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Letras de chamamé

Pájaro Chogüí – Rigo Tovar


Pág | 1
Cuenta la leyenda que en un á rbol
se encontraba encaramado un indiecito guaraní
Que sobresaltado por un grito de su madre
perdió apoyo, y cayendo se murió .
Y que entre los brazos maternales
por extrañ o sortilegio en chogü í se convirtió .
Chogü í, chogü í, chogü í, chogü í
cantando está , mirando acá
mirando allá , volando se alejó .
Chogü í, chogü í, chogü í, chogü í
que lindo va, que lindo es
perdiéndose en el cielo azul turquí.
Y desde aquel día se recuerda al indiecito
cuando se oye como un eco a lo chogü í.
Es el canto alegre y bullanguero
del gracioso naranjero que repica en su cantar.
Salta y picotea las naranjas
que es su fruta preferida, repitiendo sin cesar.

Pedro Canoero – Teresa Parodi

Pedro Canoero
Todo tu tiempo se ha ido
Sobre la vieja canoa
Lentamente, te lo fue llevando el río
Pedro Canoero
Ya no has vuelto por la costa
Te quedaste en la canoa
Como un duende sin edad y sin memoria
Pedro Canoero
Te mecía el agua
Lejos de la costa
Cuando te dormías Pág | 2
Pedro Canoero
Corazó n de arcilla
Sobre la canoa
Se te fue la vida
Pedro Canoero
La esperanza se te iba
Sobre el agua amanecida
Tu esperanza, Pedro, al fin
No tuvo orillas
Pedro Canoero
Te mecía el agua
Lejos de la costa
Cuando te dormías
Pedro Canoero
Corazó n de arcilla
Sobre la canoa
Se te fue la vida
Pedro Canoero
Te mecía el agua
Lejos de la costa
Cuando te dormías
Pedro Canoero
Corazó n de arcilla
Sobre la canoa
Se te fue la vida
Pedro Canoero
Te mecía el agua
Lejos de la costa
Cuando te dormías
Pedro Canoero
Corazó n de arcilla
Sobre la canoa
Se te fue la vida
Pág | 3

María va – Tarragó Ros

Mirar rasgados, patitas chuecas


María va
Pisando penas, la arena ardiente
María va
Calcina el monte un sol de fuego
María va
Temor pombero, palmar estero
María va
Quiso la siesta ponerle un niñ o
A su soledad
De trigo y luna, y de su mano
María va
Por el tabacal
Tu paso
María va
Y se bebe el sol
Que huele a duende
María va
Andando el verano de sol y chicharra
A flores del monte, María, olía tu pueblo
Un tren perezoso, resuello y resuello
A calle regada, María, olía tu pueblo
A pura inocencia de niñ o pueblero
A calle regada, a flores del monte
María, olía tu pueblo
Mirar rasgado, patitas chuecas
María va
Pisando penas, la arena ardiente
María va
Calcina el monte un sol de fuego
María va Pág | 4
Temor pombero, palmar estero
María va
Quiso la siesta ponerle un niñ o
A su soledad
De trigo y luna, y de su mano
María va
Por el tabacal
Tu paso
María va
Y se bebe el sol
Que huele a duende
María va
El rancho e` la cambicha - Mario Millán Medina

Esta noche que hay baile


en el rancho e’ la cambicha,
chamamé de sobrepaso Pág | 5
tangueadito bailaré.

Chamamé milongueado
al estilo oriental,
troteando despacito
como bailan los tagü é.

Al compá s de acordeona
bailaré el rasguido doble,
troteando despacito
este doble chamamé.

Y esta noche de alegría


con la dama má s mejor
en el rancho e’ la cambicha
al trotecito tanguearé.

Van a estar lindas las chianzas,


ja, ja, ja.
Le hablaré lindo a las huainas
para hacerles suspirar.

Luciré camisa e’ plancha,


mi pañ uelo azul celeste,
mi bombacha bataraza
que esta noche estrenaré.

Mi sombrero bien aludo,


una flor en el cintillo,
una faja colorada
y alpargatas llevaré.

Un frasco de agua florida


para echarle a las guainas Pág | 6
y un paquete de pastillas
que a todas convidaré.

Y esta noche de alegría


con la dama má s mejor
en el rancho e’ la cambicha
al trotecito tanguearé.

Puente Pexoa – Armando Neli

Te acordá s mi chinita
Del puente Pexoa
Donde te besé
Que extasiada en mis labios
Tu me repetías: "¡No te olvidaré!"
Tardecitas de sol
Fiel testigo de amor
En el puente Pexoa
Querida del alma
No existió el dolor
¿Có mo estará n?
En la ensenada, el viejo ceibal
Los jazmineros y orquídeas en flor
Donde cantó dulcemente el zorzal
Quiero volver
A contemplarme en tus ojos cambá
Y que me beses como te besé
Bajo la sombra del jacarandá
Y ese largo camino
Por donde el destino
De ti me alejó
No podrá en su distancia
Vencer a las ansias
De amarnos tú y yo Pág | 7
Entonces cantaré
Nochecitas de amor
Bajo el cielo divino
Cielo correntino
Que nos cobijó
¿Có mo estará n?
En la ensenada, el viejo ceibal
Los jazmineros y orquídeas en flor
Donde cantó dulcemente el zorzal
Quiero volver
A contemplarme en tus ojos cambá
Y que me beses como te besé
Bajo la sombra del jacarandá
Te acordá s mi chinita
Del puente Pexoa
Donde te besé
Carito - León Gieco

Sentado solo en un banco en la ciudad


con tu mirada recordando el litoral
tu suerte quiso estar partida Pág | 8
mitad verdad, mitad mentira,
como esperanza de los pobres prometida.

