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SELLADORES DE FOSAS Y FISURAS

Definición:

Para Simonsen (1978), la palabra “sellador” describe un procedimiento clínico caracterizado por emplazar,
dentro de las fosas y fisuras de las piezas dentarias susceptibles a caries, un material capaz de formar
una capa protectora adherida micromecánicamente sobre la superficie adamantina. Es decir, son
obstáculos o barreras físicas (generalmente resinas de gran fluidez), que se adhieren a los prismas de la
superficie del esmalte dental impidiendo con ello, el contacto del huésped (superficie con fosas y fisuras
susceptibles a caries o cariadas) con el Biofilm dental o placa dental (ambiente propicio) y el
streptococcus mutans, entre otros microorganismos cariogénicos (agente causal) (Herazo y Agudelo,
1997).

Para explicar el término a los padres de familia o al público en general, Moss (1993) propuso una
definición más convencional. “Los selladores son cubiertas de material plástico que se aplican
principalmente en las superficies masticatorias de las piezas dentales ubicadas en la parte posterior de la
boca, para mantenerlas aisladas de la placa y de los ácidos”.

Clasificación:

Los selladores pueden ser clasificados según tres criterios: el material utilizado, la técnica de aplicación y
la función a cumplir. Cada grupo a su vez, puede subdividirse en otras categorías.

• Según el tipo de material:

1. Sellantes de Resinas compuestas.


2. Sellantes de ionómero de vidrio tipo III
3. Sellantes basados en Compómero (en desuso)

Los selladores basados en ionómeros de vidrio surgen como alternativa a las resinas compuestas, debido
a su cualidad de liberar fluoruros y otros elementos como el estroncio, zirconio, calcio y aluminio, lo que
supone un sugestivo potencial para promover la remineralización dentinaria. Se pensó entonces, que con
su uso se podría obtener un efecto benéfico adicional por su potencial anticariogénico,

Fotografía que ilustra la cara oclusal de un molar con fosas y fisuras profundas y retentivas, favoreciendo la acumulación Biofilm y dificultando la higiene por
parte del paciente, ya que las cerdas del cepillo no logran alcanzar la profundidad de las mismas.

remineralizante y antimicrobiano (Lindemeyer, 2007). Sin embargo, pronto se demostró que su efectividad
a largo plazo se veía amenazada por su adhesión relativamente baja respecto al esmalte dental y una
escasa resistencia a las fuerzas oclusales (Aranda y García-Godoy, 1995; Karlzen-Reuterving y Van
Dijken, 1995).

• Según la técnica de aplicación

Tanto los selladores poliméricos como los ionoméricos, se pueden aplicar, sea con finalidad preventiva o
terapéutica, siguiendo dos técnicas o protocolos: técnica no invasiva e invasiva respectivamente.

En la primera (técnica no invasiva), se prescinde de toda instrumentación del esmalte como paso previo
a la colocación de los selladores en fosas, surcos y fisuras sanas. Es la preferida por la mayoría de los
odontólogos, y la propuesta originalmente.
El esmalte, antes del acondicionamiento ácido, solo requiere limpiarse, procedimiento que puede
realizarse de diferentes formas y con diversos materiales, tales como: piedra pómez, pastas pulidoras o
profilácticas, bicarbonato de sodio o peróxido de hidrógeno.

Cabe mencionar, que cualquiera sea el producto a utilizar, debe presentarse libre de compuestos oleosos
y fluoruros, que dificulten el posterior acondicionamiento del esmalte.

La última (técnica invasiva), se caracteriza por realizarse a partir de una instrumentación mínima, que
algunos consideran preparación cavitaria extremadamente conservadora, pudiendo o no atravesar el
límite amelo-dentinario y llegar a la dentina. Para ello, se vale de instrumentos rotatorios específicos (con
los que se instrumenta el esmalte y/o dentina), de sistemas de aire abrasivo o de puntas diamantadas
accionadas por ultrasonido.

• Según la función a cumplir

Los selladores pueden ser emplazados en las superficies dentales, a efecto de cumplir dos funciones
primordiales: preventiva o terapéutica.

Selladores preventivos: son aquellos que se colocan con el fin de prevenir lesiones de caries dental, en
aquellos sitios que favorecen la retención de restos de alimentos y la acumulación de Biofilm dental.

