Esteban Carmen - Educar Con Paciencia
Esteban Carmen - Educar Con Paciencia
Esteban Carmen - Educar Con Paciencia
Portada
Sinopsis
Portadilla
Cita
Introducción
CAPÍTULO 1. Algunos conceptos clave
CAPÍTULO 2. Las emociones durante los
primeros años de vida
CAPÍTULO 3. Rabietas. ¡Los maravillosos 2
años!
CAPÍTULO 4. Miedos infantiles
CAPÍTULO 5. Los trastornos de ansiedad
CAPÍTULO 6. Celos y envidia ante la llegada
de un hermano
CAPÍTULO 7. Los 10 mandamientos de la
educación emocional
CAPÍTULO 8. Pantallas en la infancia
CAPÍTULO 9. El concepto de muerte en la
infancia
CAPÍTULO 10. Prevención del abuso sexual
en niños
ANEXO. Dinámicas familiares
Referencias bibliográficas
Nota
Créditos
Gracias por adquirir este eBook
Las emociones son el motor que nos impulsa, que nos permite
adaptarnos al medio y sobrevivir día a día. Resulta paradójico que
nos digan que debemos aprender a pensar de forma racional cuando
esta función es de las últimas en madurar. Por tanto, ¿no tendrá más
sentido escuchar también a nuestras emociones, que nos
acompañan desde el primer día de vida?
Durante sus primeros años, los niños deben conocer todos los
estados emocionales. Lo importante es que aprendan a manejar sus
emociones en lugar de dejarse dominar por ellas. Solo así crecerán
felices.
A través de este libro descubrirás cómo van emergiendo y
evolucionando desde la infancia y cómo ayudar a tu hijo a
gestionarlas, para que te sientas acompañada y segura durante la
crianza.
Carmen Esteban
@mipsicologainfantil
EDUCAR
CON
PACIENCIA
Tu historia de vida
Hoy en día, cada vez hay más información científica sobre las
consecuencias futuras que tiene este tipo de estilo de educación y
por eso cada vez menos familias siguen este modelo educativo. Es
cierto que aún nos queda mucho camino, todavía se puede escuchar
a mucha gente defendiendo este tipo de modelo educativo a través
de verbalizaciones como:
Hasta el día que fui madre, el parto más cercano que había visto era
a través de una pantalla (películas, series, etc.). Recuerdo a mujeres
con el pelo perfecto, maquilladas, sin una gota de sudor y que, al
poco tiempo de nacer el bebé, estaban encantadas de recibir visitas.
A día de hoy, el único parecido que encuentro entre estas imágenes
y mi propia experiencia es el dolor que aquellas mujeres divinas
parecían sentir al parir.
También me sorprendía ver, en los anuncios de televisión que
anunciaban productos relacionados con la maternidad, casas
perfectamente organizadas y limpias, progenitores ideales, sin ojeras
ni signos de cansancio, madres totalmente recuperadas física y
emocionalmente, por no hablar de esos bebés o niños que la única
emoción que transmitían era alegría y tranquilidad. En fin, ¡una
maternidad perfecta!
Y luego estaba yo: hinchada, con el cuerpo dado de sí, vestida
con ropa XXL y unas enormes bragas postparto, muy, muy sensible,
con compresas XXXXL y unas ojeras que ya me hubiera gustado
haber conseguido a base de maquillaje para una noche de
Halloween. ¡Ah!, se me olvidaba: adaptándome al mundo de la
lactancia con dudas, grietas y algún que otro problemilla. En fin,
sintiéndome sola, incomprendida y rara, porque llegué a creerme la
versión rosa que nos vendían desde las pantallas.
En resumen: ahí estaba yo, sintiendo mucha alegría… pero
también agotada, con mucho miedo, sentimientos de culpa,
incertidumbre y frustración. Es decir, aprendiendo a ser madre y
reconociéndome a mí misma como tal.
Además, nadie pregunta por ti, porque ahora el verdadero
protagonista es tu bebé. La gente da por hecho que tú estás bien.
Total, ya ha pasado el parto y tu bebé está bien. ¿Por qué ibas a
estar mal? Y te sientes mal por sentirte mal. Y si se te ocurre
hablarlo con alguien seguramente te diga:
Indefensión aprendida
“Yo quiero hacer algo relacionado con el deporte, pero toda mi familia es de
ciencias y sé que se sentirían decepcionados conmigo si yo eligiera
deporte”.
TIPS
¡STOP PROYECCIÓN!