Andando solo bajo la llovizna gris


fingiendo duro que tu vida fue de aquí
porque cambiaste un mar de gente
por donde gobierna la flor
mirá que el río nunca regaló el color.

Carito, suelta tu pena,


se haga diamante tu lá grima
entre mis cuerdas.
Carito, suelta tu piedra
para volar como el zorzal
en primavera.

En Buenos Aires los zapatos son modernos


pero no lucen como en la plaza de un pueblo
dejá que tu luz chiquitita
hable en secreto a la canció n
para que te ilumine un poco má s el sol.

Cualquier semilla, cuando es planta, quiere ver


la misma estrella de aquel atardecer
que la salvó del pico agudo
refugiá ndola al oscuro
de la gaviota arrasadora de los surcos.

Carito, yo soy tu amigo,


me ofrezco á rbol
para tu nido.
Carito, suelta tu canto,
que el abanico en mi acordeó n
lo está esperando. Pág | 9

Ricarda Raíz – Martha Quiles

Ricarda Raíz de lluvia, vestido largo y marró n


Criada de los Molina a los que criaste vos
Ricarda Raíz de viento, enagua con almidó n
Me enseñ aste a hacer cigarros
Sentadita frente al sol
Ricarda Raíz de lluvia, paloma tu corazó n
Contame un cuento de veras
Haceme la bendició n
Ricarda Raíz de viento, llevame a jugar con vos
Un juego que no termine
Escó ndeme del dolor
Escó ndeme que me corre, mirá que me va a alcanzar
Cerrá la puerta con llave, vení, vamos a rezar
Ricarda Raíz, Ricarda, raíz de sol y marró n
Me fui vistiendo de adioses desde que te fuiste vos
Ricarda Raíz de lluvia, paloma tu corazó n
Contame un cuento de veras
Haceme la bendició n
Ricarda Raíz de viento, llevame a jugar con vos
Un juego que no termine
Escó ndeme del dolor
Lucía de arena – Martha Quiles

Camino de cielo abierto,


cortado en el terraplén
Cantando vuelve Lucía, Pág | 10
despacio che nendivey

Las flores de su pollera


se quedan para después
Y una estrella quinceañ era
le va empujando los pies

Lucia de palmar grande,


arena que no se ve
Sendero que nadie pisa
regresa cohe´mboue

Anda ligero guainita


que el tiempo ou´nderehe
Se pasará por tu casa
y te llevará también

Lucía arena Lucía


Palmera que no se ve
Paloma de quince añ os
Nde´egui co la vida es

Reluce la luna llena


con enaguas de satén
Te va contando un secreto
que no se puede saber
El viento te vuela lejos
del cabello hasta los pies
Lucía, mira la huella,
que pronto será s mujer

Y cuando vos te decidas


a decirle...me querés?
José levantara el rancho Pág | 11
con su nombre en la pared
Pero falta todavía,
es pronto para crecer...
Después ya no habrá senderos
y nunca podrá s volver

Lucía arena Lucía


Palmera que no se ve
Paloma de quince añ os
Nde´egui co la vida es.

La Oma - Daniel Altamirano

La Oma es una mujer,


de 70 y pico de añ os
vive en el monte chaqueñ o
cerquita de San Bernardo.

Tiene los ojos azules


como el agua de los mares
por que vino de muy lejos
y el cielo quedo en su sangre.

Hay que entrar por las picadas


para llegar a su rancho
de barro y apuntalado
con quebracho colorado
lleno de arboles el patio
y herramientas de trabajo
una volanta un arado
y el paisaje de su Chaco.

La Oma es feliz con poco


digamos que mejor con nada Pág | 12
la oma era rubia y se ve
que era una linda alemana.

Que sola que esta la Oma


pero ella no piensa en nada
como pensar en la muerte
si la oma es como un hada.

En su ranchito de barro
calienta a leñ a su pava
conversa con un lorito
que es con el unico que habla.

Nocaut González – Turco Vera Azar

Cuando crece la mañ ana


avanza con su dolor
es el despojo de un hombre
dicen que fue boxeador.

Cuentan que tuvo familia


y la fama lo aplaudió
cuando fue Nocaut Gonzá lez
el temible pegador.

Hoy vaga rumbo al olvido


entre pobreza y alcohol
con su traza de mendigo
se acerca al ú ltimo sol.
Nocaut Gonzá lez le gritan
los gurises de la Villa
cuando les cruza la siesta
arrastrando con su andar. Pág | 13
Los ojos se le - encienden
y pelea con su sombra
y ese mugriento baldío
se le vuelve Luna Park.

Le empieza a morder la noche


y hacia la Villa se va
sangrando en cruz de locura
cual Cristo del basural.

Cuá ntas cosas le hablaría


si me pudiera entender
la soledad por ejemplo
que yo peleo también.

Así es la Vida, Gonzá lez


no se la voy a contar
aunque ganemos, la muerte
nos noquea en el final.
El Carau - Anónimo

Amigos y camarada, si me quieren escuchar


les voy a contar una historia, lo que le susedio al carau.
Estando la madre enferma, remedios salio a buscar Pág | 14
que encontro una concurencia, y alli se quedo a bailar.

