Sordini y Dettano (2023) Momentos, Espacios y Temporalidades en La Entrevista Virtual
Sordini y Dettano (2023) Momentos, Espacios y Temporalidades en La Entrevista Virtual
ar
Resumen
El objetivo de este escrito es re-visitar algunos aspectos de la entrevista virtual en la
plataforma Facebook, realizada en el marco de dos proyectos de investigación que
indagan a personas que reciben programas sociales y que organizan y gestionan
comedores y merenderos comunitarios, en el contexto de pandemia por COVID-19
durante 2020 y 2021.
Este trabajo se apoya en la revisión y reflexión de las notas de campo que
acompañaron el proceso de indagación mediante las entrevistas virtuales. La
sistematización de la experiencia de entrevista virtual permite delinear que el
momento de apertura de la entrevista implica negociaciones en torno al ritmo de la
conversación y la plataforma de realización, a la vez que emerge la desconfianza por
parte de las personas entrevistadas. En el durante, se observa la intermitencia de la
comunicación y su desarrollo en diferentes temporalidades. El cierre puede darse de
manera acordada o intempestiva por cansancio o desconfianza de la persona
entrevistada. Se concluye que las diferentes formas de digitalización de la vida,
implican observar los emplazamientos donde las interacciones cobran forma,
independientemente de si son medios físicos o virtuales.
Palabras clave: Entrevista virtual; políticas sociales; reflexividad; etnografía virtual;
metodología cualitativa.
Abstract
The aim of this paper is to revisit some aspects of the virtual interview on the
Facebook platform, carried out within the framework of two research projects that
investigate social programs recipients who organize and manage soup kitchens and
picnic areas, in the pandemic context by COVID-19 during 2020 and 2021.
This work is based on the review and reflection of the field notes that accompanied
the virtual interviews. The systematization of the virtual interview experience makes
it possible to delineate that the “opening moment” of the interview involves
negotiations around the rhythm of the conversation and the platform for conducting
it, while distrust emerges from the interviewees. In the “meantime”, the
intermittence of communication and its development in different temporalities is
observed. “The closure” can occur in an agreed or untimely manner due to the
fatigue or mistrust of the interviewed. It is concluded that the different forms of
digitalization of life imply observing the locations where interactions take shape,
regardless of whether they are physical or virtual media.
Keywords: Virtual interview; social policies; reflexivity; virtual ethnography; qualitative
methodology.
[71]
relmis.com.ar
1. Introducción
La vida cotidiana transcurre de modo superpuesto e instantáneo entre el espacio/tiempo
online y offline. Por ello, las preguntas que realizamos desde las ciencias sociales en torno al
mundo de la vida deben contemplar esta multidimensional manera de ser y vivir. Todo aquello que
sucede en internet constituye un escenario de construcción social que requiere de reflexiones
sobre las estrategias para indagar, analizar e interpretar la realidad social a través de sus
múltiples modos de expresión (texto, imagen, video, sonidos).
Desde nuestro grupo de trabajo,1 se ha abordado la aparición de las políticas sociales en
diferentes marcos o momentos en relación a su presencia en el mundo digital/virtual: el uso de
internet en los mecanismos de la implementación (entrega de documentación, inscripción,
verificación del cumplimiento de condicionalidades); los espacios de interacción entre sus
receptores: utilización de blogs y redes sociales para comunicarse y compartir información; y, por
último, la exposición en las redes de los funcionarios directamente vinculados con las
intervenciones (Sordini, 2017; Dettano y Cena, 2020; Dettano y Weinmann, 2020; De Sena,
Dettano y Cena, 2022). En esta línea, hemos perseguido indagar por medio de estrategias
etnográficas virtuales, los modos de presencia de las políticas sociales en los espacios virtuales
como las redes sociales. Hemos observado cómo allí se desenvuelven sociabilidades y
vivencialidades en relación a la participación en las intervenciones estatales.
La etnografía virtual alude a “captar la vivencia de las redes” (Domínguez Figaredo, 2007) y
su puesta en práctica combina diferentes técnicas con múltiples grados de estructuración y
participación. Así, podemos pasar desde una observación flotante (Nadruz, 2010) de publicaciones
e interacciones hasta la participación activa en un chat o la realización de una entrevista. Cada
una de estas prácticas, modos de observar y momentos, presentan sus particularidades en los
entornos virtuales. En el transcurso del trabajo de campo es ineludible problematizar y revisar el
alcance y potencialidades de las herramientas de indagación que utilizamos. En vista de ello, el
objetivo de este escrito es re-visitar algunos aspectos metodológicos de la entrevista en
profundidad virtual en la plataforma Facebook realizadas en el marco de dos proyectos de
investigación,2 a personas que reciben programas sociales y que organizan y gestionan comedores
y merenderos comunitarios en el contexto de pandemia por COVID-19 durante 2020 y 2021.
Este trabajo se apoya en la revisión de las notas de campo que acompañaron las
entrevistas virtuales realizadas; considerando que, todo lo allí volcado constituye un insumo
central para la reflexión en torno a las premisas teórico-metodológicas sobre las técnicas de
investigación. Además, son la herramienta que permite realizar la vigilancia epistemológica sobre
las propias prácticas mediante el auto-socioanálisis (Bourdieu, 2008) permitiendo una revisión
constante sobre el quehacer investigativo.
