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===================================== EL KITB-I-QN EL LIBRO DE LA CERTEZA REVELADO POR BAH'U'LLH Ttulo original en ingls: The Kitb-i-qn, the Book of Certitude

===================================== PRIMERA PARTE

PREFACIO DE SHOGHI EFFENDI A SU TRADUCCIN AL INGLS DE EL KITB-I-QN Es sta otra tentativa ms de dar a conocer a Occidente, si bien en lenguaje insufic iente, un libro que ostenta preeminencia insuperada entre los escritos del Autor de la Revelacin Bah'. Esperamos que sirva de ayuda a otros en sus esfuerzos por ap roximarse a lo que siempre ha de considerarse como la meta inalcanzable: una ver sin digna de la incomparable expresin de Bah'u'llh. SHOGHI

EN EL NOMBRE DE NUESTRO SEOR, EL EXALTADO, EL ALTSIMO Ningn hombre podr alcanzar las orillas del ocano del verdadero entendimiento a meno s que se haya desprendido de todo lo que hay en el cielo y en la tierra. Santifi cad vuestras almas, oh pueblos del mundo, para que quizs alcancis la posicin que Di os os ha destinado y entris as en el tabernculo que, conforme a las dispensaciones de la Providencia, ha sido erigido en el firmamento del Bayn. La esencia de estas palabras es que quienes hollan el sendero de la fe, quienes ansan el vino de la certeza, deben purificarse de todo lo terrenal: sus odos, de l a palabrera ociosa; sus mentes, de las imaginaciones vanas; sus corazones, de las aficiones mundanas, y sus ojos, de aquello que perece. Deben poner su confianza en Dios y, asindose firmemente de l, seguir su camino. Entonces se harn merecedore s de las resplandecientes glorias del sol del divino conocimiento y comprensin y llegarn a ser los recipientes de una gracia que es infinita e invisible, por cuan to el hombre nunca tendr esperanza de alcanzar el conocimiento del Todoglorioso, nunca podr beber de la corriente del divino conocimiento y sabidura, nunca podr ent rar en la morada de la inmortalidad, ni tomar del cliz de la divina cercana y favo r, a menos que deje de considerar las palabras y acciones de los hombres como no rma para la verdadera comprensin y reconocimiento de Dios y Sus Profetas. Considera el pasado: Cuntos hombres, elevados y humildes, han esperado ansiosamen te, en toda poca, el advenimiento de las Manifestaciones de Dios en la santificad a persona de Sus Elegidos. Cuntas veces han esperado Su venida; con qu frecuencia han suplicado para que sople la brisa de la misericordia divina y aparezca la Be lleza prometida desde detrs del velo del encubrimiento y sea revelada a todo el m undo. Y siempre que se abrieron las puertas de gracia y las nubes de munificenci a divina se vertieron sobre la humanidad y la luz del Invisible brill sobre el ho rizonte de poder celestial, todos ellos Le negaron y se apartaron de Su rostro, el rostro de Dios mismo. Remtete, para verificar esta verdad, a lo que ha sido es crito en todos los Libros sagrados. Detente por un momento a reflexionar sobre cul ha sido la causa de tal rechazo po r parte de quienes Le han buscado con tanto fervor y anhelo. Sus ataques han sid o ms feroces de cuanto la lengua o la pluma puedan describir. Ni una sola Manifes tacin ha aparecido que no haya sido afligida por la negacin, el repudio y la oposi cin vehemente de quienes La rodeaban. As se ha revelado: "Oh la miseria de los homb

res! Ningn Mensajero llega a ellos sin que se mofen de l".1 Y en otro lugar l dice: "Toda nacin se ha conjurado contra su Mensajero para dominarle violentamente, y ha disputado con palabras vanas para invalidar la verdad".2 Asimismo, las palabras que han brotado de la fuente del poder y han descendido d el cielo de la gloria, son innumerables y estn fuera de la comprensin comn del homb re. Para quienes posean verdadera comprensin y perspicacia, el Srih de Hd de seguro bastar. Recapacita un momento sobre esas santas palabras y, con total desprendim iento, esfurzate por comprender su significado. Examina el maravilloso comportami ento de los Profetas y trae al pensamiento las difamaciones y recusaciones profe ridas por los hijos de la negacin y la falsedad, para que quizs logres que el ave del corazn humano emprenda su vuelo desde los parajes de la negligencia y la duda , hacia el nido de la fe y la certeza, y puedas beber hondamente de las aguas pu ras de la antigua sabidura y participar del fruto del rbol del conocimiento divino . Tal es la porcin del pan proveniente de los reinos de la eternidad y santidad q ue ha sido destinada a los puros de corazn. Si te informases de las indignidades acumuladas sobre los Profetas de Dios y com prendieras las verdaderas causas de las objeciones hechas por sus opresores, de seguro apreciaras el significado de su posicin. Asimismo, cuanto ms atentamente exa mines las acusaciones de quienes se han opuesto a las Manifestaciones de los atr ibutos divinos, tanto mayor ser tu fe en la Causa de Dios. Por consiguiente, se h ar en esta Tabla breve mencin de diversos relatos referentes a los Profetas de Dio s, para demostrar que, en todos los siglos y pocas, las Manifestaciones de poder y gloria han sido sometidas a crueldades tan atroces, que ninguna pluma se atrev e a describirlas. Tal vez ello haga que algunos dejen de ser perturbados por el clamor y las protestas de los sacerdotes y necios de esta poca, y les fortalezca su certeza y confianza. Uno de los Profetas fue No. Durante novecientos cincuenta aos exhort suplicante a S u pueblo, convocndole hacia el refugio de seguridad y paz. Sin embargo, nadie ate ndi a Su llamado. Da tras da causaban a Su bendita persona tanto dolor y sufrimient o, que nadie crea que pudiese sobrevivir. Cuntas veces Le zahirieron, con qu malevol encia insinuaban sus sospechas contra l! As se ha revelado: "Y cada vez que pasaba ante l un grupo de Su pueblo, se mofaba de l. Y a ellos les deca: Aunque ahora os mofis de nosotros, nos burlaremos de vosotros despus, tal como os burlis de nosotro s. Pero al final ya sabris'".3 Mucho despus hizo varias promesas de victoria ante Sus compaeros y fij un plazo para su cumplimiento. Mas cuando lleg la hora, la prom esa divina no se cumpli. De ah que algunos de Sus pocos seguidores se alejaran de l , tal y co-mo de ello dan testimonio los libros ms conocidos. A buen seguro los h as ledo; si no, indudablemente los leers. Por ltimo, conforme se refiere en los lib ros y tradiciones, tan slo permanecieron junto a l cuarenta o setenta y dos de Sus seguidores. Hasta que por fin, desde lo ms profundo de Su ser, exclam No: "Seor, no dejes sobre la tierra ni un solo habitante de entre los infieles!"4 Y ahora pondera la obstinacin de este pueblo y reflexiona siquiera un momento sob re ella. Cul pudo haber sido la razn de que Le negaran y rehuyeran de ese modo? Qu pu do haberles inducido a rehusar quitarse la vestidura de la negacin y adornarse co n el manto de la aceptacin? Adems, cul pudo haber sido la causa del incumplimiento d e la promesa divina, que llev a los buscadores a desechar lo que haban aceptado? M edita profundamente para que te sea revelado el secreto de cosas invisibles, asp ires una fragancia espiritual imperecedera y reconozcas el hecho de que, desde t iempo inmemorial, el Todopoderoso ha probado a Sus siervos y continuar probndoles hasta la eternidad, a fin de que la luz sea distinguida de las tinieblas; la ver dad, de la falsedad; lo justo, de lo injusto; la gua, del error; la felicidad, de l infortunio; y las rosas, de las espinas. Pues como l ha revelado: "Piensan los h ombres cuando dicen 'creemos' que se les dejar en paz y no sern probados?"5 Y despus de No la luz del semblante de Hd brill sobre el horizonte de la creacin. Cer ca de setecientos aos, segn dicen los hombres, exhort al pueblo a volver su rostro y a acercarse al Rivn de la presencia divina. Qu lluvia de aflicciones cay sobre l, h asta que por fin Sus conjuros slo dieron por todo fruto mayor rebelda, y Sus const antes esfuerzos terminaron en la ceguera contumaz de Su pueblo. "Y a los incrdulo s, su incredulidad slo acrecentar su propia ruina".6 Y despus de l apareci, proveniente del Rivn del Eterno, el Invisible, la santa person

a de li, Quien nuevamente convoc al pueblo hacia el ro de la vida eterna. Durante ms d e cien aos les amonest para que se aferraran a los mandamientos de Dios y evitaran lo que est prohibido. Sin embargo, Sus amonestaciones no dieron fruto alguno y S us ruegos resultaron intiles. Varias veces Se retir y vivi aislado. Y todo a pesar de que aquella eterna Belleza no llamaba a las gentes sino a la ciudad de Dios. As ha sido revelado: "Y a la tribu de Thamd enviamos a su hermano li. 'Oh pueblo mo', dijo, 'adorad a Dios; no tenis otro Dios ms que l...' Mas ellos replicaron: 'Oh li, ha sta ahora ha-bamos puesto nuestras esperanzas en ti; acaso nos prohbes que adoremos lo que adoraron nuestros padres? A decir verdad dudamos y sospechamos de aquell o hacia lo que nos llamas'".7 Todo esto fue infructuoso hasta que, por fin, se e lev un gran clamor y todos cayeron en la mayor ruina. Ms tarde, apareci por detrs del velo la belleza del rostro del Amigo de Dios,8 y ot ro estandarte de gua divina fue enarbolado. Invit a la gente de la Tierra hacia la luz de la rectitud. Cuanto ms enardecidamente les exhortaba, tanto ms feroz se to rnaba la envidia y la contumacia de la gente, con excepcin de quienes se haban des prendido enteramente de todo salvo de Dios y haban ascendido, en alas de la certe za, a la posicin que Dios ha exaltado por encima de la comprensin de los hombres. Es bien sabido que Le asedi una hueste de enemigos, hasta que al fin se encendi co ntra l el fuego de la envidia y la rebelin. Y despus del episodio del fuego, l, tal como figura en todos los libros y crnicas, la lmpara de Dios entre los hombres, fu e expulsado de Su ciudad,. Y cuando Su da hubo terminado lleg el turno a Moiss, Quien armado con la vara del d ominio celestial, adornado con la blanca mano del conocimiento divino, procedent e del Prn del amor de Dios, y empuando la serpiente del poder y majestad eterna, br ill sobre el mundo desde el Sina de la luz. Llam a todos los pueblos y razas de la Tierra al reino de la eternidad y les invit a participar del fruto del rbol de la felicidad. Seguramente eres sabedor de la feroz oposicin del Faran y su pueblo, y de las piedras de ociosa fantasa que las manos de los infieles lanzaron contra es e rbol bendito. Tanto es as que, finalmente, el Faran y su pueblo se alzaron para e xtinguir denodadamente, con las aguas de la falsedad y la negacin, el fuego de es e rbol sagrado, olvidando la verdad de que ningn agua terrenal puede apagar la lla ma de la sabidura divina, ni pueden rfagas mortales extinguir la lmpara del dominio eterno. Ms an, semejante agua no puede sino intensificar el ardor de la llama y t ales rfagas no pueden sino asegurar la conservacin de la lmpara, si observaras con e l ojo del discernimiento y caminaras por el camino de la santa voluntad y compla cencia de Dios! Qu bien ha observado esto un creyente de la casa del Faran, cuya h istoria es narrada por el Todoglorioso en Su Libro revelado a Su Bienamado: "Y u n hombre de la familia del Faran, que era creyente y ocultaba su fe, dijo: 'Mataris a un hombre porque dice mi Seor es Dios, despus que ha venido a vosotros con sign os de vuestro Seor? Si resultase mentiroso, sobre l recaer su mentira, mas si fuere veraz, os sobrevendr parte de aquello con que os amenaza. En verdad, Dios no gua a quien es un transgresor, un embustero'".9 Finalmente, fue tan grande su iniqui dad que a ese mismo creyente le dieron una muerte afrentosa. "La maldicin de Dios caiga sobre el pueblo de la tirana!" Y ahora medita lo siguiente: Qu pudo haber causado semejante contienda y conflicto ? Por qu el advenimiento de toda verdadera Manifestacin de Dios ha sido acompaado de lucha y tumulto tales, de semejante tirana y revueltas? Y ello no obstante el he cho de que todos los Profetas de Dios, sin excepcin, cuandoquiera que se han reve lado a los pueblos del mundo, han predicho la venida de otro Profeta posterior y han fijado los signos que habran de anunciar el advenimiento de la futura Dispen sacin. De esto dan testimonio los escritos de todos los libros sagrados. Por qu, en tonces, a pesar de la expectacin de los hombres en su bsqueda de las Manifestacion es de Santidad y de los signos que aparecen en los libros sagrados, han sido per petrados en cada edad y ciclo tales actos de violencia, de opresin y crueldad con tra todos los Profetas y Elegidos de Dios? Y as l ha revelado: "Siempre que viene a vosotros un Apstol con lo que no desean vuestras almas, os ensoberbecis acusando a unos de impostores y matando a otros".10 Reflexiona: Cul pudo haber sido el motivo de tales actos? Qu pudo haber incitado a s emejante comportamiento para con los Reveladores de la belleza del Todoglorioso? Cualquier cosa que en das pasados fue la causa del repudio y la oposicin de aquel

las gentes, ha ocasionado ahora la perversidad de la gente de esta poca. Sostener que el testimonio de la Providencia era incompleto y que tal hecho ha sido la c ausa del rechazo de los hombres, no es sino blasfemia manifiesta. Cun lejos est de la gracia del Todomunfico, de Su amorosa providencia y tierna misericordia, elegi r a un alma de entre todos los hombres para que gue a Sus criaturas y luego, por una parte, privarla de la medida plena de Su testimonio divino y, por otra, infl igir severo castigo a Su pueblo por haberse apartado de Su Elegido! Es ms, las mlt iples generosidades del Seor de todos los seres han rodeado, en todo tiempo, medi ante las Manifestaciones de Su divina Esencia, a la Tierra y a todos los que viv en en ella. Ni por un momento ha sido retenida Su gracia, ni tampoco las lluvias de Su amorosa bondad han dejado de verterse sobre la humanidad. Por consiguient e, semejante comportamiento no puede atribuirse sino a la estrechez de mente de aquellas almas que vagan en el valle de la arrogancia y el orgullo, que estn perd idas en el desierto del alejamiento, que caminan tras sus vanas fantasas y siguen las rdenes de los jefes de su fe. Su inters principal es la mera oposicin y su nico deseo es desconocer la verdad. Para todo observador perspicaz es evidente y man ifiesto que si en los das de cada una de las Manifestaciones del Sol de la Verdad estos hombres hubiesen santificado sus ojos, sus odos y sus corazones de todo lo que hubieran visto, odo y sentido, de seguro no se habran privado de ver la belle za de Dios, ni se habran extraviado lejos de los aposentos de gloria. Pero pesaro n el testimonio de Dios con la medida de su propio conocimiento, tomado de las e nseanzas de los jefes de su fe, y al encontrarlo en desacuerdo con su limitado en tendimiento, se alzaron para perpetrar actos tan indignos. En toda poca los jefes religiosos han impedido a la gente alcanzar las orillas de la salvacin eterna, por cuanto sostienen las riendas de la autoridad en su poder oso puo. Algunos por ambicin de poder, otros por falta de comprensin y conocimiento , han sido causa de esa privacin de las gentes. Por su sancin y autoridad, todos l os Profetas de Dios han tenido que beber del cliz del sacrificio y han alzado el vuelo hacia las alturas de gloria. Qu indescriptibles crueldades no han sido perpe tradas contra los verdaderos Monarcas del mundo, esas Joyas de virtud divina, po r quienes han ocupado las sedes de autoridad y erudicin! Contentos con un dominio transitorio, se han privado de una soberana sempiterna. As, sus ojos no vieron la luz del rostro del Bienamado, ni tampoco escucharon sus odos las dulces melodas d el Pjaro del Deseo. Por esta razn, en todos los libros sagrados se ha hecho mencin de los sacerdotes de la poca. Y as l dice: "Oh pueblo del Libro! Por qu dudis de los s gnos de Dios, de los cuales vosotros mismos habis sido testigos?"11 Tambin dice: "O h pueblo del Libro! Por qu vests lo verdadero con lo falso? Por qu a sabiendas ocultis la verdad?"12 Y nuevamente dice: "Di: Oh pueblo del Libro! Por qu ahuyentis del cam ino de Dios a los creyentes?"13 Es evidente que por "pueblo del Libro" que ha ah uyentado a sus semejantes del recto sendero de Dios no se designa sino a los sac erdotes de la poca, cuyos nombres y forma de ser se ha puesto de manifiesto en lo s libros sagrados y a los cuales se ha aludido en los versculos y tradiciones que en ellos aparecen; si observaras con el ojo de Dios! Con mirada fija y constante, nacida del infalible ojo de Dios, escudria durante u n tiempo el horizonte del conocimiento divino y contempla esas palabras de perfe ccin que ha revelado el Eterno para que, quizs, los misterios de sabidura divina, h asta ahora ocultos bajo el velo de la gloria y atesorados dentro del tabernculo d e Su gracia, sean puestos de manifiesto ante ti. Las acusaciones y protestas de estos jefes religiosos se han debido, principalmente, a su falta de comprensin y conocimiento. Jams entendieron ni desentraaron aquellas palabras pronunciadas por los Reveladores de la belleza del Dios nico y verdadero en que se exponan las seale s que deban anunciar el advenimiento de la Manifestacin siguiente. De ah que izaran el estandarte de la revuelta y provocaran discordia y sedicin. Es obvio y manifi esto que el verdadero significado de las palabras pronunciadas por las Aves de l a Eternidad no ha sido revelado a nadie excepto a quienes manifiestan al Ser Ete rno, y las melodas del Ruiseor de la Santidad no pueden llegar a ningn odo salvo al de los moradores del reino sempiterno. Un egipcio tirnico no podr nunca beber de l a copa que los labios de un judo justo han tocado, y el Faran incrdulo nunca tendr e speranza de reconocer la mano del Moiss de la verdad. Pues tal como l dice: "Nadie sabe el significado de esto, excepto Dios y quienes estn bien fundados en el sab

er".14 No obstante, han pedido la interpretacin del Libro a quienes estn envueltos en velos, rehusando buscar ilustracin en la fuente misma del conocimiento. Y cuando los das de Moiss llegaron a su fin, y la luz de Jess, brillando desde la a urora del Espritu, envolvi al mundo, todo el pueblo de Israel se alz contra l. Recla maban que Aquel cuyo advenimiento haba predicho la Biblia, deba necesariamente pro mulgar y cumplir las leyes de Moiss, en tanto que aquel joven nazareno, quien se atribua la posicin del Mesas divino, haba anulado las ms importantes de todas las ley es de Moiss: la ley del divorcio y del sbado. Y, adems, qu decir de las seales de la M anifestacin que haba de venir? Este pueblo de Israel, aun hasta el da de hoy aguarda a la Manifestacin predicha por la Biblia! Cuntas Manifestaciones de Santidad, cunto s Reveladores de la luz sempiterna, han aparecido desde el tiempo de Moiss y, sin embargo, Israel, envuelto en los ms densos velos de fantasa satnica y falsas imagi naciones, an espera que el dolo creado por l mismo aparecer con los signos que ha co ncebido! As Dios les ha castigado por sus pecados, ha extinguido en ellos el espri tu de fe, y les ha atormentado con las llamas del fuego del infierno. Y ello slo a causa de que Israel rehus comprender el significado de aquellas palabras que fu eron reveladas en la Biblia referente a los signos de la prxima Revelacin. Como ja ms comprendi su verdadera significacin, y aparentemente tales acontecimientos nunca ocurrieron, permaneci privado de reconocer la belleza de Jess y de ver la faz de Dios. Y an esperan Su venida! Desde tiempo inmemorial hasta el presente, todas las razas y pueblos de la Tierra se han aferrado a semejantes fantasas y pensamiento s indignos, privndose as de las claras aguas que fluyen de las fuentes de pureza y santidad. Al revelar estos misterios en Nuestras Tablas anteriores, dirigidas a un amigo e n la melodiosa lengua de ijz, hemos citado algunos de los versculos revelados a los Profetas de antao. Y ahora, respondiendo a tu peticin, nuevamente citaremos en es tas pginas esos mismos versos, pronunciados esta vez en el maravilloso idioma de 'Irq, para que, quizs, los sedientos en los desiertos del alejamiento lleguen al o cano de la presencia divina, y quienes languidecen en las soledades de la separac in sean guiados al hogar de reunin eterna. As podrn ser disipadas las brumas del err or, y podr amanecer la resplandeciente luz de gua divina sobre el horizonte de los corazones humanos. Ponemos en Dios nuestra confianza y a l imploramos ayuda para que, quizs, fluya de esta pluma aquello que haga revivir las almas de los hombre s, para que todos ellos se levanten de sus lechos de negligencia y escuchen el m urmullo de las hojas del Paraso, que provienen del rbol que, con el consentimiento de Dios, la mano del poder divino ha plantado en el Rivn del Todoglorioso. Para quienes estn dotados de entendimiento, es claro y manifiesto que, cuando el fuego del amor de Jess consumi los velos de las limitaciones de los judos, y Su aut oridad se hizo evidente y fue puesta parcialmente en vigor, l, el Revelador de la Belleza invisible, al dirigirse un da a sus discpulos, se refiri a Su muerte y, en cendiendo en sus corazones el fuego de la afliccin, les anunci: "Yo me voy y vengo otra vez a vosotros". Y en otra parte refiri: "Yo me voy y vendr otro, Quien os d ir todo lo que no os he dicho, y cumplir todo lo que he hablado". Ambos dichos pos een un mismo significado, si comprendieses a las Manifestaciones de la Unidad de Dios con percepcin divina! Todo observador perspicaz reconocer que, en la dispensacin del Qur'n, fueron confir mados tanto el Libro como la Causa de Jess. Y en cuanto a los nombres, Muammad mis -mo declar: "Yo soy Jess". l reconoci la verdad de las seales, profecas y palabras de Jess, y atestigu que todas eran de Dios. En este sentido, ni la persona de Jess, ni Sus escritos han diferido de los de Muammad y de Su Libro Sa-grado, por cuanto a mbos han abogado por la Causa de Dios, han entonado Su alabanza y revelado Sus m andamientos. Y as es como Jess mismo declar: "Me voy y vengo otra vez a vosotros". Toma el sol como ejemplo. Si dijera "Soy el sol de ayer", dira la verdad. Y si pr etendiese ser otro sol, habida cuenta de la sucesin de las horas, dira tambin la ve rdad. Asimismo, si se dijera que todos los das no son sino uno y el mismo, ello s era correcto y verdadero. Y si respecto de nombres particulares y designaciones s e dijera que difieren, ello tambin sera verdad. Pues si bien son los mismos, se re conoce en cada uno una designacin distinta, un atributo especfico, un carcter parti cular. As pues, conforme a lo dicho, comprende las caractersticas de distincin, la variedad y unidad de las diversas Manifestaciones de santidad, para que llegues

a entender las alusiones con que el creador de todos los nombres y atributos se ha referido a los misterios de la distincin y unidad, y puedas descubrir la respu esta a tu pregunta acerca de por qu la Eterna Belleza, en pocas distintas, Se ha d irigido a S misma con nombres y ttulos diferentes. Posteriormente, los compaeros y discpulos de Jess Le preguntaron acerca de los sign os que deban necesariamente indicar la vuelta de Su manifestacin. Cundo -inquirieron - sucedern estas cosas? Varias veces interrogaron a aquella incomparable Belleza y, cada vez, al responder, indic Aqul un signo particular que debera anunciar el ad venimiento de la Dispensacin prometida. As lo atestiguan los cuatro Evangelios. Este Agraviado citar slo uno de los pasajes aludidos, confiriendo as a la humanidad , por amor de Dios, generosidades que an estn guardadas en los tesoros del oculto y sagrado rbol, para que quizs los hombres mortales no se priven de su porcin del f ruto inmortal, y logren una gota de las aguas de vida eterna que, desde Baghdd, l a "Morada de Paz", son conferidas a toda la humanidad. No pedimos premio ni reco mpensa. "Alimentamos vuestras almas por amor de Dios; no queremos de vosotros pa ga ni agradecimiento."15 ste es el alimento que confiere vida eterna a los puros de corazn y a los iluminados de espritu. ste es el pan del cual se dice: "Seor, haz descender sobre nosotros Tu pan del cielo".16 Este pan nunca les ser retenido a q uienes lo merecen, ni tampoco podr jams agotarse. Crece eternamente en el rbol de l a gracia; desciende en toda poca de los cielos de la justicia y la misericordia. Pues como asegura l: "No ves con qu compara Dios una buena palabra? Con un buen rbol ; su raz firme y sus ramas extendidas al cielo, dando su fruto en todo tiempo".17 Qu lstima que el hombre se prive de esta hermosa ddiva, esta gracia imperecedera, es ta vida eterna! Le incumbe apreciar este alimento que viene del cielo para que q uizs, mediante los maravillosos favores del Sol de la Verdad, sean devueltos a la vida los muertos, y las almas marchitas sean vivificadas por el Espritu infinito . Daos prisa, oh mi hermano, para que mientras an haya tiempo nuestros labios pru eben el trago inmortal, pues la brisa de la vida, que ahora sopla desde la ciuda d del Bienamado, no podr perdurar, y el torrentoso ro de la prolacin divina deber ne cesariamente aquietarse, y las puertas del Rivn no habrn de permanecer siempre abie rtas. A fe cierta llegar el da cuando el Ruiseor del Paraso haya emprendido vuelo de sde esta residencia terrenal a su nido celestial. Ya no se oir entonces su meloda y habr dejado de relumbrar la belleza de la rosa. Por tanto, aprovecha el tiempo antes de que la gloria de la primavera divina se haya consumido y el Ave de la E ternidad haya cesado de gorjear su meloda, para que tu odo interior no se prive de escuchar su llamado. ste es mi consejo para ti y los amados de Dios. Quienquiera que lo desee, que se vuelva hacia l; quienquiera que lo desee, que se aparte. Di os, verdaderamente, es independiente de l y de lo que l vea y atestige. stas son las melodas cantadas por Jess, Hijo de Mara, con tonos de majestuosa fuerza en el Rivn del Evangelio, las cuales revelan los signos que deben anunciar el adv enimiento de la prxima Manifestacin. En el primer Evangelio segn Mateo est escrito: "Y cuando preguntaron a Jess sobre los signos de Su venida, l les dijo: 'En seguid a, despus de la opresin18 de aquellos das, se oscurecer el sol, y la luna no dar su l uz, y caern las estrellas del cielo, y los poderes de la tierra se conmovern. Ento nces aparecer el signo del Hijo del hombre en el cielo, y se lamentarn todas las t ribus de la tierra, y vern al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria. Y enviar sus ngeles con resonante trompeta'".19 Vertido a la lengua per-sa,20 el sentido de estas palabras es el siguiente: Cuando ocurra la opresin y las aflicciones que han de sobrevenir a la humanidad, entonces no dar e l sol su resplandor, ni la luna su luz; caern sobre la tierra las estrellas del c ielo y se estremecern los pilares de la tierra. En ese tiempo los signos del Hijo del hombre aparecern en el cielo, es decir, cuando estos signos hayan aparecido, la Belleza prometida y Esencia de la vida surgir en el mundo visible procedente del reino de lo invisible. Y l dice: en ese tiempo todos los pueblos y razas que habitan la tierra se quejarn y lamentarn, y vern a aquella divina Belleza venir del cielo cabalgando sobre las nubes con poder, grandeza y magnificencia, y enviand o a Sus ngeles con resonante trompeta. De forma similar, las mismas expresiones s e encuentran en los tres Evangelios restantes segn Lucas, Marcos y Juan. Ya que N os hemos referido a ellas extensamente en Nuestras Tablas reveladas en lengua rab e, no las hemos mencionado en estas pginas, limitndonos slo a una referencia.

Por cuanto los sacerdotes cristianos no han comprendido el significado de estas palabras, no reconocieron su objeto y propsito, y se han aferrado a la interpreta cin literal de las palabras de Jess, por lo tanto se han privado de la abundante g racia de la Revelacin de Muammad y de sus copiosas ddivas. Los ignorantes de entre la comunidad cristiana, siguiendo el ejemplo de los jefes de su fe, se privaron igualmente de ver la belleza del Rey de gloria, por cuanto los signos que haban d e acompaar el amanecer del sol de la Dispensacin de Muammad, de hecho no se cumplie ron. As han pasado edades y han transcurrido siglos, y aquel pursimo Espritu ha reg resado a los retiros de su antigua soberana. Una vez ms el Espritu eterno ha soplad o en la trompeta mstica, haciendo salir a los muertos de sus sepulcros de neglige ncia y error hacia el reino de gua y gracia. Y, sin embargo, aquella comunidad ex pectante an exclama: Cundo acontecern estas cosas? Cundo se manifestar el Prometido, e objeto de nuestra esperanza, para que nos levantemos por el triunfo de Su Causa , para que sacrifiquemos nuestros bienes por l, para que ofrezcamos nuestras vida s en Su sendero? De igual modo, tales falsas imaginaciones han hecho que otras c omunidades se aparten del Kawthar de la infinita misericordia de la Providencia, y estn ocupados en sus propios vanos pensamientos. Adems de este pasaje, hay en el Evangelio otro versculo en el cual l dice: "El ciel o y la tierra pasarn, pero mis palabras no pasarn".21 Por eso los adherentes de Je ss han sostenido que la ley del Evangelio nunca ser abrogada y que, cuandoquiera q ue se manifieste la Belleza prometida y se revelen todos los signos, l deber neces ariamente reafirmar y establecer la ley proclamada en el Evangelio, de modo que en el mundo no quede otra fe que Su fe. sta es su creencia fundamental. Y su conv iccin es tal que si apareciera una persona con todos los signos prometidos y prom ulgara lo que es contrario a la letra de la ley del Evangelio, ellos de seguro l e rechazaran, rehusaran someterse a su ley, le declararan infiel y se burlaran de l. Esto lo prueba lo ocurrido cuando apareci el sol de la Revelacin de Muammad. Si en cada Dispensacin hubiesen inquirido con humildad ante las Manifestaciones de Dios el verdadero significado de estas palabras reveladas en los libros sagrados -pa labras cuya interpretacin errnea ha hecho que los hombres se priven de reconocer e l Sadratu'l-Muntah, el Propsito ltimo-, de seguro habran sido guiados hacia la luz d el Sol de la Verdad y habran descubierto los misterios del divino conocimiento y sabidura. Este siervo desea ahora compartir contigo una gota del insondable ocano de las ve rdades atesoradas en estas santas palabras para que, quizs, los corazones perspic aces comprendan todas las alusiones y consecuencias de las palabras de las Manif estaciones de Santidad, de modo que la imponente majestad de la Palabra de Dios no les impida alcanzar el ocano de Sus nombres y atributos, ni les prive de recon ocer la Lmpara de Dios, que es la sede de la revelacin de Su glorificada Esencia. En cuanto a las palabras "en seguida, despus de la opresin de aquellos das", stas se refieren al tiempo en que los hombres sern oprimidos y afligidos, tiempo en que habran desaparecido de entre los hombres los ltimos vestigios del Sol de la Verdad y el fruto del rbol del conocimiento y sabidura, cuando hayan cado las riendas de la humanidad en manos de necios e ignorantes, cuando se hayan cerrado las puerta s de la divina unidad y conocimiento -propsito esencial y ltimo de la creacin-, cua ndo el conocimiento verdadero haya cedido paso a la vana fantasa, y la corrupcin h aya usurpado el lugar de la rectitud. Semejante a sta es la situacin que se presen cia en este Da, cuando las riendas de cada comunidad han cado en manos de caudillo s insensatos, quienes se conducen por los impulsos de sus deseos y antojos. En s us lenguas, la mencin de Dios se ha convertido en un nombre vaco y, en medio de el los, Su santa Palabra ha pasado a ser letra muerta. Tal es la frula de sus deseos , que la lmpara de la conciencia y la razn se ha extinguido en sus corazones, y el lo a pesar de que los dedos del poder divino han abierto las puertas del conocim iento de Dios, y la luz del conocimiento divino y gracia celestial ha iluminado e inspirado la esencia de todo lo creado, a tal punto que en todas y cada una de las cosas se ha abierto una puerta del conocimiento, y dentro de cada tomo se ha n manifestado vestigios del sol. Y sin embargo, a pesar de todas estas mltiples r evelaciones del conocimiento divino que han envuelto al mundo, todava ellos imagi nan vanamente que est cerrada la puerta del conocimiento y quietas las lluvias de la misericordia. Aferrndose a la vana fantasa, se han desviado lejos del 'Urvatu'

l-Vuthq del conocimiento divino. Sus corazones parecen no inclinarse al conocimie nto ni a la puerta de l; ni piensan en sus manifestaciones, por cuanto en la vana fantasa han encontrado la puerta que conduce a las riquezas terrenales, en tanto que en la manifestacin del Revelador del Conocimiento no encuentran otra cosa ms que el llamado a la abnegacin. Ellos, por tanto, se aferran naturalmente a lo pri mero y huyen de lo otro. Aunque reconocen en sus corazones que la Ley de Dios es una y la misma, sin embargo emiten en toda direccin nuevos mandamientos y procla man en cada poca un nuevo decreto. No hay dos que estn de acuerdo en una misma ley , porque no buscan a ningn Dios salvo su propio deseo, y no hollan sendero alguno que no sea el sendero del error. La jefatura es para ellos el ltimo objeto de su s esfuerzos, y consideran el orgullo y la arrogancia como los ms altos logros que puedan desear sus corazones. Han puesto sus srdidas maquinaciones por encima del decreto divino, han renunciado a resignarse a la voluntad de Dios, se han ocupa do en clculos egostas y han seguido el camino de los hipcritas. Con todo su poder y su fuerza tratan de asegurarse en sus despreciables ocupaciones, por miedo a qu e el menor descrdito socave su autoridad o manche la ostentacin de su magnificenci a. Si el ojo fuera ungido y alumbrado con el colirio del conocimiento de Dios, d e seguro descubrira que una manada de bestias voraces se han reunido para aliment arse de la carroa de las almas humanas. Qu "opresin" es mayor que la que ha sido referida? Qu "opresin" es ms dolorosa que el echo de que un alma busque la verdad y desee alcanzar el conocimiento de Dios, y no sepa adnde dirigirse ni de quin obtenerlo? Pues las opiniones se han diversifi cado gravemente, y los caminos para alcanzar a Dios se han multiplicado. Esta "o presin" es el rasgo esencial de toda Revelacin; y si no ocurre, el Sol de la Verda d no ser revelado. Pues la aurora de la gua divina debe necesariamente seguir a la oscuridad de la noche del error. Por esta razn, en todas las crnicas y tradicione s se ha hecho referencia a esto, a saber: que la iniquidad cubrir la superficie d e la Tierra y la oscuridad envolver a la humanidad. Como las tradiciones a que se ha hecho referencia son bien conocidas, y el propsito de este siervo es ser brev e, l se abstendr de citar su texto. Si esta "opresin" (que literalmente significa presin) se interpretara como que la Tierra habr de contraerse, o si la vana fantasa de los hombres concibiera calamida des similares que hubieran de asolar a la humanidad, es claro y manifiesto que n inguno de tales hechos podr jams ocurrir. De seguro objetarn que este requisito pre vio para la revelacin divina no se ha hecho manifiesto. sa ha sido, y an es, su ase veracin. Mientras que "opresin" significa la falta de capacidad para adquirir cono cimiento espiritual y entender la Palabra de Dios. Significa que, cuando el Sol de la Verdad se haya puesto, y los espejos que reflejan Su luz hayan desaparecid o, la humanidad ser afligida por "opresin" e infortunio y no sabr adnde dirigirse en busca de gua. As te instruimos en la interpretacin de las tradiciones y te revelam os los misterios de la sabidura divina, para que quizs comprendas su significado y seas de aquellos que han bebido de la copa del divino conocimiento y comprensin. Y ahora, respecto de Sus palabras "se oscurecer el sol, y la luna no dar su luz, y las estrellas caern del cielo", los trminos "sol" y "luna", mencionados en las es crituras de los Profetas de Dios, no slo significan el sol y la luna del universo visible. Ms an, son mltiples los significados que han querido asignar a estos trmin os. En cada caso les han dado una significacin particular. As, en un sentido, "sol " significa cada uno de los Soles de la Verdad que aparecen en la aurora de anti gua gloria y llenan el mundo con una generosa efusin de gracia procedente de lo a lto. Estos Soles de la Verdad son las Manifestaciones universales de Dios en los mundos de Sus atributos y nombres; as como el sol visible que, por decreto de Di os, el Verdadero, el Adorado, toma parte en el desarrollo de todas las cosas ter renales: los rboles, las frutas y sus colores, los minerales de la tierra, y todo lo que puede presenciarse en el mundo de la creacin, as tambin las Lumbreras divin as, con su cuidado amoroso e influencia educativa, hacen que existan y se manifi esten los rboles de la unidad divina, los frutos de Su unicidad, las hojas del de sprendimiento, las flores del conocimiento y la certeza, y los arrayanes de la s abidura y prolacin. As, mediante la aparicin de estas Lumbreras de Dios se renueva e l mundo, brotan las aguas de vida eterna, se agitan las aguas de amorosa bondad, se amontonan las nubes de la gracia y sopla la brisa de la munificencia sobre t

odas las cosas creadas. El calor que generan estas Lumbreras de Dios y los fuego s inextinguibles que encienden son los que hacen que la luz del amor de Dios bri lle intensamente en el corazn de la humanidad. Mediante la abundante gracia de es tos Smbolos del Desprendimiento, los cuerpos de los muertos son inspirados por el espritu de vida eterna. Ciertamente, el sol visible no es ms que un signo del esp lendor de aquel Sol de la Verdad, Sol que jams podr tener par, semejante o rival. Mediante l viven, se mueven y tienen su existencia todas las cosas; son reveladas por Su gracia y a l vuelven. De l han surgido todas las cosas y todas han vuelto a los tesoros de Su revelacin. De l procedieron todas las cosas creadas y al depsit o de Su Ley volvieron. Que estas Lumbreras divinas parezcan a veces estar limitadas a denominaciones y atributos especficos, como ya has observado y observas ahora, se debe solamente a la comprensin limitada e imperfecta de ciertas mentes. Por otra parte, en todo t iempo han sido exaltadas por encima de todo nombre laudatorio y santificadas de todo atributo descriptivo, y continuarn sindolo eternamente. La quintaesencia de n ingn nombre tendr esperanza de aproximarse a su corte de santidad; de todos los at ributos, los ms elevados y puros nunca podrn acercarse a su reino de gloria. Inmen samente exaltados son los Profetas de Dios por encima de la comprensin de los hom bres, los cuales nunca les podrn conocer excepto por Ellos mismos. Cun lejos est de Su gloria que Sus Elegidos sean magnificados por algn otro que no sea sus propias personas! Glorificados estn por encima de la alabanza de los hombres; exaltados e stn por encima del entendimiento humano! El trmino "soles" ha sido aplicado muchas veces, en las escrituras de las "Almas inmaculadas", a los Profetas de Dios, esos luminosos Emblemas del Desprendimient o. Entre esas escrituras estn las siguientes palabras de la "Oracin de Nudbih":22 "Adnde se han ido los Soles resplandecientes? Hacia dnde han partido aquellas brilla ntes Lunas y centelleantes Estrellas?" As, es evidente que los trminos "sol", "lun a" y "estrellas" significan primariamente los Profetas de Dios, los santos y sus compaeros, esas Lumbreras Cuyo conocimiento ha vertido su luz sobre los mundos d e lo visible y lo invisible. En otro sentido, mediante estos trminos se indica a los sacerdotes de la Dispensa cin anterior que viven en los das de la Revelacin siguiente y tienen las riendas de la religin en sus manos. Si estos sacerdotes son iluminados por la luz de la Rev elacin ms reciente, sern aceptables para Dios y brillarn con luz sempiterna. De lo c ontrario, se les declarar oscurecidos aun cuando en apariencia externa sean caudi llos de los hombres. Ya que la fe y el descreimiento, la gua y el error, la felic idad y la miseria, la luz y la oscuridad, todo depende de la aprobacin de Aquel Q ue es el Sol de la Verdad. Cualquiera de los sacerdotes de cada poca que, en el Da del Juicio, reciba de la Fuente del verdadero conocimiento el testimonio de la fe, ciertamente se convertir en el receptor de la erudicin, del favor divino y de la luz del verdadero entendimiento. De lo contrario, ser marcado como culpable de insensatez, negacin, blasfemia y opresin. Es evidente y manifiesto para todo observador perspicaz que as como la luz de la estrella se apaga ante el refulgente resplandor del sol, del mismo modo la lumbr era del conocimiento terrenal, de la sabidura y entendimiento desaparece en la na da al ponrsele frente a frente a las resplandecientes glorias del Sol de la Verda d, Astro de la iluminacin divina. Que el trmino "sol" haya sido aplicado a los jefes religiosos se debe a su elevad a posicin, su fama y renombre. Tales son los sacerdotes de cada poca, quienes son universalmente reconocidos, hablan con autoridad y cuya fama est firmemente estab lecida. Si se asemejan al Sol de la Verdad, de seguro sern considerados como los ms exaltados de entre todas las lumbreras; de lo contrario, habr de verse en ellos a los centros focales del fuego infernal. As l dice: "Verdaderamente, el sol y la luna estn condenados ambos al tormento del fuego infernal".23 Sin duda, te es fa miliar la interpretacin de los trminos "sol" y "luna" mencionados en este versculo; no es necesario por tanto referirse a l. Y quienquiera que sea de la ndole de est e "sol" y "luna", es decir, que siga el ejemplo de estos jefes, volviendo su ros tro hacia la falsedad y apartndose de la verdad, sin duda ha salido de las tinieb las del infierno y vuelve all. Y ahora, oh buscador, nos incumbe asirnos firmemente al 'Urvatu'l-Vuthq para que,