Bailando estaba el carau, con la guaina mas mejor


cuando se hacerco un amigo y le dijo con dolor.

Disculpe amigo carau, anive rejerokyve


aru ndeve la noticia, nde sy omanohague.

No importa mi buen amigo, el baile no he de dejar


la omanova ya omanoma, hay tiempo para llorar.
Cansado al fin de bailar, vio que brillaba la aurora
y le dijo a su guainita, mamopa opyta nderoga.

La dama le contesto, che roga oime mombyry


rehosero che visita, ehechaga'une nde sy. !!

Al escuchar estas palabras, el carau se despidio


Se fue llorando y diciendo, mi madre ya se muerio...

Ma'erapa raka'e, hetaite che akahata


anivegui ajeroky aja'eo mba'e aja
Ko'anga catu ahata, a vivi en los estero.
Upepe catu a moine, para siempre luto entero.
Tomado de AlbumCancionYLetra.com
Por haber sido mal hijo, castigo le dio tupa.
Le regreso su plumaje y lo condeno a llorar.
Retrato de Un Pescador – Ramón Ayala

Cabellera de betú n
Y dientes de palosanto
La boca como un quebranto Pág | 15
Y piel de pirá guazú

Lamento de urutaú
Su voz es como una queja
Del río trae la leyenda
De algú n perdido pacú

Pescador del río bravo


Canoero, canoero
Nacido entre los sauzales
A orillitas del Paraná

Tomador de mate amargo


A la lumbre del lucero
Hace noche sobre el agua
Y defiende su libertad

Partir, reír, bogar, soñ ar


Un cigarrito en el andar
Una coplita pa' esperar
El alba que ha de llegar
Viejo Caa Catí - Edgar Romero Maciel

Clavado muy hondo en la historia correntina,


Fortín cué del norte al paso de los avá ;
Quiero recordarte pueblo de mis mocedades Pág | 16
Antes que tus calles queden sepultadas por el arenal.

Añ oro tus quintas de enfilados naranjales,


Tus chinas maduras quebradas sobre el maizal
Y tu sol ardiente que vuelve la tierra arena,
Hoy quema mi sangre cuando al recordarte digo este cantar.

De Caa Catí a Mburucuyá


Má s de quince leguas hay que atravesar.
Voy al trotecito cruzando el palmar
Silbando bajito pronto he de llegar.

Bañ a tu costado el bravo Santa Lucía


Vigilan sus aguas los nativos yacarés
Y al norte el camino cambiante lonja de arena
Lleva tus barrancas donde el río se alza Ita Ivaté.

Quisiera arrancarte de tu siesta provinciana,


Gritarle a tu gente que no te deje morir
Y echar en tus calles mi sangre de correntino
Por ver si despiertas de tu antiguo sueñ o viejo Caa Catí.
Kilómetro 11

Vengo otra vez hasta aquí


De nuevo a implorar tu amor
Solo hay tristeza y dolor Pág | 17
Al verme lejos de ti
Culpable tan solo soy
De todo lo que he sufrido
Por eso es que ahora he venido
Y triste, muy triste estoy
Nunca vayas a olvidar
Que un día a este cantor
Le has dicho llena de amor
"Sin ti no me podré hallar"
Por eso quiero saber
Si existe en tu pensamiento
Aquel puro sentimiento
Que me supiste tener
Olvida, mi bien, el enojo aquel
Que así nuestro amor irá a renacer
Porque comprendí que no sé vivir
Sin tu querer
Nunca vayas a olvidar
Que un día a este cantor
Le has dicho llena de amor
"Sin ti no me podré hallar"
Por eso quiero saber
Si existe en tu pensamiento
Aquel puro sentimiento
Que me supiste tener
Olvida, mi bien, el enojo aquel
Que así nuestro amor irá a renacer
Porque comprendí que no sé vivir
Sin tu querer
Olvida, mi bien, el enojo aquel
Que así nuestro amor irá a renacer
Porque comprendí que no sé vivir
Sin tu querer
Pág | 18

Pescador y guitarrero – Irma Abrain (Lacroix)

Pescador del Paraná


Que esperas pique de ensueñ o
Mientras el río se lleva
Tu pulso de guitarrero

Yo te he visto en la alborada
Con carnadas y aparejos
Y un silbido entre los labios
Que te sigue como perro

La niñ a del agua tiene


De escamas la cabellera
Y una lá grima que moja
La trenza de su leyenda

La vida también es río


Que va golpeando la piedra
La niñ a del agua tiene
De escamas la cabellera

Tu guitarra pescadora
Tiene el cauce de tus penas
Y hay un anzuelo clavado
En su boca de madera
Pescador y guitarrero
El tiempo es como un dorado
Que se nos va de la mano
Cuando menos lo esperamos
Pág | 19

Corrientes Poty - Corsini

Morenita iporá ba
Que meces mi sueñ o
Con tu mbaracá

Ivoti correntina que luces en la cara


Dos rosas pitá
Cuñ ataí pora me hirio tenaz
De amor cuando te oí cantar
Temblando de emoció n

Nde yurú que no tienen má s linda


La virgen que esta en Itatí
Por besarla daría sonriente
La vida, Mi dulce Ivotí

Desde que oí tu voz


Sentí un afá n que a de regar
Al fin de llanto che resá

Ni la laguna iberá
Tendrá misterio mayor
Que lo profundo de nde resá .
Ni es má s dulzó n el yatá i
Que la llamita de amor
Siempre encendida en tu mirar.
Lunita de Taragüí – Edgar Romero Maciel

Recitado
Brujas en fila parecen Pág | 20
De noche los naranjales
Y al borde del ancho río
Son fantasmas los sauzales;
Pero aparece la luna
-lámpara de mis lugares-
Y hay poesía en el sauzales
Y en el naranjal cantares.

