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LA MODA Y SU EVOLUCIÓN

Las tendencias que marcaron a las diferentes civilizaciones

 Ana Guerrero
 Belén Fernández
 Ariana Bustamante
 Sofía Flores
 Julieta Madrigal
30-12-1899

INTRODUCCIÓN
En este trabajo se van a expresar los cambios continuos de la moda y las tendencias junto con las
transformaciones desde las civilizaciones iniciales humanas. No sólo se va a tratar de decir, por ejemplo,
la vestimenta que utilizaban los egipcios, sino que nos vamos a extender, además, a las vivencias de esos
pueblos que marcaron una diferencia en la Historia.

Gracias a dichas ropas antiguas, se fabrica la reciente preferencia con respecto a los diseñadores y
consumidores de la moda en la actualidad. En los últimos años, se ha tratado de revivir aquella sencillez
de los pueblos antiguos, el renacimiento de la figura femenina y el empoderamiento de la mujer en la
sociedad a partir del uso de ropas esencialmente masculinas.

La vestidura no sólo es un pedazo de tela o un ‘’algo’’ que cubre nuestra desnudez, esta va mucho más
allá… el ropaje demuestra las clases sociales, las diferencias entre ambos sexos que fue cambiando a lo
largo del tiempo, es símbolo de las tribus y movimientos revolucionarios y, nos permite actualmente,
sentirnos cómodos y reflejar nuestra personalidad en ello.

‘’LA MODA ES UN LENGUAJE


INSTANTÁNEO’’
- MUCCA PRADA

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PREHISTORIA
La caza fue la actividad principal de los hombres prehistóricos a través de la cual conseguían
alimentarse y crear su ropa. Mediante el desarrollo de diversas habilidades y técnicas surgidas a partir de
su propio ingenio, los hombres de la Prehistoria se dieron cuenta de que las pieles que recubrían la piel
de los animales era suave y, sobre todo, muy caliente. De esta manera, se encargaban de cazar animales,
les separaban las pieles y cocinaban la carne.

Para ambos cometidos, desarrollaron herramientas específicas, tales como raspadores, perforadores,
punzones y tiras en el caso de la fabricación de la ropa. Con el paso del tiempo, las técnicas empleadas
evolucionaron significativamente, de manera que se perfeccionó hasta el punto de elaborar prendas más
complejas de una manera mucho más rápida y para vestir casas y camas y no sólo para cubrir el cuerpo.

PALEOLÍTICO
Teniendo en cuenta los datos de las últimas investigaciones, se piensa que el Paleolítico (2 millones a.C.
hasta 13.000 a.C.) fue la etapa dentro de la Prehistoria en la que se fabricaron las primeras vestimentas.
Las ropas del Paleolítico destacan por ser muy rudimentarias y simples, tal y como sucede con las armas
y herramientas de este período. La piel de los animales que cazaban suponía la materia prima a partir de
la cual desarrollaron sus ropajes, mediante técnicas de raspado y curado y técnicas de ablandamiento. Es
probable, además, que durante el Paleolítico se inventara también el calzado.

MESOLÍTICO
El Mesolítico (13.000 a.C. hasta 8.000
a.C.) se destaca por la mejora y
estabilización de las temperaturas, de
manera que los seres humanos pudieron
desarrollar y mejorar las habilidades
necesarias para la fabricación de la ropa;
así que, ahondaron en la técnica de la
costura y la confección, para lograr
diseñar ropa mucho más flexible y ligera.

NEOLÍTICO
Poco después, con la llegada del Neolítico (8.000 a.C. hasta 3.000 a.C.), se empezaron a desarrollar
técnicas en el campo de la agricultura y herramientas concretas para la recogida de la cosecha, lo que
significó un enorme salto evolutivo, ya que esto permitió que los primeros hombres abandonaran sus
antiguos hábitos de vida nómadas y optaron por nuevas formas de vida sedentarias. Además, gracias a la
agricultura, las fibras vegetales podían ser empleadas como base para la elaboración de ropa. Es así
como nació el lino, una de las mejores telas que existen aún a día de hoy.

IMPORTANCIA
No cabe duda que la importancia de la ropa tuvo un papel protagónico en la constante lucha de los
primeros hombres contra el entorno. Por otro lado, también fue esencial para no presentarse de una
manera tan vulnerable frente al ataque de los animales o de otros hombres, e incluso, de habitar en
lugares en los que no se habrían planteado siquiera la posibilidad de acceder, como cuevas en lo alto de
grandes montañas, zonas gélidas y áreas dominadas por la presencia de enormes animales.

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Además, la llegada de la ropa supuso el inicio de un ámbito de gran importancia a nivel económico,
social y cultural: la moda. De hecho, una vez cubierta la necesidad primigenia de la supervivencia, el
desarrollo evolutivo permitió fijar la atención en otros detalles, de manera que, poco a poco, la ropa pasó
de significar la diferencia entre la vida y la muerte, a ser un objeto de tipo ornamental y decorativo que
establecía diferencias en base al sexo de la persona, el clima e incluso, según la clase social.

EDAD ANTIGUA
EL ANTIGUO EGIPTO
En Egipto la indumentaria era una consecuencia directa del clima cálido y seco y de la forma de vida al
aire libre. Se usaban ropas únicamente de lino, aunque al principio se usaba el algodón, y se plantaba
para fines textiles y fue el tejido utilizado durante casi toda la historia egipcia. También, el color favorito
era el blanco, aunque podía llevar algunos dibujos en los bordes.

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La lana era conocida, pero fue considerada impura, ya que todas las fibras animales eran objeto de
impedimento, y sólo fueron empleadas para abrigos, y prohibidas en los templos y santuarios, dónde los
sacerdotes usaban ropas de lino de color blanco. Por lo que la seda fue el tejido usado en la época
ptolemaica y el algodón en la época árabe.

VESTUARIO DE LA NOBLEZA
Entre la gente de alta posición se adornaba la pieza con bordados y se colocaba sobre un calzón o túnica.
Encima del shenti llevaban las personas de distinción una especie de falda corta formando menudos
pliegues, que para salir de casa se cambiaba por una túnica con mangas o sin ellas, ambas de fina
textura. Para cubrir la cabeza ambos sexos usaban una cabellera postiza, y los hombres un tocado
particular, el claft, que se formaba con un tejido cuadrado hecho con una tela de rayas, ajustado a la
frente y con caídas a los lados.

VESTUARIO MASCULINO
En el Imperio Antiguo, como vestimenta
egipcia, los hombres usaban unas faldillas
llamadas shenti, sujetas con un cinturón a la
cadera y plisadas en la parte delantera. Durante
el período Medio, estas faldas se alargaron un
poco más debajo de las rodillas, y hacia el final
de las dinastías helénicas, se llegaron a usar
largas túnicas livianas con mangas.

VESTUARIO FEMENINO
El vestido femenino se mantuvo igual durante
varios milenios, modificado sólo en algunos
detalles. Las mujeres llevaban la falda larga y
con la cintura muy alta, como un vestido largo y ajustado, de una pieza, sujeto con dos tirantes que a
veces eran anchos y les arropaban los senos. También llevaban una especie de prenda corta cubriendo
los hombros. La forma de colocarse las túnicas era muy variada, dando la impresión de constituir ropa
diferente. A veces usaban una tela muy fina, otras veces eran telas matizadas y pintadas, decoradas con
diversos motivos que imitaban por ejemplo un plumaje como las alas de Isis.

CALZADO
El calzado podía ser doméstico o ceremonial
y se usaba en determinadas situaciones y por
ciertas personas. Llevaban unas pantuflas
hechas con plantas o con fibras vegetales,
que para los reyes y magnates podían ser de
otros materiales, como cuero trenzado, y
llevar todo tipo de adornos, rematándose en
una punta encorvada hacia arriba.

En la vida diaria el hombre común iba


descalzo y solo en alguna ocasión especial
usaba sandalias cuando tenía que ir a algún
sitio llevaba sus sandalias en la mano o las
enlazaba al extremo de un bastón para calzarse al llegar al destino.

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MAQUILLAJE
Tanto los hombres como las mujeres sentían especial predilección por el khol (un polvillo de color negro
que se mezclaba con agua) para embellecer sus ojos. Además, los egipcios se aplicaban una sombra
verde sobre el párpado superior. Y, utilizaban el khol para oscurecerse las cejas y las pestañas.

En cuanto a las mejillas y los labios, se maquillaban utilizando óxido de hierro humedecido para
conseguir un tono rojizo. Por último, los egipcios utilizaban la leche para desmaquillar su piel y
elaboraban hidratantes con la miel como ingrediente principal. Las esencias aromáticas se usaban para
los masajes.

JOYAS
Era un pueblo al que le gustaban los adornos, que utilizaban todas
las clases sociales, aunque los de los campesinos eran más
sencillos. Las joyas eran grandes y pesadas, lo que parece indicar
una influencia asiática. Las piedras más empleadas eran además
del lapislázuli la cornalina y la turquesa y los metales cobre, plata
y oro, que era mucho más abundante. Una creación especial de
Egipto fue una especie de adorno realizada con un conjunto de
discos de metal y que se llevaba directamente sobre la piel o sobre
una camisa de manga corta y se ataba en la espalda.