Por aquí os dejo unos tips sobre cómo evitar proyectar en los niños
nuestros sueños o nuestros miedos, permitiéndoles ser ellos
mismos:
Margen de tolerancia
Zona de activación óptima
A mis alumnos siempre les pongo esta imagen porque, para mí, es la
base de la educación emocional:
Yo pienso que debo hablar con calma a mi hijo cuando no viene a la ducha
cuando le llamo. Sin embargo, le grito y amenazo diciéndole que, si no
viene, luego no verá la tele. Inmediatamente después de decirle eso, la
culpa aparece. ¿Por qué? No solo porque he hablado mal a mi hijo, sino
porque además siento que me he fallado a mí misma.
Secuestro emocional
“No tiene calor, lo que pasa es que estáis gritando. ¡¡¡Si os calláis un ratito
seguramente sería mejor para todos, y aún mejor para el bebé!!!”.
Y me enamoré.
Desde entonces tuve claro que yo quería ser psicóloga
infantil y perinatal. En aquel máster aprendí cantidad de cosas de
muchísimos profesionales que venían de distintas partes del mundo,
pero si tuviera que resumir todo lo aprendido en una sola frase, diría
lo siguiente:
La educación de las
emociones empieza desde
mucho antes de la cuna.
El temperamento
El temperamento es la forma de ser que tiene una persona de forma
congénita. Por eso muchas familias dicen que han criado a sus dos
hijos exactamente igual y son muy diferentes. Es decir, no todo
depende del estilo de crianza, sino que la intensidad de las
emociones también depende de la naturaleza de cada niño. Este
aspecto ha sido estudiado por varios investigadores, pero quiero
citar al equipo del laboratorio de Nathan Fox, de la Universidad de
Maryland, donde comprobaron que el temperamento influye mucho
en la forma de reaccionar ante los estímulos externos. El nivel de
riesgo que asume un niño depende, entre otras cosas, de su
temperamento. Por eso, hay niños que se asustan con más facilidad
que otros ante diferentes estímulos. Por ejemplo, al ver a Papá Noel
algunos peques se emocionan y le abrazan mientras otros se echan
a llorar porque les da miedo.
Cada bebé llega al mundo con su propio temperamento y es
este el que controla su forma de afrontar y expresar sus emociones.
Por eso las comparaciones entre hermanos no tienen ningún sentido.
Muchas veces, detrás de esas comparaciones subyace la inseguridad
y frustración de los adultos porque no entienden qué han hecho con
uno que no hayan hecho con el otro, pero si redirigimos la mirada a
la propia naturaleza del niño nos resultará mucho más fácil
adaptarnos a las características de cada uno. Somos las mamás y los
papás los que debemos adaptar nuestro estilo de crianza a los hijos,
y no al revés.
Los estilos de crianza
Estilos de crianza.
DEMOCRÁTICO NEGLIGENTE
Límites, pactos, reflexión y escucha activa. Pasividad y falta de interés por las
conductas de sus hijos.
A veces, castigo físico.
TIPS
¿Y QUÉ HAGO CUANDO MI HIJO PEGUE O
MUERDA?
“No se pega”.
“Te has enfadado porque te han quitado el juguete. Cuando te quiten
el juguete, en vez de pegar, díselo a tu profe”.
Tu hijo es evolutivamente
normal.
Factores de riesgo
Aunque todos los niños necesitan vivir esta etapa, no todos la viven
con la misma intensidad.
FASE 1
El desencadenante
TIPS
¿QUÉ HACER?
No evites los desencadenantes. Por ejemplo, si el niño
coge más rabietas cuando juega con la consola, la solución no
es prohibirle jugar porque entonces no está aprendiendo a
gestionar su emoción, sino a bloquearla.
Verbalizaciones:
TIPS
¿QUÉ HACER?
“Mamá sabe que te encantaría comprar este juguete, pero hoy hemos
venido por el regalo de tu amigo. En tu cumple, si quieres, nos ayudas a
elegir el tuyo”.
Intenta ofrecerle otras alternativas para desviar la
atención del punto conflictivo. De esta forma evitaremos el
bloqueo:
FASE 3
La rabia
TIPS
¿QUÉ HACER?
¿Qué NO hacer?
FASE 4
La reflexión
TIPS
¿QUÉ HACER?
Pregúntale si se encuentra bien para poder hablar
sobre lo que ha pasado. A veces pensamos que ya están
tranquilos y una sola palabra o gesto nuestro desata otra vez
la rabieta. Por eso es importante que les preguntemos si se
encuentran bien para poder hablar, de esta forma toman
conciencia sobre su propio estado emocional y por lo tanto es
más fácil que se autocontrolen.
• Ruidos fuertes.
• Lo desconocido.
0-1 año
• Separarse de su figura de apego.
• Alturas.
•Animales.
• Tormentas.
• Oscuridad.
1-6 años • Seres fantásticos: brujas, fantasmas, monstruos, Papá
Noel.