Cuando pienso en mi corrientes


Lamento no estar allí
Y en las tardes por los campos
Quemarme en su cuarajhí
Pero por lo que má s siento
No hallarme en mi taragü í
Es por sus noches divinas
Bañ adas por el yasí
En el cielo está
Con su traje azul
Por el naranjal
Paseando su luz
Que pena me da
No estar má s allí
Y verte otra vez
Lunita de taragü í
Lunita que en primavera
Cuando florece el azahar
Navegas todas las noches
Por el río Paraná
Quisiera dormirme un día
Tirado en el pastizal
Y morirme despacito
Mientras la luna se va
En el cielo está
Con su traje azul Pág | 21
Por el naranjal
Paseando su luz
Que pena me da
No estar má s allí
Y verte otra vez
Lunita de taragü í

Taipero poriahu – Pocho Roch

Para agosto cañ a con ruda


Valetó n agreste de lunas
Tutiá , pichana y barro,
Madrugada de lagunas

Con tu pala terró n de soles


Taipa y siembra de septiembre
Arrugado sobre el monte
Caraí octubre llueve.

Taipero poriajhú
Domingo largo
La noche va llegando
De otros pagos
Se cimbra el arrozal
Lorada y parva
Galleta chicharró n
Mate y cigarro.
Para marzo es tiempo de corte
Corazó n de viento norte
Cosecha guayaca llena
La bailanta y polvareda
Pág | 22
La luna es un camalote
Que florece en cada aguada
Tu sombra vuelve silbando
Orillando la alambrada.

Taipero poriajú
Domingo largo
La noche va llegando
De otros pagos

Se cimbra el arrozal
Lorada y parva
Galleta chicharró n
Mate y cigarro.
El patio e ña' Polí - Emeterio Fernández - Isaco Abitbol

Esta noche habrá velada (bailongo)


con tintillo y empanadas Pág | 23
y ya al patio e´ñ a Polí me voy.

Tengo encima de la cama


buena ropa que mi mama
me planchó para lucir mejor.

La camisa emprestada,
la bombacha regalada
y el pañ uelo que ayer lo encontré,

con lo mejor, que tengo iré


y llevaré mi acordiona,
para tocar un chamamé
a la guaina de mi amor.

Siempre quiere un correntino


divertirse como hay dos,
no precisa má s que baile
y una guayna de mi flor...

La cordiona ya rezonga
ya empezaron la milonga
y ya al patio e´ñ a Polí me voy.

Tengo plata en el bolsillo


para hacer correr tintillo,
pues me quiero divertir mejor.
Soy un hombre entretenido,
con las guainas muy cumplido
cuando no soy al revé ndayé.

Con lo mejor que tengo iré Pág | 24


y llevaré mi cordiona
para tocar un chamamé
a la guaina de mi amor.

Posadeña linda - Ramón Ayala

Y me fui por la bajada vieja


Donde un día conocí el amor
Y cruce por sus calles de tierra
Con el alma llena de ilusió n
Pero solo me esperaba el río
Acariciá ndome el corazó n

Río, río, mío, mío


Dame sueñ os y dame
Que quiero vivir

Posadeñ a linda pequeñ a flor de Muburucuyá


Te llevo en la sangre con tu misterio, tu soledad
Vengo de otras tierra, de otros caminos, de otro lugar
A buscar tu lumbre, tus ojos claros, tu palpitar
Río, río, mío, mío
Dame sueñ os y dame
Que quiero vivir
Que tienes mi tierra roja
Que a todas parte te llevo
Que por mas que ande caminos
Me sigues con tu misterio
Que tienes mi tierra roja
Con tus noches embrujadas
Tus mujeres, tus gurises
Cerro Azul y Candelaria Pág | 25
Y el grito de los hacheros
Brotando por las picadas
Que tienes mi tierra roja
Que me va doliendo el alma
La barranca de los pescadores
La canoa y el camalotal
El perfume que en la noche enciende
Mi Posadas llena de azahar
Todo, todo vuelve con tu imagen
Y la tierra comienza a cantar
Río, río, mío, mío
Dame sueñ os y dame
Que quiero vivir
Posadeñ a linda pequeñ a flor de Muburucuyá
Te llevo en la sangre con tu misterio, tu soledad
Vengo de otra tierra, de otros caminos, de otro lugar
A buscar tu lumbre, tus ojos claros, tu palpitar
Río, río, mío, mío
Dame sueñ os dame
Que quiero soñ ar
Niña del Ñangapirí – Zini

Hoy anduve por el monte de mis añ os inocentes


pellizcando la dulzura, roja del ñ angapirí
y un Noviembre de hace mucho, se estrujó contra mis Pág | 26
dientes
y sangró un bello recuerdo, de mi tiempo cunumí
yo era chico todavía, gurisito cabezudo
que aprendió a robarle al monte , su dulzor primaveral
y esa siesta entre zorzales, fui pombero corajudo
cuando te cambié un puñ ado, por un beso te acordá s