PEINADOS
Los antiguos egipcios eran muy cuidadosos con su aspecto físico
y los peinados y pelucas, ya que les servían para ayudar a resaltar joyas y vestidos
y, principalmente, determinar la edad y a qué grupo social pertenecían.

Entre los niños era frecuente que llevaran el cabello rasurado salvo un mechón que
colgaba por encima de la oreja derecha, cayendo hacia el hombro. A los 10 años,
con la circuncisión, se cortaba el mechón constituyendo un acto esencial de paso a
la edad adulta. Las niñas también solían llevar el pelo corto y, luego, podían elegir
entre lucir el cabello rapado, largo o corto.

La peluca es el complemento por excelencia del estilismo


egipcio, pero no todo el mundo podía permitírsela.
Probablemente los más humildes lucían su cabello
natural: los hombres solían llevar el pelo corto y existían
tintes para disimular las canas.

Por su parte, los ancianos usaban pelucas para disimular la calvicie o las canas
y, entre las clases sociales más poderosas, era común el uso de pelucas y
extensiones de pelo muy elaboradas, con la asistencia de peluqueros personales
y diseñadores de pelucas.

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LA ANTIGUA GRECIA
La ropa en la Antigua Grecia consistió principalmente en el chiton, peplos, himation y chlamys. Los
hombres y las mujeres griegos antiguos generalmente llevaban dos piezas de ropa envueltas alrededor
del cuerpo: una prenda interior (chiton o peplos) y una capa (himation o clámides). Las ropas se solían
hacer en casa con varios trozos de lino rectangular o tela de lana con poco corte o costura, y se
aseguraban con broches o pasadores ornamentales, y con un cinturón o faja.

En un principio la confección de prendas de vestir se realizaba en lana, algo que gradualmente fue
cambiando al uso del algodón, lino y seda, lo que les permitió crear vestuarios más amplios y frescos,
pasando la lana a ser usada como abrigo en las estaciones frías.

VESTIMENTA DEL HOMBRE


Originalmente la vestimenta de los griegos era igual tanto para
hombres como para mujeres. En el caso de los hombres, se les
daba mucha importancia a los materiales para su confección el
lino, la lana y las pieles. Los griegos llevaban trajes complicados,
cuerpos de vestido ajustados, con mangas huecas y faldas
plegadas, los pliegues eran pequeños, abultados a veces y a veces
adornados con volantes realzados con dibujos o con bordados.

El atuendo que utilizaba el hombre griego dependía de su


posición social, el tipo de acto o ceremonia a la cual asistía y su
gusto por los materiales que le agradaban. Por ejemplo, los
guerreros eran vestidos con material fuerte y varias piezas que lo
protegieran de la intemperie y los peligros de la guerra.

VESTIMENTA MILITAR
La vestimenta militar consistía en una corta túnica tipo faldellín, una coraza metálica que cubría el pecho
y espalda, asimismo, un casco llamado beocio, como una manera de protección en los
enfrentamientos cuerpo a cuerpo.

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VESTIMENTA DE LA MUJER
Las mujeres griegas combinaban dos túnicas: peplo y quitón. El peplo era el más
tradicional, era una pieza rectangular de lana sujeta en los hombros con broches y ajustada
en la cintura. En invierno se abrigaban con el imation y se colocaban en la cabeza el
cecrífalo, una especie de pañuelo. En verano, se cubrían la cabeza con la tolia, un sombrero
redondo de ala ancha.

El quitón envolvía todo el cuerpo, se dejaba abierto por uno de sus lados se sujetaba por los
hombros con broches de aguja, regularmente se usaba como prenda interior. Esta pieza de
tela tenía un doblez en la parte superior al replegarlo por el cinturón quedaba como una
sobretela que semejaba una blusa suelta llamada diplos.

CALZADO
Aparte, en la cultura griega, el calzado era una sandalia elaborada en cuero y trenzada hasta los tobillos
por pequeñas correas, entre las más populares estaban algunos
modelos como crépida, soleá y carbatina.

Primero, las mujeres usaban una especie de zapatilla que


cubría solo los dedos y la parte anterior del pie, las sandalias
griegas correspondían a la solea romana, que usaban los
hombres y mujeres en sus hogares como los calceus, que
cubrían todo el pie. Segundo, los griegos usaron la sandalia de
cuero y la bota masculina hasta la pantorrilla con aplicaciones de
metal, usando modelos diferentes para el pie izquierdo y
derecho.

Y, finalmente, los militares comenzaron a emplear zapatos, aunque permanecieron descalzos entre las
paredes domésticas.

MAQUILLAJE
Se maquillaban y cuidaban mucho su aspecto físico. Usaban cremas y lociones para eliminar las
manchas de la piel o arrugas. Les gustaba teñirse el cabello de rubio porque ese color en el cabello era
señal de extravagancia y no era habitual que las mujeres naturalmente tuvieran ese color de cabello.

JOYAS
Los griegos de la antigüedad no gustaban de engarzar muchas gemas en sus
joyas, preferían colgar fetiches de oro casi siempre aros o discos de sus
diademas y vestidos. Al principio las joyas eran muy sencillas, pero poco a
poco fueron ganando en complejidad.

Crearon objetos de gran belleza como abalorios de ámbar para pulseras y


collares, todo tipo de anillos y sellos, también pasadores para el pelo con
terminaciones de cuarzo y preciosos pendientes, eran muy populares los de
forma de paloma, símbolo del dios Eros. Los inicios del uso del oro y las
gemas por parte de los griegos debieron comenzar en el año 1400 a.C. donde
comenzó la confección de joyas y utilizaron preciosas amatistas, esmeraldas y,
además, perlas.

PEINADO

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El cabello era en la Antigua Grecia una forma también de distinción social: los esclavos usaban el
cabello corto, con la cabeza rapada y la gente de clases más altas usaban peinados elaborados, con el
cabello perfumado con aceite de oliva o esencias, aunque en general el estilo de los griegos era bastante
natural.

En las mujeres, el cabello es largo con rizos delanteros sobre la frente y el cabello recogido en la
coronilla y dividido en gruesos mechones que caen sobre los hombros sobre la espalda recogidos con
cintas. Mientras que los hombres, utilizaron el pelo corto y dejaron crecer su barba. Generalmente
llevaban barba, aunque los soldados comenzaron a hacerse afeitados completos.

EL IMPERIO PERSA
La vestimenta de los persas, que tomó importancia histórica a mediados del siglo VI a.C., estaba basada
en la de los asirios y los babilonios, con algunos elementos propios.

La prenda típica era el kandys, especie de túnica de lana hilo o seda importada del Lejano Oriente, que
se adaptaba al cuerpo y tenía mangas amplias. Por primera vez en la historia de la humanidad, aparece el
uso de la ropa interior. Los persas fueron los creadores del bordado de aplicación, técnica que se
introdujo en Europa después de las Cruzadas. De la indumentaria femenina se conoce muy poco, pues
las mujeres llevaban una vida de reclusión.

VESTUARIO DE LA NOBLEZA
El gran rey y su sátrapa vestían el kandys. El color del monarca era púrpura, con saya o túnica con
cinturón, generalmente llegaba a los tobillos. Otros colores para la monarquía era el púrpura, azul
oscuro o blanca y cinturón con hilos de oro. Y se diferenciaba también por sus kandys adornado
con flecos y bordados.

VESTUARIO DE LA GUARDIA DEL SÁTRAPA


Se caracterizaba por la armadura del caballo de bronce, al igual que las protecciones de las
piernas. Vestían una túnica roja con penacho blanco y, la demás gente utilizaba una túnica o saya
sostenida con un cinturón. Las ropas se encontraban relacionadas con el nivel social y jerarquía del
Imperio. El servicio militar era obligatorio, en donde cada guerrero tenía que pagarse sus vestimentas y
armas durante los aproximadamente cuatro años que duraba dicho servicio.

Nadie podía liberarse del servicio militar, pero las clases altas tenían las posibilidades económicas para
comprar ropas mejor decoradas y elaboradas ya que el uso de tintes en las prendas las hacia más
vistosas.

Los colores de uso son rojos, verdes y amarillos y están decorados con rombos, líneas y estampados y la
tiara o gorro que usaban era de color amarillo. Los lanceros se hacían notar por ropas coloreadas en rojo.
Los portadores de escudos y espadas usaban ropa de colores claros o crudos con o sin adornos y con
tiara blanca lo que denota que no eran nobles y que eran de un nivel inferior de los lanceros. El ejército
particular del rey, vestía a la usanza griega y llevaba armadura.