• Catástrofes.
• Abandono de los padres.
• Monstruos.
• Daño físico.
• Miedos concretos (insectos, determinados animales…).
• Conflictos entre los padres.
• A estar solo.
6-12 años
***
• Hacer el ridículo.
• Enfermedades.
• Accidentes.
• Bajo rendimiento escolar.
Componente cerebral
Componente fisiológico
Componente psicológico
Componente conductual
Evitar el miedo
Este sería el camino que nos ofrecería una aparente solución a corto
plazo: soslayar el malestar generado por el miedo. Pero, a largo
plazo, ocurre un efecto paradójico y es que evitar el miedo solo
genera más miedo. A los niños y adolescentes a los que trato se lo
explico a través del siguiente ejemplo:
“Imagina que yo creo que dentro del armario de mi despacho hay un
monstruo o una persona mala y que, si abro la puerta, me puede hacer algo
malo y, si no la abro, no me expongo a ese riesgo”.
“¿Cómo me sentiré cada vez que pase por delante de la puerta del
armario?”.
“¿Con qué relacionaré los ruidos extraños que escuche en mi despacho a
partir de ahora? ¿Y cómo me sentiría?”.
“¿Y qué hago si un día necesito guardar o coger algo del armario?”.
Afrontar el miedo
Harry Potter nos enseñó las claves para vencer al miedo. ¿Recordáis
sus técnicas?
“Ya eres mayor. Es una tontería que te dé miedo. Todos tus amigos van
y tú eres la única que no quieres ir. Me da igual cómo te pongas: irás”.
“Sería una pena que no fueras porque irán todos tus amigos y harás
actividades que te gustan mucho, como montar a caballo. ¿Por qué no lo
intentas, y si te encuentras mal te recogemos?”.
• Estilo negligente. Estas familias se caracterizan por una
ausencia de límites y carencia de afectividad en la crianza.
Muestran indiferencia ante los problemas de sus hijos. La
respuesta que darían sería:
“Me alegra saber que al menos te lo has pensado. Si tienes claro que
esta vez no quieres ir, es tu decisión. Sí que nos ustaría que en el futuro
lo intentarás. Por ejemplo, quedarte un día a dormir en casa de los
abuelos o de tus primos”.
• Estilo negligente. Ante la falta de límites y afectividad, este
tipo de niños tienen dificultades a la hora de regular sus
emociones. Su familia no le ayuda a trabajar sus miedos, pero
tampoco los valida.
TIPS
CÓMO AYUDAR A NUESTROS HIJOS A
AFRONTAR SUS MIEDOS
“Imagino que debes pasarlo mal cada vez que te toca hablar en clase.
Yo también me pongo nerviosa cuando, en mi trabajo, tengo que hablar
delante de los compañeros”.
Fobia específica
Se trata de un miedo o una ansiedad intensos provocados por
ciertos objetos o desencadenados ante situaciones específicas (por
ejemplo, volar, alturas, ciertos animales, agujas u objetos punzantes,
ver sangre). En los niños, el miedo o la ansiedad se pueden expresar
con llanto, rabietas, quedarse paralizados o aferrarse.
El objeto o la situación que están en la raíz de la fobia casi
siempre provocan miedo o ansiedad inmediata. La persona que la
padece por lo general procura evitar el objeto o la situación fóbicos o
intenta resistirse activamente con miedo o ansiedad intensos. El
miedo o la ansiedad que experimenta son desproporcionados al
peligro real que representa el objeto o situación específica y al
contexto sociocultural.
Tanto el miedo como la ansiedad o la evitación deben ser
persistentes y durar al menos seis meses.
Además, el miedo, la ansiedad o la evitación causan malestar
clínicamente significativo o deterioro en sus relaciones sociales y
otras áreas importantes.
Las fobias específicas se agrupan en cinco categorías:
• Palpitaciones o taquicardia.
• Sudoración.
• Temblores o sacudidas.
• Sensación de ahogo.
• Sensación de atragantamiento.
• Opresión o malestar torácico.
• Náuseas o molestias abdominales.
• Inestabilidad, mareo o sensación de desmayo.
• Desrealización o despersonalización.
• Miedo a volverse loco o descontrolarse.
• Miedo a morir.
• Parestesias (hormigueos o entumecimientos).
• Escalofríos o sofocaciones.
A veces, el niño puede sentir que se está muriendo durante el
ataque de pánico. Es importante decir que estos ataques no son
frecuentes en los niños pequeños, sino que a menudo comienzan
durante la adolescencia.
Agorafobia
• Transporte público.
• Espacios abiertos.
• Lugares cerrados.
• Encontrarse en medio de una multitud.
