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UNIDAD 17

SUBLEVACIÓN MILITAR Y GUERRA CIVIL (1936-1939). DIMENSIÓN POLÍTICA E


INTERNACIONAL DEL CONFLICTO. EVOLUCIÓN DE LAS DOS ZONAS.
CONSECUENCIAS DE LA GUERRA

1. Introducción
La Guerra Civil fue una confrontación cuyas causas fueron esencialmente
españolas, que debe verse como un enfrentamiento entre los sectores dominantes de
la sociedad y los nuevos grupos de obreros y burgueses. Pero también fue resultado
del contexto europeo en el que las democracias, golpeadas por la crisis económica,
se veían amenazadas por el ascenso de los movimientos totalitarios.
El conflicto se desarrolló entre julio de 1936 y abril de 1939, bien que hay que
tener en cuenta el levantamiento militar que la produjo, lo que lleva a adelantar sus
orígenes al triunfo del Frente Popular en febrero de 1936. De forma análoga, su final se
prolongó más allá de la primavera de 1939, pues continuaron la represión contra los
vencidos y la guerrilla antifranquista conocida como maquis.
2. La sublevación militar
Las elecciones de febrero de 1936 dieron una ajustada victoria del Frente
Popular. El rechazo a este resultado, por parte de los partidos de derecha y de buena
parte del ejército, desembocó en la sublevación militar de julio de este mismo año.
Esta decisión se fue fraguando en los meses anteriores, en los que diversos mandos
militares (encabezados por el general Emilio Mola) y algunos elementos de la derecha
y del mundo de los negocios (como el banquero Juan March) iniciaron la conspiración
contra el gobierno del Frente Popular.
A lo largo de sus cinco meses de gobierno, el Frente Popular intentó continuar
las reformas pendientes, pero la conflictividad social hacía previsible que se produjera
un nuevo estallido revolucionario o un pronunciamiento militar. De hecho, el gobierno
tenía conocimientos de que se preparaba un golpe de estado. Santiago Casares
Quiroga (Presidente del gobierno) se limitó a alejar de Madrid a los militares más
sospechosos en su adhesión a la República. AsíFrancisco Franco fue enviado a
Canarias, Emilio Mola fue trasladado a Pamplona y Manuel Goded a Mallorca.
El 25 de mayo, el general Moladio desde Pamplona un plan estratégico
detallado sobre la preparación del alzamiento. Lo firmaba con el sobrenombre de El
Director. Planteaba imponer un Directorio militar que acabaría con el gobierno y
suspendería la constitución, pero que mantendría el régimen republicano. El general
Franco se mostró reticente y no se adhirió a la conspiración hasta poco antes del
estallido del conflicto.

En la noche del 12 al 13 de julio en Madrid se precipitaron los acontecimientos.


El teniente de la Guardia de Asalto (cuerpo de guardia republicana) José Castillo,
amenazado de muerte por la ultraderecha, fue asesinado a tiros por cuatro hombres
armados que escaparon. En represalia, varios miembros de la guardia republicana
detuvieron y asesinaron al diputado conservador José Calvo Sotelo.

Casares Quiroga creyó que la conjura militar no representaba una gran


amenaza. Esperaba la insurrección, pero confiaba en que el golpe militar fracasaría
comofalló la insurrección de Sanjurjo de 1932 y que la mayor parte del ejército se
posicionaría a su favor.Por otra parte, temían las huelgas y otras movilizaciones
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obreras que en aquellos días se acentuaron y que ponían en peligro la alianza de los
partidos de izquierda.