Se ha reportado, que cerca del 90% de las lesiones de caries que comprometen piezas permanentes
posteriores se originan en fosas y fisuras.

En la actualidad, el sellado preventivo de las fosas y fisuras, es considerado uno de los métodos más
efectivos para la prevención primaria de lesiones de caries dental en las fosas y fisuras.

Selladores terapéuticos: alude a aquellos que son colocados como tratamiento definitivo de lesiones
cuestionables, o definitivamente identificadas como cariosas en estadio temprano en las regiones de
surcos, fosas y fisuras (Feigal, 2002).

Sellantes de Resina

Composición

La misma dependerá del tipo de reacción polimérica que presente el sellador.

Sellantes de autocurado: Son dos líquidos constituidos por moléculas de elevado peso molecular con dos
grupos vinílicos. Las más empleadas se denominan diacrilatos (por tener dos grupos acrilatos que
incluyen las dobles ligaduras). Con bastante frecuencia se emplean diacrilatos aromáticos (contienen
grupos bencénicos) como el Bis-GMA, pero que por dar lugar a un líquido muy viscoso, son mezclados
con diacrilatos alifáticos de menor peso molecular para obtener la fluidez necesaria. Los mencionados
diluyentes se pueden encontrar hasta el 50% en peso para lograr fluidez adecuada, aceptable para
penetrar en las irregularidades de una fosa o fisura.

Uno de los recipientes presenta un iniciador, el cual habitualmente es un peróxido (peróxido de benzoílo),
el otro tiene un activador (una amina terciaria como la dimetil-p-toluidina) y un inhibidor como la
hidroquinona, para impedir que se produzcan reacciones en el líquido que contiene el iniciador durante su
almacenamiento.

Sellantes de fotocurado: En este caso, no se necesita la mezcla de dos líquidos, el producto es


suministrado en un solo envase que contiene un líquido que se lleva sin previa mezcla a la fosa o fisura.

Contiene moléculas como las ya descritas en los sellantes de autocurado, dichas moléculas generan
radicales que inician la polimerización solo cuando son sometidos a la acción de una radiación de luz.

La luz (activador físico), es absorbida por un iniciador (una dicetona-amina, como la canforoquinona) que
hace que se desencadene dicha polimerización.
Presentación comercial de un avío de sellante de autocurado (arriba) y de fotocurado (abajo) de la firma DFL.

La luz utilizada es de color azul (alrededor de 470 nm de longitud de onda) generada por un dispositivo
(lámpara).
En cualquiera de los dos sellantes (auto o foto) se pueden incluir pigmentos (generalmente óxidos que
refractan la luz) lo cual le brindan al sellante un determinado color.

Algunos productos traen en su composición flúor.

• Según su activación de polimerización: encontramos dos tipos de activación, química (selladores


autopolimerizables) y física (selladores fotopolimerizables o polimerizables con luz visible).

Los autopolimerizables, reaccionan cuando la resina se mezcla con un activador químico, mientras que
los fotopolimerizables, contienen iniciadores sensibles a la luz visible (de lámpara halógena u otras).

Diversos estudios han confrontado la efectividad de los selladores de autopolimerización con relación a
los de fotopolimerización, encontrándose resultados clínicos similares respecto a su retención. Sin
embargo, los clínicos prefieren los selladores fotoactivados, porque el curado es más rápido, además el
tiempo de polimerización puede ser controlado por el operador, y por último y no por ello no menos
importante, porque no necesita ser mezclado, disminuyendo así el riesgo de incorporar burbujas de aire a
la mezcla.

• Según su relleno: indistintamente de que los selladores sean de auto o fotocurado, los mismos pueden
contener o no partículas de relleno agregadas, a fin de mejorar su dureza superficial y disminuir su
posterior desgaste. Una desventaja de los selladores con relleno, es la inferior retención que presentan en
comparación a los selladores sin relleno (Rock, 1990). Asimismo, en cuanto a la microfiltración, los
selladores sin relleno resultan superiores a los que contienen relleno.

• Según su color: cualidad conferida en la década de 1970, mediante la adición de partículas de relleno,
ante la dificultad de distinguir y monitorear los selladores transparentes.