• Estar fuera de la casa.
• Estar solo.
• Hallarse en ciertos espacios sociales, como restaurantes.
Mutismo selectivo
El mutismo selectivo es un trastorno de ansiedad de la etapa infantil,
caracterizado por la ausencia total del habla en, al menos, una
situación específica aun cuando el niño tiene la capacidad de hablar
en otras situaciones. Es decir, son niños que tienen desarrollado el
lenguaje, pero que se bloquean en, al menos, un contexto concreto
y no pueden hablar.
Esta alteración interfiere a nivel escolar llegando a afectar en
el rendimiento escolar (ya que el profesorado tiene dificultades para
evaluarlos) y también en el ámbito social (al provocar sensación de
aislamiento y soledad). Sin embargo, son niños que no suelen tener
problemas a la hora de expresarse en entornos donde se sienten
seguros como, por ejemplo, con su familia o amigos más cercanos.
Para que la ausencia de habla en contextos concretos se
diagnostique como mutismo selectivo debe durar, al menos, un mes
(no cuenta si es el primer mes de colegio).
El mutismo selectivo se da en niños que suelen ser tímidos,
retraídos y tranquilos. Este trastorno infantil no obedece a causas
físicas o por problemas articulares, no se trata de un problema de
lenguaje, pues el niño se expresa correctamente en otras
situaciones.
Ante un caso de mutismo selectivo es muy importante evitar
hacer estas tres cosas:
• Etiquetar al niño como tímido, vergonzoso o retraído, ya que
esto solo hará que se bloquee más.
• Presionarle para que hable, ya que este tipo de actitudes
aumentan su nivel de ansiedad y por lo tanto refuerza el
mutismo.
• Sobreprotegerlo, porque disminuye su autonomía y frena su
desarrollo.
TIPS
CÓMO ACTUAR ANTE UN NIÑO CON MUTISMO
SELECTIVO
Una madre quería que, después de jugar, su hijo regresara a casa lo antes
posible y antes del anochecer. Pero no lo conseguía. Esta mamá pensó que
tal vez, si asustaba a su hijo, él le haría caso. Así que la madre le contó que
era importante que regresara antes de que cayera la noche porque al,
ponerse el sol, salían unos espíritus malvados que podrían atacarle. Y así
consiguió que su hijo le hiciese caso.
El problema vino cuando el niño se hizo mayor, porque seguía teniendo
miedo a los espíritus y también a la oscuridad. Así que su madre decidió
regalarle una medalla y le dijo que, mientras la llevara puesta, los espíritus
no le harían daño. Y así, agarrando fuerte la medalla, el niño se atrevió a
salir de noche. Sin darse cuenta, su madre había implantado tres miedos en
su hijo: a los espíritus, a la oscuridad y, ahora también, a perder la medalla.
“Es importante que estudies, para que luego puedas elegir estudiar lo
que te gusta”.
“Dame la mano para cruzar la calle, porque la mamá es más alta y ve
mejor los coches que vienen”.
“Comer mucho chocolate no es bueno para ti. Puedes hacerlo de vez en
cuando, pero no tan a menudo”.
“Las lentejas son legumbres y son buenas para ti. Come ahora unas
poquitas para tener energía. Si prefieres otra legumbre te la puedo hacer la
próxima vez”.
Los celos
“Ah, vale. Así que prefieres estar con tus abuelos, ¿eh?… Vale, vale…”.
“Mi hijo no tiene celos. ¡Si a su hermano le quiere muchísimo! Pero con
nosotros ha cambiado mucho”.
“Mamá, a partir de mañana voy a tener una nueva mamá a la que no solo
voy a querer igual que a ti, sino que además tendré que dedicarle más
tiempo porque me necesita más”.
Aquí te pongo algunos tips para manejar los celos ante la llegada de
un hermano:
La envidia
TIPS
¿CÓMO ACTUAR ANTE LA ENVIDIA?
Y os diré algo más: de todos los tips para manejar los celos y
la envidia que hemos visto, el mejor sin duda es la PREVENCIÓN.
TIPS
¿CÓMO PREPARO A MI HIJO PARA LA
LLEGADA DE SU HERMANO?
Los encargados de comunicar la noticia deben ser
siempre los padres, y han de hacerlo en privado. En
ocasiones me he encontrado con algunos que han informado
a sus hijos delante del resto de la familia, e incluso casos en
los que estos se han enterado por los abuelos o tíos. Es muy
importante que sean los padres quienes den la noticia a sus
hijos mayores, primero porque así estos se sentirán parte del
equipo y, segundo, por si necesitan expresar alguna emoción.
Si los niños son muy pequeños se puede acompañar la noticia
de algún cuento visual, para que puedan entenderlo mejor.