Yo me fui como los ríos sur abajo de la vida


vos quedaste en mi Corrientes, y ya nunca má s te vi
hoy que vuelvo niñ o - hombre, con el alma dolorida
te recuerdo emocionado, niñ a del ñ angapirî

Y ojalá que un viento norte, de esos vientos musiqueros


que en la noche de mi pueblo desparrama, serenata y
sapucay
lleve lejos, no sé adó nde y te deje en tu ventana,
esta flor de mi ternura, que nació por recordar.
Compadre qué tiene el vino – Zini

Que antiguo payé tan raro, que extrañ a divinidad.


Que fuerza liberadora tiene el vino, que sera?
Que se mezcla con la sangre, que le sube, y es capaz Pág | 27
de desatarlo por dentro compadre, y hacerlo hablar.

Compadre que tiene el vino que usted al tomar,


comienza a sentirse hombre y empieza hablar.
Hablar de lo que má s quiere, de su verdad,
y es como si despertara la realidad.

Compadre piense un poquito qué va a pasar,


si un día de estos la gente llega a tomar,
el vino que necesita y empieza a hablar.
Hablar de lo que má s quiere, qué va a pasar?

Traigan el vino má s fino, trá iganlo acá .


Que mi pueblo esta callado, y es hora que empiece a hablar.
Denle vino, y vino bueno, y ha de gritar su verdad.
Y ha de cantar para el mundo, su canto de libertad.

Una vez lo vi a un borracho, como diciendo un refrá n.


Que el vino es sangre de Cristo, porque es sangre popular.

La parra chupa en el suelo tanta sangre fraternal,


que hay en la tierra vertida, que clama al cielo
y esta juntá ndose desde siglos buscando hacerse escuchar.

La sangre de los hermanos que amamos y ya no está n.


De nuestros muertos queridos que nunca nos dejaran,
de los que dieron la vida porque amaron de verdad.
Los que eligieron morirse por no saber traicionar.
Los que encontraron la muerte buscando la libertad,
los que dejaron sus huesos en Malvinas y soledad.
Como raíz enterrada que algú n día ha de brotar.

Tenía razó n el borracho, pensando bien es verdad. Pág | 28


El vino libera al hombre y es fermento de amistad.
El vino es sangre de Cristo, porque es sangre popular.

Imagínese compadre qué va a pasar,


si un día de estos la gente llega a tomar,
el vino que necesita y empieza a hablar.
Usted ya sabe compadre que va a pasar.

Nuestros sueños y la distancia - Joaquín Sheridan,


Julián Zini, Ricardo "Tito" Gómez

Soy un pá jaro herido de nostalgia


La distancia me ha vuelto soñ ador
Llevo el alma sangrando despedida
Y un camalote azul de corazó n
No me pidas muchacha que me quede
Si en el fondo sabes que no me voy
Yo te amé, vos me amaste y los que se aman
Eternizan el tiempo del amor
Por el río me voy, con la lluvia vendré
A besarte los ojos para el amanecer
Quiero que al despertar, veas el mundo feliz
Que soñ á bamos juntos y que te prometí
(Con el tiempo muchacha yo sé que entenderas
Veras que es dificil pero hermoso este andar
Con alma de profeta y oficio de juglar
Cantandole diciendole al pueblo su verdad
Ahora somos rios que son mientras se van
Que siempre estan de paso
Y mueren al llegar...
Despues, despues seremos arbol que arraiga y que se da
Que es sombra aroma y fruto...
Y se abre a la amistad... Pág | 29
Recien para ese entonces volvere a desandar
Esta amarga distancia que me obligo a soñ ar
Y yo se que teniendote a mi lado seras
La mitad que le falta a mi propia verdad
La mujer compañ era
La que me hace cantar)
No me pidas muchacha que me quede
Si en el fondo sabes que no me voy
Yo te amé, vos me amaste y los que se aman
Eternizan el tiempo de su amor
Por el río me voy, con la lluvia vendré
A besarte los ojos para el amanecer
Quiero que al despertar, veas el mundo feliz
Que soñ á bamos juntos y que te prometí
Quiero que al despertar, veas el mundo feliz
Que soñ á bamos juntos y que te prometí
Avio Del Alma – Julián Zini

Si ven que el San Jorge y la arañ a pelean


Si anoche escucharon a los suiriris
Si hablo la ranita y el charque gotea Pág | 30
Seguro que el tiempo se está por venir
Va a cambiar el tiempo nos dijo la abuela
Porque han florecido los tepui chatay
Va a cambiar no ven que las hormigas vuelan
Y el viento esta dulce de Niñ orupah
Va a cambiar el norte, está sacando agua
Y ya van tres dias que soplando está
Cielo de ovejitas después de un sol de agua
Cuando entre la luna, el tiempo se vendrá

Ese era el lenguaje sabio de la abuela


Que se hizo en la escuela de un pueblo Arandu
Va a cambiar, es cosa de tener paciencia
Esa vieja ciencia de los Porhiaju
Va a cambiar, es cosa de tener paciencia
Esa vieja ciencia de los Porhiaju