Este recorrido fue guiado por los siguientes interrogantes: ¿Cómo se dan en la virtualidad
los modos de ingreso al campo? ¿Cómo se establece el contacto con los entrevistados? ¿Cómo
nos presentamos en redes sociales? ¿Cómo se re-organizan los clásicos momentos de la
entrevista en profundidad? ¿Habría un tiempo de extensión recomendable de una entrevista
asincrónica para garantizar la atención en la conversación de ambos/as interlocutores/as? ¿De
qué manera se readecúa la interpretación del lenguaje corporal que se encuentra mediatizado e
invisible mediante los dispositivos tecnológicos? ¿De qué manera considerar los emojis o
imágenes que incorporan aspectos no verbales al intercambio? ¿Qué habilidades de análisis e
interpretación requieren estos “lenguajes virtuales''? ¿Cómo se organiza el cierre/salida de la
situación de entrevista?
1Grupo de Estudios sobre Políticas Sociales y Emociones (GEPSE) del Programa de Estudios sobre Cuerpos y
Emociones (PECES) del Instituto Gino Germani de la Universidad de Buenos Aires.
2 Nos referimos: a) “La cuestión social en el partido de La Matanza en contexto de pandemia”. Programa
Vincular 2020. Secretaría de Ciencia y Tecnología. Universidad Nacional de La Matanza. Directora Angélica
De Sena; b) “Políticas Sociales y prácticas alimentarias” Programa de Reconocimiento Institucional de
Investigaciones de la Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de Buenos Aires. Directoras: Andrea Dettano
y Aldana Boragnio
[72]
relmis.com.ar
[73]
relmis.com.ar
análisis e interpretación en medios virtuales (Schafer y Dillman, 1998; Murthy, 2008; Bampton y
Cowton, 2002; Hine, 2004; Estalella y Árdevol, 2011; De Sena y Lisdero, 2015; Scribano, 2017).
Dentro de las diferentes estrategias y técnicas sobre las que se ha reflexionado en cuanto
a su uso en los espacios virtuales, la entrevista virtual ha sido abordada a partir de su utilización
en blogs, etnografía virtual, correo electrónico, grupos de discusión en línea, redes sociales,
videollamadas. Algunos autores observaron que la combinación de métodos de investigación
cualitativos tradicionales con entrevistas basadas en Internet mostraba la potencialidad de
aumentar las tasas de respuesta (Schaefer y Dillman, 1998). Bampton y Cowton (2002), han
profundizado sobre la dislocación espacio tiempo que presenta la entrevista vía e-mail en
comparación a la entrevista cara a cara. También señalan como beneficiosa la oportunidad de
contar con el tiempo/espacio de pensar mejor las preguntas y respuestas en la interacción
asincrónica y que, la posible pérdida de espontaneidad o instantaneidad, no vuelve menos válido
el instrumento.
Respecto a la interacción virtual sincrónica e instantánea, se desarrollaron estudios sobre
el momento de presentación y el establecimiento de una identidad en los chats grupales de libre
acceso. Mosquera Villegas (2008) advierte, por un lado, la relevancia –en términos éticos– de
presentarse al grupo de chat como investigador/a y por otro, subraya que es imposible saber de
antemano a quien se va a dirigir el investigador/a –se usan nombres de fantasía o pseudónimos–,
tampoco se conocen las relaciones que mantienen los participantes entre sí, ni cómo interactúan.
Sugiere iniciar la inmersión o ingreso al campo, de manera anónima y esperar a estar más en
confianza para explicar el propósito y pedir autorización formal para utilizar la información y
realizar una entrevista.
Ekdale (2013) recupera cómo en los medios virtuales las relaciones de poder se
resignifican, al participar todos de los mismos espacios, como miembros de un chat, grupo de
Facebook, como seguidores, etc. Moreira et al. (2021) también recuperan cómo la entrevista
virtual permite que los entrevistados elijan ritmos, las imágenes y espacio que quieren mostrar en
una plataforma, así como pueden también realizar actividades en simultáneo mientras dialogan,
dividiendo su atención.
Otros trabajos profundizaron sobre la complejidad de la entrevista virtual para interpretar
elementos propios de la entrevista en profundidad presencial, como por ejemplo el lenguaje no
verbal (gestos, posturas, tono de voz, miradas, ambiente, vestimenta). Aquí diversos autores/as
marcaron cómo se construye un lenguaje y “señales” que ofrecen pistas sobre el contexto
socioemocional (Donath, 2003 citado en Orellana Lopez y Sanchez Gomez, 2006; Ardévol et al.,
2003) como emoticones, símbolos formados a partir de caracteres tipográficos que representan
diferentes emociones, stickers, etc. Otro trabajo (Quattrini, 2018), detalla los requerimientos
metodológicos para implementar la entrevista por WhatsApp de manera individual incluyendo en
su realización el uso de memes como disparadores de la conversación. De esta manera, al
explorar las respuestas provocadas por el uso de memes refuerza la mención sobre el carácter
multimedial de gran parte de los entornos virtuales, a la vez que recupera cómo lo digital/virtual
es un espacio para el despliegue y presencia de las emociones.
