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28/12/18

Vista al valle, por Kurt Folch





piedra molida enmarcaba la lectura del paisaje
eran dos al sol hace menos de una hora
la sombra del cerro cubre esa parte del territorio
aluvial los remansos del río los campos pelados
del norte cocido al pie de un talud de lava
en el aire comprimido la distorsión del calor
la pátina de polvo y polen borró el horizonte
entre las rocas sobre un cuero accionó
una serie de poleas para hacer andar
círculos de presiones distintas cruzadas
en soledad se evaporan los relieves de sonido
tras la colina el gredal quedó en silencio
sin nadie bajo ninguna estrella como si no
hubiera ocurrido algo en la quebrada desde
la cima hasta la base tenían grabados imposibles
no había más rastros pero sí al final una huella
cuesta abajo se detuvo a flotar en el aire
con los ojos barrió el erial de este a oeste
dijo que hay incluso interferencias extrañas
las marcas del roce con fuego la tierra estéril



en Tierra negra, 2018

Editorial Una Casa de Cartón













26/6/18

Eliminación de oraciones, por Alejandro Zambra





En los ejercicios 55 a 66, señale qué oraciones o párrafos del enunciado pueden ser eliminados, porque no agregan información o no guardan relación con el texto.

55.
(1) Durante años nadie vino a visitar mi tumba.
(2) Tampoco esperaba a nadie, a decir verdad.
(3) Pero hoy vino una mujer a dejarme flores.
(4) Cuatro rosas rojas, dos rosadas y una blanca.
(5) No sé quién es, no recuerdo haberla conocido.
(6) No creo que sepa que fui una mierda de persona.

A) Ninguna
B) 2
C) 4
D) 5
E) 6
[...]



en Facsímil, 2014










19/12/17

Sobre el ocio, los tiempos muertos y algunas peticiones extrañas, por Ariel Rioseco




 
Extracto de “El ocio en la Grecia Clásica y la Roma Antigua”
por Santiago Segura y Manuel Cuenca

Resulta interesante saber que la palabra "escuela" viene del latín schola (lección, escuela) y ésta, a su vez, de la palabra griega scholé, que significa ocio, tiempo libre; escuela, estudio. Nosotros no relacionamos el "ocio" con los estudios. Consideramos, muy por el contrario, que ambos términos se excluyen mutuamente. Distinguimos el día laboral, el tiempo del trabajo, de los momentos libres, contraponiéndolos -de hecho- con fuerza. ¿Cómo entender, entonces, que el término "escuela" derive de scholé, que significa ocio? ¿Por qué un griego asociaría el tiempo libre al estudio?

Así, pues, el término "ocio" apuntaba al cultivo del espíritu. Por eso significaba también "escuela", o lugar donde había ocio. A ese "lugar" se iba a aprender por el amor al saber y no por alguna otra razón. Este amor a la verdad generaba felicidad, pues se buscaba comprender la realidad dejándola "ser", en lugar de pretender su dominio. La actitud contemplativa no implicaba distanciarse de lo real para sencillamente observarlo. La idea era considerar las cosas y las situaciones sin dejarse absorber por ellas y sin apoderarse -tiránicamente- de ellas. Cuando no hay dominio de "lo otro" imperan el respeto y el verdadero conocimiento; un conocimiento del que brota, por cierto, el amor, pues la distancia justa que crea en nosotros la actitud contemplativa, nos lleva a comprender la realidad, la existencia de las cosas, sin pretender su manipulación. El amor dispone a conocer "lo otro" en profundidad, lo cual supone dejar "ser" a las personas y a las cosas. 

El ocio filosófico se apoya en el estupor que provoca lo real. A la creación poética y en general, a toda vivencia creadora, subyace el mismo asombro ante el mundo y la similar necesidad de trascender los límites de su finitud. No hay gracia sin esfuerzo, inspiración sin tenacidad, ni bendición sin condiciones que la reciban. Estas se crean; por eso es importante reflexionar sobre la necesidad de fomentar espacios de "tiempo libre" para mantener vivo el asombro ante el mundo. Poder decir "todo de inmediato" o ver alguna luz después de mucho pensar, resultará en la bendición que sigue al esfuerzo.