VESTUARIO FEMENINO
Vestían con una túnica amarrada con cinturones; en general
llevaban una vida de reclusión y encierro; no tenían vida
social ni económica y no podían ver a un hombre de frente a
menos que trajeran cubierta la cara. Las damas nobles
usaban también una túnica y un manto o saya con adornos

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en los bordes. Hasta el siglo XIII la vestimenta de los persas fue semejante a la que usaban en la época
de su gran imperio. Su prenda característica era la túnica de lana o de seda, traída del Lejano Oriente,
que, por lo general, les llegaba a los tobillos. Debajo de ella usaban prendas interiores, camisa y
calzoncillos. Otra innovación eran las prendas cortadas y cosidas, con mangas aplicadas y gran amplitud
en los puños. La túnica del monarca era de color púrpura, azul oscuro o blanca y el cinturón era tejido
con hilos de oro. Las mujeres llevaban una vida recluida, por eso no se conocen muchos aspectos de su
indumentaria. Por lo general, las damas nobles vestían una túnica talar y un amplio manto con adornos
en los bordes.

CALZADO
Las persikai era el nombre del calzado que llevaban los habitantes del antiguo Imperio Persa. Era una
especie de calzado muy flexible, aunque contaban con otros como el zapato de caza, las botas lazadas o
el borceguí entre otros. Regularmente
obtenían el color de la piel del animal,
por lo que tendían a ser de color
amarillo tenue y eran amarrados a los
tobillos con correas y botones.

MAQUILLAJE
Las mujeres usaron barra de labios,
rubor y maquillaje para los ojos.
También, siete productos
fundamentales eran utilizados para la cosmética femenina en el antiguo imperio: sormeh (polvo negro
como lápiz de ojos); henna, para teñir el cabello y las manos; qazeh (colorete para las mejillas), sefidab
(polvos para hacer la tez más blanca), vasmeh (polvos para oscurecer y dar grosor a las cejas), zarak
(polvo amarillento para aclarar el color del pelo) y khal, para pintar lunares.

JOYAS
Aunque no se conocen con exactitud las características de la joyería y los accesorios persas, se conoce,
en un pequeño rincón del centro de Teherán (Irán), el Museo Nacional de Joyas del país asiático. Se
destaca, por ejemplo, el orbe terrestre elaborado para un rey de la dinastía Qajar.

De casi un metro de altura, los orfebres emplearon 34 kilos de oro y engarzaron más de 50.000 rubíes,
esmeraldas y diamantes en una pieza cuyo único fin fue el de satisfacer el gusto del rey.

PEINADOS
Con lo que respecta al arreglo personal, las barbas y cabellos se usaron al igual que en toda la región de
Mesopotamia: largas y rizadas y entre mayor clase social, podían ir adornadas con hilos de oro. Los
soberanos o personajes principales, como los gobernadores o sátrapas, llevaban
sobre su cabeza tiaras, mitras o sombreros altos de fieltro.

EDAD MEDIA

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IMPERIO BIZANTINO
La vestimenta bizantina cambió considerablemente durante los mil años del Imperio, pero
fue esencialmente conservadora. A los bizantinos les gustaba el color y el diseño, y
fabricaban y exportaban telas con un rico estampado, especialmente seda bizantina,
tejidas y bordadas para las clases altas, y teñidas con resistencias e impresas para las
inferiores. Un borde diferente o recorte alrededor de los bordes era muy común, y se ven
muchas rayas simples por el cuerpo o alrededor del brazo superior, a menudo indicando
clase o rango. El gusto por las clases medias y altas siguió las últimas tendencias en la
Corte Imperial. Como en Occidente durante la Edad Media, la ropa era muy cara para los pobres, que
probablemente usaban la misma ropa bien usada casi todo el tiempo; esto significaba en particular que
cualquier disfraz perteneciente a la mayoría de las mujeres debía caber durante todo el embarazo.

VESTUARIO MASCULINO IMPERIAL


Usualmente el emperador llevaba dos túnicas sobrepuestas
cortas. La de encima, cortada por los lados, dejando ver la
segunda y se ciñe a la cintura por un cinturón. Las mangas son
largas y estrechas, adornadas con altos puños bordados. Estas
túnicas cortas al principio pueden convertirse en largas y las
mangas de la túnica exterior son más anchas y cortas.

VESTUARIO FEMENINO IMPERIAL


Las emperatrices y damas bizantinas de la alta alcurnia, se
presentaban arregladas como ricos relicarios, con mucha
majestad bajo sus grandes vestidos ceñidos muy arriba, llevaban
también dos túnicas. La interior de mangas largas y estrechas que terminan en puños de seda bordados
en oro y perlas, cubiertas de espesas pulseras.

Los de la túnica exterior suelen ser blanca con una banda vertical bordada en oro, que recuerda al adorno
de las túnicas romanas llamadas patagium. Las dos vestiduras se decoraban con claves y con calículos.
Las claves eran bandas longitudinales que iban desde los hombros hasta la parte de la túnica y que
podían ir cosidas y bordadas encima de la túnica o
parte baja de la túnica a la par que la tela. Los
calículos, eran trozos de tejido de color diferente
aplicado a la altura del pecho y de la rodilla. A
menudo la vestidura exterior se alzaba y dejaba ver
la ornamentación de la túnica interior.
Generalmente ese adorno exterior de la túnica
podía ser el patagium de color púrpura y oro.

VESTUARIO HOMBRE
El vestido masculino era una túnica larga o corta
con mangas; junto con pantalones de tela y
pantalones de cuero. La túnica semisuelta fue
recogida con un cinturón. Por su parte, la túnica larga se usó como
una prenda exterior. Ambos tipos de túnicas tienen ornamentos
con bordes.

VESTUARIO MUJER

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Como traje femenino, común y ordinario, las mujeres utilizaban la túnica larga y manto o velo colocado
sobre la cabeza. Estos elementos van más o menos enriquecidos o bordados según la clase social a la que
pertenecían.

CALZADO
Se encuentra una gran variedad de calzado, con sandalias, zapatillas y botas hasta la mitad
de la pantorrilla, todos comunes en las ilustraciones de manuscritos y hallazgos
excavados, donde muchos están decorados de varias maneras. El color rojo, reservado
para el uso imperial en el calzado masculino, es en realidad el color más común para los
zapatos de mujer.

MAQUILLAJE
Si bien no existe mucha información con respecto al maquillaje en el Imperio Bizantino, existen varios
aspectos relevantes que nos darán una idea general del panorama de la época, referente tanto al
maquillaje, como a la forma en que lo utilizaban durante esta época de la historia de la Humanidad.

Las jóvenes cuidaban el cutis sometiéndolo a verdaderos tratamientos de belleza, utilizaban cosméticos
producidos con grasas de animales mesclados con mirra. Usaban compresas calientes para abrir los
poros aplicando el cosmético, posteriormente, sin retirarlo, se aplicaban un barro hasta que se secaba.
Resaltaban la blancura de su tez destacando exageradamente el rojo en los labios y la forma de perfilar
los ojos era muy similar a la actual.

JOYAS
Los artesanos bizantinos realizaron pendientes, medallas grandes para los collares,
brazaletes combinados con perlas. También trabajaron con pedrería fina, engastando
rubíes y esmeraldas en sortijas de dimensiones considerables.

PEINADO
El cabello está cubierto por una variedad de pañuelos de cabeza y velos, presumiblemente a menudo se
quita dentro de la casa. Algunas veces, las gorras se usaban debajo del velo y, en ciertas ocasiones, la
tela se ataba con un turbante. Los primeros fueron envueltos en forma de ocho, pero en el siglo XI se
adoptó una envoltura circular, posiblemente cosida en una posición fija. En los siglos XI y XII, los
paños o velos comenzaron a ser más largos.

RENACIMIENTO
El Renacimiento estará marcado por el nuevo paradigma de pensamiento, que es el antropocentrismo
basándose en la idealización de la figura humana. Por ello esta idea se verá reflejada en el desarrollo de
la industria textil, las prendas eran confeccionadas por sastres, y se adapta a los gustos de la clientela.
Gracias a la mejora de los medios de comunicación, en especial los medios marítimos con nuevas
técnicas e instrumentos de navegación favorecieron al transporte de mercancías de lujo.

VESTUARIO DE LA NOBLEZA
Las mujeres de la nobleza y la realeza se vestían con varias capas de
ropa, como ropa interior utilizaban calzas y camisas con una enagua
que solía ser de seda o lino. Encima de estos se ponían un vestido
largo, que solía llevar una pequeña cola y por encima de esto una
túnica.

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Las telas que usaba la realeza y la nobleza en la edad media solían ser de terciopelo y seda, pero solo los
reyes podían usar seda púrpura y dorada, además los tintes para colorear la ropa eran caros y sólo los
nobles podían pagarlos. Los reyes y las reinas tendían a usar siempre colores brillantes como el rojo y el
azul.

VESTUARIO DE LOS CABALLEROS


Los caballeros, para el combate vestían una armadura, la cual estaba hecha de anillos de metal y se
llamaba cota de malla, debajo de esta llevaban una camisa y un par de pantalones. la cota de malla era
pesada, y muy incómoda, así que con el tiempo los caballeros pasaron a llevar placas de metal que
cubrían el pecho, la espalda, los brazos y las piernas.

Para proteger la cabeza los caballeros llevaban un casco de metal llamado yelmo que tenía una visera
que se podía abrir y cerrar para proteger la cara. Los escudos eran de metal o madera y solían llevar el
emblema de la familia del caballero, si lo tuviera.