Lo recuperado exhibe algunos desarrollos en torno a este instrumento en medios virtuales,
algunas de sus particularidades y reconsideraciones. En los próximos apartados, reflexionamos
sobre los diferentes momentos en la realización de entrevistas virtuales en una investigación
realizada en 2020-2021 en grupos de Facebook pertenecientes a comedores y merenderos
comunitarios en los Municipios bonaerenses de La Matanza y General Pueyrredón.
[74]
relmis.com.ar
3En otros escritos, hemos dado cuenta que los procesos de construcción, acceso y tratamiento de los datos
deben ser manejados con un cuidado muy riguroso de manera tal de no afectar la privacidad de las
personas. Esto debe ser revisado en relación a las características del entorno de observación elegido. En
muchos casos, el entorno es público y las personas asumen allí identidades que pueden no ser reconocidas
por el resto. Cuando el proceso de indagación amerita la realización de entrevistas y un grado más
personalizado de interacción con las personas del entorno, entonces, se vuelve indispensable explicitar el
[75]
relmis.com.ar
con el potencial entrevistado/a implicó escribirle por chat al organizador/a del grupo/página/perfil
saludando y dando una consigna de apertura. Nos presentamos como docentes de Universidades
Nacionales interesadas en temáticas vinculadas a las políticas sociales y a estos espacios de
asistencia alimentaria en contexto de pandemia, mostrando nuestro interés en saber cómo se
habían organizado e invitar a que nos compartan su experiencia. Esta situación se despliega en un
clima de “desconocimiento parcial” del otro, no conocemos ni somos conocidas por quienes
íbamos a intentar entrevistar. Aquí, no existe la figura de portero como en la entrevista cara a cara,
sin embargo, el marco de referencia que mantienen ambas partes es el entorno virtual del perfil
de Facebook desde el que se comunican.
En la apertura de la entrevista virtual se cristalizan elementos que tensionan y negocian el
“mando” o “dirección” de la conversación entre entrevistador/a y entrevistado/a. La respuesta a la
consigna de apertura puede ser instantánea o demorar algunos días –dependiendo de si el/la
otro/a está en línea o no– o puede no haber ningún tipo de respuesta. En este trabajo nos
centraremos en las situaciones en donde hubo respuesta –independientemente de la realización
de la entrevista completa. En dicho momento inicial se redefinen los términos del intercambio: a)
el día y horario para realizar la conversación; b) el ritmo de la conversación; c) el tipo de
plataforma a utilizar para continuar la conversación. En el sentido mencionado por Di Prospero
(2017), los intercambios iban organizando la situación de co-presencia, armando el
emplazamiento y las condiciones donde se daría la interacción.
La coordinación de un día y horario específico para mantener la conversación virtual
sincrónica o la apertura a una conversación virtual asincrónica con respuestas intermitentes en
distintos lapsos de horas y/o días, son propios del despliegue cotidiano entre la vida online/offline
(Hine, 2004; Van Dijck, 2016). En estas alternativas se define un ritmo de la conversación: se
podrá avanzar sobre la guía de pautas de entrevista en un proceso sincrónico de cuarenta y cinco
minutos4 de chat o en un tiempo asincrónico indeterminado. Además, en este momento inicial
emerge con frecuencia la demanda de migrar de plataforma para continuar la conversación,
como, por ejemplo, abandonar el chat de Facebook y retomar en Whatsapp debido a los costos y
el uso de datos para la conectividad a internet que implica la primera plataforma en detrimento de
la segunda.
Otro aspecto significativo son las competencias de lecto-escritura y el dominio de las
herramientas de la plataforma. Las personas entrevistadas utilizaron mayormente el recurso de
“grabador de voz” para el envío de audios en lugar de escribir en el chat. Ello se vincula a las
siguientes posibilidades: a) el uso grabador de voz y envío de audios permite, mientras se
conversa, realizar otras prácticas de la vida cotidiana offline;5 b) el tipo de dispositivo digital puede
presentar mayor o menor comodidad según el teclado y ello potencia o dificulta el uso del texto; c)
las dificultades o limitaciones de lecto-escritura, ortografía y uso de signos de puntuación son
superadas por el uso de grabador de voz que, además, agiliza los tiempos de intercambio y ofrece
mayor exhaustividad en el mensaje.
Este último aspecto marca una diferencia sustancial con las entrevistas en profundidad
presenciales. El uso del lenguaje se relaciona con el entorno donde se produce la comunicación,
por lo que, aquello que en una situación cara a cara se expresa con palabras, con gestos, con el
tono de voz, con posturas corporales en el chat se reemplaza por un sticker, un emoticón, signos
de puntuación. La interacción mediante una plataforma virtual marca el tecnicismo de la
sociabilidad que moldea y bordea las formas de socializar, entonces: se construyen códigos, se
manipulan objetos virtuales, se habilitan o deshabilitan modalidades de expresión y lenguaje
propósito y la solicitud de consentimiento para utilizar los datos siempre respetando el anonimato,
presentando los datos con nombres de fantasía, tal como se realiza en el trabajo con entrevistas cara a cara
(Dettano y Cena, 2020).
4 En los casos más exhaustivos. Otras entrevistas tienen una extensión menor a media hora. Interfieren
múltiples elementos, entre ellos, el momento del día/noche en el que se inicia, responde o retoma la
conversación.
