Para Qué Aprendi A Sócrates Una Aria Antes de Morir - Victoria Cirlot
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Es de agradecer que existan todava iniciativas como sta: debatir sobre el estado de la Universidad, en un momento en que de aquel viejo pacto entre estudiantes y profesores para formar la comunidad universitaria slo se conservan dbiles huellas, desgurado a fuerza de mezclas, e inversiones. Se me ha pedido que lo haga desde la tradicin y reconozco que es sta una lente con la que veo bien. Parece que nos encontramos en un momento de crisis y la primera pregunta que me viene a la cabeza es si sta tiene que ver con aqulla, la de hace cuarenta aos, la del mayo del 68. Elijo como testigo de lo que sucedi entonces a Claude Lvi-Strauss que con su mirada etnogrca recorra la Sorbona para 20 aos ms tarde sostener: el mayo del 68 me repugn. //Porque no acepto que se corten rboles para hacer barricadas (los rboles son la vida y se deben respetar), que se transforme en basureros lugares pblicos que son el bien y la responsabilidad de todos, que se cubran los edicios universitarios, u otros, de pintadas. Ni que el trabajo intelectual y la gestin de los centros se vean paralizados por la logomaquia. (Conversaciones con Didier ribon, De prs et de loin, Pars 1988). Si Lvi-Strauss tiene razn y lo que ocurri entonces fue un error, el resultado de una gigantesca confusin sobre la que se dispuso las bases para una nueva realidad, nada puede extraarnos lo que est ocurriendo, que no es sino el efecto de aquello con ingredientes aadidos que an lo empeoran ms. Pero no voy a seguir por ah, porque carezco de la competencia necesaria para hacer una diseccin del estado actual del cuerpo universitario, para trazar la constelacin de factores que hacen que sea lo que es ahora y vaya hacia
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Para qu aprenda Scrates una aria con la auta antes de morir. Victoria Cirlot
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donde va. Slo puedo hablar desde mi experiencia como profesora de literatura medieval durante veinticinco aos, en las relaciones con el alumnado, moldeado por las orientaciones y las modas, ideas y tendencias dirigidas desde el poder poltico y la sociedad. Hablar de lo que a mi modo de ver constituye el vicio capital, agrandado como con una lupa en los ltimos aos, y contra el que hay que combatir en una psicomaquia sin n. Dira que el vicio capital consiste en la bsqueda del n inmediato, de la utilidad concreta, de la aplicacin prctica. Como si slo existiera una pregunta y esa fuera para qu me sirve?. Dos obsesiones, absolutamente perniciosas, que derivan del vicio utilitarista:
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sino sntoma de desinters, frustracin, o resistencia a aceptar una ignorancia que para nada tena que ser motivo de vergenza. Pero su participacin en el seminario no puede deslizarse a una inversin tan aguda como la de pretender ocupar el lugar del profesor. Es slo una cuestin de orden. Porque no se pueden cortar rboles para hacer barricadas, porque no se adquiere conocimiento para aplicarlo en lo que sea a la maana siguiente. Porque son los profesores los que ensean y los alumnos los que aprenden. Pero qu es lo que hay que ensear? En su libro sobre Qu es la tradicin, al que antes ya me he referido, Elmire Zolla cita al lsofo estadounidense Jonathan Edwards, que criticaba toda moral que se reclamase del inters no ya personal, sino colectivo, o, mejor, humano y humanitario. Contina Zolla: Multiplquese el yo, si cabe, hasta abarcar una nacin o la humanidad entera, que ello no elevar la moral, y ahora viene lo importante: slo la benevolencia hacia el ser, movida por la admiracin de su belleza o armona, es el fundamento de una accin totalmente desinteresada y moral. Podramos decir lo mismo para el conocimiento. Al igual que sucede con la moral, slo la ausencia de utilidad conduce el verdadero conocimiento, el que debe de ser objeto de enseanza en la Universidad. La gratuidad, que tan bien conocan los msticos expresada en la clebre expresin del ohne warum, el sin porqu, hasta Scrates. Como contaba Italo Calvino en Perch leggere i classici:
Que nadie piense que leer a los clsicos sirve para algo. La sola razn que se puede aducir es que leer a los clsicos es mejor que no leerlos. Y si alguien objeta que no vale la pena tanto esfuerzo, citar a Cioran (que no es un clsico, al menos por ahora, sino un pensador contemporneo que se empieza a traducir en Italia): Mientras se le estaba preparando la cicuta, Scrates aprenda una aria con la auta. De qu te sirve?, le preguntaron. Para saber esta aria antes de morir.
Eso es lo primero que tendramos que explicarles a los estudiantes el primer da de entrada en la Universidad. Que lo que aprendan es slo para aprenderlo y que slo hay un por qu: porque es mejor aprenderlo que no aprenderlo.