quizs, dejemos atrs la lbrega noche del error y abracemos la luz naciente de la gua divina. Acaso no hemos de huir de la faz de la negacin y buscar la sombra protect ora de la certeza? Acaso no hemos de liberarnos del horror de las tinieblas satnic as y apresurarnos hacia la luz naciente de la Belleza celestial? De este modo te conferimos el fruto del rbol del conocimiento divino, para que, contento y alegr e, mores en el Rivn de la sabidura divina. En otro sentido, los trminos "sol", "luna" y "estrellas" significan las leyes y e nseanzas que han sido establecidas y proclamadas en cada Dispensacin, tales como l as leyes de la oracin y el ayuno. Despus de que la belleza del Profeta Muammad desa pareciera detrs del velo, stas, conforme a la ley del Qur'n, han sido consideradas como las leyes fundamentales y obligatorias de Su dispensacin. Esto lo atestiguan los textos de las tradiciones y crnicas; a ellas no necesitamos referirnos aqu, h abida cuenta de que son ampliamente conocidas. Es ms, en toda Dispensacin se ha he cho hincapi en la ley concerniente a la oracin y ha sido puesta en vigor universal mente. De ello dan testimonio las tradiciones escritas, atribuidas a las luces q ue han emanado del Sol de la Verdad, la esencia del Profeta Muammad. Las tradiciones han verificado el hecho de que en todas las Dispensaciones la le y de la oracin ha constituido un elemento fundamental de la Revelacin de todos los Profetas de Dios; ley cuya forma y manera han sido adaptadas a los cambiantes r equerimientos de cada poca. Por cuanto cada Revelacin sucesiva ha abolido las cost umbres, hbitos y enseanzas que clara, especfica y firmemente haba establecido la Dis pensacin anterior, stas, por tanto, se han expresado simblicamente mediante los trmi nos "sol" y "luna". "Para que l pueda probaros cul de vosotros sobresale en sus ob ras".24 Adems, en las tradiciones se han aplicado los trminos "sol" y "luna" a la oracin y el ayuno; as se ha dicho: "El ayuno es iluminacin, la oracin es luz". Cierto da, un conocido sacerdote vino a visitarnos. Mientras conversbamos con l, se refiri a la t radicin citada anteriormente. Dijo: "Por cuanto el ayuno hace que aumente el calo r del cuerpo, se le ha comparado con la luz del sol; y como la oracin de la noche refresca al hombre, se la ha comparado con la luz de la luna". Al momento se No s hizo claro que aquel pobre hombre no haba sido favorecido ni con una gota del o cano del verdadero entendimiento, y que se haba desviado lejos de la Zarza ardient e de la sabidura divina. Entonces, cortsmente, le hicimos ver: "La interpretacin qu e vuestra reverencia ha dado a esta tradicin es la corriente entre la gente. No po dra ser interpretada de otro modo?" l Nos pregunt: "Cmo podra ser?" Y Nos replicamos: "Muam-mad, el Sello de los Profetas, y el ms distinguido de los Elegidos de Dios, ha comparado la Dispensacin del Qur'n con el cielo por razn de la sublimidad de ste, su influencia suprema, su majestad, y el hecho de que abarca a todas las religi ones. Y al igual que el sol y la luna constituyen las lumbreras ms brillantes y p rominentes de los cielos, de modo semejante, en el cielo de la religin de Dios ha n sido decretados dos astros radiantes: el ayuno y la oracin. 'El Islm es el cielo ; el ayuno, su sol; la oracin, su luna'." ste es el propsito que subyace en las palabras simblicas de las Manifestaciones de Dios. Por consiguiente, la aplicacin de los trminos "sol" y "luna" a las cosas ya mencionadas ha sido demostrada y justificada por el texto de los versculos sagrad os y tradiciones escritas. De ah que sea claro y manifiesto que las palabras "se oscurecer el sol, y la luna no dar su luz, y las estrellas caern del cielo", expres an la obstinacin de los sacerdotes y la anulacin de las leyes firmemente estableci das por Revelacin divina, todo lo cual ha sido predicho, en lenguaje simblico, por la Manifestacin de Dios. Nadie excepto los justos participarn de esta copa, nadie sino los piadosos pueden compartirla. "Los justos bebern de una copa preparada e n la fuente de alcanfor".25 Es incuestionable que, en cada sucesiva Revelacin, el "sol" y la "luna" de las en seanzas, leyes, mandamientos y prohibiciones que han sido establecidos en la Disp ensacin anterior, y que han amparado al pueblo de aquella poca, se oscurecen, es d ecir, que se han agotado y dejan de ejercer su influencia. Y ahora recapacita: s i el pueblo del Evangelio hubiera reconocido el significado de los trminos simblic os "sol" y "luna" y, a diferencia del obstinado y el perverso, hubiera buscado i luminacin en Aquel Que es el Revelador de conocimiento divino, de seguro habran co mprendido el propsito de estos trminos y no habran sido afligidos y oprimidos por l

a oscuridad de sus deseos egostas. Es ms, como no han obtenido el verdadero conoci miento de su misma Fuente, han perecido en el peligroso valle de la obstinacin y el descreimiento. Ellos an no han despertado para percibir que se han manifestado todos los signos anunciados, que el Sol prometido se ha elevado sobre el horizo nte de la Revelacin divina, y que se han oscurecido y han declinado el "sol" y la "luna" de las enseanzas, las leyes y la erudicin de una Dispensacin anterior. Y ahora, con la mirada fija y alas firmes, toma el camino de la certeza y la ver dad. "Di: Es Dios; entonces djalos que se entretengan en sus sutilezas".26 As, sers considerado entre aquellos compaeros de quienes l dice: "Aquellos que dicen 'Nues tro Seor es Dios', y continan firmes en Su camino, a ellos, ciertamente, descendern los ngeles".27 Entonces presenciars todos estos misterios con tus propios ojos. Oh mi hermano! Da el paso del espritu para que, en un abrir y cerrar de ojos, atra vieses raudo los desiertos del alejamiento y la privacin, y llegues al Rivn de reun in sempiterna y, de un aliento, comulgues con los espritus celestiales. Ya que con pies humanos nunca tendrs esperanza de atravesar esas distancias inmensurables n i de alcanzar tu objetivo. Sea la paz con aquel a quien la luz de la verdad gua h acia toda verdad, y con quien, en el nombre de Dios y en el sendero de Su Causa, se yergue sobre la orilla del verdadero entendimiento. ste es el significado del versculo sagrado "Mas no! Juro por el Seor de los Orientes y Occidentes",28 por cuanto los "Soles" a que se hace referencia tienen cada un o su levante y su poniente. Y, como los comentadores del Qur'n no lograron compre nder el significado simblico de estos "Soles", tuvieron dificultades para interpr etar el versculo antes citado. Algunos de ellos han sostenido que, debido a que e l sol sale cada da en un punto diferente, los trminos "orientes" y "occidentes" fi guran en plural. Otros han escrito que este versculo indica las cuatro estaciones del ao, por cuanto los lugares de salida y puesta del sol varan con el cambio de las estaciones. Tal es la profundidad de su entendimiento! Y, sin embargo, persis ten en imputar error y locura a esas Joyas del conocimiento, esos irreprochables y pursimos Smbolos de la sabidura. Asimismo, esfurzate por comprender, mediante estas lcidas, estas poderosas, conclu yentes e inequvocas afirmaciones, el significado del "hendimiento del cielo", uno de los signos que deben necesariamente anunciar la venida de la Hora final, el Da de la Resurreccin. As l ha dicho: "Cuando el cielo sea hendido".29 "Cielo" indica el cielo de la Revelacin divina, que es alzado con toda Manifestacin y despedazad o con la siguiente. "Hendido" indica que la Dispensacin anterior es reemplazada y abrogada. Juro por Dios que el hendimiento de este cielo es, para los que discie rnen, un acto ms poderoso que el rompimiento de la esfera celeste! Medita un mome nto: que una Revelacin divina que durante aos ha estado firmemente establecida, a cuya sombra todos cuantos la han abrazado han sido criados y educados, la luz de cuya ley ha disciplinado a generaciones de hombres, la excelencia de cuya palab ra los hombres han escuchado relatar a sus padres, de modo tal que el ojo humano no ha visto nada sino la influencia penetrante de su gracia, y el odo mortal no ha odo nada sino la resonante majestad de su mandato; qu acto es ms poderoso que el hecho de que tal Revelacin, por el poder de Dios, sea "hendida" y sea abolida con la aparicin de una alma? Reflexiona: es este acto ms grande que lo que estos hombr es abyectos y necios imaginan que significa el "hendimiento del cielo"? Por otra parte, considera las tribulaciones y amargura de la vida de esos Revela dores de la divina Belleza. Reflexiona, cun desasistidos y solos encararon al mund o y a todos sus pueblos, y promulgaron la Ley de Dios! Por muy severas que fuera n las persecuciones infligidas sobre esas santas, esas preciosas y tiernas almas , sin embargo ellas permanecieron pacientes en la plenitud de su poder y, a pesa r de su ascendiente, padecieron y perseveraron. Asimismo, esfurzate por comprender el significado del "cambio de la tierra". Has de saber que cualesquiera que sean los corazones sobre los cuales han cado las mu nficas lluvias de la misericordia del "cielo" de la Revelacin divina, la tierra de esos corazones ha sido verdaderamente cambiada por la tierra del divino conocim iento y sabidura. Qu arrayanes de unidad ha producido el suelo de sus corazones! Qu f lores de verdadero conocimiento y sabidura han dado sus pechos iluminados! Si no hubiera cambiado la tierra de sus corazones, cmo hubiesen podido aquellas almas a quienes no se haba enseado una letra, que no haban conocido maestros, ni entrado en

escuela alguna, pronunciar tales palabras y desplegar tal conocimiento que nadi e puede comprender? Me parece que han sido modelados de la arcilla del conocimie nto infinito y amasados con el agua de la sabidura divina. Por tanto se ha dicho: "El conocimiento es una luz que Dios derrama sobre el corazn de quienquiera sea Su voluntad". Esta clase de conocimiento es digna de alabanza y siempre lo ha si do; pero no el conocimiento limitado que ha nacido de mentes veladas y oscuras; t al conocimiento limitado lo toman incluso clandestinamente unos de otros y se gl oran vanamente de l! Ojal que los corazones de los hombres se limpiasen de estas limitaciones humanas y oscuros pensamientos impuestos sobre ellos!, para que, quizs, sean iluminados po r la luz del Sol del conocimiento verdadero y comprendan los misterios de la sab idura divina. Ahora considera: si la rida y estril tierra de estos corazones hubies e de quedar inalterada, cmo podran ellos llegar a ser alguna vez los Recipientes de la revelacin de los misterios de Dios y los Reveladores de la Esencia divina? As l ha dicho: "En el da en que la tierra ser mudada en otra tierra".30 La brisa de la munificencia del Rey de la creacin ha hecho que hasta cambie la ti erra fsica, si ponderaseis en vuestro corazn los misterios de la Revelacin divina! Y, ahora, has de comprender el sentido de este versculo: "En el Da de la Resurrecc in la tierra toda ser slo un puado en Su mano, y en Su diestra sern replegados los ci elos. La alabanza sea para l! y exaltado sea sobre los socios que Le unen!".31 Y ah ora, s sincero en tu juicio. Si estos versculos tuviesen el significado que le dan los hombres, qu provecho -cabe preguntarse- podran tener para el hombre? Adems, es evidente y manifiesto que ninguna mano que puedan ver ojos humanos podra realizar tales hechos, ni tampoco stos podran atribuirse a la exaltada Esencia del Dios nic o y verdadero. Es ms, admitir cosa semejante no es sino mera blasfemia y extrema desfiguracin de la verdad. Y suponiendo que este versculo se refiere a las Manifes taciones de Dios, que han de ser llamadas en el Da del Juicio a efectuar tales he chos, ello tambin parece estar lejos de la verdad y no sera de ningn provecho. Por el contrario, el trmino "tierra" significa la tierra de la comprensin y conocimien to, y "cielos" indica los cielos de la Revelacin divina. Reflexiona sobre cmo, por una parte, con Su poderoso puo l ha tornado la tierra del conocimiento y comprens in, previamente desplegada, en un mero terrn; y cmo, por otra parte, ha esparcido e n los corazones de los hombres una tierra nueva y altamente exaltada, haciendo a s brotar las ms frescas y hermosas flores y los ms poderosos y erguidos rboles en el iluminado pecho de los hombres. Asimismo, reflexiona cmo los sublimes cielos de las religiones del pasado han sid o replegados por la diestra del poder, cmo los cielos de la Revelacin divina han s ido elevados por mandato de Dios y adornados por el sol, la luna y las estrellas de Sus maravillosos Mandamientos. Tales son los misterios de la Palabra de Dios que han sido revelados y manifestados para que, quizs, percibas la matutina luz de gua divina, extingas, por la fuerza de la confianza y la renunciacin, la lmpara de la vana fantasa, de las ociosas imaginaciones, de la vacilacin y duda, y encien das, en la cmara ntima de tu corazn, la recin nacida luz del conocimiento y certeza divinos. Por cierto, has de saber que el propsito fundamental de todos estos trminos simblic os y alusiones abstrusas que emanan de los Reveladores de la santa Causa de Dios ha sido el de probar y someter a examen a los pueblos del mundo para que, con e llo, la tierra de los corazones puros e iluminados sea separada del suelo perece dero y estril. Desde tiempo inmemorial ha procedido Dios as con Sus criaturas, y e sto lo atestiguan los escritos de los libros sagrados. Y, asimismo, reflexiona sobre el versculo revelado acerca del "Qiblih".32 Muammad, el Sol de la Revelacin, ya consumada Su huida desde la aurora de Ba33 a Yathrib34, al rezar an sola volver Su rostro hacia Jerusaln, la ciudad santa, hasta que lleg la hora en que los judos comenzaron a proferir palabras indecorosas contra l, palabr as cuya mencin seran impropias de estas pginas y molestaran al lector. Muammad se ofe ndi profundamente ante aquellas palabras. Mientras miraba al cielo, envuelto en m editacin y arrobamiento, oy la amable voz de Gabriel que deca: "Te vemos desde lo a lto volviendo Tu rostro hacia el cielo; Nos, sin embargo, queremos que Te vuelva s a un Qiblih que Te agrade".35 Con posterioridad a aquel da, cuando el Profeta, junto con Sus compaeros, cumpla la oracin del medioda y haba ya efectuado dos de los

Rik'ats36 prescritos, se oy de nuevo la Voz de Gabriel: "Vuelve Tu rostro hacia l a Mezquita sagrada".37 En medio de esa misma oracin, Muammad repentinamente apart S u rostro de Jerusaln dirigindolo hacia la Ka'bih. Entonces, un profundo terror sob recogi a los compaeros del Profeta. Su fe se vio remecida de forma severa. Tal fue su consternacin, que muchos de ellos, interrumpiendo su oracin, abandonaron su fe . Ciertamente Dios caus esta confusin slo para probar a Sus siervos. De lo contrari o, l, el Rey ideal, podra no haber cambiado el Qiblih y haber mantenido Jerusaln co mo Punto de Adoracin para Su Dispensacin, sin privarle a esa ciudad santa la disti ncin de favor que le haba sido conferida. Desde que apareci Moiss, ninguno de los numerosos Profetas enviados como Mensajero s de la Palabra de Dios, tales como David, Jess y otras de las Manifestaciones ms exaltadas aparecidas durante el perodo transcurrido entre las Revelaciones de Moi ss y Muammad, jams alter la ley del Qiblih. Todos estos Mensajeros del Seor de la cre acin han hecho a sus pueblos volverse en una misma direccin. Ante los ojos de Dios , el Rey ideal, todos los lugares de la Tierra son uno y el mismo, excepto aquel lugar que, en el da de Su Manifestacin, l designa para un propsito particular. Como l ha revelado: "De Dios es el Oriente y el Occidente; por tanto, dondequiera os volvis, all est la faz de Dios".38 No obstante la verdad de estos hechos, por qu habra de ser cambiado el Qiblih, causando con esto tal consternacin entre el pueblo, h aciendo vacilar a los compaeros del Profeta, y ocasionando tan gran confusin en me dio de ellos? S, por cierto, aquellas cosas que acarrean consternacin a los corazo nes de los hombres ocurren slo para que cada alma sea probada con la piedra de to que de Dios, para que se reconozca lo verdadero distinguindolo de lo falso. Por e sto l revel despus de la ruptura entre el pueblo: "Designamos el Qiblih que t quisis te slo para distinguir a quien sigue al Apstol de quien se aleja de l".39 "Asnos at errados que huyen de un len".40 Si por un momento ponderases estas palabras en tu corazn, de seguro encontraras la s puertas del entendimiento abiertas ante ti y veras todo el conocimiento y sus m isterios descubiertos ante tus ojos. Tales cosas suceden slo para que las almas d e los hombres se desarrollen y sean libradas de la jaula y la prisin del yo y del deseo. Por cuanto, en Su Esencia, aquel Rey ideal ha sido eternamente independi ente de la comprensin de todos los seres, y continuar siendo por siempre exaltado en Su propio Ser, por encima de la adoracin de toda alma. Una sola brisa de Su op ulencia es suficiente para adornar a toda la humanidad con el manto de la riquez a; y una gota del ocano de Su munfica gracia basta para conferir a todos los seres la gloria de vida eterna. Pero dado que el Propsito divino ha decretado que lo v erdadero debe ser distinguido de lo falso, y el sol de la sombra, l, por tanto, d esde Su reino de gloria ha enviado a la humanidad, en todo tiempo, lluvias de pr uebas. Si los hombres meditaran sobre la vida de los Profetas de antao, llegaran tan fcilm ente a conocer y comprender el modo de actuar de estos Profetas, que su vista ya no sera velada por aquellas palabras y acciones que son contrarias a sus propios deseos mundanos; destruiran as todo velo que se les interpusiese con el fuego que arde en la Zarza del conocimiento divino, y moraran seguros en el trono de la pa z y la certeza. Por ejemplo, considera a Moiss, hijo de 'Imrn, uno de los Profetas exaltados y Autor de un libro divinamente revelado. Un da de entre Sus primeros Das en que pasaba por el mercado, antes de proclamarse Su ministerio, vio l a dos hombres que peleaban. Uno de ellos pidi ayuda a Moiss contra su oponente. Inmediat amente intervino Moiss y le dio muerte. De esto da testimonio el Libro sagrado. S i se citaran detalles, alargaran e interrumpiran el curso del argumento. La notici a de este incidente cundi por la ciudad y a Moiss le invadi el miedo, como lo atest igua el texto del Libro. Y cuando lleg a Sus odos la advertencia: "Oh Moiss!, de ver as que los jefes deliberan para matarte"41, abandon la ciudad y se detuvo en Madin al servicio de Shoeb. A Su vuelta, Moiss entr en el valle santo, situado en el de sierto de Sina, y all tuvo la visin del Rey de gloria en el "rbol que no pertenece n i al Este ni al Oeste". All escuch la Voz conmovedora del Espritu, que hablaba desd e el ardiente Fuego, ordenndole verter sobre las almas de los Faraones la luz de la gua divina, para que, liberndoles de las sombras del valle del egosmo y del dese o, les capacitase para alcanzar los prados de delicia divina y, librndoles median te el Salsabl de la renuncia, de la confusin del alejamiento, les hiciese entrar e

n la apacible ciudad de la presencia divina. Cuando Moiss lleg a la presencia del Faran y le entreg el Mensaje divino, como lo haba ordenado Dios, el Faran habl de for ma insultante dicindole: "No eres t aquel que cometi un homicidio y se volvi infiel?" As refiri el Seor de majestad que el Faran dijo a Moiss: "Qu hecho has perpetrado! Er s de los desagradecidos. Y ste dijo: 'Ciertamente, lo hice; y fui de aquellos que erraron. Y hu de vos cuando os tema; pero Mi Seor Me ha dado sabidura y Me ha hecho uno de Sus Apstoles'".42 Y ahora pondera en tu corazn la conmocin suscitada por Dios. Reflexiona acerca de las extraas y mltiples tribulaciones con que l prueba a Sus siervos. Considera cmo l inesperadamente escoge de entre Sus siervos, confindole la exaltada misin de la gua divina, a Aquel Que era tenido por culpable de homicidio, Quien haba reconocido l mismo Su crueldad y Quien durante casi treinta aos haba sido, a los ojos del mund o, criado en la casa del Faran y haba comido en su mesa. Acaso Dios, el Rey omnipot ente, no era capaz de parar la mano a Moiss para que no cometiese el asesinato, d e modo que no se Le atribuyese el delito de homicidio, causando confusin y repuls a entre el pueblo? Asimismo, reflexiona acerca del estado y la condicin de Mara. Tan honda era la per plejidad de aquella bellsima figura, tan penosa su situacin, que amargamente lamen taba haber nacido. Esto lo testifica el texto del versculo sagrado donde se menci ona que, habiendo dado a luz a Jess, Mara llor su condicin exclamando: "Ojal hubiese m uerto antes de esto, y hubiera sido yo olvidada, olvidada por completo!"43 Juro p or Dios que ese lamento consume el corazn y estremece el ser! Aquella consternacin , aquel descorazonamiento no podan haber sido causados por otra cosa sino por la censura del enemigo y las argucias de los infieles y perversos. Piensa: qu respues ta poda dar a la gente que le rodeaba? Cmo podra sostener que un Nio de padre descono cido haba sido concebido por el Espritu Santo? As pues, Mara, aquella Figura velada e inmortal, tom a su Nio y volvi a su casa. No bien recayeron sobre ella los ojos d e las gentes, cuando stas elevaron su voz diciendo: "Oh hermana de Aarn! Tu padre n o fue un malvado, ni tu madre deshonesta".44 Y ahora medita sobre esta inmensa conmocin, esta dolorosa prueba. A pesar de todo ello, Dios confiri a esa esencia del Espritu, a Quien la gente conoca como carente de padre, la gloria de ser Profeta, e hizo de l Su testimonio para todos los que estn en el cielo y en la tierra. Mira cmo el comportamiento de las Manifestaciones de Dios, por mandato del Rey de la creacin, es totalmente opuesto al comportamiento y a los deseos de los hombres ! Cuando llegues a comprender la esencia de estos misterios divinos, percibirs el propsito de Dios, el divino Encantador, el Bienamado. Considerars las palabras y el proceder de ese Soberano todopoderoso como una misma cosa, de tal modo que cu anto veas en Su proceder, eso mismo encontrars en Sus palabras, y cuanto leas en Sus palabras, eso reconocers en Su proceder. As, externamente, Sus obras y palabra s son el fuego de la venganza contra el malvado e, internamente, son las aguas d e la misericordia para el justo. Si se abriese el ojo del corazn, de seguro compr endera que las palabras reveladas desde el cielo de la voluntad de Dios concuerda n y se identifican con las obras que han emanado desde el Reino del poder divino . Ahora escucha, oh hermano! Si tales cosas se revelaran en esta Dispensacin y tales incidentes sucedieran actualmente, qu haran los hombres? Juro por Aquel Que es el verdadero Educador de la humanidad y el Revelador de la Palabra de Dios, que el pueblo, de inmediato e indiscutiblemente, Le declarara infiel y Le sentenciara a m uerte. Cun lejos estn de poder escuchar la voz que declara: He aqu que, del aliento del Espritu Santo, ha aparecido un Jess, y un Moiss ha sido llamado para una tarea designada por Dios! Aunque se elevaran miradas de voces, ningn odo atendera si Nos d ijramos que a un Nio sin padre ha sido conferida la misin de Profeta, o que un homi cida ha trado desde la Zarza ardiente el mensaje "En verdad, en verdad, Yo soy Dio s!" Si se abriera el ojo de la justicia, fcilmente reconocera, a la luz de lo que se h a mencionado, que Aquel Que es la Causa y Propsito ltimo de todas estas cosas se h a manifestado en este da. Aun cuando semejantes sucesos no han ocurrido en esta D ispensacin, el pueblo se aferra a vanas imaginaciones tales como las que acaricia n los rprobos. Cun graves los cargos que se Le imputaron! Cun severas las persecucion

es de que fue objeto! Cargos y persecuciones tales que los hombres no han visto n i odo algo semejante! Gran Dios! Cuando lleg a este punto el torrente de la prolacin, miramos, y he aqu qu e los dulces aromas de Dios eran difundidos desde la aurora de la Revelacin y sop laba la brisa matutina proveniente del Sab del Eterno. Sus buenas nuevas regocija ron otra vez al corazn y dieron inmensa alegra al alma. Renov todas las cosas y tra jo innumerables e inestimables dones procedentes del Amigo incognoscible. Jams po dr la vestidura de la alabanza humana pretender compararse a Su noble talla, ni p odr el manto de las palabras adecuarse a Su luminosa figura. Sin palabras desplie ga los misterios interiores y sin lenguaje revela los secretos de los versculos d ivinos. Ensea a los ruiseores que gorjean en la rama del alejamiento y la separacin , la lamentacin y la queja, les instruye en el arte del amor y les muestra el sec reto de la renuncia del corazn. Revela a las flores del Rivn de la reunin celestial los encantos del amante apasionado y les descubre la gracia de los dotados de be lleza. A las anmonas del jardn del amor les confiere los misterios de la verdad y al pecho de los amantes le confa los smbolos de las sutilezas ms profundas. Es tan g enerosa la efusin de Su gracia en este momento, que el mismo Espritu Santo siente envidia! Ha dado a la gota el poder de las olas del mar, y ha dotado a la mota ms pequea con el resplandor del sol. Tal es el desbordamiento de Su munificencia, q ue el escarabajo maloliente ha buscado el perfume del almizcle, y el murcilago la luz del sol. Ha vivificado a los muertos con el aliento de vida y les ha hecho salir de la tumba de sus cuerpos mortales. Ha establecido a los ignorantes en la s sedes de la erudicin, y ha elevado al opresor al trono de la justicia. El universo est repleto de estas mltiples ddivas y espera el momento en que los efe ctos de Sus invisibles dones se manifiesten en este mundo, cuando los lnguidos y sedientos alcancen el Kawthar viviente de su Bienamado, y el vagabundo perdido e n los desiertos del alejamiento y de la nada entre en el tabernculo de la vida y logre la reunin con el deseo de su corazn. En la tierra de qu alma brotarn las flores de las realidades invisibles? En verdad, digo: tan grande es el fuego de la Zar za del amor que arde en el Sina del corazn, que los torrentes de la santa prolacin no podrn nunca apagar su llama. Ocanos no podrn calmar nunca la sed ardiente de est e Leviatn, y este Fnix del fuego inmortal no podr hallar morada si no es en el resp landor del semblante del Bienamado. Por tanto, oh hermano!, enciende con el aceit e de la sabidura la lmpara del espritu dentro de la cmara recndita de tu corazn, y cus tdiala con la mampara del entendimiento, para que el aliento del infiel no exting a su llama ni oscurezca su esplendor. As hemos iluminado los cielos de la prolacin con los resplandores del Sol de la divina sabidura y entendimiento, para que tu corazn encuentre paz y seas t de aquellos que, en alas de la certeza, se han remon tado hacia el cielo del amor de Su Seor, el Todomisericordioso. Y, ahora, referente a Sus palabras: "Y entonces aparecer en el cielo el signo del Hijo del hombre". Estas palabras significan que cuando el sol de las enseanzas c elestiales se haya eclipsado, las estrellas de las leyes divinamente establecida s hayan cado, y la luna del verdadero conocimiento -el educador de la humanidadse haya oscurecido, cuando los estandartes de gua y felicidad hayan sido arriados y la maana de la verdad y rectitud se haya hundido en la noche, entonces el sign o del Hijo del hombre aparecer en el cielo. "Cielo" designa el cielo visible, ya que cuando se acerque la hora en que ha de aparecer el Sol del cielo de la justi cia y navegue el Arca de la gua divina sobre el mar de la gloria, aparecer una est rella en el cielo que anunciar a su pueblo el advenimiento de esa mxima luz. De ig ual modo, en el cielo invisible aparecer una estrella que actuar ante los pueblos de la Tierra como heraldo del amanecer de esa verdadera y exaltada Maana. Este do ble signo, en el cielo visible e invisible, ha anunciado la Revelacin de cada uno de los Profetas de Dios, como comnmente se cree. Entre los Profetas est Abraham, el Amigo de Dios. Antes de que l se manifestara, N imrod tuvo un sueo. En seguida reuni a los adivinos, quienes le informaron de la a paricin de una estrella en el cielo. Igualmente, apareci un heraldo que anunci en t odo el pas la venida de Abraham. Despus de l vino Moiss, Quien convers con Dios. Los adivinos de entonces advirtieron al Faran en estos trminos: "Ha aparecido una estrella en el cielo, y he aqu! predic e que ser concebido un Nio que tiene en Sus manos vuestro destino y el de vuestro

pueblo". Igualmente apareci un sabio que, en la oscuridad de la noche, trajo buen as nuevas de alegra para el pueblo de Israel, consolando sus almas y dando confia nza a sus corazones. De ello dan testimonio los escritos de los libros sagrados. De mencionarse los detalles, esta epstola tomara las dimensiones de un libro. Ade ms, no es Nuestro deseo relatar las historias de das pasados. Dios es Nuestro test igo, aun lo que ahora mencionamos se debe slo a Nuestro tierno afecto hacia ti pa ra que, quizs, los pobres de la Tierra alcancen las orillas del mar de la riqueza , los ignorantes sean conducidos al ocano del conocimiento divino y aquellos que ansan el conocimiento beban del Salsabl de la sabidura divina. Pues de no ser as, es te siervo juzgara que reparar en tales escritos constituye un grave error y una p enosa transgresin. Asimismo, cuando se acercaba la hora de la Revelacin de Jess, algunos de los Magos , conscientes de que la estrella de Jess haba aparecido en el cielo, la buscaron y la siguieron hasta llegar a la ciudad que era la sede del reino de Herodes. El poder de su soberana abarcaba en aquellos das todo este pas. Los Magos dijeron: "Dnde est Aquel que ha nacido Rey de los judos? Pues hemos visto S u estrella en el Oriente, y venimos a adorarle!"45 Despus de indagar descubrieron que en Beln, en tierra de Judea, haba nacido un Nio. ste fue el signo manifiesto en el cielo visible. En cuanto al signo del cielo invisible -el cielo del divino c onocimiento y comprensin-, fue Yay, hijo de Zacaras, quien dio al pueblo las buenas nuevas de la Manifestacin de Jess. As l ha revelado: "Dios te anuncia a Yay, quien dar testimonio del Verbo de Dios, y que ser gran-de y casto".46 El trmino "Verbo" indi ca a Jess, Cuya venida predijo Yay. Adems, en las Escrituras celestiales est escrito: "Juan el Bautista estaba predicando en el desierto de Judea, diciendo: Arrepento s, porque el Reino de los cielos est cerca".47 Juan quiere decir Yay. Asimismo, antes de que se revelara la belleza de Mu-ammad, se manifestaron los si gnos del cielo visible. En cuanto a los signos del cielo invisible, aparecieron cuatro hombres que, uno tras otro, anunciaron al pueblo las felices nuevas de la aparicin de aquella Lumbrera divina. Rz-bih, llamado posteriormente Salmn, tuvo el honor de servirles. Cuando se aproximaba el fin de uno de ellos, ste enviaba a Rz -bih a otro, hasta que el cuarto, al sentir cerca su muerte, se dirigi a Rz-bih, d iciendo: "Oh Rz-bih!, cuando hayas recogido y enterrado mi cuerpo, ve a ijz, porque all aparecer el Sol de Muammad. Feliz t, porque vers Su faz!" Y ahora, respecto a esta maravillosa y exaltadsima Causa, has de saber ciertament e que muchos astrnomos han anunciado la aparicin de su estrella en el cielo visibl e. Asimismo, aparecieron en la tierra Amad y K1/2im,48 esas resplandecientes luces gemelas; que Dios santifique el lugar en que descansan! De todo lo que hemos expuesto queda claro y manifiesto que, antes de la revelacin de cada uno de los Espejos que reflejan la divina Esencia, los signos que anunc ian su advenimiento deben necesariamente revelarse en el cielo visible como tamb in en el invisible, donde est la sede del sol del conocimiento, la luna de la sabi dura y las estrellas del entendimiento y prolacin. El signo del cielo invisible de be necesariamente revelarse en la persona de un hombre perfecto que, antes que a parezca cada Manifestacin, eduque y prepare las almas de los hombres para el adve nimiento de la Lumbrera divina, Luz de la unidad de Dios entre los hombres. Y ahora, referente a Sus palabras "Y entonces se lamentarn todas las tribus de la tierra, y ellos vern al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo con pode r y gran gloria", estas palabras significan que en esos das los hombres lamentarn la prdida del Sol de la divina belleza, de la Luna del conocimiento y las Estrell as de sabidura divina. Vern entonces el semblante del Prometido, de la Belleza ado rada, descendiendo del cielo y cabalgando sobre las nubes. Quiere decirse con el lo que la divina Belleza se manifestar desde el cielo de la voluntad de Dios y ap arecer en la forma del templo humano. El trmino "cielo" denota sublimidad y exalta cin, por cuanto es la sede de la revelacin de las Manifestaciones de la Santidad, las Auroras de antigua gloria. Estos antiguos Seres, a pesar de haber nacido de la matriz de su madre, en realidad han descendido del cielo de la voluntad de Di os. A pesar de habitar en esta tierra, su verdadera morada son los retiros de gl oria en los reinos de lo alto. Aunque caminan entre mortales, vuelan por el ciel o de la presencia divina. Sin pies hollan el sendero del espritu y sin alas se el evan a las exaltadas alturas de la unidad divina. Con cada exhalacin recorren la

inmensidad del espacio, en cada momento atraviesan los reinos de lo visible e in visible. En sus tronos est escrito: "Nada en absoluto puede impedirle a l ocuparse de cualquier otra cosa"; y en sus sedes est inscrito: "Verdaderamente, Sus camin os son cada da diferentes".49 Son enviados mediante el trascendente poder del Ant iguo de los Das y son levantados por la exaltada voluntad de Dios, el Rey ms poder oso. Esto quieren decir las palabras "viniendo sobre las nubes del cielo". En las aseveraciones de las divinas Lumbreras se ha aplicado el trmino "cielo" a muchas cosas diferentes; as, el "cielo del Mandamiento", el "cielo de la Voluntad ", el "cielo del Propsito divino", el "cielo del Conocimiento divino", el "cielo de la Certeza", el "cielo de la Prolacin", el "cielo de la Revelacin", el "cielo d e la Ocultacin", y otros. En cada caso l ha dado a la palabra "cielo" un sentido e special, cuyo significado no es revelado a nadie sino a quienes estn iniciados en los misterios divinos y han bebido del cliz de la vida eterna. Por ejemplo, l dic e: "El cielo tiene para vosotros sustento y contiene lo que se os ha prometido"5 0, mientras que es la tierra la que aporta ese sustento. Asimismo se ha dicho: " Los nombres bajan del cielo", siendo as que provienen de la boca de los hombres. Si limpiaras el espejo de tu corazn del polvo de la malevolencia, comprenderas el significado de los trminos simblicos revelados por la Palabra de Dios que todo lo abarca, manifestada en cada Dispensacin, y descubriras los misterios del conocimie nto divino. Sin embargo, hasta que no hayas consumido con la llama del desprendi miento extremo esos velos de vana erudicin comunes entre los hombres, no podrs mir ar la resplandeciente maana del verdadero conocimiento. Has de saber que ciertamente el Conocimiento es de dos especies: Divino y Satnico . Uno proviene del manantial de la inspiracin divina; el otro es slo un reflejo de vanos y oscuros pensamientos. La fuente del primero es Dios mismo; la fuerza mo triz del otro son las insinuaciones del deseo egosta. Uno se gua por el principio "Temed a Dios; Dios os ensear"; el otro slo confirma la verdad "El conocimiento es el velo ms penoso entre el hombre y su Creador". El primero da el fruto de la pac iencia, del deseo ardiente, del verdadero entendimiento y amor, en tanto que el otro no produce sino arrogancia, vanagloria y presuncin. En los dichos de aquello s Maestros de santa prolacin, que han expuesto el significado del verdadero conoc imiento, no puede de ningn modo descubrirse el olor de estas confusas enseanzas qu e han oscurecido al mundo. El rbol de tales enseanzas no puede producir sino iniqu idad y rebelin, y no da otro fruto ms que odio y envidia. Su fruto es veneno morta l; su sombra, fuego consumidor. Cun acertadamente se ha dicho: "Afrrate al manto d el Deseo de tu corazn y no te avergences; haz irse a los versados, por muy grande que sea su nombrada". El corazn debe por eso ser purificado de las vanas palabras de los hombres y sant ificado de todo afecto terrenal, para que pueda descubrir el significado oculto de la divina inspiracin y se convierta en el depsito de los misterios del conocimi ento divino. As se ha dicho: "Aquel que holla el nveo Sendero y sigue las huellas de la Columna Carmes nunca llegar a su morada, a menos que sus manos estn vacas de a quellas cosas mundanas que aprecian los hombres". ste es el requisito primordial de quienquiera que holle este sendero. Recapacita para que, sin velos en tus ojo s, percibas la verdad de estas palabras. Nos hemos apartado del propsito de Nuestro argumento, aunque todo lo que se ha me ncionado sirve para confirmar Nuestro propsito. Juro por Dios que, aunque grande es Nuestro deseo de ser breve, sin embargo vemos que no podemos contener Nuestra pluma. No obstante to-do lo que hemos mencionado, cun numerosas son las perlas qu e permanecen sin horadar en la concha de Nuestro corazn! Cuntas son las hures de ntim os significados an ocultas en las cmaras del conocimiento divino! Nadie se les ha acercado an; hures "que ni hombre ni espritu han tocado antes".51 No obstante todo lo que se ha dicho, parece como si ninguna letra de Nuestro propsito hubiese sido proferida, ni tampoco un solo signo concerniente a Nuestro objetivo hubiese sid o divulgado. Cun-do se encontrar a un fiel buscador que, con el atavo del peregrino, llegue a la Ka'bih del deseo de su corazn y, sin odo ni lengua, descubra los mist erios de la divina prolacin? Mediante estas explicaciones luminosas, concluyentes y precisas, el significado de "cielo" en el versculo mencionado anteriormente se ha hecho notorio y evidente . Y ahora, referente a Sus palabras sobre que el Hijo del hombre "vendr sobre las