5 En algunos casos, las personas explicitan responder mientras trabajan o realizan alguna actividad que no
[76]
relmis.com.ar
(Sordini, 2017). Además, las palabras son abreviadas y se sostienen pautas ortográficas “otras” en
las que es aceptado y aceptable usar u omitir determinadas letras o signos. Tal como sostienen
Ardèvol et al. (2003), la cantidad de tiempo que exige expresarse por escrito intenta compensarse
con la economía del lenguaje, abreviaciones y otro tipo de estrategias creativas, a la vez que cada
canal virtual tiene su propia idiosincrasia lingüística en la que se inscriben las características de
los/as usuarios/as. Como sostiene Markham (2006) escribir toma más tiempo que hablar. Por
ello, para expresar de manera simultánea todo aquello que se pretende comunicar se crean
“atajos lingüísticos”. El lenguaje del chat se aproxima a un “dialecto digital” que es comprendido,
aceptado y reproducido por las personas usuarias de la plataforma.
Por otro lado, se observaron errores ortográficos, de signos de puntuación y gramaticales
que dificultan la comprensión de los mensajes de chat. Esta situación demandó repreguntas
constantes sobre “lo que se pretendió expresar” que desviaba el tema central de la conversación.
En este sentido, tanto la herramienta de indagación como el tecnicismo de la plataforma virtual
deben garantizar las condiciones para desarrollar una conversación cómoda, en la que la persona
entrevistada relate de manera exhaustiva sus respuestas. El recurso del uso del “grabador de voz”
simplifica los elementos mencionados anteriormente, permite respuestas con mayor desarrollo y
profundidad y agiliza el ritmo de la conversación. Además, también amplía el tipo de registro al
incorporar el sentido de la escucha y permitir connotar el tono de voz, así como el ruido del
contexto.
La situación de apertura de la entrevista virtual se embiste de dos emociones que re-
direccionan la acción y atraviesan el hilo de la conversación: la confianza/desconfianza y la
incertidumbre (se abordará en los siguientes apartados). Como mencionamos anteriormente, al
abrir la ventana de chat para proponer la entrevista prima un “desconocimiento parcial del otro/a”,
lo que, en algunos casos, ha implicado que la conversación se tiña de diversos grados de
desconfianza. Emerge aquí la re-definición de la situación de interacción (Goffman, 2012) con la
contra pregunta a la consigna de apertura: “¿por qué me eligen a mí?”, cuestionando los por qué y
para qué de la conversación. En muchos casos, estas re-preguntas se han “sorteado” y se ha
continuado el diálogo; en otros casos se interrumpe y aborta la interacción.
[77]
relmis.com.ar
físico que imposibilite continuar la charla; que se explicite el deseo de finalizar la conversación o
re-programarla; completar las notas de campo mientras se esperan las respuestas; considerar con
paciencia y comprensión el enlentecimiento de conectividad; reformular la última indagación y
volver a preguntar (Markham, 1998; Ardèvol, et al, 2003; Orellana López y Sánchez Gómez, 2006).
Algunos de estos inconvenientes, en la actualidad, son mejorados por herramientas de las
plataformas que indican el último horario de conexión, señalan cuando la otra persona se
encuentra “escribiendo…” la respuesta e indican si el/la otro/a se encuentra “en línea”. Sin
embargo, a pesar de los tecnicismos que median y podrían intervenir en la regulación de la
incertidumbre esta emoción continúa destacándose en las notas de campo. Es tarea del
investigador/a alcanzar un equilibrio entre permitir que el entrevistado/a disponga de tiempo para
responder como desee y mantener el impulso del diálogo (Bampton y Cowton, 2002).
Un aspecto nodal en la entrevista virtual, relacionado con esta dilación temporal que puede
haber entre cada pregunta y cada respuesta, es considerar si la entrevista debe ser continuada o
no, si el intercambio que hubo debe ser considerado o no. Este ejercicio de reflexividad (Guber,
2013; Bourdieu y Wacquant, 2005; De Sena, 2015) implica un análisis e interpretación que se
nutre de múltiples elementos que contextualizan a la interacción. Alonso (1998) subraya que la
entrevista no se reduce a un mero flujo de preguntas y respuestas o al registro de discursos en
tanto “toma biológica”, por lo que no puede reducirse a una mera extracción de oraciones
fragmentadas y desconectadas.
Este aspecto reviste importancia para la entrevista en profundidad presencial como para la
virtual. Para Scribano (2001), desde la creación de un guion, pasando por la realización de la
entrevista hasta sus múltiples niveles de interpretación, esta implica una serie de movimientos
cargados de sentido. Cada una de estas acciones, implican la construcción conjunta de un
documento e imputaciones de sentido con distintos niveles de carga teórica. Ello implica que las
condiciones, tiempos, frecuencias de su realización no son un aspecto menor, sino que impactarán
en los modos de construcción de dicho “texto”.