El primer sellador lanzado al mercado, contenía dióxido de titanio, característico de su blanco opaco,
fácilmente distinguible del esmalte normal. Tiempo después aparecieron varios colores, facilitando al
operador reconocer la extensión del material.

Los selladores que presentan colores (pigmentos), contienen partículas de relleno en su composición, no
así los transparentes.

• Según su contenido de flúor: los selladores fotoactivados de resina, con relleno y con color, pueden
incluir fluoruros en su formulación, a fin de proveer un efecto cariostático.

Presentación comercial (jeringa) de un sellante de fotocurado de la firma Ultradent.


Se ha constatado, que la mayor liberación de flúor ocurre durante las 24 hs posteriores a su aplicación, y
que al día siguiente disminuye drásticamente, para continuar disminuyendo, pero de forma más lenta.

Se puede concluir que el eventual efecto cariostático de los selladores con flúor no ha podido ser
corroborado en cuánto a una disminución del índice CPOD.

Los selladores con fluoruros no parecen ofrecer ventajas adicionales o superioridad en cuanto a retención
o adhesividad al esmalte, ni los beneficios ofrecidos que supone añadirles el flúor (Morphis, 2000;
Simonsen, 2002).

Presentación comercial

En los de curado químico o autopolimerizables, se presentan dos frascos, con un “sistema de recipientes”
en donde se realiza la mezcla del contenido de una gota proveniente de cada frasco.

En el caso de los de curado con luz visible, fotoactivados o fotopolimerizables, se presenta una jeringa
opaca conteniendo dentro el material sellador, y varias “puntas” aplicadoras descartables (de diámetro
pequeño), que se insertan en el extremo de la jeringa para dosificar así la cantidad de material a utilizar.

Requisitos

• Biocompatibilidad y baja toxicidad.


• Alto coeficiente de penetración
• Baja contracción de polimerización.
• Escurrimiento adecuado.
• Estabilidad dimensional.
• Alta resistencia a la abrasión.
• Fácil manipulación.
• Corto período de polimerización.
• Insolubilidad en el medio ambiente oral.
• Alta adhesividad.
• Deseable acción cariostática, remineralizante.

Indicaciones / Contraindicaciones

Lo ideal, es que los selladores sean colocados tan pronto se produzca la erupción dentaria
(siempre y cuando se pueda realizar aislación absoluta) o dentro de los dos años posteriores a la
misma, en virtud del incompleto proceso de maduración post-eruptiva (Forss y Halme, 1998).

Las indicaciones de los selladores preventivos difieren de las de los terapéuticos. Dentro de las
indicaciones para el sellado preventivo, encontramos:

• Paciente de alto riesgo para caires dental.


• Molares y premolares con fosas y fisuras profundamente invaginadas.
• Incisivos con cíngulos o fosas palatinas profundas.
• Cúspides accesorias en incisivos y/o molares.
• Fosas, surcos y fisuras oclusales retentivas.
• Defectos estructurales del esmalte, hipoplasias o hipomineralizaciones.
• Dientes geminados o fusionados con pronunciados surcos.
• Portadores de aparatología fija protésica u ortodóncica.
• Pacientes que consumen frecuentemente azúcares o carbohidratos fermentables.
• Pacientes con xerostomía.

Mientras que las indicaciones para el sellado terapéutico son las siguientes:

• Lesiones dudosas.
• Lesiones incipientes.
• Lesiones no cavitadas que alcanzan el tercio externo de la dentina. Dentro de las
contraindicaciones, podemos nombrar:

• Fosas y fisuras que permitan la higiene efectiva con un apropiado cepillado


dental.
• Tratamientos masivos cuando no se cuenta con el personal, instrumental y
equipamiento básico necesario.
• Pacientes que muestran altos índices de lesiones proximales sin la
posibilidad de recibir terapia con fluoruros tópicos o con agentes remineralizantes, que permitan lograr la
detención de las lesiones cariosas.

Limitaciones

• Dificultad para lograr un adecuado aislamiento del campo operatorio: los de resinas.
• Requiere infraestructura mínima: sillón dental perfectamente equipado, instrumental mínimo y personal
entrenado.
• Requiere considerar índice de lesiones proximales de caries para decidir el tratamiento.