VESTUARIO MASCULINO
Vestidos de seda, los hombres, eran muy aficionados a los colores llamativos y llegaron al
extremo de ataviarse con trajes de varios colores. Hacia fines del siglo XV las túnicas
empezaron a acortarse y las medias a alargarse, este fue el gran cambio durante la época, aparte
de una mayor ornamentación: el alargamiento de los calzones, los cuales iban muy adornados
por quedar a la vista. En el siglo XVI se usaba vestir camisola por encima del corto faldón, se
utilizan además “greguescos acuchillados” (calzoncillos con cortes que permitían ver la tela
inferior, que generalmente era de otro color) con pretina; jubones (prenda rígida que cubría
desde los hombros hasta la cintura) con mangas trenzadas o enteras, anchas y ceñidas en las
muñecas; calzas cortas, anchas por arriba y adornadas con oro y terciopelo; cuello alto y
gorgueras (pañuelo que cubría el cuello o el escote); mantos, capas, chalecos y casacas cortas
con solapas y mangas; bonetes (sombreros de forma cónica) de terciopelo, caperuzas y gorras
con plumas; sombreros de alta copa o baja, con ala sin doblar; zapatos de terciopelo con punta
cuadrada, botines y botas altas de gamuza y tacón de color.

VESTUARIO FEMENINO
El revestimiento femenino en la época del Renacimiento, era
particularmente complejo en su diseño: el fundamento era
distorsionar la figura de la mujer, para realzar sus
características femeninas, a través de un incremento de las
caderas y el busto, además de atenuar la cintura. Las telas
preferidas para la confección eran las sedas, rasos, terciopelos,
brocados, damascos, enriquecidas aún más por los bordados
con hilos de plata y oro. Los colores de este período son
fuertes en el vestuario femenino. El corpiño era de talle corto,
ajustado, en punta y muy escotado y la falda amplia, a veces
se usaba una especie de sobre-vestido con sisas muy grandes
por donde pasaban las mangas ajustadas o bien muy amplias y
“acuchilladas”; en estos casos el escote tenia forma de V y
llegaba hasta la cintura, dejando ver una pechera ajustada y
con cuello redondeado. En invierno se usaban capas forradas
con pieles de marta, armiño, zorro, etc. En verano, los
abanicos de plumas eran el complemento protagónico. Los
guantes se convirtieron en este siglo en un objeto de lujo y
solían ser de seda o piel muy fina, con bordados.

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CALZADO
Al correr los siglos la bota se fue volviendo un implemento exclusivamente masculino, reservándose a la
mujer delicadas piezas de calzado que difícilmente les permitían salir de sus casas. El resto de la
población, aun la que trabajaba con caballos no tenía más posibilidad que trabajar descalzos, y esto
incluía a la mujer, la cual nunca estuvo eximida de las fuertes labores rurales.

En el siglo XVIII, las damas de la corte francesa usaban zapatos de brocado con tacón alto cuya
elevación podía llegar a los ocho centímetros, y en otros países las mujeres, adoptando la moda llegada
de París, se pasaron al llamado “tacón francés”. Con el tiempo, se impuso una polarización en los
tacones, pues mientras los de las mujeres se hacían cada vez más altos y estrechos, los de los hombres se
reducían.

MAQUILLAJE
En el Renacimiento, la tendencia era llevar cejas finas y tez muy blanca haciendo también uso de los
coloretes. Las mujeres depilaban la frente para darle amplitud y las cejas al punto de hacerlas
desaparecer. Algunas llevaban ligeras sombras en el mentón, así como bajo el párpado inferior.

JOYAS
En el Renacimiento la joyería adquiere una gran belleza por su rico colorido y un diseño nuevo de tipo
escultórico y por la inclusión de elementos arquitectónicos y, además, por el cambio paulatino de la
temática religiosa a temas clásicos y naturalistas.

Las joyas tienen gran importancia en el mundo


de la moda, a partir del siglo XV. La
indumentaria de la época, normalmente
terciopelo y seda, estaban decoradas con perlas
y pedrería fina, lo cual las convertía en
verdaderas obras de arte y estrechaba la relación
entre las artes decorativas y las artes mayores.

PEINADOS Y SOMBREROS

En
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cabeza, los florentinos habían llevado hasta entonces un mazzocchio, especie de rodete recubierto de tela
y una foggia que caía a lo largo de la mejilla izquierda sobre el hombro y se prolongaba por un
becchetto que llegaba hasta los talones o se anudaba en torno al cuello en tiempo frío. En el siglo XV, se
reemplazó este tocado pasado de moda por un gorro cónico relativamente elevado cuyo borde posterior
se levantaba manteniéndolo hacia la parte delantera.

SIGLO XVII
La indumentaria de la época reflejaba algunas de las características más sobresalientes de la ideología de
ese momento: el pudor y la complejidad ornamental.

En las ciudades las personas mostraban su pertenencia a una determinada clase social en parte gracias a
la riqueza de sus atuendos y al uso de las telas más ricas y exóticas. En cambio, en el campo no hubo
esta preocupación, y la indumentaria apenas cambió a lo largo de los siglos.

El pudor obligaba, sobre todo, al uso de colores oscuros y a tapar casi todo el cuerpo. De ahí que
resultara casi imposible discernir tanto la figura femenina bajo faldas, barquillas, enaguas, gorduras y
mantos, como la masculina, bajo calzas, cuellos, pelucas, capas y guantes.

El vestido separa los sexos y permite leer sobre ellos los sentidos que cada época atribuye a los cuerpos
según su distribución en el binomio hombre/mujer. No obstante, la indumentaria codifica otros valores:
la pertenencia a una clase social, la identidad nacional o grupal, la juventud y la vejez, la profesión, e
incluso el sentimiento religioso.

VESTUARIO MASCULINO
A mediados del siglo XVII, el traje masculino sufrió algunas transformaciones, dentro de las cuales se
pudo apreciar la sustitución del “cuello de golilla” por el pañuelo y la corbata los cuales iban de la mano
con el alargamiento del cabello y el uso de
pelucas. Otro elemento que se vio afectado por
este cambio fueron las calzas las cuales se
convirtieron en calzones.

VESTUARIO FEMENINO
La indumentaria femenina estaba compuesta por
el verdugado sobre el cual fueron elaborando las
siluetas que precedieron al “guardainfante”. El
estilo era de modelo francés que consistía en una
plataforma de mimbre a la altura de las caderas,
pero las mujeres españolas lo convirtieron en un
complicado armazón realizado con aros de
madera, alambre o hierro unidos entre sí con
cintas o cuerdas que se completaba en la parte superior con mimbre, crin y otros materiales para
enfatizar las caderas. El guardainfante se vestía sobre varias enaguas y sobre él, a su vez, se ponía la

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pollera, falda interior realizada con tejidos ricos de vistosos colores y a veces acolchada con lana para
redondear las caderas, encima de la cual se colocaba la falda exterior llamada basquiña.

Otro elemento que hizo parte de este vestuario fue la cotilla, la cual esta era vestida sobre la camisa
interior femenina, y sobre esta, el jubón. En esta época también sufrieron cambios otros elementos de la
indumentaria como fue el escote el cual era más amplio y dejaba al descubierto gran parte del cuello y,
en algunas ocasiones, también dejaba ver los hombros.

VESTUARIOS DE LA CLASE MEDIA Y BAJA MASCULINA


Con respecto a lo anterior, las personas de clase alta podían tener el lujo
de mandar a confeccionar sus trajes sobre medidas y no tenían la
necesidad de comprar prendas ya fabricadas, cómo debían hacer las
personas de clase media y baja.

El traje masculino estaba compuesto por una camisa amplia de lino o


algodón, un jubón el cual terminaba en pico con mangas acuchilladas,
medias cortas o a media pierna y medias de lana que iban sujetas con
jarreteras o ligas.

VESTUARIOS DE LA CLASE MEDIA Y BAJA


FEMENINA
Por otro lado, las mujeres de clase media y baja usaban faldas
largas, sin adornos, las cuales iban acompañadas de una blusa
o camisas sencillas. Este traje estaba compuesto por una
pañoleta que cubría los hombros la cual era anudada sobre el
pecho, en épocas de frío, usaban un manto de paño o lana el
cual les proporcionaba calor y abrigo. De acuerdo a lo
anterior, estas mujeres decidieron eliminar de su vestuario el
verdugado y la lechuguilla o gorguera, y escogieron el
conjunto de jubón y basquiña en vez de la saya entera. La
cintura fue cambiada por una pretinilla y/o cinturón de
damasco o cuero. Con respecto a la camisa, se usaban dos
tipos, la camisa de pecho la cual era escotada, y la camisa alta
la cual cubría el cuello. Estos tipos de camisa permitían que
las mujeres pudieran arremangar sus mangas dejando al
descubierto los brazos, algo que era inusual en aquella época.

Finalmente, algunas mujeres usaban un sayuelo el cual tenía un escote amplio y sin mangas, este iba
acompañado con una basquiña, una camisa, generalmente de pecho, un manto corto y un delantal que
servía para cubrir las prendas. Como complemento se usaba un pequeño tocado que iba sobre los
“hombros y podía meterse en el escote para proteger del frío’’. Con respecto al calzado, iban descalzas o
con chinelas y botines.

