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Recomendaciones:

• Leerlo primero en voz alta hasta sentir el dominio de las oraciones


• Permitir los silencios y espacios adecuados entre cada palabra y puntuación
• Colocar el micrófono del celular debajo de la barbilla, sin pegarlo a la piel, en caso de ser
audífonos, colocar el micrófono en el pecho procurando el menor roce entre la ropa
• Grabarlo en un espacio y momento donde el ruido externo no logre invadir la grabación
• Grabarlo en un dispositivo que permita mandar la grabación por correo electrónico

** Estas son solo sugerencias que a mí me han funcionado para grabar audios, sin embargo no son
obligatorias. Así como puedas/quieras grabarlo y compartirlo yo estaré infinitamente agradecida
por tu colaboración <3

893 palabras

Andrea De haber sabido el tiempo que desperdicié titubeante ante ti, me hubiera ahorrado la duda. Desde
Camacho el comienzo te habría aullado el sentir y permiso pedido para tomarte entre mi ternura y abrazarte
tan suavemente que no quisieras irte nunca. Pero ni una ni otra. Fallé en cualquier vida en la que
nos encontramos, estoy segura. Mírame, no supe sostener-nos, y aunque me dispuse a aprender
ahora sé que no fui suficiente, que el tiempo apremia y que cuando la otra desea irse, más nada
puede hacerse.

No miro con reproche tu fuga. Pues una sólo ha de huir de lo que nos aprisiona, y aunque me
rompe pensar que pude haberte hecho daño, enterarme que tú sabes bien que no mereces esta
Karen Abi
piel que soy, me regocija el alma. A sabiendas que eres digna de la amora que deseas. Y aunque la
MH
fantasía me delate famélica de tu querer, me ha tocado reservarme a la contemplación nostálgica.
Ya no hay más para mí en ti. Suposición de mis nervios, esa de permanecerte. Interpretación de mi
propio deseo la de significarte excepcional casualidad.

Notar la ausencia de la otra, es ahí cuando sabes que singularmente ha comenzado a habitar tu
memoria. No es lo mismo que extrañar; es padecer la resignación. Adolecer la indiferencia que
Garabatto
ahora representa tu existencia en la vida de la otra. Es más, quieres decir lo mismo que aquel
Chinicuil
hueco de la desmemoria que produce el indeseable gesto del creer que alguna vez hubo algo ahí,
pero se ha olvidado. ¿Has visto gotear la sangre de una herida imaginaria? ¿Cómo remedar esa
vieja grieta si no existe? Te desangras por una fisura quimérica. Ese es el estado natural del
sufrimiento.

Recordando-nos, yo fui muy feliz. Tanto como cuando huelo la piel de mi madre mientras está
recostada descansando sobre su cama. Aun cuando me he vuelto torpe para sentir alegría, no me
Mariana cabía la duda. No hay sutura posible ante este narcicismo afligido, sin embargo, la dicha de la vida
Robles me ha sostenido en sus brazos innumerables veces, con identidades varias. Entiéndase que te
distingues entre aquellos rostros. Y es ahí del porqué si ha de visitarme el arrepentimiento, que
sea únicamente por haber sido insuficiente. Pues de algarabías llenaste mis oídos.
Lamento mi ineptitud por demostrar lo que me inspiras. Sé lo asqueroso e innecesario que es para
ti que te explique ahora. No hay excusa alguna de esta tardía disculpa textual que no es más que
Tanya autocomplacencia. Lo que no es lo mismo que obligar. El anhelo muy lejos de oprimirme, me
conmueve. Saberme sintiente es un obsequio de la sensibilidad que aun vaga en mi interior. Tengo
la certidumbre de que la vida es prodigiosa, sólo soy yo que no sé vivirla.

Te agradezco todo aquello que de ti me diste. Tu intangible existencia que transpiras con olor a
hierbas. Tus palabras que enuncias desde aquella voz incomparable. Esos movimientos casi
Abismo
involuntarios que atraviesan tu ansiedad. La mirada arrogante que te cargas y esos ojos tiernos
que me traías. Las heridas que encarnas. La ebriedad de tus soliloquios. Esa enredadera azabache
que guía a tus mulsos. Aquel colorete natural que adorna tus mejillas… tuve mucha suerte…

Te escribo en gratitud sobre aquel ensueño obstinado del pretérito otoñal. Sin aguardar respuesta
alguna. Pues aquella remembranza no me pertenece más y danza a su merced entre mis órganos;
sólo soy el desagüe de la memoria que pretendo extinguir en medio del caos que me anida. Sé de
Lyz Pank
sobra que la nostalgia no se irá sino con mi muerte. Hacerme de recursos inherentes para
extirparme de a poco las ganas, es un cotidiano tan absurdo. El puñal no siempre viene en formas
tan obvias. Poliforme se escabulle rinconero para obligarme a recordar que si duele es porque me
resisto a dejar ir. No es la persona que se va quien me hiere, es todo aquello que –
indeliberadamente – se sujeta al abandono.

Murphy Prometí no volver a buscarte, ¿cómo le hago para que mis ojos dejen de encontrarte? Claramente
Mandonado no hiciste nada malo. No hay delito en dejar de querer. Sólo soy yo quien se aferra a un
sentimiento del cual sólo quedan imágenes difusas.

De haber recibido previo aviso, hubiera acelerado el aprendizaje. Pero el desinterés me dejó
estupefacta. Y fui presa de mis propios fantasmas. Era evidente que el aburrimiento terminaría por
Alejandra
conquistarte en mi presencia. La frustración de mi hermetismo. La desilusión de mi ser. Esta
SE
personalidad tan apática. Las habladurías sinsentido. Los intervalos de silencio. Alimentaba tus
inseguridades sin querer, lo que no me hace menos responsable.

Todos los días nos decidía. Pero eso no bastó. Y no era porque tuviese que coaccionarme. No sé si
nunca pude explicarme bien. Sólo no quería hostigarte entre la desmesura de lo que sea que
Alei siento. Entiendo que mi mayor error lejos de ser el no satisfacer tus expectativas, fue
autocensurarme. No explotar de afecto. Ahora ya no es posible el cariño demostrar. Pero
retenerle en este recipiente me enferma. ¿A dónde va aquello que no tiene destinataria? De
nuevo a esas letras dedicadas en soledad al viento, para que vaciarse no sea inasequible.

Me dejas aquí, con tu impronunciable nombre que nunca merecí articular.


Paola
melancolía En medio
del duelo intrascendente
de una mujer que te quiso.

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