Reacción de fraguado o polimerización y Manipulación

Para los selladores de autocurado, habitualmente el material es suministrado en forma de dos líquidos,
uno de ellos contiene el iniciador y otro el activador. Para utilizarlos, hay que mezclar ambos líquidos en
cantidades iguales (por ejemplo una gota de cada uno). Al realizar esta operación, el activador hace que
el iniciador genere rápidamente radicales libres, que al desdoblar los dobles enlaces de algunas
moléculas de monómero, desencadena (inicia) la polimerización, que luego se propaga hasta su
terminación.

En el caso de los selladores de fotocurado, el producto es suministrado en un solo envase que contiene
una resina fluida que se lleva sin mezcla previa a la fisura, y una vez ubicado allí, se hace actuar sobre él
una luz (activador físico) que es absorbida por la sustancia iniciadora, que provoca que se desencadene
la polimerización.

Pasos operatorios

A continuación, enumeraremos los pasos para la colocación de selladores dentarios mediante la técnica
no invasiva (con fines preventivos o terapéuticos), ya que es la más comúnmente empleada en nuestro
medio.

Para lograr el éxito en la aplicación del material sellador, cada fabricante brinda instrucciones específicas
que deben seguirse lo más fielmente posible; sin embargo, conviene obrar a partir de un protocolo general
base que nombraremos a continuación.

1. Selección de las superficies a tratar: para lo mismo, nos debemos basar en las indicaciones y
contraindicaciones antes mencionadas.

2. Aislamiento del campo operatorio: de preferencia aislación absoluta (recurriendo al empleo de clamps y
goma dique), de lo contrario se puede utilizar cuidadosamente, una aislación relativa con rollos de
algodón y el empleo de la técnica a cuatro manos (con asistente dental). En ambos casos, se recomienda
utilizar un suctor de alta potencia.

Debemos hacer énfasis en este paso, dado que para garantizar el éxito en la colocación del sellador, es
de vital importancia mantener siempre la superficie adamantina libre de saliva y contaminantes.

3. Limpieza de las superficies a tratar: en un principio, la técnica utilizada para este fin, consistía en el
empleo de piedra pómez mezclada con agua, que se frotaba con un cepillo sobre las superficies
dentarias.

Otros autores preconizan la utilización de pasta profiláctica libre de flúor y elementos oleosos.

Lo que sí queda claro, es que toda partícula limpiadora debe haber sido retirada antes de aplicar el
material sellador. Debe recalcarse además, que más importante que el tipo de material empleado, es la
minuciosidad y profundidad con la que se realice, teniendo siempre la precaución de evitar remover
innecesariamente cantidades apreciables de esmalte de dental sano.

4. Lavado de la superficie dentaria: durante 40 segundos, a fin de eliminar todo residuo de material
utilizado para la limpieza de la superficie adamantina.

5. Secado de la superficie dentaria: con aire suave, proveniente de la jeringa triple, verificando que el
mismo se encuentre libre de contaminantes (humedad y aceite).

6. Acondicionamiento ácido de la superficie: el esmalte sano, presenta menos de un 10% de porosidades


intrínseca, y el volumen de los poros no es lo suficientemente grande como para permitir que fluya en su
interior una cantidad suficiente de resina que le otorgue resistencia a la adhesión, por lo mismo, se realiza
el acondicionamiento del esmalte, el cual se realiza con ácido fosfórico en concentraciones de 30 a 40%,
(siendo al 37% la más utilizada) durante 15 segundos, a efecto de generar en esmalte, un patrón de
grabado tipo I, dejando la superficie del esmalte opaca, blanco tiza.

Las superficies que serán grabadas con ácido fosfórico en gel ofrecen la ventaja sobre la presentación en
líquido de que el operador pueda lograr un mejor control de las áreas de trabajo, impidiendo el
acondicionamiento de áreas innecesarias. Un dato importante, es que el área de acondicionamiento debe
extenderse en radio aproximado de 3 a 4mm de la fosa o fisura.

7. Lavado de la superficie acondicionada con ácido: con profuso spray de agua, suministrado por la
jeringa triple, a fin de eliminar todo residuo de ácido y sales de fosfato de calcio insolubles que podrían
limitar la eficacia del acondicionamiento. Se lava el mismo tiempo el cual se graba.