CALZADO
En el siglo XVII aparecen las botas tipo embudo, que se ajustaban en el pie y se ensanchaban en las
piernas e iban adornadas con encajes y espuelas. Mientras que el calzado femenino se diferenció
marcadamente del masculino y las botas se asociaron al
uniforme militar.

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MAQUILLAJE
De esta época podemos definir unos cánones estéticos
muy concretos para el ideal de belleza en las mujeres
como son utilizan una capa muy espesa de color blanco y
utilizaban rubor en las mejillas para contrastar la blancura y se pintaban los labios de rojo. También
solían utilizar lunares decorativos, realzando así su aspecto teatral, todo ello unido al uso de
extravagantes peinados.

JOYAS
Al comienzo del siglo XVII se desarrollan nuevas técnicas para la
talla de las piedras preciosas duras, el diamante fue la piedra más
deseada, de modo que las joyas se separan en dos categorías, las
joyas de diseño con diamantes y gemas de menor categoría que
seguían los dictámenes de la moda del vestir y de la joyería.

PEINADO
Los hombres prefirieron llevar el copete, también los llevaron más rizado y dejó crecer el pelo. Mientras
que la mujer utilizó un copete denominado jaulilla y, en los años 30 hasta los 60, la melena es corta y
abultada en los laterales; se decoraba con joyas y lazos.

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SIGLO XVIII
La pasión por la moda en Francia y en Inglaterra en el siglo XVIII se puso de manifiesto a través de la
pintura rococó y hoy en día también se puede apreciar gracias al cine. María Antonieta, reina consorte de
Francia y Navarra y casada con Luis XVI de Francia, marcó el ritmo de la moda en Versalles.
Considerada frívola y derrochadora, destacó por su extravagancia y su pasión por la indumentaria. Años
antes, Jeanne-Antoinette Poisson, conocida como Madame Pompadour, la amante más célebre del rey
Luis XV de Francia, fue una gran promotora de las artes, y, sobre todo, de la moda. Por otro lado, en
Inglaterra una de las mujeres que más sobresalió por su belleza y su estilo en el vestir fue Georgiana
Cavendish, duquesa de Devonshire.

VESTUARIO MASCULINO
Los hombres elegantes incorporaron a su atavío desde la primera mitad del siglo XVIII las piezas del
traje militar o ‘’a la francesa’’, compuesto de casaca, chupa y calzón. Fue tal su impronta a nivel
internacional que, a lo largo del Setecientos, se convirtió en un atuendo que llevaron todas las clases
sociales, diferenciándose entre sí en la calidad de las telas y guarniciones. Este vestido representaba un
nuevo canon ideológico y simbólico que afectaba a la manera de relacionarse con el propio cuerpo y de
presentarse en sociedad. El colorido y la vistosidad de las telas de las prendas a la francesa colisionaba
con la tradicional sobriedad del atuendo español e imprimía, a ojos de los moralistas, una femineidad al
porte masculino nada acorde con la respetuosa y grave imagen del caballero español. Incluso colores
relacionados tradicionalmente con lo burlesco,
inmoral o indecente, como el amarillo, pasaron a
formar parte de la gama cromática con que se
vestían ambos sexos.

Los aristócratas, por influencia del traje cortesano,


fueron incorporando a su guardarropa las prendas
típicas del ‘’vestido militar’’, ‘’a la moda’’ o ‘’a la
francesa’’, términos usados indistintamente para
aludir al atuendo típico de la dinastía borbónica.

Estas tres prendas que componían el vestido a la


francesa experimentaron una serie de variaciones a
lo largo del Setecientos que afectaron a la forma y la
longitud de las mismas, lo que también fue el origen
de otro tipo de piezas que derivaron de las mismas
como el frac, el chaleco o el pantalón. Durante el
reinado de Luis XV la casaca se fue haciendo más
cómoda, fundamentalmente para que los caballeros
montaran a caballo. Las mangas se estrecharon y la
vuelta disminuyó. El corte recto de los primeros
modelos se sustituyó por la curva, haciendo que los
bordes delanteros se redondearan desde la cintura
hasta abajo, permitiendo que quedaran visibles tanto
la chupa como el calzón.

VESTUARIO FEMENINO

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Los entornos en los que se exhibían estos vestidos eran sobre todo las fiestas galantes, las mascaradas y
los bailes, en los que el lujo, la magnificencia y el refinamiento decorativo cobraban una gran
importancia. Asimismo, el artificio y la superficialidad eran clave, por lo que la moda debía de ser el
reflejo de la pompa y la sofisticación. La monumentalidad y la ornamentación de los palacios estaban en
armonía con los enormes trajes de la época, dotados de gran riqueza gracias a tejidos sedosos, coloridos
y brillantes.

Sin embargo, uno de los rasgos más característicos de la indumentaria y el peinado


del siglo XVIII fue su libertad creativa y su exuberancia, en cierta medida muy
similares al horror vacui (miedo al vacío) de las paredes de los palacios, que con
sus mármoles y elementos fantasiosos ejemplificaban la mentalidad caprichosa de
la época.

Los vestidos femeninos adquirieron líneas sueltas y vaporosas, y los amplios


escotes se consiguieron a partir del corsé o chaqueta entallada que llegaba hasta las
caderas. Los vestidos más utilizados en Francia y en Inglaterra fueron el vestido
‘’a la francesa’’, ‘’a la inglesa’’ y “a la polonesa”. Este último vestido se destacó
porque permitía lucir los zapatos, lo que supuso una grandísima revolución para la
historia del calzado.

CALZADO
El calzado cambió para el siglo XVIII, en el caso de los hombres este pasó a ser más ancho y robusto y
el de las mujeres más delgado y estilizado. Fue así que, alrededor de 1730, los hombres dejaron de usar
tacones altos y este tipo de zapatos pasó a ser de uso casi exclusivo de las mujeres.

MAQUILLAJE
Se pone de moda la extravagancia y la exageración propuesta por la corte, que a veces resultaba
grotesca. Existía una obsesión por el maquillaje y los perfumes. El hombre se maquilla tanto como la
mujer, presentando un aspecto afeminado.

La frente despejada, mejillas regordetas y sonrosadas, y piel blanca. Las cejas


se depilaban dejando el pelo ligero y con forma de media luna. Los labios,
pequeños, con el labio inferior un poco más grande creando un efecto capullo
de rosa, suave y de color rojo.

JOYAS
Las joyas del siglo poseían una línea y una delicadeza muy particular. El metal, que al principio se
utilizó en gran cantidad, se redujo al mínimo aligerando el peso de la pieza y concediendo más
importancia a las piedras. Nuevamente, los diamantes fueron las piedras predominantes.

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PEINADO
A fines del siglo XVII en Francia, las pelucas largas y blancas empezaron a ser populares entre los
hombres gracias al reinado de Luis XIV. Hacia la segunda mitad del siglo, las femeninas empezaron a
usar pelucas al igual que los varones. La llegada al trono francés de Luis XVI (en 1774) tendría como
consecuencia el apogeo del estilo rococó en los peinados femeninos, gracias a nada menos que su
esposa, María Antonieta. A diferencia de los hombres, las mujeres empolvaban sus pelucas con polvos
de colores pasteles, sobre todo rosa, violeta o azul.

Las pelucas se convirtieron en un indicador fidedigno de la posición social de la mujer, no solo como
componente estético, sino también por los materiales que se usaban en la elaboración. Las mujeres más
adineradas podían costear mejores y más variedad de materiales.

EDAD MODERNA
REVOLUCIÓN FRANCESA
En 1789, la Revolución Francesa generó un profundo cambio en la estética del vestuario: la seda, que
era la materialidad más usada, fue cambiada por el sencillo algodón. Fue una revolución provocada por
diversos factores: el fracaso de la economía nacional, el creciente conflicto entre la aristocracia y
aquellos con prerrogativa real, el descontento de una mayoría de ciudadanos frente a las clases más

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privilegiadas y una prolongada y severa escasez de alimentos. La Revolución adoptó una manera de
vestir como objeto de propaganda ideológica de la nueva era y los revolucionarios manifestaron su
espíritu rebelde apropiándose de la indumentaria de las clases bajas.

VESTUARIO MASCULINO
Aquellos que todavía vestían ropas de seda
extravagante y de vivos colores eran considerados
antirrevolucionarios. En lugar del calzón y las medias
de seda que simbolizaban la nobleza, los
revolucionarios se pusieron pantalones largos llamados
“sans-culottes”. Además del pantalón, el simpatizante
revolucionario lucía una casaca llamada
“carmagnole”, un gorro frigio, una escarapela tricolor
y zuecos. Este modo del vestuario, que tiene su origen
en el gusto inglés, más sencillo, evolucionó hacia un
estilo de casaca y pantalón que luego fue adoptado por
el ciudadano del siglo XIX.