Consideraciones ad portas

El siguiente, es un conglomerado de nombres e insinuaciones gestado a partir de un pedido de mi hijo, y al amparo del ocio, a cuatro mil metros sobre el nivel del mar, en las alturas de la Cordillera de los Andes, a fines de la primera década del nuevo siglo. ¿La finalidad? Encontrar un nombre ad hoc para la que por aquellos años, sería su primera banda de rock. Quien sea padre o viva con algún adolescente, entenderá rápidamente el sentido de la complicidad, más aun, cuando quien escriba, se encuentre inmerso en un estado de latencia, extraviado dentro de sí mismo o apesadumbrado por la obviedad de la pérdida, asumiendo dicha condición, y entendiendo el daño ocasionado a sí mismo y quienes lo rodean. Es evidente que gran parte de las imágenes y situaciones que deberían funcionar de manera ordinaria y sensata, distan sobremanera de aquella base que las normaliza y centra. Esto, no porque la realidad haya variado, sino más bien debido a que las ideas, sensaciones y valores que las sustentaban, se presentan en el día a día como una variante que se mueve a cada instante, más y más hacia un absurdo vacío en el cual, aquellas preguntas directas y simples, dejan de ser una forma de entender los hechos, los afectos y sus causas, dando lugar a lapsos en los cuales, la nada, como protagonista principal, ocupa todos los espacios del pensamiento y el alma.

Sobre esta base, el ocio cubre como un gran manto las posibles posiciones como espectador y participante en un mundo que no siendo abstracto, se vuelve un todo sin sentido, cual destrucción sistemática, ordenada y masiva. Tal vez por ello, como sugerían los griegos, al encaminarse por los intrincados laberintos del vacío, se llega a lugares en la mente de los individuos donde confluyen, al amparo del ocio, simples ideas que van sumando como los segundos en un minuto, y estos, en una hora, para llegar a la plenitud de algo cabal y tangible como lo sería el nacimiento de un nuevo día, tras la oscuridad de la noche golpeada por una tormenta devastadora.

El siguiente es el referido listado de nombres e insinuaciones para el uso indiscriminado o conveniente, de acuerdo a las intenciones que le acomoden a cada uno y de mejor forma.


Bandas de rock
                    
Los amantes muertos / Las caracolas de Piedad
Mala leche / Bajo tierra / Falsa alarma
Nabucodonosor Kid
Monjas drinks / Nosotros 3
Inventario de llamas / Destrucción masiva
Huracán de monos / Sin sacrificios
Basura de vecinos
Cadena de idiotas
Vivaldi en cana / Aviones sin intención
Agosto 29/ El divorcio de Ninnet
Socorro constante / Zacarías ha muerto
Al carajo Zaratustra
2:45 / Ya no / Más kerosene
Vertical / Traffic
Sopa de caníbales / Animal abstracto
Zíngaros / Sakura / Caperucitas black   
Martes pasado / La muerte desatada
Mundo sucio / Genocidio en trance
Suburbano pop / Tetracloruro de sodio
Sin academia / 9 horas antes / Siniestro total
Alusión catastrófica / Hierro fundido
Como ayer / Pequeña mía
Impostores / Amor impensable
Glaciar Italia /  Giberélicos / Ocular 69
Septicemia / Piromaniac /Animal culposo
Antártica / Faloween / Fruta silvestre
Atómica / Soda Caústica / Acuarela de maldad
Casa muerta / Clandestino / Humanoides


Comercio
                                                                             
Semilla muerta / La bala perdida
San Demente / El tuerto Pepe / El rey Guy
Cien años / El obispo desnutrido
Mi último dólar / La abundancia del pije
El zapato de cartón piedra
El perro sin cabeza / Golondrinas y mecos
Las delicias de Lulú
Cinco años y un día
Mariposas con flecos           
Oro azul / Roma Corp. / Polaris   
Zafra inc. / Zaffari non pass                               
Pro forma / Boreal / Tetravalente
Xantina / La iguana mágica             
Cacería nocturna / Lobos & Hienas
El dinosaurio verde / El oso petrolero
La escalera del trigal
Sin astronautas / El caníbal                               
Magdalenas y Cuasimodos
Orates /Panda
Kilovatio / La oreja / Luna llena
Submarinos / Luna llena / Exhibition Vips
Litio & Fosfolípidos                          
El ocio puro / Patagonia Ligh / La hueca
El chino Checo / Constantinopla cero /El tuerto Juan
Los tróglodos / La gallina miope / El avestruz albino
Luna Europa / Negativos / Cielo amarillo
Mutants / Noruega / Orgiope
Culpables / Xicarios / Para cuando vuelvas
  