Como señalan Lisdero y Robertt (2016), la entrevista en profundidad es muy utilizada en
los estudios de posgrado en la actualidad, constituyéndose como forma dominante de producción
de conocimiento, siendo valorizada por su supuesta mayor capacidad de lograr “que los otros
hablen” (Lisdero y Robertt, 2016: 66). Ahora bien, ¿esto siempre es así en las entrevistas
virtuales? Esos otros ¿hablan? En estos intercambios (algunas veces) discontinuos, entre-cortados
que cobran lugar en un tiempo espacio difuso ¿es posible reconstruir los procesos que traman y
organizan la vida social? En vista de estos interrogantes es que en el “durante”, en el discurrir de
preguntas y respuestas en las entrevistas virtuales, debemos permanecer en alerta, considerando
si esas interacciones –en todos los casos– permiten observar aquello que queremos observar. Aún
más, si esos intercambios, en lugar de permitir el despliegue del sentido del otro y observar
indicios de la presencia de lo social (Scribano, 2013), no corren el riesgo de volverse un
instrumento “verificador” de hipótesis iniciales. Así, Lisdero y Robertt resaltan:
Finalmente, la entrevista que se presenta como un instrumento privilegiado para
comprender el sentido de la acción social, no siempre es utilizada para entender ese
significado. Su potencial de captar el sentido de la acción es convertido en un instrumento
que recoge –de un modo positivista– elementos favorables o contrarios a una o varias
hipótesis. Una vez que los mayores resultados (en un cuantitativismo de bajo nivel de
rigurosidad) se inclinan en determinada dirección (“tantos entrevistados tuvieron cierta
opinión”), los datos de las entrevistas son leídos de una forma neopositivista, retirando de
la misma toda su potencialidad como instrumento de investigación y sin una mayor
reflexión sobre la forma en que fue aplicada, cuál es el contexto, quiénes son los
entrevistados o qué significados emergen de su aplicación (2016: 18).
Mantenernos alertas a la pregunta de si la entrevista en profundidad virtual permite
responder a los objetivos propuestos, es central para garantizar la confiabilidad y validez de los
datos del estudio. Ahora bien, en relación a esto último, sobre cómo debemos estar atentos en las
entrevistas para que estas no se vuelvan “extracciones” de información, retomamos la
importancia del carácter flexible del diseño cualitativo (Taylor y Bogdan, 1987) y cómo el mismo
nos permite re-diseñar la guía de pautas de la entrevista en profundidad virtual a partir de las
[78]
relmis.com.ar
primeras indagaciones, adaptando sus tópicos y contenido al discurrir de las interacciones en las
plataformas virtuales.
Por último, el entorno virtual compartido (con diferentes modos de participación: uno como
observador y otro como participante) nos permite reconstruir prácticas, delimitar el objeto que
convoca la creación del mismo, identificar sentires, miradas de y sobre el mundo que
complementan, nutriendo y/o contradiciendo, “el texto” que el/la entrevistado/a arma en la
entrevista. Es decir, el entorno virtual con todos sus espacios de interacción y despliegue habilita,
por medio de la presencia continuada del investigador en el mismo, la creación de múltiples
miradas del objeto de estudio. En esta etapa de la entrevista cobra relevancia la sistematización
de las observaciones realizadas en el entorno virtual que constituirán a las notas de campo.
Por último, en el transcurso de la entrevista el desplazamiento del tiempo y espacio
impacta en la construcción de los relatos que constituyen a las respuestas. Los retrasos entre las
comunicaciones permiten a la persona entrevistada la oportunidad elaborar cuidadosamente su
respuesta, recabar información. Una respuesta cuidadosamente considerada, bien articulada y
reflexiva no es necesariamente menos válida que una espontánea y ello, también, puede indicar
una ventaja para el/la entrevistador/a (Bampton y Cowton, 2002). En términos sociológicos,
interesa conocer por qué las personas creen lo que dicen creer y por qué hacen lo que hacen. Una
respuesta “elaborada” también permite interpretar los sentidos sociales, aceptados y aceptables
en ese entorno, los esquemas de valoración prevalentes para el grupo social que constituye a la
muestra. Tal como en la entrevista presencial cara a cara, la información que provee la persona
entrevistada de manera virtual no se considera en términos de veracidad-falsedad (Piovani, 2007):
lo que interesa al análisis e interpretación son los sentidos sociales que subyacen y sostienen esas
miradas del mundo. Es tarea de quien entrevista escuchar de modo activo, contextualizando el
discurso en el plano político-ideológico, histórico en el que la persona lo organiza. La carga teórica
que atraviesa al proceso de indagación cualitativo es el soporte para analizar e interpretar las
narraciones independientemente de su “veracidad”.
[79]
relmis.com.ar
que ofrece pistas a la reflexividad para re-definir la situación comunicacional y así, sostener la
conversación o re direccionar el tópico del guion, por ejemplo.
El cierre puede plantearse mediante un saludo, la solicitud explícita de terminar la
conversación, el uso de un recurso digital de las plataformas (bloqueo) o simplemente dejando de
responder a la conversación y marcando “el visto”. ¿Qué hacemos con esa entrevista? ¿se desecha
o es útil para lo abordado? A partir del registro sistemático de los modos de cierre de entrevista es
posible advertir algunos factores que podrían influir en esta dinámica: el tipo de conectividad, el
horario de la conversación, demandas/urgencias de la vida cotidiana offline, los ejes conceptuales
del guion de pautas, entre otros. De todo ello, sólo contamos con herramientas metodológicas
para intervenir de manera reflexiva en las siguientes conversaciones que constituyen la muestra.
