funden, encerrados dentro de un marco como si de una pintura se
tratara.
En la quinta y ultima estrofa el hoyuelo lIeva de nuevo al poeta al
tema de la somisa futura , solo presentida ,. i,ya apuntan cerradas a'lIl , 33
- rosa/nin o- asi , sonrisas?" Observese la evocacion del campo
semant ico de la rosa por dos medios, el f6nico y el semico (sonrisa,
risa, rosa) por una parte y cerradas min, adjetivo mas inmediata-
mente apli cable a rosa que a risa.
Se cierra la estrofa , yel poem a, con una vueita a la realidad tem-
poral, casi como el despertar de un sueno. Ya ha ll egado la aurora,
e l so l nos inundani pronto no s610 de luz , tam bi en de calor. Y el poeta
se pregunta muy en sus adentros -vease la funci6n del parentesis-
que ha sido del alba , de ese momento virginal que supone la apa ri-
ci6n de la luz tras las tinieblas de la noche.
Minimo tiempo en el poema pero el suficie nte, decfamos rele-
vante al comienzo del comentario , para explicar la saz6n de la rosa,
ioh rosas henchidas! , presagio del nino que sera adulto , pasado el
tiempo. No podia ser de otro modo. EI gran vitalista que es Jorge
Guillen goza una vez mas con la contemplaci6n del mundo bien
hecho sin dejar e lminimo resquicio a consideraciones sobre el poder
destructor del tiempo que hasta en los poetas renacentistas apare-
cen. iQue lejos este poemita de las calderonianas rosas que hallaron
cuna y sepulcro en un bot6n! Y sin embargo, 10 diremos con verso de
Quevedo, el hombre , con ser el hombre , puede no ser tema mas per-
man ente que la fugaz rosa, 10 acabamos de ver, pues "10 fugitivo per-
manece y dura 1).

Con este comentario no hemos hecho otra cosa que descubrir una
vez mas la continua lucha del escritor por conseguir la originalidad
sin renunciar total mente a la tradici6n que Ie ha precedido. Por otra
parte el ejemplo concreto que nos ha ocupado responde a una muy
peculiar forma de abordar el tema del tiempo que ya fue puesta de
relieve por el profesor Blecua en un articulo de 1948, "E I tiempo en
.Ia poesia de Jorge Gui llen", recogido mas tarde en libro (vid. Biblio-
graffa) y del que recogemos:
hEI Tiempo. esa exclusiva del hombre, como escribe un fil6-
sofo, esta muy presente en la poesia de Jorge Guillen. Pero no se
trata del tiempo a la manera barroca, nostalgica y ascetica.
Frente a los poemas de la rosa, ejemplo perfecto de la brevedad
de la vida, Guillen opone la suya , ' tranquilamente futura '. No se
trata tampoco de una incitaci6n a gozar, como los poetas del
carpe diem, ni de la nostalgia por el tiempo ido, a 10 Vi1l6n 0 Man-
rique. Se trata de algo mas original, que nada debe a la expresi6n
de la temporalidad en la poesia anterior -medieval, barroca 0
romantica-. Para Guillen el mundo esta bien hecho; por 10 tanto.
debemos gozar de esa perfecci6n , aprendiendo a disfrutar amo-
rosamente la gracia de un mediodia , el jubilo de una manana de
primavera 0 el beato si1l6 n (0, anad imos, la cuna de un nino con
rosas al fondo). Debemos aprender a 'ver deslizarse lentamente
34 un rio' , como dijo con tanta serenidad y elegancia Francisco de
Medrano. EI goce es muy distinto a los anteriores. En este gozar
el poder esencial '10 ejerce la mirada "' .
... y la mirada se proyecta e n e l espacio pOl' 10 que no es de ex tra nar
que espacio y ti empo aparezcan fundido s en la poesia de Guille n .
Dejamos a la consideracion del lector la va lidez de nuestro ana lisis.
Ah) reside la grandeza de la Poesia con mayuscula: el que un texto
pe rmita multiples inte rpretaciones, posiblemente validas , no siem-
pre coincidentes en tre si ni tampoco con la intencion precisa del
a utof.

III

Volvemos, por contraste, a l poem a de Migue l Hermindez, ya


cit ado
.. FloI' de un dia es 10 mas grande
al pie de 10 mas pequeno.
Flor de la luz e l rehlmpago,
y flor del insta nte el tiempo ... ··
La serie ninolflor(rosa)/tiempo,que e n Gui lle n se "a hinca en el
sagrado Presente perd urable" en el poeta de O rihue la apunta hacia
un triste Manana en el que 1;1 mi smo no sera "nuls alia de quien
quiera en el recuerdo".
Olros textos del mismo Hermlndez revelan su reiterada atencion
al tema de la rosa. E n clave comica, pero con el mismo trasfondo de
"tempus fugit". se expresa el gracioso Tomaso e n "EI labrador de
mas aire" al cortejar subitamcnte a E ncarnaci6n en la escena
,cgunda del cuadro primero de l Primer Acto
"Quiereme tu mucho y pronto
y cavi la y conside ra
que al mayor listo Ie espera
la mue rte que al mayor tonto.
Que e l se ha de morir un dia
de puro diseurrimiento.
y con mucho sentimiento
yo de pura tonteda.
Porque , e n fin , todo da igua l:
pensando con la cabeza.
so n tonteria y li steza
rosas del mismo rosal."
i,y como no recordar aqui. y terminamos . el poe ma de Pedro Sali-
nas. "La rosa pura" de '"Largo lamento"? Su autor , en un esfuerzo
por desligarse de la traclicion que pesa sobre el topico , busea dcnoda- 35
damente la rosa
que no tiene simbol o ni signo .
L a que no pese
porque recuerda un recuerdo.
La que no cante
porque se cogi6 con e\ gozo.
La que no ten ga fecha ,
fech a de hombre , fecha de nllmero.
fe cha de mundo:
la que sea su nacimi ento puro
sucediendo a su mismo capu\\o.

La que te deje vivir


sin ro sas , si to no quieres
te ner la rosa e n tu vid a ..
y cuando el poeta y la am ada lI egue n a no se r nHls que sombras no
habra
"o tra realidad que la que crea
e\ ofrece rnos un a rosa pura."
Perdo nesenos el ma nido ta pi co , pe ro ya que de topicos hab lamos
no senl del to do impe rtinente afirm ar becque ri ana mente qu e mi en-
tras haya rosas e n la ti e rra habra poesia.

BlBLiOGRAFIA

BLE CUA , Jose Manuel: "Sobre e l ri gor poeti co en Espana y


otros ensayos", Ariel , 1977.
BOCANGEL, Gab riel: "La lira de las musas" , Catedra , Madrid,
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JIM ENEZ, Ju an Ramon: "Segunda A ntologfa Poetica" ,
Madrid , 1952.
SALINAS , Pedro: "Poesias completas" . Barral, 1975.
36 LOPE DE VEGA: "Coleccio n escogida de obras no dra mat i-
cas" , B.A.E. T0l11 0 XXXVIII

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