Comunicación
                               
La moral en tránsito / Elías 3:16
Todo lo ajeno / La navaja tartamuda
No tiempo – No verdad                                      
The hemorragia post
Odio extremo / Alcohólica F.M.
La constitución de papel arroz
Absolución & Pecado / 20 centavos de democracia 
La comparsa de los esclavos
El pinche carnal / Felices todos
El idiota incomprendido / La mentira encantada
Ad valorem / Alma mater
Ambigüedad callejera / Nómina 76                                                   
In vitro / Destilado de conciencias
Alacalufe / Zona cero / Gravedad
Calumnias y verdades / Orden & Caos Org.                                      
Fronteras / Desarrollo culposo / Hermético
Galeatos / Latitud 99 / Ciudad infiel
Secuencia negativa                              
Sinapsis / Conclusión / Pandemonium


 
Quito 2009 / San Clemente 2017



Fotografía: The isolator, Hugo Gernback










5/7/16

El fin después del fin, por Ariel Rioseco G.






Sobre El jardín de los violadores amables, de Draupadí de Mora



A través de las sucias ventanas, ella realiza piruetas, sorteando la calle, buscando un felino ajeno que ella misma, sin recordar, dibujó. La observo a través de los cristales, la veo atrapando la precaria mañana, el mediodía, la tarde incompleta… como el asesino que espía, planea y ejecuta. Frente a ella se resquebraja la hoja y la escritura, mientras la muerte imperfecta huye para regresar, desvestida. Imagina el cielo, bebe un ron, más tarde un whisky, esperando ansiosa el encuentro, el calor, el cóncavo-convexo.

La chica de secundaria sobre los íconos de una situación política que no funciona… se emociona y vuelve a amar reencarnándose en un sueño que la humedece hasta que la bombilla explota y el encanto se quiebra en dos. Sobre una mesa de desconocidos ella lee y yo, junto a ella, leo también, contemplando un mundo de figuras casi invisibles que invaden el cuarto y el poema que yace embriagado ante la falta de poder.

Las preguntas, como dardos, van desde las pérdidas y los regresos, hasta la presencia y la falta de fe en un instante que podría ser, pero luego ya no está. Draupadí se dramatiza y anhela como un crimen sin arrepentimiento, surgiendo del caos la pregunta obvia que desnuda la hora y otros colores: ¿Cómo se suicida si se ama tanto?

Pues así, como tres días de locura jamás alcanzan, la edad no lo es todo y la indolencia no sirve para llenar los espacios que dejan las otras grandes dudas. Quiere creer y, tal vez por ello, corre la milla y se descubre la herida profunda que sangra sin esperar. Tal vez por esto, sin temor, no diluye ni dilata; porque ve en cada escena un final después del fin y en la próxima avenida un esbozo, una poética, que envuelta en un silencio constante, abre una senda a otros amores y amantes, aunque esto signifique un temblor, un corazón del cual solo quedarán cientos de cristales rotos.