nubes del cielo", por "nubes" se entiende aquello que es contrario a las prctica s y deseos de los hombres. As l ha revelado en el versculo ya mencionado: "Siempre que viene a vosotros un Apstol con lo que no desean vuestras almas, os ensoberbeci s, acusando a unos de impostores y matando a otros".52 Estas "nubes" significan, en cierto sentido, la anulacin de las leyes, la abrogacin de anteriores Dispensac iones, la supresin de ritos y costumbres usuales entre los hombres, la exaltacin d e los creyentes iletrados por encima de los doctos opositores de la Fe. En otro sentido, indican la aparicin de aquella inmortal Belleza en la imagen de un hombr e mortal, con limitaciones tales como el comer y beber, pobreza y riqueza, glori a y humillacin, sueo y vigilia, y otras cosas que crean duda en la mente de los ho mbres y los hacen apartarse. Todos estos velos se denominan simblicamente "nubes" . stas son las "nubes" que hacen que sean hendidos los cielos del conocimiento y co mprensin de todos los que habitan en la tierra. As l ha revelado: "Aquel da ser hendi do el cielo por las nubes".53 As como las nubes no dejan que los ojos de los homb res miren el sol, tambin estas cosas impiden que las almas de los hombres reconoz can la luz de la Lumbrera divina. De ello da testimonio lo que sali de la boca de los infieles, tal y como se ha revelado en el Libro sagrado: "Y han dicho: 'Qu cl ase de Apstol es ste que come comida y anda por las calles? A no ser que baje un ng el y participe en Sus amonestaciones, no creeremos'".54 Otros Profetas han estad o igualmente sujetos a la pobreza, las aflicciones, el hambre, las dolencias y l os azares de este mundo. Puesto que estas santas Personas han estado sometidas a semejantes necesidades y privaciones, en consecuencia, la gente se ha perdido e n los desiertos del recelo y la duda, siendo afligida por la confusin y perplejid ad. Cmo es posible -se han preguntado- que semejante persona sea enviada de parte de Dios, declare Su ascendiente sobre todos los pueblos y razas de la tierra, y pretenda ser la finalidad de toda la creacin -tal como l ha dicho: "Si no fuera po r Ti, no hubiera creado todo lo que hay en el cielo y en la tierra"-, y, sin emb argo, est sujeta a cosas tan triviales? Sin duda has sido informado de las tribul aciones, la pobreza, los males y la degradacin que han sobrevenido a cada profeta de Dios y Sus compaeros. Debes de haber odo cmo las cabezas de Sus seguidores eran enviadas a diferentes ciudades en calidad de presentes, cun terriblemente se pus ieron trabas a cuanto era Su misin hacer. Cada uno de ellos cay preso en las garra s de los enemigos de Su Causa y debi sufrir todo cuanto stos decretaron. Es evidente que los cambios producidos en cada Dispensacin constituyen las nubes oscuras que se interponen entre el ojo del entendimiento humano y la Lumbrera di vina que brilla en la aurora de la divina Esencia. Considera cmo los hombres dura nte generaciones han imitado ciegamente a sus padres, y han sido educados de acu erdo con prcticas y costumbres establecidas por los preceptos de su Fe. Por tanto , si estos hombres descubrieran de repente que un Hombre, que ha vivido en medio de ellos y que respecto a toda limitacin es su semejante, se ha levantado para a bolir todos los principios establecidos e impuestos por su Fe -principios en los cuales durante siglos han sido disciplinados, al punto de que cualquier oponent e o negador de stos ha sido tenido por infiel, descarriado y perverso-, ellos, ci ertamente, permaneceran velados, incapaces de reconocer Su verdad. Cosas semejant es son como "nubes" que velan los ojos de aquellos cuyo ser interior an no ha gus tado el Salsabl del desprendimiento, ni ha bebido del Kawthar del conocimiento de Dios. Tales hombres, al tomar conocimiento de esas circunstancias, llegan a vel arse a tal punto que, sin la menor pregunta, declaran infiel a la Manifestacin de Dios y Le sentencian a muerte. Debes haber odo ya que tales cosas han sucedido e n todas las pocas y ahora puedes observarlas en este da. Nos incumbe, por tanto, hacer el mayor esfuerzo para que, con la invisible ayuda de Dios, esos velos oscuros, esas nubes de pruebas enviadas del Cielo, no nos i mpidan ver la belleza de Su luminoso Semblante y para que podamos reconocerle slo en virtud de Su propio Ser. Y si pidisemos testimonio de Su verdad, deberamos con formarnos con uno, y slo uno; para que as podamos llegar hasta Aquel Que es la Fue nte de gracia infinita, en cuya presencia toda la abundancia del mundo se reduce a nada, para que dejemos de ponerle reparos cada da y ya no nos aferremos a nues tras ociosas fantasas. Alabado sea Dios! A pesar de la advertencia que, en maravilloso lenguaje simblico y

con sutiles alusiones, se ha hecho en das pasados con el propsito de despertar a los pueblos del mundo e impedir que sean privados de su porcin del ondeante ocano de la gracia de Dios, cosas tales como las que ya se han presenciado han vuelto a suceder! Tambin se ha hecho referencia a esto en el Qur'n, como lo testifica est e versculo: "Qu pueden esperar sos, sino que Dios descienda sobre ellos en la sombra de una nube?"55 Varios sacerdotes, que se aferran a la letra de la Palabra de D ios, han llegado a considerar este versculo como uno de los signos de aquella esp erada resurreccin, nacida de su vana fantasa. Y esto, a pesar de que se han hecho referencias semejantes en la mayora de los Libros sagrados y aparecen en todos lo s pasajes relacionados con los signos de la Manifestacin que ha de venir. Asimismo, l dice: "El da en que el cielo despedir un humo evidente que envolver a lo s hombres, ste ser un tormento doloroso".56 El Todoglorioso ha decretado que preci samente estas cosas, contrarias a los deseos de los perversos, sean la piedra de toque y el patrn mediante los cuales prueba a Sus siervos, para que el justo sea distinguido del perverso y el creyente del infiel. El trmino simblico "humo" deno ta graves contiendas, la abolicin y demolicin de normas reconocidas y la completa destruccin de sus alicortos defensores. Qu humo ms denso y arrollador que el que aho ra ha envuelto a todos los pueblos del mundo, se ha convertido en su tormento, y del cual no tienen esperanza de liberarse, por ms que lo intenten? Tan voraz es el fuego del egosmo que arde dentro de ellos que se dira que a cada instante sufre n el acoso de nuevos tormentos. Cuanto ms se les dice que esta maravillosa Causa de Dios, esta Revelacin proveniente del Altsimo, ha sido manifestada a todos los h ombres, y crece y se fortalece cada da, tanto ms violenta se vuelve la llama del f uego que arde en sus corazones. Cuanto ms observan la indomable fortaleza, la sub lime renunciacin e inquebrantable constancia de los santos compaeros de Dios, los cuales con la ayuda de Dios vulvense cada da ms nobles y gloriosos, tanto ms honda tr nase la consternacin que estraga sus almas. En estos das -alabado sea Dios-, el po der de Su Palabra ha adquirido tal ascendiente sobre los hombres, que no se atre ven a pronunciar palabra alguna. Si se encontraran con alguno de los compaeros de Dios que, de poder hacerlo, ofreciera libre y gustosamente diez mil vidas como sacrificio para su Amado, tan grande sera su miedo que de inmediato profesaran su f e en l, en tanto que secretamente injuriaran y maldeciran Su nombre! Pues tal como l ha revelado: "Y cuando se encuentran con vosotros, dicen: 'Creemos'; pero cuand o se apartan, se muerden los dedos de rabia contra vosotros. Di: 'Morid de rabia! ' Dios ciertamente conoce lo ms recndito de vuestro pecho".57 Dentro de poco tus ojos vern los estandartes del poder divino extendidos en todas las regiones, y los signos de Su triunfante poder y soberana manifiestos en cada pas. Como los ms de los sacerdotes no han captado el sentido de estos versculos, n i comprendido el significado del Da de la Resurreccin, por tanto han interpretado neciamente estos versculos segn su vana y deficiente comprensin. El Dios nico y verda dero es Mi testigo! Poca percepcin se necesita para hacerles capaces de entresaca r del lenguaje simblico de estos dos versculos todo lo que Nos hemos propuesto exp oner, y alcanzar as, mediante la gracia del Todomisericordioso, la resplandecient e maana de la certeza. stas son las cadencias de la meloda celestial que la inmorta l Ave del Cielo, gorjeando en el Sadrh de Bah, vierte sobre ti, para que, con el c onsentimiento de Dios, puedas hollar el sendero del divino conocimiento y sabidu ra. Y ahora, referente a Sus palabras "Y l enviar a Sus ngeles...", por "ngeles" se desi gna a quienes, fortalecidos por el poder del espritu, han consumido con el fuego del amor de Dios todos los rasgos y limitaciones humanos, atavindose con los atri butos de los Seres ms exaltados y de los Querubines. diq,58 aquel santo, en su elog io de los Querubines, dice: "Hay una compaa de nuestros sh'ahs tras el Trono". Dive rsas y mltiples son las interpretaciones de las palabras "tras el Trono". En un s entido indican que no existe ningn verdadero sh'ah. As, l ha dicho en otro pasaje: " Un verdadero creyente es comparable con la piedra filosofal". Acto seguido dirig indose a su oyente, dice: "Has visto alguna vez la piedra filosofal?" Reflexiona cm o este lenguaje simblico, ms elocuente que cualquier discurso por muy claro que ste sea, testifica que no existe un verdadero creyente. Tal es el testimonio de diq. Y ahora considera cun injustos y numerosos son quienes, aun cuando ellos mismos n o han percibido el perfume de la fe, han condenado como infieles a aquellos por

cuya palabra es reconocida y establecida la fe misma. Y ahora, por cuanto estos seres santos se han santificado de toda limitacin human a y han sido dotados con los atributos de lo espiritual y adornados con los rasg os nobles de la bienaventuranza, han sido designados "ngeles". Tal es el signific ado de estos versculos, de los cuales cada palabra se ha interpretado con ayuda d e los textos ms lcidos, los argumentos ms convincentes y las pruebas mejor establec idas. Como los seguidores de Jess nunca han comprendido el significado oculto de estas palabras, y como los signos esperados por ellos y los jefes de su Fe no han apar ecido, por tanto han rehusado, hasta ahora, reconocer la verdad de aquellas Mani festaciones de Santidad que han aparecido desde los das de Jess. De este modo se h an privado a s mismos de las efusiones de la santa gracia de Dios y de las maravi llas de Su divina prolacin. Tan baja es su condicin en este Da de la Resurreccin! Ni siquiera han comprendido que si en cada poca aparecieran en el reino visible los signos de la Manifestacin de Dios, de acuerdo con el texto de las tradiciones est ablecidas, nadie podra negarlas ni apartarse, ni podra el bienaventurado ser disti nguido del msero, ni el transgresor del que teme a Dios. Juzga honestamente: si s e cumplieran literalmente las profecas registradas en el Evangelio; si Jess, Hijo de Mara, acompaado de ngeles, descendiera desde el cielo visible sobre nubes, quin se atrevera a no creer?, quin se atrevera a rechazar la verdad y a ensoberbecerse? Es ms, de inmediato se apoderara de todos los habitantes de la Tierra tal consternacin que ningn alma se sentira capaz de pronunciar una palabra, ni menos an de rechazar o aceptar la verdad. Debido a que no comprendieron estas verdades, muchos sacer dotes cristianos se opusieron a Mu-ammad, expresando su protesta con palabras sem ejantes: "Si en verdad eres el Profeta prometido, por qu, entonces, no Te acompaan los ngeles que predicen nuestros Libros sagrados y que deben, necesariamente, des cender con la Belleza prometida para ayudarle en Su Revelacin y actuar como amone stadores de Su pueblo?" As, el Todoglorioso ha registrado sus palabras: "Por qu no Le ha sido enviado un ngel para que sea con l un amonestador?"59 Tales objeciones y diferencias han persistido en todas las pocas y siglos. Los ho mbres siempre se han ocupado de esos engaosos discursos, protestando vanamente: "P or qu no ha aparecido este o aquel signo?" Tales males les han sobrevenido slo por haberse aferrado a las prcticas de los sacerdotes de la poca en que vivieron, imi tndoles ciegamente al aceptar o negar a esas Esencias del Desprendimiento, esos S eres santos y divinos. Estos jefes, por estar hundidos en sus deseos egostas y pe rseguir cosas impuras y transitorias, han considerado a esas Lumbreras divinas c omo opuestas a las normas de su conocimiento y comprensin, y como opositores de s us prcticas y juicios. Dado que han interpretado literalmente la Palabra de Dios y los dichos y tradiciones de las Letras de la Unidad, exponindolas de acuerdo co n su deficiente comprensin, se han privado por tanto a s mismos y a todo su pueblo de las generosas lluvias de la gracia y misericordia de Dios. Y, sin embargo, d an testimonio de esta muy conocida tradicin: "Verdaderamente, Nuestra Palabra es abstrusa, desconcertantemente abstrusa". En otro pasaje dice: "Nuestra Causa pon e a prueba severamente, causa gran confusin; nadie puede soportarla salvo quien s ea favorecido por el cielo o un inspirado Profeta, o aquel cuya fe Dios ha proba do". Estos jefes religiosos admiten que ninguna de estas tres condiciones especi ficadas es aplicable a ellos. Las dos primeras condiciones estn manifiestamente f uera de su alcance; en cuanto a la tercera, es evidente que en ningn momento han resistido las pruebas que han sido enviadas por Dios y que, cuando apareci la div ina Piedra de Toque, no demostraron ser ms que herrumbre. Gran Dios! Estos sacerdotes, que an dudan y disputan sobre los puntos oscuros de l a teologa de su fe a pesar de que aceptan la verdad de esta tradicin, pretenden se r los intrpretes de las sutilezas de la ley de Dios y los expositores de los mist erios esenciales de Su santa Palabra. Afirman confiadamente que aquellas tradici ones que indican la venida del Q'im esperado an no se han cumplido, en tanto que e llos mismos no han logrado percibir la fragancia del significado de esas tradici ones y todava ignoran el hecho de que se han cumplido todos los signos predichos, que se ha revelado el camino de la santa Causa de Dios y, que el concurso de lo s fieles, veloz como el relmpago, pasa ahora mismo por ese camino, mientras que e sos necios sacerdotes an esperan presenciar los signos predichos. Di: Oh necios! Es

perad, como esperan aquellos anteriores a vosotros! Si fueran interrogados acerca de aquellos signos que necesariamente deben anunci ar la revelacin y ascenso del sol de la Dispensacin mahometana, a los cuales ya No s hemos referido, de los cuales ninguno se ha cumplido literalmente, y si se les dijera: "Por qu habis rechazado las demandas hechas por los cristianos y los puebl os de otras creencias, y les consideris infieles?", no sabiendo qu respuesta dar, contestaran: "Estos Libros han sido corrompidos y no son de Dios, ni lo han sido nunca". Reflexiona, las mismas palabras de los versculos testifican elocuentement e el hecho de que son de Dios. Tambin se ha revelado un versculo semejante en el Q ur'n, si fuerais de aquellos que comprenden! Verdaderamente digo que durante todo este perodo no han logrado comprender lo que significa viciar el texto. Ciertamente, en los escritos y palabras de los Espejos que reflejan el sol de la Dispensacin mahometana, se ha mencionado: "Modificacin hecha por los seres exalta dos" y "alteracin hecha por los desdeosos". Sin embargo, tales pasajes se refieren slo a casos especiales. Entre ellos est la historia de Ibn-i-ry. Cuando el pueblo de Khaybar pregunt al punto focal de la Revelacin mahometana acerca del castigo para el adulterio cometido entre un hombre casado y una mujer casada, Muammad respondi diciendo: "La ley de Dios es muerte por lapidacin". Ante lo cual protestaron dici endo: "Ninguna ley semejante ha sido revelada en el Pentateuco". Muammad respondi diciendo: "A quin entre vuestros rabinos consideris una autoridad reconocida con co nocimiento seguro de la verdad?" Convinieron en Ibn-i-ry. En seguida Muam-mad le llam y dijo: "Te conjuro por Dios, Quien dividi para vosotros el mar, hizo llover sobr e vosotros el man y envi la nube para daros sombra, Quien os libr del Faran y su pue blo, y os exalt sobre todos los seres humanos, que nos digas qu ha decretado Moiss acerca del adulterio entre un hombre y una mujer casada". Respondi: "Oh Muammad!, m uerte por lapidacin es la ley". Muammad observ: "Por qu entonces esta ley ha sido anu lada y ya no est en vigor entre los judos?" Respondi diciendo: "Cuando Nabucodonoso r hizo de Jerusaln pas-to de las llamas y dio muerte a los judos, slo unos pocos so brevivieron. Los sacerdotes de esa poca, considerando el nmero sumamente limitado de judos y la multitud de amalecitas, deliberaron juntos y llegaron a la conclusin de que si hicieran cumplir la ley del Pentateuco debera darse muerte, de acuerdo con el dictamen del Libro, a todos los supervivientes librados de la mano de Na bucodonosor. Debido a tales consideraciones, revocaron totalmente la pena de mue rte". Entre tanto Gabriel inspir al corazn de Muammad estas palabras: "Pervierten e l texto de la Palabra de Dios".60 ste es uno de los ejemplos a que se ha aludido. Verdaderamente, "alterar" el text o no quiere decir lo que esas almas abyectas y necias se han imaginado, como es el caso de algunos que sostienen que los sacerdotes judos y cristianos han borrad o del Libro los versculos que ensalzan y magnifican la faz de Muammad y en su luga r han insertado lo contrario. Cun enteramente vanas y falsas son estas palabras! Pu ede un hombre que cree en un libro, y lo juzga inspirado por Dios, mutilarlo? Po r otra parte, el Pentateuco se haba difundido por toda la superficie de la Tierra y no estaba confinado a La Meca y a Medina como para que pudieran secretamente corromper y alterar su texto. Ms bien, por corrupcin del texto se quiere significa r aquello en lo que hoy da se afanan todos los sacerdotes musulmanes, a saber, la interpretacin del santo Libro de Dios de acuerdo con sus ociosas imaginaciones y vanos deseos. Y como los judos, en tiempo de Muammad, interpretaron aquellos versc ulos del Pentateuco referentes a Su Manifestacin segn su propia fantasa, y rehusaro n estar conformes con Su santa palabra, fue por eso pronunciada contra ellos la acusacin de "alterar" el texto. Del mismo modo, es claro cmo en este da el pueblo d el Qur'n ha pervertido el texto del Libro Sagrado de Dios, por lo que respecta a los signos de la Manifestacin esperada, interpretndolo de acuerdo con sus deseos e inclinaciones. En otro caso, l dice: "Una parte de ellos oy la Palabra de Dios y luego la alter, d espus de haberla entendido, y ellos saban lo que hacan".61 Este versculo tambin indic a que el significado de la Palabra de Dios ha sido alterado, pero no que las pal abras mismas hayan sido borradas. Atestiguan la verdad de esto quienes tienen sa no juicio. Y aun en otro caso l dice: "Ay de aquellos que con sus propias manos transcriben e l Libro adulterndolo y luego dicen: 'Esto proviene de Dios', para venderlo a un b

ajo precio!"62 Este versculo fue revelado con relacin a los sacerdotes y jefes de la Fe juda. Esos sacerdotes, a fin de agradar a los ricos, agenciarse mundanales prebendas y descargar su envidia y falsas creencias, escribieron varios tratados en refutacin de las pretensiones de Muammad, apoyando sus argumentos con pruebas tales que no sera propio mencionar, y pretendiendo que dichos argumentos provenan del texto del Pentateuco. Lo mismo puede presenciarse hoy da. Considera cun abundantes son las denuncias escr itas por los necios sacerdotes de esta poca contra esta muy maravillosa Causa! Cun vanamente imaginan que estas calumnias son conformes a los versculos del sagrado Libro de Dios y compatibles con las palabras de hombres de discernimiento! Al relatar estas cosas, ha sido Nuestro propsito advertirte que si ellos sostuvie ran que los versculos en que se mencionan los signos referidos en el Evangelio ha n sido alterados, si los rechazaran y se adhirieran en cambio a otros versculos y tradiciones, deberas saber que sus palabras seran total falsedad y mera calumnia. Ciertamente, en casos especiales se ha hecho "corrupcin" del texto en el sentido a que Nos hemos referido. Hemos mencionado algunos de ellos para que se haga ev idente a todo observador perspicaz que a unos pocos Hombres santos, no instruido s, Les ha sido dado el dominio de la erudicin humana, de modo que el opositor mal evolente deje de disputar que un versculo indica "corrupcin" del texto, insinuando que Nos, por falta de conocimiento, hemos mencionado tales cosas. Adems, la mayo r parte de los versculos que indican "corrupcin" del texto han sido revelados resp ecto al pueblo judo, si exploraseis las islas de la Revelacin del Qur'n! Tambin hemos odo a varios de los necios de la tierra afirmar que el texto autntico del Evangelio celestial no existe entre los cristianos, que ha ascendido al ciel o. Cun penosamente han errado! Cun inconscientes son de que tal declaracin imputa la ms grave injusticia y tirana a una benvola y amorosa Providencia! Cmo poda Dios, despu que el Sol de la belleza de Jess haba desaparecido de la vista de Su pueblo y asc endido al cuarto cielo, hacer que desapareciera tambin Su santo Libro, Su ms gran testimonio entre Sus criaturas? Qu le hubiera quedado a ese pueblo para asirse des de la puesta del sol de Jess hasta la salida del sol de la Dispensacin de Muammad? Q u ley pudiera ser su sostn y gua? Cmo podra hacerse a tales hombres vctimas de la ira engadora de Dios, el Vengador omnipotente? Cmo podra afligrseles con el azote del ca stigo del Rey celestial? Y, sobre todo, cmo podra detenerse el flujo de la gracia d el Todomunfico? Cmo podra calmarse el ocano de Su tierna misericordia? Nos refugiamos junto a Dios, a resguardo de lo que Sus criaturas han imaginado de l! Exaltado es l sobre su comprensin! Querido amigo! Ahora que despierta la luz de la eterna Maana de Dios; cuando el re splandor de Sus santas palabras "Dios es la luz de los cielos y de la tierra"63 ilumina a toda la humanidad; cuando la inviolabilidad de Su tabernculo es proclam ada por Sus sagradas palabras: "Dios quiso hacer perfecta Su luz";64 y la Mano d e la omnipotencia, dando Su testimonio: "En Su puo l mantiene el reino de todas la s cosas", se extiende a todos los pueblos y razas de la Tierra, nos incumbe apre star nuestros esfuerzos para que quizs, por la gracia y generosidad de Dios, entr emos en la Ciudad celestial de: "Verdaderamente, somos de Dios", y permanezcamos en la exaltada habitacin de: "Y a l volvemos". Es tu deber, con la anuencia de Di os, purificar el ojo de tu corazn de las cosas del mundo, para que te des cuenta de la infinitud del conocimiento divino, y veas la Verdad tan claramente que no necesites prueba para demostrar Su realidad, ni evidencia alguna para ratificar Su testimonio. Oh afectuoso buscador! Si te remontaras al santo reino del espritu, reconoceras a D ios manifiesto y exaltado por sobre todo, de modo tal que tus ojos no veran nada sino a l. "Dios estaba solo; no haba nadie sino l". Tan sublime es esta posicin que ningn testimonio puede atestiguarla, ni prueba alguna hacer justicia a Su verdad. Si exploras el sagrado dominio de la verdad, encontrars que todas las cosas son conocidas solamente por la luz de Su reconocimiento, que l siempre ha sido y cont inuar siendo por siempre conocido mediante l mismo. Y si habitas en el pas del test imonio, contntate con lo que l mismo ha revelado: "No les basta que Nos hayamos hec ho descender sobre Ti el Libro?"65 ste es el testimonio que l mismo ha ordenado; m ayor prueba que sta no hay, ni habr nunca: "Esta prueba es Su Palabra; Su propio S er, el testimonio de Su verdad".

Y ahora suplicamos al pueblo del Bayn, a todos los doctos, sabios, sacerdotes y t estigos de entre ellos, que no olviden los deseos y amonestaciones revelados en su Libro. Que ellos, en todo tiempo, fijen su mirada en lo esencial de Su Causa, no sea que cuando se revele Aquel Que es la Quintaesencia de la verdad, la ntima Realidad de todas las cosas, la Fuente de toda luz, se aferren a ciertos pasaje s del Libro y Le causen lo que causaron en la Dispensacin del Qur'n. Ya que, ciert amente, l, el Rey del poder divino, es potente para extinguir, con una letra de S us maravillosas palabras, el hlito de vida en todo el Bayn y su pueblo, y con una letra conferirles nueva y sempiterna vida, hacindoles levantarse y salir presuros os de los sepulcros de sus deseos vanos y egostas. Prestad atencin y estad alerta, y recordad que todas las cosas tienen su consumacin en la creencia en l, en el al cance de Su da y en la realizacin de Su divina presencia. "No est la piedad en que volvis vuestros rostros al oriente o al poniente, pero es piadoso quien cree en D ios y en el Da Final".66 Da odo, oh pueblo del Bayn, a la verdad a que os hemos amo nestado, para que quizs busquis amparo a la sombra que, en el Da de Dios, se ha ext endido sobre toda la humanidad.

SEGUNDA PARTE En verdad, Aquel Que es el Sol de la Verdad y Revelador del Ser Supremo mantiene , en todo tiempo, indiscutible soberana sobre todo lo que hay en el cielo y en la tierra, aunque no se encuentre hombre alguno sobre la Tierra que Le obedezca. l, en verdad, es independiente de todo dominio terrenal, aunque carezca absolutame nte de todo. As te revelamos los misterios de la Causa de Dios y te conferimos la s joyas de la sabidura divina, para que quizs te remontes en las alas de la renunc iacin hacia aquellas alturas que estn veladas a los ojos de los hombres. La significacin y propsito esencial de estas palabras es revelar y demostrar a los puros de corazn y a los de espritu santificado, que quienes son las Lumbreras de la verdad y los Espejos que reflejan la luz de la Unidad divina, cualquiera que sea la poca o ciclo en que se les enve a este mundo desde sus invisibles moradas d e antigua gloria, para educar las almas de los hombres y dotar de gracia a todas las cosas creadas, estn sin excepcin provistos de un poder que todo lo somete, e investidos de soberana invencible. Por cuanto estas Joyas ocultas, estos recnditos e invisibles Tesoros, por s mismos, manifiestan y vindican la realidad de estas santas palabras: "Ciertamente Dios hace lo que es Su voluntad y ordena lo que es Su deseo". Es evidente para todo corazn perspicaz e iluminado que Dios, la Esencia incognosc ible, el Ser divino, es inmensamente exaltado por encima de todo atributo humano tal como existencia corprea, ascenso y descenso, salida y retorno. Lejos est de S u gloria el que la lengua humana pueda apropiadamente referir Su alabanza, o que el corazn humano pueda comprender Su misterio insondable. l est y ha estado siempr e velado en la antigua eternidad de Su[n1] Esencia, y permanecer en Su realidad e ternamente oculto a la vista de los hombres. "Ningn ojo Le abarca, pero l abarca a todos los ojos; l es el Inescrutable, el Perspicaz".1 Ningn lazo de relacin direct a puede atarle a Sus criaturas. Se mantiene exaltado ms all y por encima de toda s eparacin y unin, de toda proximidad y alejamiento. Ningn signo puede indicar Su pre sencia o Su ausencia; ya que por una palabra de Su mandato han llegado a existir todos los que estn en el cielo y en la tierra, y por Su deseo, que es la Volunta d Primordial misma, han salido todos de la total inexistencia al reino del ser, al mundo de lo visible. Alabado sea Dios! Cmo pudiera concebirse alguna relacin existente o posible conexin e ntre Su Palabra y los que han sido creados por ella? El versculo "Dios os adviert e acerca de l mismo"2, atestigua inequvocamente la realidad de Nuestro argumento; y las palabras "Dios estaba solo; no haba nadie junto a l" son testimonio cierto d

e su verdad. Todos los Profetas de Dios y sus Elegidos, todos los sacerdotes, lo s doctos y los sabios de cada generacin reconocen unnimemente su inhabilidad para alcanzar la comprensin de aquella Quintaesencia de toda verdad y confiesan su inc apacidad para comprender a Aquel Que es la ms ntima Realidad de todo lo creado. Estando as cerrada la puerta del conocimiento del Antiguo de los Das a la faz de t odos los seres, la Fuente de gracia infinita ha hecho que, conforme a Su dicho: "Su gracia supera a todo; Mi gracia lo ha abarcado todo", aparezcan del reino de l espritu aquellas luminosas Joyas de Santidad, en la noble forma del templo huma no, y sean reveladas a todos los hombres, a fin de que comuniquen al mundo los m isterios del Ser inmutable y hablen de las sutilezas de Su Esencia imperecedera. Estos Espejos santificados, estas Auroras de antigua gloria son, todos y cada u no, los Exponentes en la tierra de Aquel Que es el Astro central del universo, s u Esencia y Propsito ltimo. De l procede su conocimiento y poder; de l proviene su s oberana. La belleza de su semblante es solamente un reflejo de Su imagen; su reve lacin, un signo de Su gloria inmortal. Ellos son los Tesoros del conocimiento div ino y los Depsitos de la sabidura celestial. A travs de ellos se transmite una grac ia que es infinita y, por ellos, se revela la luz que jams palidece. As l ha dicho: "No hay distincin alguna entre T y ellos, salvo que ellos son Tus siervos y son c reados por Ti". ste es el significado de la tradicin: "Yo soy l, l mismo, y l es yo, yo mismo". Las tradiciones y relatos que se refieren directamente a Nuestro tema son varios y mltiples; Nos hemos abstenido de citarlos en aras de la brevedad. Ms an, todo lo que hay en los cielos y en la tierra es prueba directa de la revelacin dentro de s de los atributos y nombres de Dios, ya que en cada tomo estn encerradas las seale s que dan testimonio elocuente de la revelacin de aquella muy gran luz. Me parece que, a no ser por la potencia de esa revelacin, ningn ser podra jams existir. Cun res plandeciente son las lumbreras de conocimiento que brillan en un tomo, y cun vasto s los ocanos de sabidura que se agitan dentro de una gota! Esto, en grado sumo, es verdad por lo que concierne al hombre, quien, entre todo lo creado, ha sido inv estido con el manto de tales dones y sealado para la gloria de tal distincin. Pues en l estn revelados potencialmente todos los atributos y nombres de Dios en grado tal que no ha sido superado o rebasado por otro ser creado. A l le son aplicable s todos estos nombres y atributos. As l ha dicho: "El hombre es Mi misterio, y Yo soy su misterio". Con referencia a este profundo y elevado tema, son mltiples los versculos que se han revelado repetidamente en todos los Libros sagrados y santa s Escrituras. As l ha revelado: "De seguro les mostraremos Nuestros signos en el m undo y dentro de ellos mismos".3 Y en otro lugar dice: "Y tambin en vosotros mism os acaso no veris los signos de Dios?"4 Y en otra parte l revela: "Y no seis como lo s que olvidan a Dios, y por tanto l les ha hecho olvidarse de s mismos".5 Con resp ecto a esto, Aquel Que es el Rey eterno -que las almas de todos los que moran en el Tabernculo mstico sean sacrificadas por l- ha dicho: "Ha conocido a Dios aquel que se ha conocido a s mismo". Juro por Dios!, oh estimado y venerable amigo, que si ponderases estas palabras e n tu corazn, con toda seguridad encontraras abiertas de par en par ante tu rostro las puertas de la sabidura divina y del conocimiento infinito. De lo que se ha dicho queda claro que todas las cosas, en su ms ntima realidad, at estiguan la revelacin de los nombres y atributos de Dios dentro de ellas mismas. Cada una, segn su capacidad, seala y expresa el conocimiento de Dios. Pues as de po tente y universal es esta revelacin, que ha abarcado todas las cosas visibles e i nvisibles. As l ha revelado: "Tiene algo, que no seas T, poder de revelacin que T no p oseas, para que hubiese podido manifestarte? Ciego es el ojo que no Te percibe". Asimismo, ha dicho el Rey eterno: "No he percibido cosa sin percibir a Dios en ella, antes de ella o despus de ella". Y tambin aparece en la tradicin de Kumayl: " Mirad, una luz ha resplandecido en la Maana de la eternidad, y he aqu que sus rayo s han penetrado la ms ntima realidad de todos los hombres". El hombre, lo ms noble y perfecto de todo lo creado, supera a todo en la intensidad de esta revelacin, y es una expresin ms plena de su gloria. Y de todos los hombres son las Manifestaci ones del Sol de la Verdad los ms perfectos, los ms distinguidos y los ms excelsos. Ms an, todos excepto estas Manifestaciones, viven por la accin de su Voluntad, y se mueven y existen por las efusiones de su gracia. "Si no fuera por Ti, no habra c

reado los cielos." Ms an, en su santa presencia todos se vuelven inexistentes y so n como algo olvidado. Nunca podr la lengua humana cantar adecuadamente su alabanz a, ni la voz humana revelar su misterio. Estos Tabernculos de santidad y Espejos primordiales que reflejan la luz de gloria inmarcesible, no son sino expresiones de Aquel Que es el Invisible de los Invisibles. Por la revelacin de estas joyas de virtud divina se ponen de manifiesto todos los nombres y atributos de Dios, t ales como conocimiento y poder, soberana y dominio, misericordia y sabidura, glori a, munificencia y gracia. Estos atributos de Dios no son ni jams han sido concedidos especialmente a cierto s Profetas y negados a otros. Al contrario, todos los Profetas de Dios, Sus favo recidos, santos y escogidos Mensajeros son, sin excepcin, los portadores de Sus n ombres y la personificacin de Sus atributos. Slo difieren en la intensidad de su r evelacin y la relativa potencia de su luz. As, l ha revelado: "Hemos hecho que algu nos de los Apstoles aventajen a los otros".6 Por tanto, ha quedado claro y manifi esto que, dentro de los tabernculos de estos Profetas y Elegidos de Dios, se ha r eflejado la luz de Sus nombres infinitos y exaltados atributos, aunque la luz de algunos de esos atributos aparentemente pueda revelarse o no a los ojos de los hombres en esos luminosos Templos. Que determinado atributo de Dios no haya sido exteriormente manifestado por esas Esencias del Desprendimiento, no implica de manera alguna que no lo hayan posedo realmente aquellos que son las Auroras de lo s atributos de Dios y los Tesoros de Sus santos nombres. Por tanto, todas y cada una de estas Almas iluminadas y bellos Semblantes han sido dotados con todos lo s atributos de Dios, tales como soberana, dominio y otros, aunque en apariencia e stn despojados de toda majestad terrenal. Esto es claro y manifiesto a todo ojo p erspicaz; no necesita de prueba ni demostracin. En verdad, como los pueblos del mundo no han buscado en las luminosas y cristali nas Fuentes del conocimiento divino el significado interior de las santas palabr as de Dios, por consiguiente han languidecido, sedientos y afligidos, en el vall e de la ociosa fantasa y de la obstinacin. Se han desviado lejos del agua fresca q ue apacigua la sed, reunindose alrededor de la sal amarga que quema. Respecto de ellos ha dicho la Paloma de la Eternidad: "Y si vieren el camino de la rectitud, no lo tomarn como su camino; mas si vieren el camino del error, lo tomarn como su camino. Y ello porque ellos desmintieron Nuestros signos y los descuidaron."7 De ello da testimonio cuanto ha podido presenciarse en esta maravillosa y exalta da Dispensacin. Miradas de versculos sagrados han sido enviados desde el cielo del poder y la gracia; sin embargo, nadie se ha vuelto hacia ellos ni ha dejado de a ferrarse a aquellas palabras de los hombres, de las cuales ni una letra comprend en quienes las han pronunciado. Por esta razn la gente ha puesto en duda verdades indiscutibles como stas, y se han privado del Ri-vn del conocimiento divino y de l os prados de sabidura celestial. Ahora, para resumir Nuestro argumento sobre la pregunta: Por qu no se manifest en m odo alguno la soberana del Q'im que fuera afirmada en el texto de las tradiciones escritas y transmitida por las brillantes estrellas de la Dispensacin de Muammad? Ms bien ha sucedido lo contrario. No han sido Sus discpulos y compaeros afligidos po r los hombres? No son acaso vctimas an de la feroz oposicin de sus enemigos? No lleva n hoy da la vi-da de mortales humillados e impotentes? Ciertamente, la soberana at ribuida al Q'im que se menciona en las escrituras es una realidad de la cual nadi e puede dudar. Sin embargo, esa soberana no es la que falsamente imaginan las men tes de los hombres. Adems, los Profetas de antao, todos y cada uno de ellos, cada vez que anunciaron al pueblo de su da el advenimiento de la Revelacin venidera se refirieron de forma invariable y especfica a la soberana con la cual necesariament e deba estar investida la Manifestacin prometida. As lo constatan las Escrituras de l pasado. Esa soberana no ha sido atribuida nica y exclusivamente al Q'im. Ms bien, el atributo de soberana y todos los otros nombres y atributos de Dios han sido y sern siempre concedidos a todas las Manifestaciones de Dios, antes y despus de l, p or cuanto estas Manifestaciones son, como ya se ha explicado, las Personificacio nes de los atributos de Dios, el Invisible, y los Reveladores de los misterios d ivinos. Adems, por soberana se da a entender el poder que abarca y penetra todo, y que es ejercido inherentemente por el Q'im, sea que aparezca en el mundo investido o no

con la majestad de dominio terrenal. Esto depende slo del agrado y voluntad del p ropio Q'im. Fcilmente admitirs que los trminos soberana, riqueza, vida, muerte, juici o y resurreccin de que hablan las escrituras de antao no son lo que ha concebido e imaginado vanamente esta generacin. Ms bien, por soberana se alude a la soberana qu e en cada dispensacin reside en la persona de la Manifestacin, el Sol de la Verdad , y es ejercida por ella. Esa soberana es el ascendiente espiritual que en grado sumo l ejerce sobre todo lo que hay en el cielo y en la tierra y que, a su debido tiempo, se revela al mundo en proporcin directa a su capacidad y receptividad es piritual tal y como hoy es clara y manifiesta entre la gente la soberana de Mu-amm ad, el Mensajero de Dios. Y bien sabes lo que aconte-ci a su Fe en los primeros da s de Su dispensacin. Cun dolorosos sufrimientos caus la mano de los infieles y errad os, los sacerdotes de esa poca y sus socios, a esa Esencia espiritual, a ese muy puro y santo Ser! Cun abundantes las zarzas y espinas que esparcieron sobre Su cam ino! Es evidente que esa miserable generacin, en su malvada y satnica fantasa, cons ider todo el dao hecho a ese Ser inmortal como un medio para alcanzar felicidad pe rdurable, por cuanto los sacerdotes reconocidos de esa poca, como 'Abdu'llh-i-Ubay y, Ab'mir, el ermitao, Ka'b-Ibn-i-Ashraf, y Nar-Ibn-i-rith, Le trataron como impostor y Le declararon demente y calumniador. Tan dolorosas acusaciones vertieron contr a l que al relatarlas Dios prohbe que fluya la tinta, que corra Nuestra pluma o qu e las soporte la pgina. Estas imputaciones malignas hicieron que el pueblo se lev antara para atormentarle. Y cun feroz no habra de ser ese tormento siendo los sacer dotes de la poca sus principales instigadores, Le denunciaron a sus seguidores y Le expulsaron de su seno declarndole perverso! No Le ha sucedido lo mismo a este S iervo y todos lo han presenciado? Por esta razn Muammad exclam: "Ningn Profeta de Dios ha sufrido dao tal como el que Y o he sufrido". Y en el Qur'n se registran todas las calumnias y reproches que se pronunciaron contra l, as como todas las aflicciones que sufri. Remitos a l para que tal vez seis informados de lo que aconteci en Su Revelacin. Tan grave era Su situac in, que por un tiempo todos dejaron de tener trato con l y con Sus compaeros. Cualq uiera que se relacionara con l caa vctima de la crueldad implacable de Sus enemigos . Con respecto a esto citaremos slo un versculo del Libro mencionado. Si lo observas con ojo perspicaz, todos los das que restan de tu vida llorars y te lamentars por el dao causado a Muammad, ese agraviado y oprimido Mensajero de Dios. Este versculo fue revelado en un tiempo en que Muammad languideca cansado y triste bajo el peso de la oposicin de la gente y de su incesante tortura. En medio de Su agona se oy l a Voz de Gabriel proveniente del Sadratu'l-Muntah que deca: "Mas si Te es penosa s u oposicin, busca si puedes una abertura en la tierra o una escalera al cielo"8. De estas palabras se deduce que Su caso no tena remedio, que no dejaran de actuar contra l a menos que Se escondiese en las profundidades de la tierra o emprendies e vuelo hacia el cielo. Considera cun grande es el cambio hoy da! Mira cuntos Soberanos inclinan la rodilla a nte Su nombre! Cun numerosas las naciones y reinos que han buscado asilo bajo Su s ombra, y que guardan lealtad a Su Fe enorgullecindose de ello! De los plpitos se e levan hoy palabras de alabanza que, con toda humildad, glorifican Su bendito nom bre; y de lo alto de los alminares resuena el llamado que convoca a Su pueblo pa ra adorarle. Aun los reyes de la tierra que han rehusado abrazar Su Fe y quitars e el manto del descreimiento, confiesan y reconocen sin embargo la grandeza y ma jestad avasalladora de ese Sol de amorosa bondad. Tal es Su soberana terrenal, de la cual ves evidencias por todas partes. Necesariamente esta soberana debe revel arse y establecerse, ya sea durante la vida de cada Manifestacin de Dios o despus de Su ascensin a Su verdadera morada en los reinos de lo alto. Lo que hoy presenc ias no es ms que una confirmacin de esta verdad. Sin embargo, ese ascendiente espi ritual, que es su significado esencial, reside en Ellas y gira en torno de Ellas desde la eternidad hasta la eternidad. Ni por un momento puede ser divorciado d e Ellas. Su dominio abarca a todos los que estn en el cielo y en la tierra. Lo que sigue es una prueba de la soberana ejercida por Muammad, el Sol de la Verda d. No has odo cmo con un solo versculo separ la luz de la oscuridad, los justos de lo s impos, los creyentes de los infieles? Todos los signos y alusiones acerca del Da del Juicio, que t has odo, tales como la resurreccin de los muertos, el Da de Rendi

cin de cuentas, el Juicio Final y otros, han sido manifestados mediante la revela cin de ese versculo. Estas palabras reveladas fueron una bendicin para los justos, quienes al orlas exclamaron: "Oh Dios, nuestro Seor; hemos odo y hemos obedecido". Y fueron una maldicin para los inicuos que, al orlas, afirmaron: "Hemos odo y nos h emos rebelado". Aquellas palabras, afiladas como la espada de Dios, separaron a los fieles de los infieles y apartaron a padres de hijos. Seguramente has presen ciado cmo en pos de lo ajeno se libraron al combate tanto quienes confesaron su f e en l como quienes le rechazaron. Cuntos padres se alejaron de sus hijos, cuntos am antes rehusaron a sus amadas! Tan despiadadamente incisiva fue esta espada maravi llosa de Dios, que cort todo vnculo! Por otro lado, considera el poder unificador de Su palabra. Observa cmo aquellos, en medio de quienes durante aos haba sembrado el satans del yo las semillas de la maldad y el odio, llegaron a unirse y mezclar se en su lealtad a esta maravillosa y trascendente Revelacin, de manera tal que s e les hubiera credo nacidos de una misma entraa. Tal es la fuerza integradora de l a Palabra de Dios, que une los corazones de quienes han renunciado a todo menos a l, han credo en Sus signos y han bebido de la Mano de la gloria el Kawthar de la santa gracia de Dios. Por otra parte, cun numerosos son los pueblos de diversas c reencias, de credos en conflicto y de temperamento opuesto que se han adornado c on el nuevo manto de la Unidad divina y han bebido el cliz de Su singularidad, po r medio de la fragancia vivificadora de la Divina primavera que alienta desde el Rivn de Dios! ste es el significado de las consabidas palabras: "El lobo y el cordero pacern jun tos"9. Mira la ignorancia e insensatez de quienes, al igual que las naciones de a ntao, esperan todava presenciar el tiempo en que esos animales pacern juntos en un mismo prado! Tal es su baja condicin. Me parece que sus labios nunca han tocado e l cliz del entendimiento, ni sus pies han hollado el sendero de la justicia. Por otra parte, de que aprovechara al mundo que algo as sucediese? Bien ha dicho l al re ferirse a ellos: "Tienen corazones con los que no entienden y ojos con los que no ven!"10 Considera cmo, con este solo versculo que ha descendido del cielo de la Voluntad d e Dios, el mundo y todo lo que hay en l han sido obligados a rendirle cuentas. Qu ienquiera que reconoca Su verdad y se volva hacia l, sus buenas obras sobrepasaban a las malas y todos sus pecados obtenan dispensa y lograban el perdn. De este modo se ha revelado la verdad de estas palabras referentes a l: "Rpido es l en las cuen tas". As, Dios convierte la iniquidad en rectitud; si pudieseis explorar los reino s del conocimiento divino y comprender los misterios de Su sabidura! Asimismo, qu ienquiera que beba del cliz del amor obtena su porcin del ocano de la gracia imperece dera y de las lluvias de la misericordia eterna, y entraba en la vida de la fe, que es la vida celestial y eterna. Pero quien se apartaba de aquel cliz era conde nado a muerte eterna. Los trminos "vida" y "muerte" que se mencionan en las escri turas indican la vida de la fe y la muerte del descreimiento. La generalidad de los hombres, debido a que no entendieron el significado de estas palabras, recha zaron y despreciaron a la persona de la Manifestacin, privndose de la luz de Su gua divina y rehusando seguir el ejemplo de esa Belleza inmortal. Cuando en la cmara del santo corazn de Muammad se encendi la luz de la Revelacin del Qur'n, l dictamin al pueblo el veredicto del ltimo Da, de la resurreccin, del juicio, de la vida y de la muerte. En seguida fueron enarbolados los estandartes de la r ebelin y abiertas las puertas de la burla. As l, el espritu de Dios, ha registrado l o que dijeron los infieles: "Y si dijeres 'Despus de la muerte de seguro resucita ris', exclamarn sin falta los infieles 'Esto no es sino magia evidente'"11. Y en o tra parte dice: "Y si te asombras, asombroso es de seguro su dicho: 'Cuando nos hayamos convertido en polvo, volveremos a ser una nueva creacin?'"12 As, en otro pa saje, airado, l exclama: "Por ventura Nos estamos cansados con la primera creacin? S in embargo, dudan acerca de una nueva creacin!"13 Como los comentaristas del Qur'n y quienes lo siguen al pie de la letra entendier on mal el significado oculto de las palabras de Dios y no comprendieron su propsi to esencial, trataron de demostrar que, segn las leyes de la gramtica, siempre que el trmino "idh" (que significa "si" o "cuando") precede al tiempo pasado, invaria blemente se refiere al futuro. Pero ms adelante quedaron perplejos al tratar de e xplicar los versculos del Libro en que sorprendentemente no figuraba dicho trmino.