Si bien durante la Revolución surgieron nuevos estilos


de moda que se sucedían rápidamente, reflejando la
cambiante situación política, el atuendo clásico, como
el terno ‘’a la francesa’’, se seguía utilizando como
traje oficial de la corte. Las nuevas modas convivieron
con las antiguas durante todo el período
revolucionario.

En algunos casos el caótico clima social generó modas


excéntricas. Los jóvenes franceses, en especial,
adoptaron estilos radicales, inusuales y frívolos. Los “muscadins”, un grupo de jóvenes
contrarrevolucionarios, protestaron contra el nuevo orden y se vistieron con excéntricas casacas negras
de grandes solapas y amplias corbatas. Siguiendo la misma línea de excentricidad, los “petites maÎtres”
llamados “incroyables” usaban cuellos extremadamente altos, grandes solapas dobladas hacia atrás,
chalecos de colores fuertes, corbatas anchas, calzones y cabello corto.

VESTUARIO FEMENINO
El equivalente antirrevolucionario en femenino, las
“merveilleuses”, llevaban vestidos extremadamente finos y
diáfanos, sin corsé y guardainfantes. El vestido redondo
más adelante se transformó en el vestido camisa o
camisero, el atuendo de algodón más popular durante el S.
XIX.

CALZADO
El zapato era una prenda de lujo, pues se deterioraba con gran facilidad; era difícil que un par de zapatos
durase más de un mes, por tanto, su uso estaba restringido a las clases más acomodadas. El resto de la
población utilizaba alpargatas, abarcas, o simplemente iban descalzos, especialmente los niños.

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Los zapatos femeninos fueron completamente bajos, uno de los distintivos de la nueva moda, y no hay
excepciones. Estos zapatos bajos, a imitación de las antiguas griegas y romanas, llevaron más tarde muy
a menudo cintas cruzadas que subían por la pierna. Pero, sin duda, la
gran novedad de la década fue el uso de las botas, altas y flexibles, con
vuelta generalmente, encima del pantalón tipo calza, muy ceñido, por
parte de los hombres de la civilización europea.

MAQUILLAJE
Con la Revolución Francesa los excesos estéticos desaparecieron. Se
declaró el maquillaje públicamente descortés y vulgar; sólo lo usaban los actores y las prostitutas. Hasta
la llegada de Napoleón al poder, y gracias a su esposa Josefina, los cuidados de belleza renacieron en
Francia.

JOYAS
Aunque no se conoce demasiada información acerca de las joyas en dicha época, se destacan las joyas
de la Corona de Francia o diamantes de la Corona de Francia, un conjunto de joyas de la monarquía
cuyos orígenes se remontan al rey Francisco I. Sin embargo, fueron objeto de un robo en 1792 durante la
Revolución Francesa, por lo que la colección está hoy en día dispersada.

La pieza más conocida es el diamante blanco llamado el ‘’El Regente’’, conservado desde 1887 en el
Museo del Louvre.

PEINADO
Llegará después el Romanticismo y la languidez, las pelucas dan paso a bucles
realizados en las peluquerías parisinas. El Romanticismo supuso un auténtico
culto a la irracionalidad, al sueño, al sentimiento. La dualidad
de los dos movimientos de esta primera mitad de siglo, el
clasicismo y el romanticismo, se complementan.

SIGLO XIX
Con la Revolución Industrial se producen cambios significativos: se introduce la mecanización en el
terreno de las manufacturas textiles, cambios en el tratamiento de los tejidos e incluso la organización
social del trabajo; en Inglaterra se estaba produciendo la Revolución Textil.

En el siglo XVIII se crean unos colorantes fijos, lo que hace nacer una importante industria del paño de
algodón. Esto supondrá también una revolución social dado que los mercados se van a llenar de tejidos
con colores vivos y dibujos de gran variedad.

Estas condiciones tecno-comerciales, junto con el nacimiento y desarrollo de la verdadera clase media,
redujeron las diferencias que existían entre la vestimenta de la aristocracia y la del pueblo.

VESTUARIO MASCULINO
La moda masculina sigue siendo sencilla. Triunfa el uso del redingote, un abrigo abrochado
por delante y abierto en la parte inferior. Se popularizan también nuevas prendas, como la
americana, que encuentra una amplia aceptación entre la gente joven y la ropa de deporte,
usándose la chaqueta “Norfolk” para la caza.

VESTUARIO FEMENINO

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Hacia los años 50 aparece la crinolina, unas enaguas a las que se les añadían aros de acero para hacerlas
más rígidas, en España conocido como miriñaque. Esta moda se popularizó en España, Francia,
Inglaterra y Estados Unidos. Como el volumen de la prenda no permitía usar abrigos, se usaban capas y
grandes chales.

Con el tiempo el miriñaque se fue aplanando dando


origen al polisón, el vuelo de las faldas se
concentraba hacia atrás de forma que se sostenía con
un pequeño cojín sujeto a la enagua.

En la última década del siglo XIX desaparece el


polisón del vestuario femenino. Los vestidos se
hacen de línea más fina, y se usan tejidos como la
seda y los encajes para blusas y enaguas. La política
seguía influyendo en la moda. Francia se inclinaba a
la alianza con Rusia y eso se notó en el empleo de
pieles, que hombres y mujeres usaron para sus
prendas de abrigo.

Pero si hay una fecha que marque un antes y un


después en el mundo de la moda, esa es 1858, año en
que Charles Frederick Worth abre el primer taller de
costura de la historia. Desde el primer momento tuvo
un éxito espectacular, llegando a contar con nueve reinas entre su clientela. Aunque suaviza el vestuario
femenino, éste seguía siendo rígido: puntillas alrededor del cuello, incómodos sombreros, plumas de
avestruz y corsés para afinar la figura.

CALZADO
A mediados de siglo se crea el modelo que mayor aceptación ha tenido en la historia contemporánea del
calzado masculino: el Oxford. En la misma época, la bota era ya el calzado cotidiano de mujeres y
hombres, invierno y verano, ampliándose la variedad de modelos. La caña alta es una conquista
femenina porque había sido patrimonio de los hombres. Entre la clase trabajadora aparece el uso de los
botines, producidos en serie en la incipiente Revolución Industrial.

MAQUILLAJE
La hegemonía de la belleza la siguió marcando Francia. La moda ya no la imponía la Corte, sino la
burguesía. Apareció un nuevo concepto de belleza femenina. Había una tremenda obsesión por aparecer
enferma, alcanzándose límites insospechados por conseguir una tez pálida o blanquecina.

Se llegó a poner de moda ingerir vinagre y limones para parecer más enfermos; las orejas se marcaban
de azul, las mejillas se empolvaban de rosa pálido y los labios en un color carmesí.

Las mujeres debían proteger con sombreros o sombrillas su rostro del sol, para mantener la piel blanca
de manera natural. Se utilizaban productos naturales para conseguirlo, como la avena, la yema de huevo
o el agua de rosas. Las mujeres pellizcaban sus mejillas para darle un toque rojizo al rostro.

JOYAS
A principios del XIX, en Italia, las joyas clásicas continúan siendo fielmente
reproducidas, se vuelven a aplicar las técnicas del granulado y la filigrana y
utilizan piedras duras, como por ejemplo el coral, las conchas y el oro en
láminas muy finas.

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En Europa se buscan objetos de plata de grandes dimensiones y pretenciosos que tenían como finalidad
dar a conocer el estatus social del que los poseía.

Se tomaban las ideas principalmente del Imperio Romano y, hacia mitad del siglo XIX, habrá tambi én
una recuperación nostálgica del mundo de épocas pasadas; en particular del medievo y Oriente.

De ello se deriva la aparición en el mercado de una producción extremadamente diversificada que


alcanza su momento de máximo esplendor en las grandes Exposiciones Universales de Londres y París.

PEINADO
Hacia el final del siglo XIX, el margen que la mujer tenía para variar sus peinados no era amplio.
Podía escoger entre el cabello largo o bien recogerlo formando un peinado a lo Gibson girl, un
recogido un poco basto que acumulaba la melena sobre la cabeza y finalizaba en un moño en la
parte superior.

En general, los hombres se mantenían fieles al modelo victoriano: pulcritud y peinados con
fijador hacia atrás o con raya a un lado.

EDAD CONTEMPORANEA
SIGLO XX
En todo este tiempo, miles de tendencias han pisado las pasarelas y representado la movida cultural a
través de prendas y piezas icónicas, una tras otra.

Los diseñadores aprovecharon los cambios sociales, revoluciones y conjeturas históricas para nutrir la
moda de cultura; estilismo, tendencias y prendas que van desde el bikini hasta las plataformas marcaron
un antes y un después en la historia y en ánimos de reconocer su impacto, reunimos los artículos más
influyentes del medio para resumir lo que significó el siglo XX cuando hablamos de moda.

VESTUARIO MASCULINO
Durante el siglo XX, la moda masculina sufre una gran transformación que evoluciona de los más
estrictos códigos de etiqueta y el protocolo en el vestir, predominantes durante la primera mitad
del siglo, hasta la máxima libertad, individualismo y mezcla de estilos, de la segunda.