“No puedes llevar esas sandalias porque vamos al campo y puedes hacerte
daño”.
“No puedes tomar chocolate antes de comer porque luego no tendrás
hambre y no te comerás lo que realmente necesitas para tener energía”.
PRIMERO
Amarás a tu hijo sobre todas las cosas
SEGUNDO
No compararás a tu hijo en vano
TERCERO
Educarás en valores
Esfuerzo y paciencia
Tolerancia y respeto
TIPS
CLAVES PARA EDUCAR EN TOLERANCIA Y
RESPETO
No evites los conflictos. Obviamente, estamos para proteger
a nuestro hijo frente a agresiones verbales o físicas de otras
personas, pero muchas veces caemos en el error de intervenir
ante la mínima manifestación de conflicto. Permítele que
maneje el conflicto y, una vez haya pasado, ayúdale a
reflexionar sobre lo ocurrido y las cosas que ha hecho bien o
cosas que puede mejorar para la próxima vez.
Veamos un ejemplo. Tu hija está en el parque y quiere
deslizarse por el tobogán, pero otra niña se lo impide,
poniéndose en mitad de la escalerilla mientras se ríe. Tu hija
acude a ti corriendo y te dice que le digas a esa nena que se
mueva. Seguramente te brote el impulso de ir a decirle a esa
niña que se aparte y deje subir a tu hija, pero si lo haces la
estarías privando de una oportunidad de aprendizaje. En
cambio, puedes ayudarla diciéndole:
CUARTO
Fomentarás su autonomía y desarrollo
“Te pasas la vida tratando de hacerles volar. Corres con ellas hasta quedar
sin aliento. Caen al suelo. Chocan contra los tejados. Tú las remiendas, las
ajustas y les enseñas. Observas cómo el viento las mece y les aseguras que
un día podrán volar. Finalmente vuelan.
Necesitan más hilo y tú sueltas más y más, y sabes que muy pronto la
bella criatura se desprenderá de la cuerda de salvamento que la ata y se
elevará por los aires, como se espera que lo haga, libre y sola. Solo
entonces te das cuenta de que has hecho bien tu trabajo”.
REFORZAR-ALENTAR ALABAR
Animar a tu hijo, comentando las cosas que Manifestar admiración hacia tu hijo por lo
ha hecho bien desde un plano de igualdad. que ha hecho, colocándolo en una situación
de superioridad respecto a los demás.
REFORZAR-ALENTAR ALABAR
Ejemplos: Ejemplos:
“Dibujas muy bien”. “Es el dibujo más bonito que he
“Te estás esforzando mucho para visto nunca”.
este examen”. “Sin duda eres el mejor en tu
“¿Qué te parece si la próxima vez equipo y si tu entrenador no lo ve,
lo haces con rotuladores?”. es su problema”.
“Yo lo veo perfecto, nada que
añadir”.
Alabar no es siempre malo; de hecho, es probable que en
ocasiones nuestros hijos destacarán por encima de los demás en
algunos aspectos y no está de más hacérselo saber, pero, eso sí, sin
hacerles creer que eso los hace superiores al resto. Por ejemplo:
“En clase eres uno de los mejores en matemáticas, podrías aprovechar esa
cualidad para ayudar a los demás”.
“Poco a poco irás mejorando los disparos a portería. Quizá ahora no tienes
la puntería que te gustaría, pero si te esfuerzas y practicas verás cómo
mejoras. ¿Quieres que te ayude?”.
SEXTO
No castigarás ni utilizarás el chantaje
emocional
Los límites
TIPS
CÓMO APLICAR LÍMITES SIN RECURRIR AL
CASTIGO
Aquí os dejo algunas recomendaciones sobre este asunto tan
importante:
Las consecuencias
CASTIGO CONSECUENCIA
Tiene como objetivo censurar la conducta Tiene como objetivo ayudar al niño a
del niño. mejorar su conducta.
SÉPTIMO
No proyectarás tus fracasos o tus deseos
en tus hijos
Si hay algo que los padres quieren para sus hijos es «LO MEJOR».
Pero este concepto es muy subjetivo y es probable que lo que es lo
mejor para ti para otra persona no lo sea. Hay personas para las que
tener un trabajo con un buen sueldo a costa de viajar mucho es lo
mejor, porque eso les proporciona un buen nivel de vida y pueden
llevar a sus hijos de vacaciones a lugares increíbles, pero, para otras,
lo mejor es tener un trabajo con un horario cómodo y flexible que
les permita conciliar con su familia. «Lo mejor» es diferente para
cada persona, y ninguna opción es mejor que otra. El problema
viene cuando los padres quieren imponer lo que ellos consideran que
es «lo mejor» para sus hijos sin tener en cuenta lo que sus hijos
piensan.