San Clemente, Chile, junio 2016





13/6/16

La ciudad, por Franklin Goycoolea





La ciudad no quiere más guerra…

Mi mujer, mi automóvil, lo que he logrado
Un fin de semana para mis descansos
porque también me canso de ser hombre

Mi 4x4 me sustenta, me soporta
Esa mirada complaciente

Antes de ponerse el sol
un pisco sour a mi salud
por soportar tanta mentira

Puertas de escape
Silenciadores cosquillean a mis pies
Escapes libres

Mañana será otro día, otro día, otro día
¿Dónde ir?


en Flash
Publicación G0, segundo semestre 2017
Foto de Jaime Goycoolea




16/7/09

Del lenguaje visual al Libro-Objeto, por Antonio Gómez






Un acercamiento analítico a la naturaleza conduce siempre a un proceso reflexivo que a su vez necesita de variadas estructuras para que el fenómeno creativo se vea definitivamente materializado. Federico García Lorca, dijo: "Ningún ciego de nacimiento puede ser poeta plástico de imágenes objetivas, porque no tiene idea de las proporciones de la naturaleza. El ciego esta mejor en el campo de la luz mítica, exento de los objetos reales y traspasado de largas brisas de sabiduría. Todas las imágenes se abren, pues, en el campo visual". De los demás seres vivos, entre otras muchas cosas nos distingue el lenguaje y nuestra capacidad de comunicación. Pero considerar al hombre como único productor de signos, no deja de ser una equivocación, el hombre aunque a veces realmente sea creador, es un signo mas entre los signos.

En nuestra relación con todo lo que nos rodea, nos encontramos inmersos en una serie de lenguajes autónomos que poco a poco van siendo descubiertos y traducidos por nuestros sentidos. Los lenguajes tradicionales, por la cotidianidad de su utilización son lenguajes intencionados y sus funciones se limitan primordialmente a transmitir conocimientos, ideas, sentimientos, etc.

Nada descubro admitiendo que los distintos lenguajes con que la sociedad actual nos bombardea, facilitan el conocimiento y dan forma a nuestra opinión sobre todo lo que nos rodea. Reconozco que la peculiar visión a la que estos lenguajes nos ha abocado, nos obliga a que desarrollemos nuevos esquemas durante su utilización o bien cuando nos propongamos su lectura.

La difusión que del lenguaje visual se esta haciendo en estas dos ultimas décadas hace que se nos presente como un lenguaje novedoso. Lo cierto es que su origen re remonta a culturas anteriores a la nuestra y que estudiosos del tema ya se han encargado, acertadamente, de enlazar con el siglo XX las manifestaciones visuales de culturas primitivas cuyos signos de comunicación fueron jeroglíficos, caracteres aztecas, cuneiformes, orientales, arábigos,.. etc.

Aun teniendo tan ricos e interesantes antecedentes la gran mayoría de autores ha llegado a esta practica de una manera autónoma y personal y ha sido una vez introducido cuando ha descubierto a sus precursores.

Las características que definen el lenguaje visual son la conjunción perfecta de elementos visuales y el uso de símbolos de distintos códigos de comunicación, teniendo en cuenta y asignándole un valor al soporte donde se realiza la obra.

Si intentamos buscar un lenguaje visual a nuestra literatura, demostrar su nulidad en este campo nos resultaría demasiado fácil. Nuestros textos son unívocos, en ellos no intervienen más elementos que los puramente basados y fundamentados en la linealidad del clásico discurso. Están herméticamente cerrados a los "lenguajes sin lengua".

El escritor se enfrenta ante un folio en blanco. En el escribe. Se contenta mediante signos establecidos en transmitir intenciones particulares o realidades muy concretas y en algunos casos sus emociones. Olvida frecuentemente, que las letras, palabras, frases, son elementos aislados dentro del texto, olvida el equilibrio, la armonía, las proporciones, la perspectiva y presta solamente atención a las leyes secuenciales del lenguaje. Utiliza el alfabeto sin buscar nuevas relaciones con el. Pero una comunicación fundamentada en la integración de varios lenguajes, capaz de utilizar creativamente los medios de expresión que nuestra poca ofrece, nos hace prescindir de los esquemas que veníamos asumiendo por tradición.






La discursivas y monotonía se van desechando y el conocimiento de nuevas técnicas comunicativas, los dispares materiales empleados y la integración como una parte importante, en algunas obras secundaria y en la mayoría imprescindible y esencial, de otras manifestaciones artísticas como la fotografía, pintura, música o diseño, hacen que nuestras nuevas palabras, nuestras nuevas imágenes adquieran una carga de ambigüedad que aunque puedan ser discutidas por sus contrastes o por sus espectaculares avances, reflejan una coherente asimilación de principios que sin duda incitara directamente la curiosidad del receptor.