En los años 1900 y 1920, se los conoce como "La bella época" debido al alto nivel de satisfacción
económica y social, y por ello, el vestuario se convierte en la manifestación de la vida ostentosa y
extravagante de la gente adinerada.

En Estados Unidos, los hombres usaban sombreros redondos, pajarita y vestían pantalones anchos
conocidos como "oxford bags" (que son pantalones amplios tipo oxford).

En los años 1930 y 1940, prácticamente marcó el fin de la alta costura. Los hombres utilizaban
uniformes viejos, debido a la precariedad de la época en la obtención de materias primas, que poco a
poco se transformaron en trajes civiles, confeccionados con restos de tejidos.

Los trajes masculinos son de dos o tres piezas: chaqueta, chaleco y pantalón de tonos claros y diferente
tejido, trajes blancos, o bien chaqueta blanca y pantalones negro, junto con sombreros obligatorios.

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En los años 1940 y 1950, son décadas están marcadas por la Segunda Guerra Mundial, por lo que los
tejidos utilizados son de inferior calidad, ya que la producción es escasa. Utilizaban trajes tradicionales y
conservadores con siluetas holgadas y con volumen, con camisas blancas y corbatas sencillas.

En los años 1960 y 1970, se destaca el estilo ‘’mod’’, el cual se encontraba basado en el uso de trajes
ajustados, pantalones estructurados, camisas de manga larga, corbatas delgadas y ropa inspirada en las
tendencias de la moda italiana.

El estilo disco hizo que los pantalones acampanados del hippie evolucionaron a un aspecto de campana
inferior y siempre junto a la chaqueta y el chaleco.

Las camisas apretadas y desabrochadas, de cuellos exageradamente anchos y largos, cadenas de oro y
joyas a menudo se combinaron con el resto de la indumentaria.

En los años 1980 y 1990, la moda se fue asociando, agrupando y cambiando en torno a las distintas
tribus urbanas que fueron surgiendo, las cuales, constituyeron un modo de vestir y una determinada
actitud frente a la vida.

Estilo Rap/Urbano: calzan zapatillas deportivas, jeans negros ajustados, sombreros Kangol y cadenas de
oro.

Estilo andrógino: los hombres usaban maquillaje, especialmente delineador de ojos y esmalte de uñas,
guantes de encaje, collares múltiples y pantalones ajustados. El pelo largo, un poco objeto de burla y
algunas veces resaltado o teñido.

Estilos rockero y punk: llevaban camisetas ajustadas con logos de sus grupos favoritos. Los abrigos de
cuero con tachuelas se combinan con pantalones o jeans de cuero apretados. En los punks, el pelo era
típicamente multicolor y engominado, y a menudo llevaban delineador de ojos, pantalones estrechos de
tartán.

Ropa casual: usaban los jeans rotos, desteñidos y todo tipo de acabados y "lavados". Las camisetas de
grupos musicales se volvieron populares, así como el cabello suelto. La gran innovación fue la aparición
de los piercings, tatuajes y pinturas de pelo.

VESTUARIO FEMENINO
A lo largo del siglo XX, la vestimenta que usaban las mujeres fue cambiando.

La moda comienza en el año 1900 con sus faldas ajustadas a la cadera extendiéndolas en forma de
campana al llegar al suelo. En el mundo laboral se empieza a incorporar el corte con influencia
masculina para las mujeres. Los vestidos eran largos, cubrían los zapatos, las plumas y los encajes
hacían furor, destacando los grandes sombreros con infinidad de adornos.

En 1910 la moda fue muy importante e influyente ya que marco la división de clases, ya que solo las
clases sociales muy altas, eran las únicas capaces de poder importar sus vestidos o las telas de Francia,
con tal de estar a la moda.

En 1920, la ropa comenzaba a ser mucho más práctica. Se popularizaba el traje de chaqueta para calle y
para las fiestas se elegían los vestidos con grandes escotes en la espalda, así como abrigos largos con
pieles.

En 1930, la moda se encontró perjudicada debido a las guerras. Las chicas se


vestían con uniforme de ciudad y se popularizaron los pantys. Además, utilizaban
pañuelos a la cabeza.

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En 1940 volvió el esplendor. Se aumentó el volumen de sus faldas, pero se mantenían por debajo de sus
rodillas. Comenzó el culto por la belleza porque las mujeres estaban hartas del estilo sobrio y cómodo;
las curvas eran el nuevo símbolo de la belleza femenina. Usaban abrigos de paño, bolsitos al codo y los
más elegantes sombreros.

La década de 1950 se destaca por la revolución. Se utilizaba ropa cómoda dando lugar a la ropa juvenil.
Los estampados eran de mariposas y de flores y se comenzaron a imponer las minifaldas.

En 1960, surgió el concepto de la ropa diferente, original y divertida. Las mujeres comenzaron a usar
pantalones de campana y se impusieron las blusas de algodón.

En 1970, se produjo un furor hacia lo retro. Las flores fueron el principal símbolo y resaltaban los trajes
y vestidos, que se lucieron con ajustados pantalones.

En 1980, el nuevo estilo se caracterizaba por el uso de ropa interior visible. Esta nueva moda fue
altamente controvertida volviéndose un sinónimo de liberación para las mujeres, ya que antiguamente
usar la ropa interior así les daba aspecto de una mujer desarreglada.

La década de 1990 se basaba en la variedad y no en una tendencia específica y duradera. La gente


trataba de ponerse lo que le hiciera sentirse más cómoda, sin darle mucha importancia a la opinión de los
demás o a las tendencias, porque se había llegado a la conclusión de que no había una verdadera
libertad.

CALZADO
Una de las características de principales del siglo XX es la liberación del pudor al pie y se permitió que
los zapatos femeninos asomaran su empeine bajo las faldas.

Como conocemos, tanto la moda como el calzado sufren cambios extraordinarios durante este siglo.
Aparecen materiales, métodos industriales y de marketing; consecuencias de las dos Guerras Mundiales,
la depresión económica y los periodos de prosperidad, todos ellos han jugado su parte en dar forma a la
especial variedad e ingenio en el diseño del calzado. Aparecen desde botines elegantes, zapatos de salón,
hasta las zapatillas deportivas. Además, se impone la altura del tacón, el grosor de la suela, la delicadeza
del diseño y, hasta niveles de utilidad y comodidad.

MAQUILLAJE
Al final de la guerra y, en las primeras décadas de dicho siglo, la mujer quería destacar su lado
enigmático con un cutis más claro y un colorete en forma de mancha redondeada.

Los ojos se marcaban con khol con los párpados oscuros, incluso morados o negros y con forma
redondeada, las cejas rectas o caídas y arqueadas y los labios en tono granate o rojo intenso, eliminando
el color de las comisuras en forma de corazón o boca de piñón.

En los años 40 y 50, predominaban los rostros dulces y refinados. El delineador sigue siendo marcado y
sobresaliendo su línea por la parte exterior del ojo, las sombras eran en tonos turquesa y azules. Las
cejas se llevaban más claras y anchas.

En los años 60 y 70, predomina una gran aparición de movimientos sociales, culturales y musicales, que
crean diferentes estéticas para reclamar sus ideas y su estilo de vida.

Aunque la mayoría de la población atendía a las tendencias de cine y televisión, marcada por
los años 20, donde el maquillaje se centra en los ojos exagerados que se perfilan con
delineador por la parte superior e inferior, creando una forma redondeada. Se usaban sombras

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en tonos turquesa, azules, blanquecinos, tonos pastel en rosa pálido y con pestañas muy grandes casi
siempre postizas. Los labios se pintaban muy suaves y naturales en tonos claros.

También aparece el movimiento Hippie y Punk, que contaban con filosofía muy determinada basada en
el situacionismo y con una estética propia.

En los años 80 y 90, predomina una desorientación en los modos de vestir, la peluca y el maquillaje,
debido a la multitud de reseñas que ha dejado la época anterior. El maquillaje va poco cargado buscando
naturalidad y se opta por un determinado maquillaje dependiendo de la ocasión. No predomina ningún
color especial de temporadas, debido a la gran afluencia de modas.

El máximo exponente de esta época fue Madonna.

Las referencias de esta década vienen reflejadas por la televisión, el protagonismo se lo lleva el pelo. Se
busca una piel bronceada, pero natural. Cejas muy marcadas, sombras en tonos claros y labios
difuminados en tonos marrones o naranjas.

JOYAS
Los últimos coletazos del colonialismo europeo decimonónico coincidieron con una era de riqueza, de
refinamiento y de sofisticación sin igual que se vio bruscamente interrumpida con la llegada de la
Primera Guerra Mundial. Este período, que denominamos Belle Époque, a nivel de las artes no significó
una ruptura respecto al pasado ni tampoco una novedad, sino más bien una reelaboración de antiguos
temas y motivos.

El diamante fue la gema más popular junto con la perla, y era habitual enmarcarlo en líneas de esmalte
negro o de ónix, de modo que muchos lo consideraban una estética muy “blanco y negro”. Los orfebres
se inspiraron en la aportación estilística de los ballets rusos de Diaghilev y el redescubrimiento de
culturas tales como la egipcia o la japonesa. La segunda guerra mundial supuso el final de los locos años
20 y dio paso a una nueva década mucho más explosiva.

