Salsa, calipso, reggae, rumba, reggaetón, cumbia, merengue, dancehall, dembow, bolero, son, champeta, dub, mambo y cha-cha-cha. Por décadas, la música nos ha llevado a una enseñanza generalizada: el Caribe es una gran pista de baile. En la actualidad, el dance encuentra vanguardia en las islas y costas tropicales del Atlántico con producciones que han hecho de los géneros locales una fuente inagotable de sabiduría. En ningún otro lado saben mover a la gente mejor que en el Caribe y, desde ese entendimiento, Diego Raposo de República Dominicana ha creado un castillo.El productor nativo de Santiago es una de las caras más notables de la nueva ola de ritmos dance en latinoamericana. Tras años de impregnar su esencia en producciones para artistas como Danny Ocean, Ms Nina, ELENA ROSE, etc., el dominicano por fin se presenta al mundo con su disco debut YO NO ERA ASÍ PERO DE AHORA EN ADELANTE, SÍ. 12 tracks que dejan claro que el crisol cultural que le da vida a su lugar de origen le ha permitido elevarse por encima de la labor creativa para hacer un balance perfecto entre el pop y la experimentación. Ese nivel de deconstrucción que comienza desde lo complejo hasta lo simple. La contraseña que la música pop ha guardado con recelo por décadas y que Diego está llevando hacia el futuro.En el álbum es fácil encontrar dejos de Drum 'n' bass, punk rock, house, electropop y dembow de lenta digestión, que completan un viaje sonoro a través de las capacidades sensoriales del dominicano. Domina cada dimensión y la adapta a un tracklist donde se le unen notables del posmodernismo latino como Blue Rojo, Mediopicky, Kablito y AKRIILA, grandes ejemplos de que el pop es tan complejo como se quiera hacer, aunque la simpleza de un coro y una melodía siempre serán la clave. Así, el disco cierra con “EN OTRO UNIVERSO PARALELO to2 está estático”, un outro que guarda las cualidades multicolor y esperanzadoras del rainbow road de Mario Kart, y un testamento de que Diego Raposo está haciendo música caribeña para el futuro.