As l ha revelado: "Y reson la trompeta -he aqu el Da de la amenaza! Y toda alma es ll amada a rendir cuentas; con ella, un compeledor y un testigo".14 Al explicar est os y otros versculos semejantes, en algunos casos han sostenido que se sobreentie nde el trmino "idh". En otros casos han afirmado vanamente que, por cuanto el Da de l Juicio es inevitable, se ha hecho a l referencia como un acontecimiento no del futuro sino del pasado. Cun intil su sofistera! Cun grave su ceguera! Rehsan reconocer el toque de trompeta que tan claramente fue emitido en este texto por medio de l a revelacin de Muammad. Se privan del Espritu regenerador de Dios que en ella sopl, y neciamente esperan escuchar el son de la trompeta del Serafn de Dios que no es s ino uno de Sus siervos! Acaso el Serafn mismo, el ngel del Da del Juicio, y otros co mo l, no han sido establecidos por la propia palabra de Muam-mad? Di: Qu? Daris lo que es para vuestro bien a cam-bio de lo que es malo? Vil es lo que falsamente habis cambiado! Ciertamente sois un pueblo malvado que ha sufrido una prdida afrentosa. Antes bien, "trompeta" quiere decir el llamado de la Revelacin de Muammad que reso n en el corazn del universo, y "resurreccin" indica Su aparicin para proclamar la Ca usa de Dios. Orden a los descarriados y negligentes que se levantaran y salieran presurosos de los sepulcros de sus cuerpos, les adorn con el hermoso manto de la fe y les hizo revivir con el hlito de nueva y maravillosa vida. As, a la hora en q ue Muammad, aquella divina Belleza, se propona revelar uno de los misterios encerr ados en los trminos simblicos "resurreccin", "juicio", "paraso" e "infierno", se oy a Gabriel, la Voz de la Inspiracin, que deca: "Pronto movern ante Ti sus cabezas y d irn: 'Cundo ser eso?' Di: 'Quizs est prximo'".15 Las implicaciones de este solo versc bastan a los pueblos del mundo, si lo ponderasen en sus corazones! Alabado sea Dios! Cun lejos se han desviado del camino de Dios esos hombres! Aunque el Da de la Resurreccin fue inaugurado por la Revelacin de Muammad, y aunque Su luz y seales haban envuelto la Tierra y todo lo que hay en ella, la gente se mof de l, se entreg a los dolos que en su vana y ociosa fantasa haban concebido los sacerdotes de esa poca, y se priv de la luz de gracia celestial y de las lluvias de la miser icordia divina. En verdad, el escarabajo vil jams podr percibir la fragancia de la santidad, ni podr el murcilago de las tinieblas volver su rostro al resplandor de l sol. Tales cosas han sucedido en los das de toda Manifestacin de Dios. As dijo Jess: "Debi s nacer de nuevo"16. Y en otro lugar dice: "Quien no naciere del agua y del Espri tu no puede entrar en el Reino de Dios. Lo que nace de la carne, carne es; pero lo que nace del Espritu, espritu es".17 El significado de estas palabras es que, e n cada dispensacin, quienquiera que es nacido del Espritu y revivido por el alient o de la Manifestacin de Santidad, se cuenta ciertamente entre los que han alcanza do la "vida" y la "resu-rreccin", y han entrado en el "paraso" del amor de Dios. Y quien no se cuente entre ellos, est condenado a "muer-te" y "privacin", al "fuego " del descreimiento y a la "clera" de Dios. En todas las escrituras, libros y crni cas se ha pronunciado sentencia de muerte, de fuego, de ceguera, de falta de ent endimiento y de odo contra quienes no han probado el etreo cliz del verdadero conoc imiento, y cuyos corazones se han privado en su da de la gracia del Espritu Santo. Como se ha indicado anteriormente: "Tienen corazones con los que no comprenden" .18 En otro pasaje del Evangelio est escrito que cierto da haba muerto el padre de uno de los discpulos de Jess. Dicho discpulo, al informar a Jess de la muerte de su padr e, solicit permiso para ir a enterrarlo. A lo que Jess, esa Esencia de Desprendimi ento, replic: "Deja que los muertos entierren a sus muertos".19 Del mismo modo, dos de los habitantes de Kfih fueron donde 'Al, el Comandante de l os Fieles. Uno de ellos tena una casa y deseaba venderla; el otro iba a comprarla . Haban acordado la venta y que el contrato se hara con conocimiento de 'Al. ste, el exponente de la ley de Dios, al dirigirse al escribano dijo: "Escribe: 'Un muer to ha comprado a otro muerto una casa. Esa casa est definida por cuatro lmites. Un o se extiende hacia la tumba, el otro hacia la bveda de la sepultura, el tercero hacia el ir y el cuarto hacia el Paraso o el Infierno'". Reflexiona, si estas dos al mas hubieran sido vivificadas por el llamado de trompeta de 'Al, si se hubieran l evantado de la tumba del error por el poder de su amor, ciertamente no se habra p ronunciado juicio de muerte contra ellos. En toda edad y siglo, el propsito de los Profetas de Dios y de sus escogidos no h

a sido sino afirmar el significado espiritual de los trminos "vida", "resurreccin" y "juicio". Si uno considerara en su corazn, slo por un mo-mento, estas palabras de 'Al, de seguro descubrira todos los misterios ocultos en los trminos "sepultura" , "tumba", "ir", "paraso" e "infierno". Pero, qu raro y qu lamentable! He aqu que tod a gente est aprisionada en la tumba del yo y yace enterrada en las ms bajas profun didades del deseo mundano. Si llegaras a lograr una gota de las cristalinas agua s del conocimiento divino, fcilmente te daras cuenta de que la verdadera vida no e s la vida de la carne, sino la vida del espritu. Pues la vida de la carne es comn a hombres y animales, mientras que la vida del espritu la poseen solamente los pu ros de corazn, quienes han bebido del ocano de la fe y han probado el fruto de la certeza. Esta vida no conoce muerte; y esta existencia est coronada por la inmort alidad. As se ha dicho: "Aquel que es un verdadero creyente vive en este mundo y en el venidero". Si con "vida" se quiere indicar esta vida terrenal, es evidente que la muerte necesariamente la alcanzar. Del mismo modo, todas las escrituras dan testimonio de esta sublime verdad y de esta exaltadsima palabra. Adems, este versculo del Qur'n, revelado con referencia a a mzih, el "Prncipe de los Mrtires"20, y a Ab-Jahl, es prueba clara y seguro testimon io de la verdad de Nuestras palabras: "Acaso el muerto, al cual hemos revivido y para quien hemos dispuesto una luz con la que ande entre los hombres, ser como aq uel cuya semejanza se encuentra en las tinieblas, de donde l no saldr?"21 Este ver sculo descendi del cielo de la Voluntad Primordial en un tiempo en que amzih ya haba sido investido con el sagrado manto de la fe, en tanto que Ab-Jahl se haba vuelto implacable en su oposicin y descreimiento. Del Manantial de la omnipotencia y la Fuente de eterna santidad lleg el juicio que confiri vida sempiterna a amzih y sen tenci a Ab-Jahl a la condenacin eterna. sta fue la seal que hizo arder con una llama abrasadora el fuego del descreimiento en el corazn de los infieles, incitndoles a repudiar abiertamente Su verdad. Clamoreaban ruidosamente: "Cundo muri amzih? Cundo fu e resucitado? En qu momento se le confiri tal vida?" Puesto que no entendieron el s ignificado de estas nobles palabras, ni buscaron aclaracin entre los expositores reconocidos de la Fe, a fin de que stos les confirieren siquiera una gota del Kaw thar del conocimiento divino, por tanto esos fuegos de maldad fueron encendidos entre los hombres. T puedes presenciar hoy cmo, a pesar del brillante resplandor del Sol del conocimi ento divino, toda la gente, tanto elevados como humildes, se ha aferrado a las p rcticas de aquellas viles manifestaciones del Prncipe de las Tinieblas. Continuame nte recurren a su ayuda para desentraar los aspectos intrincados de su Fe; pero, debido a su falta de conocimiento, les dan respuestas que en ningn caso pueden daa r su fama y fortuna. Es evidente que estas almas, tan viles y miserables como un escarabajo, no han recibido porcin alguna de la almizclada brisa de la eternidad , ni han entrado jams en el Rivn del deleite celestial. Por tanto, cmo pueden transmi tir a otros la fragancia imperecedera de la santidad? Tal es su modo de ser, y s iempre ser el mismo. Alcanzarn el conocimiento de la Palabra de Dios slo aquellos q ue se han vuelto hacia l y han repudiado las Manifestaciones de Satans. As Dios ha reafirmado la ley del da de Su Revelacin y con la pluma del poder la ha inscrito e n la Tabla mstica, oculta bajo el velo de la gloria celestial. Si atendieras a es tas palabras, si ponderases en tu corazn su significado aparente y oculto, llegara s a comprender todos los abstrusos problemas que en este da se han convertido en barreras insuperables que apartan a los hombres del conocimiento del Da del Juici o. Entonces no albergaras ms preguntas que te dejen perplejo. Abrigamos la esperan za de que, Dios mediante, no vayas a regresar, desprovisto y aun sediento, de la s orillas del ocano de la misericordia divina, ni a retornar desahuciado del Sant uario imperecedero del deseo de tu corazn. Veamos ahora cul ser el resultado de tu bsqueda y esfuerzos. Recapitulando: Nuestro propsito al exponer estas verdades ha sido demostrar la so berana de Aquel Que es el Rey de reyes. S justo: Es superior esta soberana, que ha m anifestado tan vasta influencia, predominio y tremenda majestad con la expresin d e una sola Palabra, o lo es el dominio mundano de estos reyes de la Tierra, quie nes no obstante su solicitud para con sus sbditos y su ayuda a los pobres, slo cue ntan con aparente y fugaz lealtad, en tanto que no inspiran afecto ni respeto en los corazones de los hombres? Acaso aquella soberana, por la potencia de una pala

bra, no ha subyugado, vivificado y reanimado a todo el mundo? Cmo! Puede compararse el insignificante polvo con Aquel Que es el Seor de los seores? Qu lengua se atreve a expresar la inmensa diferencia que hay entre ellos? Es ms, ninguna comparacin l ogra alcanzar el santificado santuario de Su soberana. Si el hombre reflexionara, seguramente comprendera que aun el siervo de Su umbral gobierna todo lo creado! E sto ya se ha presenciado y se har manifiesto en el futuro. ste no es sino uno de los significados de la soberana espiritual que hemos expuest o de acuerdo con la capacidad y receptividad de las gentes. Pues l, el Movedor de todos los seres, ese Semblante glorificado, es la fuente de potencias tales que ni este Agraviado puede revelar, ni esta gente indigna comprender. Inmensamente exaltado es l por encima de la alabanza que hacen los hombres a Su soberana, y glo rificado ms all de lo que Le atribuyen! Y, ahora, medita esto en tu corazn: Si soberana significara la soberana terrenal y el dominio mundano; si implicara la sujecin y lealtad externa de todos los pueblo s y razas de la Tierra -con arreglo a las cuales fuesen enaltecidos Sus amados, pudiendo vivir en paz, y fuesen Sus enemigos humillados y atormentados-, tal for ma de soberana no sera propia de Dios mismo, la Fuente de todo dominio, Cuya majes tad y poder testifican todas las cosas. Por cuanto no ves cmo se halla la mayora de la humanidad bajo el imperio de Sus enemigos? Acaso no se han apartado todos del sendero de Su complacencia? No han hecho lo que l ha prohibido y han dejado de ha cer aquello que l ha ordenado; ms an, lo han repudiado y se han opuesto a ello? No h an sido siempre Sus amigos las vctimas de la tirana de Sus enemigos? Todo esto es ms evidente que el sol en su esplendor meridiano. Has de saber, oh buscador inquisitivo, que no es de ningn valor la soberana terren al, ni lo ser nunca, a los ojos de Dios y Sus elegidos. Por otra parte, si se int erpretara el ascendiente y dominio como supremaca terrenal y poder temporal, cun d ifcil te sera explicar estos versculos: "Y ciertamente Nuestra hueste vencer".22 "De buena gana apagaran la luz de Dios con sus bocas; pero Dios ha determinado perfe ccionar Su luz, aunque los infieles la detesten".23 "l es el Dominador, sobre tod as las cosas". Del mismo modo, la mayor parte del Qur'n da testimonio de esta ver dad. Si fueran ciertas las vanas argumentaciones de esas almas necias y despreciables , no tendran otra alternativa que rechazar todas estas santas palabras y alusione s celestiales. Ya que no se encontrara en la Tierra guerrero ms excelente y cercan o a Dios que usayn, hijo de 'Al; tan incomparable y sin igual era. "No haba en el m undo quien le igualara o se comparara con l". Sin embargo, habrs odo lo que le suce di: "Que la maldicin de Dios caiga sobre el pueblo de la tirana!"24 Si hubiera de interpretarse literalmente el versculo "Y ciertamente Nuestra huest e vencer", es claro que no sera de ningn modo aplicable a los Elegidos de Dios y Su s huestes, por cuanto usayn, cuyo herosmo era manifiesto como el sol, fue vencido y subyugado, y lib por ltimo el cliz del martirio en Karbil, tierra de (r)aff. Y otr o tanto cabe decir del sagrado versculo "De buena gana apagaran la luz de Dios; pe ro Dios ha determinado perfeccionar Su luz, aunque los infieles la detesten". Si ste hubiera de interpretarse literalmente, jams se correspondera con la verdad. Pu es en cada poca la luz de Dios ha sido aparentemente extinguida por los pueblos d e la Tierra, y han sido apagadas por ellos las Lmparas de Dios. Cmo podra, entonces, explicarse el ascendiente y soberana de estas Lmparas? Qu podra significar la potenc ia de la voluntad de Dios para "perfeccionar Su luz"? Como ya se ha visto, tan g rande fue la enemistad de los infieles que ninguna de estas Lumbreras divinas en contr jams lugar donde refugiarse, ni prob del cliz de la tranquilidad. Fueron tan p enosamente oprimidos, que hasta el ms pequeo de los hombres infligi lo que quiso a esas Esencias del ser. Esos sufrimientos han sido observados y medidos por la ge nte. Luego cmo puede gente as ser capaz de comprender y exponer estas palabras de D ios, estos versculos de gloria sempiterna? Mas el propsito de estos versculos no es el que han imaginado. Antes bien, los trmi nos "ascendiente", "po-der" y "autoridad" implican una posicin y significado tota lmente diferentes. Por ejemplo, considera el poder penetrante de aquellas gotas de la sangre de usayn que salpicaron la tierra. Qu ascendiente e influencia ha ejer cido el propio polvo sobre los cuerpos y almas de los hombres, por la santidad y potencia de esa sangre! Tanto es as, que aquel que deseaba librarse de sus males

, sanaba con slo tocar el polvo de ese santo suelo, y quienquiera que para proteg er su propiedad guardase con absoluta fe y entendimiento un poco de aquella sagr ada tierra en su casa, protega todos sus bienes. stas son las manifestaciones exte rnas de su poder. Y si contramos sus virtudes ocultas, diran de seguro: "l ciertame nte ha considerado al polvo como el Seor de los seores y ha abandonado por complet o la Fe de Dios". Adems, trae a la memoria las circunstancias vergonzosas que acompaaron el martirio de usayn. Reflexiona sobre su soledad; cmo, aparentemente, no hubo nadie que le a yudase; nadie que recogiera su cuerpo y lo sepultase. Sin embargo, mira cun numero sos son en este da quienes, desde los rincones ms remotos de la Tierra, adoptan la indumentaria del peregrino y van en busca del lugar de su martirio para tocar c on su cabeza el umbral de su sepulcro! Tal es el ascendiente y poder de Dios! Tal es la gloria de Su dominio y majestad! No pienses que porque estas cosas han ocurrido despus del martirio de usayn toda e sa gloria no ha sido de ningn provecho para l. Por cuanto esa alma santa es inmort al, vive la vida de Dios y habita en las moradas de la gloria celestial en el Sa drih de la divina reunin. Esas Esencias del ser son los luminosos Modelos del sac rificio. Han ofrecido y continuarn ofreciendo sus vidas, sus bienes, sus almas, s u espritu, todo, en el sendero del Bienamado. Ninguna posicin, por muy exaltada qu e sea, puede ser ms apreciada para ellos. Pues los amantes no tienen otro deseo q ue la complacencia de su Amado, ni otro fin salvo su reunin con l. Si deseramos comunicarte un vislumbre de los misterios del martirio de usayn y rev elarte sus frutos, estas pginas no seran nunca suficientes ni agotaran su significa do. Es Nuestro deseo que, Dios mediante, sople la brisa de la misericordia, y la Primavera divina adorne el rbol del ser con el manto de nueva vida, de modo que podamos descubrir los misterios de la Sabidura divina y, mediante Su providencia, nos hagamos independientes del conocimiento de todas las cosas. Hasta ahora ape nas hemos visto un puado de almas, desprovistas de todo renombre, que han alcanza do esta posicin. El futuro mostrar lo que ordene el Juicio de Dios y revele el Tab ernculo de Su decreto. De este modo te referimos las maravillas de la Causa de Di os y vertemos en tus odos los acordes de la meloda celestial, para que quizs alcanc es la posicin del verdadero conocimiento y pruebes de su fruto. Por tanto, ten la certeza de que esas Lumbreras de majestad celestial, aunque su habitacin sea el polvo, su verdadera morada es la sede de la gloria en los reinos de lo alto. Aun que estn privados de todo el bien terrenal, vuelan por los reinos de riquezas ins ondables. Y en tanto que sufren dolorosamente en manos del enemigo, estn sentados a la diestra del poder y del dominio celestial. En la lobreguez de su humillacin brilla sobre ellos la luz de la gloria inmarcesible; y sobre su impotencia se v ierten las seales de invencible soberana. Tal es el caso de Jess, Hijo de Mara, Quien sentado un da y hablando en el tono del Espritu Santo, pronunci palabras como stas: "Oh pueblo! Mi alimento es la hierba de l campo, con la que sacio mi hambre. Mi lecho es el polvo, mi lmpara en la noche es la luz de la luna, y mi corcel son mis propios pies. Mirad, quin es en la Tierr a ms rico que yo?" Por la rectitud de Dios! Miles de tesoros giran alrededor de est a pobreza, y miradas de reinos de gloria anhelan tal humillacin! Si lograras alcan zar una gota del ocano del significado interior de estas palabras, de seguro aban donaras el mundo y todo lo que hay en l y, como el Fnix, te consumiras en las llamas del Fuego imperecedero. Del mismo modo, se cuenta que cierto da uno de los compaeros de diq se quej ante l de su pobreza. A lo que diq, esa belleza inmortal, respondi: "Ciertamente eres rico y has probado el trago de la riqueza". Esa alma afligida por la pobreza qued perple ja ante las palabras pronunciadas por aquel luminoso semblante, y dijo: "Dnde estn mis riquezas, yo que he menester hasta de una moneda?" Sobre esto diq observ: "No po sees nuestro amor?" l contest: "S, lo tengo, oh vstago del Profeta de Dios!" Luego, di le pregunt: "Cambias este amor por mil dinares?" Y l respondi: "No; jams lo cam-biar, aunque me dieren el mundo y todo lo que hay en l!" Entonces seal diq: "Cmo puede llama se pobre quien posee tal tesoro?" Esta pobreza y estas riquezas, esta humillacin y gloria, este dominio, poder y ot ras cosas parecidas, sobre las que tienen puestos sus ojos esas almas vanas y ne cias, todo esto en esa Corte se desvanece en la nada absoluta! As l ha dicho: "Oh ho

mbres! No sois sino mendigos que necesitan de Dios; mas Dios es el rico, el Que Se basta a S mismo".25 "Riqueza" quiere decir, por tanto, independencia de todo s alvo de Dios, y "pobreza", la carencia de aque-llo que es de Dios. De modo semejante, trae a la memoria el da en que los judos, habiendo rodeado a Je ss, Hijo de Mara, insistan en que confesara Su pretensin de ser el Mesas y Profeta de Dios, para declararle infiel y condenarle a muerte. Entonces Lo condujeron, a l Que era el Sol del cielo de la Revelacin divina, ante Pilatos y ante Caifs, que er a el su-mo sacerdote de esa poca. Los principales sacerdotes estaban reunidos en el palacio, y tambin una multitud de gente que se haba congregado para presenciar Su dolor, mofarse de l y agraviarle. Aunque insistentemente Le interrogaban, espe rando que confesara Su pretensin, Jess guardaba silencio y no hablaba. Por ltimo, s e levant un maldecido de Dios y, acercndose a Jess, le conjur diciendo: "Acaso t no ha s pretendido ser el Mesas divino? Acaso no dijiste: 'Yo soy el Rey de los reyes, M i palabra es la Palabra de Dios, y Yo soy el quebrantador del da Sbado?'" En segui da Jess levant la cabeza y dijo: "Es que no ves al Hijo del Hombre sentado a la die stra de la fuerza y del poder?" stas fueron Sus palabras; sin embargo, considera cmo aparentemente estaba l desprovisto de todo poder salvo de aquel poder interior que era de Dios y que haba envuelto a todo lo que hay en el cielo y en la tierra . Cmo puedo referir lo que Le aconteci despus que pronunci esas palabras? Cmo puedo de cribir la oprobiosa conducta de stos para con l? Por fin acumularon tales afliccio nes sobre Su bendita Persona que emprendi vuelo hacia el cuarto Cielo. Tambin est escrito en el Evangelio segn San Lucas que cierto da pas Jess cerca de un j udo enfermo de parlisis que estaba tendido en su camilla. Cuando Le vio el judo, Le reconoci y clam pidiendo Su ayuda. Jess le dijo: "Levntate de tu camilla; tus pecad os te son perdonados". Algunos de los judos que estaban cerca protestaron diciend o: "Quin puede perdonar los pecados sino Dios?" Conociendo de inmediato Jess sus pe nsamientos, respondi y les dijo: "Qu es ms fcil, decir al paraltico: 'Levntate, toma t camilla y anda', o decirle: 'Tus pecados te son perdonados', para que sepis que el Hijo del Hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados?"26 sta es l a verdadera soberana y tal es el poder de los Elegidos de Dios! Todo esto que hem os mencionado repetidamente, y los detalles que hemos citado de diversas fuentes , no tienen otro propsito que el de permitirte comprender el significado de las a lusiones contenidas en las palabras de los Elegidos de Dios, no sea que algunas de esas palabras hagan vacilar tus pies y turben tu corazn. As, con paso firme hollemos el Sendero de la certeza, para que, quizs, la brisa qu e sopla de los prados de la complacencia de Dios nos traiga los fragantes aromas de la aceptacin divina y nos haga a nosotros, fugaces mortales, alcanzar el Rein o de gloria sempiterna. Entonces comprenders el significado interior de soberana y otras cosas semejantes de que se habla en las tradiciones y escrituras. Adems, t e es claro y conocido que aquello a que se han aferrado los judos y cristianos, y los reparos que acumularon sobre la Belleza de Muammad, eso mismo ha sido sosten ido en este da por el pueblo del Qur'n, y se ha visto en sus denuncias contra el " Punto del Bayn" que las almas de todos los que habitan en el reino de las Revelaci ones divinas sean sacrificadas por l! Mira su desatino: pronuncian exactamente las mismas palabras que pronunciaron los judos del pasado, y no se dan cuenta! Cun ac ertadas y verdaderas son Sus palabras referentes a ellos: "Djalos que se entreteng an con sus cavilaciones!"27 "Por Tu vida, oh Muammad!, estn posedos por el delirio d e sus vanas fantasas".28 Cuando el Invisible, el Eterno, la divina Esencia, hizo que despuntara el Sol de Muammad sobre el horizonte del conocimiento, entre los reparos que contra l pusie ron los sacerdotes judos estaba que despus de Moiss ningn Profeta sera enviado por Di os. Ciertamente, se ha hecho mencin en las escrituras de un Ser que deba necesaria mente manifestarse, Quien promovera la Fe de Moiss y fomentara los intereses de Su pueblo, de modo que la Ley de la Dispensacin de Moiss abarcase a toda la Tierra. A s se ha referido en Su Libro el Rey de gloria sempiterna a las palabras pronuncia das por esos vagabundos del valle del alejamiento y el error: "Dicen los judos: ' La mano de Dios est encadenada'. Encadenadas estn sus propias manos! Y fueron malde cidos por lo que dijeron. Ms bien, exten-didas estn Sus dos manos!"29 "La mano de D ios est por encima de sus manos".30 Aunque de diversas maneras han relatado los comentaristas del Qur'n las circunsta

ncias que rodearon la revelacin de este versculo, con todo debieras esforzarte por comprender su propsito. l dice: Cun falso es lo que los judos han imaginado! Cmo pued la mano de Aquel Que en verdad es el Rey, Quien hizo que se revelara el semblan te de Moiss y Le confiri el manto de Profeta; cmo puede estar encadenada y trabada con grillos la mano de semejante Ser? Cmo puede imaginrsele incapaz de enviar a otr o Mensajero despus de Moiss? Mira lo absurdo de su afirmacin; cun lejos se han aparta do del sendero del conocimiento y la comprensin! Observa cmo tambin en este da, todo este pueblo se ha ocupado con tan absurdos disparates. Durante ms de mil aos han e stado recitando este versculo y censurando, sin saberlo, a los judos, ignorando to talmente que ellos mismos, abierta y secretamente, expresan los sentimientos y c reencias del pueblo judo! Seguramente ests informado de su vana aseveracin segn la c ual ha concluido toda Revelacin, se han cerrado los portones de la misericordia D ivina, no surgir de nuevo el sol de entre las auroras de santidad eterna, se ha a callado para siempre el Ocano de la munificencia sempiterna y han cesado de apare cer los Mensajeros de Dios desde el Tabernculo de antigua gloria. Tal es el grado de comprensin de esta gente despreciable y de miras estrechas. Esta gente ha ima ginado que el flujo de la gracia de Dios, que todo lo abarca, y Sus abundantes f avores, cuya interrupcin ninguna mente puede concebir, se han detenido. De todos lados se han alzado aparejando los arreos de la tirana, y han hecho los mayores e sfuerzos para apagar, con las amargas aguas de su vana fantasa, la llama de la Za rza ardiente de Dios, olvidando que la mampara del poder proteger dentro de su po derosa fortaleza a la Lmpara de Dios. La completa miseria en que ha cado la gente de seguro les basta, por cuanto han sido privados del reconocimiento del Propsito fundamental y del conocimiento del Misterio y Esencia de la Causa de Dios. Pues la suprema y ms excelsa gracia conferida a los hombres es la de "llegar a la pre sencia de Dios" y reconocerle, que ha sido prometida a todos. ste es el ms alto gr ado de gracia concedido al hombre por el Todomunfico, el Antiguo de los Das, y es la plenitud de Su incondicional generosidad hacia Sus criaturas. De esta gracia y generosidad no ha participado nadie de entre esta gente, ni han sido honrados con esta muy exaltada distincin. Cun numerosos son los versculos revelados que dan t estimonio explcito de esta importantsima verdad y exaltado Tema! Y, sin embargo, l a han rechazado y, segn su propio deseo, han desvirtuado su significado. As, l ha r evelado: "En cuanto a quienes no creen en los signos de Dios, ni en que alguna v ez Le encontrarn, sos perdern toda esperanza de Mi misericordia, y les espera un ca stigo doloroso".31 Tambin l dice: "Quienes tienen en cuenta que llegarn a la Presen cia de su Seor, y que a l volvern."32 Tambin dice en otro lugar: "Quienes tenan por c ierto que haban de encontrarse con Dios, dijeron: 'Cuntas veces, con el permiso de Dios, una hueste pequea aplast a una hueste numerosa!'"33 Y en otro lugar revela: "Entonces, quien espera llegar a la presencia de su Seor, que haga una obra justa ."34 Y tambin dice: "l dispone de todas las cosas. Hace sus signos claros, para qu e tengis fe firme en que llegaris a la presencia de vuestro Seor".35 Esta gente ha repudiado todos estos versculos, que inequvocamente atestiguan la re alidad de "llegar a la divina Presencia". Ningn tema ha sido ms enfticamente afirma do en las sagradas escrituras. No obstante, se han privado de este elevado y exa ltadsimo rango, de esta suprema y gloriosa posicin. Algunos han sostenido que "lle gar a la Divina Presencia" indica la "Revelacin" de Dios en el Da de la Resurreccin . Si afirmamos que la "Revelacin" de Dios significa "Revelacin Universal", es clar o y evidente que tal revelacin existe ya en todas las cosas. La verdad de esto ya la hemos dejado establecida, en cuanto que hemos demostrado que todas las cosas son los recipientes y reveladores del resplandor de ese Rey ideal, y que existe n y estn manifiestos en los espejos de los seres los signos de la revelacin de ese Sol, Fuente de todo esplendor. Es ms, si el hombre mirara con el ojo del discern imiento divino y espiritual, fcilmente admitira que absolutamente nada puede exist ir sin la revelacin del esplendor de Dios, el Rey ideal. Considera cmo todas las c osas creadas atestiguan elocuentemente la revelacin de esa Luz interior que hay d entro de ellas. Mira cmo dentro de todas las cosas estn abiertos los portales del Rivn de Dios, para que los buscadores alcancen las ciudades del entendimiento y sa bidura y entren en los jardines del conocimiento y poder. Dentro de cada jardn con templarn a la novia mstica del conocimiento interior, guardada en los aposentos de la prolacin, llena de gracia y adornada con sus mejores galas. La mayor parte de

los versculos del Qur'n sealan este asunto espiritual y dan testimonio de l. El ver sculo "Ni hay cosa alguna que no celebre Su alabanza"36 es testimonio elocuente d e ello; y "contamos todas las cosas y las anotamos"37, lo atestigua fielmente. A hora bien, si "llegar a la Presencia de Dios" quiere decir llegar al conocimient o de tal revelacin, es evidente que todos los hombres ya han llegado a la presenc ia del Semblante inmutable de ese Rey sin igual. Por qu, entonces, restringir tal revelacin al Da de la Resurreccin? Y si afirmaran que "Presencia divina" quiere decir la "Revelacin Especfica de Dios ", expresada por ciertos sfes como la "Ms Santa Efusin", si est esto en la Esencia mi sma, es evidente que ha estado eternamente en el Conocimiento divino. Suponiendo que esta hiptesis sea cierta, obviamente "llegar a la Presencia divina" en este sentido no est al alcance de nadie, ya que esta revelacin est limitada a la Esencia ms ntima, a la que ningn hombre puede llegar. "El camino est obstruido y es rechaza da toda bsqueda". Las mentes de los predilectos del cielo, por muy alto que se el even, jams alcanzarn esta posicin, cunto menos podr el entendimiento de mentes oscura s y limitadas. Y si dijeren que "Presencia divina" quiere decir la "Re-velacin Secundaria de Dio s", interpretada como la "Santa Efusin", esto es claramente aplicable al mundo de la creacin, es decir, en el reino de la manifestacin primordial y original de Dio s. Tal revelacin se circunscribe a Sus Profetas y Elegidos, por cuanto nadie ms po deroso que ellos ha llegado a existir en el mundo del ser. Todos reconocen esta verdad y dan testimonio de ella. Estos Profetas y Elegidos de Dios son los recip ientes y reveladores de todos los atributos inalterables y nombres de Dios. Son los espejos que veraz y fielmente reflejan la luz de Dios. Todo cuanto es aplica ble a ellos es en realidad aplicable a Dios mismo, Quien es el Visible y el Invi sible. Es imposible conocer y llegar a Aquel Que es el Origen de todas las cosas , si no es conociendo y llegando a esos luminosos Seres que proceden del Sol de la verdad. Por tanto, al llegar a la presencia de esas santas Lumbreras, se lleg a a la "Presencia de Dios" mismo. A travs de su conocimiento se revela el conocim iento de Dios, y a travs de la luz de su semblante se manifiesta el resplandor de la Faz de Dios. Mediante los mltiples atributos de estas Esencias del Desprendim iento, que son el primero y el ltimo, el visible y el oculto, se hace evidente qu e Aquel Que es el Sol de la Verdad es "el Primero y el ltimo, el Visible y el Ocu lto."38 Lo mismo vale para los otros sublimes nombres y exaltados atributos de D ios. Por tanto, todo aquel que, en cualquier Dispensacin, haya reconocido y llega do a la presencia de estas Lumbreras sublimes, resplandecientes y gloriosas, cie rtamente ha llegado a la "Presencia de Dios" mismo y ha entrado en la ciudad de vida inmortal y eterna. Llegar a esa presencia slo es posible en el Da de la Resur reccin, que es el Da de la aparicin de Dios mismo a travs de Su Revelacin que todo lo abarca. ste es el significado del "Da de la Resurreccin", del que se habla en todas las esc rituras y que se ha anunciado a todo pueblo. Reflexiona: Puede concebirse da ms pre cioso, de ms poder y gloria que ste, para que el hombre voluntariamente renuncie a su gracia y se prive de sus dones, los cuales como lluvias de primavera se vier ten sobre la humanidad desde el cielo de la misericordia? Estando as demostrado d e forma concluyente que ningn da es ms grande que este Da y que ninguna revelacin es ms gloriosa que esta Revelacin, y estando expuestas todas estas poderosas e infali bles pruebas que ninguna mente de entendimiento puede poner en duda, ni hombre d e erudicin pasar por alto, cmo es posible que, debido a las vanas argumentaciones d el pueblo de la duda y la fantasa, se prive el hombre de tan generoso favor? Acaso no han odo la conocida tradicin: "Cuando aparece el Q'im, ese da es el Da de la Resu rreccin"? De igual modo, los imanes, esas inextinguibles luces de gua divina, han interpretado el versculo: "Qu puede esa gente esperar sino que Dios baje a ellos en la sombra de las nubes?"39 -signo que han considerado como una de las caracterst icas del Da de la Resurreccin-, refirindolo al Q'im y Su manifestacin. Por tanto, oh mi hermano, esfurzate por comprender el significado de "Resurreccin" y purifica tu odo de las ociosas palabras de esa gente recusable. Si pusieras pi e en el reino del completo desprendimiento, atestiguaras fcilmente que no hay da ms poderoso que este Da y que no puede concebirse resurreccin ms tremenda que esta Res urreccin. Una buena obra realizada en este Da es equivalente a todos los actos vir