Va a cambiar el tiempo, me acuerdo decía la abuela


Esa tarde que mamá lloro preparando el bolso
Puesto que partía rumbo a Buenos Aires
Mi hermano mayor
Aquí está su ropa y aquí está su avio
Le hice una gallina, matambre y chipa
Van unas naranjas y unos pastelitos
Y aunque el viaje es largo, pienso ha de alcanzar
No olvide su abrigo que es de lana cruda
Y lleve el ponchillo que usó su papá
Y entonces la abuela, como quien ayuda,
Tragá ndose un llanto volvio a sentenciar
Vaya con cuidado, sea manso y prudente
Que Dios y la virgen le han de acompañ ar
Para los peligros sepa ser creyente
Santa Catalina no le va a fallar
Y en los temporales de la vida Pág | 31
Tenga presente a su madre que lo supo alzar
Cuando usted era chico contra la tormenta
Venciendo al mal tiempo con solo rezar
Sepa, sepa que en su alma lleva usted otro avio
Que es como una herencia de amor familiar
Se lo dio su gente, su pago querido
Y en su sangre joven han de rotornar
Le hablo, le hablo de esas ganas de brindarse a todos
Del corazó n grande, valiente y capaz de jugarse entero
Y encontrar el modo de salir a flote en la adversidad
Le hablo de esa mano tendida y abierta
Con el gesto antiguo de la caridad
Mano de "che amigo" que se da sin vuelta
Del que abre su puerta y ofrece su pan
Avio del alma, echo de franquesa
Sencillez, respeto, hombría y lealtad
Ya ve, siendo pobre lleva una riqueza
Recuerde, se aumenta compartiendola
Y oiga bien, un día cuando cambie el tiempo
Si este avio le dura dentro de su ser
Usted o sus hijos, o acaso sus nietos
Por Dios y la patria tendrá n que volver
Sepa que yo al irme a "la tierra sin males",
dejaré mis huesos y mi corazó n
abonando el suelo del que hoy usté sale
¡y para el que quise siempre lo mejor!!!

Ese era el lenguaje sabio de la abuela


Que se hizo en la escuela de un pueblo Arandu
Va a cambiar, es cosa de tener paciencia
Esa vieja ciencia de los Porhiaju
Va a cambiar, es cosa de tener paciencia
Esa vieja ciencia de los Porhiaju
Muchas gracias Pág | 32
Muchísimas gracias
Vale el trago – Julián Zini

Si ustedes me permiten, mis amigos,


quisiera aprovechar ahora que estamos, Pág | 33
gracias a Dios, reunidos y en confianza
para decirles algo.
Algo que llevo aquí metido adentro,
algo que cada vez que nos juntamos
quiere salir, hacerse voz y siempre sea por H o por V,
siempre me callo.
A lo mejor a ustedes les sucede algo así como a mi,
de vez en cuando me pregunto, de donde salen estas ganas
de vernos y encontrarnos,
esta necesidad de inventar fechas para una guitarreada y un
asado,
con tal de pasar juntos unas horas,
mintiendo al truco, riendo, conversando
y si es posible casi siempre para llegar al sapucay,
emocionado,
ni bien un chamamé retoza y manda a celebrar lo que
somos: desterrados.
Yo me digo, será la patria chica,
o es esa patria grande que llevamos bajo la piel,
como una herencia gaucha, y hace añ ares que sueñ a
rejuntarnos.
Será la tierra, el pago que nos tira,
hay días que uno va y prende la radio, y escucha un nombre,
una canció n y sobra para sentir que somos desterrados.
Se nos va la memoria y la seguimos con un silbido triste,
o tarareando, y nos duele otra vez la despedida,
y nos vuelve a desangrar el desarraigo,
unos queriendo y otros sin quererlo,
por estudiar o en busca de trabajo,
engrosamos la inmensa caravana de hermanos peregrinos
y aquí estamos,
(hoy podemos decir como alguien dijo, que la tierra de uno,
cuna y pago es igual que la madre, se valora después q se la
pierde, Pág | 34
y entonces la extrañ amos)
y entonces nos volvemos nostalgiosos
y el corazó n estalla si por ahí escuchamos
Itatí, Yapeyú , Iberá , chamigo,
sentimos que nos llaman y nos vamos
y es que no son palabras, son raíces: Itatí nuestra madre y
su santuario;
Yapeyú , capital musical de las misiones, cuna del padre de
la patria, nuestro santo;
Iberá nuestro mar, verde leyenda cuyo misterio azul nos
reservamos;
y chamigo, un decir, que te asegura nuestro modo de ser
sencillo y franco,
por si alguien pide mas o como estilan allá en el taragü í,
quiere probarnos,
que pongan un chamamé, y sea donde sea, no podemos
negar y lo gritamos,
como entonces no vamos a sentirnos orgullosos y estar mas
que obligados
a hacer que nuestros hijos mamen, todos, esta riqueza de
alma, este legado.
Ahora bien, mis amigos, yo pregunto,
que va a pasar con esto dentro de unos añ os,
con esto que nos junta y nos alegra, con esto que trajimos y
aun llevamos,
porque me anda rondando otra pregunta,
Este añ o 2000 ¿servirá de algo a los hijos que tengan
nuestros hijos,
esto tan lindo que hemos heredado?
¿Qué tendrá n en sus almas nuestros nietos, que los una a la
tierra que añ oramos?
¿Tendrá n la fe que identifica y une?
¿É sta fe en Dios, la Virgen y los Santos?
¿Y esta conciencia de que somos todos y seguiremos siendo Pág | 35
siempre hermanos,
y esta alegría de saberse ú til y estar siempre dispuesto a dar
la mano?
¿Tendrá n la frente alta y en sus pechos la paz que da el vivir
de su trabajo
y esa honradez de fierro a toda prueba que prefiere ser
pobre pero honrado?
Qué ancianidad la nuestra si así fuera, que descanso feliz
nuestro descanso,
con una juventud celeste y blanca, y nieta nuestra capaz de
abrirse paso,
campeona de la paz,
novia del mundo,
hermosa juventud de sueñ os altos,
carne de nuestra carne, antigua y nueva, que ha de
hermanar los hombres con los astros,
voy a brindar, si ustedes me permiten, con el recuerdo en
los antepasados,
por los hijos de esos nuestros hijos, y por su mundo nuevo
que esperamos,
brindo por los que ya no está n, pero estuvieron,
brindo por los que han de llegar y está n llegando, y brindo
por esta amistad
latinoamericana, que má s que un fuerte aplauso, vale el
trago!
Neike chamigo – Zini