La fecha elegida para la sublevación paso a ser el 18 de julio de 1936 pero se


adelantó en un día en Melilla por la amenaza de un registro en la Comandancia.
Cuando el alzamiento se produjo, el gobierno se aseguró la lealtad de parte de las
guarniciones, por lo que el golpe no resultó como se esperaba. La sublevación militar
fracasó y dio lugar, inevitablemente, a una guerra civil que dividió a España en dos
bandos.
El bando leal es conocido como republicano o rojos por los sublevados. Estaba
formado por las clases populares: obreros, pequeña burguesía y campesinos sin
tierras. También lo integraban los nacionalistas y gran parte de los intelectuales y
artistas. La mayoría eran cercanos a ideologías socialistas, comunistas y
anarcosindicalistas.
El bando de los sublevados es conocido como nacionales, denominación que
ellos mismos se atribuyeron. Lo componían militares, monárquicos, las clases altas, los
grupos católicos, la mayor parte de los cedistas y todos los falangistas y carlistas. La
Iglesia católica no participó directamente en la sublevación, pero la apoyó.
En los inicios del conflicto, la República partía con ventaja. Contaba con el
centro del país, la costa Mediterránea (salvo Mallorca e Ibiza) y la franja cantábrica,
territorio éste sin conexión con el resto de la España Republicana. Como recursos,
contaba con los principales núcleos industriales y urbanos, zonas mineras y las
reservas de oro de Banco de España. En cuanto al ejército, la mitad de las tropas, la
mayor parte de la flota y la aviación. Buena parte de la oficialidad, sin embargo, optó
por el bando contrario.
Por su parte, los sublevados se afianzaron en Galicia, Castilla y León,
Navarra, la mayor parte de Aragón, Cáceres, Andalucía Occidental, Baleares
(menos Menorca), Canarias, el Protectorado de Marruecos y el resto de posesiones
coloniales (salvo Guinea). Como recurso contaba con el dominio de las zonas
cerealísticas. En cuanto al ejército, militaban en sus filas, el ejército de África, la mitad
de las tropas, la mayor parte de los oficiales y parte de la flota y la aviación.
Sin embargo, serán cuatro hechos claves los que contribuirán a que la balanza
se incline del lado de los sublevados: el transporte del ejército de África a la península,
la unidad de mando, la falta de disensiones internas y la ayuda exterior.
3. La dimensión internacional del conflicto
El estallido de la Guerra Civil contribuyó a agudizar la tensión y la inestabilidad
existente entre los fascismos (Alemania e Italia) por una parte, las democracias
liberales (Francia, Reino Unido) por otra y, por la última, el régimen comunista de la
URSS.
En agosto de 1936, 27 países, entre ellos Alemania, Italia y Portugal, firmaron un
documento de adhesión al Comité de No Intervención: los firmantes se comprometían
a no exportar suministros bélicos ni armas a España. También se impidió que la
Sociedad de Naciones mediara en el conflicto. Sin embargo, desde el primer
momento ambos bandos contaron con ayuda extranjera:

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El bando de los sublevados recibió ayuda continua de Italia, Alemania y, en
menor medida, Portugal. Destacan la «Legión Cóndor» (Alemania), «Corpo Truppe
Volontarie» (Italia) y «Os Viriatos» (Portugal); contingentes de “voluntarios” que, en
realidad, eran soldados alistados y pagados a cargo del Estado.El bando de la
República recibió ayuda sobre todo de la URSS. En segundo lugar, destaca la
intervención de las Brigadas Internacionales (voluntarios de hasta 54 países
organizados por el Partido Comunista). Por último países como Francia,
Checoslovaquia y México vendieron al bando republicano armas de todo tipo.
Por lo que respecta a la unidad de mando, el poder del Estado republicano se
desplomó. La noche del 18 de julio el presidente Casares Quiroga dimite y Manuel
Azaña (presidente de la República) encarga gobierno a DiegoMartínez Barrios, quien
tras fracasar en el intento de llegar a un acuerdo con el General Mola, dimite
inmediatamente. De nuevo se forma gobierno, esta vez encargado a JoséGiral, que el
día 19 entregará armas a organizaciones políticas y sindicales fieles a la República, por
lo que el poder se fragmentó en manos de una multitud de comités y milicias armadas.
Por el contrario, en el bando de los sublevados la unidad de mando fue rápida.
La institucionalización del régimen franquista comenzó a finales de julio con la creación
de la Junta de Defensa Nacional en Burgos presidida por el generalMiguel
Cabanellas. Este organismo se disolvió cuando una reunión de altos mandos militares
eligió a Franco como Generalísimo de los Ejércitos (29 de septiembre de 1936).El 19
de abril de 1937 el general Franco impuso elDecreto de Unificación (19 de abril de
1937), mediante el cual quedaron unificados los partidos y movimientos que apoyaron
el alzamiento (carlistas y falangistas) bajo el nombre de FET y de las JONS.
4. Evolución de las dos zonas
Los historiadores distinguen varias fases en el conflicto:
- La primera se iniciaría en julio de 1936 y se extendería hasta abril de 1937,
abarcando desde el inicio de la guerra hasta el final de la batalla de Madrid.
- La segunda comenzaría en abril de 1937 y concluiría en noviembre de 1937,
comprendiendo la Ofensiva del Norte.
- La tercera empezaría en noviembre de 1937 y finalizaría en noviembre de 1938.
En este período, el más largo del conflicto, se producen los combates por Teruel,
el avance hacia el Mediterráneo y la batalla del Ebro.
- La cuarta que se inicia en noviembre de 1938 y se prolonga hasta abril de 1939.
En esta fase se asiste a la agonía de la República hasta llegar al fin del conflicto.