tuosos que durante miradas de siglos han practicado los hombres; es ms, pedimos per dn a Dios por semejante comparacin! Pues en verdad la recompensa que merece tal ac to est mucho ms all y muy por encima de la apreciacin de los hombres. Puesto que est as almas miserables y sin discernimiento no comprendieron el verdadero significa do de "Resurreccin" y de "llegar a la presencia divina", han quedado totalmente d esposedas de su gracia. Aun cuando el propsito nico y fundamental de todo conocimie nto, con todos sus pesares y afanes, consiste en lograr y reconocer esta posicin, no obstante estn sumergidas en la prosecucin de sus estudios materiales. No se pe rmiten un momento de asueto e ignoran totalmente a Aquel Que es la Esencia de tod o saber y el nico Objeto de su bsqueda! Tal me parece que sus labios nunca hayan t ocado el cliz del Conocimiento divino, ni acaso hayan alcanzado tan siquiera una gotita de las lluvias de la gracia celestial. Considera: cmo puede aquel que en el da de la Revelacin de Dios no logra la gracia d e la "Presencia Divina", ni reconoce a Su Manifestacin, llamarse con justicia sab io, aunque haya dedicado siglos al estudio del conocimiento y adquirido todo el limitado saber material de los hombres? Es sin duda evidente que de ningn modo se puede afirmar que posea el verdadero conocimiento. En tanto que el ms iletrado d e todos los hombres, si es honrado con esta suprema distincin, es verdaderamente tenido por uno de esos hombres divinamente sabios, cuyo conocimiento es de Dios; ya que tal hombre ha llegado a la cumbre del conocimiento y ha alcanzado la ms e levada cima del saber. Esta posicin tambin es uno de los signos del Da de la Revelacin. As, se dice: "Los hu millados entre vosotros, l los encumbrar; y a los encumbrados, l los humillar". Asim ismo, l ha revelado en el Qur'n: "Deseamos demostrar favor a los que fueron degrad ados en la tierra, y hacerles jefes espirituales entre los hombres, y hacerles N uestros herederos".40 Se ha presenciado en este da cuntos de entre los sacerdotes, debido a que rechazaron la Verdad, han cado y habitan en las ltimas profundidades de la ignorancia, y sus nombres han sido borrados de la lista de los gloriosos y los sabios. Y cuntos de entre los ignorantes, a causa de que aceptaron la Fe, s e han remontado y han alcanzado la alta cima del conocimiento, y sus nombres han sido inscritos en la Tabla del Conocimiento divino por la Pluma del Poder. As: " Lo que quiera, Dios lo abrogar o lo confirmar, pues junto a l est la Fuente de la Re velacin".41 Por eso se ha dicho: "Buscar pruebas cuando la Prueba ha sido estable cida, es un acto indecoroso; y ocuparse en adquirir conocimiento cuando se ha al canzado el Objeto de todo saber, es realmente censurable". Di: Oh pueblo de la Ti erra! Mirad a este llameante Joven que atraviesa veloz las profundidades sin lmit es del Espritu y os anuncia estas buenas nuevas: "He aqu que la Lmpara de Dios est b rillando" y os emplaza a estar atentos a Su Causa, la cual, aunque oculta en los velos de antiguo esplendor, brilla en la tierra de 'Irq sobre la aurora de etern a santidad. Oh mi amigo: si explorase el pjaro de tu mente los cielos de la Revelacin del Qur'n , si contemplara desplegado dentro de l el reino del conocimiento divino, ciertam ente encontraras abiertas ante ti innumerables puertas del conocimiento. Con segu ridad reconoceras que todas estas cosas que en este da han impedido a estos hombre s alcanzar las orillas del ocano de la gracia eterna, las mismas, en la Dispensac in de Muammad, impidieron a la gente de aquella poca reconocer a esa Lumbrera divin a y atestiguar Su verdad. Tambin comprenderas los misterios del "regreso" y la "re velacin", y habitaras seguro en los ms elevados aposentos de la certeza y la confia nza. Aconteci que, cierto da, varios de entre los opositores de esa incomparable Bellez a, aquellos que se haban apartado lejos del Santuario imperecedero de Dios, desdeo samente dirigieron a Muammad estas palabras: "En verdad, Dios ha celebrado un con venio con nosotros: que no demos fe a un apstol hasta que nos ofrezca un sacrific io que lo devore el fuego del cielo".42 El significado de este versculo es que Di os convino con ellos que no creyesen en ningn mensajero a menos que obrase el mil agro de Abel y Can, es decir, que ofreciese un sacrificio, y lo consumiese el fue go del cielo; as como lo haban odo referir en la historia de Abel, la cual est consi gnada en las escrituras. Respondiendo a esto, Muammad dijo: "Ya vinieron a vosotr os Apstoles antes que yo, con testimonios seguros y con aquello que hablis. Por qu, entonces, los matasteis? Decdmelo, si sois veraces".43 Ahora bien, s justo: Cmo es p

osible que aquella gente que vivi en los das de Mu-ammad hubiese existido en la poca de Adn o de otros Profetas, miles de aos antes? Por qu Muammad, esa Esencia de la ve racidad, habra de acusar al pueblo de Su poca del asesinato de Abel o de otros Pro fetas? No te queda ms alternativa que considerar a Muammad un impostor o un necio -no lo quiera Dios!-, o bien sostener que esa gente perversa fue la misma gente q ue en toda poca se enfrent y puso reparos a los Profetas y Mensajeros de Dios, has ta hacerles a todos sufrir finalmente el martirio. Pondera esto en tu corazn, para que las perfumadas brisas del conocimiento divino , que soplan de los prados de la misericordia, te traigan la fragancia de las pa labras del Amado y permitan que tu alma alcance el Rivn del entendimiento. Ya que en cada poca los negligentes no han logrado desentraar el sentido profundo de esta s importantes palabras llenas de significado, imaginando que la respuesta de los Profetas de Dios no se corresponda con las preguntas que les han formulado, por tanto les han imputado ignorancia e insensatez a esas Esencias del conocimiento y comprensin. Asimismo, en otro versculo Muammad manifiesta Su protesta contra el pueblo de esa p oca. Dice: "Aunque antes haban suplicado la victoria sobre los que no crean, cuand o vino a ellos Aquel de Quien tenan conocimiento, no creyeron en l. Que la maldicin de Dios caiga sobre los infieles!"44 Reflexiona cmo este versculo tambin da a enten der que la gente que vivi en los das de Muammad fue la misma que en los das de los P rofetas de antao disput y luch para promover la Fe de Dios y ensear Su Causa. Sin em bargo, cmo podran considerarse de hecho como un mismo pueblo las generaciones que v ivieron en el tiempo de Jess y Moiss, y las que vivieron en la poca de Muammad? Por otra parte, aquellos a quienes haban conocido antes eran Moiss, Revelador del Pent ateuco, y Jess, Autor del Evangelio. No obstante, por qu dijo Mu-ammad: "Cuando vino a ellos Aquel de Quien tenan conocimiento" -es decir, Jess o Moiss- "no creyeron e n l"? Acaso Muammad no llevaba aparentemente otro nombre? No haba salido de una ciuda d diferente? No habla-ba otra lengua? Y no revel una Ley diferente? Entonces, cmo se puede demostrar la verdad de este versculo y poner en claro su significado? Por tanto, esfurzate por comprender el significado de "vuelta", que explcitamente se ha revelado en el propio Qur'n y que hasta ahora nadie ha comprendido. Qu dices t? Si dices que Muammad era la "vuelta" de los Profetas de antao, como lo testifica ese versculo, Sus compaeros deben ser asimismo la "vuelta" de los antiguos Compaer os, as como la "vuelta" de la antigua gente es atestiguada claramente por el text o de los versculos antes mencionados. Si niegas esto, has repudiado ciertamente l a verdad del Qur'n, que es el testimonio ms seguro de Dios para los hombres. De ig ual manera, procura comprender el significado de la "vuelta", "revelacin" y "resu rreccin", que se han presenciado en los das de las Manifestaciones de la Esencia d ivina, para que contemples con tus propios ojos la "vuelta" de las almas santas en cuerpos santificados y luminosos, y barras el polvo de la ignorancia, y purif iques el ensombrecido yo con las aguas de la misericordia que proceden de la Fue nte del Conocimiento divino, para que quizs, mediante el poder de Dios y la luz d e la gua divina, distingas el Amanecer del esplendor eterno, de la oscura noche d el error. Adems, te es claro que los Portadores del depsito de Dios son revelados a los pueb los de la Tierra como los Exponentes de una nueva Causa y los Portadores de un n uevo Mensaje. Ya que esas Aves del Trono Celestial son todas enviadas del cielo de la Voluntad de Dios, y puesto que todas surgen para proclamar su irresistible Fe, son por tanto consideradas como un alma y una misma persona. Pues todas beb en del mismo Cliz del Amor de Dios y todas participan del fruto del mismo rbol de la Unicidad. Cada una de estas Manifestaciones de Dios tiene una doble posicin. U na es la posicin de abstraccin pura y unidad esencial. Por lo que se refiere a est o, si t las llamas a todas por un solo nombre y les asignas el mismo atributo, no te desvas de la verdad. Como l ha revelado: "No hacemos distincin entre ninguno de Sus Mensajeros!"45 Pues todos y cada uno de ellos llaman a la gente de la Tierra a reconocer la Unidad de Dios, y les dan las buenas nuevas del Kawthar de graci a y munificencia infinitas. Todos son investidos con el manto de Profeta y han s ido honrados con la vestidura de la gloria. As, Muammad, el Punto del Qur'n, ha rev elado: "Yo soy todos los Profetas". Asimismo, dice: "Soy el primer Adn, No, Moiss y Jess". Declaraciones semejantes hizo 'Al. Tambin palabras como stas, que indican la

unidad esencial de aquellos Exponentes de la Unidad, han brotado de los Canales de la prolacin inmortal de Dios y de los Tesoros de las joyas del conocimiento d ivino, y han sido consignadas en las escrituras. Esos Semblantes son los recipie ntes del Mandato Divino y las auroras de Su Revelacin. Esa Revelacin est exaltada p or encima de los velos de pluralidad y de las exigencias de nmero. As, l dice: "Nue stra Causa no es sino una".46 Como la Causa es una y la misma, sus Exponentes ta mbin deben ser necesariamente uno y el mismo. Asimismo, los imanes de la Fe de Mua mmad, esas lmparas de la certeza, han dicho: "Muammad es nuestro primero, Muammad n uestro ltimo, Muammad es todo lo que tenemos". Te es claro y evidente que todos los Profetas son los Templos de la Causa de Dio s, Quienes han aparecido ataviados con diversas vestiduras. Si observaras con oj o perspicaz, les veras habitando en el mismo tabernculo, volando en el mismo cielo , sentados en el mismo trono, pronunciando las mismas palabras, proclamando la m isma Fe. Tal es la unidad de esas Esencias del ser, de esas Lumbreras de esplend or inmenso e infinito. Por tanto, si una de esas Manifestaciones de la Santidad proclamara: "Yo soy la vuelta de todos los Profetas", ciertamente dice la verdad . Del mismo modo, es un hecho que cada Revelacin subsiguiente es la vuelta de la Revelacin anterior; esta verdad est firmemente demostrada. Ya que se ha comprobado de forma concluyente la vuelta de los Profetas de Dios, atestiguada por versculo s y tradiciones, asimismo queda definitivamente probada la vuelta de sus elegido s. Esta vuelta es por s misma bastante clara como para que requiera prueba o demo stracin. Por ejemplo, considera que entre los Profetas estaba No. Al ser investido con el manto del Profeta y movido por el Espritu de Dios para que apareciese y p roclamase Su Causa, quienquiera que crea en l y reconoca su Fe, era dotado con la g racia de nueva vida. Se poda decir de l que en verdad haba renacido y vuelto a vivi r, ya que, antes de creer en Dios y aceptar su Manifestacin, haba puesto sus afect os en cosas del mundo tales como apego a los bienes terrenales, a la esposa, a l os hijos, a la comida y bebida, y a cosas semejantes; tan es as que de da y de noc he su nica preocupacin haba sido amasar riquezas y procurarse los medios para sus d iversiones y placeres. Adems de esto, antes de beber las aguas vivificantes de la fe haba estado tan amarrado a las tradiciones de sus antepasados y tan apasionad amente dedicado a la observancia de sus costumbres y leyes, que hubiese preferid o morir antes de violar una sola letra de los usos y prcticas supersticiosas corr ientes entre su pueblo. Tal como la gente exclam: "En verdad, encontramos a nuest ros padres con una fe y, en verdad, seguimos sus pasos"47. Esa misma gente, aunque envuelta por todos esos velos de limitacin y atenazada po r tales observancias, tan pronto como bebi del cliz de la certeza el sorbo inmorta l de manos de la Manifestacin del Todoglorioso, era transmutada de tal manera que por Su amor renunciaba a sus familias, sus bienes, sus vidas, sus creencias; es ms, renunciaba a todo excepto a Dios! Era tan irresistible su anhelo de Dios y ta n elevados sus raptos de gozoso xtasis, que ante sus ojos desapareca completamente el mundo y todo lo que hay en l. No ha ejemplificado esa gente los misterios del "renacimiento" y la "vuelta"? No se ha visto que esa misma gente, antes de ser do tada con la nueva y maravillosa gracia de Dios, trataba por todos los medios de asegurar la proteccin de su vida contra la destruccin? No les llenaba de espanto un a espina y huan al ver un zorro? Mas una vez que eran honrados con la distincin sup rema de Dios y se les haba concedido Su generosa gracia de poder hacerlo, sacrifi caban de buen grado diez mil vidas en Su sendero! An ms, sus benditas almas, desdea ndo la jaula de sus cuerpos, anhelaban la liberacin. Un solo guerrero de esa huest e se enfrentaba y combata a toda una multitud! Y, sin embargo, a no ser por la tr ansformacin efectuada en sus vidas, cmo hubiesen podido manifestar hechos que son c ontrarios a las costumbres de los hombres e incompatibles con sus deseos mundano s? Es evidente que nada salvo esta transformacin mstica poda manifestar en el mundo de l ser semejante espritu y conducta, del todo diferentes a sus costumbres y hbitos anteriores. Pues su agitacin se convirti en paz; su duda, en certeza; su timidez, en valenta: Tal es la fuerza del Elixir Divino que, rpido como un abrir y cerrar de ojos, transmuta las almas de los hombres! Por ejemplo, considera la sustancia del cobre. Si en su propia mina se le resgua rdara de la solidificacin, al cabo de setenta aos llegara el estado de oro. Sin emb

argo, hay quienes afirman que el cobre mismo es oro, que al solidificarse est en condicin enferma y, por tanto, no ha alcanzado su propio estado. Sea como fuere, el verdadero elixir har que en un instante la sustancia del cobre alcance el estado de oro, y atraviese en un suspiro la etapa de setenta aos. Podra llamarse cobre a ese oro? Podra sostenerse que no ha alcanzado el estado de oro, cuando est a mano la piedra de toque para ensayarlo y distinguirlo del cobre? Asimismo, mediante el poder del Elixir Divino, estas almas, en un abrir y cerrar de ojos, atraviesan el mundo del polvo, entrando en el reino de santidad; y de un paso recorren la tierra de las limitaciones, alcanzando los dominios del Irre stringido. Te incumbe hacer todo tu esfuerzo para lograr ese Elixir que, de un s oplo fugaz, hace que el occidente de la ignorancia llegue hasta el oriente del c onocimiento; ilumina las tinieblas de la noche con el resplandor del amanecer; g ua al extraviado del desierto de la duda hacia el manantial de la Presencia Divin a y la Fuente de la certeza, confiriendo a las almas mortales el honor de ser ac eptadas en el Rivn de la inmortalidad. Ahora bien, si se considera que aquel oro e s cobre, tambin podra considerarse que esa gente es la misma que antes de haber si do dotada de fe. Oh hermano! He aqu que, mediante estas palabras concluyentes, indiscutibles y del todo suficientes, se han descubierto y desentraado ante tus ojos los misterios in teriores del "renacimiento", de la "vuelta" y de la "resu-rreccin". Dios quiera q ue por medio de Su ayuda benvola e invisible despojes tu cuerpo y alma de su anti gua vestimenta y te cubras con el atavo nuevo e imperecedero. Por tanto, en toda subsiguiente Dispensacin, quienes precedieron al resto de la h umanidad en abrazar la Fe de Dios, y libaron de manos de la divina Belleza las c ristalinas aguas del conocimiento, llegando a las elevadas cumbres de la fe y ce rteza, sos pueden ser considerados de nombre, realidad, hechos, palabras y rango como la "vuelta" de quienes haban logrado distinciones parecidas en una Dispensac in anterior. Pues todo lo que manifest la gente de una Dispensacin anterior, eso mi smo lo ha demostrado la gente de esa ltima generacin. Considera la rosa: ya sea qu e florezca en el Oriente o en el Occidente, es sin embargo una rosa. Pues lo que importa en este sentido no es el aspecto y la forma externa de la rosa sino ms b ien el perfume y la fragancia que despide. Por consiguiente, purifica tu vista de toda limitacin terrenal, para que veas en todos a los portadores de un solo Nombre, los exponentes de una sola Causa, las manifestaciones de un solo Ser y los reveladores de una sola Verdad, y para que comprendas la "vuelta" mstica de las Palabras de Dios, segn lo revelan estas aseve raciones. Reflexiona un momento sobre el comportamiento de los compaeros en la Di spensacin de Muammad. Considera cmo, mediante el aliento vivificador de Muammad, fue ron purificados de la contaminacin de vanidades terrenales, liberados de deseos e gostas y separados de todo menos de l. Mira cmo precedieron a todos los pueblos de la Tierra en llegar a Su santa presencia -la Presencia de Dios mismo-, cmo renunc iaron al mundo y a todo cuanto hay en l y sacrificaron libre y alegremente sus vi das a los pies de esa Manifestacin del Todoglorioso. Y, ahora, observa la "vuelta " de ese mismo empeo, esa misma constancia y renuncia que han manifestado los com paeros del Punto del Bayn.48 Has presenciado cmo, mediante las maravillas de la gra cia del Seor de los seores, enarbolaron los estandartes de la sublime renunciacin e n las inaccesibles alturas de la gloria. Estas Luces provienen de una sola Fuent e, y estos frutos son los frutos de un mismo rbol. No podrs percibir diferencia ni distincin alguna entre ellos. Todo esto llega a ser por la gracia de Dios! A quie n es Su voluntad, confiere l Su gracia. Dios quiera que, evitando la tierra de la negacin, entremos en el ocano de la aceptacin, para que con un ojo purgado de elem entos antagnicos percibamos los mundos de la unidad y diversidad, de la variacin y unicidad, de la limitacin y desprendimiento, y levantemos el vuelo hacia el ms al to e ntimo santuario del significado oculto de la Palabra de Dios. A partir de estas declaraciones ha quedado, por tanto, claro y manifiesto que si en el "Fin que no conoce fin" se manifestara un Alma que se levantase a proclam ar y defender una Causa que otra Alma ha proclamado y defendido en el "Principio que no tiene principio", se puede efectivamente afirmar que Aquel que es el ltim o y Aquel que fue el Primero son uno y el mismo, por cuanto ambos son Exponentes de una misma Causa. Por esta razn, el Punto del Bayn -que la vida de todos, menos

de l, sea Su sacrificio!- ha comparado a las Manifestaciones de Dios con el sol q ue, si bien sale desde el "Principio que no tiene principio" hasta el "Fin que n o conoce fin", es sin embargo el mismo sol. Ahora bien, si dijeras que este sol es el sol anterior, diras la verdad; y si dijeras que este sol es la "vuelta" de aqul, tambin habras dicho la verdad. Asimismo, queda bien claro con esta afirmacin q ue el trmino "ltimo" es predicable del "primero", y el trmino "pri-mero" predicable del "ltimo", puesto que tanto el "prime-ro" como el "ltimo" han aparecido para pr oclamar la mis-ma Fe. A pesar de que este tema es evidente a los ojos de quienes han bebido el vino de l conocimiento y la certeza, cuntos son los que, por no haber comprendido su signi ficado, permitieron que el trmino "Sello de los Profetas" oscureciera su entendim iento y les privase de la gracia de todos Sus numerosos dones! No declar Muammad mi s-mo: "Yo soy todos los Profetas"? No ha dicho, como ya hemos mencionado: "Soy Adn , No, Moiss y Jess"? Por qu Muammad, esa Belleza inmortal, Quien ha dicho "Soy el prim er Adn", ha de ser incapaz de decir tambin "Soy el ltimo Adn"? Pues as como l se consi deraba a S mismo el "Primero de los Profetas" -es decir, Adn- del mismo modo es ap licable el ttulo "Sello de los Profetas" a aquella Divina Belleza. Es sin duda ob vio que, al ser el "Primero de los Profetas", es l tambin su "Sello". El misterio de este tema ha sido en esta Dispensacin una dura prueba para toda la humanidad. Mira cuntos son los que, aferrndose a estas palabras, no han credo en A quel Que es su verdadero Revelador. Nuestra pregunta es: Qu supone esta gente al r eferirse a Dios -glorificado sea Su nombre!- que significan los trminos "primero" y "ltimo"? Si afirman que tales trminos hacen referencia a este universo material, cmo ha de ser posible, cuando manifiestamente el orden visible de las cosas todava existe? Antes bien, en este caso, "primero" no quiere decir otra cosa que "ltimo ", y "ltimo" nada ms que "prime-ro". As como en el "Principio que no tiene principio" es verdaderamente atribuible el trmino "ltimo" a Aquel Que es el Educador de lo visible y lo invisible, del mismo modo son aplicables a Sus Manifestaciones los trminos "primero" y "ltimo", Quienes son, a la vez, los Exponentes del "primero" y del "ltimo". Mientras que estn esta blecidos en la sede del "primero", ocupan el trono del "ltimo". Si se hallase un ojo perspicaz, fcilmente captara que los exponentes del "primero" y del "ltimo", de lo "manifiesto" y lo "oculto", del "principio" y del "sello" no son otros que e stos santos Seres, estas Esencias del Desprendimiento y Almas divinas. Y si te r emontaras en el sagrado reino de "Dios estaba solo; no haba nadie sino l", encontr aras que en aquella Corte todos esos nombres son del todo inexistentes y completa mente olvidados. Ya no estaran tus ojos oscurecidos por esos velos, esos trminos y alusiones. Cun sublime y etrea es esa posicin, a la que hasta Gabriel, sin gua, no p odr nunca llegar, ni el Ave del Cielo, sin ayuda, podr jams alcanzar! Y, ahora, esfurzate por comprender el sentido de estas palabras de 'Al, el Comanda nte de los Fieles: "Traspasan-do sin ayuda los velos de la gloria". Entre estos "velos de la gloria" estn los sacerdotes y doctores que viven en los das de la Man ifestacin de Dios, quienes, a causa de su falta de discernimiento y su ansia y afn de mando, no se han sometido a la Causa de Dios y, ms an, han rehusado dar odo a l a Meloda divina. "Se meten los dedos en los odos".49 Y asimismo la gente, desatend iendo completamente a Dios y tomndoles por sus maestros, se ha colocado sin reser vas bajo la autoridad de esos jefes pomposos e hipcritas, pues carecen de vista, odos y corazn propios para distinguir la verdad de la falsedad. A pesar de las advertencias que por inspiracin divina han hecho todos los Profeta s, los Santos y los Elegidos de Dios, ordenando a los hombres ver con sus propio s ojos y or con sus propios odos, desdeosamente han rechazado sus consejos y ciegam ente han seguido y continuarn siguiendo a los jefes de su Fe. Si una persona humi lde y desconocida, desprovista del atavo de los eruditos, les dirigiera la palabr a diciendo: "Oh pueblo!, seguid a los Mensajeros de Dios"50 ellos, muy sorprendid os ante tal amonestacin, replicaran: "Cmo! Quieres decir que todos estos sacerdotes y exponentes de la erudicin, con toda la autoridad, pompa y boato suyos, han errad o y no han logrado distinguir entre la verdad y la falsedad? Pretendes acaso, jun to con otros como t, haber comprendido lo que ellos no han entendido?" Si se ha d e tomar como criterio de sabidura y verdad el nmero y la excelencia de la vestimen ta, los pueblos de una poca pasada, a quienes los de hoy jams han aventajado en nme

ro, magnificencia y poder, deberan por cierto considerarse como superiores y ms di gnos. Es claro y evidente que siempre que se han revelado las Manifestaciones de Santi dad los sacerdotes de su poca han impedido al pueblo llegar al camino de la verda d. Dan testimonio de esto todas las escrituras y libros sagrados. Ningn Profeta de Dios se ha manifestado que no haya sido vctima del odio implacable, de la denunc ia, rechazo y execracin de los clrigos de Su da! Ay de ellos por las iniquidades que obraron sus manos en el pasado! Ay de ellos por lo que ahora estn haciendo! Qu velo s de gloria hay ms pesados que esas personificaciones del error? Por la rectitud d e Dios!, traspasar tales velos es el ms poderoso de todos los hechos, y destrozarl os es el ms meritorio de todos los actos! Que Dios nos ayude y os ayude, oh concur so del Espritu!, para que quizs en el tiempo de Su Manifestacin se os asista bondad osamente para realizar tales hechos y, en Sus das, lleguis a la Presencia de Dios. Adems, entre los "velos de la gloria" estn los trminos "Sello de los Profetas" y ot ros parecidos; desasirse es una hazaa suprema a la vista de esas almas bajas y de scarriadas. Y a causa de estas misteriosas palabras, de estos pesados "velos de la gloria", todos se han privado de contemplar la luz de la verdad. No han escuch ado, acaso, la meloda de ese pjaro del Cielo51 cuando expona el siguiente misterio: "He desposado a mil Fimihs, todas las cuales eran hijas de Muammad, Hijo de 'Abdu' llh, el 'Sello de los Profetas'"? He aqu cuntos misterios yacen todava sin desentraar dentro del tabernculo del conocimiento de Dios, y cun numerosas las joyas de Su sa bidura que an estn ocultas en Sus tesoros inviolables! Si ponderases esto en tu cor azn, te daras cuenta de que Su obra no conoce ni principio ni fin. El dominio de S u decreto es demasiado vasto para que lo describa la lengua de los mortales o lo recorra el ave de la mente humana; y los designios de Su providencia son demasi ado misteriosos para que los pueda comprender la mente del hombre. Ningn fin ha a lcanzado a Su creacin; ha existido siempre desde el "Principio que no tiene princ ipio". Y ningn comienzo ha visto a las Manifestaciones de Su Belleza, que continu arn hasta el "Fin que no conoce fin". Pondera en tu corazn estas palabras y reflex iona cmo son aplicables a todas esas Almas santas. Asimismo, esfurzate por comprender el significado de la meloda de esa eterna belle za que fue usayn, hijo de 'Al, quien dirigi a Salmn palabras como stas: "Estuve con m il Adanes; el intervalo entre cada Adn y el siguiente era de cincuenta mil aos, y a cada uno declar la posicin de Sucesor conferida a mi padre". Luego refiere algun os detalles, hasta que dice: "He librado mil batallas en el sendero de Dios; la menor y ms insignificante de las cuales fue como la batalla de Khaybar, en la que mi padre luch y se bati contra los infieles". Fundndote en estas dos tradiciones, procura ahora comprender los misterios del "fin", de la "vuelta" y de la "creacin sin principio ni fin". Oh mi amado! Inmensamente exaltada es la Meloda celestial, por encima de los esfuer zos que haga el odo humano para orla, o la mente para comprender su misterio! Cmo pu ede la hormiga impotente entrar en la corte del Todoglorioso? Sin embargo, por f alta de comprensin las almas dbiles rechazan estas abstrusas palabras y ponen en d uda la verdad de tales tradiciones. Es ms, nadie puede entenderlas salvo los dota dos de un corazn comprensivo. Di: l es ese Fin, a Quien no puede imaginrsele fin en todo el universo, y de Quien no puede concebirse principio en el mundo de la cr eacin. He aqu, oh concurso de la Tierra, los resplandores del Fin revelados en las Manifestaciones del Principio! Qu extrao es que esa gente se aferre, con una mano, a los versculos del Qur'n y a las tradiciones del pueblo de la certeza que ellos han encontrado que concuerdan co n sus afectos e intereses y, con la otra, rechace las que son contrarias a sus d eseos egostas! "Es que creis en parte del Libro y negis parte de l?"52 Cmo podis juzg lo que no entendis? As ha revelado en Su Libro infalible el Seor de la existencia, despus de hablar del "Sello" en Su exaltada declaracin: "Muammad es el Apstol de Dio s y el Sello de los Profetas"53, la promesa de "llegar a la Presencia divina" pa ra todos los hombres. Dan testimonio del hecho de llegar a la presencia de ese R ey inmortal los versculos del Libro, algunos de los cuales ya hemos mencionado. Di os, el nico y verdadero, es mi testigo!; nada se ha revelado en el Qur'n ms exaltad o y explcito que aquel "llegar a la Presencia divina". Dichoso quien la ha lograd o el da en que, como podis ver, los ms de los hombres se han apartado de ella.

Y, sin embargo, por el misterio del primero de estos versculos se apartaron de la gracia que promete el segundo; y ello a pesar de que se establece explcitamente en el Libro el hecho de "llegar a la Presencia divina" en el "Da de la Resurreccin ". Queda demostrado, con pruebas claras y de forma definitiva, que "Resurreccin" quiere decir la aparicin de la Manifestacin de Dios para proclamar Su Causa, y "ll egar a la Presencia divina" significa llegar a la presencia de Su Belleza en la persona de Su Manifestacin. Pues, en verdad: "Ningn ojo Le abarca; pero l abarca a todos los ojos".54 A pesar de todos estos hechos innegables y claras explicacion es, se han aferrado neciamente al trmino "sello", privndose totalmente de reconoce r a Aquel Que es el Revelador de ambos: el Sello y el Principio, en el da de Su p resencia. "Si castigase Dios a los hombres por sus hechos perversos, no quedara so bre la tierra cosa viviente! Pero les da plazo hasta un tiempo sealado".55 Aparte de todo esto, si esta gente hubiera obtenido una gota de las cristalinas corrie ntes que brotan de las palabras "Dios hace lo que es Su voluntad y ordena lo que desea", no hubiera puesto reparos impropios, como stos, al Centro focal de Su Re velacin. La Causa de Dios, y todos los hechos y palabras, estn al alcance de Su po der. "Todo est aprisionado en el hueco de Su fuerte Mano; todo es fcil y posible p ara l". Efecta lo que es Su voluntad y hace todo lo que desea. "Quienquiera que pre gunte 'por qu' o 'para qu' ha blasfemado!" Si esta gente se sacudiera el sueo de la negligencia y se diera cuenta de lo que sus manos han obrado, de seguro perecera n y, por propia voluntad, se arrojaran al fuego: su fin y verdadera morada. Acaso no han odo lo que l revel? "No debe interrogrsele sobre Sus hechos."56 A la luz de e stas palabras, cmo puede ser el hombre tan atrevido como para interrogarle y ocupa rse con dichos ociosos? Alabado sea Dios! A tal punto llega la insensatez y perversidad de la gente, que han vuelto el rostro hacia sus propios pensamientos y deseos, y han dado la espa lda al conocimiento y a la voluntad de Dios, santificado y glorificado sea Su nom bre! S justo: Si esa gente admitiera la verdad de estas palabras luminosas y alusiones sagradas, y reconociera que Dios es "Aquel que hace lo que es Su voluntad", cmo p odran continuar aferrados a tan evidentes disparates? Ms bien aceptaran con toda su alma lo que l diga y se someteran a ello. Juro por Dios que, a no ser por el Decre to divino y por los inescrutables designios de la Providencia, la propia tierra hubiese destruido totalmente a toda esa gente! "Sin embargo, l les dar plazo hasta la hora sealada de un da conocido". Han pasado mil doscientos ochenta aos desde que lleg la aurora de la Dispensacin de Muammad y, al amanecer de cada da, esa gente ciega e innoble ha recitado su Qur'n, y sin embargo no han logrado comprender ni una letra de ese Libro! Una y otra ve z leen los versculos que claramente atestiguan la realidad de estos sagrados tema s y dan testimonio de la verdad de las Manifestaciones de Gloria eterna y, con t odo, no comprenden su propsito. Ni siquiera se han dado cuenta en todo este tiemp o de que, en toda poca, la lectura de las escrituras y libros sagrados no ha teni do otro propsito que el de permitir al lector comprender su significado y desentr aar sus ntimos misterios. Por el contrario, leer sin entender no es de provecho du radero para el hombre. Y ocurri que cierto da vino a visitar a esta Alma un hombre necesitado, anhelando el ocano de Su conocimiento. Conversando con l, se hizo mencin de los signos del Da del Juicio, Resurreccin, Renacimiento y Ajuste de Cuentas. Nos encareci que le exp licsemos cmo en esta maravillosa Dispensacin eran llamados a rendir cuentas los pue blos del mundo, cuando nadie era consciente de ello. En seguida le dimos a conoc er, de acuerdo con su grado de capacidad y entendimiento, ciertas verdades de la Ciencia y de la antigua Sabidura. Le preguntamos entonces: "No has ledo el Qur'n, y no conoces este bendito versculo: 'En ese da no se le preguntar a hombre ni espritu por su Pecado'?57 No te das cuenta de que 'preguntar no significa preguntar con la lengua o la palabra, tal como lo indica y prueba el mismo versculo'? Ya que de spus se dice: 'Por su semblante sern conocidos los pecadores, y sern tomados de los cabellos y los pies'".58 De este modo los pueblos del mundo son juzgados por su semblante. A travs de ste s e revela toda su incredulidad, su fe, su iniquidad. As resulta evidente en este da cmo es reconocido por su semblante el pueblo del error y distinguido de los segu

idores de la Gua divina. Si esos hombres, slo por amor de Dios y sin ms deseo que S u complacencia, ponderasen en su corazn los versculos del Libro, con toda segurida d encontraran todo cuanto buscan. Encontraran reveladas y manifiestas en sus verscu los todas las cosas, ya sean grandes o pequeas, que han pasado en esta Dispensacin . Hasta encontraran en ellos referencias a la partida de su tierra natal de las M anifestaciones de los nombres y atributos de Dios; a la oposicin y desdeosa arroga ncia del gobierno y del pueblo; y a la residencia y establecimiento de la Manife stacin Universal en un pas sealado y especialmente designado. Sin embargo, ningn hom bre puede comprender esto, excepto aquel que posea un corazn comprensivo. Sellaremos Nuestro tema con aquello que antao fuera revelado a Muammad, para que s u sello difunda la fragancia de ese almizcle sagrado que lleva a los hombres hac ia el Rivn de esplendor inmarcesible. l dijo, y Su Palabra es la verdad: "Y Dios ll ama hacia la Morada de Paz59; y l gua a quien quiere por el camino recto".60 "Para ellos hay junto a su Seor una Morada de Paz! Y l ser su Protector por causa de sus obras".61 Esto lo ha revelado para que Su gracia envuelva al mundo. Alabado sea D ios, Seor de todos los seres! Hemos expuesto de forma diversa y repetida el significado de cada tema para que quizs toda alma, ya sea elevada o humilde, obtenga su parte y porcin de acuerdo co n su medida y capacidad. Si no pudiera comprender cierto argumento, podra as, remi tindose a otro, lograr su propsito. "Para que toda clase de hombres sepa dnde apaga r su sed". Por Dios! Esta Ave del Cielo que habita ahora en el polvo puede entonar, adems de estas melodas, una mirada de cantos y, aparte de estas palabras, puede revelar inn umerables misterios. Cada nota de sus palabras no pronunciadas es inmensamente e xaltada por encima de todo lo que ya ha sido revelado, e inmensurablemente glori ficada ms all de lo que ha fluido de esta Pluma. Esperemos que el futuro revele la hora en que, por la Voluntad de Dios, emerjan de sus mansiones msticas, despojad as de sus velos, las novias del significado oculto, y se hagan manifiestas en el antiguo reino del ser. Nada en absoluto es posible sin Su permiso; ningn poder p uede durar salvo a travs de Su poder, y no hay otro Dios ms que l. Suyo es el mundo de la creacin, y Suya es la Causa de Dios. Todos proclaman Su Revelacin, y todos revelan los misterios de Su Espritu. Ya hemos asignado, en las pginas precedentes, dos posiciones a cada una de las Lu mbreras que surgen de las Auroras de santidad eterna. Una de esas posiciones, la de unidad esencial, ya la hemos explicado. "No hacemos diferencia entre ninguno de ellos".62 La otra posicin es la de distincin y pertenece al mundo de la creacin y a sus limitaciones. Respecto a esto, cada Manifestacin de Dios tiene una indiv idualidad distinta, una misin definitivamente sealada, una Revelacin predestinada y limitaciones especialmente designadas. Cada una de ellas es conocida por un nom bre diferente y se caracteriza por un atributo especial, cumple una Misin definid a y le es confiada una Revelacin particular. Tal como l dice: "Hemos hecho que alg unos de los Apstoles aventajen a los dems. A unos Dios les ha hablado; a otros los ha elevado exaltndolos. Y a Jess, Hijo de Mara, Le dimos signos manifiestos y Le f ortalecimos con el Espritu Santo".63 Es por causa de esta diferencia en posicin y misin por lo que parecen divergir y d iferir las palabras y expresiones que fluyen de esos Manantiales del conocimient o divino. Por lo dems, a los ojos de quienes estn iniciados en los misterios de la sabidura divina, todo lo que ellos han pronunciado es en realidad la expresin de una sola Verdad. Como la mayora de la gente no ha percibido esas posiciones a que Nos hemos referido, se siente por tanto perpleja y consternada ante las variada s palabras que han pronunciado Manifestaciones que, en esencia, son una y la mis ma. Ha sido siempre evidente que todas estas divergencias en las palabras deben atri buirse a diferencias de posicin. As, desde el punto de vista de su unicidad y subl ime desprendimiento, han sido y son aplicables a esas Esencias del ser los atrib utos de Deidad, Divinidad, Suprema Singularidad e ntima Esencia, ya que todas hab itan en el trono de la Revelacin divina y estn establecidas en la sede de la divin a Ocultacin. Mediante su aparicin se manifiesta la Revelacin de Dios, y por su semb lante se revela la Belleza de Dios. Es as como se han odo las palabras de Dios mis mo, pronunciadas por esas Manifestaciones del Ser divino.