Es frecuente ver padres y madres que proyectan sus sueños
rotos en sus hijos porque consideran que es lo mejor para ellos, sin
considerar los deseos o sueños reales que estos tienen.
Andre Agassi, extenista norteamericano número uno en el
mundo y ganador de ocho Grand Slam, confesó en su autobiografía
Open que odiaba el tenis y que había sido el «número uno más
infeliz del mundo». Desde bien pequeño su padre le obligó a
entrenar duro: con solo 7 años tenía que golpear las 2500 pelotas
que salían propulsadas sin parar de una máquina lanzapelotas —a la
que el crío llamaba «El Dragón»—, modificada ad hoc para disparar
más. Además, para mejorar su rendimiento, le introdujo en el mundo
de las drogas.
Está claro que esto es un ejemplo extremo, pero la proyección
en niveles más bajos también es dañina. Adultos que terminan
trabajando en la empresa de sus padres para seguir con la tradición
familiar o chavales que optan por una carrera que no les gusta
porque sus padres se lo recomiendan y, años después, se sienten
infelices en sus trabajos. Niños que hacen extraescolares que
detestan solo porque sus padres quieren que lo hagan pues
consideran que es «lo mejor» para ellos. Es tarea del adulto revisar
si su concepto de «lo mejor», que quiere para sus hijos, viene dada
por una carencia propia. Quizá el padre que anhela que su hijo sea
médico lo haga porque en su familia hubo un problema de salud, o
porque él mismo lo es y sabe que es un trabajo con buenas salidas
profesionales. Pero es posible que a su hijo no le guste la medicina y
quiera dedicarse al periodismo, teniendo además grandes dotes
personales para ello. Sus padres, en vez de apoyarlo en su vocación
periodística, le dicen que si quiere tener un seguro asegurado
debería enfocarse a alguna carrera de ciencias. ¿Podríamos entender
a estos padres? Sí, totalmente. Es comprensible que estos padres
prefieran que su hijo estudie una carrera que, para ellos, le va a
garantizar seguridad y estabilidad futura. Pero, ¿acaso es eso lo que
quiere el hijo? ¿Alguien se lo ha preguntado? Generalmente, los hijos
de padres que han proyectado en ellos sus deseos o frustraciones
tienen muchas dudas acerca de lo que quieren hacer porque nunca
se han mirado a sí mismos, sino a través del reflejo de sus padres. A
menudo se sienten confusos a la hora de tomar decisiones e
insatisfechos con las decisiones tomadas.
Claro que nuestros sueños pueden inspirar y motivar a
nuestros hijos, pero esto debe ser algo que ellos disfruten y hagan
voluntariamente. Imponerles un camino que no han elegido puede
ser, paradójicamente, «lo peor» para ellos. Cualquier persona tiene
el derecho de elegir su propio camino.
OCTAVO
No le contarás falsos testimonios ni
mentirás
“Mario, puede que a ti no te guste la paella, pero no está bien que lo digas
así porque tu abuelo la ha preparado para nosotros. ¿Cómo te sentirías tú si
fueras él? Si no te gusta la paella, no tienes que comerte todo el plato.
Mira, cómete solo esto [y le reduces la cantidad] y después puedes tomar
algo de fruta. ¿Qué fruta te apetece después?”.
“Entiendo que estás enfadado por lo que te ha dicho tu tío, pero pegarle
no soluciona el problema”.
“Estaría bien que pidieras perdón a tu tío por haberle pegado. Seguro
que después él se sentirá mejor y tú también”.
DÉCIMO
Te adaptarás a su ritmo, y no viceversa
Os voy a contar una historia que se llama «Un día con Valeria».
En el colegio:
“Valeria, entra ya, que llegas tarde a clase”.
“Valeria, ponte con la tarea de clase y deja de pensar en las musarañas”.
“Valeria, se acabó el recreo. Ponte ya en la fila”.
“Valeria, vamos, a comer. ¡Que solo tienes veinte minutos!”.
“Valeria, ¿aún no has acabado el trabajo de clase? ¡Si no lo terminas lo
tendrás para deberes!”.
TIPS
USO RESPONSABLE DE LAS PANTALLAS EN LA
INFANCIA
A continuación os dejo una serie de recomendaciones, dirigidas a
familias y educadores, para promover un uso responsable de las
pantallas en la infancia. Están basadas en las indicaciones de la
Organización Mundial de la Salud y la Asociación Americana de
Pediatría:
De 0 a 3 años
¿Qué hacer?
¿Qué NO hacer?