4.1. Julio 1936 - abril 1937: Unificación de la zona nacional y batalla de Madrid
En julio y agosto de 1936, las tropas de África fueron transportadas a Andalucía
con el apoyo ítalo-alemán, tras neutralizar la escuadra republicana en el estrecho de
Gibraltar. Una vez en la península, columnas del ejército sublevado fueron
avanzandoprimeramente por Extremadura, uniendo las dos mitades de la zona
nacional, y, a continuación avanzaron haciaToledo, donde liberarán el alcázar, símbolo
de la sublevación. Franco fue nombrado Generalísimo de los Ejércitos y el mando en el
bando nacional se unificó.
Desbordado por los acontecimientos, el gobierno de José Giral dimite en
septiembre de 1936 y se crea un nuevo gobierno de coalición presidido por el socialista
Francisco Largo Caballero. El objetivo de este nuevo gobierno era acabar con la
dispersión de poderes para de esta forma unificar y centralizar las acciones bélicas.

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Asimismo, se reorganizó el ejército, en el que fueron incluidas todas las milicias tras ser
unificadas, constituyéndose así el Ejército Popular.
Madrid se convirtió en el principal objetivo de los nacionales. Lanzaron una
ofensiva desde el norte de la capital que fue detenida por el ejército republicano. Así
mismo, propiciaron un intento de cortar las vías de comunicación con Madrid que
resultó un fracaso tras ser derrotados nuevamente en las batallas del Jarama y
Guadalajara.A pesar de conservar la capital política, el Gobierno de la República
trasladó su sede a Valencia dejando en Madrid una Junta de Defensa presidida por el
General Miaja, que contaba con el apoyo de brigadistas internacionales y de la llegada
de la ayuda soviética.
4.2. Abril - noviembre 1937: La Guerra en el Norte
Los sucesivos fracasos en la conquista de Madrid, hicieron cambiar la ofensiva
de los sublevados. Así se concentraron los esfuerzos bélicos en el norte, zona
industrial por excelencia. Los combates se iniciaron en el País Vasco, produciéndose el
bombardeo de Guernica y la caída de Bilbao, tras romper el llamado «cinturón de
hierro». Gijón, último reducto del bando leal, cayó en octubre de 1937.
Los republicanos lanzaron sendos ataques en el centro (Batalla de Brunete) y
en Aragón (Batalla de Belchite), para descargar la presión rebelde sobre el norte,
aunque ambos intentos fracasaron y a consecuencia de ello el gobierno republicano
entra en crisis, agravada por los enfrentamientos ocurridos en Barcelona conocidos
como los Sucesos de Mayo.Largo Caballerocae y se consolida el papel de los
comunistas dentro de la República. El socialista Juan Negrín, será el encargado de
formar un gobierno de concentración, en mayo de 1937. El nuevo gabinete trasladó la
capitalidad a Barcelona.
4.3. Diciembre 1937 - noviembre 1938: El avance hacia el Mediterráneo y la Batalla
del Ebro
Los republicanos lanzan en diciembre de 1937 una ofensiva sobre Teruel, que
es conquistada temporalmente, pero que será recuperada por los rebeldes en febrero
de 1938.Franco decide entonces avanzar por el valle del Ebro para llegar al
Mediterráneo y así aislar a Cataluña. Para ello, tomarán Lérida y llegarán al
Mediterráneo en abril de 1938, tomando la provincia de Castellón. El objetivo estaba
cumplido: el territorio republicano quedó dividido en dos partes.
Ante esta situación, la República se plantea una ofensiva en el Ebro alentada
por la apertura de la frontera francesa y la llegada de refuerzos materiales y humanos.
La campaña del Ebro se inicia por parte republicana el 25 de julio. A pesar del
esfuerzo republicano, Franco consiguió rechazar la ofensiva y, en noviembre, el ejército
republicanose replegó dejando libre el territorio hacia Cataluña y Valencia.
En el campo político, el presidente Negrín propugna una política de resistencia a
ultranza y, confiando en que el panorama internacional le sería favorable, presenta el
13 de abril de 1938 el Programa de los Trece Puntos (que presentaba las bases para
finalizar la guerra y que regiría la futura República), el cual tendría escasa repercusión
tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.
4.4. Noviembre 1938 - abril 1939: El final de la Guerra
Tras la batalla del Ebro, comienza la ofensiva nacional sobre Cataluña, que se
desarrolla entre finales de diciembre y comienzo de febrero. La estructura del estado
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Republicano se derrumbó y miles de personas huyeron a Francia, incluido el gobierno
de la República. Azaña dimite como presidente y los gobiernos de Reino Unido y
Francia reconocen al gabinete del general Franco (27 de febrero de 1939).
Paralelamente, se inicia un período de luchas internas dentro del bando
republicano. Negrín y los comunistas lanzan una campaña de resistencia a ultranza con
la idea de enlazar el conflicto español con la previsible guerra en Europa que
anunciaba el expansionismo fascista. Pero el desánimo cundía entre las filas del bando
leal.
En Madrid, el coronelCasado, da un golpe de estado, creando una guerra civil
dentro del bando republicano. Se crea la Junta de Defensa que intenta negociar una
paz honrosa con Franco, pero éste se niega a todo y pide la rendición incondicional.
El 28 de marzo, las tropas franquistas tomaron la capital sin resistencia, y
ocuparon la zona mediterránea los días siguientes, El 1 de abril, Franco hace público
el último parte de guerra desde Burgos: la Guerra ha terminado.
5. Consecuencias de la guerra civil
La Guerra Civil dejó una terrible huella en la sociedad española, tanto desde
un punto de vista humano como material e incluso moral.