Y a la luz de la segunda posicin, que es la posicin de la distincin y diferenciacin, de las limitaciones, caractersticas y normas temporales, manifiestan ellos servi dumbre absoluta, mxima pobreza y completo olvido de s mismos. Tal como l dice: "Soy el siervo de Dios. No soy ms que un hombre como vosotros." A partir de estas aseveraciones incontestables y plenamente demostradas, esfurzat e por entender el significado de las preguntas que has formulado, para que llegu es a ser constante en la Fe de Dios y no te desanimes por las divergencias en la s palabras de Sus Profetas y Elegidos. Si alguna de las Manifestaciones de Dios, que todo lo abarcan, declarase: "Yo soy Dios!", dira ciertamente la verdad, y no cabra duda de ello. Ya que repetidamente se ha demostrado que mediante su Revelacin, sus atributos y nombres se manifiest an en el mundo de la Revelacin de Dios Su nombre y Sus atributos. As, l ha revelado : "Aquellos dardos eran de Dios, no Tuyos!"64 Tambin dice: "En verdad, quienes Te prometieron fidelidad, realmente la prometieron a Dios".65 Y si alguno de ellos pronunciase: "Soy el Mensajero de Dios", tambin dira la verdad, la indudable verda d. Tal como l dice: "No es Mu-ammad padre de ningn hombre entre vosotros, sino que es el Mensajero de Dios". A la luz de esto se ve que todos ellos no son ms que Me nsajeros de ese Rey ideal, de esa Esencia inmutable. Si todos proclamasen "Soy e l Sello de los Profetas", expresaran slo la verdad sin la ms leve sombra de duda. P ues todos ellos no son ms que una persona, un alma, un espritu, un ser, una revela cin. Son todos la manifestacin del "Principio" y el "Fin", el "Prime-ro" y el "ltim o", el "Visible" y el "Oculto", atributos todos que pertenecen a Aquel Que es el ms ntimo Espritu de los Espritus y la eterna Esencia de las Esencias. Y si dijesen: "Somos los siervos de Dios",66 ste tambin es un hecho manifiesto e indiscutible. Puesto que se han manifestado en condicin de total servidumbre, servidumbre como s a no podr ningn hombre alcanzar. De este modo, en momentos en que esas Esencias de l ser estaban sumergidas en los ocanos de santidad antigua y sempiterna, o cuando se remontaban a las ms elevadas cimas de los misterios divinos, sostenan que sus palabras eran la Voz de la divinidad, el Llamado de Dios mismo. Si se abriera el ojo del discernimiento, reconocera que ellos hasta en ese estado se consideran d el todo extinguidos e inexistentes ante Quien es el Que Todo lo Penetra, el Inco rruptible. Me parece que han estimado que no son absolutamente nada, juzgando su mencin en esa Corte como un acto de blasfemia. Pues el ms leve susurro del yo es, en tal Corte, una prueba de afirmacin de s mismo y de existencia independiente. A los ojos de quienes han llegado a esa Corte, semejante insinuacin es por s misma una grave transgresin. Cunto ms grave an sera, si otra cosa se mencionara ante esa Pr esencia, si el corazn del hombre, su lengua, su mente o su alma se ocuparan con o tro que no sea el Bienamado, si sus ojos contemplaran otro semblante que no fues e Su belleza, si su odo escuchase otra meloda que no fuese Su voz y sus pies holla sen otro camino que no fuera Su camino. En este da sopla la brisa de Dios y Su espritu lo ha llenado todo. Tal es la efusin de Su gracia, que la pluma se detiene y la lengua enmudece. En virtud de esta posicin, han sostenido que es suya la Voz de la Divinidad y ape lativos semejantes, en tanto que, en virtud de su posicin de Mensajeros, se han d eclarado a s mismos los Mensajeros de Dios. En cada caso han expresado lo que est en conformidad con los requerimientos de la ocasin, atribuyndose a S mismos todas e stas declaraciones, las cuales se extienden del reino de la Revelacin divina hast a el reino de la creacin, y desde el dominio de la Divinidad hasta el dominio de la existencia terrenal. De este modo, cualesquiera que sean sus palabras, ya per tenezcan al reino de la Divinidad, Seoro, Posicin Proftica, Posicin de Mensajero, Gua rdiana, Apostolado o Servidumbre, todo es cierto, sin la menor sombra de duda. Po r lo tanto, debe considerarse con mucha atencin lo que hemos citado en apoyo de N uestro argumento, para que las palabras divergentes de las Manifestaciones del I nvisible y Auroras de la Santidad no agiten ya el alma y suman la mente en la pe rplejidad. Esas palabras pronunciadas por las Lumbreras de la Verdad deben ser meditadas y, si no se comprendiese su significado, debiera solicitarse ilustracin de los Cust odios de los depsitos del Conocimiento, para que stos expliquen su significado y r evelen su misterio. Pues no le incumbe a ningn hombre interpretar las palabras sa gradas segn su deficiente comprensin, ni rechazar y negar su verdad por encontrar

que son contrarias a su inclinacin y deseos. Pues tal es hoy la actitud de los sa cerdotes y doctores de la poca, que ocupan las sedes del conocimiento y la erudic in, y que han llamado conocimiento a la ignorancia y justicia a la opresin. Si ell os preguntasen a la Luz de la Verdad sobre esas imgenes que su vana fantasa ha tal lado, y encontrasen que Su respuesta es incompatible con sus propios conceptos y su propia comprensin del Libro, de seguro denunciaran como la negacin misma del co nocimiento a Aquel Que es la Mina y Manantial de todo conocimiento. Cosas semeja ntes han pasado en toda poca. Por ejemplo, cuando a Muammad, el Seor de la existencia, le preguntaron acerca de las lunas nuevas, l, por mandato de Dios, respondi: "Son perodos sealados para los h ombres".67 En seguida quienes Le escucharon denuncironle como ignorante. Asimismo, en el versculo referente al "Espritu", dice: "Y Te preguntarn por el Espri tu. Di: 'el Espritu procede por mandato de Mi Seor'".68 Tan pronto como fue emitid a la respuesta de Muammad, todos protestaron ruidosamente diciendo: "He aqu a un ig norante que no sabe lo que es el Espritu y se llama a S mismo el Revelador del Con ocimiento divino!" Y ahora dirige tu mirada hacia los sacerdotes de la poca, quie nes por haber sido honrados con Su nombre y haber encontrado que sus padres reco nocan Su Revelacin, se han sometido ciegamente a Su verdad. Observa que, si esta g ente recibiese hoy semejantes respuestas en contestacin a tales preguntas, las re chazaran y censuraran sin vacilar; es ms, nuevamente pondran los mismos reparos, tal como lo han hecho en este da. Y todo esto a pesar de que esas Esencias del ser e stn inmensamente exaltadas por encima de esas fantsticas imaginaciones, y glorific adas inconmensurablemente ms all de esos dichos vanos y por sobre la comprensin de todo corazn de entendimiento. Su supuesto saber, al comparrsele con aquel Conocimi ento, es falsedad clamorosa, y su entendimiento no es ms que error craso. Ms an, cu anto procede de esas Minas de Sabidura divina y Tesoros del conocimiento eterno e s la verdad, y nada ms que la verdad. Prueba de Nuestro argumento es el dicho: "E l conocimiento es un punto que los necios han multiplicado"; y la tradicin: "El c onocimiento es una luz con la cual Dios ilumina el corazn de quien sea Su volunta d", confirma Nuestra afirmacin. Ya que no comprendieron el significado del Conocimiento, llamando con ese nombre a las imgenes forjadas por su propia fantasa y que proceden de las personificacio nes de la ignorancia, han infligido a la Fuente del Conocimiento lo que has odo y presenciado. Por ejemplo, cierto hombre69 que tena fama por su saber y logros y se consideraba a s mismo como uno de los guas preeminentes de su pueblo, ha censurado y vilipend iado a todos los exponentes del verdadero saber. Esto queda plenamente claro en las declaraciones explcitas y en las alusiones que hay en todos sus libros. Como frecuentemente habamos odo hablar de l, nos propusimos leer algunas de sus obras. Y aunque nunca hemos estado dispuestos a leer los escritos de otros hombres, como Nos haban hecho preguntas respecto a l, cremos necesario remitirnos a sus libros p ara poder contestar, con conocimiento y comprensin, a quienes Nos haban preguntado . Sin embargo, no estaban disponibles sus obras en lengua rabe, hasta que un da ci erto hombre Nos inform que se poda hallar en la ciudad una de sus obras titulada I rshdu'l-Avm.70 De su ttulo percibimos el olor de la presuncin y la vanagloria, puest o que ha imaginado ser un sabio, considerando ignorante al resto de la gente. De hecho, su valor se daba a conocer por el ttulo mismo que haba elegido para su lib ro. Se haca evidente que su autor segua el camino del egosmo y del deseo, y estaba perdido en el desierto de la ignorancia e insensatez. Me parece que haba olvidado la conocida tradicin que dice: "El conocimiento es todo lo cognoscible; y la fue rza y poder, es toda la creacin". No obstante, enviamos a buscar el libro y lo tu vimos durante algunos das. Nos remitimos a l probablemente dos veces. La segunda v ez dimos por casualidad con la historia del "Mi'rj"71 de Muammad, de Quien se dijo : "A no ser por Ti, no hubiera creado las esferas". Notamos que haba enumerado un as veinte ciencias o ms, cuyo conocimiento l consideraba esencial para la comprens in del misterio del "Mi'rj". De su exposicin inferimos que a menos que un hombre fu ese profundamente versado en todas ellas, nunca lograra comprender adecuadamente este trascendente y exaltado tema. Entre las ciencias especificadas estaba la ci encia de las abstracciones metafsicas, de la alquimia y de la magia natural. Esto s estudios vanos y descartados son para este hombre requisitos previos para la c

omprensin de los sagrados y eternos misterios del Conocimiento divino. Alabado sea Dios! Tal es su grado de comprensin; y, sin embargo, qu objeciones y cal umnias ha lanzado contra esas Personificaciones del infinito conocimiento de Dio s! Qu cierto es el dicho: "Lanzas tus calumnias al rostro de Aquellos a Quienes el Dios nico y verdadero ha hecho Custodios de los tesoros de Su sptima esfera?" Nin gn corazn ni mente comprensiva, ninguno de entre los sabios y eruditos ha hecho ca so de esas absurdas afirmaciones. Y, sin embargo, qu claro y evidente es para tod o corazn perspicaz que ese supuesto conocimiento es, y siempre ha sido, rechazado por Aquel Que es el Dios nico y verdadero. Cmo se puede considerar que el conocimi ento de semejantes ciencias, tan despreciables a los ojos de los que son verdade ramente sabios, sea esencial para la comprensin de los misterios del "Mi'rj", cuan do el propio Seor del "Mi'rj" jams fue abrumado por la carga de una sola letra de e sas limitadas y oscuras ciencias, ni ha empaado Su radiante corazn con ninguna de esas fantsticas imaginaciones? Qu cierto es lo que l ha dicho: "Todo saber humano v a montado en un asno cojo, mientras que la Verdad cruza veloz por el espacio, ca balgando sobre el viento". Por la rectitud de Dios! Quienquiera que desee penetra r el misterio de este "Mi'rj" y anhele una gota de este ocano, si el espejo de su corazn ya estuviese oscurecido por el polvo de esas ciencias, deber necesariamente limpiarlo y purificarlo antes que la luz de este misterio pueda reflejarse en l. En este da, aquellos que estn sumergidos en el ocano del antiguo Conocimiento y hab itan en el arca de la sabidura divina, prohben a los hombres esos estudios intiles. Gracias a Dios, sus luminosos corazones estn santificados de toda huella de tale s conocimientos y exaltados por encima de esos pesados velos. Hemos consumido ste , el ms denso de todos los velos, con el fuego del amor del Amado; velo a que se refiere el dicho: "De todos los velos, el ms pesado es el velo del conocimiento". Sobre sus cenizas hemos erigido el tabernculo del conocimiento divino. Gracias a Dios, hemos quemado los "velos de la gloria" con el fuego de la belleza del Bie namado. Hemos desterrado del corazn humano todo excepto Aquel Que es el Deseo del mundo, y en ello nos gloriamos. No Nos aferramos a ningn conocimiento ms que a Su conocimiento, y no ponemos nuestro corazn en nada que no sea las resplandeciente s glorias de Su luz. Nos sorprendimos inmensamente cuando observamos que su nico propsito era dar a ent ender a la gente que l posea todos esos conocimientos. Y, sin embargo, juro por Di os que a su alma no ha llegado ni un soplo de la brisa que proviene de los prado s del conocimiento divino, ni ha desentraado un solo misterio de la antigua sabid ura. Es ms, si alguna vez se le explicara el significado del Conocimiento, su cora zn quedara consternado y todo su ser se estremecera hasta los cimientos. Sin embarg o, a pesar de sus afirmaciones despreciables y sin sentido, he aqu hasta qu punto h an llegado sus pretensiones extravagantes! Alabado sea Dios! Cun grande es Nuestro asombro al ver la manera como se ha reunido la gente alrededor de l, guardando lealtad a su persona! Contentndose con el polv o transitorio, se han vuelto esos hombres hacia l, desechando con desdn a Aquel Qu e es el Seor de los seores. Conformndose con el graznido del cuervo y enamorados de su rostro, han renunciado a la meloda del ruiseor y han desdeado el encanto de la rosa. Y qu falacias indecibles ha revelado la lectura de ese libro pretencioso! So n demasiado indignas para que pluma alguna pueda mencionarlas, y demasiado viles para prestarles atencin ni siquiera un momento. Sin embargo, si se hallara una p iedra de toque, sta de inmediato distinguira la verdad de la falsedad; la luz, de las tinieblas; el sol, de la sombra. Entre las ciencias que este hombre pretende haber profesado est la alquimia. Abri gamos la esperanza de que un rey, o bien un hombre de poder preeminente, le exho rte a que traslade esa ciencia del reino de la fantasa al dominio de la realidad, y del plano de la mera pretensin al de la realizacin efectiva. Ojal que este humil de e iletrado Siervo que nunca ha pretendido conocer tales ciencias ni, menos an, las ha tenido por criterio del conocimiento verdadero, pueda emprender la misma tarea para que, de ese modo, se conozca la verdad y se la distinga de la falsed ad. Pero de qu servira? Todo lo que esta generacin Nos pudo ofrecer fueron las herid as causadas por sus lanzas, y a Nuestros labios no acercaron sino el cliz de su v eneno. En Nuestra cerviz an llevamos la cicatriz de las cadenas, y en Nuestro cue rpo han quedado las pruebas de una crueldad inexorable.

Y en cuanto a los conocimientos de ese hombre, su ignorancia, comprensin y fe, he aqu lo que ha revelado el Libro que abarca todas las cosas: "En verdad, el rbol d e Zaqqm72 ser el alimento de Athm".73 Siguen luego algunos versculos, hasta que l dic e: "Prubalo, pues de veras t eres el poderoso Karm!"74 Considera cun clara y explcitam nte se le ha descrito en el Libro incorruptible de Dios! Adems, ese hombre, fingi endo humildad, se refiere a s mismo en su libro como el "siervo athm": "Athm" en el Libro de Dios, poderoso entre el vulgo, "Karm" de nombre! Medita el sagrado versculo para que en la tabla de tu corazn se grabe el significa do de las palabras: "No hay cosa, verde o seca, que no conste en el Libro infali ble".75 No obstante, hay una multitud que le guarda lealtad. Han rechazado ellos al Moiss del conocimiento y justicia, aferrndose al Smir76 de la ignorancia. Han ap artado su vista del Sol de la verdad, que brilla en el cielo divino y sempiterno , y han cerrado totalmente los ojos a su esplendor. Oh mi hermano! Una Mina divina slo puede producir joyas de conocimiento divino, y la fragancia de la Flor mstica slo puede percibirse en el Jardn ideal, y las lilas de antigua sabidura no florecen ms que en la ciudad de un corazn inmaculado. "En su elo frtil salen sus plantas abundantemente con el permiso de su Seor, y en el suel o que es malo, salen escasas".77 Puesto que se ha demostrado claramente que slo quienes se han iniciado en los mis terios divinos pueden comprender las melodas entonadas por el Ave del Cielo, incu mbe por tanto a cada cual buscar ilustracin en los iluminados de corazn y en los T esoros de los misterios divinos en lo referente a las complejidades de la Fe de Dios y las alusiones abstrusas que hay en las palabras de las Auroras de la Sant idad. As se aclararn estos misterios, no con la ayuda del conocimiento adquirido s ino, nicamente, mediante la asistencia de Dios y las efusiones de Su gracia. "Pre guntad, pues, a quienes tienen la custodia de las Escrituras, si no lo supierais ".78 Mas, oh mi hermano, cuando un buscador verdadero decide dar el paso de la bsqueda por el camino que lleva al conocimiento del Antiguo de los Das, debe, antes que nada, limpiar y purificar su corazn, que es la sede de la revelacin de los misteri os interiores de Dios, del polvo ofuscador de todo conocimiento adquirido y de l as insinuaciones de las personificaciones de la fantasa satnica. Debe purgar su pe cho, que es el santuario del amor perdurable del Amado, de toda contaminacin, y s antificar su alma de todo lo que pertenece al agua y la arcilla y de todo apego vago y efmero. Debe limpiar su corazn tanto, que no quede en l ningn vestigio de amo r ni odio, no sea que ese amor le incline ciegamente al error o ese odio le alej e de la verdad. As puedes ver, en este da, cmo la mayora de la gente, a causa de tal amor y odio, est privada de la Faz inmortal, se ha apartado lejos de las Personi ficaciones de los misterios divinos y vaga sin pastor por los desiertos del olvi do y del error. Ese buscador debe en todo momento poner su confianza en Dios, de be renunciar a las gentes de la tierra, desprenderse del mundo del polvo y aferr arse a Aquel Que es el Seor de los seores. No debe nunca tratar de enaltecerse por encima de nadie, debe borrar de la tabla de su corazn toda huella de orgullo y v anagloria, debe asirse a la paciencia y resignacin, guardar silencio y abstenerse de la conversacin ociosa. Pues la lengua es fuego latente, y el exceso de palabr as un veneno mortal. El fuego material consume el cuerpo, mientras que el fuego de la lengua devora tanto el corazn como el alma. La fuerza de aqul dura slo un tie mpo, en tanto que los efectos de ste persisten un siglo. Ese buscador tambin debiera considerar la murmuracin como grave error y mantenerse alejado de su dominio, por cuanto la murmuracin apaga la luz del corazn y extingu e la vida del alma. Debiera conformarse con poco y liberarse de todo deseo desme surado. Debiera apreciar la compaa de quienes han renunciado al mundo y considerar que rehuir a la gente jactanciosa y mundana es un gran beneficio. Al amanecer d e cada da debiera comulgar con Dios y perseverar con toda su alma en la bsqueda de su Amado. Debiera consumir todo pensamiento descarriado con la llama de Su amor osa mencin y, con la rapidez del relmpago, pasar por encima de todo lo que no sea l . Debiera socorrer al desposedo y nunca rehusar su favor al menesteroso. Debiera ser bondadoso con los animales, y ms an con su semejante, que est dotado del poder del habla. No debiera vacilar en sacrificar su vida por su Amado, ni permitir qu e la desaprobacin de los hombres le aparte de la Verdad. No debiera desear a otro

s lo que no desea para s mismo, ni prometer lo que no ha de cumplir. Con todo su corazn debiera el buscador evitar la compaa de malhechores y orar por la remisin de sus pecados. Debiera perdonar al pecaminoso y jams despreciar su baja condicin, pu es nadie sabe cul ser su propio fin. Cuntas veces un pecador, en la hora de su muert e, ha llegado a la esencia de la fe y, tomando la bebida inmortal, ha alzado el vuelo hacia el Concurso celestial! Y cuntas veces un creyente piadoso ha cambiado tanto en el momento de la ascensin de su alma, que ha cado en el fuego infernal! E s Nuestro propsito, al revelar estas convincentes e importantes palabras, inculca r en el buscador que debe considerar todo, excepto a Dios, como transitorio, y d ebe valorar todo lo que no sea l, Quien es el Objeto de toda adoracin, como la nad a absoluta. stos son algunos de los atributos de los exaltados, y constituyen el sello distin tivo de quienes estn dotados de espiritualidad. Ya se los ha mencionado a propsito de los requisitos para los caminantes que hollan el Sendero del Conocimiento Po sitivo. Cuando el caminante desprendido y buscador sincero ha cumplido con estas condiciones esenciales, entonces, y slo entonces, puede llamrsele buscador verdad ero. Cuando quiera que haya cumplido las condiciones implcitas en el versculo "Qui en se esfuerce por Nosotros",79 disfrutar de las bendiciones conferidas por las p alabras "De seguro le guiaremos por Nuestros caminos".80 Slo cuando la lmpara de la bsqueda, del esfuerzo ardiente, del deseo anhelante, de la devocin apasionada, del amor fervoroso, del arrobamiento y del xtasis se haya e ncendido en el corazn del buscador y sople en su alma la brisa de Su amorosa bond ad, ser disipada la oscuridad del error, ser dispersada la bruma de las dudas y lo s recelos y su ser ser envuelto por la luz del conocimiento y de la certeza. En e se momento, el Heraldo Mstico, portador de las felices nuevas del Espritu, aparece r resplandeciente como la maana desde la Ciudad de Dios y, mediante el son de la t rompeta del conocimiento, despertar del sopor de la negligencia al corazn, al alma y al espritu. Entonces los mltiples favores y la efusin de gracia del santo y eter no Espritu conferirn al buscador una nueva vida tal, que se hallar dotado de vista nueva, odo nuevo, corazn nuevo y mente nueva. Contemplar las manifiestas seales del universo y penetrar los misterios ocultos del alma. Mirando con el ojo de Dios, p ercibir dentro de cada tomo una puerta que le conducir a las posiciones de la certe za absoluta. En todas las cosas descubrir los misterios de la Revelacin divina y l as pruebas de una manifestacin perdurable. Juro por Dios que si aquel que holla el sendero de la gua y busca escalar alturas de la rectitud llegara a esta gloriosa y suprema posicin, aspirara la fragancia d e Dios a una distancia de mil leguas y percibira la resplandeciente maana de una G ua divina apareciendo en el amanecer de todas las cosas. Cada cosa, por pequea que fuera, sera para l una revelacin que le llevara donde su Amado, el Objeto de su bsqu eda. Sera tan grande el discernimiento de ese buscador, que distinguira entre verd ad y falsedad como distingue el sol de la sombra. Si se esparcieran en los rinco nes ms remotos del Oriente los fragantes perfumes de Dios, l de seguro los reconoc era y aspirara su fragancia aunque habitara en los ltimos confines del Occidente. A simismo distinguira todos los signos de Dios -Sus maravillosas palabras, Sus gran des obras y poderosos hechos- de las obras, las palabras y los hbitos de los homb res, al igual que el joyero separa la joya de la piedra, o el hombre que disting ue la primavera del otoo y el calor del fro. Cuando el canal del alma humana se ha ya limpiado de todo apego impeditivo y mundano, percibir indefectiblemente, a tra vs de distancias inmensurables, el hlito del Amado y, guiado por su perfume, llega r a la Ciudad de la Certeza y entrar en ella. All descubrir las maravillas de Su ant igua sabidura y percibir todas las enseanzas ocultas en el susurro de las hojas del rbol que florece en esa Ciudad. Escuchar, con su odo externo e interno, los himnos de alabanza y gloria que de su polvo ascienden hacia el Seor de los seores, y des cubrir con su vista interior los misterios de la "vuelta" y el "renacimiento". Cun inefablemente gloriosos son los signos, las seales, las revelaciones y los esplen dores que ha destinado para esa ciudad Aquel Que es el Rey de los nombres y atri butos! La llegada a esa Ciudad apaga la sed sin agua y enciende el amor de Dios sin fuego. Dentro de cada tallo de hierba se atesoran los misterios de una sabid ura inescrutable y, en cada rosal, una mirada de ruiseores gorjean sus melodas con v enturoso encantamiento. Sus maravillosos tulipanes revelan el misterio de la Zar

za ardiente y sus aromas fragantes de santidad exhalan el perfume del Espritu mes inico. Otorga riquezas sin oro y confiere inmortalidad sin muerte. En cada hoja s e atesoran inefables delicias, y en cada aposento yacen ocultos innumerables mis terios. Aquellos que valientemente se afanan en la bsqueda de la voluntad de Dios, una ve z que hayan renunciado a todo salvo a l, estarn de tal manera ligados y aferrados a esa Ciudad que una momentnea separacin de ella les ser inconcebible. Escucharn pru ebas infalibles del Jacinto de esa asamblea, y percibirn los ms seguros testimonio s en la belleza de su Rosa y la meloda de su Ruiseor. Una vez alrededor de cada mi l aos ser esta Ciudad renovada y adornada nuevamente. Por tanto, oh mi amigo, nos incumbe hacer el mximo esfuerzo por alcanzar esa Ciud ad y desgarrar, por la gracia de Dios y Su amorosa bondad, los "velos de la glor ia", para que, con resolucin inflexible, sacrifiquemos en el camino del Nuevo Ama do nuestras almas languidecidas. Deberamos, con lgrimas en los ojos, implorarle fe rviente y repetidamente que bondadosamente nos concediese semejante gracia. Aque lla Ciudad no es otra que la Palabra de Dios, revelada en cada poca y dispensacin. En los das de Moiss fue el Pentateuco; en los das de Jess, el Evangelio; en los das de Muammad, el Mensajero de Dios, el Qur'n; en este da es el Bayn; y en la dispensac in de Aquel a Quien Dios ha de manifestar Su propio Libro, Libro al que necesaria mente han de referirse todos los Libros de Dispensaciones anteriores, Libro que entre todos sobresale, trascendente y supremo. En estas Ciudades se ha provisto sustento espiritual abundante y han sido dispuestos deleites incorruptibles. El alimento que dispensan es el pan del cielo, y el Espritu que comunican es la inag otable bendicin de Dios. Confieren a las almas desprendidas el don de la Unidad, enriquecen a los desamparados y brindan el cliz del conocimiento a quienes vagan por el desierto de la ignorancia. Toda la gua, las bendiciones, el conocimiento, comprensin, fe y certeza conferidas a cuanto hay en el cielo y la tierra estn ocul tas y se atesoran en esas Ciudades. Por ejemplo, el Qur'n fue para el pueblo de Muam-mad una fortaleza inexpugnable. E n Sus das, quienquiera que en ella entraba, estaba protegido de los diablicos ataq ues, los amenazadores dardos, las dudas que devoran el alma, y las blasfemantes insinuaciones del enemigo. Le era conferida tambin una parte de los buenos y perd urables frutos, que son los frutos de la sabidura que da el rbol divino. Se le per mita beber de las incorruptibles aguas del ro del conocimiento y probar el vino de los misterios de la Unidad divina. Todo lo que necesitaba aquel pueblo con respecto a la Revelacin de Muammad y Sus l eyes se hallaba revelado y manifiesto en ese Rivn de gloria resplandeciente. Ese L ibro constituye un testimonio perdurable para su pueblo despus de Muammad, por cua nto sus decretos son indiscutibles y su promesa indefectible. A todos les fue or denado seguir los preceptos de ese Libro hasta "el ao sesenta",81 ao del advenimie nto de la maravillosa Manifestacin de Dios. se es el Libro que indefectiblemente g ua al buscador hacia el Rivn de la Presencia divina, y hace que quien ha dejado su pas y holla el sendero del buscador, entre en el Tabernculo de reunin sempiterna. S u gua no puede errar jams; su testimonio no puede superarlo ningn otro testimonio. Todas las dems tradiciones, todos los dems libros y relaciones estn privados de tal distincin, por cuanto slo el texto de ese libro confirma y prueba las tradiciones y a quienes las han dicho. Adems, las propias tradiciones difieren enormemente y son muchas sus vaguedades. Muammad mismo, al acercarse el trmino de Su misin, dijo estas palabras: "En verdad, os dejo Mis importantes testimonios gemelos: el Libro de Dios y Mi Familia". Au nque haban sido reveladas tradiciones por esa Fuente de la Profeca y Mina de la Gua Divina, l solo mencion ese Libro, designndolo as como el ms poderoso instrumento y ms seguro testimonio para los buscadores; una gua para los hombres hasta el Da de la Resurreccin. Con mirada firme, con el corazn puro y el espritu santificado, examina atentamente lo que Dios ha establecido en Su Libro como el testimonio de gua para Su pueblo, Libro reconocido como autntico por elevados y humildes. Ambos debemos adherirnos a este testimonio, al igual que todos los pueblos del mundo, para que con su lu z podamos reconocer y distinguir entre verdad y falsedad, gua y error. Ya que Muam mad ha limitado Sus testimonios a Su Libro y Su familia, y puesto que sta ha desa

parecido, slo queda Su Libro como nico testimonio Suyo entre los hombres. Al comienzo de Su Libro dice: "Alif, Lm, Mm. No hay duda acerca de este Libro; es una gua para los que son temerosos de Dios".82 En las letras inconexas del Qur'n e stn guardados los misterios de la Esencia divina, y en sus conchas se atesoran la s perlas de Su Unidad. Por falta de espacio no Nos extenderemos sobre ellas en e ste momento. Exteriormente designan al propio Muammad, a Quien Dios se dirige, di ciendo: "Oh Muammad, no hay duda ni incertidumbre acerca de este Libro que ha sid o enviado desde el cielo de la Unidad divina. Hay en l gua para quienes temen a Di os". Considera que l ha designado y decretado ese mismo Libro, el Qur'n, como gua p ara todos los que estn en el cielo y en la tierra. Aquel Que es el Ser divino y E sencia oculta, atestigua l mismo que ese Libro es, ms all de toda duda e incertidum bre, la gua de toda la humanidad hasta el Da de la Resurreccin. Ahora preguntamos: E s justo que este pueblo mire con dudas y recelos a ste el ms decisivo Testimonio, cuyo origen divino ha proclamado Dios, declarndolo la personificacin de la verdad? Es justo que se aparten de lo que l ha designado como el supremo Instrumento de g ua para llegar a las ms altas cimas del conocimiento, buscando otra cosa que no se a ese Libro? Cmo pueden dejar que las absurdas y torpes palabras de los hombres si embren en sus mentes las semillas de la desconfianza? Cmo pueden seguir vanamente discutiendo que cierta persona ha dicho tal o cual cosa, o que cierta cosa no se produjo? Si hubiera habido algo inconcebible, adems del Libro de Dios, que fuese un instrumento ms poderoso y una gua ms segura para la humanidad, no la habra revela do l en ese versculo? Nos incumbe no desviarnos del irresistible mandato y fijo decreto de Dios, como est revelado en el versculo mencionado anteriormente. Debiramos reconocer las sagra das y maravillosas Escrituras, pues al no hacerlo no reconoceramos la verdad de e se versculo bendito. Ya que, evidentemente, todo aquel que no ha reconocido la ve rdad del Qur'n, en realidad ha dejado de reconocer la verdad de las Escrituras qu e le preceden. Esto es lo que implica manifiestamente este versculo. Si expusisemos sus significados anteriores y revelsemos sus misterios ocultos, la eternidad no bastara para agotar su alcance, ni sera el universo capaz de escucharlos! Dios, cie rtamente, atestigua la verdad de Nuestras palabras! Dice, asimismo, en otro pasaje: "Y si estis en duda de lo que enviamos a Nuestro Siervo, traed un Srih como ste, e invocad a vuestros testigos, aparte de Dios, si sois veraces".83 Mira cun elevada es la posicin y cun completa la virtud de estos v ersculos, que l ha declarado como Su testimonio ms seguro, Su prueba infalible, la demostracin de Su poder que todo lo domina, y la revelacin de la potencia de Su vo luntad. l, el Rey divino, ha proclamado la supremaca indiscutible de los versculos de Su Libro por encima de todas las cosas que dan testimonio de Su verdad. Pues, en comparacin con todas las dems pruebas y seales, los versculos divinamente revela dos brillan como el sol, en tanto que sas son como estrellas. Para los pueblos de l mundo estos versculos son el testimonio perdurable, la prueba incontrovertible, la brillante luz del Rey ideal. Es sin igual su excelencia y nada puede aventaj ar su virtud. Son el tesoro de las perlas divinas y el depsito de los divinos mis terios. Constituyen el Vnculo indisoluble, la firme Cuerda, el 'Urvatu'l-Vuthq, la Luz inextinguible. A travs de ellos corre el ro del conocimiento divino y arde el fuego de Su antigua y consumada sabidura. ste es el fuego que, a un mismo tiempo, enciende la llama del amor en el pecho de los fieles y provoca en el corazn del enemigo el fro de la negligencia. Oh amigo! Nos incumbe no dejar de lado el mandato de Dios, sino ms bien conformarn os y someternos a lo que l ha ordenado como Su Testimonio divino. Este versculo es una declaracin demasiado importante y llena de significado como para que esta al ma afligida pueda demostrarla y explicarla. Dios dice la verdad y gua por el cami no. l, en verdad, es supremo sobre todo Su pueblo; l es el Poderoso, el Benfico. Asimismo dice: "stos son los versculos de Dios que Te recitamos con la verdad. Per o en qu revelacin creern, si rechazan a Dios y Sus versculos?"84 Si comprendieras el sentido de este versculo, reconoceras la verdad de que jams se ha revelado manifest acin ms grande que los Profetas de Dios y que ningn testimonio ms poderoso que el te stimonio de sus versculos ha aparecido en la Tierra. Es ms, este testimonio no es superado por ningn otro testimonio, excepto lo que sea voluntad del Seor, tu Dios. En otro pasaje dice: "Ay de todo mentiroso pecador que escucha los versculos de Di

os que le recitan y luego persiste ensoberbecido como si no los hubiese escuchad o! Advirtele, pues, de un castigo doloroso".85 Los alcances de este solo versculo bastaran a todos los que estn en el cielo y en la tierra, si meditasen los hombres los versculos de su Seor. Por cuanto puedes or en este da que la gente pasa por alt o desdeosamente los versculos divinamente revelados, como si fueran la ms desprecia ble de todas las cosas. Y, sin embargo, nunca ha aparecido, ni se manifestar jams e n el mundo, algo ms grande que estos versculos! Diles: "Oh desatentos! Repets lo que en una poca pasada dijeron vuestros padres. Los mismos frutos que ellos cosechar on en el rbol de su incredulidad, los cosecharis vosotros tambin. Dentro de poco se ris emplazados junto a vuestros padres y con ellos habitaris en el fuego infernal. Psima morada la del pueblo de la tirana!" Y en otro pasaje dice: "Y cuando conoce alguno de Nuestros versculos, se mofa de l . Hay para ellos un castigo afrentoso!"86 La gente, burlndose, deca: "Haz otro milag ro y danos otra prueba!" Deca alguno: "Haz, pues, caer sobre nosotros un pedazo d el cielo";87 y otro: "Si sta es la verdad que viene de ti, haz llover sobre nosot ros piedras del cielo".88 As como el pueblo de Israel en el tiempo de Moiss troc el pan del cielo por las inmundicias de la tierra, estos hombres, igualmente, han tratado de cambiar los versculos divinamente revelados por sus deseos ociosos, im puros y despreciables. Del mismo modo puedes ver que, en este da, a pesar de que ha descendido el sustento espiritual del cielo de la misericordia divina vertindo se de las nubes de Su amorosa bondad, y que, por mandato del Seor de toda la exis tencia, se agitan los mares de la vida en el Rivn del corazn, no obstante, estos ho mbres, voraces como canes, se han apiado en torno a la carroa, y se han conformado con las aguas estancadas de un lago salobre. Alabado sea Dios! Qu manera ms extraa l a de esa gente! Claman por gua, cuando se han enarbolado ya los estandartes de Aq uel Que gua todas las cosas. Se aferran a las oscuras complejidades del conocimie nto, en tanto que l, Quien es el objeto de todo conocimiento, brilla como el sol. Ven el sol con sus propios ojos, y sin embargo ponen en duda que ese Astro resp landeciente sea la prueba de su luz. Ven caer sobre ellos las lluvias primaveral es, y sin embargo piden demostracin de tal generosidad. La prueba del sol es su l uz, que brilla envolvindolo todo. La demostracin de la lluvia es su generosidad, q ue renueva al mundo y lo reviste con el manto de la vida. Ciertamente, el ciego no puede percibir del sol otra cosa que su calor, y la tierra rida no recibe part e de las lluvias de la misericordia. "No os maravillis si el descredo no percibe e n el Qur'n ms que el trazo de las letras, pues en el sol el ciego no encuentra ms q ue el calor". En otro pasaje dice: "Y cuando se les recitan Nuestros claros versculos, su nico a rgumento es decir: 'Traednos a nuestros padres, si decs la verdad!'"89 Mira qu absur das pruebas piden a estas Personificaciones de una misericordia que todo lo abar ca! Se burlaban de esos versculos, de los cuales una sola letra es mayor que la c reacin de los cielos y la tierra, y que vivifican a los muertos del valle del egos mo y el deseo con el espritu de la fe; y clamaban diciendo: "Haz salir a nuestros padres de los sepulcros." Tal era la contumacia y soberbia de ese pueblo. Cada uno de estos versculos es, para todos los pueblos del mundo, testimonio infalible y gloriosa prueba de Su verdad. Cada uno de ellos por s solo basta para toda la humanidad, si meditases sobre los versculos de Dios! En el mismo versculo antes men cionado yacen ocultas perlas de misterios. Cualquiera que sea la dolencia, el ca uterio que ofrece no puede fallar. No hagas caso de la vana aseveracin de quienes afirman que el Libro y sus versculo s nunca podrn ser testimonio para la gente comn, ya que sta no entiende su signific ado ni puede apreciar su valor. Pues, con todo, el testimonio infalible de Dios para el Oriente y el Occidente no es otro que el Qur'n. Si estuviera ms all de la c omprensin de la gente, cmo podra habrsele declarado testimonio universal para todos l os hombres? Si su aseveracin fuese cierta, a nadie se le pedira conocer a Dios, ni sera necesario que lo hiciese, por cuanto el conocimiento del Ser divino trascie nde el conocimiento de Su Libro, y la gente comn no tendra capacidad para comprend erlo. Semejante aseveracin es del todo falaz e inadmisible. Est animada solamente por la arrogancia y la soberbia. Su motivo es desviar a la gente del Rivn de la complace ncia divina y estrechar las riendas de la autoridad sobre el pueblo. Y, sin emba

rgo, a la vista de Dios, esa gente comn es infinitamente superior y exaltada por encima de sus guas religiosos que se han apartado del Dios nico y verdadero. La co mprensin de Sus palabras y la percepcin de la meloda de las Aves del Cielo de ningn modo dependen de la erudicin humana. Dependen solamente de la pureza del corazn, c astidad del alma y libertad de espritu. Esto lo prueban quienes hoy da, sin conoce r una letra de las normas establecidas del saber, ocupan las sedes ms eminentes d el conocimiento, y el jardn de sus corazones se adorna, mediante las lluvias de l a gracia divina, con las rosas de la sabidura y los tulipanes del entendimiento. B ienaventurados los sinceros de corazn por su participacin de la luz de un Da podero so! Asimismo dice: "En cuanto a quienes no creen en los versculos de Dios ni que algu na vez Le encontrarn, sos perdern toda esperanza de Mi misericordia, y a sos les esp era un castigo doloroso".90 Y tambin: "Y dicen: 'He-mos de abandonar nuestros dios es por un poeta demenciado?'"91 Lo que implica este versculo es claro. Mira lo qu e dijeron luego que fueron revelados los versculos. Le llamaron poeta, se burlaro n de los versculos de Dios y exclamaron, diciendo: "Estas palabras suyas no son s ino cuentos de los antiguos". Con esto queran decir que las palabras dichas por l os pueblos de antao, Muammad las haba recopilado llamndolas la Palabra de Dios. Asimismo, en este da, has escuchado a la gente formular cargos parecidos a esta R evelacin, diciendo: "Ha recopilado estas palabras entre las palabras de antao"; o bien: "estas palabras son ilegtimas". Vanas y altaneras son sus palabras, y bajo s u estado y posicin! Despus de las recusaciones y denuncias que pronunciaron, y a las que Nos hemos re ferido, protestaron diciendo: "De acuerdo con nuestras Escrituras, ningn Profeta independiente debe aparecer despus de Moiss y Cristo para abolir la Ley de la Reve lacin divina. Ms an, aquel que se ha de manifestar debe necesariamente cumplir la L ey". En seguida fue revelado este versculo, que da a conocer todos los temas divi nos y atestigua la verdad de que la gracia del Todomisericordioso nunca dejar de verterse: "Y vino a vosotros en otro tiempo Jos, con claras pruebas; y no dejaste is de dudar del mensaje con que vino a vosotros, hasta que, cuando muri, dijistei s: 'De ningn modo har Dios aparecer a un Mensajero despus de l'. As extrava Dios a qui en es transgresor y duda".92 Por tanto, procura entender por este versculo y sabe r con certeza que los hombres de cada poca, aferrndose a un versculo del Libro, han pronunciado tan vanas y absurdas palabras, afirmando que nunca ms se manifestara en el mundo otro Profeta. As, los sacerdotes cristianos, afirmndose en el versculo del Evangelio a que ya Nos hemos referido, han tratado de explicar que la ley de l Evangelio nunca ser abrogada, y que no se manifestar ningn otro Profeta independi ente, a menos que confirme la ley del Evangelio. La mayora de los hombres han sid o afectados por esta enfermedad espiritual. As ves que el pueblo del Qur'n, al igual que las gentes de antao, ha permitido que las palabras "Sello de los Profetas" velen su vista. Y, sin embargo, ellos mismo s atestiguan este versculo: "Nadie sabe su interpretacin sino Dios y quienes son v ersados en el saber".93 Y cuando Aquel Que es versado en todo el saber, Quien es su Madre, su Alma, su Secreto y su Esencia, revela lo que es contrario en el me nor grado a sus deseos, se Le oponen tenazmente y descaradamente Le niegan. Esto ya lo has escuchado y lo has visto. Semejantes actos y palabras han sido instig ados nicamente por los jefes religiosos, quienes no adoran a ningn Dios sino a su deseo y no guardan lealtad ms que al oro, quienes han sido envueltos por los dens os velos del conocimiento y, enredados en sus complejidades, se han perdido en l os desiertos del error. As lo ha declarado explcitamente el Seor de todos los seres : "Qu crees? Aquel que de sus pasiones ha hecho un Dios, y a quien Dios hace errar por el conocimiento, y cuyos odos y corazn l sell, y sobre cuya vista puso l su velo , quin le guiar, despus que Dios le ha rechazado? Es que no haris caso de la advertenc ia?"94 Aunque el significado aparente de "A quien Dios hace errar por el conocimiento" es lo que se ha revelado, para Nosotros indica aquellos sacerdotes de la poca que se han apartado de la Belleza de Dios y que, aferrndose a su erudicin, forjada po r sus propias fantasas y deseos, han denunciado el divino Mensaje de Dios y Su Re velacin. "Di: Es un Mensaje importante, del cual os apartis!"95 Asimismo, dice: "Y cuando se les recitan Nuestros claros versculos, dicen: 'ste no es sino un hombre