Alma y voz de mi pueblo,


Pueblo py-a-guazu,
Pueblo chamamecero, Pág | 36
Pueblo en marcha que busca su destino,
Iibre, fraterno y solidario,
Para siempre cantor
¡NEIKE CHAMIGO!

El carro de mi paciencia
Va lento pero seguro,
La huella de la experiencia
Me fue mermando el apuro.
Mi grito juega en el viento,
Libre, macho y divertido
Si es la voz del sentimiento
No importa que esté prohibido.
Por eso digo, para salvarse,
Hay que juntarse y arremangarse
Neike, chamigo!
Si hacés memoria, vos sos testigo
Que nuestra gloria es hacer historia
Neike, chamigo!
Corto en palabras, hay gente
Que piensa que soy urañ o,
Me gusta encontrar parientes
No me hallo si soy extrañ o.
Tengo mi mú sica propia
Y tengo un baile que es mío,
Yo soy así, no soy copia
De lejos vengo, soy río.
Por eso digo, para salvarse,
Hay que juntarse y arremangarse
Neike, chamigo!
Si hacés memoria, vos sos testigo
Que nuestra gloria es hacer historia
Neike, chamigo!
Pág | 37

Añoranzas - Eustaquio Vera

Después de haberme brindado


la dicha de tu presencia,
querida te has marchado
sumiendo mi alma en dolor.

El corazó n destrozado
suspirando está tu ausencia,
porque te amé con vehemencia
me niegas hoy tu calor.
Sabrá s que tras tu partida
añ orá ndote he vivido
y olvidarte no he podido
vuelve, vuelve mi querida.

Por tantas penas sufridas


quiero recobrar la calma,
volvé querida del alma
a alegrar mi pobre vida.
El dulzor de aquellos besos
en mis labios tan grabados
porque fueron embeleso
de mi amante corazó n.

Esos instantes pasados


es evocació n querida,
porque fueron en mi vida
ingrata recordació n.
Sabrá s que tras tu partida
añ orá ndote he vivido
y olvidarte no he podido
vuelve, vuelve mi querida. Pág | 38

Por tantas penas sufridas


quiero recobrar la calma,
volve querida del alma
a alegrar mi pobre vida.

El último sapucay - Cafrune

La muerte apagó la risa


Del Sol que duerme ardiendo en el Chaco
Porque Machagai se ha vuelto
Un llanto triste de sangre y barro
Ya no está Isidro Velá zquez
La brigada lo ha alcanzado
Y junto a Vicente Gauna
Hay dos sueñ os sepultados

Camino de Pampa Bandera


Lo esperan en una emboscada
Y en una descarga certera
Ruge en la noche la metrallada
Isidro Velá zquez ha muerto
Enancao en un sapucay
Pidiendole rescate al viento
Que lo vino a delatar
Pidiendole rescate al viento
Que lo vino a delatar
La muerte apagó la risa
De los machetes en los quebrachos
La pó lvora entre los huesos
Se hizo ceniza en dos pechos bravos
Sin una vela encendida Pág | 39
Sin una flor a su lado
Sin una cruz en la tierra
Hay dos sueñ os sepultados

Los Velásquez

Mate Cosido - Nélida Argentina Zenón

(Recitado)
Allá en General Pinedo
nunca entrará en el olvido,
la figura legendaria
del gaucho Mate Cosido.
Por boca de los abuelos,
en patios del rancherío
se multiplican historias
del guacho Mate Cosido.
Lo recuerdan las picadas,
lo venera el pueblerío
Segundo David Peralta
de apodo “Mate cosido”...

Esta es la historia
de un gaucho bueno
que su destino
lo castigó
viviendo en su alma
de tucumano
la aguda espina
que lo desvió .

Mate Cosido era el apodo


de aquel bandido bravo y feroz Pág | 40
que fue terror del norte argentino,
del 18 al 42.
Formó su trío de bandoleros
con Zamacola y “El calabrés”
en los caminos y en los poblados
fueron temidos yaguaretés.