Consecuencias demográficas: fueron muy graves, calculándose en más de


500 000 los fallecidos (contando con los soldados caídos en combate, las víctimas de
la represión de ambos bandos y los muertos por encarcelamiento, enfermedades,
hambre…). Debe sumarse un millón de heridos y unos 400 000 exiliados, bien que
muchos de estos volvieron de forma paulatina. Debe tenerse en cuenta, además, el
brusco descenso de la natalidad, que continuó en la posguerra.
Consecuencias políticas internas: A lo largo de la guerra, ambos bandos
destacaron con una brutal represión que continuó hacia los vencidos tras abril de 1939.
La estimación de víctimas mortales en la Guerra Civil Española consecuencia de la
represión puede cifrarse en 200 000 personas. De ellas, se calcula en unas 50 000 las
asesinadas en la retaguardia de la zona republicana, calculándose en 100 000 las
asesinadas en la retaguardia de la zona sublevada,a las que hay que añadir unas
50 000 ejecuciones en la represión franquista que siguió a la Guerra Civil.
Consecuencias políticas externas: Aunque todos los estados acabaron por
reconocer el gobierno de Franco, las relaciones diplomáticas quedaron prácticamente
en suspenso. La llegada de un nueva guerra mundial se veía cercana (estallaría en
septiembre de 1939) y se consideraba que el Nuevo Régimen era aliado de las
llamadas Potencias del Eje y que quedaba supeditado a Italia y Alemania.
Consecuencias económicas: la guerra dejó al país exhausto. Infraestructuras y
vías de comunicación quedaron destruidas. La producción agrícola, ganadera e
industrial sufrió una bajada alarmante. Debe añadirse la pérdida de divisas, destacando
las 510 toneladas de oro del Banco de España. La hacienda pública quedo arruinada,
al carecer reservas financieras; cayó el comercio exterior y se desplomó el consumo
interno.La renta nacional retrocedió a niveles de principios de siglo y no se recuperó
hasta 1950. Los intercambios económicos se redujeron a un nivel que rayaba la
subsistencia. El Estado impuso el racionamiento en 1939 y lo mantuvo hasta 1952.
Consecuencias culturales: Con la guerra concluyó de forma abrupta la «Edad
de Plata» de la cultura española. Los intelectuales que apoyaron la república, tuvieron
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que exiliarse y el Nuevo Régimen «depuró» las universidades y todos los centros de
enseñanza. Toda la legislación republicana de tipo progresista fue derogada. La
imposición de valores nacionalistas, conservadores y católicos marcó la vida de los
españoles durante decenios. Las pérdidas en el patrimonio artístico fueron muy
cuantiosas, causadas en su mayor parte por la destrucción de iglesias y conventos en
la parte republicana.

La guerra dejó una España con una profunda fractura entre vencedores y
vencidos que persistió durante 40 años, pues el Franquismo basó su legitimidad en su
triunfo en la Guerra Civil. El fin de las operaciones militares no significó el inicio de una
reconciliación, sino qué dio paso a una severa represión franquista que, mediante
ejecuciones, penas de cárcel, depuraciones y marginación, generó un gran trauma que
marcó a varias generaciones y que tardó muchos años en superarse.

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