que quiere desviaros de lo que vuestros padres adoraron'. Y dicen: 'Esto no es s ino mentira inventada'".96 Presta odo a la santa Voz de Dios y escucha Su dulce e inmortal meloda. Mira cmo l h a amonestado solemnemente a quienes han desechado los versculos de Dios, y ha des conocido a aquellos que niegan Sus santas palabras. Considera cunto se ha alejado la gente del Kawthar de la Presencia divina, y cun grave ha sido el descreimient o y la arrogancia de los espiritualmente pobres ante aquella santificada Belleza . Aunque esa Esencia de amorosa bondad y munificencia hizo entrar a esos seres e fmeros en el reino de la inmortalidad, y gui a esas pobres almas hacia el sagrado ro de la riqueza, con todo algunos Le denunciaron como "uno que calumnia a Dios, el Seor de todas las criaturas", otros Le acusaron de ser "aquel que aparta a los hombres del sendero de la fe y verdadera creencia", incluso otros Le declararon "un luntico" y cosas parecidas. Asimismo, en este da puedes observar qu vilezas han imputado a esa Joya de inmorta lidad, y qu transgresiones indecibles han acumulado sobre Aquel Que es la Fuente de la pureza. Aunque Dios en todo Su Libro ha amonestado a quienes niegan y rech azan los versculos revelados y ha anunciado su gracia para quienes los aceptan, he aqu los innumerables reparos que han puesto a los versculos que les han sido envi ados desde el nuevo cielo de la eterna santidad de Dios! Y esto a pesar de que n ingn ojo ha visto tan gran efusin de generosidad, ni odo alguno ha escuchado sobre semejante revelacin de amorosa bondad. Tal generosidad y revelacin se manifestaron , que los versculos revelados parecan lluvias primaverales vertindose de las nubes de la misericordia del Todomunfico. Cada uno de los Profetas "dotados de constanc ia", cuya majestad y gloria brillan como el sol, fueron honrados con un Libro qu e todos han visto y cuyos versculos han sido debidamente fijados. En tanto que lo s versculos que se han vertido de esta Nube de misericordia divina son tan abunda ntes que hasta ahora nadie ha podido estimar su nmero. Hay ahora disponibles una veintena de volmenes. Cun-tos estn an fuera de nuestro alcance! Cuntos han sido robado y han cado en las manos del enemigo, sin que nadie sepa la suerte que han corrid o! Oh hermano: debiramos abrir nuestros ojos, meditar Su Palabra y buscar la sombra protectora de las Manifestaciones de Dios, para que quizs seamos prevenidos por l os consejos inequvocos del Libro, y pongamos atencin a las advertencias escritas e n las Tablas sagradas, para que no pongamos reparos al Revelador de los versculos , para que nos sometamos totalmente a Su Causa y abracemos Su ley de todo corazn, para que quizs entremos en la corte de Su misericordia y habitemos en la ribera de Su gracia. l, en verdad, es misericordioso y perdonador para con Sus siervos. Y, asimismo, dice: "Oh pueblo del Libro! Acaso no nos repudiis slo porque creemos en Dios y en lo que l nos ha enviado, y en lo que l envi en otro tiempo, y porque los ms de vosotros sois malhechores?"97 Qu explcitamente revela Nuestro propsito este ve rsculo, y qu claro demuestra la verdad del testimonio de los versculos de Dios! Est e versculo fue revelado en un tiempo en que el Islm era asediado por los infieles y sus seguidores acusados de herejes, cuando los Compaeros de Muammad eran denunci ados como repudiadores de Dios y seguidores de un brujo mentiroso. En sus primer os tiempos, cuando el Islm an estaba aparentemente desprovisto de autoridad y pode r, los amigos del Profeta, quienes haban vuelto el rostro hacia Dios, dondequiera que fuesen eran acosados, perseguidos, apedreados y envilecidos. En semejantes mo-mentos fue enviado este versculo desde el cielo de la Revelacin divina. Revel un a prueba irrefutable y trajo la luz de una gua infalible. Mand a los compaeros de M uammad declarar a los infieles e idlatras: "Nos agobiis persiguindonos; y, sin embar go, qu hemos hecho salvo creer en Dios y en los versculos que se nos han enviado a travs de la lengua de Muammad, y en los que descendieron a los Profetas de antao?" Esto quiere decir que su nica culpa era haber admitido que los nuevos y maravillo sos versculos de Dios que haban descendido a Muammad, as como los que haban sido reve lados a los Profetas de antao, eran todos de Dios, y haber reconocido y abrazado su verdad. ste es el testimonio que el divino Rey ha enseado a Sus siervos. En vista de esto, es justo que esos hombres rechacen estos versculos recientemente revelados que han abarcado a Oriente y Occidente, y se consideren los defensore s de la verdadera fe? No deberan ms bien creer en Aquel Que ha revelado estos verscu los? En razn del testimonio que l mismo ha demostrado, cmo no habra considerado verda

deros creyentes a quienes han atestiguado su verdad? No permita Dios alejar de la s puertas de Su misericordia a quienes se han vuelto hacia los versculos divinos y aceptado su verdad, ni amenazar a quienes se han adherido a Su seguro testimon io! l, en verdad, demuestra la verdad mediante Sus versculos, y confirma Su Revela cin por Sus palabras. l es, en verdad, el Fuerte, el Que ayuda en el peligro, el T odopoderoso. Y, asimismo, dice: "Y si Te hubisemos enviado un Libro escrito en pergamino, y lo hubiesen tocado con sus manos, seguramente habran dicho los infieles: 'Esto no e s ms que brujera palpable'".98 La mayora de los versculos del Qur'n sealan este tema. En aras de la brevedad hemos mencionado slo estos versculos. Ahora bien, considera : en todo el Libro, fuera de los versculos, se ha establecido algn otro criterio pa ra reconocer a las Manifestaciones de Su Belleza, de modo que los hombres se adh ieran a ella, rechazando a las Manifestaciones de Dios? Al contrario, en todos l os casos l ha amenazado con el fuego a quienes rechazan los versculos burlndose de ellos, como ya se ha demostrado. Por tanto, si apareciese una persona aduciendo una mirada de versculos, disertacio nes, epstolas y oraciones sin que las hubiese aprendido estudiando, qu razonable ex cusa podran aducir quienes los rechazan, privndose de la potencia de su gracia? Qu r espuesta podrn dar cuando sus almas hayan ascendido, abandonando su sombro templo? Podran tratar de justificarse diciendo: "Nos hemos aferrado a cierta tradicin y, a l no ver su cumplimiento literal, hemos puesto semejantes reparos a las Personif icaciones de la Revelacin divina, apartndonos de la ley de Dios"? No has odo que ent re las razones por las que a algunos Profetas se les ha designado Profetas "dota dos de constancia" est la revelacin de un Libro a ellos? Y, sin embargo, podra esta gente tener motivo para rechazar al Revelador y Autor de tantos volmenes de verscu los, atenindose a las palabras de quien neciamente ha sembrado las semillas de la duda en el corazn de los hombres, y quien, a modo de Satans, se ha levantado para llevar al pueblo hacia los caminos de la perdicin y el error? Cmo pudieron permiti r que cosas semejantes les privasen de la luz del Sol de la munificencia divina? Adems de esto, si esta gente evita y rechaza a semejante Alma divina y santo Hlit o, a quin, Nos preguntamos, podran aferrarse; hacia qu faz podran volverse, salvo Su faz? Ciertamente: "Todos tienen un punto en los Cielos hacia donde se vuelven".9 9 Te hemos mostrado estos dos caminos; toma el camino que desees. Esto es, ciert amente, la verdad, y tras la verdad no queda nada sino el error. Entre las pruebas que demuestran la verdad de esta Revelacin est que, en toda poca y Dispensacin, cuando quiera que se revelara la Esencia invisible en la persona d e Su Manifestacin, ciertas almas humildes y liberadas de todo apego mundano busca ran iluminacin en el Sol de la Profeca y en la Luna de la gua divina, llegando a la Presencia divina. Por esta razn, los sacerdotes de la poca y quienes posean riqueza s se burlaron desdeosamente de esos hombres. As l ha revelado refirindose a los erra dos: "Entonces dijeron los jefes de Su pueblo que no creyeron: 'En Ti no vemos ms que a un hombre como nosotros; y no vemos que Te hayan seguido sino aquellos qu e son los ms viles de nosotros, los faltos de reflexin, ni os vemos con excelencia alguna sobre nosotros; es ms, os consideramos embusteros'".100 Pusieron reparos a esas santas Manifestaciones y protestaron diciendo: "Nadie os ha seguido excep to los despreciables entre nosotros, aquellos que no merecen atencin". Su objetiv o era demostrar que nadie entre los eruditos, los ricos y los renombrados crea en ellos. Mediante sta y semejantes pruebas pretendan demostrar la falsedad de Aquel que no dice sino la verdad. Sin embargo, en esta muy resplandeciente Dispensacin y poderossima Soberana, un nmer o de sacerdotes iluminados, de hombres de erudicin consumada, de doctores de sabi dura madura, llegaron a Su Corte, bebieron el cliz de Su divina Presencia y fueron investidos con el honor de Su muy excelente favor. Renunciaron, por el amor del Bienamado, al mundo y a todo lo que hay en l. Mencionaremos los nombres de algun os de ellos, para que quizs esto fortifique a los pusilnimes e infunda valor a los tmidos. Entre ellos estaba Mull usayn, quien lleg a ser el recipiente de la refulgente glor ia del Sol de la Revelacin divina. A no ser por l, Dios no se hubiera establecido en la sede de su misericordia, ni habra ascendido al trono de gloria eterna. Entr e ellos tambin estaba Siyyid Yay, esa figura nica e incomparable en su poca;

Mull Muammad 'Aly-i-Zanjn Mull 'Aly-i-Basm Mull Sa'd-i-Brfirsh Mull Ni'matu'llh-i-Mzindarn Mull Ysuf-i-Ardibl Mull Mihdy-i-Kh' Siyyid usayn-i-Turshz Mull Mihdy-i-Kand Mull Bqir Mull 'Abdu'l-Khliq-i-Yazd Mull 'Aly-i-Baraqn y otros, cerca de cuatrocientos en total, cuyos nombres estn todos inscritos en l a "Tabla Guardada" de Dios. Todos ellos fueron guiados por la luz de ese Sol de la Revelacin divina, confesar on y reconocieron Su verdad. Tal era su fe, que la mayora de ellos renunciaron a sus bienes y familia, aferrndose a la complacencia del Todoglorioso. Dieron la vi da por su Bienamado y lo entregaron todo en Su sendero. Sus pechos fueron el bla nco de los dardos del enemigo, y sus cabezas adornaron las lanzas de los infiele s. No qued tierra que no bebiese la sangre de esas personificaciones del desprend imiento, ni espada que no hiriese su cuello. Sus actos, por s solos, atestiguan l a verdad de sus palabras. No les basta a los hombres de este da el testimonio de e stas almas santas que se levantaron para ofrendar sus vidas a su Amado tan glori osamente, que todo el mundo qued maravillado ante su sacrificio? No es testimonio suficiente contra la infidelidad de quienes, por una baratija, traicionaron su f e, y trocaron la inmortalidad por aquello que perece, quienes cedieron el Kawtha r de la Presencia divina a cambio de fuentes salobres, y cuyo nico objetivo en la vida es usurpar la propiedad ajena? As ves cmo todos ellos se han ocupado con las vanidades del mundo, apartndose de Aquel Que es el Seor, el Altsimo. Ahora s justo: Es aceptable y digno de atencin el testimonio de aquellos cuyas obra s concuerdan con sus palabras, cuyo comportamiento exterior se ajusta a su vida interior? La mente se desconcierta al ver sus obras, y el alma se maravilla ante su valor y resistencia fsica. O es aceptable el testimonio de estas almas sin fe, que no exhalan sino el aliento de sus deseos egostas, presos en la jaula de sus vanas fantasas? Al igual que los murcilagos de las tinieblas, no levantan la cabez a de su lecho salvo para ocuparse de las cosas pasajeras del mundo, y no encuent ran descanso de noche si no es empendose en promover los fines de su srdida vida. A bsortos en sus planes egostas, se olvidan del Decreto divino. De da se afanan con toda su alma por conseguir beneficios mundanos, y de noche su nica ocupacin es sat isfacer sus deseos carnales. Con qu ley o norma podran justificarse los hombres al adherirse a las recusaciones de almas tan limitadas y desconocer la fe de quiene s, por la complacencia de Dios, han renunciado a su vida y sus bienes, su fama y su renombre, su reputacin y honor? No fueron considerados los sucesos de la vida del "Prncipe de los Mrtires"101 como los ms grandes de todos los acontecimientos, como la prueba suprema de su verdad? No declar el pueblo de antao que esos sucesos no tenan precedente? No afirmaron ello s que ninguna manifestacin de la verdad haba jams demostrado tal constancia ni glor ia tan evidente? Y, sin embargo, ese episodio de su vida, como se sabe, comenz en la maana y tuvo su fin hacia la mitad del mismo da, mientras que estas luces sant as han soportado heroicamente durante dieciocho aos las aflicciones que, como agu aceros, les han llovido desde todos los lados. Con qu amor, devocin, alborozo y san to arrobamiento sacrificaron sus vidas en el sendero del Todoglorioso! Todos dan testimonio de esta verdad. Y, sin embargo, cmo pueden despreciar esta Revelacin? Ha presenciado poca alguna acontecimientos tan trascendentales? Si estos compaeros n o fuesen los que verdaderamente se afanan por llegar a Dios, a quines podra tenerse por tales? Han sido estos compaeros buscadores de poder o de gloria? Han anhelado poseer riquezas? Han abrigado deseo alguno que no sea la complacencia de Dios? Si estos compaeros, con todos sus maravillosos testimonios y prodigiosas obras, fue sen falsos, quin, entonces, podra dignamente pretender que tiene la verdad? Juro po r Dios que sus propios actos son testimonio suficiente y prueba irrefutable para todos los pueblos de la Tierra, si ponderasen los hombres en su corazn los mister

ios de la Revelacin divina! "Y aquellos que actan injustamente pronto sabrn lo que l es espera!"102 Adems, la norma de la verdad y la falsedad est indicada y designada en el Libro. D eben necesariamente probarse con esta piedra de toque divinamente sealada las dem andas y pretensiones de todos los hombres, de modo que los veraces sean conocido s y distinguidos de los impostores. Esta piedra de toque no es sino este versculo : "Anhelad la muerte, si sois veraces".103 Considera a estos mrtires de sincerida d incuestionable, cuya veracidad la testifica el texto explcito del Libro, todos los cuales, como has visto, sacrificaron su vida, sus bienes, sus esposas, sus n ios y todo cuanto tenan, y ascendieron a los ms elevados aposentos del Paraso. Est bie n rechazar el testimonio que estos seres exaltados y desprendidos dan de la verd ad de esta preeminente y gloriosa Revelacin, y considerar aceptables las denuncia s que contra esta Luz resplandeciente han hecho esos hombres incrdulos, quienes p or el oro han renegado de su fe, y por su afn de mando han rechazado a Aquel Que es el Jefe Supremo de toda la humanidad? Y esto a pesar de que su carcter les ha sido ahora revelado a todos los hombres, que les han reconocido como aquellos qu e de ningn modo renunciaran ni a una pizca, ni a un pice de su autoridad temporal a favor de la santa Fe de Dios, cuanto menos a su vida, sus bienes o cosa parecid a. Mira cmo la divina Piedra de Toque, de acuerdo con el texto explcito del Libro, ha separado y distinguido a los sinceros de los falsos. No obstante, an son inconsc ientes de esta verdad y, en el sueo de la negligencia, persiguen las vanidades de l mundo y se ocupan con pensamientos de vana autoridad terrenal. "Oh Hijo del Hombre! Muchos das han pasado sobre ti mientras te ocupabas de tus fa ntasas y ociosas imaginaciones. Hasta cundo quieres dormir en tu lecho? Alza la cab eza por sobre tu sueo, pues el Sol se ha elevado hasta su cenit, y tal vez brille sobre ti con la luz de la belleza". Ha de saberse, sin embargo, que ninguno de estos doctores y sacerdotes a que Nos hemos referido estaba investido con la categora y dignidad del mando. Pues los j efes religiosos conocidos e influyentes, que ocupan los puestos de autoridad y e jercen funciones de mando, no pueden de modo alguno jurar lealtad al Revelador d e la verdad, salvo quien sea la voluntad de tu Seor. Con excepcin de unos pocos, t al cosa nunca ha ocurrido. "Y pocos de Mis siervos son los agradecidos".104 As, e n esta Dispensacin, ninguno de los sacerdotes renombrados, en cuyas manos estaban las riendas de la autoridad sobre la gente, ha abrazado la Fe; por el contrario , se han opuesto a ella con tal animosidad y empeo, que no ha escuchado odo, ni vi sto ojo alguno cosa semejante. El Bb, el Seor, el exaltadsimo -que la vida de todos sea sacrificada por l-, ha reve lado especficamente una Epstola dirigida a los sacerdotes de cada ciudad, en la cu al ha expuesto plenamente el carcter del rechazo y repudio de cada uno de ellos. "Por lo tanto, tened cuidado, vosotros que sois hombres de discernimiento!"105 Al referirse a su oposicin se propona invalidar las objeciones que pudiera hacer el pueblo del Bayn en el da de la manifestacin del "Mustaghth",106 da de la Resurreccin l ima, afirmando que, mientras en la Dispensacin del Bayn varios sacerdotes abrazaro n la Fe, en esta ltima Revelacin ninguno de ellos ha reconocido Su pretensin. Su pr opsito era prevenir al pueblo, no fuese que -no lo permita Dios!- se aferrasen a p ensamientos tan necios y se privaran de la Belleza divina. En verdad, estos sace rdotes a que Nos hemos referido, en su mayora no tenan renombre y, por la gracia d e Dios, estaban limpios de vanidades mundanas y libres de los atavos del mando. " Tal es la generosidad de Dios; a quien quiere, l se la da". Otra prueba y demostracin de la verdad de esta Revelacin, que entre todas las dems pruebas brilla como el sol, es la constancia con que la eterna Belleza proclam la Fe de Dios. Aunque era joven y de tierna edad, y la Causa que revelaba era cont raria al deseo de todos los pueblos de la Tierra: de elevados y humildes, ricos y pobres, ensalzados y humillados, reyes y vasallos, con todo, se levant y la pro clam resueltamente. Todos saben esto y lo han escuchado. No tema a nadie; no haca c aso de las consecuencias. Podra manifestarse cosa semejante si no fuera por el pod er de una Revelacin divina y la potencia de la invencible Voluntad de Dios? Por la rectitud de Dios, si alguien guardara en su corazn Revelacin tan grande, el solo pensamiento de tal declaracin le confundira! Si se apiasen en su corazn los corazone

s de todos los hombres, aun as vacilara ante tan temible empresa. Podra lograrlo slo con el permiso de Dios, y slo si el canal de su corazn estuviese unido a la Fuent e de la gracia divina y su alma tuviese asegurado el sustento infalible del Todo poderoso. Y a qu, Nos preguntamos, atribuyen ellos tan gran osada? Le acusan de locu ra, como acusaron a los Profetas de antao? O sostienen que Su motivo no fue otro q ue la ambicin de mando y el logro de riquezas terrenales? Alabado sea Dios! En Su Libro, que l ha titulado Qayymmu'l-Asm, que es el primero, e l ms grande y poderoso de todos los libros, profetiza l Su propio martirio. All se encuentra este pasaje: "Oh t Remanente de Dios! Me he sacrificado enteramente por Ti, he soportado imprecaciones slo por amor a Ti, y no he anhelado ms que el marti rio en el sendero de Tu amor. Dios me es Testigo suficiente, el Exaltado, el Prot ector, el Antiguo de los Das!" Asimismo, en Su interpretacin de la letra "H", implora el martirio, diciendo: "Me parece haber odo una Voz que llamaba en lo ms ntimo de mi ser: 'Sacrificas lo que ms amas, en el sendero de Dios, as como usayn, la paz sea sobre l, ofreci su vida por M i causa?' Y si no fuese Yo atento a este inevitable misterio, por Aquel Que tien e mi ser entre Sus manos, si todos los reyes de la Tierra se aliasen entre s, sera n impotentes para quitarme una sola letra, cunto menos an pueden estos siervos que no son dignos de atencin alguna, y que en verdad son de los proscritos... Que to dos sepan cul es Mi grado de paciencia, de resignacin y abnegacin en el sendero de Dios". Podra afirmarse que el Revelador de tales palabras va por otro camino que no sea e l camino de Dios, y anhela otra cosa que no sea Su complacencia? En este versculo hay oculta una brisa de desprendimiento que, si soplase plenamente sobre el mun do, todos los seres renunciaran a su vida y sacrificaran su alma. Reflexiona acerc a de la infame conducta de esta generacin y atestigua su pasmosa ingratitud. Obse rva cmo han cerrado sus ojos a toda esta gloria y vilmente dan caza a esos nausea bundos cadveres, en cuyo vientre se escucha el lamento de los bienes arrebatados a los fieles. Y, sin embargo, qu indecorosas calumnias han lanzado a esas Auroras de Santidad! As te referimos lo que han obrado las manos de los infieles, quienes , en el Da de la Resurreccin, han apartado su rostro de la Presencia divina, a qui enes Dios ha atormentado con el fuego de su propio descreimiento, y para quienes l ha preparado en el otro mundo un castigo que devorar sus cuerpos y sus almas. P ues ellos han dicho: "Dios es impotente, y est encadenada la mano de Su misericor dia." La constancia en la Fe es testimonio seguro y gloriosa prueba de la verdad. As el "Sello de los Profetas" ha dicho: "Dos versculos Me han envejecido". Estos dos v ersculos se refieren a la firmeza en la Causa de Dios. As l ha dicho: "S constante, como se te ha ordenado".107 Ahora, considera cmo este Sadrih del Rivn de Dios, en la flor de Su juventud, se le vant a proclamar la Causa de Dios. Mira qu constancia ha revelado esa Belleza de D ios. El mundo entero se levant para oponrsele, pero fracas miserablemente: cuanto ms severa se haca la persecucin que desataban contra ese Sadrih de la Bienaventuranz a, ms creca Su fervor y con ms brillo arda la llama de Su amor. Todo esto es evident e y nadie discute tal verdad. Finalmente entreg Su alma y alz el vuelo hacia los r einos de lo alto. Y entre las pruebas de la verdad de Su Manifestacin estaba el ascendiente, el tra scendente poder y supremaca que l, el Revelador del ser y Manifestacin del Adorado, solo y sin ayuda, ha revelado por todo el mundo. Apenas se haba revelado esa ete rna Belleza en Shrz, en el ao sesenta, hendiendo el velo del encubrimiento, cuando se manifestaron en todos los pases los signos del ascendiente, del poder, de la s oberana y de la fuerza que emanaba de aquella Esencia de las esencias y Ocano de l os ocanos. Tan es as, que en cada ciudad aparecieron los signos, pruebas, seales y testimonios de esa Lumbrera divina. Cuntos son los corazones puros y bondadosos qu e fielmente han reflejado la luz de ese Sol eterno, y qu numerosos son los efluvi os de conocimiento provenientes de ese Ocano de sabidura divina que ha envuelto a todos los seres! En cada ciudad, todos los sacerdotes y dignatarios se levantaro n para oponerse a ellos y dominarlos, y se armaron de malevolencia, de envidia y tirana para destruirlos. Qu grande el nmero de esas almas santas y esencias de la j usticia que fueron muertas, acusadas de tirana! Y cuntas personificaciones de la pu

reza, que no mostraban ms que verdadero conocimiento y obras inmaculadas, sufrier on atroz muerte! A pesar de todo esto, cada uno de estos santos seres, hasta en su ltimo momento, pronunci el Nombre de Dios, remontndose en el reino de la sumisin y resignacin. Tal era la potencia e influencia transformadora que ejerca sobre ell os, que dejaron de abrigar deseo alguno salvo Su voluntad, unciendo su alma a Su recuerdo. Reflexiona: quin es en este mundo capaz de manifestar poder tan trascendente, tan vasta influencia? Todos estos inmaculados corazones y almas sacrificadas, con ab soluta resignacin han obedecido a la llamada de Su decreto. En lugar de quejarse, dieron gracias a Dios y, en medio de las tinieblas, su afliccin no revel sino rad iante aquiescencia a Su voluntad. Es evidente cun implacable era el odio y cun cru el la malevolencia y hostilidad de todos los pueblos de la Tierra para con esos compaeros. La persecucin y tormento que infligieron a estos seres santos y espirit uales la consideraban como medio de salvacin, prosperidad y xito perdurable. Ha pre senciado el mundo, desde los das de Adn, semejante tumulto, tan violenta conmocin? No obstante todo su tormento y las numerosas aflicciones que soportaron, llegaro n a ser objeto del oprobio y la execracin de todos. Me parece que la paciencia fu e revelada slo en virtud de su valor, y la fidelidad misma slo fue engendrada por sus obras. Pondera en tu corazn estos importantsimos acontecimientos, para que comprendas la grandeza de esta Revelacin y percibas su gloria asombrosa. Entonces, por la graci a del Misericordioso, le ser infundido a tu ser el espritu de fe, y habitars y toma rs asiento en la sede de la certeza. El Dios nico Me sirve de testigo: Si meditara s un momento, admitiras que, aparte de todas estas verdades demostradas y pruebas antes mencionadas, el repudio, maldicin y execracin pronunciados por el pueblo de la Tierra son en s la prueba ms poderosa y el ms firme testimonio de la verdad de esos hroes en el campo de la resignacin y el desprendimiento. Cada vez que medites sobre los reparos que han puesto los hombres, sean sacerdotes, eruditos o ignor antes, ms firme y constante sers en la Fe. Pues todo lo que ha ocurrido ha sido pr ofetizado por aquellos que son las Minas del conocimiento divino y Recipientes d e la eterna ley de Dios. Aunque no pensbamos hacer mencin de las tradiciones de una poca pasada, con todo, p or Nuestro amor a ti, citaremos unas cuantas que son aplicables a Nuestro argume nto. Sin embargo, no Nos parecen necesarias, puesto que lo que ya hemos menciona do basta al mundo y a todo cuanto hay en l. En realidad, todas las Escrituras y s us misterios estn condensados en este breve relato. Tanto es as, que si una person a lo ponderase en su corazn un momento, descubrira en todo lo que se ha dicho los misterios de las Palabras de Dios y comprendera el significado de cuanto ha sido manifestado por ese Rey ideal. Como los hombres difieren en su comprensin y posic in, haremos por tanto mencin de unas cuantas tradiciones, para que stas den constan cia al alma vacilante y tranquilidad a la mente agitada. De este modo, el testim onio de Dios para los hombres, elevados y humildes, ser completo y perfecto. Entre ellas est la tradicin: "Y cuando el Estandarte de la Verdad es manifestado, el pueblo de Oriente y de Occidente lo maldice". Se debe beber necesariamente el vino de la renuncia, necesariamente deben alcanzarse las sublimes alturas del d esprendimiento, y necesariamente debe observarse la meditacin a que se refieren l as palabras: "Una hora de reflexin es preferible a setenta aos de adoracin piadosa" , para que pueda descubrirse el secreto del vil comportamiento de la gente, de e sa gente que, a pesar del amor y anhelo que profesan por la verdad, maldicen a l os seguidores de la Verdad una vez que l Se ha manifestado. Da testimonio de esta verdad la tradicin mencionada ms arriba. Es evidente que la razn de tal comportami ento no es otra que la abrogacin de las reglas, costumbres, hbitos y ceremoniales a que han estado sometidos. Por lo dems, si la Belleza del Misericordioso obedeci era las mismas reglas y costumbres que son corrientes entre la gente, y si l apro bara sus observancias, tal conflicto y dao de ningn modo se manifestaran en el mund o. Esta exaltada tradicin la atestiguan y verifican estas palabras que l ha revela do: "El da en que emplazar el Emplazador a un asunto grave".108 El llamado divino del Heraldo celestial, procedente de detrs del Velo de la Glori a, que invita a la humanidad a renunciar totalmente a aquello a que se aferra, c ontrara su deseo; y sta es la causa de las amargas aflicciones y violentas conmoci

ones que han ocurrido. Considera la forma de ser de la gente: no hace caso de es tas tradiciones bien fundadas, todas las cuales se han cumplido, y se aferra a a quellas que son de dudosa validez, preguntando por qu estas ltimas no se han cumpl ido. Y, sin embargo, se ha manifestado lo que a ellos les pareca inconcebible. La s pruebas y seales de la Verdad brillan como el sol de medioda, y, sin embargo, la gente vaga, perpleja y sin objetivo, en el desierto de la ignorancia e insensat ez. No obstante todos los versculos del Qur'n y las tradiciones reconocidas que al uden todas a una nueva Fe, a una nueva Ley y a una nueva Revelacin, esa generacin sigue an esperando ver al Prometido que ha de confirmar la Ley de la Dispensacin d e Muammad. Los judos y cristianos, de igual manera, hacen la misma aseveracin. Entre las palabras que prefiguran una nueva Ley y una nueva Revelacin estn los pas ajes de la "Oracin de Nudbih": "Dnde est Aquel Que es preservado para renovar las or denanzas y leyes? Dnde est Aquel Que tiene autoridad para transformar la Fe y a sus seguidores?" Asimismo, l ha revelado en la Zyrat:109 "La paz sea con la Verdad ren ovada". Ab-'Abdi'llh, al preguntrsele acerca del carcter del Mihd, contest, diciendo: "Realizar lo que realiz Muammad, el Mensajero de Dios, y destruir cuanto ha habido a ntes de l, as como el Mensajero de Dios destruy los usos y costumbres de quienes Le precedieron". He aqu cmo, no obstante estas y otras tradiciones semejantes, vanamente sostienen que las leyes reveladas anteriormente no deben de ningn modo alterarse. Y, sin em bargo, no es el objeto de toda Revelacin efectuar una transformacin del carcter tota l de la humanidad, transformacin que ha de manifestarse tanto exterior como inter iormente, afectando su vida interior y sus condiciones externas? Ya que si no fu ese cambiado el carcter de la humanidad, sera evidente la futilidad de las Manifes taciones universales de Dios. En el 'Avlim, libro autorizado y bien conocido, con sta lo siguiente: "Aparecer un Joven de los Ban-Hshim, Quien revelar un nuevo Libro y promulgar una nueva ley"; luego siguen estas palabras: "La mayora de Sus enemigo s sern los sacerdotes". En otro pasaje se cuenta que diq, hijo de Muammad, dijo lo s iguiente: "Aparecer un Joven de entre los Ban-Hshim, Quien ordenar a los hombres jur arle lealtad. Su Libro ser un nuevo Libro, y l llamar a los hombres a prometerle fi delidad. Severa es Su Revelacin para el rabe. Si os acerca de l, daos prisa en ir ha cia l". Qu bien han seguido las instrucciones de los imanes de la Fe y de las Lmpara s de la certeza! Aunque se expresa claramente: "Si escuchis que ha aparecido un J oven de entre los Ban-Hshim que llama a los hombres a un nuevo Libro Divino y a nu evas leyes Divinas, apresuraos a ir hacia l", con todo, han declarado infiel a es e Seor de la existencia y Le han acusado de hereje. No se han apresurado a ir hac ia esa Luz hshim, esa divina Manifestacin, salvo con espadas desenvainadas y corazo nes llenos de malevolencia. Adems, observa cun explcitamente se menciona en los lib ros la enemistad de los sacerdotes. A pesar de todas estas tradiciones claras y significativas, todas esas alusiones inequvocas e indiscutibles, la gente ha rech azado a la inmaculada Esencia del conocimiento y de la santa prolacin, volvindose hacia los exponentes de la rebelin y del error. A pesar de estas tradiciones escr itas y de estas palabras reveladas, slo dicen lo que les sugieren sus propios des eos egostas. Y si la Esencia de la verdad revelara lo que les es contrario a sus inclinaciones y deseos, inmediatamente Le denunciaran como infiel y protestaran di ciendo: "Esto es contrario a las palabras de los imanes de la Fe y de las luces resplandecientes. No se estipula nada parecido en nuestra Ley inviolable". Aun a s, en este da, tan intiles declaraciones han sido y siguen siendo formuladas por es tos pobres mortales. Ahora bien, considera esta otra tradicin y observa cmo todo esto ha sido predicho. En el Arba'n est escrito: "De entre los Ban-Hshim saldr un Joven, Quien revelar nueva s leyes. Llamar a los hombres hacia l, pero nadie atender a Su llamada. La mayora de Sus enemigos sern los sacerdotes. No obedecern su Mandato, antes bien, protestarn diciendo: 'Esto es contrario a lo que nos ha sido transmitido por los imanes de la fe'". En este da, todos repiten estas mismas palabras, ignorando totalmente qu e l se ha establecido en el trono de "l hace lo que es Su voluntad" y habita en la sede de "l ordena lo que es Su deseo". Ningn entendimiento puede concebir la naturaleza de Su Revelacin, ni conocimiento alguno comprender la amplitud de Su Fe. Todo dicho depende de Su confirmacin y to das las cosas necesitan de Su Causa. Todo salvo l es creado por Su mandato, y se

mueve y existe por Su ley. l es el Revelador de los misterios divinos y el Exposi tor de la sabidura antigua y oculta. As se relata en el Biru'l-Anvr, el 'Avlim y el Ya nb que diq, hijo de Muammad, dijo estas palabras: "El conocimiento es veintisiete le tras. Todo lo que los Profetas han revelado son dos de esas letras. Ningn hombre hasta ahora ha conocido ms que esas dos letras. Mas cuando el Q'im aparezca, manif estar las veinticinco letras restantes". Ahora, reflexiona: l ha declarado que el conocimiento consiste en veintisiete letras, y ha considerado que todos los Prof etas, desde Adn hasta el "Sello", son Expositores de slo dos letras suyas y han si do enviados con estas dos letras. Tambin dice que el Q'im ha de revelar las veinti cinco letras restantes. A juzgar por estas palabras, qu magna y sublime es Su posi cin! Su rango est por sobre el de todos los Profetas, y Su Revelacin rebasa la comp rensin y entendimiento de todos sus elegidos. Una Revelacin tal que de ella, o bie n los Profetas de Dios, Sus santos y elegidos no han sido informados, o bien, en cumplimiento del inescrutable Decreto de Dios, no la han dado a conocer. Semeja nte Revelacin trata de medirla esta gente depravada y vil con su propia mente def ectuosa, con su limitado conocimiento y comprensin. Si no se ajusta a sus normas, de inmediato la rechazan. "Piensas que los ms de ellos escuchan o entienden? No so n sino como bestias! Ciertamente, se apartan cada vez ms del camino!"110 Cmo -Nos preguntamos- explican ellos la tradicin antes mencionada, tradicin que en tr minos inequvocos anuncia la revelacin de cosas inescrutables y la llegada de acont ecimientos nuevos y maravillosos en Su da? Sucesos tan asombrosos crean tal disen sin entre los hombres, que todos los sacerdotes y doctores sentencian a muerte a l y a Sus compaeros, y todos los pueblos de la Tierra se levantan para oponrsele. A s se ha consignado en el "Kf", en la tradicin del Jbir, en la "Tabla de Fimih", acerca del carcter del Q'im: "Manifestar la perfeccin de Moiss, el esplendor de Jess y la pac iencia de Job. En Su da sern humillados Sus elegidos. Sus cabezas sern ofrecidas co mo regalo, lo mismo que las cabezas de turcos y de ilamitas. Sern muertos y quema dos. El miedo se apoderar de ellos; la consternacin y alarma aterrorizarn sus coraz ones. Se teir la tierra con su sangre. Llorarn y se lamentarn sus mujeres. stos son en verdad mis amigos!" Reflexiona: ni una sola letra de esta tradicin ha quedado si n cumplirse. En la mayora de los lugares se ha derramado su bendita sangre; en ca da ciudad se les ha hecho cautivos, se les ha exhibido por todas las provincias y, a algunos, se les ha quemado. Y, sin embargo, nadie se ha detenido a pensar q ue si el Q'im prometido hubiera de revelar la ley y ordenanzas de una Dispensacin anterior, para qu, entonces, habran de consignarse tales tradiciones, y por qu habra de suscitarse tal disensin y conflicto, que el pueblo creyera su obligacin dar mue rte a esos compaeros, y considerara la persecucin de esas almas santas como medio de lograr el supremo favor? Observa adems cmo lo que ha sucedido, y los actos que han sido perpetrados, ha sid o todo ello mencionado en tradiciones anteriores. As est consignado referente a "Z awr'" en el Rawiy-i-Kf. Se narra en el Rawiy-i-Kf acerca de Mu'vyih, hijo de Vahhb, 'Abdi'llh le dijo: 'Conoces Zawr'?' Dije: 'Que mi vida sea sacrificada por ti! Dicen que es Baghdd'. 'No', respondi; y luego aadi: 'Has entrado en la ciudad de Rayy?',11 1 a lo que repliqu: 'S, he entrado en ella'. Despus de lo cual pregunt: 'Has visitado el mercado de ganado?' 'S', le respond. Dijo: 'Has visto la montaa negra que hay a la derecha del camino? sa es Zawr'. Ochenta hombres, de entre los hijos de algunos , sern all muertos; todos los cuales sern dignos de llamarse califas'. 'Quin los mata r?', pre-gunt. Respondi: 'Los hijos de Persia!'" sa es la condicin y el destino de Sus compaeros, y que fue predicha en das pasados. Y ahora observa que, de acuerdo con esta tradicin, Zawr' no es sino la tierra de R ayy. En ese lugar Sus compaeros han alcanzado la muerte con gran sufrimiento, y t odos estos seres santos han sufrido el martirio de manos de los persas, como apa rece en la tradicin. Esto lo has odo y todos lo atestiguan. Por qu, entonces, esos h ombres rastreros como gusanos no se detienen a meditar estas tradiciones, todas las cuales son manifiestas como el sol en su gloria meridiana? Por qu razn se niega n a abrazar la Verdad, dejando que ciertas tradiciones cuyo significado no han c omprendido les impidan reconocer la Revelacin de Dios y Su Belleza y les hagan ha bitar en el abismo infernal? Cosas semejantes no deben atribuirse ms que a la inc redulidad de los sacerdotes y doctores de la poca. De ellos, diq, hijo de Muammad, h a dicho: "Los doctores de la religin en esa poca sern los sacerdotes ms malvados baj

o la sombra del cielo. De ellos procede la maldad y a ellos volver". Rogamos a los doctos del Bayn que no sigan esos pasos, ni inflijan a l, en el tiem po del Mustaghth, lo que han infligido en este da a Aquel Que es la Esencia divina , la Luz celestial, la Eternidad absoluta, el Principio y Fin de las Manifestaci ones del Invisible. Les pedimos que no confen en su intelecto, comprensin y conoci mientos, ni disputen con el Revelador del conocimiento celestial e infinito. Sin embargo, a pesar de todas estas advertencias, vemos que un hombre tuerto, quien es el jefe del pueblo, se levanta contra Nos con la mayor malevolencia. Prevemo s que en cada ciudad se levantar la gente contra la bendita Belleza, y que los co mpaeros de ese Seor de la existencia y Deseo ltimo de todos los hombres huirn de las manos del opresor buscando refugio en el desierto, en tanto que otros se resign arn y, con absoluto desprendimiento, sacrificarn sus vidas en Su sendero. Creemos poder distinguir a uno que tiene fama de tal devocin y piedad que los hombres con sideran su obligacin obedecerle y estiman que es necesario someterse a su mandato , quien atacar a la raz misma del rbol divino y con todo su poder tratar de resistir le y oponrsele. Tal es la ndole de la gente! Abrigamos la esperanza de que sea iluminado el pueblo del Bayn, se remonte al rei no del espritu y habite en l, distinga la Verdad y reconozca la falsedad disimulad a con el ojo de la perspicacia. Sin embargo, se ha esparcido en estos das tal olo r de celos, que -lo juro por el Educador de todos los seres, visibles e invisibl es- desde el principio de la fundacin del mundo -aunque no tiene principio- hasta este da no ha surgido jams tal malevolencia, envidia ni odio, ni se presenciar cos a semejante en el futuro. Por cuanto algunos hombres, que nunca han aspirado el perfume de la justicia, han alzado el estandarte de la sedicin, alindose en contra de Nosotros. En todas partes distinguimos sus lanzas amenazantes y por todos la dos vemos volar sus flechas. Y esto a pesar de que nunca Nos hemos gloriado de n ada, ni hemos buscado tener preferencia por encima de ninguna alma. Para todos h emos sido un amable compaero y un paciente y carioso amigo. En compaa de los pobres hemos buscado su amistad, y hemos sido sumisos y resignados en medio de los emin entes e ilustrados. Juro por Dios -por el Dios nico y verdadero!- que aunque dolor osas han sido las aflicciones y sufrimientos que Nos han causado las manos del e nemigo y el pueblo del Libro, stas no son nada, comparadas con lo que Nos ha suce dido de manos de quienes dicen ser Nuestros amigos. Qu ms podemos decir? El universo, si mirase con el ojo de la justicia, sera incapaz d e cargar el peso de estas palabras! En los primeros das de Nuestra llegada a este pas, al ver las seales de acontecimientos inminentes, decidimos retirarnos antes de que stos se desataran. Nos fuimos al desierto, y all, solo y apartado, llevamos durante dos aos una vida de completa soledad. De Nuestros ojos caan lgrimas de ang ustia y en Nuestro corazn sangrante se agitaba un ocano de dolor. Muchas noches no tuvimos alimento para subsistir y muchos das Nuestro cuerpo no encontr descanso. P or Aquel Que tiene en Sus manos Mi existencia!, no obstante esta lluvia de aflic ciones e incesantes calamidades, Nuestra alma estaba envuelta en gozosa alegra, y todo Nuestro ser mostraba indescriptible regocijo. En Nuestra soledad no sabamos del dao ni del provecho, ni de la salud o enfermedad de ninguna alma. Slo comulgba mos con Nuestro espritu, ajeno al mundo y todo lo que hay en l. Sin embargo, no sa bamos que la red del destino divino supera las ms vastas concepciones humanas, y e l dardo de Su decreto excede los ms osados planes del hombre. Nadie puede escapar a los lazos que l tiende; ninguna alma encuentra liberacin sino mediante la sumis in a Su voluntad. Por la rectitud de Dios! Nuestro retiro no contemplaba regreso n i tena Nuestra separacin esperanza de reunin. El nico propsito de Nuestro apartamient o era evitar llegar a ser objeto de discordia entre los fieles, fuente de distur bio para Nuestros compaeros, medio para daar a alguna alma, o causa de dolor para algn corazn. Fuera de stas no abrigbamos otra intencin, y aparte de eso no tenamos en vista otro fin. Y, sin embargo, cada persona tramaba segn su deseo y se guiaba po r su propia ociosa fantasa, hasta el momento en que lleg de la Fuente Mstica el lla mado que Nos ordenaba regresar al lugar de donde habamos venido. Renunciando a Nu estra voluntad por la Suya, Nos sometimos a Su mandato. Qu pluma puede describir lo que vimos a Nuestro regreso? Han transcurrido dos aos d urante los cuales Nuestros enemigos, sin cesar y diligentemente, han tratado de exterminarnos, lo que todos testifican. No obstante, nadie de entre los fieles s