8. Secado post-acondicionamiento de la superficie: la corriente de aire utilizada para este fin debe estar
exenta de humedad.

9. Aplicación del sellante, pueden ser colocados con diferentes instrumentos, desde pinceles, hasta
pequeñas esferas. Es importante asegurarse de que la cabeza del paciente esté posicionada de modo tal,
que la superficie oclusal permanezca lo más horizontalmente posible, para evitar la acumulación
innecesaria de material hacia las fosas proximales de las superficies oclusales.

Durante el proceso de aplicación, se debe cuidar que, todas las fosas y fisuras se cubran uniformemente
con el material sellador, no se formen burbujas de aire durante la aplicación y que el espesor del sellador
sea el adecuado, de manera tal que no interfiera con la oclusión del paciente.

10. Polimerización: en lo concerniente a los selladores autoactivados, el tiempo de espera es


aproximadamente de un minuto. En los fotoactivados, se recomienda seguir las especificaciones del
fabricante.

11. Control de la oclusión: en el caso de interferencias, se deben realizar los ajustes necesarios para
restablecer la oclusión normal del paciente.

Controles post-aplicación

Durante las visitas periódicas de control dental, el sellador deberá ser controlado, verificando que sus
márgenes se mantengan intactos. La retención también será evaluada, buscando zonas donde pudiesen
haber ocurrido pérdidas totales o parciales y/o el posible desarrollo de lesiones cariosas.

Las sesiones de seguimiento se indicarán de acuerdo al riesgo del paciente, siendo a los tres meses en
caso de alto riesgo, y a los seis meses en pacientes de bajo riesgo.

Como ventajas y desventajas de los selladores de auto vs fotocurado, podemos numerar los siguientes
ítems:

• Los de autocurado, vienen en dos frascos, por lo que requieren de una mezcla, lo que incluye una
pérdida de tiempo clínico y aumenta la probabilidad de incorporar poros durante la mezcla, lo que
disminuye la resistencia. En tanto que los de fotocurado, al prescindir de mezcla, por presentarse en un
solo envase, evitan los inconvenientes anteriormente mencionados.
• En los de autocurado el tiempo de trabajo es limitado (de 2 a 4 minutos), mientras que en los de
fotocurado el tiempo es “ilimitado”.

• Los de autocurado son más susceptibles a los cambios de coloración.

Durabilidad de los selladores

Sin duda que el principal fracaso de los selladores dentarios, es la pérdida del sellador, ya sea a corto o
mediano plazo.

En seguimientos a los 18 meses, se constató que más del 50% de los dientes sellados, habían perdido
los selladores colocados, aunque no llegaron a constatarse lesiones cariosas tras la mencionada pérdida.
Dicho efecto se atribuyó a que en el fondo de las fosas y surcos, siempre queda un remanente que no
alcanza a detectarse clínicamente, pero contribuye a prevenir el establecimiento de lesiones cariosas
(Hinding, 1974).

A mediano plazo (cinco años), un 42% de los selladores se mantuvo intacto, y en el caso de los
selladores perdidos, la incidencia de caries fue de un 7%, frente a un 41% en los molares no sellados.

Silverstone (1982), reportó que en la mayoría de los casos de pérdida total o parcial de selladores, ello
ocurría inmediatamente después de su aplicación.

Si fuese necesario efectuar la reaplicación, se puede utilizar cualquier otra marca comercial y no
necesariamente la originalmente usada.

Conclusiones

En la actualidad es muy útil el empleo de materiales preventivos, tanto de modificación estructural


(aplicaciones tópicas con fluoruros) como la modificación morfológica (aplicación de selladores para
modificar zonas retentivas de placa, muy susceptibles a la caries dental y de difícil acceso para la higiene
dental).

En cuanto a los fluoruros, presentan diversas concentraciones y aplicaciones, siendo muy usados los
geles para topicaciones de arcada completa (APF 13,25%) y los barnices para la prevención y tratamiento
de manchas blancas.

Respecto a los selladores, los más empleados son los basados en resinas compuestas, con relleno, y con
colorantes, de fotocurado.

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