RAWR

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“Acepto el caos. Me encanta la palabra porque siempre trae consigo movimiento, desorden. Hay libertad en el caos”, cuenta Taichu a Apple Music. Para Taise López Miranda, nombre real de la artista porteña, es natural encontrar comodidad en el desorden, en la posibilidad de tomar un trozo de plastilina y moldearlo en más de mil formas, tal como lo hace con el pop en su álbum debut RAWR!. “Caos es una palabra clave para entender el disco, ver oportunidades de elegir un género para desarmarlo y rearmarlo de otra manera, o usar los patrones de un género pero con los sonidos de otra cosa. No sé, es algo que definitivamente me interesa. Arriesgarme. Deconstruir la manera en que creamos una canción”. Encontrar tal grado de libertad para crear el LP que inaugure una discografía personal puede ser una bendición o una condena. Así es como se han creado los más grandes debuts de la historia. No obstante, cada una de las 12 pistas de RAWR! muestra que para Taichu una canción es un infinito espacio en blanco, donde los limites se trazan sólo a través del tiempo mismo. Ese estado mental nace de su constante apetito de búsqueda, de no repetirse para así librarse de la presión que conlleva el seguir componiendo. “Siempre había idealizado mi primer disco: tenía que ser de esta u otra forma, tenía que ser algo bien pensado y tal. De repente, simplemente dije: ‘No, es mi primer álbum mas no el último’. Voy a explorar, divertirme y dejar que sea lo que tenga que ser”, rememora la argentina. Y sí, ese goce definitivamente se percibe. Pasar por los casi 30 minutos que conforman el álbum es entrar a una fantasía hot core en un parque de diversiones. “BABYSPICE” es una montaña rusa de trance noventero, “BALADARKS” emula un catártico paseo por la oscuridad de una casa del terror, “d CERO” es una vuelta en la rueda de la fortuna más kawaii del planeta y “PRESION” es un reggaetón futurista que sube y cae como martillo. A pesar de transitar por tantas atracciones y sonidos, prevalece un concepto ideado por ella misma que engloba el sentido del álbum y la identidad general de Taichu: el scary hotcore, una noción estética post-Hollywood donde aparecen ideas alternativas que le dan forma al video y audio por igual, viendo a su obra como un todo y no como un complemento. Por otro lado, la palabra RAWR! es una onomatopeya que guarda acepciones y emociones de todo tipo. Ferocidad, atracción, furia, placer. Cada una de ellas puede apreciarse dentro del álbum y aparece con fuerza e intención. “Soy flaca pero sueno gordo”, dice en “MORTAL-KOMPA” con toda razón. “Al leer RAWR! no puedes simplemente leerlo e intentar decir ‘rawr’ y ya. Tienes que decirlo literalmente como una onomatopeya, con ganas, o no podés decirlo, no sale. Es un nombre muy visual, además”, señala. Aun así, pensar en este disco como una afirmación lírica quizás no sea del todo correcto, pues una de sus virtudes más grandes está en la producción. Que el álbum acabe con una pista casi enteramente instrumental, “CHACHA FIGHT”, refleja que detrás hay una artista preocupada por cada aspecto de su obra. Una obsesión por sonar de las maneras en que se quiera sonar, sin que los recursos técnicos para lograrlo se conviertan en un pretexto. En ese sentido, Luigi Navarro, productor general del LP, formó el tándem ideal para aterrizar las notas de voz y mensajes con ideas nuevas que envió Taichu en una sesión. Cada percusión, bajo y clap nació de una visión compartida por llegar a la tierra prometida. RAWR! es un trabajo que, desde su cosmovisión y estética laberíntica, culmina en un lugar mucho más sencillo de entender y hacer nuestro: la vida misma. Y quizás es ahí en donde radica su genialidad, en la capacidad de hacernos abrazar el caos. “Un día estás bárbaro y con toda la energía, y al otro estás encerrado y sin querer hacer nada. Es loco brincar entre géneros y momentos, pero a la vez es nuestra realidad, nuestro día a día. No tengo miedo a brincar así porque esa es mi manera de ver la vida”.

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