Es evidente que un pensamiento solamente puede manifestarse a través de un lenguaje. Este lenguaje solo puede ser verbal o de signos. Si llamamos lenguaje verbal al discurso organizado a base de signos unívocos con significación preestablecida y fijada de antemano y lenguaje de signos o símbolos al discurso que emplea signos ambiguos de significado vago y cambiante. Vemos que mientras uno es concreto como sus conceptos, el otro es abstracto y su intencionalidad es la de sugerir, moviéndose para ello a nivel de la sensibilidad, sintetizando y clasificando una serie de percepciones y sensaciones visuales.

Pero el creador visual no rechaza el lenguaje verbal o natural. Hace de el un material mas para utilizar en su trabajo. Este lenguaje que usamos a diario, es empleado dándole nuevas significaciones, aludiendo a unas cosas por medio de otras. Trucos, juegos, rodeos de lenguaje son utilizados como metáforas, transformando la información puramente semántica del lenguaje en información estética.

Los creadores visuales, toman la ambigüedad como su lenguaje natural, como el fin y el medio de su expresión. Con una gran dosis de ambigüedad hacen frente a todas las sensaciones que pasan por su pensamiento sin encontrar signos lingüísticos capaces de describirlas con la precisión deseada.

Este acercamiento acelerado al lenguaje visual, lo hago desde mi visión de poeta experimental practicante. Desde que en Mayo de 1972 publique en Cuenca mi primera obra visual "20 poemas experimentales" hasta hoy, he intentado hacer poesía con medios no precisamente poéticos, con conceptos mutantes y apartándome de análisis semánticos y semióticos, ajeno a definiciones y teoría que especialistas y críticos asignaban a las manifestaciones que sucesivamente irían apareciendo como ultimas tendencias. Me llegaban los nombres que la poesía iba recibiendo: Concreta, visual, espacial, aleatoria, evidente, fonética, letrista, gráfica, elemental, electrónica, automática, gestual, cinética, simbiótica, ideográfica, multidimensional, artificial, permutacional, encontrada, simultanea, casual, estadística, programada, cibernética, semiótica. No solo en lo poético se encuentra la poesía, lo antipoético también tiene su propia poesía. Estos nombres de acepciones de la poesía, más que movimientos, quedaron en nombres de movimientos.

Desde 1975, cada vez que me he enfrentado a una obra visual, recuerdo siempre una frase que en esa poca oí de Joan Brosa: "La vida es corta y el poema ha de ser abarcado con una sola mirada". Busco desde entonces una comunicación visual inmediata para todas mis manifestaciones poéticas.

Paso ahora a relacionar este tipo de lenguaje con los libros y para ello leer a continuación la definición que mi diccionario hace de la palabra libro: "reunión de muchas hojas de papel, vitela, etc. que se han cosido o encuadernado juntas con cubierta de papel, cartón, pergamino u otra piel, etc. y que forman un volumen".

Ateniéndome a esta definición mi diccionario se puede considerar como un libro. De el podríamos decir también que es un continente accidental de textos. En su origen los libros fueron exclusivamente continentes de textos, pero es obvio que pueden contener otros lenguajes. Además del lenguaje literario, todo sistema de signos tiene cabida dentro de la estructura de un libro.

El lenguaje visual busca dentro de estructuras (libros) nuevas formulas de asociación y crea con formas propias nuevos códigos de comunicación. Utiliza conjuntamente nuevos signos y símbolos, elementos fonéticos y visuales, elementos tipográficos. Valora el color y la forma, valora el signo semántico como tal signo y el espacio o soporte donde va a desarrollarse la obra, dándole a la página la categoría de espacio artístico en potencia, espacio donde se puede exhibir un trabajo. Junto al lenguaje semántico busca el estético.