En la entrevista virtual, la entrada al campo no comienza con el saludo y la consigna inicial
de entrevista y tampoco finaliza con el cierre o interrupción de la misma, asumiendo nuevos
contornos. La interacción puede finalizar, pero continuamos observando el entorno, el cual sigue
aportando imágenes y miradas sobre el objeto de interés. Allí se retoman y complementan
elementos significativos re-configurando el tradicional momento “off the record” de la entrevista
presencial. Entonces, si el desarrollo de la estrategia etnográfica virtual, implica una presencia en
el entorno virtual con diferentes grados de participación, la entrevista no es más que uno de los
momentos –probablemente el de mayor participación– pero su realización no define la entrada y
la salida del campo. En la siguiente figura se sintetizan los principales elementos de los momentos
de la entrevista virtual.
[80]
relmis.com.ar
6. Consideraciones finales
Los desafíos teóricos y metodológicos de la investigación social cualitativa han cristalizado
las condiciones históricas, políticas, económicas de cada época. El oficio de investigar implica un
desafío y responsabilidad permanente respecto a la vigilancia epistémica durante todo el proceso
de diseño, indagación y análisis. En la sociedad 4.0 (Scribano y Lisdero, 2019) la vida cotidiana es
vivenciada por un anclaje/desanclaje temporal y espacial, por lo que, interpretar el mundo social
actual requiere de comprender los mundos de la vida a través –y a partir– de las nuevas
tecnologías. Así, una vez más, los alcances de la observación y del análisis se establecen en
función de los contextos en los que se configuran los métodos en Ciencias Sociales (Vergara, Cena
y Lisdero, 2017). De esta manera, contribuir a los trabajos metodológicos sobre la etnografía
virtual en general y sobre la entrevista virtual en particular constituye un desafío en la búsqueda de
estrategias metodológicas de indagación que se adecuen a los cambios acelerados que se vienen
observando en las plataformas digitales en los últimos años. En este trabajo intentamos advertir y
retomar los múltiples y potenciales obstáculos epistemológicos que fueron apareciendo y pudimos
identificar.
Las etapas o momentos utilizados para pensar la entrevista virtual, intentaron recuperar
las particularidades de esta técnica en un entorno virtual como Facebook. Desde el comienzo, se
observaron diferentes temporalidades, diferentes modos de comunicar y estar en co-presencia, la
necesidad de re-pensar el guion flexible y la consigna de apertura. También problematizamos en
torno al advenimiento recurrente de la desconfianza sobre los porqués de la indagación y de la
incertidumbre asociada a la posible dilación en las respuestas. El ejercicio reflexivo del trabajo
cualitativo y la revisión que habilita la realización y revisión de las notas de campo dio lugar a las
preguntas sobre la técnica misma, evitando caer en una simple extracción de información o
confirmación de hipótesis y, revisando los criterios para desestimar los chats que no permiten
producir de un “texto” conversacional continuo en relación a unos objetivos de conocimiento
previamente estipulados.
En los momentos y los elementos que van apareciendo en el discurrir de la entrevista
virtual, observamos réplicas, continuidades y rupturas respecto a las situaciones de
implementación de estrategias cualitativas presenciales. Ello demandó la revisión de los marcos
de referencia sobre metodología cualitativa clásica que utilizamos para la entrevista en
profundidad. En este sentido, las notas de campo sobre la práctica de indagación permitieron
sistematizar las múltiples situaciones que sucedieron en el trabajo de campo. Además, el trabajo
colectivo permite poner en común todas las experiencias del equipo de investigación que muchas
veces indican la necesidad de delimitar criterios sobre los modos de apertura, las características
de la duración de la entrevista, y las modalidades de cierre.
Por último, este ejercicio sobre la revisión de la técnica de entrevista virtual responde a un
contexto que es teórico y empírico, propio de nuestro objeto de estudio. La masividad de las
intervenciones estatales no sólo ha implicado la multiplicación de intervenciones, el alcance y
cobertura de los programas (De Sena, 2011), sino también ha permitido su avance en el mundo
digital/virtual. La cantidad de espacios virtuales como grupos y páginas creados para la gestión y
resolución de dudas en torno a las intervenciones, así como gestionar ayudas y donaciones para
sostener su funcionamiento, son una muestra más de que la separación online/offline se vuelve
más difusa cada vez. Aún más, atendiendo al contexto debemos hallar, observar y analizar los
diferentes emplazamientos donde las intervenciones y las personas que participan de las mismas
se despliegan.
La desconfianza que aparece ante la consigna de apertura, la pregunta por el porqué de la
indagación, también muestran continuidad con sentires indagados en el “cara a cara” y que se
relacionan directamente con los procesos de implementación, con los modos de adjudicación de
los programas, su interrupción, etc. De esta manera, como en todo proceso de investigación social,
la elección de las técnicas de indagación depende de los modos en los que se problematizan y
plantean los objetivos. Para toda delimitación de un objeto de estudio se requiere de la inmersión,
teórica y metodológica, así como el conocimiento sobre los espacios y vías donde se despliega; en
este sentido, nuestro objeto de estudio requiere que implementemos técnicas de indagación
cualitativa en entornos virtuales.