Pero fue un día,


allá en el Chaco,
que un compañ ero
lo delató
y desde entonces
Mate Cosido,
huyó a la selva
y nunca volvió .
Oración del remanso – Fandermole

Soy de la orilla brava del agua turbia y la correntada


Que baja hermosa por su barrosa profundidad
Pág | 41
Soy un paisano serio, soy gente del remanso Valerio
Que es donde el cielo remonta el vuelo en el Paraná

Tengo el color del río y su misma voz en mi canto sigo


El agua mansa y su suave danza en el corazó n

Pero a veces oscura va turbulenta en la ciega hondura


Y se hace brillo en este cuchillo de pescador

Cristo de las redes


No nos abandones
Y en los espineles
Déjanos tus dones

No pienses que nos perdiste, es que la pobreza nos pone


tristes
La sangre tensa y uno no piensa más que en morir

Agua del río viejo, llévate pronto este canto lejos


Que está aclarando y vamos pescando para vivir

Llevo mi sombra alerta sobre la escama del agua abierta


Y en el reposo vertiginoso del espinel

Sueñ o que alzo la proa y subo a la luna en la canoa


Y allí descanso, hecha un remanso mi propia piel

Calma de mis dolores, ay, Cristo de los pescadores


Dile a mi amada que está apenada esperá ndome
Que ando pensando en ella mientras voy vadeando las
estrellas
Que el río está bravo y estoy cansado para volver
Pág | 42
Cristo de las redes…

Cosechero Ramón Ayala

El viejo río que va


Cruzando el amanecer
Como un gran camalotal
Lleva la balsa en su loco vaivén
Rumbo a la cosecha, cosechero yo seré
Y, entre copos blancos, mi esperanza cantaré
Con manos curtidas, dejaré en el algodó n mi corazó n
La tierra del Chaco, quebrachera y montaraz
Prenderá él mi sangre con un ronco sapucay
Y será él el surco, mi sombrero bajo el sol, faro de luz
De Corrientes vengo yo
Barranquera ya se ve
Y en la costa un acordeó n
Gimiendo va su lento chamamé
Rumbo a la cosecha, cosechero yo seré
Y, entre copos blancos, mi esperanza cantaré
Con manos curtidas, dejaré en el algodó n mi corazó n
La tierra del Chaco, quebrachera y montaraz
Prenderá él mi sangre con un ronco sapucay
Y será él el surco, mi sombrero bajo el sol, faro de luz
Algodó n que se va, que se va, que se va
Plata blanda, mojada de luna y sudor
Un ranchito borracho, de sueñ os y amor, quiero yo
Algodó n que se va, que se va, que se va
Plata blanda, mojada de luna y sudor
Un ranchito borracho, de sueñ os y amor, quiero yo
Quiero yo
Quiero yo Pág | 43

Las voces de mi gente - Letra: Zitto Segovia / Música:


Miguel Angel Vera Azar

Yo traigo en mi guitarra
las voces de mi gente
vengo de un pueblo viejo
al que nunca olvidé
y tengo en la palabra
el fuego del nordeste
quemá ndome la sangre
con piel de chamamé.

Soy del nordeste argentino


pa´ lo que guste mandar
riegan mis sueños las aguas
del Paraná y Uruguay
tengo por puerto el camino
y por vos el sapucai.

Conozco la bravura
del río cuando estalla
buscando tiempo abajo
la paz para el mensú
mi grito se subleva
abre en el monte un tajo
y de verde me muero
amando al Iguazú .
Al Chaco y a Corrientes
a Entre Ríos y Formosa
los abraza mi canto
de Patria y hermandad Pág | 44
norte santafecino
de azú car se devuelve
un mapa de mi tierra
que pinta el litoral.

Merceditas - Ramón Sixto Ríos

Qué dulce encanto tiene


Tu recuerdo Merceditas
Aromada florecita
Amor mío de una vez
La conocí en el campo
Allá muy lejos una tarde
Donde crecen los trigales
Provincia de Santa Fe
Así nació nuestro querer
Con ilusió n, con mucha fe
Pero no sé por qué la flor
Se marchitó y muriendo fue
Amá ndola con loco amor
Así llegué a comprender
Lo que es querer, lo que es sufrir
Porque le di mi corazó n
Como una queja errante
En la campiñ a va flotando
El eco vago de mi canto
Recordando aquel amor
Pero a pesar del tiempo
Transcurrido es Merceditas
La leyenda que hoy palpita
En mi nostá lgica canció n
Así nació nuestro querer Pág | 45
Con ilusió n con mucha fe
Pero no sé por qué la flor
Se marchitó y muriendo fue
Amá ndola con loco amor
Así llegué a comprender
Lo que es querer, lo que es sufrir
Porque le di mi corazó n

Luz mala – Hermanos Cardozo (¿Gabriel Cardozo?)

por el ancho terraplén


de machagai a tu espalda
en el silencio y la calma
en las noches de llovizna
hay una luz que ilumina
entre la agreste espesura
es un brillo que fulgura
en la quietud campesina

los paisanos del lugar


dicen que la luz mala
con su existencia señ ala
que cerca hay un tesoro
reliquias de plata y oro
que algú n gaucho fue dejando
y su alma anda penando
en un misterio escondido
y en ese mismo lugar
cuando la luz aparece
el corazó n estremece
al má s valiente varó n
Pág | 46
en su caballo el paisano
al pasar por el lugar
tiembla el brioso animal
levantando sus orejas
cuando la luz se refleja
aquel río llorador
invoca con devoció n
la santa cruz milagrosa

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