PEINADO
En los años 20 y 30, el pelo corto ‘’a lo garçon’’ causó autentico furor durante el inicio del siglo
XX. El cabello era muy corto además daba un aspecto elegante, pero a la vez rebelde. El corte Bob
también era muy habitual.

En los años 40, el cabello era símbolo de feminidad. Se lucia a la altura de los hombros con ondas y
raya al lado. Las ondas con mucho volumen, menos marcadas que las ondas al agua.

En los años 50, los flequillos empiezan a resurgir y las medias melenas con color triunfaron como la
de Marilyn Monroe en la época dorada de Hollywood.

En los años 60 el cabello de moda es aquel que se encuentra muy encrespado y con grandes
cantidades de laca. Los moños son el peinado por excelencia de los cabellos largos. Los peinados
presentan un alto volumen y tupés.

En los años 70, las influencias de los sesenta eran notorias. El estilo de pelo afro fue súper llamativo,
evidentemente, muy rizado y con mucho volumen.

En los años 80, el volumen del cabello era el rasgo más importante del peinado durante los ochenta. Los
tonos comenzaron a ser más arriesgados. Especialmente triunfaban los cabellos cardados y con rizos de
rulos.

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Finalmente, en los años 90, para finalizar, el cabello de los noventa era muy diverso. El volumen del
cabello descendió y, además, se incrementó los tonos de los colores.

SIGLO XXI
El siglo XXI se enfrenta a un problema: toda la moda está ya inventada. La resolución entonces es
modernizar las modas de los siglos anteriores con materiales modernos y siempre dentro de una
practicidad. Se mantienen los vaqueros y minifaldas y vuelven las faldas largas y los pantalones anchos.
La altura del pantalón varía enormemente cada dos años y se introducen prendas de otras culturas. En
los siglos anteriores el atuendo femenino era de una forma y el masculino de otra, dentro de ciertas
diferencias personales y de clase social, todos vestían igual. La moda de este siglo se basa en la
diversidad.

La nueva era del siglo XXI deja su reciente evidencia y las semanas de la moda marcan su punto
indeleble en la elección de los atuendos diarios. El nacimiento del ámbito digital propone un nuevo
punto de vista sobre estilos a adoptar y la sociedad genera su propio criterio. Múltiples firmas invaden
las tiendas de las principales ciudades y advierten distintas propuestas.

Los años actuales se basan en un resurgimiento de las tendencias del siglo XX y marcan un fenómeno de
inspiración en el pasado. Surge el streetstyle como expresión de las sucesivas manifestaciones
personales de los transeúntes y, con ella, estilos innovadores y combinaciones repensadas para el uso
actual. Acompañando a éste se encuentra el hipster que, a grandes rasgos, compone a una persona que
utiliza un look muy marcado. Por último, los complementos, los detalles y las prendas entalladas
constituyen ítems que reúnen la identidad de la imagen personal.

VESTUARIO MASCULINO Y FEMENINO


En el 2000 la moda se fue asociando y cambiando según las
distintas tribus urbanas, que constituyeron un modo de vivir,
una determinada actitud frente a la vida y que generalmente
hacen referencia a la juventud. La pertenencia a uno de estos
grupos se hace evidente en la ideología, la música, el modo de
vida y también en la apariencia, siendo el consumo de
determinadas marcas de ropa, el uso de ciertas prendas o
colores, distintivos propios de las distintas tribus. Los hombres
tanto como las mujeres adoptan el chándal para todo tipo de
trabajo u ocasión. Se reincorporan prendas de los años 1980, regresando el estampado floreado. Se usan
los shorts, polleras, y pantalones tiro alto y las minifaldas.

Los hombres implementan el escote en V junto con pantalones pitillos (o


chupines) y zapatillas de marca. Los pantalones blancos en los hombres son
sensación, en cambio, los pantalones oscuros aportan una gran elegancia, tanto
como las camisas abiertas con remeras o camisetas debajo y arremangadas.
Las mujeres prefieren moda fresca, pero con un toque moderno, poco
maquillaje, cabello natural, pero con peinados estructurados combinando un
poco de moda del año 1960. El vintage tiene fuerte presencia en el guardarropa
femenino. En cambio, en el vestir masculino empieza a crecer una moda
alternativa que busca identidad, donde influyen las tendencias y estilos
propios, siendo un poco más arriesgado y divertido.

CALZADO

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Ahora, cada individuo puede elegir qué tipo de calzado desea usar. En el caso de los hombres, ellos
suelen usar Oxford lisos, botas, zapatillas de marca, mocasines y sandalias. Y, las mujeres usan, entre
otros, alpargatas, borceguís, zapatillas deportivas, chatitas, ojotas y tacones.

MAQUILLAJE
En la actualidad, el objetivo del maquillaje es lograr que la mujer y el hombre se vean más atractivos,
con un aspecto juvenil y saludable, ocultando imperfecciones y realzando la belleza.

Cada momento y situación requiere un tipo de maquillaje, acorde a la vestimenta y estado de ánimo de
quién lo lleva. Por ejemplo, el maquillaje de día es más suave, realza los rasgos naturales del rostro y
oculta pequeñas imperfecciones, en cambio, el maquillaje de noche se destaca por ser más intenso y los
tonos son marcados.

La tendencia de las cejas emplumadas sigue siendo la protagonista, por lo que los productos de
maquillaje de cejas, los cepillos y los fijadores son imprescindible.

En los labios siguen siendo imprescindibles los labiales oscuros o en tonos rojo pasión, damos paso
también a los conocidos nude que aportan gran naturalidad a nuestro look.

Existe una gran variedad de cremas, maquillajes, perfumes y jabones. La gran mayoría de las mujeres
usa cosméticos e, incluso, el número de hombres que los utiliza es cada vez mayor.

Cada día emergen más youtubers, instagramers y blogueros profesionales del maquillaje, donde nos
enseñan sus técnicas de maquillado y los productos que utilizan. Y los cuáles nos ayudan a aprender
técnicas e incluso a buscar inspiración.

JOYAS
En pleno siglo XXI la joyería ha tenido que aprender a adaptarse a los nuevos tiempos: el cliente actual
ya no busca el lujo, busca la diferencia.

El uso de joyas masculinas ha tenido un incremento en la última década debido a un aumento en los
hombres del interés en el cuidado de su imagen. Atrás quedó el uso de un simple reloj o anillo de
compromiso: hoy día es muy habitual ver hombres llevando collares y brazaletes o pulseras y
pendientes. De hecho, los primeros pendientes en la historia se crearon para los hombres.

Entre las joyas actuales, encontramos, a pendientes larguísimos con piedras brillantes y elementos
metálicos, el uso de perlas clásicas y la tendencia del broche de metal basado en lagartos, serpientes e
insectos.

PEINADO
El cambio de siglo, les dio un impulso creativo a los estilistas, y sobre todo en el campo
del color. Las tinturas de tonalidades atrevidas como el rojo o la caoba y las mechas
gruesas de colores claros le dieron vida al cabello del nuevo milenio.

CONCLUSIÓN
Los tiempos cambian, la moda en el vestir no es la excepción, pues ha cambiado desde el gusto por el
vestir hasta la forma en que se elaboran las prendas y la variedad de telas y accesorios para lucir de una
forma excepcional y elegante, de acuerdo a cada necesidad, ya sea esta de tipo social o económica. La
moda se considera arte desde el momento en que se plasma un dibujo para confeccionar esta prenda y

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que luego pasa a la industria de fabricación de telas para luego ser confeccionada y así finalmente pueda
ser comercializada, las capitales de la moda son las que dictan la moda y que cuentan con diseñadores,
fabricantes de telas, accesorios ,sastres y costureras, pero antes de seguir este proceso llevan a cabo
estudios de mercado, esto para saber lo que el consumidor prefiere usar o lo que está a su alcance
comprar y es de esta manera como se decide lo que dicta la moda.

Si bien, desde un principio la historia nos narra que los primeros humanos buscaron cubrir su cuerpo con
las pieles de los animales que cazaban y esto por las inclemencias del tiempo, pues hoy las pieles y
cueros se siguen utilizando tanto para prendas de vestir como para calzado, sombreros, bolsos y cintos,
pero hoy en día la gran mayoría buscan el vestuario de moda, simplemente para lucir las marcas y
hacerle saber a los demás que pudo costear un artículo de marca o que se está actualizado con la moda,
más que por la necesidad de proteger el cuerpo.

No se puede dejar de mencionar que la tecnología informática va de la mano con el arte del diseño de
modas pues ahora ya hay programas de software creados para tal fin, pudiendo lograr por medio del
diseño gráfico los bocetos de modas que anteriormente eran hechos a mano con lápiz.

Por lo que la vestimenta y la moda, además, forman parte de un enorme proceso revolucionario en todos
los aspectos: tecnológico, económico, social…

Gracias por detenerse a leer nuestro trabajo que fue hecho con mucho esfuerzo y redactado a partir de
largas investigaciones ¡Saludos y esperamos que les haya sido interesante y de ayuda!

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