[81]
relmis.com.ar
7. Bibliografia
ALONSO, L. (1998). La mirada cualitativa en Sociología. Madrid: Fundamentos.
ARDÈVOL, E, BERTRÁN, M., CALLÉN, B. y PÉREZ, C. (2003). Etnografía virtualizada: la observación
participante y la entrevista semiestructurada en línea. Athenea Digital. Revista de pensamiento e
investigación social, (3), pp. 72-92.
BAMPTON, R. y COWTON, C. J. (2002). The E-Interview. Forum Qualitative Sozialforschung / Forum:
Qualitative Social Research, 3 (2), Art. 9. Recuperado de: http://nbn-resolving.de/urn:nbn:de:0114-
fqs020295
OURDIEU, P. (2008). La ruptura. En Bourdieu, P., Chamboredon, J. C., & Passeron, J. C. (2008
[1973]). El oficio de sociólogo. (pp. 31-57) Buenos Aires: Siglo XXI.
BOURDIEU, P. y WACQUANT, L. (2005). Una invitación a la sociología reflexiva. Buenos Aires: SIGLO
XXI.
DE SENA, A. (2011). Promoción de Micro emprendimientos y Políticas Sociales: ¿Universalidad,
Focalización o Masividad?, una discusión no acabada. Revista Pensamento Plural, 8, pp. 5-36.
E SENA, A. (2015). Caminos cualitativos. Buenos Aires: Ciccus.
DE SENA, A. y DETTANO, A. (2021). Políticas sociales y emociones: hilos de (des)confianza. Ciencia
Política, 16(32), pp. 75-104. Recuperado de
https://revistas.unal.edu.co/index.php/cienciapol/article/view/96977/81793
DE SENA, A.; DETTANO, A. y CENA, R. (2022). Chasing the research object: social policies and
emotions in virtual spaces. In: Scribano, A.; Korstanje, M. Rafele, A. Global Emotion
Communications: Narratives, Technology, and Power. Nova Science Publishers.
DE SENA, A. Y LISDERO, P. (2015) Etnografía virtual: aportes para su discusión y diseño. En: De
Sena, A. Caminos cualitativos. Aportes para la investigación en ciencias sociales Buenos Aires:
Ediciones Ciccus.
DETTANO, A. (2022). Una matriz hibridada para el análisis de comedores y merenderos
comunitarios en La Matanza. En Dettano, A. y Boragnio, A. (comps.) El comer intervenido: de
actualizaciones y reediciones en pandemia. (pp. 135-163). Buenos Aires: Estudios Sociológicos
Editora.
DETTANO, A. y CENA, R. (2020). Precisiones teórico-metodológicas con relación a la definición de
entorno en etnografía virtual, para el análisis de políticas sociales. Tsafiqui, Revista Científica en
Ciencias Sociales, 15, pp. 57-72. Recuperado de https://doi.org/10.29019/tsafiqui.v11i15.814
DETTANO, A.; WEINMANN, C. (2020). La política social y sus transformaciones: cruces y
vinculaciones con el ciberespacio. En Dettano, Andrea (comp.), Políticas sociales y emociones:
(per)vivencias en torno a las intervenciones estatales. (pp. 147-170). Buenos Aires: Estudios
Sociológicos Editora.
DI PROSPERO, C. (2017). Antropología de lo digital: Construcción del campo etnográfico en co-
presencia. Virtualis, Vol.8, núm. 15, pp. 44-60. Recuperado de:
https://www.revistavirtualis.mx/index.php/virtualis/article/view/219/204
DOMÍNGUEZ FIGAREDO, D. (2007). Sobre la intención de la etnografía virtual. Teoría de la
educación. Educación y cultura en la sociedad de la información, 8(1), pp. 42-63. Recuperado de
https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=2010/201017309004
ESTALELLA, A y ARDÉVOL, E. (2011). E-research: desafíos y oportunidades para las ciencias
sociales. Revista de Ciencias Sociales, 18 (55). pp. 87-111 Recuperado de:
https://www.redalyc.org/pdf/105/10515210004.pdf
EKDALE, B. (2013). Negotiating the researcher: interstitial, appropriated and digital identities.,
Westminster Papers in Communication and Culture, 9(2), pp. 7-26.
GOFFMAN, E. (2012). La presentación de la persona en la vida cotidiana. Buenos Aires: Amorrortu.
[82]
relmis.com.ar
GUBER, R. (2013). El trabajo de campo como instancia reflexiva del conocimiento. En Guber, R. El
salvaje metropolitano. (pp. 83-98) Buenos Aires: Paidos.
HENRÍQUEZ, G. (2002). El uso de herramientas de internet en la investigación social. Cinta moebio,
13, pp. 74-85. Recuperado de: https://www.moebio.uchile.cl/13/henriquez.html
HINE, C. (2004). Etnografía virtual. Colección Nuevas Tecnologías y Sociedad. Barcelona: Editorial
UOC.
LISDERO, P. y ROBERTT, P. (2016). Epistemología y metodología de la investigación sociológica:
reflexiones críticas de nuestras prácticas de investigación. Sociologías, año 18. N° 41, pp. 54-83.