e levant para prestarnos ayuda, ni ninguno se sinti dispuesto a rescatarnos. Es ms, en lugar de ayudarnos, qu lluvia de continuos pesares han dejado caer sobre Nuest ra alma sus palabras y obras! En medio de todo esto, henos aqu dispuestos a entre gar Nuestra vida, resignados enteramente a Su voluntad, fuera que por ventura, m ediante la cariosa bondad y gracia de Dios, esta Letra revelada y manifiesta pudi ese entregar Su vida como sacrificio en el sendero del Punto Primordial, la exal tadsima Palabra. Por Aquel por Cuyo mandato ha hablado el Espritu!, si no fuera por este anhelo de Nuestra alma no Nos hubiramos quedado ni un solo momento ms en est a ciudad. "Dios es Testigo suficiente para Nos". Damos fin a Nuestro tema con es tas palabras: "No hay poder ni fuerza sino slo en Dios". "Somos de Dios y a l regr esaremos". Quienes poseen un corazn para entender, quienes han bebido el Vino del amor y ni un solo momento han satisfecho sus deseos egostas, vern las seales, testimonios y p ruebas que atestiguan la verdad de esta Revelacin maravillosa y de esta Fe trasce ndente y divina, resplandecientes como el sol en la gloria del medioda. Piensa ah ora cmo los hombres han rechazado la Belleza de Dios, aferrndose a sus deseos codi ciosos. A pesar de todos estos acabados versculos y estas inequvocas alusiones que han sido reveladas en la "Ms importante Revelacin", que es el Depsito de Dios entr e los hombres, y no obstante estas evidentes tradiciones, cada una de ellas ms cl ara que las ms explcitas palabras, los hombres han desatendido y rechazado su verd ad, aferrndose a la letra de ciertas tradiciones que, conforme a su entendimiento , eran incompatibles con sus expectativas, y cuyo significado no han podido comp render. Han destruido as toda esperanza, privndose del vino puro del Todoglorioso, y de las aguas claras e incorruptibles de la inmortal Belleza. Considera que hasta el ao en que habra de manifestarse esa Quintaesencia de la Luz est especficamente consignado en las tradiciones; sin embargo, siguen desatentos, sin dejar un solo momento de ocuparse en sus deseos egostas. Segn la tradicin, Muf aal pregunt a diq: "Qu dirs del signo de Su manifestacin, oh mi maestro?" l respond l ao sesenta, Su Causa ser revelada y ser Su Nombre proclamado". Qu extrao!; a pesar de estas explcitas y claras referencias, estos hombres han rehui do la Verdad. Por ejemplo, se ha hecho mencin en las tradiciones del pasado acerc a del dolor, encarcelamiento y aflicciones causados a esa Esencia de la virtud d ivina. Est escrito en el "Bir": "En nuestro Q'im estarn cuatro seales de cuatro Profet as: Moiss, Jess, Jos y Muammad. La seal de Moiss es el temor y la espera; la seal de J ss, lo que de l se dijo; la seal de Jos, el encarcelamiento y la disimulacin; y la sea l de Muammad, la revelacin de un Libro semejante al Qur'n". A pesar de esta concluy ente tradicin, que en lenguaje inequvoco prefigura los sucesos del presente da, no se encuentra nadie que haya prestado atencin a esa profeca, y me parece que nadie lo har en el futuro, excepto quien sea la voluntad de tu Seor. "Dios ciertamente h ar escuchar a quienes sea Su voluntad, mas no haremos escuchar a aquellos que estn en sus tumbas". Te es evidente que las Aves del Cielo y las Palomas de la Eternidad hablan en do ble lenguaje. Uno, el lenguaje exterior, est desprovisto de alusiones, y no es oc ulto ni velado, para servir de lmpara de gua y luz de orientacin, para que los cami nantes alcancen las alturas de la santidad y los buscadores entren en el reino d e la reunin eterna. Tales son las tradiciones no veladas y claros versos ya menci onados. El otro lenguaje es velado y oculto, para que lo que se esconde en el co razn de los malvolos sea manifestado y se descubra lo ms ntimo de su ser. As diq, hijo de Muammad, ha dicho: "Dios en verdad los probar y los tamizar". sta es la norma div ina, sta es la Piedra de Toque de Dios, con la cual l somete a examen a Sus siervo s. Nadie comprende el significado de estas palabras salvo aquellos cuyo corazn es t seguro, cuya alma ha encontrado favor en Dios y cuya mente se ha separado de to do menos de l. En tales palabras, el sentido literal, tal como lo entienden los h ombres, no es lo que se ha querido decir. As, se ha escrito: "Cada conocimiento t iene setenta significados, de los cuales slo uno es conocido por la gente. Mas cu ando aparezca el Q'im, l revelar a los hombres todo lo que resta". Tambin l dice: "Pr onun-ciamos una palabra y con ella queremos decir uno y setenta significados; ca da uno de estos significados podemos explicarlo". Mencionamos estas cosas slo para que la gente no se desconcierte al ver que ciert as tradiciones y palabras an no se han cumplido literalmente, y ms bien atribuya s

u perplejidad a su propia falta de comprensin y no al hecho de que no se hayan ve rificado las promesas contenidas en las tradiciones, ya que el sentido dado por los imanes de la Fe la gente no lo conoce, como lo prueban las tradiciones misma s. Por tanto, no deben los hombres permitir que semejantes palabras les priven d e los divinos favores, sino ms bien buscar ilustracin en los Exponentes reconocido s de aqullas, para que les sean descifrados y revelados los misterios ocultos. Sin embargo, no vemos a nadie entre la gente de la Tierra que, con sincero anhel o por la Verdad, busque la gua de las Manifestaciones divinas en lo referente a m aterias abstrusas de su Fe. Son todos habitantes del pas del olvido y seguidores todos del pueblo de la maldad y la rebelin. Dios en verdad les har a ellos lo que hacen ellos mismos, y les olvidar como ellos han desconocido Su presencia en Su da . As es Su decreto para quienes Le han negado, y as ser para quienes han rechazado Sus signos. Y terminamos Nuestra argumentacin con Sus palabras -exaltado es l!-: "Y a quien se apartare del recuerdo del Misericordioso, le ataremos un Satans y l le ser compaero fijo".112 "Y quien se alejare de Mi recuerdo, en verdad su vida ser miserable".11 3 As fue revelado en otro tiempo, si pudieseis comprenderlo! Revelado por la "B'" y la "H'".114 La paz sea con aquel que da odos a la meloda del Ave Mstica que llama desde el Sadra tu'l-Muntah! Alabado sea Nuestro Seor, el Altsimo!

GLOSARIO

'ABDU'LLH: Padre del Profeta Muammad. Perteneca a la familia de Hshim, la tribu ms no ble del clan quraysh de la raza rabe, descendiente directo de Ismael. 'ABDU'LLH-I-UBAYY: Destacado opositor de Muammad; llamado "Prncipe de los hipcritas" . ABRAHAM: (vanse Gnesis 11:25 y Contestacin a unas Preguntas, cap. 4). Es considerad o por judos, cristianos y musulmanes el Amigo de Dios, el Padre de los Fieles. AB-'ABDI'LLH: Ttulo del sexto Imm, Jfar-i-diq (el Verdico), bisnieto de al-usayn. Mu el ao 765 d.C. envenenado por el califa abs al-Manr. AB'MIR: Monje oponente de Muammad. AB-JAHL: Literalmente, "Padre de la Insensatez". Llamado as por los musulmanes. Fu e enemigo implacable del Profeta. 'AL: Yerno del Profeta y primero de los doce Immes. ALIF, LM, MM: Estas y otras letras inconexas encabezan veintinueve Srihs del Qur'n. AMALECITAS: Arrojados de Babilonia en los primeros tiempos, se dispersaron por A rabia hacia Palestina y Siria, hasta llegar a Egipto, pas en el que crearon su pr opia dinasta. AO SESENTA: Significa 1260 d.H., 1844 d.C., ao de la Declaracin del Bb. ATHM: Pecador. 'AVLIM: Coleccin de tradiciones sh'ahs. BB (EL): "Puerta". El ttulo asumido por Siyyid 'Al-Muammad, el Precursor de Bah'u'llh, y Profeta Fundador de la Fe Bb. Naci en Shrz el 20 de octubre de 1819. Siyyid 'Al-Muammad fue criado por Su to j Mr 'Al, quien era comerciante. Ya de pequeo mostr una sabidura inslita a pesar de haber recibido muy poca formacin escolar. Ejerci como comerciante, profesin en cuyo dese mpeo gan una elevada reputacin por Su justicia. En 1842 Se cas con Khadjih-Bagum y tu vieron un hijo, Amad, quien muri siendo an nio. Siyyid 'Al-Muammad declar ser El Bb, Puerta de Dios", el 23 de mayo de 1844. El Bb fue encarcelado en Mh-K por orden del gran visir de Muammad Shh, j Mrz qs. l Bb fue trasladado a la prisin de Chihrq. En 1848 el Bb fue sometido a un juicio an te los telogos musulmanes de Tabrz y fue castigado al bastinado. Mientras el Bb est aba encarcelado, un grupo de bbs se reuni en Badasht. Fue all donde (r)hirih, audazme nte, rompi simblicamente con el Islm apareciendo en pblico sin velo.

Entre los Escritos ms importantes del Bb estn el Qayymu'l-Asm', el Bayn persa y el rab , Dal'il-i-Sab'ih y el Kitb-i-Asm'. Los bah's veneran al Bb como el Precursor o el Heraldo de Bah'u'llh, pero tambin como una Manifestacin de Dios. El comienzo de la Era Bah' se cuenta desde el da de Su Dec laracin. La Declaracin del Bb, Su nacimiento y el da de Su Martirio se consideran Das Sagrados bah's en los que se suspende el trabajo. BAGHDD: Fundada por el califa al-Manr en el ao 762 d.C. en el sitio ocupado por una aldea cristiana en la orilla oeste del Tigris. Durante 500 aos fue sede del Gobie rno abs. BAH: [rabe] "Gloria". Ttulo con el que fue designado Bah'u'llh. BAH'U'LLH: Profeta Fundador de la Fe Bah' y la Manifestacin de Dios para este Da. Mrz yn-'Al (Bah'u'-llh) naci el 12 de noviembre de 1817 en el seno de una noble familia de Nr en Mzindarn, Irn. Su madre era Khadjih Khnum y Su padre Mrz Buzurg-i-Vazr, cor o. Bah'u'llh era descendiente del ltimo rey de los Ssn: Yazdigird III. En 1844 Bah'u'llh abrazaba la Fe del Bb. Pronto se signific como una de sus figuras ms destacadas. En 1853, a raz de un atentado contra el Shh llevado a cabo por dos bbs, Bah'u'llh fue encarcelado por cuatro meses en una prisin subterrnea conocida como el Syh-Chl, en (r )ihrn. Fue all donde recibi por primera vez la revelacin de Dios. Tras ser liberado, Bah'u'llh parti como desterrado a Baghdd. Las insidias de Su herm ano Mrz Yay fueron el motivo de que Bah'u'llh Se retirase voluntariamente a las montaa de Sulaymnyyih por dos aos. En abril-mayo de 1863, Bah'u'llh declar a Sus seguidores que l era el prometido pred icho por el Bb. La Fiesta de Rivn se celebra como el ms sagrado y ms significativo de los Das Sagrados bah's. Debido a las intrigas del Gobierno persa, Bah'u'llh parti hacia Constantinopla y, p oco despus, fue desterrado a Adrianpolis, donde proclam pblicamente Su Misin mediante epstolas dirigidas a los reyes y los gobernantes del mundo, por las que les exho rtaba a establecer la paz mundial, la justicia y la unidad. A causa de la desleal conspiracin de Mrz Yay contra Bah'u'llh, las autoridades turcas ondenaron a Bah'u'llh a cadena perpetua en la ciudad-prisin de 'Akk. All sufri durante dos aos un estricto confinamiento, agravado por la trgica muerte d e Su hijo Mrz Mihd. A pesar de los infortunios y el aislamiento, continu Su proclama cin a los gobernantes de la Tierra y la revelacin de los principios bsicos que trae ran un nue-vo orden mundial basado en la unidad de la humanidad, la igualdad y la justicia. Al suavizarse las condiciones de internamiento, Bah'u'llh y Su familia pudieron mu darse a la casa de 'd Khammr, donde Bah'u'llh revel el Kitb-i-Aqdas, el Libro de Leyes En 1877 Bah'u'llh se estableci en la mansin de Mazra'ih, donde residi dos aos. Finalm ente fij su morada en la mansin de Bahj, donde falleci, a la edad de setenta y cuatr o aos, el 29 de mayo de 1892. En Su Testamento, Bah'u'llh nombr a Su hijo mayor, 'Ab du'l-Bah, como Su sucesor e Intrprete autorizado de Sus enseanzas. Los Escritos de Bah'u'llh son considerados por los bah's revelacin de Dios. Hasta el momento han sido reunidas unas 15.000 Tablas Suyas. Entre sus obras mayores figu ran: El Libro Ms Sagrado (Kitb-i-Aqdas), Las Palabras Ocultas (Kalimt-i-Maknnih), El Libro de la Certeza (Kitb-i-qn), Los Siete Valles, Los Cuatro Valles, el S-rih de l os reyes (Sriy-i-Mulk), las Tablas a los reyes y a los gobernantes, la Tabla de la Rama (Sriy-i-Ghun), La Tabla de la Sabidura (Law-i-ikmat), La Tabla de la Prueba (La w-i-Burhn), La Tabla del Mundo (Law-i-Duny), Las Palabras del Paraso (Kalimt-i-Firdaws yih), Buenas Nuevas (Bishrt), Ornamentos ((r)arzt), Efulgencias (Tajallyt), Esplendor (Ishrqt), La Tabla del Carmelo (Law-i-Karmil) y Epstola al Hijo del Lobo. BAN-HSHIM: Familia a la que perteneca Muammad. BA(r): La Meca. BAYN: [rabe] Explicacin, exposicin o expresin. El Bayn persa es la mayor obra doctrinal del Bb, descrita por Shoghi Effendi en es tos trminos: "depsito de leyes y preceptos de la nueva Dispensacin y el tesoro que encierra la mayora de las referencias y tributos del Bb, adems de Sus avisos refere ntes a 'Aquel Que Dios har manifiesto'". Revelado en la fortaleza de Mh-K, el Bayn p ersa comprende unos 8.000 versculos y est dividido en nueve partes llamadas Vids, de diecinueve captulos cada una, salvo el ltimo Vid, que consta de diez captulos. El li

bro, ha escrito Shoghi Effendi, "debe ser considerado principalmente como un elo gio del Prometido, ms que como un cdigo de leyes y ordenanzas destinadas a servir de gua permanente de futuras generaciones." En el tercer Vid, el Bb hace referencia especfica al nombre del Prometido y anticipa Su Orden Mundial: "Bienaventurado es aquel que fija su mirada en el Orden de Bah'u'llh y da gracias a su Seor. Pues l, s in duda, ser manifiesto. De hecho, Dios lo ha ordenado irrevocablemente en el Bayn ." Esta declaracin, segn Shoghi Effendi, merece ser considerada como una de las ms significativas registradas en cualquiera de los Escritos del Bb. El Bayn rabe es una obra "menor y de menos peso" del Bb, revelado en el fuerte de C hihrq durante los ltimos meses de Su vida. El trmino Bayn tambin se refiere a la Revelacin del Bb como ha sido registrado en Sus Escritos. BIR: Referencia a una tradicin sh'ah. BIRU'L-ANVR: Recopilacin de tradiciones sh'ahs. CAIFS: Sumo sacerdote judo que presidi el tribunal que proces y conden a Jess. CAN Y ABEL: Los dos hijos de Adn y Eva (vanse Gnesis 4 y Qur'n, Srih 5). CALIFAS: Literalmente, "sucesores" o "vicarios". Los sh'ahs sostienen que los suc esores del Profeta deben ser miembros de Su propia familia, pero no usan el ttulo de califa. El sultn de Turqua adopt este ttulo a comienzos del siglo XVI. COPTO: Los coptos eran descendientes de los antiguos egipcios. Los "septs" eran las tribus de Israel. DISPENSACIN: Perodo en que prevalece un sistema religioso. ELIXIR DIVINO: Referencia simblica al elixir de los alquimistas, que presuntament e transformaba metales no preciosos en oro y, en sentido espiritual, proporciona "poder celestial". FARAN: Ttulo comn de los reyes de Egipto. Se sostiene corrientemente que el faran op resor fue Ramss II (alrededor de 1340 a.C.), y que su hijo y sucesor Merenptah fu e el Faran del xodo. F(r)IMIH: Hija de Muammad y Khadjih. Se cas con 'Al, primo de Muammad, y tuvo tres hij os. Uno muri en la infancia. De los otros dos, asan y usayn, arrancan los descendie ntes de Muammad conocidos como Siyyides. FNIX: Ave legendaria que vive sola y que, presa de las llamas por propia voluntad , vuelve a resurgir de entre sus cenizas. GABRIEL: El ms alto de todos los ngeles, el Espritu Santo. Su deber es registrar lo s decretos de Dios. A travs de l fue revelado a Muammad el Qur'n.

H: La letra H de los alfabetos rabe y persa. En la numeracin abjad equivale al nmero 5, y es idntico al valor numrico de "Bb"; a veces se usa como smbolo de Bah'u'llh. Va e Los Cuatro Valles. J MRZ KARM KHN: Un shaykh que haca alarde de sabidura en su libro Gua para los ign Irshdu'l-'Avm). AMZIH: "Prncipe de los Mrtires", ttulo otorgado al to de Mu-ammad. HERODES: Herodes I ("el Grande"). Idumeo de raza, pero criado como judo. Designad o por el Senado romano como rey de Judea en el ao 40 a.C. Reconstruy el Templo de Jerusaln. IJZ: Regin de Arabia sudoccidental y tierra santa de los musulmanes, ya que compren de las ciudades sagradas de Medina y La Meca y muchos otros lugares relacionados con la vida de Muammad. La "lengua de ijz" es el rabe. HD: Profeta enviado a la tribu de 'Ad. Fue descendiente de No y es mencionado en e l Qur'n en el Srih 7, 63-70; 11, 52-63; y 26, 123-139. USAYN: Tercer Imm. Hijo de 'Al y de Fimih.

IBN-I-SRY: Docto rabino judo del tiempo de Muammad. IMM 'AL: Primo de Muammad y primer discpulo suyo; esposo de la hija de Muammad, Fimih, y, a travs de su hijo usayn, antepasado de Siyyid 'Al Muammad, el Bb.

'IMRN: Padre de Moiss y Aarn (Qur'n, Srih, 3, 30 y xodo 6, 20). 'IRQ: En 1862 parte del Imperio Turco, fecha en que fue revelado el Kitb-i-qn. Capit al, Baghdd. "Acentos de 'Irq": el idioma persa. JOS: Hijo de Jacob; en el Qur'n aparece como Profeta inspirado. KA'B-IBN-I-ASHRAF: Conspir, junto con el archienemigo del Profeta, Abu-Soyyan, pa ra urdir la muerte del Profeta. KA'BIH: La Caaba; literalmente, "cubo". Edificio de forma cbica situado en el cen tro de la Gran Mezquita de La Meca; contiene la Sagrada Piedra Negra. Es el Qibl ih (punto de adoracin) del Islm y el objeto de peregrinaje para los musulmanes. En los Escritos bah's este trmino se usa metafricamente y se refiere a Bah'u'llh. KF: Importante coleccin de tradiciones sh'ahs. Jbir es la autoridad en que se apoya l a cita de la pg. 150. KARBIL: Ciudad-Santuario del Imm usayn en 'Irq y lugar de su martirio. Est situada a orillas del ufrates, aproximadamente a 90 km. al sudoeste de Baghdd. Lugar de pere grinacin de los sh'ahs. KARM: Honorable. KAWTHAR: [rabe( "Abundancia". Ro del Paraso, del cual proceden todos los dems ros. Un a parte de sus aguas va a dar a un gran lago en cuyas orillas van a descansar la s almas de los fieles tras el terrible puente que se sita por encima del centro d el Infierno. De acuerdo con la tradicin islmica, el lago o ro del Paraso que Muammad vio en Su mstico viaje nocturno. KHAYBAR: Distrito montaoso en la frontera noroccidental de la India. KFIH: Ciudad en el margen occidental del ufrates, actualmente en ruinas. LETRAS DE LA UNIDAD: Apstoles del Profeta. LEVIATN: Monstruo acutico no identificado. Quiz una ballena o serpiente.

MADIN: Ciudad y distrito a orillas del mar Rojo, al sudeste del monte Sina; ocupad o por los descendientes de Madin, hijo de Abraham y Quetur (vanse Gnesis 25; Qur'n: Sr ih 7, 83). MAGOS: Casta de sacerdotes y sabios entre los antiguos persas. MANIFESTACIN: La naturaleza de un profeta o de la Manifestacin de Dios es descrita as en Pasajes de los Escritos de Bah'u'llh (pgs. 51-52): "Y puesto que no puede hab er un lazo de comunicacin directa que una al Dios nico y verdadero con Su creacin, y puesto que ninguna semejanza puede existir entre lo transitorio y lo eterno, l o contingente y lo absoluto, l ha ordenado que en cada edad y dispensacin un Alma pura e inmaculada se haga manifiesta en los reinos de la tierra y del cielo... E stas Esencias del Desprendimiento, estas Realidades resplandecientes son los can ales de la gracia de Dios que todo lo llena. Conducidos por la luz de indefectib le gua, e investidos con soberana suprema, son comisionados para usar la inspiracin de sus palabras, las efusiones de su infalible gracia y la brisa santificadora de su Revelacin para limpiar, de todo corazn anhelante y de todo espritu receptivo, la escoria y polvo de las preocupaciones y limitaciones terrenales". MECA (LA): Capital de Arabia, lugar donde naci Muammad. En ella se encuentra la Ka 'bih, el lugar ms sagrado del Islm. MEDINA: Literalmente, "la Ciudad", as llamada por haber dado asilo a Muammad. Ante riormente su nombre era Yathrib. Lugar donde est enterrado Muammad. En santidad slo es superada por La Meca. "MI'RJ": [rabe( La Ascensin de Muammad, la visin mstica de Su viaje nocturno, en el qu e fue transportado desde La Meca a Jerusaln y donde Le fueron enseados los Signos de Dios. MOISS: Segn los musulmanes, uno de los seis grandes profetas. Vase xodo 4,16, donde Dios dice a Moiss: "T sers Dios para l"; y xodo 7,1: "Te he puesto como Dios para el Faran". Moiss gui el xodo de Egipto, acontecimiento fechado en torno a 1440 a.C. MUFAAL: Alusin a una tradicin sh'ah. MUAMMAD (Mahoma): Profeta del Islm y Revelador del Qur'n. Nacido en agosto del ao 57 0 d.C. Declar su Misin en el ao 613; huy a Medina el ao 622 d.C. Vase Contestacin a un s preguntas, cap. 7. Anunciado por Moiss, Deut. 18, 15; y por Juan el Telogo, Ap.

11 (vase Contestacin a unas preguntas, cap. 11). MULL 'ABDU'L-KHLIQ-I-YAZD: Fue primero sacerdote judo, acept el Islm incorporndose a l Escuela Shaykh, y fue convertido a la fe bb por Mull usayn. MULL 'ALY-I-BARAQN: To de (r)hirih, uno de los miembros ms eruditos y famosos de la co unidad shaykh. Luego de convertirse a la fe bb, lleg a ser en (r)ihrn uno de sus ms ac tivos y capaces expositores. MULL 'ALY-I-BAS(r)M: Una de las Letras del Viviente. Enviado por el Bb en misin especi al desde Shrz en 1844, fue el primero en sufrir y dar la vida en el sendero de est a nueva Fe. MULL BQIR: Hermano de Mull Mihdy-i-Kand, martirizado en (r)abars. MULL USAYN: El primero en creer en el Bb, la primera "Letra del Viviente", el "Bbu'l -Bb", que significa "la Puerta de la Puerta", ttulo que le confiri el Bb. Nacido en 1813, fue durante nueve aos discpulo de Siyyid K1/2im, y durante nueve aos seguidor del Bb. Fue martirizado en el fuerte de Shaykh (r)abars el 2 de febrero de 1849. MULL MIHDY-I-KH': Compaero cercano de Bah'u'llh y maestro de los nios de Su casa. Mar izado en (r)abars. MULL MUAMMAD 'ALY-I-ZANJN: "Uno de los ms capaces y ms formidables campeones de la Fe" (Dios Pasa, pg. 44), adalid de los bbes en lo que Lord Curzon llam "el espantoso sit io y matanza" de Zanjn, donde fue martirizado junto con 1.800 condiscpulos. El Bb l e dio la denominacin de ujjat-i-Zanjn. MULL NI'MATU'LLH-I-MZINDARN: Creyente bb martirizado en Shaykh (r)abars. MULL YSUF-I-ARDIBL: "Letra del Viviente"; martirizado en Shaykh (r)abars. MUSTAGHTH: Literalmente, "Aquel que es invocado". Se refiere a la aparicin de Bah'u 'llh en el tiempo anunciado por el Bb. El Bb haba fijado el lmite de tiempo para la v enida del Prometido como Mustaghth, cuyo valor numrico, en el sistema abjad, es 2. 001. NABUCODONOSOR: Rey de Babilonia. En el ao 599 a.C. tom la ciudad de Jerusaln y en e l 588 la destruy, trasladando a Caldea a la mayora de sus habitantes. NADR-IBN-I-RITH: Enemigo de Muammad. NIMROD: En los comentarios islmicos se le representa como perseguidor de Abraham. NO: Profeta a quien los musulmanes dan el ttulo de "el Profeta de Dios" (vanse Gn. 6 , 10 y Qur'n, Srihs 11, 71, donde se relata Su vida y el Diluvio). NUBDIH (ORACIN DE): Lamentacin escrita por el Imm 'Al.

PARASO: Jardn celestial; estado de bienaventuranza. La Manifestacin es "El Ruiseor d el Paraso"; Su Revelacin, "el susurro de las hojas del Paraso"; "El amor de Dios" e s en s mismo el Paraso. PRN: Prn es una cadena de montaas situadas al norte del Sina y al sur de Seir; todas e llas consagradas como lugares de revelacin. Temn queda al noroeste de Edom, no lej os de Prn. Vase Hab. 3, 3. Moiss usa "Prn" refirindose en especial a Muammad, y "Seir efirindose a Jesucristo: "Dijo: El Seor vino de Sina, y de Seir sali a ellos; respla ndeci desde la montaa de Prn, y vino con diez mil santos; con ley de fuego en Su die stra para ellos" (Deut. 33, 2). Aqu predice Moiss la venida de tres revelaciones y tres profetas, siendo el ltimo de ellos Bah'u'llh. Ismael (Gn. 21, 21) es considera do padre de los pueblos rabes, establecidos en Parn. PENTATEUCO: Literalmente "el quntuple volumen"; se refiere a los cinco primeros l ibros de la Biblia. PROLACIN: Acto consistente en proferir, pronunciar o expresar algo. Es sinnimo de "palabra" y, por extensin, "palabra creativa". PIEDRA FILOSOFAL: Sustancia que buscaban antiguamente los alquimistas para trans mutar mediante ella metales no preciosos en oro. En sentido espiritual, gracias a su operacin el alma adquiere la naturaleza divina.

Q'IM: El prometido del Islm. QAYYMU'L-ASM': Comentario al Srih de Jos del Qur'n, escrito por el Bb en 1844, cuyo pr imer captulo fue revelado en presencia de Mull usayn en la noche del 22 de mayo de 1844. Segn Bah'u'llh, el Qayymu'l-Asm' fue el primero, el ms grande y el ms poderoso d todos los libros del Bb. Escrito en rabe, el Qayymu'l-Asm' se compone de ms de 9.300 versos, divididos en 111

captulos, cada uno de los cuales es un comentario sobre el Srih de Jos. Su propsito fundamental, ha escrito Shoghi Effendi, "era pronosticar lo que el verdadero Jo s (Bah'u'llh), en una Dispensacin posterior, padecera a manos de quien sera Su archien emigo y al mismo tiempo hermano carnal". Los bbs consideran el Qayymu'l-Asm' libro sagrado. (Vase Dios Pasa, pg. 23, para un es bozo de su contenido.) QIBLIH (alquibla): Direccin hacia la que debe volverse el rostro durante la oracin . El Qur'n, Srih 2, 136-145, establece La Meca como Qiblih de los musulmanes. QUINTAESENCIA: Supuesta quinta "esencia del cielo", que se suma a los cuatro ele mentos de la tierra; por lo tanto, ltima o ms alta esencia de algo. QUR'N: El Qur'n (en rabe, "recitacin"), sagrada escritura de la fe musulmana, fue re velado por Muammad. Sus versculos estn reunidos en captulos llamados Srihs. Contiene 77.974 palabras y es ligeramente mayor que el Nuevo Testamento; fue compuesto en el transcurso de 21 aos. El libro completo no fue recopilado hasta despus de la m uerte del Profeta; pero se cree que l mismo dividi los Srihs y dio a la mayora de el los sus ttulos actuales. RAYY: Antigua ciudad cerca de la cual se fund (r)ihrn. RIVN: Nombre del guardin del Paraso. Bah'u'llh lo usa para designar el Paraso mismo. RIK'ATES: Postraciones. RZ-BIH: Persa que abraz el cristianismo. Habiendo escuchado que un Profeta iba a a parecer en Arabia, viaj all y conoci a Muammad en Koba, en Su huida a Medina. Recono ci Su posicin y abraz el Islm.

SAB: Ciudad de Arabia meridional, citada en Gnesis 10, 28; I Reyes; II Crnicas 9. S imblicamente significa morada, hogar. DIQ: Sexto de los Immes sh'ahs. SADRATU'L-MUNTAH: Nombre de un rbol que los rabes plantaban antiguamente al final d e un camino para que sirviera de gua. Como smbolo denota a la Manifestacin de Dios en Su Da. En los Escritos bah's, un smbolo de la Manifestacin de Dios, el "rbol ms all el cual ni los hombres ni los ngeles pueden pasar"; especficamente, Bah'u'llh. Algun as veces es denominado el Divino o Sagrado rbol del Loto. "rboles de Loto Gemelos" : el Bb y Bah'u'llh. SADRIH: Literalmente, "Rama". LI: Profeta de Dios que apareci antes que Abraham y que fue enviado a la tribu de Th amd en Arabia. Exhort a las gentes a creer en Dios y dejar de adorar dolos, advirtin doles que si no respondan a este mensaje seran sorprendidas por una calamidad y ca stigadas por Dios. Llegada la hora, un terremoto aniquil a toda la tribu excepto a li y sus seguidores. Se le menciona en el Qur'n, Srih 7, 71-77. Algunos comentarist as lo identifican con el Sala de Gnesis 11, 13. SALSABL: Literalmente, "que fluye suavemente". Fuente del Paraso. SMIR: Mago empleado por el Faran como rival de Moiss. Segn los musulmanes, fue l, y no Aarn, quien erigi el becerro de oro. "SELLO DE LOS PROFETAS": Uno de los ttulos de Muammad. SHAYKH AMAD: Primero de los dos precursores del Bb; nacido en 1753 a.C., fundador de la Escuela Shaykh y autor de 96 obras. Muri en 1831. SH'AH: (Sh'ahs). El problema de la sucesin divide al Islm generalmente en dos escuel as de opinin. Segn una de ellas, representada principalmente por los sh'ahs, la reg encia es un asunto espiritual que determina el Profeta y quienes Le suceden; segn la otra escuela, la de los sunnes, la sucesin se determina por eleccin popular. El califa de los sunnes es el Defensor externo y visible de la Fe. El Imm sh'ah es di vinamente designado y est dotado con sabidura y autoridad sobrehumanas. SHOEB: Sacerdote de Madin (xodo 2, 16-21). Moiss despos a su hija con l; xodo 18 le da el nombre de Jetr. SHRZ: Capital de la provincia de Fars en Persia; lugar de nacimiento del Bb y escen ario de Su Declaracin en 1844. SINA: Montaa donde Dios dio a Moiss la Ley. (Qur'n, Srih 7, 139, y xodo 19.) IR(r): Literalmente, "Puente" o "Sendero"; denota la religin de Dios. SIYYID USAYN-I-TURSHZ: Un mujtahid, uno de los Siete Mrtires de (r)ihrn. SIYYID KIM: Principal discpulo de Shaykh Amad y sucesor suyo. usayn y otros distingui

dos bbes estaban entre sus alumnos. Muri el 31 de diciembre de 1843. SIYYID YAY (SIYYID YAY-I-DRB), llamado VAHD: Distinguido sacerdote de gran erudicin braz la fe bb y fue martirizado despus del sitio de Nayrz el 29 de junio de 1850, die z das antes de la muerte del Bb. FES: Orden de msticos musulmanes. SRIH: Lnea o hilada, como de ladrillos en una muralla. Trmino usado exclusivamente para los captulos del Qur'n, de los cuales hay ciento catorce. TABLA: Trmino que designa una epstola sagrada que contiene texto revelado. Se menc iona en el Qur'n, Srih 7, 142, que Dios dio la Ley a Moiss en tablas: "Y le escribi mos en tablas (alw, plural de law) advertencias sobre todo asunto". (r): (Tierra de): Provincia de (r)ihrn. THAMD: Tribu de un antiguo pueblo camtico que habitaba las orillas del Edom y que viva en cuevas. Fueron casi exterminados por Quedorlaomer, el conquistador elamit a. Los sobrevivientes huyeron al monte Seir, donde habitaban en el tiempo de Isa ac y Jacob. TRADICIONES: Relato autorizado de palabras inspiradas y hechos del Profeta que s e aade a la revelacin contenida en el Qur'n. 'URVATU'L-VUTHQ: [rabe( El "Asidero Seguro". 'Abdu'l-Bah ha escrito: "Sabed que el 'Asidero Seguro' mencionado, desde la fundacin del mundo, en los Libros, Tablas y Escrituras de la antigedad no es sino el Convenio y el Testamento." VOLUNTAD PRIMORDIAL: "La primera cosa que eman de Dios es aquella realidad univer sal... que el pueblo de Bah llama 'la Voluntad Original", (Contestacin a unas preg untas, cap. 53.) YAY: Juan, el precursor de Jesucristo. Fue decapitado por Herodes. YANB: Recopilacin de tradiciones sh'ahs. YATHRIB: Nombre antiguo de la ciudad que pas a ser Medinat-un-Nab, la Ciudad del P rofeta, o brevemente Medina; la ciudad por excelencia. ZAQQM: rbol situado en las Regiones del Infierno. ZYRAT: Tabla de visitacin revelada por el Imm 'Al. NOTAS PRIMERA PARTE 1. Qur'n 36:30. 2. Qur'n 40:5. 3. Qur'n 11:38. 4. Qur'n 71:26. 5. Qur'n 29:2. 6. Qur'n 35:39. 7. Qur'n 11:61, 62. 8. Abraham. 9. Qur'n 40:28. 10. Qur'n 2:87. 11. Qur'n 3:70. 12. Qur'n 3:71. 13. Qur'n 3:99. 14. Qur'n 3:7. 15. Qur'n 76:9. 16. Qur'n 5:117. 17. Qur'n 14:24. 18. La palabra griega (Thlipsis) tiene dos significados: "presin" y "opresin". 19. Mateo 24:29-31. 20. El pasaje es citado por Bah'u'llh en rabe y luego interpretado en persa.

21. 22. 23. 24. 25. 26. 27. 28. 29. 30. 31. 32. 33. 34. 35. 36. 37. 38. 39. 40. 41. 42. 43. 44. 45. 46. 47. 48. 49. 50. 51. 52. 53. 54. 55. 56. 57. 58. 59. 60. 61. 62. 63. 64. 65. 66.

Lucas 21:33. "Lamentacin" escrita por el Imm 'Al. Qur'n 55:5. Qur'n 67:2. Qur'n 76:5. Qur'n 6:91. Qur'n 41:30. Qur'n 70:40. Qur'n 82:1. Qur'n 14:48. Qur'n 39:67. Alquibla, direccin en que se vuelve el rostro al orar. Meca. Medina. Qur'n 2:144. Postraciones. En Meca; Qur'n 2:149. Qur'n 2:115. Qur'n 2:143. Qur'n 74:50. Qur'n 28:20. Qur'n 26:19. Qur'n 19:22. Qur'n 19:28. Mateo 2:2. Qur'n 3:39. Mateo 3:1-2. Shaykh Amad-i-As' y Siyyid K1/2im-i-Rasht. Qur'n 55:29. Qur'n 51:22. Qur'n 55:56. Qur'n 2:87. Qur'n 25:25. Qur'n 25:7. Qur'n 2:210. Qur'n 44:10. Qur'n 3:119. El sexto Imm de los sh'ahs. Qur'n 25:7. Qur'n 4:45. Qur'n 2:75. Qur'n 2:79. Qur'n 24:35. Qur'n 9:33. Qur'n 29:51. Qur'n 2:176.

SEGUNDA PARTE 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. Qur'n Qur'n Qur'n Qur'n Qur'n Qur'n Qur'n Qur'n Isaas Qur'n 6:103. 3:28. 41:53. 51:21. 59:19. 2:253. 7:145. 6:35. 65:25. 7:178.

11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20. 21. 22. 23. 24. 25. 26. 27. 28. 29. 30. 31. 32. 33. 34. 35. 36. 37. 38. 39. 40. 41. 42. 43. 44. 45. 46. 47. 48. 49. 50. 51. 52. 53. 54. 55. 56. 57. 58. 59. 60. 61. 62. 63. 64. 65. 66. 67. 68. 69. 70.

Qur'n 11:7. Qur'n 13:5. Qur'n 50:15. Qur'n 50:20. Qur'n 17:51. Juan 3:7. Juan 3:5-6. Qur'n 7:178. Lucas 9:60. Ttulo del to de Muammad. Qur'n 6:122. Qur'n 37:173. Qur'n 9:33. Qur'n 11:18. Qur'n 35:15. Marcos 2:3-12. Qur'n 6:91. Qur'n 15:72. Qur'n 5:67. Qur'n 48:10. Qur'n 29:23. Qur'n 2:46. Qur'n 2:249. Qur'n 18:111. Qur'n 13:2. Qur'n 17:44. Qur'n 78:29. Qur'n 57:3. Qur'n 2:210. Qur'n 28:5. Qur'n 13:41. Qur'n 3:183. Qur'n 3:182. Qur'n 2:89. Qur'n 2:285. Qur'n 54:50. Qur'n 43:22. El Bb. Qur'n 2:19. Qur'n 36:20. Imm 'Al. Qur'n 2:85. Qur'n 33:40. Qur'n 6:103. Qur'n 16:61. Qur'n 21:23. Qur'n 55:39. Qur'n 55:41. Baghdd. Qur'n 10:25. Qur'n 6:127. Qur'n 2:136. Qur'n 2:253. Qur'n 8:17. Qur'n 48:10. Qur'n 33:40. Qur'n 2:189. Qur'n 17:85. j Mrz Karm Khn. Gua para los ignorantes.

71. Ascensin. 72. rbol infernal. 73. Pecador o pecaminoso; Qur'n 44:43-44. 74. Honorable; Qur'n 44:49. 75. Qur'n 6:59. 76. Mago contemporneo de Moiss. 77. Qur'n 7:57. 78. Qur'n 16:43. 79. Qur'n 29:69. 80. Ibdem. 81. Ao 1260 d.H., que es el ao de la Declaracin del Bb. 82. Qur'n 2:1. 83. Qur'n 2:23. 84. Qur'n 45:5. 85. Qur'n 45:6. 86. Qur'n 45:8. 87. Qur'n 26:187. 88. Qur'n 8:32. 89. Qur'n 45:24. 90. Qur'n 29:23. 91. Qur'n 37:36. 92. Qur'n 40:34. 93. Qur'n 3:7. 94. Qur'n 45:22. 95. Qur'n 38:67. 96. Qur'n 34:43. 97. Qur'n 5:62. 98. Qur'n 6:7. 99. Qur'n 2:148. 100. Qur'n 11:27. 101. Imm usayn. 102. Qur'n 26:227. 103. Qur'n 2:94. 104. Qur'n 34:13. 105. Qur'n 59:2. 106. Aquel Que es invocado. 107. Qur'n 11:113. 108. Qur'n 54:6. 109. Tabla de Visitacin revelada por 'Al. 110. Qur'n 25:44. 111. Antigua ciudad cerca de la cual se construy Tihrn. 112. Qur'n 43:36. 113. Qur'n 20:124. 114. B y H, que significan Bah. EL KITB-I-QN

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