Cuidado con tratar de compensar la ausencia del ser querido con los
niños. Por ejemplo, si fallece uno de los progenitores, meter otra vez
en la cama del matrimonio al niño que ya dormía en su propia
habitación. Si es el niño quien lo pide no hay problema, porque es
una necesidad del menor, pero sí lo habría si lo hace el otro
progenitor para intentar llenar la ausencia del fallecido. Los adultos
estamos para contener las emociones de los niños, nunca al revés.
De 3 a 6 años
¿Qué hacer?
Sinceridad:
¿Qué NO hacer?
“Se ha ido”.
“Está en el cielo”.
“Se ha ido, como cuando nos vamos de viaje”.
Mentirles:
De 6 a 11 años
¿Qué hacer?
¿Qué NO hacer?
“No se va a morir”.
“No sabemos nada”.
De 12 a 18 años
En la adolescencia ya conciben la muerte como algo irreversible y
universal, pero en ellos las manifestaciones del duelo son distintas a
las de los adultos y su mecanismo de defensa suele ser la negación.
A veces actúan «como si no hubiese pasado nada» lo que, unido a
que, por lo general, no suelen comunicarse con los adultos, puede
provocar tensiones familiares añadidas. Los adultos pueden creer
que los adolescentes están bien —cuando no lo están, en absoluto—
e incluso sentirse molestos al pensar que no les importa la pérdida.
También es común que el duelo en la adolescencia se manifieste en
forma de rabia, en lugar de tristeza, ya que a esta edad el
sentimiento de injusticia está a flor de piel y suelen sentir mucha
frustración e impotencia ante la muerte de un ser querido,
precisamente porque la consideran injusta.
¿Qué hacer?
¿Qué NO hacer?
Dar por ciertas cosas que no son. Tal y como os comentaba
antes, los adolescentes tienden a actuar como si nada hubiera
pasado o proyectando su rabia. Esto no significa que no lo
estén pasando mal. Muchas veces los adultos envían mensajes
culpabilizadores a los adolescentes como:
Estas son algunas de las formas de abuso sexual que pueden sufrir
los menores.
«El abuso sexual infantil se produce La realidad es que tanto niñas como niños,
cuando hombres adultos abusan de y adolescentes de ambos sexos, sufren
niñas». abuso sexual. Respecto a los abusadores, es
cierto que mayoritariamente suelen ser
hombres, pero también hay mujeres y, en
ocasiones, también pueden ser otros niños y
adolescentes.
«Las víctimas de los abusos sexuales El abuso sexual afecta a menores de todo
pertenecen a clases sociales tipo de familias. En ocasiones, el hecho de
desfavorecidas o familias que las víctimas pertenezcan a clases
desestructuradas». medias y altas puede suponerles una
presión más para que guarden silencio.
MITO REALIDAD
«Si a mi hijo le pasara, seguro que me La detección de este tipo de abuso es muy
enteraría». compleja; de hecho, la mayoría de los casos
no son detectados ni denunciados.
Uno de los motivos por los que el abuso sexual infantil se mantiene
durante años es por la ley del silencio que lo rodea, aún más férrea
cuando el abuso se produce dentro de la familia. Este silencio, que
generalmente dura años, lo explicó muy bien el psiquiatra Ronald
Summitt en 1983 al describir lo que bautizó como Síndrome de
Acomodación al Abuso Sexual Infantil (SAAS). Este síndrome
comprende cinco etapas que explican el comportamiento de los
menores que han sufrido ASI, que no son sino un mecanismo de
defensa que les permite sobrevivir a la situación abusiva.
Mantenimiento del secreto. El secreto es el arma principal
de los abusadores. El adulto abusador le dice al niño que no
debe compartir lo que ha ocurrido con nadie, haciendo que se
sienta culpable de los posibles daños derivados de revelar lo
ocurrido y prometiéndole que todo saldrá bien si no lo cuenta.
El secreto es impuesto mediante la manipulación emocional, la
amenaza y la culpabilidad.
Efectos emocionales:
• Ansiedad.
• Miedo generalizado.
• Hostilidad y agresividad sin una causa aparente.
• Culpa y vergüenza.
• Depresión.
• Trastorno de estrés postraumático.
• Rechazo del propio cuerpo.
• Desconfianza hacia el entorno.
• Manifestaciones psicosomáticas.
Efectos sexuales:
Efectos sociales:
• Retraimiento social.
• Déficit en habilidades sociales.
• Conductas antisociales.
Efectos conductuales:
• Regresiones.
• Alteraciones del sueño.
• Incontinencia urinaria.
• Autolesiones.
• Intentos de suicidio.
• Fugas del domicilio familiar.
• Conductas adictivas.
¿Y si no?
¿Cómo actuar ante una revelación de
abuso sexual infantil?
¿Qué hacer?