MARKHAM, A. (1998). Life online: Researching real experience in virtual space. Walnut Creek, CA:
AltaMira Press.
MARKHAM, A. (2006). Internet communication as a tool for qualitative research. En Silverman, D.
(ed.) Qualitative Research: Theory, Method and Practice. (pp. 95-124) London: SAGE.
MEJÍA NAVARRETE, J. (2011). Problemas centrales del análisis de datos cualitativos. Revista
Latinoamericana de Metodología de la Investigación- RELMIS. Nº1. Año 1, pp. 47 - 60. Recuperado
de: http://relmis.com.ar/ojs/index.php/relmis/article/view/43/46
MOREIRA, S. M.; GIADAS, M y CAMPO, M. V. (noviembre, 2021). La entrevista virtual, ¿la nueva
forma de administración de las técnicas cualitativas? En Jornada de Sociología. Facultad de
Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires, Ciudad de Buenos Aires, Argentina.
MOSQUERA VILLEGAS, M. A. (2008). De la Etnografía antropológica a la Etnografía virtual.
FERMENTUM. AÑO 18. Nº 53, pp. 532-549.
MURTHY, D. (2008). Etnografía digital: Un examen del uso de nuevos Tecnologías para la
Investigación Social. Sociology. Volume 42(5), pp. 837–855. Recuperado de:
https://journals.sagepub.com/doi/pdf/10.1177/0038038508094565
NADRUZ, J. A. (2010). Las comunidades virtuales Xbox: interacción y socialización en el
ciberespacio. Recuperado de: https://pics.unison.mx/wp-
content/uploads/2013/10/4_Hine_Las_comunidades_virtuales_xbox.pdf
ORELLANA LÓPEZ, D. y SÁNCHEZ GÓMEZ, M. (2006). Técnicas de recolección de datos en entornos
virtuales más usadas en la investigación cualitativa. Revista de Investigación Educativa, 1, (24), pp.
205-222.
OSORIO, F. (2017). “El uso de teléfonos móviles como herramientas de apoyo a la investigación
social”. Revista Latinoamericana de Metodología de la Investigación Social - ReLMIS. 13, pp. 23-32.
Recuperado de: http://www.relmis.com.ar/ojs/index.php/relmis/article/view/196
OXMAN, C. (1998). La entrevista de investigación en Ciencias Sociales. Buenos Aires: EUDEBA.
PAPACHARISSI, Z. (2009). The virtual geographies of social networks: a comparative analysis of
Facebook, LinkedIn and AsmallWorld. New Media & Society, 11.1-2, pp. 199-220.
PIOVANI, J. I. (2007). La entrevista en profundidad. En Marradi, A., Archenti, N. y Piovani, J.
Metodología de las ciencias sociales. (pp. 265-278). Buenos Aires: Emecé.
QUATTRINI, D. (2018). Entrevistas por WhatsApp. Algunas reflexiones teóricas-metodológicas sobre
las sensibilidades de los emprendedores dinámicos. En Gandía, C. et al. Metodología de la
investigación: estrategias de indagación II. (pp. 177-196). Ciudad Autónoma de Buenos Aires:
Eseditora.
SAUTU, R. (2001). Acerca de que es y que no es investigación científica en ciencias sociales. En
Wainerman, C. y Sautu, R. La trastienda de la investigación. (pp. 227-242) Buenos Aires: Ediciones
Lumiere.
SCHAEFER, D. R. & DILLMAN, D.A. (1998). ‘Development of a Standard E-Mail Methodology:
Results of an Experiment’, Public Opinion Quarterly, 62(3), pp. 378–397.
[83]
relmis.com.ar
[84]
relmis.com.ar
Autoras.
María Victoria Sordini
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Instituto de Humanidades y
Ciencias Sociales (INHUS), Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP), Argentina.
Doctora en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires (UBA), Licenciada en Sociología
por la UNMDP. Becaria pos-doctoral de CONICET, con lugar de trabajo en INHUS-UNMDP. Miembro
del Grupo de Estudios Sobre Políticas Sociales y Emociones (GEPSE) del Programa de Estudios
sobre Cuerpos y Emociones (PECES) del Instituto Gino Germani de la Universidad de Buenos Aires
(UBA).
E-mail: [email protected]
Andrea Dettano
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Universidad Nacional de La
Matanza (UNLAM), Argentina.
Doctora en Sociología por la Universidad de Alicante (España), Licenciada y profesora en Sociología
por la Universidad de Buenos Aires (Argentina). Investigadora de CONICET con lugar de trabajo en
la UNLAM. Profesora de grado y posgrado en la Universidad Nacional de La Matanza y en la
Universidad de Buenos Aires. Miembro del Grupo de Estudios Sobre Políticas Sociales y Emociones
(GEPSE) del Programa de Estudios sobre Cuerpos y Emociones (PECES) del Instituto de
Investigaciones Gino Germani de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
E-mail: [email protected]
Citado.
SORDINI, María Victoria y DETTANO, Andrea (2022). Momentos, espacios y temporalidades en la
entrevista virtual: reflexiones desde el estudio de las políticas sociales. Revista Latinoamericana de
Metodología de la Investigación Social – ReLMIS, Nº25, Año 13, pp. 71-85.
Plazos.
[85]