La fascinante historia del neurocirujano Alfredo Quiñones

Médicos migrantes

Dra. Natalia Martínez Medina

Conflictos de interés

6 de septiembre de 2024

Tener la posibilidad de especializarse en lo que siempre habían soñado, casualidades de la vida, falta de oportunidades en su país de origen… estas son algunas de las razones más comunes por las que los médicos latinos migran a otros países. Conozca la historia de algunos médicos que son profetas en otras tierras.

Alfredo Quiñones-Hinojosa llegó a ser médico porque a eso vino a este mundo, a ser médico. En México, su país de origen, estaba estudiando para ser maestro, pero se dio cuenta de que las condiciones laborales y salariales no iban a ser las mejores para poder continuar sus estudios superiores, así que decidió migrar a Estados Unidos, sin documentación legal, con el objetivo de trabajar en el campo, ahorrar y regresar a su país. "Fueron dos años difíciles, el sueldo era de 3,35 dólares la hora y la labor en el campo era muy dura, así que mi sueño de trabajar y hacer mucho dinero se derrumbó". Sin embargo, esta sacudida de la vida no lo hizo quedarse quieto, lo motivó a estudiar inglés y cambiar su destino.

Dr. Alfredo Quiñones-Hinojosa

Tuvo la oportunidad de comenzar a estudiar en una universidad de dos años (community college), instituciones de universidades estatales en donde personas de diferentes países y de bajos recursos pueden iniciar estudios preuniversitarios para luego transferirse a una universidad. Por su sobresaliente nivel académico, fue aceptado en la University of California, Berkeley, una de las escuelas públicas más importantes de Estados Unidos, en donde luego de tres años obtuvo su diploma como psicólogo y profesional en Neurociencias.

Mientras estudiaba Psicología y Neurociencias, rondaba por su cabeza la idea de estudiar medicina "Siento que mi vocación de ser médico surgió porque mi abuelita fue cuidandera y partera, y yo quería seguir sus pasos de ayudar en la salud de las personas desde distintos ámbitos, de manera profesional".

En 1994 fue aceptado para estudiar medicina en la prestigiosa Universidad de Harvard. Relata el doctor Quiñones-Hinojosa que todo fue una combinación de suerte y trabajo arduo. "Más de suerte, porque las cosas pasan a veces y sin saberlo, suceden eventos que no planeas. Todo se dio de una manera mágica, es muy raro ver a una persona que viene de la nada llegar hasta donde he llegado yo; de una forma muy metódica empecé a estudiar y pude hacerlo en una de las mejores universidades del mundo. Nunca imaginé qué iba a ser y hasta dónde iba a llegar".

La neurocirugía también apareció en su vida por casualidad. "Un día iba caminando hacia la biblioteca de Harvard y un neurocirujano me invitó a que lo acompañara al quirófano; cuando entré a las salas de cirugía, se me doblaron las piernas, vi el cerebro en ese momento y me dije: es algo increíble. El paciente estaba despierto y mi reflexión fue ver eso fascinante que el cirujano estaba haciendo, pero aún más extraordinario darme cuenta de cómo el paciente le dio toda la confianza al médico que lo estaba operando, puso su vida en las manos de otro ser humano, porque una neurocirugía es un procedimiento grande, de mucha responsabilidad. El celebro es algo fuera de lo real. Eso fue lo que me conectó, desde ese momento, quedé enganchado".

Hizo su residencia en neurocirugía en la Universidad de California, San Francisco, uno de los programas más reconocidos en el área y después de graduarse, trabajó en el hospital Johns Hopkins, en Baltimore, Maryland. "En menos de cinco años era profesor catedrático, tuve una escalada magnífica, un avance meteórico".

Ha publicado más de 650 artículos científicos, es autor de más diez libros y más de 50 capítulos de libros, así como de varios manuales sobre técnicas neuroquirúrgicas. Merecedor de varios títulos y premios académicos, incluido un doctorado honorífico y reconocimientos por su destacada labor en medicina y docencia. Creó la fundación mission:brain, en donde proporciona, a los pacientes de bajos recursos, acceso a procedimientos neuroquirúrgicos avanzados y educa a profesionales médicos de todo el mundo sobre los avances en técnicas y cuidados neuroquirúrgicos.

Ve en su consulta a pacientes de alrededor de 41 países. Es expositor académico de talla internacional. Fue protagonista de una serie de Netflix llamada Ases del bisturí y están por publicar una serie llamada La increíble vida del Doctor Q, inspirada en su historia.

Actualmente es el director de neurocirugía y dirige un laboratorio de investigación en ciencias básicas en la Clínica Mayo, en Jacksonville, Florida, donde puede ser guía de jóvenes médicos talentosos que quieren seguir sus pasos.

Es un médico positivo, lo que ha logrado ha sido después de pasar muchos obstáculos. "Debemos hacer de la vida un arte marcial, esquivar las dificultades, utilizar la energía a nuestro favor, aprovechar las bendiciones que nos manda Dios de poder expresar, pensar, sentir, de contar historias, cambiar la vida de otros, tener una pasión y agradecer porque estamos aquí".

Tiene pendiente la publicación de dos libros, uno enfocado en las historias de sus pacientes y otro sobre liderazgo, no solo como neurocirujano, sino como latino.

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