Las imágenes son meras ilustraciones de textos y los distintos elementos de estas estructuras proporcionan una mayor riqueza interpretativa y de participación. Uno de estos elementos es el texto, pero no tiene porque ser el más importante. Hay ocasiones en que el lector es a su vez el nuevo creador de la obra. El lenguaje tal como se ha venido entendiendo, tiene sus limitaciones. Hay sensaciones que al intentar expresarlas, nunca quedamos satisfechos de los resultados. Estas situaciones son las que el nuevo lenguaje ayuda a resolver. Los libros que el lenguaje visual plantea, son realidades autónomas, autosuficientes y se puede considerar más internacionales que el tradicional libro escrito -muchos de ellos no necesitan ser traducidos-. A estos se les viene conociendo con el nombre de "libros-objeto".






Al hablar de libros nos encontramos con una serie de ellos ya reconocidos y aceptados popularmente. Existen libros sagrados, libros de caja, libros de oro, de ritual, de texto, de coro, de inventarios, etc., todos ellos con unos contenidos peculiares y destinados a unas funciones tan específicas como concretas. Después de la importancia que el libro-objeto ha adquirido en estos últimos diez años, viene con todo merecimiento a engrosar esa lista.

El libro tradicional, dada su unidad literaria y su monotonía visual, nos sugiere unos valores tranquilizadores y unitarios. Transforma inevitablemente los textos creados por escritores en justificaciones culturales del lector y aunque a veces, editor o autor pretendan seleccionar los medios de propaganda y difusión de sus libros, terminan siendo un producto de consumo ofrecidos camufladamente como instrumentos de información para adquirir una mayor experiencia. El libro se convierte en nuestro cómplice. Nos lleva hasta cambios de opinión y a nuevas actitudes en el desarrollo de nuestro acontecer diario. El libro transforma nuestra vida.

Al margen ya de contenidos, un libro, un continente de lenguajes, es un objeto con un peso y unas medidas que nos dan un volumen en el espacio. Seria una torpeza pretender aplicar el mismo baremo, utilizar una misma escala a la hora de valorar los méritos de un libro y los méritos del texto que ese ejemplar contiene. Pero seria una torpeza también ignorar que los libros como objetos que son, con su propia realidad exterior están sujetos a unas condiciones de percepción que proporcionan nuevas maneras de comunicar.

Estos libros, vistos como objetos autónomos en el espacio ofrecen al lector-espectador, nuevas alternativas y con ellas están potenciando las posibilidades de comunicación de todos los géneros literarios y de cualquier otro sistema de signos o símbolos.

Los escritores no escriben libros, esta muy claro que lo que ellos hacen es escribir textos. Si asumimos esto y que información no es necesariamente comunicación estamos en disposición de poder interpretar fácilmente nuevos códigos de lectura.

En este tipo de publicaciones nada tiene consistencia aisladamente, la estructura del libro considerado como libro objeto, la forman la suma de todos sus elementos y el mensaje final que oferta al lector es el libro en si, el libro en su totalidad.

Ante todo, un libro-objeto no es un mero soporte de palabras, es mas bien una secuencia de espacios desarrollados en cualquier lenguaje escrito y en cualquier sistema de signos. El lenguaje literario es el menos empleado en estos libros.

El creador de libros-objeto, hace libros, utiliza eficientemente las posibilidades espaciales de la página, explota su potencialidad táctil y propone formas, medidas y colores adecuados. Es el único responsable de que el libro alcance a ser un hecho real.

Las medidas, la forma, los colores y los materiales empleados nos proporcionan una experiencia visual, táctil y hasta olorosa, pudiendo darse el caso de ser más importante y enriquecedora que el propio contenido ofrecido por el texto.

Las editoriales del sector libro, que por norma se someten a la poética del bestseller, condenan a este tipo de publicaciones al cajón del olvido dejándolos fuera de sus proyectos. Son libros de difícil ejecución, caros y minoritarios y salvo alguna pequeña editorial marginal, la mayor producción son autoediciones de muy corta tirada y realizados con técnicas totalmente manuales. Han sido los propios creadores, quienes a base de presentaciones y muestras han formado un público incondicional y cada día más numeroso.

Hasta aquí mi comentario, quizá elemental y rápido pero como introducción espero que suficiente. Quisiera aclarar que el haber expuesto estas notas, no supone aceptar esto y negar todo lo demás. Todo lo demás me ha hecho llegar a esto y esto valora y utiliza a todo lo demás.