Ante todo, creer al menor y respetar sus tiempos. Nunca debemos
cuestionar si lo que dice es cierto. Debemos escucharle en todo
momento y hacerle entender que le creemos. No debemos
presionarle para que hable y evitaremos hacerle demasiadas
preguntas. Es importante agradecerle su confianza por elegirnos
para contar algo tan difícil de expresar y hacer que se sienta
orgulloso por haber tenido la valentía de hacerlo. En todo momento
se le debe transmitir la idea de que nada de lo sucedido es culpa
suya: él o ella no han hecho nada malo.
Durante la conversación conviene intentar averiguar la
existencia de posibles lesiones, eso sí, sin mediar ningún tipo de
exploración física. Ante la sospecha de cualquier tipo de lesión
debemos acudir a los servicios sanitarios. Lo importante es proteger
a la víctima, y notificar nuestras sospechas es la única manera de
garantizar su protección frente a posibles agresiones futuras.
Paralelamente, debemos evitar el proceso de revictimización,
para lo que es fundamental garantizar la confidencialidad. Debemos
tener en cuenta que, frente a la amenaza de la estigmatización,
podremos actuar más eficazmente si en el centro educativo hemos
creado un clima de integración y aceptación de las diferencias
individuales y sociales.
¿Qué NO hacer?
Mostrar sorpresa o alarma. En el momento en que un
menor está revelando su experiencia de abusos no conviene
dar signos de sorpresa o preocupación, pues lo más probable
es que deje de hablar. Ante este tipo de reacciones, pueden
sentir gran culpa o vergüenza al entender que lo que les ha
pasado es «raro» hasta para un adulto y retraerse por
completo.
“Puedo prometerte que te voy a ayudar y que todo lo que haga será
para conseguir que esta situación pare”.
SECRETOS SORPRESAS
Nos hacen sentir emociones desagradables: Nos hacen sentir emociones agradables:
culpa, miedo, asco, malestar, confusión… ilusión, amor, alegría, gratificación,
diversión…
ANIMALES DORMIDOS
EL CARACOL
APRENDE A IDENTIFICAR EL
MIEDO
¡¡CUIDADO: HUYE O
ESCÓNDETE!!
RITUAL DE DESPEDIDA
EL ALBÚM
SECRETO O SORPRESA
SITUACIÓN 1
En tu clase estáis preparando un festival de baile para fin de
curso. La profesora os pide que no le contéis a vuestra familia
cuál será la canción que vais a interpretar.
SITUACIÓN 2
Estás con tus amigos en el patio del cole cuando, de repente,
junto a vosotros pasa un niño más mayor corriendo, pega una
patada al cubo de basura y lo rompe. Se acerca a ti y a tus
amigos y os dice que no le digáis nada a ningún adulto.
SITUACIÓN 3
Estás con tu madre comprando un regalo de cumpleaños para
tu hermano. Tu madre te pide que, por favor, no le digas nada
a tu hermano sobre el regalo.
SITUACIÓN 4
Tu equipo de fútbol está planeando hacer una gran fiesta para
la entrenadora después del último partido. Nadie debe
mencionarlo delante de ella.
SITUACIÓN 5
El hermano de un amigo te dice que conoce un juego «de
tocarse» muy divertido y quiere jugar contigo, pero te
advierte de que es un juego solo para niños y que ningún
adulto puede enterarse.
SITUACIÓN 6
Tu amiga Lorena lleva a clase unos bombones para
regalárselos a vuestra amiga María porque es su último día en
el cole. Te dice que no se lo cuentes a nadie, que los quiere
sacar en la hora del almuerzo.
SITUACIÓN 7
Hoy en el parque tu amiga Blanca te ha contado que el novio
de su madre juega con ella a un juego que nadie puede saber
y que la hace sentir incómoda. El juego consiste en hacerle
cosquillas y darle besos cuando su madre se va a trabajar,
pero a ella no le gusta.
SITUACIÓN 8
Durante el recreo, dos niños han entrado en la clase y han
cogido sin permiso el almuerzo de un compañero tuyo. En ese
momento tú estabas en clase porque habías ido a por tu
botella de agua y les has visto. Los niños te han dicho que,
por favor, no digas nada.
• ROJO
• NARANJA
• VERDE
“El otro día, cuando estaba viendo la tele y papá la apagó para que fuese a
cenar”.
“Ducharme antes, para que tenga más tiempo para ver la tele antes de
cenar”.
“Papá/mamá deben avisarme al menos 5 minutos antes de apagar la tele”.
“Irme a dormir antes, para no estar cansado al día siguiente”.
Y no lo olvides: educar es
también lo que haces cuando
no estás educando.
Referencias bibliográficas